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La Espiritualidad de Los Incas (Selección Cronistas)

El documento describe las creencias y prácticas religiosas de los incas y otros pueblos prehispánicos de los Andes. Adoraban diversos dioses como el Sol, Pachacámac y Wiraqocha. Creían en la vida después de la muerte y que los espíritus debían encontrar sus cuerpos en la próxima vida. Los chamanes utilizaban técnicas como la adivinación con aves y ovejas para comunicarse con los dioses y predecir el futuro. Los entierros variaban según la clase social del dif

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La Espiritualidad de Los Incas (Selección Cronistas)

El documento describe las creencias y prácticas religiosas de los incas y otros pueblos prehispánicos de los Andes. Adoraban diversos dioses como el Sol, Pachacámac y Wiraqocha. Creían en la vida después de la muerte y que los espíritus debían encontrar sus cuerpos en la próxima vida. Los chamanes utilizaban técnicas como la adivinación con aves y ovejas para comunicarse con los dioses y predecir el futuro. Los entierros variaban según la clase social del dif

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RELIGIN Y DIOSES DE LOS INCAS Y OTRAS GENTES

SELECCIN DE RENATO BERNASCONI

Garcilaso: Antes de lo incas adoraban muchos dioses, cada linaje y cada casa tena un dios diferente, porque les pareca que el dios ajeno, ocupado por otro, no poda ayudarles, sino el suyo propio. No supieron, como los griegos y los romanos, hacer dioses imaginarios, como la Esperanza, la Victoria, la Paz, porque prcticamente no levantaron su pensamiento a cosas invisibles. Adoraban hierbas, plantas, flores y rocas. Adoraban al tigre por su fiereza. por esa causa, tenindolos por dioses, no huan de ellos, sino que se echaban en el suelo a adorarles y se dejaban matar y comer sin huir ni hacer defensa alguna. Tambin adoraban otros animales por su astucia, como la zorra. Adoraban al perro por su lealtad y nobleza. Tenan un dios visible, conocido, que les haca bien: el Sol. Los hijos del Sol eran sagrados y se llamaban Viracochas. Tambin adoraban a un dios que no se dejaba ver, Pachacamac, al que no ofrecan sacrificios. Pachacmac quiere decir el que anima al universo. En todo el imperio haba solo un templo para el culto a Pachacamac. Estete: Vienen a este diablo en peregrinacin de trescientas leguas con oro y plata y ropa, y los que llegan van al portero y piden su don, y l entra, y habla con el dolo, y l dice que se lo otorga. Al travs del camino real estaba la gran mezquita de Pachacama, donde iban de toda la tierra a romera y era el principal santuario y adoratorio de ella. Garcilaso: no levantaron el entendimiento a cosas invisibles. Toda la teologa de los incas se encerr en el nombre de Pachacmac. Pacha Cmac Quiere decir el que hace con el universo lo que el alma con el cuerpo. Garcilaso: Tuvieron los incas amautas que el hombre estaba compuesto de cuerpo y nima, y que el nima era espritu inmortal. Y que el cuerpo era hecho de tierra porque le vean convertirse en ella. Y as llamaban allpacamasca, que quiere decir tierra animada. Crean que haba una vida despus de esta, con pena para los malos y descanso para los buenos. Decan que el descanso era una vida quita, libre de los trabajos y pesadumbres que se pasan en el mundo. Tenan grandsimo cuidado de poner en cobro los cabellos y uas que se cortaban o se arrancaban con el peine. Si se caan, cualquier indio que los vea los alzaba y pona a recaudo. Hacen aquello para no detenerse a buscar sus cuerpos al volver a nacer. Todos los que hemos vivido volveremos a vivir en el mundo y las nimas se han de levantar de las sepulturas con todo lo que fue de sus cuerpos. Y para que las nuestras no se detengan en buscar sus cabellos y uas, las ponemos juntas, y si fuera posible, escupiramos siempre en un lugar. Gomara: Hay en esta tierra tantos dolos como oficios, cada uno adora lo que se le antoja. Todos tienen por dioses principalsimos al Sol y la Luna. El labrador adora el agua y tierra, creyendo ser sta la madre de todas las cosas. El Sol y la Luna, su mujer, criaron de todo; y as, cuando juran tocan la tierra y miran al Sol. Entre sus muchas guacas, como llaman a sus dolos, haba muchas con bculos y mitras de obispos. Los templos, especialmente del Sol, son

