100%(9)100% encontró este documento útil (9 votos) 1K vistas793 páginasMeditaciones de Santo Tomas de Aquino
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3NTO TOMAS DE AQUINO
MEDITACIONES
ENTRESACADAS DE SUS OBRAS
tu
EMECY EDITORES, S.A.
BUENOS AIRESTitulo de la obra en latin
MEDULLA S. THOMA\
AQUINATIS PFR OMNES ANNE
LITURGICE DIES DISTRIBUTA,
EU MEDITATIONES EX OPERIBUS S$. THOMAE DEPROMPTAL
Recopilacién, ordenacién y prdlogo de
FR. D. MEZARD, O. F.
Traduccién del latin por
LUIS M, DE CADIZ.
Con las Vicencids necesaria
,
Queda hecho el depdsita que previene la Ley nti.’ 1.723
Copyright by Emct Evriorgs, S$. A. - Buenos Aires, 1948PREFACIO
Todo este libro, tanto en los conceptos como
en las mismas palabras, salvo unas pocas que se
hallardn en la meditacidn de la fiesta de la In-
maculada Concepcion de la Bienaventurada Vir-
gen Maria, es, en verdad, obra del piadosisimo
Doctor Angélico, Santo Tomds de Aquino.
Una sola cosa puede atribuirse el recopilador
como suya, a saber: haber buscado en todas las
yobras del gran Maestro todo lo mds suave, pia-
. doso y apropiado para fomentar la edificactén,
'y haberlo distributdo por todos los dias del afio
littrgico, con el fin de que se tuviese ast reunida
la esencia dulcisima de este admirable Cedro del
Libano, para poder tomarla 9 saborearla cada
dia, ya por medio de la lectura, ya por el esfuerzo
mds atento de la meditacién.
No deben buscarse aqui, ciertamente, las me-
ditaciones que tantas veces se publican para uso
de los fieles, meditaciones enteramente acabadas,
muy solicitas en indicar, a veces con excesiva
prolijidad, no solamente las ideas para la inteli-
gencia, sino también los afectos para el corazin
y hasta los propdsitos practicos que deben sa-
carse, de suerte que apenas queda al que medita
nada que hacer o investigar.
Aqui, sin duda, sdlo las ideas se presentan al
espiritu, ideas breves, en estilo elevado, claras,
Firmes, pero jcudn lenas y fecundas, cudn satu-
radas de piedad y de verdadero amor de Dios!8 Prefacio
No son, ciertamente, raros los que, cansados
del lenguaje excesivamente difuso de los libios,
desean encontrar dentro de un estilo conciso y
de pocas palabras el pan de vida y entendimiento.
Vayan al Doctor Angélico, que les dard no
solamente amplia materia para meditar, sino
también la mds apta para reformar las costum-
bres, y también para nutrir y acrecentar el amor
a nuestro Salvador.
El orden que hemes seguido para distribuir la
materia en esta obra es el siguiente:
En el tiempo de Aduviento se propone a nues-
tra meditacién cuanto en diversos lugares escri-
bid Santo Tomds acerca del misterto de la En-
carnacién, luego sigue lo relativo a la Navidad
del Senor, a su infancia y vida publica.
En el tiempo de Cuaresma van las medita-
ciones referentes a la pasidn y muerte de Cristo
en la Cruz.
Después; con Cristo resucitado y ejemplar de
nuestra regeneracién espiritual, comienza una se-
rie sobre la vida nueva, por la gracia, por la
asimilacion a Cristo que sube a los cielos, por los
efectos del Espiritu Santo y por la Eucaristia.
Esta serte termina en la fiesta del Sacratisimo
Corazon de Jesus.
Las meditaciones destinadas al periodo com-
prendido entre el dia primero de julio y el Ad-
viento versan sobre los puntos siguientes:
1°) Dios y algunos de sus atributos.
2°) El hombre alejado de Dios por el pecado,
y resuelto a conocer y detestar sus pecados en la
vida purgativa.
