Manual de Historia de La Iglesia 5. Reforma, Reforma Católica y Contrarreforma (H. Jedin)
Manual de Historia de La Iglesia 5. Reforma, Reforma Católica y Contrarreforma (H. Jedin)
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SECCIN DE HISTORIA
BIBLIOTECA HERDER
SECCIN DE HISTORIA Volumen 80
HUBERT JEDIN
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1972
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1972
NDICE
IMPRMASE: Barcelona, 18 de mayo de 1972 t NARCISO JUBANY, arzobispo de Barcelona
ndice de siglas Prlogo Bibliografa general I. Fuentes para la historia de la reforma y contrarreforma II. Exposiciones
11 19 21 21 31
43
Verlag Herder KG, Frelburg im Brisgau Editorial Herder S.A., Provena 388, Barcelona (Espaa) 1972
Es PROPIEDAD
PRINTED IN SPAIN
I. Causas de la reforma 43 II. Martn Lutero 53 Origen. Estudios. Gnesis del reformador . . . . 53 Viaje de Lutero a Roma 66 Doctor en Sagrada Escritura 67 La leccin sobre los salmos (1513-15) 69 La leccin sobre la carta a los romanos de 1515-16 74 Leccin sobre la carta a los Glatas 79 La leccin sobre la carta a los Hebreos . . . . 80 Idea reformista de la iustitia Dei en Lutero . . . 84 n i . El pleito de las indulgencias 93 Historia de las indulgencias y su prctica . . . 9 4 El asunto de las indulgencias de Alberto de Maguncia y las 95 tesis de Lutero . . . 97 IV. El proceso romano contra Lutero y la disputa de Leipzig 105 La disputa de Leipzig 118 V. Los escritos reformistas de Lutero de 1520 . . . 120
VI. El monje excomulgado ante la dieta de Worms . . VII. Lutero en la Wartburg y el movimiento reformista de Wittenberg Los votos monsticos y la libertad evanglica . Ordenacin del culto divino La traduccin de la Biblia por Lutero VIII. Los reformadores en el contorno de Lutero . IX. El pontificado de Adriano vi Seccin segunda: La lucha por la inteligencia de la libertad del cristiano X. El duelo de los caballeros del imperio . . . . XI. Los iluminados Karlstadt y Mntzer . . . . Karlstadt Tomas Mntzer XII. La guerra de los campesinos XIII. La repulsa de Lutero al humanismo. El Erasmo tardo XIV. Zuinglio y los comienzos de la reforma protestante en la Suiza alemana La ruptura con la Iglesia La reforma protestante en los dems cantones de la Suiza alemana XV. Los baptistas y espiritualistas 1. Los hermanos suizos y los baptistas de la alta Alemania 2. Los hermanos moravos 3. Los baptistas en los Pases Bajos y en el norte de Alemania 4. El esplritualismo XVI. Los impugnadores literarios catlicos de Lutero y de la reforma protestante Seccin tercera: La reforma protestante impulsada por los prncipes alemanes XVII. Las alianzas confesionales. Las dietas de Nuremberg de 1524 y de Spira (1526) XVm. Concepto de la Iglesia en Lutero y su teora de los reinos. Rgimen de las iglesias regionales Concepto de la Iglesia Doctrina de los dos reinos El rgimen de la Iglesia XIX. La organizacin de la comunidad luterana. Bienes de la Iglesia. Culto. Visitacin y catecismo La ordenacin de los bienes de la Iglesia . . . . El culto
XXII. 180 180 185 187 199 211 218 232 241 253 261 267 272 273 279 282 XXIV.
XXIII.
Visitacin, ordenacin eclesistica y estructura de la constitucin de la Iglesia Escuelas e instruccin religiosa Clemente vn y Carlos v La protesta de Spira y el coloquio religioso de Marburgo La dieta de Spira de 1529 Doctrina de Zuinglio sobre la cena El coloquio religioso de Marburgo Muerte y sucesin de Zuinglio La dieta de Augsburgo Gnesis de la confesin El curso de la dieta Confutatio Apologa La politizacin del movimiento reformista hasta el fracaso de los coloquios religiosos de 1540-41 Derecho a la resistencia La liga de Esmalcalda Paz o compromiso de Nuremberg Introduccin de la reforma en Wrttemberg y en otros territorios La concordia de Wittenberg Negativa de los protestantes a tomar parte en el concilio El compromiso de Francfort Los coloquios religiosos de 1540-41 El fallo del universalismo y la paz religiosa de Augsburgo El emperador y los protestantes. Vsperas de la guerra Progresos de la reforma protestante La guerra de Esmalcalda La dieta con arns y el Interim La revolucin de los prncipes La paz religiosa de Augsburgo bajo el signo del pluralismo de confesiones protestante en los pases nrdicos . .
335 339 349 349 351 354 359 362 364 367 370 373 376 378 380 382 383 384 386 387 390 391 397 400 402 405 410 417 419 425 425 428 431 432 432 438 439 443 447 449 453
Seccin cuarta: Europa XXV. La reforma Dinamarca Noruega Islandia Suecia. . Finlandia XXVI. La reforma Ducado de Livonia Polonia Hungra
XXVII. El cisma ingls y la reforma protestante en Inglaterra El proceso matrimonial de Enrique vm El acto de supremaca La supresin de los conventos Poltica de alianzas y frmulas de fe La oleada protestante bajo Eduardo vi . . . . La Iglesia Anglicana bajo Isabel i (1558-1603) . XXVIII. La lucha por la recta doctrina en el luteranismo . La controversia antinomista Controversia sinergista La controversia mayorista La controversia adiaforstica La controversia osindrica La segunda controversia sobre la cena XXIX. Juan Calvino, personalidad y obra Juventud, estudios y primeros escritos (1509-36) . Primera actividad en Ginebra (1536-38) En Estrasburgo 1538-41 La organizacin de la Iglesia de Ginebra en 1541-64 . Rasgos fundamentales de la teologa de Calvino . Procesos doctrinales La doctrina de Calvino sobre la cena y sus esfuerzos por la comunin de la Iglesia y de la cena entre los protestantes XXX. La propagacin del calvinismo en la Europa occidental Francia Los Pases Bajos Alemania Escocia e Inglaterra XXXI. La formacin de confesiones en los siglos xvi y xvn .
460 463 465 468 469 473 475 476 480 483 486 490 492 496 502 505 509 514 518 522 527
Espaa XXXHI. Ignacio de Loyola y su orden hasta 1556 . . . . El fundador Propagacin XXXTV. Los comienzos de la reforma catlica en Roma en el pontificado de Paulo m Convocatorias del concilio XXXV. El concilio de Trento bajo Paulo m y Julio ni . . El decreto sobre la justificacin Traslado a Bolonia Segundo perodo de sesiones XXXVI. Se abre paso la reforma catlica (1551-59) . . . . XXXVT. Po iv y la conclusin del concilio de Trento . Morone salva el concilio Seccin segunda: El pontificado y la ejecucin del tridentino (15651605) XXXVIII. Personalidad y obra de los papas de la reforma catlica de Po v hasta Clemente vm Po v Gregorio xm Sixto v
Clemente VIII
608 612 615 622 626 635 639 645 649 653 656 667 674
XXXIX. Afirmaciones de la Iglesia en la Europa occidental y oriental Espaa y los Pases Bajos Francia Inglaterra. Polonia, Suecia y Rusia XL. Crisis y giro en la Europa central Seccin tercera: Resortes religiosos y contenido espiritual de la renovacin catlica XLI. La renovacin de la escolstica; Miguel Bayo y la controversia sobre la gracia El reflorecimiento de la escolstica La teologa de los jesutas Miguel Bayo La controversia sobre la gracia XLII. El auge de la teologa positiva Padres de la Iglesia y concilios Historia de la Iglesia Derecho cannico Imprentas y bibliotecas XLITJ. Vida espiritual, piedad popular y arte
PARTE SEGUNDA: REFORMA CATLICA Y CONTRARREFORMA Conceptos histricos Seccin primera: Origen y penetracin de la reforma catlica hasta '1563 XXXn. Precedentes en Italia y Espaa Indicios de reforma en Italia Nuevas rdenes religiosas Reforma de las rdenes mendicantes Cardenales y obispos El concilio lateranense v Francia y Alemania 591
729 729 733 735 738 740 743 746 749 752 753 755
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Mstica carmelitana Italia y Francia Predicacin Administracin de sacramentos Piedad popular Artes y literatura XLTV. Antiguas y nuevas rdenes religiosas Seccin cuarta: La primavera misional al comienzo de la edad derna XLV. Misiones en el territorio espaol de patronato . Antillas Mxico Per Nueva Granada Las reducciones de los jesutas en el Paraguay . Misiones en Filipinas XLVI. Las misiones en el territorio de patronato portugus frica Asia Amrica portuguesa: Brasil Entrada de Francia en el trabajo misional . . . XLVII. La fundacin de la congregacin de Propaganda mo. . 782 782 787 789 792 795 796 798 801 803 808 824 827 830 836 836 840 843 845 847 851 852 854 856 860 867 869 879 760 761 762 765 766 768 771
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NDICE DE SIGLAS
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Seccin quinta: Contrarreforma europea y absolutismo confesional . XLVUL Paulo v, Gregorio xv y los comienzos de la contrarreforma en Europa El conflicto con Venecia xitos y fracasos Comienzo de la guerra de los treinta aos . . . . XLIX. Urbano vm, Inocencio x y el estancamiento de la contrarreforma Poltica eclesistica en la guerra de los treinta aos . La contrarreforma en el imperio La paz de Westfalia Inglaterra la mayor potencia protestante L. Confesionalismo y secularizacin Teora del Estado y absolutismo Secularizacin del pensamiento ndice analtico
AAug = Analecta Augustiniana, Roma 1905ss. ADB = Allgemeine deutsche Biographie, 55 t., Leipzig 1875-1910; Register-Bd 1912 (cf. NDB). AElsKG = Archiv fr elsassische Kirchengeschichte, ed. por la Gesellschaft fr elsassische Kirchengeschichte, 1926ss. AER = The American Ecclesiastical Review, Washington 1889ss. AFP = Archivum Fratrum Praedicatorum, Roma 1931ss. AFrH = Archivum Franciscanum Historicum, Florencia - Quaracchi 1908ss. AHPont = Archivum Historiae Pontificiae, Roma 1963ss. AHSI = Archivum historicum Societatis Iesu, Roma 1932ss. AIIVNrh = Annalen des Historischen Vereins fr den Niederrhein, insbesondere das alte Erzbistum Koln, Colonia 1865ss. AIA = Archivo Ibero-Americano, Madrid 1914ss. AkathKR = Archiv fr Katholisches Kirchenrecht (Innsbruck) Maguncia 1857ss. AKG = Archiv fr Kulturgeschichte (Leipzig) Mnster y Colonia 1903ss. Alien = Opus Epistolarum Des. Erasmi Roterodami, ed. por P.S. ALLEN, 11 t , Oxford 1906-47. AMrhKG = Archiv fr mittelrheinische Kirchengeschichte, Espira 1949ss. Ann. Eccl. = Annales Ecclesiastici. Anthropos = Anthropos. Internationale Zeitschrift fr Vfilker- und Sprachenkunde, Modling 1906ss. Antonianum = Antonianum, Roma 1926ss. AOG = Archiv fr osterreichische Geschichte, Viena 1865ss. ARC = Acta reformationis catholicae ecclesiam concernentia saeculi XVI, ed. por G. PFEILSCHIFTER, 6 t., Ratisbona 1959ss. ARG = Archiv fr Reformationsgeschichte (Leipzig) Gtersloh 1903ss.
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PRLOGO
Como ya se expuso en el prlogo del tomo m, motivos tcnicos de orden prctico condujeron a modificar la primitiva divisin de tomos. En el tomo iv deba haberse expuesto la edad media tarda con la reforma protestante y la reforma catlica. Ello hubiera tenido muchas ventajas. Se hubiera visto ms claro el condicionamiento histrico de la reforma protestante. Porque si sta fue la respuesta revolucionaria, a no haberse hecho, o no haberse hecho a tiempo, la reforma de la Iglesia en los siglos xiv y xv, ello quiere decir que la edad media tarda entra en el orden de las causas de la reforma protestante. Tales causas se exponen en el presente tomo de forma relativamente escueta, pues se parti del estudio de la edad media tarda y de la poca de la reforma en un solo tomo. El captulo xni: Repulsa de Lutero al humanismo. El Erasmo tardo ha perdido as su nexo con el captulo: El humanismo alemn. Erasmo. Pleito de Reuchling, que ahora forma el captulo ltimo del tomo iv. Sin embargo, tampoco la nueva edicin, aunque dictada por necesidades tcnicas, carece de fundamentos objetivos. En efecto, con el comienzo de la reforma protestante, el descubrimiento de Amrica, la invencin de la imprenta y otros acontecimientos, alrededor del ao 1500, se da una poca tan clara que no sin razn determin la divisin de anteriores obras histricas y de hecho ha determinado la nuestra. 19
Sobre los conceptos empleados en el ttulo del tomo: reforma catlica y contrarreforma se trata en la pgina 449s. Aunque el responsable de este tomo y autor de su primera parte ha desempeado hasta poco ha una ctedra de teologa ecumnica, aqu no se ofrece una historia ecumnica de la Iglesia, sino una historia de la Iglesia con visin catlica, aunque con espritu ecumnico. Esto no significa tampoco una nivelacin de los contrastes, sino un subido deber de verdad, de Xy]6sew v yTqi (Ef 4, 15). Debe agradecer a sus auxiliares VINZENZ PFNR y KLAUS WITTSTADT mltiples sugerencias y ayudas, no menos que a Herder Verlag (Friburgo) y a Editorial Herder (Barcelona) por su inteligente colaboracin.
ERWIN ISERLOH
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Parte primera
LA REFORMA PROTESTANTE
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Seccin primera MARTN LUTERO Y EL COMIENZO DE LA REFORMA (1517-1525) Por Erwin Iserloh
Profesor de la Universidad de Mnster
I.
CAUSAS DE LA REFORMA
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Por el hecho de preguntar por las causas de la reforma damos por supuesto que acontecimiento de tan enorme alcance no fue puesto en escena por un solo hombre, por ejemplo, Lutero, ni comenz tampoco con las 95 tesis sobre las indulgencias de 31 de octubre de 1517. Mucho antes del estallido de la reforma proteis43
tante se dieron cosas y casos, se crearon hechos, se tomaron medidas, se propagaron ideas y se despertaron sentimientos, que facilitaron una sublevacin contra la Iglesia, la favorecieron, la provocaron y hasta la hicieron inevitable; tan inevitable que podemos hablar de una necesidad histrica. Lo que no quiere decir que las cosas no hubieran podido ser de otro modo. En las causas histricas se trata en gran parte de situaciones espirituales, y stas son de mltiples estratos, y plurivalentes, y pueden repercutir en distintas direcciones. As, la misma idea, la misma palabra y el mismo hecho pueden ser anillos en distintas cadenas de causas. La devotio moderna, por ejemplo, con su tendencia a la intimidad y al cristocentrismo, y la crtica resultante contra las peregrinaciones y culto de las reliquias de la ltima edad media1 pueden situarse lo mismo en la lnea de la reforma catlica que de la protestante. Afirmar una necesidad histrica no es emitir juicio sobro verdad o error. Algo puede tener sentido, es decir, puede insertarse en un contexto mayor, sin ser verdadero. Tampoco la culpa histrica significa, sin ms, culpa moral. Algo que se dijo o hizo con la mejor intencin y era bueno en s mismo, pudo tener efecto pernicioso y hacerse culpable de una evolucin funesta. Y es as que ideas y hechos obran independientemente de la intencin de quien las expresa o realiza. Una reforma que llevara a la escisin de la cristiandad occidental no la quera nadie. Los reformadores queran una reforma de la Iglesia nica, comn a todos. Al fracasar esta reforma en cabeza y miembros se vino a la escisin. Segn esto, la reforma protestante sera la respuesta revolucionaria al fallo de la reforma catlica en los siglos xiv y xv. Sus causas son, por tanto, todas las situaciones y actitudes que necesitaban de reforma, y todo lo que se opuso a una reforma a tiempo. Las causas no deben restringirse a los llamados abusos y a los malos papas, pues reforma no significa nunca y, sobre todo, no significaba a fines del siglo xv mero retorno a un estado primigenio, jams alcanzable, ni eliminacin de abusos ms o menos inveterados; reforma significa tambin siempre adaptacin a nuevos hechos y abertura a las necesidades de la hora.
1. Jmitatio Christi I 23, 25; n i 58, 9; iv 1, 38.
Indudablemente, el malestar del tiempo por lo calamitoso de la situacin (Zuinglio) dio a la reforma protestante un gran empuje, pero la fuerza emocional de atraccin le vino de la circunstancia de que pareca sacar al hombre moderno de actitudes y situaciones medievales condicionadas por el tiempo, y prometa darle lo que de muy atrs estaba pidiendo en vano o inconscientemente anhelando. No en balde la libertad del hombre cristiano fue la gran consigna, preada de futuro, aunque en muchos casos tambin malentendida, de la reforma protestante. Los trados y llevados abusos no eran ciertamente mayores a fines del siglo xv que a mediados del xiv. Pero las gentes los soportaban con menos facilidad, estaban ms alerta, tenan ms viva conciencia y ms espritu crtico, y eran, en el buen sentido, ms exigentes; es decir, ms sensibles a la contradiccin entre ideas y realidad, doctrina y vida, aspiracin y realizacin. El hecho de que no se tuvo suficientemente en cuenta esta subida necesidad religiosa, esta mayor edad del laico; el no haber sustituido a tiempo, por otras positivas, actitudes tpicamente medievales que slo haban justificado las circunstancias, tuvo efecto mucho ms disolvente que todos los fallos de personas particulares, por lamentables que fueran. Causa, pues, de la reforma protestante en sentido lato fue la disolucin del orden medieval y de los supuestos fundamentales que lo sostenan, y el no haberlos sustituido oportunamente por las formas nuevas que los tiempos pedan. Aqu hay que mentar en primer lugar la rotura de la unidad que englobaba toda la vida poltica, espiritual y religiosa. La Iglesia una en la cristiandad una, representada en la polar unidad de pontificado e imperio (sacerdotium et imperum), es la nota que ms salta a los ojos en el mundo medieval. El pontificado mismo contribuy a romper esa unidad. Para asegurar la independencia y libertad de la Iglesia, se vio obligado a debilitar el poder del imperio. Por un tiempo pareci como si el papa pudiera empuar tambin las riendas del mando poltico. Sin embargo, cuanto ms dilataba su poder al terreno profano y poltico, tanto ms decididamente tropezaba con la resistencia justificada de un mundo cada vez ms diferenciado nacionalmente y ms consciente de su independencia. Pronto se combati, a par de las pretensiones injustificadas del papado, al
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papado mismo. Por otra parte, el empuar con una mano las riendas de la poltica, aojo en la otra las del poder o autoridad religiosa. Es francamente un smbolo que Bonifacio vm, que sustituy por un monismo (bula Uncan sanctam) la doctrina tradicional de los dos poderes el poder temporal y el espiritual son independientes y ambos proceden de Dios vino a ser prisionero, en 1303, en Anagni, del moderno estado nacional (Nogaret) y de las fuerzas laicas democrticas (Sciarra Colonna). La consecuencia fue el destierro avions de los papas, que vinieron a depender en gran parte de Francia. El papado no pareca ya tener en cuenta los intereses de la Iglesia universal; s, empero explotar a los pases de Europa en un sistema fiscal muy bien organizado. En Alemania, sealadamente, esta queja no se acallar ya en adelante. En Francia, Espaa e Inglaterra, el estado nacional que dominaba ms y ms la respectiva Iglesia y se aprovechaba de sus ingresos econmicos, supo en gran parte impedir la salida de dinero. El cisma de occidente oscureci hasta tal punto la unidad de la Iglesia expresada en el papa, que ni siquiera los santos saban cul era el papa legtimo. El conciliarismo pareci la nica salida posible de la calamidad de la trinidad maldita de papas. Despus del concilio de Constanza no fue vencido desde dentro ni tampoco tericamente, sino slo via faeti y en gran parte por medios polticos. Por medio de concordatos, es decir, de alianzas con los estados, trataron los papas de defenderse contra las corrientes democrticas y sustraerse as en muchos casos a la incmoda reforma. Es ms, cuando en 1437, en el concilio de Basilea, estall una vez ms el cisma, pareci que la suerte de la Iglesia estaba enteramente puesta en manos de los poderes seculares (Haller). El papa hubo de comprar caro el reconocimiento por parte de los prncipes alemanes, el emperador y el rey de Francia, y otorgar al estado amplios poderes sobre la Iglesia. El resultado fue el sistema de iglesias nacionales, es decir, la dependencia de la Iglesia de los poderes seculares: monarqua, prncipes o ciudades, con la posibilidad de intervenir a fondo en la vida interna de ella. Sin este rgimen eclesistico de iglesias regionales difcilmente se comprende la victoria de la reforma protestante. La poltica concordataria de los papas tuvo an otro efecto. En el curso del siglo xv, los papas, en lugar de 46
destacar eficazmente su misin religiosa frente a la secularizacin, se convirtieron ms y ms en prncipes entre prncipes, con quienes se poda pactar, pero a quienes se poda tambin hacer la guerra, como a cualesquiera otros prncipes. Esta complicacin en la poltica hizo de Len x el salvador de la reforma protestante, al abstenerse durante dos aos de proceder enrgicamente contra Lutero y cazar las raposas cuando an eran pequeas, como se expresaba Juan Codeo. Caracterstico de la edad media es, adems, el clericalismo, que estribaba en el monopolio cultural de los clrigos y en sus privilegios de estamento. Misin de la Iglesia fue transmitir a los hombres germnicos, jvenes y espiritualmente inmaduros, no slo la revelacin de Jesucristo, sino tambin los bienes de la cultura antigua. Ello condujo a una superioridad de los hombres de la Iglesia que iba ms all de su estricta misin religiosa. Tendra que llegar el da, en que el hombre medieval se sentira mayor de edad, y podra y querra contrastar por s mismo el legado de fe y cultura que se le haba ofrecido. Esto exiga de la Iglesia renunciar a su debido tiempo a aquellos campos de accin que slo subsidiariamente haba ocupado y a los derechos que no se ligaran directamente con su oficio de institucin divina, a par que pona ms claramente de relieve su misin religiosa. Como nos ha hecho ver el estudio de la baja edad media, no se lleg a semejante relevo pacfico. Los movimientos en que entraba en juego la aspiracin de los laicos a la independencia, llevaban signo revolucionario. La Iglesia afirm posiciones caducadas, y el mundo individuos, estado y sociedad hubieron de conquistar a fuerza de brazos su independencia. As se llev a cabo el proceso de la secularizacin contra la Iglesia bajo el santo y sea del subjetivismo, el nacionalismo y el laicismo. En el encuentro con la antigedad y como fruto de la propia investigacin y experiencia el hombre descubra realidades que no haban nacido en suelo cristiano, eran evidentes por s mismas y no necesitaban ser confirmadas por autoridades. Sin duda los representantes de la nueva ciencia queran ser tambin cristianos. Sin embargo, cuanto ms pareca la Iglesia identificarse con lo antiguo y tradicional, tanto mayor efecto de crtica contra ella tena que producir lo nuevo, presentado con el natural alborozo
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de un descubrimiento. As, en los crculos humanistas, se propagaba una atmsfera antiescolstica, anticlerical, antirromana y, en su efectivo final, si no antieclesistica, s por lo menos ajena a la Iglesia. Si no se tomaba una postura agresiva contra la Iglesia, los espritus se distanciaban principalmente de sus dogmas, vida sacramental y oracin. Como causa inmediata de la reforma protestante hay que mentar los abusos en clero y pueblo1, una enorme oscuridad dogmtica y exteriorizacin de la vida religiosa. Cuando se habla de desrdenes en la Iglesia en vsperas de la reforma, se piensa en primer trmino en los malos papas, entre ellos, sobre todo, en Alejandro vi. Pero tal vez fue ms peligrosa an la descomposicin bajo Len x. No pueden echrsele en cara las crasas ignominias con que Alejandro vi mancill la ctedra de Pedro; s, empero, una espantosa negligencia, ligereza irresponsable y un derrochador afn de placer. Se echan en l de menos el sentimiento de sus deberes, de la responsabilidad de pastor supremo de la cristiandad y de la conducta que con su alto cargo deca. La disolucin de lo cristiano no se da slo en una vida descaradamente viciosa, sino tambin y ms peligrosamente an suavemente, en una consuncin interna, en una lenta prdida de sustancia, en una insensible mundanizacin y difusa irresponsabilidad. Len x, vastago de los Medici, tom posesin de su cargo y ciudad en un gran desfile, que imitaba una procesin del Santsimo, y fue una gran ostentacin del papa y de su corte. En un gran cartel se lea: Antao imper Venus (bajo Alejandro vi), luego Marte (Julio n); ahora empua el cetro Palas Atenea. Los humanistas y artistas celebraban as a su protector y mecenas, pero anunciaban tambin la frivola mundanidad y ligera negligencia que caracterizan el pontificado de Len X, el pontificado en que Lutero da el comps de entrada de la reforma protestante. El vicio ha venido a ser tan natural, que los con l manchados no sienten ya el hedor del pecado. Estas palabras no proceden de un enemigo de la Iglesia, sino del mismsimo sucesor de Len X, el papa Adriano vi, que hubo de decirlas en su primer discurso consistorial. No mejor que las del papa, andaban las cosas del clero, alto y bajo. Tampoco aqu debiramos fijarnos exclusivamente en las de48
ficiencias de orden estrictamente moral, por ejemplo, el concubinato de los sacerdotes. En muchas regiones estaba tan difundido, que los feligreses apenas si se escandalizaban, en este punto, de la vida de sus pastores. Siquiera hubieran sido pastores! Indudablemente, tambin en el otoo de la edad media se halla santidad en la Iglesia, mucha sinceridad y fidelidad en el cumplimiento del deber; pero los extravos son tambin grandes. Sin exageracin puede decirse que la Iglesia aparece de todo en todo como propiedad del clero; una propiedad que haba de acarrear provechos y goce econmico. En la institucin de puestos no decidan en muchos casos las necesidades del culto y de la cura de almas, sino el deseo de hacer una obra buena y lograr parte, para s y su familia, en los tesoros de la gracia. As se fundaba, por ejemplo, un altar con la prebenda del que lo serva. As existan rentas que buscaban un beneficiario. Dado el gran nmero de fundaciones, no caba ser muy caprichoso en la eleccin de los candidatos. Obispos y prrocos no se consideraban a s mismos primeramente como titulares de un oficio, para cuyo ejercicio se los provea del necesario sustento, sino que se sentan como propietarios de una prebenda en el sentido del derecho feudal germnico. Esta prebenda era un beneficio, al que iban ligadas algunas obligaciones o servicios; pero stos podan traspasarse a un representante mal pagado, a un vicario, a un mercenario, a quien no pertenecan las ovejas, como se deca desfigurando la palabra del Seor (Jn 10, 12). As, para dao de la cura de almas, varios obispados u otros cargos con cura de almas podan estar unidos en una sola mano. Todava por los aos de 1556, el cardenal Alessandro Farnese, nieto de Paulo ni, posea 10 obispados, 26 monasterios y otros 133 beneficios, es decir, canonicatos, parroquias y capellanas. Para los Pases Bajos se calculaba en un 30-50 % el nmero de vicecuratos que desempeaban servicio por prebendados no residentes como cannigos, curiales, profesores de universidad o conventuales (R.R. Post). Efecto especialmente devastador tena en Alemania el hecho de que las sedes episcopales y la mayor parte de las abadas slo eran accesibles a miembros de la nobleza. As vinieron a ser institutos de provisin para los segundones de las familias nobles, a los que por lo general no les pasaba por las mientes 49
llevar vida eclesistica ni consagrarse a la cura de almas. Lo que les importaba era una vida sin cuidados y una existencia lo ms placentera posible. Lo peor era que si un obispo tena decidida voluntad de mejorar las cosas de su dicesis, no le era posible, pues no tena su jurisdiccin en sus manos. Su jurisdiccin estaba en gran parte entorpecida desde arriba por mltiples exenciones; y desde abajo, porque la mayora de las parroquias eran provistas por patronos seculares, corporaciones eclesisticas y monasterios, y los arcedianos se haban tambin apoderado de otros derechos episcopales. Cuanto ms tenue era el espritu religioso y el fervor apostlico en la curia papal y en el resto del clero, tanto ms ingrato efecto produca la caza del dinero, y tanto ms escandalizaba el espritu de fiscalismo. Con un refinado sistema de tarifas, impuestos, donaciones ms o menos voluntarias y, finalmente, con dinero incluso de indulgencias, se procuraban llenar las cajasi de la curia. Dado el costoso tren de una corte amundanada, la extensa actividad constructora y los altos costes de la guerra, los apuros financieros eran permanentes. No es casualidad que con este fiscalismo est relacionado el trfico tetzeliano de las indulgencias, que ofreci la ocasin inmediata para el estallido de la reforma. Los abusos descritos produjeron un extenso descontento contra la Iglesia, que fue subiendo de punto hasta hacerse resentimiento y aun odio contra Roma. Durante un siglo se clam por la reforma en la cabeza y en los miembros, y la desilusin se repiti una y otra vez. Ya en 1455 fueron presentados, por vez primera, por el arzobispo de Maguncia, Dietrich von Erbach, los gravamina de la nacin alemana. Este conjunto de quejas alemanas contra el papado fue presentado luego reiteradamente; y cuanto menos odo se les prestaba, tanto ms se atizaba el sentimiento antirromano en Alemania. En su escrito a la nobleza cristiana de la nacin alemana, Lutero hizo suyas estas quejas y se convirti as en hroe del pueblo. Tambin Zuinglio supo explotar el descontento. As dio a sus discpulos orden de no predicar primero sobre la doctrina, sino sobre los abusos y necesidad de restablecer la justicia. El clamor de reforma y la oposicin que con l iba unida hizo aclamar a los reformadores a gentes que no tenan nada que ver 50
con su doctrina, slo porque parecan traer la por tanto tiempo ansiada reforma. Era una gran disposicin para algo nuevo que anunciara salvacin; el terreno estaba preparado y feraz para las consignas que prometan lo que se necesitaba; pero estaba tambin acumulado el explosivo, que esperaba la mecha encendida de la palabra. Por muy tristes que sean los abusos aqu ms bien insinuados que exhaustivamente descritos y por mucho que contribuyeron a la erupcin y triunfo de la reforma protestante, no les corresponde, sin embargo, la importancia mxima en este contexto. Ms deci* sivo que la personal deficiencia de papas, sacerdotes y laicos es saber si se atent a la verdad que nos diera Cristo y el orden por l fundado; si la descomposicin moral era expresin de una carencia de substancia religiosa. Tenemos que preguntar: Con qu fuerzas o con qu impotencia entr la Iglesia en la tormenta reformatoria? 2. Hasta qu punto era fachada o vida el obrar religioso que exteriormente se ostentaba tan rico y vario? Qu haba de realmente autntico en el cuadro abigarrado de la piedad popular, del culto de los santos, peregrinaciones, procesiones, fundaciones de misas, y hasta qu punto campaba aqu la supersticin, piedad de obras y espritu de mercachifles? Y hay que preguntar ms: Estaba toda esta prctica exterior fundada en sana doctrina teolgica, aclarada e ilustrada por ella? Como manifestacin grave de decadencia hay que mentar aqu sobre todo la falta general de claridad dogmtica. El campo de la verdad y del error no estaba suficientemente deslindado. Haba quienes se imaginaban estar de acuerdo con la Iglesia, aunque de muy atrs se hubieran adoptado posiciones en pugna con su doctrina. Lutero pensaba estar an en la Iglesia despus de calificar al papa de Anticristo, y en 1530, en la Confesin de Augsburgo, Melanchthon quera hacer creer que no haba contradiccin alguna con la Iglesia romana y slo diferencias de opinin respecto de algunos abusos3. La incertidumbre era particularmente grande en punto a la idea de Iglesia. Por culpa del cisma de occidente el ltimo antipapa Flix v no abdic hasta 1449 no era ya
2. J. LORTZ, Dte Reformatton ais reltgwses Anltegen 3. Beschluss des 1. Teils BSLK 83c. heute, Trvens 1948, 82.
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iviarun LUICI
universalmente claro que el papado fundado por Jesucristo fuera esencial a la Iglesia. Al no poderse afirmar quin era el legtimo papa, se dej en muchos casos de hacer esa pregunta y la gente se fue acostumbrando a pasar sin papa. La reforma protestante recibi fuerte impulso del hecho de que, para muchos, Lutero traa slo la por tanto tiempo ansiada reforma, y no advirtieron o slo advirtieron tardamente que pona en tela de juicio doctrinas esenciales de la Iglesia. Si Lutero vino a ser el reformador y cabeza de la reforma, no fue la menor de las razones el no saber compaginar su inteligencia de la revelacin, lograda en duras y angustiosas luchas religiosas, con la teologa y prctica de su tiempo; pero esto a su vez se debi a que pareja teologa era la unilateral tendencia escolstica del nominalismo, que careca de la profundidad y plenitud de un Agustn o Toms de Aquino y, sobre todo, de la sagrada Escritura. As, entre las causas decisivas de la reforma protestante hay que mentar al nominalismo, que se remonta a Guillermo de Ockham y que Lutero aprendi de Gabriel Biel, en forma superficial y moralmente acomodaticia. Efecto especial tuvieron las manifestaciones de decadencia en la teologa y prctica del sacrificio de la misa. Si la misa, que tanto lugar ocup en la vida de piedad de la baja edad media, pudo ser abolida en tan corto tiempo como la peor idolatra, no cabe sospechar que slo ritual y externamente se ejecutaba lo que no era posesin real y no estaba henchido de substancia interna? En la falta de fuerza y vitalidad interna, que pueden ser perfectamente compatibles con la correccin y legalidad, hay que buscar la causa del escaso fruto del quinto concilio lateranense (1512-17), el ltimo intento papal de reforma, revestido de las ropas de un concilio antes del estallido de la reforma protestante (Jedin). Faltaba el espritu nuevo. Qu puede valer en tal caso sta o la otra bienintencionada medida? Nada ilumina mejor la situacin que el hecho de que con la bula del papa leda en la novena sesin del concilio de Letrn sobre la reforma de la Iglesia, se mand a Alberto, arzobispo de Magdeburgo y Maguncia, en 1514, la oferta de la curia que dio ocasin a la reforma: permitirle, a cambio de 10 000 ducados la acumulacin de sus obispados y dejar para san Pedro la mitad del dinero que se sacara de las 52
indulgencias. En tan viva pugna estaban teora y prctica i. Falta de seriedad y resolucin en los hombres dirigentes, empezando por el papa mismo, conden el concilio a la ineficacia. Mas con ello era casi inevitable, despus de tantos vanos clamores y ocasiones desaprovechadas de reforma, una lucha revolucionaria, semejante a la que de hecho estall con la reforma protestante.
II.
MARTN LUTERO
tomos (los t. 1-20 y 24-26 fueron de nuevo trabajados en 1862-85 por E. L. E N DERS); la serie latina qued incompleta con 38 tomos. A ello se aade l a correspondencia e n 9 tomos (Frankfurt 1884-1932) que se desprendi desde el tomo 12 (1910) de la obra total y fue editada p o r E.L. ENDERS, G. K A WERAU y P . FLEMMING.
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Martn Lutero y el comienzo de la relorma Erlangen qued anticuada ya durante su aparicin. As, para el jubileo luterano de 1883, public J.K.F. KNAAKE una nueva edicin crtica completa, la llamada edicin de Weimar. Primero la public l solo (t. 1-2), pero pronto fue cuidada por un gran cuerpo de colaboradores. La edicin consta de una serie principal, ordenada en principio cronolgicamente, de escritos, sermones, lecciones y disputaciones (t 1-58 = WA). Esta serie est completa hasta el tomo 55, que debe de ofrecer una seleccin de piezas antes descuidadas o nuevamente descubiertas, y hasta el ndice^ cuya primera parte apareci en 1948 como tomo 58, 1. La primera leccin sobre los salmos de 1513-15 (WA 3 y 4) ha sido entretanto totalmente trabajada de nuevo; de los restantes tomos slo aparecen reimpresiones fotomecnicas: t. 32 (1963); 33 (1961); 40, 1 y 2 (1962). Rectificaciones y complementos del texto de la bibliografa de las impresiones y verificacin de citas no se aaden a los tomos reimpresos, sino que aparecen separados en Revisionsnachtrgen propios para cada tomo (sobre WA 33: Weimar 1963; WA 32: Weimar 1964). Las tres series secundarias de la edicin de Weimar comprenden los discursos de sobremesa (6 t ; = WA Tr), la correspondencia (12 t. = WA Br) y la Biblia alemana (hasta ahora t. 1-12). En la ed. de Weimar se funda la Studentenausgabe de Bonn (Berln) preparada por O. CLEMEN, . VOGELSANG, H. RCKERT y E. HIRSCH : Luthers Werke in Auswahl (4 t , Berln
e
Nueva York 1950, traduce, alemana, Gotinga 31960; H. BORNKAMM, Luthers geistige Welt, Gtersloh *1960; idem, Das Jh. der Reformation, Gotinga 1961; H. FAUSEL, Martin Luther. Sein Werden im Spiegel eigener Zeugnisse, Stuttgart 1955; F. LAU, Luther, Berln 1959; RGG iv (M960) 480-520; LThK 2 vi (1961) 1223-30. 2. Teologa de Lutero: T H . HARNACK, Luthers Theologie mit besonderer Beziehung auf seine Vershnungs- u. Erlsungslehre, 2 t , 1862-86, reimpr. Munich 1927; J. KOSTLIN, Luthers Theologie in ihrer geschichtlichen Entwicklung und ihrem inneren Zusammenhang, 2 t., Stuttgart 21901; R. SEEBERG, Dogmengesch., v, 1, Leipzig 41933, reimpresin Basilea 1953; E. SEEBERG, Luthers Theol, I : Die Gottessanschauung, Gotinga 1929, II: Christus, Suttgart 1937; idem, Luthers Theologie in ihren Grundzgen, Stuttgart 21950; W. VON LOEWENICH, Luthers Theologia crucis, Munich M954; PH. S. WATSON, Um Gottes Gottheit, Einf. in Luthers Theologie, Berln 1952; R. HERMANN, Gesammelte Studien zur Theologie Luther, Gotinga 1960; R. PRENTER, Spiritus Creator, Studien zu Luthers Theologie, Munich 1954; P. ALTHAUS, Die Theologie M. Luthers, Gtersloh 21963; idem, Die Ethik M. Luthers, Gtersloh 1965; L. PINOMAA, Sieg des Glaubens, Grundlinien der Theologie Luthers, Gotinga 1964; I. ASHEIM (ed.), Kirche, Mystik, Heiligung und das Natrliche bei Luther, Gotinga 1967. 3. Estudios luteranos: H. BOEHMER, Luther im Lichte der neueren Forschung, Leipzig 1906, B1918; E. WOLF, ber neuere Luthersliteratur u. den Gang der Lutherforschung: Christentum und Wissenschaft 10 (1934) 6^21, 203-219, 259-273, 437-457; H. HERMELINK, Die neuere Lutherforschung, ThR NF 7 (1935) 63-85, 131-165; V. VATJA (dir.), Lutherforschung heute, Berln 1958, Bibliogr.; D. LOFGREN, Verschiedene Tendenzen in der neueren Lutherforschung: KuD 5 (1959) 146-164; G. MLLER, Neuere Literatur zur Theologie des jungen Luther: KuD 11 (1965) 325-357. 4. Historia de las ideas sobre Lutero: H. STEPHAN, Luther in den Wandlungen seiner Kirche, 1907a Berln 21951; O. WOLFF, Die Haupttypen der neueren Lutherdeutung, Stuttgart 1938; A. HERTE, Das kath. Lutherbild im Bonn der Lutherkommentare des Cochlus, 3 t , Mnster 1943; E.W. ZEEDEN, Martin Luther und die Reformation im Urteil des dt. Luthertums, 2 t., Friburgo de Brisgovia 1950-52; idem, Die Deutung Luthers und der Reformation: ThQ 140 (1960) 129-162; H. BORNKAMM, Luther im Spiegel dt. Geistesgeschichte, Heidelberg 1952; Wandlungen des Lutherbildes, Stud. u. Ber. d. kath. Akad. in Bayern, ed. preparada por K. FORSTER, H. 36, Wurzburgo 1966. 5. Juventud de Lutero: O. SCHEEL, Martin Luther. Vom Katholizismus zur Reformation, 2 t , Tubinga 3 41921-30; idem, Dokumente zu Luthers Entwicklung, Tubinga 21929; H. v. SCHUBERT, Luthers Frhentwicklung bis
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Bibliografa: K. HOLL, Die Rechtfertigungslehre in Luthers Vorlesung ber den Rmerbrief. Gesammelte Aufsatze ia 111-154; F.W. SCHMIDT, Der Gottesgedanke in Luthers Rmerbrief-Vorlesung: ThStK 93 (1920-21) 117-248; H. LANG, Die Bedeutung Christi fr die Rechtfertigungslehre in Luthers Rmerbrief-Vorlesung: NKZ 39 (1928) 509-547; R. HERMANN, Luthers These Gerecht und Snder zugleich, 1930, reimpr. Gtersloh 1960; A.K. WOOD, The Theology of Luther's Lectures on Romans: Scottish Journal of Theology 3 (1950) 1-18, 113-126; J. HlLBURG, Luthers Frmmigkeit in seiner Vorlesung ber den Rmerbrief (tesis, Marburgo 1951); P. ALTHAUS, Paulus und Luther, Gtersloh 31958; H. BEINTKER, Glaube und Handeln nach Luthers Verstandnis des Rmerbrief: Luj 28 (1961) 52-85; J. LORTZ, Luthers Rmerbrief-Vorlesung: TThZ 71 (1962) 129-153, 216-247; M. LIENHARD, Christologie et humilit dans la Thologie du commentaire de l'pitre aux Romains de Luther: RHPhR 42 (1962) 304-315; W. GRUNDMANN, Der Rmerbrief... und seine Auslegung durch M. Luther, Weimar 1964; H. HBNER, Rechtfertigung und Heiligung in Luthers Rmerbriefvorlesung, Witten 1965. 10. Leccin sobre la carta a los Galotas: Texto: WA 57, ii; seleccin CJ v, 327-343.
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Martn Lutero y el comienzo ae ia reioima Bibliografa: H. v. SCHUBERT - K.A. MEISSINGER, ZU Luthers Vorlesungsttigkeit, Heidelberg 1920; J. FICKER, ZU Luthers Vorlesung ber den Galaterbrief 1516-17: ThStK 88-89 (1926) 1-17; L. GRANE: LOV og nade in Luthers Galater brevs forelaesning 1516-17: Svensk teologisk kvartalskrift 50 (1954) 107-122; H. VOLZ, Eine neue studentische Nachschrft von Luthers 1. Galaterbrief-Vorlesung: ZKG 66 (1954-55) 72-96. 11. Leccin sobre la carta a los Hebreos: Texto: WA 57, ni; seleccin Cl V, 344-374; E. HiRSCH - H. RCKERT, Luthers Vorlesung ber den Hebraerbrief, Berln-Leipzig 1929; J. FICKER, Luthers Vorlesung ber den Hebrerbrief, Leipzig 1929; trad. por E. Vogelsang, Berln-Leipzig 1930; trad. por G. Helbig, Leipzig 1930. Bibliografa: E. VOGELSANG, Die Bedeutung des neuverdffentlichen Hebrerbriej-Vorlesung Luthers von "1517-18, Tubinga 1930; E. ELLWEIN, Die Entfaltung der Theologie crucis in Luthers Hebraerbrief-Vorlesung: Theologische Aufsatze, K. Barth zum 50. Geburtstag, Munich 1936, 382-404. 12. Experiencia reformatoria: lustitia Dei: E. STRACKE, Luthers grosses Selbstzeugnis 1545, Leipzig 1926; H. BORNKAMM, Luthers Bericht ber seine Entdeckung der iustitia dei: ARG 37 (1940) 117-128; idem, lustitia Dei in der Scholastik und bei Luther: ARG 39 (1942) 1-46; idem, Zur Frage der lustitia beim jungen Luther: ARG 52 (1961) 16-29 y 53 (1962) 1-59; E. HIRSCH, Initium theologiae Lutheri: Lutherstudien 11, Gtersloh 1954, 9-34; E. BIZER, Fides ex auditu, Neukirchen a1966; G. PFEIFFER, Das Ringen des jungen Luthers um die Gerechtigkeit Gottes: LuJ 26 (1959) 25-55; F.E. CRANZ, An Essay on the Development of Luther's Thought on Justice, Law and Society, Cambridge-Mass. 1959; A. PETERS, Luthers Turmerlebms: Neue ZSTh 3 (1961) 203-236; K. ALAND, Der Weg zur Reformation, Munich 1965; O. PESCH, Zur Frage nach Luthers reformatorischer Wende: Catholica 20 (1966) 216-243, 264-280.
Ninguna de las causas de la reforma protestante que podamos alegar, explican este acontecimiento. La extensa descomposicin de la fuerza religiosa y moral, la falta de claridad en cuestiones centrales de fe y la deficiencia de responsabilidad pastoral en el clero hacen perfectamente comprensible una revolucin despus de tantas ocasiones de reforma desaprovechadas y ante crtica tan general contra la Iglesia. Pero que esta revolucin se diera en la forma que hoy se nos presenta en la reforma protestante, dependi en gran parte de Martn Lutero y est, por ende, inmerso en el misterio de la persona humana. Si todo individuo es algo inefable, lo es sobre todo Lutero, mar de fuerzas, de instintos, de conocimientos e ntimas experiencias (Lortz). 58
Si la imagen del reformador es hasta hoy discutida, "ello no se debe slo a que el juicio sobre su persona y su obra est ligado a la fe que se quiera dar a la pretensin de verdad del protestantismo para unos es el hroe de la fe y para otros el heresiarca y destructor de la unidad de la Iglesia; no, la razn de la dificultad de entender su persona y su obra y de exponerlas segn verdad, radica en Lutero mismo. Tenemos una muchedumbre de escritos de Lutero y de testimonios sobre s mismo y sus intenciones. Aunque a todas estas manifestaciones no les falta el nexo interno y todas las preguntas de Lutero se hacen desde muy pocos puntos de vista y de ellos reciben respuesta; l, sin embargo, no era un sistemtico. Estaba demasiado determinado por la experiencia personal y la voluntad para poderlo ser. Eso dificulta an ms la comprensin de la riqueza y multiplicidad de su carcter y nos lo presenta a menudo como oscilante y contradictorio. Al pasar de monje a reformador, Lutero sufri un cambio profundo. Dado su carcter, fuertemente pegado a la experiencia ntima, no era ya capaz de comprender retrospectivamente sin prejuicios fases anteriores de su evolucin. As tuvo l mismo parte decisiva en la formacin de la leyenda de Lutero, que slo en las ltimas dcadas ha sido demolida, pieza a pieza, gracias al sabio y minucioso trabajo de hombres como Otto Scheel1. Adems, todo lo que escribi y habl Lutero, es confesin, es decir, ideas que estn marcadas por el propio vivir y por el propio dolor, y que l debe transmitir a los dems. Y esto adems con estilo apremiante, en que, por razn de esclarecimiento, no se retrocede ante brochazos fuertes, y la paradoja se hace para l modo regular de expresin. Lutero es un dogmtico (un afirmador: WA 18, 605); todo cauto sopesar el pro y el contra de una cuestin se le antoja escepticismo. No es de maravillar que, con harta frecuencia, fuera vctima de su temperamento colrico y de su vigor polmico. Todo esto dificulta la comprensin de su obra y figura, que constituyen en gran parte la reforma alemana. a) Familia y juventud. Martn Lutero naci en Eisleben el 10 de noviembre de 1483. Sus antepasados, pequeos agricultores, pro1. Martin "1921-30, Luther. Vom Katholisismus sur Reformation, 2 t , Tubinga 1915-17,
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cedan de Mhra, del borde occidental de la selva de Turingia. Su padre, Han Luder, sin derecho a la herencia, hubo de ganarse la vida en las minas de cobre. En 1484 se traslad a Mansfeld. Aqu, con trabajo duro y tenaz, fue subiendo de simple minero, a socio de la compaa de minas y pequeo empresario. La comunidad lo nombr repetidas veces uno de los cuatro seores cuyo cometido era defender los derechos de los ciudadanos ante el magistrado. As que la juventud de Lutero en esta familia activa, numerosa y de pequea burguesa est sealada por la dureza, sobriedad y rigor. Hasta qu punto impresion este ambiente a aquel muchacho sensible, prubalo el hecho de que Lutero habl posteriormente a menudo de ello: Mis padres fueron muy pobres. Mi padre fue un pobre minero. Mi madre llev toda su lea a las espaldas. As nos criaron. Sufrieron duro trabajo. Ahora no lo hara nadie (WA Tr 3, 51, n. 2888a). Mis padres me mantuvieron en el orden ms riguroso hasta la intimidacin (WA Tr 3, 415, n. 3566 A). En la casa paterna reinaba una piedad eclesistica espontnea, que impregnaba con prcticas numerosas el mundo de labradores y mineros, pero que se resenta tambin por su supersticin y creencias en brujas y demonios. El padre ambicioso quera hacer de su hijo algo ms grande, y lo mand ya pronto a la escuela de latn de Mansfeld (1488-97), en que el muchacho, aparte leer y escribir, aprendi sobre todo latn y canto de iglesia. Ms fuertemente y, sin duda, con ms razn an que Erasmo se quejaba posteriormente Lutero de las rudas costumbres de sus maestros. Alguna vez dice haber recibido por quince veces cachetes sin culpa alguna (WA Tr 5, 254, n. 5571). Esta dureza de educacin en la familia y en la escuela contribuy en gran parte a formar la imagen de Dios en el joven extraordinariamente sensible. Desde mi niez se me acostumbr a palidecer y espantarme siempre que oyera pronunciar el nombre de Cristo; pues slo se me haba enseado a ver en l un juez riguroso e iracundo (WA 40, i, 298). A los catorce aos, con un compaero de escuela, march Martin Lutero a Magdeburgo, a la escuela de los hermanos de la vida comn (1497). Como en Eisenach, adonde se traslad ya al ao (1498), tuvo que ganarse el pan, segn costumbre del tiempo, cantando de puerta en puerta en una especie de tuna estudiantil (WA 30, II, 576). En Eisenach, su ciudad querida, tena parientes. So60
bre todo en la familia Schalbe-Cotta lo acogi un ambienter clido, de formacin cristiana. b) Estudio en una universidad y entrada en el convento. Durante el semestre de verano de 1501 frecuent Lutero la universidad de Erfurt y comenz el estudio de las artes liberales. Hall hospedaje en la St.-Georgen-Burse. Estaban fijados la manera de vida y orden de los estudios. La facultad de artistas segua de todo en todo la va moderna, es decir, la filosofa nominalista a la que imprimiera su cuo Guillermo de Ockham. De ah que ms tarde diga Lutero de s mismo: Sum enim Occamicae factionis (WA 6, 600). Despus del estudio de trivio: Gramtica, dialctica y retrica, alcanz en otoo de 1502 el ttulo de Baccalaureus artium. Como tal poda ya dar clases por s mismo, pero continu estudiando. A par del cuadrivio, tena sobre todo que cursar filosofa natural, metafsica y tica. Con el ttulo de magister artium (7-11505), tena abiertas las aulas de una de las facultades de teologa, medicina y derecho. La ambicin del padre lo destin al estudio del derecho, que comenz el 20 de mayo' de 1505. Pero ya el 20 de junio, sin motivo que sepamos, se volvi a casa de vacaciones. A la vuelta, el 2 de julio, le sorprendi junto a Stotternheim, cerca de Erfurt, una fuerte tormenta. Derribado por un rayo que estall cerca, grit entre angustias de muerte: Aydame, santa Ana, que me har monje. A pesar de la extraeza de sus amigos y la dursima repulsa de su padre, Lutero cumpli este voto arrancado tal vez por el miedo, y el 17 de julio entr' en el convento de eremitas agustinos de la observancia de Erfurt. Entre los muchos conventos de la ciudad, pudo recomendrsele ste, aparte su seriedad asctica, por su tendencia occamista, que ofreca a Lutero una continuacin orgnica de sus estudios de la facultad de artes2. La lectura de la Biblia prescrita por la regla y el rezo del oficio familiarizaron al joven agustino estrechamente con la sagrada Escritura. Despus de un ao de noviciado, emiti su profesin en septiembre de 1506 y, pocos meses despus, el 3 de abril de 1507,
2. L MEIEE, On the Ockhamtsm of Martin Luther at Erfurt A F r H 43 (1950) 4-15; K. BENARY, Zur Gesch. der Stadt wnd Unvu. Erfurt am Ausgang des MittelaHers, Gotha 1919, 70s.
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fue ordenado sacerdote. Estados de angustia durante su primera misa, que casi le hicieron escaparse corriendo del altar, ponen de manifiesto hasta qu punto estaba Lutero bajo la impresin de la majestad de Dios y cuan poco capaz era de or y realizar plenamente los textos mismos de la liturgia (clementissime Pater). Esto tiene importancia para juzgar la afirmacin de Lutero de que, en el monasterio, se le ense a esperar el perdn de los pecados y la salud eterna por nuestras obras (WA 40, m, 719). Pues los textos8 que fueron rezados al ser admitido Lutero como novicio y los que l rezaba diariamente en el Misal encarecen reiteradamente que el hombre de por s no puede nada y Dios da el querer y el llevar a cabo, y son as una impresionante negacin de toda justicia de obras. El prior pronunci entonces sobre l, entre otras, las siguientes oraciones: Dios acabe la obra que en ti ha comenzado. .. Dgnate, Seor, bendecir a este siervo tuyo, para que con tu ayuda persevere en tu Iglesia y alcance la vida eterna por Cristo nuestro Seor... para que sea guardado por la santidad que t le infundes... Nada de esto hizo, al parecer, impresin en Lutero, pues estaba demasiado lleno de s mismo y de sus experiencias ntimas. Destinado para profesor de teologa, estudi Lutero en el estudio general de su orden en Erfurt, que estaba unido a la universidad. Aqu se hall de nuevo dentro del crculo mgico del occamismo, tal como se lo ofrecan los comentarios a las Sentencias de Pierre d'Aly y de Gabriel Biel. Simultneamente era lector de las artes liberales4. En otoo de 1508 se le confi el lectorado de teologa moral en la recin fundada universidad de Wittenberg. Por esto prosigui all su estudio de la teologa. En mayo de 1509 se hizo baccalaureus (bachiller) y como tal dio sus lecciones bblicas. Antes de llegar a sententiarius, fue trasladado otra vez a Erfurt. All ley sobre las Sentencias y en otoo de 1510, con el principio del tercer libro, se hizo baccalaureus formatus, es decir, haba cumplido las condiciones para magister. En las notas marginales al texto do Lombardo y a los escritos de san Agustn, del mismo tiempo, poseemos las primeras manifes3. O. SCHEEL I 261s.
taciones teolgicas de mano de Lutero. En las notas a Agustn se muestra Lutero occamista en la cuestin de los universales y en su idea de Dios. En este sentido interpreta tambin al Padre de la Iglesia, pero se siente a par confirmado por l en su crtica contra la filosofa y los filsofos5. stos son, en sus puras logomaquias, residuo de la Stoa (WA 9, 24). No quieren reconocer la incompatibilidad de Aristteles con la verdad catlica (WA 9, 27). Al comienzo de sus notas sobre las Sentencias recalca Lutero que no intenta negar a la filosofa toda utilidad para la teologa; pero, por su parte, quiere atenerse ms, con Pedro Lombardo, a la doctrina de la Iglesia, sealadamente a Agustn, que no apoyarse en las discusiones de los filsofos y en sus opiniones de escuela que mutuamente se impugnan (WA 9, 29, 1). Para hablar de las cosas divinas, slo nos queda la palabra de Dios mismo*. De lo contrario, palpamos en las tinieblas. Esto no quieren confesarlo los filsofos, pagados de sus sutilezas. Mientras el maestro de las Sentencias recalca, con Agustn, que nuestra palabra se queda muy atrs de nuestro pensamiento sobre Dios, y el pensamiento, a su vez, no puede tampoco asir adecuadamente el ser de Dios, los filsofos hacen como si todo fuera para ellos comprensible y expresable (WA 9, 47, 25). A las opiniones de celebrrimos docto^ res, que slo ofrecen tradiciones humanas, opone Lutero la sagrada Escritura7 y hace ya resonar el principio de la Escritura. Ya en estas observaciones marginales ocupan y preocupan a Lutero las cuestiones que luego seran tan apremiantes para el reformador sobre el pecado original, la justificacin y santificacin del hombre por la fe y la caridad. Con relativa extensin se plantea el problema de la relacin entre spiritus sanctus y caritas, que se discute en la distincin 17 del libro primero de las Sentencias. Lutero distingue nuestra caridad, como caritas creata, del Espritu
5. iTotam phosophiam stultitiam esse etiam ratione convmcit (WA 9,13; L GRANE, Contra Gabrtelem, Copenhague 1962, 10-12. Hasta qu punto hall Lutero antecesores, precisamente en su orden, de su critica contra Aristteles, lo muestra A ZUMKELLER, D*e Augustinertheologen Swion FtdaH ven Caseta ft 1348) und Hugotm van Orvieto (t 1373) und M. Luthers Kntik an Aristteles ARG 54 (1963) 15-36. 6. Non relictus est homvrwm eloquns de Dei rebus alws quam Dev sermn (WA 9,29). 7. a.Ego w ista opwwne habeo senpturam . ideo dico cum Apostlo .. (WA 9,46), credere oportet et verbis scrtpturae ftdem profiteri et hnguam tllvs aptare et non econtra (WA 9,84).
4. Como lector es citado Lutero en una carta de indulgencias para el convento de Erfurt: R H E 55 (1960) 822.
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Marun L U K I U y w
~v~.
Santo, como caritas increaa. sta es la causa eficiente de nuestra caridad, pero no su causa formal, no aquello por que amamos. No es el Espritu Santo mismo, sino don suyo. Pero en la economa efectiva de la salud, con el Espritu Santo se nos da la caridad creada, y a la inversa8. Como Cristo es para nosotros fe, justicia, gracia y santificacin9, y estos son, a par, dones creados, que se hacen nuestros; as es la caridad, de una parte, el Espritu Santo, y, de otra, el acto de caridad, que el Espritu Santo produce por medio de nuestra voluntad. As pues, Lutero no poda admitir un hbito propio creado de la caridad, sino slo una caridad actual creada, que una y otra vez es operada en nosotros por el Espritu Santo que, como razn de la caridad, ocupa el puesto del hbito. Lutero no toma desde luego del Lombardo la identificacin de la caridad con la persona del Espritu Santo, en cuyo caso este mismo sera inmediatamente nuestra caridad, pero defiende al maestro de las Sentencias contra los escolsticos. Lutero no sabe apreciar los motivos que stos tenan para criticarlo. Queran en efecto mantener y realzar la distincin entre Creador y creatura, y que el pecador necesita de una nueva calidad para entrar en la nueva relacin y nuevo obrar con Dios. Para Lutero todo esto son fantasmas, los escolsticos estn puramente influidos por la teora del hbito, de Aristteles, filsofo rancio 10. Con ello se sita en la lnea de los occamistas, que de buena gana pasaran sin la gracia habitual, a fin de eliminar en el hombre toda razn, por la que Dios estuviera obligado a beatificar al hombre11.
8. Primo saendum, quod chantas (quidqmd sit de possnh) de jacto semper datur cum spintu sancto et spiritm sanctus cum ea et m ea (WA 9,42) 9. 1 Cor 1,30 Ya en las anotaciones a Agustn se dice, vlpse enmi per ftdem suae tncarnatumtts est Dita nostra, tustitta nostra et resurrectio nostra (WA 9,17) 10. Quia commentum llud de habitus opimonem habet ex verbis Anstotelis rancidi philosophi. Alias bene posset dici quod spiritus sanctus est chantas concurrens seipso cum volntate ad productionem acta amandi, nisi si forte determmatio ecclesiae n oppositum (WA 9,43), < ..Augustinus hic loquitur de actu chantatis, qui nos deo jungit, habitas autem adhuc est spiritus sanctus (WA 9,44). 11. Cf. E IsiiKLOH, Gnade und Buchanstte 89 Si R SCHWAHZ, Fides, spes und cantas beim ungen Luther, Berln 1962, 40, afirma. Ninguno de los occamistas alegados por Lutero en su comentario de las Sentencias Ockham, d'Ailly, Biel atac el concepto escolstico de hbito como teolgicamente inadecuado, la afirmacin no es cierta Porque Ockham recalca que la hiptesis de una forma sobrenatural creada obligara a Dios a dar la vida eterna, y dara pie al pelagkamsmo; cf. E. ISERLOH 1 c 217 con n 289 290 El mismo Biel se siente obligado a recalcar: ..Deus quemcumque beatificat, mere contingenter, libere et misencorditer beatificat ex gratia sua, non ex quacumque
La caridad operada por el Espritu Santo no es slo unajjuena cualidad del hombre, sino que ella hace grata a toda la persona, con todos sus actos y actitudes. Slo ella es virtud, y hace virtudes a todas las otras (WA 9, 90); ella es la emperatriz de las virtudes y la reina de los merecimientos (WA 9, 44, 6). Sin embargo, esta caridad slo se da en unin con la fe y la esperanza. Por otra parte, la fe justificante slo es posible en unin con la caridad y la esperanza12. Ahora bien no cree tambin el pecador? Es sta otra fe, y no la misma, a la que slo falta la animacin por la caridad? Lutero admite dos clases de fe. La fe infusa va y viene con la caridad; es, por ende, idntica a la fides frmala; la fides tnformis debe, en cambio, identificarse con la fides acquisita et naturaliter moralis13. As pues, como virtudes sobrenaturales, la fe, esperanza y caridad son inseparables. Se infunden a la vez. No tienen por base ningn hbito, a no ser el Espritu Santo mismo que las obra en nosotros y por el que deben ser constantemente actualizadas en nosotros. De donde se sigue que la fe justificante que nos hace hacer lo que manda la ley, es siempre la fe actuada por la caridad. La fe antecede a todo merecimiento, y en el premio corona Dios sus propios dones14. En cuanto a la preparacin para la gracia de la justificacin, Lutero recalca con el Lombardo contra la teologa de la escuela de Biel que la buena voluntad es ya don de la gracia, y le precede la fe no temporalmente, pero s causalmente y por naturaleza15. En la doctrina del pecado original, Lutero ataca ms vivamente al Lombardo. No puede sostenerse la opinin de ste de que el fornes sea el pecado original (WA 9, 75). El pecado original consiste en la prdida de la justicia sobrenatural del estado primitivo, y se
forma vel dono collato (1 Sent d 17 q 1 a 2 concl 3 E ) As hay que sostener contra P. VIGNAUX (Luther Commentateur des Sentences, Pars 1935, 93) que la protesta de Lutero contra la idea de habito es un rasgo occamista Por otra parte nota Lutero Contara Occam, que la acceptatio no es posible sin Grafa iwtvficans (WA 1, 227,4) 12 Talis fides non est sine chntate et spe (WA 9,72). 13 Sed sunt duae fides, infusa quae venit et recedit cum chntate (WA 9,90) Uico certe et teneo quod tres theologica sint inseparables. E t fides quae retnanet cum pcccato mortali non est ea, quae possit martynum obire et caetera Sed est acquisita et naturaliter moralis (WA 9,90). 14. Unde hic non simphciter fides dicitur, sed (quae) per dilectionem operatur vel qmi juistificati sumus Nil deus n nobis praeter sua dona coronar (WA 9,72) 1S WA 9,72, cf L GRANE, Contra Gabnetem 270s
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borra completamente en el bautismo. Queda la concupiscencia como castigo; ella es la yesca, que enciende el pecado y consiste en la desobediencia de la carne. La razn privada de la gracia y virtud no puede ya domar la carne, cuya naturaleza es enfurecerse, como un caballo, cuyo freno se ha roto y no obedece ya. Despus del bautismo queda la concupiscencia debilitada (debilitatur), pero no desterrada. Para su castigo tropieza el hombre con la resistencia de la carne; slo a duras penas logra sujetarla y slo con dificultad cumple el mandamiento de Dios (WA 9, 73). El pecado original se transmite desde luego por generacin corporal, pero su causa no es la lujuria, sino el castigo de Dios. Lutero acenta contra el Lombardo: Aunque la carne fuera enteramente pura y engendrada sin placer; sin embargo, en virtud del juicio de Dios sobre Adn... privara necesariamente al alma de la justicia original, es decir, le acarreara el pecado original (WA 9, 75). Con estas ideas, Lutero est an dentro de la teologa de su tiempo. Apenas se hallan rastros de un pesimismo particular, fundado en sus propias experiencias y luchas dolorosas.
Roma un santo loco, corr por todas las iglesias y rincones,y me cre todo lo que all se ha mentido. Tambin celebr en Roma una misa o diez y casi me daba pena que an vivieran mi padre y mi madre, pues con mucho gusto los hubiera sacado del purgatorio con mis misas y con otras obras y oraciones an ms excelentes (1530; WA 31, i, 226). Pero el fin principal de mi viaje a Roma, as lo contar posteriormente Lutero en una charla de sobremesa, fue mi deseo de hacer una confesin general, y ser piadoso ie . Sin embargo, le fall a Lutero la esperanza de librarse de sus angustias interiores por medio de una confesin general, pues tropez con confesores incultos y, en su opinin, sin inteligencia.
Doctor en Sagrada Escritura Cuando en el receso de Jena se hall una componenda en el pleito de la orden, a fin de evitar una mayora de la observancia en el captulo, no haba ya para Lutero razn de seguir en la oposicin contra Staupitz. ste lo llam, el verano de 1511, a Wittenberg, para que se prepara al desempeo de la ctedra de Biblia, que hasta entonces ocupara Staupitz mismo. En junio de 1512 fue nombrado Lutero predicador de la orden, y el 19 de octubre se gradu de doctor en teologa. Ahora poda encargarse de la Lectura in Biblia, que conserv hasta su muerte. El hecho marcaba su destino y colocara en el centro de la atencin universal la ciudadilla universitaria, sin tradicin alguna, de Wittenberg, situada al extremo del mundo civilizado (WA Tr. 2, 669, n. 280b). Sus lecciones transmitidas en autgrafos o apuntes de los discpulos no se descubrieron hasta fines del siglo pasado, pero desde entonces se les ha prestado atencin creciente, pues son la fuente ms importante de la evolucin de Lutero como reformador. Se trata de las lecciones sobre los salmos (1513-1515), y sobre las cartas a los romanos (1515-16), a los glatas (1516-17) a los hebreos (1517-18). Con la divisin de las lecciones en glosas y escolios y la aplicacin del cudruple sentido escriturario, se mova formalmente Lutero dentro del marco de la
16. WA Tr 3,431s, n. 3582a; WA 47,392; H. BOEHMER, Luthers Ramfahrt l59s.
Viaje de Lutero a Roma Pleitos de la propia orden llevaron por este tiempo a Lutero a Roma. Juan de Staupitz, vicario general alemn de los agustinos de la observancia, fue hecho a la vez, en 1510, provincial de la provincia sajona de la rama no reformada de la orden. Por deseo de la curia, Staupitz trataba de unir ambas ramas de la orden. Al intento se oponan siete conventos de la observancia, entre ellos Erfurt, que teman se aguachinara la reforma por concesiones a la rama no reformada. Como portavoces de esta tendencia fueron enviados a la curia Juan Nathin, profesor de Lutero, y ste mismo como acompaante. Sus gestiones en la curia no lograron gran cosa. Pero qu signific este encuentro con la Roma del Renacimiento para la evolucin de Lutero como reformador? Recibi aqu los impulsos decisivos para su lucha contra la curia? No! Lutero sinti a Roma como otros piadosos peregrinos de su tiempo. La Roma santa con sus lugares de gracia lo absorbi tanto que apenas pudieron aflorar impresiones negativas: Yo fui en 66
exgesis tradicional. A la vez se asimilaba los nuevos estudios lingsticos del humanismo, por ejemplo, en la utilizacin del Psalterium Quincuplex (1509) de Faber Stapulensis (aprox. 1450-1536) y de su traduccin e interpretacin de las cartas paulinas (1512). Si es cierto que estas ediciones determinaron ya la eleccin de la materia de las lecciones, ms decisivo es que precisamente los salmos y las cartas de Pablo se prestaban muy bien a ser molde del fuerte carcter personal de la teologa de Lutero. Gracias a su orden, Lutero entr temprana e intensamente en contacto con la sagrada Escritura. l mismo lo atestigua en las charlas de sobremesa: En el convento le dieron los monjes una Biblia con roja encuademacin de cuero. Con ella se familiariz de tal forma que saba lo que haba en cada pgina y poda hallar inmediatamente cualquier pasaje. Si hubiera querido conservar esta Biblia, tanto ms deseaba ser un buen conocedor de los pasajes bblicos (localls bblicas). Ningn estudio me placa entonces como el de la sagrada Escritura. La Fsica de Aristteles la le con gran repugnancia, y el corazn se me abrasaba cuando poda finalmente volver a la Biblia (WA Tr 1, 44, n. 116). Cuando entr en el convento, comenc a leer la Biblia, luego otra vez, luego otra, con gran admiracin del Dr. Staupitz (WA Tr 3, 598, n. 3767). As lleg Lutero a un maravilloso dominio de la Biblia, que le permita hacer largas citas de memoria. Pero ms importante que este dominio formal de la sagrada Escritura es la relacin personal en que entr con ella, y por la que la pudo llamar su esposa. El trato con la Biblia no era para l una experiencia de cultura, como para muchos humanistas, ni teologa en contraste con el encuentro religioso inmediato con la palabra de Dios. Para Lutero no exista pareja separacin: Si quieres hacerte cristiano, toma la palabra de Cristo y sabe que nunca te la aprenders del todo, y tendrs que confesar conmigo, que an no sabes el abe. Si valiera gloriarse, tambin yo podra gloriarme, pues en este estudio he pasado das y noches; pero tengo que quedarme discpulo en esta ciencia. Diariamente empiezo de nuevo como un alumno de primeras letras (WA 29, 383). Y, sin embargo, esta sumisin es, desde el principio, algo perfectamente distinto que la sencilla aceptacin del simple cristiano. Se trata desde el principio de una asimilacin por parte de quien
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lucha, combate y se debate, por parte del gigante Lutero. listo es decisivo: el que tan incondicionalmente quera entregarse a la palabra de Dios, no fue nunca un oyente en el pleno sentido de la palabra. Ya veremos que este hecho proyecta hasta el final su sombra sobre el camino de Lutero. Lutero es, desde su raz, de temple subjetivista 17. Este talante fuertemente subjetivo ilumin con luz completamente nueva para Lutero muchas pginas de las sagradas Escrituras; pero lo dej ciego para otras, sin contar el hecho de que el reformador Lutero desechar pronto libros enteros de la sagrada Escritura (carta de Santiago y Apocalipsis), pues parecen oponerse a su modo de entender la revelacin.
La leccin sobre los salmos (1513-15) Los Dictata super Psalterium, concrecin escrita de sus lecciones sobre los salmos, que dio Lutero desde agosto de 1513 a octubre de 1515, son el primer monumento general de sus ideas. De ah que se los haya frecuentemente estudiado en los ltimos decenios, siquiera no se haya logrado unanimidad sobre su puesto en la evolucin de Lutero como reformador. Apoyndose principalmente en el Psalterium Quincuplex de Faber Stapulensis (Pars 1509) el joven profesor hizo imprimir un texto del salterio con anchos espacios entre lneas y amplias mrgenes para la mano de los estudiantes. A esta edicin antepuso un prefacio y a cada salmo una especie de ndica de materias. El ejemplar de Lutero, con sus glosas lineales y marginales se ha conservado en el Wolfenbttler Psalter; adems, la extensa explicacin del texto, los escolios, en un manuscrito de Dresden. En otoo de 1516 comenz Lutero a preparar la leccin para la imprenta. Pero no pas de los comienzos (salmos 1; 4; 22-24). Sin embargo, hay que tratar de fijar la cronologa pues no sabemos si nos hallamos ante una manifestacin de Lutero del tiempo de la leccin, o de una refundicin posterior. Fiel a la tradicin hermenutica, Lutero mantiene el cudruple
17 J LORTZ, Dw Ref&rmatwn m DeutscMcmd I 162
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sentido de la Escritura. El sentido literal es para l la referencia a Cristo como ya aparecido, Pero este Cristo es visto en unidad con su cuerpo mstico. Lo que puede entenderse de Cristo como cabeza, puedo tambin entenderse de la Iglesia y de la fe en l (WA 4, 215; 3, 458). As pues, lo que se dice de Cristo puede aplicarse alegrica o msticamente a la Iglesia, y moral o tropolgicamente al cristiano. De ah que se halla en Lutero una estrecha conexin entre cristologa, eclesiologa y soteriologa. Sin embargo, por muy naturalmente que se mantenga a la Iglesia como cuerpo de Cristo y por muy importante que sea su funcin como> instrumento de salud en la administracin de los sacramentos y sobre todo en la predicacin de la palabra de Dios, el tono se pone en la identificacin del cristiano con Cristo fundada en el misterio del cuerpo mstico. Todo paso de la Escritura que habla del advenimiento de Cristo en la carne, puede muy bien, y hasta debe entenderse de su advenimiento espiritual por la gracia (WA 4, 407; 4, 19). As pues, como Cristo fue concebido por el Espritu Santo, as todo creyente es justificado y regenerado sin obra humana, nicamente por la gracia de Dios y la accin del Espritu Santo (WA 3, 468). En Cristo como opus Dei se ha revelado Dios. Sin embargo, aun en esa revelacin sigue siendo el oculto, deus absconditus. Si ya de suyo es para nosotros incomprensible, en la encarnacin se nos oculta de manera particular (WA 4, 7); es ms, en la triste figura del hombre en la cruz, se nos ha ocultado francamente en lo contrario1S. En Cristo crucificado sube de punto el contraste entre Dios y hombre, cielo y tierra, manifiesto y escondido, presente y futuro, espiritual y carnal, juicio y gracia, justicia y misericordia, muerte y vida, hasta la contradiccin; pero, a par, todos los contrastes se integran o concilian en una unidad superior19. En la cruz Dios mata para resucitar, aniquila para salvar, condena para beatificar, juzga para perdonar, opera en el opus cdienum su opus propriurn (WA 3, 246; 19ss; 4, 87, 21ss). La cruz y muerte de Cristo es el juicio sobre el pecado, en la cruz toma Cristo nuestra condenacin y reprobacin. Pero Dios no castiga para aniquilar, sino para llevar a la vida. Dios hace mara18. 19 sub contraria* (WA 4,449); sub contrani (WA 4,42). Fere omnis contradictw hic conciliatwr in Chnsto (WA 3,52).
villas en su santo (Sal 4, 4), porque entrega a Cristo a todos los ataques del dolor y de la muerte, y as precisamente lo salva; lo protege con la mayor fuerza, donde ms lo abandona; lo lleva a la salud, all donde lo condena (WA 4, 87, 20ss). Cristo, que aparece como el ms reprobado y maldecido, es bendecido (WA 3, 63, 13ss). En la cruz, pues, se suprime la tensin de juez y redentor, de la ira y de la gracia de Dios; se pone de manifiesto la unidad de la clera santa do Dios y de su amor misericordioso. Ahora bien, lo que vale originaria (radicaliter) y causalmente (causciter) de Cristo, lo que sucedi en l ejemplarmente, se dice en la exgesis tropolglca del cristiano que, por la fe, ha entrado en el acontecimiento de la salud eterna. Es ms, el que quiera entender rectamente al apstol y otras escrituras, tiene que entender tropolgicamente expresiones como verdad, sabidura, virtud, salud, justicia. Virtud es la fuerza con que l nos hace fuertes, por la salud nos valvamos y por la justicia nos hacemos justos. As las obras de Dios son los caminos de Dios. Segn el sentido literal, todo es Cristo; segn el moral, lo es la fe en l (WA 3, 458, 8-11). El opus dei igual a Cristo se convierte en opus dei igual a fe en Cristo. Cristo es sacramento, es decir, signo que va ms all de s mismo; es nuestro abstrctctum, nosotros somos su concretum (WA 4, 173, 23), es decir, Cristo tiende como si dijramos a su realizacin en el creyente, nosotros debemos configurarnos todos segn su ejemplo (WA 2, 243, 15). La aplicacin de la obra de la salud se hace en la palabra y en el sacramento: Las palabras del evangelio son el vehiculum (WA 4, 229, 38), en que la verdad viene a nosotros. Pero esta palabra no es slo comunicacin, sino palabra eficaz; en ella se contina el juicio de Dios en la historia y la cruz se nos hace contempornea. Esta cruz como juicio y justicia de Dios significa tropolgicamente humilitas, o mejor, humilmtio y jides. En la humildad se hace el justo su propio acusador (WA 3, 29, 16). As se hace eficaz la sentencia de Dios; nosotros renunciamos a nuestra justicia, confesamos nuestros pecados y damos la razn a Dios, aun cuando nos parece que no la tiene (WA 3, 465, 9). No habr en nosotros justicia, no nace justicia alguna, si antes no viene a caer de todo en todo la justicia y pasa nuestra justicia. En otro caso, la justicia de Dios sera irrisin, y Cristo habra muerto en vano 71
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(WA 3, 31, 9ss). Es justo que nosotros nos hagamos injustos y pecadores, para que Dios quede justificado en sus palabras... y as reine ms en nosotros la justicia de Cristo. . (WA 4, 383, 7ss). As que todo nuestro fervor debe dirigirse a hacer grandes y graves nuestros pecados (WA 3, 429, 3). Este propio juicio, la crucifixin de la carne, es efecto de la palabra de Dios (WA 4, 461, 37). No es mero supuesto de la justificacin, sino como humilitas fidei (WA 3, 588, 8; 4, 90, 20; 127, 10; 226, 4; 231, 7 et passim) ya sta misma. Porque no es justo el que se tiene por humilde, sino el que se ve abominable y digno de condenacin (WA 3, 465, 6). Entendido tropolgicamente, el juicio es la humiliatio, la condenacin de s mismo bajo la palabra de Dios (WA 3, 465; 462), y la justicia, la fe. Porque, segn Rom 1, 17, en el evangelio se revela la justicia de Dios, que va de la fe a la fe (WA 3, 466, 26; 463, 1). Humilitas y fides deben distinguirse tericamente, pero estn tan inseparablemente unidas como las dos caras de la misma cosa. La propia condenacin es, por as decir, la cara que se hace visible, que mira hacia afuera; la fe, la cara interna de la justicia 20. Poder comprender juicio y justificacin como una sola cosa e identificar el juicio con el evangelio y la gracia es para Lutero la gran maravilla. Es maravilloso cmo la gracia o la ley de la gracia (que es lo mismo) puedan ser juicio y justicia... Sin duda porque l juzga y justifica al que le cree. Partiendo de aqu, toda palabra de Dios es juicio (WA 3, 462, 23ss). Pero la justificacin no est conclusa, sino que es un proceso. Si nos paramos, dejamos de ser buenos. Los que somos justos, necesitamos an de la justificacin (WA 4, 364, 14) y no acabamos nunca (WA 4, 296,
20 H. BORNKAMM, Zur Fratffe der lustitia beim ungen Luther ARG 52 (1961) 16-29, part p 23; cf WA 4,383 Quae ( e humilitas) est omnis ventas et otnnis iustitia, et brevi verbo psa Crux Chnsti Aqu falla la distincin precisa entre una teologa de la humildad agustmiana y mstica de la primera leccin sobre los salmos y la carta a los romanos j una teologa postenor, realmente reformatoria de Lutero de 1518-19 hecha por E BIZER (Fvdes ex auditu, Neukirchen s 1961) A PETEHS (Luthers Tuirmerlebms Neue ZSTh 3 [1961] 203 236) Este ultimo llega a decir que hasta las Operattcmes m Psalmas (1518 19), y en los escritos edificantes hasta 1521, no le fue fcil a Lutero borrar los residuos semipelagianos en la piedad de la humildad (217) Todo ello para que el descubrimiento reformatorio pueda ser un derrumbe del edificio ideal de la teologa romana catlica (236) L. Grane tiene en cambio por demostrado que se entiende falsamente el pensamiento de Lutero, si se entiende la humilitas como prestacin humana (Contra Gabrielem 295, cf 321 n 3)
35). Progresar significa siempre volver a empezar (WA 4, 3,50, 15; 334, 35). Todava estamos redimidos slo en esperanza. La justificacin no se da visiblemente, sino slo en la fe. Los que estamos salvos in spe, no lo estamos an in re (WA 3, 453, 33). En este mundo no tenemos la cosa misma (res), sino slo testimonios o signos de ella, pues la fe no es la cosa misma, sino la conviccin de realidades invisibles (WA 3, 279, 30). Esta contraposicin de res y spes ha de entenderse sobre el fondo de la cristologa luterana y la teora de la absconditas. Lutero dice en una glosa al salmo 113 que Cristo tiene dos naturalezas, de las que una est manifiesta in re, mientras la otra slo se da en la fe y slo en lo futuro se manifestar tambin in re (WA 4, 258, 27). El contraste, pues entre in re e in spe, no es la oposicin entre real e irreal, sino entre manifiesto y oculto, visible e invisible. En esta vida no tenemos a Cristo, la gracia y la justificacin in re, en la manifestacin del estado final, sino en la ocultacin de la absconditas sub contraria specie, por lo que la realidad oculta slo nos es accesible in fide et spe. Mi cuidado ha de ser no perder lo que slo se me da en esperanza y que el pecado no logre otra vez poder sobre m (WA 3, 364). Y es as que, aun despus de perdonada la culpa, queda mucho de lo que el pecado nos ha hecho, a saber: debilidad de la memoria, ceguera del entendimiento, concupiscencia o desorden de la voluntad. De estas tres cosas, como de su fuente, se deriva todo pecado. Son residuos del pecado, que fus desde luego perdonado en el bautismo (WA 3, 453, 7ss; 215, 28). As aun los bautizados necesitan constantemente de curacin (WA 4, 211, 11). La experiencia de que pecamos, pues, siempre y somos siempre impuros (WA 4, 364, 9s), la haba hecho ya Lutero en su primera poca conventual. La leccin sobre los salmos est adems llena de la idea de que el cristiano, como Cristo en la cruz, cuanto ms profundamente abandonado est de Dios, tanto est ms cerca de Dios (WA 3, 63); donde se da por perdido, se salva, y si muere, es justificado (Rom 6, 7; WA 4, 90). No importa, pues, des- > hacerse de la tentacin, sino aceptarla en la fe en Dios, que es el solo justo y justifica a todos en Cristo (WA 4, 299, 21; 417, 26).
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La leccin sobre la carta a los Romanos de 1515-16 Las concepciones que expuso Lutero en los Dictata super Psalterium sobre juicio y justificacin, fueron por l elaboradas con mayor claridad en las lecciones sobre la carta a los Romanos habidas de noviembre de 1515 a septiembre de 1516. Si ya de suyo se inclinaba Lutero al pensamiento y estilo paradjico, la lengua de esta carta paulina lo provoc francamente a un chocante pensar antittico. Las ideas fundamentales de la leccin: el pecado permanente y la justicia extraa, las formula Lutero en el prlogo a los escolios somo sigue: La suma de esta carta es destruir, extirpar y aniquilar toda sabidura y justicia de la carne... por muy de corazn y sinceramente que se practique, e implantar, levantar y engrandecer el pecado (WA 56, 157)... Porque Dios no nos quiere salvar por propia justicia y sabidura, sino por extraa, por una justicia que no viene de nosotros, ni de nosotros nace, sino que nos llega de otra parte; no brota de nuestra tierra, sino que baja del cielo. Hay, pues, que ensear una justicia, que viene completamente de fuera y es justicia extraa. Por eso es menester comenzar por extirpar la propia justicia, agazapada en nosotros (WA 56, 158). Se trata de reconocer que somos pecadores, y en este sentido tenemos que hacernos pecadores. Por este pecado, que Lutero experimenta como permanente y contra el que tiene que luchar de por vida el bautizado, no se entiende el pecado actual (peccatum actale), sino el pecado radical (peccatum radicle), que antecede a todos los actos particulares desordenados: la concupiscencia. Su esencia ntima es la propia justicia, la propia complacencia y el propio inters. De nosotros mismos estamos torcidos y mal inclinados (WA 56, 258; 304). Este torcerse hacia uno mismo (curvitas, WA 56, 356), amenaza consumir y corromper nuestras mejores disposiciones y acciones, No codiciars, es decir, no referirs nada a ti mismo, ni buscars nada para ti, sino que vivirs en todo para Dios, para l obrars y en l pensars (WA 56, 356). Todo: conocimientos, virtudes y bienes, por bueno que en s sea, queda pervertido por esta falsa referencia. Sigese que si la fe no ilumina al hombre y la caridad no lo libera, no puede querer o
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poseer u obrar bien alguno; slo puede hacer mal, aun caso que haga bien (WA 56, 355). Esta concupiscencia no es slo para Lutero residuo del pecado, como lo era an en la leccin sobre los salmos (WA 3, 453), ni slo incentivo para nuevo pecado (fornes), sino pecado real. Lutero echa en cara a los telogos escolsticos soar que se quite todo el pecado original lo mismo que el pecado actual, como si fueran cosas que en un momento pueden desaparecer, como desaparece la oscuridad con la luz (WA 56, 273). Sin duda se perdona la culpa; pero el pecado, como disposicin fundamental desordenada del hombre, slo se destierra en lento proceso por obra de la gracia. Lutero no saba eso en las luchas de los aos atrs: Por eso luchaba consigo mismo, sin saber que el perdn es ciertamente real, pero no hay quite (obatio) del pecado, a no ser en esperanza; es decir, que el pecado ser quitado por el don de la gracia, la cual empieza a quitarlo, de forma que, en adelante, no es ya imputado a pecado (WA 56, 274). El que acepta este su pecado y libremente se reconoce para la condenacin, se ha satisfecho a Dios y es justo. Esto acontece por la fe, en que el hombre cautiva su inteligencia bajo la palabra de la cruz, se niega a s mismo, renuncia a todas las cosas, muerto a s mismo y a todo (WA 56, 419, 12-16). Este pecado permanente no impide una unin real del creyente con Cristo, ni excluye que se le conceda la justicia de Dios en el sentido de una justificacin real. Por su fe, que es la fe de Cristo, unido a su muerte de cruz y aceptando la condenacin de su pecado por sentencia de Dios, queda transformado en lo ms ntimo y es justificado ante Dios 21. Formulaciones extremosas de Lutero y su frecuente empleo de palabras como imputare, reputare, non-imputatio han conducido a la mala inteligencia de que noi conoce una justificacin del hombre en el sentido de una transformacin interna y perdn real de los pecados. Justificacin exterior no quiere decir que se quede slo en lo exterior, sino que viene de fuera y es dada por Dios; no se alcanza por la virtud del hombre, sino nicamente por la fe en la palabra de Dios22. Es ms, Lutero. recalca que no se trata primeramente de la desaparicin de los pecados particulares, sino de la destruccin del hombre viejo y
21. 22. J LORTZ, Luthers Romerbriefvorlestmg: TThZ 7-1 (1962) 247 per solam fidem, qua. Dei verba creditum (WA 56,172).
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de la creacin de otro nuevo. Segn el hablar humano, se quitaran los pecados, mientras permanecera el hombre; en el apstol es al revs: El hombre es arrancado al pecado, mientras ste queda como un residuo... La gracia y justicia espiritual levanta al hombre mismo, lo transforma y aparta del pecado, aun cuando deje subsistir a ste (WA 56, 334)... Por eso, dice tambin Samuel (1 Sam 10, 6): "Sers otro varn", es decir, otro hombre. No dice: Tus pecados sern cambiados, sino: t sers primero otro, y si te haces otro, tambin tus obras sern otras (WA 56, 335). La justicia no resulta del obrar justo, como ensea Aristteles, sino que precede (WA 56, 172). Como los actos ministeriales del sacerdote suponen la ordenacin sacerdotal, as las obras de la fe suponen la justificacin por la fe (WA 56, 248). Esta gracia de justificacin no es un hbito, no es una cualidad que se adhiera al hombre, como la pintura a la pared (WA 56, 354), sino que es prendido por la virtud de Dios, por el Espritu Santo, que adquiere poder sobre nosotros y dirige a Dios toda nuestra existencia en fe, esperanza y caridad. En cuanto nos dejamos prender actualmente por el Espritu Santo, somos justos. El hombre queda libre del pecado (del peccatum actale y radicle), al dejar obrar a Dios y estarse l quieto (WA 56, 277). Por razn de este actualismo y a fin de excluir toda disposicin sobre la gracia por parte del hombre, independientemente del Espritu Santo as interpreta Lutero falsamente la escolstica , rechaza Lutero, como Ockham, la gracia habitual. Ve a los cristianos en peligro de querer agradar a Dios pasando por alto a Cristo, como si en adelante no nececitaran ya a Cristo, una vez recibida la gracia justificante (WA 56, 298). As, la vida de fe es una perpetua vuelta a empezar, un situarse siempre de nuevo ante Cristo. Pero es tambin un proceso continuo una renovacin da a da y en medida creciente del espritu (2 Cor 4, 16; WA 56, 443). Lutero ve al justificado como un enfermo ante el mdico, que le promete la salud y ya ha empezado a curarlo. Cristo, buen samaritano, llev al mesn al hombre medio muerto y comenz a curarlo, una vez que le prometi plena salud para la vida eterna. entretanto, le prohibe todo lo que pudiera detener la curacin. Es por el mero hecho completamente justo? No, sino pecador a par 76
que justo (simul peccaor et iustus); pecador en realidad; justo en virtud de la consideracin y de la promesa cierta de Dios de que lo quiere redimir del pecado hasta que lo sane completamente; y as est completamente sano en esperanza (in spe), pero es pecador en realidad (in re); sin embargo, posee las primicias de la justicia, a fin de que busque ms y ms, con la conciencia siempre de ser injusto (WA 56, 272; cf. 513). As pues, iustus ex fide no significa slo que soy justo por razn de la fe, sino que la justicia es objeto de la fe, no es visible ni experimentabla (non in re). Es ms, tiene que permanecer oculta, no puede hacerse visible, como la gloria de Dios en Cristo (WA 56,171). Pero est instalada en m, y lentamente adquirir seoro sobre m. Y es as que toda nuestra vida es tiempo en que se quiere la justicia, pero no se alcanza nunca del todo; esto se logra slo en la vida venidera (WA 56, 272). Lutero distingue, pues, entre la justificacin que es indivisible como la fe (WA 56, 249; 251) y la santificacin, que es un proceso lento. Pero en esta leccin no habla an de la doble justicia; s, empero, siguiendo a Rom 5, 15, de la gracia y el don. La gracia significa aquello por que Dios nos justifica, o ms bien, aquello que se nos da, como en su origen, en Cristo; y don (donum), aquello que Cristo derrama en nosotros. La palabra: "por la gracia de este solo hombre" ha de entenderse de la gracia personal de Cristo, correspondientemente al propio y personal pecado de Adn; el don, empero, es la justicia que nos es dada (WA 56, 318). Lutero acenta que gracia y don son una sola y misma cosa, y no define ms precisamente la relacin entre ambos. Tampoco se aclara la relacin entre la gratia operans, la gracia primera sola eficaz, y la grada cooperans, que admite crecimiento y grados (WA 56, 379). Oscuro sobre todo queda el sujeto que es, a par, carne y espritu, justo y pecador, que hace obras de la ley y de la fe, qua se comporta pasivamente frente a la sola gracia que obra, y que, sin embargo, tiene que creer, esperar y amar y hasta cooperar con la gracia, crecer en ella y hacerse santo. Mientras Pablo admite junto a la carne y al . espritu el nous, el hombre interior, que puede ser carnal y espiritual, Lutero slo conoce caro et spiritus, y todava est tentado a identificarlos con el cuerpo y el espritu del hombre. El mismo hombre es a la vez espritu y carne (WA 56, 350). Lutero compara 77
esta unidad con la de las dos naturalezas en Cristo, y, como en sta, se da tambin en aqulla la comunicacin de propiedades (commurticatio idiomatum). Mas como un solo y mismo hombre en su totalidad consta de carne y espritu, de ah es que Pablo atribuya al hombre entero ambas cosas, que se oponen entre s y proceden de partes opuestas de su ser. As se llega a la comunicacin de propiedades, y un solo y mismo hombre es espiritual y carnal, justo y pecador, bueno y malo. Lo mismo que una sola y misma persona de Cristo es a la vez muerta y viva, a la vez paciente y bienaventurada, a la vez activa e inactiva, etc., por razn de la comunidad de propiedades, aunque a ninguna de las dos naturalezas le convenga lo que es propio de la otra, sino que se da entre ellas el ms violento contraste (WA 56, 343). Segn esta comparacin la persona humana debera ser sujeto de caro et spiritus; ella que, desde luego, cae en el mal, pero no es tan absolutamente mala, que no quede an algn resto que se vuelva al bien, como aparece claro en nuestra conciencia (WA 56, 237). Este hombre tiene que trabajar con el donum, o, por mejor decir, el hombre movido del espritu, el homo spiritualis, debe resistir a la concupiscencia, a fin de que no domine el pecado que ha permanecido en nosotros, sino que el espritu destruya al que antes nos dominara (WA 56, 314); el hombre debe soportarla, (WA 56, 346; 272) hasta que el espritu la destierre. As, por la concupiscencia, el hombre es pecador; mas como pide la justicia de Dios (WA 56, 269), es justo. Pero no lo es estticamente, sino en un constante proceso de mejoramiento. El que va a confesarse, no ha de pensar que va a dejar all una carga, para poder vivir tranquilo. Tiene que saber que, al dejar la carga, entra en la milicia de Dios... El que no est dispuesto a seguir luchando a qu pide ser absuelto y ser alistado en el ejrcito de Cristo? (WA 56, 350). Si Lutero deja mucho que desear en cuestin de precisin y cuidado teolgico, tom, sin embargo, enrgicamente en serio el carcter o estado caminante del hombre y la problemtica tpicamente paulina del ser y el hacerse o llegar a ser, del haber y el aspirar, del indicativo y el imperativo (O. Kuss). De aqu resulta sin dificultad el enlace con la primera tesis sobre las indulgencias, de que toda la vida del cristiano debe ser penitencia.
Leccin sobre la carta a los Gtatas A continuacin de la carta a los romanos, expuso Lutero en el invierno de 1516-17 (27-10 a 13-3) la carta a los Glatas. Esta leccin slo se ha conservado en el manuscrito de un alumno. Lutero o Melanchthon elabor en 1519 estos apuntes como commentarius para la imprenta (WA 2, 443-618; cf. WA 57, n, xvi). La carta a los Glatas volvera an a ocupar frecuentemente a Lutero. Era su carta, a la que se haba confiado. Es mi Katharina v. Bora (WA Tr 2, 69, n. 146). Aqu hallaba Lutero confirmada su concepcin de la justificacin por la fe, sobre las obras de la ley y las obras de la fe, sobre la carne y el espritu y sobre el pecado permanente. La nueva y maravillosa definicin de la justicia dice: La justicia es la fe en Cristo... Segn una palabra de Jernimo, el creyente no vive de la justicia, sino el justo de la fe, es decir, no vive porque es justo, sino que es justo porque cree (WA 57, n, 69). Por la fe nos hacemos una cosa con Cristo. La fa es la justicia universal (universalis iustitia). As que todo pecado puede reducirse a incredulidad en Cristo. A la objecin de que en tal caso basta la fe y no es ya menester obrar el bien y evitar el mal, replica Lutero: De suyo basta la fe, pero nadie tiene fe tan grande que no pueda acrecerse. As pues, las obras sirven para el acrecentamiento de la fe. Adems, han de practicarse como servicio voluntario al Seor Cristo (WA 57, n, 70). Segn Gal 2, 17 se plantea la cuestin de cmo puede negar el Apstol que tambin los creyentes en Cristo son hallados pecadores (Rom 6, 2-10s). Todos los creyentes, dice la respuesta, son justos por razn de Cristo en quien creen y al que, por la mortificacin del hombre viejo, comienzan a conformarse. Por eso, por razn de la fe y la comenzada conformacin, no se imputa lo que no est an mortificado (WA 57, n, 74). As pues, la justificacin est realmente instaurada en m, pero no est an acabada; es un proceso de conformacin con Cristo. El pecado que permanece hasta el acabamiento del proceso, no se imputa, porque Dios mira, por as decir, al fin, que se anticipa ya en la fe.
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La leccin sobre la carta a los Hebreos Esta ltima leccin, sobre la carta a los Hebreos, slo se ha conservado igualmente en copias. Lutero la pronunci desde el comienzo de 1517 al comienzo de 1518. Cae, pues, en el tiempo del pleito de las indulgencias y entra ya en los primeros meses de la lucha reformista. Pero no se nota mucho rastro de ello. La crtica contra la vida de la Iglesia no es mucho ms llamativa que en las lecciones precedentes. En cambio, pasa a primer plano el inters humanstico y filolgico de Lutero. La justificacin es vista ms cristolgicamente an. En la fe se nos da la comunin con Cristo. La fe es el lazo de unin entre el corazn y la palabra de Dios. Por la fe se casan en un espritu (WA 57, ni, 157), el hombre se hace semejante a la palabra de Dios; pero la palabra es el Hijo de Dios; as resulta finalmente ser hijo de Dios todo el que cree en l (Jn 1, 12) (WA 57, ni, 151). Lutero explica ms despacio la idea de la muerte de Cristo como sacramentum et exemplum, que toc ya en una observacin marginal a Agustn (De Trin. iv, 3; WA 9, 18) y repiti luego a menudo, por ejemplo, en la leccin sobre la carta a los romanos (WA 56, 321), y la pone en estrecha relacin con la justificacin. La pasin de Cristo es un signo divino (sacramentum) de la muerte y de la remisin de los pecados23. Antes de que Cristo pueda hacerse ejemplo, debe el hombre creer por fe firme que Cristo sufri y muri por l como signo divino (quoad sacramentum). Yerran, pues, gravemente los que intentan borrar inmediatamente el pecado con obras y rigores de penitencia, y empiezan, por as decir, con el ejemplo, cuando debieran comenzar por el sacramento (WA 57, m, 114). El hombre tiene que morir con Cristo por la fe, para que Cristo pueda vivir y obrar y hasta dominar en l. Entonces las obras fluyen espontneas hacia afuera de la fe (57, ni, 114). En la interpretacin de Heb 10, 19 la muerte de Cristo y su entrada en la gloria del Padre es signo y sacramento24 de la imitacin de Cristo. La muerte de Cristo es signo (sacramentum) de la mortificacin
23. Sacramentum passionis Christi est mors et remissxo peccatorum- (WA 57, m , 114). 24. <(.s\gnxfxcat et est sacramentum wiitandx Christum (WA 57, n i , 222).
de la concupiscencia25 y hasta de su muerte, y su entrada- en el cielo es signo (sacramentum) de la nueva vida y del camino, por donde hemos ahora de buscar y amar lo celeste (WA 57, ni, 223). Pero Cristo no es slo ejemplo para nuestro paso por la tierra; no slo nos gua y ayuda, sino que nos lleva. Porque quien se apoya en la fe en l, es llevado sobre los hombros de Cristo (WA ni, 224). En la muerte de Cristo, se sirvi Dios del diablo para realizar su obra; pero la muerte se estrell en la divinidad de Cristo. En el matar sucumbi el diablo y por la muerte slo pudo crear la vida. As, por una obra extraa, lleva Dios a cabo su propia obra (WA 57, ni, 128). Como Cristo, por su unin con la divinidad inmortal, venci en su morir a la muerte; as tambin el cristiano, por su unin con Cristo inmortal (que se da por la fe en l), vence al morir a la muerte2e. Esta argumentacin no puede entenderse a base de la doctrina anselmiana de la satisfaccin; sino, de acuerdo con la doctrina patrstica de la redencin, sobre el fondo de Flp 2, 7ss. Cristo se despoj de su forma divina, es decir, de la justicia... gloria, paz, alegra, y tom lo que es propio nuestro: el pecado1, la locura, la perdicin, la ignominia, la cruz, tristeza, etc. (WA 57, ni, 136), y as anul todo eso desde dentro. As pues, por haberse l conformado con nosotros, hombres perdidos, podemos nosotros configurarnos con l. l tom sobre s nuestra injusticia y nos dio su justicia. La justicia es la gracia misma, esto es: fe, esperanza y caridad, como se dice en el salmo 30 (31, 2): "En tu justicia lbrame"... Ahora bien, sta es la justicia de la que escribe en Rom 1, 17 que viene de la fe, como dice el Apstol: En el evangelio "se revela la justicia de Dios de fe en fe" (Rom 1, 17); esto se interpreta mal como la justicia de Dios, por la que l mismo es justo. A no ser que se entienda en el sentido de que la fe de tal manera levanta el corazn del hombre y sacndolo* de s lo lleva a Dios, que del corazn y del hombre se hace "un solo espritu" (1 Cor 6, 17) y as la justicia divina misma es la justicia del co25. concupiscentiae, segn Hirsch-Ruckert 251; W A 57, III, 222 30 lee con los ms. conscientiae. 26. Sicut enim Christus per unionem mmortalis divinitatis moriendo mortem sjtI>eravit, ita Chnstianus per unionem mmortalis Chnsti (Quae fit per fidem in illum) etiam moriendo mortem superat. Ac sic deus diabolum per psummet diabolum destruir et alieno opere suum perfictt (WA 57, m , 129).
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razn... como en Cristo, por la unin con la naturaleza divina, la humanidad se ha hecho una sola y misma persona (WA 57, ni, 187s). Segn esta interpretacin, Cristo no me comunicara su justicia sino que tendra lugar una permutacin de sujeto; el hombre saldra de su propio centro personal y recibira como sujeto la persona de Cristo, a la manera como en Cristo la naturaleza humana recibe la persona divina. Entonces, por comunicacin de idiomas, las propiedades de Cristo son predicadas del hombre. Nueva es en la leccin sobre la carta a los Hebreos la discusin de la relacin entre fe y sacramento y la exposicin relativamente extensa de una doctrina sobre la cena. Como ya not en la leccin sobre la carta a los romanos (WA 56, 370), con las mismas palabras y con referencia al mismo pasaje de Bernardo de Claraval21, recalca Lutero: La fe en la remisin de los pecados no basta, si no crees con absoluta certeza que los pecados te han sido perdonados (WA 57, ni, 169). Esta promesa del perdn de los pecados se me hace en los sacramentos. De ah viene que nadie alcanza la gracia, porque reciba la absolucin, o el bautismo, o la comunin, o la uncin, sino porque cree alcanzarla as por la absolucin, bautismo, comunin y uncin (WA 57, m, 169s). La palabra de Agustn2S, citada tambin por Toms de Aqui29 no : El sacramento obra en virtud de la palabra, y no porque es pronunciada, sino porque es creda, la cita tambin Lutero algo abreviada, y recalca la necesidad de la disposicin del corazn, es decir, de la fe para la recepcin fructuosa del sacramento; no basta no poner bice. Ni aun hoy se bautiza a ningn nio, si no se responde en su lugar: "creo" (WA 57, ni, 170). Los sacramentos de la gracia no aprovechan a nadie, sino que antes bien daan a quien no se acerque con fe entera. No, la fe es ya la gracia justificante (WA 57, ni, 191).
27. Sermo m festo Anmmtia<toms i, P L 183, 383 La observacin de Bizer de que Lutero ataca ahora la idea de conciencia en Bernardo (Fldes ex auditu 80), es errnea Como en la leccin sobre la carta a ios Romanos, Lutero indica aqu, con Bernardo, que la certeza del perdn de nuestros pecados no la tenemos por nosotros mismos, sino que es un don del Espritu Santo. El ensayo de Bizer de mostrar en la leccin sobre la carta a los Hebreos un progreso de Lutero en la inteligencia de la justicia por la fe, resulta aqu, como en otras partes, una construccin. 28. In Bv. loan, tract. 80, P L 35, 1840. 29. S. th. n i , p. 60 a. 6.
As se hace particularmente apremiante para Lutero, como para la teologa de la edad media tarda, la cuestin de por qu hay sacramentos, si ya la fe justifica. La palabra y el sacramento exterior son comunes dignos e indignos, y no bastan si no gustamos tambin a Cristo que est escondido en ellos (WA 57, ni, 200). Cuando Lutero recalca que, en el Nuevo Testamento, no justifica el sacramento, sino la fe en el sacramento (WA 57, ni, 206), no intenta negar el opus operatum, ni impugnar que el sacramento se verifique independientemente de la dignidad del ministro y del sujeto, sino acentuar que la mera recepcin sacramental sin la recepcin espiritual, es decir, sin la fe, no aprovecha nada; s, en cambio, la mera recepcin espiritual sin la sacramental, segn la palabra de Agustn: A qu preparas el vientre y los dientes? Cree y has comido30. Recordar la pasin de Cristo no es tenerle compasin, cosa que pueden hacer tambin los gentiles, sino creer que Cristo derram su sangre por mis pecados. Y es as que comer y beber quiere decir estar inmersos e incorporados en Cristo por esa fe (WA 57, m, 209). La eucarista es para Lutero testamento, es decir, herencia de Cristo muriente. Ah se me promete la remisin de mis pecados. El testamento se hizo vlido por la muerte del testador. Esta muerte es el sacrificio de la nueva alianza, que se ofreci de una vez para siempre (WA 57, m, 172; 217). Mas lo que nosotros ofrecemos diariamente no es tanto un sacrificio, cuanto la memoria de aquel sacrificio, como l dijo: "Haced esto en memoria ma" (WA 57, ni, 217s). Si prescindimos de la evolucin en la leccin sobre los salmos, que es difcil de fijar por razn de la posterior reelaboracin, y si tenemos en cuenta la dependencia de Lutero respecto de su eventual modelo y de las ideas formadas bajo su inspiracin 31, podemos decir que las lecciones exegticas de 1513-18 estn sostenidas por las mismas ideas fundamentales: la justificacin por Jesucristo, que tom nuestra flaqueza y nos da la justicia por la fe. Fe como comunin con Cristo, en que poco a poco vencemos al pecado permanente, proceso que slo acabar con la muerte.
30. In Bv. loan, tract 25,12; P L 35,1602. 31. J. LORTZ, Luthers Romerbnefvorlesung
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Idea reformista de la iusttia Dei, en Lulero Desde 1532, Lutero habla repetidamente en sus charlas de sobremesa y en sus lecciones de una idea y hasta de una experiencia ntima que le habra procurado una inteligencia completamente nueva del evangelio y, tras una angustia infernal, le habra abierto las puertas de la alegra del paraso, de la vida y la salud eternaS2. Se trata, en cuanto al fondo, de la inteligencia de la justicia de Dios. Hasta entonces haba sentido terror siempre que lea justicia de Dios en el salmo 31 (30) 2, 71 (70) 2, o en Rom 1, 17. Esta palabra le hiri como un rayo. Luego, gracias a una iluminacin del Espritu Santo, se le apareci claro que aqu no se habla de la justicia judicial, sino de la justicia con que Dios nos justifica con su gracia. Al que hasta entonces haba aborrecido los salmos y la Escritura por razn de aquella angustia, se le abri la Escritura entera y el mismo cielo (WA 43, 537). Segn Ja ms temprana, manifestacin de Lutero; del ario 1532, una charla de sobremesa que fue puesta por escrito casi con las mismas palabras por Cordatus, Kumer, Schlaginhaufen y Rorer, el hecho fue como sigue: Estas palabras de "justo" y "justicia" producan sobre mi conciencia el efecto de un rayo. Al orlas, me horrorizaba: Si Dios es justo, tiene que castigar. Pero, gracias sean dadas a Dios, cuando un da meditaba en esta torre y en mi cuarto de estudio sobre estas palabras: "El justo vive de la fe" (Rom 1, 17), y sobre "la justicia de Dios", pens inmediatamente: Si hemos de vivir como justos de la fe y si la justicia de Dios ha de ser salvacin de todo el que cree, ella no ser merecimiento nuestro, sino misericordia de Dios. As qued mi espritu levantado, pues la justicia de Dios consiste en que somos justificados y redimidos por Cristo. Y aquellas palabras se hicieron entonces para m ms amables. El Espritu Santo me revel en esta torre la sagrada Es32. Tr. 3,228, n. 3232 a-c ( = SCHEEL, n. 235); Enarr. Ps. 51 (1532), W A 40, 331s ( = SCHEEL, n. 237); 444s ( = SCHEFI, n 245), T r 2,177, n 1681
SCHEEL, 2 3 8 ) ; T r 4,72, n. 4007 ( = SCHEEL, n. 404); T r 5,26, n. 5247 ( = SCHEEL,
ii,
(=
n. 449); Enarr. in genes, cap. 27-38 (1542); W A 43,537 ( = SCHEEL, n. 460); Tr 5,210, n. 5518 ( = SCHEEL, n. 474); T r 5,235, n. 5553 ( = SCHEEL, n. 476); Enarr. tn genes, cap. 42,18-20 (1543), W A 44,485 ( = SCHEEL, n 4 % ) ; Prlogo al primer tomo de los escritos latinos (1545); W A 54,179-187 ( = SCHEEL, n. 511).
critura (Tr 3, n. 3232c). Como lugar de esta experiencia -indica Lutero el lugar calentado (hypocaustum) en la torre del convento de Wittenberg, que le serva de cuarto de trabajo. Por eso se habla de la experiencia de la torre. Ms discutido es el momento en que le fue dada a Lutero esa idea. Y ello condiciona tambin su contenido. Esta controversia se enciende en el ltimo y ms extenso relato de Lutero sobre su experiencia en el prlogo al primer tomo de sus obras latinas de 1545. En l quiere Lutero indicar al lector que en sus primeros escritos se hallan an muchas e importantes concesiones al papa, que l, Lutero, mira ahora y condena como suma blasfemia y abominacin (WA 54, 179, 34ss). Y es que haba sido difcil desprenderse y salir de tales errores (WA 54, 183, 21 ss). Lutero quisiera, por decirlo as, pedir perdn al lector protestante, y ponerle en la mano la llave teolgica para la recta inteligencia. Tal es la justificacin por la fe en Cristo y la justicia de Dios como iustitia passiva. Ambas cosas se le aparecieron claras slo tras larga y seria lucha. As lo muestra en dos excursos, que intercala en el relato de los acontecimientos externos con mirada retrospectiva al tiempo pasado (pluscuamperfecto) (WA 54, 183, 21-184, 3 y WA 54, 185, 12-186, 20). El segundo excurso dice: Entretanto (es decir, cuando corri la disputa de Leipzig y la miltitziada), me haba consagrado yo de nuevo aquel ao (1519) a la exposicin del salterio, por confiar que estara ms ejercitado despus que haba tratado en lecciones las cartas de san Pablo a los romanos, a los glatas y la carta a los hebreos. Un deseo ciertamente maravilloso se haba apoderado de m (captas jueram) de entender a Pablo en la carta a los romanos. No lo haba impedido hasta entonces falta alguna de seria voluntad, sino una sola palabra en el captulo primero, a saber: "La justicia de Dios se revela en el evangelio". Y, en efecto, se haba apoderado de m un odio contra esa palabra de "justicia de Dios"; pues, segn uso y costumbre de todos los telogos, se me ense a entenderla filosficamente como la justicia formal o activa, segn la cual Dios es justo y castiga a los pecadores e injustos. Aunque, como monje, llevaba una vida intachable, me senta ante Dios como pecador y con la conciencia inquieta, y no poda confiar tener propicio a Dios por mi satisfaccin. Por eso, yo no 85
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amaba al Dios justo, que castiga a los pecadores, antes bien lo aborreca. As ofenda yo a Dios, si no con oculta blasfemia, s por lo menos con fuerte murmuracin, y deca: No contento con que los miserables pecadores, que se pierden eternamente por razn del pecado original, estn oprimidos segn la ley de la antigua alianza con calamidades de toda especie, Dios quiere tambin amontonar tormento sobre tormento con el mismo evangelio, al amenazarnos tambin en la buena nueva con su justicia y su ira. As me enfureca con conciencia rabiosa y trastornada, y me devanaba los sesos con aquel pasaje de Pablo, llevado del ardiente deseo de saber lo que Pablo quera decir. Hasta que, tras largas meditaciones de da y de noche, Dios se apiad de m y ca en la cuenta del nexo interno de los dos pasajes: "La justicia de Dios se revela en el evangelio", como est escrito: "El justo vive de la fe". Entonces comenc a entender la justicia de Dios como la justicia por la que el justo vive gracias al don de Dios, y vive por la fe; la justicia de Dios que se revela por el evangelio ha de entenderse en sentido pasivo y que Dios nos justifica, en su misericordia, por la fe, como est escrito: "el justo vive por la fe". Aqu me sent francamente como si hubiera vuelto a nacer y hubiera entrado por las puertas abiertas del paraso. Inmediatamente, la sagrada Escritura entera me mostr otra faz. Entonces repas la sagrada Escritura, tal como la tena en mi memoria, y hall en otras expresiones el sentido congruente; as, la "obra de Dios" es aquello que Dios obra en nosotros; la "fuerza de Dios" aquello por que nos fortalece; la "sabidura de Dios" es la sabidura por que nos hace sabios; as hay que entender tambin la "virtud de Dios", la "salud de Dios", la "gloria de Dios". Cuan grande haba sido antes el odio que me inspiraba la palabra: "justicia de Dios", era ahora el amor con que la exaltaba como la palabra ms dulce. As que este pasaje paulino vino a ser verdaderamente para m una puerta del paraso. Luego le la obra de Agustn: De spiritu et littera, en que encontr contra mi esperanza que tambin l entiende parejamente la justicia de Dios como la justicia con que Dios nos reviste al justificarnos. Y aunque esto est an dicho de forma incompleta y Agustn no lo explica todo con claridad sobre la imputacin, me agrad sin embargo que aqu se ensea la justicia de Dios como la justicia por que somos 86
justificados. Mejor apercibido por estas ideas, comenc a explicar por segunda vez los salmos... (WA 54, 185s). Lutero fija cronolgicamente su descubrimiento fundamental con la observacin de que seguidamente ley el De spiritu et littera de Agustn. Ahora bien, este escrito lo aleg ya copiosamente al comienzo de su leccin sobre la carta a los romanos (WA 56, 157; 172; 173; 191; 200; 202), para documentar su concepcin de la iustkia dei passiva en el contexto de Rom 1, 17 33. Con ello tendramos que poner en el tiempo de la primera leccin sobre los salmos, a ms tardar, antes de pascua de 1515, el descubrimiento reformista de tanta transcendencia para Lutero. Contra ello est que Lutero mismo parece indicar como momento los das antes de comenzar la segunda leccin sobre los salmos, es decir, otoo de 1518 S4. Su narracin est enmarcada por la doble alusin a la segunda leccin sobre los salmos. Pero esto no quiere decir que los procesos narrados no pudieran situarse considerablemente antes; es ms, el doble pluscuamperfecto (redieram, captus fueram) incluso lo sugiere. Lutero quiere mostrar que, por sus lecciones sobre las cartas de san Pablo, est mejor apercibido para la leccin sobre los salmos. Aqu retrocede en la exposicin de su descubrimiento ms all del comienzo de la leccin sobre los salmos. Ciertamente no quiere decir que ley un ao entero sobre esta carta sin entender rectamente Rom 1, 17. De hecho tambin all interpreta la justicia de que se habla en Rom 1, 17 como la
33 Escolio a Rom 1,17 Una vez mas no puede aqu entenderse por justicia de Dios la justicia por que es justo l mismo, sino aquella por que nos hace l justos Esto sucede por la fe en el evangelio Por eso deca san Agustn en el cap. 11 de su libro Sobre el espritu y la letra La justicia se llama justicia de Dios, porque al comunicarlos justifica al hombre. . (WA 56,172) Cf WA Br 1,70 Bizer, que quiere poner en 1518-19 la nueva inteligencia en Lutero de la tustiHa Dei, echa mano de la tesis de que, en la lectura del de spiritu et littera aludida en la retrospeccin de 1545, no se trata de la primera lectura, sano de otra repetida (p 10). Pero cmo alega ya Lutero en la leccin sobre la carta a los romanos lo que slo hubo de hallar en la supuesta lectura segunda? Tambin de la carta a Spalatm de 19-10-1516 resulta que ya entonces se haba dado cuenta Lutero de la importancia del de spiritu et Itttera de Agustn para la recta inteligencia de la justicia (WA Br l,10,9s). Cf B, LOHSEI, D\e Bedeutung Augustins fur den ungen Luther KuD 11 (1965) 116 135. 34 Esta fecha admiten, entre otros, H GKISAK (Luther i, 307) y PJ Reiter (Martm Luthers Umwelt, Charakter und Psychose n , 316). A GYLLENKKOK (Rechtfertigung und Heigung 65^s) ve iniciarse el giro reformista en la leccin sobre la carta a los Hebreos (1517 18) E BIZER (Fvdes ex auditu 7 y 168) pone la experiencia en primavera o verano de 1518 y segn K ALAND (Der Weg sur Refarmation 120) la aparicin de la claridad liberadora se realiza en febrero-marzo de 1518.
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justicia por que Dios nos hace justos per solam fident, qua Dei verbo crediur (WA 56, 172). En una carta de 8 de abril de 1516 al agustino Georg Spenlein explica su doctrina acerca de la justicia de Dios que se nos da en Cristo riqusima y gratuitamente (WA Br 1, 35, 19), aludiendo a que tambin l, en este punto, haba cado en error35. Segn esto, se le habra concedido entretanto un nuevo conocimiento fundamental. Si Lutero indicara el ao 1518-19, tendra que haberse equivocado en la fecha, cosa que admiten tambin algunos estudiososM. Otros dan por fecha exacta 1518, pero tienen luego que dar otro contenida a la experiencia reformista, por ejemplo, H. Grisar37 el descubrimiento de la certeza de la gracia. Pero nada de eso hay en el texto. Nada tampoco de que Lutero descubriera la palabra como medio de gracia, en que Bizera8 ve el contenido del descubrimiento. Sin embargo, en experiencia tan decisiva se yerra ms bien en la fecha que en el contenido. Pero, como hemos dicho, la mirada retrospectiva de 1545 no nos fuerza a admitir el ao 1518. Hemos de pensar en una experiencia ntima que brilla de pronto como un relmpago? Las charlas de sobremesa producen esa impresin; la retrospeccin, en cambio, de 1545 presenta la nueva idea ms bien como fruto de largo, tenaz y callado esfuerzo por averiguar el sentido de la sagrada Escritura. Lutero invita al lector expresamente a que tenga en cuenta que l, como dice Agustn, fue uno de aquellos que tratan de adelantar escribiendo y enseando, y no uno de aquellos que, de un golpe, lo son todo, ...para ago35. <sFuisti tu apud nos in hac opinione, imo errore; fui et effo (WA Br 1,35,22) Segn K. ALAND (Der Weg zur Reformation 13), se cae fcilmente en peligro de interpretar falsamente a carta, y tambin en la idea de que Lutero anuncia aqu un nuevo descubrimiento teolgico, tal vez incluso el de Rom 1,17. Pero que en realidad se trate de otra posicin teolgica que la descrita en la praefatkf, resulta de las restantes explicaciones de la carta misma... Pero de ello no se nos ha dado la prueba. 36. J. FICKES, Luthers Vorlesumg ber den Rbmerbrief, Leipzig *1930, L X X I I ; F. LOOFS, Leitfaden zum Sutdium der Dogmengeschichte, Halle 41906, 688; O. SCHEEL, Martin Luther n , 664 supone un xGedachtnisirrtum. K. HOLL, Luther 195, llama a la afirmacin de Lutero de que su inteligencia de la Iustitia Dei no la logr hasta 1519 una afirmacin que pugna con hechos patentes... A. PETERS (Luthers Turmertebnis: Neue ZSTh 3 [1961] 203-236) distingue entre la primera aparicin de la nueva intuicin exegtica que se hallar en los Dictata super Psatterium, y el punto en que Lutero logr definitivamente orientar hacia la solucin desde este nuevo punto de partida las cuestiones exegticas y dogmticas irresueltas (211). Esto no habra sucedido hasta 1518. 37. LUTBER I 316ss; Martin Luthers Leben und Werk 94-99. 38. Fldes ex tmditu 7.
tar a la primera mirada todo el espritu de la sagrada Escritura (WA 54, 186). Consiguientemente, quiere haber comenzado a entender. En otro lugar dice de s mismo: Yo no he aprendido de una vez mi teologa, sino que he tenido que cavar cada vez ms hondo (WA Tr 1, 146, n. 352). Seguramente no debemos buscar en las lecciones una decantacin inmediata de una experiencia de la torre; pero podemos preguntarnos cundo aprovecha Lutero por vez primera en su exgesis su nueva idea, tan decisiva y hasta revolucionaria para entenderse a s mismo y para la interpretacin general de la sagrada Escritura. La respuesta debe ser: en los Dictata super Psalterium, en la primera leccin sobre los salmos. Pero deben descartarse por de pronto como fruto de posterior elaboracin para la imprenta los escolios a los salmos 1 y 4. En la explicacin del salmo 30 (31) 2 en que haba que comentar por vez primera la aborrecida palabra: In iustitia tua libera me, no ocurre an la nueva inteligencia de la justicia de Dios. Pero tampoco hallamos rastro de aquel tronido (Tr 4, 72, n. 4002), de que habra sido herido Lutero al leer este versculo. En la explicacin de Sal 71 (72) 2, que acomete por dos veces (WA 3, 464, 1-467, 4; 461, 20-463, 37), define la iustitia dei con referencia a Rom 1, 17 inequvocamente como fides Christi (WA 463, 1; 466, 26). Si se quiere entender sabiamente al Apstol y las restantes escrituras, aade Lutero a su explicacin de Sal 71, 2 como regla hermenutica general, hay que exponer tropolglcamente estas ideas: verdad, sabidura, virtud, salud, justicia; es decir, como aquello por que Dios nos hace fuertes, salvos, justos, sabios, etc. As los caminos de Dios son las obras de Dios. Segn el sentido literal, todo esto es Cristo; segn el sentido moral, es la fe en Cristo8S>. El salmo 71 lo coment Lutero en otoo de 1514. Entonces, pues, habra hecho uso de su descubrimiento de que la iustitia dei no es la justicia judicial sino la que Dios nos da por la fe, no la iustitia activa, sino la iustitia passiva*0.
39. WA 3,458. Segn la tradicin manuscrita, este pasaje est aqu mal ordenado. C. H. BORNKAMM, Zur Frage der Iustitia 22, n. 10. 40. Este concepto empleado en la restrospeccn de 1545 no se halla en Lutero hasta 1525 en De servo arbitrm (WA 18,768a). Segn E. H I E S C H (Lutherstudien, t. 2, Gtersloh 1954, 18) no adquiere firmeza terminolgica hasta 1531 en el comentario al Gnesis (WA 44,485-487).
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En cambio, apenas si se percibe rastro de un descubrimiento liberador, de una entrada en el paraso, despus de torturantes angustias, que precediera inmediatamente. Cierto que posteriormente habla Lutero de una maravillosa y nueva definicin de la justicia (WA 57, ii, 69) o de que el Seor hace maravillas en sus santos. Pero qu decir de su afirmacin de que hasta entonces todos los doctores interpretaron Rom 1, 17 en el sentido de la justicia punitiva de Dios?41. H. Denifle rebati esa afirmacin por un estudio de unos sesenta comentarios a la carta a los romanos42. Sin embargo, habra que traer tambin a colacin la teologa sistemtica, es decir, los comentarios a las Sentencias y sobre todo la piedad del tiempo. Puede darse en efecto que una verdad est en los libros, sin que adquiera peso y entre en la realizacin prctica. El mismo Lutero alude una vez en los Dktata super Psalterium a esta diferencia, notando que la doctrina de san Pablo, el profundsimo telogo, sobre la justicia que no es nuestra, sino gracia de Dios, no era tericamente del todo desconocida de los telogos contemporneos, pero s prcticamente (WA 3, 21). Pero este reproche le toca a Lutero mismo. Las oraciones del misal le ponan una y mil veces en la boca palabras como: Los que no confiamos en nuestra justicia (misa lustus ut palma); puesto que no confiamos en ninguna de nuestras obras (misa de sexagsima); que no confiamos en nuestra virtud. Pero, evidentemente, Lutero no medit el contenido de esas oraciones. En todo caso, el descubrimiento de Lutero sobre la iustitia Dei es fundamentalmente catlico. Es, pues, verdad que, en su mpetu reformista, derrib un catolicismo que no era plenamente catlico 43. Lutero super posiciones como insuficientemente religiosas y en desacuerdo con el evangelio, que le haban llegado de la praxis de la edad media tarda y de la teologa occamista. Ahora bien, sta no es simplemente la escolstica, ni puede siquiera identificarse sin ms con la doctrina de Guillermo de Ockham. El Venerabilis Inceptor recalc ciertamente con fuerza, a par de la soberana divina, la libertad humana; pero con no menos
41. excepto 42. (Rom 43. in Dt. Enarr. in genes, cap. 27,38: SK omnes Doctores hunc locum mterpraetati fuerant, Augustmo (WA 43,537); cf. prlogo de 1545: W A 54,185. H. DENIFLE, Dw abendlandischen Schnftausleger bis Luther uber JustUia Dei 1,17) und Justificatio, Maguncia 1905. J. LORTZ, Reforniatum. ais rehgwses Anxegen hente 136s; idetn, Reformatvm i, 176.
claridad puso de relieve que todo pende de la acceptatia ivim, y no hay obra buena natural o sobrenatural del hombre que pueda atar a Dios y restringir la libre eleccin de su gracia. Esta fuerte tensin, subida hasta la paradoja, entre la libertad humana y el arbitrio divino, no pudieron ya sostenerla sus discpulos. stos, por ej., Gabriel Biel, que influy inmediatamente en Lutero, aderezaron las tesis de Ockham en sentido moral, y la proposicin, por ej.: Facienti quod est in se, Deus non denegat gratiam, que no se encuentra en el franciscano, la entendieron en el sentido de que el hombre puede y debe por s mismo disponerse para la gracia44, y como si hubiera una simultaneidad y hasta causalidad entre esta disposicin operada por esfuerzo del hombre y la infusin de la gracia, en cuanto que Dios, por razn de su propia ordenacin, concede necesariamente el hbito sobrenatural a quienquiera, ex puris naturalibus, lo ame sobre todas las cosas45. En cambio, segn doctrina catlica, segn Toms de Aquino46 lo mismo que Agustn, toda disposicin, es decir, todo acto dirigido a Dios, que es por ste respondido con la gracia santificante, es ya obra de la gracia preveniente, don de Aquel que obra el querer y llevar a cabo (Flp 2, 13). Una polmica expresa y oficial de Lutero con la teologa occamista representa la Disputado contra scholasticam theotogiam (WA 1, 224-228) de 4 de septiembre 1517. Lutero dio gran importancia a esta disputacin y, a diferencia de las tesis sobre las indulgencias de 31 de octubre, hubiera deseado que se difundiese ampliamente 47. En las tesis particulares se nombran los adversarios, que son: Scotus, Ockham, Pierre d'Ailly y Gabriel Biel. ste es el adversario capital, se lo alega con ms frecuencia y se lo ataca aun all donde nominalmente se cita a los otros. El material est tomado del Collectorium, comentario de Biel a las Sentencias. Lutero impugna primeramente que se intenten soslayar las tesis
44. E. ISEBLOH, Gnade wnd Eucharistie 129s. 45. G. BIEL, I I I Sent, q. un. a. 3 dub 2 ( Q ) : Quia secundum legran ordinatam cuilibet facienti quod in se est et per hoc sufficienter dispositio ad gratiae susceptlonem Deus infundit gratiam... Cf. L. GRANE, Contra Gabrielem 242-261. 46. S. th. I - I I q. 112 a. 2 Cualquier disposicin que pueda haber en el hombre, procede de la ayuda de Dios que mueve al alma hacia el bien. Cf. S. th. i - n p. 109 a. 6 ad 2. 47. WA E r 1,103, 106s Cf. para lo que sigue L. GRANE, Contra Gabnelem.
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de Agustn sobre la maldad del hombre. Sin la gracia de Dios, el hombre slo puede querer y hacer mal (1-4). No tiene libertad para dirigirse en ambas direcciones (5), sino que, sin la gracia, escoge necesariamente el acto torcido (6), y es ficcin suponer que, por sus propias fuerzas, pueda el hombre amar a Dios sobre todas las cosas (18). El amor amitiae es obra de la gracia preveniente (20). As la iniciativa est en Dios, y su eleccin y predestinacin es la nica disposicin para la gracia (19). Es falso decir que el hombre quite los obstculos, cosa que estara en su mano (33). Dejado a s mismo, no tiene ni recto entendimiento ni buena voluntad (34). No hay moralidad natural. Las obras exteriormente buenas son pecados por razn de nuestro orgullo o por nuestro humor quejumbroso (37-38). No podemos, por tanto, hacernos justos por obras justas, sino que tenemos que serlo para poder ejecutar obras justas. En el contexto de este ataque a la filosofa moral, arremete Lutero en general contra Aristteles y la aplicacin de la lgica y la metafsica a la teologa (43-53). Luego acenta que la gracia no es algo en el hombre, sino que determina su existencia entera. Es siempre eficaz y no puede separrsela de la caridad o amor de Dios, as como ste no est nunca sin la gracia (54-56), y Dios no puede recibir al hombre sin la gracia justificante (57). Ya en la leccin sobre la carta a los romanos, la doctrina bielana de que el hombre puede por sus propias fuerzas amar a Dios sobre todas las cosas y cumplir la ley secundum substantiam jacti (de hecho), aunque no ad intenionem praecipienis (segn la intencin del legislador), haba hecho exclamar a Lutero: Oh, necios, oh cerdos telogos (WA 56, 274). Tambin en la Disputatio radica aqu la censura capital contra la teologa de escuela. Como no puede separarse caridad y gracia, as tampoco cumplimiento de la ley y gracia. Tener gracia no es nueva exigencia ms all del seguimiento de la ley posible por las fuerzas naturales, sino que slo la gracia posibilita el cumplimiento de la ley (58-60). Cumplir la ley quiere decir vencer el odio y la concupiscencia que animan la accin exterior, y la voluntad que se rebela contra la ley (64-73). Esto slo lo puede la gracia o, mejor, el nio que nos ha nacido (74). Slo la caridad que por el Espritu Santo se ha derramado en nuestro corazn, puede reconciliar con la ley a la voluntad que aborrece la ley (85-90). Por remate, ataca
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una vez ms Lutero la idea occamista de amor de Dios, La gracia no facilita el acto de caridad, sino que lo hace en absoluto posible. No podemos amar con el mismo acto a Dios por razn de s mismo y a las criaturas por amor de Dios (94), es decir, que el amor a Dios y a las criaturas son inconciliables (95). Amar a Dios sobre todas las cosas quiere decir aborrecerse a s mismo, y no saber nada fuera de Dios (96). Lutero impugna aqu una concepcin que mira al hombre, por decirlo as, en una zona neutral, en que no es solicitado por Dios ni se enfrenta con l por la fe o por la obstinacin, es decir, en que la clera o la misericordia de Dios no es el poder que determinan en su fondo ltimo al hombre. En esta disputacin se ve claro que la teologa escolstica impugnada por Lutero, es el occamismo de cuo bielano. Al realzar la gracia preveniente, al rechazar la sentencia de que sin la gracia de la justificacin es posible recibir la gracia, y al ensear que la gracia no se aade como condicin al obrar bueno ya por naturaleza, sino que informa en lo ms ntimo el obrar del hombre y lo ordena a Dios, Lutero ataca lo que atacara tambin el tomismo y sobre todo el agustinismo. Pero Lutero sigue, a par, adherido al occamismo. Por eso no logra, por ejemplo, mostrar la mutua ordenacin del amor al prjimo y del amor a Dios, y ver la creacin como imagen del ser divino.
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Historia de las indulgencias y su prctica La indulgencia es una remisin o perdn de las penas temporales del pecada concedido por la Iglesia y eficaz ante Dios. Desde el siglo xi es prctica eclesistica, que se anticip por cierto a la fundamentacin teolgica. Varios factores contribuyeron a su nacimiento. Primeramente, a diferencia de la prctica penitencial de la Iglesia antigua, la penitencia privada de la primera edad media trajo la unin temporal de confesin y absolucin, por la que se situ la penitencia subjetiva detrs de la reconciliacin y se hizo ms clara la distincin entre culpa y pena del pecado. En segundo lugar en las redenciones y conmutaciones, es decir, en la acomodacin de las penitencias a las circunstancias y posibilidades de los penitentes, se vio claro que caban diversos modos de sustituir la penitencia y que la Iglesia poda disponer sobre ello. Ya tempranamente haba apoyado la Iglesia el deseo de penitencia del individuo fuera del sacramento por medio de la intercesin de los mrtires (confesores) y la oracin litrgica oficial. Esta ayuda recibi una forma ms oficial en las absoluciones de la primera edad media. stas eran oraciones o bendiciones de la Iglesia que iban en parte unidas con la invitacin a una prestacin (construccin de una iglesia, participacin en una guerra contra infieles, etc.). Estas intercesiones, como dichas por el representante del poder de las llaves, eran tenidas por especialmente eficaces delante de Dios. Si en la redencin se trataba primariamente de la pena cannica, la absolucin miraba al castigo o pena ante Dios. La indulgencia juntaba una y otra cosa. Pero se distingua de la redencin en que la obra de penitencia prestada en sta como sustitucin, tena que ser equivalente, y de la absolucin en que sta no era un acto judicial. La indulgencia como acto jurisdiccional se refiere a la remisin de la penitencia eclesistica. Esa remisin, sin embargo, va unida con la oracin que pide el perdn ante Dios de la 94
pena del pecado, una oracin que, por su carcter oficial, puede estar particularmente cierta de ser oda. La transicin de una redencin suavemente manejada a la indulgencia no era naturalmente claro. Sin embargo, se senta tan claramente la facilidad o aligeramiento que se daba en la indulgencia que, hasta el siglo xm, fue vista como una suavizacin para imperfectos que los cristianos serios no debieran solicitar. La fundamentacin teolgica de la indulgencia fue a la zaga de la praxis. El canonista Huguccio (f 1210) fue el primero que entendi la indulgencia como un acto jurisdiccional respecto de las penas por el pecado ante Dios. Dnde encontraba sustitucin la penitencia dispensada o indulgenciada? Desde Hugo de San Caro en 1230 se respondi a la cuestin con la doctrina sobre el thesaurus eccesiae, sobre el que la Iglesia tiene derecho a disponer. Cuanto ms deriv su eficacia del tesoro de la Iglesia, tanto ms fue pasando la indulgencia a cosa reservada al papa, nico que tiene poder sobre ese tesoro, y por el mismo caso perdi la obra de penitencia su importancia para medir la extensin del perdn de la pena. Si por aadidura se miraban las penas por el pecado como meras penas vindicativas, que como tales no significaban nada para la purificacin del hombre, surga el nuevo peligro de no tener en cuenta la receptividad del hombre para la remisin de pena que se le conceda, y dar de mano a la responsabilidad pastoral por su espritu interior de penitencia. As la baja edad media trajo consigo una acumulacin de indulgencias por obras cada vez menores y una explotacin fiscal de las mismas. A esto ofreci sobre todo ocasin la indulgencia por los difuntos. Ya desde el siglo xm ensearon telogos y canonistas la aplicabilidad de las indulgencias a los difuntos1, y los predicadores anunciaron por su cuenta tales indulgencias2. Concesiones papales autnticas de indulgencias slo las conocemos desde mediados del siglo xv, por ejemplo, de Calixto m, en 1457, una indulgencia de cruzada contra los moros, y de Sixto iv, en 1476, otra para la iglesia de san Pedro de Saintes3. A las indulgencias por los difuntos se les atribuy un efecto per inodum suffragii. Pero ello no impidi a muchos telogos, particu1. 2. 3. Por ejemplo, santo TOMS IV Sent d 45 q 2 a 2 so 2 N. PAULUS, Geschichte des Ablasses n , 167ss. Ibid. n i , 380ss.
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larmente a predicadores de indulgencias, atribuirles un efecto infalible y ensear que se poda lucrar incluso en estado de pecado mortal; es decir, que slo se requera dar el dinero prescrito*. El comisario de la indulgencia Raimundo Peraudi declaraba sobre la bula de Sixto iv: Modus per modum suffragii non derogat modo auctoritatis5. Todava Eck afirma en el Obeliscus 12, contra la tesis 25 de Lutero: ...illa (partcula per modum suffragii) non diminuat (ut vult positor) sed potius addat... (WA 1, 296). Estas ideas, no obstante la oposicin de algunos telogos, por ejemplo, Cayetano, eran predominantes hacia 1500. Los predicadores de indulgencias las llevaban, convenientemente exageradas, a los pulpitos. As se explica que, ya en 1482, se anunciara una proposicin que, en su fondo, se recubre con el famoso verso burlesco: Tan pronto como el dinero en la caja canta, del purgatorio el alma salta6. La pinge explotacin de las indulgencias por parte de la curia, condujo a prcticas semejantes por parte de los seores temporales, que queran entrar directamente en el reparto y, de lo contrario, prohiban la predicacin de las indulgencias. Cuando, en 1508, el rey Segismundo de Polonia no quiso permitir la indulgencia para la iglesia de san Pedro, Julio n le dej los tercios del dinero para la defensa del pas 7 . Hasta el duque Jorge de Sajonia, posteriormente enemigo tan resuelto de Lutero, no quiso, por motivos financieros, kein grtad zulassen (conceder gracia), es decir, prohibi la predicacin de las indulgencias en su territorio. Esta soberana sobre las indulgencias de los seores temporales, fue puesta en la picota por Toms Murner en su Narrenbeschwrung (1512), en vsperas de la reforma: Wil der Bapst ein Ablass geben, So nympt der herr syn teil do neben; Wolt man im syn teil nit Ion So miest der aplass blyben ston. (Si el papa quiere dar una indulgencia, el seor entra a la parte; si no se le da su parte, la indulgencia se queda quieta)8.
El asunto de las indulgencias de Alberto de Maguncia y las 95 tesis de Lutero El papa Julio n (1503-13) puso el 18 de abril de 1506 la primera piedra para la reconstruccin de la iglesia de san Pedro y, como de costumbre, proclam, en 1507, para esta obra gigantesca una indulgencia plenaria, que fue renovada por Len x (1513-1521). Dado el mltiple descontento por la explotacin financiera de parte de la curia, y la decisin de los seores temporales de no autorizar la predicacin de las indulgencias sino a condicin de entrar a la parte financieramente o que se cediera en beneficio de las iglesias nacionales, la proclamacin de la indulgencia no aseguraba por s su predicacin. En las tierras pertenecientes a los arzobispos de Maguncia y Magdeburgo, al obispo de Halberstadt y al margrave de Magdeburgo se ofreca para ello una ocasin particular. Alberto de Brandenburgo fue hecho, en 1513, a sus 23 aos, arzobispo de Magdeburgo y administrador de Halberstadt. Ya el ao inmediato, el captulo de Maguncia present al desenfadado prncipe tambin por arzobispo y prncipe elector de Maguncia, pues Alberto haba dado a entender vagamente que pagara los servicios y dineros del palio que diez aos ms tarde vencan por tercera vez. La suma alcanzaba 14 000 ducados9. Haba adems que pagar una tarifa de dispensas de 10 000 ducados, pues Alberto quera conservar, a par del poderoso arzobispado de Maguncia, sus actuales obispados de Magdeburgo y Halberstadt, que constitua una acumulacin ilegtima de prebendas con cura de almas. El arzobispo tom prestados a la banca de los Fcar (Fugger) la cantidad de 29 000 florines de oro renanos, y la curia misma indic la manera cmo saldar aquella deuda. El arzobispo tena que aceptar durante ocho aos la predicacin de la indulgencia a favor de la iglesia de san Pedro de la que podra quedarse con la mitad del producto. Incluyendo el tributo de 2.143 ducados que se haba reservado el emperador, Alberto tena, pues, que arbitrar 26 143 ducados. La indulgencia, por ende, si haba de lograr su finalidad, tena que
9. A. SCHULTE, Die Fugger in Rom 1495-1593 i, 93-141; G. v. POLNITZ, Jakob Fugger i, 307-311; I I , 324-327.
4. Por ejemplo, Raimundo Peraudi; cf. N. PAULUS, Geschichte des Ablasses n i , 386. 5. ZKG 24 (1903) 225 n.o 1; W A 1, 582; cf N. PAULUS, Geschichte des Ablasses n i , 384-386. 6. N. PAULUS, Geschichte des Ablasses m , 386. 7. J. HASHAGEN, Staat und Kirche vor der Reformaran, Essen 1931, 174. 8. T H . MURNER, Deutsche Schnften n , ed. dirigida por M. SPANIER, Berln 1926, 249.
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producir la suma de 52 286 ducados10. Los representantes de los Fcar acompaaban a los predicadores de las indulgencias para encajar sobre el terreno su parte. De este modo, la indulgencia que, el 31 de marzo de 1515, fue concedida por Len x por la bula Sacrosanctis salvatoris et redemptos se convirti en mercanca de un negocio en gran escala (Lortz). Es ocioso afirmar o negar que aqu hubiera formalmente simona. El conjunto fue, como hemos de confesar avergonzados, un escndalo consumado (Meissinger). Como comisario papal para esta indulgencia, public el arzobispo Alberto para sus subcomisarios y predicadores una extensa instruccin, la Instructio summaria "-. No obstante algunas oscuridades, la doctrina sobre las indulgencias expuesta en ella es correcta; pero, prcticamente, a fuerza de frmulas y superlativos piadosos, da la impresin de anunciarlas a gritos de mercado, a fin de venderlas al ms alto precio posible. No se promete el perdn de pecados futuros, como afirm ms tarde Lutero (WA Tr 5, n. 6431); pero s que puede uno comprar una carta de confesin, por la que, en cualquier momento de la vida posterior, pueden confesarse a cualquier sacerdote pecados reservados al papa. El predicador de la indulgencia debe advertir expresamente no ser menester confesarse en el momento de la compra de semejante carta de confesin, que procura, entre otras cosas, parte, ahora y para siempre, en los bienes espirituales de la Iglesia militante12. Pudese por el mismo caso ganar una indulgencia plenaria por los difuntos, sin contricin ni confesin, sin ms que soltar el dinero 1S. Esta indulgencia se presenta precisamente como efficacissime y certissime, con lo que se favorece la predicacin en el sentido del verso burlesco citado anteriormente. Los creyentes son inducidos a dilatar la penitencia, y se acrece la impresin de que se trata de dinero y no de salud alguna de las almas. El 22 de enero de 1517 fue nombrado como uno de los dos subcomisarios para la predicacin de la indulgencia en la provincia
10 A SCHULTE, 1 c i, 140
eclesistica de Magdeburgo el dominico de Leipzig, Juan Tetzel (aprox. 1465-1519) y para ello se le concedi una fuerte indemnizacin 14. Tetzel acometi pronto la predicacin. En marzo hubo de actuar en Halle y el 10 de abril en Jterbog. Segn relato de Lutero all corrieron tambin a l gentes de Wittenberg como locos y posesos 15. Federico el Sabio prohibi para su territorio la predicacin de la indulgencia civil, pues no quera que el dinero de sus subditos fuera a parar a manos del rival de su casa, Alberto de Brandenburgo, y sufriera merma la peregrinacin a su iglesia de Todos los santos, de Wittenberg, tan enriquecida de reliquias e indulgencias. El tesoro de reliquias que el prncipe elector haba reunido y las indulgencias que se haba hecho conceder por su culto16, demuestran claramente que Federico el Sabio no era en modo alguno adversario de ellas. Por lo que a su vida personal ataa, Tetzel no ofreca asidero especial a la crtica. No perteneca a aquellos predicadores de indulgencias de los que no slo Lutero (WA 1, 588), sino el mismo Juan Eck en sus dictmenes de reforma para el papa deca que pagaban a sus rameras con cdulas de indulgencias ". Sin embargo, era uno de los que, como se lamentan Juan Codeo, el duque Jorge de Sajonia y su capelln Jernimo Emser, posponen la contricin y el dolor al dinero18. Lutero hubo de habrselas como confesor con la predicacin de las indulgencias o con las esperanzas e imaginaciones que despertaban en las cabezas de sus penitentes. En sus lecciones sobre los salmos y la carta a los Romanos1S se haba ya ocupado crticamente de las indulgencias. En un sermn el da de san Matas del ao 1517 haba dicho que el fruto de las indulgencias era que el pueblo
14. H. Voi^, Martin Luthers Thesenanschlag 13. 15. WA Tr 5, 76, n. 5346, WA 51, 539; WA 30, n , 282-284, WA T r 5, 53S, n. 6201. 16. Todava el ao 1516 negocio Federico el Sabio en Roma el aumento de indulgencias pira su iglesia de palacio. Pero la bula correspondiente no fue trada a Alemania por Millitz hasta 1518, y hasta 1519 no fue entregada al prncipe elector Para 1518 registra Spalfttin 17443 partculas, para 1520, en cambio, 18970. En una visita se podan ganar por cada ida una indulgencia de 1 902 202 aos y 270 das y 1 915 983 cuadrgenas. P, KALXOFF, Ablass und Reliquienverehrung an der Schlosskirche zu Wittenberg, Gotha 1007, 65a. 17. Acta reformattonis Cathohcae i, 110 18. N. PAULUS, Geschichte des Ablasses n i , 483 19. WA 3, 416; 424s, W A 56, 417, 503
11. Texto- W. K.OHL.ER, Dokumente 104-124. 12 Declaramus etiam, quod pro dichs duabus gratiis principaltbus consequendu non est opus confiten, seu ecclesios aut altana visitare, sed dumtaxat conjessumale reditnere (W K.OHLER, Dokumente 116). 13. Nec opus est, quod contribuentes pro ammabus m capsam sint corde contnti et ore confessi (ibid. 116).
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aprenda a huir y aborrecer las penas del pecado, pero no el pecado mismo. Mejor fuera exhortar al pueblo a que amara la pena y abrazara la cruz (WA 1, 141). Sobre el gran espectculo de la predicacin tetzeliana de las indulgencias tom posicin en un sermn que predic en abril de 1517 o ms tarde. En l recalca que las indulgencias slo libran de las imposiciones de penitencia privada y no raras veces son obstculo para la penitencia interior. El verdadero penitente afirma no quiere librarse de la pena por las indulgencias (WA 1, 98). Lutero expuso extensamente sus ideas en el tratado De indulgentiis (WA 1, 65-69). Segn l, la indulgencia es remisin de la satisfaccin impuesta por el sacerdote en la confesin. No disminuye de suyo la concupiscencia ni acrece la caridad y la gracia. Segn Lutero, hay que dirigir a la gente a la verdadera penitencia, es decir, a la conversin interior y al desarraigo del pecado radical. De esto no es posible redimirse por medio de las indulgencias. stas deben consiguientemente rechazarse si favorecen una falsa seguridad y pereza espiritual, y no sirven para curar la concupiscencia y fomentar el deseo de Dios. Incesantemente debemos buscar la gracia medicinal de Dios, reza la ltima frase de este tratado harto poco atendido. Hasta entonces haba tenido Lutero la doctrina sobre las indulgencias de Tetzel por opinin privada de ste, y haba atribuido sus excesos al carcter de buhonero del predicador. Pero su conocimiento de la Instructio mmmaria del arzobispo de Maguncia le hizo ver que los sermones de Tetzel se amoldaban a instrucciones oficiales. Esto hubo de obligarle a dirigirse a los obispos responsables: al obispo de Brandenburgo como orinarius loci, y al arzobispo de Magdeburgo-Maguncia como comisario papal responsable de la indulgencia. En una carta de 31 de octubre de 1517 a Alberto de Maguncia se queja Lutero de que los predicadores de la indulgencia, por medio de cuentos y promesas embusteras, mecen al pueblo en la seguridad y despreocupacin (WA Br 1, 111). El arzobispo debe retirar su Instructio y dirigir otra a los predicadores, pues de lo contrario es de esperar una gran vergenza e ignominia. Por las adjuntas tesis de disputacin puede ver qu oscura est la doctrina sobre las indulgencias. Aqu se habla de las famosas 95 tesis sobre las indulgencias. De donde se sigue que Lutero las envi la vspera de todos los santos 100
a los obispos inmediatamente interesados. Slo al no responder stos o no responder satisfactoriamente, se decidi, como afirm toda su vida, a poner las tesis en manos de hombres eruditos y hacerlas salir fuera de Wittenbergz0. Con estas indicaciones de Lutero es incompatible el hecho de clavar las tesis en la iglesia del castillo de Wittenberg el 31 de octubre de 1517. De parejo hecho no sabe nada Lutero mismo ni ninguna otra de las muchas fuentes contemporneas. De clavar las tesis slo habla Melanchthon despus de la muerte de Lutero en el prlogo al segundo tomo (1546) de las obras de ste y resulta inseguro tambin sobre otros puntos 21. Aparte muchas otras inexactitudes, clavar las tesis la vigilia de la fiesta titular de la iglesia del castillo, dada la gran afluencia de fieles para ganar all las muchas indulgencias, hubiera tenido, a pesar de la lengua latina, carcter de una escena pblica. Lutero, en cambio, como reiteradamente lo asevera, quera un dilogo entre sabios, para esclarecer la doctrina, no definida an, sobre las indulgencias22. Los colegas a quienes Lutero mand las tesis por ejemplo, el 11 de noviembre de 1517 Juan Lang de Erfurt (WA Br 1, 122) las difundieron. As, manuscritas o impresas, lograron en pocas semanas una difusin tan rpida y amplia como nadie, ni Lutero mismo, hubiera podido prever (WA Br 1, 170; WA 51, 540). Nuestro Seor y Maestro Jesucristo quiso con sus palabras: "Haced penitencia..." (Mt 4, 17) que la vida entera de los fieles sea penitencia (tesis 1). Aqu habla la preocupacin de Lutero de que los fieles se mezan en una falsa seguridad. Antes bien, hay que exhortarlos a que sigan a Cristo, su cabeza, por la pasin, muerte e infiernos (tesis 94; 92-95). Los predicadores que con palabras ampulosas y sin freno (tesis 92) exaltan las indulgencias muy por encima de su valor (tesis 24; 73-80), fomentan una paz perezosa (tesis 95) y ello a costa del deseo de contricin y penitencia. Sobre ello escribe posteriormente Lutero en las Resoluciones: He ah el peligro! Se predica al pueblo las indulgencias derechamente con20. WA 1, 528, WA Br 1, 245; WA 51, 540; WA 54, 180, cf. E. ISEELOH, Lut-
her awischen Reform und Reformai&n 41-55. 21. CR 6, 161s; H. BOEHMER, Luthers Romfahrt, Leipzig 1914, 8; H. VOLZ, Marhn LuthiTs Thesenanschlag 37. 22. WA Br 1, 138; 152, WA 1, 311, 528. Cf. la inscripcin de las tesis Quare petit, tlt Qtn non possunt verbis presentes nobiscum disceptare agant id hteris absentes (WA 1, 233).
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tra la verdad de la cruz y el temor de Dios (WA 1, 601). Las indulgencias no deben rechazarse en principio (tesis 71), pero no hay que poner en ellas la confianza (tesis 49; 52; 32); por encima de ellas estn sobre todo las obras de caridad y la oracin (tesis 41-47). Contra la Instructio y los predicadores de la indulgencia que parecen dar a entender que slo por las indulgencias alcanzamos perdn de las penas del pecado y tenemos parte en los bienes de Cristo y de la Iglesia, Lutero recalca, exageradamente, que todo cristiano' halla en la verdadera contricin perdn completo de pena y culpa (tesis 36) y, sin necesidad de las indulgencias, tiene tambin parte en los bienes de Cristo y de la Iglesia (tesis 37). El verdadero tesoro de la Iglesia es el evangelio de la gloria y de la gracia de Dios (tesis 62). Por eso, slo enemigos de Cristo pueden prohibir, como hace la Instructio, que durante la predicacin de la indulgencia, no se anuncie en las iglesias la palabra de Dios (tesis 53-55). En las tesis 14-19 recalca Lutero la incertidumbre de lo que los telogos afirman acerca de las almas del purgatorio. En todo caso, las indulgencias por los difuntos slo se daran en forma de intercesin (tesis 26, 25), por lo cual no se puede hablar de efecto infalible (tesis 27-29). Todos estos temas pueden an entenderse como ortodoxos, como crtica justificada de abusos en la praxis indulgencial y como contribucin a la discusin de cuestiones de teologa an no resueltas. La misma manifestacin de Lutero del carcter declaratorio de la absolucin: el papa no puede perdonar de otro modo la culpa que declarando y confirmando que est perdonado delante de Dios (tesis 6; 38), se mantiene an en la lnea de la teologa de entonces, que era nominalista. Segn sta, ni siquiera la absolucin sacramental borra la culpa y pena eterna, sino que slo manifiesta la borradura ya habida 2S. Lutero acenta tambin como condicin del perdn por parte de Dios el propsito de confesarse (tesis 7, 38); y hasta concede al papa un derecho eficaz ante Dios de reservarse pecados (tesis 6). Sin embargo, al restringirla a la remisin de las penas cannicas (tesis 5; 11; 20; 21; 31), pone Lutero en tela de juicio la esencia de las indulgencias, sobre todo segn la sentencia escolar entonces
23. B POSCHMANN, Handbwch der Dogmengesch iv, 3, p. 102.
dominante, y no admite una correspondencia de las penas eclesisticas con las impuestas por Dios24. Sin embargo, precisamente en la declaracin de estas tesis asevera repetidamente que no quiere afirmar, sino discutir y corregirse de buena gana25. Cierto que contra l est la sentencia de Toms y Buenaventura, pero no canon alguno del derecho ni pasaje de la sagrada Escritura; todava no se ha dado una decisin de la Iglesia (WA 1, 566). Lutero est convencido de moverse dentro del marco de opiniones de escuela defendibles. Que de hecho lo hizo, se ve claro por el hecho de que las Resoluciones, es decir, su explicacin de las tesis estuvieron en manos de su ordinario, el obispo de Brandenburgo y obtuvieron su placet (WA 1, 164). Pero si no nos contentamos con la mera afirmacin de los hechos; si preguntamos adonde tienden gentica e histricamente las tesis, qu evolucin hay inmanente en ellas, les concederemos alcance mayor. Ahora bien, es de saber que ya en la teologa nominalista se disociaba en gran parte el obrar divino y humano, en cuanto Dios slo toma el obrar de la Iglesia como ocasin de su accin saludable, sin intervenir realmente en l. Lutero lleva tan lejos esta disociacin de lo humano eclesistico y de lo divino que ya no concede a la pena eclesistica o a su perdn ni siquiera significacin interpretativa respecto de las penas del pecado impuestas por Dios. Aqu parece estar una raz de la negacin, que vendr pronto, del sacerdocio jerrquico como institucin divina, en Lutero. Pero este alcance teolgico de las tesis no se dej sentir inmediatamente. El secreto del efecto incendiario y de la rpida propagacin de las tesis sobre las indulgencias radica en su nota de po^ lmica popular. Lutero tocaba con ellas cuestiones, quejas y resentimientos que ardan bajo las cenizas y que tambin se haban hecho or frecuentemente; en muchos puntos, se haca portavoz de esperanzas fallidas y de un descontento muy difundido. En las tesis 80-91 recogi las objeciones, como l mismo dice, muy agudas y serias de los laicos (tesis 30; 81), que no es lcito acallar a la fuerza, ni pueden rebatirse con argumentos baratos. A muchos contemporneos les sucedi como al prior Juan Heck, que, despus
24 Resolutumes... concl 36 (WA 1, 592). 25. Heme disputo et docen hurmttter peto (WA 1, 534), Hanc disputo, nondum pertlnacitcr assero (WA 1, 567).
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de conocer las tesis, dijo a sus frailes: Ah est quien lo har (Tr 5, 177, n. 5480). Hasta enemigos posteriores de Lutero tan decididos como Juan Cocleo, Jernimo Emser y el duque Jorge de Sajonia saludaron con jbilo las tesis. Al duque le contaba su consejero Csar Pflug de Adolfo vn, obispo de Merseburgo, haber manifestado que vera de buena gana que se clavaran las tesis en muchos lugares a fin de prevenir a las pobres gentes contra el embuste de Tetzel 26. La rpida propagacin de las tesis fue para Lutero mismo una prueba de haber dicho lo que muchos se callaban por temor a los judos (Jn 7, 13) (WA Br 1, 152). l lamentaba esta evolucin, pues las tesis no estaban destinadas para el pueblo, sino para unos pocos doctos y contenan algunas proposiciones dudosas (carta de Scheuerl de 5 de marzo 1518). Por eso se dio prisa a consignar para el pueblo, en el sermn sobre las indulgencias y la gracia (marzo 1518; WA 1, 239-246), sus ideas fundamentales sobre ellas. De ese sermn aparecieron en el ao 1518 trece ediciones; buena prueba de las posibilidades de publicidad que la imprenta ofreca a Lutero y su reforma. Simultneamente, en las Rescutianes disputaionum de indulgentiarum virtute dio Lutero una extensa fundamentacin teolgica de sus tesis sobre las indulgencias. Pero el escrito no apareci hasta agosto de 1518 (WA 1, 530-628). En l quera Lutero prevenirse contra malas inteligencias y deformaciones e informar de primera mano a sus superiores: Len x, Staupitz y el obispo de Brandenburgo sobre los motivos de su obrar. En la adjunta carta al papa alude Lutero al xito inaudito de sus tesis. l lo lamentaba, pues no eran propias para tal difusin. Sin embargo, no estaba ya en su mano retirarlas del comercio (Revocare non possum, WA 1, 529), por lo que publicaba la presente explicacin de las tesis. As se vera claro que proceda lealmente con la autoridad de la Iglesia y respetaba su poder de las llaves. Al final escribe: Por eso, santsimo padre, me postro a los pies de V.S. y me entrego a Vos con todo lo que soy y tengo (WA 1, 529). En la Proestatio, antepuesta a las Resotutiones, asevera: En primer lugar testifico que nada quiero decir ni afirmar, fuera de lo que est contenido ante todo en la sagrada Escritura, en los padres de la Iglesia reconocidos
26 F. GESS, Akten unc Bnefe (1517-1524), Leipzig 1905, 29. nur Kwchenpotitik Hersog Georgs von Sachsen, t i
y hasta ahora conservados por la Iglesia romana, en el derecho cannico y en los decretos de los papas... Lutero rechaza, empero, sujetarse a las opiniones de escuela y concluye: Por esta mi Proestatio espero quede suficientemente claro que puedo desde luego errar, pero que no es lcito hacerme hereje... (WA 1, 530s). Las cartas adjuntas a las Resolutiones con su mezcla singular de sincera humildad, orgullo proftico y nimo audaz de confesor no estn suficientemente caracterizadas como jugadas de maestro 27. En todo caso, atestiguan sobre todo si las tesis no fueron efectivamente clavadas una posibilidad real de ligar a la Iglesia y aprovecharlo en ella a aquel monje de Wittcnberg que arda en celo de la gloria de Dios y de la salvacin de las almas. Para ello, claro est, era menester por parte de los obispos interesados y del papa una medida aproximadamente igual de fuerza religiosa y de responsabilidad apostlica por las almas. El hecho de que no pudiera ni pensarse en tal medida, descubre la radical debilidad de la Iglesia de entonces. En este fallo, que atae a lo propiamente sacerdotal, radica antes que en los abusos de toda laya, su parte de culpa en la reforma protestante.
IV.
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27. K.A. MEISSIKGBK, Der katholische Luther, 162.
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Disputa de Leipzig: WA 2, 250-383; O. SEITZ, Der authentische Text der Leipziger Disputation, Berln 1903; H. EMSER, De Disputatiorte Lipsicensi: Cath 4 (1921); J. LORTZ, Die Leipziger Disputation 1/5/9: BZThS 3 (1926) 12-37; F. SCHLZE, AUS Leipzigs Kulturgeschichte, Leipzig 1956, 41-70; H. BAROE, Andreas Bodenstein v. Karlstadt, 2 t , Leipzig 1905; S. HARRISON THOMSON, Luther and Bohemia: ARG 44 (1953) 160-181; E. KAHLER,
Beobachtungen zum Problem von Schrift und Tradition in der Leipziger Disputation von 1519: Hren und Handeln, Festschrift fE. Wolf, Munich 1962, 214-229.
El primer afectado por las tesis de Lutero fue Alberto, arzobispo de Maguncia, que solicit un dictamen de su facultad. sta dio una respuesta evasiva, y propuso llevar el asunto al papa cuya autoridad se pona en cuarentena. Ya antes de que esta respuesta estuviera en sus manos, comunic Alberto el 13 de diciembre de 1517 a sus consejeros magdeburgenses haber enviado las tesis al papa y les propuso abrir un processus inhibitorius, al que se invitara Lutero y se le requerira bajo amenaza, de penas a abstenerse en adelante de todo ataque a las indulgencias por medio de sermones, escritos o disputaciones. Pero, evidentemente, los consejeros no dieron paso alguno. La denuncia de Lutero a Roma por difundir doctrinas nuevas fue la nica medida eficaz por parte del arzobispo. Evidentemente no quera se lo molestara ms con aquel asunto, por lo que tambin sus consejeros metieron en el cajn el proceso. Ms eficaces fueron los esfuerzos de Tetzel y de los dominicos; pero su actividad despert muy fcilmente la impresin de tratarse de pleitos entre rdenes rivales. En enero de 1518 defendi Tetzel en el captulo de la provincia sajona dominicana, en Frankfurt del Oder, 95 106 tesis contra Lutero propuestas por el rector de la universidad Conrado Wimpina. Aqu defendi con ligereza el verso: Cuando el dinero en la caja canta, del purgatorio el alma salta. Es ms, hizo notar que las almas son libradas con ms rapidez, pues el dinero necesita tiempo para caer1. Pero todava le gana en frivolidad su hermano en religin Silvestre Prierias, telogo cortesano del papa. Segn l, un telogo que tal ensea, no es ms represensible que un cocinero que, por medio de especias, hace picante las comidas para un estmago hastiado2.
1 Quisqus ergo dicit, non citius posse ammam evolare, quam in fundo eiste dena rius possit tinnire, errat (N. PAULUS, Johannes Tetzel 174) 2. N PAULUS, Johannes Tetzel 147
Tan grave como esta falta de seriedad religiosa era la ligereza con que se daban por dogmas opiniones de escuelas. La opinin tan escandalosa para Lutero de que para ganar las indulgencias por los difuntos no se requiere el estado de gracia, fue presentada por Tetzel en la tesis 24 como dogma cristiano 8. De ah que Cayetano, en su tratado sobre las indulgencias de 20 de noviembre de 1519, ataca a los predicadores que venden como doctrina de la Iglesia meras opiniones privadas4. Esta arbitraria dogmatizacin de cuestiones an abiertas era una especie no menos peligrosa de oscuridad teolgica, que fue una de las causas ms decisivas de la reforma protestante. El captulo de los dominicos acord acusar a Lutero en Roma como sospechoso de hereja. Esto sucedi en marzo de 1518. Dado el gran influjo de los dominicos en la curia la cosa no careca de peligro para Lutero. Las anotaciones de Juan Eck (Obelisci) escritas bastante a la ligera sobre las tesis luteranas, estaban destinadas al uso privadoi del obispo de Eichsttt, Gabriel von Eyb. En marzo de 1518 vinieron a manos de Lutero por obra de Wenzel Link, de Nuremberg, pero no tuvieron publicidad, como tampoco los Asterisci (WA 1, 281-314) del mismo Lutero. Len x, aparte sus diversiones fervorosamente practicadas de caza, comedias y banquetes, estaba ms que ocupado en arbitrar medios para llenar las cajas siempre vacas, en la poltica familiar de la casa de los Medici y alguna empresa seria tena que haber en alejar el peligro turco. No se inclinaba a tomar en serio aquellas rias de frailes de Alemania5. El 3 de marzo de 1518, el general electo de los agustinos, Gabriel della Volta, recibi el encargo de apaciguar al hombre y ahogar a tiempo la naciente llama. Pero no parece se pasara ms all de una fraternal correccin por Staupitz. Al contrario, el captulo de los agustinos de Heidelberg, en abril-mayo de 1518, se transform en una demostracin en favor de Lutero. Tesis sentadas por l sobre el pecado
3 Non esse Chrutianum dogma, quod redempturi pro amuis confessionalia, vel puryandts lubeum, posstnt hec facer absque contntwne, error (N PAULUS, Johannes Tetsel 175) 4 Opuscula, Lyn 1562, 105a 5 Rixae monachales, cf. P KALKOFr, Zu Luthers romischem Prosess 15, n 2 Segn el dominico Matteo Bandello (t 1562 obispo de Agen) Len x habra dicho: Che fia Martino haveva un belhssimo mgegno e che coteste erano mvidie fratesche.
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original, la gracia, el libre albedro y las fuerzas del hombre natural para el bien, fueron discutidas bajo su direccin con Leonardo Beier, su discpulo, como respondens. Este captulo de Heidelberg demostr que los agustinos alemanes respaldaban a Lutero. Adems, l mismo pudo ganar para su causa algunos jvenes telogos, por ejemplo, al dominico Martn Butzer y Juan Brenz, el futuro reformador de Wurttemberg. Al da siguiente de su vuelta a Wittenberg, el 16 de mayo, predic Lutero sobre Jn 16, 2: Os echarn de la sinagoga (os excomulgarn). El que muere injustamente excomulgado, es bienaventurado, aunque muera sin sacramentos. La excomunin slo puede privar de la comunin exterior con la Iglesia, pero no de la participacin en los bienes celestes. Simultneamente compuso Lutero la carta, tan sumisa, a Len x, que uni a las Resolutiones. Importante para la marcha del proceso contra Lutero vino a ser el captulo general de los dominicos, habido en Roma en mayo de 1518. En esta ocasin, por autorizacin de Len x, fue graduado Tetzel de maestro en teologa. Silvestre Prierias compuso a mediados de junio un dictamen pedido por el papa. In praesumptuosas Martini Lutheri conclusiones de potestate papae dialogus. Este escrito redactado a toda prisa parte con razn de la autoridad de la Iglesia y del papa como del punto decisivo en litigio. Pero exagera la extensin de la autoridad docente infalible y no matiza la diferencia entre doctrina obligatoria de la Iglesia y praxis indulgencia! o sentencias de los telogos6. Es adems de tono tan spero que hace de antemano imposible todo dilogo. Ya en junio fue impreso el Dilogo, y se junt a la carta en que, a comienzos de julio, el auditor de la cmara apostlica, Ghinucci, citaba a Lutero para ser odo en Roma. La invitacin lleg al reformador el 7 de agosto por medio del cardenal Cayetano, que, desde el 7 de julio, asista a la dieta de Augsburgo a fin de ganar a los estamentos alemanes para la guerra contra los turcos. Al da siguiente visit Lutero al prncipe elector Federico el Sabio para que, por medio del emperador, lograra del papa que su causa se tratara en Alemania. Si Prierias se supone redact su Dilogo en tres das, en dos afirma Lutero haber dado cabo a su Responsio (WA 1, 647-686).
6. Qui circa indulgentias dicit, Ecclesiam Romanaim non posse facer id. quod de facto facit, haereticus esf (F. LAUCHERT, Die aitemschen Meranschen Gegner 11).
No mereca mayor trabajo aquel engendro, escribe Lutero a Spalatin (31-8-1518). As tampoco Lutero hizo justicia, por su tono y fondo, a la gravedad de la situacin. Lo mismo el papa que el concilio pueden errar (WA 1, 658). Infalible, como escribe Agustn, lo es la sagrada Escritura. A decir verdad, como Lutero reconoce agradecido, de hecho la Iglesia romana en sus decretos, no se ha desviado hasta ahora de la verdadera fe y ha mantenido la autoridad de la Biblia y de los padres de la Iglesia (WA 1, 662). Lutero se siente ligado a sus decretos. Pero no quiere doblarse a las opiniones de escuela de los tomistas; aguarda la decisin de la Iglesia o del concilio en la cuestin de las indulgencias (WA 1, 658). Lutero no poda contar con el favor del emperador Maximiliano, que, el 5 de agosto, haba advertido al papa el peligro contra la unidad de la fe que supona la aparicin de Lutero y le haba prometido que se ejecutaran enrgicamente en el imperio las medidas que sobre el caso tomara la Iglesia. Sin aguardar al plazo marcado en la citacin, dirigi Len x, el 23 de agosto, un breve a Cayetano que estaba en Augsburgo: el legado citara a Lutero como hereje notorio. Si se retracta, sea recibido en gracia. Si no comparece voluntariamente o se niega a retractarse, detngalo Cayetano y hgalo traer a Roma. Caso de no poder ser detenido, el legado recibe poder de excomulgar a Lutero y sus secuaces (WA 2, 23-25). Al mismo tiempo se invitaba a Federico el Sabio a entregar a Cayetano o traer a Roma al hijo de iniquidad. El prncipe elector tena empeo en que el caso de Lutero se ventilara por un tribunal en suelo alemn. Logr de Cayetano la promesa de tratar a Lutero en Augsburgo con paternal mansedumbre, y dejarlo marchar aunque se negara a retractarse. Por razones polticas, el legado se mostr dispuesto a estas concesiones. El 27 de agosto, cinco prncipes electores, fuera de los de Trveris y Sajonia, se haban comprometido a elegir por sucesor de Maximiliano a Carlos i de Espaa. El prncipe elector Federico se haba opuesto violentamente a la eleccin y con ello se puso do parte del papa, que quera evitar a todo trance el cerco de los estados de la Iglesia por los pases unidos de los Habsburgo. Ya el 3 de septiembre, en el consistorio, haba manifestado Len x su resolucin de conceder a Federica el Sabio la rosa de oro. El 10 de septiembre fue confiada al notario papal y camarero sc109
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creto Carlos v. Miltitz, noble joven sajn, transmitir al prncipe elector la concesin de ricos privilegios de indulgencias para la capilla del castillo de Wittenberg. Sin embargo, esta misin qued por de pronto parada, al llegar el despacho de Cayetano sobre la negativa de Federico el Sabio a elegir a Carlos i, pero tambin sobre su proteccin personal a Lutero. La curia acept las propuestas del legado sobre or a Lutero en Augsburgo; pero, en el breve: Dum nuper de 10 de septiembre ech sobre Cayetano el peso de la responsabilidad al atribuirle autoridad judicial en el asunto de Lutero. Oira cuidadosamente al monje de Wittenberg evitando toda disputa y, segn el resultado, lo absolvera o condenara. A fines de septiembre recibi Lutero la orden de su prncipe de presentarse en Augsburgo. Aqu lleg el 7 de octubre de 1518. Todava esper el salvoconducto imperial y el 12 de octubre y los dos das siguientes se dirigi a Cayetano. Si algn telogo del tiempo ofreca condiciones para ganar a Lutero para la Iglesia, se era Cayetano. Ya en 1517 haba ste escrito sobre las indulgencias y afirmado que las sentencias de canonistas y telogos sobre ellas eran muy divergentes 7. Semanas antes de or a Lutero haba compuesto en Augsburgo otras cinco cuestiones sobre el tema8. Se tom el trabajo de leer los escritos de Lutero. Las opiniones de Cayetano sobre las indulgencias eran moderadas. Sin embargo, stas no podan ser para l una mera remisin de las penas de la Iglesia, sino que deben librarnos tambin de las penas que hemos merecido ante la justicia divina por nuestros pecados. De lo contrario, seran un peligroso engao de los fieles. Esforzarse en ganar indulgencias no es signo de imperfeccin; pero hay que conceder a Lutero que la limosna est por encima de la indulgencia, y pecara quien, por una indulgencia, omitiera una limosna obligatoria. Las indulgencias por los difuntos se fundan desde luego tambin en el poder de las llaves de la Iglesia, pero slo obran per modum suffragii. La doctrina sobre el thesaurus ecclesiae como menta Christi es, segn Cayetano, obligatoria. Que Cayetano manejara an ms los escritos de Lutero en Augsburgo, atestguanlo varios tratados sobre el sacramento de la penitencia, la excomunin y el purgatorio. En una cuestin acabada
7. 8. Opsculo,, Lyn 1562, 90-97a. Opsculo., Lyn 1562, 97a-105a.
el 26 de septiembre de 1518 se pregunta si para la fructuosa recepcin del sacramento de la penitencia ha de tener el penitente la certeza de fe de haber recibido de Dios el perdn de sus pecados. Despus de seis argumentos en pro que estn en su mayora tomados del sermn De poenienia (WA 1, 323s) de Lutero, recalca Cayetano que el penitente no necesita necesariamente tener la fe de que ha sido efectivamente absuelto; pero s debe creer que por el sacramento de la penitencia se nos aplica la gracia de la absolucin 9. El postulado de Lutero de la certeza de fe, en quien recibe el sacramento, de que le han sido perdonados los pecados, es para Cayetano algo inaudito y de gran transcendencia; para l equivale a erigir una nueva Iglesia 10. No se discute la necesidad de la fe para la fructuosa recepcin del sacramento; \o que Cayetano rechaza es la fe refleja del sujeto, es decir, la certeza de fe de haber recibido el perdn de los pecados como elemento constitutivo de la justificacin. Esta fe refleja (P. Hacker) juntamente con la doctrina sobre el thesaurus ecclesiae fue el objeto principal del interrogatorio de Augsburgo. Segn la descripcin de Lutero, el 12 de octubre fue recibido por el seor cardenal legado con mucha benevolencia, casi con algn exceso de honor (WA 2, 7). Cayetano no deba, ni quera, meterse en una disputa. Exiga retractacin y la promesa de mantener en lo sucesivo la paz. Lutero no vio en l al legado de la Iglesia, sino al tomista, a un miembro del bando contrario, a cuyos fantasmas de las opiniones de escuela no quera dejarse sujetar (WA 2, 16). As surgi una acalorada disputa. El cardenal exigi retractacin de la tesis 58, segn la cual el tesoro de la Iglesia no se identifica con los mritos de Cristo y de los santos. Lutero se neg y persisti en la tesis de que los mritos de Cristo no son el tesoro de las indulgencias, sino que ellas lo han adquirido (WA 2, 13), o, como lo haba formulado en la Resolutiones: comoquiera que Cristo es el rescate y redentor del mundo, de ah que 1 solo es verdaderamente el nico tesoro de la Iglesia; pero que sea el tesoro de las indulgencias, lo impugno hasta que me demues9. .Ncm est necessamum psum poenitentem tune habere fidem se esse absolutum, quatnquam credere oporteat absatut%oms beneficvum per poenttenttae socramentum conferri, puscula, Lyn 1562, 109b. * 10. Hoc entm est novam ecclesiam construere, Opuscula, Lyn 1562, I l l a . Cf. P. HACKER, Das Ich im Glauben bex Martn Luiher, Graz 1966.
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IVldriUl j_uie.iv
tren lo contrario (WA 1, 608). No puede decirse que este dilogo decisivo fracasara por una distincin sutil. Lutero quera dejar bien sentado que el acceso a los mritos de Cristo no se limita a las indulgencias, y que ni siquiera es se el camino ms corto y ms excelente. Pero es que el cardenal no quera ni poda concedrselo? Sin embargo, Lutero vea un contraste entre el tesoro de las indulgencias y el tesoro de la gracia vivificante de Dios, entre lo que se nos da por la cooperacin del poder de las llaves y de las indulgencias y lo que recibimos nosotros solos por el Espritu Santo, pero en ningn caso del papa (WA 2, 12). El papa es para Lutero autoridad, a la que se somete, como a la poltica, en virtud de Rom 13, 1 y no de Mt 16, 18, mientras agrada a Dios (WA 2, 19s). Lutero dice que aguarda el juicio del papa y recalca a rengln seguido que la verdad es seora aun del papa, y no aguarda sentencia de hombre, donde ha conocido claramente el juicio de Dios (WA 2, 18). Ms importante fue para Lutero, por tocar ms inmediatamente a la salud, la cuestin sobre la certeza de fe de la propia justificacin, como condicin para la misma. Frente a Cayetano dice haber defendido la opinin de ser condicin indispensable que el hombre crea con firme conviccin que se justifica y no dude en absoluto de que alcanza la gracia (WA 2, 13). Aqu se habra visto una nueva especie de teologa y un error. A estos contrapuestos puntos de vista en el fondo se aadieron grandes diferencias de carcter y mentalidad. El cardenal e italiano de claras formas se irrit pronto de la seriedad obstinada y del carcter petulante y acalorado de este monje alemn, que tanta importancia se daba con sus extraas especulaciones en la cabeza y que por su parte no se senta tomado en serio ni entendido. Segn la Tischrede n. 3857 (mayo de 1538), Cayetano habra gritado a Lutero: Quid putas, quod papa cura Germaniam? A Karlstadt le escribi Lutero desde Augsburgo: Cayetano es tal vez un tomista renombrado, pero un telogo o cristiano oscuro, recndito e ininteligible y, por tanto, tan idneo para juzgar, entender y sentenciar esta causa, como un asno para tocar el arpa. De ah que mi causa est en tanto ms peligro, cuanto est en manos de jueces que no slo son enemigos e iracundos, sino tambin incapaces reconocerla ni entenderla (WA Br 1, 216). 112
Al tercer da, 14 de octubre, al despedirse indic Cayetano a Lutero que no volviera, de no cambiar de opinin; pero procur, al mismo tiempo, influir sobre l por medio de Staupitz y Wenzel Link. stos determinaron a Lutero a que se excusara en carta a Cayetano de 17 de octubre por su actuacin inmodesta, viva y poco respetuosa, y a prometer no tocar ms el tema de las indulgencias, caso que tambin los otros guardaran silencio. A la retractacin no estaba tampoco ahora dispuesto. Pide, sin embargo, se obtenga del papa una decisin de las cuestiones an no aclaradas, a fin de que la Iglesia pueda finalmente exigir retractacin o fe. En una segunda carta de 18 de octubre anunciaba Lutero su viaje de vuelta, y su apelacin al papa que le haba sido sugerida por una autoridad superior. De esta apelacin del papa mal informado y de sus jueces al santsimo padre mejor informado haba hecho levantar acta ante notario y testigos con fecha ya de 16 de octubre: La doctrina sobre las indulgencias estaba en muchos puntos sin aclarar. Por eso tena l por lcita y provechosa una discusin. Pareja discusin haba l emprendido y sometido sus proposiciones litigiosas al juicio de la Iglesia y de quienquiera lo entendiera mejor, sobre todo al del santsimo padre y seor, el papa Len x. En cambio, no haba podido prestar la retractacin que le peda el muy erudito y amigable Cayetano, pues no le haban sido sealados los puntos en que errara (WA 2, 28-33). Esta apelacin fue clavada, el 22 de octubre, en la catedral de Augsburgo, despus que Lutero, por la noche, hubo abandonado la ciudad por un portillo' de la muralla. El 19 de noviembre lleg a Federico el Sabio una carta de Cayetano, con fecha de 25 de octubre, en que el cardenal peda la entrega o el destierro de Lutero. No querra el prncipe elector manchar de ignominia la gloria de sus antepasados por causa de un msero monje! (WA Br 1, 235). Lutero ofreci a su seor temporal emigrar (WA Br 1, 245). ste parece haber asentido transitoriamente al plan o por lo menos haberlo considerado seriamente. Spalatin disuadi una fuga precipitada a Francia. Acaso pens ya entonces tener oculto a Lutero en algn lugar de Sajonia11. La decisin doctrinal sobre las indulgencias que Lutero haba
11. I Hoss, Georg Spalatin 141.
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pedido, la dio Len x, sobre un esquema de Cayetano, el 9 de noviembre de 1518 en la constitucin Cum pastquam12. A fin de hacer imposible toda evasin, se declara aqu como doctrina de la Iglesia romana que, en virtud del poder de las llaves, puede el papa remitir las penas por el pecado, distribuyendo el tesoro de los mritos de Cristo y de los santos. Esta indulgencia se concede a los vivos por modo de absolucin y a los difuntos intercesoriamente. Cayetano public esta bula el 13 de diciembre en Linz del Danubio. Fue impresa varias veces, pero no tuvo efecto permanente. La opinin pblica estaba ya demasiado soliviantada contra las indulgencias como medio de satisfacer la avaricia de la curia, y Lutero no obstante sus protestas de sumisin a la santa sede, slo estaba dispuesto a retractarse, si se le convenca de error con la sagrada Escritura en la mano, tal como l la entenda. Entretanto, haba dado otro paso adelante. El 28 de noviembre, en la capilla del santsimo Cuerpo de Cristo, de Wittenberg, hizo levantar acta de su apelacin al concilio que debera convocarse pronto y legtimamente en el Espritu Santo. En materias de fe, el concilio estaba, segn l, por encima del papa. En el texto, segua Lutero a la Sorbona que, el 28 de marzo de 1518, haba igualmente apelado al concilio en el pleito de las bertades galicanas. Lutero no quera publicar, a pesar de haberla hecho ya imprimir su apelacin, sino slo tenerla a mano para el caso de la excomunin. Sin embargo, como l asever varias veces18, la edicin estaba ya casi agotada por el negociante editor, antes de tener l mismo un ejemplar en las manos. Un acto de tan gran transcendencia habra sido, segn eso, producido ms o menos casualmente contra la intencin de Lutero. No tendremos entonces que acusarlo de una ligereza irresponsable? O tenemos que contar con una jugada diplomtica por la que Lutero quera poner a la corte sajona ante hechos consumados, sin haber obrado contra las claras rdenes de ella? Probablemente, algo semejante sucedi con las Acta Augustana. Segn la exposicin de Lutero, aqu lleg la orden de parar, de Spalatin, cuando el escrito estaba tirado ya a excepcin del ltimo pliego (WA 1,
12. P. KALKOFF, Die von Cajetan verfasste Ablassdekretale: ARG 9 (1911-12) 142-171; N, PAULUS, Die Ablassdekretale Leos X. vom Jahre 1518: ZKTh 37 (1913) 394-400. ' 13. Carta a W . Link de 18-12-1518 (WA Br 1,270) y a Spalatin de 20-12-1518 (WA Br 1280s).
263; 281). Tambin es posible que Lutero haya querido tentar al destino, en el sentido de dejar las cosas pendientes con la secreta esperanza de que otros factores acabaran por forzar la decisin eO el sentido que l deseaba. Sin duda alguna estaba mucho ms preo* cupado y combatido por internas contradicciones de lo que permita suponer lo arrebatado y decidido de sus actos, as como lo tajante de su lenguaje. Hemos de contar con que a menudo el propio Lutero se haca imposible la retirada, cortndose los puentes con toda conciencia, mientras que en otros casos, aunque dejara que laS cosas llegaran hasta rozar el punto de ruptura, se echaba atrs ante las ltimas consecuencias. Pero cuando la ruptura se produca, acarreada por el dinamismo interno o externo de los hechos, la aceptaba, mejor dicho, la saludaba como voluntad de Dios. Lutero saba cmo la gente se disputaba sus escritos y folletos, y haba adquirido suficiente experiencia en sus tratos con los impresores^ para prever lo que ocurrira con la impresin de su apelacin al concilio. De ah que slo con reservas merezca crdito lo que dice en su carta a W. Link, que le ha contrariado mucho que el impresor echara a la calle su folleto, pues quera guardrselo para mejor ocasin, pero que Dios lo ha dispuesto de otra manera14, del mismo modo que asegur al papa que sus tesis sobre las indulgencias se haban publicado contra su voluntad, pero que ahora ya no estaba en sus manos retirarlas (WA 1, 529), as ahora escriba a Spalatin sobre la publicacin de su apelacin al concilio: Lo que hecho est, no puedo yo deshacerlo (WA Br 1, 281). En estas semanas le rond de nuevo a Lutero por la cabeza la idea de emigrar. Y ello sin duda no slo para no molestar a su seor temporal con la carga de su causa, sino tambin porque quera recuperar su libertad de accin y salir de la red de las menudas consideraciones tcticas, a que constantemente lo forzaba su vinculacin con la corte sajona. Precisamente en estos das (18-12-1518) manifestaba a W. Link: No> s de dnde vienen estos pensamientos. La causa, a mi juicio, no ha empezado an siquiera, no digamos que los seores de Roma puedan esperar ya su fin. Es ms, tiene
14. zEdidit impressor noster Appellationem meam ad concium, multa et magna etj^, plicentia mea; sed actum est. Volui impressam apud me servare, Deu-s autem alia cog{. tat (WA Br 1,270).
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la sospecha de que el verdadero anticristo, a que alude Pablo, impera en la curia romana. Hoy creo yo poder demostrar que Roma es peor que el turco (WA Br 1, 270). La curia se vio ante la doble tarea de anular al hereje Lutero y ganar a su seor para los tributos del turco y, sobre todo, como aliado en la sucesin al imperio. Todava no era seguro que se pudieran perseguir al mismo tiempo y con plena energa los dos fines, es decir, si Federico el Sabio abandonara a Lutero. Lograr claridad en este punto, es decir, averiguar la intencin del prncipe elector (WA Br 1, 274), era la misin del camarero papal Carlos von Miltitz. A mediados de noviembre fue finalmente enviado con la rosa de oro, ricos privilegios de indulgencias y una bula de excomunin contra Lutero, a Augsburgo, para encontrarse con Cayetano. Pero el legado, a cuyas instrucciones deba atenerse estrictamente, no estaba ya all. As que deposit la rosa de oro y las bulas papales en los Fcar (Fugger) y, a mediados de diciembre, se junt al consejero principesco Degenhard Pfeffinger, que volva a la corte de Federico el Sabio. De camino hubo de comprobar Miltitz hasta qu punto el ambiente de Alemania estaba en favor de Lutero. Pero ello no fue parte para que este palaciego vano, espiritualmente limitado y fanfarrn, se mostrara reservado. Al contrario hizo alarde de sus supuestos mandatos, y contaba chismes romanos, segn los cuales no se le daba al papa un bledo de Tetzel ni de Prieras. El 28 de diciembre lleg Miltitz a Altenburg, residencia de Federico el Sabio. Poco antes, el 8 de diciembre o, segn otra fecha que prefiere Kalkoff15, el 18 de diciembre, el prncipe haba por fin respondido a Cayetano, rechazando la extradicin o destierro de su profesor. Lutero no estaba convicto de hereja; estaba, por lo contrario, dispuesto a corregirse y aceptaba la discusin. Con ello se pona Federico el Sabio al lado de Lutero para defenderlo, pero declaraba, a par, abierto el proceso contra l. Dentro de esta tctica de reserva, no le vino mal el camarlengo fanfarrn, que, contra las instrucciones, se las echaba de mediador. Federico prepar un encuentro entre Lutero y Miltitz los das 4 y 5 de enero de 1519, en que se lleg a los siguientes acuerdos: 1. A las dos partes debe
15 ZKG 27 (1906) 325ss.
prohibirse volver a predicar, escribir o tratar sobre la materia. 2. Miltitz se propone lograr del papa que designe a un obispo, y ste seale, para la retractacin, los artculos errneos de Lutero (WA Br 1, 294; 299). Federico y Lutero no tomaron muy en serio la ligereza del nuncio, pero se metieron en la miltitziada, porque esperaban lograr as su pretensin de que la causa de Lutero se tratara en Alemania, o por lo menos ganaban tiempo. Dando gusto al prncipe elector, Miltitz atribuy papel de arbitro al arzobispo de Trveris, Richard von Greiffenklau, 12.6). Siguiendo su tctica de echar la culpa de la agudizacin de la situacin a los dominicos, Cayetano y Tetzel, Miltitz castig disciplinariamente a Tetzel y dio a entender que quera acusarlo en Roma por inmoralidad y haberse irregularmente enriquecido con dinero de las indulgencias. El predicador de las indulgencias qued completamente relegado y arrinconado, y muri el 11 de agosto de 1519. Sus inauditas arbitrariedades en el trato con Martn Lutero, monje declarado hereje por el papa, le hubieran acarreado a Miltitz spera crtica por parte de Cayetano y de la curia. Pero la muerte del emperador Maximiliano el 12 de enero de 1519 cre una nueva situacin e iba a dar el comps de entrada a la ms grande campaa diplomtica (Kalkoff) de aquel tiempo, ante la cual quedara en la sombra todo el resto, incluso el proceso de Lutero. Ya el 23 de enero de 1519 recibi Cayetano de Len x la instruccin de que impidiera por todos los medios la eleccin de Carlos de Espaa. A esta causa haba que ganar a Federico el Sabio. As no le venan mal a la curia las inobligantes intrigas o manejos de Miltitz; por lo menos se le dej hacer y aun a tiempo se prest de buena gana odos a su ligero optimismo. Cayetano tena un papel ms difcil: guardarse en la manga la sentencia de condenacin contra Lutero y ofrecer la corona imperial al protector del hereje. Los informes color de rosa de Miltitz dieron pretexto a Len x para obrar, en un breve de 29 marzo de 1519, como si Lutero estuviera dispuesto a la retractacin e invitarle as paternalmente. Ante l, vicario de Cristo, poda prestar la retractacin, de la que slo lo habran retrado en Augsburgo el rigor de Cayetano y su partidismo por Tetzel (WA Br 1, 364s). De estar as las cosas, el papa no tena ya motivo alguno de irritarse contra Federico el Sabio por favorecer a un hereje. El cortejo amoroso al prncipe culmin en el mensaje que Mil117
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titz tena que llevarle ocho das antes del acto electoral16: Se ruega apremiantemente al prncipe elector que defienda la candidatura del rey de Francia. Si no es posible elegir a ste, acepte l mismo la corona imperial. El papa, en cambio, har por l todo lo que est en su mana y crear cardenal a uno de sus amigos1T. Por amigo del prncipe pasaba entonces en Roma Lutero. A ste, pues, pudo aludirse con la creacin cardenalicia. Llevado, pues, de la preocupacin por los estados de la Iglesia y la posicin de los Medici en Italia, obr el papa como si Lutero y sus protectores no hubieran sido declarados herejes. Dej en paz el proceso casi un ao y dio tiempo al movimiento luterano para que echara ms hondas races, retir la excomunin y ofreci en su lugar una corona imperial y un capelo cardenalicio. Si la corte romana, no obstante las advertencias de Cayetano, hizo como que olvidaba el peligro que a toda la Iglesia amenazaba por parte de este Martn Lutero Eleutherius y pospuso la solucin de esta crisis secular a las exigencias momentneas de la poltica papal en Italia, aqu se demostr tal vez con el mximo testimonio que Lutero y la oposicin tenan razn al echar en cara a la Iglesia de Cristo haber degenerado en una institucin de derecho y podero ".
La disputa de Leipzig Si consideraciones polticas hicieron que se dejara en paz el proceso contra Lutero, el pleito de los espritus que ste provocara no era fcil de resolver. Unas tesis que el colega wittenbergense de Lutero, Andrs von Karlstadt, haba sentado contra los obeiisci de Eck, le dieron un bienvenido pretexto para invitar a una pblica discusin (disputaio) en agosto de 1518. El profesor de Ingolstadt haba tenido una conversacin relativamente amistosa con Lutero, y convinieron en proponer a Karlstadt como escenarios de la disputaio Erfurt y Leipzig. Karlstadt dej la eleccin a Eck, quien, en diciembre, solicit de la facultad teolgica de Leipzig y del du16 El 21 de jumo, P . KALOKOFF- ZKG 25 (1904) 413 n 3 17 Traduccin alemana Rexchstagsakten, nueva sene, t i, ed dirigida por A KLUCK HOHN, Gotha 1893, 824. 18 R STADELMANN, Das Zettalter der Reformacin Hdb. der dt. Gesch , ed. preparada por BRANBT-MEYER JDST, t n , Constanza 1954, 49
que Jorge de Sajonia que autorizaran all la discusin. La facultad y el obispo local Adolfo de Merseburgo estaban en contra. Pero el duque Jorge se mostr entusiasmado por la disputa y supo lograr el asenso de la facultad. Ya en diciembre de 1518 haba publicado Eck doce tesis sobre penitencia, indulgencias, tesoro de la Iglesia y purgatorio contra Karlstadt. De hecho, sin embargo, se dirigan contra Lutero y su concepcin de la autoridad del papa y de la Iglesia, por ejemplo, la tesis 12 (luego 13): Es falso afirmar que, antes del papa Silvestre (314-335), la iglesia Romana no tuvo la primaca sobre las otras iglesias 19. A pesar de lo convenido con Miltitz, Lutero public contratesis (WA 2, 160s), y anunci su participacin en la disputa. En la contratesis 13 afirma que el primado de la Iglesia romana est probado con falsos decretos de los papas, que slo tienen 400 aos de antigedad. A Spalatin, que estaba preocupado por el caso, le escribe: Por razn del prncipe elector y de la universidad, disimulo y me reservo muchas cosas que, de estar en otra parte, vomitara contra la devastadora de la Escritura y de la Iglesia, contra Roma o, mejor dicho, contra Babilonia. No es posible, querido Spalatin, tratar de la verdad de la Escritura y de la Iglesia sin herir a este monstruo. No esperes, pues, que me est quieto y calle, a no ser que quieras que abandone de todo en todo la teologa (WA 1, 351). Unos das despus, asegura a Spalatin no haberle jams pasado por las mientes apostatar de la sede apostlica de Roma. Para l est bien que sta se llame y sea seora de todos. Y es as que al turco mismo hay que honrar y soportar, por razn de la autoridad que Dios le ha concedido (WA Br 1, 356). Ello quiere decir que el papado era entonces para Lutero mera autoridad de orden, como cualquier autoridad secular. No contento con eso, el 13 de marzo le susurra a Spalatin al odo 20 que, en el estudio de las decretales para la disputa, se ha planteado la cuestin de si el papa no ser el anticristo o por lo menos su emisario, pues tan miserablemente crucifica, en sus decretos, a Cristo, es decir, a la verdad. Slo a ltima hora, por intervencin de Eck, admiti el duque a Lutero en la disputa. sta tuvo lugar, del 27 de junio hasta el 16 de julio de 1519 en el Pleissenburg de Leipzig. Primero disputaron Eck
19. 20. Gegen Luthers xResolutumes eme 22 (WA 1, 571) In aurem tib loquor (WA Br 1, 359)
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y Karlstadt sobre la eleccin gratuita. La discusin entre Eck y Lutero culmin en la cuestin sobre el derecho divino y el primado del papa y sobre la autoridad de los concilios. stos podran errar y de hecho habran errado, por ejemplo, el concilio de Constanza en la condenacin de Huss. Con ello se afirmaba la sagrada Escritura como fuente nica de la fe y se asentaba la solu Scriptura como principio formal de la reforma protestante. Lutero no reconoca ya un magisterio supremo de la Iglesia que interprete obligatoriamente la Escritura. En la disputa, le prestaron a Eck excelentes servicios su buena memoria y su destreza dialctica. Si su peligro fue empujar al contrincante, con fra precisin, a consecuencias herticas y a fijarlo en el error, tiene sin embargo el mrito de haber puesto en claro, frente a la incertidumbre dogmtica de su tiempo, que Lutero no significaba reforma, sino ataque a la estructura de la Iglesia.
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BIBLIOGRAFA: H. DANNENBAER, Luther ais religioser Volsksschriftsteller 1517-20, Tubinga 1930; O. CLEMEN, Die lutherische Reformation und der Buchdruck, Leipzig 1939; H. v. CAMPENHAUSEN, Reformatorisches Selbstbewusstsein und Reformatorisches Geschichtsbewusstsein bei Luther, '1517-22: ARG 37 (1940) 128-150; H. VOLZ, Die ersten Sammelausgaben vori Lutherschriften und ihre Drucker (1518-1520): Gutenberg-Jb 1960, 185-202; W. KHLER, Zu Luthers Schrift An den christlichen Adel deutscher Nation: ZSavRGkan 14 (1925) 1-38; W. MAURER, Von der Freiheit eines Christenmenschen, Gotinga 1949; H. ASMUSSEN, Glaube und Sakrament. Zwei Abschnitte aus .De captivitate: Begegnung der Christen, Stuttgart 1959, 161-178.
Tras la disputa de Leipzig, Lutero se convirti ms y ms en hroe y orculo de la nacin. l mismo se senta henchido de espritu apocalptico y se imaginaba estar llamado a oponerse al anticristo. Ello daba a su lengua patetismo proftico, energa y decisin. Caballeros, ciudadanos y campesinos, apenas capaces de comprender al reformador en sus verdaderos temas religiosos, se sentan sostenidos por la seguridad de que Lutero traera la por tanto tiempo ansiada reforma de la Iglesia y del imperio, siquiera por reforma se entendiera tambin el logro de los fines polticos y sociales de 120
cada uno. De dondequiera afluan los estudiantes a la universidad de Wittenberg, cuya facultad de artistas haba sido reformada, a instancias de Lutero1, en sentido humanstico, y en que Melanchthon ocupaba la ctedra de griego. Los estudiantes eran a su vez heraldos eficaces de las doctrinas luteranas hasta los ms remotos rincones del imperio. La imprenta, adems, ofreca posibilidades completamente nuevas de propaganda. Ya en 1518, el humanista Juan Froben, de Basilea, haba hecho una edicin completa de las obras latinas de Lutero con alta tirada. Nuevas ediciones, ampliadas, aparecieron en 1520 en Estrasburgo y Basilea. Aqu siguieron en mayo de 1520 y en Estrasburgo en julio colecciones de obras de Lutero en latn, que hallaron buena salida. Lutero ocup a veces a tres impresores para lanzar sus obras a la publicidad. Las ms de las veces eran escritos polmicos, solicitados por el momento, y escritos a vuela pluma, que atacaban abusos o respondan a ataques. Aadanse numerosos escritos edificantes, testimonio de su experiencia religiosa y, a par, ayuda pastoral para muchos que se dirigan a l. Lutero dominaba la lengua del pueblo; a menudo era grosero y lleno de spera burla, pero nunca aburrido y difcil, como la teologa escolstica en sus minuciosas disputaciones. El ao 1520 represent el primer punto culminante de su actividad publicitaria. Entre los escritos pastorales de fines de 1519 hay que contar principalmente los sermones sobre los tres sacramentos, nicos que en adelante quiere reconocer Lutero> como vlidos: 1. sermn sobre el sacramento de la penitencia (WA 2, 713-723); 2. sermn sobre el sacramento del bautismo (WA 2, 727-737); 3. sermn sobre el venerable sacramento del verdadero cuerpo de Cristo y sobre las hermandades (WA 2, 742-758). Sin embargo, se discute si Lutero mantiene an la sacramentalidad de la penitencia en el sentido tradicional. No mira la palabra del perdn de los pecados en su relacin interna con el ministerio de la Iglesia. Por eso, en su opinin, cualquier laico puede dar la absolucin: Sigese en noveno lugar que, en el sacramento de la penitencia y perdn de la culpa, ni el papa ni el obispo hacen ms que el ms humilde sacerdote; es ms, si no hay sacerdote, otro tanto hace cualquier cristiano, aunque sea una mujer o un nio. Porque cualquier cristiano que te diga: "Dios te perdona tus pecados"... y t puedes comprender la palabra con fe firme, como si Dios te hablara, en esa 121
misma fe eres ciertamente absuelto. Tan de todo en todo est todo en la fe en la palabra de Dios (WA 2, 716). En el bautismo y la eucarista, los dos principales sacramentos de la Iglesia, recalca fuertemente Lutero la apropiacin subjetiva de la gracia que en ellos se ofrece y sus efectos fructuosos. El opus operaum debe convertirse en la fe, en el opus operantis; de lo contrario slo produce dao, como la cruz de Cristo se convirti en fatalidad para los judos. Spalatin le invit a que escribiera tambin sobre los otros sacramentos; pero Lutero rechaz la invitacin, pues no haba razn alguna para ellos en la sagrada Escritura. Para m no quedan ya ms sacramentos. Porque slo se da un sacramento, cuando hay una expresa promesa divina para el ejercicio de la fe (WA Br 1, 595). Se le reproch a Lutero que con su doctrina de la justicia por la fe sola perjudicaba a las obras y hasta las haca despreciables. Contra esa censura y a ruegos de Spalatin escribi Lutero en el principio de 1520 el extenso sermn sobre las buenas obras, en que se aborda la relacin entre la fe y las obras (WA 6, 202276). Aqu da a los laicos una extensa instruccin para vivir y obrar cristianamente. La ms excelente de todas las obras es la fe (Jn 6, 28). Pero no es una obra buena junto a las otras, sino la fuente de toda obra buena. Estas son fruto de la fe, que trae consigo caridad, paz, gozo y esperanza. Lo que importa no es la grandeza de la obra externa; todo nuestro obrar puede convertirse en obra buena, con tal de que tenga por motivo la fe. Si, pues, la justicia est en la fe, es claro que sta sola cumple todos los mandamientos y hace justas sus obras (WA 6, 211). Si tuviramos fe viva, no necesitaramos de ley alguna, sino que cada uno obrara por s mismo buenas obras en todo momento (WA 6, 213). Pero mientras no tenemos esta libertad de la fe para las buenas obras, necesitamos de leyes y exhortaciones, y tenemos que ser excitados como nios a bien obrar, con ceremonias y promesas. Sin embargo, la fe misma no nace de las obras, sino que es un don de Cristo. Mira, pues, que debes formar a Cristo en ti, y ver cmo Dios te ofrece en l su misericordia, sin mritos tuyos precedentes, y de esta imagen de su gracia sacar la fe y seguridad del perdn de todos tus pecados. Por eso la fe no comienza con las obras, ni las constituyen, tiene que manar y fluir de la 122
sangre, de las llagas y de la muerte de Cristo (WA 6, 216). La fe se prueba en el diario quehacer, en la obediencia a los mandamientos de Dios. Con ello tenemos bastante, no son menester otras obras que nos impongamos nosotros. Las obras que se me imponen no aparecen ni brillan, como las obras no mandadas de los nuevos santos. Son tanto ms altas y mejores, cuanto menos brillan, y se hacen tan callada y secretamente que nadie, fuera de Dios, se entera de ellas. En este primer escrito del ao decisivo de 1520, tal vez el ms importante y en todo caso no atendido como se merece, se mueve Lutero en las ideas de la mstica alemana, particularmente de Taulero. Dentro de la polmica resulta claro que no rechaza en absoluto las obras, sino una piedad de obras que en muchos casos se hace pura mecnica. Lo que condujo a una rotura cada vez ms clara no fue la doctrina misma sobre la justificacin, sino sobre la Iglesia. Ya de atrs luchaba Lutero con la idea de que el papa era el anticristoi\ En febrero de 1520 conoci el escrito de Lorenzo Valla sobre la supuesta donacin de Constantino (1440), editado de nuevo por Ulrico de Hutten. El 24 de febrero escribi sobre l a Spalatin: Me angustio de forma que casi ya no dudo de que el papa sea el verdadersimo anticristo que, segn opinin general, est aguardando el mundo (WA Br 2, 48s). Por el mismo tiempo vino a manos de Lutero el Epithoma responsionis ad Lutherwn (1519) de Silvestre Prierias, en que se recalcaba fuertemente el primado y la infalibilidad del papa. En mayo apareci la obra del franciscano Agustn Alveldt Super apostlica sede..., a la que respondi el fmulo de Lutero, Juan Lonicer. Cuando luego Alveldt public, refundido, su escrito en lengua alemana, escribi Lutero mismo una violenta rplica: Sobre el papado de Roma contra el famossimo romanista de Leipzig (1520; WA 6, 285-324). Aqu desenvuelve Lutero su doctrina sobre la Iglesia: 1. La cristiandad, como congregacin de todos los creyentes en Cristo, no es una congregacin corporal, sino de corazones en una sola fe. Esta unidad espiritual basta por s sola para formar una cristiandad. El bautismo y el evangelio son su signo en el mundo.
1 Carta a W. Link de 18-12-1518 (WA Br 1, 270)
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2. Esta cristiandad, que es la sola Iglesia verdadera, no tiene una cabeza sobre la tierra, sino que Cristo solo en el cielo es aqu la cabeza, y l solo rige. Los obispos son mensajeros, y todos iguales por ordenacin divina. Slo por ordenacin humana, est uno sobre los dems en la Iglesia exterior. 3. Mt 16, 18 debe interpretarse por Mt 18, 18. Entonces se ve claro que a san Pedro le fueron dadas las llaves en lugar de la Iglesia entera, no nicamente para su persona. 4. Hay, por tanto, que soportar con toda paciencia al papa, admitido por Dios, como si el turco estuviera sobre nosotros. Lutero piensa que puede muy bien sufrir que reyes, prncipes y nobleza entera intervengan, para que se cierre la calle a los canallas de Roma... Cmo llega la avaricia romana a arrebatar para s todas las fundaciones, obispados y bienes feudales de nuestros padres? Qun ha odo ni ledo jams parejo e indecible bandidaje? (WA 6, 322). Si aqu pone Lutero el dedo en la llaga del resentimiento nacional, que ya se haba hecho or frecuentemente en los gravamina de la nacin alemana, en el primero de los tres grandes escritos programticos del verano de 1520 se hace muy expresamente portavoz de estos deseos y quejas: A la nobleza cristiana de la nacin alemana sobre la reforma del estado cristiano. A 7 de junio de 1520 escriba a Spalatin: Tengo intencin de escribir una hoja volante o folleto al emperador Carlos y a la nobleza de toda Alemania contra la tirana e indignidad de la curia romana (WA Br 2, 120). En la primera parte, introductoria, se trata de derribar las tres murallas tras las que se han atrincherado los romanistas, es decir, la curia, a fin de eludir toda reforma: 1.a La autoridad espiritual est por encima de la secular. 2.a Slo al papa incumbe interpretar la sagrada Escritura. 3.a Slo l puede convocar un concilio legtimo. Lutero en cambio, realza el sacerdocio universal, junto al cual no admite ya ningn sacerdocio particular. Porque todos los cristianos pertenecen verdaderamente al estado clerical; no hay entre ellos ms diferencia que la del oficio (o ministerio)... esto viene de que tenemos un solo bautismo, un evangelio y una fe... solos que hacen clrigos y pueblo de Dios... y es as que el que sale del bautismo, puede gloriarse de haber sido ya consagrado sacerdote, obispo y papa, aunque no a todos incumba desempear 124
ese ministerio... De ah se sigue que laicos, sacerdotes, prncipes, obispos y, como ellos dicen, clrigos y seculares, realmente no tienen en el fondo otra diferencia que la del ministerio (es decir, del servicio) u obra, y no la del estado (WA 6, 407s). Si papa y obispos han desfallecido, es misin de los llamados estados seculares tratar de poner remedio: Por eso, donde lo pide la necesidad y el papa da escndalo a la cristiandad, el primero que pueda, como miembro de todo el cuerpo, debe cuidar de que se convoque un concilio legtimo y libre. Nadie puede hacer eso tan bien como la espada secular, particularmente porque ahora la manejan cristianos, sacerdotes, clrigos, partcipes del poder en todas las cosas, y han de hacer que su oficio y obra, que tienen de Dios sobre cada uno, marchen libremente, en lo que se necesita y es provechoso (WA 6, 413)... Por eso vigilemos, queridos alemanes, y temamos a Dios ms que a los hombres, a fin de que no entremos a la parte de culpa en la perdicin lamentable de tantas pobres almas por el vergonzoso y diablico rgimen de los romanos (WA 6, 415). Sigue una serie de acusaciones sobre todo contra la avaricia y rapia romanas, culminando en el reproche de que papa y curia no cumplen su propio derecho cannico (WA 6, 418). En la tercera parte, desenvuelve Lutero en 28 puntos un programa de reforma que va desde la abolicin de las anatas, las reservas, el celibato y de los muchos das de fiesta, pasando por la reforma de las universidades hasta el cierre de los burdeles. Todos, el noble lo mismo que los campesinos y los pobres de las ciudades, podan pensar aqu en el remedio de sus necesidades. Aquello por que Lutero haba luchado en las angustias de su conciencia, se haca en este escrito asunto de la nacin entera. As se explica que las gentes se lo arrebataran de las manos. En la primera semana se vendieron 4000 ejemplares, lo que representaba un xito inaudito. En el segundo gran escrito programtico: De captivitate Babylonica ecclesiae praeludium (octubre 1920), una de las pocas obras teolgicas sistemticas de Lutero, se dirigi ste a los telogos. La ocasin fue una obra de Alveldt, Tractatus de communione sub utraque specie (junio 1520), pero va mucho ms all y es una discusin e impugnacin de la doctrina sacramental de la antigua Iglesia. Lutero no deja en pie ms que los tres sacramentos del bautismo, penitencia y cena. 125
Pero stos mismos han sido llevados por obra de la corte romana a una miserable cautividad. El sacramento del pan se halla en triple cautividad: la negacin de la segunda especie, la doctrina de la transubstanciacin y el entender la cena como sacrificio. Lutero no quiere decir que la segunda especie est absolutamente mandada, ni que la doctrina de la transubstanciacin sea falsa, sino que quera se guardara la libertad. Es tirana romana opina l negar el cliz a los laicos o hacer dogma de fe en una opinin de Toms. Lutero mantiene la verdadera presencia del cuerpo de Cristo, pero quiere dejar abierto el cmo. Para l aparece muy luminosa la presencia del cuerpo de Cristo en, con y bajo el pan de modo anlogo a la inhabitacin de la divinidad en la humanidad de Cristo. En cambio, la tercera cautividad del sacramento es un abuso sobremanera impo y fuente de nuevos males, profundamente arraigados. Lutero repite aqu ideas del sermn del Nuevo Testamento, es decir, de la santa misa (1520). Pide retorno a la primera y sencilla fundacin de Cristo, a su palabra. Segn sta, el sacramento del altar es un testamento, en que se nos promete el perdn de los pecados. Las palabras del relato de la institucin son la esencia y fuerza de la misa, y, a par, la suma y trasunto de todo el evangelio. Mira, hombre pecador y condenable, por el puro e inmerecido amor con que te amo... te prometo por estas palabras, antes de que t hayas merecido ni deseado nada, el perdn de todos tus pecados y la vida eterna. Y para que ests enteramente cierto de esta mi promesa irrevocable, quiero entregar mi cuerpo y derramar mi sangre y confirmar con la muerte misma esta promesa y dejarte ambas por signo y memorial de la promesa. Cuantas veces hicieres uso de esto, te acordars de m, y ensalzars, alabars y dars gracias por este amor y bondad ma para contigo (WA 6, 515). En lugar de aceptar por la fe esta herencia, han hecho de ella los hombres, segn Lutero, un sacrificio, una obra, es decir, algo que ellos dan a Dios. Porque no habr nadie tan loco que diga hacer una obra buena el que viene pobre y necesitado y quiere que de mano del rico se ofrezca a todos por mano del sacerdote un beneficio de la divina promesa. Luego es cierto que la misa no es un sacrificio... (WA 6, 523). Lutero ve en Cristo, seor de la cena, a Dios simplemente, no 126
al Dios-hombre mediador. As la cena est dirigida de Dios a nosotros, y no tambin, por el mediador Cristo, al Padre. Por eso Lutero no ve tampoco enlace interno entre la oracin de alabanza y accin de gracias de la eucarista y el sacramento1. Por eso no hay que confundir las dos cosas: la misa y la oracin, el sacramento y la obra, el testamento y el sacrificio. Porque lo uno viene de Dios a nosotros por ministerio del sacerdote y exige fe; lo otro va de nuestra fe a Dios por los sacerdotes y pide exaudicin (WA 6, 526). En estos aos de su polmica contra la praxis sacramental de la edad media tarda, acenta Lutero fuertemente la fe, con que respondemos al verbum sacramenti, a la promesa de Cristo. Aqu pasa a segundo trmino la presencia real como sello y prenda de la promesa. Pero mantiene el concepto tradicional de sacramento aun cuando dice: Y como importa ms la palabra que el signo, as importa tambin ms el testamento que el sacramento. "Cree", dice Agustn, y has comido (WA 6, 518). Y es as que por palabra se entiende aqu el verbum sacramenti y por sacramento, el sacramento, el sacramentum tantum. Segn la doctrina sacramental escolstica slo la palabra hace del signo sacramento, y ms importancia tiene la palabra que el signo. Segn Toms de Aquino, el sacramento produce su efecto santificante al tocar el signo al cuerpo y ser creda la palabra (S. Th. in, q. 60 a. 6). Consiguientemente, la teologa escolstica conoce un manducare spiritualiter Christum por la fe; mientras la mera recepcin sacramental sin fe es para ella un pecado. A pesar de toda su polmica contra los conceptos opus operatum - opus operantis, mantiene Lutero lo que significan. El sacramento se realiza independientemente de la dignidad del ministro, que es instrumento en lugar de Dios, y opera en creyentes e incrdulos, siquiera el fruto sea contrario2. Esta obra polmica, con la apasionada repulsa del sacrificio de la misa y la negacin de cuatro sacramentos, no slo pona en tela de juicio doctrinas esenciales de la fe, sino que vena a eliminar el ncleo ms ntimo del culto de la Iglesia y de la piedad de los fieles. As fue que produjo escndalo y contribuy esencialmente a esclarecer los frentes. Ms de un antiguo amigo, por ejemplo, Staupitz, se volvi atrs horrorizado. Erasmo pensaba que antes
2. <c...manet tamen semper dem sacramentum e testamentum, quod vn credente opcra-tur suum opus, m incrdulo operatur alienum opus (WA 6,526).
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de esta obra la rotura era an evitable. De modo semejante se expres el confesor de Carlos v, Juan Glapion. La universidad de Pars protest pblicamente contra esta obra, y Enrique vm, rey de Inglaterra, escribi contra ella su Asserio septem sacramentorum (1521), que le vali el ttulo pontificio de Defensor jidd. El franciscano y enemigo de Lutero, Toms Murner, crey ya que por una traduccin al alemn, sin comentarios, del De capivitate, poda levantar contra Lutero al gran pblico. El tercer escritoi programtico: De la libertad del cristiano (noviembre de 1520) fue escrito por sugestin de Carlos von Miltitz despus de la publicacin de la Exsurge Domine, en que se le amenazaba con la excomunin, para convencer al papa de la ortodoxia y buena volutad de Lutero. As, la polmica pasa aqu a segundo trmino a favor de una exposicin popular y frvida del ideal de la vida cristiana. El cristiano es seor libre sobre todas las cosas y no est sujeto a nadie, en cuanto acepta por la fe el evangelio, es decir, las promesas de Cristo. Sin embargo, como en la tierra slo hay un empezar y crecer y slo hemos recibido las primicias del Espritu, vigen an los mandamientos y leyes de Dios. Sin embargo, el hombre no puede hacerse piadoso y salvarse por su observancia, es decir, por las obras. Los mandamientos nos llevan al conocimiento del pecado y al arrepentimiento. (As pues, el hombre que por el temor de los mandamientos de Dios ha sido humillado y ha llegado al conocimiento de s mismo, es justificado y elevado por la fe en las palabras divinas (WA 7, 34). El cristiano se inclina adems bajo la ley para servir al prjimo. Aunque es enteramente libre, debe hacerse voluntariamente siervo, para ayudar a su prjimo... as pues, de la fe fluye la caridad y gusto de Dios, y de la caridad una vida libre, voluntaria y gozosa, para servir de balde al prjimo (WA 7, 35s). As, el cristiano es un criado al servicio de todas las cosas y sujeto a todo el mundo.
Munich 1957, 909-926; A. SCHULTE, Die romischen Verhandtungen uber Luther 1520: QFIAB 6 (1904) 32-52; 174ss; J. GREVING, Zur Verkndigung der Bulle Exsurge Domine durch Dr. J. Eck 1520: RGStT 21-22, Munster 1912, 196-221; G. MLLER, Die drei Nuntiaturen Aleanders in Deutschlcmd: QFIAB 39 (1959) 222-276. Quema de la bula: SCHOTTENLOHER I, 14107-15, II, 55923-55927; J. LUTHERM. PERLBACH: SAB (1907) v, 95-102; O. CLEMEN: ThStK 81 (1908) 460-469; H. BOEHMER: LUJ 2-3 (1920-21) 3-53; J. LUTHER: ARG 45 (1954) 260-265. b) La dieta de Worms: Deutsche Reichstagsakten unter Karl V. (=RA) ir, Gotha 1896; T H . BRIEGER, Aleander und Luther 1521. Die vervollstandigten Aleander-Depeschen i, Gotha 1884; P. KALKOFF, Die Depeschen des Nuntius Aleander vom Wormser Reichstag, Halle 21897; id., Briefe, Depeschen und Berichte uber Luther vom Wormser Reichstage, Halle 1898; J. COCHLAEUS, Colloquium cum Luthero Wormatinae olim habitum: Flugschnften aus den ersten Jahren der Reformation iv, Leipzig 1910, 177-218; SCHOTTENLOHER I, 14281-346; ni, 27923-50; H. VON SCHUBERT, Die Vorgeschichte der Berufung Luthers auf den Reichstag zu Worms 1521: SAH 1912; H. GRISAR, Luther zu Worms, Friburgo 1921; Paul KALKOFF, Der Wormser Reichstag von 1521, Munich 1922; E. KESSEL, Luther vor dem Reichstag in Worms 1521: Festgabe fr Paul KIRN, ed. preparada por E. Kaufmann, Berln 1961, 172-190.
VI.
FUENTES Y BIBLIOGRAFA: a) Bula de excomunin: cf*. cap. 4; Exsurge Domine: BullRom v, 748-757; D, 741-781: Decet Romanum Pontificem: BullRom v, 761-764; SCHOTTENLOHER I, 12043-56; v, 47670a-71; H. Roos, Die Quellen der Bulle Exsurge Domine: Festschrift Schmaus,
Con la eleccin de Carlos v para emperador alemn el 28 de junio de 1519, se acabaron los miramientos de la curia con Federico el Sabio. Pero otras preocupaciones polticas, apuros financieros y, sobre todo, sus diversiones privadas alejarn a Len x de una persecucin enrgica de la causa de Lutero. Hasta febrero de 1520 no entr el proceso romano en una nueva etapa. Bajo la presidencia de dos cardenales: el telogo Cayetano y el canonista Accolti, tres comisiones examinaron sucesivamente la doctrina de Lutero. En la tercera, que celebr sesiones desde fines de abril, tuvo parte decisiva Juan Eck. Ya en diciembre de 1519, el cardenal de Tortosa, Adriano de Utrecht, haba aconsejado que, en la condenacin de Lutero no se pusiera una palabra de otro modo que l la escribiera. La indicacin fue en gran parte seguida. En este punto caba apoyarse en los dictmenes de las universidades de Colonia de 30 de agosto de 1519 y de Lovaina de 7 de noviembre del mismo ao. El ltimo reproduca las proposiciones censuradas de Lutero con sus mismas palabras, y seis de ellas pasaron a la bula papal. El esquema propuesto por la tercera comisin fue discutido en el consistorio del 21 de mayo al 1 de junio de 1520 129
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Jedin, Manual V, 9
y publicado finalmente como bula Exsurge Domine con fecha de 15 de junio de 1520. Esta bula condena 41 proposiciones extractadas de escritos de Lutero como herticas, escandalosas, errneas, ofensivas de las piadosas orejas, seductoras de nimos sencillos y contrarias a la doctrina catlica, sin especificar en cada proposicin bajo qu categora caa dentro de esta amplsima escala de censuras. Con ello quedaba incierto dnde terminaba el terreno de opiniones peligrosas de escuela, pero todava discutibles, y comenzaba el de la hereja. La condenacin de sta perda as su efecto decisivo. Esto hubo de confesar el mismo Juan Eck, cuando, tres aos ms tarde, en su dictamen de reforma para el papa, peda una nueva bula, en que slo se rebatieran los errores ms importantes con copioso empleo de la sagrada Escritura. En la Exsurge Domine habran quedado muchos puntos oscuros; muchas de las proposiciones condenadas eran tan indiferentes que incluso varones doctsimos no comprendan por qu haban sido condenadas1. Esta insuficiencia de la bula fue tanto ms fatal cuanto que, hasta el concilio tridentino, qued como nica manifestacin de la autoridad doctrinal pontificia en la causa de Lutero2. Dentro del plazo de sesenta das despus de la publicacin de la bula, Lutero tena que retractarse en los obispados de Sajonia, y ser quemados los escritos en que se defendan sus doctrinas escandalosas. El encargo de publicar en Alemania la bula de excomunin cay sobre el humanista italiano Girolano Aleander3 y Juan Eck. El 17 de julio fueron confirmados como nuncios, y Eck nombrado protonotario. En Alemania, sobre todo en Alemania del sur *, la promulga1. Nam etsi tn bulla priorx multa fuermt damnata, tamen ahqua videbantur adeo obscura, tmmo quaedam adeo tndxfferentxa, ut visum fuent quandoque inris eliam doctissimts partem contrartafn verxorem esse quam ca quae damnata fuertnt, Acta Reformatxonis cathoIvcae i, ed. preparada por G. PFEILSCHIFTER, Ratisbona 1959, 143. 2. H. JEDIN, Geschichte des Ktmss van Tnent i, Friburgo s 1951, 155. 3. Nacido en 1480 en Motta ( F n u l ) , fue, despus de sus estudios humansticos, profesor de las universidades de Padua, Venecia, Pars y Orleans En 1516 entr al servicio de la curia romana Aqu fue nombrado en julio de 1519 prefecto de la Biblioteca Vaticana. El importante humanista, de ambicin extrema, slo en sus aos posteriores se lig ntimamente a la reforma catlica Desde otoo de 1536 fue miembro de la gran comisin de reforma y cardenal. Muri en Roma el 1-2-1542. 4. La bula impresa a costa de Eck no fue leda en Augsburgo hasta 30-12 1520, ZKG 37 (1918) 159. El obispo de Freising no dio la orden de promulgacin hasta 10-11521; Zschr. fur Bucherfreunde, N F 9 (1918) 198. Cf. H. JEDIN, Gesch. des Konzth i, 144s.
cin de la bula hall dificultades, pues los obispos estaban desinteresados y teman alborotos. En Alemania central tropez Eck con peligrosa contradiccin. En propia cabeza hubo de experimentar lo fuerte que era por todas partes la oposicin contra la curia. El 21 de septiembre pudo clavar la bula en Meissen, pocos das despus en Merseburgo y Brandenburgo. En Leipzig la universidad se neg a la publicacin y los estudiantes organizaron algaradas. En Erfurt asaltaron la imprenta y arrojaron al ro los ejemplares saqueados. El 3 de octubre envi Eck la bula a la universidad de Wittenberg. Aqu se dio largas al asunto. No se quiso dar ningn paso, hasta conocer la posicin del prncipe elector que asista en el oeste a la coronacin imperial. Por estos das actu sobre Lutero, Carlos von Miltitz. Evidentemente, no conceda a Eck el papel de nuncio pontificio y, tras el fracaso de ste en la publicacin de la bula, quiso presentarse una vez por su parte como mediador de paz y alcanzar la gloria de haber logrado la reconciliacin. El 12 de octubre de 1520, se dej persuadir por l en Lichtenberg del Elba a mandar una carta a Len x en que protestara de no haber querido nunca atacar la persona del papa, sino slo defenderse de sus contrarios. Como Tetzel en 1519, ahora haba que echar mano de Jtan Eck como emisario. A fin de evitar la apariencia de que Lutero se haba movido a escribir la carta nicamente por la publicacin de la bula, se le puso fecha atrasada de 6 de septiembre. A par, Lutero rendira al papa homenaje en forma de un escrito. Para este fin naci el De la libertad del Cristiano. Con l quera ofrecer Lutero la suma entera de una vida cristiana (WA 7, 11). La carta de Lutero a Len x es un documento problemtico, en cuanto da al papa, a quien otras veces haba llamado el anticristo, los ttulos de santsimo padre o de piadoso Len, y l quiere ser tenido por hombre que jams ha hecho nada contra la persona del papa y le es tan adicto que le desea y hace todo bien. Pero, al mismo tiempo, se desata en salvajes arrebatos contra la curia romana, que sera peor que Sodoma y Gomorra o Babilonia. Slo perdicin sale, aos ha, de ella. La sede romana est perdida. La clera de Dios ha cado sin cesar sobre ella, enemiga que es de los concilios generales, no admite instrucciones ni reforma, y no puede sin embargo impedir su naturaleza furiosa y anti131
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cristiana... Esta es la causa porque me ha dolido siempre que t, piadoso Len, hayas venido a ser papa en este tiempo, cuando eras sin duda digno da haberlo sido en tiempos mejores. La sede romana no es digna de ti y de semejantes a ti, sino que debiera ser papa el espritu malo... Oh t, infelicsimo Len, que te sientas en la silla ms peligrosa, verdaderamente te digo la verdad, pues te quiero bien (WA 7, 5s). Como san Bernardo, Lutero quiere abstenerse de ensear al papa. Pero no hay que contar con una retractacin de su doctrina: Pero de nada vale que yo retracte mi doctrina (WA 7, 9). Esta distincin entre el papa y los manejos de la curia o de Eck la hizo tambin Lutero en las dos obras que, hacia la segunda mitad de octubre, llevaba entre manos: Un escrito polmico contra Eck: Sobre las nuevas bulas y mentiras de Eck (WA 6, 579594), y la respuesta latina a Exsurge Domine: Adversus execrabilem Antichristi bullam (WA 6, 597-612). Lutero, contra su conviccin5, hace como si dudara de la autenticidad de la bula. Sin embargo, quienquiera la haya compuesto, no le cabe duda de que procede del anticristo, y quiere, consiguientemente, tratarla como obra del anticristo: Te reto a ti, Len x, y a vosotros, cardenales, y a toda las dems gentes que significis algo en la curia y os digo en la cara: Si esta bula ha salido realmente bajo vuestro nombre y con vuestro conocimiento, yo os exhorto en virtud del poder que, como todos los cristianos, he recibido del bautismo, a que hagis penitencia y os apartis de esas satnicas blasfemias contra Dios, y eso pronto. De lo contrario sabed que yo con todos los adoradores de Cristo tenemos la sede de Roma como poseda por Satans, por el trono del anticristo y, como enemiga capital y mortal de Cristo, no queremos obedecer ni estar sujetos ms a ella. Si perseveris en esta locura, yo os condeno ms bien a vosotros y os entrego con esta bula y vuestros decretales a Satans para ruina de la carne, a fin de que vuestro espritu se salve con nosotros el da del Seor. En el nombre del Seor, a quien vosotros persegus, Jesucristo nuestro Seor. (W A6, 604). Al fin, en cambio, de la versin alemana: Contra la bula del anticristo (WA 6, 614-629), Lutero abandona de todo punto la ficcin de la inautenticidad, y
5. Cf carta a Spalatin de 11-10-1520 (WA Br 2,195).
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escribe: Si el papa no retracta la bula y condena a Eck y sus compaeros que siguen semejante bula, a nadie le cabr duda de que es enemigo de Dios, perseguidor de Cristo, destructor de la cristiandad y el autntico anticristo (WA 6, 629). Aleander tuvo ms xito en la publicacin de la bula en el oeste del imperio. El 28 de septiembre logr persuadir a Carlos v a publicar un edicto contra la hereja para sus tierras heredadas de Borgoa. El 8 de octubre en Lovaina y el 15 en Lieja fueron solemnemente quemados escritos luteranos. El 23 de octubre de 1520 fue la coronacin imperial en Aquisgrn. Esta circunstancia llev a Aleander a Renania, donde ya se percat de alguna resistencia. El 29 de octubre visit Colonia. Aqu se encontraban una serie de prncipes y otras personalidades por razn de la coronacin imperial. Camino de Aquisgrn, aqu qued atrasado, el 23 de octubre, por enfermo, Federico el Sabio. Por de pronto, se neg a recibir a Aleander. Sin embargo, el 4 de octubre logr el nuncio hablar con el prncipe, y pedirle la entrega de Lutero y la quema de sus obras. Federico el Sabio se aconsej luego con Erasmo que estaba igualmente en Colonia. Erasmo se manifest muy superficialmente, pero con regocijo del prncipe, diciendo que Lutero haba cometido dos pecados: haber atacado al papa en la corona y a los frailes en la barriga. El prncipe elector hizo responder el 6 de noviembre a Aleander que l no haba tenido nunca nada que ver con la causa de Lutero y vera mal que ste hubiera escrito algo injusto contra el papa. Lutero, sin embargo, se hubiera sin duda presentado' voluntariamente al arzobispo de Trveris como comisario papal, si ste lo hubiera llamado a s bajo salvoconducto seguro, y lo mismo habra que esperar de l ahora. El relato de esta posicin del prncipe lleg a Wittenberg, donde se sinti as menos obligacin de prestar atencin a la bula. El 12 de noviembre, a instigacin de Aleander, fueron quemados libros de Lutero. Sin embargo, parece ser que los partidarios de ste pusieron en manos del verdugo tanto papel de deshecho y cdices escolsticos, que, de hecho, apenas si ardieron escritos luteranos; ejemplo de lo impopular que era este procedimiento contra Lutero. En todo caso resultaba claro que Roma tomaba en serio la lucha contra la hereja luterana y no pocos comprendieron al cabo de qu se trataba. 133
El 2 el 3 de diciembre visit Spalatin a Lutero en Wittenberg y se enter de que ste estaba dispuesto a quemar la bula papal con algunos libros de cnones, si, como en Colonia y Lieja, se llegaba tambin en Leipzig a quemar sus libros. Spalatin se lo comunic a Federico el Sabio. Sin embargo, antes de que ste se manifestara en contra pas Lutero a los hechos. El 10 de diciembre colgaba en la Iglesia de la ciudad en Wittenberg un letrero latino de Melachthon: El que tenga aficin al estudio de la verdad evanglica, acuda a las nueve a la capilla de la santa cruz de la puerta de Elster, donde sern quemadas las decretales papales y los libros de los escolsticos. De la bula no se hablaba. El lugar era el desolladero de la ciudad, situado cerca del Elba, paraje acostumbrado para tales ejecuciones. Primero fueron quemados varios tomos de derecho cannico, la Sumrna Anglica, suma cannica de confesin, y escritos de Eck y Emser (WA Br 2, 234). Luego se acerc Lutero a la hoguera y ech al fuego un cuaderno pequeo, mientras pronunciaba, segn parece, estas palabras: Quoniam tu turbasti sancta veritatem Dei, corurbet te hodie Dominas n ignem istum6. Que el tenue cuaderno contuviera la bula, difcilmente lo sabran todos los presentes. Sin embargo, ya la sola quema del derecho cannico fue espectculo de impresionante provocacin a la curia, y todava fue subrayada por un folleto de Lutero: Por qu se queman los libros del papa y sus secuaces? (WA 7, 152-182). Ahora finalmente, la bula Decet Romanum Pontificem de 3 de enero de 1521 produjo su efecto de excomunin. El 8 de febrero de 1521 informaba Aleander a Roma: Toda Alemania est en clara rebelin. Para nueve dcimas partes el grito de combate es "Lutero"; para los restantes, a quienes Lutero es indiferente, por lo menos el de "muera la curia romana", y todos desean y claman por un concilio 7. Lutero, excomulgado por la Iglesia, hubiera debido ser proscrito segn el derecho medieval civil y eclesistico, es decir, la excomunin eclesistica debiera haber sido ejecutada por el brazo secular. Pero de hecho, el imperio negoci con Lutero. Esto se debi slo en parte a la capitulacin electoral jurada por Carlos v
6. As armoniza J. LUTHER (Noch emmal Luthers Worte bel der Verbrennung Bcmnbulle ARG 45 [1954] 260-265) los relatos ligeramente divergentes. 7 Tu BHIEGER, Aleander utid Luther 48.
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el 3 de julio de 1519, segn la cual nadie poda en adelante ser proscrito sin ser previamente odo8. Durante estos meses, Lutero haba venido a ser demasiado el orculo de la nacin alemana, se haba convertido demasiado en abogado de sus necesidades y deseos, para que se lo hubiera podido despachar simplemente. Mas por eso precisamente era de temer que una negociacin pblica con el reformador acarreara un aumento de su prestigio, ya de por s poderoso. Esto trataban de evitar los nuncios papales. Adems, no estaban dispuestos a admitir sin contradiccin que autoridades laicas se erigieran en jueces en una cuestin de fe decidida ya por el papa. En su discurso de 13 de febrero de 1521 recalc Aleander que a las autoridades laicas no incumbe entender en causas o cosas que ataen a la fe 9 . As, el mero hecho de or a Lutero, es decir, que la dieta de s y ante s se ocupara del asunto religioso, en vez de proceder sin ambages contra el hereje condenado, era una novedad de gran transcendencia10. El 28 de noviembre de 1520 hizo Carlos v a Federico el Sabio la promesa de or a Lutero. El prncipe elector lo traera a la dieta de Worms11. Por representaciones de Aleander, esta promesa imperial qued limitada en el sentido de que el prncipe elector trajera a Lutero a las cercanas de Worms slo tras previa retractacin12. Federico el Sabio rechaz la propuesta. Era justo dar a Lutero la ocasin de defenderse. Condenar a un alemn sin ser odo era imposible sin un escndalo profundo. Por empeo del prncipe elector, rechaz la dieta una ley propuesta personalmente por Aleander el 13 de febrero en un discurso de tres horas en orden a prohibir los escritos de Lutero. La dieta lo rechaz el 19 de febrero y solicit del emperador que, en consideracin a la excitacin del hombre de la calle, Lutero fuera citado a Worms y all fuera odo por expertos en la materia. Esta resolucin de la dieta se ve ser una componenda, pues a la postre se dice que no se discutir con Lutero, sino que slo se le interrogar si est dispuesto a retractar sus escritos contra la Iglesia y la fe cris8. RA i 873; K. ZEUMER, Quellensammlung, n. 180 S. 311. 9. RA I I 506. 10. K. REPGEN, Die rmische Curie und der Westfalische Friede 1962, 35s. 11. RA I I 450, 466ss. 12 RA n 468ss.
i, 1, Tubinga
der
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tiana18. En la citacin fechada a 6 de marzo, que se despach el 16 con un salvocunducto a Wittenberg, no se habla ya de retractacin. Aqu se saluda como sigue al que fuera formalmente condenado como hereje por el papa: Honorable, querido, piadoso: Despus que nosotros y los estamentos del Sacro Imperio, aqu ahora reunidos, hemos tenido por bien y determinado recibir informacin de parte tuya acerca de los libros que de tiempo atrs has publicado, nos dirigimos a ti... te hemos dado la seguridad y salvoconducto nuestro y del Imperio14. Aleander no se dio por vencido. El 26 de marzo logr la publicacin de un mandato imperial ya de muy atrs preparado. En l se ordenaba la incautacin de todos los escritos luteranos y se fijaba la citacin de Lutero para retractarse en Worms15. Tal vez de este modo so disuadira a Lutero de presentarse en Worms. En todo caso, as lo interpret l mismo (WA Br 2, 298). En el squito del prncipe elector sajn reinaba preocupacin. Lutero mismo estaba excitadsimo, henchido de nimo de confesor, obstinacin y fiero orgullo personal. Camino de Worms dice haber escrito: Aunque hubiera habido en Worms tantos demonios como tejas en los tejados, yo quera ir all (WA Tr 5, 65). Precisamente haba publicado, a par de la latina, la versin alemana del gran escrito de justificacin contra la bula Exsurge Domine: Causa y razn de todos los artculos de D.M. Lutero ilegtimamente condenados por la bula romana (A 7, 308-457). En la introduccin apunta a que siempre estuvieron solos los profetas y defensores de la verdad. No digo que yo sea profeta, pero s que teman pueda serlo cuanto ms me desprecien a m y se aprecien a s mismos (WA 7, 313). Inmediatamente antes de partir para Worms, acab la Respuesta (WA 7, 705-778) a la Apologa del dominico italiano Ambrosio Catarino, como segunda parte del De captivitate. All precisa su doctrina sobro la Iglesia y el papado. La Iglesia, nacida de la palabra de Dios, no est circunscrita localmente, ni ligada a personas. La Iglesia est donde se anuncia el evangelio y segn l se administran el bautismo y la cena. La Iglesia papal es la potencia demnica descrita en la sagrada Escritura como el anticristo, que du13. 14. 15. RA II 515s. RA I I 526. RA II 531s
ra hasta el fin de los das y a la que no hay que combatir con las armas, sino con la palabra y el espritu. Lleno de parejas ideas y sentimientos, venido a buscar por Gaspar Sturm como heraldo imperial, el 2 de abril de 1520 tom Lutero el camino do Worms. Desde Frankfurt escribi el 14 de abril a Spalatin: Iremos a Worms, a despecho de todas las puertas del infierno y de las potencias del aire (WA Br 2, 298). El 16 de abril, a las diez de la maana, marchaba Lutero, en su cochecillo, rodeado de nobles personajes, por las estrechas calles de Worms. Al da siguiente, a las seis de la tarde, estaba, en el palacio episcopal, ante el emperador y la dieta imperial. Del interrogatorio estaba encargado Juan von der Ecken16, oficial de Richard von Greiffenklau, el obispo que, ya en 1519, haba deseado Federico el Sabio como arbitro en la causa de Lutero. Se interrog a Lutero si reconoca por suyos los veinte libros quo se le presentaron aparecidos bajo su nombre y si estaba dispuesto a retractarse de aquellos libros o de parte de ellos. Con voz suave, como si estuviera espantado y horrorizado (RA Ii, 863), reconoci sus escritos. Respecto do la retractacin, pidi tiempo para reflexionar, pues sera temerario y peligroso contestar a aquella pregunta sin haber antes reflexionado puntualmente. Esta respuesta evasiva no fue forzosamente tctica ni confusin transitoria. Lutero, en cuya citacin no se hablaba para nada de retractacin, pudo contar con un coloquio sobre la fe y no estaba apercibido para una retractacin sin previa refutacin. Al da siguiente (18 de abril) fue de nuevo interrogado si estaba dispuesto a la retractacin. Lutero se neg: Si no soy persuadido por testimonios de la Escritura o por evidentes argumentos de razn, pues no creo ni en el papa ni en los concilios, ya que es patente que han errado muchas veces, sigo convencido por los lugares de la Escritura por m alegados, y prisionero de mi conciencia por la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractar nada. Y es as que obrar contra la conciencia es grave, contrario a la salud eterna y peligroso. Dios me ayude. Amn! ". Llegado a su albergue, grit Lutero con
16. Nacido en Trveris, despus de sus estudios en Bolonia y Siena, fue profesor de la facultad de derecho de Trveris. Desde 1512 era oficial del arzobispo, pero no sacerdote y apenas tena formacin teolgica, Muri en Esslingen el 2-12-1524. 17. RA II, 581s, 555. La frase - Aqu estoy y no puedo hacer otra cosa es aa 1 on
los brazos extendidos y rostro risueo: Lo he pasado, lo he pasado! El emperador neg un nuevo interrogatorio. Concedi, sin embargo, un plazo de tres das, durante los cuales podran los estamentos tratar de que Lutero cambiara de opinin. Ante una comisin especial hubo de presentarse Lutero el 24 de abril en el alojamiento del arzobispo de Trveris. Como tampoco estas negociaciones dieron resultado, Ricardo von Greiffenklau sigui an tratando el asunto de Lutero por medio de Juan Codeo y su propio oficial Juan von der Ecken. La inutilidad de todos estos esfuerzos se vio clara cuando, al da siguiente, rechaz una vez ms Lutero una decisin conciliar como obligatoria. Y es que no se trataba ya slo de los gravamina, ni de un contraste de visiones de poltica eclesistica, ni siquiera slo de reformas, sino de concepciones radicalmente distintas de la naturaleza de la Iglesia. El 25 por la tarde recibi Lutero la orden del Csar: Puesto que todas las exhortaciones haban sido vanas, ahora procedera l, el emperador, como protector de la Iglesia contra el hereje. Al da siguiente Lutero abandon Worms. Por una indicacin de su seor temporal, estaba preparado para ser encerrado y ocultado en alguna parte durante el viaje (WA Br 2, 305). De Eisenach no march por indicacin secreta, directamente hacia Gotha, sino por un rodeo a Mhra. All visit a sus parientes. Luego, el 4 de mayo, sufri en las cercanas del burgo Altenstein un asalto ficticio y fue llevado a la Wartburg. El edicto de Worms fue preparado por Aleander y el 8 de mayo, aprobado para su redaccin por el gabinete imperial. Sin embargo, hasta el 25 de mayo, no fue ledo con algunas modificaciones en la morada del emperador, cuando ya la mayora de los estamentos estaban de vuelta. El prncipe elector Joaqun i de Brandenburgo, dio su aprobacin en nombre de los estamentos. El emperador lo firm el 26 de mayo de 1521. El edicto enumera los errores de Lutero siguiendo el De captivttate Babylonica. Le reprocha sobre todo que ataque al concilio de Constanza y produzca desorden: En virtud de nuestra dignidad, soberana y autoridad imperial, con unnime consejo y voluntad de los prncipes electores, prncipes y estamentos nuestros y del Sacro Imperio, que ahora estn aqu
dictara legendaria temprana C. K MLLER, Lutkers Schlussworte %n Worms 1521 testa, Festschr fur P. Klemert, Berln 1907, 269 289 PMo-
reunidos, para perpetua memoria de este hecho y para ejecucin de la bula, publicada por nuestro santo padre el papa como juez propio de esta causa, hemos reconocido y declarado que el mentado Martn Lutero debe ser tenido como miembro separado de la Iglesia de Dios, apstata obstinado y pblico hereje, por nosotros, por vosotros todos y por todos M. Tambin fueron proscritos los secuaces y protectores de Lutero. Se prohibe comprar, vender, leer, copiar e imprimir sus libros, los cuales han de ser destruidos por el fuego o de otro modo. A fin de evitar escritos contrarios a la fe, todos los libros que ms o menos toquen a la fe cristiana, debern tener la aprobacin del ordinario del lugar19. El edicto era jurdicamente vlido; pues, para el caso de no retractarse, los estamentos haban autorizado al emperador para proceder contra Lutero20. Sin embargo, su forma de publicarse y el no haber sido admitido en el decreto de la dieta poda suscitar dudas sobre su autoridad y prestar pretextos a quienes no tenan ganas o nimo para ejecutarlo. Inmediatamente despus de la dieta, el emperador march a Espaa bajo la impresin de un peligro de guerra por parte de Francia, y hubo de permanecer nueve aos lejos de Alemania. No poda, pues, impulsar personalmente la puesta en prctica del edicto de Worms, y, por otra parte, necesitaba por sus guerras en el oeste, sur y este del imperio de la ayuda de los estamentos amigos de Lutero, contra los que hubiera tenido que proceder.
VIL LUTERO EN LA WARTBURG Y EL MOVIMIENTO REFORMISTA DE WlTTENBERG
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Lutero que, aclamado por el pueblo, acababa de ser el centro de la dieta de Worms y de la opinin pblica alemana, y haba hablado ante el Csar y los estamentos del imperio, qued ahora sbitamente reducido a la soledad. Mientras no le creciera la tonsura y la barba correspondiente no adornara al caballero Jorg, slo poda mostrarse al escudero que tena que darle de comer. Si a cualquier otro hubiera atacado a los nervios la sbita soledad tras las pasadas alharacas y a la tensin extremada hubiera seguido profundo abatimiento, cunto mayores crisis haba de desatar la soledad de la Wartburg en un Lutero impresionable e impulsivo, pero proclive tambin a las depresiones! De hecho, estas semanas y meses (4-5-1521 a 3-3-1522) fueron para Lutero tiempo de luchas y torturas de conciencia. Se reprocha haber encendido el fuego y, por otra parte, haber sido demasiado dbil ante los jueces. La oracin le dejaba fro, y tanto ms era atormentado de dudas y temores de su salvacin. A Spalatin, que le procuraba trato con el mundo de fuera, llevaba sus cartas y daba sus manuscritos a las imprentas, le escriba el 9 de septiembre de 1521: Es tiempo de orar contra el diablo con todas las fuerzas; tan desastrosa tragedia est trayendo sobre Alemania. Y yo que temo no se lo permita el Seor, sigo roncando y soy perezoso para la oracin y la resistencia, de forma que estoy sobre toda ponderacin descontento de m mismo y carga para mis propias espaldas, tal vez porque estoy solo y vosotros no me ayudis (WA Br 2, 388). A ello se aadieron molestias corporales, obstruccin y estreimiento, que seguramente no se aliviaron por la deficiente cantidad de comida y bebida, a la que le indujo la inquietud interior. Tampoco le dejaba descansar la preocupacin por los amigos de Wittenberg, que necesitaban su consejo y aliento. A todas estas miserias y pruebas opuso Lutero una actividad 140
literaria extraordinariamente tensa y fecunda, pero en parte tambin precipitada y poco frenada por consideraciones. As la Wartburg vino a ser su Patmos (WA Tr 3, n. 3814). As puso manos a la exposicin del salmo 67 (68), a la que sigui ms tarde la del 21 (22) y la del 36 (37). Acab adems su explicacin del Magnficat (WA 7, 544-601) y comenz la redaccin de su devocionario o sermonario para uso de los prrocos y devociones familiares. En su escrito: Sobre la confesin, y si el papa tiene poder para mandarla (WA 8, 138-185), polemiza contra la obligacin de confesarse. Lutero ve ah una tortura para la conciencia. Tengo la confesin secreta, como la virginidad y la castidad, por cosa muy preciosa y santa. Oh! Todos los cristianos habran de sentir mucho, si no existiera la confesin secreta y deben dar gracias a Dios de que se nos permita y nos es dada. Sin embargo, es molesto que el papa haga de ella una institucin forzosa y le ponga las cadenas del precepto, como hace tambin con la castidad (WA 8, 164). El que no quiere confesarse con un sacerdote, tiene que confiarse a cualquier hombre de quien espera bien. La polmica con Jernimo Emser, el macho cabro de Leipzig, la prosigui Lutero en Una contradiccin del D. Lutero (WA 8, 247-254). Ah impugna de nuevo un estado especial sacerdotal. El escrito: Rationis Latomianae confutatio, el Antilatomus, como lo llam Melanchthon, se dirige contra el amplio razonamiento del juicio de la facultad de Lovaina contra Lutero, salido de la pluma de Jacobo Latomus. En l trata Lutero, con un sistematismo no acostumbrado, una cuestin nuclear de su teologa: el pecado permanente. Cuando todos los pecados han sido lavados, queda an un pecado que debe lavarse (WA 8, 57). El hombre en gracia no es ms que un bandido atado. Y es as que el mismo movimiento de ira hay en el piadoso que en el impo, el mismo antes de la gracia que despus de la gracia, como la misma carne hay antes do la gracia y despus de la gracia. Pero en la gracia no puede nada, y fuera de la gracia tiene predominio (WA 8, 91). Los pecados estn enteramente perdonados, pero no estn an todos aniquilados. Porque nosotros creemos que el perdn de todos los pecados se ha dado sin gnero de duda, pero tenemos que trabajar diariamente y esperar que venga tambin el aniquilamiento 141 ' '
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(aboitio) de todos los pecados y su completa desaparicin (evacuatio). Y los que en eso trabajan, hacen buenas obras. He ah mi fe, porque esa es la fe catlica (WA 8, 96). A este doble proceso de perdn y eliminacin del pecado, de la justificacin y de la santificacin corresponde la distincin de Lutero entre gratia et donum. La ley revela dos males, uno interno y otro externo; el uno que nos hemos impuesto a nosotros mismos, el pecado o la corrupcin de la naturaleza; el otro que impone Dios, la ira, la muerte y la maldicin (WA 8, 104). A ello corresponden dos bienes del evangelio: la gracia y el don: gratia et donum. La gracia borra la ira y trae el favor de Dios y la paz; el don trae la curacin de la corrupcin. La gracia es indivisible, de suerte que la persona es realmente acepta y en ella no hay ya lugar para la ira... Es, pues, de todo punto impo decir que el bautizado est en pecado, o que no se le hayan perdonado completamente todos los pecados (WA 8, 107). La santificacin y purificacin interior del hombre que opera el donum y a la que debe cooperar el hombre, es por lo contrario un proceso lento. Todo est perdonado por la gracia, pero no todo est curado por el don. El don, no obstante, est infuso, la levadura est mezclada bajo la masa y est operando para barrer el pecado, que ya ha sido> perdonado a la persona. Mientras dura este proceso, se habla de pecado, y lo es por su naturaleza; pero ahora es pecado sin ira, sin la ley, un pecado muerto, un pecado innocuo, con tal de que t perseveres constante en la gracia y el don. En nada se distingue el pecado de suyo, por su naturaleza, antes de la gracia y despus de la gracia; s, empero, respecto del modo de tratarlo (WA 8, 107). Por mucho que segn Lutero hayamos de distinguir gracia y don (WA 8, 107), se ordenan, sin embargo, uno a otra y una es dada por razn del otro. Finalmente, ni siquiera como persona est el hombre en la complacencia de Dios ni tiene gracia alguna, si no es por razn del don, que de ese modo opera para borrar el pecado (WA 8, 107). Como siempre hay pecados que barrer, Dios salva a pecadores reales, no a pecadoresficticios*; pero el hombre
1 De aqu viene luz sobre las tan tradas y llevadas palabras de Lutero, extraan en su paradjica temeridad, que escribi a Melanchthon el 1 de agosto de 1521, mientras se imprima el Antilatomus Si graHae praedtcator es, gratiam non fictam, sed veram praedica, si vera gratia est, verum, non ftctum peccatum ferto. Deus non facit sah/as fiete peccatores. Esto peccator et pecca forUter, sed fortius ftde et gaude m Christo, qm
no puede gloriarse de su pureza, sino de la gracia y don de Dios, de que tiene un signo benigno, que no imputa esos pecados y todava ha dado sus dones para con ellos barrerlos (WA 8, 108). S se recuerda que Lutero habla concreta y existencialmente y que, como lo hace la teologa en general, emplea por analoga el concepto do pecado; si adems no se parte, como los adversarios teolgicos de Lutero de una teora de la redencin puramente satisfactoria y, consiguientemente, no se toman las penas del pecado de forma puramente vindicativa, estas tesis de Lutero son mucho ms compatibles con la doctrina catlica de lo que comnmente se supone, pero obligan a abandonar el esquema corriente de una justificacin puramente exterior. La universidad de Pars se envolvi en silencio cuando fue invocada como arbitro en la disputa de Leipzig. As se la pudo contar por mucho tiempo entre los partidarios secretos de Lutero. Hasta el 15 de abril de 1521 no conden como herticas 104 proposiciones de las que una cuarta parte estaban tomadas del De captivitate Babiloniae. Melanchthon respondi con una Apologa. Lutero la tradujo al alemn juntamente con el decreto de Pars y aadi un prlogo y un eplogo. En ellos seala como punto decisivo de polmica su ataque al papado, pues echa en cara a los telogos de Pars que en sus artculos no mientan en absoluto los ms importantes, que son las indulgencias y el papa. Piensan en su apelacin (la Sorbona haba apelado en 1517 contra el papa a un concilio). El papa les hizo sufrir y tenan ganas de vengarse. Por eso no quiero tener su voto, pues no obran por amor a la verdad. No quiero nada con esos picaros, que abandonan a su seor en las necesidades, y no por causa de Dios. Si con buena conciencia pudiera hacerlo, levantara de nuevo el papado a despecho y pesar de las perfidias francesas (WA 8, 293). Con esta alusin a los resentimientos galicanos supo Lutero rechazar el golpe de la Sorbona; tanto ms superfluas las expresiones groseras que siguen. Violenta clera y profundo desprecio llenaron a Lutero cuando Alberto de Maguncia, contra su propia conviccin y por pura avaricia haba abierto una exposicin del tesoro de reliquias de
vtetor est peccaH, mortis et mundt agnum, qui tolht peccatum mundi, Br 2,372). . Suffictt, quod agnommus per divittas glonae Dei . Ora forhter, etiam fortissvmus peccator* (WA
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Halle e invitado a todos los fieles a visitarla y hacer su ofrenda con promesas de copiosas indulgencias. Pero ms furioso se puso cuando Spalatin, por instigacin de Capito2, que, no obstante sus sentimientos reformistas, haba entrado en 1519 al servicio del arzobispo, impeda la aparicin de su escrito Contra el dolo de Halle: Antes quisiera que perecierais vos y el prncipe elector y toda criatura... Bonita est en vos que no queris se turbe la tranquilidad divina, pero que se turbe la eterna tranquilidad de Dios por el trfago impo, profanador del templo y pernicioso de ese hombre; todo eso lo queris dejar pasar? No, Spalatin! No, prncipe elector! No, por amor de las ovejas de Cristo, hay que resistir con la mayor fuerza a este horrible lobo (WA Br 2, 402). El escrito no apareci, pero Lutero mand al arzobispo un ultimtum (1-121521), y recibi de l una carta en que el cardenal y prncipe elector se califica a s mismo de mierda maloliente y se doblega de forma que el reformador mismo no saba ya si alabarlo por sincero o increparlo por su hipocresa (WA Br 2, 533s). Pero Capito, que le quera exhortar a cautela diplomtica, le escribi inexorablemente: Qu tiene que ver un cristiano con un lameculos? (431)... T quieres tener un Lutero que haga la vista gorda a todas vuestras tramas, con slo que se le frote la piel con unas bonitas cartas halageas (WA Br 2, 433).