grandes y suntuosos y muy ricos; el de Pachacama, el del Collao y del Cuzco y otros estaban forrados por dentro de tablas de oro y plata, y todo su servicio era de lo mismo, que no fue poca riqueza para los conquistadores. Gomara: Ofrecan a los dolos, muchas flores, yerbas, frutas, pan, vino y humo, y la figura de lo que pedan hecha de oro y plata; y a esta causa estaban tan ricos los templos. Eran eso mismo los dolos de oro y plata, aunque muchos haba de piedra, barro y palo. Los sacerdotes visten de blanco; andan poco entre la gente; no se casan; ayunan mucho, aunque ningn ayuno pasa de ocho das, y es al tiempo de sembrar y segar y de coger oro y hacer guerra o hablar con el diablo, y aun algunos se quiebran los ojos para semejante habla, y creo que lo hacan de miedo, porque todos ellos se tapan los ojos cuando hablan con l, y hablbanle muchas veces para responder a las preguntas que los seores y otras personas hacen. Entran en los templos llorando y guayando, que guaca eso quiere decir. Van de bruces por tierra hasta el dolo, y hablan con l en lenguaje que los seglares no entienden. No le tocan con las manos sin tener en ellas unas toallas muy blancas y limpias; sotierran dentro el templo las ofrendas de oro y plata. Cieza: Ver al demonio transfigurado en las formas que digo no hay duda, sino que lo ven. Llmanle en todo el Per Sopay. Gomara: Tienen casas de mujeres, cerradas como monasterios, de donde jams salen; capan y aun castran los hombres que las guardan, y aun les cortan narices y bezos, porque no los codiciasen ellas. Matan a la que se emprea y peca con hombre; mas si jura que la empre Pachacama, que es el Sol, castganla de otra manera por amor de la casta. Al hombre que entra en estas casas lo cuelgan de los pies. Algunos espaoles dicen que ni eran vrgenes ni aun castas; y es cierto que corrompe la guerra muchas buenas costumbres. Hilaban y tejan estas mujeres ropa de algodn y lana para los dolos, y quemaban la que sobraba con huesos de ovejas blancas, y aventaban los polvos hacia el Sol. Garcilaso: en los templos principales tanan gran cantidad de vrgenes muy hermosas, conforme a las que hubo en Roma en el templo de Vesta. C. de Molina del Cuzco: en una tabla de Poquen Cancha pintaron al Hacedor convirtiendo en piedra a las naciones que no cumplan su mandado. Hubo conversiones en Tiahuanaco, Pucara, Jauja, Pachacama, Cajamarca y otras partes, y hoy en da estn en los dichos lugares unos bultos de piedras grandes que debieron ser hechos por manos de hombres. Cieza: y algunos indios decan que haba cuatro cielos grandes, y todos afirman que el asiento y silla del gran Dios Hacedor del mundo es en los cielos. Preguntndoles yo muchas veces si alcanzan que el mundo se ha de acabar, se reyen [ren] y sobre esto saben poco; y si algo saben es lo que Dios permite que el demonio les diga.

