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El Culto A Los Espiritus en El Budismo

Este documento analiza el culto a los espíritus de la naturaleza en el budismo de la India antigua, enfocándose en el caso de Hāritī. Examina cómo los estudiosos del siglo XIX separaron elementos del budismo considerados como adiciones posteriores, incluyendo estos cultos, los cuales atravesaban distinciones entre monjes, laicos e institución religiosa.
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El Culto A Los Espiritus en El Budismo

Este documento analiza el culto a los espíritus de la naturaleza en el budismo de la India antigua, enfocándose en el caso de Hāritī. Examina cómo los estudiosos del siglo XIX separaron elementos del budismo considerados como adiciones posteriores, incluyendo estos cultos, los cuales atravesaban distinciones entre monjes, laicos e institución religiosa.
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Roberto Eduardo Garca Fernndez

El culto a los espritus de la naturaleza en el budismo de la India antigua: El caso de Hrit

Desde sus inicios, el estudio acadmico del budismo indio ha estado teido por prejuicios concernientes a su pureza doctrinal. En su afn por distinguir las manifestaciones religiosas originales de las que consideraban como adiciones posteriores, los estudiosos aplicaron la dicotoma religin popular/religin oficial a distintos aspectos del budismo En este ensayo pretendo debatir la aplicacin de esta dicotoma a ciertos rituales budistas, presentando el ejemplo de un rito que, si bien no forma parte del budismo normativo ni articula los ideales de liberacin de la doctrina filosfica budista, atraviesa las distinciones entre monjes y laicos, entre institucin religiosa y religiosidad individual, entre religin normativa y culto heterodoxo.

Roberto Eduardo Garca Fernndez*

El culto a los espritus de la naturaleza en el budismo de la India antigua: El caso de Hrit

Introduccin El budismo es una religin que se origin en India hace ms de 2500 aos y se extendi rpidamente por una gran parte del continente asitico. Actualmente cuenta con cerca de 1500 millones de adeptos y ha comenzado a tener una presencia importante en algunos pases fuera de Asia. Esta religin tiene como modelo la vida de Siddhartha Gautama, un renunciante religioso que asegur haber alcanzado un estado nico e inefable en el cual extingui por completo las causas del sufrimiento y del renacimiento. Llam nirvana a este estado, y se proclam como Buddha, que en algunas lenguas de India significa El despierto. A semejanza del resto de las religiones, las narrativas fundacionales del budismo estn repletas de episodios llenos de prodigios y poderes sobrehumanos y reflejan la creencia en diferentes planos de existencia poblados por seres no humanos. Entre estos encontramos a los espritus de la naturaleza, a quienes llamaremos as a falta de otra designacin ms precisa, un conjunto de varias especies de seres extraordinarios que habitan los lugares despoblados y que poseen poderes capaces de modificar los eventos atmosfricos, as como de producir enfermedades. La creencia en estos seres precede al surgimiento del budismo, y por lo tanto tienen presencia en las narrativas de otros grupos religiosos previos, contemporneos y posteriores a esta religin. En esta ocasin voy a hablar exclusivamente de uno de estos grupos, el de los yakas, una especie de ogros antropfagos. Su existencia se menciona en numerosos textos budistas de las tradiciones indias del norte y del sur, y aparecen representados en esculturas y frisos tallados pertenecientes a diversos sitios arqueolgicos. Por estos vestigios tenemos evidencia que indica claramente que estos seres eran objeto de ciertos cultos de propiciacin y apaciguamiento por parte de miembros de la comunidad budista, en su mayora laicos, pero tambin por un nmero considerable de monjes. Ahora bien, el budismo cannico enfatiza la bsqueda de la liberacin del ciclo de renacimientos, y propone como mtodo el desarrollo de un conocimiento profundo de la realidad, especialmente de las causas y condiciones que dan origen al sufrimiento;
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Maestro en Estudios de Asia y frica con especialidad en el rea del Sur de Asia por el Centro de Estudios de Asia y frica de El Colegio de Mxico. Se especializa en el estudio del budismo indio antiguo. Dentro de sus lneas de investigacin destaca el anlisis literario de relatos budistas, especialmente de gneros narrativos como Jtakas y Avadnas. Actualmente realiza estudios de doctorado en el mismo centro.
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este conocimiento se obtiene por medio del estudio y anlisis de la realidad, as como a travs de diversas tcnicas de cultivo mental o meditacin. Esta tendencia a la intelectualizacin e interiorizacin del fenmeno religioso se expone con gran detalle en los textos budistas, y como veremos, ha dado pie para que diversos estudiosos consideren al budismo como una filosofa ms que como una religin, una posicin excluyente que actualmente casi nadie sostiene en mbitos acadmicos. Dentro de esta misma lnea, este tipo de postura sent las bases para tratar de distinguir el budismo original o esencial de sus adiciones posteriores. En esta empresa, los cultos a los espritus que he mencionado han sido considerados como ritos extra-budistas o cultos populares. Conviene en este punto sealar lo que considero como culto popular. Cuando hablamos de una manifestacin o un fenmeno religioso popular, inmediatamente estamos afirmando la existencia de un fenmeno religioso oficial al que aquel se opone de cierta manera. En suma, planteamos una relacin de poder en la cual la religin popular se compone de un grupo de actores que sostienen creencias y prcticas relativamente autnomas en relacin con la religin oficial, la cual dicta la normatividad u ortodoxia, sin que esta relacin genere fricciones ni contradicciones explcitas (Pace, 1987, p. 8). Es decir que la religin popular existe, por as decirlo, en la periferia de la religin oficial, no es vista con muy buenos ojos por la ortodoxia pero es tolerada o ignorada debido a que por lo general no plantea un riesgo real a la soberana de sta ltima. Tomando como caso el culto a los espritus de la naturaleza dentro del budismo indio, me he planteado la siguiente interrogante: es posible considerar a estos cultos como manifestaciones de una religiosidad popular?; de no ser as, cul sera su lugar dentro de la religin budista?

