ESPINOZA, Miguel - La Libertad, Una Necesidad Interiorizada
ESPINOZA, Miguel - La Libertad, Una Necesidad Interiorizada
Miguel Espinoza
Universidad de Estrasburgo
En una palabra: el hombre hace siempre lo que quiere y sin embargo lo hace necesariamente. Lo que se explica porque l es ya lo que quiere, pues de lo que l es se sigue, necesariamente, todo lo que pueda hacer. Si consideramos su accin objetivamente, esto es, desde afuera, cobraremos el conocimiento apodctico de que se halla sometido, al igual que la accin de todo ser natural, a la ley de causalidad en todo su rigor; subjetivamente, por el contrario, cada cual siente que hace siempre lo que quiere. Lo cual no quiere decir otra cosa sino que su accin es la manifestacin pura de su ser peculiar. Del mismo modo habra de sentir cualquier ser natural, an el ms nfimo, si es que pudiera sentir. Arthur Schopenhauer.1 Resumen: La tesis expuesta en este ensayo afirma que somos sistemas naturales viviendo en un mundo determinado por un tejido perfecto de causas de varios rdenes, razn por la cual el acto libre no es un hoyo en esta red. Una vez que haya explicado el valor racional, filosfico y cientfico del determinismo causal, el problema principal ser forjarse una idea de lo que, en consecuencia, puede ser la libertad. Yo dir entonces, inscribindome en la tradicin de la doctrina de la necesidad y con el nimo de prolongarla, que cada persona es idntica a su propia necesidad; que la libertad, si algo significa, es la interiorizacin del determinismo causal, la asimilacin y expresin subjetiva de la necesidad. Palabras clave: necesidad; determinismo causal; libertad; conciencia y cerebro. Abstract: The thesis presented in this essay states that we are natural systems living in a world determined by a perfect weaving of causes of various kinds, and so it is impossible for a free act to be a hole in this net. Once I will have explained the rational, philosophical, and scientific value of causal determinism, the main problem will be to imagine an idea of what freedom could possible be within this universal causal determinism. I will say then joining and extending the tradition of the doctrine of necessity that each person is identical to his own necessity; that freedom, if it means anything, is the internalization of causal determinism, the subjective assimilation and expression of necessity.
Schopenhauer no elimina la libertad sino que la ubica en una regin trascendental ininteligible. Retomo aqu un pasaje con el cual estoy esencialmente de acuerdo.
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Introduccin En este ensayo la necesidad natural es aqulla del determinismo causal, en particular aqulla del nexo entre la causa y el efecto en la relacin causal, y determinismo significa determinismo causal. Se trata en consecuencia de un punto de vista metafsico sobre las relaciones reales entre las cosas y no de la concepcin puramente epistemolgica segn la cual un fenmeno est determinado si y solamente si es previsible con una exactitud cuantitativa, en principio infinita. Expongo ahora cuatro tesis sobre la relacin entre la libertad y el mundo fsico con los respectivos problemas principales que generan: Tesis 1: Aunque el mundo fsico est perfectamente determinado causalmente, existe una libertad definida por la ausencia absoluta de determinacin. La libertad es entonces un hoyo en el tejido de relaciones causales que ordenan el mundo. Problema principal: cmo concebir tal excepcin al determinismo causal. Tesis 2: La libertad se fundamenta en el indeterminismo fsico. Problema principal: mostrar la conexin entre la libertad y este fundamento porque, al menos a primera vista, pertenecen a dos rdenes de realidad diferentes. Tesis 3: La libertad no depende del indeterminismo fsico porque lo fsico y lo mental son realidades de rdenes diferentes. Problema principal: entender la relacin causal entre lo psquico y lo fsico, relacin manifiesta en el comportamiento humano. Tesis 4: Todo lo que existe est perfectamente determinado por una red de causas mltiples y variadas. Problema principal: dar cuenta del sentimiento de libertad y de los otros sentimientos asociados a ella, en particular la responsabilidad. Tesis 5: La libertad es un fenmeno determinado pero el mundo fsico est indeterminado. Problema principal: concebir el sentimiento de libertad y de responsabilidad as como la relacin entre la libertad determinada y el estrato fsico indeterminado. Esta ltima tesis es una posibilidad lgica que cuenta con escasos defensores. El camino ms recorrido por los monistas todo lo existente es de un mismo gnero, de un mismo orden va en sentido contrario: se comienza por sostener la libertad de la voluntad, la cual sera imposible si todo el resto de los fenmenos estuvieran determinados, por lo tanto el mundo est indeterminado. Mi objetivo es explicar estas afirmaciones, dar razones a favor de la Tesis 4 y argumentar contra las otras.
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Si la libertad parece a algunos un enigma ms bien que un problema es porque su comprensin presupone la solucin de otro problema tambin con aspecto de enigma, la relacin entre el cuerpo y la mente. Una idea razonable para explicarse este estado de cosas consiste en admitir que no tenemos los conceptos adecuados para pensar estas situaciones. Es muy probable que nuestras abstracciones actuales no aprehendan lo esencial y que no sean legtimas, y por otro lado tambin es probable que los neurofilsofos que empiezan a adoptar una actitud un tanto triunfalista canten victoria demasiado pronto por falta de espritu crtico. Ahora bien, una de las esperanzas de la metafsica y de la ciencia es llegar a mejorar las abstracciones. 1. La nocin de libertad Para la mayora de las personas y para algunos filsofos entre los cuales Descartes es un ejemplo paradigmtico, la existencia de la libertad es evidente: La libertad de nuestra voluntad se conoce sin prueba, por la sola experiencia que tenemos de ella, y esto puede contarse entre nuestras nociones ms comunes. Es un hecho indudable, claro y distinto, que podemos dar nuestro consentimiento o no darlo cuando queremos.2 Hay varios conceptos de libertad, pero filosficamente el ms importante, por su radicalidad, es el de libre albedro: significa que la libertad es absoluta, que la voluntad libre no est determinada ni condicionada absolutamente por nada, ni siquiera en el momento infinitamente prximo a la decisin. Mientras ms busco en m mismo la razn que me determina, ms siento que no tengo ninguna aparte de mi voluntad: siento as claramente mi libertad, que consiste nicamente en efectuar tal eleccin El libre albedro es la capacidad que tenemos de hacer algo o de no hacerlo (Bossuet). La voluntad, en su eleccin, segn los creyentes en el libre albedro, no est condicionada ni por elementos de orden fsico ni por elementos de orden moral dictados por lo que consideramos como la mejor accin segn las circunstancias, ni por ningn gnero de razonamiento. El libre albedro es indiferente a todo, lo que explica su nombre tcnico completo: libre albedro de indiferencia. Los antiguos estaban evidentemente conscientes de la experiencia que consiste en deber elegir entre dos cosas porque, en primer lugar, nada externo al sujeto parece forzarle a tomar una u otra, y luego porque desde el punto de vista del sujeto y segn la situacin en la cual se encuentra, las dos cosas le parecen perfectamente indistinguibles, se equivalen segn todos los aspectos pertinentes. Cuando eso ocurre el sujeto decide eso es lo que se cree en un movimiento espontneo de su espritu. Este tipo de
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argumento fue presentado contra los estoicos, pero segn Plutarco, Crisipo lo descarta as: Estas personas cometen un acto de violencia contra la naturaleza al negarle la causalidad, y Plutarco nos recuerda que Crisipo cita los huesecillos, el astil de la balanza y tantos otros objetos cuya cada o inclinacin por un lado o por otro son imposibles sin una causa y una diferencia que se producen en esos objetos mismos o en las cosas exteriores. Puesto que no existe nada espontneo y sin causa, en el caso de las pretendidas contingencias imaginadas por algunos se deslizan causas escondidas, las cuales, sin que nos demos cuenta, atraen la voluntad a uno de los dos lados.3 Como se sabe, este tema de las causas escondidas a la conciencia, en su versin biolgica, ha sido elaborado con los medios tecnolgicos actuales en los experimentos de Benjamin Libet y en otros experimentos del mismo gnero que tienden a mostrar que un observador del cerebro de un decidor es capaz de prever la decisin que libremente cree tomar el decidor (se trata de un tema de actualidad cuya significacin y alcance son por ahora tema de controversia). Considrense las siguientes observaciones: (I) La indistinguibilidad al origen de un acto supuestamente espontneo es solamente epistemolgica: alguien, en un lugar y en un momento dados, es incapaz de percibir las diferencias entre dos cosas, lo que no significa necesariamente que en la realidad nada las distinga. No se puede pasar sin ms de nuestra ignorancia de la diferencia entre dos cosas a afirmar que la indiferencia es real. (II) Cualquiera que sea la naturaleza de un movimiento, se le considera como espontneo porque no se han encontrado sus causas escondidas. Estos dos primeros puntos son atribuibles a Crisipo. Por mi parte propongo que reconozcamos (III) que la crtica segn la cual es errneo progresar de nuestra ignorancia de las cosas a la ontologa es correcta, y (IV) que esta crtica es independiente de todo principio metafsico. (V) Por otra parte, el debate: causa versus espontaneidad es metafsico, indecidible, y lo es en este sentido preciso: podemos refutar la afirmacin que tal o cual movimiento es espontneo lo que significa sin causa interna ni externa si encontramos su causa. Sin embargo al contrario, si no encontramos su causa, no tenemos el derecho de afirmar que es espontneo puesto que toda verificacin es local y dependiente de nuestros medios naturales y artificiales de observacin. Lo nico que nos permitira afirmar de que hay un movimiento espontneo es algo imposible: la prueba de que nuestro conocimiento exhaustivo del mundo ha revelado un movimiento sin causa. (VI) Las opciones metafsicas se acogen y se profundizan en funcin de criterios como el valor en tanto que sistema global de la naturaleza, la capacidad de ordenar armoniosamente el conocimiento dado por las diferentes ciencias y humanidades y la generatividad, la capacidad de generar ideas. (VII) Al menos de acuerdo a estos criterios para la adopcin de una metafsica, aqulla que incluye el
Plutarque, Des contradictions des stociens, XXIII, in Les Stociens, Bibliothque de la Pliade, Gallimard, Paris, 1962.