CREACIN
Pearse (Cieza): el relato del mito de ordenacin del mundo, que en los Andes sureos se identifica con Wiraqocha, una divinidad que sali del lago Titicaca; Ticiviracocha aparece como una versin que podra confundirse con el apstol que habra llegado a Amrica en los tiempos de Cristo. El asunto de la probable venida de un apstol era entonces discusin importante, y su identificacin con las divinidades recordadas en los mitos de fundacin andinos era frecuente como lo haba sido tambin en Mxico. La discusin acerca de la evangelizacin en tiempos de los apstoles, as como la precisin de que los primeros americanos eran hijos o nietos de No tuvo gran importancia hasta mucho tiempo ms tarde. Cieza: este varn que as vieron tena tan gran poder que de los cerros haca llanuras y de las llanuras sierras grandes, haciendo fuentes en piedras vivas. Y como tal poder le conociesen, le llamaban Hacedor de todas las cosas criadas, Principio de ellas y Padre del Sol. Sin esto dicen que haca otras cosas mayores, porque dio ser a los hombres y animales. Cieza: En muchos lugares dicen que dio orden a los hombres cmo viviesen y que les hablaba amorosamente y con mucha mansedumbre, amonestndoles que fuesen buenos y los unos a los otros no se hiciesen dao ni injuria, antes, amndose, en todos hubiese caridad. Cieza: Sin esto dicen que pasado algunos tiempos, volvieron [sic] otro hombre semejable al que est dicho, el nombre del cual no cuentan, y que oyeron a sus pasados por muy cierto que por dondequiera que llegaba y hubiese enfermos los sanaba y a los ciegos con solamente palabra les daba vista; por las cuales obras tan buenas y provechosas era de todos muy amado.

CHAMANES

Molina del Cuzco: Los nombres y oficios son los que siguen: Calpa Ricuqui, que quiere decir los que ven la ventura y suceso que haban de tener las cosas que les preguntaban, los cuales para el dicho efecto mataban aves, corderos y carneros, y soplando por cierta vena los bofes, en ellos hallaban ciertas seales, por donde decan lo que haba de suceder. Haba otros que llamaban Viro Piricos, los cuales quemaban en el fuego sebo de carneros y coca, y en ciertas aguas y seales que hacan al tiempo de quemar, vean lo que haba de suceder, y al que los consultaba se lo decan. Estos eran los menos tenidos, porque mentan siempre. Haba otros llamados Achicoc, que echaban suertes con los sortilegios que hacan con maz y estircol de carneros; si quedaba pares o nones daban sus respuestas, diciendo asimismo lo que queran saber del que los llamaba. Haba otros llamados Camascas, los cuales decan que aquella gracia y virtud que tenan los unos la haban recibido del Trueno, diciendo el Trueno le haba mostrado aquel arte, ora fuese de curar con yerbas, ora fuese de dar sus respuestas en las cosas que se le preguntaban. Curaban con yerbas que les mostraban los rayos, de donde ha procedido hacer muchos indios grandes herbolarios; y a otros mostraba yerbas venenosas para matar, y a estos llaman Camascas. Habia otros llamados Yaracas, y estos eran naturales de Huaro; tuvieron grandes pactos con el demonio, segn parece por el oficio que hacan en la forma siguiente: tomaban unos caones de cobre de medio arriba y de medio abajo de plata, de largo de un arcabuz de razonable tamao, y unos braceros en que encendan fuego con carbn, el cual con los dichos caones lo soplaban y encendan; y en aquel fuego daban sus respuestas los demonios. El inca consultaba a los Yaracas quienes estaban contra el Sol su padre o se pretendan revelar contra el Inca, o quien era en aquella parte ladrn, u homicida o adltero: quien viva mal. Y as con esta invocacin, sabia el Inca todo lo que en su tierra pasaba por arte del demonio. Eran estos Yaracas y muy temidos as del Inca como de las dems gentes, y donde quiera que iba los llevaba consigo.