El budismo a travs de la ptica de sus estudiosos Antes de realizar una breve descripcin de uno de los casos del culto a los espritus en el budismo indio, y discutir la pertinencia de considerarlos como culto popular, me gustara mencionar el hecho de que muchas ideas que tenemos con respecto al budismo no surgieron ni de los textos ni de los practicantes budistas sino de los estudiosos, principalmente europeos, que en las primeras fases del encuentro acadmico con el budismo, se dieron a la tarea de tratar de entender esta religin. Al enfrentarse a una multiplicidad de tradiciones y textos budistas, los investigadores europeos del siglo XIX se vieron en la necesidad metodolgica de definir cules eran las enseanzas originales del budismo, es decir, aquellas que haban sido pronunciadas por el mismsimo Buda. En este proceso, se dieron a la tarea de separar aquello que les pareca acorde con su propia imagen de un verdadero maestro espiritual, de aquellos que segn su propia experiencia religiosa eran los elementos de supersticin, idolatra y ritualismo innecesario con que los seguidores del Buda haban contaminado las doctrinas originales, que por antonomasia deban poseer un carcter eminentemente intelectual y racionalista (Kloppenborg, 1979).
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Fue as como emergi la imagen austera del Buda como un filsofo ajeno a todo ritualismo y prctica religiosa, y algunos incluso llegaron a cuestionar la validez de llamar religin a su legado. Todo aquello que rompiera con esta imagen era considerado una adicin posterior, y por lo tanto un elemento ajeno, a lo ms un objeto de estudio interesante para los folcloristas de la poca; algunas tradiciones budistas, como el tantrismo, no tuvieron tan buena acogida, pues fueron tachadas de ser degeneradas o corruptas. Si bien gracias a este tipo de enfoques el estudio del budismo pas a ocupar un lugar dentro del mundo acadmico europeo, en donde se le valor principalmente como una filosofa y un camino hacia el conocimiento, tambin se le despoj de una gran parte de sus elementos constitutivos, incluyendo un buen nmero de aquellos que durante ms de dos milenios lo haban hecho atractivo para sus adeptos. Para poner un solo ejemplo podemos mencionar la persona del Buda, a quien la mayor parte de budistas no consideraba como un ser humano comn y corriente sino como un ser extraordinario; no cmo un simple filsofo, sino como un ser lleno de prodigios y poderes superiores a los de los dioses, y por ende una personalidad digna de ser reverenciada. Esto, por cierto, es un elemento repetido hasta el cansancio en los textos de todas las tradiciones budistas. Difcilmente, hasta la poca moderna, ha habido budistas que negaran los elementos sobrehumanos en la persona del Buda, la existencia de dioses, la eficacia de rituales de adoracin y propiciacin a deidades o el poder de las reliquias budistas y del rbol Bodhi. Podemos afirmar que esta negacin o, en el mejor de los casos, su interpretacin en trminos simblicos, es un fenmeno moderno. De entre los elementos religiosos que fueron tachados de degeneraciones o fenmenos ajenos al budismo, destacan la mayor parte de aquellos en los que los laicos tomaban parte, como la adoracin de stpas o tmulos funerarios, la propiciacin de deidades, la recitacin de versos apotropaicos, entre otros. Sin embargo, la academia europea del siglo XIX, ajena como era a la mayor parte de los vestigios arqueolgicos an existentes en la India, no se percat de que el asunto era muy complejo, y que si bien todos estos rituales incluan a practicantes laicos, existan evidencias que mostraban la participacin activa de monjes en ellos, y en ocasiones la necesidad de su presencia en el rito. Por lo planteado hasta ahora, ser claro que mucho de lo que aquellos acadmicos europeos vieron en el budismo corresponda a lo que deseaban ver en l, y no necesariamente a lo que se hallaba en sus textos y vestigios arqueolgicos. Como un primer paso para hablar de lo oficial y lo popular en el budismo indio, podemos afirmar que esta dicotoma no exista de una manera tan clara en la realidad como lo haca en la mente de los acadmicos, quienes no tenan la intencin de analizar el budismo como un fenmeno complejo lleno de interacciones, sino de buscar la pureza doctrinal tras las capas de relatos prodigiosos. A la problemtica que nos crea esta dicotoma generada por observadores externos, podemos agregar el hecho de que el budismo dej de contar, casi desde sus inicios, con un nico ncleo normativo encargado de regular o sancionar las prcticas budistas. En este sentido, no podemos hablar de un budismo oficial que dicta las normas
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en contraposicin con otro popular que se encuentra en la periferia doctrinal, pues como veremos, los monjes, que a falta de una iglesia, desempean el papel normativo, a lo largo de la historia han tenido una participacin activa en rituales que un ojo externo podra calificar como populares.