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determinismo causal es preferible a aqullas que no lo incluyen y esto es as al menos por dos razones: primo, porque presupone que la naturaleza esta ordenada y que es, por lo tanto inteligible; secundo, porque el determinismo causal, en tanto que criterio de cientificidad, impone a la ciencia la bsquedad de causas. En efecto, o bien la ciencia es una bsqueda de explicacin determinista y causal, o bien se satisface con constatar legalmente hechos y regularidades que ocurren como por arte de magia. Y si se va a la bsqueda de causas, se estar llevado a elaborar teoras destinadas a explicar las regularidades y las leyes empricas muestra de la generatividad de la metafsica del determinismo causal puesto que los entes tericos son indispensables para hacerse una idea del estrato de los posibles desde donde sale lo actual.4 (VIII) Cuando nos enfrentamos a una eleccin entre dos cosas y nada consciente parece distinguirlas de manera a preferir una a la otra, es probable que la decisin se tome mediante una causalidad biolgica o psquica inconsciente ejerciendo, por ejemplo en las situaciones ms serias, nuestro instinto de supervivencia (una idea como sta ha sido sugerida, por ejemplo, por Ren Thom).5 2. Una doctrina radical de la libertad Desde Tales de Mileto hasta nuestros das el pensamiento occidental no conoce doctrina de la libertad ms radical que la de Jean-Paul Sartre.6 Su opinin es que nada dado condiciona la conciencia; al contrario, le parece que la conciencia es, pura y simplemente, una negacin de lo dado. El hombre nace libre, su libertad es la condicin de partida. De hecho, somos una libertad que elige, pero no elegimos ser libres: estamos condenados a la libertad. Por muy desprovisto de conocimientos, de capacidades y de bienes que sea el hombre, frente a cualquier situacin, por extrema que sea, puede siempre decir no. El comportamiento humano no est determinado por las condiciones fsicas porque la conciencia es un hoyo en el ser fsico, como Hegel lo haba postulado. El espritu humano es una nada una nada curiosamente muy activa. Tampoco est el hombre determinado por el cuerpo, ni por su pasado, ni por la sociedad en que vive porque todo eso tiene que ser asumido. Y si a alguien no le gusta su pas ni su idioma ni la cara que tiene, puede cambiarlos. El pasado, en un momento dado, era su futuro, y fue elegido, as como en el momento en que el lector tiene estas lneas ante sus ojos, elige lo que maana ser su pasado. El pasado del hombre no existe como un bloque macizo indiferenciado sino que se compone de una serie de eventos presentables a una memoria que los interpreta en funcin de lo vivido en el presente. El significado
A propsito de la relacin entre lo posible y lo actual y en particular a propsito del determinismo causal, quisiera que se retuviera tambin mi idea segn la cual la bsqueda de determinismo causal es el principal criterio de inteligibilidad y de cientificidad, tesis expuesta en varios lugares, y en espaol en mi artculo La reduccin de lo posible, in Theoria, 59: 233-252 (2007). 5 En espaol se puede leer, por ejemplo, Proceso al azar, editado por J. Wagensberg, Tusquets Editores, Barcelona, 1986, pp. 204-205. 6 Jean-Paul Sartre, LEtre et le nant, 1943.
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del pasado Bergson antes que Sartre haba insistido sobre este punto depende de la manera como el hombre percibe o interpreta su presente y de sus proyectos, razn por la cual las mismas huellas del pasado, como las fotografas familiares de nuestra niez o los aromas de antao, no significan lo mismo en situaciones diferentes ni en cada etapa de nuestra vida. En tanto que lmites externos de la vida, el nacimiento y la muerte no determinan lo que hacemos al interior de ellos. De acuerdo a la conocida frmula sartreana, slo la libertad limita la libertad, ya sea que se trate de la aplicacin de mi propia libertad sobre m mismo, como ocurre cuando me someto a las exigencias de mis proyectos libremente elegidos, ya sea que se trate de la aplicacin de la libertad de una persona a otra. Hay quienes son tan sensibles a la influencia de los otros sobre nosotros, como el matemtico intuicionista L.E.J. Brouwer, que ya el acto de dirigirse a alguien con la palabra, como yo lo hago en este momento, es vivido como un atentado contra la libertad. Puesto que el hombre quisiera ser dios, absolutamente libre, el infierno son los otros. La libertad absoluta, contina Sartre, no es fuente de felicidad sino de angustia: estamos condenados a elegir, lo que hacemos, lo ms a menudo, sin conocimiento de causa. A pesar de eso estamos obligados a comprometer a cada paso nuestra responsabilidad y estaramos contentos de sacarnos de encima este peso insoportable. Por eso adoptamos a menudo un rol social que nos lleva, por ejemplo, a votar de tal o cual manera en funcin de nuestra pertenencia a un grupo social. El rol social, al suprimir la responsabilidad personal, piensa Sartre, cosifica: es la mala fe. Es porque la vida libre y responsable es insoportable que la mala fe est omnipresente, excepto en el hroe. El hombre es una pasin intil porque siendo una nada, un hoyo en el ser (en el mundo fsico), vive sin embargo haciendo todo lo posible por llegar a ser algo (de ah la bsqueda de cosificacin de la persona mediante la mala fe), lo que ocurre slo al morir en el momento en que las fuerzas vitales pierden inexorablemente la batalla contra las fuerzas fisicoqumicas: entonces el sistema humano se desmigaja y sus componentes encuentran de nuevo su lugar en el mundo fsico desde donde salieron (Einstein: la vida es una deuda que se termina por pagar). En primer lugar, si la teora sartreana se presenta como una teora global, entonces est incompleta porque no tiene en cuenta las libertades positivas y relativas. Estas dependen de factores diferentes: la herencia gentica, la calidad del entorno fsico y cultural, la educacin, el talento personal, etc. Luego para tener o ser una libertad absoluta nada debe condicionar la libertad. Sartre lo asume. Adems hay para l una separacin ntida entre lo fsico y lo mental, y la afirmacin segn la cual la conciencia es una nada significa que no es nada fsico. Pero entonces, como lo dije recin, esta nada es muy activa puesto que la vida de la conciencia y la vida moral seran la obra de una nada, lo que es inverosmil. De hecho, y de acuerdo a un gran principio racional
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antiguo transmitido por Lucrecio, nada sale de la nada ni va hacia la nada.7 La idea de Sartre es por lo tanto irracional, o, si se quiere, est mal expresada y en todo caso presupone el dualismo cartesiano del cuerpo y de la conciencia, doctrine difcil de sostener. Por otra parte hay que reconocer que la intencin moral que anima esta teora exagerada de la libertad sartreana es laudable porque una vez ms, como Scrates, el filsofo actu como una avispa aguijoneadora de conciencias durante un perodo muy sensible de la historia contempornea francesa: haba que incitar a los compatriotas a luchar contra el invasor. Pero otra cosa es el valor cientfico exacto de la teora sartreana, y desde ese punto de vista su teora es criticable. He aqu algunos comentarios aplicables a toda creencia en la libertad absoluta. Mi primera observacin destaca la dificultad que se encuentra en el momento de concebir una conciencia incondicionada. La libertad absoluta, escribe Andr Lalande, que podra llamarse metafsica, principalmente en cuanto se opone a la naturaleza, consiste en una especie de paso al lmite: se representa la accin como si estuviera liberada sucesivamente de tal y cual orden de causas hasta que llegue a ser extranjera a todos los rdenes de causas a la vez, sean cuales fueran esos rdenes. Pero la legitimidad de esta operacin es muy contestable.8 Es, como lo he dicho en repetidas ocasiones, incomprensible que la libertad sea un hoyo o un vaco en el tejido de causas que ordenan el mundo. Por qu milagro todas las leyes, todas las fuerzas y todas las interacciones naturales se detendran precisamente donde comienza la persona humana para dejar el lugar a una voluntad absolutamente autnoma? Y dnde comienza y dnde termina la persona humana? Ntese que hay una libertad relativa: es posible distinguir grados de libertad porque somos ms o menos libres en la medida en que conseguimos independizarnos de tal o cual condicin fsica u obligacin, as como ganamos en libertad a medida en que somos capaces de utilizar las leyes para realizar un fin u otro. No todos somos igualmente imaginativos para aprovechar lo que sabemos o lo que tenemos, y no todos imaginamos las mismas cosas de la misma manera. Es verosmil que el ser humano sea una excepcin en el universo; no es acaso ms razonable pensar que este sistema tan complejo expresa condiciones y causas matemticas, fsicas, biolgicas, psquicas y sociales? Si la libertad es absolutamente incondicionada, absolutamente a-causal, verdaderamente espontnea, sin ningn vnculo con nada, entonces no slo es inexplicable e indefendible, es tambin inefable, indescriptible. Se llama libertad, escribe Bergson, la relacin del yo concreto con el acto que realiza. Esta relacin es indefinible, precisamente porque somos libres: se analiza en efecto una cosa, pero no su progreso; se descompone una extensin, pero no
Lucrecio, De natura rerum, I, 206 ; 249-250. Andr Lalande, comentario al trmino libertad in Vocabulaire technique et critique de la philosophie, 11e d., P.U.F., Pars, 1972.