3?) El mismo hombre, avanzando hacia la vida
iluminativa por medio de las virtudes.~
Prefacio 9
#2) EL hombre elevandose a la vida unttiva
para partictpar de Dios por medio del amor fer-
foreso y de la intima amistad.
' 5°) Con la fiesta de Todos los Santos comien-
zan las meditaciones acerca. de los novisimos, que
se extienden por todo el mes de noviembre, hasta
que, purificado el hombre, iluminado y perfecto,
puede sentarse por fin en esa Gran Cena beati-
sima, que serd el fin de todas las cosas.
Ast, pues, todo el conjunto de estas medilacio-
nes es como un compendio de la Suma de Santo
.Tomds, de modo que pueda ofrecer una sintesis
de toda la religidn y de la vida ascética.
Ademds de las meditaciones adaptadas al ciclo
Lturgico, los sacerdotes y religiosos encontraran
al final otras para los Ejercicios Espivituales que
‘cada afio realizan durante ocho dias.
Fr. Mézarp, O. P.
Nova. ~ Legade el tiempo de Septuagésima, deben omi-
tins ‘
en Jas que sobran del mes de febrero, o tal vez tim.
é: e -
n de eneyo, para tomar las que dan comienzo en aquel
domingo.
a 48 Meditaciones omitidas entonces se utilizaran después
es Ista : . .
Ia fiesta del Sacratisimo Corazin de Jestis hasta elPRIMERA PARTE
DESDE EL TIEMPO DE ADVIENTO HASTA LA FIESTA
DEL SACRATISIMO CORAZON DE JESUSTIEMPO DE ADVIENTO
27 de noviembre
INMENSIDAD DEI. AMOR DIVINO
De tal manera amé Dios al mundo, que did a
su Hijo Unigénito, para que todo aquel que crea
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
(VJoun., III, 16.)
La causa de todos nuestros bienes es el Sefior
y el amor divino; porque amar es propiamente
‘querer bien para alguno. Y como la voluntad de
Dios es causa de todas las cosas, el bien nos viene
a nosotros porque Dios nos ama. El amor de
Dios es, pues, causa del bien de nuestra natura-
leza. También lo es del bien de la gracia (Jer.,
XXXI, 3): Con amor perpetuo te amé; por eso te
atraje, esto es, por medio de la gracia.
Que sea también dador del bien de la gracia
Procede de gran caridad, y por lo tanto, se de-
Muestra aqui con cuatro razones que esa caridad
de Dios es maxima:
1°) Por razén de la persona que ama, pucs
ios es el que ama y sin medida. Por eso dice:
e tal manera amd Dios.
2°) Por la condicién del amado; porque el
amado es el hombre, esto es, cl hombre mun-
dano, corpéreo, pecador. Mas Dios hace brillar su
caridad en nosotros, porque, siendo todavia sus
Kremigus, fuimos reconciliados con Dios por la14 Santo Tomas de Aquino
muerte de su Hijo. (Rom., V, 8, 10.) Por eso
dice: Dios ha amado tanto al mundo.
8°) Por la grandeza de los dones; porque el
amor se demuestra por medio del don, pues, como
dice San Gregorio, la prueba del amor es la
accion.
Dios nos did el don maximo, pues nos did a4
su Hijo unigénito; a su Hijo por naturaleza,
consubstancial a El mismo, no adoptivo; urigé-
nito, para mostrar que el amor de Dios no se
divide entre muchos hijos, sino que va todo
entero al Hijo que El nos did, como prueba de
su amor sin medida.
4°) Por Ja magnitad del fruto; pues por ese
don alcanzamos Ja vida cterna. Por eso dice:
Para que todo aquel que crea en él no perezca,
sino que tenga vida eterna, la que nos adquirié
por su muerte de cruz. *
Se dice que una cosa perece cuando se la im-
pide llegar a su fin propio. EI hombre tiene por
fit: propio la vida eterna, y cuantas veces peca se
aparta de ese fin. Y aun cuando, mientras vive,
no perece totalmente, pues puede rehabilitarse,
sin embargo, cuando muere en pecado perece
totalmente. En las palabras: tenga vida eterna, sc
indica la inmensidad del amor divino; porque al
dar la vida eterna, Dios se da a s{ mismo; pues
la vida eterna no es otra cosa que gozar de Dios.