El culto a los espritus de la naturaleza en el budismo de la India antigua Los cultos a los que me quiero referir se dirigan principalmente a dos especies distintas de espritus de la naturaleza, los ngas o espritus serpentinos, y los yakas, ogros de apariencia terrible. Ambos comparten caractersticas similares en cuanto a potencialidades y funciones: son conjuradores de tormentas y enfermedades, poseen derechos sobre la vida de los seres vivos dentro de su rango geogrfico de soberana y habitan por lo general en espacios no poblados por el ser humano: montaas y ros, bosques y mares, campos de cremacin y casas deshabitadas. Representan la potencialidad destructiva de la naturaleza, potencialidad que se encuentra ms all del control del ser humano comn y corriente, y que nicamente puede someterse bajo la autoridad de personajes poderosos como mujeres y hombres santos y reyes. Para los indios de hace dos mil aos, la posicin del ser humano comn y corriente frente a estos espritus era enormemente precaria; as que, vulnerables frente a este poder destructivo, realizaban ofrendas de apaciguamiento, en las que ofrecan sacrificios sangrientos de animales con el objetivo de conservar la propia vida. Pero al mismo tiempo, se reconoca que el poder de estos seres poda ser utilizado para obtener beneficios materiales; en este sentido se les propiciaba con ofrendas deseando obtener a cambio riquezas, hijos, buenas cosechas y abundante ganado (DeCaroli, 2004). Este tipo de cultos eran pan-indios y pre-budistas, por lo cual podemos afirmar con un alto grado de probabilidad que tanto el Buda histrico, como sus primeros adeptos, estaban familiarizados con ellos; y basados en vestigios textuales, sabemos que no los rechazaron ni se opusieron a ellos de manera definitiva, sino que los transformaron y adaptaron proveyndolos de una tica budista, dotando a los espritus de un compromiso de servicio hacia esta religin. As, tanto laicos como monjes no fueron ajenos a estos espritus y a sus cultos, sino que continuaron practicndolos en contextos insertos dentro de prcticas sancionadas positivamente por la tradicin budista. De entre los numerosos ejemplos que podemos extraer de los vestigios textuales y arqueolgicos, me gustara presentar el de la yak Hrit, debido a que contamos con muchas versiones de su historia, y con representaciones escultricas que nos servirn para ilustrar nuestro tema; adems, es un caso paradigmtico en el sentido de que nos servir para sealar la manera en que un culto que muchos han considerado popular, en realidad atraviesa los lmites entre lo popular y lo oficial. Sealo aqu que una yak es el femenino de yaka, por lo que equivale de manera general a ogresa. El relato cannico de este personaje es el siguiente: la yak Hrit tena 500 hijos. Debido a su naturaleza salvaje, hizo un voto de devorar a todos los nios
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pequeos de la ciudad de Rjagha, la capital de un imperio, para alimentar a los suyos. De aqu proviene su nombre, que significa, la ladrona, o la que arrebata. Los padres, abrumados por la prdida de sus hijos, acudieron al Buda, quien en una estrategia por someter a la deidad, le arrebat mgicamente a su hijo Pigala, el ms pequeo y querido, y lo escondi debajo de su cuenco de limosnas. Angustiada por su hijo, Hrit acudi al Buda, quien le seal que aquello que ella senta era la misma desesperacin e impotencia experimentada por los padres a los que les haba arrebatado sus hijos. Arrepentida, Hrit hizo el voto de proteger a los nios pequeos, y a cambio el Buda le concedi que los monjes se encargaran de alimentarla a ella y a sus hijos, quienes dejaron de subsistir a base de carne humana (Getty, 1914, p. 75). La historia de Hrit es importante pues seala distintos aspectos de la prctica de cultos a los espritus dentro del contexto normativo budista. Primero que nada seala la existencia, dentro del imaginario indio, de deidades que se alimentaban de carne humana. Otros relatos contenidos en los textos budistas, muchos de ellos incluidos en la coleccin de Jtakas o vidas previas del Buda, hacen mencin de cultos sacrificiales a estas deidades ya fuera como rituales de propiciacin o proteccin. Algunos de ellos mencionan el ofrecimiento de carne humana o animal a estos espritus. El relato sobre Hrit tambin nos indica que la importancia de esta deidad y su culto era tal, que los budistas no pudieron simplemente ignorarla o desecharla, sino que tuvieron que idear un mecanismo de integracin que les permitiera conservar a la deidad y a su culto, pero dotndolos de un sentido tico y, por as decirlo, enmarcndolos en un contexto ritual budista donde sus potencialidades negativas se mantuvieran bajo el control de la comunidad monstica. Sabemos que la Hrit pre-budista era una deidad asociada a la viruela, de ah la idea de que se robaba a los nios (Iltis, 2002, p. 71). Es entonces muy probable que ella fuera el objeto de un culto de apaciguamiento muy extendido en las regiones donde el budismo se expandi, y que ese culto incluyera el ofrecimiento de sacrificios sangrientos. Cuando el Buda domestica a Hrit, a cambio de carne humana le da como alimento granadas, que por su color y consistencia puede recordar a la sangre, por lo que este intercambio equivaldra a una sustitucin simblica de sangre por ofrendas vegetales, una prctica ms acorde con la tica budista. Ahora bien, otro elemento importante de este relato, y aquel que me gustara remarcar ahora, es el del lugar y los participantes del culto. La historia nos dice que el Buda le asegura a Hrit que a partir de entonces los monjes se encargarn de alimentarla. Ni este relato, ni otros textos cannicos nos indican si esto sucedi o no. Sin embargo, los relatos de monjes viajeros chinos y, lo que es ms importante, los vestigios arqueolgicos, completan el cuadro. As por ejemplo, el peregrino chino I-Ching, que visit India en el siglo 7, relata que en muchos monasterios que visit, encontr la escultura de Hrit en las entradas y los comedores de los monasterios, acompaada de Kuvera, el dios de la riqueza (Getty, 75). Afortunadamente contamos con numerosas representaciones de la deidad, muchas ellas encontradas y preservadas en su lugar original. La primera nos muestra a
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una Hrit acompaada de su esposo Pacika, y carga en el muslo a su hijo ms pequeo. Esta composicin est en la entrada de uno de los monasterios tallados en roca en Ellora, India, y como tal era visible para todos los visitantes, laicos y monjes (fig. I). La siguiente Hrit, de Aurangabad, es otro caso en que la deidad est expuesta a la vista de monjes y peregrinos (fig. II). Sin embargo, contamos con otros ejemplos como el de la cueva 2 de Ajanta, donde Hrit y su consorte, que por cierto son de tamao descomunal, ocupan un nicho en la zona ms profunda del monasterio, y de hecho flanquean al nicho principal donde se ubica una imagen colosal del Buda (fig. III). Es esta composicin escultrica la que me interesa destacar ms puesto que al encontrarse dentro de la cueva, en el monasterio mismo, y no a la vista de todos, comprueba lo dicho por los peregrinos chinos y por los relatos textuales en relacin con el hecho de que el culto de Hrit era practicado no nicamente por laicos, sino por los mismos monjes, que se encargaban de hacerle ofrecimientos de comida, y que llegaron al extremo de integrarla en lugares privilegiados de sus espacios arquitectnicos; en los mismos lugares en que vivan, coman, estudiaban y desarrollaban sus prcticas meditativas. Aunque Hrit, como todos los seres de su tipo, no se relaciona directamente con los principios filosficos del budismo, ni tiene un lugar en la doctrina de la liberacin del sufrimiento, era adorada debido a que se le consideraba capaz de resolver asuntos que tocaban ms de cerca a los adeptos de la religin budista. Para la mayor parte de los laicos la liberacin poda esperar, ms el riesgo que traan enfermedades como la viruela era algo cotidiano, y por lo tanto la necesidad de lidiar con l era inmediata. Sin embargo, lo que asombra en este caso no es la participacin de los laicos sino la de los monjes, quienes lejos de restringirse a las actividades meramente espirituales e intelectuales de su rango, integraron en sus monasterios prcticas que los vinculaban necesariamente con las necesidades de la sociedad en su conjunto.