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una duracin [dure] por eso toda definicin dar la razn al determinista.9 Rindamos homenaje a la lucidez de Bergson cuando dice que la libertad es una relacin indefinible. Propongo sin embargo las siguientes observaciones: (I) va quedando claro que yo no dira, como Bergson, que la libertad existe y que es indefinible, sino ms bien que si existiera, entonces lo sera. (II) Bergson implica que una definicin de un hecho es un anlisis en elementos discretos y afirma que slo se pueden descomponer las cosas extensas, mientras que la libertad es una duracin continua, de donde se sigue que la libertad no es definible. Pero yo sugiero por mi parte que la eleccin es tal vez representable geomtrica y fsicamente, como lo propuso por ejemplo Jean Boussinecq,10 por un punto de bifurcacin, el punto del espacio de fases donde la trayectoria de un sistema es atrada por ms de un atractor. De los puntos de bifurcacin emergen diferentes soluciones. Esta especulacin debe ser completada con la idea contrario a lo que pensaba Boussinescq, y l no es el nico de que una vez que el sistema llega a tal punto crtico, hay causas, por nfimas que sean, que lo empujan a seguir una rama en lugar de otra (volveremos a la nocin de bifurcacin ms adelante). Lo anterior era mi primera observacin sobre la idea de libertad absoluta. Mi segundo comentario llama la atencin sobre la dificultad que existe en concebir la libertad dada la influencia del inconsciente y de la preconciencia en el comportamiento humano. No es raro que alguien, en posesin de conocimientos pertinentes y capaz de tomar distancia con respecto a los aspectos emotivos de lo que est en juego en sus decisiones, tenga la impresin de controlar una situacin a tal punto que si en un momento dado se enfrenta a varias posibilidades, su decisin le parezca depender slo de su libertad. Pero una modificacin de la situacin, por ejemplo en el estado de salud, basta para que la distancia emocional disminuya, y con ella, la aplicacin racional del conocimiento. En este caso la decisin libre se nos escapa y tenemos la impresin de que una mano invisible gua la accin. Las sorpresas no faltan: tal persona se crea fuerte o valiente ante la enfermedad o ante cualquier peligro, pero cuando los enfrenta, se descubre angustiada y desprovista de firmeza, lo que enturbia sus decisiones. Pero la salud perfecta y sobre todo la distancia emocional y el conocimiento pertinente son un estado ideal, terico; la ausencia de perfeccin real en la distancia emocional resulta de la existencia de componentes inconscientes, opacos, y cmo estar seguro de poseer el conocimiento pertinente? No hay una frontera estricta entre estos componentes de la libertad, distancia emocional, conocimiento pertinente esenciales pero raramente explicitados y su ausencia parcial: es una cuestin de grado de presencia. Y hay en el grado de presencia una variacin de un momento a otro. Estas observaciones acerca del comportamiento humano revelan la ingenuidad de la afirmacin cartesiana segn la cual
Henri Bergson, Essai sur les donnes immdiates de la conscience, 1889, p. 167. Jean Boussinescq, Sur la conciliation du vritable dterminisme mcanique avec lexistence de la vie et de la libert morale, Pars, 1878.
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la libertad es una experiencia evidente y su poder de conviccin se ve as muy disminuido. La conclusin que se impone es que las decisiones no son nunca el resultado de una libertad absoluta, de una conciencia capaz de escaparse de todas las causas y de todos los motivos simultneamente, sino que las decisiones son guiadas por condiciones, por limitaciones y por causas constitutivas de los diferentes estratos de la persona humana. Mi tercera observacin es de orden moral. Cmo entender que la voluntad no est condicionada por obligaciones morales? Antes de actuar moralmente, hay una deliberacin, una serie de razonamientos. Sin embargo la voluntad, segn los partidarios del libre albedro de indiferencia, puede hacer caso omiso del resultado de la deliberacin. Ahora bien, la idea de que el libre albedro es indiferente a la fuerza de todo razonamiento es una defensa desatinada de la libertad porque la indiferencia a la lgica del razonamiento desplaza la libertad fuera del campo de la moral. Para qu sirve una libertad sin responsabilidad?11 Para un ser racional, la indiferencia no tiene un rol noble en los asuntos humanos en la medida en que refleja ignorancia: La gracia divina y el conocimiento natural, escribe Descartes, lejos de determinar mi libertad, ms bien la aumentan y la fortifican. De manera que esta indiferencia que siento cuando no soy llevado a un lado ms bien que a otro por el peso de ninguna razn, es el grado ms bajo de libertad, y revela ms bien una falta de conocimiento que una perfeccin de la voluntad, ya que si yo conociera siempre claramente lo que es verdadero y lo que es bueno, nunca tendra ninguna dificultad para deliberar qu juicio y qu eleccin debera hacer, y sera por lo tanto completamente libre sin ser nunca indiferente.12 Santayana: Creo que la recta conciencia en una criatura natural no puede ser nada ms que autoconocimiento, por el cual el hombre descubre su propia naturaleza y el bien sobre el que se asienta; del mismo modo, que el margen de libre eleccin e iniciativa para un hombre inteligente es excesivamente estrecho, y se estrecha an ms a medida que el campo de su competencia se ensancha y su ciencia se completa, y que todas las artes son iluminadas y dirigidas por la naturaleza segn su bien natural.13 Al sentido comn y a los partidarios de la libertad absoluta les cuesta aprobar la idea racionalista segn la cual ser libre significa: seguir lcidamente los rieles de la necesidad. En todo caso, por razones cientficas y morales, es evidente que hay que sacar la libertad absoluta o el libre albedro de indiferencia del pedestal donde han sido puestos. Habiendo expuesto y explicado ya un cierto nmero de cosas importantes sobre la libertad, abordamos ahora la nocin de universo causalmente determinado.
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Ver, por ejemplo, Charles Renouvier, Les Dilemmes de la mtaphysique pure, Pars, 1903, Cap. IV, Le dterminisme. La libert. 12 Descartes, Meditacin cuarta. 13 Jorge Santayana, Dilogos en el limbo, VII, 1925; edicin Tecnos, Madrid, 1996, p. 102.
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3. Idea de un mundo causalmente determinado No hay que confundir determinismo y causalidad. En su sentido moderno, no todo determinismo implica causalidad, mientras que toda causalidad implica, en principio, el determinismo. En efecto, un determinismo puede ser slo legal, basado en leyes, y todas las leyes no son causales. Se supone que todos los eventos estn vinculados de tal manera que en un momento dado de la evolucin del universo hay un estado y uno solo que sea compatible con el anterior y con el posterior. Esta creencia est representada por la unicidad de soluciones de algunas ecuaciones. Dejemos de lado por ahora las complicaciones matemticas que surgen (las bifurcaciones, la sensibilidad a las condiciones iniciales, etc.) cuando se quiere prever o retrodecir tales estados nicos por medio del clculo. Por su parte, el determinismo causal se caracteriza especificando que los acontecimientos del universo estn vinculados causalmente. Recordemos que en fsica relativista, de acuerdo a la geometra del espaciotiempo, todo no est conectado con todo puesto que un sistema, en un momento dado, slo puede recibir la influencia de lo que se encuentra al interior de su cono de luz del pasado. Dicho eso, un determinismo causal se describe necesariamente con un formalismo, sea el lenguaje natural suficiente para la expresin de la casi totalidad de la experiencia humana, sea la matemtica. Llamemos al primero: determinismo causal del sentido comn, y al segundo: determinismo causal cientfico. Una vez fijadas estas ideas, transcribo in extenso la mejor descripcin del determinismo causal moderno: Todos los eventos, aqullos mismos que por su pequeez parecen no cumplir con las grandes leyes de la naturaleza, son una serie de tales leyes tan necesaria como las evoluciones del sol. En la ignorancia de los lazos que los unen al sistema entero del universo, se les hace depender de causas finales o del azar, segn ocurran y se sucedan con regularidad o sin orden aparente; pero estas causas imaginarias han ido retrocediendo continuamente con los lmites de nuestros conocimientos, y desaparecen completamente ante la sana filosofa, que no ve en ellas otra cosa que la expresin de la ignorancia en la que nos encontramos de las verdaderas causas. Los eventos actuales tienen con respecto a los precedentes un vnculo fundado sobre el principio evidente de que una cosa no puede empezar a ser sin una causa que la produzca. Este axioma, conocido bajo el nombre de principio de razn suficiente, se extiende a las acciones mismas que se juzgan indiferentes. La voluntad ms libre no puede sin un motivo determinante darlas a luz; puesto que si, en el caso en que todas las circunstancias de dos posiciones fueran exactamente parecidas, ella actuara en una y se abstuviera de actuar en la otra, su eleccin sera en efecto sin causa: sera entonces, dice Leibniz, el azar ciego de los epicreos. La opinin contraria es una ilusin del espritu quien, perdiendo de vista las razones fugitivas de la eleccin de la voluntad en las cosas indiferentes, se persuade de que se determin ella misma y sin motivos.