Los votos monsticos y la libertad evanglica El estar Lutero ausente de Wittenberg dio a otros hombres oportunidad para salir a escena e influir en la marcha de la reforma. Eran en parte de otro espritu y slo tenan de comn con Lutero la protesta contra los abusos de la antigua Iglesia y el apremio por la reforma. Adems, no haban sufrido ni de lejos tan fuertemente como el monje de Wittenberg ni luchado como l por la verdad en experiencias tan dolorosas. Tanto ms propensos eran a una rpida revolucin exterior y a ver la salud y remedio en un
2. Wolfgang Fabricius Capito, nacido en 1478 en Hagenau, desde 10-2-1520 al servicio de Alberto de Maguncia. Todava en 1523 se procur por influjo del nuncio Aleander la prebosta de santo Toms en Estrasburgo y luego se pas definitivamente a la reforma protestante. Con Butzer trat de mediar entre Lutero y Zuinglio. Muri en 1541 en Estrasburgo.
cambio de forma y no, sobre todo, en un cambio de espritu. Si la crtica de Lutero en escritos como: A la nobleza cristiana y De captivitate Babylonica era. convincente, era inevitable sacar una serie de consecuencias prcticas, sobre todo en orden a la celebracin de la misa, del celibato sacerdotal y de los votos monacales. El preboste de Kemberg, Bartolom Bernhardi, discpulo de Lutero, se haba casado con su cocinera, y se le denunci por ello. Para su defensa compuso Melanchthon un escrito, en que recalcaba deber el hombre deshacerse de prescripciones humanas cuando ponen en peligro su conciencia. Haba que aplicar el criterio cuando un monje (o fraile) crea no poder cumplir ya las obligaciones aceptadas? Lutero no estaba tan dispuesto como Karlstadt y Melanchthon a responder en seguida afirmativamente a la cuestin. Lutero distingua entre el deber de celibato de los sacerdotes y los votos monacales. Respecto a stos buscaba an una firme razn para la conciencia, un testlmonium divnete voluntotis. Los argumentos de Karlstadt no lo haban convencido, y no estaba seguro si con los mismos argumentos no sera posible dispensarse de los mandamientos de Dios3. En la carta a Melanchthon de 9 de septiembre de 1521 crey haber hallado el camino de la solucin con el lema de la libertad evanglica (WA Br 2, 384). Al mismo tiempo mand a Wittenberg tesis latinas para una discusin sobre los votos. Las tesis comienzan por las palabras de Rom 14, 23, constantemente repetidas en adelante: Omne quod non est ex fide, peccatum est (WA 8, 323). El hermano de hbito de Lutero, Gabriel Zwilling, tena menos remilgos. En octubre predic violentamente contra la misa y el monacato. No le bastaba con la libertad de los votos, el fraile tena que dejar el hbito y abandonar su estado. Ya en noviembre, 15 de ms de 40 agustinos abandonaron el convento de Wittenberg. Lutero tuvo noticias del hecho y se tema que no todos hubieran dado ese paso con buena conciencia. Para ayudar a los que estaban decididos a salirse, se puso a elaborar un escrito sobre los votos. El 11 de noviembre de 1521 escriba a Spalatin: Estoy
3. vitetur, rimus Carta <Iam ista ratio, quod mehus est nubere quam un, seu, ut peccatum fornicationis matrimonium in peccato fidei fractae ineunt, quid est nisi ratiof Scripturam quaeet testimonium divvnae voluntatis. Quis scit, si eras urttiur, qm hodie uriturf a Melanchthon del 1 8-1521 (WA Br 2,371).
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Tedin. Manual V. 10
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Martin Lutero y
decidido a acometer tambin ahora la cuestin de los votos religiosos y a liberar a los jvenes del infierno del celibato (WA Br 2, 403), Ya en noviembre tena acabado De vois manastis... iudicium (WA 8, 573-669). Pero retenido por Spalatin, este escrito no apareci hasta febrero de 1522. La dedicatoria a su padre, contra cuya voluntad se haba hecho fraile, muestra que, con este escrito, quera Lutero saldar su propio pasado. Su voto, por el que se haba sustrado a la voluntad paterna mandada por Dios, no vala un bledo y hasta haba sido impo. Ahora, empero, la conciencia estaba libre, y ello significaba libertad en sumo grado. Por eso soy ahora fraile y, a par, no fraile; soy una nueva criatura, no del papa, sino de Cristo (WA 8, 575). As creo yo, escribe a su padre, que Dios te quit un hijo a fin de dar por medio de m consejo a otros muchos hijos suyos (WA 8, 576). Por mi parte, escribe a 18 de diciembre de 1521 a Wenceslao Link, permanecer en este estado (habitu) y en esta forma de vida (riu), si este mundo no se hace otro (WA Br 2, 415). Norma para juzgar los votos es la libertad evanglica. Porque esta libertad es de derecho divino. Dios la ha sancionado, no la revocar, ni puede aceptar nada contra ella, ni permitir al hombre que la viole siquiera por el menor estatuto (WA 8, 613). Un voto contra la libertad es, consiguientemente, nulo; por ejemplo, cuando se emite bajo el supuesto de que el estado religioso sea necesario para hallar justicia y salud eterna, que slo pueden alcanzarse por la fe en Cristo (WA 8, 605). Adems, los votos deben hacerse a reservas de la libertad de poder abandonar de nuevo la vida claustral. La frmula, pues, debiera ser: Hago voto de castidad, mientras me sea posible; pero, si no la pueda guardar, same lcito casarme (WA 8, 633). Si hasta entonces haba rechazado Lutero el argumento de que es lcito abandonar un voto cuando uno no puede cumplirlo, notando que tambin es imposible un cumplimiento completo de los mandamientos de Dios, ahora insiste en que el estado matrimonial hace posible el cumplimiento del mandamiento de la castidad. Ahora bien, si puedo observar los mandamientos de Dios y no los votos, debe ceder el voto para que permanezcan los mandamientos y no se violen, por la deshonestidad, votos y mandamientos (WA 8, 632). Estas ideas tenan que ser seductoras para muchos religiosos. 146
A los contemporneos les resultaban tanto ms luminosas, cuanto que la frecuencia del concubinato de los sacerdotes haca que el celibato y el estado religioso aparecieran poco crebles. El hombre de aquella edad nueva era menos capaz y estaba menos dispuesto que el de tiempos anteriores a soportar pareja desarmona entre ideal y realidad. A Lutero, por otra parte, le resultaba inquietante que, siguiendo su santo y sea de la libertad evanglica, abandonaban tantos la vida del claustro. A 28 de marzo de 1522 escriba a Juan Lang, su amigo de muchos aos, que haba dejado el convento de los agustinos de Erfurt, cuyo prior haba sido: Veo que muchos de nuestros frailes se salen por el mismo motivo por que entraron: por amor al vientre y a la libertad de la carne. Por ellos quiere Satans esparcir un fuerte hedor sobre el buen olor de nuestra palabra. Pero qu le vamos a hacer! Son vientres perezosos que slo buscan lo suyo; as es mejor que pequen y se pierdan sin el hbito, que con l; de lo contrario perecen doblemente, si se los priva tambin de esta vida (WA Br 2, 488).
Ordenacin del culto divino El 1. de agosto de 1521 escriba Lutero a Melanchthon que, a su vuelta de la Wartburgo entendera primeramente en ordenar la cena conforme a la institucin de Cristo. Pero sus partidarios de Wittenberg, sobre todo Karlstadt y, de entre los agustinos, Gabriel Zwilling, no estaban por esperar, y comenzaron a sacar, por su cuenta, las consecuencias de la crtica luterana de la misa en De captivitae y otros escritos. As arreglaron una misa evanglica y abolieron las misas privadas y procedieron contra la adoracin del santsimo sacramento. La fiesta de san Miguel de 1521 Melanchthon y sus discpulos tomaron la comunin bajo las dos especies. Movidos de las prdicas de Zwilling, los agustinos suprimieron el 13 de octubre las misas privadas*. Estas novedades suscitaron escndalo y hallaron resistencia. El prncipe elector estaba preocupado y mand se juntara una comisin de investigacin. En medio de esta polmica escribi Lutero en noviembre De abroganda missa privata (WA 8, 411-476)
4. Cessatum est a celebrantes mxssxs vn coenobio Augustmvmorum^ 19-10-1521 a B. Rhenanus: ARG 6 (1908-09) 193. A Burer en
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vil.
e incluso prepar una traduccin de este escrito con el ttulo: Del abuso de la misa (WA 8, 482-536). En l escribe Lutero no slo, como hace sospechar el ttulo, contra la misa privada, sino contra el sacrificio de la misa en general. Ideas ya antes expuestas sobre la misa como testamento; es decir, como mando o herencia, como don que se nos hace, las desenvuelve ahora en forma ms precisa y combativa. Como nuevo argumento aduce aqu el una vez para siempre de la carta a los hebreos, contra el sacrificio de la misa. Decidnos, curas de Baal: Dnde est escrito que la misa es un sacrificio, o dnde ha enseado Cristo que se ofrezca pan y vino bendito? No os? Cristo se ofreci una sola vez a s mismo, y no quiere ser en adelante ofrecido por ningn otro. Quiere que se recuerde su sacrificio. Cmo, pues, sois tan audaces que del recuerdo hacis un sacrificio...? Vuestro sacrificio significa una nueva crucifixin ignominiosa (WA 8, 421; 493). Todo el mundo sabe en qu... se funda y apoya todo el imperio de los curas, a saber, en la celebracin de la misa, es decir, en la peor idolatra de la tierra, en ignominiosa mentira, en el perverso e impo abuso del sacramento, y en una incredulidad, peor que la de los gentiles (WA 8, 443; 520). Por muy radical que fuera el lenguaje de este escrito y por mucho que apremiara al cambio de las cosas5, Lutero mismo vacilaba an en introducir un nuevo culto. Pero esto no quiere decir que se opusiera de antemano al proceder de los agustinos y a las innovaciones eclesisticas de Wittenberg. Lleno de inquietud y queriendo informarse personalmente del curso de las cosas, el 2 de diciembre de 1521 abandon secretamente Mar burgo y march a Wittenberg. Aqu, el 3 de diciembre, estudiantes y ciudadanos armados invadieron la iglesia parroquial echaron a los sacerdotes de los altares y destrozaron los misales. Al da siguiente hicieron lo mismo en el convento de descalzos. Se hizo chacota con los frailes y se les impidi decir misa. El consejo de la ciudad temi un asalto al convento y puso guardia durante la noche.
5. <&Cwm ergo ex his omtiibuf probetur, missas non ntsi Satanae cperationem, et commun errare mundi in sacrificwk versas esse adversas Bvangeium et fidem et caritatem, quae hac machina abolentur, tota fiducia abrogandae sunt universae nobis, qwi Christiam esse volumus, nec spectandum, qucrd pauci pi errare Mis utantur sine perditicmev (WA 8,457). A Spalatm escribi Lutero a 11-11-1521: <tAbragaticmem missarum confirmo hoc, quem mitto, libra (WA Br 2,403).
Sin embargo, por estos das escriba Lutero a Spalatin: Todo lo que veo y oigo, me place extraordinariamente. El Seor fortalezca el espritu de los que estn animados de buena intencin (WA 2, 410). Sin duda le inquietaba el ambiente de efervescencia, y, a su vuelta a la Wartburgo, se propona levantar contra l su voz admonitoria. Pero comprobaba a la vez que, por miedo a desrdenes, Spalatin haba retenido los escritos contra los votos monsticos y la misa. As, desde Wartburg, le escriba: Hay entonces que estar discutiendo continuamente sobre la palabra de Dios, y no pasar nunca a la accin...? Si no hay que hacer nada ms que lo que hemos hecho hasta aqu, no haba tampoco por qu ensear nada ms (WA Br 2, 412); pero juntamente le mandaba el anunciado escrito: Una fiel exhortacin a todos los cristianos a guardarse de la rebelin y revuelta (WA 8, 676-687). Segn este escrito, no es cosa de los seores omnes desterrar abusos por medio de una intervencin violenta. Por su propio destino apunta Lutero al poder de la palabra de Dios que no apela a la violencia. Mira mi accin. No he hecho yo, con sola mi boca, sin un golpe de espada, ms dao al papa, a los obispos, a los curas y frailes que todos los anteriores emperadores, reyes y prncipes con su violencia? (WA 8, 683). Lutero previene no se haga del evangelio un partido y prohibe a los suyos se llamen luteranos. Cmo consentira yo, pobre y maloliente saco de gusanos, que se llamara a los hijos de Cristo con mi nombre impotente? (WA 8, 685). El prncipe elector deseaba que el consejo de la ciudad castigara a los alborotadores. Pero amplias capas de la burguesa los respaldaron y exigan libre predicacin del evangelio, supresin de las misas privadas, el cliz de los laicos y, por remate, el cierre de las hospederas, donde se empina mucho el codo, y de las casas de prostitucin 6. Reiteradamente, y una vez ms el 19 de diciembre, prohibi el prncipe que nadie introdujera novedades por cuenta propia. Haba que dejar el uso antiguo7 hasta que se lograra mayor unanimidad. A pesar de ello, Karlstadt anunci el cuarto domingo de adviento que el da de ao nuevo celebrara misa con comunin bajo las dos especies, diciendo las palabras de la con6. 7. N. MIJLEK, Dte Wittenberger N. MULLES, o.a, p. 123ss. Bewegung 1521 und 1522, Leipzig 1911, 161ss
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sagracin en voz alta sin las dems ceremonias, sin ornamentos de alba, etc. s . Seguramente para prevenir una prohibicin por parte del principe elector, ejecut el plan ya el da de navidad. Ante gran concurrencia celebr misa alemana, es decir, pronunci en alemn el relato de la institucin y omiti el resto del canon con la elevacin. En la celebracin llevaba traje seglar. La confesin la omiti decididamente antes como innecesaria, y administr la comunin bajo las dos especies, poniendo a los comulgantes en la mano la forma y el cliz. El 6 de enero, el captulo de la congregacin de los agustinos alemanes dej en libertad a los frailes para abandonar el convento. Los que quedaran tendran que trabajar como predicadores o ganarse el pan por medio de un ocio manual9. La mendicidad quedaba en adelante prohibida. El 11 de enero dio Zwilling la seal para la destruccin de las imgenes y la supresin de los altares laterales. Las imgenes decan. estn prohibidas por la palabra de Dios (x 20, 4). El 19 de enero celebraba Karlstadt solemnemente su boda. Entretanto, haban hecho su aparicin en Wittenberg los profetas de Zwickau, los tejedores Nicols Storch y Toms Drechsel con el antiguo discpulo de Melanchthon, Marcos (Toms) Stbner, que alardeaban de estar inmediatamente dirigidos por el Espritu santo. La palabra interior era para ellos decisiva, por lo que pensaban necesitar menos de la palabra escrita. Segn sus sueos y visiones, todo el orden del mundo sufrira pronto una transformacin y por la eliminacin de los curas e impos, se pondra el fundamento para el reino de Dios. Si lo decisivo era la posesin del espritu, los sacramentos carecan de importancia y el sentido del bautismo de los nios se tornaba problemtico. Porque cmo recibir el espritu por fe ajena? Melanchthon, en cuya casa se alojaba Stbner, estaba impresionado a par que inquieto por estas doctrinas. El 1. de enero de 1522 escribe a Spalatin: Estas opiniones no son de rechazar, y, probablemente ofrecern dificultades a gentes ms eruditas que yo, y tambin a las masas. Ahora bien, yo esperaba que el diablo nos atacara por
8. N. MULLEE, o c , p. 125s.
algn punto flaco (CR i, 534). Melanchthon no se atrevi a emitir juicio y se dirigi a Lutero, quien aconsej aplicar como piedra de toque si las revelaciones haban tenido lugar bajo terror. Pues Dios es fuego consumidor y las visiones de los santos, espantosas. Haz, pues, la prueba y no quieras que te cuenten nada del Jess de la gloria, antes de que hayas visto al crucificado (WA Br 2, 425). No se impresione por lo que se diga contra el bautismo de los nios. A nosotros no nos queda otro remedio que aceptar una fe extraa, la fe con que Cristo cree por nosotros. S, la fe extraa es nuestra propia fe... Llevar un nio al bautismo no significa efectivamente otra cosa que ponrselo a Cristo en sus manos abiertas de gracia. Y pues por muchos ejemplos nos ha mostrado que acepta lo que se le ofrece, por qu dudamos aqu? (WA Br 2, 426). Los de Zwickau no intervinieron sin duda directamente en la situacin de Wittenberg; pero dieron nuevos impulsos a Karlstadt, Zwilling y a las corrientes rigoristas de la burguesa. El consejo de la ciudad, por influjo de Karlstadt, public el 24 de enero de 1522, el orden de la ciudad de Wittenberg 10. Segn l, entre otras cosas, deban retirarse las imgenes, celebrarse la misa a la manera de Karlstadt y reunirse las prebendas en un fondo social comn, la caja comn. La consecuencia fue quejarse los prebendados de la antigua fe ante el prncipe y el enfado de ste. En cambio, la orden no era suficientemente radical para el fanatismo de los celosos. Para ellos no se haba sobre todo ejecutado con bastante rapidez y decisin. En el escrito fechado a 27 de enero: Sobre la supresin de las imgenes y que no debe haber mendigos entre cristianos, se quejaba Karlstadt de que tres das despus de la publicacin del orden de la ciudad, las imgenes no haban sido an retiradas11. As que se procedi por cuenta propia. A comienzos de febrero fueron destruidas las imgenes en la iglesia de la ciudad en Wittenberg. Estos ensayos radicales de reforma se propagaron tambin a otros lugares del principado. Federico el Sabio estaba doblemente preocupado, pues entre tanto se haba publicado un mandato del
10. Impreso en E. SEHLING, Die ev. Kirchenordnwngen des 16. Jh. i, 1, 1902, 697s. 11. Ed. dirigida por H. LIETZMANN, Kleine Texte 74, Bonn 1911, 20. Leipzig
9. N. MULLER, o c , p. 147ss. Quantum per nos stat, mnibus fratribus nostris Evangelicam et ChnstKmam permitttmus libertatem. Quatenus ii, qui nobiscum viven, deserto corrupto vitae nostrae fuco, secundum puritatem Evanaelicae doctrinae velmt, possint (148).
Kn
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gobierno imperial de Nuremberg (22 de enero de 1522) contra las innovaciones en la Sajonia electoral12, segn el cual se le impona a l y a los obispos de Meissen, Marseburgo y Naumburgo, seria y oficialmente el deber de proceder contra los sacerdotes que en la celebracin de la misa se apartaran del uso antiguo1, o se casaran, y contra los frailes que abandonaran sus conventos. Desde el 6 de febrero hizo saber el prncipe varias veces, la ltima el 17 de febrero, que todo deba seguir como antes. Sin embargo, el cabildo, la universidad y el consejo no eran ya dueos de la situacin. En este trance, Melanchthon y el consejo se dirigieron a Lutero y le rogaron que volviera a Wittenberg. Sin duda seguidamente anunci Lutero por carta al prncipe elector su llegada: ...no tengo ms tiempo; pronto, si Dios quiere, estar ah yo mismo (WA Br 2, 449). Lutero no se dej ya retener por reparos y reservas de su seor temporal. El 1 de marzo se puso en marcha y de camino escribi el 5 de marzo a Federico el Sabio: ...acerca de mi causa, excelentsimo seor, respondo as: Spalo o no lo sepa vuestra excelencia, yo debo manifestarle que no tengo el evangelio de hombres, sino solamente del cielo, de nuestro Seor Jess... Esto le escribo a vuestra excelencia pensando que ya sabe que vengo a Wittenberg con una proteccin mucho ms alta que la del prncipe elector. Tampoco me pasa por las mientes desear la proteccin de vuestra excelencia. Es ms, yo pienso que voy a proteger a vuestra excelencia ms de lo que vuestra excelencia me pueda proteger a m (WA Br 2, 455). Con este orgullo proftico lleg Lutero a Wittenberg el 6 de marzo de 1522. Al prncipe elector le confirm, por deseo de seguridad del mismo respecto del gobierno imperial el 7 de marzo o en una versin reelaborada segn instruccin del prncipe, haberse trasladado de nuevo a Wittenberg sin conocimiento, voluntad, favor ni aprobacin del prncipe. Sus sentimientos los expres Lutero en cartas de los das siguientes: Forzado por la necesidad me hube de arrojar en medio de la furia del papa a ver si lograba echar al lobo del aprisco. Sin proteccin si no es la del cielo sigo en medio de mis enemigos que, segn derecho humano, estn en todo momento autorizados a ma12. RA m , 21, F. GESS, Akten und Briefe sur Kirchenpolttik Hzg Georgs -non Sachsm i, Leipzig-Berln 1905, 250ss; H. BARGE, Aktenstucke sur Wittenberger Bewe gung, Leipzig 1912, 3-6.
tarme (WA Br 2, 476). No conozco los pensamientos de Cristo; pero s que, en esta causa, nunca me he sentido tan animoso y soberbio de espritu como ahora (WA Br 2, 479). Pero, evidentemente, su ira no iba contra el papa y el emperador, sino contra los exaltados y arrebatados. A ello le induca la voluntad de su Seor temporal y el miramiento de ste al mandato del gobierno imperial, pero sobre todo su propia aversin al tumulto y al cambio violento. Desde el domingo Invocavi (9, 3) hasta el domingo Reminiscere (16, 3), se present diariamente en el pulpito de la iglesia parroquial en hbito de fraile y con tonsura afeitada. En estos sermones Invocavi (WA 10 m, 1-64) se dirigi Lutero contra los que hacen de la libertad evanglica una nueva ley y peda miramiento a las conciencias dbiles. Seguidamente se introdujeron de nuevo en la misa los ornamentos y elevacin, y, excepto la abolicin de las misas privadas, se volvi todo al estado antiguo. Se mantuvieron las instrucciones del De captivitate que Lutero reiter en el escrito: Del sacramento recibido bajo las dos especies, acabado el 25 de marzo de 1522 (WA 10, n, 11-41): El sacerdote ha de omitir calladamente todas las palabras de las colectas y canon que hablan de sacrificio. As poda decir la misa de manera evanglica, sin que el hombre de la calle se diera cuenta de nada ni se escandalizara. Karlstadt se revolvi contra este retroceso de las reformas, y calific a Lutero y a sus secuaces de neopapistas. Se lleg a un violento encuentro entre l y el reformador. Un escrito polmico de Karlstadt con velados ataques a Lutero fue suprimido por la universidad (WA Br 2, 509, 511). Tambin en la ordenacin del culto de 1523 la Formula missae et communionis (WA 12. 205-229), ofreci Lutero una misa en latn, aunque expurgada de todas las alusiones al sacrificio. Igualmente moderado era su Taufbchlein verdeutscht (WA 12, 42-48) del mismo ao. Cuando en muchas partes, no slo en la Allstedt de Toms Mntzer, sino tambin en Estrasburgo, Nordlingen, Nurenberg, Basilea, Zurich y otras, se celebraba la misa alemana, l sigui dicindola en Wittenberg en latn. A ello lo decidi seguramente la cautela poltica de Federico el Sabio. Slo a su muerte, como comunica Spalatin, pudo, por ejemplo, ser enteramente expulsado todo el 153
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papa de la iglesia de todos los santos de Wittenberg 13. Sin embargo, no era slo consideracin a su seor temporal lo que haca vacilar a Lutero para no sacar las consecuencias prcticas de sus principios. Los motivos radicaban tambin en l mismo y estn en estratos varios: 1. La forma de la liturgia, oraciones, ritos, ornamentos y vasos sagrados son para Lutero cosa vana y externa, son adiaphora, ni mandadas ni vedadas. Si a la liturgia en latn no se le puede atribuir necesidad para la salud eterna, tampoco a la alemana. Poner aqu prescripciones obligatorias es coartar la libertad del cristiano e imponer cargas innecesarias a las pobres conciencias. Que ahora se diga la misa en alemn entre alemanes, es cosa que me place. Pero que Karlstadt quiera hacer de ello una necesidad, como si as debiera ser, es a su vez demasiado. Este espritu no puede hacer otra cosa que leyes y ms leyes, necesidad, conciencia y pecado... (WA 18, 123). Lutero quera dejar bien claro que lo que a l le importaba era el espritu y no la actitud o forma exterior, la fe y no la obra. A decir verdad, desestimaba bajo el influjo del nominalismo el valor del signo, tena muy poco sentido del poder de las imgenes para esclarecer o confundir el espritu. Slo vea el camino de adentro a fuera, por el que el espritu se crea su expresin en lo corpreo; pero desconoca que tambin lo corpreo ayuda a que el espritu cristalice y hasta a que exista. 2. Lutero peda miramiento a las conciencias dbiles. Si l quera cambiar primero el espritu do los hombres, para que ste se creara luego la expresin conveniente, tena que tener paciencia. Lutero cuenta de s mismo haber necesitado tres aos para conquistar la fe; cunto ms haba que dejar tiempo a las gentes sencillas, y no llevarlas a la confusin y escrpulos de conciencia por cambios precipitados y no suficientemente preparados por la predicacin (WA 10, II, 25; WA 12, 212s). Cierto que en lo fundamental no es lcito hacer concesin alguna; pero se puede poner remedio por el silencio, sin que el hombre ordinario se entere (WA 10, II, 29). 3. La vinculacin de Lutero a la tradicin y su sentimiento de la forma y configuracin le hacan vacilar. Para l era patente que la
13. I . Hoss, Spalatin 242.
recta forma de la liturgia o culto divino no puede hacerse, sino que debe hacer. Para l no bastaba una mera traduccin de los textos. Meloda y texto tenan que formar una unidad. Con mucho gusto tendra yo hoy una misa alemana. Tambin yo me ocupo en ello. Pero tambin quisiera que tuviera verdadero estilo alemn. Porque todava tolero que se d el texto alemn y no suene bien y ajustadamente. Es menester que las dos cosas; texto y notas, acento, meloda y gesto proceden de verdadera lengua y voz materna; de lo contrario es todo imitacin, como de monos (WA 18, 123). 4. Finalmente, como humanista y pedagogo, quera Lutero conservar los valores formativos de la lengua latina. La juventud sealadamente deba ejercitarse en esta lengua por medio de la liturgia. Despus de la introduccin de la misa alemana (1526), para la juventud tena que seguir en vigor la formula missae, es decir, la liturgia en latn. Es ms, si de l dependiera, debieran alternar los domingos misas en alemn, latn, griego y hebreo (WA 19, 74).
La traduccin de la Biblia por Lutero El fruto literario ms importante del tiempo de la Wartburg fue la traduccin del Nuevo Testamento. Despus de su visita de incgnito a Wittenberg (4 a 9-12-1521), la acab Lutero a ruegos de sus amigos en unas once semanas. Con la Vulgata estaba muy familiarizado. Adems tena delante el texto griego editado por Erasmo (2 ed. 1519), con la versin latina y extensas explicaciones del mismo. No cabe apenas hablar de una traduccin del texto original dada la brevedad del tiempo y los escasos conocimientos de griego de Lutero, que hasta 1518 no empez a estudiar seriamente esta lengua14. Es difcil decir hasta qu punto se apoy en el texto griego. Pero lo evidente para cualquiera es que trataba de asir el sentido del texto original w . Para la traduccin del Antiguo
14. H. DIEBELT, Hatte Luthers V'erdeutschung des NT den grtechischen Text sur Grundlagef: ARG 38 (1941) 300-330; H. BOEKKAMM, Dte Vorlage su. Luthers bersetsung des NT: ThLZ 72 (1947) 23-28; S. KRGER, Zum Wortschats des 18. Jh.. Fremdbegriff und Fremdwort m Luthers Bibelbersetzung: BGDSL 77 (1955) 402-464; H.O. BURES, Luther ais Ereignis der Ltteraturgeschichte: LuJ 24 (1957) 86-101; H. BLUHM, Martin Luther Creative Translator, St. Louis-Missouri, 1965. 15. H. BOSNKAMM, Luthers geistige Welt, Gterslah '1959, 266.
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Testamento, que se prolong hasta 1534, se ayud Lutero de especialistas fillogos. Hay que verla, pues., ms como trabajo de colaboracin. Traducciones de la Biblia en alemn las hubo antes de Lutero. De 1461 a 1522 aparecieron catorce impresiones en alto alemn y cuatro en bajo alemn, sin contar el salterio, las armonas evanglicas y libros de percopas en alemn. stas, precisamente, eran corrientes a Lutero por la liturgia y cura de almas. Es, por tanto, exagerado decir fuera Lutero quien primero regal la Biblia a los alemanes. Sin embargo, con su Biblia alemana, cre una obra que se yergue seera por lo certero de la expresin y por el sentido y dominio de la lengua. Como Lutero mismo lea las escrituras sagradas como si se hubieran escrito ayer 16 y hasta vea y oa la historia sagrada como presente, el fondo y la palabra alemana pudieron fundirse en tal unidad que, aun con ropaje alemn, la Biblia sigui siendo un libro para or, y el texto sagrado entra en sorprendente medida en el odo y en la memoria. Pero esto no era slo fruto del dominio de la lengua en Lutero, sino tambin del encuentro con Dios en su palabra; encuentro igualmente de lucha y combate que de felicidad. La palabra de Dios para Lutero no es slo testimonio de la poderosa accin saludable de Dios, sino tambin en s misma fuerza divina. Lutero supo transmitir, como nadie, por medio de la palabra, esta irrupcin de vida que es la palabra de Dios. Lutero tradujo la Biblia cuando estaba en plena marcha el proceso de fusin de distintos dialectos alemanes en una lengua nica literaria. Las condiciones para esa fusin eran especialmente favorables en la orilla del imperio, en suelo oriental alemn, en que confluan por inmigracin muchos dialectos alemanes. Es una leyenda protestante que el reformador Lutero haya creado la lengua literaria del nuevo alemn17. S aceler, empero, fuertemente la evolucin hacia una lengua unitaria, por el hecho de haberse servido de la lengua de la cancillera sajona. Yo no tengo una determinada lengua en alemn, extraa y propia, sino que me valgo de la comn lengua alemana, para que me puedan entender los pases del norte y del sur. Hablo segn la cancillera sajona, que
16. Sermn de 22-3-1523 (WA 12,444). 17. H.-O. BUE6EE, l.c, p. 86; A.E. BERGER, Lutker che Deutsche Wortgeschvchte 2 t. (1943), 37-132.
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siguen todos los prncipes y reyes de Alemania... por lo cual es la ms comn lengua alemana. El emperador Maximiliano y el prncipe elector Federico han reducido Alemania a una lengua determinada, es decir, que han incorporado todas las lenguas a una (WA Tr 2, n. 2758). Indudablemente, la traduccin de la Biblia a una lengua es de gran transcendencia para la revelacin en cuanto que sta llega a un nuevo grupo de hombres; pero es tambin un acontecimiento para esta lengua, pues se la provoca a desenvolver posibilidades hasta entonces no realizadas. As se vio de forma eminente en la traduccin de Lutero. Los mismos adversarios catlicos de Lutero no dejaron de reconocer su mrito. Jernimo Emser (f 1527) en su escrito: Por qu causa y razn se prohibe justamente al hombre ordinario la traduccin de Lutero del Nuevo Testamento (1523), cont hasta mil cuatrocientos errores y mentiras herticas; pero en su propia traduccin de 1527 sigui en gran parte el texto de Lutero. Tambin Juan Dietenberger (f 1537) aprovech el texto de Lutero en su Biblia alemana de 1534, que, con sus 58 ediciones slo de la Biblia completa, vino a ser la Biblia alemana catlica ms difundida. Segn Juan Codeo ( | 1552), Lutero sacudi con su versin alemana de la Biblia el sentimiento religioso del pueblo y despert en el hombre de la calle una verdadera hambre de la palabra de Dios. Pero el carcter impulsivo del reformador y l hecho de ser esclavo de sus experiencias ntimas impone la pregunta de si reprodujo el sentido de la sagrada Escritura. Con seguridad, llevado de la dolorosa experiencia de su lucha por entender la iustitia dei puso ms de un acento con excesiva claridad. Con ello pasa en ocasiones los lindes de la mera traduccin. As traduce, por ejemplo, justicia de Dios por justicia que vale delante de Dios, o aade a Rom 3, 26 y 3, 28 el discutido slo, que responde de todo punto al sentido, pero no est en Pablo1S. Ms grave es que Lutero no admite en medida igual la Biblia como palabra de Dios, sino que examina de s y ante s lo que es esencial y as selecciona y da de mano a libros enteros como la carta de Santiago y el Apocalipsis. Aqulla es para l una epstola de paja (WA DB 6, 10; 7, 385), que est por echar a la estufa
18 H. GERDES, berraschende Freiheiten %n Luthers Bibelubersetzung: Luther 27 (1956) 71-80.
uni
die neuhochdeutsche
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jviaruu j-mciu y
(WA 39, II, 199). Pero tambin Le 16 es para Lutero un puro evangelio de curas y frailes (WA 10, 14, 273), uno de los evangelios pendencieros (WA 29, 488), que Satans aduce como prueba (WA 12, 646); Cristo debe ser dominado in suis verbis (WA 27, 296), tiene que dejarse llevar de la nariz suis verbis (WA 27, 279; 300); no debemos dejarnos entontecer por la Escritura (WA 27, 303). De suyo, todava pueden entenderse estas proposiciones como indicaciones hermenuticas, en que Lutero advierte que la Escritura habla acrticamente, o pide que se la interprete por el contexto. As dice en la tesis 41 de promocin de 11 de septiembre de 1535: La Escritura no debe interpretarse contra Cristo, sino por Cristo; por eso debe ser referida a l, o no puede tenerse por verdadera Escritura (WA 39, i, 47). Pero qu decir cuando con ella se impugnan doctrinas incmodas o se dejan fuera de combate a contrarios, por ejemplo, segn la tesis 49, que reza: Si los contrarios fuerzan la Escritura contra Cristo, nosotros forzaremos a Cristo contra la Escritura? (WA 39 i, 47). Con la piedra de toque de si los libros de la sagrada Escritura nos dan a Cristo o no (WA DB 7, 385), se abandona a la postre a cada uno a su propio criterio. Cuando Lutero remite a viejos creyentes y a iluminados que apelan contra l a la sagrada Escritura, al verdadero sentido de la misma, sobre ste decide en definitiva la experiencia de Cristo del reformador.
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19. Cf. W. VON LOEWEMCH, Luther ais Ausleger der Synoptoker, Munich 1954, 50ss.
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El encierro de Lutero en la Wartburg haba demostrado que, aun sin l, viva la reforma, y hasta sin l se desarrollaba ms impetuosamente. Aun cuando se hubiese eliminado a Lutero, no hubiera seguramente sido ya posible extinguir por la fuerza el movimiento reformista de signo protestante. No eran slo los exaltados Karlstadt y Mntzer que, en ausencia de Lutero trataban de imprimir su propio cuo al movimiento, sino que haba ya en Wittenberg y fuera una serie de hombres que obraban al lado de Lutero y con su espritu. A la vuelta de la Wartburg se vio claro que l era elemento determinante decisivo, pero no nico en la configuracin de la nueva doctrina y comunin eclesial que se comenzaba a formar. As apareca ya en los comienzos que el luteranismo sera ms y menos que lo que encarnaba la persona de Lutero; menos, porque el mar de fuerzas que en s encerraba y la subjetividad de su profetismo no poda verterse institucionalmente; y ms, porque, desde el prin160
cipio, su obra estaba tambin sostenida por la fuerza formativa y conservadora de otros. Parejos auxiliares, fieles y rendidos, siquiera en parte de talante espiritual totalmente distinto, eran en Wittenberg: Nicols de Amsdorf, Justus Joas, Johann Bugenhagen, Georg Spalatin y sobre todo Philipp Melanchthon. Nicols de Amsdorf (1483-1565) fue desde 1507 dozent o profesor en la universidad y, desde 1508, cannigoi del cabildo de Todos los santos, de Wittenberg. Ya en 1517 se adhiri a Lutero y fue en adelante uno de sus ms ntimos colaboradores. Lo acompa a la disputa de Leipzig (1519) y a la dieta de Worms (1521) y le ayud en la traduccin de la Biblia. Como reformador trabaj, entre otras partes, en Goslar, Einbeck y Meissen, y sobre todo en Magdeburgo. Aqu fue hecho en 1524 superintendente. El 20 de enero de 1542 lo consagr Lutero obispo evanglico de Naumburg sin crisma... sebo... ni incienso (WA 53, 231). Aqu hubo de ceder en 1547 al catlico Julio Pflug. Vivi como sabio privado en Eisenach y tuvo parte en la fundacin de la universidad de Jena que se convirti en fortaleza de la ortodoxia luterana contra la filipense Wittenberg. Amsdorf era contrario a todo compromiso en la doctrina de la justificacin y de la cena. Fue, pues, contrario de la concordia de Wittenberg (1536), se opuso al Interm (1547) y tom posicin contra Melanchthon en la controversia de los sinergistas. ste y despus de l Georg Major (1502-74) haba insistido en la necesidad de las buenas obras, si no para la justificacin, s por lo menos para guardar la fe y bienaventuranza; Amsdorf, en cambio, sent contra ellos la paradjica tesis de que las buenas obras daan a la salud del alma. Por la edicin de Jena de las obras de Lutero se propuso transmitir sin falsa a las generaciones por venir la doctrina del mismo. As contribuy a canonizar la teologa del reformador tal como la entiende la ortodoxia luterana e imprimir a sta el cuo de una rgida intolerancia. Justus Joas (1493-1555) fue jurista, estudi en Erfurt y Wittenberg y se uni al crculo humanista de Erfurt. Como admirador de Erasmo se consagr a la sagrada Escritura y a los padres de la Iglesia. Desde 1518 fue profesor de derecho cannico en Erfurt, como tal fue llamado en 1521 a Wittenberg y nombrado preboste de la Iglesia del castillo. Aqu pas a la facultad teolgica y dio lecciones de exgesis. Fue uno de los principales colaboradores de Lutero 161
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y le prest buenos servicios en la traduccin de la Biblia. Adems tradujo al alemn importantes obras de Lutero y Melanchtlion (entre otras De servo arbitrio, Loci communes, Apologa Confessionis Augustanae). Sus conocimientos jurdicos aprovecharon a la reforma protestante en las visitaciones de las iglesias, en la redaccin de ordenaciones eclesisticas (Zerbst, ducado de Sajonia y Halle) y en el consistorio de Wittenberg. Posteriormente llev la reforma a Halle, donde en 1541 fue hecho predicante y en 1544 superintendente. En 1546 acompa a Lutero en su ltimo viaje, le asisti en la muerte y pronunci en Eisleben su oracin fnebre. Juan Bugenhagen (1485-1558) era oriundo de Wollin en la Po^ merania, por lo que recibi el sobrenombre de Pomeranus. Desde 1504 fue rector de la escuela de Treptow, en 1509 fue ordenado sacerdote sin estudiar teologa, y en 1517 fue nombrado lector de sagrada Escritura y patrologa en la escuela monacal de Belbuck. Aqu conoci los escritos de Lutero, qued por de pronto espantado del radicalismo de De captivitaie Babylonica, pero fue precisamente ganado por este escrito. Esto le llev en 1521 para estudiar teologa a Wittenberg. Aqu dio pronto lecciones bblicas, pero no se doctor en teologa hasta 1533, y no se lo nombr profesor hasta 1535. El consejo de la ciudad, desestimando el derecho de provisin del cabildo, lo nombr en 1523 prroco de la iglesia de la ciudad, y Lutero proclam la eleccin desde el pulpito. Bugenhagen se haba casado un ao antes. l cre, por decirlo as, el tipo de la casa parroquial luterana alemana, y acentu enfticamente su bendicin en el escrito: De coniugio episcoporum et diaeonorum (1525). Como pastor de almas de talento, ms pastor que profesor, le llevaba a Lutero la ventaja de su mayor cercana al pueblo. Tambin demostr mayor sentido prctico y no comparti su indiferencia respecto de las formas exteriores. En Wittenberg estuvo an ms que Melanchthon a la sombra de Lutero. Su importancia se hizo ms patente como iniciador de la reforma en el norte de Alemania, donde cre por numerosas ordenaciones eclesisticas la base de la organizacin de las iglesias locales. Aparte la colaboracin de muchos aos, estaba ligado de la manera ms profunda a Lutero como pastor y confesor (WA 30, ni, 530; Tr m, n. 368, 5). l lo cas en 1525, le asisti en sus enfermedades, pruebas y depresiones y en 1546 pronunci su oracin fnebre. 162
Jorge Burckhardt, de Spalt, junto a Nuremberg, llamado por ello desde 1502 Spalatin (1484-1545), estudi en Erfurt las artes liberales y aqu entr en el crculo mgico del humanismo. En octubre de 1502 march con su maestro Nicols Marschalk a la recin fundada universidad de Wittenberg y all se hizo en 1503 magiser arium. Como estudio facultativo escogi el derecho. Pero ya en 1504 se traslad a Erfurt, donde Mutianus Rufus determin en Gotha el curso de su vida. Sin haber acabado los estudios jurdicos, acept en otoo de 1505 el cargo de maestro de novicios en el convento cisterciense de Georgental, no lejos de Gotha. La entrada en la carrera eclesistica se debi sin duda mayormente a motivos de seguridad econmica. Ya en 1507 acept sin estudios propiamente teolgicos la parroquia de Hohenkirchen y en 1508 se hizo ordenar sacerdote. A fines de este ao fue llamado como preceptor principesco a Torgau, a la corte del prncipe elector Federico el Sabio. Desde 1511 era mentor del sobrino de ste en Wittenberg y aqu se hizo cargo de la direccin de la biblioteca. Juntamente trabajaba en una crnica de Sajonia y en una historia de su tiempo. Con Lutero entr Spalatin por vez primera en relacin con ocasin de la controversia de Reuchlin. Seguidamente naci una relacin de amistad que hall su expresin en un trato personal y en una viva correspondencia se nos han transmitido ms de 400 cartas de Lutero a Spalatin 1 y culmin en 1521 con la accin reformatoria de Lutero. La consecuencia del encuentro con Lutero fue el creciente inters del humanista por los problemas teolgicos. En septiembre de 1516, al ser llamado a la cancillera del prncipe elector, entr Spalatin al servicio inmediato de la corte. A l incumban sobre todo los asuntos de la universidad y de la Iglesia. Juntamente con Lutero y pronto tambin con Melanchthon promovi, desde 1517-18, la reforma de los estudios en el sentido del humanismo y cultivo de las lenguas bblicas. Como secretario particular, consejero eclesistico' y posteriormente como predicador de la corte, logr Spalatin una fuerte posicin de confianza con el prncipe elector. Ello favoreci mucho a Lutero en los aos crticos
1. Hasta qu punto estuviera Spalatin fascinado por Lutero, se ve por una carta de Juan Lang a Mutian de 2-5-1515: m (a Lutero) tpswn ui Apollinem Spaatinus nostcr veneraturque et ccmsuht (K. GILLET, Der Briefwechsel des Conradus Mutianus, Halle 1890, n. 490; cf. I. Hoss, Spalatin 79.
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de 1518-22. Federico el Sabio no conoci personalmente al reformador, en todo caso no habl nunca con l y, por motivos tcticos, evitaba su trato. El intermediario era Spalatin. Con su visin de lo polticamente soportable y posible, era un freno para Lutero. Pero saba sobre todo lo que caba sugerir al seor temporal, cauto en el fondo e inclinado a la vida eclesistica medieval y cmo haba que presentarle las opiniones y acciones discutibles de Lutero. Aunque no pudo ganarlo para las opiniones de ste acerca de las indulgencias y reliquias, obtuvo no obstante la seguridad de que el profesor de Wittenberg poda contar con la proteccin del prncipe elector. Esto fue decisivo para el destino de Lutero y su reforma. La curia reconoci la importancia del influjo de Spalatin sobre el seor temporal, cuando en febrero de 1518 le concedi amplias licencias de confesin y el derecho de impartir las indulgencias ligadas a la visita de las siete iglesias de Roma por ejercicios correspondientes de devocin en la iglesia del castillo2. En Roma no se haba an medido hasta qu punto estaba Spalatin comprometido en favor de Lutero. Todava, efectivamente, en 1521 pretenda prebendas eclesisticas y se esforzaba en cumplir concienzudamente sus deberes de sacerdote y confesor del prncipe elector. De acuerdo con su carcter reservado de humanista sac mucho ms tarde que Lutero la consecuencia de su separacin de la antigua Iglesia. Por otra parte, el reformador, luchador muchas veces temerario, que llevaba adelante su causa sin miramiento a nada ni a nadie, se percataba de la necesidad que tena de aquel amigo ducho en asuntos diplomticos. Despus de recibir la citacin papal, le escribi el 8 de agosto de 1518: Ahora necesito de tu ayuda de la manera ms forzosa, querido Spalatin (WA Br 1, 188). Sin embargo, ello no impidi en los aos siguientes a Lutero estorbar por sus vivas manifestaciones y escritos las acciones diplomticas del cauteloso cortesano y poner en tela de juicio su xito. Sin embargo, Spalatin logr ofrecer siempre a Lutero proteccin eficaz. Efectivamente el prncipe elector no tena por qu confesarse abiertamente en favor de su profesor de Wittenberg, si slo dilatoriamente trataba su asunta Spalatin encarnaba la unin de formacin humanstica y cristia2. W A Br l,161s, P. KALKOFP, Z Luthers romischen Proeess, Gotha 1912, 7+; Forscktmgm * Luthers ronuschen Proeess, Roma 1905, 46; I. Hoss, Spalatm 127s.
nismo reformista. De acuerdo con ello, se esforz por mucho tiempo en mediar entre Lutero y Erasmo. Despus de la muerte de Federico el Sabio se encarg en 1525 de la parroquia de Altenburgo y aqu fund un hogar. Sin embargo, sigui prestando sus servicios a la corte del prncipe elector en las negociaciones religiosas; as, en la dieta de Espira (1526), de Augsburgo (1530) y en las negociaciones de arreglo en Schweinfurt y Nuremberg de 1532. En 1527 fue llamado por el prncipe elector Juan a la comisin de visitacin y tuvo as parte sobresaliente en la organizacin del rgimen de las iglesias regionales. Los ltimos aos de paz, desde 1540, fueron consagrados a los estudios histricos y a su comunidad de Altenburgo. Aqu muri el 16 de enero de 1545. El ms importante de los hombres que rodearon a Lutero fue Felipe Melanchthon (Schwartzert; 1497-1560). Si el encuentro con el reformador fue para l el giro decisivo de su vida, tambin l por su parte influy fuertemente sobre Lutero y, sobre todo, en la marcha de la reforma. Aqu estuvo siempre a la sombra del ms grande y enrgico. Su relacin con l se movi siempre entre la ntima amistad, profundo respeto ante la gran realizacin y suspirar constante ante la vergonzosa esclavitud (CR 6, 880) de la irritable impaciencia de Lutero. Dentro de todas las vicisitudes persever a su lado; aun en serias crisis y ante honrosas ofrendas, no pudo decidirse a abandonar Wittenberg y salir del inmediato crculo mgico del reformador. Melanchthon naci el 14 de febrero de 1497 en Bretten de Badn. Perdi tempranamente a su padre. Tanto ms influy su to abuelo, Juan Reuchlin, sobre la marcha de su educacin. Directamente o por medio de sus discpulos transmita al bien dotado joven las lenguas antiguas y lo introduca en el mundo de un platonismo de cuo cristiano. Despus de frecuentar la escuela de latn de Pforzheim (1508-10) y acabar el bachillerato de las artes liberales en la universidad de Heidelberg (1511), ingres Melanchthon en la universidad de Tubinga, donde ya en 1514 fue promovido a maglster artium. El sobrino nieto del famoso hebraista fue pronto profesor celebrado de literatura clsica, y hubo de participar en la polmica de Reuchlin con los oscurantistas. Su to lo introdujo tambin en la teologa, le recomend las obras de Juan Gerson y de Wessel Gansfort y le regal un Nuevo Testamento, acaso la edicin 165
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grecolatina de Erasmo, aparecida en 1516. Ya tempranamente miraba Melanchthon a Erasmo con reverencia como a maestro del elegante decir y de la formacin humanstica. Gracias a Ecolarnpadio, cuya amistad trab en Tubinga, entr probablemente en relacin con el gran humanista. Pero, aparte el esplendor del estilo literario, Melanchthon fue ganado para el humanismo erasmiano de cuo tico. Erasmo le abri las fuentes de la tradicin cristiana, las obras de los padres de la Iglesia y su exgesis de la sagrada Escritura. A pesar de algunos xitos de prestigio, el joven sabio no lleg muy lejos en Tubinga. Recomendado y animado por Reuchlin, acept el llamamiento como profesor de griego y hebreo en Wittenberg. En su discurso inaugural el 29 de agosto de 1518: De corrigendis adulescentiae studiis defendi un humanismo de tinte bblico: Si entendemos la letra, entenderemos tambin el sentido de las cosas... Y si dirigimos nuestra mente a las fuentes, comenzaremos a entender a Cristo, sus mandamientos sern para nosotros luminosos y quedaremos embriagados del nctar dichoso de la sabidura divinas. Haba que ganar a Lutero para este humanismo que, con la clave de las lenguas de la Biblia, quera abrir su contenido. Y Lutero en efecto trabaj junto con Melanchthon en la reforma de los estudios. Pronto se unieron ambos en amistad. Tanto ms, cuanto que, ya en 1518-19, el joven humanista acept las ideas reformistas de Lutero y se consagr al estudio de la teologa. En las tesis con ocasin de su promocin a bachiller en teologa (9 de septiembre 1519) va ms all en su ataque a la doctrina de la Iglesia de cuanto hasta entonces haba ido Lutero mismo. Doctor en teologa no lo fue nunca Melanchthon, como no subi tampoco nunca a un pulpito a predicar. Le bast dar lecciones teolgicas como bachiller, sin llegar a ser miembro pleno de esta facultad. Con gran ahnco se entreg a lecciones exegticas. Slo de los aos 1518-22 conocemos trece, tres de ellas sobre la carta a los Romanos4. A par del salterio, Melanchthon tiene la carta a los Romanos por la escritura ms relevante de la Biblia, que puede guiar para la inteligencia de los restantes libros8. En su panegrico de 25 de enero de 1520,
3 CR 11,23, Studiencmsgabe n i , 40. 4. Studierumsgbe iv, lOs. 5. WA 5,24s. Segn el prlogo de la edicin latina del texto de la carta a los Romanos (Wittenberg 1520) sta es rerum theologicarum et summum, et methodum continens.
In divi Pauli Doctrinam, expres Melanchthon elocuentemente su entusiasmo por la nueva teologa bajo el signo de san Pablo. El humanista que estaba ms bien hecho para la paz del cuarto de estudio, hubo de meterse tambin en la polmica. Ya despus de la disputa de Leipzig, a la que haba acompaado a Lutero, se enred en vivo duelo literario con Juan Eck. Contra el dominico Toms Rodino y los telogos de la Sorbona se enderezan los escritos polmicos mayores del ao 1521. El servicio ms valioso se lo prest Melanchthon al naciente movimiento reformista con la obra que compuso durante la estancia de Lutero en la Wartburg: Loci communes rerum theologicarum seu hypotyposes theologicae (1521). Aprovechando su Theologica instituo in epistolam Pauli ad Romanos (CR 21, 49-60) nacida en el contexto de la leccin sobre la carta a los Romanos de 1519, y las Rerum theologicarum capita seu loci (CR 21, 11-48), que es una discusin de la interpretacin escolstica de las sentencias y siguiendo el mtodo desarrollado en estos escritos por la aplicacin de las reglas de la retrica antigua a la sagrada Escritura, presenta Melanchthon las ideas bsicas o los grandes puntos de vista segn los cuales pueden ordenarse las verdades reveladas. Por esta obra so consagr Melanchthon telogo de la reforma protestante; sin embargo, la calificacin de los Loci como primera dogmtica evanglica slo puede aplicarse a la edicin de 1521 respecto de la exposicin sistemtica. Falta la completez que se espera de una dogmtica. Se descarta la doctrina sobre la Trinidad y la encarnacin, y slo se ofrece la soteriologa y la tica. Partiendo de conceptos teolgicos bsicos, como pecado, ley, gracia y evangelio, que sac del estudio de la carta a la Romanos, Melanchthon se propone comprender la sagrada Escritura entera, interpretarla en su unidad y mostrar su contexto con la historia de la salud, La ley muestra el pecado; el evangelio, la gracia. La ley hace ver la enfermedad; el evangelio, el remedio (CR 21, 139). Con los Loci se propone Melanchthon ayudar a la juventud estudiosa a entender rectamente la sagrada Escritura y estimular al estudio de la Biblia. Su objeto es ser gua o estrella conductoras de quienes yerran por los libros divinos y elaborar en esbozo (hypotyposis esbozo) las lneas fundamentales de la sagrada Escritura. La juventud estudiosa debe 167
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ser llevada por medio de unos pocos conceptos a lo que constituye la suma o cifra de la doctrina cristiana (CR 21, 82). Sin someter su humanismo a una crtica de principio y hasta sin percatarse con toda claridad de la diferencia entre humanismo y reforma (W. Maurer), recoge Melanchthon tesis radicales de la antropologa luterana, como la incapacidad de conocer naturalmente a Dios y la carencia de libre albedro, mira la ley slo como ley que mata en contraste con el evangelio y slo tiene por posible una tica fundada en la fe. Sin embargo, ya los desrdenes de Wittenberg de los aos 1521-22 originaron en Melanchthon una grave crisis, que le oblig a revisar sus concepciones teolgicas y a reflexionar de nuevo ms a fondo sobre las tradiciones de derecho natural de la edad media y del humanismo. En las reediciones de los Loci a partir de 1522, se abre de nuevo la puerta a una tica filosfica. La naturaleza cada puede conocer la lex naturae, el libre albedro basta para cumplirla exteriormente. Con ello puede el hombre incrdulo y carnal producir virtudes que no llevan desde luego a la justicia del corazn, pero hacen posible una justicia civil (iustitia civis). Ahora bien, tambin las ceremonias eclesisticas y las rdenes de la autoridad son creaciones buenas de Dios, y despreciarlas es pecado. Si hasta entonces propendi Melanchthon a juzgarlo todo, eclesistico y profano, por la Biblia, ahora comienza a hablar de doble justicia, de justicia del espritu y de justicia civil. Las normas de esta tica natural nos las procuran la razn y la tradicin. As llega Melanchthon a dar nueva vida a la filosofa moral antigua y hasta a una especie de neoaristotelismo protestante humanstico. Esta unin de humanismo y reforma es muy diversamente estimado hasta hoy da. El juicio se mueve entre el reproche de que Melanchthon mutil incurablemente la doctrina de Lutero sobre la justificacin (Emanuel Hirsch), y la conviccin de que la conserv. Entremedio se oyen voces que hablan de una sntesis6 o de una coexistencia y cooperacin7 de humanismo y reforma en Melanchthon, de los peligros y, a par, del bien y fecundidad de pareja unin. En todo caso, a l se debe que la reforma protestante
6. H. BORNKAMM, Melanchthons Menschenbd, en: Phxipp Melanchthon. bntrage, Gotinga 1961, 76-90, part. r. 90. 7. W . H NEUSEK, Der Ansata der Theologie Phthpp Melanchthons, 1957, 135 ForschungsNeukirchen
no marchara a redropelo de la cultura de su tiempo, sino de la mano con ella, y Melanchthon imprimi en lo sucesivo su cuo al credo, organizacin eclesistica, teologa y pedagoga del luteranismo.
IX. EL PONTIFICADO DE ADRIANO VI Charles-Quirtt et de doctrnete theologicae Vaticano II: Diarii di Roma 1951.
FUENTES: L.-P. GACHARD, Correspondance de Adrien VI, Bruselas 1859, H J . REUSENS, Syntagma Adriani Sexti, Lovaina 1862; A MERCATI, Dal'Archivo concisin del pontificato di Adriano VI, (SteT 157)
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A pesar del edicto de Worms, la reforma pudo propagarse sin resistencia. Los obispos alemanes no tomaron iniciativas, y el papa, por su ndole, no estaba inclinado ni era capaz de iniciar medidas eficaces de reforma, fuera de la condenacin de las doctrinas de Lutero. El emperador, por sus guerras con Francia y la necesidad de afianzar su seoro en Espaa, hubo de estar durante nueve aos alejado de Alemania. Adems, en su guerra de dos frentes contra Francia y los turcos, necesitaba de la ayuda de los prncipes contra quienes hubiera tenido que proceder, de ejecutar el edicto de Worms. La relacin de Carlos v con Len x llevaba el grave lastre de la poltica francesa del papa y su actitud en la eleccin imperial. Sin embargo, entretanto se haba visto bien que Francia no representaba una ayuda eficaz para los intereses de la casa Medici y estados de la Iglesia, sino que era antes bien una amenaza, mientras 169
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el reino espaol de aples poda ofrecer proteccin contra la amenaza de las costas por parte de los mahometanos. Es ms, si el papa se preocupaba seriamente por el peligro turco, su puesto estaba a par del emperador, y no del rey cristiansimo que conspiraba con el enemigo de la cristiandad. Quin otro que el emperador poda finalmente poner dique al movimiento luterano de Alemania, tan amenazadoramente descrito por Aleander? Carlos V estaba dispuesto a ello. Ya en mayo de 1521 se lleg a una alianza con el fin de establecer a los Sforza en Miln y arrebatar Genova a los franceses. El emperador prometi ayuda contra los enemigos de la fe catlica, y a l se le prometi coronacin en Italia, ms ayuda contra Venecia. La situacin de Italia fue, pues, decisiva, y el papa entraba sobre todo en juego como cabeza de la casa Medici y prncipe de los estados de la Iglesia. La alianza llev al xito. En un levantamiento de los milaneses contra los franceses, las tropas imperiales y papales pudieron ocupar la ciudad el 19 de noviembre de 1521 y Francesco II Sforza subi al poder. Sin embargo, poco despus, el 1. de diciembre, el papa mora de un ataque de malaria. Ello significaba un grave contratiempo en la poltica de Italia y pona en cuarentena los anteriores xitos contra Francia. El cambio de pontificado pareci, no obstante, ofrecer circunstancias sealadamente favorables para la cooperacin entre papa y emperador. El conclave en que tomaron parte 39 cardenales, de ellos slo tres no italianos, fue difcil. Los cardenales, aseglarados en su mayora y enemigos entre s, eran imagen viva de la Iglesia y del mundo cristiano de entonces. Sin embargo, con general sorpresa, el 9 de enero de 1522, fue elegido el ausente cardenal Adriano de Utrecht \ obispo de Tortosa en Espaa. Los romanos quedaron desilusionados e irritados por la eleccin del brbaro desconocido. Este holands, hijo de un ebanista, naci en 1459 en Utrecht. Educado, dentro del espritu de la devotio moderna, en el amor a la virtud y a la ciencia, ingres en 1476 en la universidad de Lovaina. Aqu lleg a ser profesor distinguido y dechant de san Pedro.
1 l se escriba Adrin.
Su comentario al cuarto libro de las Sentencias y sus doce Quodlibeta lo muestran como escolstico tardo fuertemente aficionado a las cuestiones cannicas y casustica moral. En 1507, el emperador Maximiliano lo llam para preceptor de su nieto, el archiduque Carlos, a la sazn de siete aos. As entr Adriano en el consejo de Margarita, regente de los Pases Bajos, y en 1515 fue enviado a Espaa, para asegurar all la herencia de Carlos. Fernando el Catlico anul su testamento de 1512, que dejaba el reino a Fernando, hermano menor de Carlos, educado en Espaa y ms popular all. Despus de la muerte del rey catlico, Adriano ejerci la regencia al lado del gran humanista, el cardenal Jimnez de Cisneros, en nombre de Carlos, hasta que ste, en 1517, ocup el trono de Espaa. Entretanto, Adriano fue creado obispo de Tortosa (1516) e inquisidor de Aragn y Navarra; ms tarde tambin inquisidor de Castilla y Len y, el 1. de julio de 1517, cardenal. El rey Carlos, entre cuyos consejeros se contaba Adriano, no logr ganarse las simpatas de los espaoles, que se quejaban de la soberbia de los borgoones y de la codicia de los extranjeros. Tanto ms alardeaban de sus propias libertades. As, al volver en 1520 a Alemania, Carlos V dejaba a Adriano, como lugarteniente suyo, una pesada tarea, que no supo cumplir enteramente. Castilla se sublev abiertamente. Slo con la ayuda de dos corregentes de sangre espaola pudo Adriano vencer el levantamiento. La noticia de su eleccin para papa le cogi, el 22 de enero, en Vitoria, donde tomaba medidas militares para la defensa de Navarra contra los franceses. En una solemne declaracin de 8 de marzo de 1522 acept Adriano vi la eleccin. En ella proclama su confianza en Cristo, que le dar fuerza, aun siendo indigno, para defender a la cristiandad contra los ataques del mal, y para reducir, al ejemplo del buen pastor, a la unidad de la Iglesia a los que yerran y estn engaados 2. Para su viaje a Roma escogi el papa el camino del mar, a fin de demostrar su independencia respecto de Francia y del imperio. Pero la marcha se dilat. Hasta el 5 de agosto no zarp la nave de Tarragona. El 28 de agosto llegaba a Ostia y al da siguiente a Roma. Entre tanto Belgrado haba sido conquistada por el sultn So2. PASTOR, Papstgesch. iv, 2 p. 35.
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M a r t i n JUUICIU y . _ .
liman, Hungra estaba desmantelada para la invasin turca y, al mismo tiempo, Rodas, el ltimo bastin en el Mediterrneo, estaba sitiada por fuerzas muy superiores. Las tareas que as se le imponan slo podan ser dominadas por el nuevo papa, si lograba restablecer la unidad poltica y religiosa de la cristiandad. Para ello era menester una reforma de la Iglesia, que habra de comenzar por la curia. Slo as poda la Iglesia recobrar la confianza como condicin para actuar de potencia ordenadora de occidente. Para los romanos Adriano era un brbaro. A la llegada del papa, reinaba la peste en la ciudad eterna. La coronacin tuvo lugar el 31 de agosto, en san Pedro, de forma marcadamente sencilla. En su discurso del consistorio, el 1. de septiembre pidi Adriano ayuda a los cardenales para su doble proyecto: la unin de los prncipes cristianos para combatir al turco y la reforma de la curia3. El mal dijo el papa haba tomado tales proporciones que, en dicho de san Bernardo, los cubiertos de pecados no llegaban ya a percibir el mal olor de los vicios. Los cardenales tenan que ir delante del clero restante con su buen ejemplo. Si ya el rigor asctico del papa y su piedad la misa diaria, por ejemplo, era cosa inslita produca en muchos extraeza, mucho ms ingrato era para la mayor parte que se mostrara tan parco en la concesin de favores. En el consistorio de 26 de marzo de 1523 pidi el cardenal de Santa Croce la confirmacin de los indultos y privilegios concedidos por Len x. Cuando el cardenal le record la inaudita amabilidad con que los cardenales lo habran llamado a la cspide del pontificado, Adriano contest que lo haban llamado al martirio y a la crcel. All tena una Iglesia agotada y pobre, y as les deba muy poco; ellos haban sido antes bien sus verdugos4. El seco erudito holands no poda entender la manera de vivir italiana, ni la magnificencia del arte del Renacimiento. Cuando se propuso abolir los cargos superfluos y poner en la calle a los beneficiarios del prdigo tren de vida de Len x, la extraeza y aversin subieron de punto en muchos sectores hasta convertirse en odio exasperado. Sus antecesores le haban dejado a Adriano deudas y cajas vacas. Haba adems que rescatar objetos de valor y de arte, entre otros los gobelinos segn cartn de
3. 4. A. MEKCATI, Diwr 88 con n. 47. Ibid. 95.
Rafael, que hubo que empear a la muerte de Len x. Eran, pues, necesarias drsticas medidas de ahorro, sobre todo si, en el plan de reforma de la Iglesia, quera el papa renunciar a los altos aranceles, que tan mal humor producan en todo el mundo. Su parquedad le atrajo fama de avaro. Esto se lo perdonaban menos los romanos que a su antecesor el despilfarro. Como si todo eso fuera poco, la accin de Adriano qued por de pronto impedida por la peste que fue ms devastadora en oto* o, de la que fue vctima el cardenal suizo Schiner, uno de los pocos colaboradores de Adriano, amigos de la reforma. Contra todas las prevenciones, el papa se qued en Roma, mientras se desbandaban los cardenales y la mayor parte de los empleados. Slo a fines de 1522 pudo trabajar de nuevo la curia regularmente. Para la ejecucin de la reforma faltaban colaboradores. Los pocos holandeses y espaoles de quienes se fiaba, se movan con dificultad en un medio que les era desconocido y, con sus torpezas, provocaban an mayor resistencia. Las desilusiones alimentaban la desconfianza del papa frente a su circunstancia. Esto acreci su soledad y lo determin a hacer muchas cosas por s mismo. Ya de suyo aquel hombre del norte era de carcter lento y meticuloso, y todo contribuy a que las quejas por las demoras de los asuntos se hicieran cada vez ms fuertes. Extranjero entre hombres de confianza extranjeros, el papa holands no poda situarse bien en el mundo que le sali al paso en Roma (Pastor). Cuanto ms lenta iba la reforma de la curia, tanto ms difcil se haca la situacin del papa en Alemania. Adriano vi se vio forzado a pedir a los estamentos en la dieta de Nuremberg de 15221523 que tuvieran paciencia. Durante la ausencia de Carlos v la cuestin religiosa fue dejada al gobierno del imperio. ste se reuni el 1. de octubre de 1521 en Nuremberg. Constaba de 23 representantes de los diversos estamentos del imperio. Un prncipe elector, ms otros dos prncipes, uno secular y otro eclesistico, tenan que prestar all servicio en alternancia de tres meses. Dentro de esta debilidad de organizacin muy difcilmente poda llevarse nada a cabo ni obrar con continuidad. No obstante estas desfavorables condiciones, el gobierno del imperio no dej de hacer cosas tiles, y empeo suyo era sobre todo coordinar los intereses divergentes por los comunes provechos. El esfuerzo por coordinar la jurisdiccin 173
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penal cre las bases para la Carolina (1532). Para la defensa contra los turcos era menester procurar al imperio ingresos permanentes por una aduana imperial, por el mantenimiento de las annatas y por una mejora del penique comn, tributo imperial instituido en 1495. Los tumultos de Sajonia y la conquista de Belgrado por los turcos pusieron en claro la imperiosa necesidad de unir al imperio y emprender la reforma para conjurar la inquietud religiosa. Para ambas cosas alargaba Adriano vi su mano; y as envi a su legado Francesco Chieregati a Nuremberg, a la dieta convocada para el 1 de septiembre de 1522, pero que no se reuni hasta el 17 de noviembre. El legado comunic el acuerdo del papa de dejar en lo futuro en Alemania las annatas y dineros del palio y emplearlos para la guerra contra los turcos; pero exiga tambin enrgicamente la ayuda alemana en favor de la amenazada Hungra5. Hasta el 10 de diciembre no hizo el legado referencia a la situacin religiosa en Alemania: La hereja de Lutero era ms amenazadora que el peligro turco, y el papa exiga la ejecucin del edicto de Worms6. Los estamentos dieron respuesta reservada, y mostraban poca inclinacin a ocuparse de esta delicada cuestin. Slo el prncipe elector Joaqun de Brandeburgo, llegado el 23 de diciembre, la plante con energa, apoyado por el archiduque Fernando y el arzobispo de Salzburgo. El 3 de enero de 1523 ley el legado piezas que le haban sido remitidas, un breve y una instruccin en que el papa lamenta, ante el peligro turco, el peligro religioso creado por Lutero. Peor que la hereja de ste es el hecho de que, no obstante la condenacin papal y el edicto imperial, haya hallado entre los prncipes favorecedores y secuaces. Al papa le parece increble que una nacin tan piadosa se haya dejado apartar del camino que sealaron el Salvador y los apstoles, por obra de un frailecillo (fraterculum) que ha apostatado de la fe catlica... como si slo Lutero fuera sabio y... tuviera el Espritu Santo, y la Iglesia hubiera caminado entre las tinieblas de la locura y por el camino de la perdicin, hasta que la vino a iluminar la nueva luz de Lutero 7.
5. 6. 7. RA n i n. 54. RA n i n. 73. RA n i n. 75, p. 401s.
Por modo semejante argumenta el papa en su instruccin; pero aqu no slo se lamenta y condena el error y la escisin de la Iglesia por el movimiento luterano, sino que descubre sus causas ms profundas y, con inaudita franqueza, confiesa la culpa de la curia y de la Iglesia. Al mismo tiempo pide paciencia pues abusos tan profundamente arraigados no pueden extirparse de un golpe. Dirs tambin que confesamos sinceramente que Dios permite esta persecucin de su Iglesia por los pecados de los hombres, especialmente de los sacerdotes y prelados... La sagrada Escritura dice en alta voz que los pecados del pueblo tienen su origen en los pecados del clero... Sabemos muy bien que tambin en esta santa sede han acaecido desde muchos aos atrs muchas cosas abominables: abusos en las cosas espirituales, transgresiones de los mandamientos, y hasta que todo esto se ha empeorado. As, no es de maravillar que la enfermedad se haya propagado de la cabeza a los miembros, de los papas a los prelados. Todos nosotros, prelados y eclesisticos, nos hemos desviado del camino del derecho, y tiempo ha ya que no hay uno solo que obre el bien (Sal 13 [14], 3). Por eso todos debemos dar gloria a Dios y humillarnos ante su acatamiento; cada uno de nosotros debe considerar por qu ha cado y ha de preferir juzgarse a s mismo que no ser juzgado por Dios el da de la ira. Por eso prometers en nuestro nombre que pondremos todo empeo porque se corrija ante todo esta corte romana, de la que tal vez han tomado principio todas estas calamidades; luego, como de aqu sali la enfermedad, por aqu comenzar tambin la curacin y renovacin. Sentmonos tanto ms obligados a realizar estos propsitos, cuanto el mundo entero desea esa reforma... Sin embargo, nadie se maraville de que no arranquemos de golpe todos los abusos, pues la enfermedad est profundamente arraigada y tiene mltiples capas. Hay que proceder, por tanto, paso a paso y curar primero con buenas medicinas los males ms graves y peligrosos, a fin de no embrollar ms las cosas por una reforma precipitada. Porque con razn dice Aristteles que todo sbito cambio de una comunidad es peligroso s . Este confteor del papa, que hemos de ver en primer trmino como acto religioso y presupuesto de la reforma interna de la Igle8. RA n i n. 74, p. 397s.
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sia y de la curia, y el llamamiento a los estamentos no tuvieron efecto inmediato decisivo. El consejero del prncipe elector de Sajorna, Hans von der Planitz supo dar largas a la decisin remitindola a una comisin y desviar a par la atencin a la suerte de cuatro predicantes luteranos, cuya detencin haba exigido Chieregati. Finalmente, el 5 de febrero de 1523, respondieron los estamentos al nuncio. Un proceso contra Lutero provocara gravsimos desrdenes, si antes no se reformaba la curia romana de la que, por confesin de todos, haba partido el mal, y no se abolan los gravamina de la nacin alemana. De acuerdo con el emperador, el papa deba convocar lo antes posible, a ms tardar dentro de un ao, un libre concilio cristiano, en una ciudad alemana. Entretanto, el prncipe elector de Sajonia cuidar de que ni Lutero ni sus partidarios escriban y publiquen nada nuevo. Los estamentos seculares y eclesisticos se comprometern entretanto a impedir toda predicacin levantisca y tratar de que slo se predique el verdadero, puro, autntico y santo evangelio segn la aprobada interpretacin de la Iglesia y de los santos padres9. Parejas formulaciones ambiguas y reservadas fueron el resultado de una dieta en que preponderaban los estamentos eclesisticos. Si ya de suyo les resultaba molesto tratar de la cuestin religiosa, el llamamiento del papa a la penitencia no los movi para nada a la reflexin y a la accin enrgica, sino que se sintieron ofendidos y puestos a la picota. No menos primaria fue la reaccin de Lutero y Melanchthon, que publicaron entonces el libelo: Interpretacin de dos espantosas figuras, de un asno papal de Roma y un novillo monacal de Freiberg, halladas en Meissen (1523) (WA 11, 369-385). Lutero no crey valiera la pena considerar las buenas intenciones de Adriano. El papa es para l un magister artium de Lovaina; en la misma universidad se coronan asnos semejantes. Por boca del papa hablaba Satans. En su solicitud por la Iglesia, en que la curia lo dejaba solo, busc el papa ayuda de fuera. En diciembre de 1522 rog a su compatriota Erasmo, al que conoca de Lovaina, a que empleara su erudicin y talento literario contra los nuevos herejes. Ningn
9. RA n i n. 82.
servicio mayor poda prestar a Dios, a su patria y a toda la cris' tiandad. Para ello lo invitaba a que fuera a su lado a Roma, donde dispondra de libros abundantes y tendra oportunidad de tratar con hombres doctos y piadosos10. El prncipe de los humanistas haba felicitado a Adriano al comienzo de su gobierno, y dedicdole la edicin del comentario de Arnobio a los salmos11. En una segunda carta ofreci al papa su consejo12. Adriano rog al sabio que viniera a Roma o le hiciera conocer lo ms pronto posible sus propuestas. Haba que encontrar los medios adecuados, a fin de desterrar, mientras an era curable, aquel mal espantoso, de las fronteras de nuestra nacin13. Erasmo previno al papa contra el empleo de la violencia, y le aconsej juntar en torno suyo un crculo do hombres insobornables, dignos y libres de odiosidad personal. Pero l se negaba, alegando como excusa los achaques de su salud. En Basilea poda trabajar ms. Si iba a Roma y por el mero hecho de ir tomaba abiertamente partido, sus escritos perderan peso14. A diferencia de Erasmo, Juan Eck estaba dispuesto a trabajar en la obra de reforma proyectada por el papa. En marzo de 1523 apareci en Roma para defender los intereses de los duques de Baviera. Con ellos, sin embargo, saba unir el bien de la Iglesia y de la cristiandad, pues el fortalecimiento de la soberana eclesistica de los duques de Baviera era una seguridad contra la incertidumbre del episcopado. En sus memoriales pide Eck la restauracin de los snodos. El haber stos languidecido tiene la culpa de los abusos y decadencia de la Iglesia. Un concilio universal no se organiza tan rpidamente. Adems, para Eck, la causa de Lutero es un asunto alemn. Enfticamente llama la atencin sobre que una mera impugnacin del error no vale para nada, si no va de la mano con un serio trabajo de renovacin de la Iglesia. Respecto de la reforma
10. Carta de 1-12-1522, P.S. ALLEN, O pus eptstutarum D. Brasmv v, Oxford 1924, 145-150. Sobre Erasmo y Adriano vi, cf. L.E. HALKIH, Adnen VI et a reforme de l'glise: EThL 33 (1959) 534-542, 539ss. 11. Cf. prlogo a la edicin de Arnobio de 1-8-1522, ALLEW v 99 y carta de septiembre de 1522 a Adriano, ALLEN V 121S. Simultneamente escribe Erasmo sobre el papa a John Fisher: <sls qualis olvm fuerit novi, qttalis futotrus sit m magistratu tanto nescio, lllud unum scu?, t&tus est scholasticus, nec admodum aequus bonis htteris?*, ALLEN V 123. 12. Carta de 22-12-1522, ALLEH V 155S. 13. Carta de 23-1-1523, ALLEH V 196SS. 14. Carta de 22-12-1522, ALIJEN V 1 5 5 S ; de 22-3-1523, ALLEN V 257-261.
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de Roma, Eck exige sobre todo la limitacin de las indulgencias y la abolicin de las encomiendas18. La situacin poltica de Italia se haba afirmado hasta la entrada del papa en Roma. Un contraataque de los franceses fue rechazado el 27 de abril de 1522 por los lansquenetes alemanes al mando de Jorg von Frundsberg y tambin les fue arrebatada Genova. Carlos v, convencido de que Dios mismo haba guiado la eleccin de Adriano, escribi al papa que, unidos, llevaran a cabo las ms grandes cosas. Naturalmente, el Csar esperaba que el papa entrara en la liga contra Francisco i. Pero el papa, ya de suyo en sospecha de ser partidario de su antiguo alumno, tena que guardar estrictamente su neutralidad, si quera que el xito coronara sus esfuerzos por la paz entre los prncipes de Europa para repeler al turco. Este empeo de mantener la neutralidad frente a Carlos v y sobre todo frente a su embajador que urga a todo trance, condujo a un enajenamiento temporal entre Adriano y el Csar, sin que tampoco se lograra ganar la confianza del rey de Francia. El 21 de diciembre de 1522 cay Rodas en poder de los turcos. Los reiterados esfuerzos del papa por unir a los prncipes cristianos para resistir, o por lo menos lograr un armisticio, no tuvieron xito alguno. As que busc por s mismo, por diezmos y tributos, reunir medios para la guerra contra los turcos. En parejo trance, apremiado por la necesidad, hizo concesiones a los prncipes que pugnaban con sus principios. Las desavenencias con Carlos v y la conducta ms manipulable de Francisco i facilitaron al antiguo partidario de Francia, cardenal Soderini, ganar la confianza del papa y meterlo en la luz dudosa de la parcialidad. Contra el emperador se organizara una sublevacin en Sicilia, que Francisco i aprovechara para invadir a Italia del norte, Soderini fue encarcelado y, en lo sucesivo, el cardenal Giuliano Medici ejerci influjo determinante en la curia. Todava trat el papa de lograr la paz. El 30 de abril de 1523 promulg un armisticio de tres aos para toda la cristiandad y lo sancion con las ms graves penas cannicas. A fines de julio impuso la paz de Venecia con el emperador. Esta paz y el proceso contra Soderini hicieron que Francisco i mostrara
15 Acta reformatumu 109-150. 16. A. MERCATI, Dumt catholtcae, ed. por G. PTEILSCHIFTER, 107s. I, Ratisbona 1959,
su verdadera faz. En una carta muy agresiva amenazaba al papa con la suerte de Bonifacio vin 1S . Cerr los envos de dinero a Roma y prepar tropas para la invasin de Lombarda. Con ello vio el papa frustrados sus esfuerzos por la paz. El 3 de agosto concluy una alianza con el emperador, con Enrique vin de Inglaterra, con Fernando de Austria, con Miln, Florencia, Genova, Siena y Lucca. Adriano vi se hundi bajo el peso de tanto desengao, y, el 14 de septiembre de 1523, mora a los 13 meses no cumplidos de pontificado. Este breve tiempo y las circunstancias desfavorables malograron el cumplimiento de grandes esperanzas. Tanto ms se acreditaba la melanclica palabra del papa, que se escribi sobre su sepulcro en la iglesia alemana de Roma: Cunto depende del tiempo en que cae la accin aun del mejor hombre!
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Seccin segunda LA LUCHA POR LA INTELIGENCIA DE LA LIBERTAD DEL CRISTIANO Por Erwin Iserloh
Profesor do la Universidad de Mnster
X.
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El manifiesto de Lutero: A la nobleza cristiana de la nacin alemana sobre la reforma del estado cristiano, no se perdi sin hallar eco. Si el reformador recoga aqu las quejas de los humanistas y caballeros y se haca portavoz del orgullo nacional contra el ignominioso gobierno diablico de Roma (WA 6, 415), muchos se entusiasmaban a la inversa por el mensaje religioso de Lutero porque de l se prometan a la vez el cumplimiento de sus aspiraciones econmicas, sociales y polticas. Bajo el signo de esta unin de movimiento religioso y corrientes poltico-sociales estn el levantamiento de los caballeros de 1522-23 y la guerra de los campesinos. Los profundos cambios de la situacin econmica, social y poltica a los comienzos de la edad moderna tuvo por consecuencia una fuerte postergacin del estado de los caballeros. Su posicin estribaba en la posesin del suelo y en el sistema feudal correspondiente. Pero a medida que la economa natural iba siendo ms y ms sustituida por la economa del dinero, el feudalismo personal por el estado territorial y burocrtico y el ejrcito de caballeros por tropas mercenarias dotadas de armas de fuego y caones, tanto ms riesgo corran los caballeros, que militarmente no significaban ya nada, entre las ciudades progresivas y el poder de los prncipes. Por otra parte, tampoco ellos estaban ya dispuestos a sostener y representar al imperio. As se sustraan a la prestacin de servicio y rechazaban el penique comn. Adems minaban la autoridad del imperio violando la paz regional. Los caballeros buscaban el acrecentamiento de su poder y riqueza por el camino de la guerra privada y las luchas locales. Lo mismo que ciudades y prncipes se aprovechaban de la debilidad del gobierno central para sus propios intereses. El que no quera mantener una existencia conforme a su estado con campaas de rapia y saqueo ms o menos disimu181
lado, tena que entrar al servicio del seor regional o levantarse a s mismo a la posicin de prncipe territorial. Lo cual casi slo era posible a costa de los principados eclesisticos. Pero su abolicin significaba prdida de muchas salidas para la nobleza, que ocupaba casi exclusivamente obispados y canonjas en Alemania. De ah que no fuera posible ganar a todos los caballeros, ni mucho menos, para una guerra contra los curas, por ejemplo, a amplios sectores de la caballera franca, unida por mltiples parentescos con dignatarios eclesisticos. Ulrico de Hutten (1488-1523) propag la guerra contra los curas desde fines de 1520, desde Ebernburg junto al Nahe, en que haba hallado refugio junto a Franz von Sickingen (1481-1523). No poda faltar lucha asesina y efusin de sangre. A partir de este tiempo Hutten escribi en alemn e hizo editar sus dilogos latinos como manual de conversacin. Con su polmica, inflamada de pasin, logr gran influjo sobre la opinin pblica. Pero lo que en l se qued en literatura, pas a ser en Franz von Sickingen y otros caballeros accin funesta y suicida. Franz von Sickingen naci en 1481 en Ebernburg junto al Nahe, vastago de una familia del Palatinado, ennoblecida en 1488, Pretenda haber estudiado con Reuchlin. En posesin desde 1504 de la herencia paterna, supo extender su seoro. Explot la minera y mantuvo como funcionario palatino al servicio del arzobispo de Maguncia una pequea tropa. De los caballeros bandidos de su tiempo se distingui a lo sumo por el estilo y volumen de sus empresas. Aprovechando la situacin del imperio, en guerra con Worms, Metz, Francfort, Lorena y Hesse, logr crearse en el Rin medio, imponiendo tributos y exacciones, un considerable poder poltico y financiero. Bajo apariencia de ideales caballerescos de lucha por la justicia y de proteccin de los dbiles, haca defender por terceros sus pretendidos derechos, supuestos o reales, y los defenda con medios militares modernos, como la artillera y tropas asalariadas. Proscrito por violar la tregua en la regin, entr al servicio de Francia, pero se reconcili de nuevo con el emperador Maximiliano, favoreci la eleccin de Carlos v y tom parte, el ao 1519, en una campaa contra Ulrich von Wrttemberg. Aqu trab amistad con Hutten y fue ganado para el humanismo nacionalista de ste. Se puso, 182
consiguientemente, del lado de Reuchlin y oblig a los dominicos del alto Rin a ceder en la polmica con aquel gran humanista. Sus castillos se convirtieron, como albergues de la justicia, en lugares de refugio para reformadores como Butzer, Ecolampadio, Aquila y Schwebel. En escritos volanderos como: Carta para instruir en algunos artculos de la fe cristiana (1522), abraz el partido de la reforma luterana. Pero la cuestin religiosa le importaba poco; era tan incapaz como Reuchlin de entender la doctrina luterana de la justificacin, por mucho que uno y otro se las echaran de abrir una puerta al evangelio. Ms los impulsaba la lucha por la libertad y justicia alemana, tal como ellos la entendan. En una dieta de caballeros, habida en Landau el 13 de agosto de 1522, una Unin fraternal de la caballera del Rin medio y alto, que tena tambin enlaces con la nobleza de Franconia, eligi a Sickingen por su capitn. En adelante las diferencias slo se solventaran en un tribunal propio de caballeros. Con las espaldas as cubiertas, hizo Sickingen los preparativos para una gran expedicin de saqueo contra el arzobispo de Trveris, Richard von Greiffenklau. Segn la carta de desafo de 27 de agosto de 1522, se trataba por de pronto de asunto privado. Se acusaba al arzobispo de haber obligado a dos ciudadanos de Trveris a ser perjuros y no pagar un rescate anticipado. Pero el motivo principal hubo de ser que el prncipe elector, como partidario de Francisco i de Francia, haba obrado en la eleccin imperial contra Dios, la majestad imperial y el orden y justicia del imperio. Finalmente el manifiesto de guerra hablaba de que un ejrcito abrira el combate por la gloria de Cristo contra los enemigos y destructores de la verdad evanglica. A la postre, so capa de tan altos ideales, se trataba de un pillaje en gran escala. La secularizacin del arzobispado posibilitara a Sickingen el ascenso al poder principesco. Pero no logr movilizar a ms amplios sectores de su estamento, y mucho menos separar la ciudad de Trveris de su arzobispo. La promesa hecha a los subditos de ste de redimirlos de la pesada ley anticristiana de los curas, y llevarlos a la libertad evanglica, no result muy eficaz. Richard von Greiffenklau estaba como hombre de guerra a la altura de Sickingen. La artillera la saba manejar por lo menos tan bien como l. Sickingen conquist Blieskastel, y, el 3 de septiembre de 1522, la ciudad de St. Wendel. Sus tropas 183
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seran entonces 600 caballeros y 7000 infantes1. Sin embargo, no se atrevi a explotar inmediatamente sus xitos iniciales. Mientras esperaba refuerzos, tuvo tiempo el arzobispo de poner a Trveris en estado de defensa y movilizar las fuerzas necesarias para la misma. Cuando el 8 de septiembre se present Sickingen ante la ciudad, no consigui gran cosa y, tras un sitio de ocho das, hubo de retirarse. El prncipe elector de Trveris, a quien por razn de la unin del Wesel superior (1519), haban ayudado el landgrave de Hesse y el prncipe elector del Palatinado, pas a la contraofensiva. En abril de 1523 emprendi una campaa de castigo contra Sickingen. ste hubo de replegarse a su castillo de Landstuhl, donde esper en balde socorro, y, finalmente, el 7 de mayo, se vio forzado a capitular. Los prncipes victoriosos lo hallaron herido de muerte tras las murallas expugnadas del castillo. Pocas horas despus sucumbi a las heridas. Sickingen no debi sus xitos a poder real, sino a una situacin poltica y social confusa, aprovechada hbilmente y sin escrpulos. Pero apenas choc ante Trveris con resistencia decidida, fracas lastimosamente. Con ello se desvaneci su nimbo, y se hizo patente la ruina del estamento de los caballeros. En el verano de 1523, un ejrcito de la confederacin suava sali a campaa, a las rdenes del barn Jorge, senescal de Waldburgo, contra los caballeros francos y suavos para poner trmino a sus razzias y saqueos. No se dio contraataque colectivo por parte de la caballera. La audaz y obstinada resistencia de grupos aislados no bast a contrarrestar la superioridad numrica. En seis escasas semanas ardieron 32 castillos y palacios en el Odenwald y en la Franconia de Wrttemberg. Con ello quedaba liquidada la caballera como fuerza poltica configuradora del imperio. Los prncipes territoriales salieron ganando. Parte de ellos vieron en la reforma luterana un germen de revolucin, lo que los afianz en la voluntad de luchar contra ella.
XI.
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1.
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Karlstadt Andreas Rudolf Bodenstein, llamado Karlstadt, naci hacia 1480 en Karlstadt del Meno. En 1499 se matricul en la universidad de Erfurt, pero no profes el nominalismo de aquella universidad, sino el tomismo de Colonia, donde estudi hasta fines de 1504. Como tomista estricto march entonces a Wittenberg. Aqu se gradu en 1510 de Dr. theol. y fue elegido arcediano del cabildo de Todos los santos. Dio lecciones sobre Aristteles y Toms de Aquino. Cientficamente estaba en oposicin a Martn Lutero que, bajo el decanato de Karlstadt, se gradu en 1512 Dr. theol. y pronto llam la atencin por sus lecciones sobre los salmos y la carta a los Romanos. Karlstadt march en 1515 a Italia y, tras corta estancia en Roma, adquiri en Siena, en marzo de 1516, el doctorado en derecho. Con ello se creaba el supuesto para la obtencin de la prebosta de Wittenberg. Para discutir crticamente la interpretacin agustiniana de Lutero se ocup intensivamente, desde comienzos de 1517, en este padre de la Iglesia. Bajo el conjuro de sus escritos, sealadamente de los antipelagianos, fue tambin ganado para Lutero. As lo demuestran las 151 tesis de Karlstadt sobre la teologa de Agustn, de 26-4-1517, que fueron celebradas por Lutero como documentos de la nueva teologa (WA Br 1, 94), y su comentario del De spirtu et Uttera de Agustn. En el prlogo de Juan de Staupitz de 18 de noviembre de 1517 cuenta Karlstadt que quiso forjar armas contra Lutero de los escritos de Agustn, pero que se convirti a la nueva teologa. La verdad patente me llen, a par, de rubor y reverencia, pues reconoca que, en mil opiniones escolsticas, yo haba sido el engaado: un asno junto a la muela, un ciego junto a la piedra, y que hasta entonces haba desvariado sin seso2. La cuestin capital en el comentario de Karlstadt es la de la justicia y cumplimiento de la ley. El hombre no puede, por s mismo, cumplir la ley. La justicia basada en la ley, es decir, la pretensin del hombre do cumplir por sus propias fuerzas la ley, es verdadera impiedad, pues el hombre se atribuye a s mismo lo que
2 E KAHLER, Karlstadt und Augustin, Halle 1952, 5.
Si hombres como Melanchthon estuvieron hasta tal punto a la sombra de Lutero que slo a duras penas podemos medir su aportacin propia y su importancia para el desenvolvimiento y configuracin de la reforma; otros, como Karlstadt y Mntzer, se pusieron tan tempranamente en pugna con Lutero y fueron por l de tal forma aislados y excluidos como sectarios, que no pudieron desenvolverse ni aportar su contribucin plena y original al movimiento reformista. A ninguno fue concedida una eficacia larga y constante, ninguno tuvo posibilidad de configurar nada permanente. Adase que, ya en vida, su imagen recibi el cuo de la polmica de sus adversarios, particularmente de Lutero. De ste procede tambin la palabra Schwrrner aplicada a Karlstadt y Mntzer, lo mismo que a todas las tendencias que no fueran de su opinin, por ejemplo, a Zuinglio y a los suizos (aqu traducimos la palabra por iluminados, y lo mismo puede traducirse por exaltados, soadores o romnticos). Slo muy posteriormente, y hasta hoy da de manera insuficiente, se ha puesto empeo en comprender a hombres como Mntzer y Karlstadt partiendo de su propio mundo de ideas. As no han tenido nuevas ediciones los numerosos escritos del ltimo que, por haber sido en muchos casos suprimidos, slo han llegado a nosotros en pocas impresiones primeras y defectuosas por aadidura1.
1. El ndice de escritos impresos de E. FREYS y H. BAEGE (ZhlB 21,1904) aduce 68 escritos en 156 impresiones. De ellos ha editado ocho E. HERTZSCH, Karlstadts Schriften ous den lahren 1523-25, Halle 1956-57.
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pertenece a Dios3. La funcin de la ley es descubrir la incapacidad del hombre y atestiguar que nadie se hace justo por la ley o por su libre albedro, sino slo por la ayuda del Espritu y por don de Dios (p. 70). La ley, por ende, seala nuestra debilidad y apunta a aqul de quien debemos alcanzar, por la fe, poder hacer lo que la ley manda: a Cristo (p. 71). Karlstadt ve, ms que Lutero, la justificacin como santificacin. La gracia significa un cambio que afecta al hombre entero y lo capacita para obrar el bien, pero le obliga tambin, por el mismo caso, a una rigurosa conducta moral. Si para Lutero sigue en pie la tensin entre ley y evangelio y en l mantiene la ley la funcin de desenmascarar y acusar al pecado, Karlstadt no se da por satisfecho con el contraste, por l profundamente sentido, entre espritu y mundo, sino que ensea, siguiendo a Agustn, que la gracia nos pone en estado de amar y cumplir la ley *. La gracia hace del oyente un cumplidor de la ley. En la gracia, que se identifica con la caridad, se nos comunica Cristo y obra en nosotros, por el Espritu Santo, la buena obra. Cristo mismo nos hace obrar, l mismo hace su obra en nuestra buena obra (p. 18). La justicia que nos es dada, es slo prenda, y nosotros debemos seguir esforzndonos por ella5. En esta vida no alcanza forma plena; de ah que no hay nadie sin pecado8. Como la ley y la gracia, escritura y espritu se ordenan la una al otro. Si la ley sin la gracia est muerta y hasta mata, tambin la letra sin el espritu, que vivifica (p. 34). Cristo tiene que iluminar el hombre inferior para la recta inteligencia de la palabra exterior. As dirigimos nuestros odos al predicador, nuestros ojos a la letra, pero nuestro corazn slo al Dios creador del cielo y de la tierra, que, desde dentro, como verdadera palabra, insufla de antemano vida en todas las obras y toca el corazn (p. 27). Es errneo ver ya en estas ideas agustinianas una desestima de la palabra exterior predicada T. El nominalista Lutero corra ms riesgo que Karlstadt
3. 4. 5.
E.
Illa mstitia est proprie imputas, qua sibi tribut homo, quod dei est (ibid. 70). Tesis 85 de 26 de abril 1517: Gratia facit nos legis iectores et factores. <Nam facer iusticiam est mcipere facer, est tendere ad iusticiam et operari,
p. 30.
de desvalorar lo externo o postergarlo como cosa sin importancia. La diferencia, de hondas races, entre los dos hombres no se hizo de pronto patente. Las tesis de Karlstadt de mayo de 1518, que polemizan con los Obelisci de Eck, defienden el principio de la Escritura y la falibilidad de los concilios universales. Ellas y la disputa de Leipzig hicieron aparecer ante el pblico a los dos profesores de Wittenberg como campeones de una misma causa. A Karlstadt le interesaba sobre todo la relacin entre la gracia divina y la voluntad humana. Cuan poco desestimara la palabra exterior de la sagrada Escritura, mustralo bien su escrito: De catnomcis scripturss de agosto 1520. En l rechazaba la desestima de la carta de Santiago, y recalcaba que la simpata o antipata no son criterio para la estimacin de las sagradas Escrituras. As censuraba a Lutero sin nombrarlo expresamente. La autoridad de las escrituras cannicas es para Karlstadt absoluta, y est por encima de toda autoridad humana, aun del papa y los obispos. Cuando Juan Eck incluy el nombre de Karlstadt en la bula Exsurge Domine con la amenaza de excomunin, ste reaccion apelando9 al concilio general. Su rotura con la Iglesia apareci plenamente clara por su escrito: Sobre la santidad papal10. Como predico a los laicos la libertad de Cristo, vuestra excomunin y vuestra maldicin ha de ser para m un fresco roco... Todos los cristianos son sacerdotes, pues todos estn edificados sobre la piedra que los hace sacerdotes. Cristo es la misma piedra escogida... De ah se sigue que la fe en Cristo hace a todos los creyentes sacerdotes o curas, y que los curas, al ser consagrados, no reciben nada nuevo, sino que slo son escogidos para el oficio y ministerio ". De mayo a junio de 1521, estuvo Karlstadt en Dinamarca como consejero del rey Christian II en la obra reformista de ste o, por mejor decir, en su legislacin contra el clero. Sin embargo, despus del edicto de Worms, no era ya persona grata en la corte del dans, cuado que era de Carlos v. Cuando, a mediados de junio, lleg de nuevo a Wittenberg, Lutero segua an en Wartburgo. As fue
thers Ausemamdersetzung mu den Schivarmern- EvTh 5 (1938) 96-109 ve aquf ya la separacin de letra y espritu como principio de interpretacin de la Escritura (103). Karlstadt no confa nada a la palabra de Dios (105).
8. FEEYS-BARGE n. 34 y 35.
KAHLEE, l.c,
6. Nullum hominem hic viventem inveniri sine peccato, hoc est, perfectam et ex omni parte absolutam iusticiam facer... non erit hic vita sine peccato, non erit hic ex omni parte absoluta iusticiam (ibid. 21). 7. As interpreta E. KAHLEE, l.c, p. 41. E. WOLF, Gesetss und Evangetmm m Lu-
9. 19-10-1522; FEEYS-BAEGE n. 45. 10. 17-10-1520; FEEYSBAEGE a. 44. 11. H. BARGE, Andreas Bodenstein van Karlstadt
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lo ms natural que Karlstadt ocupara el primer plano. En el tratado sobre la cena: Von den Emphahem, Zeicken und Zusag des hl. Sakramentes, Fleisch und Blut Christi1"2, es ms moderado que Lutero. Todava no exige el cliz de los laicos y mantiene como cosa totalmente evidente la presencia real. En cambio, Karlstadt so adelant a Lutero en la impugnacin de los votos monsticos y el celibato1S. En la pugna por la liturgia conforme a la Escritura en Wittenberg, mantuvo Karlstadt, en oposicin a Lutero, por permitida, en caso de necesidad, la misa privada. En todo caso, era de preferir a una misa publica sin la comunin bajo las dos especies. Pues ahora era axiomtico para Karlstadt: El que slo come el pan, peca1*. Con ello quiere decir que no poda admitir, como Lutero, la comunin bajo una sola especie. Lutero, en cambio, vea lo malo de la misa sobre todo en su celebracin privada (WA Br 2, 395), por lo que, a 1. de agosto de 1521, le escriba a Melanchthon: En toda la eternidad no celebrar ms una misa privada (WA Br 2, 372). La iniciativa para introducir la liturgia reformada no la tom Karlstadt, sino Gabriel Zwilling y los agustinos. Ya por mero miramiento a Federico el Sabio era Karlstadt ms reservado. Cierto que, a diferencia de Lutero, apremiaba a que se sacaran las consecuencias prcticas de las doctrinas reformistas, y se aboliera todo aquello que, a su juicio, repugnaba al evangelio. Como realista, en contraste con el nominalista Lutero, no poda sufrir que tesis dialcticas estuvieran, sin conciliacin, unas junto a otras. Le urgan las soluciones, las sntesis y consecuencias. En ello se funda su racionalismo, no menos que su pensamiento mstico. Sin embargo, Karlstadt pensaba realizar el cristianismo comunitario que le rondaba la cabeza sin tumulto y con cooperacin del consejo de la ciudad. En una disputa habida el 17 de octubre de 1521, en cuyas tesis rechazaba Karlstadt la transustanciacin, pero exiga la adoracin del pan sacramental y toleraba la misa privada, bajo las dos especies, haba pedido Melanchthon impetuosamente: Hay que comenzar por fin; si no, no se hace nada. A lo que
12. 24-6-1521; FREYS-BARGE n. 54-58. 13. Von Geluben Unternchtung, 1521; FREYS-BARGE n. 50-53; Super Coelibatu, Monachatu et Viduttate Axiomata, 1521; FREY-BARGE n. 59-62. 14. Tesis 10 de 19-7-1521; cf. E. HERTZSCH, Karlstadt Schriften 13; H. BARGE, I 290.
Karlstadt replic: Cierto, pero sin tumulto y sin que se d a los contrarios ocasin para calumniar ". Hacia fines de ao, se dej arrastrar ms y ms por la presin de sectores radicales de la poblacin a cambiar la liturgia. As, despreciando las rdenes del prncipe elector, celebr en la navidad de 1521 la primera misa alemana, es decir, con las palabras de la institucin en alemn y la comunin bajo las dos especies. Abandon los ornamentos litrgicos y puso en la mano a los laicos el pan y el vino eucarstico para demostrar as no ser menester estado clerical alguno y que los laicos son sujeto del culto divino. El 19 de enero de 1522, con asistencia de una serie de profesores y consejeros de Wittenberg, celebr su boda. Karlstadt tuvo influencia en la Ordenacin de la ciudad de Wittenberg de 24 de enero de 1522, y pidi enrgicamente fueran retiradas las imgenes por el consejo de la ciudad. As pensaba prevenir una iconoclasia. De hecho con su escrito sobre la supresin de las imgenes y sus sermones sobre el tema foment el radicalismo de Wittenberg. Cuando Einsiedel, consejero del prncipe elector, lo invit a la moderacin, Karlstadt se defendi expresamente contra la imputacin de fomentar la revuelta. Puedo gloriarme de aborrecer y huir de toda revuelta. Quiera Dios que, con el tiempo, no susciten mis delatores una revuelta, que no tendr nada de bueno. Yo prohibo el tumulto 1S. l, que pensaba haber obrado en inteligencia con Lutero, hubo de aguantar la dura crtica de ste, que lo tachaba de soador y tumultuario. Se le prohibi el pulpito (WA Br 2, 478) y todo trato con la comunidad. Un escrito, en que defenda sus reformas anuladas por Lutero, fue censurado por la universidad. Esto y las medidas restaurativas de Lutero, el nuevo papista, llevaron a un profundo enajenamiento y favorecieron una evolucin propia de Karlstadt, que diverga cada vez ms fuertemente del camino de Lutero. Sus malas experiencias con sus colegas de la universidad fortalecieron sus tendencias anticulturales que aparecieron en l claramente desde comienzos del ao 1523. Flagel la nueva erudicin bblica y su actitud pedantesca. Se dirige cada vez ms a los laicos. Quiere tomar en serio, hasta sus ltimas consecuencias, la doctrina
15. H. BARGE I 323.
16. Carta de 4-2-1522 a Hugo von Einsiedel; cf. N. MLLER, Die Wittenbergtr wegung 1521 y 1522, Leipzig s 1911, 181.
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de Lutero acerca del sacerdocio universal. Recalca el deber de los laicos de leer la Biblia y su derecho a interpretarla. En el escrito: Pregunta sobre si puede uno salvarse sin la intercesin de Mara17, defender la opinin de que muchos artesanos estn mejor instruidos en la doctrina de Dios que los curas. l, noble prelado y hasta entonces profesor orgulloso, quiere vivir en adelante como un nuevo laico, sin ttulo acadmico ni traje eclesistico, como los campesinos. Hasta localmente se distanci por entonces de Wittenberg, al administrar por s mismo, desde mediados de 1523, la parroquia de Orlamnde, cuyas rentas perciba como arcediano de Todos los santos. Aqu introdujo los cambios litrgicos que le haban sido anulados en Wittenberg, enriqueci el canto eclesistico con la traduccin de algunos salmos al alemn y predicaba todos los das con gran concurso de pueblo. En contraste con Lutero, que no daba importancia a la forma externa y la tena por un adiaphoron, Karlstadt se vio obligado a urgir el cambio de prcticas, expresiones, ceremonias e imgenes tenidas por falsas, porque extraviaban al pueblo. No por m, sino por los enfermos y flacos, a quienes se lleva con tales palabras al resbaladero, y se les impide progresar y llegar a Dios18. Aguardar aqu, como pretende Lutero, valdra tanto como dejar jugar a un nio con un cuchillo afilado, hasta que sea bastante prudente para dejarlo por s mismo. A los dbiles precisamente hemos de quitarles esas cosas daosas, arrancrselas de las manos y no atender si por ello lloran, gritan o echan maldiciones w . En los numerosos tratados de Karlstadt que proceden de este tiempo, el ataque contra el bautismo de los nios y contra la presencia corporal de Cristo en el santsimo sacramento est an slo en segundo trmino. Ms urgente es para l ensear a su comunidad, en razonamientos de mstica, la unin con la voluntad de Dios, la suprema virtud de la serenidad y el recogimiento y santificacin interior. Estas son las condiciones para lograr la plenitud de Dios, que ha de concederse al individuo por la iluminacin divina en unin
17. 27-7-1523; FREYS-BARGE n. 106-109. 18. Dialogue oder em gesprech-buchlein (1524); HERTZSCH l.c, p. 11. 19. Ob man gemach jaren und des ergernssen der schwachen verschonen sol 1524; HERTZSCH I 88. (Si hay que proceder despacio y tener en cuenta el escndalo de los flacos.)
con la palabra de la Escritura. Es, en efecto, enteramente imposible que nadie se haga amigo o hijo de Dios, sin la interna y secreta revelacin de Dios. Tampoco puede suceder que nadie reciba-la palabra de Dios y la tenga por palabra del Esposo, si Dios antes o a par de la audicin externa no se le revela con su claro rayo de luz para que pueda or quin es Dios y qu quiere20. Karlstadt vino a ser centro de un movimiento religioso que no se limit a Orlamnde. Ello quitaba el sueo a los de Wittenberg. La universidad le exigi en marzo de 1524 el cumplimiento de sus deberes como arcediano y profesor, y, por ende, la vuelta a Wittenberg. Lutero apremiaba la prohibicin de sus escritos, si no se someta a la censura de la universidad. Cuando peticiones e instancias de Karlstadt y de la comunidad de Orlamnde, que haca gala de su derecho a elegir al prroco, fueron contestadas negativamente, renunci al puesto de prroco y depuso el arcedianato, pues no poda conciliar con su conciencia seguir tomando parte en la liturgia de la misa21. Karlstadt se compr un campo en Orlamnde para alimentarse en adelante con el arado (WA 15, 340). A pesar de este aislamiento que le impusieron los de Wittenberg, no se dej persuadir por Mntzer a entrar en la liga para aniquilar a los impos. Si ya en 1522 haba exhortado a Mntzer a la moderacin22, ahora se desligaba de l expresamente. Tales ligas repugnaban a la voluntad de Dios, en la que nicamente se debe poner la confianza28. Cosa por el estilo se dice en la carta de los de Orlamnde a los de Allstedt2*. Sin embargo, este decidido alejamiento de Mntzer y la repulsa a sus proyectos de instaurar, de ser necesario por la fuerza el orden del evangelio, no libr a Karlstadt que se le censurara de levantisco o rebelde. Lutero neg a los de Orlamnde el derecho a la libre eleccin de prroco que l mismo haba proclamado 2 \ Se ve actuar el iluminismo de los de Allstedt. As que la Carta a los prncipes
20. Wie sich der glaub und unglaub gegen dem Licht und fmsternis... haiten, 1542, t. 4. (Cmo se han la fe y la incredulidad con la luz y las tinieblas.) 21. ARG 11 (1914) 70s. 22. Thomas Mnteers Briefwechsel, ed. por H. BHMEE - P. KIRN, Leipzig 1931 n. 37, 39. 23. Ibid. n. 56,69. 24. Ibid. n. 66,68. 25. Dass eine christliche Versammlung oder Gemeine Recht und Macht habe, all Lehre su erteilen und Lehrer su berufen, ein- und bsusetsen, 1523 (WA 11 408-416)' (Que una asamblea o comunidad cristiana tiene poder y derecho de impartir toda doctrina y de llamar, imponer y deponer maestros). fol.,
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La lucha por ia u i ^ n ^ v u v i u . ._
de Sajorna (Julio 1524; WA 15, 210-221), en que Lutero pide a stos que intervengan a fin de prevenir los desrdenes, est dirigida expresamente contra Mntzer, pero entre lneas tambin contra Karlstadt. El 22 de agosto de 1524 predic Lutero en Jena contra el iluminismo Karlstadtiano. Karlstadt estaba presente y, por la tarde, en una conversacin con Lutero, protest resueltamente de que se lo identificara con el espritu de Allstedt. Me hacis violencia y agravio al meterme falsamente con el espritu asesino. Que nada tengo que ver con el espritu de revuelta, lo confieso solemnemente ante todos estos hermanos (WA 15, 236). No logr vencer la desconfianza de Lutero. Mucho menos propia para lograrlo fue la acalorada disputa que los de Orlamnde tuvieron dos das despus con el reformador. ste persuadi a los prncipes de la peligrosidad del espritu de cuadrilla (WA 18, 86; 99). La consecuencia fue que, el 18 de septiembre de 1524, Karlstadt sala con su familia desterrado del principado electoral de Sajorna. El desterrado se dirigi al sur de Alemania. Varias veces hubo de cambiar de residencia. Entre otras ciudades, estuvo en Estrasburgo y Basilea y, finalmente, en diciembre de 1527, en Rothenburg o.T. En estas semanas inquietas public, no obstante las grandes privaciones, ocho escritos, entre ellos cinco tratados sobre la cena. En parte fueron sin duda ya compuestos o por lo menos comenzados en Orlamnde; pero Karlstadt no los public hasta despus de su expulsin de Sajonia. No pudieron, pues, dar pretexto a ella. A pesar de los muchos escritos sobre este tema, no nos ha dejado Karlstadt una exposicin coherente de su doctrina sobre la cena. Ello se debe sin duda a su carcter inquieto y a las circunstancias adversas en que se impusieron estos tratados. En ellos niega clara y rotundamente la presencia real. Pero el punto de partida para ello no es su modo de entender el relato de la institucin. Su notable interpretacin de las palabras: Este es mi cuerpo es secundario y no desempea en sus escritos el papel que pudiera pensarse dada la bibliografa a que ha dado lugar. Si para Lutero el sacrificio de la misa es un atentado a la cruz de Cristo, para Karlstadt lo es ya la presencia corporal en el sacramento. La promesa del Seor de damos su cuerpo es una alusin a su pasin y a su muerte en la cruz. Aqu, y no en el sacramento, se opera el perdn de los pecados. Mas si se entendiera de Cristo con su cuerpo glorificado, se 194
perdera la clara referencia al sacrificio de la muerte. Para Karlstadt slo hay dos modos de presencia de Cristo: la histrica y cruenta sobre la cruz y la gloriosa del cielo. Cristo permanece glorioso en el cielo, hasta que venga al fin de los das. Karlstadt no admite una bajada callada al pan. Slo hay dos advenimientos: uno en la forma de la cruz y de la pasin en la tierra; otro en forma gloriosa. No podis imaginar otro, pero tampoco podis atribuir ninguno de los dos a la hostia 26. Como Karlstadt no conoce un modo sacramental de existir y slo espacialmente puede imaginarse la presencia del cuerpo de Cristo, tiene que negar la presencia real, si no quiere admitir que Cristo deja el cielo o est presente en todas partes en el sentido de la doctrina de la ubicuidad de Lutero. Ahora bien, haba que poner de acuerdo con lo que dice la Escritura esta conviccin suya, que era una especie de apriori teolgico. Esto lo llev a la rebuscada interpretacin, ridiculizada de lo lindo por Lutero, de que, con el touo (esto) del relato de la institucin, Cristo se refiri a su propio cuerpo, por el que estaba sentado con sus discpulos. Yo he estimado siempre que Cristo aludi a su propio cuerpo, y as dijo: Esto es mi cuerpo que es entregado por vosotros. Y es as que Cristo no lo entenda del pan, y por esto no dijo: El pan es mi cuerpo, que es entregado por vosotros. Y los que dicen que el pan es el cuerpo, hablan de su propio... Escuchad: Jess tom el pan y dio gracias a Dios, y lo rompi y lo dio a sus discpulos y dijo que lo comieron en su memoria, y puso en su palabra la causa y manera de su recuerdo. Es decir, que sus discpulos recordaran que l haba entregado su cuerpo por ellos 2 '. El cuerpo de Cristo no est en el pan, ni su sangre en el cliz. Pero hemos de comer el pan del Seor en recuerdo o reconocimiento de su cuerpo, que l puso por nosotros en manos de los inicuos, y beber del cliz en reconocimiento de la sangre que Cristo derram por nosotros; es decir, hemos de comer y beber en reconocimiento de la muerte de Cristo28. Los escritos de Karlstadt hallaron gran repercusin y amplio reconocimiento. Con ansiedad se comprobaba en Wittenberg que el soador no quedaba liquidado con su expulsin de Sajonia, sino
26 E HERTZSCH, l.c, p. i i , 42.
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que, antes bien, ahora sobre todo era conocido y estimado en el suroeste de Alemania y en Suiza. No creeris, escriba ya Lutero a 11 de octubre de 1524 a Wolfgang Stein, cmo el hombre Karlstadt ladra y busca nido en Suiza, Prusia, Bohemia y por todas partes... (WA Br 3, 456). En la carta a los cristianos de Estrasburgo contra el espritu de los iluminados de diciembre de 1524 (WA 15, 391-397), tom Lutero posicin contra Karlstadt. All confiesa las luchas que le cost la fe en la presencia real. Escribe: Confieso que si, hace cinco aos, el Dr. Karlstadt u otro me hubiera dicho que en el sacramento no hay ms que pan y vino, me hubiera prestado un gran servicio. He sufrido efectivamente tales ataques en esta cuestin, he luchado conmigo mismo y devanndome tanto los sesos, que de buena gana me hubiera librado de todo, pues vea que as hubiera podido dar el mayor porrazo al papado... Pero estoy prisionero, no me puedo librar, el texto es demasiado fuerte y no se deja arrancar de la cabeza con palabras (WA 15, 394, 12-20). Una refutacin extensa la escribi en: Contra los profetas celestes, sobre las imgenes y el sacramento (WA 18, 62-414). La primera parte se acab de imprimir en diciembre de 1524. Ataca la nueva legalidad de Karlstadt, su iconoclasia, su conducta con la autoridad y su desprecio de la palabra exterior. Lutero flagela el espritu que no sabe hacer otra cosa que leyes y ms leyes, necesidad, conciencia y pecado (WA 18, 123). Karlstadt se hace a s mismo un nuevo Moiss y un nuevo Cristo (WA 18, 117), como el papa, con la diferencia de que el papa lo hace mandando, y el Dr. Karlstadt prohibiendo; aqul obliga y apremia a hacer lo que no est mandado ni impuesto por Dios; ste prohibe e impide permitir lo que no est prohibido ni vedado por Dios (WA 18,111). Lutero arremete tambin contra la desestima de la palabra exterior frente al espritu, que se percibe en la experiencia interna, y para el que la sagrada Escritura slo significa confirmacin. Y es as que en el Dialogus haba Karlstadt hecho decir al laico: Para mi persona no necesito de testimonio exterior. Quiero tener mi testimonio del espritu en mi intimidad29. En la segunda parte que apareci a fines de enero de 1525, discute Lutero copiosamente
29. HEKTZSCB I I , 18.
la doctrina de la cena. Antes insiste en que, por ordenacin de Dios, las cosas extemas, la palabra oral del evangelio y los signos corpreos, como son el bautismo y el sacramento anteooden a la comunicacin del espritu interior. Dios no quiere dar a nadie el espritu ni la fe, sin la palabra y signo externo (WA 18, 136). Karlstadt, espritu de cuadrilla, se burla y mofa de ello y quiere entrar ante todo en el espritu (136). Lutero quiere tomar sencillamente las palabras como suenan... y dejar que el pan sea cuerpo de Cristo (147). Con todas las vueltas que le da al relato de la institucin, sobre todo el touto, Karlstadt no sabe alegar en su favor una sola sentencia de la Escritura (164), y concede tanto ms lugar a la razn, la archiprostituta y mujer del diablo (164). Cuando alega la sagrada Escritura no quiere honrar la palabra de Dios con la fe o aceptarla segn la sencillez de la lengua, sino medirla y dominarla con la razn sofstica y agudas sutilezas (186s). Traslada el centro de gravedad de la palabra y sacramento al sujeto, al recuerdo y predicacin (o anuncio) de la muerte de Cristo en la cruz. De esto hace un mandamiento de lo que Cristo promete, y erige en lugar de la fe una obra (196). Pero lo peor y ms loco es que a ese recuerdo atribuye poder de justificar como a la fe (197), siendo as que quienes predican y anuncian han de estar antes justificados (198). El lenguaje de Lutero es extraordinariamente spero. Karlstadt es constantemente calificado de espritu de cuadrilla, que alborota a la plebe necia (152), como espritu de torpeza y mentira (193) y hasta como profeta del diablo (142). Al estallar, en marzo de 1525, la guerra de los campesinos, Karlstadt viva en Rothenburgo. Tampoco se dej arrastrar a las luchas polticosociales. Ello no fue parte para que no se le colgaran los sambenitos de exaltado iconoclasta, sedicioso, asesino de almas y espritu de pecado. Esta extraordinaria viveza de la polmica de Lutero extra mucho a los contemporneos, aun al mismo Melanchthon, pero sobre todo a quienes hasta entonces haban tenido a Karlstadt por un correligionario de los de Wittenberg. En Estrasburgo y Suiza se tom partido en favor de Karlstadt. l mismo se defendi en tres escritos. En ellos trata de razonar su concepcin de la eucarista. Por lo dems, recalca un cristianismo prctico, que, en las buenas obras, ha de dar los frutos de la libertad y la justicia. 197
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Situado en la guerra de los campesinos entre los dos bandos los seores eclesisticos me queran cazar como a una pieza y los campesinos... se me hubieran comido 30 , el 30 31 de mayo tuvo Karlstadt que abandonar Rothenburgo marchando a Karlstadt con su madre; pero no hall all tranquilidad, e, ntimamente deshecho, rog finalmente a Lutero, el 12 de junio de 1525, desde Francfort, le obtuviera del prncipe elector autorizacin para volver a Sajonia. En lo futuro, deca, no escribira, predicara o enseara una palabra (WA Br 3, 529). En la Disculpa del falso nombre de sedicioso, protesta una vez ms contra el reproche de ser un sedicioso. En suma, me siento inocente de la rebelin mntzeriana y no he tomado parte en ella81. Y en la declaracin de como Karlstadt estima y quiere sea estimada su doctrina sobre el venerable..., asevera que, en sus escritos sobre la cena, ms bien ha querido preguntar que afirmar, y est dispuesto a seguir aprendiendo. Lutero se dio por satisfecho con esta especie de retractacin y, contento de comprar su silencio con esta gracia y favor, para que, por venganza o desesperacin final, no hiciera ms dao en otras partes (WA Br 3, 572), recomend al prncipe elector permitiera a Karlstadt vivir en Kemberg o en alguna aldea cercana. As, bajo vigilancia, llev Karlstadt una existencia msera como campesino y tendero, primero en Segrehna, luego en Bergwitz y finalmente en Kemberg, hasta que, a principios de 1529, se sustrajo a la creciente obsesin de espritu cayendo en nueva miseria. Pasando por Holstein, Ostfriesland, Estrasburgo y Basilea lleg en mayo de 1530 al lado de Zuinglio en Zurich. Aqu se gan el pan como corrector en una imprenta y luego como dicono en el hospital. A fines de 1531 recibi el cargo de prroco en Altsttten en el valle del Rin, pero hubo de abandonarlo a la muerte de Zuinglio. Nuevamente busc refugio en Zurich hasta que, en junio de 1534, hall finalmente campo definitivo de actividad como predicante y profesor en Basilea. A 14 de abril de 1534, Bullinger, predicante de la Grossmnster en Zurich, le escriba a su amigo Myconius de Basilea: No tengas miedo de que el hombre sea como Lutero lo ha pintado. Es muy conciliable, modesto, humilde y por todos conceptos inta30. 31 HERTZSCH I I , 117. WA 18 440 HERTZSCH I I , 112;
chable 32. En contraste con su pasada hostilidad contra la ciencia y los ttulos, Karlstadt cultiv de nuevo en Basilea las tradicionales disputas y promociones. Contento de haber hallado despus de tanta persecucin y privaciones un asilo, parece haber renunciado tam- " * bien, en servicio de la iglesia reformada suiza, a hacer valer sus antiguas convicciones personalesss. El 24 de diciembre de 1541 mora de peste en Basilea. Karlstadt fue uno de los primeros que hubo de experimentar la dureza con que Lutero y los reformadores, que apelaban a su conciencia e inteligencia de la sagrada Escritura, haban de proceder contra quienes pretendieran para s ese mismo derecho. Lutero haba dicho, refirindose precisamente a Karlstadt y Mntzer, que se les deba dejar tranquilamente predicar, pues seran sectas y la palabra de Dios saldra victoriosa. Que los espritus revienten y choquen entre s... Porque nosotros, que tenemos el espritu de Dios, no hemos de combatir a puetazos... Predicar y sufrir es nuestro oficio, no asestar puetazos para defendernos (WA 15, 219). Pero lo poco dispuesto que estaba a tomar en serio sus propios dichos, mustralo bien su conducta con Karlstadt. Cierto que, en la forma, era Lutero consecuente, en cuanto que no peda la intervencin de los prncipes por razn de la predicacin de Karlstadt, sino por la sedicin. Pero qu significa eso, cuando al que entiende de otro modo el evangelio, se lo marca a fuego como exaltado y sedicioso y se lo pone as en manos del poder secular para ser castigado? Toms Mntzer Ms aguda an y ms fundamental fue la oposicin de Lutero a Mntzer. ste era oriundo de Stolberg, en la regin del Harz. Nada ms preciso se sabe de su juventud. Si partimos con H. Boehmer de que los jvenes de posicin menos acomodada no se matriculaban hasta haber alcanzado la edad de 17 aos exigida para el bachillerato, hay que fijar para su nacimiento los aos de 14881489, pues el 16 de octubre de 1506 se matricul en Leipzig un Toms Mntzer de Quedlinburg. Aqu resida su familia. Ya en
32. 33 H E R T Z I XVI. BARGE, RE x, 80.
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1512 lo hallamos como estudiante en Francfort del Oder. Sus estudios se prolongaron de modo inslito, sin que sepamos los motivos. Lo cierto es que Mntzer posea una formacin muy por encima de la corriente. Haba ledo los padres de la Iglesia, los msticos, Joaqun de Fiore, y, sobre todo, la sagrada Escritura, para lo que aprendi griego y hebreo. En las cartas se lo saluda como Magister wtium y Baccalaureus en teologa. Fue sacerdote de la dicesis de Halberstadt84 y de 1513 colaborador (o coadjutor) en Aschersleben y Halle; pues como tal tom parte en una conjura contra Ernesto (1476-1513), arzobispo de Magdeburgo-Halberstadt, hermano de Federico el Sabio. Luego (1516) lo hallamos de preboste (o prepsito) en el convento de monjas de Forse. En 1519 estuvo en Leipzig y, con ocasin de la famosa disputa, hubo de encontrarse con Lutero. Desde fines de este ao fue confesor en el convento de monjas de Beuditz, al este de Namburgo. Aqu tena un salario mezquino, pero mucho tiempo para el estudio. As frecuent a Agustn, Taulero, Susn, Eusebio, etc., y se procur actas de los concilios de Constanza y Basilea. Por recomendacin de Lutero, en mayo de 1520, fue hecho Mntzer vicario del prroco Juan Silvio Egranus en santa Mara de Zwickau, y, tras el retiro de ste; se hizo cargo de la iglesia ms pequea de santa Catalina con una comunidad de artesanos y mineros. Como predicador ferviente y apasionado cay en conflicto con los franciscanos. Henchanlo por entonces orgullo proftico y mstica de la cruz35. En otoo sinti el influjo de Nicols Storch y de los profetas de Zwickau. En el trato de estos crculos espiritualistas y taboritas, su lenguaje se hizo an ms radical. No se arredraba ni ante los ataques personales, que diriga sobre todo el erasmiano Egranus, prroco de la iglesia principal8a. Mntzer no quiso obedecer a una citacin del oficial del obispo de Zeitz. Por fin intervinieron el jefe de polica del prncipe elector
34. El 6-5-1514 el consejo de Altstadt Brunswick presenta Thomas Munther Halber (stadmsis) dyacesis presbiterum para una prebenda de altar en la iglesia de san Miguel. Cf. Thomas Muntuers Briefwechsel, Anhang, n. 1,129. 35. El 13 de julio de 1520 escribe a Lutero: ...omma propter Christum meum- sunt mihi gratissima, graviora certamina mihi restant... Crux mea nondum integra... Opus meum non ago, sed Domini... (WA Br 2,140s). 36. Agrcola escribe entonces (antes de abril 1521) a Mntzer: ...Signiftcarun-t nobis certe ti, qui tibi optime vot-unt, te abuti officio verbi... Te nihU spvrare nisi caedes et sanguinem...-, Thomas Mntsers Briefwechsel, n." 21,21.
y el consejo y lo depusieron el 16 de abril de 1521. Mntzer huy aquella misma noche. Su vida fue en adelante inquieta y lo llev varias veces a Bohemia. Predic en Praga y en una proclama, el manifiesto de Praga de 1. de noviembre de 1521, trat de ganarse secuaces. En este escrito podemos asir concretamente, por vez primera, las ideas de Mntzer. El manifiesto est en cuatro versiones: dos alemanas, una checa y otra latina. Las redacciones en lengua vulgar estn ms recortadas por las necesidades y deseos del pueblo bajo 8r. Mntzer recalca la necesidad del Espritu Santo con sus siete dones, sealadamente del don de temor de Dios, para el ejercicio de la fe. Sin el Espritu no podemos or ni conocer a Dios. l ajusta las partes al todo. Los predicadores que slo ofrecen la fra y desnuda Escritura, son ladrones y salteadores. Roban la palabra de Dios de boca del prjimo (140; 155). Los curas slo dan al pueblo las palabras muertas de la Escritura (147) y las ovejas no saben que deben or la palabra viva de Dios, es decir, todos deben tener revelaciones (147). Y es as que los corazones de los hombres son el papel o pergamino en que, con su dedo y no con tinta, inscribe Dios su irrevocable libertad y sabidura eterna. Esta escritura la puede leer todo hombre, con tal de que tenga una razn abierta (140). El verdadero predicador debe tener, segn 1 Cor 14, revelacin; de lo contrario, no puede predicar la palabra (141). Dios no ha cesado de hablar. El hombre debe escuchar la palabra como si ahora mismo saliera de la boca de Dios, y no como narracin histrica. Si la Iglesia se ha convertido en una ramera por obra de sabios y curas, ahora que Dios separa el trigo de la cizaa y manda a Mntzer para la cosecha, ha de comenzar la nueva Iglesia apostlica, primero en Bohemia y luego por doquier (150). Una Iglesia, no de curas y monos (Pfaffen und Affen), sino de amigos escogidos de Dios, que aprenden a profetizar y as experimentan de veras cuan amigablemente y hasta cuan cordialmente gusta Dios de hablar con todos sus escogidos (142). El realce dado a los dones del Espritu Santo, del Espritu vivo, la tensin entre la letra muerta y la palabra viva y actual de Dios, el llamamiento a realizar su voluntad exigente y la doctrina de la Iglesia de los
37. Thomas Mntzers Briefwechsel, Anhang, n. 6 A-D, 139-159.
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escogidos, que estn separados de los impos y finalmente la personal conciencia de Mntzer de ser el instrumento del juicio de Dios, caracterizan este manifiesto de Praga. Mntzer no logr en Bohemia la esperada resonancia. El tiempo siguiente, de necesidad, hasta principios de 1523 es oscuro. Mntzer residi en su patria de Alemania central, y, como podemos deducirlo de una observacin de Lutero (WA 38, 213) y de una carta del mismo Mntzer, fechada en 9 de marzo de 1523, parece haber estado al servicio de un convento de monjas de Halle S8. En su sufrimiento y amarga pobreza vio un signo de su eleccin. As, a 19 de marzo de 1523, escriba a sus secuaces: En semejante prueba se limpia el abismo del alma... Nadie puede hallar la misericordia de Dios, si no est abandonado como claramente lo dice Isaas 28, 19 y 54, 7... (Jn 16, 7: el Espritu) no puede darse a nadie ms que al desconsolado. Por eso, sea mi dolor una imagen del vuestro. Que la cizaa se hinche cuanto quiera; bajo el trillo tendr que estar como el trigo puro. As que el Dios vivo est afilando en m su guadaa, a fin de poder luego cortar las rojas amapolas y las azules florecillas39. La mstica enajenacin de s mismo lleva a la comunin con Dios, que hace a su vez la causa del hombre causa suya. Por pascua de 1523 fue hecho Mntzer, por va de prueba, prroco de la iglesia de san Juan de Allstedt, pequea ciudad de artesanos y labradores. Aqu encuentra la confianza de Juan Zeys, mayordomo del prncipe elector y del antiguo prroco, y puede por vez primera llevar a la prctica sus ideas. Su actitud pacfica y sus intentos principalmente apostlicos prubanlos su ordenacin del culto divino y una carta a los hermanos de Stollberg, en que sienta como condicin para el reino de Cristo el dolor y la pobreza de espritu. En el Deutsch Kirchenatnt (oficio en alemn, es decir, maitines, laudes y vsperas) y en la misa evanglica alemana, crea la primera liturgia completa en alemn y en la Ordenacin y regulacin del oficio alemn de Allstedt la fundamenta tericamente. Mntzer quiere instaurar un culto inteligible, conforme con la Escritura, y servir as a la salvacin de las pobres, mseras y ciegas conciencias de los hombres. Como sujeto de la
38 39 O S C H I F F ARG 23 (1926) 287 293. 1hernias Muntzers Briefwechsel, n. 38,40
liturgia, la comunidad debe tomar parte activa en ella. En fuerza de lenguaje Mntzer est a la altura de Martn Lutero, pero lo supera en fidelidad a la tradicin litrgica y en comprensin de las necesidades del pueblo sencillo. Por esta actitud acentuada- " mente pastoral, de iluminado, Mntzer, lo mismo que Karlstadt, toma el culto externo mucho ms en serio que Lutero. ste recibi de l estmulo para la composicin de sus cnticos. Al lograr independencia como prroco de Allstedt, dej Mntzer de solicitar a Wittenberg, y hasta arremete vivamente contra Lutero y sus amigos, que vacilan en la alemanizacin. Quieren respetar la piel y quieren ser predicadores de la fe y del evangelio 40. En dos escritos doctrinales de fines de 1523: Sobre la fe fingida y Protestacin... acerca de la recia fe cristiana y sobre el bautismo, Mntzer echa abiertamente el guante a Lutero. En la protestacin plantea por vez primera el problema del bautismo. Previene contra la demasiada estima del bautismo externo. En ninguna parte se lee que Mara ni los discpulos de Cristo fueran bautizados con agua. Agua en Jn 3, 5, como en general en el cuarto evangelio, ha de entenderse como movimiento del Espritu. Este movimiento operara el bautismo interior, verdadero y absolutamente necesario. Postular el bautismo de los adultos no estaba en la lnea de estos razonamientos. Lutero y Melanchthon hicieron falsamente a Mntzer fundador de los anabaptistas. Jams practic el anabaptismo, que no apareci hasta 1525 en Zurich. A par de la mstica de la pasin de un Taulero, las fuentes de Mntzer son la doctrina del espritu y el quiliasmo de Joaqun de Fiore: En m el testimonio del abad Joaqun es grande (De la recta fe). Mntzer estaba henchido de la idea de que la fe debe demostrarse por la confesin ante el mundo y que el cristiano asume la responsabilidad activa por el mundo y la suerte del prjimo. Para l no haba, como para Lutero, una divisin de dos regmenes o reinos. La voluntad de Dios ha de cumplirse, de forma inmediata e incondicional, en todos los rdenes. Pero todava pensaba Mntzer llegar al fin con medios pacficos, sobre todo por la predicacin de la palabra de Dios. El primer conflicto con las autoridades polticas no provino tampoco de discrepancias polticosociales, sino
40 E SEHLINO, Die ev Kirchenordnungen i, Leipzig 1902, 499
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de que el conde de Mansfeld prohibi a sus subditos la asistencia a la misa y predicacin hertica de Mntzer. Desde el pulpito llam ste al conde picaro y desollador de la gente y en carta de 22 de septiembre de 1523 41, que estaba firmada con Destructor de los incrdulos, mantena sus palabras. Segn l, el conde se arrogaba el poder de prohibir el santo evangelio. Habis de saber que en cosas tan poderosas y rectas, yo no temo al mundo entero. Aun cuando Mntzer amenaza: No tiris, de lo contrario se rompe la vieja tnica, no ofrece en modo alguno la estampa de un revolucionario contra el orden social, sino la de un celoso hombre de de Dios, a quien interesa la pretensin irrenunciable del evangelio. Cuan poco revolucionario fuera a priori y hasta qu punto contaba an con los prncipes para llegar hasta el fin, prubalo su Sermn a los prncipes que predic el 13 de julio de 1524 ante el hermano de Federico el Sabio, el duque Juan de Sajonia y el hijo de ste, el prncipe Juan Federico, en el castillo de Allstedt *2. Segn Mntzer, el reino de Dios no es una magnitud puramente futura y ultraterrena, ni tampoco los prncipes son gente pagana que slo tienen funciones seculares. No, el reino de Dios ha de realizarse ya en este mundo y en este tiempo, si es menester con la espada de los prncipes. La fe probada, no fantaseada de los escogidos no debe estatuirse junto al orden del mundo, sino crear una nueva realidad en la convivencia de los hombres. Esto atae sealadamente a los prncipes. La espada, concedida por Dios a la autoridad, no tiene una funcin meramente defensiva, que castiga a los malhechores, sino una funcin positiva y formativa. El verdadero regente ha de asir el rgimen por la raz t. Como el sencillo creyente, tambin el prncipe que se compromete con el evangelio, tiene que sufrir grande cruz y grande prueba. Y es as que la cruz es signo del cristiano y garanta de la victoria. Mas si los prncipes se niegan a emplear su espada en favor de los piadosos escogidos contra los malos, entonces se les quitar la espada y se entregar al pueblo fervoroso para ruina de los impos4*. Aun despus de este sermn, cuando Mntzer no estaba an
41. Thomas Muntzers Briefwechsel n 44, 47s 42. C. HIHRICHS, Thomas Muntzers polttische Schriften, Halle 1950, 5-28. 43. Pohttsche Schriften, 24. 44. Carta a Federico el Sabio de 4-10-1523, Briefwechsel n. 45, 50; cf. Attslegung Pohtische Schriften, 26. OHA
cierto de la acogida que daran los prncipes a sus palabras, todava intenta llegar con ellos al fin, y los invita a entrar con el pueblo en la alianza divina: Hay que hacer una alianza decidida (es decir, una alianza contractualmente regulada) de forma que el hombre sencillo se alie con los piadosos hombres dirigentes slo por razn del evangelio 4S. Mntzer protesta contra una mala inteligencia social de los fines de la alianza, como si se tratara de ventajas materiales. Entretanto, a fines de julio, escribi Lutero su Carta a los prncipes de Sajonia sobre el espritu rebelde (WA 15, 219-221), en que califica simplemente a Mntzer de Satans e incita a los prncipes a que eviten el destino y prevengan la sublevacin. Acusa a Mntzer de cobarda, por rechazar un interrogatorio en el rincn, es decir, delante de l en Wittenberg. Aun despus que Mntzer fue interrogado el 1. de agosto, en Weimar, lo abandon el consejo de Allstedt y fueron prohibidas su alianza y su imprenta, pens todava primeramente en un camino legal con los prncipes, como lo prueba una carta de 3 de agosto de 1524 a Federico1 el Sabio. Sin embargo, pronto vio claro que la autoridad regional lo abandonaba. Entregarse como perro mudo a su suerte y aguardar al juicio de aqulla, eran cosas a que no poda resignarse. As, la noche del 7 de agosto dej secretamente la ciudad camino de Mhlhausen. Pero hasta La falsa fe puesta expresamente al desnudo... impresa en octubre en Nuremberg, que es una versin ms radical de la interpretacin del captulo primero de Lucas expuesta el 1. de agosto a los prncipes en Weimar, hace ver hasta qu punto lo predominante para Mntzer no es en absoluto la cuestin social, sino la cuestin religiosa de la recta fe, Fe significa fuerza para lo imposible. Antes de poderse llegar a ella, hay que derribar al impo del trono del juicio, tiene el hombre que vaciarse por la pasin y la cruz. Slo entonces puede venir sobre l la fuerza del Altsimo y cubrirlo el Espritu Santo de su sombra. La sagrada Escritura confirma la fe, por ella se aprende el camino de la fe. Pero, mientras no se ha llegado a un contacto con el Espritu que es an y ser eternamente eficaz, la fe se queda en fe puramente
45. Carta a Hans Zeyss de 25-7-1524; Briefwechsel n. 59, 76.
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ija. l u c n a pui ia u i i v u 6 .
imaginaria, no se hace fe real y experimentada. Los impos escribas se acercan a la Escritura sin el espritu de la Escritura, hacen de ella una capa de ignominia, que impide la verdadera naturaleza de la fe cristiana. De buena gana llevaran el testimonio del espritu de Jess a la universidad y mantener menor de edad al pueblo con la interpretacin de la Biblia as monopolizada entre sus manos, con su robada Escritura. As, los soberbios que han de ser derrocados de su trono son para Mntzer, antes que los prncipes, los escribas o, por mejor decir, los ladrones de la Escritura, con su dolo monacal Lutero. Quejas sobre la miseria material son slo accesorias. Y es as que, segn la mstica de la cruz de Mntzer, slo por la miseria interior y exterior llega el hombre a la verdadera fe: El hombre tiene que hacer pedazos su fe robada e imaginaria por medio de altsimo dolor de corazn, por dolorosa tribulacin y por indispensable admiracin. Entonces se hace el hombre muy pequeo y despreciable a sus ojos; para que el impo se exalte y engra, se hunde el escogido. Entonces puede ensalzar y magnificar a Dios, y, despus de la tribulacin de corazn, alegrarse tambin de todo corazn en Dios, su salvador. Si esto supieran los pobres y reprobados labradores, les sera de gran provecho*6. Si es cierto que Dios desprecia a los grandes seores (die grossen Hctnsen), a las grandes cabezas con ostentosos ttulos, como hoy las tiene la Iglesia de los impos, y si es cierto que toma los pequeos a su servicio, el pueblo, sin embargo, no est an maduro. Antes tiene que ser duramente castigado. Es menester el verdadero caudillo, un siervo de Dios lleno de gracia, con el espritu de Elias*7. Hay que despertar a muchos a fin de que, con el ms alto celo, por fervorosa seriedad, barran la cristiandad de los impos gobernantes48. El nuevo Juan tiene que abrir a otros, por medio de una vida probada, la cruz por l conocida desde la juventud y clamar a los corazones mseros, desolados y errantes de los temerosos de Dios, que ahora empiezan a velar por la verdad *9.
46. Potihsche Schriften, 47. Ibid. 46s. 48. Ibid. 46s. 49. Ibid. 51. 46.
Se trata de la renovacin religiosa, del movimiento del Espritu, para que el hombre se conforme a Cristo en su pasin y vida, cubierto por la sombra del Espritu, de quien se burla el mundo y slo es dado a los pobres de espritu50. Claro que si el verdadero rgimen cristiano ha de realizarse ya en este mundo, y realizarse contra los poderosos, es inevitable un cambio y trastorno de la situacin social y poltica. Ya en Allstedt tuvo Mntzer intencin de responder a la Carta de Lutero a los prncipes de Sajorna sobre el espritu rebelde. El 3 de agosto escribe a Federico el Sabio que, por razn del escndalo de muchos piadosos, no debe quedar sin contestacin la carta ignominiosa de Lutero 51. Es inseguro si empez ya en Allstedt la justificada apologa y respuesta contra la carne sin espritu, que se da la buena vida en Wittenberg; lo cierto es que fue acabado en Mhlhausen, probablemente antes del 19 de septiembre, pues no se habla an de los sucesos revolucionarios de all que acabaron el 27 de septiembre con la expulsin de Mntzer y su fuga a Nuremberg. En esta Apologa protesta Mntzer no haber hecho revolucin. Slo habra hecho ver a los prncipes, basndose en la Escritura, que deben emplear la espada para que no surja el tumulto. Sin embargo, los prncipes no son seores, sino servidores de la espada. Tambin ellos estn obligados a la ley. Lutero, el Padre moscamuerta, adulador, Doctor embustero, los quiere cubrir con Cristo, en imaginaria bondad. Para Mntzer, ley y gracia son una sola cosa: Cristo en el evangelio declar por su bondad la seriedad del Padre. No puede tolerarse que Lutero aplique a los grandes la paciencia de Cristo y exija de los pequeos la observancia de la ley. Si los grandes quieren alcanzar gracia, tienen tambin que cumplir la ley, y los pequeos no tienen slo que practicar la paciencia, sino que pueden tambin exigir que se cumpla la ley 52. Mntzer reprueba as, de la manera ms resuelta, la desestima de la ley en favor de la gracia, es decir, la doctrina luterana de la justificacin. Es ms, atribuye a sta el estar al servicio de los intereses de estado de los grandes. Lgicamente se vuelve
50. Ibid. 55. 51. Briefwechsel n. 64, 84s. 52. C. HINRICHS, Luthers und Mntzer, Berln 1952, 178.
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contra la negacin del libre albedro hecha por Lutero: Quieres insinuarle a Dios que eres un pobre pecador, un gusanillo ponzooso, con tu mierdosa humildad. Esto has sacado con tu fantstica inteligencia de tu Agustn, cosa a la verdad blasfema, despreciar descaradamente, por libre voluntad, al hombreB3. En Mhlhausen, donde, desde comienzos de 1523, trabajaba Enrique Pfeiffer y echaba en la Iglesia de san Nicols sermones que tomaban cariz cada vez ms fuertemente polticosocial, se haba encendido de nuevo la inquietud de los ciudadanos contra el consejo al tiempo en que lleg all Mntzer. ste y Pfeiffer resumieron en 11 artculos, probados por la Escritura, las pretensiones de los ciudadanos. En 19 de septiembre estall abiertamente la sublevacin, con el fin de ordenar de nuevo la situacin de la ciudad de acuerdo con la palabra de Dios. El consejo, con ayuda de los campesinos; logr sofocar la revuelta; Pfeiffer y Mntzer fueron expulsados el 29 de septiembre de 1524. En octubre estaba Mntzer en Nuremberg, donde logra ver impresos su Ausgedrckte Entblossung y Hochverursachte Schutzrede. Sin embargo, ambas obras fueron confiscadas y Mntzer expulsado. March al sur y entr en relacin con los campesinos levantiscos de la alta Alemania. Con Ecolampadio en Basilea y con Hubmaier. Llamado por sus secuaces retorn en febrero de 1525 a Mhlhausen y se hizo predicante en la Marienkirche. Ahora fue asumiendo ms y ms los rasgos de un revolucionario social. No se trataba slo de la resistencia activa contra una autoridad impa, sino de la nueva configuracin del entero orden de vida de la cristiandad segn el patrn de la divina justicia. En marzo de 1525, se eligi en Mhlhausen un nuevo consejo eterno, que haba de realizar un nuevo rgimen cristiano, fundado nicamente en la palabra de Dios: una democracia cristiana con influjo decisivo de los predicadores. Parece ser que Pfeiffer, con sus fines ms prcticos y sociales, hall ms eco que Mntzer que, en el fondo, con su predicacin sobre el reino de Dios, permaneca extrao a las gentes. Entretanto, se haban sublevado los campea sinos de Turingia, menos movidos, sin embargo, por la agitacin de Mntzer, que por el ejemplo de los alemanes del norte. Pero aho53. Politische Schriften, 95.
ra Mntzer, como siervo de Dios contra los impos, llam a sus partidarios a que se juntaran con la espada de Geden a la guerra de los campesinos, que l entenda teolgicamente como lucha por el reino de Dios contra toda desmesurada autoridad. Yo os digo que si no queris sufrir por Dios, tendris que ser mrtires del diablo... Toda la tierra alemana, francesa e italiana est alerta... Por eso no os espantis. Dios est con vosotros... No temis la muchedumbre, la lucha no es vuestra, sino del Seor. No sois vosotros los que combatsB4. En esta lucha del Seor acompaaba Mntzer a las huestes de campesinos, pero no como jefe militar, sino como predicador, que aguijoneaba su voluntad de resistencia, y peda ayuda. As, a 13 de mayo de 1525, escriba a Erfurt: Ayudadnos con todo lo que podis, con gente, con caones, a fin de que podamos cumplir lo que Dios mismo ha mandado (Ez 34, 25; 39, 4-18; Dan 7, 27)... Si tenis gusto por la verdad, entrad con nosotros en la danza, en que nosotros queremos precisamente entrar para pagar fielmente a los blasfemos de Dios, tal como ellos han jugado con la pobre cristiandad. La participacin personal de Mntzer en la guerra de los campesinos se limit a tres semanas, y se refiere slo a un episodio, posteriormente exagerado: la sublevacin de Turingia, con la catstrofe de 15 de mayo de 1525 junto a Frankenhausen. A la verdad, en esta catstrofe tuvo gran parte Mntzer al arrastrar a las masas con su optimismo de una intervencin divina, y frustrar todas las negociaciones. Fue detenido en un desvn y, despus de duro tormento, ejecutado delante de Mhlhausen el 27 de mayo. Segn su carta de despedida, no se sinti comprendido por el pueblo. ste busc su provecho ms que la justificacin de la cristiandad 65 y de la predicacin de Mntzer sobre la realizacin de la voluntad de Dios sac lo que le convena. Con ello se pone por ltima vez en claro que el revolucionario en nombre y por mandato de Dios no fue un "cabecilla de campesinos", ni un agitador social; lo que primariamente le importaba de veras, no eran los derechos del hombre ni el progreso social, sino la ley de Dios, y una cristiandad, fuerte de espritu, obediente a Dios en la fe y en la vida; una cristiandad que luego, por obediencia a Dios, debe dar
54. Carta a los de Allstedt de 26 6 27-4-1525: Briefwechsel 55. Briefwechsel n. 94. n. 75, 109ss.
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a las cosas de este mundo la recta forma y orden 66. La actividad litrgica de Mntzer sobrevivi a su tragedia. Sus oficios y cnticos de iglesia siguieron cantndose y se renovaron en los oficios de Erfurt de 1525 y 1526. En Allstedt el orden eclesistico de Mntzer se mantuvo hasta la visitacin de marzo de 1533. Como cuenta Bugenhagen en 1543, se empleaba an en Wolfenbuttel junto a otros 87. Si el cristianismo est en la tensin entre la provisional realizacin histrica del reino de Dios y su consumacin final en el otro en, Lutero, con una inteligencia puramente escatolgica, y Mntzer con una identificacin de corto circuito, representan extremos opuestos. As se explica que se sintieran ms cerca del papismo que entre s. La posteridad ha visto parcialmente a Mntzer en conexin con la guerra de los campesinos y exagerado su influjo sobre ella. Ello se debe en buena parte a la Historie Thomae Muntzers des anfengers der dringischen uffrur de 1526 atribuida a Melanchthon y al mismo Lutero. ste denunci a Mntzer como profeta asesino y sanguinario (WA 18, 367) y lo present como archidiablo, que gobierna en Mhlhausen y no origina ms que robos, asesinatos y efusin de sangre (WA 18, 357), o como espritu homicida que, en nombre de Dios, ha hablado por boca del diablo (WA 18, 367). Esta imagen fue ilustrada por Melanchthon en la Histoire Thomae Muntzers con doctrinas y hechos del hombre poseso, y as se transmiti a la posteridad. Ante la diversidad de caracteres humanos como Lutero, Karlstadt y Mntzer diversidad no slo en los mtodos, sino tambin en la estructura teolgica y espiritual y ante la dureza con que desde el principio se combatieron, uno se pregunta en qu est a la postre lo reformatorio. Qu tienen de comn estos hombres fuera de haberse rebelado contra el orden tradicional de la Iglesia?
XII. LA GUERRA DE LOS CAMPESINOS BIBLIOGRAFA: DAHLMANN - WAITZ, 9891-9902; 9976-9981; 1006510080; SCHOTTENLOHEK, 34765-35241; 51510-51531; 62311-62366; Bibl. de la Reforme i, Reg., p. 77. FUENTES: L. BAUMANN, QQ zur Gesch. des Bauernkrieges in Oberschwaben, Tubinga 1876; id., Akten zur Gesch. des Bauernkrieges aus Oberschwaben, Friburgo 1877; H. WOPFNER, QQ zur Gesch. des Bauernkrieges in Dtl. i, Innsbruck 1908; H. BRANDT, Der grosse Bauernkrieg, Jena 1925; Akten zur Gesch, des Bauernkrieges in Mittel-Dtl., ed. dirigida por O. MERX,
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Gesch. des Bauernkrieges, Munich 1963. LITERATURA: G. FRANZ, Der di. Bauernkrieg, Darmstadt *1956; R.M. RADBRUCH - G. RADBRCH, Der dt. Bauernkrieg zwischen MA u. Neuzeit, Gotinga 21962; H. V O N SCHUBERT, Revolution u. Reformation im 16. Jh., Tubinga 1927; H. HANTSCH, Der dt. Bauernkrieg, Wurzburgo 1925; W. STOLZE, Bauernkrieg und Reformation, Leipzig 1926; A. ROSENKRANZ, Der Bundschuh, 2 t , Heidelberg 1927; E. BOHNENBLUST, Luthers Verhalten im Bauernkrieg, Berna 1929; A. WAAS, Die grosse Vende im dt. Bauernkrieg, MunichBerln 1939; HZ 158-159 (1938) 457-491; id., Die Bauern im Kampf um Gerechtigkeit. 1300-1525, Munich 1964; I. SCHMIDT, Das gttl. Recht, Diss. Jena 1939; M.M. SMIRIN, Die Volksreformation des Th. Mntzer und der grosse Bauernkrieg, Berln 21956; H. KAMNITZER, Zur Vorgesch. des dt. Bauernkrieges, Berln 1953; W. ANDREAS, Der Bundschuh, Karlsruhe 1953; P. ALTHAUS, Luthers Haltung im Bauernkrieg, Tubinga 1952; H. MICHAELIS, Die Verwendung und Bedeutung der Bibel in den Hauptschriften der Bauern von 1525-26, theol. Diss. masch. Greifswald 1954; F. LAU, Der Bauernkrieg und das angebliche Ende der lutherischen Reformation ais spontaner Volksbewegung: LuJ 26 (1959) 109-134; M. GRESCHAT, Luthers Haltung im Bauernkrieg: ARG 56 (1965) 31-47.
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No slo los caballeros, tambin el pueblo pensaba llegar con Lutero y Zuinglio al logro de sus deseos polticos y sociales. Los reformadores haban puesto en cuarentena la autoridad eclesistica, e incitado al hombre de la calle a la crtica y toma de posicin. Los escritos programticos de Lutero haban penetrado al pueblo en mltiples ediciones. Adems, una serie de escritos volantes breves y de fcil inteligencia haban hecho extraordinariamente populares a los reformadores y sobre todo a Lutero mismo. Al campesino se le haba puesto la Biblia en las manos y l la lea o se la 211
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haca leer fervorosamente. Zuinglio cuenta: La casa de cualquier labrador es una escuela, en que se puede leer el Nuevo y Antiguo Testamento, el arte sumo1. La Biblia en efecto tena que ser la norma de la vida diaria. Con ello se iniciaba el hombre corriente en la reflexin personal acerca de muchas cosas que hasta entonces haba aceptado como lo ms natural del mundo. El campesino, segn una palabra de Eberlin van Gnzburg, se haba hecho ingenioso2. Si de Lutero esperaba la tan ansiada reforma, aqu entraban la liberacin de sus miserias polticas y el cumplimiento de sus deseos sociales. En obras como: A la nobleza cristiana, haba fomentado Lutero mismo esta inteligencia carnal del evangelio, siquiera hubiera advertido siempre que el evangelio no quiere vencer por el puo y la espada, sino por su propia fuerza divina. Sin embargo, por qu haba de pararse la lucha contra las ordenaciones humanas antibblicas en la jerarqua y los monasterios y no extenderse a los grandes terratenientes, que, por aadidura, eran en muchos casos, los mismsimos obispos y abades? En su escrito: Sobre la autoridad secular y hasta qu punto se le debe obediencia (1523; WA 11, 245-280) haba protestado Lutero contra las intervenciones de la autoridad secular en terreno eclesistico, pero critic tambin violentamente su propio rgimen secular y expres su temor de un castigo venidero. Ellos (es decir, los seores seculares) no podan hacer otra cosa que desollar y consumir, poner una aduana sobre otra, un censo sobre otro... y que hubiera muchos bandidos y picaros, y su rgimen secular est tan bajo y hundido como el de los tiranos eclesisticos (WA 11, 265)... y hasta de saber que, desde el comienzo del mundo, es rara avis un prncipe prudente, y ms rara todava un prncipe piadoso. Por lo comn son los mayores tontos y los peores picaros de la tierra (261)... No se sufrir ms, no se puede, no se quiere sufrir ms vuestra tirana y capricho. Queridos prncipes y seores, aprended a gobernaros, Dios no quiere sufrirlo ms. El mundo no es ahora como en tiempos pasados, en que cazabais y consumais a la gente como a animales salvajes. Acabad, pues, con vuestros crmenes y violencias (270).
1. Obras m , 463, 5s. 2. F . BCKMAMW, Der gemeine (1944) 186-230.
En contraste con Lutero, Zuinglio admita la resistencia activa contra una autoridad impa. Hay que arrancar y tirar el ojo que escandalice, hay que cortar la mano y el pie s . De acuerdo con ello, al introducir la reforma protestante en Zurich, acometi una nueva ordenacin de la situacin poltica. El siglo xvi trajo una mejora general de la situacin econmica de los campesinos. No puede hablarse de miseria de los hombres del campo, de una especial estrechez econmica; ms bien, de una conciencia que peda el puesto correspondiente en la sociedad, y protestaba sobre todo contra la limitacin de la autonoma campesina y de la comn propiedad en prados, bosques y agua por obra del estado territorial que se estaba formando. As los caudillos de la guerra de los campesinos no eran los pobres del pueblo, el proletariado, sino precisamente los labradores pudientes y prestigiosos, que reclamaban su antiguo derecho y adems incorporarse, con igualdad de derechos, a la vida del estado, como les perteneca por justicia de Dios. Al mismo tiempo, muchas ciudades eran escenario de violentas luchas sociales. Las capas sociales ms bajas levantbanse contra la burguesa dominante, artesanos y trabajadores manuales contra patricios y seores. No slo los campesinos, todo el pueblo pobre luchaba a una en la ciudad y en el campo por su libertad cristiana y fraterna y por su posicin social y poltica en la sociedad. El nombre de guerra de campesinos no responde bien a esta fusin de ciudades y campos que se dio con frecuencia. Ya antes del levantamiento de los campesinos, en extensos territorios de Alemania, bajo el influjo reformista, haba habido, desde haca decenios, reiteradas revueltas campesinas locales. Entre stas tuvieron importancia mayor la del pobre Conrado que, en 1514, tom a Wrttemberg, y el movimiento del Bundschuh del suroeste de Alemania. Este ltimo se encendi a ejemplo de los cercanos confederados suizos, tom en 1483 su punto de partida del territorio de Schlettstadt y despleg actividad en 1502 en el obispado de Spira (Speyer), en 1513 en Breisgau y en 1517 en el alto Rin. Su cabecilla fue Joss Fritz, un siervo de la gleba del obispo de Spira. Fritz peda la abolicin de la servidumbre de la gleba con todos
3. W E R K E I I , 344, 14ss.
der Ref.:
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los censos y diezmos, y la libertad de caza y pesca; pero sobre todo haba que eliminar el dominio de curas y monasterios. Slo se quera obedecer al emperador y al papa, y no a seor alguno. La. reforma del emperador Segismundo del ao 1439 que a fines de siglo haba tenido varias ediciones, dio al Bundschuh el santo y sea: Nada ms que la justicia, estaba victoriosamente sobre la bandera de los conjurados encima de la imagen del Salvador crucificado, a uno de cuyos lados era de ver un Bundschuh y, al otro, un labrador de rodillas levantaba suplicante las manos al cielo. Ayudar a la justicia era el fin del Bundschuh4. Pero todos estos intentos fracasaron. La gran guerra de los campesinos se extendi desde luego por extensos territorios de Alemania, y penetr profundamente en Turingia y Sajonia, pero no fue una empresa cerrada con mando central, sino una serie de acciones parciales que se encendan en la misma materia de conflicto, presentaban las mismas exigencias y reciban su peligrosa dinmica interna de la universal inquietud y hasta fiebre del tiempo. La revolucin comenz en mayo-junio de 1524 con el levantamiento de los campesinos de Sthling, al sur de la Selva Negra. Aqu no se invoc an por de pronto el derecho divino ni la Biblia, sino que se defenda el antiguo derecho escrito contra el dominio territorial del conde Segismundo. En el antiguo lansquenete Hans Mller hallaron los labradores un caudillo curtido en la guerra y de buena labia. Mller trabajaba para desencadenar una lucha violenta y busc aliados que esper encontrar en el cercano Waldshut. El comn de la ciudad haba negado al gobernador austraco la extradicin del predicador zuingliano Balthasar Hubmaier, lo eligi de nuevo por su prroco y expulso al sacerdote de antigua fe. Ciudadanos y campesinos estn, pues, en bloque contra su autoridad, y la causa de los campesinos estaba enlazada con la del evangelio. La situacin poltica impidi al archiduque Fernando tomar medidas enrgicas. El peligro del turco lo tena clavado en el este, y la guerra con Francisco i le impona consideracin con Suiza. Por aadidura. Ulrich von Wrttemberg, trataba de aprovechar la apretada situacin de Austria, para volver de nuevo a su tierra apoyado por el dinero francs,
4 G FRANZ, Der dt Bauernkneg, Darmstadt 41956, 65
los mercenarios suizos y la ayuda de los campesinos. As no haba que pensar en una rpida represin de la sublevacin por la fuerza. Los desrdenes se propagaron, sin que, en el curso del invierno, se llegara a acciones decisivas. La derrota de Francisco i en Pava (24-2-1525) hizo que, cuando la conquista de la ciudad pareca ya segura, se deshicieran ante Stuttgart las mesnadas de Ulrich von Wrttemberg, compuestas principalmente de suizos. Su fracaso fue tambin la derrota de los campesinos. Entretanto, el movimiento se haba propagado a Suavia, Alsacia, Franconia, Turingia, Sajonia, el Tirol y Carintia. El escrito programtico': los doce Artculos capitales de todos los campesinos, fue compuesto por el curtidor de Memming, Sebastin Lotzer5. El predicante zuingliano Cristbal Schappeler present estos postulados de los campesinos como evanglicos. Apelando a numerosos pasajes bblicos se peda: libre eleccin del prroco1 y predicacin pura, empleo de los grandes diezmos para honorarios del prroco, abolicin de los censos menores, supresin de la servidumbre, pues Cristo haba redimido a todos los hombres y todos han de ser, consiguientemente, libres; abolicin de los privilegios de caza y pesca. Postulados antes presentados segn el antiguo derecho alemn fueron ahora deducidos del evangelio. Estos artculos eran dondequiera defendidos. Los desrdenes no tuvieron al principio carcter de guerra. Sin duda que los campesinos se amotinaban, pero no para luchar con las armas en la mano, sino para dar nfasis con sus demostraciones a sus exigencias. Estaban dispuestos a negociar. Precisamente la complicacin de exigencias econmicas y motivos religiosos llevaba en muchos casos al empleo de la fuerza y a saqueos de castillos y monasterios. Juntbanse elementos no campesinos. Al faltar una direccin nica rgida y ser difcil alimentar a un nmero grande de hombres, el levantamiento degeneraba cada vez ms en pillaje general. Los ojos de los labriegos estaban dirigidos a Lutero, de quien esperaban apoyo moral. Lutero trat por de pronto de mediar. En abril escribi la exhortacin a la paz sobre los doce artculos de los campesinos de Suavia (WA 18, 291-334). Aqu recomienda a los campesinos que no abusen del nombre de
5 Ed dirigida por A GOETZE Bauemkrieges, Munich 1964, 96as H V 5 (1902) 9 15; G. FRAIZ, QQ mr Gesch. des
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Dios; ...dejad en paz el nombre cristiano, yo os lo digo, y no lo hagis capa de vuestra conducta impaciente, revoltosa y anticristiana (314). El cristiano debe sufrir la injusticia y no rebelarse contra la autoridad. Pero Lutero exhorta tambin a los seores a que no abusen de su poder temporal y no despellejen ni consuman ms a los campesinos (293). No son los campesinos los que se os oponen, sino Dios mismo, que va a castigar vuestra tirana feroz (295). Ya antes de que esta obra apareciera impresa en mayo, bajo la impresin de la dureza apenas imaginable con que se llevaba la guerra y del abuso, como l se imaginaba, del evangelio por parte de Toms Mntzer, exhortaba Lutero en su escrito: Contra las cuadrillas de bandidos y asesinos de los campesinos (WA 18, 357-361) a los prncipes a que intervinieran inexorablemente. En los campesinos ve ahora Lutero al diablo en accin; su represin es servicio de Dios. Un hombre sedicioso est proscrito de Dios y del emperador, de forma que el primero que puede y quiera estrangularlo hace bien y rectamente. Y es as que, respecto de un pblico sedicioso, cualquiera es a par juez y verdugo... Por eso, todo el que pueda, tiene aqu que cortar, estrangular, punzar, secreta o pblicamente, y pensar que nada hay ms ponzooso, ms daoso y diablico que un hombre sedicioso. Lo mismo que ha de matarse a un perro rabioso. Si t no lo matas, te mata l a ti y contigo a un gran pas (385). Por eso, queridos seores, socorred aqu, salvad aqu, ayudad aqu. Habed lstima de la pobre gente. Clave aqu, mate aqu, estrangule aqu quien pueda. Si caes en la demanda, dichoso de ti: jams podrs morir de ms bienaventurada muerte, pues mueres por obedecer a la palabra y mandato divino (Rom 13) y en servicio de la caridad, para salvar del infierno a tu prjimo y arrancarlo de las cadenas del diablo (361). Este cortar, pinchar y matar lo llevaron los prncipes a la prctica con inexorable crueldad. Poca necesidad haba para ello de la soflama de Lutero. Tras xitos iniciales los prncipes electores de Maguncia y del Palatinado se vieron, entre otras cosas, obligados a reconocer los doce artculos los ejrcitos de campesinos sucumbieron pronto, por falta de direccin rgida y de amplios planes, a la resistencia organizada de los prncipes. El general de la confederacin suava, Jorge, senescal de Waldburgo, derrot el 14 de abril a los campesinos de la Alta Suavia junto a 216
Wurzach, a los de Wittenberg en 12 de mayo junto a Bblingen y a los francos el 2 y 4 de junio junto a Konigshofen e Ingolstadt. Despus de someter a los campesinos de Hesse, Felipe de Hesse penetr en Turingia y, unido al duque Jorge de Sajonia y el de Brunswick, aniquil el 15 de mayo de 1525, junto a Frankenhausen, a un ejrcito de campesinos y ciudadanos compuesto de unos 8000 hombres. Toms Mntzer haba inflamado, como predicador castrense, la resistencia y los llev al combate cantando el himno de Pentecosts: Ven, Espritu Santo, Seor Dios. La batalla se convirti en fuga a la desbandada y en salvaje carnicera. l mismo fue hallado en un desvn y ejecutado. Los campesinos de Alsacia fueron derrotados por el duque Antonio de Lorena el 17 de mayo junto a Zabern; los del Palatinado, el 24 de junio junto a Pfeddersheim. Con la toma de la ciudad de Salzburgo, el 30 de julio, por la confederacin suava, qued sofocado el levantamiento campesino. En total murieron en el campo de batalla unos 100 000 campesinos, o fueron cruelmente asesinados, descabezados, clavados en palos, quemados vivos y cegados. Todos los contratos hechos a los campesinos fueron anulados. La confederacin suavia o su general, Jorge, senescal de Waldburgo, pidi que se declararan nulos todos los acuerdos con ellos celebrados por los seores. Los vencedores fueron los prncipes. Ms an que la nobleza quebrantada en su fuerza, campesinos y ciudadanos estuvieron ahora sometidos a la autoridad territorial. Los prncipes, adems, se incautaron de los bienes de los monasterios destruidos o abandonados. Para la reforma protestante, la guerra de los campesinos signific en gran parte su final como movimiento popular. Se le echaba en muchos casos a Lutero parte de responsabilidad en las pasadas atrocidades. Aunque en sentido muy otro, dio Lutero la razn a estos reproches al explicar en una charla de sobremesa en enero de 1533: Los predicadores son los mayores homicidas, pues exhortan a la autoridad a que cumpla resueltamente su oficio y castigue a los culpables. Yo mat a todos los campesinos que se sublevaron, toda su sangre cay sobre mi cabeza; pero yo se la echo a Dios, nuestro Seor, que me mand que hablara como habl... (WA Tr 3, 75, n. 2911a). Se tom a mal en Lutero que precisamente en estos das angustiosos, el 13 de junio de 1525, se casara con la antigua monja 217
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cisterciense Catalina Bora. El mismo Melanchthon se escandaliz; no es de maravillar que controversistas catlicos como Juan Cocleo explotaran el hecho contra el reformador. El hombre de la calle se apart en muchos casos desilusionado de Lutero, se adhiri a baptistas y sectas o se mantuvo indiferente al margen. La reforma dej de ser un movimiento popular; en todo caso, la guerra de los campesinos supuso una gran prdida de popularidad para Lutero. Su tiempo heroico haba pasado. La autoridad secular fue tomando ms y ms la reforma en sus manos y la aprovech para incorporar a sus subditos en el estado moderno. Desde ahora podemos hablar de la poca de la reforma de los prncipes. En lugar de un cristianismo de comunidad con libre eleccin de prrocos vino la iglesia regional.
25 (1958), 3-22; W. MAURER, Melanchthons Anteil am Streit zwischen Luther und Erasmus: ARG 49 (1958), 89-115; id., Melanchthonstudien, Gtersloh 1964, 137-162; C. REIDUK, Das Lebensende des Erasmus: Basler Zschr. fr Gesch. u. Altertumskunde 57 (1958), 23-66; K.H. OELRICH, Der spate Erasmus und die Refarmation, Munster 1961; O.J. MEHL, Erasmus contra Luther: LuJ 29 (1962), 52-64; J. BOISSET, rasme et Luther, Pars 1962; E.W. KOHLS, Die Thealogie des Erasmus, Basilea 1966.
Las relaciones entre el humanismo y la reforma protestante son mltiples y estrechas. Muchos amigos y colaboradores de Lutero, como Melanchthon, Spalatin, Justo Joas y otros, fueron humanistas. Lutero mismo, como pedagogo y amante de las lenguas bblicas, fue prendido por el humanismo y se inclin a l. Ulrico Zuinglio fue discpulo de Erasmo y humanista, y tambin los restantes reformadores suizos llevaban fuerte cuo humanstico. Por su crtica de la Iglesia y su apremio de reforma, los humanistas prepararon el terreno a los protestantes. En las sodalidades, crculos humanistas, hall Lutero la primera resonancia y adeptos entusiastas. Sin embargo, humanistas como Juan Reuchlin se negaron a la reforma protestante. Otros, como Willibald Pirckheimer, Conrad Peutinger, Ulrich Zasius, Mutianus Rufus, Christoph Scheurl y Crotus Rubeanus, mostraron por de pronto simpatas con ella, pues se prometan de ella la por tanto tiempo exigida reforma; pero se distanciaron luego cuando se vio claro que el movimiento luterano tenda a una innovacin revolucionaria, que rompera la unidad de la Iglesia. El curso en parte tumultuoso que tom la reforma luterana repugnaba sobre todo a estos aristcratas de la cultura1. Precisamente los grandes hombres de la generacin anterior volvieron por lo general a apartarse de Lutero. Si por sus esfuerzos por la pureza del texto bblico y su crtica de la Iglesia tena el humanismo muchos puntos comunes con la reforma; por su optimismo o moralismo tico, era extrao al principio material de ella, la sola fides o la sola gratia. La mayora de los contemporneos se percataban de ello. Esto hay que decir sobre todo de Desiderio Erasmo. Al estallar la reforma luterana estaba en la cspide de su actividad y todo el mundo esperaba de l una decisin en pro o en contra de Lutero.
1 C. MUTIAN- Bao phanaHcos lapidatores non amo. K. GILLERT, Der dt'i Contadus Mutianus, Halle 1890 n 620. Briefwechsel
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Sin embargo, se mantuvo reservado. Todava en mayo de 1519 escribe: Lutero me es completamente desconocido, no tengo an tiempo para leerme sus libros2. Quisiera salirse lo ms posible de todo, para ser tanto ms til al reflorecimiento de la ciencias. Aun despus de la publicacin de la bula: Exsurge Domine, ve en la lucha contra Lutero odio a la ciencia. Los frailes quieren oprimirla (o suprimirla) para poder dominar impunes con su barbarie 4. En Lutero le desagrada slo lo ruidoso y combativo. Ojal hubiera seguido Lutero mi consejo y alejndose de estas cosas que traen odio y tumulto!5. Su aspereza es tan grande que, aunque todo lo que ha escrito fuera la ms pura verdad, la causa no puede tener buen desenlace*. En septiembre de 1520 le escribe Erasmo al papa que no se lo tenga por luterano, porque no haya escrito contra Lutero, pues no haba tenido an tiempo para leer a fondo sus escritos. El tema adems sobrepasa su talento y formacin. No quiere discutirles la categora a las universidades que entienden en el asunto y teme adems atraerse el odio de tantos hombres poderosos7. Preguntado por Federico el Sabio en octubre de 1520, en Colonia, cmo juzgaba el pleito en torno a Lutero, habra respondido Erasmo, segn narracin de Spalatin, tan ligera como picantemente que Lutero haba pecado en dos cosas: en haber pegado al papa en la tiara y a los frailes en las barrigas8. Interrogado por el legado pontificio Aleander, Erasmo neg tal manifestacin. Por deseo de permanecer espectador y tal vez hacer de arbitro en un momento dado, en otoo de 1521 eludi la decisin, que en Lovaina no poda ya eludir por ms tiempo, huyendo a Basilea. Desde aqu escribe a W. Pirckheimer: Los luteranos me amenazan con escritos difamatorios y el emperador est casi persuadido de que soy la fuente y origen de toda la revuelta luterana. Y as corro peligro de ambos lados, siendo as que de ambos soy bene^mrito9. Cuando a fines del ao 1522, Ulrico de Hutten quiso
2. Carta de 18-5-1519 a T i . Wolsey: H.M. ALLEN, Opus epistolario* Des. Brasmi Raterodami, m , n. 967, 78ss; cf. Carta de 30-5-1519 a Lutero. ALLEN, I I I , n. 980. 3. Carta de 30-5-1519 a Lutero: ALUD, I I I , n. 980, 37a, 4. Carta de 9-9-1520 a G. Geldenhauer: ALLEN, IV, n. 1141, 25s; 39. 5. Ibid. ALLEN, iv, n. 1141, 10. 6. Carta de 5-7-1521: ALLEN, IV, n. 1218, 5-7. 7. ALLEN, IV, n. 1143, 50-58; cf. Carta de 23-9-1521: ALLEN, JV, n. 1236.
8. Cf. ALLEN, IV, p. 370; WA Tr i, 55, n. 131.
persuadir a Erasmo a que entrara en la reforma luterana, y busc, a par, en l apoyo en su propia grave situacin, Erasmo se neg durante das. El caballero, enfermo de muerte, en su Expostulatio cum Erasmo (1523), le reprocha amargamente que no se atreva a sacar las consecuencias porque, en su insaciable ambicin de fama, teme perder su prestigio entre los grandes seores. Y Erasmo le responde: Yo me quedo fuera... yo no pertenezco a ningn par- * tido... Por partido entiendo jurar plenamente por todo lo que ha escrito Lutero... Pero yo amo la entera libertad, y no quiero ni puedo servir jams a ningn partido10. Lutero apreciaba sobre todo a Erasmo por sus mritos en las lenguas bblicas, sin cuyo conocimiento no conceba una autntica teologa11. Haba celebrado entusisticamente al humanista, lo salud como nuestro ornato y esperanza y se calific a s mismo de su hermano menor en Cristo 12. Todava en el De servo arbitrio recalca Lutero el gran servicio que Erasmo le prestara en el terreno de la filologa; Confieso que te debo mucho y por ello te venero y admiro sinceramente (WA 18, 786, 38ss). Pero ya tempranamente se dio cata el reformador de cuan ntimamente extrao le era Erasmo por todo su talante y vente en l al pagano orgulloso de su cultura, para quien valan ms las cosas humanas que las divinas 1S. Mas Lutero vea tambin claro lo que significara para su causa que Erasmo se enfrentara con ella. Si ya no poda ganrselo, por lo menos confiaba en su silencio. As escriba en abril de 1524: Si ya no puedes contribuir, s por lo menos mero espectador de nuestra tragedia, pero no hagas causa comn con nuestros adversarios. Sobre todo, no publiques nada contra m, como yo tampoco lo quiero hacer contra ti l*. Pero ya entonces trabajaba Erasmo en su escrito: De libero arbitrio diaribe sive collatio. A la verdad, se tom tiempo. En septiembre de 1524 le anuncia Enrique vm: La suerte est echada: el libro sobre el libre albedro ha salido a luz 15. Por ah se ve claro hasta qu punto se haba apremiado a Erasmo y lo que haba zozobrado
10. 11. 12. 13. 14.
15.
Spongia adversus a&spergmes Hutteni (1523): Opp. X 1650 BD. Carta a Eobanus Hessus de 29-3-1523; W A Br 2, 50. Carta de 28-3-1519: W A Br. 1, 361-363. Carta a Juan Lang de 1-3-1517: W A Br 1, 90, 19. W A Br 3, 271; ALLEK, V, n. 1443, 67-70.
ALLEN, V, n. 1493, 4.
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hasta tomar pblicamente posicin. La eleccin del tema muestra lo que el gran humanista vea sobre todo en peligro: la dignidad del hombre, que, por mucho que dependa de la gracia, es socio de Dios. Lutero mismo reconoce en su respuesta que Erasmo haba sido el punto decisivo: Te has atenido realmente a lo principal y no me vienes como todos los otros que hasta ahora me han atacado con las ridiculas cuestiones sobre el papado, el purgatorio y las indulgencias. Slo t has conocido de qu se trata realmente. T has cogido al toro por' los cuernos18. Ya de tiempo atrs se vio metido Erasmo en el terreno del libre albedro. En febrero do 1523 hubo de defenderse de la censura de pelagianismo, que se le hizo de parte luterana, por su doctrina sobre la libertad humana en su parfrasis a la carta de los Romanos (1517). Aqu da argumentos que explana ms en De libero arbitrio. Erasmo ve al hombre entre el Scylla y Charybdis de la confianza en sus obras y de un desenfrenado fatalismo. La doctrina de Lutero la toma de la Assertio (1520), la extensa rplica a la bula Exsurge Domine. Aqu haba sentado el reformador la tesis: El libre albedro despus del pecado es mera palabra, y si el hombre hace lo que de l depende peca gravemente18. En la discusin entre Lutero y Erasmo no se trata de la libertad moral en general, sino de la funcin de la voluntad humana en la realizacin de la salud eterna. Puede alcanzar por s misma la salud, o, en otros trminos, puede aceptar o rechazar libremente la gracia ofrecida? Para Erasmo, la sagrada Escritura, los filsofos y el sentido comn confirman de consuno que la voluntad es libre. Qu necesidad haba, de lo contrario, de que la Escritura reprenda, exhorte y ensalce la obediencia? La justicia y misericordia de Dios no tienen sentido sin un resto de libre albedro por parte del hombre. De acuerdo con Agustn, no quisiera Erasmo poner muy alto la funcin del libre albedro: Me place la opinin de aquellos que adscriben algo al libre albedro, pero ms a la gracia19. El hombre necesita de la gracia previniente y de la cooperante. sta opera y no simplemente acompaa a la obra, que realiza con el libre
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De servo arbitrio W A 18, 786 en lo que sigue citado con pgina y lneas.
ALIJEN, V, n. 1342.
1S. Art. 36: WA 7, 142, 22. 19. 90, l i s citado con pagina, y lneas por la ed. de J H . VON WALTHER, Leipzig 1910; reimp. 1935.
albedro. Contra Karlstadt y Lutero expone Erasmo una tercera concepcin que da lugar al libre albedro, pero no deja lugar a duda de que, a la postre, todo depende de la gracia de Dios. Aqu nos las habernos con gentes que se apartan muy lejos de Pelagio, que atribuyen mucho a la gracia y casi nada al libre albedro, pero que, no obstante, no lo suprimen enteramente. Dicen esas gentes que el hombre no puede querer bien sin la gracia especial (gratia peculiaris); nada puede empezar, continuar, ni acabar sin la ayuda permanente de la gracia divina. Su opinin parece bastante probable, pues deja al hombre la posibilidad de esforzarse, pero no la de gloriarse de sus esfuerzos (30, 22-29). Los pasos de la Escritura que hablan de una predestinacin absoluta y de un endurecimiento intencionado hay que interpretarlos segn Erasmo discretamente. En general l quisiera afirmar lo menos apodcticamente posible. No me gustan en absoluto las afirmaciones demasiado rotundas y prefiero ponerme del lado de los escpticos, siempre que me lo permite la inviolable autoridad de la sagrada Escritura y las decisiones de la Iglesia a las que someto de buena gana mi juicio en todas las cosas, lo mismo si entiendo sus ordenaciones, que si no (3, 15-20). Sin embargo, prescindiendo totalmente de su disposicin psquica y espiritual, la cosa misma impone sabia limitacin. En todo caso, la apelacin subjetiva al espritu evanglico (16, 18) no da seguridad. Qu voy a hacer cuanto tantas gentes opinan diversamente y cada uno jura tener el Espritu Santo? (17, 25s). La seguridad de s mismos con que se presentan los reformadores y dan de mano a la interpretacin escrituraria de los padres de la Iglesia, forma para Erasmo un extrao contraste con las desavenencias en su propio campo. Ello quiere decir que el sentido de la Escritura no es tan claro como se afirma. A l no le interesa presentarse muy definido. Conoce demasiado el doble suelo del ser; ve con harta claridad lo falso en lo verdadero y lo verdadero en lo falso para fijarse demasiado unvocamente. Sobre lo que antao se discuta libremente, no se puede hoy siquiera abrir la boca. l se encuentra molesto en un tiempo, en que tan inexorablemente se urge la decisin. Justamente por amor a la verdad, quiere permanecer indefinido. Y es as que, en la sagrada Escritura, hay ciertos pasos inaccesibles, en cuyas honduras no
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podemos, por voluntad de Dios, penetrar y, si a pesar de todo, lo intentamos, nos envuelve creciente oscuridad (5, 17ss). Muchas cuestiones habra que dejarlas no, como hoy se pide, hasta un concilio ecumnico, sino hasta que se quite el espejo y el enigma y veamos a Dios cara a caraao. Sobre todo cuestiones oscuras e inciertas y hasta pasajes de la sagrada Escritura no son para exponerse ante el pueblo inculto. Es ms, aun admitido que sea en cierto sentido verdad cosa que ense Wyclif y ha confirmado Lutero que nada hace el hombre por libre voluntad, sino todo por pura necesidad, qu cosa puede haber ms inoportuna que pregonar pblicamente esta paradoja...? Qu dbil aguantara en adelante la lucha duradera y trabajosa contra la propia carne? Qu malo tratara en adelante de corregir su vida? (9, 20-10, 11). Erasmo no puede imaginarse tica cristiana sin libertad para escoger el bien y rechazar el mal, sin que el hombre, por lo menos por la gracia, sea capaz de esta libertad. Si no puede aducir una prueba evidente de ello, la solicitud pastoral y teolgica por la muchedumbre inculta le obliga en todo caso a postular esta verdad, y veda que sea puesta en tela de juicio fuera del dilogo de los doctos. Lutero se tom tiempo para responder. Estaba harto ocupado con su lucha contra los profetas celestes y las revueltas de los campesinos. A pesar de los duros reveses y de todos los desengaos, no se muestra nada inseguro en el De servo arbitrio con que replica a Erasmo, aparecido finalmente en diciembre de 1525. Hay que dar testimonio de la verdad de Dios sin miramientos de pedagoga humana, incluso contra la Iglesia y su tradicin, no menos que contra el juicio aparentemente infalible de la razn humana. Erasmo no ha entendido en el fondo que la sagrada Escritura slo contiene una verdad, a saber, que Dios es Dios, es decir, absoluto e incondicionado, y el hombre hombre, es decir condicionado y dependiente de Dios. l es Dios, para cuya voluntad no vigen causa ni razn, que pudieran prescribrsele como regla o medida. No tiene nada a par de s ni por encima de s, sino que su voluntad es la regla de todo. Si para la voluntad de Dios vigiera alguna regla, medida, causa o razn, ya no podra ser la voluntad de Dios. Y es
20. AIAEN, v, n. 1334, 231-234.
as que lo que l quiere no es recto porque l lo debe o haya debido querer as; sino, al contrario, lo que sucede tiene que ser recto porque l lo quiere. A la voluntad de la criatura se le prescribe causa y razn, no a la voluntad del creador (712, 32-38). Consiguientemente, en las cosas inferiores es libre el hombre y obra segn su propia ley. A diferencia de la Asserio, en el De servo arbitrio admite Lutero un libre albedro en el orden civil21. Erasmo haba puesto empeo en los matices; Lutero, en cambio, sobrecarga la tinta, para dar la mxima claridad a su tema, que es por cierto seriamente religioso. Al hacerlo no le falta conciencia de su misin y orgullo personal. Por desgracia no se arredra ante el insulto a su rival y reproduce inexactamente su opinin siempre que ello facilite la propia argumentacin. Erasmo es para l un ateo, un despreciador de la Escritura y destructor del cristianismo, un hipcrita, blasfemo y escptico22. Un cristiano, empero, debe amar afirmaciones que obliguen, o no es cristiano (603, 11). Digo esto para que, desde ahora, dejes de acusar nuestra causa de pertinacia y tozudez. Pues con ello slo das a entender que llevas atravesado en tu corazn a Luciano o algn otro puerco de la piara de Epicuro, que no cree haya Dios y hace chacota de quienes lo creen y confiesan. Djanos ser "afirmadores" y... complcenos en las afirmaciones y qudate t con tus escpticos hasta que Cristo te llame. El Espritu Santo no es escptico, ni nos ha escrito en el corazn sentencias dudosas, sino afirmaciones, ms ciertas y firmes que la vida misma y que toda experiencia (605, 26-34). Para Lutero la sagrada Escritura es clara en el fondo y slo ofrecera dificultades filolgicas, siquiera la claridad interna del corazn sea condicin para su inteligencia. Es menester del espritu de Dios para entender la Escritura o slo una parte de ella (609, 11). No es en modo alguno impo ni petulante, como se imagina Erasmo, sino ms bien saludable y necesario para un cristiano, saber si su voluntad puede hacer algo, o no puede nada, para su salud eterna (614, 2). Si eso no sabemos para lo cual slo la revelacin nos ayuda no sabemos nada en absoluto del cris21. .mtellvgwmus homwem m do regna distribu. Uno quo fertur suo arbitrio et consilxo, absque praeceptis et mandaiis Det, puta vn rebus mferwrxbus Hic regnat et ett dommus, ut m manu consix sui rehctus*, WA 18, 672, 8-11 22. Cf. las quejas de Erasmo respecto del prncipe elector Juan de Sajorna (ALLEN, VI, n. 1670, 28-37) y Lutero (ALLEN, VI, n 1688, 12-24)
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tianismo, y somos peores que todos los gentiles (614, 6s). Tampoco hay que temer levantamiento alguno. Cuando Dios y el enemigo de Dios estn luchando entre s, no ha de haber un levantamiento en todo el mundo? Querer reprimir ese levantamiento es tanto como querer destruir y prohibir la palabra de Dios (626, 23-26). Se trata de la humillacin de nuestra soberbia y del reconocimiento de la gracia de Dios (632, 28). Ahora bien, el hombre no puede humillarse completamente hasta que sabe que su salud eterna est de todo en todo fuera de sus fuerzas, resoluciones y esfuerzos, fuera de su voluntad y sus obras, y depende enteramente del Ubre beneplcito, resolucin, querer y obrar de otro, es decir, de Dios... y el que no duda en absoluto de que todo depende de la voluntad de Dios, ese desespera enteramente de s, no escoge nada, sino que aguarda la operacin de Dios; ese est ms prximo a la gracia de salvarse (632, 30-633, 1). Slo los que de este modo se humillan y aniquilan pueden salvarse, slo los que no solamente creen en lo invisible, sino tambin en lo ms profundamente escondido en oposicin a lo objetivo, a la percepcin y a la experiencia 2S. As Dios oculta su eterna bondad y misericordia bajo ira eterna, su justicia bajo injusticia... Poder creer que es justo el que adrede y sin que el hombre lo pueda evitar hace condenables a los hombres, he ah el ms alto grado de fe (633, 14-18). El Dios que revela sigue siendo el Dios escondido y hasta se oculta en lo contrario. Partiendo de ese misterio del Deus absconditus quiere Lutero que se entienda la doctrina del siervo albedro, en el sentido de que el hombre est poseso del mal o del espritu de Dios. Siempre obra necesariamente, lo que no quiere decir forzadamente. No necesita de la violencia externa: Su gusto o inclinacin, que no puede mudar por su propia fuerza, le hara obrar. Si la voluntad es cambiada por el Espritu Santo, ni aun en ese caso es en manera alguna libre. No puede ser de otro modo, en tanto lo animen el espritu y la gracia de Dios (635, 5s). As la voluntad humana est puesta en el medio, como una bestia de carga; si Dios monta sobre ella, quiere y va donde Dios quiere... Si se monta Satans quiere y va donde quiere Satans, y no est en su propia
23. <Non autem remotius absconduntwr, quam sub contrario obiectu-, sensu, (633, 9). experientia
eleccin correr tras uno de los dos caballeros ni buscrselo; ms bien luchan ambos por echarle mano y poseerla24. Si Erasmo alega contra esta concepcin inaudita la tradicin de la Iglesia y el testimonio de los santos, Lutero le replica: La Iglesia es oculta, los santos son desconocidos. A quin hemos de creer? (652, 23). Slo la sagrada Escritura decide quin tiene razn (653, 28). Tanto ms axiomtico es que quien niega que la Escritura nos d clara inteligencia, quita al hombre toda luz, toda posibilidad de iluminacin (656, lOs). Sentada esta base procede Lutero a rebatir las razones de Erasmo y defender su propia tesis, y acaba con un himno a la gracia, regalo de la liberalidad divina. La servidumbre de la voluntad no slo es signo del hombre cado, sino del hombre en general como criatura; tambin el hombre regenerado es esclavo. Se trata del libre albedro, uno, igualmente impotente en todos los hombres, que no es ms que barro, nada ms que tierra balda, precisamente porque no puede querer el bien (706, 4-6). Pero esta verdad no abate a Lutero, sino que es para l alegre motivo de la certidumbre de su salud eterna. Yo confieso francamente de m mismo que, si fuera posible, no quisiera que se me diera el libre albedro, o que se dejara algo en mi mano por lo que yo pudiera esforzarme por mi salud... me vera obligado a esforzarme constantemente por lo incierto y dar golpes al aire; porque mi conciencia no estar... nunca cierta y segura de cundo tenga que hacer para satisfacer a Dios (783, 17-26). Puesto que la salud eterna est sustrada a su voluntad y no se ha prometido por razn de su obra, sino por la gracia de Dios, Lutero est cierto de que ningn demonio lo puede vencer ni arrancarle a Dios. Demos que ahora se salvan pocos; por la fuerza del libre albedro no se salvara nadie, sino que nos perderamos todos juntos (783, 35). Ante la opresora majestad de Dios, que en el sentido del occamismo es pura voluntad, no le queda ya al hombre posibilidad de meter baza; si no quiere perecer de miedo, necesita seguridad o certeza a toda costa. Pero de dnde le viene la certeza de pertenecer a los pocos que se salvan y no pueden menos de salvarse? Erasmo qued profundamente afectado por la manera violenta
24. 635, 17-22; cf. A. ADAJI, Die Herkunft ais Reittier Gottes: LuJ 29 (1962) 25-34. des Lutherwortes vom menschlichen Wlm
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de Lutero, que no se par ante la agresin personal. Para l, Lutero haba escrito de una forma que no dejaba ya lugar para la amistad25. En Hyperaspistes diatribae (1526-27) defendi una vez ms el gran humanista su punto de vista y de nuevo apunta a que la sagrada Escritura tiene pasos oscuros y no consiente que sean discutidos en todas sus partes, en todo momento y ante cualquiera. Resueltamente protesta contra lo que le atribuye Lutero: Como si yo enseara que hay una piedad cristiana sin Cristo...! Aqu apelo una vez ms a tu conciencia, Lutero. No te avergenzas de emborronar papel con esas nenias? Retuerces mis palabras... En qu libros se estampa ms a menudo que en los mos el nombre de Cristo? 26. Erasmo se haba resuelto a enfrentarse con la reforma protestante y confesar la doctrina de la antigua Iglesia en una cuestin que el humanista llevaba especialmente atravesada en el corazn. Su clera e indignacin contra Lutero fueron violentas. Sin embargo, aun ahora tuvo empeo en no aparecer como hombre de partido. Siempre he aborrecido los partidos. Hasta ahora he querido quedarme solo, no he querido separarme de la Iglesia catlica... Jams he apostatado de ella. Tu iglesia, escribe en el Hyperaspistes dirigindose a Lutero, no la he llamado nunca as. S que en la Iglesia que llamis papista hay muchos que me desagradan, pero tambin los veo en tu iglesia. Sin embargo, males a que uno est acostumbrado, se soportan ms fcilmente. Soporto, pues, esta Iglesia hasta que vea otra mejor; y, por el mismo caso, ella se ve forzada a soportarme a m, hasta que yo me haga mejor. No se camina mal, cuando entre dos males, se escoge el trmino medio 27. Aun en esta confesin se percibe un tono de reserva intelectual, de miedo a fijarse y comprometerse. Tambin el Erasmo tardo est caracterizado por la scepsis y hasta por un amplio adogmatismo. No le interesa tanto la teologa, cuanto la piedad de corazn y la educacin. Como del rigorismo religioso de Lutero, as, en el Ciceronianus (1528), se distanci Erasmo de un humanismo pagano, para el que Cicern importara ms que Cristo. Cuanto ms se desgarraban los bandos religiosos, ms quisiera l reducirlos a la unidad por medio de un cristianismo senci25. ALLEN, VI, n. 1717, 42s
lio y prctico, de fundamento bblico, y dejar en segundo trmino dogmas y credos. En 1526 escriba a Fabri, obispo de Viena que debieran apartarse de las escuelas a hombres de partido y poner en su lugar a hombres que no se ocupan en controversias dogmticas, y slo ensean a los alumnos lo que, sin controversia, contribuye a la piedad y a las buenas costumbres... hombres que, ajenos al estudio de pormenores, ensean a los nios lo til 2S. A la primaca de la verdad contrapone la de la paz. Todava en 1530 opina en carta a Sadoleto: Si al principio no se hubiera prestado atencin a Lutero, no se hubiera levantado este incendio, o ciertamente no se hubiera propagado tanto 29. A la postre, la culpa la tienen los frailes, que predicaron sin pudor las indulgencias, y atacaron luego a Lutero, que se levant contra ellas. Fue hado de Erasmo haber sido llamado a una hora en que la cuestin de la verdad se planteaba inexorablemente y se urga la decisin, cuando a l le faltaba de todo en todo el temple de mrtir 30. Que el partidismo haba de ir de la mano del espritu liberal, tolerancia y amplitud de corazn, lo demostr su gran amigo Tems Moro. Pero nada caracteriza tan bien su propio fallo, como su falta de inteligencia del martirio del canciller ingls: As no se hubiera metido jams en ese peligroso asunto y dejado el caso teolgico a los telogos!S1. Si el viejo Erasmo rechaz con creciente energa y viveza la reforma protestante, no fue como error y hereja, sino como jatalis tumultus, sino porque conduca a la sublevacin, a la inmoralidad, intolerancia y ruina de los estudios humansticos. Cuando Ecolampadio introdujo violentamente la reforma en Basilea y aboli la misa, Erasmo se retir, en 1529, a Friburgo de Brisgovia, para hallar tranquilidad para sus estudios literarios. Quera restablecer la unidad de la Iglesia (Lber de sarcienda ecclesiae concordia, 1533) en nombre de la sencillez de la Iglesia apostlica. Retornando a la sagrada Escritura y limitndose a las verdades fundamenta28. 29 ALLEN, VI, n 1690, ALIJEN, V I I I , n. 33 101 256s
2315,
26. 27.
30. Non omnes ad martyrwm satts habent roborvtf? (ALLEN, IV, n 1218, 32) Cf J HUITZINGA: Erasmo es hombre demasiado inteligente y demasiado moderado para ser heroico (p 225) Entretanto, Huizmga y su generacin han experimentado que el ser, o no, heroicos, no es cosa que se deje a nuestro gusto 31 Carta a B Latomus de 24 8 1535 ALLEN, X I , n 3048, 59s
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les del smbolo de los apstoles (Explanatio Symboti, 1533), cesaran todas las controversias, y la Iglesia volvera a su primigenia pureza espiritual (De purtae ecclesiae christianae, 1536). Con estas ideas hall Erasmo eco entre los prncipes, por ejemplo, en el Bajo Rin, e hizo escuela entre telogos como J. Witzel, M. Butzer y G. Cassander. Sin embargo, su falta de nimo para decidirse y confesar la fe catlica da ms que no aprovech a la unidad a la que pensaba servir. Y es as que nada favoreci tanto la escisin de la Iglesia como la ilusin de que tal escisin no exista (H. Jedin). Los indicios o comienzos de reforma que se dan en las obras de Erasmo y tenan, entre otros, sus races en el humanismo cristiano de John Colet (1466-1519), no estaban a la altura del mpetu y tormenta del protestantismo y fueron sbitamente desbordados por ste. Erasmo adquiri sobre todo importancia para la reforma interna de la Iglesia como pedagoga y catequista32. Ya en 1512, a ruegos de John Colet, haba compuesto en el Christiar Hominis lnstitutum una instruccin, una especie de catecismo en verso para nios. Este breve escrito se difundi mucho en 70 reimpresiones por lo menos. Por ruego tambin de un ingls, el padre de la reina Anna Boleyn (o Bolena), apareci la mayor obra catequtica dada a la imprenta en 1533, la Explanatio Symboli... Decalogi prmceptorum et Dominicae precaionis, que en las adiciones posteriores es designado como Catechismus. Por su forma literaria, la Explanatio es un dilogo entre catequista y alumno. De las seis catequesis, las cinco primeras tratan del smbolo de la fe, y la ltima de los mandamientos y el padrenuestro. Los sacramentos slo se discuten brevemente, obiter, como nota el mismo Erasmo38; en proporcin con el volumen, ms brevemente que en el lnstitutum, y eso que los sacramentos eran acaloradamente discutidos por los reformadores y aqu hubiera necesitado el laico una respuesta esclarecedora. No puede expresarse con ms claridad lo extrao que eran a Erasmo el culto y los sacramentos, y hasta qu punto haba eludido no slo la pugna teolgica, sino tambin la
32. Pero me parece haber sido exagerado por R. PADBERG (Erasmus ais Katechet, Fnburgo de Brisgovia 1956) cuando presenta a Erasmo como el renovador de la predicacin catequtica (p. 157) y dice de la Explanatio que da respuesta y claridad en sentido general para esta hora de tribulacin y peligro (127). 33. Tamtum obiter de sacramentis attigisse sat est: Opp. v, 1176 E.
necesaria confesin de la fe34. Ello aparece sealadamente en el modo de tratar la Eucarista. En el lnstitutum, todava haba hablado Erasmo de la mstica comida que, bajo la imagen de pan y vino, nos ofrece verdaderamente a Cristo presente35. En cambio, en la Explanatio de 2533 se dice: La eucarista nos fortalece para el verdero combate. Por ella se despierta en nosotros la fuerza de la fe, y por el recuerdo de la muerte santa nos llenamos de abundante gracia, pues por modo misterioso renovamos aquel sacrificio nico al que debemos nuestra salud eterna 8e. No se habla de la presencia real. Lo cual sorprende ante la viveza con que Ecolampadio la rechaz en Basilea; pero se comprende, recordando la simpata de Erasmo por la concepcin de este reformador, por ser ms sencilla y comprensible, y traer menos cuestiones complicadas 37. Luego se mantuvo ciertamente en la doctrina de la antigua Iglesia y en ella insisti ; sin embargo prefera que no se discutiera el cmo de la presencia corporal ni que, en lo posible, el magisterio fijara doctrina oficial sobre este punto. Los hechos que aqu tenemos delante no se explican bien como retorno a la predicacin de la Biblia y de los padres ss . As que el empeo por limitar lo ms posible el campo de doctrina de fe obligatoria sigui siendo rasgo fundamental de la teologa de Erasmo, aun en un tiempo que se impona finalmente en la Iglesia la idea clara de que, frente a la incertidumbre dogmtica, era necesario fijar la doctrina y deslindarla del error. En el lnstitutum haba el autor manifestado expresamente su deseo de ser confortado en la hora de su muerte con los sacramentos de la Iglesia39. Sin embargo, al sacerdote Erasmo, la prohibicin de celebrar la misa y el riesgo de morir sin sacramentos no lo retrajeron de volver, en mayo de 1535, a la protestante Basilea, cuando se restableci all la tranquilidad
34. Contra R. Padberg que precisamente fundado en la Explanatio quiere refutar la tesis (Lortz, Huizinga y otros) de que Erasmo descuida los sacramentos. Cf. l.c, c. 46, 56, 0 ii. 72, 110, n. 138. 35. <cMysticus Ule cibus (Graeci dixere Synaxin). Qui pais vinique palam sub imagine, Chrisium Xpsum praesentem ver exhihet intima nostri Viscera coelesti saginat, et educat esca, Inque Dea reddit vegetos, et reddit adultos (Opp. v, 1358 E ) . 36. Opp. v, 1175s
37. 38. ALLEW, V I I I , n. 2147, PADBEHG l.c, p. 107, n. 32s. 221.
39.
Opp. V, 1359s.
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exterior. En el tratado: De praeparatkme ad mortem (1534) parece haberse familiarizado con la idea de morir en un ambiente no catlico. Segn el tratado, una sincera confesin en el trmino de la vida es desde luego salutfera; pero, de no poderse disponer de un sacerdote, no hay por qu temblar con miedo supersticioso. Pues tambin la oracin y la penitencia interior pueden traernos la salvacin40. Erasmo muri un ao ms tarde, en Basilea, sin asistencia de sacerdote. Fue solemnemente enterrado como protestante. As, hasta el fin de su vida, dio a la paz, que tanto contribuy a su bienestar y a las bonae litterae, la primaca sobre la verdad.
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El movimiento reformista no poda llegar a una doctrina y organizacin eclesistica uniforme, pues la reforma protestante en el sur de Alemania y sobre todo en Suiza naci independiente en lo 236
esencial de Martn Lutero y tom forma propia de hombres importantes y autnomos como Ulrico Zuinglio (1484-1531), Juan Ecolampadio (1482-1531), Joaqun Vadian (1483-1551), Bertoldo Haller (1492-1536) y otros. Adems, en Suiza no se da siquiera una reforma uniforme. Cada cantn tiene su propia historia reformista. Lo cual tampoco impidi que, por su importancia poltica y por la descollante figura de su reformador Zuinglio, ocupara Zurich una posicin directiva. Si la reforma de Wittenberg estuvo bajo el signo del principado territorial, el escenario de la reforma suiza fue la comunidad de ciudad y territorio de tipo republicano. Ya de muy atrs estaban los confederados suizos habituados a prescindir de emperador e imperio y arreglar por s mismos sus asuntos en rdenes del da. Despus de la guerra de Suavia, alcanzaron de hecho, en la paz de Basilea (1499), su independencia del imperio. Como zuavos del papa y por su propia cuenta tomaron parte importante en la lucha por la Italia del norte entre Francia, el emperador y el papa. El sueo de lograr un puesto entre las grandes potencias despus de la derrota de los franceses en Novara, apoderndose de la Alta Italia, tuvo> sbito' fin por la aplastante derrota de Marignano en 1515 x. La mltiple ayuda militar prestada al papa acarre a los confederados muchos privilegios y condujo a un marcado rgimen de iglesia nacional ms all incluso de lo que ya de suyo acostumbraban hacer las ciudades. As se facilit la introduccin autoritativa de la reforma protestante. La reforma se introdujo primeramente en Zurich y fue aqu obra de Ulrico Zuinglio. Zuinglio naci, tercero de diez hermanos, el da de ao nuevo de 1484, en Wildhaus en el condado de Toggenburg. Su padre era all bailo o guarda del campo. Zuinglio mismo recalc su origen campesino soy un labriego, y lo soy de cuerpo entero. Ello favoreci su lenguaje popular y plstico. A los seis aos recibi la primera instruccin de su to, prroco de Walensee. A los diez aos asisti a la escuela de latn de Basilea y complet su formacin con el humanista Wolfflin en Berna (1497). Los estudios universitarios los hizo en Viena (1498) y en Basilea (1502). En ambas ciudades floreca el humanismo, en
1. E. GAGLIAEDI, Geschichtc der Schwew i, Zunch 21934, 288-312.
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Basilea sobre todo en un grupo de eruditos libres. En la universidad era norma para Zuinglio la va antiqua. El haber unido la escolstica tomista y el humanismo, el racionalismo y la tica fue su caracterstica de por vida. Ya aqu dice haberle hecho notar su maestro Thomas Wyttenbach lo problemtico de las indulgencias (ZW 2, 145, 27). Sin embargo, no lleg a estudiar teologa. Apenas haba comenzado su estudio, en el comienzo de 1506, tras la obtencin del grado de magister artium, fue elegido prroco de Glaris. Ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1506, tom posesin de su parroquia. Era fervoroso, organiz una peregrinacin y construy para ello una capilla. Sin embargo, la cura de almas, en que, ayudado por cuatro capellanes, no tena que atender ms que a 1000 feligreses, le dejaba bastante tiempo para el estudio de los antiguos, de los padres de la Iglesia y de la Vulgata. Desde 1513 aprendi por s mismo el griego. Simultneamente se despert su pasin por la poltica. Sus primeros trabajos literarios son fbulas patriticas en que previene contra las leyes de mercenarios por parte del rey de Francia. Como capelln castrense acompa muchas veces a los suizos a Lombarda, y estaba orgulloso de que sus compatriotas hubieran recibido del papa el ttulo de liberadores de la Iglesia. Por sus servicios recibi de la curia una pensin. Su solemne llamamiento a los confederados en Monza a la unidad y fidelidad al papa no pudo evitar la catstrofe de Marignano. Como ahora triunfaron en Glaris los Franzoslinge (los afrancesados), hubo de renunciar a su cargo de predicador castrense. El 1 de noviembre de 1516 logr que se lo destinara por tres aos a Einsiedeln, y aqu trabaj, en la organizacin de peregrinaciones, como sacerdote, dentro del marco tradicional; y hasta en verano de 1517 hizo l mismo una peregrinacin a los santuarios de Aquisgrn. Al mismo tiempo estudiaba el Nuevo Testamento griego de Erasmo, y se sac una copia de las cartas de san Pablo. No cabe hablar en Zuinglio de una lucha por el evangelio, como en Lutero, ni de una idea reformista que lo conmoviera profundamente. Si en 1523 afirma retrospectivamente: Antes de que en nuestra tierra supiera nadie nada del nombre de Lutero comenc yo, el ao 1516, a predicar el evangelio de Cristo (ZW 2, 144, 32ss), se trataba aqu de predicacin de reforma en general y crtica de los abusos, cosa que no era novedad en ambientes
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erasmianos. La obligacin del celibato no parece haberla tomado Zuinglio muy en serio. Cuando en 1518 iba a ser nombrado coadjutor de la catedral (Grossmnster) de Zurich, se aleg contra l haber seducido en Einsiedeln a la hija de un empleado. En una carta de confesin (ZW 7, 110-113), que no corresponde por su tono al asunto y hace suponer poco de una teologa de la cruz, afirm Zuinglio haber sido la hija de un barbero, de vida ligera, pero que todava no haba deshonrado nunca a una virgen intacta. Si en este aspecto haba faltado en Glaris, un sentimiento de pudor lo haba determinado siempre a hacerlo en todo secreto. Estos antecedentes no impidieron que 17 de 22 cannigos votaran a favor de Zuinglio. Con ocasin de su toma de posesin explic Zuinglio ante los cannigos su plan de predicar sobre el texto seguido del evangelio sin preocuparse del orden de las percopas. A pesar de la contradiccin, el 2 de enero de 1519 comenz con el captulo primero de san Mateo 2. El ao 1525 haba predicado de este modo todo el Nuevo Testamento. Sus sermones no fueron puestos por escrito, las ideas fueron a lo sumo consignadas en uno que otro tratado posterior. Que Zuinglio alejara de Zurich al predicador de indulgencias Sansn, no puede tomarse como acto reformista, pues el papa mismo prohibi a este franciscano que actuara ms en Suiza. Tampoco la manera como, en la primavera de 1519 trat del culto de los santos va ms all de las aspiraciones de reforma, corrientes entre los humanistas. Por entonces escribi: He prohibido la adoracin de los santos; su invocacin no la quisiera extirpar de raz (ZW 7, 181, 7). Slo atac que se dirigiera el padrenuestro a los santos. Desde 1519 se comprueba un conocimiento ms inmediato de Lutero por parte de Zuinglio, que difundi escritos suyos y vio en stos la confirmacin de su propio modo de entender el evangelio, que lograra por s mismo desde 1516. La actitud de Lutero en la disputa de Leipzig lo impresion profundamente. El escrito: Sobre la potestad del papa (WA 2, 183-420) que apareci en septiembre, impreso por Froben, en Basilea, hall su asentimiento: Cristo rige a su Iglesia desde el cielo. El papa no es de derecho divino y los
2. Cf. Apologticas ArcheteUs (1522) : Z W 1, 284s.
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concilios pueden errar. Slo la sagrada Escritura es fundamento de la fe. Pero cuando, a mediados de 1520, estaba Lutero amenazado de excomunin, Zuinglio le censur su carcter irreflexivo y extremado (ZW 7, 293, 9). El prudente labriego suizo no quiso arriesgar su propia obra por relaciones con el wittenbergense, y se distanci de l. Insista en que no era luterano y haba llegado por su cuenta al evangelio3. Es ms, hasta en 1523 pretende haber ledo poco las obras de Lutero: No quiero llevar el nombre de Lutero, pues he ledo muy poco de su doctrina, y me he reservado a menudo respecto de sus libros, slo por satisfacer a los papistas (ZW 2, 147, 28). A fines de 1519, enferm de muerte Zuinglio por la peste. La enfermedad contribuy a su madurez espiritual, pero la experiencia de la peste no fue una conversin ni el punto de partida para su actividad reformadora. El comienzo de su predicacin evanglica lo puso Zuinglio mismo en el ao 15164, y su rotura con el papado a fines de 1520. Atribuir esta ltima a una sacudida religiosa o a una idea teolgica decisiva durante estos meses, es una gratuita construccin6. Walter Kohler califica las preparaciones para la leccin sobre los salmos del invierno siguiente preparaciones escritas en el verano de 1520 como el ms antiguo testimonio de fe del reformador Ulrico Zuinglio 6. Pero cuando antes recalca que en esta leccin sobre los salmos, si alguna vez la dio, expuso Zuinglio teologa de Agustn como teologa de la fe sola, como conciencia reformista de redencin, con ello se dice tambin que no se mova por carriles completamente nuevos. Zuinglio
3. 2, 149, 34, Also wt xch mt, das mich che Bapstet luterisch nenmndj denn ich dte leer Chrtsti ntt vom Luter gelernt hab, sunder uhs dem selbswort gottes. (No quiero, pues, que los papistas me llamen luterano, pues no he aprendido la doctrina de Cristo de Lutero, sino de la palabra misma de Dios), 4 A fines de 1521 escribe: <Hace anco aos que estoy trabajando en la obra evanglica (ZW 7, 485, 3) He aprendido la fuerza y trasunto del evangelio ptr la lectura de Juan por los tratados de Agustn, as como por el diligente estudio de las cartas de Pablo en su texto griego, que me copi con mi propia mano; de esto hace H aos, cuando tu (Lutero) slo hace 8 que has llegado a dominar (ZW 5, 712). 5 F SCHMIDT CLAUSING (Zmnglw p 47) quiere ver en la peticin del padrenuestro Perdnanos nuestras deudas, el lugar reformista de Zuinglio y cita a F BLANK N O se puede ya decir que, en contraste con Lutero, la evolucin de Zuinglio careciera de lucha. No, lo que Lutero vivi en Rotn 1, 17, lo vio claro Zuinglio en Mt 6, 12. Ambos conocieron la consagracin de la prueba, ambos la maravilla de descubrir el evangelio 6 W KOHLER, Huldrych Zvnngli, Stuttgart 21952, 71; id., Dte Rcmdglossen Ztmglts zum Rom m semer Abschnft der paultmschen Bnefe 1516-17 Festgabe Joh Ficker (1931) 86 106
expresaba con citas de Agustn lo que estaba entonces en el aire y lo que l mismo haba manifestado ya antes en sus notas a las obras de Agustn. El perdn de los pecados y la justificacin por la fe adquirieron significacin ms central; pero en la acentuacin de la cooperacin humana y de la buena voluntad liberada por la gracia se hace valer de todo en todo la herencia humanstica.
La ruptura con la Iglesia Zuinglio mismo vio su ruptura con el papado, en el retiro de la pensin papal. Yo la rechac en 1520 con carta de mi propio puo (ZW 2, 314, 13s). El hecho estaba en entera armona con la poltica de neutralidad que Zuinglio proclam con creciente claridad. Y es as que la estrecha unin de actividad poltica y reformadora vendra a ser caracterstica general de la obra de su vida. Al comienzo de su poca de Zurich, todava se inclinaba al cardenal Schiner y a su poltica antifrancesa. Luego defendi cada vez ms fervorosamente la idea de la paz en el sentido de Erasmo. Anim a Cristbal Froschauer a que inaugurara su imprenta en Zurich con una traduccin alemana de la Querela pars. nico entre 13 lugares de la confederacin, rechaz Zurich en mayo de 1521 una alianza con Francia y el 11 de enero de 1522 se public una orden en que se amenazaba el enganche con prisin. No puede decirse si estas medidas se debieron inmediatamente a Zuinglio; lo cierto es que defendi la independencia del extranjero7 y la paz En balde intent impedir con vivas palabras que, en julio de 1521, aprobara el consejo de la ciudad una oferta al cardenal Schiner de 1500 hombres para la proteccin del papa. El que, contra lo acordado, intentara Schiner llevar las tropas a campaa contra Francia y Miln indispuso no poco la ciudad contra el papa y contribuy a desprenderla de la Iglesia de Roma. As, la renuncia de Zuinglio a la pensin papal era forzosa, si no quera que se le discutiera con razn el derecho a tomar posicin contra el apoyo militar del papa. La prdida dolorosa, en su situacin de pobreza,
1 Dejar a los principes ser prncipes y permanecer confederado^ fue su santo y sea, segn BLLINGER, Reformattonsgeschtchte, ed. dirigida por J J HomifGER - H H V&GELI, Frauenfeld 1838, n , 1840, 41s
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de 50 florines, fue en parte compensada por su ingreso entre las filas de los cannigos del Grossmnster que hubo lugar el 29 de abril de 1521. Hasta octubre de 1522 desempe sus funciones sacerdotales. El conflicto con la Iglesia tuvo una ocasin, en apariencia, puramente externa. En la cuaresma de 1522, como alarde de libertad evanglica, el impresor Froschauer organiz, con un grupo de ciudadanos, una comida de salchichas. Zuinglio estuvo presente, aunque no comi de las salchichas. Ello no lo eximi de una investigacin ordenada por el consejo y la autoridad episcopal, pues se saba bien que estas infracciones del precepto del ayuno, advertidas tambin en otras ocasiones, tenan mucho que ver con la predicacin de Zuinglio. La cosa pareci tomar un sesgo inofensivo Se aprob un protocolo del consejo de 9 de abril, segn el cual, hasta nueva orden, nadie podra comer carne en la cuaresma sin motivo y permiso particular; pero se prohibieron tambin todos los discursos que tendieran a excitar los odios por razn de comer carne y predicar. Esto pudo interpretarlo Zuinglio a su favor. El 19 de abril public, como primer escrito reformista, su sermn sobre el ayuno, habido el 23 de marzo, con el ttulo: Sobre la eleccin y libertad de las comidas (ZW 1, 88-136), en que defenda la libertad del cristiano: Si tienes ganas de ayunar, ayuna Si no te place comer carne, no la comas; pero djame libre al cristiano (ZW 1, 106, 15). El obispo de Constanza y ms an su celoso vicario general Dr. Juan Faber von Leutkirch, sigieron inquietndose. En escrito al consejo de la ciudad y al cabildo de la catedral daban la voz de alarma sobre el riesgo que corra la unidad de la Iglesia y su disciplina. El 27 de mayo de 1522 hubo quejas en la dieta de Lucerna de que actualmente, los sacerdotes predican por dondequiera en la confederacin muchas cosas, de las que nacen en el hombre sencillo malestar, discordia y error en la fe cristiana 8. Esto dio sin duda ocasin a Zuinglio a publicar en la lengua alemana de la Confederacin su memorial dirigido en latn al obispo, el 2 de julio de 1522. Diez sacerdotes ms dieron con sus firmas mayor nfasis a la peticin de libre predicacin de acuerdo con la Escritura y de abolicin de la ley del celibato. Todos estaban ya seguramente casados secretamente. Tambin
8 Eidgenossische Abschwde iv, la, 104
Zuinglio haba contrado matrimonio secreto, a comienzos de 1522, con la viuda Amia Reinhardt, vecina suya. El matrimonio no se sancion pblicamente en la iglesia hasta abril de 1524 poco antes de nacer el primer hijo. Hasta entonces fue Zuinglio platillo de todos los rumores. En el memorial a la Confederacin de 1522, se describan extensamente las funestas consecuencias del concubinato, universalmente difundido, sobre todo respecto de los hijos. Este argumento hubo de impresionar dado el gran nmero de hijos ilegtimos. Y es as que por entonces poda afirmar Sebastin Meyer, guardin de los descalzos, en una hoja volandera: Seria exhortacin de Hugo von Landenberg9, que en el obispado de Constanza venan anualmente al mundo, por trmino medio, 1500 hijos de curas, y las multas impuestas por el obispo representaban un ingreso al ao de 6000 florines. Aun suponiendo que las cifras sean demasiado altas, siempre queda en pie el hecho de la extensin del desorden y, sobre todo, la triste circunstancia de que la curia episcopal explotara financieramente las deficiencias de su clero. La cuestin de la reforma de la Iglesia se concentraba cada vez ms en la predicacin conforme a la Escritura y en el principio escriturario. Con ocasin de trabacuentas de Zuinglio con los frailes de Zurich, decidi el consejo que, en lo futuro, slo se predicara el santo evangelio, san Pablo y los profetas. As los acontecimientos dejaron atrs el mandato del obispo de Constanza de 10 de agosto de 1522, en que se quejaba de que, a despecho de la condenacin por el papa y el emperador de la hereja luterana, se divulgaban en los pulpitos opiniones que significaban desprecio de la Iglesia y de su orden, y se invitaba a la autoridad civil a apoyar al obispo para conjurar el peligro. El 19 de agosto reconocieron los clrigos del cabildo de Zurich el principio de la Escritura, y decidieron no predicar en adelante ms que lo que pudiera probarse por la palabra de Dios. Ahora sali Zuinglio a la palestra con su escrito apologtico: Apologeticus Arneteles, es decir, primera y ltima palabra (ZW 1, 256-327). La apologa significaba el rompimiento con el obispo. En 69 puntos de discu9 hlugschnften aus den ersten Jahren der Reformatitm, K SCHOTTENLOHEK, Leipzig 1911, 305s; O. VASELLA, Reform Sdiweiz, Munster 1958, 28; 61. iv, 7, ed. dirigida par uni Reformatim in der
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sin se refuta con todos los medios de argumentacin erudita la exhortacin del obispo; pero, en el fondo, se trata del principio de la Escritura. La sagrada Escritura ha de ser gua y maestra; el que lo emplee rectamente, debe quedar impune, aunque agrade muy poco a aquellos eruditos seoritillos. En otro caso, mal nos va a lucir el pelo, pues el conocimiento de la Escritura no es hoy ya privilegio de los sacerdotes, sino que se ha hecho bien comn... (ZW 1, 262, 29ss). Contra el argumento de que la sagrada Escritura necesita ser interpretada por el magisterio y la tradicin, mand Zuinglio a la imprenta, en septiembre de 1522, un sermn ampliado: De la claridad v certeza de la palabra de Dios (ZW 1, 338-384). Esta palabra no necesita de apoyos humanos, se impone por su propio empuje. La palabra de Dios no puede faltar; es luminosa, no deja que andemos errantes entre tinieblas, se ensea a s misma, se abre a s misma (ZW 1, 382, 25ss). Ms adelante, frente a la interpretacin de la Escritura por los baptistas y en coloquio de Marburgo con Lutero, se vera claro lo poco que la sagrada Escritura, como tal, puede mantener la unidad de la Iglesia y Zuinglio mismo no se atuvo tampoco al puro evangelio, sino que requiri el brazo de la autoridad para imponerlo y, ms tarde, para reprimir la arbitrariedad de los baptistas. Hasta entonces haba tenido, como coadjutor, que decir misas y administrar los sacramentos. El 10 de octubre de 1522 depuso su cargo en una declaracin desde el pulpito. El consejo instituy para l un puesto de predicador. De este modo, sin llamar mucho la atencin, se hizo de un sacerdote catlico un predicante reformista. Con ayuda del consejo prosigui Zuinglio tenazmente la reforma. Propuso a las autoridades de la ciudad celebrar un coloquio religioso el 29 de enero de 1523.31 consejo, y no el obispo, convoc al clero del pas. Al seor de Constanza se le envi un anuncio y se dej a su discrecin tomar parte. Se present una delegacin del obispo, de cuatro seores, a cuya cabeza iba el vicario general Juan Faber. ste no se senta enviado por su excelencia a la disputa como un maestro de esgrima, sino como espectador y hasta como arbitro de paz (ZW 1, 484, n. 12). Los restantes lugares de la Confederacin declinaron la participacin.
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Base de la disputa fueron 67 tesis de Zuinglio, que ste razon luego ms de propsito en la ms extensa de sus obras: Exposicin y razones de las tesis (ZW 2, 14-457), que es una coleccin de todas las opiniones que estn hoy da en litigio (ZW 2, 2, 2). A diferencia de Lutero en sus tesis sobre las indulgencias, Zuinglio presentaba en las suyas el programa completo de su reforma. Y poda hacerlo, porque saba que, con el consejo, tena a sus espaldas los sectores dirigentes de la poblacin. El 29 de enero no se trat de una disputa, ni tanto de esclarecer cuestiones en litigio, cuanto de proclamar un nuevo orden cuya validez se daba por supuesta. En la tal proclama10 se presenta a Cristo como norma y ley no slo para el individuo, sino para todos los rdenes de la sociedad. l es el gua y capitn prometido y dado por Dios a todo el gnero humano (6). La Iglesia es un ama de casa de Cristo (8). El que oye a Cristo es atrado a l por su Espritu y en l se transforma (13). Lo propiamente protestante se expresa en la manera de recalcar el solo evangelio de Cristo (14), que se interpreta a s mismo. No es azar que el artculo primero diga: Quienquiera afirmare que, sin la confirmacin de la Iglesia, el evangelio no es nada, yerra y blasfema de Dios, y la ltima tesis: No intente aqu nadie discutir con sofistera y espritu humano, sino venga a tener por su juez a la Escritura. Con este principio se repudian al papado, sacrificio de la misa, intercesin de los santos, prescripciones sobre alimentos, tiempos y lugares sagrados, rdenes monsticas, abuso de la excomunin, etc. (17-33). Por l desenvuelve Zuinglio su teora del estado, y funda prcticamente el proceder del consejo de Zurich en poltica eclesistica. La llamada autoridad espiritual no est fundada, con toda su arrogante magnificencia, en la doctrina de Cristo (34). La autoridad civil, por lo contrario, tiene fuerza y razn por la doctrina y la accin de Cristo. Los cristianos tienen deber de obedecerla, siempre que no mande nada contra Dios (37-38). Slo ella lleva la espada y tiene derecho a matar (40). Los restantes artculos hablan de la recta manera de rezar y cantar, del perdn de los pecados, de las obras de penitencia, de las indulgencias, purgatorio, oficio sacerdotal y del modo de desterrar los abusos. A quienes no tienen inte10 Texto de los 67 artculos ZW 1, 458-465.
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ligeneia, no se les debe hacer violencia corporal, a no ser que se muestren tan rebeldes, que no haya otro remedio (65). En la disputa del 29 de enero de 1529, habida en la sala del consejo municipal de Zurich, aparte los 212 seores del consejo mayor y menor de la ciudad, tomaron parte unas 400 personas, sobre todo el clero del pas de Zurich11. Cuando al comienzo de ella aludi Juan Faber al concilio pedido en la dieta de Nuremberg como instancia competente en materias de fe, Zuinglio se aprovech con xito del orgullo suizo contra el imperio y contra Roma, afirmando rotundamente: Aqu, en esta sala, est sin gnero de duda reunida una asamblea cristiana (ZW 1, 495, 10). No es posible aguardar a un concilio. Es una utopa, pues ni papa, ni obispos, ni grandes seores quieren soportar un concilio, en que se deje or fuerte y clara la divina Escritura (ZW 1, 497, 11). En la interpretacin del artculo 64 rechaza Zuinglio en absoluto el concilio: As pues, piadosos cristianos, no es menester un concilio, sino slo la pura palabra de Dios, por la que todas las cosas se hacen alegres y claras... Clamar por un concilio no es otra cosa que clamar por que la palabra de Dios sea de nuevo encerrada y quede cautiva en poder de ostentosos obispos (ZW 2, 449, lOss). Despus de un debate sobre el culto de los santos, se plante de nuevo el tema decisivo para la reforma de Zurich: la relacin entre Escritura y tradicin o la obligatoriedad de las leyes eclesisticas. Por la tarde anunci el consejo: Que el maestro Ulrico Zuinglio contine predicando, como hasta ahora, el Santo evangelio y la recta Escritura divina segn el espritu de Dios (ZW 1, 547, 12). Tampoco los dems sacerdotes coadjutores, pastores de almas y predicadores de la ciudad y del campo prediquen otra cosa que lo que puedan fundar por el santo evangelio y la restante Escritura divina (ibid.). Con ello se declaraba oficialmente el principio de la Escritura como ley fundamental para todos los prrocos y se reconocan en principio las consecuencias que de ah sacaba Zuinglio. Gozosamente conmovido por ello, exclam el reformador: Bendito sea Dios, que quiere que su santa palabra reine en el cielo y la tierra (ZW 1, 547, 27).
11 No hay protocolo oficial Sobre su curso nob informa la noticia de ERHARD HEGENWALD (ZW 1, 479-569) y los informes del vicario general Faber al archiduque Fernando en lengua latina y en alemn a Die Herrn des Regtments 2u Innsbruck, ed dirigida por J G . MAYER Kth Schweizer Blatter 11 (1895) 183-195
Sin embargo, an se retrocedi en Zurich ante las consecuencias prcticas. Sin duda a propuesta de Zuinglio en septiembre de 1523 se reform el cabildo catedralicio. Los puestos de cannigos y capellanes fueron limitados al nmero necesario para la palabra de Dios y dems uso cristiano, y se dispuso de los bienes de la Iglesia para el comn provecho, es decir, para el pago de maestros y cuidado de los pobres. Para la urgente reforma de las escuelas traz Zuinglio su programa pedaggico en el Lehrbchlein (librito de instruccin o cartilla) 12, que est dedicado a su hijastro Gerald Meyer, y no es tanto un catecismo cuanto un espejo del ciudadano cristiano. El joven ha de ser adoctrinado en todos sus deberes para con Dios, consigo mismo y la sociedad, y que aprenda a servir para gloria de Dios y provecho de la patria y de todos (ZW 2, 547, 25). Fin de la formacin es espritu patritico de fundamento cristiano y humanstico. Hasta entonces no se tuvo an valor para intervenir claramente en la vida litrgica, como supresin de las imgenes y de la misa. Sin embargo, como dos aos antes en Wittenberg, tambin en Zurich y lugares del contorno apremiaban los elementos radicales. El 10 de agosto de 1523, quiz por iniciativa de Len Jud, fue bautizado en la catedral el primer nio en lengua alemana 1S. Simultneamente puso mano Zuinglio en el trabajo prctico litrgico. En su Ensayo sobre el canon de la misa1* de 29 de agosto de 1523, procede an cautamente. Excepto las lecciones, mantiene an la lengua latina y respeta ritos como la cruz y los ornamentos. Slo cambia el canon y quisiera borrar todo lo que alude a la misa como sacrificio. Donde no es posible hacerlo por consideracin a los flacos, hay que dejar las cosas como estaban y valerse de una restriccin mental. Esto era muy poco para los elementos radicales con Conrado Grebel a la cabeza. Contra ellos escribi Zuinglio en octubre su Defensa del opsculo sobre el canon de la misa (ZW 2. 620-625). Tambin respecto de las imgenes queran los partidarios de la reforma llevar a la realidad la predicacin conforme
12 Apareci, en latn en agosto de 1523: Quo pacto vngenm adolescentes formandi smt (ZW 2, 536 551) El ttulo Lehrbchlein se debe a la traduccin de Jacob Ceponn de 1524. Reedicin: H. ZWINGLI An den ungen Mann. Zwinghs Ersiehimgsschrift aus dem Jahre 1523, ed. dirigida por E G. RSCH, Zurich 1957 13. F. SCHMIDT CLAUSING, Zvnnglt ais LiturfftJier 49. 14. De canone missae cpicheresis (ZW 2, 556-508)
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con la Escritura y desterrar los dolos. Cuando el 1. de septiembre de 1523 predic Len Jud expresamente sobre el tema y proclam que, segn la sagrada Escritura, sera justo arrojar los dolos de las iglesias, no hubo ya dique ni contencin. Fueron destrozadas imgenes de los altares, estatuas y crucifijos, se hicieron pedazos las lmparas de luz perpetua y se hizo chacota del agua bendita. Por la penosa impresin producida y por respeto a la autoridad episcopal, todava hubo de intervenir el consejo de la ciudad. Zuinglio mismo estaba por el castigo de los iconoclastas. Aunque de acuerdo en principio con ellos que seran luego en su mayor parte baptistas era ms cauto en la manera de proceder. Con el fin de esclarecer cuestiones discutidas, convoc el consejo una segunda disputa de Zurich para los das 26-28 de octubre de 1523 15. Los obispos no estuvieron representados; los restantes cantones suizos, a excepcin de San Gal y Schaffhausen, se mantuvieron alejados. El da primero, ante unos 900 asistentes, habl Len Jud contra las imgenes y los dolos. Al da siguiente arremeti Zuinglio contra la misa como sacrificio. Es acto blasfemo y hasta obra de anticristo que del delicado cuerpo y de la sangre de Cristo hagamos un sacrificio y por ello tomemos dinero. Cristo nuestro redentor nos dio eso slo para comida y rememoracin de su pasin y testamento (ZW 2, 733, 9ss). Un asistente declar que el medir y degollar le haban acarreado remordimientos de conciencia. En adelante administrara el sacramento bajo las dos especies. Contra toda vacilacin tctica, Conrado Grebel peda una actitud clara contra el sacrificio de la misa y el purgatorio, la supresin de la hostia, de la mezcla de agua, de la comunin bucal y de comulgarse a s mismos los prrocos. En el repudio del sacrificio de la misa, estaban casi todos de acuerdo; pero muchos no crean llegado an el momento para cambios muy a fondo. La ltima palabra la tuvo la autoridad civil, que, a fines de octubre, public una orden, segn la cual, seguira provisionalmente el estado anterior16. Las imgenes no deban retirarse, ni suprimirse la misa. As seguiran las cosas durante siete meses hasta
15. Las actas ZW 2, 671-803 16 Actensammlung sur Gesch E EGLI, Zurich 1879, n < 436 det Zurcher Reformatton 1519-1533't ed. dirigida por
que fueron quitadas las imgenes, pas ao y medio largo hasta que la misa fue sustituida por una cena evanglica. El haber retrocedido ante la autoridad civil atrajo a Zuinglio la contrariedad de los sectores radicales y condujo pronto a la formacin de las comunidades de baptistas. Entretanto, escribi Zuinglio por encargo superior Una breve instruccin cristiana (ZW 2, 630-663), a fin de preparar a prrocos y comunidades para los urgentes cambios. Segn la instruccin, las imgenes estn prohibidas por Dios y el sacrificio de la misa es contrario a la Escritura, pues Cristo fue sacrificado de una vez por todas sobre la cruz. El cristiano est exento de ceremonias, pero obligado a la ley de la autoridad. Hasta cuando, en diciembre de 1523, los capellanes de la catedral clamaban que estaban ya hartos de ser tachados de carniceros de Dios y se negaron a seguir diciendo misa, se mantuvieron las reglas de reserva. Aun cuando segn la sagrada Escritura es claro y patente que la misa no es un sacrificio, hay, sin embargo, tantos estpidos e ignorantes, que la misa no puede suprimirse de golpe sin dar escndalo a los necios (ZW 2, 812, 3ss). Sin embargo, el consejo no se decidi slo por consideracin a los flacos, sino sobre todo por la crtica situacin poltica. Y era as que en el resto de la Confederacin se estaba despertando un fuerte movimiento en defensa de la antigua fe. En la dieta de Lucerna de enero de 1524, se acord formar frente cerrado^ contra Zurich y se public una orden por la que se prohiba todo cambio de fe hasta la decisin del concilio. Se invitara a Zurich a que se apartara de su doctrina 17. La ciudad se defendi alegando que los excesos y profanacin de la misa era una mala inteligencia de la predicacin conforme a la Escritura, y trat de salir del paso apuntando a la necesaria reforma de la Iglesia. A la verdad, la postura de las capitales cantonales no era tan unnime como lo daba a entender la orden o mandato de enero de 1524. Berna, Basilea y Schaffhausen no haban tomado una posicin clara. Junto a Friburgo, cinco lugares del interior de Suiza tomaron una actitud sin componendas frente al movimiento reformista; lo que en la lengua de entonces, quera decir que rechazaban el principio de la Escritura. En abril de 1524 se unieron para la defensa incondicional de la antigua fe, y en el
17 O VASELLA, Reform und RcformaHon. m der Schiveis 67.
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concordato federal de la fe de enero de 1525 trazaron un grandioso programa de reforma1S. No obstante la reserva oficial, la reforma prosigui su marcha en Zurich. A ejemplo de Zuinglio, casado en abril de 1524, se casaron tambin los sacerdotes. Se abolieron procesiones y peregrinaciones. El 15 de junio de 1524 se public una orden del consejo de que con toda disciplina fueran retiradas las imgenes e dolos, a fin de dar lugar a la palabra de Dios 19. Sin inconoclasmo espectacular, desaparecieron de las iglesias imgenes y reliquias. El consejo se cerr contra la propuesta de Zuinglio de desprenderse ahora tambin de la misa y celebrar una cena bblica. Hasta 1525 se mantuvo la misa en latn con los ornamentos usuales, pero omitiendo todas las oraciones de oblacin o sacrificio. Tanto ms duramente arremeti Zuinglio en sus escritos contra la misa. En su Comentario sobre la verdadera y falsa religin 20, compuesto entre diciembre de 1524 y marzo de 1525, y que es, como las tesis, una exposicin completa de su teologa, somete en el captulo De Eucharistia la misa y el culto sacramental a la ms aguda crtica. Por qu no mandamos a todos los sacerdotes que dicen misa que se aparten de tan horrible ofensa a Cristo? Porque si Cristo debe ser ofrecido de nuevo cada da, sigese que el sacrificio que ofreci una vez en la cruz, no basta para toda la eternidad. Puede haber injuria ms grande? Todas las misas deben suprimirse sin demora, y usar de la cena del Seor conforme a la institucin de Cristo (ZW 3, 805, 15-20). El 11 de abril de 1525 crey Zuinglio que poda dar el paso decisivo. Con Len Jud, Oswald Myconius y otros dos sacerdotes, present instancia al consejo pidiendo la abolicin de la misa como idolatra. Con su escrito que acababa de componer en la mano: Accin y uso de la cena (ZW 4, 13-24), pudo exponer cmo se imaginaba l la celebracin de la cena evanglica. Al da siguiente, mircoles santo, decidi el consejo por escasa mayora la abolicin de la misa. La ltima misa se celebr con gran concurso de gente, que quiso se le administrara el sacramento a usanza anti18. Btdgenossische Abschiede, iv, la, 572-578; O. VASELLA, Abt Theodul v. Schlegel von Chur imd seme Zeit, Friburgo 1954, 41s. 19. Actensammlung ZM Gesch. der Zurcher Reformation, n. 544. 20. Commentarius de vera el falsa religime (marzo 1525; ZW 3, 628-911). Versin alemana en: Zwmgli Hauptschriften, t. 9 y 10, Zurich 1941-63.
gua 21. Luego, por orden de la autoridad, se aboli algo que estaba de todo en todo vivo. El mismo Zuinglio hubo de aguantar que la autoridad secular se inmiscuyera en su ordenacin de la liturgia de la cena. l quera que el gloria, credo y salmo 113 fueran rezados a coros alternos por hombres y mujeres; pero el consejo lo prohibi. Tampoco concedi a la Iglesia el derecho de excomunin, que quera ejerciera la comunidad como exclusin de la cena. El jueves santo de 1525 fue celebrada por vez primera la cena como accin de gracias y recuerdo de la pasin del Seor. En las comunidades zuinglianas se celebra hasta hoy da segn la versin del orden de la iglesia cristiana de Zurich, redactada por Zuinglio despus de pascua de 1525. Slo estaba prevista para cuatro fiestas: pascua, Pentecosts, dedicacin de la iglesia y navidad. Los domingos slo tendra lugar una liturgia de la palabra configurada segn el patrn de la predicacin de la ltima edad media. No haba canto de la comunidad. El musical Zuinglio, a diferencia de Lutero, no regal a sus feligreses salmos ni cnticos y los rganos quedaron mudos. Con el gimoteo del canto coral en latn, que nadie entenda, desapareci la msica en general42. Con la abolicin de la misa, triunf definitivamente en Zurich la reforma protestante. Simultneamente se crearon las otras instituciones que se hicieron necesarias despus de la demolicin del antiguo rgimen eclesistico. Zuinglio encarg a Len Jud la composicin de una agenda alemana para el bautismo, bodas y entierros. El 15 de enero de 1525 public el consejo una orden sobre los pobres 23 y, a propsito de ello, meti mano hasta los codos en los bienes de iglesia y monasterios. De urgente necesidad se hizo sustituir el derecho y la jurisdiccin matrimonial. Zuinglio puso tambin esta importante innovacin en manos del consejo, y el 10 de mayo de 1525 public ste la ordenacin de la jurisdiccin matrimonial de Zurich24, elaborada por una comisin bajo la participacin normativa de Zuin21. Gerald Edlibachs Chromk, ed. dirigida por JOH. M. USTERI, Zurich 1847, 273. 22. W. KOHLEH, Haldrych Zwmgli, Stuttgart 21952, 123. 23. Texto W . OECHSLI, Quellenbuch sur Schwehergeschichte, Neue Folge, Zurich 1893, 536-541. 24. Ordmmg und ansehen (= Weisung), wie hynfur su Zurich in der statt ber etlich sachen gericht sol werden (ZW 4, 182-187). (Orden e instruccin de cmo en lo sucesivo han de juzgarse en la ciudad de Zurich las causas matrimoniales).
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glio, y que fue la primera ordenacin protestante de las causas matrimoniales. El poder judicial se pone en manos de seis jueces, dos prrocos como peritos en la Escritura y dos miembros de cada consejo, mayor y menor. La nica instancia de apelacin es el consejo de la ciudad. Al aoi siguiente (1526), el tribunal de causas matrimoniales fue ampliado a tribunal de costumbres, que meti en pretina a los ciudadanos y los haca observar por exploradores. El poder penal estaba en el consejo, al que haba que presentar denuncia despus de triple aviso. Con la introduccin en 1529 de la obligacin de asistir al culto protestante y la prohibicin de frecuentar la misa catlica en el extranjero, la comunidad de la ciudad marcaba la pauta ms estricta a la vida de sus ciudadanos. En contraste con el esplritualismo de Zuinglio y con su tesis de la propia fuerza del evangelio, pero, a par tambin como consecuencia de todo ello, la autoridad secular haba empuado las riendas del gobierno de la Iglesia. La comunidad eclesial quedaba subsumida en la comunidad civil. El ao 1525 se pudo tambin dar realidad a un instituto teolgico, cuya ereccin se haba decidido ya en 1523. Para retribuir al personal docente se redujeron de 24 a 18 los cannigos de la catedral. En enero de 1525 fue nombrado profesor de hebreo Jacobo Ceporino, discpulo de Reuchlin, y, tras su pronta muerte, el antiguo franciscano Conrado Pellikan. En lugar del rezo coral de la maana, desde el 19 de junio, Zuinglio dio diariamente, a las ocho, en unin con Ceporino, lecciones sobre el Antiguo Testamento. Tenan obligacin de asistir todos los prrocos, predicantes, cannigos y capellanes y los alumnos mayores 25. Zuinglio mismo dio a esta clase de comentario filolgico y teolgico de la Escritura el nombre de Profeca. Su objeto era la formacin y complemento de la formacin de predicantes, y favoreci a la vez el nacimiento de la Biblia de Zurich. Hasta entonces se haba reimpreso la traduccin luterana del Nuevo Testamento, adaptada al dialecto suizo. Por modo semejante aparecieron en 1527 los cinco libros de Moiss y pqco despus los restantes libros histricos y los escritos didcticos del Antiguo Testamento. La versin alemana de los profetas, que faltaban an en la traduccin de Lutero, fue acometida
25 H BUIXINGER, Reformationsgescfuchte, i, 290.
en Zurich mismo. Los que principalmente pusieron manos a la obra fueron Zuinglio y Len Jud. ste tradujo adems los llamados apcrifos. As, an marzo de 1529, cinco aos antes de la Biblia completa de Lutero, estaba acabada la Biblia de Zurich en seis tomos. El ao de la muerte de Zuinglio, 1531, fueron unidos en un solo tomo, la llamada Biblia de Froschauer. La mitad aproximadamente de las ilustraciones de esta obra maestra del arte tipogrfico se debe a Holbein.
La reforma protestante en los dems cantones de la Suiza alemana Desde Zurich, la reforma se fue propagando a la Suiza del norte y del este. En San Gal, el triunfo de la reforma se debi a dos laicos: el mdico Joaqun Vadian (1483-1551), de formacin humanstica, y Juan Kessler (1502-1574), antiguo estudiante de teologa y posterior guarnicionero. Uno y otro estuvieron de pronto bajo el influjo de Erasmo. Vadian fue ganado por Zuinglio para la reforma, y su ayudante Kessler haba estudiado teologa en Wittenberg y se resolvi luego a ganarse el pan como obrero manual. Por medio de sus Lesinen, clases bblicas para laicos; hacan propaganda de la reforma. En 1524, el consejo puso a su disposicin la iglesia de la ciudad y dio instrucciones para la predicacin conforme a la Escritura. Con la eleccin de Vadian para burgomaestre (o alcalde) en 1526, quedaba asegurado el triunfo de la reforma. Imgenes, dolos y altares fueron retirados por la noche, sin llamar la atencin, y en 1527 se introdujo la celebracin de una cena evanglica. Tambin en Toggenburg se impuso hacia 1528. En la regin de Appenzell, ya en 1522, pudieron los prrocos persuadir a sus feligreses que abandonaran la misa. El ao siguiente, bajo el influjo de la primera disputa de Zurich, mand la comunidad regional a sus sacerdotes la predicacin conforme a la Escritura. En el territorio de Thurgau tenan el gobierno los; nueve lugares catlicos y resistieron a los fuertes influjos reformistas. En la punta nordeste limtrofe del cantn de Zurich, en Stammheim y en Burg, junto a Stein, se lleg al conflicto, cuando las comunidades, siguiendo instrucciones de Zurich, retiraron y quemaron todas las 253
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imgenes el ao 1524. Aqu competa a Zurich la jurisdiccin menor, pero la superior para crmenes de maleficio corresponda al Landzogt (Bailo regional) suizo. ste hizo detener al prroco de Burg en Frauenfeld. Cuando los campesinos de Stammheim y Burg que acudieron all no pudieron librar a su prroco y con el descontento creci el hambre, saquearon la prxima cartuja de Itting y le pegaron fuego. Por presin de los nueve, luego Zurich hubo de entregar a los cabecillas a la dieta de Badn, que, en otoo de 1524, hizo ejecutar a tres de ellos. En Glaris haba puesto Zuinglio, el ao 1522, por prroco a Valenti Tschudi y a su antigua parroquia dedic sus tesis de 1523. Pero Tschudi se mantuvo unido a la Iglesia y se desprendi de Zuinglio. As que, hasta 1528, no lograron mayora los partidarios de la reforma en aquella comunidad. En los Grisones, el alma de la resistencia contra la novedad no fue el obispo de Coira, impopular por motivos polticos y personales, sino el abad de St. Luzi (Coira) Theodul Schlegel (1485-1529). Cuando el cabildo catedral acus de hereja al predicador Juan Komander (1484-1557), las autoridades seculares le dieron ocasin de descargarse en el coloquio religioso de Ilanz habido del 7 al 9 de enero de 152026. De parte de la antigua fe llev la voz cantante el abad Th. Schlegel. No se lleg a desterrar a Komander. Slo transitoriamente se mantuvo la reforma protestante. La dieta federal dej pronto en libertad a cada federado para escoger su fe. En los artculos de Ilanz de junio de 1526 se limit mucho el dominio episcopal y pas a las comunidades la ordenacin de los asuntos eclesisticos. As la confesionalidad tom desarrollo muy vario en este cantn. En Coira, la misa fue prohibida por el consejo en el verano de 1528. Hasta 1529 no logr Komander protestantizar a la ciudad, con excepcin de la corte episcopal. El abad Schlegel fue detenido por sentencia de un tribunal protestante y ejecutado despus de horribles torturas el 23 de enero de 1529. En Schajjhausen haba un grupo erudito de humanistas, a cuya cabeza estaba el mdico de la ciudad, Adelphi (Joh. Mling), oriundo de Estrasburgo, y el abad del monasterio de Todos los Santos,
26. O VASHXLA, Abt Th Schlegel, 53 63.
Miguel de Eggendorf, que lean y divulgaban literatura reformista. Pero la reforma no gan terreno firme hasta que, en 1522, el franciscano Sebastin Hofmeister, expulsado de Lucerna, volvi a su ciudad natal Schaffhausen y aqu predic contra el papado y las ceremonias. Hofmeister tom parte en la disputa de Zurich. Fue un gran xito para su causa que Erasmo Ritter, llamado de Rottweil contra l por los de la fe antigua, se pas pronto a los protestantes. El consejo favoreci la accin de Hofmeister, pero no pudo decidirse, como en Zurich, a publicar un mandato de reforma. El ao 1525, bajo la profesin de los confederados, hubo una reaccin. Hofmeister fue desterrado y se decret la conservacin de la misa y de la salve. Hasta 1529 no pudo imponerse la reforma. En Basilea, el humanismo y la lucha de la comunidad ciudadana contra el gobierno del obispo prepararon el terreno a la reforma; mas, por otra parte, las fuerzas tradicionales neutralizaron su rpido triunfo. Aqu estaba ms bajo el signo de Lutero que de Zuinglio. El alsaciano Wolfgang Capito (1478-1541), predicador desde 1515 en Munster, y el franciscano Conrado Pellikan, guardin desde 1519 en Basilea, difundieron ideas luteranas. Los escritos de Lutero fueron vidamente reproducidos por los impresores de Basilea Juan Froben y Adam Petri. Violaciones ostentosas del precepto del ayuno y sermones contra las leyes de la Iglesia originaron quejas ante el consejo. ste trat de calmar los nimos en un mandato de mayo de 1523. Se rog a los predicadores que se atuvieran a la sagrada Escritura y no mentaran doctrinas de Lutero y de otros doctores. Medio ao antes haba venido por segunda vez a Basilea Juan Ecolampadio (1482-1531). Ya en 1520, en su ludicium de Luthero se haba puesto del lado del reformador wittenbergense. Luego, al defender en su obra: Quod non sit onerosa christianis confessio paradoxon (1521), como remedio a sus propias angustias de conciencia, la opinin de que slo es menester confesar los pecados externos, no pudo ya sostenerse en el convento de santa Brgida de Altomnster. En noviembre de 1522 march a Basilea para dar a la imprenta su versin del Crisstomo. Despus de pascua de 1523 se encarg de lecciones sobre Isaas y en verano fue nombrado profesor de sagrada Escritura. En torno a l se congregaron los sectores de la burguesa de tendencias reformistas, sobre todo por255
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que, aparte de las lecciones bblicas, predicaba frvidamente en San Martn, de donde, en febrero de 1525, fue nombrado coadjutor. Por de pronto se limit al ministerio de la predicacin; pero, ya antes de fin de ao, organiz una liturgia de cena evanglica. Ya a fines de otoo de 1524 haba tenido con Zuinglio un extenso coloquio sobre el tema de la cena. En el Elleboron (1525), que est dirigido contra la obra de J. Latomus: De confessione secreta, desarroll una doctrina espiritualista acerca de la Iglesia y los sacramentos. Lo que da la gracia (o salud eterna) es la fe, no los sacramentos. El pan, en la eucarista, permanece lo que era. Esta concepcin de la mera recepcin espiritual del cuerpo de Cristo por la fe, de la que es signo el sacramento, la desarroll Ecolampadio en De genuino verborum Domini expositione lber (1525) y Antisyngramma (1526). Con ello se pona en contradiccin con W. Pirkheimer, M. Lutero y J. Brenz. Por los aos de 1525-27 tuvo mltiples contactos con los baptistas; pero defendi contra ellos el bautismo de los nios. Ecolampadio tom parte principal en la disputa de Badn (1526) y en la de Berna (1528). Pero no logr por de pronto imponer la reforma en Basilea contra el consejo y clero de la ciudad y contra el influjo de Erasmo. A pesar de la proclamacin de la libertad religiosa el 29 de febrero, por la que cada cual deba dejar tranquilo a su prjimo en la fe 2T, en pascua de 1528 hubo destrucciones de imgenes y protestas contra el diezmo. Los gremios estaban contra el clero del cabildo y contra el consejo. El 23 de diciembre en instancia al consejo pidieron que se acabara con la doble predicacin y con la misa28. El consejo trat de mediar y seal una disputa para mayo. El 9 de febrero fue asaltada la catedral y aqu, como en otras iglesias, fueron destruidos crucifijos, imgenes y altares. El consejo cedi al terror: excluy a sus miembros de la antigua fe, hizo que obreros de la ciudad destruyeran a fondo las imgenes y, por mandato de 10 de febrero de 1529, fueron stas prohibidas juntamente con la misa, para la ciudad y el pas entero20. El cabildo catedral huy a Neuenburg y, en mayo, se estableci en Friburgo de Brisgovia. Tambin Erasmo, profesores
27. Aktensammtung sur Ceschichte der Bmler Keformatwn, t m , ed. dirigida por 1' ROTH, Basilea 1937, 60. 28. Ibid., m , 291. 29 Adversam me fontem omnis huius re vocant, E STAEJIELIN, Brxefe und Akten, n , 282, n. 636
de la universidad y los conventos de cartujos y dominicos abandonaron, con muchos otros, la ciudad. Ecolampadio, al que se supuso1 en relacin con los tumultos y hasta se lo tena por su principal instigador, aconsej al consejo en la elaboracin del orden de reforma del 1. de abrilso. La autoridad secular, aconsejada de acuerdo con la Escritura por el clero, ordena en l la predicacin de la palabra divina, la celebracin del bautismo y de la cena, la cuestin de las imgenes y las normas de la moralidad pblica. En mayo de 1529 fue elegido Ecolampadio antises (inspector) de la Iglesia y prroco de la catedral. En cinco snodos, entre los aos 1529-31, trabaj en la ordenacin de la doctrina (catecismo) y de la disciplina de la Iglesia. sta quera l fuera ejercida, con cierta independencia del gobierno de la ciudad, por un presbiterio de laicos y prrocos. Pero le fue tan imposible como a Zuinglio imponerse frente a las autoridades. El consejoreclam el nombramiento de los seores de la excomunin y no admiti una autoridad central de excomunin competente para toda la ciudad, sino slo una para cada comunidad particular. Bernia se mantuvo largo tiempo indecisa entre los bandos de la fe. La ciudad tena que tener miramiento a las comunidades conservadoras del campo dentro de su territorio. Faltaba adems una personalidad descollante. Aqu haba trabajado antes Thomas Wyttenbach. Por reformador de Berna pasa su auxiliar y sucesor como cannigo de la catedral Bertoldo Haller (1492-1536). Desde 1521 estuvo en enlace con Zuinglio. Con ms apasionamiento trabajaban, a par de l, por la reforma el fraile descalzo Dr. Sebastin Meyer y Jorg Brunner, capelln del santuario de Kleinhochstetten. Por un mandato de 15 de junio de 1523 31, trat el consejo de cortar los desrdenes originados por sus sermones contra las peregrinaciones y la misa. Se prohibi la difusin de la doctrina luterana, pero al mismo tiempo se la favoreca a par por la orden de predicar conforme a la Escritura. Berna se adhiri al mandato de la dieta de Lucerna de enero de 1524 sobre proteccin absoluta de la fe catlica, pero rechaz el concordato de la fe de enero de 1525. Por miramiento al
30. Akienscemmlunff, m , 473. 31. A. FLURI (ed. dir.), Das erste gedruckte Berner Reformatiotts-Mandat, nadies Gutenbergtnuseum 14 (1928) 3-6. Schweize-
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ambiente de los campesinos, en un mandato de 2 de abril, dispuso el consejo la defensa de los siete sacramentos, del culto de los santos, de las ceremonias y de la vida monstica. Se procedi contra el casamiento de los sacerdotes; pero se permiti, por otra parte, a las monjas de Knigsfelden que se salieran del convento. A comienzos de 1526 la situacin para la reforma protestante era an ms desfavorable en Berna. El 28 de marzo acept el gran consejo tomar parte en la disputa de Badn, sealada para el 6 de mayo, y diput para ella a B. Haller. Disputa semejante contra Zuinglio la haba propuesto- ya Eck a los confederados a continuacin del convento (o convencin) de Ratisbona (junio-julio de 1524). Entonces haba de tratarse sobre todo del carcter sacrificial de la misa; ahora, en 1525, se aada como punto de controversia la presencia real. En carta de 28 de octubre de 1525, se ofreca de nuevo- Eck a una disputa y notaba que hasta entonces Zuinglio haba rechazado con Lutero el sacrificio de la misa, pero ahora se separaba de l y, junto con Ecolampadio, arrastra a miles de personas a la horrible hereja... a que no crean que en el venerable sacramento est el verdadero cuerpo y sangre de Cristo 32. Con ello se pone en primer plano la presencia real, se apunta a los contrastes doctrinales entre Lutero y Zuinglio y se hace ver que ste superaba en hereja al proscrito y excomulgado fraile de Wittenberg. Zuinglio se neg a acudir a la disputa de Badn, que estaba gobernado por los lugares catlicos. Bertoldo Haller se mantuvo completamente en la sombra. La voz cantante la llevaron Ecolampadio y, de la parte contraria, Eck, Faber y Murner. De las siete tesis clavadas por Eck en la puerta de la iglesia, las dos primeras decan: 1. El verdadero cuerpo y sangre de Cristo estn presentes en el sacramento del altar. 2. Son realmente ofrecidos en sacrificio en el oficio de la misa por vivos y difuntos 3S. El coloquio sobre la fe se prolong del 21 de mayo al 8 de junio de 1526. La parte de la Iglesia antigua pretendi para s la victoria; pero el ltimo intento de salvar la unidad religiosa de
32. Eidgenssischc Abschiede, iv, la 812, Brtefmappe (RST 21-2, Munster 1912, 1, 157. 33 L. VON MURALT, Die Badener Disputatian, Leipzig 1926, lOOs.
la Confederacin, fue un fracaso. Ni los bien probados contrastes doctrinales entre Lutero y Zuinglio pudieron persuadir a los representantes de Basilea y Berna de que no basta la sagrada Escritura como norma de fe, ni moverlos a la supresin de la nueva doctrina. La convencin de Berna 3i fue firmada por los nueve lugares catlicos: Lucerna, Uri, Schwyz, Unterwalden, Zug, Glaris, Friburgo, Solothurn y Appenzell, pero no por Basilea, Berna y Schaffhausen. En ella se declara a Zuinglio incurrido en excomunin. Los predicadores son solamente obligados a la doctrina y culto de la Iglesia, y se prohiben los libros de Lutero y Zuinglio. Se instituir una autoridad que vigile para que quien ha sido* expulsado de un lugar no sea admitido en otro. La disputa de Badn es el paralelo suizo de la dieta de Worms y de la convencin de Ratisbona 35. Ya el 21 de mayo de 1526, da de la apertura de la disputa de Badn, se haba obligado bajo juramento el consejo- de Berna, a no llevar a cabo cambio alguno en la fe sin el asentimiento de los oficios. A su vuelta de Badn, Haller se vio en la alternativa de decir otra vez misa o abandonar Berna. Apel al consejo. Al echarse la burguesa a la calle en favor suyo, se le eximi de su puesto de ca* nigo y, por ende, de la obligacin de celebrar, y se le nombr predicador. Las elecciones de pascua de 1527 trajeron finalmente la victoria de los innovadores, que lograron mayora en el consejo mayor y pudieron tambin imponerse en el menor. Se renov el mandato de reforma. Se permiti la predicacin libre, pero se prohibieron an las innovaciones por cuenta propia. Esto aument la confusin. Por eso, el 15 de noviembre de 1527, se decidi celebrar un coloquio religioso. Se quera determinar a la opinin pblica e impresionar a las comunidades del campo por medio de una demostracin ostentosa. Eck se neg a concurrir a la disputa de rincn, a la que haba invitado la Confederacin. La p&rte catlica no estuvo oficialmente representada. Tanto ms tom la disputa del 5 al 26 de enero de 1528 el carcter de un desfile militar, que tena por fin dar nfasis a la resolucin tomada ya en el fondo. Zuinglio se puso en camino con unos 40 prrocos de Zurich y otros
34. 134s. 35. Etdgenbssische Abschiede, iv, la, 935ss; L. VON MURALT, Die Badener L. VON MURALT, Die Badener Disputation 151. Disputation
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de la Suiza oriental, con una escolta de 300 hombres armados. Acudieron representantes de las ciudades de la alta Alemania: Estrasburgo, Augsburgo, Memmingen, Lindau, Ulm, Constanza y otras. Las diez tesis sentadas por Haller y su colaborador Franz Kolb eran en gran parte copia de las conclusiones del coloquio de Ilanz de 1526. La primera dice: La santa Iglesia cristiana cuya sola cabeza es Cristo, ha nacido de la palabra de Dios, en la misma permanece y no oye la voz de un extrao (ZW 6, 243, lOss). Segn la tesis cuarta no puede probarse por la sagrada Escritura que en el pan de la accin de gracias se recibe esencial y corporalmente el cuerpo y la sangre de Cristo. El sacrificio de la misa es contrario a la Escritura, lo mismo que la invocacin de los santos, el purgatorio, la liturgia de los difuntos, lmparas, velas, imgenes y celibato. Pocos clrigos hubo que no estamparan su firma al pie; un nmero mayor aadi que se someta a la decisin del consejo. Ya pocos das despus de la disputa, el 7 de febrero de 1528, publicaba el consejo* un mandato sobre religin. En l se suprimi la misa y se introdujo el culto por el patrn de Zurich, se denunci la jurisdiccin del obispo de Lausana y se traslad la direccin de la Iglesia al propio consejo. La conversin de Berna dio gran impulso al movimiento protestante en Suiza. En 1536, Berna introdujo tambin la reforma en el Waadt, conquistado por ella. La propagacin del movimiento protestante hizo subir de punto las tensiones de la Confederacin. A diferencia de Lutero, Zuinglio estaba dispuesto a defender y propagar la fe con medios polticos y hasta con la fuerza de las armas. En Zuinglio estaba de todo en todo vivo el poltico, que senta la lucha por la fe como lucha por el poder, y estaba dispuesto a emprenderla38. Zurich trat de ampliar los ya existentes tratados entre ciudades. En el tratado con Constanza entr Berna. Pronto siguieron San Gal y Mlhausen en Alsacia. En febrero de 1529 se adhiri Basilea. De all prosiguieron los enlaces hasta Estrasburgo. Tales alianzas se hacan, pensaba Zuinglio, en primer lugar para gloria de Dios y abertura de su santa palabra. Inmediatamente se diri36. W. KOHLER, Huldrych Zwmgli 173.
gan contra los lugares catlicos, no menos que contra Austria. Su respuesta fue la Unin cristiana constituida en abril de 1529. Incidentes como el asalto emprendido bajo la proteccin de Zurich al monasterio de San Gal a comienzos de 1529, y su secularizacin, o la ejecucin de un predicante evanglico en Schwyz, inflamaron el ambiente de guerra por ambos lados. Cuando, el 8 de junio, declar Zurich la guerra, dispona de fuerzas considerables; ya en abril se haban contado ms de 12 000 hombres. Con las tropas de los aliados se lleg a un total de unos 30000 hombres, a las que slo se oponan 9000 de lado catlico. Se quiso dispensar al reformador y no llevarlo a la guerra... Pero l no quiso quedarse en casa, sino que se mont en un caballo y llevaba una bonita alabarda al hombro. Y as se march contra Kappel37. Aqu termin el avance el 10 de junio. Los aliados de los de Zurich apremiaban a que se entablaran negociaciones. Zuinglio arengaba: Sed constantes y no temis la guerra (ZW 10, 147, 2). Pero Berna sobre todo estaba en contra. La conciencia confederal se impuso y, el 26 de junio, se celebr la primera paz de Kappel M. Los lugares catlicos hubieron de abandonar la alianza con Fernando. En lo dems, las disposiciones eran poco claras y, por tanto, vinieron a ser fuente de nuevas querellas. Zuinglio haba pedido predicacin libre, es decir, protestante en los territorios catlicos. En la paz se dice que, puesto que nadie puede ser forzado por razn de la palabra de Dios, tampoco deben ser obligados los lugares y sus habitantes. Como los zuriquenses no pensaban permitir en su territorio la predicacin catlica ni la misa, tampoco los cinco lugares se sintieron obligados a admitir la predicacin protestante. Entendieron la paz en el sentido de que cada uno poda permanecer en su fe.