Conclusin El caso del culto a Hrit es sobresaliente pues se extendi por gran parte de la India budista, as como por Nepal, Tbet y Japn, pero de ninguna manera es nico; est tambin el del yaka Kuvera, quien era propiciado como dios de la abundancia; tenemos tambin el del culto al yaka Vajrapi, quien obtuvo un lugar importantsimo en el panten budista mahyna en el cual alcanz el estatus de Bodhisattva; as tambin otros espritus, aunque no obtuvieron tanta importancia a nivel global, si la adquirieron en una escala local, integrndose de maneras similares en la religin budista. El culto a Hrit en el budismo, as como a otros espritus como los que acabo de mencionar, plantea escenarios rituales que se resisten a aceptar categoras tiles para otros sistemas religiosos. Lo que me interesa aqu sealar es que la distincin entre oficial y popular no es una distincin posible en este tipo de interacciones religiosas, por ms que los cultos de los que estamos hablando no formen parte del budismo que consideramos normativo o cannico. Estamos frente a un fenmeno de una gran complejidad, donde la interdependencia de la comunidad monstica y la sociedad laica hacan necesaria la
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porosidad de las estructuras rituales, y aumentaban la posibilidad de integrar prcticas heterogneas dentro de los sistemas cultuales budistas. Por decirlo de cierta manera, la lnea que separaba al budismo normativo de las innovaciones rituales no posea una gran rigidez, y su porosidad estaba supeditada a las necesidades tanto de la sociedad laica, como de la comunidad de monjes. Esto haca y de hecho hace posible en el mundo budista actual, que cultos como el de Hrit puedan atravesar exitosamente las distinciones entre monjes y laicos, y al hacerlo rompan con la idea del budismo como un sistema puramente filosfico, que pertenece a un grupo selecto de especialistas religiosos.