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Debemos por lo tanto considerar el estado presente del universo como el efecto de su estado anterior y como la causa del que le seguir. Una inteligencia que en un instante dado conociera todas las fuerzas que animan la naturaleza y la situacin respectiva de los seres que la componen, y si fuera adems lo suficientemente vasta como para someter estos datos al anlisis, abarcara en la misma frmula los movimientos de los cuerpos ms grandes del universo y aqullos del tomo ms liviano: nada sera incierto para ella, y el porvenir, como el pasado, estara presente a sus ojos. El espritu humano ofrece, en la perfeccin que ha sabido dar a la Astronoma, un dbil bosquejo de esta inteligencia. Sus descubrimientos en Mecnica y en Geometra, juntos a aqul de la gravitacin universal, le han permitido abarcar con las mismas expresiones analticas los estados pasados y futuros del sistema del mundo. Aplicando el mismo mtodo a otros objetos de sus conocimientos ha conseguido resumir en leyes generales los fenmenos observados y prever aqullos cuya eclosin tiene que ser provocada por ciertas circunstancias dadas. Todos estos esfuerzos en la bsqueda de la verdad tienden a aproximarlo sin cesar a la inteligencia que acabamos de concebir, pero de la cual quedar siempre infinitamente alejado. Esta tendencia propia de la especie humana es lo que la hace superior a los animales, y sus progresos en este gnero distinguen a las naciones y a los siglos y constituyen su verdadera gloria.14 Esta pgina inspirada de Laplace del comienzo de su Ensayo filosfico sobre las probabilidades mereca ser citada y su comentario detallado dara para escribir varios gruesos volmenes, pero mi objetivo no se compara con esa tarea y se trata aqu slo de dar una idea, sacada de esta concepcin, de lo que es un mundo causalmente determinado.15 Ntese que el determinismo causal ms estricto conocido, el de Laplace, aparece afirmado en un ensayo sobre las probabilidades, y esto es as porque las probabilidades clsicas son perfectamente deterministas con respecto a una clase de fenmenos (pero no con respecto a cada elemento de la clase). Una vez dadas las premisas del razonamiento probabilista, las conclusiones siguen con necesidad. Por ser deterministas con respecto a una clase de fenmenos, el determinismo probabilista es simplemente menos fuerte que el determinismo con respecto a cada fenmeno individual. No hay entonces que caer en el error tan corriente consistente en asociar las probabilidades al indeterminismo.
Pierre-Simon Laplace, Essai philosophique sur les probabilits, Mme. Vve. Courcier, Pars, 1814, edicin Christian Bourgois, Pars, 1986, pp. 32-33. 15 He hecho algunas observaciones sobre el mundo newtoniano presupuesto por el determinismo laplaciano, as como sobre la manera en que este determinismo puede ser considerado al interior de la fsica relativista y de la mecnica cuntica en mi ensayo El Demonio de Laplace, in Philosophie de la nature, Ellipses, Paris, 2000.
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En lo que respecta a la causalidad, se estipula en la concepcin laplaciana que los estados o estratos del universo forman una serie causal: el estado presente es el resultado necesario de la configuracin causal del pasado, el efecto del estado inmediatamente precedente. El universo es causalmente continuo, un todo compacto de causas eficientes donde no hay lugar ni para el azar, ni para la contingencia, ni para la finalidad trascendental. En cambio esta clase de determinismo causal hace que las causas eficientes y las causas formales sean compatibles en el sentido en que las causas formales son matemticas puesto que el mundo, en su evolucin, tiende hacia un orden algebraicogeomtrico. Y lemos que slo la ignorancia de causas permite concebir un mundo no causal. En cuanto al determinismo: el demonio o inteligencia laplaciana es en principio capaz de preverlo todo y de retrodecirlo todo. Para esta inteligencia el mundo est matemticamente determinado. En efecto, el determinismo es aqu la hiptesis cientfica y matemtica precisa segn la cual lo que est completamente determinado es la solucin de ecuaciones y los estados del mundo representados por esas soluciones. Eso implica condiciones estrictas, difciles de conseguir y en algunos casos imposibles de satisfacer: la localizacin puntual en el espacio y en el tiempo de cada cuerpo, b) la definicin matemtica de estos cuerpos, c) la obtencin de magnitudes desconocidas que dependen de un nmero finito de variables independientes, y d) la descripcin de toda evolucin o transformacin mediante un conjunto de ecuaciones o de leyes correspondientes al nmero de magnitudes desconocidas. Este determinismo sera verificable a condicin de conocer, por una parte, su estado inicial, es decir, la situacin del mundo en un momento dado, la localizacin respectiva de todos los cuerpos, y por otra, las leyes de evolucin de los fenmenos. Ahora bien, la incapacidad en la que nos encontramos de conocer con exactitud infinita el estado del mundo en un momento dado como lo demuestran las relaciones de indeterminacin en mecnica cuntica (volveremos sobre este punto), la imposibilidad de definir matemticamente todo lo que compone un sistema natural y la incompletud de nuestro conocimiento de las leyes de evolucin de todo lo que existe, impide que tengamos el pasado y el porvenir presentes a nuestros ojos. En cuanto a la libertad, Laplace menciona el principio de razn suficiente. Segn Leibniz, nada sucede sin causa o al menos sin razn determinante, es decir, que pueda servir para dar cuenta a priori por qu algo existe en vez de no existir y por qu eso es as en vez de ser de cualquier otra manera.16 La voluntad est condicionada por una causa, por una razn o motivo, es imposible que acte en discontinuidad absoluta con todo lo interno y lo externo al sistema humano. En consecuencia el libre albedro, como las diferentes formas de azar y de indeterminismo, es una ilusin, el resultado de la
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ignorancia de causas. (El azar, en tanto que evento aleatorio, es objeto de conocimiento determinista en la medida en que est presidido por las leyes del azar, es decir, por el clculo de probabilidades). Desde el punto de vista de la fsica, los desafos ms difciles que el determinismo causal laplaciano debe enfrentar vienen de la mecnica cuntica. (I) Se estipula en esta teora la existencia de un salto cuntico de un estado a otro, de un cambio en un sistema, por ejemplo, en un tomo o en una molcula. Este cambio de estado no tendra ninguna causa, ni interna ni externa. (II) Luego se tiene este resultado definitivo, las relaciones de indeterminacin de Heisenberg: en una palabra, es imposible conocer, con una exactitud ilimitada, la posicin y la cantidad de movimiento de una partcula, y el hecho de conocer con exactitud la energa de una partcula impide conocer con exactitud la duracin del fenmeno.17 (III) Finalmente, la concepcin objetivista de las probabilidades es corriente en mecnica cuntica: la naturaleza sera intrnsecamente probabilista, las partculas seran individualmente probabilistas y las probabilidades no seran el resultado de la ignorancia de causas exactas porque las causas no existen. Sea como fuere, las relaciones de indeterminacin significan un lmite definitivo a las pretensiones deterministas de la inteligencia laplaciana en la medida en que la primera condicin de su determinismo es el conocimiento exacto del mundo en un instante dado. Acabamos de ver que eso es imposible. Pero es importante entender correctamente que lo nico que est disminuido es la previsin. Disminuido y no suprimido porque hay definiciones, leyes y previsiones estadsticas. Quedamos entonces en presencia de una descripcin debilitada para nosotros de un determinismo causal el cual, en s, puede ser fuerte. A partir de estos lmites epistemolgicos no podemos afirmar que ontolgicamente las cosas sean as. Tal vez todava es posible argumentar, como Grete Hermann lo hizo, que ni la causalidad ni la retrodiccin se ven necesariamente afectadas por las relaciones de indeterminacin porque al parecer, una vez ocurrido un fenmeno cuntico, se puede conocer la serie causal que lo produjo. Para constatar un fenmeno cuntico hay que medirlo con aparatos que pertenecen a la fsica clsica, y lo que queda registrado es as el efecto de los fenmenos cunticos que actan como causas. Es imposible hacer una previsin causal en tiempo real, en cambio sera posible, segn Hermann, retrodecir la serie causal cuntica mediante un argumento hacia atrs.18 As esto no lo dice Hermann extrapolando a nuestros tiempos el optimismo laplaciano, sera por ignorancia que se cree en el salto cuntico. El determinista causal hace notar que los conceptos de base de la mecnica cuntica no son claros y que ser siempre posible hacer un esfuerzo de imaginacin conducente a
Werner Heisenberg, Les principes physiques de la thorie des quanta, 1930, edicin Gauthier-Villars, Pars, 1932. 18 Grete Hermann, Les fondements philosophiques de la mcanique quantique, Vrin, Pars, 1935, p. 93.
