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Gledhill J El Poder y Sus Disfraces Perspectivas Antropologicas de La Politica 1999

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| Serie General Universitaria 3 JOHN GLEDHILL EW ¢ K roe EL PODER Y SUS DISFRACES Perspectivas antropolégicas de la politica ‘CENTRO DE MWESTICACIONES ‘YESTUDIOS SUPERIORES EN 00045279 edicions bellaterra ici evissds por Joaquin Belin =v SR s we wy Disco de a euierts: Joaquin Monclis “Trade por Francisco J. Ramo “alo eigina: Power and it Diguves:Antheployicel Pespectives on Policy © etm Giana, 199 ‘ita pe Pao Press La, Lomdes, 1999, " (© Eticons Bellaterra 200, 1, 2000, Espronceda, 304 (80727 Batelons "ap 77 Barc eta igerctuent poibids a a strc cia deo ites el epi, boob aacioneseublrdaten ees. peace ole ca seas ‘sir uo prcedimient, ampien le wpgrn yl foe "lnc de glared cla mess lnpresoen Espa Printed in Spin ISBN: 88-72904138.3, eps Legal By 2940-2000 274 Impreso por dim, sc - Baretona Indice generat Protogo a la segunda edicién, if 1 Para stuar To politico: una antropoogia politica ata, 15 Como so wiizarOecidnte como punto de pri, 26 La peculi dad del estado moderno, 36 Implicaciones generals de la diseont ua histrea, 40+ La antopoloapoiin roost 43 Origenes y ti sociedides «it ites del poder coercitivo: a atales», 47 ae {Ls exteriorizavin de fo politico coménegacidn del poder, 54 » Politi- ‘ea soxual en las soviedudes acstatales», 60 + La ci izacién, madre de la burbarie, 69 + Las «sociedades aestatales» bajo el estado moder- 10,75 De a jerarquia a la vi ilancia: la politica de las civilizaciones agrarias y el sur ional occidental, 81 Wi ‘Los sistemas politicos ew las teorias del desurtollo europeo, 85 » gUna dinimiea espectficamente europea, 90 + La civilizacién agra 9 Antropologta poli nacién y la resistencia, 413 ialismor un estudio de ta domi- ot opotopi i as just EE per y sus aistraces La antropologia politica estructural-funcionalista eomo bi de Spo. ca, 116 El proceso colonial como objeto de aniisis, 19 + Las fret qayde la estructura: antropologia de la resistencia, 128 Estados poscoloniales: los legados de la historia y las presiones dela modesnidad, 149 Los diversos regimenes en Africa tas la independeneia, 153 + «Polit a profundan: el estado y la sociedad eivil, 161 + Lax el ones de 2 sombra>, 166 * La wemocrati deren el marco del «estado cen América Latina, 169 + Méxica: dh ta sob y wiitarizaciin J, 190 176 + Puctas imligenas y estalo en Me rio y Guaten De la macroestructura al microproceso: anilisis antropoligice de la préctica politica, 201 ‘Aa esteetura a través de las acontes femtos, 206 +1. patitiea com actividad de los «hombres politicas», 214 + La autonomia del politico y sus prdcticas smbdlicas, 218 + Las isidiosaéestrategis del oder, 234 Proceso politico y «desorden m ndial»: perspectivas sobre el coaflicto y la violencia contemporineos, 241 Capitalismo en expansin, imperios en decane’ id et ciones de punter, 254 + De tis 23 + Global ral y as de fa es 263 29 ferologi a ls races deta violencia politic en P ka: Ia construccién del nuevo orden mediante la violene {La sociedad contra el estado moderno?: la politica de los mo- vimientos sociales, 289 ‘Teoria de los movin os sociales: necesdad de ua cierto exeepti- cismo, 291 + Modernidades alternativas, 308 + Politica cultural y cons- trucciones politicas de la cultura, 313 + Politica popular y politizaciin de las diferencias de sexo, 321 Antropologia y politica: eompromiso, responsabilidad y sinbito aeadémieo, 337 indice generat 9 {a politica de ls produecisn det conocimiento anteopoldgico: algusos les, 340+ Actuar bassinduse en el eonoeimiento, 350+ EI onto la sabiduria?, 371 + compromise en fa base, 359 + {Del eon BI poder y sus disfraces, 376 Bibliografia, 383 {indice alfubético, 407 ab i me Prologo a la segunda edicién segunda edici6n se ha preparado al final de mi tercer af en Universidad de Manchester. Dado que ocupo la misina cétedra q antafio ocupé Max Gluckman, he emprendido mi tarea con un con: derable temor a no estar a la altura de la tradicién que he heredad Evidentemente, desde la época de Gluckman han cumbiado much cosas, y mis predecesores en la direcci6n del Departamento, Maril Strathern y Tim Ingold, han dejado su propia huella en su evoluci€ No obstante, la antropologia politica sigue ocupando un lugar func imental en el trabajo que se realiza en la Universidad de Manchest He aprendido mucho de mis nuevos colegas y de tres generaciones estudiantes y posgraduados excepcionales. Debo dar las gracias esp cialmente a John Hutayk, de algunas de cuyas estimulantes ideas ps cl segundo curso de Antropologia Politica y Econémica me apror ‘cuando é dej6 Manchester. en 1997, y que