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Sociedad y tradiciones en el valle de
Yanamarca
Romédn Robles Mendoza
Melinda Martinez Cano
Resumen
Dos aspectos de los pueblos del microvalle de Yanamarea son los puntos
centrales de este articula: el registra de las organizaciones sociales
basicas de las comunidades campesinas y el estudio de tres de sus mas
representativas costumbres tradicionates que se escenifican anualmen-
te en fechas festivas de cada localidad. Tratamos de interpretar el signi-
ficado de lus modelos de la estructura social interna, de la musica, dan-
zas y representaciones artisticas, como formas locales y regiunules de
identidad cultural de estos pueblos, construidas y reafirmadas en largos
procesos de interaccién sociocultural. Yanamarea es una subzona de la
provincia de Jauja, al norte del valle del Mantaro, Junin. Esta confor-
mada por tres distritos y catorce comunidades campesinas, que son de-
positarias de las mas variadas tradiciones propias de esta parte del
pais.
Palabras clave: Yanamarca - Comunidades - Carnavales - Maqtada -
Pachahuara.
Introduccién
Cuando el fenémeno de la globalizacién parece uniformizar los consumes y
las conductas sociales de todos los niveles de 1a sociedad, en las dreas ruralcs det
pais las tradiciones costumbristas, lejos de declinar en sus estructuras y desapa-
recer, encuentran nuevos mecanismos de renovada continuidad. Se enriquecen y
se revitalizan con les procesos sociales, potiticos y econémicos que ocurren en.
REVISTA DE ANTROPOLOGIA192 RomAn Rosters M. / Meuinpa Maxtinez C.
el Peri y el mundo. Esto es lo que se observa en las fiestas costumbristas de los
pueblos del microvalle de Yanamarca, provincia de Jauja, del extenso valle det
Mantaro en el departamento de Junin.
Esta region central del pais es préspera en la produccién de recursos alimen-
ticios para el consumo de la regién y de la ciudad capital de] Pert y ha logrado
integrar un sistema comercial muy dindmico que le permite situarse en una posi-
cién econémica de privilegio en el contexto nacional. Favorecido por fa cercania
de los centros mineros de Cerro de Pasco, Morococha y Casapalca y la construc-
cién y puesta en funcionamiento de la via férrea y de la carretera Lima-Huancayo
desde comienzos del siglo XX, los pueblos del valle del Mantaro se mantienen
directamente conectados con la capital de la Repablica por el lado oeste y con la
Amazonia por el lado este. Esta interconexién vial transversal y también horizon-
tal del valle lo sitda en una posicin estratégica que favorece la modernizacion de
sus formas de consumo y uso. Los agricultores del valle han entrado con intensi-
dad a producir bienes para el mercado, dejando en segundo plano el tradicional
sistema de produccién de autoconsumo familiar. Han modernizado los cultivos de
papa, maiz, trigo, verduras, hortalizas y flores, utilizando tractores para el barbe-
cho, abonos naturales y sintéticos para mejorar los nutrientes de Ja tierta; selec-
cionan las semillas genéticamente mejoradas y han introducido el uso de herbici-
das, incecticidas y pesticidas para asegurar buenas cosechas de las sementeras.
Sin embargo, la modernidad en el sistema productivo no ha suprimido viejas
tradiciones del cultivo comunal de tuberculos, con participacién de varones y
mujeres, como en Comas y otras comunidades periféricas del valle, que siguen
practicando sus costumbres agrarias festivas, donde la comida, la bebida, la mi-
sica y el baile complementan Ja alegrfa de la reciprocidad con la pacha mama. Las
formas tradicionales de vida y las modernidades en las formas de la produccién y
el consumo se dan Ja mano en estos pueblos; mantienen con orgullo los elemen-
tos de la identidad regional y se adaptan a las exigencias del modernismo de estos
tiempos.