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encontrar un espacio causalmente determinado subyacente al espacio de indeterminacin. Los lmites de la fsica y de la experimentacin no son necesariamente los lmites del conocimiento terico y de las posibilidades matemticas. Las condiciones del Demonio son tan difciles de satisfacer que no le costara mucho al defensor de la libertad mostrar que su creencia en ella no est refutada por lo demostrable en fsica. Le bastara, por ejemplo, con llamar la atencin sobre la ausencia de matematizacin o de previsin exacta constatable ms all de algunos dominios de la fsica. Por eso el desafo ms robusto a la libertad es ms bien de naturaleza racional, nuestra incapacidad de concebir un fenmeno sin causa, cuestin de hecho (y no de palabra) perteneciente a la ontologa, mientras que los problemas del determinismo son un asunto de modelos y de clculos pertenecientes a la epistemologa. Puesto que el conocimiento del universo no est nunca completo, no es posible afirmar la ausencia total de causas, y nada impide a priori que all donde hay slo probabilidades en el futuro se encuentre un modelo determinista ms fuerte, por ejemplo, un modelo geomtrico. La naturaleza no equivale a la experiencia que tenemos de ella. Postular que lo real en s es idntico a lo real en tanto que conocido o representado es cometer lo que he llamado la falacia de la representacin. Este error, fcil de identificar, es sin embargo corriente (entre muchos otros, Feynman y Popper lo han cometido). Dije que de la incapacidad en la que nos encontramos de prever no es posible concluir al indeterminismo en las cosas mismas. En cambio cuando un modelo determinista fuerte es exacto, se tiene el derecho de afirmar que lo real representado est determinado. Hay aqu entre lo real y lo epistemolgico al menos una equivalencia sintctica, de forma o de estructura: el modelo implica lo real y lo real implica el modelo. Hemos visto que hoy las dificultades ms agudas de la visin determinista causal son aqullas presentadas por la mecnica cuntica. Esta observacin est lejos de quitarle todo aspecto enigmtico a nuestro sentimiento de libertad. Examinemos por lo tanto la relacin entre la fsica, el cerebro y la libertad. 4. La libert, lesprit, le cerveau et la physique Algunos filsofos, por ejemplo Charles S. Peirce y Wiliam James, creen que el mundo fsico est indeterminado. Si por evento indeterminado quieren decir imprevisible, incalculable, sistema no integrable, tienen razn puesto que ya en fsica clsica, que presupone el determinismo causal, se encuentran ejemplos de tales sistemas. Pero su opinin es que el mundo fsico est indeterminado en s. En el siglo XX y a escala de lo muy pequeo, acabamos de recordarlo, la teora cuntica, segn algunos, parece haber apoyado este creencia. Para quienes el mundo fsico no est determinado en s el problema ya no consiste en encajar la libertad humana en un
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mundo fsico determinado porque no habra determinismo en ninguno de los estratos de los sistemas. Se supone que la mecnica cuntica es la base de todo conocimiento y que por lo tanto lo que es verdadero en ella es necesariamente verdadero en los otros estratos y ciencias de la naturaleza. Por mi parte no estoy de acuerdo ni con la suposicin ni con su conclusin, pero no me detengo a discutir esto ahora. Quisiera llamar la atencin sobre lo siguiente: asumiendo por un instante que el indeterminismo fsico existe, no es evidente que la libertad sea derivable de l. Es imaginable que el indeterminismo fsico, si existe, sea en ciertos casos una condicin necesaria de la decisin libre, pero no su razn suficiente. Lo fsico y lo psquico son niveles diferentes de emergencia. Considrese al menos esta diferencia capital entre el indeterminismo fsico y la libertad: mientras que por una parte el indeterminismo fsico y el azar in re son nociones negativas incapaces de servir de base para la construccin de algo positivo, por otra parte se concibe la libertad como algo positivo. En cuanto a lo negativo del indeterminismo o del azar: afirmar, por ejemplo, que ellos dan cuenta de la variedad natural, es una ilusin, una pseudoexplicacin. La primera condicin exigible a todo explanans es que sea inteligible, cmo podra entonces el azar o el indeterminismo, siendo ellos mismos ininteligibles, explicar algo? No se puede dar lo que no se tiene. En cuanto a lo positivo de la libertad: estando esencialmente vinculada a la responsabilidad, se espera de ellas que ayuden a la persona a construirse y que contribuyan en particular a la composicin de un orden moral y social. El problema de la relacin entre la libertad y el mundo fsico no se presenta de la misma manera para los monistas (todo lo que existe es de una misma materia o de un mismo gnero: fsico, espiritual, o constituido de un elemento neutro) y para los dualistas (el cerebro y el espritu son habitantes de dos mundos diferentes). El monista que cree en la libertad necesita encontrar una continuidad entre lo fsico y lo mental, y de ah viene su inters en probar el indeterminismo fsico. El dualista es indiferente al estado del mundo fsico, tanto a su determinacin como a su carcter cerrado, porque el espritu es un extranjero en el mundo fsico: su libertad pertenece a otro orden de cosas. El dualismo protege la libertad del espritu al menos contra toda influencia material, lo que no excluye que alguien, siendo dualista, piense que su espritu est inmaterialmente determinado. La libertad, si es real, despliega su existencia problemtica tanto a los monistas como a los interaccionistas. Para estos ltimos el cerebro y el espritu son entidades de orden diferente que interactan causalmente. La coherencia obliga al monista cuya opinin es que el mundo fsico est determinado causalmente, a negar la libertad, mientras que el problema principal del interaccionista consiste en probar que hay una interaccin causal entre el cerebro y el espritu al mismo tiempo que mantiene que la conciencia y el cuerpo pertenecen a mundos separados. En efecto, cmo entender la
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contigidad espaciotemporal, naturaleza tan distinta? Si necesariamente un borde espaciotiempo. Concluyamos subyacente.
indispensable a la relacin causal, entre dos objetos de dos objetos interactan, mientras interactan tienen comn, mientras interactan estn en un mismo entonces que el interaccionismo presupone un monismo
Algunos trabajos recientes19 muestran que incluso las teoras ms avanzadas sobre el funcionamiento del cerebro son incapaces de dar cuenta del proceso causal que va desde la anatoma y fisiologa del cerebro a la emergencia de la sensacin, primer nivel de la conciencia. No es que no se sepa describir el proceso causal que da nacimiento a las sensaciones una persona ciega podra ser un buen especialista del mecanismo del aparato visual sino que la sensacin, en tanto que sensacin, su calidad, queda sin explicacin. Gerald Edelman afirma que la ciencia no explica por qu el calor provoca una sensacin de calor, y lo peor es que agrega que no hay que interrogarse sobre esto.20 Si es verdad que la sensacin no es comprensible a partir de una cadena causal que comienza en lo fsico, qu posibilidad se tiene de entender la influencia de la libertad espiritual, si existe, sobre el cerebro, y vice-versa? Estos problemas tienden a probar lo que afirm al comienzo, a saber, que no tenemos, o que no tenemos todava, los conceptos adecuados para tratar estos temas. Retomemos las dificultades del dualismo. Al menos desde Descartes se ha hecho notar que las doctrinas interaccionistas no explican satisfactoriamente la interaccin; Afirmar que el cuerpo y el espritu son dos sustancias diferentes (Descartes) o dos mundos diferentes (Popper, Eccles) significa que el cerebro y el espritu no tienen un espacio comn. Cmo podra un ente no-material, el espritu, relacionarse causalmente con un rgano material, el cerebro? El espritu es inextenso y el cuerpo, extenso. Como se sabe, el lugar de encuentro es para Descartes la glndula pineal. El espritu acta sobre el cuerpo y el cuerpo sobre el espritu mediante los espritus animales, precursores de las seales electroqumicas de la biologa moderna. La fsica cartesiana hizo creer, durante un cierto tiempo, que la accin del espritu sobre el cuerpo no violentaba las leyes de la fsica porque se supona que el espritu habra podido intervenir sin crear movimiento en el cuerpo sino solamente modificando su direccin. Ahora bien, es esta distincin ntida entre el movimiento y su direccin que se modific con la nocin de cantidad de movimiento, y as la tentativa cartesiana fracas. En una actitud cartesiana, Bergson piensa que el artificio constante de la conciencia es utilizar para sus fines el determinismo fsico y la ley de la conservacin de la energa, obteniendo de la materia una fabricacin cada vez ms intensa de explosivos
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Ver, por ejemplo, Gerald Edelman, Neural Darwinism: The Theory of Neural Group Selection, 1987. Gerald Edelman, The Remembered Present, 1989.