sigue siendo un buen an 20 y colega, partidario de un enfoque més poltizado del habitual, ¢ como a Karen Sykes, quien ha respondido pacientemente a mis tont preguntas sobre Melanesia y me encamin6 hacia una serie de leet {que répidamente seftalaron la direcci6n correcta # un estudioso ah gado por las tareas administrativas. Pero también me he beneficia enormemente de trabajar con todos y cada uno de mis nuevos coleg de Manchester, aunque los frutos de ello resultan s6lo parcialmer visibles en el presente texto y he de exclurles a todos de cualqui responsabilidad por mis propios errores o malentendidos, Debo, § embargo, un reconocimiento especial a Katrin Lund, cuyo traba ‘como aytante de tutoria en mi curso de nivel intermedio contribu: rensurublemente a su éxito. Quisiera dar también las gracias 15 poner y sus titres — Matthew Gutmann, a Ananth Aiyer y a otros amigos de Estados Uni- dos por sus tiles sugerencias para esta segunda edici6n, aunque, sin duda, me habré quedado corto a la hora de satisfacer sus demandas respecto a una linea mas dura para determinudus tendencias tedrieas Dado que he estado ensehando con nuevo material einogréfico y abordando cuestiones nuevas, la tentacién de reescribie integramente ¢l libro resultaba dificil de resistir. Sin embargo, éste ha demostrado. ser itl para los profesores en su forma original, y la respuesta positi- ‘va que he recibido de mis colegas tan Unidos sugeria que la prioridad pri rmantuviera act: nuevos, y he desarrollado y de las argumentaciones, cexistentes. Sin embargo, una gran parte de todo bo que de nuevo pretende tinicamente ponerse al dfa con lo que ha ocurride en algunos de los lugares de los que trata, ya que la edicién original se completé en 1993. Esto también ha sido atil a la hora de buscar ex plicaciones a los cambios que han ocurrido y de considerar sus impli caciones tesricas mis amplias. Existen, sin embargo, mumerosas aportaciones a las que sigo sin dar el lugar que, sin duda, merecen. Debo pedir excusas a sus autores por ello, cuya ruz6n pragm fa falta de espacio; pero espero que el principal mensaje del libro sea ue siempre queda mucho mis por investigar y reflexionar. Dado que una gran parte del libro ha quedado como estaba, sigo estando profundamente en deuda con mis antiguas colegas del Uni- versity College de Londres, y debo reiterar mi gratitud hacia todos ellos, aunque matizando de nuevo que a ninguno de ellos se debe ha- cer responsable de mis puntos de vista ni de mis errores. Debo dat las gracias especialmente a Rob Aitken, quien compurtié ta docencia conmigo cuando puse a prueba el libro original como libro de texto, y que ahora aparece entre las autoridades citadas en la bibliogea ‘Tengo una deuda especial con Bruce Kapferer, quien no slo mie ha obligado a pensar en un montén de cosas a lo Taro de los aos, sino {que fue lo bastante generoso como para permitirme acceder a un ma ‘nuserito inédito cuyas ricas ideas pude saquear libremente. Nuestro diélogo se prolongé durante todo el aio 1997 en Manchester, donde eestuvo con nosotros gracias de una beea Hallsworth de investigacié A Richard Wilson, director de esta coleccidn y otro estudiaso de quien sigo aprendiendo mucho y de maners constante, le debo 0 de Europa como de Bstadas y matetiales Protage ta segunda euieiin més que cuando me invit6 a escribir el libro por pri {guid durante el proceso de publicacién; actualmente este es s6lo un clemento de una colaboracin continua. Todo lo que sé de antropolo- ‘fa politica ha recibido la influencia de un gran némero de otros es- iudiosos, de Londres, México y Estados Unidos, a muchos de los cua- les se les cita ampliamenteen el texto. A pesar de ello, sigo omitiendo muchos trabajos que considero de gran valor debido a que no resultan ficilmente accesibles para los lectores, como podrén ver fécilmente «quienes consulten algunas de mis publicaciones mis especializadas ‘Aungue Ia mayoria de los estudios de casos practicos utilizados itustrar los argumentas del texto se han extraido de las obras de niropdlogos, en esta edici6n he utilizado algo mis de mi pro- terial etnogeifico, Debo dar las gracias al Economic and Social search Council (Consejo de Investigacién Econémica y Social) del Reino Unido, a la Wenner-Green Foundation for Anthropological Re- search (Fundacién Wenner-Green para la Investigacién Antropolégi- x), yal Central Rescarch Fund (Fondo Central de Investigacisn) de a Universidad de Londres, por financiar este trabajo. Finalmente, aunque ciertamente no en sltimo lugar, sigo estan- do en deuda con Kathy Powell, por su amistad y sus constantes apor- Laciones a mi pensamiento sobre la antropologfa pol vera vez y me

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