Los medios de comunicacién en todas sus formas contribuyen a imponer
nuevas formas de consumo y a practicar actitudes, costumbres, artes y modos de
vida de origenes diversos. En efecto, Huancayo, urbe matriz del valle, es una
ciudad modema, con calles y avenidas asfaltadas, edificios de varios pisos cons-
truidos con material noble, con filiales de bancos y casas comerciales muy bien
equipados, una universidad nacional y dos particulares, varios institutos técni-
cos superiores y toda clase de servicios piblicos. Hacia ambos lados del Mantaro,
las poblaciones capitales de distritus también Gienden a modernizarse en sus
aspectos urbanos. Desde mediados del siglo pasado, centros poblados emergen-
tes como Chupaca, Muquiyauyo y otros se han esforzado por contar con servi-
cios de energia eléctrica, agua y desagite, infraestructura educativa y servicios de
salud’. Igualmente, las unidades familiares de los pueblos del valle tienden a
REVISTA DE ANTROPOLOGIASOCIEDAD ¥ TRADICIONES EN EL VALLE DE YANAMARCA 193
disponer de todas las comodidades del hogar y disfrutar de las bondades de la
modernidad: radio, television y otras artefactos electrodoméstices. Ea varias
poblaciones rurales se instalan cabinas telefOnicas, servicios de internet, televi-
sién por cable, centros de computacién y otros servicios modernos. Por tados
estos cambios, fos pueblos del valle son beneficiados con las innovaciones de la
época y estén mds o menos informados de lo que ocurre en el pafs y el resto del
planeta.
Este proceso de adaptacién a la modernidad de los puebios del valle del
Mantaro no esta en contradiccién ni en ruptura con las practicas ancestraies de
‘usos y costumbres de la regién. Las tradiciones en sus formas de organizacién
social, en sus fiestas costumbristas, en su musica, danzas, vestuarios, etc, conti-
niian ejerciéndose a lo largo y ancho del valle, con Jas alteraciones que se intro-
ducen, aunque manteniendo la esencia bdsica de sus raices. En todo el valle,
incluyendo Huancayo, sigue realizandose la tradicional feria de intercambio y
venta de productos, de acuerdo a Ja distribucidn de Jos dias de la semana. La
fiesta del Santiago, con su ritual de marcacién del ganado, con sus toques de la
huajla y la misica interpretada por orquestas tipicas, sigue siendo una costum-
bre generalizada. En muchos de ellos, las fiestas agrarias de la siembra y de la
cosecha de sementeras permanecen vigentes, siempre con acompafiamiento mu-
sicai, con comelonas, bebidas y alegrias comunales © multifamiliares. Més atin,
Jas fiestas patronales como la de la Virgen de Cocharcas de Sapallanga, por ejem-
plo, y las fiestas costumbrisias como la de los carnavales, se mantienen activas,
alcanzando cada vez mayor prestigio y popularidad. En cada pucblo se festejan
més de una fiesta, ya sean agrarias, patronales, costumbristas, civicas. etc. En
este sentido, los pueblas del valle cotintian practicando mas de medio centenar
de bailes y danzas de todo tipo, desarrolian constantemente el arte de confeccio-
nar vestuarios e indymentarias para santos, danzantes y gente comun. Ei arte
musical se incrementa y moderniza, manteniendo sus formas de organizacién
consaervadoras, se reforman adoptando nuevos instrumentos de confeccién in-
dustrial. En este universo bdsicamente rural del Mantaro, las tradiciones no han
perdido su esencia y su fuerza, se vigorizan y masifican al ritmo de los procesos
de Ja globalizacién.
En efecto, diversos estudios recientes demuestran la pervivencia activa de las
tradiciones en fos diversos contextos del pais y particularmente en la regién
central. Aquilino Castro (2000), uno de los escritores mas fecundos del centro del
Peri, describe en su libro la extraordinaria variedad de festividades que se reali-
zan en los puebios de ambas margenes del Hatunmayu? (Mantaro), donde tos
rituales, la miisica, las danzas, los vestuarios y mascaras, coreografias, comidas y
bebidas, forman parte de complejas representaciones festivas. Sime6n Orellana
(1972 y 2004), ha realizado un magnifico estudio sobre la danza de los huacones.
en la comunidad de Mito y acaba de editar una nueva versidn ampliada sobre este
REVISTA DE ANTROPOLOGIA194 Roman Roees M./ MELinpa Magtinez C.