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que son cada vez mejor utilizables. En ese caso basta con una accin sumamente dbil, como la de un dedo que presionara sin esfuerzo el gatillo de una pistola sin friccin, para liberar en el momento deseado, en la direccin elegida, la cantidad ms grande posible de energa acumulada.21 Pero estas palabras no convencen: en el mundo sensible que es el nuestro no existe presin sin energa ni pistola sin friccin. No se ve entonces cmo la conciencia podra actuar sin violentar el principio de conservacin de la energa. Es slo en un universo en parte ficticio, como lo es el de la mecnica racional, que se conciben fenmenos puros, matemticos. Ah adems la influencia de los aparatos de medida sobre los fenmenos medidos es considerada como integralmente reducible, contrariamente a lo descubierto en mecnica cuntica. Qu vale una hiptesis como la de John Eccles, la cual, en continuidad con una idea de Henri Margeneau, estipula que el espritu es una entidad anloga a un campo cuntico probabilista ya que este campo estara desprovisto de materia y de energa? Margeneau escribe: En los sistemas fsicos muy complejos como el cerebro, las neuronas, los rganos de los sentidos, cuyos componentes son lo suficientemente pequeos como para estar presididos por las leyes de la probabilidad cuntica, el rgano material est en un estado indeterminado que lo deja accesible a un gran nmero de cambios posibles, y a cada uno se le puede atribuir una probabilidad; si se produce un cambio que requiere energa, o ms o menos energa que otro, el organismo complejo la proporciona automticamente. No sera verosmil que el organismo recurriese al espritu para abastecerse de energa Se puede considerar al espritu como un campo en el sentido que tiene este trmino en fsica. Pero en tanto que campo no material, aquello con lo cual presenta la analoga ms cercana es tal vez un campo de probabilidad.22 La idea es que el espritu actuara sobre un campo y este campo modificado actuara sobre el cerebro. Parafraseando a Bergson, digamos que para Margenau y Eccles el artificio constante de la conciencia es utilizar para sus propios fines el indeterminismo fsico. Pero por qu considera Eccles que las sugerencias de Margenau son una contribucin fundamental ?23 Qu se gana en comprensin al concebir que una entidad que se supone ser inmaterial, el espritu, es como un campo de probabilidad cuntico? Recordemos que un campo es un dominio en el cual un cuerpo es afectado por una fuerza como consecuencia de la presencia de uno o de varios cuerpos; es un mtodo para representar la manera en que los cuerpos son capaces de influenciarse, y esta representacin se efecta mediante la atribucin de una magnitud a cada punto del espacio. Un campo, en mecnica cuntica, existe en todo punto del espacio; es una entidad que regula la creacin y la aniquilacin de las partculas. Las partculas en fsica
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Henri Bergson, L'Energie spirituelle, 1919, reedicin Quadrige, 1990, pp. 35-36. H. Margenau, The Miracle of Existence, Ox Bow Press, Woodbridge, Conn., 1984, p. 97. 23 J. Eccles, Evolution du cerveau et cration de la conscience, 1989, edicin francesa Flammarion, Pars, 1994, p. 252.
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cuntica no estn generalmente situadas en un punto fijo sino que tienen una cierta probabilidad de encontrarse en cada posicin del espacio. Las partculas ltimas son vistas como niveles de energa, pero el estatuto material de la energa es oscuro. Hay varias clases de energa cuyo sustrato comn est dado, como se sabe, por una ley de conservacin: la energa aparece bajo formas diversas cuya suma, para un sistema aislado, queda invariante a travs de las transformaciones. As la energa parece ser una magnitud o cantidad relacional, por lo tanto una entidad de orden ms bien matemtico (o cuasi matemtico) que quedara invariable en el devenir del universo. En suma, el estatuto de lo que es material en la nocin de campo cuntico de probabilidad no est claro, y lo que no es de orden material parece ser de orden matemtico. Y dado que la nocin de campo cuntico de probabilidad mezcla el continuo y lo discontinuo, resulta legtimo preguntarse si no es preferible esperar la invencin de entidades o de representaciones matemticas de los fenmenos cunticos ms satisfactorias, ms coherentes, antes de sacar conclusiones sobre el supuesto contacto del espritu con su cerebro. En consecuencia, no es evidente que con la proposicin de Margenau se gane en comprensin. Para Eccles, as como para Bergson, Popper y muchos otros espiritualistas, el espritu controla y orienta al cerebro como el capitn conduce su navo, el cerebro es un instrumento del espritu. Siguiendo a Margenau, Eccles afirma, por hiptesis cuntica, que el rgano material, el cerebro, cuyos componentes son lo suficientemente pequeos como para estar presididos por las leyes de la probabilidad cuntica, est en un estado indeterminado. La naturaleza fundamentalmente indeterminada de un estado cuntico individual deja un espacio a la influencia de los poderes del espritu sobre los estados cerebrales. Eccles considera que ciertas regiones del cerebro estn al menos parcialmente abiertas a una lectura por parte del espritu, y que gracias a la nocin de campo cuntico de probabilidad que sirve de intermediario entre el espritu y el cerebro, el espritu es capaz de ejercer una influencia causal sobre el cerebro, imponerle su decisin libre: la intencin mental llega a ser neuralmente eficaz aumentando momentneamente la probabilidad de la exocitosis.24 Que se nos permita dudar del valor explicativo de la mecnica cuntica. Estara ms conforme a la realidad describirla como un formalismo, el cual siendo exitoso, tiene sin embargo una relacin oscura con la realidad subyacente. Por ejemplo qu representa exactamente psi, el vector de estado? Entre algunos de nuestros contemporneos, Roger Penrose est consciente de estas dificultades, y por eso en su propuesta de revisin de la mecnica cuntica menciona que la interpretacin positivista
F. Beck and J. Eccles, Quantum aspects of brain activities and the role of consciousness, Proc. Nat. Acad. Sci. USA, 89: 11357-11361 (1992). La exocitosis es el mecanismo mediante el cual la clula descarga una serie de grandes biomolculas a travs de su membrana. Entre las funciones importantes de este proceso estn la sealizacin y la regulacin (funciones nerviosas y endocrinas).
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de esta disciplina (sera esencialmente una regla de clculo) debe ser reemplazada por una interpretacin realista, pues, de no ser as, la afirmacin de que la fsica del cerebro es la fsica cuntica no lleva a ninguna parte. Penrose hace notar tambin que entre las propiedades insatisfactorias de la mecnica cuntica se encuentra una dualidad incoherente que consiste, por un lado, en describir los fenmenos cunticos segn una evolucin determinista y unitaria o evolucin de Schrdinger, mientras que por otro lado, cuando los procesos cunticos causan fenmenos clsicos (cuando hay reduccin del vector de estado, medida), entonces hacen su aparicin las probabilidades: Estamos ante un procedimiento extrao tratndose de una teora fundamental.25 El empleo de la fsica cuntica como base para la explicacin del indeterminismo y de la libertad es una estrategia casi contempornea del nacimiento de esta disciplina. Algunos cientficos han buscado correlaciones directas entre la fsica atmica y los fenmenos de la vida, incluyendo, en particular, el libre albedro. As segn Niels Bohr, es posible poner en evidencia algunas consecuencias biolgicas de la amplificacin de los fenmenos cunticos. Ejemplos de esto son la sensibilidad de la percepcin visual y la produccin de mutaciones de genes mediante las radiaciones penetrantes. Pero el fsico dans se muestra ms reservado cuando se trata de pronunciarse sobre la influencia de lo cuntico sobre algunos fenmenos vitales ms sutiles tales como los aspectos holsticos y teleolgicos del comportamiento del organismo. Para estudiar eso, de acuerdo al experimentalismo bohriano, habra que hacer experimentos y observaciones sobre la accin de los tomos. Pero habra que darse cuenta de que todo dispositivo experimental que permite examinar el comportamiento de los tomos que componen un organismo en la medida en que se puede hacerlo para tomos individuales en los experimentos fundamentales de la fsica atmica excluir la posibilidad de mantener este organismo en vida. Ms an, el intercambio incesante de materia inseparablemente vinculado a la vida implica la imposibilidad de considerar el organismo como un sistema bien definido de partculas materiales, tal como se las considera para dar cuenta de las propiedades fsicas y qumicas ordinarias de la materia.26 Adems Bohr y los fsicos atomistas, conscientes del hecho de que una observacin o medida introduce modificaciones importantes e irreversibles en el fenmeno observado o medido, imaginan que la misma situacin se producira si se intentara observar o medir el comportamiento de los tomos en el interior del organismo. Este testimonio de Bohr es una de las numerosas manifestaciones de la idea, tan cara de los romnticos, que la vida y la conciencia escapan a los mtodos analticos de la fsica: el intelecto, para conocer lo vivo, para analizarlo, est obligado a detener su
Roger Penrose, The Large, the Small and the Human Mind, Cambridge University Press, 1997, Ch. II. Niels Bohr, "Biology and Atomic Physics", Proceedings of the Galvani Congress, Bologne, 1937, Nuovo Cimento, 15: 429-438 (1937). Traduccin francesa in Physique atomique et connaissance humaine, Gauthier-Villars, Pars, 1961.
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impulso, a enjaularlo como un ave, o a matarlo y a fijarlo como lo hace el coleccionador con los insectos. Presupongamos un instante de que existe un indeterminismo cuntico en las cosas mismas. Cabe entonces preguntarse si este indeterminismo existente en uno de los estratos del organismo llega a ser, en otros de sus estratos, una indeterminacin macroscpica. Y especficamente es el organismo de la persona humana capaz de reforzar y amplificar el indeterminismo de su sustrato atmico? Es lo que piensan algunos. Esa es la opinin, por ejemplo, de P. Jordan quien imagina la existencia de dispositivos de refuerzo del indeterminismo de tal manera que el organismo pueda levantar barreras ante el determinismo que ordena el mundo material a nuestra escala.27 Esta especulacin es interesante, pero prefiero esta otra, ms de acuerdo con el determinismo causal: si los estratos biolgico y psquico estn regulados por leyes no veo cmo se podra probar lo contrario, entonces los tomos que los componen estn ordenados tambin por las leyes de la biologa y de la psicologa. Y para asegurar la armona orgnica que depende de estas leyes, stas imponen condiciones y limitan los grados de libertad de los componentes de esos estratos haciendo que ciertos movimientos sean imposibles. En consecuencia, si mi especulacin es verdadera, en un organismo no hay un indeterminismo cuntico reforzado y amplificado hasta convertirlo en la libertad humana, sino un determinismo causal complejo, complejo y dividido. Pinsese en las cuatro causas aristotlicas y en las lneas causales que bifurcan y que se entrecruzan. 5. La teora efectiva de la libertad y de la responsabilidad Stephen Hawking28 considera la previsin exacta del comportamiento como prueba objetiva ltima de la libertad: la previsin correcta sera la prueba de su inexistencia, la ausencia de tal previsin, la prueba de lo contrario. Hawking tiene muy en cuenta las relaciones de indeterminacin en el desarrollo de todos los fenmenos del universo desde el Big Bang, y puesto que el cerebro humano no escapa a la influencia de esas relaciones, hay en el comportamiento humano un elemento aleatorio ineliminable. Sin embargo, de acuerdo al astrofsico, la verdadera razn del carcter incalculable del comportamiento no se encuentra en el efecto cuntico: como las energas implicadas en el cerebro son dbiles, tambin es dbil el efecto de la incertidumbre cuntica. La razn sera ms bien la complejidad extrema del cerebro.