Darse a sf mismo es sefial de un gran amor.
(In Joan., 3.)28 de noviembre 15
Baa noviembre
CONVENIENGIA DE LA ENCARNACION
' J, Parece ser muy conveniente que los atri-
butos invisibles de Dios sean mostrados por las
cosas visibles; pues para esto sc hizo el mundo
cnlero, como consta por ¢! Apdéstol; Las cosas de
Dios invisibles se ven, después de la creacion det
camundo, considendndolas por las obras criadas.
(Rem., I, 20.) Pero, como dice San Juan Damas-
eeno, por el misterio de la Encarnacién se ma-
_nilicsta a Ja vez la bondad, la sabiduria, la jus-
ticia y el poder de Dios o su virtud. La bondad,
porque no desprecié la debilidad de su propia
geviatura; la justicia, porque, vencido el hombre,
Mhizo que nadie mds que el hombre venciese al
irano, y Liberté al hombre de la muerte por la
‘violencia; la sabidurfa, porque encontré el mejor
‘modo de pagar el mds costoso precio; cl poder
© virtud infinita, porque nada hay mds grande
que haberse hecho Dios hombre. Luego fué con-
Veniente que Dios se encarnase.
7 Il. Conviene a cada cosa aqucllo que le com-
: Pete segrin su propia naturaleza, como al hombre
he conviene razonar, porque ese acto le corres-
‘Ronde en cuanto es racional segiin su propia na-
turaleza. Siendo, pues, la naturaleza misma de
710s la esencia de ta bondad, todo lo que es escn-
peial al bien convienc a Dios. Y como es de la
£sencia de) bien cl comunicarse a otros, por lo
tanto Cs esencialmente propio del sumo bien
Comunicarse a la criatura de un modo soberano.
“© cual se veritica principalmente al unirse a una
taraleza creada, de modo que se haga una sola16 Santo Tomds de Aquino
persona de estos tres principios, a saber: el Verbo,
el alma y la carne. Por lo cual, es notorio que
fué convenicnte que Dios se encarnasc. .
Unirse a Dios en unidad de persona no Sud
conveniente a la carne humana scgtin la condi-
cién de la naturaleza, porque esto supera a su
dignidad; pero fué conveniente a Dios, seguin la
excelencia infinita de su bondad, el que la unic-
sc a sf para salvar al hombre.
Dios es grande, no en volumen, sino en vir-
tud; por consiguiente, la magnitud de su poder
no siente ninguna estrechez en lo angosto. Si la
palabra fugaz del hombre es ofda simultinea-
mente por muchos y toda entera por cada uno de
ellos, no es increible que e] Verbo de Dios sub-
sistente esté a la vez en todas partes todo enterv.
(Sum. Theolog., 34 parte, q. I, a. 1.)
29 de noviembre
NECESIDAD DE. LA ENCARNACION
Algo es necesario para algtin fin de dos modos:
Primero, por necesidad absoluta, sin lo cual algo
no puede existir, como el sustento es neécesario
para la conservacién de la vida humana; segundo,
en la medida en que por medio de tal cosa se
Hega mejor y mas convenientemente al fin, como
cl caballo es necesario para realizar un viaje. No
fué necesario por cl primer modo que Dios se
encarnase para Ja reparacién de la naturaleza
humana, porque Dios por su virtud omnipotente
podia reparar la naturaleza humana de otros
muchos modos. Pero por el segundo modo fué
necesario que Dios se encarnase. Por eso dice29 de noviembre 17
San Agustin 1: “Demostremos, ademds, que no
fulté otro modo posible a Dios, a cuya potestad
“esta sometido todo igualmente, sino que no habia
otro modo mds conveniente de curar nuestra mi-
seria.” Esto es lo que puede considerarse en
cuanto a la promocién del hombre al bien.