XV. LOS BAPTISTAS Y ESPIRITUALISTAS
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dievales, como los cataros, valdenses, hermanos bohemios y otros; pero Leonhard von Muralt2 y Walther Khler han demostrado convincentemente que el baptismo es un producto original del tiempo de la reforma 8 y no un movimiento social revolucionario. Distingue a los baptistas de los iluminados la conviccin de que el reino de Dios slo en unos pocos puede realizarse en este mundo y que no debe imponerse por la fuerza; de los espirituales, la firme voluntad o reconocimiento de la comunidad visible de los regenerados, que se manifiesta en el signo de la alianza, que es el bautismo, en la celebracin de la cena y en la vida de penitencia; esa comunidad se mantiene adems pura por una rigurosa disciplina.
J. Las' hermanos suizos y los baptistas de la alta Alemania El ao 1523 introdujo la reforma protestante el consejo de la ciudad de Zurich. Pero esto slo signific por de pronto la predicacin conforme a la Escritura; el culto permanecera intacto. Al someterse Zuinglio a esta prohibicin de la cena evanglica, se separaron de l algunos fervientes colaboradores para formar una comunidad propia, independiente de la tutela de la autoridad civil y sin el lastre de la masa de los cristianos rutinarios. Cabezas de este movimiento fueron Conrado Grebel (h. 1498-1526), hijo de un concejal, Flix Mantz (h. 1500-1527), cuyo padre fue cannigo de la catedral de Zurich. Ambos tenan formacin humanstica. Como en septiembre de 1524 escriba Conrado Grebel a Toms Mntzer, fue decisiva para ellos la idea de que la Iglesia del Nuevo Testamento no es la Iglesia del Seor cualquiera, sino de unos pocos, que creen rectamente y llevan conducta recta. Se funda en una incorporacin voluntaria y contrasta con la Iglesia demtica o popular, que se ha puesto en manos de la autoridad civil. En el miramiento o personas y en toda clase de seduccin, hay ms grave y daoso error que cuanto haya existido desde el comien2. Zum Problem Reformation und Taufertum- Zwmffhana, 6 (1934-37), 6S-85; cf. H . S . BENDER, Die Zwickauer Propheten, Tilomas Muntzet und die Taufer- ThZ X (1952) 262-278. 3. Die Zrcher Taufer 48.
Ya en el siglo xvi, se haca remontar el baptismo (o anabaptismo) a los profetas de Zwickau, a Karlstadt y Munster; por lo menos lo habran estimulado y favorecido esencialmente. Hoy se sabe que, sin negar contactos ocasionales con iluminados de Alemania central, los baptistas fueron un movimiento independiente, que tiene su origen en Zurich, en el contorno inmediato de Zuinglio 1. Tambin se ha intentado establecer enlaces con sectas me1. Zunglia Von uns gingen sie aus, aber die Unsern waren sie nicht. (De nosotros salieron, pero no eran nuestros). Citado segn W. KOHLER, Die Zurcher Taufer 63
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zo del mundo 4. Partiendo de esta idea de la Iglesia, era lgica la crtica del bautismo de los nios. Slo el que ha experimentado en s, por la penitencia, el cambio de sentir y cree personalmente, puede atestiguar en el bautismo esa experiencia suya de salud y ser por l incorporado a la comunidad. As, la cuestin del recto bautismo vino a ser caracterstica, y los adversarios apodaron a los hermanos de anabaptistas, nombre que ellos rechazaron, pues no reconocan siquiera como bautismo el bautismo de los nios6. Esta nueva Iglesia, quera presentarse visiblemente. Sus miembros no slo se apartan de la Iglesia oficial, sino que no toman tampoco parte en la vida del Estado. De acuerdo con Rom 13, 14 se acata la autoridad; pero el discpulo de Cristo no debe aceptar oficio de espada, pues ello conducira a una escisin de la conciencia. Cuando, en otoo de 1524, no quiso Grebel que fuera bautizado su nuevo hijo, hubo conflicto con el consejo de Zurich. Despus de una disputa pblica habida el 17 de enero de 1525, dispuso el consejo que fuera expulsado de la ciudad y su comarca todo el que, en el plazo de ocho das, no bautizara a su hijo. A Grebel y Mantz les fue prohibido predicar; sus ntimos amigos Guillermo Reublin (Roubli), Luis Htzer, Juan Brtli y Andrs Castelberger fueron desterrados. Queriendo obedecer antes a Dios que a los hombres (Act 5, 29), los condenados se juntaron secretamente el 21 de enero de 1525, y en esta ocasin administr Grebel el bautismo de la fe al ex sacerdote Jorg, de la casa de Jacob, llamado Blaurock, oriundo de los grisones. Jrg lo administr a su vez a los hermanos *. stos se retiraron a la aldea de Zollikon, celebraron la cena, a ejemplo de los apstoles, como comida de recuerdo y amor, y as naci la primera comunidad de baptistas. Tambin aqu intervino el consejo de Zurich, que vio un acto de rebelda en la formacin de una hermandad eclesistica libre, y la deshizo. Ello condujo a la propagacin del movimiento baptista en el resto de Suiza y en el sur de Alemania. Cuando ni siquiera la tortura sirvi para algo, el 7 de marzo de 1526 decret el consejo la muerte por agua de todo el que
4 Th Muntsers Btufwechsel, ed. dirigida por H. BHMER y P. KIRW, Leipzig 1937, 93; H. FAST, Der Imke Ftugel der Refarmatian 13. 5. Por ejemplo, Quellen zur Gesch der Tmtfer m dei Schvete i, 238; Urkundltche Quellen sur Hess. Ref. Gesch. iv, 57; Quellen sur Gesch. der Taufer v, 171. 6 F BLANK, Ort. M. Zeit der 1. Wtedertaufe ThZ 8 (1952) 74
administrara segundo bautismo. Los baptistas demostraron gran nimo para sufrir. Conrado Grebel, que muri de peste en el verano de 1526, haba escrito en mayo de 1525 a Vadian, reformador de San Gal: Yo atestiguar la verdad con la prdida de mis bienes, y hasta de mi hogar, que es todo lo que tengo. Atestiguar la verdad por la crcel, por la proscripcin y por la muerte7. El 5 de enero de 1527, vino a ser Flix Mantz, por muerte de agua, el primer mrtir del baptismo. El mismo da, azotado con varas, desnudo de medio cuerpo arriba, fue desterrado Jorg Blaurock de la ciudad. Jorg predic con gran xito en el Tirol; pero ya el 6 de septiembre de 1527 fue quemado vivo despus de crueles torturas. La acusacin se basaba en haber abandonado el estado sacerdotal y rechazar el bautismo de los nios, la misa, la confesin y la oracin a Mara. En el cantn de Zurich, el movimiento baptista se estanc casi enteramente hasta 1530. Entretanto, el movimiento fue ganando terreno en el sur de Alemania, particularmente en Alsacia, Badn, el Palatinado y el Tirol. Augsburgo y Estrasburgo fueron los centros principales. En noviembre de 1525, fue desterrado de Zurich Miguel Sattler, oriundo de Staufen de Brisgovia y antiguo prior del convento de san Pedro en la Selva Negra. March a Wurttemberg y all despleg viva actividad. Sattler presidi una reunin de bautistas habida en Schleitheim cerca de Schaffhausen el 24 de febrero de 1527. Aqu se decret un smbolo baptista, compuesto por l, los Artculos de Schleitheim. Los artculos slo contenan los puntos de doctrina en que el baptismo difiere de la reforma: bautismo tle la fe, excomunin, comunin de la cena, apartamiento de las abominaciones del mundo, oficio pastoral, no violencia y repulsa del juramento8. Poco despus de la reunin de Schleitheim fue Sattler juzgado en Rottenburgo del Neckar, y el 21 de mayo de 1527 ejecutado. Guillermo Reublin (1480-84, hasta despus de 1559) vino como desterrado en 1525 a Waldshut, y aqu gan para el baptismo al prroco Bdthasar Hubmaier (1485-1528) y con l a casi toda la
7. Quellen sur Gesch. der Taufer m der Schwes i, 78s. 8. Texto: Urktmden sur Gesch. des Bauernkrieges und der Wiedertaufer 28-33; H. FAST, 62-70; cf. B JFNNY, Das Schieitheimer Tauferbekenntnis 1527, Thayngen, Sui/a 1951.
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ciudad, que haba aceptado la reforma de Zuinglio. Contra Zuinglio escribi Hubmaier el opsculo: Del bautismo cristiano de los fieles, muy estimado entre los baptistas. Por sus enlaces con los compesinos sublevados, hubo de escapar a fines de 1525 a Zurich. Sin embargo, tambin aqu fue encarcelado, pero supo librarse de la prisin abjurando el anabaptismo. Luego lo continu propagando, y bautiz, entre otros, en Augsburgo, a Hans Denck. En julio de 1526 se asent en Nikolsburgo de Moravia, en que se toleraban distintos credos. Gracias a la frvida accin de Hubmaier en el plazo de un ao public 18 obras sobre el verdadero bautismo, sobre el orden de la Iglesia, la excomunin, la cena, etc., se convirti por un tiempo Nikolsburgo en centro de los baptistas. Hubmaier recalcaba con energa la disciplina de la comunidad. Donde no hay disciplina, no hay tampoco ciertamente Iglesia, por ms que se reciba el bautismo de agua y se celebre la cena, se dice en la portada de su opsculo: Sobre el castigo fraterno. En contraste con Hans Hut (h. 1490-1527) y los dems baptistas, Hubmaier no estaba por la absoluta no-violencia. Permita a la autoridad y al cristiano particular llevar espada, y apoy a los seores de Moravia en su lucha contra los ataques turcos. La justificacin de sus ideas en este punto se hallan en su escrito: Sobre la espada (1527). Cuando el movimiento baptista se fue extendiendo ms y ms por tierras austracas y Fernando i tom enrgicas medidas contra l, exigi tambin la entrega de Hubmaier. Pero el proceso contra ste no se bas tanto en su accin reformista o baptista, sino en su doctrina sediciosa en Waldshut, por la que habra producido levantamiento y rebelin entre la gente sencilla. En balde trat de justificarse en su: Cuenta de su fe. El 10 do marzo de 1528 hall la muerte en la hoguera. Hans Denck (h. 1500-1527) trabaj breve tiempo, despus de su bautismo, en Augsburgo (mayo 1520). Bautiz a Hans Hut, partidario de Toms Mntzer. Trabacuentas con el principal predicante luterano Urbanus Regius por razn de su doctrina acerca de la justificacin, de la predestinacin y de la apokatastasis pontn, alejaron a Denck de Augsburgo, que se traslad" a Estrasburgo (noviembre de 1526), donde se junt con Miguel Sattler y Luis Htzer y llam la atencin por disputas con Capito y Butzer. Por navidad de 1526 hubo de abandonar tambin Estrasburgo.
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March al Palatinado, donde trabaj con xito con la palabra y la pluma en las comunidades baptistas, de Landau y Worms. Aqu trabaj juntamente con Luis Htzer, que ganaron para su causa a los predicantes luteranos Kautz e Hilario. Clavando tesis y distribuyendo hojas volanderas origin Kautz desrdenes, y fue desterrado. Tambin Htzer y Denck hubieron de abandonar Worms. El ltimo se dirigi a Basilea. En agosto de 1527 lo hallamos en el concilio de los mrtires en Augsburgo. Pero aqu no ocup l el centro de los debates, sino Hans Hut y su teologa de la expectacin inmediata. En vista del inminente fin del mundo se quiso emprender una accin general misionera. Para llevarla a cabo fue Hut mandado al territorio de Basilea. Entretanto, revivi con energa la persecucin del anabaptismo. Denck lleg a Basilea en octubre de 1527, pero muri ya a mediados de noviembre de peste, en casa de un humanista amigo. Agotado por persecuciones y contratiempos, parece haber tenido por fracasada su accin como baptista, entregndose a un espiritualismo individualista. Por mandato imperial de 4 de enero de 15269 y por los decretos de la dieta de Espira de 1529 y de Augsburgo de 1530, los baptistas quedaron afectados por la legislacin contra los herejes. Acusados de hereja y rebelin fueron perseguidos, castigados de muerte o desterrados por las autoridades catlicas y, en muchos casos, ms implacablemente an por las protestantes. Sin embargo, no se dejaron extinguir completamente. Las ideas comunes a los baptistas pueden caracterizarse como sigue. Su ideal era reproducir la iglesia madre de Jerusaln. A sta slo podan pertenecer los escogidos, que estuvieron prontos a llevar una nueva vida por la ms estricta imitacin del Seor, y atestiguar su conversin por el bautismo de la fe. La vida del individuo y de la comunidad debe orientarse por la sagrada Escritura, preferentemente por el Nuevo Testamento. El espritu de Dios, de cuya posesin se tiene certidumbre, garantiza la recta inteligencia de su contenido. Se rechaza la presencia real, pero se da gran importancia a la cena como comida de recuerdo y amor para el interior sostn de la comunidad. Como Iglesia de los santos, sta debe mantenerse pura por el riguroso manejo de la excomunin,
9 Texto* Quellcn zur Gesch. der Taufer i, 3s.
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que es el criterio de una legtima Iglesia. Una marcada conciencia de misin conduce a viva actividad misionera, que est fuertemente bajo el signo de la prxima expectacin. Se mantiene por lo general la propiedad privada, pero se quiere compartir los bienes con el hermano por voluntaria caridad. Si se exige comunidad de bienes, se trata de uso, no de propiedad comn. En principio se obedece de buen grado a la autoridad, aun cuando los autnticos cristianos no necesitan de autoridad. Sin embargo, con referencia al sermn del monte, se condena la guerra, el juramento y la pena de muerte. Por eso un baptista no debe desempear ningn cargo de autoridad. Aun cuando los hermanos se portaban pacficamente y como buenos subditos, las autoridades vieron en ellos una amenaza al orden y seguridad pblica. A la persecucin respondieron los baptistas con un gran nimo para el sufrimiento. ste era el signo de su eleccin. Los cristianos de verdad creyentes, escriba Conrado Grebel a Toms Mntzer, son ovejas entre lobos, ovejas para el matadero, que deben bautizarse en la angustia y necesidad, en la tribulacin, persecucin, pasin y muerte, pasar por la prueba del fuego y alcanzar la patria del descanso eterno, no degollando enemigos corporales, sino matando a los espirituales 10.
tratado sobre la comunidad de bienes: Donde hay propiedad, donde se tiene y fomenta... se est fuera de Cristo y de su iglesia, y no se tiene un "padre en el cielo". En cambio, la verdadera paz es ponerse con sus bienes al servicio de los santos lx. A los hermanos hutterianos de Moravia perteneca tambin el silesio Gaspar Braitmichel (t 1573), cronista del movimiento baptista. El Libro de historia, por l comenzado, es una fuente importante para los comienzos zuriqueses y para la historia e ideas de los hermanos hutterianos 12.
3. Los baptistas en los Pases Bajos y en el norte de Alemania El tercer grupo, el anabaptismo de los Pases Bajos y Alemania del norte, se remonta a Melchor Hofmann. En el territorio de Mnster de Westfalia hall el anabaptismo una expresin radical y hasta aventurera, en detrimento de la fama de los baptistas en general. Menno Simons logr reducir el anabaptismo del norte de Alemania a su primigenio carcter pacfico. El peletero Melchor Hofmann (h. 1500-1543) haba actuado, desde 1523, como predicante laico luterano en el Bltico, en Suecia y en el norte de Alemania. Pero por su fantstica interpretacin de la Escritura, sus ideas escatolgicas y su doctrina espiritualista sobre la cena, contradeca a Lutero y la reforma luterana. En 1529 conoci en Estrasburgo a los baptistas y en 1530 se pas a ellos. Como stos peda tolerancia y libertad religiosa, estricta santificacin de la vida, renuncia a las armas y bautismo de los adultos. Esto lo entiende l como sello de la alianza con Dios en los adultos. Pero Hofmann se distingue de los baptistas por su difuso apocalipticismo y su interpretacin monofistica de la encarnacin. Segn l Cristo no habra tomado su carne por Mara, sino de Mara. La Biblia es para Hofmann un apocalipsis (o revelacin secreta), que slo puede entender rectamente el dotado del espritu, como de una clave de David. Como tal crea l reconocer los signos del fin de los tiempos y sentase llamado a leer en la sagrada Escritura los
11. H. FAST, 1 3 9 S ; 146.
2. Los hermanos moravos Junto a los hermanos suizos que desde Zurich se esparcieron por el sur de Alemania hasta Hesse y Turingia, hay que mentar como segundo grupo a los hutterianos de Moravia. Su nombre les viene de Jakob Hutter (t 1536). ste naci en Pustertal y, a la muerte de Jorg Blaurock, fue cabeza y organizador del anabaptismo del Tirol. Para escapar a la persecucin en el Tirol, busc con sus secuaces, en 1529, refugio en Moravia. All se encontr con comunidades de baptistas que cultivaban una estricta comunidad de bienes a ejemplo de la iglesia apostlica de Jerusaln. Sobre esta base cre Hutter en 1533-35 las sociedades de consumo y produccin de los cortijos de hermanos. Vrico Stadler (t 1540), presidente de los hermanos hutterianos de Bucovice (Moravia), escribe en su
10. Th. Mntsers Briefwechsel 97; H. FAST, 20.
12. Ed. dirigida por A.J F. ZIEGLSCHMID, Die alteste Chrcmtk der Hutterischen Ithaca, N.Y. 1943.
Briider,
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designios y exigencias divinas. Tenase a s mismo por uno de los dos testigos escatolgicos anunciados en Ap 11, 3 y en varias ocasiones anunci el fin del mundo. Reiteradamente hubo de salir de Estrasburgo, y trabaj en la Frisia oriental y en Holanda. Con arrebatadora elocuencia logr introducir el anabaptismo en Holanda y ganar muchos adeptos para la nueva iglesia de la alianza. A sus fieles se los llam primero melchoritas o bontgenooten (aliados). En Amsterdam procedieron las autoridades contra ellos, y Hofmann hubo de huir. Su vicario Volkertszoon y otros ocho de sus secuaces fueron decapitados en La Haya (5 de diciembre de 1531). La comunidad sigui trabajando en silencio. Hofmann mismo haba mandado no bautizar durante dos aos y limitarse a predicar y exhortar, hasta que el Seor determinara la hora. Los hermanos suizos vieron en ello cobarda y desobediencia al mandato misional de Cristo. Tambin su nefito Jan Matthijs de Haarlem contradijo su pro* hibicin de bautizar y, a fines de 1533, envi doce apstoles a predicar y bautizar. Dos de ellos, Bartel Boeckbinder y Willem Cuper, bautizaron en Frisia, entre otros, a Obbe Philips, al que instituyeron anciano. ste bautiz dos aot, ms tarde (1536) al ex sacerdote catlico Menno Simons ("T561), que sera cabeza de los mennonitas que de l tomaron su nombre. Entretanto, aguijado por la conciencia de su misin de cooperar, como nuevo Elias, al advenimiento de Cristo, march Hofmann otra vez a Estrasburgo. Un visionario baptista, de Frisia, le haba profetizado que ira a Estrasburgo, y, tras prisin de medio ao, al advenimiento del Seor, se pondra a la cabeza de una procesin triunfal de baptistas que recorrera todo el mundo. Como se lo dej en paz durante dos meses, se ofreci l mismo al consejo para que lo encarcelaran. El consejo accedi a su deseo en mayo de 1533, y trat su causa con ocasin del snodo general de Estrasburgo con asistencia de Martn Butzer. La consecuencia fue que el nuevo Elias qued encarcelado durante diez aos, hasta su muerte, en circunstancias a veces muy ignominiosas. Contra toda expectacin, se aferr an a sus esperanzas escatolgicas. A falta de papel escribi sus visiones en paos de lino, que se han perdido, lo mismo que muchos de sus numerosos escritos; slo en 1523-33 fueron ms de 35.
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Melchor Hofmann, padre del anabaptismo holands (Samuel Cramer), pertenece por su renuncia a todo empleo de violenci y su postulado de disciplina y santificacin, al baptismo pacfico y tranquilo. Sin embargo, por su difusa apocalptica y amenaza del juicio y, sobre todo, por sus partidarios (melchoritas), que emigraron en gran nmero de Holanda a Westfalia, le cabe parte de responsabilidad en la cruenta tragedia del anabaptismo de Mnster. El capelln Bernardo Rothmann, nacido hacia 1495 en Stadtlohn, haba predicado all, ya desde 1529, en sentido luterano. El ao 1531 visit Wittenberg y Estrasburgo y aqu entr en tratos con los baptistas y el espiritualista Gaspar von Schwenckfeld. A su vuelta impuso la reforma en Mnster. Su orden eclesistico y su doctrina sobre la cena estaban influidas por Zuinglio, lo que le atrajo en boca del pueblo el mote de Stutenbernd. Desde 1533 estuvo influido por los llamados predicantes de Wassenberg, que rechazaban el bautismo de los nios. Esto llev a trabacuentas con el consejo de la ciudad. Sin embargo, con la irrupcin de melchoritas que afluyeron desde 1533, los sectores radicales ganaron terreno en Mnster. El 5 de enero de 1534 llegaron all los holandeses Bartel Boeckbinder y Willem Cuper y rebautizaron a Rothmann y a otros predicantes. Rothmann prosigui los bautizos. Por de pronto se opuso el consejo de la ciudad. El obispo y seor temporal dispuso se procediera contra los baptistas como rebeldes y alborotadores; pero stos consiguieron apoderarse del gobierno de la ciudad y el 23 de febrero de 1534 llevaron a efecto la eleccin de un consejo baptista. Sin embargo, el gobierno secreto lo ejerca el panadero de Haarlem, Jan Matthijs. ste propuso ejecutar a todos los contrarios al baptismo. Contra tal proyecto impuso el tratante en paos munsterano Knipperdolling el destierro de ellos. Entretanto, el obispo Franz von Waldeck hizo cercar militarmente la ciudad. Los baptistas movilizaron toda la poblacin para la defensa y suprimieron en gran parte el derecho de propiedad. Cuando Jan Batt cay en una salida, el sastre Jan Beuckelsz, de Leiden, asumi su sucesin. Disolvi el consejo de baptistas e instituy 12 ancianos para el gobierno de las tribus de Israel. En realidad mandaba l. Despus de un xito militar el 31 de mayo, se hizo proclamar rey no slo 275
AV.
l-AJS Udpuaui& y l a c a j j l l l i u a i i a k a a
de Mnster, sino del mundo. Como predicador cortesano y con su pluma se puso Bernardo Rothmann al servicio del reino de Mnster. De las cinco obras escritas por los aos 1533-35, el opsculo: De la venganza y castiga de la abominacin babilnica tena por fin incitar a los baptistas de Holanda a que acudieran a Mnster a hacer levantar el sitio de la ciudad: Por eso, queridos hermanos, aprestaos para la lucha, no slo con las humildes armas del apstol para sufrir (2 Cor 10, 4), sino tambin con el glorioso arns de David para la venganza, a fin de extirpar con el poder y ayuda de Dios todo el poder babilnico y todo ser impo1. El comunismo no fue impuesto tan radicalmente como entre los hermanos moravos. El comunismo de produccin en la artesana result ms de la necesidad militar. Las familias siguieron unidas. Sin embargo, en junio de 1534, fue introducida la poligamia en el sentido de matrimonio simultneo de un marido con varias mujeres, se mand casarse a todas las mujeres sin marido y a las que quedaron de los impos expulsados se les impuso tambin obligacin de contraer nuevas nupcias. La habilidad y crueldad de Jan van Leiden y la obstinacin de los baptistas lograron retener la ciudad durante un ao y cuatro meses, por ms que ya a fines de 1534 hizo su aparicin el hambre. Todava cuando la traicin abri a los sitiadores las puertas de la ciudad, se defendieron los baptistas tan eficazmente con valor desesperado, que por poco infligieron una derrota a las tropas episcopales. La ciudad cay el 25 de junio de 1535. El bao de sangre fue espantoso. Jan van Leiden, su lugarteniente Knipperdolling y el consejero regio Bernardo Krechting fueron interrogados con tortura, durante siete meses, el rey mismo paseado por el pas para pblica vergenza, hasta que, el 22 de enero de 1536, fueron atormentados de muerte, en Mnster, con tenazas rusientes, y sus cadveres expuestos en jaulas de hierro junto a la torre de la iglesia de san Lamberto. As tuvo fin cruel el reino de Mnster, repugnante mezcolanza de piedad, sensualidad y sed da sangre (Ranke). Por su aspiracin a erigir visiblemente en el mundo el reino de Dios y someter por la fuerza a su dominio mundo y sociedad, los anabaptistas de Mnster deben ser contados entre los iluminados ms bien que entre los baptistas, pues stos se
13. H. FAST, 360
caracterizan por el repudio de la violencia y la separacin en comunidades de hermanos. Sin embargo, el reino de Mnster perjudic grave y duraderamente a su fama. Haber reducido el baptismo bajo-alemn a su lnea primigenia fue obra de Menno Simons y de los hermanos Philips. stos, hijos ilegtimos de un sacerdote catlico, fueron bautizados por emisarios de Jan Matthijs en Leeuwarden de Friesland. Obbe (f 1563), barbero y cirujano de profesin, y Dirck (1504-68), ex franciscano, se opusieron al baptismo revolucionario de Mnster y asumieron la direccin del ala pacfica de los melchoritas, que por un tiempo se llamaron obbenitas. Obbe, que fue nombrado, por imposicin de manos, predicante baptista, orden a su hermano Dirck de anciano en la fraternidad baptista holandesa. Lo mismo hizo, el ao 1536, en Groninga, con Menno Simons, a quien bautizara un ao antes. Pero, hacia 1540, se retir del movimiento baptista, al que achacaba caer en lo visible y exterior. l mismo dud de su propia vocacin o misin y se dio a un espiritualismo individualista. Su Confesin es fuente importante para la historia de los melchoritas y del baptismo mnsteriano 14 . En contraste con el espiritualismo de su hermano y de Sebastin Franek, con quien haba polemizado en la contestacin y examen de dos cartas15, Dirck Philips pensaba partiendo de la comunidad y quera erigir en ella una comunin de verdaderos convertidos. Por razn de su pureza y santidad exiga la excomunin y la consiguiente evitacin, de los excomulgados. Incansablemente trabaj en los Pases Bajos y en Alemania del norte. Desde 1550 residi principalmente en Danzig. Difundi sus opiniones en numerosos escritos que edit antes de su muerte, reunidos en el Enquiridion o Manual de la doctrina cristiana16. As vino a ser el telogo y dogmtico del baptismo norte-alemn y holands. Ms claro y sistemtico que Menno Simons, con quien colaborara por mucho tiempo, por su estilo vivo y parcial y hasta caprichoso, no alcanz con mucho la accin profunda y extensa de aqul. Menno Simons (1496-1561) trabaj despus de su ordenacin de anciano, durante siete aos, en Francia y Holanda del norte. Juntamente despleg una copiosa actividad literaria. Su obra principal:
14 H HRN v i l , 121-138, H FAST, 319 340. 1IUN x 493-507, H I'AST, 171188 16 BRN x
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El fundamento de la doctrina cristiana (1539), trata de la penitencia, de la fe, del bautismo, de la cena, de la evitacin de los impos y de la misin, vida y doctrina de los predicantes. En enero de 1544 sostuvo Menno en Emden una disputa con Jan Laski que trabajaba all como reformador. No hubo avenencia sobre la encarnacin de Cristo, el bautismo de los nios y la vocacin de los predicantes. Como Melchor Hofmann, Menno opinaba que Cristo no naci de Mara, sino en Mara; su carne no la habra tomado por Mara, sino por el Espritu Santo, a base de un acto especial creador de Dios. Despus de una actividad de dos aos en Colonia, tuvo su vivienda principal en Holstein, desde donde recorri la costa del mar Bltico desde Lbeck hasta Livonia. En muchas polmicas y frente a los rigoristas, Menno adopt siempre una postura de mediacin; una y otra vez se esforz por mantener la paz y la unidad. Cuestiones vivamente discutidas entre los baptistas holandeses eran la excomunin, los matrimonios mixtos con los incrdulos, es decir, con quienes no pertenecan a la comunidad baptista, y la evitacin del consorte apstata o incrdulo, que prcticamente equivala al divorcio. En su escrito: Una triste y cristiana excusa y respuesta (1552), protesta Menno vivamente de que se lo identifique con los revolucionarios de Mnster. l y sus hermanos estn contra la revolucin y no exigen comunidad de bienes. La acusacin de poligamia es una mala calumnia. No se los debe tampoco llamar anabaptistas y mucho menos asesinos de almas, pues rechazaban el bautismo de los nios, como falso bautismo cristiano; tampoco eran profanadores del sacramento, pues no crean que el pan y el vino fueron sustancialmente carne y sangre. Menno supo eludir una y otra vez la persecucin. Muri en 1561 en Wstenfeld junto a Bad Oldesloe (Holstein). Su importancia est en haber unido a los baptistas pacficos de Holanda y Alemania del norte, y haber logrado poco a poco, por su accin y escritos, que las gentes distinguieran entre baptistas y anabaptistas de tipo mnsteriano. La sublime especulacin teolgica no fue su fuerte. Centro de su doctrina fue la regeneracin como postulado fundamentalsimo de la vida cristiana. Es obra de Dios y brota de la semilla de la palabra divina, pero debe demostrarse en una vida penitente, en obediencia a la palabra y mandamientos de Dios. Slo los de verdad renacidos pueden pertenecer a la Iglesia de Cristo. 278
De ah la importancia que se da a la excomunin y a la condenacin de los matrimonios mixtos. Aunque Menno Simons no fue el fundador de la comunidad baptista, que exista ya diez aos antes de que l ingresara; sin embargo, en el curso del siglo xvi se naturaliz el nombre de mennonitas para designar a los baptistas de Holanda y Alemania. Ello fue tambin nombre protector para distinguirse de los anabaptistas, a los que la ley del imperio amenazaba con la muerte. En el siglo xvn, mennonita fue nombre corriente de todos los grupos de baptistas, a excepcin de los hutterianos. En los Pases Bajos liberados los mennonitas slo alcanzaron limitada tolerancia. Desde 1811 se unieron all en la Algemene Doapsgezinde Societeit. Las persecuciones y la idea de la separacin condujeron a la dispersin por todo el mundo, e hicieron de los mennonitas los adelantados de las regiones desrticas. Por su conducta seria y sencilla y por su sentido de comunidad tuvieron gran importancia en la evolucin econmica de los territorios por ellos habitados, lo que trajo a su vez consigo que, por lo menos en Alemania y los Pases Bajos, fueran abandonando cada vez ms el principio de la separacin en favor de una activa participacin en la vida social y cultural.
4. El esplritualismo Por todos los movimientos de reforma de los siglos xv y xvi corre una aspiracin a la espiritualizacin. Contra la exteriorizacin y materializacin de la piedad, se reclamaba interioridad y mejor justicia interna. Slo puede hablarse de espiritualismo donde se mira lo externo como simplemente sin valor o por lo menos como sin importancia, se admite un dualismo de supuestos neoplatnicos y se pone al espritu en contradiccin con el cuerpo, la letra y la Iglesia visible, con sus ordenaciones externas, como los sacramentos, la liturgia y la disciplina. Rasgos espiritualistas se dan en Erasmo y Zuinglio, menos en Lutero; pero en ste, a su vez, en muchos aspectos, ms que en los exaltados Karlstadt y Mntzer. Entre los baptistas, estaba especialmente tocado de espiritualismo Hans Denck, y parece que, al fin de su vida, se entreg totalmente a l. Bajo el influjo de Denck, se hizo tambin espiritualista Luis 279
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liucildu
Hatzer (h. 1500-1529), lo mismo que Christian Entfeider y Hans Bnderlin. Los principales representantes del esplritualismo en el siglo xvi fueron Gaspar von Schwenckfeld (1489-1561) y Sebastin Franck (1499-1542). El noble silesio Schwenckfeld fue primero secuaz de Lutero. Como consejero de Federico n de Liegnitz, gan a ste para la reforma protestante y contribuy fuertemente a su propagacin en Silesia. Schwenckfeld exiga la vida de la primitiva iglesia apostlica. Por eso, para l eran decisivos los frutos morales de la vida cristiana. Por su interpretacin espiritualista de la cena y sospechas de baptismo, tuvo que abandonar Silesia en 1529, y se dirigi a Estrasburgo. Durante su estancia all hasta 1533, en el trato y polmicas con reformadores como Capito y Butzer y distintos grupos de baptistas, espiritualistas e iluminados, su concepcin tom la forma que le es peculiar. Butzer lo expuls a Augsburgo, de donde, en 1535, march a Ulm. En conflicto tambin con los suizos por su cristologa y condenado tambin como baptista y sacramentario por la convencin de telogos luteranos de Esmalcalda (1540), llev los dos decenios siguientes una vida inquieta, buscando alojamiento en posesiones de nobles o en las casas de sus adeptos. Por sus numerosos manuscritos, de los que ms de un centenar fueron impresos y otros corrieron manuscritos, se cre una gran comunidad de leyentes, cuyos miembros se edificaban mutuamente y se fortalecan en una fe individualistamente entendida. Haba que apartarse de la Iglesia creada. La verdadera Iglesia vive en la dispersin y slo Dios conoce a sus miembros. La condicin misma de criatura es pecado, que es menester superar, a la manera como Cristo diviniz su naturaleza humana. Su carne glorificada es la perenne comida de los creyentes. Por eso slo hay un camino, el de dentro afuera, y Dios no puede ligarse a ritos externos, a los sacramentos o la palabra escrita, sino slo a la interioridad del hombre. Yo busco que obremos recta y constantemente de dentro afuera, con espritu, fe y caridad para correccin o mejora de los hombres. Ellos en cambio, buscan obrar de fuera adentro con ceremonias y sacramentos ". No trae la Escritura el espritu; no, el hombre lleno de espritu lo lleva a la Escritura; l tiene que llevar la luz divina a la Escritura, el esp17. Unerscheid zimschen Cuspar Schwenckfeld und der Predicanten Corpus Schwenckfeldianorum xv, Doc 989, p. 24, H FAST, 207 leer (15S6)
ritu a la letra, la verdad a la imagen y el maestro a su obra1S. Sebastin Franck (1499-1542), de Donauwrth, era sacerdote y de 1526 a 1528 ejerci sus funciones en comunidades evanglicas cerca de Nuremberg. Luego abandon su ministerio eclesistico y se dedic a escribir en Nuremberg y Estrasburgo. Por querella de Erasmo, al que haba notado de hereje, fue expulsado de Estrasburgo. Durante un tiempo se gan el pan como jabonero en Esslingen. Desde 1533 estableci una imprenta en Ulm. Sin embargo la mayor parte de sus numerosas obras: Crnicas (Trkenchronik 1531; Chronika, Zeitbuch und Geschichtsbibel 1531; Germaniae Chronicon 1538), un Wettbuch cosmogrfico (1534), comentarios a la Biblia, colecciones de proverbios y traducciones, hubieron de ser impresas en el extranjero. En 1539 fue expulsado de Ulm y en 1540 fue condenado como hereje por la convencin de telogos de Esmalcalda por separacin de la Iglesia y desprecio de la Biblia y ministerio de la predicacin. Muri en Basilea el ao 1542. En opinin de Franck, la Iglesia exterior de Cristo qued devastada y destruida 19. Como desde entonces fueron manchados la ordenacin externa y los sacramentos, Dios lo hace ahora todo por el espritu en su Iglesia invisible que est dispersa entre los gentiles. Por lo dems, Dios haba destinado los sacramentos slo para la juventud de la Iglesia, como las muecas para el ruo. Ahora hay que tender a cosas ms serias: la fe, la penitencia y la negacin de s mismo 20. Tambin a gentiles y turcos hay que tenerlos por hermanos, aunque no hayan odo una historia o una letra de Cristo; lo decisivo es que hayan experimentado su fuerza por la palabra interior. Cristo es el Verbo o palabra invisible. Su historia tiene tan poca importancia como la palabra exterior de la sagrada Escritura, que es el papa de papel. La letra oculta el misterio. Dios tiene que despertar en nosotros para espritu y vida la letra muerta que mata 21. Franck cultiva la historia de la Iglesia como historia de los herejes, pero stos deben ser tenidos por los verdaderos cristianos. Y es as que los cristianos han sido siempre y en todas partes herejes de todo el mundo 22. A los reformadores les echa en cara Franck haber abandonado el principio de la interioridad y
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19.
(1551)
Ibid,
21.
Ibid., 245
22
Ibid , 235
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281
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libertad de la fe, que rega al comienzo del protestantismo. Tanto ms luch l, lo mismo que Schwenckfeld, por la tolerancia. Espiritualistas y baptistas, a la izquierda de la reforma protestante, vinieron a ser, por sus principios y su situacin de perseguidos, campeones de ideas tan modernas como la libertad de la fe, libre seguimiento de la Iglesia y separacin de la Iglesia y del Estado. Ideas, a la verdad, que slo por las iglesias libres de Inglaterra y por la revolucin francesa lograron ser generalmente reconocidas Z3.
XVI.
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Frente a la copiosa actividad publicitaria de Lutero, y ante los numerosos escritos, hojas volanderas y libelos que l y sus amigos pudieran lanzar a manos llenas entre el pueblo gracias a la imprenta, se impone preguntar: Qu se opuso a todo eso por parte de la antigua Iglesia? Se aprovech la defensa de modo parejo de los nuevos medios publicitarios para formar la opinin pblica y se esforz en conservar o recuperar para la Iglesia las masas populares que se iban tras Lutero? Qu xito le cupo en el empeo? El nmero de escritores teolgicos, que emprendieron la defensa de la Iglesia antigua, es sorprendentemente alto1, sobre todo si se tiene en cuenta lo impopular y difcil que era este tema. Slo en los ltimos decenios se ha prestado mayor atencin a los controversistas catlicos y se ha comenzado a poner al alcance de los estudiosos sus obras en el Corpus Caholicorum. Estas obras esclarecen la cuestin sobre la fuerza religiosa y teolgica con que se hizo frente a Lutero; adems, para mejor inteligencia de los reformadores es menester conocer sus interlocutores, y, finalmente, los escritos de los controversistas pretridentinos son importantes como trabajos previos del concilio, que nos permiten la recta estimacin de la obra teolgica del mismo. Si no se quieren estimar por bajo de su valor las obras de los primeros impugnadores de Lutero 2, hay que ver claramente lo difcil que era su tarea, y en qu desfavorables circunstancias tenan que realizarla. Haba que conocer el error en toda su extensin y alcance e impugnarlo por la exposicin de la verdad. Ya lo primero no resultaba fcil dada la general falta de claridad teolgica. Muchos vean en Lutero al que iba a traer la por tanto tiempo deseada reforma, y pensaban que slo se trataba de acabar con los daos,
1. N. PAULUS completa hasta mas de 200 los controversistas alemanes alegados po( J. FAIOC: Katholik 73, 2 (1893) 213-223. F. LAUCHERT indica 66 adversarios italianos de Lutero. 2. W . KOEHLER procede harto a la ligera, cuando en su Dogmengesch. ais Gesch. des christlichen Selbstbewusstsems. Das Zeitalter der Reformation (Zurich 1951), 91, juzg* as: Ante la riqueza, conciencia de lucha y victoria en la lnea protestante, el catolicismo no slo se pone a la defensiva, sino que ostenta pobreza de espritu. No faltan polemistas, pero los escritos ahora reunidos en el Corpus Catholicorum sugieren francamente como u n a trilla de paja huera. 08R
males y abusos que se haban infiltrado en la vida de la Iglesia. Todava en 1530, en la dieta de Augsburgo, quiso Melanchthon .. hacer pasar pareja versin. Frente a ello, hombres que, como Juan Eck, afirmaban clara, consecuente e intrpidamente que se trataba de hereja, tenan que aparecer como agitadores y turbadores de la paz. Comprobado el error, era menester contrarrestarlo, lo que no poda hacerse por la mera refutacin Y es as que el movimiento de reforma protestante no era una suma de errores particulares. Como toda hereja viva de la verdad, de la verdad parcial, por la que hasta entonces se haba pasado por alto o la praxis de la Iglesia desmenta. Haba que mostrar cmo las justas aspiraciones de los reformadores tenan su puesto en la doctrina de la Iglesia y sta estaba dispuesta a reconocrselo. Ello requera la fuerza religiosa y la viveza teolgica del escritor catlico. Tena, en efecto, que percatarse del contexto bsico de la verdad y ver el centro que todo lo llena de vida, y al que hay que referir constantemente lo perifrico. Era, pues, decisivo si los controversistas se paraban en la defensa, o si saban desprenderse de su adversario en la medida requerida para llegar a una exposicin independiente de la doctrina catlica. No siempre es as. Se trata por de pronto las ms de las veces de rplicas, y ello no slo en el sentido de que en muchos casos se replica a una obra determinada protestante, sino que se sigue el mtodo de exponerla y refutarla frase por frase. Todava en 1524, disputa Jernimo Emser en sus escritos con Lutero y Zuinglio de este modo pesado y medieval, a pesar de que est convencido que sus adversarios no pueden ser curados por razones ni artificios de la enfermedad que llevan profundamente arraigada3. Lutero tena de su parte el mpetu y fuerza de atraccin de lo nuevo y el patetismo de la crtica contra abusos patentes; tena la ventaja del agresor, en cuanto que, como una vez afirma Cocleo, l daba el primer golpe, y poda echar a volar en gran cantidad sus opsculos, antes que ningn adversario le contestara 4. Tanto peor si los escritores catlicos no pasaban en muchos casos de un mtodo defensivo, y se dejaban dictar de sus contrarios la ley de su obrar. En lugar de atacar las posiciones fundamentales
3. 4. Canonis missae contra Hidricum Zwmfflium defelisio (1524) A n i , C. Vori der heyligen Mess und Priesterweyhe (Leipzig 1534) A II, v.
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de stos y superarlas desde el centro, los controversistas se detenan muy frecuentemente en pormenores muy perifricos. xitos asi obtenidos resultaban golpes sobre el agua, pues el contrario haca mucho que haba ocupado nuevas posiciones. En De captivitate Babylonica (1520) reproduce Lutero acertadamente esta situacin cuando escribe: Yo voy siempre delante, de forma que, cuando celebran como gloriosos vencedores el triunfo sobre una de mis supuestas herejas, ya he echado otra nueva en circulacin (WA 6, 501). Adase que los defensores de la Iglesia antigua se enfrentaban con una opinin pblica, cargada desde haca dcadas de rencor antirromano y llena de profunda desconfianza de la curia; sentimientos a que saba apelar hbilmente Lutero con su talento publicitario y hasta demaggico. Sus adversarios, en cambio, eran aburridos, de estilo pesado y de dmine, y les resultaba doblemente difcil contrarrestar una reforma que se haba hecho movimiento popular y estaba sostenido por el patetismo de la novedad. Aparte el favor de la hora y el mayor talento publicitario, tratbase a la postre de otro estilo de teologa. En lugar del anlisis sistemtico, con medios filosficos, de la revelacin, a gran distancia de la vida religiosa y litrgica, Lutero practicaba la predicacin. El para m del hecho de la salud lo mova y conmova, y lo apremiaba a confesar ante los hombres sus ideas que se haban hecho experiencia ntima. Frente a ello, el sobrio y complicado sistema de la escolstica tena que producir un efecto plido. Hubo an de pasar tiempo hasta que los escritores lograran una teologa que fuera primariamente predicacin y diera respuesta inmediata a la necesidad de la hora5. En muchos casos, los hombres que se sentan llamados a la defensa de la Iglesia antigua y no le negaban este servicio, no eran telogos, sino humanistas, es decir, literatos u hombres de la escuela y de la cura prctica de almas. Juan Cocleo, por ejemplo, era de profesin educador de muchachos y fillogo editor de antigedades y, slo por sentimiento del deber, telogo 8. Para l represent un sacrificio entrar en el palenque. A ello se senta dispuesto, porque segn sus propias palabras con ocasin de la dieta de Worms la fe catlica estaba para l por encima de las bellas
5. 6. Cf. E. FEIFEL, Grundzuge emer Theologie des Gottesdtenstes, M SPAHN, Johannes Cochlaeus, Berln 1898, 197. Fnburgo 1960, 36ss
ciencias7. Por modo semejante, Jernimo Emser se vio en el trance de entablar una lucha teolgica sin ser telogo. La teologa escolstica ofreca poco trabajo previo. Ahora bien cmo se iba a defender la misa, si la teologa de los siglos xiv y xv no haban tratado en absoluto sobre ella, y, respecto de la eucarista slo se haba interesado sobre la transustanciacin y las cuestiones de filosofa natural en conexin con ella? La teologa del nominalismo, abblica, estancada preferentemente en problemas formales, en que se encendi la crtica de Lutero y de la reforma protestante en general, ofreca una mala base para rechazarla. Lo que fue causa de la reforma, a par de la teologa de la ltima edad media, la falta de claridad dogmtica y la ausencia de profundidad y vigor religioso, entorpecan naturalmente la lucha contra ella. El principio de la Escritura, radicalmente profesado por Lutero, planteaba a los controversistas catlicos un difcil problema metodolgico. Renunciaran a apelar a la tradicin, a los padres de la Iglesia, concilios y papas, y se contentaran con la prueba de Escritura? No lo haran por lo menos prcticamente, para dar ms contundencia a su argumentacin contra los partidarios de la reforma? En principio, todos sostuvieron que no debe creerse y guardarse solamente lo que est expresamente contenido en las Escrituras divinas y puede demostrarse por ellas 8, y consideraban la tradicin como el evangelio vivo 9 Cuanto ms se enzarzaban entre s los protestantes sobre verdades centrales como la eucarista, tanto ms insistan los catlicos en que la Escritura no se interpreta con suficiente claridad a s misma, sino que para ello es menester un magisterio vivo. Prcticamente, algunos telogos se contentaron con la prueba de Escritura. As, por ejemplo, el Scrutinium10 del franciscano Kaspar Schatzgeyer es casi nicamente una enumeracin de pasos escriturarios sobre la fe, la gracia, las buenas obras, el sacrificio de la misa, etc. La mayora, empero, de los escritores catlicos y precisamente los ms importantes de entre ellos,
7 CMoqwum Cochiaei cum Luthero Wormatiae ohm habitum (.1521), ed. dirigida por J GREVING. Flugschriften aus den ersten Jahren der Reformationj xv, Leipzig 1911, 177l, part. 199. 8. J. ECK, Enduruhon, 33b. 9. S T HOSIUS, Canfutatto, 292b. 10. Scrutmium divinae Scnpturae pro conctitatme dtssidentium dogmatum, ed. dirigida por U SCHMIDT: CCath S, Munster 1922.
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se atuvieron al mtodo tradicional. Esto no era aferramiento a la conviccin dogmtica o incapacidad de adaptarse al adversario y seguirlo al lugar de combate, sino que tena su razn de ser en las obras mismas de los protestantes. Afirmaciones de Lutero, como la de que la concepcin de la misa como sacrificio se form de las oblaciones en la antigedad cristiana, o que antes de Gregorio Magno no hubo misas privadas, o que durante doce siglos la Iglesia no supo palabra de la transustanciacin, tenan que incitar a sus adversarios catlicos a buscar en la historia la contraprueba. Ms an que Lutero apelaban otros reformadores, como Melanchthon y Zuinglio, a la prctica de la Iglesia antigua y citaban a este propsito a los santos padres. Esto no slo justificaba, sino que reclamaba francamente el argumento patrstico por parte de los catlicos; pero trajo consigo que tomara ms y ms el carcter de una prueba histricall. Al principio fueron objeto de discusin cuestiones ms bien perifricas, como las indulgencias, votos, culto de los santos y otros; pronto, sin embargo, pasaron a primer trmino problemas fundamentales, como la doctrina sobre la Iglesia, el ministerio u oficio, el primado del papa, la justificacin y el sacrificio de la misa. Por los aos 1522-1526 aparecieron una serie de escritos en defensa de la misa. Con su abolicin como idolatra atentaban los reformadores de la forma ms honda y sensible a la vida religiosa del pueblo cristiano. Aqu apareci con claridad seera el alcance de su doctrina. El primer adversario de la reforma protestante, el ms incansable y ms conocido y tambin el ms odiado fue el sacerdote secular y profesor de Ingolstadt, Juan Eck (1486-1543). En la disputa de Leipzig (1519) hizo ver claramente que Lutero abandonaba la Iglesia antigua. Al fin mismo serva tambin la obra: De primatu Petri adversus Ludderum (1520), que public en Roma, cuando all trabaj, de marzo a julio de 1520, para la condenacin de Lutero. Despus de algunos escritos sobre la justificacin y penitencia (entre otros De poenientia et confessione, 1522, De purgatorio, 1523; De satisfactione et aliis poenitentiae annexia, 1523), public en 1525, como rplica a los Loci communes de Melanch11. P. POLMAX, L'lment Gembloux 1932, 310 cf. 320. hxstorxque dans la controverse reliffteuse du XVI* stele
thon, un manual (Enchiridion locorum communium adversus Ludderemos) en que emplea el argumento de la Escritura y de los padres y refuta seguidamente las objeciones de los adversarios. La importancia del Enchiridion la demuestran sus ms de 90 ediciones y traducciones. Cuando se vio que, por falta de sermonarios catlicos, echaban los prrocos mano de los protestantes, escribi Eck cinco tomos de sermones en alemn, para el ao eclesistico y fiestas de los santos, sobre los sacramentos y mandamientos. Por deseo de su seor temporal, el duque Guillermo iv, public en 1537 una Biblia en alemn. El Antiguo Testamento lo tradujo l mismo con gran fidelidad al alto alemn, es decir, al dialecto del sur de Alemania. Para el Nuevo Testamento tom la versin de Emser. Por lo que a su mtodo' atae, Eck trata de seguir la tendencia de su tiempo de ir a las fuentes, utilizando copiosamente la sagrada Escritura y a los padres de la Iglesia. A decir verdad, dentro de una abundancia de textos aducidos, no llega a explotarlos exhaustivamente. Ni religiosa ni teolgicamente sabe sacar pleno partido de ellos. Ante la falta de claridad dogmtica de su tiempo, fue mrito de Eck haber mostrado claramente y con precisin que Lutero no significaba reforma, sino revolucin, y haber rechazado toda componenda a costa de la verdad. Es cierto que con ello se plantea a par la cuestin de si percibi suficientemente la responsabilidad que le incumba con respecto a la unidad y si, consiguientemente, se preocup del adversario o si, en el fervor de la disputa, lo empuj a consecuencias herticas y lo fij en el error. Un infatigable campen de la causa catlica en la corte del duque Jorge de Sajonia fue su secretario y capelln Jernimo Emser (1478-1527). Despus de la disputa de Leipzig trat crticamente la actitud de Lutero con los bohemios. Lutero contest aludiendo a las armas de Emser en polmica extraordinariamente spera: Ad aegocerotem (cabra montes) Emserianum (1519). Esto dio el comps de entrada de una serie de escritos polmicos entre el macho cabro de Leipzig y el toro de Wittenberg. Tampoco los escritos de Emser que, adems de Lutero, atacaron tambin a Karlstadt y Zuinglio y tenan por objeto la defensa de las imgenes, del sacrificio de la misa y del sacerdocio, pasaron ms all de la refutacin del adversario. En 1523, Emser descubri en el Nuevo Testamento de Lutero 1400 errores y mentiras herticas; ello no 293
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le impidi seguir de cerca la versin de Lutero al componer, en 1527, la suya por encargo de su duque. Para defender a la Iglesia Emser tuvo que ser arrancado a su tranquila vida de humanista. No se neg a esta tarea, sino que se entreg fervorosamente a ella; pero era harto poco telogo y dispona de harto poca energa religiosa para satisfacerla cumplidamente. El sucesor de Emser como capelln del duque fue Juan Codeo (1479-1552). Como muchos otros contrincantes de Lutero, su posicin frente al reformador fue primeramente positiva. Desde los escritos de ste a partir de 1520 se declar su decidido adversario. Con ms de 200 obras, fruto de una incansable y abnegada actividad literaria durante treinta aos, trat Cocleo de servir a su Iglesia. No fue telogo y no lleg nunca a serlo de importancia. Para ser escritor popular era demasiado humanista, y sus obras llevaban demasiado lastre de erudicin. Sin humor y con tanta mayor saa le seal al Lutero de muchas cabezas sus contradicciones reales y supuestas. Accin permanente sobre la posteridad han ejercido sus Qommentaria de actis et scriptis Mctrtini Lutheri (Maguncia 1549). Como primera gran biografa de Lutero, esta obra ofrece abundante material de primera mano para la historia de la reforma; pero arrastra tambin mucho barro consigo, que la polmica, odiosamente llevada por ambos lados, se ha complacido en remover. La exposicin deformada de los comentarios sobre Lutero ha determinado hasta nuestro siglo la imagen catlica del mismo. No slo como escritores, sino tambin inmediatamente como obispos de Viena pudieron trabajar eficazmente contra la reforma protestante y en pro de la catlica Juan Fabri (1478-1541) y su sucesor Federico Nausea (h. 1490-1552). El humanista y jurista Juan Fabri se enfrent abiertamente con Lutero, en 1520, como vicario general de Constanza. Su Opus, compuesto con erudicin escolar, la obra contra algunas doctrinas nuevas de Lutero que contradicen totalmente a la doctrina cristiana, apareci en 1522. Un dominico de Colonia la reedit en 1524 con el nuevo ttulo: Mcdleus in haeresim Lutheranum. Como coadjutor de la Neustadt de Viena (1524) compuso una serie de escritos en alemn a la cabeza de ellos el Summarium (1526) que aciertan mucho mejor con el tono popular. Con lenguaje plstico y fuerte apoyo en la sagrada Escri294
tura, defiende Fabri la doctrina de la Iglesia y apunta a los frutos perniciosos de la innovacin luterana que se vieron con particular claridad en la guerra de los campesinos. En la Instruccin cristiana (1528) examina la Instruccin de los visitadores (WA 26, 195-240) y seala cunto se ha mejorado Lutero. Si siempre hubiera enseado as, no hubiera venido la gran calamidad sobre Alemania y la Iglesia. Este escrito demuestra lo lejos que estaban an los controversistas catlicos de sacar las consecuencias de la ruptura y cmo corran an, por as decir, tras el adversario, en vez de propagar positivamente su propia causa. Lo mismo hay que decir cuando Fabri demuestra cmo est Lutero en contradiccin con Huss y otros herejes a quienes apela 12, y consigo mismo1S. Como obispo de Viena (1530) public Fabri una serie de sermones, as como escritos en defensa de la misa y del sacerdocio y Sobre la fe y las buenas obras; obras slidas, pero que nos traen poco del clido aliento del tiempo. El coadjutor y sucesor de Fabri, Federico Nausea (h. 14901552), trabaj desde 1526 como predicador de la catedral y escritor en Maguncia, Centuriae IV homiliarum (Colonia 1532). Llamado a Viena por Fernando i, all se opuso por la pluma y la palabra a la penetracin de la reforma protestante. Con sus obras sobre las visitas de las parroquias, Pastoralium inquisitionum elenchi tres (1547) y para la formacin de aspirantes al sacerdocio Isagogicon de clericis ordinandis (1548), y su Catechismus catholicus (1543), Nausea da de mano a la polmica y se nos presenta como representante de la incipiente reforma interna de la Iglesia. Bertoldo Prstinger von Chiemsee (1465-1543), haba ya renunciado al episcopado, cuando, a base de la sagrada Escritura y siguiendo a Toms de Aquino, escribi su Tewtsche Theologey (1528), que pasa por la primera dogmtica en alemn. A la refutacin directa de la reforma protestante se destinaron sus escritos sobre la eucarista, el Tewtsche Rational ber das Ambt heiliger Mess y el Keligpuechl. Se discute si fue por l escrita la obra volandera Onus ecclesiae (1519; impreso en 1524 y 1531), que impugna los abusos del tiempo y pide la reforma de la Iglesia en cabeza y miembros. Las primeras universidades que tomaron posicin contra Lutero
12. 13. W\e nch Joh Huss Lehren und Bucher mit M Iuther vergleichen (1528). Antogwrum M. Lutheri Babylonia ex etusdem hbris .. excerpta (1530),
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fueron Colonia y Lovaina, sta con la Condemnatio doctrinalis librorum Lutheri de 7 de noviembre de 1519. De entre sus profesores, Jacob Latomus (h. 1475-1544) public en 1521 la Articolorum doctrinte jratris M. Lutheri... damnatio contra Lutero, que posteriormente lo calific como el ms fino scriptor contra me 14. Siguieron escritos sobre la confesin auricular (1525), sobre el primado del papa (1526) y sobre la fe, las buenas obras y los votos monsticos (1530). El profesor de Lovaina y dominico Eustachius van Zichem (t 1538) public en 1521 una breve refutacin de los errores de Martn Lutero, y en 1523 una defensa de los sacramentos y de la jerarqua eclesistica16. Hay que mentar en tercer lugar a Juan Driedo (h. 1480-1535), que fue uno de los pocos controversistas de su tiempo que, desapasionadamente y fiel a la tradicin, supo plantear nuevos problemas e intent solucionarlos. Por eso sus escritos fueron tenidos en cuenta en Trento y en las controversias sobre la gracia. En De ecclesiasticis scripturis et dogmatibus libro IV (1533) trata de los mtodos y fuentes de la teologa, y en De captivitate et redemptione humani generis (1534), sobre el estado primigenio y la redencin de los hombres. La antropologa teolgica tienen tambin por objeto los escritos Sobre la compatibilidad det libre albedro y la predestinacin (1537), Sobre la gracia y el libre aibedro (1537) y Sobre la libertad cristiana (1546). Fueron editados despus de su muerte, el ltimo en la edicin completa que cuid Ruard Tapper (1487-1559) en 1546. ste, con su colega lovaniense Josse Ravesteyn (1506-70) toca ya la era del concilio de Trento. La facultad de Lovaina oblig a sus profesores en 1544 a defender 59 tesis, que ofrecen, en una sntesis bien pensada de las doctrinas controvertidas, un resumen del trabajo hasta entonces realizado y, en lo esencial, son un anticipo de los decretos de Trento 16. De la escuela lovaniense sali el ms influyente controversista, Alberto Pigge (1490-1542). Con su doctrina sobre la infalibilidad del papa expuesta en su Hierarehiae ecclesiasticae assertio de 1538
14 WA T . , i, 202, cf. i i , 189, iv, 145, V, 75. 15 Errarum M. Luther brevts canfutatio y Sacramentarum brems elucidotto smiulque nonnvlla perversa M. Luther dogmata excludens Reimpr en Bibhotheca reformatoria neer landica, m , ed. dirigida por F. P I J P E R , , La Haya 1905, 227-284, 295-373. 16. H. D E JONGH, L'anctenne facult de thotogie de Louvam, Lovaina 1911, 81*-89*; cf H JEDIN, Gesch. des Kmzils van Tr%ent, i, Fnburgo 21950, 326
ha influido hasta tiempos novsimos. El concilio de Trento recogi sus opiniones sobre la tradicin, pero rechaz su doctrina sobre la justificacin. Sus escritos Sobre el libre aibedro del hombre (1541) y sobre el pecado original en Controversiarum praecipuarum... explicado (1541) fueron incluso puestos en el ndice, el ao 1624, en Lisboa. En Inglaterra fue el rey Enrique vni (1491-1547), apoyado probablemente por Toms Moro (1478-1535), el primero que empu la pola contra el De captivitate Babylonica de Lutero. Porque ante parejas herejas nadie puede dejar de impugnarlas con todo su empeo y fuerzas. Su Assertio septem sacramentorum (1521) supera por su fondo y mtodo a todas las anteriores obras de controversia. En 1522 se hicieron de ella dos traducciones al alemn por J. Emser y Th. Murner. Lutero reaccion furiosamente en la Respuesta en alemn al libro del rey Enrique (1522; WA 10 n, 227-262). El regio Defensor jidei hizo ejecutar a sus dos conmilitones: Toms Moro y el obispo John Fischer (14691535) como opuestos a su supremaca eclesistica. Ambos hicieron fecundo, como humanistas, el nuevo estudio de la Biblia y de los padres para la defensa de la Iglesia. Ardientes adversarios de Lutero se hallaron en las distintas ordenes religiosas, sealadamente entre las filas de dominicos y franciscanos. Los dominicos llevaron el proceso contra Lutero. Ellos fueron tambin de los primeros que lo impugnaron literariamente. Silvestre Prierias (1456-1523) se haba ocupado como magister sacri palatii y censor de libros con las tesis de Lutero sobre las indulgencias y baj pronto a la arena (WA Tr 3, 564, n. 3722) con el Dialogus de junio de 1518. Su polmica es ligera y grosera. Se muestra poco dispuesto a plantear el tema de Lutero, pero conoci y puso claramente de relieve que se trataba de la Iglesia y del poder o autoridad de la Iglesia y del papa. A la Responsio de Lutero (WA i, 647-686) dio Prierias en la Replica una respuesta provisional37, y en la Epitoma responsionis ad Lutherum (1519; WA 6, 328-348) anunci luego una amplia discusin con Lutero sobre la autoridad del papa y la virtud de las indulgencias. La obra apareci en Roma, ao de 1520 con el ttulo: Errata et argumenta
17 WA u , 50-56.
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M. Lutheri recitata, detecta, repulsa... En ella expone unilateral mente la estructura monrquica de la Iglesia. Como vicario de Cristo el papa posee no slo la suprema potestad, sino tambin la nica potestad ordinaria. l es virtualiter la Iglesia catlica y la fuente de toda jurisdiccin. El concilio slo tiene potestad como traspasada por el papa18. Esta obra polmica principal de Prierias hall poco eco, y Lutero no se dign ya contestarla. El cardenal Toms de Vio Cajetano (1469-1534), el telogo ms importante de su tiempo, haba escrito ya un tratado sobre las indulgencias (De induigentiis de 8 de diciembre de 1517), antes de tener en su mano las tesis de Lutero y conocer personalmente al reformador en Augsburgo. Aqu escribi una serie de artculos sobre indulgencia y penitencia, que concluy a su vuelta a Roma con el tratado: De indulgentia pknaria concesa defunctis (20 noviembre 1519). En ellos trata de hallar una solucin objetiva a las dificultades que no se calla, y, no menos que los errores de Lutero, ataca tambin a los predicadores de indulgencias que se hinchaban la boca y vendan como doctrina de la Iglesia lo que slo eran opiniones privadas19. Sobre el punto capital de controversia escribi Cayetano en 1521: De divina institutione Pontijicatus Rotnani contra la Resolutio... de potestate Papae de Lutero de 1519 (WA 2, 183-240), pero sin nombrar a su adversario ni caer en el violento tono polmico propio de su tiempo. Sus opsculos sobre la eucarista: De coena domini (1525), De sacrificio missae (1531), De commumone (1531), descollaban con mucho sobre la produccin literaria de su tiempo. Cayetano no slo afirma la unidad de la misa y el sacrificio de la cruz, sino que sabe fundarla teolgicamente. Cristo est presente immolatio modo, a manera de vctima. No se repite el sacrificio, sino que se contina el que fu ofrecido una vez para siempre; en la celebracin reiterada est presente el sacrificio perpetuo. Por eso Cristo es en la misa el verdadero oferente, y sta tiene de suyo valor infinito. Para su fruto es decisiva la fe y devocin (o entrega a Dios) de los que toman parte en ella. Aqu se responda a las objeciones de Lutero contra la misa;
18 Si vero loquam.ur de authontate conciht quae convente mnibus collectwe sive collegiahter, eadem est authorltas pontificas et collegn sed m pontfice est plena et ordinaria, m concilio autem est quantiim placet papae, et commissa seu wcaruvs> (cap 12, folio LXXXI, b , cf F LAUCHERT, DK t hteranschen Gegner Luthers, Fnburgo 19i2, 25) 19 Opsculo-, Lyn 1562, 103ss
pero la respuesta no fue oda en Alemania y tampoco tuvo mayor eficacia en el concilio de Trento. En el escrito: Sobre la fe y las obras (1532), replantea Cayetano la controversia principal con Lutero, habida en Augsburgo en 1518, sobre la certeza de la fe o la fe reflexiva. Cayetano ataca la confusin de la fe justificante y la credulitas subjetiva, y la concepcin de que no basta recibir el sacramento con confianza en los mritos de Cristo, sino que hay que estar ciertos de la propia justificacin, seguridad que, por decirlo as, estatuye la justificacin misma20. Ambrosio Catarina (h. 1484-1553) impugn con particular estruendo y denuedo no slo a Lutero, sino tambin a sus hermanos en religin Cayetano, Soto y Spina. El tercero de los tomistas (Lutero: WA 7, 706), compuso por orden de sus superiores, en 1520, contra Lutero la extensa Apologa pro venate catholicae et apostlicas fidei y, antes de tener en sus manos la irritada respuesta del reformador (WA 7, 705-778) hizo seguir la Excusatio disputationis contra Martinum. La Apologa est esencialmente dirigida contra la Resolutio Lutheriana... de potestate papae, y slo trata con mayor extensin, amn de la autoridad de la Iglesia y el primado del papa, sobre la penitencia y el purgatorio. La argumentacin no va esencialmente ms all que la de Prierias, slo que es mucho ms difusa y hbil, sin perder por ello en agudeza polmica. Hay que demostrar que Lutero es hereje. Despus de la Excusatio, Catarino no entra en la polmica religiosa hasta que en 1540 public su Speculum haereticorum. En l quiere poner al descubierto las intenciones de los reformadores, mostrar las malas consecuencias de sus doctrinas y hacer un llamamiento para el exterminio de la hereja. En Alemania se levant contra Lutero el dominico Jakob van Hoogstraeten (1460-1527). Desde la polmica con Reuchlin estaba ya la opinin pblica fuertemente prevenida contra l. Cuando en la dedicatoria de su Destruccin de la cabala, en abril de 1519, sugera a Len x que procediera enrgicamente contra los perturbadores de la fe cristiana, sin nombrar en absoluto a Lutero, ste reaccion muy vivamente contra el maestro de herejes, que tena sed de sangre de sus hermanos y era, por su parte, el peor
20 zQuod dicta creduhtas Lyn 1562, 288 aprehendit remisswnevn pecca-torum (cap. 3 ) : Opuscuta,
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hereje (WA 2, 386s). Hoogstraeten no se hizo fcil la polmica. Sigui las fuentes de Lutero y trat de refutarlo partiendo de Agustn en los Cum Divo Augustino colloquia contra enormes et perversis Lutheri errores (1521-22). En ellos califica la doctrina sobre el pecado original y la concupiscencia como la piedra de escndalo en que se estrell Lutero. Otros escritos polmicos se ocupan del culto de los santos, la fe y las obras y la libertad del cristiano. El dominico Juan Mensing (t 1541)ai public, el ao 1526, como predicador cortesano en Dessau, tres escritos sobre la santa misa; en 1527, dos discursos sobre el sacerdocio catlico, y en 1529, un escrito sobre el sacramento del altar, especialmente sobre la teora de la concomitancia. A ratos escribi un tratado sobre la autoridad de la Iglesia. Mensing se esfuerza en demostrar la suprahistoricidad del sacramento de la cruz. Ya los sacrificios del Antiguo Testamento reciban su fuerza de la cruz, y en ellos fue ya Cristo inmolado. En la nueva alianza, el sacrificio de la cruz est permanentemente presente ante el Padre celestial, y as el sacerdocio de Cristo es eterno. Sin embargo, Mensing no saca expresamente la consecuencia obvia de que la misa es la repraesentatio del sacrificio de la cruz perpetuamente presente ante el Padre celestial. Su Antiapologia (1533-35) es la ms importante impugnacin de la Confessio Augustana y su Apologa respecto de la doctrina sobre la justificacin. El que por largos aos fuera prior de Augsburgo, Juan Faber (h. 1470-1530), era amigo de Erasmo y, como ste, repudiaba un procedimiento duro contra Lutero. Esta opinin manifest en el breve informe: Judicium in causa Lutheri (1521) y ms claramente an en el Ratschlag que apareci annimo a fines de 1520 en Colonia y fue atribuido a Erasmo. Hasta despus de la dieta de Worms en 1521, no cambi Faber de sentir, y actu l mismo, resueltamente, contra la innovacin. Ms eficaz literariamente fue Juan Fabri (1504-58), que trabaj tambin en Augsburgo; pero sus obras, por ejemplo, el Katechismus (1551), Instruccin catlico-cristiana (1556) y un escrito muy difundido sobre el sacrificio de la misa (1555) caen ya en la fase posterior de la polmica en conexin con el concilio de Trento.
21. N. PAULUS, Die dt. Domtnvkaner un Krnnpf gegen Luther, E ISEKLOH, Der Kampf tim die Messe, Munster 1952, 46-52. Fnburgo 1903, 16-45;
Lo mismo hay que decir de la obra de Ambrosio Pelargo (1493- 1561), a excepcin de sus escritos contra Ecolampadio sobre el sacrificio de la misa de los aos 1528 y 1529. El dominico Juan Dietenberger (h. 1473-1537) fue ganado por Juan Codeo para la lucha literaria contra Lutero. Como prior en Francfort y Coblenza y como profesor en Maguncia public unos 20 escritos polmicos fundados en la Biblia. En 1534 public una Biblia alemana, que tom el Nuevo Testamento en gran parte de Emser. Para el Antiguo Testamento sigui la Vulgata. Trata de evitar las durezas lingsticas de las versiones preluteranas y aprovech copiosamente, aunque con crtica, la Biblia de Lutero. La traduccin de Dietenberger vino a ser la Biblia catlica alemana ms difundida. Alcanz 58 ediciones completas, ms 14 del Nuevo Testamento y 20 del salterio solo. En su ltima obra, el catecismo alemn (de 1537), se da enteramente de mano a la polmica y aparece plenamente el estilo popular y profundamente religioso de Dietenberger. Ms populares en general que los escritos de los dominicos, a menudo fuertemente escolsticos, son las obras polmicas de los franciscanos. El lector de teologa de Leipzig, Agustn de Alveldt (de 1480 hasta despus de 1532), aparte su obra principal: Super apostlica Sede, a la que Lutero reaccion violentamente con su: Del papado en Roma contra el famossimo romanista de Leipzig (WA 6, 285-324), public en 1520 ocho escritos ms. Entre todos los adversarios literarios de Lutero, sin duda el ms gil, ingenioso y popular 22 fue el franciscano Toms Murner (1475-1537). Cuando empu la pola contra la novedad religiosa, perteneca ya a los escritores ms populares e influyentes. Entre los cuatro escritos contra Lutero del ao 1520, hay que mentar sobre todo su Exhortacin cristiana y fraternal. El tono es realmente fraterno y adems popular y de seriedad religiosa. El mote injurioso de Murnarr y calumnias incitaron ms tarde a Murner a dejarse llevar ms fuertemente de su vena satrica y polmica. La epopeya satrica: Vom Lutherischen Narren (1522), es uno de los poqusimos escritos catlicos de estos aos, que pueden en cierto modo competir con Lutero por su habilidad publicitaria y hasta
22. W. KAWERAU, Miirner und die dt. Reformatim, Halle 1981, 1.
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fuerza potica. Expulsado de Estrasburgo, march Murner en 1525 a Lucerna. Tom parte en la disputa de Badn y escribi contra los reformadores suizos, entre otras obras: Kirchendieb und Ketzerkatender (1527) y Die gots heylige mess (1528). Una fecunda actividad dentro de la controversia teolgica (29 obras impresas y 16 manuscritas) fue iniciada por el provincial de los franciscanos observantes del sur de Alemania Kaspar Schatzgeyer (1463-1527) con el Scrutinium divinae Scripturae. Con espritu autnticamente irnico, se esforz en escribir pro cinciliatione dissidentium dogmatum, y no se qued en la mera polmica. Con argumentos de la sagrada Escritura impugn metdicamente a los reformadores. Nadie como l supo exponer la doctrina catlica, sealadamente sobre la Iglesia y el sacrificio de la misa, de forma que no slo qued refutado el error de los reformadores, sino que brill a par lo que de justo haba en sus intenciones en el conjunto de la verdad. Por desgracia, en el estruendo de la polmica y por su temprana muerte, no pudo imponerse su voz. Su hermano en religin Nicols (Ferber) Herborn (h. 1480-1535) atac en vano a Marburgo en varios escritos polmicos la reforma fomentada por el ex franciscano Francisco Lambert de Avin bajo la proteccin de Felipe de Hesse. Retirado a Colonia, escribi un manual 23 contra los errores del tiempo. En l trata, en forma popular, casi toda la doctrina de la fe, y la funda por la sagrada Escritura. Sin dirigirse contra personas ni libros determinados, llama la atencin sobre puntos controvertidos, exalta a la Iglesia y pinta las tristes consecuencias de la apostasa. El peligro de la controversia teolgica estaba en el empeo de poner a Lutero fuera de la ley, en triunfar sobre l en lugar de ganarlo. El holands Juan van Kampen caracteriza con gran agudeza esta actitud unilateralmente polmica, cuando en 1536 escribe desde Roma que, a su juicio, los cuatro evangelistas: Fabri, Eck, Cocleo y Nausea, antes veran levantarse tres nuevos Luteros, que convertido a uno solo 24. El que as escriba fue llamado a Roma por el cardenal Contarini para su servicio. Cbntarini pertenece^ juntamente con Juan Gropper, Julio Pflug, Miguel Helding, Jorge
23 Locorum communutm, adversus hmus temporis haereses Enchmdum rigida por P SCHLAGER: CCath 12, Munster 1927. 24 ZKG 43 (1924) 217 (1528), ed. di-
Witzel y otros a un grupo de telogos, que mostraban inteligencia para la intencin religiosa de la reforma protestante, y se esforzaban seriamente por la unin y la reforma catlica. A decir verdad, como telogos mediadores, como se les llamaba 25, estaban frecuentemente expuestos al reproche de la componenda a costa de la verdad. Gasparo Contarini (1483-1542) se lamenta en su Conjutatio articolorum seu quaestlonum Lutheranorum, que es una refutacin de los puntos capitales de la confesin de Augsburgo, de que los cristianos de su tiempo, en lugar de confesar su fe y guardar en la confesin misma la caridad y humildad, obcecados por la tozudez slo piensan en defender su opinin y refutar la del contrario 2". l mismo se esforzaba en comprender los motivos del contrario y hacerle justicia. Ya antes de ser elevado como laico a cardenal el ao 1535, defendi en De potestate pontificis, el derecho divino del papado. En su extenso escrito: Sobre los sacramentos', slo en breves observaciones habla de la posicin reformista. La doctrina de la doble justicia aceptada por ambas partes en el coloquio religioso de Ratisbona: una inherente a nosotros e imperfecta, y la justicia de Cristo que nos es imputada, la explic el cardenal ms despacio en la Epstola de iustificaione27. Esta concepcin fue rechazada en el consistorio de Roma el 27 de mayo de 1541 y posteriormente en Trento. El coloniense Juan Gropper (1503-1559) fue discpulo de Alberto Pigge y como tal defendi ya en 1538 la doctrina de la doble justicia, en su Enchiridion Chrstianae Institutionis, y posteriormente la desarroll plenamente en su Antididagma (1544). Si este protagonista de la antigua fe 28, que conserv para la Iglesia a Colonia y con ella el noroeste de Alemania fue tenido, como Contarini, por sospechoso de hereja, y si su Enchiridion vino a parar bajo Clemente v m al Index librorum prohibitorum, ello pone bien en claro el peligro externo e interno a que se exponan quienes no vean an rotos los puentes en los contrastes dogmticos.
25 Sobre ebte concepto insuficiente cf J LORTZ, Die Reformation m Deutschiand, 11, 1 nburgo "1962, 216-219, W. LIPGENS, Kardmal I Gropper, Munster 1951, 111-114. 26. CCath 7, Munster 1923, 17. 27. Ibid, 23-24 28 H FORSTER, Reformbestrebttngen Adolfs III von Schaumburg m der Kblner Ktrcheiiprffvins, Munster 1925, 11.
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Cargo de inseguridad dogmtica se lo hizo Eck en carta a Contarini a Julio Pflug (1499-1564)29. Ya como obispo de Naumburg-Zeitz se vea forzado por las circunstancias a dedicarse, ms que a impugnar a los reformadores, a la instruccin de los fieles sumidos en la ignorancia y a ganar de nuevo a los protestantes, por lo general slo superficialmente adheridos a la nueva fe. Como pastor de almas y predicador del evangelio y menos como apologista y controversista se muestra Pflug sobre todo en su: Institutio Christiani Hominis (1562), que es un catecismo al servicio de la unidad de la fe. Telogo de la predicacin fue tambin en primer trmino el obspo auxiliar de Maguncia Miguel Helding (1506-61). En sus series de sermones sobre varios libros de la sagrada Escritura y en otros sobre la santa misa (1548), predomina la intencin de la instruccin catequtica. Sus sermones catequticos, habidos de 1542 a 1544 en la catedral de Maguncia fueron impresos (1551 y post.) como Catecismo o instruccin cristiana, para servir de manual a los prrocos. As, en el curso de los aos hasta 1540, triunf la evolucin de la literatura controversial pasando de la polmica a la exposicin positiva de la fe, del enquiridion como resumen apologtico de dogmtica a la predicacin de la fe en grandes colecciones de sermones (Eck 1530-39; Nausea 1542; Hoffmeister 1547) y al catecismo. El primer catecismo alemn antes de Dietenberger lo compuso en 1535, Jorge Witzel (1501-73), que haba estudiado por breve tiempo con Lutero y Melanchthon en Wittenberg y se orden, sin embargo, sacerdote en 1520. El ao 1523 se cas sin dispensa y se pas al protestantismo. Segn cuenta l mismo, a dar ese paso lo movi el atractivo de lo nuevo, la triste figura de la Iglesia y, sobre todo, la esperanza de que todo fuera ms cristiano30. Pero en este punto precisamente se desenga. Pronto comenzaron a desplacerle muchas cosas de la iglesia evanglica, sealadamente en cuestin de moralidad. Adems, por medio de un intenso estudio de los padres de la Iglesia adquiri la certeza de que la reforma protestante no estaba de acuerdo con la tradicin apostlica. Depuso .su cargo de prroco (1531) y se separ abiertamente de
29 30 Carta de 20-1-1542 W. FRIEDENSBUEG, Brtefwechsel, Epistolarum... libri IV, Leipzig 1537, IV, S. b, 4v. 479
Lutero (Apologie 1533). En adelante llev con su familia vida errante y llena de privaciones, perseguido por los protestantes y tratado en muchos casos por los catlicos con desconfianza. En coloquios religiosos y dietas, con memoriales para los emperadores Fernando i y Maximiliano n (Via regia) y en casi 150 obras trabaj incansablemente por la reforma y unidad de la Iglesia. Su obra literaria estuvo en primer trmino al servicio de la predicacin, de la liturgia y de la instruccin catequtica. Sus obras de predicacin y sus postillas fueron numerosas y muchas veces impresas. Sus trabajos de historia de la Iglesia y de la liturgia tienen por objeto los usos de la Iglesia antigua (Typus ecclesiae, 1540; parte i-v: 1559) y quieren servir a Ja defensa de la misma (Von der hl. Eucharisty odder Mess, 1534 y post) y del culto (entre otros Defensio Ecclestasticae Liturgiae, 1564). Por traducciones del misal, ritual y breviario quera favorecer la inteligencia de la liturgia y hacer posible la participacin viva de los laicos31. Fervorosamente trabaj por el canto de la Iglesia en alemn. Probablemente colabor en el New Gesangbchlein (1537) de Michael Vehe (f 1539); pero edit tambin por s mismo libros de cnticos alemanes (Odae Christianae, 1541). Su Catechismus Ecclesiae (1535 y post) es el primero en lengua alemana, y notable por ser el primero que ofrece un resumen de la historia bblica. Otros catecismos y trabajos catequticos le siguieron. Las mociones de mediacin de Witzel estn inspiradas por el espritu erasmiano32. Por medio de una seria reforma de costumbres y de algunas concesiones en cuestiones dogmticas indiferentes cliz de los laicos y matrimonio de los sacerdotes esperaba vencer la escisin en el terreno de la doctrina de los padres de la Iglesia. Los esfuerzos de Witzel no tuvieron xito decisivo y su rica obra literaria qued sin apenas efecto. La historia tir por otros derroteros, y dio la razn al obispo de Ermland y legado papal en Trento, cardenal Estanislao Hosius (1504-1579), que se opuso a que Witzel fuera llamado a Trento,
31. PscUtes Ecclesiasticus, 1550; Ecclesiastica Liturgia. Wie sich der gemein Christen Lay der Latinischen Missen zur besserung sein selbst gebrauchen knde, 1545; Verdeutschte Kyrchgesenge, 1546; Tagtichs lab Gcttes, 1545. 32. Methodus Concordiae ecclesiasftcae, 1537; Dialogorum libri tres, Drey Gesprechbchlein von der Religin sachen in itzigem ferlvchen Zweispalt, 1539 y i562; O. Cuacar, Rtuniensvorschlage Witzels von 1540: A R F 10 (1912-13) 101-105.
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por su disposicin o tendencia a las concesiones33. Hosius acept como hecho triste la escisin en la fe y puso agudamente de relieve los contrastes confesionales. Acentuando claramente la autoridad divina de la Iglesia, una por esencia, y de la verdad a ella confiada y apuntando a la escisin dentro del protestantismo, trat de ligar de nuevo firmemente a los vacilantes con la Iglesia y esperaba ganar a la larga a los separados. Su Confessio catholicae fidei (15521553) cierra la serie de obras de literatura catlica del tipo de enquiridion o manuales.
Seccin tercera LA REFORMA PROTESTANTE IMPULSADA POR LOS PRNCIPES ALEMANES Por Erwin Iserloh
Profesor de la Universidad de Mnster
XVII.
(1526)
B I B L I O G R A F A : .Deutsche Reichstagsakten, nueva serie, t. iv, ed. dirigida por A. WREDE, Stutgart 1905, = RTA; Acta Reformationis Catholicae, ed. dirigida por G. PFEILSCHIFTER, I, Ratisbona 1959, = A R C ; W. FRIEDENSBURG, Der Regensburger Convent von 1524: Hist. Aufsatze dem Andenken v.G. Waitz, Hannover 1886, 502-539; id., Zur Vorgeschichte des Gotha-Torgauischen Bndnisses der Evangelischen, Marburgo 1884, id., Der Reichstag zu Speier im Zusammenhang mit der politischen und kirchlichen Entwicklung Deutschands im Reformationszeitalter, Berln 1887; id., Die Reformation und der Speierer Reichstag von 1526: LuJ 8 (1926) 120-195; J.K. SEIDEMANN, Das Dessauer Bndniss vom 26. Juni 1525: Z H T h 17 (1847) 638-655; K. HOFFMANN, Die Konzilsfrage auf den deutschen Reichstagen von 1521-1524, Theol. Diss. Heidelberg 1932; E. CARDINAL, Cardinal L. Carrvpeggio, Lgate of the Courts of Henry VIH and Charles V, Boston 1935; SCHOTTENLOHER, 41253-57 (convencin de Ratisbona); 27957a-60a, Nuremberg 1524; 27960b-74, Spira 1526. 33. Nuntiaturberichte, 2, 1 t., VienS 1897, 269s.
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LA reiorma proua>uuiie y pi m v i j j ^
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El movimiento de reforma protestante pudo desarrollarse sin obstculo, porque los grandes representantes del antiguo orden: el papa y el emperador consuman sus fuerzas en mutua lucha. El papa tema el poder de los Habsburgo en el norte de Italia y en aples y apoyaba a Francia contra el emperador. El rey francs conspiraba con el turco, y lo animaba as, tras la conquista de Belgrado, a invadir a Hungra, que, por el matrimonio de Fernando con la reina Ana, haba venido a ser baluarte del poder de los Habsburgo. Con ello se le ataban a Carlos v las manos para que no pudiera ponerlas enrgicamente en los asuntos internos de Alemania. Ni l ni su hermano Fernando, que se haba quedado en el imperio, podan proceder contra prncipes, cuya ayuda necesitaban para la guerra contra los turcos. Ni el gobierno del imperk> ni las dietas estaban en situacin o tenan en absoluto ganas de ejecutar el edicto de Worms. La tercera dieta de Nuremberg, abierta en enero de 1524 prosigui la poltica de la dilacin. La dieta declar que, en lo posible, los estamentos obraran de acuerdo con el edicto de Worms. Juntamente se pidi otra vez un concilio general libre en tierra alemana, que llevara a cabo la reforma de la Iglesia y aclarara las cuestiones en litigio: Para que el bien no sea oprimido por el mal y se discuta finalmente cmo deba cada uno portarse en adelante 1. Sin embargo, todo el mundo vea claro que la convocacin del concilio iba para largo, y una dilacin favorecera ms la innovacin. Esto oblig a los duques de Baviera, precisamente los de estricta observancia antigua, a pedir un snodo de la nacin alemana 2. La idea de un concilio nacional para resolver la cuestin religiosa y acabar con los abusos sealados en los gravamina fue lanzada ya en Salzburgo, en noviembre de 1523, en una conferencia de representantes de los obispos de la provincia eclesistica de Salzburgo3. El legado pontificio Lorenzo Campeggio vea en un concilio nacional el peligro de la apostasa de toda la nacin y lo rechaz resueltamente. Sin embargo, los estamentos mantuvieron su propsito y determinaron que, hasta convocarse un concilio general, se celebrara una junta de la nacin alemana. Esta se reunira el da de san Martn (11-11) en la ciudad de Espira4. En Roma produjo consternacin el intento de una solu1 RTA iv, 604 4. RTZ iv, 604 2. RTA iv, 434 3. ARC i, 186s.
cin de iglesia nacional y se acudi al emperador. ste prohibi, a 15 de julio, la reunin de Espira. Un concilio nacional no caba en el universalismo de Carlos v, como no caba en la concepcin del papa. Cmo puede atreverse, escribi el Csar, una sola nacin a cambiar el orden de la Iglesia? Por la prohibicin imperial se lo descart como va de solucin de la cuestin eclesistica. Pero el legado Campeggio vio claro en la dieta que, por parte del imperio, no haba que esperar la ejecucin del edicto de Worms, y que prncipes tan resueltamente antiluteranos como los duques de Baviera haban pedido una junta eclesistica alemana para hacer posible una rpida y profunda mejora de la situacin de la Iglesia. Esta intencin trat el legado de satisfacerla por medio del concilio provincial o de otros gremios particulares por el estilo, determinados por parte eclesistica. Campeggio trabaj en la fundacin de los prncipes sudalemanes y de los obispos renanos. De Clernente vn haba obtenido ya en marzo-abril de 1524- permiso para celebrar una junta especial de reforma. Asi, el 8 de mayo se cursaron invitaciones del legado y del archiduque Fernando a los duques de Baviera Guillermo y Luis y a doce obispos de territorio austraco y bvaro, citndolos en Ratisbona, a fin de tratar sobre la formacin de un frente antiluterano. Temas de la reunin seran tambin la reforma de la Iglesia y las recprocas quejas de los prncipes eclesisticos y temporales. En las quejas se trataba sobre todo de no contentarse con la lucha contra el luteranismo, sino acometer seriamente la reforma de la Iglesia y su renovacin interna. Los obispos, en cambio, apremiaban sobre que se restablecieran sus derechos de inmunidad y jurisdiccin. Los seores temporales, sealadamente los duques de Baviera, queran ejercer jurisdiccin, por medio de prelados de sus tierras, contra eclesisticos herejes o criminales en los territorios de los obispos, caso que stos no lo hicieran5. En ello vean los obispos una amenaza a su jurisdiccin y pidieron el pleno restablecimiento de ella como condicin previa de todo eficaz trabajo de reforma. La junta o convencin de Ratisbona dur del 27 de junio al 7 de julio. Las deliberaciones fueron dominadas por los prncipes temporales, el archiduque Fernando y los duques de Baviera. A los
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obispos o a sus representantes no les qued mucho ms que aceptar la decisin de los dos grandes y declarar su aprobacin 6. Los resentimientos que de ah resultaron, perjudicaron naturalmente el fructuoso efecto de las conclusiones de la convencin. stas se consignaron en dos decretos. En la Unin de Ratisbona de 6 de julio de 15247 se acord la ejecucin del edicto de Worms. Se cuidara tambin de la predicacin del verdadero evangelio por medio de predicadores examinados, y de la reforma del clero. Respecto de la celebracin de la santa misa, administracin de los sacramentos y prctica de los dems usos, se mantendra la forma en que todo ello ha llegado loablemente hasta nosotros desde los santos padres y nuestros antepasados 8. Por eso se procedera con rigor contra la recepcin de la eucarista sin previa confesin y contra el desacato de los preceptos de ayuno y abstinencia. Se castigar a religiosos fugitivos y a los concubinarios, y por medio de la censura de libros y permiso de impresin expresamente concedido se impedir la propagacin de escritos herticos. Prohbase el estudio en Wittenberg, los estudiantes deben volver de all en el plazo de tres meses so pena de perder un beneficio. El que all hubiere estudiado, no podr optar a oficios o prebendas. Penas y expulsiones de un territorio deben ser tambin ejecutadas en otros. En caso de revueltas, los prncipes se prestarn ayuda mutua. Si aqu se trata sobre todo de medidas para combatir el luteranismo, la ordenacin ratisbonense de reforma de 7-7-1524 propuesta por Campeggio y por l publicada se ocupa principalmente de corregir abusos internos de la Iglesia y de mejorar la conducta de los sacerdotes9. Si la frmula de Ratisbona se hubiera aplicado, tal como fue planeada, en toda Alemania, el concepto de "reforma" no hubiera sido ya coto reservado de los luteranos, y el concilio nacional hubiera sido superfluo por lo menos en este aspecto 10. Sin embargo, ya los obispos sudalemanes representados en la convencin no tenan demasiadas ganas, por negligencia y miedo a perder su jurisdiccin, de hacer realidad los proyectos de reforma
6 ARC i, 296 7 ARC i, 329 334 8 ARC i, 331 9. ARC i, 334-344 El ttulo alemn con que fue publicada en Austria y Baviera por parte de los seores temporalea, reza as Ordnung und Reformaron su bstellung der Missbreuch und aufnchtomg ames erbcrn wesens und ivandls m der gmstlichkext ARC i, 363 10 Jedm i, 174
de Ratisbona. Tanto ms difcil haba de ser mover por ellos a la accin a otros que no haban tomado cartas en el asunto. Por eso fracas el intento de Campeggio de hacer, por decreto, obligatorio para toda Alemania el orden de reforma, pues los prncipes eclesisticos renanos no estaban dispuestos a obedecer una disposicin en que ellos no haban cooperado. As que la convencin de Ratisbona de alianza slo cabe hablar en medida muy limitada no logr efecto decisivo. En todo caso, aqu se dio el primer paso oficial hacia la reforma de la Iglesia, siquiera se diera tambin el primer comps de entrada para la formacin de alianzas confesionales. Al ao siguiente, el 19 de julio de 1525, se tuvo en Dessau una reunin de prncipes del territorio nortealemn, que equivala a la alianza de Ratisbona. Bajo la impresin de la guerra de los campesinos y persuadidos de que la revolucin vena de las nuevas doctrinas, los prncipes electores Joaqun i de Brandenburgo y Alberto de Maguncia, los duques Jorge de Sajonia, Erico i y Enrique II de Brunswick-Wolfenbuttel celebraron un acuerdo para combatir los desrdenes de los campesinos y extirpar la secta luterana como raz de esta revuelta. Es la alianza de Dessau. Felipe de Hesse (1504-67) haba aplastado la revolucin campesina juntamente con su suegro Jorge de Sajonia. El fin de afianzar su dominio territorial despus de las revueltas, era comn a los dos; pero proseguirlo juntos se lo vedaba su distinta posicin ante el movimiento reformista. Ganado por Melanchthon, Felipe de Hesse fue e lprimer prncipe alemn que ,en 1524, se adhiri a la reforma protestante. Federico el Sabio, empero, seor temporal de Lutero, slo en su lecho de muerte (t 5-5-1525) recibi la cena segn rito luterano. Su hermano y sucesor, Juan el Constante, se declar ms abierta y enrgicamente por la reforma. Con l concluy Felipe de Hesse, el 6 de mayo de 1526, la alianza de GothaTorgau, a la que se adhirieron tambin en Magdeburgo, el 12 de junio, los prncipes Ernesto y Francisco de Brunswick-Lneburgo, Felipe de Brunswick-Grubenhagen, Enrique de Mecklenburgo, Wolfgang de Anhalt, Alberto de Mansfeld y la ciudad de Magdeburgo. Tambin Alberto de Prusia, que haba transformado el estado de la orden teutnica en un principado secular y tomdolo en feudo de Polonia, se ali con Juan de Sajonia. As se enfrentaban en Ale311
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mania no slo distintas concepciones religiosas, sino que a stas correspondan agrupaciones de poder poltico. Esto ahond la escisin y entraaba el peligro de guerras de religin. Despus de la paz de Madrid (14-1-1526), crey Carlos v tener las manos libres para poner orden, a su gusto, en la situacin religiosa de Alemania, y dar vigencia al edicto de Worms. De acuerdo con ello, su instruccin al archiduque Fernando para la dieta de Espira, convocada para el 1. de mayo, pero que no comenz sus deliberaciones hasta el 25 de junio de 1526, se cifraba en que nada se inmutara en materias de fe y todo permaneciera como estaba, hasta que el concilio lleve a cabo una reforma unnime, cristiana, constante y necesaria, y establezca leyes y rdenes. Ante el cambio de la situacin poltica entretanto ocurrido el papa haba formado con el enemigo del emperador la Liga de Cognac (22-51526) y los turcos aumentaban su presin sobre las tierras de Fernando parejo decreto slo poda enervar las ya de suyo no muy vivas aspiraciones de reforma del lado de la antigua Iglesia. Los estamentos protestantes, particularmente las ciudades, se mostraban muy arrogantes. Sobre las capas de los sajones y hessenses y en sus alojamientos se lea la divisa: Verbum Dei manet in aeternum. En los patios de sus posadas, con las puertas abiertas, propagaban los predicantes la nueva fe. Ante todo el pueblo, se dice en un relato, se vea claro que no pertenecan ya a la antigua fe, pues no iban ya a misa, no guardaban das de ayuno, ni observaban distincin de comidas ". As quedaba patente a los ojos de todos la ineficacia del edicto de Worms. Una comisin de prncipes, eclesisticos y seculares, a la que perteneca tambin Felipe de Hesse, present un informe acerca de las ceremonias tradicionales y correccin de los abusos. Segn el dictamen de los prncipes deban mantenerse los siete sacramentos y la santa misa, pero abolirse los aranceles y las misas celebradas nicamente por razn del estipendio. Para facilitar al pueblo la participacin en la fe viva y con unin interna con la pasin de Cristo, los textos de la liturgia deban serle propuestos y explicados en alemn. El cliz de los laicos debiera tolerarse hasta la decisin del concilio universal, y permitir
11 Citado segn J. JANSSEN, Gesch. des dt. Vatkes m , Friburgo 151891, 49, cf W FRIEDENSBURG, Der Reichstag su Speier 1526 vm Zusammenhwig der pohtischen und kirchuchen Entrwicklung Deutschlands twi Reformatwnszeitalter, Berln 1887, 299ss
ms bien el matrimonio de los sacerdotes que no verlos convivir, para universal escndalo y dao de sus almas, con personas de mala fama. El archiduque Fernando rechaz tales mociones, apuntando a la instruccin imperial, segn la cual nada se poda tocar en la tradicin de la Iglesia hasta la celebracin del concilio. Bajo la presin de la situacin poltica y la necesidad de recibir de los estamentos recursos contra los turcos, dos das antes de la derrota de los hngaros por los turcos junto a Mohcs, dio su aprobacin al decreto de la dieta de 27 de agosto. Segn l y de acuerdo con la instruccin imperial no se hara innovacin alguna en materias de fe y religin cristiana. Para lograr la paz y la unidad se tena por el mejor medio la celebracin, dentro de un ao o ao y medio, de un concilio libre general o por lo menos de un concilio general alemn. Respecto del edicto de Worms, los estamentos habran estado de acuerdo, hasta la celebracin del concilio, en vivir, gobernar y tratar a sus subditos, como cada uno espera y confa responder de ello delante de Dios y de su majestad imperial12. Parejos decretos literarios haban de tener un efecto tanto ms devastador para la antigua fe, cuanto menores eran las perspectivas de una pronta convocacin del concilio. De suyo el decreto de la dieta no contena un reconocimiento de las iglesias regionales o de un tus reformandi, ni daba asidero para suprimir el culto catlico y confiscar los bienes de la Iglesia; pero el hecho favoreca tales medidas y fue invocado en el curso del tiempo para su justificacin.
12 Nene vcilstandigere Sammlung der Renchsabchtede II. Tetl derer Retchsabschtede von dem lahr 1495 bis auf das Jahr 1551, Francfort del Meno 1747, 237ss, 1-4, 11
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La reforma protestante y prncipes Teora de los dos reinos: Von weltlicher Oberkeit, wie weit man ihr Gehorsam schuldig sei (1523; WA 11, 245-281); Wider die himmlischen Propheten... (1525; WA 18, 62-125); Ob Kriegsleute auch in seligem Stande sein knnen (1526; WA 19, 623-662); Vom Krieg wider die Trken (1529; WA 30 n, 107-148); Eine Heerpredigt wider den Trken (1529; WA 30 II, 160-197). BIBIIOGRAFIA: Concepto de Iglesia: J. KSTLIN, Luthers Lehre von der Kirche, Stuttgart 1853; P. DREWS, Entsprach das Staatskirchentum dem Idale Luthers?, Tubinga 1908; K. MLLER, Kirche, Gemeinde und Obrigkeit nach Luther, Tubinga 1910; M. RADE, Der Sprung in Luthers Kirchenbegriff: ZThK 24 (1914) 241-260; K. HOLL, Die Entstehung von Luthers Kirchenbegriff: Ges. Aufsatze i, Tubinga 1932, 288-325; id., Luther und das landesherrliche Kirchenregiment: ibid., 326-380; F. KATTENBUSCH, Die Doppelschichtigkeit in Luthers Kirchenbegriff: ThStK 100 (1927-28); E. KOHLMEYER, Die Bedeutung der Kirche fr Luther: ZKG 47 (1928) 466-511; E. RlETSCHEL, Dar Problem der unsichtbar-sichtbaren Kirche bei Luther, Leipzig 1932; H.J. IWAND, Zur Entstehung von Luthers Kirchenbegriff: Festsohr. fr G. DEHN, Neukirchen 1957, 145-166; K.G. STECK, Ecclesia - creatura verbi: J. BECKMANN y otros, Von Einheit und Wesen der Kirche, Gotinga 1960, 40-56; E. KINDER, Der evangelische Glaube und die Kirche, Berln 21960. 57-144 (Bibl.); H. LIEBERG, Amt und Ordination bei Luther und Melanchthon, Gotinga 1962; W HOHNE, Luthers Anschauung von der Kontinuitat der Kirche, Berln 1963. Teora de los dos reinos: R. SOHM, Kirchenrecht i, Leipzig 1892; HARALD DlEM, Luthers Lehre von den beiden Reichen, Munich 1938; G. ToRNWALL, Geistliches und weltliches Regiment bei Luther, Munich 1947; HERMANN DIEM, Luthers Predigt in den 2 Reichen, Munich 1947; E. KINDER, Luther und die politische Frage, Neuendettelsau 1950; F. LAU, Luthers Lehre von den beiden Reichen, Berln 21953; J. HECKEL, Lex charitatis. Eine juristische Untersuchung ber das Recht in der Theologie Ai. Luthers, Munich 1953; id., Im Irrgarten der Zwei-Reiche-Lehre, Munich 1957; id., Kirche und Kirchenrecht nach der Zwei-Reiche-Lehre: ZSavRGKan 48 (1962) 222284; GNNAR HILLERDAL, Gehorsam gegen Gott und Menschen. Luthers Lehre von der Obrigkeit und die moderne evangelische Staatsethik, Gotinga 1955; P. ALTHAUS, Luthers Lehre von den beiden Reichen im Feuer der Kritik: LuJ 24 (1957) 40-68 (Bibl.); id., Die Ethik Martin Luthers, Gtersloh 1965, 49-87; S. GRUNDMANN, Kirche und Staat nach der Zwei-Reich-Lehre Luthers: Im Dienste des Rechts: Festschr. Franz Arnold, Viena 1963, 38-54; E. WOLF, Knigsherrschaft Christi und lutherische Zwei-Reiche-Lehre: Peregrinarlo n, Munich 1965, 207-229; EKL m, 1927-1947 (aqu yuxtapuestas las interpretaciones opuestas de la doctrina de Lutero por P. Althaus y Joh. Heckel). Melanchthon: R. NRNBERGER, Kirche und wettliche Obrigkeit bei Melanchthon, Diss. Wurzburgo 1937; A. REUTER, Luther und Melanchthons Stellung
zur jurisdictio episcoporunv NKZ 36 (1925) 549-575; A. SERL, Melanchthon zwischen Humanismus und Reformation, Munich 1959; F. LAU, Melanchthon und die Ordnung der Kirche: Philipp Melanchthon. Forschungsbeitrge, ed. dirigida por W. ELLIGER, Gotinga 1961, 98-115; K. HAENDLER, Melanchthons Kirchenverstndnis: NZSTh 8 (1966) 122-151.
A mediados de los aos veinte, adoptaron la reforma protestante los primeros prncipes territoriales alemanes y autoridades de ciudades. Con ello se planteaba la cuestin del puesto que ocuparan en el nuevo rgimen eclesistico y si tomaran inmediatamente parte en su organizacin. sta se fue haciendo poco a poco. Cierto que se haban abandonado muchas instituciones antiguas; pero Lutero haba diferido crear otras nuevas. "Por largo tiempo se estuvo sin una ordenacin de la liturgia y sin organizacin eclesistica, parte porque el reformador miraba todo lo exterior como indiferente y, por ende, libre, ritos e instituciones eran para l adiaphora \ parte porque pensaba que todos hallaran, como l mismo, por libre decisin de su conciencia, la fe justificante. Adems, segn l, el evangelio slo puede propagarse por la predicacin. La decisin personal de la fe no puede prevenirse por reformas externas, y nadie puede ser obligado y menos forzado a ejecutar ceremonias cuyo sentido interno no entiende. En tal caso seran legalmente de nuevo malentendidas.
Concepto de la Iglesia Lutero no sent un nuevo concepto de Iglesia en el sentido de una definicin. En lucha con la Iglesia de su tiempo- que, segn l, deformaba como institucin independiente y hasta arbitraria, la salud eterna dada por la fe en el evangelio de Cristo, y los baptistas que fundaban el evangelio nicamente en la interioridad del hombre, Lutero quiso demoler lo que le pareca contradecir a la verdadera Iglesia y poner en claro lo que hasta entonces estuviera oscurecido. Para l, la Iglesia era un dato previo y patente, fuera de la cual el cristiano no era nada. Cristo quiere or a la
1. Libertas enim spvritus hic regnat, quae facvt (mima ptdifferentta quaecumqtte corporaiia et terrena sunf (WA 7, 720, 11). milla necessaria,
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muchedumbre, no a m, ni a ti, ni a un fariseo que anda por ah separado 2. Pero la Iglesia no era para l la autoridad externa que le amenazaba con la excomunin, ni la organizacin jerrquica e institucional sacral, sino la comunin y comunidad de los verdaderos creyentes en Cristo. Lutero no gustaba de la palabra Kircke (iglesia), porque le recordaba demasiado el edificio exterior de la Iglesia3. Prefera expresiones como comn de todos los cristianos, comunidad o congregacin cristiana, pueblo de los creyentes, comunidad de los santos, es decir, de los fideles, que estn ciertos, por la fe, del perdn por Cristo. Pero esta comunidad de fe no debe entenderse en sentido congregacionalista. No est sostenida por la libre reunin o asociacin de los creyentes, sino que es convocada por el Espritu Santo en una sola fe4. El evangelio que se transmite por la palabra y los sacramentos constituye la Iglesia. Esta es creatura Verbi. Donde se anuncia el evangelio conforme a la Escritura, vive la verdadera Iglesia (ecclesia spiritualis) en la Iglesia externa (ecclesia mamjesta), como el alma en el cuerpo 5. La palabra y los sacramentos son signos externos de la existencia de la verdadera Iglesia, que en s misma permanece oculta. Los signos por los que se puede notar dnde est en el mundo la misma Iglesia, son el bautismo, el sacramento y el evangelio*. Un signo es realmente necesario, y nosotros lo tenemos, a saber, el bautismo, el pan y, el ms importante de todos, el evangelio. Estos tres son la caracterstica, los documentos, las notas de los cristianos. Porque dondequiera veas que estn el bautismo, el pan y el evangelio, dondequiera y por quienquiera sean administrados, no dudes de que all est la Iglesia 7. Entre los signos, la palabra tiene primaca sobre el sacramento. El evangelio es antes an que el pan y el bautismo, es el signo ms propio, cierto y principal de la
2 Auslegung deutsch des Vaterwnsers (1519, W A 2, 114, 28) 3 Grasser Katechismus u , 48, Bekenntnisschnften 656. 4 Ibid , II, 5 1 , Bekenntmsschrtften 657 5 Por razn del bautismo y de la palabra de Dios, la Iglesia de Roma sigui siendo santa Nos et dicimus hodie Ecclesiam Romanam Sanctam manent vn Romana urbe quamquam Sodoma pewre, baptismus, vox Evangelu, textus, sacra scriptura, mwnsterta, nomen Chnsti, dex Ecclesia ergo Romana est sonda, quia habet nomen sanctum del, bapitsmum, verbum (WA 40, i, 68, 1531) 6 Vom Papsttum nu Rom (1520) W A 6, 301,3 7. Ad librum Ambrosn Catharm responsvo (1521) WA 7, 720, 34
Iglesia. Porque slo por el evangelio y pasando por el evangelio es la Iglesia concebida, formada, alimentada, engendrada, configurada, apacentada, vestida, adornada, fortalecida, armada, aprestada, conservada; en una palabra: toda la vida y ser de la Iglesia consiste en la palabra de Dios 8. Donde se predica el puro evangelio, ha de reconocerse con certeza la comunidad cristiana (WA 11, 408). Por eso, slo debe predicarse en la Iglesia la cierta, pura y nica palabra de Dios; donde esto falta, no hay all ya Iglesia (WA 51, 518). No le interesa a Lutero la palabra escrita, sino la palabra predicada. En este sentido tambin la palabra en la Iglesia. Sin embargo, no necesita para la predicacin de un ministerio especial, pues lo que ha salido del bautismo, puede gloriarse de haber sido consagrado sacerdote, obispo y papa (WA 6, 408). El evangelio y la Iglesia no saben de jurisdicciones, que son slo tirnicas invenciones humanas. El que ensea el evangelio, es papa y sucesor de Pedro. El que no lo ensea, es Judas, traidor de Cristo (WA 7, 721, 30). Todo bautizado tiene el derecho y el deber de ensear y difundir la palabra de Cristo (WA 11, 412, 6). Sin embargo, para evitar mala confusin en el pueblo de Dios (WA 12, 189, 23), este servicio no debe prestarlo cualquiera. La comunidad llama a ministros que actan en su nombre9. En tal caso, la ordenacin no es otra cosa que... llamar a uno del montn todos tienen igual poder y mandarle que ejerza el mismo poder por los otros, a la manera como si diez hermanos, hijos del rey e igualmente herederos, escogieran a uno que administrara la herencia por todos (WA 6, 407, 29s; 6, 564, 6-17). La promesa de Mt 16, 18 no se refiere a ninguna persona, sino nicamente a la Iglesia, que en el espritu est edificada sobre la roca, Cristo, no sobre el papa
8 <(.Tota. vita et substantia Ecclesiae est m verbo devz? (WA 7, 721, 12) Verbum Del est mstrumentum quo operans efficvt utam creaturam (= ecclesiam)')* (WA 4,189), cum Ecclesia verbum Del nascatur, alatur, servetur et roboretur (WA 12, 191, 16) 9 Posteriormente, por ejemplo, en Von der Winketmesse (1533, W A 38, 240, 24) y en Von den Konzihvs und Kirchen (1539, W A 50, 647, 8) conoce Lutero una fundacin del oficio por Cristo Segn Vom Abendmahl Christi, Bekenntms (1528) el sacerdocio es un orden o estado instituido por Dios, como el matrimonio o el oficio de la autoridad civil (WA 26, 504, 30) No podemos armonizar las ideas de Lutero en sus primeros aos de reforma en que identifica en absoluto el sacerdocio general con el oficio espiritual y slo por motivos prcticos admite un oficio de predicacin, con su doctrina de un oficio instituido por Cristo junto con el de todos los bautizados, doctrina que sostuvo despus de la guerra de los campesinos en lucha con los iluminados y segn se fue organizando la iglesia popular. Cf infra, n. 14
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ni sobre la Iglesia romana (WA 7, 709, 26). Y es as que la roca fundamento de la cristiandad debe ser santa y sin pecado. Ahora bien, como esto no puede saberse de Pedro, tiene que ser necesariamente Cristo solo la roca, pues slo l es sin pecado y as permanecer con toda certeza y con l su santa Iglesia en el espritu (709, 30). Por su cabeza y sus verdaderos miembros la Iglesia es invisible o, como prefiere posteriormente decir Lutero, oculta. La Iglesia es oculta, los santos son desconocidos (18, 652, 23). No tiene cabeza terrena, y Cristo no tiene a nadie por vicario; sino que Cristo slo en el cielo es aqu la cabeza, y slo l gobierna (WA 6, 297, 39; WA Br 3, 210, 31), siquiera, para el ejercicio del gobierno de la Iglesia por la palabra y los sacramentos, se valga l de ministros humanos como simples transmisores10. Sin embargo, slo l conoce a los suyos, y sabe en quin han hecho efecto sus medicinas, quin pertenece realmente a la Iglesia. A los hombres slo nos queda el criterio de la caridad. A todo bautizado, que no se haya excluido (o excomulgado) a s mismo, hemos de considerarlo miembro de la Iglesia. As hay muchos bautizados incrdulos, que estn exteriormente en la Iglesia, pero no son de la Iglesia ". sta vive desde luego en la carne; pero como la Iglesia en esta vida no puede pasar sin comer y beber, y, sin embargo, el reino de Dios, segn Pablo, no es comida y bebida, as la Iglesia no est sin lugar y cuerpo y, sin embargo, el cuerpo y lugar no son la Iglesia, ni pertenecen a ella (WA 7, 720, 1). Todo esto carece de importancia y es libre. Todo lugar se acomoda al cristiano y ningn lugar es necesario al cristiano; toda persona puede ser para l pastor, y ninguna determinada le es necesaria para ello. Porque aqu reina la libertad del espritu, que quita importancia a todo esto, y no hace necesario nada que sea corporal y terreno (WA 7, 720, 8). Por eso no quiere Lutero trastornar ni cambiar nada que no pueda cambiarse o trastornarse con texto claro de la Escritura (WA 26, 167, 11), y nadie le es tan odioso como quien suprime violentamente ceremonias libres e inocentes. Y hace de la libertad necesidad (WA Br 4, 411, 15). Por otra parte, tiene la seguridad que, con la predicacin de la palabra de Dios, nace de suyo la necesaria forma externa. Mas donde est pura y cierta la palabra
10. 11. Rohren (caas): WA +5, 521, 32. WA 5, 430, 34; 41, 521, 23
de Dios, all debe estar todo: reino de Dios, reino de Cristo, Espritu Santo, bautismo, sacramento, ministerio parroquial, ministerio de predicacin, fe, caridad, cruz, vida y bienaventuranza y todo lo que debe tener la Iglesia (WA 38, 237, 11). Esta doctrina sobre la Iglesia la desenvolvi Lutero en lucha contra la Iglesia papal jerrquicamente organizada. Contra el derecho de patronato de un abad, defendi el principio de que una reunin o comunidad cristiana tiene derecho y poder de juzgar toda doctrina, llamar, instituir y destituir maestros (1523; WA 11, 408-416). Pero este cristianismo comunitario se vio pronto ser irrealizable. Ya a la comunidad de Karlstadt de Orlamnde no le concedi Lutero el derecho a la libre eleccin de prroco. La guerra de los campesinos y los desrdenes producidos por los iluminados en las comunidades junto con mltiples infracciones en materia de moral y disciplina mostraron a las claras que no se podan tirar por la borda la disciplina y constitucin de la Iglesia, ni sobre todo las instancias superiores. La praxis de las iglesias territoriales de la ltima edad media con amplia disposicin de los seores temporales o gobiernos do las ciudades sobre iglesias, monasterios y hospitales y la teora del caso de necesidad, tal como la haba desarrollado Guillermo de Ockham, sugirieron traspasar la direccin externa de las iglesias a la autoridad civil que se haba hecho protestante. Sin embargo, la evolucin en ese sentido fue dificultada por Lutero mismo con su teora de la Iglesia oculta y por la competencia por l concebida a la comunidad y, sobre todo, con su rigurosa distincin y hasta separacin entre el rgimen secular y espiritual. " Doctrina de los dos reinos La doctrina sobre los dos regmenes la desarroll Lutero frente al procedimiento de los prncipes catlicos contra la reforma (Sobre la autoridad civil y hasta qu punto se le debe obediencia, 1523), en lucha contra los iluminados (Contra los profetas clicos, 1525) y con ocasin de la guerra de los turcos (De la guerra contra el turco, 1529). De esta situacin polmica resultan parcialidades que Lutero mismo no pudo mantener. Esto llev a su vez a contradicciones que dan hasta hoy a su teora de los dos reinos visos de laberinto. 319
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La tal teora ha de entenderse sobre el trasfondo de la doctrina luterana de la justificacin o de la concepcin de la ley y del evangelio. Como el cristiano es a par pecador y justo, como est bajo la exigencia y juicio de la ley y, a par, bajo la absolucin o libertad del evangelio, pertenece al rgimen secular y espiritual. Lutero se vio obligado a distinguir y hasta separar ambos regmenes, por una parte, ante la teocracia de la Iglesia antigua, que, segn l, haca ley del evangelio, es decir, que lo converta en orden poltico, exigible por la espada; y, de otra, frente al anarquismo de los iluminados, que negaban el rgimen secular en nombre del espiritual, o entendan la libertad evanglica como sacudimiento de todo orden jurdico. Los dos regmenes no deben entenderse como reino de Dios y del diablo respectivamente, sino que ambos proceden del amor de Dios, son dos modos como Dios gobierna al mundo, aunque en el rgimen secular slo como Deus absconditus. El rgimen secular lleva espada. Est bajo el signo del poder y la fuerza y tiene por funcin mantener el orden externo, contra la constante amenaza anrquica del mundo, contra las tendencias de disolucin de dentro y fuera, como secuelas del pecado. ste hubiera trado consigo la aniquilacin de la creacin, de no haber tenido Dios en jaque, por medio del estado y otras autoridades, a las fuerzas destructoras. Y es as que el mundo no puede ser gobernado por el evangelio, pues la palabra es muy poco estimada (WA 17, i, 149). Por otra parte, reyes y emperadores no deben hacer la guerra, ni siquiera la guerra contra los turcos, como cristianos. Quin sabe si son cristianos?, se pregunta Lutero, ordinariamente, son los peores enemigos de la cristiandad y de la fe (30, n, 130, 29). Y es as que el cristiano no combate con armas, sino con la palabra de Dios, la penitencia y la oracin contra los turcos. Marcha a la guerra contra los turcos, porque est sometido en cuerpo y bienes a la autoridad secular, y sta convoca a la lucha contra los turcos (WA 30, n, 179, 16). Si viene a caer en poder de los turcos, est sometido a su autoridad, como tambin al rgimen papal, pues el papa... es mucho peor que el turco (195, 15). En ningn caso, empero, debe consentir el cristiano que se abuse de l para combatir contra el evangelio y perseguir a los cristianos (197, 9). El emperador no es la cabeza de la cristiandad ni defensor del evangelio
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y de la fe (WA 30, n, 130, 27). l debe, como seor temporal, hacer la guerra para defensa de sus subditos. El rgimen secular procede ciertamente de Dios, pero nada tiene en s de saludable, no est en el orden de la redencin, sino que pertenece al orden de la conservacin. El cristiano, de suyo, no lo necesita, ha sido sacado por Cristo (WA 11, 260, 5). El cristiano, en cuanto es verdaderamente cristiano, no est sujeto a ninguna ley, ni dentro ni fuera (WA 40, i, 235, 8). Lo rige Cristo mismo con sola la palabra (WA 12, 330, 30). De ah se sigue: Si todos fueran... verdaderos cristianos, no habra necesidad, ni utilidad, de prncipe, rey, seor, espada, ni derecho (WA 11, 249s). Pero el mundo y la turba siguen siendo incristianos, por ms que todos estn bautizados y se llamen cristianos (WA 11, 253). Por eso, para que no triunfe el mal, es menester el derecho y el orden de fuerza. El rgimen secular asegura el espacio, en que se da la predicacin de la palabra y la administracin de los sacramentos. Estas son funciones del rgimen espiritual, por el que los hombres han de hacerse piadosos y justos, para que con la misma justicia alcancen la vida eterna (WA 19, 629). Si la Iglesia emprica, la ecclesia large dicta o manifesta, pertenece al rgimen secular, no est claro en Lutero, y es punto hasta hoy discutido12. El cristiano est sometido al rgimen secular o reino a la izquierda, al que, amn de la politia, pertenece tambin la aeeonotnia, es decir, el matrimonio, la paternidad y la profesin, porque, aun como justificado, sigue siendo pecador. Pero se somete voluntariamente, esto es, por amor, acepta los rdenes que aqu vigen y sirve en ellos al hermano. Es ms, en la misma autoridad o poder puede servir a Dios y debe servirle dentro de l cuando lo pida la necesidad del prjimo (WA 11, 258). Y es as que la espada y el poder, como servicio especial de Dios, le pertenece al cristiano como a nadie sobre la tierra (WA 11, 258). En el cristiano que trabaja por el mundo, est presente el reino de Dios en el mundo, sin que sus instituciones, por ejemplo, el estado, se hagan cristianas. Frente a la autoridad injusta, hay, segn Lutero, derecho a la
12. Por ejemplo, entre P. ALTHAUS, que parece afirmarlo, y JOH. HECKEL. Cf. el artculo Z-weirRache-Lehre: E K L n i 1927-1947, en que ambos exponen sus contrarias interpretaciones.
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resistencia activa, no violenta, por pblica protesta y censura, a la resistencia pasiva y a la fuga; en lo dems, el cristiano tiene que sufrir la injusticia por amor de Dios. Respecto de sus iguales o subditos no debe tampoco, en favor propio, resistir al mal, de acuerdo con Mt 5, 39, de donde se sigue que no necesita de la potestad ni del derecho civil; pero, en favor de otros, por ejemplo, como principe, padre o soldado, debe buscar venganza, derecho, proteccin y ayuda (WA 11, 259). No es tiempo de or el evangelio, sino la ley (WA 40, i, 210). Obrar cristiana y fraternalmente no pertenece al rgimen secular... El ser cristiano y evanglico pertenece nicamente al rgimen de las conciencias (WA 24, 677). Dos personas, pues, y doble oficio se dan en un solo hombre, que es a par cristiano y prncipe, juez, amo, criado, criada. Estos son nombres de meras personas seculares, pues pertenecen al rgimen secular... Eres cristiano en cuanto a tu persona; para con tu criado, eres otra persona... (WA 32, 390, lOss). Se puede llevar la espada secular, slo no se puede tener espritu de venganza. Y es as que donde el corazn es puro, todo es recto y se hace bien (WA 32, 392, 14). Con ello se relegaba el sermn del monte al corazn y se sentaba una distincin peligrosa entre persona cristiana y persona del mundo o entre moral personal y moral de oficio. Con ello se favoreca harto fcilmente el reconocimiento, por mundanal prudencia, de una realidad poltica emancipada. El rgimen de la Iglesia Si Cristo slo gobierna su Iglesia por la fe, la caridad y dems dones del Espritu Santo (WA Br 3, 210, 31) y est, por ende, oculta; mas si, por otra parte, no es una civitas platnica, sino que tiene un lado visible, cabe preguntar dnde halla su orden este lado visible. Lutero no dio una respuesta sistemtica a esta pregunta. Slo tenemos dichos espordicos del reformador, determinados por diversas situaciones polmicas. Cierto es que la constitucin de la Iglesia corprea no es divina, sino que estriba en ordenacin humana. Ahora bien, hay que confiar por el mero hecho la Iglesia externa al rgimen secular (P. Althaus), o se estructura por derecho propio, aunque humano, que debe a su vez configurarse segn 322
principios derivados del rgimen espiritual de Cristo (Joh. Heckel)? Tienen los prncipes como autoridad secular competencia para la organizacin de la Iglesia, o estn slo llamados, como miembros eminentes de ella, a un servicio especial? Ya el ao 1520, en el Sermn sobre las buenas obras (WA 6, 257, 32) y en: A la nobleza cristiana de la nacin alemana (WA 6, 406; 409; 411), Lutero haba llamado a la autoridad secular, a par de los bautizados todos, a la reforma de la Iglesia y de la cristiandad. Puesto que la autoridad espiritual se niega a una reforma a fondo y se opone sobre todo a la convocacin de un concilio, tiene la autoridad civil que asumir el oficio de aqulla. Tiene que proteger a sus subditos de todo desafuero y, por ende, tambin de la corrupcin de la autoridad espiritual y de su intervencin en terreno secular. Tiene que castigar la explotacin, la rapia y el adulterio y, en este campo, no detenerse ante el papa y los obispos. Como autoridades cristianas, puesto que son cristianos entre cristianos, sacerdotes entre sacerdotes, clrigos entre clrigos y poderosos entre poderosos en todas las cosas (WA 6, 413, 30), han de cuidar de que se convoque un concilio. Ante la negativa de la clereca, nadie lo puede mejor que la espada secular (WA 6, 413, 29). Cuanto ms hubo derrabrselas Lutero con autoridades protestantes, tanto ms insista sobre el deber de ellas de quebrantar la resistencia contra el evangelio y, a par de los otros crmenes y blasfemias, prohibir tambin la celebracin de la misa. La autoridad civil no fuerza a la fe, sino que slo la defiende exteriormente. Su misin no es vencer la hereja. Esto toca a los obispos... no a los prncipes... Porque la hereja es cosa espiritual (WA 11, 268) Si hay hereja, vnzasela de la manera que conviene: con la palabra de Dios (WA 11, 270), La autoridad secular debe actuar cuando se perturba el orden o se blasfema de Dios pblicamente. Nuestros prncipes no fuerzan a la fe y al evangelio, pero impiden abominaciones exteriores, escribe Lutero a Spalatin a 11 de noviembre de 1525 (WA Br 3, 616, 18). Ahora bien, ni la muerte ni el robo, ni el homicidio ni el adulterio son tan daosos como esta abominacin de la misa papista (WA 15, 777, 8). Por eso, la autoridad est obligada a impedir pareja blasfemia pblica de Dios (WA 18, 36, 19). Si esto hay que decir de la autoridad en general, en asuntos internos de la Iglesia, por ejemplo, en el nom323
uwi.viu
bramiento de un predicador, debe cooperar el prncipe como hermano en Cristo (WA Br 2, 515, 23) o como un miembro cristiano 521, 59). Hasta 1525 cont poco Lutero con su seor temporal, que, sin embargo, se mostraba muy adicto a su causa. La ordenacin del culto no era de su incumbencia. A qu preguntamos por l? Su mando no se extiende a ms que las cosas seculares (WA 12, 649, 18). La renovacin de la Iglesia tena que llevarse a cabo por la fuerza, de la palabra en el terreno de la comunidad. Lutero confiaba que la comunidad se dara a su debido tiempo su propio orden, es decir, creara las instituciones necesarias para el culto y la vida de la misma comunidad. Lutero pens incluso en obispos que dirigen varias comunidades o estn puestos sobre varios prrocos. (WA 6, 440, 29). Tambin ellos deban ser instituidos por la a> munidad. Sin embargo, pareja ordenacin slo entra en el ordenado servicio pblico de la palabra y sacramentos. Es slo una confirmacin que otorga la comunidad. De suyo todos tienen el mismo poder; mas por eso precisamente no debe nadie adelantarse, sino esperar a que se lo llame y destaque, para que predique y ensee en lugar de los otros13. Si los obispos papales no estn dispuestos a hacer ese llamamiento para el ministerio, los dirigentes de la comunidad, escribe Lutero a los bohemios, impongan las manos a los idneos ante la comunidad reunida, confrmenlos y recomindenlos al pueblo y a la Iglesia. As seran obispos, ministros o pastores (WA 12, 193, 38). La cuestin es si este llamamiento particular para el servicio de la palabra nace slo de una necesidad prctica y los miembros de la comunidad traspasan por decirlo as sus derechos a un administrador (WA 6, 407, 29), como defiende ms o menos consecuentemente Lutero por los aos veinte, o si la ordenacin debe hacerse por razn del mandato y es, por tanto, de derecho divino. sta es la concepcin de la Confessio Augusiana (xxvin, 20-22), de la Apologa (XIII, 7-13) y sin duda tambin del Lutero posterior (WA 50, 633, 3) 14 .
13 WA 11, 412, 3 1 ; cf WA 12, 189, 17 27 14 La concepcin de Lutero sobre el oficio o ministerio es hasta hoy discutida, pues en l mismo no es unitaria, J W F HOFLING en Grundsatse ev lutherischer K%r chenverfassung, Erlangen 3 1853, tiene la concepcin de Lutero por unitaria, pero no tiene bien en cuenta sus manifestaciones en los escritos contra los iluminados Segn H , para
Lutero no sigui pensando sobre otros rganos de la comunidad. Acept la disciplina de la Iglesia e impuso varias veces, como pastor de almas, la excomunin15. Mas no cre para ello ningn oficio. La organizacin no era su fuerte. Quera dejar crecer. Pero, sobre todo, una ordenacin eclesistica no deba jams para l hacerse ley forzosa (WA 18, 72, 6). Pues comunidades cristianas slo pueden nacer por la predicacin del evangelio, por la fe y caridad, no por una reforma de los ritos. Y tampoco es en absoluto necesario que se guarde en todas partes el mismo orden. Sin duda es bueno que en un dominio o en una ciudad y sus alrededores se celebre de la misma manera el culto divino (WA 18, 73, 6). Pero la publicacin de una ordenacin eclesistica no tiene la obligatoLutero slo hay un oficio que es dado a toda la Iglesia y slo por razonis practicas es traspasado a un estado particular Segn A W DIECKHOFF (Lutkers Lehre von der kirchhchen Gezvalt, Berln 1865) hay que reconocer en Lutero dos versiones de la doctrina sobre el oficio espiritual. En el primer perodo identificaba el sacerdocio general, es decir el carcter espiritual igual de todos los cristianos, con el oficio espiritual y fundaba el servicio de diversos ministros por la teora de la traslacin (82 97) Posteriormente habra acentuado la independencia, junto al sacerdocio general, de un oficio instituido por Dios (149 159). Segn W ELERT (Morphotogte des Luthertums i, Munich 21958) se contrapone en Lutero dos series de ideas al parecer completamente divergentes (i, 299), cuando se trata de comprender la necesidad del ministerio una utilitaria que exige el ministerio de la predicacin por razn del orden, y otra que lo apoya en la institucin divina Pero Lutero no habra sentido contraste alguno entre ambas concepciones (301) Cierto que Elert ve en manifestaciones del Lutero tardo el peligro de un retroceso (303), p e r o v e l u e g 0 l a armona de las dos series de ideas en la visin luterana de la ordenacin Segn eso, llama desde luego la comunidad, pero en ese llamamiento hecho por hombres, podemos y debemos ver un llamamiento divino, dado taso que los que llaman estn para ello autorizados por Dios (304) E SOMMERLATH (Amt und allgemetnes Priestertum. Schnften des Konvents Augsburgischen Beketint msses 5, Berln 1953, 40ss) ve tambin dos senes de ideas Jams se habra llegado a plena armona entre ellas, m a un esclarecimiento teolgico (41) Por eso habra que ver siempre en Lutero dos lineas (50) W O MUNTER (D%e Gestalt der Kxrche <s.nach gottlichem Recht, Munich 1941; Begrvff imd WirkltchkeU des getstlichen Amtes, Munich 1955) y P BRUNNER (Vom Amt des Bischofs Schnften des Konvents Augsburgischen Bekenntnisses cuaderno 9, Berln 1955) acentan la institucin divina del oficio de la predicacin a par y ha^ta antes que el sacerdocio general Tienen sobre todo presentes los escritos simblicos luteranos Pero P BRUNNER recalca que las ideas de Lutero no estn en contradiccin con ello (16, n 11) Como prueba de ello aduce Vm den Konsvhis und Ktrchen (1539) Finalmente W BRUNOTTE (Das gexslhche Amt bei f.uthef, Berln 1959) ha estudiado si la concepcin de Lutero sobre el oficio espiritual permaneci la misma en el curso de los aos si es en s unitario o dominan en ella tensiones inconciliables (32) Su resultado es la unidad en la concepcin de Lutero (12) Pero concede que de 1520-23 ocupan amplio espacio el poder y responsabilidad del sacerdocio general, y, en cambio la relacin entre Iglesia y oficio espiritual se discute sobre todo en poca posterior (1530*; 112s). L a afirmacin de contradicciones en la doctrina luterana feobre el oficio le pftfcoe por lo menos problemtica (116) 11 RUTH C,\T7K, Wie Luther Kwchensucht ubte, Berln 1959
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riedad de leyes que obligan por razn de la obediencia, mandada por Dios, a la autoridad. Y es as que ni en el poder de las llaves, ni en el oficio pastoral de los obispos se contiene la facultad para la promulgacin de tales leyes16. En conclusin, el orden humano en la Iglesia no es orden jurdico en sentido estricto que obligue en conciencia y pueda imponerse por la fuerza. Pero esta libertad de la ley debe ser libertad para el orden y el servicio de los hermanos, est al servicio de la caridad y del prjimo (WA 18, 72, 23). Por amor de los hermanos, especialmente de los dbiles, hay que observar cosas tan profanas e indiferentes como las ceremonias (WA Br 11, 200, 17). Reiteradamente califica Lutero el orden de la Iglesia corprea como profano (WA 50, 559, 31) y hasta afirma que est fuera de la Iglesia (WA Br 3, 211, 96). Era obvio mirar como competente en l al rgimen secular. El reformador mismo no era sin duda de este sentir, sino que opinaba que la Iglesia deba tener en su mano la ordenacin de sus asuntos temporales ". Por eso slo habl de los seores temporales como de obispos de necesidad 18 que prestaran su ayuda en caso de aguda necesidad. Pero la evolucin sigui otro camino en la direccin de un sumo episcopado de los seores, en que no haba rastro de caso de necesidad. En los 23 artculos de Nuremberg sobre la visitacin, que fueron aceptados en Schwabach el 14 de junio de 1528, se dice: Al poder de la Iglesia toca nicamente elegir ministros, y usar de la excomunin cristiana, y procurar orden, a fin de que los necesitados sean atendidos con la limosna... Todo otro poder lo tiene o Cristo
16. De esta sentencia (Mt 16, 18; 18, 18) han tomado la palabra de atar y la han interpretado en el sentido de mandar y prohibir o de poner leyes y preceptos sobre la cristiandad. Y por ello conceden al papa el poder de atar con leyes el alma y conciencia de los cristianos (1530; W A 30, n , 465, 20; cf. WA 6, 536, 20; 45, 460, 27; WA Br 5, 490, 11 - 492, 27; 493, 38). 17. J O H . HECKEL, Kirche und Kirchenrecht nach der Zwei-Reiche-Lehre 267-271, F. LATJ, usserliche Ordnung und zWeltlich Dingy> in Luthers Theologie, Gotinga 1933. 18. Como nuestro nico obispo de necesidad, pues de lo contrario ningn obispo nos quiere ayudar (WA Br 8, 396, 14); como verdaderos obispos de necesidad en tal caso, pues un cabildo quiere el camino del monte (WA 53, 256, 3; 255, 5). El prncipe, como obispo de necesidad, desempea un oficio eclesistico y no una autoridad secular. As se ve por una carta de Lutero de 19 de marzo de 1539: Mas ahora nuestro prncipe ha de ser un obispo y oficial de necesidad, pues tales bienes no se adquieren por manejo burgus, sino por el servicio de la Iglesia. Por eso no pueden estar bajo el derecho burgus, sino que estn en mano y derecho del obispo de necesidad (WA Br 8, 15ss). WA T r 4, 378, 25: Nam nostro electori scripsi, adhortabas, ut ipse vigilaren pro ecc'esvi, que fuera un Notbischof (1537).
en el cielo o la autoridad civil sobre la tierra19. La evolucin hacia el rgimen eclesistico bajo el seor temporal fue decisivamente favorecido por Melanchthon, que atribuye a la autoridad la custodia prmae tabulae y, por ende, la vigilancia sobre el culto divino. Ah entra la prohibicin de falsa doctrina y cultos impos2. El conocimiento de la verdadera doctrina lo tiene, segn Melanchthon, la Iglesia entera, sacerdotes y laicos, entre estos sobre todo los prncipes. Ellos tienen que dar validez pblica al evangelio y ejecutar los juicios de los snodos. As, el poder secular es ministro y rgano ejecutivo de la Iglesia (CR 3, 472). Su vigilancia sobre el orden de la Iglesia no aparece ya aqu como medida de urgencia o necesidad. La posicin y deber especial del prncipe en la Iglesia resulta de su calidad de miembros principales21 de la Iglesia exterior. Como en la vida civil van delante de sus subditos, as tambin en el servicio de la Iglesia y su reforma: Deber suyo es apoyar con su autoridad a la verdadera Iglesia, desterrar a maestros blasfemos e instituir predicadores piadosos. Ms que nadie han de ayudar a la Iglesia los miembros eminentes de la Iglesia, reyes y prncipes, para que se destierren los errores y las conciencias sean rectamente instruidas, escribe en el tratado: De potestate papae, que fue aceptado en Esmalcalda, el ao 1537, como escrito simblico22. As, como miembros de la Iglesia, los prncipes o seores temporales se encargaron de proveer los puestos eclesisticos, convocaron snodos, ordenaron visitaciones y dispusieron ordenaciones de iglesias. Dentro de la fuerte tendencia que se nota en la ltima edad media a las iglesias territoriales, era obvio adscribir pronto a la autoridad secular como tal lo que los prncipes o el pius magistratus tendran que hacer por razn de caridad como miembros de la Iglesia.
19.
SEHLING, X I , 1, p.
132.
C R - 3 , 225; 2, 711; Loci de 1535: CR 21, 553; Studienausgabe n , 2, 727. npraecipua membra in externa societatn (De jure reformandi, 1537; CR 3, 251, Btkmntnisschriften 488.
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XIX. LA ORGANIZACIN DE LA COMUNIDAD LUTERANA. BIENES DE LA IGLESIA. CULTO. VISITACIN Y CATECISMO FUENTES: E. SEHLING (ed. din), Die evangelischen Kirchenordnungen des 16. Jh., t. 1-5, Leipzig 1902-13, 6-8; 11-13, Tubinga 1955-66. Bienes de la Iglesia: Ordnung eines gemeinen Kastens (1523), WA 12, 11-30. Culto: Deutsche Messe und Ordnung des Gottesdiensts (1526), WA 19, 72-113; Das Taufbchlein verdeutscht, aufs neue zugerichtet (1526), WA 19, 537-541; Das Taufbchlein fr die einfaltigen Pfarrherren (1529), WA 30, ni, 74-80. Visitacin: Unterricht der Visitatoren an die Pfarrherren im Kurfrstentum Sachsen (1528): CR 26, 51-96; WA 26, 195-240; obras de Melanchthon Studtenausgabe i, Gtersloh 1959, 215-271; SHLING I, 149-174. Escuela: An die Ratsherren aller Stdte deutschen Landes, dass sie christliche Schulen aufrchten und halten sollen (1524), WA 15, 27-53; Eine Predigt, dass man Kinder zur Schulen halten solle (1530), WA 30, n, 517-588; R. VORMBAUM, Die evangelischen Schulordnungen des 16. Jh., Gtersloh 1860. Catecismo: WA 30, i: Katechismuspredigten 1528 und Text der Katechismen Luthers mit Einleitungen, Bibliographie und philologischen Bemerkungen von O. Albrecht, O. Brenner, G. Buchwald u. J. Luther (1910); BSIJC 501733; F. COHRS, Die Evangelischen Katechismusversuche vor Luthers Enchirtdion, 5 t , Berln 1900-07. BIBLIOGRAFA: A. SCHULTZE, Stadtgemeinde und Reformation, Tubinga 1918; F.H. LOSCHER, Schule, Kirche und Obrigkeit im Reformations-J ahrhundert, Leipzig 1925; H. WERDERMANN, Luthers Wittenberger Gemeinde wiederhergestellt aus seinen Predigten, Gtersloh 1929; H. LEHNERT, Kirchengut und Reformation, Erlangen 1935. Culto: H. JACOBY, Die Liturgik der Reformatoren, 2 t., Gotha 1871-76; P. DREWS, Studien zur Gesch. des Gottesdienstes IV-V: Beitrge zu Luthers liturgischen Reformen, Tubinga 1910; J. SMEND, Die deutschen Messen bis zu Luthers deutscher Messe, Gotinga 1896; H. WALDENMAIER, Die Entstehung der evangelischen Gottesdienstordnungen Sddeutschlands im Zeitalter der Reformation, Leipzig 1916; L. FENDT, Der lutherische Gottesdienst des 16. Jh., Munich 1923; A. ALLWOHN, Gottesdienst und Rechtfertigungsglaube, Gotinga 1926; E. REIM, The liturgical Crisis in Wittenberg 1524: Concordia
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La esperanza de Lutero de que nicamente por la predicacin del evangelio surgira la organizacin de comunidades de verdaderos cristianos, sali fallida. Su ideal se vio ser irrealizable. Sobre todo en la tormenta del ao 1525 se fueron a pique sus expectaciones. Sus lamentos sobre el indecible desprecio de la palabra y la horrorosa ingratitud de los hombres por el beneficio del evangelio, se hacen cada vez ms serios y amargos. La predicacin de la justificacin por la fe y la proclamacin de la libertad del hombre cristiano no haba dado en la vida moral de sus adeptos los 329
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y F1
frutos apetecidos. Al contrario, segn manifestaciones del propio Lutero, parece haberse arraigado una corrupcin moral y desprecio de los sacramentos y del culto dominical. De ello se queja el reformador amargamente1. Se abusa de la libertad evanglica y hasta los predicantes y prrocos no retienen del evangelio nada ms que esta libertad corrompida, daosa, vergonzosa y carnal (WA 30, i, 125, 24s). Pero no slo parejos desengaos; la propagacin misma de la reforma protestante y la demolicin que supuso de la antigua organizacin eclesistica, reclamaban urgentemente la creacin de nuevas instituciones. Con el correr del tiempo y la extensin de los territorios invadidos por la nueva doctrina, se hizo cada vez ms claro que la nueva estructuracin no poda dejarse a la evolucin libre, y que por lo menos la gran masa necesitaba de la ayuda de ceremonias, y sin disciplina eclesistica y predicacin de la ley no se poda dar un paso. Haba que acometer la ordenacin de los bienes de la Iglesia, del culto, de la visitacin y de la disciplina. La ordenacin de los bienes de la Iglesia La supresin de los monasterios, la secularizacin de los bienes de la Iglesia, la desaparicin de fundaciones de misas y otras celebraciones eclesisticas dotadas de estipendios, trajeron consigo una serie de dificultades. Los seores seculares, altos y bajos, no menos que las ciudades tenan ms que sobradas ganas de echar mano para si sobre los bienes de la Iglesia. El que tena obligaciones con monasterios u otras instituciones semejantes, se frotaba las manos de desentenderse tan fcilmente de ellas. Se suprimieron fundaciones de misas y derechos de estola; pero los ministros de la Iglesia tenan que vivir como antes, y ahora, por aadidura, tenan que alimentar a mujeres e hijos. Apenas ninguno de los beneficiarios de los bienes de la Iglesia estaba dispuesto a arrimar el hombro en los gastos para el culto, para el sustento de predicantes ni para el cuidado de pobres y enfermos. Segn Lutero, haba que vigilar para que los bienes de institutos desaparecidos no vinieran a parar a la Rap1. Cf. H. WERDERJIANN, Luthers WitUnberger Gemnde wiederhergestellt aus semen Predigten, Gterstoh 1929.
puse (es decir, que no se convirtieran en botn general) y cada cual arramblara con lo que quisiera (WA 12, 11, 30). Por eso pidi que, como haba hecho ya Karlstadt en su ordenacin eclesistica de Wittenberg (1521), se reunieran los bienes en una caja comn. Segn la ordenacin de una caja comn (1523) para Leisnig, a la que Lutero antepuso un prlogo y haba de servir de modelo a otras comunidades, todos los ingresos eclesisticos haban de fluir a una caja comn y de sta sacarse los gastos para prrocos, sacristanes y edificios, para escuelas y maestros y para necesidades de toda laya. Para su administracin se nombrara un consejo de confianza, que se compondra de 2 nobles, 2 consejeros, 3 ciudadanos de la ciudad y 3 campesinos de los pueblos circundantes. Ciudadanos y campesinos se reuniran tres veces al ao para informar y tomar resoluciones. Lutero haba temido que pocos aceptaran su propuesta, pues la avaricia es un picaro desobediente e incrdulo (WA 12, 12, 9). De hecho, la ordenacin no logr sus fines, pues el consejo de la ciudad no quiso verter en la caja las fundaciones que estaban en su mano, y el prncipe elector temi la intervencin violenta. As faltaron a la caja los medios para los fines que se le asignaban. Viva y reiteradamente se lamenta Lutero de la falta de espritu de sacrificio de las comunidades. Antes dbamos mucho dinero y bienes a los papistas. Mas ahora, cuando hemos de ayudar a los ministros de la Iglesia y al evangelio con un solo penique, no tenemos nada 2 . Donde antes se alimentaban 300 monjes, hoy no encuentra pan un predicante (WA 14, 342, 7). Llegar momento en que maestros, prrocos y predicantes tengan que dedicarse a un oficio manual y dejen estar la palabra (WA 15, 361, 2). Casi todas las comunidades... quieren nombrar prrocos... pero no dar nada ni alimentar a nadie. El que quiere tener poder y derecho de nombrar, tiene la obligacin de alimentar (WA Br 4, 135, 10). Esta situacin reclamaba la creacin de una instancia superior a las comunidades locales y, como sta faltaba por parte eclesistica, una regulacin por parte del seor temporal. Como todos los monasterios y cabildos estn en manos del prncipe elector como cabeza suprema, a l le tocan as argumenta Lutero, el deber y
2. WA 29, 94, l i s , 18s (1529); de modo semejante W A 14, 341, 23.
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carga de ordenar estas cosas, pues de lo contrario nadie puede, ni debe, interesarse por ellas. Ahora bien, puesto que estos bienes... se fundaron para el culto, es justo que sirvan ante todo para el culto (WA Br 4, 133s). La visitacin del ao 1528 trajo la confirmacin del prncipe elector para la caja comn de Leisnig (WA 12, 7). Tambin artculos posteriores de visitacin y ordenaciones eclesisticas aceptaron esta institucin. Pero como fundacin independiente eclesistica estaba permanentemente amenazada, pues el consejo de las ciudades buscaba hacerse cargo de su administracin y hasta consideraba la caja como hacienda comunal.
El culto La libertad que Lutero haba dejado a las comunidades y su miedo a formas obligatorias condujeron a una proliferacin salvaje de las mismas y una diferenciacin mayor en las comunidades. Ya en 1524 haba rechazado Lutero insinuaciones sobre juntar un concilio de sus partidarios a fin de crear un culto uniforme (WA Br 3, 373, 16; 384, 108). Sin embargo, los acontecimientos del ao 1525, las andanzas de los espritus de cuadrilla y la guerra de los campesinos lo convencieron de Ja necesidad de instituir ceremonias uniformes (WA Br 3, 582, 6). Junto con consejeros del prncipe elector y maestros cantores elabor una misa en lengua popular para laicos (WA Br 3, 591, 8). As pudo finalmente celebrarse, el 29 de octubre de 1525, en la iglesia parroquial de Wittenberg, por vez primera una misa completa en alemn. Despus de su prueba prctica, apareci impresa a comienzos de 1526 la misa alemana y ordenacin del culto y pudo as ser tambin introducida fuera. Sin embargo, segn el prlogo de Lutero, la misa alemana no deba ser la forma nica de culto evanglico en Wittenberg, sino slo una entre tres. Aparte los que ya son cristianos y no necesitan de ordenacin, pues tienen su culto en el espritu, Lutero ve la comunidad, es decir, los que se estn haciendo an cristianos o han de hacerse ms fuertes, dividida en tres grupos. El primero es la juventud, para la que debe seguir en vigor la Formula Missae de 1523. El segundo son los laicos simples, entre los cuales hay muchos que an no creen o son cristianos, sino que la
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mayor parte estn all de mirones... lo mismo que si nosotros celebrramos el culto entre los turcos o gentiles en pblica plaza o en el campo (WA 19, 74). Aqu no se trata an siquiera de una reunin ordenada, en que se pudiera gobernar a los cristianos segn el evangelio de Cristo, sino que es una pblica incitacin a la fe y al cristianismo (ibid.). El tercer grupo lo constituyen los que quieren seriamente ser cristianos y confiesan el evangelio con mano y boca. Para ellos bastara con un orden sencillo, y no se necesitaran muchos y grandes cnticos (WA 19, 76). Son una comunidad de confesin, y se encuentran propiamente en una casa para la oracin, la lectura de la Escritura, la recepcin de los sacramentos y otras obras cristianas. El que no se porta cristianamente es castigado o cae en excomunin. Para este sector restringido no quiere an crear Lutero una ordenacin, pues le falta an gente para ello. Una vez que se haya formado este ncleo de comunidad, las ordenaciones y modos estarn pronto hechos. Lutero vio segn eso posibilidad de dar lugar dentro del montn comn, dentro de Iglesia demtica, al sector de los decididos, a la Iglesia de confesin. Pero de hecho no se lleg a esta congregacin cristiana, y todo qued en el culto para el pueblo, que no est an posedo del espritu del evangelio y debe an ser conducido a la seriedad de la fe justificante 3. Ahora bien, si se trata de instruir y guiar al pueblo (WA 19, 97), no hay otro remedio que hacer del culto pedagoga. De acuerdo con ello, el prefacio, la oracin eucarstica se convirti en una exhortacin a los que haban de recibir el sacramento, el padrenuestro en una parfrasis, el sanctus en un relato histrico. En lugar de considerar la comunidad que ha entrado ella misma en la ciudad del Dios vivo, en la Jerusaln celeste, en los coros innmeros de los ngeles (Heb 12, 22), se le cuenta lo que le pas al profeta Isaas WA 19, 100, 6). De suyo la misa alemana sigue a la romana. Sin embargo, los cnticos de salmos de sta fueron sustituidos por cnticos populares, y, sobre todo, fue reducida desde el punto de vista de la doctrina de la justificacin y de la negacin de su carcter sacrificial. La misa romana tomada por Lutero llevaba el cuo de la celebra3. Cf. K MLLER, Kirche, Gememde und Obrigkeit nach Luther, Tubinffa 1910, 39s con la conclusin: se queda en la comunidad del gran montn. (40).
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cin privada y era, ella misma, una forma truncada. Del tiempo de entonces, con su escaso sentido de culto como repristinacin del acontecimiento de salud no era de esperar obra creadora en el terreno de la liturgia, ni siquiera por parte de Lutero, si se prescinde de su fuerza expresiva lingstica. As, no es de maravillar que la misa alemana, con toda su tendencia pedaggica, como reduccin de la romana, se qued en muchos aspectos en mero torso y deja subsistir unas junto a otras, sin lazo interno de mediacin, partes de la misa antigua, como restos de ruinas inconexas 4. La crtica de fuera y nuevas experiencias propias obligaron a Lutero a elaborar de nuevo la liturgia bautismal editada ya en 1523, y a darle mayor rigidez. Apareci en otoo de 1526 con el ttulo: El librito del bautismo en alemn, nuevamente dispuesto, y, como apndice al catecismo menor de 1529 logr amplsima difusin. Como los prrocos se mostraban impotentes para dar a las nupcias una forma que correspondiera al pensamiento protestante, hubo de escribir Lutero un librillo de nupcias para los prrocos simples, que apareci en abril de 1529 y fue aadido al catecismo menor que poco despus fue publicado en forma de libro, En las observaciones preliminares explica brevemente Lutero su concepcin del matrimonio'. Entenderlo como sacramento, lo haba rechazado ya en De captivitate (1520). All se dice: Sin apoyo alguno en la Escritura es tenido el matrimonio por sacramento... En ninguna parte se lee que alcance gracia de Dios el que toma una mujer. Tampoco el signo en el matrimonio ha sido instituido por Dios... Y es as que el estado de matrimonio de los antiguos padres no fue menos santo que el nuestro, ni es menos recto el matrimonio de los incrdulos que el de los creyentes (WA 6, 550). De acuerdo con ello, saca la consecuencia en su Librito de nupcias: Puesto que bodas y estado de matrimonio son asunto civil, nada nos toca ordenar o mandar ah a los clrigos o ministros de la Iglesia (WA 30, ni, 74, 3). Sin embargo, aunque estado civil
4. F . RENDTORFF, Dte Geschxckte des christlichen Gottesdxenstes nter dem Gesxchtspimkt der hturgischen Erfotge, Giessen 1914, 42; de modo semejante crticamente: J. GOTTSCHICK, Luthers Anschauungen vom chnsthchen Gottesdienst, Friburgo 1887, 72, Leiturgxa Handbuch des ev. Gottesdienstes i, Kassel 1954, 60 En contra: T H . KNOLI^;, Luthers Deutsche Messe u-nd die RechtferHgungslehre LuJ 10 (1928) 170-203, id , Luthers Reform der Abendmahlsfeier \n ihrer konstitutiven Bedeutung Schrift und Bekenntnts, ed. dirigida por V. HERNTRICH y T H . KNOLLE, Hamburgo 1950, 88105
es, sin embargo, obra y mandato divino (ibid., 74, 16-23). As est bien pedir la bendicin del prroco o del obispo. Es decir, que a la Iglesia slo le queda la oracin y la bendicin. La contraccin misma del matrimonio es un acto civil. Si casa la Iglesia, lo hace en nombre de la autoridad secular. Consiguientemente, segn el Traubchlein de Lutero, la boda se celebra delante de la iglesia, y el anuncio de la palabra y la bendicin junto al altar. Esta separacin del matrimonio contrado en casa o delante de la iglesia y la ceremonia religiosa que antes de la reforma protestante era sobre todo la misa de los esposos no era para aquel tiempo cosa inslita. Para la Iglesia pretridentina era legtima, porque el sacramento se lo administran los esposos; para Lutero, en cambio, porque para l las nupcias no eran acto propiamente espiritual o eclesistico.
Visitacin, ordenacin eclesistica y estructura de la constitucin de la Iglesia Con la publicacin de libros litrgicos y catecismos no estaba hecho todo. Era menester una instancia que pudiera obligar, y as, y con otras medidas disciplinarias, acabar con el caos en la Iglesia. A falta de una autoridad eclesistica por encima de las comunidades locales, slo quedaba para parejo menester el brazo secular. El decreto de la dieta de Espira (1526) haba dejado la ejecucin del edicto de Worms al arbitrio de los seores temporales. Aunque con ello no se les otorgaba ius rejormandi, ellos prcticamente se lo arrogaron. En la medida que se inclinaban al protestantismo, pasaron a imponer en sus territorios la prctica uniforme de la religin, es decir, acabar con los residuos de la antigua Iglesia e introducir o afianzar la nueva. El camino para ello fue la ordenacin y ejecucin de visitaciones. Entretanto, Lutero hubo de reconocer que la palabra sola no basta; la autoridad humana tiene que crear por lo menos las condiciones exteriores y eliminar las resistencias. Como antes que l Nicols Hausmann, prroco de Zwickau, el 31 de octubre escribi al prncipe elector Juan que, en vista del msero estado de las parroquias, el prncipe elector debe dar una orden valiente y hacerse cargo del conveniente sustento de los prrocos y de las ctedras 335
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de predicacin (WA Br 3, 595). El prncipe elector vacilaba, pero pens que Lutero deba hacer un orden que se instalara. Seguidamente propuso la visitacin eclesistica. sta fue emprendida, a comienzos de 1526, en algunos oficios por dos oficiales y los clrigos Spalatin y Myconius, pero se par pronto. Lutero, sin embargo, insisti. En la primavera de 1527 se emprendi de nuevo la visitacin, esta vez con participacin de Melanchthon. El 16 de junio de 1527, public el prncipe elector una instruccin para ella5. En ella ordena, como seor temporal, la visitacin y manda que se ejecute por empleados y telogos que tienen de l poder y mandato (p. 142). La visitacin no se refiere slo a los bienes de la Iglesia y pago de los prrocos y a la pblica moralidad, sino en primer lugar a la verdadera doctrina. Ningn prroco debe propasarse a ensear, predicar y administrar los sacramentos de otro modo que segn la palabra de Dios, tal como nosotros y por los nuestros fue recibida en el tiempo que Dios hizo y dio su gracia (p. 143). El prncipe no quiere ciertamente forzar a nadie a la fe, pero quiere prevenir daosa sublevacin y no tolerar sectas ni cismas en su territorio. El que no quiera aceptar esta instruccin cristiana mandada por la autoridad, venda sus bienes y slgase de nuestro territorio (p. 144). Aqu no se dice palabra de que el prncipe elector disponga en las cosas eclesisticas de modo distinto que como seor temporal; con otras palabras: Con esta instruccin aparece el rgimen eclesistico territorial 6. Melanchthon tom sobre todo parte en la visitacin como telogo. Lutero no intervino, pero a l se mandaban, para su examen, los informes de la visitacin. Faltaban instrucciones suficientes para los visitadores, por lo cual no estaba asegurada la ejecucin de una ordenacin unitaria de la Iglesia. De ah que Melanchthon trabajara en una ordenacin de la visitacin, a la que aport Lutero mltiples correcciones. En septiembre de 1527 fue sometida a la deliberacin de los visitadores, a los que perteneca por entonces tambin Spalatin, con asistencia de Lutero y Bugenhagen. Entretanto las visitaciones y un trabajo preliminar de Melanchthon, los ArticuU de quibus egerunt per visi5 SEHLING, I , 142-148. 6 K. HOLL, Luther und das landesherrliche Tubinga 1932, 373. Kvrchenregvment Ges Aufsatze, I,
tatores (1527, levantaron una polvareda, hubo visitationis rumores (WA 4, 232, 4). De parte de la antigua fe se crey comprobar en la visitacin una aproximacin T, en doctrina y prctica, a la fe antigua y, en campo protestante, Casper Aquila, prroco de Saalfeld, echaba en cara a Melanchthon un retroceso al papismo. Pero sobre todo Juan Agrcola, director de la escuela de Eisleben, era portavoz de los que pensaban que los wittenbergenses se arrastraban de nuevo hacia atrs (WA 4, 265, 6), es decir que volvan a prcticas de la vieja Iglesia. Segn Agrcola, se haba dado demasiado lugar a la predicacin de la ley a costa de la libertad del evangelio. La penitencia haba de comenzar no por el temor servil, sino con la fe y el amor a la justicia8. Melanchthon, en cambio, haba cerrado sus ArticuU afirmando que, sin la predicacin de la ley, el pueblo se mecera en la seguridad y se imaginara tener la justicia por la fe, siendo as que la fe slo puede estar en aquellos, cuyos corazones estn compungidos por la ley (CR 26, 28). De aqu que el prncipe elector convocara, a 25 de noviembre de 1527, a nuevas deliberaciones acerca de la ordenacin de la visitacin, en Torgau. Aqu se hall una componenda. Para que los contradictores no puedan decir que se retracta la doctrina hasta la fecha defendida, se aadi al primer captulo: Sobre la doctrina, la frase de que no se ensee nada antes de la fe, sino que, la penitencia se sigue de la fe y despus de la fe 9. Por lo dems, empero, se encarece la necesidad de la predicacin de la ley, Sera una mutilacin del evangelio hablar unilateralmente del perdn de los pecados, y no decir nada o muy poco sobre la penitencia, cuando sin penitencia no hay perdn de los pecados, ni puede siquiera entenderse. La consecuencia sera que la gente se imagina haber alcanzado ya perdn de sus pecados, y as se sienten seguros y pierden el temor. Ello sera ms grande error y mayor pecado que nunca. Para el hombre vulgar y grosero hay que mantener esas partes de la fe bajo los nombres de penitencia, mandamiento, ley, temor, etc.; de lo contrario, el hombre vulgar errara sobre
7. E n su Chnstenhche undemchtung . uber etthche Puncten der Visiffahon (1528) tscribe el obispo J. FABRI* Hettestu also gelert szo wolt teh dtr mtt leib und gutt beygestanden sem (Si hubieras enseado, yo estara dispuesto a asistirte con mi persona y
bienes) (L. HELBLING, Dr. JOHANN FABEI, Munster 1941, 39).
8
9.
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la fe y suscitara cuestiones sin provecho 10. La reiterada mencin del hombre vulgar o comn pone de manifiesto el peligro de la pedagogizacin o moralizacin del evangelio en la iglesia popular luterana, tal como ahora tomaba su cuo. La impresin de la instruccin a los visitadores de los seores prrocos se dilat an hasta fines de marzo de 1528. El texto es esencialmente de Melanchthon, Lutero escribi el prlogo. En l recalca que ser inspector o visitador es funcin del obispo y que de buen grado lo haba restablecido como sumamente necesario (WA 26, 197, 15). Donde faltaran los obispos, l hubiera sugerido que ocuparan su lugar los reformadores. Sin embargo, as cuenta Lutero, como ninguno de nosotros estaba llamado para ello, o tena mandato seguro, se habra dirigido al prncipe elector rogndole invitara y nombrara algunos varones idneos para este menester. Ello, sin embargo, no compete al seor temporal como autoridad civil, pues no tiene mandato de ensear ni gobernar en lo espiritual (200, 29), sino por razn del oficio de la caridad, que es comn y est mandado a todos los cristianos (197, 20). Cosa de la autoridad civil es quebrantar la resistencia hija de la mala voluntad, pues tiene que atender a que entre sus subditos no haya discordia, banderas y revueltas (200, 30). Con esta distincin entre lo que incumbe al prncipe elector como autoridad y lo que debe hacer en la visitacin por caridad cristiana, como miembro de la Iglesia, busca evidentemente Lutero salvaguardar la independencia de la Iglesia. As, el prlogo tiene la significacin de cierta correccin o tcita protesta n contra la instruccin del prncipe elector de 1527 y contra el rgimen territorial eclesistico que con ella se pretenda. Una protesta, a la verdad, que no tuvo eficacia. De acuerdo con la instruccin de 1527, para la ejecucin de la visitacin fueron establecidos como superintendentes prrocos idneos que ejerceran la inspeccin sobre sus compaeros de oficio en un distrito, y a los que stos podran dirigirse en casos difciles Contra la expectacin de Lutero, corno casos difciles se presentaron pronto sobre todo cuestiones de matrimonio. Prrocos cuya conducta, disciplina y doctrina dieran motivo de reprensin, y en que
10 11 Ibld K Hoix, Luther und das Icmdesherrhche Ktrchenregiment, 374
las exhortaciones del superintendente no dieran fruto, seran denunciados, despus de instruccin de los visitadores, al responsable para ser acusados ante el prncipe elector12. No exista una autoridad eclesistica superior. Si caba por de pronto acudir a las comisiones de visitacin o al reformador mismo, esto a la larga no era solucin. Esto llev a la formacin de los consistorios. Tambin aqu fue por delante con su ejemplo el electorado de Sajonia. El primer impulso lo dio la necesidad de tribunales que entendieran en causas matrimoniales. Por encargo del prncipe elector Juan Federico, Justus Joas con Bugenhagen, Melanchthon y algunos juristas elabor en 1538 un dictamen: Informe de los telogos sobre cmo hayan de erigirse los consistorios. Como las deliberaciones sobre el caso iban para largo, se instituy por va de prueba el consistorio, que empez a funcionar a comienzos de 1539. Pero una ordenacin consistorial no fue acabada hasta 15421S. Si a los superintendentes se los puede an mirar como representantes de un oficio eclesistico, el consistorio haba venido a hacer las veces de un obispo, pero en realidad fue una institucin del prncipe territorial. l lo convocaba, nombraba sus miembros, sealaba los temas que tratar y tena en todo la ltima palabra. El consistorio constaba de consejeros del prncipe, duchos en derecho, y de telogos. stos incluso fueron slo accidentalmente llamados, y cuando lo peda el caso. Con el correr del tiempo, el consistorio fue competente para el manejo de la disciplina eclesistica y la excomunin, para toda la administracin de la Iglesia regional y para la jurisdiccin en materia matrimonial y otras causas eclesisticas, como los derechos de patronato y diezmos. En esta institucin hall el rgimen territorial eclesistico su rgano correspondiente y su firmeza definitiva.
Escuelas e instruccin religiosa La demolicin del antiguo sistema eclesistico afect tambin a escuelas y universidades. Los primeros efectos de la reforma protestante sobre los estudios en general, fueron de naturaleza des12. SIBILINO, I, 171
13.
Ibld , 200-2M.
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tructiva ". La Iglesia y la escuela estaban demasiado implicadas una en otra ideal y econmicamente, para que se pudiera deshacer la estructura de aqulla sin herir, a par, a sta. Adems, la instruccin y la ciencia requeran tranquilidad y paz, que no existan en el ardor de la polmica y en la guerra de los campesinos. Finalmente haba quienes, como Karlstadt, sacaban de la Biblia razones para repudiar la educacin y la escuela. Todo esto condujo a una decadencia de las escuelas y a un fuerte retroceso en la asistencia a ellas. En 1528 se quejaba Erasmo a Pirckheimer: Dondequiera reina la doctrina luterana, se hunden las ciencias 15. Para Lutero, lo mismo que para Melanchthon, la educacin tiene en principio carcter secular; slo es espiritual en cuanto est al servicio de la palabra. Deber y derecho de la autoridad civil es ordenar y sostener las escuelas. El escrito: A los consejeros de todas las ciudades de tierra alemana sobre que erijan y sostengan escuelas cristianas (1524) parte del hecho de que deja en todas partes que se arruinen las escuelas (WA 15, 28), y es un llamamiento a los gobiernos de las ciudades a que funden escuelas de latinidad y no se excusen con salidas como la de que ya podemos aprender la Biblia y la palabra de Dios en alemn, y ello nos basta para salvarnos (WA 15, 36). Lutero considera necesarias las escuelas para servir al evangelio, y no menos que al mundo. Y es as que, si bien el evangelio vino y an viene diariamente slo por obra del Espritu Santo, vino, sin embargo, por medio de las lenguas y por ellas tambin creci y por ellas tambin debe conservarse (WA 15, 37). Y hemos de decir que, sin las lenguas, no conservaremos bien el evangelio. .. Ella es el estuche en que se lleva esa joya... Porque es cierto que, donde las lenguas desaparecen, el evangelio tiene a la postre que perecer (WA 15, 38). Las escuelas son, por ende, cuestin vital para el verdadero cristianismo. Pero tambin el rgimen o gobierno secular necesita de buenas escuelas y gente docta y hay que cuidar de que se ocupe del mundo gente finamente formada. Aunque no hubiera un alma y no se necesitaran escuelas y lenguas por razn de la Escritura y la palabra de Dios, esta sola causa bastara para levantar por todas partes las mejores escuelas, para
14. 15. F. PAULSEN, Geschichte des gelehrten Unterrichts, i, 184. Carta de 20 de marzo de 1528: ALUEN, V I I , 366, 40, n 1977. *f
nios y nias, y es que, para mantener externamente al mundo su estado secular, necesita de hombres y mujeres bien formados... (WA 15, 44). Los padres tienen aqu los deberes ms inmediatos, pero la tarea est por encima de sus fuerzas. De los prncipes no> hay que esperar nada. Por eso, queridos consejeros, todo queda nicamente en vuestras manos. Vosotros tenis lugar y medios para ello, mejor que los prncipes y seores (WA 15, 45). Lutero indica las materias, pero no traza ningn plan de estudios. Esto era ms campo de Melanchthon, que haba ya intervenido en la creacin de la escuela de Eislcben (1525). Ahora, en el ltimo prrafo de la Instruccin de visitadores (1528) expone ms por menudo sus ideas sobre cmo deba llevarse la instruccin escolar . En su plan tiene en cuenta las modestas circunstancias de Sajonia y renuncia de antemano al griego y hebreo. Es ms, por razn de concentracin, y para no cargar a los pobres nios con tanta variedad 10, no se debe tampoco ensear alemn. A Melanchthon, como a las escuelas de aquel tiempo, slo les interesaba el latn. Ya la cartilla estaba en latn; el alemn no apareca por ninguna parte. La escuela debe dividirse en tres grados. En el primero aprenden los nios a leer y escribir; en el segundo, la gramtica, y en el tercero, mtrica, dialctica y retrica. Un da, sbado o mircoles, est dedicado a la instruccin cristiana. No aprender nada ms que la sagrada Escritura es tan intolerable como no' aprender nada de la sagrada Escritura " . Deben aprenderse y explicarse el padrenuestro, el credo, los diez mandamientos y una serie de salmos. Del Nuevo Testamento, el evangelio de Mateo debe exponerse grammatice. Del resto slo se prev, a lo sumo para los alumnos mayores, la exposicin de las cartas a Timoteo, de la 1 Jn y de los Proverbios de Salomn, pues no es provechoso cargar a la juventud con libros elevados y difciles, como Isaas, la carta a los romanos y el evangelio de Juan18. Como demuestran las ordenaciones de escuelas de entonces, por ejemplo la de Wittenberg de 1533, la de Brunswick y Hamburgo de 1528 y la SchleswigI(i. 17. 18, SitHi.im., i, 172. M d 173. IWd., 173.
un
Holstein de 1542, los principios de la Instruccin de visitadores se llevaron a la prctica en la Sajonia electoral y sirvieron de modelo para otros territorios. Nueva era la inclusin de la enseanza religiosa en el plan de estudios de las escuelas. Pero slo exista en las ciudades, y no en todas ni mucho menos. De ah que no pudiera dejarse a ellas solas la instruccin religiosa de la juventud. Por eso, el domingo por la tarde, que acude a la iglesia la servidumbre y la gente joven... han de predicarse y explicarse corridamente los diez mandamientos, los artculos de la fe y el padrenuestro19. Se predicar tambin con fervor de los sacramentos del bautismo y del altar (169). Los textos, en atencin a los nios y otras gentes sencillas e ignorantes, se recitarn palabra por palabra (ibid.). Las visitaciones pusieron de manifiesto, lo mismo en comunidades que en predicantes, una grosera ignorancia. Melanchthon se encontr con un prroco que no saba siquiera los diez mandamientos. Se necesitaban urgentemente manuales adecuados. Ya en la Misa alemana haba recalcado Lutero: En nombre de Dios, lo primero que hace falta en el culto divino en alemn es un catecismo grosero, malo, simple, bueno (WA 19, 76, 1). Aqu se toma an catecismo en sentido lato de instruccin oral con sus cinco partes principales (mandamientos, fe, padrenuestro, bautismo y cena); pero no menos se peda un libro, en que se consignara esta enseanza para prrocos y padres de familia que deban proponer la verdad cristiana a sus hijos y servidumbre. Lutero puso manos a la obra, a fin de cubrir esta urgente necesidad. Antes de l haban acometido otros esta tarea. Entre 1522 y 1529 aparecieron unos treinta ensayos de tales catecismos, de los que algunos alcanzaron muchas ediciones20. Amn de Melanchthon y Bugenhagen, Juan Brenz sobre todo cre uno de esos librillos para la instruccin religiosa en Schwabisch Hall. Lo llam Preguntas de la fe cristiana (1527-28). Andrs Althammer en Ansbach dio ya a su libro de religin el ttulo de Catecismo. Es decir, instruccin sobre la fe cristiana (1528). Desde 1516, haba predicado Lutero con frecuencia sermones catequticos. De esta actividad prctica nacieron varias explicaciones de los diez mandamientos y del padrenuestro que
19. Ibid, 168. 20. J.M. REU, D. Martm Luthers Klemer Katechismus Die Geschichte se-mer Entstehung, setner Verbreitwng und semes Gebrauches, Munich 1929, 14.
ejercieron fuerte influencia21. Despus de los desrdenes de Wittenberg, la predicacin catequtica vino a ser una institucin firme en la iglesia local. En representacin de Juan Bugenhagen predic Lutero en 1528 una vez ms esta serie de sermones sobre las cinco partes principales, y las predic en tres ciclos durante las semanas de tmporas de mayo, septiembre y diciembre. Antes del tercer ciclo tom parte en la visitacin. Las experiencias que aqu hizo lo determinaron a la composicin de un catecismo. Los sermones catequticos le ofrecan el material. Tena que ser un libro para los rudos gentiles (WA Br 5, 5, 22), es decir, para la turba inculta del pueblo. Pero resultaba demasiado extenso para tal propsito, y as parece que, ya durante la redaccin, se decidi a escribir otro catecismo, mucho ms corto. Este catecismo menor apareci, a comienzos de 1529, primeramente, al uso de la tarda edad media, en tablas, que podan colgarse en la iglesia, en la escuela y en casa, para que as se grabara ms fcilmente el texto. El catecismo mayor apareci en abril de 1529 como Deutsch Katechismus Martin Luther (WA 30 i, 125-238). Seguidamente, el 26 de mayo, apareci el Catecismo menor para los prrocos y predicadores ordinarios (WA 30 i, 264-339). El catecismo mayor expone extensamente los puntos particulares en forma de sermn o de un captulo doctrinal; el menor, en cambio, est redactado en forma de preguntas y respuestas. Por l y por sus cnticos espirituales, vino a ser Lutero el gran formador religioso del pueblo. Ya tempranamente sus dos catecismos adquirieron significacin normativa. En 1580 fueron admitidos en el libro de la concordia, y en el Epitome de la frmula de concordia, son calificados de Biblia de los laicos, en que se comprende lo que en la sagrada Escritura se trata extensamente y el cristiano debe saber para su salvacin 22.
21. Bine kurze Erklarung der 10 Gebote (1518, WA 1, 250-256); Eme kurze Form der 10 Gebote. Eme kume Form des Glaubens. Eme kurze Form des Vaterunsers (1520; W A 7, 204-229); Bine kurze Form, das Paternster su verstehen und zu beten (1519; W A 6,11l') Eme kurze und gute Auslegung des Vaterunsers vor sich und hmter stch (1519; WA 6, 21); Austeffung deutsch des Vaterunsers fur dte ewfalttgen Laien (1519; WA 2, B0.130). *>.'. BSLK, 769
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El decidido partidario del emperador, cardenal Giulio de Medid, que, como candidato del partido imperial, sali del conclave de dos meses el 19 de noviembre de 1523 con el nombre de Clemente vil, echara pronto, como papa, por caminos completamente distintos. Se neg a renovar la alianza defensiva concluida por Adriano vi con el emperador y entr pronto en tratos secretos con Francia. Su idea fija era liberar a los Estados de la Iglesia del cerco del imperio Habsburgo que dominaba a aples y Miln. Si las propias fuerzas no eran bastantes para arrojar a todos los brbaros de Italia, haba que crear por lo menos un equilibrio poltico, poniendo en manos de Francisco i a Miln. Dei esta manera crea tambin Clemente vil apoyar los intereses de su familia y consolidar el dominio de los Medici en Florencia. El papa pensaba ante todo polticamente; pero no en el sentido de un papado universal, sino como seor de una dinasta italiana. sta a su vez era demasiado dbil para tener un peso decisivo en la lucha de las grandes potencias. Adems, le faltaba a Clemente vil la talla y firmeza de un gran poltico. Era desde luego espiritualmente gil, concienzudo en el cumplimiento de los deberes de su cargo y, respecto de su conducta, se distingua ventajosamente de su primo Len x, ligero y dado a la prodigalidad. Pero posea a par una espantosa indecisin, un nimo vacilante y una timidez que, entre eternas deliberaciones y medidas a medias, le hicieron perder las mejores ocasiones y acabaron por acarrearle, entre amigos y ene344
migos, fama de poco seguro 1. Frente a este papa se levantaba en Carlos v un soberano henchido enteramente de la idea imperial universal, al que, en 1523, le haba grabado en la conciencia su gran educador poltico y canciller Gattinara: Vuestros asuntos son los de toda la cristiandad y, hasta cierto punto, los del mundo entero 2. Inicialmente, se esforz el papa por lograr la paz entre las potencias cristianas, paz apremiantemente necesaria ante el peligro de los turcos. Pero su mediacin de paz fracas. Despus de una serie de derrotas, logr Francisco i recuperar, el 26 de octubre de 1524, a Miln. Bajo la impresin de este xito, se dej ganar el papa, el 12 de diciembre, para una alianza con Francia y Venecia, que permita a las tropas francesas el paso por los estados de la Iglesia, y aseguraba al papa la posesin de Parma y Piacenza y la garanta del dominio de los Medici en Florencia. El emperador se irrit de la falta de lealtad del papa, y Clemente vn le escribi, a 5 de enero de 1525, haber tenido que entregarse a los franceses de mal grado y forzado. Con la aplastante derrota de los franceses en Pava el 24 de febrero de 1525 y la prisin de Francisco i, se vinieron a tierra los prudentes clculos del papa, que se vio forzado a buscar de nuevo la proteccin del emperador. ste pudo dictar a Francia la paz de Madrid (14-1-1526) y, aparentemente, ver cumplidos todos sus deseos. Francisco renunci, entre otras cosas, a aples, Miln y Genova, y a sus derechos sobre Flandes y el Artois. Prometi abdicar de Borgoa y tierras limtrofes, y, en signo de amistad firme, casarse con Leonor, hermana de Carlos. Sus dos hijos mayores aseguraran como rehenes el cumplimiento del tratado. Pero ya antes haba declarado Francisco i mediante poderes notariales invlida la paz como arrancada en la cautividad, y no le pasaba por las mientes el cumplirla. As, a la postre, el Csar no haba conseguido sino que sus antiguos enemigos se estrecharan ms por miedo a la prepotencia de los Habsburgo y se les agregaran otros. Inglaterra, que hasta entonces haba sido su aliada, firm una paz aparte con Francia, y favoreci la liga de Cognac. En sta entraron, a 22 de mayo de 1526, Francisco i, Venecia, Florencia, Francesco
I, JBDIN, I, 177.
J. K. BRANDI, Bertchte und Studten IX leii Jahre 1.125. Der Kaiser mnd n Kamler
Eigenhandige Aufzcichmtngen Karts V. aus NGC, phil.-hist. Kl. 1933, Berln 1933, 243s.
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Sforza y el papa. ste, segn carta al emperador, fechada a 23 de junio de 1526, pretende haberse decidido a dar ese paso por solicitud de la paz de la cristiandad, por la libertad de Italia y seguridad de la santa sede, mientras el emperador turbara la paz y pagara con ingratitud las muestras sobremanera grandes de favor. Contra ello protesta Carlos v, en los trminos ms vivos, en escrito oficial de 17 de septiembre de 1526. l haba defendido la sede apostlica en Alemania. Aun hoy da sigue deseando la paz. Deponga el papa las armas, y todos seguirn su ejemplo, y podra volverse la fuerza de la cristiandad contra herejes y turcos. En otro caso, no es el papa padre, sino enemigo; no pastor, sino lobo. El memorial amenaza por contra con el concilio: Porque, como vemos por las razones dichas y por otras turbado el orden entero de la Iglesia y la religin cristiana y en peligro nuestros intereses y los de la cristiandad, tenemos por oportuno convocar el santo concilio universal 3. El emperador invitaba a los cardenales, caso de negarse el papa, a que convocaran ellos el concilio. Clemente vn abominaba y tema el concilio por mltiples motivos. El conciliarismo del siglo xv no estaba, en efecto, realmente vencido, sino slo amortiguado por la va de la poltica concordatoria papal. De momento, un concilio traera consigo un refuerzo del poder central del emperador, cosa que tema el papa no menos que Francia. Finalmente, el vastago ilegtimo de los Medici poda tambin esperar de un concilio de reforma, crtica sobre su persona y hasta que se pusiera en tela de juicio su legitimidad como papa. La amenaza de concilio por parte del emperador no dej de impresionar al papa, pero no pudo apartarlo de la alianza con Francia e Inglaterra. Esto slo lo consiguieron los acontecimientos guerreros que en los meses siguientes sobrevinieron sobre Roma y el papa. La familia Colonna, al mando del cardenal Pompeo Colonna, hizo una incursin sobre Roma y saque la ciudad leonina. Pero eso no era ms que un preludio de algo peor. A fines de otoo Jorg von Frundsberg pas los Alpes y engros con sus lansquenetes alemanes las tropas espaolas. En febrero de 1527 se uni con Carlos
3. L E P I A T , I I , Lovaina 1781, 247-288, 9; K. BRANIII, I, 216; H. JEMK, Die Papste und das Konz m der Politik Karts V. P. RASSOW (ed dir ), Karl V. Der Kaiser und seine Zeit, Colonia 1960, 104-117, p 106. 1.4.6
de Borbn. Sin embargo, faltaba a paga. Calamidades y hambre condujeron a motines contra los que nada pudo hacer Frundsberg. Un tiro lo abati. Las tropas indisciplinadas avanzaron hacia la ciudad eterna, donde se prometan rico botn, y pensaban tomar venganza del papa, enemigo del emperador. Adems, el antiguo y profundo resentimiento antirromano de los alemanes y las nuevas consignas sobre el anticristo de la Babilonia romana, encendan las ganas de castigar a la rica y viciosa Roma. Carlos de Borbn cay ya al iniciarse el ataque a la ciudad eterna el 6 de mayo de 1527. Tanto ms feroz se hizo la mortandad y pillaje por parte de la soldadesca sin mandos. El saqueo de Roma fue el castigo de la Roma del Renacimiento. El papa se refugi en el castillo de Santngelo, pero hubo de entregarse el 5 de junio y, desde esa fecha, fue durante seis meses prisionero de las tropas imperiales, hasta que, el 6 de diciembre hubo de comprar su libertad al precio de importantes ciudades de los Estados de la Iglesia, la entrega de considerables sumas de dinero y la promesa de mantenerse neutral. Hasta octubre de 1528 se mantuvo lejos de la devastada y despoblada Roma. Entretanto, las tropas imperiales vencan en Italia del norte y en el reino de aples. El papa vio que el sol calentaba ms del lado del emperador. Cuando adems, se le asegur que el Csar no insista sobre el concilio y que haba otros medios de acabar con los protestantes, por ejemplo, un arbitraje de expertos o un coloquio religioso, se mostr propicio a la paz, que se concluy en Barcelona el 29 de junio de 1529. El emperador asegur la restauracin de los Medici en Florencia y la devolucin a los Estados de la Iglesia de ciudades como Ravena, Mdena y Reggio. Recibi, en cambio, de nuevo el feudo de aples, y poder para disponer de sus beneficios. El papa y el Csar concluyeron una alianza defensiva contra los turcos que avanzaban sobre Viena, y se obligaron a proceder de comn acuerdo contra los herejes. Como tambin se abra camino la paz con Francia que se concluy el 3 de agosto de 1529, la paz de Cambrai o paz de las damas entre Margarita de Parma y Luisa de Saboya, madre de Francisco i pudo Carlos v emprender su viaje a Italia, de muy atrs anunciado. En Bolonia se reuni con el papa el 5 de noviembre de 1529. Durante cuatro meses vivi puerta con puerta con l, y en coloquios a solas trat de ganarlo para la convocatoria de un concilio. Sin
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embargo, no logr vencer la desconfianza de Clemente vn y slo obtuvo una promesa condicional. El papa quera ver asegurada la paz y alejar la posibilidad de cismas; aqu se pensaba ante todo en Francia4. El 24 de febrero de 1530, su natalicio y aniversario de la batalla de Pava, reciba Carlos, en san Petronio de Bolonia, de manos del papa la corona imperial. La antigua unidad de papa y cesar pareca restablecida, y creada as de nuevo la condicin para la paz de la cristiandad. Pero esta coronacin la ltima que hara un papa era ms una conclusin que un comienzo. Una inteligencia real entre el emperador y el papa, que hubiera sido tan necesaria para rechazar a los turcos y vencer la escisin de la fe en Alemania, no se dio tampoco en el tiempo siguiente. Sus intereses dinsticos y el miedo al predominio del Csar en Italia, llevaron nuevamente a Clemente vn a un acercamiento a Francia, En octubre de 1533 se traslad a Marsella para casar a su sobrinanieta Catalina de Medici con Enrique de Orlens, hijo segundo del rey de Francia. Las conversaciones tenidas en esta ocasin con Francisco i, se mantuvieron secretas. Tanto ms hubieron de despertar la desconfianza del emperador. En los ltimos aos del pontificado cae tambin la fase decisiva del divorcio de Enrique vin de Inglaterra y, con l, de la separacin de la Iglesia de este pas. El 24 de marzo de 1534 pronunci el papa la sentencia que declaraba vlido el matrimonio del rey con Catalina de Aragn. La ruptura definitiva el acta de supremaca de 3 de noviembre de 1534 no la vivi ya el papa. Clemente vn muri el 25 de septiembre de 1534. Sin duda fue el ms funesto de los papas que se hayan sentado jams en la silla de Pedro (Ranke). Funesto sobre todo, porque no dio ningn paso decisivo para la renovacin de la Iglesia, ni quiso el concilio que debiera ya haberse celebrado mucho antes, y pens que la unidad de la Iglesia poda asegurarse por medios polticos y una hbil diplomacia.
XXI.
Asuntos de Pack: SCHOTTENLOHER, 40566a-91; J. K H N , Uber die Verantwortlichkeit an der Entstehung des polilischen Protestantismus: Festschr. W. GOETZ, Leipzig 1927; id., Landgraf Philipp von Hessen, Der politische Sinn der Packschen Handel: Festschr. E. BRANDENBURG, Leipzig 1928; K. DLFER, Die Packschen Handel, 2 t , Marburgo 1958. Dieta de Espira: Deutsche Reichstagsakten unter Kart V., vn, editadas por J. K H N , Stuttgart 1935; Die Appellation und Protestation der ev. Stande auj dem Reichstag zu Speier, ed. dirigida p o r J. N E Y (1906; reimpr. 1967); J. K H N , Die Gesch. des Speyrer Reichstages 1529, Leipzig 1929; J. BOEHMER, Protestan und protestatio, protestierende Obrigkeiten und protestantische Christen: A R G (1934) 1-22. Derecho de resistencia: cf. cap. 23.
Coloquio religioso de Marburgo: cf. cap. 14; H . H E P P E , Die fnfzehn Marburger Artikel vom 3. Oktober 1529, Kassel 2 1854 (facsmile); M. LENZ, Zwingli und Landgraf Philipp: Z K G 3 (1879) 28-62, 220-274, 429-463; id. (ed.), Briefwechsel Landgraf Philipps des Grossmutigen von Hessen mit Bucer, 3 t , Leipzig 1880, 1887, 1891; R. HAUSWIRTH, Landgraf Philipp von Hessen und Zwingli: Zwingliana 11 (1959-63) 499-552; H . VON SCHUBERT, Bekenntnisbildung und Religionspolitik '1529-30, Gotha 1910; id., Anfange ev. Bekenntnisbildung bis '1529-30, Leipzig 1928; W KoHLER, Das Marburger Religionsgesprch 1529. Versuch einer Rekonstruktion, Leipzig 1929; id., Zwingli und Luther n , Gtersloh 1953; E. BIZER, Studien zur Gesch. des Abendmahlsstreits im 16. Jh., Gtersloh 1940; H. KODITZ, Die Gesellschaftlichen Ursachen des Scheiterns des Marburger Religionsgesprchs 1529: Zschr. f. Geschichtswiss 2 (1954), 37-70: J. STAEDTKE, Eine neue Versin des sog. Utinger-Berichtes vom Marburger Religionsgesprch '1529: Zwingliana 10 (1954-58), 210-216; F . BSSER (ed. dir.), Beschreibung des Abendmahlstreites von Johannes Stumpf, Zurich 1960; H.W. NEUSER, Eine unbekannte Unionsformel Melanchthons vom Marburger Religionsgesprch: T h Z 21 (1955), 181-199; C H R . GESTRICH, Zwingli ais Theologe, Glaube und Geist beim Zurcher Reformator, Diss. Zurich 1966; S. HAUSAMMANN, Die Marburger Artikel-eine echte Konkordie?: Z K G 77 (1966), 288-321. Heinrich Bullinger: Obras: Reformationsgeschichte, ed. dirigida por
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La relorma protestante y principes alemanes B I B L I O G R A F A : SCHOTTENLOHER, 2049-2122; 45237-46; 52997-53032; C. PESTALOZZI, Heinrich Bullinger. Leben und ausgewahlte Schriften, Elberfeld 1858; A. BOUVIER, Heinrich Bullinger rformateur et conseiller oecumenique, Neuchatel 1940; F . BLANKE, Der junge Bullinger, Zurich 1942; W. HOLLWEG, Heinrich Bullingers Hausbuch, Neukirchen 1956; P. WALSER, Bullingers Lehre van der Pradestination, Zurich 1957; H. FAST, Heinrich Bullinger und die Taufer, Weierhof 1959; J. STAEDTKE, Die Theologie des jungen Bullinger, Zurich 1962 (Bibliografa hasta 1528 y L i t ) ; Glauben und Bekennen, 400 Jahre Confessio Helvtica Posterior, Zurich 1966.
burgo y Bamberg. Lutero y los telogos sentan escrpulos contra una guerra ofensiva por el evangelio y recalcaban el deber de las ciudades de obedecer al emperador. A todo esto, los documentos packianos resultaron una falsificacin, de forma que la expedicin guerrera se deshizo en sus comienzos. Sin embargo, Felipe de Hesse obtuvo de los obispos francos indemnizacin por los aprestos de guerra, y del arzobispo de Maguncia que renunciara a la jurisdiccin eclesistica sobre Hesse.
En la dieta de Espira de 1526 qued prcticamente suspendido el edicto de Worms. El emperador tena las manos atadas por la guerra de Italia, y Fernando estaba absorto por el peligro turco y por el pleito de Hungra, es decir, los restos del reino de su cuado, Luis n, cado en la batalla de Mohcs (1526). Los prncipes inclinados a la reforma, con Sajonia y Hesse a la cabeza, pudieron aprovechar este tiempo para organizar y afianzar en sus territorios la nueva Iglesia. Sin embargo, cundi en medida creciente un sentimiento de inseguridad. La mutua desconfianza se hizo ms honda. De ah que se buscaran aliados. Aqu despleg particular actividad Felipe de Hesse, poco escrupuloso en asuntos polticos. Su aspiracin era que el duque Ulrico de Wrttemberg retornase a su territorio y, tras deshacer la liga suava, ganar a las ciudades alemanas del sur para una alianza protestante. Una y otra cosa debilitara a los Habsburgo y dara a los partidarios de la reforma luterana la posibilidad de defenderse contra futuros edictos desfavorables de las dietas. Los planes de largo alcance de Felipe el magnnimo, unidos a los asuntos de Pack, hubieran ya casi conducido entonces a la guerra. Otto Pack, secretario del duque Jorge de Sajonia, comunic en febrero de 1528, a Felipe que el archiduque Fernando, el duque Jorge de Sajonia, el prncipe elector Joaqun de Brandenburgo y otros prncipes catlicos haban concluido con los obispos de Maguncia, Salzburgo, Wurzburgo y Bamberg una liga defensiva para desarraigar la hereja y quitar el poder a los prncipes de Sajonia y Hesse. Inmediatamente se ali Felipe de Hesse con el prncipe elector Juan de Sajonia, para una guerra preventiva y se puso en contacto con Francia, Dinamarca y Zapolya, rival de Fernando i en Hungra. Por de pronto deberan ocuparse los obispados de Wurz350
La dieta de Espira de 1529 Los planes de alianza recibieron pronto nuevo impulso por la dieta de Espira, que se abri el 15 de marzo de 1529. Carlos se haba reconciliado con el papa y la paz con Francia estaba para concluirse. As que el emperador poda pensar en poner concierto en la situacin del imperio. Al comienzo de las deliberaciones no estaba an sobre la mesa su proposicin. En cambio, las mociones presentadas por Fernando eran ms precisas y de mayor alcance 1 . El primer trmino, la ayuda contra los turcos. Pero tambin la cuestin religiosa se trataba enrgicamente. Bajo pena de proscripcin imperial se prohibira que nadie, por razn de la fe, se apoderara de autoridad y bienes, o forzara a abrazar otra fe. Se declara abolido el decreto de la dieta de 1526, pues habra dado lugar a malas inteligencias y arbitrariedades. La comisin consultiva agudiz an la propuesta. Sin embargo, podan subsistir las novedades; slo que la mira deba tolerarse dondequiera y prohibirse los sacramntanos y anabaptistas 2. Contra ello protestaron solemnemente el 19 y 20 de abril los estamentos luteranos, de donde les vino el nombre de protestantes 3 . Sin hacer caso de la protesta, el decreto de la dieta fue firmado el 22 de abril. En l se solicita del emperador proponga al papa la convocacin de un concilio general libre en territorio de la nacin alemana. El concilio ha de convocarse dentro de un ao en Metz, Colonia, Maguncia. Estrasburgo u otro lugar alemn, y a ms tardar
m. 2. 3. RTA vil, 1129-36. Dictamen de 15.4: RTA 1140-43. RTA vil, 1262-65, 1274-88
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A A I . Ld proieMd ue .cspiia
dentro de otro ao comenzar su trabajo, a fin de que la nacin alemana se una en la santa fe cristiana y se discuta la escisin pendiente 4. De lo contrario, habr de celebrarse una junta general de todos los estamentos de la nacin5, una especie de concilio nacional. All donde hasta ahora se ha cumplido, debe mantenerse en vigor el edicto de Worms. Donde se ha introducido la nueva doctrina y no puede desterrarse sin perturbacin, debe en adelante evitarse toda novedad. No deben sobre todo permitirse doctrinas y sectas que atacan el sacramento del cuerpo y sangre de Cristo, es decir, zuinglianos y baptistas, ni abolirse la misa. Ni siquiera en los lugares en que ha surgido y se mantiene la nueva doctrina, no debe prohibirse ni impedirse a nadie que oiga misa 6. Todos los anabaptistas y rebautizados en edad de razn deben ser llevados de la vida natural a la muerte por el fuego, la espada o modo semejante... sin que anteceda inquisicin por parte de los jueces eclesisticos 7. Finalmente se dice: Nosotros, prncipes electores, prncipes, prelados, condes y estamentos hemos unnimemente acordado y mutuamente nos hemos prometido en verdadera fidelidad que nadie de estamento espiritual o temporal violentar a otro por motivo de fe, no lo apremiar o har la guerra, ni tampoco lo privar de sus rentas, censos, diezmos o bienes 8. De la protesta de los estamentos luteranos no se tom oficialmente nota. De ah que, el 25 de abril, la hicieron constar en actas en forma ampliada como apelacin al emperador9. Ahora, 14 ciudades, con San Gal, entre otras, las ciudades imperiales de Estrasburgo, Nuremberg, Ulm y Constanza manifestaron su adhesin a la protesta de los prncipes. Junto con el prncipe elector de Sajorna y el langrave de Hesse, firmaron el duque Ernesto de Lneburgo, el margrave Jorge de Brandenburgo y el prncipe Wolfgang de Anhalt. En la protesta aparece claro el dilema en que se encerraba la cuestin religiosa. Se pide tolerancia, pero nadie est dispuesto a concederla; se protesta contra los decretos de la mayora en cuestiones de conciencia en materias de gloria de Dios y salvacin del alma, cada uno debe presentarse por s ante Dios
4. 6 8. RTA v n , 1299. RTA v n , 1143. RTA v n , 1301. 5 RTA v u , 1142. 7. RTA v n , 1299. 9. RTA v n , 1346-56.
y darle cuenta 10 , pero parece reconocerse la autoridad de un concilio universal. Se est persuadido de poseer la palabra de Dios sin gnero de duda pura, limpia, incontaminada y recta11. Por eso, conceder que la doctrina evanglica slo debe ser tolerada donde hasta ahora se ha introducido, significara negar no solo tcita, sino tambin pblicamente a nuestro seor Jesucristo y su santa palabra 12. El mero tolerar la misa significara dar un ments a las doctrinas de los predicadores evanglicos, que nosotros tenemos por cristianas y seguras. Es ms, aun cuando la misa papal no fuera contra Dios y su santa palabra, no se la debera mantener nunca ms 13. pues no es tolerable doble culto en un territorio, y conducira al hombre corriente, precisamente cuanto toma en serio la gloria de Dios, repugnancias, rebelda, indignacin y desgracia de toda laya. Aun cuando ni el emperador ni el rey Fernando estaban en condiciones de ejecutar el decreto de la dieta, los protestantes se vieron obligados a pensar en su propia defensa y buscarse aliados. Ya el da mismo del decreto del Reichstag, el electorado de Sajonia, Hesse, Nuremberg, Estrasburgo y Ulm concluyeron una alianza secreta defensiva contra eventuales ataques. Pero los planes de Felipe de Hesse iban ms lejos, y apuntaban a una alianza general para combatir a los Habsburgo. De acuerdo con parejo proyecto estaban las aspiraciones de Zuinglio de dilatar la ciudadana cristiana en una coalicin antihabsbrgica. Eran, en cambio, un obstculo las controversias sobre la cena, que eran tomadas muy en serio por los de Wittenberg. Para stos la confesin o credo era ms importante que la liga. Por su solemne gran confesin de la cena de Cristo (WA 26, 261-509), haba hecho Lutero patente la sima que lo separaba de Zuinglio, y por su polmica violenta y hasta difamatoria haba hecho difcil una inteligencia. Felipe de Hesse trat de mediar. En la dieta de Espira haba eyitado con xito que los luteranos no se separaban de las ciudades alemanas del sur que se inclinaban a la doctrina de Zuinglio. As pudieron stas adherirse a la protesta. El 22 de abril, cuando en Espira se celebr la liga de los protestantes y en Waldshut se firm la Unin cristiana entre los lugares catlicos de Suiza y Austria, escribe el langrave a Zuinglio
10. 12. RTA v n , 1277. Ibd. 11. RTA v n , 1280 13. RTA vil, 1281.
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que viniera a tener un coloquio con Lutero y Melanchthon, a fin de avenirse sobre el sacramento a base de la Escritura. Porque los papistas habran sacado ventajas para sus picardas (WA 10, 108s) de las desavenencias de los que abrazan la pura y limpia palabra de Dios. Sin embargo, el coloquio no se tuvo hasta octubre; pues, mientras Zuinglio acept el plan con entusiasmo (WA 10, 117s), en Wittenberg se ponan reparos polticos y teolgicos.
Doctrina de Zuinglio sobre la cena Ya en las conclusiones o tesis de la primera disputa de Zurich (29-1-1523), haba rechazado Zuinglio, en largos prrafos, el sacrificio de la misa apelando al ephapax de la carta a los Hebreos (Heb 7, 27). La misa significara una merma e injuria del sacrificio perfecto de Cristo. Sera slo recuerdo, de ste, y una seguridad de la redencin, que Cristo nos ha concedido (ZW 2, 119, 26). Zuinglio polemiza desde luego contra la negacin de la segunda especie; pero no le atribuye importancia alguna decisiva. Quien por ignorancia o por fuerza se contenta con la especie de pan, recibe tambin a Cristo. A la postre, no se necesita el sacramento, pues en la fe en Cristo se halla la salud, aunque a uno se lo prive de las dos especies l. La doctrina de la transustanciacin es para Zuinglio una especulacin de los telogos. Lo que los telogos han excogitado sobre la transformacin del pan y el vino, no me preocupa para nada (ZW 2, 144, 13s). Las palabras de Jn 6, 53-56 las entiende la fe, apelando a las otras de 6, 63: El Espritu es el que vivifica, la carne no vale para nada. Como su carne o cuerpo sufri por nosotros y como su sangre derramada nos redimi a los pobres de nosotros, no puede haber comida ms fuerte para el alma del hombre que el creer eso firmemente. Porque as su muerte y el derramamiento de su sangre se torna vida y alegra del alma (ZW 2, 142, 19-23). Si creemos que el cuerpo de Cristo fue muerto y su sangre derramada para redimirnos y reconciliarnos con Dios, nuestra alma es alimentada y abrevada con la carne y sangre de Cristo (ZW 2, 143, 15s).
14 ZW 2, 134, 18 Cf Lutero De cctptvvitate BabylomcaWA 6, 507, 15.
Zuinglio no pone en tela de juicio la presencia real; pero esi slo una ayuda para la fe de los simples. Para que el testamento les fuera ms fcilmente comprensible en su naturaleza dio Cristo a su cuerpo la forma de comida; as seran asegurados en la fe por medio de una accin visible. Pero, como la inmersin en el bautismo nada vale sin la fe, as nada vale tampoco el cuerpo de Cristo, si no confiamos enteramente en l como salud nuestra. Las palabras de la institucin no constituyen an problema para Zuinglio. Contra un desvergonzado predicador de monje, recalca: Esto es mi cuerpo. No es esto una clara, breve, cierta y expresa palabra de Dios? Cmo pudiera Dios haber hablado ms breve o ms propia y exactamente? (ZW 2, 154, 5ss). Qu puede decir ms claro que "esto es mi cuerpo"? (WA 2, 154, 21s). Dos aos ms tarde, en el comentario sobre la verdadera y falsa religin (1525), reprob el reformador en toda forma su confesin de la presencia real. Aun cuando a este cambio contribuy el curso de la reforma fuera de Zurich y los argumentos teolgicos para su nueva concepcin le vinieran a Zuinglio de fuera, esa concepcin estaba sin embargo, de todo en todo en la lnea de su pensamiento. En su espiritualismo de cuo humanstico, Zuinglio no entenda spiritualis como realidad espiritual dada en el espritu santo, sino como opuesto a corpreo y sensible. As no vea posibilidad alguna de una presencia espiritual sacramental en la misa del sacrificio de la cruz histricamente seero, sino slo la de un recuerdo o rememoracin, es decir, de una representacin en la memoria y conciencia de la comunidad. Espiritual y sensible se excluyen. Dios es espritu, y el que*a l quiera elevarse debe dar de mano a todo lo sensible. Las ceremonias tienen a lo sumo sentido como estmulo para los simples, como medio pedaggico en el arrabal de la verdadera religin. Slo el espritu puede hallar al espritu. El culto se cumple en espritu y en verdad (Jn 4, 24). Es indigno de Dios que tratemos de unirnos con l y hasta obrar sobre l por medios sensibles, y suponer, a la inversa, que l quiera comunicrsenos en signos sensibles. Con tales ideas cerramos en gran parte el acceso a la inteligencia de la encarnacin, del sacramento y, en no menor grado, de la palabra a que se ha ligado el espritu de Dios. 355
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Zuinglio cuenta que, ya antes de la aparicin de Karlstadt, haba l visto claro el carcter trpico (figurado) de las palabras de la institucin. Slo que no haba dado en qu palabra estaba el tropo15. Esto no lo vio hasta que dos piadosos y doctos varones Heine Rhode y Jorge Saganus le entregaron la carta del holands Cornelis Hoen. En ella hall la perla preciosa, de que est debe tomarse por signifcate (ZW 4, 560, 28). La conviccin que el abogado Cornelis Hoen, de La Haya, por la lectura del tratado sobre la eucarista de su paisano Wessel Gansfort (t 1489) de que la cpula est debe entenderse por signijicat, se la comunic en una carta al rector de escuela de Utrecht Heine Rhode. ste se fue con ella, en 1521, a Wittenberg, donde hall oposicin y repulsa. En cambio, encontr asenso en Ecolampadio y Zuinglio, a los que visit con Jorge Saganus en 1523152416. Zuinglio encontr en la carta de Hoen un esclarecimiento de su propia concepcin de la cena, y public annima, en 1525, esta obra para l tan importante. Entretanto, a fines da octubre o comienzos de noviembre de 1524, public Karlstadt en Basilea cinco tratados sobre la cena. Su forma ruda produjo repulsin. Como su fondo se pona en relacin con Zuinglio, temi ste por su prestigio. De ah que tratara de esclarecer a sus amigos y as, en noviembre de 1524, escribi una extensa carta sobre la cena al prroco de Reutling, Mateo Alber, prevenido en favor de Lutero1T. La carta se propag por de pronto manuscrita con ruego de mantenerla secreta, y no apareci impresa hasta marzo de 1525, cuando ya la conocan ms de 500 hermanos (ZW 4, 558, 23). As pudo ser conocida en el crculo de sus secuaces la distanciacin de Zuinglio respecto de Karlstadt, meses antes de que la posicin all contenida contra Lutero produjera inquietud en Wittenberg. Pero el juicio de Lutero sobre Zuinglio era ya firme a base de informaciones orales. Para Lutero, Zuinglio era un soador y sacramentario a estilo de Karlstadt. El zuriquense Zuinglio, con Len Jud, de Suiza,
15. Antwart auf den Brief des Joh. Bugenhagen (23-10-1525): ZW 4, 558-576, pagina 560, 21. 16. A. EEKHOF, De Avondmaahbnef van Cornelis Hoen (Faksimile), La Haya 1917; ZW 4, 512-519. Versin inglesa en H.A. OBERMAN, Forerunners of the Reformatton, Nueva York 1966, 268-278. 17. Ad Matthaeum Alberum de coena domim epstola. ZW 3, 335-354.
piensan lo mismo que Karlstadt; as se ha propagado este mal 18, escribe Lutero a 17 de noviembre de 1524. En el escrito: Contra los profetas celestes... (1525; WA 18, 62-125), no se nombra a Zuinglio, pero se le alude. Al mismo tiempo que la carta de Alber, apareci la gran obra sistemtica de Zuinglio De vera et falsa religione commentarius (ZW 3, 628-911), que, como posteriormente la Institutio de Calvino, est dedicada al rey Francisco i. El ms extenso con mucho de los 29 captulos trata sobre la eucarista. En l parte Zuinglio de Jn 6, y no del relato de la institucin. La fe es la comida de que tan encarecidamente trata Cristo en este captulo (ZW 3, 776, 30). Ella sacia y abreva al alma, de suerte que nada ms le falta. El que cree en Cristo, permanece en Dios. Cristo, pues, habla de comida espiritual (782, 16). Cuando l dice que la carne no vale para nada, la arrogancia humana no debe disputar sobre un comer y beber (782, 16ss). A la objecin de que por la carne de Cristo fuimos redimidos, responde Zuinglio: La carne de Cristo vale dondequiera para mucho y hasta para muchsimo; pero... la carne muerta, no la comida. Aqulla nos salv de la muerte, pero sta no vale para nada (ZW 3, 782, 30ss). La carne, fuente de nuestra salud eterna, est sentada, desde la ascensin, a la diestra del Padre en el cielo y no puede estar a par en el pan. Zuinglio no entiende palabra cuando se le dice que la presencia de Cristo y el comer su carne y beber su sangre se dan de manera especial, sacramental y no histrica; para l espiritual slo puede entenderse dentro de su esquema, irreductible, de cuerpo y espritu. Para Zuinglio no tiene sentido decir: Comemos la carne, verdadera y corprea de Cristo, pero de manera espiritual 19. Los que as hablan no ven que ser cuerpo y ser comido de manera espiritual no se compaginan, cuerpo y espritu se oponen entre s..., de ah que comer carne corprea de manera espiritual vale tanto como decir que el cuerpo es espritu (387, 6-13). La fe no se mueve en el orden de lo sensible y corpreo, con el que no tiene nada de comn (787, 19s). La absurda, necia y horrible opinin del comer corp18. W A Br 3, 373, 11; cf. carta de 19 7-1525 a Joh Hess: WA Br 3, 544, 3s. 19. ZW 3, 787, 5s; Zuinglio tiene aqu presentes argumentos del cardenal Cayetano. C'f. W. KOHLIR, Zwingli und Luther i, 161
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reo, que slo puede darse entre canbales, no puede apoyarse en el relato de la institucin (789). Tambin sta ha de entenderse a la luz de las palabras: La carne no vale para nada. Es decir: ste es mi cuerpo no debe entenderse o es imposible se entienda de la carne corprea o de un cuerpo sensiblemente perceptible (792, lOs). Pero el sentido simblico no ha de hallarse en el est, como pens Karlstadt, que no atac por el flanco, en que haba que alcanzar la victoria (817, 2). El hoc puede tambin referirse a un masculino, pais, y en ese caso no excluye tampoco la interpretacin catlica. Se trata del est. Y es as que, en ms de un pasaje de la sagrada Escritura, est est puesto por significai (795, lis). En resolucin, las palabras de la institucin han de entenderse as: Esto (es decir, lo que os ofrezco para que comis) es el smbolo de mi cuerpo que es entregado por vosotros, y lo que yo ahora hago, lo haris en adelante vosotros en memoria ma (798, 37s). Como la pascua juda, la cena es la gran fiesta de conmemoracin de la redencin20. No es, por ende, ms que un recuerdo. Los que firmemente creen que por la sangre y muerte de Cristo han sido reconciliados con el Padre, anuncian aqu esta muerte vivificante, es decir, la alaban, se felicitan por ella y la exaltan. Sigese de ah que quienes se renen para esta celebracin -o festividad, para recordar la muerte del Seor, es decir, para anunciarla, atestiguan por ese hecho que quieren ser miembros de ese cuerpo uno, que quieren ser un pan (807, 12-18). La cena no es memoria real en el sentido de que, por la accin de la Iglesia, repristine Cristo su sacrificio, sino recuerdo de algo que sigue siendo pasado: el sacrificio de la cruz y el sacramento, es decir, jura de la bandera, testimonio fehaciente de que se pertenece a Cristo y accin por la que la comunidad confiesa su fe. El primero de entre los de Wittenberg que se enfrent escueta y precisamente contra la doctrina de Zuinglio sobre la cena, fue Juan Bugenhagen, en agosto de 152721. Lutero se manifest por vez primera a mediados de 1526, en el prlogo a una traduccin del Syngramma de predicantes suavos (WA 19, 457-461). Seguidamente Lutero y Zuinglio se dispararon una serie de escritos polmicos. Lu20 Redempttoms commemoratw, festwitas <mt celebntas (803, 26s). 21. <.Contra errorem de sacramento corporxs et sangmms domtm nostri Jesu epstola- Chrtstt
tero comenz con el Sermn del sacramento del cuerpo y sangre de Cristo contra los espritus soadores (1526). Siguieron los otros dos escritos: Que estas palabras: Esto es mi cuerpo subsisten todava (1527), y La gran confesin de la cena (1528). Zuinglio se defendi con rnica Exegesis (1527), amistosa defensa sobre el sermn de Lutero contra los espritus soadores (1527). De que estas palabras: Esto es mi cuerpo tendrn eternamente el sentido antiguo (1527), y Sobre el libro de Lutero llamado Confesin (1528). En el curso de estas controversias se agudizaron los contrastes, Por aadidura, recprocas injurias envenenaron el ambiente. De ah que no fuera fcil la empresa de Felipe de Hessen al intentar que ambos reformadores se sentaran juntos a la mesa de negociacin. Y ms difcil haba de ser moverlos a una confesin comn. sta era mirada por los de Wittenberg como condicin previa de la liga.
El coloquio religioso de Marburgo El 1. de julio, hizo llegar Felipe de Hesse la invitacin oficial para el 30 de septiembre de 1529, en Marburgo, a Lutero y Melanchthon, a Zuinglio y Ecolampadio, a Andrs Osiander en Nuremberg y a Jacob Sturm. ste se traera a Butzer y a otro predicante de Estrasburgo; pero slo como espectadores. La disputa correra exclusivamente por cuenta de los dos suizos y los dos wittenbergenses. stos vinieron armados con una confesin de 17 artculos que abarcaba la fe entera. Para redactarlos se haba celebrado una reunin, por mandato del prncipe elector de Sajonia, a mediados de septiembre en Torgau. Por su uso posterior se llaman los artculos de Schwabach. Despus de un amistoso saludo el 30 de septiembre recibieron orden Lutero y Ecolampadio, Zuinglio y Melanchthon de celebrar sendos coloquios a solas. Al da siguiente, a las seis de la maana, comenzaba la discusin decisiva, en una habitacin particular, junto al cuarto de dormir del langrave, ante un auditorio selecto de 50-60 personas a lo sumo. Lutero quiso tomar el agua de ms arriba y propuso siete puntos en que divergan los suizos: la Trinidad, la doctrina de las dos naturalezas, el pecado original, el bautis359
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mo, la justificacin, la doctrina del oficio de la palabra y el purgatorio. Mientras no se estuviera de acuerdo en esos puntos, sera vano tratar del verdadero valor de la cena 22. Los suizos protestaron, pues el fin de la reunin era la cena. Lutero cedi, y escribi al comienzo con greda sobre la mesa las palabras: Esto es mi cuerpo y las cubri con el tapete de terciopelo. Con ello fijaba la tesis de la disputa y recalcaba que l rechazaba de todo en todo pruebas carnales, argumentos geomtricos, y peda sumisin a la palabra de la Escritura. El sbado y domingo (3-10) se debati de la maana a la noche. Melanchthon slo una vez intervino en el debate. Ecolampadio propuso los argumentos de la sagrada Escritura y de los padres, mientras Zuinglio trataba ms las cuestiones dogmticas. La presencia del langrave impuso moderacin en la disputa; pero no faltaron agudas explosiones. Lutero concede que hay en la Escritura expresiones figuradas y metforas, pero hay que probar en cada caso que se trata de figuras o metforas. Al aludir Cristo al espritu que vivifica, no quiso excluir un comer corporal, sino que quiso ensear a los cafarnaumitas que no es comido como se come el pan y la carne en un plato, o una tajada de tocino 23. Lutero se remite una y otra vez a la sagrada Escritura. Aquellas palabras: ste es mi cuerpo, me tienen cautivo. Quitadme de delante ese texto, y me doy por satisfecho. Si l me mandara comer estircol, lo hara, pues s suficientemente que me es saludable. El criado no debe cavilar sobre la voluntad de su amo. Hay que cerrar los ojos... Quitadme de delante el texto, y me doy por satisfecho 24. En cambio, el humanista Zuinglio, para quien carne y espritu son anttesis, recalca: Dios es verdad y luz y no nos lleva a las tinieblas. Por eso no dice: "Esto es mi cuerpo" esencial, real y carnalmente... El alma es espritu, el alma no come carne, el espritu come espritu2B. Lutero, por lo contrario, si Dios se lo propusiera, comera espiritualmente manzanas podridas. Porque dondequiera est la palabra de Dios, all se come espiritualmente. Pero esta comida espiritual no excluye la corporal, La boca recibe el cuerpo de Cristo, el alma cree en las palabras, por las que come al
22 W KOHLER, Das Marbitrger Reliqionsgespach 1529 tum, Leipzig 1929, 54; 8. 23 Ibid, 11 24 Ibid, 13 25 Ibid 15 Ve> atch cmer Rckonstmk-
cuerpo. Se trata slo de la eucarista y de los medios de gracia en general. Segn Zuinglio, lo sensible no puede procurar la gracia. Dios obra inmediatamente. No es lcito encerrarlo en cosas externas. Esto es vlido para los sacramentos y la palabra, pero no se para ante la humanidad de Cristo. Ecolampadio invita a Lutero a que no se pegue tanto a la humanidad y a la sangre de Cristo, sino que levante el pensamiento a la divinidad de Cristo. A lo que replica Lutero: Yo no conozco otro Dios que el Dios que se hizo hombre, y tampoco quiero tener otro 26. No se controvierte una verdad particular de fe, la estructura fundamental es distinta. Lutero se percat de ello y lo expres frente a Butzer: No se conciertan nuestro espritu y vuestro espritu, sino que es evidente que no tenemos un mismo espritu 2T. Tanto ms sorprendente resulta que se llegara, no obstante, a un amplio consenso. A instancias de Felipe de Hesse, el 4 de octubre compuso Lutero 15 artculos para una concordia. Sirvironle de modelo los artculos de Schwabach. Sin embargo, de la cena trat a lo ltimo. Zuinglio y Ecolampadio lograron algunos cambios ms que todo formales. Se consigui unanimidad sobre los primeros catorce puntos de estos artculos formulados en el fondo luteranamente, y sobre cinco puntos del quince. Contra la doctrina y prctica catlica hay acuerdo en pedir la cena bajo las dos especies y en rechazar el sacrificio de la misa; el sacramento del altar es el sacramento del cuerpo y sangre de Jesucristo; se tratara principalmente de una comida espiritual y la cena habra sido instituida para mover a la fe a las conciencias dbiles. Aunque por ahora, se dice al final, no nos hemos puesto de acuerdo sobre si el verdadero cuerpo y sangre de Cristo estn corpreamente en el pan y el vino, cada uno, sin embargo, debe mostrar al otro caridad cristiana, en cuanto la conciencia de cada uno lo puede siempre sufrir, y ambas partes pedir fervientemente a Dios todopoderoso que se digne confirmarnos por su espritu la recta inteligencia 28. Que Zuinglio firmara estos artculos de Marburgo, formulados en lo esencial luteranamente, se ha presentado como concesin por miramiento poltico. Probablemente cada bando interpret los artculos en su sentido y se enga a s mismo sobre la
26. Ibid, 27. 27 Ibid., 129. 28. BSLK 62.
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unanimidad. En la frase: sacramento del verdadero cuerpo y sangre, ponan los luteranos el nfasis en verdadero cuerpo; Zuinglio, en sacramento, que l entenda como mero signo29. Con ello, los artculos de Marburgo habran sido una falsa concordia en el sentido de que cada interlocutor slo firm lo que hasta entonces haba ya confesado, y supuso errneamente que el otro firmaba lo mismo que l 80. De ah que la desilusin no se hizo esperar. Pronto un bando ech en cara al otro haber faltado a la palabra, y se encendi de nuevo la polmica. Dos semanas escasas despus del coloquio de Marburgo, el 16 de octubre, la Sajonia electoral y Brandenburgo intentaban ganar, en Schwabach, para los artculos que por este encuentro se llamaron de Schwabach, a las ciudades alemanas del sur y a Hesse, y separarlas as de los suizos. El intento fracas tambin esta vez.
Muerte y sucesin de Zuinglio Zuinglio y Felipe de Hessen continuaron su poltica de alianzas antihabsbrgicas en Europa. El langrave se ali en 30 de julio con Zurich. El 18 de noviembre de 1530 se llev a efecto una inteligencia cristiana entre l y Zurich, Basilea y Estrasburgo, slo para defensa y salvacin, caso de ser atacados por causa de la palabra de Dios. Las tendencias protestantes de la hermana del rey de Francia, Margarita de Navarra, despertaron en Zuinglio la esperanza de ganar a Francia no slo para sus planes polticos, sino tambin para su fe. A comienzos del verano de 1531 compuso una segunda obra simblica: la Fidei exposiio, dedicada a Francisco i. Sin embargo, lo fatal para el reformador no fue su poltica de coalicin universal, sino la lucha interna suiza. El conflicto se encendi en los dominios comunes de cantones protestantes y catlicos, cuyos funcionarios alternaban segn turno convenido, y trataban alternativamente de imponer su respectiva confesin. El partido cesante se quejaba de coaccin de conciencia. Zuinglio vea
29. Su anotacin a esta proposicin es" iSacramentwm signum est veri corporis etc. Non est igvtur verum corpus. Citado segn S HAXTSAMMANN, Die Marburger Artiket - eine echte Konkordie' ZKG 77 (1966) 288-321, p 318 30. Ibid , 291
una violacin de la paz de Kappel en todo procedimiento de los cinco lugares catlicos contra uno protestante, pero no estaba dispuesto a conceder libertad a los catlicos en su propio territorio 31. Empujaba a la guerra. Esta vez la discordia religiosa vencera sobre los vnculos de comunidad nacional. Cierto que Zuinglio se qued an slo cuando en la dieta de 24 de abril de 1531 pidi la guerra. Como la ciudad siguiera apremiando, se la oblig a que, en lugar de guerra, se contentara con un bloqueo. El 28 de mayo se impuso un bloqueo de vveres a los cinco lugares catlicos, que se vieron forzados a importar trigo de Alsacia y del sur de Alemania. Para romper el anillo opresor se aprestaron a la defensa, y el 4 de octubre declararon la guerra. En Zurich fallaron los dirigentes. Cuando el 11 de octubre pasaron los cinco lugares al ataque, comenz a ponerse en marcha la movilizacin. En vez de 12000 slo salieron 700 a campaa. Por fin, 2500 zuriqueses se enfrentaron a un enemigo que contaba 8000 hombres. Zuinglio cay como soldado, el 11 de octubre de 1531, junto a Kappel, en una guerra que haba deseado apasionadamente. En la segunda paz de Kappel32, Zurich tuvo que renunciar a su poltica de alianzas extranjeras. Con ello quedaba asegurado en la Suiza alemana el avance de la reforma protestante. Para sucesor de Zuinglio en Zurich nombr el consejo de la ciudad, el 9 de diciembre de 1531, a Enrique Bullinger (15041575). El nuevo antistes y todos los prrocos deban limitarse en lo futuro a predicar la palabra de Dios, y no inmiscuirse en materias profanas o seculares. Bullinger nacido el 18 de julio de 1504, en Bremgarten, hijo del decano y prroco local slo contaba 27 aos cuando se hizo cargo de la herencia de Zuinglio. Logr superar con relativa rapidez la crisis y afirmar en Zurich la organizacin de la Iglesia. Cre el orden sinodal de Zurich (1532). Para tratos de unin con los alemanes, que se deshicieron, compuso la primera confesin helvtica (1536). En cambio, lleg con Calvino a un acuerdo en la cuestin de la cena (Consensus Tigurinus 1549; cf. cap. xxix). Con ello ayud al zuinglianismo, que no pudo imponer universalmente, por lo menos a que se uniera al calvinismo, que surga arrollador.
31 32. V V KOIUER, Huldtych Zwmgh, 248 Texto E WALDEK, Religionsvergteiche
des 16 Jh,
i, Berna
1960, 5-14
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Hecha la paz con Francia y el papa, tranquilizada hasta cierto punto Italia, el emperador Carlos v pudo pensar en arreglar la situacin alemana. Haba por restablecer la unidad de la fe y armar todas las fuerzas polticas para repeler al turco en el este. Bajo el influjo de elementos erasmianos, a cuya cabeza est su gran canciller Gattinara, estaba el emperador optimista respecto a una inteligencia con los estamentos protestantes, y, sobre todo, se prometa mucho del empleo personal de su dignidad y poder imperial. As se explica que la convocatoria de la dieta para el 8 de abril de 1530, que se hizo desde Bolonia antes an de la coronacin el 21 de enero, estaba redactada en lengua muy conciliadora y amistosa. No se toma el edicto de Worms por punto de partida, sino que se busca otro nuevo motivo de dilogo. La dieta ha de tomar medidas para rechazar el peligro turco. Adems deliberar sobre la manera de proceder en el asunto del error y discordia... en la santa fe y en la religin cristiana. Por amor de la unidad, es menester dar de mano a toda contienda, dejar al juicio de Dios pasados errores y esforzarse por or y comprender la opinin de los otros. Debe quedar liquidado lo que por ambas no haya sido expuesto ni tratado rectamente. Es menester que todos acepten y mantengan una religin nica y verdadera. Y como todos estn y militan bajo un solo 365
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Cristo, as tambin todos han de vivir en una sola comunidad y unidad de la Iglesia \ Entre los estamentos protestantes, el seor temporal de Lutero, Juan de Sajonia, por un lado, tomaba muy en serio la cuestin religiosa, y no estaba tampoco dispuesto a darse la mano con los protestantes de otro espritu, es decir con los zuinglianos; por otra parte, estaba dispuesto a reconciliarse con el emperador, pues esperaba de l la investidura de la dignidad de prncipe elector. De ah su empeo en presentar como inesenciales las divergencias de opinin y su fe en la posibilidad de lograr una avenencia en la cuestin religiosa por medio del emperador. El landgrave Felipe de Hesse pensaba mucho ms polticamente. De una dieta victoriosa tema el debilitamiento de su poltica antihabsbrgica, a cuyos fines subordinaba el movimiento protestante, en cuyo inters aspiraba a un arreglo de los contrastes de doctrina dentro del protestantismo y trabajaba por formar una liga contra el emperador. Por su gusto, se hubiera mantenido lejos de la dieta, pues tema la condenacin de los suizos. Por eso neg al emperador y a la dieta competencia en la cuestin religiosa y, por un recurso al concilio, esperaba ganar tiempo para sus planes \ El legado pontificio, Lorenzo Campeggio, lo mismo que el emperador, desestimaba la intransigencia de los estamentos protestantes. Campeggio tomaba por punto de partida el edicto de Worms, pero algo se prometa del intento de ganar a los prncipes o intimidar a las ciudades por medio de concesiones. Slo l contaba seriamente sin duda, pero slo como ultima ratio, con el empleo de la fuerza. La dieta se reuni mucho ms tarde de lo previsto. El tiempo que an quedaba, lo aprovecharon los de Wittenberg para formular su propio punto de vista en la cuestin religiosa, ora para estar apercibidos para un coloquio religioso, ora para proveerse de armas contra objeciones. As se lleg a la Confessio Augustana.
Gnesis de la confesin La redaccin de confesiones o profesiones de fe dentro del protestantismo tuvo, de una parte, su origen en las polmicas internas con los iluminados y zuinglianos y, de otra, en la necesidad de afirmarse a s mismo frente al gobierno imperial que apremiaba la ejecucin del edicto de Worms. Ya en su gran obra contra Zuinglio: De (a cena de Cristo del ao 1528, haba insertado Lutero una confesin, que comienza as: Como veo que la rebelin y el error van en aumento y no ceja la locura y furia de Satans; a fin de que en lo futuro, ni en mi vida ni despus de mi muerte, nadie se sirva de m ni alegue falsamente mis escritos para apoyar su error, como ya han comenzado a hacerlo los soadores del sacramento y del bautismo, quiero confesar con este escrito, ante Dios y todo el mundo, mi fe punto por punto... (WA 26, 499). En el artculo 2 de esta confesin ampla Lutero la doctrina sobre el pecado, la redencin, justificacin y perfeccin cristiana; en el 3 trata extensamente la doctrina sobre la Iglesia y los sacramentos y condena vivamente los abusos de los iluminados y papistas. Pasan, pues, a segundo trmino los 17 artculos de Schwabach, que son la primera confesin en que se avinieron un grupo de luteranos el electorado de Sajonia, Brandenburgo-Ansbach y Nuremberg el 16 de octubre de 1529 en Schwabach de Franconia y que propusieron a los enviados de las ciudades alemanas del sur. En ella fracas la alianza de los sacramntanos alemanes del sur. Estos artculos eran mirados por los de Wittenberg y Sajonia como su credo. Poco despus de la apertura de la dieta de Augsburgo aparecieron all impresos y, junto con los de Torgau, sirvieron de base, por sus temas y estructura, a la confesin de Augsburgo. Estaban principalmente dirigidos contra los zuinglianos y as lo entendieron stos. Jacob Sturm (1489-1553), de Estrasburgo, escriba a Zuinglio a 31 de mayo de 1539: Mand tambin los artculos que ya antes intent Lutero que tragsemos (CR 97, 602, 8). Para preparar la dieta de Augsburgo, el prncipe elector Juan de Sajonia mand llamar a su lado, en Torgau, a 14 de marzo de 1530, a los telogos wittenbergenses. Aqu se discuti, el 27 de marzo, un dictamen que ha pasado a la historia como artculo de Tor367
1. K.E. FORSTEMANN, Urkundenbuch su der Geschtchte des Reichstages su %m Jahre 1530, i (1833), reimpr. Osnabruck 1966, 7s 2. Cf. la instruccin i, 1, p 326s> para los enviados de Hesse: forschungen,
Augusburg und
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gau y que los telogos se llevaron consigo a Augsburgo como material de trabajo. Dado el empeo de demostrar al emperador la pureza de los usos eclesisticos en Sajonia electoral, se tratan menos las doctrinas de fe que las ceremonias controvertidas. Porque ahora la discordia versa principalmente sobre algunos abusos que se han introducido por enseanzas y ordenaciones de los hombres 3 En Augsburgo se encontraron los luteranos ante dos frentes y, consiguientemente, ante doble tarea. Por un lado, tenan que rechazar a los iluminados y a Zuinglio o distanciarse de ellos; por otro, haba que convencer al emperador que no defendan otra cosa que la antigua doctrina de la Iglesia catlica, pura y tal como la haban transmitido los padres; que ellos no tenan nada que ver con baptistas y sacramentarios y reconocan la autoridad. Estas dos tendencias subyacen en la confesin de Augsburgo. Tambin los representantes de la antigua fe se haban preparado para la lucha en la dieta de Augsburgo. Probablemente a la invitacin de los duques de Baviera a la universidad de Ingolstadt, puso Juan Eck manos a la labor de presentar al emperador una lista de errores de los protestantes: luteranos, zuinglianos e iluminados. Sin ms elaboracin, cuenta Eck 404 artculos para la dieta de Augsburgo En ella aduce la bula Exsurge Domine (artculos 1-41), las conclusiones de las disputas de Leipzig (42-54) y de Badn (55-64) y otras herejas reunidas propiamente para la dieta. Se tratara slo de una seleccin de 3000 proposiciones herticas que tenan delante El tema de Eck era desenmascarar como herejes d los protestantes. La cuestin es saber hasta qu punto se preocup de la necesaria y, a la postre, saludable claridad frente a la amplia confusin doctrinal reinante, si no fijaba as al adversario en el error y cerraba el camino a una inteligencia. En todo caso, desmenuzar la verdad en proposiciones sueltas y emplearlas como en un proceso criminal como argumentos contra el adversario sin miramiento al contexto y a la intencin del otro, no era mtodo adecuado a la causa. A su llegada a Augsburgo, se encontr Melanchthon con los 404 artculos de Eck y se dio cuenta de la necesidad de formar una confesin nica con el material que se trajo consigo sobre doctrina y ceremonias. Elabor, pues, los artculos doctrinales de Schwa3 K E FORSTEMUN, Urkwndenbuch, Gotha 1896, 128 i, 69, T H KOI.DE, DXC Augsburger Konfet,sion,
bach y los de Torgau sobre las ceremonias para formar un escrito de defensa, redactados por de pronto en nombre de Sajonia electoral. En el principado electoral de Sajonia se ensea unnimemente, comienza el artculo 1 en la versin de fines de mayo*. El esquema fue enviado a Lutero el 11 de mayo para su examen. Como proscrito no haba podido presentarse a la dieta y se haba quedado en la fortaleza de Coburgo. El 15 de mayo dio su asentimiento al esquema. No sabra qu corregir en l, y tampoco dira bien, pues yo no puedo andar tan suave y mansamente (leise treten) (WA Br 5, 319, 7), escriba a Juan de Sajonia. La cuestin es si, en esta ocasin, con leise (reten, critica ya Lutero una falsificacin o aguachinamiento de la intencin reformatoria por obra de Melanchthon, o slo quiere poner de relieve, como otras muchas veces5, el estilo amable y complaciente de ste. En todo caso, ante el hecho de que su seor temporal esperaba una unin en Augsburgo, no hubiera podido permitirse lenguaje ms vivo. Tambin se mostr por de pronto totalmente positivo frente a la Confessio Augustana6. Su crtica posterior no se refiere desde luego a la doctrina de la justificacin y a otros artculos centrales de la fe; pero Lutero da un ments a la falsa proposicin 7 de Melanchthon al final de la primera parte: Tota dissensio est de paucis quibusdam abusibus, cuando a 21 de julio de 1530 escribe a Justo Joas que la Confessio Augustana disimula los artculos sobre el purgatorio, el culto de los santos y, sobre todo, acerca del papa como anticristo. Tambin aqu habla de .leise treten (andar suave)8. La Confessio Augustana comprende 28 artculos y se divide en dos partes: Ja primera (art. 1-21) trata de los articuli fidei praeeipui; la segunda, de los abusos posteriormente introducidos, que han sido desterrados, y de las instituciones introducidas en su lugar, como la
4 T u KOLDE (ed d i r ) , Die atteste Redaktum der Augsburger Konfessum mit Me la/nchthons EmleiPung, Gutersloh 1906, 11 5 Cf WA 30, I I , 68, WA, Tr 3, 460, n 3619 6 El 3 de julio de 1530 placet vehementer (WA 5, 435 4 ) , el 6 de julio publice est praedxcatus confessione pulchemma (bid, 442, 14), el 9 de julio gloriosa confessione dcclamatus est (ibid , 458, 13) Si el 29 de junio escribe Pro mea persona plus satis cessum est m uta Apologa (bid , 405, 19), esto hay que entenderlo como respuesta a la pregunta de Melanchton sobre lo que aun habra que conceder al adversario
7. H BORNKAMM RGG i, 735
8. Scilicet Satn adhuc wvit, et bene senstf Apologiam vestram leise treten et dissi muasst artculos de purgatorio, de sanctorum cultu, et mxime de antichristo Papa (WA Br 5, 496, 1-3).
ia
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La reforma protestante y
comunin bajo las dos especies (22), el matrimonio de los sacerdotes (23), la misa (24), la confesin (25), las prescripciones sobre comidas (26), los votos monsticos (27) y la autoridad de los obispos (28). Otros abusos, como las indulgencias, las peregrinaciones y el abuso de la excomunin, slo se mencionan al final. Se insiste en que, para la unidad de la Iglesia, bastara estar de acuerdo en los puntos centrales de la doctrina del evangelio, tal como se confiesan en la primera parte. En los usos eclesisticos de que se trata en la segunda parte, pudiera reinar variedad. Por consideraciones diplomticas y por autntica preocupacin por la unidad de la Iglesia; Melanchthon se impuso gran reserva frente al bando de la antigua Iglesia. Tanto ms precisamente traz las fronteras hacia la izquierda frente a suizos e iluminados. As que las ciudades alemanas del sur: Estrasburgo, Constanza, Lindau y Memmingen, se vieron obligadas por razn de la controvertida doctrina sobre la cena, a presentar, el 9 de julio, su propia confesin, la Tetrapolitana. Zuinglio no acudi a Augsburgo, pero envi all su credo, la Fidei ratio ad Caroium imperatorem. El 8 de julio fue entregada al cesar. El curso de la dieta Hasta el 15 de junio de 1530 el emperador no vino a Augsburgo. Anteriormente Juan de Sajonia se haba preocupado, por medio de negociaciones privadas en ausencia de Felipe de Hesse, de llegar a un acuerdo con el emperador sobre la cuestin religiosa. l le haba enviado a Innsbruck no pocos legados y le haba anunciado all su propia visita, sin embargo tropez con la negativa y obtuvo adems una desaprobacin, porque en Augsburgo haba permitido a sus prrocos predicar la doctrina luterana. Este desaire del emperador movi a los prncipes de la corte a ocuparse cada vez ms de un comn reconocimiento de los protestantes. Ya el da de la entrada solemne en Augsburgo9 hubo tensiones,
9. Cf. la descripcin en VALENTN VON TETLEBEN, PratokM ges, ed. dirigida por H. GRUNDMANN, Gotinga 1958, 59ss. des Augsburger Reichsta-
pues el emperador quera que los prncipes protestantes tomaran parte, al da siguiente, en la procesin del corpus, y prohibi la predicacin evanglica. Los prncipes no asistieron a la procesin. En la cuestin de la predicacin se lleg a un compromiso, y fue en absoluto prohibida, a fin de que no se turbaran desde el pulpito las negociaciones. Por ambos lados haba deseo de entenderse. Ya antes de la apertura de la dieta, el 20 de junio, hubo coloquios entre Melanchthon y el secretario imperial Alfonso de Valds 10. En ellos dio a entender Melanchthon que la causa luterana no era tan desvariada como se haba hecho entender al emperador; la disensin se reduca a la comunin bajo las dos especies, el matrimonio de los sacerdotes y la misa privada (CR n, 122). A los esfuerzos por una inteligencia o arreglo no se sustrajo tampoco el legado pontificio Campeggio. Todava en su informe de 26 de junio parece confiar en las negociaciones de unin. Al cliz de los laicos, al matrimonio de los sacerdotes y a la modificacin del canon de la misa aade el concilio como peticin de los protestantes. stos, por su parte, estaban pronto a ceder en la cuestin del purgatorio, la jurisdiccin episcopal y en muchas otras11. La disposicin para la paz hall tambin expresin en la asistencia de los protestantes a la misa de apertura el 20 de junio. Respecto al orden del da impusieron la modificacin de que la cuestin religiosa se tratara antes que la ayuda contra los turcos. Pero no lograron que tambin los catlicos propusieran por escrito su punto de vista. Los catlicos no queran que se les impusiera d papel de un partido religioso, y ayudar a que la dieta se hiciera algo as como un concilio nacional. Propusieron, en cambio, el nombramiento de una comisin de 12 prncipes, eclesisticos y seculares, que recibiera la confesin de los protestantes e informara al emperador. A ste, como a bailo y supremo protector de la fe cristiana, se le quera dejar la decisin postrera. Preocupados por que la clara mayora catlica despachara por votacin su confesin, surgi el plan entre los protestantes de que la Confessio fuera pblicamente leda. Entretanto, se haban adherido otros estamentos protestantes a
10. G. MLLER, Um die Emheit der Kirche. Zu den Verhandlungen ber den Leenkllch wilhrend des Augsburger Reichstages 1530: Reformata Reformanda, i, 395ss. 11. NBD 1. Parte 1. ErgBd 1530-31, ed. dirigida por G. MLLER, Tubinga 1963, 70.
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-JA UlGld UC n . U g 5 U U I g U
la confesin. Junto a Juan de Sajonia, la suscribieron el margrave Jorge de Brandenburgo-Ansbach, los duques Ernesto y Francisco de Brunswisk-Luneburgo, el prncipe Wolfgang de Anhalt, las ciudades imperiales de Nuremberg y Reutlingen y, finalmente, el landgrave Felipe de Hesse. ste no logr la modificacin del artculo sobre la cena en el sentido de Zuinglio; pero impuso que el prlogo redactado por Melanchthon como apelacin a la buena voluntad del cesar fuera sustituido por otro de Bruck, canciller del prncipe elector de Sajonia. En l se destaca ms fuertemente el punto de vista jurdico y, para el caso de fallar la unin, se renueva la apelacin a un concilio expresada en 1529 en Espira. El 25 de junio fue ledo el texto alemn por el canciller sajn Cristian Beyer. Mientras los telogos catlicos se disponan a rebatir la Confessio Augustana, continuaba Melanchthon el camino de las negociaciones. El 4 de julio conjuraba a Campeggio que concediera la paz a los protestantes. No haba, segn l, motivo alguno para el empleo de la violencia. No tenemos ningn dogma que se aparte de la Iglesia romana... Estamos dispuestos a obedecer a la Iglesia romana, con tal de que, con aquella benignidad que ha usado con todos los pueblos, disimule o tolere pequeneces que, aunque quisiramos, no podramos ya cambiar... Adems veneramos con el mayor acatamiento la autoridad del romano pontfice y el gobierno universal de la Iglesia (CR 2, 170). En esta famosa carta se ha visto una negacin del evangelio12. En todo caso demuestra la generosa voluntad de paz de Melanchthon. Retrospectivamente hay que decir que no dio importancia a las diferencias dogmticas. Sea como fuere, Campeggio acept la intervencin y, a 5 de julio, mand llamar a Melanchthon. En un dictamen que le fue pedido, slo aboga ya por el cliz de los laicos y el matrimonio de los clrigos, quiere que se mantengan las misas pblicas y espera que, tras el restablecimiento de la autoridad episcopal, se podrn arreglar las restantes cuestiones13. En carta de 7 de julio a Campeggio o a su secretario va tan lejos la condescendencia de Melanchthon que ya slo pide se tolere el cliz de los laicos y el matrimonio de los sacerdotes hasta el concilio, y muestra en lontananza la eliminacin de las dificultades respecto de la misa y la restauracin de la autoridad
12 13 JOM VON WALTEE, Der Reichstag zu Augsburg LuJ 12 (1930) 68 CR 2, 246ss, segn G MULLER, l e . 402, nota 5 no de 4 8, sino de 5 7 1530
episcopal. Sin embargo, entretanto haba el legado visto sin duda el primer esbozo de la Confutatio, en que se ponan en claro las hondas diferencias doctrinales. Ahora rechaz nuevas negociaciones aparte, pues las cuestiones afectaban a la nacin y hasta a la cristiandad entera. Confutatio Dada la tendencia de la Confessio Augustana a relegar a segundo trmino las discrepancias doctrinales, se planteaba para la respuesta catlica la cuestin de si slo haban de tratarse las cuestiones discutidas en la confesin de los protestantes o si habran de examinarse otros escritos reformistas, mentar todos los puntos en litigio y demostrar su carcter hertico por medio de una razonada exposicin de la doctrina catlica. En contraste con el cesar, el legado Campeggio estaba por esta ltima concepcin. El cesar nombr una comisin de 20 telogos con Eck, Cocleo y Fabri. La comisin trabajaba con lentitud. As se encomend a Eck la tarea de redactar una respuesta catlica, pues poda echar mano a su Enchiridion, a sus 404 artculos y a otras obras propias. La primera redaccin, rpidamente acabada, fue discutida en la comisin de telogos, aprobada por el legado y, a 12 de julio de 1530, presentada al emperador como Catholica et quasi extemporalis Responsio (351 hojas). El emperador la rechaz por demasiado larga y polmica. Cocleo y el coloniense Amoldo Haldrein trataron de satisfacer la imperial intencin por la Brevis ad singula puncta Confessionis... responsio. Sin embargo, a 22 de julio, dio orden el emperador de que se redactara una Confutatio, que haba de salir en su nombre. As la Catholica responsio fue reducida por Eck a un tercio, se suaviz su tono y se limit en el contenido a lo propuesto y expuesto en la Confessio Augustana. Tras reiterado examen, abreviacin, complementos y correcciones, fue leda en alemn, el 3 de agosto, ante los estamentos del imperio14, pero no fue puesta en manos de los protestantes. Del dictamen de los telogos vino a resultar una toma de posicin del cesar, sostenida por prncipes electores, prncipes y ciudades. De ah lo equvoco de la designacin responsio ponti14. Texto lat y alemn CR 27, 81 228, T H KOLBE, Die Auffsb Konfession 140 169,
Mlrbt,..
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fictas La Confutara se esfuerza en argumentar a base de la sagrada Escritura, y da lugar a una critica justificada. En s misma es un documento importante del dilogo confesional, pero no una respuesta completa a las cuestiones disputadas, pues la Confessio Augustana no era expresin plena de la concepcin protestante. Adems, su efecto estaba de antemano puesto en cuarentena, pues las ganas de entenderse, sobre todo por parte de los prncipes, no eran tan grandes como lo aparentaban sus aseveraciones, y la posibilidad efectiva de paz era ms escasa de lo que se imaginaba el emperador. Con la Confutado dio por rebatida la Confessio Augustana y esperaba la sumisin sin ms debates. Al declarar ahora los protestantes que no se sentan convencidos por la Confutatio, haba fracasado el intento de aclarar la cuestin religiosa por medio de un arbitraje imperial. La amenaza al fin de la Confutatio de que, caso de repulsa por parte de los protestantes, hara el emperador Uso de su oficio como bailo y protector de la Iglesia, apenas si caba ser llevada a ejecutacin. El peligro de los turcos vedaba todo empleo de la fuerza. La perspectiva de resolver el pleito religioso por medio de un concilio, era ahora ms escasa que nunca. La carta en que Carlos v, a 14 de julio peda al papa, con referencia a las conversaciones de Bolonia, la pronta convocacin de un concilio general, fue contestada, a 31 de julio, por Clemente vn con un s tan enclausulado que equivala a un no. La curia pareca estar antes dispuesta a hacer concesiones a los protestantes que a convocar el tan temido concilio. En estas circunstancias aprob, no obstante, el emperador nuevas negociaciones de arreglo. stas tuvieron lugar, del 16 al 21 de agosto, en una comisin de catorce miembros, a la que cada bando envi dos prncipes, dos canonistas y tres telogos. Precisamente en la cuestin del cliz de los laicos, en que hasta entonces se haba tenido por fcil una avenencia, se estancaron las negociaciones. Los protestantes no se daban ya por contentos con la mera tolerancia del cliz de los laicos y el matrimonio de los sacerdotes. Adems, aunque aparecan en primer trmino los argumentos teolgicos, no eran ya, ni mucho menos, decisivos. Factores extrateolgicos, sobre todo intereses polticos se hacan sentir fuertemente. As, los estamentos protestantes estn en muchos puntos menos dispuestos a entenderse, que los telogos. Sealadamente
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las ciudades imperiales se opusieron resueltamente a la restauracin ds la jurisdiccin episcopal que para ellas iba unida de la manera ms estrecha con la restitucin de los bienes de la Iglesia. Nos atraemos, escribe Melanchthon, a 29 de agosto de 1530, a Lutero, fuerte crtica por parte de los nuestros porque devolvemos la jurisdiccin a los obispos. Porque la plebe, que est acostumbrada a la libertad y ha sacudido el yugo de los obispos, no tiene ganas de que se le imponga de nuevo aquella carga, y sobre todo las ciudades imperiales aborrecen aquel dominio. De doctrina y religin no se les da un ardite; lo que apetecen es dominio y libertad ". Ni siquiera una comisin reducida a seis miembros un jurista y dos telogos de cada lado logr su fin. El 30 de agosto se disolvi sin haber llegado a un acuerdo sobre el cliz de los laicos, el canon de la misa, el matrimonio de los sacerdotes, los votos monsticos y los bienes de la Iglesia. Con ellos las negociaciones se estrellaron en los abusos. Ciertamente, stos tenan un fondo mucho ms profundo sobre todo en la doctrina sobre la Iglesia Llaman abusos a lo que no es (slo) abuso1B, escribe Juan Codeo en su juicio sobre la Confessio Augustana. Pero esto no quita nada al hecho de que se lleg a un consenso en los artculos doctrinales " . Tanto ms trgico es que no fuera esta unanimidad, sino el efectivo fracaso de las negociaciones el que determin la ulterior evolucin. Y fue as que en las controversias de los aos siguientes no se parti del acuerdo ya logrado, sino que por ambos lados se volvi A la polmica de 1517-1525. El 22 de septiembre fue presentado a los estamentos el esquema del edicto de la dieta en lo que ataa a las cuestiones religiosas M. Los protestantes lo rechazaron y contra la afirmacin de que la Confessio Augustana haba sido rebatida por la sagrada Escritura,
15. CR 2, 328; cf. las cartas a Veit Dietrich (CR 2, 328) y a Joacbim Camerarius (CR 2, 329 y 324-). Lo que movi a Melanchton a defender la jurisdiccin de los obispos no fue condescendencia, sino preocupacin por una horribilis confusw dogmatum et infinita Ecclesiarum dissipatio. As todava en octubre, tras el fracaso de las negociaciones, escriba: Episcopos praestare convemt, ut propagetur ad posteros pura Evangel doctrina, has praecipue postulatur ab isto ordme (CR 2, 433). 16. Summarium der kaiserhchen Antwort auff nechstgehalten Reichstaff, Dresden 1531, reimpresa en E.J. CYPHIAJ, Historia der Augspurgischen Confession, Gotha 1730, 196-201. Cita de p. 199. 17. Cf. el informe de J. Eck a L. Campeggo de 22 a 23-8-1530 en G. M L I J , Joh. Bck und die CA: QFIAB 38 (1958) 239. 18. K.E. FOSSTEMANN, Urkwndenbuch, n , 474-+81.
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trataron de entregarle al emperador la Apologa, redactada entretanto por Melanchthon. El cesar no la quiso1 recibir. Al da siguiente, el prncipe elector de Sajonia abandon Augsburgo y poco a poco siguieron su ejemplo muchos estamentos protestantes. As, lo mismo que en Worms, el edicto de la dieta de Augsburgo19 de 19 de noviembre se publicaba en ausencia de la mayor parte de los estamentos evanglicos: Para mantener la paz y unidad en bien del imperio, se da a los secuaces de la Confessio Augustana respecto de los artculos en desacuerdo plazo de reflexionar hasta el 15 de abril de 1531 ( 1). Pero hasta entonces no podrn introducir ms novedades ni impedir el ejercicio de la antigua fe ( 3). Deben seguir procediendo contra los sacramentarios y anabaptistas ( 4). Dentro de seis meses debe convocarse un concilio cristiano general para la reforma cristiana y un ao despus celebrarse ( 5). Los bienes de monasterios e iglesias enajenados a la fuerza deben ser devueltos. El emperador como supremo bailo de la cristiandad y los obedientes prncipes electores, prncipes y estamentos estn resueltos a ejecutar el edicto de Worms, y no permiten que, antes de la decisin del concilio general, se haga modificacin alguna ( 10). La antigua organizacin eclesistica se pone bajo la proteccin de la paz regional ( 65) y contra los inobedientes proceder la cmara judicial del imperio reorganizada entonces en Augsburgo ( 67). Con ello corran peligro' los protestantes de ser demandados en juicio como perturbadores de la paz. Sin embargo, ya la concesin de la moratoria de medio ao demuestra lo poco viable de las de suyo duras disposiciones del edicto. Apologa La Confutado fue leda el 3 de agosto de 1530 a los protestantes, pero no les fue entregada. As, cuando, al fracasar las negociaciones de arreglo, se dispuso Melanchthon a redactar una rplica, slo pudo apoyarse en su memoria y en notas. El canciller sajn Brck intent, en balde, entregar al emperador, el 22 de septiembre, la Apologa de la confesin de Augsburgo, as nacida. La repulsa imperial dio ocasin a Melanchthon a reelaborar y ampliar
29. E A. KOCH, Nene und vollsthndigere fort 1797, I I , 306-332 Savnmiung der Reichstagsabichiede, Franc-
a fondo su escrito. Por va indirecta, de Nuremberg (CR 2, 415), logr al fin hacerse con una copia de la Confutado y pudo aprovecharla para la redaccin ampliada de la Apologa, que apareci impresa en abril-mayo de 1531. Una traduccin o, por mejor decir, una reelaboracin libre en alemn fue acabada por Justus Joas en otoo del mismo ao. La Apologa fue por de pronto un escrito privado de Melanchthon. Slo al ser firmada en Esmalcalda el ao 1537 pas a ser escrito simblico a par de la Confessio Augustana. Con ms precisin que sta, pone la Apologa de relieve las diferencias doctrinales. Casi un tercio de todo el volumen lo ocupa el artculo 4 sobre la justificacin. Esta importante monografa sobre la doctrina protestante de la justificacin (H. Bornkamm) favoreci la inteligencia unilateralmente forense de la justificacin como mera sentencia judicial. Cierto que tambin se dice que la justificacin significa regeneracin y nueva vida20, nos da el Espritu Santo21 y nos hace hijos de Dios y coherederos de Cristo22. Pero lo decisivo para la ulterior evolucin y doctrina de la justificacin de la ortodoxia luterana no fueron estas afirmaciones, sino otras que hablan de una declaracin forense, meramente imputativa de justicia23. La afirmacin de Melanchthon en la Apologa de que la justificacin significa tambin "hacer justo", es demasiado singular; y slo tuvo consecuencias insuficientes en el conjunto del mensaje reformista. Psicolgicamente y por la situacin de la polmica podemos comprender que se rechazara la doctrina catlica de las obras. Pero no se hubiera podido rechazar sin confesar la idea de galardn que es bblica y haberle asignado su recto puesto 2i. Ms fatal fue que Melanchthon, en vez de tomar a los autores de la Confutado por sus reales interlocutores y discutir su doctrina de la justificacin, arremete contra los Scholastici, que no existan ya en 1530, e impugna doctrinas que fueron defendidas por los nominalistas de la tarda edad media, pero no por los telogos catlicos contemporneos25.
20. iv, 64, 65 116, 125, 132. 21. iv, 116, 132 22. iv, 195 23. iv, 307, 72, 252. C. F . LOOFS ThStK 57, i, (1884) 613-688 y la biW. indicada en BSLK 158, nota 2; H. FAGERBERG, Dxe Theologie der lutherischen Bekenntmsschrifte-n vm 1529-1537, Gotinga 1965, 156-161. 24. H. ASMDSSEN, Warum noch luthensthe Kirche?, Stuttgart 1949, 80. 25. Cf. iv, 9, 17, 27, 63, 79, 81, 162, 289 et passvm
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i^a. x t i i / i u i a
La Confutatio haba condenado expresamente la doctrina de que el hombre pueda, por sus propias fuerzas, sin la gracia, merecer la vida eterna, y recalca que toda buena ddiva y todo don perfecto viene de arriba (Sant 1, 17) y toda nuestra suficiencia, de Dios es (2 Cor 3, 5). Sin embargo, la Apologa no parti de ah ni del amplio acuerdo a que se lleg en Augsburgo respecto de la doctrina sobre la justificacin.