ENTIERROS

Gomara: Todos se entierran. Los pobres y oficiales llanamente, aunque les ponen sobre las sepulturas una alabarda o morrin si es soldado, un martillo si platero, y si cazador, un arco y flechas. Para los incas y seores hacen grandes hoyos o bvedas, que cubren de mantas, donde cuelgan muchas joyas, armas y plumajes; ponen dentro vasos de plata y oro con agua y vino y cosas de comer. Meten tambin algunas de sus amadas mujeres, pajes y otros criados que los sirvan y acompaen; mas stos no van en carne, sino en madera. Cbrenlo todo de tierra, y echan de continuo por encima de aqullos sus vinos. Cuando espaoles abran estas sepulturas y esparcan los huesos, les rogaban los indios que no lo hiciesen, por que juntos estuviesen al resucitar, ca bien creen la resurreccin de los cuerpos y la inmortalidad de las almas. Gomara: Los espaoles desenterraron muertos y ganaron para la costa. Cieza: Y no ha muchos aos que Juan de la Torre capitn que fue de Gonzalo Pizarro en el valle de Ica, que es en estos valles de los llanos, hall una de estas sepulturas, que afirman vali lo que dentro de ella sac ms de cincuenta mil pesos. Cieza: De manera que en mandar hacer las sepulturas magnficas y altas y adornarlas con sus losas y bvedas y meter con el difunto todo su haber y mujeres, y servicio, y mucha cantidad de comida, y no pocos cntaros de chicha o vino de los que ellos usan, y sus armas y ornamentos, da a entender que ellos tenan conocimiento de la inmortalidad del nima. Cieza: Y teniendo esto por cierto enterraban con los difuntos las ms queridas mujeres de ellos, y los servidores y criados ms privados, y finalmente todas sus cosas preciadas, y armas, y plumajes, y otros ornamentos de sus personas. Y muchos de sus familiares por no caber en su sepultura hacan hoyos en las heredades y campos del seor ya muerto, o en las partes donde l sola ms holgarse y festejarse, y all se metan, creyendo que su nima pasara por aquellos lugares y los llevara en su compaa para su servicio. Y aun algunas mujeres por le echar ms carga, y que tuviese en ms el servicio, parecindoles que las sepulturas an no estaban hechas, se colgaban de sus mismos cabellos, y as se mataban. Cieza: Ninguna sepultura de estos reyes se ha hallado; y para que se conozca si seran ricas o no, no es menester ms prueba de que, pues se hallaban en sepulturas comunes a sesenta mil pesos de oro y ms y menos, qu sera lo que tenan las que metan estos que tanto de este metal poseyeron y que tenan por cosa importantsima salir de este siglo ricos y adornados?