E. Meyerson, en Rel et dterminisme dans la physique quantique, cita la fuente siguiente: P. Jordan, Die Quantenmechanik und die Grundprobleme der Biologie und Psychologie, Die Naturwissenschaften, 20e an., fascicule 45, 4 nov. 1932, pp. 818-821. 28 Stephen Hawking, Black Holes and Baby Universes and Other Essays, 1993. Todas mis referencias son al captulo 13 sobre el determinismo.
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Aunque las leyes fsicas que lo gobiernan son, segn Hawking, sencillas, el nmero de partculas que est en juego es elevado, y en consecuencia, las ecuaciones son muy difciles de resolver (la dificultad es visible incluso a partir de un nmero reducido de partculas). En trminos dinmicos la situacin es considerable como un problema de los n-cuerpos (una vez dadas la posiciones y las velocidades de los cuerpos de cualquier masa las condiciones iniciales se trata de determinar, en cualquier instante, las posiciones y velocidades de estos cuerpos expuestos a su atraccin mutua). Ya el problema de los tres cuerpos no tiene solucin general mediante el mtodo de las cuadraturas integrales y en algunos casos la situacin es inestable o catica (Poincar): pequeas variaciones en las condiciones iniciales son seguidas de evoluciones muy distintas que impiden prever con exactitud la trayectoria de estos cuerpos. Pues bien, el cerebro contiene un alto nmero de partculas (alrededor de 10 potencia 26). Otros fsicos y matemticos comparan la complejidad del cerebro a aqulla de los flujos turbulentos, de sistemas presididos por ecuaciones no lineales con las cuales aparentemente se representan sistemas dotados de un nmero muy elevado de variables independientes y por lo tanto de un nmero igual de grados de libertad y de dimensiones. Es sorprendente constatar, como lo hizo Richard Feynman, que se necesite en principio un clculo infinito para describir lo que ocurrir en una pequea regin del espaciotiempo. Agreguemos que en lo concerniente al clculo del comportamiento de un organismo dotado de cerebro, el tener en cuenta la complejidad del cerebro es un elemento necesario pero no suficiente puesto que el comportamiento es tambin funcin de la intencionalidad, de las relaciones significativas, histricas y cambiantes que el organismo tiene con su entorno. En suma, hay una serie de obstculos insuperables para conocer, i.e. calcular, el comportamiento del cerebro. En primer lugar, la imposibilidad de aprehender su estado inicial a causa de las relaciones de indeterminacin. Luego el cerebro es sensible a las condiciones iniciales, lo que imposibilita el clculo del comportamiento aunque se tengan las ecuaciones fundamentales. Finalmente, el nmero de partculas involucradas en el clculo es sumamente elevado. Por otra parte, sobre la libertad y la responsabilidad Hawking hace una sugerencia interesante basada en una analoga con ciertos fenmenos fsicos. Cuando se enfrenta a una situacin demasiado compleja para ser prevista mediante el clculo de una manera corriente, un fsico no se queda paralizado: se las arregla para reemplazar el gran nmero de elementos por un reducido nmero de variables. As en la mecnica de fluidos, el agua y su alto nmero de molculas compuestas de electrones, de protones y de neutrones, es tratada como si fuera un medio continuo caracterizado por su velocidad, densidad y temperatura. Esta representacin aproximativa da resultados aproximativos pero incontestablemente tiles: permite, por ejemplo, formarse una idea de la evolucin de los fenmenos, as como concebir barcos y acueductos. Razonando por analoga, le parece a Hawking que la libertad y la responsabilidad moral son teoras
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eficaces en el sentido de la mecnica de fluidos. De acuerdo con lo que llama la teora efectiva de la libertad y de la responsabilidad estos conceptos seran astucias o atajos producidos por la evolucin biolgica, estratagemas que han hecho su aparicin porque la mayora del tiempo es imposible prever el comportamiento humano. Es imaginable que la creencia en la libertad tenga ventajas con respecto a la supervivencia de la sociedad. La opinin de Hawking, que comparto, es, primo, que es probable que el sentimiento subjetivo de elegir sea una ilusin; secundo, y de manera ms categrica, que todo est determinado. Pero dado que no sabremos nunca lo que est determinado, Hawking reconoce que no es muy significativo afirmar que todo est determinado, y que por lo tanto la proposicin contradictoria no es absurda. Esta es otra manera de concebir la compatibilidad entre el determinismo causal y la libertad: todo est determinado, incluso el comportamiento humano, pero por buenas causas o buenas razones biolgicas y sociales, la evolucin nos hace creer que somos libres. Por otra parte, la prueba objetiva ltima propuesta por Hawking para saber si la libertad existe, no convence. Su alusin al nmero de partculas del cerebro muestra que su criterio es la previsin cuantitativa precisa, como se predicen el instante y el lugar exactos de un fenmeno fsico como un eclipse lunar. Llamemos a esta prueba la previsin fuerte. Se trata de una coincidencia entre un nmero dado por un clculo y un nmero que resulta de una observacin. La previsin fuerte se lleva a cabo mediante un formalismo matemtico. En tales condiciones, Hawking tendra que estar de acuerdo para reconocer la imposibilidad de probar el carcter determinado del menor gesto animal y se podra concluir que los animales son libres. Por otra parte, el comportamiento de nuestro gato es a menudo previsible de una manera que llamaremos dbil en funcin de la familiarizacin adquirida con l (por ejemplo, conocimiento y distincin de diferentes maullidos) y de los conocimientos cientficos generales acerca de los gatos domsticos. En este caso, el determinismo es una coincidencia entre lo que se prev utilizando el lenguaje natural y lo que se observa. Propongo que si la presencia o ausencia de previsin es la prueba ltima del determinismo psicolgico o de la libertad, entonces la previsin debe ser tomada en sentido dbil. Digo esto porque es imposible describir matemticamente un gato en un momento dado, y es sta una de las condiciones sine qua non de la previsin exacta (en sentido fuerte) del comportamiento de un sistema. El criterio de Hawking, la previsin en sentido fuerte, es positivista: en efecto, el criterio fuerte de significacin cognitiva en las ciencias duras (cmo saber si lo que se afirma es verdadero o falso) es la comparacin de una prediccin numrica al resultado de una medida de un estado observable. Sin embargo en lo concerniente a los problemas de la conciencia, de la libertad y de la responsabilidad, otros criterios ms en acuerdo con las propiedades de la conciencia deben ser considerados. Despus de todo y al menos segn
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el estado actual de las categoras de la fsica, est claro que la conciencia no es un objeto fsico en medio de otros objetos fsicos. Imaginemos entonces un demonio, el Seor A: tiene sensibilidad social y est dotado de una capacidad extraordinaria de asimilacin de conocimientos, pero eso no es todo porque su propiedad notable es que siempre acta siguiendo la conclusin del mejor razonamiento basado en el mejor conocimiento disponible.29 En consecuencia si otro demonio, B, tan capaz y racional como A, tiene acceso a los rasgos de carcter de A y conoce las circunstancias en las cuales A acta, B prever la accin de A (con un grado elevado de probabilidad). Ahora bien, la previsin exitosa (en sentido dbil), no disminuir en nada el carcter libre del acto de A si este considera que ser libre significa ser maestro de s mismo.30 Los estoicos ensearon que nada, ni siquiera el hombre, es una excepcin al orden impuesto por la necesidad. El hombre virtuoso debe vivir siguiendo este orden racional, y para eso tiene que controlar sus pasiones. El control garantiza la paz espiritual a quien se conforma a la naturaleza. Se entiende fcilmente que esta acepcin de libertad sea chocante, en particular para sentido comn: por qu llamar libre al acto que resulta de un determinismo causal, por interiorizado, subjetivizado y asumido que sea? 6. La libertad es una necesidad interiorizada Queda por responder ahora a la pregunta sobre lo que puede ser la libertad en un mundo causalmente determinado. Lo que tengo en mente lo resumo en la expresin interiorizacin del determinismo causal, o, si se prefiere, subjetivacin del determinismo causal: se trata de la identificacin de nuestro yo con el determinismo causal. Y si se dijera que por definicin este sentido de libertad es inusitado y que hay que elegir entre la libertad, experiencia sin causas, y la necesidad, entonces los partidarios de la doctrina de la necesidad abandonamos la creencia en la libertad absoluta, reconociendo que no nos sentimos ni asfixiados ni aplastados por la necesidad interiorizada. De todas maneras nuestro comportamiento es imprevisible (en el sentido fuerte, tal como lo defin), lo que seguramente ayuda a los partidarios de la libertad absoluta a soportar la necesidad.