Fig. I. Hrit con su esposo Pacika, Cueva 8, Ellora, India ( 2010 The Huntington Archive).

Fig. II. Hrit con su esposo Pacika, Cueva 7, Aurangabad, India ( 2010 The Huntington Archive).

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Fig. III. Hrit con su esposo Pacika, Cueva 2, Ajanta, India (Huntington, John C. y Susan L. 2010 The Huntington Archive).

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Bibliografa DeCaroli, Robert. Haunting the Buddha: Indian Popular Religions and the Formation of Buddhism. Oxford, Oxford University Press, 2004. Iltis, Linda. Knowing all the gods: grandmothers, god families and women healers in Nepal, en Rozario, Santi. y Samuel, Geoffrey (eds.), The Daughters of Hrit. Childbirth and female healers in South and Southeast Asia. London, Routledge, 2002, pp. 70-89. Getty, Alice, Kwan-shi-yin, en The Gods Of Northern Buddhism. Their History, Iconography And Progressive Evolution Through The Northern Buddhist Countries. Oxford, The Clarendon Press, 1914, pp. 67-76. Huntington, John C. y Susan L., Hariti and Pancika shrine [fotografa; fig. III]. 1969. Recuperado de http://huntington.wmc.ohiostate.edu/public/index.cfm?fuseaction=showThisDetail&ObjectID=30027710

Hariti and Pancika [fotografa; fig. I]. 1969. Recuperado de http://huntington.wmc.ohiostate.edu/public/index.cfm?fuseaction=showThisDetail&ObjectID=8950

Pancika and Hariti [fotografa; fig. II]. 1970. Recuperado de http://huntington.wmc.ohiostate.edu/public/index.cfm?fuseaction=showThisDetail&ObjectID=8805

Kloppenborg, Ria, Some Reflexions on the Study of Sinhalese Buddhism, en Vrijhof, Pieter, (ed.), Official and Popular Religion Analysis of a Theme for Religious Studies. The Hague, Mouton Publishers, 1979, pp. 487-513. Pace, Enzo, New Paradigms of Popular Religion, en Archives de sciences sociales des religions, 64.1, Jul.-Sept. 1987, pp. 7-14.

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