interesante tema; Gerardo Garcia (1999) ha escrito un hermoso libro sobre la danza
de los chutos de las fiestas del valle; Juan José Garcfa (2000) ha descrito con
amplio conocimiento el baile de los negritos en varios pueblos del Mantaro; José
Vileapoma (2001) ha trabajado el tema de los maqtas de Acolta, entre muchos
otros escritos interesantes que versan sobre arte y cultura de estos pueblos. En
lo que se refiere a la riqueza musical de las fiestas agrarias y religiosas del valle del
Mantaro y de otras regiones de} pais, Ja contribucidn dei etnomusicdlogo Raul
Romero (1991, 2000 y 2004) es de enorme importancia. Fs Romero quien ha regis-
trado el uso contempordneo de instrumentos prehispinicos, coloniales y moder-
nos en el contexto de las fiestas agrarias y religiosas de estos pueblos. FI registro
organolégice y cl andlisis ctnomusicoldgico de los instramentos y de las agrupa-
ciones musicales de uno de sus libros (Romero, 2000) vienen ilustrados con
breves muestras musicales grabadas en dos discos compactos. Este tipo de tra-
bajos complementa la visin de conjunto de las fiestas y costumbres vigentes en
de las distintas subarcas de] valle del Mantaro.
Nuestra labor se suma al esfuerzo de ampliar el conocimiento de ta cultura viva
de esta regidn. Es parte de un proyecto de investigacién sobre tradiciones andinas
que aborddramos el afio 2003, con el apoyo del Instituto de Investigaciones
Histérico Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de San
Marcos. Los datos empiricos de las fiestas que aqui se describen fueron recogi-
dos por la antropéloga Melinda Martinez Cano, durante los diversos viajes que
hiciera al valle de Yanamarca, en su condici6n de coloboradora del proyecto, que
fueron luego compiementados con el registro de datos en las fiestas de migrantes
en Lima. Nuestro propésito principal es dar cuenta de la compleja estructura de
estas representaciones artisticas y explicar las raices histsricas de estas costum-
bres impregnadas en la vida cotidiana de estos pueblos.
Yanamarca en el contexto del Valle del Mantaro
EI valle conocido como Yanamarca se ubica dentro de Ja actual circunscrip-
cién provincial de Jauja en el departamento de Junin. Esta dentro del territorio que
habitaron los antiguos huancas, que fueron sometidos por los quechuas del
Cusco y se aliaron con los espaiioles durante la conquista del Tahuantinsuyo
(Espinoza, 1972). Yanamarea es un nombre quechua, proviene de dos palabras:
ana = negro y marca = pueblo, Forma parte del valle del Mantero, antiguamente
conveido come Hatunmayu, también nombre quechua, que quiere decir rio gran-
de (jatun = grande y mayu = rio). Jauja es una de las nieve provincias del depar-
tamento junto a Concepcién, Chanchamayo, Chupaca, Huancayo, Junin, Satipo,
Tarma y Yauli. Situada en la parte norte del valle, la provincia de Jauja cuenta con
una poblaciéa de 104 828 h, segtin el censo de 1993 y tiene una alta concentracién
de 34 distritos. situados hacia ambos lados del rfo Mantaro: Acolla. Apata,
Canchayllo, Curicaca, El Mantaro, Muamaii, Huaripampa, Huertas, Janjaillo, Julcan,
Revista pt ANTROPOLOGIASOCHEDAD Y THADICIONES EN EL VALLE DE YANAMARCA ____198
Leonor Ordéfiez, Llocllapampa, Marce, Masma Chicche, Molinos, Monobamba,
Muqui, Muquiyauyo, Paca, Paccha, Pancan, Parco, Pomacancha. Ricrén, San
Lorenzo, San Pedro de Chundn, Santa Ana, Sausa, Sincos, Tunanmarea, Yauli y
Yauyos.
La ciudad de Jauja, capital de !a provincia, es la segunda urbe importante en el
valle, por la hegemonia demografica, comercial y cultural de la ciudad de Huancayo,
capital dei departamento. Fue un centro de primer orden durante la administracion
inca y fuego los colonizadores espafioles lo designaron como la primera capital de
Jas tierras conquistadas, antes de la fundacién de Lima. Durante la Reptiblica,
Jauja fue ia ciudad ideai para ef descanso y fa sanacién de las enfermedades
pulmonares. Desde !a construccidn de la via férrea Lima-Jauja en 1908 y la conclu-
sién de la carretera en 193}, siguid aumentando su importancia econdmica, que
pronto fue sobrepasada por la dindmica comercial de Huancayo, el otro polo de
desarroilo ene! vaile. En Jauja se realizaba la feria semanal mas importante de la.
regi6n hasta las primeras décadas del siglo XX, pero la popularizacién regional de
la feria dominical de fa calle Real* de Huancayo le arrebaté finalmente el fiderazgo.