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Derecho a la resistencia Con la federacin o ligas para la defensa armada se agudiz la cuestin del derecho a la resistencia. En octubre de 1530 se discuti en Torgau el tema entre los telogos bajo la direccin de Lutero y los juristas consejeros del prncipe elector de Sajonia. Hasta entonces Lutero slo haba permitido lo mismo a prncipes que a personas particulares la resistencia o inobediencia pasiva. En una guerra de religin contra los estamentos evanglicos podan y hasta deban negar al emperador el servicio de las armas*. Ahora el reformador se abra a los argumentos de los juristas que concedan a los estamentos del imperio el derecho a la defensa armada en caso de que el emperador violara la constitucin. No es asunto de los telogos, dictar a los juristas la interpretacin del derecho natural, pues la doctrina del evangelio no va contra el derecho civil o profano (WA Br 5, 662, 7). Pero en este caso, el prncipe obra como persona poltica, no como cristiano, escribe Lutero en enero de 1531 a Nuremberg, donde, bajo la direccin de Lzaro Spengler, se segua poniendo en duda el derecho de resistencia contra el emperador. Su carcter cristiano no dara al prncipe ttulo alguno para echar mano de las armas; a lo sumo pudiera obligarse a renunciar a su derecho2. Estas reflexiones partan an del supuesto de que el emperador era autoridad para los prncipes. En el curso de la evolucin posterior, Lutero aceptara la sentencia de los juristas, segn los cuales, de acuerdo con la estructura estamental del imperio, los prncipes electores no deban ser considerados como subditos del emperador. Estn llamados a gobernar el imperio juntamente con el emperador, lo mismo que, segn la versin luterana de la idea conciliar, los obispos, como miembros iure divino del mismo orden jerrquico que el papa, estn con l llamados a gobernar la Iglesia. Ahora bien, si emperador y prncipes estn jurdicamente en el mismo grado, un procedimiento armado contra ellos, no es un acto ejecutivo de la superioridad, sino una guerra. Ahora bien,
1 WA 30. I I , 197, 7-10 Heerpredifft vnder den Turken (1529). . <Quod princeps ut prmceps sit poltica persona et sic agens non agat ut Christianus, que nec est princeps nec masculus nec quicquam m mundo personarum. Si igitur principi ut prvncipi hceat resistere Caesari, illorum sit et htdicii et conscientvie. Chnstiano certe nihU hcet, ui qui mundo sit mortuus (WA Br 6, 17, 9-11).
La dieta de Augsburgo puso de manifiesto la desunin de los protestantes. Tres credos distintos fueron presentados al emperador. Los secuaces de la Cortfessio Augustana (~ CA) tuvieron empeo en distanciarse claramente de los suizos y de las ciudades alemanas del sur. Pero tambin a ellos les amenazaba el edicto de la dieta con el tribunal de la cmara imperial como perturbadores de la paz. As era obvia una alianza para la comn resistencia militar. Ya el 23 de septiembre, al da siguiente de ser ledo el esquema del edicto, el prncipe elector Juan de Sajonia propuso como deseable, en Augsburgo, ante representantes de las ciudades alemanas del sur una liga de todos los prncipes y ciudades imperiales protestantes.
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puesto que en materias de religin la autoridad civil no puede mandar nada, una guerra del emperador contra los estamentos protestantes sera vulgar pillaje para apoderarse de sus bienes. A la postre, as argumenta Lutero en 1539, el seor que hace la guerra es el papa, y el emperador su criado. Pero si es lcito hacer la guerra contra el turco y defenderse, cunto ms contra el papa, que es peor que el turco. Si, pues, el emperador se metiera entre los soldados del papa o de los turcos* est apercibido para la suerte que acrece ese linaje de guerra (WA Br 8, 367, 20-23).
La liga de EsmalcaMa Dada su frecuente ausencia del imperio, quera Carlos v dotar de mayor autoridad a su lugarteniente y hermano Fernando, archiduque de Austria y rey de Bohemia y Hungra, y hacerlo elegir tambin rey de romanos. En Augsburgo se haba ganado a la mayora de los prncipes para sus planes. A ellos se opuso, junto con los duques catlicos de Baviera, hostiles a los Habsburgo, Juan de Sajonia. A par que responda a la invitacin del emperador a la dieta de Colonia para el 29 de diciembre, convid el prncipe elector a los estamentos protestantes para el 22 de diciembre en Esmalcalda. All se deliberara sobre la amenaza de procesos por parte de la cmara imperial en materias de reforma, y la eleccin de rey. Con los signatarios de la CA comparecieron en la dieta representantes de las ciudades altoalemanas, a cuya cabeza vena Jacob Sturm, de Estrasburgo. Fuera de Brandenburgo-Ansbach y Nuremberg, que sentan escrpulos de conciencia acerca del derecho a la resistencia armada, el 31 de diciembre se pusieron de acuerdo los participantes en prestarse mutua ayuda, caso que, fundndose en el decreto de Augsburgo, la cmara judicial imperial procediera contra alguno de ellos. El convenio formal de la liga lleva fecha de 27 de febrero de 15318. En ella entraron: El prncipe elector Juan de Sajonia, el duque Felipe de Brunswick-Grubenhagen, el duque Ernesto de Brunswick-Lneburgo, el langrave Felipe de Hesse, el prncipe
3. Texto: E. FABIN, Die Entstehung des Schmalkaldischen Bundes 349-353
Wolfgang de Anhalt-Bernburg, los condes Gebhardo y Alberto de Mansfeld y las once ciudades de Estrasburgo, Ulm, Constanza, Reutlingen, Memmingen, Lindau, Biberach, Isny, Lbeck, Magdeburgo y Bremen. Hasta comienzos de 1532 entraron tambin las ciudades de Brunswick, Gotinga, Esslingen, Goslar y Einbeck. A las ciudades zuinglianas: Zurich, Berna y Basilea se les ofreci el ingreso a condicin de reconocer la Tetrapolitana de Butzer, Sin embargo, Zuinglio se dio maa para impedirlo. El tratado federal mismo no pona por condicin confesin alguna. Con la muerte de Zuinglio en la batalla de Kappel (11-10-1531), desapareca para las ciudades altoalemanas toda consideracin a Suiza. Nada les impeda ahora buscar un respaldo entre los esmalcaldenses. El tratado de alianza fue concluido para seis aos, y en 1537 fue prolongado a diez. Fueron menester largas negociaciones hasta que los 23 miembros de la liga concertaron una constitucin. sta no se decidi hasta el 2 de julio de 1533 y el 23 de diciembre de 1535 fue aceptada por todas las partes. Ya en otoo de 1536 fue sustituida por una segunda constitucin federal. Segn la constitucin para la pronta salvacin y defensa4, dirigen la liga dos cabezas principales, el prncipe elector de Sajonia y el langrave de Hesse, que alternan cada medio ao en su gestin. En la dieta federal, los decretos son dados por nueve votantes, de los que dos son nombrados por Sajonia electoral, Hesse y las ciudades alto y bajo alemanas de la liga, y uno por los restantes prncipes y condes. Segn el mismo procedimiento1 haban de determinarse los nuevos consejeros de guerra, que, en su caso, tenan la decisin. El ejrcito de la liga deba reclutarse en caso de necesidad, pero haba que tener a punto paga para dos meses para 2000 de a caballo y 10.000 lansquenetes. En campaas del norte de Alemania, el mando supremo lo llevara el prncipe elector de Sajonia; en las del oeste y sur de Alemania, el langrave de Hesse. La liga de Esmalcalda vino a ser el centro de las fuerzas antihabsbrgicas. Cuan poco se tratara de la pura palabra de Dios, pnenlo bien de manifiesto las relaciones diplomticas con Francia e Inglaterra, y un acuerdo con Baviera, en octubre de 1531, de no reconocer la eleccin por rey del archiduque Fernando, y prestarse ayuda si, por esa causa, uno de ellos fuera atacado.
4. Texto: E. FABIN, Die Entstehung des Schmalkaldischen Bundes 358.376.
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Paz o compromiso de Nuremberg El emperador no poda ni pensar en proceder por la fuerza ni en ejecutar los decretos de Ausgburgo. Los turcos invadan Hungra, y para repelerlos tuvo el emperador que comprar una vez ms por un armisticio la ayuda de los protestantes. En la paz o compromiso de Nuremberg (23-7-1532) se asegur a los esmalcaldenses que, hasta el concilio o, de no celebrarse ste en el plazo de un ao, hasta dieta inmediata, se desistira de todo proceso por parte de la cmara imperial en materias de religin, y se prohibi todo empleo de la violencia por motivos de fe y religin. El emperador se traslad personalmente a Viena, a fin de dirigir el gran ejrcito contra los turcos, juntado de todos sus pueblos. Sin embargo, entretanto se haba conjurado el peligro. La pequea fortaleza de Gns, al oeste de Hungra y en la frontera de Burgenlandia haba resistido heroicamente el ataque de las tropas del sultn del 7 al 29 de agosto. Esta resistencia y la noticia de la fuerza del ejrcito imperial movieron a Solimn n a retirarse entre espantosas devastaciones a travs de la Estiria, en que vencieron junto a Graz las tropas alemanas. No hubo modo de mover a las tropas del imperio a perseguir a los turcos por el interior de Hungra, y ayudar al triunfo del rey Fernando contra el pretendiente hngaro Zapolya. De nuevo quedaba provisionalmente conjurado el peligro turco; la enervante amenaza contra el imperio segua en pie. El emperador march apresuradamente, pasando por Italia, a sus reinos espaoles y permanecera casi diez aos lejos del imperio.
Introduccin de la reforma en Wrttemberg y en otros territorios Los protestantes no slo se haban afirmado, sino que haban adquirido poderosa confianza en s mismos. Animados por la liga de Esmalcalda y bajo la proteccin de la paz de Nuremberg, que de hecho fue extendida a nuevos miembros, se pasaron a la reforma, entre otras, las ciudades de Augsburgo, Hannover, Francfort del Oder y Hamburgo, y territorios principescos, como Pomerania, Anhalt-Dessau, Liegnitz y Brieg en Silesia. La complicacin de
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poltica y religin aparece con especial claridad en la introduccin del nuevo rgimen eclesistico en Wrttemberg. Desde la expulsin del duque Ulrico (1487-1550), Wrttemberg estaba bajo administracin austraca. En la dieta de Augsburgo, el ducado fue entregado al archiduque Fernando a ttulo de feudo imperial. Azuzando a las potencias antihabsbrgicas Francia y Baviera, logr Felipe de Hesse la vuelta del duque, que haba hallado asilo junto a l. Por de pronto consigui el landgrave impedir la renovacin de la liga suava, apoyo de la poltica habsbrgica. En enero de 1534 se entrevist con el rey de Francia, y, bajo prenda del condado de Mmpelgard junto a Belfort, recibi promesa de los subsidios necesarios. Fernando estaba demasiado atado por otras partes para emplearse en serio en la posesin de Wrttemberg cuando tuvo lugar la invasin desde Hesse. Sin esfuerzo fue derrotado el ejrcito austraco en Lauffen del Neckar (12 a 13-5-1534). En la paz de Kaaden junto a Eger, a 29 de junio, concedi Feranndo a Ulrico de Wrttemberg como retrofeudo austraco, y le otorgaba mediatamente el derecho de introducir la nueva iglesia. Por su parte lograba el reconocimiento de su realeza y ayuda contra los turcos. La reforma protestante inmediatamente iniciada estaba bajo el signo de zuinglianismo y luteranismo. Los estrasburgenses propusieron como reformador al zuingliano Ambrosio Blaurer de Constanza, Felipe de Hesse present al luterano Erhard Schnept. En la llamada concordia de Stuttgart se trat de componer las dificultades en la doctrina de la cena. Se tom por base la frmula de unin propuesta por los luteranos de Marburgo. A pesar de la divisin del pas en dos distritos de reforma, la situacin sigui tensa. Los prrocos fueron obligados a la CA. El duque ech mano sin contemplaciones a los bienes de la Iglesia para cubrir sus deudas. Para formacin de clrigos y empleados civiles erigi, en 1537, el Stijt (instituto, fundacin) de Tubinga. La protestantizacin de la universidad local no se llev a cabo hasta que fue all llamado Juan Bienz (1499-1570), reformador que fue de la ciudad imperial Schwbisch Hall (1522), y actu de profesor por los aos de 15371538. Su catecismo menor fue aadido, en 1535, a la ordenacin eclesistica del duque Ulrico. Obra de Brenz es que el protestantismo de Wrttemberg y del sur de Alemania recibiera cuo luterano. Bajo el duque Christoph (1550-68) fue Brenz, como preboste 385
de Stuttgart, cabeza de la iglesia de Wrttemberg. La Confessio Virtembergica y la gran ordenacin eclesistica fueron compuestas por el ao de 1559.
La concordia de Wittenberg Le reforma de Wrttemberg haba puesto una vez ms de manifiesto la divisin entre los protestantes y mostrado, a par, el camino para la unin. Se haba visto claro que, como base unidad, no bastaban la CA y la concordia de Stuttgart. Los telogos trataron de llegar a negociaciones sobre la concordia, y acudieron a Felipe de Hesse como mediador. Tras una avenencia entre Butzer y Melanchthon en diciembre de 1534 en Kassel y una reconciliacin de Lutero con la ciudad de Augsburgo que, en abril de 1536, fue admitida en la liga de Esmalcalda, se entablaron en Wittenberg, 22-29 de mayo de 1536, negociaciones para la concordia. Entretanto, se negaron los suizos y Constanza, y no aparecieron. Butzer confesaba que el pan era verdaderamente el cuerpo de Cristo y era distribuido a todos los comulgantes, con tal que no se hubieran falsificado las palabras de la institucin. Como, en su opinin, as se haca tambin por la incredulidad del receptor, se planteaba el viejo problema de la manducatio impiorum. Aqu propuso Bugenhagen que, con palabras de Pablo, puede decirse que los indignos reciben el cuerpo del Seor. Con ello ya se dio Lutero por satisfecho. En el texto6 redactado por Melanchthon se dice: Segn eso sostienen y ensean que, con el pan y el vino, estn realmente presentes, se ofrecen y reciben el cuerpo y la sangre de Cristo. Y aunque no admiten la transustanciacin, tampoco admiten que el cuerpo y la sangre de Cristo estn encerrados localiter en el pan de o de otro modo estn unidos con l corporalmente fuera de la manducacin del sacramento. Sin embargo, conceden que por la unidad sacramental el pan es el cuerpo de Cristo, es decir, sostienen que el pan es ofrecido de manera que entonces est a la vez presente y es ofrecido verdaderamente el cuerpo de Cristo, etc. y es as que, fuera de la manducacin del sacramento, no admiten que est presente el
5. 977s. BIZEK, Studien sur Geschichte des Abendmahlsstrrites im J. Jh. 117ss; BSLK
cuerpo de Cristo. Frente a la formulacin manducatio indignomm en lugar de impiorum, la expresin unidad sacramental (uni saaamentatis) contiene una ambigedad expresamente buscada. Sin embargo, la concordia de Wittenberg* tuvo importancia como puente del luteranismo para las ciudades de la alta Alemania, que les posibilit la adhesin a la liga de Esmalcalda. Posteriormente fue admitida en la Solida Declaratio de la frmula de concordia (vn, 12-16) y as reconocida de nuevo como luterana.
Negativa de los protestantes a tomar parte en el concilio Hasta ahora, tanto el emperador como los estamentos catlicos y protestantes haban formado un frente nico para pedir el concilio, y el aplazamiento de la cuestin religiosa hasta su convocacin haba sido una y otra vez un bonito modo de salir de dificultades. Todava no se haba visto claro hasta qu punto diferan las ideas acerca del carcter, convocatoria y lugar del concilio. La situacin cambi radicalmente cuando, el 2 de junio de 1536, Paulo m convoc para mayo de 1537 un concilio general en Mantua (cf. p. 484). El prncipe elector de Sajonia repar que nada se deea sobre la libertad, cristiandad e imparcialidad del concilio y que se celebrara en Mantua. Un concilio deca era un tribunal de arbitraje, y, si se aceptaba la invitacin, se quedaba atado a la sentencia arbitral. As pidi a sus consejeros y telogos un asidero para recusar la participacin, y hasta propuso el plan de un anticoncilio protestante. Lutero tena que componer una serie de artculos de la doctrina anterior, en que pensaba descansar y permanecer... y no ceder. El reformador acept la mocin, y, a 28 de diciembre de 1536, present a una conferencia de telogos los artculos de la doctrina cristiana, los llamados artculos de Esmalcalda'. Para Melanchthon era demasiado duro lo que decan sobre el papa. l, por amor de la paz y de la unidad, estaba dispuesto a reconocer una superioridad, iure humano, del papa sobre los obispos. A pesar de todo, firm, con los otros telogos de Wittenberg los
6. Para W. KOHLER (Luther und Zwmgh, n , 453) toda la concordia fue aparente, pues cada parte habra entendido por indignos algo distinto.
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artculos enviados el 3 de enero 1537 al prncipe elector y por ste aceptados. Las tres partes, de desigual extensin, comprenden: 1. Artculos de los que no hay por qu apartarse, pues son indiscutidos, como la doctrina de la Trinidad y de las dos naturalezas; 2. artculos en los que se puede ceder: reconciliacin y justificacin por Jesucristo, sacrificio de la misa y papado como institucin divina, y 3. artculos, sobre los que puede tratarse con hombres doctos y razonables, como el pecado, la penitencia, confesin, bautismo, orden sagrada y matrimonio de los sacerdotes, votos monsticos y otros. Con particular extensin y, por aadidura, con espantosa rudeza, como si entretanto no se hubiera dicho y escrito ms de una palabra aclaratoria sobre la doctrina catlica del sacrificio de la misa, se expresa Lutero sobre sta, como la grande y horrorosa abominacin del papismo. Lutero escribe: Este artculo de la misa quedar de todo punto en pie en el concilio. Porque, aunque fuera posible que nos concedieran todos los dems artculos, ste no nos lo pueden conceder. Como Campeggio dijo en Augsburgo que antes se dejara hacer pedazos que consentir que desapareciera la misa, as tambin antes me dejara reducir, con la ayuda de Dios, a cenizas, que consentir que un siervo de la misa, con su obra buena o mala, sea igual o superior a mi Seor y Salvador Jesucristo. As pues, estamos y estaremos eternamente separados y unos contra otros. Ellos sienten que, de caer la misa, cae el papado. Antes de consentir esto, nos mataran si pudieran, a todos. Sobre todo esto, esta cola de dragn, que es la misa, ha engendrado muchos sapos y culebras de idolatra de toda laya (WA 50, 204, 3-28). Lutero, que reiteradamente arremete contra el entusiasmo como fuente de toda hereja y hasta demonismo de los iluminados y del papa, emplea otras muchas veces un lenguaje que no est precisamente frenado por la palabra de Dios. Respecto del futuro concilio escribe: All no estaremos ante el emperador o la autoridad civil... sino ante el papa y el demonio en persona, que no piensa en escuchar, sino en condenar a roso y velloso, en matar y forzar a la idolatra (WA 50, 229, 4-16). En la dieta de Esmalcalda, a la que asistieron muchos prncipes, emisarios de las ciudades y unos 40 telogos, en febrero de 1537, se puso Lutero enfermo y no pudo defender por s mismo sus artculos. Por temor a nuevas polmicas en la doctrina de la cena y sin duda tambin por razn
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del lenguaje irreconciliable de Lutero, impidi Melanchthon Q ue los artculos fueran en absoluto presentados oficialmente a la junta. Los telogos recibieron encargo de revisar la CA y completarla con artculos sobre la potestad del papa. La redaccin fue confiada a Melanchthon. Su Tracatus de potestate papae fue aprobado p r todos y vino a ser escrito oficial de la liga al ser admitido en el decreto final de la dieta. Los artculos de Lutero quedaron, en cambio, como escrito o trabajo privado. Pronto, sin embargo, gozaron de gran estimacin y fueron finalmente admitidos en el libro de la concordia (1580) y pasaron as a ser escrito simblico de la secta luterana. El 24 de febrero, rechaz estrictamente la junta de Esmalcalda la asistencia al concilio. Admitir la invitacin hubiera significado asentir a su propia condenacin y admitir al papa como juez en propia causa. No se quiso en absoluto recibir de manos del nuncio Pedro van der Vorst la bula de invitacin al concilio. Melanchthon, empero, segua opinando que no debiera rechazarse rotundamente la invitacin. Cierto que al papa no le incumba el oficio de juez, pero s el derecho de convocar el concilio. Lo ms triste que Melanchthon vea con claridad era que la discordia perdurara hasta la posteridad (CR 3, 293). Ello no fue parte para que, por encargo oficial, no redactara el escrito justificando la abstencin: Porque los prncipes se niegan a asistir al concilio anunciado por Paulo HI (CR 3, 313-325). Representante del emperador en Esmalcalda fue el vicecanciller Matas Held. Segn rdenes recibidas, hizo propaganda en favor del concilio y rechaz las quejas contra la cmara judicial, pero actu con ms dureza de lo que quera el emperador. Estaba, en efecto, tambin ante la dura realidad y pudo percatarse que los telogos insistan menos que los prncipes en la repulsa al concilio que tan decididamente haba sido pedido. En lugar de buscar nuevas vas de inteligencia y sondear posibilidades para el caso1 de que no hubiera lugar el concilio, trabaj en la fundacin de una liga catlica. Sin sta, estaba todo perdido, pues los disidentes estaban firmemente resueltos a atacar por la espalda a los catlicos, como en Wrttemberg, informaba Held, en otoo de 1537, al emperador. Hall apoyo en el rey Fernando. As, a 10 de junio de 1538, se form la liga de Nuremberg, alianza defensiva por 11 aos, entre
Carlos v, Fernando, los duques de Sajonia, Baviera y Brunswick y los arzobispos de Salzburgo y Magdeburgo. Dado su escaso volumen ningn prncipe y apenas algn obispo entraba en juego y dada la actitud nada clara de Baviera, la liga no era en s misma demasiado fuerte, y todava sufri nuevo enflaquecimiento por la muerte del duque Jorge de Sajonia (f 1539) y la introduccin de la reforma en su territorio, que sigui a su muerte.
El compromiso de Francfort Aun cuando la liga de Nuremberg no supona peligro serio para los esmalcaldenses, stos se sintieron amenazados, y ello les oblig a estrechar de nuevo los lazos que se haban aflojado. Ante una derrota en la guerra contra los turcos junto a Esseg (9-10-1538) y si no quera poner de nuevo en peligro, por una alianza entre protestantes y franceses, el armisticio que acababa de concluir con Francia en Niza (18-6-1538), el emperador no poda pensar seriamente en proceder por la violencia. Adems, a l y a sus contemporneos, el repetido aplazamiento de la convocacin del concilio les hizo dudar de la resolucin del papa para atacar seriamente la solucin de los problemas internos de la Iglesia. Otra vez, pues, estaba Carlos v reducido a las fuerzas alemanas en su empeo de mantener la unidad de la fe y del imperio. No le quedaba ms remedio que intentar la paz y la ayuda contra los turcos por el camino de las negociaciones y abrir as paso a los coloquios religiosos entre alemanes. Como agente idneo para tal menester nombr, a fines de 1538, a Juan, arzobispo de Weeze, expulsado de Lund. Largas deliberaciones condujeron, a 19 de abril de 1539, a la paz o compromiso de Francfort. Sobrepasando la paz de Nuremberg conceda a todos los actuales secuaces de la confesin de Augsburgo un plazo de seis meses, en que cesaran los procesos de la cmara judicial y a nadie se molestara por razones de religin. La paz se ofreca por 15 meses, a condicin de que los esmalcaldenses estuvieran dispuestos a no admitir nuevos miembros y a renunciar a nuevas secularizaciones. Sin embargo, no pudieron decidirse a ello. Los protestantes prometieron asistir a una dieta de prncipes en Worms para fijar la ayuda contra el turco y prestacin
de la misma. La paz deba sobre todo posibilitar coloquios religiosos, que se tendran independientemente del concilio y sin participacin del legado pontificio, para tratar de una loable unin cristiana. Tales coloquios patrocinaba sobre todo el prncipe elector Joaqun n de Brandenburgo, que se dispona a establecer en su territorio una iglesia regional que adoptaba un notable trmino medio entre lo antiguo y lo moderno. Puesto que el concilio se haca esperar, pas a introducir la reforma, tal como la esperaba del concilio. En agosto de 1539 someti a deliberacin una ordenacin eclesistica, en que haba colaborado Jorge Witzel (1501-73) y que fue aprobada en marzo de 1540. Aceptaba el catecismo luterano, pero mantena en gran parte las formas antiguas de culto. Lutero pens que deba conformarse con ello, pues se aseguraba el artculo sobre la justificacin y la recta predicacin (WA Br 8, 624). Joaqun n recalcaba no querer ser ni romano ni wittenbergense, sino catlico. Una violacin de la paz de Francfort fue la introduccin de la reforma protestante en el ducado de Sajonia, durante el verano de 1539 a la muerte del duque Jorge (17-4-1539). Los de Esmalcalda mantuvieron en pie de guerra sus tropas reclutadas antes del compromiso de Francfort, hasta que el hermano de Jorge, el duque Enrique (f 1541), recibi su herencia e introdujo la reforma. En Pentecosts se celebr en Leipzig culto protestante, en que predic Lutero mismo.
Los coloquios religiosos de 1540-41 El coloquio religioso anunciado para agosto de 1539 en Nuremberg fue aplazado por una carta imperial y no tuvo lugar. La condicin de que en las negociaciones de arreglo no tomara parte ningn legado papal, no poda menos de reforzar en la curia su desconfianza de la poltica imperial de unin. Lo que aqu se abra paso no se diferenciaba apenas de un concilio nacional, que tanto espantaba a Roma. Los protestantes confiaban, en efecto, en llegar por este camino a un reconocimiento de su confesin dentro del derecho imperial, que no tendra ya que someterse a la decisin del futuro concilio. Sin embargo, los intensos esfuerzos de la dpfomacia papal no lograron disuadir al emperador de su poltica de
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unin. Prometi desde luego la participacin del papa en el proyectado coloquio religioso. Para este fin fue invitado para el 6 de junio en Espira. Por razn de la peste, el coloquio fue trasladado a Hegenau. Los cabezas de la liga de Esmalcalda, el prncipe elector de Sajonia y el landgrave de Hessen, se negaron a asistir. Tambin por parte de otros prncipes y obispos fue en extremo escasa la participacin. De la negligencia de los obispos se quej no slo el rey Fernando, sino tambin el nuncio Morone, que acudi como consejero de los catlicos. El espritu de los obispos es realmente, escribe a 15 de junio de 1540 al cardenal Farnese, como dice su Majestad, femenil en las cosas en que debiera ser varonil, como en la resistencia contra los enemigos de nuestra fe, y varonil en los asuntos en que debiera ser femenil, como en el beber y en el concubinato 7. Una excepcin fue el obispo de Viena (J. Fabri), quien junto con J. Cocleo, F. Nausea, J. de Pflug, J. Gropper y sobre todo J. Eck llev la voz cantante por la parte catlica. Melanchthon se puso malo en el camino. As, Wittenberg slo estuvo representada por C. Cruciger, F. Myconius y J. Menius. Por lo dems, entre los telogos protestantes, estuvieron presentes M. Butzer, W. Capito, A. Osiander, J. Brenz, U. Rieger y Juan Calvino. El rey Fernando, que llevaba la direccin, quiso poner por base las negociaciones de arreglo de Augsburgo, y que slo se discutieran los artculos no convenidos en Augsburgo. Los protestantes rechazaron la propuesta y pidieron como base la CA. El hecho de que no quisieran fijarse en concesiones eventualmente hechas antes, lo mismo que su actuacin en general, hizo patente el cambio de situacin, respecto de 1530. Ahora representaban una organizacin eclesistica fuerte, afirmada en s misma, a cuya espalda estaba la liga de Esmalcalda, que era entonces la nica fuerza poltica compacta del imperio. En Hagenau no se pas de la discusin del modo de proceder. Puesto que no haba avenencia en el modus ccmciliandi, el rey Fernando hizo saber, el 16 de julio, a los reunidos que el coloquio religioso tena que aplazarse para otra convencin o junta. En el decreto publicado a 28 de julio, se seal sta para el 28 de octubre en Worms. Slo un mes ms tarde de lo previsto, poda el ministro imperial Granvela abrir aquella junta. El legado ponti7. PASTOR, 187S; LMMER, Mcm. Vat., 275s.
ficio Tommaso Campeggio asista slo como observador y quiso actuar como mensajero de paz y conciliacin. Tambin asista Morone. De nuevo hubo largos debates sobre el modus proceendi, sealadamente sobre la votacin. En Hagenau se haba fijado que cada parte tendra once oradores y once votos. Pero los catlicos no estaban seguros de los telogos de Kleve, Brandenburgo y el Palatinado y teman perder la votacin en cuestiones importantes. Por eso trataban de impedir la votacin por votos sueltos. Los protestantes, empero, persistieron en el modo de proceder fijado en Hagenau y no aceptaron tampoco la discusin por escrito. Hasta el 5 de enero no se convino que cada parte tuviera un orador. El dilogo sostenido por Eck y Melanchthon comenz el 14 de enero. La base deba ser la CA. Eck comenz apuntando a las considerables variantes del ejemplar que le fue entregado de la Augustana (variata), sealadamente respecto del artculo x (la cena), respecto del texto de 1530. Tres das se discuti sobre el pecado original, particularmente sobre si deba llamarse pecado de james o incentivo que permanece despus del bautismo. El 17 de enero, en la habitacin de Granvela, se lleg a una frmula de concordia elaborada por el obispo auxiliar J. Mensing, J. Eck, Melanchthon y Butzer, que fue aprobada por ambas partes*. Al mismo tiempo lleg la orden imperial de que el coloquio se traslada a la dieta convocada en Ratisbona. El emperador esperaba que por su presencia acelerara las estancadas negociaciones. Adems, durante las poco prometedoras deliberaciones de Worms, Granvela cuid de que se preparara una base de negociacin en forma de un proyecto o esquema de inteligencia. Por iniciativa suya, Gropper y el consejero imperial Gerhard Veltwyk haban tenido en Worms, independientemente de las discusiones principales, conversaciones secretas con Capito y Butzer. ste haba sido animado a ello por Felipe de Hesse. El langrave tena inters en entendrselas con el emperador, pues su bigamia amenazaba convertirse en asunto enojoso. Base de estas conversaciones secretas fueron los Artculos de Gropper, reconocidos como cristianos y conformes con la doctrina catlica 8. Los artculos fueron completados y corregidos por Butzer. El acuerdo fue rpido sobre el pecado original y la justificacin. En
8. 9. CK 4, 32a, 89. Impreao en J. GROPPER, Wahrhafftige Antwort, Colonia 1545, fol. 8a-20a.
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cambio, ofreci dificultades la armonizacin entre el principio de la Escritura y la tradicin eclesistica, incluso la misa y el culto de los santos. Sin embargo, Butzer precisamente mantena actitud positiva respecto de los usos de la Iglesia antigua, pues desde los apstoles hasta el tiempo de los padres, hubo tambin un cristianismo. As, respecto de las ceremonias y de la misa misma, pensaba hacer concesiones, con tal de que se permitiera la predicacin del evangelio. Algunas de las formulaciones propuestas las pudo tomar del esquema para el coloquio de Leipzig de 1539, que l haba elaborado con Witzel. El esquema de arreglo as compuesto fue aceptado a 31 de diciembre10. Representa la forma primigenia del libro de Ratisbona. Ya al comienzo de la dieta busc Granvela de ganar para el arreglo al mayor nmero posible de prncipes^ Felipe de Hesse estaba de acuerdo, y Joaqun n de Brandenburgo lo mand, entusiasmado, al prncipe elector de Sajonia. Lutero, sin embargo, se mostr escptico (WA Br 9, 333s; CR 4, 96). En Ratisbona fue aceptado como base de deliberacin, con algunas modificaciones, el esquema de concordia de Worms por Contarini, Morone y los colocutores catlicos Pflug, Gropper y Eck u , fue propuesto en la apertura del coloquio el 27 de abril de 1541 y aceptado tambin por los portavoces protestantes Melanchthon, Butzer y Juan Pistorio. Fue importante para la atmsfera conciliatoria del coloquio de Ratisbona la participacin, como legado pontificio, del cardenal Contarini. Fundndose en su propia experiencia religiosa y apoyado en Pablo y Agustn, Contarini estaba convencido de que la fuente primera de la doctrina de la salvacin de Lutero no su formulacin teolgica y las consecuencias sacadas de ella era primigeniamente catlica 1S, y pensaba que, con buena voluntad por ambos lados, con caridad y humildad, se poda arreglar la desavenencia. Ahora hubo de darse cuenta de que ellas solas no bastaban (ibid. 306). Con sorprendente rapidez se lleg a un acuerdo sobre los cuatro primeros artculos del libro de Ratisbona: estado primitivo, libre albedro, causa del pecado y pecado original. Ya al segundo da (28-4) se acometi el artculo
10. Texto en M. LENZ, Bnefwechsel Landgraf Phthpps des Grossmutiffen v<m Hessen nut Bucer m , Leipzig 1891, 39-72. 11. Texto: CR 4, 190-238; L F PLAT, n i , 10-44.
12 JEDIN, i, 305.
quinto sobre la justificacin. Melanchthon y Eck rechazaron la versin presentada. Sin embargo, tras discusin de varios das se volvi de nuevo a ella, aunque se la acort considerablemente13. El 3 de mayo se pudo declarar que haba acuerdo sobre este artculo: Ello llen a todos de alegra y esperanza. Contarini mand a Roma la frmula de unin14 y el cesar estaba lleno de confianza de que tambin en las restantes cuestiones se llegara a una avenencia1B. La justificacin, en efecto, haba provocado el incendio y fue sentida como el articulas stantis et cadentis ecclesiae. Segn la frmula de unin, el pecador es justificado por la fe viva y eficaz. Esta es una mocin del Espritu Santo por la que el penitente es dirigido a Dios y alcanza la misericordia, perdn de los pecados y reconciliacin prometida en Cristo. Con ella se infunde a par la caridad, que sana la voluntad, de forma que puede sta comenzar a cumplir la ley. Sigese ser la fe viva la que alcanza en Cristo misericordia y cree que se le imputa por gracia la justicia de Cristo y recibe a par la promesa del Espritu Santo y la caridad. As, la fe justificante es la fe que obra por la caridad (CR 4, 199). El artculo trata de hacer justicia al hecho de que, por una parte, estamos justificados por causa de Cristo, se nos ha aplicado su justicia y estamos reconciliados con Dios; por otra parte, la nueva justicia no tiene an pleno dominio sobre nosotros, la renovacin es an incompleta y queda an inherente en los regenerados una enorme flaqueza. Por la justicia que nos es inherente, somos llamados justos, pues hacemos lo que es justo y segn Juan es justo el que hace la justicia; pero no pondremos la confianza en este hacer nuestro, sino slo en la justicia de Cristo, as como tampoco desesperemos por razn de nuestra flaqueza. Y es as que nadie queda por eso excluido de la gracia de Cristo (CR 4, 200). No se habla de doble justicia, sino de la justicia una de Cristo mediador, que, en direccin al Padre, opera plena gracia, misericordia y reconciliacin, renueva y santifica al hombre, pero no ha llegado an aqu a realizacin plena. En el curso ulterior del coloquio religioso se vera, sin em13. J t u i u , B I E K , STOTPERICH lo fijan el 2 de mayo, PASTOR, 245 Anm. 2 y LIPGENS,
127 el 3 de mayo. 14. ZKG 5 (1882) 593, F . DITTRICH, Regesten und Briefe tarini, Braunsberg 1881, 177 15. NBD 1, vil, p. xvi
bargo, claro que los artculos que, propiamente, provocaban la escisin de la fe no eran los ataentes a la justificacin, sino los ataentes a la Iglesia y a su oficio en la interpretacin de la Escritura y en la administracin de los sacramentos. Contra Eck impuso Contarini que los artculos 6 y 9 sobre la Iglesia y su potestad de interpretar la Escritura fueran relegados a segundo trmino. De lo contrario, aqu hubieran fracasado las negociaciones. Hubo acuerdo sobre los artculos 10-13: doctrina general de los sacramentos, orden, bautismo y confirmacin. Hubo dificultades decisivas en la eucarista (art. 14). Casi ocho das se luch sobre la cuestin de la transustanciacin, y no se lleg a una inteligencia, como tampoco sobre la confesin (art. 15). Fue posible entenderse sobre el matrimonio (art. 16) y la uncin de los enfermos (art. 17). En el art. 19 sobre la jerarqua de la Iglesia y el art. 20 sobre la misa y el culto de los santos, todos pudieron finalmente ver claro que el coloquio haba fracasado. El 31 de mayo presentaron los protestantes un resumen de sus opiniones divergentes sobre la Iglesia, eucarista y confesin (CR 4, 348-376). La poltica de unin del emperador acab en fracaso total, al no lograr siquiera que los artculos sobre los que haba habido acuerdo se reconocieran como liquidados y respecto de los dems se concediera tolerancia hasta el concilio. Entretanto, se haba puesto en claro que la unin sobre la justificacin haba sido slo aparente. Ya el 10 u 11 de mayo haba calificado Lutero el artculo como zurcido, un pao nuevo sobre la tnica vieja, de suerte que el rasguo se hace mayor (WA Br 9, 407, 20s). El 29 de junio llamaba al arreglo un embuste papista (WA Br 9, 460, 4). De lado catlico se tach de ambigedad la frmula de unin. Ya el 25 de mayo hubo Contarini de defenderse, en la Epstola de iustijicatione contra crticas en este sentido1S. La curia neg la aprobacin. Sin embargo, cuando el despacho negativo de sta lleg, el 8 de junio, a Ratisbona, la unin haba ya de suyo fracasado y qued claro para lo por venir cuan difcil sera toda unin. Tanto ms urgente apareca la reforma interna de la Iglesia. Contarini dirigi a los obispos presentes la apremiante exhortacin de que cumplieran sus deberes pastorales, que cuidaran sealadamente de la predicacin y la instruc16. CCath, v i l , 23-34.
cin de los jvenes y evitaran todo escndalo en s mismos y en los que los rodeaban. Los obispos conjuraron por su parte al legado que cuidara de la convocacin, sin demora, del concilio, pues en otro caso pronto toda Alemania sera luterana. El concilio pareci que iba a convertirse finalmente en realidad. El papa hizo comunicar al cesar que estaba firmemente decidido a levantar la suspensin del concilio y a convocarlo sin dilacin17. A la verdad, llegaba demasiado tarde para remediar la escisin de la fe. As lo demostr la reiterada repulsa, por parte de los protestantes, de un concilio papal como instancia obligatoria. En el decreto de la dieta de 29 de julio de 154118, se prorrog por 18 meses la paz de Nuremberg. Hasta entonces se celebrara un concilio general o, en caso de necesidad, un concilio nacional. Por razn de la ayuda contra los turcos garantiz el emperador, en una declaracin secreta, a los protestantes la posesin de los bienes secularizados de la Iglesia, les concedi que en los artculos acordados se atuvieran a la explicacin de sus telogos y les prometi paridad en la cmara judicial del imperio.
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El emperador y los protestantes. Vsperas de la guerra Las conversaciones religiosas haban fracasado. Una vez ms hubo de ceder el emperador ante los protestantes. Tanto ms se familiariz con la idea de una solucin violenta. En este sentido fue para l un xito que, todava durante la dieta de Ratisbona (1541), lograra debilitar la fuerza de choque de los esmalcaldenses paralizando la actividad de Felipe de Hesse. En vida an de su legtima esposa, madre de sus 9 hijos, el langrave se haba casado con una muchacha de la corte. Lutero, Melanehthon y Butzer dieron su asentimiento en un Beichratx (consejo de confesin, es decir, secreto) y hasta asistieron a la boda en marzo de 1540. La bigamia no pudo mantenerse secreta, y los reformadores se vieron en penosa perplejidad. Segn la Carolina, el derecho imperial por l mismo proclamado, Felipe era reo de pena de muerte, que trat de burlar por la aproximacin al emperador. En un tratado de 13 de junio de 1541, prometi impedir una alianza de los esmalcaldenses con Francia e Inglaterra, as como la admisin del duque de Cle1. Cf. CR 3, 849-865; W A Br 8, 638-644, n. 3423.
ves en la liga, y apoyar las pretensiones del emperador sobre Geldres. ste le prometi no atacarle por causa de religin, a no ser que tuviera que emprender una guerra contra todos los protestantes. Aqu entraba, pues, en el orden de las posibilidades de la poltica real una restauracin de la unidad religiosa por la fuerza de las armas. Sin embargo, dada la situacin de la poltica exterior, no poda de momento pensarse en esa solucin. Carlos v se traslad a Italia, donde se avist, en Lucca, con el papa (12 a 18-9-1541), a fin de ganarlo para un concilio en suelo alemn, para ayuda eficaz contra los turcos y apoyo contra Francia. El resultado fue desalentador. A todo esto, el peligro turco se hizo de nuevo grande. El soberano de Hungra, Zapolya, haba muerto en 1540; pero, ante la oposicin de la nobleza magiar, el rey Fernando no pudo hacerse cargo de la sucesin que le fuera asegurada en el tratado de Grosswardein (1538). Los elementos nacionales hngaros llamaron al pas al sultn Solimn, pero no fue pequeo su pasmo, cuando despus de la ocupacin de Ofen el 2 de septiembre de 1541, nombr un baj de gobernador, con lo que haca a Hungra provincia turca. Una desesperada operacin de diversin del emperador contra el peligro mahometano por un ataque a Argel (octubre 1541) fracas completamente por las tormentas, Al mismo tiempo se agudizaba la ya de suyo crtica relacin con Francia, y el armisticio de 10 aos de 1538 se convirti en ilusin. As que, una vez ms, los problemas eclesisticos hubieron de pasar a segundo orden ante las preocupaciones polticas. La dieta abierta en Espira el 9 de febrero de 1542 por el rey Fernando estuvo bajo el signo de la cuestin turca. Los protestantes hicieron depender su ayuda de que fueran reconocidos por el derecho imperial, admitiendo la declaracin de Ratisbona en el decreto de la dieta, y exigieron una visita y nuevos nombramientos de la cmara judicial imperial. El rey se las arregl una vez ms con una declaracin marginal. Se introdujo desde luego una visita de la cmara, pero ya en junio qued suspendida por el emperador. As, las dietas de Nuremberg de julio-agosto de 1542 y enero-abr de 1543 se encontraron ante los mismos problemas. En la ltima se aadi la guerra con Francia y Cleves. Aunque tampoco aqu poda el cesar esperar ayuda al401
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guna, fue ya un xito que los esmalcaldenses no acudieron en ayuda del duque de Jlich-Cleves-Berg. ste fue derrotado en septiembre de 1543, tuvo que anular la reforma protestante y ceder Geldres al emperador. Ello supona un refuerzo de los obispados del noroeste alemn: Mnster, Paderborn y Osnabrck, que, lo mismo que Colonia entonces, corran riesgo de caer en la reforma.
Progresos de la reforma protestante La reforma protestante sigui haciendo grandes progresos. Tras rencillas de varios aos, los cabecillas de la liga de Esmalcalda: el prncipe elector de Sajonia y el landgrave de Hessen ocuparon en julio-agosto de 1542 el territorio del duque catlico Enrique de Brunswick-Wolfenbttel, lo pusieron bajo el gobienu> de un comisario y, por obra de Bugenhagen y Corvino, introdujeron la reforma protestante. Sobre ello y contra la devolucin del pas a su dueo legtimo se manifestaron tambin los de Wittenberg, pues no puede consentirse que cundan otra vez por el pas torcida doctrina, idolatra y persecucin (WA Br 10, 471, 80s). El duque pudo recuperar su territorio, pero, en 1545, vino a caer prisionero de Felipe de Hesse, por lo que opin Lutero que se le deba seguir manteniendo en custodia. Impedirle de este modo continuar practicando su tirana, blasfemias y maldades, era usar con l de misericordia 2. La obligacin de un seor luterano de impedir la idolatra o la abominacin de abusos papales, sirvi de manera no menos problemtica a los intereses del seor del pas en la ocupacin de la sede episcopal de Naumburgo. A la muerte del anterior obispo (6-11541), el cabildo catedral, sin consultar al prncipe elector de Sajonia, eligi por sucesor al preboste del cabildo de Zeitz, Julio de Pflug. El prncipe elector que de tiempo atrs tena propsito de acabar con la independencia poltica del obispado, encomend en septiembre el rgimen civil a un oficial del cabildo nombrado por l. Como Pflug no renunciaba y el cabildo se neg a elegir a una criatura del prncipe elector, hizo ste que los estamentos protes2 An Kurfursten zog zu Braunschweig zu Sachsen und Landgrafen zu Hessen von dem gefangenen (1545) W A 54, 389-411, p 399, 10. Her-
tantes del cabildo eligieran obispo a Nicols de Amsdorf. Contra sus convicciones originariamente manifestadas, los telogos de Wittenberg aprobaron semejante procedimiento. Lutero escribi a los estamentos del cabildo que un cabildo catedralicio que no procede a la recta eleccin o se adhiere a un perseguidor del evangelio, ha perdido sus derechos. Porque el mandato de ensear rectamente y celebrar el recto culto divino, est por encima de todos los otros mandatos (WA Br 9, 598, 21). Puesto que los bienes temporales estn destinados al ministerio espiritual, deben seguir tambin al legtimo obispo (598, 60). Con la potestad espiritual se pierde la disposicin sobre los bienes temporales. Su idolatra y su poder y bienes temporales estn, efectivamente, en conexin inseparable. Lutero mismo realiz la consagracin3 de Nicols de Amsdorf por imposicin de manos y oracin sin crisma de ninguna clase... ni ms cosa santa alguna (WA 53, 231, 5), y l lo entroniz tambin. Al da siguiente, en la casa de la ciudad, el consejo y comunidad de ciudadanos de Naumburgo rindieron homenaje al nuevo obispo. Sin embargo, Amsdorf no haba de lamerse los dedos en >u episcopado protestante. Se vio en situacin miserable, es decir, en lo profano, entregado al arbitrio del oficial principesco del cabildo; y en el orden espiritual, sometido totalmente al gobierno del prncipe elector, que no dejaba se le diera el apoyo necesario. Por aadidura, se sigui impugnando la legitimidad de su eleccin. Pflug no renunci a sus ttulos y, en marzo de 1542, se querell ante la dieta de Espira. El emperador se puso de su lado, pero hasta el 8 de agosto de 1545, tras largos dimes y diretes, no pudo investirlo formalmente con el obispado. Con ello el proceder del prncipe elector quedaba clasificado como latrocinio. Slo la guerra trajo la decisin a favor de Pflug. Tambin en el obispado de Meissen pretendi el prncipe elector de Sajonia el dominio del territorio. Mas cuando, para asegurar el tributo contra el turco, ocup el distrito de Wurzen y trat de introducir la reforma, entr en conflicto con su primo protestante el duque Mauricio, que tambin aqu pensaba hacer valer derechos territoriales, de ser menester, por la fuerza de las armas. La mediacin de Felipe de Hesse llev de pronto a un arreglo, pero no pudo
3. Bxempel, emen rechien chnsthchen Bischof zu weihen (1542): WA 53, 231260
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alemanes
velar lo hondo de la oposicin entre las dos casas de Sajora y, por ende, una reserva acrecida del duque Mauricio respecto de la liga de Esmalcalda. En Pfalz-Neuburg el duque del Palatinado Oto Enrique se incaut de los bienes de la Iglesia y proclam en 1543 una ordenacin protestante de la Iglesia. En el electorado del Palatinado el prncipe elector Federico n, religiosamente superficial (1544-56), se inclinaba a la reforma protestante. En abril de 1546 la profes abiertamente e hizo suprimir la santa misa. Con ello peligraba la mayora catlica en el colegio de prncipes electores, pues por el mismo tiempo la Colonia electoral amenazaba caer en el luteranismo, Aqu, el arzobispo Hermann von Wied (1515-47), personalmente poco formado teolgicamente, con el fin de poder medir las diferencias entre la antigua concepcin de la Iglesia y el protestantismo, llam en febrero de 1542, a Butzer para entablar conversaciones de reforma con l y Juan Gropper. La dieta regional anim al arzobispo y, el 10 de marzo de 1542, le otorg amplios poderes. Cuando a fines de ao fue Butzer llamado de nuevo y predic en la catedral de Bonn, hubo en Colonia vivas protestas por parte del cabildo catedralicio, de la universidad, del clero secundario y del consejo de la ciudad. Se pidi el alejamiento de Butzer. Teolgicamente, la resistencia fue sostenida por el carmelita Eberardo Billick, el cartujo Gerardo Kalkbrenner y, sobre todo, por Juan Gropper. Este rompi sus relaciones con Butzer y, a 29 de enero de 1543, entreg al arzobispo un programa de reforma catlica. Hermann von Wied lo rechaz, y dio a Butzer el encargo de redactar una ordenacin de reforma protestante. Apoyado por otros reformadores que acudieron entretanto, con Melanchthon a la cabeza, compuso Butzer la reforma de Colonia. Al mismo tiempo se comenz con la reforma del cabildo. Por medio de un breve, en junio de 1543, redujo el papa a la Iglesia al prncipe elector eclesistico. La intervencin de Carlos v, unida a la guerra de sucesin de Geldres (agosto-septiembre de 1543), implic por un tiempo los esfuerzos reformatorios. En una Contrarrectificacin, rechaz Gropper por anticatlica la reforma de Colonia. Pero tambin Lutero la contradijo y calific de iluminada la doctrina sobre la cena. La declaracin del arzobispo sobre que se contentaba con predicacin evanglica, cliz de los laicos, bautismo y cnticos en
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lengua alemana, no pudo calmar la contradiccin de los colonienses. Los jesutas que, el ao 1544 se establecieron en Colonia, supusieron un eficaz refuerzo para los sectores catlicos. En otoo de aquel ao exigieron enrgicamente del arzobispo la supresin de las novedades y apelaron al papa y al emperador. Una serie de escritos polmicos, de dictmenes y contradictmenes son testimonios de una lucha acalorada. El 16 de abril de 1546 fue excomulgado Hermann von Wied y poco despus depuesto por el papa. Pero hasta febrero de 1547 no pudo su sucesor, el antiguo coadjutor, Adolfo von Schaumburg, obligarle a abdicar gracias al apoyo imperial.
La guerra de Esmalcalda El xito de la campaa contra Geldres-Cleves en 1543 fortaleci en Carlos v la conviccin de que la fuerza, aplicada a tiempo y convenientemente, era medio de todo punto acomodado para domar el orgullo de los prncipes protestantes4. Pero lo mismo haba que decir respecto del orgullo francs. De ah que no quisiera or al cardenal legado Alessandro Farnese cuando por enero de 1544, en Kreuznach, quiso ste ganarse, por razn del concilio, al emperador para la paz o por lo menos para el armisticio, es decir, moverlo a que renunciara a Miln y Saboya. Se reprochaba amargamente al papa que favoreca a Francia y se callaba las ofertas de alianza a los esmalcaldenses. En la dieta de Espira, logr el emperador de los protestantes que no estaban unidos y s bajo la impresin del xito imperial sobre Cleves, ayuda de guerra contra los turcos y contra Francia. Eso s, para ello hubo de acceder ampliamente a sus exigencias en poltica eclesistica". Para otoo o invierno les ofreci una dieta en lontananza, cuyo objeto sera, en vista de las disputas de religin, proponer una reforma cristiana. Hasta entonces, a nadie le era lcito emplear la
4. En sus Commentanre, (ed. dirigida por KEEVYN DE LETTENHOVE, Bruselas 1862, 100; K. BRAJDI, Kart V. n , 339) escribe el cesar <J'exprvence de ce qui se passait mtvrit tes yeux de Vemperewr et clavra son entendement de sorte, que non settlement il tur lui parut impossible de dompter par la forc un tel orgue, mais tout cm cont'aire, cela lui sembla tres facile en l'entreprentmt dans des circonstances et par des mayen? convtnablen.
5. JEDIN I, 97S.
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fuerza y coaccin en materias religiosas. Los procesos de la cmara imperial y los edictos de las dietas contra los luteranos quedaran suspendidos. Los bienes de la Iglesia quedaran en poder de sus actuales poseedores. Por razn de un xito momentneo, abandonaba aqu el cesar, por vez primera, importantes posiciones. Tendi su mano a una futura regulacin, independiente, de la situacin eclesistica por medio de una dieta alemana, que, dada la situacin de las cosas, poda, y tal vez deba, llevar a una protestantizacin completa de Alemania (Jedin). La curia reaccion con un breve conmonitorio 6, a 24 de agosto de 1544: Con su promesa de arreglar en una dieta los asuntos eclesisticos y con su dispon sicin sobre los bienes de la Iglesia, el emperador se habra hecho culpable de graves atentados a los derechos de la Iglesia. Tena que revocar sus concesiones a los protestantes y, por el logro de la paz, dejar va libre al concilio. El breve significaba una posicin de principio contra la poltica religiosa y conciliar del cesar (Jedin); pero no fue oficialmente entregado ni publicado. Lo cual no impidi su difusin. Calvino lo public y no se mordi la lengua en burlas picantes7. Lutero se dej arrastrar a uno de sus ms desaforados escritos polmicos: Contra el papado de Roma, fundado por el diablo (1545; WA 54, 206-299). El emperador no reaccion. Por una rpida y victoriosa campaa contra Francia cre nuevos hechos consumados. En la paz de Crpy, el rey francs hubo de prometer ayuda contra los turcos, y obligarse adems, en un tratado secreto de 19 de septiembre de 1544 a, a cooperar en la eliminacin de los abusos y en la reduccin de los apstatas y acudir al concilio que se reunira, en fecha determinada por el emperador, en Trento, Cambrai o Metz. Se declar, adems, de acuerdo en que, caso de tenerse que proceder por la fuerza contra los herejes, la prometida ayuda contra el turco, se empleara contra ellos. Cuando el 30 de noviembre de 1544 convoc finalmente el papa por la bula Laetare Jerusalem el concilio en Trento para el 15 de marzo de 1545, el emperador se avino desde luego a ello; pero no
6 Texto CT iv, 364-373, JEDIN I, 602 7. CR 35, 253-288. 8 Texto A HASENCLEVER, Die Geheimarhket zwm Fneden ZKG 45 (1926), 418-426.
cej en su proyecto de abatir antes militarmente la liga de Esmalcalda y forzar luego a los protestantes a reconocer y acudir al concilio A llevar a cabo ese proyecto dirigi toda su fuerza. Ya de sayo contaba con un aplazamiento, si no con reiterada obstruccin de la apertura del concilio. Para lo primero prosigui el camino del compromiso iniciado en la dieta de Espira, a fin de mecer a sus contrarios en la seguridad. As, por lo pronto, acudi an a la dieta de Worms. Por causa de una enfermedad del emperador, la dieta no se reuni hasta fines de marzo de 1545, en lugar del 1 de octubre de 1544, bajo el rey Fernando. Por voluntad imperial deberan tratarse en primer trmino la ayuda contra los turcos y otras cuestiones polticas y dejar por de pronto los problemas religiosos para el concilio. Los protestantes, empero, que no estaban dispuestos a reconocer el concilio, pidieron la ejecucin de las seguridades de Espira (1544). El 17 de mayo, un da despus del emperador, lleg a Worms el cardenal Farnese como legado pontificio. Negociaciones sobre un proceder comn contra los protestantes dieron lugar, a fines de junio, a una alianza entre el cesar y el papa. ste prometi para la guerra contra los esmalcaldenses 200 000 ducados, 12 500 hombres como tropas auxiliares, la mitad de las rentas de la Iglesia de Espaa y el permiso de liquidar, por enajenacin de los bienes de la Iglesia de Espaa, hasta medio milln de ducados. So aplazara la apertura del concilio. Carlos v prosigui la dieta a fin de ganar tiempo e impedir a los protestantes los preparativos de guerra. En el decreto de la dieta de 4 de agosto de 1545, se seal incluso un coloquio religioso en Ratisbona. Para tener cubiertas las espaldas para la guerra contra los protestantes, concluy el rey Fernando en octubre de 1545 un armisticio de ao y medio con los turcos, les abandon los territorios perdidos en Hungra y se oblig a pagar tributo. El 27 de enero de 1546 hubo junta en Ratisbona para celebrar el coloquio religioso, a pesar de que entretanto (13-12-1545) el concilio de Trento haba iniciado su actividad. A fin de impedir que surgiera una rivalidad, seal el emperador al coloquio funcin puramente informativa para la dieta convocada igualmente en Ratisbona. La parte protestante pidi, por comprensible desconfianza, la protocolacin de todos los discursos. Este minucioso procedimiento no permita un libre intercambio de opiniones. El emperador lo rechaz. Entonces los pro407
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testantes interrumpieron, el 10 de marzo, las apenas iniciadas deliberaciones sobre la justificacin, y diez das despus abandonaron secretamente la ciudad. La dieta, a la que lleg el emperador el 10 de abril, no pudo abrirse hasta el 5 de junio. Los principales prncipes protestantes no acudieron personalmente a ella. Temas de deliberacin haban de ser la religin, la paz y el derecho. En realidad, todo el mundo contaba con la guerra. Los catlicos aceptaron el concilio en Trento, mientras los protestantes pedan un concilio libre cristiano en tierras alemanas. En el trasfondo, el emperador trabajaba ahincadamente para aislar a los de Esmalcalda. Baviera se oblig a una neutralidad benvola. El matrimonio del prncipe heredero con Ana, la hija mayor de Fernando, eliminaba la antigua rivalidad Habsburgo-Wittelsbach. Mauricio de Sajonia se forjaba esperanzas de lograr la dignidad de prncipe elector de Sajonia y se dej ganar por un tratado (19-6-1546), en que reciba promesa del protectorado sobre los obispados de Magdeburgo y Halberstadt. Por su parte prometa reconocer el concilio y mandar a l representantes. El 7 de junio firmaba el cesar el tratado de alianza con el papa. El signo para la guerra lo dio Carlos v: a una consulta de los protestantes sobre el fin de sus aprestos de guerra contest que tena que proceder contra prncipes inobedientes segn derecho y en virtud de su autoridad. A 9 de junio haba escrito a su hermana Mara: Si ahora no interviniramos, todos los estamentos de Alemania correran peligro de apostatar de la fe, incluso los Pases Bajos. Despus de haber considerado y vuelto a considerar todo esto, he decidido comenzar la guerra contra Hessen y Sajonia como violadores de la paz con el duque de Brunswick y su territorio. Y aunque este pretexto no podr engaar por mucho tiempo que se trata de religin, sirve por de pronto para separar a los disidentes 9. Se ve, pues, que el emperador quera evitar la impresin de una guerra de religin, y presentar la guerra como un acto dentro del marco del derecho imperial. A ello tenda la declaracin de proscripcin contra el electorado de Sajonia y Hessen. Carlos proyectaba tambin llevar la guerra a ambos territorios. Sin embargo, antes de disponer de las tropas de los Pases Bajos y del cuerpo auxiliar
9 BRANDI, Karl V. i, 471
pontificio, tomaron sus contrarios la iniciativa. As, el primer escenario de la guerra fue el territorio al sur del Danubio. El comandante de los esmalcaldenses, Sebastin Schertlin von Burtenbach, avanz por el Lech superior hacia el desfiladero de Ehrenberg con intento de cerrar el paso al contingente principal del emperador, que le vena de Innsbruck e impedir el avance de las tropas pontificias. Sin embargo, el consejo de guerra de la liga lo llam al Danubio. Tampoco se lleg en Ratisbona a un ataque decisivo de los esmalcaldenses que eran an superiores. El mayor encuentro militar que hasta entonces viviera Alemania 10, fue por de pronto un inacabable maniobrar en torno a Ingolstadt, un cauteloso tantear al enemigo, sin atreverse a dar un golpe decisivo. Ello le vino bien al cesar, que pudo juntar sus fuerzas y fortificar su posicin, dbil an al principio. Sin embargo, con el tiempo, el ir y venir sin fin, agot el dinero de ambos bandos y quit a las tropas las ganas de luchar. A fines de otoo hubieron de sufrir, sobre todo los italianos, por causa de las lluvias y fro. No se haba llegado siquiera a una accin decisiva por parte del emperador, cuando la intervencin de Mauricio de Sajonia hizo cambiar la situacin. Junto con el rey Fernando y sus tropas bohemias invadi el electorado de Sajonia. Ello oblig a los jefes de los esmalcaldenses a abandonar el teatro de la guerra al sur de Alemania. El 14 de noviembre rechaz el emperador un armisticio pedido por Felipe de Hesse. Pronto se hizo dueo de Alemania del sur. Exigi contribuciones, pero dej al prncipe elector del Palatinado su dignidad electoral, a Ulrico de Wrttemberg su territorio y, sobre todo, no puso manos en la situacin religiosa mientras la guerra no estuviera totalmente resuelta. Esta resolucin lo puso ahora en peligro precisamente el papa, que temi, de un xito completo del emperador, un fuerte predominio del mismo; as, bajo el influjo de fuerzas antiimperiales y con gran exasperacin de Carlos v, a fines de enero de 1547, retir el papa sus tropas. Ello fue tanto* ms peligroso cuanto que el protestantismo del norte, alejado hasta entonces de la lucha, acudi en auxilio del prncipe elector de Sajonia. Mauricio de Sajonia se vio en grave apuro. Gravemente aquejado de gota y vejiga, el emperador march rpidamente sobre Sajonia y aqu, con implacable intervencin per10. E. 1959, 236. HASSINGEE, Das Werden des netusetthchm Europa 1300-1600, Brunswick
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i&sr v u i ^ v *
sonal, el 24 de abril de 1547, gan la batalla de Mhlberg junto al Elba, la nica de su vida dada por l mismo. El prncipe Federico fue hecho prisionero y condenado a muerte por crimen de lesa majestad y hereja. Nadie pensaba en la ejecucin de la sentencia, que haba ms bien de dar nfasis a las negociaciones siguientes. En la capitulacin de Wittenberg, de 19 de mayo, Juan Federico hubo de renunciar a sus territorios y a la dignidad de prncipe elector. Pero se neg firmemente a reconocer los decretos del concilio y sigui en prisin. La misma suerte corri Felipe de Hesse, cuando, a 19 de junio, implor en Halle la gracia del emperador. El 28 de enero de 1547 haba muerto Enrique vm de Inglaterra, y el 21 de marzo Francisco i de Francia. Lutero haba salido ya del mundo un ao antes, el 8 de febrero de 1546. Carlos v pareca haber quedado solo vencedor en la tribuna de la historia. Qu poda impedirle acometer ahora la nueva ordenacin de Europa en armona con su idea de un imperio universal, y restablecer la unidad de la fe? Sin embargo, para ello le fall sobre todo la ayuda de aquel con quien parece que poda contar antes que con nadie: el papa. La discordia entre el cesar y el papa que estall ahora, fue la salvacin de los protestantes alemanes en la hora de su mayor tribulacin ",
La dieta con arns y el .Interim Segn el plan del emperador haba que forzar primero militarmente a los protestantes y llevarlos luego a tomar parte en el concilio de Trento. Lo primero se haba logrado, lo segundo lo imposibilit el concilio mismo con anuencia del papa. El 11 de marzo decret su traslacin a Bolonia. Seguramente era imposible ganar a los protestantes a que acudieran a un concilio celebrado en una ciudad de los estados de la Iglesia y reconocer los decretos que aqu se dieran. Sin embargo, en la curia se haba ya saldado sin ms a la Iglesia catlica en Alemania, y se vea preferentemente la misin del concilio en mantener y reformar la Iglesia en los pases que haban permanecido catlicos.
11. JEDIN I I , 376.
Despus de la victoria de Mhlberg, Paulo m temi tanto ms el cerco hispano-habsbrgico y el poder universal del emperador. Adems, la amargura por el asesinato de su hijo Pierluigi Farnese el 10 de septiembre de 1547 en Piacenza y la ocupacin de esta ciudad por tropas imperiales, iban a envenenar pronto completamente su relacin con Carlos v. Los padres conciliares imperiales no marcharon a Bolonia, sino que continuaron en Trento. Pero el papa no estaba por nuevo traslado del concilio a Trento. Finalmente, para no exponerse a un cisma, el 3 de febrero de 1548, hubo de ordenar la suspensin del concilio (cf. infra, p. 649ss). Ante pareja evolucin de los acontecimientos no le qued al emperador otra posibilidad que intentar una solucin de la cuestin religiosa, sin contar con el papa, dentro del marco interno alemn. Tal fue el problema central de la dieta en arns abierta en Augsburgo el 1 de septiembre de 1547. Ello tanto ms cuanto que el otro proyecto del cesar de reorganizar el imperio> en el sentido de un refuerzo del poder central imperial, tropez con resistencia masiva. El emperador pensaba en una liga imperial por el patrn de la liga suava, que, casi por espacio de 50 aos (1487-1533), haba funcionado en el gobierno de Alemania del sur y como instrumento de la poltica habsbrgica. Pareja liga hubiera ofrecido la posibilidad de incorporar al imperio los Pases Bajos, Miln y Saboya y unirlo ms estrechamente con los otros pases de los Habsburgo. Pero los tiempos de una reforma monrquica del imperio eran idos. Los prncipes haban ganado demasiado poder con sus victorias sobre caballeros y campesinos y con el movimiento reformista, y no tenan ganas de llevar el imperio, por medio de la liga zur Servitut del emperador, como haba declarado el prncipe elector de Brandenburgo. Tampoco pudo el emperador arreglar la situacin eclesistica plenamente en su sentido, es decir, reduciendo a los protestantes a la antigua Iglesia, y hubo de contentarse con una solucin intermedia: el Interim. Por encargo del emperador, Julio de Pflug compuso para la dieta una Formula sacrorum emendandorum. Segn W. Lipgens12, se remonta a un escrito de reforma de Grop12. W . LIPGENS, Kardtnal J Gropper, Munster 1951, 169s.
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Mf IClVJlllla. y i v i v u i u m v
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A A l v . L*a. ptu, l c i i g i u a d u c r L u g s u i u g u
per. Como una comisin religiosa de la dieta demostr su incapacidad de trabajo, por mandato de Carlos v fue la frmula discutida y reelaborada por Julio de Pflug, Miguel Helding, el espaol Pedro de Soto y Th. Malvenda y otros, juntamente con Juan Agrcola como nico telogo protestante. El fruto de dos semanas de trabajo de los telogos fue una frmula conciliadora de profesin de fe, para la que trat el emperador de ganar a los estamentos protestantes y catlicos. Sin embargo, Baviera y los prncipes eclesisticos la rechazaron. Tras largos dimes y diretes, fue publicado el texto el 15 de mayo de 1548 como declaracin de su Majestad romano-imperial sobre cmo haya de haberse en cuestin de religin en el sacro imperio hasta el final del concilio universal1B. En el decreto de la dieta de 30 de junio fue impuesta a los protestantes. Los estamentos, empero, que hasta ahora hubieren guardado el orden y disciplina de la universal Iglesia cristiana, deben permanecer y perseverar en ella, no apartarse de la misma ni llevar a cabo alteraciones. As pues, las concesiones hechas a los protestantes de la comunin bajo las dos especies y matrimonio de los sacerdotes, no tienen validez para ellos hasta la decisin del concilio. Calificar por eso el lnterim de Augsburgo como ley de excepcin para los protestantes1* no corresponde enteramente a la realidad, pues no se les impuso nada que no fuera tambin exigido de los catlicos. En el prlogo se asevera que la Majestad imperial est en diligente trabajo e idea de una reforma ( 11) y al fin se recalca la necesidad de desterrar de la Iglesia los escndalos, que han sido causa grande de la conmocin de este tiempo. Por eso, nadie sin duda negar al emperador aplauso y ayuda en su empeo de lograr una reforma provechosa para la Iglesia (Art xxvi 25). En 26 artculos se tratan las verdades fundamentales de la fe: Estado primitivo, cada y redencin del hombre (1-3), su justificacin (4-8), la doctrina sobre la Iglesia (9-13), sobre los sacramentos (14-21) y, con especial extensin, sobre el sacrificio de la misa (22-25). El ltimo artculo (26) se ocupa de los usos y ceremonias.
13. Texto: M.K T H . HERGANG, Das Augsburger Intemm, I-eipzig 1855, 2M55; Neue und vollstandigere Sammlung der Reichstagsabschiede n (1495-1551), Francfort 1747, 550-574. 14 E. BizETt, ReformalionsffeschichVe Deutschlawds Geschichte III. Lieferung K, Gotmga 1964, 152. bis 1555: Die Kirche in ihrer
La justificacin se da por los mritos de la pasin de Cristo, y significa perdn de los pecados y renovacin por el Espritu Santo. La caridad de Dios que se derrama en nuestros corazones hace que el hombre codicie lo que es bueno y recto, y lo que codicia, lo ponga por obra. Sin embargo, aun en los que por gracia han recibido esa justicia, las concupiscencias resisten al espritu. En la tierra, no puede el hombre alcanzar la perfeccin de esta justicia infusa. Cristo tiene que acudir siempre con su perfeccin en ayuda del justificado. Sin embargo, por muy cierto que sea que la justificacin es obra de Dios y no del hombre, el Dios misericordioso no trata con un hombre como con un bloque muerto, sino que lo atrae con su voluntad (Art. vi, 1). La gracia preveniente mueve el corazn a Dios por Jesucristo y este movimiento es la fe en la sagrada Escritura y en las promesas divinas. La fe lleva a la confianza y a la esperanza, y la esperanza en la misericordia prometida y asegurada da a Dios la gloria, y es por ende llevada a la caridad (vi, 3). sta es fecunda en buenas obras (vn). La Iglesia es la comunin y congregacin de los creyentes en Cristo, en que el Espritu Santo de tal forma liga a los renacidos que son una casa y un cuerpo por un solo bautismo y una sola fe (ix). Es invisible y, no obstante, tambin visible (ix, 5). Por ella fue fijado el canon de la Escritura (xi, 1). Ella decide cuestiones dudosas por medio del concilio legtimamente convocado en el Espritu Santo ( 6). Ensea y ejerce el sacerdocio en distintos ministerios. Aunque tiene muchos obispos que gobiernan al pueblo que Cristo adquiri con su preciosa sangre, y lo rigen por derecho divino, hay, sin embargo, un obispo supremo, que est por encima de todos los otros con plena potestad, a fin de impedir cismas y divisin (xm, 1). Se trata por extenso la teologa y praxis de los sacramentos y del sacrificio de la misa. El sacrificio de Cristo en la cruz es por s slo bastante... para redimir a todo el linaje humano (xxil, 7). En la misa se trata de que todos los hombres puedan tomar parte y aprovecharse de este sacrificio que oper la salud eterna de todos los hombres de manera perfecta, suficiente y copiosa ( 8). Los sacrificios de los gentiles y judos tenan sentido en cuanto en ellos se anunciaba y aguardaba el sacrificio seero de Cristo ( 10). En la misa celebramos perpetuamente la memoria 413
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de este sacrificio y participamos de su fruto ( 19). El sacrificio de la cruz y el de la cena son en substancia uno solo, pero muy diferentes en el modo de ofrecerse ( 30). Deben mantenerse las ceremonias tradicionales (xxvi), pero deben explicarse al pueblo y desterrar todo lo que pudiera ser causa de supersticin ( 6). Hasta la decisin del concilio, se permiten, donde ya estn en uso, el matrimonio de los sacerdotes ( 20) y el cliz de los laicos ( 21). En el Interim no se dice palabra sobre la devolucin de los bienes quitados a la Iglesia. Como frmula de profesin de la fe presenta sin tachaduras la doctrina de la Iglesia, pero se esfuerza tambin en recoger y hacer justicia, en fondo y forma, a las intenciones de los protestantes15. Tanto ms de lamentar fue que no hallara la aprobacin de los estamentos catlicos. Los protestantes tenan que tener as la impresin de que con el cebo de unas concesiones que en el fondo no se tomaban en serio, se los quera llevar a una Iglesia anterior a su reforma que se les impondra ntegramente. Los irreconciliables entre los que se contaba el mismo Martn Butzer, inclinado en otros casos a la mediacin tuvieron juego fcil contra este ltimo intento de salvar la unidad religiosa, para movilizar la resistencia y presentar toda colaboracin como cobarda y traicin a la fe. Si el Inerim no afectaba a los estamentos catlicos, ello no quera decir que no se pensara en su reforma. Para ellos public el emperador, a 9 de julio de 1548, una Formula Reformationis per Caesaream Majestaem statibus ecclesiasticis... proposita e ab eisdem probata et recepta. En ella se presenta como urgente la reforma del clero. Al comienzo se dice: A fin de que se destierren los abusos y escndalos... y se reformen el clero y el pueblo... hasta que el concilio universal ponga fin a las divisiones y abusos, es sobre todo necesario que se renueve y purifique el estado eclesistico, pues por su confusin, desorden e inseguridad, ha cado tambin en confusin la figura de la Iglesia en general y se ha conmovido de formas varias. De acuerdo con este prembulo, el artculo primero trata de la
15. De otro modo J. LORTZ (Reformation in D. n , 273): Este Interim fue un compromiso bien intencionado y, por ende, dbil en s mismo. 16. Texto en M.K. T H . HERGANG, Das Augsburger Interim, Leipzig 1855, 232-272. Segn Lipgens (J. Gropper, 171) se puede probar con mucha verosimilitud que el autor de la formula reformationis fue Juan Gropper. Lo impugna decididamente G. PFEILSCHIFTEE, ARC n , 121s, n. 9.
formacin y examen de los candidatos a la ordenacin sacerdotal o al episcopado. Se recalcan fuertemente los deberes pastorales de sacerdotes y obispos. stos han de manifestar claramente por su conducta que son ms obispos que prncipes, y que sus pensamientos estn ms dirigidos al cielo que al mundo (n). Muchas veces se hace resaltar su obligacin de predicar y de prepararse para la predicacin por medio del estudio de la sagrada Escritura. Los sacramentos no deben convertirse en espectculos a los que se asiste ociosamente (otiosa spectacula), y deben explicarse una y otra vez a los fieles por medio de plticas o alocuciones (ix). Los textos de la administracin del bautismo y matrimonio pueden decirse, en parte, en lengua vulgar. Todos los ritos y prcticas religiosas han de servir a la autntica piedad. Hay que prevenir al pueblo contra los usos o abusos supersticiosos (xvi). Se prohibe la acumulacin de prebendas (xvm). Entre los medios de reforma se sealan so* bre todos las visitas y los snodos diocesanos y provinciales. Para que no se enfre el piadoso celo por Ja reforma, los snodos diocesanos deben celebrarse an hasta san Martn, y los provinciales hasta la cuaresma del ao prximo. De hecho, en la mayor parte de los obispados alemanes17 y en las provincias eclesisticas de Maguncia, Trveris, Colonia y Salzburgo se celebraron tales snodos18. Aqu se puso empeo en aplicar a las circunstancias locales el decreto imperial de reforma y darle as eficacia. Los estatutos sinodales dieron a los visitadores episcopales puntos de direccin y apoyo en sus esfuerzos respecto de doctrina y disciplina. Aunque en general el resultado no fue decisivo, se vio por lo menos claro un espritu nuevo y un comienzo de reforma interna de la Iglesia en Alemania. En todo caso, algo se preparaba el terreno para la aceptacin de los decretos del concilio tridentino. El fallo del Interim y de la Formula reformationis era no haber sido dictados por la competente autoridad de la Iglesia, y que representaban una problemtica ingerencia del cesar en los asuntos
17. G. SCHREIBER, Weltkonzil van Trtent n , Frburgo 1951. 18. L. LENHARDT, Die Mainzer Synoden van 1548 und 1549: AMrhKG 10 (1958) 7-111; H. FOERSTER, Reformbestrebungen Adolfs III. van Schaumburg 1547-56 in der Ktlnir Kirchenpromnz, Munster 1925; LOSERTH, Die Salzburger Prov.-Synode von 1549. Arch. fr 6atr. Gesch., 85 (1898) 131-357; B. CASPAR, Das Erzb. Trier im Zeitalter itr Glaubtnsspaltung, Munster 1965, 68-84; H. MOLITOR, Kirchliche Reformversuche der Kurfrjun und Erubischbfe v. Trier, Wiesbaden 1967, 96-99.
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internos de la Iglesia. La bula de indulto papal de 18 de agosto de 154819 poda interpretarse como una especie de sancin de estas medidas poltico-religiosas. Tras largas negociaciones, en ella conceda el papa las dispensas solicitadas por Carlos v para favorecer la reunin20. Siguen la misma direccin que el Interim y la frmula de reforma. En la bula se posibilita la rehabilitacin de concubinarios penitentes, la ordenacin de predicantes no ordenados antes y la ocupacin en la cura parroquial de almas de los salidos de rdenes religiosas. Se concede bajo determinadas cautelas el cliz de los laicos y se facilita una composicin con posesores de rentas y fortunas provinientes de antiguos bienes de la Iglesia. El Interim era difcil de ejecutar. Como dictado de una potencia vencedora en la guerra, llevaba un lastre que incitaba a la resistencia. Para realizar sus posibilidades positivas faltaba el personal convincente. Faltaban sacerdotes y religiosos que hubieran podido sustituir a los predicantes herticos de la oposicin. Los jesuitas comenzaban precisamente entonces a sentar pie en Alemania. Slo en el sur de Alemania, en ciudades como Augsburgo, Ulm y Constanza y en Wrttemberg, poda el emperador hacer hasta cierto punto valer el Interim. En Sajonia se haba implantado una frmula moderada. Los telogos de Wittenberg, con Melanchthon a la cabeza, el Melanchthon siempre pronto a la inteligencia, haban presentado sus reparos, en julio de 1548, en una dieta de Meissen (CR 7, 12-45). En el artculo sobre la justificacin haba segn ellos bastante cosa buena, sobre todo que somos justificados de balde, por gracia (16), pero se haba mezclado tambin mucha levadura farisaica (ibid.). Tras nuevas discusiones en Pegau y Torgau, surgi en Altzelle una nueva frmula. En ella se renen las cosas intermedias (adiaphora), sobre las que caba unirse. Ello condujo, el 28 de diciembre de 1548, a decretar el Interim de Leipzig (CR 7, 258-264). Se introducen de nuevo la confirmacin y la santa uncin, se traspasa la ordenacin a los obispos, y se ordenan las ceremonias y ornamentos de la misa y hasta la fiesta del Corpus. Se quera mantener y ceder en los adiaphora. Fue publicado con un mandato del prncipe elector Mauricio de 4 de julio de 1549, slo en extracto, y es el Interim menor (CR 7,
19. 20. Texto en L E PLAT IV, 121. CT vi, 767ss.
426-428). No logr importancia mayor, pero desencaden entre los telogos de Wittenberg la grave contienda sobre los adiaphora (cf. cap. xxvn). Matas Flacius, discpulo de Lutero, se declar en contra, abandon Wittenberg y, desde Magdeburgo, pulpito de nuestro Seor, juntamente con Nicols de Amsdorf, hizo viva guerra al Interim que significara el interitus de la reforma. Y no se mordi la lengua para rerse y burlarse de Juan Agrcola y el cobarde Melanchthon. Carlos v lanz sobre Magdeburgo la proscripcin imperial y encarg su ejecucin a Mauricio de Sajonia. La eficaz resistencia de esta ciudad fortaleci tambin a otras ciudades protestantes nortealemanas en su actitud negativa contra el Interim.
La revolucin de los prncipes La dieta de 1550-51, en Augsburgo, estuvo bajo el signo del concilio, cuya reapertura en Trento anunci el nuevo papa Julio m. Los estamentos protestantes se declararon dispuestos a enviar diputados, pero negaron su ayuda para la ejecucin del Interim y de la reforma imperial. Se propagaba una creciente oposicin contra Carlos v. Ya en febrero de 1550, Hans de Kstrin, Alberto de Prusia y Juan Alberto de Mecklenburgo haban formado en Konigsberg una liga para el sostenimiento del protestantismo, y particularmente para el apoyo de Magdeburgo. Ahora fueron conocidos los esfuerzos del emperador para asegurar a su hijo Felipe la sucesin en el imperio; esfuerzos que, el 9 de marzo de 1551, desembocaron en un pacto de familia habsbrgico. Segn l, Fernando seguira como emperador; pero, al mismo tiempo, Felipe, heredero de Espaa, sera rey de romanos y, por ende, sucesor de Fernando en el imperio. Maximiliano, hijo de Fernando, vendra en segundo lugar despus del espaol Consecuencia de este arreglo de familia fue el extraamiento de los hermanos Carlos y Fernando y la inquietud de los prncipes, que crean deber temer la vlehische spanische Servitut (la bruta servidumbre espaola). Abogado de la libertad de los prncipes se proclam a s mismo Mauricio de Sajonia. Ya sin eso le resultaba molesto que los enemigos del Interim lo pusieran en la picota como traidor de la causa 417
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protestante; por aadidura, el emperador no haba colmado del todo sus esperanzas de acrecentamiento de poder y no haba accedido a sus reiterados ruegos en favor de la liberacin de su suegro Felipe de Hesse. Mauricio tema adems que la liga de Knigsberg pudiera perseguir el fin de restablecer, con ayuda francesa, el antiguo principado electoral de Sajonia. Entonces comenz un refinado doble juego. Mientras abra negociaciones con Francia, demostr a par su fidelidad al emperador ejecutando la proscripcin imperial contra Magdeburgo, que capitul a 4 de noviembre de 1551. Se uni con los confederados de Konigsberg, a quienes ya en enero de 1551 haba quitado las tropas reunidas en Verden para socorrer a Magdeburgo, y con Guillermo de Hessen. Todos juntos, a 15 de enero de 1552 celebraron en el castillo de Chambord un tratado con Enrique n rey de Francia. ste les prometi ayuda financiera para atacar al emperador, y se hizo prometer en cambio el vicariato imperial sobre las ciudades de Metz, Toul y Verdun. Con ello se le abra al francs la puerta del imperio y se hincaba una cua entre los Pases Bajos y Borgoa. Simultneamente reforzaba Enrique n los planes de ofensiva de los turcos y alentaba a la rebelin a los enemigos del cesar en Italia. Carlos v haba echado en saco roto mltiples advertencias. As se hall inadvertido cuando Mauricio de Sajonia avanz, a fines de marzo, hacia Augsburgo y luego hacia el Tirol, mientras Alberto Alcibades de Brandenburgo-Kulmbach oprima a los obispados francones. Entretanto negoci Mauricio sin resultado con Fernando en Linz (19-4 a 1-5). Antes de que hubiera nuevas juntas en Passau para negociar, las tropas de los prncipes rebeldes, pasando por el desfiladero de Klause, avanzaron hacia Innsbruck. Carlos v se vio forzado a huir, por el Breero, hacia Villach. Ya antes (28-4-1552), ante las noticias de guerra, se haba dispersado el concilio de Trento (cf. p. 655). El emperador estaba herido en lo ms ntimo, pero no quebrantado. Cuanto ms tiempo ganaba para preparar el enrgico contraataque, tanto ms se fortaleca su posicin en las negociaciones que se llevaron a cabo en Passau de mayo a julio de 1552. El rey Fernando a quien de nuevo apretaban los turcos, se hizo aqu orador de los neutrales y mediador entre el emperador y los rebeldes. Estos pedan la abolicin del Interm, la convocacin de una junta nacio418
nal para el arreglo de los artculos religiosos y una paz duradera en materia de religin. Los bienes de la Iglesia deban quedar en manos de sus actuales poseedores. El emperador no se dej ganar para una renuncia definitiva a la reunin confesional ni a limitacin alguna forzosa de sus derechos imperiales. En la transaccin o pacto de Passau slo aprob una vez ms un armisticio hasta la prxima dieta en que se arreglara la cuestin religiosa y la de los gravmenes.
La paz religiosa de Augsburgo Tras el fracaso de una campaa contra Francia a fines de otoo de 1552 y del levantamiento del sitio de Metz (enero de 1553), Carlos v dej para siempre Alemania y entreg el imperio a su hermano Fernando. Se senta impotente para restablecer la unidad religiosa en el imperio y tena escrpulos de cooperar en ninguna otra solucin21. Todava convoc en Augsburgo la dieta que ya se atrasaba, pero no quiso presentarse ya l personalmente. Con escasa concurrencia, la dieta se abri finalmente el 5 de febrero de 1555. El emperador protest de antemano contra todo lo que ofendiera, violara, debilitara o agraviara en lo ms mnimo a nuestra verdadera, antigua, cristiana y catlica religin. Tras la muerte de Mauricio de Sajonia (t 1553) les faltaba a los protestantes una cabeza directiva. Pero haban afirmado su resolucin de lograr una paz religiosa absoluta y perpetua. Personalmente, slo est presente en Augsburgo, de los prncipes protestantes, el duque de Wrttemberg. Las negociaciones fueron llevadas por consejeros principescos, juristas de oficio y diplomticos. El deseo de paz era grande y la conviccin de la necesidad de una componenda, universal. Sin embargo, el tiempo no estaba an maduro para una real paz religiosa. Los protestantes reclamaban para s un ejercicio sin trabas de la religin; pero no estaban dispuestos a conceder lo mismo en sus territorios a catlicos e iluminados22. El 14 de septiembre, apelando
21. En carta de 8-6-1554 a Fernando la abdicacin efectiva de Carlos como rey lemn (K. BKAKDI. Karl V. ir, 3 9 8 ) se dice- seulement pour le rsped da peint d* la religin, auguel j'oi mes scrupules* (K. LANZ, Correspondenz m , 624). 22. Que (los estamentos luote^taiteb) pedan niavor libertad que la que ellos penusbmi dar, es cosa de que no puede caber duda (A. DRUFFEL - K. BRANDI, ReichsgeichKhtr, v, 739, n. 1).
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a su conciencia, los de Estrasburgo se opusieron a tolerar en su ciudad una minora catlica, pues una tolerancia del catolicismo era un pecado contra Dios28. De los estamentos de la antigua fe, slo el obispo* de Augsburgo, cardenal Otto von Waldburgo, sostuvo una concepcin consecuente, siquiera fuera irrealizable. El cardenal declar que para l era imposible aprobar la escisin de la Iglesia catlica una, ni reconocer competencia a la dieta para tomar pareja decisin24. Sin embargo, a la noticia de la muerte de Julio m (23-3), abandon la dieta junto con el legado, cardenal Morone, a fin de tomar partei en el cnclave. El hecho de que no volviera y se hiciera representar por su canciller, se fundaba sin duda en su intuicin de que estaba solo en su idea de no hacer concesin alguna 2 \ La curia romana estuvo por de pronto representada por el nuncio Delfino; luego, provisionalmente, por Lippomani; pero, en las negociaciones decisivas de las ltimas semanas, no estuvo en absoluto representada. Apenas si se sacaron a relucir argumentos teolgicos en Augsburgo. La suerte de las confesiones la decidieron los prncipes o sus juristas. Ya no pensaba nadie en una armona en dogma y culto. Se aspiraba a una paz duradera en poltica eclesistica entre estamentos de confesin distinta en el imperio. Hubo dificultades, aparte la cuestin de la posesin y goce de los bienes de la Iglesia, en la exigencia planteada a los obispos de que renunciasen a la jurisdiccin sobre subditos de prncipes protestantes. Duramente se luch en torno al reconocimiento del reservado eclesistico, segn el cual un prncipe eclesistico imperial que se pasara a la reforma perda oficio y seoro. Los protestantes se resistan a asentir a ello. Como el rey Fernando persistiera en el reservado y recalcara haber jurado por su honor que no se volvera atrs, presentaron ellos su contrapartida de que los estamentos eclesisticos tendran que garantizar a los caballeros, ciudades y comunidades evanglicas la libertad de religin. Fernando asinti pero no logr de los catlicos que ese punto se admitiera en el decreto de la dieta, sino que slo se permiti como declaracin accesoria (declaratio Ferdi23. Ibid. 719. 24. J. GRISAR. Die Stellung der P'pste sum Reichstag und ReKgvmsfrieden van Augsburg 1555: StdZ 156 (1954-55), 440-462, p. 444; K. REPGEN, Die romische Curte i, 1, p. 74. 25. K. REPGEN, Die romische Kurie i, 1, p. 74. n. 80.
nandea)2e. En cambio fue admitido el reservado eclesistico con la aadidura de que los protestantes no haban asentido. El 25 de septiembre de 1555, con el decreto de la dieta, fue publicada la paz religiosa de Augsburgo. De acuerdo con ella, despus de tantos intentos infructuosos de paz, se convino en que ningn estamento del imperio deba ser combatido por el emperador ni por un prncipe ni sufrir otro dao alguno por razn de pertenecer a la confesin de Augsburgo ( 3). A la inversa, los prncipes de la confesin de Augsburgo no deben hacer dao alguno a los estamentos seculares o eclesisticos que perseveren en la antigua fe ( 4). Sin embargo, los que no pertenecen a ninguna de las dos confesiones, deben quedar excluidos de esta paz ( 5). La libre eleccin de la profesin de fe vale slo para los estamentos del imperio, no para sus subditos. stos, segn el principio: Ubi unus dominus, ibi una sit religio 27, deben aceptar la confesin de la autoridad. Si no pueden decidirse a ello, debe reconocrseles el derecho de emigrar despus de vender sus bienes ( 11). Comoquiera que los partidos religiosos no pudieron avenirse en la cuestin del paso de un eclesistico o la confesin augustana, determin el rey, en virtud de autoridad imperial, que los arzobispos, obispos, prelados u otros estamentos eclesisticos que apostataran de la antigua religin perdieran oficios y bienes y pudieran los cabildos elegir un sucesor que, segn antigua tradicin, recibe todos los bienes ( 6). As pues, los prncipes eclesisticos podan hacerse luteranos como personas privadas sin obligacin de seguirlos sus subditos, y con prdida de su seoro. Respecto de los bienes de la Iglesia se toma como norma el estado' de posesin al tiempo de la transaccin de Passau ( 7). La jurisdiccin eclesistica no debe ejercerse respecto de los estamentos de la CA hasta el definitivo arreglo religioso ( 8). El estamento de los caballeros que dependan inmediatamente del imperio deben incorporarse en la paz religiosa
26. Texto: E. WALDER, Religimsverglekhe des 16. Jh. i, Berna =1960, 68-71. 27. Esta frase repetida muchas veces durante las negociaciones vino a convertirse ms tarde en la conocida frmula Cuius regio, eius et reltgio. Aparece por vez primera en lus Institutiones iuris canontct (Francfort 21612) del luterano JOACHIM STEPHANI: tt idea hodie reltgionem religvmi cohaerere dici potest, ut cuitas sit religio, hoc est dututiis, principatus, temtarium seu his temtorii, eius etiam sit religio hoc est tus episcol<nlr seu iurisdicto spiritalis (hb. i, cap. 7, n. 52). Citado segn M. HECKEL, Staat und Kirche nach den Lehren der ev. Juristen: ZSavRG 42 (1956), 212, n." 430.
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( 13). En las ciudades imperiales en que coexisten ambas confesiones, debe continuarse as, y cada una debe dejar en paz a la otra en su fe, ceremonias y bienes ( 14). La paz ha de seguir vlida hasta un arreglo pacfico y definitivo de la cuestin religiosa. Si la unin no se logra en un concilio general o nacional, o en una dieta, debe continuar vlida como una paz perpetua, constante, firme y absoluta ( 12). Se ve, pues, que la paz religiosa era entendida como algo provisional hasta que un concilio u otra autoridad religiosa competente restableciera la unidad. Slo caso de que no se arreglaran mejor las cosas, deba tener duracin. De hecho se convirti en algo definitivo e inici un perodo de paz de duracin desconocida en Alemania. La escisin religiosa fue definitiva y qued creada la coexistencia jurdica de dos confesiones. Se fund el principio de paridad, siquiera slo para el imperio, como equilibrio entre partes confesionalmente cerradas, una paridad, por tanto, que estribaba en imparidad de los territorios. No puede, por tanto, hablarse de tolerancia y libertad de conciencia. Al contrario, el seor del territorio determinaba la religin de sus subditos, y slo renunciaba, por el reconocimiento del derecho a la emigracin, a aplicar plenamente el derecho medieval contra el hereje con todas sus consecuencias para el cuerpo, la honra y los bienes. El arreglo tuvo por supuesto el moderno estado territorial, a cuya consolidacin contribuy a su vez esencialmente la cerrazn confesional. La supresin de la jurisdiccin episcopal en los territorios protestantes hizo que la evolucin acabara en iglesias regionales y exigi el episcopado del seor temporal, que no poda desde luego dirigir espiritualmente a su iglesia pero la hizo administrar por sus juristas. La politizacin de la religin y el encapsulamiento territorial de las confesiones acreci su mutuo extraamiento. Saban poco una de otra, y ello de odas en deformacin polmica. Los puntos oscuros de la paz religiosa ofrecan adems materia de conflicto. Los estamentos protestantes no se sentan obligados al reservado eclesistico. En vano intentaron suprimirlo en dietas posteriores. De hecho, la secularizacin de obispados y cabildos del norte y centro de Alemania no alcanz su punto culminante hasta despus de 1555: en Sajonia, Meissen, Merseburgo y Naum422
burgo, y en el norte de Alemania, Bremen, Lbeck, Sehwerin, Camin, Verden, Havelberg, Brandenburgo y Lebus. La declaratio Ferdinandea sobre la proteccin de protestantes en territorios eclesisticos no tena formalmente validez jurdica28, pero retuvo en muchos casos a los obispos catlicos, ya de suyo poco seguros, de pretender tambin para s el derecho de determinar la confesionalidad de sus subditos. A la inversa, muchas ciudades imperiales no cumplieron la ordenacin de proteger la minora confesional. Las comunidades del Interim fueron las ms de las veces de nuevo oprimidas. Sin embargo, el artculo de las ciudades hizo posible la persistencia de conventos y cabildos en ciudades imperiales de mayora protestante. Si originariamente la paz slo viga para los adeptos de la Confessio Augustana, de hecho pronto entraron a gozar tambin de ellos los reformados, aunque no sin contradiccin y, hasta 1648, sin obligatoriedad jurdica. A ello contribuy decisivamente la conversin al calvinismo de Federico ni del Palatinado (1563). As, la paz de Augsburgo no pudo impedir la escisin del protestantismo alemn. Con el abandono de la validez exclusiva de la sola verdadera fe catlica, la idea del imperio reciba una herida en lo ms hondo. El imperio se degrad en mera confederacin de estados territoriales. Fue ms que coincidencia temporal que Carlos v abdicara la corona imperial el 12 de septiembre de 1556. La actitud de la curia con cuyas normas era, en efecto, incompatible la paz religiosa, slo se comprende, si se tiene en cuenta que, bajo Julio ni, se evit una ingerencia en la situacin alemana, pues se la tena ya sin ms por perdida 29, y, bajo Paulo iv, dominaron hasta punto tal las diferencias con la casa de Habsburgo, que la paz religiosa no fue factor determinante 30. Probablemente, entre quienes rodeaban a Paulo iv, se pens en una protesta contra la paz religiosa de Augsburgo; pero todo qued en lamentos y acusaciones al rey Fernando y otros. No se lleg a una protesta formal y a un veto jur28 No fue publicada ni sealada la cmara judicial imperial, por lo que no fue nunca derecho vlido para este tribunal. 29. Morone escribe como legado a 26-3-1555 de Augsburgo a Roma: El menor mal que aqu puede hacerse perceme ser no hacer nada y dejar que las cosas caigan por s mismas ms bien que hacerlas con decretos. Cf. H. LUTZ, Karl V. und die Kurie 1552-56; RSTI 13 (1959), 22-49, p 40s; K. REPGEN, Die lonusche Kurie i, 1, p. 77, n 92. 30. H. LUTZ, Christiamtas affhcta, 472
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dico contra la paz religiosa de Augsburgo, y podemos decir que para bien del afianzamiento de la posicin catlica en Alemania81. Los estamentos catlicos, con Fernando i a la cabeza, estaban convencidos de que, de momento, no se ofreca solucin mejor, si no se quera sufrir nuevas prdidas y cargar con nuevas luchas y guerra. Con ideas de su tiempo, para las que no estaba maduro el de entonces, Po xn comprendi 400 aos ms tarde la verdad histrica cuando declar sobre la paz religiosa de Augsburgo: El bien comn del imperio y de la Iglesia, para la que se trataba de ser o no ser dentro de las fronteras alemanas, justific la firma de los prncipes catlicos bajo el acuerdo religioso 32.
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La introduccin de la reforma y la organizacin de la nueva Iglesia en los pases escandinavos se debi, ms an que en el centro de Europa, a la presin de fuerzas polticas. Los reinos nrdicos de Dinamarca, Suecia y Noruega, ms los pases vecinos de Islandia y Finlandia, se haban federado desde 1397 en la unin de Kalmar, que fue ms una unin personal bajo el rey dans, que una slida unidad poltica. Las rivalidades nacionales llevaban a contiendas continuas. Si el rey de Dinamarca buscaba quebrar, por medio de la innovacin religiosa, el poder de la nobleza, especialmente de los obispos, para Suecia la reforma protestante era el camino para sacudir la dominacin danesa. En cambio, Noruega e Islandia defendan con su fe catlica su independencia frente a Dinamarca. Sin miramiento alguno ni intento de colorear la cosa, se ech mano de los bienes de la Iglesia y monasterios, bien administrados y copiosos. El cristianismo no estaba an tan profundamente arraigado en los pases nrdicos como en el sur y centro de Europa; en cambio, aqu no se conoci un otoo de la edad media con una religiosidad diferenciada y pretenciosa de una parte, y manifestaciones de decadencia de poca tarda, de otra. Vivase como la cosa ms natural del mundo, sin contradiccin, en las formas de la piedad catlica. Los esfuerzos de reforma del siglo xv haban penetrado hasta el norte y tuvieron un efecto ms duradero, en parte, que en el centro de Europa. A comienzos del siglo xvi, en el contexto de los estudios humansticos de la Biblia y los escritos de los padres de la Iglesia, se hizo sentir un catolicismo de reforma, que no siempre es fcil distinguir del movimiento protestante. La orden de santa Brgida, en su rama masculina y femenina,
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desplegaba, a par de las rdenes mendicantes, abundante vida. De los pases nrdicos en general puede decirse lo que se ha dicho de Suecia: Acaso ningn pas de la cristiandad europea occidental necesitaba menos de reforma eclesistica al comienzo de la edad moderna \ Los pases escandinavos se dividan, al final de la edad media, en tres provincias eclesisticas. La danesa, bajo el arzobispo de Lund, comprenda los obispados de Aarhus, Borglum, Odense, Ribe, Roskilde y Viborg. Suecia y Finlandia formaban el arzobispado de Uppsala con los sufragneos de Linkoping, Skara, Strangns, Vxj, Vsters y Abo. A la provincia eclesistica de Noruega con el arzobispado de Trondheim" (Nidaros) pertenecan los obispados de Bergen, Hamar, Oslo y Stavanger con Hlar y Sklholt en Islandia.
Dinamarca En Dinamarca, el rey Christian II (1513-23), hombre de dotes, pero desequilibrado y juguete de sus pasiones, quiso quebrantar el poder de la nobleza y de los prelados y hacer heredera la monarqua. Por medio de medidas progresivas, como mejoras de la instruccin popular y de la administracin de justicia, as como por el fomento del comercio y trfico, supo ganarse al pueblo. Por corto tiempo logr en 1520 imponer su dominio en Suecia contra las aspiraciones de independencia bajo Sten Sture, presidente del reino. Por el bao de sangre de Estocolmo, trat de deshacerse de sus contrarios en la nobleza sueca; pero se hizo tan odioso que le fue fcil al joven Gustavo Vasa ganarse al pueblo con dirigentes de la nobleza y de la Iglesia y ser elegido en 1521 presidente del reino. En otoo de este ao, el gobierno dans hubo de abandonar el pas. Con ello el dominio de Christian n se redujo a Dinamarca, Noruega e Islandia. Ya en octubre de 1520 pidi al seor temporal de Lutero, el prncipe elector Federico el Sabio, le mandara un predicador de la pura palabra de Dios. As vino, en junio de 1521 Karlstadt a Dinamarca; pero no pudo realizar sus ideas radicales, pues el rey,
1 H. HOLMQUIST, Die schwedische Reformacin 1523-1531, Leipzig 1925, 5.
por consideraciones polticas, entre otros con su cuado Carlos V, no quera llegar a una ruptura con la antigua Iglesia. Christian II organiz por de pronto su rgimen de iglesia regional. Cercen los derechos de los obispos y prohibi la apelacin a Roma. Permiti el matrimonio de los sacerdotes. Sin embargo, a comienzo de 1523 hubo de fracasar el rey ante la oposicin de la nobleza, incluso de una serie de obispos. Le negaron la fidelidad y levantaron al duque Federico de Holstein por rey de Dinamarca, al que impusieron obligacin de proceder contra los discpulos de Lutero y contra todos los otros que predicaran contra Dios, la fe de la santa Iglesia, el padre santo de Roma o la Iglesia romana. Sin embargo, Federico i (1523-33) favoreca el luteranismo tanto ms abiertamente cuanto ms afirmada vea su posicin. En junio de 1526 dio su hija por mujer a Alberto de Prusia, el primer prncipe eclesistico que se hizo protestante y transform el estado de la orden teutnica en un ducado secular. Federico favoreci a Hans Tausen (1494-1561), el Lutero dans, antiguo joannita, que fue ganado en Wittenberg, el ao 1523, para la nueva doctrina y en 1526 le hizo su capelln cortesano, a pesar de que contra l corra una acusacin de hereja. Efecto pernicioso tuvo el hecho de que, en muchas ocasiones, la curia dispuso arbitrariamente de las prebendas de la Iglesia nrdica. As por ejemplo, no confirm para arzobispo de Lund al maestro Aage Jepsen Sparre, cannicamente elegido por el cabildo catedral e idneo para el cargo, sino que, a 6 de febrero de 1520, confirm el rico arzobispado al cardenal de curia Paolo Emilio Cesi. Seguidamente, Christian n puso uno tras otro a tres de sus favoritos en la silla episcopal de Lund. En 1526 Federico i nombr a Aage Sparre arzobispo; pero le fue negada la confirmacin papal. As que no pudo> recibir la consagracin episcopal y gobern como arzobispo electo. Bajo la impresin de este pleito, logr el rey de la dieta de Odense en 1526, que ningn clrigo' deba pedir la confirmacin o provisin del papa. Las tarifas correspondientes se aplicaran a la defensa del pas. Desde entonces no recibieron ya los obispos la consagracin. As, en 1532. cinco de los ocho obispos daneses, que de suyo sentan catlicamente, no fueron ya consagrados. En la dieta de Odense de 1527 pidieron los obispos que se procediera contra el nuevo rgimen y la nueva doctrina. Pero el 429
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rey se impuso y logr proteccin jurdica del reino en favor de los luteranos, que ganaron para su causa a la mayora de las ciudades. Slo las ciudades episcopales y la poblacin campesina, junto con la nobleza, permanecieron catlicas. La antigua fe fue intrpidamente defendida por el carmelita Pablo Helgesen (Heliae, aprox. 1485-1534). Estaba imbuido de humanismo bblico en el espritu de Erasmo y se prometa una renovacin de la Iglesia de la meditacin de la Biblia y del estudio de la teologa de los padres. De Alemania llamaron los obispos al provincial de los franciscanos y predicador de la catedral de Colonia Nicols von Herborn (hacia 1480-1535). l compuso la declaracin de los obispos contra los 43 artculos de la Confessio Hafniensis, que 21 predicantes protestantes bajo la direccin de Hans Tausen presentaron en julio de 1530 a la dieta de Copenhague, y una Conjutatio Lutheranismi Danici. El rey prosigui consecuentemente su poltica de favorecimiento del luteranismo. Despus de su muerte (1533), quisieron los obispos impedir la eleccin de su hijo mayor Christian, de tendencias luteranas, en favor del hermano menor de ste, todava menor de edad, que se haba educado entre catlicos reformistas y haca esperar una restauracin catlica. En la dieta de Copenhague se logr un aplazamiento de la eleccin. Sin embargo, una guerra civil, apoyada por Lbeck, con el fin de instaurar de nuevo al desterrado Christian II, hizo forzosa la eleccin de Christian m (1534-59). La eleccin supuso el triunfo de la reforma luterana en Dinamarca y, por ende, en Noruega e Islandia. Los obispos fueron encarcelados, excluidos del gobierno civil, y sus bienes incautados para la corona. Por un proceso de la dieta de 30 de octubre de 1536 fueron depuestos y sustituidos por superintendentes. Estos fueron, en el fondo, empleados reales. Para organizar la nueva Iglesia fue llamado a Copenhague Juan Bugenhagen, que coron al rey, compuso por el patrn de la ordenacin eclesistica de Sajonia la Ordinantia Ecclesiastiea y orden a siete superintendentes. stos tomaron ms tarde el ttulo de obispos, sin preocuparse de la sucesin apostlica. La Ordenanza de la Iglesia slo fue aceptada por el consejo del reino en 1539 como solucin interina hasta que un concilio universal decidiera la cuestin religiosa. De hecho sigui en vigor hasta 1683 y cre una iglesia luterana regional bajo la direccin del rey. Cuando, en 1538, se adhiri Christian m a la liga de Esmalcalda, la
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Confessio Augustana vino a ser el credo de la Iglesia de Dinamarca. En 1550 apareci una traduccin al dans de toda la sagrada Escritura, la Biblia de Christian. La resistencia contra la reforma luterana fue quebrantada por medio de la crcel y el destierro. El rey Christian iv (1588-1648) prohibi bajo pena de muerte a los sacerdotes catlicos pisar suelo dans. A la conversin a la Iglesia catlica se siguieron durante siglos el destierro y la confiscacin de los bienes. Hasta 1844 no fue concedida libertad religiosa.
Noruega Al mismo tiempo que en Dinamarca, Christian ni introdujo la reforma en Noruega. El arzobispo de Nidaros (Trondheim) Olav Engelbriktsson (1523-1537), haba intentado salvar con la antigua fe un residuo de independencia noruega frente a Dinamarca; pero no pudo reunir en su mano las fuerzas del pas contra Christian ni y, en 1537, huy a los Pases Bajos. La reforma protestante fue introducida en Noruega, por el patrn de Dinamarca, sin respaldo del pueblo. Los obispos fueron depuestos y los bienes de iglesias y monasterios confiscados para la corona de Dinamarca. Las asambleas de seores, en que predominaban varones daneses, de Bergen y Oslo aprobaron en 1539 la ordenanza eclesistica danesa. Sin embargo, en consideracin de la poblacin que no estaba an preparada para la doctrina luterana, se procedi con precaucin en su ejecucin. Todava durante dcadas se mantuvo la fe catlica en la poblacin campesina. Prcticas catlicas como las peregrinaciones y el culto de la Madre de Dios y de san Olav rey pervivieron ms all del siglo xvi. La ordenacin luterana de la Iglesia de 1607 dio cierta conclusin a la reforma protestante. Fue perjudicial para el arraigo del luteranismo en el pueblo el hecho de que, a par de la Biblia danesa, tambin la liturgia, los cnticos y el catecismo menor de Lutero slo estaban en dans, y el noruego slo perviva como dialecto del pueblo.
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Islandia Tambin en Islandia sucumbi una Iglesia catlica viva a la ambicin de poder del rey dans. Como Dinamarca y Suecia, tambin a Islandia lleg el luteranismo por comerciantes y por clrigos jvenes formados en Alemania. Los obispos Ogmundur Plsson de Sklholt (1521-40) y Jon Arason de Hlar (1520-50) supieron por de pronto contrarrestar las influencias. A la subida al trono de Christin ni recibi Islandia un nuevo virrey en la persona de Klaus de Merwitz, que exigi de los obispos la aceptacin de la ordenacin eclesistica de Dinamarca. stos se negaron juntamente con la clereca y, en dos escritos doctrinales, previnieron al pueblo contra Lutero y sus errores. Entretanto, Gissur Einarsson (1515-48), que haba vuelto luterano de su estudio en Alemania, disip los escrpulos del obispo gmundur y se gan a fuerza de halagos la confianza del viejo y ciego varn. Al retirarse de su cargo en 1540, recomend como sucesor al joven Gissur Einarsson, que en los ltimos aos se haba hecho imprescindible como su brazo derecho. Gissur fue elegido y se hizo confirmar por el rey en Copenhague como superintendente. En Islandia supo por de pronto mantener poco claras sus intenciones entre los crculos conservadores. Cuando el viejo obispo reconoci su error, despleg actividad, no obstante sus achaques, en defensa de la antigua fe, hallando apoyo entre los sacerdotes y el pueblo. Entonces intervinieron violentamente los daneses y arrastraron al anciano, en 1541, a una nave, donde muri poco despus de hacerse a la vela. El obispo de Hlar, en el norte de Islandia, Jon Arason (1520-50), prncipe eclesistico, poeta, hombre de estado y guerrero todo en una pieza, estaba resuelto a defender la fe a par de la libertad de Islandia. No obstante tener cuatro hijos, de los que dos eran sacerdotes, y dos hijas, se hizo obispo. Declarado rebelde y hereje por el rey dans, march en el verano de 1550, como autntico descendiente de los vikingos, al sur de la isla, hizo prisionero al obispo protestante de Sklholt y expuls al virrey del rey de Dinamarca y sus partidarios. Ya pareca que Islandia estaba en sus manos, cuando, a su vuelta al norte, cay, por traicin, en manos de sus enemigos. Fue condenado a muerte y, por negarse a comprar la vida al precio de condiciones
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inaceptables para un obispo, fue ejecutado con sus dos hijos sacerdotes. Ahora fue para Christin juego fcil introducir la reforma protestante, que signific a par el saqueo de la isla y el fin de la libertad. No es de maravillar que pasara mucho tiempo hasta que el luteranismo entrara en el corazn del pueblo. Hasta el ao 1584 no apareci una Biblia completa en lengua islandesa, luego un libro de cnticos (1589) y un sermonario familiar (1594).
Suecia En Suecia, el arzobispo de Uppsala, Gustavo Trolle, en connivencia con los daneses, se opuso al movimiento nacional sueco. En 1517 fue depuesto. Christin II de Dinamarca se present, en 1520, en su campaa para someter a Suecia, como defensor de la libertad eclesistica y como protector del arzobispo. En el bao de sangre de Estocolmo (1520) hizo el rey dans ejecutar a los dirigentes de la oposicin sueca. Con ello quedaba gravemente lastrada la unin de los dos reinos y comprometido el arzobispo Trolle. La lucha de liberacin se dirigi, pues, tambin contra l y contra la Iglesia por l personificada. El ao 1521, fue elegido presidente del reino, en Vadstena, Gustavo Erikson Vasa (1496-1560). Pronto tuvo en sus manos a todo el pas a excepcin de algunas plazas fuertes. El gobierno dans hubo de ceder. Con la subida al trono de Christin n en Dinamarca, lograra Suecia definitivamente su independencia. Por pentecosts de 1523, fue elegido rey Gustavo Vasa en Strngns. El arcediano local Lcars Andersson (Laurentius Andrea; 14701552) fue su secretario y canciller. Dirigi la poltica real en sentido reformatorio y supo hacer que Gustavo Vasa cayera en la cuenta de las ventajas que supona para el poder real y la caja del estado un sistema eclesistico luterano. Al rey le importaba poco la religin; s, empero, asegurar su poder por medio de una iglesia estatal y satisfacer sus necesidades financieras por medio de los bienes de la Iglesia, sin imponer nuevas cargas al pueblo y a la nobleza. Tambin en Suecia fue dado a conocer el movimiento luterano por obra de comerciantes alemanes o relacionados con Alemania, y por telogos que haban estudiado en la tierra del protestantismo.
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El ms importante de entre ellos y el verdadero reformador de Suecia fue Olavus Petri (Pedersson [1493-1552]), que proceda inmediatamente de la escuela de Lutero. Haba estudiado en Rostock y Leipzig y, desde fines de otoo de 1516, en Wittenberg. En otoo de 1518 volvi a Suecia, henchido do entusiasmo por la sagrada Escritura como autoridad suprema. Entr al servicio del obispo de Strngns, aqu se hizo dicono (1520). presidente o director de la escuela catedralicia y predicador de la catedral. Cuando fueron delatadas sus predicaciones, el rey le procur un puesto de secretario de la ciudad y predicador de la capilla principal de Estocolmo (1524). Aqu trabaj fervorosamente, hasta 1531, por la reforma protestante. La serie de sus numerosos escritos, predominantemente pastorales, se abri con Una instruccin til (1526)2. Esta primera obra de literatura reformista en Suecia es una mezcla de secciones independientes y de partes traducidas de escritos de Lutero, Butzer y otros. Olavus Petri compuso cnticos de iglesia, tradujo el Nuevo Testamento (1520) y, en la Crnica de Suecia cre la primera gran obra histrica nacional. En defensa de la fe catlica sali al palenque con firmeza y competencia el obispo de Linkping Hans Brask, al que prometiera solemnemente Gustavo Vasa, en 1521, que protegera todos los derechos y posesiones de la Iglesia. Por medio de una imprenta propia propagaba Brask escritos religiosos. Trabaj en una versin del Nuevo Testamento y en escritos pastorales atac de la forma ms viva al luteranismo. No es de maravillar que, en el curso de los aos, la oposicin al rey fuera cada vez ms fuerte. Ello tena tanto ms graves consecuencias cuanto que, en 1523-24, casi todos los dems obispados haban quedado vacantes y provistos de nuevo con candidatos reales. stos eran desde luego afectos a la antigua Iglesia, pero no estaban confirmados ni consagrados por el papa. En noviembre de 1523 pidi Gustavo Vasa la confirmacin a condicin de que se le dispensaran los aranceles usuales, y amenaz que, de lo contrario, hara confirmar y consagrar a los electos a solo et summo pontfice Christo. La curia rechaz la peticin. El papa confirm slo al presidente
2. Sobre los escritos de O. Petri cf. S. INGEBRAND, Olavus Askadnmg, Lund 1964, 19-48, resumen al 348-351. Petris reformatortska
del monasterio de santa Brgida en Roma Peder Mnsson (Magni; t 1534) como obispo de Vasters y mand se le confiriera la consagracin s. El obispo Brask vio el peligro de un cisma y trabaj por la pronta coronacin del rey y por la confirmacin y consagracin de los obispos. Gustavo Vasa no tena prisa en uno y otro asunto, sino estaba ms bien interesado en un aplazamiento. Quera acabar con el dominio de los obispos en el pas. Pero con la coronacin real iba unido un juramento de respetar los privilegios de la Iglesia y la posicin de los obispos. Ese juramento quera eludir el rey. Adems, le era ms fcil manejar a los administradores slo electos y no consagrados. Despus de la consagracin se tema pensaran los obispos no tener ya deberes para con l, sino slo con el papa de Roma 4 . La suerte de la Iglesia sueca se decidi en la dieta de Vasters, ao de 1527. Por una astuta tctica supo Gustavo Vasa desviar la atencin de la cuestin religiosa l no quera introducir una nueva religin, sino slo que se predicara la pura palabra de Dios y el puro evangelio y poner en primer trmino la necesidad del reino. Y era as que a l le importaba ante todo apoderarse de los bienes de la Iglesia y la plena impotencia de ella a favor de la unidad del estado a que l aspiraba. Las patticas apelaciones del obispo Hans Brask de mantener la libertad de la Iglesia y la autoridad del papa, slo produjeron una impresin transitoria. En el decreto de la dieta, los estamentos entregaron completamente la Iglesia al dominio del estado. El decreto determinaba lo que quedaba de rentas o ingresos a los obispos para su ministerio espiritual. Los monasterios quedaron sujetos a la inspeccin regia o entregados para su explotacin a la nobleza. La organizacin externa de la Iglesia qued en pie, pero el rey poda instituir y destituir sacerdotes. stos tenan que predicar la pura palabra de Dios. Gustavo Vasa logr en Vasters su propsito. Ahora, su coronacin y la consagracin de los obispos slo poda acarrearle ventajas y afirmar su posicin frente al extranjero y frente a la oposicin en el pas. As, hizo comunicar a los obispos que el pueblo no
1. T u . VAN HAAG, Die apostolische SuJisession %n Schweden: Kyrkohistorisk Arslcrlft, 44, Uppsala 1945, 5ss. 4. S. KJOLLERSTKOI, Gustav Vasa und die Bischofsweihe (1523-31): Festschr. fr Joh. Hekkel, ed. dirigida por S. GKTOTDMAMN, Colonia-Graz 1959, 164-183.
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quera permanecer por ms tiempo sin obispos ungidos. Tenan que hacerse consagrar o dejar su puesto. Pero tendran que ser obispos conforme a la palabra del Seor y no a la del papa. Consiguientemente tenan que obligarse por juramento a predicar el evangelio, contentarse con los ingresos necesarios para su oficio y ser fieles al rey. Al papa no se lo mentaba. La consagracin fue administrada por el obispo de Strgns Peder Mnsson, consagrado an en Roma. Los candidatos a la consagracin realzaron su lealtad a Roma al afirmar por escrito que, venida la ocasin, pediran la confirmacin a Roma5. Una semana ms tarde, el 12 de enero de 1528, Gustavo Vasa se hizo ungir y coronar rey en la catedral de Uppsala, segn el antiguo uso catlico, por los obispos. Pero en el juramento de la coronacin no se deca ya palabra sobre la proteccin de la santa Iglesia ni de los privilegios de los obispos. El sermn lo pronunci el reformador Olavus Petri. La junta eclesistica de rebro, en febrero de 1529, que en otras ocasiones se haba mostrado ms bien en favor de una reforma catlica que no protestante, neg al papa autoridad por encima de la potestad episcopal. La ruptura con el papado apareci con entera claridad, cuando, en 1531, Laurentius Petri, herman de Olavus, que haba acabado justamente sus estudios en Wittenberg, fue elevado, sin contar con Roma, a arzobispo de Uppsala. El mismo ao apareci la misa sueca de Olavus Petri, que es una traduccin y refundicin, con espritu protestante, del antiguo orden de la misa. Es una traduccin y refundicin de antiguos ordinarios de la misa. Por estos aos de 1531-33 ejerca Olavus Petri como canciller del rey Gustavo Vasa, la mxima influencia. Ms tarde cay, junto con Lars Andersson en desgracia del rey. Por consejo y con ayuda de dos alemanes, el telogo Jorge Norman y el jurista Jorge Pyhy, Gustavo Vasa buscaba fortalecer an ms su influjo sobre la Iglesia. As la puso bajo la inspeccin de un superintendente, cargo para el que nombr, en 1539, a Norman, preceptor de sus hijos. Olavus Petri y Lars Andersson no quisieron someterse a este arbitrio cesaropapista y fueron condenados a muerte; luego se los indult por una fuerte pena pecuniaria. Desde 1543, Olavus trabaj de nuevo como pastor principal de Estocolmo, donde muri en 1552.
5. Ibid 180.
La postura de Gustavo Vasa en la cuestin religiosa en los aos siguientes fue cambiante segn la situacin poltica. En conjunto se prosigui sin llamar la atencin, pero tenazmente, la organizacin de la iglesia luterana. Las instituciones externas continuaron ms que en otros pases. A la verdad, para ganar al pueblo se necesit an de mucho tiempo. De sus hijos sigui a Gustavo Vasa, primero, Erico xiv (15601568). Dotado de altas cualidades, pero desmedido y sin sentido de lo posible, se atrajo la enemiga de la nobleza por su intento de proseguir y hasta reforzar el rgimen absoluto de su padre, y la de la clereca luterana por su favorecimiento del calvinismo, cuando hubiera necesitado urgentemente el apoyo de todas las fuerzas del pas por razn de la guerra con Dinamarca por la posesin de Livonia. En un levantamiento de la nobleza fue primero destronado en 1568 y posteriormente (1577) envenenado en la crcel. Su hermano y sucesor, Juan ni (1568-92), imprimi a la Iglesia estatal sueca, por la ordenacin eclesistica de 1571, el cuo que guarda an hoy da. La ordenacin haba sido ya compuesta en 1561 por Laurentius Petri, pero fue suprimida por Eriko xiv. La versin refundida de 1571 se enlaza ms estrechamente con la vieja tradicin sueca, presenta una liturgia ms rica y da al episcopado ms importancia y autoridad 6. La constitucin episcopal de la Iglesia queda plenamente restablecida. Juan m se interesaba personalmente por la teologa. Su matrimonio con Catalina, hermana del rey de Polonia, Segismundo n, que permaneci fiel a su fe catlica, su formacin humanstica y un encuentro con la Iglesia anglicana y su liturgia, le hicieron pensar en una mediacin entre la Iglesia catlica y el luteranismo. Rondbale la cabeza una unidad de la Iglesia fundada en la comn tradicin de la poca de los padres. Con la autorizacin del matrimonio de los sacerdotes, del cliz de los laicos y la lengua popular en la liturgia, le pareca posible la unidad. Sus tendencias catolizantes quedaron patentes en la Nueva ordenacin eclesistica (1575) y en la Liturgia de la Iglesia sueca (1576) el llamado Libro Rojo. Sin miramiento a la oposicin, trat con el sabio jesuta Antonio Possevino (f 1611) sobre la reconciliacin con Roma. Las fuerzas
h, E. I'ARNSTROM, Latrentius colmo 1956. Petns handskrvjna Kyrkoordmng av ar 1561, Esto-
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opuestas a tales tendencias fueron organizadas por el tercer hijo de Gustavo Vasa, el duque Carlos de Sodermanland. Enrgicas medidas contra la reeatolizacin del pas le parecieron particularmente imperiosas y prometedoras a la muerte de Juan ni, pues el hijo de ste, Segismundo (1592-1599), que ya desde 1587 era rey de Polonia y all haba trabajado fervorosamente por la fe catlica, estaba decidido a hacer lo mismo como rey de Suecia. El tiempo hasta su subida al trono lo aprovech el duque Carlos para poner al nuevo rey ante hechos consumados. El snodo nacional de Uppsala de marzo de 1593 rechaz por supersticiosa la liturgia del rey Juan ni y profes formalmente la Confessio Augustana de 1530. Se hizo depender la coronacin del nuevo rey, de la aceptacin de estos decretos. Segismundo m se dobleg. Posteriormente, no pudo siquiera imponer libre ejercicio de la religin para su squito catlico. Desilusionado se volvi a Polonia y dej a su to, el duque Carlos, el gobierno. Slo cuando ste, por su proceder autoritario, soliviant contra s la alta nobleza del consejo del reino, intent el rey recuperar el poder por fuerza de armas. Pero venci Carlos, ejecut despus de la dieta de 1560 sangrientas represalias contra sus contrarios y, el ao 1604, subi l mismo al trono de Suecia como Carlos ix (1604-11). Ya en 1595 decret la dieta de Soderkoping la expulsin de todos los catlicos del pas y suprimi el ltimo monasterio, fundacin que era de santa Brgida en Vadstena (cf. p. 709). Finlandia El destino de la Iglesia de Finlandia estaba totalmente bajo el signo de la dependencia del pas respecto de Suecia. Los decretos de la dieta de Vasters (1527) y del snodo regional de Orebro (1529) fueron tambin aqu normativos. Ya antes, el cannigo Petrus Sarkilathi (f 1529) de Abo (Turku), que haba estudiado en Alemania, haba propagado doctrinas luteranas. Marten Skytte, que fue hecho obispo a los setenta aos por Gustavo Vasa, era an personalmente catlico, pero foment la reforma protestante al enviar jvenes de talento a estudiar en Alemania. El ms importante de ellos, Miguel Agrcola (1508-1557) volvi a Finlandia despus de sus estudios en Wittenberg (1536-39) con cartas de recomendacin
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de Lutero. Fue director de la escuela catedralicia de Abo. Ms tarde coadjutor y," en 1554, sucesor del obispo Mrten Skytte. Agrcola vino a ser no slo reformador de Finlandia, sino que l puso tambin el fundamento de la lengua escrita y de la literatura finesa. En 1543 public un abecedario, unido al breve catecismo, y, un ao ms tarde, un extenso devocionario. Su obra capital es la versin del Nuevo Testamento en 1548. Suyas aparecieron tambin partes del Antiguo Testamento (1551-52) y un santoral o aalejo por el estilo de la misa sueca. El mismo ao que Agrcola (1554) Paulus Juusten, que haba estudiado igualmente en Wittenberg (1543-46), fue hecho obispo del recin fundado obispado de Viborg (Viipuri). Docto y dotado, a par, de cualidades pastorales, pasa por el Melanchthon de Finlandia. Muri en 1576 como obispo de Abo. Los esfuerzos de reeatolizacin de Juan m hallaron en Finlandia suelo feraz, pero acabaron tambin aqu con el snodo de Uppsala (1593). Para el arraigo del protestantismo en el pueblo tuvieron importancia el libro de cnticos, en fins, del ao 1605, una edicin corregida de la primera de 1580, un catecismo en preguntas y respuestas (1618) y un sermonario en dos tomos. XXVI. LA REFORMA PROTESTANTE EN EUROPA ORIENTAL
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Ducado de Prusia Por la segunda paz de Thorn, la parte occidental del territorio de la orden teutnica Prusia (Pomerellen y Kulmerland) con inclusin del obispado de Ermland, fue incorporada a Polonia. La Prusia oriental con Knigsberg qued para el gran maestre de la orden teutnica. Sin embargo, ste tena que prestar al rey polaco juramento de vasallaje. Cuando, en 1511, Alberto de BrandenburgoAnsbach (1490-1568) fue elegido gran maestro de Prusia, trat de eludir la prestacin del juramento y recuperar los territorios de la orden de Prusia occidental. Sobre ello declar la guerra a Polonia en enero de 1520. En el armisticio de Thorn la decisin del litigio fue remitida a una comisin de arbitraje. En la reforma de la orden y administracin del pas, el consejero de Alberto, Dietrich von Schonberg, quiso ya en 1521 proponer a Lutero, para su revisin, las reglas de la orden. As se hizo en junio de 1523, despus que, entretanto (1522), en Nuremberg, por las predicaciones de Osiander, fue ganado Alberto para el movimiento de reforma (WA Br 3, 86s). Ya a 28 de marzo de 1523, haba publicado Lutero su escrito: A los seores de la orden teutnica sobre que eviten falsa castidad \ En otoo del mismo ao llam Alberto a dos predicantes protestantes, al Dr. Juan Briesmann2 y Juan Amandus, a Knigsberg, y a fines de noviembre de 1523 tuvo una entrevista con Lutero en Wittenberg. Lutero le aconsej que echara al cesto las reglas de la orden, se casara y transformara el territorio en un ducado secular (WA Br 3, 315, 22-25). Alberto le pregunt si Cristo haba fundado su Iglesia sobre Pedro y sobre el papa como sucesor de Pedro, si el papa, con o sin el concilio, tiene poder de dictar, ms all del mandamiento de Dios, una ley cuyo cumplimiento es condicin de salud eterna, si el papa y los concilios pueden cambiar los mandamientos de Dios, etc. A todo ello respondi Lutero en diciembre de 1523 (WA Br 3, 207-219). Por obra de Briesmann, que ya en septiembre-octubre de 1523 haba publicado, annimas,
1. WA 12, 232-244; cf. W A Br 3, 195. 2, Cf. R. STUPPERICH, Johann- Briesmanns <lciiburgische KG 34 (1937), 3 21 reformatorische Anfange: Jb. fur bran-
Los pases de Europa oriental estn caracterizados al comienzo de la edad moderna por la variedad de nacionalidades, rdenes sociales y formas constitucionales. Ello condujo a que la reforma echara pronto y fcilmente pie en ellos, pero tambin a que fuera de Prusia y Livonia, en ninguna parte se impusiera completa y exclusivamente como luteranismo. La pluralidad de las fuerzas condujo a un clima religioso generalmente suave, y a la coexistencia de varias confesiones en un territorio. La autoridad no forz en muchos casos a una confesin nica. Ello tuvo por consecuencia, a par de la tolerancia del protestantismo, su escisin y divisiones. Junto a luteranos y calvinistas pudieron desarrollarse antitrinitarios (unitarios, sozinianos) y los baptistas y hermanos bohemios expulsados de sus territorios de origen. Religin y nacionalidad estaban en estrecha conexin. Los alemanes fueron luteranos y siguieron sindolo en tiempo de la contrarreforma. Confesin y nacionalidad se apoyaban una a otro en un ambiente extranjero. Los polacos y magiares, de no permanecer catlicos, se inclinaron por lo general al calvinismo. Para las naciones y grupos de pueblos pequeos el movimiento reformista signific ms que en otras partes un acontecimiento cultural. Los esfuerzos en torno a la Biblia y la liturgia y predicacin en lengua vulgar condujeron a las traducciones bblicas y a la composicin de cnticos religiosos, catecismo, colecciones de sermones y literatura edificante. De este modo, en muchos casos por vez primera, lenguas populares pasaron a ser lenguas cultas y surgieron monumentos literarios que dieron, a par, expresin y apoyo a la conciencia nacional. Papel importante en la introduccin de la reforma le cupo a la poblacin alemana en las ciudades y a la nobleza y grandes terratenientes en el campo. Ya por la mera aspiracin a asegurar y dilatar sus competencias frente al rey y a la jurisdiccin de los obispos, estaban todos dispuestos a abrazar una confesin no conforme con ellos. Esto condujo a su vez que slo una delgada capa fue prendida por la reforma y permiti una fcil recatolizacin posterior.
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tesis sobre la justificacin 3, fue ganado para el movimiento reformista el obispo de Samland, Jorge von Polentz (1478-1550). En navidad de 1523, predic en la catedral de Konigsberg un sermn protestante4. Polentz se refiere a su oficio episcopal y dice que, como pastor y vigilante puesto por Dios, quiere conducir a su comunidad a la verdadera y pura palabra de Dios y a la confianza en Jesucristo. En el bautismo quiere valerse en adelante de la lengua alemana. A fin de impedir la penetracin en su dicesis de la reforma protestante, el nuevo obispo de la dicesis vecina, Ermland, Mauricio Ferber, public a 20 de enero de 1524 un edicto contra la hereja luterana. Polentz orden luego, a 28 de enero, en un mandato de reforma para su obispado, la introduccin de la lengua materna en la administracin del bautismo, y recomend la lectura de las siguientes obras de Lutero: la traduccin del Nuevo Testamento, Sobre la libertad del cristiano, Sobre las buenas obras, Sermones eclesisticos, Exposicin del Magnficat y Exposicin de los salmos. Instructivo sobre su manera de entender la reforma es el hecho de no mentar escritos polmicos de Lutero 5. El ao 1524 se imprimi en Konigsberg como manual para los prrocos el opsculo alemn de Lutero sobre el bautismo y en cuaresma se introdujo una parfrasis del padrenuestro8. En la Salve Regina se introdujo intercesor y rey Jess en lugar de Mara 7. Simultneamente apareci: Ein Sermn von dreyerley heylsamer Beycht (un sermn sobre triple confesin saludable), de Briesmann8, en que presenta la confesin ante un sacerdote como no mandada por Dios, as como una homila pascual del obispo
3. hlosculi de homme interiore et exteriore, fxde et operibus, ed. dirigida por P. TSCHACKERT, Gotha 1887. El cannigo Tidemann Giese, del veemo obispado de Ermland, compuso una rplica Anttlogikon, escrita con noble espritu (P. TSCHACKERT, Urkvndenbuch [ = UB] i, 69) pero que no fue impreso hasta 1525. Cf. U. HC-RST, Reformatum und RechtferHgungslehre m der Stcht Tidemann Gieses: Zschr. fr die Geschichts- u. Altertutnskunde Ermlands, 89 (1960) 38-62. 4. Cf. P. TSCHACKERT, UB i, 70-74; 41, n. 154. 5. W A 15, 148, 27-35 Lutero, que en 1524 public los dos decretos episcopales con anotaciones, slo echa de menos los Loc de Melanchthon.
6. TSCHACKERT, UB n, n. 184.
Polentz9, en que exhorta a comulgar bajo las dos especies. Ya durante la cuaresma se retiraron las imgenes de los santos de las dos iglesias principales de Konigsberg; pero el lunes y mircoles de pascua, incitado por un sermn de Juan Amandus, el populacho se entreg al saqueo y devastacin en el convento de franciscanos. Con poder autoritario suprimi Polentz la resistencia contra las innovaciones de los ciudadanos partidarios de la antigua fe, pues por este tiempo llevaba l an los asuntos de gobierno de Alberto i0. Para impulsar an ms la propagacin de la reforma, envi Polentz predicadores protestantes a las ciudades y parroquias rurales del territorio que tena confiado, y, caso de que unnimemente se opusieran a ellos los ciudadanos de alguna ciudad, los sostena l apelando a su cargo de regente ". Entretanto, Pablo Speratus (1484-1551) fue llamado como predicador de palacio a Konigsberg, a donde lleg a fines de julio de 1524. Poco despus, Amandus y Speratus se enzarzaron en una disputa acerca del valor o estimacin del episcopado. Amandus no quera ver diferencia entre el ministerio episcopal y el predicante; a lo que replicaba Speratus: Nosotros somos predicantes, no obispos... Uno solo es nuestro obispo en Cristo, a saber, Polentz. La potestad de comunicar el episcopado est en la Iglesia, no en el pueblo ni en el magistrado12. En otoo de 1524 fue expulsado Amandus de Konigsberg. A fines del ao se decretaron ordenaciones sobre los pobres en las ciudades Knigsberg-Kneiphof y KnigsbergAltstadt1S. Por el mismo tiempo, el obispo Ehrard von Queis, postulado por el cabildo catedral de Marienwerd, pero no confirmado nunca por el papa, public en Pomesanien un programa de reforma bajo el ttulo: Themaa episcopi Riesenburgensis14. En veintids puntos peda Queis, entre otras cosas, la abolicin de las peregrinaciones (punto 4), procesiones (5), misas de difuntos (6 y 8), sacramentales (7), rdenes religiosas, la misa diaria, as como la reduc. UB o , n. 202; cf. UB i, 79-81. 10. Cf. el mandato de castigo de 15-8-1524: UB n , n. 249. 11. Cf. UB I I , n. 224. 12. P. TSCHACKERT, UB n , n. 347; cf. tambin la dedicatoria de Lutero del comen 1.11 lo del libro del Deuteronormo (1525) Georgw a Polentis icrc Episcopo Sambiensts llrclesiae (WA 14, 497) 13. Ordnung emes gememen kastens der aldenstadt Konigsberg SEHXING IV, 1 4 3 S ; cf. TSCHACXERT, UB I I , n. 290s.
14. SEHLINO IV, 29s.
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7. TSCHACKERT, UB n , n. 189; all tambin la oracin en alemn: Christe qui lux es. 8 UB I I , n 188; cf. UB i, 77s; cf. tambin el escrito de BRIESMANN: Etlche Frostspi itclie fur die Fmchtsamen und Hersfeigen, que apareci en Konigsberg en octubre de 1524 (reimpreso: R. STUPPERICH, Reformatorische Verkundigung und Lebensordnung, Bremen 1963, 121-148).
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cin de los siete sacramentos a dos: la cena y el bautismo (1). Sin embargo, debe seguir habiendo obispos, no obispos del crisma ni obispos consagrados; sino obispos que prediquen y enseen e interpreten con pureza la palabra de Dios y presidan en la Iglesia (10). Entretanto, Alberto se haba decidido a seguir el consejo de Lutero y transformar el estado de la orden teutnica en un ducado secular. El 9 de abril de 1525, un da antes que acabara el armisticio concertado en 1521, firm la paz de Cracovia, que prevea la disolucin de la orden teutnica en Prusia y el vasallaje de Alberto con el territorio de Prusia como ducado secular hereditario. El 10 de abril prest solemnemente Alberto al rey polaco el juramento de vasallaje. En agosto, el obispo Polemtz abdic toda potestad civil en su obispado, pues como a prelado y obispo que tiene deber de predicar y anunciar la palabra de Dios, no le viene gobernar tierras y gentes, ni ocupar palacios, tierras y ciudades, sino adherirse a la palabra pura y verdadera y seguirla fielmente 15. Sin embargo, Polentz continu oficialmente siendo lo que era, obispo de Samland, con todos los derechos eclesisticos que hasta entonces haba ejercido; conserv el derecho de ordenar eclesisticos16, el derecho de visita de todas las iglesias de su dicesis y la jurisdiccin matrimonial, tal como la haba ejercido hasta entonces como obispo ". Erhard von Queis entreg a Alberto su autoridad civil en octubre de 1527. En el verano de 1525 se casaron, adems de Polentz y Briesmann, la mayor parte de los miembros de la orden y sacerdotes de Prusia. En otoo, ausente Alberto, se produjeron desrdenes entre los campesinos. Despus de su represin violenta, Alberto, que antes haba admitido en su colegio de gobierno como consejeros ducales a Briesmann y a Juan Poliander, recin llegado de Wittenberg, convoc una dieta para diciembre de 1525, En sta se aceptaron una ordenacin del pas1S y otra de la Iglesia, redactada, sta, por Polentz y Queis16. La visita anual en ella prevista se
15. TSCHACKERT, UB ii, n. 356.
ejecut por vez primera en la primavera de 1526 20. Con ello quedaba bien anclado el protestantismo en el ducado de Prusia.
Livonia Los pases blticos de Curlandia, Livonia y Estonia estaban bajo un maestro propio de la orden teutnica que entonces era Wolter von Plettenberg (1499-1535); pero ste comparta el dominio con los obispos y dejaba amplia autonoma a las ciudades. En Riga, Reval y Dorpat ech tempranamente pie la reforma protestante. Desde fines de otoo de 1521 predic en Riga Andrs Kopken (nacido h. 1468) en sentido reformista. Auxiliar ya antes de Juan Bugenhagen en Treptow (Pomerania), volvi por segunda vez a l en 1519 y, al volver a Riga en 1521, estaba ya ganado para la reforma. A l y al maestro de Rostock Sylvester Tegetmeyer, los instituy el consejo de la ciudad, en 1522, predicadores de las iglesias de la ciudad, sin atender para nada al derecho de provisin del cabildo catedral. A ms tardar en 1524 est tambin atestiguada la predicacin protestante en Reval, Narva y Dorpat. En el invierno de 1524-25 se cometieron atropellos contra iglesias y monasterios. Las autoridades de la ciudad los tomaron como pretexto para ordenar por su cuenta las cosas de la Iglesia y disponer ampliamente de sus bienes, y no slo, como se pretext, para atender a los pobres y a los predicantes. Al arzobispo Juan Blankenfeld, que defendi enrgicamente la antigua fe, le neg Riga en el verano de 1524 el juramento de vasallaje y ofreci al maestre de la orden, Wolter von Plettenberg, que ejerciera l solo la soberana sobre la ciudad en vez de compartirla con el arzobispo. De lo contrario, se buscaran otro protector. Con ello se apuntaba a Alberto de Prusia, cuyos proyectos de secularizacin eran bien conocidos. La situacin del maestre de la orden se haca as difcil. De un lado, no quera mermar los derechos del arzobispo; por otro, no quera dar a Alberto pretexto para intervenir. Sin embargo, cuando el arzobispo, para asegurar su posicin, entr en tratos con el gran prncipe de Mosc, Wolter von
20. Cf. la instruccin sobre la visita publicada por el seor temporal y el obispo de 31-3-1526: SEHLING IV, 41s.
16. Cf. el formulario de ordenacin (1543): SEHLING IV, 61. 17. TSCHACKERT, UB i, 113. Posteriormente se suprimi la constitucin episcopal de la Iglesia, slo porque al gobierno del estado le resultaba molesto un obispo independiente y costaba mucho dinero: TSCHACKERT bid. 18. Cf. UB i i , n. 417; Texto: SEHLING IV, 38-41. 19. SEHLING IV, 30-38
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Plettenberg, tuvo motivo para detenerlo por traidor a la patria y hacerse cargo l solo de la soberana de la ciudad. En cambio, rechaz resueltamente la idea de secularizar a Livonia y Prusia; se mostr, empero dispuesto, en septiembre de 1525, a conceder a la ciudad de Riga el derecho de libre predicacin evanglica, a fin de conjurar el peligro de intervencin por parte de Alberto de Prusia. Que slo se trataba de una concesin, problo bien su enrgica defensa de la fe catlica dentro de la orden y en el pas. Al mismo fin tendi la pronta rehabilitacin del arzobispo, que se le someti, pero muri poco despus (1527). La ciudad de Riga llam, en 1527, al reformador de Konigsberg Juan Briesmann para predicador de la catedral y a un puesto que corresponda al de superintendente. En l permaneci hasta 1531 y, con Andrs Kopken, elabor en 1529 una ordenacin eclesistica protestante. Esta breve ordenacin del culto 2 \ impresa en 1530, contena un santoral en alto alemn y un libro de cnticos en bajo alemn, y, en 1533, fue aceptada como obligatoria por Riga, Reval y Dorpat. Los intentos de Alberto de Prusia de valerse de su hermano Guillermo que, desde 1530 fue coadjutor y desde 1539 arzobispo de Riga para convertir a Livonia en un ducado secular y descartar a la orden teutnica, fracasaron ante la resistencia de la orden y de su victorioso maestre Guillermo von Frstenberg. Pero, cuando la orden, sin aliados, hubo de enfrentarse, en 1558, a una invasin de los rusos y sucumbi ante la superioridad de stos, Livonia qued desbaratada. El ltimo maestre de la orden, Gotthard Kettler, tom de Polonia, Curlandia y Semgallen como ducado feudal secular y lo llev a la reforma protestante. Osel le toc a Dinamarca; Estonia, a Suecia, y el resto del territorio de la orden, con el arzobispado de Riga, pas, en 1561, a dominio polaco. El rey Segismundo, sin embargo, concedi a los estamentos alemanes amplia autonoma y garantiz el libre ejercicio religioso segn la confesin de Augsburgo.
Polonia Corrientes prerreformistas, la idea del conciliarisnux, repercusiones del hussismo y el espritu del humanismo prepararon tambin en Polonia el terreno para la reforma protestante. Malos efectos tuvo para la Iglesia catlica el influjo de la corte real, sealadamente de la reina renacentista, Bona Sforza, sobre la provisin de los obispados. As por ejemplo, Jan Latalski, a quien el pueblo motej de Baco por sus borracheras, pudo subir a la silla episcopal de Poznan, en 1523, al precio de 12 00O florines. Gran papel le cupo a la nobleza en un pas de economa predominante agraria y constitucin social aristocrtica. Su lucha contra la jurisdiccin episcopal y su aspiracin a amplia autonoma fomentaron la propagacin del protestantismo. El movimiento reformista mismo fue introducido y propagado en el pas por estudiantes que estudiaron en Alemania, por hijos de comerciantes que eran mandados para su formacin a Nuremberg, Augsburgo o Leipzig, y por los escritos de Lutero. El humanista Andrs Modrezewski (1503-1572), que haba estudiado tambin en Wittenberg (1531-32 y) desde 1547, fue secretario de la cancillera real, cuenta: Los libros de Lutero nos fueron trados de Alemania, y pblicamente se vendan en la universidad de Cracovia. En muchos hallaban aplauso y asentimiento... y ni siquiera nuestros telogos se escandalizaban por ello 22. El rey Segismundo i (1506-48) se vio obligado ya en 1523 a publicar un edicto contra la introduccin de escritos luteranos, edicto que fue todava reforzado en 1523. En 1534 y 1540 se prohibi el estudio en escuelas superiores herticas. El efecto, sin embargo, de estas rdenes no fue muy grande. Ya en 1520 se imprimi en Danzig el escrito de Lutero sobre los diez mandamientos. Aqu predicaron Jakob Hegge, Dr. Alexander Svenichen y Mathias Binewald en sentido protestante. Como casi en todas partes, el entusiasmo por la nueva doctrina iba unido con exigencias sociales, por ejemplo, la rebaja de los tributos y el dar pblica cuenta del presupuesto. En 1524 hubo un asalto a los
22. R. STUPPEHICH, Der Protesiantismits che m Osten, 1 (1958), 28 auf sanen Wegen nach Osteuropa Krr-
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SEHLING v, 11-17.
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conventos y un levantamiento. El antiguo consejo de la ciudad tuvo que dimitir. En enero de 1525 fueron nombrados cinco predicantes de la nueva doctrina, y puesta en vigor una ordenacin sobre los pobres, pedida en los artculos de la comn de 23 de enero23. En mayo de 1525 envi Lutero a Miguel Meurer de Heinichen a Danzig. Entretanto, el burgomaestre derribado, Eberhardo Ferber, se dirigi al rey Segismundo en demanda de ayuda, Una vez que, en 1526, la dieta convocada en Petrikow y las cortes de Marienburg para la Prusia polaca prometieron su apoyo al rey, ste restableci el antiguo orden en Danzig y contuvo por de pronto la penetracin del protestantismo. Bajo Segismundo i no se formaron an en Polonia comunidades protestantes; sin embargo, la reforma gan muchos adeptos entre la nobleza. En la academia de Poznan trabaj desde 1529 hasta su expulsin en octubre de 1539 el humanista Christoph Hegendrfer. El castellano (o alcaide) de Poznan Andrs Gorka hizo celebrar en su palacio, en 1530, culto luterano. Antes de mediados del siglo xvi, Cracovia y Knigsberg fueron los centros ms importantes de irradiacin de la reforma protestante. Desde 1542, se reuna normalmente en Cracovia, bajo la direccin del franciscano Francesco Lismanini, confesor de la reina y luego calvinista, un grupo de eruditos, nobles y eclesisticos, para orientarse acerca del movimiento reformista en el extranjero. Ya en 1530 se imprimi en Knigsberg una traduccin polaca del catecismo menor de Lutero. La ordenacin eclesistica del ducado de Prusia en 1544 apareci tambin en lengua polaca, amn del alemn y latn 2 \ En 1543, Andrs Samuel y Juan Seklucian (1500-70) huyeron de Poznan a Prusia oriental. El ltimo compuso, en 1545 y 1547, refundiciones de catecismo en polaco y, en 1547, public en Knigsberg un libro de cnticos en lengua polaca. En 1552, hizo imprimir Seklucian, en Knigsberg, un Nuevo Testamento25. Public adems en 1556 una postilla domstica en polaco26, refundicin
23. Texto- SEHLING IV, 175S. 24. Texto: SEHLING IV, 61-72. 25. En 1561 apareci en Cracovia una traduccin polaca catlica de toda la sagrada Escritura. La Biblia calvinista de Brest procede del ao 1563. 26. La Postilla polaca protestante ms popular la cre en 1558 Nicols Rej (1505-69); cf. K. GOESKI, Biblia iprawy bibliine w Postylli Reja: Reformacja w Polsce 12 (1956), 62-125; K. K R E J C I , Gesch. der polnischen Lit., 52-58.
libre de la postilla de Melanchthon y Spangenberg. Junto a l trabajaron en Knigsberg27, entre otros, Estanislao Murzynowski (1528-53) y Juan Maletius (f 1567), que en 1546 public un catecismo28, as como los lituanos29 Abraham Culvensisso, Estanislao Rapagelan*1 y Martn Mosvidius32. Foco de no escasa irradiacin fue la universidad de Knigsberg, fundada en 1544. Bajo Segismundo II Augusto (1548-72) alcanz el protestantismo en Polonia su mximo desarrollo. Por los aos de 1562-63, de 3600 parroquias, unas 600 estaban en manos protestantes. En 1569, el senado contaba 58 miembros protestantes contra 55 catlicos (sin contar los quince obispos). De 1552-65 slo protestantes fueron elegidos mariscales del reino. Los protestantes pusieron su esperanza en el rey, que mantena correspondencia con Melanchthon y Calvino. ste le dedic, en 1549, su comentario a la carta a los Hebreos33. El prncipe Nicols Radziwill de Lituania,- propugnador ferviente de la causa protestante, era amigo personal del monarca, y, como gran canciller suyo, tena un puesto muy influyente. Sin embargo, el 12 de diciembre de 1550, Segismundo n profes pblicamente la fe catlica, siquiera continuara, a pesar de todo, tolerando la penetracin del protestantismo. En Pinczow el terrateniente Mikolaj Olesnicki expuls a los paulinos, destruy las imgenes y reliquias de la iglesia parroquial e hizo celebrar culto protestante. Algo semejante acaeci en Niedzwiedz y Dubiecko y en otras partes. Segismundo aprob la aceptacin de la Confessio Augustcma por la dieta real polaca de Prusia (1559). En 1561 asegur a Livonia, que entonces pas a Polonia, el reconocimiento de la Confessio. La confederacin de Varsovia de 28 de enero de 1573 garantiz a todos los nobles la libertad religiosa84.
27. Cf. B. STASII-WSKI, Refoimation und Gegentefotmation m Polen, Alunster 1960, 46; K. VOI-KES, Kirchenffesch. Poleas, Berln -Leipzig- 1930, 179s.
28. Cf. TSCHACKBRT, UB I I , n. 1872.
29. Cf. S T . KOT, La Rfoime dan* le Grand-Duch de Lthonic. Annuane de Virn,litut de philologie et d'histoire orientales et blavea 12, Brusela 1953, 201-261. 30. T H . WOTSCHKE, Abraham Culvensis. Altpreussische Monatsschrift 42 (1905) 1S3-252. 31. Primer profesor de teologa en la universidad de Knigsberg ( W S 1544-45: leccin sobre los salmos; tesis de disputacin: W A 39 I I , 258-283); t mayo 1545, autor del primer cntico eclesistico en lituano (Texto TSCHACKERT, UB i, 289, n. 1). 32. Becario en la universidad, autor del primer catecismo lituano (UB I I , n. 2064). 13. Cf. CR 91, 281-286, n 1195. 34. Texto: G. RHODE, Die Reformation m Osteuropa 489, n. 21.
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A pesar de estos xitos, el empuje del protestantismo qued debilitado por su divisin en luteranos, calvinistas, hermanos bohemios y antitrinitarios. El luteranismo estaba sostenido predominantemente por alemanes. La mitad aproximadamente de las comunidades de la gran Polonia se uni en una asociacin sinodal. Desde 1565 actu Erazm Gliczner de superintendente. El ncleo de la unidad de hermanos bohemios la formaban hermanos35 que, despus de la guerra de Esmalcalda, emigraron a Posen. Hallaron resonancia entre la nobleza (Jacob Ostrorog, Andrs y Rafael von der Lissa) y el pueblo. Los centros fueron Posen, Kozminek y Lissa. Desde 1550, el calvinismo fue ganando poderosamente terreno. Sus centros de gravedad fueron la Polonia menor (Cracovia) y Lituania. Sus adeptos procedan sobre todo de la poblacin polaca y de la nobleza. Jan Laski (Johannes a Losko; 1499-1560), aristcrata de gran cultura, fue su figura ms significativa. Su camino lo llev por todo el occidente, hasta que, en 1556, volvi a su patria polaca para trabajar aqu como reformador calvinista. El prncipe Nicols de Radziwill volc su gran influencia a favor del calvinismo. Dondequiera poda, instauraba el culto reformado. Organiz una traduccin de toda la sagrada Escritura y para la impresin de esta Biblia de Brest (1563) fund ex professo una imprenta. Tambin el que fue centro del crculo humanista protestantizante de Cracovia. Francesco Lismanini, se pas a la confesin reformada tras una visita a Ginebra al comienzo de los aos cincuenta. Con Jan Laski, se esforz por unir a todos los protestantes de Polonia, y crear un sistema eclesistico rgido, segn el patrn de Ginebra; pero no lograron vencer la divisin protestante. Es ms, a la muerte de Laski, el mismo Lismanini se pas a la secta de los antitrinitarios36. En 1565, bajo la direccin del pastor de Cracovia Gregorio Pauli (Pawel), se desprendieron como Ecclesia minar de la comunin eclesistica calvinista. La negacin del dogma de la Trinidad la
35. Mientras los utraquistas antiguos buscaron de nuevo la comunin eclesistica romano-catlica, los neoutraquistas abrazaron la reforma protestante. En 1538 Lutero public la confesin de los hermanos (cf. WA 50, 374 380). De importancia para la lengua escrita neocheca fue la Biblia de Kralitz (1579-93). Cf. B. STASIEWSKI, Reformaticm und Gegenreformatwn,, 46-48; E. BEN, Wittenberg und Byzwtz, 129-140. 36. Cf. B. STASIEWSKI, Reformaticm und Gegenreformatvm, 52-59; RGG vi, 207210: LThK 2 ix, 928-931; P. WRZECIONKO, Die Theologte des Rakower Katechismus: Kirche m Osten 6 (1963), 73-116; id., Humanismus und Aufklarung tm Denken der poinischen Brder- ibid. 9 (1966), 83-100.
tomaron de apstatas italianos, como Giorgio Biandrata y Valentino Gentile. Su telogo principal vino a ser Fausto Sozzini (1537-391604). Por l, que ni siquiera entr en su comunidad, se llamaron posteriormente sozinianos. A partir de 1600, su centro espiritual y organizatorio fue la ciudad de Rakw, donde, a base de trabajos previos de Sozzini, apareci en 1605 el Catecismo de Rakw. El ao 1555 se lleg en Kozminek a una unin ntrelos calvinistas de la Polonia menor y los hermanos bohemios de la Gran Polonia. El Consenso de Sandomir (1570)37 condujo a una fraterna unin con inclusin de los luteranos, que se deshilacli, sin embargo, en 1645. Amn la divisin y la falta de centros de educacin, la flaqueza del protestantismo polaco radicaba sin duda sobre todo en que no logr penetrar en amplias capas del pueblo, y se qued en asunto de una delgada capa superior y de la nobleza. La gran masa de la poblacin rural qued prcticamente intacta respecto de las fuerzas religiosas del protestantismo. Asista al culto que variaba segn las rdenes del gran terrateniente... pero ntimamente no senta inters alguno por todo aquello ss.
Hungra A fines de la edad media, estuvo Hungra en estrecho comercio cultural con sus vecinos de occidente3>. As se explica que los escritos de Lutero corrieran pronto por Hungra, sealadamente entre la poblacin alemana. En la corte real de Buda (Ofen), hall la reforma un promotor en el margrave Jorge de Brandenburgo-AnsBach-Kulmbach (1484-1543). Desde 1506 viva all con su to, el rey, fue en 1516 ayo o preceptor de Luis n, an menor, y miembro del gobierno. Contra el partido magiar bajo Juan Zapolya, defendi los intereses alemanes*0.
37. Texto SEHLING IV, 257-259. 38. K. VOLKBR, Kirchengeschichte Polens, 159. 39. Los sermones del franciscano hngaro Ladislai Pelbartus von Temesvr (t 1504) fueron impresos en Nuremberg, Lyn, Hagenau, Basilea y Estrasburgo De ellos la sene Ot Smctis tuvo slo en Hagenau, de 1499-1516, 10 ediciones. Tambin la conocida ouleccion de sermones Biga salutis fue publicada por un franciscano hngaro, Oswaldo lie l.iwko (t 1531), e impresa en Hagenau. 10, Cf. L. NEUSTADT, Markqraf Georg ais Erzieher am ungarischen Hofe, Breslau
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Tambin la joven reina Mara de Habsburgo, hermana de Carlos v, lea con entusiasmo los escritos de Lutero41 y mantena estrecho contacto con los humanistas Simn Grynaeus (1493-1541), director entonces de la escuela de Qfeo, posteriormente sucesor de Erasmo en Basilea (1529) y Vitus de Windsheim. De 1521-22 trabaj por la reforma protestante como predicador cortesano Conrado Cordatus (1476-1546) que posteriormente prepar la primera coleccin de Tischreden de Lutero42, y, como sucesor suyo, Juan Henckel43. Tambin Pablo Speratus que, en 1520, hubo de abandonar su cargo de predicador de la catedral despus de su casamiento, recibi llamamiento a Buda. Ya en 1521, se vio obligado el arzobispo de Esztergom (Gran) a mandar leer en las iglesias del pas la bula de excomunin contra Lutero. La dieta de Buda decret en 1523 aplicar tambin a los luteranos los prrafos referentes a los herejes. Un edicto de 1525 les amenazaba con la hoguera. La alta nobleza se apresur a deponer a los predicantes luteranos. Conrado Cordatus fue encarcelado, pero pudo huir, en 1524 a Wittenberg, adonde ya antes se haba retirado Grynaeus. De importancia decisiva fue la batalla de Mohcs, en que el 29 de agosto de 1526, cayeron, junto con el rey, dos arzobispos y cinco obispos luchando contra los turcos. Tras la victoria de stos, Hungra qued dividida en tres partes: el reino de Hungra, es decir, los territorios del norte y oeste, que permanecieron en manos de los Habsburgo; la provincia turca, que comprenda la Pusta, la llanura baja en el territorio de Danubio y Theiss, y el principado de Transilvania, en que se afianz Zapolya como vasallo del sultn (1526-40) y que, a su muerte, no vino a parar a Fernando, contra la paz de Grosswardein (1538), sino a Zapolya n. La posesin de los bienes de los obispados abandonados vino a parar a manos de la alta nobleza, parte a Fernando, que se los incaut por medio de sus generales, luteranos en su mayora, para cubrir las deudas de guerra. La rivalidad entre Fernando y Juan Zapolya impidi todo proceso contra la nobleza y los luteranos, pues
41. Lutero le dedic en 1526 la exposicin de cuatro salmos con'colatorios; cf. WA 19, 542-615; WA Br 4, 126. 42. WA T r 2, x x i s s ; WA Br 4, 139, n. 1. 43. Cf. A. HUDAK, Der Hofprediger Johannes Henckel und seine Beziehungen su Erasmus von Rotterdam: Kirche im Obten 2 (1959), 106-113.
ninguno quera perder secuaces, y, sobre todo, Fernando estaba reducido al partido alemn, amigo en su mayor parte de Lutero. A ello se aadi que, en lo sucesivo, Fernando y Zapolya nombraban cada uno su obispo para el mismo obispado, de suerte que muchos, como Csand, Weissenburgo (Karlstadt), Erlau (Eger), y Grosswardein, estuvieron a tiempos doblemente provistos. De parte de la curia solamente en 1539 se volvi a un solo nombramiento. Para la ulterior propagacin de la reforma protestante en la purte alemana de la poblacin, tuvo importancia particular la escuela de Bartfeld, de la que se hizo cargo, en 1539, Leonardo Stckel (1510-60), que haba estudiado en Kaschau, Breslau, Wittenberg (desde 1530) y en 1536-37 dirigi la escuela de Eisleben. La mayora de los futuros hombres de estado de Hungra, pas por la escuela de Bartfeld de tinte humanista y protestante44. De all nacieron, en el contomo, escuelas e imprentas. Las cinco ciudades reales libres alemanas: Bartfeld, Eperies, Kaschau, Klein-Zeben y Leutschau se adhirieron en 1549 a la reforma aceptando la Confessio Pentapoliana compuesta por Stckel. Esta confesin, de espritu humanstico, y aceptada por su moderacin dogmtica por el mismo Fernando, vino a ser la base de la confesin de las siete ciudades de la baja Hungra, as como de la fraternidad de las 24 ciudades de la Zips. Como reformador de los alemanes de Transilvania surge Juan Honter (1498-1549), que haba estudiado en Viena. Cuando, despus de 1529, las ciudades de Transilvania se pasaron a Zapolya, Honter hubo de expatriarse, como partidario de Fernando. Tras una estancia en Cracovia y Basilea, fue de nuevo llamado, en 1533, a su patria. All dirigi una escuela privada e instaur la primera imprenta del pas. Como testimonios tempranos de su espritu reformista aparecieron, en 1539, prlogos a dos escritos de Agustn editados por l *5. Despus que Juan Fuchs, amigo de Honter, tom la direccin de Kronstadt y gan tambin a la clereca para la reforma protestante, Valentn Wagner fue enviado a Witten44 t Cf. las Lcges scolae Barthphensis (1540) compuestas por Stckel Otras obras im. IMtrtuntca de STCKEL son: Catechesis pro mventute Barthphensi (1556); Apologa ecclegia$ Rarthphcnsis (1558); Histona von Susanna %n Historien Tiagoedien Weise geItlllet,,. (1059); un comentario sobre los Loa de Melanchthon y tomos de sermones. *5. Reimpreso en O. NF.TOLICKA, Johannes Hontcrus'ausgewhlte Schriften, 3-10; Cf, el proloRo de Melanchthon al hbrito editado por l en 1943 CR5, 172-74
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berg para entrar en ms estrecho contacto con Melanchthon. En otoo de 1542 se reform en Kronstadt la liturgia. La aprobacin por parte de la ciudad del librillo de reformaie, publicado por Honter en 1543, signific la introduccin del protestantismo. En defensa de ste escribi Honter una apologa para la dieta de Weissenburgo ". Honter proyectaba una reforma dentro de la Iglesia catlica. As se ve tambin por el hecho que, todava en 1543, reconoca al arzobispo de Gran y al obispo de Weissenburgo. Norma suprema deca de toda reforma ha de ser la palabra de Dios. Por eso debe suprimirse la misa como sacrificio e introducirse la cena bajo las dos especies. Honter se refiere en este punto a las negociaciones de 1541, en Ratisbona. Se rechaza un rebautismo apelando al decreto de Graciano. En la doctrina de la justificacin recalca Honter, siguiendo a Melanchthon y a Major, la necesidad de las buenas obras frente a los peligros de una justificacin por la fe sola. Pronto siguieron el ejemplo de Kronstadt, Hermannstadt, donde el prroco Matas Ramser llev por s mismo a cabo la reforma, as como Mediasch, Schssburg y Bistriz. Sin embargo, aparece por dondequiera el empeo de permanecer an exteriormente en unin con la antigua Iglesia. La reforma afect por de pronto slo a la configuracin de la liturgia, no a la organizacin eclesistica4S. Por encargo de la Universitas Saxorum, rgano poltico del grupo tnico sajn, apareci en 1547 la ordenacin eclesistica, elaborada a base del librillo' de reforma de Honter y vigente para todo el territorio de poblacin sajona: Reformatio ecclehiarum Saxonicarum in Transsylvania49. Su fin es defender el orden contra espritus exaltados. El poder de las llaves y la excomunin se enlazan de nuevo estrechamente con el oficio espiritual. En la doctrina de la justificacin se aduce como prueba principal Sant 2, 17. Se prev tambin una censura de libros. En la doctrina de la cena se sigue la orientacin de Wittenberg. Un ao despus de la muerte de Honter, en 1550, esta ordenacin eclesistica fue levantada a ley. Durante la vacancia del obispo de Weissenburgo, fue elegido,
46. Ibid., 11-28. 47. Ibid., 29-46. 48. K. REINERTH, Die Refortnatton loh 1956, 43. 49 O NETOLICZKA, o p , p 56-125.
en 1553, Paul Wiener, obispo, cuyo sucesor, Matthias Hebler (15561571), hubo de defender el carcter luterano de la Iglesia contra calvinistas y antitrinitarios. La dieta de Torda de 15.57 concedi a las tres confesiones igualdad de derechos con la confesin catlica, que, sin embargo, fue prohibida por la ley el ao 1566. Los magiares fueron ganados para la reforma protestante parte por alemanes, por ejemplo, en Transilvania por Gaspar Heltai y Francisco David, que se adhirieron al magiarismo, o por propios predicadores ambulantes que en gran parte haban estudiado en Wittenberg. El discpulo de Melanchthon, Juan Sylvester (h. 1504-52) dirigi a fines de los aos treinta la escuela de Ujsziget junto a Srvr. Una vez que se abri all por los aos 1537-38 una imprenta, public Sylvester una gramtica de la lengua magiar y, en 1541, la primera traduccin magiar completa del Nuevo Testamento. Matas Devai Biro (t. 1500-45) predic en Buda y Kaschau y en fincas de las nobles familias Ndasdy, Pernyi y Drgffy. Esteban Szegedi Kis (1502-72)50 despus de estudiar en Viena, Cracovia y Wittenberg en que se doctor en 1544, fue director de escuela en Csand, Gyula, Cegld Mako y desde 1548 en Temesvr. Este territorio lo administraba, desde la muerte de Zapolya (1541), Pedro Petrovics. a quien la reina viuda haba confiado la tutela del prncipe. Era un celoso promotor de la reforma, de suerte que, por los aos 1549-50, las comunidades de este territorio pudieron organizarse en una unidad y elegir a Mateo Gonzi por obispo. Cuando, el ao 1551, hubo de entregar Petrovics al castillo fronterizo de Temesvr al catlico Losonezy, Szegedi march a territorio ocupado por los turcos, fue rector de la escuela de Toma, prroco de Lasko y Kalmncsa, yfinalmente,despus de ser encarcelado por los turcos, prroco y superintendente general en Rackeve. Testimonio de su formacin teolgica y de su teologa de tinte calvinista son sus obras, impresas en Suiza despus de su muerte51. En terreno igualmente ocupado por los turcos trabajaba Miguel Sztrai (aprox. 1500-1575) en favor de la reforma protestante como predicante, profesor y compositor de cnticos de iglesia. Hasta
50. Cf. M. SKARICZA, Vita Stepham Ssegedim (Einf zn Ssegedis Theoogiae sincerar loct communes), Basilea 1585. 51 Cf. Assertto vera de Trinitatte (1573); Theologae sinceras loci communes (niatuul de controversias 1581), Speculum romanontm pontificum (historia de los papas 1584), 'l abiiIae anahhcac (sermonario 1592)
der siebenburgtsch-sachsischen
Kvrche, Guters-
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1551 fund 120 comunidades. Imre Ozorai compuso el primer tratado en lengua hngara, sobre Cristo y el anticristo (Cracovia 1535). Stephan Galszecsi y Stephan Bencdi Szkely hicieron imprimir en 1536 y 1538 respectivamente sendos libros de cnticos. Dos importantes centros de reforma surgieron por empeo de la familia de magnates Trk en Papa y Debrecen. Hasta 1560 la mayor parte de la nobleza estaba ganada para la reforma y, donde el seor de la tierra, fundndose en el derecho de patronato, pudo proveer las iglesias de predicantes protestantes, tambin la poblacin rural. En los dominios limtrofes esloveno-croatas, apoyaban la reforma las familias de magnates Zrinyi, Erdeody y sobre todo la de Ungnad. Juan Ungnad, barn de Sonneck (1493-1564), en 1530 gobernador de Estiria, se hizo protestante y march seguidamente a Wrttemberg, donde, en una finca suya de Urach, hizo imprimir en lengua eslovena y croata biblias, catecismos, cartillas y postillas o sermonarios52. Entre los principales que cultivaron la lengua eslovena en el sentido de la reforma, hay que mentar a Primoz Trubar (1508-86), que entre otras obras, public en 1550 un Catecismo y Abecedario y entre 1555-77 todo el Nuevo Testamento, ms escritos de Melanchthon y Lutero; a Sebastin Krelj (1538-1567): en 1566 biblia para nios; en 1567, una postilla; Jurij Dalmatin (1547-89), que tradujo el Antiguo Testamento, y Adam Bohoric (de 1520 a 1600 aprox.), que public el salterio, cnticos de iglesia, algunos libros escolares y en 1584, una gramtica de la lengua eslovena. Como traductor croata trabaj tambin Stephan Cnsul. Por mrito principalmente de Jorge Zrinyi, que estableci una imprenta en Nedelisce, lleg tambin a lengua literaria el dialecto kajkvico de los croatas del norte. De lado catlico apareci el ao 1574 en Graz, el catecismo esloveno de Leonardo Pacherneker. La actividad propiamente literaria no comenz hasta el siglo xvn con la publicacin de catecismos, evangelios, y devocionarios y libros de cnticos, por obra del obispo Thomaz Hren (1560-1630). Mientras, en el ulterior desenvolvimiento, la parte de poblacin alemana permaneci luterana, la parte magiar se adhiri, particu52. E BEN"Z, Hans von Ungnad und dxe Reformatum berg und Bvsam, Marburgo 1949, 141-246 untcr den Sudslajwen Witten-
larmente por los aos cincuenta y sesenta, a la tendencia helvtica, cuyas figuras teolgicas ms importantes fueron Klmncsehi, Szegedi Kis, Peter Melius, Gregor Szegedi y Kaspar Karolyi. En 1559 se compuso el primer escrito simblico hngaro, la confesin de la cena de Neumark, en que la parte magiar de Hungra se uni a la interpretacin calvinista de la cena. Gran peligro para, la tendencia helvtica vino a ser el antitrinitarismo. Sus representantes ms significativos fueron: Stancarus (1501-74), Biandrata (1514-1590 aprox.), mdico del rey Juan Segismundo, y Francisco David (aprox. 1510-1579), obispo de los reformados en Transilvania. Para defenderse contra las corrientes antitrinitarias se celebr, en 1567, un snodo en Debrecen, centro espiritual de los reformados. El snodo acept, aparte de dos confesiones compuestas por Melius (h. 1536-72), la Confessio Helvtica Posterior de Bullinger y una ordenacin eclesistica. De lado catlico, trat de impedir la penetracin del protestantismo sobre todo Jorge Utjesenovich, llamado Martinuzzi (f 1551)5S. Era el consejero ms ntimo de Zapolya y, a la muerte de ste (1540), se le confi la regencia sobre Transilvania. Despus de su asesinato por gentes de Fernando, se quitaron en Grosswardein los altares y fueron expulsados varios sacerdotes catlicos. Matas Zabardy, obispo de Wardein desde 1553, pudo repeler de nuevo transitoriamente la tendencia calvinista. Sin embargo, a su muerte (1557) fueron destruidos en Wardein los conventos y expulsados los franciscanos. Antes (1556) tuvo que huir el obispo de Weissenburgo, que lo fuera, desde 15545, P. Bornemisza. Los estamentos de Transilvania impidieron la nueva provisin del obispado, de suerte que qued vacante hasta 1716. En los territorios ocupados por los turcos no hubo ya obispos. El metropolita de Gran traslad su sede, en 1543, a Tyrnau. Desde 1554 fue arzobispo Nicols Olahus (14931568), amigo de Erasmo y ex secretario de la reina Mara de Hungra. Defendi la devolucin de los bienes de la Iglesia, llam a los jesutas a Tyrnau (1561) y abri aqu, ao de 1566, el primer seminario del pas. Al urgir la ley del celibato, muchos sacerdotes casados se decidieron por el protestantismo.
53. Cf. K. JUHASZ, Kardmal Georg Utjesenovich na<l: HJ (1961), 252-264 54. Hierarchia catholicam, Munster 1923, 101. ("t 1551) und das BisUtm Tscha-
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Mientras Maximiliano n (1564-76) simpatizaba con la reforma protestante y, en 1564, prohibi la publicacin de los decretos del concilio de Trento, Stephan Bathory, que, desde 1571, fue prncipe de Transilvania, favoreca la fe catlica y combati la tendencia radical de los antitrinitarios introducida por Francisco David. En 1579 confi a los jesutas la direccin de la Academia de Klausenburgo. Sin embargo, en 1595 fueron de nuevo expulsados. Obra fue sobre todo de los jesutas y del arzobispo de Gran, Pedro Pzmny (1570-1637), que proceda de una noble familia calvinista, que Hungra viniera a la postre a ser de nuevo un pas de mayora catlica (cf. cap. 39).
La ms antigua exposicin de conjunto del cisma de Inglaterra en N. SANDERS, De origine ac progressu schismatis Anglicani, Colonia 1585; las novsimas G. CONSTANT, La reforme en Angleterre, 2 t., Pars 1930-39; Eduardo VI, incl., sobre todo P H . HUGUES, The Reformation in England, 3 t.( Londres 1950-54, Isabel i, excelente resumen por el anglicano P.M. PARKER, The English Reformation to 1558, Londres 41963, con sntesis bibl. La obra que en su tiempo llam la atencin del futuro cardenal F.A. GASQUET, Heinrich VIII, und die englischen Klster, 2 t., Maguncia 1890-91 est superada por D. KNOWLES, The Religious Orders in England m : The Tudor Age, Cambridge 1959, y W.C. RICHARDSON, History of the Court of Augmentation 1536-54, Baton Rouge 1961. Sobre la penetracin del protestantismo: E G. RUPP, Studies in the Making of the English Protestant Tradition, Cambridge 1947. H.C. PORTER, Reformation and Reaction in Tudor Cambridge, Cambridge 1958; C. HOPF, M. Bucer and the English Reformation, Oxford 1946; W.A. CLEBSCH, England's Earliest Protestants 1520-35, New Haven 1964; C.W. DUGMORE, The Mass and the English Reformers, Londres 1958; H.C. WHITE, The Tudor Books of Prvate Devotion, Madison 1951; J.K. Me CNICA, English Humanists and Reformation Politics under Henry VIH and Edward VI, Oxford 1965; N.S. TJERNAGEL, Henry VIH and the Lutherans, Saint Louis 1965; J.E. OXLEY, The Reformation in Essex, Manchester 1965. Novsima exposicin general: A.G. DICKENS, The English Reformation, Londres 1964. Constitucin de la Iglesia: (excepto Elton, cf. supra): E.W. KEMP, Counsel and Consent. Aspects of Church Government, Londres 1961; tambin E.T. DAVIES, Episcopacy and the Supremacy in the Church of England, Oxford 1950; muy extenso para el tiempo de Isabel W.P.M. KENNEDY, Elizabethan Episcopal Administration, 3 t., Londres 1924; F. HIGHAM, Catholic and Reformed. A Study of the Anglican Church, Londres 1962. Bibliografas: A.F. POLLARD, Th. Wolsey, Londres 21953; CH. FERGUSON, Naked to Mine Enemies. The Life of Card. Wolsey, Londres 1958. Adems de las obras citadas en LThR 2 , m, 85 sobre Cranmer de A.F. POLLARD (21926),
A.C. DEANE (1927), G.W. BROMILY (1956) y T. MAYNARD (1956) la bibliogra-
fa hasta ahora ms extensa de J. RIDLEY, Thomas Cranmer, Oxford 1962. La bibliografa muy acrecida despus de la canonizacin (1935) sobre J. Fischer y Th. More v. LThK2 iv, 159 y vn, 628, cf. G.J. DONELLY, A Translation of St. Thomas More's Responsio ad Lutherum, Washington 1962; G. MARC* HADOUR, St, Thomas More. Lettre a, Dorp. La supptication des ames, Namur 1962; las Opera omnia, Francfort del Meno 1689 fueron reimpresas sin variacin en 1963 en Francfort. E. FLESSMANN-E. VAN LEER, The Contraversy about Scripture and Tradition between Th. More and W. Tyndale: NAKG 43 (1959-60) 143-164. De la extensa bibliografa sobre la Utopia E. SURTZ, The Praise of Pteasure. Philosophie, Education and Communism in More's Utopia, Cambridge-Mass. 1957; H. SSSMUTH, Studien z. Utopia des Th. M Munster 1967.
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La reforma protestante fue introducida y ejecutada en Inglaterra, lo mismo que en los pases escandinavos, desde arriba, es decir por influjo decisivo de la autoridad civil o estatal. Comenz por el cisma de Enrique vm; bajo Eduardo vi penetr el culto y la doctrina del protestantismo; tras el fracaso de la restauracin bajo Mara la Catlica, la Iglesia anglicana recibi, bajo Isabel i, su forma definitiva. Bajo Enrique vn (1485-1509), la Iglesia de Inglaterra se haba repuesto a ojos vistas de las desastrosas consecuencias de la guerra de las rosas. Sin poseer un derecho formal de nombramiento, el rey impona sus candidatos para las sedes episcopales en las dos provincias eclesisticas de Canterbury (con veinte sufragneos) y de York (con tres sufragneos), que eran por lo general juristas probados en el servicio del rey. El arzobispo de Canterbury (1503-1533) William Warham. bien conocido como erasmista, fue con mucho sobrepasado en influencia poltica, bajo Enrique vm, por Thomas Wolsey, hombre ambicioso y sin escrpulos, arzobispo de York (1514-30). Desde 1515 fue cardenal y, como lord canciller, diriga la poltica interior y exterior y, como legado pontificio (1518), gobernaba tambin casi independientemente la Iglesia de Inglaterra. Por el levantamiento de monasterios menores, se procur medios para dotar esplndidamente el Cardinal's College (hoy ChristChurch-College) en Oxford, por l fundado; procedi con rigor contra la penetracin del luteranismo. La moral del clero parroquial, por lo que permiten conocer las visitas anteriores a la reforma protestante (por ejemplo, en el obispado de Lincoln 1515-19) parece haber dado menos pretexto a censura que por lo general en el continente; sin embargo, la penetracin del humanismo en Oxford (J. Colet) y en sectores laicos (Th. Moro) no supli la deficiente formacin teolgica. De 349 libros que se imprimieron en Inglaterra entre los aos de 1468 y 1530, slo uno es de contenido estrictamente teolgico; 58 son litrgicos y 106 obras de devocin. Las traducciones inglesas de la Biblia fueron prohibidas desde la represin del wyclifismo; sin embargo, no se extingui el lollardismo como corriente soterraa. La piedad popular era viva, pero no realmente sana (fervent rather than solid piety, Parker 18). Cierto anticlericalismo hallaba una vlvula de escape en la cmara de los Comunes; en cambio, apenas poda hablarse de antirromanismo, 462
gracias al muro que el premunir opona al fiscalismo crales*. Durante el gran cisma de occidente, Inglaterra haba mantenido la obediencia romana, y durante el conflicto de Eugenio iv con el concilio de Basilea estuvo de lado del papa. Sin embargo, durante la segunda mitad del reinado de Enrique vm iba a ponerse de manifiesto el grave peligro que entraaba el rgimen de Iglesia nacional en Inglaterra.
El proceso matrimonial de Enrique VIII La cultura, incluso teolgica, extraordinaria en un prncipe de su tiempo, capacit al rey para impugnar en la Assertio septem sacratnentorum (1521), la Cautividad babilnica de Lutero. Por ello lo distingui Len x con el ttulo de Defensor fidei. Lo que trajo la ruptura con el papado fue la desenfrenada sensualidad del monarca, que era tan taimado como brutal. Apelando a Lev 18, 16 y 20, 21 afirmaba Enrique vm que su matrimonio con Catalina de Aragn era invlido, pues sta se haba antes casado con su hermano mayor Arturo, muerto a la edad de 14 aos. La dispensa concedida por Julio n a 26-12-1503 violaba el derecho divino; un breve de dispensa fechado el mismo da, redactado con ms claridad en algunos puntos, estaba deca falsificado *; finalmente, habra declarado antes de contraer matrimonio con Catalina que la boda se haca contra su voluntad. Sin embargo, consum el matrimonio y tuvo de Catalina cinco hijos, siquiera slo superviva Mara, la futura reina. Escrpulos de conciencia sobre la validez de su matrimonio no le vinieron al rey hasta que la dama de la corte Anna Boleyn (Ana Bolena) que l apeteca, slo quiso ser suya como esposa2. Catalina neg la consumacin de su primer casamiento con Arturo, y la invalidez del segundo con Enrique. A oscuras seguramente an al principio sobre las intenciones ltimas del rey, Wolsey se mostr dispuesto a tratar de la declaracin de la
1. Estaba destinado, como hace creble Ehses para la corte de Aragn, a fin de satisfacer U, exigencias de sta en inters de Catalina, y hasta 1528 no fue presentado por su primo Carlos v. 2 l a existencia de parejos escrpulos de conciencia es negada por muchos autores, liero no los excluye T H I E U E (cf. n. 4) entre otros. Un motivo fue sin duda el deseo de lograi un heredero varn a la corona.
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invalidez del matrimonio con Enrique por la sola instancia competente para ello, que era el papa. Los agentes Fox y Gardiner, enviados por l a Orvieto, donde resida Clemente vn despus del sacco di Roma, consiguieron que Wolsey y el cardenal Lorenzo Campeggio, de gran prestigio como jurista, que haba estado ya en Inglaterra como legado por los aos de 1518-19, se encargaran de llevar el proceso cannico en Inglaterra mismo. El papa prometi confirmar la sentencia y, caso que la declaracin de invalidez hubiera lugar, prometa de antemano dispensa para un nuevo matrimonio. Sin embargo, el proceso llevado en Londres no dio por resultado la sentencia que el rey deseaba. Ya al abrirse el proceso (18-61529), Catalina apel al papa. Los obispos de Rochester y S. Asaph defendieron desde luego la validez del matrimonio, pero Campeggio haca constar ante la parcialidad con que se proceda: En casa ajena, no se puede hacer todo lo que se quiere 3. Por eso, el papa que, por la conclusin de la paz de Barcelona, estaba de nuevo libre y era presionado por Carlos v, sobrino de Catalina, avoc el proceso a Roma (19-7-1529). Wolsey haba prometido demasiado, fue derribado y muri el 29 de diciembre de 1530 en su viaje de vuelta a Londres, donde le esperaba un proceso por alta traicin. Para influir en su sentido el proceso de Roma, solicit Enrique VIII, por consejo de Cranmer, elevado ahora al arzobispado de Canterbury, bien pagados dictmenes de universidades y de juristas particulares. En favor de la invalidez del matrimonio, aparte las universidades inglesas de Oxford y Cambridge, se declar tambin Pars (aunque con la protesta de 43 doctores), Orlens, Angers, Bourges, Toulouse, Bolonia, Siena, Padua, Pava y otras; en contra, las de Lovaina, aples, Salamanca (en que Francisco de Vitoria, en su Relectio de matrimonio se refiri a la causa regs Angliae), Alcal, Granada y otras. En Wittenberg, donde el rey trabaj su causa a travs de su agente Robert Barnes, Lutero se pronunci igualmente por la validez*.
El acta de supremaca Mientras Clemente vn dilataba la sentencia, pona Enrique VIII las agujas para otra solucin, sin el papa. El 11 de febrero de 1531 decidi la junta del clero (convocation), bajo fuerte presin del rey, un tributo a ste de 100 000 libras como a Protector and supreme head of the English Church and clergy, pero con la adicin propuesta por John Fisher, obispo de Rochester: in quantum per Christi legem licet. Todos los obispos, juntamente con el entonces lord canciller Toms Moro, asintieron a esta frmula ambigua. Fue el primer paso para la apostasa. El parlamento prohibi toda apelacin a Roma. El 23 de mayo de 1533, el complaciente arzobispo de Canterbury declaraba nulo el matrimonio de Enrique con Catalina; era la justificacin posterior y deficiente del matrimonio secretamente contrado ya por el rey con Ana Bolena en enero. Slo en este momento intervino Clemente vn. En el consistorio de 11 de julio de 1533 anunci que el rey caa en excomunin si, antes de fines de septiembre, no repudiaba a Ana Bolena y reciba de nuevo a Catalina como su legtima esposa. La sentencia dada el 23 de mayo de 1534 en el proceso cannico confirmaba la validez del matrimonio de Enrique con Catalina 5. Salvaguardaba la santidad e indisolubilidad del matrimonio, pero apenas cabe discutir que la inicial complacencia del papa, determinada por respetos polticos, despert en Enrique VIII esperanzas incumpliles, y la larga dilacin de la sentencia facilit la preparacin del cisma. Ya en junio de 1533, un escrito volandero antipapal, compuesto por encargo del rey: The Glasse of the Thruthe, prepar la opinin para las medidas por venir. En los Artculos difundidos a fines de ao, se calificaba al obispo de Roma, a quien algunos llamaban papa de Usurper of God's law and infringar of General Councs, y, por aadidura como enemigo de Inglaterra. En la primavera de 1534 aprob el parlamento cinco leyes, que preparaban el rompimiento con Roma: 1. Nombramiento de los obispos por el rey; 2. prohibicin de pedir dispensas a Roma ni pagar tasas all; sujecin al rey de monasterios exentos; 3. sujecin del clero a las leyes del
5. Texto en EHSES, Rdrmsche rtchs VIII 215s. Dkumente sur Geschichte der Ehttchtidtmg Htin-
3. E H S E S , Romische Dokumente sur Geschichte der Eheschetdung Heinrichs VIII. 119. 4 H. THIEME, Die Ehescheidung Heinrichs VIII. und die europdischen Universitaten, Karlsruhe 1957.
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Estado; 4. reconocimiento jurado de los derechos de sucesin al trono de los hijos habidos de la unin del rey con Ana Bolena (/. Sucession Act.); 5. ninguna manifestacin contra los derechos primaciales del obispo de Roma debe tenerse por hereja (Heresy Act.). En sermones y hojas volantes se le explicaba al pueblo el contenido de estas leyes y as se preparaba el acto final: el acta de supremaca de 3 de noviembre de 1534 6. En ella se reconoci al rey de Inglaterra el ttulo de the only supreme head in ectrth of the Church of England, cuyo poder se extenda tambin al mantenimiento de la pureza de la doctrina. Una segunda Succession Act exiga de todos los funcionarios y eclesisticos el reconocimiento de la sucesin de Ana Bolena; la Treason Act calificaba de alta traicin la repulsa o impugnacin del nuevo ttulo regio. Con ello estaba definitivamente consumada la ruptura con el pontificado. Porque, si bien la definicin del primado por el concilio de Florencia no estaba entonces umversalmente reconocida como obligatoria, estaba, sin embargo, fuera de duda que el papa es, por derecho divino, la cabeza visible de la Iglesia y que un soberano secular, aunque tuviera, como Enrique vm entonces, pretensiones a derechos imperiales, no puede ser cabeza de la Iglesia de su pas, ni depositario de la potestad docente y pastoral. Las primeras vctimas del acta de supremaca fueron los tres priores cartujos: John Houghton, Augustin Webster y Robert Lawrence, que, juntamente con el sabio Richard Reynolds, fueron ahorcados en Tyburne, con el hbito puesto, es decir, sin previa degradacin, el 4 de mayo de 1535. El 22 de junio de 1535, sigui el que era ornamento del episcopado ingls, John Fisher, obispo de Rochester. Antes de ser decapitado, dijo a los espectadores: Pueblo cristiano, muero por la fe de la santa Iglesia catlica de Cristo. Casi en los mismos trminos confes su fe el otrora lord canciller, Toms Moro, antes de su ejecucin el 6 de julio de 1535. En el proceso haba calificado el acta de supremaca como directly repugnant to the Icavs of God and his Holy Church 7. Los que se negaron al juramento
6 Texto en CEBLE, Slatutes, 436, tambin GEE HAROT, Documents, 243b. 7. HUGHES, Refarmahcm m England i, 281, las conmovedoras cartas de Moro a su hija Margaret Roper The Correipandence of Svr Thomas More4 ed. dirigida por E. FRANCS ROGFRS, Pnnceton 1947, 501 565.
(repugnants) formaban, sin embargo,' una insignificante minora. Todos los obispos en funciones, a excepcin de John Fisiher, prestaron el juramento, entregaron sus bulas papales de nombramiento y pidieron y obtuvieron la Licentia regia ad exercendam iursdictionem episcopdem. Ya antes, una aplastante mayora del clero secular y regular haba firmado la declaracin: El obispo de Roma no tiene, por derecho divino, en este reino de Inglaterra mayor jurisdiccin que cualquier otro obispo extranjero. Cabe preguntarse cmo fue posible que el clero de todo un pas se doblara casi unnimemente a la voluntad del rey y negara la doctrina del primado del papa. Para contestar a esta deprimente pregunta hay que recordar que fue el episcopado, que dependa completamente de la corona, el que dio el ejemplo, y el resto del clero lo sigui. A obispos y clero les faltaba la intuicin teolgica de que el primado papal no era una teora de canonistas curiales, sino que estaba anclado en la conciencia y en la fe de la Iglesia. Entre telogos y canonistas de espritu eclesistico slo se discuti seriamente su alcance o extensin y su relacin con el concilio y el episcopado. Significativo fue que ahora se imprimiera, a costa del rey, en versin inglesa, omitiendo, eso s, los pasajes sobre la llamada soberana del pueblo, la negacin ms radical hasta entonces conocida del derecho divino del primado: el Defensor Pacis. En dependencia directa de las doctrinas de Marsilio, public Edward Foxe un folleto sobre las dos potestades. Aunque Foxe se inclinaba de muy atrs a Lutero fue poco despus elegido obispo de Hereford. Un libro del obispo de Winchester, Gardiner, compuesto inmediatamente despus de la decapitacin de los mrtires Fisher y Moro en defensa del acta de supremaca real, llevaba el significativo ttulo: De vera obedientia. En cambio, la obra de Reginaldo Pole, pariente del rey que resida en Italia: En defensa de la unidad de la Iglesia (impreso en Roma el ao 1538), no produjo en Inglaterra efecto alguno y acarre al autor el odio de Enrique; su madre Margarita fue presa y ejecutada (1541).
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La supresin de los conventos La resistencia en el pueblo no se hizo sentir hasta que el rey, siguiendo el consejo del lord canciller Cromwell, mand ejecutar una visita general de monasterios por una comisin por l nombrada (dos sacerdotes: Layton y London, dos laicos: Legh y Rice). El fin era disponer de los copiosos bienes de los monasterios para asegurarse contra posibles ataques, llenar su caja privada y procurarse secuaces en la nobleza. A la vez haba que desacreditar el estado monstico o religioso por el descubrimiento de faltas morales. Apoyado en los informes de los visitadores, llenos de acusaciones contra la conducta de los religiosos, el 4 de abril de 1536, dispuso el rey, con aprobacin del dcil parlamento, la supresin de 291 monasterios menores (lesser monasteries), de ellos 191 de varones y 100 de mujeres, que tenan ingresos anuales inferiores a 200 libras y se incaut de sus bienes muebles e inmuebles. La atencin material de los moradores dejaba mucho que desear; pero las numerosas quejas sobre el particular no deben generalizarse8. Mas comoquiera que la confiscacin (y en parte la disipacin) de los bienes de los monasterios afectaba gravemente no slo a sus ocupantes y gentes a su servicio, sino tambin, financieramente, a los habitantes de las comarcas limtrofes, y el proceder de los visitadores suscit el disgusto del pueblo, estallaron levantamientos primero en el condado de Lincoln y luego en el norte de Inglaterra. All declar el jefe del Pilgrimage of Grace, Robert Aske, que la supresin de los monasterios significaba la ruina de la religin en Inglaterra; la supremaca real repugnaba, segn l, a la ley divina. Al frente de 9000 hombres march contra York, y restableci en sus monasterios a monjes y monjas. Pero se meti en negociaciones y prest fe a una promesa de amnista; con ella gan el rey tiempo para atacarle. La rebelin fue sangrientamente sofocada y Aske ejecutado. La primera oleada antimonstica slo haba alcanzado los monasterios menores. Entre los aos de 1537 y 1540 fueron tambin deshacindose los monasterios mayores de las grandes rdenes monsticas, en gran parte por entrega voluntaria al rey, entrega
8. KKOWLES, Religious Orders in Bngland m , 402ss,; cf. tambin G. BASKERVILLE, English Monks and the Suppressum of the Monasteries, Londres 1955.
que frecuentemente iba acompaada de confesin de culpa por parte de sus ocupantes y en ella se fundaba. Simultneamente fueron suprimidos los conventos de las rdenes mendicantes, Calladamente y sin llamar la atencin, y hasta por lo general.sin una palabra de lstima, desapareci de la vida de Inglaterra un estado secularmente familiar9. El clculo hecho al final del reinado de Enrique vin por el tesorero real sobre la venta de los bienes de la Iglesia o los ingresos producidos por ellos arroj la suma, fuerte para entonces, de 13 millones de libras10.
Poltica de alianzas y frmulas de fe El cisma de 1534, si se excepta la doctrina sobre el primado pontificio, no atent a la substancia de la fe catlica. Eso no sucedi hasta que el rey, apoyado en la autoridad que se le reconociera en materias de fe y de acuerdo con un dcil episcopado, quiso acomodar la fe de sus subditos a su poltica exterior y conciliar. Entre los aos 1534 y 1547 prescribi no menos de cuatro normas de fe: los diez artculos de 1536, el libro de los obispos de 1537, los seis artculos de 1539 y el libro del rey de 1543. En ellas salen a reducir ms o menos segn lo pide la eventual situacin poltica las ideas protestantes que entretanto se haban difundido en Inglaterra. A pesar de las prohibiciones de libros, ya en los aos veinte, gracias a las activas relaciones comerciales, haban llegado a Inglaterra escritos reformistas de los Pases Bajos y Alemania. Se formaron seguramente grupos, pero no comunidades propiamente dichas. William Tyndale, que, en 1524, abandon el crculo de telogos luterizantes de Cambridge, hizo imprimir en el continente su versin inglesa del Nuevo Testamento (1526) y de aqu lleg secretamente a Inglaterra junto con otros escritos volanderos de su pluma de fondo ms bien anticlerical que estrictamente luterano. En la obra: The Obedience of a Christian man defendi tambin la incondicional sumisin al rey tanto si obra bien como si mal. Robert Barnes se hizo partidario de la doctrina sobre la justifi0. KNOWLES, l.c, ni, 465.
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cacin durante su estancia en Wittenberg. Llamado de all por Cromwell, trabaj como agente en la causa matrimonial del rey y en favor del casamiento de ste con Ana de Cleves; pero perdi luego el favor real y fue ejecutado, en 1540, como hereje11. Un crculo de telogos amigos de innovaciones que se haba formado en el Cardinal's College de Oxford, fue dispersado en 1528 por Wolsey. El ms importante de ellos, John Frith, huy al continente (Marburgo) y public en Amberes, bajo el ttulo: De Antichrsto una refundicin inglesa de la respuesta de Lutero a Ambrosio Catarino. El 24 de mayo de 1530 fue entregada al rey una lista de 251 proposiciones errneas que se hallaban en escritos de autores ingleses12; el rey avis contra su difusin. Cuando Frith, en 1533, confiando en la inminente ruptura con Roma, volvi a Inglaterra, fue ejecutado por su doctrina acerca del purgatorio y de la eucarista. Paralela corri la defensa en sentido catlico. La Conjessio de Fisher (1523) pertenece a las mejores obras de controversia catlica de la poca petridentina. Posteriormente, Gardiner, obispo de Winchester, que haba prestado el juramento de supremaca, se convirti en cabeza del partido medio, que no quera abandonar ninguna otra verdad de fe catlica. Sin embargo, no obstante la posicin de confianza poltica, de que gozaba con el rey, no pudo imponerse contra el primado Cranmer, de tendencias protestantes, cuya flexibilidad supo adaptarse a los cambios de la poltica regia en materia eclesistica. Y esta poltica tena por norte la razn de estado. Desde el 30 de agosto de 1535, estaba preparado el texto de la gran bula de excomunin contra Enrique vm. El nuevo papa Paulo in dilataba, sin embargo, su publicacin, pues quera asegurarse la cooperacin de las grandes potencias para la ejecucin de las censuras eclesisticas, para lo cual pareca el medio ms apropiado el proyectado concilio universal. Impedir que ste se llegara a celebrar fue meta constante de la poltica del rey. Para ello entabl negociaciones con los protestantes alemanes, acordndose para el caso en que, contra lo que se esperaba, se llegara a reunir, hacer pblica una protesta general; pero no se lleg a una alianza con la liga de Esmalcalda, pues los coloquios de telogos habidos a comienzos
11 Sobre las vacilaciones de Barnes a base de las versiones de su Supplicatton de 1531 y 1534 CLEBSCH, Engfand's Earltest Protestante, 58 77, sobre Frith, bid 78 136 12 Texto en HUGHES, 1 c , p I I , 331-346.
de 1536 en Wittenberg no condujeron a una inteligencia en las cuestiones fundamentales: los de Wittenberg se negaron a reconocer el divorcio de Enrique vm y ste no quiso admitir la Confessio Augustana 13. Estas infructuosas negociaciones, la convocacin del concilio en Mantua y los desrdenes por la supresin de los monasterios y conventos forman el trasfondo de los diez artculos de la je14 prescritos por el rey el 12 de julio de 1536. Aunque equvocos en muchos pasajes, delatan el empeo de complacer a Wittenberg: se reconoce el principio de la Escritura, se describe la justificacin siguiendo los Loc de Melanchthon, slo se nombran expresamente tres sacramentos, bautismo, eucarista y penitencia; no se prohibe el culto de los santos e imgenes, pero se lo considera como fuente de muchos abusos; se permite la oracin por los difuntos; sin embargo, el purgatorio no tiene base escrituraria. La Institution of a Christian man, publicada al ao siguiente, llamado Bishop's Boak, porque fue firmado por veinte obispos, fue una componenda entre el ala protestantizante y el ala conservadora del episcopado. A esto de un catecismo mayor trataba los puntos tradicionales de doctrina: credo, sacramentos, mandamientos, el padrenuestro y tambin el avemaria; mentaba los cuatro sacramentos omitidos en los diez artculos, pero no el carcter sacrificial de la misa. Gardiner que tom parte en la preparacin del Bishop's Book, lo calific de almacn en que cada uno haba puesto lo que le placa. Al mismo tiempo mand el rey que se impugnara en escritos volanderos el concilio general convocado por el papa15. Un nuevo acercamiento a los protestantes alemanes pareci iniciarse a comienzos del ao 1539 cuando Carlos v y Francisco i se aliaron contra Enrique vm. El rey mand un emisario (Christopher Mount) a la Sajonia electoral y negoci el casamiento con Ana de
13 F PRUSER, England und dte Schmatkaldenei, 1535 40, Leipzig 1929. 14 Impresiones del texto y juicio en HUGHES I, 349SS, I I , 2 9 S , bid., 30-46 se trata ampliamente sobre el Bishop's Boak, cuyo verdadero ttulo es The Institution of a Chiistian Man, contammg the Expositwn or Interpretatwn of the Common Creed, of the Seven Sacraments, of the Ten Commandments, and of the Pater Noster and the Ave Mara, Justvfvcaium amd Purgatory. 15 El escoto oficial de 1537 CT x u , 767-774, sobre otros dos tratados contra el concilio P A SAWADA, Two Ananymous Tudor Treaties on the General Council: JEH 12 (1961), 197 214 Sobre la poltica general conciliar de Enrique v m : JEDIW, Gesch. des Konzils van Tnent i, 244ss, cf P. A SAWADA, Das lmpermm Heinnchs VIII. und dlt erste Phase semer Konsifspahttk Keformata reformanda, i, 476-507.
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Cleves. Telogos luteranos aparecieron en Londres, pero no fueron testigos de una aproximacin doctrinal, sino de una reaccin catlica. Los seis artculos propuestos por los obispos en la cmara alta y aprobados por el rey el 28 de junio de 1539, mandaban bajo graves penas la doctrina de la transustanciacin, la comunin bajo una sola especie, el celibato de los sacerdotes y los votos monsticos, permisin de la misa privada y necesidad de la confesin auricular18. Este sorprendente giro se debi a un nuevo acercamiento de Francia a Inglaterra; Enrique no necesitaba ya de los aliados protestantes contra una coalicin que le amenazara por parte de las principales potencias y quera presentarse como prncipe catlico. El lord canciller Cromwell cay y fue decapitado; Barnes, quemado vivo; dos obispos (Latimer y Shaxton), de tendencias protestantes, hubieron de dimitir; Cranmer, en cambio, se sostuvo. Pero no lleg a materializarse una restauracin catlica en el sentido de los seis artculos. El equilibrio entre la antigua y nueva doctrina sigui siendo mxima de la poltica religiosa en los postreros aos del gobierno del rey cuando se ali con el emperador contra Francia. El King's Book (1543)" que est pensado como catecismo de los laicos, mostraba parentesco, en la doctrina de la justificacin, con los artculos wittenbergenses de 1536, pero recalcaba la necesidad de las buenas obras y avisaba sobre not in his lifetime to presume upon the said benefits of Christ, or take occasion of carnal liberty or security, se afirma el libre albedro y se rechaza la predestinacin absoluta. La eclesiologa sigue anglicana: el primado del papa es invencin humana, guardin de la recta fe es el rey, que est obligado to conserve and mainain the true doctrine of Christ, que est depositada en la sagrada Escritura, en los tres antiguos smbolos, en los cuatro primeros concilios y en la exposicin de los padres. En su prlogo habla el rey del tiempo antes del cisma, como de tiempo de tinieblas e ignorancia. Sin embargo, la mutacin en la substancia de la fe fue en realidad ms honda de lo que permiten reconocer las dos ltimas normas de fe mentadas. La traduccin de la Biblia de Tyndale, hasta entonces rigurosamente prohibida, fue dejada libre, por manejo de
16. GEE-HABDY, Documrnts, 303-319. 17. A Necessary Doctrine and Erttdttion for any Chrtstim Man, set forth by the King's Majesty of England (Lo 1543), cf. HUGHES, O.C, I I , 46-60.
Cranmer, en 1537. en la refundicin de John Rogers que se ocult bajo el seudnimo de Thomas Matthew (de ah Matthew's Bibel) Al ao siguiente se impuso su posesin como obligatoria a todos los prrocos. Un homiliario compuesto por Cranmer se encarg de la correspondiente interpretacin. Gardiner, que era conservador en materias eclesisticas, consejero poltico por mucho tiempo del rey, perdi su favor poco antes de la muerte de ste (28-1-1547) y qued excluido de la tutela del rey Eduardo vi, a la sazn de 9 aos.
La oleada protestante bajo Eduardo VI En tiempo de la regencia, bajo el influjo decisivo del duque de Somerset, to del rey, invadi la vida de la Iglesia de Inglaterra un amplio frente de pensamiento protestante. Se procedi de acuerdo con el sentido prctico de los ingleses al no prescribir las nuevas doctrinas como frmulas de fe, sino que se las introdujo bajo el ropaje de una nueva liturgia, manteniendo muchas formas tradicionales (ornamentos, velas, etc.). Como en el continente, as en Inglaterra la supresin de la misa hera en lo ms ntimo la idea catlica de la Iglesia. Se procedi paso a paso. A fines de 1547 se permiti la comunin bajo las dos especies; las fundaciones de misas fueron confiscadas en favor de la corona. En folletos y sermones se impugn la doctrina catlica sobre la eucarista y el sacrificio de la misa. Un rito, en ingls, de la comunin, compuesto por Cranmer, prescrito a 8 de marzo de 1548, se apoyaba en la reforma de Colonia, redactada principalmente por Butzer. Butzer mismo, su colega de Estrasburgo, Fagus, y Vermigli, huido de Italia, vinieron a Inglaterra. Un ao ms tarde (1549) apareci el Common Prayer Book18, que no slo cambi formas (entre otras, la introduccin de la lengua litrgica inglesa), sino tambin, en puntos decisivos, el fondo doctrinal de la liturgia. Slo hay dos sacramentos instituidos por Cristo: el bautismo y la cena. En el rito del Supper
18. The boche of the common prayer and admmistratum ot the Sacramentes, and other rites and ceremomes ot the Churche after the use of the Churche of England (Londres 1549); cf. F. PROCTER - W.H. FRERE, A new Htstory ot the Book of Common Prayer, Londres 1951; nueva ed dirigida por E.S. GIBSON, Londres 1960; m WM. LThK 2 I I , 604; cf. E.R RATHCLIFF, The Liturgical Work of Archbishop Cranmer: JEH 7 (1956), 189-203
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of the Lord se ha suprimido el carcter sacrificial, y falta una clara confesin de la presencia real. En lugar de la misa diaria, se establece una liturgia de la palabra, para cuya configuracin aprovech Cranmer el breviario de la cruz del cardenal Quiones; en el espacio de un mes se lee o canta todo el Salterio. El rito de ordenacin introducido en 1550 se fundaba en textos de Butzer (De ordinatione legitima ministrorum ecctesiae revocando, 1549). Cierto que se distingui (a diferencia de Butzer) la ordenacin de obispos, presbteros y diconos, pero se cambiaron las preces de ordenacin que van unidas a la imposicin de manos. Al mismo tiempo se levant la prohibicin del matrimonio de los sacerdotes. Una real orden de 24 de noviembre de 1550 mandaba retirar los altares consagrados; en su lugar se pusieron mesas de madera. El obispo de Chichester, que se neg a cumplir la orden, fue encarcelado y depuesto. En la forma revisada del Prayer Book, que entr en vigor por Todos los Santos de 1552, desapareci el rito hasta entonces conservado de la uncin de los enfermos, lo mismo que la uncin en el bautismo y la oracin por los difuntos en el sepelio. La participacin en la nueva liturgia se hizo obligatoria: Al que toma parte en otros ritos se lo castiga la primera vez con seis meses de crcel, a la segunda con un ao, y a la tercera con cadena perpetua. Slo ahora, al final del reinado de Eduardo vi, se resumi y prescribi la nueva fe en 42 artculos compuestos por Cranmer. Ni la cada de Somerset (1549), ni la oposicin de obispos aislados (sealadamente contra el nuevo rito de ordenacin), ni la pasividad de gran parte del clero parroquial pudieron impedir esta evolucin. Cuando fue introducido el Prayer Book en Devonshire, el pueblo se opuso en muchas parroquias e hizo chacota de la nueva liturgia iike a Christmas Game, pero sin resultado. La incautacin de los tesoros de la Iglesia (clices, custodias) que haba comenzado bajo Enrique vm y no acab hasta ahora, hubo de ser aguantada, aunque con amargura; se lament la prdida de muchas obras de caridad, que salan antes de fundaciones eclesisticas, y la desaparicin de muchas escuelas parroquiales. La prdida fue tan grande que la restauracin bajo Mara la Catlica y el cardenal Pole no pudo ya compensarla19. Vino demasiado sbita, dur poco
19. England, surely, was no longer a Catholic country by 1553, dice HUGHES, O.C, I I , 302. Numerosos ejemplos de la dispersin de los tesoros de la Iglesia a base de los
y fue igualmente gubernamental. El alto y bajo clero, que se haba doblado a las leyes de Enrique vm y Eduardo vi, con Gardiner a la cabeza levantado a Lord canciller, no era ejecutor seguro ni, sobre todo, celoso de las nuevas leyes. El rigor con que la reina Mara procedi contra Cranmer (ejecutado el 21-3-1556) y otros adversarios de su rgimen, no despert simpatas por ste; el Book of Martyrs, de John Fox, publicado poco- despus de la muerte de Cranmer (en latn en 1559, en ingls en 1563), cuid de su glorificacin. Los emigrados vueltos del continente (Francfort, Estrasburgo, Zurich) fueron los artfices de la organizacin de la Iglesia anglicana bajo Isabel i.
La Iglesia Anglicana bajo Isabel 1 (1558-1603) Isabel, la prudente y muy culta hija de Ana Bolena, empez por asegurarse el trono por una poltica exterior en extremo cauta; sobre el rumbo de su poltica interior eclesistica no cupo desde el principio duda alguna. Una nueva acta de supremaca y uniformidad (1559) puso de nuevo en vigor diez leyes eclesisticas de Enrique vm y Eduardo vi que haban sido abolidas bajo Mara, as como el Prayer Book de 155220. Los obispos nombrados bajo Mara, que se opusieron, fueron depuestos y sustituidos por otros dispuestos a prestar el juramento de supremaca, a la cabeza de todos, como arzobispo de Canterbury, Matthew Parker. Sin embargo, se mitigaron las penas impuestas a los refractarios al juramento (prdida del cargo, y pena de muerte slo caso de defender, en segunda recada, el primado del papa); fue prescrita bajo multa (12 peniques cada vez) la asistencia al culto> los domingos y fiestas. Los pocos monasterios restaurados bajo Mara fueron suprimidos. La raya, pues, de separacin entre los defensores de la antigua fe qued inequvocamente trazada. Sin embargo, su persecucin despiadada no comenz hasta que Po v lanz sobre la reina la gran excomunin y deposicin (cf. p. 541). En cambio los clrigos y
inventarios1 de 1552, en H.B. WALTERS, Lond&n Churches at the Reformaiion, Ixrniires 193. Sobre la restauracin catlica bajo la reina Mara, cf. p. 502. 20. Cf. J.E. NEALE, The Elizabethan Acts of Supremacy and Uniformity: KFTR 65 (1950), 303 332.
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laicos, muchos an que eran desafectos al nuevo orden de cosas o lo miraban con indiferencia, fueron dejados adrede tranquilos. Los 39 artculos de fe formulados por la junta del clero de 1563, eran una elaboracin de los 42 artculos de Cranmer de 155221, y respiraban espritu calvinista, no luterano. La Apologa ecclesiae Anglicanae del obispo de Salesbury, John Jewel (1562 en latn 1564 en ingls), tena por objeto justificar la nueva fe y el nuevo orden. A uso de los prrocos estaba destinado el Book of Homilies (1562). Las visitas episcopales, que se ejecutaron desde 1568 se cuidaron de desterrar todo lo que recordara el pasado catlico. Los clrigos fueron rigurosamente vigilados empleando para ello los Churehwarden y los maestros de escuela. La constitucin episcopal, los cabildos catedrales y el oficio de los arcedianos permanecieron bajo la cubierta de la supremaca real. Cuando el calvinista Cartwright quiso introducir en Cambridge el sistema presbiteriano de Ginebra, se le opuso resueltamente John Whitgift, que vino a ser, en 1583, arzobispo de Canterbury. A fines de la poca isabelina, resumi Richard Hooker en sus Laws of Ecclesiascal Polity (1593) la doctrina y constitucin de la Iglesia anglicana ahora ya afianzada22. Con ello quedaba conclusa la formacin de un tipo nuevo de iglesias protestantes 2S. Sin embargo, la versin oficial de la Biblia no se llev a cabo hasta Jacobo i 21 .
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Cuando de la apasionada protesta de Lutero dentro de la Iglesia una fue saliendo poco a poco un sistema eclesistico propio fuera de la antigua Iglesia y contra ella, se plante la cuestin sobre lo distintivo de la reforma protestante. Los reformadores se hallaron ante la tarea de estatuir una confesin o credo de la recta doctrina para las nuevas comunidades. Ya no bastaba protestar y corregir la tradicin; ahora haba que meter tambin dentro de un credo lo que hasta entonces se haba supuesto como base evidente. 478
Por otra parte resulta patente que' el esquema inicial que insista unilateralmente en la intencin de reforma, deba ser protegido contra malas inteligencias, a par que dilatado y corregido. La lucha de Lutero contra el papa en pro de la libertad evanglica fue en muchos casos entendida como carta franca para la rebelin, saqueo de conventos y desenfreno moral. Y no hay temor de Dios ni disciplina, desde que ha desaparecido la excomunin del papa. Y todo el mundo hace lo que le da la gana (WA Br 4, 133, lis), y ello so capa del evangelio (WA 32, 219, 28). Melanchthon confiesa: Muchas cosas nos echan los papistas en cara con razn (CR 4, 960). Del abandono moral que claramente reconoce hace Melanchthon responsables, en 1527, a aquellos que, por excesivo odio al papa, lo condenan todo por igual, lo bueno y lo malo (CR 4, 959). l, en cambio, en su Instruccin de visitadores quera hacer hablar, sin palabras amargas, a la cosa o causa misma. Para semejante moderacin tena yo muchos motivos. No quera en efecto dar pbulo a la furia del Areus y otros colegas semejantes, segn los cuales ensear el evangelio consiste sola y nicamente en desatarse en injurias, como carreteros, contra quienes piensan de otro modo que nosotros. S muy bien el odio que me acarrea entre ciertas gentes esta mi circunspeccin. Pero para m era ms importante mirar a lo que agradaba a Dios, que no buscar como congraciarme con estos acusadores, vidos de lucro, por los que soy ahora tratado como un hereje y un iluminado (CR 1, 898s). Ms adelante Melanchthon fue muchas veces tachado de pusilanimidad y cobarda. Pero no me arrepiento de mi moderacin, aun cuando nuestra corte la ha interpretado a veces como pusilanimidad y cobarda, escribe en octubre de 1536 a Cruciger (CR 3, 179). Melanchthon no entenda la reforma como mera crtica negativa. Su preocupacin era la unidad de la Iglesia. Te ruego por Cristo, escribe en 1527 a Casper Aquila, que ensees moderadamente y mires por la concordia de la Iglesia y venzas por la paciencia a los contrarios, y no luches con los que gustan de insultar, insultando t mismo... Muchas cosas se ensean hoy mejor que antes, por la gracia divina, en la Iglesia; pero muchas cosas las enseaban antao mejor algunos que no ahora los ignorantes luteranos. Tu misin es curar las almas tanto de tus adversarios como de tu pueblo, y no fomentar el odio de los partidos (CR 7, 960). 479
Pero Melanchthon no slo censuraba el exceso de celo de muchos alborotadores, sino que tuvo tambin el valor y la conciencia de responsabilidad de corregir puntos de su propia teologa. En 1530 no quiere ya recomendar sus Loci de 1521, que Lutero haba declarado entonces como cannicos; muchas cosas que hay an en ellos demasiado rudas haba decidido modificarlas. En lugar de los Loci remite su comentario a la carta a los Colosenses de 1527 (CR 2, 457). Por modo semejante, en 1532, publica su comentario a la carta a los romanos, a fin de suprimir la copia de su leccin pblica de 1521 \ Expresin de los cambios de su teologa son las distintas versiones de sus Loci. Sobre este trasfondo hay que ver las distintas controversias o disputas filpicas. La controversia antinomista Ya en 1524, en Tetschen, fue defendida por predicadores protestantes esta tesis: La ley fue dada a los judos, no a nosotros, gentiles. De ah que no nos toque la ley o los diez mandamientos (WA 15, 227, 5s). Frente a parejos predicantes que hablan inmodestamente de libertad cristiana (St. A. 1235,121), recalca Melanchthon: El que ensea en las iglesias, debe transmitir cuidadosamente la doctrina sobre la ley. Y es as que si se ensea la doctrina de la fe sin la ley, surgen escndalos sin cuento. El pueblo se siente seguro y suea que tienen la justicia de la fe, porque no sabe que la fe slo puede estar en aquellos que, por la ley, tienen un corazn contrito (CR 26, 28). Ahora es corriente hablar de la fe y, sin embargo, no puede entenderse lo que es la fe, si antes no se ha predicado la penitencia. Evidentemente vierten vino nuevo en odres viejos quienes predican la fe sin la penitencia, sin la doctrina del temor de Dios y de la ley, y acostumbran al pueblo a cierta seguridad carnal. Esta seguridad es peor que todos los errores de antes bajo el papa (CR 26 9). Juan Agrcola (1499-1566), oriundo de Eisleben, se escandaliz de esta concepcin de que, antes de la fe, la predicacin de la ley debe producir primero penitencia y contricin (cf. cap xix). As compuso una censura (CR 1, 9151) contra el artculo de la visita
1. Studienausgabe ( = St. A.), v, 26, 5-8.
de Melanchthon (CR 26, 7-28). Censura relata Melanchthon que yo no enseo que la penitencia comienza con el amor a la justicia, que estoy demasiado encaprichado con la predicacin de la ley, que he tergiversado muchas veces de mala manera la Escritura, que en algunos pasajes he violado la libertad cristiana. Me hace dos veces papista (CR 1, 920). Agrcola ve slo en la ley una expresin de la clera de Dios. La ley qued abolida para el cristiano por la revelacin de la gracia de Dios en el evangelio. Los diez mandamientos los habra predicado Cristo slo para los judos. Mas como nosotros hemos sido liberados de la ley, no hay que predicar el declogo (CR 1, 916). Moiss no tiene nada que ver con los gentiles 2. As tampoco la penitencia debe comenzar con la predicacin de la ley, sino con el amor a la justicia. Con esta concepcin suya crea Agrcola tener que defender a Lutero1 contra Melanchthon, que iba otra vez hacia atrs (cf. WA Br 4, 265; v. supra 337). A fines de noviembre de 1527, la corte del prncipe elector convoc una junta teolgica en Torgau. Por mediacin de Lutero se lleg a un acuerdo provisional entre Melanchthon y Agrcola3. En la segunda disputa antinomstica, Agrcola atac al mismo Lutero. Por navidad de 1536, le haba prometido el prncipe elector un puesto en la universidad. Agrcola se traslad all inmediatamente. Con su familia hall acogida en casa de Lutero y muchas veces le confi su representacin. Sin embargo, pronto haba de encenderse de nuevo el viejo pleito que pareca ya olvidado. En una coleccin de sermones, publicada en julio, defendi Agrcola la tesis de una doble revelacin: una primera de la gracia, otra segunda de la ira (CR 3, 386). Dios como juez, si es que hay lugar en el pensamiento de Agrcola para Dios como juez, slo se manifiesta en el evangelio. Aqu se revela la ira de Dios; pero no para todos los que son culpables ante Dios, sino slo para aquellos que, por falsa seguridad, se ren y mofan de la primera revelacin de la gracia4. Simultneamente
2. Agrcola, 130 gememe Fragstucke, Wittenberg' 1528: F. COHRS, Die evangilischen Katech%smusver suche vor Luthers Bnchvridum, II, Berln 1900, 293, 17s. 3. Cf. la frmula de compromiso que Melanchthon admiti en la instruccin de los visitadores: St.A. i, 222, 14-27; W A 26, 202s. 4. J. ROGGE, Johann Agrcolas Lutherverstandms, Berln 1960, 140; cf. obre ello
WA 22, 86, 32,S.
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hizo Agrcola circular una coleccin de tesis en que intentaba oponer el joven Lutero contra el posterior. Impugna que se ensee en la Iglesia el declogo, y hace un ramillete de pasajes, puros e impuros, referentes al declogo, tomados de los escritos de Lutero y mos, escribe Melanchthon a mediados de julio de 1537 a Brenz (CR 3, 391; cf. CR 3, 386). Lutero no haba tomado muy en serio la polmica de 1527; ahora, en cambio, estaba consternado' ante la postura de Agrcola: Eso empieza ya nobis vivenibus a nostris! (WA Tr 3, 405, 6). En un sermn de 30 de septiembre de 1537 (WA 45, 145-156) expuso su propia concepcin de la ley y el evangelio contra Agrcola. ste trat de calmar a su maestro* y todava pensaba en un acuerdo. La polmica abierta estall cuando a fines de octubre dio a la imprenta sus sumarios de los evangelios6. Lutero tuvo noticia de ello y logr la incautacin de los pliegos ya impresos (CR3, 454). Junto con sus contratesis (WA 39, i, 360-417) public tambin la mentada coleccin de tesis de Agrcola y en 18 de diciembre de 1537 hizo celebrar la primera disputa (WA 39, i, 360-417). Como decano de la facultad de teologa quit Lutero a Agrcola la venia l&gendi (WA Br 8, 186). Por mediacin de la mujer de Agrcola se lleg an a una reconciliacin entre ambos. Para darla pblicamente a conocer se organiz una segunda disputa el 12 de enero (WA 39, i, 418-485). Pero no se sostuvieron los puntos en litigio, de forma que en una tercera disputa de antnomos7 de 6 de septiembre estall de nuevo el conflicto. Lutero exigi ahora una retractacin definitiva de Agrcola y la corte le amenaz con privarlo de su sueldo. Agrcola compuso seguidamente una forma de revocacin o retractacin que present, como a mediador a Melanchthon y que ste reelabor. Al mismo tiempo se dirigi Agrcola al propio Lutero: el doctor tena que procurarle por s mismo una forma (WA 50, 465). Lutero convino en ello y escribi en forma de carta abierta al predicante de Eisleben Gaspar Gttel el tratado contra los antno5. Cf la lista de Joh Agrcola, lo que hasta entonces haba enseado: ZKG 4 (1881), 304s. 6. K.E. FORSTEMANTT, Neues Urkundenbvch zur Gesch der evcmgelischen Kirchenreformatim, i, Hamburgo 1842, 296ss, cf. W A 51, 431, 33-432, 24, J ROGGE, l e , 156-164. 7 WA 39,i, 486-584, cf J. ROGGE, l.c, 187.
mos (WA 50, 468-477). De Agrcola exigi Lutero, en enero de 1539, tesis de disputa, que aqul present el 1. de febrero 8. Ello los enzarz en nueva pelea. Agrcola se quej ante el prncipe elector contra Lutero (cf. WA 425-444) y, durante la negociacin misma, huy a Berln, donde obtuvo un puesto como predicante cortesano del prncipe elector Joaqun n. Temticamente, Lutero discuti todava la cuestin de la importancia o significacin de la ley en su escrito Sobre los concilios e iglesias, de 1539 (WA 50, 599, 5ss) y en una serie de tesis de septiembre de 1540 (WA 39, i, 358). En la disputa antinomista se trata ya de la recta inteligencia de Lutero. Agrcola pensaba que Lutero enseaba dos modos distintos de justificacin: un modo sera por la ley y el evangelio, el otro sin la ley, slo por el evangelio. Por eso quera l se decidiera cul era el recto modo, a fin de que la Iglesia que vendr despus de nosotros no est perpleja al ver que las dos cosas se dicen y son enseadas 9. Agrcola busc la solucin del problema extractando manifestaciones del joven Lutero para formar un sistema unitario. Lutero qued consternado de la disputa que ya en su vida se encendi sobre su herencia. Su ataque fue tan duro e inexorable, pues tema como consecuencia de la doctrina de Agrcola flojedad y capricho. As seguir puramente gracia dulce, es decir, capricho grande y sin lmite y picarda que nadie podr ya contener 10. Controversia sinergista Agrcola haba enfrentado al primer Lutero contra el posterior. Ahora se acusaba a Melanchthon de apartarse de Lutero en la doctrina de la sola eficacia de la gracia en el despertar de la fe justicante y de la no libertad de la voluntad respecto de la salud eterna. T sabes, escribe Melanchthon a 22 de junio de 1537 a Veit Dietrich, que en lo que atae a la predestinacin, al asentimiento de la voluntad, la necesidad de nuestra obediencia y el pecado mor8 Texto ZKG 4 (1881), 313ss; W A Br 12, 277ss. 9 W A Br 8, 279, 5s, 14s; J. ROGGE, l.c, p. 1665s fecha la carta en diciembre de 1537 10 WA Br 4, 452, 14s, cf. 468, 16, 513s.
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tal, digo muchas cosas en tono menos grueso. Sobre todos estos puntos s que Lutero, en el fondo, piensa lo mismo; pero los necios aman demasiado algunas frases suyas extremadas, sin saber a qu contexto pertenecen (CR 3, 383). Lutero y Melanchthon haban defendido, por los aos 1520-21 un estricto determinismo: Todo acaece con absoluta necesidad. As lo quera tambin el poeta cuando deca: Todo subsiste segn determinada ley11. Aun las malas obras las obra Dios en los impos (WA 7, 144, 34). De la fe haba dicho Lutero que era obra de Dios en nosotros sin nosotros (WA 6, 530). Pero, prcticamente, Lutero haba invocado siempre la actividad del hombre, con lo que enseaba que Dios lo obraba todo, pero no, consecuentemente, que obraba solo. A partir de 1527 trat Melanchthon de liberarse del determinismo, de los delirios estoicos, como se expres l mismo ms tarde12. Siguiendo a los padres, habl insistentemente del libre albedro del hombre como de la capacidad de corresponder a la gracia (St. A. n, 245, 30s). Si Dios quiere, segn 1 Tim 2, 4 que todos los hombres se salven, el motivo de que unos se salven y otros se condenen tena que estar en el hombre. Lutero quera desvirtuar este paso escriturario traduciendo: que quiere que todos los hombres sanen o se curen13, pero Melanchthon no poda eludir su peso. Puesto que hemos de partir de la palabra revelada y puesto que la promesa es universal, de ah juzgamos que hay en nosotros una causa de eleccin, a saber, una causa instrumental para aprehender la promesa14. Aunque Melanchthon presenta la voluntad humana que asiente a la promesa como factor propio (cf. CR 21, 658), aqu sin embargo no se trata de una voluntad humana autnoma, sino de la voluntad que, apoyada por el Espritu Santo, acompaa a la gracia preveniente (CR 12, 481; St. A. n, 243, 20-244; CR 9, 970). En la conversin, por ende, cooperan tres causas: la palabra de Dios, el Espritu Santo y la voluntad humana que asiente
11 Assertto 1520 WA 7, 146, 7ss, cf Loct 1521 St A n , 10, Uss 12 Cf. CR 21, 652, CR 9, 766 En vida de Lutero y despus he rechazado estos Stcnca et Mantchaea dehna, que Lutero y otros han escrito, que todas las obras, bueas y malas, deban suceder as en todos, buenos y malos Ahora bien, es evidente que este discurso es contra la palabra de Dios, daa a toda disciplina y es blasfemo contra Dios (1559). 13 Cf E HIRSCH, Hilfsbuch zum Studium der Dogmatik, Berln 1964, 157 14 Disputatw de sententxa Deis vult omnes homines savos fvsri 1537 CR 12, 481
a la palabra y no la contradice (CR 21, 658; St. A. n, 243, 14-17). Apoyndose en el Interm de Augsburgo (vi, 1, cf. supra p 303) se dice en el Interim de Leipzig: Aunque Dios no justifica al hombre por el mrito de propias obras, que haga el hombre... sin embargo, el Dios misericordioso no obra con el hombre como con un tronco, sino que lo atrae a s de forma que tambin coopera su voluntad, dado que est en los aos de la razn (CR 7, 51). Esta doctrina escandaliz, en 1549, al superintendente de Hamburgo Juan Apinus (1499-1553), que, por el mismo tiempo, haba armado un pleito en torno a la ascensin de Cristo1B. El hombre, opinaba pinus, puede tanto por su libre albedro como un tarugo por su inmovilidad, y un cerdo por su falta de inteligencia para llegar al evangelio y al reino de Cristo. Matas Flacius (1520-75) y Nicols<Gallus (1516-70) vean ya enterrado en la formulacin de Leipzig un papista meritum de congruo 16. Los discpulos de Me^ lanchthon Georg Major (1502-74), Victorino Strigel (1524-69) y ms tarde Juan Pfeffinger (1493-1573), enseaban expresamente la necesidad de la cooperacin del hombre, del libre albedro en la justificacin. Pfeffinger era, desde 1544, profesor de Leipzig. En dos disputaciones defendi el ao 1555, apoyndose en Melanchthon, la tesis de que en la conversin se requiere el asentimiento de nuestra voluntad. All habl de cierta synergeia de la voluntad. Aunque segn l, lo mismo que segn Melanchthon, la voluntad dependa para ello de la gracia del Espritu Santo, Nicols de Amsdorf le reproch que enseaba, juntamente con su cuadrilla, que puede el hombre por las fuerzas naturales de su propio albedro prepararse y disponerse para la gracia17. Amsdorf afirmaba por su parte: La voluntad del hombre no es delante de Dios otra cosa que arcilla, piedra o madera 18. De modo semejante escribieron Flacius y Gallus. En el Libro de la confutacin de Weimar, que se compuso por estmulos de Flacius y apareci en 1559, fue condenado en el artculo 6 el llamado sinergismo de Pfeffinger. Victorino Strigel, profesor de Jena, amigo hasta entonces de Flacio y adversario de los filipistas, se opuso a la introduccin del libro de la confutacin
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y hubo de ir por varios meses a la crcel. Tras su liberacin, hubo entre l y Flacius, del 2 al 8 de agosto de 1560 una pblica disputa en Weimar sobre el libre albedro. Aqu alcanz la cuestin su agudizacin teolgica. Siguiendo esta disputacin defendi Flacius, en 1566, la tesis de que el pecado original es la substancia y forma esencial del hombre (forma substantialis). El coloquio religioso de Altenburgo, celebrado a indicacin del prncipe elector Augusto y el duque Juan Guillermo de Sajonia, del 21 de octubre de 1568 a marzo de 1569, no dio resultado alguno. Lo que imposibilitaba la aceptacin de la concepcin catlica, impeda tambin la inteligencia de los luteranos entre s. Se entenda el y en gracia y libre albedro aditivamente, en vez de entenderlo conclusivamente y se miraba la accin de la gracia de Dios y la voluntad libre del hombre como dos causas independientes que concurran o competan entre s en el mismo plano.
La controversia mayorista Una lucha igualmente exacerbada se desencaden sobre la relacin entre la justificacin y las buenas obras. Esta controversia se llama mayorista por el nombre del profesor de Wittenberg, Jorge Major (1502-74), que puso en movimiento la discusin tras la muerte de Lutero. Tambin en esta disputa subyaca un problema que Lutero dej abierto, a saber, la relacin interna entre justificacin y santificacin, gracia y don, y de la importancia o necesidad de la caridad para salvarse. Lutero haba puesto el acento sobre la fe, y pens que de ella saldran espontneamente las obras buenas. Con predileccin recalcaba que el rbol bueno da frutos buenos; pero tuvo miedo de proseguir con Mt 7, 19: Todo rbol que no da fruto es cortado y echado al fuego 20. Cuanto ms unilateralmente entendan los discpulos de Lutero en sentido forense la justificacin y pasaba a segundo trmino o era incluso negada la renovacin interior para las buenas obras, tanto ms difcil vino a hacerse fundar
19. Cf. las listas de los escritos polmicos, ibid., 424, n. 4. 20. Cf. P. MANNS, Fides absoluta - Fides mcarnata. Zur Rechtfertig-ungslehre Luthers im Grossen Galater - Kommentar. Reformata Reformanda. Festgabe fr Hubert Jedm I, Munster 1965, 265-312, p. 306.
la necesidad de las buenas obras que deban seguir a la justificacin. Melanchthon haba tendido una y otra vez a recalcar el imperativo bblico, pero sin mostrar suficientemente su fundamento en el indicativo, en el nuevo ser del justificado 21. Lo determinan consideraciones pastorales y pedaggicas: Hay en todos los hombres tal debilidad de la naturaleza, que cuando omos la doctrina de la imputacin gratuita, nos tornamos ms flojos para el bien obrar y se afianza la seguridad carnal22. Por eso, apoyndose en los evangelios y en Pablo, habla Melanchthon del mandamiento de Dios y de la necesidad de las buenas obras: Sin embargo, tiene que seguir tambin necesariamente esta justicia de las obras. Es, en efecto, mandamiento de Dios que prestemos esta obediencia, pues Cristo imper claramente: Haced penitencia... Yo no veo por qu tenga que asustarme de la palabra mandamiento, cuando el mismo Cristo dice: Es mi mandamiento (Jn 15, 2) y Pablo: Somos deudores (Rom 8, 12). Adems, es la necesidad tan grande, que Pablo dice claramente sobre los adlteros, deshonestos, homicidas, etc. (Gal 5, 21): Los que estas cosas hacen no poseern el reino de Dios (Loci 1535: CR 21. 432). Nicols de Amsdorf le cuenta a Lutero en una carta de 14 de septiembre de 1536 desde Magdeburgo: Aqu se dice que en Wittenberg se ensean cosas contradictorias. Aqul (Melanchthon) machaca en la escuela violentamente y sobre toda medida que las obras son necesarias para la vida eterna (WA Br 7, 540, 5ss). Ya a 20 de agosto y 8 de septiembre de 1536 se dirigi Conrado Cordatus, prroco entonces en Niemegk, a Caspar Cruciger (1504-48), que desde 1528 era profesor de Wittenberg, y lo atac porque en sus lecciones expona una fe sofstica y papista y se apartaba de Lutero, el nico hombre por quien creemos a Cristo (CR 3,
21. En un informe de Melanchthon del ao 1555 sobre la disputa mayorista escribe retrospectivamente: Y esta disputa naci de muchos impos discursos anteriores desde hace veinte aos. Algunos no quieren aguantar este discurso: las buenas obras son necesarias; o bien: hay que hacer buenas obras; no quieren admitir estasi dos palabras: necessitas y debitum... Sin embargo necessarium y debitum no significan primeramente extortum coactione, sino la eterna invariable ordenacin de la sabidura divina, y el mismo Cristo y Pablo emplean estas palabras necessarium y debitum (CR 8, 411; cf. CR 8, 842). 22. Comentario a la carta a los romanos de 1544 (1540): CR 15, 634; de modo semejante ya en la exposicin de 1532 (St. A. v, 199, lss).
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159, n.; cf. 193). La disputa giraba en torno a si la contricin es causa sine qua non de la justificacin, y si la nueva obediencia era necesaria para la salud 23. Melanchthon se puso detrs de Cruciger. Con razn dices, le escribe a Cordatus, que la causa de Cruciger se extiende a m... De buena gana tomo toda la causa sobre m (CR 3, 345). Cuando tambin Justo Joas, rector de la universidad de Wittenberg rechaz las quejas de Cordatus (CR 3, 348s), ste se dirigi el 17 de abril de 1537 al canciller del prncipe, Brck, y se quej de que en Wittenberg opona resistencia a la querida doctrina del piadoso varn Lutero. Felipe le haba escrito el da antes: Muchas cosas he corregido yo mismo en mis libros, y me alegro de haberlas corregido (CR 3, 353; cf. CR 3, 344). Lutero mismo exhort a Cordatus a que tuviera calma (WA Br 8, 79) y aprovechara la disputa para el doctorado de 1. de junio de 1537 para aclarar la cuestin (cf. WA 39 i, 202-257; cf. CR 3, 385). l asenta a Melanchthon en el fondo, cuando citaba a Agustn: El que te cre sin ti no te salvar sin ti (WA 39 i, 209, 20s; cf. 121, 29s); pero se pronunci contra la frase: necesario para la salud, pues ah estara incluido un mrito (WA 39 i, 256, 23ss). Con ello se calm por de pronto este punto de la controversia. Ni Flacius ni Gallus tropezaron en la formulacin del Interim de Leipzig (1548) de que estas virtudes de fe, esperanza y caridad y otras deben estar en nosotros y son necesarias para la salud eterna (CR 7, 63), pues fue puesta para dar gusto a los papistas. La pblica disputa estall cuando G. Major, discpulo y amigo de Melanchthon, escribi en 1552 contra Amsdorf: Pero confieso que hasta ahora he enseado, todava enseo y seguir enseando toda mi vida que las buenas obras son necesarias para la salvacin. Digo pblicamente con palabras claras e inequvocas que nadie se salva por malas obras y que nadie tampoco se salva sin buenas obras; y digo ms, que si alguien ensea otra cosa, as sea un ngel del cielo, sea anatema 2*.
23. CR 3, 159-161; WA Br 7, 541-545; 579-581 ( = CR 3, 179), WA Br 7, 600s,; CR 3, 182-185; W A Br 7, 615s ( = CR 3, 206), CR 3, 206s; CR 3, 365s ( = WA Br 7, 81-84) 372, 383, 385. Sobre el concepto de causa sine qua non cf. W A Br 7, 542; CR 3, 180, 593ss, 602, 634; CR 13, 674. 24. MAJOR, Antwort auff des Ehrenmrdtgen Herrn Nielas von Ambsdorff schrifft, Wittenberg 1552, Bl. C. Citado segn O. RITSCHL, DG I I , 377.
Seguidamente, Nicols de Amsdorf declar a Major peiagiaao, mameluco, cristiano apstata y dos veces papista 25. Contra los ataques en escritos de Amsdorf, Flacius y Gallus se defendi Major diciendo que no tena intencin de menoscabar para nada la justificacin por la sola gracia de Cristo, y que la bienaventuranza no se merece por las buenas obras; pero que stas son necesarias para que la bienaventuranza se conserve y no se pierda de nuevo26. Algo semejante haba enseado ya Melanchthon en la Apologa siguiendo a 2 Pe 1, 10: Haced buenas obras para que permanezcis en el evangelio y en vuestro celeste llamamiento, para que no caigis de nuevo, os enfriis, perdis el espritu y los dones, que se concedieron de gracia por Cristo, no por razn de las obras siguientes (BSLK 316, 18ss). Agrcola, que se aproximaba a Amsdorf, haba rechazado en las tesis de los antnomos 2 Pe 1, 10: Pedro no conoci la verdad cristiana (WA 50, 345, 9s). El ao 1559 public Amsdorf su propio escrito con este ttulo: Que la proposicin (Las buenas obras son daosas para la salvacin) es proposicin recta, verdadera y cristiana, enseada y predicada por los santos, Pablo y Lutero. En el curso posterior de la controversia mayorista entre los gnesioluteranos (cf. CR 3, 453) Amsdorf, Flacius y Gallus y los filipistas, es decir, los secuaces de Melanchthon, Major y Justus Menius (1499-1558), intentaron stos ceder en cuanto que (para evitar una mala inteligencia papstica) se declararon dispuestos a omitir la adicin: necesarias para la salud o vida eterna 27. Sin embargo, no se lleg a acuerdo1 efectivo. Flacius y sus amigos no se contentaban con que se omitiera la frase, sino que queran fuera condenada como falsa (CR 9, 474s). Por otra parte declaraba Melanchthon: Para decidir en suma, breve y definitivamente decimos no poder abandonar esta tesis: nueva obediencia es necesaria en todos los convertidos. Al que no la pueda aguantar lo tenemos por un antnomo y enemigo de Dios (CR 9, 552). Para fundar su tesis, se refiri Melanchthon adems de Rom 8, 12; 10, 10; 1 Cor 6. 9; 2 Cor 7, 10; 1 Tim 1, 18 y otros, a Flp 2,
25 O. R I T S C H L , DG n , 377; cf supra, p. 161.
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CR 8, 336, 411, 842; 9, 39, 142, 370, 469, 470, 473, 496-499; cf.
kenntms von dem Arttkel der Justification, Wittenberg 1558, Bl. B 3; la frmula de revocacin (1556) de Menius impresa en O. RITSCHL, DG n , 380, n. 4.
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12: Obrad vuestra salud con temor y temblor (CR 9, 475). Los gnesioluteranos queran, por lo contrario, mantener la plena certeza de la salvacin y la seguridad de la conciencia. Si las obras eran de algn modo necesarias, la salud eterna dependa del hombre, que no puede estar seguro de s mismo. Partiendo de aqu ha de entenderse la paradjica afirmacin de Amsdorf de que las buenas obras son perjudiciales a la salvacin, pues inducen al hombre a poner la confianza de su salud en algo suyo, en vez de ponerla exclusivamente en la gracia de Dios. As se ve que los gnesioluteranos, en su ideologa hecha teologa, en su parcialidad y en su girar constante en torno al yo, sus tentaciones y consuelos, no eran ya capaces de salir de s mismos en amor a Dios y al prjimo. Si el inters capital de la tica del hombre nuevo, tal como Flacius la describe, se dirige a despertar afectos consoladores, no queda mucho tiempo para la ocupacin que tiene por norte al prjimo 2S.
La controversia adiaforstica Si detrs de la doctrina de la justificacin tal como la acuara Melanchthon que produjo las polmicas antinomsticas, sinergsticas y mayorsticas estaba la intencin de preservar a los hombres de falsa seguridad y negligencia, la actitud del mismo Melanchthon en la disputa adiaforstica hay que entenderla por su preocupacin del buen orden y de la unidad de la Iglesia. En un dictamen sobre el Interim escribe a 1. de abril de 1548: Yo quera aconsejar de todo corazn a la paz y a la unidad, reduje tambin a unidad algunos artculos difciles en la doctrina de hace muchos aos, como lo saben muchos entendidos, y no he tenido nunca gusto en discutir sobre cosas innecesarias y menudas. Ahora soy tan viejo que s muy bien cmo de intiles altercados se siguen gran separacin y destruccin; y s adems que Dios los ha prohibido y los castiga tambin, como dice Salomn: Abominacin ante Dios es el que siembra desunin entre hermanos. Melanchthon y los dems telogos que se reunieron en Torgau para deliberar acerca del Interim,
28. L. HAIKOLA, Gesetz wn Evan-gelvwm bei Matthias Flacius Illyricus, Lund 1952, 336; cf. O. MODALSLI, Das Gencht nach den Werken, Gotinga 1963, 192; R. BRING, Das VerhaHnis von Glauben und Werken %n der lutherisclien Theotogie, Munich 1955, 100.
calificaban en su dictamen de 13 de abril de 1549 de pertinacia y desorden punible designar como papal todo lo que no se quiere mantener29. Muchos discutiran ms de la propia libertad que de altos artculos necesarios de la doctrina cristiana y de la falsa y recta invocacin y buena disciplina (CR 7, 365; cf. 624). Sobre la acusacin de idolatra en la misa, recalcan aquellos telogos: Y precisamente esta forma que mantenemos en la misa, fue as mantenida hace mil aos, como claramente lo atestigua Dionisio (CR 7, 366). Aparte motivos polticos30, haba en Flacius un trasfondo de marcado confesionalismo, que rechazaba todo punto' comn con el adversario, y para el que no existan adiaphora de ninguna especie, pues los usos eclesisticos en el papadlo son asiento de la impiedad y supersticin81. Del mismo sentir es Osiander, cuando escribe: Admitir y aprobar el Interim no significa otra cosa que compararse en la apariencia externa con el anticristo y, consiguientemente, ayudar a cubrir, colorear, disculpar, fortalecer y mantener todos sus pecados, abusos, errores, abominaciones, por lo que luego se manchan las conciencias y carga uno sobre s la clera de Dios que condena ya al anticristo y lo arroja al fuego eterno del infierno *2.
29. Y nada tiene que ver con el papado que se admitan ceremonias que existieron en la primera Iglesia, en tiempo de los apstoles, como Natalis Domini, Pascha, Ascensio, Pentecosts, Dies dominica etc., de las que muchas hemos conservado hasta ahora; y si no las quisiramos mantener y decir que son papistas, pareja barbarie sera pertinacia punible y un desorden que servira al pueblo para impedir la disciplina y la doctrina. 30. Que Melanchthon entrara ahora al servicio de Mauricio de Sajonia y hasta qu punto se convirtiera en uno de sus ms prestigiosos consejeros teolgicos, tenia que extraar por s solo a muchos que no podan perdonar a Mauricio su conducta de los ltimos aos. O. RITSCHL, DG I I , 335. 31. R. SEEBERG, Lehrbuch der DG, iv, 2, 485; c. Melanchthon (1558): Pero que Illyricus y su squito exageran esto en el sentido de que no debe admitirse nada para gusto de los papistas aunque en s mismo sea indiferente, es tambin dura exageracin. Porque si los obispos quisieran admitir doctrina cristiana y desearan igualdad en algunas ceremonias indiferentes, tal igualdad no es de condenar (CR 9, 476). 32. Schrift sum Interim, extracto en W . MLLER, A. Osiander, Elberfeld 1870, 323a.
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La controversia osindrica En la polmica con Andrs Osiander (1498-1552) en torno a la justificacin, filipistas y gnesioluteranos formaron un solo frente contra l. Osiander, junto con Lzaro Spengler, haba ganado a Nuremberg para la reforma protestante. Aqu haba sido, en 1520, lector en el convento de agustinos, y, en 1522, predicador de san Lorenzo. Para la visita eclesistica de Nuremberg haba compuesto un ndice de 23 artculos de preguntas y doctrinass. En 1529, por mandato de la ciudad, haba tomado parte en el coloquio religioso de Marburgo y, en 1530, compuso un escrito sobre la justificacin para la dieta de Augsburgo S4. Juntamente con J. Brenz redact la ordenacin eclesistica de 1533 35 para las comunidades de Brandenburgo y Nuremberg. Surgieron dificultades con los de Nuremberg, porque Osiander y Brenz en su proyecto, suprimieron la confesin y absolucin general, para restablecer la confesin privada86. Osiander estaba, por principio, en contra de la absolucin general. Porque o se la entenda condicionalmente (si hacis penitencia) y en tal caso no era sacramento ni absolucin, o sin condicin, y entonces era el ms horrible sacrilegio echar as las piedras preciosas a los puercos. Osiander segua argumentando: Si esto es realmente absolucin, la excomunin no puede mantener su puesto en la Iglesia, pues cualquier excomulgado, dado caso que no se lo puede excluir de or la predicacin, puede tener inmediatamente la absolucin. Ahora bien, una llave no puede ir contra la otra de suerte que se le impida ejercer su oficio de acuerdo con la institucin de Cristo 37. Llamado por el conde palatino Oto Enrique a Pfalz-Neuburg, redact Osiander en 1543 la ordenacin eclesistica del Palatinado.
33. SEHLIIG, 11, 128-134 34 W. GussMANJ, Quellen und Forschungen sur Gesch des Augsburgischen Glaubensbekenntnisses, i, 1, Leipzig v Berln 1911, 297 312 35. SEHLING, 11, 140-205 36 Cf W MOLLER, A Osiander, 177ss G T H STROJSEL, Beytrag sur altesten Beichtgeschichte Numbergs vom Jahre 1531 id , Nene Beytragp sur Litterattir basanitas des 16 Jahrhunderts, n , Nurenberg 1791, 175 390 37. W MOLLER, A Osiander, 179, cf adems los informes de lo;, telogos de Wit tenberg que buscaban una componenda WA Br 6, n 2008, 2010 ( = CR 2, n 1108), 2052 ( = CR 2, n 1133), 2053, 2054, CR 3, n 1477, WA Br 7 n 3104, 3108 ( = CR 3, n 1489)
En noviembre de 1549 abandon a Nuremberg, en protesta contra el Intenm y en 1549 ocup una ctedra que le ofreciera Alberto de Brandenburgo-Ansbach en la universidad de Knigsberg. El 5 de abril de 1549 comenz su actividad docente con una disputatio sobre la ley y el evangelio (cf. CR 7, 402) y ley luego sobre los primeros captulos del Gnesis. Luego estallaron controversias sobre la penitencia, sobre la significacin de la encarnacin de Cristo y la postura ante el Interm violentamente criticado por Osiander38. Su actuacin desenfadada agudiz los roces o fricciones. La pblica disputa surgi con la disputacin de Osiander sobre la justificacin de la fe de 24 de octubre de 1550. Como ya antes la doctrina de la justificacin del Interm 39, ataca ahora la de Melanchthon como unilateralmente forense: Cosas ms fras que el hielo ensean tambin que slo somos considerados justos por razn del perdn de los pecados, y no tambin por razn de la justicia de Cristo que habita, por la fe, en nosotros 40. Osiander quisiera hacer valer que el hombre es realmente justificado y poner de relieve, contra una parcial acentuacin de la satisfaccin vicaria de Cristo, su accin renovadora de la vida del hombre. Slo Cristo es justo, pero no tanto porque cumpli la ley, sino porque, desde la eternidad, naci del padre justo como hijo justo (Jn 17, 25). Es, pues, la misma justicia del Padre y del Hijo, y tambin del Espritu Santo, por la que l, que es justo, justifica al impo, a saber, la justicia de Dios, que es tambin precisamente la justicia de la fe41. En los escritos: Si el Hijo de Dios hubiera tomado tambin carne, si el pecado no hubiera venido al mundo. Y sobre qu sea la imagen de Dios (1550) y Sobre el solo mediador Jesucristo y la justificacin de la fe (1551), expuso Osiander ms despacio su concepcin. La creacin de Adn a imagen de Dios la explica as: Habitaba,
38 Cf el escrito de OSIANDER Von dem neugeborenen Abgott und Antichrist xu Babel (1550) 39 Porque el Interm no ensea una palabra sobre la recta y verdadera justicia, la que es propia y esencial justicia de Dios y de su hijo Jesucristo, y nos ha sido dada, regalada e imputada a nosotros por la fe, por la que Cristo mora en nosotros W . MOLLER, Andreas Osiander, 327 40 Tesis 73, eit segn R SEEBERG, Lehrbuch der DG iv, 2, 497; cf. W . M61XKR, Andreas Osiander, 385s, H E WEBER, I , 258, cf CR 9, 469 41 Citado segn W . MOLLER, Andreas Osumder, 383
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pues, el Verbo, el Hijo de Dios y, consiguientemente, tambin el Padre y el Espritu Santo en Adn por la gracia, de suerte que, como nuestro Seor Jesucristo es por naturaleza Dios y hombre, Adn fue hombre por naturaleza; por la gracia, empero, socio (consors) y partcipe de la naturaleza divina **. La justicia de Cristo consiste en su naturaleza divina. La justicia primigenia del justificado consiste en la participacin de la naturaleza divina. Partiendo de esta concepcin interpreta Osiander la venida de Cristo en carne (1 Jn 4, 2) sencillamente de la inhabitacin de Cristo en nosotros*3. De los justificados se dice que tambin en ellos hay, como en Cristo, dos naturalezas **. La justificacin es, por ende, la imitacin de la encarnacin, de la esencial justicia divina, en cada hombre: La inhabitacin ntica de la esencial justicia de Cristo en el creyente es lo primario y slo por razn de ella lo declara tambin Dios justo *"'. En su realce de la justicia esencial de Dios en nosotros frente a la justicia extra nos, Osiander se refera a Lutero. Melanchthon, cuya doctrina sobre la justificacin ataca Osiander, trat por de pronto de mediar (cf. CR 7, 775), pero se vio finalmente obligado a publicar, en 1552, una respuesta al libro del seor Andrs Osiander sobre la justificacin del hombre *6. Melanchthon apunta primero a la distincin entre gracia y don y recalca seguidamente: Confesamos, pues, claramente y en todo tiempo hemos enseado, como pueden atestiguar todas las iglesias que es verdad, que debe darse en nosotros un cambio, y que ciertamente Dios Padre, Hijo y Espritu Santo operan en nosotros, en la conversin, consuelo, vida y, por tanto, estn y moran en nosotros, dado caso que se haya recibido con fe el evangelio, por el que obra el Verbo eterno, Hijo de Dios, y se congrega para s una Iglesia... (CR 7, 894s; St A. vi, 455, 24-30). Sobre esta presencia de Dios en nosotros no cabe discusin alguna (CR 7, 895; St. A. vi,
42. Ibid.. 392. 43. Dictamen sobre el Intertm; cf. W. MOLLER, Andreas Osiander, 329. Dispniatio de mstificatme These, 67; cf. H.E. WEBER, I, 1, 279s. 44. H.E. WEBER, I, 1, 279s. 45. E. KINDER, Die evangelwche Lehre von der Rechtfertigung: Qudlen zur Konfessionskunde, Reihe B, cuaderno 1, Luneburgo 1957, 7. 46. CR 7, 892-902; St. A. vi, 453-461; cf. CR 8, 608-612, Osiander respondi con la Widerlegung: Der ungegrundeten, undtenstlichen Antwort Phlhppt Melanchthonis (1552).
456, 10-13), pero no es la razn de nuestra confianza, sino que la fo est fundada en el Dios-hombre Jesucristo, en sus mritos e intercesin (CR 7, 898). Aun despus de la regeneracin necesita el hombre del perdn de los pecados, que recibe por el mediador Jesucristo, el cual ha de distinguirse del Padre y del Espritu Santo. Si Osiander haba censurado la exteriorizacin de la doctrina sobre la justificacin en Melanchthon, y opinado que esta doctrina hace segura a la gente, ste remite a la funcin salvadora de la humanidad de Cristo y a su obra de redencin histrica, que se queda harto atrs en la doctrina mstica de la justificacin de Osiander. En la declaracin, por l compuesta, de los telogos en la convencin de Naumburgo, de 23 de mayo de 1554, reprocha Melanchthon a Osiander: En ninguna parte siente una distincin entre el Hijo y el Espritu Santo, como tampoco distingue fntre la presencia de la naturaleza divina en Cristo y en los otros santos... (Afirma) igualmente que slo la divinidad es justicia; la obediencia de Cristo no sera justicia ". Friedrich Staphylus (1512-71), que se hizo de nuevo catlico en Breslau, en 1546 fue llamado por recomendacin de Melanchthon a Knigsberg (CR 6, 145) y en 1552 compuso un opsculo contra Osiander48, juzgaba de modo semejante. Osiander segn l desestimaba la significacin de la humanidad de Cristo, vea la razn de la justificacin en la caridad, justicia y sabidura en lugar de verla en la fe, y la identificaba con la esencia de Dios49. Tambin Flacius, Menius, Amsdorf y Mrlin (1514-71) en Knigsberg escribieron contra Osiander. Francisco Stancarus cay, frente a l, en el extremo contrario y ense que Cristo slo justificaba
47. CR 8, 286, cf. CR 8, 541; Qu confusin hay cuando slo se dice que los hombres son justificados por la inhabitacin del Padre, del Hijo y del Espritu Santo, ni la obediencia e intercesin del Mediador no se distinguen del efecto, ni la reconciliacin se distingue de la santificacin siguiente, ni se explica el viejo dicho de que el Espritu Santo no se da nunca sin el Hijo. Cf. CR 8, 426s, 555-563; 623; cf CR 12, 5-12; CR 8, 589. 48. Synodus Sanctorum Patrum AnHquorum contra nova dogmata Andreae Osiandri, Nuremberg 1553. 49. Cf Lutheranae trimembns Theologiae Epitome (1558), (p. n i , catalogas sectarum xnter Confesswnxstats, n i ) : Los osiandnnos tienen de comn con los schwenkfeldianos que la caridad, la justicia y sabidura (no, sin embargo, la fe) por las que el hombre es hecho justo y sabio por Dios, son la esencia misma de Dios. Doctrina aparte de los oslndonos es que Cristo slo justifica al hombre segn su naturaleza divina; igualmente, que el hombre, por ser imagen de Dios, es de todo en todo la misma imagen de Dios, que es Cristo, hijo de Dios y de Mara.
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al hombre segn su naturaleza humana50. La frmula de concordia rechaz tanto la doctrina de Osiander como la de Stancarus51.
