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Juan Villoro - El Testigo Innecesario

Este documento resume el culto a la Virgen de Guadalupe en México. Describe cómo la Virgen se ha convertido en un símbolo importante de la identidad nacional mexicana a pesar de las críticas de algunos sobre la falta de evidencia histórica de su aparición. También describe las procesiones masivas anuales en su honor y cómo su imagen se ha difundido a muchos aspectos de la cultura popular mexicana.
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Este documento resume el culto a la Virgen de Guadalupe en México. Describe cómo la Virgen se ha convertido en un símbolo importante de la identidad nacional mexicana a pesar de las críticas de algunos sobre la falta de evidencia histórica de su aparición. También describe las procesiones masivas anuales en su honor y cómo su imagen se ha difundido a muchos aspectos de la cultura popular mexicana.
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Juan Villoro DOMINGO BREVE

El testigo innecesario
En 1991, Bob Dylan se present por primera vez en Mxico ante una multitud que haba peregrinado en el tiempo para escucharlo. Las dcadas de espera confundan las expectativas: el trovador beat de los sesenta iba a llegar como el evangelista elctrico de los noventa. El hombre que sacrific su apellido judo en honor del poeta Dylan Thomas, decidi envejecer como catlico. Aquella noche, los feligreses aguardaban al principal converso del rock, pero la militancia religiosa lleg desde antes. El grupo chicano Los Lobos abri el espectculo al grito de ``viva la Virgen de Guadalupe!'' Despus de unos segundos de vacilacin, el Palacio de los Deportes estall en fervor guadalupano y algn fillogo incrustado en el pblico record que en rabe Guadalupe significa ``ro de lobos''. Los mitos jams trabajan horas extras. Una vez cumplida su proeza, se retiran y dejan que sus seguidores los engrandezcan con su devocin. La vitalidad de un mito no depende de actualizar el prodigio que lo situ en la imaginacin de la gente, sino de las esperanzas que se depositen en l. La Virgen Morena del Tepeyac comparece en sitios tan profanos como el envase del aceite de crtamo Patrona, los murales de Oventic, Chiapas, donde lleva el paliacate de los zapatistas, el nombre de la ms clebre cantina de Coyoacn y las espinilleras de los mellizos Johan y Omar Rodrguez, que practican el futbol guadalupano en el Santos y el Cruz Azul. La virgen peregrina encuentra posada en los nichos de las tortilleras, las rocas de Acapulco donde se lanzan los clavadistas y los talleres grficos del principal peridico de la izquierda mexicana, junto a la foto del carismtico fundador. Aunque el culto guadalupano podra perdurar en forma itinerante, durante aos tuvo su sede fija en una agradable baslica al norte de la Ciudad de Mxico. Esta iglesia de barrio oper con eficacia como una administracin de correos de la fe, el buzn donde los fieles dejaban los ms sinceros exvotos: ``Gracias, virgencita, por habrtelo llevado.'' Sin embargo, le qued chica al siglo XX mexicano, donde todo lo importante ha ocurrido en muchedumbre. La nueva baslica desconcierta por su gigantismo; pertenece a la era meditica donde la cercana se logra por televisin. El acceso al altar tiene longitud de autopista; no hay capillas recoletas ni santos de talla chica; ah, la oracin deja de ser un acto ntimo y se vuelve un acuerdo de asamblea. Antes de levantar este coloso, el arquitecto Pedro Ramrez Vzquez haba creado los dos centros primordiales de la pica mexicana: el Museo de Antropologa y el Estadio Azteca. Nadie mejor que l para edificar la caja donde resuenan las plegarias patrias. Por dentro, la nueva baslica se rige por un claro propsito: la multitud como hecho sagrado. Ningn ornamento rivaliza con las masas pas. Por fuera, parece un ovni capaz de trasladar a miles de peregrinos al espacio exterior. Ms all de sus atributos estticos, la construccin aglutina y simboliza a un pueblo que se desplaza. El imn de Guadalupe nunca atrae tanto como en la noche del 11 al 12 de diciembre. La ciudad es recorrida por fieles que avanzan rumbo al norte. Por un azar insondable, los capitalinos creemos vivir en el trpico. Las procesiones de diciembre muestran a una nacin pobre y supersticiosa que desconoce los abrigos. La gente exhala vaho, envuelta en cobijas, trapos, bufandas inclasificables. Los heterodoxos llevan termos

con t de canela para mitigar el fro; los fundamentalistas del sacrificio van de rodillas, con una penca de nopal encajada en el pecho. Cuando el cura Hidalgo inici la guerra de independencia enarbolando un estandarte de la Virgen, confirm que la suerte de la identidad nacional est ligada a la de su Patrona. Poco importa que ciertos historiadores argumenten que se trata de una imagen originalmente destinada a esparcir la fe catlica en el Medio Oriente y por ello se representa sobre una media luna. El pueblo tampoco prest odos a los elocuentes sermones de fray Francisco de Bustamante en el siglo XVI ni a los de fray Servando Teresa de Mier en el XVIII sobre la falta de fundamento del culto guadalupano. La presunta aparicin de la Virgen al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin ocurri en 1531, pero los primeros testimonios al respecto se produjeron en 1648, 117 aos despus de que la Patrona bendijera a Mxico con su presencia. Desde un principio, el fervor guadalupano careci de expedientes en regla y se asoci al de la diosa Tonantzin, que operaba en el cerro del Tepeyac. Sus devotos fueron acusados de paganismo. En un mundo donde el Papa se pone los anteojos negros del cantante de U2 y donde los danzantes llegan a la baslica de Guadalupe con sonajas prehispnicas y walkman, las cosas se ven de otra manera. El aspecto hbrido del culto guadalupano sorprende menos que el afn de veracidad de algunos prelados. El ex abad de la baslica, Guillermo Schulenburg, y el arcipreste Carlos Warnholtz han vuelto a oponerse a la canonizacin de Juan Diego, primer testigo de Guadalupe. Con celo notarial arguyen que le faltan documentos probatorios como intercesor de la divinidad. Schulenburg tuvo a su cargo la baslica durante 33 aos. Llama la atencin que alguien que pas la edad de Cristo atestiguando la fe guadalupana acte como oficinista que busca un sello faltante. Por su parte, Norberto Rivera, arzobispo primado de Mxico, critica a quienes creen que Juan Diego ``soaba o imaginaba'' y a quienes consideran ``que l mismo no fue sino un sueo, una imaginacin''. Necesita la devocin de otras pruebas que su propia entereza? En 1997, una filtracin de agua produjo una imagen de la Virgen en la estacin Hidalgo del Metro. La Patrona de Mxico y el padre de la patria volvieron a reunirse. Miles de pasajeros sin otro consuelo que confiar en una efigie de piedra, han rendido culto a la Tonantzin-Mara-Guadalupe del Metro. En un pas necesitado de milagros, las iglesias pueden estar bajo la tierra.

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