Cencira decia sobre este particular: “La supremacia que detentaba Jauja hasta el
siglo pasado (siglo XIX) fue decayendo répidamente en et presente, a partir det
florecimiento de fa ciudad de Huancayo... el vaile entra en un acelerado proceso
de urbanizacién, cuyo foco de influencia es la ciudad de Huancayo, la cual va a
atraer a grandes sectores de la poblacién rural, no sdlo del valle sino de otras
provincias y departamentos" (Cencira, 1977: 59 y 60). Como consecuencia de este
proceso de cambios, Jauja se ha tansformado en un centro urbano seftorial de
limitado desarrotio y el nucleo mas conservador de las tradiciones en el valle. Lo
reconoce también un intelectual jaujino que ha escrito el derrotero histérico mejor
documentado de la imagen de Jauja: “La historia escrita de Jauja, desde el trasla-
do de la capital espaiiola a tos Hlanos, ha sido la historia de una continua declina-
cién” (Rivera, 1972: 247).
Hacia el norte de la ciudad de Jauja se ubica el valle de Yanamarca. Es una
pequefia bifurcacién orogréfica que se aparta de} gran valle del Mantaro, que
corre de norte a sur abriendo hacia ambos lados microvalles que vierten sus
aguas al Hatun Mayu. Yanamarca es un microvalle subsidiaric del Mantaro que
se extiende de oeste a este. Su extensidn es relativamente corta, unos 15 km de
largo y entre 5 y 6 km de ancho. Se inicia en ia laguna de Chocén, situado a
escasos 6 km de Jauja. Desde 1a carretera Jauja-Tarma, que cruza cortando la
colina de Cruz, se divisa el valle de Yanamarca, con sus tierras partanosas muy
bien cultivadas de la parte baja y el paisaje de poblaciones como Tragadero y
Pachascucho. Desde la laguna de Chocén hasta !a zona este donde termina el
Microvaile se ubican las principales poblaciones. El lecho del valle de Yanamarca
se extiende, entre planicies y colinas, donde aparecen campos de cultivo en sus
partes bajas y campos de pastoreo de las colinas que terminan en la salida a
Revista DE ANTROPOLOGIA196 RomAn Rosues M. / Mexivpa Marista C.
Tarma. Por el centro corre un pequefio riachuelo, de este a oeste, que desemboca
sus aguas en la laguna de Choc6n, Estas aguas no tienen salida directa hacia e]
valle mayor, se sumesgen al subsuelo muy cerca del pueblo de Tragadero.
Por todo el lecho del valle pasa ta carretera afirmada Jauja-Acolla-Tarma. Se-
giin los lugarefios, esta via fue trabajada por tos comuneros det microvalle en fos
afios veinte e inaugurada en 1926, como parte de fa aplicacin de la Ley de
Conscripcién Vial dictada por el Presidente Augusto B. Legufa. Desde entonces,
hay comunicacién permanente entre Jauja y Tarma y sitve de entrada a los pro-
ducios de la selva de Chanchamayo hacia la ciudad de Huancayo, hoy convertida
enel eje comercial mas importante de la regisn.
Hacia ambos lados de la carretera, la tierra casi siempre estd bien cultivada con
productos propios del lugar y también observamos que los campesinos crian gana-
do vacuno, ovino, equino, porcino, que pacen en los pastos de las chacras y en las
orillas del camino. Mas en nuestros dias, los caminos carrozables se prolongan
hacia todos lados. La primera variante, yendo de Jauja, es la carretera que bordea la
laguna de Chocén, pasando por los centros poblados de Chocdén, Muquillanqui,
Coricancha, Tragadero. Otra variante se inicia en Pachascucho hacia dos direccio-
nes: una ruta hacia Tragadero y !a otra hacia Marco, Concho y Tunanmarca. Luego,
desde Muquillanqui, Marco y Tunanmarca hay carreteras prolongadas hacia las
comunidades alias y el microvalle paraleio de El Molino. Se encuentran en la parte
alta de este lado los centros poblados de campesinos pastores, como Huashua,
‘Hualis, Pornacancha y Cachicachi, los dos dltimos situados en la vera de) otra
vallecito paralelo a Yananarca que corre también de oeste a este.