La segunda controversia sobre la cena Mientras los luteranos se dividan por razn del Interim, se unan Calvino y Bullinger en el consenso sobre la cena de Zurich (Consensus Tigurinus: cf. p. 533ss). En aras de la unidad, Calvino haba hecho concesiones. El pan y el vino son slo ya signos de la comunin espiritual (comunin real) con la carne y sangre de Cristo. Con ello se pona en tela de juicio la concepcin comn con el luteranismo proclamada por lo menos formalmente por la firma de la Confessio Augustana Variata de 1541. Por lo dems, no est efectivamente claro si la Variata era un smbolo luterano obligatorio. El consenso de Zurich fue primeramente enviado, para su aprobacin, a las restantes iglesias suizas. As se difiri su impresin hasta 1551. El luteranismo alemn se enfrent entonces con un creciente influjo de la teologa de Calvino y con una irrupcin del calvinismo en suelo alemn. Con ello la controversia que ahora estallaba de nuevo sobre la presencia real de Cristo en la cena, adquira una virulencia especial y una nota ms confesionalista, que introdujo ms que antes la polmica dentro de las comunidades. El frente no corri con claridad entre luteranos y calvinistas, sino que, de las filas de aqullos, muchos, sealadamente de entre los ms cultos, se abran ms bien a la doctrina calviniana sobre la cena, y atacaban la ortodoxia luterana, que entonces naca y el dogma de la ubicuidad defendido por ella. De ah que, a la muerte de Melanchthon (1560), fueran motejados de criptocalvinistas, y, como tales, combatidos. El prroco de Hamburgo, Joaqun Westphal (1510-74), abri en 1552 la polmica con su escrito que lleva el ttulo de Frrago52. Era ms que otra cosa un grito para despertar a los luteranos frente al peso Cf Apologa contra Osiandrum (1S52) De irimtate et mediatore domino nostro Jesu Chnslo (1562) Melanchthon (CR 23, 87 102, St A vi, 260 277) y Calvino (OC 9, 333 358) compusieron refutaciones 51 Cf BSLK 913, lOss, 935, 15ss 52 Frrago confuseanarum et nter se dissidentlum opxr tonum Domini, Magdebur
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hgro que les amenazaba. Un nuevo escrito, Recta fides de coena Domini, de Westphal, sigui al ao inmediato. La hondura de la sima entre las confesiones protestantes se hizo patente cuando, en 1553, Jan Laski (1499-1560), huyendo de Inglaterra, busc con su comunidad calvinista refugio en Alemania y tropez entre los luteranos del norte de Alemania con repulsa y hasta con odio. Westphal los llam mrtires del diablo, y Bugenhagen les hizo saber que antes apoyara a papistas que a ellos5S. Por fin hallaron acogida en Danzig y Emden. Aqu compuso Laski, en 1554, un catecismo. Inmediatamente estall la lucha en Bremen (cf. CR 8, 336) entre el discpulo de Melanchthon Alberto Rizaeus Hardenberg (1510-47), a quien Laski haba ganado, en 1542, para la reforma y era, desde 1547, predicante de la catedral de Bremen, y Juan Timann, llamado Amsterodamus (t 1557). Al escrito polmico de ste6* ^contest Laski55. Westphal neg a los reformados el derecho de apelar a Agustn5e. Calvino mismo no entr en la liza hasta enero de 1555 con una Defensa de la doctrina sobre los sacramentos51. Westphal replic con el escrito: Justa defensa contra la falsa acusacin de cierto sacramento (1555), que, con disgusto de Calvino (OC 16, 63s) fue impreso en Francfort del Meno. All haba ido a parar Laski con su comunidad de fugitivos calvinistas. De sta exiga la clereca luterana, apelando a la paz religiosa de Augsburgo, el consenso con la Confessio augustana. Laski se esforz en demostrar este consenso 58. Su segunda defensa de la piadosa y recta fe 58 de comienzos de 1556 la dedic Calvino a los prrocos sajones y del sur de Alemania. Calvino recalca que no lucha contra ellos, sino que slo se defiende contra los ataques de Westphal, al que presenta como perturbador de la paz e intruso. Favorecer sus manejos o asentir a l de cualquier modo significara tanto como no estimar en nada la armona en la fe, que es claramente operada
53 E BIZER, Studien sur Gesch des Abendmahlsstreits im 16 Jh, 275 54 Frrago sentenHarum consentientium, Francfort 1555 55 Forma ac ratw tota ecclesiastici mmisteni, Francfort 1555. 56 Collectanea sententiarum D Aureln Augusttni de Coena Domini, Ratisbona 1555 57 Defensto sanae et orthodoxae doctrinae de sacramentts OC 9, 4 36, cf. OC 15, 272-296, 304 307, OS u , 263 287 58 Purgation oder northwendige christliche Verantworttmg der frembden KvrchenDiener zu Franckfurt am Mayn (1556) 59 Secunda defensto piae et orthodoxae de sacramentis fidei, contra Joachvmi Westphais calumnias (1556) OC 9, 41 120
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.A_A.VJLU. J_*I I U U W p o r id i c c u i u u i u i i i d c u c i l u i e r a i u s m u
por Dios, y sembrar la divisin entre quienes siguen a un mismo capitn. Eso es desgarrar tan despiadada como impamente a los miembros de Cristo (OC 9, 50). Este llamamiento a la unidad fue contestado en una serie de muy vivas rplicas. Erhard Schnepf (1495-1558) public, 1556, en Jena, una confesin sobre la eucarista. Westphal contest con una carta en que se replica brevemente a las invectivas de Juan Calvino (impresa OC 9, XVIII-XXI), as como al escrito de Jan Laski, en que ste transforma la confesin de Augsburgo en zuinglismo. Luego compuso una Confesin de la fe en que los ministros de la Iglesia sajona... exponen la presencia del cuerpo y la sangre de nuestro Seor Jesucristo en la santa cena... (OC 9, xxi-xxm). A ello respondi Calvino, en 1557, con una ltima exhortacin a Joaqun Westphal (OC 9, 137-252). Un ao antes habase entablado tambin una disputa sobre la doctrina de la cena entre el luterano Jorge Buchholzer (1503-66) en Berln y Crato von Crafftheim (1519-85) en Breslau (cf. CR 8, 662). En Heidelberg, el profesor y superintendente general del Palatinado, Tilemann Hesshusen (1527-88)60, defendi la posicin de Lutero contra su dicono Wilhelm Klebitz, al que finalmente excomulg. El nuevo prncipe elector Federico m (1559-76) pidi en esta contienda un dictamen a Melanchthon, que aprob la medida del prncipe de imponer silencio a las dos partes; Melanchthon pensaba que, alejados los amigos de pendencias, caba hallar una frmula comn para los restantes (St. A. vi, 484, 15-20). A. Melanchthon le rondaba sin duda la idea de un snodo general alemn. Esta manera de eludir la decisin fue flagelada por Nicols Gallus, superintendente de Ratisbona61. Ya antes haba criticado speramente la concepcin melanchthoniana de que Cristo slo est presente en el momento de la recepcin. Ahora public su dictamen con agudas glosas marginales, en que achaca a Melanchthon falsear los escritos simblicos a trueque de crear una doctrina que se acomode a todos. Melanchthon favoreca al calvinismo y hasta coincida con Calvino en la doctrina de la cena. Los amigos de pendencias no son los gnesioluteranos, que slo se defienden y custodian la pura doctrina y la herencia de Lutero. Hesshusen mismo reaccion contra el dictamen de Melanchthon con una Responsio (1560)
60. 61. ludvcmm de controversia de coena Domim (1560): St. A. vi, 482-486. R. STUPPERICH, Der u-nbektmnte Melanchthon, Stuttgart 1961, 123-126.
muy viva. Tuvo que abandonar a Heidelberg. En Bremen y Magdeburgo prosigui su lucha contra la concepcin calvinista de la cena. Hardenberg le echaba en cara haber convertido la catedral de Bremen en una cueva de bandidos. A su escrito: Sobre la presencia de Cristo en la cena del Seor (Jena 1560), respondi Calvino con la clara explicacin de la sana doctrina... (1561; OC 9, 457-524). La figura clave en esta controversia llevada con ahincada viveza por ambos lados62, fue Melanchthon. A l apelaban luteranos y calvinistas. Westphal trataba de demostrar que Melanchthon coincida con Calvino 6S. Calvino lo reclamaba desde luego para s, pero le reprochaba que, por su silencio, favoreca a las cabezas indoctas e inquietas que habran comenzado de nuevo la disputa sobrese sacramento. Porque, as escribe a 25 de agosto de 1554, por muy descarada que sea su tontera, nadie duda de que, si t te decidieras a confesar abiertamente tu opinin, te sera fcil reprimir por lo menos en parte su furor6*. Aqu, como en otras cuestiones disputadas, no es Melanchthon el hombre para tomar las riendas en sus manos. En su empeo por evitar la discusin, no hizo sino aumentarla por su reserva. La doctrina sobre la cena por l defendida desde el principio difera de la de Lutero ms de lo que ambos se percataban. Melanchthon recalcaba de antemano la accin sacramental; sta, el comer y el beber, no tanto los elementos, son el signo65. En lugar de hablar de la presencia del cuerpo de Cristo en el pan, habla en el curso de la polmica con los suizos de la presencia con el pan. Esto le daba la posibilidad de mantener la presencia real sin ligarla al pan y favorecer representaciones espaciales. En la Confessio Augustana Variata (1540) haba formulado atenuadamente que con el pan y el vino se da verdaderamente el cuerpo y la sangre de Cristo a quienes comen en la cena del Seor66. Con
62. Calvino mismo pensaba frente a Bullinger haber tratado a Westphal ms grosera que consideradamente (OC 15, 35S>), pero nota en su escrito a los prrocos sajones no haber tenido otro remedio que meter en uin madero grueso una cua gruesa (OC 9, 47). 63. Clarissimi vtri Ph. Metanchthonis sententia de coena domini (1557). 64 OC 15, 216; cf. OC 9, 52, 107; 16, 430. 65. Ya en los Loe* de 1521 se dice: nSigwwm gratiae certum cst participado menta* domini, hoc estj manducare Corpus Christi et bibere sangumem* (CR 21, 221); cf. H. GOLLWITZER, Coena Dommi, Munich 1937, 65. 66. BSKL 63, n. 2; St. A. vi, 19, 31-33.
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ello tena Melanchthon posibilidades de enlace con Butzer, Bullinger y Calvino incomparablemente mayores que Lutero. La recepcin del cuerpo de Cristo por los indignos no la rechaz desde luego expresamente. Seguramente no se expres sobre ese punto por consideracin a Lutero. Tambin pas por de pronto en silencio la doctrina de la ubicuidad. Sin embargo, desde 1531, poco ms o menos, la impugn como falsa inteligencia de la comunicacin de idiomas. Hemos de guardarnos de exaltar la divinidad de la humanidad de Cristo de forma que destruyamos la verdadera corporeidad (CR 7, 780). La antigua Iglesia rechaz la tesis de que Cristo est segn su cuerpo en todas partes (CR 7, 780), y nosotros no podemos introducir un nuevo dogma (CR 2, 824). Estos decires (que el cuerpo de Cristo est en todas partes, en la piedra y la madera) son nuevos en la cristiandad, desde el comienzo hasta el tiempo presente, y son tambin condenados por los papistas. Porque cierta es la tesis de que Cristo est en todas partes por razn de la comunicacin de idiomas, como l dice: "Yo en ellos" y: "Yo estoy en medio de ellos", pero tiene otro sentido que decir: "El cuerpo est en todas partes" (CR 9, 470). La confesin compuesta, el ao 1559, en el snodo de Stuttgart por Juan Brenz, en que se dice que todos los hombres, aun los incrdulos e indignos por tanto, reciben con la boca el verdadero cuerpo de Cristo y que tambin la humanidad de Cristo lo llena todo de forma celeste, inescrutable a la razn humana, fue calificada por Melanchthon de latn de Heching67. Para l tom Cristo por su ascensin un lugar que antes no tena (CR 7, 884s). Esto, empero, no significa, como pensaba Zuinglio (CR 1, 1100) que Cristo, en cuanto a su cuerpo, slo pueda estar en el cielo; no, Cristo est presente donde quiere (multivolipresencia). Melanchthon realza el misterio. En vez de presencia en un lugar quisiera representarse que a la persona de Cristo estn presentes los muchos lugares como un punto y, mediante la persona, tambin al cuerpo de Cristo (CR 2, 222). Partiendo de su concepcin de una presencia volitiva de CristoM, rechaza Melanchthon tambin una presencia fuera de la accin instituida por Cristo (extra usum iwtitutum) y una adoracin de los elementos (artolatra). Lo que queda despus de la celebracin,
67. 68. CR 9, 1034, 1046. CR 23, 751; 4, 264; 7, 877, 887.
no es sacramento (CR 7, 872; 8, 598). Una' cuidadosa exgesis de los pasos de la Escritura que hablan de la cena no la emprendi Melanchthon. Remite menos al relato de la institucin que, una y otra vez, a 1 Cor 10, 16. En este pasaje ve la mejor frmula de unin, que l entiende as: El pan es la distribucin del cuerpo de Cristo. Pablo no dice: el pan es Dios, sino aquello por lo que se da comunin con el cuerpo de Cristo69. Melanchthon estaba profundamente deprimido por las muchas desavenencias teolgicas, que desgarraban la unidad de la Iglesia; pero, sobre todo, de que se dieran precisamente a propsito de la cena. Buscaba restablecer la unidad en la controversia sobre la cena remitiendo a la antigua y piadosa Iglesia (cf. CR 2, 824; 7, 543). Pero todava hubiera preferido no discutir en absoluto sobre el modoi y manera de la presencia (CR 3, 511). Pero ya Lutero haba rechazado la doctrina de la transustanciacin como especulacin inadmisible y quera que no se investigara el cmo de la presencia, sin embargo, precisamente la necesidad de la polmica con secuaces de la reforma protestante le haba obligado a echar mano del teologmeno de la ubicuidad, que entraaba dificultades mucho mayores. A pesar de todas sus protestas de quererse contentar con el hecho de la presencia como prenda de la divina promesa, Melanchthon no procedi de modo distinto (multivolipresencia). Despus de su muerte prosiguieron las polmicas. Su yerno, el mdico del prpcipe elector, Gaspar Peucer (1525-1602), el consejero Cracow (1525-75), el telogo Christoph Pezel (1539-1604) y otros se apartaron an ms fuertemente de la teora luterana de la ubicuidad y desenvolvieron ms hacia el calvinismo las ideas de Melanchthon. No eran en general telogos, sino mdicos, juristas y literatos de formacin humanstica, que ocultaban so capa de filipismo su libre pensamiento sobre la religin y la vida, y bajo su proteccin lo difundan 70. Si los hombres cultos de entonces se inclinaban a un criptocalvinismo, ello se deba a que las frmulas en l ofrecidas quedaban abiertas para una inteligencia en direccin
69. CR. 8, 538, 660; St. A. vi, 484 = CR 9, 962. Cf. H. GOIXWITZER, Coena Domini, 83 70. J. Moi/TMAim, Christoph Pezel (1539-1604) und der Calvinismus in Bremen, llremen 1958, 11.
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de un espiritualismo humanstico. En cambio Paul Eber (1511-64) y Paul Crell (1531-79) acentuaban ms fuertemente la presencia real y trataron de mediar entre los gnesioluteranos y los filipistas. El criptocalvinismo de stos se hizo patente a todo el mundo con la aparicin del escrito annimo, compuesto por Joaqun Curaeus (1532-1573): Exegesis perspicua et jerme integra de Sacra Coena (1574)T1. En l se condenaba la ubicuidad como hereja monofistica y se criticaba el sacramentalismo de Lutero. Se peda adems tolerancia para los suizos a base del Consensus Tigurinus, hasta que un nodo internacional formulara una doctrina comn protestante. El prncipe elector Augusto i (1526-86) se sinti engaado por sus telogos y mand encarcelar a Peucer, Cracow, al predicante de la corte Schtz y al superintendente Stdssel. Otros, como Pezel, fueron expulsados y, en Hesse, Nassau, Bremen y Anhalt continuaron trabajando por una mediacin entre Wittenberg y Ginebra. Por autoridad eclesistica del seor temporal fue restaurado en la Sajonia electoral el estricto luteranismo. En la confesin de la cena de Torgau (1574) se volvi a la posicin luterana y as se abri camino para el consenso doctrinal de los secuaces de la confesin de Augsburgo en la frmula de concordia de 1577. All se dice en el artculo 7: Sin embargo, mantienen y ensean que con el pan y el vino est realmente presente, se da y recibe el cuerpo y la sangre de Cristo. No obstante, el criptocalvinismo revivi en Sajonia electoral bajo el dbil prncipe elector Christian i (1586-91) y su canciller Nicols Krell, que lo dominaba, hasta que, en 1591, fue encarcelado y, tras un proceso de diez aos, el 9 de octubre de 1601, fue decapitado en la plaza del mercado de Dresden.
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Juventud, estudios y primeros escritos (1509-36) La Iglesia protestante de la Europa occidental lleva la impronta de la persona y obra de Juan Calvino. Naci en Noyon (Picarda) el 10 de julio de 1509. Su padre, Grard Cauvin, fue administrador de los bienes del cabildo catedralicio local. Como tal, pudo sin duda contemplar ms de una vez todas las pequeneces humanas que se dan con harta frecuencia cuando van unidos dinero o intereses econmicos con la religin. Por consecuencias de un proceso contra el cabildo catedral fue excluido el ao 1528, y excomulgado de la Iglesia, muri el 1531. Hemos de contar con que parejas circunstancias hubieron de llenar a Calvino de reserva respecto de la vida tradicional de la Iglesia. Es significativo que el otro reformador de Ginebra, Guillermo Farel, fue hijo de un administrador de un cabildo catedral. Si de su padre haba heredado Calvino pensamiento jurdico y sobrio sentido crtico, con su madre, oriunda de Flandes, iba unida la profundidad ntima de la piedad de fines de la edad media. Pero perdi a su madre en los aos jvenes. Una prebenda en Noyn marc a Calvino el camino hacia el estado eclesistico y, sobre todo, le dio por de pronto los medios para el estudio. La primera educacin la recibi con los hijos de una noble familia amiga. Con ellos march, en 1523, a sus catorce aos a Pars. All lleg en agosto, el mismo mes en que el fraile agustino, Jean Vallire fue el primer francs quemado ante las puertas de la ciudad por manejos luteranos. Calvino fue admitido en el Collge de la Marche y en 1524 en el Collge Montaigu, de rica tradicin, y de cuya dureza y rigor escolstico se haba quejado ya Erasmo. El nominalismo era all la tendencia de escuela dominante. Papel normativo desempeaba Natalis Beda (f 1537), alma que era de la resistencia contra corrientes luteranas en Pars; pero vea tambin un peligro para la Iglesia en reformadores humanistas como Faber Stapulensis y Erasmo. Calvino obtuvo en 1528 el ttulo de maes505
Procesos doctrinales: F. BISSON, S. Castellio, sa vie et son oeuvre, 2 t , Pars 1892; E. GIRAN, S. Castellio et la Reforme Calvinienne, Pars 1914;
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tro en artes, pero no continu su estudio en la facultad de teologa. Si se prescinde de que durante sus estudios de las artes se familiariz tambin con los padres de la Iglesia y los problemas teolgicos su maestro fue aqu el escocs John Mair (Major) Calvino no curs nunca teologa y no alcanz en ella ningn grado acadmico. Sus impresionantes conocimientos posteriores los debi al estudio particular1. Por deseo de su padre, que por entonces se haba enzarzado con los cannigos de Noyon, estudi derecho en Orlans con Fierre de l'Estoile y posteriormente (1529) con Andrea Alciati en Bourges. En derecho obtuvo la licenciatura en 1532. Durante este estudio en Orlans y Bourges entr en relacin con el humanista suevo, nacido en Rottweil el ao 1496, de tendencias reformistas, Melchior Volmar (t 1556 en Tubinga). Volmar lo introdujo en el griego2. A la muerte de su padre, march Calvino a Pars, donde cultiv sobre todo estudios humansticos. Fruto de ellos fue un comentario del De Clemenia de Sneca (1532). Este escrito demuestra familiaridad con los autores clsicos, no menos que con los padres de la Iglesia. Lleva adems un fuerte acento poltico y nos hace ver en su autor un reformador humanista con tinte jurdico. Calvino estaba an bajo el conjuro del humanismo reformista de inspiracin bblica, cuya cabeza era en Pars Faber Stapulensis (1450-55 a 1536). Sin embargo, el futuro reformador protestante era demasiado hombre de claridad, de afirmacin precisa y orden eclesistico para que pudiera bastarle el nicodemitismo humanstico. Cundo se decidiera por la reforma, no puede precisarse con exactitud. Segn el segundo escrito de defensa contra Westphal, ya antes de 1529 haba ledo escritos de Lutero, y comenzado a salir de las tinieblas del papismo*. En el prlogo al comentario de los salmos de 1557, habla, sin embargo, Calvino de una sbita conversio a la reforma protestante. All se dice ...y aunque yo me haba adscrito tan te1. F.W. DANKBAAR, Calvin, Neukirchen 1959, 5, 26 Segn K. REUTER, Das Grundversfndnis der Theologie Calvins, Neukirchen 1963, hubo, sin embargo, Calvino de ser introducido, de 1524-28, en una nueva concepcin antipelagiana y escotstica y en un nuevo agustinismo (21, 36). De John Major habra recibido independientemente de Lutero, la doctrina de Gregorio de Rimini sobre Dios, la providencia y el pecado (168, 202, cf. 148, 158). La primera edicin de la Institutio no da indicio de ello. En Montaigu tena Calvino 14-18 aos. 2. Dedicatoria del comentario a 2 Cor (1546), OC 12, 364s. 3. OC 9, 51.
nazmente a la supersticin papal, que me era muy difcil salir de tan profunda marisma, Dios forz mi corazn por una sbita conversin a la docilidad (sbita conversione ad docilitatem), y lo hizo blando, por ms que yo, en relacin con mi edad, estaba demasiado endurecido en tales cosas *. Si seguimos este testimonio tardo del propio Calvino y admitimos un giro sbito, ste hubo de realizarse a fines de 1533. Pero aun entonces es problemtico si Calvino, que siempre se defendi con la mayor viveza contra el reproche de dividir la Iglesia, sinti su conversin como ruptura con Roma, o ms bien como llamamiento a levantar la religin cada 5 o al honroso oficio de predicador y ministro del evangelio6. En todo caso, su conversin no brot ni remotamente como en Lutero de la angustiosa lucha por la propia salud eterna ni fue por l vivida en el mismo grado como una inteligencia del evangelio fundamentalmente nueva. Para Calvino apareca ms en primer trmino la reforma de la Iglesia. Para l se trataba de la vera religio contra la idolatra de la Iglesia contempornea y l, el laico, quera trabajar por la pietas contra los itnpii. Los giros decisivos de su vida estn determinados por la experiencia ntima de que Dios pona su mano sobre l y lo llamaba al servicio de la Iglesia. Este llamamiento no se poda eludir. Porque cruel y desnudo de toda piedad ha de ser quien pueda contemplar sin lgrimas en los ojos la Iglesia de nuestro tiempo. Ahora bien, el que pudindola curar no lo hace, es un trasunto^ de inhumanidad 7. Calvino llev en lo sucesivo vida errante. Estuvo en la regin de Angulema con el cannigo Luis de Tillet. Tal vez aqu emprendi trabajos preparatorios de su obra capital, la Institutio Christianae Religionis. Pasando por Poitiers lleg a Orlans donde compuso su primera obra teolgica, la Psychopannychia*. En ella impugna la doctrina iluminista de algunos humanistas sobre el sueo de las almas de los difuntos hasta la resurreccin de la carne. Aduce copiosamente la sagrada Escritura ms de 200 citas en 51 ho4. OC 31, 2 1 ; Cf. P. SPRENGER, Das Rtsel um die Bekehrung Calvms, Neukirchen 1960, 9ss. 5. Carta a Sadoleto, OC 5, 410. 6 Prlogo al comentario a los salmos, OC 30, 21. 7. Institutw de 1536, cap. 5, OS i, 215s. 8 Psychopannychia (de la vela de las almas), 1542," ed dirigida i>or W. ZIMMERLI, Leipzig 1932.
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jas y ostenta un buen conocimiento de los padres de la Iglesia. En mayo de 1534 se concedieron a otros las prebendas de que gozaba en Noyon. En este momento se acostumbra ver la separacin final de Calvino de la antigua Iglesia. A fines de 1534 o comienzos de 1535 march Calvino, pasando por Estrasburgo, a Basilea, Aqu encontr, aparte los reformadores basileenses Simn Grynaeus (14931541) y Oswald Myconius (1488-1552), al zuriquense Enrique BuUinger (1504-75) que prosegua la obra de Zuinglio, y a los estrasburgenses Martn Bucer (1491-1551) y Wolfgang Capito (1478-82 a 1541). Ya en verano de 1535 tena acabada la lnstitutio, que apareci impresa en 1536. Esta primera edicin es un breve compendio de la doctrina evanglica y, a par, una defensa de los protestantes franceses con una dedicatoria al rey Francisco i. El rey haba tomado medidas contra los protestantes, cuando en varios lugares de Pars y hasta en su castillo real de Amboise junto al Loira se clavaron panfletos contra la misa. En una carta a los prncipes protestantes alemanes present el rey sus medidas como dirigidas contra anabaptistas y anarquistas. Calvino por su parte quiere hacerse cargo de la causa comn de todos los piadosos y hasta de Cristo mismo. Pues, segn l, los impos han conseguido que la verdad de Cristo, si no muere desterrada y dispersa, permanece como enterrada e inconsiderada, y que la pobreeita Iglesia (paupercula ecclesia) o es arrebatada por cruel asesinato, o desterrada o intimidada por amenazas y terror, no osa ya abrir la boca. Esta Iglesia pobrecilla y perseguida es la Iglesia una de Jesucristo, que no se deja ver con ojos corporales ni puede circunscribirse con fronteras. Para Calvino, que se defiende resueltamente del reproche de dividir la Iglesia y ser un sectario, la pugna est en que sus adversarios afirman en primer lugar que la Iglesia aparece ahora y es visible en su figura externa, y, en segundo lugar, que fijan la figura de la Iglesia en la sede romana y en la jerarqua de sus obispos 10. La Iglesia puede tambin subsistir sin forma visible; en todo caso, su esencia no consiste en ella. Sus notas son la pura predicacin de la palabra y la legtima administracin de los sacramentos u . La gloria Dei es la preo9. Dedicatoria a Francisco i, OC 1, 11. SCHWARZ, Briefe, 10 OC 1, 20; SCHWARZ, Briefe, i, 44. II. OC 1, 2 1 ; SCHWARZ, Briefe, i, 44. i, 36.
cupacin de Calvino, recalcada ya a menudo en esta carta. La Iglesia fundada en la palabra de Dios tiene en su gloria la razn de su existencia. Se trata de cmo pueda permanecer inviolada sobre la tierra, cmo la verdad de Dios pueda conservar su dignidad, cmo el reino de Cristo pueda ordenarse y ser protegido entre nosotros 12. La lnstitutio de 1536 muestra que el pensamiento teolgico de Calvino logr en Basilea su forma decisiva. A ello contribuy sin duda principalmente su propio destino de fugitivo, la vida dentro de la comunidad protestante de esta ciudad y el estudio a fondo que aqu le fue posible. Este estudio tuvo sobre todo por objeto la Biblia y los escritos de Lutero, principalmente los catecismos, la Libertad del cristiano y el De captivitate Babylonica. La teologa de Zuinglio que all dominaba parece haberlo impresionado menos. La lnstitutio de 1536 ofrece slo un esbozo de la doctrina de fe cristiana en seis captulos; pero Calvino la dilat constantemente. La edicin de 1559-60 se convirti finalmente en una dogmtica extensa en 4 libros y 80 captulos.
Primera actividad en Ginebra (1536-38) Tras breve estancia en Ferrara y en su patria, como la guerra le cerraba el camino de Estrasburgo, vino Calvino, en julio-agosto de 1536, a Ginebra. Aqu haba triunfado poco antes la reforma protestante. Como en otros muchos casos en Suiza, su introduccin estuvo bajo el signo de la lucha de la ciudad por la libertad y hasta de la exaltacin patritica contra la dominacin extranjera. En octubre de 1533, los ciudadanos haban expulsado1 al obispo Pierre de la Baume (t 1554), espantapjaros del duque de Saboya. Desde entonces, obispo y cabildo catedral residieron en Annecy. Ya en 1532 haba actuado Guillermo Farel como predicante en Ginebra13. Sin embargo, ante la resistencia de los cannigos, hubo
12 OC 1, 11; SCHWARZ, Briefe, i, 36. 13. Guillermo Farel n a a 6 el ano 1489 en Gag del Delfinado. Por sus estudios en Pars entr en el crculo de Faber Stapulensis. Desde 1521 trabaj por la reforma protestante. La fuga lo llev a Basilea y Estrasburgo. En Montbliard (1524), Aigle, Berna y sobre todo en Neuchtel (1529) actu con xito en pro de la reforma. Aqu volvi con frecuencia desde Ginebra y muri el 13-9-1565. Cf.: Guilla-unte Farel (1489.1565). Biographie n&wvelle, Neaichatel-Pars 1930.
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de abandonar de nuevo la ciudad, pero volvi a fines de 1533. Las corrientes reformistas hallaron firme apoyo en la aliada Berna. Despus de una disputa de 30 de mayo a 24 de junio de 1535 entre creyentes a la antigua y telogos secuaces de la reforma protestante, la lucha se decidi en favor de sta. En mayo de 1536, el consejo de la ciudad y el pueblo decidieron solemnemente vivir de acuerdo con el evangelio. Cuando, en aquel verano, lleg Calvino a Ginebra, andaba todo, en expresin suya cabeza abajo14. Farel necesitaba de su ayuda, .sealadamente de su talento organizador, y le apremi por ello a que se quedara. Me pareci, escribe ms tarde el reformador, como si Dios hubiera extendido su mano desde arriba para detenerme15. Calvino prest por de pronto su servicio no como predicante o pastor, sino con el ttulo de un lector de la sagrada Escritura 16. Expuso la carta a los Romanos y slo predicaba ocasionalmente. Hasta fines de 1536 no fue nombrado predicante y pastor de la Iglesia de Ginebra". A comienzos de octubre, en una disputa entre catlicos y reformados, en Lausana, haba demostrado la fuerza de su conviccin religiosa y la extensin de sus conocimientos bblicos y teolgicos. Ya en el mismo ao esboz el orden de la comunidad. Cuanto Ginebra ms lo necesitaba, tanto menos eco hall entre la ciudadana. Y es as que muchos sectores no se haban pasado a la reforma protestante porque tuvieran ganas de vivir conforme al evangelio, sino para sacudir la dominacin del obispo y del duque de Saboya. No pocos confundan la libertad evanglica con la independencia poltica y hasta con el desenfreno moral. Los Anieles conceman l'organisation de Vglise1S, que fueron propuestos el 16 de enero de 1537 al consejo de la ciudad por el maestro Guillermo Farel y otros predicadores, eran en gran parte obra de Calvino. Como al comienzo se recalca, el orden de la comunidad y la disciplina de la Iglesia son necesarios para la digna celebracin de la cena del Seor. Es cierto que una comunidad no puede considerarse como bien ordenada y dirigida, si en ella no se
14. 15. Zollikon 16. 17. 18 OC 9, 892; OS n , 401. Cf. prlogo al comentarlo a los salmo (1577), OC 31, 26; J 1959, 78. OC 21, 30; 21, 126. OC 5, 386. OS i, 369 379. CADIER, Calvm,
celebra a menudo la santa cena de nuestro Seor 19. Para alejar a los indignos y mantener intacta a la Iglesia, se necesita la exclusin del sacramento (excomunin). Por esa disciplina de la Iglesia deben ser castigados y educados quienes no quieren someterse, por la inspiracin divina, voluntariamente y con entera obediencia, a la santa palabra de Dios20. Por razn de los frutos para los fieles, que participan realmente del cuerpo y sangre de Cristo, de su muerte, de su vida, de su espritu y de todos sus bienes 21, la cena debiera celebrarse diariamente como confesin de alabanza de las divinas maravillas y dones de gracia y como invitacin a vivir cristianamente en paz y en la unidad del cuerpo de Cristo. Porque Jess no instituy este sacramento para que lo celebremos dos o tres veces al ao como comida de conmemoracin, sino para que, con su celebracin frecuente, fortalezcamos y ejercitemos nuestra fe y nuestra caridad 22. Sin embargo, por la ignorancia del pueblo, Calvino quera contentarse con la celebracin mensual. El consejo de la ciudad, por lo contrario, no aprob siquiera eso, sino que orden la celebracin de la cena cuatro veces al ao. Aun contra la intencin del reformador la celebracin cuatro veces al ao vino a convertirse en uso. En todos los barrios de la ciudad, hombres nombrados ex professo para esa funcin, de firme carcter e insobornables, deba vigilar con ojos de Argos la conducta de sus conciudadanos. De comprobar en alguien graves faltas o vicios, deban hablar sobre ello con un prroco, para que ste exhortara al culpable y, fraternalmente, lo invitara a corregirse23. Aqu se ven los indicios primeros del posterior presbyterium. En el segundo prrafo dan los artculos instrucciones sobre el canto de los salmos en la comunidad. El tercero trata de la instruccin de los nios. Con ayuda de un catecismo hay que disponerlos para la confesin de la fe. Inmediatamente despus de la aceptacin de los artculos por el consejo, public Calvino un catecismo en lengua francesa **. En breves captulos doctrinales trata de los mandamientos, del credo, padrenuestro, sacramentos y potestad eclesistica y civil. A este catecismo acompaa una confesin de la fe que deben obligarse con juramento a guardar y seguir todos los ciudadanos y habitan19. 21. 24. OS i, 369. 20. Ibid. OS i, 370. 22. Ibid. 23. OS i, 373. InstructKm- et C&nfessvcm de Fffi dont <m use en l'glvse de Genve (OS I, 378-417).
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tes de Ginebra y todos los subditos de sus trminos28. Abarca 23 artculos y comienza as: Confesamos que, como regla de nuestra fe y de nuestra religin, slo queremos seguir la sagrada Escritura sin aditamento de cualesquiera otros pensamientos humanos. Quien se negare a admitir esta confesin o credo, perder su derecho de ciudadana y tendr que irse a vivir a otra parte. Los ministros de la Iglesia debern vigilar por que todo el mundo viva conforme a la confesin, y el magistrado castigar a quienes se nieguen. El consejo impidi la formacin de un tribunal independiente de las autoridades civiles. Se daba, pues, una fuerte dependencia del rgimen de la Iglesia respecto del poder secular. El hecho ha de tenerse en cuenta cuando se habla de teocracia en Ginebra. sta so dio entonces a lo sumo en cuanto la comunidad deba dirigirse por la palabra de Dios y a la autoridad incumba vigilar sobre la religin. Sin embargo, aun en esta forma mitigada, la ejecucin de los artculos eclesisticos tropez con oposicin. Las rigurosas medidas contra la mala conducta (la picota, etc.) hallaron escaso eco. Despus de todo, no es para eso que se haban sacudido el yugo del obispo y del duque de Saboya. Sin embargo, a 13 de marzo de 1537 decret el consejo menor de la ciudad que la ordenacin eclesistica se siguiera plenamente. El 29 de julio subi al pulpito el secretario del consejo Miguel Roset y ley la confesin y la ley de la ciudad. Los llamados decenarios, es decir, los cabezas de los barrios de la ciudad reuniran a los habitantes de sus distritos en la catedral de San Pedro a fin de obligarse all, con juramento, a la confesin de la fe. Muchos, sin embargo, no acudieron o se negaron a prestar el juramento. El 12 de noviembre se reiter la orden. El que no prestara el juramento perdera todos sus derechos en Ginebra. Pero la orden era ms fcil de darse que de ejecutarse. La oposicin contra el consejo fue creciendo, y el descontento con los pastores franceses se fue propagando ms y ms. Calvino no cedi. A comienzos de enero comunicaron los reformadores al consejo que excluiran de la cena a todo el que no hubiera jurado la confesin de fe. Contra ello dispuso el consejo, que se haba tornado ms cauto ante la evolucin de los aconte25 OS i, 418
cimientos, que el acceso a la mesa no se negara a nadie2fl. Cuando en febrero de 1538 fueron elegidos para el consejo hombres hostiles a Calvino y Farel y la oposicin alcanz la mayora, el consejo prohibi a los reformadores inmiscuirse en los asuntos polticos y orden una investigacin sobre manifestaciones hechas por Cal* vino en la predicacin27. A la inversa, los reformadores trataron de salvaguardar la independencia del orden religioso, cuando Berna apremiaba a que se introdujeran de nuevo en Ginebra prcticas que se haban mantenido all, como la pila bautismal, el pan cimo y las fiestas que no caan en domingo (navidad, ao nuevo, ascensin, etctera). El 11 de marzo de 1538 el consejo de los doscientos se declar de acuerdo por votacin con la armonizacin de las ceremonias con las de Berna, y exigi de los prrocos el cumplimiento del decreto. Estos se cerraron en banda28. Por pascua de 1538 se negaron en absoluto Calvino y Farel a distribuir la cena; dado tanto desorden, burlas y hostigacin, aquello hubiera significado una profanacin. Sin embargo, desafiando la prohibicin, subieron al pulpito. El martes de pascua (23 de abril) decret el consejo la expulsin de Calvino y Farel, que tendran que abandonar la ciudad en el plazo de tres das 29. Ante esta intimacin, manifest Calvino: Si hubiramos servido a hombres, nos habran pagado mal. Pero hemos servido a un gran seor que no nos negar su paga30. El haber sentido amargamente el agravio, no exclua convenir en que haban hecho muchas cosas mal. En septiembre de 1538 escriba a Farel. Aun cuando delante de Dios y su pueblo confesemos que por nuestra falta de experiencia, por nuestro descuido, negligencia y errores vino a deshacerse mseramente la Iglecia que nos fue confiada; es, no obstante, deber nuestro defender nuestra pureza e inocencia frente a aquellos por cuyo engao y maldad, deshonor y desvengenza tuvo lugar una ruina semejante 81.
OC OC OC OC
21, 219s. 27. OC 21, 222. 21, 224s 29 OC 21, 226. 21, 225&. 10, I I , 246; cf OC 10, n , 253.
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\juia.
En Estrasburgo 1538-41 El 25 de abril de 1538 Calvino abandon Ginebra y march a Basilea, donde pensaba vivir como simple particular y refundir su Iwtitutio. Parece que entonces tuvo dudas sobre su vocacin pastoral; pero Bucer, Capito y Sturm le pidieron que viniera a Estrasburgo. Como Calvino vacilara en aceptar de nuevo un cargo con cura de almas, Bucer le amenaz con la clera de Dios, recordndole el ejemplo de Jons. Sobre el caso escribe Calvino en el prlogo al comentario de los salmos: Martin Bucer me llam con violencia a mi nuevo puesto, conjurndome de modo semejante a Farel en Ginebra. El ejemplo de Jons, que me puso delante, me derrot por completo, y otra vez ech sobre m el cargo de ensear 32. En septiembre de 1538 lleg Calvino a Estrasburgo, acept el cargo de predicante en la comunidad de fugitivos franceses y fue, a par, lector de la sagrada Escritura en el gimnasio del docto humanista Juan Sturm. Aqu prepar la segunda edicin, muy ampliada y refundida de la Institutio (1539, versin francesa 1541). Ms decisiva para su evolucin fue su estancia en Estrasburgo como tiempo de aprendizaje en teologa prctica. Su suerte en Ginebra haba efectivamente mostrado lo difcil que era la organizacin de una comunidad recin nacida y hasta qu punto le haban faltado para ello paciencia y experiencia. Ahora aprendi, por la cooperacin con Bucer y Capito, cmo se configura una comunidad y una liturgia, y as hall su pleno formato de reformador. En Estrasburgo se haba celebrado ya en 1524 una misa alemana compuesta por el prroco Teobaldo Schwarz. Bucer la haba ampliado. Calvino pudo aprovecharse de estos trabajos cuando cre una ordenacin del culto para su comunidad francesa de Estrasburgo. El ao 1540 public formularios para la liturgia de la palabra, la cena y el bautismo. Ya en 1539 haba compuesto un salterio francs que contena 18 salmos, el smbolo de los apstoles, el cntico de Simen y los diez mandamientos en forma cantada. Cinco salmos los tradujo l mismo en verso; los dems procedan del poeta francs cortesano Clment Marot. Para estos textos
32. OC 31, 28.
tom el reformador melodas de Estrasburgo. Tambin en cuestiones de disciplina eclesistica haba ido delante Bucer, Dificultades semejantes a las de Ginebra no tena por qu tenerlas aqu Calvino ya, por la simple razn de que su pequea comunidad de fugitivos estaba menos bajo la mirada del consejo de la ciudad. En la viuda de un baptista, Idelette de Bure, hall Calvino una esposa que vino a serle, a par, una ayuda en la obra de su vida. Por la participacin en los coloquios religiosos de Francfort (1539), Hagenau (1540); Worms (1540-41) y Ratisbona (1541) pudo conocer la "situacin religiosa de Alemania y entrar en contacto con hombres dirigentes del protestantismo alemn, sealadamente con Melanchthon. Con Martn Lutero no se encontr nunca personalmente Calvino. Uno y otro se conocan slo por sus obras latinas. A las diversas concepciones teolgicas, sobre todo en punto a la santa cena, se aadan las diferencias de los caracteres. A la clara razn de Calvino tenan que contrariarle el carcter sentimental de Lutero y sus explosiones de clera. A 25 de noviembre de 1544, escriba el reformador de Ginebra al de Zurich, Enrique Bullinger: Oigo que Lutero se ha desatado poco ha con terribles improperios no slo contra ti, sino tambin contra todos nosotros... No s si Lutero habr sido incitado por algn escrito tuyo; pero aunque un carcter como el suyo que no slo es excitable, sino tambin exasperado, estalla por menudas causas, seguramente no tiene motivo bastante para tal furia y alboroto. Ahora bien, apenas me atrevo a pedirte que calles, pues no sera justo dejar que inocentes sean tan ignominiosamente tratados y negarles oportunidad de descargarse; tambin sera difcil decir si fuera bueno callar. Pero s que deseo pienses cuan gran hombre, despus de todo, es Lutero, qu extraordinarios dones de espritu lo distinguen, qu valiente e inconmoviblemente, qu hbil, docta y eficazmente ha trabajado hasta ahora para destruir el reino del anticristo y propagar la doctrina de la salvacin. Muchas veces lo he dicho: Aun cuando me tachara de demonio, yo le hara el honor de tenerlo por excelente siervo de Dios, que sufre a la verdad de grandes defectos, como es rico en magnficas virtudes. Sin embargo, lstima que no se haya esforzado en reprimir su carcter impetuoso, que le hace estallar en cualquier parte! Lstima que la pasin que le es ingnita, no la haya vuelto siempre contra los 515
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enemigos de la verdad, en lugar de lanzarla como un rayo contra los siervos de Dios... 33 En el dilogo de Ratisbona tom parte Calvino como delegado de la ciudad de Estrasburgo. Ms de una reserva tena frente al estilo mediador de Bucer y las ambiguas formulaciones del libro de Ratisbona. Sin embargo admiti la frmula de la doble justicia, y la defendi frente a Farel34. No obstante, no quera contentarse, por razn de la unidad, con un Cristo a medias. Muy crticamente se manifest respecto de las discusiones acerca de la eucarista. Felipe (Melanchthon) y Bucer presentaron acerca de la transustanciacin tesis ambiguas y bien sonantes para intentar satisfacer a los contrarios, sin decir propiamente nada. El plan no me place...35. Calvino se opuso decididamente al tratarse del sacrificio de la misa. Antes de que el coloquio religioso fracasara en este punto, emprendi la vuelta. Poco despus, el 13 de septiembre de 1541, volva Calvino a Ginebra. Parejo retorno tena una prehistoria o antecedente. La situacin en Ginebra se haba hecho cada vez ms confusa. Prrocos y burgomaestres eran incapaces de poner orden. Los partidarios de Calvino y Farel, los guillermistas, levantaron otra vez cabeza. Sin embargo, sectores considerables apremiaban por que se retornara a la antigua Iglesia. En esta situacin, con ocasin de una conferencia episcopal en Lyn, el obispo de Carpentras, cardenal Jacobo Sadoleto, escribi una carta abierta a la ciudad de Ginebra, invitndola a volver al seno de la antigua Iglesia, que durante 15 siglos haba hallado reconocimiento y aprobacin unnime38. El docto cardenal, impregnado de espritu erasmiano, escribe como amigo y hermano y se muestra preocupado por la discordia que destruye la ciudad. Los reformadores en medio de ella habran seducido a los ginebrinos y sembrado el descontento por pura ambicin de poder y gloria personal. Despus de tratar de la justificacin por la sola fe, de los sacramentos y de la invocacin de los santos, concluye: Volved a la unidad, que slo est asegurada en la venerable y antigua Iglesia catlica! Porque sta es guiada dondequiera y en todo tiempo por el espritu de Cristo. Slo as
33. 34. OC 11, 774; SCHWARZ, Brtefe OC 11, 215; SCHWAKZ, Briefe i, 285. i, 190s.
podremos comparecer confiadamente ante el tribunal de Cristo. Aqul, empero, que se aparta de esta Iglesia, no tendr defensor en el juicio novsimo, y le aguardan las tinieblas ms extremas. Adherios, pues, de nuevo a la Iglesia catlica y a sus guas espirituales, pues est escrito: Haced lo que os dijeren. Nosotros no miramos ms que a vuestra salud 37. Esta carta produjo impresin, y los pastores de Ginebra no saban qu remedio tomar. Se rog a Calvino en Estrasburgo que compusiera una rplica, y redact en afecto, en seis das la respuesta a Sadoleto3S. La carta est firmada en Estrasburgo, a 1. de septiembre de 1539. Su tema capital es la Iglesia, la justificacin y los sacramentos. La Iglesia no est fundada en el consentimiento de los siglos, sino en la palabra de Dios, y se muestra verdadera Iglesia en la doctrina, en el orden, en los sacramentos y en el recto culto de Dios. En una especie de salmo imprecatorio pone Calvino solemnemente a Dios por testigo de que no ha escindido a la Iglesia ni se ha separado de ella. Lo que se me acostumbra echar en cara como apostasa de la Iglesia, es cosa de que no me remuerde la conciencia. O es que ha de mirarse como desertor el que alza de nuevo la bandera del capitn, cuando ve que los soldados, abatidos y plidos de miedo, abandonan sus filas, y l los reduce a sus puestos?... Para sacarla de esta confusin, no la he puesto bajo bandera extraa, sino bajo tu sola bandera, a la que debemos seguir, si queremos contarnos entre tu pueblo89. La carta hizo volver otra vez a los ginebrinos totalmente a la reforma protestante. Tanto ms se percataban de la incapacidad de sus pastores y as flot en el aire el deseo de tener otra vez a Calvino consigo. Adems, en febrero de 1539, empuaron el timn burgomaestres que estaban dispuestos a llevar a cabo reformas radicales. Se llam, pues, a Calvino; pero ste se neg a volver. En octubre de 1540 lleg una solicitud oficial del consejo menor. Estaba apoyado por amigos como Farel. Mas, para Calvino, lo decisivo no era la voluntad de los hombres. Consult con su conciencia y trat de averiguar la voluntad de Dios. El 24 de octubre escribe a Farel:
37. OS i, 455. 38. OC 5, 356-416; OS i, 457-489. 39. OS i, 482; trad. alemana por G. GLOEDE, Musste Reformatum wort an Kardmal Sadolet, Gotinga s a.
seinf
Calvins Ant-
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OC 11, 217.
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OS i, 441-489.
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Ofrezco a Dios mi corazn en sacrificio. Deseo que los hermanos de Estraburgo slo piensen en lo que ms convenga para la gloria de Dios y bien de su Iglesia. De m no tienen por qu preocuparse. Aunque yo no soy muy inventivo, tendra sin duda escapatorias que haran creer a los hombres que la cosa ha ido mal sin m. Pero s que tengo que habrmelas con Dios, que saca a luz pareja falsedad. Por eso he atado mi espritu y lo he entregado cautivo a la obediencia a Dios. Y, pues no s cmo decidirme, me someto a la direccin de aquellos por quienes as lo espero me hablar Dios40. La participacin en coloquios religiosos produjo an un aplazamiento. En carta de 1. de marzo de 1541 a Farel que le urga impetuosamente, suspira Calvino: Los rayos que no s por qu disparas tan extraamente contra m, me han turbado y espantado mucho. Pues t sabes que el nuevo llamamiento lo he temido sin duda, pero no he tratado de eludirlo. Por qu has de desatarte con tanta violencia contra m, que casi me niegas la amistad? 41. Cuando finalmente, el 4 de septiembre de 1541, abandon Calvino a Estrasburgo, pensaba sin duda en una estancia transitoria, pues dej all a su familia.
La organizacin de la Iglesia de Ginebra en 1541-64. De acuerdo con su lema: Prompte et sincere pronto y sinceramente march Calvino a Ginebra. El 13 de septiembre de 1541 pis la sala del consejo y fue tratado con toda deferencia, y tambin materialmente bien instalado. El reformador evit proceder con dureza y entrar de cualquier modo en litigio con sus adversarios. Ya sin eso le esperaban difciles luchas por la independencia de la potestad eclesistica frente al rgimen de la ciudad. Sin demora pas a la organizacin de la comunidad. Ya el 20 de noviembre de 1541 fue aceptada por los consejeros de la ciudad el orden eclesistico (Les ordonnances ecclsiastiques)42, configurado por el modelo de Estrasburgo. Pronto siguieron la ordenacin del culto (forme des prires et chants ecclsiastiques; 1542) y el cate40 41 42 OC 11, 100, ep 248 OC 11, 169s, ep 286 OS I I , 325ss, W NIESEL, Bekenntnisschriften
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cismo (1542-45). De Bucer haba tomado Calvino en Estrasburgo la estructura de cuatro oficios en la ordenacin de la Iglesia: predicadores (pasteurs), maestros (docteurs), presbteros (anciens) y diconos (diacres). 1. Los pastores tenan por funcin predicar la palabra de Dios y administrar los sacramentos. Los de las tres iglesias de la ciudad y los de las localidades circundantes forman la Venerable compagnie des pasteurs. Semanalmente debe reunirse para el estudio de la sagrada Escritura y para deliberar acerca de temas de la cura de almas. Cuando surjan diferencias de opinin sobre la recta doctrina, deben fijar de acuerdo con la palabra de Dios lo que se debe creer. Cada trimestre debe practicarse la mutua censura fraternal, es decir, la crtica de la conducta. La compagnie debe nombrar los nuevos prrocos, que el consejo ratifica y presenta a la comunidad. Slo posteriormente puede sta asentir a la decisin del consejo. Calvino se propona conservar la imposicin de manos de la ordenacin como uso apostlico. Sin embargo, se mostr demasiado pronto a acomodarse al consejo con el argumento de que, dada la actual supersticin, tal vez fuera mejor renunciar a la imposicin de manos como si el abuso fuera razn bastante para abolir un uso apostlico! . As qued slo la observacin de que los prrocos deban ser introducidos en el servicio sin ceremonias supersticiosas con una instruccin acerca de su oficio y con oraciones. 2. Los doctores, como profesores de teologa, tienen que dar lecciones sobre el Antiguo y Nuevo Testamento. A ellos incumbe tambin el cuidado de preparar nuevos prrocos. En el gimnasio deben ensear las lenguas clsicas y procurar una formacin general. Los nombra, tras aconsejarse con los prrocos, el consejo. 3. Los ancianos o presbteros tienen por funcin vigilar sobre la conducta de los miembros de la comunidad. Son de 5 a 10 prrocos que forman el consejo eclesistico o consistorio. En Ginebra, el anciano no era un funcionario puramente eclesistico, sino ms un mandamiento del consejo. Los doce ancianos eran elegidos, en inteligencia con los prrocos, por el consejo menor de entre el consejo mayor. La presidencia del consistorio la ocupaba el burgomaestre. Calvino no logr la plena independencia eclesistica. Si al prroco toca la predicacin y la administracin de los sacramentos, incumbencia del consejo es la direccin o gobierno de la 519
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Iglesia. Los ancianos deben vigilar la conducta de los miembros de la comunidad, entre otros medios, por la visita regular de las casas. El que comete una falta (por murmuracin, bebida, usura, inmoralidad, rias, juego de cartas, etc.), es llevado el jueves, acompaado de un funcionario de la ciudad, ante el consistorio. Para casos criminales es competente el consejo de la ciudad. Los que obstinadamente desprecian el orden de la Iglesia, deben ser, tras triple exhortacin, excluidos de ella y denunciados al consejo. Con ello, la jurisprudencia eclesistica estaba en gran parte sometida a la civil. Calvino hubo de sostener una larga lucha para que por lo menos la admisin a la cena se reservara al tribunal eclesistico. Si hablamos de teocracia o bibliocracia del reformador de Ginebra, no hemos de olvidar que las autoridades seculares intervenan en mayor escala en la vida eclesistica y que Calvino no logr, ni mucho menos, imponer todo lo que tena por recto. En la redaccin definitiva de 1561, logr, sin embargo, hacer prevalecer algo ms su idea de comunidad. 4. Los diconos son administradores de las fundaciones eclesisticas o cuidan directamente de los pobres y enfermos. Para la ordenacin eclesistica compuso Calvino, en noviembre de 1541, en breve tiempo, un catecismo. Este catecismo de Ginebra (1542) se distingue por su forma y estructura del catecismo del ao 1537. No es ya un tratado, sino que est compuesto en forma de preguntas y respuestas. Adems, abandona la estructura del catecismo menor de Lutero. Aqu la ley se trataba antes de la profesin o smbolo de la fe; el catecismo de Ginebra de 1541 sigue este orden: Fe, ley, oracin y sacramentos. Con ello se expresa una nueva concepcin de ley y evangelio. La ley no es slo pedagogo; su fin no es slo convencer al hombre de pecado, sino que da, como orden de la alianza, al bautizado el criterio de la vida cristiana. La ley nos muestra la meta a que debemos aspirar, a fin de que, segn la gracia que Dios le ha dado, se esfuerce cada uno constantemente por llegar a ella y da a da vaya ms adelante (pregunta 229). El orden de la comunidad slo pudo realizarse en Ginebra a costa de largas luchas. Cuando se trat de imponer una estricta manera de vivir cristiana, muchos sintieron de nuevo con disgusto que se coartaba la libertad personal. Era fcil movilizar los senti520
mientos de patriotismo local de los ginebrinos de vieja prosapia contra el prepotente influjo del advenedizo Calvino y contra los fugitivos franceses en que se apoyaba. Estos adversarios de Calvino se llamaban a s mismos patriotas, pero fueron motejados por sus amigos de libertins, pues defendan una concepcin ms libre de las costumbres y el derecho a gozar ms de la vida. Fortaleza de la resistencia era la familia del burgomaestre Aim Perrin, que haba figurado primero entre los secuaces entusiastas de Calvino y Farel. Sin embargo, cuando a su suegro Francisco' Favre le fue negada la cena por conducta inmoral, su cuado fue arrestado por ocho das por conducta inconveniente y a su mujer se la censur por haber bailado en una boda, pas Perrin a violenta oposicin contra el dominio de los pastores. Se plante de nuevo la cuestin de los lmites de la autoridad del consistorio. Durante aos hubo de aguantar Calvino mltiples limitaciones e insultos. Sin embargo, en las elecciones de enero de 1555, sufrieron los libertinos una derrota decisiva. Los nuevos burgomaestres y la mayora del consejo estaban del lado de Calvino. Cuando los contrarios se propasaron a demostraciones y hasta a un levantamiento armado, su destino qued de todo en todo sellado. Los levantiscos fueron ejecutados o desterrados. Ahora pudo Calvino imponer ms fuertemente su idea de comunidad. El consejo eclesistico adquiri mayor libertad frente al rgimen civil. Segn la ordenacin eclesistica definitiva de 1561, cuando un burgomaestre ocupaba la presidencia del consejo eclesistico, deba dejar a un lado el bastn de mando para poner claramente de relieve la diferencia entre la autoridad civil y la direccin de la Iglesia. Adems, deban ser tambin elegibles ciudadanos nuevos, es decir, fugitivos franceses, y los miembros de la comunidad podran oponer reparos a los candidatos. Cuando despus de 1555 estuvo Calvino seguro del apoyo del consejo y de la burguesa, procedi tambin a la realizacin de su viejo proyecto de fundar una escuela superior. En Estrasburgo pidi, en 1556, consejo al gran profesor que fue Juan Sturm. La academia que se abri finalmente en 1559, tena dos secciones. En la schola privata, que era continuacin de la anterior escuela de latn, se ense, como instruccin elemental, latn, griego y filosofa. En ella se fundaba la schola publica. Aqu se daban lecciones de griego, hebreo, las 521
facultades de artes liberales, es decir, filosofa y literatura, y, sobre todo, exgesis y dogmtica. Como rector de la academia o universidad gan Calvino a Teodoro de Beza (1519-1605), que vino de Lausana con Pedro Viret (1511-1571), pues all se les haba privado de su cargo por trabacuentas con las autoridades de Berna. La nueva universidad ejerci mxima fuerza de atraccin ms all de las fronteras de Suiza sobre la juventud estudiantil y contribuy decisivamente a propagar el calvinismo en otros pases europeos o a afirmarlo donde ya exista. En Ginebra estudiaron el reformador de Trveris y ms tarde profesor de Heidelberg Gaspar Olevianos (1536-87), el organizador de la reforma protestante en Holanda Philipp Marnix de St. Aldegonde (1540-98), y John Knox (1515(?)1572), el reformador de Escocia. Hasta entonces Calvino no era siquiera ciudadano de Ginebra y, consiguientemente, slo poda actuar en los gremios polticos, a lo sumo, como consejero. Hasta diciembre de 1559, no le ofreci el consejo, espontneamente, el derecho de ciudadano para reconocer los muchos valiosos servicios que Calvino haba prestado, desde la reforma cristiana, a la repblica. Por medio de una extensa correspondencia, influy Calvino, ms all de los muros de Ginebra, en la configuracin de las iglesias de Francia, de Blgica, del Palatinado, Polonia, Hungra y muchos otros pases. Enorme fue el trabajo que impuso a su cuerpo, de suyo dbil y casi constantemente enfermo, hasta que muri el 27 de mayo de 1564.
Rasgas fundamentales de la teologa de Calvino Como reformador de la segunda generacin y por razn de su estructura espiritual y de su carrera de formacin, Calvino es mucho ms sistemtico que Lutero. Evita posiciones unilaterales y trata de poner en armona o contexto sus concepciones y conocimientos. En la Institutio nos dej una dogmtica conclusa. Pero no debemos olvidar que en ella slo quera introducir al candidato a la teologa en la lectura de la palabra divina, y capacitarlo para fijar lo que principalmente debe buscar en la Escritura y a qu fin ha de dirigir su contenido*3. Calvino quera ser ante todo intrprete de la
43. Prlogo OS I I , 6.
Escritura y, lgicamente, deben utilizarse sus muchos trabajos exegticos para la exposicin de su teologa. Lo que el telogo sabe decir de su cosecha acerca de Dios y del hombre, es pura tontera. En la sagrada Escritura debe dejarse ensear por Dios mismo. Nadie llega ni a la mnima inteligencia de la recta y sana doctrina, si antes no se hace discpulo de la Escritura (lmtitutio i, 6, 2). sta lleva su crdito o credibilidad en s misma; en virtud de la iluminacin del Espritu Santo es reconocida por nosotros como palabra de Dios (i, 7,*5). Slo el Espritu Santo es el recto intrprete de la sagrada Escritura. l, que habl por boca de los profetas, debe penetrar en nuestro corazn (i, 7, 4) y abrirlo para la palabra, que est encerrada en las palabras de la sagrada Escritura. La gloria del soberano Dios el Soli Deo Gloria es la idea que define la teologa de Calvino. La gloria de Dios es el sentido de la creacin, de la salvacin de los elegidos lo mismo que del castigo de los reprobos. Ya la doctrina de la Trinidad, fuertemente caracterizada, ostenta un rasgo soteriolgico. Calvino defiende resueltamente la verdad de la Trinidad contra la hereja de Servet y de otros, porque quiere asegurar la divinidad de Jesucristo. Nadie, en efecto, reconocer de corazn a Cristo como su Dios, si no comprende las distintas personas divinas en la unidad de la esencia o naturaleza **. Contra la fe renacentista en el hado, y contra las corrientes destas, Calvino pone fuertemente de relieve la providencia divina (i, 16-18). El curso de las cosas no lo determina un hado (fatum), sino Dios, seor del mundo. l conserva lo creado en su consistencia, da a las criaturas su campo de accin y lo dirige todo a un fin. Sigese que la providencia consiste en su accin, y es, por ende, imprudente que algunos hablen por hablar de una mera presciencia de Dios (i, 16, 4). El hombre, como noble criatura de Dios, es objeto de su cuidado especial. Ahora bien, dentro de lo humano, a la Iglesia le conviene la mxima importancia, puesto que Dios ha escogido la Iglesia por morada, es indudable que en su gobierno nos muestra su paternal solicitud por testimonios especiales (i, 17, 6). La providencia de Dios no quita al hombre su responsabilidad; por otra parte, el gobierno activo del mundo por Dios veda hablar, con referencia
44 OC 9, 331, cf. W NIESEL, Dw Theologte Calvms, Munich 21957, 56
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al mal, de mera permisin por parte suya. Como si Dios se estuviera tranquilamente sentado y aguardara los acontecimientos casuales! (i, 18, 1). Aqu nos hallamos ante el misterio, que no hemos de intentar resolver y que en la cruz se presenta en toda su impenetrabilidad. Y, a la verdad, si Cristo no hubiera sido crucificado con la voluntad de Dios, de dnde hubiera venido nuestra redencin? (i, 18, 3). Dios no fuerza al hombre al mal; l dirige de manera maravillosa e incomprensible todas las mociones del hombre de forma que, no obstante, queda intacta su libertad (OC 36, 222). Aqu, nuestra sabidura no puede consistir en otra cosa que en admitir, con humilde deseo de saber, todo y todo sin excepcin cuanto se nos manifiesta en la sagrada Escritura (i, 18, 4). Ms impenetrable an es para Calvino el misterio ante la predestinacin, la eterna eleccin, por la que Dios ha predestinado a los unos para la salvacin y a los otros a la perdicin (ni, 21, 1). El ingenio est aqu tan fuera de lugar como el callar angustioso de la palabra de Dios. Calvino nos previene que no tratemos demasiado especulativamente esta cuestin. A la verdad, arrastrado por la polmica con sus contrarios, cay l mismo en este peligro. Callar, sin embargo, acerca del misterio de la predestinacin significara menoscabar la gloria de Dios *5. Y es as que slo si se nos ha hecho manifiesta la eterna eleccin de Dios, nos damos cuenta que nuestra salud mana del hontanar de la inmerecida misericordia de Dios. La definicin de Calvino dice as: Por predestinacin entendemos la eterna ordenacin de Dios, en virtud de la cual Dios decret en s mismo lo que, segn su vc luntad, sera de cada hombre. Porque los hombres no fueron creados todos con el mismo destino, sino que para unos se ordena la vida eterna y para otros la condenacin eterna. Segn, pues, que el individuo ha sido creado para uno u otro fin, as decimos que ha sido predestinado para la vida o para la muerte (m, 21, 5) 46 . Buscar, a par del beneplcito divino, otra causa de ello, por ejemplo, la presciencia de los merecimientos humanos, equivaldra a poner la voluntad de Dios bajo la dependencia de causas exteriores. Este decreto, afirmamos, por lo que atae a los escogidos, se funda en la misericordia inmerecida de Dios, sin miramiento alguno a la dig45. 46". n i , 21, 1; cf. comentario a Jn 6, 40: OC 47, 147 y catecismo de 1537: OS i, 391. n i , 21, 5; OC 51, 259; 26, 520; 47, 297; 51, 149, 55, 353.
nidad del hombre. A los hombres, empero, a quienes entrega a la condenacin, les cierra segn juicio recto e irrevocable, aunque incomprensible, el acceso a la vida (ni, 21, 7). As pues, slo podemos alegar una razn de que a los suyos los haga partcipes de su misericordia: porque ese ha sido su beneplcito; pero por el mismo caso, ninguna otra causa que su voluntad tenemos de la reprobacin de los otros (m, 22, 11). Razn de nuestra predestinacin para la salud y, a par, de nuestra certidumbre de salvarnos, es Jesucristo, en quien Dios ha concluido con nosotros la alianza de la vida. Por eso se dice de aquellos a quienes Dios ha recibido por hijos, no que han sido escogidos en s mismos, sino en su Cristo (Ef 1, 4). Y es as que slo en l los poda amar... Si, pues, hemos sido escogidos en l, no hallaremos en nosotros mismos la certidumbre de nuestra eleccin, ni siquiera en el Padre, si nos lo imaginamos solo, sin el Hijo. Cristo es, pues, el espejo en que hemos de contemplar nuestra eleccin y en quien podemos hacerlo sin engao (m, 24, 5). Signo de nuestra eleccin en Cristo es la aceptacin de la predicacin sobre Cristo y la comunin con l en la fe y en la cena. Tambin las obras, como frutos del llamamiento pueden tener cierta importancia para reconocer nuestra salud, pero slo como conclusin a posteriori. Si, pues, la conciencia est fundada, levantada y fortalecida, la consideracin de las obras puede tambin servir para fortalecerla, pues son testimonio de que Dios mora en nosotros y nos gobierna (ni, 14, 18). La doctrina de que el nmero y xito de nuestras obras es prueba de nuestra eleccin, no se encuentra en Calvino, sino en el calvinismo (Syllogismus practicus} y no corresponde a la tesis inicial de Calvino. Cuanto ms recalca que la gracia es irrestible en los elegidos y que stos no pueden perder su salud eterna, tanto ms ocuro se torna el misterio de la reprobacin. Cmo se explica que Cristo no sea eficaz en todos? Sera tan impotente que no lograra ganar para s a todos los penitentes?47 Aqu se encuentra Calvino, con Pablo, ante el misterio impenetrable de la voluntad de Dios. El apstol confiesa que los juicios de Dios son tan profundos que toda la inteligencia queda por ellos absorbida o devorada, si intenta penetrarlos (m, 23, 5).
47. Cf. W. NIESEL, DK Theolagie Calvms 169.
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En la doctrina de la justificacin y santificacin, parte Calvino de Jesucristo. Su pregunta reza: Ahora bien, de qu modo nos hacemos partcipes de la gracia de Cristo...? Cmo llegan a nosotros los bienes que el Padre ha confiado a su Hijo unignito? (m, 1, l). La respuesta de que los alcanzamos por la fe, no le basta a Calvino. Hay que penetrar ms hondo y confesar: El Espritu Santo es el vnculo con que Cristo nos une eficazmente consigo (m, 1, 1). Por l nos aprehende Cristo y opera el s de la fe en nosotros. sta es la conversin a Cristo, cuya causa es el Espritu Santo. Por la comunin con l recibimos principalmente una doble gracia: de una parte, por su inocencia, somos reconciliados con Dios, para que no sea ya nuestro juez... de otra, somos santificados por su Espritu (ni, 11, 1). Distinguimos justificacin y santificacin. Pero Cristo lleva las dos inseparablemente en s mismo. Quieres, pues, alcanzar justicia en Cristo? Entonces tienes que poseer antes a Cristo. Ahora bien, no puedes poseerlo sin tener, a par, parte en su justificacin, pues so lo puede deshacer en pedazos (ni, 16, 1; 11, 6). Aunque la santificacin es fruto de la justificacin, Calvino la trata antes en la lnstitutio, para excluir de antemano la mala inteligencia de que la fe, por la cual somos justificados por gracia, haya de ser ociosa y sin obras. Por la participacin en la muerte y resurreccin de Cristo, morimos y resucitamos a nueva vida que corresponde a la justicia de Dios (m, 3, 9). Este renacimiento tiene por fin la restauracin de la imagen de Dios que qued prcticamente borrada por el pecado de Adn. Pero la renovacin no viene en un momento, no entramos inmediatamente en posesin de la libertad, sino que hemos de ejercitar toda nuestra vida en la penitencia (ni, 3, 9). Ello quiere decir que la santificacin es un proceso lento, el creyente sigue siendo pecador, slo es menester que el pecado no venga a dominar en l (m, 3, 13). Si, pues, la santificacin ha de realizarse por partes y es aumentable, la justificacin, en cambio, debe drsenos enteramente. Un trozo de justicia no tranquilizara la conciencia antes de que constara que somos aceptos a Dios, por ser sin restriccin justos ante l (m, 11, 11). En cambio, la justicia no es esencialmente propia nuestra, sino que se nos imputa. Justificacin significa para Calvino el acto por el que Dios nos recibe en su gracia y nos da por justos... se funda en el
perdn del pecado y en la imputacin (impuatio) de la justicia de Cristo (ni, 11, 2). Calvino ataca enrgicamente la monstruosa doctrina de Osiander (cf. supra p. 492ss) de una justicia esencial (essentialis iustitia) y de una esencial inhabitacin de Cristo en nosotros (essentidis inhabitatio). Contra pareja mezcolanza grosera, recalca Calvino la unin espiritual con Cristo (m, 11, 10). Por la virtud del Espritu Santo crecemos juntamente con nuestra cabeza Cristo (m, 11, 5). As nuestra justificacin est fuera de nosotros, a saber, en Cristo, y es a par propia nuestra, porque us hemos revestido de Cristo y hemos sido injertados en su cuerpo; en una palabra, porque l se ha dignado hacernos una cosa consigo, podemos gloriarnos de temer comunin de justicia con l (ni, 11, 10). Por razn de esta unin con Cristo, no slo somos justos nosotros, sino que tambin nuestras obras son miradas por Dios como justas, pues lo que an queda en ellos de flaco, queda enterrado por la pureza de Cristo y, consiguientemente, no se nos imputa (ni, 17, 10).
Procesos doctrnales El reino espiritual de Cristo y el orden civil son para Calvino cosas completamente distintas (iv, 20, 1). Pero esto no significa quo el estado y la Iglesia no tengan relaciones entre s. Los dos tienen en Cristo el mismo seor, y el cristiano necesita del estado mientras vive en la tierra. El estado es para Calvino uno de los medios externos por los que Dios nos llama a la comunin con Cristo y nos conserva en ella (iv, 1, 1). El rgimen civil debe proteger la predicacin del evangelio y cuidar de que no se den pblicamente idolatra, profanacin del nombre de Dios, blasfemias contra su verdad y otros escndalos referentes a la religin (iv, 20, 3). Tambin los gobernantes estn obligados a la palabra de Dios, pues no hay orden o distrito que est fuera de los ttulos de Dios. No es misin de la autoridad predicar por s misma el evangelio. Es malo que se apodere del gobierno de la Iglesia y se erija en juez de materias de doctrina y rgimen eclesistico. Consecuente con estos principios, Calvino trabaj ahincadamente toda su vida por poner la disciplina de la Iglesia en mano de las autoridades espirituales y asegurar la independencia del consistorio res527
pecto de los poderes estatales. Pero no se arredr de perseguir en el consejo de la ciudad a sus enemigos teolgicos. Sebastian Castellio (1515-1563), benemrito de las escuelas de Ginebra, no fue admitido al oficio de prroco por su crtica bblica y su concepcin de la ascensin de Cristo, y hubo de renunciar al rectorado de la escuela de latn. En 1544 se traslad a Lausana y en 1545 a Basilea. Aqu fue profesor de griego, tradujo la Biblia y defendi la libertad de conciencia*8. El ex fraile carmelita Jrme Bolsee (f 1584), que ejerca de mdico despus de su conversin a la reforma protestante, pero segua interesndose por cuestiones teolgicas y tomaba parte en la junta semanal de la Compagnie des pasteurs, atac la doctrina de Calvino sobre la predestinacin y lo acus de no interpretar fielmente la Biblia. Tras una sesin de la Compagnie, en que Bolsee sostuvo una violenta discusin con Calvino, fue encarcelado. Para Calvino, como para santo Toms, la idolatra es un crimen de lesa majestad y la hereja una accin punible. El que corrompe al alma es ms culpable que el que daa al cuerpo, y un tribunal secular puede castigar este crimen de daar al cuerpo como el de corromper al alma. De nada le vali a Bolsee apelar a Melanchthon y que las comunidades de Berna y Zurich, a las que se pidi un dictamen, recomendaran moderacin en cuestin tan difcil. El 23 de diciembre de 1551 fue expulsado, por sentencia judicial, de Ginebra. Ms tarde volvi al catolicismo y se veng de Calvino por medio de una biografa muy polmica del reformador que, en 1577, apareci en Lyn bajo el ttulo: Historia de la vida, muerte, costumbres, hechos, doctrinas y constancia de Juan Calvino, antiguo prroco de Ginebra. Gran escndalo y violenta crtica contra Calvino ha suscitado hasta tiempo novsimo el proceso por hereje con el mdico Miguel Servet, que fue quemado vivo el 27 de octubre de 1553, condenado que fue a este gnero de muerte por el consejo de la ciudad de Ginebra. Servet naci en Vilanova de Sixena (Aragn) el 29 de septiembre de 1511, y fue hijo de padre espaol y madre francesa. Ya el ao 1531, en una obra menor: De erroribus trinitatis, impugna la doctrina sobre la Trinidad. Para l no se trataba de tres personas en
48 De haeretKts an smt persequendi DER WOUDE, Ginebra 1954 (1554 lat. y fre ) Nueva edicin por SAPE VAN
Dios, sino de tres fuerzas o modos de obrar. Hacia 1546 mantuvo una correspondencia con Calvino, que puso bien en evidencia la sima entre uno y otro. El ao 1553 public Servet en Lyn una coleccin de diversos tratados. Ya el ttulo: Christianismi Restitutio deja traslucir la polmica contra Calvino o su Christianae Religionis Institutio. Un francs fugitivo por nombre Guillaume de Trie llam en Lyn la atencin de la inquisicin sobre Servet. Calvino mismo present cartas originales por las que se poda descubrir que Servet era el autor de la Restitutio. Sin embargo, se fug de la prisin y fue condenado en rebelda a morir en la ho* gera. En su fuga vino a parar a Ginebra, y aqu fue acusado por el secretario de Calvino, Nicols de Fontaine, ante el consejo de la ciudad y seguidamente encarcelado. El proceso comenz el 15 de agosto y se prolong semanas. En parte se desarroll en forma de discusiones teolgicas entre Calvino y Servet. Las ciudades suizas de Berna, Basilea, Zurich, Schaffhausen, a las que se pidi dictmenes, condenaron todas a Servet. El 26 de octubre de 1553 decret el consejo que Servet fuera quemado vivo. Tambin sus libros deban ser pasto de las llamas. Calvino haba exigido la pena de muerte; pero intent, juntamente con otros pastores, mitigar la sentencia, pidiendo la decapitacin en vez de la hoguera. Sin embargo, su intervencin no tuvo xito. La sentencia corresponda a las convicciones y prcticas del tiempo. Hombre tan discreto como Melanchthon escriba posteriormente a Calvino: He ledo tu escrito en que has rebatido las blasfemias reprobables de Servet, y doy gracias al Hijo do Dios que ha sido juez en tu lucha. Tambin la Iglesia debe darte gracias ahora y en lo futuro. Estoy completamente de acuerdo y confirmo a la vez que tus autoridades han obrado rectamente, al condenar a muerte, tras un proceso regular, al blasfemo49. La referencia a la prctica del tiempo no significa ciertamente una justificacin, sobre todo para el reformador ginebrino que se arrogaba el derecho de saltar por encima de la doctrina tradicional en nombre de su inteligencia de la Escritura. Para Calvino, apelar a su conciencia significaba a par la seguridad de un mandato proftico y la exigencia de que todo el mundo se adhiriera a l. El 6 de octubre de 1552 haba escrito al consejo de la ciudad:
49 Carta de 4-10 1554, CR 8, 362
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Por lo que a m toca, altos seores, estoy cierto en mi conciencia que cuanto he enseado y escrito no ha nacido en mi cabeza, sino que lo tengo de Dios y debe sostenerlo, no quiero ser traidor a la verdad50.
La doctrina de Calvino sobre la cena y sus esfuerzos por la comunin de la Iglesia y de la cena entre los protestantes En su proceder contra herejes como Castellio, Bolsee y Servet se nos presenta Calvino como hombre intolerante, que est resuelto a mantener a todo trance la unidad de la Iglesia y asegurarla con todos los medios de la disciplina echando mano de la potestad secular. No del todo sin razn lo present la polmica en muchos casos como fantico despiadado. El pensamiento de Calvino lleva cuo ms marcadamente eclesiolgico que el de Lutero. Su pregunta fundamental no es: Cmo encuentro a un Dios clemente?, sino: Cmo se llega al seoro de Dios sobre la humanidad?BOa. El seoro universal de Dios se concreta en la Iglesia con su constitucin visible. Sobre ella habla Calvino extensamente en el libro cuarto de su Institutih. Segn l, la Iglesia pertenece a los medios externos con que Dios nos convida a la comunin con Cristo. En el primer captulo: De la verdadera Iglesia con la que hemos de mantenernos en unidad, porque es madre de todos los piadosos, trata, en 19 de 29 prrafos, de la unidad que el cristiano debe mantener con la Iglesia. Por muy fuertemente que recalque Calvino la idea de comunidad, la Iglesia, sin embargo, no nace para l de la congregacin de los fieles, sino que es creacin, fundacin, de arriba. Varias veces cita la palabra de Cipriano de que nadie puede tener a Dios por padre, que no tenga a la Iglesia por madre, iv, 1, 1; 1, 4). Su concepto de la Iglesia es orgnico, y parte de la imagen paulina del cuerpo de Cristo. Consiguientemente, la Iglesia es visible y necesariamente una. Ya en la primera edicin de la Insttutio (1536), escribe: Creemos en la santa Iglesia catlica... que hay una Iglesia y una sociedad y un pueblo de Dios, cuyo gua
50. OC 14, 382, SCHWAEZ, Bnefe n , 608. 50a. quemado regnutn Chnsto sarttim tectumque Franciscum I. (1536): OS i, 23). nter nos maneat (Epstola, ad
y cabeza es Cristo nuestro seor, como la cabeza de un cuerpo... Esta sociedad es catlica, es decir, universal, pues no puede haber dos o tres; no, los elegidos de Dios estn todos tan unidos y trabados en Cristo, que, como dependen de una sola cabeza, as se organizan en un solo cuerpo y, como miembros de un cuerpo, se apoyan mutuamenteei. Segn Calvino, la sagrada Escritura habla de la Iglesia de dos modos. Primeramente, ella es la congregacin da todos los escogidos desde el origen del mundo. En esta Iglesia, slo perceptible para el ojo de Dios, tengo yo que creer. En otro sentido, la Iglesia abarca el ejrcito disperso por todo el mundo de los que confiesan a Cristo, han entrado por el bautismo a la fe en l, y, por su participacin en la cena, atestiguan su unidad en la verdadera doctrina y en la caridad (iv, 1, 7). No hay autntica fe en la Iglesia sin alta estima de esta Iglesia visible y sin espritu de comunin con ella (iv, 1, 7). Se hace visible dondequiera se predica y oye con pureza la palabra de Dios, y los sacramentos se administran de acuerdo con la institucin de Cristo (iv, 1, 9). Reforma, para Calvino, significa la restauracin de la primigenia Iglesia, perturbada por el papado, y de su genuina unidad. Tambin en la Iglesia papal reconoce Calvino vestigio o reliquiae de la verdadera Iglesia, sobre todo en el bautismo (iv, 2, 11); pero le falta la verdadera y legtima forma, que se halla, de una parte, en la comunin en los sacramentos como signos de la confesin, y de otra, sobre todo, en la comunin de la doctrina (iv, 2, 12). En la verdadera Iglesia, objeto de la experiencia concreta, distingue nuevamente Calvino entre la Iglesia esparcida por todo el mundo (ecclesia universdis) y las Iglesias locales (singulae ecdesiae). sta es objeto de su principal atencin. En ella ha de guardarse unidad absoluta respecto de la doctrina y de los sacramentos. En cambio, en las iglesias particulares pueden reinar, fuera de determinados puntos doctrinales, diferencias de opinin, sin que se rompa la unidad de la fe. De acuerdo con ello vemos al reformador dispuesto al compromiso, en aras de la unidad, en una medida que no era de sospechar dada su conducta en Ginebra. Este empeo aparece especialmente claro en la controversia de los reformadores en torno al sacramento de la unidad y de la paz:
51. OS i, 86; cf. Inst. iv, 1, 7
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la eucarista. Teolgicamente, Calvino haba tomado su punto de partida de Lutero; pero, antes de 1536, conoca tambin el escrito de Zuinglio: Commentctrius de vera el falsa religiome2. El 22 de septiembre de 1537, tom parte desde Ginebra en un snodo de Berna, que hubo lugar a instancias de Martn Bucei y se propona zanjar las diferencias en materia de la cena entre zuinglianos y luteranos. A Bucer le echaban en cara los suizos que, al adherirse a la concordia de Wittenberg (mayo de 1536), con la elstica idea de uni sacramentalis del pan y cuerpo de Cristo5S, haba abandonado la disputa de Berna de 1528 y haba aspirado, a costa de la verdad, a la unin de los luteranos y suizos. En el snodo de Berna de 1537 quera Bucer limpiarse de pareja sospecha y disipar la desconfianza. Cuando las violentas discusiones entre l y el predicante y profesor de Berna Kaspar Megander (1495-1545) no condujeron a ningn resultado, fueron invitados Calvino, Farel y Viret a redactar una Conjessio fidei de Eucharistia. La redaccin fue obra de Calvino y fue firmada, en seal de consenso con los suizos, por los estrasburgenses. Segn esta confesin 5\ Cristo nos ofrece en los signos de pan y vino la participacin real en su cuerpo y sangre. Pero esto no significa presencia local. sta nos fue quitada por la subida de Cristo al cielo. Sin embargo, su Espritu no tiene limitacin alguna en su actividad. l es el vnculo de la participacin y nos nutre por la substancia del cuerpo y sangre de Cristo. Calvino adopta as una postura entre Lutero y Zuinglio. Contra Lutero quiere excluir la presencia local, histrica y carnal; contra Zuinglio recalca tan fuertemente la realidad de la comunin del cuerpo y sangre de Cristo, que no se arredra ni ante la palabra substancia. A un adversario de los esfuerzos por la unin le escriba Calvino en mayo de 1539: Que en la doctrina de Zuinglio no haya nada objetable, es cosa que no concedo por nada del mundo. Porque es fcil ver que, demasiado preocupado en desarraigar la supersticin de la presencia carnal de Cristo, rechaz tambin o por lo menos oscureci a par la verdadera fuerza de la comunin con Cristo. Pero esto precisamente es lo que debe ser ms esclarecido 55.
52. 53. 54. 55. A. LAHG, Die Quellen der InsMutw van 1536: EvTh 3 (1936) !00 112; part. 107. E. BIZEK, Studten zur Gesch. des Abendmahlstrextes, Darmstadt 21962, 118. OS i, 43Ss. OC 10, I I , 346; SCHWARZ, Bnefe i, ll7s.
Un gesto sealado de voluntad de inteligencia realiz Calvino al afirmar, en el coloquio religioso de Rasbona de 1541, la Confessio Augustam, siquiera no se tratara de la Confessio de 1530, sino de una versin publicada por Melanchthon en 1540 con miras a la inteligencia con los suizos, la llamada Confessio Augustana Vanata. Esta Variaa no suscit de pronto contradiccin entre los luteranos, y tcitamente fue aceptada por el mismo Lutero. La diferencia atae sobre todo a la doctrina sobre la cena. Mientras la^ versin de 1530 quiere complacer a los catlicos y parece ensear hasta la transustanciacin, la Variaa tiene sus miramientos con los suizos. Dcese en el artculo 10: Sobre la cena del Seor ensean que, con el pan y vino, se dan realmente el cuerpo y sangre de Cristo a los que comen56. En lugar de las especies de pan y vino, est aqu con el pan y el vino, y en lugar de est presente, se dan realmente a los que comen. Esto permita una interpretacin en el sentido de Calvino, quien, en posteriores polmicas, pudo aludir a que haba firmado la Confessio Augustana sin renegar de su concepcin. Si en la Variaa haba asentido Calvino a una confesin en que no haba tenido l arte ni parte, l fue uno de los autores y hasta la fuerza realmente impulsora de la avenencia con los zuriquenses, el Consensus Tigitrinus (1549). El escrito de Lutero: Breve confesin del santo sacramento (1544), encendi de nuevo la controversia con los suizos acerca de la eucarista. En su clera desmedida y fulminante, como escribi Calvino57, Lutero haba atacado al mismo Zuinglio, muerto 14 aos atrs. Un ao despus defenda Enrique BuUinger (1504-75) a su antecesor Zuinglio y la doctrina zuriquense sobre la cena en un escrito de rplica: Verdadera confesin de los ministros de la Iglesia de Zurich... particularmente sobre la cena. Con anterioridad, el 25 de noviembre de 1544, haba rogado Calvino a BuUinger que no se dejara provocar por el estilo spero de Lutero, y callara. Con esta ocasin manifest el deseo de ventilar oralmente con BuUinger las diferencias sobre la doctrina de la cena. ...Si pudiramos, le escribi entonces Calvino, hablar medio da sobre el tema, yo confo que nos avendramos fcilmente, no slo sobre la cosa misma, sino tambin sobre su
56. 57. Die Bekennirmsschriften der ev.-luth. Kirche, Gotinga B1963, 65, 45. Una carta a Melatichthon de 28-6-1545, OC 12, 98; SCHWAKZ, Brtefe i, 308.
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formulacin. Entretanto, esta ligera desavenencia no debe impedirnos mantener la fraterna amistad en el Seor5S. Pero la unidad no llegara tan rpidamente. Sin embargo, en serio empeo por la unidad durante tres aos, logr Calvino ganarse la confianza de Bullinger. En 1547 entreg ste a Calvino su opsculo: De sacramentis para que lo dictaminara. En carta de 25 de febrero de 1547 B9, lo discuti Calvino crticamente, pero una vez ms expresaba su deseo de un dilogo personal. No recibi por de pronto respuesta y luego, a fines de 1547, una muy poco amistosa. El 1. de marzo de 1548 recalcaba Calvino que, aunque l enseaba una comunin ms ntima en el sacramento que Bullinger, no por eso dejaban de tener ambos al mismo Cristo y ser una cosa en l. Sin embargo tal vez un da nos sea dado encontrarnos en perfecto acuerdo *. Una visita de Calvino y Farel a Zurich en mayo de 1548, no consigui gran cosa. En una carta fechada a 26 de junio de 1548, que contena todo el sentir de su corazn61, explicaba Calvino ms extensamente su opinin*2. En julio envi Propositioms de sacraments a Bullinger, a las que ste contest en noviembre con Annoationes. Sucedironse de un lado y otro nuevas tomas de posiciones; pero la unin no se columbraba todava. Entonces, por abril de 1549 sorprendi Bullinger a Calvino con la noticia de que ahora haba menos obstculos para una comn confesin suiza. Entusiasmado, Calvino se hizo camino de Zurich, por ms que Bullinger, nuevamente reservado, pensaba que la cosa se pudiera tambin arreglar por escrito. Por todo ello se ve claro no haber sido Bullinger quien apremiaba al consenso, sino Calvino que con este fin hizo repetidos viajes a Zurich 64. El consenso, en 26 artculos, hubo lugar a fines de mayo de 1549; pero no se public hasta 1551; aguard la adhesin de las restantes comunidades suizas65. En los 26 artculos se trata casi exclusivamente de la doctrina de los sacramentos y de la eucarista. Los sacramentos deben entenderse slo partiendo de Cristo, sacerdote y rey (1-4). Este Cristo
58. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. OC 11, 775; SCHWAEZ, Briefe i, 286. OC 11, 481; SCHWASZ, Briefe i, 370. OC 12, 666; SCHWAEZ, Briefe u , 412s. OC 12, 731; SCHWAEZ, Briefe n , 424. OC 12, 727s; SCHWAEZ, Brtefe u , 412ss. OC 12, 726ss. H. GEASS, Die Abendmahtslehre bei Luther und Calvin, Guterisloh 219S4, 210 OS I I , 247-253.
se nos comunica y nos hace unos con t por medio de su Espritu. As lo atestiguan los evangelios y los sacramentos. Por el sacramento hace presente y sella Dios su gracia. Esto acaece ciertamente tambin por la palabra; pero es algo grande que se presenten a nuestros ojos imgenes vivas y as nuestros sentidos sean impresionados ms fuertemente (7). Hay que distinguir entre signo y cosa significada, y, sin embargo, no deben separarse entre s el signo y la realidad. Todos los que por la fe aprehenden las promesas ^ofrecidas en el signo, reciben espiritualmente a Cristo con todas sus gracias espirituales. Si ya existe la unin con l, se prosigue y renueva (9). Hay, por ende, que atender ms a la promesa que al signo. Porque ni el agua, ni el pan ni el vino pueden hacernos partcipes de los dones espirituales, sino slo la fe en la promesa de Cristo. Los sacramentos de suyo no obran nada. Dios solo obra por su esprituee. Si se sirve de los sacramentos, eso no quiere decir que les infunda, como quien dice, su virtud y obren independientemente de l (12-15). Por eso no todos los que reciben los sacramentos participan de su gracia, sino slo los elegidos. No puede, por ende, decirse que reciben la gracia todos los que no ponen bice al pecado mortal. Dios ofrece desde luego a todos la gracia, pero slo los creyentes son capaces de asirla. Los sacramentos no dan nada que no haya dado ya tambin; pero afirman y acrecientan la fe. Los artculos 21-26 se ocupan especialmente de la eucarista. Hay que desterrar toda imaginacin espacial. Como hombre slo hay que buscar a Cristo en el cielo, y no de otro modo que en el espritu y en el conocimiento de la fe (mente et fidei intelligentia) (21). Es supersticin perversa e impa encerrarlo en los elementos de este mundo. Las palabras del relato de la institucin: Esto es mi cuerpo, deben tomarse figuradamente. La cosa significada es trasladada al signo. El pan y el vino son llamados aquello de que son signo (22). Esta formulacin result posteriormente para Calvino demasiado dbil. Echaba de menos sobre todo que no se hablara de la manducacin de la carne. De ah que pidiera a Bullinger la insercin del siguiente artculo 23: De manducatione carnis Christi67. El comer su carne y beber su sangre ofrecidos en el signo significan que Cristo alimenta nuestras almas, por la fe, en la fuerza de su espritu; pero hay que excluir toda
66. 67. Deus emm sotw est, qui spiritu suo agit, Art. 12. OC 13, 305; SCHWAEZ, Briefe n , 477.
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y w v i ^ . . j u c u i \^IIVIIUJ, pta&uiicuuidu y u p r d
mezcla o penetracin substancial. Ms vivamente ataca an el artculo 24 la transustanciacin y otras tonteras. As deben rechazarse, a par de esta invencin papista, todos aquellos crasos fantasmas y vanas sutilezas que o menoscaban su gloria celeste o no estn plenamente en armona con la verdad de su naturaleza humana. Y es as que no menos absurdo es localizar a Cristo en el pan o ligarlo al pan, que transformar el pan en su cuerpo. Segn el artculo 25, el cuerpo de Cristo slo ha de buscarse en el cielo como en un lugar, y, como tal, slo all. Con ello debe expresarse y recalcarse la distancia local. Porque, aunque filosficamente hablando, no hay lugar ms all del cielo, el cuerpo de Cristo, sin embargo, de acuerdo con la naturaleza de un cuerpo, est limitado y encerrado por el cielo como por un lugar; por eso es necesario que est alejado de nosotros por una distancia tan grande como el cielo de la tierra. Si, pues, nuestra imaginacin no puede ligar a Cristo con el pan y el vino, menos lcito es adorarlo en el pan (26). El pan y el vino son la cosa misma, ni la encierran en s ni se ligan ellos con ella. Hacen, pues, un dolo del signo los que dirigen a l su sentido para adorar en l a Cristo (26). Por amor a la unidad, hizo Calvino en el Consensus Tigurinus varias concesiones, entre otras, respecto del efecto de los sacramentos*8. Sin embargo, el Consensus puede ser mirado como su opinin. l mismo lo profes, cuando se le hicieron censuras por ello69. La evolucin de la doctrina calvinista sobre la cena desde la primera edicin de la Instiutio (1536) hasta el Consensus Tigurinus o la Institutio de 1559 est caracterizada por el hecho de que cada vez se puede hablar menos de un nexo interno entre los signos de pan y vino y la unin con la carne y sangre de Cristo. Si en 1536 y 1543 an se dice que el pan y el vino son santificados; luego, en el Consensus Tigurinus y en la Institutio de 1559 son slo signos de la comida de la carne y la sangre que acontece, en virtud del Espritu Santo, con ocasin de administrarse la cena70.
68 Cf. carta a Buccr de octubre de 1549, OC 13, 439; SCHWARZ, Brtefe n , 497. 69. OC 13, 534s, SCHWARZ, Bnefe n , 514s. 70. 1536: sacramentum (OS i, 136). 1543' signa sunt pais et vmum, quae w Chilsh corpore et sangwine sanctlficantur, ut mvisibilem eorum communionem repraesentent (OS v, 342, n. c; OC 1, 991, n 2, 1) 1559: signa sunt pais et vmum, quae mvisibile ahmentum, quod percepimus ex carne et sangume Chrvsti, nobis repraesentimn (iv, 17, 1; OS v, 342).
En Calvino no puede hablarse de presencia real, s de comunicacin real con la carne y sangre de Cristo. El creyente, a quien se da pan y vino en la cena, se hace realmente partcipe de la comunin del cuerpo y de la sangre de Cristo. Pero stos no estn ligados al pan y al vino, y mucho menos, por ende, encerrados en ellos. Lo veda la verdadera humanidad de Cristo, que tiene localmente su trono en el cielo y slo vendr a nosotros en la parusa. El Verbo divino se uni con la naturaleza en una persona, pero no sp encerr en ella, de suerte que no tuviera realidad fuera de ella (II, 13, 4; Extra calvinisticum). A la inversa, la verdadera humanidad de Cristo veda se le atribuyan atributos, que slo convienen a la divinidad, por ejemplo, la ubicuidad. Segn Calvino, la ubicuidad se presupone tanto en la doctrina luterana como en la escolstica acerca de la presencia real. La comunicacin con la carne vivificante de Cristo la establece el Espritu de Cristo (iv, 17, 12; 17, 33). l hace posible que la carne de Cristo, no obstante tan grande distancia espacial pueda penetrar en nosotros, para hacerse comida nuestra... Lo que espacialmente est separado se une en verdad por el Espritu Santo (iv, 7, 10). Si la presencia local en el cielo de Cristo excluye que descienda a nosotros y est presente en el altar, Calvino no tiene, en cambio, dificultad en decir que Cristo, por el Espritu Santo, nos levanta a S mismo (iv, 17, 31). Consecuentemente, toma muy a la letra el grito de oracin: Sursum corda. La concepcin de Calvino aparece completamente clara en las consecuencias: Puesto que el cuerpo y la sangre de Cristo no estn para nada ligados al pan y al vino, se prohibe la adoracin del sacramento. Hemos de dirigir nuestra atencin no a los signos, sino a lo significado, a Cristo en el cielo. Calvino rechaza adems la manducatio impiorum. El sacramento se ofrece a todos, pero los incrdulos reciben slo el signo, pero no se realiza la unin operada por el Espritu Santo con la carne vivificante do Cristo. Porque los que no tienen el espritu de Cristo, no pueden comer la carne de Cristo (iv, 17, 33). Por el Consensus Tigurinus se salv la unidad del protestantismo suizo y calvinista; pero la ruptura con el luteranismo vino a ser definitiva. As se puso de manifiesto en las disputas de Calvino y los calvinistas con Joaqun Westphal (1510-74) y Tilemann Hesshus (1527-88) en la llamada segunda controversia sobre la cena (cf. supra p. 496ss). 537
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sonalidades decisivas de Europa. Dondequiera vea abrirse una puerta para su movimiento, por all se meta. En ello proceda con talento poltico y con gran tenacidad. Activa, militante y no raras veces implacablemente como Calvino, procedi tambin el calvinismo. De sus secuaces exiga el reformador que pusieran en prctica su fe y que la hicieran realidad no slo en la vida privada, sino tambin en la pblica. Tenan que llevar su credo al mundo y, dondequiera que fueran, organizar comunidades reformadas (calvinistas). No raras veces les daba instrucciones muy detalladas sobre dnde y cmo haba de hacerse, y saba llenarlos de un fervor para confesar su doctrina que no retroceda ni ante la muerte. A este fin de realizar el reino de Dios sobre la tierra haba que subordinar tambin los esfuerzos polticos. Calvino reclamaba como lo ms natural del mundo la potestad del estado para sus fines y, cuando se le negaba, reforzaba las espaldas a las fuerzas de oposicin. Porque un prncipe que combate a la Iglesia reformada segn la palabra de Dios, es decir, a la Iglesia prefigurada por Dios como la nica forma vlida de cristianismo, falta a su oficio y deja, por tanto, de ser un prncipe. Contra l es lcito una resistencia ordenada. Como sujetos de ella se miraban sobre todo los estamentos, y las autoridades y prncipes inferiores. A diferencia de un luterano, un calvinista que no estaba de acuerdo con la poltica religiosa de sus autoridades, tena en la religin misma el motivo jurdico de la resistencia, en caso de necesidad a mano armada. As, las guerras religiosas de occidente que franceses, holandeses, ingleses y escoceses hicieron a sus reyes, fueron en parte inspiradas por el espritu de Calvino.
A diferencia de Lutero, que buscaba al Dios clemente y la justificacin personal, Calvino preguntaba: Cmo viene el seoro de Dios sobre la humanidad? 1. Ahora bien, si entenda la reforma como instauracin del reino de Dios, no poda restringirse a Ginebra. La comunidad ginebrina era para l slo una primera piedra para una Iglesia que abarcara al mundo. Calvino mismo entr en relacin, por medio de una extensa correspondencia, con per1. Quomodo Dei gloriae sua constet m tems mcotumitas, quomodo suam digniatem Dei ventas retmeat, quomodo regnum Christo sanctum tectumque inter nos tnaneaf; prefacio a la Institnttio de 1536, carta a Francsico i : OC 1, 11; OS i, 23.
Francia Particularmente estrechas fueron las relaciones de Calvino con su patria Francia. Muchos fugitivos franceses hallaron acogimiento en Ginebra y de aqu fueron enviados predicantes a las ciudades francesas para promover la formacin de comunidades. El rey Enrique n (1547-59) prosigui la poltica antiprotestante de su padre Francisco i. En ella fue apoyado por las fuerzas rivales entre s, que buscaban influir sobre el dbil rey: su primer ministro. 543
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el condestable Montmorency, los hermanos Guisa, el duque Francisco y el cardenal Carlos de Lorena, y la reina Catalina de Medici. sta slo cobr importancia, cuando, despus de trece aos de matrimonio, le dio por fin hijos al rey. En octubre de 1547 erigi Enrique u en el parlamento una cmara especial para procesos contra herejes (Chambre orente). Entonces haba por todo el pas grupos de adherentes a la reforma protestante, a los que se llamaba luteranos, pero que estaban orientados hacia Estrasburgo y de all solicitaron por de pronto predicantes. Dichos luteranos se reclutaban de todas las capas de la poblacin, hasta de la alta nobleza, pero vivan su fe a sombra de tejado, hacan bautizar a sus hijos en la antigua Iglesia y hasta asistan a veces a la misa, a fin de evitar la persecucin. Calvino formara de entre los miembros de estos grupos, que consideraban como convertidos al evangelio, comunidades que estaban dispuestas a convertir a su vez a los que los rodeaban. Atac vivamente al nicodemismo. El que no puede mantenerse inmune de la contaminacin del papismo, debe emigrar. Si no puede pertenecer ya al nmero de los elegidos, a quienes Dios concede la fuerza y la gloria del martirio, retrese por lo menos adonde puede hallar la palabra de Dios, una verdadera Iglesia y los sacramentos en su pureza. Hay que tener valor para separarse de la idolatra y de toda supersticin que repugna al servicio de Dios y a la profesin de fe 2 . La administracin del bautismo y la celebracin de la cena, aconseja Calvino, hay que diferirlas hasta que, a base de una congregacin para orar y predicar, se haya formado una comunidad firme. Para el bautismo debe haber por lo menos una pequea grey que represente a la Iglesia, y el bautizante debe ser reconocido como prroco... Se requiere, pues, que el nio sea bautizado en una comunidad que se haya apartado permanentemente de la contaminacin del papado s . Para la distribucin de la cena debe escogerse y elegirse uno unnimemente como prroco. Y para esto es necesario que se tenga una comunidad eclesistica organizada *. A pesar de la represin, se formaron desde 1555 en muchos lugares comunidades por el patrn de la de Ginebra. Por lo pronto, las reuniones eran an secretas. Sin embargo,
2. 3. 4. Carta de 12 de octubre de 1553: OC 14, 638. Carta de 11 de octubre de 1554: OC 15, 265. Carta de 19 de jumo de 1554: OC 15, 174.
en 1558, los calvinistas se atrevieron a cantar pblicamente salmos en Pars. Entre los aos 1555 a 1562, la Compagnie de Ginebra mand 88 pastores a Francia, que cambiaban frecuentemente de lugar a fin de eludir la persecucin. En una reunin en Poitiers, ao de 1558, se determin juntarse el ao siguiente para un snodo en Pars, a fin de fijar la profesin de fe y el orden de la Iglesia. A este primer snodo nacional calvinista acudieron, en 25 de mayo de 1559, representantes de 50 comunidades. Calvino envi legados, a quienes dio una confesin de fe. A sta aadi el snodo algunos artculos. La versin definitiva: Conjessio Gallicana tiene 40 artculos lo mismo que la adjunta Disciplina u orden de la Iglesia'5. Los primeros tratan de la autoridad de la Escritura. Slo ella es norma y la ms segura regla de nuestra fe; pero esto no tanto por el acuerdo y consentimiento general de las iglesias, cuanto por el testimonio e ntima conviccin del Espritu Santo, que nos la acenta claramente la comunin real, siquiera sea espiritual con el cuerpo y la sangre de Cristo en la cena; pero slo se da a los creyentes, y no se admite la presencia real en el pan y el vino. Creemos (como ya se ha dicho) que Dios nos da en la cena y en el bautismo real y eficazmente lo que en ellos representa. Y por eso unimos con los signos la verdadera posesin y comida de lo que all se nos ofrece. Y as todos los que llevan a la santa mesa de Cristo, como un vaso, una fe pura reciben verdaderamente lo que all testifican los signos; es decir, que el cuerpo y sangre de Cristo sirven de alimento y bebida al alma no menos que el pan y el vino al cuerpo (1 Cor 11, 24s; Jn 6, 56), (37). La autoridad secular tiene deber de castigar con la espada tambin los delitos contra la primera tabla de los diez mandamientos y, por tanto, la hereja, etc. (39), y hay que someterse, con buena y libre voluntad, incluso a una autoridad infiel, supuesto que el seoro de Dios quede intacto (Act 4, 17ss) (40). Si alguna vez se ha formulado solo cautamente y ad casum el derecho a la resistencia, aqu fue en absoluto. El calvinismo hall adeptos o por lo menos fautores en los sectores de la alta nobleza y hasta dentro de la casa real. La reina
5. Texto: Bekenntnvsschrxften und Kirchnordnunycn der nach Gattes Wort reformterten Kirche, ed. dirigida por W. NIESEL, Zurich 3 Aufl. s.a., 66*79; trad. alemana: Rtforrmerte Bekenntnisschriften und Kirchenordnungen, ed. dirigida por P. JACOBS, Neu>kirchen 1949, 111-126
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de Navarra, Jeanne d'Albret; su esposo, Antonio de Borbn, junto con su hermano, el prncipe Louis de Conde, y los hermanos Coligny: el almirante Gaspard, el general de Francois d'Andelot y el cardenal Odet de Coligny, y otras influyentes personalidades se contaban entre los secuaces de Calvino. Cuanto ms fueron cobrando conciencia de su poder y ms entraban en juego motivos polticos, por ejemplo, la salvaguardia de los derechos de la nobleza frente a la monarqua absolutista, y hasta predominaron dichos motivos, ms fue evolucionando el movimento religioso hacia un partido poltico. Enrique n muri el ao 1559, por heridas en un torneo, cuando se dispona precisamente a llevar an ms enrgicamente la lucha por la unidad religiosa del pas. Bajo el gobierno de su hermano, enfermizo y de 15 aos, Francisco n (1559-60), los hermanos Guisa llevaron la batuta. El golpe de mano en el castillo de Amboise con el fin de arrancar al rey al influjo de estos consejeros, fall y cost la vida a muchos protestantes. Desde entonces se llamaron hugonotes (hugenauds). El nombre se deriva quiz de conjurados (aigueiwts), tomado de los secuaces de la reforma que en Ginebra se rebelaron contra Saboya6. Ahora tom la reina madre, Catalina de Medici, en sus manos las riendas del gobierno. Dej a un lado a los hermanos Guisa y nombr canciller al favorito de ellos, Michel de l'Hpital (1503-73). Como erasmiano era enemigo de la violencia en cuestiones religiosas, del mismo modo que Catalina, por motivos polticos, tenda a la distensin. Tom la regencia por Carlos ix (1560-74), hermano, de nueve aos, de Francisco n, muerto prematuramente. Por medio de un coloquio religioso pensaba la regente que podran llegarse a equilibrar los contrastes y lo convoc en Poissy. En su discurso de apertura el 31 de julio de 1561 design el canciller L'Hpital la reunin como concilio nacional. Un concilio nacional, opinaba el canciller, poda remediar mejor que un concilio general, por la reforma de costumbres y doctrina, las urgentes necesidades de Francia. Sin embargo, los obispos rechazaron la idea de concilio nacional y no quisieron meterse en una discusin sobre la- doctrina, sino limitarse a una discusin sobre los abusos. A pesar de ello, la reunin tom el sesgo de un coloquio religioso, en que Teodoro
6 H NAEF, Huguenot, naissance, 12 (1950). Le proces d'tm mot Bibhothque d'Humanisme et Re
de Beza, de Ginebra, se enfrent con el cardenal de Lorena y el general de los jesutas, Lanez. En la doctrina sobre la cena se hizo patente lo profundas que eran las diferencias. El nmero de los calvinistas fue creciendo. Coligny ofreci a la reina el apoyo de ms de dos mil comunidades. En enero de 1562, el edicto de St-Germain-en-Laye concedi a los hugonotes la celebracin de snodos, celebracin de la liturgia fuera de las ciudades y de devociones domsticas dentro de ellas. Para salvar la fe catlica se form un triunvirato compuesto del duque de Guisa, el conde de Montmorency y el mariscal de St.-Andr, que contramina la poltica de tolerancia del gobierno. A 1os hugonotes, en cambio, no les parecieron bastantes las concesiones. Coligny trat de empujar a la reina hacia una poltica hostil a Espaa; el partido catlico, a su vez, buscaba meter en la danza al papa y a Espaa. El parlamento de Pars se neg a registrar el edicto de St.-Germain. El toque de clarn para la primera de las siete guerras* de los hugonotes que devastaran el pas hasta 1598, lo dio el bao de sangre de Vassy (1. marzo 1562). Francisco de Guisa hizo dispersar un acto de culto, que, contrariando al edicto, tena lugar en la ciudad. All fueron muertos 74 participantes y unos 100 heridos. Capitaneados por el prncipe de Conde y por Coligny, los hugonotes tomaron las armas. Asesinatos en masa, profanacin de iglesias y acciones de venganza conmovieron al pas. Catalina de Medici se dirigi en demanda de ayuda al duque de Saboya, al papa y a Felipe n. Los hugonotes buscaron el apoyo de Isabel de Inglaterra, cuya ayuda lleg tarde. Conde fue derrotado y hecho prisionero por el duque de Guisa. Sin embargo, ste fue muerto a tiros, en una emboscada, por un noble hugonote. El edicto de Amboise (1563) puso provisionalmente fin a la guerra. Conceda a la nobleza libre ejercicio de la religin. Adems, en una ciudad de cada distrito (baiage), excepto Pars, se permitira el culto calvinista. Como el edicto no satisfizo a ninguno de los bandos, su ejecucin acarre nuevas dificultades. Conde empuj a nueva guerra (1567-68), que se pretenda hacer para liberar al rey de manos de su madre. El plan de sorprender a la corte en Meaux, sali fallido. Catalina de Medici dio por fracasada su poltica de reconciliacin. En la tercera guerra cay Conde. As qued Coligny cabeza nica de los hugonotes. Por miedo al poder de los Guisa y de 547
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Espaa, Catalina de Mediis se inclin de nuevo a los hugonotes, y les concedi, por la paz de St.-Germain (8 de agosto de 1570), libertad de conciencia. El culto podra celebrarse, donde lo hubiera sido antes de la guerra, adems en los castillos de la nobleza y en los suburbios de dos ciudades de cada gouvernement. Adems, por dos aos, se asignaban a los hugonotes cuatro plazas de seguridad. El casamiento de la hermana del rey, Margarita de Valois, con Enrique de Navarra, el futuro Enrique iv, que haba luchado al lado de los hugonotes, pareci afirmar la concordia. En 1571 pudieron los hugonotes celebrar un snodo nacional en la Rochelle, en que se revis la confesin y el orden de 1559 en favor de una posicin ms fuerte de los pastores. Coligny gan influencia sobre el rey Carlos ix y lo empuj a la guerra contra Espaa en favor de los protestantes de Blgica. Una derrota de las tropas francesas hizo levantar cabeza a los enemigos de Coligny. Catalina de Medici trat de aprovechar la ocasin para recobrar su influjo y desentenderse de Coligny. Cuatro das despus de Ja boda de su hija Margarita con Enrique de Navarra, en que estuvo fuertemente representada la nobleza hugonote, tram un atentado contra el almirante, del que ste sali slo herido. Una investigacin ordenada por el rey amenaz dejar al descubierto a Catalina, que logr persuadir a su hijo de la necesidad de alejar a Coligny y a los cabecillas de los hugonotes. La matanza en masa de la noche de san Bartolom (23-24 de agosto de 1572), ejecutada por gentes de los Guisa, hubo de ocasionar slo en Pars de 30004000 vctimas. La carnicera se prosigui con ayuda del populacho durante semanas en la provincia. El pretexto para los asesinatos no lo dio la religin, sino una supuesta conjuracin contra el rey y la corte. En este sentido fue tambin informada la curia 7. Los hugonotes quedaron desde luego sin caudillos, pero no cejaron en la lucha y se defendieron victoriosamente en la Rochelle. Bajo Enrique m (1574-89), obtuvieron de nuevo, por la paz de Beaulieu (6-5-1576), libre ejercicio de la religin en el pas, a excepcin de Pars. Contra ello se form la Liga catlica. Con la defensa de la fe catlica se queran mantener contra el absolutismo intereses y libertades de estamentos.
7. Sobre la actitud, de Gregorio x m , tf. p. 538.
Con la muerte del duque de Alencon, hermano menor de Enrique m, que no tuvo hijos, se convirti Enrique de Navarra, cabeza de los hugonotes, el ao 1584 en pretendiente al trono. Ante el peligro de que Francia recibiera un rey protestante, tom en sus manos Enrique de Guisa (1584) la direccin de la Liga. Se trab alianza con Felipe n y, por medio de un levantamiento popular, se forz al rey a revocar por el edicto de Nemours (1585) todas las concesiones a los protestantes y prohibir bajo pena de muerte su culto. El papa Sixto v declar excomulgado a Enrique de Navarra como hereje recidivo y nulas todas sus pretensiones Nal trono. En otoo de 1585 estall, por iniciativa de la Liga, la oetava guerra de los hugonotes. En el curso de la contienda vino a caer en franca oposicin con Enrique ni. En mayo de 1588, el rey hubo de abandonar Pars, que era ligfilo. Trat de defenderse del amenazador poder de los Guisa, haciendo asesinar, el 23 de diciembre de 1588, a Enrique de Guisa y, al da siguiente, a su hermano, el cardenal Luis. Con ello se afirm la resistencia liguera. El 7 de enero de 1589, la Sorbona declar a los subditos desligados del juramento de fidelidad al rey. Enrique ni busc enlace con Enrique de BorbnNavarra. Ello hizo subir de punto el odio contra el rey y condujo al asesinato del tirano por un partidario fantico de la Liga, el dominico Jacques Clment, el 1. de agosto de 1589. El rey, mortalmente herido, haba designado por su sucesor a Enrique de Navarra. ste declar, como Enrique iv (1589-1610), el 4 de agosto, no querer atentar a la religin catlica y someterse a la decisin de un concilio libre general o nacional. Esto no bastaba a la Liga. Sin embargo, la poltica de sta amenazaba llevar a un influjo determinante de Espaa en Francia, lo cual contradeca a la tradicin galicana, no menos que a las imaginaciones del papa. Ello despert entre los sectores catlicos el deseo de negociar con Enrique iv. El 17 de mayo de 1593, declar el rey al arzobispo de Bourges estar dispuesto a convertirse, y el 25 de julio abjur, en St.-Denis, junto a las tumbas de los reyes de Francia, su fe calvinista. Despus de su uncin en Chartres, pudo entrar, en marzo de 1594, en Pars. Ahora, sobre todo despus de la absolucin del rey por el papa Clemente vm, en otoo de 1595, la guerra con Espaa, perda el carcter de guerra por la fe. Lo que quedaba de oposicin catlica en el pas fue desapareciendo ms y ms. En mayo de 549
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1598, por mediacin del papa, le fue finalmente concedida al pas agotado la paz con Espaa. Pocas semanas antes, el 13 de abril de 1598, haba dado Enrique iv a sus antiguos correligionarios, por el edicto de Nantes8, una posicin dentro del estado, que no satisfaca desde luego todas sus exigencias, pero que sobrepujaba con mucho lo que en aquellos tiempos se acostumbraba conceder a una minora en derechos especiales polticos y religiosos. El nmero de hugonotes llegaba entonces a 1,2 millones, aproximadamente, con lo que constituan una buena doceava parte de la poblacin. La religin catlica es reconocida como la dominante en el Estado. Donde se hubiere suprimido, debe restaurarse el culto catlico y serle devueltos edificios y bienes que han sido arrebatados. Los adeptos de la pretendida religin reformada (religin prtendue rforme) obtienen libertad de conciencia en todo el pas y libertad de culto en todos los lugares en que efectivamente la practicaron en los aos 1596-97, adems en los lugares de residencia de la nobleza y en un lugar de cada distrito oficial (baillage), a excepcin de Pars. Respecto a ser admitidos en universidades, escuelas y hospitales no deben los reformados sufrir en nada menoscabo. Por su parte, deben ellos respetar en su comercio y conducta los das de fiestas catlicas y someterse como los catlicos a la prohibicin del matrimonio entre parientes. De ms alcance an son las concesiones polticas y de derecho civil: los hugonotes tienen capacidad ilimitada y acceso a todos los cargos. Para dirimir sus litigios deben instituirse cmaras mixtas y paritarias compuestas de reformados y catlicos. Como garanta reciben por ocho aos ms de 100 plazas de seguridad. Sus gobernadores deben ser reformados y las guarniciones sostenidas por el Estado. Slo forzado por la necesidad pudo el gobierno conceder un ejrcito privado dentro del Estado. Era de esperar la revocacin apenas se sintiera bastante fuerte. Cuando el papa manifest su extraeza por el paso dado, el rey aleg la necesidad del edicto para la conservacin del reino. Los parlamentos, cortes supremas de justicia, vacilaron en registrar el edicto y ponerlo as en vigor. Los parlamentos de Aix y Reims no se decidieron hasta otoo de 1605.
8. Texto E. WALDEK, Rehgvmsverglexche Edikt zon Nantes 21-56. des 16. Jh, u , 13-11, E MENGIN, Das
Los Pcses Bajos Gracias a su clara lnea dogmtica, a su rgida organizacin y a su doctrina sobre el estado, el calvinismo fue ganando rpidamente terreno en los Pases Bajos. Les vena de perlas a las aspiraciones de independencia en el pas. Pronto cont secuaces en todas las clases y hasta nobles lo abrazaban en gran nmero, de forma que el calvinismo vino a ser la confesin de la revolucin nacional. La situacin poltica del pas result particularmente favorable para su propagacin. Carlos v cuid desde luego en Flandes y Holanda de una buena administracin; puso en los Pases Bajos gobernadoras, populares entre los ciudadanos, primero a su ta Margarita de Austria y luego a su hermana Mara. Sin embargo, no daba compensaciones por la libertad religiosa, que neg a los Pases Bajos. Influido por la teora contempornea de que la paz y la fuerza de una nacin se fundan en la cerrada confesin de la fe de todos sus miembros, y temiendo que unos Pases Bajos protestantes abriran su flanco contra Francia y los estamentos luteranos de Alemania, Carlos v procedi a par de la Iglesia contra la hereja 9. En un decreto de 25 de septiembre de 1550 se dice: A nadie es lcito imprimir, copiar, multiplicar, conservar, ocultar, vender, comprar o regalar ningn libro o escrito de Martn Lutero, de Juan Ecolampadio, Ulrico Zuinglio, Martin Butzer, Juan Calvino o de otros herejes condenados por la santa Iglesia 10. El cesar prohibi adems reuniones en que hablaran adeptos de los susodichos herejes. Sobre quienquiera recayese una sospecha siquiera general de hereja no deba ser albergado ni apoyado por nadie. Si alguien se demostraba ser culpable de infraccin de los susodichos puntos ser castigado como perturbador de nuestro estado y de la tranquilidad general de la siguiente manera: los hombres con la espada; las mujeres enterradas vivas si no perseveran en su error; si perseveran, deben morir quemadas. En ambos casos, sus bienes sern confiscados por la corona ai
9. W DURANT, Das Zeitalter der Reformatvm, Munich 1959, 642. 10. L. MOTLEY, Der Abfall der Niedertmde und dte Entstehung des Freistaats i, Dresden 1857, 245ss. 11 Tbid Hollinditchen
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Este edicto tena entre otros fines el de aniquilar a los calvinistas en los Pases Bajos. Pero de hecho fue en aumento la actividad de los predicantes y comunidades calvinistas. Los mismos funcionarios neerlandeses apoyaban de forma muy vacilante la ejecucin del edicto pues no queran trabajar para la inquisicin, a la que miraban como cosa romana y, consiguientemente, como medida de la opresin espaola. As se complicaba, funestamente, lo religioso con lo poltico y nacional. A todo eso se aada an una especial simpata para Calvino, que siempre mostr gran inteligencia de la situacin religiosa en los Pases Bajos. l era oriundo de la vecina Picarda y su madre de Cambrai. As se llamaba a s mismo belga12. En Estrasburgo entr en contacto con baptistas y de sus filas tom su mujer, la viuda Idelette de Bure. Poco despus, desde Ginebra, entabl relaciones con los belgas. Los representantes ms importantes de la nueva doctrina en los Pases Bajos fueron el pedagogo Juan Sturm (1507-89), el historiador Juan Sleidan (1506-56), el noble Jacques de Bourgogne, el ex dominico Pierre Brully (f 1545) y Guido (Guy) de Bray (1522-67). Sturm y Sleidan, oriundos ambos de Schleiden (Eifel), haban estado antes unidos a los hermanos de la vida comn. Gran influjo sobre la evolucin de los Pases Bajos sobre todo en la parte de lengua francesa, adquiri la comunidad protestante de Estrasburgo. Sturm debi su fama a la renovacin del gimnasio local. Sleidan fue agente poltico y ms tarde historiador de la liga de Esmalcalda. Pierre Brully, ex dominico de Metz, fue sucesor de Calvino como predicante de la comunidad francesa de fugitivos de Estrasburgo. En 1544 fue enviado por Butzer a los reformados de Tournai y Valenciennes, que le haban pedido un predicante. A las pocas semanas fue detenido, entregado despus de un proceso eclesistico al brazo secular y condenado a morir en la hoguera (19 de febrero de 1545). No fue la nica vctima de la poltica eclesistica ms dura, a que pas Carlos v despus de su victoria sobre el duque de Cleves (1543) y la paz de Crpy (1544). En Tournai tuvieron lugar otras cinco ejecuciones, seis en Gante, tres en Bruselas y dos en Brujas. El mismo
12 LE HALKIN, La Reforme en Betgtque s&tis Charles Qinnt 96
ao se publicaron las primeras traducciones de Calvino y apareci su nombre en el ndice de Lieja (1545). A despecho de la dura persecucin, el calvinismo se fortaleci en los Pases Bajos y muchos neerlandeses iban a Ginebra para conocer all la pur doctrine. Gracias a la actividad de comunidades francesas, la nueva doctrina penetr tambin cada vez ms en dominio flamenco. Algunos calvinistas fueron irreflexivos y fanticos. En Tournai, por ejemplo, Bertrand Le Blas hubo de pagar con la vida un espectculo contra la idoltrie papistique. En navidad del ao 1554 se atrevi Le Blas a arrebatar la hostia de manos del sacerdote que celebraba la misa solemos en la catedral de Tournai. Como castigo por tan inaudito proceder fue condenado despus de un proceso de cuatro das con asistencia de consejeros imperiales, a que se le cortaron ambas manos y a ser quemado vivo. Ejemplo semejante de provocacin religiosa lo dio, en Gante, Georges Kathelyne. Convertido a la iglesia reformada flamenca, oa un da el sermn de un dominico en la iglesia de St-Michel de Gante, y de pronto interrumpi al predicador con estas palabras: O faux prophte-a ". El pueblo cubri a Kathelyne a la salida, pero fue detenido unos das despus. Tras largas discusiones entre el cautivo y el dominico acerca de la presencia real, la invocacin de los santos y la autoridad del papa puntos todos en que Kathelyne confes la fe calvinista fue finalmente condenado a muerte y, en 1555, ejecutado ante la iglesia de St-Michel. El ms importante calvinista de los Pases Bajos y el mejor predicante fue Guido de Bray (1522-67). Naci en Bergen (Hennegau) y pasa por el reformador de los Pases Bajos. Despus de su conversin al credo calvinista, residi en Inglaterra, Lille y Francfort. Estudi en Ginebra y Lausana y predic en Doornik, Sedan y Amberes. Por fin fue predicante en Valenciennes, donde fue ejecutado al tomarse la ciudad el 31 de mayo de 1567. Guido de Bray es el autor de la Confessia Blgica (1561)14; en su redaccin se atuvo estrictamente a la confesin hugonote, pero con espritu totalmente independiente1B. Lo caracterstico de la confesin neer13 14 13 Ibid, 107 P JACOBS, Reformierte Ibid Beenntnisschrrften u-nd Ktrchenordnungen 154.
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lndica radica de una parte, en el amplio aprovechamiento de la forma doctrinal de la Iglesia antigua a fin de renovar la ortodoxia, y, de otra parte, en el impresionante empleo de textos escriturarios en el texto mismo16. Instructiva es sobre todo la delimitacin entre verdadera y falsa Iglesia (art. 29). De Bray achaca a la falsa Iglesia que atribuye ms valor a sus instituciones que a la palabra de Dios. Estriba ms en los hombres que en Jesucristo y persigue a quienes viven santamente segn la palabra de Dios y condenan los vicios de ella, como son codicia e idolatra 17. En los artculos 30-32 se expone la constitucin de la Iglesia neerlndica. Ancianos y diconos forman, con los pastores, el consejo de la comunidad. De ella han de ser escogidos los ministros de la palabra divina. Calvino influy directamente sobre los restantes escritos de de Bray, ministro de la palabra de Dios en los Pases Bajos1S. Cuando Guido de Bray se hallaba en la cspide de su actividad, vino a manos de Felipe n (1556-98) la soberana de los Pases Bajos. A pesar de sus vivos esfuerzos antirreformistas, no logr detener la propagacin y afianzamiento del calvinismo. Campeones de ste eran la universidad de Lovaina y el prncipe obispo de Lieja, Eberardo de la Marca. En el prncipe de Nassau-Orange, gobernador de las provincias de Holanda, Zelanda y Utrecht, en el conde de Egmont, gobernador de Flandes y en el almirante Hoorne, se vio pronto Felipe ante un fuerte frente. Egmont, que luchaba por la independencia de los Pases Bajos, pero no era calvinista, y Hoorne fueron ejecutados en 1568. Provoc contrariedad la considerable multiplicacin de las dicesis por Paulo iv (1559); su objeto era combatir enrgicamente la hereja. El conflicto de Felipe II con los calvinistas escindi a los Pases Bajos en dos partes. Desde 1559 fue gobernadora general su media hermana Margarita de Parma. Bajo su gobierno se form en Bruselas, ao de 1565, una liga de la baja nobleza para combatir a la inquisicin; estos nobles fueron motejados por sus contrarios de giieux (mendigos). La sublevacin de los gueux y la creciente propagacin
16. Ibid. 17. Cf. ibid., 168. 18. W.E. DANKBAAR, Hoogtepunten eeww 5-40
de la confesin calvinista decidi a Felipe n a mandar a Flandes con plenos poderes al duque de Alba (1567). Apenas llegado, el de Alba nombr el tribunal de los tumultos, que dio numerosas sentencias de muerte. Muchos calvinistas buscaron libertad religiosa en Londres, Wesel, Emden, Ginebra, Estrasburgo y Francfort. Estas comunidades de emigrantes, la Iglesia bajo la cruz, se dieron a s mismas en la convencin de Wesel (1568) y en el snodo de Emden (1571) una firme ordenacin. Aqu se aspiraba a una Iglesia reformada segn la palabra de Dios, que estara desde luego unida con el estado, pero no dependerav de l. Este snodo elabor un plan para el gobierno de todas las iglesias neerlndicas y las uni as en una iglesia nacional. Fue aceptada la Confessio Blgica, y fue declarado obligatorio el catecismo de Ginebra para los teiritorios de habla francesa y el de Heidelberg para los flamencos. Las medidas del duque de Alba provocaron una lucha por la independencia, a cuya cabeza se puso el prncipe de Orange. En 1573 se haba pasado al calvinismo, pero su fervor religioso fue por de pronto muy escaso. Durante su lucha con los espaoles se afirm el calvinismo sobre todo en las provincias de Holanda y Zelanda. El ao 1575 se fund la universidad de Leiden, que vino a ser el centro cientfico del calvinismo. En la pacificacin de Gante de noviembre de 1576 se unieron todas las provincias para la expulsin de los espaoles. Cuanto ms contribua la lucha poltica a la propagacin del calvinismo, tanto ms hubieron de temer por su existencia las provincias catlicas (Flandes valn, Artois y Haivant). As se federaron para la defensa de la fe catlica en la Unin de Arras (6 enero 1579) y reconocieron por soberano a Felipe II. Espaa pag el gesto retirando las tropas de las provincias de la Unin. La respuesta de los reformadores a la Unin de Arras fue la federacin de las provincias de Holanda, Zelanda y Utrecht, ms las Omelandas en torno a Groninga, con Juan de Nassau como gobernador de Geldres para formar la Unin de Utrecht. De suyo esta Unin no deba tener sello confesional y garantizaba, por ejemplo, expresamente la libertad religiosa. Pero en realidad, en el territorio de su influencia, se consider como un crimen el culto catlico. 555
mt liet Nederlondsche
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El calvinismo haba conquistado el norte de los Pases Bajos; en cambio, las provincias del sur, gracias en buena parte a la habilidad de Alejandro Farnesio (1578-92) permanecieron fieles a la Iglesia catlica. El ao 1609, en un convenio con Espaa, se logr la instauracin de una repblica holandesa. Una vez que la Iglesia reformada de los Pases Bajos alcanz as la paz exterior, estallaron violentas polmicas internas teolgicas sobre la predestinacin. El supralapsarismo defendi una predestinacin independiente del pecado original; para el infralapsarismo era consecuencia de ste. El snodo nacional de Dordrecht (1617-18), al que asistieron representantes de casi todas las iglesias calvinistas de Europa, signific el arraigo definitivo de la Iglesia reformada en los Pases Bajos. Aqu se pusieron de relieve las doctrinas teolgicas fundamentales del calvinismo, sobre todo la predestinacin absoluta. El vivo desenvolvimiento espiritual de las dcadas siguientes slo parcialmente puede ser atribuido al calvinismo, pues los calvinistas ortodoxos fueron menos tolerantes que los catlicos antes de ellos 19. Alemania En el Bajo Rin aparecieron comunidades calvinistas cuando, a fines de 1544 y comienzos del 45, emigraron all valones y flamencos por motivos econmicos y a consecuencia del rigor de la poltica religiosa de Carlos v en los Pases Bajos. Hallaron sobre todo acogida en Wesel, que desde 1540 pasaba en el extranjero como ciudad de la confesin de Augsburgo 20, ms que otra cosa porque se esperaba de los emigrantes, fomento de la industria textil indgena. Por las dificultades de la lengua se les concedi una liturgia propia; pero, por razn de la unidad en el ejercicio de la religin, el consejo de la ciudad les exigi asistencia a la celebracin de la cena en las iglesias de la ciudad. Los forasteros, sin embargo, de tinte calvinista, se escandalizaron del hbito coral aqu an en uso y de otras ceremonias catlicas, y as se dirigieron a Estrasburgo, de donde vino, para su atencin espiritual, el noble francs Valrand Poullain.
19. 20 J. T. M C N E I I X , The Hutory and Chctracter of Calvimsm 267. A. WOLTERS, ReformutKmsgesch. der Stadt Wesel 80
Al subir al trono de Inglaterra Mara la Catlica el ao 1553, muchos protestantes que haban all inmigrado, abandonaron de nuevo el pas y buscaron nuevo alojamiento, entre otras partes, en Emdea, Francfort del Meno y en el Bajo Rin. Una vez ms afluy a Wesel una oleada mayor. La negativa de la propia celebracin de la cena y la exigencia de admitir la confesin de Augsburgo suscit en estos grupos relativamente cerrados mayor resistencia que antes entre los valones. Queran mantener en comunidades propias su estado confesional. En Francfort, donde se planteaban problemas semejantes, se discuti la cuestin, en 1566, entre Calvino y Jan Laski. Ya antes haba escrito Calvino: ,Nos dolera mucho que la Iglesia francesa que pudiera formarse en Wesel, viniera a aniquilarse por no podernos acomodar a algunas ceremonias 21. Tambin aqu aconsej que, por amor a la unidad, se hiciera la vista gorda sobre ceremonias. Sin embargo, la disputa se extendi a la doctrina sobre la cena. Como los forasteros no estaban dispuestos a firmar una confesin sobre la presencia real en el sentido de la manducatio oralis, fueron expulsados en 1557. La tendencia luterana victoriosa, inspirada por Tilemann Hesshusen, fue tan lejos en su celo por la pura doctrina, que el consejo de la ciudad tom cartas en el asunto contra ella y se produjo en Wesel un cambio de rumbo. Ello foment la buena voluntad de acoger a los fugitivos neerlandeses, que, como un torrente, se esparcieron por los territorios alemanes cuando, en 1567, vino el duque de Alba de gobernador a los Pases Bajos. Estos emigrantes eran calvinistas decididos. Dondequiera llegaban, entre otros ciudadanos, a Emmerich, Rees, Cleves, Gennep, Goch, Duisburgo y Wesel, fundaban comunidades o, por su actividad y ms marcado sello confesional, se imponan en las ya existentes. Entonces se convirti Wesel en una ciudad reformada. Hasta 1568 creci de tal forma el nmero de calvinistas en el Bajo Rin, que pudo pensarse en darse una ordenacin. As, el 3 de noviembre, numerosos pastores, ancianos y algunos nobles se reunieron en un snodo, la convencin de Wesel 22. De acuerdo con la instruccin de Pablo de que en la Iglesia se haga todo ordenada y convenientemente, se elaboraron recomendaciones so21. Carta de 13 de marzo de 1554 OC 15, 80, cf. OC 15, 80; cf. OC 1S, 28ss (1556), 19, 619ss (1563). 22. El protocolo en A. WOLTERS, Reformationsgesch. 335-358.
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bre cmo los fugitivos deban congregarse en comunidades y clases. Se traslad a las nuevas circunstancias la constitucin sinodal practicada en Francia y en los Pases Bajos. Tres aos ms tarde las lneas directrices de la convencin de Wesel fueron declaradas obligatorias en el snodo general de Emden (4 a 14-10-1571) y se publicaron adems determinaciones ms concretas ataentes a la disciplina. Este snodo fue asunto de las comunidades neerlndicas dispersas. El consejo eclesistico indgena no tom parte ni en la preparacin ni en la ejecucin. En Emden no se era an calvinista, sino que se perteneca a una tendencia media melantnica. Hasta Menso Alting (1541-1612) no vino a ser Emden la Ginebra del norte. Sin embargo, ms all de los Pases Bajos y el Bajo Rin, por el snodo de Emden, se unieron las comunidades del continente en una iglesia con confesin y orden comn 23. El oficio de los laicos se emplea fuertemente en servicio de la Iglesia. Con los predicantes (ministri), los ancianos y diconos forman el consistoriwn, que debe reunirse semanalmente (art. 6). En lugares donde no se pueda tener el servicio de la palabra, han de instituirse lectores, ancianos y diconos, para que as puedan reunirse las comunidades (41). Con ello podan las comunidades, en tiempo de persecucin o casos de necesidad, pasar sin los predicantes. Varias comunidades forman una clase, que debe tener junta cada tres o seis meses (7). As, la comunidad particular hallaba apoyo en una asociacin mayor. La clase de Wesel, en que se haban asociado las comunidades del Bajo Rin, se reuni con bastante regularidad entre los aos de 1573 y 1609. No slo mantuvo unidas las iglesias neerlandesas bajo la cruz en el Bajo Rin, sino que poco a poco fundi tambin en su asociacin a los protestantes indgenas o, donde no existan comunidades de fugitivos, trabaj en la fundacin de comunidades reformadas de indgenas. El calvinismo del Bajo Rin se senta unido a la Iglesia de los Pases Bajos y por mucho tiempo permaneci en estrecha relacin con l. Hasta el ao 1610 no fundaron su propia asociacin general sinodal las comunidades de Cleves, Mark, Jlich-Berg y Ravensberg en Duisburgo. En el tratado de Xanten de 1614 pasaron Cleves, Mark y
23. \\ NUSSEL, Bekenntntsschriften und Kirchencrdnungen 277. Aqu 279-290 las acta;, binodaleb, versin alemana P JACOBS, Reformierte Bekenntnisschriften 252-266.
Ravensberg a Brandenburgo. Poco antes se haba convertido al calvinismo el prncipe elector Juan Segismundo de Brandenburgo. En Duisburgo, capital de la confesin calvinista, se lleg finalmente, ao de 1655, a la fundacin de una universidad de BrandenburgoCleves, de inspiracin reformada. El calvinismo del Bajo Rin y de Frisia oriental haba nacido de abajo por la formacin de comunidades y se organiz en una asociacin sinodal segn el patrn francs y neerlands. Otra cosa fue donde se introdujo, desde arriba, por decisin de un prncipe o de una autoridad de una ciudad. Aqu la autoridad trataba de tener en sus manos el gobierno de la Iglesia, y de aly vinieron las limitaciones a que se someti la constitucin de la Iglesia, tal como la creara Calvino. El primer prncipe alemn que acept el credo reformado y lo impuso en su territorio, fue Federico m del Palatinado (1559-76). Sus principales auxiliares en la introduccin del calvinismo, fueron el silesio Zacaras Ursino, discpulo de Melanchthon (1534-83) y Gaspar Oleviano, de Trveris (1536-87). Este haba entrado en tratos, como estudiante de derecho en Pars, Orlans y Bourges, con comunidades reformadas. Se propuso ganar a su patria para el protestantismo y, desde 1538, estudi teologa en Ginebra y Zurich. Hacia 1559 lo envi Calvino a Trveris. Aqu logr del consejo de la ciudad un puesto de profesor de latn, pero pronto trabaj como predicante del protestantismo. Su intento de reforma fall ante la resistencia del prncipe elector y de la mayora de los magistrados de la ciudad. Oleviano busc refugio en la corte del prncipe elector le Heidelberg. El prncipe elector Federico m haba sucedido aqu poco antes al prncipe elector Oto Enrique (1556-59), muerto sin hijos. Su esposa, Mara de Hohenzollern, hijo del margrave Casimiro de Brandenburgo-Kulmbach, lo haba ganado para el luteranismo. Dada su seriedad religiosa y tica, se inclinaba al rigorismo, y fue intolerante con catlicos y judos y, posteriormente, tambin con los luteranos. El ideal de su vida era luchar con Cristo contra el demonio y su apstol el papa24. Preocupado por la unidad del protestantismo, se interes personalmente en la disputa sobre la cena entre el combativo luterano Tilemann Hesshusen, llamado a
24 A. KLUCKHOH (ed.), Brxefe Fnedrichs des Frammen I, 517.
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Heidelberg, y ciertos sectores de la universidad, sobre todo el dicono Klebitz que se doctor en ella. El prncipe elector estaba impaciente de tanto altercado entre telogos, sobre todo por la fantica terquedad de Hesshusen y pensar llegar por s mismo a una solucin por medio del estudio de la sagrada Escritura. Declar obligatoria la frmula de la cena de la Confessio Augustana Vaata. Segn esta versin no se ofrece en o bajo, sino con el pan y el vino verdaderamente el cuerpo y la sangre de Cristo 23. As era posible profesar la concepcin de Calvino y, a par, como secuaz de la confesin de Augsburgo, gozar de la proteccin de la paz religiosa de 1555. Hesshusen no dejaba a nadie en paz y fue depuesto como superintendente. En su lugar se estatuy un consejo eclesistico compuesto de tres telogos y tres laicos. Un dictamen de Melanchthon de 1 de noviembre de 1559 y una disputa promovida por el duque Juan Federico n de Sajonia, yerno gnesioluterano de Federico, en Heidelberg (3 a 8-6-1560) hicieron inclinarse ms y ms a Federico ni al punto de vista reformado. El 12 de agosto de 1560 public un edicto, en virtud del cual los clrigos que no quisieran aceptar la frmula de Melanchthon sobre la cena, tenan que abandonar el pas. Al mismo tiempo, calvinistas expulsados de su patria, como Gaspar Oleviano de Trveris, Zacaras Ursino de Breslau y Wenceslao Zuleger de Bohemia, adquiran gran influencia en la corte del prncipe elector. El ltimo fue nombrado, a pesar de sus slo 20 aos, presidente del consejo eclesistico. Oleviano fue profesor y prroco, Ursino profesor y director del Qollegium Sapientiae, escuela de telogos desligada de la universidad. Cuando en la dieta de prncipes, del ao 1561, fallaron sus esfuerzos por asegurar la unidad del protestantismo por nueva firma de la Confessio Augustana (Variata), Federico m se pas definitivamente al calvinismo. Tuvo sin embargo, miedo de aceptar el catecismo de Ginebra, pues ello hubiera significado la abierta separacin de la confesin de Augsburgo. As que dio orden de que se compusiera un catecismo propio. El catecismo de Heidelberg que as naci en 1563 es esencialmente obra de Ursino; es improbable una participacin considerable de C. Oleviano o que ste refundiera el texto alemn26. En 129 preguntas da el
25 26. BSLK 65, 45. Cf. W HOLLWEG, Bearbettete Cuspar Oleviamis den. deutschen Text aum He%-
catecsmo una doctrina de la fe de redaccin sistemtica y rgida Despus de la introduccin: Cual es tu nico consuelo en la vida y en la muerte? Ser propiedad de Cristo salvador, siguen tres partes: i. De la miseria del hombre (el pecado que se reconoce por el doble mandamiento de Cristo de amar a Dios y al prjimo); ii. De la redencin del mundo (preguntas 12-85: credo, bautismo, cena); ni. Del agradecimiento (preguntas 86-129: obras, declogo, padrenuestro). Se renuncia a la doctrina calvinista sobre la predestinacin y a toda polmica contra la doctrina luterana sobre la cena. Tanto ms vivamente se rechaza desde la tercera edicin, en la pregunta 80, la misa catlica: Y as, en el fondo, la misa no es otra cosa que la negacin del nico sacrificio y pasin de Jesucristo y una maldita idolatra. Es decir, que no se tuvo en cuenta para nada el esclarecimiento de la doctrina sobre el sacrificio de la misa que trajo el concilio de Trento. La cuarta y definitiva edicin del catecismo juntamente con la ordenacin eclesistica fue publicada en noviembre de 1563 para el territorio de Federico ni del Palatinado. Adems se conquist, entre otros territorios, a Nassau-Orange, el Bajo Rin, el condado de Mark y, sobre todo, los Pases Bajos. Ya en 1563 fue traducido al holands y en el snodo de Dordrecht de 1618-19 declarado libro simblico, con lo que se le abri el camino para penetrar en todo el mundo calvinista. La Ordenacin eclesistica trata de la predicacin y'administracin de los sacramentos. Se prev la exclusin de los sacramentos. Sin embargo, para que en la excomunin no se infiltren abusos como en el papismo, no debe estar en poder de los ministros de la Iglesia, sino de toda la comunidad cristiana27. La influencia suiza aparece particularmente clara en el abandono de todas las ceremonias. Finalmente, la ordenacin eclesistica regula las limosnas, el vestido, la jurisdiccin matrimonial, la asistencia a los enfermos y prisioneros y los entierros. La vida eclesistica tena que ser protegida desde fuera por medio de una rigurosa organizacin policaca. El ao 1564 fue reorganizado el concejo eclesistico. Como autoridad principesca, tena que ejercer
delberger Katechismus?': id., Neue Untersuchmgen sur Gesch, und Lehre des Heidelbergcr Katechismus (Neukirchen 1961) 124 152. 27. W NIESEL, Bekenntm\schriften 194, 34-45.
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la autoridad en la iglesia territorial. A l estaban sujetos distritos eclesisticos con un superintendente a la cabeza. Oleviano aspiraba a la ejecucin de la disciplina eclesistica segn el modelo de Ginebra, segn el cual la disciplina de la Iglesia estaba ms en manos de la comunidad o de un tribunal elegido por ella. Sus planes pudo verlos realizados por lo menos parcialmente,, cuando el prncipe elector public, en 1570, una ordenacin disciplinaria del consejo eclesistico. En ella tena el consejo eclesistico el asidero para llamar a cuentas a toda doctrina disidente y a toda concepcin un tanto libre. As hubieron de experimentarlo dos prrocos que se ladeaban al antitrinitarismo. Uno de ellos, Adam Neuser, logr escapar a Constantinopla, donde se hizo mahometano; el otro, Juan Sylvanus, superintendente de Ladenburgo, fue ejecutado, a pesar de retractarse, en pblica plaza, en presencia de su mujer y sus hijos. La aparicin del catecismo de Heidelberg acarre a Federico m reiteradas dificultades de derecho imperial. Los duques luteranos Christoph de Wrttemberg y Wolfgang de Zweibrcken, lo mismo que el rey Maximiliano n y el emperador Fernando i lo acusaron de sectarismo. El emperador afirm en una carta de 13 de julio de 1563 que la doctrina reformada sobre la cena no estaba de acuerdo con la confesin de Augsburgo, con lo que el Palatinado elector se exclua a s mismo de la paz religiosa de 1555 28. Entonces y en la dieta de Augsburgo, en que se reiteraron los cargos, se argument de parte del prncipe elector del Palatinado que se estaba de acuerdo con la Conjessio Augustana bien entendida y en armona tambin con la doctrina de grandes Iglesias protestantes del extranjero. Adems, en 1563, el prncipe elector haba pedido un dictamen a Bullinger. Para la dieta pidi de nuevo, en 1565, ayuda literaria al zuriquense. A base de estos ensayos se lleg a imprimir y aprobar una profesin de fe que Bullinger haba redactado por necesidad personal, en 1562, en espera de la muerte. En 1556 fue impresa como confesin general suiza: Confessio helvtica posterior, y enviada a Heidelberg. Esta situacin que a veces fue para l amenazante, no retuvo a Federico ni en sus procedimientos de violencia contra los lute28 A KLUCXHOHN, Bnefe Fnedrichs da Frommen i, 420 421
ranos y sobre todo en su empeo por suprimir el culto y la fe catlica. Todava se haban mantenido en el Palatinado cerca de 40 monasterios y cabildos. El camino de la reforma protestante pacfica, que sin duda quera emprender por de pronto el prncipe elector no poda dar resultado, cuando ya el catolicismo daba indicios d" regeneracin. Con descarada violencia fue extirpado. Ni siquiera en los condominios, en que comparta el seoro con prncipes catlicos, se arredr Federico ni de levantar monasterios y escenificar destrucciones de imgenes en las iglesias, con total mey
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nosprecio de los derechos de los mentados prncipes catlicos. l, que en la dieta de 1566 haba apelado a su conciencia, no f estaba dispuesto a conceder lo mismo a luteranos y catlicos. Porque, segn l, no es lo mismo forzar a uno al bien, a la palabra , de Dios y a la verdad, que a la idolatra y mentiras. Despus de su muerte, su hijo y sucesor Luis vi (1578-83) restaur por los mismos medios de polica del estado el luteranismo por cinco largos aos. Oleviano, que haba prevenido desde el pulpito contra los lobos ( = luteranos) que vendran a desgarrar las ovejas (= calvinistas), fue el primero que hubo de abandonar el pas. March como preceptor del prncipe a Bereburgo y ms tarde (1584) como prroco y profesor de teologa a Herborn. Aqu, en Nassau, el conde Juan vi (1559-1606), hermano de Guillermo de Orange, se ladeaba al calvinismo. Su tendencia fue fortalecida por sus estrechas relaciones con los Pases Bajos. El ao 1568 llam de Hessen a Gerardo Eobanus Geldenhauer, y en 1572 lo nombr superintendente. Cuando los telogos calvinistas fueron expulsados del Palatinado y los criptocalvinistas de Wittenberg, hallaron en Nassau, en 1577, abierta acogida. El snodo de Dillenburgo de 8-19 julio de 1578 acept la confesin de Nassau29 redactada principalmente por Christoph Pezel (cf. p. 501 s). Ya el mismo ao fue instituido un presbyterium. La convencin general de 1581 acept la ordenacin eclesistica del Palatinado y el catecismo de Heidelberg. La escuela superior o universidad Johannea erigida en 1584 en Herborn por el patrn de la academia de Ginebra adquiri gran renombre por sus importantes profesores Gaspar Oleviano, Juan Piscator, Georg Pasor, Juan Alsted, Juan
29 Texto: E.F.K. MULLER, D%e Bekenntmsschrtften der refornuertm Kirche 720-739.
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Althusius y otros y vino a ser, despus de Ginebra y Leiden, un centro de teologa reformada En el snodo general de Herborn (1586) se fund, por empeo de Juan vi y de sus telogos una iglesia sinodal supraterritorial de los condados de la Wetterau, que, el ao 1648, hubo de ceder de nuevo al sistema territorial eclesistico. Sin embargo, la ordenacin de Herborn30, que fue un ensayo de unir el sistema presbiterial sinodal de Ginebra con la institucin de los superintendentes de as iglesias territoriales supervivi hasta la ordenacin eclesistica renano-westflica de 1835. En Bremen haba ganado influencia el filipismo por obra de Hardenberg. Para que mediara entre los zuinglianos (Molanus) y los luteranos (Jodocus Glanaeus), llam el consejo de la ciudad, en 1570, al melanchthoniano Marcos Mening. Siendo l superintendente, se acept, en 1572, un acuerdo en los puntos ms importantes de la doctrina cristiana. Tambin en Bremen creci la influencia de los calvinistas, desde la cada del filipismo en la CSajonia electoral. Desde 1580 trabaj en la ciudad hansetica Christoph Pezel. Una confesin compuesta por l, el Qonsensus Bremensis*1, fue firmado el 2 de mayo de 1595 por todos los miembros del consejo eclesistico y declarado, en 1644, por el consejo de la ciudad escrito simblico vigente. Est ampliado en comparacin de la confesin de Nassau, entre otras cosas, por un prrafo sobre la predestinacin, y definido por un estricto calvinismo. En el condado de Lippe, Simn vi (1554-1613) ocup el poder en 1579. Juntamente con su maestro el filipista Thodenus, expulsado de Wittenberg, haba estudiado en Estrasburgo por los aos de 1567-69. Estaba en buenas relaciones con los reformadores de los Pases Bajos. Poco a poco fue proveyendo a Simn las parroquias de su condado con clrigos calvinistas. La ordenacin eclesistica luterana de 1571 no fue desde luego formalmente abolida: pero los tres superintendentes, en virtud del consistorial publicado en 1600, introdujeron la liturgia reformada de la cena. El catecismo menor de Lutero fue sustituido por otro compuesto por Anger (1547-1607). El de Heidelberg fue introducido en 1618. Aparte Lemgo que resisti con xito y en 1617 recibi amplia independencia, el condado de Lippe se convirti en terri30. 31 Texto: W NIESEL, Bekenntnvs \chnften und Kirchenordnung 290-298. Texto E F K. MULLER, DK Bekenntnisschriften der leformxerten Kwche 739-799.
torio calvinista. El ao 1684 introdujo una nueva ordenacin eclesistica en lugar de la de 1571. En Anholt, el prncipe Joaqun Ernesto (1546-86) uni desde 1570 todas las partes del pas bajo su seoro. Era desde luego luterano, pero / no se pudo obtener de l que firmara la frmula de concordia. Wolfgang Amling (1542-1606) llamado por l como superintendente a Zedbst opuso a la frmula de concordia una Confessio Anhctltina y una Apologa Anhaltina. Sin estar autorizado para ello, hizo ordenar a los predicantes por estos escritos de carcter privado. Muchos clrigos expulsados de Sajonia por sospechosos de criptocalvinismo, hallaron acogida fin Anhalt. Por su actitud mediadora se le hizo al prncipe Joaqun prnesto el cargo de calvinismo. En 1585 mand componer por sus telogos y firmar por todos los clrigos del pas una breve y verdadera confesin de la santa cena. Su sucesor Juan Jorge i (1586), estaba, por su matrimonio, en estrecho enlace con el Palatinado electoral; su hermano Christian estaba casado con una hija del calvinista conde de Beutheim. Ambos dispusieron en 1596 que las tablas y crucifijos de madera de los altares, las velas y ornamentos de la misa fueran suprimidos. El altar deba tener forma de mesa, y el clrigo, detrs del altar, rompera el pan de cara a la comunidad 32. No se dej de asegurar que estos cambios no significaban cambio de doctrina. Sin embargo, ya en 1599, encargaba Juan Jorge a su superintendente Amling que elaborara un santoral. El proyecto elaborado por ste con algunos telogos33, no hall el asentimiento del prncipe, pues se apoyaba muy poco en la agenda del Palatinado. A la mayor edad de los hermanos de Juan Jorge, el pas fue dividido, el ao 1603, en Dessau, Bernburg, Zerbst y Kthen. La base confesional de las correspondientes iglesias territoriales fueron la Confessio Augustana Varala, el santoral del Palatinado y el catecismo de Heidelberg. Con ello, hacia 1600, estaba conclusa la formacin en Alemania de iglesias territoriales reformadas. A la cabeza de esta evolucin estuvieron discpulos de Melanchthon, entre ellos algunos que, en Wittenberg, hubieron de ceder a la ortodoxia luterana. Ellos proclamaron su paso al calvinismo, como segunda refor52 SEHLIKG I I , 533 580 33. SEHLING I I , 536S, 581.
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ma34. Para ellos, el luteranismo, con sus residuos papistas, no pasaba de forma previa; Melanchthan, con su teologa de mediacin, era una transicin; el calvinismo, empero, con su organizacin del culto, su disciplina eclesistica y su idea de la autoridad cristiana era la consumacin consecuente del protestantismo. Frente a la reforma de la doctrina llevada a cabo por Lutero, vease en el calvinismo la reforma de la vida.
Escocia e Inglaterra El ao 1549, el concilio nacional escocs S puso de relieve dos motivos de la decadencia de la Iglesia en Escocia: la inmoralidad y deficiente formacin de los clrigos. El concilio exigi, entre otras cosas, que los sacerdotes fueran capaces de explicar la sagrada Escritura; prrocos y obispos deban predicar por lo menos cuatro veces al ao. Prohibi adems emplear las rentas de la Iglesia para hijos ilegtimos. En general se decret una mejora de las costumbres de los eclesisticos de forma que quienes corrigen a los otros, no se hagan ellos mismos culpables86. Pero todas estas exigencias del concilio se quedaron en papel mojado, como se desprende de una carta, fechada en 1556, del cardenal Sermoneta al papa Paulo iv S7 . Ello cre terreno abonado para la penetracin de la nueva doctrina. Tambin la situacin poltica era favorable para ello. El ao 1542 muri Jacobo v de Escocia, y Mara reina de Escocia tena una semana de edad. La pugna por la regencia entre el cardenal primado David Beatn (15391546) de St. Andrews y el conde de Arran, presunto heredero del trono, acab con la victoria de este ltimo. La consecuencia fue el fomento del protestantismo, pues el conde y como l muchos nobles estaban por la reforma, con la esperanza de meter en sus bolsillos parte de los bienes de la Iglesia. Con tales supuestos, le fue fcil a Jorge Wishart38 (aproxima34. J. Mou^AKN, Christoph Pezel (1539-1604) und der Calvtmsmns in Bremen 75-81 ; H.E. WEBER, Reformation, Orthodaxie und Rationalismus i, 2, Darmstadt l 1966, 326s. 35. A Source Book of Scottish History II, 147-148. 36. W.C. DICKINSON, A New History of Scotland i, 313. 37. A Source Book of Scottish History u , 150-151. 38. J. KNOX, History of the Reformatvm in Scotland i, 60ss.
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damente 1513-46) ganar adeptos para el protestantismo. Wishart, que es llamado el mrtir de la reforma escocesa, residi por breve tiempo en Suiza y Alemania, donde conoci el calvinismo y luteranismo en sus formas puras. Desde 1544 colabor estrechamente con John Knox. El 1 de marzo de 1546 muri en Edimburgo como hereje89 en la hoguera. En represalia, fue asesinado bajo la direccin de John Knox el cardenal David Beatn40. Desde entonces fue Knox (15057-72) la cabeza dirigente de la reforma protestante de Escocia. Con mucha mayor decisin y hasta fanticamente prosigui la obra de su amigo y maestro y vino as a convertirse en el reformador de Escocia. Despus de una estancia de dos aos en el extranjero (de 1547-49 estuvo detenido en una galera francesa) volvi a Escocia, donde, bajo Mara de Guisa, madre de Mara Estuardo, la corte era francfila y catlica. John Knox supo conducir a nueva actividad a los protestantes que estaban relegados a la trastienda. El ao 1552, en el snodo provincial escocs, se decret la publicacin de un catecismo en lengua escocesa para ayuda de los clrigos en la explicacin de la Biblia (Halmilton's Catechism}^. Este catecismo recogi ideas protestantes sobre todo en la doctrina de la justificacin: En una palabra, debemos entregarnos enteramente a Dios, apoyar toda nuestra salud, seguridad y confianza en su ayuda, proteccin, bondad y providencia clemente, dejar en todas nuestras necesidades, peligros, en toda desgracia, en toda debilidad, en todo, nuestra propia voluntad y confiarlo todo, por obediencia, a la bondadosa voluntad de Dios 42. Punto culminante del desenvolvimiento de la reforma escocesa lo constituye el Covenant (1557). La nobleza protestante jur aqu proteger la Iglesia de Cristo y aniquilar la Iglesia de Satans43. Contra los catlicos se form desde ahora un frente cerrado de hombres influyentes. Entretanto, John Knox estuvo durante un ao (1554-55) en Ginebra, donde se hizo partidario de Calvino. Su empeo capital fue desde ahora combatir con toda energa a los catlicos y al catolicismo. Con el rigor de un calvi39 40. 41. 42. 43 Cf. A Source Book of Scottish History II, 136-137. Ibid., 138-142. A Source Book of Scottish History n , 148-150. A Source Book of Scottish History ir, 150. Ibid 162.
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nista predicaba la resistencia a la autoridad injusta, lo mismo que la destruccin de imgenes, iglesias y conventos. Knox supo arrastrar a las masas. Ejemplo de ello es el libelo injurioso: Against the Monstrous Government of Women, al que se atribuy en Inglaterra la persecucin de los protestantes por obra de Mara Tudor, lo que produjo entre los perseguidos una comprensible antipata por Knox. Cuando Calvino reprendi a los protestantes ingleses por esta su infraternal conducta con Knox, le replicaron ellos: Podemos asegurarle que este criminal libelo ignominioso ha derramado mucho aceite en el fuego de la persecucin en Inglaterra. Y es as que, antes de su publicacin, ninguno de nuestros hermanos sufri la muerte; pero, apenas se propal, muchos hombres distinguidos han perecido en la hoguera **. Por este ejemplo se ve claro la diferencia que iba entre la direccin ms radical, marcada de calvinismo, de John Knox y los ms moderados protestantes ingleses y qu rumbo seguira en adelante Escocia. Efecto desfavorable para los catlicos de Escocia tuvo el casamiento de Mara Estuardo con Francisco n de Francia (1558), pues los protestantes hubieran preferido un enlace con la protestante Inglaterra. La desconfianza y descontento fue creciendo, hasta que, finalmente, ao de 1559, estall una guerra civil. La ocasin inmediata para el estallido de esta guerra fue la proteccin de la antigua Iglesia por parte de Mara de Guisa. Con ayuda de tropas inglesas lograron triunfar los protestantes. Knox, aunque proscrito por la regente, sigui fomentando una viva agitacin contra la idolatra catlica. A la muerte de Mara de Guisa (1560), se reuni en Edimburgo, por iniciativa de Knox, una junta de lores eclesisticos y seculares. Tres importantes decisiones fueron tomadas casi unnimemente por esta junta de estamentos: qued abolida la autoridad y jurisdiccin del papa, se prohibi la misa y todo lo que contradice a la confesin protestante y se puso en vigor la Confessio Scotica. Esta confesin escocesa fue redactada por una comisin de cinco miembros a iniciativa del parlamento. La cabeza inspiradora fue aqu tambin John Knox. La confesin nos permite percibir en cada prrafo su espritu, sobre todo en la funda44 A ZIMMERMANN, Zur Reformatwn t SchoMani RQ 25 (1911) 39
mentacin inconmovible de cada enunciado de fe sobre la autoridad nica de la sagrada Escritura y-se da as la mano en pie de igualdad con las restantes profesiones de fe de la poca de la reforma, sealadamente de las iglesias de credo calvinista*\ La asamblea que aprob la Confessio Scotica es llamada Rejormation Parliament A ella concurri un gran nmero de miembros de la baja nobleza, que eran todos protestantes apasionados. La cosa pas tan adelante que amenazaron con pena de muerte la celebracin del culto catlico. Mara Estuardo que, en 1561, a la muerte de su esposo, asumi el gobierno de Escocia, no firm nunca esta confesin de la fe y de la doctrina. Bajo su gobierno de catlica convencida, la cuestin religiosa qued irresuelta. Frente a los reformados adopt una postura muy liberal lo que no fue parte para que ellos no vieran en ella un peligro para su fe. El primer domingo que la reina estuvo de nuevo en Escocia, mand celebrar para s y su corte una misa. Ello bast para que los reformados se amotinaran contra la reina. sta hubo de prometer, en una proclama, que mantendra el status quo de Escocia, es decir, reconocer al protestantismo como religin del estado, que lo era desde 1560. Los consejeros de la reina prometieron incluso proteccin a la Iglesia reformada. Esto significaba que un tercio de los bienes de la Iglesia fue incautado. De ellos recibieron una parte los reformados; el resto fue a parar a la caja de la reina. Que la parte de los reformados fue hacindose con el tiempo cada vez menor, y tanto mayor la de la reina, dio ocasin para este comentario de Knox: Dos partes de los bienes de la Iglesia pertenecen al diablo; la tercera parte se divide entre Dios y el diablo 4G. Ante la actividad de los secuaces de Knox no poda la reina atreverse a proteger a las gentes de su fe, sobre todo porque Knox no se cansaba de repetir que los reformados no podan ser forzados a estar de acuerdo con la reina idlatra. El segundo matrimonio de la reina con Enrique Darnley (1565) no contribuy a mejorar su situacin, sino todo lo contrario. Cuando este hombre inepto fue asesinado el 10 de febrero de 1567, se acus de complicidad a la reina, pues tres meses despus se cas con el conde Bothwell, protestante, que tom parte en el asesinato
45 46 P JACOBS, Reformarte BeJeenntmsschrtften und Kirchenordnungen W C DiCKifsoN, A New History of Scottand i, 335. 128.
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de su marido. Knox estaba furioso contra la reina y peda su ejecucin. En julio de 1567 no le qued ms remedio que abdicar en su hijo Jacobo (vi de Escocia y i de Inglaterra). Solo ste jur la nueva religin. Ms que en otras partes, la reforma protestante en Escocia fue un movimiento de laicos47, pues le falt una cabeza suprema de tan claro perfil teolgico como Lutero, Calvino, Zuinglio o Cranmer. John Knox est en plano distinto que los mentados reformadores; ms que telogo era un fantico cabecilla eclesistico. Sin embargo, no logr llevar plenamente a cabo los planes que expuso en su First Book of Discipline48 (1560). Y era as que los lores miraban la ordenacin eclesistica por l propugnada un proyecto de repblica terrena, que haba de preparar para el cielo, desde puntos de vista completamente diversos que el suyo, y no queran or nada de un sistema completo de derecho cannico en que la Iglesia rega al estado, se encargaba de las escuelas y cuidaba de enfermos y dbiles49. Knox aspiraba a una estrecha colaboracin entre Iglesia y estado. En su Book of Discipline pone el veto, en el sentido de Calvino, a las fiestas de la Iglesia, que han sido instituidas por los hombres y que deben, consiguientemente, ser abolidas; y no slo las fiestas de apstoles, mrtires, etc., sino tambin navidad, circuncisin, epifana and other feass of our Lady... ,0. Otra seccin se ocupa de las prcticas eclesisticas. El culto slo debe celebrarse en las parroquias y escuelas, pero no en monasterios, conventos y abadas. El lugar del culto debe aderezarse dignamente. Knox explana largamente lo referente a la Admission of Ministers51. Cada comunidad tiene derecho a elegirse su propio clrigo; el requisito es cierto grado de formacin. Se rechazan la ordenacin sacerdotal y la imposicin de manos. Los lectores y monitores (Exhorters) se ponen en las iglesias en que no hay clrigo permanente. Presupuesto para este cargo es vida religiosa y cualidades espirituales. Los lectores y monitores pueden ascender, despus de la prueba, a clrigo ordinario. Se exige un amplio apoyo familiar de los clrigos, en
47. 48. 49. 50. 51. A. ZIMMERMANN, Zur Reformaticm A Source Book of Scottish History A ZIMMERMANN, Zur Reformation A Source Book of Scottish History Ibid , 172-173. m Schottlan 38. n , 171-180. m Schottlwnd 113 II, 171.
que la norma es la necesidad; se encarece sobre todo el cuidado por la educacin de los nios y k atencin a las viudas. Knox postula tambin de modo general la proteccin de los pobres, pero slo de los que no pueden realmente valerse a s mismos, no los que practican la mendicidad como oficio62. Estas exigencias y proyectos anticipan la moderna beneficencia estatal. Las explicaciones de Knox sobre los superintendentes nos permiten ver de cerca la constitucin de la Iglesia58. Todo el pas se dividir en 10 12 provincias y cada provincia recibe un superintendente. Sus funciones consisten en fundar coirtunidades y nombrar clrigos. Son responsables del orden y moral de las comunidades y de sus ministros. Presupuesto para este cargo es haber servido durante dos aos en una parroquia. La Iglesia es tambin competente para la formacin de los hombres. Cada comunidad de la ciudad debe nombrar un Schoolmaster que pueda ensear gramtica y latn. En el campo ha de darse a los nios y jvenes instruccin catequtica segn el Book of Common Order. En las ciudades mayores, sobre las residencias de los superintendentes, deben erigirse Colleges en que se enseen las Artes y las lenguas. Adems se piden tres universidades para toda Escocia (St. Andrews, Glasgow, Aberdeen). Para alumnos y estudiosos cabe la posibilidad de un stipendium o beca; lo decisivo en tal caso son las cualidades espirituales del estudiante y la situacin econmica de sus padres. De las rentas eclesisticas y bienes de la Iglesia debe sacarse para atender a clrigos, pobres, escuelas y profesores. De gran importancia para la organizacin eclesistica haba de ser la Kirk SessionSi. Anualmente tena lugar en esta sesin la eleccin de diconos y ancianos. Funcin de estos ancianos era ayudar y vigilar a los prrocos. Los prrocos indignos deban ser depuestos por los ancianos de acuerdo con la Iglesia y los superintendentes. Aqu se perfila ya el sistema presbiterial. Knox expres tambin claramente sus ideas sobre la piedad pblica y la familiar55. El bautismo se administrara, a ser posible, en domingo, des52. 53. 54. 55. A Source Book of Scottish History n , 174. Ibid., 174-176. A Source Book of Scottish History n , 179. Ibid., 179-180.
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pues del sermn; la cena, cuatro veces al ao y precisamente el primer domingo de marzo, junio, septiembre y diciembre. Condicin para recibirla era saber el padrenuestro, el credo y los diez mandamientos. Cada iglesia tena que poseer una biblia en ingls. Los fieles estaban obligados a or la biblia y su explicacin. Todo cabeza de familia tena el deber de instruir a los miembros de su casa en la doctrina cristiana. Todos los fieles deban aprender salmos y ensayarse en ellos, a fin de acompaar firme el canto durante el culto. Segn este First Book of Discipline, pueblo y soberano son subditos del mismo Dios. Iglesia y estado son las dos columnas del reino de Dios sobre la tierra. Sin embargo, el haberse rechazado este libro en Escocia prueba que se estaba aqu an muy lejos de la perfect aty of Geneva. Aunque con la retirada de Mara Estuardo (1567) floreci de nuevo el protestantismo y fueron reconocidos la Confession of Faith y el Book of Discipline, apenas, sin embargo, si se sacaron de ese reconocimiento consecuencias prcticas. Knox observaba sobre el caso: La avaricia no deja reconocer a esta generacin corrompida las intenciones de los piadosos eclesisticos 56. Por de pronto se dej a los obispos y sacerdotes catlicos, sin molestarlos, en sus cargos; pero no tenan ya influencia alguna sobre los fieles. As existan dos Iglesias una junto a otra; una condenada al silencio, pero rica; la otra activa, pero pobre. Entretanto, la Iglesia reformada segua organizando en snodos sus instituciones; si vacaban puestos, pasaban a predicantes reformados. Lo mismo se proceda con los obispos que, desde 1572, a base del Concordat of Leith, no eran ya nombrados por la corona, sino examinados y admitidos por predicantes reformados; slo estaban sometidos a la General Assembly, el snodo general de la Iglesia escocesa. Con esta actitud tolerante de los calvinistas de Escocia se encontr Andrew Melville, cuando, en 1574, volvi de Ginebra para ser sucesor de Knox. Por ello se vio obligado a publicar un Second Book of Discipline". Como el First Book, pretende remontarse nicamente a la palabra de Dios. Como Knox quiere que los bienes todos de la Iglesia pasen a los clrigos reformados, a las escuelas y a otras instituciones eclesisticas. Divergente del
56 57 W. C. DICKINSON, A New Htstory of Scotland i, 349. A Source Book of Scottish Hvstory m , 22-31
primer libro es la pretensin o exigencia de la igualdad de todos los eclesisticos. En lugar de la constitucin episcopal se introdujo la presbiterial. La disciplina de la Iglesia no debe ser asegurada slo por clrigos, sino tambin por tribunales compuestos por laicos y clrigos. Se llamaron Kirk Session, Presbyter Synode y General Assembly, y tenan facultad d entender en asuntos eclesisticos sobre clrigos y laicos. Al comienzo del libro se expone que la Iglesia tiene poder propio, que le ha sido dado directamente por Dios. No tiene cabeza sobre la tierra; su nica cabeza es Cristo. Si la autoridad civil falta en materias de conciencia y religin, est sometida a la jurisprudencia eclesistica. Deber de la Iglesia es prescribir al poder secular cmo ha de poner su obra en armona con la palabra de Dios. ste era el primer paso para una Iglesia que podra determinar la poltica de un estado. Qu sentido tendra ya un parlamento secular, si la Iglesia pretenda estar en directa comunicacin con Dios (counsel with god)? Jacobo vi (1567 1578-1625) fue bastante inteligente para percatarse del peligro de esta evolucin. Era de temer que, pronto, la General Assembly inspeccionara todo departamento de dominio real. Melville sostena en efecto que la autoridad de la Iglesia no estaba al lado, sino por encima de la autoridad del Estado. El ao 1584 hizo saber al consejo secreto del rey ser una petulancia inspeccionar a los enviados y mensajeros de un rey, que estaba muy por encima del rey terreno. Esto hizo declarar a Jacobo vi que el presbiterianismo escocs era tan conciliable con la monarqua como Dios con el diablo; axioma del rey era: <nNo bishop, no king. As se comprende el proceder del rey contra Melville y la Iglesia escocesa. Jacobo quera un sistema episcopal, quera obispos nombrados por la corona. Aqu vea l la nica posibilidad de permanecer dueo del pas. Pero Melville aspiraba a un sistema presbiterial independiente del Estado y por encima de ste. Con la llegada de Ern Stuart, lord D'Aubigny, surgieron nuevas dificultades. Se sospech del lord que fuera un agente papista. Para disipar esa sospecha, firmaron en 1581 Jacobo vi, lord D'Aubigny (promovido duque de Lennox) y toda la casa real la King's Confession. Se la llam tambin Negative Confession, porque en ella fue rechazada toda religin y doctrina que no estuviera en armona con la Confessio Scotica (1566). Dos meses ms tarde, 573
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toda Escocia hubo de firmar el escrito, Esta llamada Confessio Negativa fue motivada por manejos de la contrarreforma, que se hicieron notar en Escocia. De ah que lleve de modo especial un declarado carcter antirromano, mentando y condenando por menudo los errores y usos supersticiosos de la Iglesia de Roma. Su autor es el capelln de la familia real, John Craig, a quien el rey mismo encomend esa obra *8. En agosto de 1582 fue apresado el rey por cuyo encargo se haba compuesto la Confessio Negativa, pues se vea en l, no obstante, un peligro para la verdadera religin. Tras la fuga del rey, Melville fue acusado de traicin a la patria, y huy a Inglaterra. El rey, amargado por su detencin, combati ahora todo lo que Melville haba exigido para la Iglesia. Como medidas de represalia, fueron aprobadas, en mayo de 1584, las llamadas Black Acts. En ellas se dice que el parlamento y el consejo estn encima de todos los estamentos, eclesisticos y seculares, y los confirman. Esta inspeccin sobre el bajo clero y el gobierno general de la Iglesia permanecer en los obispos y Commissioners, que ahora son responsables ante el rey, y no, como antes, ante la General Assembly. Se prohiben reuniones de clrigos, a no ser con expreso asentimiento del rey. Se declar que este decreto se diriga especialmente contra el presbiterianismo. El rey reclamaba ahora la jurisdiccin sobre clrigos y laicos. Todos los decretos de la Iglesia seran en lo futuro nulos sin su aprobacin. Esto era inaceptable para los reformados. Para llegar a una composicin se recomend en 1586 por algunos representantes de la Iglesia que el rey presentara los obispos a la General Assembly; pero esto no fue nunca prcticamente eficaz, pues la Magna Charta of the Church of Scotland signific la revocacin por el rey de las Black Acts. En ellas reconoci a la Iglesia reformada todos sus privilegios y le otorg de nuevo derecho de convocar General Assemblies, snodos y reuniones presbiteriales. Es ms, declar que las Black Acts no deban oponerse al privilegio que Dios ha dado a los ministros espirituales de la Iglesia 60. A pesar de estas concesiones, la igualdad de todos los clrigos era para el rey causa de todo
58 59 60 P JACOBS, Reformarte Bcketmtnvsschrtften 128 A Source Book of Scattish Histary m , 39-43 Cf DICKINSON, A New History of Scotland i, 362-370.
mal (mother of confusin). Su cambio, pues, fue puramente exterior. Por su habilidad diplomtica logr pronto de nuevo dar preponderancia a la forma episcopal contra la presbiterial. En sntesis puede decirse sobre la evolucin de Escocia, que, por constitucin y doctrina la Iglesia escocesa fue calvinista. Bajo Knox no fue presbiteriana, pues nunca exigi la igualdad de todos los clrigos. Slo su sucesor Melville empuj la evolucin en esta direccin y realiz plenamente el presbiterianismo, que hall un gran adversario en Jacobo vi. As se entabl en tiempo posterior una lucha constante entre el rey y el presbiterianismo por la direccin de la Iglesia. En Inglaterra no pudieron por largo tiempo -imponerse los reformados, que eran por lo general fugitivos de Francia o ingleses que haban conocido en Escocia las ideas de Knox. Ellos, que estaban acostumbrados a la sencillez del culto calvinista, tenan por imposible admitir el culto romano de la Iglesia inglesa. El gobierno mismo de la Iglesia por el rey era para ellos un residuo de dominacin papista. As, los reformados estaban en conflicto con la Iglesia inglesa, pero no tuvieron posibilidad de desarrollar una organizacin eclesistica propia, pues el acta de uniformidad, publicada en 1559 bajo la reina Isabel i, prescribi una liturgia anglicana nica (cf. supra p. 475). Pero no cejaron en su exigencia de una iglesia pura, conforme a la Escritura. Esta exigencia les acarre el nombre de puritanos (hacia 1566). El puritanismo fue profesado sobre todo por la burguesa. Por de pronto representaron dentro de la Iglesia inglesa un grupo con peculiar postura espiritual; caracterstica suya era una vinculacin francamente apasionada a la letra de la Escritura. Como la Iglesia oficial no dio la menor seal de acceder a su exigencia, se hicieron independientes y erigieron comunidades propias (1567). Se dieron una constitucin democrtica y as se hicieron puritanos. Ahora la oposicin a la alta Iglesia inglesa se hizo patente, y estallaron graves persecuciones. Muchos dissenters llenaron las crceles, pero no se dejaron extirpar. Muchos abandonaron a Inglaterra. El ao 1620 un grupo se hizo a la mar en el Mayflower rumbo a Norteamrica y se cre en Massachusetts una nueva patria. Su idea de la comunidad independien575
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te bajo Cristo como nica cabeza ha contribuido esencialmente a la concepcin norteamericana de la democracia, como forma de Estado conforme a Dios. Tambin bajo Carlos i (1625-49) fueron perseguidos los puritanos en Inglaterra. Sobre todo Lad (f 1645), arzobispo de Canterbury, se propuso restablecer la unidad del culto y procedi duramente contra el puritanismo de Inglaterra y el presbiterianismo de Escocia. Ello condujo a la guerra civil. La derrota del rey (1645-46) y su ejecucin (1649) significaron el fin transitorio de Ja Iglesia episcopal anglicana y el triunfo del presbiterianismo.
sen und Kurland, Diss. Tubinga 1963; F. DICKMANN, Das Problem der Cleichberechtigung der Konfessionen im Reich im 16. und 17. Jh.: HZ 201 (1965), 265-305; H. BORNKAMM, Die religise und politische Problemattk der Konfessionen im Reich: ARG 56 (1965)/209-218; H. LUTZ, Die Konfessionsproblematik ausserhalb des Reiches und in der Politik des Papsttums: ibid., 218-227; E.W. ZEEDEN-H. MOLITOR, Die Visitation im Dienst der kirchlichen Reform, Munster 1967.
Cuando la escisin de la Iglesia de occidente era ya haca tiempo una triste realidad y exista gran nmero de comunidades religiosas que divergan esencialmente la doctrina, culto y derecho, no se tena an, ni mucho menos, conciencia del'alcance de este hecho. Confesiones en el sentido de comunidades eclesiales cuyos miembros se unan entre s por la confesin de verdades de fe claramente circunscritas, por un culto comn y por normas morales propias y se distinguan de otros grupos, slo las hubo relativamente tarde. La formacin de confesiones sigui un lento proceso de ms de 100 aos y en una forma que vari mucho segn los pases y hasta segn los paisajes. En los territorios catlicos se dilat de ordinario ms que en los protestantes. Que un pas o una ciudad aceptara la reforma protestante no quera decir que la poblacin en general diera ese paso por propia conviccin. Si ya los reformadores no queran fundar una Iglesia nueva, mucho menos pensaban sus adeptos en una escisin de la fe y de la Iglesia. Se quera predicacin conforme a la Escritura, se confesaba (o pensbase confesar) la doctrina pura y se crea tomar en serio la reforma general de la Iglesia. Cuando luego la cristiandad europea estuvo efectivamente dividida en confesiones, cada una de ellas se entendi a s misma como universal, como la verdadera Iglesia y consider consiguientemente a todas las otras como herticas. Se mantuvo la concepcin tradicional de la unidad de la Iglesia y de su doctrina formulable en dogmas obligatorios para todos. Apartarse de ellos era caer en criminal hereja. La situacin se complic y mitig a par con el hecho de que no se enfrentaban slo catlicos y protestantes. Pues, stos se dividieron pronto en grupos diversos que se combatan duramente y hubieron a su vez de defenderse, amn de los seguidores de la antigua fe, de baptistas, iluminados y espiritualistas. En parejo trance, todos los grupos necesitaban ms o menos cerrar ms firrne577
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mente sus filas. Este proceso de clarificacin y avivamiento de conciencia hacia dentro y de estabilizacin y delimitacin hacia fuera, que designamos como formacin de confesiones, no fue impulsado slo ni siquiera en mayor grado por fuerzas religiosas, sino tambin por las culturales y sociales y, sobre todo1, por los poderes polticos. Segura estaba en su principio desde 1520 la predicacin evanglica en amplios territorios de Alemania y Suiza. Sin embargo, la demolicin y reconstruccin de la organizacin de la Iglesia que produjo, poda an interpretarse como la esperada y nunca cumplida reforma de la Iglesia. La formacin de una Iglesia independiente de impronta luterana, no se llev a cabo desde el principio slo por la misa alemana (1526) y catecismos (1529), sino por las visitaciones ordenadas por la autoridad secular y por las ordenaciones eclesisticas por ella decretadas. En Augsburgo fueron los protestantes invitados por el emperador a exponer su punto de vista. El resultado fue la Confessio Augustana y su Apologa. Pero ambas queran ser confesin de la Catholica ecclesia1, y se esforzaron en demostrar que no se aspiraba a fundar una Iglesia nueva, sino a desterrar los abusos. De hecho no negociaban ni pactaban comunidades eclesiales entre s, sino potencias polticas, en el imperio el cesar y los estamentos, y en Suiza los cantones. Sin embargo, se sentan ligadas dichas comunidades eclesiales a una confesin, y, en este sentido, el concepto de partido religioso, corriente ya entonces, expresa exactamente la situacin2. La unidad de la religin dentro de un estado era an para todos axiomtico. Segn Lutero no deba tolerarse, por amor de la paz, una predicacin opuesta en un mismo territorio o ciudad. Por eso no quera tampoco que predicantes evanglicos se infiltraran en comunidades catlicas y all predicaran sin ser llamados3.
1 Apd. v n : BSLK p. 235, 27 et passim. 2. F. DICKUANN, Das Prblem der Gleichberechtigung der Konfessumen HZ 201 (1965) 265-305, p. 267. 3. <d>ewn es tst ntcht gut, das man ynn einer pfarr odder kvrchspvel wviderwertvge predigt yns volck lesst gehen, denn es entspnngen daraus rotten, uyifrwd, hass und netd auch ynn andem, welltltchen sachen (WA 31, i, 209, 28). (Porque no es bueno que en una parroquia o iglesia se haga llegar al pueblo predicacin opuesta, pues de ah surgen bandos, descontento, odio y envidia en otras cosas seculares). Cf. H. BORNKAMM, Die rehgtose und pohtvsche Problematik vm Verhaltnts der Konfessumen m Reich ARG 56(1965) 209 218, p. 213.
Cuando ya no se pudo salvar la unidad de religin para el imperio, se la asegur para los territorios particulares al conceder a los seores temporales el derecho de determinar la confesin de sus subditos. As, despus de la paz religiosa de Augsburgo, de 1555, los seores contribuyeron de la manera ms eficaz a la formacin de confesiones, pues se esforzaron por crear en sus territorios una situacin religiosa clara y uniforme. Trataron de eliminar confesiones extraas y de consolidar la propia por mltiples medidas. Donde la autoridad no hizo uso de su derecho de determinar la religin de sus subditos, se prolong por ms tiempo el proceso de la formacin de confesiones. As por ejemplo, en el Bajo Rin, donde los duques de Julich-Cleves-Berg, inspirados por espritu erasmiano, favorecieron la reforma en general, sin ascribirse al protestantismo, pero tampoco lo combatieron enrgicamente. Se pasaba por amigo de la reforma, pero enemigo de novedades, se dej prcticamente curso libre, durante dcadas, a las corrientes religiosas y as, sin intentarlo, se favoreci al protestantismo. Todo ello quiere decir que la relacin de la autoridad con la Iglesia de su territorio, no era en modo alguno la misma en todas partes. Dondequiera viga el principio: Cuius regio eius et religio, pero no se aplicaba del mismo modo. En parte, no basta el poder poltico de los seores de la tierra para imponer su religin. La resistencia no vena de las anchas capas del pueblo, sino del lado de sectores dirigentes de las ciudades y de la nobleza, que, con su religin diversa que la del seor del pas, afirmaba su independencia. As se vio especialmente en Bohemia, Hungra y Polonia. Por oposicin contra la poltica religiosa del seor del pas, los estamentos campesinos y las ciudades favorecan en muchos casos la confesin contraria. La necesidad poltica condujo en la Confederacin helvtiva y en muchas ciudades del imperio a una coexistencia de las confesiones. En Austria y en Francia, la razn de estado exigi ceder por algn tiempo. Por el edicto de Nantes (1598), la corona francesa concedi a los protestantes del pas amplios privilegios, que modific, sin embargo, y finalmente revoc, apenas se sinti bastante fuerte para hacerlo4. Tambin puntos de vista econmicos pudieron conducir a tolerar y hasta
4 H LUTZ, Dte Kanfesswnsproblematik ausserhalb des Revches und t der Poltivk des Papsttums ARG 56 (1965) 218-227, p 220 Cf. supra 414.
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privilegiar a minoras religiosas5. Las dificultades surgan fcilmente en los condominios, cuando seores de confesin distinta compartan la soberana de un territorio. As, el prncipe elector del Palatinado Federico m introdujo el calvinismo en territorios en que comparta la soberana del pas con los prncipes obispos de Worms y Espira, sin drsele un bledo de los derechos de sus socios*. La comunidad catlica de Krw, del Mosela, pudo expulsar con xito al prroco luterano que le seal el gobierno de Zweibrcken, porque estaba respaldada por el obispo y prncipe elector de Trveris, que comparta el dominio junto con los duques de Pfalz-Zweibrcken y el margrave de Badnr. La manera y extensin en que la autoridad secular influa sobre la situacin religiosa, variaban segn las confesiones. El luteranismo fue el que conceda al estado un influjo mayor. El calvinismo trataba de uncir a su carro la autoridad secular, a par que procuraba conservar su independencia respecto del dogma, culto y disciplina. Tambin la Iglesia reclamaba el brazo secular para la organizacin de la vida eclesistica y tena por ello que aguantar muchas intervenciones en el mbito espiritual. Pero, en principio, decida independientemente en materia de doctrina, culto y derecho cannico y decida en forma central ms all de las fronteras territoriales. Ello era sentido como molesto por muchos gobiernos y fue fuente* de conflictos entre la potestad espiritual y secular. En efecto, una autoridad protestante publicaba decisiones eclesiales sin que nadie chistara seriamente; en cambio, una autoridad catlica tena que contar con el veto del obispo competente, del nuncio o de un superior religioso que dispusiera de enlaces internacionales, y proceder con miramiento a todo ello 8 . Cmo reaccion la poblacin?, cmo recibi la orden del seor temporal sobre su confesin religiosa? Es difcil dar una respuesta de validez general. Habra que distinguir entre territorios y dcadas particulares. A comienzos del siglo xvn, la gente no estaba ya tan dispuesta como a mediados del xvi, a cambiar de confesin a gusto del seor de la tierra. Era el fruto de la mejor formacin religiosa
5. E. HASSINGER, Wirtschafthche Motive und Argumente fur rehgwse im 16. und 18. Jh.: ARG 49 (1958) 226-245. 6. L. STAMEE, Kirchengeschichte der Pfalz III, i, Speyer 1955, 52. 7. V. CONZEMIUS, Jakob III. v. Eltz, Wiesbaden 1956, 53-65. 8. E.W. ZEEDEN, Die Entstehung der Kcmfessionen, Munich 1965, 96. Duldsamkeit
y de la creciente conciencia confesional. No faltan ciertamente ejemplos de resistencia de la poblacin -contra-la introduccin de una nuera forma de Iglesia y contra cambios en el culto. La poblacin campesina sealadamente perseveraba en sus prcticas tradicionales. Monasterios y cabildos de colegiatas se opusieron no raras veces a la introduccin de la reforma protestante por obra de la autoridad, y slo cedieron a la violencia. En conjunto, sin embargo, el cambio de confesin dispuesto por la autoridad civil se llev a cabo sin apenas fricciones. El ejemplo ms craso es el Palatinado, donde, en el espacio de 30 aos, la poblacin, al,comps de su seor, mud por cuatro veces de confesin. Bajo el prncipe elector Oto Enrique (1556-59) una visita del seor temporal introdujo el luteranismo. El prncipe elector Federico ni (1559-76) hizo a su pas calvinista, ao de 1563. Su hijo Luis vi (1576-83) expuls de nuevo violentamente el calvinismo a favor de la confesin luterana, mientras el conde del Palatinado, Juan Casimiro, que ejerca la regencia por su sobrino menor de edad Federico iv (1583-92) dio de nuevo validez al Catecismo de Heidelberg. Cuando, en 1576, el luteranismo vino a ser confesin del pas, gran nmero de comunidades reformadas pidieron poder conservar sus prrocos y la vida eclesistica que hasta entonces llevaran. Ante la decisin negativa, emigraron unas cien familias, la mayor parte sin duda prrocos y maestros. Como faltaban sucesores de confesin luterana, no fue tarea fcil hacer que el luteranismo arraigara en el pas. A pesar de todo, cuando siete aos ms tarde, Juan Casimiro implant el calvinismo, las mismas comunidades defendieron su confesin luterana y pidieron mantenerla, como antes las del calvinismo. Bast, pues, en este caso un espacio de siete aos no slo para apartar a una comunidad del ejercicio de su fe hasta entonces mantenido, sino tambin para acostumbrarla tan firmemente a la nueva forma confesional introducida que deseaba conservarla y se opona a volver a la anterior. En ambos casos parece haber sido decisivo la expulsin de los prrocos y maestros9. La masa de la poblacin era por lo general tan inculta que, en muchos casos, no se dio siquiera cuenta del cambio de fe. El hecho era particularmente posible dentro del luteranismo, pues aqu se haba sido tan generoso en la con9 Ibid., 70
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servacin de las ceremonias que casi equivala a un engao de las comunidades. En Wittenberg, por ejemplo, se mantuvo la elevacin de la hostia hasta el ao 1542. Que grandes partes del canon que, por lo dems, se rezaba en voz baja, se hubieran omitido, no tena por qu chocar a los asistentes a la misa. En el norte y este de Alemania, la conservacin de prcticas catlicas adquiri particular extensin. Se trataba de los ornamentos litrgicos, de las fiestas de los santos y de la Virgen, del altar con velas, de la confesin privada con absolucin; en muchos lugares se mantuvieron en uso el rezo del coro en latn, el toque del ngelus, las procesiones, la elevacin de la hostia y el cliz, las campanillas, incienso, aclitos y otras muchas cosas ms. Un obispo catlico de Polonia, que, con ocasin de una visita, asisti al culto del cabildo catedralicio de Berln, declar no haber descubierto diferencia entre ste y un culto catlico10. Cmo iba a percibir la diferencia el pueblo sencillo? En esta situacin es comprensible la facilidad con que muchedumbres enteras podan ser conducidas al protestantismo o recatolizarse de nuevo. Junto a las tradiciones legtimas y tomadas de las ordenaciones eclesisticas del tiempo papal, se conservaron tambin una serie de usos que no eran compatibles con las ideas protestantes, pero de los que la poblacin, sealadamente la campesina, no quera desprenderse. Todava a fines del siglo xvi tenan los visitadores motivos para proceder contra peregrinaciones, bendicin del agua, sal, hierbas, velas, etc.". En Francfort del Oder, del Brandenburgo electoral, se celebraron en 1591 primeras misas protestantes por un misal de 151412. La incertidumbre confesional, el frecuente cambio y la circunstancia de que para la confesin decretada desde arriba no se dispona de prrocos idneos, fomentaron la indiferencia y acrecentaron el nmero de quienes no se acercaban ya en absoluto a la Iglesia y a los sacramentos. Se oan quejas como sta: Ahora se hacen las gentes cada vez ms epicreas y lo mismo se les da una religin que otra, un papista blasfemo, un judo o turco
10. N. MLLER, Zwr Gesch. des Gottesdienstes der Domkirche su Berln 1540-98: Jb. f. Brandenb. KG 2-3 (1905-06) 342; J. MORSDORF, Das erste Domkapitel und die erste Domkirche zu Berln: Wichtnann-Jb. 8 (1954) 88-119, p. 101. 11. Por ejemplo, Instr. Magdeburg: 1583; SEHLING I I , 424. 12. H. GRIMM, Die Hturgische Drucke der Disese Sebus: Wichmann-Jb. 9-10 (1956) 45-51, p. 51.
lo mismo que un legtimo cristiano. Todo les es indiferente (odiaphoron), con todo el mundo hacen buenas migas y empinan el codo... 1S. De Ulm afirma con amargura el superintendente luterano haberse formado poco a poco un nuevo y tercer grupo que no va a ninguna iglesia, ni a la luterana ni a la papista, ni se acerca a ningn sacramento1Sa. Crasa ignorancia en materias de fe, abandono religioso e inmoralidad caracterizan la situacin en la segunda mitad del siglo xvi por todo lo ancho y largo de las confesiones. Supersticin masiva, milagrera, astrologa y fe en brujas crecan como la hierba aun all donde se alardeaba del puro evangelio, y hasta dominaban ms en el norte de Europa que se haba hecho protestante, y en el que hasta entonces, ya sin eso, el cristianismo no'haba logrado apenas imponerse contra el paganismo y las oscuras potencias de la sangre y del suelo. Era, pues, menester, a par que se esclareca y profundizaba la conciencia de la propia confesin, arraigar de nuevo en amplias capas el cristianismo en general como doctrina y vida. Qu caminos se siguieron para tamaa empresa? De qu ayudas se dispuso? 1. Por la formulacin de confesiones, por catecismo y manuales dogmticos se trat de poner trmino a la incertidumbre en la doctrina y a la arbitrariedad en la predicacin. La adhesin a la verdadera doctrina vino a ser seal decisiva de pertenecer a una confesin. Con la Confessio Augustanu, el luteranismo inici la prctica de describir el propio punto de vista por medio de un libro confesional o simblico. Sin embargo, en controversias doctrinales dentro del luteranismo, se vio que la Confessio Augustana no era suficiente. Adems, entretanto se haba hecho tambin necesaria una delimitacin de fronteras con el calvinismo. Por iniciativa de algunos prncipes, particularmente del prncipe elector Augusto de Sajonia, se tuvieron mltiples negociaciones a fin de acabar con las controversias doctrinales y lograr la unanimidad de credo. Quien particularmente trabaj por la unidad doctrinal fue Jacobo Andrea (1528-90), canciller de la universidad de Tubinga. Fruto de su trabajo fue, tras larga lucha de aos, la Formula Concordiae (1577).
13. Segn E.W. ZEEDEN, Die Entstehung der Ktmfessionen 71. 13a. J. ENDRISS, Die Utmer Kwchemnsitationen der Jahre 1557-1615, Ulm 1937, 34.
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El 25 de junio de 1580, cincuenta aos despus de la entrega de la Confessio Augustana, fue publicada en Dresden el Libro de la concordia, la coleccin de escritos simblicos luteranos, que acaba con la frmula de concordia. La concordia fue firmada por 51 prncipes, 35 ciudades y ms de 8000 telogos. El calvinismo haba entrado de antemano por el camino de las claras frmulas confesionales y de la exposicin sistemtica de la doctrina. Juan Calvino haba precedido con el ejemplo de su catecismo de Ginebra (1542-45) y la lnstitutio Religionis Christiemae (1536, 41559). Luego siguieron frmulas oficiales de fe a base nacional: la Confessio Gallicana (1559), Scotica (1560), Blgica (1561), Helvtica posterior (1566) y el catecismo de Heidelberg (1563). Estas confesiones reformadas contienen tambin, de acuerdo con el concepto calvinista de la Iglesia, disposiciones sobre la constitucin y la disciplina de la comunidad. Dentro de la Iglesia catlica, los decretos del concilio de Trento pusieron trmino a la confusin doctrinal (Jedin). Apoyado en ellos, el Catecismo Romano (1556) ofreci para clero y pueblo una sntesis de la doctrina cristiana. La Professio fidei tridentina hubo de ser jurada por todos los obispos y, por inspiracin de Pedro Canisio, tambin por los profesores de teologa. El rey Fernando i orden la composicin de un compendio de la doctrina catlica. Favoreci el trabajo de Canisio sobre el catecismo, lo prescribi para sus pases y public amplias regulaciones sobre la manera de usarlo14. Las frmulas de la fe y los catecismos acabaron con la inseguridad doctrinal; pero estrecharon, a par, necesariamente el espacio de la libre discusin y trajeron consigo una delimitacin polmica frente a otras concepciones. 2. Para la introduccin y consolidacin de una confesin era de gran importancia, a par de la doctrina claramente formulada, una ordenacin eclesistica. Ella regulaba el culto, el derecho, las escuelas, la paga de prrocos y maestros, la administracin y cuidado de los pobres en la Iglesia de un territorio, de una ciudad, de un seoro y hasta, a veces, de un distrito oficial. Entre los
14. Texto de la ordenacin de 14-8-1554: O. BKAUNSBERGER (ed.), Beati P. Cantsn epistulae et acta i, Friburgo 1896, 752-754; J. BRODRICK, Petrus Canisius t. i (Viena 1950), 325-328.
aos 1550-1600, el nmero de parejas ordenaciones eclesisticas se elev a centenaresw. Que el duque Guillermo v (1539-92) de Cleves-Jlich-Berg no pudiera decidirse en publicar una nueva ordenacin eclesistica y que las negociaciones sobre el caso se dilataran de 1545 a 1567, es expresin de la inseguridad confesional caracterstica del Bajo Rin. Poner en vigor las ordenaciones eclesisticas y cuidar que la religin del seor territorial fuera practicada por los subditos, era asunto de la visita hecha peridicamente. Los protocolos de la visita ofrecan una imagen de la situacin religiosa y aran la base y ocasin de nuevas medidas de poltica eclesistica y pastorales. De lado de la antigua Iglesia, las visitas, a continuacin de los snodos diocesanos y provinciales fueron el medio de congregar las fuerzas catlicas inciertas y desorientadas y de ejecutar la reforma tridentina. 3. Si la deficiente formacin de clero y pueblo era la causa principal de la incertidumbre y confusin en materias de fe, lgicamente la instauracin de centros de educacin y el cuidado de la instruccin y seguridad social de los prrocos eran el mejor camino para crear claras situaciones confesionales. En su lucha contra el criptocalvinismo los consistorios se ocuparon de prrocos y estudiantes y examinaban su ortodoxia. Por este camino, una serie de estudiantes fue expulsada de Wittenberg el ao 1594. A una consulta del margrave de Ansbach contestaron los telogos y juristas de la universidad de Tubinga que arresto y destierro era pena demasiado suave para un predicante de la corte convicto del calvinismo, y propusieron cadena perpetua, separado de mujer e hijos. Tambin las autoridades protestantes compusieron, por razn de la unidad y pureza de la doctrina confesional, su Index librorum prohibitorum e hicieron vigilar por medio de inspectores las imprentas 16 . El cuidado por una mejor instruccin del clero produjo desde 1600 frutos perceptibles, siquiera las circunstancias fueran muy varias segn las regiones. Estos esfuerzos por la formacin del clero y por las escuelas se observan hacia fines del siglo xvi en todas las confesiones. De lado catlico, la actividad como maes15. C. SEHLING, I - X I I I S S .
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tros y educadores en gimnasios, escuelas superiores y seminarios fue campo principal de actuacin de los jesutas. Su enseanza tenda, ms all de los bienes de formacin que procuraba, a ganar a la juventud para la Iglesia catlica y afirmarla en la confesin y vida de la fe. Papel importante desempeaba en las escuelas de jesutas y benedictinos el teatro espiritual. Toda la pedagoga fue transformada para el ejercicio del cristianismo en el sentido de las confesiones " . 4. A la formacin de confesiones y al esclarecimiento de los frentes contribuy finalmente con fuerza la aparicin del calvinismo al final de los aos cincuenta. Su conciencia de eleccin, su fuerza organizadora y su espritu combativo tuvieron ya de suyo por consecuencia una marcada conciencia confesional. En el Bajo Rin puso bien en claro que el tiempo de intentos de medias tintas erasmianas haba pasado, y el imperativo de la hora era la confesin clara. El deseo de separarse confesionalmente del calvinismo llev en el luteranismo a un marcado gusto por las ceremonias y a restaurar instituciones catlicas, como los ornamentos de la misa y la elevacin de la hostia y del cliz1*. Si aqu la delimitacin confesional trajo hasta cierto punto un enriquecimiento, lo normal fue lo contrario. Apenas usos y ceremonias determinadas venan a ser notas distintivas de una confesin, se prohiban por el mero hecho a las otras, aun cuando en s mismas fueran adiaphora y nada o slo remotamente tuvieran que ver con las doctrinas distintivas. Es ms, cuanto menos se daba el pueblo cuenta de las diferencias que realmente separaban a las confesiones, tanto ms vinieron a ser las ceremonias signos distintivos de las mismas. Si el signo de la cruz o el toque del ngelus era catlico, ya no era practicable, por el mero hecho, para los luteranos. Una visita prohibi en Coburgo, por los aos de 1554-55 el toque de la salve recomendado por muchas ordenaciones eclesisticas protestantes: <dJmb der frembden und benachbarten leute willen, domit man uns nich fiir bebs17. Ibid., 125. 18. El superintendente general Andreas Musculus ( t 1581), duro campen del lute^ rantsmo contra el calvinismo, se hizo retratar con el breviario y el rosario (Wichmann Jb. 9-10 [1956] 51; cf. n. 236) y exhortaba a los prrocos a no suprimir la elevacin (Sehling m , 236). El principe elector Juan Jorge mand a todos los prrocos de la Neumark la reintroduccin de la elevacin para mayor afirmacin de nuestra fe en la verdadera presencia del cuerpo y sangre de Cristo (SEHLING I I I , 27).
tisch achte 19. Mientras a mediados del siglo xvi an poda pensarse que por la concesin del cliz se podran conservar para la Iglesia catlica amplios sectores de Baviera, Austria y Bajo Rin que deseaban la comunin bajo las dos especies, la forma de administrar la comunin vino a ser tan pronto cuestin de distincin confesional, que la concesin del cliz slo produjo confusin. As, ya en 1571, fue de nuevo suprimida la doble comunin que se introdujera en Baviera por indulto de Po iv, ao de 1565. Por modo semejante, la exigencia protestante de la lengua materna en el culto condujo de parte catlica a que se atribuyera a la lengua latina un especial carcter de ortodoxia y no se continuaran ya los primeros pasos de una mayor consideracin de la lengua vulgar que se haban dado en la baja edad media. Ante el hecho de que si protestantismo pona en cuarentena el sacerdocio ministerial, fue ste de tal forma realzado por la teologa postridentina que fue casi completamente olvidado el sacerdocio de todos los cristianos fundado en el bautismo y la confirmacin. Frente a la doctrina de Lutero sobre la Iglesia oculta, se insisti de tal forma sobre la Iglesia como sociedad visible e institucin de salud, que apenas se vio* ya su misterio interno como cuerpo mstico de Cristo, y el cardenal Roberto Belarmino (t 1621) pudo decir de ella que era tan visible y tangible como la repblica de Venecia20. De un lado, la Iglesia misma, como esposa de Cristo, como madre de los creyentes, como baluarte de la verdad y dispensadora de la vida de la gracia, vino a ser objeto de piedad, y, de otro, corra peligro de caer en el patetismo de un triunfalismo a todo trance. Frente a las comunidades protestantes como iglesia de la palabra, la Iglesia catlica vino a ser unilateralmente la Iglesia de los sacramentos. As, genio y figura de las confesiones fueron en gran parte determinados por el anti respecto de las otras. Al realzar lo diferencial, se corri peligro de pasar por alto la herencia comn y de empobrecerse y estrecharse a s mismo. El gusto por la confesin, el confesionalismo, adquiri un tono provocador y militante. Las procesiones recibieron carcter de demostracin y fueron natural19.
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En atencin a los forasteros y gentes vecinas, para que no nos tengan por papistas,
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mente mal miradas y combatidas por el bando opuesto. En la teologa, la controversia y la polmica ocuparon ancho espacio. La consecuencia fue la anatematizacin, prejuicios masivos y mltiples vejaciones en amplias capas, incapaces de ver las verdaderas diferencias doctrinales. Un cntico, muy popular, del luterano Cyriakus Spangenberg (1528-1604), comenzaba: Consrvanos, Seor, a nosotros en tu palabra y manda la muerte al papa y a los turcos. El poeta y telogo Pablo Gerhardt (1606-76), por cuyos cnticos de iglesia se sienten hoy unidas todas las confesiones, declaraba en su dura ortodoxia luterana desde el pulpito: Yo no puedo tener a los calvinistas quatenus tales por cristianos 21. Todo esto fueron los lados negativos, que lastraran el futuro, de la formacin de confesiones, proceso que fue, como tal, necesario para el esclarecimiento, una vez que la reforma protestante no condujo a la verdadera reforma de la Iglesia una, sino a su escisin.
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CONCEPTOS HISTRICOS
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Conceptos Historeos
Tanto el concepto de reforma catlica como el de contrarreforma suponen la reformaran (en alemn) como designacin histrica de la escisin de la fe y de la Iglesia por ohra del protestantismo. Por contrarreforma entendi el jurista Ptter (1776), de Gotinga, el retorno violento a la Iglesia catlica de territorios que se haban hecho protestantes. Ranke habl al principio de contrarreformas (en plural); pero reconoci pronto la unidad del movimiento, y, como raz, la restauracin, una especie de nueva plantacin del catolicismo. Gracias a la Historia alemana en la poca de la contrarreforma (1889ss) de Moritz Ritter, el concepto tom carta de naturaleza tambin fuera de Alemania (contre-rforme, counter reformation, contrariforma, contrarreforma) pero tropez con casi unnime repulsa en la historiografa catlica, pues pareca entender el fortalecimiento de la Iglesia catlica unilateralmente como reaccin contra la escisin de la fe y estaba lastrado por el empleo de la violencia en materia religiosa. L. Pastor, J. Schmidlin y otros prefirieron por ello la designacin de restauracin catlica, pero no se expresaban suficientemente en ella ni la continuidad con la edad media ni los nuevos elementos de la reforma tridentina. Entretanto, partiendo de Ranke, W. Maurenbrecher haba acuado (1880) la expresin Katholische Reformation para la renovacin de la Iglesia principalmente en Espaa e Italia, que continuaba esfuerzos de reforma de la edad media tarda; a Maurenbrecher haban precedido los catlicos Jos Kerker (Katholische Reform, 1859) y Constantin Hofler (Romamische Reformation, 1878). Nosotros preferimos la denominacin de reforma catlica, (Katholische Reform) porque evita la expresin Reformation, no exenta de reparos, pero umversalmente aclimatada (en alemn) para designar la reforma protestante; por otra parte indica la continuidad de los esfuerzos de renovacin de la Iglesia del siglo xv a xvi, sin excluir, como la designacin de restauracin, los nuevos elementos surgidos y el influjo de la escisin protestante en el auge del movimiento. Pero necesita ser complementada por el concepto de contrarreforma, pues la Iglesia internamente renovada y fortalecida despus del concilio de Trento, pasa en efecto al contraataque y recupera terreno perdido, siquiera est aliada con el absolutismo confesional cuya significacin ha puesto Eder de relieve.
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Ambos conceptos poseen su justificacin, pero no designan movimientos separados, sino compenetrados entre s. Tambin autores catlicos como Paschini y Villoslada creen poder emplear la designacin de contrarreforma para significar todo el movimiento de renovacin y reaccin. Slo unidos, pueden tener validez de poca histrica los dos conceptos de reforma catlica y contrarreforma. Al final de la quinta seccin se ver claro hasta qu punto est justificada la ampliacin del concepto de contrarreforma a los siglos siguientes, hasta la revolucin de la actualidad, ampliacin que se ha hecho corriente desdo el concilio Vaticano n.
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XXXII. Precedentes en Italia y Espaa zione Mantovana dei Carmelitani sino Ma morte del B. Battista Spagnoli 1512, Roma 1954; A. STARING, Der Karmelitengeneral Nikolaus Audet und die katholische Reform des 16. Jh., Roma 1959; P. CUTHBERT - J. WIDLOCHER, Die Kapuziner, Munich 1931; Monumento Hist. Ord. Min. Capuccinorum, desde 1937; MELCHIOR A POBLADURA, Historia generalis O. Min. Cap., i, Roma 1947; T H . GRAF, Die Kapuziner, Friburgo 1957; G. ABATE, Fra Matteo da Bascio e gti inizi dell'Ordine Cappuccino: CollFr 30 (1960), 31-77; MELCHIORRE DA POBLADURA, La severa ripressione di fra Matteo da Bascio: Archivio ital. per la Storia della Pieta 3 (1962), 279-310, fuente importante para los comienzos de los capuchinos. Espaa: F. FERNNDEZ, F. Hernando de Talayera, confesor de los Reyes y primer arzobispo de Granada, Madrid 1942; TARSICIO DE AZCONA, El tipo ideal de obispo en la Iglesia espaola ante la rebelin luterana: HS 11 (1958), 21-44; id., La eleccin y reforma del Episcopado espaol en tiempo de los Reyes Catlicos, Madrid 1960; L.F. DE RETANA, Cisneros y su siglo, 2 t , Madrid 1929; J.M. DOUSSINAGUE, Fernando el Catlico y el cisma de Pisa, Madrid 1946; V. BELTRN DE HEREDIA, Historia de la Reforma de la Provincia de Espaa 1450-1550, Roma 1936; id., Las corrientes de espiritualidad entre los Dominicos de Castilla durante la primera mitad del siglo XVI, Salamanca 1941; Introduccin a los orgenes de la Observancia en Espaa. Las reformas de los siglos XIV y XV, Madrid 1958; M. BATTAILLON, Erasmo y Espaa, 2 t , Mxico 1950; C. SNCHEZ ALISEDA, Precedentes Toledanos de la Reforma tridentinat Revista espaola de Derecho Cannico 2 (1948); J.I. TELLECHEA IDIGORAS, El Obispo ideal en el siglo de la Reforma, Roma 1963, con especial atencin a los autores espaoles.
distintos los puntos de partida religiosos, sino tambin muy desigualmente repartido el peso de estos tres elementos en los representantes particulares de la reforma catlica. Al principio estn interesados en ella hombres y poderes laicales; pero lo decisivo fue que el episcopado y los papas tomaron las necesarias medidas para la reforma del clero secular y regular.
Indicios de reforma en Italia Las prsperas hermandades de Italia, a par de muchas compaas que desarrollaban rutinariamente su organizacin y actividad, dieron ya en el siglo xv indicios de profunda interioridad y entrega extraordinaria a fines caritativos. La regla de la hermandad de santo Domingo nacida en 1443 en Bolonia ofreca una iniciacin completa en la vida espiritual. La hermandad de san Jernimo, fundada en 1442, en Florencia, con cooperacin de san Antonino, se consagraba al auxilio de los pobres vergonzantes, lo mismo que la hermandad de san Nicols fundada en Bolonia y dirigida igualmente por dominicos. Brgamo posea una Schola disciplinatorum divini amoris. San Bernardino de Feltre fund en 1494, en Vicenza, un Oratorio de san Jernimo, doce de cuyos miembros visitaban semanalmente a los enfermos y a los pobres. En 1506, el oratorio se hizo cargo del hospital de la Misericordia. El ao 1510, por obra del cannigo Toms de Silvestre, naci en Orvieto una hermandad de san Jernimo con fines semejantes. Todas estas hermandades eran asociaciones laicales, en parte bajo la direccin de las rdenes mendicantes, en parte sometidas al obispo de la dicesis. Una estrecha unin de santificacin propia y apostolado represent el laico Ettore Vernazza (ca 1470-1524) bajo el influjo de santa Catalina de Genova, en la Fraternitas divini amoris sub dtvi Hieronymi protectione, que naci en Genova el ao 1497. La fraternidad no admita, por estatuto, ms de 36 laicos y 4 sacerdotes. Su fin era plantar en los corazones el amor de Dios, es decir, la caridad. El que quiera pertenecer a ella ha de ser humilde de corazn y poner en Dios todo su pensamiento y esperanza. La aspiracin a la perfeccin, ejercicios comunes de piedad y servicio de los en597
La reforma catlica saca sus fuerzas de los esfuerzos de renovacin religiosa de fines de la edad media, que pudieron mantenerse en Italia y Espaa sin ser interrumpidos por el cisma protestante (continuidad de la reforma catlica). Su desenvolvimiento slo fue posible cuando, bajo Paulo ni, ech pie a tierra en Roma el movimiento reformista, que comenz a remover los obstculos que opona la curia romana y finalmente, por obra del concilio de Trento, se extendi a toda la Iglesia. El crecimiento y la penetracin en Roma, que se puso de manifiesto en las elecciones papales de 1555, se realiza bajo la impresin y el influjo del movimiento de apostasa del norte de Europa, que demostr ser ineludible una renovacin interna de la Iglesia (consecuencias positivas de la escisin en la fe). Por su fondo, la reforma catlica es la dedicacin al apostolado y a la beneficencia activa que tienen su fuente en la reflexin cristiana sobre s mismo, siendo de notar que no slo son 596
A A A J J . . rreueuemes en n a n a y Empana
fermos estaban estrechamente unidos \ La hermandad atenda a un hospital para enfermos incurables, creado por Vernazza, a cuyo ejemplo se fundaron a fines y comienzos de siglo institutos semejantes en Savona, Bolonia, Roma y aples. A Vernazza se remonta con seguridad la hermandad del divino amor de aples (1518), que encarg la direccin del hospital a la viuda Mara Laurenza Longo. En cambio es incierto quin fundara la hermandad veneciana ligada con un hospital para incurables. Poco se sabe tambin sobre el Oratorio de la divina sabidura de Miln. A todos gan en importancia la hermandad romana conocida generalmente como Oratorio del divino amor. Nacida antes de 1515 y puesta bajo la proteccin de san Jernimo, obligaba a sus 60 miembros, laicos y clrigos, a la asistencia diaria al sacrificio de la misa, a la confesin y comunin por lo menos mensual, a la prctica de la oracin, a la visita a los enfermos y al servicio en el hospital de los incurables que les fue encomendado, en 1515, por Len x. Una vez a la semana se reunan en la iglesia parroquial de S. Dorotea in Trastevere, cuyo prroco, Julin Dati, era miembro, para la misa y oracin comn. Los estatutos y actividad de la hermandad deban mantenerse secretos. Una lista de miembros, compuesta en 15242, contiene entre 56 miembros 14 designados expresamente como laicos, pero tambin seis obispos y varios altos empleados curiales, entre ellos los fundadores de la orden de los teatinos, pero no, como se supuso antes, a Sadoleto y Aleander, Giberti y Contarini. Despus de 1527, cesa la actividad del oratorio. Fue una clula de renovacin cristiana de corta vida, que no llam la atencin pero que estaba llena de alta seriedad. Ya en 1521, uno de sus miembros, el curial Bartolom Stella, abandon Roma y fund en Brescia un hospital para incurables, y en 1525 un oratorio que recibi la confirmacin de Clemente vil y sigui el modelo del de Roma. Sus miembros se designaban a s mismos como Amicita, lo mismo que un crculo de Cremona, en que sola dirigir la palabra Zaceara, el futuro fundador de los barnabitas. Stella estuvo en relacin con las msticas que vivan en Brescia, Laura Mignani (f 1525), agustina, Stefana Quinzani (f 1530), dominica, y santa ngela Merici; posteriormente perteneci al , \
1. Estatutos: TACCHI VENTTJRI, 1-2, 25-38.
crculo del cardenal Pole. Probablemente tiene que ver con l y un grupo de piadosos de Sal junto al lago de Garda el sacerdote secular Francesco Cabrini (t 1570), que cre una asociacin de sacerdotes seculares Sta. Mara della Pace, unida en 1619 con el oratorio de Felipe Neri. Independientemente y sin influencia de estas hermandades, el joven noble veneciano Paolo Giustiniani (1476-1528) reuni en 1505, en Venecia, en torno a s a un crculo de amigos de su mismo espritu, que se haban conocido en la universidad de Padua, En una casa de su propiedad en la isla de Murano, estudiaban en comn la Biblia y los padres de la Iglesia, pero no por inters puramente humanstico, sino como medio para la perfeccin cristiana. Slo el humanista Egnazio era sacerdote, todos los dems laicos: Vincenzo Quirini (1479-1514), un tiempo embajador de Venecia cerca de Felipe el Hermoso de Borgoa y del emperador Maximiliano i, Gasparo Contarini y Nicol Tiepolo, el primero embajador de Venecia en la dieta de Worms de 1521, el segundo en la de Augsburgo de 1530. Despus de un viaje a tierra santa, entr Giustiniani, decidido al total desprendimiento del mundo, en la soledad de Camaldoli, junto a Arezzo, seguido pronto' por Quirini y Sebastin Giorgi, pero no por Contarini que, tras dura lucha interior, busc conscientemente un camino cristiano en el mundo. La experiencia de la justificacin que describe en carta a Giustiniani fecha a 24 de abril de 1511, se asemeja a la experiencia de la torre de Lutero, y explica que Contarini comprendiera posteriormente la intencin de ste. Como camaldulenses, Giustiniani y Quirini libraron a su monasterio de la mala administracin del general Delfino, el antiguo rival de Savonarola, y dirigieron a Len x un memorial destinado al concilio lateranense v sobre la reforma de la Iglesia8 que anticipaba ideas fundamentales de la reforma tridentina, y contena mociones para la unin con las Iglesias orientales y la evangelizacin del Nuevo Mundo. El memorial qued sin efecto. Quirini muri en Roma, cardenal electo; Giustiniani fund en 1520 la congregacin de solitarios de Monte Corona4.
3 Texto: MITTAREIXI-COSTADONI, Anuales Camadulenses i x , Venecia 1773, 612719; cf. J . SCHNITZEH, Peter Delfn, Munich 1926, 227-249; sobre el prrafo de las misiones: NZM 2 (1946) 81-84. 4. Confirmacin por el papa Clemente v n : BullRom v i , 117ss.
2.
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La importancia de estos crculos reformistas se ve clara si se tienen en cuenta los enlaces personales e ideales con las nuevas fundaciones de rdenes religiosas y con la reforma tridentina.
Nuevas rdenes religiosas La fundacin de la orden de los teatinos parti del oratorio romano. Tanto san Cayetano de Thiene (aprox. 1480-1547) como Juan Pedro Carafa (t 1559 como Paulo iv) aspiraban a la interna renovacin del estado eclesistico. Cayetano, oriundo de Vicenza, haba ascendido en la carrera curial hasta protonotario, cuando, en 1516, recibi la ordenacin sacerdotal. El napolitano Carafa, favorecido por su to, el cardenal Oliviero Carafa, era desde 1505 obispo de Chieti (= Theate), en los Abrazos, y desempe varias veces misiones diplomticas. En el espritu del oratorio, fund Cayetano, durante una estancia transitoria en su patria, hospitales por el patrn del romano en Vicenza, Venecia y Verona. Vuelto a Roma, fund, en 1524, con los sacerdotes Bonifacio de Colle y Pablo de Siglieri, a los que se uni Carafa, una sociedad do clrigos a base de la regla de san Agustn, que no tendra bienes permanentes, ni ingresos fijos, pero no vivira tampoco, como las rdenes mendicantes, de limosnas: su sustento deba confiarse de todo en todo a la providencia divina. El 24 de junio de 1524 fue confirmada por Clemente vn y Carafa fue su primer superior. El punto central era el cuidadoso cumplimiento de los deberes sacerdotales: rezo del breviario, digna celebracin de la misa, predicacin y apostolado de toda especie. Expulsados de Roma, sus residencias nicas fueron por mucho tiempo Venecia y aples. Su florecimiento comenz con la ascensin al trono pontificio de Carafa, que los llam para la reforma del breviario y de entre ellos levant al cardenalato a Bernardino Scotti. La orden se convirti a fines del siglo xvi y durante el xvn en un plantel de buenos obispos, pero se propag poco fuera de Italia8. San Antonio Mara Zaceara (1502-1537), oriundo de Cremona, se hizo ordenar sacerdote, el ao 1528, concluidos sus estudios de
5 San Cayetano en Munich en 1675, ya antes fundaciones en Praga y Salzburgo
medicina en Padua y fund, con el jurista Ferrari y el matemtico Morigia, en Miln, en 1533, una congregacin de sacerdotes bajo el ejemplo del apstol de las naciones (Clerici regulares S. Pauli), que recibieron el nombre de barnabitas despus que les fue entregado el monasterio de S. Barnaba. En ellos el apostolado ocupa el primer puesto: misiones populares, en que eran ayudados por una congregacin femenina, las anglicas, fundadas en 1530 por Luisa Torelli; fomento del culto eucarstico por la introduccin de las cuarenta horas. Despus de examinada por san Carlos Borromeo que se vali de ellos para la reforma de su dicesis, fue confirmada, en 1579, por Gregorio XIII. En los somascos el ejercicio de la caridad ocupaba el primer puesto. Su fundador, san Jernimo Emiliani, abreviado Miani (14811537), fue hecho prisionero en la defensa de la fortaleza de Castelnuovo y tras su liberacin se consagr en Venecia a la educacin de los hurfanos y fund en Verona, Brescia y Brgamo, en parte con ayuda de miembros del oratorio, casas para hurfanos, antes de erigir en Somasca (entre Miln y Brgamo) un gran establecimiento para el mismo fin, pero tambin para el cuidado de pobres y enfermos; sus miembros se convirtieron en la congregacin confirmada en 1540. Tras transitoria unin con los teatinos (1547-55) fue confirmada, en 1568, por Po iv como orden religiosa. Santa ngela Merici (1474-1540), oriunda de Desenzano junto al lado de Garda, estaba en relacin con los piadosos de Brescia, cuando fund all, ao de 1535, con 28 compaeras la Compagina delle dimesse di S. Orsola, asociacin para la educacin de muchachas abandonadas, que no practic por de pronto la vida comn, pero tena estatutos aprobados por el obispo (1536); en 1544 se le concedi la confirmacin papal. El ao 1572, con autorizacin de Gregorio xm, introdujo san Carlos Borromeo la vida comn y los votos simples. Las ursulinas se convirtieron en orden de estricta clausura y votos solemnes despus de su introduccin en Francia (1612), donde tuvieron su centro de gravedad hasta la revolucin francesa. Los conventos particulares se unieron a veces en congregaciones, pero nunca estuvieron bajo una direccin central.
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Reforma de las rdenes mendicantes Paralelos con estas nuevas fundaciones corrieron los empeos por renovar las rdenes mendicantes. Desde fines del siglo xv, sus superiores generales fueron tomados a menudo de las ramas de observantes, que haban conquistado derecho de existencia en todas las rdenes mendicantes por la reforma jurdica de las congregaciones (junto con las provincias), siquiera, con el tiempo, perdieran frecuentemente su primitivo rigor. Los fines eran esencialmente los mismos: abolicin de la propiedad privada, restablecimiento de la vida comn, ms cuidadosa formacin de los novicios, elevacin de los estudios teolgicos; se tendi a ellos por medio de visitas y por los decretos de los captulos generales, pero slo se lograron lenta e incompletamente. Para los enemigos de reforma era fcil lograr, por el rodeo de la penitenciara, permiso para vivir fuera del convento (licenia standi extra) y eludir as la disciplina monstica. Slo despus que se tapon esta fuente de males por medio de la reforma de las autoridades curiales, se mejor la situacin. En la orden de predicadores trabajaron con xito por la reforma los generales Toms de Vio, de Gaeta (1506-18), junto con su procurador general Nicols de Schnberg y Garca de Loaysa (1518-24), los tres posteriormente cardenales. Los ermitaos de san Agustn recibieron en Egidio de Viterbo (1506-18) un general de alta talla espiritual y amigo de la reforma, cuyas disposiciones fueron la base de la reforma bajo el generalato de Seripando7. La reforma de los carmelitas estuvo por los aos 1523-62 en manos del cipriota Nicols Audet, que por su parte continuaba la obra del ms frvido fautor de la observancia en el siglo xv, Juan Soreth, pero fue impedido durante los primeros aos de su cargo por un cisma surgido en Francia. En los franciscanos, el captulo general de 1517 llev a cabo la separacin de las dos ramas de conventuales y observantes, pero no acab con la secular disputa acerca del ideal religioso
6. Actas de los captulos generales de Roma (1508), Genova (1513), aples (1515), Roma (1518), Valladolid (1523) y Roma (1525): M O P ix, Roma 1917, 81-216; R. CHETTENS, Les vicaires gnraux de la Congrgaticm dominicaine de Lombardie 1459-1531: A F P 32 (1962) 285-326. 7. Las actas de los captulos generales de aples (1507), Viterbo (1511) y Rimini <1515) no se han conservado, cf. AAug ix (Roma 1918-19) 171-182.
franciscano. Aunque los observantes recibieron un general sabio en Francesco Lichetto (1518-20) y en Francisco Quiones (1523-27) y Vincenzo Lunelli (1535-41) generales amigos de la reforma, se form una tercera rama de la familia religiosa franciscana, que vino a ser la orden de los capuchinos. Los ascetas Matteo de Bascio y Ludovico de Fossombrone, que procedan de la observancia, pero no estaban satisfechos de ella, obtuvieron de Clemente vn a instancias de la duquesa Catalina de Camerino, en 1528, el permiso de observar la regla franciscana en su primitivo rigor y vestir un hbito de tela grosera con una capucha en punta. El movimiento que en sus comienzos se limit a la Marca de Ancona y a la Umbra, se dio en el captulo de Albacina (1529) los primeros estatutos que se orientaban al ideal eremtico y actuacin laical (trabajo manual, cuidado de los enfermos)8. A pesar de fuerte hostilidad, creci el nmero de miembros (1535: 35 conventos); pero slo el vicario general Bernardino de Asti, por medio de las constituciones por l compuestas (1536), que prescriban la cura de almas y la predicacin, dio al movimiento primitivamente asctico el carcter de una orden apostlica y vino a ser as fundador de la misma; Matteo y Ludovico se salieron. En virtud de la confirmacin expresa de Paulo ni en 1536, en la que intervino Vittoria Colonna, la aprobacin del vicario general qued reservada al general de los conventuales. Cuando el ms famoso predicador de la nueva orden, Bernardino Ochino, de Siena, fue acusado en Roma de doctrinas luteranas y en 1542 huy a Ginebra, se prohibi transitoriamente a los capuchinos la predicacin. La limitacin de la orden a Italia no acab hasta 1574. Cardenales y obispos Aunque desde las creaciones de Sixto iv estaba el colegio cardenalicio fuertemente amundanado, todava se sentaban bajo Julio n y los dos papas Mdicis en el senado de la Iglesia hombres aisla8. MHOMC v, 158-171; los estatutos de 1536 fueron impresos bajo el ttulo: Costituzioni de li frati Minori detti Capuccwi, aples 1537. 9. R.H. BAINTON, B. Ochino, Francfort del Meno 1940; B. NICOLINI, B. Ochino Capuccino: Atti dell'Accademia Pontaniana NS 6 (1956-57) 1-19; id., G. Musi e B. Ochino: Biblion 1 (1947) 9-45. Sobre las relaciones de Ochino con Bolonia y Lucca, cf. B. NICOLINI, Aspetti d% mta religiosa e letterana del Cinquecento, Bolonia 1963.
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dos excelentes: Oliviero Carafa (t 1511), que tom parte en los comienzos de reforma de Alejandro vi; desde la gran creacin de 1517, los generales de los dominicos y agustinos ermitaos que descollaron en el concilio v de Letrn: Toms de Vio y Egidio de Viterbo respectivamente: el uno comentador insuperable de santo Toms y exegeta independiente; el otro, platnico y humanista, que en su sermn programtico en la apertura del concilio de Letrn formul el principio que haba de regir la reforma catlica: Los hombres deben ser transformados por lo santo, no lo santo por los hombres. Adriano vi hall en Lorenzo Campeggio (t 1539), que entr en el estado eclesistico despus de diez aos de matrimonio, un consejero inteligente para las reformas por l proyectadas10. Como en el colegio cardenalicio, as tambin en el episcopado italiano haba puntos personales de enlace para una reforma catlica, siquiera no fueran muy numerosos. En su inmensa mayora, el episcopado no soaba, durante el primer tercio del siglo xvi, en reformas. Todos los grandes obispados se hallaban en manos de cardenales, que no residan, o haban pasado por resignacin a sus parientes o familiares, de suerte que se los ha designado como feudos de las grandes familias de la nobleza (Tacchi Venturi). La cura ordinaria de almas estaba consiguientemente por los suelos. Obispos que vivieran eclesisticamente y trabajaran en la cura de almas son raros. La tradicin pastoral del siglo xv, que fue mantenida por san Lorenzo Giustiniano (t 1455), san Antonino de Florencia (f 1459), Juan de Tossignano, obispo de Ferrara (t 1446), Antonio Bertini, obispo de Foligno (f 1486), tendra que haberse dado por interrumpida, si Pietro Barozzi, obispo de Padua (1487-1507), no hubiera ofrecido el modelo vivo de la imagen ideal de un obispo que trazara el laico Gasparo Contarini, el ao 1516, para su amigo Pietro Lippomani, elegido obispo de Brgamoai: La propia santificacin y la vida espiritual del obispo constituyen la base del magisterio y oficio pastoral; oficio que Barozzi ejerci no slo como predicador y pastor individual de almas, sino tambin a travs de los estatutos de reforma de un snodo diocesano (1488). Barozzi estaba bajo la influencia de los humanistas cristianos Guarino y Francesco Brbaro.
10 11 Memorial de Campeggio a Adriano vi de 23-3-1522 G. CONTARINI, Opera (minia, Venecia 1589, 401-431. CT x n , 5-17.
Aun cuando el estudio de las fuentes archvales est an en sus comienzos, puede afirmarse que tampoco en otras partes faltaban del todo buenos obispos. El antiguo obispo cortesano francs Claude de Seyssel, que permut el obispado de Marsella por el de Turn (1517-20), corresponda al ideal de obispo que l mismo dibujara en su tratado: Del triple estado de peregrino (1518)12. Antes de ser cofundador de la orden de los teatinos, J.P. Carafa trabaj como obispo de Chieti en los Abruzos en la reforma de su dicesis. Por obispos celosos pasaban tambin el cisterciense Jernimo Trevisani, obispo de Cremona (1507-23), y G. P. Grassi, obispo de Viterbo (1533-38). El cardenal Ercole Gonzaga, muy absorto polticamente como regente, por un tiempo, del ducado de Mantua, hizo visitar desde 1535 su obispado de Mantua por el excelente vicario general Francesco Mamo. El obispo Andrs de Novellis public para su dicesis de Alba estatutos diocesanos tan atinados, que su sucesor, el humanista Jernimo Vida, en la poca tridentina, no necesit sino renovarlos. El modelo de la futura reforma tridentina en el terreno diocesano, vino a ser Juan Mateo Giberti, obispo de Verona (1524-43)1S. Despus que, en 1527, tras el fracaso de su poltica francfila se retir de Roma a su obispado, organiz sistemticamente contra muchas resistencias la cura de almas, comenzando por la elevacin del clero por medio de una hermandad sacerdotal y lecciones para completar la educacin, la organizacin de un internado ya existente para un seminario sacerdotal, creacin de matrculas de familias en las parroquias, ordenacin de la predicacin e instruccin de mayores y nios, fundacin de una asociacin benfica (Societas caritatis), en que colaboraban obispo y prrocos con laicos. Toda la obra de reforma fue reunida, en 1542, en constituciones impresas; poco despus, Zini, secretario de Giberti, escribi su vida bajo el ttulo: Ejemplo de un buen pastor. Un nuevo ideal de obispo comenzaba a imponerse y a tomar tambin forma literaria. El des12. P. BKOUTIN - H. JEDIN, L'uque dans la tradlti&n pastorale dn XVIe sUcle, Lovaina 1953, 26-37. i 13. Las constituciones para la dicesis de Verona (1542) con otras piezas do actas sobre la reforma diocesana, as como la Vita GtberH compuesta por P. Fr. Zini con el significativo ttulo: Boni pastorxs exemplum estn contenidas en I.M. GIBERTI, Opera, ed dirigida por P. y H BALLERINI, Ostiglia 1740; all el lema de G.: Commisso gregi prodesse, non praeesse. Sobre el influjo de Giberti sobre el concilio de Trento y Cario Borromeo cf cap. 37 y 38
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cuido del deber de residencia, sobre el que se haba hecho hasta entonces con harta facilidad la vista gorda, fue sentido ms y ms como incompatible con aquel ideal. Del mbito mismo del misterio, sali desde fines del siglo xv un impulso para la renovacin religiosa. En casi todas las grandes ciudades de Italia nacieron hermandades para fomentar el culto de la eucarista, que cuidaban, por sus propios medios, de la digna reserva de las especies sacramentales, el mantenimiento de la luz perpetua y del acompaamiento de la comunin a los enfermos. La ereccin en Roma por Paulo m de una hermandad eucarstica primaria en S. Maria sopra Minerva, dio un centro a todas estas hermandades14.
forma simonaca, fue nombrado, en 1524 J.P. Carafa examinador de los candidatos al sacerdocio con amplias facultades16. Una mejora definitiva no vino hasta el nombramiento de Filippo Archinto para vicario de Roma (1542) y el examen de los candidatos por los jesutas. Los colegios fundados por los cardenales Capranica (1475) y Nardini (1484) para futuros sacerdotes recogieron slo una parte escasa de aspirantes y slo con gran restriccin pueden ser considerados como antecedentes de los seminarios sacerdotales tridentinos. Tampoco las disposiciones de reforma de Clemente vn para el ao jubilar de 1525 cambiaron gran cosa en la situacin. Slo la catstrofe del saqueo de Roma, que casi umversalmente fue mirado como castigo de la Roma del Renacimiento, inici una conversin interna o por lo menos hizo pensar que no se podan continuar como hasta entonces en la sede misma del papado.
El concilio lateranense V El nico intento de una reforma general de la Iglesia en vsperas de la escisin protestante de la fe, produjo saludables efectos en las rdenes mendicantes que deban defenderse de los ataques de los obispos por medio de su propia reforma; pero, en lo dems, los resultados fueron escasos. Ningn abuso fue atacado en su raz, ningn decreto de reforma fue consecuentemente ejecutado. Las constituciones de reforma de 1513-14 cortaron excesos en el sistema de tasas y provisiones curiales, pero no eliminaron la causa de ellos, que era la venalidad de los oficios y la acumulacin de prebendas. El decreto sobre la predicacin fue ms bien un equilibrio de competencias, favorable a las rdenes exentas, que no una verdadera reforma de la misma. La predicacin segui limitndose, en lo esencial, a los grandes ciclos de adviento y cuaresma, y fue casi exclusivamente ejercida por miembros de las rdenes mendicantes. La introduccin de la previa censura de libros hubiera tal vez impedido muchos males futuros, si realmente se hubiera ejecutado. De esta falta de consecuencia adoleca todo el ensayo de reforma, ya de suyo muy dbil. Para quitar fundamento a la queja justificada de que en Roma se conferan las rdenes sagradas sin asentimiento del ordinario competente y, velada o abiertamente, de
14. Bula Dommtts noster de 30-11-1539: BullRom vi, 275ss; segn TACCHI VENTUEI (1-1, 223) un documento que forma poca.
Francia y Alemania No haba al norte de los Alpes, en Francia y Alemania, indicios o comienzos de una reforma catlica? Tambin all hubo, en vsperas de la escisin protestante, obispos que se esforzaban por elevar al clero y la cura de almas; las parroquias estaban, en general, a ms alto nivel que en Italia y el deber de residencia no estaba tan descuidado. Pero ni el plan del flamenco Standonck para la reforma del clero secular francs (1493), ni los ensayos de una reforma sinodal propia, principalmente en la provincia eclesistica de Salzburgo (snodo provincial de 1512, convencin de reforma en Mhldorf de 1522), ni los impulsos que venan del humanismo cristiano de cuo nrdico aprovecharon inmediatamente a la reforma catlica, pues fueron absorbidos por la escisin protestante antes de que se les concediera atencin eficaz desde el centro de la Iglesia, el papado. Un impulso eficaz de reforma slo sali de la pennsula pirenaica; impulso que se distingue de todos los ensayos hasta aqu registrados.
15. El documento de nombramiento de 2-5-1524 (PELLICCIA, Preparadme 462s) da idea de las escasas exigencias impuestas a los candidatos a los rdenes, pues concede a Carafa el poder (no le impone la obligacin): promotos in regulis, more et norma celebratumis et recitattonis missarum, horarum caawnicarum et aliorum divinorunt officiorum ac ministerio sacramentorum docendi et imbuendi.
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Wligcii y JJCIICI
Espaa Mientras las fuentes de la reforma catlica estaban en Italia en comunidades o asociaciones reducidas de clrigos y laicos de donde salieron nuevas congregaciones religiosas y, en estadios posteriores, personalidades dirigentes, en Espaa, ya antes de fines de siglo, el episcopado y las rdenes monsticas y mendicantes, activamente favorecidas por los Reyes Catlicos, se convierten en representantes y fautores de la renovacin religiosa y eclesistica. Si en el resto de Europa haca mucho que la idea de cruzada haba perdido su fuerza, en la pennsula pirenaica la reconquista, es decir, la total expulsin de los moros del territorio nacional, sigui siendo fin poltico, pero tambin religioso. El fin fue logrado, cuando los reinos de Castilla y Aragn, unidos bajo Fernando e Isabel los Reyes Catlicos conquistaron Granada, ltimo baluarte islmico, el ao 1492. El mandato misional que el hecho supona no cogi inadvertida a la Iglesia de Espaa. Ya en el concilio nacional de Sevilla (1478), se lleg a un acuerdo entre los Reyes Catlicos y los obispos bajo la presidencia del gran cardenal, Pedro Gonzlez de Mendoza, sobre que la corona y el episcopado llevaran en comn a cabo la reforma de la Iglesia espaola y cerraran la puerta a eventuales intervenciones de fueraie. Obispos y otros titulares de prebendas estaban obligados a guardar la residencia por lo menos seis meses al ao, se limitaran las colaciones papales de prebendas (provisiones) y se limitaran los privilegios de las rdenes exentas. Las abadas no se entregaran a clrigos seculares. La estrecha colaboracin entre el poder eclesistico y civil result fecundo para la reforma, porque la piadosa y enrgica reina Isabel, bajo el influjo de su confesor, el monje Jernimo fray Hernando de Talavera, nombr para varias sedes de Castilla obispos idneos y celosos por la reforma, por ejemplo, en Burgos a Pascual de Ampudias, que continu all la obra de reforma de los conversos Pablo y Alfonso de Burgos. El mismo
16 Las cartas del concilio, Boletn de la Real Academia de Hist 22 (1893) 215 250, dan fiel idea de la colaboracin de la corona y del episcopado Los reyes catlicos proponen 16 artculos de reforma, los prelados contestan y hacen contrapropuestas, y se acuerdan 8 artculos de reforma.
fray Hernando de Talavera, primer arzobispo de la conquista de Granada (1493-1507) vino a ser un verdadero precursor y modelo del obispo de la reforma catlica por su trabajo personal en la administracin de los sacramentos y la predicacin (todos los domingos y das de fiesta), unido a medidas de amplia visin organizadora: construccin de unas cien iglesias, empleo de misioneros de lengua rabe, fundacin de un instituto para la formacin de futuros sacerdotes, de casas para hurfanos y conversos, redaccin de una Breve doctrina para instruccin del pueblo. Una generacin despus (desde 1529), su accin apostlica fue proseguida por san Juan de vila y posteriormente por el arzobispo Pedro Guerrero. Ms amplio an fue el radio de accin del cardenal Jimnez de Cisneros, arzobispo de Toledo (1495-1517). Originariamente jurista y vicario general del cardenal Mendoza en Sigenza, entr en 1484 en los franciscanos observantes y trabaj como provincial para la reforma, hasta que su hija espiritual Isabel la Catlica lo elev a la dignidad de primado de Espaa, Con mano firme, a veces dura, impuls la reforma del clero secular y regular y, en la universidad de Alcal, por l fundada, cre un centro de humanismo y teologa positiva, cuya realizacin mxima fue la Polglota complutense (1514-17). Por impulso suyo fue traducida al espaol la Imitacin de Cristo, y el Exercitatorium spirituale de su sobrino Garca est tambin bajo el signo de la devotio moderna. Como abad de Montserrat, Garca agreg el famoso monasterio a la congregacin reformada de Valladolid y fund all mismo una imprenta ". La colaboracin, tpica de Espaa, de la corona y el episcopado se mostr de nuevo cuando, el 17 de diciembre de 1511, Fernando el Catlico reuni en Burgos a varios prelados para consultarles acerca de la asistencia al concilio de Letrn. En los dictmenes que presentaron al rey y en la instruccin de ste para los enviados al concilio, hay ecos de ideas del tiempo de los concilios de reforma 1S. Pascual de Ampudias, obispo de Burgos, protesta de que los decretos del concilio de Constanza sobre la eleccin del papa y la reforma general de la Iglesia hubieran sido modificados por el
17 A ALBAREDA, La imprema de Mo ititnat Analecta Montserratensia 2 (1918) 11 166 18 Los votos de los obispos junto con la instruccin de los enviados al concilio en J M DOUSSINAGUE, Fernando el Catlico y el cisma de Pisa, Madrid 1946, 521-543.
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papa y los cardenales; la doctrina de que el papa no puede cometer simona, con la que se justificaba la praxis de la datara, deba condenarse como hereja. Deza, arzobispo de Sevilla, el gran inquisidor, atribuye el desorden de la Iglesia a la facilidad con que se conceden dispensas papales del derecho comn. Ambos convienen en que deben restringirse las reservaciones papales, moderarse las tasas y acabar con la paralizacin de la jurisdiccin eclesistica por obra de las apelaciones a Roma. Se hace un recuento de casi todos los abusos de que posteriormente se hablara en el concilio de Trento; sin embargo, el programa positivo de reforma est menos desarrollado. Deza aboga por la introduccin del concurso parroquial a ejemplo de la dicesis de Palencia, gracias al cual dispone sta de ms clrigos letrados que todos los dems obispados juntos de Castilla. En su instruccin a los enviados del concilio pide el rey la abolicin formal del decreto de superioridad del concilio de Constanza, pero que se confirme el decreto Frequens y otros decretos de reforma de los concilios de Constanza y Basilea. El tema de la reforma de la Iglesia fue considerado a par como tema nacional, pues todos estaban de acuerdo en que la reforma ya en marcha de la Iglesia espaola no lograra su fin sin la reforma general de la Iglesia. En las ramas espaolas de las rdenes mendicantes, la ejecucin de la observancia progresaba como en ningn otro pas. Los franciscanos recoletos que miraban como su padre espiritual a Pedro de Villa Creces, fueron favorecidos por Cisneros, que proceda de sus filas. Las provincias reformadas de los ermitaos de san Agustn no iban en zaga a los observantes en fidelidad a la regla, pero creaban frecuentes dificultades al gobierno de la orden por su espritu independiente. Despus que fracasara un intento anterior de Deza (1500), las provincias espaolas de los dominicos se unieron en el captulo de Burgos (1506) bajo la direccin del P. Diego Magdaleno con los observantes. Por obra de Domingo de Mendoza, penetraron en Espaa las ideas ascticas y reformistas de Savonarola y fecundaron la vida espiritual, siquiera produjeran tambin disputas en torno a la visionaria Mara de Piedrahita y el ultrarreformador Juan Hurtado de Mendoza. Al ser llamado a la universidad de Salamanca el dominico Francisco de Vitoria, se convirti aqulla en punto de arranque de la renovacin de la teo610
logia escolstica (cf. cap. XLI). Vitoria tom por base de sus relectiones, muy concurridas, la Suma teolgica de santo Toms, pero trataba tambin, dentro de su espritu, las cuestiones actuales de la tica colonial y derecho de gentes, de la reforma y del concilio. Sin hacer concesiones a la teora conciliar, peda seguridades contra el desprecio de los decretos de los concilios ecumnicos por parte de los papas19. De su escuela salieron los grandes telogos espaoles del concilio de Trento (Domingo de Soto, Andrs de Vega) y obispos eminentes de la poca de la reforma. La reforma de la Iglesia espaola sufri un golpe durante los primeros aos del reinado de Carlos v por razn de los desrdenes polticos del momento (guerra de los comuneros); el emperador tropez con crtica violenta por parte de Pablo de Len (Gua del cielo compuesto antes de 1527) y de Juan de Maldonado (Pastor bonus, compuesto en 1520). Al mismo tiempo penetraron en Espaa ideas erasmianas, cuya puerta fue, desde la conferencia de Valladolid, la universidad de Alcal. Sus principales representantes fueron los hermanos Juan y Alfonso de Valds, ambos al servicio de Carlos v 20 . El Dilogo de la doctrina cristiana (1529) de Juan era un catecismo erasmiano, de cuo espiritualista que predomin luego en su hermano Alfonso. El pensamiento erasmiano penetr incluso en la jerarqua: el cardenal Lpez de Mendoza, obispo de Burgos (1529-37), protegi a Erasmo contra Ziga. Aunque la reaccin contra los erasmitas comenz ya en 1530 (proceso contra el helenista Juan Vergara), las ideas erasmianas siguieron influyendo lo mismo en la predicacin que en la instruccin del pueblo hasta que a mediados de los aos 1550 fueron definitivamente suprimidas por la inquisicin. Este evangelismo espaol es rama de un movimiento europeo, que no entr como tal en la reforma catlica, sino que termin por ser rechazado por sta. La contribucin de Espaa a la reforma catlica est en su episcopado, que la foment y practic, y en la teologa de Salamanca; obispos y telogos espao19. La Relectio v n , habida en 1534, lleva el .significativo titilo: Utrum concMum genrale possit facer decreta et leges condere, quas nec Summus Pontifex possit immutare vel per dispensaii&nem vel prorsus per abrogationem? 20. DOMINGO DE STA. TERESA, Juan Valds. Su pensamiento religioso y las corrientes espirituales en su tiempo, Roma 1957; J. MESEGUEK, Nuevos datos sobre los hermanos Valds: Alfonso, Juan, Diego y Margarita: Hispania 17 (1957) 369-394; J.I. TEUJSCHEA, Juan Valds y Bartolom de Carranza. Sus normas para leer la Sagrada Escritura: R E T 22 (1962) 373-400.
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les configuraron en parte la paz del concilio de Trento, porque tras ellos estaba el imperio espaol. En Espaa finalmente tuvo su origen la Compaa de Jess, la orden religiosa que ms eficazmente impuls a la reforma.
en Estudios ignacianos, ed. dirigida por J. IPARRAGUIRRE, 2 t , Roma 1957. En el 400 aniversario de su muerte aparecieron numerosas biografas de
desigual valor: G. PAPASOGLI, Roma 1955; J. BRODRICK, A. GUILLERMON,
F. WULF, R.G. VILLOSLADA (juntos 1956, Villoslada en 2 ed. 1961); Commentarii Ignatiani, Roma 1956, el tomo jubilar de AHSI, donde se rene la bibliografa jubilar 617-639. Con penetrante comentario que se acerca a una biografa: H. RAHNER, /. v. L. Briefwechsel mit Frauen, Friburgo 1956; id., Ignatius v. L. ais Mensch u. Theologe, Friburgo 1964; J. LEWIS, Le gouvernement spirituel selon S. Ignace de Loyola, Brujas-Pars 1961; La novsima biografa sobre Ignacio de Loyola y los jesutas: AHSI 35 (1966), 420ss; R. GARCA VILLADA, Loyola y Erasmo. Dos almas, dos pocas, Madrid 1965. Ejercicios: H. BOHMER, Loyola und die deutsche Mystik, Leipzig 1921; L. ZARNCKE, Die Exercitia Spir. des hl. I. v. L. in ihren geistesgeschichtlichen Zusammenhngen, Leipzig 1931; A.M. ALBAREDA, lntorno alia scuola di orazione metdica stabilita a Monserrato dall'abbate Garca Jimnez de Cisneros: AHSI 25 (1956), 254-316. Sobre su originalidad: A. CODINA, LOS orgenes de los ejercicios espirituales de S. 1. de L., Barcelona 1926; P. DE LETURIA, Gnesis de los Ejercicios de S. Ignacio y su influencia en la fundacin de la Compaa de Jess: AHSI 10 (1941), 16-59; H. RAHNER, /. von L. und die aszetische Tradition der Kirchenvter: ZAM 17 (1942), 61-77; id., /. v. L. und das geschichtliche Werden seiner Frmmigkeit, Salzburgo 1949, fundamental; id., Zur Christologie der Exerzitien: GuL 35 (1962), 1438, 115-140; J. IPARRAGUIRRE, Espritu de S. I. de L., Bilbao 1958; F. CHARMOT, Lunin au Christ dans factions selon S. Ignace, Pars 1959; J. DE GUIBERT, La spiritualit de la Comp. de Jsus, Roma 1953 (obra capital). Primeros compaeros: F. CERECEDA, Diego Lanez. en la Europa religiosa de su tiempo, 2 t , Madrid 1945; J. DANEMARIE, Le bienhereux P. Favre, Pars 1960; G. GUITTON, Le bienhereux P. Favre, Lyn-Pars 1960; M. NiCOLAU, J. Nadal, Madrid 1949; G. SCHURHAMMER, Franz Xaver I, Friburgo 1955; O. KARRER, Der hl. Franz von Borja, Friburgo 1921; C. DE PALMASES -J.F. GILMONT, Las obras de S. Francisco de Borja: AHSI 30 (1961), 125-179; C. ENGLANDER, Ignatius von Loyola und Johannes von Polanco, Ratisbona 1956; J.E. GILMONT, Les crits spirituels des premiers Jsuites. 1Uventaire comment, Roma 1961. Historia de la orden: La orden cuid desde el principio con diligencia su archivo (cf. G. SCHURHAMMER, Der Ursprung des rmischen Archivs der Gesellschaft Jesu: AHSI 12 (1943), 89-118) y su historia. Exposiciones ms antiguas de conjunto: N. ORLANDINI, F. SACCHINI y otros. Historia S. I., 6 partes, Roma 1614-1859; D. BARTOLI, Dell'istoria della Comp. di Ges, 6 t , Roma 1650-60; J. CRTINEAU-JOLY, Histoire religieuse, politique et littraire de la Comp. de Jsus, 6 t , Pars 31851, fuertemente apologtica; E. ROSA, / Gesuiti dalle origini ai nostri giorni, Roma 31957; TH.J. CAMPBELL, The
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Jesuits, Londres 1935; R.G. VILLOSLADA, Manual de historia de la Compaa de Jess, Madrid 1941; H. BECHER, Die Jesuiten, Munich 1951, el mejor resumen en lengua alemana; ms extensa, pero que slo llega hasta 1579, J. BRODRICK, The Origins ot the Jesuits, Londres 1940; id., The Progress of the J., Londres1 1946. Buena sntesis por cuadros, F.X. WEMZ-J.B. GOETTOUWERS, Synopsis Historiae Societatis Jesu, Lovaina 1950. Ricas en material, pero de distinto valor son las historias de las asistencias o provincias compuestas por mandato de la orden: B. DUHR, Geschichte der Jesuiten in den Lndern deutscher Zunge, 4 t , Friburgo-Ratisbona 1907-28, que llega hasta la supresin y es imprescindible tambin para la historia de la Iglesia en Alemania en los siglos xvi a xvm; A. ASTRAN, Historia de la Compaa de Jess en la Asistencia de Espaa, 7 t , Madrid 1902-25; P. TACCHI VENTURI, Storia della Compagnia di Ges in Italia, 2 t , Roma 21930-51, que slo llega hasta 1556, cont. para el generalato de Lanez por M. Scaduto, Roma 1964; H. FOUQUERAY, Histoire de la Comp. de Jsus en Frunce, 5 t., Pars 1910-25, hasta 1645, completada por P. DE LATTRE, Les tablissements des Jsuites en France, 4 t , Pars 1941-56; A. PONCELET, Histoire de la Comp. de Jsus dans les anciens Pays-Bas, Bruselas 1927-28; F. RODRIGUES, Historia de la Companhia de Jess na Assistncia de Portugal, I, Oporto 1931; A. KROSS, Geschichte der Bhmischen Provinz der Gesellschaft Jesu, 2 t., Viena 1910-38. Las historias de las provincias de ultramar, cap. 45 y 46. Obras de consulta y polmica sobre el espritu de la orden: B. DUHR, Jesuitenfabeln, Friburgo *1904; L. KOCH, Jesuitenlexikon, Paderborn 1934; P. LIPPERT, Zur Psychologie des Jesuitenordens, Friburgo 21956; G. GNDLACH, Zur Soziologie der kath. Indeenwelt und des Jesuitenordens, Friburgo 1928; H. SrOECKIUS, Forschungen zur Lebensordnung der Gesellschaft Jesu im 16. Jh., 2. a parte, Munich 1910-11; M. MIR, Historia interna documentada de la Comp. de J., 2 t., Madrid 1913; P.M. BAUMCARTEN, Ordenszucht und Ordensstrafrecht (der Jesuiten), Krumbach 1932; P. VON HOENSBROECH, Der Jesuitenorden, 2 t , Leipzig 1926-28, panfleto; estimaciones de la orden procedentes de no jesutas: PILATUS (= V. NAUMANN), Der Jesuitismus, Ratisbona 1905; R. FLOP-MLLER, Macht und Geheimnis der Jesuiten, Lucerna 1929; H. BHMER, Die Jesuiten, ed. dirigida por K.D. SCHMIDT, Stuttgart 21957.
El fundador igo Lpez de Loyola, vastago de una de las diez grandes familias del pas vasco, nacido en el castillo familiar (prov. de Guipzcoa) el ao 1491, recibi ya de muchacho la tonsura y un beneficio familiar, pero fue educado caballeresca y cortesanamente, y (probablemente desde 1507) estuvo, en Arvalo, al servicio del tesorero mayor de Castilla Juan Velzquez con quien aprendi no slo el trato cortesano, sino tambin los valores morales de la lealtad a la casa real legtima. Siguiendo su impulso aventurero, entr como oficial al servicio del duque de Njera, y fue gravemente herido en el sitio de Pamplona por los franceses el 20 de mayo de 1521. Mientras la curacin de su pierna rota lo sujet largo tiempo en el lecho de enfermo, ley la Vida de Cristo de Ludolfo de Sajonia, traducida al espaol por Ambrosio Montesa, y una traduccin espaola de la Leyenda de oro (Flos sanctorum) de Jacobo de Vorgine. Al comprobar que esta lectura le produca tranquilidad interior, e inquietud los libros de caballera, le vino el deseo de llevar a cabo, en lugar de las hazaas guerreras que se le negaban, grandes cosas en servicio de Dios, sobre todo grandes obras exteriores de dicho arte (obras de penitencia), porque los santos los haban practicado para gloria de Dios 1. Despus de una confesin general en el monasterio de Montserrat, colg su espada y daga ante la imagen de la Virgen, depuso sus vestidos de caballero y se visti hbito de peregrino e hizo vela ante el altar. Luego se traslad a la vecina Manresa, donde, leyendo fervorosamente la Imitacin de Cristo, pas por una transformacin mstica y escribi las primeras partes
1 I.i fuente principal es la autobiografa puesta por escrito de Gonzlez, superior de la casa profesa de Roma, a base de la narracin oral del santo en los aos 1553 y 1555, se nterrumiie despus de 1538. El texto original espaol, italiano desde el cap. 79 con la traduccin latina de Coudray M H S I Fontes narr. I, 353-507; se completan por una carta de Lanez de 16 de junio 1547 (ibid., 70-145), apuntes de Polanco y Nadal, y sobre todo por el Memorial de Gonzlez sobre el ao 1555 (ibid., 527-752). Traduccin alemana de la autobiografa por A. 1<EDER, Ratisbona 1922, B. SCHNEIDER, Der Bertcht des Pilgets, 1 riburgo 1956 Sobre crtica de las fuentes J. SSTA, Ignatiius von Loyola Selbstbwgraplne M I o G 26 (1905) 45-106 El diario espiritual (MHSI Const. i. 86-158) es extremadamente seco sobre todo en las partes postenores; extracto: A. FEDEK, AUS dem Gnstltchen Tagebuch des I. v. L., Ratisbona 1922; I. v. L., Das geistliche Tagebuch,
ed. dirigida por A. H A S S y P . KNAER, Friburgo 1961; P DE LETUHIA, La Conversin de
El instrumento ms eficaz de la renovacin de la Iglesia catlica fue la Compaa de Jess. En la persona y obra de su fundador aparecen claras las ideas fundamentales de la reforma catlica, reciben un sello nuevo que se mantendr durante siglos y logran fecundidad histrica.