1%) En cuanto a la fe, que se certifica mas
por lo mismo que cree al mismo Dios que habla;
por to que dice San Agustin?: “Para que el
hombre caminase mas contiadamente hacia la ver-
dad, el Hijo de Dios, que es la misma Verdad,
hecho hombre, constituyé y funds la fe.”
2°) En cuanto a la esperanza, que se afirma
principalmente por esto, y asf dice San Agustin 3:
“Nada fué tan necesario para levantar nuestra
esperanza, como e] demostrarnos cudnto nos ama-
ba Dios. ¢Qué prueba mas manifiesta de esto que
la de que el Hijo de Dios se dignara formar con-
sorcio con nuestra naturaleza?”
3°) En cuanto a la caridad, que se excita prin-
cipalmente por esto, y asi es que dice San Agus-
tind: “zQué mayor motivo existe de la venida
del Sefior que el manifestar Dios su amor en
hosotros?” Y después afiade: “Si nos era penoso
amar, al menos no nos duela volver a amar.”
4°) En cuanto a la rectitud de obrar, en la cual
S¢ nos mostré para ejemplo. Por lo cual dice
San Agustin 6: “No se debia haber seguido al
Ombre, que podia ser visto; se debia haber se-
8uido a Dios, que nu podia ser visto. Y asi para
Mostrar al hombre quién fucse visto por el hom-
De Trinit., lib. XU, cap. 10.
De civ, Dei, lib. XI, cap. 2.
De Trinit., lih. XIU, cap. 10.
De Catechiz, rudibu-, cap. 4.
Serm, De nativitate Domini, 22 de Temp.
wet18 Santo Tomas de Aquino
bre y a quién el hombre siguiese, Dios se hizo
hombre.”
5°) En cuanto a la plena participacion de la
divinidad, que es Ja verdadera bienaventuranza
del hombre, y el fin de la vida humana, y esto
nos fue dado por Ja humanidad de Cristo. Pues
dice Sau Agustin 6: “Dios s¢ hizo hombre, para
que cl hombre se hiciese Dios.”
(88, q. J, a. IT.)
30 de noviembre
NECESIDAD DE LA ENGARNACION
No solamente fué necesario que Dios se en-
carnara para la promocién del hombre al bien,
sino también para la remocién de! mal.
1°) EF] hombre se instruye por esto para que
no prefiera al diablo a si mismo, no vencre al
que es cl autor del pecado. A este propdsito dice
San Agustin 7: “Puesto que Dios pudo unirse a
la naturaleza humana de tal modo que se hizo
una sola persona, no se atrevan, por eso, aque-
ilos espiritus soberbios y malignos a anteponerse
al hombre, porque no tienen carne.”
2°) Por esto se nos ensefia cuanta es la digni-
dad de la naturaleza humana, para que no Ja
mancillemos con el pecado. Por lo cual asegura
San Agustin 8: “Dios nos ha demostrado cudn
excelso lugar ocupa la naturaleza humana entre
las criaturas, apareciendo entre los hombres coma
6 Serm. De nativ. Domini, 13 de Temp.
7 De Trinit., lib. XU, cap. 17.
8% De vera relig., cap. 16.30 de noviembre 19
verdadero hombre.” Y el papa San Leén dice 9:
“Reconoce, oh cristiano, tu dignidad; y hecho
participe de Ja naturaleza divina, no retornes a
Ja antigua vileza con una mala conducta.”
39) Porque, para destruir la presuncién del
hombre, sc hace mds estimable la gracia de Dios
en Cristo hombre, sin ningtin mérito anterior
de nuestra parte.
4°) Porque mediante tanta humildad de Dios
puede reprimirse y sanarse la soberbia del hom-
bre, que es el mayor obstaculo que le impide
unirse a Dios.