SACRIFICIOS
Gomara: Sacrifican hombres, nios, ovejas, aves y animales bravos y silvestres, que ofrecen cazadores. Catan los corazones, que son muy agoreros, para ver las buenas o malas seales del sacrificio, y cobrar reputacin de santos adivinos, engaando la gente. Vocean reciamente a los tales sacrificios, y no callan todo aquel da y noche, especial si es en el campo, invocando los demonios; untan con la sangre los rostros del diablo y puertas del templo, y aun rocan las sepulturas. Si el corazn muestra alegre seal, bailan y cantan alegremente, y si triste, tristemente; mas tal cual fuere la seal, no dejan de emborracharse muy bien los que se hallan en la fiesta. Muchas veces sacrifican sus propios hijos, que pocos indios lo hacen, por ms crueles y bestiales que son todos ellos en su religin; mas no los comen, sino scanlos y gurdanlos en grandes tinajones de plata. Garcilaso: Si cautivan alguno en la guerra, o de cualquiera otra suerte, sabiendo que es hombre plebeyo y bajo, lo hazen cuartos, y se los dan a sus amigos y criados, para que se los coman, o les vendan en la carnicera. Pero si es hombre noble, se juntan los ms principales con tus mujeres e hijos, y como ministros del diablo, le desnudan, y vivo le atan a un palo, y con cuchillos y navajas de pedernal le cortan a pedazos , no desmembrndole sino quitndole la carne de las partes donde hay ms cantidad de ella, de las pantorrillas, muslos, y asentaderas, y molledos de les brazos. Con la sangre se rocan los varones, y las mujeres, y viejos. Las mujeres (ms crueles que los varones) untan los pezones de sus pechos con la sangre del desdichado, paraque sus hijuelos la mamen en la leche. Garcilaso: Entre todos comen la carne muy aprisa sin dejarla bien cocer, ni asar, ni aun macerar. Se la tragan a bocados, de manera que el pobre paciente se ve comido vivo de otros, y enterrado en sus vientres. Todo esto hacen en lugar de sacrificio con gran regocijo y alegra hasta que el hombre acaba de morir, entonces acaban de comer sus carnes ya no por va de fiesta ni deleite, como hasta all, sino por cosa sagrada. S al tiempo que atormentan al triste, hizo alguna seal de sentimiento con el rostro o con el cuerpo, o dio algn gemido, o suspiro, hacen pedazos sus huesos despus de haberle comido las carnes, asadura y tripas, y con mucho menosprecio los echan en el campo o en el ro: Pero si en los tormentos se mostr fuerte, constante y feroz, habindole comido las carnes con todo lo interior, secan los huesos con sus nervios al Sol y los ponen en lo alto de los cerros, y los tienen y adoran por dioses y les ofrecen sacrificios. Xerez: Sacrifican cada mes a sus propios naturales y hijos, y con la sangre de ellos, untan las caras a los dolos y las puertas a las mezquitas, y echan de ella encima de las sepulturas de los muertos. Y los mismos de quien hacen sacrificio se dan de voluntad a la muerte, riendo y bailando y cantando; y ellos la piden despus que estn hartos de beber, antes que les corten las cabezas.

Cieza: unos y otros publican que en los sacrificios de hombres y nios mataban ms de mil nios y mayor nmero de indios; y esto y otras cosas son testimonio que nosotros los espaoles levantamos a estos indios para encubrir nuestros mayores yerros y justificar los malos tratamientos que de nosotros han recibido. No digo yo que no sacrificaban y que no mataban hombres y nios en los tales sacrificios, pero no era lo que se dice ni con mucho. Cieza: y en algunos das sacrificaban hombres e mujeres, a los cuales, antes que fuesen sacrificados, los sacerdotes les hacan entender que haban de ir a servir a aquel dios que all adoraban, all en la gloria que ellos fingan con sus desvaros que tenan; y as, tenindolo por cierto los que haban de ser sacrificados, los hombres se ponan muy galanos y ataviados con sus ropas de lana fina y llautos de oro y patenas y brazaletes y sus ojotas con sus correas de oro. Y despus de haber odo el parlamento que los mentirosos de los sacerdotes les hacan, les daban de beber mucha de su chicha con grandes vasos de oro, y solemnizaban con cantares el sacrificio, publicando en ellos que, por servir a sus dioses, ofrecan sus vidas de tal suerte, teniendo por alegre recibir en su lugar la muerte. Cieza: Y habiendo bien endechado estas cosas, eran ahogados por los ministros y puestos en los hombros sus quipes de oro y un jarrillo de lo mismo en la mano, los enterraban a la redonda del orculo en sus sepulturas. Y a estos tales tenan por santos canonizados entre ellos, creyendo sin duda ninguna que estaban en el cielo sirviendo a su Guanacaure. Las mujeres que sacrificaban iban vestidas asimismo ricamente con sus ropas finas de cobres y de pluma y sus topos de oro y sus cucharas y escudillas y platos de oro, y chuspas de coca de avisca: y as aderezadas, despus de que han bien bebido, les ahogaban y enterraban creyendo, ellas y los que las mataban, que iban a servir a su diablo o Guanacaure. Cieza: Y hacanse grandes bailes y cantares cuando se hacan semejantes sacrificios de estos. Y tena este dolo, donde estaba el orculo, sus chcaras y anaconas y ganados y mamaconas y sacerdotes que se aprovechan de los ms de ello. Cieza: Y as, eran trados muchos animales de ovejas y corderos y cuyes y aves, que pasaban el nmero a ms de dos mil corderos y ovejas, y stos eran degollados, haciendo sus exorcismos diablicos y sacrificios vanos a su costumbre. Cieza: Y luego, denunciaban lo que soaban o lo que fingan o por ventura lo que el diablo les dira; y al dar de las respuestas, tenase gran cuenta en mirar lo que decan y cuntos de ellos confirmaban en un dicho o suceso de bien o de mal; y as hacan con las dems respuestas, para ver cul deca la verdad y acertaba en lo que haba de ser en el dicho ao. Y si pasado el ao haban acaso acertado alguno de aquellos soadores, alegremente mandaba el Inga que le fuese de su casa la capacocha, que como digo era ofrenda que se pagaba en lugar de diezmos a los templos, de muchos vasos de oro y plata y de otras piezas y piedras y cargas de mantas ricas y mucho ganado. Y a las que haban salido inciertas y mentirosas no les daban el ao venidero ninguna ofrenda, antes perdan reputacin. Cieza: Y habiendo degollado la multitud del ganado, untaban con la sangre de ello las estatuas y figuras de sus dioses o diablos y las puertas de los templos y orculos y adonde colgaban las asaduras; y despus de estar un rato, los agoreros y adivinos miraban en los livianos su seales, como los gentiles, anunciando lo que se les antojaba, a lo cual daban mucho crdito.