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de su libro de los Ejercicios. Visiones que tena al principio se le revelaron como accin diablica. Despus de un perodo de desesperacin durante el cual trat de conquistar la paz espiritual a costa de exageradas obras de penitencia y largas horas de oracin, recibi en nuevas visiones, sobre todo en la habida en la capilla de san Pablo junto al ro Cardoner, tal claridad sobre la realidad y armona de los misterios de la fe, que posteriormente, cuando sus compaeros lo abordaban en demanda de decisiones, Ignacio sola referirse a las intuiciones entonces recibidas. El fin de su vida era ahora consagrarse totalmente al servicio de Dios y a la salud de las almas. En la mstica transformacin de Manresa, igo, el peregrino y penitente, se convirti en Ignacio, el hombre de la Iglesia (H. Rahner). Pero todava no vea claro el camino que para ello tena que seguir. Por ms de diez aos lo estuvo buscando. Una peregrinacin lo llev, ao de 1523, por Roma a Jerusaln pero su plan de establecerse permanentemente en Palestina fall ante la prohibicin del custodio de Tierra Santa. A su vuelta, aprendi en Barcelona los rudimentos de latn, y en Alcal (1526-27) comenz el estudio de las Artes. Como, apoyado por compaeros de sus mismas ideas, comenz a practicar la direccin espiritual de mujeres, se hizo sospechoso de alumbrado, fue interrogado por tres veces ante la inquisicin o el tribunal episcopal y estuvo en la crcel durante 42 das. Como los trabacuentas con la autoridad eclesistica se repitieran al proseguir sus estudios en Salamanca, se traslad, en 1528, a Pars 2 , donde vivi en el colegio de santa Brbara. El sustento lo fue mendigando en peregrinaciones hasta Flandes e Inglaterra. Nuevamente se hizo sospechoso, porque daba ejercicios espirituales a compaeros de estudio. Graduado de magister artium, el 15 de agosto de 1534, hizo voto en Montmartre, con otros seis compaeros (Lanez, Salmern, Bobadilla, Francisco Javier, Rodrguez y Fabro) de pobreza y castidad, de peregrinar a Jerusaln y de trabajar por la salud de las almas; en la renovacin de los votos el ao 1536, se agregaron Lejay, Brot y Codure. Para llevar a cabo la proyectada peregrinacin a Jerusaln, los compaeros se encontraron en Venecia el 8 de enero de 1537. Al impedrseles embarcarse, se dedicaron all y en los contornos al aposto2. R.G. VILLOSLADA, La Universidad de Pars durante los estudios de Francisco de Vitoria, Roma 1938; G. SCHURIIAMMER, Frans Xave i, Friburgo 1955, 71-261.
lado y al servicio con los hospitales. El 24 de junio de 1537, se orden Ignacio de sacerdote. Pasado un ao, convinieron en ofrecer sus servicios al papa. Acompaado de Lanez y Fabro, Ignacio se traslad a Roma en noviembre de 1538. Poco antes de llegar, durante la oracin en una capilla junto a La Storta, una promesa de Cristo le infundi nimo: Yo os ser propicio 3 . En Roma estuvieron al principio las ventanas fuertemente cerradas, y hasta fue de nuevo acusado de hereja. El proceso acab con absolucin y el ambiente se torn favorable bajo la impresin de la accin apostlica del reducido grupo; entonces, primavera de 1539, se decidi a fundar la nueva orden. Una splica dirigida al papa por mediacin del cardenal Contarini contena la Formula Instituti, es decir las ideas fundamentales del Instituto. Nuevo era que adems de los votos de pobreza y castidad, se emitira el tercero de obediencia al papa. Vencidos los reparos del cardenal Guidiccioni, personalmente cercano al papa Paulo m, y del cardenal Ghinucci, conservador, fue confirmada la Compaa de Jess a 27 de septiembre de 1540 por la bula Regimini militantis ecclesiae4-. Su fin es militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir slo al Seor y al papa, su vicario sobre la tierra por la predicacin, la enseanza y las obras de caridad. Los miembros hacen los tres votos corrientes, pero adems el cuarto de obedecer sin vacilacin (sine ulla tergiversatione aut excusatione) todo mandato del papa para salud de las almas y dilatacin de la fe. El 8 de abril de 1541 fue Ignacio elegido superior (praepositus) y el 22 del mismo mes se emitieron en san Pablo los votos solemnes. La residencia constante del fundador fue en adelante Roma, desde 1544 la casa profesa con la capilla de S. Maria della Strada. La sola tarea de su vida fue la elaboracin de las constituciones y la organizacin de la orden. Punto de partida de las constituciones \ para cuya redaccin, aparte de Lanez, se ayud de Nadal,
3. T H . JAUMWN, DXC Benchtc uber die Viswn des hl. Ignatius bel La Stotta. A H S I 27 (1958) 181-208. Las fuente*, sobre la acusacin de 1538: MHSI Fontes narr. i, 500s. 4. Texto en Mirbt, n. 430 con los documentos; MHSI Const. i, 1-32. El nombre de compagma que antes se interpret, a la espaola, militarmente, es referido al italiano compagno = compaero, por "1 n AVMANN, Compagine de Jsus. Origine et sens primitif de ce nom: RAM 37 (1961) 47-60. 5. Para el origen de las constituciones, cf Introduccin al tomo i de la edicin en MHSI, all tambin la edaccum de 1541.
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su ms ntimo colaborador, y de su secretario Polanco, es la Formula Instituti de 1539. Ignacio estudi a fondo las reglas de las rdenes monsticas y mendicantes y pidi sobre puntos determinados la opinin de sus primeros compaeros; ello condujo a una completa refundicin de la primera redaccin de 1541, y a introducir por va de prueba, en 1550, la segunda redaccin. Modificadas an varias veces en lo sucesivo, las constituciones estaban acabadas a la muerte del fundador y fueron puestas en vigor por la congregacin general de 1558. Las Constituciones regulan con la mayor diligencia la admisin y estudios de los miembros. Slo tras un noviciado de dos aos se emiten los votos simples; durante su estudio de filosofa y teologa que dura por lo menos siete aos, y se interrumpe por actividad prctica de maestro y educador, el escolstico es desde luego miembro de la Compaa, pero puede ser despedido en cualquier momento. Recibida la ordenacin sacerdotal, hace un tercer ao de noviciado (tercera probacin) y luego, segn la aptitud, es admitido a los tres votos no solemnes como coadjutor espiritual o, tras nuevos aos de prueba, a los cuatro votos solemnes (el cuarto voto de obediencia al papa) como profeso en sentido estricto. Los profesos forman el verdadero ncleo de la orden y entre ellos se proveen los cargos superiores. La constitucin de la orden es estrictamente monrquica. El general (Praepositus generalis) es elegido de por vida por la congregacin general y prcticamente posee poder ilimitado de gobierno. l nombra a todos los superiores, que tienen que darle regularmente cuenta. En el gobierno de la orden es ayudado por los asistentes a quienes se confan eventualmente varias provincias. La congregacin general que se rene a la muerte del prepsito se compone del vicario, elegido para el perodo de transicin, los asistentes, los provinciales y de dos representantes elegidos de cada provincia. La congregacin es el supremo rgano legislativo. El estricto centralismo sirve al fin de la orden, que es trabajar en cerrazn militar y rigurosa obediencia por la causa de Cristo y de la Iglesia. La obediencia, a los ojos de Ignacio, es la concrecin de la entrega a la voluntad de Dios y de la propia abnegacins.
6_ P. BEET, Les fondements de l'obissance Ignatlenne A H S I 25 (1956) 514 538, B. SCIINEIDER, Znm historischen Verstandnis des Papstgehoi sams-Gelubdes: A H S I 25 (1956) 488 513, K D. SCHMIDT, DXC Gehorsamsidee des I. v. L, Gotinga 1935.
En su testamento sienta la regla: En todo lo que no sea pecado debo seguir la voluntad del superior, no la ma, porque Dios mismo habla por boca del superior. Si prosigue: Debo mirarme como un cadver, que no tiene voluntad ni sentir, entiende una obediencia ascticamente condicionada y completa, pero no una obediencia de cadver. Es cuestin discutida si las reglas para sentir con la Iglesia tienen sentido antiprotestante o antierasmista'. En todo caso, la viva repulsa de Erasmo por Ignacio tiene su ms profundo motivo en la crtica erasmiana contra la Iglesia y sus formas de piedad. El nombre de Lutero no aparece ms que una vez en las cartas de Ignacio, y se da por cierto que no ley ninguno de sus libros8, y no hay siquiera en l un indicio de controversia teolgica. Si es cierto que su bigrafo Ribadeneyra traza determinados paralelos entre la vida de Lutero e Ignacio, de ah no se sigue para nada que el fundador de la Compaa de Jess se sintiera como Antilutero, ni fundara su orden como un escuadrn contra el protestantismo. La impugnacin de ste fue tomando cada vez ms amplio espacio, pues la crisis de la Iglesia peda combatir en ese frente; pero su fin capital sigui siendo la renovacin interior por medio de los ejercicios y el apostolado universal. La renuncia a hbito propio y al rezo del coro hasta entonces usual en todas las rdenes religiosas, y sobre todo la eleccin de por vida del general tropezaron con violenta crtica en Paulo iv que, desde el choque con Ignacio en Venecia le era adverso y lo calific de tirano. Impuso a la orden las convenientes modificaciones de las constituciones, que, a su muerte, fueron de nuevo suprimidas por Po iv. El cargo de protector de la orden que, desde 1544 hasta 1564, fue ocupado por el cardenal Rodolfo Po de Carp, no fue ya cubierto a la muerte de ste9; tambin en esto tiraba la Compaa por veredas propias. La antigua bienhechora del fundador, Isabel Roser, de Barcelona, le impuso la fundacin
7. J. SALAVERRI, Motwacin histrica- v significacin teolgica del ignaciano sentir con la Iglesia- E E 31 (1937) 139-171; P. DE LETURIA, Sentido verdadero en la Iglesia militante: Gr 23 (1942) 137-168; R.G. VITLOSLADA, 5. Ignacio de Lyala y Erasmo de Rotterdam. E E 16 (1942) 235-264, 399-426, 17 (1943) 75-103. 8. H. WOLTER, Gestalt und Weik der Reformatoicn im Urteil des hl Ignatius von Loyola: Lortz F I, Baden-Baden 1958, 43 67 9. J. W I C K I , R.P da Carp, erster und emziget Cardinalprotektor der GeselUchaft Jesu: Mise. Hist. Pont 21 (Roma 1959) 243-267.
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de una rama femenina de jesutas en virtud de una disposicin de Paulo ni obtenida por aqulla; pero ya un ao despus (1. de octubre de 1546) fue anulada con permiso del papa. Ignacio escribi a Isabel, profundamente desilusionado: He llegado a la intuicin, de acuerdo con mi conciencia, no ser compatible con las tareas de esta nuestra Compaa, ocuparse expresamente en la direccin de mujeres que emiten voto de obediencia 10 . Despus de un pleito enojoso y un proceso entablado por el sobrino de Isabel sobre subsidios financieros que Ignacio recibiera de da, se avino sta y tom la vuelta de Barcelona. La resolucin del santo estuvo indudablemente influida por las muchas dificultades en que se debatan entonces las rdenes mendicantes por razn de la direccin espiritual de los monasterios de mujeres ligados con ellas. A pesar de todo, el 3 de enero de 1555, admiti a la infanta doa Juana, hija de Carlos v, bajo nombre supuesto, a los llamados votos de los escolsticos y la recibi as, revocablemente, en la Compaa " . Al morir Ignacio el 31 de julio de 1556, se encontraba la orden en una grave crisis, originada por la antipata de Paulo iv contra Espaa y los espaoles, que llevaron a la guerra de Carafa. Ya al recibir la noticia de la eleccin del papa Carafa, le temblaron a Ignacio, segn propia confesin todos los huesos del cuerpo. Cuando estall la guerra se registr la casa profesa en busca de armas; no se hall ninguna. Nueva sospecha surgi cuando algunos padres espaoles propusieron celebrar la congregacin general fuera de Roma. El vicario general Lanez logr que se celebrara en Roma (agosto-septiembre 1558); a su prudencia y tctica dilatoria se debi que la orden atravesara con vida el difcil perodo del pontificado de Carafa. Ignacio se neg de por vida a posar para ser retratado. Base de los retratos posteriores (por ejemplo, el de Coello) es la mascarilla mortuoria tomada por un desconocido. Sin embargo, estamos relativamente bien informados sobre su pergeo exterior. Era de mediana estatura (1,58 m.) y de constitucin ms bien delicada que robusta. La cabeza con ancha frente y la nariz aguilea
10 H R\HNER, L v L Bnefwechsel mit Frailen, 332. 11 Instructivo es el memorial de 26 de octubre de 1554 en H Bnefwechsel mxt Frauen, 62-
estaban dominadas por ojos de penetrante mirada, la expresin del rostro era la expresin alegre del hombre unido con Dios. El flamenco Coster describa as su aspecto exterior a 29 de mayo de 1553: El anciano caminaba por el jardn apoyado en un bastn. De su rostro irradiaba piedad; es manso, amigable y amable, de suerte que conversa con doctos e indoctos, grandes o pequeos. Ignacio junta en s clara racionalidad y mstica entrega a Cristo, rigor de soldado en la concepcin de la obediencia y gran libertad interna en la configuracin de la vida interior, mirada infalible de las tareas universales de la Compaa y amorosa comprensin del individuo, la cortesa del hombre de mundo y sana inteligencia que sabe a tierra de labriego vasco. Manteniendo siempre aristocrtica reserva, ni siquiera con sus ms inmediatos colaboradores trata nunca en pie de igualdad o familiaridad. Acostumbraba meditar larga y cuidadosamente sus resoluciones y consultarlas con Dios en la oracin; pero, una vez tomada la decisin, la ejecutaba sin miramiento a nadie y hasta con dureza. En sus Exerdtia spiritualia se muestra como uno de los grandes maestros de la vida espiritual, como conocedor penetrante de la naturaleza humana y maestro del trato de los hombres 12. Su nombre no es original: exerdtia llamaban los seguidores de la devotio moderna sus apuntes espirituales; el ao 1500 Garca Cisneros, abad de Montserrat, public un Exerdtatorium spiritucde. Pero por su fondo y estructura, los Ejercicios son indiscutiblemente propiedad de Ignacio, precipitado o poso de su lucha con Dios. El 31 de julio de 1548 recibieron la aprobacin papal despus de examinados por el cardenal de Burgos, el vicario general de Roma, Archinto, y el Magister S. Palatii, Egidio Fosearan. Consta desde mucho ha histricamente que, en el libro de los Ejerddos espirituales se cre el carcter y pensamiento de Ignacio de Loyola su ms clara expresin y que del mundo ideal de este libro sali y sigue an saliendo su orden religiosa. De las dos meditaciones ms importantes de este libro: del reino de Cristo y de las dos banderas, podemos resumir en una sola frase el
12. Edicin crtica en los MHSI adems de la bibl all citada, P. DE LETURIA, La dezotw moderna en el Montserrat de S Ignacio R F 111 (1936) 371-386; M. BATLLORI, Montserrat t la Companym de Jess Miscel lama Anselm Albareda i, Montserrat 1962, 89-100.
RVHNER, / . v.
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v j u g c n y p e n e t r a c i n a e la r e i o r m a
catlica
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plan fundamental de la vida perfecta: El hombre ha sido creado para luchar contra Satans, en reverente servicio de la Majestad trina de Dios por imitacin del hombre crucificado, Jess, en la Iglesia militante, y entrar as en la gloria del Padre. Lo particular en este ideal de perfeccin y que corresponde a la exigencia del tiempo, radica en su estrecha vinculacin a la Iglesia visible: De la unin de la caridad que rompe todo marco con la insercin apretada al cuerpo de la Iglesia se desencadena aquella enorme fuerza que podemos comprobar histricamente con su obra. 18 Aunque no faltan rasgos muy personales que han de explicarse por su propio proceso de formacin, como la explicacin del reino de Cristo por rasgos de un reino terreno, en cuyo servicio se hizo grande Ignacio, el libro de los Ejercicios est saturado de ideas fundamentales de la teologa tradicional. Si el cuarto da de la segunda semana de los Ejercicios pone al hombre ante la alternativa de las dos banderas, la de Cristo y la del diablo, bajo una de las cuales ha de militar, no hace sino seguir las huellas de la teologa agustiniana de la historia expresada en las dos ciudades. Las notas mas antiguas del ideal de perfeccin cristiana que en sus comienzos slo haba visto a la luz refractada de las leyendas medievales (Onofre, Francisco y Domingo), las conoci posteriormente con ms exactitud por el estudio de las reglas de las grandes rdenes y las fundi en su nuevo ideal, distinto ciertamente, pero saturado del espritu de la tradicin. La unin de la tradicin asctica con la experiencia personal ha hecho de los Ejercicios espirituales un libro decisivo en la historia de la humanidad (H. Bohmer). Su capacidad de remodelar al hombre que lo descubre segn el espritu de su autor, hace de la obra de Ignacio algo excepcional 14.
Propagacin Los dos grandes libros: las Constituciones y los Ejercicios, irradian la fuerza de la personalidad de Ignacio, y forma la base de la
13 H RAHNER, I v Lo\ola, l i s 14 K HOLL, Dte geistlichen bungen de* Ignatius ion Laxla Xirchenfeschichte n i , Tubinera 1928, 285 301, la cita p 285 Ges. Aufsatze zur
maravillosa propagacin de la orden ya en los primeros decenios despus de su fundacin. Hasta 1550 aproximadamente se destaca an principalmente el trabajo individual de los miembros en el apostolado y doctrina; a partir de esa fecha se consolida la orden por la fundacin creciente de casas (casas profesas, colegios, residencias) y por el acabamiento de la organizacin. La limitacin del nmero de miembros a 60 se abandon ya en 1544. Ya en 1539 el padre Araoz haba ido a Espaa, haba entrado en la orden en Pars. El mismo ao, el padre Fabro, acompaando al diplomtico Ortiz, que haba hecho antes ejercicios con Ignacio, se traslad a Alemania y poco despus ganaba a Pedro Canisio para la Compaa. Los padres Lejay y Bobadilla marcharon en 1542 a Ratisbona para fortalecer all el catolicismo. A requerimiento del rey Juan m de Portugal, parti Francisco Javier para las Indias orientales con otros tres compaeros. Lanez y Salmern tomaron parte como telogos pontificios en el primer perodo de sesiones del concilio de Trento. A comienzos de 1548 se encarg a los jesutas el examen de los candidatos al sacerdocio en Roma. Las solicitudes de obispos y otras altas personalidades pidiendo padres al general se acumulaban de forma que no podan, ni con mucho, ser atendidas. Sin embargo, hubo tambin resistencias. En los reinos espaoles, de donde proceda la mayor parte de los primeros miembros, ni Carlos v ni su sucesor Felipe II fueron afectos a la compaa15, y Melchor Cano, de gran predicamento como telogo y estimado en la corte fue su exasperado enemigo. Un fuerte respaldo hall la orden en Francisco de Borja, duque de Ganda y virrey de Catalua que, en 1545, admiti a siete jesutas en Ganda, y, en 1546, entr l mismo en la Compaa. El excesivo fervor asctico que mostraron l y otros miembros espaoles puso, sin embargo, temporalmente en peligro la unidad de tendencias de la rama espaola. La provincia fundada en 1547 fue dividida ya despus de siete aos en tres provincias (Castilla, Aragn y Andaluca), siquiera por miramiento al orgullo nacional espaol estuvieran unidas bajo Borja como comisario. En Granada, el arzobispo Guerrero, gran amigo de la Compaa, facilit
15 M BATLLORI, Carlos V y la Compaa de Jess Carlos V Estudios carohnos, Barcelona 1959, 131 148 Cuarto centenario del emperador
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Origen y penetracin
la fundacin de un colegio, y casi simultneamente surgieron otros en Zaiagoza, Sevilla y Medina del Campo. En Portugal, gracias a Rodrigues que gozaba de alto valimiento con el rey Juan m, logr la Compaa una expansin francamente impetuosa. La primera fundacin fue la de Lisboa, ao de 1541, en 1542 sigui un colegio en Coimbra, en 1546 fue nombrado Rodrigues primer provincial de Portugal. El nmero de miembros creci tan rpidamente que la formacin interna no poda ir al mismo paso. Como Rodrigues no acababa con los abusos, fue depuesto el ao 1552; el nuevo provincial, Mirn, despidi a 130 miembros y sk mantuvo 105. En Italia, a la fundacin de los colegios de Mesina (1548) y de Palermo (1549), sigui la del colegio romano (1551) que vino a ser el principal foco de estudios de la orden. El ao 1556 se haban fundado ya o estaban para fundarse colegios en veinte ciudades de Italia, entre ellas aples, Florencia, Bolonia, Mdena, Ferrara, Venecia y Genova. En cambio, la Compaa choc en Francia con la repulsa del parlamento de Pars y de la Sorbona. El P. Domnech fue expulsado de Pars el ao 1542 y se traslad a Lovaina. Aunque en 1552 se erigi una provincia francesa, hasta 1556 no pudo abrirse el primer colegio en Billn, gracias al favor del obispo de Clermont. Tras el xito de Lanez en su actuacin en el coloquio religioso de Poissy (1561), el parlamento de Pars dio su asentimiento para nuevas residencias, y ahora siguieron, a cortos intervalos, las fundaciones de Tournon, Rodez y Pars. La fundacin de colegios en los Pases Bajos fue dilatada porque, a los comienzos, los estados generales negaron a la Compaa los derechos de asociacin; hasta 1562 no se fundaron colegios en Bruselas y Tournai. En las palabras de Nadal: Vae nobis. si non iuvemus Germuniam, se da bien a entender la importancia que daba Ignacio a la crisis alemana. Favorecedores principales de la orden fueron el cardenal Otto de Augsburgo, los duques de Baviera y el rey Fernando i; su alma, Pedro Canisio que, desde 1549, trabaj en la universidad de Ingolstadt como profesor y en el apostolado, dirigi la fundacin de los colegios de Viena (1552) y de Ingolstadt (1556) y el mismo ao fue nombrado provincial de la provincia altoalemana, de la que se desmembr la bajoalemana. Los colegios de 624
Munich (1559), de Trveris (1560) y Dillingen (1563) que se organiz en universidad, tuvieron por fin ser puntos de apoyo del catolicismo en grave peligro en Alemania. Las fundaciones de colegios que se multiplicaron desde los aos 1550, son consecuencia de una ampliacin de la actividad de la orden, que sera del mayor alcance. La Compaa sigue siendo orden consagrada al apostolado, pero pasa a ser en medida creciente orden educadora, porque se reconoci como la tarea ms urgente la formacin de una nueva generacin. Los colegios que originariamente estaban destinados a la formacin de los miembros de la orden en universidades ya existentes y por tanto necesitaban ingresos y bienes races fijos, pasaron a admitir tambin alumnos externos que no pensaban en ingresar en la Compaa. El colegio de Mesina fue el modelo de este nuevo tipo. Por eso, en las constituciones de 1550, junto a los colegios destinados a la formacin de aspirantes a la orden (generalmente en universidades), aparecen otros con enseanza pblica propia. En la redaccin definitiva de las constituciones el acento se ha desplazado ya: Los colegios son ms bien para externos, y sirven juntamente para la formacin de los estudiantes de la Compaa16. Aunque Ignacio reconoci la necesidad de esta transformacin, por fautor principal de la nueva idea de los colegios ha de ser tenido Lanez. Sin duda el ms agudo pensador teolgico de la orden, foment durante su generalato (1558-1565) la tendencia a la enseanza y educacin en la orden y obtuvo de Po iv el derecho de conferir grados acadmicos. El ao 1563 naci junto al colegio romano la primera congregacin mariana, que propona por fin fomentar una seleccin de los mejores, religiosa y ascticamente. Aunque Lanez posea en el fondo un carcter imperativo y a causa de ello fue duramente tratado por Ignacio, gobern como general con gran suavidad. La orden creci a un ritmo cada vez ms acelerado. Al morir su fundador, tena un millar de miembros en doce provincias; al morir Lanez el 19 de enero de 1565, contaba con 3500 miembros en 18 provincias. Jesutas trabajaban en todas las partes del imperio portugus (todava no en el espaol): desde 1549 haba una provincia en la India con
16. L. LUKCS, De origine cMcgiorum externorum deque controversias circa eorum paupertatem obortis: A H S I 29 (1960) 189-245, 30 (1961) 1-89.
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A A A I V . LOS comienzos ae ia reiorma catlica en Koma Inquisicin: G. BUSCHBELL, Reformation und Inquisition in Italien um die Mitte des 16. Jh., Paderborn 1912; P. PASCHINI, Episodi della lnquisizione a Roma nei suoi primi decenni: Srudi romani 5 (1957), 281-301.
sede en Goa, desde 1553 otra en Brasil; el ao 1555, Nez Barreto fue el primer jesuita que pis China; desde 1562 haba una residencia en Macao.
XXXIV.
F U E N T E S : BullRom vi, 173-401; Raynald, Ann. Eccl. xx-1; N B D , i, 1-11 Gotha 1892- Berln 1910; actas previas del concilio de T r e n t o : C T IV (1904); G. RIBIER, Lettres et Mmoires d'Estat sous Frangois I, Henry II et Francois II, 2 t., Pars 1666; Acta nuntiaturae Callicae, i: Correspondance des Nortees en France Carp et Ferrero 1535-40, ed. dirigida p o r J. LESTOCQUOY, Roma-Pars 1961, cf. G. ALBERIGO: Critica storica, 1 (1962), 66ss; P.G. BARONI, La nunziatura in Francia di Rodolfo Pi 1535-37, Bolonia 1962; Correspondance du Card. de Tournon, ed. dirigida por M. FRANCOIS, Pars 1946; Nunziature di Venezia, ed. dirigida por F . GAETA, 2 t , R o m a 1958-60, cf. id.: Annuario dell'lstituto storico ilal. per Veta moderna e contempornea, 9-10, 1957-58, 5-281. B I B L I O G R A F A : PASTOR, V; C. CAPASSO, Paolo III, 2 t, Messina 1924; L. DOREZ, La cour du Pape Paul III, 2 t, Pars 1932; L. CARDAUNS, Von Nizza bis Crpy, Roma 1923; W. FRIEDENSBURO, Kaiser Karl V. und Papst Paul III., Leipzig 1932; K. BRANDI, Kaiser Karl V., 2 t., Munich 1937-41; P. RASSOW - F . SCHALK, Kart V. der Kaiser und seine Zeit, Colonia 1960 (104-117 la poltica conciliar del emperador); H. JEDIN, Geschichte des Konzils von Trient, i, Friburgo 2 1951, 232-434 (con ms bibliografa sobre los trabajos de St. Ehses y otros aprovechados ya por Pastor; id., Eine bisher unbekannte Denkschrift Tommaso Campeggios ber die Reform der Romischen Kurie: LORTZ F I, Baden-Baden 1958, 405-417, K. ScHMini, Karl V. in europaischer Sicht. Referencias a otros trabajos: H J 80 (1961), 270-285; W. GRAMBERG, Die Hamburger Bronzebste Pauls III: Festschrift E. MEYER, Hamburgo 1959, 160-172. Evangelismo italiano: Opuscoli e tettere di riformatori italiam' del Cinquecento, ed. dirigida por G. PALADINO, 2 t , Bar 1913; E.M. JUNG, On the Nature of Evangelism in Sixteenth-Century Italy: Journal of the History of Ideas 14 (1953), 511-527; Bibliografa sobre Vittoria Colonna en el escrito jubilar: V. Colonna, Marchesa di Pescara, Roma 1947, 126-134. El carcter ambivalente del evangelismo ha sido a menudo desconocido bajo la impresin de posteriores apostasas y procesos de la inquisicin, por ejemplo por H.W. BEYER, Die Religin Michelangelos, Bonn 1926.
La propia reforma de los miembros, tal como se llev a cabo en los grupos reformistas italianos y en las nuevas rdenes religiosas salidas de ellos, y sobre todo en la Compaa de Jess, slo poda extenderse al cuerpo de la Iglesia caso que se apoderara antes de la cabeza. La marcha hacia Roma se dio en el pontificado de Paulo m, siquiera no se diera por propia fuerza del movimiento reformador, sino bajo la presin de los progresos al parecer incontenibles de la escisin de la fe que entonces se consolidaba en Alemania como escisin de la Iglesia y comenzaba a propagarse por toda Europa. Paulo m (1534-49) no puede an considerarse como el primer papa de la reforma catlica, s, empero, como quien le prepar el camino. De un conclave de dos das (11-13 octubre) sali papa el ms antiguo y espiritualmente ms importante de los cardenales: el cardenal decano Alessandro Farnese. Hijo an del Renacimiento y nutrido de su cultura, no slo debi a su corrupcin el capelo cardenalicio (por obra de Alejandro vi en 1493), sino que l mismo le pag tributo en su vida personal. Los hijos habidos de unin ilegtima antes de la recepcin de los rdenes mayores (Pierluigi y Costanza) y los nietos (Alessandro el Joven y Ottavio) vinieron a ser un grave lastre de su pontificado. El encumbramiento de su familia y su admisin entre las dinastas de Italia por el traspaso a Pierluigi de los ducados de Parma y Piacenza, y hasta miras remotas sobre Miln influyeron funestamente las decisiones polticas y hasta las eclesisticas del papa. Su poltica de neutralidad entre las dos grandes potencias de Habsburgo y Francia serva a veces no menos a los intereses dinsticos que a los eclesisticos. A pesar de todo, su pontificado es un nuevo comienzo. Paulo in comprendi que la poltica oportunista de Clemente vn, que operaba casi exclusivamente con medios diplomticos, tena que ser impotente, porque desconoca las fuerzas motoras del tiempo; el pontificado tena que tender la mano a las fuerzas de renovacin, si quera contener el avance de la escisin protestante. A la reforma protestante haba que oponer una reforma catlica. Reforma y concilio estaban inseparablemente unidas en la conciencia del tiempo,
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y vinieron a ser elementos esenciales de su programa de gobierno. La fundacin de la Inquisicin romana sirvi ms para la defensa que para la construccin positiva. Las puertas por donde penetraban las nuevas doctrinas en Italia eran Miln y Venecia, que, por sus relaciones comerciales, mantenan estrecha unin con Alemania del norte y Suiza; pero tambin en la Italia central (Mdena y Lucca) y en aples se formaban ya comunidades de nueva fe. Escritos de edificacin como el librito: Del beneficio de Cristo, difundan una piedad que slo telogos formados reconocan como no catlica. Laicos interesados por temas religiosos se apretaban para or las lecciones sobre las cartas paulinas y discutan sobre problemas de la justificacin, sobre la gracia, la libertad y la predestinacin. La mayor poetisa de Italia, Vittoria Colonna, el ms grande artista de su tiempo, Michelangelo Buonarroti, haban sido arrastrados por el movimiento del evangelismo, que tena muchos valores positivos, pero ocultaba tambin graves peligros. Desde fines de los aos 1530 se multiplicaban los casos en que predicadores procedentes sobre todo de las rdenes mendicantes originaban polmicas y escndalos, pero no se les poda pedir cuentas a tiempo, o no se pedan en absoluto por razn de las interferencias de competencia entre superiores religiosos, obispos e inquisidores locales1. De ah que, por breve de 14 de enero de 1542, levant el papa para Italia todas las exenciones en materias de la inquisicin, y por la bula Licet ab initio de 21 de julio 1542, traspas el cuidado por la pureza de la fe, la investigacin y castigo de las faltas o delitos contra ella, aquende y allende de los Alpes, a una comisin de seis cardenales (Carafa, Toledo, Parisio, Guidiccioni, Laurerio, Badia), cuyos poderes se extendan hasta imponer la pena de muerte a herejes contumaces. El juicio sobre los que estaban dispuestos a retractarse quedaba reservado al papa 2 . Correspondi al espritu del papa que, durante su pontificado, la praxis de las nuevas autoridades fuera relativamente benigna; pero se hizo ms rigurosa al crecer el influjo de Carafa, autor espiritual de la nueva institucin, y, por sugestin suya, en
1. fundamental B. FONTANA, Documenti Vaticam contro l'eresia 'utherana in Italia. ASR 15 (1892) 71ss; H. JEDIN, Em Streit um- den Augustinismus vor dem. Tridentinum: RQ 35 (1927) 351-368; P. PASCHINI, Venezia e l'Inquisisione Romana da Giulio III a Pi IV, Padua 1959, 3-29. 2. BullRom vi, 344s.
1551 fue nombrado como comisario general el dominico Michele Ghislieri. En 1543 prohibi de manera general la inquisicin romana la importacin de los libros protestantes a Italia, siquiera para la ejecucin de la prohibicin hubiera que apelar a la colaboracin del brazo secular. Aleander, nuncio de Venecia, no pudo impedir que entraran de contrabando libros prohibidos. La vigilancia sobre la prensa se encareci tambin a los nuncios de la corte imperial del rey Fernando i y de Francia. Morone y Tommaso Campeggio redactaron listas de telogos controversistas alemanes 3 , pero su apoyo por parte de Roma fue insuficiente. Slo posteriormente se apreci suficientemente la importancia de la prensa para la difusin del protestantismo y para la reforma catlica (cf. cap. XLII). Ms importante que estas medidas defensivas fue el refuerzo de los elementos reformistas de la curia por el nombramiento de cardenales de estricto espritu eclesistico y el fomento de la reforma de las rdenes religiosas. Tampoco en el alto Renacimiento haban faltado nunca en el senado de la Iglesia hombres partidarios fervientes de la reforma: Oliviero Carafa y Francesco Piccolomini, Edigio Canisio y Cayetano mantuvieron enhiesta la gran tradicin del siglo xv, pero no pudieron imponerse contra los poderosos nepotes, contra los prncipes de espritu mundano de las casas dinsticas y contra los cardenales de la corona de las grandes potencias. Sin embargo, slo un colegio cardenalicio ntimamente renovado poda elegir a un papa reformador. Paulo m comenz desde luego creando cardenales a dos nepotes an jvenes, Alessandro Farnese y Guido Ascanio Sforza, pero de la siguiente creacin de cardenales (21-5-1535) sali junto con el obispo mrtir John Fischer la futura cabeza del partido de reforma en la curia, Gasparo Contarini (1483-1542), que imbuido religiosamente del espritu del crculo de Giustiniani, vivi como embajador de la repblica de san Marcos cerca del emperador (1521-25) los comienzos de la escisin protestante y, aunque todava laico, actu como controversista. Contarini fue el alma de la reforma catlica en Roma y partidario de tender un puente a los luteranos4. En
3 4 Caid. NBD 1-2, 68, 1-6, 293ss. F . DITTRICH, G. Contarini, Braunsberg 1885; id., Reffesten und Briefe des G. Contarini, Braunsberg 1881; G. Contal mis gegenreformatorische Schriften,
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los aos siguientes recibieron la prpura Carafa, cofundador de los teatinos, el humanista Sadoleto6, Aleander, familiarizado con los asuntos de Alemania8, el ingls Pole, altamente estimado por su profunda piedad; luego siguieron Marcello Cervini, que subira a la ctedra de Pedro como primer papa reformista; Morone, que trabaj en Alemania, el dominico Bada y el benedictino Crtese 7, ambos distinguidos por su piedad y saber. Si se aade que tambin entre los cardenales salidos de la carrera curial y entre los cardenales de la corona, principalmente entre los espaoles, haba hombres convencidos de la necesidad de la reforma de la Iglesia, como los canonicistas Guidiccioni *, Ghinucci y Sfondrato, el espaol Juan lvarez de Toledo, no parece exagerado hablar de una renovacin del colegio cardenalicio. Sin embargo, los cardenales reformistas no formaban un grupo compacto de tendencia uniforme; de acuerdo todos en el fin, no lo estaban en la eleccin de los medios. Contarini y Carafa estaban persuadidos de que eran necesarias profundas y radicales intervenciones en la organizacin de las oficinas curiales, de las rdenes religiosas y del clero secular: el grupo conservador, compuesto en gran parte de canonistas curiales crea poder llevar a cabo la reforma de la Iglesia no por nuevas leyes, sino por el retorno al antiguo derecho, es decir, a la observancia de los estatutos cannicos. Enemigos de todo cambio de la situacin eran los empleados curiales, organizados en colegios, cuyos ingresos estaban amenazados por las reformas9. El grupo tena un firme respaldo en algunos directores de oficinas curiales, por ejemplo, en el gran penitenciario Pucci. Que Paulo m diera espacio de juego a las tres tendencias dice con la amplitud
ed. dirigida por K HUNERMANN CCath 7 (1923); H. JEDIN, Contarim und Ca~ maldoh, Roma 1953; ms bibliografa DHGE x i u , 771-784; LThK 2 m , 49s; cf. A. CASADEI, Lettere del Cardivale G. Contarim durante la sita legazione de Bologna 1542Astlt (1960) 77-130, 220 285; H. MACXENSEN, Cmtanm's Theologicat Role at Ratisbon m 1541: ARG 51 (1960) 36-57; A. STELLA, La lettera del Card. C. sulla predestinazione: RSTI 15 (1961) 411-441. 5. S RITTEE, Un Umanista telogo: J, Sadoleto, Roma 1912. 6. G. MULLE, Die drei Nunttaturen Ahanders m Deutschland- QFIAB 39 (1959) 222-276; cf. tambin ibid., 328-342. 7. Opera, 2 t., Padua 1774. 8. H. JEDIN, Concilio e riforma nel penstero del Card. B. Guidiccioni: RSTI 2 (1948) 33-60. 9. W. v. HOFMAW, Forschungen sur eschichte der kurialen Behrden vom Schisma bis sur Reformation, 2 t., Roma 1914, part. i, 243-329.
de su pensamiento, pero expresa perfectamente cuan limitada era su voluntad de reforma. La renovacin del colegio cardenalicio no dej de tener consecuencias para la reforma de las rdenes mendicantes, en cuyas manos estaban, por lo menos en Italia, la teologa, la predicacin y la cura de almas urbana. Como protectores de ellas, los cardenales reformistas tenan la posibilidad de favorecer los elementos de reforma en este importante sector. Se descartaron amplios planes de simplificacin de la vida religiosa, tal como fueran propuestos desde los grandes concilios de reforma y ltimamente por el cardenal Guidiccioni: benedictinos y cistercienses como nicas rdenes monsticas; dominicos y franciscanos, nicas rdenes mendicantes, ms una orden de caballera; y tambin la supresin propuesta por Carafa de las ramas de conventuales de las rdenes mendicantes. LO> dominicos hubieron an de sufrir, al cesar los buenos generales Cayetano y Loaysa, por el frecuente cambio en el gobierno y la debilidad de los generales Butigella y Du Feynier; sus protectores Pucci y Salviati eran indiferentes a la reforma. Slo el general Romeo, procedente del convento de san Marcos de Florencia (15361552), y su sucesor Usodimare (1553-58) la tomaron en sus manos, apoyados por el cardenal protector, Juan lvarez de Toledo, oriundo de la orden10. En la familia religiosa franciscana, cuyas dos ramas estaban separadas desde 1517, todava hubieron de sufrir en los comienzos los conventuales por la decadencia de la disciplina, aunque seguan produciendo como antes buenos telogos, por ejemplo, B.G.A. Delfino. Los observantes recibieron en Lunello (1535-41) y Calvi (1541-47) excelentes ministros generales, a los que asistieron como protectores los cardenales Quiones y Carpi. En el captulo general de aples (1539), por iniciativa personal del papa, Seripando fue elegido general de la orden de ermitaos de san Agustn, puesto particularmente en mal trance por la apostasa de Lutero, con mandato de restablecer las costumbres y la recta doctrina11. Cuando, despus de excelente gestin de su cargo, renunci el ao 1551, cuid de que por el nombramiento de Cervini como
10. Acta de los captulo generales de Roma (1539, 1546, 1553) y Salamanca (1551): B.M. REICHERI, Acia cap. gen O P. iv, 266-361; WALZ, 257ss. 11. Analecta Augustimana ix (1921) 277: ut odo vcster quandoque restauretur ac suae mtegritati pristmoqite suae sanctwioniae candori resiititatur; las actas de los captulos generales de aples (1539), Roma (1543), Recanati (1547): ibid , 271-381, x, 117-166.
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protector, se prosiguiera la reforma bajo su sucesor. Audet, general de los carmelitas de 1523 a 1562, hizo el balance de la orden para el cardenal Maffei, nombrado protector: de 30 provincias de la orden, 6 estn destruidas (en Norteuropa); las restantes, o estn ya reformadas o ganadas para la reforma12. En los servitas, los generalatos de Laurerio (1535-42), elevado al cardenalato, y de Bonuccio (1542-53) que descoll en Trento, marcan un giro francamente positivo18. Sin perjuicio de la diversidad de constituciones de las rdenes religiosas, estos reformadores perseguan en lo esencial los mismos fines: restablecimiento de la vida comn, abolicin de la propiedad personal, mayor vigilancia en la admisin y formacin de candidatos; y emplean los mismos medios: amplios viajes de visita para ejecutar los decretos de los captulos generales, nombramiento de provinciales idneos. Se refuerza la autoridad de los superiores generales, y hasta en las rdenes mendicantes se nota claramente una tendencia al centralismo, como se impona en la Compaa de Jess. Cuanto mayores progresos haca la reforma, menos justificada apareca la situacin aparte de las ramas de observantes. Entre los ermitaos de san Agustn y los carmelitas, las congregaciones de observantes, que se haban hecho casi independientes, fueron puestas de nuevo, tras largas disputas, bajo la autoridad del general. El papa favoreca esta evolucin en inters de la reforma, pero no se decidi a acabar con el influjo disolvente de la disciplina religiosa, de las dispensas y privilegios concedidos con harta facilidad por la curia, particularmente por la penitencia, sealadamente el permiso, de que frecuentemente se abusaba, de vivir fuera de la comunidad y aceptar beneficios, con cuya ayuda eludan toda reforma los enemigos de reformarse. Lo mismo que los esfuerzos de reforma por parte de obispos particulares, la reforma pretridentina de las rdenes religiosas choc con una barrera que slo poda romperse por la reforma de las autoridades curiales. Purga Romam, purgatur mundus; este santo y sea dirigido a Adriano vi mantena an toda su validez. Intentos de reforma de
12. A. STAKING, Der Karmchtenijeneral NiJiolaus Audet und ds kalhplischc Reform des 16. Jh., Roma 1959, 427-431. 13. P. SOULIER, ConstititUmes antiquae et recentiores Serv. S. Mariae, Bruselas 1905, (captulo general de Kutn [1548]). Sobre lo que sigue ef. car. 36 y 38.
las oficinas curiales los hubo desde finales de los concilios de reforma bajo Po II, Sixto iv, Alejandro vi, y en el concilio v de Letrn, pero ninguno fue llevado a trmino. Al contrario, el nmero de empleos venales aumentaba constantemente por motivosfiscales.Para hacerse pagar, se elevaban y multiplicaban las tasas, muchas de las cuales no eran fijas, sino que se determinaban por el datario en libre acuerdo con las partes. Toda reforma mermara los ingresos de los empleados y del papa. Paulo ni no dej de hacer en sus comienzos los gestos de reforma que haban venido a ser poco menos que rutinarios. Poco despus de su eleccin nombr una diputacin de cardenales para la reforma de las costumbres. Tambin la diputacin ampliada, instituida a 23 de agosto de 1535 se mantuvo en los marcos tradicionales. Slo el prximo concilio movi al papa, en otoo de 1536, a llamar a Roma a ocho hombres independientes, no ligados a intereses creados, de cuyas deliberaciones sali un dictamen de reforma, el Consilium de emendando Ecclesia, que fue entregado al papa el 9 de marzo de 1537 y explicado por Contarini14. Con admirable franqueza sealaba el dictamen como raz de todos los males la exageracin de la teora papal y la avaricia; peda un cambio profundo de la praxis de dispensas de la curia, limitacin de las exenciones, mayor diligencia en la colacin de las rdenes sagradas y una nueva faz, verdaderamente cristiana, de la ciudad de Roma. El memorial no permaneci secreto. Se imprimi primero en Italia y luego en Alemania, y se abus de l como supuesta confirmacin de las acusaciones hechas antes por los enemigos del pontificado 15. Pero tambin el conservador Guidiccioni vio en l un ataque injustificado contra la praxis secular de la curia, que deba tolerarse, si bien no negaba del todo la necesidad de una reforma1S. Sintomtico del destino del audaz ensayo fue la lucha que se entabl por los aos de 1537-38 en torno a la datara. Contarini y Carafa no lograron imponerse contra los canonistas Ghinucci y Simonetta; las com14. CT X I I , 131-145, con la* firmas: Contarini, Carafa, Sadoleto, Pole, Ridolfi, Aleander, Giberti, Crtese y Badia; extracto: Mirbt, n. 427. 15. Por ejemplo, por Lutero (WA 1, 288ss) y J. Storm, contra quien escribi J. Cocleo su Aequitati disausio super Constlio delectorum cardinalium (1538) ed. dirigida por H. WALTER: CCath 17 (1931) 16. CT Xli, 226-256; ensayo de una ordenacin cronolgica de documentos en parte
no fechados JEDIN I, 584S.
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posiciones) de la datara que en el dictamen se designan sin tapujos como simona, hallaron defensores teolgicos, y el papa se aterraba de ver mermarse una parte considerable de sus ingresos. A fines de 1537, un observador daba la noticia: La reforma de la datara se ha deshecho en humo. Como estos ensayos de reforma se encallaron tambin en los aos siguientes los de reforma de la cancillera, de la cmara, de la penitenciara y la Rota, principalmente porque los colegios de empleados tuvieron ocasin de defender su supuesto buen derecho. Se desterraron abusos particulares, pero la accin total no tuvo xito decisivo, porque el papa slo con vacilacin respald a los autores del dictamen. El abuso ms grave en la Iglesia pretridentina era la infraccin del deber de residencia por parte de los representantes de la cura ordinaria de almas, obispos y prrocos. La ausencia se fundaba en la idea de que el derecho a los beneficios y a sus ingresos era separable del cumplimiento personal de los oficios ligados a este cumplimiento. Los cardenales posean obispados que jams haban visto con sus ojos; en Roma y Venecia vivan permanentemente docenas de obispos que apenas si visitaban nunca sus dicesis, que hacan administrar por medio de vicarios. El descuido de la obligacin de residencia parroquial es ms difcil de comprobar estadsticamente17. Tambin en este punto inici Paulo ni la mejora de la situacin. El 13 de diciembre invit a 80 obispos presentes en Roma a que marcharan a sus dicesis. Los obispos se defendieron sealando los mltiples obstculos que de arriba, de abajo y de fuera se oponan a su accin episcopal 18 : las numerosas exenciones de personas particulares, rdenes religiosas y corporaciones, el escaso influjo en la colacin de prebendas, el favor dado a elementos hostiles a la reforma por medio de las apelaciones a los tribunales romanos, las mltiples intervenciones de la autoridad civil en la prctica judicial y administracin
17. Ejemplar ixir su mtodo - J. ABsir, L'absentisme dit clcrg paratsstal au diocese de Liege au XV' et dans la premete tnoiti du XVI' siecle R H E 57 (1962) 5-44 (descuido del deber de residencia no equivala a descuidar la cura de almas). Cf. tambin F.W. OEDIGEK, Niederrhcimsche Pfarrkirchen um 1500. AHVNrh 135 (1939) 132s (de 143 prrocos del arcedianado de Xanten, hacia 1500, unos 60 pagaban la tarifa de ausencia). Segn P H . HUGHES, The ReformaHon %n England i, 103, en el obispado de Lincoln 1518-19, en 1088 parroquias visitada-, haba 247 prrocos ausentes, el ao 1530 en proporcin era de 585: 43. 18 CT iv, 481-485.
de los bienes de la Iglesia. Las exigencias de los obispos fueron atendidas, por lo menos parcialmente, por una bula de reforma, concedida a comienzos de 1542, que no entr nunca en vigor.
Convocatorias del concilio El servicio indiscutiblemente mayor de Paulo m a la reforma catlica fue la convocacin del concilio de Trento. Convencido de muy atrs de que la tctica dilatoria de su antecesor era equivocada, se propuso desde el comienzo la organizacin de un concilio universal. El papa se daba cuenta, y se la dio cada vez ms, del riesgo que ste supona para el papado desde la aparicin del conciliarismo y frente al antirromanismo ampliamente difundido. Por la larga dilacin del concilio no hicieron sino crecer las dificultades. Las promesas de un concilio por parte del papa no fueron en absoluto tomadas en serio por los protestantes, y muchos catlicos acabaron tambin no dndoles valor, Un concilio que haba de reunirse de todas las partes de la cristiandad, necesitaba del asentimiento de las potencias, para las que era, a par, un hecho poltico de primera categora. Frente a las principales po^ tencias rivales, Habsburgo y Francia, el papa se haba decidido a la neutralidad; pero cmo conciliaria con la lucha contra la apostasa protestante? Slo teniendo en cuenta todas estas circunstancias, cabe entender la poltica conciliar del papa, cuya sinceridad se ha puesto frecuentemente en duda 1 9 . En la primavera de 1535. anunciaba el papa por sus nuncios en Alemania (Vergerio), Francia (Carpi), y Espaa (G. Guidiccioni) la prxima convocacin de un concilio, y propona como lugar de reunin primero Mantua, luego Turn, Piacenza y Bolonia. Francia lo rechaz, porque del concilio tema una debilitacin de la oposicin protestante contra el emperador y. consiguientemente, un acrecentamiento de poder de su principal contrincante; y cedi, cuando el papa, en negociacin personal con el emperador
19. P. LETRIA, Paolo III e ti Concilio di Trento nelle memorie di Cario V: CivCatt 97, I I (1946) 12-23; el problema de la poltica conciliar imperial ha sido de nuevo planteado por G. M U X R , Zur Vorgeschichte des Tridentinums. Karl V. . das Konsil wdhrend des Pontifikates Clemens VII: ZKG 74 (1963) 83-108.
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logr el asentimiento de ste para Mantua, sin abandonar su neutralidad de principio en la guerra prxima. La bula Ad Dominici gregis curatn de 2 de junio de 1536 convoc el concilio en Mantua y le asign por tareas la condenacin de las herejas, la reforma de la Iglesia y el restablecimiento de la paz entre los prncipes cristianos para repeler el peligro de los turcos. Tres causas se juntaron para desvanecer la primera convocatoria. La liga de Esmalcalda rechaz estrictamente, a 24 de febrero de 1537, la invitacin llevada por el nuncio Peter van der Vorst; Francisco i declar a Mantua inaceptable para l, por hallarse en territorio del emperador; el duque de Mantua pidi una guardia conciliar de 5000-6000 hombres que sera sostenida por el papa. Ya que, por lo dems, se pas la fecha sealada de apertura (23-5-1537), Paulo m se vio obligado a permutar a Mantua por Vicenza. Los tres cardenales Campeggio, Simonetta y Aleander nombrados legados se trasladaron all; pero como no se presentaron los obispos, hubo de aplazarse por segunda vez la apertura. El 21 de mayo de 1539 se aplaz por tiempo indefinido. Aunque haba terminado entretanto la guerra entre Carlos v y Francisco i por el armisticio de Niza, se abandon provisionalmente el proyecto de concilio, pues las negociaciones de unin con los protestantes alemanes iniciadas por el emperador parecan poner en el dominio de la posible otra solucin de la crisis religiosa. Su dramtico punto culminante, el coloquio religioso de Ratisbona de 1541, demostr la imposibilidad de tender un puente. La escisin de la Iglesia era ya un hecho que no poda eliminarse ni por la generosa voluntad de inteligencia por parte del legado papal Contarini (cf. cap. xxm). El fracaso de Ratisbona que coincida con las amenazadoras noticias sobre la penetracin del protestantismo en Italia, determin al papa, el verano de 1541, a volver de nuevo al proyecto conciliar. Durante una reunin con el papa en Lucca (septiembre de 1541) propuso el Csar a Trento como lugar del concilio, pues situado en territorio imperial llenaba la exigencia de un concilio en tierras alemanas. El papa mantuvo por de pronto todava Mantua (junto con Ferrara y Cambrai), pero aprob finalmente el acuerdo del nuncio Morone con los estamentos del imperio y, por la bula Inith nostri huius pontificatus de 22 de mayo de 1542, 636
convoc el concilio para el 1. de noviembre de 1542 en esta ciudad. Tambin esta convocatoria qued sin resultado, pues ya en verano estall de nuevo la guerra entre Carlos v y Francisco i. El papa permaneci otra vez neutral, pero Francia rechaz la asistencia al concilio. El Csar tom la convocacin del concilio como un gesto sin seriedad. Su ministro Granvela, delegado a Trento a principios de enero de 1543, comprob que, aparte los legados Parisio, Morone y Pole no haba all ningn obispo; en mayo, a despecho y pesar de mltiples invitaciones del papa, slo haba diez. Un encuentro en Busseto junto a Parma (junio de 1543) no trajo avenencia alguna: el papa se negaba a abandonar la neutralidad, y el emperador a entregar Miln a los Farnese, codiciado sobre todo por el nepote Alessandro. Como las cosas no podan seguir en el aire en Trento sin prdida de la autoridad, el 29 de septiembre de 1543 dispuso el papa la suspensin del concilio. La tensin entre l y el emperador subi de punto, cuando, en la dieta de Espira (1544), para obtener la ayuda de los estamentos contra Francia, hizo Carlos v considerables concesiones a los protestantes y, para la futura dieta, dio esperanzas de una reforma de la Iglesia sin contar con el papa. En un breve conmonitorio (24-8-1544) protest ste solemnemente y ofreci de nuevo el concilio. Inesperadamente, vino ste a ser pronto realizable por la paz de Crpy (18-9-1544). La paz no slo eliminaba el principal obstculo que se opuso al xito de la primera convocatoria en Trento, sino que contena adems una clusula secreta en que Francisco i daba de mano a su oposicin contra Trento y se declaraba dispuesto a mandar obispos y legados a un concilio reunido all (o en Cambrai o Metz). Con ello tena el Csar la iniciativa para la solucin de la cuestin del concilio. En l madur el gran plan de quebrantar por la fuerza la oposicin poltico religiosa de la liga de Esmalcalda y obligar luego a los protestantes, hasta entonces reacios, a asistir al concilio, donde se decidira autoritativamente sobre las diferencias doctrinales existentes y se decretara una reforma general de la Iglesia. Sin entrar en nuevas negociaciones con las potencias, levant seguidamente el papa por la bula Laetare Jerusalem (30-11-1544) la suspensin del concilio y fij el domingo Laetare (15-3-1545) como fecha de apertura. El 637
Wllgcil y p c n e u d d u i i u c la c i u i m a ^aiv^ii^a
22 de febrero nombr legados a los cardenales Del Monte, Cervini y Pole. Cuando el 13 de marzo, saludados por el obispo local, cardenal Cristoforo Madruzzo, hicieron stos su entrada en Trento, no haba all, fuera del comisario conciliar pontificio Sanfelice, ni un solo obispo extranjero. Como el virrey de aples destin cuatro obispos del reino como representantes de todo el episcopado e invit a todos los dems a que dieran a stos poderes de procuradores, prohibi el papa, a 17 de abril de 1545, el nombramiento de representantes sin causa suficiente. Mientras los obispos llegados entretanto a Trento esperaban impacientes la seal de apertura, se lleg a un acuerdo, preparado por una legacin de Alessandro Farnese a Worms, entre el papa y el Csar sobre un procedimiento comn contra los protestantes alemanes en combinacin con el concilio. El papa se obligaba a procurar un cuerpo de tropas auxiliar y aportar dinero; el emperador, conseguida la victoria, cuidara de que se acudiera al concilio. La apertura de la guerra tendra que aplazarse hasta el ao siguiente, pues el Csar no estaba an preparado para dar el golpe. Un nuevo coloquio con los protestantes organizado en Ratisbona, suscit en Trento nuevas dudas. Descontentos por la dilacin, los legados consideraban ya la traslacin del concilio a Roma o a Ferrara, sin reflexionar que el cambio de lugar pona en aventura el gran plan en su totalidad. El emperador rechaz de plano el proyecto de traslacin, cuando, a comienzos de octubre, lo sonde el secretario papal Dandino. Giovio escriba ya desde Trento: La llave (para la apertura) del concilio ha cado a un profundo pozo, y difcilmente la hallar el arzobispo ciego de Armagh 20, cuando el papa, pasando por encima de todos los reparos, seal el tercer domingo de adviento (13-12) para la apertura. En la primera sesin, aparte los legados y Madruzzo, tomaron parte 4 arzobispos, 21 obispos y 5 generales de rdenes religiosas.
los orgenes de la coleccin en JEDIN, berblick, 195-213; P. BRUNNER, Die Rechtfertigunslehre des Konzils von Trient: Pro veritate. Festschr. Kard. Jaeger und Bischof Sthlin, ed. dirigida por E. SCHLINK - H. VOLK, Kassel 1963, 59-96. // Concilio di Trento e la Riforma Tridentina. Atti del Convegna Storico Internazionale Trento 2-6 Setiembre 1963, 2 t , Roma 1965, con contribuciones especialm., sobre el origen y ejecucin de los decretos tridentinos de reforma. H. JEDIN, Kirche des Glaubens - Kirche der Gesch., n, Friburgo 1966, contiene la mayor parte de los artculos sobre historia del concilio' de Trento, citados en el texto por su lugar originario de aparicin. BIBLIOGRAFA: P. RICHARD, Histoire de Concile de Trente, 2 t., Pars 1930-31, completado por A. MICHEL, Les decrets du Concile de Trente, Pars 1938; L. CRISTIANI, L'glise l'poque du Concile de Trente, Pars 1948: cf RSTI 2 (1948), 274-284; G. SCHREIBER, Das Weltkonzil von Trient,
20.
CT x, 216.
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Origen y penetracin de la relorma catlica 2 t , Friburgo 1951, all i, 11-31 sntesis de la bibliografa aparecida en el ao jubilar 1945. Sobre los participantes: G. ALBERIGO, Cataloghi dei partecipanti al Concilio di Trento editi durante il medesimo: RSTI 10 (1956), 345-373, 11 (1957), 49-94; H. JEDIN, Die deutschen Teilnehmer am Konzil von Trient: ThQ 122 (1941), 238-261, 123 (1942), 21-39; C. GUTIRREZ, Espaoles en Trento, Valladolid 1951; A. WALZ, / domenicani al Concilio di Trento, Roma 1961; ms indicaciones de participantes de rdenes religiosas: JEDIN II, 457. J. DE CASTRO, Portugal no Concilio de Trento, 6 t., Lisboa 1944-46; I, ROGGER, Le nazioni al Concilio di Trento 1545-52, Roma 1952. - Resumen, no exhaustivo, de la posicin de los protestantes: R. STUPPERICH, Die Reformation und das Tridentinum: ARG 47 (1956), 20-63; mayor consideracin de los factores sociolgicos pide A. DUPRONT, DU Concile de Trente. Reflexions autour d'un IV* Centenaire: RH 206 (1951), 202ss. Primer periodo de sesiones: ACTAS : CT iv y v, cf. los votos hallados posteriormente sobre la justificacin en J. OLAZARN, Documentos inditos Tridentinos sobre la justificacin, Madrid 1957; los diarios de SEVEROLI, Massarelli y de Pratano pro-imperial: CT i y u; la correspondencia: CT x con apndices CT xi, 3-129. Exposicin de conjunto con bibliografa hasta 1956: JEDIN H; nueva bibliografa especial en las notas. Copiosas indicaciones bibliogrficas sobre los obispos italianos en G. ALBERIGO, / vescovi italiani al Concilio di Trento 1545-47, Florencia 1959; H.O. EVENNETT, Three Benedictine Abbots at the Council of Trent: Studia monstica 1 (Montserrat 1959), 343-377. Bolonia: Actas: CT vi, 1; los votos siguen en vi, 2; L. CARCERERI, Storia esterna del Concilio di Bologna, Montevarchi 1902; id., // Concilio di Trento dalla traslazione a Bologna alia sospensione, Bolonia 1910; H. JEDIN, 11 significato del periodo bolognese per le decisioni dogmatiche e Popera di riforma del Concilio di Trento: Problemi di vita religiosa in Italia nel Cinquecento, Padua, 1960, 1-16. Segundo periodo de sesiones: Actas: CT vil, 1, cf. J. BIRKNER, Die Akten des Trienter Konzils fr die zweite Tagungsperiode unter Papst Julius III.: QFIAB 29 (1939), 297-311; las cartas del fiscal Vargas, admitidas en la correspondencia CT xi, cuya autenticidad fue puesta en duda, han de tenerse por autnticas despus de novsimos hallazgos archivales. H. JEDIN, Dar Konzilstagebuch des Bischofs Julius Pflug von Naumburg 1551-52: RQ 50 (1955), 22-43; E. BIZER, Confessio Virttembergica, Stuttgart 1952. con importante introduccin; C.M. ABAD, Dos Memoriales inditos para el Concilio de Trento del B. Juan de Avila: MCom ni (1945), cf. ZAM 11 (1936), 124-139; H. JEDIN, Die Deutschen am Trienter Konzil 1551-52: HZ 188 (1959), 1-16; J. BIRKNER, Kardinal Marcellus Crescentius: RQ 43 (1935), 267-285; G. ALBERIGO, Un informatore senese al Conc. di Trento 1551-52: RSTI 12 (1958), 173-201.
Ya est la puerta abierta, escriba jubiloso en su diario el general de los agustinos Seripando1. Las deliberaciones mismas se pusieron lentamente en marcha y se difirieron por tres motivos: el nmero de participantes era escaso; todava no se dispona de un orden del da ni de un programa de claros perfiles; mientras el emperador, que vea el concilio dentro del marco de su gran plan, deseaba, con miras a la posterior participacin de los protestantes, que se pospusieran las cuestiones dogmticas y se diera preferencia a la reforma de la Iglesia, el papa mantena que deba darse la prioridad a aqullas. Gracias a invitaciones constantemente reiteradas del papa a los obispos de la alta Italia y a los residentes en Roma y Venecia, el nmero de los participantes con derecho a voto subi a comienzos de verano a 66 (17-6), baj en otoo a unos 50 y alcanz de nuevo, a comienzos del ao 1547, casi los 70 2 . Junto a los italianos, que formaban en trminos redondos las tres cuartas partes, slo los espaoles estaban representados en nmero notable, y por eminentes obispos (Astorga, Calahorra, Badajoz) y bajo la direccin del cardenal Pacheco, obispo de Jan, formaban, junto con los obispos de aples, Sicilia y Cerdea, un grupo cerrado en cuestiones de relevancia poltica. Francia estaba representada por tres obispos; Alemania, tras la marcha del obispo auxiliar Helding en enero de 1546, slo por los procuradores de los obispos de Maguncia y Trveris. Sobre el derecho de voto se lleg a un acuerdo en las congregaciones generales de fines de diciembre: tenan derecho a voto todos los obispos, incluso los auxiliares, los superiores generales de las rdenes mendicantes y dos abades como representantes de las congregaciones monsticas. Todo derecho de voto plural qued excluido. El indulto concedido, a 5 de diciembre de 1545, a los obispos y abades alemanes de hacerse representar por procuradores con derecho a voto, fue restringido por los legados en el sentido de que slo se les reconoci voto consultivo. Los empleados del concilio, (el auditor Pighino, el promotor Severoli, el abbrevhtor
1. CT I I , 409. 2. La lista de todos los participantes en el primer perodo de sesiones: CT v, 10371041, comprende 12 arzobispos, 74 obispos, 3 abades, 6 generales de rdenes religiosas y 2 procuradores; con los tres legados y los cardenales Madruzzo y Pacheco 100 en nmeros redondos. ^-~~
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Boncompagni) fueron nombrados por el papa; en lugar de Ludovico Beccadelli, desaparecido de nuevo, subi a secretario conciliar el hasta entonces secretario del legado Cervini, Angelo Massarelli, el 1. de abril de 1546. El concilio se dio a s mismo en la Sessio II (7-1-1546) un orden de vida; el orden de precedencia se basaba en las fechas de nombramiento de los obispos. La resolucin tomada el 22 de enero de tratar paralelamente dogma y reforma3, tropez con la contradiccin del papa y por ello no se public en la Sessio m (4-2), aunque prcticamente fue seguida durante toda la duracin del concilio. El derecho de proposicin, es decir, de determinar el programa y el eventual orden del da, se lo reservaron y ejercieron los legados como mandatarios del papa. Sin embargo, el 20 de mayo de 1546, declar expresamente el presidente Del Monte que ello no coartara la libertad en la manifestacin de la opinin4. A fin de familiarizar a los padres conciliares con los problemas teolgicos puestos a discusin, desde el 20 de febrero de 1546, se intercalaron antes de las sesiones plenarias de los padres con derecho a voto (congregaciones generales), congregaciones de telogos, en que los telogos diputados del papa (los jesutas Lanez y Salmern) y los consejeros teolgicos de los participantes, miembros en su mayora de las rdenes mendicantes, discutan cuestiones o proposiciones tomadas de las obras de los reformadores y de los escritos simblicos compuestos por stos. A las congregaciones de telogos seguan los debates principales en las congregaciones generales en que emitan su voto cuantos tenan derecho a ello. Los esquemas de decretos eran redactados ora por diputaciones escogidas, ora por los legados, ayudados de prelados o telogos expertos en la materia. Luego se debatan en las congregaciones generales (a menudo en repetidas lecturas) y se los reelaboraba consiguientemente hasta que quedaba asegurada su aceptacin en la sesin solemne. Respecto de las deliberaciones de reforma, a 23 de marzo de 1546, dej el papa libre en principio tratar de los abusos que afectaban a las autoridades curiales5, pero se reserv llevar a cabo por poder propio la reforma de estas autoridades que qued parada antes del con3. 4. 5. CT iv, 569-S72. CT v, 152. CT x, 427.
cilio. Miedo al conciliarismo movi a los legados a no admitir en sus decretos la frmula de denominacin del concilio umversalem Ecdesiam repraesentans, reiteradamente pedkia por los espaoles y por algunos italianos. Aunque el emperador rog repetidamente (el 2 de mayo y el 16 de junio) por medio de su segundo embajador Francisco de Toledo (el primero, Diego Hurtado de Mendoza, estaba generalmente ausente) a los legados que se pospusiesen provisionalmente, es decir, hasta el fin de la guerra, las decisiones dogmticas, el concilio aprob, de acuerdo con la resolucin de 22 de enero, durante los meses de febrero a junio de 1546 decretos de materia dogmtica y de reforma. Base de todas las posteriores definiciones de fe vino a ser el decreto de la sesin iv (8-4) sobre las fuentes de la revelacin6. El canon de la sagrada Escritura comprende tambin los libros deuterocannicos. Los libros de ambos Testamentos, cuyo autor es el Dios uno, y las tradiciones apostlicas referentes a la fe y costumbres, en cuanto se han conservado en la Iglesia catlica por sucesin no interrumpida, son recibidos con igual (no semejante) reverencia. La opinin defendida por el obispo de Chioggia y el general de los servitas Bonuccio de que la revelacin est contenida materialmente completa en la sagrada Escritura y la tradicin es slo su inteligencia, autoritativamente dada por el magisterio, condujo a una ligera modificacin del esquema original del decreto (sustitucin de partim-partim por et-et); pero apenas cabe dudar de que la inmensa mayora de los padres entendan las tradiciones apostlicas como una corriente de revelacin que completaba la Escritura 7. A la aprobacin del decreto sobre la Vulgata precedi un vivo debate sobre la licitud y oportunidad de las traducciones de la Biblia a las lenguas vulgares; el cardenal Madruzzo de Trento las defendi y Pacheco las impugn. La vetus et vulgata editio de la Biblia es declarada autnti6. CT v, 91s; el esquema de 22 de marzo: ibid., 31s; bibl.: JEDIN I I , 455S, el tratado del general de los carmelitas Audet sobre el canon: ECarm 4 (1950) 337-355. 7. La interpretacin del decreto propuesta por J.R. GEISELMAMN (Una Snela, 11 [1956] 131-150, tambin en M. SCHMADS, Die mundhche berlteferung, Munich 1957, 123-206) fue impugnada por F. LENNERZ. Gr. 40 (1959) 38-43, 624-635; J. BEMER: Scholastik 34 (1959) 249-258; G. RAMBALDI : Antonianum 35 (1960) 88-94; cf. tambin H. HOLSTEIN, La Tradition d'apris le Concite de Trente- RSR 47 (1959) 367-390; Y. CONGA, La tradition et les traditions, Pars 1960; R. GEISEIMANN, Sagrada Escritura y tradicin, Herder, Barcelona 1968.
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ca, es decir, dogmticamente sin error y acomodada al uso cientfico y prctico. Se consider la correccin del texto de la Vulgata, que se reconoci necesaria, y no fue prohibido el estudio de las lenguas originales. No obstante, el decreto suscit reparos en Roma, que no plasmaron sin embargo en una modificacin del mismo. En las discusiones sobre el pecado original que siguieron a la sesin rv, Seripando y los telogos de la escuela agustiniana que lo seguan defendieron la sentencia de que el perdn de la culpa original por el bautismo no impide la permanencia de la concupiscencia, que es en cierto modo pecaminosa: Pacheco intent definir la inmaculada concepcin de Mara. Ninguna de las dos sentencias se impusieron: en el canon 5 se ensea el perdn del pecado en toda su extensin (totum id, quod veram et propriam peccati rationem habet); la concupiscencia se llamara a veces pecado en Pablo, porque del pecado procede y a l induce. El concilio declara no ser su intencin incluir a la madre de Dios en el decreto sobre el pecado original; deben mantenerse en vigor las constituciones de Sixto iv sobre la disputa entre dominicos y franciscanos sobre la doctrina de la inmaculada Concepcin. Un decreto de reforma sobre la creacin de cannigos lectorales en las iglesias catedrales y colegiatas intent mejorar por esta va la deficiente formacin del clero. Durante el debate sobre la reorganizacin de la predicacin, el obispo de Fiesole, Martelli, impugn la exencin de las rdenes mendicantes y pidi que, aun para la predicacin en sus propias iglesias, tuvieran que solicitar licencia del obispo competente. Los mendicantes resistieron con xito; sin embargo, se reconoci a los obispos el derecho y deber de intervenir contra predicadores que difundieran herejas o produjeran escndalo, sin miramiento alguno a la exencin. El obispo est personalmente obligado a la predicacin, los prrocos predicarn al pueblo todos los domingos y das de fiesta. Una mocin de los padres favorables al emperador de tratar en este contexto el deber de residencia de obispos y prrocos, fue rechazada por la mayora.
El decreto sobre la justificacin Publicados en la sesin v (17-6) dos decretos de reforma junto con el decreto sobre el pecado originals, se encontr el concilio ante su tarea ms difcil: la definicin de la doctrina de la justificacin. Los votos de los 34 telogos conciliares (22-28 de junio) sobre seis cuestiones propuestas (naturaleza de la justificacin, fe y obras, gracia y libertad) reflejaban las concepciones de las tres escuelas teolgicas representadas en el concilio: dominicos, franciscanos y agustinos. El esquema que sirvi de base al debate general (30 junio-23 julio) distingua ya tres estados (status) de la justificacin: la conversin del pecador, el crecimiento de la justificacin, su restablecimiento despus de la prdida de la gracia. El primer proyecto presentado el 28 de julio, antes atribuido falsamente al franciscano Andrs de Vega9, tropez con tan viva crtica que hubo de ser retirado. Como simultneamente el comienzo de la guerra de Esmalcalda y el avance del ejrcito protestante hacia el desfiladero de Ehrenberg sembr el pnico en Trento, consideraron los legados el traslado del concilio a Bolonia, que, por estar situada en los estados de la Iglesia, corresponda a los planes primigenios del papa sobre el lugar del concilio. Aunque en posesin de un poder papal de traslado, perdieron un tiempo precioso por una consulta a Roma, y desaprovecharon la ocasin favorable, pues la situacin militar se estabiliz pronto. Hasta el 23 de septiembre, no reanudaron, forzados por la necesidad, las deliberaciones, y propusieron un nuevo esquema, compuesto, a instancias de Cervini, por Seripando10. El nuevo esquema completaba los cnones por una doctrina de espritu positivo. Aunque todas las universidades del mundo y los luteranos hubie8. Los decretos de la ses. v : CT v, 238-243; bibl. sobre el decreto del pecado original: JEDIN I I , 468, sobre el decreto de la predicacin: n , 464, cf. E. FEYAERTS, De evolutie van ket predikatie-recht der Religieusen: StC 25 (1950) 117-190, 225-240. 9. CT v, 384-391. La paternidad del obispo de Bitonto, Cornelio Musso, es defendida por A. MOBILIA, Cornelio Musso e la prima forma del decreto sulla giust%ica*wne, aples 1960. 10. CT v, 420-427, los anteproyectos de Seripando: ibid., 821-833; Bibl.: JEDIN I I , 475, 486ss, cf. J . I . TELLECHEA, El Articulus de iustificatione de fray Bartolom de Carranza: R E T 15 (1955) 563-635; entre los trabajos ms antiguos, por m citados l.c son
los ms importantes los de H. RCKEST y E. STAKEMEIER.
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ran estado aqu, escriba Lippomani, obispo de Verona, bajo la impresin del debate general sobre este segundo esquema (27 de septiembre-12 de octubre), no se hubiera podido discutir el tema mejor de lo que se ha hecho11. El partido imperial, que ahora se mantena rgidamente unido, trat de dilatar la conclusin. Para contrarrestarlo y ganar tiempo para la suspensin del concilio ahora proyectada, intercalaron los legados (15-26 octubre) congregaciones de telogos sobre dos problemas que salieron a relucir en el curso del debate: la cuestin que qued abierta desde el coloquio religioso de Ratisbona de 1541 sobre la doble justicia (justificacin por la justicia de Cristo y la justicia de la gracia inmanente en el hombre), y sobre la posibilidad de alcanzar certeza acerca del estado de gracia (certeza luterana de la fe y concepcin escotista sobre la eficacia de los sacramentos). Ambas cuestiones fueron discutidas en las congregaciones generales de 9 de noviembre a 1. de diciembre a par del esquema de noviembre del decreto12. La conclusin fue rechazar, pero no condenar formalmente la doctrina de la doble justicia; respecto de la certeza de la gracia, slo se atac la certeza luterana de la fe. El concilio sigui aqu como en otras ocasiones el principio de dejar flotantes diversidades de opinin dentro de la teologa catlica. Durante todo el mes de diciembre, una comisin (praelati thecttogi) fue limando la forma del decreto cuya ltima (5.a) redaccin fue aprobada el 11 de enero de 1547 y, dos das ms tarde, unnimemente aceptada en la sesin vi 13 . En 16 captulos doctrinales y 33 cnones el decreto defini la gratuidad de la justificacin en todos sus estadios, su naturaleza como santificacin y renovacin del hombre interior, la necesidad de la preparacin, y la significacin de la fe en el proceso de la justificacin; el crecimiento de la misma, su restablecimiento y posibilidad del mrito, la vida eterna como gracia y galardn. La larga duracin del debate sobre la justificacin no se debi solo al tema mismo, sino tambin a consideraciones polticas. A fines de otoo, el obispo de Fano, cercano a los imperiales, con
11. CT x, 675. 12. CT v, 510-518. 13. CT v, 791-799; una interpretacin sin duda muy armonizante en H. KNG, Rechtfertigung. Die Lehre Karl Barths und eme katholische Besvnrvung, Kinsiedeln 1957, 105-276.
el fin de acabar con la discrepancia entre la poltica retardataria del Csar y la acelerada de los legados, propuso el plan de una suspensin transitoria del concilio. En un acuerdo entre el cardenal Farnese y el primer embajador imperial, Mendoza, de 16 de noviembre se proyect suspender el concilio por seis meses, acabar el debate sobre justificacin, pero no publicar el decreto. Sin embargo, como el emperador se neg a ratificar el acuerdo de Trento, procedieron los legados a la promulgacin del decreto. Cuanto tuvo de unnime la adhesin al decreto sobre la justificacin, lo tuvo de divisin la aceptacin del decreto sobre el deber de residencia de obispos y prrocos promulgado igualmente en la sesin vi de 13 de enero de 1547. Ya durante un primer debate los das 9 y 10 de junio, haban exigido los espaoles no slo castigar el descuido del deber de residencia, sino tambin desterrar las causas de ese descuido: la dispensa del deber de residencia concedida con harta facilidad por las autoridades curiales, los obstculos de la accin episcopal por exenciones papales y tambin por autoridades civiles, la frecuente exclusin de los obispos en el proceso de instancias judiciales. Invitados por los legados, entregaron los obispos resmenes de estos Impedimenta residentiae1*. Pero el proyecto de decreto presentado por Del Monte el 29 de diciembre exclua el complejo entero de los impedimentos. Pacheco juzg: Ms vale no hacer reforma que hacerla as! El esquema mejorado propuesto el 11 de enero de 1547, trabajo de una comisin de canonistas (praelati canonistae), iba ms all que la pequea solucin del proyecto presidencial en cuanto invalidaba las dispensas sin plazo del deber de residencia, y obligaba a los beneficiarios de dispensas a plazo a presentarlas a los obispos, que deban entonces cuidar de nombrar vicarios idneos. Los obispos reciban adems el derecho de visitar y corregir, en virtud de poder apostlico, aunque slo personalmente, a cabildos catedralicios exentos. Sin embargo, estas concesiones no satisfacieron a la oposicin episcopal, mientras a los altos empleados curiales (T. Campeggio, Cicada, Pighino, Archinto) les parecieron excesivas. Miembros de ambos grupos restringieron en la sesin su placet con tantas condiciones, que la aceptacin del decreto pareci dudosa.
14. CT X I I , 578-597 (6 memoriales conservados completos y 2 sumarios).
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Los legados se vieron obligados a plantear de nuevo el problema de la residencia. Un esquema preparado por la comisin de canonistas a 3 de febrero de 1547 15, contena ya los rasgos fundamentales de un nuevo derecho de rdenes sagradas y oficios, que trasladaba al obispo competente la responsabilidad de la colacin de las rdenes (incluso el examen de las licencias de ordenacin expedidas por autoridades curiales) y daba vigencia al principio de la inseparabilidad de oficio y beneficio por el hecho de que se prohiba la acumulacin de beneficios y se exigan determinadas cualidades personales para los cargos de obispo y prroco. Como fin de toda la reforma sealaba Del Monte la restauracin de la cura de almas (animabus provida-e). Para satisfacer a las exigencias de la oposicin, ya a fines de ao haba el papa mandado a los legados el esquema de una bula de reforma, en que se fortaleca la posicin de los obispos, por ejemplo, por la limitacin de las exenciones, y por la llamada alternativa en la colacin de las prebendas; por el decreto consistorial de 18 de febrero prohibi a los cardenales la posesin de ms de un obispadoie. En la congregacin general de 25 de febrero de 1547, tras diligente examen de los votos emitidos en la sesin, pudo expresarse la aceptacin del decreto sobre residencia, que privaba de un cuarto de sus ingresos a los obispos de toda categora y, por tanto, tambin a los cardenales que durante seis meses seguidos descuidaran su deber de residencia, y de otro cuarto, si la ausencia duraba un ao. El clima de reforma se haba mejorado hasta tal punto que el nuevo esquema de reforma, que entretanto se haba ampliado con decisiones contra la unin de beneficios y con el derecho de visita de los obispos, fue aceptado por gran mayora en la sesin vn de 3 de marzo de 1547". La preparacin de los 30 cnones promulgados en la misma sesin sobre los sacramentos en general y sobre el bautismo y confirmacin, haba comenzado el 17 de enero, proponiendo para su informe a los telogos del concilio una coleccin de 35 proposiciones errneas tomadas de los escritos protestantes. Los contrastes de
15. 16. sistorial 17. CT V, 871s. La bula de reforma de 31 de diciembre de 1546: CT iv, 504-512; el decreto con de 18 de febrero 1547: CT v, 981s. CT v, 984ss.
escuela existentes acerca de la causalidad de los sacramento y cierta incertidumbre acerca de la naturaleza del carcter sacramental afectaron a la total unanimidad sobre la naturaleza y nmero siete de los sacramentos. En el debate general (8-21 febrero) se decidi el concilio a limitar estrictamente su definicin a la condenacin de la doctrina protestante y no, como haba propuesto Archinto, obispo de Saluzzo, a componer un decreto de doctrina positiva, a estilo del Decreum pro Armenis (1439), pero tampoco, como pedan algunos obispos espaoles, a condenar nominalmente las personas de los reformadores con sus libros. La ltima decisin corresponda al principio sentado al comienzo del concilio por el cardenal Farnese, de condenar las doctrinas, no las personas. El 25 de febrero encareci de nuevo este principio y aadi la razn de que, en caso contrario, los reformadores debieran ser citados y odos ante el concilio18. Los cnones aceptados en la sesin vil afirmaban el nmero siete de los sacramentos y su institucin por Cristo. Su naturaleza de signos eficaces la describi el concilio con ayuda de la terminologa escolstica, que no se introdujo hasta el fin del debate el 1. de marzo: gratiam non ponenibus obicem confere o ex opere operato conferre. Slo negativamente se describe la importancia de la fe: Los sacramentos no han sido instituidos slo para fortalecer la fe y no obran slo por la fe en la palabra de la promesa. Se condena el anabaptismo, y se designa al obispo como ministro ordinario de la confirmacin.
Traslado a Bolonia Se haba apenas comenzado a tratar en el pleno la doctrina sobre la eucarista, que haba sido discutida durante el mes de febrero por los telogos conciliares, cuando varios casos de tifus exantemtico, trado probablemente a Trento por las tropas alemanas, dieron ocasin a la resolucin tomada en la sesin vin del 11 de marzo por 39 votos contra 14 (ms cinco inciertos) de trasladar el concilio a Bolonia. La epidemia no era fingida, como afirmaron los enemigos del traslado; el informe dado sobre ella por el
18. CT x, 291, 8263.
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mdico conciliar Fracastoro, es cientficamente intachable19. Pero es igualmente cierto que los legados y la mayora italiana del concilio trabajaban desde haca tiempo por el traslado y saban muy bien que con l satisfacan un deseo del papa. Un mandato directo a los legados no puede demostrarse. La mayora imperial consider el decreto de traslado como inobligatorio y permaneci en Trento. La tensin de atrs existente vino a ser escisin en el momento precisamente en que pareca incumbir al concilio la funcin de restablecer la unidad de la Iglesia. Desde fines de ao 1546-47 se anunciaba, en efecto, la victoria del Csar sobre la liga de Esmalcalda. El ejrcito de sta hubo de evacuar Alemania del sur; varias ciudades imperiales, el duque de Wrttemberg y el conde del Palatinado se rindieron al emperador. Pero en lugar de negociar ahora con los jefes no vencidos an de la liga: el prncipe elector Juan Federico de Sajonia y el landgrave Felipe de Hesse, y su favorecedor latente, Francia, como deseaba Paulo ni, Carlos v aspiraba a la victoria total, que logr el 24 de abril junto a Mhlberg. Por breve de 22 de enero haba denunciado el papa la alianza, con el emperador y retirado sus tropas auxiliares: el fin de la guerra era para l la sumisin de los protestantes, no la restauracin del poder de Carlos v en el imperio y el afianzamiento de su monarqua universal, en cuya dependencia tema, no sin razn, caer, dado el predominio espaol en Italia. Exasperado por este giro de la poltica papal, el Csar abrum de improperios al nuncio Verallo20; el traslado a Bolonia desbarataba completamente su gran plan y destrua la armona o inteligencia trabajosamente lograda dos aos antes entre las dos cabezas de la cristiandad, en que el plan se fundaba. Exigi del papa que anulara el traslado del concilio; el papa se neg, alegando que slo el concilio deba decidir sobre ello. Pero el concilio reunido en Bolonia puso por condicin a todo trato sobre la vuelta a Trento que quienes se haban quedado all acataran el decreto de el traslado y acudieran al nuevo lugar del concilio. La relacin personal de Paulo ni con el Csar se haba deteriorado irremediable19. CT v, 1014s; sobre el autor F. PELLEGRINI, G. Fracastoro, Verana 1948; H. JEDIM, Laientheologie im Zeitatter der Glaubensspaltung: Der Konxilsarst Fracastoro: TThZ 64 <1955) 11-24. 20. Informe de Verallo de 7 de febrero de 1547: NBD i, 9, 462-469.
mente, cuando, el 10 de septiembre de 1547, Pierluigi Farnese fue asesinado en Piacenza por instigacin del gobernador imperial de Miln, Ferrante Gonzaga, y la ciudad fue ocupada por las tropas imperiales. Sin embargo, ambas partes siguieron esforzndose por evitar una ruptura completa. El papa dej deliberar al concilio bolones, pero no que publicara ningn decreto; el emperador dio una ordenacin provisional eclesistica en el imperio, sin colaboracin directa del papa, pero s con su tcita anuencia (cf. cap. 24). En la sesin ix de 21 de abril de 1547 se constituy el concilio de Bolonia, y, durante el mes de mayo, se prosigui el debate sobre la eucarista comenzado en Trento. Sin embargo, los 8 cnones sobre la presencia real 21 no fueron publicados en la sesin x (2-6) por la razn susodicha. La misma suerte corrieron los cnones sobre el sacramento de la penitencia discutidos en junio 22 y los cnones sobre la santa uncin, orden y matrimonio que durante los meses julio, agosto y septiembre ocuparon a las congregaciones generales y a la comisin de telogos (praelati heologi), entonces fuertemente destacada28. Los telogos conciliares, cuyo nmero subi temporalmente a 80 y nunca baj de 50, se ocuparon en junio y julio de la doctrina sobre el purgatorio y las indulgencias, y en agosto sobre la doctrina del sacrificio de la misa. La diputacin formada el 6 de junio present como programa de las deliberaciones de reforma los abusos en la administracin de los sacramentos, sobre los cuales tras preparacin de la comisin de canonistas discuti el pleno en otoo e invierno (26-9-1547 a 30-1-1548)24. Para hacer una lista de abusos en la celebracin de la misa, en las indulgencias y en las rdenes se form una nueva diputacin 25, a la que en 10 de diciembre, se aadieron sendas diputaciones para relacionar los abusos de las autoridades civiles y otros no tratados hasta entonces26.
21. CT vi, 166. 22. CT vi, 196, 218i. 23. V. HEYNCK, Contritio vera. Zur Kontroverse uber den Begriff der contritio vera auf der Bologneser Tagung des Trienter Konz: FStud 33 (1951) 137-179; P. FRANSEN, Ehescheidung im Falle vori Bhebruch. Der fundamental-theologisch-dogmatische Ertrag der Bologneser Verhandlungen van 1547: Scholastik 27 (1952) 526-556; id., Rflexions s ,r l'Anathme au Conrile de Trente (Bolonia 10-24 septiembre 1547): EThL 29 (1953) 57-672. 24. T H . FREUDENBERGER, Der Kampf um die radikale Abschaffung der Stolgebhren ivahrcnd der Bologneser Periode des Trienter Konsils: MThZ 1 (1950) 40-53. 25. CT vi, 611. 26. CT vi, 630.
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Sin embargo, sus trabajos no llegaron a concluir. Aunque en su perodo bolones de sesiones no aprob el concilio ningn decreto de reforma, vino a ser importante para casi todos los decretos conciliares posteriores, pues sus temas fueron por vez primera discutidos a fondo. El punto de vista que ya se vio claro en Trento de que la mejora de la cura de almas era la intencin central del concilio, fue de nuevo encarecido; una vez ms se afirm la necesidad de fortalecer la posicin de los obispos, y se previo la organizacin de snodos provinciales y diocesanos y la redaccin de un catecismo y de una orden del da. Una vez que fracas el ltimo intento del emperador de decidir al papa a que volviera el concilio a Trento para lo que mand al cardenal Madruzzo a Roma hizo interponer solemne protesta contra el traslado, el 15 de enero de 1548, en Bolonia, y el 23 del mismo mes en Roma. En los crculos imperiales se consideraba ya la posibilidad de continuar el concilio con la minora que haba permanecido en Trento ". A fin de conjurar la amenaza de cisma, orden el papa a 1. de febrero la suspensin de las deliberaciones de Bolonia e invit al concilio a defender la legalidad del traslado ante un tribunal formado en Roma; tambin la minora de Trento fue invitada a mandar una diputacin a Roma28. La invitacin fue rechazada. Los diputados boloeses fueron odos procesalmente el verano de 1548, pero no se dio decisin. Entretanto, el emperador haba comenzado a arreglar la situacin religiosa de Alemania sin el concilio por medio del Interim de Augsburgo y la reforma simultneamente publicada para los estamentos catlicos (cf. cap xxiv), que no fue autorizada por el papa, pero cuya ejecucin fue indirectamente favorecida por l al mandar a Alemania dos nuncios de reforma, Pighino y Lippomani, con amplias facultades para la reconciliacin de protestantes. El Interim fracas ante la resistencia de los protestantes, y la reforma de Augsburgo condujo desde luego a una serie de snodos provinciales y diocesanos, pero no pudo producir una honda renovacin eclesistica, pues las fuerzas de regeneracin eran an de27. H. JEDIN, Der kaiserliche Protest gegen die Translation des Kcmatis von Tnent tiach Bologna: HJ 71 (1952) 184-196; F . DE P. SOLA, Manuscritas Tridentinos en el Archivo de Protocolos de Barcelona: Estudios histricos y documentos de los Archivos de Protocolos 3 (Barcelona 1955). 28. CT vi, 739ss.
masiado dbiles. En este momento', la muerte de Paulo m a 10 de noviembre de 1549, abri de nuevo la perspectiva de reanimar el concilio de Trento y volver, por tanto, al gran plan.
Segundo perodo de sesiones Aunque el nuevo papa Julio m, como presidente del concilio, haba tenido parte en el traslado, concedi al emperador la vuelta del concilio a Trento, a condicin de que los estamentos protestantes, de acuerdo con el decreto de la dieta de 30 de junio de 1548, se sometieran al mismo. La condicin no se cumpli, porque su sumisin prometida bajo la presin de la derrota militar estaba ligada a dos premisas: que el concilio no estuviera bajo la direccin del papa y que los decretos dogmticos promulgados durante el primer perodo de sesiones fueran de nuevo discutidos tomando por base el principio protestante de la Escritura. El emperador y el papa mismo, mal informado al comienzo sobre este estado de cosas, obraron como si existiera una sumisin incondicional. La bula Cum ad tollenda de 14 de noviembre de 1550, que convocaba de nuevo el concilio en Trento, mantena el punto de vista hasta entonces aceptado por la curia, de que el traslado haba sido de derecho, pero al hablar de una vuelta (reductio), satisfaca tambin al emperador al designar las nuevas sesiones en Trento como continuacin (continuado) de las anteriores. Francia, que haba reconocido el traslado, se abstuvo de enviar representantes. El legado Marcello Crescenzio, al que asistan como copresidentes los nuncios de reforma Pighino y Lippomani que haban trabajado en Alemania, abri la sesin en la fecha prevista de 1. de marzo de 1551; pero las deliberaciones no comenzaron hasta septiembre. La composicin se distingua de la anterior porque la minora imperial, que se haba quedado en Trento despus del traslado, se vio reforzada en el curso del otoo e invierno por 13 obispos de Alemania y Suiza, entre ellos los tres prncipes electores eclesisticos29, y qued as roto el anterior predominio de
29. Ms datos sobre los participantes alemanes: SCHREIBER, I I , 1-265, 295ss; H. R E S , Vorboten und Gefolge des Kurfrsten Johann V. von Trier auf seinem Zug i Konx von Trient im Sommer 1551: TThZ 60 (1951) 281-289. Una lista de las actas y libros
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los italianos. Entre los telogos conciliares se sentaban, junto a los grandes espaoles (D. Soto, M. Cano, A de Castro), los representantes de la universidad de Lovaina (R. Tapper, Hessels y Ravesteyn) y los telogos alemanes Johann Gropper, Eberhard Billick y Ambrosio Pelargo. Sobre todo aparecieron por primera y nica vez enviados de los estamentos alemanes: Brandenburgo, Wrttemberg, Estrasburgo, electorado de Sajonia, entre ellos el historiador Juan Sleidan. Los diez artculos sobre la eucarista propuestos el 2 de septiembre, se enlazaban con los artculos tridentinos de 3 de febrero de 1547, no con los cnones aprobados en Bolonia; pero, gracias a los trabajos preliminares llevados a cabo en Bolonia y al completo consenso precisamente en este artculo de fe, bast un debate relativamente breve (congregaciones de telogos de 8-16. 9; congregaciones generales de 21 septiembre-10 noviembre) para que el decreto sobre la eucarista estuviera maduro para la publicacin y fuera aceptado en la sesin xm de 11 de octubre de 15513a. El decreto defini la presencia real y el concepto de transubstanciacin como muy propio (aptissime) para designar el cambio de naturaleza del pan y el vino, y conden la doctrina de que Cristo slo est presente en el momento de la recepcin; qued aplazada la decisin sobre la comunin bajo las dos especies. Tampoco los 12 artculos sobre el sacramento de la penitencia y los 4 sobre la santa uncin, sobre los que se debati en las congregaciones de telogos del 20-30 de octubre y en las congregaciones generales del 6-15 de noviembre, eran idnticos a los cnones de Bolonia. Contra la doctrina luterana de que la penitencia consiste en el recuerdo del bautismo y es esencialmente espritu de penitencia, el concilio defini la penitencia como sacramento, que consta de tres partes: dolor (contricin), confesin y satisfaccin. La confesin de todos los pecados cometidos despus del bautismo est mandada ture divino, la absolucin sacerdotal es un acto judicial. La uncin no es mero rito, que se naturaliz para alivio de los enfermos, sino un sacramento instituido
que llev consigo al concilio el arzobispo de Maguncia Heusenstamm, ed. por A. BRCK: AMrhKG 5 (1953) 301-310; H. JEDIN, Das konziliare Reformprogramm Friedrich Nauseas: HJ 77 (1958) 229-253. 30. CT vil, 111-229.
por Cristo y promulgado por el apstol Santiago. Como los cnones sobre la eucarista, as tambin los de la penitencia fueron completados, siquiera a ltima hora, por una doctrina. Las deliberaciones sobre reforma no corrieron tan satisfactoriamente. El decreto de reforma de la sesin xm regulaba la marcha de las instancias en los procesos penales, el de la sesin xiv mejoraba el derecho de rdenes y oficios (c. 12s el derecho de patronato). Espaoles y alemanes estaban de acuerdo en que la reforma slo poda tratarse con mano zurda. Cuando el obispo de Verdn se quej de que no se hubieran abolido enteramente las encomiendas de monasterios, le reprendi Crescenzio tan speramente que al arzobispo de Colonia se le escap la pregunta: Es esto an un concilio libre?31. Mientras en diciembre y enero se debati sobre el sacrificio de la misa y el sacramento del orden, no daban un paso las negociaciones con los enviados protestantes que se llevaban por medio de los embajadores conde de Montfort y Francisco de Toledo. Los enviados de Wrttemberg y de Sajonia electoral fueron recibidos, el 24 de enero de 1552, en la congregacin general y, al da siguiente, en la sesin xv, recibieron el salvoconducto mejorado que solicitaron. Pero no pudo llegarse a una discusin teolgica, porque los protestantes mantenan sus anteriores premisas para el reconocimiento del concilio. Para ambos partidos eclesisticos, juzga Bizer32, se trata de una clara cuestin de principio; ceder en ella hubiera significado traicionarse a s mismo. Simultneamente llegaron noticias alarmantes sobre armamentos de guerra del prncipe elector Mauricio de Sajonia, aliado de Francia, lo que oblig a partir de Trento a los arzobispos alemanes. El legado Crescenzio yaca en cama gravemente enfermo. La suspensin del concilio pareci inevitable. Pero el emperador, a quien sus embajadores conciliares pidieron instruccin, se resista hasta el extremo a confesar el fracaso definitivo de su gran plan y mand que se resistiera a la suspensin33. Cuando estall la rebelin de los prncipes que oblig al emperador a huir a ua de caballo de Innsbruck, la suspensin no
31. CT x i , 710, 713. 32. BIZER, Confessio Virttembergica 40. 33. La instruccin para el fiscal Vargas y la respuesta del emperador de 17 de febrero: CT xi, 994-1003.
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era ya eludible: en la sesin xvi, de 28 de abril de 1552, se determin el aplazamiento hasta fecha indefinida. Resignado, escriba un espaol despus de la disolucin: La suspensin ha puesto de manifiesto la inutilidad del concilio. Ni se han desterrado las herejas nacidas en Alemania y en otras partes, ni se ha reformado la Iglesia, ni se ha restablecido la paz entre los prncipes cristianos 34. La desilusin cerraba los ojos a lo realmente llevado a cabo, pero era indiscutible que el concilio quedaba como un torso. Sus decretos dogmticos abarcaban slo una parte de las doctrinas controvertidas, los decretos de reforma desterraban algunos abusos, pero no los ms graves y carecan an, por faltarles la confirmacin papal, de fuerza obligatoria.
chini ii (Roma 1949), 269-358; L. SERRANO, Anotacin al tema: El papa Paulo IV y Espaa: Hispania 3 (1943), 293-325. Bibl. Sobre Polonia: B. STASIEWSKI, Reformation und Gegenreformation in Polen ( = KLK 18), Munstei 1960, 72-78; M. FRAN^OIS, Le Card. Frangois Tournon, Pars 1951 (= Bibliothques des coles francaises d'Athenes et de Rome, t 173).
En la dcada que va de 1549 a 1559 se abre paso en Roma la reforma catlica: el ao 1555 suben a la ctedra de Pedro, en corto intervalo, dos representantes de ella. Julio m, buen canonista que ascendi en la carrera curial como sobrino del cardenal Antonio del Monte, hombre influyente en los pontificados de Len x y Clemente vn, fue elegido papa tras un largo conclave (29-11-1549 a 7-2-1550) a base de un acuerdo entre los cardenales de Guisa y Alessandro Farnese; a Pole, partidario de la reforma y uno de los candidatos del emperador, le falt slo un voto para la mayora de dos tercios. Aunque el nuevo papa no era adicto al emperador, hubo de hacer, forzado por la necesidad, poltica imperial por la vuelta del concilio a Trento. Al lado del emperador lo empujaba tambin la guerra contra Ottavio Farnese, que se negaba a entregar a la Iglesia los ducados de Parma y Piacenza y hallaba apoyo en Francia. Ya que ambas empresas fracasaron, Julio m se declar oficialmente neutral en la guerra de Siena, que estall en el verano de 1552 despus de expulsada la guarnicin espaola; sin embargo, los dos legados de paz, enviados uno, Dandino, al emperador, y otro, Capodiferro, a Enrique n no tuvieron xito alguno. Los sieneses, apoyados por Francia, perdieron su libertad en Cosme i de Florencia: la dominacin espaola en Italia quedaba definitivamente afirmada. El papa se avino a ella, aconsejado por el francfilo Dandino y por Ricci, ms inclinado a la parte imperial, que tom sobre s la casi imposible tarea de ordenar la hacienda papal, destrozada por la poltica de nepotismo de Paulo ni. Las finanzas acabaron de hundirse por la costosa guerra de Parma y por los armamentos que hizo necesarios la guerra de Siena para defensa de los estados de la Iglesia. Sin embargo, el papa instal una magnfica villa ante Porta del Poplo, a cuya organizacin se entreg con gran fervor. El ms importante acontecimiento de su pontificado, la restauracin catlica de Inglaterra, le vino llovido del cielo sin mover l un dedo. El 19 de julio de 1553 fue proclamada Mara, hija de 657
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Catalina de Aragn, reina de Inglaterra. Resuelta desde el principio a reducir el pas a la obediencia romana, procedi con cautela en la cuestin religiosa, aconsejada por su primo Carlos v, ante las fuertes resistencias que hubo de superar aun despus de su ascensin al trono. Las leyes de religin de Eduardo vi fueron revocadas, se restableci el culto catlico, el 1. de abril de 1554, el obispo Gardiner, nombrado lord canciller, consagr a seis nuevos obispos (en lugar de los depuestos) y la reina solicit su confirmacin por el papa. Pero el cardenal Pole, nombrado legado papal, no pudo pisar el suelo de Inglaterra hasta fines de noviembre, cuando el matrimonio, agenciado por el emperador, de su hijo Felipe con Mara, era ya cosa hecha. El 30 de noviembre de 1554, ante el parlamento y en presencia de la reina, dio el legado la solemne absolucin del cisma. Se prescindi de la devolucin de los bienes enajenados de la Iglesia y a 24 de diciembre se confirm la propiedad a sus actuales poseedores. El snodo provincial de Canterbury, dirigido por Pole, (4-11-1555 a 10-2-1556) tuvo por objeto iniciar la nueva organizacin de la Iglesia en Inglaterra y corresponda a la reforma catlica: obligacin de residencia y predicacin por parte de los obispos, formacin de grupos de predicantes, que sucederan a las rdenes mendicantes, finalmente el decreto sobre ereccin de seminarios de jvenes, que vino a ser el modelo inmediato del decreto tridentino sobre seminarios. La obra de reconstruccin adoleca de que la mitad de los obispos en funciones estaba comprometido en el cisma, no se dispona de suficientes sacerdotes y, sobre todo, de que, despus de veinte aos de cisma, una gran parte de los fieles se haba apartado del papa y de la piedad catlica. Las actas de visita de las dicesis de Lincoln y Canterbury dan a entender cuan a fondo se haba desterrado la tradicin catlica: ya en el ao 1557, las 60 iglesias del arzobispado de Canterbury no tenan un crucifijo en el altar mayor1. Los procesos contra cismticos y protestantes, dirigidos generalmente por jueces seculares, suscitaron con frecuencia el descontento del pueblo, pues una parte de los jueces eclesisticos ofrecan ancho flanco de ataque por su colaboracin con el sistema anterior. Entre los 273 ejecutados se hallaban tambin muy probablemente muchos anabaptistas que fueron per1 W. SHARP - L E WHATMORE, 1 c
seguidos en la Iglesia anglicana lo mismo que en la catlica. La fuga de predicadores de tendencia protestante al continente fuga favorecida por la reina prepar la cada de la restauracin. La ms urgente tarea, an sin acabar, del papado era la reforma de la curia romana. En otoo de 1550 llam el papa a Roma a tres resueltos partidarios de la reforma: Cervini, Pole y Morone, y con ellos posteriormente tambin con otros cardenales ampli la diputacin de reforma, formada poco despus de la eleccin; pero no llev a cabo como tampoco lo hiciera Paulo m su propsito de adelantarse al concilio prximo por una reforma papal de la curia. Tras la suspensin del concilio surgi el plan de encomendar la reforma a una convencin internacional de obispos que se reunira en Roma; pero se abandon ante la resistencia de lado imperial2. Sin embargo, durante el invierno de 1552-1553 activaron Cervini y Maffei la reforma del conclave, del consistorio, de la signatura y de la penitenciara, teniendo a la vista dictmenes antiguos y recientes, con tal fervor que el agente del duque de Cleve, Andrs Masius, esperaba en pocos das la reforma de la corte romana 3. Los decretos de reforma del concilio de Trento, completados por una reforma de los prncipes y modificados en algunos puntos, deban entrar en vigor por medio de una gran bula de reforma. Razn que impulsaba a ello eran acontecimientos de Espaa y Portugal. Algunos obispos, apoyados por autoridades civiles, haban empezado all a ejecutar determinados decretos de reforma del concilio (sobre todo Sessio vi de ref. c. 4 sobre visita de cabildos exentos), aunque carecan an de confirmacin papal y, por ende, no eran an derecho vigente. Con extrema decisin se opuso el papa a esta poltica: el 15 de enero de 1554 orden al rey de Portugal que se atuviera a la prxima bula de reforma; en Espaa intervino en favor de los cabildos exentos de Len, Astorga, Segovia y Calahorra y exigi categricamente de los obispos la revocacin de las disposiciones dadas contra ellos4. Con ello rechazaba el papa la idea de que los decretos conciliares tuvieran validez jurdica, aun sin la confirmacin del papa, como ordenaciones
2 El dictamen del diplomtico espaol Francisco Vargas contra este pan: CT x m 1, 178 182 3 M LossEr, Bnefe van Andreas Masius, Leipzig" 1886, 119. 4 Adems de las pruebas HJ 54 (1934) 411ss, cf C GUTIRREZ, Una edtctn espaola en 15J3 de /cu decretas conciliares trvdentwos E E 28 (1954) 73-105.
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del Espritu Santo para bien de las almas, pero sala a la vez al paso de la tendencia cesaropapista de explotarlos contra el papa. En ed prlogo a la proyectada bula de reforma (primavera de 1554) se expresaba la intencin de dar por su medio fuerza legal a los decretos del concilio juntamente con los nuevos captulos de reforma. La bula fue entregada, a comienzos de diciembre de 1554, a los cardenales para su informe5; pero antes de que pudiera recibir la ltima lima, mora Julio m a 23 de marzo de 1555. El juicio de Seripando de que Julio ni ni prometi ni llev a cabo la reforma de la Iglesia (nec dixit nec feci), se explica por el celo de reforma de su autor, pero es demasiado severo6. Numerosas acotaciones de propia mano del papa a las actas de reforma atestiguan su inters personal. Entre los 20 cardenales por l nombrados se encuentran hombres tan excelentes como Puteo, Dandino, Bertano y su sobrino Nobili, aunque tambin Innocenzo del Monte, hijo adoptivo de su hermano Baldovino, que era de todo punto indigno. Por imparticin de poderes apostlicos favoreci a obispos reformadores. A comienzos de 1554 mand componer una lista de slo 14 obispos que podran seguir en Roma por necesarios para el servicio de la curia; los dems tendran que tomar la vuelta de sus dicesis. Sin embargo, todas estas medidas parecieron insuficientes al partido de la reforma, que esperaba ms. A la muerte de Julio ni, este partido se mostr suficientemente fuerte para aprovechar el equilibrio aproximado de los dos partidos polticos del colegio cardenalicio y procurar la tiara a uno de los suyos. Puesto que ni los franceses ni los imperiales podan esperar reunir para uno de sus candidatos la mayora de dos tercios, y, por aadidura, el principal candidato francs, Ippolito d'Este, de espritu an totalmente renacentista, se daaba ms que se favoreca a s mismo por sus prcticas o andanzas, el partido imperial, dirigido por Sforza, logr imponer, ya despus de un conclave de cuatro das (6 a 10-4-1555) a Cervini, el ms ferviente de todos los cardenales reformistas, que fue de siempre grato a los franceses. Marcelo Cervini (nacido el ao 1501 en Montepulciano junto a Siena) era un humanista cristiano y patrlogo y, como mentor
5. La ltima redaccin de la bula Varietas temporum con los votos de los cardenales: CT X I I I - 1 , 291-312. 6. CT I I , 449; cf. H. JEDIN, Seripando n , Wurzburgo 1937, 34s.
de los nepotes de Paulo m, lleg ya en 1539 a la prpura cardenalicia. Aunque no residiera constantemente, atendi concienzudamente a sus dicesis (primero Nicastro, luego Reggio-Emilia, por fin Gubbio). Como legado del concilio fue sujeto de la confianza del papa aun despus de desavenirse con Alessandro Farnese por su poltica familiar sin escrpulos. El hecho de que no cambiara de nombre y quisiera llamarse Marcelo n tena un profundo sentido: quera seguir siendo de papa el mismo que fuera antes. En el consejo que haba pedido para su gobierno, se lea la frase estremecedora: Desde hace 20 aos se ha hablado de reforma y se ha confesado ser necesaria; pero no se ha hecho nada 7. Marcelo n estaba decidido a obrar a fondo; por eso es el primer papa de la reforma catlica. Sus instrucciones a la signatura y a la penitenciara de no tomar decisin alguna antes de aparecer la bula de reforma, demuestran su firme voluntad de obrar. Pero mora el 30 de abril, mostrado, no dado a la Iglesia. Sin embargo, el paso estaba abierto. En el conclave siguiente (14 a 23-5-1555), la misma constelacin del colegio cardenalicio logr el mismo resultado. La eleccin de Puteo, que pretendan los imperiales, fracas, y en su lugar fue elegido el decano del colegio, Juan Pedro Carafa, enemigo declarado de los espaoles, hombre intachable, pero temido por su rigorismo. Paulo iv proceda de una de las grandes familias baroniales del reino de aples. Por obra de su to Oliviero Carafa, que haba tomado parte principal en las consultas de reforma de Alejandro vi, ya en 1505 (haba nacido en 1476) haba obtenido el obispado de Chieti y desempeado nunciaturas en Inglaterra y Espaa; luego, empero, renunciando a todos sus beneficios, fund con Cayetano de Thiene la orden de los teatinos. Un informe compuesto en Venecia al ao 1532 sobre la represin del protestantismo en Italia y ciertas mociones del Consilium de emendando Ecclesia, pero sobre todo la ereccin de la inquisicin romana reflejaban sus ideas radicales, de todo en todo divergentes de las del movimiento humanista de reforma. A pesar de su avanzada edad, aquel napolitano de alta talla, asctico, pero apasionado, se hallaba an en plena posesin de sus facultades fsicas y espirituales. Autcrata por carcter y
7. CT X I I I - 1 , 315; G.M. MONTI, Studi sulla Rifcrma morial a un desconocido teatino. Cattolica 38ss, atribuye el me-
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conviccin, abandon la lnea mantenida por sus antecesores de neutralidad poltica, y, sin miramiento al cambio de las circunstancias, intent regir a la cristiandad como un papa de la alta edad media. La parcialidad de sus medidas de reforma, con las que estaba en extraa contradiccin su ciego nepotismo, debilitaron su eficacia y provocaron reacciones perjudiciales a la reforma catlica. Enemigo violento por tradicin de familia y por propias observaciones de la dominacin espaola en aples y del predominio espaol en Italia, se dej arrastrar por su nepote Cario Carafa, enrgico y ambicioso, pero moralmente indigno, a una alianza con Francia y a una guerra con Espaa, que puso de manifiesto la debilidad militar y poltica de los estados de la Iglesia, condujo a la derrota de Paliano y acab con la paz de Cave a 12 de septiembre de 1557. Cuando Inglaterra se puso de lado del emperador en la guerra contra Francia, quit a Pole la legacin de Inglaterra, y lo sustituy por el franciscano Petow, que rechaz la dignidad de legado. La muerte de Pole y de Mara la Catlica el 17 de noviembre de 1558 y la ascensin de Isabel al trono puso brusco trmino a la restauracin catlica de Inglaterra. Aunque resuelta de tiempo atrs a restablecer el cisma, la nueva reina dilat la ruptura con Roma hasta sentirse firme en el trono. En febrero de 1559 retir su embajador en Roma, el 23 de marzo fue aceptado, contra la resistencia de los obispos, sealadamente del arzobispo de York, Heath, el bil sobre la supremaca real (en que se sustituy cabeza por rectora, governor, de la Iglesia de Inglaterra) y en el verano de 1559 fue de nuevo introducida la liturgia anglicana. Todos los obispos (a excepcin del de Llandaff) se negaron a reconocer el nuevo orden y fueron depuestos. A pesar de todo, Paulo iv no pronunci an contra Isabel censura alguna eclesistica. Amenazadora se pona tambin la situacin de la Iglesia en Polonia. El nuncio Luigi Lippomani mandado all vio en gran peligro la subsistencia del catolicismo, pues una gran parte de la alta nobleza, a cuya cabeza iba el prncipe Radziwill, era de tendencias protestantes, el grueso de los obispos, no obstante honrosas excepciones como el primado Dzierzkowski de Gnesen se mostraban condescendientes, cuando no, como el obispo Uchanski de Chelm, sospechosos de proclividad al protestantismo, y el rey Segismundo Au662
gusto se mostraba impotente. Sus pretensiones (matrimonio de los sacerdotes, cliz de los laicos y misa en lengua nacional) fueron rotundamente rechazadas por el papa. Un concilio provincial habido en Lowicz conjur por lo menos temporalmente el peligro de un concilio nacional. En la dieta de Petrikow (1558) logr el sucesor de Lippomani, Mentuato, en cuyo squito iba directamente Pedro Canisio, evitar la promulgacin de decretos contra la religin catlica, pero no que continuara la propaganda protestante. El papa hubo de contentarse con despertar la conciencia del rey por un breve conmonitorio. En Alemania, los estamentos protestantes de la confesin de Augsburgo lograron por la paz religiosa de Augsburgo, de 25 de septiembre de 1555, ser reconocidos por derecho imperial (cf. captulo 24). En lugar del nuncio Delfino, que fue llamado a Roma, mand el papa a Lippomani a Augsburgo con mandato de impedir en lo posible la confirmacin del convenio o tratado de Passau. El nuncio trat de mover al emperador, cuya actitud negativa respecto de las concesiones de Passau era conocida, a que limitara los poderes pasados a su hermano Fernando, Las medidas fueron insuficientes. Que el papa desconoca la situacin poltico^eclesistica de Alemania en general, lo mismo que el alcance de la paz religiosa, se ve por su mandato al nuncio Delfino, que volvi a Alemania, de que persuadiera al rey Fernando i y al duque de Baviera que retiraran su asentimiento; la protesta papal esperada no fue presentada*. La amargura del papa contra los hermanos Habsburgo era ya en 1556 tan violenta, que se consider con toda seriedad su deposicin. Cuando Fernando i, tras la abdicacin de su hermano se hizo coronar emperador en Francfort y tom el ttulo de emperador romano electo sin haber solicitado el asentimiento del papa ni admitir siquiera a las deliberaciones electorales al nuncio Antonio Agustn, obispo de Alife, el papa le neg el reconocimiento, con motivacin sacada de los cnones medievales de que tanto la abdicacin de Carlos v como la eleccin de Fernando
8. J. GRISAR, Die Stellung der Papste zum Reichstag und Rrigionsfrieden von Augsburg 1555: StdZ 156 (1955) 440-462, considera reprobacin de la paz religiosa expre. sada en el consistorio de 22 de agosto de 1556 como equivalente a una protesta. Dos dictmenes de J. Groppers sobre la paz religiosa y la restauracin del catolicismo en Alemania del ao 1558 publicados y estudiados en H. LUTZ, Reformatia Germaniae. Dret Denkschriften I. Groppers: QFIAB 37 (1957) 222-310.
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estaban sometidas al examen del papa; la ltima, por la participacin de tres prncipes electores protestantes, habra sido invlida9. Ya antes de que Fernando i pudiera llevar a la dieta el conflicto que renovaba la pugna medieval entre el sacerdocio y el imperio en un mundo totalmente cambiado, muri el papa. Lo mismo que en la poltica, tambin en el terreno estrictamente eclesistico, ech Paulo iv por caminos distintos que sus antecesores. La reanudacin del concilio de Trento no entraba en sus clculos. En lugar de echar mano de la bula de Julio m, ya casi acabada, convoc en la primavera de 1556, una comisin de unos 60 cardenales, obispos y empleados curiales, y, por medio de una decisin doctrinal sobre el problema de la simona, pens acabar con los escrpulos teolgicos que, bajo Paulo ni, haban servido de pretexto para impedir la reforma de la datara, pieza esencial para la reforma de las oficinas curiales10. Una ampliacin posterior de la comisin en un concilio papal a estilo del concilio lateranense v, no dej de verse en lontananza. Simultneamente, tres de los recin nombrados cardenales (Scotti, Rebiba y Reumani), recibieron encargo de reformar la datara y se nombr un nuevo datario que pareca ofrecer garantas de que, finalmente, se llevara a cabo la reforma de esta oficina. Pero el estallido de la guerra Carafa impidi la realizacin de estos planes, y despus de la paz de Cave no se acord ya nadie de ellos. Los teatinos Scotti e Isachino y el bibliotecario papal Sirleto se ocuparon, por mandato del papa, en la reforma del breviario y del misal, viejo tema de Paulo iv y de los teatinos. El breviario compuesto por el cardenal Quiones, que se llam breviario de Santa Cruz, por la iglesia de Santa Croce titular del cardenal, y que casi slo contena textos de la sagrada Escritura, fue prohibido11. Segn avanzaba el tiempo, proceda el papa ms exclusivamente a desarraigar con draconiano rigor los abusos contra los que tronara antes, pero sobre todo a contener por medio de duras medidas de represin la penetracin del protestantismo en Italia. Se prohibi la entrega de monasterios a clrigos seculares en
9. Cf. J.I. TELLECHEA IDGORAS, La renuncia de Carlos V y la eleccin de Fernando de Austria: Scriptoriutn Victoriense 7 (1960) 7-78, 207-283. 10. Las actas: CT x i n - 1 , 327-364, cf. RQ 43 (1935) 128-156. 11. J.A. JUNGMANN, Warum ist das Reformarevier des Kardinals Quiones gescheitertf: ZKTh 78 (1956) 98-107.
forma de encomiendas; se impusieron penas severas a los apstatas, es decir, a los religiosos que, sin permiso o con permiso subrepticio, haban dejado la comunidad monstica o conventual; todos los que fueron atrapados en Roma, pararon en la crcel. La pblica inmoralidad y actos de violencia en Roma, que estaban antes a la orden del da, fueron reprimidos por draconianos decretos del gobernador civil. La Roma del Renacimiento cambiaba de faz. Para contener el avance del protestantismo, por lo menos en la extensin que alcanzaba el brazo de la Iglesia, cre Paulo iv o agudiz dos instrumentos: el ndice de libros prohibidos y la Inquisicin. La censura preventiva prescrita por el concilio lateranense v result ineficaz. Lo mismo las autoridades civiles que las eclesisticas, ante la oleada creciente ao tras ao de propaganda de la nueva fe, comenzaron a prohibir libros ya aparecidos aisladamente o por composicin de catlogos. Entre los aos 1544 y 1556 public la Sorbona cuatro de esos catlogos; el ms cuidadoso fue el publicado, en 1546, por orden del emperador, por la facultad teolgica de Lovaina. Era una lista de ediciones prohibidas de la Biblia en lengua latina, griega, alemana y francesa, un ndice de libros latinos y, al final, listas de libros alemanes y franceses. El catlogo de Lovaina fue aceptado y completado, por su amplio alcance, por la Inquisicin espaola el ao 1551. Para Venecia, compuso el nuncio Giovanni della Casa, el ao 1549, un catlogo semejante. El 21 de diciembre de 1558, revoc Paulo iv todas las licencias hasta la fecha concedidas de leer libros prohibidos, mand fueran entregados y, al ao siguiente, public el primer ndice de libros prohibidos papal, que, en cuanto al orden y contenido, se apoyaba en el catlogo de Lovaina, pero iba mucho ms lejos en rigor; aparte los escritos de los reformadores fueron prohibidas todas las obras de Erasmo, de cualquier tema que fueran, todos los escritos de ciencias ocultas (quiromancia, geomancia, etc.), todos los impresos que, desde 40 aos atrs, se hubieran publicado sin indicacin de lugar o de impresor; finalmente y sin miramiento a su contenido todos los impresos de 61 impresores nominalmente citados, de ellos 14 slo de Basilea12. La mayor parte de las ediciones de la Biblia
12. Texto en H. REUSCH, Die ndices Librorum prohibitorum des 16. Jh., reimp. Nieuwkoop 1961, 176-208; preceden los ms importantes catlogos anteriores, M. SCADUTO, Lainez e 'ndice del 1559: A H S I 24 (1955) 3-32.
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y de los padres de la Iglesia cay bajo la prohibicin. Muchos sabios se vieron privados de sus instrumentos de trabajo cientfico. Pedro Canisio escriba desde Alemania: Hasta los mejores catlicos desaprueban semejante rigor13. El papa se consagr con verdadera pasin a la organizacin de la Inquisicin romana14, que obtuvo primaca sobre todas las oficinas curiales. Su comisario general Ghislieri tena poderes iguales que los cardenales de la Inquisicin. Su competencia se extendi a las faltas o delitos morales de la ms varia laya y de un tribunal de la fe se hizo a par un departamento de moralidad. Las sentencias de muerte se hicieron ms frecuentes que antes y nadie estaba a salvo de caer en sus manos. El cardenal Morone, benemrito de la reforma de la Iglesia y de los trabajos conciliares, fue a parar, por sospecha de hereja, al castillo de Santngelo. El inters del papa se concentraba ms y ms en la Inquisicin, cuyas sesiones no se perda nunca. El papa hubo de salir de su peor ilusin cuando, a comienzos de 1559, el teatino Isachino le inform sobre la infame conducta de sus sobrinos, el cardenal nepote Cario Carafa y de su hermano, que, tras la cada de los Colonna, vino a ser duque de Paliano. Paulo iv los desterr de Roma, pero el dao moral hecho no tuvo ya remedio. Paulo iv se haba negado a satisfacer los deseos de las potencias en la creacin de cardenales, y as enriqueci el colegio con hombres tan distinguidos como Ghislieri, los teatinos Rebiba y Reumano y su sobrino segundo Alfonso Carafa; tanta peor impresin produjeron los crmenes de los nepotes. Al papa le faltaba la medida. Proceda con tal cuidado en el nombramiento de los obispos que, en octubre de 1558, haba no menos de 58 obispados sin cubrir. El innegable encarecimiento de todos los criterios eclesisticos, que se haca notar, por ejemplo, en la prctica de las dispensas de la signatura16, era un gran paso adelante por el camino de la
13 P Canisn Epp et Acta, ed. O. BRAUNSBERGER, I I , 377, una instruccin publicada en febrero de 1559 para ejecucin del Indez, ed dirigida por A MERCATI- Mise. Hist. Pont 19, Roma 1945, 95-102. 14. Haba defendido esta organizacin el jesuta Bobadilla, cf. P LETURIA, LOS recuerdos presentados por el jesuta Bobadla al recin elegido Paulo IV Miscellanea A De Meyer n , Lovama 1946, 855-869 15. Pruebas1 RQ 52 (1934) 311-332, los ingresos de la datara bajaron, segn indicacin del embajador veneciano Soranzo de 30 000-40 000 ducados al mes a 6000 ducados E ALBERI, Relasvmik degh ambasciaton. venetx, n 4, 87.
reforma catlica; pero la parcialidad y dureza de sus medidas y su larga ceguera respecto de sus nepotes hicieron de su pontificado una gran desilusin. A su muerte (18-8-1559) estall todo el odio acumulado contra el papa y su familia en el asolamiento del edificio de la Inquisicin y en el maltratamiento de su estatua en el Capitolio. El xito del movimiento de reforma en las elecciones papales del ao 1555 no fue todava la superacin definitiva de la crisis. La apostasa haca progresos aparentemente incontenibles: Inglaterra estaba a punto de perderse otra vez para el papado; en el imperio se haba concluido la paz religiosa; en Francia y Polonia se tambaleaba la posicin de la Iglesia. Slo en la dos pennsulas del sur se afirmaba sta sin discusin posible, gracias al apoyo que aqu le prestaba el brazo secular. Pero precisamente las relaciones del papado con Espaa, que en la paz de Chteau-Cambrsis (1559) se convirti en la primera potencia de Europa y se senta como poder protector de la Iglesia, estaban casi rotas. Slo un residuo relativamente pequeo de la comunidad de pueblos del occidente cristiano se senta ligada con la cabeza de la Iglesia. La reforma catlica haba llegado hasta esta cabeza; que tambin se extendiera a los miembros, se debi a la reanudacin y conclusin del concilio de Trento.
XXXVII. PO IV Y LA CONCLUSIN DEL CONCILIO DE TRENTO
FUENTES: Protocolos de negociacin: CT vm y ix (St. Ehses); diarios: CT II y in-1 (S. Merkle); la correspondencia de los legados: J. SUSTA, Die Romische Curie und das Concit von Trent unter Pius IV., 4 t , Viena 1904-14, importante trabajo preliminar: T H . SICKEL, Romische Berichte, 5, Viena 1895-1901; las relaciones de los enviados imperiales: T*H. SICKEL, Zur Geschichte des Concils von Trent, Viena 1872; G. DREI, La corrispondenza del Card Ercole Gonzaga, presidente del Concilio di Trento: Archivio storico per le provincie Parmensi 17 (1917), 185-242, 18 (1919), 30-143; H JEDIN, Krisis und Wendepunkt des Trienter Konzils 1562-63. Los relatos secretos recin encontrados del obispo Gualterio de Viterbo a san Carlos Borromeo, Wurzburgo 1941; sntesis de las otras fuentes para la historia del ltimo periodo de sesiones: H. JEDIN, G. Seripando, H, 121. Los informes de los nuncios en la corte imperial Hosius, Delfino y Commendone: NBD, II. 1-3, Viena-Graz 1897-1953. E.M. WERMTER, Kard. St. Hosius, Bischof von Ermland, und Herzog Albrecht von Preussen. Ihr Brefwechsel ber das
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Konzil von Trient 1560-62, Munster 1957 (= RGStT 82); Muzo CALINI, Lettere conciliari 156L-63, ed. dirigida por A. MARANI, Brescia 1963. BIBLIOGRAFA: PASTOR, VH; St. Ehses, Die letzte Berufung des Trienter Konzils durch Pius IV.: Festschrift G. VON HERTLING, Kempen 1913, 139-162; H. JEDIN, G. Seripando, II, Wurzburgo 1937, 104-238; H.O. EVENNETT, The Cardinal of Lorraine and the Council of Trent, Cambridge 1930; B. CHUDOBA, Las relaciones de las dos cortes Habsburguesas en la tercera asamblea del Concilio tridentino: Boletn de la R. Academia de la Historia 103 (1933), 297-368; H. JEDIN, La poltica concillare di Cosimo, i: RSIt 62 (1950), 345-374, 477-496; G. CONSTANT, La lgation du Cardinal Morone prs l'Empereur et le Concite de Trente, Pars 1922; L. CASTAO, Mons. Nicol Sfondrato, Vescovo di Cremona al Concilio di 1 rento, Turn 1939; P. PRODI, // Cardinale Gabriele Paleotti, i, Florencia 1959; H. JEDIN, El concilio de Trento en su ltima etapa, Herder, Barcelona 1965; R.G. VILLOSLADA, La reforma espaola en Trento: EE 39 (1964), 69-92, 147-173; 319-340. Ms bibliografa LThKz x, 351s.
Los dos primeros perodos del concilio tridentino estuvieron dominados por la escisin protestante de Alemania y a sta se orientaron. Sus decretos dogmticos fueron la respuesta del magisterio de la Iglesia a las doctrinas d Lutero y Zuinglio y de las comunidades eclesiales que se fundaron ellos. Los decretos de reforma fueron el ensayo, an insuficiente, de contraponer a la reforma protestante una reforma catlica. Polticamente, ambos perodos formaron parte del gran plan concebido por Carlos v y aprobado y sostenido por los papas Paulo m y Julio ni de reducir militarmente a la impotencia a los protestantes alemanes. El tercero y ltimo perodo de sesiones del concilio estuvo determinado por los acontecimientos eclesisticos de Francia. Aqu pareca estar el calvinismo a punto de conquistar esta nacin que hasta la tarda edad media haba ido a la cabeza de la cristiandad y era an la ms populosa nacin cristiana de occidente. Si el calvinismo lograba este fin, la Iglesia catlica quedaba definitivamente reducida a las dos pennsulas del sur de Europa. Despus de un conclave dramtico que dur ms de tres meses (5-9 a 26-12-1559), en que se enfrentaron los tres partidos de espaoles, franceses y cardenales de Carafa, fue elegido el candidato del duque Cosimo de Florencia, Gianangelo Medici. Ocupado generalmente en la administracin del estado de la Iglesia, elevado 668
a cardenal por Paulo m el ao 1549, Po IV descollaba poco polticamente. Por todos sus antecedentes no perteneca al partido de la reforma. Su ms ntimo consejero fue Morone, que acababa de ser liberado del castillo de Santngelo; en la gran poltica segua las ms de las veces los consejos del astuto Cosimo, que se haba avenido con la dominacin espaola en Italia. Los asuntos de gobierno los llevaba l mismo, n su sobrino Carlos Borromeo, an joven, que ya el 31 de enero de 1560 haba sido elevado al cardenalato. Slo a la muerte de su hermano Federigo que lo conmovi profundamente, a 19 de noviembre de 1562, se convirti Carlos en el promotor principal de la reforma en la corte papal. El nuevo rumbo del papa entraaba alejamiento del rgimen de los Carafas y retorno a la poltica eclesistica de Paulo m y Julio m. Cediendo a la irritacin contra los Carafa, hizo procesar al cardenal Cario Carafa y a su hermano el duque de Paliano, que fueron ejecutados el 5 do marzo de 1561. Muchas medidas represivas de Paulo iv fueron revocadas, y de nuevo se entr por los caminos pisados por sus antecesores. El programa del nuevo papa no era un snodo romano de reforma, sino la convocacin de una continuacin del concilio de Trento que segua suspendido. Ya la primera toma de contacto con las grandes potencias hizo comprender que se enfrentaban dos concepciones fundamentalmente diversas. Felipe n de Espaa, que desde la paz de Chteau-Cambrsis era indiscutiblemente el monarca ms poderoso de Europa, consideraba el proyectado concilio como continuacin (continuatio) de los dos anteriores perodos de sesiones, a cuyos decretos, aunque no confirmados an por el papa, no se podra tocar. El emperador, en cambio, y Francia deseaban un nuevo concilio: Fernando i en consideracin a los protestantes alemanes que teman, en una continuacin del concilio, por la existencia de la paz religiosa de Augsburgo; Francia, porque, en un nuevo concilio, de fallar otros caminos, esperaba hallar un arreglo con el pujante partido de los hugonotes. La bula de convocacin: Ad ecclesiae rgimen de 29 de noviembre de 15601 favoreca la primera concepcin, pues hablaba del levantamiento de la suspensin; pero no exclua la segunda, pues empleaba la expresin convocacin (indicatio). Ninguno de
1. CT V I I I , 104-107.
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los dos partidos qued satisfecho, todos vacilaban en aceptar la bula. Los estamentos protestantes reunidos en Naumburgo, dieron una vez ms al nuncio Commendone una lisa negativa, Al nuncio Delfino mandado a l y al sur de Alemania le dio Fernando i una respuesta dilatoria, fortalecido por Francia, donde, despus de la muerte de Francisco n y la cada de los Guisas, llevaba la regencia por su segundo hijo Carlos ix la reina madre Catalina de Medici. A fin de mantenerse en el poder, la sobrina de Clemente vn aprovecha uno contra otro los dos partidos religiosos y sus exponentes polticos y, aconsejada por el canciller Michel de PHpital, se esforzaba por un arreglo. Todava no haba promesas definitivas por parte de las potencias, cuando, en febrero y marzo de 1561, nombr el papa cinco legados conciliares: al cultsimo y polticamente experto Ercole Gonzaga, que en el ltimo conclave haba estado prximo a la tiara; al canonista Puteo, al antiguo general de los agustinos, ahora arzobispo de Salerno; al telogo controversista Estanislao Hosio, obispo de Ermland y nuncio cerca del emperador, y al canonista curial, Ludovico Simonetta, que gozaba de plena confianza papal. En lugar de Puteo, que se puso enfermo, entr posteriormente un sobrino del papa, el cardenal Marcos Sittich von Hohenems, totalmente inepto para la legacin del concilio. Aunque Gonzaga y Seripando se hallaban en Trento desde el 16 de abril de 1561, la reunin del concilio pareci incierta hasta entrado el otoo. Cierto que Felipe n, una vez que recibi del papa en breve secreto de 17 de julio la seguridad de que el concilio se considerara como continuacin de las sesiones anteriores, haba mandado a los obispos espaoles que se prepararon para el viaje conciliar; tambin Fernando i termin prometiendo el envo de obispos; pero el golpe decisivo para la apertura lo dieron los acontecimientos de Francia. La asamblea del clero de Poissy en agosto-septiembre de 1561 en realidad un concilio nacional y el coloquio religioso habido all con los calvinistas bajo la direccin de Teodoro de Beza, descubrieron el peligro de un deslizamiento, paso a paso, del pas hacia el calvinismo. El papa no se dej engaar por los velados informes del cardenal legado Ippolito d'Este y cuid de que los obispos italianos acudieran al concilio. Tambin los primeros espaoles llegaron a fines de ao. El 18 de enero de 1562 pudo abrirse el concilio en presencia de 109 cardenales y obispos, 4 abades y otros
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4 generales de rdenes religiosas. En parangn con esta numerosa junta, la sesin de apertura de 1545 no habra pasado de un snodo diocesano, opinaba Seripando. Los legados trataron de eludir la controversia an pendiente sobre la relacin con las anteriores sesiones, proponiendo a 11 de marzo doce artculos de reforma, que estaban inspirados por un memorial de obispos italianos2. El artculo 1 atacaba el problema, an por resolver, del deber de residencia, sobre cuyos fundamentos se haba encendido entretanto una viva controversia literaria3. En el curso del debate el 7 de abril se expres una minora compuesta de espaoles e italianos reformista en pro de la sentencia de que el deber de residencia se funda en derecho divino y es mandato de Dios estrictamente obligatorio. La parte opuesta impugn violentameente el ius divinum como prejuicio de la primaca primacial pontificia. Cuando en la congregacin general de 20 de abril pusieron los legados a votacin esta cuestin capital, 67 padres conciliares se declararon por el ius divinum, 35 en contra y 34 dejaron la resolucin al papa \ Alarmado por los informes del legado Simonetta, prohibi el papa a 11 de mayo que se prosiguiera el debate sobre el deber de residencia, ech a Gonzaga y Seripando la culpa de la discusin del problema y pens en su destitucin. La crisis de residencia a par de otra crisis de confianza dentro del colegio de legados y en su relacin con el papa produjo un estancamiento algo largo de las deliberaciones conciliares. En la sesin xix de 24 de mayo recibi el concilio a los oradores del rey de Espaa, de la repblica de Venecia y del duque Cosimo; en la sesin xx del 4 de junio a los embajadores de Francia y de los cantones catlicos de Suiza; los del emperador estaban ya desde la primavera en Trento. El 6 de julio entregaron stos a los legados un libelo de reforma, del emperador, cuidadosamente preparado que, entre otras cosas, peda la concesin del cliz de los laicos
2. CT v m , 378s; los 93 artculos de reforma italianos: CT x i n - 1 , 607-612. L. CASTAO, Po IV e la Curta Romana di fronte al dibatto tridenhno sulla residema: Mise. Hist. Pont. 7 (Roma 1943), n. 12. 3. El Ius divinum lo sostuvieron, siguiendo a Cayetano, B. Carranza y D. Soto, asi como de ms tarde el jesuta Francisco Torres; en contra se expresaron A. Catharlnus y T. Campeggio; una coleccin de todos los tratados pertinentes apareci en Venecia en 1562, cf. CT x i n - 1 , 655. 4. S T . EHSES, Eme bewegte Absiimmiing auf devn Konsil von Trient. Miscellanea Franz Elirle m , Roma 1924, 224-234.
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y el matrimonio de los sacerdotes5. Las deliberaciones conciliares no se pusieron de nuevo en marcha hasta que Gonzaga propuso la reanudacin del debate sobre el deber de residencia a par de la discusin sobre el sacramento del orden. El papa desisti de su idea de destituir a los dos legados de ms edad, pero ya no les concedi plena confianza. La crisis conciliar no estaba realmente vencida, sino aplazada. Por el decreto de la sesin xxi de 16 de julio de 1562 sobre la comunin bajo las dos especies6, que se enlazaba con el decreto sobre la eucarista de 1551, la decisin cay de hecho sobre la continuacin, que de nuevo haba exigido el embajador espaol Pescara. La solicitud de que se concediera el cliz de los laicos, a la que se haba tambin adherido el duque Alberto de Baviera7, fue finalmente remitida al papa tras largo debate y a pesar de que se opuso violentamente el embajador imperial, Draskovich, obispo de Fnfkirchen. En el debate siguiente sobre el carcter sacrificial de la misa, se elabor su relacin con el sacrificio de la cruz. La cuestin ms discutida fue la de si la ltima cena fue un sacrificio expiatorio. El esquema presentado el 6 de agosto8 (esquema de agosto) suprima el paso referente a l en el esquema de 1552; pero como los contrarios a esta doctrina (entre ellos Seripando, los arzobispos de Granada y Braga y el obispo de Mdena) siguieron en minora durante el debate, volvi en el esquema de septiembre y pas a la redaccin definitiva del decreto sobre el sacrificio de la misa, que fue aprobado en la sesin XXII de 17 de septiembre de 1562". El sacrificio de la misa es representacin y memoria del sacrificio de la cruz, as como aplicacin de sus frutos, sacrificio expiatorio para vivos y difuntos, ofrecido por el mismo Cristo como el sacrificio' de la cruz (una eademque hostia, idem nunc offerens), pero por el ministerio de los sacerdotes y en otra forma de oblacin. El canon de la misa est libre de error, se permite su celebracin en honor de los santos, pues el sacrificio se ofrece solamente a Dios. Se per5. CT x i u - 1 , 661-685. 6. CT V I I I , 698ss. 7. A. KNOPFLER, Die Kelchbewegung m Bayern unter Herzog Albrecht, v, Munich 1891, 106ss. 8. El esquema de agosto: CT v m , 751-755; el de septiembre: CT v m , 909-912. 9. CT V I I I , 959-968.
mite tambin la misa privada, pero no es conveniente en ella el uso de la lengua vulgar (non expedir). Un decreto correspondiente de reforma desterraba algunos de los muchos abusos reunidos por una diputacin conciliar10. El segundo decreto de reforma de la sesin XXII atacaba abusos en el mbito diocesano, pero dej casi intactos los memoriales de reforma de los obispos espaoles y portugueses entregados desde la primavera, as como el libelo de reforma del emperador ". Los embajadores de las potencias seculares acreditados ante el concilio (a excepcin de Venecia y Florencia) interpusieron luego protesta, a 16 de septiembre, ante los legados contra la manera hasta entonces seguida de tratar la reforma. La crisis latente del concilio vino a agudizarse al llegar a Trento, el 13 de noviembre, con 13 obispos franceses, el cardenal Carlos Guisa, el cardenal de Lorena. Ya tras breve orientacin acerca del estado de las deliberaciones conciliares, se puso del lado de la oposicin y tom la direccin de la misma. Las deliberaciones iniciadas a 13 de octubre en la congregacin general sobre el sacramento del orden y el nuevo decreto sobre residencia presentado el 6 de noviembre12, convergieron en el problema primado-episcopado: la institucin de iure divino contenida en el esquema de 21 de enero de 1552, haba sido suprimido en el modelo para los telogos de 18 de septiembre13; el nuevo decreto sobre residencia deduca el deber de residencia de los obispos del derecho divino como del humano. La oposicin franco-espaola, a la que haba adherida una parte de los italianos, aspiraba a una solucin episcopalista14, el partido de los zelanti, favorecido por Roma, cuyo apoyo en el colegio de los legados era Simonetta. a una solucin estrictamente curialista. Por ms que Gonzaga y Seripando se esforzaron de
diciembre de 1562 a febrero de 1563, por hallar frmulas de comi. CT vm, 916-921, muy instructivo para la praxis pretndentina de la misa.
11. Aparte los artculos italianos de reforma mentados en la nota. 2 y el libelo imperial de reforma (nota 5) haba: un memorial de reforma de obispos espaoles entregado a comienzos de abril de 1562: CT x u i - 1 , 624-631; un memorial compuesto al mismo tiempo del embajador portugus M a^carenhas: bid. 632s; una iieticin de obispos portugueses de 6 de agosto: ibid 725sc>; una solicitud de los obispos de Granada y Braga sobre la colacin de prebendas dt 17 de agosto- ibid. 727-730. 12. CT ix, 135ss. 13. CT ix, 6. 14. La idea de episcopalismo se emplea aqu en sentido lato, para indicar el fortalecimiento de la autoridad episcopal; no incluye, pues, la negacin del primado papal.
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promiso 1S, los frentes se endurecieron de tal forma que el concilio qued incapaz de trabajar, comenzaron a intervenir las potencias catlicas, y su disolucin entraba en el terreno de lo posible. Para darle ocupadn los legados comenzaron el 9 de febrero de 1563 congregaciones de telogos sobre el sacramento del matrimonio. El cardenal de Guisa, irritado hasta lo sumo de la tozudez de los zekmti, obtuvo del emperador, durante un viaje a Innsbruck una seria carta admonitoria al papa de que no se opusiera a la reforma por obra del concilio e impusiera moderacin a los zelanti. La controversia hasta entonces soslayada sobre la relacin del papa con el concilio pareci venir inmediatamente. Morone salva el concilio La gran crisis del concilio slo fue superada, cuando, a la muerte de los cardenales Gonzaga (a 2 de marzo) y de Seripando (a 17 de marzo), recibi el concilio un nuevo presidente en Morone, que gozaba de la plena confianza del papa. Corriendo a Innsbruck, tranquiliz primero al emperador; en Trento acept una prctica para el arreglo de la crisis que haba enhilado el antiguo nuncio en Francia, el obispo de Viterbo Gualterio, con el embajador conciliar francs, Ferrier, y se gan finalmente de manera no aclarada an definitivamente al cardenal de Guisa para un compromiso que fue aceptado en una conferencia de notables del concilio habido a 6 de julio. Al rey de Espaa lo haba ya antes persuadido d papa por medio de una carta autgrafa fechada a 1. de abril de su firme voluntad de continuar y acabar el concilio y de la seriedad de su espritu de reforma. La sesin xxm del 14 de julio de 1563 que se hizo ahora posible despus de una interrupcin de casi diez meses16 vino a ser como el quicio del concilio. El compromiso propuesto por Morone y aceptado por la oposicin, consista en que d concilio
15. Un resumen de la^ frmulas de compromiso entonces discutidas: CT ix, 226-241. 16. CT ix, 620-630: .obre los antecedentes: G.B. DA FANESE, II Sacramento dell'Ordine nel periodo precedente la Sesstone XXIII di Trento, Roma 1946; F . GARCA GUERRERO, El decreto sobre residencia de los obispos en la tercera asamblea del Concilio Tndentino, Cdiz 1943.
se limitara en los cnones 6-8 sobre el orden a rechazar la doctrina protestante sobre el episcopado; sin embargo, soslay una definicin sobre el primado papal; en los cnones restantes y en los captulos doctrinales aadidos se afirm la institucin por Cristo del sacerdocio del Nuevo Testamento y la diferencia de rdenes menores y mayores. El nuevo decreto sobre residencia encareca las penas contra el descuido del deber de residencia, que fue calificado de mandato divino. No menos importante era d captulo final17 del decreto de reforma: los obispos estn obligados a erigir seminarios para la formacin de los futuros sacerdotes18. El 30 de julio de 1563 entreg Morone a los oradores de las potencias, para su juicio, un esquema de reforma, que abarcaba 42 artculos, elaborada en lo esencial por el auditor Paleotti. En el esquema se tenan en cuenta muchos postulados de los memoriales de reforma presentados al concilio (induso las peticiones francesas de 3 de enero de 1563), pero de modo que, en principio, no se abandonaba ninguna de las pretensiones de la curia. En las congregaciones generales del 11 de septiembre hasta el 2 de octubre, se debati sobre 21 artculos, ligeramente modificados, tomados de este esquema19; antes, durante los meses de julio y agosto, en el debato sobre d sacramento del matrimonio, haba susdtado vivas discusiones la declaracin de nulidad de los matrimonios clandestinos y (en relacin con la prctica de los griegos) la cuestin del divorcio por razn de adulterio20. La sesin xxiv de 11 de noviembre de 1563 comprendi tres decretos, cuya importancia difcilmente puede sobreestimarse: un decreto dogmtico confirmaba la sacramentalidad del matrimonio, su indisolubilidad y el derecho de la Iglesia a establecer impedimentos. El decreto de reforma Tametsi haca depender para lo futuro la validez del matrimonio
17. J.A. O'DONOHOE, Tndentme Seminary Legislation. Its Sources and Its Formatwn, Lovama 1957; H. JEDIN, Domschule und Kolleg. Zum Ursprung der Idee des Trienter Priestersemmars: TThZ 67 (1958), 210-223; id., L'importanza del decreto tridentino sui seminari nella vita della Chiesa: Seminarium 15 (1963), 396-412. 18. CT ix, 748-759. 19. Los once cnones sobre el matrimonio de 20 de julio: CT ix, 639s; los doce cnones reformados de 5 de sept.: ibid., 760ss. 20. H. JEDIN, Das Konzil van Trient und die Anfdnge der Kirchenmatrikeln: ZSavRGkan 32 (1943), 419-494; H. BRSTING, Geschichte der Matriteln von der Frhkirche bis zur Oegenwart, Friburgo 1959, 94-104; M. SIMN, Zur Bntstehung der Kirchenbuchcr. ZBKG 28 (1959), 129-142 (sobre el plan de Nuremberg de un libro eclesistico en el siglo xiv).
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de la observancia de la forma tridentirm, el intercambio de consentimiento ante el prroco competente y dos o tres testigos. El decreto ordenaba tambin llevar por parte de los prrocos registros (matrculas) de bautismo y matrimonio 21. El decreto general de reforma que comprenda 21 captulos contena normas para el nombramiento de los obispos (entre otras, la instruccin del proceso informativo) 22, para la celebracin de los snodos provinciales (cada tres aos), de los snodos anuales diocesanos y las visitas episcopales; finalmente, sobre los cabildos catedrales y la provisin de las parroquias. Dondequiera lo exiga la cura de almas, fueron ampliadas las facultades de los obispos por concesin de poderes apostlicos frente a las exenciones de rdenes y corporaciones. Aun despus que el cardenal de Guisa, la mayora de los espaoles y los imperiales fueron ganados para la poltica de mediacin da Morone, perseveraba en la oposicin una minora de espaoles, particularmente el obispo de Segovia23, apoyado por el conde Luna, introducido el 21 de mayo como embajador de Felipe n. Luna impugn el derecho nico de proposicin de los legados24, y el empeo de Morone de terminar pronto el concilio. El esquema de reforma presentado por el presidente no cumpla, a los ojos de Luna, los postulados espaoles de reforma, ni tena suficientemente en cuenta las circunstancias alemanas. La superacin de estas y otras resistencias por parte de las potencias contra una pronta conclusin del concilio fue facilitada por la amenaza de Morone de presentar un proyecto de reforma de los prncipes, es decir, de las quejas de los obispos sobre intromisiones de las autoridades seculares en los asuntos de la Iglesia25. En el curso del mes de noviembre se discuti la parte que an restaba del gran proyecto de reforma. La sesin final estaba prevista para mediados de di21. H. JEDIN, Die Reform des bischoflichen- Informatwprozesses auf dem Konz von Trient: AkathKR 116 (1936), 389-413. 22. H. JEDIN, Die Autobiographe des Don Martn Peres de Ayala: Spanische Forschungen, i, 11 (1955), 122-164. 23. El breve de 8 de mayo de 1563 (CT ix, 956, nota 8), en que el papa se declara dispuesto a suprimir el derecho nico de proposicin de los legados, no fue ejecutado ante las enrgicas representaciones de Morone (SUSTA, IV, 71s); en la sesin xxiv declararon los legados que la frmula contenida en los decretos proponentibus legatis, no limitaba la libertad de palabra concedida hasta entonces en los concilios ecumnicos. 24. L. PROSDOCIMI, / / progetto di Riforma dei principt al Concilio di Trento. Aevum 13 (1939), 3-64. 25. CT ix, 1077-1110.
ciembre; pero, ante la noticia de estar el papa enfermo, se traslad al 3 del mismo mes y se continu el 4 (sesin xxv)26. La sesin comprenda decretos sobre doctrinas de controversia, no discutidas hasta entonces: el purgatoria, el culto de los santos y sus reliquias, las imgenes2' y las indulgencias; temas todos que slo pudieron ser discutidos en un procedimiento abreviado los das 2 y 4 de diciembre. La reforma de las rdenes religiosas que estaba preparada ya bajo Julio ni, recibi el carcter de una ley genrica, que no suprima las constituciones existentes de las rdenes, sino que slo las modificaba en determinados puntos; contena normas sobre la admisin de nuevos miembros, sobre el noviciado, la pobreza y la clausura de las monjas28. Aunque el cardenal Alessandro Farnese y otros miembros del colegio se opusieron violentamente20, en el segundo decreto de reforma de esta sesin que, en su captulo 1, diseaba los deberes de los obispos, fueron comprendidos tambin los cardenales. El decreto contena adems instrucciones para la ejecucin de la visita (cap. 6) y sobre la administracin de los hospitales de la Iglesia so, una nueva ordenacin del derecho de patronato (cap. 9) y del procedimiento contra los concubinarios (cap. 14). La revisin del ndice de Paulo iv, para la que ya a comienzos de 1562 se haba formado una diputacin conciliar, la reforma del misal y del breviario, en que tambin se haba trabajado, asi como la composicin de un catecismo para los prrocos, no pudieron llevarse a cabo. El concilio decidi que los trabajos preliminares ya realizados fueran entregados al papa, a fin de que se concluyan bajo su autoridad y sean puestos en vigor. Todos los decretos dogmticos bajo Paulo y Julio ni fueron de nuevo ledos y todos los obispos presentes los confirmaron con sus firmas. Firmaron 6 cardenales, 3 patriarcas, 25 arzobispos, 169 obispos, 7 abades y 7 generales de rdenes religiosas. Al final de la sesin, el
26 H. JEDIN, Entstchwng und Tragweite des Trienten Dekrets uber die Bderverehrmia ThQ 116 (1935), 143-188, 404-429, con adiciones ZKG 74 (1963), 32lss. 27. H. JEDIN, Zur Vorgcschichte der RegxtUrenreform Trid. Sessio XV: RQ 44 (1936), 231-381. 28. J. BIRKKER, Das Konz von Trient und dL- Reform des KardinalskoUegiums nntei Puts IV. HJ 52 (1932), 350ss. 2<(. H. JEDIK, Zwei Konzihdekrete uber die Hospitaler: Atti del primo Congresso italiano di Storia (Kpitaliera, Reggio-Emilia 1957, 376-385. 30. Sobre lo* comienza, de la congregacin del concilio cf. P. PRODI, Pateotti, 193ss (la bibl. ms antigua) v S. TROMP, De primis secretarais S. Congr. Conci: <r 40 (1959), 523-527.
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cardenal de Guisa inici un aplauso (aclamaciones) para los tres papas conciliares, para los emperadores Carlos v y Fernando i y para cuantos haban contribuido al xito de la obra. Todos los presentes exclamaron: Siempre queremos confesar la fe del concilio ecumnico de Trento y siempre observar sus decretos. La significacin en la historia eclesistica y universal del concilio de Trento radica en dos realizaciones suyas: 1. Delimit con precisin la fe catlica contra los errores protestantes, siquiera no lo hiciera en toda la lnea de las doctrinas controvertidas, pues las tendencias episcopales y galicanas impidieron la definicin del primado pontificio y del concepto de Iglesia, los dos puntos doctrinales ms duramente impugnados. Las diferencias de opinin teolgicas dentro de la Iglesia catlica no las quiso resolver el concilio. 2. El concilio opuso a la reforma protestante una reforma catlica, que no fue ciertamente una Reformatio in capite et membris en el sentido de la tarda edad media y dej tambin intactos muchos postulados del movimiento de reforma, pues qued sin realizarse la reforma de las autoridades curiales, pero s que desterr los abusos ms graves en el plano del episcopado, parroquias y rdenes religiosas, fortaleci de hecho el poder de los obispos y puso en primer trmino las exigencias de la cura de almas. Sin embargo, la obra de reforma del concilio slo poda ser eficaz, si el papado tomaba en sus manos la ejecucin de los decretos. De acuerdo con la resolucin tomada en la ltima sesin, Morone solicit del papa la confirmacin de los decretos conciliares, que fue concedida oralmente a 26 de enero de 1564 y, tras superar fuertes resistencias en la curia, tambin por escrito a 30 de junio por la bula Benedictus Deus, retrofechada a 26 de enero. A fin de impedir que se pudieran emplear contra el papa los decretos del concilio, se reserv aqul su interpretacin y la traspas el 2 de agosto de 1564 a la diputacin de cardenales, ya existente, para la ejecucin de los decretos del concilio que obtuvieron fuerza obligatoria fuera de Roma, desde el 1. de mayo de 1564 81. Desdefinesde marzo estaban en la edicin oficial cuidada por Paulo Manucio; el plan de publicar tambin las actas fue abandonado. Pedro Canisio llev a los obispos alemanes impresos de los decretos con breves adjuntos
31. Nuevo material sobre el manejo en A. ROTONDO, Nuovi documenti per la stona dcll'lndice dei libri prohibxti, 1572-1638: Rinascimentt, n-3 (1963), 145-211.
del papa. La ejecucin en Italia comenz invitando el papa, el 1. de marzo de 1564, a los obispos que se hallaban en Roma a que se reintegraran a sus dicesis cumpliendo el deber de residencia; al mismo tiempo se tuvieron los snodos diocesanos prescritos por el concilio y se ejecutaron las visitas episcopales. Las rdenes mendicantes ajustaron sus constituciones a las determinaciones de la sesin xxiv. Por la bula Dominici gregis de 24 de marzo de 1564 fue publicado el ndice de libros prohibidos elaborado en el concilio 32. El papa correspondi a la solicitud del cliz de los laicos, concedindolo, con determinadas cautelas, el 16 de abril de 1564, a los obispos de las seis provincias eclesisticas de Alemania, a las provincias eclesisticas de Gran y Praga y a varias dicesis exentas33. Un resumen de los resultados dogmticos del concilio, la professio fidei tridentina fue prescrita a los obispos, superiores religiosos y doctores; el concilio vino a ser un distintivo en el terreno de la fe. Paulo m haba comenzado, frente al concilio, la reforma de la curia romana, pero no la prosigui; despus de los avances del ao 1555, se vio ser imposible una nueva dilacin. Como Po iv mantuvo firme su idea de que la reforma de las oficinas curiales no caa como tal en la competencia del concilio, hubo de tomar medidas por s mismo. En los aos 1561-62 se sucedieron rpidamente decretos sobre la reforma de la Rota, de la penitenciara, de la cancillera y de la cmara, de suerte que, a 29 de junio de 1562, poda afirmar el papa: Hemos decretado y llevado a cabo una rigurosa reforma de nuestra corte 34. Una bula de 9 de octubre de 1562 se diriga contra los abusos notados en el ltimo conclave. Representante principal del nuevo espritu fue el cardenal nepote Borromeo, del que informaba el embajador veneciano Soranzo: Hace ms bien por su persona en la corte romana que todos los decretos juntos del concilio. En realidad, la renovacin del papado era el presupuesto de la ejecucin de los decretos del concilio tridentino, que llevara por su parte al triunfo de la Iglesia en la contrarreforma. Las fuerzas renovadoras estaban slo comenzando a obrar. La crisis no estaba an ahora en modo alguno vencida.
32. G. CONSTAOT, Concession a l'Allemagne de la Communwn 2 t., Pars 1923. 33. SICKI-I., Rom. Berichte, II, 118. 34. BullRom, vil, 230-s cf. RQ 42 (1934), 306-311. sous les deux especes,
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B I B L I O G R A F A : Siguen siendo fundamentales PASTOR, v m (Po v), ix (Gregorio x m ) , x (Sixto v), xi (Clemente v m ) ; P. HERR, Papsttum und Papstwahl im Zeitalter Philipps II., Leipzig 1907; L. BROWNE, Olf, The Sword of Saint Michael. The Life of Pius V., Milwaukee 1943; G. GRENTE, Le pape des grands combis, Pars 2 1956; G. GAROCCI, LO Stato della Chiesa nella seconda meta del sec. XVI, Miln 1961; L. CASTAO, Gregorio XIV, Turn 1957. - Nunciaturas: L. JUST, Die Erforschung der papstlichen Nuntiaturen: QFIAB 24 (1933), 244-277; H. KRAMER, Die Erforschung und Herausgabe der Nuntiaturberichte: Mitt. des Osterr. Staatsarchivs 1 (1948), 492-514; L.H. HALKIN, Les Archives des Nonciatures: Bull. de Flnstitut Belge de Romes 33 (1961), 649-700; las listas de los nuncios: H. BIAUDET, Les nunciatures permanentes jusqu'en 1648, Helsingfors 1910. - Colegios romanos: P. PASCHINI, Le origini del Seminario romano: Cinquecento romano e riforma cattolica, Roma 1958, 3-32; R.G. VILLOSLADA, Storia del Collegio Romano del suo inizio 1551 alia soppressione della Compagnia di Ges 1773, Roma 1954; F.A. GASQUET, A History of the Ven. English College at Rome, Londres 1920; STEINHUBER, cf. cap. 40. - Ciudad d R o m a : P. P E CHIAI, Roma nel Cinquecento, Bolonia 1949; J. DELUMEAU, Vie conomique et sociale de Rome dans la seconde moiti du XVI sicle, 2 t , Pars 1959; H. SIEBENHNER, Umrisse zur Gesch. der Ausstattung von St. Peter in Rom von Paul III. bis Paul V.: Festschrift H. SEDLMAYR, Munich 1962, 229-320; M. ROMANI, Pellegrini e viaggiatori nelVeconoma di Roma dal XIV al XVII seclo, Miln 1948, all 325-355 datos precisos sobre los peregrinos atendidos en S. Trinit dei Pellegrini. P.M. BAUMGARTEN, Von der Kardinlen des XVI Jh., Krumbach 1926; P. PRODI, Charles Borrome, Archevque de Mitn et la Papaut: R H E 62 (1967) 379-411; J. KRAJCAR, The Greek College under the lesuits for the first time 1591-1604: OrChrP 31 (1965) 85-118; A. GASPARINI, Cesare d'Este e Clemente VIH, Modena 1960.
XXXVIII.
PERSONALIDAD Y OBRA DE LOS PAPAS DE LA REFORMA CATLICA DE PO V HASTA CLEMENTE VIII Reforma catlica en Italia: G. ALBERIGO, Studi e problemi relativi all'applicazione del Concilio di Trento in Italia: RSIt 70 (1958) 239-298, donde, entre otras cosas, se resumen muchas disertaciones n o impresas: Problemi di vita religiosa in Italia nel Cinquecento Atti del Convegno di Storia della Chiesa in Italia 1558, Padua 1960. N o existe an una biografa satisfactoria de Borromeo, sobre todo porque su voluminosa correspondencia, que descansa en la biblioteca Ambrosiana, no ha sido an elaborada; bibl. LTbX 2 n, 612, cf. R. M O L S , S. Borrome pionnier de la moderne pastorale: N R T h 89 (1957) 600-622, 715-747; M. G R O S S O - M . F . MELLANO, La contrariforma nella arcidiocesi di Tormo 1558-1610, 3 t., Citt del Vaticano 1957; M.F. MELLANO, La contrariforma nella dicesi di Mondovi 1560-1602, Turn 1955; F . MoLINARI, // card. Teatino B.P. Burali e la riforma tridentina a Piacenza '15681576, Roma 1957; R. DE MAIO, Le origini del Seminario di Napoli, aples 1957; id., Alfonso Carafa, Card. di Napoli: SteT 210, Citt del Vaticano 1961; P. VILLANI, Una visita apostlica nel Regno di Napoli 1566-68: Studi in onore di R. Filangier n, aples 1959, 433-466. Bibliografa de los snodos
F U E N T E S : BullRom VI-IX; L. SERRANO, Correspondencia diplomtica entre Espaa y la S. Sede durante el Pontificado de Po V, 4 t , Madrid 1914; G. CATALANO, Controversie giurisdizionali tra Chiesa c Stato nell'eta di Gregorio XIII e Filippo II, Palermo 1955; para los informes de la nunciatura cf. cap. 39 y 40. - A. SALA, Documenti circa la vita di San Corlo, 4 t , Miln 1857-62; Acta Ecclesiae Mediolanensis, ed. dirigida por A. RATTI, II y m-2, Mn 1890-96; A.G. RONCALLI, Gli atti della Visita Apostlica di S. Cario Borromeo a Bergamo, 5 t., Florencia 1936-58, cf. la breve crnica de esta visita RSTI 14 (1960), 452-457; P. GUERRINI, Atti della Visita pastorale del vescovo Domenico Bollani alia dicesi di Brescia, 3 t., Brescia 1915-40; Nunziature di Savoia, i, ed. dirigida por F . FONZI, Roma 1960; Nunziature di Napoli, i, ed. dirigida por P. VILLANI, Roma 1962, cf. H. JEDIN, Osservazioni sulla publicazione delle Nunziature dtltalia: RSIt 75 (1963) 327-343.
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A A A vni.
diocesanos italianos: SILVANO, DA NADRO, Sinodi diocesani italiani 1534-1878, Citt del Vaticano 1960 ( = SteT 207).
La gravedad de la crisis en que se hallaba an la Iglesia al acabarse el concilio de Trento puede reconocerse dando una ojeada al mapa religioso de la Europa de entonces. Indiscutiblemente catlicos slo seguan sindolo los pueblos de las pennsulas de los Apeninos y de los Pirineos. En el occidente de Europa el calvinismo amenazaba desprender a Francia de Roma, como lo haba logrado ya de Escocia. Todava no se queran dar por enterados en Roma de que, por la renovacin del cisma, Inglaterra haba entrado definitivamente en la serie de potencias protestantes. Perdido estaba el norte escandinavo, y en Polonia vacilaban la realeza y el catolicismo. En el imperio, la paz religiosa de Augsburgo no haba detenido el avance del protestantismo: en el norte de Alemania se haban perdido los ltimos puntos de apoyo de la antigua Iglesia; en el sur y oeste se afirmaban trabajosamente en los territorios eclesisticos y bajo la proteccin de las dinastas de Wittelsbach y Habsburgo, sin embargo, corran peligro Austria, Bohemia y Hungra. La Confederacin helvtica segua tambin dividida religiosamente. Que la Iglesia superara la crisis y al fin del siglo se encontrara renovada y fortalecida se debi a la ejecucin del concilio de Trento por obra del papado. Gracias al empeo de tres papas eminentes, sus decretos no se quedaron en letra muerta, sino que penetraron en la vida de la Iglesia. Los mtodos empleados por aquellos papas son tan diversos como sus personalidades; pero el fin es el mismo: la renovacin de la Iglesia en el sentido de la reforma catlica. Po V En el conclave despus de la muerte de Po iv (20-12-1565 a 7-1 1566), que estuvo ms libre de influencias exteriores que ningn otro desde tiempos inmemoriales (Pastor) Borromeo impidi la eleccin de Ricci, hbil, negociador, protegido del duque Cosimo, pero tambin la de Farnese, y, despus que fracasaron otras candidaturas por l favorecidas (Morone, Sirleto), impuso, en conni682
venca con Farnese, al dominico Michele Ghislieri, de quien Requesens, embajador espaol, haca este juicio: Es el papa que piden los tiempos*. Juicio sorprendente si se considera que el nuevo papa Po v debi su ascensin al enemigo de Espaa, Paulo iv; juicio recto, sin embargo, porque se distingui de Paulo iv en que, en todos los rdenes, pensaba y obraba desde el punto de vista religioso, y evit el ciego nepotismo del Carafa y tambin la pompa por ste desplegada. El tren de la corte fue tan riguroso y sobrio como el papa mismo. En rigor, para proceder contra la blasfemia, la inmoralidad y la profanacin de las fiestas, y tambin en celo por la Inquisicin, Po v no fue a la zaga del papa Carafa. Quera convertir a Roma en un convento, se murmuraba de l. Las sentencias de la Inquisicin fueron dadas a conocer y ejecutadas en pblicos autos de fe 2 . Entre los contumaces y recidivos que fueron condenados a muerte se contaron el antiguo secretario particular de Clemente vn, Pietro Carnesecchi, y el humanista Aonio Paleario, que haban sido, los dos, absueltos bajo Po iv. El nmero de procesos de la Inquisicin se acreci rpidamente: slo en Venecia se celebraron 82 bajo Po v. La bula In Coena Domini, que deba leerse el jueves santo y en que se reunan las censuras eclesisticas reservadas al papa, recibi en 1568 una nueva versin, ms rigurosa3. Sin embargo, estas medidas de represin pasan a segundo trmino en el cuadro total de las medidas positivas. El catecismo para los prrocos preparado en el concilio de Trento, fue acabado con la colaboracin sobre todo de los dominicos Edigio Fosearan, Leonardo Marini y Francisco Foreiro; puesto en latn clsico por el humanista Giulio Poggiani y, revisado todava por el cardenal Sirleto, apareci en septiembre de 1566*. El Breviarium Romanum (1568) y el Missale Romanum (1570), en que cola1. A mi juicio es el cardenal que en los tiempos de agora convendra que fuese papa: J.J.I. DOLLINGEE, Bcitrage, i, 579. El extenso informe (bid., 571-588) ofrece una excelente caracterizacin de todo el colegio cardenalicio 2. Extractos pertinentes del diario del maestro de ceremonias Firmanus: PASTOR. \ I U , 634ss. 3. K. PFAFF, Beitrage sur Geschichte der Abendmahlbullc vom 16-18. Jh,: RQ 38 (1930), 23-76. Caracterstico para el endurecimiento de la prctica inquisitorial es el proceso Carnesecchi, cf. O. OKTOLANI, Per la. storw. della vita religiosa italiana net CinqueccntoPietro Carnesecchi. Con estratH dagli atti del processo del S. Officio, Florencia 1963. 4. P. PASCHINI, / ; catechismo romano del Concilio di Trento, Roma 1923, reim-: V. PASCHINI, Cinq.iecenlo romano e riforma cattolica, Roma 1958, 33-89.
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boraron, adems de Marini y Sirleto, el teatino Scotti y Antonio Carafa, sobrino nieto de Paulo iv, fueron prescritos a todas las dicesis y rdenes religiosas que no poseyeran, desde 200 aos antes, breviarios y misales propios 6 . Pero ms decisiva que estos complementos del concilio fue la frrea voluntad del papa, de ejecutar los decretos de reforma, y no tolerar una recada en la laxa praxis anterior de dispensas, que hubiera menoscabado su validez. Una reforma de la penitenciara, por la que esta oficina qued reducida al Forum internum, ceg definitivamente esta fuente de incontables abusos . En cumplimiento de la prescripcin tridentina, visit el papa personalmente las baslicas patriarcales de Roma; la visita de las parroquias la encomend a una comisin, a la que perteneca el vicario de Borromeo, Ormaneto. La Archicofrada de la doctrina cristiana, transplantada de Miln a Roma, floreci poderosamente por obra de Felipe Neri y su compaero Pietra, de suerte que la reforma romana fue calificada de hija de la milanesa '. Con el fin de impulsar enrgicamente, por lo menos en Italia, la reforma tridentina, nombr el papa (1571) visitadores apostlicos para los obispados de los estados de la Iglesia y del reino de aples 8; Marini recibi mandato correspondiente para 24 obispados del centro y norte de Italia, y posteriormente Ragazzoni y Castelli para los obispados adriticos. Convencido de que los decretos tridentinos de reforma eran el instrumento de renovacin de la Iglesia en todo el mundo, cuid que se publicaran tambin en los pases de misin,
5. H. JEDIN, Das Konzil von Trient und die Reform des Rmischen Messbuchs: Liturgisches Leben 6 (1939), 30-66, ms el complemento de B. OPI-ERMANN: ELit 72 (1958), 214s; H. JEDIN, Das Konzil von 7 rient und die Reform der iturgischen Bcher: ELit 59 (1945), 5-38; E. FOCKE - H. HEINRICHS, Das Kalendarium des Missale Pianum: ThQ 120 (1939), 383-400, 461-469; A.P. FRUTAZ, Contributo alia storia della riforma del Messale promulgado da san Po V nel 1570: Problemi religiosi, 187-214. 6. E GOI-LER, Die pdpstliclie Ponitentiane, n - 2 , 98ss; BullRom, v i l , 750ss. 7. A. MONTICONE, L'applicasxone del Concilio di Trento a Roma: RSTI 7 (1953), 225-250, 8 (1954), 23-48; G. FRANZA, II Catechismo o Roma del Concilio di Trento a Pi VI ncllo selo dell'Archiconfraternit della Dottrina Christiana (Alba 1958).
8. Sobre las indicaciones de PASTOR V I I I , 159SS, I X , 56SS, cf. P . VILLANI, La visita
hasta Mxico, Goa y el Congo 9. Numerosos snodos provinciales y diocesanos aplicaron los decretos en mbito diocesano, se fundaron seminarios sacerdotales y se encarecieron las disposiciones tridentinas sobre la clausura de las monjas 10 . El modelo de una enrgica aplicacin del concilio que penetraba todos los mbitos de la vida eclesistica lo ofreci Carlos Borromeo por su actuacin en Miln (1565-84). Por su trabajo personal, sus visitas y su legislacin en once concilios diocesanos y seis provinciales (1565, 1569, 1573, 1576, 1579, 1582), vino a ser el modelo de un obispo tridentino (Pastor), Ya la ordenacin de la vida domstica, que promulg para su palacio 11 , refleja el nuevo espritu: un Praefectus spiritulis cuida de la vida espiritual de toda la comunidad familiar. Para la formacin de los futuros sacerdotes se fund en Miln un seminario mayor, al que se agregaron varios seminarios menores, entre ellos uno para vocaciones tardas. Por la divisin de la extensa dicesis en doce distritos, con un comisario de su confianza al frente de cada uno, intensific y elev la cura de almas; los jesutas y teatinos recibieron colegios; las escuelas de la doctrina cristiana instituidas por el sacerdote Castellino da Castello contaban el ao 1595 ms de 20 000 alumnos. Carlos visit personalmente hasta los ms remotos valles alpinos de su dicesis, y todava encontr tiempo para recorrer, lugar por lugar, como visitador apostlico, obispados sufragneos como Brgamo. Cuando el ao 1582 apareci el resumen de toda la obra de reforma, las Acta Ecchsiae Mediotanensis, fueron encargados en Lyn 100 ejemplares, en Toledo 11. El mpetu del incansable arzobispo, que se consuma en el apostolado, a fin de cristianizar la vida entera de su dicesis, lo llev a vivos conflictos con los virreyes espaoles Requesens y Ayamonte, de forma que por un tiempo pareci dudoso si el papa a la sazn Gregorio x i n lo apoyara frente al cesaropapismo espaol; Borromeo se present en Roma, donde las medidas del celoso de Miln tenan muchos adversarios, y cam9. C. BAYLE, El Concilio de Trento en las Indias espaolas: R F 131 (1945) 257-284. 10. La lista de los snodos: PASTOR, V I I I , 157, como not Pastor mismo, necesita complementarte, pues el florecimiento de la actividad sinodal cae en los pontificados de Gregorio x n i y Sixto v. La bula Circa pastoralis officii sobre la clausura: BullRom v n , 447-450. 11. Acta eccl. Medid., II, Miln 1599, 811-825, tambin en RATTI, I I I , 13-46.
Apostlica di Tommaso Orfini nel Regno di Napoli, 1566-68, Roma 1957; posteriores: A. BASON, La dicesi di Aquiieja secando la Visita Apostlica dell'anno 1584: Studi Aquileji offcrii a G. Bus, Aquileia 1933, 433-451; G. VITEZIC, La prima Visita Apostlica post-tridentma m Dalmasia (1579), Roma 1957; sobre las visitas del jesuta Possevino en los territorios de los Gonzaga, cf. M. SCADUTO : Arch. stor. lombardo, vin-10 (1960), 336-410.
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bi la situacin. Fueron confirmadas las actas del cuarto concilio provincial y un breve papal justific al arzobispo ante los milaneses mal avenidos con su rigor. Borromeo no era la nica realizacin posible del ideal de obispo tridentino. Diez aos despus de su muerte prevena el cardenal Valier de Verona a Federigo, sucesor de Borromeo, que no imitara en todo el ejemplo de su gran antecesor12; el cardenal Paleotti ech por otras sendas en su obispado de Bolonia; finalmente, Francisco de Sales, cuya accin en Ginebra pertenece ya al siglo siguiente (1599-1622), acu un nuevo ideal de obispo, caracterizado por una amplitud humanista. Pero es problemtico si la montaa de abusos poda derrocarse sin la frrea consecuencia de Borromeo, que poda alcanzar una mxima dureza. En el nombramiento de obispos sigui Po v nuevos caminos al instituir una comisin propia para el examen de los candidatos. Entre los 21 cardenales por l creados haba hombres tan distinguidos como Antonio Carafa, Santori, el general de los dominicos Giustiniani, el minorita Felipe Peretti, el teatino Burali. Pero lo decisivo fue que Po v excluy toda vacilacin en la afirmacin de la reforma tridentina. La victoria sobre los turcos en Lepanto (7-10-1571), alcanzada por la flota de la Liga entre Espaa y Venecia trabajosamente lograda por el papa, ilumin el ocaso de este pontfice (f 1-5-1572), beatificado en 1672 y canonizado en 1712. Gregorio XIII Su sucesor Ugo Boncompagni, canonista que proceda de la carrera de cargos curiales, no posea el temple asctico y la inconmovible consecuencia de su antecesor; sin embargo, su largo pontificado (1572-85) no fue menos importante para la ejecucin del concilio tridentino, en que l mismo tomara parte, y la estructuracin de la reforma catlica. Su eleccin, extraordinariamente rpida, el 13 de mayo de 1572, la debi Gregorio xm a la intervencin de Felipe II. Sin embargo, el consciente reconocimiento del
U . A. VALERIUS, De cauta imilatione sanciorum episcoporum: M A I S V I I I , 89-117; P. PKODI. Lineamenti dell'organissazione diocesana in Bologna durante l'episcopato del Card. Paicotti: Problemi religiosi, 323-394.
predominio espaol no le impidi defender moderadamente la juridiccin eclesistica en Miln y aples y hasta en la madre patria contra el cesaropapismo espaol13; el proceso contra Carranza, arzobispo de Toledo, acusado ante la inquisicin espaola, que ya Po v avoc a Roma, fue acabado por Gregorio xm con una sentencia benigna13a. Mirando celosamente por su independencia, slo limitado influjo sobre sus resoluciones permiti a su mismo consejero ms inmediato, su secretario particular Tolomeo Galli, el cardenal de Como. En la aplicacin de las normas tridentinas era ms accesible que su antecesor a los consideraciones de poltica eclesistica. As, para unir el inters dinstico de la casa Wittelsbach con el aseguramiento del estado de posesin catlica en el noroeste de Alemania, permiti, en contradiccin crasa con la prohibicin tridentina de la acumulacin de obispados, que el poco espiritual Ernesto de Baviera juntara finalmente en su mano cinco obispados. Su gran mrito fue la transformacin de las nunciaturas en eficaces instrumentos de la reforma de la Iglesia. Ya antes nunca haban sido representaciones exclusivamente diplomticas; ahora pasaron tan a primer trmino sus funciones eclesisticas que una generacin ms tarde se pudo afirmar: Sobre sus hombros pesa en gran parte la restauracin de la religin, del culto y de la administracin eclesistica ". A las nunciaturas permanentes ya existentes en las cortes catlicas (el emperador, Espaa, Francia, Portugal, Polonia, Florencia y Saboya) se aadieron nunciaturas expresas de reforma en la Alta Alemania (Ninguarda y Porzia), en Suiza (Bonhomini) y en la Baja Alemania (K. Gropper), que cumpla funciones semejantes a las de los visitadores apostlicos en Italia; de ellos salieron las nunciaturas fijas de Lucerna (1579), Graz (1580) y Colonia (1584). La idea muy difundida bajo Paulo m y sus sucesores de que Alemania estaba
13. P. PSODI, San Callo Borromeo e ta trattathe tra Gregorio XIII e Fippo II sulla giurisdieione ecclesiastica: RSTI 11 (1957), 195-240, con indicaciones de bibliografa anterior. 13a. Amplia coleccin de f u e n t e : Fray Bartolom Carranza. Documentos Histricos, ed. dirigida or J.I. TELLECIIEA IDGORAS, hasta ahora 3 t., Madrid 1962-66; adanse investigaciones especiales del autor, entre las que destaca por tocar un punto especialmente crtico: Melchor Cano y Bartolom Carranza, dos Dominicos frente a frente: H S 15 (1962), 5-93. 14. C PASTOR, ix, 43-46.
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perdida para la Iglesia, fue ahora abandonada. La Congregacin alemana creada por Po v, a la que pertenecan conocedores de las circunstancias alemanas como los cardenales Otto de Augsburgo, Madruzzo, Morone, Delfino y Commendone, se form una idea clara de la situacin y, desde 1573, coordin las medidas pertinentes (cf. cap. XL). Como la ejecucin del decreto tridentino tropezaba con grandes dificultades en los pases en peligro, favoreci Gregorio XIII la organizacin de los colegios existentes ya en Roma para la formacin de clrigos, y fund otros nuevos: el colegio romano de los jesuitas fue alojado en una imponente reconstruccin y ricamente dotado; hasta hoy lleva su nombre. El Collegium Germanicum fue unido con el colegio hngaro y, por medio de ricas donaciones, fue capaz de sostener un centenar de alumnos, de entre los cuales saldra personal dirigente para la Iglesia alemana que segua sufriendo grave falta de sacerdotes. Como el colegio alemn, tambin el ingls, fundado en 1579, fue confiado a los jesuitas. El colegio griego de san Atanasio, un colegio maronita y otro armenio, tenan por fin procurar un respaldo en Roma a las partes unidas de la Iglesia oriental. Estas fundaciones de colegios bajo Gregorio XIII iniciaron una evolucin de alcance incalculable: Roma que haba sido siempre centro de la administracin eclesistica, vino a ser tambin centro de la ciencia teolgica y de formacin sacerdotal para toda la Iglesia. Con el nombre de Gregorio xm va finalmente unida la reforma del calendario juliano que, proyectada de muy atrs (bajo Sixto iv, Len x y Clemente vn) fue ahora concluida tras numerosos dictmenes de sabios y a base de las propuestas de los hermanos Giglio, y por una comisin presidida por Sirleto y ejecutada a 24 de febrero de 1582 en la pontificia Villa Mondragone junto a Frascati15. La igualacin del calendario astronmico y del eclesistico fue asegurada por el descuento de diez das (5-14, octubre, 1582) y nuevas reglas de intercalacin. La introduccin del calendario gregoriano vino a ser un barmetro del alcance de la autoridad papal: los estamentos catlicos la aceptaron inmediatamente, los protestantes a pesar de la recomendacin de los astrnomos Brahe y
15. BuirRom V I I I , 386ss; PASTOR IX, 205-215.
Kepler slo 100 aos ms tarde; la ortodoxia griega tard hasta el siglo xx. Sixto V El conclave tras la muerte de Gregorio xm (f 10-4-1585) como el de 1565-66 estuvo prcticamente libre del influjo de las grandes potencias. La eleccin del antiguo minorita Felice Peretti de Montalto (el 24-4-1585) lograda por el cardenal Medici con ap^ yo de los franceses contra Farnese, puso a la cabeza de la Iglesia una personalidad descollante. Sixto v (1585-90) juntaba en s el espritu estrictamente eclesistico de Po v, que lo creara cardenal en 1570, y las dotes polticas de Pablo m, que el papado necesitaba ms an que entonces para la salvaguarda de su independencia. Su inflexible voluntad de dominio imprimi su cuo, para siglos, a la curia romana y a la ciudad de los papas. Convencido de que la accin universal de los papas presupona orden en los estados de la Iglesia, reprimi con draconiana dureza el bandolerismo que se recrudeci bajo Gregorio xm y sane con tal xito las finanzas papales que dej en el castillo de Santngelo un tesoro de unos 4 millones de escudos de oro. Su ms importante contribucin a la reforma catlica fue la reorganizacin de la curia romana. El concilio de Trento, cediendo al decidido deseo de los papas, haba renunciado a la reformatio capitis. Pero los rganos existentes de gobierno: la junta plenaria de los cardenales (consistorio) y las oficinas centrales de administracin (cancillera y cmara) que venan de la edad media, aunque limpias entre tanto de los abusos ms gruesos, no bastaban ya a las crecientes tareas de los papas de la reforma. Desde que la reforma catlica ech pie en Roma, acostumbraron los papas encomendar las fundaciones ms importantes a diputaciones de cardenales, de las que varias (la inquisicin romana, fundada en 1542, la congregacin del concilio en 1564, la congregacin del ndice en 1571, la congregacin de los obispos en 1572), por ser fijas, haban adquirido ya carcter de oficinas o ministerios, otras solan disolverse una vez cumplido el cometido que se les confiara. Por la bula de 22 de enero de 1588, Sixto v cre 15 congregaciones fijas de cardenales con competencias puntualmente descritas y carcter de oficinas: seis para la administra689
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cin y gobierno de los estados de la Iglesia y las restantes para asuntos de la Iglesia universal: Inquisicin, ndice, concilio, obispos, regulares, Signatura gratiae, ritos e imprenta vaticana16. En las congregaciones plasm en adelante la colaboracin de los cardenales en el gobierno de la Iglesia; el consistorio perdi importancia, lo mismo que la cancillera que ahora slo funcion como oficina de expedientes. La pretensin a una corregencia sostenida en la edad media tarda y todava bajo los papas del Renacimiento por una oligarqua numricamente escasa de cardenales, estaba definitivamente superada. Al mismo tiempo fue fijado en 70 el nmero de cardenales, que el concilio de Constanza haba limitado a 24: 6 cardenales obispos, 50 cardenales presbteros, 14 cardenales diconos, y se estableci nueva lista de iglesias titulares y diaconas17. Por la creacin de 33 cardenales complet el papa el nmero pleno. Favorecer la unin de los miembros con la cabeza tena por objeto la nueva regulacin, de 20 de diciembre de 1585, de las visitas a Roma de los obispos (Visitatio liminwn)1*. Los obispos de Italia y de las islas vecinas, as como los de Dalmacia y Grecia fueron obligados a presentarse en Roma, cada tres aos, para informar; para la mayora de los restantes pases (en particular el imperio, Francia y Espaa) se fij el plazo de cuatro aos, para los ms lejanos el de cinco y para los de Ultramar el de diez. En la visita a Roma haba que presentar un informe acerca del estado de la vida eclesistica (Relatio status dioecesis), para el que fue prescrito un esquema especial. Los informes de que se dispone en nmero creciente desde fines de siglo, ofrecen, siquiera frecuentemente coloreados, muchos datos para la estadstica de las dicesis que no se han transmitido por otras fuentes; entonces formaban a menudo el punto de partida de las disposiciones papales de reforma. De este modo, la regla y norma del papa vino a ser un quicio y factor permanente de la reforma catlica (Schmidlin).
16. liullRom V I I I , 985ss, PASTOR X, lglss. 17. BullKom V I I I , 808ss (3-12-1586). Un espejo de cardenales, dedicado an a Gregorio X I I I fue compuesto por HIFRONYMTJS MANFREDUS, De perfecto cardvnali S.R.E., Roma 1584 18. J. SCHMIUI-EN, Die kli chliche n Zustande m Deutschland vor dan Dreissigjahngen Kriege nach den buchoflichen Dtosesanberichten an den Heiligen Stuhl, 3, Friburgo 1908-10, sobre la bula: Romanas Pontifex I S. x v n i s s ; ms bibliografa FINK, Vat Archiv 120, R. ROBES - V. CASTEXL, La nsita ad htnina dmantc el pontificado de Sixto V Anthologica annua 7 (1959), 174-213.
Poseso de la pasin de construir, Sixto v concibi el plan de hacer de Roma por sus grandiosos edificios y una urbanizacin bien meditada, la ciudad ms bella de Europa a par que el centro religioso del mundo. La cpula de san Pedro fue acabada por Giacomo della Porta; con el obelisco erigido en la plaza de san Pedro y el palacio para vivienda proyectado por Domenico Fontana, la cpula es hasta hoy da para todo peregrino el distintivo de la ciudad eterna. El inmenso complejo de edificios de la iglesia del Laterano, aunque venerable por una historia milenaria hubo de ceder a un nuevo plan de construccin. El 25 de noviembre de 1584 fue consagrada la iglesia principal de los jesutas Al Ges, levantada segn los planos de Vignola y Giacomo della Porta, primer gran monumento del barroco romano; la iglesia nueva (Chiesa nuova) de los oratorianos estaba en construccin. La ciudad medieval, encerrada hasta entonces en el arco del Tiber, volvi de nuevo a las colinas, que en la poca imperial romana estaban construidas, y eran ahora un desierto. Gregorio XIII haba comenzado en el Quirinal la construccin de una nueva residencia, de situacin ms sana, que fue acabada una generacin ms tarde por Paulo v; Gregorio haba unido el Laterano con Santa Mara Maggiore por medio de una nueva calle. Sixto v condujo una gran calle de enlace desde el Pincio a Santa Mara Maggiore, donde edific para s y su protector Po v una grandiosa capilla sepulcral Otras calles reparadas facilitaron la peregrinacin a las siete iglesias principales que volvi a practicarse por obra de Felipe Neri. El coronamiento de las columnas de Trajano y Marco Aurelio con las estatuas de los apstoles Pedro y Pablo simbolizaba el espritu constructor del papa en la organizacin de la nueva Roma barroca, que dej rpidamente atrs los planos urbanos trazados por Bufalini (1551) y Du Perac (1577). Roma se convirti en una ciudad nueva; su auge en la poca de la reforma catlica dej atrs a todas las otras capitales de Europa19.
19. DELUMEAU, Vie conomique et ocale de Rome, i, 358 Exposicin de la actividad constructora de Sixto v : PASTOR X, 422-499 ha de compararse con el prrafo PASTOR VI, 262-314 (Romn Ende der Renaissance). Sobre las guas de Roma del editor Franziru, que aparecieron desde 1588 en muchas ediciones, adornadas con grabados en madera, cf. L. SCHUDT, Le guide di Roma, Viena - Augsburgo 1930, 31ss; K. SCHWAGER, Zur Bautatigkeit Sixtus V. an S. Maa Maggiore: Miscell. Bibliothecae Hertzianae, Munich 1961, 324-354
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Los extremos de la voluntad creadora de este gran papa, a quien se debe tambin la reconstruccin de la biblioteca vaticana y la fundacin de la imprenta vaticana, se pusieron de manifiesto en el cumplimiento de una tarea cientfica, que proyect, pero no llev a cabo el concilio de Trento: la revisin de la Vulgata. Decenios haca que el erudito Sirleto preparaba trabajos previos para la revisin del texto bblico, latino y griego. La comisin nombrada por Sixto v para la revisin de la Vulgata, a la que perteneca entre otros el cardenal Carafa, trabajaba diligentemente, pero con demasiada lentitud para la impaciencia del papa. ste mand se le entregara el material, pero modific por intervenciones caprichosas el texto sagrado hasta tal punto que, la edicin acabada de imprimir el 2 de mayo de 1590, a pesar de haber sido ya enviada a 25 prncipes y haberse publicado la bula de introduccin 20 hubo de ser retirada a la muerte del papa a 27 de agosto de 1590. Una comisin nombrada por Gregorio xiv, bajo la direccin del cardenal Colonna, corrigi los dislates ms gruesos; por consejo de Belarmino, la edicin as corregida fue publicada, ao de 1592, por Clemente VIII con el nombre de Sixto-clementina. Con los tres papas que se sucedieron en breves intervalos y que haban tomado parte, los tres, en el concilio de Trento, se extingui la generacin tridentina. Tanto Urbano vn (15 a 27-9-1590) como Gregorio xiv (5-12-1590 a 16-10-1591) e Inocencio ix (29-10 a 30-12-1591) haban colaborado fervorosamente, como obispos o nuncios en la ejecucin del concilio: G.B. Castagna como arzobispo de Rossano y nuncio en Madrid bajo Po v; Niccol Sfondrato como obispo de Cremona; G.A. Facchinetti, obispo de Nicastro y nuncio en Venecia. El piadoso, pero enfermizo Gregorio xiv prosigui la obra reformadora del concilio regulando el proceso informativo de los obispos, pero derroch bajo influjo de su inexperto nepote Paolo Emilio Sfondrato una parte considerable del tesoro sixtino por subsidios sin sentido a los franceses de la Sainte Ligue (cf. cap. xxxix).
20. La tesis defendida por P.M. BAUMGARTEN, Nene Kunde von alten Bibeln, 2 t., Krumbach 1922-27, contra C.A. KNEIXER, ltimamente en el artculo: Die Bibelbulle Sixtus-V.: ZKTh 52 (1928), 202-224; 59 (1934), 81-101, 268-290, de que la bula fue realmente publicada, debe darse por demostrada; la bibliografa ms antigua ( L E BACHELET,
AMANN, H O P F L ) en SEPPELT, IV, 521, cf. P . PASCHINI, G. Sirleto ed il Decreto tridentino
Clemente VIH Como los tres precedentes, as tambin el conclave de 10-30 de enero de 1592, estuvo bajo el fuerte influjo de Espaa, que no logr imponer su candidato preferido, Santori21, espiritualmente eminente, pero rudo; s, empero, a Ippolito Aldobrandini, grato tambin, pero mucho ms dbil. Clemente vm (1592-1605) defraud las esperanzas de Espaa, en cuanto que, tras larga vacilacin, concedi la absolucin de Enrique iv de Francia, violentamente impugnada por Felipe n. As recobr el papado su libertad de movimientos, pudo actuar de mediador en la paz de Vervins (1598) concluida entre Espaa y Francia y, al extinguirse la lnea principal de la casa Este, incorporar el feudo papal de Ferrara y unirlo a los estados de la Iglesia *2. Clemente vm llenaba personalmente el ideal de obispo de la reforma catlica: llevaba la vida asctica de un piadoso sacerdote y de un celoso obispo, peregrinaba mensualmente a pie a las siete iglesias, oa durante el ao jubilar horas y horas confesiones en san Pedro y visitaba las iglesias patriarcales y muchos conventos y hospitales. Escogi por confesor a Baronio, y Felipe Neri lo veneraba como a un padre. Sin embargo, bajo su pontificado comenz a perder bro y repercusin universal el movimiento de reforma interna de la Iglesia, tal como se los imprimieran Po v y sus dos sucesores. Una nueva revisin del ndice de libros prohibidos (1596) dej libre a Belarmino, pero se ensa con la literatura juda. El ao 1593 entreg la repblica de Venecia a la inquisicin el apstata dominico Giordano Bruno; como despus de repetida retractacin, volvi finalmente el 5 de abril de 1598 a sus opiniones en contradiccin con la doctrina de la Iglesia, fue condenado a la hoguera (17-2-1600)23. El papa dej indeciso el pleito
21. La instructiva autobiografa de Mons. G.A. SANTOKI, ed. por G. CUGNOHI, Roma 1890 22. B. BARBICHE, L O politique de Clment VIII. d l'gard de Ferrare en Novembre et cembre 1597 et I'exccmimunicaticm de Csar d'Este: MAH 74 (1926), 289-328; G. Gozzi, Gemiti e poltica sul fine del '500. Una medkaione di pace tra Bnrico IV, Fihppo II e la Sede Apostlica proposta dal P. Achillc Gagliardi alia repubblica di Venezia: Astlt 75 (1963), 477-537 23. El extracto de las actas del proceso hecho antes del verano de 1597: A. MEKCATI, / ; Summario del processo di G. Bruno, Citt del Vaticano 1942; all 46-53 un juicio muy equilibrado de la personalidad de Bruno.
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surgido entre dominicos y jesutas sobre la gracia (cf. cap. xu) y no pudo resolverse a dar vigencia a la nueva coleccin de decretales, ya acabada y que llevara su nombre. Aunque, como nuncio que fuera en Polonia, no careca de experiencia poltica, este papa concienzudo, pero indeciso, dej casi enteramente la direccin de los asuntos a sus nepotes Cinzio y Pietro Aldobrandini y, por excesivas donaciones a su familia, dilapid las finanzas papales. A despecho de estas flaquezas del papa Aldobrandini, el ao jubilar de 1600 result un triunfo del papado rejuvenecido. Ya el jubileo del ao 1575 haba trado a Roma a centenares de miles de peregrinos sobre todo de Italia; famosos predicadores, como el jesuta Francisco de Toledo, el capuchino Lobo y el minorita Panigarola hicieron de la peregrinacin una misin popular. Cuando, el 31 de diciembre de 1599, abri Clemente vm la puerta santa, se hallaban presentes 80 000 hombres; el nmero total de peregrinos fue estimado en 1,2 millones. Para alojar por lo menos a un parte de aquel torrente de masas, se ampli el hospital de S. Trinita dei Pellegrini, fundado por Felipe Neri. Para el lucro de las indulgencias se prescribieron para los peregrinos extranjeros 15 visitas de iglesias; para los romanos, 30. El papa hizo 60, lav repetidamente los pies a peregrinos pobres y los convid a su mesa; los grupos de peregrinos eran por l recibidos en el patio de Belvedere. Estaban representadas todas las capas sociales, aun las ms altas: los duques de Baviera y Lorena, el virrey de aples, los cardenales Andrs de Austria y Dietrichstein. Cmo sinti pocos aos despus (1612-13) un prelado alemn la nueva Roma, lo pinta plsticamente el Raiss uf Rom de Aschhausen, obispo de Bamberg2i. Una generacin bast para que cambiara la faz de la Iglesia. Acabado el concilio de Trento, los papas levantaron como una bandera sus decretos y aunaron e incitaron las fuerzas religiosas existentes. Se restableci la autoridad del papado, si no en todo el espacio de la Res publica christicma medieval, por lo menos en los pueblos que haban permanecido catlicos. Pero la restauracin del poder papal con la ayuda del concilio de Trento no fue, como afirmaban publicistas anticuriales como Vergerio y Sarpi25, una
J.G. 24. PASTOR IX, 142-155, xi, 505-512, C H , HAUTLE, Des Bamberger FUrstHschofs van Aschhausen Gesandtschaftsreise 1612-13, Tubinga 1881. 25. P.P. Vergerio defiende este modo de ver en e] fingido Consihum quornndam
hbil artimaa de curialistas vidos de poder, sino la consecuencia natural de la reforma catlica, sinceramente querida, aunque no siempre con rigurosa consecuencia y xito cabal28. El nuevo centralismo que sustituy al medieval tardo de orientacin fiscal, tena fundamento religioso y espiritual. El papado haba dado vigor a las normas del concilio de Trento; una sola Biblia, la Vulgata, una sola liturgia, la romana, un solo cdigo legal garantizaban la unidad y hasta creaban una uniformidad mayor de la vida eclesistica como nunca haba conocido la Iglesia pretridentina. Sin embargo, la reforma tridentina no fue una restauracin mera y simple de la edad media. En casi todas sus manifestaciones ostenta rasgos antiprotestantes. De la afirmacin de su propk> ser saca la Iglesia fuerza para su propia renovacin y afianzamiento.
Desde la conclusin del concilio de Trento, la reforma catlica estaba canalizada y coordinada; prcticamente se la identific con la ejecucin de los decretos del concilio bajo la direccin del papado. Partiendo de la idea medieval de que el brazo secular debe cooperar en ello, los papas se esforzaron con intensidad variable porque el concilio fuera aceptado de parte del estado: con xito en Espaa y en los Pases Bajos espaoles y en Polonia, sin xito en Francia. Las dos guerras de religin de las poca, en que se luch a par por intereses religiosos y por el poder poltico, las guerras de los hugonotes y la rebelin de los Pases Bajos, dieron por resultado final que la monarqua francesa y el sur de los Pases Bajos se conservaran para la Iglesia y se perdieran los del norte. En Inglaterra se consolid la Iglesia estatal anglicana; en Escocia, el calvinismo; slo en Irlanda permaneci catlica la mayora de pueblo. La vuelta a la Iglesia de lun ni y de su hijo terepiscoparum Bononiae congtegatorum (1553) y en las Actiones duae secretarii pontificii (1556): F. HUBEKT, Vergenos publizistische Ttigkeit (Gotinga 1893), 284s 299s; P. Sarpi la ha incluido en su Istoria del Conc. Trid., i-l, cf. JEDIN I I , 3SS. 26. La viva crtica de Iielarmino por la deficiente ejecucin del tridentino est cons t a d a en vanos memoriales: L E BACHELET, Auctarium Bellarmimanum, Pars 1913, 513-518 y 518ss, 1600-01 y 533ss (1612).
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min con la prdida del trono. En Polonia, fortalecida de nuevo, se impuso la reforma catlica, y hasta se despertaron esperanzas de unin con la Iglesia rusa ortodoxa. Espaa y los Pases Bajos
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Bajo Felipe n (1556-98), sinceramente religioso y concienzudo, pero de lenta decisin, Espaa fue el ms firme apoyo de la Iglesia y la primera potencia de Europa. Slo tras profunda deliberacin se decidi a aceptar los decretos del concilio con la clusula restrictiva: sin perjuicio de los derechos reales. Estos comprendan el placet para los decretos papales, el Recursus ab abusu (el derecho de apelar a la autoridad civil contra abuso de la autoridad eclesistica), la independencia de la inquisicin espaola y el patronato en las colonias. Pero sera injusto condenar el cesaropapismo de Felipe II por sus muchas intervenciones en terreno de jurisdiccin eclesistica, y olvidar el celo del rey por la ejecucin de la reforma de la Iglesia, cuando sta, sobre todo en cabildos y rdenes exentas, tropezaba con resistencia y buscaba respaldo en Roma. Los nuncios papales, entre ellos Castagna, el futuro Urbano vn, Ormaneto y Speciano, ambos colaboradores de Borromeo \ no tenan tarea fcil cuando tenan que representar las quejas pontificias contra las intervenciones de la Iglesia estatal. Aunque los decretos tridentinos de reforma no colmaban ni mucho menos todos los deseos del episcopado espaol, ste se adelant por mandato del rey a todos los pases por la promulgacin de los mismos en snodos provinciales y diocesanos. Ya en los aos 1565-66 se celebraron snodos provinciales en Toledo, Salamanca, Granada, Zaragoza y Valencia; para el snodo de Toledo compuso Juan de vila un extenso memorial en que se proponan las modificaciones deseables para Espaa. A decir verdad, la ejecucin de los decretos anduvo a paso mucho ms lento. As por ejemplo, hasta el snodo diocesano de 1590 no se dio al obispado de Pamplona una ley fundamental 2; en Coria, donde un snodo de reforma
1. N. M O S U I M , La S'unziatura di Spagna di Cesare Specumo, 1586-88, Brescia 1961, 25sb. 2. J. GOI GAZIAMI'IDE, LOS Navarros en el Concilio de Trento y la Reforma tridentma en la dicesis de Pamplona, Pamplona 1947, 181-301; F.S. PEDRO GARCA, La Reforma del Cmicilio de Trento en a dicesis de Coria- H S 10 (1957), 273-299.
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habido ya en 1537 permaneci normativo en lo esencial, slo las constituciones del snodo de 1606 constituyeron la mejor fuente de restauracin tridentina hasta dos siglos ms tarde. Muchos seminarios tridentinos, cuya ereccin comenz pronto en Espaa 3 , no pudieron sostenerse, porque los obligados a contribuir a su sostenimiento se negaron a ello; as, slo una fundacin del obispo Galaza, el ao 1603, dio base financiera al seminario de Coria fundado en 1579. Las rdenes religiosas no reformadas hubieron de aceptar, por razn de los breves de Po v el 2 de diciembre de 1566 y 16 de abril de 1567, profundas intervenciones. Los conventuales franciscanos fueron obligados a aceptar la observancia; los mercedarios, trinitarios y carmelitas aceptaron las disposiciones pontificias, pero los premonstratenses se defendieron con xito contra la unin que se les impona con los Jernimos *. Los monasterios de la congregacin benedictina tarraconense fueron sometidos a las visitas apostlicas, pero opusieron resistencia a la bula de reforma de 1592 5 . La unin de la Iglesia y del Estado hall monumental expresin en el monasterio de Jernimos de El Escorial, construido por Felipe n los aos 1563-84, en que el rey tena una celda que daba al altar mayor. Mucho antes de que estuviera acabada la organizacin eclesistica de la metrpoli 6 , fueron erigidas, a 12 de mayo de 1559, por mandato de Felipe ir, tres nuevas provincias eclesisticas en los Pases Bajos espaoles: Cambrai con las sufragneas Tournai, Arras, St.-Omer y Namur; Malinas con las sufragneas de Amberes, Herzogenbusch, Gante, Brujas, Iprs y Roermond; Utrecht con Haarlem, Middelburgo, Leeuwarden, Deventer y Groningen; el obispado imperial de Lieja sigui unido al metropolitano de Colonia T. De los 18 obispados regionales 14 eran nuevas fundaciones, cuya provisin se dilat a la verdad largo tiempo o, como en el norte, se
3. I>. MAZTSILLA, El seminario conciliar de S. Jernimo de Burgos: HS 7 (1954), 3-44, 259-398; para Coria: HS 10 (1957), 286s. 4. J. GOI GAZTAMBIDE, La reforma de los premonstratenses espaoles del siglo XVI: H S 13 (1960), 5-95. 5. R. AUG. La bulla de Clcment VIH per la Reforma de la Congregado claustral tarraconense: Catatona Monstica 2 (1929), 259-283. 6. D. MANSILLA, La reorganizacin eclesistica espaola del siglo XVI: Anthologica annua 4 (1956), 97-238. 7. M. DIERICKX, De oprichting der nieuwe bisdommen m de Nederlande onder Filips II 1559-70, Amberes 1950; sobre la publicacin de las actas, cf. Fuentes.
hizo imposible, porque la sublevacin holandesa perturb la reorganizacin eclesistica. En ella se uni la oposicin de los estados contra la dominacin espaola con la oposicin religiosa, sostenida principalmente contra el calvinismo. Ya bajo el gobierno de Margarita de Parma, exigieron los gueux ( mendigos) la mitigacin de los edictos de religin de Carlos v (de los Plakate o carteles), la abolicin de la inquisicin y la convocacin de los estados generales. Un brbaro iconoclasmo destruy en 1566 inestimables tesoros de arte cristiano. El tribunal de los tumultos instituido por el duque de Alba no logr dominar la rebelin; slo el arte poltico del gobernador Alejandro Farnesio, hijo de Margarita, logr desprender de la pacificacin de Gante (1576) a las provincias del sur, que se mantenan casi enteramente catlicas. Las provincias del norte, en gran parte protestantes, unidas en la Unin de Utrecht, proclamaron su independencia (1581) y prosiguieron la guerra contra Espaa, primero bajo Guillermo de Orange (asesinado el ao 1584), luego bajo su hijo Mauricio (1585-1625), hasta el armisticio de 1609. En los estados generales fue prohibido desde 1574 todo culto catlico, la cura de almas de los an numerosos catlicos fue mantenida penosamente bajo la direccin de un vicario apostlico en Utrecht. El 11 de junio de 1565 fue admitido el tridentino por la gobernadora Margarita de Parma con la misma clusula de reserva que en Espaa; pero los desrdenes polticos y no raras veces tambin la resistencia del clero dilataron la ejecucin; slo bajo el gobierno de los archiduques Alberto e Isabel hizo progresos decisivos s. Francia
FUENTES: H. HAUSER, Les sources de l'hist. de Frunce, XVfr sicle, ni, iv, Pars 1912-1915; Lettres de Cathrine de Mdicis, ed. dirigida por
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Tambin la Iglesia de Francia se debata en una lucha por la existencia, que no favoreci el desenvolvimiento de la reforma catlica. Como el levantamiento de los Pases Bajos, tampoco las guerras de los hugonotes (1562-98) fueron desde sus comienzos, ya bajo la regencia de Catalina de Medici por Carlos ix (1560-74), guerras puramente de religin; bajo Enrique ni (1574-89) se convirtieron ms y ms en luchas por el poder entre las casas de
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Borbn y de Guisa, en que Espaa intervino en favor de los catlicos, Inglaterra y los estados generales de lado de los calvinistas. Consecuentemente, la poltica de los papas fue desde luego rectilnea en cuanto se tratara o pareciera tratarse del mantenimiento del catolicismo y de la represin del calvinismo; pero reservada frente a los grupos polticos de poder, sealadamente frente a la Liga fundada en 1576 y reanimada de nuevo en 1584 (Enrique de Guisa, Carlos de Borbn y Felipe u). El edicto de Amboise (1563) que puso trmino a la primera guerra de los hugonotes, permita a los calvinistas el culto en una ciudad de cada distrito (baillage). Cuando, descontentos de este xito, apoyados por dinero ingls y tropas auxiliares alemanas, tomaron de nuevo las armas, Po v puso a disposicin de los catlicos dinero y tropas, y qued defraudado, cuando, en la paz de St.-Germain (1570), se concedi libertad religiosa a los hugonotes muchas veces vencidos. Con elfinde descartar el influjo del almirante Coligny, cabecilla de los hugonotes, sobre su hijo Carlos ix trat Catalina de Medici de eliminarlo por un atentado, y, al fallar ste, mud un crimen pbr otro mucho mayor, la matanza en masa de la noche de san Bartolom (24-8-1572). Engaado por una informacin falsa y tendenciosa, Gregorio xm, viendo en este acto reprobable de unos ambiciosos sin escrpulos la frustracin de un atentado contra el rey y una victoria sobre el calvinismo, hizo cantar un tedeum y tom parte en un oficio de accin de gracias en la iglesia nacional francesa de san Luis. En la preparacin y ejecucin del crimen, que cost la vida a 5000-10000 vctimas, no tuvo el papa parte alguna 9. La resistencia de los hugonotes se exacerb an ms ahora. En la guerra de los tres Enriques obtuvieron del dbil Enrique ni, en la paz de Beaulieu (1576), casi completa libertad religiosa, que fue sin embargo restringida, al ao siguiente, por el edicto de Poitiers. El peligro de que ciera la corona de Francia un calvinista se hizo agudo, cuando, a la muerte del hermano menor de Enrique m, sin hijos, el Borbn Enrique de Navarra fue reconocido sucesor al trono por el rey y tambin por muchos cat9.
TOR,
La bibliografa ms antigua sobre la noche de san Bartolom (hasta 1923)" PASIX, 352-379; H. HAUSER, l . c , un. 2099 2173; S.L. ENGLATO, The Massacre cf St.
Barthelemew, rs 1960.
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c i p u i i u u c a u u y id e j e c u c i n uei iriueiiuuu
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lieos. Sixto v no entr en la liga catlica dirigida contra Enrique, pero lo excluy (1585) para siempre, como hereje recidivo, de la sucesin al trono. La Liga logr predominio militar y oblig a Enrique ni al edicto de Rouen (1588), que prevea la supresin del calvinismo. Para desentenderse de la presin de la Liga, hizo el rey, una ao ms tarde, asesinar en Blois a los jefes de ella, Enrique y Luis de Guisa, y se ali con Enrique de Navarra; l mismo fue a su vez apualado, el 1. de agosto de 1589, por el dominico Jacques Clment. El pretendiente Carlos de Borbn proclamado por la Liga, muri ya el 9 de mayo de 1590. Enrique iv, que hizo pronto la promesa de proteger los derechos de la Iglesia catlica y que tena muchos secuaces aun entre los catlicos, fue ganando ms y ms reconocimiento general, sobre todo desde que, el 25 de julio de 1593, se convirti al catolicismo. Gregorio xiv y al principio tambin Clemente v m apoyaron la Liga en su resistencia; slo cuando era firme el predominio de Enrique y ste, aunque religiosamente indiferente (Pars bien vale una misa) se aproxim al papa, se decidi ste, bajo determinadas condiciones, a la absolucin (cf. cap. xxxvm). Por el edicto de Nantes (30-4-1598) concedi Enrique iv a los calvinistas ilimitada libertad de conciencia, acceso a los cargos del estado, ejercicio del culto en todos los lugares en que estaban por los aos 1596-97 y en dos lugares de cada distrito y, finalmente, 200 plazas de seguridad por ocho aos. Eran amplios derechos, pero la corona y la gran mayora eran y permanecieron catlicos. Francia volvi a ser desde ahora gran potencia catlica. Sixto v se haba sentido impotente en su poltica contra Espaa, como una mosca ante un elefante; ahora haba recobrado el papado una independencia poltica limitada. La recepcin de los decretos del concilio tridentino choc en Francia con violenta oposicin por parte de los juristas de espritu hugonote o galicano de las supremas cortes de justicia (parlaments), en que deba registrarse toda ley vlida en Francia. Los calvinistas Du Moulin y Gentillet impugnaban la obligatoriedad tanto de los decretos dogmticos como la de los de reforma; los galicanos Ranchin y Thou slo la de los ltimos 10 . Una propuesta del clero, apoyada por el nuncio Salviati, en la asamblea de estamentos: en Blois
10 Sntesis de las publicaciones antitndentinas V MARTN, l.c, x x m s s , en cuanto se elabora material histrico, tambin JEDIK, berbltck, 66-79
(1577-78) de que el rey poda hacer promulgar y ejecutar los decretos (pubher et inviolablement garder), sin perjuicio de las libertades galicanas qued sin xito, lo mismo que su repeticin en la asamblea del clero de Mlun (1579). Cuando la Liga puso en su programa la recepcin de los decretos, y el legado pontificio Morosini, por mandato de Sixto v, exigi la publicacin incondicional, cedi Enrique m, al ver que su causa estaba perdida y el asesinato del cardenal Luis de Guisa exclua toda inteligencia con el papa. Hasta qu punto fuera la publicacin del Tridentino por parte del estado, signo del espritu del monarca para con la Iglesia, pnelo de manifiesto el consejo del arzobispo de Pars, cardenal Gondi, a Enrique iv. Publiez le Concile de Trente " . Aunque el clero protest de nuevo, el rey bajo el influjo de los galicanos Harlay y Thou no cumpli la promesa que hiciera por medio de sus procuradores, (1600). La propaganda galicana contra el concilio (Ranchin, Thou, Ribier, Richer) fue bastante fuerte para lograr en los estados generales de 1614 la repulsa definitiva, por parte del Estado, de la recepcin de los decretos. Entretanto comenzaron los obispos por su cuenta y riesgo a ejecutar el concilio. Poco despus de su vuelta de Trento se puso a la cabeza el cardenal Carlos de Guisa con el snodo provincial de Reims (1564); la junta del clero de Mlun traz lneas directivas, segn las cuales, entre 1580 y 1590, se celebraron ocho snodos provinciales de los cuales el de Aix (1585), dirigido por el arzobispo Canigiani, estuvo muy fuertemente influido por Miln. A ejemplo de Borromeo, el obispo de Clermont, La Rochefoucauld (1585-1610) se esforz por la elevacin de su clero 12 . Finalmente, la voluntad reformadora de los obispos demostr fuerza bastante para progresar sin consideracin al Estado: el 17 de julio de 1615 juraron en la junta del clero de Pars tres cardenales, 47 arzobispos y obispos y 30 representantes del resto del clero aceptar (recevotr) y guardar (observer) el concilio de Trento. Esta resolucin desat una fuerte ola de reforma y fue el comps de entrada de una pina ascensin de la Iglesia de Francia en la generacin siguiente. Hasta este mo11. V MARTIN, l e , 279
12 Rocnefoucauld compuso una instruccin sobre la aspiracin sacerdotal a la per feccin De la perfectum de t'tat eccUswstxque, Lyn 1597, 1628, cf. BEOUTIN, I, 44SS, P GOUON, L'mtruduclwn de la reforme disciplinane dit Concile de Trente dans le alcese de Bordeaux, Pars 1945
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ment, a pesar de fundaciones aisladas, por lo general de corta vida, se haba estado a la bsqueda de la solucin del problema de los seminarios1S; la ejecucin del decreto tridentno sobre seminarios se haba diferido no slo a causa de las sabidas resistencias a su financiacin, sino tambin por la competencia de los colegios universitarios y de los jesutas. A lo que hay que aadir la falta de un ideal claramente elaborado. Slo en el curso del siglo xvn se puso Francia en este campo a la cabeza al acuar diversos tipos de formacin sacerdotal (Bourdoise, sulpicianos y eudistas).
Inglaterra
FUENTES: Sobre las series ms antiguas de los State Papers: J.M. RIGG, Calendar of State Papers Relating to English Affairs, 2 t., Londres 1961-62, llega hasta 1578; J.H. POIXEN, Sources for the History of Romn Catholics in Ireland and Scotland, Londres 1921; id., Unpublished Documents Relating to the English Martyrs i, Londres 1908; E.H. BURTON-J.H. POIXEN, I,fvei of the English Martyrs under Elizabeth I 1583-88, Londres 1914; L. HICKS, Letters and Memorials of Father Robert Persons i, Londres 1942. El acto de uniformidad de 1559: H. G E E - W . J . HARDY, Documents lllustrative of English Church History, Londres 1921, 442-458. Sobre el origen: J.E. NEALE: EHR (1950) 304ss. Las fuentes sobre el origen de la Iglesia anglicana en las Parker Society Publications; para la consolidacin interna del anglicanismo es importante: The works of R. Hooker, ed. dirigida por R.W. CHURCHF. PAGET, 3 t., Oxford 1888. Un catlogo importante para Irlanda de la nunciatura flndrica: Collectanea Hibernica i, ed. dirigida por C. GIBLEN, Dublin-Londres 1958. BIBLIOGRAFA: J.B.BLACK, The Reign of Elizabeth, Oxford M959; H. WILSON, King James VI and I, Londres 1956; F. HIGHAM, Catholic and Reformed. A Study of the Anglican Church 1559-1662, Londres 1962; P H . HUGHES, The Reformation in England ni, Londres 1954; A.O. MEYER, England und die katholische Kirche unter Knigin Elisabeth, Roma 1911, obra capital; J.H. POLLEN, The English Catholics in the Reign of Queen Elizabeth, Londres 1920; A.H. ATTERIDGE, The Elizabethan Persecution, Londres 1928; H.S. LUCAS, Survival of the Catholic Faith in the XVW Century: CHR 29 (1943) 25-52; P H . CARAMAN, The Other Face. Catholic Ufe under Elizabeth l, Londres 1960; M.D.R. LEYS, Catholics in England 15591829. A Social History, Londres 1961; W.R. TRIMBLE, The Catholic Laity in Elizabethan England 1558-1603, Cambridge-Mass. 1964 Sobre la i elacin de
13 Asi BROUTIN, I I , 181.
Shakespeare, cuyo padre fue un recusant, con la Iglesia catlica, cf. el nuevo estudio de R. FRYE, Shakespeare and Christian Doctrine, Princeton 1963. Sobre los intentos de instituir conventos de escoceses en el continente para recatolizar a Escocia, cf. L. HAMMERMAYER, Deutsche Schottenklster, schottische Reformation in West- und Mitteleuropa: ZBLG 26 (1963) 131-255; De la rica bibliografa sobre Ja historia de los catlicos en el reinado de Isabel i de Inglaterra, que aparece en la serie Recusant History, los artculos de J. BOSSY, Henry IV, the Appellants and the Jesuits: t 8 (1965) 80-122; P.R. HARRIS, The Reports of William Udal, Informer 1605-12: ibid., 8 (1966) 192-284; AJ. LOOMIE, The Spanish Elizabethans: The English exils at the court of Philipp II, Nueva York 1963; T H . H. CLANCY, Papist Pamphleteers: The Allen-Persons-Party and the political thougt of the Counterreformation in England, Chicago 1964; H.C. WHITE, Tudor Books of Saints and Martyrs, Madison 1963; VJ.K. BROOK, A Life of Archbishop M. Parker, Oxford 1962. Restauracin en Inglaterra: J.I. TELLECHEA IDGORAS, Bartolom Carranza y la restauracin catlica inglesa: Anthologia annua 12 (1964) 159-282; D.M. LOADES, The Enforcement of Reaction 1553-58: JEH 16 (1965) 54-66.
Por el acta de uniformidad (1559), renov de hecho Isabel de Inglaterra el cisma anglicano (con la ligera mitigacin de cambiar supreme head en supreme govemor), y por la reintroduccin del Common Prayer Book y los 39 artculos de 1563 dio de nuevo a la iglesia estatal el credo y la liturgia de Eduardo vi. De los 16 obispos que ejercieron su cargo bajo Mara la Catlica, 15 fueron depuestos por negarse a prestar el juramento de supremaca, y sustituidos en gran parte por clrigos que durante la restauracin catlica huyeron al continente. El clero parroquial prest con aplastante mayora el juramento 15, y los laicos fueron obligados bajo amenaza de sensibles multas pecuniarias a frecuentar la liturgia anglicana. Sin embargo, la reina, ducha en todas las artes de la diplomacia, apoyada por intentos espaoles de conciliacin en Roma, supo dilatar el golpe que le amenazaba hasta tener su trono a salvo de todo ataque desde dentro. Hasta 25 de febrero de 1570 no pronunci Po v sobre ella la gran excomunin y deposicin16. La bula de excomunin agudiz la situacin de los catlicos ingleses tanto ms cuanto que Mara Estuardo, que desde 1568 se hallaba
14. A. DEGEET, Les premien semmaires francais R H E F 2 (1911) 24-38, 129-144; G. BONENFANT, Les semmaires Normanas (&u> XVI au XVIII siecles, Pars 1915; P. DE LATTEE, Les lsuttes et les semmaires RAM 20 (1953), 161-176. 15. Una lista de 61 recusants de 1561: P H . HUGHES, l.c, n i , 422-427. 16. BullRom, vil, 810ss; Mirbt n. 491.
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prisionera en suelo ingls, era para los catlicos pretendiente al trono, y stos estaban, desde que estallara la guerra con Espaa, bajo la sospecha de alta traicin. Desde 1581 se amenaz con pena de muerte la celebracin de la misa, la administracin de los sacramentos y el hospedaje de sacerdotes; fueron ejecutados 124 sacerdotes y 61 laicos, entre ellos el jesuta Campion; su hermano en religin Gerard fue puesto en libertad tras larga prisin17. Con el fin de fundar sacerdotes para la peligrosa cura de almas de los catlicos que an quedaron a despecho y pesar de todas las medidas de represin, fund William Alien (desde 1587 cardenal t 1594) un colegio en Douai (1568), e institutos semejantes el jesuta Persons en Valladolid y Eu o St.-Omer; tambin en Roma y Reims haba colegios ingleses 18. Los esfuerzos por el mantenimiento de la cura de almas en Inglaterra fueron afectados por la oposicin entre la tendencia espaola, cuya cabeza visible era el jesuta Persons, y la escocesa bajo Lewis. Los sacerdotes que trabajaban en Inglaterra recibieron en el arcipreste George Blackwell un superior sin dignidad episcopal y que estaba en buenas relaciones con los jesutas. Desde entonces se form contra l una minora de oposicin antijesutica, los apelantes, que defendan la licitud del juramento de fidelidad a la reina (controversia del arcipreste). La Iglesia anglicana se consolid bajo los arzobispos de Canterbury Parker (1559-76) y Whitgift (1583-1604); la ordenacin isabelina, impugnada por el presbiteriano Cartwright, fue fundamentada y defendida por los ocho libros Laws of Ecclesiasticcd Polity de Richard Hooker (t 1600)18a. La ruina de la Iglesia catlica en Escocia qued sellada desde los decretos del parlamento de Edimburgo (1560); los coloquios religiosos de Aberdeen y Edimburgo, y la defensa literaria de Ninian Winzet (1562) no modificaron en nada los hechos consumados entonces. La reina Mara Estuardo, catlica ciertamente, pero moral17. . WAUGH, E. Campion, Londres 1935, versin alemana Munich 2 1954; The Autobtography of an Elizabethan (John Gerard), ed. dirigida por P H . CARAUAN (Londres 1952, en alemn con el ttulo: J. Gerard, Meine geheime Mission ais Jesuit, Lucerna 1954; C H . DEVLIN, The Life of Robert Southwell, Poet and Martyr, Londres 1956. 18. P. GUILDAY, The English Cathoic Refugees on the Continent, i, Londres 1914; M. HAYLE, Wliam Alien, Londres 1914; A.C SOUTHERN, Elizabethan Recusant Prose, 1559-82, Londres 1950. 18a. Cf. H. MAROT, AUX origines de la thologie Anglicane: clrnikon 33 (1960), 321-343.
mente vulnerable y al fin completamente aislada, fue impotente frente a esa situacin. El arzobispo de Glasgow, Beatn, viva desde 1560 en Francia; los dems obispos fueron privados de su jurisdiccin, la mayora se acomod y algunos colaboraron incluso activamente con el nuevo rgimen eclesistico. La reina nombr despus de 1565 obispo de Brechin al excelente John Sinclair y al ao siguiente envi a Po v un emisario de obediencia; pero el nuncio Laureo, enviado por el papa, no pudo pisar suelo escocs. Tras la abdicacin de la reina, forzada, pero no inmerecida (1567), se agudiz la opresin de los catlicos. Cuatro sacerdotes fueron condenados a muerte por celebrar misa; el ltimo arzobispo de Saint Andrews, John Hamilton, acusado de alta traicin, fue ahorcado el 5 de abril de 1571. La cura de almas de los catlicos que an quedaban fue por lo general ejercida por sacerdotes huidos de Inglaterra. El plan de Gregorio xm de educar catlicamente al hijo de Mara, Jacobo vi, result irrealizable. Al llegar a mandar, intent vanamente sustituir la constitucin presbiteriana, por l aborrecida, de la Iglesia escocesa por otra episcopaliana. Su inclinacin, hbilmente ostentada, hacia el catolicismo y la conversin de su esposa no fueron parte para que, al subir al trono ingls (como Jacobo i, 1603-25), no agudizara an ms las leyes penales contra los catlicos19. Slo el pueblo irlands se opuso con xito a la introduccin de la Iglesia anglicana en la Isla Verde. El mantenimiento de la fe heredada, que permaneci viva gracias a sacerdotes indgenas y misioneros enviados por Roma, vino a ser equivalente a la lucha contra Inglaterra. Un intento de desembarco, apoyado por Gregorio xin, del conde Fitzmaurice fracas (1579). Clemente vm felicit al caudillo de los catlicos O'Neill despus de la victoria de Blackwater (1598). A pesar de que la nobleza catlica fue casi completamente extirpada y sustituida por terratenientes ingleses, el pueblo espantosamente empobrecido y oprimido, se mantuvo fiel a la Iglesia.
19. Sobre los intentos de contacto de Jacobo con Gregorio x m PASTOR, X I , 350-373.
y Clemente
vm:
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El rey Segismundo Augusto de Polonia (1548-72), cuya actitud vacilante posibilit la penetracin del luteranismo y luego la del calvinismo y de los antitrinitarios, admiti desde luego, por empeo del nuncio Commendone los decretos de Trento (1564), pero la Confederacin de Varsovia de la nobleza, en su mayor parte protestante, defendi la igualdad de derechos de los disidentes con los catlicos (1573). La renovacin catlica se puso en marcha bajo el rey Stephan Bthory, profundamente catlico, pero tole708
rante, lleno de planes audaces (1575-86), con la cooperacin de los nuncios Caligari y Bolognetti. El concilio provincial de Petrikon (1577) reprob la confederacin de Varsovia y recibi el concilio de Trento. En su ejecucin trabajaron, adems de Hosius, su sucesor Martn Cromer; Uchaski, arzobispo de Gnesen; Konarski, obispo de Poznan; Karnkowski, obispo de Wloclawek, fund el primer seminario tridentino. El colegio de jesutas de Wilna fue elevado a universidad; el jesuta Scarga logr numerosas conversiones, por ejemplo, del prncipe Jorge Radziwill, que vino a ser obispo de Wilna y cardenal. Los colegios de jesutas de Riga y Dorpat trabajaron en la recatolizacin de Lituania. La perspectiva de recatolizar a Suecia pareci abrirse al hacerse catlico (1578) el rey Juan m (1586-92) por influencia de su esposa Catalina, polaca, aunque con miras tambin a ganarse el trono de Polonia. La liturgia por l introducida (el libro rojo 1576) se apoyaba en el formulario de la misa del misal romano, pero tropez con la repulsa del clero protestante. El jesuta Antonio Possevino enviado como nuncio a Suecia vio claro que la reduccin del pas a la Iglesia sera imposible aun en el caso de que se accediera en Roma a las concesiones exigidas: matrimonio de los sacerdotes, cliz de los laicos y misa en lengua vulgar, que de hecho no se dieron. Segismundo, hijo de Juan, que haba sido educado catlicamente, hubo de confirmar por juramento antes de su coronacin (1594) las leyes de excepcin contra los catlicos (prohibicin del culto' pblico, exclusin de los cargos del estado), exigidas por la junta del clero en Uppsala (1593). Tras su partida a Polonia, desaparecieron los ltimos residuos que an quedaban de ejercicio de la fe catlica, como la elevacin despus de la consagracin. Las monjas del monasterio de santa Brgida de Vadstena fueron expulsadas, Al fracasar Segismundo en su intento de sofocar la sublevacin dirigida por su to Carlos, fue depuesto (1599) y se amenaz con graves penas la confesin de la Iglesia catlica. Con ello se hundieron las grandes esperanzas que se haban puesto en la conversin de los Vasa 20. El mismo sesgo tom el intento de aproximacin a Rusia. Gravemente apretado por el victorioso rey de Polonia, pidi el zar Ivn el Terrible en 1581 por medio de una embajada a Roma una
20. Sobre todo en la Relacin de Malaspma compuesta en los aos 1594-98 PASTOR, x i , 723ss.
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mediacin de paz y prometi su cooperacin en la lucha contra los turcos. Possevino medi en efecto en un armisticio entre Polonia y Rusia, pero en el coloquio con Ivn no hall en ste la menor inclinacin a la unin. El papa, dijo Ivn, no era pastor, sino lobo. Durante su estancia en Mosc, se le impidi a Possevino, por medio de una guardia de honor, todo ulterior trato. Una segunda embajada del zar, en cuyo squito volvi Possevino a Roma, se limit a un intercambio de cortesas. Desilusionado por este fracaso, apoy ahora Sixto v los vastos planes de Bthory: la conquista de Rusia, que qued debilitada a la muerte de Ivn, por disensiones internas, y concentrar luego los ataques al imperio turco. Pero los planes se deshilacliaron al morir Bthory a slo 54 aos de edad, y triunf Segismundo Vasa como rey contra el candidato de la curia, el archiduque Maximiliano de Austria. Durante el largo reinado de Segismundo m (1587-1632), sigui fortalecindose el catolicismo en Polonia21. La mitad aproximadamente de las iglesias perdidas se hicieron de nuevo catlicas. En los colegios de jesuitas de Poznan, Braunsberg, Wilna, Polock y Lublin, se form una nueva minora selecta de clrigos y laicos mientras, simultneamente, las misiones populares ampliaban la base. El jesuta Wujek (f 1597) cre una traduccin de la Biblia al polaco y una Postilla catlica, que estuvo en uso durante tres siglos; su hermano en religin Scarga (f 1612) trabaj como predicador y escritor22. Su libro: Sobre el gobierno y unidad de la Iglesia de Dios bajo un solo pastor y el cisma griego, contrapona el florecimiento de la Iglesia catlica en Polonia a la decadencia de la Iglesia ortodoxa que predominaba en Lituania y Ucrania. Su centro espiritual era la universidad de Ostrog, fundada por el prncipe Constantino Ostrogski, de la que sali la Biblia de Ostrog en lengua ucraniana, siquiera se notaran tambin tendencias protestantes. Dos snodos que celebr el patriarca ecumnico Jeremas n con ocasin de su viaje a Mosc para la consagracin del patriarca (1589), no lograron resolver las disidencias entre los
21 En la relacin final del cardenal Caetam que estuvo como legado en Polonia por los aos 1596-97, se dice: Religw catholica m Polonia... fructifica* et crescit et novxs quotidie haereticorum conversionibus et ammarum lucris augetur PASTOR, XI, 399 22. A. BERGA, Un prdvcaeur de la Cour de Pologne sous Sigtsmound 111 (Pars 1916), SOMMERVOGEL, v i l , 1263-1287; T. GLEMMA, Pwtr Kostka, 1532-95, Thorn 1959; resumen de la accin de los obispos polacos de esta edad en STASIEWSKI, 79 89.
obispos ortodoxos. Esta situacin explica el origen y destino de la unin de Brest (1596). Ya en 1590, cuatro obispos ortodoxos (Luck, Chelm, Lwow, Przemysl) se haban declarado dispuestos bajo determinadas condiciones a separarse del metropolitano de Kiev y unirse a Roma; pero a la declaracin no sigui hecho alguno. Slo a una nueva declaracin de los obispos Tcrlecki de Luck y Pociej de Wladimir en Torczyn a fines de 1594, a la que haban precedido coloquios con el obispo latino, de Luck, Maciejowski, se siguieron negociaciones con el encargado del nuncio en Cracovia. Aun antes de que se llegara a una conclusin, la violenta oposicin del prncipe Ostrogski indujo al rey a delegar a Roma a Terlecki y Pociej, donde volvieron el 23 de diciembre de 1595 a la unin de Florencia. La bula de unin permita a los rutenos el mantenimiento de su rito; los obispos seran elegidos por el metropolitano, y ste a su vez por los obispos. El snodo de Brest (6-10 octubre 1596) acept la unin; un antisnodo, celebrado simultneamente, al que pertenecieron entre otros el obispo Przemysl y tambin representantes laicos, excomulg a los unidos. Enemigos de la unin eran, adems de Ostrogski, una parte de los telogos, sealadamente el futuro patriarca ecumnico, Cirilo Lukaris, de tendencia calvinista, y los laicos organizados en hermandades, con quienes no se cont en las negociaciones. Su participacin en el levantamiento (Rokosch) de 1606-08 dio pie a su supresin por el estado; pero recibieron nuevo impulso, cuando, en 1620, el patriarca de Jerusaln Theophanos, apoyado en los cosacos, erigi una nueva jerarqua cismtica. Vctima de su odio cay san Josafat Kuncewicz, obispo unata de Polock, el ao 1623 2S. Reconocidos como tales nicamente por el rey, pero no admitidos como los obispos latinos en el senado, los unatas se afirmaron bajo la direccin de los celosos metropolitanos Pociej y Rutskij, pero no pudieron impedir los pasos al rito latino, favorecidos de parte polaca, a pesar de que, desde 1624, fueron prohibidos por la congregacin de propaganda. La reforma de los basilianos llevada a cabo por Rutskij igual demasiado esta orden a las rdenes de rito latino. Los coloquios religiosos de Thorn con miras a una nueva unin con inclusin de los ortodoxos, colo23 E LNGER-DREILING, Josafat, Viena 1960.
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quios organizados por el rey Ladislao iv, ao de 1645, ahondaron ms la divisin. Al lado de la Iglesia de rito latino en creciente florecimiento, la Iglesia unata fue perdiendo ms y ms importancia. Su situacin no mejor hasta que, en 1681, entraron en la unin los obispos ortodoxos de Galitzia. Poco despus de la unin se aliment una vez ms la esperanza de echar pie en Rusia. Engaado por los informes del nuncio Rangoni, Paulo v apoy al falso Demetrio, convertido a la Iglesia catlica, que se daba por hijo de Ivn el Terrible. Su asesinato a 27 de mayo de 1606 puso fin a esta aventura. La antipata contra la Iglesia catlica era ms violenta que antes y todava subi de punto, cuando la subida al trono de Miguel Romanow (1613) puso trmino a los desrdenes internos de Rusia.
Snodos: F. DALHAM, Concilio Salisburgensia, Augsburgo 1788, 348-583 (Snodos provinciales de Salzburgo de 1569 y 1573). Snodos1 diocesanos: HARTZHEIM, C vil, 498-517, Lieja 1585, 873-908, Breslau 1580, 1057-1077, Ratisbona 1588; vin, 320-363, Olmtz 1591, 367-402; Breslau 1592, 517-536; Colonia 1598, 822-947; Constanza 1609; snodos provinciales de Salzburgo de 1580, 1592 y 1653 ahora mejor en J. SAWICKI, Concilia Poloniae x (BreslauVarsovia 1963, 559-721. Visita, informes de: M. GMELIN, Die Visitationsprotokolle der Diozese Konstanz 1571-86: ZGObrh 25 (1873) 129-204; O. VASELLA, Das Visitationsprotokoll ber den schweizerischen Klerus des Bistums Konstanz von 1586, Berna 1963; J. JUNGNITZ, Visitationsberichte der Diozese Breslau, 4 t., Breslau 1902-08; W.E. SCHWARZ, Die Akten der Visitation des Bistums Mnster aus der Zeit Johanns von Hoya '1571-73, Munster 1913; A. FRANZEN, Die Visitationsprotokolle der ersten nachtridentinischen Visitation im Erzstift Kln unter Salentin von Iseburg 1569, Munster 1960; J.B. KAISER, Der Archidiakonat Longuyon am Anfang des 17. Jh., 2 t , Colmar 1928-29. BIBLIOGRAFA GENERAL: E.W. ZEEDEN, Zeitalter der europaischen Glaubenskmpfe, Gegenreformation, Katholische Reform: Saeculum 7 (1956) 321-368, con bibliografa; id., Das Zeitalter der Glaubenskmpfe: Gebhardt - Grundmann H, (1955) 105-202; K. REPGEN, Kaiser und Reich ais Idee und Wirklichkeit fr das Papsttum im Zeitalter der Reform: Jb. der Gorres-Gesellschaft 1958 (Colonia 1959) 5-15; J. HASHAGEN, Das Zeitalter der Gegensreormation und der Religionskrieg: L. JUST, Handbuch der deutschen Geschichte n, Constanza 1956 (con buena bibliografa). J. GREVEN, Die Klner Kartause und die Anfnge der Kath. Reform in Deutschland, Munster 1935; SCHREIBER, II, (1951); id., Tridentinische Reformdekrete in deutschen Bistmern: ZSavRGkan 38 (1952) 385-442; J. SCHMIDLIN, Die kirchlichen Zustande in Deutschland vor dem 30 jhrigen Kriege, 2, Friburgo 1908-10; A. STEINHUBER, Geschichte des Collegium Germanicum-Hungaricum in Rom i, Friburgo 2196; B. DUHR, Geschichte der Jesuiten in den Lndern deutscher Zunge I, Friburgo 1907 (rico material); B. SCHNEIDER, Die Jesuiten ts Gehilfen der papstlichen Nuntien und Legaten in Deutschland zur Zeit der Gegenreformation: Miscellanea Hist. Pont. xxi, Roma 1959, 269-303'; bibliografa sobre Pedro Canisio: LThK2 n, 1917; cf. entre otros K. HANSEN, P. C.s Stand on Usury: ARG 55 (1964) 192-203. Trabajos histrico-territoriales sobre la ejecucin del Tridentino en el imperio: H.G. MOLITOR, Kirchliche Reformversuche der Kurfrsten und Erzbischfe von Trier im Zeitalter der Gegenreformation, Wiesbaden 1966; M. HBER, Die Durchfhrung der tridentinischen Reform in Hohenzollern 1567-1648, Tubinga 1963. Sobre interpretacin de la paz religiosa de Augsburgo: M HECKEL, Autonoma und Pacis compositio. Der Augsburger Religionsfriede in der Deutung der Gegenreformation: ZSvaRGkan 45 (1959) 141-248.
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FUENTES: Es fundamental para los antecedentes de la reforma tridentina en Alemania: Acta reformationis catholicae ecclesiam Germaniae concerrtentia saec. xvi (1520-1570), ed. dirigida por G. Pfeilschifter, hasta ahora 2 t , Ratisbona 1959-60 ( = ARC). NBD, n. Abt. 1560-72, ed. dirigida por la Comisin hist. de la Academia de Viena, 7 t , Viena 1897-1953; m, 1572-85, ed. dirigida por el Instituto hist prusiano de Roma, 1: Der Kampf um Kln, ed. dirigida por J. HANSEN, Berln 1892, 2: Der Reichstag zu Regensburg 1576..., ed. dirigida por H. HANSEN, Berln 1894, 3-5: Die sddeutsche Nuntiatur des Grafen Portia, ed. dirigida por K. SCHELLHAS, Berln 1899, 1903-09; esta seccin est completada por W.E. SCHWARZ, Die Nuntiaturkorrespondenz Kaspar Groppers 1573-76, Paderborn 1896, id., Zehn Gutachten ber die Lage der kaholischen Kirche in Deutschland 1573-76, Paderborn 1891; a esta seccin se agregan los informes recogidos por la Gorres-Gesellschaft: Die Nuntiatur am Kaiserhofe 1584-92 i, ed. dirigida por R. REICHENBERGER, Paderborn 1905, n-3, e d dirigida por J. SCHWEIZER, Paderborn 1912-19; Die Klner Nuntiatur 1584-90 i, ed. dirigida por ST. E H S E S - A . MEISTER, Paderborn 1895, n, ed. dirigida por ST. EHSES, Paderborn 1899. De la seccin iv que comprende informe de nunciatura del siglo xvn, pertenece aqu: Die Prager Nuntiatur des D. St Ferrari und die Wiener Nuntiatur des G. Serra 1603-06l ed. dirigida por A.O. MEYER, Berln 1913. Por el Instiuto checo de Roma fueron cuidadas: Epistulae et Acta A. Gaetani 1607-08, ed. dirigida por M. LINHARTOVA, Praga 1932-37. P. Canisii epp. et acta iv-vm, ed. dirigida por O. BRAUNSHERGER, Friburgo 1905-23.
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dades imperiales se haban adherido a l; en los territorios catlicos, una gran parte de la nobleza y de las ciudades. Episcopado y clero no haban superado, ni mucho menos, el derrotismo; su disposicin para la propia reforma y la voluntad de propia defensa eran menguados. La ms precisa delimitacin doctrinal a base del concilio tridentino era el primer paso para la salvacin y presupuesto para el segundo, mucho ms difcil: ejecutar la obra de reforma del concilio, que, prcticamente se haba llevado a cabo sin la colaboracin del episcopado alemn y no se acomodaba, por tanto, a las circunstancias alemanas. Por la paz religiosa de Augsburgo, fue definitivamente y de derecho sustrada al emperador y al imperio la pertenencia a una confesin y pasada a los estamentos; con lo que quedaba excluida la recepcin del concilio por parte del imperio. El legado Commendone, enviado a la dieta de Augsburgo de 1566, hubo de contentarse con una declaracin oral hecha por los estamentos catlicos de ejecutar en lo que fuera posible el concilio; del enigmtico emperador Maximiliano n (1564-76), de tendencia protestante, no era de esperar nada semejante. Fue un xito indudable que la dieta de Ratisbona de 1576, a la que fue enviado Morone como legado, lograra impedir la confirmacin de la declaracin fernandina por la que hubiera quedado socavada la mxima: Cuius regio, eius et religio contenida en la paz religiosa, aunque no expresamente formulada, as como la reserva eclesistica, cuya importancia para el mantenimiento del catolicismo se revelaba cada vez ms claramente. Para evitar la apariencia misma de una violacin de la paz religiosa, los estamentos catlicos observaron una fra reserva frente al concilio. Tampoco la opinin pblica le era favorable. El luterano Martin Chemnitz en su Examen concii Tridentini dirigi contra l un ataque masivo \ al que slo se le respondi con plida defensa2. Los cabildos nobles, atentos sobre todo a conservar sus privilegios, y la gran mayora del clero parroquial, en que estaba muy difundido el matrimonio o el concubinato, ofreci resistencia pasiva. Era
1. Primera ed. completa: Francfort 1574; la ltima cuidada por CHEMNITZ mismo (1578), editada de njevo por E PREUSS- Berln 1861. 2. W LINDANUS, Stromata, Colonia 1575, RASPAR FRANK, Rettung und Erklarung des trtdentimschen Ccmcits, Colonia 1582; la Defmsio Tridentinae ftdei de ANUBADAS, fue reimpresa en Colonia (1580) y en Ingolstadt (1580 y 1592).
Cuando el concilio de Trento cerr sus puertas, la Iglesia catlica de Alemania pareca haber entrado en plena disolucin. La paz religiosa de Augsburgo no haba detenido el movimiento protestante. La mayora de los prncipes seculares y las grandes ciu714
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menester que subiera una nueva capa dirigente, que realizara en s e implantara en los dems el ideal del pastor de almas tridentino. As se explica que, a excepcin de muchas tentativas, slo a fines de siglo se impuso de manera general la reforma tridentina. Este proceso se entrecorta en muchos casos con la formacin de confesiones y por la lucha por la propia afirmacin (cf. supra cap. xxxi). El deslinde de las confesiones entre s fue mucho ms lento y dur mucho ms tiempo de lo que antes se supuso. Slo cuando se emite la profesin de fe tridentina deca el cabildo de Wrzburgo en una resolucin de 3 de marzo de 1570 puede verse quin pertenece a la religin catlica y quin est contra ella 3. De acuerdo con la paz religiosa, era decisivo el derecho del estado territorial a determinar la confesin religiosa, derecho al que en la prctica se le ponan barreras de la ms varia especie (consideracin a prncipes vecinos de otra creencia y oposicin de los estamentos), pero que, a pesar de todo, determinaba el mapa confesional del imperio que slo ahora se iba haciendo inequvoco. Donde no se poda o no se quera adoptar un criterio claro, se formaban extraas formas mixtas, como en el Bajo Rin, donde, en la corte del duque Guillermo v de Jlich-Cleves-Berg (1539-92) se consideraba a catlicos y luteranos como los dos partidos catlicos y, bajo la influencia de los dos irnicos Witzel y Cassander, se aspiraba a una ordenacin de la Iglesia animada por el espritu de la antigedad cristiana. En Minden, los cannigos protestantes tomaban regularmente parte en la misa y procesiones de los catlicos4. Hasta entrado el siglo xvn, es a veces imposible sacar en limpio, a base de los informes de visitas, a qu confesin pertenecan los prrocos. En Baviera, lo mismo que en el Bajo Rin y en otras partes se dio nuevamente de mano a la concesin del cliz, pues borraba los lmites confesionales. La conducta del pueblo creyente frente a la imposicin de la religin por obra de la autoridad, no puede reducirse a un denominador comn. La ignorancia religiosa favoreca la capacidad de adaptacin, sobre todo cuando las autoridades y prrocos protestantes respetaban la tradicin catlica, como era casi de regla en el norte y este. Sin embargo, de uno y otro lado se encuentran creyentes fieles a su conviccin que, en
3. 4. SCHREIBER, II, 85. NOTTARP, I.C., 16.
medio de un ambiente de otra fe, permanecieron firmes en la propia o emigraron. Reiterados cambios de confesin, como en el marquesado de Baden-Baden y en el Palatinado Superior, condujeron realmente no raras veces a la incertidumbre en la fe y a la indiferencia. Donde antes ech pie la reforma tridentina fue en la provincia eclesistica de Salzburgo, donde los obispos trabajaron sin interrupcin por la reforma desde los comienzos de la escisin protestante. En el concilio provincial de 1569, que estuvo bajo la influencia de Ninguarda, los decretos tridentinos de reforma fueron adaptados en 64 constituciones a las circunstancias alemanas; un segundo concilio provincial (1573) decret su impresin, pero no se promulgaron hasta despus de la dieta episcopal de Salzburgo (1576) a instancias del nuncio Porzia. Todos los sacerdotes estn obligados a emitir la profesin de la fe tridentina y a la guarda del celibato; el mismo ao public el cardenal legado Morone un mandato de reformaB. Todas estas medidas, incluso los snodos diocesanos, tuvieron escaso xito. Ninguarda, alma de todos los esfuerzos para la ejecucin del concilio, volvi en 1583 a Italia, sin que se cumplieran los puntos principales de la reforma: las visitas generales de todas las dicesis y la ereccin de seminarios sacerdotales. Ni siquiera obispos de buena voluntad como Urbano de Trennbach en Passau (1561-98) pudieron imponerse contra sus cabildos y la resistencia pasiva del clero. El arzobispo Dietrich von Raitenau (15871612) que procedi con rigor contra los protestantes de su cabildo, quit eficacia a la reforma interna por su propia vida amundanada. Las fricciones entre los obispos y los duques de Baviera Alberto v (1550-79) y Guillermo v (1579-97), que haban perjudicado ya a los empeos pretridentinos de reforma, se redujeron en 1583 por medio de un concordato. La victoria definitiva de la renovacin tridentina (OSWALD) no se logr hasta que despus de fines de siglo empuaron las riendas pastorales hombres imbuidos del nuevo ideal episcopal: Hausen en Ratisbona (1600-13), Gebeck en Freising (16181651), Lodron en Salzburgo (1619-53); Passau, que de 1598 a 1664 estuvo en mano de duques habsburgos, recibi excelentes administra5. QFIAB 4 (1900, 123-137; K. SCHEXXHAS, Der Dominikwner Felician Ninguarda und die G egenrefcrmatum in Suddewtschland und Osterreich, 1560-83, 2 t. Roma 1930-39;
J. OSWALD, Die Tndentmische Reform in Attbayern: SCHREIBER, I I , 1-37.
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dores. Por lo dems, en la parte austraca de este extenso obispado, la monarqua daba la norma. La fuerza del protestantismo de la Alta Austria fue poco a poco quebrantada despus de la represin del levantamiento de los campesinos por la reforma general dispuesta por el emperador Rudolfo II (1597-1602). Desde 1600, actuaron en Linz los jesuitas. En la parte de la Baja Austria de la dicesis de Passau y en los obispados de Viena y de Wiener Neustadt, concedi Maximiliano II a la nobleza, en la Concesin religiosa (1568), libre ejercicio de la religin en sus castillos y seoros; durante un tumulto popular ante el Burg, en Viena, se oy (1579) el grito: Pedimos el evangelio. Slo la resuelta actitud de Rodolfo n y de su hermano Ernesto, unida a la enrgica intervencin del oficial de Passau Melchior Klesl (1580-1600), asegur el triunfo del catolicismo. A la nobleza protestante de las regiones interiores de Austria (Estiria, Carintia, Carniola) concedi el archiduque Carlos, en la dieta de 1572 libertad religiosa, pero la neg en 1580, a las ciudades. Su hijo Fernando, el futuro emperador, expuls a los predicantes protestantes (slo en Klagenfurt 27). Las medidas difcilmente hubieran dado resultado, de no haber sido completadas por la reconstruccin interna de la Iglesia, por obra sobre todo de los obispos Brenner de Seckau (1585-1615) y Stobaeus de Lavant (1584-1618). En el Tirol, Spaur, de Brescia (1600-13), vino a ser, por sus visitas pastorales, un smbolo diocesano y la fundacin de un seminario, el gran reformador del obispado (Wodka)8. En Franconia, se puso a la cabeza Wrzburgo, donde ya el obispo Wirsberg (1558-73) haba fundado un colegio de jesuitas y un seminario unido al mismo, por obra de Julius Echter von Mespelbrunn (1574-1617), eminente a par como obispo y como poltico7.
6. E. TOMKK, Kirchengeschichte Osterreichs, I I , Innsbruck 1949, 301-326; J. WODKA, Kirche in Osterreich, Viena 1959, 195-240, con bibliografa 433-436; T H . WIEDEMAI\N, Geschichte der Reformation und Gegenreformation im Lande unter der Enns, 5 t., Praga 1876-86; K. EDER, Glaubensspaltung und Landstdnde in osterreich b der Bnns 1525-1602, 2, t., Linz 1936; J. LOSERTH, Reformation und Gegenreformation in Innerosterreich, Stuttgart 1898; V. BIBL, Erzherzog Ernst und die Gegenreformation in Niederosterreick, Viena 1901; J. STADLHUBER, Die Tridentinische Priesterbildung unter dem Brixener Frstbischof J. Ch. v. Spaur: ZKTh 81 (1959), 351-368; J. RAINER, Quellen sur Gesch. der Graxer Nuntiafur: Rom. hist. Mitteilungen> 2 (1959), 72-81. 7. G. F R H . VON POLNITZ, Julius Echter von Mespelbrunn, Munich 1934; A. BIGLMAIR, Das Konzil von Trxent und das Bistum Wrtburg: SCHREIBER, I I , 39-91 (con extensa bibliografa).
Sin atenerse rigurosamente a la letra de los decretos de Trento y manteniendo siempre cierta independencia incluso frente a Roma, junt la regeneracin interior de su dicesis (por las visitas pastorales y la fundacin de la universidad) con la recatolizacin de los subditos del cabildo en gran parte protestantes (desde 1585). Su obra es el ejemplo clsico de la compenetracin de reforma catlica y contrarreforma. Si no poda calificarse de afortunado su proceder con el abad de Fulda Dernbach, demasiado celoso, desavenido por ello con los estamentos rurales y amenazado por aadidura por sus vecinos protestantes; en cambio, el vecino obispado de Bamberg, donde poco se haba hecho por la reforma bajo el amundanado obispo Wrtzburg, tuvo en l un apoyo: El obispo Mengersdorf abri all, en 1587, un seminario sacerdotal, su sucesor Thngen organiz, en 1594, una visita pastoral y public un mandato sobre religin. Pero slo tras un breve retroceso bajo el concubinario Gebsattel, se abrieron paso los principios tridentinos por la obra del germnico Aschhausen (1609-22)8. Eichsttt, debilitada por la prdida de 209 parroquias en la parte protestante de la dicesis, se mantuvo relativamente bien: el seminario fundado por el obispo Martin von Schaumberg 1564-65 fue el primero en suelo alemn; en 1614 fue confiado a los jesutas9. Hasta qu punto resultaba problemtica la mera introduccin formal del derecho tridentino, demustralo lo acaecido en Augsburgo y Constanza. El snodo diocesano de Dillingen (1567) en que se pusieron en vigor casi sin atenuacin los decretos tridentinos de reforma, no tuvo xito duradero (Zoepfl), sobre todo porque su organizador, el cardenal Otto, senescal de Waldburgo, ya de suyo ms celador que celoso, march poco despus a Roma (t 1573)10. El colegio de jesuitas fundado por l en Dillingen (1563) y la uni8. W. HOTZELT, Vei II von Wurizburg, Frstbischof von Bamberg 1561-77, Friburgo 1919; J. K I S T , Bamberg und das Tridentinum: SCHREIBER, I I , 119-134; L. BAUER, Die Kurie und J. Ph. v. Gebsattel, Bischof von Bamberg: QFIAB 4 40 (1960), 89-115. 9. F.X. BUCHNER, Das Bistum Eichtatt und das Konzit von Trient: SCHREIBER, I I , 93-117. 10. F. SIEBERT, Zwischen Kaiser und Papst. Cardinal Truchsess von Waidbwrg und die Anfange der Gegenreformation in Deutschland, Berln 1943; G. F R H . V. POLNITZ, Petrus Canisius und das Bistum Augsburg: Festgabe Spindler, Munich 1955, 352-394; O. BCHER, Marquard von Berg, Bischof von Augsburg, 1575-91: ZBLG 20 (1957), 1-52; J. SPINDLER, Heinrich V. von Knoermgen, Frstbischof von Augsburg, 1598-1646, Dillingen 1911; F. ZOEPFL, Die Durchfhrung des Tridentmums im Bistum Augsburg: SCHREIBER, I I , 135-169.
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versidad que poco despus encomendaba a los mismos jesutas irradiaron ms all de las fronteras del obispado de Augsburgo; pero slo el obispo Heinrich von Knoeringen (1598-1646) dio al obispado forma tridentina por medio del snodo de 1610 y la ereccin de un seminario en Dillingen. Tambin en Constanza, haba admitido el cardenal Marcos Sittich von Hohenems, el ao 1567, el concilio tridentino en un snodo diocesano. Sin embargo, la visita pastoral entonces ordenada slo se cumpli irregularmente (en parte por deanes) y qued, como otras posteriores (hechas por ejemplo, por el vicario general Pistorio en 1591) sin efecto profundo, y el proyecto de seminario, una y otra vez discutido, sin llevarse a cabo. El giro se debi all al obispo Jakob von Fugger (1604-26) gracias al snodo diocesano de 1609, cuyos estatutos fueron impresos, y en lo sucesivo muchas veces renovados y reimpresos, y gracias tambin a una visita pastoral hecha por l mismo " . De los arzobispados renanos, solo Trveris se abri relativamente pronto a la reforma tridentina bajo Jacobo von Eltz (1567-81), enrgico como obispo no menos que como seor temporal; su ejecutor vino a ser el arzobispo Juan von Schnenberg (1581-99)12. Tambin Daniel Brendel demostr como arzobispo de Maguncia (1555-82) su buena voluntad para la ejecucin de la reforma tridentina: exigi del cabildo catedral la profesin de fe tridentina y recatoliz a Eichsfeld, que perteneca al cabildo, por medio del germnico Nicols Elgard. Ya en 1568 se fund en Maguncia un colegio de jesutas, otro en Heiligenstadt en 1581. Sin embargo, Brendel se neg a celebrar un concilio provincial para la recepcin de los decretos tridentinos. Su sucesor Dalberg se neg a publicar la bula de la cena, y slo por la constante instancia de Roma se avino a ordenar una visita general y componer un santoral o aalejo en el sentido de los decretos tridentinos (1598). Bajo el germnico Schweikard von Cronberg, fue recatolizada la parte renana del cabildo; su orden de reforma (1615) pudo tenerse por sustitucin de un snodo dio11. K. SCHELLHAS, Gegenreformation vm Bistum Konstanz im Pontiftkat Gregors XIII., Karlsruhe 1925; K. HOLL, Furstbichof Jakob Fugger von Konstanz (16041626) und die Katholische Reform in der Diozese im ersten viertel des 17. Jh., Friburgo 1898; H. TCHLE, Das Bisttim Konstanz und das Konzil von Trient: SCHREIBER, I I , 171-191. 12. V. COHZEMIUS, Jakob III. von Eltz, Ersbischof von Trier 1567S1, Wiesbaden 1956; L. JUST, Ein Bericht des Llner Nuniius O.M. Frangipani iiber die Durchfhrung der Tridentinischen Reforme' in Trier 1595: Lortz F i, 343-367.
cesano tridentino. La conclusin de la obra de reforma tridentina por la que se haba trabajado en Maguncia, sin buen xito, durante cien aos (Brck), slo la logr despus de la guerra de los treinta aos, el gran Johann Philipp von Schnborn18. Que el ms grave peligro para la subsistencia de los obispos imperiales acechaba desde dentro, lo demuestran los sucesos de Estrasburgo y Colonia. El obispado de Estrasburgo tuvo en Juan von Manderscheid (1569-92) un obispo celoso por la reforma1*; sin embargo, despus de su muerte, una minora del cabildo catedral de tendencia protestante eligi por obispo a Juan Jorge de Brandenburgo; los catlicos, al cardenal Carlos n Guisa, que se impuso con ayuda francesa y, una vez que acept como coadjutor al archiduque Leopoldo, recibi el feudo imperial para el obispado. Bajo los sucesores de Adolfo de Schaumburg, benvolo para la reforma, hizo en Colonia grandes progresos la infiltracin protestante; el cabildo catedral entr en negociaciones con los rebeldes de los Pases Bajos sobre la secularizacin del arzobispado. El arzobispo Friedrich von Weid, sobrino del apstata Hermann von Weid, se neg abiertamente a hacer la profesin de fe tridentina. La visita pastoral de las partes renanas del arzobispado, ordenada por Salentin von Isenburg (1569-70), fue ms bien un inventario que el comienzo de una reforma a fondo; de espritu catlico, pero sin rdenes mayores, abdic para continuar su linaje. Su sucesor Gebhard, senescal de Waldburgo, que slo despus de vencer graves reparos, fue confirmado, se separ de la Iglesia en 1583 en la Declaracin cristiana, se cas con la dama del cabildo Agnes von Mansfeld y trat de secularizar el arzobispado. Con Colonia estaban en peligro los restos de catolicismo en Alemania del norte y hasta la continuacin de un imperio catlico; su cada hubiera arrastrado consigo a todos los restantes arzobispados del norte de Alemania y hubiera asegu13. A.L. VEIT, Kxrche und Kirchenreform in der Erzdwzese Maina 1517-1618, Friburgo 1920; A. P H . BRCK, Das Erzstift Mainz und das Tridentinum: SCHREIBER, I I , 193-243. A. DOLLE, Erzbischof D. Brendel von Mainz und die Gegenreformation auf dem Eichsfelde: Universitas. Festschrift fr A. STOHR, I I , Maguncia 1960, 110-125; L. DREHMANN, Der Weihbischof Nikolaus Elgard, eine Gestalt der Gegenreformation, Leipzig 1958, cf. RQ 60 (1965), 269-279. 14. K. HAHI, Die katholische Kirche in Strassburg unter dem Bischof Erasmus von Limburg 1541-68, Francfort del Meno 1940; id., Die ktrchlichen Reformbestrebungen des Strassburger Bischofs J. von Manderscheid, Estrasburgo 1913, cf. L. PKLEGER: A E I S K G 9 (1934), 97ss.