Por estos caminos carrozables, que unen a todos los pueblos diseminados en
el microvaile de Yanamarca, circulan todo tipo de vehiculos de transporte y de
carga. Buses de pasajeros y camiones cargados de productos de Chanchamayo y
‘Tarma transitan por Acolla. Los microbuses, pequetios pero versatiles, han revo-
lucionado el transporte interno del Pert desde los afios noventa. Recorren estos
polvorientos caminos, transportando gente de y hacia la capital de la provincia
durante todo ef dia, de lunes a domingo. Por estos caminos, los pueblos del
microvalle estén unidos a todo el valle y a la capital de ta Repdiblica, Ya no existen
pueblos aislados, todos estan interconectados.
Las comunidades campesinas
Distrites y comunidades. Segiin los datos del Directorio de Comunidades Cam-
pesinas del Perti (1991), el departamento de Junin es el cuarto con mayor nimerode
comunidades campesinas reconocidas del Peri, con un total de 384 (7,76%), ante-
cedido por Puno con 1140, Cusco con 828 y Ayacucho con 461. Dentro del departa-
mento de Junin, la provincia de Jauja es la segunda con mayor néimero de comuni-
dades campesinas reconocidas (87), antecedida sdlo por Huancayo que cuenta
con 151, De tos 33 distritos pertenecientes a esta provincia, 3 estan ubicados en
Revista DE ANTROPOLOGIASOCIEDAD ¥ TRADICIONES EN EL VALLE DE YANAMARCA 197
el valle de Yanamarca: Acolla, Marco y Tunanmarea. Del total de 14 comunidades
campesinas reconocidas que hay en et microvalle, Acolla cobija en su territorio a
ocho comunidades; otras cuatro comunidades pertenecen al distrito de Marco;
Jas dos restantes estén dentro del ambito del distrito de Tunanmarca (Cuadro N.?
1). Segiin el Censo Nacional de 1993, en el valle de Yanamarca existe un total de 15
231 habitantes distribuidas en los tres distritos: Acolla con 10 482, Marca con
2908 y Tunanmarca con 1841 habitantes. Demogréficamente, Acolla es el distrito
mds importante y su poblacién estd dispersa en las ocho comunidades circunscri-
tas. El mismo censo registra una mayor concentracién de poblacidn urbana, en
una proporeién aproximada de 60% urbana y 40% rural.
CuadroN.° 1. Comanidades campesinas reconocidas
Distrito Comunidades campesinas Afio de reconocimiento
Acolla (1886)" Acolla 09 de mayo de 1939
Chocén 06 de febrero de 1941
‘Chuquishuari 21 de jutio de1976
ElTingo 10 de agosto de 1977
Pachascucho 18 de abril de 1940
Sacas 17 de setiembre de 1976
‘Tambo Paccha 1H de junio de 1982
Tinge Paccha 10 de agosto de 1977
Marco (1907) Huashua 17 de abril de 1947
Marco 18 de mayo de 1938
Muquillanqui 09 de mayo de 1939
Tragadero O1 de sotiembre de 1937
Concho 18denovierbrede 1937
Quishuarcancha 28.de mayo de 1987
Fuente; Cuadro elaborade en base 4 datos del Directorio de
Comunidades Campesinas del Peni, Lima, 1991.
* Aflo en que fueron creados como distritos.
Economia. Come todo el vaile del Mantaro, jas comunidades del microvalle de
Yanamarca han dependido econémicamente de la agricultura y de la ganaderia. La
buena calidad de sus tierras planas y semiplanas, asi como ta laboriosidad de su
gente, ha sido y es propicia para la produccién de excedentes que cubren sus
requerimientos locales y para el abastecimiento de los mercados de la region y de
Jos centros de concentracién poblacional cercanos, incluyendo Lima. Hasta nues-
tros dias, los espacios productivos de estas comunidades se encuentran dividi-
dos cn propicdades familiares y en propiedades comunales. En 1a parte de las
tierras comunales siembran tubérculos y cereales, de acuerdo a la distribucién
familiar de parcelas y la secuencia de cultivos, que se siguen practicando desde.
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