5°) Para librar al hombre de Ja servidumbre
del pecado; lo cual, como dice San Agustin 10,
debid ciertamente verificarse de tal modo que
el diablo fuera vencido por Ja justicia del hombre
Jesucristo; lo que se Hevé a cabo mediante el
sacrificio de Cristo por nosotros. Un simple hom-
bre no podia satisfacer por todo el género hu-
‘mano, y Dios no debia satisfacer; por lo cual
convenia que Jesucristo fuese Dios y hombre. Por
eso dice e] papa San Leén 11; “La debilidad es
tomada por la fortaleza, la humildad por la ma-
Jestad, la mortalidad por la eternidad, a fin de
que, cual convenia a nuestra curacién, un solo
y mismo mediador entre Dios y los hombres pu-
diese morir por una parte y resucitar por otra;
porque, si no fuera verdadero Dios, no traeria
el remedio; y si no fuese verdadero hombre, no
daria ejemplo.”
Hay otras muchas ventajas que resultan de
sto y que exceden a la aprchensién del sentido
humano, seguin aquello del Eclesiastico (III, 25):
® Serm, De nativit. Domini, 1.
'0 Le Trinit., lib. XHIE, cap. 13.
ih serm. De nativ. Domini, 1,20 Santo Tomas de Aquino
Muchisimas cosas te han sido mostradas sobre el
entendimiento de los hombres.
(38, g. 1, a. IL)
19 de diciembre
NEGRSIDAD DE LA ENCARNAGION PARA OFRECER
SATISFACCION SUFICIENTE. POR EL PECADO
I. De dos maneras puede decirse suficiente
una satistaccién:
19) De manera perfecta, porque cs condigna,
por cierta adecuacién, para compensar la culpa
cometida, y asi la satisfaccién que un simple hom-
bre diera por el pecado no podia ser suficiente,
porque toda la maturaleza humana estaba co-
rrompida por el pecado, ni cl bien de una per-
sona, y aun de muchas, podia compensar equiva-
Ientemente el dafio de toda Ja naturaleza; ademas
el pecado cometido contra Dios cs cn cierto modo
infinito por razén de la infinita majestad de
Dios ofendido, pues la ofensa es tanto mas grave
cuanto mds grande es aqué! contra quien se de-
linque. Por lo tanto, fué necesario para una sa-
tisfaccién condigna que el acto del que satisfacia
tuviera eficacia infinita, como lo es el acto del
que es Dios y hombre.
2°) La satisfacci6n del hombre puede ser su-
ficiente de manera imperfecta, esto es, segun la
accptacién de aquel que se contente con ella,
aunque no sea condigna, y de este modo !a sa-
usfaccién de un simple hombre es suficiente; y
puesto que todo lo imperfecto presupone algo
perfecto que lo sostenga, de ahi resulta que toda1° de diciembre 21
satisfaccion de un simple hombre recibe su efi-
cacia de la satisfaccién de Cristo.
(3, q. 1,4. U, ad 2%)
ll. La Encarnacién ofrece la certeza del perdén
del pecado.
Asi como ei hombre se dispone a la bienaven-
turanza por las virtudes, del mismo modo se
aleja de ella por los pecados; el pecado, contrario
ala virtud, es un impedimento para la bien-
aventuranza, no sdlo porque introduce un desor-
den en el alma, en cuanto que la aparta del orden
de] fin debido; sino también porque ofende a
Dios, del cual cspera el premio de la bienaven-
turanza; y ademis, tenicndo el hombre conoci-
miento de esa ofensa, pierde por el pecado la
esperanza de acercarse a Dios, la cual es nece-
saria para conseguir la bienaventuranza.
Por tanto, cs necesario al género humano,
eno de pecados, que se le preste algun remedio
contra los pecados; mas este remedio puede darlo
unicamente Dios; el cual no sdlo puede mover la
voluntad del hombre hacia el bien, para reinte-
grarla al orden debido, sino que también puede
perdonar la ofensa cometida contra El; pues la
Ofensa sélo puede ser perdonada por aquél con-
tra quien se comete.
Ademas, para que cl hombre sea librado de Ia
Conciencia de la ofensa pasada, es necesario que
esté cierto de la remisién de la ofensa por el
mismo Dios; certeza que no puede constarle, si
Dios no le certifica de ello.
Por tanto fué conveniente y util al género
pimano, para cons¢cguir Ja bienaventuranza. que
tos sc hiciese hoiwbre, para que de este modo
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