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rado a los protestantes la mayora en los colegios de prncipes electores. El 1. de abril de 1583 fue depuesto Gebhard, y expulsado en la guerra de Colonia por tropas bvaras con ayuda espaola. Su puesto lo ocup Ernesto de Baviera (1583-1612), que careca de todo punto de espritu eclesistico, bajo el cual los nuncios Bonhomini y Frangipani pusieron el fundamento de toda ulterior actividad reformadora (Franzen), pero no lograron imponer en el snodo diocesano de 1589 la publicacin de los decretos tridentinos. Solo el decreto Tamesi sobre el matrimonio fue publicado, en 1590, por el nuncio Frangipani. Puede tenerse como primer obispo reformador de la metrpoli renana a Fernando de Baviera (1612-50) que el ao 1595 fue admitido como coadjutor, visit personalmente por lo menos parte del obispado, celebr cinco snodos diocesanos, oblig a los prrocos a hacer la profesin de fe tridentina y, por sus propios medio, fund un modesto seminario (1615), que desapareci, sin embargo, 30 aos ms tarde1S. En esta actividad constructora, que se llev a cabo en lucha constante con el cabildo catedral y los arcedianos, lo apoy desde 1601 un consejo eclesistico y ms tarde los excelentes vicarios generales Gelenius, Binius y Stravius; el ltimo fue finalmente, a la muerte de Fernando, el alma del snodo diocesano de 1662, en que fue formalmente publicado el concilio tridentino. Fernando de Baviera cre tambin en Mnster, donde haban previamente trabajado el obispo Hoya (1566-74) y el celoso den de la catedral Raesfeld, por la visita de 1611-16 y los cinco grandes decretos de reforma que la siguieron, el espacio vital donde el concilio de Trento poda operar libremente (Schrer). Tampoco aqu qued completa la reforma hasta despus de la guerra de los treinta aos por obra del obispo Galen ie . La suerte de Hildesheim hubiera quedado casi sellada por
15. M. LOSSEN, Der Klnische Krieg, 2 t., Gotha 1882; P. WEILER, Die kirchliche Reform im Erzbistum Koln 1583-1515, Munster 1931; A. FRANZEN, Der Wiederaufbau des kirchlichen Lebens im Erzbistum Koln unter Ferdinand von Bayern 1612-1650, Munster 1941; id., Innerdidzesane Hemtmtngen und Hindernisse der kirchlichen Reform *m 16. und 17. Jh.: Festgabe Wilhelm Neuss, Colonia 1947, 163-201; id., Die Klner Archidiakonate in vor- und nachtridentmischer Zeit, Munster 1953; id., Die Durchfhrung des Konzils von Trient in der Diosese Koln: SCHREIBER, I I , 267-294; A. BRECHES, Die kirchliche Reform in Stadt und Reich Aachen von der Mitte des 16. bis Anfang des 18. Jh., Munster 1957; A.J. HERKENRATH, Die Reformbehorde des Kolner Kirchenrates 1601-15, Dusseldorf 1960. 16. L. KELLER, Die Gegenreformation in Westfalen und am Niederrhein, 3 t., Leipzig 1881-95; A. SCHRER, Das Tridentinum und Mnster: SCHREIBER, I I , 295-370;
Federico de Holstein, de tendencia luterana; el obispo Oberg (1557-73) y los prncipes de Baviera, Ernesto y Fernando, salvaron por lo menos el arzobispado. Osnabrck, en cambio, donde el obispo Hoya public en 1570 el concilio tridentino, cay por medio siglo (1575-1623) en manos de los protestantes; la pasajera restauracin catlica bajo el cardenal Eitel Friedrich von Hohenzollern y Franz Wilhelm von Wartenberg no fue duradera; la paz de Westfalia dispuso el curioso procedimiento de que alternaran obispos catlicos y protestantes y el obispado mismo qued confesionalmente dividido (de 45 parroquias, 17 protestantes)17. En Alemania del norte se perdieron definitivamente por la eleccin de administradores protestantes por los cabildos catedrales los arzobispados de Magdeburgo y Bremen, los obispados imperiales de Minden, Halberstadt, Verden y Lbeck. Despus de la subrepticia confirmacin de los Hohenzollern, Federico y Segismundo, hijos de Joaqun n, Magdeburgo fue unido a Brandenburgo. El ltimo arzobispo de Bremen confirmado por el papa fue Jorge de Brunswick (1561); el elegido por el captulo Enrique de Sajonia-Lauenburgo seculariz el cabildo. Halberstadt pas, por obra de Enrique Julio de Brunswick-Wolfenbttel, a este ducado; tambin Minden, donde el cabildo catedral mantuvo inconmovible el culto catlico en medio de un ambiente totalmente protestante, vino a parar en 1582, por obra de Hermann von Schaumburg a Brunswick. El cabildo catedral de Lbeck, que todava fuera calificado de catlico por el agente papal Trivius bajo Gregorio xm, no pudo ya imponerse contra el obispo Holl que se pas al protestantismo (pero que an haba obtenido la confirmacin de Po iv). Holl seculariz tambin el obispado de Verden. Los obispados sajones de Naumburgo, Merseburgo y Meissen se daban ya por perdidos bajo Gregorio xm, y fueron incautados, como los obispados mediatizados de Brandenburgo, Mecklenburgo y Pomerania, por sus seores temporales protestantes18. Slo en la lucha por la paz religiosa de Augsburgo y por la ejeW. STWER, Das Bistum Paderborn in der Reformbewegung des 16. und 17. Jh.: SCHREIBER, I I , 387-450; H. KRAMER, Abt Leonhard Rubn: Westfal. Zeitschr. 103-104 (1954), 271-333. 17. H. HOBERG, Das Konzil von Trient und die Osnabrcker Synodaldekrete des 17. Jh.. SCHREIBER, I I , 371-386. 18. Tablas sintticas.: K. MLLER, Kirchengeschichte, n-2, 277.
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cucin del tridentino en el ltimo tercio del siglo xvi qued decidido que el sur y oeste de Alemania permanecieran en su mayora catlicos. Sin embargo, slo con gran restriccin puede hablarse de una ejecucin del tridentino, a la que se aspir ciertamente, pero, hasta fines de siglo, slo se realiz en mnima parte. Ninguno de los tres signos, por los que se mide de ordinario, son comprobables en todas partes: snodos de reforma a base del concilio, visitas episcopales segn sus normas y ereccin de seminarios. Slo en la provincia eclesistica de Salzburgo se celebraron snodos provinciales, que se echaron de menos en las restantes provincias. Es dudoso que, dadas las circunstancias, hubieran tenido el xito esperado; pues aun los snodos diocesanos, relativamente raros (por ejemplo, de Augsburgo y Constanza), carecieron de eficacia. El tridentino dispuso la visita personal de la dicesis por el obispo: donde se dieron visitas pastorales en Alemania, se hicieron las ms de las veces por comisarios; en los territorios seculares, con participacin, por regla general, de empleados civiles; en casos aislados por nuncios pontificios de reforma. En muchos casos no lograron una mejora a fondo de la situacin; pues a causa de la general carencia de sacerdotes era imposible descartar a prrocos de dudosa confesin y concubinarios. La ereccin de seminarios sacerdotales fracas en la mayora de las dicesis ante la negativa de los captulos catedrales a contribuir a su fundacin y sostenimiento. Fundaciones de estipendios y colegios de jesutas que nacan en todos los obispados y territorios catlicos cuya importancia para la formacin de una minora selecta catlica es indiscutible no ofrecan una sustitucin plena a la formacin de un clero diocesano uniforme. Los cabildos catedrales, de cuyas elecciones salan los obispos y que se sentan como condomini y corregnantes de los obispados, fueron provistos, en parte por obra del papa, con elementos adictos a la reforma, salidos especialmente del Coilegium Germamcum. Sin excluir a los burgueses, se prefera all, en atencin a los estatutos vigentes en los cabildos, a alumnos nobles, con el resultado que, de 800 alumnos que entraron en el Colegio hasta 1600, salieron seis obispos y ocho auxiliares. En Breslau, gracias a la poltica personal de los obispos Gerstmann y Jerin, de los 21 cannigos que en 1599 se juntaron para la eleccin episcopal, 12 eran germnicos. El ms noble cabildo del imperio, Maguncia, tuvo de 1604 a 1648 tres ar724
zobispos salidos del Germamcum. El ideal tridentino del obispo pastor de las almas, slo toma forma en unas pocas personalidades y en ninguna ejemplarmente; el obispo imperial tiene que acreditarse tambin como prncipe, pues slo con ayuda de su posicin de prncipe territorial poda mantener el carcter catlico por lo menos en su jurisdiccin. La lucha por la existencia a que se fuerza a la Iglesia conduce a una flagrante violacin do la prohibicin tridentina sobre acumulacin de obispados. A fin de salvar para la Iglesia a Colonia y los obispados nortealemanes de Paderborn y Hildesheim, ms amenazados todava, y hasta Lieja, en peligro por la vecindad holandesa, se juntan los intereses eclesisticos con los dinsticos confiando estos obispados a prncipes bvaros y surge as, en el Bajo Rin, una especie de secundogenitura bvara por casi doscientos aos19. El mismo motivo conduce algo ms tarde que en Colonia a las acumulaciones de los archiduques habsburgos Leopoldo y Leopoldo Guillermo en los obispados de Passau, Estrasburgo, Breslau y Olmtz. En estas acumulaciones ms toleradas que fomentadas por los papas halla su expresin la importancia de las dinastas Wittelsbach y Habsburgo para el mantenimiento del catolicismo y de la reforma tridentina. Donde se puso en marcha la recatolizacin de territorios casi o totalmente perdidos, como en el marquesado de Baden-Baden, el seor territorial y, por ende, el estado era lo decisivo: Felipe n de Wittelsbach, educado en Ingolstadt, llev all a cabo desde 1577, con ayuda de sus consejeros seculares, la supresin de las doctrinas anticatlicas y la renovacin del estamento eclesistico193. La renovacin interna en el espritu del concilio tridentino no la logr la Iglesia de Alemania por sus propias fuerzas, sino gracias a los medios civiles de poder existentes y con ayuda de fuera. No fueron a la cabeza los obispos, sino prncipes seculares, como los Wittelsbach de Baviera, con la estricta ejecucin del derecho de determinar la confesin, garantizado por la paz religiosa a los seores temporales; en toda Alemania no hubo una serie de prncipes tan decididamente catlicos como Alberto v, Guillermo v
19. G. v. LOJEWSKI, Bayerns Weg nach Kln. Geschichte der bayer. BlstumspoliHk in der 2. Hhtfte des 16. Jh., Bonn 1962. 19a, Der Geistliche Ral zu Baden-Baden und seine ProtokMe 1577-84, ed. mr H. STEIGEOANN, Stuttgart 1962.
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y Maximiliano i de Baviera. Slo a distancia de una generacin, tras vencer la dura oposicin de los estamentos, les siguieron los Habsburgos. Es difcil imaginar cmo hubiera podido progresar la reforma tridentina, si los papas, por medio de sus nuncios, no hubieran presionado continuamente al episcopado. El que hiciera ms rpidos progresos en el sur que en el oeste, se explica en buena parte porque haba all menos obstculos episcopalistas que en los cabildos renanos. La falta de personal idneo para la educacin y la cura de almas, se supli en cierto modo por la cooperacin de la Compaa de Jess, nacida en plena reforma catlica, y de los capuchinos. La red de colegios de jesutas, en que se form la futura minora selecta catlica, se fue haciendo cada vez ms espesa entre los aos 1564 y 1618, sobre todo en las tierras habsbrgicas (por ejemplo, Hall, Krems, Graz, Klagenfurt, Ljubliana), pero tambin en el oeste y el norte, donde resultaron los ms importantes puntos de apoyo de la renovacin (Coblenza, Colonia, Mnster, Paderborn, Heiligenstadt). Sin embargo, la dotacin parcial de los colegios con edificios y bienes de monasterios dbilmente ocupados o derruidos de otras rdenes, produjo en stas resentimiento. Los confesores de las cortes, que al principio no fueron bien vistos por los superiores de la orden, como Blyssem y Viller en Graz, Mengin en Munich, contribuyeron lo suyo en la orientacin de la poltica religiosa; sin embargo, su influencia se ha exagerado con frecuencia. Con ms duradero efecto trabajaron un Pedro Canisio como organizador de su orden en Alemania y comisionado para la poltica eclesistica por los papas, como profesor, predicador y escritor; junto a l, en Colonia, Kessel y Rethius (ambos asesinados en 1574 por un correligionario demente); en Alemania del sur Paulus Hoffaeus (t 1608), sucesor de Canisio como provincial sudalemn (posteriormente visitador temido); en Austria, Georg Scherer (f 1605), importante como predicador. Los xitos indiscutibles de los jesutas explican el odio que les profesaron los protestantes: Luis, conde del Palatinado, los llamaba langostas eclesisticas y escorpiones de la cristiandad 20; el libelo del apstata Hasenmller (Historia Iesuitici ordinis, 1593) hall amplia difusin. Poco antes de fines de siglo aparecieron al lado de los jesutas los
20 A. KLUCKHOHN, Briefe Friedrichs d. Frommen II, Brunswick 1872, 811.
capuchinos como predicadores populares, en el Tirol (Innsbruck 1593), en Salzburgo (1596) y en Baviera (Munich 1600). En el sur de Alemania nacieron seis provincias de capuchinos, a par de las dos renanas, que fueron fundadas desde Flandes. Es significativo que los tres capuchinos ms eminentes que actuaron en Centroeuropa durante las primeras dcadas del siglo xvn, fueron italianos: Lorenzo de Brindis (t 1619), Jacinto de Csale (t 1627) y Valeriano Magni (j 1661). Como en el imperio, tambin en Suiza estuvieron endentadas la reforma tridentina y la afirmacin de la Iglesia frente al protestantismo; tambin las fuerzas operantes y contraoperantes se parecen entre s. La ejecucin del concilio comenz en la Suiza catlica del interior, y fue llevada por las autoridades laicas, pues fallaron los obispos competentes de Constanza. En nombre de los siete lugares catlicos, el antiguo enviado conciliar Melchior Lussy acept el 3 de marzo de 1564 todos los decretos de Trento. Se procedi duramente contra los clrigos concubinarios, pero se malograron todos los empeos por fundar un seminario propio. Tambin aqu fue decisiva la ayuda de fuera: la accin de los nuncios de Lucerna, Bonhomini, Santonio y Paravicini, y finalmente la de Borromeo, que, en 1570, visit Suiza y fund en Miln el colegio helvtico. En Lucerna haba desde 1574 un colegio de jesutas; en el alcalde Luis Pfyffer posea este bastin catlico un conductor enrgico. Casi ms que los jesutas trabajaron los capuchinos que, entre 1581 y 1589, fundaron en Altdorf, Stans, Lucerna y Schwyz, en 1595 en Zug; desde 1589 los conventos suizos formaron una provincia propia. Los abades de Einsiedeln y San Gal: Joachim Eichhorn y Othmar Kunz, pudieron gloriarse en el snodo diocesano de Constanza de 1560, de haber celebrado y ejecutado allerlenglich el concilio21. Internamente regeneradas, las dos grandes abadas fortalecieron la conciencia de la fe en la Suiza catlica. Cuando se volvi a practicar la peregrinacin a Einsiedeln, el sacerdote suizo Stoyb escriba: el Omnipotente se ha reservado septem millia et ultra qui non apostaverunt a fide. En el obispado de Basilea comenz el obispo
21. R. TSCHUDI, l.c, 195; la afirmacin de Stoyb- ibid., 155.
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Blarer (1575-1608), en el snodo diocesano (1581), la renovacin tridentina y se asegur en el tratado de Badn (1583) con la ciudad de Basilea una indemnizacin financiera por los bienes que all perdiera el obispado y mano libre para el mantenimiento del catolicismo en el territorio de su jurisdiccin. En el Wallis, que no se haba adherido a los lugares catlicos, el obispo de Sitten Riedenstein (1565-1604) fue demasiado dbil para impedir nuevos avances del protestantismo y tomar en serio la reforma tridentina. En el obispado de Coira se comenz con el aalejo de 1590 y los estatutos diocesanos de 1605 la reforma del clero; pero cuando el obispo Flgi (1601-27) puso enrgicamente la mano, escribi el nuncio d'Aquino (1613): El obispo corre constante peligro de vida por parte de los protestantes; en su ciudad episcopal, no hay, fuera de la curia, ni un solo catlico 22. El obispado de Lausana estaba reducido esencialmente al cantn de Friburgo, en que apoyaban la reforma el colegio de jesutas y, en l, Pedro Canisio. La afirmacin de la Iglesia en Centroeuropa y los progresos de la reforma tridentina, el desenlace de las guerras de los hugonotes, la unin permanente de los Pases Bajos del sur con Espaa y el fortalecimiento del catolicismo en Polonia cooperaron a que la crisis de la escisin protestante, si no vencida, se la pudiera dar al menos por limitada despus de fines de siglo. A este resultado contribuy no poco la debilitacin del frente protestante, por la oposicin entre calvinistas (reformados) y luteranos; pero la causa ms profunda radic en el fortalecimiento de la substancia religiosa de la vida de la Iglesia que se manifest en elflorecimientode la teologa, de la vida religiosa y de la piedad.
XLI.
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Como en la edad media estuvo ligado el desenvolvimiento de la escolstica de la manera ms estrecha con el nacimiento de las universidades, as lo estuvo ahora su renovacin con la formacin de nuevos centros de gravedad en el desarrollo de las universidades europeas. La universidad de Pars sigui afirmando su alto prestigio en las decisiones doctrinales, y slo le da su galicanismo y su enemiga contra la pujante Compaa de Jess. Junto a ella florecieron, desde el segundo tercio del siglo, nuevos centros de trabajo teolgico. En Lovaina que, con Latomus, Driedo y Trapper hizo pronto frente, junto con Colonia, contra Lutero, y fortaleci su prestigio por la actuacin de sus profesores en Trento (1551-1552), recibi nuevo impulso el agustinismo por obra de Bayo, Hessels y el primer Jansenio. Sin embargo, la renovacin de la escolstica, que imprimi cuo a la poca, no parti de estas universidades situadas en pleno campo de batalla de la novedad religiosa, sino de Espaa, cuyas universidades en tiempo del concilio de Trento hasta fines de siglo llevaban la voz cantante, lo mismo que la llevaba la Espaa de Felipe n en la gran poltica. El dominico Francisco de Vitoria como titular de la primera ctedra de teologa en la universidad de Salamanca (ctedra de prima), fund una escuela teolgica que no slo se extendi por 731
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Espaa y Portugal, sino que lleg hasta Roma y Alemania. De las siete ctedras de teologa, seis estaban reservadas a la especulativa, en que los dominicos del convento de san Esteban competan con los de las restantes rdenes mendicantes; pero haba tambin cuatro ctedras de griego y dos de hebreo. Siguiendo la intencin de su fundador Cisneros, en Alcal se cultivaba an ms fervorosamente la teologa positiva; el colegio de san Ildefonso ocupaba all posicin dominante, pareja al de san Gregorio en Valladolid. En Coimbra se enseaba teologa y derecho cannico en el convento de san Agustn. Los benedictinos espaoles fundaron una universidad propia en Santa Mara de Irache (Navarra). En el ltimo tercio del siglo sinti Roma el influjo de las universidades espaolas por el hecho de que en el colegio romano de los jesutas brillaban estrellas de primera magnitud, todos espaoles a excepcin de Belarmino: Francisco de Toledo, Maldonado, Surez, Vzquez, Ruiz. Por ellos vino a ser Roma lo que no fuera nunca en la edad media y renacimiento, una fortaleza de estudios teolgicos. Telogos de la pujante Compaa de Jess trasplantaron la escolstica renovada a las universidades alemanas de Ingolstadt y Dillingen, ciudadelas de la contraofensiva catlica en el imperio (WILLAERT), entre cuyos profesores se encuentran muchos espaoles y de los Pases Bajos, con Gregorio de Valencia a la cabeza, cuya obra continuaron los alemanes Gretser y Tanner. En qu se distinguen espritu y mtodo de esta escolstica renovada del contenido, doctrina y modo de ensear de las escuelas teolgicas de la escolstica tarda? Sea cual fuere la respuesta que se d al nominalismo de Lutero, el hecho es que esta escuela apenas tuvo ya representantes en el concilio de Trento. Los en mayor nmero representados en l fueron los franciscanos; los en mejor posicin para impugnar el protestantismo eran los dominicos. Ninguna de estas escuelas pudo sustraerse a la influencia del humanismo, que tena su mayor fuerza en la escuela agustiniana, dirigida por Seripando. Pero sobre todo el principio escriturario protestante y la pretenciosa alegacin de los padres de la Iglesia en favor de las nuevas doctrinas obligaron a un estudio intensivo de la Biblia y de los testigos de la tradicin, que no slo fueron explotados ms que antes y de primera mano en la teologa sistemtica, sino que desembocaron en la independizacin
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de la teologa positiva. Lo mismo la escolstica renovada que la controversia teolgica tenan que acudir a ella. Con esta explotacin de los datos positivos consignados en la Escritura y en la tradicin, se juntan cuatro nuevos puntos de vista metdicos: 1. La nueva escolstica que parte de Salamanca aspira a conciliar, como la escolstica medieval, fides et ratio, pero se desentiende de todo el lastre acumulado en la tarda edad media, de cuestin nes sutiles, que se reducen a acrobacia lgica, y toma por gua y modelo la alta escolstica, sobre todo a santo Toms de Aquino. As pierde todo objeto la censura de los humanistas: Perdunt nugis tmpora. 2. Acuciada en medida igual por el humanismo y la reforma protestante, la escolstica estudia el mtodo de la prueba teolgica. 3. Como teologa controversial, discute los problemas teolgicos planteados por la escisin protestante; pero busca tambin respuesta a las cuestiones ticas y jurdicas que se agudizaron por la obra de colonizacin en las partes del mundo descubiertas por los pueblos ibricos. 4. De acuerdo con la tendencia pastoral que penetr en el concilio de Trento, la teologa se esfuerza por ponerse al servicio de la instruccin religiosa del pueblo y de la predicacin. Los cinco doctores de la Iglesia de la poca son telogos eminentemente prcticos: Canisio y Belarmino como autores de catecismos, Juan de la Cruz como mstico, Francisco de Sales como maestro de la vida espiritual, Lorenzo de Brindis como predicador.
El reflorecimiento de la escolstica La edad de oro de la escolstica es abierta por el dominico Francisco de Vitoria (t 1546). Iniciado en la universidad de Pars por Petrus Crockaert O.P. en el estudio de santo Toms, pero familiarizado tambin en el estudio de las fuentes cultivado en Lovaina, se traslad en 1526 a Salamanca, como titular de la primera ctedra de teologa y puso por base de su enseanza la Suma de santo Toms, aunque todava no de manera exclusiva. Por sus lecciones, que eran extraordinariamente vivas, sobre todo acerca de temas de teo* logia moral, y sus famosas rekctiones o conferencias, ejerci un influjo seero sobre sus numerosos oyentes (que llegaban al millar), sin que en su vida se imprimiera un solo libro suyo. La Summa
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sacramentorum (impresa por vez primera en 1560), compuesta por uno de sus discpulos, tuvo ms de 33 ediciones y vino a ser el texto de pastoral ms utilizado por el clero espaol en el siglo xvi (Stegmller). Tomista en su orientacin fundamental, Vitoria se mantuvo libre de toda estrechez. Sus moderadas opiniones sobre la relacin entre el papa y el concilio determinaron la actitud de muchos obispos espaoles en Trento. Al discutir los problemas ticos y jurdicos del imperio colonial espaol, fund Vitoria el moderno derecho de gentes, que continu Hugo Grocio. Entre los 66 doctores de Salamanca, que tomaron parte en el concilio de Trento, haba muchos obispos y telogos que se haban sentado a los pies de Vitoria. Su discpulo y sucesor en la ctedra, Melchor Cano O.P. (t 1560), vino a ser por su obra De locis theologicis (1563) fundador del mtodo teolgico1. Siguiendo en la definicin de los loci (lugares) no a los tpicos de Aristteles, sino al humanista Rudolfo Agrcola, Cano distingue diez lugares (que l llama tambin domicilia) para la argumentacin teolgica: la sagrada Escritura, la tradicin apostlica, el magisterio de la Iglesia universal, los concilios, el magisterio de la Iglesia romana, los padres de la Iglesia, los escolsticos y canonistas, la razn natural, los filsofos y la historia. Por esta obra vino a ser Cano el padre de la metodologa teolgica (LANG). Como carcter, Melchor Cano lleva la sombra de su apasionada lucha contra su hermano en religin Carranza2, y contra la Compaa de Jess. Aunque preparado ya a comienzos de siglo por los grandes comentadores Cayetano y Koellin, recibi el tomismo poderoso impulso y amplia difusin por la escuela de Salamanca. En 1567 elev Po v al Aquinatense a doctor de la Iglesia. Su Suma teolgica desterr poco a poco como libro de texto las Sentencias del Lombardo. Pero en el ltimo tercio del siglo xvi se iniciaba ya una diferencia1. ltima ed. en las Opera, I - I I , Roma 1890. Contra A. GARDEIL, La notion du Lieu thologique: RSPhTh 2 (1908), 51-73, 246-276, 484-505, A. LANG, Die Loa theologm des M. Cano und die Methode des dogmatischen Beweises, Munich 1925, ha demostrado la dependencia de Agrcola; J. BEUMER, Positive nnd spekulative Theologie Scholastik 29 (1954), 53-72; E. MAECOTTE, La nature de la thologie de M. Cano, Ottawa 1949, cf G. T H I L S : EThL 26 (1950), 409ss - F. PELSTEI, Eme Kontroverse uber die Methode der Moraltheologw aus dem Ende des 16. Jh. Scholastik 17 (1942), 385-411. 2. Bibliografa en LThK 2 957: J.I. TELLECHEA IDGORAS, B. Carranza Arzobispo, San Sebastin 1958; Fray B. Carranza Documentos histricos, ed. dirigida por J.I. T E LLECHEA IDGORAS, hasta ahora 3 t., Madrid 1962-66
cin. Los dominicos espaoles Bartolom de Medina (f 1580) y Domingo Bez (t 1604) formaban el tipo clsico de la escuela tomista (GRABMANN), es decir, representaban un tomismo estricto; la escuela de los jesutas que ahora surga ech, metdica y doctrinalmente, por camino propio.
La teologa de los jesutas Los telogos jesutas que asistieron al concilio de Trento (Lanez y Salmern), rindieron an tributo a cierto eclecticismo. La congregacin general de 1593 prescribi a los telogos de la orden a santo Toms como norma, aunque permiti apartarse de l en casos de excepcin y con buenas razones (grvate admodum et rarissime) Pero la orientacin voluntarista y activista de la orden se hizo sentir pronto tambin en la teologa, lo mismo en Espaa (Molina) que en Roma y Alemania. Gregorio de Valencia (f 1603) que se haba an formado en Salamanca, uni un conocimiento a fondo de la escolstica con espritu humanista y excelentes dotes de exposicin. Como profesor de Ingolstadt (1575-97) contribuy por la formacin de numerosos discpulos (llamado por ello doctor doctorum) de manera esencial a la creciente estimacin de la escolstica, rebajada precisamente en Alemania por obra de la crtica humanstica y reformatoria3. Su discpulo y sucesor Jakob Gretser (f 1625) puso sus numerosas obras teolgicas, filolgicas e histricas4 bajo el signo de la controversia teolgica, lo mismo que Adam Tanner (f 1632), que, como enemigo de los procesos de brujas, influy en Spee; ense en Munich, Ingolstadt, Praga y Viena". Sin embargo, francamente decisivo para la ulterior evolucin de
3. Obra principal: Commentarii theologm, 4 t., Ingolstadt 1591-97, en 20 aos 12 ediciones; ms datos en SOMMERVOGEL, V I I I , 388-400, ix, 897; W. HERTRICH, G. von Valencia und der Molmismus, i, Innsbruck 1928, cf.: Scholastik 4 (1929), 91-106; id., G. von Valencia und die Erneuerung der deutschen Scholastik, Ratisbona 1930; J. E S PINOSA: Arch. teol. Granadino 8 (1954), 99-123; H. WOLTER, Die Kirche im Religionsgesprdch zwischen Gregor v. V. und Lucas Osiander: Sentir ecclesiam, ed. por J. DANILOU y H. VORGRIMLER, Friburgo 1961, 350-370. 4. Histricamente importante De Cruce Christi, 3 t., Ingolstadt 1598; sus 234 obras impresas entre ellas dramas escolares. SOMMERVOGEL, I I I , 1743-1809. 5. W. LURZ, A. Tanner und die Gnadenstrekigkeiten, Breslau 1932; obra principal: Universa theologia scholastica, 4 t., Ingolstadt 1626-27; SOMMERVOGEL, V I I , 1834-1855.
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ulivuva
la nueva escolstica fue su trasplante a Roma y su continuacin por los grandes telogos de la Compaa, Francisco de Toledo, Belarmino, Surez y Vzquez. Francisco de Toledo (f 1596) 6 , discpulo de Soto, ense desde 1559 en el colegio romano de la Compaa. Fue el primer cardenal que sali de ella (1593). El ms profundo y fecundo, lo mismo como filsofo que como telogo, fue el Doctor eximius, Francisco Surez (f 1617) 7 . Formado tambin en Salamanca, ense por lo menos temporalmente en Roma (15801585), para volver luego a Espaa y alcanzar en Alcal y Salamanca y finalmente en Coimbra (1598-1606) el punto culminante de su obra creadora; all nacieron sus obras sobre la gracia y las leyes (sntesis de las ideas de la teologa espaola del siglo xvi en el campo del derecho natural, derecho de gentes y filosofa del Estado, Stegmller), as como una grandiosa defensa de la vida religiosa y de la Compaa de Jess. Por varios dictmenes intervino en la controversia sobre la gracia; su filosofa hall tambin fuerte atencin en las universidades protestantes. Como Surez, tambin Gabriel Vzquez actu slo transitoriamente en Roma (1586-91) y luego en Espaa 8 . Su relacin con aqul ha sido comparada con la de Escoto respecto de santo Toms. Telogo sobremanera sutil, disputador fogoso temido, se haba formado en Alcal, donde tuvo por maestro el p. Bez; fue celebrado por sus contemporneos como Segundo Agustn por su conocimiento de los padres do la Iglesia; en la disputa sobre la gracia intervino como riguroso molinista. La ms clara estrella de la escuela jesutica y el sistemtico de la teologa controversial fue Roberto Belarmino (1542-1621). El sobrino del papa Marcelo n se haba ocupado ya durante su docencia en Lovaina (1570-76) de la doctrina protestante, y descollado como predicador. Llamado al colegio romano (1576-88) como pro6. Obra principal: Comentario a la Summa, ed. ltimamente por J. PAIVA, 4 t.,
7. Obras en 23 t., Lyn-Maguncia 1630; ltima ed. completa en 23 t., Pars 1856-61; SOMMERVOGEL, v i l , 1661-1687; P . MUGICA, Bibliografa Svarecianat, Granada 1948; E. ELORDUY, Cartas y Mss de Surez: Mise. Comillas 38 (1962), 271-330; R. DE SCORAILLE, Fr. Surez, 2. t., Pars 1912-13; F . STEGMLLER, Zur Gnadenlehre des jungen Surez, Fnburgo 1933; G. AMBROSETTI, / / diritto naturale della Riforma cattoltca.. Una giustificazume storica del sistema di Surez, Miln 1951; J. GIERS, Die Gerechtigkeitslehre des jungen Surez, Friburgro 1962. Sntesis de la novsima bibliografa: A H S I 30 (1961), 471s. 8. Comentario a santo Toms 1598-1615; SOMMERVOGEL, V I I I , 513-519; bibl., LThK x, 882ss.
fesor de controversias y rector del mismo (1592), consultor luego del santo oficio y consejero teolgico de Clemente v m , logr tan alto prestigio que el mismo Clemente VIII lo elev en 1599 a cardenal. Por diferencias con el papa en la controversia sobre la gracia, fue alejado de Roma nombrndolo arzobispo de Capua; a la muerte de su antiguo protector volvi a la ciudad eterna y, bajo Paulo v, se ocup de todas las grandes cuestiones y pleitos en que estaba complicado el pontificado: el pleito con Venecia y Jacobo i de Inglaterra y el caso de Galileo. Su obra nacida por aquellas fechas: De potestate Summi Pontificis in rebus temporalibus (1610), tropez con violenta contradiccin tanto entre los defensores de la potestas directa como entre los protestantes. Como en sus comienzos, as en el punto culminante de su actividad cientfica y finalmente como cardenal, Belarmino permaneci siempre consagrado a la cura de almas: su Catecismo menor (1597) con sus 400 ediciones igual casi al de Canisio; el Catecismo mayor (1598) estaba destinado a los catequistas. En sus ltimos aos, compuso Belarmino, unido que estuvo en amistad con Baronio y Francisco de Sales, escritos ascticos, por ejemplo: De arte bene moriendi (1620). El proceso de canonizacin, incoado ya el ao 1627, suspendido por Benedicto xiv, acab en 1923 por la beatificacin y en 1930 por la canonizacin. Un ao despus fue elevado a doctor de la Iglesia. La obra capital de Belarmino: Disputationes de controversis fidei llamada ordinariamente Controversias, nacida de las lecciones romanas, son una sntesis de la teologa controversial catlica del siglo xvi, no ciertamente original, pero s sostenida por una concepcin fundamental unitaria, y dotada de sorprendentes conocimientos literarios. Por la elaboracin de todo el material, acumulado en numerosas monografas, las Controversias belarminianas dejaron muy atrs los anteriores manuales de controversia de Juan Eck, Alberto Pighius, Estanislao Hosius y Ruard Tapper 9 , siquiera tuvieran la ventaja sobre aqullos de que podan estribar en la totalidad de los decretos del concilio tridentino. Sin embargo, mientras ste, por la resistencia de los galicanos y episcopalistas, sos9. S T . HOSIUS, Confessio catholicae fulei christiana (1551); L. 3ERIACKI, La doctrine de l'glise chez la card. Hosius, Pars 1936; J. LORTZ, Kard. St. Hosius, Braunsberg1931 - R. TAPPER, Explicatio articulorum ven. facultatis... Lovamensis circa dogmata ecelesiastvea ai anmts XXXIV controversa (1555); Opera, Colonia 1582.
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lay una declaracin sobre el concepto de Iglesia, Belarmino tras discutir las fuentes de la revelacin: Escritura y tradicin puso a la cabeza la doctrina de la Iglesia (libro i), para pasar luego a los sacramentos (n) y a la doctrina de la gracia y de la justificacin (ni). Su antecesor en esta estructura de la teologa controversial fue el ingls Tilomas Stapleton (f 1598), el cual atribua, con razn, el escaso xito de los telogos controversistas a que no se haba partido del magisterio de la Iglesia 10.
Miguel Bayo En el concilio de Trento no logr imponerse la escuela moderada agustiniana dirigida por Seripando n . Ya antes de cerrarse el concilio, hall el agustinismo en su forma ms rigurosa dos defensores, eruditos y contumaces, en los profesores lovanienses Miguel Bayo (t 1589) y Juan Hessels (f 1566). Cuando uno de sus discpulos, el franciscano Sablons in Nivelles, defini el libre albedro como libertad de coaccin externa y declar expresamente recta la doctrina de Calvino sobre el particular12, a comienzos de 1560, fueron censuradas 20 de sus proposiciones por la universidad de Lovaina; con el juicio de 18 de ellas se declararon de acuerdo los dos profesores. Ya en verano del mismo ao, censur igualmente la Sorbona 18 tesis del franciscano. El nuncio Commendone pidi la intervencin del papa y ste impuso silencio a las dos partes. Bayo y Hessels marcharon a Trento (1563), pero el concilio, que pasaba entonces por su ms grave crisis, no se ocup en el asunto. Bayo mismo consign su doctrina sobre el estado primitivo, sobre la justificacin, el libre albedro y el mrito, y tambin sobre el sacrifi10. Principiorum fidei doctrmahum de/iumtratto methodica (1579): Opera, i, Pars 1620, 1-503. En cambio N. SANDER, De visibili monarchia ecclesiae, Lovaina 1571, atendiendo a las circunstancias que prevalecan en Inglaterra, se aplica unilateralmente a la defensa del primado. Sobre el conjunto de la cuestin: G. T H I L S , Les notes de l'gJise dans l'apotogetique catholtgue depvis la Reforme, Gembloux 1937; J.B. BICUNAS, Doctrina eclesiologica S. Rbevti Card. Bellarmini cum illa Jo. Card. de Turrecremata comparata, Roma 1963; M.R. O'CORMELL, Thomas Stapleton and the Counter.Reformation, New Haven 1964. 11. H. JEDIN, G. Seripando, i, 354-426, u , 239-268; id., Agostino Moreschini und seine Apologie Augttstins: Augustinus-Festschrifr, Colonia 1931, 137-153. 12. M. ROCA, l.c, 311; Calvinus bene scripsit de libero arbitrio, nec erat repreheudendus, nisi irt alus errasset; la inteligencia de ambos profesores, ibid., 318.
ci y los sacramentos una serie de tratados (1563-64). Numerosas proposiciones tomadas de estas obras fueron censuradas a instancias de Felipe n el 31 de marzo de 1565 por la universidad de Alcal, el 8 de agosto del mismo ao por la universidad de Salamanca 13. Ms adelante, el 26 de noviembre de 1566, la universidad de Lovaina pidi una decisin a Roma. Despus que la nueva edicin aumentada del libro impugnado fue de nuevo censurado por la universidad de Alcal, conden Po v por la bula: Ex mnibus, afflictionibus de 1. de octubre de 1567, 79 de las 120 proposiciones rechazadas por los censores espaoles en el sentido intentado por el autor, aunque algunas de ellas podran de algn modo defenderse ". Bayo se someti a la bula, que no fue pblicamente notificada, abjur formalmente, posteriormente de los errores que le fueron reprochados (1569) y prest (1575) juramento al concilio tridentino. Sin embargo, la disputa prosigui pujante. Un proceso incoado por el santo oficio acab en 1580 con una nueva condenacin por Gregorio xm. Bayo lo acept tambin ante Francisco de Toledo quo fue enviado a Lovaina. La facultad lovaniense se oblig a una frmula doctrinal antibayana. Como lo prueba su sumisin indudablemente sincera a las distintas decisiones pontificias, la actitud fundamental de Bayo era catlica; la dificultad de conciliar las decisiones del magisterio con sus convicciones cientficas cre un autntico conflicto de conciencia. Con la conciencia de tener que defender la doctrina agustiniana de la gracia, la facultad de Lovaina, con la colaboracin de Bayo, censur en 1587, 34 tesis del jesuta Leonardo Lessio (f 1623), que enseaba en el colegio de jesutas de Lovaina, sobre la inspiracin de la sagrada Escritura, la gracia y la predestinacin; por mandato de Sixto v, el nuncio Frangipani hubo de imponer silencio a los dos bandos. Pero las controversias lovanienses quedaron pronto en la sombra por la gran disputa sobre la gracia, siquiera para estallar de nuevo con toda violencia en el siglo XVII con el pleito de los jansenistas.
13. M. ROCA, l.c, 322ss, plicado en la disputa en torno 14. D. 1001-1080. Por la ron a la frmula el sentido: del autor.
329ss. Sobre el telogo lovaniense Henricus Gravius coma Bayo, cf. F. CLAEYS, Bcntuart: R H E 57 (1962), 863-871. transposicin de la coma (comma Pianum), los bayanos dieAunque algunas de ellas podran defenderse en el sentido
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La controversia sobre la gracia El ao 1588 apareci en Lisboa, con aprobacin del censor de la Inquisicin Ferreira O.P., el libro del jesuta Luis de Molina (f 1600): Liberi arbitra cum gratiae donis, divina praescientia, providentia, praedestinatione et reprobatione concordia, que intentaba conciliar la eficacia universal de la gracia con el libre albedro del hombre partiendo de la presciencia de Dios, y atacaba expresamente la doctrina defendida por el dominico Domingo Bez en el comentario a santo Toms aparecido poco antes (1584). De ah que la concordia de Molina fue retenida durante tres meses por la Inquisicin portuguesa; pero inmediatamente despus de su liberacin fue reimpresa por los grandes bibliopolas de Lyn, Amberes y Venecia. Cuando Bez intent llevarla al ndice de la Inquisicin espaola, Molina contest con la acusacin de que la doctrina de su contrario sobre la premocin fsica y la gracia eficaz coincida con Lutero y Calvino, y contradeca al tridentino. A la inversa, el dominico uo, en una disputa organizada en Valladolid por los jesuitas el 5 de marzo de 1594, notaba de errneas y herticas algunas de las tesis de Molina; los jesuitas las defendieron o discutieron que Molina las afirmara. Para poner trmino a la escandalosa disputa, tras la cual se haca ya notar la rivalidad de las dos grandes rdenes, el papa Clemente vm, en una instruccin al nuncio de Madrid, Gaetani, fecha 28 de junio de 1594, avoc a su fuero la investigacin del asunto. El nuncio prohibi toda ulterior disputa sobre la gracia eficaz. Contra este mandato de silencio protestaron ambas partes. En un memorial al papa, Bez hizo valer en su favor que slo expona la doctrina de Agustn y del Aquinatense; Belarmino impugn en un contradictamen pareja pretensin y la afirmacin de que los jesuitas fueran mnovadores. Seguidamente, a 26 de febrero de 1598, fue levantado a ambas partes por la Inquisicin romana el precepto de silencio. Sin embargo, ya en la misma primavera de 1598, el proceso incoado entretanto en Roma tom un sesgo tal, que pareci tocarse con las manos la victoria de los dominicos. La comisin de telogos nombrada por el papa recibi mandato no de examinar la cues740
tin disputada como tal fin, es decir, las doctrinas de ambos bandos, sino slo la doctrina de Molina. El 13 de marzo de 1598 decidi que libro y doctrina deban ser prohibidos; la decisin fue reiterada despus de presentadas por ambas escuelas extensas exposiciones, en que colaboraron los ms destacados telogos de ambos bandos, as como dictmenes de las universidades de Salamanca, Alcal y Sigenza, ms opiniones de cinco obispos y cuatro telogos espaoles. En un escrito compuesto por el secretario de la comisin, el agustino Coronel, que fue entregado al papa a 12 de marzo de 1599, se presentaron para ser condenadas 60 proposiciones de Molina. ste mismo no haba sido nunca directamente odo, a pesar de haberlo pedido en una solicitud al papa. A fin de permitir a los jesuitas que hablaran ms, orden Clemente vm a instancias de Felipe m de Espaa y de otros altos favorecedores de la Compaa que los dos generales de las rdenes: Beccaria y Acquaviva, cada uno apoyado por telogos eminentes (entre otros Diego lvarez O.P. y Miguel Vzquez S.I.) precisaran oralmente y por escrito su punto de vista en la controversia. Los dominicos se opusieron a todo aplazamiento de la cuestin, que en su opinin slo tocaba a la doctrina de Molina; los jesuitas, en cambio, insistan en la discusin del problema total y, por ende, tambin de la doctrina de Bez acerca de la praemotio physica; por lo dems, aadan, la doctrina de Molina no era la de la Compaa. Aunque con protesta de los dominicos, impusieron esta concepcin. Pero el xito fue de corta duracin. Cuando la comisin de telogos ampliada en tres miembros, reanud por orden del papa su actividad, se expres de nuevo por mayora (9 : 2) contra Molina y censur 20 proposiciones contenidas en sus obras. El 5 de diciembre de 1601 entreg la comisin todas las actas al papa, quien a la vista del mamotreto exclam: A vosotros os ha podido bastar un ao para escribir todo eso; para m no es suficiente un ao para leerlo 16. Ya se haba esparcido por Espaa el rumor o bulo de que Molina, muerto entretanto, haba sido condenado y quemada su efigie, cuando lograron los jesuitas, por un memorial entregado al papa el 12 de febrero de 1602, un nuevo aplazamiento: Ciernen-
te viii decidi or por s mismo a ambas partes y dar personalmente el fallo. Sin embargo, la causa de los jesutas segua siendo mala, pues el papa estaba irritado contra ellos: en el colegio de jesutas de Alcal se haba disputado sobre la cuestin de si el actual papa reinante poda ser mirado con certeza de fe como el legtimo sucesor de Pedro. Las disputas ahora organizadas entre los dos generales de las rdenes y sus telogos ante el papa y los cardenales Arigoni y Borghese y la comisin de telogos de nuevo aumentada en cuatro miembros, se ocuparon una vez ms solamente de la doctrina de Molina, que fue comparada con Agustn y Casiano y tambin con el tridentino. Aunque las disputas (en conjunto 68) y las consiguientes deliberaciones de los cardenales y consultores se continuaron durante casi tres aos (1602-05), el papa no pudo llegar a ninguna decisin; se confirm cuan justificada era la recomendacin hecha por Belarmino de no decidir por s mismo cuestin tan difcil y dejarla a un concilio o a telogos formados. Clemente vm se inclinaba a los dominicos; su confesor, el cardenal Baronio, se confesaba enemigo de Molina, pero amigo de los jesuitas. A la muerte del papa nada estaba decidido. Paulo v mand que ambas partes le presentaran por escrito en forma concisa su punto de vista; sin embargo, el 2 de septiembre de 1605 convoc de nuevo la comisin de instruccin contra Molina, poco antes atacada vivamente por el jesuita Bastida. El 14 de septiembre de 1605 se reanudaron las disputas sobre el mismo escrito, que a comienzos de ao no haba podido ser discutido por razn de la enfermedad de Clemente vm. El curso de la disputa convenci al papa de que por este camino no se iba a ninguna parte. As mand que se tratara slo de la cuestin capital: cmo haya de entenderse la eficacia de la gracia sobre el libre albedro. Pero con ello aplaz de nuevo el punto en cuestin, fijado, aunque no consecuentemente, bajo Clemente vm, la doctrina de Molina, y satisfizo el primitivo deseo de los jesuitas. stos se esforzaron en refutar la doctrina tomista de la praemotio physica y demostrar su afinidad con la doctrina calvinista de la gracia. Concluidas las disputas, se indic a los consultores que respondieran a cuatro cuestiones: 1. Qu proposiciones sobre la gracia deberan ser definidas, 2. cules condenadas; 3. dnde estaba la diferencia entre las concepciones catlicas y las herticas; 4. si haba que publicar
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una bula sobre el asunto. El informe de los consultores, acabado a fines de noviembre de 1606, llegaba al resultado de que 42 proposiciones de Molina deban ser censuradas; slo un consultor, el carmelita Bovio, desaconsej toda decisin, pues la cuestin entera no estaba an madura para ser decidida. A esta opinin se adhierieron tambin Francisco de Sales y el cardenal Duperron, a quienes pidi consejo el papa. De los nueve cardenales a quienes interrog el 28 de agosto, cuatro se pronunciaron por nuevas deliberaciones, dos abogaron por una decisin, pero no indicaron en qu sentido; el cardenal dominico Bernerio pidi la condenacin de las 42 proposiciones de Molina; los cardenales Belarmino y Duperron se opusieron a ella. En estas circunstancias, el papa renunci a una decisin: la doctrina de los dominicos se distingua de la de Calvino; la de los jesuitas, de la de Pelagio; una definicin no era necesaria. Fue disuelta la Congregaio de auxiliis y se impuso silencio a todos los participantes en la controversia. Un decreto de la Inquisicin de 11 de diciembre de 1611 someta a previa aprobacin suya toda publicacin de escritos sobre la gracia. Molina escap por los pelos de ser condenado, pero la Compaa de Jess, acusada con l, se afianz. La ms grave controversia dogmtica que jams estallara dentro de la teologa catlica sobre un problema a la postre apenas soluble, que mantuvo en vilo no slo al mundo catlico, sino tambin al protestante, qued magisterialmente indeciso, y tena sin duda que quedar indeciso, pues el misterio de la cooperacin de la gracia divina con el libre albedro del hombre desafa la iluminacin ltima por la razn. El contraste entre las dos escuelas de tomistas y molinistas no se ha atenuado hasta la actualidad.
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la Bible, Lausana 1943. Resumen sobre el decreto y revisin de la Vulgata: H. HOPFL, Compendium introductionis in Sacros utriusque Testamenti libros, i, Roma H931, 346-367. Patrstica, historia de la literatura cristiana e historia de la Iglesia, hagiografa: J.H. FABRICIUS. Bibliotheca ecclesiastica, Hamburgo 1718, con los prlogos de Suffridus Petri (1580) y de Miraeus (1639) a las ediciones de los antiguos historiadores literarios incluso Trithemius; H. QENTIN, J.D. Mansi et les grandes collections concitiaires, Pars 1900; C. BARONIOS, Anuales ecclesiastici, 12 t , Roma 1588-1605 (llega hasta 1198); sobre el autor: G. CALENZIO, La vita e gii scritti del Card. C. Baronio, Roma 1907 (insuficiente a pesar de aprovecharse los manuscritos); A. WALZ, La storiografia del Baronio e la storiografia di oggi: Angelicum 17 (1940), 88-110; A. RONCALLI, // Card. C. Baronio, Roma 1961, con bibliografa de G. de Luca, 47ss. - Biblioteca hagiogrfica Latina, i, Breslau 1898-99, ed. dirigida por
LIPPOMANI y SURIUS'; P. PEETERS, L'oeuvre des Bollandistes, Bruselas 1961;
A. FBREGA GRAU, El P. Pedro Gil, S.I. (t 1622) y su coleccin de Vidas de Santos: Anal. S. Tarracon. 31 (1958), 5-25. Sobre el ed. de las Actas Sanctorum veteris et maioris Scotiae seu Hiberniae, Lovaina 1650, cf. F.J. COLGAN, O.F.M., Essays in Commemoration of the Third Century of his Death, ed. dirigida por T. O'DONELL, Dubln 1959, 7-40. Derecho cannico: Buena sntesis de los canonistas de nuestra poca: F. KURTSCHEID, 278-301, sin embargo, son ms indispensables las indicaciones bibliogrficas de J.F. VON SCHULTE, Gesch. der Quellen von der Lit. des Canon. Rechts, ni, Stuttgart 1880, aunque no carezcan a veces de lagunas y defectos. Sobre Azpilcueta, Antonio Agustn y otros, cf. la bibl. de las notas. La nueva elaboracin del Corpus Iuris Canonici, slo brevemente mentado en PASTOR, IX, 203s, espera an de ms exacta investigacin.
Si ya el humanismo haba lanzado el santo y sea: ad fantes y dedicado subida atencin a la Biblia y a los padres de la Iglesia, las polmicas con la doctrina protestante a base de las fuentes de la revelacin: Escritura y tradicin, definidas en Trento, as como la defensa de las instituciones eclesisticas atacadas condujeron a la formacin y desarrollo de la teologa positiva \ A par de los pueblos que estuvieron por de pronto a la cabeza de la reforma catlica, espaoles e italianos, se juntaron, al fin de nuestro perodo, los franceses con excelentes producciones. El decreto sobre la Vulgata del concilio tridentino no fue bice para que se trabajara sobre el texto bblico y griego. Por mandato
1. La expresin ya en A. POSSEVINO, Biblioteca selecta, liorna 1593, 151.
de Felipe n trabaj Arias Montano (t 1598) la Poliglota regia, que se fundaba en la complutense 2 ; el fillogo parisiense Roberto Estienne elabor en total cuatro ediciones del Nuevo Testamento griego, que procedan de Erasmo, la ltima de las cuales (1551) introdujo la divisin en versculos. El prestigio mximo lo logr el textus receptus de Elzevir (1633), librero de Leiden. La edicin de los Setenta, preparada bajo la direccin del cardenal Antonio Carafa, pudo aparecer en Roma el ao 1587. La edicin ms difundida de la Vulgata hasta la Sixto-clementina fue la lovaniense del dominico Juan Henten (1547), reimpresa muchas veces, y que luego fue corregida por Lucas de Brujas (tl619). Sobre la Sixtoclementina, cf. supra cap. xxxvni. No obstante la corriente en contra que se mostr en Trento, la Biblia fue traducida a las lenguas vulgares sobre todo en los pases amenazados por el protestantismo. Las traducciones alemanas de Dietenberger y Eck eran insatisfactorias; slo la comenzada por Gaspar Ulenberg 3 en 1614 y acabada por Heinrich FranckenSierstorff (1630), se mantuvo, refundida por telogos de Maguncia, hasta el siglo xvm, como la Biblia catlica de Maguncia. La Biblia francesa que se remonta a Jacques Lefvre d'taples fue puesta en el ndice el ao 1546; pero tras la revisin por telogos de Lovaina, fue reimpresa por lo menos 200 veces. El comentario de la Biblia no fue a la zaga del texto. Mientras en el jesuta Francisco de Toledo, importante tambin como filsofo y telogo, las obras exegticas slo constituyen una parte de su produccin total, Juan de Maldonado (t 1583) * vino a ser, por su comentario a los evangelios (postumo en 1596) y al Antiguo Testamento, el exegeta ms celebrado de su tiempo; ambos procedan de la escuela de Salamanca. Por el volumen de su obra exegtica super a los dos Cornelio a Lapide (van Steen, t 1637)", que, durante su larga docencia en Lovaina, coment casi todos los libros de la sagrada Escritura. Fundador de la ciencia de la intro2. 1961. 3.
4.
1527-1598, Gromnga
SOMMERVOCEL, V, 403-412.
5. SOMMERVOGEL, iv, 1511-1526; la ltima ed. en 22 t., Pars 1859ss. G. Boss, Die Rechtfertigungslchre in den Bibelkcmmentarcn des Kornehus a Lapide, Munster 1962, ( = KLK 20)
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duccin bblica fue Sixto de Siena (t 1569), el cual, tras su conversin del judaismo, fue condenado a muerte por supuesta hereja, e, indultado por empeo de Ghislieri, fue admitido en la orden de predicadores. Su Biblioheca Sancta* no slo contena la ms completa introduccin a la sagrada Escritura hasta entonces conocida, sino tambin una historia crtica de la interpretacin bblica.
Padres de la Iglesia y concilios Los santos padres, cuyo conocimiento fue tan favorecido por las ediciones completas erasmianas, vinieron a ser ahora el arsenal de la controversia teolgica, pues era forzoso alegar testimonios en pro de la antigedad de la misa y presencia real, en pro del sacerdocio ministerial y primado papal, de las ceremonias y culto de los santos. Ya John Fisher y Jernimo Emser haban hecho uso de ellos. Codeo haba publicado para fines de controversia escritos de Cipriano, Optato de Milevi, Gregorio de Nazianzo y Crisstomo. Al concilio de Trento provea de material probatorio Guglielmo Sirleto, tomado de manuscritos vaticanos sealadamente de padres griegos7. Aunque l no public casi nada, fue un precursor de la patrstica griega. En el Breviarium Pianum se designaba por vez primera como doctores de la Iglesia a Atanasio, Basilio Magno, Gregorio de Nazianzo y Juan Crisstomo. Las primeras ediciones completas slo se ofrecan por lo general en versin latina; pero desde fines de siglo se sucedieron, en breves intervalos, ediciones bilinges 8, labor en que descoll el jesuta francs Frontn de Duc (f 1624). Las ediciones completas basileenses de Agustn (de Amerbach 1506, por Erasmo 1528-29) fueron sustituidas por la lovaniense (1577); las ediciones de Jernimo por Erasmo (1516-20) y Ambrosio (1527), impresas igualmente en Basilea, por
6. 2 t., Venecia 1566, la mejor ed. por T H . MILANTE, aples 174-2; J.W. MOKTGOMERY, Sixtus of Siena and Roman-Cathotic Schotarship in the Reformation Perio: ARG 54 (1964) 214-234. 7. Extractos para 1545-47: CT x, 929-955; cf. S. MERKLE, Ein patristischer Gewhrsmann des Tridentinums: Festgabe A. EHRHARD, Bonn 1922, 342-358. 8. Atanasio: Heidelberg 1601; Basilius: Pars 1618 (haba precedido una ed. griega de Basilea 1532); Gregorio de Nazianzo, Pars 1609-11; Gregorio de Nisa: Pars 1615; Epifanto de Salamina: Pars 1622 (de PETAVITJS); Ciisstomo: Pars 1609-33 (de
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las ediciones romanas (Jernimo 1565-72; Ambrosio 1579-87). Casi simultneamente, el sorbonense Marguerin de la Bigne (f 1589) en su Biblioheca Sanctorum Patrum public obras de ms de 200 autores de la antigedad y de la edad media, para tener a mano material para refutar a la Centuriatores de Magdeburgo . La autenticidad de los Cnones apostlicos y de las decretales pseudo-isidorianas, fue defendida por el espaol Francisco Torres (t 1584) contra los magdeburgenses y rechazada por el calvinista Blondel en el escrito: Pseudo-Isidorus et Turricuws vapulantes (1628). Las Constituciones apostlicas editadas por vez primera por el mismo Torres el ao de 1563, y en grado an superior los estudios del agustino ermitao Onofrio Panvinio (f 1564) sobre las iglesias estacionales romanas, las iglesias titulares y las diaconas, el origen del colegio cardenalicio y la iconografa de los papas, encendieron la llama de la arqueologa cristiana (De Rossi), que culmin en el redescubrimiento de las catacumbas. Catacumbas aisladas eran desde luego conocidas y visitadas por peregrinos ya durante la edad media (por ejemplo, S. Sebastiano, S. Pancrazio, S. Callisto); pero slo el fervor religioso por la Iglesia de los mrtires encendido por Felipe Neri rompi el conjuro para su investigacin. En el verano de 1578 fue descubierto por azar la hasta entonces completamente desconocida catacumba de los jordanios en la Va Salaria, que al principio se tuvo por la catacumba de Priscilla. Sus pinturas e inscripciones fueron admitidas por Alphons Chacn, Philipp de Vinghe y Juan Makarios, la investigacin sistemtica de las antiguas catacumbas y las recientemente descubiertas fue comenzada por Antonio Bosio (t 1629) desde 1593, siquiera slo una parte de su grandiosa Roma sotierranea apareci postuma el ao 163230. El inters recin despertado por la antigedad cristiana subi todava de punto por hallazgos afortunados (como el descubrimiento de las reliquias, bien conservadas, de santa Cecilia por el cardenal Sfondrato en 1599). La lucha por el concilio produjo las primeras ediciones completas de los concilios antiguos, de Merlin (1524) y Crabbe (1538).
9. 9 t., Pars 1575-89. 10. A. FERRUA, Le tre Reme sotterranee: CivCatt 1938, n , 399-412; C. MARCORA, // Card. Federigo Borromeo e Varcheologia ciistiana: Mlanges E. Tisserant, v, Ciudad del Vaticano 1964, 115-154.
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En lo sucesivo se ampliaron constantemente: la segunda edicin, cuidada por Crabbe (1551) abarcaba tres tomos; la siguiente del cartujo Surio (1567), cuatro; el cannigo coloniense Binius la aumento, en 1606, a cinco. Todas estas ediciones fueron con mucho superadas por la edicin romana en cuatro tomos (1608-12), ordenada que fue por Sixto v y concluida bajo Paulo v. La edicin romana no slo contena mejores textos, sino que ofreca tambin por vez primera textos griegos ". En el curso del siglo xvn se pusieron los franceses a la cabeza en este terreno. Bartolom Carranza escribi un compendio de historia de los concilios que fue muy ledo y frecuentemente reeditado12. La literatura o bibliografa cristiana haba crecido fuertemente en el curso del siglo xvi sobre todo por razn de las numerosas publicaciones de fuentes; para facilitar un conspecto u ojeada general de la misma compuso el agustino ermitao Angelo Rocca (t 1620), primero para su propio uso, un Epitome, aparecido en 1594 dedicado a Clemente vin 13 . El eptome contena, aunque todava no en orden cronolgico, una lista de las ediciones y comentadores de la Biblia, de las obras de los grandes de la Iglesia griegos y latinos, de los grandes escolsticos y hasta de algunos escritores escogidos de tiempos novsimos. El mismo origen tuvo, aunque fue de disposicin ms clara por cronolgica, el opsculo de Belarmino sobre los escritores eclesisticos, aparecido el ao 1613 14. Ms voluminoso que ambos fue el Apparatus sacer de Possevino, al que iba adjunto una gua de bibliotecas 15. Los antiguos catlogos de escritores de Jernimo, Gennadio y Sigeberto de Gembloux y otros fueron ya de nuevo editados por el frisio Suffridus Petri (t 1597) el ao 1580; el historiador belga Miraeus (Le Mire, f 1640), al que debemos tambin varias obras sobre estadstica ecle11 C T KUTT\ER, 1 'edition Romame des Ccmciles generaux et les actes du ptemter tmale de L\on, Roma 1940, ( = Mise Hist Pont I I I , 5 ) , C L LEONARDI, Per a- storia dell'edizione romana del Concih ccumenici 160812 Melanges K Tisserant, vi, Ciudad del Vaticano 1964, 583 637, V P E E I , Due protagonisti dell'editio romana dei Concih ecumenia P Morm ed A d'Aqmno bid, v n , 131232, sobre la importancia de la ed. para la numeracin id Aevum 37 (1963) 430 501 12 Summa conciliorum et pontlficium, Venecia 1546, reimpresa a menudo. Sobre el autor cf cap 41, nota 2 13 Bibhothccae theologicae et saipturalis epitome sne indei, Roma 1594 14 De scnptoribus ecclesiasttcis (Roma 1613) El primer esquema compuesto en 1569 1576 en 1 ovaina L E BACHELET, Actuarium Bellaimmianmrt 339 T57 15 3 t , Venecii 1606
Mastica, continu el ultimo de los catlogos de escritores de la edad media de Juan Trithemius, por medio de dos apndices, el primero de los cuales apareci an en vida (1639), el segundo, ms extenso, despus de su muerte (1649)16.
Historia de la Iglesia Mucho mayores an que estos progresos de la historia de la literatura cristiana fueron los de la historia de la iglesia, que ahora se fund de nuevo en el verdadero sentido de la palabra e inmediatamente produjo una obra de primer orden. Ya el Catalogus testium veritatis (1556), pero sobre todo la historia de la Iglesia conocida como Centurias de Matas Flacius Illyricus y sus colaboradores 1T, que se propona por fin ofrecer integram ecclesiae Christi ideam y era en verdad una apologa histrica del luteranismo ortodoxo compuesta con gran erudicin, haba producido rplicas de Conrado Braun, Pedro Canisio, Gilberto Gnbrard 18, cuyo aparato cientfico no estaba, sin embargo, a la altura del tema. Slo el oratoriano Csar Baronio (1538-1607) dio la respuesta adecuada en sus Annales ecclesiastici. Los Anales salieron de las conferencias que, por deseo de Felipe Neri, dio Baronio desde 1558 en el oratorio romano. Despus de repetir siete veces el curso y, corrigindose siempre, de haber reunido extenso material sobre todo contra los novadores de nuestro tiempo y en favor de la antigedad de las sagradas tradiciones y potestad de la Iglesia romana 19, le oblig Neri a que bogara por el mar inmenso y comenzara la elaboracin de una historia de la Iglesia fundada en las fuentes; historia que, a pesar de su estructura analstica y la tendencia apologtica que
16 Notitia epscopatuum orbis christiam, Amberes 1613, Pohtia ecclesiastica, Colonia 1609, sobre los territorios de misin, Geographia ecclesiastica, Lyn 1620. 17 Ecclesiastica historia secundum smgulas centurias, 1559-1574, principales colaboradores J WIGAND v M JUDEX W PBEGEE, M Flacius Illyricus und sevne Zeit, 2 t , Erlangen 1859 6 1 , L HAIKOLA, Gesetz und Evangehum en M Fl III, Lund 1952; P P O L MAN RHE 27 (1931) 7 73 18 C BRAUN, Lber adversus Centurias Magdeburgenses, Dilhngen 1565; P CANI SIUS, De verb Dei corruptehs, Dilhngen 1571 id , De Mara Virgine Mcomparbth Dei genitrice, Ingolstadt 1577, G GENEBRARD, Chronographlae libr IV contra Centuna-tores Magdeburgenses, Pars 1580 19 Carta dedicatoria a Sixto v praesertim contra novatores nostn temporis, pro mcraritm traditionum anttquitate ac S Romanae Ecclesiae potestate
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le sirve de base, est sostenida por sincero amor a la verdad 20. El sabio siempre modesto, pero firme de carcter, que en 1596 recibi la prpura cardenalicia, prosigui su obra, con trabajo incansable, en doce tomos hasta el ao 1598. La rplica del calvinista Isaac Casaubonus (1614) no fue parte para que los Anales y sus continuaciones posteriores (particularmente por Raynald y Laderchi) permanecieran por largo tiempo y hasta el presente como obra modelo de historia de la Iglesia20*. Como las Centurias de Magdeburgo contribuyeron, sin querer, al desarrollo de la historia general de la Iglesia, as tambin la historia del concilio tridentino, compuesta por el servita Paolo Sarpi, sirvi a la investigacin de este acontecimiento que fue fundamental para toda la poca21. La exposicin de Sarpi, aparentemente sobria y objetiva, era en realidad un ataque nico contra el papado postridentino. Las lagunas en sus fuentes las llenaba no raras veces por combinaciones. Los escritores en que pens Urbano vm para refutarlo, eran en parte incapaces o se ahogaron en el material, como el jesuta Terenzio Alciati (f 1651). Slo el hermano en religin de ste, Sforza Palla vicino (t 1667) aprovechando el material acumulado por su antecesor, que l mismo acrecent considerablemente, logr componer una historia del concilio de Trento, que ha sido cannica de lado catlico hasta el siglo xix, pero que, por confesin de su propio autor, quiso ser y fue una apologa histrica 22. Contra el repudio protestante al culto de los santos lucharon hagigrafos como Lippomani y Surio con sus colecciones de vidas de santos. Las Vitae sanctorum priscorum Parum de Luigi Lip20. lbld , CIW nihil penculosiu sit m historia, quam cutvis scribenti de quacumque re fidem haberc. 20a. Este juicio no vale para el primer continuador de Baronio, el dominico Abraham Bzovius, cuvo tratamiento sumamente parcial de Luis de Baviera condujo a un conflicto con Baviera misma. A. KKAUS, DIC Anales ecclesiastlc des A. Bzomus u. Maxitntlian I. van Bayern. Reformata reformanda n , 253-303. 21. JEDIN, berblick 83-93 es corregido por G. Cozzi, Fra P. Sarpi, l'Anglicanesimo e la Historia del Concilio Tridentino: RSIt 68 (1956) 559-619, en el sentido de que la publicacin de la obra se hizo a ciencia y conciencia de Sarpi y con tendencia calvinista, y el manuscrito no fue entregado hasta la impresin, por fascculos (a pntate). Sobre el que hasta ahora se tena por mediador, M.A. de Dominis, arzobispo apstata de Spalato, y su teora de la Iglesia, cf. 1). CANTIMOKI, SU M.A. de Dominis- ARG 49 (1958) 245-258; id., L'utopia ecclesiologica di M.A. de Dominis: Problemi di vita religiosa m Italia nel Cinquecento, Padua 1960, 103-122. 22. H. JEDIN, Der Quellenapparat der Konssgeschichte Pallavicinos, Roma 1940.
pomani (t 1559 como obispo de Brgamo) contenan entre otras cosas la primera traduccin de las vidas bizantinas de los santos de Simn Metafrastes y de Juan Mosco 23, con Lippomani colaboraron el francs Hervet y Sirleto. El cartujo Lorenzo Surio, benemrito como editor de los concilios, por una historia contempornea y traducciones de las obras de Susn, Taulero y Ruisbroquio (t 1578), tom de Lippomani un tercio del material (sobre todo Metafrastes), pero se remont a menudo a las fuentes, incluso manuscritas. La censura que se le hace de haber contaminado caprichosamente distintas vidas de santos o sus recensiones, slo puede verificarse en pocos casos; sin embargo, cambi frecuentemente la expresin y suprimi pasos que pudieran escandalizar a lectores catlicos24. Estas deficiencias fueron en parte corregidas en la tercera edicin (1618). La obra de Surio fue el antecedente ms importante de las Acta Sanctorum, cuyo proyecto traz el jesuta Heriberto Rosweyde en 1607 y cuyos primeros tomos aparecieron en 1643. El Martyrologium Romanum compuesto por Sirleto en colaboracin con Baronio por mandato de Gregorio XIII, fue prescrito en 1584 para el uso litrgico25. Como en hagiografa, as tambin en otros terrenos de la teologa positiva va cediendo poco a poco la tendencia apologtica y se abre paso el mtodo histrico-crtico. El jesuta Dionysius Petavius (1593-1652)26, en sus obras saturadas de material histrico sobre el sacerdocio particular (1639) y la jerarqua eclesistica (1643), atac a Grocio y Salmasio, y ya tambin a los jansenistas. Su obra capital Dogmata theologica pasa por la primera historia de los dogmas; su Doctrina temporum es la primera cronologa cientfica y abre la larga serie de contribuciones francesas a la formacin de las ciencias auxiliares de la historia y del mtodo histrico, que culminan en Mabillon y Montfaucon.
23. t. i-v, Venecia 1551 56; v i - v m , Roma 1558-60; ed. abreviada en 2 t.: 1564. 24. De probatis sanctorum historiis, 6 t., Colonia 1570-75; 2. ed. ibid., P. HOLT, Dte Sammlung von Heihgenleben des Laurentius Sitrms: NA 44 341-364. 25. H. LAMMER, De Mattvrologw Romano, Katisbona 1878. 26. Dogmata theologica, 4 t., Pars 1644-50; Doctrina temporum, 2 t., Pars
1627.
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Derecho cannico Una tendencia a lo histrico y positivo se nota finalmente en el derecho cannico. De la constelacin de los tres juristas espaoles Martn de Azpilcueta ( | 1586) y su discpulo Diego de Covarrubias ( | 1577 como obispo de Segovia) fueron sistemticos 27; el primero, llamado Doctor Navarrus, tras larga actividad docente en Salamanca y Coimbra, pas a Roma, donde, desde Po v, fue tenido por un orculo an en dificultades morales. Antonio Agustn en cambio (f 1586 como arzobispo de Tarragona), formado en Alcal y Salamanca, aplic durante su estancia en Italia bajo la influencia del jurista Andrea Alciati el mtodo histrico-crtico primero al derecho romano y luego tambin al cannico. Su crtica textual del decreto de Graciano fundada en trabajos anteriores sobre las antiguas colecciones de decretales, seal numerosos errores en la edicin mandada por Gregorio x m (1582). Entre los canonistas italianos descoll Agustn Barbosa (f 1649) por su extenso conocimiento de las leyes y de la literatura cannica. El creciente influjo del derecho cannico sobre la casustica moral se reconoce claramente en el jesuta Paul Laymann (f 1635). Los nuevos fundadores del galicanismo Pierre Pithou (t 1596) y Edmund Richer (f 1631), pertenecen an desde luego a este perodo, pero slo pueden estimarse dentro del marco de la evolucin de Francia en el campo de la poltica eclesistica y de la eclesiologa en el siglo xvn. El florecimiento de la teologa histrica no llev an de lado catlico a la introduccin de la historia de la Iglesia en el plan de estudios teolgicos. Mientras en la mayora de las universidades protestantes pasaron a ser disciplinas la historia universal, considerada an dentro de la historia de la salud, y hasta la historia de la Iglesia, los primeros pasos dados en algunas universidades catlicas hacia una enseanza de la historia, de que hubiera podido salir la de la historia de la Iglesia, desaparecieron bajo la influencia del
27. F. MERZBACHER, Azpcueta und Covarrubias. Ztir Gcwaltendoktrin der spanischcn Kanonistik im Goldenen Zeiiatter: ZSavRGkan 46 (1960) 317-344, all p. 318s bibliografa completa sobre estos dos canonistas; id., Kard. Juan de Luyo ais Rechtsdenker: Spanische Forschungen 19 (1962) 269-280; Martn de Azpcueta, Comentario resolutorio de cambios, ed. dirigida por A. ULLASTRES - J.M. PREZ PRENDES - L. PEREA, Madrid 1965
Rano studiorum de la Compaa de Jess que dominaba la enseanza 28 . El plan del general Acquaviva de fundar una especie de academia de historia de la Iglesia qued sin ejecutar 29 .
Imprentas y bibliotecas Con el auge de la teologa positiva va unido el nacimiento de buenas imprentas y de bien dotadas bibliotecas. De los centros de imprenta, Basilea, donde aparecieron las ediciones erasmianas del Nuevo Testamento y de numerosos padres de la Iglesia, se hizo protestante, Pars y Lyn sufrieron en su actividad por razn de las guerras de los hugonotes. Ahora apareca, junto a Venada, la Roma de la reforma catlica como lugar de impresin de obras de primer orden. El ao 1561, Po iv llam a Roma al impresor y fillogo veneciano Paulo Manucio 30 con la declarada intencin de tener en l un impresor y editor capaz. Sixto v fund el ao 1587 ia imprenta vaticana, que public, entre otras obras, los rmales de Baronio y la coleccin romana de concilios; la imprenta De Propaganda Fide fundada en 1627 posea, amn de caracteres latinos y griegos, tambin arbigos y armenios 31 . En Amberes la familia Plantin logr prosperidad imprimiendo breviarios tridentinos **. Los herederos de Quentel (Gerwin Calenius), Juan Birckmann y Maternus Cholinus imprimieron en Colonia numerosas obras catlicas 33; en el sur de Alemania, era Ingolstadt, por las oficinas de Weissenhorn y Eder el lugar de impresin ms importante. Del impresor de Dillingen, Sebald Mayer, se conocen de los aos 1550-76, 465 impresiones. Desde 1620 posea el colegio de jesutas de Dillingen
28. K.C. SCHERER, Geschichte und Kirchengeschichte an den deutschen Universitten, Friburgo 1927, 52-131. 29. P. DE LETURIA, L'Insegnamcnto della storia ecclesiastica nella Roma dell Umanesimo e del Barocco: CivCatt 1945, IV, 393-402. 30. F . BARBERI, P. Manuzw e la stamperia del Poplo romano, Roma 1942; A.M. GIORCETTI V I C H I , Annali della stamperia del Poplo romano 1570-98, Roma 1959.
31. PASTOR, X, 4 2 0 S , X I I I , 743.
( = Corpus Hispanorum
de Pace i v ) .
32. R.M. KI*GDON, The Plantin Breviarics: Bibliothque d'Humanisme et de Renaissance 22 (1960) 133-150. 33. H. SCHRORS, Der Kblner Buchdrucker Maternas Cholinus: AHVNrh. 85 (1908) 147-165. Sobre el impresor Franz Behem, emparentado con Cocleo, que imprimi entre los aos 1540-1580 en Maguncia obras de Cocleo, Witzel, Braun, Hosius y otros, cf. S. W I D MANN, Eine Maxnser Presse der Reformalionsseit im Dienste der kath. Literatur, Paderborn 1889.
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imprenta propia 3 I . El conspectus de las nuevas publicaciones fue facilitado desde 1564 por los catlogos de la feria de Francfort, que, en vsperas de la guerra de los treinta aos, registraban ms de 1.500 obras al ao. A veces aparecieron al lado de ellos como contrapartida del ndice de libros prohibidos ndices de libros catlicos, que se componan por iniciativa de los jesutas 35 . La Ratio Studiorum ordenaba para cada colegio un presupuesto para la biblioteca, pues de lo contrario los padres seran soldados sin armas. Canisio poda imaginar antes un colegio sin iglesia que sin biblioteca 36. La importancia de las bibliotecas fue reconocida tambin en Roma. Bajo Cervini, que fue el primer cardenal bibliotecario, y sus sucesores Sirleto, Antonio Carafa y Baronio, vivi un grandioso florecimiento37. Sixto v levant para ella el nuevo edificio que ocupa an hoy da, que, si cort el patio de Belvedere de Bramante, arquitectnicamente abri la serie de salas de bibliotecas italianas. Sus fondos de manuscritos y libros se enriquecieron en 1623 con la Palatina de Heidelberg, donada al papa por el prncipe elector Maximiliano de Baviera. Angelo Rocca fund como biblioteca pblica la que de su nombre se llama biblioteca Anglica; en coleccin de libros y manuscritos organizada por el cardenal Francesco Barberini bajo la direccin (desde 1636) de Lucas Holstenius, fue la biblioteca ms rica a par de la Vaticana. En Miln, el cardenal Federigo Borromeo fund en 1602 la biblioteca Ambrosiana. El ao 1669 se contaban en Italia 80 bibliotecas, en los Pases Bajos 50, en Francia 27, en Alemania 23 y en Inglaterra l l 3 8 .
XLIII.
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Al hontanar mismo de la renovacin eclesistica nos lleva la literatura asctica y mstica, cuyo nexo objetivo y personal con la teologa renovada nos hace ver el realismo de sta. Como fin suyo designaba Luis de Len: Exponer la sana doctrina, que despierta a las almas y las lleva al camino de la virtud. Tambin la literatura asctica y mstica parte de Espaa y alcanza all su punto culminante en la mstica carmelitana. Hasta mediados de siglo, los autores se contentan con instrucciones sobre la vida interior, la oracin y la prctica de la virtud. La polmica de Erasmo 757
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contra la exterioridad de la piedad y ciertos abusos en el culto y en la piedad popular pasa a segundo trmino ante lo que tiene de estmulos positivos. Ya en 1546 se traduce al espaol su modus orandi y Luis de Granada aprovecha las reglas de vida del Enchiridion 1. El dominico Juan de la Cruz (que no ha de confundirse con el carmelita) defiende en su Dilogo (1555) la oracin vocal y las ceremonias. El influjo de Savonarola, que domina la reforma dominica espaola, se hace notar en la Gua del cielo (compuesta en 1527) del dominico Pablo de Len y ya tambin en los libros ms difundidos de la reforma catlica: Libro de la oracin y meditacin y Gua de pecadores, de Luis de Granada, cuyo verdadero modelo fue su propio director espiritual Juan de vila (t 1569), el apstol de Andaluca 2. Slo en el ltimo perodo de su vida, cuando estaba corporalmente quebrantado por el sobreesfuerzo de la predicacin y la cura de almas, entreg Juan de vila a la imprenta la introduccin a la vida espiritual Audi filia (1557), destinado para Doa Sancha Carrillo, y se retir a la direccin de las almas, de la que salieron sus cartas espirituales 3 . El dominico portugus Bartolom de los Mrtires (f 1590 como arzobispo de Braga) dibuj en su Stimulus pastorum (1567) compuesto a instancias de Borromeo, la imagen ideal del obispo de la reforma tridentina: el ideal del buen pastor que, como su Compendium doctrinae spiritualis
1. La exageracin de la influencia erasmana sobre la piedad espaola en la edicin original francesa de BATAILLON (1937) fue impugnada por V. BELTRN DE HEREDIA, Las corrientes de espiritualidad entre los Dominicos de Castilla, Salamanca 1941; la edicin espaola de Bataillon (1950) tiene, en parte, en cuenta estas objeciones. 2. Obras, ed. dirigida por J. CUERVO, t. 14., Madrid 1906-08; M. LLANEZA, Bibliografa del Ven. P.L. de Granada, 4 t., Salamanca 1926-28; M. BATAILLON, Erastno y Espaa, I I , 191ss (con bibliografa); FIDEL DE Ros, Lo1; msticos del Norte y Fray L. de Gr.. ALA 7 (1941) 5-30, 145-165; R.L. OECHSLIN, L. de Gr. ou La rencontre avec Dieu, Pars 1954; J.I. TELLLCHEA IDGORAS, Aprobacin de la Gua de Pecadores de Frav L. de Granada en el Concilio de Trento: H S 12 (1959) 225's; A. HUERCA, El proceso inquisitorial de la Monja de Lisboa y Fray L. de Granada: H S 12 (1959) 333-356; id., Fray L. de Granada y S. Carlos Borromeo. Una amistad al servicio de la restauracin catlica: H S 11 (1958) 299-347. En pro de la composicin dei Tratado de la oracin y meditacin por Pedro de Alcntara aboga L. AMORS, 6". Pedro de Alcntara y su tratado de la oracin y meditacin. Nueva levisin del problema: AIA 22 (1962) 162-221. 3. Obras completas, Madrid 1588; ed. crtica por L. SALA BALUST, 6 t., Madrid 1952-72; las cartas espirituales ed. dirigida por V. GARCA DE DIEGO, tambin en Clsicos Castellanos xi, Madrid 1912; buena caracterizacin por J.M. DE BUCK: NRTh 55 (1928) 30-49; sobre el proceso inquisitorial en que estuvo complicado Juan de vila 1532-33, C'.M. ABAD: MCom 6 (1946) 95-167; A. BERENGUERAS DE NILAR: Verdad y vida 17 (1959) 75-96; sobre sus escritos de reforma, cf. cap. xxxv.
(1582), est tomado en gran parte de la Biblia y de los padres de la Iglesia*. La escuela franciscana haba producido ya en Francisco de Osuna (t 1540 1541) un eminente maestro de la vida espiritual, cuyo Abecedario Espiritual (6 partes 1527-54) inici a Teresa de Jess en la oracin mental. Pedro de Alcntara, muy estimado como consejero espiritual, fundador de los franciscanos recoletos, pero indudablemente riguroso en exceso consigo mismo y con los otros (t 1562, canonizado en 1669), prosigui en un Tratado de la oracin y meditacin cuya relacin con el del mismo nombre de Luis de Granada se discute todava, la doctrina de la oracin mental y, con Prez de Valdivia (t 1589) realiz el paso hacia la mstica, que logr en Juan de los Angeles (t 1610), bajo el influjo de Taulero y Ruisbroquio su ms fina profundizacin 5 . Tambin el ms fecundo de los ascticos de los ermitaos de san Agustn, Alonso de Orozco (f 1591) ostenta rasgos msticos en sus numerosos tratados". Sin embargo, el escritor ms ledo, traducido y comentado de esta orden fue fray Luis de Len (f 1591), promovido por Domingo de Soto a profesor de sagrada Escritura en Salamanca, por su explicacin o comentario de 14 nombres bblicos de Cristo (De los nombres de Cristo, 1583) y por la Perfecta casada (1583) que dedic a su prima Mara Vrela. Estas obras (ms sus poesas) hacen del autor un altsimo poeta (Vossler) y un maestro seero de la lengua, que auna el sentido prctico con profunda teologa 7. No es el menor de sus mritos haber liberado para la imprenta, por su informe de muy sana y catlica doctrina las obras de santa Teresa.
4. Opera omnia, ed. dirigida por M.D'INGUIMBERT, 2 t., Roma 1734-35, H. JEDIN P. ROUTIN, L'cicque dans la tradition pastoraje dit XVle suele, Pars 1953, 84-103. 5 FIDEL DE Ros, Un maitre de S. Threse Le Pdre Francois d'Osuna, Pars 1937; S. PIAT, Le maitre de la mystique S. Pierre d'Alcantara, Pars 1960, VICENTE DE P E RALTA, El doctor Peres de Valdivia- Estudios Franciscanos 27 (1931) 177-225; sobre la estancia de Valdivia en Barcelona: J.M. MADURELL Y MARIMON: Anal. S. Tarracon. 30 (1957) 343-371. JUAN DE LOS ANGELES, Obras msticas, ed. dirigida por J. SALA, 2 t., Madrid 1912-17, ms bibliografa LThK= v, 998. 6. T. C\MARA, Vida y escritos del B. Alonso de Onceo, Valladolid 1882; nueva bibliografa por D. GUTIRREZ: .S". A-ugustinus vitae spirit. Magister, n , 173ss* 7. Obras completas, ed, dirigida por F. GARCA, Madrid 1944; K. VOSSLER, Luis de Len, Munich 1946; S. MUOZ IGLESIAS, Fray L. de Len telogo, Madrid 1950; R J . WELSH, Introduction to the Spiritual Doctrine of Fray L. de Len, Washington 1951.
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Mstica carmelitana Despus de mediados de siglo, gracias al cultivo de la oracin mental, brot pujante en el Carmelo la flor de la mstica. Teresa de vila, propiamente de Ahumada y Cepeda (1515-1582, canonizada en 1622) sobrepuj la mstica alemana de la edad media tarda por haber aunado la ms fina observacin psicolgica y experiencia mstica con el realismo espaol y la incansable actividad en la reforma de la orden. La historia de su vida interior hasta el comienzo de su actividad reformadora (1562) est contenida en su autobiografa escrita por mandato del inquisidor de Toledo y acabada en 1565; el Libro de las fundaciones, de deliciosa frescura, narra la fundacin de 14 monasterios de la reforma (1567-1582) que llev a cabo venciendo fuertes resistencias. A sus hijas estaba destinado el Camino de perfeccin, compuesto hacia 1565 por mandato de su confesor, Domingo Bez O.P.; pero su obra maestra es el Castillo interior o Las Moradas (1577), en que describe la unin mstica con Dios en siete etapas o moradas. Para el conocimiento de su personalidad, verdaderamente grande, aparte sus escritos menores, como las Exclamaciones, Avisos y otros, son fuente primersima sus 440 cartas; para su obra en la orden, las Constituciones aprobadas en 1581 por el captulo general. La lectura espiritual, fervorosamente prctica (Confesiones de san Agustn, mstica alemana, Osuna) la aprovech Teresa para interpretar rectamente sus propias experiencias msticas y exponerlas en clsico espaol sin rastro de afectacin. Pacientemente y con nimo varonil venci finalmente a todos sus contrarios, hasta al nuncio papal Sega, que la calific de fmina inquieta y andariega. Desde 1565 estuvo Teresa en relacin con Juan de la Cruz, que se haba formado teolgicamente en Salamanca (1542-1591, canonizado en 1726, doctor de la Iglesia en 1926), que la defendi como confesor del monasterio de la Encarnacin de vila (1572-1577) cuya priora era Teresa, pero luego fue l mismo encarcelado por los enemigos de la reforma. Lograda la independencia por la rama reformada, Juan desempe cargos de la orden en Baeza y Segovia, y muri en beda, incomprendido e indignamente tratado, pero purificado por sus su760
frimientos. En sus obras capitales: Subida del Monte Carmelo (1579) y Noche oscura del alma (1579), describe la purgacin activa y pasiva del alma y traza el sistema de la teologa mstica: hay que superar la noche de los sentidos y la noche del espritu, para levantarse por encima de todas las fronteras del saber, a la unin con Dios en la substancia del alma. El Cntico espiritual, compuesto durante la prisin en Toledo, y la Llama de amor viva son el grito, poticamente perfecto, nunca despus superado, del alma purificada por el dolor, unida con Dios.
Italia y Francia Tambin Italia produjo msticas, como Catalina Ricci (t 1592) que fue influida por Savonarola, y la exttica Mara Magdalena de Pazzi (f 1607, canonizada en 1669) 8. Sin embargo, el libro asctico ms influyente despus de los Ejercicios ignacianos fue el Combattimento spirituale (nica edicin no cambiada, Venecia 1589) del teatino Lorenzo Scupoli (t 1610). Tras una ligera vacilacin bajo el general de la Compaa Francisco de Borja, la escuela jesutica se atuvo a la ascesis del fundador, moderada y profundamente psicolgica. Algunos autores (A. Cordeses, P. Snchez, B. Rossignoli) siguieron el esquema tradicional de las tres vas de ascensin a Dios. Nacida de la prctica de la orden y, por tanto, asistemtica fue la doctrina sobre la oracin y la virtud de Alonso Rodrguez (t 1616) en su Ejercicio de perfeccin y virtudes cristianas (3 t. 1609-16), mientras lvarez de Paz (t 1620) desarroll una teora de la meditacin sacada de la Escritura. Luis de la Puente (t 1624)9, discpulo de Francisco Surez y de Baltasar lvarez. da claramente a entender en sus Meditaciones de los misterios de nuestra Santa Fe (1605). y ms an en su comentario al Cantar de los cantares (1622)
8 ERMANNO DEL SS. SACRAMENTO, i" manoscritti originali di S. Mara Maddalena de' Pazsi- ECarm 7 (1956) 323-400; Tutte le opere di S. Marta Maddalena i, Florencia 1960; M. PETROCCHI, L'estasi nelle mistiche italiane della riforma cattolica, aples 1958, 76s; ms bibliografa: LThK* v u ; Biogr. por F. VAN DER KLEY, Chicago 1957 y ALBERTO
DE LA VIRGEN DEL CARMEN, Madrid 1957.
9. Obras espirituales, 5 t., Madrid 1690; C.M. ABAD, Doctrina mistica del V.P.L. de la P.: EE 3 (1924) 113-137, 4 (1925) 43-58, 251-273. Sobre el conjunto: GOTBERT, Spinhudit 198ss, 237-270; I. SACO ALARCN, Espiritualidad sacerdotal en los Jesutas espaoles del siglo XVII: MCom 39 (1963) 209-296
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y en los Sentimientos (postumo en 1670), que mereci los dones de la oracin mstica (Guibert). Desde fines de siglo, se fue haciendo notar de manera creciente la escuela francesa. Ya el abad benedictino, Luis de Blois (Blosius t 1566), fervoroso reformista, evitando ciertas durezas de la mstica espaola, haba sealado como pilares de la vida virtuosa el cultivo de la oracin mental, la humildad y la caridad 10. Una ascesis abierta al mundo fue defendida por Francisco de Sales, acreditado como misionero y obispo de Ginebra (1567-1622, canonizado en 1665, doctor de la Iglesia en 1877) en su Irttroduction la vie dvote, llamada ordinariamente Philothea (1608), y en el Traite de l'amour de Dieu o Theotimus (1616). Su correspondencia con Francisca de Chantal (t 1641, canonizada en 1767) es un monumento de inteligente y firme direccin espiritual. Su humanisme dvit debe fuertes estmulos a la mstica Barbe Acarie (f 1618) que, casada y madre de seis hijos, trasplant a Francia a las carmelitas descalzas y, a la muerte de su marido, se hizo tambin carmelita; y ms an al oratoriano Pierre Brulle (1575-1629, desde 1627 cardenal), fundador del oratorio francs e influyente poltico eclesistico. Brulle debe considerarse como el verdadero fundador de la escuela francesa de vida espiritual. Educado en el colegio de jesutas de Clermont, estuvo en su juventud bajo la influencia de la mstica alemana, y ms tarde tambin de la espaola. Desde 1601 (Discours de Vtat et de la grandeur de Jsus) se desarroll en l una piedad estrictamente cristocntrica, que propag como director espiritual y fue continuada por Charles de Condren ( | 1641), su discpulo y sucesor en la direccin del oratorio. El oratorio fue el plantel de la espiritualidad francesa del Grand sicle (Olier, Eudes y otros; cf. tomo vi). Predicacin El torrente de la literatura espiritual era ancho, pero no bastante ancho para alcanzar las capas iletradas del pueblo. Esta funcin la llenaban la predicacin e instruccin catequtica, que fue impuesta como deber por el concilio tridentino (Sess. v de ref. c. 2;
10. Opera, Lovaina 1568, reimpresin en Colonia 1572 y Pars 1622; tbl. DSAM i (1937) 1730-1738.
Sess. xxiv de ref. c. 4) a los prrocos todos los domingos y fiestas de guardar. En los pases latinos continuaron en uso los ciclos de adviento y cuaresma en que predicaban por lo general miembros de las rdenes mendicantes; tipos nuevos eran la predicacin de misiones y de controversia, cultivado por jesutas y capuchinos. En el actual estado de la investigacin no puede trazarse an cuadro general completo en todos los aspectos. En Italia, donde, entre los aos 1530 y 1550, se haban comentado en pblicas lecciones libros enteros de la Escritura, sealadamente las cartas paulinas, la predicacin bblica, tal como fue practicada, por ejemplo, por Seripando y quiso fomentarla Florimonte, obispo de Sessa, parece haber pasado luego a segundo trmino ante la predicacin temtica. El conventual Cornelio Musso (f 1574) se diluye en hinchada retrica 11 . Sobre los tres ms famosos predicadores de hacia 1580, se dijo: Toledo (es decir, el jesuta Francisco de Toledo) ensea; Panigarola (t 1594 obispo de Asti) es aplaudido; Lobo (capuchino espaol, t 1593) conmueve los corazones 12 . Lorenzo de Brindis 13 (15591619, canonizado en 1881, doctor de la Iglesia en 1959) se atiene estrictamente, aun en sus sermones temticos, a la sagrada Escritura. En Alemania, la predicacin de percopas de los Eck, Hoffmeister y Wild sirve para la defensa de la fe, ms an los sermones temticos de Tintzmann, prroco de Neiss 14 . Los sermones de cuaresma y eucarsticos de Simn Vigors (f 1575 arzobispo de Narbona) cono^
11. H. JEDIN, Seripando u , 63-84; sobre las homilas patrsticas de Florimonte, ibid., I I , 294; sobro Musso como predicador: RQ 41 (1933) 252ss. 12. HURTER, n i , 249; P.M. SEVESI, 5". Cario Borromeo e t P.F. Panigarola. AFrH 40 (1947) 143-207; G. Pozzi, Intorno alia Predicazione del Panigarola: Probtemi religiosi..., Padua 1960, 315-323. 13. Las Opera omnia, 15 t., Padua 1928-56, contienen en gran parte sermone-,, entre ellos, tres Quadragesimalia. Bibliografa: LexCap 925-930. Sobre la predicacin de los capuchinos: ARSENIO D'ASCOLI, La predicazione del Capuccini nel Cinquecento in Italia, Loreto 1956; BONAVENTURA VON MEHR, Das Piedxgtwesen in der kolnisch-rhevnischen Ka~ pusinerprovms im 17. und 18. Jh. Roma 1945; MELCHIOR A POBLAUURA, Hist. ord. Capuccinorum, i, 247-264. 14. Las obras de predicacin ms usadas en Alemania: JUAN ECK (cinco tomos, de ellos I - I I I sobre las percopas de domingos y fiestas, iv-v sobre los sacramentos y los 10 mandamientos, ed. CC 16. n. 68); J U U HOFFMEISIER, OESA (las doce ediciones de sus homilas sobre el evangelio de 1547: N. P\ui.us, / . Hoffmeister, OESA 388s); JUAN W I L D O.F.M., 4 t., 1552-55; H. POHLEIN, Wolfgang Seidel 1492-1562, Benediktiner aus Tegcrnsee, Prediger su Munchen, Munich 1951; H. JEDIN, Der Breslauer Kanonikus und Pfarter von Ncisse N. Tintzmann (filo) ais Ptediget ArSKG 5 (1940) 142-151 (fi aos completos de predicacin parroquial, en que se aprovechan entre otros os sermones de Feucht, obispo auxiliar de Bamberg y el Promptuarimn de Stqpleton); B. DREHER, Die Osterpredigt zon der ReformaHon bis sur Gegenwart, Friburgo 1951.
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y\Lj.iA.
cieron varias ediciones; sin embargo, la elocuencia francesa del pulpito no alcanz su punto culminante hasta el siglo xvn (Vicente de Pal, Lejeune). Para la instruccin catequtica dispona el clero de muchas ms y mucho mejores ayudas que en la poca pretridentina, A par del catecismo romano, lograron amplia difusin la Swnma doctrnele christkmae (1554) de Pedro Canisio y la Dichiarazione (1598) de Belarmino, as como los correspondientes catecismos populares de ambos autores, (Parvus catechismus, 1558, y Catechismus minimus, 1556 de Canisio, de Belarmino Dottrina cristiana breve, 1597)15; del catecismo de Auger (1563) se despacharon en Francia, en ocho aos, 42 000 ejemplares; en Espaa fue muy usada la Doctrina cristiana del jesuta Astete (1607). Si los anteriores catecismos, por ejemplo, los de Dietenberger y Witzel, estaban an fuertemente influidos por Lutero y Erasmo, los posteriores ostentan mayor independencia, pero se echa an de menos frecuentemente la claridad 16. La archicofrada de la doctrina cristiana, introducida en Miln por Borromeo, se propag por Italia y fuera de Italia; el catequista Csar de Bus fund en Aix, el ao 1598, una congregacin de clrigos de la doctrina cristiana, que fue confirmada por Clemente vni 17 . Las escuelas pas de Jos de Calasanz tuvieron para la instruccin popular importancia semejante a los colegios de jesuitas para la enseanza superior (cf. cap. XLIV). Lo mismo que la recepcin y ejecucin de los decretos tridentinos de reforma, la introduccin del breviario y misal reformados de Po v, se llev igualmente a cabo, fuera de Italia, con lentitud 18;
15. P. Canisvi Catcchismi lat. et germ., ed. dirigida por F. STREICHER, 2 t., Munich 1932-36, las ed. de los catecismos de Belarmino en SOMMERVOGEL I , 1127-1178. 16. C. MOUFANG, Katholische Katechismen des 16. Ih. m deutscher Sprache, Maguncia 1881; R. PADBERG, Erasmus ais Katechet, Friburgo 1956; id., Zum katechetischen Anliegen G. IVitzets: ThGl 43 (1953) 192-200; L. PRALLE, Die volksliturgischen Bestrebungen des G. Witzel: Jahrbuch f.d. Bistum Mainz 3 (1948) 224-242; E. FEIFEL, Grundzge emer Theologie des Gottesdienstes, Motive und Konseption der Glaubensverkndigung Michael Heldings, Friburgo 1960; F. BRAND, Die Katechismen des E. Augerius, Friburgo 1917. 17. A. TAMBORINI, La compagnia e le scuole della dottrina cristiana, Miln 1939; F. PASCUCCI, L'lnsegnamento religioso in Roma del Concilio di Trento ad oggi, Roma 1938; (i. FRANZA, i7 Catechismo a Roma del Concilio di Trento a Pi VI nello zelo dell' Arcxconfraternita della dottrina cristiana, Alba 1958 V. SEMPELS, Het catechismusonderricht te Biussel gedurende de Contra-Reformatie: Miscellanea De Meyer n , 928-940; A. BERZ, Geschichte des Katcchismus im Bistum Basel, Friburgo 1959. L. VOLPICELLA, 11 pensiero pedaggico della Controriforma, Florencia 1960 (Textos con introduccin). 18. La recepcin de la reforma del misal y breviario de Po v necesita an ser estu>-
las fiestas diocesanas se aadieron luego en propios19. Para el rito de la administracin de los sacramentos adquiri gran importancia el Rituale Romanum (1614), aunque no fue prescrito obligatoriamente20. Aprovechaba el Rituale compuesto por el carnal Santori, impreso en 1584, pero no publicado, y adems no menos de otros 14 santorales o aalejos diocesanos, sustituy los anteriores manuales de pastoral, como el Sacerdtale Romanum (1523) de Alberto Castellani, y contribuy a la uniformidad de los ritos, pero desterr la lengua vulgar. Aunque en los territorios amenazados por el protestantismo se puso empeo en defender y explicar las ccremonias y desapareci poco a poco el coro que separaba clero y pueblo en las iglesias, no se aspir ni se logr una participacin del pueblo en la liturgia de la misa. Slo de manera vacilante, pues el ejemplo protestante era antes bien lastre que incitacin, fue ganando terreno el cntico eclesistico en alemn (Ulenberg, Salmos, 1582; Cantuale de Maguncia, 1603; Libro de cnticos de Constanza, 1613; F. Spee, Trutznachtigal, 1649).
Administracin de sacramentos El rito de la administracin de los sacramentos y la frecuencia de su recepcin muestran todava grandes diferencias regionales. A comienzos del siglo xvi la comunin anual en tiempo pascual era regla slo raras veces infringida. En las rdenes terceras y en las cofradas se prescriba la comunin de tres o cuatro veces al ao, y se tena en los laicos por seal de fervor religioso. Desde mediados de siglo, por influencia sobre todo de las nuevas rdenes religiosas (teatinos, barnabitas, jesutas y capuchinos) y como consecuencia del general florecimiento del culto eucarstico, subi la frecuencia de la comunin. En muchas hermandades italianas estaba prescrita la comunin mensual, los jesutas aconsejaban la comudiada a fondo; auxiliar importante es: W.H.J. WEALE - H. BOHATTA, Catalogas missalvum ritus latini, Londres 1928. 19. Por ejemplo, el snodo diocesano de Breslau de 1592 haba prescrito el brev. rom., pero hasta 1653 no fue definitivamente introducido en la catedral; en 1662 fue aprobado el propio: ArSKG 5 (1940) 198s. 20. B. LOWENBERG, Das Rituale des Kard. I.A. Sanctorius. Ein Beitrag zur Entstehungsgeschichte des Rituale Romanum, Munich 1937; id., Die Erstausgdbe des Rituale Romanum vem 1614: ZKTh 66 (1942) 141-147.
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nin semanal para los que aspiraban a la perfeccin cristiana; sin embargo, los alumnos del seminario sacerdotal de Eichstadt slo estaban obligados a recibir la eucarista cinco veces al ao (por navidad, pascua, pentecosts, asuncin y todos los santos). El tiempo pascual para la comunin obligatoria que fue limitado por Eugenio iv (1446) a la semana santa y a la semana de pascua, y en otros lugares todava ms, se extendi ya ms en algunas dicesis (por ejemplo en Salzsburgo en 1616). A la comunin preceda regularmente la confesin. El confesonario hasta entonces usado, abierto y movible, generalmente cerca del altar o junto al coro, fue sustituido lentamente, desde fines de siglo, bajo el influjo del Rituale Romanum, por uno fijo, provisto de rejillas de madera; en la poca del barroco, el confesonario de tres partes, a menudo artsticamente trabajado, vino a ser elemento fijo de las iglesias. Segn los protocolos de visitas pastorales, raras veces se peda la uncin de los enfermos en Alemania. El snodo de Constan2a de 1609 se lamenta de que en una gran parte de la dicesis ha dejado de practicarse. La confirmacin se fue haciendo lentamente ms frecuente en conexin con las visitas pastorales. Cuando el ao 1586 fue administrada por vez primera en Paderborn despus de 40 aos de desuso, slo se presentaron 200 fieles. En el obispado de Augsburgo, donde segn los informes de Ninguarda (1579) se dej de practicar desde haca muchos aos, fueron confirmados segn partidas de 1597, en dos meses, 30000 fieles. Las mayores diferencias seguan dndose en la celebracin del matrimonio; sin embargo, bajo la influencia del decreto Tametsi se fue consolidando la tendencia a poner la recepcin del sacramento en el mutuo consentimiento ante el prroco o en la bendicin dada por ste. Piedad popular Expresin genuina de la piedad popular vinieron a ser las devociones, procesiones y peregrinaciones, frecuentemente animadas por las hermandades o cofradas que de nuevo florecieron. Nuevo era en esta piedad postridentina el recalcar las doctrinas y formas de culto especficamente catlicas, el tomar carcter antiprotestante y hacerse as piedad confesional. Las cofradas del Santsimo que se 766
remontaban en sus comienzos al siglo xv, cuyo modelo fue la Conjraternit del SS. Sacramento en S. Mara sopra Minerva (cf. cap. xxxn) practicaban la devocin a la eucarista fuera de la comunin: mantenimiento de la luz perpetua, acompaamiento del Seor en la comunin de los enfermos 21 . Las cuarenta horas, que originariamente duraban desde el jueves al sbado santo y ya en 1539 fueron indulgenciadas por Paulo m , fueron propagadas, desde 1553, por los jesutas, introducidas en Miln (1577) por Carlos Borromeo, por el nuncio Frangipani en Colonia (1591) y ampliadas en Roma, desde 1592, en Adoracin perpetua 22 . La procesin del Corpus, recomendada por el concilio de Trento (sess. XIII, c. 5) se celebr con gran solemnidad en muchas regiones catlicas de Alemania (ordenaciones de Munich sobre la procesin 1582-1611)23. En Espaa la fiesta del Corpus vino a ser durante la segunda mitad del siglo xvi la ms solemne de todas las fiestas de la Iglesia, embellecida por los autos sacramentales. Poco a poco, la adoracin exterior rompi el encierro del sagrario. Sube de punto la devocin a la Virgen. La congregacin maana, fundada en 1563 por el flamenco Juan Leunis para los estudiantes del colegio romano de los jesutas, hizo de ella punto de partida para la propia formacin y fomento del espritu apostlico. Introducida en casi todos los colegios de jesutas, contaba ya en 1576 con 30 000 miembros; en 1584 fue confirmada por Gregorio x m 24. El santuario mariano de Loreto fue visitado por numerosos peregrinos romanos; la letana lauretana, cuya existencia se comprueba all desde 1531, fue aprobada por Sixto v en 1584. El rosario recibi su forma actual y su rezo fue cultivado por hermandades de su nombre; en agradecimiento por la victoria de Lepanto instituy Po v la fiesta del rosario. En Centroeuropa revivieron las peregrinaciones a imgenes milagrosas de la Virgen, que se haban
21 22 184 198 23 1930), 1962.
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(Munich Munster
Die
STIERLI,
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abandonado durante la escisin protestante (Alttting, Einsiedeln), otras muchas nacieron ahora (por ejemplo, Kevelaer, Werl) y eran favorecidas por los seores catlicos, para evitar as la fuga a territorios extraos. Libros de milagros relataban las gracias concedidas. Las hermandades gremiales, predominantes en la edad media y fundadas en la divisin de estamentos, son sustituidas por las hermandades de oracin, por encima de los estamentos25. Se naturalizan postillas domsticas, devocionarios privados y estampas piadosas26; el ejemplo cortesano de las dinastas catlicas de Habsburgo y Wittelsbach encuentra imitacin en la piedad popular27. Formas espaolas e italianas de devocin, as como los santos all populares son dados a conocer sobre todo por las rdenes religiosas: por los jesutas, Ignacio y Francisco Javier; por los franciscanos, Antonio de Padua; el culto de san Jos es fomentado por los carmelitas con santa Teresa a la cabeza. En el siglo xvn se acrecen las prcticas religiosas a par de la supersticin. Si es cierto que la piedad postridentina mantuvo o reaviv muchos rasgos anteriores a la reforma protestante, tampoco puede negarse que pone nuevos acentos antiprotestantes, y quiere, en cambio, animar la conciencia catlica de la fe y despertar entusiasmo por ella. Sin embargo, en nuestra poca, no puede an calificarse de piedad barroca.
Artes y literatura La misma reserva es oportuna al clasificar el manierismo y barroco dentro de la evolucin religiosa y eclesistica28. Hay que tener presente los siguientes hechos:
25. Por ejemplo, la hermandad de santa Ana de Cobienza, nacida hacia 1500, comprenda originariamente slo juristas, de la corte del prncipe elector; en 1589 fue fundada de nuevo como hermandad clerical. A. SCHMIDT: Verbffcntlichungen des kbln. Geschichtsvereins 25 (1960) 285-342. 26. G. ACHTERN - H. KNAUS, Deutsche und niederlandischc Gebetbuchhandschriften der Hesstschen Landesbibliolhek Darmstadt, Darmstadt 1959; A. SCHROTT, Das Gebetbuch m der Ze der Katholischen Restauratm: ZKTh 61 (1937) 1-28, 211-257; A. SPAMER, Das Klevie Andachtsbild vom 16. bis 20. Jh., Munich 1930. 27. A. CORETH, Pietas Austraca, Ursprung und Entwiklung barocker Frmmigkeit in Ostcrreich, Munich 1959. 28. Contra W. WEISBACH, Der Barock ais Kunst der Gegenreformation (Berln 1921), intent demostrar N. PEVSNER, Gegenreformation und Manierismus: Repert. fr Kunst-
1. El decreto sobre las imgenes del concilio tridentino (ses. xxv) tena por fin defender la licitud del culto de las imgenes contra los iconoclasmos de los calvinistas en Francia, a par que desterrar los abusos, pero no prescribir reglas a la creacin artstica. En su obra: De imaginibus (ital. 1582, lat. 1594) postula el cardenal Paleotti en la obra de arte religiosa estricto apoyo en la realt naturate e storica, rechaza la reproduccin de dioses y mitologas paganas, pero tambin la confusin del aquende y el allende, y opina que los principios del decreto tridentino sobre las imgenes debe ser completado por disposiciones para ejecutarlo y cumplirse luego rigurosamente; pero no halla eco alguno en Roma29. 2. Las grandes iglesias de los jesutas, // Ges en Roma y St. Michael en Munich, en que la forma expresiva del Renacimiento aparece an poco cambiada, coinciden cronolgicamente con la culminacin de la reforma catlica; en el Rin y en los Pases Bajos los jesutas construyen an gtico30. La historia arquitectnica de la nueva iglesia de san Pedro refleja el paulatino alejamiento de las ideas constructoras del Renacimiento y el retorno al esquema tradicional, a par que se abre paso la arquitectura del barroco (Maderna, Bernini). El nacimiento del barroco en Roma corresponde a la posicin directiva del papado en la ejecucin del concilio de Trento y de la renovacin de la Iglesia. 3. Por otra parte, el barroco romano alcanza bajo Urbano vm y sus sucesores un nuevo punto culminante, cuando la reforma catlica ha cedido en fuerza interna y la contrarreforma se para. En cambio, la edad de oro del barroco alemn corre paralelo, despus de la guerra de los treinta aos, con la restauracin de la Iglesia y la ejecucin de la reforma tridentina.
wiss. 46 (1925) 243-262, que el manierismo corresponde a la contrarreforma, es decir, la renovacin de la Iglesia que dura hasta 1600 aproximadamente; ms manifestaciones de ambos autores: ibid., 49 (1928) 16-28, 225-246. H. LTZELER, Der Wandel der Barockmffassung: DVfLG 11 (1933) 618-636; W. HAGER, ZU Raumstruktur des Manierismus: Festschrift M. Wakkernagel, Colonia 1958, 112-140; W. FRIEDLANDER, Mannerism and Antimannerism in Italian Painting, Nueva York 1958; R. STAMM, Die Kunstformen des Barockzeitallers, Berna 1956; A.L. MAYER, Liturgie und Barock: J L W 15 (1941) 67-154. 29. El memorial de Paleotti de 1596: P. PRODI l.c; sobre el conjunto: H. JEDIN, Das Tridentinum und die Bildenden Knste: ZKG 74 (1963) 321-339. 30. J. BRAUN, Die belgischen Jesuitenkirchen, Friburgo 1907; id., Die Kirchenbcmten der deutschen Jesuiten, 2 t., Friburgo 1918; id., Spaniens alte Jesuitenkirchen, Friburgo 1913; P. PECCHIAI, 11 Ges di Roma, Roma 1952; P. PERRI, Giovanni Pristano e i primordi delta architettura gesuitica, Roma 1955; P. MOISY, Les glises des Jsuites de Vancienne assistance de France, 2 t., Roma 1958.
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4. La influencia del tridentino es clara en la iconografa: La pintura y la plstica prefieren los temas de controversia definidos por el tridentino; su intencin es fortalecer la conciencia de fe catlica y despertar la devocin. La leyenda inventada por Agazzari (1609) de que la prohibicin de la msica polifnica que tuvo in mente el concilio de Trento, no se dio gracias a la Missa Papae Marcelli de Palestrina, tiene un ncleo de verdad en cuanto que la misa, compuesta ya probablemente durante el concilio y las preces del concilio compuestas por el holands Otto Kerle llenaban los postulados de los reformadores (integridad de los textos y pureza moral)81. Lo mismo que Palestrina (t 1595), como director temporal de la capilla papal, junt en sus obras corales equilibrio clsico y profundo sentimiento as actu tambin Orlando di Lasso (f 1594) como compositor cortesano del duque de Baviera en Munich. El espritu de Palestrina inspira tambin las numerosas obras del espaol Toms de Vitoria (t 1611) que, desde 1573, fue maestro de capilla del seminario romano. La edicin del Gradale Romanum (Medicea, por haberse impreso en la imprenta Medici), aparecida en 1614-15 por mandato de Paulo v, modific las melodas gregorianas segn principios humansticos. Si la literatura nacional espaola del siglo de oro no puede concebirse sin el papel directivo de Espaa en el mbito eclesistico, las circunstancias son ms complejas en Italia y Francia, y sobre todo en Alemania, donde se enlazan tendencias antiprotestantes con otras antiburguesas, cortesanas y absolutistas. De mbito claramente religioso procede el teatro jesutico, que alcanza su punto culminante en los dramas de Jakob Bidermann (f 1639), el Cenodoxus y el Adrianus y Philemon martyr, de temas, stos, martiriales32. Figura entre lo ms brillante que pueda ostentar el mundo de la escena de la Europa del siglo xvn (Kindermann).
31. La concepcin antigua defendida por F.Y. HABEEL y K. WEINMANN, Zur Geschichte ron Palestrinas Missa. Papae Marcelli: Jb. der Musikbibliothek Peters 22 (1916) 23-42, de que no existe relacin directa con el concilio de Trento est rectificada por O. UESPEUNG y K JEPPESEN (l.c). 32. Ludi theatrales sacri, Munich 1666; Philemon Martyr, lat. und dtsch. ed. dirigida por M. W E H E L I , Colonia 1961. A. DRRWACHTEE, Jacob Gretser und seme Dramen, Friburgo 1912; K.W. DEOOT, Schul- u. Ordenstheater am Kollegium SI Klagenfurt 16041773, Klagenfurt 1965; C. ZANDER, Jesuitentheater u. Schuldrama ais Spiegel trierischer Geschichte: Kurtrier. Jb. 5 (1965) 64-88; J. SEIDENFADEN, Das Jesuitentheater in Ktmstam, Stuttgart 1963.
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Los ideales fundamentales de la reforma catlica: primero santificacin propia, luego apostolado y beneficiencia, que eran la base de las nuevas fundaciones pretridentinas (cf. cap. xxxii), siguieron vlidos y operantes en la vida de las comunidades religiosas de la poca postridentina, en que el acento se traslada en muchos casos al segundo de aquellos ideales: santificacin propia por el apostolado. Los ms fuertes impulsos vienen al principio de Espaa o Italia; despus de fines de siglo, de Francia. Seguramente donde el apostolado recibi cufio ms puro fue en el Oratorio de Felipe Neri (1515-95, canonizado en 1622) *. Ordenado sacerdote (1551), comenz el apstol de Roma, amable,
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Neri
siempre de buen humor, querido de altos y bajos, a reunir en S. Girolamo della Carita a gente joven, sobre todo estudiantes para conferencias que frecuentemente se acompaaban de msica. La congregacin de sacerdotes seculares, nacida en 1564, en la que pronto entraron los futuros cardenales Baronio y Tarugi, fue formalmente erigida en 1575 y su constitucin aprobada por Paulo v el ao 1612. Su sede principal fue S. Maria in Vallicella, y nuevas residencias se fundaron en aples, Palermo, Lucca y otras ciudades de Italia; efl 1611 trasplant Brulle el oratorio a Francia, donde tom nuevo auge. Una asociacin de sacerdotes seculares eran tambin los oblatos de san Ambrosio, fundados en Miln por Borromeo el ao 1578, que no tenan ms voto que el de estar a disposicin del arzobispo de Miln en la cura de almas y la enseanza2. En los clrigos regulares de la madre de Dios, que Juan Leonardi ( | 1609, santo 1938) fund en Lucca el 1574 y despus traslad a Roma 3 , se convirti poco a poco la instruccin de nios pobres enfinprincipal, que lo era ya de los escolapios (llamados en Italia scolopi, abreviacin de scuole pie)*. El aragons Jos de Calasanz (1556-1648, canonizado en 1767), que, despus de su traslado a Roma (1592), trabaj primero en la hermandad o archicofrada de la doctrina cristiana, abri all la primera escuela popular gratuita, y uni a sus miembros en una congregacin de votos simples (1617), cuyas constituciones fueron confirmadas en 1622. Ya se haba extendido la orden desde Italia por los pases habsbrgicos y hasta Polonia, cuando el fundador fue llevado a la inquisicin, depuesto como general (1643) y su fundacin degradada a simple asociacin sin votos (1645). Alejandro vn le devolvi el carcter de orden religiosa, cuyo campo de accin sigui siendo la enseanza elemental. La orden religiosa ms influyente en la enseanza y las escuelas fue cada vez ms la Compaa de Jess. Tras el crecimiento
2. HEIMBUCHER, I I , 560S,
C. GASBARRI, 3 t. ( = SteT 191, 196, 205), Ciudad del Vaticano 1957-60 (contiene las actas de proceso de beatificacin 1595-1601). Bibliografa antigua: A. CAPECELATRO, Vita di S.F.N., 2 t , Roma '1889-1892; L. PONNELLE - L. BORDET, 5". Phippi Neri et la socit Romaine de son temps 1515 a 1595, Pars 2 1958; A. DUPRONT, Autour de S. Ph. N.: MAH 49 (1932) 219-259; id., D'un Humanisme chrtien in Italie a la fin du XVI suele: R H 175 (1935) 296-307; C. GASBARRI, II riformatore di Roma (Roma 1937); P H . HOFMEISTER, Die Verffassung des Oratoriums Ph. Neris: Festschrift J. Heckel, Colonia - Graz 1959; G. DE LIBERO, Vita di S. Filippo Neri, Apostlo di Roma, Grottaferrata 1960; M. JOUHANDEAU, Ph. Neri, Pars 1957, en alemn con el ttulo: Der heilige Narr, Colonia 1960.
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impetuoso de los aos fundacionales, pas bajo los generales Borja (1565-73) y Mercuriano (1573-80) por un perodo de consolidacin interna, que en lo esencial qued concluso por obra del espiritualmente descollante Claudio Acquaviva (1581-1615). Se fij el orden del da y de vida de los miembros, se compuso un directorio para dar los ejercicios, y, tras larga preparacin, se implant una ordenacin de los estudios (Ratio Studiorum) (1599). El fin ltimo de la enseanza es estimular al conocimiento y amor de nuestro creador y redentor. Segn el mtodo de Pars se aspira en clases fijas a dominar el latn (no tanto el griego) escrito y hablado; sobre el latn (y griego) se construye la formacin filosfica y luego, como coronamiento, la teolgica. La ambicin o amor propio de los alumnos se estimula por la competencia, actos pblicos y representaciones teatrales juntan alumnos y familiares, y santos jvenes (Estanislao de Kostka f 1568, Luis Gonzaga f 1591 y Juan Berchmans f 1621) son puestos como modelos. Segn el plan uniforme de la Ratio Studiorum se fue formando, en los 372 colegios que sostena la orden en 1616, una minora selecta eclesistica y seglar que configur con ms fuerza que ningn otro factor Iglesia y mundo. Slo en la provincia de Pars estudiaban en 1643, en 18 colegios, 13 000 alumnos en nmeros redondos. La orden hall y afirm su forma definitiva y alcanz la cspide de su influencia. Los papas Po v y Sixto v que procedan de las rdenes mendicantes, intentaron, sin lograrlo, adaptar la Compaa a aqullas (por la introduccin del rezo comn del coro, emisin de la profesin solemne antes de la ordenacin sacerdotal) y hasta cambiar su nombre. Gregorio xm, que le fue afecto, al imponer en 1573 la eleccin del belga Mercuriano, en lugar del por largos aos secretario de la orden Polanco, atenu el influjo espaol, hasta entonces dominante en el gobierno de la Compaa. No logran xito las pretensiones de jesuitas espaoles apoyados por Felipe n de tener un comisario general para los reinos espaoles o de traer al general a Espaa, Acquaviva desaprob abiertamente la ingerencia en la poltica de miembros tan eminentes como Auger en Francia y Skarga en Polonia. En los choques o conflictos con sus crticos, por ejemplo, el asistente alemn Hoffaeus, mostr tanta firmeza como moderacin. El nmero de miembros que en 1563 haba alcanzado la cifra de unos 3500, subi por encima de los 13 000.
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Bajo el suave y prudente sucesor de Acquaviva, Mucio Vitelleschi (1615-45), logr la orden la canonizacin de su fundador y de su ms grande misionero Francisco Javier (1622) y celebr con gran pompa el primer centenario de su fundacin. La obra magnfica: Imago primi saeculi S.I. document las conquistas logradas. Aunque los jesuitas, siguiendo el espritu de su fundador, se hicieron benemritos de la cura de almas por la direccin de los ejercicios y por las misiones al pueblo (san Francisco de Regs t 1640 en el Languedoc), como predicadores y confesores de todo gnero de personas, fueron por lo menos igualados desde fines del siglo xvi por los capuchinos en el apostolado del pueblo sencillo. Una vez que Gregorio xm levant la limitacin a Italia de la nueva rama de la familia franciscana (1574), se propag con extraordinaria rapidez en Francia, Espaa y los Pases Bajos y en territorios de lengua alemana. Cuando Paulo v, ao 1621, la hizo independiente del general de los conventuales, contaba ya 15 000 miembros. Cuanto mayor fue el nmero de predicadores formados por profundo estudio (desde 1578 fue Buenaventura doctor de la orden), tanto ms intensivamente cultivaban, aparte los ciclos usuales de Adviento y Cuaresma, la predicacin ambulante y las misiones al pueblo, y eran los pastores y confesores preferidos del pueblo sencillo. Matas de Sal (f 1611)5, eminente como organizador y predicador, adopt las Cuarenta Horas; Fidel de Sigmaringa, guardin de Feldkirch, fue asesinado por campesinos calvinistas, el ao 1622, en Seewis, al comenzar su sermn de misin (canonizado en 1746)6. Lorenzo de Brindis se hizo benemrito como comisario general (1602-05, como general), por la introduccin de la orden en los pases de Habsburgo y Wittelsbach7. Si su empeo en la fundacin de la Liga estaba an al servicio de la causa catlica, la Eminencia gris, Jos de Pars (t 1638), asceta rgido como religioso y celoso director espiritual, se dej manejar por Richelieu como instrumento de su poltica de poder.
5. Su Historia captmccina, no siempre de fiar, ed dirigida por MELCHOR A POBLAOTTRA, 2 t , Roma 1946-50; m9 bibliografa LexCap 1078ss 6 Miscelnea con motivo del 2 centenario de la canonizacin, Lucerna 1946, LexCap 585ss 7 1 ELIX A MARETO, Bibliographia Laurenttana 1611 1961, Roma 1962, LZARO DE ASPURZ, Personalidad y misin de S Lorenzo de Brindisi Estudios franciscanos 61 (1960) 175-201.
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Los jesutas y capuchinos, su fervor apostlico y sus nuevos mtodos de apostolado pertenecen a la imagen de la renovacin catlica del siglo xvi, como pertenecieron las rdenes mendicantes entonces nacidas a la imagen del siglo xm. Tambin stas demuestran de nuevo su vitalidad. Ahora acomodaron sus constituciones al decreto tridentino sobre regulares (sesin xxv); la aspiracin a la rigurosa observancia de las reglas llev en algunas rdenes a la fundacin de casas de recoletos unidas en provincias, en otras al desarrollo de nuevas ramas de la orden de estricta o estrictsima observancia. Entre los franciscanos, los alcantarinos (llamados as de su fundador Pedro de Alcntara y tambin descalzos), propagados en los reinos espaoles, sobrepujaron por su rigor de penitencia y extrema pobreza, a los rijormati, extendidos por Italia y sur de Alemania, que procedan de Fonte Colombo, en Rieti, y a los recoletos franceses que, despus de las guerras de los hugonotes, se reunieron por vez primera en Nevers (1592). Aqullos se llamaban a s mismos strictissimae observantiae, stos strctoris observantiae; todos permanecieron, sin embargo, en la congregacin de los observantes de la orden, lo mismo que los agustinos espaoles descalzos, que, desde 1601, formaban provincia propia en la orden de los ermitaos de san Agustn, desde 1621 fueron divididos en cuatro provincias y hasta tuvieron un vicario general propio. Ms floja era an la dependencia del general en los descalzos italianos, que, desde Sicilia, se propagaron hasta Austria y Baviera, y en la congregacin francesa que, en 1617, celebr en Avin su primer captulo general. En la orden de predicadores fueron transformadas en provincias varias congregaciones de reforma, pero nacieron tambin nuevas congregaciones de observantes, por ejemplo, en Francia la de san Luis en 1629. En cambio, Rossi, general de los carmelitas, no logr reducir, segn el decreto del captulo general de Piacenza (1575), a la observancia mitigada y a la obediencia a los superiores de la orden a los monasterios de hombres y mujeres reformados, fundados en Espaa por Teresa de Jess y Juan de la Cruz. En 1580, con permiso de Gregorio xm, logrado por Felipe n, formaron provincia propia, y se dieron estatutos, en que ocupaban el primer lugar la rigurosa observancia de la regla y prctica de la oracin mental. Una vez obtenido en 1593 el derecho de elegir general propio, qued con776
clusa la evolucin para formar orden propia. Los carmelitas descalzos poseyeron desde 1597 un convento en Roma, y se propagaron por Polonia (Cracovia 1605), Francia (Pars 1611), Alemania (Colonia 1613, Viena 1622) e Irlanda (Dubln 1625). En 1631 aprob Urbano vm sus constituciones reelaboradas, cuya extraordinario rigor (prohibicin de comer carne, ayuno desde 14 de septiembre hasta pascua, dos horas diarias de meditacin, silencio absoluto en los desiertos) los acercaoa a las rdenes monsticas de penitencia de cartujos y camaldulenses. Alto prestigio cientfico lograron los carmelitas por su Coilegium Complutense philosophicum, Alcal, desde 1624, y el Cursus theoiogicus de los salmanticenses telogos de la orden (desde 1631). Toms de Jess (t 1627) contribuy por su obra teolgica misional De procuranda salute omnium gentium (1613) a la fundacin de la Congregacin de Propaganda Fide8. Qu peso poseyeran an las dos grandes rdenes mendicantes puede deducirse de las estadsticas, siquiera sean an incompletas. El ao 1573 contaba la orden de los dominicos en 29 provincias, 5 congregaciones y 4 vicaras, 920 conventos; el nmero de miembros sobrepasaba considerablemente los 70009. En la familia religiosa franciscana se contaban en 1682, en 31 provincias y 952 conventos, 15 000 conventuales en nmeros redondos; los observantes posean en 1585, en 88 provincias, 2113 conventos, puesto que, en 1517, en la separacin de los conventuales, se indica en 30 000 el nmero de miembros y en 1680 en 60 000, en la poca tridentina sera por lo menos de 40000 10 . Si la ejecucin de la observancia regular en las rdenes mendicantes, de organizacin centralista, oper en muchos casos como tendencia centrfuga, el inters de las reformas benedictinas fue preservar de aislamiento y decadencia al monasterio particular incorporndolo en una asociacin mayor. En su reforma de los regulares, el concilio de Trento (sesin xxv, c. 8) haba prescrito la unin de los monasterios exentos en captulos provinciales o en congregaS. Reimpresin Roma 1940; sobre las fuentes cf. P. CHARLES, Sciemm missionwm ancla, Nimega 1953, 46-53. Sobre la accin de los carmelitas calzados en Alemania: G. MESTERS, Dle rheinische KctrmeMerprovmz whrend der Gegenreformation, Espira 1958. 9. WALZ, 42 ls. Cf. tambin S T . FORTE, i" Domenicani nel carieggio del Card. Scipvme Borghese, Protettare dell'Ordme 1606-13: A F P 30 (1960) 351-416. 10. HOLZAPFEL, 415ss, 598s.
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dones. Italia y Espaa posean ya las grandes congregaciones de Montecassino y Valladolid. La congregacin flamenca fundada en 1564 y la gran galicana de la que se desgaj en 1617 la de St. Denis, cumplan formalmente la exigencia tridentina, pero contribuyeron poco a la reforma, pues muchos monasterios continuaron bajo abades comendatarios y contaban con pocos monjes. La abada de Lissies reformada por Blosius influy con su ejemplo sobre los monasterios vecinos, pero no form congregacin. Slo la congregacin de St. Vanne en la que entraron de 1604 a 1670 abadas loringias y borgoonas, la congregacin belga formada (1629) tras violenta polmica con el episcopado (abad Fanson de St. Hubert), pero sobre todo la congregacin de maurinos (confirmada en 1621), trajeron una nueva floracin del monacato benedictino. Los maurinos, a los que se agregaron finalmente 178 monasterios, se dieron por el patrn de Montecassino una rgida constitucin bajo un superior general elegido por tres aos, en St. Germain-des-Prs, con un captulo general, visitas rigurosamente reguladas y noviciado comn en cada una de las seis provincias. En ella maduraron en la poca siguiente las grandes obras de historia de la orden benedictina y las ediciones no superadas an de los padres de la Iglesia, a las que se aplic el mtodo histrico crtico, desarrollado por aquellos sabios benedictinos. En el norte y oeste de Alemania, la Unin de Bursfeld logr sobrevivir, siquiera con grandes prdidas, a los asaltos de la reforma protestante11. En Alemania del sur, una vez que quedaron sin efecto varios ensayos de visitas apostlicas, se form bajo la direccin del abad Jorge Wegelin von Weingarten 1603, la congregacin suava12, al mismo tiempo (1602) la congregacin suiza, algo ms tarde la austraca (confirmada en 1625), que, a decir verdad, se preocup ms de la defensa de los privilegios que de reforma. El plan de unir en una sola todas las congregaciones alemanas fracas ante la resistencia de los obispos; el decreto pertinente de una junta de abades de Ratisbona (1631) fue declarado nulo por Urbano vm. Sin embargo, en la universidad fundada en Salzburgo (1617) por
11. El plan de reforma del nuncio de Colonia Garzadoro de 1597: P. VOLK, Urkunden sur Geschichte der Bursfelder Kongregatm, Bonn 1951, 150ss. 12. R. REINHARDT, Restaumtion, VisUation, Inspiration. Die Reformbestrebungen in der Benediktinerabtet Weingarten 1567-1627, Stuttgart 1960
el arzobispo Marcos Sittich, que fue incorporada a la orden benedictina, se logr fundar un centro de estudio cientfico para los benedictinos alemanes. Tambin en la orden cisterciense se prosigui la tendencia pretridentina de unir en congregaciones los monasterios reformados. Nuevas congregaciones nacieron en Portugal (1567), Polonia (1580), Alta Alemania (1595), Aragn (1616), Roma, (1623) y Calabria (1633). Una reforma de toda la orden, estimulada por Luis XIII, que Gregorio xv haba encomendado al cardenal Rochefoucauld, no logr imponerse. La separacin de los cistercienses de estricta observancia para formar la orden de los trapenses pertenece ya al perodo siguiente (cf. tomo v). El fortalecimiento por el concilio de Trento (Sess. vn, c. 15; Sess, XXII, c. 8 y 9; Sess. xxv, c. 8) de los derechos episcopales de inspeccin sobre los hospitales, no pudo impedir su progresiva secularizacin 1S. Sin embargo, se practic el cuidado y asistencia espiritual de los enfermos, sobre todo al estallar epidemias1*, a veces con riesgo heroico. Dos nuevas rdenes religiosas se consagraron exclusivamente a este fin. Juan de Dios (1495-1550 canonizado en 1690)15, convertido por un sermn de Juan de vila, fund en Granada, el ao 1540, un hospital, que, alojado con ayuda del arzobispo Guerrero en un nuevo edificio, admita tambin enfermos mentales. La comunidad de colaboradores ganada por Juan, recibi en 1572 de Po v la regla de san Agustn, y Sixto v aprob en 1586 sus constituciones. Bajo Urbano vni posean los hermanos compasivos en los reinos hispnicos 79 hospitales bajo un superior general residente en Granada; las casas fundadas en Italia (desde 1571), en Francia (desde 1602), y en Austria (desde 1605) estuvieron desde 1592 bajo un general propio residente en Roma. Poco antes (1584) haba fundado all Camilo de Lellis (1550-1614, canonizado
13. Sntesis de la legislacin eclesistica E NASALI ROCCA, 11 diritto ospedaliero nex hneamenti storici, Miln 1956, 131ss; BEHEDETTO DA ALATRI, Gh ospedali di Roma e le bolle pontificie, Viterbo 1950, M VANTI, Bernardino Orillo, Commendatore e Maestro genrale dell'ordine di S. Spirito 1556-75, Roma 1936. 14. Por ejemplo, DONATO DA S GIOVANNI IN PERSICETO, / cappuccini e la peste a Bologna nel 1630 Atti del primo Congresso italiano di Stona Ospedaliera, Reggio - Emi ha 1957, 228-246. 15. HEIMBUCHER I, 600s, biografa de L. RULAND, Francfort del Meno 1949, J CRUSET, Barcelona 1958; Per IV Centenario della marte di S Giovanni da Dw, Roma 1950; C SALVADORI, Incontn con S Giovanni da Dio, Roma 1959; A. CHAGNY, L'Ordre hospita her de St. Jean de Dieu en France i, Lyn 1951.
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en 1746)16 los Camilos o clrigos regulares para la asistencia de los enfermos, particularmente de los moribundos, que se distinguieron durante las epidemias de Roma y aples y, desde Gregorio xv, se obligaron a ello por un cuarto voto. A la muerte del fundador la orden posea en Italia 16 residencias. Aunque las prescripciones de clausura, encarecidas por Po v, fueron al principio un obstculo, congregaciones religiosas de mujeres comenzaron a tomar parte en el trabajo social y caritativo de la Iglesia. A la enseanza de la juventud femenina se consagraron, aparte las ursulinas16a, las salesas y las seoritas inglesas. Las primeras, fundadas a instigacin de Francisco de Sales, por la viuda Francisca Frmiot de Chantal (1572-1641, canonizada en 1767)17 el ao 1610 primeramente para el servicio de pobres y enfermos, se consagraron, despus de elevadas a orden con la regla de san Agustn (1618), en consideracin a las normas tridentinas sobre clausura, a la educacin y enseanza de muchachas jvenes en pensionados. A la muerte de la fundadora contaba la orden 86 conventos independientes, todos en territorios de lengua francesa. Casi al mismo tiempo fund la inglesa Mary Ward (|1645)18, en St-Omer, ao 1609, una congregacin que deba regirse por la regla de la Compaa de Jess, con renuncia a la clausura tridentina. La confirmacin papal fue denegada, la congregacin disuelta (1631) y Mary misma, por mal fundadas acusaciones, temporalmente encarcelada. Sin embargo, gracias a la proteccin de Maximiliano i de Baviera, se mantuvo el Instituto de seoritas inglesas, fundado en 1626-27 para la enseanza en escuelas de muchachas, y fue punto de partida para numerosas nuevas fundaciones en el sur de Alemania. La fundacin de una congregacin de mujeres para el cui16. HEIMBUCHER I I , 114ss; Biografa de M. FISCHER, Friburgo 1935, R. SVOBODA, Linz 1946, M. VANTI, Roma '1964. 16a. Cf. M. DE CHANTAL GUEDR, Les mcmastres des Ursulmes scnts l'Ancien Rgvme 1612-1788, Pars 1960. 17. Fuentes: Ste. J.F. de Chantal sa vie et scs oeuvres, 8 t., Pars 1874-79, biografa de H. WAACH, Eichstatt 3957; M. MLLER, Die Freundschaft des ht. Frane van Sales mit der hl. J.F. von Ch., Ratisbona 1924; D. MZARD, Doctrine spirituelle de Ste. J.F. de Ch., Pars 1928. 18. M. OLIVER, M. Ward, Londres 1959; J. GRISAR, Die ersten Anklagen in Rom gegen das Institu M. Wards, Roma 1959; id., Mara Wards Institu vor rmischen Kongregationen 1616-30, Roma 1966 ( = Mise. Hist. Pont. x x v n ) . Resumen sobre las muchas otras congregaciones femeninas, que cultivaron el apostolado en distintos terrenos; J. GRISAR, Jesuitinnen. Ein Beitrag sur Gesch. des weiblichen Ordcnswesens von 1550-1650: Reformata retformanda n , 70-113.
dado de los enfermos fue hazaa de Vicente de Pal. Las filies de la charit (hermanas de la caridad, slo nombre corriente en Espaa) ocuparon desde 1634, bajo la direccin de Luisa de Marillac (t 1660, canonizada en 1934) el lugar de las asociaciones de mujeres organizadas por Vicente para el cuidado de pobres y enfermos19 y fueron aprobadas en 1654 por Inocencio x como congregacin religiosa. Junto con las borromerinas de Nancy (1652) preparan el grandioso desenvolvimiento de las modernas congregaciones femeninas, sin las cuales no se concibe la accin social de la Iglesia en los siglos xix y xx.
19. Bibliografa por L. GEBSATTEL: Car 61 (1960) 158ss, 200s; J. GUY, L. de Marillac, Pars 1960.
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Seccin cuarta LA PRIMAVERA MISIONAL AL COMIENZO DE LA EDAD MODERNA Por Josef Glazik
Profesor de la Universidad de Mnster
Carcter de la conquista espaola segn los textos de los historiadores primitivos, Mxico 1901; L. HANKE, The Spanish Struggle for Justice in the Conquesi of America, Philadelphia 1949, en espaol: Buenos Aires 1949; id., Colonisation et conscience chrtienne au XV1<> s.t Pars 1957; J. HoFFNER, Christentum und Menschenwrde. Das Anliegen der spanischen Kolonialethik im Goldenen Zeitalter, Trveris 1947; P. DE LETURIA, Der Heilige Stuhl und das spanische Patronat in Amerika: HJ 46 (1926), 1-71; J. SPECKER, Die Missionsmethode in Spanisch-Amerika im 16. Jh., Schoneck-Beckenried 1953; A. YBOT LEN, La Iglesia y los eclesisticos espaoles en la empresa de Indias, Barcelona, etc. 1954; P. BORGES, Mtodos misionales en la cristianizacin de Amrica s. XVI, Madrid 1960; A. DE EGAA, La teora del Regio Vicariato Espaol en Indias, Roma 1958; M. MNICA, La gran controversia del siglo XVI acerca del Dominio Espaol en Amrica, Madrid 1952; P. DE LETURIA, Relaciones entre la Santa Sede e Hispanoamrica 1493-1835, 3 t , Roma-Caracas 1959. - Sobre Bartolom de Las Casas: B. de Las Casas U.474-1566. Bibliografa crtica y cuerpo de materiales para
el estudio de su vida..., ed. dirigida por L. HANKE - M. GIMNEZ FERNNDEZ,
Santiago de Chile 1954; L. HANKE, B. de Las Casas. An Interpretaron of his Life and Writings, La Haya 1951; B. BIERMANN, Lascasiana: AFP 27 (1957), 337-358; A. FABI, Vida y escritos de D. Fr. B. de Las Casas, 2 t., Madrid 1879. Adanse las monografas de A. FREITAG, Steyl 1915; M. BRION, Pars
1927; C. BAYLE, Sevilla 1945; M. GONZLEZ CALZADA, Mxico 1948; M. GIM-
XLV.
FUENTES: Coleccin de documentos inditos relativos al descubrimiento, conquista y colonizacin de las posesiones espaolas en Amrica y Oceana, 42 t , Madrid 1864-84, Segunda serie, 13 t , Madrid 1885ss; P. HERNEZ, Coleccin de bulas, breves y otros documentos relativos a la Iglesia de Amrica y Filipinas, 2 t , Bruselas 1879; Cuerpo de documentos del siglo XVI sobre los derechos de Espaa en las Indias y las Filipinas, ed. dirigida por
L. HANKE - MILLARES CARLO, Mxico 1943; B. DE LAS CASAS, Historia gene-
ral de las Indias, ed. dirigida por MILLARES CARLO, 3 t , Mxico 1951; B. DE LAS CASAS, Apologtica Historia de las Indias, ed. dirigida por SERRANOY SANZ, Madrid 1909. - Adanse las publicaciones de las rdenes religiosas en sus revistas y colecciones, como los franciscanos en Archivo Ibero-Americano y The Americas as como la Documentary Series de la Academy of American Franciscan History, Washington desde 1951, el Archivum Fratrum Praedicatorum (Roma), el Archivum Historicum S.I. y los Monumenta Histrica S.I., Roma. BIBLIOGRAFA: STREIT II, Aquisgrn 1924; C. BAYLE, Espaa en Indias. Nuevos ataques y nuevas defensas, Vitoria 1934, Madrid 41944; G. GARCA,
Como preludio de los grandes descubrimientos de los siglos xv y xvi puede considerarse el redescubrimiento de las Islas Canarias por los aos 1312-411. Lo que seguidamente se hizo, es ejemplar para toda la actividad misional de la llamada era de los descubrimientos. Ya el ao 1351 nombraba el papa Clemente vi al carmelita Bernardo obispo de las Islas Afortunadas 2. En 1368, Urbano v mandaba a los obispos de Barcelona y Tortosa que enviaran all misioneros. Sin embargo, estos primeros intentos no tuvieron xito. El ao 1391 fueron asesinados 13 misioneros por los indgenas de las islas. Slo la conquista de los canarios por los espaoles cre circunstancias ms favorables. En 1404 se erigi de nuevo el obispado de las Islas Canarias con sede en Rubicn8 y
1. R. HENNIMG, Terrae mcogmtae m , Leiden 1938, 136-143, segn Petrarca, De vita solitaria n , cap. 3. 2. K. EUBEL, Der erste Bischof der canarischen Inseln: RQ 6 (1892) 237-240; A. LuTOLF, Zur Entdeckwng und Christiamsierung der westafrikamschen Inseln: ThQ 59 (1877) 319-332. 3. STREIT, XV, 3543. Sobre el conjunto cf. Historia de la Religin en Canarias (Santa Cruz de Tenerife 1957); J. ZUNZUNEGUI, LOS orgenes de las misiones en las Islas Ca-
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en 1424 se aadi Fuerteventura como segundo obispado4. En la cristianizacin de los indgenas isleos (probablemente berberiscos) trabajaron principalmente, junto a dominicos y agustinos, los franciscanos (Diego de Alcal, t 1463, Alfonso de Bolao). Pero su trabajo hubo de sufrir fuertemente por los excesos de los conquistadores y comerciantes espaoles. El papa Eugenio iv hubo de proteger a los nefitos contra la explotacin y esclavizacin y defender sus derechos humanosB. Sin embargo, contra lo que se ha dicho a veces, la poblacin indgena no fue extirpada, sino que en cien aos escasos fue hecha una nacin de cultura europea6. Ya por el ao 1476 la mayor parte de los isleos eran catlicos. En 1483, Las Palmas fue hecha sede episcopal para todo el archipilago. Una vez que, el ao 1492, acab Espaa con la conquista de Granada la reconquista de la Pennsula Ibrica, y por el matrimonio de Isabel de Castilla con Fernando de Aragn logr su unidad nacional, entr el mismo ao en conflicto con Portugal por razn de los descubrimientos. El genovs (?) Cristbal Coln (1451-1506), descubri, estando al servicio de Espaa, Amrica, que l tuvo por una parte de Asia y por eso la llam Indias occidentales. Para salir al paso de las pretensiones portuguesas, la pareja real espaola obtuvo del papa Alejandro vi el reconocimiento de sus derechos de posesin sobre los territorios recin descubiertos y la fijacin de una lnea de demarcacin cien millas al oeste de las Azores y de las islas de Cabo Verde: Todos los territorios a este lado de la lnea pertenecan a Espaa, los al otro lado a Portugal7. En 1494, esta lnea imaginaria fue retirada, a instancias de Portugal, en el tratado de Tordesillas, 270 millas al oeste: una prueba tal vez de que, antes de Coln, los navegantes portugueses haban tenido ya cononarias: RET 1 (Madrid 1941) 361^08; I. OMAECHEVARRA, En torno a las misiones del archipilago Canario: Missionalia Hispnica 14 (Madrid 1957) 539-560. 4. STREIT, xv, 390s. 5. Ibid., 400, 409; cf. J. WLFEL, Bericht ber eine Studienreise m die Archive Roms und Spamiens sur Aufhellung der Vor- und Fruhgeschichte der Kanarischen Inseln: Anthropos 25 (1930) 711-724. 6. Cf. E. F I S C H E R : ZE 62 (Brunswick 1931) 258-281; J. WOLFFX, ibid., 282-302. 7. Cf. las dos bulas nter caetera de 3 y 4 de mayo 1493 y la bula Bximiae devotionis de 4 de mayo de 1493. Sobre ello P. DE LETURIA, Las grandes bulas misionales de Alejandro VI (1493): Bibliofheca Hispana Missionum 1 (Barcelona 1930) 209-251; M. GIMNEZ FERNANDEZ, Las bulas alejandrinas de 1493: Anuario de Estudios Americanos 1 (Sevilla 1944) 171-429; A. GARCA GALLO, Las Bulas de Alejandro VI y el Ordenamiento Jurdico de la Expansin Portuguesa y Castellana en frica e Indias, Madrid 1958.
cimiento de la nueva parte de la tierra descubierta. Lo cierto es que, en virtud de esta correccin, Portugal pudo pretender legalmente para s el Brasil, de que, en 1500, tomara posesin Cabral. Sin embargo, despus de la primera vuelta del mundo y el descubrimiento de las Filipinas por Fernando de Magallanes (1480-1521), surgi otro largo pleito por una lnea de demarcacin correspondiente en el Pacfico. Este pleito haba de tener importancia de graves consecuencias para la historia misional del Lejano Oriente. No se trataba slo de Filipinas, sino a la postre de China y Japn. El hecho de que los misioneros espaoles haban de tomar el camino de Asia por Amrica (Mxico), es tambin digno de ser mentado. El arbitraje de Alejandro vi, la divisin del mundo y la donatio Alexandrina han acalorado una y otra vez los nimos. An hoy da se discute su significacin 8. Parece seguro que se otorg un monopolio misionero nacional para determinadas regiones del mundo, pues como compensacin por la donacin asuma el rey de Espaa la obligacin de propagar o cuidar que se propagara la fe cristiana en los territorios recin descubiertos. Con ello se sentaban en Espaa los supuestos para el patronato real. La obligacin de misionar exiga derechos correspondientes en el orden eclesistico, que fueron concedidos a la corona espaola, en 1508, por la bula Universatis Ecdesiae de Julio II *. Al deber de mantener clero, iglesias y dicesis correspondi ahora el derecho de erigir dicesis y nombrar a todos los beneficiados, incluso los obispos. Pero del mandato misional, Espaa dedujo tambin el derecho de conquista y ocupacin del pas. La conquista vino a ser lucha contra el paganismo, como la reconquista haba sido lucha contra el Islam; se hizo en nombre de la fe. La espada en una mano, ofrecan con la otra el evangelio10. Las tropas que entraban en un territorio publicaban un requerimiento " en que, bajo amenaza de los ms graves castigos, se invitaba o requera a los habitantes a
8. E. STAEDLER, Die donatio Alexandrtna und die divisio mundv von 1493. AkathKR 117 (1937) 363-402; id., Die uiestiniischen Lehnsedikte Atexanders VI (1493): ibid., 118 (1938) 377-417; J. LECLERCQ, Autour de la donaticm d'Alexandre VI (1493): tudes 237 (1938) 5-6, 195-208.
9. STREIT I I , 54.
10. Citado en SCHMIDLIN M 290, nota 3 segn BALUFFI, L'America un tempo spagnuola riguardata soto l'aspetto religioso i, Ancona 18144, 159. 11. B. BIERMANN, Das requerimiento m der spanischen Conquista. N 2 M 6 (1850) 94-114.
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Jedin, Manual V, 50
abrazar el cristianismo y reconocer la soberana del rey de Espaa. El que se negaba, perda la libertad o la vida. Los conquistadores reciban la tierra como encomienda real12, y tenan el derecho de forzar a los indios a trabajarla. Los heraldos de la fe aprobaban en gran parte, como hijos de su tiempo, este proceder. No estaban preparados para su trabajo misional y no posean experiencia alguna de pueblos de culturas extraas. Crean que los pueblos extraos slo podan hacerse cristianos autnticos, si antes se destruan todas sus ideas, usos y cultos (mtodo de la tabula rasa). Para esto se necesitaba en ocasiones emplear la fuerza. Sin embargo, de ah no debe sacarse la conclusin que los misioneros espaoles slo conocieran el mtodo de la fuerza. A ello se opone el hecho de que, gracias al trabajo de las misiones, como puede demostrarse en la mayor parte de los pases de Hispanoamrica, se ha conservado la poblacin india hasta la actualidad con lenguas que an perviven. A las ideas generales del tiempo se aade cierta estrechez teolgica, que no estaba a la altura que planteaba la dilatacin de la imagen del mundo. As, la cuestin no dominada sobre la salvacin de los gentiles y sobre la naturaleza y contenido de la fe necesaria para la salud eterna1B, llev a una precipitada praxis del bautismo, que daba por resultado numerosos nuevos cristianos, pero slo escasa cristianizacin. La poca conciencia que se tena de la situacin, deltanlo los padres del concilio de Trento, que apenas si mencionan una vez los territorios de Ultramar, no digamos hacerlos objeto de serias deliberaciones. As, aun despus de 1563, la vida eclesistica de las misiones lleva por mucho tiempo cuo pretridentino. Se trasladaron sin reparo circunstancias o situaciones de la propia patria a civilizaciones extraas y se crearon as reinos cerrados, exclusivamente latino-europeos bajo la soberana del rey catlico de Espaa14. Esta evolucin fue muy rpida. El ao 1513 alcanzaba Vasco Nez de Balboa, despus de cruzar el estrecho de Panam, el
12. S.A. ZAVALA, La encomienda indiana, Madrid 1935. 13. F. ROUSSEAU, L'ide missionnaire aux XVI et XVII suele, Pars 1930; V. CARRO, La teologa y los telogos-juristas espaoles ante la conquista de Amrica, Sevilla =1951. 14. Por qu los obispos de Amrica no tomaron parte en el concilio, lo estudia P. DB LETURIA: II Concilio di Trento i, Roma 1942, 35-43.
ocano Pacfico, que l llam mar del sur. En 1519 se naveg la costa norte de Mxico y 1526 se haban fijado los perfiles de Suramrica. Al descubrimiento sigui la conquista. En poco ms de cincuenta aos, estaba Amrica, desde Chile a Obregn, bajo soberana espaola. Este xito no se explica slo por la fuerza y superioridad tcnica, sino que tiene sus motivos tambin en las tensiones y decadencia de los viejos imperios americanos. Que Espaa lograra conservar durante siglos estos gigantescos espacios, se debi a la rgida administracin que fue organizada inmediatamente despus de la conquista, antes de que los conquistadores, tantas veces levantiscos y que se tomaban la justicia por su mano, cayeran en la tentacin de fundar reinos independientes de Espaa. As nacieron los distritos administrativos claramente diferenciados: Las Antillas, Mxico (Nueva Espaa), Per y Nueva Granada. A elfos corresponda la divisin eclesistica. Tiene, pues, fundamento objetivo exponer la historia misional de Amrica espaola bajo estas rbricas geogrficas. Antillas Puede darse por bastante seguro, que, en su primer viaje, Coln no llev consigo ningn sacerdote18. Slo en su segundo viaje se embarc con l un grupo muy revuelto de hasta 12 13 sacerdotes seculares y religiosos bajo la direccin de fray Bernat Boyl, rumbo al nuevo mundo. La expedicin fue un fracaso completo. Ya a fines de 1494 se volvi Boyl a Espaa. Hasta 1500 no comienza la evangelizacin de Amrica con la expedicin de un grupo de franciscanos. Ya en la primera carta hablan los frailes menores de 3000 bautizos1*. La ereccin decretada por Julio n de una archidicesis con dos sufragneas en las Antillas fracas ante el veto de Fernando, que crey se postergaban sus derechos. Cuando stos fueron garantizados (1508), pudieron fundarse (1511) los dos obispados de Santo Domingo y Concepcin de la Vega en la Espaola (Hait y San Juan de Puerto Rico. En 1513 sigui el primer obispis. B. BIERMANN, Die ersten Misswnen Amerikas. Festschrift 50 Jahree kath. Missionswissenschaft, Munster 1961, 115-120; D. OutfEDO, La primera evangelizacin en Amrica 1494-1504. bside, Mxico 1953, 35 67.
16. STREIT I I , 37.
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do del continente americano: Santa Mara Antigua del Darin (Panam), y en 1522 Santiago de Cuba. Entretanto, por los aos de 1509-10, pisaron tambin los dominicos suelo americano. Con ello comienza un nuevo perodo de la apenas comenzada historia misional de Amrica, el perodo por la lucha por la libertad y por el mtodo de evangelizacin. Cierto que ya antes se haban dictado disposiciones en favor de los indios17; pero no fueron cumplidas. Coln mismo se trajo indios como esclavos a Espaa. Los trabajos forzados, las enfermedades de la civilizacin y los malos tratos diezmaban la poblacin. Epidemias de suicidio completaban la obra de aniquilamiento. Ya en 1501 se permiti la importacin de esclavos negros de frica, para contrarrestar la despoblacin. Cuarenta aos escasos de colonizacin habran bastado para reducir los millones de habitantes de las Antillas a unos 14000 y finalmente a unos centenares18. Desde 1517 fueron asentados sistemticamente negros en Hait; en poco tiempo constituyeron dos tercios de la poblacin de la isla. Los abusos movieron a los dominicos a intervenir. El primero en levantar airada protesta fue Antonio de Montesino. Pronto vino a ayudarle el entonces sacerdote secular Bartolom de las Casas, dominico desde 1522. Siete veces cruz Las Casas el ocano para pedir al rey proteccin en favor de los desheredados indios. Las Casas logr que desaparecieran los abusos ms graves, e influy decisivamente en la legislacin espaola en favor de los indios. Oblig a los telogos y juristas de su tiempo a que se plantearan las cuestiones an abiertas sobre el reconocimiento de los derechos del hombre respecto de los indios, sobre la licitud de la guerra a los infieles y los ttulos jurdicos para la ocupacin de Amrica por Espaa. Pero, a pesar de todo, la historia no ha pronunciado an el juicio sobre Las Casas. Los unos ven en l un campen inflexible por la libertad y el derecho y hasta un gua enviado por Dios; otros, al contrario, lo miran como a un fantico peligroso, un loco genial y hasta un caprichoso y consciente falsificador de la historia y un calumniador. Es cierto que Las Casas se hizo culpable de generalizaciones y exageraciones injustificadas; a l, lo que le importaba era poner en la picota los crmenes. Como acusador tena que aportar las
17. As 1497, 1501, 1503, 1509. Cf. S T R E I T I I , 3 3 S , 38, 42, 56.
pruebas de la culpa; lo dems no le interesaba. As, en cierto sentido, Las Casas fue causa de que naciera la leyenda negra que desacredit toda la obra de colonizacin y cristianizacin de los espaoles y contribuy al juicio tradicionalmente duro sobre los mtodos espaoles. La verdad es que, a la postre, Las Casas fue, nada ms y nada menos, que uno de los autnticos representantes de la conciencia cristiana de Espaa en el Nuevo Mundo.
Mxico
FUENTES: J. GARCA ICAZBALCETA, Coleccin de documentos para la historia de Mjico, Mxico 1856-66; Nueva coleccin, Mxico 1886-92, entre ellos: JERNIMO MENDIETA, Historia Eclesistica Indiana, 1596, TORIBIO
DE BENAVENTE O MOTOLINIA, Historia de los Indios de la Nueva Espaa (1541), Washington 1951; F. ZUBILLAGA, Monumenta Mexicana, 2 t , Roma 1956-59. BIBLIOGRAFA: J. GARCA ICAZBALCETA, Bibliografa Mexicana del s. XVI, Mxico 1886; M. CUEVAS, Historia de la Iglesia en Mxico, 5 t , El Paso 1921-28; R. RICARD, La conqute spirtuelle du Mexique, Pars 1933: C. CECCHERELLI, El bautismo y los Franciscanos en Mxico, Madrid 1955; F.J. ALEGRE, Historia de la Compaa de Jess en Nueva Espaa, 4 t , Roma 1956-60.
18.
Modificando por su cuenta y riesgo el mandato de descubrimiento, Hernn Corts (1485-1546) dio rpido fin al imperio de los aztecas en Amrica Central (1519-21). Moctezuma n fue muerto, la capital, Tenochtitln, arrasada y en su lugar se fund la ciudad de Mxico. Sin embargo, la definitiva pacificacin del pas no se logr hasta 1550. Corts fue un tpico representante de los conquistadores. Impetuoso y cruel hasta el exceso, tena a par celo por la propagacin de la fe cristiana. De su celo dan testimonio las relaciones, enviadas de modo regular a Carlos v 19 . En su ejrcito llevaba siempre sacerdotes que predicaban la fe. En su primera expedicin se distingui especialmente el mercedario Bartolom de Olmedo. Pero el verdadero trabajo misional fue comenzado por los franciscanos. Los tres primeros procedan de los Pases Bajos del sur; el ms conocido
19. STREIT I I , 187SS, 194; cf. 466.
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de entre ellos es Pedro de Gante, que trabaj 15 aos en Mxico. A ellos siguieron, en 1524, doce frailes menores espaoles, los doce apstoles de Mxico. Entre ellos se encontraba Toribio de Benavente, llamado por los mexicanos Motolina, el pobre, pues daba desinteresadamente todo lo que tena. A los franciscanos siguieron en 1526 los dominicos y en 1533 los agustinos. Los conventos de Espaa se despoblaban en favor de las nuevas provincias religiosas de Ultramar. En 1559 contaban los franciscanos en slo Mxico 380 miembros en 80 residencias, los dominicos 210 y los agustinos 212 en 40 conventos cada uno de ellos. Partiendo de Mxico propiamente dicho, se esparcieron los misioneros por los territorios de Nueva Espaa, sometida al virrey de Mxico, que limitan con l por el norte y sur. Ya el ao 1525 march uno de los tres franciscanos flamencos a Guatemala, en 1527 comenz el trabajo en Honduras, en 1534 en Yucatn, en 1540 en Nuevo Mxico. Al celo de los misioneros correspondieron los xitos de conversiones. Las fuentes hablan de millones de nuevos cristianos y alaban su fe. Muchas conversiones pudieron ser puramente exteriores; los bautizos en masa (hasta 14 000 al da) delatan un procedimiento demasiado rpido y superficial; los datos numricos sobre templos e dolos destruidos hablan del empleo de la fuerza. Sin embargo, en conjunto el cristianismo de los indios hubo de ser autntico y sincero. Del desenvolvimiento de la vida eclesistica es testimonio la rpida organizacin de la jerarqua. En 1525 se fund el obispado de Tlaxcala, en 1530 el de Mxico, en 1531 el de Honduras, en 1535 el de Antequera, en 1536 el de Michoacn, en 1538 el de Chiapa, en 1548 el de Guadalajara, en 1561 el de Yucatn. La ciudad de Mxico fue elevada en 1546 a metrpoli de Nueva Espaa, y le fueron adscritos los otros obispados como sufragneos. El franciscano Juan de Zumrraga fue el primero y ms importante obispo y arzobispo de Mxico (1527-48) 20. Recientes investigaciones histricas sobre el mtodo misional han demostrado que los misioneros espaoles han sido censurados en muchos casos injustamente. No slo se acomodaron a las lenguas y usos indgenas, sino que por sus trabajos cientficos contribuyeron notablemente a la filologa, etnologa e historiografa de Amrica.
20 J. GARCA ICAZBALCETA, Don Fray J. de Zumrraga, primer obispo y arzobispo de Mxico, Mxico 1881; tal. Quaracchi (1891); F. DE CHAUVET, Mxico 1948.
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Los catecismos, devocionarios y libros de edificacin conservados, amn de las gramticas, ofrecen a la investigacin moderna irreemplazable material de fuentes. Citemos aqu nominalmente a Bernardino de Sahagn, cuyas obras han sido editadas de nuevo modernamente 21. Se comprende, pues, que los franciscanos trabajaran tambin pronto por la formacin espiritual de los indios. Ya Pedro de Gante fund en 1523 una escuela, en que, amn la religin, se enseaba tambin a leer, escribir y contar, y se procuraba a los alumnos conocimientos manuales y tcnicos. El obispo Zumrraga cre en 1536 incluso un colegio para estudios superiores, con el fin, evidentemente, de formar un clero indgena22. El fin no se logr; sin embargo, del colegio sali una serie de alumnos muy bien formados, de entre los que B. de Sahagn escogi los colaboradores para sus trabajos cientficos. Los jesutas, que no llegaron al pas hasta 1572, no crearon en este aspecto nada nuevo. Por de pronto se consagraron principalmente a la cura de almas y a la enseanza de la poblacin espaola. Pero, a partir de 1584, se dedicaron tambin a la evangelizacin y, en 1609, 44 de entre ellos atendan ya cuatro misiones propias. A los jesutas siguieron los carmelitas y mercedarios. En total, haba en Nueva Espaa, a fines de siglo, 1100 conventos en nmeros redondos. Mxico se haba convertido en un pas catlico; el estadio del trabajo misional directo estaba concluso. La esencia de este trabajo se vio en la administracin del bautismo. De los dems sacramentos slo se tienen comnmente en cuenta la confesin y el matrimonio. Sobre la admisin de los indios a la recepcin de la sagrada comunin hubo durante decenios serios reparos2S, y ms an para el sacerdocio. El ao 1555 el primer concilio de Mxico prohibi conferir las rdenes mayores a indios, mestizos y mulatos24. Esta prohibicin permaneci prcticamente en vigor todo el siglo xvi y tuvo tambin posteriormente influjo. Acaso radique aqu una razn de la escasez de sacerdotes
21. Colloquws y doctrina cristiana (Fuentes, para la antigua historia de Amrica, consignadas en las lenguas indgenas, 3), Stuttgart 1949. 22. R. RICARDS 5= Semaine de Missiologie de Louvain 19p7, Lovaina 1927, 83-89. 23. Ya J. DE LUGO (t 1660) trata la cuestin en sus Disputationes scholasticae et morales iv, Pars 1869, pero la resuelve en favor de los indios. 24. Cf. J. SPECKER, Der emheimtsche Klerus in Spanisch-Amerika im 16. Jh.: Der emheimische Klerus in Geschichte und Gegenwart (Festschrift fr L. Kilger), SchoneckBeckenned 1950, 73-97; para Mxico, 75, 83.
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que sufre an hoy da la Amrica latina25. Hasta entrado el siglo xix mantuvo la Iglesia el carcter de una institucin extranjera.
Per
FUENTES: E. LISSN, La Iglesia de Espaa en el Per, Sevilla 19431945; R. VARGAS UGARTE, Concilios Limenses 1551-1772, 3 t , Lima 1951 1954; A. DE EGAA, Monumento Peruana, 2 t, Roma 1954-58. BIBLIOGRAFA: R. DE ARMAS MEDINA, Cristianizacin del Per, 15321600, Sevilla 1953; R. LEVILLIER, Organizacin de la Iglesia y rdenes religiosas en el Virreinato del Per en el siglo XVI, 2 t , Madrid 1919; A. ROBLEDO, La orden Franciscana en la Amrica meridional, Roma 1948; A. TIBESAR, Franciscan Beginnings in Colonial Per, Washington 1953; R. VARGAS UGARTE, Los Jesutas del Per, Lima 1941.
Con slo 180 hombres conquist Francisco Pizarro (1475-1540), entre los aos 1532-1536, el imperio Inca, que se extenda desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile y el noroeste de Argentina, pero estaba ya debilitado por la rivalidad entre Cuzco y Quito. El inca Atahualpa recibi amistosamente a los espaoles; pero fue hecho prisionero y, no obstante haber entregado su tesoro de oro y haber recibido el bautismo, fue ejecutado. Con ello estaba decidida la cada del imperio inca, siquiera la conquista del inmenso territorio slo pudo darse por acabada el ao 1572. Luchas por el poder entre los conquistadores, protestas contra las nuevas leyes de Indias para proteger a los naturales y eliminacin de la dinasta de Pizarro por la administracin de la corona, sacudieron por mucho tiempo la paz del mayor virreinato de la Amrica espaola. Lima, la Ciudad de los reyes, fundada por Pizarro en 1535, elevada a obispado en 1541 y a arzobispado en 1546, es hasta tal punto centro poltico y eclesistico que en su historia puede leerse la historia de toda Suramrica, a excepcin del Brasil. El trabajo misional en el Per fue iniciado por los dominicos2S. Por obra de Vicente Valverde estuvieron en el pas desde 1531. Ya el ao 1539 eriga Paulo ni la provincia dominicana del Per, que
25. Cf. J. HOFFNER, l . c , 296.
en 1544 contaba unos 55 miembros. Ella dio el primer obispo de Cuzco y el primer arzobispo de Lima, Jernimo de Loaysa (15411581). A los dominicos siguieron los franciscanos, que se difundieron por todo el pas. Su misionero ms eminente fue san Francisco Solano (1549-161027, el taumaturgo del Nuevo mundo. Luego arribaron agustinos y mercedarios. El 1568 llegaron tambin los primeros jesutas a Lima. En 1570 contaba la Compaa de Jess 44 miembros en el Per; en 1575, 60; en 1581, 110; en 1592, 242; en 1607, 376. Los primeros jesutas trabajaban casi exclusivamente en las ciudades mayores, por ejemplo, en 1575, de 60 jesutas en total, haba 43 en Lima y 14 en Cuzco. Los religiosos determinaban la historia de las misiones y de la Iglesia. El clero secular, compuesto principalmente de espaoles y criollos, slo con dificultad poda afirmarse frente a ellos. Sin embargo, tambin l daba, junto a dominicos, franciscanos y agustinos, los jerarcas de las numerosas dicesis que estaban sometidas como sufragneas al arzobispado de Lima: Panam 1513, Nicaragua (Len) 1534, Cuzco 1537, Quito 1547, Popayn (Colombia) 1546, Paraguay 1547, Charcas (Bolivia) 1552, Santiago de Chile 1561, Imperial (Chile) 1563, Tucumn (Santiago del Estero) 1570, Arequipa 1577, Trujillo 1577, Buenos Aires 1582. Al crecimiento exterior de la Iglesia correspondi el interior. Los metropolitanos de Lima, sobre todo santo Toribio Alfonso de Mogrovejo (1581-1606)2S, el apstol de los indios, se esforzaron en numerosos concilios provinciales (1552, 1567 29, 1583, 1591, 1601), en poner un slido fundamento. Cierto que las actas conciliares delatan las debilidades metdicas de la evangelizacin de entonces; pero atestiguan tambin una clara intuicin de la necesidad de profundas reformas. As, ya el concilio de 1567 prevena contra el bautismo precipitado y encareca la obligacin de una instruccin regular de los catecmenos y nefitos. Con ese fin se intituyeron las llamadas doctrinas (la palabra significa lo mismo la instruccin
27. STREIT, I I , 1437, cf. O. MAAS, Leutersdorf 1938 (bibl.); F . BOYEE, Paterson-NJ. 1955.
28 C GARCA IRIGOYEN, 5 . Tonbio, 4 t, Lima 1906-07; V. RODRGUEZ VALENCIA,
der Dominikanertatigkeit
m Neuspanien
und Per
S. Tonbw de Mogrovejo, 2 t., Madrid 1956-57; A. OYARZN, La organizacin eclesistica en el Per y en Chile durante el pontificado de St. Tonino de M., Roma 1935, P . DE LETURIA / grandi misswnan, n , Roma 1940, 69-117. 29. F. MATEOS, LOS dos Concilios Limenses de Jernimo de Loaysa, Madnd 1947.
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que la comunidad o iglesia). De su ejecucin dos veces por semana eran responsables no slo los prrocos (doctrineros), sino tambin los encomenderos. El mismo concilio hizo obligatorio el aprendizaje de las lenguas indgenas y prohibi rigurosamente la confesin por intrprete. Las fiestas de la Iglesia se celebraban con gran solemnidad, cuando no con pompa; sin embargo, pronto se cay en la cuenta de que, bajo las ceremonias de la Iglesia, se ocultaban an en muchos casos costumbres paganas. Se aconsej, pues, el mtodo de la tabula rasa, se previno contra la fcil admisin de los indios a la comunin y se les neg, tras algunos fallos, la capacidad para hacerse sacerdotes. Slo cuando tambin en ultramar fueron conocidas las disposiciones del concilio de Trento sobre la aptitud para el sacerdocio (sesin xxi, c. 2), se dio en teora una opinin menos tajante30. Sin embargo, hasta entrado el siglo xvn, se neg a indios, mestizos y mulatos el acceso a las rdenes sagradas, a pesar de que, en 1576, abri Gregorio xm las puertas del sacerdocio incluso a los hijos ilegtimos, a fin de lograr sacerdotes que dominaran la lengua del pasS1. Pero esta medida condujo a tales abusos, que ya en el concilio provincial de 1583 se puede percibir la reserva en esta cuestin. La ejecucin de las ordenaciones del concilio se hizo muy difcil por razn de la gran extensin de la provincia eclesistica limea. Otro obstculo fueron las malas comunicaciones, las difciles condiciones geogrficas y climticas debidas a las muy distintas altitudes y a la escasez y gran dispersin de los poblados indios. Santo Toribio necesit seis aos para su primer viaje de visita pastoral, cuatro para el segundo. Para vencer todas las dificultades hubiera necesitado un clero numeroso, con alta formacin moral y cientfica. As amenazaba constantemente el peligro de que los ya conquistados para el cristianismo recayeran otra vez en su vida pagana. Desde el Per propiamente dicho se extendi el cristianismo por todos los territorios vecinos. En Chile32, no obstante la violenta
30. A. POTT, Das Weihehindernis fur Indianer im 3. Konsil von Lima: NZM 12 (1956), 108-118. 31. L. LOPETEGUI, El Papa Gregorio XIII y la ordenacin de mestizos hispanomcaicos: Miscellanea Hist. Pont. 7, Roma 1943, 179-203. 32. P. GAZUU^A, LOS primeros Mercedarios en Chile, Santiago 1918; R. GHIGLIAZZA, Historia de la provincia dominicana de Chite, Concepcin 1898; F. ENRICH, Historia de la Compaa de Jess en Chile, 2 t., Barcelona 1891; V. MATURANA, Historia de los Agustinos en Chile, 2. t., Santiago 1904. 704
resistencia, que se prolong siglos, de los araucanos contra los colonos espaoles, pudieron erigirse ciudades e iglesias y se lograron numerosas conversiones. Muy pronto surgieron tambin aqu los primeros obispados en Santiago (1561) e Imperial (1563). En las tierras de La Plata la cristianizacin floreci a ojos vistas cuando, en 1547, se estableci por el Chaco el enlace con el Per. A fines del siglo xvi se incluyeron tambin Paraguay y Uruguay en el trabajo misional, y todo el territorio fue dividido en dicesis.
Nueva Granada Colombia, conquistada para Espaa por Quesada el ao 1536, fue unida en 1549 con Venezuela a la audiencia de Nueva Granada, y fue misionada principalmente por dominicos. A diferencia de Mxico y Per, los frailes predicadores no fundaron por de pronto conventos, sino misiones y escuelas aisladas. Hasta 1551 no se unieron las empresas particulares en una sola congregacin que, en 1569, abarcaba ya 18 prioratos, 40 doctrinas y 100 poblados indios. En 1577 fue erigida cannicamente la provincia dominicana de Nueva Granada. Entre los misioneros descuella san Luis Beltrn (15261581)M; en pocos aos, no obstante los constantes obstculos por parte de los blancos, llev a la fe cristiana a decenas de millares de indios. Tambin los franciscanos hubieron de defender a sus nefitos contra los conquistadores, y lo hicieron con tal celo que fueron acusados de destructores de la conquista. A estos heraldos de la fe se juntaron a mediados de siglo los agustinos. Merced al trabajo de todos, en pocos decenios se cristianiz la poblacin indgena. El ao 1562 fue hecha sede episcopal Santa Fe de Bogot y ya en 1564 elevada a provincia eclesistica (con Cartagena, Panam, Popayn y Santa Marta). Venezuela, que perteneca igualmente al virreinato de Nueva Granada, fue misionada ya a comienzos del siglo xvi desde las Antillas. Pero el fruto del trabajo misionero en la Tierra firme fue una y otra vez malbaratado por los excesos de la soldadesca espaola, que en muchos lugares cost la vida a los misioneros. El mis33. B. WILBEK FORC, The Life of St. Levns Bertrand, mana, Graz 1888; traduccin franc, Pars 1888, 1904. 70* Londres 1882, traduccin ale-
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soziale Staat der Jesuiten in Paraguay, Berln 1883; J. PFOTENHAUER, Die Missionen der Jesuiten in Paraguay, 3 t , Gutersloh 1891-93.
mo intento de Bartolom de Las Casas de formar poblados indios (Cuman, 1521) fracas ante las atrocidades cometidas en una expedicin de castigo contra los indios. Cuando, en 1528, fue cedida Venezuela por Carlos v a la casa comercial de los Welser de Augsburgo como titular del monopolio para la importacin de esclavos negros, apenas si cambi nada la situacin. Cierto que tambin los lansquenetes alemanes llevaron consigo misioneros al pas, pero hubieron de causar ms estragos que los espaoles. El ao 1546 se denunci el arriendo de los Welser y el 1549 se erigi el virreinato de Nueva Granada. Sobre los xitos misionales de Suramrica, no menos que sobre las deficiencias de la obra de conversin nos informa a fondo el primer gran terico de las misiones de los tiempos modernos, Jos de Acosta S.I. (1540-1600) 34, en su obra: De procurando Indorum salute (Salamanca 1588). Tambin aqu aparece la insuficiencia del clero como la causa de las manifestaciones de decadencia. Sin embargo, de Acosta se pronuncia contra la admisin de indios e hijos de colonos al secerdocioOT.
Una forma especialmente caracterstica de las misiones de Hispanoamrica fueron las llamadas reducciones: pueblos en que los indios cristianos, separados de los invasores espaoles, vivan bajo el rgimen ms o menos patriarcal de los misioneros. Las ms conocidas son las reducciones de los jesutas en el Paraguay; sin embargo, no son exclusivas ni de este pas ni de la Compaa de Jess. Y es as que ya en los primeros aos de la historia de la evangelizacin de Suramrica nos encontramos con tales pueblos de cristianos. Ya una instruccin de 1503 contiene disposiciones acerca de parejos poblados de indios. El mismo Las Casas ensay ese mtodo de colonizacin y evangelizacin. En cierto sentido, las doctrinas (como las aldeias en territorio misional portugus) son precursoras y subespecies de las reducciones. Pero este sistema tom su forma ms tpica en las misiones jesuticas del Paraguay. Llamados, en 1585, al pas por el dominico Fr. de Victoria, obispo de Tucumn, para evangelizar a los indios que ante el avance de los espaoles se retiraban a los inaccesibles bosques de la Pampa y del Chaco, los primeros jesuitas siguieron el mtodo a la sazn corriente de las misiones ambulantes. Pero las conversiones as obtenidas no tenan consistencia. Ya se pensaba en abandonar el trabajo por infructuoso, cuando el general de la Compaa Claudio Acquaviva orden, fundado en un informe de visita del P. Esteban Pez, que se fundaran poblados fijos en que los indios vivieran aislados en lo posible de influencias extraas. La siembra de la palabra, deca el P. General, no bastaba, haba que cuidar tambin lo sembrado. Este plan de aislamiento y concentracin fue aprobado por la corona espaola a pesar de la resistencia de los colonizadores. Fue confiado a los jesuitas el territorio no ocupado an del Paran, con facultad de reunir a todos los indios cristianos independientemente de toda inspeccin y alejados de contacto con el mundo de fuera. El ao 1610 se comenz a ejecutar el mandato. En cuatro aos de diligente trabajo avanzaron los misioneros hasta la provincia brasilea de Tape y unieron indios de los pueblos del Guaran y del Chaco en un estado cristiano indio. No faltaron resistencias de lado eclesistico y civil. Finalmente, hubo que proveer a los 797
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indios hasta con armas de fuego para poder repeler los asaltos de ladrones de esclavos procedentes de territorio brasileo. De las luchas con los paulistas o mamelucos que se llevaron miles de nefitos y destruyeron varias reducciones, salieron victoriosas unas treinta reducciones con unos 150000 indios cristianos (1641). El estado jesuitico del Paraguay ha tenido durante siglos amigos y enemigos y ha producido una inmensa literatura. A las censuras justificadas e injustificadas hay que replicar que las reducciones fueron una necesidad relativa y una ayuda legal contra el peligro, que amenazaba por todos los lados, de explotacin y exterminio de la poblacin indgena. La pureza de intencin de la mayora de los misioneros est fuera de duda. Problemas misionales y de colonizacin fueron a su modo brillantemente resueltos. A pesar de algunos mtodos drsticos de educacin (las palizas y la crcel) no se puede hablar de terror y violencia, a lo sumo de tutela excesiva. La posterior catstrofe no prueba que se tratara de xitos aparentes. La recada en el salvajismo demuestra antes bien lo necesario que era la direccin autoritaria y rgidamente organizada del indio de nimo inconstante y sin personalidad. Que los jesutas mismos miraran las reducciones como un estadio de transicin hacia la independencia o mayor edad, es punto que no se puede averiguar. En contra pudiera hablar el hecho de que, de las reducciones jesuticas, no sali ni un solo sacerdote indgena.
Misiones en Filipinas
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Con el portugus Fernando de Magallanes, que estaba al servicio de Espaa y descubri en 1521 las islas Filipinas, fueron tambin agustinos espaoles al pas y, juntamente con la dotacin del buque, predicaron el evangelio a los indgenas. Por la fiesta de pascua hizo Magallanes celebrar la santa Misa y levantar una cruz que haban de reverenciar y adorar los reyes de las islas. Una aldea que se neg, fue abrasada. Este acto de violencia origin un levantamiento, en que fue asesinado el mismo Magallanes. Marinos y misioneros pudieron a duras penas salvar la vida. Espaa no pudo primeramente tomar posesin de las islas descubiertas, pues la lnea de demarcacin trazada en el Pacfico, ao de 1529, las asignaba a la esfera portuguesa. Pero Portugal no parece haber mostrado inters por aquel grupo de islas; en todo caso, pudo Espaa organizar desde Amrica expediciones varias para apoderarse de ellas. La hazaa estuvo reservada al agustino Andrs de Urdaneta8*, antiguo almirante de la flota, que tom la traicin de los indgenas contra Magallanes como motivo de declararles la guerra, caso que se opusieran a un intento de conversin. El ao 1569 tom Espaa formalmente posesin de las islas, que consider como prolongacin de sus posesiones americanas y como una avanzada hacia el continente asitico: El camino de Espaa al Asia pasaba por Mxico y las Filipinas. La atencin estaba dirigida casi exclusivamente a China; razn que explica por qu el trabajo misionero en las islas slo se acometi vacilantemente. En 1571 se fund Manila, en 1583 la Audiencia de Manila fue sometida al virrey de Nueva Espaa (Mxico). Tambin aqu comenz una peregrinacin regular de religiosos espaoles. El ao 1575 desembarcaron en Luzn 24 agustinos ermitaos, en 1577 siguieron los primeros franciscanos. En 1579 se hizo obispado a Manila. El primer obispo, Domingo de Salazar O.P., quiso que tambin su orden participara en el trabajo misional. Sus esfuerzos para lograrlo muestran con qu peligros iban entonces unidos los viajes martimos. De veinte frailes predicadores
36. STKEIT, IV, 1134, 1138.
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que tom consigo el obispo, murieron 18 en la travesa. De un grupo de 32 dominicos que zarparon de Espaa en 1586, slo 15 llegaron a Manila. Sin embargo, no merm la afluencia de nuevos misioneros. Hasta comienzos del siglo xvn hubieron de embarcarse 450 religiosos para Filipinas, entre ellos, en 1581, los jesutas; en 1606 los agustinos recoletos. El ao 1586 naci la provincia franciscana de san Gregorio37, en 1592 la provincia dominicana del santo Rosario y en 1606 la provincia de los jesutas. Los habitantes de las islas, que profesaban un animismo primitivo no opusieron apenas resistencia a los heraldos de la fe. Slo en los principados islmicos de Jol y Mindanao al sur del archipilago se opuso una barrera a sus esfuerzos. Sin embargo, pudieron muy bien consolarse con los copiosos frutos en las restantes islas. En 1585 se contaban ya 400 000 cristianos, en 1595 ms de 700000 y en 1620 pasaban de dos millones. En cincuenta aos se haba hecho cristiana la masa de la poblacin indgena. El ao 1595 se fund en Filipinas la jerarqua independiente. Manila fue arzobispado con 3 sufragneas: Ceb, Nueva Segovia y Nueva Cceres38. Desde el punto de vista metdico, la evangelizacin de Filipinas ocupa puesto aparte dentro de la historia de las misiones y del patronato espaol. La razn de ello ha de buscarse en la situacin especial de las Filipinas en el imperio colonial espaol. Las islas slo podan abordarse desde Mxico. Esto dificultaba hasta tal punto el comercio con la metrpoli que pasaba a segundo trmino para las misiones. Los misioneros parecen haber conocido esta situacin excepcional, y la aprovecharon para corregir e impedir los defectos que se haban cometido en Amrica. Lo que all no logr un Las Casas fue aqu realizado. No hubo esclavitud ni trabajos forzados. Los misioneros pudieron presentarse como protectores de los indios y supieron protegerlos contra todos los excesos de los blancos. La consideracin y blandura con que fueron tratados los indgenas no dej de producir efecto. Los filipinos permanecieron fieles a Espaa y a sus misioneros, junto con los cuales sustuvieron el imperio colonial, durante 150 aos contra todos los ataques de moros, chinos y holandeses. El fruto del trabajo fue una nueva nacin catlica la nica
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en el Lejano Oriente! . Cierto que el pueblo perdi su propio cuo y se hispaniz; pero tom parte en la vida espiritual y eclesistica de la catlica Espaa. Floreci la instruccin, y surgieron por doquier escuelas y colegios. El ao 1611 fundaron los dominicos el colegio de santo Toms de Aquino39, que, en 1645, fue elevado a universidad40. La consecuencia inmediata del intensivo trabajo de formacin fue que pronto salieron sacerdotes del pas, los cuales ocuparon, en el curso del tiempo la mitad de todas las parroquias 41. Slo la ruina del imperio espaol cambiara el cuadro favorable.
Los derechos que de la milicia de Cristo pasaron a los reyes de Portugal1 y el arbitrio dado por Alejandro vi de que perteneceran a Portugal todos los territorios sitos al oeste de la lnea de demarcacin, constituyen el fundamento de padroado portugus. La corona portuguesa tena no slo el deber de propagar la fe cristiana en los territorios recin descubiertos o an por descubrir, sino tambin el derecho de proveer dicesis, iglesias y beneficios con hombres que parecieran idneos2. As fue entregada la Iglesia para todo lo futuro al estado en las colonias portuguesas, y as vino a ser el gran maestro de la milicia de Cristo fuente del absolutismo estatal en los territorios misionales de Portugal3.
39. Algunos documentos relativos a la Universidad de Manila, Madrid 1892, 5-20. 40. Bula In supereminente de Inocencio x, de 20 nov. 1645: STREIT, V, 863. 41. A HUONDER, Der einheimische Klerus in den Heidenlandern, Friburgo 1909, 47-65 1. Cf. t., i n - 2 , cap. 45. 2. Bula de Len x. Dum ftdei constantiam de 7-7-1514: BullPatr i, 98s.
3. JANN, l.c, 65s.
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Cuando el ao 1492 descubri Coln para Espaa las Indias occidentales, las carabelas portuguesas, a la bsqueda de las Indias, haban ya ocupado los puntos ms importantes de la costa de frica, y, bajo Bartolom Daz, haban contorneado el Cabo de las Tormentas por los aos de 1486-87, al que Juan n (1481-95), lleno de gozo por estar ya prximo al fin, cambi el nombre por el de Cabo de Buena Esperanza. En 1498 avanz1 Vasco de Gama costa de frica arriba y, con ayuda de prcticos rabes, alcanz desde all la India. Por los aos de 1500-01 descubri Cabral el Brasil, naveg desde all por la punta sur de frica rumbo a la India y trajo a Lisboa el primer cargamento de especias indias. El monopolio rabe de las especias estaba roto y, por la conquista de Ormuz, Aden y Diu qued aniquilado. El acceso a las verdaderas islas de las especias, las Molucas, cay en poder portugus ya en 1511. La conquista de Malaca fue festejada en Lisboa como triunfo del cristianismo sobre el Islam. No del todo sin razn: los reyes de Sumatra y Java, de Siam y Pegu (Birmania) entablaron ya el mismo ao relaciones amistosas con Portugal. En 1512, el Negus de Abisinia mandaba una embajada a Lisboa para concertar paz y amistad con Manuel i (1495-1521). Inmediatamente tom Manuel en sus manos la causa misional. As comunic a Alejandro vi su resolucin de enviar misioneros a las tierras descubiertas desde 1499 y, por la bula Cum stcut maiestas de 26 de marzo de 1500, se hizo conceder la facultad de someter el territorio desde Cabo de Buena Esperanza hasta la India inclusive, a un comisario apostlico que, como el gran prior de la milicia de Cristo, estuviera dotado de jurisdiccin cuasi episcopal. Julio n favoreci los esfuerzos misionales concediendo a Portugal ventajas espirituales4 y a todos los misioneros de Manuel una indulgencia plenaria5. En inters de una rgida direccin de los territorios! apenas abarcables desde Portugal, se impuso de manera creciente la necesidad de erigir en ultramar un obispado. El rey Manuel propuso al papa, Funchal, capital de Madeira. Len x suprimi seguidamente la jurisdiccin de la milicia de Cristo y erigi por la bula Pro excellenti praeeminentia de 12 de junio 1514 la dicesis de Funchal. La dicesis comprenda todas las tierras e islas conquista4. 5. Constitucin Orthodoxae fidei de 12-7-1505: BullPatr i, 62-69. Romanus Pmtifex de 12-7-1506: BullPatr i, 76.
das desde la frontera sur de Mauritania hasta Indochina en el este y Brasil en el oeste 6. Al mismo tiempo hizo Manuel que se le adjudicasen como propiedad intangible todos los territorios conquistados y por conquistar 7. Hasta 1534 no se lleg a una nueva divisin de la gigantesca dicesis por este tiempo haba desarrollado ya Espaa diez jurisdicciones de misin , cuando' Funchal fue elevada a sede metropolitana y se le asignaron como sufragneos Santiago de Cabo Verde, Sao Tom, Sao Salvador de Angra (Azores) y Goa 8 . Tambin esta nueva ordenacin resultaba an insuficiente, pues Goa abarcaba todo el territorio desde Cabo de Buena Esperanza hasta las islas del Japn, siquiera con la limitacin (que posteriormente tuvo extraordinaria importancia) a las fronteras de las posesiones coloniales de Portugal. De todos modos con la elevacin de Goa a obispado era posible una evolucin acomodada a las circunstancias locales. La cuestin de por qu Portugal, en parangn con Espaa, procedi de manera tan vacilante en la divisin en dicesis de sus territorios misionales, no puede contestarse con la sospecha de que una excesiva parsimonia movi a obrar a los reyes de Portugal. Hay que considerar con justicia los motivos que se derivan de la estructura interna del imperio colonial portugus y crean una situacin completamente distinta que la que hall Espaa en sus territorios. Lo ms significativo es que Portugal tropez, a excepcin de frica, con pases e imperios de alta civilizacin, que estaban configurados por fuertes sistemas religiosos. Por ello le era imposible a Portugal crearse un imperio colonial territorialmente coherente, y hubo de limitarse a fundar puntos de apoyo para su comercio. Esto signific para las misiones, que slo se desplegaban dentro del mbito de influencia portuguesa, que hubieron de tomar el carcter de colonias eclesisticas. No conquistaron pueblos, sino slo minoras religiosas. El cristianismo permaneci importacin europea: al abrazarlo los cristianos indgenas caan en la sospecha de haber abandonado su nacionalidad, con lo que perdan casi toda fuerza de atraccin para sus compatriotas paganos. Como Portugal no logr
6. BullPatr i, lOOs. 7. Praecelsae devotkmis de 3-11-1514. BullPatr i, 106s. 8. Por la bula de Pablo n i . Aeqwwm rcputumus de 3-11-1534, confirmada en actas por Rcrma.ni PonHfkis de 8-7-1539. BullPatr i, 148-152, 170-173.
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polticamente desplazar a los soberanos indgenas, as tampoco el cristianismo absorber las religiones y civilizaciones indgenas. A ello se aada que la avaricia de los comerciantes y colonos portugueses haca indigna de crdito y hasta a veces imposible la predicacin de los heraldos de la fe. El gobierno mismo pona sus intereses comerciales por encima del fomento de la propagacin de la fe. Esto vale sin excepcin para frica, que slo fue considerada como estacin intermedia en el camino de la India. De ah que Portugal no se esforzara apenas por penetrar en el interior del continente ms all de una franja costea ms o menos ancha. Tampoco aqu posey ms que punto de apoyo, que se destinaban al comercio y a su proteccin. Los nombres dados a las franjas costeras: Costa de la pimienta, del marfil, del oro, de los esclavos delatan bien a las claras lo que Portugal se prometa de frica. El ms productivo result ser el trfico con el marfil negro, los esclavos, que eran embarcados anualmente por decenas de millares a las islas de las Indias occidentales. El hecho de que hasta sacerdotes, prisioneros de las ideas de su tiempo, tomaran parte en parejo trfico, muestra con harta claridad lo poco que sentan su responsabilidad misionera para con los pueblos extraos. Cuando a fines del siglo xvi y en el curso del xvn perdi Portugal su puesto de potencia imperial y sus territorios coloniales fueron cayendo uno tras otro en manos de ingleses y holandeses, ya no pudo cumplir de modo cabal las obligaciones del padroado. Tambin la unin personal con Espaa (1580-1640) al extinguirse la dinasta de Aviz, result perjudicial para el trabajo misional. Hubo vacaciones de dicesis de Ultramar demasiado largas y as decay o se arruin lo que trabajosamente se haba hasta entonces logrado en territorios misionales. frica
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a) El frica occidental hasta la desembocadura del Congo, comprendida en los relatos contemporneos bajo el nombre de Guinea, fue encomendada por Po n, ao de 1462, para ser misionada, a los franciscanos bajo la direccin de Alfonso de Bolao9. Desde 1486, trabajaron tambin dominicos en frica occidental, sobre todo en la costa de Benin y, desde 1489, bajo los Wolof, en Senegambia. Pero no fue posible apuntarse xitos permanentes, excepto en las cercanas de las fortalezas portuguesas. Las islas de Cabo Verde y Sao Tom fueron puntos de partida de reiterados intentos de evangelizacin, y por ello fueron elevadas a sedes episcopales el ao 1534. b) En el reino del Congo, que Diego Cao alcanz el ao 1482, comenz con la victoria del infante Alfonso sobre el partido indgena de su hermano, una poca que hizo concebir la esperanza de cristianizar el Congo entero. El rey Alfonso predicaba por s mismo el cristianismo a sus subditos, pues sus splicas pidiendo misioneros no eran odas, y mand a Lisboa su propio hijo con algunos compaeros para que se formaran all como sacerdotes. Parece que las cartas de Alfonso fueron falsificadas por intrpretes o retenidas por las autoridades locales portuguesas. Por no poderse ya fiar de ningn portugus 10, hizo Alfonso escribir por un alumno congoleo y conjur a Manuel i por la pasin de nuestro Salvador que por fin le ayudara; en la carta compara a los blancos, incluso sacerdotes, con los judos que crucificaron a Cristo11. Finalmente tuvo Alfonso el consuelo de recibir a su hijo Enrique como obispo titular de Utica (1521). Sobre l se forj grandes planes para la cristianizacin de su reino. De buena gana hubiera visto que su capital Sao Salvador hubiera sido elevada a dicesis; pero en 1534 se hizo obispado a Sao Tom y recibi un obispo europeo. Alfonso se sinti muy desilusionado y crey no poder aceptar el nombramiento12. Sin embargo, Don Enrique estaba constantemente en9. STREIT, VI, 550. 10. Ibid., 757. 11. Ibid., 811. 12. Facta fide de expeditione Episcopatus non passe conced: STRKIT, XV, 993.
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fermo despus de su vuelta de Europa, de suerte que su padre, angustiado, no le dejaba de su lado. As el obispo Enrique no pudo aceptar o seguir la invitacin que se le hizo de ir a Roma para asistir al concilio tridentino w . Es posible que ya entonces no viviera; desde 1534 falta de l toda noticia. Una carta de su padre de 1539 habla de l como de persona muerta. El rey Alfonso mismo muri en 1541; y aun tuvo que pasar por la amarga experiencia de que un sacerdote lo quisiera asesinar durante la misa de pascua. El rey del Congo, Alfonso, es una de las ms trgicas figuras de la historia del encuentro de Europa con los pases de ultramar. Pidi pan y le dieron piedras. Manuel i dio a sus enviados la siguiente instruccin: Aunque nuestros esfuerzos se dirigen en primer lugar a la mayor gloria de Dios y al beneplcito del rey, debis sin embargo declarar al rey del Congo, como si le hablarais en mi nombre, lo que tiene que hacer para llenar nuestras naves de esclavos, de cobre y de marfil ". Cuatrocientos aos ms tarde hall David Livingstone, en la orilla izquierda del Congo, a 160 Km. de su desembocadura una inscripcin grabada en la roca, en que el rey confiesa la fe cristiana, y anuncia que en su reino hay doce iglesias y en una distancia de 200 millas desde la costa miles de sus subditos saben leer1. Bajo el nieto de Alfonso, Diego, llegaron los primeros jesutas al Congo, y hallaron una cristiandad muy decada. Sus represiones, que no perdonaron ni al rey, enfurecieron a ste de forma que invit a todos los blancos a que abandonaran su reino. Ya no era posible una accin fructuosa de los misioneros, y la misin de los jesutas fue abandonada a los siete aos escasos. Todos los intentos de renovarla fallaron. Un grupo de carmelitas espaoles perdi la vida en un naufragio, otro cay en poder de piratas ingleses. Un tercer grupo que abord finalmente al Congo el ao 1584 hubo de comprobar que los pocos sacerdotes que haba en el pas, buscaban esclavos ms que almas 16; de ah que se volvieran ya en 1587, para pedir nuevas instrucciones. Su superior general no les dej volver de nuevo al Congo. Finalmente, Felipe n, que desde 1580 lle13. 14 15.
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vaba la corona portuguesa y desde entonces se ocup seriamente de las misiones de la demarcacin portuguesa, logr que el Congo fuera desmembrado de la dicesis de Sao Tom. El ao 1596 hizo Clemente vm obispado a Sao Salvador (sufragneo de Lisboa)17. Pero tampoco este paso impuls la misin del Congo. Cuando uno de sus primeros obispos fue asesinado poco despus de tomar posesin de su obispado, sus sucesores residieron en Luanda y evitaron el Congo. c) Angola, explorada ya en 1520 por los portugueses, no entabl relaciones con Portugal hasta 1558. En ellas entraba el establecimiento de una misin que Francisco de Borja acept para la Compaa de Jess. En una carta en que se cuenta la marcha de los misioneros, se nota expresamente que hasta entonces no se haba predicado en Angola el evangelio18. Tampoco ahora fue por de pronto posible. Los misioneros jesutas fueron hechos prisioneros. Uno de ellos pudo marchar a Portugal el ao 1565 para traer nu&vos presentes al rey; el ltimo misionero muri como rehn el ao 1575, antes de que llegara la nueva expedicin de misioneros. Sin embargo, tampoco ahora marcharon bien las cosas. Los angoleos se opusieron exasperadamente a que se ocupara su tierra. Hasta 1581 no consiguieron los portugueses una victoria ni los misioneros sus primeras conversiones. En el informe anual de 1590-91 pueden ya contarse 25 000 cristianos19. Al mismo tiempo anuncia el gobernador portugus que, de 1575 a 1591, se han expedido de Angola 52053 esclavos20. No es de maravillar que, en lo sucesivo; no faltan noticias de levantamientos y guerras. Hasta 1626, en que los obispos de Sao Salvador establecieron su residencia en Luanda, no pudo consolidarse la misin. d) frica oriental. Noticias seguras sobre actividad misional en la costa de frica oriental datan solamente de 1559 en adelante. Los sacerdotes de las plazas fuertes de las ciudades costeas trabajaban slo entre los soldados y comerciantes portugueses. El mismo san Francisco Javier hubo de contentarse en su recorrido por Mozambique con la predicacin a cristianos portugueses.
17. 18. 19. 20. Bula Super specula de 20-5-1596. M H S I 5 (1925), 519-525. STREIT, XV, 2095. Ibid., 2097.
Ibid., 972. Cf. J. CUVELIEE, L'Ancien Royctume de Congo, Bruselas 1946, 131. G. RENAULT, Die Karceuellen ChrisH, Wiesbaden, s.a, 96s.
STREIT, xv, 2016.
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El ao 1559 lleg a los jesutas de Goa la noticia de que un hijo del rey de Inhambane (Zambeze) se haba hecho bautizar y peda misioneros en nombre de su padre. Los jesutas aceptaron la misin, cuando Inhambane no haba sido an alcanzada por el Islam. Esperaban adems que, desde all, tendran acceso al emperador del oro de Monomotapa. La misin fue encomendada al P. Goncalo da Silveira21, que logr en Inhambane un xito inicial completo; el rey se hizo bautizar con 400 de su gente. Tambin el emperador de Monomotapa pudo ser bautizado en 1561 y as se produjo un fuerte movimiento hacia el cristianismo. Ello provoc a saltar al palenque a los muslimes, que temieron por su comercio e influencia. Hicieron al misionero sospechoso de espionaje y hechicera, y fueron tan lejos que el rey mand estrangular al P. Gonzalo. Tambin en Inhambane se puso la situacin tan mal que el misionero que all quedara, se determin a volver a la India. La misin en frica oriental haba fracasado, y a su prosecucin se oponan los mercaderes portugueses de Mozambique con ojo a su comercio. El gobierno* portugus organiz en 1571 una expedicin de castigo para vengar la muerte del misionero; la expedicin acab lamentablemente. Hasta 1577 no reanudaron el trabajo los dominicos; los jesutas en 1607. Ambas rdenes sostenan hacia 1624 unos 20 estaciones con 45 misioneros, El ao 1612 fue separado de Goa el territorio como vicariato de Mozambique y declarado distrito jurisdiccional independiente2Z.
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El primer perodo misional de la India fue iniciado por el clero secular y las antiguas rdenes religiosas, principalmente franciscanos y dominicos. En el squito de descubridores y conquistadodes edificaban conventos e iglesias o destruan templos gentiles y los sustituan por templos cristianos. Su actividad entre la poblacin indgena estaba limitada por la ignorancia de las lenguas nativas y la deficiencia de los mtodos. Fin de su predicacin era el bautismo; logrado ese fin, los misioneros seguan adelante, sin cuidarse suficientemente de que se arraigara a fondo la doctrina cristiana. No faltaron xitos contables, siquiera hayan de recibirse con precaucin los nmeros del perodo inicial. Muchas conversiones al cristianismo fueron arrancadas por la espada, otras se compraron por ventajas terrenas. As, de 10 a 20000 paravos de la Costa de los Pescadores se hicieron cristianos, porque esperaban de los portugueses proteccin contra los muslimes. Hasta entre los cristianos 809
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cismticos de santo Toms del sur de la India se lograron algunos frutos. Sin embargo, para el trabajo misional fue grave obstculo la vida viciosa de los portugueses y el rgimen indio de castas. Los cristianos procedan casi exclusivamente de las capas ms bajas del pueblo. Jurisdiccionalmente, de 1506 a 1534, India estuvo bajo un comisario apostlico 23, y su vicario general, a pesar de que Goa, desde 1514, estuvo incorporada al obispado de Funchal. En 1534 fue Goa elevada a obispado como sufragnea de Funchal. Su primer obispo, el franciscano Juan de Albuquerque (1537-53)24, trabaj incansablemente para lograr una mejor organizacin de la vasta dicesis. Durante su pontificado, se fund en Goa, el ao 1541, el colegio de la santa Fe para la formacin de un clero indgena, y otro en Cranganore para los cristianos de santo Toms25. El segundo perodo misional de la India comienza con la entrada de los jesutas en el trabajo de evangelizacin. Ignacio de Loyola, a quien Juan ni haba pedido algunos misioneros de su Compaa, que acababa de ser confirmada por el papa, destin a Francisco Javier (1506-52) a la India. Paulo ni lo nombr legado suyo y lo provey de las ms altas facultades. Francisco Javier vino a ser el apstol de la India y de todo el Lejano Oriente y es sin gnero de duda el ms grande misionero de los tiempos modernos. Al comienzo de su actividad Francisco renunci a sus facultades de legado y se puso a disposicin del obispo de Goa slo por su extraordinario celo se distingui de los restantes misioneros. Su mtodo, como el de ellos, era el tradicional. Su solicitud se dirigi en primer lugar a los colonos portugueses, cuya vida moral y religiosa estaba en desconsoladora decadencia. Slo despus se volvi Javier a la conversin de los paganos, visit las iglesias ya existentes de las costas paravas y malabares, trabaj en organizaras, predic y bautiz. El 1545 comenz la exploracin misional del territorio colonial portugus. Su viaje lo llev ms all de Cochin y Malaca hasta las Molucas (Amboina, Tmate) y de all volvi
23. Cf., p. 621. Los comisarios apostlicos para la India y frica oriental fueron: 1. Duarto Nez, O.P. (1514-17), 2. Andrea Torquemada, O.Min. (1520-22), 3. fr. Martinho (1522-30?), 4. Fernando Vaqueiro, O.Min. (1531-32). 24. Bula de Paulo m . Regimini universalis de 11-4-1537: BullPatr i, 278-281. 25. Cf. A. HUONDER, Ver einheimische Klerus in den Heide-nlandem, Friburgo 1909, 56ss, 65.
a Malaca, desde donde puso su atencin en el Japn. En el Japn concibi el plan de extender su actividad tambin a China; sin embargo, no pudo entrar en ella. Solitario y abandonado, muri Francisco, la noche del 2-3 de diciembre de 1552 en la isla rocosa de Sanch'an (Sancian), cerca de Cantn. El mrito de Francisco Javier no consiste en haber indicado a la evangelizacin moderna los caminos del Lejano Oriente. Ms importante para las misiones entre los pueblos de alta civilizacin de Asia fue reconocer que, si los misioneros queran ganar para el cristianismo a los pueblos extranjeros, tenan que adaptarse a ellos. Las cuestiones sobre los xitos del santo canonizado por Gregorio xv, sus milagros y el don de lenguas que se le atribuye, debieran con buena razn pasar a segundo trmino ante la estimacin de esta intuicin metdica. El nmero de los bautizados por Javier, entre ellos muchos hijos de padres cristianos, se elevara a 30 000; los relatos de milagros slo aparecen despus de su muerte, y en sus cartas se queja de la dificultad de entender las lenguas. Lo que le hizo gran misionero fue su fuerza de atraccin. Su ejemplo y sus cartas entusiasmaron en lo sucesivo a miles por las misiones. En 1557-58 fue Goa elevada a metrpoli de todo el este asitico, y recibi como sufragneos Cochin y Malaca2e. Posteriormente se aadieron en la India los obispados de Angamale (1600)27 y Mailapur (1606)M. Esta incipiente independizacin de la Iglesia de la India fue de gran importancia para la prctica de la misin. En numerosos concilios provinciales en Goa (1567, 1575, 1585, 1592, 1606) se procedi contra el empleo de la fuerza y la ingerencia del estado y se preconiz un mtodo de conversin por la persuasin. Un problema particularmente difcil se planteaba respecto de los cristianos cismticos de santo Toms de la costa malabar29. Disputbanse su jurisdiccin al patriarca nestoriano de Mossul, el patriarca uniata de Amida y el arzobispo de Goa. La situacin qued empeorada porque los dos patriarcas trataban de proveer la sede episcopal de los cristianos de santo Toms con sujetos de su obediencia, mien26. STREIT, IV, 825ss, 839ss; BullPatr i, 191-198. 27. Constitucin de Clemente v m , In supremo mihtantis de 4-8-1600: STREIT, V, 6; BullPatr i, 260s. 28. Cdula Consistonalis de Paulo v, de 9-1-1606: STREIT, V, 83; BullPatr n , 4ss. 29. JANN, l.c, 142-173.
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tras los franciscanos portugueses que trabajaban desde haca medio siglo en Malabar queran tener un obispo latino en Angamale. Se lleg a escandolosos manejos polticos, que hicieron catica la situacin. En el concilio provincial de Diamper (1599), haban de resolverse definitivamente las cuestiones pendientes y se llevara formalmente a cabo la unin de los cristianos de santo Toms30. El rito sirocaldaico se poda mantener; los libros litrgicos fueron expurgados de elementos herticos; un catecismo en lengua malabar ayudara a aumentar y profundizar los conocimientos en materia de fe de los tantas veces mentados cristianos. El arzobispado de Angamale qued privado de su rango metropolitano y hecho sufragneo de Goa31. Obispo fue nombrado el jesuta Francisco Roz, que dominaba perfectamente las lenguas siraca y malabar, y desde haca aos haba trabajado entre los cristianos de santo Toms. Pero la bajada de categora de Angamale no fue recibida tranquilamente. Hubo sublevaciones regulares, de forma que la unin apareci seriamente amenazada. Roma cedi y, en 1608, devolvi a Angamale su antigua categora32. En 1609, fue trasladada la sede por razones de seguridad, al castillo portugus de Cranganore33. En el resto de la India, slo lentamente se propag el cristianismo. Un tiempo pareci que el gran mongol Acbar (1556-1605) se acercaba al cristianismo; pero las esperanzas no se cumplieron34. Otro ensayo prometedor fue llevado a cabo por el jesuta italiano Roberto de Nobili (1577-1656)S5. Nobili se percat que la transmisin de formas e instituciones occidentales le quitaba al cristianismo toda perspectiva de xitos duraderos. De ah que decidi por su parte acomodarse de todo en todo al modo de vida e ideas de los hindes. Estudi tamil, telugu y snscrito y se visti y vivi como un monje penitente. Sus catecmenos podan conservar las costumbres hindes, con tal de que no fueran paganas. Este mtodo result fructuoso entre los bramanes que hasta entonces haban re30. Las actas del snodo diocesano de Diamper se encuentran en BullPatr Appendxx i, 148-357; cf. J. THALIATH, The Synad of Diamper, Roma 1958. 31 STREIT, v, 6; BullPatr i, 260s. 32 STREIT, V, 106; BullPatr n , 8s. 33. STREIT, V, 127; BullPatr n , lOs. 34. Una buena exposicin de conjunto se halla (con bib.) en A. CAMPS, Jerome Xavier SJ and the Muslvms of the Mogul Empvre, Schoneck-Beckenried 1957. 35. STREIT, V, 91 (obras y bibliografa).
chazado el cristianismo: en 1609 hubo de construirse una iglesia propia para ellos. De Nobili no dej de hallar contradiccin; pero, finalmente, su mrito fue reconocido por Gregorio xv 36. A la muerte de De Nobili la misin de Madura contaba 40000 fieles. A Ceiln llegaron ya en 1517 misioneros franciscanos, sin embargo, hasta 1540 no emprendieron el trabajo con nmero mayor y lograron grandes xitos en los reinos de Cotta y Kandy. A comienzos del siglo xvii se establecieron tambin jesutas en la isla.
b) Archipilago malayo
FUENTES: Documentagao para a Historia das Missoes do Padroado Portugus do Oriente. Insulindia, ed dirigida por A.B. DE S, 5 t , Lisboa 1954-58. BIBLIOGRAFA: B. VlSSER, Onder portugeesch-spaansche vlag. De Katholieke Missie van Indonesi 1511-1601, Amsterdam 1925; A. MULDERS, De Misste in Tropisch Nederland, 's-Hertogenbosch 1940.
La meta poltica comercial de los navegantes portugueses eran las islas de las especias, de donde proceda el clavo (de especias) tan codiciado en Europa. Fue descubierto en 1511 en las Molucas. Segn las ideas del tiempo, los mercaderes se sentan obligados a propagar la fe en las islas por ellos descubiertas. As trataban de ganar para ella reyes o cabecillas indgenas; si lo lograban, dejaban en el pas a los religiosos que los haban acompaado en el viaje. As nacieron en Amboina, Tmate y otras islas las primeras comunidades cristianas. Sin embargo, comoquiera que los insulares eran en gran parte mahometanos, estallaron persecuciones contra los cristianos y sus misioneros. As en Tmate en 1534, donde ya en 1521 haban construido los portugueses un puerto para proteger su comercio, la isla hubo de ser conquistada y convertida' de nuevo. Por los aos 1546-47 visit Francisco Javier las Molucas37. A Javier siguieron los misioneros jesutas que en 1556 atendan ya
36. 37. door de Nimega Romanae Sedw Antistes de 31-1-1623: STREIT, V, 254; BullPatr n , 32ss. C. WESSEL, De geschtedems der R.K. Missie m Amboina vanaf haar shchtmg H. Franciscus Xaverius tot haar vemxetiQWQ door de O.I. Compagnte, 1546-1605, 1926.
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47 comunidades y en 1569 a 80 000 cristianos. Finalmente los holandeses se apoderaron de las islas. La misin decay. En 1644 el nmero de cristianos haba bajado a 3000. En las Clebes no tuvieron xito los primeros ensayos misionales (1525). Slo cuando los franciscanos se presentaron como predicadores del infierno, se convirtieron principados enteros de las Clebes del sur tambin en otras partes hubo de impresionar a los muslimes ms el infierno que el mensaje del paraso. En las Clebes del norte no hall entrada el cristianismo hasta 1563 por obra de los jesutas. Bautizaran como un cuarto de la poblacin. Pero slo en 1641 se fundaron en las Clebes comunidades mayores, cuando el obispo de Malaca, expulsado por los holandeses, puso su sede en Macassar. Las restantes grandes islas de la Sonda, no obstante su cercana a la India, no fueron apenas campo misional. La falta de heraldos de la fe, las resistencias de los sultanes muslmicos y lo inaccesible del interior de las islas pudieron haber sido la causa de ello. Slo en Java oriental lograron los jesutas algunos xitos entre la poblacin todava no islmica. En cambio, las islas menores de la Sonda, descubiertas por Espaa en el primer viaje alrededor del mundo (1522), fueron misionadas por los dominicos. Su real fue la isla de Solor38, desde donde se propag el cristianismo a las dems islas. Pronto se contaron ms de 50 000 fieles. Sin embargo, la resistencia de los muslimes y los errores de los portugueses aniquilaron casi por completo la obra lograda. A pesar de la ocupacin de la isla por los holandeses, los dominicos prosiguieron su trabajo y pudieron incluso contemplar un nuevo florecimiento. La misin de Solor pudo pervivir hasta el siglo XVIII.
Segunda parte da Historia de Japao 1578-1582, Tokyo 1938; La premire ambassade du Japn en Occident (1582-1592), ed. dirigida por A. PINTO y otros, Tokyo 1942. BIBLIOGRAFA: STREIT, IV y v; H. HAAS, Geschichte des Christentums in Japan, Tokyo 1902-04; J. LAURES, Geschichte der katholischen Kirche in Japan, Kaldenkirchen 1956; C.R. BOXER, The Christian Century in Japan 1549-1650, Berkeley 1951.
c) Japn
FUENTES: J. LAURES, Kirishitan Bunko. A Manual of Books and Documents on the Early Missions in Japan, Tokyo s1957; L. FROIS, Historia do Japao 1549-1578, traduc. alemana SCHURHAMMER - VORETZSCH, Leipzig 1926;
38. B. BIERMANM, Die alte Dommikanermtsstcm mf den Solarinsetn: ZRM 14 (1924), 12-48, 269-273; id., Fre Luts de Andrada und die Solomissum: ZMR 43 (1959), 176187, 261-274.
El Japn fue descubierto casualmente por los portugueses por los aos 1542-43, cuando una barca, arrastrada por un tifn, abord en las islas japonesas en lugar de Siam. Luego, por los aos de 1548-49 emprendieron los portugueses la primera expedicin para entablar relaciones comerciales con el Japn. Francisco Javier se encontr en Malaca con tres japoneses, que le llamaron la atencin sobre el imperio insular del Lejano Oriente y en su compaa emprendi el viaje all el ao 1549. Francisco Javier abord en Kagoshima y all fund la primera comunidad. Su fin era ganar al emperador para la fe y, por su medio y los monasterios budistas, convertir al pueblo. Pero pronto' hubo de reconocer que el Mikado slo nominalmente era seor del pas; en realidad, en el Japn imperaba la anarqua; el imperio insular se haba dividido en 50 estados minsculos y los prncipes regionales, los daimyos, hacan lo que les vena en talante. Para hallar acceso a ellos, decidi Francisco presentarse en adelante con toda pompa como legado pontificio, y orden tambin que los futuros misioneros trataran de ganar a la gente por su presentacin (entre otras cosas, observando las reglas japonesas de cortesa). El encuentro con la alta civilizacin japonesa movi al santo a apartarse del mtodo tradicional europeizante y dar lugar a una amplia adaptacin. l mismo, en sus coloquios religiosos con monjes budistas, no tuvo reparo en tomar los conceptos religiosos39, por ejemplo, el de Dainichi para Dios. Cuando luego supo que Dainichi no designaba un ser personal, sino la materia primera de todas las cosas, volvi al Deus latino (en una revisin de su catecismo en 1556 hubieron de ser sustituidos unos 50 trminos budistas por otros portugueses y latinos). En noviembre de 1551 volvi Francisco Javier a Goa, dejando
39. G. SCHURHAMMER, Das kirchhche des 16. und 17 Jh., Tokio 1928. Sprachproblem m der Japan. lesmtenmtssum
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a su compaero, P. Cosme de Torres tres comunidades cristianas con unos mil nefitos, que procedan generalmente de las capas inferiores del pueblo. Hasta 1563 no pudo ser bautizado el primer daimyo, al que siguieron pronto tantos otros, que su conversin vino a ser el signo caracterstico de la primera misin del Japn 40. Su ejemplo atrajo muchos samurais y bonzos y finalmente al pueblo; en algunas partes del Japn se dieron verdaderas conversiones en masa. En 1570 contaba ya la joven cristiandad de 20 000 a 30 000 fieles, entre los que trabajaban, ayudados por laicos japoneses, treinta padres y hermanos jesutas. Como la misin del Japn no poda pretender, como era corriente en otros casos, la ayuda del estado portugus, estos resultados deben estimarse altamente. En la mayora de los casos se trataba de conversiones sinceras, sin segundas intenciones de inters. Sin embargo, los misioneros tenan que sustentarse a s mismos, lo que les condujo por desgracia a tomar parte en el comercio portugus de la seda, y alquilar casas que les haban sido regaladas. La cosa hubiera an pasado, si entre los mismos misioneros no hubieran surgido desavenencias en cuestiones de mtodo. El sucesor de C. de Torres, Francisco Cabral, era contrario a toda adaptacin y propugnaba las tendencias europeizantes del mtodo tradicional portugus. Ello condujo a tensiones dentro mismo de las cristiandades, sealadamente entre los miembros de los estamentos o clases superiores. Sin embargo, el nmero de cristianos fue creciendo, y durante el cargo de Cabral alcanz la cifra de 150000 (hacia 1580). En 1576 fue Japn desprendido de la dicesis de Malaca y adscrito al nuevo obispado de Macao *\ La crisis interna fue conjurada por el P. Alessandro Valignano (1539-1606)42 que fue de visitador al Japn. Aquel varn prudente y de amplia visin llev a cabo en poco tiempo una reforma de la misin de acuerdo con los principios javerianos de adaptacin, orden a los misioneros un estudio a fondo de las lenguas y, por la construccin de dos seminarios, puso el fundamento para la formacin de un clero secular religioso indgena. A su retorno, tom consigo una embajada japonesa al papa y al rey de Espaa, que
40. que du 41. 42. M. STEICHER, Les daimyos chrens ou un siecle d'histoire rel\g\euse et poHtiJapn, 1549-1650, Hong Kong 1904. Super specula de Gregorio x m , de 23-1-1576: STHEIT, IV, 1525. J.F. SCHUTTE, Vahgnanos Missxonsgrundsaize fur Japan, i, 1-2, Roma 1951-58.
no slo llam fuertemente la atencin en Europa (1582-90), sino que despert tambin vivo inters por la misin del Japn43. Entretanto, se produjo un gran cambio en la poltica interior del Japn. Una vez que por obra del general del ejrcito Nobunaga se puso coto, entre los aos 1564 y 1568, al capricho de los daimyos, al comienzo de los aos ochenta logr Hideyoshi como regente del Mikado un poder casi ilimitado. Amigo al principio del cristianismo, las imprudencias del entonces superior de la misin, Coelho, le hicieron desconfiado y se torn enemigo de los cristianos. En 1587 public un decreto de expulsin de todos los misioneros. A la verdad, el decreto no se ejecut; pero el trabajo tuvo que hacerse con mayor cautela. Aun as, entre los aos 1587 y 1597 ganaron an los jesutas 65 000 nuevos cristianos. El 1588 fue elevado el Japn a obispado independiente con sede del obispo en Funai44. Sin embargo, aun misionalmente haba surgido en el Japn una situacin completamente nueva. Tras la unin de la corona portuguesa y espaola en 1580, misioneros espaoles, partiendo de Filipinas, trataron de penetrar en territorio misional portugus, a pesar de que, el ao 1585, Gregorio xm haba concedido a la Compaa de Jess el privilegio de misionar exclusivamente el Lejano Oriente45. En 1593 comenzaron los franciscanos, bajo la direccin de Pedro Bautista, su trabajo misional del Japn. Se ganaron la benevolencia de Hideyoshi, desplegaron celosa actividad y, no obstante seguir los tradicionales mtodos espaoles, pudieron lograr fruto considerable. Pero ms esenciales que las diferencias de mtodo y la rivalidad entre las rdenes, fueron sin duda los contrastes nacionales entre espaoles y portugueses. Hideyoshi los aprovech hbilmente en refinado doble juego, y en el famoso dicho del prctico de la San Felipe 46, dicho que an se discute: los espaoles mandan mercaderes y misioneros para conquistar con su ayuda los pases extraos, hall finalmente ocasin o pretexto para desatarse contra el cristianismo. Vino el gran martirio de Nagasaki, de 15 de
43. L. FROIS, La premiere ambassade du Japan en Occident (1582-1592). Premiere Partie- Le voyage en Burope (1582-1586), ed. dirigida por J.A.A. PINTO y otros, Tokio 1942. 44. Cdula Consistoriahs de Sixto v, de 19 2-1588- STREIT, IV, 1701. 45. Breve Ex pastorah officio, de 28-1-1585: STREIT, IV, 1647. 46. Cf. sobre esto los artculos de J. Laures: NZM 7 (1951), 184-203; J.F. SCHUTTE: ZMR 36 (1952), 99-116; L. ALVAREZ-TALADRIZ: Missionaha Hispnica 10, Madrid 1953, 175-195; y de nuevo F.J. SCHUTTE: ZMR 38 (1954), 328-331.
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febrero de 1597, en que sufrieron la muerte los seis franciscanos espaoles, tres jesutas japoneses y diecisiete cristianos japoneses47. A pesar de todo, en 1598 reanudaron los franciscanos el trabajo misional en el Japn, y a ellos siguieron, una vez levantado el privilegio de los jesuitas48, dominicos y agustinos espaoles. A pesar de la persecucin, sigui creciendo el nmero de cristianos, y en 1614 alcanz el nmero redondo de 300000. En 1601 pudieron tambin ser ordenados los primeros sacerdotes japoneses. Hasta fines de la primera misin fueron en total 50: 10 sacerdotes seculares, 35 jesutas, 3 dominicos y sendos franciscanos y agustinos. De ellos 21 murieron mrtires **. Al morir en 1598 Hideyoshi, se encendieron de nuevo las luchas entre los generales rivales. De ellas sali triunfador Tokugawa Ieyasu, fundador de la dinasta militar de su familia, que dur hasta 1868. Que un dictador absoluto se apoderara del poder poltico fue para los daimyos algo tan inaudito, que parecieron quedar francamente paralizados ante el hecho. Que los daimyos que eran cristianos (acaso con ayuda extranjera) pudieran coaligarse contra el poder central fue para Ieyasu motivo suficiente para declarar la guerra al cristianismo. Las intrigas comerciales de las potencias europeas, agudizadas por los contrastes confesionales entre portugueses y espaoles, de un lado, y entre holandeses e ingleses de otro, le hicieron ver en la religin de occidente un peligro nacional para el Japn. Los daimyos cristianos fallaron en la prueba de fuerza que les fue impuesta. La primera generacin cristiana haba muerto completamente, la segunda no conoca ya el fervor de los primeros tiempos. Desde 1603 fueron apostatando familia tras familia. En 1613 public Ieyasu un edicto contra los cristianos, en 1614 sigui una orden de destierroB0. Slo quedaron en el Japn 18 jesutas, 7 dominicos, 6 franciscanos, 5 sacerdotes seculares y un agustino. Cada ao sufran el martirio numerosos cristianos; en el segundo gran martirio murieron un centenar de una vez, entre ellos
47. L. FROIS, Relacin del Martirio 1597, Roma 1935; G. HUBER, Kreuse ber Nagasaki, Werl 1954. 48. Onerosa pastoralis officii de Clemente v m , de 12-12-1600: STREIT, V, 987. 49. A. BROU, Le clerg apernis au XVII" sicle: RHM 9 (1932), 475-505, part. 496 y 504s. 50. H. CIESLIK, Das Christenverbot in Jopan unter dem Tkugawa-Regime: NZM 6 (1950), 175-192, 256-272, 7 (1951), 24-36.
18 misioneros de las cuatro rdenes. La persecucin se haca cada vez ms dura. Desde 1623 todo japons tena que manifestar anualmente la religin a que perteneca; desde 1627 vino el pisar las imgenes, el llamado efumi: los perseguidores queran hacer apstatas, no mrtires. Hasta 1630 el nmero de los muertos por su fe subi a 4045 ". Una culminacin postrera hall la persecucin en la sublevacin de Shimabara, los aos 1637-38 en que fueron ejecutados 30 000 cristianos. Japn se cerr ms y ms al mundo exterior, las relaciones comerciales con Espaa-Manila fueron rotas en 1624, las con Portugal en 1639. Slo los holandeses, bajo condiciones en parte deshonrosas, pudieron continuar hasta 1854 un modesto comercio en la isla de Deshima. Para eso haban ayudado a sofocar la sublevacin de Shimabara. El cristianismo slo pudo llevar ya en el Japn vida de catacumbas, pero se mantuvo hasta el siglo xix.
d) China
FUENTES: Avvisi della Cia..., Miln 1586-88; Lettere anime 16011611. Fonti Ricciane, ed. dirigida por P. D'ELIA, 3 t , Roma 1942-49; Cartas de China. Documentos inditos sobre Misiones franciscanas de los siglos XVII y XVlll, ed. dirigida por O. MAAS, 2 t , Sevilla 1917; D. ADUARTE, Historia de a Provincia del S. Rosario de Filipinas, Japn y China, Zaragoza 1693. BIBLIOGRAFA: H. CORDIER, Bibliotheca Snica, 4 t , Paris 2190408, Suppl. i, Pars 1922; STREIT, IV, v y vil; J. BECKMANN, Neuerscheinungen tur chines. Missionsgeschichte, 1945-1955: Monumento Srica, 15, Tokyo 1956, 378-462. ESTUDIOS: K.S. LATOURETTE, A History of Christian Missions in China, Londres 1929; H. BERNARD-MATRE: DHGE XII, 693-741; P.M. D'ELIA, Sunto storico dell'attivit della Chiesa Cattolica in Cia dalle origini ai nostri giorni (635-1294-1948): StMis 6 (Roma 1951), 3-68; C. CARY-ELWES, Chine and the Cross, Nueva York 1956.
La muerte de Francisco Javier a las puertas de China fue ocasin para que los jesutas trataran de entrar en el cerrado im51. J. LAURES, Die Zahl der Christen und Martyrer Nipponica 7 (1951), 84-101. im alten Japn: Monumenta
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pero del centro, que era ya conocido de los portugueses desde 1514-15. Pero hasta 1554 no lograron stos establecer relaciones con China: adquirieron la pennsula de Gozan y en ella fundaron la ciudad de Macao, que, durante 300 aos, sera el foco de los intereses europeos en el Lejano Oriente. La ciudad sirvi tambin pronto de punto de apoyo y asilo de los misioneros. Pero todos los intentos (desde 1555) de poner pie en China, fallaron. En 1576 fu hecha Macao sede episcopal52. Para satisfacer a los espaoles se erigi tambin Manila obispado (1579). As hubo en el Lejano Oriente dos centros, desde los que se intent entrar en China. Muchas dificultades de la misin de China derivan de que misioneros de distinta nacionalidad emprendieron desde puntos varios de partida su actividad en el imperio del centro. Tambin aqu se hizo sentir la unin personal de los dos reinos ibricos. As, el jesuta espaol Alonso Snchez lleg a defender el derecho a hacerse paso en China a mano armada, y propuso los proyectos pertinentes para una conquista militar de China"3. Pero finalmente, el ao 1583, los jesutas Michele Ruggieri y Mateo Ricci (1552-1610) M, lograron autorizacin para residir en China. Se establecieron en Chao-ch'ing junto a Cantn y comenzaron su trabajo en hbito de monjes budistas. Aprendieron fervorosamente el chino y estudiaron los escritos de Confucio y de los restantes sabios chinos. El fruto, medido con los nmeros entonces corrientes, fue escaso. Hasta 1586 no haban reunido en torno a s ms que 40 fieles. El intento de ampliar su radio de accin les trajo la prohibicin de continuar por ms tiempo en Chao-ch'ing. Sin embargo, pudieron establecerse en otro lugar de la misma provincia. Aqu cambiaron los misioneros de atuendo, pues se dieron cuenta de que los monjes budistas eran poco considerados; desde ahora se presentaron en traje de sabios y supieron emplear con provecho sus conocimientos cientficos para la propagacin de la fe.
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54. Junto a las antiguas biografas de D'ORLANS (1693), SAINTE F O I (1859) y WERFER (1870) part. RICCI-RICARDI, II d. Matteo Ricci, Florencia 1910; J. BRUCKER, Le P.M. Ricci: tudes 124, Pars 1910, 5-7, 185-208, 751-779; P. TACCHI VENTURI, L'apostolato del P.M. Ricci in Cia secando i suoi scritti inediti, Roma 2 1910; H. BERNARD, Le P.M. Ricci et la socit de son temps (1552-1610), 2 t., Tientsin 1937; P. D ' E L I A , / ; P.M. Ricci S.I., fondatore delle moderne missioni della Cia: I grwndi missumari, i, Roma 1939, 127-176.
De este tiempo datan los dos escritosfilosficosde Ricci: Sobre la amistad y sobre El arte de la memoria (1595). De sus coloquios con los sabios chinos naci La verdadera doctrina sobre Dios, opsculo que posteriormente fue admitido entre los escritos clsicos chinos. Ya tempranamente reconocieron los misioneros que lo que sobre todo importaba era ganarse el favor del emperador. Ricci no dej piedra por mover para llegar a la corte de Peking. Sus intentos lo llevaron a fundar residencias en Nan-ch'ing y Nanking, en que mor Ricci mismo en 1598. Aqu se compuso el famoso mapa de los diez mil reinos, un mapamundi en que Ricci, para no herir la susceptibilidad de los chinos, puso literalmente a China en el centro del mapa como imperio de centro B5. Aqu gan Ricci, como al ms importante nefito, al sabio Hs Kuang-ch'i, que, con el nombre de Pablo Hs, desempeara papel considerable en la historia misional de China. El ao 1601 pudo Ricci establecerse en Peking. El emperador mismo regal a los jesutas una casa y les autoriz a construir una iglesia. Ricci despleg una vasta actividad docente y gan para la fe cristiana a influyentes personalidades de la corte imperial y del mundo de los sabios. En 1605 habra en Peking ms de 200 cristianos. En 1608 pudieron fundarse tambin residencias en Shanghai. El nmero total de cristianos lleg en aquel ao a 2500; muchos de ellos de clases superiores. Cuando, el ao 1610, mora Ricci agotado por su incansable actividad a la edad de 58 aos, dejaba a sus hermanos en religin segn sus propias palabras ante una puerta que podra abrirse para bien de todos, pero no sin trabajo y peligro. Poco despus de la muerte de Ricci, su generosa adaptacin56 los cristianos chinos podan mantener despus del bautismo el culto de los antepasados y el de Confucio suscit escndalo y llev ms adelante a la llamada disputa sobre los ritos y la acomodacin. Sobre un punto no cabe duda, y es que Ricci fue un hombre de espritu apostlico y un hbil misionero que rompi los prejuicios contra la religin cristiana y gan para el cristianismo a
55. J. BRUCKER, Note sur une carte suppose du P. Ricci: Atti e Memoire di Geografi- Orientalisti, Macerata 1911, 85ss; P . D ' E L I A , II mappamcmdo del P.M. Ricci, commentato, tradotto e annotato, Ciudad del Vaticano 1938. 56. A. BROD, Les ttonnements du P.M. Ricci: RHM 15 (1938), 228-244; J. BBTTRAY, Die Akkommodationsmethode des P.M. Ricci m China, Roma 1955.
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sabios de nota. Es posible que se engaara sobre el sentido y alcance de los ritos chinos que l interpretaba civilmente. Muchas cosas se le atribuyeron posteriormente, que no deben ciertamente ponerse a su cuenta, como haber ocultado y hasta falseado la doctrina cristiana en puntos esenciales. De haber sido as, sus cristianos no habran soportado tan valientemente las persecuciones que pronto estallaron contra ellos. A despecho y pesar de todas las dificultades la cristiandad de China creci de 5000 creyentes el ao 1615 a 38 200 el ao 1636. El verdadero y efectivo sucesor de Ricci para los aos de 16301666 fue el coloniense Johann Adam Schall von Bell (1591-92 a 1666)5r, que supo conducir hbilmente la misin a travs de las borrascas de su tiempo. El poder hispano-portugus estaba cada vez ms sacudido en el Lejano Oriente. La aniquilacin de la Armada comenz a dejarse sentir ahora. Desde 1601 se afirmaron los holandeses en el Ocano Indico. Desde 1639 pas a sus manos lo que quedaba de comercio japons. El ao 1640, la revolucin nacional de los Braganza deshizo la floja unin de Espaa y Portugal. En China mismo invadieron los manches, que derribaron la antigua dinasta de los Ming. Estos trastornos polticos fueron todava agravados por tensiones dentro de la cristiandad, producidos por misioneros de las Filipinas espaolas58. En 1631 aport el dominico ngel Cocchi en Fukien, y en 1633 siguieron el dominico Juan Bautista de Morales y el franciscano Antonio de S. Mara Caballero, que atrajeron tras s a muchos hermanos en religin. De lado eclesistico podan contar con la aprobacin de su empresa (de hecho, Urbano vm, a instancias de la Congregacin de Propaganda, permiti en 1633 a todas las rdenes religiosas misionar en el Lejano Oriente. Para asegurar la unidad de procedimiento, deban poner por base de su predicacin el catecismo tridentino y la doctrina christiana del cardenal Belarmino)59. La actuacin de los misioneros espaoles, que apenas si tuvieron consideracin alguna a los misioneros que hasta entonces ha57. A. VATH, Joh. Adam Schall von Bell SJ, Missionar in China, kaiserlicher Astronom und Ratgeber am Hofe von Peking, 1592-1666, Colonia 1933. 58. B. BIEEMANN, Die Anfnge der mueren Deminikanermission in China, Munster 1927; O. MAAS, Die Wiedererffnung der FransiskanermissKm in Chima in der Neuzeit, Munster 1926. 59. STREIT, v, 1489; Collectanea S. Congreg. de Propaganda Fide i, Roma 1907, 72.
ban trabajado en China, produjo confusin entre los fieles. Se presentaban en el hbito de sus rdenes, predicaban por las pblicas calles con la cruz en la mano, y reprendan a los fieles el culto de los antepasados y de Confucio. El contraste de mtodo llevara al funesto pleito de los ritos, del que nos ocuparemos luego ms despacio. Aqu slo ha de anticiparse un punto. La solucin del conflicto no puede buscarse en el resultado de los distintos mtodos, pues relativamente los dominicos y franciscanos pudieron apuntarse xitos semejantes a los de los jesutas. La misin de China viva francamente un nuevo florecimiento a pesar de todos los trastornos, internos y externos, hacia mediados de siglo. El ao 1651 se ocupaba ya la congregacin de propaganda del proyecto de erigir en Peking un patriarcado y adscribirle dos o tres arzobispados y doce obispadose0. Pero las cosas tomaran un rumbo completamente distinto.
e) Indochina
FUENTES: CH. BORRI, Relatione Della Nuova Missione Delli PP. Delta Compagnia Di Giesv, al Regno Della Cocirtcina, Roma 1631; A. DE RHODES, Relazione dfelici successt della santa fede predcala ddpadri della Comp. di Ges nel regno di Tunchino, Roma 1650, traduc. alemana
por P. PACHTLER, Friburgo 1858. BIBLIOGRAFA: STERIT, IV y v; P. PACHTLER, Das Christentum in Ton-
king und Cochinchina, Paderborn 1861; B. BIERMANN, Die Missionen der portugiesischen Dominikaner in Hinterindien: ZMR 21 (1931), 305-327; id., Die Missionsversuche der Dominikaner in Kambodscha: ZMR 23 (1933), 108-132.
Desde 1511, Malaca sirvi de punto de partida para la actividad misional en Indochina. Pero, dado el mal ejemplo de los portugueses, el trabajo qued casi infructuoso, por ms que franciscanos, dominicos, jesutas y agustinos posean en la ciudad iglesias y conventos y en los aos de 1557-58 fue elevada Malaca a dicesis. En Birmania, la antigua Pegu, fueron admitidos hacia fines de siglo misioneros para atender espiritualmente a mercenarios portugueses y prisioneros de guerra goaneses, que, casados con mujeres birma60. F . SCHWAGER: ZMR 2 (1912), 207s segn materiales de propaganda.
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as, formaron comunidades de aldeas catlicas. Siam vio distintos ensayos de misin por parte de dominicos y franciscanos; pero no pocos heraldos de la fe pagaron su audacia con su vida. Slo a comienzos del siglo xvn, al concluirse un tratado de comercio con Portugal, se pudieran lograr algunos resultados. En Camboya trabaj desde mediados del siglo xvi un dominico portugus. En el perodo de unin personal de Espaa y Portugal, se establecieron franciscanos espaoles de Filipinas en este territorio de la demarcacin portuguesa. El campo misional de mejores perspectivas se abri para la Iglesia en los reinos orientales de Annam, Cochinchina y Tonkn. Tambin aqu fue dificultado el trabajo misional de los franciscanos portugueses por sus hermanos en religin procedentes de Manila. Slo los jesutas lograron (desde 1615) fundar comunidades fijas. El que aqu trabaj con ms xito fue, desde 1624, el jesuta francs Alexandre de Rhodes (1591-1660). En Tonkn gan en cuatro aos unos 7000 cristianos, entre ellos 200 sacerdotes y a las hermanas del rey. A pesar de una prohibicin real (1630) creci el nmero de los cristianos gracias a los auxiliares laicos indgenas. En 1639, 82 000 tonquineses se convirtieron al cristianismo. Despus de su expulsin de Tonkn, de Rhodes volvi a Camboya y all atendi, l solo, a 30 000 fieles (1640). Para tener ayudantes en su trabajo, fund una escuela de catequistas, de cuyos alumnos form una comunidad religiosa de catequistas, que vivan celibatariamente y se obligaban por juramento a servir de por vida en las comunidades. En 1645, de Rhodes fue tambin expulsado de all y volvi a Europa, para buscar colaboradores de las misiones y presentar a Roma planes para la formacin de un clero indgena y de una jerarqua del pas.
Desde su descubrimiento el ao 1500, vio el Brasil intentos numerosos, aunque aislados, de evangelizacin por parte de frailes menores de las distintas ramas franciscanas81. Sin embargo, por razn de las crueldades de soldados, comerciantes y colonos portugueses, sus empresas tuvieron escaso xito. La obra de conversin no adquiri figura firme hasta la entrada en el trabajo misional de los jesutas que pisaron suelo brasileo en 1549, en el squito del virrey Tom de Souza. El P. Manuel da Nbrega (1519-70)e2, su gua o superior, trabaj sobre todo en la fundacin de un obispado brasileo, que efectivamente fue erigido, ya en 1551, en la entonces capital Sao Salvador (Baha)63. A decir verdad, su primer obispo, Pedro Fernandes Sardinha, no estuvo a la altura de la situacin ni de los sacerdotes que se trajo consigo. Su desenfreno amenazaba reducir a nada los esfuerzos de los misioneros. El ao 1556 cayo en manos de indios indgenas que se lo comieron *. El ao 1556 se fund tambin en Baha el Colegio de Jess, que sera el famoso lugar de formacin del clero brasileo' y el modelo para todos los institutos semejantes de las ciudades mayores del Brasil. Su importancia se ve clara por el hecho extrao de que, en todo el imperio colonial portugus de Amrica, no haba ni una sola universidad (ni una sola imprenta). Sin embargo, la actividad colegial de los jesutas estaba enteramente al servicio de sus misiones entre la poblacin campesina india. Los misioneros que en pocos aos penetraron hasta las partes extremas del sur del pas y comenzaron en el territorio fronterizo hispano-portugus su misin del Guaran, que se hara tan clebre, trataban de aprender las lenguas nativas, enseaban a los nios a leer y escribir y traducan oraciones y catecismos. En cuanto al mtodo misional es instructivo que los jesutas procedan muy
61. A. JABOATAM. NOVO Orbe Serfico brasiheo ou Chrnica dos Frades Minores da Provincia do Brasil, Lisboa 1761, Ro de Janeiro 21858-59 en dos partes; V. WILLEKE, Die franziskanische Missionspraxis unter den Indianern Brasiliens (1585-1619): ZMR 42 (1958), 133-139; D. ROMAG, Histeria dos Franciscanos no Brasil, 1500-1659, Curitiba 1940; B. ROEWER. A ordem Franciscana no Brasil, Petrpolis 2 1947; id., Pginas de Historia Franciscana no Brasil, Petrpolis 2 1958; O. VAN DER VAT, Principios da Igreja no Brasil, Petrpolis 1952. 62. A. PEIXOTO, Cartas Jesuticas, I: Manuel da Nbrega, Cartas do Brasil, 15491560, Ro de Janeiro 1931, en ellos el dilogo Conversao do gento. 63. Bula de Julio m , de 25-2-1551: BullParr i, 177s.
64. PASTOR, V I , 216.
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cautamente en la administracin del bautismo, exigan un largo perodo de preparacin y escogan cuidadosamente de entre los catecmenos a los futuros nefitos. Todava aguardaban ms hasta admitir a los nuevos cristianos a la recepcin del sacramento del altar. Hasta 1573 no pudieron acercarse los primeros a la comunin pascual, y para ello hubieron de prepararse con ayunos y mortificaciones. Por esta praxis se explica que los jesutas no admitieran a ningn indio en la Compaa ni lo hicieran ordenar sacerdote. El trabajo de los misioneros fue dificultado por los blancos y ms an por los mestizos, los llamados mamelucos. Pronto desempearon los jesutas en el Brasil papel semejante al de Las Casas en la Amrica espaola. Para protegerlos, reunieron a los indios en las comunidades llamadas aldeias o doutrinas, equivalentes a las reducciones. El ao 1609 lograron abolir la esclavitud de los indios; pero los colonos portugueses se las arreglaron para inutilizar la ley introduciendo los trabajos forzosos. El ao 1553 se unieron los jesutas del Brasil en provincia religiosa propia. Aunque cuarenta jesutas fueron hundidos en la travesa por piratas hugonotes65 y otros doce apresados y asesinados un ao despus, la provincia brasilea contaba ya, en 1584, 142 miembros y unos 180 en 1622. Sin embargo, no todos eran portugueses, sino que procedan de los ms varios pases de Europa. Portugal, que contaba entonces un milln y medio de habitantes, no hubiera podido nunca, sin ayuda extraa, cumplir las tareas que le impona su inmenso imperio colonial. As por ejemplo, el papa Po v dispuso el ao 1572 que dos tercios de todas las rentas eclesisticas de Portugal se destinaran a las misiones del Brasil y del Japn66. En 1627, el norte del Brasil se hizo independiente como provincia religiosa del Maran. El trabajo misional haba penetrado ms hacia el interior, gracias al impulso del canario P. Jos de Anchieta (1534-97)67, que mereci por su celo infatigable el
65. M.G. DA COSTA, Inacio de Asevedo, Braga 1946; A. RUMEU DE ARMAS, La expedicin misionera al Brasil martirizada en aguas de Canarias (1570): Missionalia Hispnica 4, Madrid 1947, 329-381.
66. STREIT, I I , 1301.
nombre de apstol del Brasil. Hasta 1584, el nmero de cristianos indios hubo de llegar a 100 000. A fines del siglo xvi entraron tambin otras rdenes religiosas en el campo misional; as, en 1580, los carmelitas68, en 1581 los benedictinos69; a ellos siguieron algo ms tarde los agustinos y oratorianos. Cuando en el siglo xvu invadieron los franceses, con espritu de rivalidad, el espacio de la Amrica hispano-portuguesa y fundaron en el Maran nortebrasileo una colonia propia, ganaron, entre los capuchinos, misioneros para su territorio70. Francia se dispona a competir con las potencias coloniales ibricas. Entrada de Francia en el trabajo misional
FUENTES: CH. LE CLERCQ, Premier tablissement de la foi dans la Nouvelle France, 2 t , Pars 1691; S. L E TAC, Histoire chronologique de la Nouvelle France, ou Canad, ed. dirigida por REVEILLAUD, Pars 1888; R.G. THWAITES (ed.), The Jesuit Relations and Allied Documents. Trovis and Explorations of the Jesuit Missionaries in New France, 1610 to 1791, 73 t , Cleveland 1897-1910; seleccin NuevaYork 1925; F.-X. DE CHARLEVOIX, Histoire de la Nouvelle France, 3 t , Pars 1794. - Documents indits pour servir Fhistoire du christianisme en Orient, ed. dirigida por RABBAHT, 2 t , Beynit 1907-10. BIBLIOGRAFA: C. DE ROCHEMONTEIX, Les Jsuites et la Nouvelle France au XV1V siecle 3 t , Pars 1895-96; G. GOYAU, Une pope mystique. Les origines religieuses du Canad, Pars 1934; L POULIOT, tudes sur les Relations des Jsuites de la Nouvelle France, Brujas 1940; C. DE BONNALT, Histoire du Canad franeis, 1534-1763, Pars 1950; L GROLX, Histoire du Canad francais depuis sa dcouverte, Montral 1950; G. DE VAUMAS, L'veil missionnaire de la France au XVlle sicle, Pars 1959; DELACROIX II, 70-88, 281-320. H. DE BARENTON, La France catholique en Orient, Pars 1902; Rocco DA CESINALE, Storia delle Missioni dei Cappuccini, 3 t., Roma 1873; CLEMENTE DA TERZORIO, Missioni dei Minori Cappuccini rv y v, Roma 1918-19;
DELACROIX II, 89-97.
67. A. PEIXOTO, Cartas Jesuticas, III: Cartas, informagoes, fragmentos histricos e sermoes do P. Joseph de Anchieta SI, 1554-1594, Ro de Janeiro 1933; S. L E TE, A primeira biografa indita de Jos de Anchieta, apostlo do Brasil, Lisboa 1934; S. LPEZ HERRERA, El P. J. de Anchieta, Madrid 1954; Obras: STREIT, I I , 1239, p. 339-342.
68. P.A. PRAT, Notas histricas sobre as Missoes carmelitas no extremo norte do Brasil. Sculos XVII-XVIII, Recife 1948. 69. D.J. LUNA, OS monges beneditinos no Brasil, Ro de Janeiro 1947; G. MLLER, Os Beneditinos no Brasil, Baa 1947. 70. C. D'ABBEVII.1^, L'arrive des Peres Capucins en l'Inde Nouvelle, appete Maragnon..., Pars 1612, cf. STREIT, I I , 2370; Stiite de 'histoire des chases plus memorables advemies en Maragnon..., Pars 1615, cf. STREIT, I I , 2378.
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a) En Norteamrica Ya Francisco i de Francia (1515-47) no estaba dispuesto a quedarse a un lado en el reparto del mundo. As apoy al veneciano Giovanni de Verrazzano, al servicio de Francia, que, el ao 1523, explor el Hudson, y a Jacques Cartier, que, en 1534, tom posesin del Canad para Francia. Tambin para Francisco i por conviccin o por poltica pareca que descubrimiento y conquista eran medio para la conversin de los salvajes. Pero la posesin del Canad qued inaprovechada. El fracaso del Brasil (1557) los franceses fueron expulsados de la baha de Ro de Janeiro conquistada dos aos antes les hizo reconocer prcticamente la reparticin del mundo por Alejandro vi. Slo Enrique iv (1589-1610), en una clusula al tratado de Vervins logr, en 1598, asegurarse el derecho de ocupar tierras al norte de una lnea que pasaba por las islas Canarias. Despus de tentativas parciales de dos jesuitas en Acadia (16111613), se establecieron, el ao 1615, cuatro franciscanos recoletos en Qubec, fundado, en 1608, por Samuel Champlain 71. En 1625 desembarcaron los primeros jesuitas en el Canad, con P. Charles Lalemant a la cabeza, para misionar a los hurones y otras tribus indias. Pero en 1628 se apoder Inglaterra de la colonia y los misioneros fueron expulsados. Hasta 1632 no pudo probar de nuevo fortuna un tercer grupo de jesuitas bajo la direccin del P. Paul Lo Jeune 72. A l sigui en 1633 Jean de Brbeuf73 con una misin entre los hurones. Con ello pareca roto el conjuro. En 1637 trabajaron ya en el Canad 29 jesuitas. En 1639 llegaron las primeras religiosas, entre ellas la ursulina Mara de la Encarnacin 74. Pero pronto siguieron terribles retrocesos. Las luchas entre iroqueses y hurones exigieron de los jesuitas vctimas cruentas: en
71. O. JOUVE, Les Franciscains et le Canad, I: L'tablissement de la foi, 16151629, Pars 1915. 72. J. BOUCHARD, Le R.P. Paul Le Jeune S.J. et la fondation des missions des Jsultes en Nouvelle France, 1632-1642, Roma 1958. 73. R. LATPURELLE, tude sur les crits de S. Jean de Brbeuf, 2 t., Montral 1952-53; F.X. TALBOT, Pionier Gottes unter den Huronen. Das Leben des Jean de Brbeuf, 1593-1649, Salzburgro 1952. 74. crits spirituels et correspandance de Marte de l'Incarnation, ed. dirigida por A. JAMET, 3 t., Pars 1928-35, 4 t., Qubec 1929-39; H. BREMO, Histoire httraire du
1642-49 sufrieron el martirio Jean de Brbeuf, Gabriel Lalemant. Isaac Jogues y otros cinco (fueron beatificados en 1925 y canonizados en 1930) 75. La misin de los indios se hundi completamente. Los misioneros supervivientes retornaron a Qubec,
b) El Cercano Oriente Pero Francia buscaba sobre todo ganar influencia en el Cercano Oriente. Luis xm (1610-43) y su ministro el cardenal Richelieu (1585-1642) se sirvieron particularmente de los capuchinos. Su ms fervoroso auxiliar fue el P. Jos de Pars7a (Francois Le Clerc du Tremblay, barn de Maffliers, 1577-1638), un hombre en que se mezclaban extraamente espritu de cruzado y habilidad diplomtica. En poco tiempo logr liberar a cien hermanos en religin y establecerlos en el cercano oriente bajo la proteccin francesa. As pues, la entrada de Francia en el trabajo misional se hizo contra las potencias de patronato, Espaa y Portugal. Sin embargo, se mostr hasta qu punto entraban tambin aqu en juego intereses nacionales. As se ech el fundamento del protectorado misional francs, que desempeara en lo futuro un papel fatal en la historia de las misiones.
sentiment rehgieux en France, vi, Pars 1926, 1-76; P. RENAUDII, Une mystique francaise au XVIJe siecle: Marte de l'Incarnation. ursuline de Tours et de Qubec, Pars 1935; G. GOYAU, La premire francaise missionnaire. La vocation canadienne de Mere Marie de l'Incarnation: L'glise en marche (tudes d'histoire missionnaire V c Serie), Pars 1936, 95-126. Le tmoignage de Marie de l'Incarnation, OSU, Pars 1943; MarieEmmanuel, Marie de l'Incarnation, d'aprs ses lettres, Ottawa 1946; Les Ursulines de Qubec, 4 t., Qubec 1863-66. 75. G. GOYAU - G. RIGAULT, Martyrs de la Nouvelle France, XVII' et XVIII' sicles. Extrait des relations et lettres des missionnaires Jsuites, Pars 1928; H. FouQUERAY, Martyrs du Canad, Pars 1930; J.A. O.BRIEW, The America Martyrs, Nueva York 1953. 76. G. FAGNIEZ, Le P. Joseph et Richelieu. 2 t., Pars 1894. L. DEDOUVKES, Politique et apotre. Le P. Joseph de Pars, 2 t., Pars 1932; G. GOYAU, L'glise en marche, v, Pars 1936, 63-94; G. DE VAUMAS, L'actiiuit missionnaire du Pre Joseph de Paris: RHM 15 (1938), 336-359; G. OE VAUMAS, Lettres et documents du P. Joseph de Paris cncernant les missions trangres, 1619-1638, Lyn 1942.
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La divisin del mundo en dos esferas de influencia, portuguesa y espaola, y los patronatos misionales que de ah resultaron, determinaron casi exclusivamente la historia de las misiones hasta muy entrado el siglo xvn. Sin embargo, cada vez se vio ms claro que las dos potencias de patronato alardeaban ms de sus derechos que del cumplimiento de sus deberes. Se fue formando incluso la opinin de que, por la concesin de los derechos de patronato, el papa se haba desprendido de su propio derecho sobre las misiones. Sus rdenes y decisiones estaban sometidas a un placel regio y sin ste no tenan validez jurdica. En materia de misiones, los reyes ya no eran mirados slo como vicarios del papa, sino como representantes inmediatos de Dios \ Esta evolucin y los desrdenes que de ella se derivaron en los pases de misin exigieron una toma de posicin autoritativa de Roma, a pesar de que los papas de la reforma haban dado ya los primeros pasos para empuar de nuevo las riendas de la obra misional. As, ya Po v fund, en 1568, una congregacin de cardenales para la conversin de los infieles, cuya accin cabe percibir
1. Cf. J. SOLRZANO PEREIEA, De indiarum iure, Madrid 1629. Sobre ello A. DE EGAA, La funcin misionera del poder civil segn Juan de Solrzano Pereira (15751655): StMis 6 (1950-51), 69-113.
en numerosos breves misionales del papa. Sin embargo, se trataba patentemente de una institucin transitoria, pues la sistematizacin de la constitucin curial, llevada a cabo bajo Sixto v, no conoca una seccin especial para las misiones. Slo Clemente vm nombr de nuevo una propia congregacin de misiones, que se reuni varias veces a fines de siglo y hall en el cardenal Sanseverino su spiritus rector2. Sin embargo, la idea de que pareja congregacin debiera ser una institucin permanente de la curia, se fue imponiendo ms y ms. La idea hall su expresin literaria en la obra sobre teora misional del carmelita Toms de Jess (1564-1627) De procurando, salute ornrum geriums, en cuyo libro tercero se recomendaba la ereccin de una congregacin romana para la propagacin de la fe. Gregorio xv recogi la recomendacin y ya antes de acabar el primer ao de su pontificada, en la fiesta de la epifana de 1622, qued fundada la Sacra Congregado de Propaganda Fide. A ella pertenecan 13 cardenales4, dos prelados y un secretario. El 14 de enero celebr su primera sesin, y el 22 de junio firm el papa la bula oficial de ereccin: lnscrutabili divinae provideniae arcano6. En ella se reclaman de todo en todo para el papa, como tarea principal de su oficio pastoral, el deber y el derecho de la propagacin de la fe. Con ello iniciara la nueva congregacin el giro de las misiones coloniales a las misiones puramente eclesisticas (KILGER). Por eso toda la organizacin misional debera someterse a la autoridad central de Roma; todos los misioneros haban de depender lo ms inmediatamente posible de ella y por ella ser enviados; por ella se regularan los mtodos de evangelizacin y por ella se repartiran los campos misionales. Para poder llevar a cabo esta tarea, era menester ante todo formarse idea clara del estado de las misiones. A este fin fue dividida la tierra en doce provincias, que fueron adjudicadas a los nuncios eventuales de Europa o a los vicarios patriarcales del Cercano Oriente. Los nuncios deban procurarse informes de sus terri2. P. TACCHI VENTURI, Diario consistoriale di Antonio Santori, Cardmale di Santa Severina, Roma 1904; J. SCHMIDLIN, Eine Vorlauferin der Propaganda unter Klemens v m : ZMR 11 (1921), 232-234. 3. Amberes 1613, Roma 1940. 4. Entre ellos el cardenal Eitel Fnedrich von Zollern, obispo de Osnabrck (1623-25). 5. Coll i, n. 3.