VRGENES DEL SOL


Cieza: casa de Mamaconas, que quiere decir mujeres principales vrgenes, dedicadas al servicio del templo. Las cuales vivan y estaban casi al uso que tenan en Roma las vrgenes Vestales. Garcilaso: Se llamaba casa de escogidas porque las escogan o por linaje o por hermosura: haban de ser vrgenes, y para seguridad de que lo eran las escogan de ocho aos abajo. Haban de ser de la misma sangre real, que era la misma del Sol. Haba de ordinario ms de mil y quinientas monjas. Dentro, en la casa, haba mujeres mayores de edad que vivan en la misma profesin, envejecidas en ella, que haban entrado con las mismas condiciones, y, por ser ya viejas y por el oficio que hacan, las llamaban Mamacona. Unas hacan oficio de abadesas, otras de porteras, provisoras, o maestras de novicias para ensearlas, as en el culto divino como en las cosas manuales para su ejercicio, como hilar, tejer y coser. Garcilaso: Vivan en perpetua clausura hasta acabar la vida, con guarda de perpetua virginidad; no tenan locutorio ni torno ni otra parte alguna por donde pudiesen hablar ni ver hombre ni mujer; si no eran ellas mismas unas con otras, porque decan que las mujeres del Sol no haban de ser tan comunes que las viese nadie. Y esta clausura era tan grande que aun el propio Inca no quera gozar del privilegio que como Rey poda tener de las ver y hablar, porque nadie se atreviese a pedir semejante privilegio. Sola la Coya, que es la Reina, y sus hijas tenan licencia de entrar en la casa y hablar con las encerradas, as mozas como viejas. Tena la casa su puerta principal como las que ac llaman puerta reglar, la cual no se abra sino para la Reina y para recibir las que entraban para ser monjas. Ningn hombre poda cruzar la puerta, so pena de la vida, aunque se lo mandasen de all adentro, ni nadie lo poda mandar, so la misma pena. Garcilaso, Captulo III, libro IV: Todas estas cosas hacan las monjas de sus manos en mucha cantidad para el Sol, marido de ellas. Y porque el Sol no poda vestir ni traer aquellos ornamentos, se los enviaban al Inca, como a hijo legtimo y natural y heredero que decan ser suyo, para que l los trajese. El cual los reciba como cosas sagradas, porque aquellas cosas eran hechas por las manos de las coyas, mujeres de la misma sangre del Sol, y hechas para el Sol. hacan el pan y la bebida que coma el inca en las las fiestas mayores, Raymi y Cittua. Garcilaso: Toda la vajilla de aquella casa, hasta las ollas, cntaros y tinajas, eran de plata y oro, como en la casa del Sol porque eran mujeres suyas y ellas lo merecan por su calidad. Haba asimismo un jardn con rboles y plantas, yerbas y flores, aves y animales, contrahechos de oro y plata, como los que haba en el templo del Sol. Garcilaso: para la monja que delinquiese contra su virginidad haba ley que la enterrasen viva y al cmplice mandaban ahorcar. Y porque les pareca (y as lo afirmaban ellos) que era poco castigo matar un hombre solo por delito tan grave como era atreverse a violar una mujer

dedicada al Sol, mandaba la ley matar con el delincuente su mujer e hijos y criados, y tambin sus parientes y todos los vecinos y moradores de su pueblo y todos sus ganados, sin quedar mamante ni piante, como dicen. Derribaban el pueblo y lo sembraban de piedra; y como patria y madre que tan mal hijo haba parido y criado, quedaba desierta y asolada, y el sitio maldito y descomulgado, para que nadie lo aprovechase, ni aun los ganados. Esta era la ley, mas nunca se vio ejecutada, porque jams se hall que hubiesen delinquido contra ello, porque, como otras veces hemos dicho, los indios del Per fueron temerossimos de sus leyes y muy observantes de ellas. Porque los Incas nunca hicieron leyes para asombrar los vasallos ni para que burlasen de ellas, sino para ejecutarlas en los que se atreviesen a quebrantarlas. Garcilaso: a las casas de escogidas que el inca haca en las provincias entraban hijas de la gente comn, las que eran escogidas por muy hermosas, porque eran para concubinas del Inca y no del Sol. Los padres lo tenan por suma felicidad que les tomasen las hijas para mujeres del Rey, y ellas lo mismo. Cuando l las peda, sacaban las ms hermosas para llevrselas. Las que una vez salan para concubinas del Rey como ya corruptas, no podan volver a la casa; servan en la casa real como damas o criadas de la reina hasta que las jubilaban y daban licencia que se volviesen a sus tierras, donde les daban casas y heredades, y las servan con gran veneracin, porque haban sido del Inca. Las vrgenes del Inca se guardaban con la misma vigilancia y cuidado que las del Sol. Tenan mozas de servicio, doncellas como las otras; se sustentaban de la hacienda del Inca porque eran sus mujeres; entendan en lo mismo que las del Sol, en hilar y tejer y hacer de vestir. De las cuales obras reparta el Inca con los de su sangre real, con los seores de vasallos y con los capitanes de guerra y con todas las dems personas a quien l, por mucho favor y regalo, quera hacer merced, y no le era prohibido el darles porque las hacan sus mujeres, y no las del Sol, y las hacan para l y no para el Sol. Cieza: Y acabado el sacrificio el Gran Sacerdote con los dems sacerdotes iban al templo del Sol y despus de haber dicho sus salmos malditos, mandaban a salir a las vrgenes mamaconas arreadas ricamente, con mucha multitud de chicha que ellas tenan hecha.

TEMPLOS
Cieza: Y as digo que, despus del templo de Curicanche, era la segunda guaca de los Ingas el cerro de Guanacaure, que est a vista de la ciudad y era por ellos muy frecuentado y honrado por lo que algunos dicen que el hermano del primer Inga se convirti en aquel lugar en piedra al tiempo que salieron de Pacaritambo, como al principio se cont. Cieza: Y haba en este cerro antiguamente orculo por donde el maldito demonio hablaba; y est enterrado a la redonda suma grande de tesoros.

FESTIVIDADES
Cieza: Y as dicen que se tena por costumbre en el Cuzco por los reyes que cada ao hacan venir [a] aquella ciudad a todas las estatuas y bultos de los dolos que estaban en las guacas, que eran los templos donde ellos adoraban; las cuales eran tradas con mucha veneracin por los sacerdotes y camayos de ellas.

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