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torios y mandarlos luego a la congregacin de Propaganda. De hecho, sin embargo, los primeros informes sobre el estado de las misiones vinieron de las rdenes misioneras6. Fundndose en ellos, el primer secretario de la congregacin de Propaganda, Francesco Ingoli (1622-49), compuso tres gruesos memoriales, en que explica las insuficiencias y obstculos del trabajo misional7, e indica, a par, los remedios para vencerlos. Casi dondequiera padeca la actividad misional por las disputas o pleitos de competencia entre los obispos y los religiosos, as como por la oposicin entre las antiguas rdenes religiosas y la Compaa de Jess. Las rivalidades nacionales entre los misioneros y el afn de enriquecerse durante su estancia en territorios de Ultramar, contribuan igualmente a hacer su trabajo ineficaz. Por eso crea Ingoli que la primera aspiracin deba ser una clara divisin de las zonas o distritos misionales segn la pertenencia a las rdenes religiosas y la nacionalidad de los misioneros. Deban adems aumentarse los obispos y confiar en lo posible su gobierno al clero secular. Por el envo de legados o nuncios pontificios se facilitara la vigilancia, sobre el terreno, del trabajo misional. Para evitar el trfico de los misioneros, debera examinarse la recta intencin de cuantos partieran para misiones; y para garantizar este examen, propona Ingoli que se establecieran en Sevilla y Lisboa dos puestos auxiliares de la congregacin de Propaganda. De especial urgencia le pareca al secretario la formacin de un clero indgena, que, con los mismos derechos que los misioneros extranjeros, tomara parte en el trabajo y direccin de las misiones. De la ejecucin de estas medidas esperaba Ingoli liberar a las misiones de las potencias coloniales y de la direccin de las rdenes religiosas europeas y, consiguientemente, la independizacin de las mismas misiones. Que estas directrices no se quedaron en papel mojado, prubalo
6. Archivo de Propaganda: Scntture antiche, vol. 189, fol. 13-14, 20-23 (Jesutas), 33-38 (dominicos), 206-211 (franciscanos-observantes), 220-221 (agustinos-eremitas). Adese una carta del obispo de Malaca (ibid., fol. 228), el informe del Collettore de Portugal, Antonio Albergati (1623: Congr. Part. i, fol. 315-318), y el del franciscano Gregorio Bolvar sobre Amrica espaola (Scritt, ant, vol. 189, fol. 62-74). Casi toda la restante correspondencia de la Congregacin se refiri a asuntos de cristianos cismticos y herejes, es decir, de prximo oriente y Europa, y aqu especialmente las misiones en Alemania; cf. H. TCHLE. 7. 1625: Scritt, ant., vol. 189, fol. 279-281, 1628: ibid., vol. 189, fol. 153-155; 1644: ibid., vol. 192, fol. 1-5.
una rpida ojeada a la CoUectanea S. Congregationis de Propaganda Fide. La primera preocupacin fue la formacin de misioneros. Ya el 15-4-1622 fue creada una comisin especial para los seminarios romanos y los colegios nacionales. Los generales de las rdenes religiosas fueron exhortados a crear escuelas de lenguas para los futuros heraldos de la fe (n. 7); la Propaganda misma fund siete escuelas de controversia para la formacin de misioneros entre herejes 8. En 1627 decret Urbano vm por su constitucin Immortalis9 un colegio propio de la Propaganda, en que muy pronto fueron admitidos candidatos procedentes de las misiones. A los obispos misioneros se les impuso el deber de admitir jvenes idneos a la ordenacin sacerdotal10. Los motivos a que se refiere la Propaganda son la prctica de los apstoles y de la primitiva Iglesia, la mayor confianza de que goza entre sus compatriotas el sacerdote que procede del propio pas, y el conocimiento de la lengua, usos y tendencias de su prueblo. Pronto tuvo la Propaganda posibilidad de llevar a la prctica sus principios. En 1625 lleg a Roma el joven braman cristiano Mateo de Castro Mahalo, por no habrsele admitido en la India a las rdenes sagradas. Se doctor en filosofa y teologa, fue ordenado sacerdote y, en 1631, volvi a su patria como protonotario apostlico y misionero de la Congregacin de Propaganda, para realizar en el reino de Idalcn las intenciones de la Propaganda y formar un clero del pas. A pesar de la hostilidad de los portugueses y de los misioneros de Padroado, logr reunir en una especie de oratorio algunos sacerdotes salidos de los bramanes11. Muchas cosas que hoy da parecen caerse de su peso en el trabajo misional, fueron entonces sentadas, aunque no pudieran ser inmediatamente ejecutadas. As la obligacin de un informe anual sobre la actividad misional (n. 22), la prohibicin de abandonar sin permiso la misin (n. 41), la fijacin de las condiciones para que los misioneros pudieran ejercer la medicina (42), la distincin entre superiores religiosos y de la misin (n. 46), la concesin de
8. Jus Pont., n - 1 , n. 2. 9. De 1-1-1627: Jus Pont, i, n. 87. Cf. N. KOWAISKY, Pontificio Collegw Urbano de Propaganda Fide, Roma 1956. 10. As segn Coll i, n. 1002, p. 543, ya en 1626 para Japn j segn Coll i, n. 62, 1630 para la India. 11. T H . GHESQUIRE, Mathieu de Castro, premier Vicaire Apostolique aux Indes, Lophem-Brujas 1937. Adems J. SCHMIDLII: ZMR 27 (1937), 243-250; F. COMBALUEIEK: R H E 39 (1943), 132-151.
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facultades especiales a los misioneros (n. 88s) y finalmente disposiciones sobre msica sagrada (n. 107). Todo esto justifica el juicio de L. von Ranke, de que la Propaganda trat de cumplir su vocacin de manera grandiosa... acaso con el mayor xito en su primer tiempo 12. Esta actividad de la congregacin de Propaganda tropez como se comprende, con la viva contradiccin de las potencias de patronato. Portugal sealadamente, que por su unin con Espaa haba sufrido sensibles prdidas de poder en sus posesiones de la India Oriental, defendi su padroado, para mantener as por lo menos en el orden espiritual su influencia en Ultramar. Sin embargo, a la Congregacin de Propaganda no le importaba a la postre la cuestin del poder, sino una concepcin totalmente nueva de las misiones. Las potencias de patronato haban en efecto demostrado que su inters en definitiva estaba en asimilar en todo a s mismas a los nuevos cristianos, que el resultado final era trasplantar a Ultramar el cristianismo europeo. La Propaganda, en cambio, en su perodo inicial ms que nunca, defenda la opinin opuesta. Por medio de un clero procedente de los pases de misin, se desarrollara un cristianismo con arraigo en el suelo y se fundara una Iglesia de acuerdo con el carcter de cada pueblo. La renuncia al europesmo fue claramente expresada unos aos despus de la fundacin de la nueva congregacin1S. Tambin el patronato espaol se opuso a las pretensiones de la Propaganda sobre el derecho exclusivo de la sede apostlica en asunto de misiones. Aunque la obra de Solrzano fue puesta, en 1642, en el ndice de libros prohibidos, sigui siendo normativa en los territorios coloniales espaoles como resumen del derecho consuetudinario para las administraciones locales; la insercin en el ndice no fue publicada en Ultramar14. Las potencias catlicas se negaban tenazmente a reconocer la pretensin de la Propaganda al derecho nico de disponer in puncto missionum.
12. Die rmischen Papste w den letzten vier Jahrhundertcn, n , Leipzig 1874, Munich 1938, 299. 13. Cf. la instruccin para los vicarios apostlicos 1659: Coll i, n. 135. 14. Cf. P. DE LETURIA, Antonio helio de Fermo y la condenacin del <s.De Indiarum iureT> de Solreano Pereira: H S 1 (1948), 351-385, 2 (1949), 47-87; id., El regio vicariato de Indias y os comienzas de la Congregacin de Propaganda: Spanische Forschungen der Gorres-Gesellschaft, 1.* serie: Gesammelte Aufsalze zur Kulturgeschichte Spaniens, n , Munster 1930, 133-177.
Esta pretensin la expres la congregacin claramente respecto de los superiores religiosos16. Sin embargo, stos se dieron traza para eludir la vigilancia inmediata de la congregacin, procurndose una y otra vez privilegios, por lo que podan disponer como antes respecto del envo o revocacin de sus miembros. Se vio claro que la nueva congregacin no poda imponerse en la curia frente a las competencias de otras congregaciones y contra la administracin rutinaria. Las rdenes religiosas se dirigan en cada caso a la autoridad de que esperaban una decisin favorable en los pleitos de rivalidades o en las cuestiones propiamente misionales. El papa mismo no se pona con bastante decisin del lado de la suprema autoridad misional, y, despus de someter tericamente todas las misiones a la Propaganda, se dejaba inducir a renovar los privilegios de las rdenes religiosas. Por eso no puede sorprender que la congregacin de Propaganda intentara salir por otra va de las dificultades que le procuraban las potencias de patronato, abriendo misiones fuera de los territorios de patronato y confindolas a comunidades religiosas que hasta entonces no haban trabajado, o apenas haban trabajado, en las misiones (por ejemplo, carmelitas y capuchinos). Como Francia, por motivos comprensibles, intentaba desde muy atrs crearse igualmente territorios coloniales en Ultramar y sostener misiones en ellos, la propaganda hall aqu un buen punto de enlace. A decir verdad, la oposicin de la nueva gran potencia europea a los antiguos imperios ibricos ocultaba dentro nueva materia explosiva. Cuando Portugal, por la revolucin de los Braganza, se separ en 1640 de la unin personal con Espaa, y el papa, por presin de la Majestad catlica, hubo de negar el reconocimiento al nuevo rey, surgi en el imperio colonial portugus una situacin que peda inaplazablemente una solucin. Y era as que en el territorio de patronato portugus pronto no hubo ms que dicesis vacantes. En 1649, estaban sin obispo Brasil y frica, y en la India oriental Cochin, Mailapur, Macao y Funai. El camino seguido por Roma para remediar esta situacin lleva ya a un nuevo perodo de la historia de las misiones.
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Apoyado en las fuerzas religiosas y espirituales de la reforma tridentina (cf. cap. XLI-XLIV), alcanz el papado en los pontificados de Paulo v y Gregorio xv una posidn que slo puede compararse con la de la alta edad media. Su neutralidad entre las grandes potencias catlicas Espaa y Franda, no cedi en dao de la causa catlica, porque los enlaces de Francia con las pujantes potencias protestantes dd norte, los Pases Bajos rebeldes, Inglaterra y Suecia no se fijaron en alianzas de guerra. As lograron la Liga, partido de accin catlica en el imperio, y el emperador Fernando n derrotar a los protestantes desunidos y recatolizar a los habitantes de territorios perdidos (cf. cap. IL). Mas como Urbano vm no quiso, y sin duda tampoco pudo impedir la poltica de alianzas protestantes de Richelieu, la derrota de los catlicos en el imperio sell el trmino de la contrarreforma y de la posidn dirigente en poltica del papado. Desde la paz de Westfalia retrocede inconteniblemente su influencia y languidece el impulso de la reforma catlica. La direccin religiosa y espiritual dentro de la Iglesia pasa de Italia y Espaa a Francia, pero ya se anuncia tambin la secularizacin del pensamiento europeo (cf. cap. L). En el conclave tras la muerte de Clemente vm (14-3 a 11-4-1605), en que entraron 60 cardenales, d cardenal Aldobrandini, cabeza dd grupo ms fuerte, se ali con los franceses, el card. Montalto con los espaoles. Los cardenales favoritos de Francias: Medici y Baronio chocaron con la deddida resistencia de los espaoles; Baronio, por su crtica de la monarqua siciliana. Sin embargo, el 30 de marzo 838
slo le faltaron ocho votos. Pero, como d verdadero candidato de Aldobrandini no era l, sino Zacchia, logr el cardenal francs Joyeuse imponer la eleccin de Medici. Len XI haba sido, como enviado de Cosimo i en Roma discpulo predilecto de san Felipe Neri y era altamente estimado por su piedad y espritu de justicia. Sin embargo, muri ya el 27 de abril de 1605 de un enfriamiento que pill en la toma de posesin del Laterano. En el nuevo conclave (8 a 16-5-1605) se desplazaron los frentes a favor de Aldobrandini. La elevacin de Belarmino fracas ante la exclusin espaola. Despus de violentas discusiones, Aldobrandini y Montalto se concertaron sobre Camilo Borghese, de 52 aos de edad, que hasta entonces haba descollado poco. Paulo v proceda de una familia de juristas emigrada de Siena a Roma, y haba subido, en 1596, de auditor de la cmara al cardenalato. Poco experto an al principio en poltica trabaj fervorosamente en los negocios de estado, de suerte que poca influencia le qued al cardenal nepote Scipione Borghese. Sus consejeros polticos fueron al principio el cardenal Arigoni, ms tarde Millini, antiguo nuncio en Espaa, y Maffeo Barberini, antes nuncio en Francia. En la secretara de estado mantuvo la divisin introducida por Clemente vm en dos secciones con sendos secretarios principales (Secretarins damesticus in capite, Secretario ntimo), hasta 1613, por ms que ya en 16091611, Margotti, ascendido a cardenal, llevaba solo los asuntos. Desde 1613 fue Feliciani secretario nico. La poltica de Paulo V estrib en el prindpio de neutralidad frente a la tensin hispano-francesa. El plan de un enlace matrimonial entre las dinastas de Habsburgo y Borbn, en que trabajaba el nuncio cerca de Enrique iv, Ubaldini, y el confesor real Cotn S.I., fracas ante la negativa de Enrique iv de renundar a apoyar la sublevacin de los Pases Bajos, y a favorecer las pretensiones de Brandenburgo y Palatinado-Neuburg sobre la herencia de JlichCleves. Para conjurar la guerra que ya amenazaba fueron delegados como legados de paz a Espaa y Francia los cardenales Millini y Barberini; pero antes de que pudieran cumplir su mandato, d 14 de mayo de 1610, fue asesinado Enrique iv por el fantico Ravaillac, que no fue instigado por los jesutas. La guerra europea que amenazaba, qued conjurada; pero persisti la funesta rivalidad de las dos grandes potencias, aun despus de tener lugar, en 1616, la 839
i-onirarreiorma europea
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unin dinstica deseada por la curia por el casamiento de Luis xin con Ana, hija de Felipe ni.
El conflicto con Venecia El conflicto de Paulo v con Venecia llev hasta el borde de una guerra europea que hubiera tenido necesariamente carcter de guerra de religin. Hacia fines de siglo haba asumido all el poder el partido antiespaol y anticurial de los jvenes, que se crey autorizado a introducir de nuevo el rgimen de Iglesia estatal tolerado por los papas antes del concilio de Trento, Ya antes de la ascensin al trono papal de Paulo v, la Seora haba prohibido la ereccin de iglesias, conventos y hospitales lo mismo que la adquisicin de bienes inmuebles por las iglesias sin permiso del Estado, y, con desprecio del privilegium jori se haba procedido contra dos clrigos indignos. Paulo v conden por los breves de 10 de diciembre de 1605 y 26 de marzo de 1606 este proceder y, al negarse la Repblica a revocar sus medidas, amenaz a 17 de abril de 1606, en forma de ultimato, con la excomunin y el entredicho. Por consejo de su telogo oficial, el servita Paolo Sarpi (1552-1623), ingenioso y de buena labia, la Seora, apelando a su gracia de Dios, prohibi so pena de muerte la publicacin de las censuras papales, que, tras el plazo fijado de tres semanas, entraron en vigor, pero no fueron reconocidas por vlidas por la Repblica. La mayora del clero obedeci al Estado y despreci el entredicho. Todos los eclesisticos, seculares o religiosos, que lo observaron, con los jesutas a la cabeza, fueron desterrados. En su Tratado sobre el entredicho^ y otros muchos escritos impugn Sarpi su validez: el papa abusaba de su autoridad y quien le obedeciera pecaba. El conflicto de poltica eclesistica se dilataba a una disputa de principios sobre la relacin entre la autoridad eclesistica y civil. Ya en 1607 contaba el jesuta Gretser 28 escritos de polmica en favor del punto de vista de Venecia, y 38 en favor del papa, entre estos ltimos de Belarmino, Baronio y Surez. La apostasa de Venecia y hasta una guerra europea entraba en lo posible, sobre todo porque Inglaterra
1 M.D. B U S M X L I - G . GAMBARIN, l.c, n, 1-41.
prometi a la Seora, por su enviado Wotton, el apoyo de las potencias protestantes. Slo una vez que el cardenal Joyeuse, por mandato de Enrique iv, explor en la primavera de 1607 hasta qu punto estaba la Seora dispuesta a ceder, cedi tambin el papa. Los dos clrigos encarcelados fueron entregados a Joyeuse; la Seora prometi, si no levantar las leyes en litigio, por lo menos no aplicarlas, de lo que salan garantes los reyes de Francia y Espaa. A los clrigos expulsados por razn del entredicho les fue permitida la vuelta, a excepcin de los jesuitas. Seguidamente, a 21 de abril de 1607, absolvi Joyeuse a la Seora de las penas eclesisticas impuestas, con lo que tcitamente reconoca aqulla su existencia. La derrota del papa se vel por necesidad: el papa levant el entredicho1 sin que la Seora prestara satisfaccin correspondiente ni abandonara su punto de vista terico. Fue denegada la entrega solicitada de Sarpi y de sus secuaces en ideas Micanzio y Marsiglio, mientras los jesuitas quedaron casi cincuenta aos excluidos del territorio veneciano. La trama de un atentado cometido contra Sarpi fue atribuida a la curia, porque los autores hallaron refugio en el estado de la Iglesia. La Historia del concilio tridentino, de Sarpi, impresa en Londres ao de 1619, que estaba dictada por odio al papado, infligi grave dao al prestigio de ste; en cambio fracas su intento de propagar el calvinismo en Venecia, lo mismo* que sus planes de derribar el papado con ayuda de una coalicin de potencias protestantes2. Fiel a su principio de neutralidad, rechaz Paulo v el apoyo financiero de los catlicos de los grisones contra los protestantes, pues no quera exponerse al reproche de favorecer los intereses estratgicos de los espaoles que entraban en juego (una lengua de tierra entre Miln y el Tirol). Para mantener la paz, el sucesor de Paulo v dej pasar que las plazas fuertes de la Valtelina fueran ocupadas por tropas pontificias. Del breve conclave a la muerte de Paulo v (8 a 9-2-1621) sali papa Alessandro Ludovisi, querido por su mansedumbre y estimado por sus conocimientos jurdicos, que, en recuerdo de su pai2. La disposicin o sentimientos ntimos de Sarpi siguen siendo un enigma. Yo sigo sosteniendo ia influencia galicana sobre su histeria del concilio, aunque segn Ulianich su concepto de Iglesia es mucho ms radical que el galicano. ^.,
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sano bolones Gregorio xm, se llam Gregorio xv. Su brazo derecho fue el cardenal nepote Ludovico Ludovisi, de carcter semejante al suyo y de altas dotes polticas. De sus mltiples intereses espirituales dan testimonio la construccin de S. Ignazio, la instalacin de la Villa Ludovisi junto al Pincio y sus colecciones de antigedades. Temor y amor de Dios recomendaba el papa a su sobrino sean tu sabidura poltica s. Sin duda no ha dejado nunca un breve pontificado huellas tan profundas en la historia (PASTOR). Por la bula sobre la eleccin papal de 15 de noviembre de 1621 4 no se excluy desde luego la eleccin por adoracin (cuasiinspiracin, pero solo unnime), que se haba usado varias veces en el ltimo tiempo; pero fue prescrita como regla la eleccin secreta por cdulas; la posterior declaracin de acceso deba en adelante hacerse slo por escrito y una sola vez despus de los dos turnos diarios de eleccin. El gran estilo del pontificado Ludovisi se revel con mxima claridad en la fundacin de la Congregatio de Propaganda Fide el 22 de junio de 1622. Bien dotada financieramente y provista de extraordinarias facultades, estaba pensada como rgano de coordinacin de las misiones en Amrica, Asia y frica y como contrapeso del patronato de la corona espaola y portuguesa; pero como tambin le fueron confiadas las relaciones con las iglesias orientales y los territorios protestantes de Norteuropa, vino a desarrollarse en puesto de planificacin de la contrarreforma 3. Presupuesto suyo fue la prosecucin de la reforma catlica en que estaban almacenadas las fuerzas para la afirmacin de la Iglesia en lucha contra el protestantismo, pero no menos los xitos poltico-militares de las potencias catlicas al comienzo de la guerra de los treinta aos.
xitos y fracasos Y es as que la ejecucin de los decretos de reforma del concilio tridentino fue siempre el empeo capital lo mismo de Paulo v que de Gregorio xv. El deber de residencia de los obispos fue todava encarecido; se comenz a nombrar nuncios no a obispos en funciones, sino a obispos titulares. Los esfuerzos de los nuncios Barberini y Ubaldini para que el concilio de Trento fuera oficialmente admitido en Francia fracasaron definitivamente en la asamblea de estamentos de 1614-15, ante la oposicin del tercer estamento y del parlamento de Pars; sin embargo, a 7 de julio de 1615 decidi el clero la publicacin de los decretos de reforma en snodos provinciales (cf. c. xxxix). En los Pases Bajos espaoles declar el gobierno obligatorios los decretos del concilio provincial de Malinas (1607) y de los snodos diocesanos que le siguieron. De la publicacin y observancia del concilio tridentino, escriba el nuncio de Colonia Albergati en 1621, depende la salvacin de Alemania*. Conscientes de que la renovacin catlica no estribaba slo en la ejecucin de leyes, sino en grado igual o mayor en la fuerza e incentivo de ideales, los papas elevaron al honor de los altares a los grandes renovadores de la Iglesia en el siglo xvi: Carlos Borromeo fue canonizado en 1610; los ya beatificados por Paulo v: Ignacio de Loyola (1609), Teresa de Jess (1614), Felipe Neri (1615) y Francisco Javier (1619) fueron canonizados el 12 de marzo de 1622 en una fiesta nica, que super en esplendor a todo lo antes conocido. No faltaron reveses. Cuando el 5 de noviembre de 1605 se descubri que un grupo de catlicos ingleses queran volar el parlamento para asesinar a Jacobo i, cay sospecha de complicidad sobre el jesuta Garnet, que, bajo sigilo de confesin, haba tenido conocimiento de la conjuracin de la plvora, pero haba desaconsejado el criminal atentado. Garnet fue ejecutado, y el proceso contra l jurdicamente atacable fue aprovechado para acusar al papa y a los jesutas de alta traicin y de principios inmorales6a. Nuevas leyes empeoraron la situacin de los catlicos ingleses. Se
6. Ex illo (se. Concilio Tridentino) pendet salus Germaniae: PASTOR, X I I I , 984. 6a. Sobre PASTOR, X I I , 405-428, cf. H.R. WILLIAMSON, The Gnnpowier Plot, Londres 1951.
3. La vostra dottrina poltica, i precetti di ragitme di stato e gl'mtimi consiglieri siano il imore e l'amore di Dio: H. LAEMER, Zar Kirchengeschkhte des XVI. imd XVII. Jh., Friburgo 18(53, 23. 4. BullRom X I I , 619-627; nuevas particularidades aade una c egunda bula de 12-31622: ibid., 662ss. 5. Anillos de enlace eran los nuncios: Bruselas observaba a Inglaterra, Holanda, Dinamarca y Noruega; Colonia, a Alemania del norte; el nuncio polaco a Suecia y Rusia:
PASTOR, x m , 105.
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les exigi el juramento de que Jacobo i era legtimo rey de Inglaterra, a quien el papa no tena derecho a deponer. El arcipreste Blackwell y numerosos laicos prestaron el juramento a pesar de haber sido condenado por Paulo v, 16 sacerdotes y 2 laicos que lo rechazaron fueron ejecutados. La posicin ante el juramento de fidelidad dividi a los ingleses catlicos en dos partidos. En las tierras hereditarias de la casa de Habsburgo, el pleito del incapaz Rodolfo n con sus hermanos tuvo por consecuencia amplias concesiones a los protestantes, que hicieron temer graves prdidas para la Iglesia. Los estamentos calvinistas de Hungra recibieron en la paz de Viena (1606) libertad religiosa, lo mismo que los secuaces de la confesin bohemia en la carta de majestad de 9 de julio de 1609. El rey Matas ampli los derechos de los calvinistas hngaros y concedi a los estamentos protestantes de la Alta Austria libertad religiosa (1609), lo que vala tanto como la supresin del catolicismo en sus seoros. A pesar de estos contratiempos, la conciencia de los catlicos era tan fuerte, que ya no se contentaban con conservar lo que se posea, sino que se miraba a la represin del protestantismo y a la reconquista de los territorios perdidos. Surgi de nuevo el proyecto de eliminar y recatolizar a Ginebra, Babilonia de las herejas. Las concesiones del edicto de Nantes a los hugonotes parecan excesivas a la curia. El nuncio Barberini hubo de representar a Enrique iv que la razn de estado requera un estado de confesin nica; por lo menos habra que excluir a los protestantes de los altos cargos del estado, como lo pretendi, con xito, el nuncio Simonetta en Polonia. La contrarreforma buscaba la ayuda del estado, precisamente en Centroeuropa, en que la disgregacin poltica de los catlicos haba sido superada por la fundacin de la Liga, y la casa de Habsburgo haba recibido en el emperador Fernando n una cabeza, para quien la defensa y fomento de la religin catlica era asunto de conciencia 7.
Comienzo de la guerra de los treinta aos La ejecucin por obra del duque Maximiliano i de Baviera de la proscripcin de la ciudad imperial de Donauworth, que haba violado la paz religiosa y la recatolizacin ilegal de la ciudad, condujeron a la disolucin de la dieta de Ratisbona por los estamentos protestantes y a la conclusin de una alianza, la Unin (14-5-1608), dirigida por el prncipe elector del Palatinado, calvinista, a la que un ao ms tarde se opuso, por obra de Maximiliano i una alianza defensiva catlica, la Liga. Amn de Baviera, a ella pertenecieron al principio slo los prncipes eclesisticos ms amenazados (Wrzburgo, Constanza, Augsburgo, Ratisbona), desde 30 de agosto de 1609 tambin los tres prncipes electores eclesisticos, pero no los Habsburgo, que estaban divididos entre s. El papa vacilaba en entrar por contrato en ella, e hizo depender su apoyo financiero de que se demostrara existir una alianza general protestante contra los catlicos. El papa jurista no quera caer en la sospecha de haber violado la paz religiosa8. La Unin, por su parte, se cre un poderoso respaldo por medio de alianzas con Inglaterra (1612) y con Holanda (1613); pero, como compuesta de calvinistas y luteranos, careca de consistencia interna; el electorado de Brandenburgo no entr en ella. Mientras el emperador Matas, bajo la influencia de su consejero Klesl, obispo de Viena y desde 1616 cardenal, se inclinaba a la transigencia frente a las exigencias protestantes aun en el imperio (defendi por ejemplo, la admisin en la dieta del administrador protestante de Magdeburgo), su sucesor Fernando n, elegido ya en 1617 rey de Bohemia y en 1618 rey de Hungra, era contrario a todo compromiso. La rebelin del partido de la nobleza protestante en Bohemia y la eleccin del conde del Palatinado Federico v como antirrey fue el chispazo de la guerra de religin que de muy atrs amenazaba. Tanto Fernando n como la Liga renovada recibieron, desde 1620, considerables subsidios del papa. El rey de invierno Sa
8. Dixit nunttus qiwd S Stas citplat rehffitmetn Augustanae Confessumts et taita compactata illaesa Briefe und Akten zur Geschichte des 30Jahnngen Krieges ix, Leipzig 1903, 312. 8a Apodo burlesco que los de la Liga dieron a Federico v del Palatinado, rey de Bohemia (1619-1620)
7 Fernando haba declarado que prefera perder sus reinos que desaprovechar a hiendas una ocasin de favorecer la recta fe: ARG 49 (1958), 259.
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dejado por sus aliados en la estacada, pereci en la batalla de la Montaa Blanca (8-11-1620). Para ayudar a Fernando n y a la Liga a explotar la victoria, pag Gregorio xv en dos aos y medio escasos, subsidios por valor de 1 239 000 florines de buena moneda y unos 700 000 en mala (es decir, depreciada por la inflacin)9. El traspaso de la dignidad electoral palatina a Baviera fue enrgicamente favorecido por el papa, entre otras cosas, por el envo del capuchino Jacinto de Csale. Estos xitos militares y polticos formaron la base de la contrarreforma que ahora se inici, siquiera por de pronto slo en los pases de los Habsburgo. Por obra del enrgico y prudente nuncio Cario Carafa10, fueron expulsados de Bohemia los clrigos y maestros protestantes, primero en cuanto haban tomado parte en la sublevacin; ms tarde, apelando al derecho de reforma del rey, de modo general. Comisiones mixtas, bajo proteccin militar, devolvieron las iglesias y pusieron prrocos catlicos. La resistencia sobre todo de la poblacin urbana y de los campesinos que no queran renunciar al cliz de los laicos, fue sofocada con un despliegue de tropas. Para escapar al acuartelamiento opresor, por el que se quera arrancar la conversin, muchos protestantes emigraron. Hasta 1626 no se suaviz la aplicacin de estos mtodos de fuerza, pero sin renunciar a la exigencia fundamental de volver a la Iglesia catlica. El alma de la restauracin catlica fue el cardenal Harrach, arzobispo de Praga (1624-67), aconsejado por el capuchino Valeriano Magni. Por empeo suyo fue poco a poco cediendo el empleo de los medios de poder estatal a la accin pastoral y apostlica. La dificultad principal fue la falta de sacerdotes seculares, de suerte que la parte prin9. Cf. D. ALBHECHT, Zur Fmanzterung des Dreisstgjahriaen Krieges. Die Subsidien der Kurie fr Kaiser und Liga 1618-35: ZBLG 19 (1956), 534-567. Paulo v pag en los dos aos y medio ltimos de su pontificado 650 000 florines en nmeros redondos, de subsidios, e impuso adems un d'ezmo al clero alemn. El card. Klesl fue detenido el ao 1618 por sus intrigas en la cuestin de la sucesin habsbrgica y por favor a los protestantes, y encerrado hasta 1622 en el monasterio de Georgenberg (Tirol); en 1623 fue puesto en libertad j se anul el proceso (t 1630). J. RAINER, Der Prozess gegen Kard. Klesl: Rom. hist. Mitteilungen 5 (1961-62), 35-163; all ms bibliografa sobre Klesl; id., Kard. M. Klesl. Vom Genct alreformator sum Ausglcichspolitiker.- RQ 59 (1964), 14-33. 10. La relacin final de Carafa de 1628, ed. dirigida por J.G. MLLER: Archiv fr Kunde sterreichischer Geschichtsquellen 23 (1860), 103-450, se funda en otros trabajos previos; cf. J. P I F I A R : HJ 2 (1881), 388-415; PASTOR, X I I I , 175; H. JEDIN: RQ 39 (1931), 411ss. Sus Commentaria de Germwnia- sacra instaurata, Amberes 1630, Colonia 1639, son la exposicin contempornea ms importante de la contrarreforma en los pases hereditarios de los Habsburgo y en el imperio.
cipal del trabajo infinitamente difcil pesaba sobre los religiosos, particularmente jesutas y capuchinos, aunque tambin sobre las rdenes antiguas. La universidad de Praga fue confiada a los jesutas. De modo semejante que Harrach en Praga, trabajaba el cardenal Dietrichstein en su obispado de Olmtz. En Silesia, donde estaba an en vigor la carta de majestad, slo se ejecut la contrarreforma en los principados sometidos inmediatamente al rey y en el territorio del obispado de Breslau, que, de 1608 a 1665 estuvo en manos de prncipes habsburgos. En la Alta Austria se puso a los protestantes el 12 de octubre de 1624 como plazo para su conversin la pascua de 1626; en la Baja Austria, donde Fernando n haba asegurado la libertad a los nobles de la confessio augustana, no se pas de la expulsin de los predicantes calvinistas. En Estiria, Carintia y Carniola se procedi tambin por el destierro con la nobleza protestante (1628). La restauracin del catolicismo en Hungra fue casi exclusivamente obra del cardenal Pzmny, arzobispo de Gran (1616-37)". En numerosos dictmenes en que, desde 1621, se discuten las medidas contrarreformadoras que tomar 12, se ve claro que, de lado eclesistico, se reconoci sin duda la necesidad, pero, a par, la problematicidad de las medidas de coaccin estatal y que su xito dependa de la intensificacin de la cura de almas. El postulado poltico de la unidad confesional queda en pie. La extensin de la contrarreforma al imperio, cae ya en el pontificado de Urbano vni.
FUENTES: BullRom xm-xv; Le relazioni della Corte di Roma lette al Senato degli ambasciatori veneti nel sec. XVII, ed. dirigida por N. BAROZZI G. BERCHET, 2 t., Venecia 1877-79; A. LEMAN, Recueil des instructions genrales aux nonces ordinaires de Franee 1620-34, Pars 1919; Q. ALDEA,
11. Sus Opera omnta, Series lat., 6 t., Budapest 1894-1904; Series Ungarica, 7 t., Budapest 1910-11; novsima bibliografa: L. POLGS, Bibliographia Soc. Jesu, Roma 1957, n. 1150-1416. P. pasa por clsico de la prosa hngara. 12. Informe de Larmormaini, compuesto despus de 1-10-1621: J. KOLLMANW, l.c, I, 17-36; H. JEDIN, Eine Denkschrift ber die Gegenreformation in Schlesien aus dem Jahre 125: ArSKG 3 (1938), 152-177 (compuesto por Christoph Weller S.I.); tambin el memorial: De missmibus Germanicis (compuesto hacia 1600) impreso en DOIXINGER-REUSCH, Geschichte der Moralstreitigkeiten, u , Nordlingen 1889, 390-393, indica ya esta direccin.
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Roma 1943-46; W. FRIEDENSBURG Regesten zur deutschen Geschichte aus der Zeit des Pontifikates Innocenz X: QFIAB 4 (1902) 236-285, 5 (1903) 60-124, 207-222, 6 (1904) 146-173, 7 (1905) 121-138; Acta pacis Westfalicae, ed. dirigida por M. BRAUBACH - K. REPGEN, Serie i, t. 1, Munster 1962; Serie iv, D. t. 1, Munster 1964. BIBLIOGRAFA: PASTOR XIII (Urbano vm), xiv, 13-299 (Inocencio x); SEPPELT v, 275-321. Aunque la crtica de Pastor contra Ranke y Gregorovius (xin-2, 1020-1031) no est injustificada, l mismo est demasiado bajo el influjo de Leman a pesar del duro juicio sobre Richelieu (xm-1, 502ss); ms desfavorablemente juzgan a su vez: J. GRISAR, Papstliche Finanzen, Nepotismus und Kirchenrecht unter Urban VIII: Mise. Hist Pont. 14 (1943) 205-366; K. REPGEN, Finanzen, Kirchenrecht und Politik unter Urban VIH: RQ 56 (1961) 62-74; A. KRAUS, Amt und Stellung des Kardinalnepoten zur Zeit Urbans VIII: RQ 53 (1958) 238-243; id., Die Papstliche Staatsekretarie unter Urban VIII, Friburgo 1964; A. MALVEZZI, Papa Urbano VIII e la questione della Valtellina: Archivio storico lombardo 84 (1957) 5-113; P. BLET, Le Clerg de France et la Monarchie i, Roma 1959; id., La congrgation des affaires de France de 1640: Mlanges E. Tisserant iv, 59-105. Informes de nunciatura del tiempo de Urbano vm: Correspondance du nonce en France Ranuccio Scotti 1639-41, ed. dirigida por P. BET, Roma 1965; Correspondance du nonce Fabio de Lagonissa 1627-34, ed. dirigida por L. VON MEERBEECK, Bruselas 1966. Contra la interpretacin de Pastor de la poltica de Urbano vm como poltica de neutralidad se pronuncia resueltamente a base de la correspondencia del cardenal Bagno Q. Aldea, Instrucciones de los embajadores en Roma 1631-43: Mise. Comillas 29 (Comillas 1958).
Edicto de Restitucin: Antecedentes: PASTOR XIII-1, 354ss; K. REPGEN,
Friburgo 1906 (sobre Wangnereck y su rival Caramuel 63ss, 78ss); D. BiVrTICHER, Propaganda und offentliche Meinung im protestantischen Deutschland 1628-36: ARG 44 (1953) 181-203; G. SCHMID, Konfessionspolitik und Staatsrson bei den Verhandlungen des Westfalischen Friedenskongresses ber die Gravamina ecclesiastica: ARG 44 (1953) 203-222; K. REPGE-' Die Hauptinstruktion Ginettis fr den Kblner Kongress 1636: QFIAB 34 >[1954) 250287; id., Fabio Chigis Instruktion fr den Westfalischen Friedenskongress: RQ 48 (1953) 79-116; id., Die Rmische Kurie und der Westflische Friede i, Tubinga 1962; H. BCKER, Der Nuntius Fabio Chigi in Munster 1644-49: WZ 108 (1958) 1-90; S. CULTRERA, Per la pace di Westfalia. Missione alie corti di Francia e di Spagna del P. lnnocenzo Marcinb da Caltagirone 1647-48, Miln 1955. Richelieu y Mazarino: G. HANNOTEAX, Histoire du card. Richelieu, 6 t , Pars 1893-1947; C.J. BURCKHARDT, Richelieu. Der Aufstieg zur Machi, Munich 1947; E. HASSINGER, Das politische Testament Richelieus: HZ 173 (1952) 485-503; L. DEDOUVRES, Le P. Joseph de Paris Capucin. L'minence grise, 2 t , Pars 1932; U. SILVAGNI, // card. Mazzarino, Turn 1928; V. TORNETTA, La poltica del Mazzarino verso il papato: Astlt 99 (1941) 86-116, 100 (1942) 95-134; R. DERRICAU-M. LARAIN, La mort du Card. Mazarin, Pars 1960. Otros: G. MARAN, El conde duque de Olivares o la pasin de mandar, Espasa Calpe, Madrid 1935; G. ALBION, Charles I and the Court of Rome, Londres 1935; W. BRULEZ, La crise dans les relations entre le Saint-Sige et les Pays-Bas au XVII suele: Bulletin de llnstirut historique belge de Rome 28 (1953) 63-104; M.J. HAVRAN, The Calholics in Carotine England, Stanford 1962. Sobre la historia de los catlicos ingleses en el siglo xvn: PH. G. CARAMAN, Henry Garnet and the Gun-Powder-Plot, Londres 1964; R.J. BRADLEY, Blacklo and the Counterreformation. An inquiry into the strange death of Catholic England: Essays in honor of Garren Matthingly, ed dirigida por CH. H. CRTER, Londres 1966, 348-370.
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El reducido partido de Ludovisi qued en el conclave (19-7 a 6-8-1623) tan reforzado por los partidarios de Aldobrandini, los cardenales Zollern y Klesl y los prncipes Farnese y Medici, que se equipararon con los secuaces de Borghese, y pudieron impedir la eleccin de Millini patrocinada por ste. La enfermedad de muchos cardenales aceler el concierto de los dos cabecillas de partido en la persona de Maffeo Barberini, oriundo de Florencia, que, con gozo de los romanos, se llam Urbano VIH. De 55 aos cumplidos, polticamente experto y, por lo menos en el primer tercio de su pontificado, muy activo personalmente en la direccin de los
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negocios1, hbil en el trato con diplomticos y de fuerte orgullo, alimentaba antipata o desvo contra Espaa y predileccin por Francia, que databa de los aos de su nunciatura all (1604-07). Ms dado al nepotismo que todos los restantes papas del siglo, elev a cardenales a su hermano Antonio y a sus sobrinos Francesco y Antonio jnior, y enriqueci tan desmesuradamente a su familia, que sinti remordimientos de conciencia en su lecho de muerte. La prodigalidad usada con los Barberini est en penoso contraste con la parsimonia con que contribuy al apoyo de la causa catlica en la guerra de los treinta aos. A instancias de los nepotes hizo ocupar en 1543 el feudo pontificio de Castro fundndose en que su posesor, el duque Odoardo Farnese de Parma, no satisfaca a sus acreedores de Roma. Mas como ste hall respaldo en Francia y entabl alianza con Veneeia, Toscana y Mdena, la guerra de Castro termin con una derrota del pontfice. Los Estados de la Iglesia, que se haban dilatado con Urbino tras la renuncia del ltimo llovere, hubieron de sufrir gravemente por la devastacin de anchos territorios y el trastorno de la hacienda. Conocedor de la literatura antigua y moderna, poseedor de una gran biblioteca y personalmente diestro estilista, intervino por s mismo en la reforma del breviario (1631), refundiendo humansticamente varios himnos. La comisin de reforma bajo la presidencia del cardenal Caetani, a la que pertenecan Lucas Wadding O.F.M. Terenzio Alciati S.J., Niccol Riccardi O.P. y el barnabita Bartolomeo Gavanti, se content sin embargo con escasas modificaciones en las vidas de los santos y homilas; los cambios en el misal (1634) y en el pontifical (1644) son insignificantes. La centralizacin litrgica qued conclusa por la constitucin de 5 de julio 1634, por la que el papa se reservaba la beatificacin y canonizacin de los santos, y prohiba todo culto de los mismos que no contara por lo menos cien aos de prctica con aprobacin de las autoridades de la Iglesia. A los cardenales concedi Urbano vin, en 1630, el ttulo de Eminencia; para eludir la presin de las potencias catlicas a que se tuvieran en cuenta sus candidatos, prefiri en el nombra1. Todos los negocios, dice el embajador veneciano P. Contanm en 1627, pasan por las manos de S. Santidad; sin su saber y rdenes no se toma resolucin importante poli tica ni otra alguna N. BAROZZI G. BERCHET, l.c , i, 112.
miento de cardenales (78 en nueve promociones) el elemento italiano en medida mayor que sus antecesores.
Poltica eclesistica en la guerra de tos treinta aos La opinin de Ranke de que, por antipata hacia Espaa y preferencia por Francia, Urbano vm favoreci la poltica antihabsbrgica de Richelieu y as salv indirectamente el protestantismo alemn, simplifica demasiado las cosas. Partiendo del principio, de suyo recto, de que el pontificado deba estar por encima de las rivalidades de las grandes potencias, y trabajar por el mantenimiento de la paz, no pudo, o acaso tampoco quiso' seriamente torpedear la superior y astuta diplomacia de Richelieu, que, sin mirar poco ni mucho a los intereses de la Iglesia, tena por blanco la debilitacin de la dinasta de los Habsburgo y la hegemona de Francia en Europa. Urbano vm perdi de vista que la derrota del emperador y de la Liga condenaba a la ruina la contrarreforma fomentada por sus antecesores. La cuestin de si se dej en eso llevar de la intuicin de que el empleo de medios estatales y militares de poder haba pasado a la historia y que se impona una limitacin a las fuerzas religiosas, apenas puede ser resuelta en el estado actual de la investigacin. Desde estos puntos de vista debe ser juzgada la poltica de neutralidad del papa. El papa no tom medida eficaz alguna contra la expulsin de las tropas pontificias de las plazas fuertes de la Valtelina por suizos a sueldo de Francia; despus de la infructuosa legacin de paz del cardenal nepote Francesco Barberini (1625), fue finalmente anulada por el tratado de Monzn (1626). Por otra parte se neg a entrar en la liga antiespaola dirigida por Francia en la guerra de sucesin de Mantua (1628), aunque tena por ms fundadas las pretensiones de herencia del duque de Nevers y era adverso a una dilatacin del predominio espaol en Italia; en la conclusin de la paz de Ratisbona (1630) tom parte como mediador. Cuando Francia se ali con Gustavo Adolfo de Suecia por el tratado de Brwalde (1631), el papa se fi de la promesa del sueco de que mantendra en los territorios conquistados el culto catlico, y confi que la alianza concluida con colaboracin del nuncio en Pars, Bagno, entre Francia y 851
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Baviera, apartara a Richelieu de su unin con los protestantes alemanes. Las dos expectaciones fallaron. Cuando, tras la victoria de Gustavo Adolfo, junto a Breitenfeld, se vio claro que haba sido engaado por Richelieu, el papa se content con protestar sobre papel, pero neg al partido contrario habsbrgico la ayuda financiera suficiente que hubiera podido aligerar la situacin de los catlicos gravemente amenazados2. Slo cuando las victorias del rey sueco hicieron temer una invasin de Italia, proyect una liga defensiva italiana, que fue sin embargo rechazada, Que a la noticia de la muerte de Gustavo Adolfo celebrara una misa de rquiem, es una fbula de muy atrs rebatida8. Lo que haca tan difcil su situacin era la implicacin o complicacin de intereses polticos y religiosos: en Espaa se pensaba en la convocacin de un concilio general; Richelieu amenazaba con un cisma. Cuando luego la franca entrada de Francia en la guerra (1635) oblig a Fernando n a hacer concesiones a los protestantes en la paz de Praga, ste recibi una censura; a Richelieu se le exhort slo a la paz. El congreso de paz convocado en Colonia, fue saboteado por las grandes potencias, sin que el papa sacara consecuencias de esta conducta. Es difcil librarse de la impresin de que la poltica de neutralidad del papa vino de hecho a parar en favor de Francia. Su consecuencia ineludible fue el paro de la contrarreforma y un grave perjuicio de la causa catlica en el imperio.
La contrarreforma en el imperio Desde comienzos del siglo xvn tomaron all los catlicos la iniciativa. Despus de la conversin de Wolfgang Wilhelm de PfalzNeuburg (1613) sus territorios volvieron por lo menos en parte a ser catlicos, Bamberg fue asegurada por Aschhausen, en Constanza
2. Segn D. ALBRECHT, Zur Finanzierung des Dreissigjahrtgen Krieges: ZBLG (1956), 548-562, hasta 1631 casi slo se pagaron restos de dinero de anterioresi ofertas; desde entonces a 1635, 550 000 tleros. Para juzgar la escena descrita por PASTOR ( X I I I - 1 ) con el card. Borja a 8-3-1632, hay que tener en cuenta que al lado de Borja estuvo tambin el cardenal Ludovisi, muy estimado por Pastor, y que tampoco el cardenal Pzmny, mucho ms moderado, logr apoyo alguno1 en Urbano VIH. 3. S T . E H S E S , Papst Urban VIII. und Gustav Adolf: HJ 16 (1895), 336-3+1; J.S. ScHNirzER, Urbans VIII. Verhalten bei der Nachricht vom Tode des Schwedenkonigs: Festschrift Camposanto, Friburgo 1897, 280-283.
trabajaba por el mismo tiempo el obispo Jakob Fugger. Tambin en Alemania del norte pudieron anotarse progresos. En la ciudad imperial de Aquisgrn el consejo protestante fue arrojado por tropas espaolas (1614), en el obispado de Mnster el prncipe elector de Colonia, Fernando de Baviera, implant la reforma tridentina, en el obispado de Paderborn pudo continuar las medidas de su antecesor Frstenberg; pero aqu como en todo el norte, la situacin no cambi hasta las victorias de Tilly y Wallenstein. Comenz la reincorporacin de los obispados y monasterios protestantizados desde 1552. El nuncio de Colonia, Montorio, mand misioneros a Bremen, Magdeburgo y Halberstadt; en la Marca de Brandenburgo trabaj primero el converso Juan von Leckow, ms tarde tambin los jesutas. La base jurdica para una accin en grande la dara el edicto imperial de restitucin de 6 de marzo de 1629, que estaba preparado por la Pacis Compositio, aparecida el mismo ao; sus autores, los jesutas Forer y Laymann, eran de opinin que la paz religiosa de Augsburgo no anul formalmente el edicto de Worms y que slo cre un derecho provisional que no autorizaba a los protestantes a ms reformas sobre las existentes en 1555 *. El edicto de restitucin dispona: 1) la devolucin de dos arzobispados, dos obispados y numerosos monasterios enajenados desde el tratado de Passau y dependientes inmediatamente del imperio; 2) la devolucin de cabildos, monasterios y sus bienes, dependientes mediatamente y enajenados desde igual fecha; 3) anulando la Declaratio Ferdinandea, la igualdad con los protestantes de los estamentos catlicos en derecho de reforma. Jurdicamente defendible, el edicto fue polticamente un grave error, pues uni al protestantismo alemn amenazado en su existencia5. Para la ejecucin del edicto fueron nombrados comisarios imperiales; en la baja Sajonia, el enrgico obispo de Osnabrck, Franz Wilhelm von Wartenberg6, que recibi los obispados de Verden y Minden; Bremen, Magdeburgo y Halberstadt fueron entregados al archiduque Leopoldo Guillermo. Hasta fines del ao 1631 volvieron al poder de los catlicos dos arzobispados, cinco obispados,
4. M. HECKLL, Autonoma, und Pacis compositw. Der Augsburger Religionsfriede in der Deutung der Gegenreformation: ZSavRGkan 45 (1959), 141-248. 5. Texto M.C. LUNDORP, Acta Publica, m , Francfort del Meno 1668, 10+8. 6. G. SCIIWAIGER, Kardmal Franz Wilhelm van Wartenberg ais Bischof von Regensburg, Munich 1954
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dos abadas imperiales y 150 iglesias y monasterios. Pero antes de que la ejecucin hubiera concluido y la interna penetracin de los territorios recin adquiridos hubiera pasado de los comienzos, cayeron por tierra los supuestos de poder para la contraofensiva: Wallenstein fue derribado, las victorias de Gustavo Adolfo y su avance por el sur de Alemania tuvieron por consecuencia la prdida de todo lo adquirido en el norte y de la mayor parte tambin del sur, particularmente en Wrttemberg. En la paz de Praga con Sajonia (1635), el emperador hubo de renunciar al edicto de restitucin y conceder por cuarenta aos a los secuaces de la confesin de Augsburgo que entraron en la paz los bienes de la Iglesia ocupados desde el tratado de Passau hasta el 12 de noviembre de 1627. La paz de Westjalia El intento del papa de mediar en el congreso de la paz en Colonia, sirvindose del cardenal legado Ginetti, entre los dos principales rivales: las dos potencias habsbrgicas y Francia, sali fallido; no se pas de cuestiones de forma (1636-1640). Entretanto se iba empeorando de ao en ao la situacin militar de los catlicos en el imperio; Fernando m y sus consejeros vieron claro que, sin grandes concesiones en terreno eclesistico, no era posible lograrse la paz. El nuncio en Colonia, Fabio Chigi, enviado al congreso de paz de Mnster, se vio reducido a mediar nicamente entre los estados catlicos. Mientras el conde Trautmannsdorf, plenipotenciario del emperador, y el prncipe elector Maximiliano de Baviera tenan por inevitables grandes concesiones a los protestantes, surgi un grupo integrista, cuyo portavoz publicitario era el jesuita Wangnereck, bajo la direccin del futuro cardenal Wartenberg y el obispo Knoeringen de Augsburgo, que, por consideraciones de principio, se opona al abandono de los derechos y ttulos eclesisticos. La paz firmada el 24 de octubre de 1648 7 contena tres concesiones que escindan definitivamente el imperio en materia religiosa, fijaban el estado de posesin de las
7. El Instrumentum pacis Osndbrugense et Monastertense, puede fcilmente verse en K. ZEUMER, QueUenswmrnlung sur Geschichte der deutschen Reichsverfassung m Mittetalter und Neuseit, Leipzig 1904, 332-379; la confirmacin de Ja protesta por Inocencio x: BullRam xv, 603ss.
confesiones y marcaban el paro de la contrarreforma: 1. La paz religiosa de Augsburgo se extiende a los calvinistas; 2., el ao normal para el ejercicio de la religin y la posesin de bienes eclesisticos es el 1 de enero de 1624, pero no para los pases hereditarios austracos; 3., se reconoce el derecho de reforma de los estamentos, pero tambin el Reservatum ecclesiasticum, atacado de lado protestante. El 24 de octubre de 1648 present Chigi una protesta contra estas disposiciones gravemente perjudiciales para la Iglesia, no contra la paz como tal; protesta de muy atrs preparada, a la que se adhirieron unos veinte estamentos catlicos imperiales. Fue confirmada por breve papal de 26 de noviembre de 1648, pero no tuvo ningn efecto. Era el anuncio de un giro: el sistema estatal europeo se emancipaba del papado. El sucesor de Urbano vm, que hizo la protesta, nada pudo contra esta evolucin. En el conclave (9-8 a 14-9-1644), Sacchetti, que era el candidato ms probable de los nepotes de Urbano vm y de los franceses, recibi el veto de Espaa. Los dos partidos se concertaron luego sobre la eleccin de Gianbattista Pamfili, por ms que no era grato a los franceses y el conde-duque de Olivares, ministro principal de Espaa, se haba opuesto al nombramiento de cardenal del antiguo nuncio en Madrid. Ms certera que cualquier otra caracterizacin de Inocencio x es su retrato por Diego de Velzquez del ao 1650: presencia mayesttica, prudente, reservado, hasta suspicaz, pero asimismo lento, a veces vacilante en sus decisiones, preocupado del derecho y del orden. Su pontificado que no puede ser llamado ni brillante ni afortunado (PASTOR) est bajo la sombra de su cuada Olimpia Maidalchini, ambiciosa y sobornable, a la que concedi demasiada mano en asuntos mundanales y en poltica personal. Sin embargo, el secretario de estado no fue el hijo de ella, el cardenal nepote Camillo Pamfili, sino el cardenal Panciroli, al que sucedi el nuncio en Colonia, Chigi (1651). Como los Barberini tuvieran que rendir cuentas por la dilapidacin de dineros eclesisticos, el cardenal Antonio huy a Francia y se puso bajo patrocinio francs. Intimidado por amenazas de Mazarino, hubo de avenirse el papa a indultarlo. La guerra entre Francia y Espaa, que prosegua, oblig a Inocencio x a caminar sobre un hilo de seda (PASTOR). Aunque inclinado a Espaa, tena que tener consideracin a Francia, que estaba 855
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subiendo a potencia hegemnica de Europa y al que llevaba su poltica durante la menor edad de Luis xiv, el italiano Mazarino (t 1661). Cuando en 1640 se separ Portugal de Espaa, y en Juan iv se dio un rey nacional de la casa de Braganza, el papa se neg a reconocerlo y proveer los obispados vacantes con los obispos nombrados por aqul. Durante la sublevacin de Masaniello (1647), no quiso tomar partido en favor del dominio de Espaa en el reino de aples, pero tampoco aprovech la confusin, como deseaba Mazarino, para dilatar los estados de la Iglesia en virtud del derecho superior de investidura del papa. Aquellos se redondearon por la anexin del feudo farnesio junto al lago de Bolsena (1649). Las relaciones con Venecia, que seguan tensas, se mejoraron, desde luego, cuando el papa repuso la inscripcin que bajo Urbano vm haba sido retirada de la Sala Regia, bajo la representacin de la paz de Venecia (1177) y que deca cmo Alejandro m haba recuperado su puesto con ayuda de Venecia; pero, como la Seora continuaba violando la inmunidad eclesistica, el papa slo le prest modesto apoyo en la guerra con la Puerta en torno a Canda.
Inglaterra, la mayor potencia protestante En Inglaterra, el casamiento de Carlos i con Henriette Mara, hija de Luis xm de Francia no trajo a los catlicos el deseado alivio; las promesas hechas durante la tramitacin de la dispensa matrimonial, no fueron mantenidas al ofrecer resistencia el parlamento. En lugar del arcipreste que hasta entonces ejerca su cargo, fue nombrado en 1623 un vicario con dignidad episcopal; pero discrepancias con los jesutas obligaron al segundo titular del cargo a abandonar a Inglaterra, de suerte que los 150000 catlicos quedaron sin cabeza. Sigui prohibido el culto catlico, la no asistencia al anglicano estaba multada. Por influencia del rey que personalmente se inclinaba al catolicismo, y de su esposa, las leyes persecutorias fueron manejadas ms benignamente, y hasta se discutieron posibilidades de unin8; pero su rgimen absolutista y en terre8. H.R.T. BRANDRETH, Grgoire Pamani et Vidal de la reunin saus le rgne de Charles I. d'Angleterre: Irnikon 21 (1948), 32-47, 179-192; M. NDONCELLE, Trois aspects du. problme anglo-cathohqae au XVIIe sicle ( P 1951); el escrito de unin del
no eclesistico su fuerte acentuacin de la constitucin episcopal, que ya su padre haba reintroducido gradualmente en Escocia y la liturgia de la cena prescrita all por l y que se acercaba mucho a la tradicin catlica, hallaron fuerte resistencia en el parlamento y entre los presbiterianos e independientes. Aunque* al estallar la guerra civil, fue apoyado por la nobleza catlica y finalmente tambin por los irlandeses, fue vencido y ejecutado (1649). El lord protector, Oliver Cromwell, fanticamente anticatlico, aboli desde luego las leyes penales contra la no asistencia al culto anglicano (1650); pero la tolerancia religiosa por l concedida no aprovech apenas a los catlicos, a los que se calificaba de idlatras. El que se negaba a prestar el juramento de adjuracin (condenacin del primado papal, de la transustanciacin y del culto de los santos y de las imgenes), exigido de laicos y sacerdotes desde 1655, perda dos tercios de su fortuna y casi todos los derechos civiles; los sacerdotes deban abandonar el pas so pena de muerte. La revolucin inglesa deshilacli tambin toda esperanza de aligeramiento de la suerte de los catlicos irlandeses duramente oprimidos. Su levantamiento, victorioso al principio, contra la dominacin inglesa, fue apoyado por Urbano vm con dinero y el envo de nuncios; el tratado de Kilkenny (1645), en que el agente real Glamorgan les haba prometido libertad religiosa, no fue ratificado por Carlos i; slo poco antes da su cada se la concedi a condicin de prestarle ayuda armada en la lucha con el parlamento8*. La concesin lleg tarde. Cromwell someti el pas con cruel dureza y, por medio del acta de poblacin, expropi a una gran parte de los terratenientes catlicos. Un decreto de 6 de enero 1653 dispona que todos los sacerdotes catlicos abandonaran el pas bajo pena de alta traicin. Los catlicos quedaron diezmados por la deportacin a las Indias occidentales o por la emigracin y el hambre. Por obra de Cromwell vino a ser Inglaterra la gran potencia del protestantismo. Los Pases Bajos lograron en la paz con Espaa el reconocimiento definitivo de su soberana. Suecia no pudo ciertamente
converso Ch. Davenport de 163+ est estudiado en R. ROUSE - ST. C H . NEILL, Geschiclite der bkumenischen Bewegung, i, Gotinga 1957, 191ss. 8a. Segn H . F . KEARNEY, Ecclesiastical Pohtics and the Counter-Reformation in Ireland 1618-48. J E H 11 (1960), 202-212 en el episcopado irlands se enfrentaban una tendencia moderada, en favor del arreglo con Inglaterra, y otra radical, hispanfila; desde 1640 la curia favoreci a la primera.
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mantener a la larga la posicin de gran potencia conquistada por Gustavo Adolfo, pero dominaba por las cabezas de puente en suelo del imperio el mar del norte y forz a Polonia a la paz. Las potencias protestantes en que la fe catlica estaba prcticamente extirpada 9, estaban en auge. La antigua gran potencia catlica, Espaa, haba sucumbido en la lucha con la Francia de Richelieu, que no tena ganas de asumir el papel de Felipe n como defensor de los intereses catlicos. La contrarreforma en Europa qued parada, no as la reforma tridentina. Inocencio x trabaj por ella10 y poco despus de la conclusin de la paz comenz en el imperio una ola de innovaciones eclesisticas (cf. tomo vi). Por la condenacin de cinco proposiciones del Augustirws de Cornelio Jansenio (t 1638 como obispo de Iprs), tom Inocencio x a 31 de mayo de 1653 la decisin doctrinal de ms graves consecuencias de todo el siglo. La decisin slo puede estimarse en el contexto de la polmica sobre la doctrina agustiniana de la gracia encendida ya bajo Urbano vm, que continuaba la discusin en torno a Bayo y el molinismo (cf. cap. XLI), pero, a diferencia de stos, afect a todos los rdenes de la vida eclesistica hasta muy entrado el siglo XVIII (cf. tomo vi). Bajo Inocencio x se impuso un cambio en la suprema direccin poltica, cuyo efecto se hace sentir hasta hoy: el respectivo cardenal nepote perdi la posicin de primer ministro a favor del secretario de estado. Bajo su antecesor, el cardenal nepote Francesco Barberini, que, al principio (hasta 1632) haba estado a la sombra de los secretarios de estado Magalotti y Azzolini, supo asegurarse influencia predominante respecto del secretario de estado Ceva, que el papa haba pensado como contrapeso, y finalmente, llev a este puesto (1643) a Spada, que era hechura suya. Pero este auge del cardenal nepote no pas de episodio. Los nepotes de Inocencio x: Camillo Pamfili y Astalli, no tuvieron nunca papel dirigente, que pas a los secretarios de estado Panciroli y (desde 1651) a Chigi,
9. Romeinische Bronnen voor den ketkelijken Toestand der Nederlanden ondcr de Apostolische Vicarissen, i, ed. dirigida por J.D.M. CORNELISSEN, La Haya 1932, fuentes 1592-1651; J. METZLER, Die Apostolischen Vikarvite des Nordens, Paderbom 1919, I. HANSTEB3-KNTJDSEN, De rehttombus nter Sanctam Sedem et Norvegiam, Roma 1946; sobre intiles, intentos misionales de los jesutas en Dinamarca y Suecia: DUHR, I I , 2, 75ss. 10. Vase la carta de 4-4-1652 en los Deutsche Geschichtsbltter 16 (1915), 10
con quienes comienza la serie de secretarios de estado: Por primera vez en la historia de la secretara de estado dirigieron los nuncios y legados sus escritos inmediatamente al secretario de estado, por primera vez firm solo el secretario de estado los escritos e intrucciones remitidas (Hammermayer). Chigi fue el primer secretario de estado que subi a la ctedra de Pedro. La paralizacin de la contraofensiva catlica no corri parejas con la de las bellas artes. Urbano vm consagr el 18 de noviembre de 1626 la nueva iglesia de san Pedro, para la que su arquitecto Bernini cre el baldaquino de bronce sobre la Confessio y el sepulcro del papa Barberini ". Muchas iglesias de mrtires (por ejemplo santa Bibiana, los santos Cosme y Damin) fueron restauradas por l, sus nepotes y otros cardenales. La urbanizacin de las Siete Colinas iniciada por Sixto v fue proseguida por la instalacin de nuevas calles y la construccin de un magnfico' palacio familiar, y la imagen de la ciudad qued embellecida por la instalacin de numerosas fuentes. Las guas de Roma de Mancini y Celio, Baglione y Totti no se presentaban ya como guas de peregrinos a los lugares santos y reliquias, sino como fuentes bien informadas de los monumentos artsticos de la Roma pagana y cristiana, desde la antigedad hasta el presente. Bajo el sobrio y econmico Inocencio x cay Bernini por un tiempo en desgracia, la torre para las campanas de san Pedro por l erigida qued interrumpida, pero se complet la decoracin interior, de suerte que los 700000 peregrinos que se calcularon en el jubileo de 1650 la contemplaron esencialmente en su forma actual, lo mismo que la iglesia de Letrn restaurada por Borromini, y las iglesias barrocas acabadas tras largo perodo de construccin de san Ignacio y san Andrs della Valle. La perla de todas las plazas romanas, Piazza Navona, en que se levantaba el palacio familiar de los Pamfili, recibi su forma definitiva por la fuente de cuatro caos de Bernini. La Roma barroca posea ahora su perfil. En el curso de la reforma catlica haba venido a ser por sus universidades y colegios un centro de ciencia eclesistica; ahora se convirti en meta de los viajes educativos.
11. PASTOR, X I I I - 2 , 917-980, xiv, 278-299; L. SCHUDT, Le guide di Roma, Viena 1930, 40ss; O. POLLAK, Die Kunsttatigkeit unter Urbm VIII, Augsburgt 1928; R. W I T TKOWER, Bernini, tke Sculptor of the Romn- Baroque, Londres 1955.
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L. Confesionalismo y secularizacin L. CONFESIONALISMO Y SECULARIZACIN La secularizacin del pensamiento: W. DILTHEY, Weltanschauung und Analyse des Menschen seit Renaissance und Reformation, Leipzig-Berln 1914; G. SAITTA, // pensiero italiano nell'Umanesimo e nel Rinascimento ni, Bolonia 1951; H.E. WEBER, Reformation, Orthodoxie und Rationalismus, 2 t , Gtersloh 1940; para la filosofa UEBERWEG I I I , Darmstadt 14 1957. Para los emigrantes italianos el fundamental: D . CANTIMORI, Eretici italiani del Cinquecento, Florencia 1939; traduce, alemana por W. KAGI, Basilea 1949; D. CANTIMORI - E. F E I S T , Per la storia degli Eretici italiani del seclo XVI in Europa, Roma 1937 (textos); desde entonces numerosas monografas sobre personalidades particulares, por ejemplo: G. SPINI, A. Bruccioli, Florencia 1940; Giacomo Aconcio, Strategamatum Sotana II. v m , ed. dirigida por G. RADETTI, Florencia 1946; C H . DONALD C M A L L E Y , Jacopo Aconcio, Roma 1955; L. F I R P O , Gli scritti di F. Pucci, Turn 1957; A. BERTINI, Giovanni Bernardino Bonifacio, Mrchese Oria: Archivio Storico napoletano 76 (1958) 191-265. S T . DUNIN BORKOWSKI, Die Gruppierung der Antitrinitarier des 16. Jh.: Scholastik 7 (1932) 481-523; E.M. WILBUR, A History of Unitarism, Cambridge-Mass. 1945; ST. K O T , Socinianism in Poland, Boston 1957; nueva bibliografa polaca: B. STASIEWSKI, Reformation und Gegenreformation in Polen, Munster 1960, 52ss; G. SCHRAMM, Neue Ergebnisse der Antitrinitarierforschung: Jahrbcher fr Geschichte Osteuropas N F 8 (1960) 428ss; L. FEBVRE, Le problme de l'incroyance au XVI' sicle, Pars 1942; cf. las observaciones de P. JOURDA: R H E F 29 (1943) 262-275; id., Au coeur religieux du XVV sicle, Pars 1957; A. KLEMPT, Die Sakularisierung der universalhistorschen Auffassung, Gotinga 1960. Galileo: Le Opere di G. Galilei, ed. dirigida por A. FAVARO, 20 t., Florencia 1890-1909; L. OLSCHKI, Galilei und seine Zeit, Florencia 1927; A. KOYR, Etudes Galitennes, 3 t , Pars 1939; Nel terzo centenario della morte di G. Galilei. Saggi e conferenze, Miln 1942; F . DESSAUER, Der Fall Galilei und wir, Francfort del Meno 2 1949; P. PASCHINI, Vita e opere di G.G., Roma 2 1965, con bibl. Sobre el curso del proceso: PASTOR X I I , 203-214, XIII-1, 616-630; Festschrift zum 400. Geburtstage (1964). Sobre Galileo: E. GENTILI, Bibliografa Gallileana fra i due Centenari 1942-1964: SC 17 (1964) 267-309.
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La precisa delimitacin doctrinal y territorial entre catlicos, luteranos y calvinistas, la confesionalizacin y las luchas sobre la fe que de sta resultaron, son la caracterstica ms destacada del siglo entre el concilio tridentino y la paz de Westfalia. Sin embargo, la violencia de la mutua polmica y la sangre derramada en las guerras de religin hacen germinar una nueva ansia de paz religiosa y de unidad eclesistica. Cierto que las conversiones que se hacen ms frecuentes hacia fines del siglo y una serie de coloquios religiosos dan ocasin para nueva controversia; pero tambin se aco861
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L Confesionahsmo y secularizacin
mete la audacia del irenismo, siquiera slo por parte de solitarios. Como se ha visto que la unidad religiosa dentro de los estados no puede imponerse a la fuerza, va ganando terreno la idea de tolerancia, sin que logre imponerse fuera de la Francia de Enrique iv, y aun eso en medida limitada. Las conversiones a la Iglesia catlica suponen estrictamente la separacin precisa de las creencias catlicas respecto de las protestantes operada por el concilio de Trento. No cae bajo este concepto la reduccin de territorios enteros por razn de edictos de seores temporales, aunque entre las listas o cifras dadas por los jesutas 1 , se encuentre un gran nmero de autnticas conversiones, fundadas en conviccin personal. La serie de prncipes convertidos en Alemania la abre (1590) el margrave Jacobo de Baden-Hachberg, posteriormente siguen el conde del Palatinado Wolfgang Wilhelm, el conde Juan Luis de Nassau-Siegen, el margrave Christian Wilhelm de Brandenburgo, el landgrave Federico de Hesse y, en los aos inmediatos despus de la paz de Westfalia, el duque Ulrich de Wurttemberg, el duque Juan Federico de Brunswick-Lneburgo y el landgrave Ernesto de Hesse-Rheinfels. Es evidente que en algunas de estas conversiones entraron en juego motivos polticos y oportunistas. Para las conversiones de sabios se indica frecuentemente como motivo la desunin de los protestantes y las diferencias de sus doctrinas; en cambio, lo cerrado del edificio doctrinal catlico y la belleza de su culto ejercen fuerza de atraccin. De entre los muchos sabios convertidos descuellan: Friedrich Staphylus (f 1563), antes profesor en Knigsberg; Theobald Thamer (f 1569), antes profesor en Marburgo, que se convirti en Roma, Gaspar Ulenberg (t 1617), en Colonia; Juan Pistorio, de Hesse (f 1608), cuyo panfleto: Anatoma Lutheri (1595-98) exasper a los protestantes; el jesuta de Marburgo, Helferich Hunnius (f 1636); el fillogo de Hamburgo, Lucas Holstenius (t 1661), cuyo cambio de sentir cae todava en su poca de Leiden y que, despus de su conversin fue ganado en Pars por el cardenal Barberini como bibliotecario. El ao 1640 se convirti el poeta Jost van den Vondel, cuyos padres haban sido anabaptistas. El antiguo predicante calvinista Adam Gottfried Volusius (t 1679) lleg a ser obispo auxiliar de Maguncia.
1. DLHR, I I 2, 66ss, J SCH\CHER, Luzerner Akten 1580 1780 ZSKG 57 (1963), 136, 165 220, 303 341 sur Gesch kath Konvertuen,
Los coloquios religiosos de la poca no pueden reducirse a un denominador comn. El coloquio organizado por el emperador Fernando i en Worms (11 al 20-9-1557) era un remedo de las conversaciones religiosas convocadas por Carlos v, una solucin de perplejidad. Su resultado fue nulo, porque los telogos de Jena, con Flacius a la cabeza no pudieron avenirse con la mayora de los colocutores protestantes, bajo la direccin de Melanchthon, que se negaban a condenar las opiniones que no estuvieran de acuerdo con la primitiva Conjessio Augustana2. El coloquio religioso de Badn (1589) fue convocado por el luego convertido Jacobo de Baden-Hachberg; su tema principal fue la doctrina de la justificacin; portavoz de los protestantes fueron Jacobo Andrea y Jacobo Heerbrand; de los catlicos, el convertido Pistorio y el jesuita Buseo. Pistorio qued excluido del coloquio de Emmendingen organizado al ao siguiente sobre la doctrina de la Iglesia 8 . Intenciones de conversin subyacan tambin en el coloquio de Ratisbona, ao de 1601, que, tras cuidadosa preparacin, fue conjuntamente convocado por Maximiliano i de Baviera y el riguroso luterano Phihpp Ludwig von Pfalz-Neuburg. Objeto de la disputa, en que tomaron parte telogos de Neuburgo, de Wurttemberg, Sajonia electoral y Brandenburgo, y de parte contraria los jesutas Gretser y Tanner, fue la relacin entre Escritura y tradicin; en seguida del coloquio surgieron no menos de 55 escritos de controversia 4. El coloquio religioso de Thorn de 1645 fue convocado por el rey Ladislao de Polonia, a fin de poner fin a las discusiones internas dentro del pas. Super a todos los anteriores por el nmero de participantes (26 catlicos, 28 luteranos, 24 calvinistas), pero fracas ya en la cuestin del orden de asuntos que tratar 5 . De ninguna de estas organizaciones vinieron impulsos eficaces para la mutua aproximacin. stos vinieron de otra parte.
2 P Canisu cpp ti acta, n , 125 180, ibid , 791 la lista de los colocutores catlicos, ocupo la presidencia el obispo Pflug1 von Naumburg Ms bibliografa JANS SEN, IV, 21 31 3 Acta del coloquio de liaden (1590), cf A KLFIXSCIIMIDT, Jacob III, Matkgraf su Baden-Hachberg, der eistc regietendc Konvertit vn Deutschtandj Francfort del Me no 1875 4 \V HERBST, Das Regensburger Rehgionsgesprach von 1601, Gutersloh 1928 5 K t JORDT JORGENSEN, Okumenische Bestrebungen linter den p&lnischen Protestante, bis smn Jahre 1645, Copenhague 1942, H SCHUSSLER, Georg Cahxt Thelogw und Kirchcnpohiik, Wiesbaden 1961. 122 133
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Contrarreforma europea
Los irnicos humanistas de hacia la mitad del siglo xvi parten generalmente de la distincin erasmiana entre los artculos fundamentales de la fe, sobre los que hay o por lo menos puede haber unanimidad, y las sentencias u opiniones teolgicas que se dejan a la libre discusin; en ellos pervive la conciencia tradicional de la cristiandad una. Hay, sin embargo, variantes de consideracin. Jorge Witzel espera restablecer la unin cristiana por la reforma de la Iglesia actual y el retorno a la antigua. Su escrito de unin: Via regia apareci postumo en 1564 6. El ms influyente representante de esta tendencia veterocatlica fue Jorge Cassander (f 1566). En su escrito, compuesto con ocasin del coloquio religioso de Poissy (1561): De officio pii et publicae tranquillitais ver amantis viri, declara que pertenecen a la Iglesia de Cristo todos aquellos que acepten el smbolo apostlico. La Consultado de articulis nter Catholicos et Protestantes controversis (1564) pedida por el emperador Fernando i seala como nico camino viable para la unin el retorno a la fe e instituciones de la antigua Iglesia (que para l se identifica con la era de Constantino y los grandes padres de la Iglesia) 7. Sin embargo, ni Witzel ni Cassander eran para Pedro Canisio verdaderos catlicos (ver et integre catholici), pues no seguan los decretos del concilio tridentino ni las normas de una sana teologa, y hasta se desviaban a veces de la fe catlica8. La influencia de Erasmo sigue predominando en el polaco Andrs Frycz Modrzewski (f 1572), que, como secretario del rey Segismundo Augusto, influy sobre su poltica religiosa *, y en Michel de l'Hpital (t 1573), secretario de Catalina de Medici, que tiende el puente del irenismo humanista a la idea de tolerancia estatal y al grupo de polticos que aspiraban a un arreglo con los hugonotes10. Medio siglo ms tarde, las ideas irnicas de Cassander fueron recogidas por dos irnicos protestantes: Grocio y Calixto. El holands Hugo Grocio (f 1645) que como remonstrant contra
6. W. TRUSEN, Um die Reform imd Exnheit der Kirche. um Leben und Werk Georg Witzels, Munster 1956, 77ss. 7. M.E. NOITE, Georgws Cassander en zijn oecumenisch streven, Niraega 1951. 8. P. Canis epp. et acta, vil, 553 (8-8-1580). Segn REUSCH, Der Index, i, 361, la edicin de Cassander de los antiguos himnos de la Iglesia fue puesta en el ndice tridentino, pero no su tscrito sobre la unin. 9. De repblica emendanda, Basilea 1559; cf. G. SCHRAMM, Modrevius-Forchun. gen Jahrbucher fur Geschichte Osteuropas N F 6 (1958), 352-373 (con bibl.). 10. A. BUISSON, Michel de 'Hospital, Pars 1950 (con buena bibl.). 9&A
la rgida tendencia calvinista dominante y como traidor a la patria estuvo encarcelado por los aos de 1619-21, desarroll las bases teolgicas de sus posteriores esfuerzos por la aproximacin primero de las confesiones protestantes, anglicanas y ortodoxas. Si de joven haba querido mover a su madre catlica a la apostasa, porque era deca demasiado inteligente para seguir siendo papista, hacia el fin de su vida se aproxim a la doctrina catlica, defendiendo la sucesin apostlica, la jerarqua y el concepto catlico de sacramento; Grocio tena por posible, a base de la Cpnfessio Augustana, la superacin de la escisin en la fe, que, con Erasmo, tena por superflua y daosa, y en medio de la guerra de treinta aos traz el ideal de una Magna universitas Christianorum pacificada, con el papa como sumo sacerdote a la cabeza u . Mientras de lado de los reformados no se interrumpieron nunca los esfuerzos por la unin de los protestantes entre s (Philippe de Mornay Duplessis, Franz Junius, John Dury), en parte por motivos polticos, pues el calvinismo no estaba an reconocido por el derecho imperial, entre los protestantes fueron suprimidos por la ortodoxia los restos de antiguo catolicismo que aparecen en Melanchthon, y no vuelven a reaparecer hasta el telogo de Helmstedt, Jorge Calixto (t 1656). El principio de la tradicin que en sus comienzos (1629) quiso explotar contra la Iglesia catlica, vino a ser la base de su irenismo, que se dio conscientemente la mano con Cassander: el smbolo apostlico y el consenso universal de la antigua Iglesia sobre los artculos fundamentales constituyen para l la nica base posible de la unin12. Su punto de vista fue violentamente impugnado de lado luterano en la Anatoma Calixtina (1644); pero muchas de sus ideas reaparecen en el Plan de unin de Maguncia de 1660, que probablemente tiene que ver con las aspiraciones y esfuerzos del prncipe elector de Maguncia, Johann Philipp von Schnborn, por lograr una aproximacin de las confesiones: Reunin de los luteranos (no de los calvinistas) con la Iglesia
11. Via ad pacem ecclesiasticam, Pars - Amsterdam 1642; a los trabajos consignados en LThK 2 iv, 1244 de J. SCHLUTER, R. VOEETZELT y P. POLMAN adase: J. SPORL, Hugo Grotts und der Humanismus des 17. Jh.: HJ 55 (1935), 350-357; J. CORNELISSEN, H. de Groot op den Index: Mise, histrica in honorem L. van der Essen I I , Bruselas 1947, 757-768; K. REPGEN, Grotms papisans: Reformata reformanda n , 370-400. 12. E.L. T H . HENKE, Georg Cahxt und seine Zeit, 2 t , Halle 1853-54; H. SCHSSEEK, Georg Calvct. Theologie und Kirchenpolitik, Wiesbaden 1961.
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catlica a base de la Confessio Augustana, del matrimonio de los sacerdotes, del cliz de los laicos y de ciertas concesiones disciplinares y dogmticas. Volveran a la obediencia del papa como catlicos reformados 13. El prncipe elector se distanci del proyecto y en Roma no se lo tom evidentemente en consideracin. De tendencia ms antipapal que irnica es el proyecto de unin del italiano Marcantonio de Dominis14. Unnime en la fe en Cristo y en el smbolo apostlico, una Iglesia episcopal debe abarcar tambin a los protestantes, sin perjuicio de ciertas enseanzas aparte; el papa sera smbolo exterior do esta unidad, pero tendra que devolver antes a los miembros de la Iglesia sus derechos originales. Distintas en principio de las aspiraciones irnicas, aunque se tocaran con ellas en las consecuencias, fueron las disquisiciones sobre la tolerancia estatal. Cierto que queda en lo esencial intacto el postulado de que, dentro de un Estado, slo puede dominar una religin o una confesin; pero en la prctica no pudo mantenerse. Durante las guerras de los hugonotes, los polticos (los hijos del condestable Montmorency, cardenal Bellay, Maurillac y otros) abogaron por la colaboracin con los calvinistas y por su tolerancia. Segn Bodin (f 1596), el monarca est obligado a mantener la unidad religiosa del pas, cuando existe, pero no le es lcito restablecerla a la fuerza. Posteriormente Bodin se inclin a la idea de que lo mejor es dejar a cada uno su religin personal15. Una vez que Enrique iv concedi a los hugonotes libertad religiosa por el edicto de Nantes, los catlicos ingleses y holandeses pidieron, en balde, la misma concesin para ellos18. En Alemania, el telogo de Jena, Juan Gerhard (f 1637), tena por deseable la unidad de fe dentro de un estado, pero la tena por ideal apenas realizable. En estados confesionalmente mixtos, el prncipe puede tolerar personas particu13. A. P H . BRCK, Der Mainzer Unionsplan <ms dem Tahre 1660: Ehrengabe A. SCHUCHERT, Maguncia 1960, 148-162. 14. I). CANTIMORI, Uutopia ecclesiologica di M.A. de Dominis: Probtemi di vita religiosa in Italia nel Cinquecento, Padua 1960, 103-122; 111 el pasaje: eque camponi potest dissensio eque partes ad concordiam possunt redir nisi restitutio fiat in integrum. 15. J. LECLER, l.c, II, 91ss, 153ss; E. BENZ, Der Toleranzgedanke in der Religionswissenschaft. Ober den Heptaplomeres des J. Bodin: DVfLG 12 (1934), 540-571. 16. R. PERSONS, Treatises tending to Mitigations towards Catholic Subjects in England (1607); cf. J. LECLEK, l.c, n , 383s; H. W I T T E , Die Ansichten Jacobs I.-v. England ber Kirche und Staat mit besonderer Bercksichtigung der religiosen Toleranz, Berln 1940.
lares de otra fe, pero el culto pblico slo en el caso que, de lo contrario, fueran de temer serios trastornos; exceptuados de tolerancia son los baptistas y unitarios17. Tambin el jesuta Martn Becano (t 1624), en oposicin con Belarmino, conoce una serie de casos, en que un prncipe catlico puede tolerar en su pas a los herejes: cuando estn en mayora o son ms fuertes que los catlicos o son apoyados por potencias extranjeras, pero tambin cuando el empleo de la fuerza impedira su conversin 18.
Teora del Estado y absolutismo En estas disquisiciones teolgicas sobre la licitud de la tolerancia estatal se refleja el desplazamiento del poder en la relacin entre la Iglesia y el Estado desde el cisma protestante. Ya durante el gran cisma y la lucha contra el conciliarismo hubo de acudir el papado a las potencias seculares; ahora decidan los prncipes en primer trmino y en segundo los individuos sobre la pertenencia a una religin o confesin. Con anuencia de los prncipes se pudo celebrar el concilio de Trento, y slo con su colaboracin pudo ponerse en vigor y ejecutarse. Obra suya fue en grado an mayor la contrarreforma. El desplazamiento de poder corri parejas con un cambio de estructuras del estado, desde el feudalismo a la moderna burocracia, con la formacin del absolutismo del prncipe y de nuevas teoras estatales, en que se abre paso la secularizacin del estado mismo. La idea configurada por Maquiavelo del estado autnomo, sometido a su propia ley de la razn del estado, va ganando lentamente terreno. En su apologa contra Enrique vm, el cardenal Pole vio con claridad el peligro que amenazaba. Ms tarde, creyeron otros como Giovanni Botero, que un tiempo estuvo al servicio de Borromeo, poder trasponer la idea a lo cristiano y as desvirtuarla19. Bodin deja subsistir vinculaciones religiosas del prncipe, pero subordina la forma y las leyes del estado a la nocin de soberana
17. J. LECLER, l.c, i, 289ss; J. WALLMANN, Der Theologiebegriff bei Johann Gerhard und Georg Calixt, Tubinga 1961. 18. J. LECLER, l.c, i, 292ss. Sobre la penetracin del maquiavelismo en Inglaterra, cf. G. MOSSE, The Holy Pretence, Oxford 1957. 19. Della ragion di stata (1589), nuevamente ed. dirigida por L. FIRPO, Turn 1948.
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y a las condiciones naturales de los pueblos e individuos, en ltimo trmino, al bien del estado20. Amigos y enemigos de Maquiavelo sacaban argumentos de Tcito; su restaurador Justo Lipsio, aunque retorn en 1591 a la universidad de Lovaina y a la Iglesia catlica, defendi abiertamente a Maquiavelo, y su Poltica (1589) fue traducida a cinco lenguas 21. El duque de Rohan, colaborador de Richelieu sent el principio: Los prncipes mandan a los pueblos, los intereses a los prncipes. Las races del absolutismo poltico se remontan a la tarda edad media; pero no cabe discutir que su configuracin distinta segn pases y personalidades en el mbito protestante y catlico fue favorecido por la escisin de la fe. Los prncipes territoriales protestantes vieron acrecerse considerablemente su poder con la formacin de iglesias regionales y la secularizacin de los bienes de la Iglesia; mas tambin los prncipes catlicos no slo hacan uso de su derecho de determinar la religin de sus subditos, sino que, al proteger a la Iglesia y favorecer su reforma y hasta reconquistar terreno perdido para ella, ensanchaban su posicin de poder en campo eclesistico, frecuentemente con aprobacin o por lo menos tolerancia de los papas. Los papeles se cambiaron cuando no fue ya el estado quien prest ayuda a la Iglesia en peligro, sino que la Iglesia, aunque no conscientemente y a menudo a redropelo favoreci la gnesis del estado absoluto. La irrupcin del estado moderno en el mbito de la Iglesia es esencialmente distinta del predominio de las autoridades laicales en la comunidad occidental de pueblos de la edad media; slo ahora surge un verdadero cesaropapismo o iglesia estatal. El papado defiende la libertad e independencia de la Iglesia contra las pretensiones de ks potencias catlicas Espaa y Francia, por lo general sin resultado decisivo: los decretos pontificios estn sometidos al placet real, se restringen los privilegios clericales, los tribunales propios y el derecho de asilo, se gravan con impuestos los bienes eclesisticos con o sin autorizacin del papa (en Francia por contribuciones de las asam20. J. BODIN, Six livres de la rpublique (1576); A. SCHMITZ, Staat und Kirche bei J. Bodin, Leipzig 1939; J.H. FRANKLIN, J. Bodin and the XVIth Century Revoiwtm in the Methodologie of Law and History, Nueva York - Londres 1963. 21. G. OESTREICH, J. Lipsius ais Theoretiker des modernen Machtstaates: HZ 181 (1956), 31-78; id., / . Lipsius in sua re: Festgabe Fritz Neubert, Berln 1956, 291-311. Ms bibl.: LThK 2 vi, 1072.
bleas nacionales del clero), se impide la Inquisicin o la censura eclesistica da libros o, como en Espaa, se nacionalizan. Aun despus del arreglo del conflicto con Roma, Venecia tolera la propaganda que viene de las representaciones diplomticas de Inglaterra y Holanda, niega la entrada de los jesutas y protege a los monasterios cuya reforma pide la curia. La Iglesia est reducida a una posicin de defensa. La creciente presin del absolutismo de los prncipes explica la doctrina del derecho a la resistencia y del tiranicidio. En el ltimo tercio del siglo xvi se multiplicaron los asesinatos de prncipes, y Bodin declaraba lcito matar al tirano. Sin embargo, se levant enorme polvareda cuando el jesuita espaol, Juan de Mariana, en su obra: De rege et regs institutione (1599), dedicada a Felipe m, defendi la tesis de que un usurpador poda ser muerto por cualquiera, pero un prncipe legtimo slo cuando, segn conviccin general (si vox populi adsit), arruinara al estado, despreciara la religin y las leyes y no hubiera otro medio de hacerle abandonar su tirana. Estos principios, irrefragables por su fondo, fueron pensados como advertencia a los prncipes de rgimen absolutista; pero como iban unidos a una aprobacin apenas velada del regicidio de Enrique m de Francia, la Sorbona conden el libro de Mariana apelando al decreto de Constanza contra Juan Parvo; el general de la Compaa Acquaviva se apart del asunto y prohibi se discutiera ms sobre el mismo. Secularizacin del pensamiento De ms graves consecuencias que el absolutismo y cesaropapismo y hasta la secularizacin de la idea del estado que estaba inicindose, fueron los comienzos de secularizacin del pensamiento europeo, lo mismo en las ciencias del espritu que en las ciencias naturales. La secularizacin del pensamiento no debe juzgarse slo negativamente, pues es un proceso natural de maduracin, sino que debe tambin considerarse como reaccin contra las extremas pretensiones de los telogos y sus disquisiciones y controversias, contra el empleo de medios de coaccin eclesistica y civiles en el orden religioso y contra la proliferacin de la supersticin. El escepticismo y la incredulidad se tornan problema, un nmero creciente 869
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de solitarios en materia de religin, que rompieron con doctrinas centrales de la fe cristiana, chocaron con la repulsa de la Iglesia catlica y de las comunidades protestantes, y la desintegracin religiosa creci a ojos vistas. Al margen de la teologa nace el sistema natural de las ciencias del espritu (W. DILTHEY), las ciencias naturales no se fundan en autoridades, sino en la observacin emprica y en el clculo matemtico, pero chocaron en el caso de Galileo con la contradiccin eclesistica. En el siglo que quera creer pulul la supersticin. Se cultivaba la astrologa, enfermedades de hombres y animales se atribuan a magia, en el teatro suban a la escena demonios y brujas. La ms espantosa aberracin de la supersticin, los procesos de brujas, sacrific lo mismo en la Alemania catlica que en la protestante millares de vctimas inocentes. En Gerolshofen, perteneciente al cabildo de Wrzburgo, fueron ejecutados en un ao (1616) 99 brujas, en Ellwangen (1612) 167; en Trveris y su comarca, la creencia en brujas sacrific en el espacio de siete aos (1587-93) 306 vctimas; en el cantn de Berna, en el espacio de un decenio (1591-1600) igualmente ms de 300. A duras penas salv Juan Keplter a su madre de la hoguera. El duque Enrique Julio de Brunswick-Wolfenbttel (1589-1613) goz de la triste fama de ferviente quemabrujas **. La acusacin a base de denuncias y la implacable aplicacin de la tortura para arrancar confesiones desencadenaban los ms bajos instintos. No raras veces la piedad misma llevaba a la sospecha de brujera. Aunque no se conoce un solo ejemplo de que los jesutas denunciaran a las infortunadas a la autoridad o que dieran jams ocasin a su quema (JANSSEN), se los acus no raras veces de atizar los procesos. Cierto que, como la mayora de sus contemporneos, estaban bajo el conjuro de la creencia en brujas, que ponan en relacin con la posesin demnica (Georg Scherer, Delro, Stengel); pero precisamente los moralistas Tanner y Laymann
22. Todava es importante: J. HANSEN, Zauberwahn, Inquisition und Hexenprozess im MA und die Entstehung der grossen Hexenverfolgungen, Leipzig- - Munich 1900; N. PAULUS, Hexemuahn und Hexenprozess vornehmlich im 16. Jh., Friburgo 1910; JANSSEN, V I I I , Friburgo I51924, 531-751; F. MERZBACHER, Die Hexenprozesse in Franken, Munich 1957; W. KRAMER, Kurtrierische Hexenprozesse im 16. und 17. Jh., Munich 1959; H. KLEIN, Die alteren Hexenprozesse im Lande Salsburg: Mitt der Gesellschaft fr Salzburger Landeskunde 97 (1957), 17-50; popular, pero con referencia tambin a Inglaterra y Francia: K. BASCHWITZ, Hexen und Hexenprozesse, Munich 1963; ms bibl. LThK 2 v, 316-319; J. CARO BAROJA, Las brujas y su mundo, Madrid 31968.
advirtieron contra la antijurdica e inhumana manera de llevar los procesos, y Federico von Spee (1591-1635) que, por haber asistido espiritualmente a muchas acusadas, pudo conocer su profunda tragedia y desesperacin, tuvo valor para denunciar las injusticias, que clamaban al cielo, de los procesos, que compar con los mtodos de la persecucin neroniana contra los cristianos 23. Hall violenta resistencia en su propia orden, y se le aconsej que abandonara la Compaa. En Spee se sublevaba la conciencia cristiana contra los procesos de brujas, sin que pudiera acabar con ellos. Era inevitable que la reaccin contra los excesos cometidos pusiera un da en tela de juicio la fe en un mundo suprasensible. El empleo de medios de coaccin por parte de la Iglesia y del estado llev ya en Sebastian Castellio (f 1563) y Jacobus Acontius (t 1566-67) al repudio da toda violencia externa en el terreno religioso. Individuos solitarios y grupos religiosos que fueron rechazados y suprimidos por las grandes confesiones dominantes, piden libertad de conciencia y de enseanza, como los arminianos do Holanda, y hasta atacan ya al dogma central cristiano de la Trinidad. Eran sobre todo italianos, que haban roto con la fe de la Iglesia y haban huido de la Inquisicin por lo general a Suiza y hallaron refugio parte en Europa occidental, parte en la oriental: Celio Secundo Curione estuvo hasta su muerte (f 1569) en Basilea, Bernardino Ochino muri en 1565 en Moravia, Lelio Sozzini que, en su comentario al prlogo del evangelio de Juan atac el dogma de la Trinidad24, acab su inquieta vida errante en Zurich (1562). Si los antiguos antitrinitarios (por ejemplo, Adam Pastoris) haban tomado sus objeciones de la Biblia, los posteriores procedieron ms especulativamente: el jurista paduano Matteo Gribaldi, Giovanni
23. Cautio criminalis, Rinteln 1631, annimo, alemn por J . F . RITTEK, Weimar 1939; H. ZWETSLOOT, Friedrich Spee und die Hexenprozesse. Die Stellung und Bedeutung der Cautio criminalis in der Geschichte der Hexenverfolgungen, Trveris 1954; E. ROSENFELD, F. Spee von Langefeld, Berln 1958; K. HONSELMANN, F. von Spee und die Drucklegung seiner Mahnschrift gegen die Hexenprofesse: Westfl. Zeitschrift 113 (1963), 427-454. 24. Texto: D. CANTIMORI - E. F E I S T , l.c, 61-78; A. STELLA, Ricerche sul Socianesimo: Bolletino dell'Isrituto di storia della societ e dello Stato reneziano 3 (1961), 77120. - Compuesto desde el punto de vista marxista e insuficiente tambin en su fondo es A. PIRNAT, Die Jdeologie der Siebenbrger Antitrinitarter in den 1570er Jahren, Budapest 1961; cf. R H E 57 (1962), 602ss; J. TAZBIR, Stanislaw Lubiniecki, przywdca arianskiej emigracji, Varsovia 1961. Sobre el movimiento general unitario cf. E.M. W I L BUR, History of Unitarianism, 2 t., Cambridge-Mase. 1945-52.
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Gentile, decapitado en Berna en 1566, y el mdico Giorgo Blandrata, que sac de su unitarismo la consecuencia de que, a diferencia del cristianismo, el judaismo y el islam mantuvieron la verdadera doctrina del Uno y Supremo. El lugar de refugio de los antitrinitarios fue Polonia, donde el nuncio papal Lippomani se ocupaba ya de ellos en su informe de 1556, aunque sin distinguir entre las distintas tendencias (tritestas y unitarios). Entre 1560 y 1568 se impuso el unitarismo (transicin en Petras Gonesius), los hermanos polacos eran de espritu baptista, de suerte que soto lentamente se impuso la cabeza dirigente de los antitrinitarios, Fausto Sozzini (t 1604), sobrino de Lelio. Su catecismo en lengua polaca apareci en 1605, el centro espiritual de la secta fue Rakw junto a Sandomir, en que anualmente se congregaba el snodo y floreca un gimnasio. En 1638 fue suprimido, y en 1658 fueron echados del pas los secuaces de la secta. Hallaron en parte refugio en los Pases Bajos (Holanda) y el historiador de los unitarios, Estanislao Lubiniecki, en Hamburgo. En Francia se haba planteado ya Francois Rabelais (f 1553) el problema de la incredulidad. El escepticismo de Montaigne (f 1592) se diriga sobre todo contra las autoridades dominantes, y estaba compensado por un fidesmo, que profes tambin su amigo Pierre Charron (f 1603) en su apologa del cristianismo (Trois verits 1593). J.P. Camus, el amigo de san Francisco de Sales, vio en Montaigne un aliado contra el rgido dogmatismo de los calvinistas, y lo defendi; el jesuta Garasse vio el peligro mortal del escepticismo y previno contra l 25 . Para Rene Descartes (| 1650) la duda metdica era el principio del filosofar; su conciencia de la soberana del pensamiento constructivo lo pone a la cabeza de la moderna filosofa, emancipada de la teologa. Ya antes de Descartes, Hugo Grocio, aunque en su teora del derecho depende de la nueva escolstica, particularmente de Francisco de Vitoria y de Surez, haba entendido el derecho como una funcin de la vida que opera segn las leyes de la naturaleza y de la razn (E. WOLF), cuyo fundamento tico estara en la naturaleza social del hombre. As se independiza espiritualmente, y, si
25. R.H. POPKIN, Scepticism and the Counter-Reformatum in France (1960), 58-87; J. LECLER, Un adversaire des liberUns au debut du XVlIe P. Francois Garasse: tudes 209 (1931), 553-572. ARG 51 stecle, le
no se rompe enteramente, se afloja ciertamente su vinculacin con presupuestos teolgicos y filosficos. En este sentido es Grocio fundador del moderno derecho natural y de gentes. La incipiente emancipacin de las ciencias del espritu, y tambin de la historia, era de suyo un proceso natural de madurez del espritu europeo. No deba necesariamente llevar a un conflicto con la fe y teologa, como tampoco la construccin de las ciencias naturales sobre la observacin emprica y el clculo matemtico. Que los sistemas de filosofa natural, sospechosos de pantesmo, de los ex dominicos Tommaso Campanella (t 1639) y Giordano Bruno (cf. cap. xxxvm) fueran condenados por la Iglesia junto con sus autores, tuvo su fundamento en la naturaleza de la causa y en la conducta de sus representantes; de ms grave consecuencias fue el encuentro de Galilea con la Inquisicin. Nicols Coprnico (t 1543) haba dedicado a Paulo ni su obra De revolutionibus orbium coelestium, en que intentaba demostrar por argumentos matemticos el movimiento de la tierra alrededor del sol. El sistema copernicano quedaba as tan a salvo de ataques de lado eclesistico como sus antecedentes entre losfilsofosnaturales de Pars del siglo xiv. Desde 1594 la universidad de Salamanca tom por base de la enseanza el texto de Coprnico. Lutero, Melanchthon, Osiander y la universidad de Tubinga impugnaron el sistema copernicano como contrario a la Escritura. Sin embargo, hacia fines de siglo fue completado: Juan Kepler, astrnomo de la corte de Rodolfo n, descubri las leyes del movimiento de los planetas; Galileo Galilei (15641642) que trabaj desde 1610 en Florencia, confirm el sistema copernicano por medio de observaciones de los cuerpos celestes (por ejemplo, de los satlites de Jpiter) con ayuda del telescopio por l mismo construido, y lo defendi contra las objeciones tomadas de la sagrada Escritura (Jos 10, 12s; Sal 103, 5) 28 . Por denuncia del predicador cortesano Lorni O.P. fue Galileo citado ante la Inquisicin romana. Hasta entonces haba gozado de alto predicamento en los sectores eclesisticos de Roma y en 1611 haba sido admitido en la Academia pontificia. Pero sus precipitados intentos de demostrar la compatibilidad de su sistema con una recta interpretacin de la Escritura indispusieron de tal modo contra l a los
26. Galtlet an den Benediktmer A. FAVARO, v, 279-288. Gastelh am 21 12-1613; Opere, ed dirigida por
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consultores de la Inquisicin, que sta declar herticas o errneas las dos proposiciones sobre la quietud del sol y el movimiento de la tierra, y le prohibi defenderlas en lo futuro. Galileo se someti a la sentencia que el 26 de febrero le fue presentada por el cardenal Belarmino; pero no se le impuso abjurar las tesis condenadas ni dar de mano a sus investigaciones. El papa Paulo v le concedi una audiencia, y le asegur su proteccin. Sin embargo, el 5 de marzo de 1616, fue puesta en el ndice de libros prohibidos la obra de Coprnico y todas las que defendan su sistema. Tras la elevacin al trono papal de Urbano vm, Galileo dedic al papa, confiado en su benevolencia, su rplica a la crtica del jesuta Grassi y, tras una visita a Roma, fue alabado en un breve como el hombre cuya gloria brilla en el cielo y recorre la tierra. Pero cuando, confiado en la benevolencia del papa y con el Imprimatw del Magister S. Palatii Riccardi, public (1632) sus Dilogos sobre los dos ms grandes sistemas del universo, la Inquisicin lo cit de nuevo (23-9-1632) por infraccin de la anterior prohibicin de 1616 y lo conden, a pesar de que en el segundo interrogatorio declar no ser ntimamente partidario del sistema copernicano, el 22 de junio de 1633, a abjuracin y a cadena perpetua. Galileo prest la abjuracin, y la pena de crcel le fue permutada por prisin mitigada en su residencia campestre de Alcetri junto a Florencia, El resultado del proceso de Galileo fue que su imagen fsico-matemtica del mundo no fue dejada libre por parte de la Iglesia y su obra capital: Discorsi e dimostrazioni matematiche intorno a due nouve scienze (1638), el primer manual de fsica (v. LAUE), tuvo que aparecer en Leiden. El destino personal de Galileo lo decidi el hecho de que l tomara en su mano la solucin de la aparente contradiccin entre sus conclusiones cientficas y la revelacin bblica, en lugar de dejrsela a los telogos. Ensayos de componer los nuevos conocimientos cientficos con la fe cristiana fueron emprendidos en el siglo xvn principalmente por jesutas, como Atanasio Kircher, Cristbal Scheiner y Gaspar Schott. Hacia mediados del siglo xvn comienza una nueva poca de la historia de la Iglesia. La paz de Westfalia fij definitivamente el mbito de las confesiones en el imperio y puso fin a la contrarreforma como accin poltico-eclesistica. Con ella termin el perodo de las guerras de religin, pero simultneamente se desplazaron los
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pesos polticos: la paz de los Pirineos decidi a favor de Francia la lucha por la hegemona europea, y un decenio ms tarde el reconocimiento por los estados generales del acta de navegacin inglesa sellaba la preponderancia martima de Inglaterra. La protesta de Inocencio x contra los artculos sobre religin de la paz de Westfalia reson en el vaco; el papa no pudo mantener su autoridad como garante de un orden supraestatal ni siquiera frente a las potencias que haban permanecido catlicas. La idea de la cristiandad, de muy atrs palidecida, perdi de todo punto su significacin en la poltica prctica. Cierto que la Iglesia se haba renovado internamente desde el concilio de Trento y superado la crisis de la escisin de la fe, se afirm y hasta recuper terreno perdido; pero se vio ser empresa imposible el restablecimiento de la unidad de la Iglesia. La confesionalizacin reparti a los pueblos cristianos de occidente en tres grupos bien delimitados y que se combatan mutuamente: catlicos, luteranos y calvinistas, y ello aminoraba la fuerza de persuasin del pensamiento cristiano. Reducida a una posicin de defensa, la Iglesia no pudo dominar las fuerzas espirituales y religiosas desencadenadas en parte por la escisin de la fe o que radicaban, en parte, en la baja edad media, y salan ahora a la superficie: la Iglesia perdi el timn. Se anunciaba una nueva crisis, la mayor por que haya pasado el espritu europeo. Con este cambio de la relacin con el mundo corrieron parejas y estuvieron en muchos casos complicados en l las alteraciones en el interior de la Iglesia. La repulsa al protestantismo y la renovacin interna de la Iglesia desde el concilio de Trento, slo fueron posibles porque el papado empu con energa las riendas de la autoridad central y, dentro de un nuevo centralismo, muy distinto del medieval, fortaleci por medio de nuncios a los miembros amenazados y de suyo dbiles, vigil a los obispos por la visitatio liminum, y en las congregaciones que ahora se afirmaban y se organizaban en departamentos y autoridades, se cre un instrumento eficaz de gobierno de la Iglesia, que, a diferencia de la cancillera y cmara de la baja edad media, por ejemplo, no tenan principalmente finalidad fiscal. Las corrientes episcopalistas que se fueron haciendo cada vez ms fuertes en los siglos xvn y xvm y se opusieron a esta tendencia, eran sospechosas porque debilitaban o negaban el primado de jurisdiccin del papa, o se apoyaban en la proteccin nacional 875
(Francia y Espaa) o en un medio de poder profano (Iglesia del imperio). Desde Belarmino, la eclesiologa puso en el centro la doctrina del primado papal y dej en segundo trmino la funcin del colegio episcopal. Ningn concilio general fue convocado desde Trento. La construccin doctrinal y la obra de reforma tridentinas, a las que la Iglesia debi su renovacin y afirmacin imprimieron a la vida de la Iglesia su sello y hasta vinieron a ser su forma exclusiva. La Iglesia postridentina fue antiprotestante y se hizo contrarreformatoria. Direcciones teolgicas que permanecieron inatacadas en la edad media (por ejemplo, el agustinismo), tuvieron dificultad en afirmarse; Graciano y el derecho cannico ms viejo perdieron importancia; la imagen histrica de la Iglesia que pudiera haber surgido del florecimiento da los estudios patrsticos y de historia eclesistica, no lleg a tener eficacia. Como la liturgia en su forma postridentina se fosiliz en rbricas, as el derecho cannico se hizo formalista, y formalista se qued por tres siglos enteros. Tenemos, pues, razn de extender la poca tridentina de la historia de la Iglesia o de la contrarreforma hasta el siglo xix o hasta la actualidad? No puede negarse que ciertos rasgos de la Iglesia postridentina: su orientacin antiprotestante en doctrina y piedad, su centralismo y formalismo, han continuado operantes ms all del lmite cronolgico sealado por nosotros: la mitad del siglo xvn. Sin embargo, sera equivocado y cerrara la visin e inteligencia de los procesos histricos reales, partir de la actualidad, del ecumenismo y de la apertura al mundo del concilio Vaticano H, poner bajo este nico punto de vista los siglos pasados desde el tridentino y bagatelizar, por ejemplo, el influjo de la Ilustracin y de los grandes trastornos desde la revolucin francesa. No menos parcial es, como ha demostrado nuestra exposicin, concebir la escisin de la fe slo como tragedia, y pasar por alto la profundizacin y activacin de la vida religiosa, que fue su consecuencia, la riqueza de valores que se puso de manifiesto en la reforma catlica, en las antiguas y modernas rdenes religiosas, en la asctica y mstica, en la piedad y en el arte y en la expansin misionera por tres continentes. Bajo la dura cascara que se formaba, ocultbase un ncleo precioso, un ncleo especfico, inconfundible, que slo puede encontrarse en esta 876
edad. Rechazarlo como sin valor, no acordarse que cada tiempo de la historia de la Iglesia est inmediatamente delante de Dios, es antihistrico y arrogante: antihistrico, porque no se ven las leyes y lmites puestos a la Iglesia peregrinante; y arrogante, porque se olvida que tampoco nosotros poseemos lo perfecto, sino que lo estamos aguardando, y slo entonces dispondremos de criterios para juzgar con justicia.
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NDICE ANALTICO
Aarhus, obispado 428 Abisinia 802 Abo, obispado 428 Absconditas, teora de Lutero 73 Absolucin 94 492 582 Absolutismo del prncipe 867ss Acarie, Barbe 762 Acbar, gran mongol 812 Accolti, cardenal 129 Acomodacin, disputa 821 Acontius, Jacobus 871 Acosta, Jos de 796 Acquaviva, Claudio 741 753 774s 797 869 Acta de navegacin 875 de supremaca (1534) 348 465s de supremaca (1559) 475 de uniformidad (1559) 475 575 705 Acta Sanctorum 751 Ad dominici gregis curam, bula (1536) 636 Ad ecclesiae rgimen, bula (1560) 669 Adelphi 254 Aden 802 Adiaforstica, controversia 490s Adiaphora 416 491 583 586 Adiaphoron 192 Adolfo vil, obispo de Merseburgo 104 119
Adoracin perpetua 767 Adriano vi (Adriano de Utrecht), papa 48 129 169-179 344 604 632 breve e instruccin sobre la reforma de Lutero 174s confesin de culpas de la curia y de la Iglesia 174 reforma de la curia 172 reforma de la Iglesia 172s y Alemania 173s Adriano de Utrecht, v. Adriano vi frica 801ss 835 misiones 804-808 occidental 805 oriental 807 Agazzari 770 Agenda 251 652 728 del Palatinado 565 en Finlandia 439 Agrcola, Juan 337 412 417 480 483 489 Agrcola, Miguel, obispo de Abo 43 8s Agrcola, Rudolfo 734 Agustn 52 82 86 88 91 109 127 187s 200 240 300 394 740 746 en Lutero 62ss Agustn, Antonio, arzobispo de Tarragona 663 752 Agustiniana, escuela 645 732 738
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ndice analtico Agustinismo 731 738 876 Agustinos 66 captulo de Heidelberg (1518) 107 descalzos 776 misin en Brasil 827 misin en Japn 818 misin en Mxico 790 misin en Nueva Granada 795 misin en Per 793 recoletos, misin en Filipinas 800 Aly, Pierre d' 62 64 91 Aix 550 Alba, duque 555 557 699 Albacina, captulo capuchino (1529) 603 Alber, Mateo 356s Albergati, nuncio 843 Alberto, archiduque 699 Alberto, conde de Mansfeld 311 383 Alberto, duque de BrandenburgoPrusia 311 417 429 445 Alberto n, elector de Maguncia 52 97s 100 104 106 143 311 Alberto v, duque de Baviera 672 717 725 Alberto Alcibiades de BrandenburgoKulmbach 418 Alberto de Brandenburgo-Ansbach 443 445 446 493 Albret, Jeanne d' 546 Alburquerque, Juan de 810 Alcal, universidad 464 609 611 732 739 741 777 Alcantarinos 776 Alciati, Andrea 506 752 Alciati, Terenzio 750 850 Aldeias 797 826 Aldobrandini, Cinzio, cardenal 694 Aldobrandini, Ippolito, v. Clemente VIH Aldobrandini, Pietro, cardenal 694 838 Aleander, Girolamo 130 133-136 138 170 220 598 629 630 636 Alejandro vi, papa 48 604 627 633 661 784 801s 828 Alejandro Vil (Fabio Chigi), papa 773 854s 858s Alemania 469 578 calvinismo 556ss deslinde de las confesiones 716 indicios de reforma 607 recepcin del concilio de Trento 715ss v. tambin Liga, Reforma Alencon, duque 549 Alfonso, rey del Congo 805s Alfonso de Bolao 784 805 Alfonso de Burgos 608 Algemene Doopsgezinde Societeit 279 Alianza, v. Iglesia confesional 311 Alonso de Orozco 759 Alsted, Juan 563 Altdorf 727 Altenburgo, coloquio religioso (15681569) 486 Althammer, Andrs 342 Althaus, P. 322 Althusius, Juan 563 Alting, Menso 558 Alttting 767 Altzelle 416 lvarez, Baltasar 761 lvarez, Diego 741 lvarez de Paz 761 lvarez de Toledo, Juan 630 Alveldt, Agustn 123 125 301 Alien, William, cardenal 706 Allstedt 193s 202s 205 207 Amandus, Juan 443 445 Amberes 740 753 obispado 698 Amboina 810 813 Amboise castillo 508 edicto (1563) 547 701 Ambrosiana, biblioteca 754 Ambrosio 746 v. Oblatos Ambrosio Catarino 136 299 470 Amerbach 746 Amrica del sur 783-827 Amida 811 Amling, Wolfgang 565 Amor divino, v. Oratorio Ampudias, Pascual de, obispo de Burgos 608 Amsdorf, Nicols de 161 402 403 417 485 487ss 495 Amsterdam 274 Amsterodamus, v. Tmann Ana, hija de Fernando i de Alemamania 408 Ana, reina de Hungra 308 Ana de Austria 840 Ana de Cleves 470 472 Anabaptismo 203 condenacin 649 Anabaptistas 203 268 35 ls 376 en Inglaterra 658 v. baptistas Anciano, presbtero (organizacin calvinista) 519s Anchieta, Jos de 826 Andaluca 623 Andelot, Francois d' 546 Andersson, Lars 431 436 Andrea, Jacobo 583 863 Andrs de Austria, cardenal 694 Andrs de Novellis, obispo de Alba 605 Anglica, biblioteca 754 Angemale, obispado 811 Anger 564 Angers, universidad 464 Anglicana, Iglesia 462 695 704 856 bajo Isabel i 475s v. tambin Inglaterra Angola 807 Anhalt 565s Anhalt-Dessau 384 Annam 824 Annatas 174 Annecy 509 Ansbach 342 Antequera, obispado 790 Antilatomus 141 Antillas, misiones 787s Antinomista controversia 480-483 disputas (1537 y 1538) 482s Antnomos 482s Antirromanismo 635 Antitrinitarios, antitrinitarismo 442 459s 871s Antonino de Florencia 597 604 Antonio, duque de Lorena 217 Antonio de Padua 768 Antropologa teolgica 296 Aalejo, v. Agenda Apelaciones 635 Apelantes 706 pinus, Juan 485 Apocalipsis 157 Apologa anhaltina 565 Apologa de la confesin de Augsburgo 374 578 Apologa ecclesiae anglicanae (15621564) 476 Apostolado 596 Appenzell 253 258 Aquila, Casper 337 479 Aquino, d' nuncio 728 Aquisgrn 853 Aragn 608 624 779 Araoz 623 Arason, Jon, obispo de Hlar 432 Araucanos 795 Archicofrada de la doctrina cristiana 684 764 Archinto, Filippo 607 721 647 649 Archipilago Malayo 813s Arequipa, obispado 793 Arvalo 615 Argel, ataque de Carlos v (1541) 401 Arias Montano, Benito 745 Arigoni, cardenal 742 839 Aristteles, en Lutero 63 68 92 v. Neoaristotelismo Armenio, v. Colegio Arminianos 871 Arnobio 177 Arqueologa cristiana 747 Arran, conde de 566
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OilOUUM/
Arras obispado 698 unin (1579) 555 Artes y literatura, evolucin postridentna 768s Artculos capitales de todos los campesinos 215 Artois 345 555 Artolatria 500 Arturo, hermano de Enrique VIH 463 Aschhausen, obispo de Bamberg 694 719 852 Asia, misiones 808-824 Aske, Robert 468 Astalli 858 Astete 764 Astorga 641 659 Astrologa 583 870 Atahualpa 792 Atanasio 746 Audet, Nicols 602 632 Auger, Edmond 764 774 Augsburgo 260 269s 382 385 386 416 418 449 578 719 723s 845 Apologa de Melanchthon 375ss concilio de los mrtires (1527) 271 confesin en Dinamarca (1538) 431 confesin en Livonia 448 confesin en Polonia 551 confesin en Suecia 438 Confutara de Carlos v 372ss desarrollo 370-372 dieta (1518) 108 dieta (1530) 271 289 365-377 492 599 dieta (1547) 41 ls dieta (1550-51) 417 dieta (1555) 418ss dieta (1556) 562s 715 gnesis de la confesin 367ss paz religiosa (1555) 419ss 579 663 667 669 682 714s 845 853s 855 reforma 385 652 V. Confessio Augustana e Interim Augusto i, elector de Sajonia 486 502 583
Austria 587 682 847 formacin de confesiones 579 v. Andrs y Unin cristiana Autoridad eclesistica 211 eclesistica y civil 840 Autos de fe 683 sacramentales 767 Avin 776 destierro 44 Ayamonte, virrey 685 Azpilcueta, Martn de 752 Aztecas 789 Azzolini, Dedo 858 Badajoz 641 Badn (Suiza) coloquio religioso (1589) 863 disputa (1526) 256ss 302 368 convencin 259 presencia real de Cristo 258 tratado (1583) 728 Baden-Baden, marquesado 717 725 Badia, cardenal 628 630 Baeza 760 Baglione 859 Bagno, nuncio 851 Baha 825 Baja Sajonia 853 Bajo Rin 561 585ss 716 formacin de confesiones 579 Balboa, Vasco Nez de 786 Bamberg 850 852 seminario 719 Bez, Domingo 735 736 740 760 Baptistas 248 267-279s 282 315 352 368 442 577 867 en Austria 270 en el sur de Alemania 268s en los Pases Bajos y el norte de Alemania 273-279 en Suiza 267s ideas comunes 271s primera comunidad 268 smbolo 269
Anabaptistas, Iglesia de la alianza, Mennonitas, Mnster, Mntzer, Rebautismo Brbaro, Francesco 604 Barberini, familia 850 855 Barberini, Antonio, hermano de Urbano vm, cardenal 850 Barberini, Antonio, sobrino de Urbano vm, cardenal 850 855 Barberini, Francesco, cardenal 754 850 851 858 862 Barberini, Maffeo, v. Urbano VIII Barbosa, Agustn 752 Barcelona 616 619 620 783 paz (1529) 347 464 Barnabitas 598 601 765 Barnes, Robert 464 469 472 Baronio, Csar 693 737 742 749s 751 735 754 773 838 840 Barozzi, Pietro, obispo de Padua 604 B arreto, Nez 626 Barroco arte 768 769 piedad 768 Bartfeld, escuela 455 Bartolom de los Mrtires 758 Barwalde, tratado (1631) 851 Basilea 249 258 260 362 383 529 753 concilio (1431-45) 46 609 obispado 727 paz (1499) 237 reforma 255ss orden de reforma (1528) 257 snodo diocesano (1581) 727 Basilianos 711 Bastida 742 Bthory, Stephan, prncipe de Transilvania 460 708 710 Baume, Pierre de la, obispo de Ginebra 509 Bautismo 359s 388 396 415 446 471 473 571 648 de adultos 267s de los nios 150 192 268 en Lutero 122 125 signo externo de la Iglesia 316
v.
en Mntzer 203 liturgia bautismal luterana 334 registro 675s Bautista, Pedro 817 Baviera 383 385 390 408 587 727 845 846 concordato (1583) 717 Bayo, Miguel 731 738s 858 Beatn, David, cardenal 566 Beatn, James, arzobispo de Glasgow 707 Beaulieu, paz (1576) 548 701 Becano, Martn 867 Beccadelli, Ludovico 642 Beccaria 741 Beda, Natalis 505 Beier, Leonardo 108 Belarmino, Roberto 587 692 732 733 736 737s 740 743 748 764 822 839 840 867 874 Blgica 522 Belgrado 174 308 Beltrn, Luis 795 Bellay, cardenal 866 Bencdi Szkely, Stephan 458 Benedictinos 586 631 congregacin austraca 778 congregacin de Montecassino 777s congregacin de Tarragona 698 congregacin de Valladolid 778 congregacin de St. Vanne 778 congregacin suava 778 congregacin suiza 778 espaoles 732 evolucin postridentina 777s misioneros en Brasil 827 v. Bursfeld Benedicto xiv 737 Benedictus Deus, bula (1564) 678 Beneficencia 596 Berchmans, Juan 774 Brgamo 597 601 obispado 685 Bergen asamblea de seores 431 obispado 428
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cuiauuw
Berln 498 Berna 249 259 260 261 382 502 513 528 870 coloquio religioso (1527) 259 disputa (1528) 256 532 disputa (1535) 510 mandato sobre religin (1528) 260 reforma 257 snodo (1537) 532 Bernardino de Asti 603 Bernardino de Feltre 597 Bernardo, obispo de Canarias 783 Bernardo de Claraval 82 132 172 Bernburg 565 Bernerio, cardenal 743 Bernhardi, Bartolom 145 Bernini 769 859 Bertano, cardenal 660 Bertini, Antonio, obispo de Foligno 604 Brulle, Pierre 762 773 Beuckelsz, Jan 275 Beza, Teodoro de 521 546 670 Biandrata, Giorgio 453 459 872 Biberach 383 Biblia 21 ls 695 732 744s comentario 745 ediciones 301 744s traducciones 442 643 745 al polaco 710 en alemn 155 por Eck 293 por Lutero 155ss v. Vulgata v. Brest, Christian, Escritura, Froschauer, Lutero, Maguncia, Ostrog, Polglotas, Setenta, Zu-
rich
Bibliografa cristiana 746ss Bibliotecas 754 v. Ambrosiana, Anglica, Vaticana Bibliotheca Sanctorum Patrum 747 Bidermann, Jakob 770 Biel, Gabriel 52 62 65 91 Bienes de la Iglesia 374 375 376 397 406
412 419 420 427 634s 868ss ordenacin 330-332 secularizacin 330 monsticos 376 427 853 Bigne, Marguerin de la 747 Billick, Eberardo 404 654 Binewald, Mathias 449 Binius, Severin 722 748 Birckmann, Juan 753 Birmania (Pegu) 802 823 Bishop's Book de Enrique VIH 471 Bistriz 456 Bizer, E. 82 87 88 655 Black Acts 574 Blackwater, victoria (1598) 707 Blackwell, George 706 844 Blankenfeld, Juan, arzobispo de Riga 447 Blarer, Jakob Christoph, obispo de Basilea 728 Blaurer, Ambrosio 385 Blaurock, v. Jorg vom Hause Jakob Blois 702 asamblea de estamentos 702s Blois, Luis de 762 778 Blondel 747 Blosius, v. Blois, Luis de Blyssem 726 Bobadilla, Nicols 616 623 Bodenstein, Andreas Rudolf, v. Karlstadt Bodin, Jean 866 867s 869 Boeckbinder, Bartel 274 275 Bohemia 577 682 845 Bohemios, v. Hermanos Bohmer, H. 199 622 Bohoric, Adam 458 Bolao, Alfonso de 784 805 Bolena, Ana 230 463 465 475 Boleyn, Anna, v. Bolena Bolognetti, nuncio 709 Bolonia 347s 365 624 645 686 traslacin del concilio (1547) 410 649s universidad 646 Bolsee, Jrme 528 530
Boncompagni, Ugo, V. Gregorio xm Braitmichel, Gaspar 273 Bonhomini, Giovanni Francesco, nun- Brandenburgo 423 559 654 723 739 cio 687 722 727 853 Bonifacio vm 46 electorado 845 Bonifacio de Colle 600 iglesia regional 391 Bontgenooten 274 ordenacin eclesistica (1533) 492 v. Melchoritas ordenacin eclesistica protestante (1539-40) 391 Bonuccio 632 643 Brandenburgo-Ansbach 367 382 Book of Common Order 571 Brasil 785 802 835 Book of Discipline misiones 824ss de Andrew Melville 572 Brask, Hans, obispo de Linkoping de John Knox 570 572 424s Book of Homilies, (1562) 474 Braun, Conrado 749 Book of Martyrs 475 Braunsberg 710 Bora, Catalina 218 Bray, Guido de 552 553 554 Borbn, familia 701 839 Brbeuf, Jean de 828 Borbn, Antonio 546 Breitenfeld, victoria (1631) 852 Borbn, Carlos 346 702 Bremen 383 423 497 499 723 853 Borghese 849 calvinismo 564 Borghese, Camillo, v. Paulo v filipismo 564 Borghese, Scipione, cardenal 839 Brendel, Daniel, arzobispo de MagunBorglum, obispado 428 cia 720 Borgoa 345 418 Borja, Francisco de 623s 761 774 807 Breero 418 Bornemisza, P., obispo de Weissen- Brenner, obispo de Seckau 718 Brenz, Juan 108 256 342 385 392 burgo 459 482 492 500 Bornkamm, H. 357 Borromeo, Carlos 601 669 679 682 Brescia 598 601 oratorio 598 685s 697 727 758 764 767 843 Breslau 498 724 867 obispado 725 847 en Miln 685s Borromeo, Federigo, cardenal 669 Brest Biblia (1563) 452 686 754 snodo (1596) 711 Borromerinas 781 unin (1596) 711 Bosio, Antonio 747 Breviario Botero, Giovanni 867 de Santa Cruz 664 Bothwell, conde 569 reforma 664 677 683s 764 850 Bourdoise 704 Breviarium Pianum 746 Bourges, universidad 464 Breviarium Romanum (1568) 683 Bovio 743 Brieg en Silesia, reforma 384 Boyl, Bernat 787 Briesmann, Juan 443 444 468 Braga 672 Brgida 427 Braganza Brot 616 casa 856 Brotli, Juan 268 revolucin (1640) 835 Brck 372 376 488 Brahe, Tycho 688
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Briick, A. Ph. 721 Brujas ciudad 552 obispado 698 Brujas fe en 583 870 procesos contra 870s Brully, Pierre 552 Brunner, Jrg 257 Brunner, P. 325 Bruno, Giordano 693 873 Brunotte, W. 325 Brunswick 383 389 408 ordenacin de escuela (1528) 341 Brunswick-Wolfenbttel, reforma 402 Bruselas 550 552 624 Bucer, Martin, v. Butzer Bucovice 272 Buchholzer, Jorge 498 Buda 453 454 457 dieta (1523) 454 Buenas obras, v. Obras Buenaventura 103 775 Buenos Aires, obispado 793 Bufalini 691 Bugenhagen, Juan 162 210 336 339 342 358 386 402 430 447 497 Bullinger, Enrique 198 363 459 496 500 508 515 533ss 562 Bnderlin, Hans 280 Bundshuh 213 Buonarroti, Michelangelo 628 Burali 686 Burckhardt, Jorge, v. Spalatin Bure, Idelette de 513 552 Burg, junto a Stein, reforma 253s Burgos, captulo dominico (1506) 610 Burocracia estatal 867 Bursfeld, unin benedictina 778 Bus, Csar de 764 Buseo 863 Butigella 631 Butzer, Martn 108 144 230 270 274 280 359 361 383 386 392 393s 400 404 414 434 473 500 508 514ss 519 532 551 553
Caballero, Antonio de S. Mara 822 Caballeros del imperio 421 duelo 181ss Cabildos 423 676 719ss 853 secularizacin 422 Cabo Verde, obispado 805 Cabral, Francisco 785 802 816 Cabrini, Francesco 599 Caetani, cardenal 850 Caja comn 151 331s Calahorra 641 659 Calasanz, Jos de 764 773 Calendario juliano, reforma de Gregorio xin 688s Calenius, Gerwin 753 Caligari, nuncio 709 Calixto m, papa 95 Calixto, Jorge 864 865 Cliz de los laicos 149 200 305 312 372 374 414 416 587 671 716 846 v. Comunin bajo las dos especies Calvi 629 Calvinismo, calvinistas 363 423 442 496 583 668 682 695 855 861 865 875 constitucin de la comunidad calvinista 510s 584 consumacin de la reforma 565s en Alemania 556ss en Francia 543ss 699 En Pases Bajos 551ss en Polonia 452 en Suecia 437 propagacin en Europa occidental 542-576 y autoridad secular 580 y el luteranismo 583 y la formacin de confesiones 586 v. tambin Cena, Criptocalvinismo Calvino, Juan 363 392 406 451 496ss 532ss 542s 551s 557 559 567 584 740 concepto de Iglesia 508s doctrina sobre la cena y esfuerzos
para la comunin de la Iglesia y de la cena entre los protestantes 530ss 534ss en Estrasburgo (1538-41) 514ss en Ginebra (1536-38) 509ss 516s Institutio 509 514 522 526 530 juventud, estudios, primeros escritos (1509-36) 505ss ordenacin del culto en Estrasburgo 514ss organizacin de la iglesia de Ginebra (1541-64) 518ss personalidad y obra 505-537 procesos doctrinales 527ss rasgos fundamentales de su teologa 522ss relacin con Lutero 515 segunda controversia sobre la cena 496ss y Francia 543ss y Pases Bajos 551ss Camaldoli 599 Camaldulenses 599 777 Cmara imperial o judicial del imperio 376 380 382 389 397 401 406 procesos de religin 390 pontificia 634 689 875 reforma 679 Camboya, misin 824 Cambrai 636 637 arzobispado 698 paz de las damas 347 Cambridge 469 universidad 464 Camilo de Lellis 779 Camilos 778s Camin 423 Campanella, Tommaso 873 Campeggio, Lorenzo, cardenal 308311 366 371s 388 464 604 636 Campeggio, Tommaso, legado 393 629 647 Campesinos, v. Guerra Campion, Edmund 706 Camus, J.P., 876
Canad, misiones 828s Canarias 783s Cancillera pontificia 634 689s 875 reforma 679 Canda 856 Canigiani, arzobispo de Aix 703 Canisio, Egidio 629 Canisio, Pedro 584 623 624 663 666 678 726 728 733 749 754 764 864 Cano, Melchor 623 654 734 Canon de la Escritura 643 Cnones apostlicos 1V1 Canterbury arzobispado 462 658 snodo provincial 658 Cnticos eclesisticos alemanes 305 765 religiosos 442 Cao, Diego 805 Capito, Wolfgang 144 255 270 280 392 393 508 514 Capodiferro, legado 657 Capranica, cardenal 607 Capuchinos 603 726s 765 775 835 847 misiones en Brasil 827 misiones en el Cercano Oriente 829 v. Albacina Carafa familia 668s guerra 664 Carafa, Alfonso 666 Carafa, Antonio, cardenal 684 686 692 745 754 Carafa, Cario 662 666 669 846 Carafa, Juan Pedro, v. Paulo IV Carafa, Oliveiro, cardenal 600 604 629 661 Cardenales colegio cardenalicio 603s 690 en el principio de la reforma 629ss congregaciones 689s para la conversin de los infieles 830s y obispos reformistas 601 ss 629ss
888
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CardinaTs Cdlege de Oxford 462 470 Cardoner 616 Caridad 318 486 en Lutero 63ss Carintia 718 847 Carlos, archiduque 718 Carlos i, rey de Inglaterra 856 Carlos v (i de Espaa), emperador de Alemania 109 117 129 133 134s 138 1695 173 178 182 308s 312 345s 351 353 365 370 373ss 381 387 389s 400 404 416s 419 423 429 454 464 471 551 552 556 611 620 623 636s 650 658 663 668 678 699 789 7% 863 abdica la corona imperial (1556) 423 campaa contra Francia 406 coronacin (1530) 348 deja Alemania (1553) 419 guerra de Esmalcalda 405ss lucha contra la reforma en Pases Bajos 551ss negociaciones para la unin con los protestantes 636 planes de concilio 346 poltica de unin 396 411 viaje a Italia (1530) 347 y Clemente vn 344-348 y el concilio de Trento 406s y los de Esmalcalda 408 y Paulo ni 407ss v. Argel Carlos ix, rey de Francia 546 548 670 700 Carlos ix, rey de Suecia 438 Carmelitas 602 632 698 835 descalzos 777 misiones en Brasil 827 misiones en Mxico 791 mstica 760s Carnesecchi, Pietro 683 Carniola 718 847 Carolina 174 400 Carpi, Rodolfo Po, cardenal 619 631 635
Carranza, Bartolom 687 734 748 Carrillo, Sancha 758 Carta de majestad (1609) 844 847 Cartagena, obispado 795 Cartier, Jacques 828 Cartujos 775 Cartwright 476 706 Casa, Giovanni della 665 Casas, Bartolom de las 788 796 797 826 Casaubonus, Isaac 750 Casimiro, margrave de Brandenburgo-Kulmbach 559 Cassander, Jorge 230 716 864 865 Castagna, Gian Battista, v. Urbano VII Castelberger, Andrs 268 Castellani, Alberto 765 Castelli 684 Castellio, Sebastin 528 530 871 Castello, Castellino da 685 Castelnuovo 601 Castidad 146 Castilla 608 610 623 Castro, Alfonso de 654 Castro, guerra 850 Castro Mahalo, Mateo de 833 Catacumbas 747 Catalina, duquesa de Camerino 603 Catalina, reina de Suecia 709 Catalina de Aragn, reina de Inglaterra 346 461 ss 658 Catalina de Genova 597 Catalina de Mdici, v. Medici Catalua 623 Catarino, v. Ambrosio Catecismo, catecismos 300 301 304 305 342 442 578 583s 652 677 733 764 catlico 764 de Belarmino (mayor, 1598) 737 764 de Belarmino (menor, 1597) 737 764 de Calvino 511 de Laski (1554) 497
de Lutero 342 Centurias 749s de Rakw (1605) 453 Ceporino, Jacobo 252 malabar 812 Cerdea 641 reformado 342s Ceremonias 355 368s 394 412 416 romano (1556) 584 683 764 582 586 746 765 v. Heidelberg luteranas 332 Catcquesis 305 762ss Cervini, Marcello, v. Marcelo II reformadora 339ss Csaropapismo 869 Catlicos 577 861 875 Cesi, Paolo Emilio, cardenal 429 Cauvin, Grad, padre de Calvino 505 Ceva 858 Cave, paz (1557) 662 664 Cicada 647 Cayetano, Toms de Vio, cardenal Ciencias 96 107 114 116ss 129 298 602 del espritu 873 604 629 631 734 naturales 869s 873 Cayetano de Thiene 600 661 Cisma Ceb, obispado 800 de occidente 46 51s Cegld Mako 457 ingls, v. Inglaterra Ceiln, misiones 813 Cisneros, Francisco Jimnez de, carClebes, misiones 814 denal 171 609 610 732 Celibato 145 147 190 472 Cisneros, Garca Jimnez de, abad de y votos monacales 145 Montserrat 621 Celio 859 Cistercienses 631 779 Cena 354 360 370 388 394 445 456 473 congregaciones 779 496ss 533 547 557 561 571 evolucin postridentina 779 bajo las dos especies 361 456 Ciudadana cristiana de Zuinglio 353 controversia entre luteranos y cal- Ciudades imperiales 374 422 423 vinistas 494ss 531 537 Clausura 677 685 coloquio religioso de Marburgo Clment, Jacques 549 702 (1529) 359ss Clemente vi, papa 783 consenso de Zurich 496 Clemente vn (Giulio Medici), papa interpretacin de Zuinglio 354ss 309 344 374 465 598 600 603 liturgia 857 607 627 657 683 para Calvino 510 532 412s y Carlos v, 344-348 esfuerzos por la comunin proy Francia 344ss testante de la cena 530ss Clemente vm (Ippolito Aldobrandipara Karlstadt 192ss ni), papa 303 549 692 593-695 para Lutero 121 125s 195ss 702 707 737 740 748 764 807 para los reformados 560ss 831 838s ltima 672 y la controversia sobre la gracia 741 ss v. tambin Cliz de los laicos, Eucarista, Sacrificio de la misa, Clericalismo 47 Clrigos regulares de la Madre de Transustanciacin Censura Dios 773 de libros 310 Clero 47s preventiva 665 formacin 585s v. tambin ndice del indgena 832
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monopolio cultural 47 nativo en territorio de misiones 832ss privilegios 47 Cleves 401 405 552 557 558 559 Coblenza 725 Coburgo 369 586 Cocchi, ngel 822 Codeo, Juan 47 99 104 138 157 289 290 294 301 302 373 375 392 746 Cochin, obispado 811 835 Cochinchina 824 Cochlaeus, c. Cocleo Codure 616 Coelho 817 Coello, Claudio 620 Cognac, liga (1526) 312 345 Coimbra 624 732 Coira, v. Chur Colegio, colegios armenio en Roma 686 ingls en Roma 688 ingleses 706 Jesutas 624 724 726 764 767 773s germnico en Roma 688 724 griego de san Atanasio en Roma 688 helvtico en Miln 727 maronita en Roma 688 romano de los jesutas 688 v. Propaganda Fide Colet, John 230 462 Coligny, almirante 546 547 701 Coligny, Odet de, cardenal 546 Colombia 795 Coln, Cristbal 784 787 802 Colonia 404 405 726 753 777 congreso de la paz (1636-40) 854 dieta (1530) 382 guerra (1583) 722 intentos de reforma 404 obispado 721 725 reforma 404s seminario 722 snodo de reforma 415
snodo diocesano (1589) 722 snodo diocesano (1662) 722 universidad 295s 404 731 Colonna, familia 346 Colonna, Marcantonio 692 Colonna, Pompeo, cardenal 346 Colonna, Sciarra 46 Colonna, Vittoria 603 628 Coloquios religiosos 390 391-397 863 v. Altenburgo, Badn, Berna, Francfort del Meno, Hagenau, Ilanz, Leipzig, Marburgo, Poissy, Ratisbona, Thorn, Worms Collegium germanicum, v. Colegio germnico Commendone, Giovanni Francesco, cardenal 670 688 715 738 Common Prayer Book (1549) 473 705 Compagnia delle dimesse di S. Orsola, v. Ursulinas Compagine, v. Ginebra Compagnie des pasteurs 519 528 Compaa de Jess 405 416 607 612 614ss 627 685 718 726 727 731 736 765 769 774s 832 847 853 856 869 871 actuacin en Hungra 4595 constitucin de la orden 618s constitudones 617s expulsin de Veneda (1606) 840 Formula Instituti 617s fundarin de la orden 616s misiones en frica oriental 808 misiones en Angola 807 misiones en Brasil 825 misiones en Canad 828 misiones en Ceiln 813 misiones en Clebes 814 misiones en Congo 806 misiones en China 819s misiones en Filipinas 800 misiones en India 810 misiones en Indochina 823 misiones en Japn 815 misiones en Java oriental 814
misiones en Molucas 813s misiones en Paraguay 797ss misiones en Per 793 misiones y cura de almas en Mxico 791 propagarin 623ss en Alemania 624s en Brasil 625 en China -626 en Espaa 623s en Franda 624 en India 625 en Italia 624 en Pases Bajos 624 en Portugal 624 teatro 770 teologa 735ss, v. Molinismo y la controversia sobre la grada 740 y la educacin 586 y los procesos de brujas 870 v. tambin Colegios, Ratio studiorum, Reducdones Comunicadn de idiomas 78 82 500 Comunidad culto, en Mntzer 203 en Calvino 521 530s en Lutero 317s 324 organizarin luterana 329-343 Comunin bajo las dos especies 149 190 370 371 412 473 587 654 672 bajo una espede 472 comunicadn real 537 obligatoria 766 real 496 545 v. Cliz de los laicos Concepcin de la Vega, obispado 787 Concesin religiosa de Maximiliano II (1568) 718 Conrienria, libertad 422 490 Conriliarismo 46 346 449 635 643 Concilio, condlios 298 371 406 413 apeladn protestante a un 371 autoridad 353 congregadn 689
convocatoria de Paulo n en Mantua (1537) 387 convocatorias 635ss de reforma 346 609 631 ediciones 747s gestiones de Carlos v 374 narional alemn 352 391 intentos (1523) 308ss negativa de partidpacin por los protestantes 387ss peticiones de los estamentos catlicos y protestantes 387 respuesta de Paulo m 397 v. Basilea, Constanza, Letrn, Trente Conclave, reforma 659 Concomitanda 300 Concordat of Leith 572 Concordatos 46 Concordia frmula (1577) 496 502 libro (1580) 343 584 Concubinato 49 147 243 677 715 Concupiscenda en el condlio de Trento 644 para Lutero 73ss 300 Conde, Louis de, prnripe 546 547 Condren, Charles de 762 Confederadn, v. Suiza Confesin 370 388 3% 766 auricular 472 privada 492 582 Confesin helvtica (1536) 363 v. Confessio Helvtica posterior Confesionalismo 861-867 Confesionalizarin 861 875 Confesin de Augsburgo, v. Confessio Augustana Confesiones 579 583s v. Confessio, Formarin Confesionario 766 Confessio Anhaltina 565 Confessio Augustana 51 303 324 368 369 373 374 380 385 386 388 392 393 421 423 471 497 533 556 562 578 583 863 865
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iiiuiix; auauuwv
Lauviw/
v. Augsburgo Confessio Augustana variata 496 499 533 560 565 Confessio Blgica 553 555 584 Confessio Gcdlicana 545 584 Confessio Hafniensis 430 Confessio Helvtica posterior (1566) 459 562 584 v. Confesin helvtica Confessio negativa 574 Confessio Pentapolitana 455 Confessio Scotica 568 573 584 Confessio Virtembergica 386 Confession of Faith 572 Confirmacin 396 416 648 766 Confutatio de Carlos v 372-377 Confutado Lutheranismi Danici 430 Congo 685 805s misiones 805ss Congregacin, congregaciones de clrigos de la doctrina cristiana 764 del concilio, v. Concilio de los obispos 689s femeninas, evolucin postridentina 780 mariana 625 767 pontificias 875 v. Cardenales, ndice, Propaganda Fide Conjuracin de la plvora 843 Conmutaciones 94 Conquista espaola 785ss Consensus Bremensis 564 Consensus Tigurinus (1549) 363 496 502 533 536ss Consilium de emendando Ecclesia (1537) 633 661 Consistorio, junta plenaria de cardenales 659 689s Consistorios 339 519s 585 ordenacin consistorial (1542) 339 Constantino, donacin 70 Constanza 260 352 370 383 386 416 719 724 727 845 852s concilio (1414-18) 44 607s
snodo diocesano (1560) 727 snodo diocesano (1567) 720 snodo diocesano (1609) 720 766 Constituciones apostlicas 747 Constituciones de reforma (1513-14) 606 Cnsul, Stephan 458 Consultatio de articulis nter catholicos et protestantes controversis (1564) 864 Contarini, Gasparo, cardenal 302 303 394ss 598 604 617 629 630 633 636 Contrarreforma 846s 851 s 867 874s comienzos en Europa 838-847s concepto 592s en Bohemia 846s en el imperio 856s en Hungra 847 europea y absolutismo confesional 838-877 v. Reforma catlica Contricin 480 488 Controversia doctrinas de o controvertidas 296 677 escritos 863 John Fisher 470 predicacin 763 teologa 733 736 746 telogos catlicos 288-306 737 Conventos 423 v. Monasterios Conversiones 861 Conventuales 602 631 698 775 777 Copenhague dieta (1530) 430 dieta (1533) 430 Copmico, Nicols 873 sistema copernicano 873 Cordatus, Conrado 84 454 487 488 Cordeses, A. 761 Coria snodo (1606) 698 snodo de reforma (1537) 697s Cornelio a Lapide (van Steen) 745
Coro 765 Coronel 741 Corpus 416 procesin 767 Corpus Catholicorum 288 Corts, Hernn 789 Crtese, Gregorio 630 Corvino, Antn 402 Cosimo I, gran duque de Toscana y duque de Florencia 668 682 839 Coster 621 Costumbres, v. Usos Cotn, Pierre 839 Covarruvias, Diego de 752 Covenant (1557) 567 Crabbe 747 Cracovia 450 452 777 paz (1521) 446 Cracow, Georg 501 Crafftheim, Crato von 498 Craig, John 574 Cramer, Samuel 275 Cranganore 810 812 Cranmer, arzobispo de Canterbury 464s 470 472-475 Credulitas 299 Crell, Paul 502 Cremona 598 Crpy, paz (1544) 406 552 637 Crescenzio, Marcello 653 655 Criptocalvinismo 496 501 585 Cristianos de santo Toms 809 81 ls unin con Roma 812 Croacia, reforma 458 Crockaert, Petras 733 Cromer, Martn 709 Cromwell, Oliver, canciller 468 470 472 857 Cronberg, Schweikard von 720 Cronologa 751 Crotus, v. Rubeanus Cruciger, Caspar 392 479 487s Cruz, sacrificio 672 Cruzada 608 indulgencia 95
Csand 455 457 Cuarenta horas 601 767 775 Ciuis regio eius et religio 579 715 Culto 305 355 de la comunidad luterana 332-335 en Lutero 153s 324ss ordenacin en Wittenberg 147s reformado 190ss v. tambin Ceremonias, Liturgia, Santos Culvensis, Abraham 551 Cum ad tollenda, bula (1550) 653 Cum postquam, constitucin 114 Cum sicut maiestas, bula (1500) 802 Cuman 795 Cuper, Wlem 274 275 Cura de almas 49 648 652 678 v. Pastoral Curaeus, Joaqun 502 Curas, v. Guerra Curia romana 290 875 en los escritos de Lutero 124s reforma bajo Adriano vi 172ss bajo Paulo ni 634 bajo Paulo iv 664 bajo Po v 679 esfuerzos de Julio m 659 reorganizacin bajo Sixto v 689s y la paz religiosa de Augsburgo 423 y la reforma en Suecia 434s v. tambin Congregaciones, Datara, Penitenciara Curione, Celio Secundo 871 Curlandia 447 448 Cuzco, obispado 792s Chacn, Alphons 747 Chambord, tratado (1552) 418 Chambre ardente 544 Champlain, Samuel 828 Chantal, Juana Francisca Frmiot de 762 780 Chao-ch'ing 820 Charcas, obispado 793
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inuice auaiiu<u Charron, Pierre 872 Chteau-Cambrsis, paz (1559) 667 669 Chelm, obispo 711 Chemnitz, Martn 715 Chiapa, obispado 790 Chichester 474 Chieregati, Francesco, legado 174 176 Chieti, obispado 661 Chigi, Fabio, v. Alejandro vil Chile 794s China 785 810 misiones 819-823 Chioggia 643 Cholinus, Maternus 753 Christ Church College, Oxford 462 Christian biblia 431 Christian, prncipe de Anhalt 565 Christian i, elector de Sajonia 502 Christian n, rey de Dinamarca 189 428s 433 Christian m, rey de Dinamarca 430 Christian iv, rey de Dinamarca 431 Christian Wilhelm, margrave de Brandenburgo 862 Christoph, duque de Wrttemberg 385 419 562 Chur obispado 728 reforma 254 Daimyos 815 817 818 Dainichi 815 Dalberg, arzobispo de Maguncia 720 Dalmatin, Jurij 458 Damas, paz de las, o de Cambrai (1529) 347 Dandino, cardenal 638 657 660 Danzing 449 497 asalto a los conventos 449s Darin, v. Santa Mara la Antigua Darnley, Enrique 569 Datara pontificia 634s 664 Dati, Julin 598 David, Francisco 457 459 460 Debrecen 458 snodo (1567) 459 Declogo 342 480ss De captivitate Babylonica ecclesiae praeludium, escrito programtico de Lutero 125ss 143 147 153 162 290 Decet Romanum Pontificem, bula (1521) 134s Declaratio Ferdinandea 420 422 715 853 Decretum Gratiani, v. Graciano Decretum pro Armenis (1439) 649 Defensor Pacis 467 Delfino, Giovanni Antonio 631 Delfino, Pietro 599 Delfino, Zaceara, cardenal 420 663 669 688 Del Monte, Antonio, cardenal 657 Del Monte, Giovanni Mara, v. Julio III Del Monte, Innocenzo, cardenal 660 Delro, Martn Antn 870 Demonio 870 v. Diablo Denck, Hans 270 271 279 Denifle, H. 90 Derecho cannico 752 876 de gentes 873 de rdenes 655 natural 873 Dernbach, abad de Fulda 719 De Rossi 747 Descalzos 776 Descartes, Rene 872 Dessau 565 alianza (1525) 311 Determinismo 484 Devai Biro, Matas 457 Deventer, obispado 698 Devocionarios 768 Devociones 766s Devonshire 474 Devotio moderna 44 609 621 Deza, arzobispo de Sevilla 610 Diablo, reino 320
i n u l t a aiicuiiivMj
Diconos 520 Diamper, concilio provincial 811 Daz, Bartolom 802 Dieckhoff, A.W. 325 Diego, rey del Congo 806 Diego de Alcal 784 Dietenberger, Juan 157 301 304 745 764 Dietrich, Veit 483 Dietrich von Erbach, arzobispo 50 Dietrich von Schnberg 443 Dietrichstein, cardenal 694 847 Diezmos 339 Difuntos, oracin por los 471 v. Misas Dilthey, W. 870 Dillenburgo, snodo (1578) 563 Dillingen 625 719s seminario 720 snodo diocesano (1567) 719 universidad 625 719s 732 Dinamarca 427 431 437 448 reforma 428ss Dineros del palio 174 Dicesis, informe sobre su estado 690 Disciplina calvinista 584 de la Iglesia 319-339 de Calvino 51 Os en Lutero 325 Disputas, v. Badn, Berna, Emden, Heidelberg, Lausana, Leipzig, Valladolid, Weimar, Zurich Disputatio contra scholasticam theologiam (1517) 91 Dissenters 575 Divino amor, v. Oratorio Divorcio 675 Diu 802 Doce apstoles de Mxico 790 Doctrina 414 cristiana, v. Archicofrada de la doctrina cristiana distintivo de la propia confesin 583 Doctrinas 797
v. Doutrinas Dogmas, historia 751 Domnech 624 Dominici gregis, bula (1564) 679 Dominicos 602 610 645 732 776 777 captulo (enero 1518) 106s captulo (mayo 1518) 108 en la controversia sobre la gracia 740ss misiones en frica occidental 805 misiones en frica oriental 808 misiones en Amrica 788 misiones en China 823 misiones en Filipinas 799s misiones en India 809ss misiones en Indochina 823s misiones en Japn 818 misiones en Mxico 790 misiones en Nueva Granada 795 misiones en Per 792s misiones en Sonda 814 reforma 758 telogos impugnadores de Lutero 297ss v. Burgos Dominis, Marcantonio de 866 Don 142 494 v. Justificacin Donatio Alexandrna 785 Donauworth 280 845 Doornik 553 v. Tournai Dordrecht snodo (1618-19) 561 snodo nacional (1617-18) 556 Dorpat 447 448 709 Dos naturalezas, doctrina 359 388 poderes, doctrina 46 Douai 706 Doutrinas 826 v. Doctrinas Drgffy 457 Draskovich, obispo de Fnfkirchen 672 Drechsel, Toms 150
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inuice aiiaiiuuu Driedo, Juan 296 731 Dualismo 279 Dubiecko 451 Dubln 777 Duc, Frontn du 746 Du Feynier 631 Duisburgo 557 559 universidad 559 Dum nuper, breve 110 D u Moulin 702 Du Perac 691 Duperron, cardenal 743 Dury, John 865 Dzierzkowski, primado de 662 Echhorn, Joachim, abad de Einsiedeln 727 Eichsfeld 720 Eichstatt 719 746 seminario 719 Einarsson, Gissur 432 Einbeck 383 Einsiedel 191 Einsiedeln 727 767 Eisleben, escuela 341 455 Ejercicios, v. Exercitia spiritucdia Electorado, v. Brandenburgo, Palatinado, Sajonia Elert, W. 325 Elgard, Nicols 720 Eltz, Jacobo von, arzobispo de Trveris 720 Elzevir 745 Ellwangen 870 Emden 497 555 557 558 disputa (1544) 278 snodo (1571) 555 558 Emigrar, derecho de 421 Emiliani, Jernimo 601 Emmendingen, coloquio (1590) 863 Emmerich 557 Emser, Jernimo 99 104 134 141 157 289 291 296 301 746 Encarnacin de Cristo 355 493 Encomiendas 177 664 de monasterios 655 Enfermos, asistencia 779 Engelbriktsson, Olav, arzobispo de Nidaros 431 Enrique, duque de Sajonia 391 Enrique, obispo titular de Utica 805 Enrique II, duque de Brunswick-Wolfenbttel 311 402 Enrique n , rey de Francia 418 543s 546 657 Enrique m , rey de Francia 548 700 701 869 Enrique rv, rey de Francia 546ss 693 702 828 839 862 866 Enrique vil, rey de Inglaterra 462 Enrique v m , rey de Inglaterra 128
xuuiwc aiiauucu 179 221 297 348 410 462 475 867 acta de supremaca 465ss BishopS Book (1537) 471 diez artculos de la fe 471 King's Book (1543) 472 lucha contra el concilio 470s poltica de alianzas y frmulas de fe 469ss proceso matrimonial 463ss relaciones con el protestantismo alemn 470 seis artculos (1539) 472 supresin de conventos 468s Enrique de Mecklenburgo 311 Enrique de Navarra 701 s Enrique de Orlens 348 Enrique de Sajonia-Lauenburgo 723 Enrique Julio de Brunswick-Wolfenbttel 723 870 Enseanza religiosa 342 Entfelder, Christian 280 Eperies 455 Episcopado 381 413 414 autoridad 370 372 deber de residencia 647s 671s 675 843 derecho 648 derecho de rdenes sagradas 648 derecho de visita 648 italiano 604s reforma 604s jurisdiccin 309 371 374 420 422 ministro de la confirmacin 649 nombramiento 676 686 obstculos de la accin 647 oficio 445s segn Lutero 323 338 ordenacin, segn Lutero 324 predicacin 644 reforma 597 segn el concilio de Trento 674s corroboracin 677s v. Residencia, deber; Sumo episcopado de los seores Episcopalismo en Inglaterra 573ss 857 Erasmiano, erasmianismo 462 579 811 Erasmo, Desiderio 60 127 133 155 161 163 165 176 219-232 241 253 256 279 281 300 340 454 459 505 611 619 665 745 746 758 764 864 Ciceronianus (1528) 228 Christiani Hominis Institutum (1512) 230 231 De libero arbitrio 221 De praeparatione ad mortem (1534) 231 De pntate ecclesiae christianae (1536) 230 Explanatio Symboli (1533) 227 Hyperaspistes diatribete (1526-27) 227 Lber de sarcienda ecclesiae concordia (1533) 229 y la reforma 220s y Lutero 219s Erdedy, familia 458 Erico i, duque de Brunswick-Wolfenbttel 311 Erico xiv, rey de Suecia 437 Erikson Vasa, v. Gustavo Ermitaos de san Agustn 610 631 776 misin en Filipinas 799 Erlau 455 Ermland, obispado 443 Ernesto, arzobispo de MagdeburgoHalberstadt 200 Ernesto, duque de Baviera 687 722 Ernesto, duque de Brunswick-Lneburgo 311 352 372 382 Ernesto, landgrave de Hessen-Rheinfels 862 Escandinavos, pases 427ss catolicismo de reforma 427s Esclavos, comercio 796 804 807 Escocia 566ss 682 695 calvinismo 567s catecismo 567 concilio nacional (1549) 566 ordenacin eclesistica 570
Gnesen
Eber, Paul 502 Eberardo de la Marca 554 Eberlin von Gnzburg 212 Ecclesia Anglicana, v. Anglicana, iglesia Eck, Juan 96 99 107 118 119s 129134 167 177 189 258s 289 292 302 304 368 373 392-395 396 737 745 763 Enchiridion 292s Ecken, Juan von der 137 138 Eclesiologa, v. Iglesia Ecolampadio, Juan 166 208 229 231 237 255ss 258 301 356 359ss 551 Echter von Mespelbrunn. Julius 718 Edad Media 44 Eder 753 Eder, K. 592 Edicto, v. Nantes, Restitucin, Rouen Edimburgo 706 junta de estamentos (1560) 568 Eduardo vi, rey de Inglaterra 462 473ss 658 Eger 455 Egido de Viterbo 602 604 Egmont, conde 554 Egnazio, humanista 599 Egranus, Juan Silvio 200 Ehrenberg, desfiladero 409 645
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ndice analtico reforma por laicos 570 ruina de la Iglesia catlica 706 snodo provincial (1552) 567 Escolapios 764 773 Escolstica 90 291 735 renovacin 731 y Lutero 64 76 v. Salamanca Escolsticos 734 Escorial, monasterio Jernimo 698 Escoto, v. Scotus Escritores, catlogos 748 Escritura, sagrada 301 s 304 733 744 canonicidad 189 en Erasmo 223ss en Karlstadt 189 en Lutero 225ss traduccin 155ss en Mntzer 204ss principio de la Escritura 393 471 en Lutero 391 en Zuinglio 251 segn el concilio de Trento 653 Sola Scriptura 120 v. Canon Escuelas 585s de latinidad 334 pas, v. Escolapios y reforma 339ss Eslovenia, reforma 458 Esmalcalda 376 389 artculos 387 convencin de telogos (1540) 280 281 convenio de la liga (1531) 382 dieta (1537) 388 guerra 405-410 645 liga 382s 387 392 402 404 470 636 637 650 primera constitucin federal (1533) 383 segunda constitucin federal (1536) 383 tratado federal (1531) 383 Esmalcaldenses 383 390 400 402 408 Espaa 596 659 662 667 686 690 695 701 728 731 772 838 852 855s 858 868 876 ejecucin de los decretos del concilio de Trento 697 encargo misional de los territorios recin descubiertos 785 era de los descubrimientos 783s espiritualidad 757ss Iglesia y estado bajo Felipe n 698s edictos de religin (Plakate) de Carlos v 699 iconoclasmo (1566) 699 nuevas provincias eclesisticas 698 indicios de reforma 608ss reforma catlica 697s rivalidad con Francia 839s seminarios tridentinos 698 snodos provinciales 697 Espira 308s 580 concilio nacional (1524) 308 dieta (1526) 312 350 decreto (1526) 313 335 351 dieta (1529) 351 decreto (1529) 271 351 planes de concilio (1529) 351 dieta (1542) 401 403 dieta (1544) 406 637 Espiritualidad espaola 757ss Espiritualismo 279-282 v. Philips, Obbe Espiritualistas 757 Espritu Santo, en Lutero 63ss Esseg, derrota de Carlos v por los turcos (1538) 390 Esslingen 383 Estado autnomo 867 cristiano indio 797 e Iglesia 867ss segn Calvino 527 separacin 282 teora del 867ss v. Burocracia Estados de la Iglesia 344 347 850 856 ordenacin por Sixto v 690 generales 699 701 territoriales 423 Estamentos del imperio 381 421 derecho de reforma 855 eclesisticos 421 protestantes 375 protesta en la dieta de Espira (1529) 351s Estanislao de Kostka 774 Este, familia 693 Este, Ippolito d', cardenal 660 670 Estienne, Roberto 745 Estiria 458 718 847 Estocolmo, bao de sangre (1520) 428 433 Esoile, Pierre de 1' 506 Estonia 447 448 Estrasburgo 260 269s 351 353 362 370 382s 475 514ss 544 552 555 556 654 obispado 721 725 snodo (1533) 274 Eu 706 Eucarista 291 298 300 357 360s 396 471 516 534 535 culto 147 765 recepcin 310 relato de la institucin 535 segn el concilio de Trento 651 654 v. tambin Cliz de los laicos, Cena, Comunin, Presencia real transustanciacin Eudes, Juan 762 Eudistas 704 Eugenio iv, papa 463 766 784 Europa bajo el signo de las confesiones 425-588 oriental, reforma 442-460 Evangelio 316 48 ls Evangelismo en Espaa 611 en Italia 628 Ex mnibus afflictlonibus, bula (1567) 739 Excomunin 339 370 492 Exenciones 50 634 644 papales 647 Exercitia spiritualia de Ignacio de Loyola 621 775 Exsurge Domine, bula (1520) 128 130 132 189 220 222 368 Extremauncin, v. Uncin de los enfermos Eyb, Gabriel von, obispo de Eichstatt 107 Faber, Juan, prior de Augsburgo 300 Faber, Juan, vicario general 242 244 246 258 Faber Stapulensis, Jakob 68 69 505 506 Fabri, obispo de Viena 229 294s 373 392 Fabri, Juan, polemista 300 302 Fabro 616 617 623 Facchinetti, Gian Antonio, v. Inocencio IX Fanson, abad 778 Farel, Guillermo 505 509 513 516 517s 521 531 534 Farnese, Alessandro, cardenal 49 392 405 407 627 629 637 638 647 649 657 661 677 682s 689 Farnese, Alessandro, papa, v. Paulo ni Farnese, Costanza 627 Farnese, Odoardo, duque de Parma 850 Farnese, Ottavio 627 657 Farnese, Pierluigi 411 627 651 Farnesio, Alejandro, gobernador de Pases Bajos 556 699 Favre, Francisco 520 Fe 298ss 480s 483 646 certeza 111 112 646 comunidad de fe, segn Lutero 316 frmulas 584 v. Confesiones
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justificante 122 299 483 en Lutero 65 libertad 122 281 y obras 122s 486 645 y sacramento, en Lutero 82s v. Justificacin, Obras Federico, landgrave de Hessen 862 Federico i, rey de Dinamarca 429 723 Federico II, de Liegnitz 280 Federico II, elector del Palatinado 404 Federico ni, el Sabio, elector de Sajorna 99 108ss 113 116s 129 133s 135 137 151 153 157 163 165 190 200 205 207 220 311 428 Federico ni, elector del Palatinado 423 498 559-563 580 581 contra catolicismo y luteranismo 560s Federico rv, elector del Palatinado 581 Federico V, conde del Palatinado 845 Federico de Holstein, v. Federico i, rey de Dinamarca Felipe, duque de Brunswick-Grubenhagen 311 382 Felipe, landgrave de Hessen 217 302 31ls 350 362 366 370 372 382 385 386 392 391s 400 402s 409 418 650 y el coloquio religioso de Marburgo 359ss Felipe ii de Wittelsbach 725 Felipe ii, rey de Espaa 417 547 549 554 623 670 687 693 697 731 739 745 774 776 806 Felipe ni, rey de Espaa 741 840 869 Felipe el Hermoso, de Borgoa 599 Flix v, antipapa 51 Ferber, Eberhardo 450 Ferber, Mauricio, obispo de Ermland 444 v. Herbon Fernando i, emperador de Alemania 174 179 261 270 295 305 308
309 312 313 350 353 382s 384s 389s 392 401 407 409s 417s 419s 423s 454s 459 562 584 624 629 663 669 678 718 863 864 Fernando n de Aragn 171 608 609 784 Fernando n, emperador de Alemania 838 844-847 852 Fernando ni, emperador de Alemania 854 Fernando de Baviera, obispo y elector 722 853 Ferrara 624 636 638 693 Ferrari 601 Ferreira 740 Ferrier 674 Feudalismo 867 Fidesmo 872 Fidel de Sigmaringa 775 Filpicas 480 Filipinas 785 conquista por Espaa 799 filipinos 800 misiones 799ss Filipismo 501 564 Flpistas 489 492 502 Filosofa 872 Filies de la charitc, v. Hermanas de la caridad Finlandia 427 reforma 438s Fiscalismo 50 Fisher, John, obispo de Rochester 297 465 466s 470 629 746 Fitzmaurice, conde 707 Flacius Ulyricus, Matas 416 485s 488-491 495 749 863 Flamencos 556 Flandes 345 valn 555 Fleck, Juan 104 Florencia 345 347 624 673 Florimonte, obispo de Sessa 763 Flgi, Juan obispo de Chur 728 Fontaine, Nicols de 529 Fontana, Domenico 691
Fonte Colombo 776 Foreiro, Francisco 683 Forer, Lorenz 853 Formacin de confesiones 367-370 en los siglos xvi y xvn 577-588 y campesinos 581 v. Augsburgo, Confesiones, Professio fidei tridentina Formula Concordiae (1577) 583 Formula Instituti, v. Compaa de Jess Formula Missae 332 Formula missae et communionis 153 Formula reformationis 415 Foscarari, Egidio 621 683 Fox, John 464 475 Foxe, Edward, obispo de Hereford 467 Fracastoro 650 Francfort del Meno 475 497 555 557 coloquio religioso (1539) 515 compromiso 390 Francfort del Oder 582 reforma 384 Francia 344ss 362 383 385 390 400s 405s 418 472 522 627 629 635 637 641 650 653 657 662 667 669 682 695 772 835 838 850 851 855 858 862 868s 874ss calvinismo 543ss 670 formacin de comunidades 543ss orden de la Iglesia (1559) 545 decretos del concilio de Trento 702s recusacin del concilio de Trento por los estamentos (1614-15) 843 entrada en la guerra de los 30 aos (1635) 852 formacin de confesin 579s formacin sacerdotal 704 indicios de reforma 607 reforma catlica 700ss reforma tridentina por el episcopado 703s snodos provinciales 703 trabajo misional 828ss
en el cercano Oriente 829 en Norteamrica 828s y Espaa 853s 858 paz con Espaa (1598) 549s v. Liga, Revolucin Franciscanos 602s 644 732 776s 791 Immaculata cortceptto 644 misiones en frica occidental 805 misiones en Antillas 787 misiones en Brasil 825 misiones en Ceiln 813 misiones Clebes 814 misiones en China 822 misiones en Filipinas 799s misiones en India 809ss misiones en Indochina 823s misiones en Japn 817 misiones en Malabar 812 misiones en Mxico 789S misiones en Nueva Granada 795 misiones en Per 793 telogos adversarios de Lutero 297 301s v. Conventuales, Recoletos Francisco, duque de Brunswick-Lneburgo 311 372 Francisco, duque de Lorena 544 Francisco i, rey de Francia 178 183 214 344s 357 362 410 471 508 543 636s 828 ayuda contra los turcos 406 Francisco H, rey de Francia 546 568 670 Francisco de Osuna 759 760 Francisco de Regs 775 Francisco de Sales 686 733 737 743 762 780 872 Francisco Javier 616 623 768 775 807 810s 813 815 819 843 Franck, Sebastin 277 279 280s Francken-Sierstorff, Heinrich 745 Franconia 718 Frangipani, Ottavio, nuncio 722 739 767 Frankenhausen 209 217 Franzen, A. 722
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Fraternitas divini amoris sub divi Hieronymi protectione, de Genova 597 Freising 717 Friburgo de Brisgovia 256 Friburgo de Suiza 249 259 Frisia oriental 559 Frith, John 470 Fritz, Joss 213 Froben, Juan 121 255 Froschauer, Cristbal 241 Biblia 253 Frundsberg, Jorg von 178 346 Fcar, banca 97 Fuchs, Juan 455 Fuerte ventura, obispado 784 Fugger, banca, v. Fcar Fugger, Jakob von, obispo de Constanza 720 853 Fukien 822 Funai, obispado 817 835 Funchal, obispado 802 810 Fundaciones de misas 51 330 Frstenberg, Dietrich, obispo de Paderborn 853 Gaetani, nuncio 740 Galaza, obispo de Coria 698 Galen, Christoph Bernhard von, obisuo de Mnster 722 Galicanismo, galicanos 731 737s 752 libertades galicanas 114 Galilei, Galileo 737 870 873 Galitzia, unin de los obispos ortodoxos con Roma (1681) 712 Galli, Tolomeo 687 Gallus, Nicols 485 488 498 Gama, Vasco de 802 Gansfort, Wessel 356 Gante 552 obispado 698 pacificacin (1576) 555 699 Garasse, Francois 872 Gardiner, Stephan, obispo de Winchester 424 467 470 471 473 475 658
Garnet, Henry 843 Gattinara, Mercurino Arborio di 345 365 Gavanti, Bartolomeo 850 Gebeck, obispo de Freising 717 Gebhardo, conde de Mansfeld 383 Gebsattel, obispo de Bamberg 719 Geldenhauer, Gerardo Eobanus 563 Gelenius, vicario general 722 Gnbrard, Gilberto 749 General Assembly 572ss Gennadio 748 Gennep 557 Genova 345 624 v. Fraternitas divini amoris Gentile Giovanni 871s Gentile, Valentino 453 Gentillet 702 Gerard, John 706 Gerhard, Juan 866 Gerhardt, Pablo 588 Gerolshofen 870 Gerson, Juan 165 Gerstmann, Martin, obispo de Breslau 724 Ghinucci, Girolamo, cardenal 108 617 630 634 Ghislieri, Michele, v. Po V Ghota-Torgau, alianza (1526) 311 Giberti, Juan Mateo, obispo de Verona 598 605 Giglio, hermanos 688 Ginebra 516 543 555 686 catecismo 520 555 584 Compagnie 545 confesin de la fe de Calvino 51 ls escuela superior de Calvino 521 s libertinos 521 ordenacin del culto (1542) de Calvino 518 organizacin de la Iglesia de Calvino 510s organizacin de la Iglesia (1541) 518 organizacin de la Iglesia (1561) 521
reforma de Calvino 509ss teocracia 512 520 universidad 563 v. Guillermistas Ginetti, cardenal 854 Giorgi, Sebastin 599 Giovio 638 Giustiniani, Lorenzo 604 629 Giustiniani, Paolo 599 Giustiniani, Vincenzo, cardenal 686 Glamorgan 857 Glanaeus, Jodocus 564 Glapion, Juan 128 Glaris 238 259 reforma 254 Gliczner, Erazm 452 Gnesioluteranos 489 492 498 502 Goa 625 685 803 811 obispado 810ss Goch 557 Gondi, cardenal 703 Gonesius, Petrus 872 Gonzaga, Escole, cardenal 605 670 671s 674 Gonzaga, Ferrante 651 Gonzaga, Luis 774 Gonzlez de Mendoza, Pedro, cardenal 608 Gnzi, Mateo, obispo 457 Gorka, Andrs 450 Goslar 383 Gotinga 383 Gragmann, M. 735 Gracia 227 481 483ss 494 535 628 739 858 certeza del estado de 646 controversia sobre la 740-743 694 736 739 en Calvino 525 En Erasmo 222ss en Karlstadt 188s en Lutero 92s 483s medios 361 y libertad 645 v. Justificacin Graciano 876
decreto 456 752 Gradale Romanum 770 Gran 459 679 arzobispado 456 Granada 623 672 conquista (1492) 608 784 snodo provincial (1565-66) 697 universidad 464 Granada, Luis de 758s Granvela, Nicols 392ss 637 Grassi, G.P., obispo de Viterbo 605 Gratia et donum, segn Lutero 142 v. Gracia, Don Gravamina de la nacin alemana 50 124 176 Graz 384 726 Grebel, Conrado 247 248 267s 272 Gregorio xm (Ugo Boncompagni), papa 601 641s 685 686-688 691 701 707 723 739 751 752 767 774ss 794 817 organizacin de colegios en Roma 688 reforma del calendario 688s Gregorio xiv (Niccol Sfondrato), papa 692 702 Gregorio xv (Alessandro Ludovisi), papa 780 811 812 831 841s 846 Gregorio de Valencia 732 735 Greiffenklau, Richard von, arzobispo de Trveris 117 137 183 Gremios, v. Hermandades gremiales Gretser, Jakob 732 735 840 863 Gribaldi, Matteo 871 Griego, v. Colegio Grisar, H. 88 Grisones, reforma 254 Grocio, Hugo 734 751 864s Groningen, obispado 698 Gropper, Juan 302 303 392ss 404 411 654 Gropper, Kaspar 687 Grosswardein 459 obispado 455 paz (1538) 454
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Grynaeus, Simn 454 508 Guadalajara, obispado 790 Gualterio, obispo de Viterbo 674 Guarino 604 Guatemala 790 Geldres 401 402 405 555 guerra de sucesin 404 Guerra, guerras contra los curas 182ss de los campesinos 197 209 211218 311 319 332 340 de religin 381 695 861 874 privada 181 Guerrero, Pedro arzobispo 609 624 Gueux 554 699 Guibert 761 Guidiccioni, cardenal 617 628 630 633 635 Guillermistas en Ginebra 516 Guillermo, arzobispo de Riga 448 Guillermo iv, duque de Baviera 293 309 Guillermo v, duque de Cleves-JlichBerg 585 716 Guillermo v, duque de Baviera 717 725 Guillermo de Hessen 418 Guillermo de Ockham, v. Ockham Guillermo von Frstenberg 448 Guisa, familia 548 670 701 Guisa, Carlos, cardenal de Lorena 544 547 657 673s 676 678 703 Guisa, Carlos n, cardenal 721 Guisa, Enrique i 549 701 Guisa, Francisco 544 546 547 Guisa, Luis i, cardenal 549 Guisa, Luis n, cardenal 702 703 Guisa, Mara 567 Gns, victoria sobre los turcos (1532) 384 Gustavo Adolfo de Suecia 85 ls 854 858 Gustavo Erikson Vasa, rey de Suecia 428 433ss GUttel, Gaspar 482 Gyula 457
Haarlem, obispado 698 Hbito, segn Lutero 64s Habsburgo 350 351 408 411 423 627 635 682 725 726 768 839 844 851 Hacker, P. 111 Hagenau, coloquio religioso (1540) 392 515 Hagiografa 750s Hait 787s Haivant 555 Halberstadt, obispado 408 723 853 Haldrein, Amoldo 373 Hall 726 Haller, Bertoldo 237 257s 259s Haller, Johannes 46 Hamar, obispado 428 Hamburgo ordenacin de escuelas (1528) 401 reforma 384 Hamilton, John, arzobispo de Saint Andrews 707 Hamton's Catechism 567 Hammermayer 859 Hannover, reforma 384 Hans von Kstrin 417 Hardenberg, Alberto Rizaeus 497 499 564 Harlay, Francois de 703 Harrach, arzobispo de Praga, cardenal 846 Hasenmller 726 Htzer, Luis 268 270s 279s Hausen, obispo de Ratisbona 717 Hausmann, Nicols 335 Havelberg 423 Heath, arzobispo de York 662 Hebler, Matthias, obispo de Weissenburgo 457 Heckel, J. 323 Heerbrand, Jacobo 863 Hegendorfer, Christoph 450 Hegge, Jakob 449 Heidelberg 498 catecismo 555 560-565 581 584 disputa (1560) 560
Heiligenstadt 720 726 Held, Matas 389 Helding, Miguel 302 304 412 641 Helgesen, Pablo 430 Heltai, Gaspar 457 Helvtico, v. Colegio Henkel, Juan 454 Henriette Maria, hija de Luis xni 856 Henten, Juan 745 Herborn escuela superior 563 snodo general (1586) 564 ordenacin 564 Herborn (Ferber), Nicols 302 430 Heresy Act de Enrique vm 466 Hermanas de la caridad 781 Hermandad, hermandades 597s 765 766 del rosario 767 de oracin 768 de san Jernimo 597 de san Nicols 597 eucarstica 606 gremiales 768 Hermannstadt 456 Hermanos bohemios 442 en Polonia 452 de la vida comn 552 moravos 272s 279 polacos 872 Hervet, Gentian 751 .Herzogenbusch, obispado 698 Hessels, Juan 654 731 738 Hesse 353 408 Hesshusen, Tilemann 498 537 557 559s Hideyoshi 817s Hilario, predicador luterano 271 Hildesheim, obispado 722s 725 Hirsch, Emanuel 168 Historia 873 de la Iglesia 749ss como asignatura 752 mtodo histrico crtico 75ls 778
Hoen, Cornelis 356 Hoffaeus, Paulus 726 774 Hoffmeister Johann 304 763 Hfler, Contantin 592 Hfling, J.W.F. 324 Hofmann, Melchor 273ss Hofmeister Sebastin 255 Hohenems, Marcos Sittich von, cardenal 670 720 -778 Hohenzollern, Eitel Friedrich von, cardenal 723 Holanda 277 555 845 871 v. Pases Bajos Hlar, obispado 428 Holbein 253 Holstein 278 Holstenius, Lucas 754 862 Holl, obispo de Lbeck 723 Hombre eleccin o predestinacin, segn Calvino 524s v. Predsetinacin estado primitivo 394 412 Honduras 790 Honter, Johannes 455s Hoogstraeten, Jakob van 299s Hooker, Richard 476 706 Hoorne 554 Hpital, Michel de 1' 546 670 684 Hosius, Estanislao, cardenal 305 670 709 737 Hospitalarios, hermanos 779 Hospitales 779 Hougthon, John 466 Hoya, Johann von, obispo de Mnster 722 Hren, Thomaz, obispo 458 Hs Kuang-ci'i (Pablo Hs) 821 Hubmaier, Balthasar 208 214 269s Hugo de San Caro 95 Hugonotes 546s 669 844 864 866 guerras (1562-98) 547ss 695 700s 728 753 Huguccio 95 Humanismo 449 609 732s 744 cristiano 607 en Inglaterra 462
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IXIUII^P aiicuiuiu
y reforma 219ss segn Melanchthon 167s Hungra 401 522 682 844 contrarreforma 847 formacin de confesiones 579 hngaros 313 reforma 453ss Hunnius, Helferich 862 Hurones 828 Huss, Jan 120 295 Hussismo 449 Hut, Hans 270s Hutten, Ulrico de 123 182 220 Hutter, Jakob 272 Hutterianos. v. Hermanos moravos Iconoclasmo 151 257 699 Iconografa 770 Idalcn 833 Idiomas, v. Comunicacin Ieyasu, Tokugawa 818 Iglesia 3% 412 516s afirmacin en la Europa occidental y oriental 695-712 autoridad y poder 299 300 catlica 584 centralismo 685 concepto (eclesiologa) 51 s 292 472 587 737s segn Calvino 530s segn de Bray 554 segn el concilio de Trento 678 segn Lutero 125s 136s 292 315319 587 constitucin protestante 318s de confesin 333 de la alianza de los baptistas 273 demtica o popular 267 333 despus de la paz de Westfalia 875 despus de Trento 685 en Inglaterra 856s en Irlanda 857 episcopalismo 875s escisin 627 636 formalismo 876
gobierno 318 impugnadores literarios de Lutero 288-306 inconvenientes en vsperas de la reforma 457 luterana, constitucin 335ss nacionales luteranas 46 regionales 218 313 339 422 territoriales 319 327 ordenacin jerrquica 396 organizacin, segn Calvino 518ss popular luterana 338 reforma 309ss, v. Reforma rgimen 322-327 rgimen eclesistico territorial 336 unidad 370 y brazo secular 580 y Estado, v. Estado y ministerio en Lutero 324ss v. Anglicana, Bienes, Historia Ignacio de Loyola 615ss 768 810 843 Ilanz artculos (1526) 254 coloquio religioso (1520) 254 coloquio religioso (1526) 259 Iluminados 319s 324 367 368 370 577 Karlstadt y Mntzer 186-210 Imgenes 767 culto 471 decreto tridentino 769 Immortalis, constitucin (1627) 833 Imperial (Chile), obispado 793 795 Imperio 423 y papado 169 308 407s bajo Carlos v y Clemente vir 344-348 Imperium et sacerdotium 45 Imprentas 753s v. Vaticana Impresin, permiso 310 Imputacin de la justicia de Cristo 526s ln Coena Domini, bula (1568) 683 Inca, imperio 792 Independientes 857 India 802
concilio provincial 812 misiones 809ss ndice, ndices congregacin 689 de libros catlicos 754 de libros prohibidos de Lieja 553 protestante 585 romano 665 677 679 693 754 869 874 Indio, v. Estado Indios, evangelizacin 786ss 790 793ss 797 825 828 Indochina 823s Indulgencias 113 177 238 292 297 370 651 historias 94ss para la iglesia de san Pedro 96 para los difuntos 95 pleito 93-105 prctica 50 94ss predicadores lOlss soberana por seores temporales 96 y Alberto de Maguncia 97ss v. Cruzada Indulto papal, bula (1548) 415 Infalibilidad del papa 294s Infralapsarismo 556 Inglaterra 345 383 401 667 682 695 701 828 838 845 856ss 875 anglicanismo 856 bajo Isabel i 705ss calvinismo 575s catolicismo 857 bajo Jacobo i 843s cisma (1534) 465ss renovacin 662 682 705 cura de almas 706 gran potencia protestante 856ss iglesia nacional 463 incautacin de los tesoros de la Iglesia 474 junta del clero (1563) 476 normas de fe 469 nueva liturgia 473
piedad popular 462s protestantismo bajo Eduardo vi 473ss puritanismo y alta iglesia 575s reforma 461-476 restauracin catlica bajo Julio m 657s trmino bajo Paulo iv 662 rito de ordenacin 474 seoritas inglesas 780 separacin de la Iglesia 348 supresin de los conventos 468s v. Colegio Ingoli, Francesco 832 Ingolstadt 409 624 753 universidad 624 732 Inhambane (Zambene) 808 Initio nostri huius pontificatus, bula (1542) 636 Inmaculada concepcin 644 Innsbruck 370 418 655 726s Inocencio IX (Gian Antonio Facchinetti), papa 692 Inocencio x (Gianbattista Pamfili), papa 781 855ss 858 875 Inquisicin el caso Galileo 873s en Pases Bajos 552 espaola 612 665 697 romana 529 611 628 661 665 666 683 689 869 871 Inscrutabili divinae providentiae arcano, bula (1622) 831 Inspiracin 739 Institutio Religionis Christianae, de Calvino (1559) 536 584 Instruccin decadencia en la reforma 339s popular 762ss religiosa 733 religiosa luterana 339ss Inteligencia cristiana (1530) 362 Interim de Augsburgo (1548) 41 ls 414 415ss 485 652 Interim de Leipzig (1548) 416 485 488 493 496
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ndice analtico Iprs 698 858 Irache 732 Irnicos, irenismo 862 864ss v. Cassander, Erasmo, Grocio, Witzel Irlanda 695 mantenimiento del catolicismo 707 persecucin de catlicos 857 Iroqueses 828 Isabel, archiduquesa 699 Isabel I, reina de Inglaterra 462 475s 547 575 662 705ss excomunin (1570) 705 Isabel i de Castilla 608 784 Isachino 664 666 Isenburgo, Selentin de, arzobispo de Colonia 721 Islandia 427 430 reforma 432s Isny 383 Italia 596 772 838 indicios de reforma 597ss Ius reformandi 313 335 Instas ex fide 77 Ivn el Terrible 709s Jeremas II, patriarca ecumnico 710 Jerin, Andreas von, obispo de Breslau 724 Jernimos 698 Jesutas, v. Compaa de Jess v. Colegios Jewel, John, obispo de Salesbury 476 Jimnez de Cisneros, v. Cisneros Joaqun i, elector de Brandenburgo 138 174 311 350 Joaqun n, elector de Brandenburgo 391 394 483 Joaqun de Fiore 203 Joaqun Ernesto, prncipe de Anhalt 565 Jodocus, v. Glanaeus Jogues, Isaac 829 Johannes a Lasko, c. Laski Jol 800 Joas, Justus 161 219 339 369 377 488 Jrg von Hause Jakob 268s Jorge duque de Sajonia 96 99 104 119 217 293 311 350 390ss Jorge, margrave de BrandenburgoAnsbach 352 372 453 Jacinto de Csale 727 846 Jorge de Brunswick, arzobispo de Jacobo, margrave de Baden-HachBremen 723 Jos de Pars 775 829 berg 862 Jacobo i, rey de Inglaterra (vi de Joyeuse, cardenal 839 841 Escocia) 476 570 573 707 737 Juan, arzobispo de Weeze 390 Juan elector de Sajonia 165 204 225 824 Jacobo v, rey de Escocia 566 311 335 350 352 366 3<57ss 371 Jacobo de Vorgine 615 380 382 392 402 Jansenio, Cornelio 731 858 Juan II, rey de Portugal 802 Jansenistas 751 Juan ni, rey de Portugal 624 810 Juan ni, rey de Suecia 437ss 695 709 pleito 739 Juan iv, rey de Portugal 856 Jansen, Johannes 870 Juan de vila 609 697 758 779 Japn 785 810 Juan de Dios 779 misiones 815ss Juan de la Cruz, carmelita 733 758 Java 802 760 776 misiones 814 Juan de la Cruz, dominico 758 Jedin, Hubert 52 406 584 Juan de los ngeles 759 Jena 498 Juan de Nassau 555 563 receso 67 Juan Alberto de Mecklenburgo 417 Jerrquico, orden 381
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axiaiiuv.\j
Juan Casimiro, conde del Palatinado 581 Juan Federico, duque de BrunswickLneburgo 862 Juan, elector de Sajonia 204 339 410 650 Juan II, duque de Sajonia 560 Juan Guillermo, duque de Sajonia 486 Juan Jorge de Brandenburgo 721 Juan i, prncipe de Anhalt 565 Juan Luis, conde de Nassau-Siegen 862 Juan Segismundo, elector de Brandenburgo 559 rey 459 Juana, infanta, hija de Carlos v 620 Jubileo (1575 y 1600) 694 Jud, Len 257s 250s 253 356 Jlich-Berg 558 Jlich-Cleves 839 Jlich-Cleves-Berg 402 579 Julio n (Giuliano della Rovere), papa 48 97 463 603 785 787 802 Julio ni (Giovanni Maria del Monte), papa 417 420 423 637 642 647s 653 657 664 668 677 Junius, Franz 865 Jurisdiccin eclesistica 42 ls segn Lutero 317 v. Episcopado, Papado Justicia 581 de Cristo, v. Justificacin de Dios, en Lutero 85s dobie 303 516 646 prctica judicial 633 Justificacin 292 299 300 320 329 359s 369 378 388 391 393ss 408 412 416 456 469s 471 472 483s 486s 450 493 516 628 645ss 863 en Calvino 526s en Karlstadt 188 en Lutero 63 65 76 85s 143 en Melanchthon 480ss en Mntzer 207s en Osiander 492ss
segn el concilio de Trento 645ss y buenas obras 486ss y santificacin 142 en Lutero 77 Jterbog 99 Juusten, Paulus, obispo de Viborg (Viipuri) 439 Kaaden (Eger), paz (1534) 385 Kalbrenner, Gerardo 404 Kalkoff, P. 116 117 Kalmncsa 457 Klmncsehi 459 Kalmar, unin (1397) 427 Kampen, Juan van 302 Kappel batalla (1531) 383 primera paz (1529) 261 363 segunda paz (1531) 363 Karlstadt 112 118s 145 147 149s 153 160 186-199 210 279 293 319 331 340 356 358 428 doctrina sobre la cena 190 Karnkowski, obispo de Wloclawek 709 Karoly, Kaspar 459 Kaschau 455 457 Kassel, avenencia (1534) 386 Kathelyne, Georges 553 Kautz 271 Kepler, Juan 689 870 873 Kerker, Jos 592 Kerle, Otto 770 Kessel 726 Kessler, Juan 253 Kettler, Gotthard 448 Kevelaer 768 Kilger, L. 831 Kilkenny, tratado (1645) 857 Kindermann 770 King's Book, de Enrique vm 472 King's Confession 573 Kircher, Atanasio 874 Kirk Session 571 573 Kis, Esteban Szegedi 457 459 Klagenfurt 718 726
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ndice analtico Klausenburgo, academia 460 Klebitz, Wilhelm 498 560 Kleinhochstetten 257 Klein-Zeben 455 Klesl, Melchior, cardenal 718 845 849 Knipperdolling 275 276 Knoeringen, Heinrich von, obispo de Augsburgo 720 854 Knox, John 520 567ss 575 Koellin 734 Khler, Walter 240 Kolb, Franz 260 Komander, Juan 254 Konarsi, obispo de Poznan 709 Konigsberg 417 443ss 450s liga (1550) 417 universidad 451 Kopken, Andrs 447 448 Kothen 565 Kozminek 452 453 unin (1555) 453 Krechting, Bernardo 276 Krelj, Sebastin 458 Krell, Nicols 502 Krems 726 Kreuznach, encuentro de Carlos v con el cardenal Farnese (1544) 405 Kronstadt 455 Krow 580 Kulmerland 443 Kumer 84 Kuncewicz, Josafat, obispo 711 Kunz, Othmar 727 Kus, Orto 78 Laderchi 750 Ladislao IV, rey de Polonia 712 863 Laetare Jeruscdem, bula (1544) 406 637 Laibach 726 Laicismo 47 Laicos 628 en Karlstadt 192 mayora de edad 45 57 participacin en la liturgia 305 v. Cliz Lanez, Diego 547 616 620 623 624 625 735 Lalemant, Charles 828 Lalemant, Gabriel 829 Lamberto, Francisco 302 Landau, dieta (1522) 183 Lang, A. 734 Lang, Juan 101 147 La Rochefoucauld, obispo 703 La Rochelle 548 snodo nacional calvinista (1571) 548 Laski, Jan 278 452 497s 557 Lasko 457 Lasso, Orlando di 770 Latalski, Jan 449 Latimer 472 Latinidad, v. Escuelas Latomus, Jacobo 141 256 296 731 Lad, arzobispo de Canterbury 576 Laue, Max v. 874 Lauffen del Neckar, victoria (1534) 385 Laureo, nuncio 707 Laurerio, cardenal 628 632 Lausana 522 disputa (1536) 510 obispado 728 Lawrence, Robert 466 Laymann, Paul 752 853 870s Layton 468 Le Blas, Bertrand 553 Lebus 423 Leckow, Juan von 853 Le Clerc du Tremblay, v. Jos de Pars Lector, canonja 644 Leeuwarden, obispado 698 Lefvre dTStaples, Jacques 745 Legh 468 Leiden, universidad 555 563 Leiden, Jan van 276 Leipzig 449 disputa 85 118-120 189 290 368 v. Interim Leisnig 331 332 Lejay 616 623 Lejeune, Jean 764 Le Jeune, Paul 828 Lemberg 711 Lemgo 564 Lengua materna 587 vulgar 672 Len, ciudad 659 Len XI (Alessandro Ottaviano de Medici), papa 689 839 Len x, papa 47s 97 104 107ss 113 117 129 131s 169 172s 299 344 463 598s 657 688 802 Len, Luis de 757 759 Len, Pablo de 611 758 Leonardi, Juan 773 Leopoldo, archiduque de Austria 721 725 Leopoldo Guillermo, archiduque 725 853 Lepanto, victoria sobre los turcos (1571) 686 767 Lessio, Leonardo 739 Letana lauretana, v. Loreto Letrn, concilio v (1512-17) 52 604 606s 610 633 Leunis, Juan 767 Leutschau 455 Lewis 706 Ley 480Ss predicacin 337 Leyenda negra 789 Libertad de la fe 282 del cristianismo, del hombre cristiano 45 180-306 242 300 329 628 evanglica 144-147 libre seguimiento de la Iglesia 282 v. Conciencia, Predestinacin Libre albedro 394 472 484 738 segn Erasmo 222ss segn Lutero 224ss v. Predestinacin, Sinergista, controversia Librito del bautismo en alemn 334 v. Taufbchlein Libros, v. Censura, Impresin Licet ab initio, bula (1542) 628 Lichetto, Francesco 603 Leignitz, reforma 384 Lieja, obispado 725 Liga catlica en Francia (1576, 1584) 548s 701s de Cognac (1526) 312 345 defensiva italiana 852 de Jos prncipes catlicos de Alemania 775 838 844ss 851 Lima 792s obispado 792s Limosna 110 Lincoln condado 468 obispado 462 658 Lindau 260 370 383 Link, Wenzel 107 113ss 146 Linkping, obispado 428 434 Linz 418 718 Lipgens, W. 411 Lippe 564 Lippomani, Luigi 420 646 652s 662 750 872 Lipsio, Justo 868 Lisboa 624 Lismanini, Francisco 450 452 Lissa 452 Lissa, Andrs von der 452 Lissa, Rafael von der 452 Lissies, abada 778 Literatura asctica 757ss cristiana 746ss edificante 442 evolucin postridentina 768s mstica 757ss Lituania 451 710 Liturgia 305 876 romana 695
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v. Bautismo, Palabra Livingstone, David 806 Livonia 437 442 451 ordenacin eclesistica (1529-30) 448 reforma 447s Ljubliana, v. Laibach Loanda, v. Luanda Loaysa, Garca de, cardenal 602 631 Loaysa, Jernimo de, arzobispo de Lima 791 Lobo de Medina Sidonia, Alfonso 694 763 Loci theologici 734 Lodron, obispo de Salzburgo 717 Lollardismo 462 Lombargo, v. Pedro Lombardo London 468 Londres 555 Longo (Llonch), Mara Laurenza 598 Lonicer, Juan 123 Lpez de Mendoza, obispo de Burgos, cardenal 611 Lorenzo de Brindis 727 733 763 775 Loreto 767 letana lauretana 767 Lorini 873 Lortz, Josef 58 98 Losonczy 457 Lotzer, Sebastin 215 Lovaina, universidad 296 464 554 665 731 738 739 Lowicz, concilio provincial 662s Loyola, Iigo Lpez de, v. Ignacio de Loyola Luanda 807 Lbeck 383 423 obispado 723 Lubiniecki, Estanislao 872 Lublin 710 Lucas de Brujas 745 Lucca 628 773 encuentro de Paulo m con Carlos v (1541) 401 636 Lucerna 259 688 727 dieta (1522) 242
dieta (1524) 249 Luck 711 Luder, Hans 60 Ludolfo de Sajorna 469 Ludovico de Fossombrone 603 Ludovisi Alessandro, v. Gregorio xv Ludovico, cardenal 842 849 Lugares catlicos (Suiza) 728 Luis, conde del Palatinado 726 Luis, duque de Baviera 309 Luis H, rey de Hungra 350 453 Luis vi, elector del Palatinado 563 581 Luis XIII, rey de Francia 829 840 856 Luis xiv, rey de Francia 856 Lukaris, Cirilo, patriarca ecumnico 711 Luna, conde 676 Lund, arzobispado 428 Lunelli, Vincenzo 603 631 Lupus, v. Lobo Lussy, Melchior 727 Luteranismo, luteranos 160 368 385 442 586 728 749 861 865 875 en el Palatinado 563 en Francia 544 en Polonia 452 y autoridad secular 580 y calvinismo 563s 586 y la formacin de confesiones 581 s v. Cena, Gnesioluteranos Lutero, Martn 48 50 52 58-93 176 200 202 210 211s 237 255s 258 273 279 288ss 295ss 315ss 338 340 351 359s 367 375 381ss 386ss 391 394 3 % 400 402ss 406 434 439 443 449 453 458 464 478ss 483s 488 494 500s 515 533 542s 551 578 599 619 668 731 740 764 873 vida familia y juventud 59s estudios universitarios y entrada en el convento 61ss viaje a Roma 66s
doctor en Sagrada Escritura 67ss leccin sobre los salmos (15131515) 69ss leccin sobre la carta a los Romanos (1515-16) 74ss leccin sobre la carta a los Glatas 795 leccin sobre la carta a los Hebreos 80ss experiencia de la torre 85 fijacin de las tesis 101 el proceso romano 106ss en Ja dieta de Augsburgo (1518) HOss apelacin al concilio (1518) 114s encuentro con Miltitz (1519) 116ss y la disputa de Leipzig 118ss ante la dieta de Worms 129-139 excomunin 134s en la Wartburg y el movimiento reformista de Wittenberg 139158 en Wittenberg (1522) 151s matrimonio con Catalina Bora 217s en la fortaleza de Coburgo 369 Personalidad 58s formador religioso del pueblo 343 lengua 120s doctrina catecismos 342s concepto de la Iglesia 315-319 controversia antinomista 480ss controversia con los suizos 533 controversia sinergista 483 cristologa 70ss doctrina de los dos reinos 319322 eclesiologa 70 123ss 136s fe y obras 122 gnesis de la confesin 367s gracia 77 141s indulgencias 99s 297s lustitia Dei 84ss
justicia y justificacin 71s 73ss justificacin por la fe 79ss libertad 224ss lucha por la recta doctrina 478502 organizacin de la comunidad 329-343 predicacin catequtica 342s primaca de Roma 119 reforma 58s repulsa del humanismo 219ss sacramentos 121s 125s sobre la cuestin del concilio 120 387 soteriologa 70 teora de la absconditas Ti traduccin de la biblia 155ss y Agrcola 480S y el agustinismo 93 y el comienzo de la reforma (1517-25) 43-179 y el oceamismo 62ss 91 ss y el tomismo 93 y Karlstadt 186ss 356 y la escolstica 64 78 y la guerra de los campesinos 211-218 y Mntzer 201 ss y Zuinglio (doctrina sobre la cena) 353 356s 359 escritos Adversus execrabilem Antichristi bullam (1520) 132 A la nobleza cristiana de la nacin alemana 142 181 212 Assertio (1520) 222 Carta a Len X 131 Carta a los prncipes de Sajonia sobre el espritu rebelde 193 205 207 Contra las cuadrillas de bandidos y asesinos de los campesinos 216 De abrogando missa privata 147 De captivitate Baby Inica 136 138 145
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De la libertad del cristiano (1520) 128 131 De servo arbitrio 211 224 escritos reformistas de 1520 120128 Por qu se queman los libros del papa y sus secuaces- (1520) 134 Sobre el papado de Roma... 123ss Sobre la autoridad secular (1523) 212 Sobre las nuevas bulas y mentiras de Eck (1520) 132 Biblia 301 impugnadores 288ss nominalismo 732 Lyn 529 685 740 753 Luzn 799 Lwow, v. Lemberg Llandaff 662 Llonch, v. Longo Mabillon 751 Macao 626 820 obispado 816 820 835 Maciejowski, obispo de Luck 711 Maderna 769 Madrid, paz de (1526) 312 345 Madruzzo, Cristoforo, cardenal 638 643 652 688 Maffei, Bernardino, cardenal 632 659 Magalotti 858 Magallanes, Fernando de 785 799 Magdaleno, Diego 610 Magdeburgo 311 383 389 417 499 853 capitulacin (1551) 418 Centurias 749s Centuriatores 141 obispado 408 723 853 Magia 870 Magiares 442 reforma 457s Magna Carta of the Church of Scotland 574
Magni, Valeriano 727 846 Maguncia 720 Biblia catlica 745 obispado 351 720 724s plan de unin (1660) 865 snodo de reforma 415 Maidalchini, Olimpia 855 Mailapur 835 obispado 811 Mair (Major), John 506 Major, Georg 161 456 485 486 488s Makarios, Juan 747 Malabar 810ss Malaca 802 810 823 obispado 811 823 Malayo, archipilago 813s Maldonado, Juan de 611 732 745 Maletius, Juan 451 Malinas arzobispado 698 concilio provincial (1607) 843 Malvenda, Th. 412 Mancini 859 Mandamientos y votos 146s Manderscheid, Jaun von, obispo de Estrasburgo 721 Manducatio impiorum 386s Manducatio indignorum 387 Manila 799 arzobispado 800 obispado 799 820 Manresa 615 Mansfeld, Agnes von 721 Mnsson. Peder, obispo de Vasters 435 436 Mantua 471 635 guerra de la sucesin (1628) 851 Mantz, Flix 267ss Manucio, Paulo 678 753 Manuel i, rey de Portugal 802s 805s Maquiavelo 867 Maraen 827 Marburgo artculos 361s coloquio religioso (1529) 244 359362 492
Marcelo n (Marcello Cervini), papa 630 631 638 642 645 659 660s 736 754 Margarita de Austria 551 Margarita de Navarra 362 Margarita de Parma 347 554 699 Margarita de Valois 548 Margotti, cardenal 838 Mara, madre de Jess 203 273 278 devocin 767s Mara, gobernadora de los Pases Bajos 551 Mara de Habsburgo, reina de Hungra 454 459 Mara de Hohenzollern 559 Mara de la Encarnacin 828 Mara de Piedrahita 610 Mara Estuardo, reina de Escocia 567s 705 706s Mara la catlica, reina de Inglaterra 462 463 474s 557 657 662 705 Mara Tudor 568 Mariana, Juan de 869 Marienburg, cortes (1526) 450 Marienwerd 445 Marignano, derrota (1515) 237 Marillac, Luisa de 781 Marini, Leonardo 683s Mark 558 condado 561 Marnix, Philipp 522 Maronita, v. Colegio Marot, Clment 514 Marschalk, Nicols 163 Marsella 605 Marsiglio 841 Marsilio de Padua 467 Martelli, obispo de Fiesole 644 Martinuzzi, v. Utjesenovich Martyrologium Romanum 751 Masaniello, sublevacin (1647) 856 Masius, Andrs 659 Massachusetts 575 Massarelli, Angelo 642 Matas, emperador 844 845
Matas de Sal 775 Matrimonio, matrimonios 338 396 415 651 causas matrimoniales 339 clandestinos 675 consentimiento 766 registro 675s sacramento 674 675 766 segn Lutero 334s y castidad 146 v. Nupcias, Sacerdotes, Tametsi Matteo de Bascio 603 Matthew, Thomas, v. Rogers, John Matthijs, Jan 274 Maurenbrecher, W. 592 Maurer, W. 167 Mauricio, elector de Sajonia 403s 408 409 417ss 655 Maurillac 866 Maurinos 778 Maximiliano i, elector de Baviera 726 754 780 845 854 863 Maximiliano i, emperador de Alemania 109 117 157 171 182 599 Maximiliano H, emperador de Alemania 305 417 460 562 710 715 718 v. Concesin Mayer, Sebald 753 Mayorista, controversia 486ss Mazarino 855s Meaux 547 Mecklenburgo 723 Mediasch 456 Medid, familia 48 170 344-347 838 imprenta 770 Medici, Alessandro Ottaviano, v. Len XI Medici, Catalina de 348 544 546ss 770 800s 864 Medici, Gianangelo de, v. Po iv Medici, Giuliano de, cardenal 178 Medici, Giulio de, v. Clemente vn Medina, Bartolom de 735 Medina del Campo 624 Megander, Kaspar 532
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lauuw
Meissen 152 dieta (1548) 416 obispado 422 723 reforma 403s Meissinger, K. A. 98 Melanchthon, Felipe 51 79 101 121 134 141ss 145 147 150 152 161 163 165-169 176 186 190 197 203 210 218 219 289 292s 327 336s 338-342 354 368-372 375 377 386-389 392-395 400 404 416s 451 456ss 471 479ss 483ss 487-491 493s 496 498s 515s 528s 560 863 865 873 apologa de la confesin de Augsburgo 375ss controversia mayorista 486ss controversia osindrica 492ss controversia sobre la cena 499ss doctrina de la justificacin 480ss instruccin de visitadores 479 481 teologa 480ss visitacin de la Iglesia 335ss Melchoritas 274s 277 Melius, Peter 459 Mlun, asamblea del clero (1579) 703 Melville, Andrew 572-575 Memmingen 260 370 383 Mendicantes, rdenes 428 606 610 628 644 679 evolucin postridentina 776s exencin 644 reforma 602ss 63 ls v. Dominicos, Franciscanos Mendigos 554 699 Mendoza, Diego Hurtado de 643 647 Mendoza, Domingo de 610 Mendoza, Juan Hurtado de 610 Mengersdorf, obispo de Bamberg 719 Mengin 726 Mening, Marcos 564 Menius, Justas 392 489 495 Mennonitas 274 279 Mensing, Juan 300 393 Mentuato 663 Mercedarios 698
en Mxico 791 en Per 793 Mercuriano, Eberhard 779 Merici, Angela 598 601 Merlin 747 Merseburgo 152 obispado 422 723 Merwitz, Klaus von, virrey de Islandia 432 Mesina 624 Mestizos 791 794 Metz 418 637 sitio (1553) 419 Meurer, Miguel 450 Mxico 685 787 concilio (1555) 789 conquista y misin 789s obispado 790 v. Doce apstoles Meyer Gerald 247 Sebastin 243 257 Micanzio 841 Michoacn, obispado 790 Middelburg, obispado 598 Mignani, Laura 598 Miguel ngel, v. Buonarrotti Miguel de Eggendorf, abad 255 Milagrera 583 Milagros, libros 768 Miln 344s 405 411 601 627 637 685s 754 seminarios 685 Milicia de Cristo 802 Miltitz, Carlos von 99 110 116s 119 128 131 Miltitziada 85 Millini, cardenal 839-849 Mindano 800 Minden 716 obispado 723-853 Ministerio 292 360 396 413 derecho 655 segn Lutero 316s 324s v. Sacerdocio ministerial Miraeus (Le Mire) 748
Mirn 624 Misa, sacrificio; misas 52 194 291 s 298 300 302 304 310 312 352ss 361 370ss 375 388 393s 396 412s 416 445 456 473s 514 561 651 746 765 alemana 150 153 155 191 202 332s 342 514 578 carcter sacrificial 672 de difuntos 445 evanglica 147 privadas 147ss 190 371 472 672 segn Lutero 126ss 147s 323 segn Zuinglio 355s v. Fundaciones Misal, reforma 664 677 683s 764 850 Misin, misiones al comienzo de la Edad Moderna 783-835 clero indgena 832s congregacin 831 en el territorio espaol de patronato 783-801 en territorio del patronato portugus 801-829 formacin de misioneros 833 mtodo misional 788 790 825s adaptacin en China 819ss adaptacin en India 812s adaptacin en Japn 815s en Per 793 adaptacin en Per 793 patronato 784ss 829 espaol 784ss portugus 801 s oposicin de las potencias de patronato a la congregacin de Propaganda Fide 834 populares 775 zonas o distritos misionales 832 Missale Romartum (1570) 683 Mstica 757ss Moctezuma II 789 Mdena 347 624 628 672 850 Modrezewski, Andrs 449 864 Mogrovejo, Toribio de 793
Mohcs, victoria turca (1526) 313 350 454 Molanus 564 Molina, Luis de 735 740ss Molinismo 740ss 858 Molucas 802 810 misiones 813 Mompelgard 385 Monasterios en Inglaterra 475 supresin 330 v. Conventos Monomotapa 808 Montaigne 872 Montalto, cardenal 839 Monte Cassino 778 Monte Corona 599 Montesa, Ambrosio 615 Montesino, Antonio de 788 Montfaucon 751 Montfort, conde 655 Montmorency, conde 547 866 Montorio, nuncio 853 Montserrat 609 615 621 Monzn, tratado (1626) 851 Moral personal 322 Moravos, v. Hermanos Morigia 601 Mrlin 495 Mornay du Plessis, Philippe de 865 Moro, Toms 229 297 462 465ss Morone, Giovanni, cardenal 392s 394 420 481 637 659 666 668s 674679 682 688 715 717 Moros 608 Morosini, legado 703 Mossul 811 Mosvidius, Martn 451 Motolina 790 Mount, Christopher 471 Mozambique 807 Mhlberg (Elba), victoria de Carlos v (1547) 409ss Mhldorf, convencin de reforma (1522) 607 Mhlhausen 205 207 208 210
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Mulatos 791 793 Mlhausen 260 Mling, Johannes, v. Adelphi Multivolipresencia 501 Mller, Hans 214 Munich 624 726s Mnster de Westfalia 273 726 anabaptismo 274ss reino de Mnster 277 congreso de paz (1645-48) 854s obispado 402 722 853 Mnter, W. O. 325 Mntzer, Toms 153 160 186 193 199-210 216s 267 272 279 Ausgedruckte Entblssung. 205 208 Deutsch Kirchenamt 202 210 Hochverrsachte Schutzrede... 268 misa evanglica alemana 202 mstica de la cruz 206 orden eclesistico 210 protestacin 203 revolucin social (guerra de los campesinos) 208s Murner, Toms 96 128 2558 297 301 s Murzynowski, Estanislao 451 Musso, Cornelio 763 Mutianus, v. Rufus Myconius, Friedrich 336 392 Myconius Oswald 198 250 508 Nacionalismo 47 Nadal, Jer. 618 624 Ndasdy, familia 457 Njera, duque 615 Namur, obispado 698 Nancy 781 Nan-ch 'ing 821 Nanking 821 Nantes, edicto (1598) 550 579 702 844 866 aples 344s 347 598 600 624 628 641 661 684 687 773 856 captulo general de los agustinos (1539) 483 universidad 464 Nardini, cardenal 607
Narva 447 Nassau 563 calvinismo 563 ordenacin eclesistica 563s confesin 563 Nassau-Orange 426 Nathin, Juan 66 Naumburgo 152 convencin (1554) 495 obispado 400 420s 721 reforma 400s Nausea, Federico 294 295 302 304 392 Nedelisce 458 Nemours, edicto (1585) 549 Neoaristotelismo protestante humanstico 168 Nepotismo 683 850 de Paulo IV 666s Neri, Felipe 599 684 691 693 747 749 772s 839 843 Neuenburg 256 Neuser, Adam 562 Nevers 776 Nicaragua (Len), obispado 793 Nidaros 428 431 Niedzwiedz 451 Nikolsburgo (Moravia) 270 Ninguarda 687 717 766 Niza, armisticio (1538) 390 636 Nobili, cardenal 660 Nobili, Roberto de 812s Nbrega, Manuel da 825 Nobunaga 817 Noche de san Bartolom (23-24 agosto 1572) 548 701 Nogaret 46 Nominalismo 52 291 377 732 Norman, Jorge 436 Noruega 427 428 430 reforma 431 Novara, batalla (1513) 237 Noviciado 677 Nueva Cceres, obispado 800 Nueva Espaa, v. Mxico Nueva Granada 787 misiones 795s
Nueva Segovia, obispado 800 Nuevo Mxico 800 Nunciaturas bajo Gregorio xm 687s de reforma 687 uo 740 Nupcias Librito de nupcias, de Lutero 334s segn Lutero 334s Nuremberg 352s 367 372 381 382 444 492 artculos sobre la visitacin (1528) 326s compromiso 383s dieta (1522-23) 173 dieta (1524) 308 dieta (1542) 401 dieta (1543) 401 liga (1538) 389s misa 436 ordenacin eclesistica (1533) 496 paz 383s 390 visita eclesistica 492
Ofen, ocupacin (1541) 401 Olahus, Nicols, arzobispo de Tyrnau 459 Olesnicki, Mikolaj 451 Oleviano, Gaspar 522 559s 562s Olier 762 Olivares, conde-duque 855 Olmedo, Bartolom de 789 Olmtz, obispado 725 847 O'Neill, Hugh 707 Opus o permits 122 127 O pus operatum 122 127 Oracin, v. Hermandades Orange, Guillermo de 555 563 699 Orange, Mauricio 699 Oratorianos 772s misin en Brasil 827 Oratorio de la divina sabidura, Miln 598 del divino amor, Roma 598 de san Jernimo, Vicenza 597 Orden, sacramento; ordenacin 388 416 519 651 655 672 673 en el concilio de Trento 674s licencias 648 Obbenitas 277 Ordenacin, ordenaciones Obediencia 487s de la ciudad de Wittenberg (1522) Oberg, obispo de Mnster 723 191 Obispados eclesisticas luteranas 325s 335ss secularizacin 422 eclesisticas protestantes 576 582s v. Dicesis Ordenanza eclesistica obispo para Dinamarca 430 proceso informativo 676 692 para Noruega 431 v. Episcopado, Residencia rdenes Oblatos de san Ambrosio 773 del da 237 Obras, buenas 161 486ss 489s religiosas 445 726 832 847 segn Calvino 525 evolucin postridentina 772-781 v. Fe y obras nuevas fundaciones 600s Observancia 610 698 reforma 629 677 Observantes 602 610 631 776 reforma pretridentina 630ss Ockham, Gulermo de 52 64 90s 319 terceras 765 en Lutero 61 62ss 76 Orebro, snodo regional (1529) 436 Ochino. Bernardino 603 871 438 Odense Orlamunde 192ss 319 dieta (1526) 429 Orlens, universidad 464 dieta (1527) 429s O rmaneto 684 697 obispado 428
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Ormuz 802 Ortiz 623 Orvieto 464 Osel 448 Osiander, Andrs 379 392 443 491 492ss 527 873 controversia osindrica 492ss doctrina sobre la justificacin 491 492ss Oslo asamblea de seores (1539) 431 obispado 428 Osnabrck 853 obispado 402 Ostrog biblia 710 universidad 710 Ostrogski, Constantino 710s Ostrorog, Jacobo 452 Osuna, v. Francisco de Oswald, J. 717 Ottheinrich, elector del Palatinado 404 492 559 581 Oxford, universidad 464 v. Cardinal's College Ozorai, Imre 458 Pablo de Burgos 608 Pablo de Siglieri 600 Pace, v. Sta, Mara Pacis composhio (1629) 853 Pack, asuntos 350 Pack, Otto 350 Pacheco, obispo de Jan, cardenal 641 643s 647 Pacherneker, Leonardo 458 Paderborn 726 obispado 402 666 725 Padres de la Iglesia 732 744 ediciones 746ss Padroado 801 833s v. Misiones, Patronato Padua, universidad 464 599 Pez, Esteban 797 Pases Bajos 408 411 418 469 557 561 695 698 728 732 838 843
calvinismo 551ss Iglesia nacional reformada 555s iglesia nacional reformada 55s paz con Espaa 857 rebelin 695 699 y Espaa 697ss Palabra 355 535 liturgia 474 signo externo de la Iglesia (Lutero) 316s v. Predicacin Palatinado 520 agenda 565 electorado, reforma 404 calvinismo 57s ordenacin eclesistica (1563) 561 formacin de confesin 581 ordenacin eclesistica (1543) 492 superior 717 Paleario, Aonio 683 Palencia, obispado 610 Paleotti, Gabriele, cardenal 675 686 769 Palermo 624 773 Palestrina 770 Paliano, derrota (1557) 662 Palio, v. Dineros Pallavicino, Pietro Sforza 750 Palmas, Las, obispado 784 Plsson, Ogmundur, obispo de Sklholt 432 Pamfili, familia 859 Pamfili, Camilo, cardenal 855 858 Pamfili, Gianbattista, v. Inocencio x Pamplona 615 snodo diocesano (1590) 697 Panam, obispado 793 795 Panciroli, cardenal 855 858 Panigarola, Francesco, obispo de Asti 694 763 Panvinio, Onofrio 747 Papa, localidad 458 Papa, papas de Roma 44 46 51 52 381 387 de la reforma, de Po v hasta Clemente VIH 682-695
en Lutero 123ss 297 317s 369 poltica de concordatos 46 primado 292 298 299 466 472 678 746 875 y episcopado 673s renovacin 679 y concilio 674 v. Infalibilidad, Papado, Pontificado Papado 45 46 303 388 defensa de la libertad e independencia de la Iglesia 868 en Lutero 123 136 situacin bajo Paulo v y Gregorio xv 838 y absolutismo poltico 868 y reforma 596s v. Imperio, Papa, Pontificado Papismo 388 Paraguay evangelizacin 795 obispado 793 reducciones 797s Paravicini 727 Paravos 809 810 Pars 508 548ss 624 753 777 asamblea de estamentos (1614-15) 843 junta del clero (1615) 703 snodo nacional reformado (1559) 545 universidad 464 731, v. Sorbona Parisio, Pietro Paolo, cardenal 628 637 Parker, Matthew, arzobispo de Canterbury 462 475 706 Parma 345 27 657 Prroco 675 concurso parroquial 610 libre eleccin 193 provisin de parroquias 676 Partido religioso 578 Parvo, Juan 869 Paschini, P. 593 Pasor, Georg 563 Passau 418 717
obispado 725 tratado (1552) 418 419 853 Pastor, L. von 592 682 685 842 855 Pastoral 733 v. Cura de almas Pastores (calvinismo) 519 Pastoris, Adam 871 Patrstica 746s Patronato, derecho 319 339 655 677 espaol en las colonias 697 783-801 portugus en las colonias 801-829 v. Misin, Padroado Patronos seculares 50 Pauli (Pawel), Gregorio 452 Paulinos 551 Paulo m (Alessandro Farnese), papa 49 387 397 405 407 410 470 596 603 617 620 627 629 630 633 635 650 657 659 661 664 660 677 679 688 767 792 810 comienzos de la reforma catlica 627ss convocatorias del concilio 635s reforma de la curia 633s y Carlos v 636s 650s y Enrique vm 470 Paulo iv (Juan Pedro Carafa), papa 423 554 566 600 605 620 630s 633 661ss 677 683 Paulo v (Camilo Borghese), papa 691 712 737 742 748 770 775 838ss 843 874 conflicto con Venecia 840ss controversia sobre la gracia 742 Pava derrota francesa'(1525) 345 universidad 464 Pawel, v. Pauli, Gregorio Paz regional 376 religiosa 419, v. Augsburgo Pzmny, Pedro, arzobispo de Gran, cardenal 460 847 Pazzi, Mara Magdalena de 761 Pecado 388 394 segn Lutero 141s
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original 300 359 393 394 4% en Lutero 63 65s segn el concilio de Trento 644 Pedersson, v. Petri, Olavus Pedro de Alcntara 759 776 Pedro de Gante 789 791 Pedro de Villa Creces 610 Pedro Lombardo 64 65 66 734 en Lutero 62ss Pegan 412 Pegu, v. Birmania Peking 821 Pelargo, Ambrosio 301 654 Pellikan, Conrado 252 255 Penique comn 181 Penitencia 292 298 299 337 388 471 480s 493 en Lutero 125 prctica penitencial 94s sacramento 11 Os en Lutero 121 segn el concilio de Trento 651 654 v. Confesin Penitenciara 634 659 661 reforma 679 684 Peraudi, Raimundo 96 Peregrinaciones 51 370 445 582 766s a las seiete iglesias de Roma 691 Pernyi, familia 457 Peretti, Felice, v. Sixto v Prez de Valdivia 759 Perrin, Aim 521 Persecuciones en Canad 828s en Japn 817ss Persons, Robert 706 Per 787 concilio (1567) 793 concilio provincial (1583) 794 misiones 792ss Pescara, embajador 672 Petavius, Dionysius 751 Petow 662 Petri, Adam 255 Petri, Laurentius 436s
Petri, Olavus 434 436 Petri, Suffridus 748 Petrikow concilio provincial (1577) 709 dieta (1526) 450 dieta (1558) 663 Petrovics, Pedro 457 Peucer, Gaspar 501 s Peutinger, Conrad 219 Pezel, Christoph 501 502 563s Pfalz- Neuburg 492 839 reforma 404 Pfeddersheim 217 Pfeffinger, Degenhard 116 Pfeffinger, Juan 485 Pfeiffer, Enrique 208 Pflug, Csar 104 Pflug, Julio de 161 302 304 392 402s 41 ls Pfyffer, Luis 727 Philipp Ludwig von Pfalz-Neuburg 863 Philips Dirk 227 Philips Obbe 274 277 Piacenza 345 411 627 635 651 657 Piccolomini, Francesco 629 Piedad 728 de obras 51 123 popular 49 766 postridentina 766ss v. Barroco, piedad Pietra 684 Pigge, Alberto 296s 737 Pighino 641 647 652 653 Pighius, v. Pigge Pinczow 451 Po II, papa 633 805 Po IV (Gianangelo Medici), papa 587 601 619 625 669ss 679 682 722 752 conclusin del concilio de Trento 668-679 Po V (Michele Ghislieri), papa 475 629 666 683 686ss 691 693 701 705 707 734 739 746 752 767 774 779 826 830
Po XII, papa 424 Pirineos, paz de los (1659) 874s Pirkheimer, Willibald 219 220 256 340 Pis>cator, Juan 563 Pistorio Juan 394 720 862 Juan 863 Pithou, Pierre 752 Pizarro, Francisco 792 Planitz, Hans von der 176 Plantin 753 Plata, La 795 Plettenberg, Wolter von 447s Pobre Conrado (Armer Konrad) 213 Pobres, decretos 251 445 Pobreza 677 Pociej, obispo de Wladimir 711 Poggiani, Giulio 683 Poissy asamblea del clero (1561) 670 coloquio religioso (1561) 624 670 864 concilio nacional (1561) 546 670 Poitiers, reunin calvinista (1558) 545 Polacos, v. Hermanos Polanco 618 774 Pole Reginaldo 467 474 599 630 637s 658 659 662 Margarita 467 Polentz 446 Polentz, Jorge von, obispo de Samland 444ss Poliander, Juan 446 Polglota, polglotas 745 complutense 609 745 regia 745 Politia 321 Polticos 864 866 Polock 710 Polonia 442s 448 522 662 667 682 695 708ss 728 858 formacin de confesiones 579 libertad religiosa de los nobles 451 reforma 449ss 708
reforma catlica 6% 708s unin de la iglesia ortodoxa con Roma 711 Plvora, v. Conjuracin Pomerania 447 723 reforma 384 Pomerellen 443 Pomesanien 445 Pontificado 45 ejecucin del tridentino 682-728 renovacin 693s v. Papa, Pontificado Pontifical, reforma (1644) 850 Popayn, obispado 793 795 Porta, Giacomo della 691 Portia, nuncio, v. Porzia Portugal 659 731 834 856 conquista y cristianizacin de nuevos territorios 801 ss era de descubrimientos 783s Porzia, nuncio 687 717 Posen 449 452 710 Possevino, Antonio 437 709s 748 Post, R. R. 49 Postilla, postillas catlica polaca 710 domsticas 450s 768 Potestas directa 737 PouUain, Valrand 556 Praga 679 846s manifiesto (1521) 201 202 paz (1635) 852 paz con Sajonia (1635) 854 universidad 847 Prayer Book (1552) 475 Prebendas 49s 415 606 648 Predestinacin 472 556 661 628 739 segn Calvino 524s Predicacin 290 304 394 525 583s 644 733 762s al pueblo 644 bblica 763 de la palabra 321 de misiones 763 de pericopas 763 reforma 606
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reorganizacin 644 segn Lutero 317 v. Controversia Predicadores, v. Dominicos Predicantes 416 445 572 Premonstratenses 698 Prensa 629 Presbiteranismo 857 en Escocia 574 576 en Inglaterra 575s sistema presbiteral 571 Presbtero, v. Anciano Presbyter Synode 573 Presencia real 194s 200 258 355 474 4% 499s 537 545 557 651 654 746 en Erasmo 231 v. Cena, Eucarista, Transustanciacin Prierias, Silvestre 106 108 116 123 297ss Primado, v. Papa Prncipes 216-217 411 electores 481 reforma 659 676 revolucin 417ss territoriales 868 Pro excellenti praeeminentia, bula (1514) 802 Procesiones 51 445 587s 766 Procesos penales 655 Professio fidei tridentina (1564) 584 679 Propaganda Fide, Congregacin de 753 777 822 830-835 colegio en Roma 833 dificultades como suprema autoridad en misiones dentro de la curia 835 frente a las rdenes religiosas 835 frente a las potencias de patronato 83 3s fundacin (1622) 842 puesto de planificacin de la contrarreforma 842
y el europesmo en misiones 834 Protestantes, protestantismo 351ss 368 407 577 736 865 alemn 853 desunin 380 385 en los inicios de la contrarreforma 844 gnesis de la confesin 367ss y concilio 410 v. Calvinismo, Luteranos, Zuinglianos Providencia divina, segn Calvino 523 Prusia 442 dieta (1525) 442 ordenacin del pas (1525) 446 ordenacin eclesistica (1525) 446 450 oriental 443 reforma 443 ss Przemyl, obispo 711 Pstdterium Quincuptex 68 69 Pucci 631 Puente, Luis de la 761 Puerto Rico 787 Purgatorio 299 360 369 371 471 651 677 Puritanos 575 Prstinger, Bertoldo 295 Puteo, cardenal 660 661 670 Ptter 592 Pyhy, Jorge 436 Qubec 828 Queis, Ehrard von 445s Quentel, v. Calenius Gerwin Quesada 795 Quinzani, Stefana 598 Quiones, Francisco, cardenal 474 603 631 664 Quirini, Vincenzo 599 Quito, obispado 793 Rabelais, Francois de 872 Rackeve 457 Radziwill
Jorge, cardenal 709 Nicols 451 s 662 Raesfeld 722 Ragazzoni 684 Rahner, Hugo 616 Raitenau, Dietrich von, arzobispo de Salzburgo 717 Rakw 453 872 Ramser, Matas 456 Ranchin 702s Rangoni, nuncio 712 Ranke, L. von 276 348 592 834 851 Rapagelan, Estanislao 451 Ratio studiomm 753 754 774 Ratisbona 309 409 717 845 coloquio religioso (1541) 303 394ss 515s 533 636 646 coloquio religioso (1545) 407 638 coloquio religioso (1601) 863 convencin (1524) 258 309s dieta (1541) 394ss 400 dieta (1545) 407s dieta (1576) 715 junta de abades (1631) 778 libro 394 516 ordenacin (1524) 310 paz (1630) 851 unin (1524) 310 Ravaillac 839 Ravena 347 Ravensberg 558 Ravesteyn, Josse 2% 654 Raynald 750 Rebautismo 456 rebautizados 352 v. Baptistas Rebiba, cardenal 664 666 Recoletos 776 franciscanos 610 Reconquista 608 784 Redenciones 94 Reducciones 796s en Brasil 826 Rees 557 Reforma 43 588 catlica 838 859
comienzos en Roma bajo Paulo ni 627-638 concepto 592s continuacin bajo Marcelo n 661 continuacin bajo Paulo iv 661ss ejecucin del concilio de Trento bajo Po v, Gregorio xm, Sixto v y Clemente vm (15651605) 682-728 continuacin bajo Paulo v y Gregorio xv 843 continuidad 5% principio programtico 604 y concilio 627s en Alemania 717-727 en Roma 679 indicios en Italia y Espaa 596 612 origen y penetracin (hasta 1563) 596-679 penetracin (1551-59) 657-667 por el concilio de Trento 678 causas 43-53 histricas 43ss inmediatas 48 comienzo (1517-25) 43-179 como escisin de la Iglesia 588 como renovacin de la Iglesia 577s de la Iglesia 243 308 637 y Adriano vi 172s 175s 177 de la Iglesia y del imperio 120 eclesistica 44 en Europa oriental 442-460 en Inglaterra 462-476 en mano de las autoridades 217s en Suiza 236-261 509s en Wrttemberg y otros territorios 384s escuelas 339ss impulsada por los prncipes alemanes 307-424 instruccin religiosa 339ss para Calvino y el calvinismo 531 542s politizacin del movimiento reformista 380-391
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progresos 402-405 teologa de controversia 288-306 y el humanismo 219s y la guerra de los campesinos 217 v. Cardenales y obispos, Concilios, Constituciones, Estamentos, Nunciaturas, Papas, Snodos y los diversos territorios Reformadores en el contorno de Lulero 160-169 21 ls Reformados 423 728 865 Reformatio in capite et membris 678 Reggio 347 Rgimen espiritual 319ss secular 319ss separacin entre espiritual y civil, segn Lutero 319ss Regimini militantis ecclesiae, bula (1540) 617 Registro, v. Bautismos, Matrimonios Regulares, decreto tridentino 776 Reims 550 706 snodo provincial (1564) 703 Rcinhardt, Anna 243 Reino de Mnster, v. Mnster Relatio status dioecesis 690 Religiosidad en vsperas de la reforma 51 Religiosos 728 v. Regulares, Votos Reliquias 677 Reprobacin 525 Requesens 683 685 Reserva eclesistica, reservado 420 422 715 Reservatum ecclesiasttcum 855 Residencia deber 634 644 649s 675 843 segn el concilio de Trento 671 v. Episcopado Resistencia activa y pasiva 321s derecho 380ss 545 869 Restauracin catlica, v. Reforma catlica
Restitucin, edicto (1629) 853 Rethius 726 Reublin (Rubli), Guillermo 268 269 Reuchlin, Juan 165s 182s 219 Reumani, cardenal 664 666 Reunin cristiana 864s Reutlingen 374 383 Reval 447s Revelacin decreto del concilio de Trento (1546) 643 fuentes 744 Revolucin francesa 282 Reynolds, Richard 466 Rhode, Hene 356 Rhodes, Alexandre de 824 Ribadeneyra, Pedro de 619 Ribe, obispado 429 Ribier 703 Riccardi, Niccol 850 874 Ricci cardenal 657 682 Catalina 761 Mateo 820s Rice 468 Richelieu, cardenal 829 838 851 858 868 Richer, Edmund 703 752 Riedenstein. obispo de Sitten 728 Rieger, U. 392 Riformati 776 Riga 445s 709 Rin, v. Bajo Rin Ritos 415 pleito 821 823 Ritter, Erasmo 254 Ritter, Moritz 592 Rituale Romanum 765 Rocca, Angelo 748 754 Rochester 464 Rodas 178 Rodez 624 Rodino, Toms 167 Rodolfo II, emperador 718 844 873 Rodrigues 624 Rodrguez, Alonso 616 761
Roermond, obispado 698 Rogers, John 473 Rohan, duque 868 Roma 598 624 638 690 706 732 753 construcciones 691 858 principio de la reforma catlica 596 627ss viaje de Lutero 66s v. Catecismo, Colegio, Saqueo Romanow, Miguel 712 Romeo 631 Rorer 84 Rosario, v. Hermandades Roser, Isabel 619s Roset, Miguel 512 Roskilde, obispado 428 Rossi 776 Rossignoli, B. 761 Rosweyde, Heriberto 751 Rota romana 634 reforma 679 Rothmann, Bernardo 276 Rouen, edicto (1588) 702 Rovere Francesco della, v. Sixto iv Giuliano della, v. Julio n Giulio 850 Roz, Francisco, obispo de Angemale 812 Rubeanus, Crotus 219 Rubicn, obispado 783 Rufus, Mutianus 163 219 Ruggieri, Michele 820 Ruisbroquio 759 Ruz 732 Rusia 709s Rutenos 711 Rutskij 711
universal 189 192 587 en los escritos de Lutero 124s v. Ministerio, Orden Sacerdotale Romanum 765 Sacerdotes, matrimonio 305 313 370 371 372 374s 388 412 414 474 771 715 Sacerdotium, v. Imperium Sacramentales 445 Sacramntanos 351 367 376 Sacramentos 303 310 312 355 396 412 415 446 471 473 516 524ss 646 648 abusos 751 administracin 321 765 concepcin escotista de su eficacia 646 institucin 649 siete en nmero 649 signos eficaces 649 signos externos de la Iglesia (Lutero) 316 Sacrosantis salvatoris et redemptoris, bula 98 Sadoleto, Jacobo, cardenal 229 516s 598 630 Saganus, Jorge 356 Sagrario 767 Sahagn, Bernardino de 791 Sajonia ducado 416 422 reforma (1539) 390 391 electorado 353 367 408 409 471 654 v. Baja Sajonia Salamanca 616 731s doctores 734 escuela 734 snodo provincial (1565-66) 697 universidad 464 610s 733 739 741 873 Sablons 738 Salazar, Domingo de 799 Saboya 405 411 Salesas 780 Luisa de 347 Salmasio 751 Sacco di Roma, v. Saqueo de Roma Salmern, Alfonso 616 623 735 Sacchetti 855 Sal 59 Sacerdocio 300 317 413 415 675 Salviati, nuncio 631 702 ministerial 587 746
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Salzburgo 350 389 724 727 concilio provincial (1569) 717 concilio provincial (1573) 717 dieta episcopal (1576) 717 reforma tridentina 717 snodo de reforma 415 , snodo provincial (1512) 607 universidad 778 Samuel, Andrs 450 San Atanasio, v. Colegio San Bartolom, v. Noche Snchez, Alonso 820 Snchez, P. 761 Sandomir, consenso (1570) 453 Sanfelice 633 San Gal 248 260 269 352 727 reforma 253 San Juan de Puerto Rico 787 San Nicols, v. Hermandad Sanseverino, cardenal 831 Sansn 239 Santa Cruz, v. Breviario Santa Fe de Bogot, arzobispado 795 Santa Mara Antigua del Darin, obispado 788 Santa Marta, obispado 795 Santiago, epstola 157 189 Santiago de Cabo Verde, obispado 803 Santiago de Cuba, obispado 788 Santiago de Chile, obispado 793 794 Santiago del Estero 793 Santificacin 63 486 646 segn Calvino 526s Santsimo capilla 767 cofradas 766 Santo Domingo, obispado 787 Santonio, nuncio 727 Santoral, v. Agenda Santn, cardenal 686, 693 765 Santos, culto 51 292 300 369 393s 396 471 516 677 746 750s 850 v. Hagiografa Santo Toms, v. Cristianos Sao Salvador 805
obispado 807 Sao Salvador (Baha), obispado 825 Sao Salvador de Angra, obispado 803 Sao Tom, obispado 803 805 Saqueo de Roma (1527) 347 607 Sardinha, Pedro Fernandes 825 Sarkilathi, Petrus 438 Sarpi, Paolo 694 750 840 841 Srvr 457 S. Asaph 464 Sattler, Miguel 269 270 Savona 598 Savonarola 599 610 758 761 Scarga 709 710 Scotti, Bernardino, cardenal 600 664 684 Scotus, Duns 91 Scupoli, Lorenzo 761 Schaffhausen 268 249 258 529 reforma 254s Schall von Bell, Johann Adam 822 Schappeler, Cristbal 215 Schassburg 456 Schatzgeyer, Raspar 291 302 Schaumberg, Martin von 719 Schaumburg, Adolf von 405 721 Schaumburg Hermann von 722 Scheel, Otto 59 Scheiner, Cristbal 874 Scherer, Georg 726 870 Schertlin von Burtenbach, Sebastin 409 Scheuerl 104 Scheurl, Christoph 219 Schiner, cardenal 173 241 Schlaginhaufen 84 Schlegel, Theodul 254 Schleitheim artculos 269 reunin (1527) 269 Schleswig-Holstein, ordenacin de escuelas (1542) 341s Schmidlin, J. 592 691 Schnepf, Erhard 385 498 Schola disciplinatorum divini amoris 597
Schnberg, Nicols von 602 Schnborn. Johann Philipp von 72 865 Schonenberg, Juan von 720 Schott, Gaspar 874 Schroer, A. 722 Schtz 502 Schwabach 326 362 artculos 359 361 s 367 confesin (1529) 367 Schwbisch Hall 342s 385 Schwartzert, v. Melanchthon Schwarz, Teobaldo 514 Schwenckfeld, Gaspar von 275 280 Schwerin 423 Schwyz 259 261 727 Secretara de estado pontificia 858s Secularizacin 47 422 868 del pensamiento 869-877 Sega, nuncio 760 Segismundo, conde 214 Segismundo i, rey de Polonia 96 449 Segismundo H, augusto, rey de Polonia 437 448 451 662 708 864 Segismundo ni, rey de Suecia 438 709 710 Segovia 659 760 Seklucian, Juan 450 Semgallen 448 Seminarios 607 675 685 de jvenes 658 tridentinos en Alemania 724 Seores del territorio 319 422 obispos de necesidad, segn Lutero 326 y la reforma de Lutero 335 Seripando 602 631 641 645 660 670674 732 738 763 Sermonarios 141 442 Sermoneta, cardenal 566 Servet, Miguel 523 528s Servitas 632 Setenta 745 Severoli 641 Sevilla 624 concilio nacional (1478) 608
Seyssel, Claude de, obispo de Turn 605 Sfondrato, Celestino, cardenal 747 Sfondrato, Francesco, cardenal 630 Sfondrato, Niccol, v. Gregorio xiv Sfondrato, Paolo Emilio 692 Sforza, familia 170 Sforza, Bona 449 Sforza, Francesco n 170 345 Sforza, Guido Ascanio, cardenal 629 660 Shanghai 821 Shaxton, obispo 472 Shimabara, sublevacin (1637-38) 819 Siam 802 824 Sicilia 641 Sickingen, Francisco de 182ss Siena guerra (1552) 657 universidad 464 Sigeberto de Gembloux 748 Signatura pontificia 659 661 prctica de las dispensas bajo Paulo rv 666 Signatura gratiae 690 Sigenza, universidad 741 Silesia 847 reforma 280 Silveira, Goncalo da 808 Silvestre, v. Toms de Silvestre Simn vi 564 Simonetta, Giacomo, cardenal 633 Simonetta, Ludovico, cardenal 636 670 671 673 Simona 606 607 633 664 Simons, Menno 273 274 277s Sinclair, John, obispo de Brechin 707 Sinergista, controversia 161 483ss Snodos 177 de reforma 724 diocesanos 415 585 652 676 679 685 724 provinciales 415 585 652 676 685 724 Sirleto, Guglielmo, cardenal 664 682 683 688 692 746 751 754
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Sixto iv (Francesco della Rovere), papa 95s 603 633 644 688 Sixto v (Felipe Peretti), papa 549 686 689ss 702s 710 739 748 754 767 774 779 831 859 contracciones 791 reforma de la curia 689s Sixto de Siena 746 Sixto-clementina, edicin 692 745 Sklholt, obispado 428 Skara, obispado 428 SJcarga, Peter 774 Skytte, Mrten 438s Sleidan, Juan 552 654 Soderini, cardenal 178 Soderkoping, dieta (1595) 438 Sodermanland, Carlos de 438 Sola Scriptura, principio formal de la reforma protestante 120 Solano, Francisco 793 Solimn n, 384 Solor 814 Solrzano, Juan de 830 834 Solothurn 259 Somasca 601 Somascos 601 Somerset, duque 473 474 Sommerlath, E. 325 Sonda, islas 814 Soranzo 679 Sorbona 143 547 624 665 869 apelacin al concilio 114 143 Soreth, Juan 602 Soto, Domingo de 299 611 654 736 759 Soto, Pedro de 412 Souza, Tom de 825 Sozinianos 442 453 Sozzini, Fausto 453 872 Sozzini, Lelio 871s Spada 858 Spalatin 87 99 109 113 114 115 119 122ss 134 137 140 144 145s 149 150 153 160 163ss 219 220 322 336 Spangenberg, Cyriakus 551 588
Sparre, Aage Jepsen, arzobispo de Lund 429 Spaur, obispo de Brescia 718 Speciano 697 Spee, Federico von 735 765 871 Spengler, Lzaro 381 492 Spenlein, Georg 88 Speratus, Pablo 445 454 Spina 299 Stadler, Ulrico 272 Sta. Maria della Pace, asociacin sacerdotal 599 Stammheim 253s Stancaro, Francisco 459 495 Standonck 607 St.-Andr, mariscal 547 Stans 727 Staphylus, Friedrich 495 862 Stapleton, Thomas 738 Staupitz, Juan de 66ss 104 107 113 128 188 Stavanger, obispado 428 St. Denis 778 Stegmller, F. 734 736 Stein, Wolfgang 196 Stella, Bartolom 598 Stengel, Georg 870 Sten Sture 428 St. Germain-des-Prs 778 St. Germain-en-Laye edicto (1562) 547 paz (1570) 548 701 Stift, v. Tubinga Stobaeus, obispo de Lavant 718 Stockel, Leonardo 455 Stollberg, hermanos 202 St.-Omer 706 780 obispado 698 Storch, Nicols 150 200 Stossel 502 Stoyb 727 Strangns, obispado 428 Stravius 722 Strigel, Victorino 485 Stuart, Ern 573 Stbner, Marcos (Toms) 150
Sturm, Gaspar 137 Sturm, Jacob 359 382 Sturm, Juan 514 521 552 Stuttgart 386 concordia 386 snodo (1559) 500 St. Vanne, congregacin benedictina 778 Suiez, Francisco 732 736 761 840 872 Suava, liga 350 385 411 Subjetivismo 47 Succession Act de Enrique vm 466 Suecia 427s 432 448 838 857s misa sueca 436 ordenacin eclesistica (1571) 437 nueva ordenacin eclesistica (1575) 437 recatolizacin 709 reforma 433ss Suiza 578 682 guerra religiosa (1529) 261 iglesia nacional 237 reforma 236 253 261 362s Zuinglio y los comienzos de la reforma 236-252 reforma tridentina 727s reformadores 359 v. Confesin helvtica, Confessio Helvtica posterior, Colegio helvtico, Unin cristiana Sulpicianos 704 Sumatra 802 Sumo episcopado de los seores 326 Superintendentes 338 Supersticin 51 583 869 Supralapsarismo 556 Supremaca, v. Acta de supremaca Suramrica, v. Amrica del sur Surio 748 750s Svenichen, Alexander 449 Sylvanus, Juan 562 Sylvester, Juan 457 Szegedi, Gregor 459 Sztrai, Miguel 457
Tacchi Venturi 604 Talavera, Hernando de, arzobispo de Granada 608s Tametsi, decreto (1563) 675 722 766 Tanner, Adam 732 735 863 870 Tapper, Ruard 296 654 737 Tarragona 171 congregacin benedictina 698 Tarugi, cardenal 773 Taufbchlein verdeutscht 153 v. Librito del bautismo en alemn Taulero 123 200 203 759 Tausen, Hans 429 Teatinos 600 601 685 765 Teatro espiritual 586 Tegetmeyer, Sylvester 447 Temesvr 457 Tenochtitln 789 Teocracia 320 Teologa 290s 413 728 controversia y polmica 588 especulativa 732 metodologa teolgica 734 mstica 761 positiva 732s auge 744-754 v. Antropologa Teresa de vila 759 760s 768 776 843 Terlecki, obispo de Luck 711 Tmate 810 misiones 813 Territorios y formacin de confesiones 578s v. Seores Tetrapolitana 370 383 Tetschen 480 Tetzel, Juan 50 99 104 106ss 116 131 Teutnica, orden 443 446 Textus receptus 745 Thamer, Theobald 862 Theophanos, patriarca de Jerusaln 711 Thesaurus ecclesiae 95 110 Thodenus 564 Thorn 443 coloquio religioso (1645) 863
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inuice dnaiwt-u
segunda paz (1466) 443 Thou, Jacques-Auguste de 702 703 Thngen, obispo de Bamberg 719 Thurgau, reforma 253 Tiepolo, Nic. 599 Tlet, Luis de 507 Tilly 853 Timann, Juan 497 Tintzmann 763 Tiranicidio 869 Tirol 418 718 726s anabaptismo 272 Tlaxcala, obispado 790 Toggenburg, reforma 253 Toledo cardenal 628 ciudad 685 snodo provincial (1565-66) 697 Toledo, Francisco de, embajador 643 655 Toledo, Francisco de, telogo 694 732 736 739 745 763 Tolerancia 422 862 864 867 estatal 864 866 867 " Tolna 457 Toms de Aquino 52 82 91 103 126 127 611 733 740 Toms de Jess 777 831 Toms de Silvestre 597 Toms de Vio, v. Cayetano Tomismo 734 740 Tomistas 743 Tonkn 824 Torczyn 711 Torda, dieta (1557) 457 Tordesillas, tratado (1494) 784 Torelli, Luisa 601 Torgau 359 367 381 artculos 367 369 confesin de la cena (1574) 502 dictamen (1549) 490s junta teolgica (1527) 481 ordenacin de la visitacin (1527) 337s v. Ghota Toribio de Benavente 790
Tork, familia 458 Torres, Cosme de 816 Torres, Francisco 747 Tortosa 171 783 Toscana 850 Tossignano, Juan de, obispo de Ferrara 604 Totti 859 Toul 418 Toulouse, universidad 464 Tournai 552s 624 obispado 698 Tournon 624 Tradicin 291 393s 732 744 v. Escritura Transilvania 454 455 456s reforma 459 Transustanciacin 126 190 291 292 354 396 476 501 516 533 536 654 v. Cena, Eucarista Trapenses 779 Trapper 731 Traubchtein de Lutero 335 v. Nupcias Trautmannsdorf, conde 854 Treason Act de Enrique vm 466 Treinta aos, guerra poltica eclesistica 85ls principio 845s Tremblay, Francois Le Clerc du, v. Jos de Pars Trennbach, Urbano de, obispo de Passau 717 Trento 411 417 418 636 concilio (1545-63) 406s 418 584 867 convocatoria 636s primer perodo de sesiones (15451548) 641-653 decreto sobre la justificacin 645ss derecho de voto 64ls participantes 641 principios 404s 641 ss reglamento 642 suspensin 637 652
traslacin a Bolonia 410 649ss segundo perodo de sesiones (1551-52) 653-656 deliberaciones sobre reforma 655 doctrina sobre la eucarista 651 654 sacramento de la penitencia 651 654 tercer perodo de sesiones (15621563) 669-679 crisis del concilio 671 ss crisis sobre el deber de residencia 671ss decreto sobre el sacrificio de la misa 672 decreto sobre el matrimonio 675s decreto sobre la residencia 673 doctrinas de controversia 677 ejecucin (1565-1605) 682-728 episcopado 673ss 678 ratificacin 677s reforma 671ss reforma de las rdenes religiosas 677 sacramento del orden 675 significado 678 Treptow 447 Trveris 559 624 720 870 Trevisani, Jernimo, obispo de Cremona 605 Tridentino, v. Trento Trie, Guillaume de 529 Trinidad 359 388 871 en Calvino 523 en Servet 528s v. Antitrinitarios, Unitarios Trinitarios 698 Tritestas 872 Trithemius, Juan 749 Trivius 722 Trolle, Gustavo, arzobispo de Uppsala 433 Trondheim 428 431 Trubar, Primoz458 Trujillo, obispado 793 Tschudi, Valenti 254
Tubinga Stift 385 universidad 385 583 585 873 Tucumn, obispado 793 Turcos 174 178 312 320 346 348 365 383 401 406 418 454 guerra 174 178 319s 384 390 454 peligro 174 347 350 374 Turn 605 635 Tyburne 466 Tyndale, William 469 472 Tyrnau 459 Udaudini, nuncio 839 843 Ubicuidad 195 496 500 501 537 Ubi unus dominus ibi una sit religio 421 Ucrania 710 Uchaski, arzobispo de Gnesen 662 709 Ujsziget (Srvr) escuela 457 Ulenberg, Gaspar 745 765 862 Ulm 260 352 353 383 416 444 Ulrich von Wrttemberg 182 214 350 385 409 862 Unam sonetean, bula 46 Uncin de los enfermos 396 416 474 766 en el concilio de Trento 651 654 Ungnad, familia 458 Ungnad, Juan 458 Uniformidad, v .Acta de uniformidad Uni sacramentalis 386 532 Unin cristiana entre los lugares catlicos de Suiza y Austria (1529) 261 353 protestante 845 v. Arras, Brest, Carlos v, Utrecht Unitarios 442 867 Unitarismo 872 Universalis Ecclesiae, bula (1508) 785 Universidades repercusiones de la reforma 339ss v. las respectivas denominaciones Unterwalden 259
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Uppsala 436 arzobispado 428 snodo nacional (1593) 438s 709 Urbano v, papa 783 Urbano vn (Gian Battista Castagna) papa 692 697 Urbano vm (Maffeo Barberini), papa 750 769 777 778s 822 833 838s 843s 849ss 856ss 874 poltica de neutralidad 851s Urbanus Regius 270 Urbino 850 Urdaneta. Andrs de 799 Uri 259 Ursino, Zacaras 559s Ursulinas 601 780 Uruguay 795 Usodimare 631 Usos 310 412 415 582 586 Utjesenovich, Jorge 459 Utrecht 555 698s unin (1579) 555 699 Vadian, Joaqun 237 253 269 ' Vadstena 438 709 Valds, Alfonso 371 611 Valds, Juan 611 Valencia, snodo provincial (1565-66) 697 Valencia, Gregorio de 735 Valenciennes 552 Valier de Verona, cardenal 686 Valignano, Alessandro 816 Valones 556 Valtelina 851 Valverde, Vicente 792 Valladolid 706 732 congregacin benedictina 609 778 disputa sobre la gracia (1594) 740 Vallire, Jean 505 Vrela, Mara 759 Varsovia, confederacin (1573) 551 708 Vasters dieta (1527) 435 438 obispado 428
Vaticana biblioteca 754 imprenta 753 Vxj, obispado 428 Vzquez, Gabriel 732 736 Vzquez, Miguel 741 Vega, Andrs de 611 645 Vehe, Michael 305 Velzquez, Diego de 855 Velzquez, Juan 615 Veltwyk, Gerhard 393 Venecia 345 599 600 601 624 628 673 683 686 693 737 751 848 854 conflicto con Paulo v 840ss guerra con los turcos 856 paz (1177) 856 Venezuela 795s Verallo, nuncio 650 Verden 418 423 obispado 723 853 Verdn 418 655 Vergara, Juan 611 Vergerio, Pietro Paolo 635 694 Vernazza, Ettore 597 Verona 600 601 Verrazzano, Giovanni de 828 Vervins, tratado (1598) 693 828 Viborg, obispado 428 Vicecuratos 49 Vicente de Pal 763 780 Vicenza 600 636 Victoria, obispo de Tucumn 797 Vida comn 632, v. Hermanos espiritual 757ss Viena 624 777 obispado 718 paz (1606) 844 Vignaux, P. 65 Vignola 691 Villach 418 Viller 726 Vllloslada, G. 593 Vinghe, Philipp de 747 Vio, Toms de, v. Cayetano
Viret, Pedro 522 532 "visita episcopal o cannica 415 67o 679 724 Visitaciones comisiones 339 ordenacin de Melanchthon 336ss protestantes 335ss 342 568 582 585 Visitadores, instruccin 338 341 s Visltatio liminum 690 875 Vitelleschi, Mucio 775 Vitoria, Francisco de 464 610 731 733s 872 Vitoria, Toms de 770 Vitus de Windsheim 454 Volkertszoon 274 Volmar, Melchior 506 Volta, Gabriel della 107 Volusius, Adam Gottfried 862 Vondel, Jost van den 862 Vorst, Pedro van der, nuncio 389 Vossler, K. 759 Votos 145ss 292 monsticos 190 370 375 388 472 y libertad evanglica 144ss Vulgata 643 695 revisin 692 Waadt, reforma 260 Wadding, Lucas 850 Wagner, Valentn 455 Walburgo Gebhard, senescal, arzobispo de Colonia 721 s Jorge, senescal 184 216 217 Otto, obispo de Augsburgo, cardenal 420 624 688 719 Waldeck, Franz von, obispo de Mnster 275 Wallenstein 853 854 Wallis 728 Wangnereck 854 Ward, Mary 780 Warham, William, arzobispo de Canterbury 462 Wartenberg, Franz Wilhelm von, cardenal 723 853 854
Wassenberg, predicantes 275 Webster, Agustn 466 Wegelin, Jorge 778 Weimar libro de la confutacin (1559) 485 disputa (1560) 486 Weissenburgo, obispado 455 456 459 Weissenhorn 753 Welser 796 Werl 768 Wesel 555 556 557 clase 558 convencin (1568) 555 557s Westfalia 273 paz (1648) 723 838 854ss 875 Westphal, Joaqun 496ss 537 Wetterau 564 Whitgift, John, arzobispo de Canterbury 476 706 Wied, Friedrich von, arzobispo de Colonia 721 Wied, Hermann von, arzobispo de Colonia 404s 721 Wiener, Paul, obispo de Weissenburgo 457 Wiener Neustadt, obispado 718 Wild 763 Wilna 709710 Willaert 732 Wimpina, Conrado 106 Winzet, Ninian 706 Wirsberg, obispo de Wrzburgo 718 Wishart, Jorge 566 Wittelsbach, familia 408 682 687 725 768 Wittenberg 160s 191 310 332 456 464 580 585 capitulacin 410 concordia (1536) 161 386s 532 facultad de artistas 121 los de 193 353 366s 402 416s movimiento reformista 140ss ordenacin de escuelas (1533) 341 ordenacin eclesistica (1521) 331 Witzel, Jorge 230 302s 304s 391 394 716 764 864
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J.IIUIW&
niain.n_u
Wolf, E. 872 Wolfenbttel 210 Wolfenbttler Pscter 69 Wlfflin 237 Wolfgang, duque de Zweibrcken 562 Wolfang, prncipe de Anhalt-Bernburg 311 352 372 382 Wolfgang Wilhelm, conde del Palatinado 852 862 Wolsey, Thomas, arzobispo de York 462 463s 470 Worms 271 580 638 coloquio (1557) 863 coloquio religioso (1540-41) 391 515 dieta (1521) 135ss 300 599 dieta (1545) 407 dieta de prncipes (1539) 390 edicto (1521) 138 169 174 308ss 312s 335 350 352 365 366 375s 853 Wotton 841 Wujek 710 Wrttemberg 416 654 854 ordenacin eclesistica del conde v Ulrich 385s reforma 384s Wrtzburg, obispo de Bamberg 719 Wurzburgo 350 718 845 universidad 719 Wyclif, J. 224 Wyclifismo 462 Wyttenbach. Thomas 238 257 Xanten, tratado (1614) 558
York 468 arzobispado 462 Yucatn 790 obispado 790 Zabardy, Matas, obispo de Wardein 459 Zabern 217 Zaceara, Antonio Mara 598 600s Zapolya n, 454
Zopalya, Juan 350 384 401 453ss 457 459 Zaragoza 624 732 snodo provincial (1565-66) 697 Zasius, Ulrich 219 Zelanda 554 555 Zelanti en el concilio de Trento 673s Zerbst 565 Zeys, Juan 202 Zichem, Eustachius van 2 % Zini 605 Zips 455 Zoepfl 719 Zollern, cardenal 849 Zollikon 268 Zrinyi familia 458 Jorge 458 Zug 258 727 Zuinglianismo 363 385 Zuinglianos 352 367s Zuinglio, Huldrych 45 50 144 186 198 211ss 219 236-253 258s 259s 267 275 279 289 292 293 353 359ss 367s 372 383 500 508s 533 541 668 coloquio religioso de Marburgo 359-362 doctrina sobre la cena (eucarista) 248ss 354-359 533 espiritualismo 355 escritos Orden de la iglesia cristiana de Zurich 251 Profeca 252 iconoclasmo 247s liturgia de la palabra 251 muerte y sucesin 362s ordenacin del culto 247 predicacin de reforma 238 244 principio de la Escritura 243s reforma de las escuelas 247 revolucin social 213 ruptura con el papado 240s ruptura con la Iglesia 241-253 teora del estado 245
vida 237s y el concilio 246 y Lutero 239s Zuleger, Wenceslao 560 Zumrraga, Juan de 790 Ziga 611 Zurich 260s 267s 362 383 475 528 Biblia 252 dieta (1531) 363 doctrina sobre la cena 533ss gobierno de la Iglesia 252 iconoclasmo 247s jurisdiccin matrimonial 251 orden sinodal (1532) 363
orden sobre los pobres 251 primera disputa (1523) 244 354 reforma 237 reforma de Zuinglio 241ss segunda disputa (1523) 248 supresin de imgenes y reliquias 249s tratados entre ciudades 260 tribunal de costumbres 251 Zuriquenses, doctrina sobre la cena 533s Zweibrcken 580 Zwickau, profetas 150 151 200 Zwilling, G. 145 147 150 151 190
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