Es muy difcil definir el mejor razonamiento y el mejor conocimiento porque pueden aludir a valores o a nociones tales como el buen sentido o la bsqueda del bien para todos, lo que no se impone a todo el mundo con la misma fuerza. Me parece sin embargo que lo arbitrario es parcialmente reducible conociendo las observaciones edificantes de los grandes autores as como estando al da de lo esencial de las ciencias naturales y sociales. 30 Si en esta ficcin de la racionalidad del comportamiento todo acto es previsible sin suprimir la libertad absoluta del sujeto, entonces en este caso, y slo en este caso ficticio de racionalidad, se puede resolver el problema teolgico de hacer mutuamente compatibles la omnisciencia divina y la libertad de las personas.
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Segn Spinoza, para todo ser, actuar libremente, como una piedra en cada libre, significa actuar siguiendo su propia ley y sin condicin anormal. La ley y la condicin normal de la libertad de cada persona es el actuar segn lo que ella es, y lo que ella es resulta de un determinismo causal. Es libre la cosa que existe segn la sola necesidad de su naturaleza y est determinada por s sola a actuar.31 Esta idea ha sido retomada a su manera, entre otros, por Schopenhauer, por ejemplo en la observacin destacada en el epgrafe de este ensayo segn la cual el hombre hace siempre lo que quiere y sin embargo lo hace necesariamente.32 Otra versin de esta tradicin se encuentra en Russell: La libertad, en toda acepcin admisible, exige solamente que nuestras voliciones sean (lo que son) el producto de nuestros propios deseos, y no el producto de una fuerza extranjera que nos obligue a querer lo que no deseamos.33 Si uno siente que hace lo que quiere es porque su accin es la manifestacin de su ser peculiar. De lo que uno es se sigue todo lo que puede ser y la ilusin de libertad absoluta resulta en gran parte del hecho de que somos conscientes de actuar segn nuestros deseos, pero nuestros deseos estn causalmente determinados.34 De acuerdo a los testimonios precedentes salta a la vista que la libertad absoluta no tiene nada que ver con el indeterminismo cientfico ni con el azar sino con causas eficientes y, sobre todo, con causas finales. La libertad es estudiable, aunque no exclusivamente, dentro del marco de algunas interpretaciones mecnicas de la finalidad como los principios de lo ptimo, el principio de la accin mnima. La creencia en la libertad en tanto que ausencia de causalidad se debe a que la conciencia es incapaz de conocer todo lo que ocurre dentro o fuera del cerebro y que tiene una influencia en el comportamiento humano. La creencia en la libertad absoluta es hija de la ignorancia, por lo que a medida que aumenta el conocimiento, disminuye la fuerza de esta creencia. (Recordemos la idea del Scrates de Santayana segn la cual el margen de libre eleccin y de iniciativa para un hombre inteligente es excesivamente estrecho). Con escasa variacin, esta idea ha sido presentada por la larga serie de adherentes al determinismo causal. Si la experiencia de una libertad desprovista de toda causalidad es imposible, cmo explicar la fuerza de esta creencia expresada y prolongada por los sentimientos de responsabilidad, de culpabilidad o de orgullo? El conatus, principio segn el cual todo lo que existe se esfuerza por perseverar en su ser, est inconscientemente tan
Spinoza, Ethique, I, def. VII. Arthur Schopenhauer, Sobre la libertad de la voluntad, edicin Alianza Editorial, Madrid, 2000, pp. 157-158. 33 Bertrand Russell, La mthode scientifique en philosophie, edicin francesa Payot, Pars, 1971, p. 238. 34 Que la libertad es una ilusin producida por el hecho de que somos conscientes es un punto de vista bastante general. Entre muchos otros, tambin le pareci a Schelling que la ilusin de la libertad del entendimiento se debe a que el entendimiento hace todo lo que hace con conciencia. F.W.J. Schelling, Ideas for a Philosophy of Nature, edicin Cambridge University Press, 2001, p. 172.
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anclado en los organismos, que resulta sensato especular que estos sentimientos estn destinados a favorecer la existencia, la vida del individuo en sociedad. Estos sentimientos, productos de una clase de fe animal (recurro a la justa expresin que Santayana emplea en otro contexto), tienen un valor prctico de ayuda a la mantencin del orden social. Por ejemplo, en todos los casos, la sociedad tiene razn de apartar al criminal porque la sociedad debe preservar su existencia, y no porque el criminal haya usado mal su libertad absoluta. En cuanto a la modalidad: coherente con el determinismo causal, yo reconozco, con Diodoro, que slo lo que llega a ser real ha sido posible, y que todo lo que es real es necesario. Lo posible existe slo en nuestras mentes, y atribuir la posibilidad a los hechos reales es cometer una vez ms la falacia de la representacin. Schopenhauer explica la idea de la manera siguiente: los que creen que hay posibles que no se realizarn nunca confunden el dominio de la razn con el dominio de la intuicin. Lo real pertenece a este ltimo dominio. Supongamos que lo real sea que mi casa se incendia. Si se tiene en cuenta slo la idea abstracta de que las casas son incendiables, el incendio de la ma aparece como una contingencia, una posibilidad que habra podido no realizarse. Pero eso es slo una apariencia porque si se describen los eventos concretos que tuvieron lugar en mi casa, agregando por ejemplo que hubo un cortocircuito que inici el fuego junto a un material inflamable, entonces de acuerdo con el principio de razn suficiente el enunciado mi casa se incendia es la descripcin de un hecho que se sigue necesariamente de la proposicin universal todas las casas son incendiables y de la premisa menor el cortocircuito provoca el incendio en mi casa. Ahora bien, si la libertad expresa un determinismo causal y participa en l, para qu actuar? Qu sentido tiene decidir de una manera o de otra? Para tener una influencia en el curso de las cosas a la persona no le queda otra alternativa excepto creer que el universo no est determinado, que no existe de una sola pieza. Imaginemos que yo me enferme y que mi recuperacin o agravacin est causalmente determinada, para qu ver al mdico y seguir su consejo? La objecin es antigua, se trata del argos logos, del argumento perezoso.35 El nico punto que me interesa subrayar por el momento es que existe al menos una manera de neutralizar el argumento: mantener el determinismo causal universalmente, incluyendo la subjetividad, lo interior al sujeto. Mi proposicin es interpretable como una versin de los eventos confatales de Crisipo: Que hayas llamado o no al mdico, te mejorars, es se un sofisma, escribe Cicern en su informe sobre el argumento de Crisipo; pues est en tu destino tanto el hecho de llamar al mdico como tu recuperacin; estas son las cosas que Crisipo llama
Para tener una revisin reciente de este argumento vase, por ejemplo, Susanne Bobzien, Determinism and Freedom in Stoic Philosophy, Oxford University Press, 1998, captulos V y VI.
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confatales. As si alguien acta o no acta, convencido o no por el argumento perezoso, de todas maneras su comportamiento resulta de un determinismo causal mltiple y variado, de la necesidad interna que define la persona. Conclusin En suma, las alternativas son stas: O bien (I) se mantiene la creencia en el libre albedro en tanto que acto desprovisto de toda clase de causa simultneamente, pero entonces el acto es indescriptible y a fortiori inexplicable; o bien (II) se hace notar que no tenemos, o que no tenemos todava, las abstracciones adecuadas para pensar este problema, por lo que lo dicho acerca de l no puede sino ser provisorio u oscuro, lo que explicara su aspecto aportico; o bien y sta es la tesis que ha sido explicada y preferida en esta reflexin (III) se admite que el mundo, sin excepcin, est causalmente determinado y se concibe la libertad como una necesidad interiorizada. Recordemos que mi objetivo principal fue argumentar a favor de lo que llam al comienzo de este ensayo la Tesis 4: Todo lo que existe est perfectamente determinado por una red de causas mltiples, variadas y escindidas, idea cuyo problema principal es dar cuenta del sentimiento de libertad y de los otros sentimientos asociados a ella, en particular la responsabilidad. Finalmente, al buscar una significacin biolgica, psquica y social a la creencia en la libertad absoluta, he propuesto que tiene probablemente un valor en la constitucin del orden social. Bibliografa BERGSON, H., Essai sur les donnes immdiates de la conscience, 1889, incluido en uvres, Pars, P.U.F., 1959. BOBZIEN, S., Determinism and Freedom in Stoic Philosophy, Clarendon Press, Oxford, 1998. BOUSSINESCQ, J., Conciliation du vritable dterminisme mcanique avec lexistence de la vie et de la libert morale , 1878, reimpreso como complemento al Cours de physique mathmatique, Pars, tomo III, 1922. COURNOT, A. A., Matrialisme, vitalisme, rationalisme, Pars, 1875, edicin Librairie Hachette, Pars, 1923. ECCLES, J., Evolution of the Brain : Creation of the Self, 1989, versin francesa de Jean-Mathieu Luccioni, Fayard, Pars, 1992. ESPINOZA, M., Thorie du dterminisme causal, LHarmattan, Pars, 2006. LAPLACE, P.-S., Essai philosophique sur les probabilits, 1814, edicin Christian Bourgois, Pars, 1986. LARGEAULT, J., Principes classiques dinterprtation de la nature, Vrin, Pars, 1988. MEYERSON, E., Identit et ralit, Pars, 1908, edicin Vrin, Pars, 1951. RENOUVIER, Ch., Les dilemmes de la mtaphysique pure, Pars, 1901, edicin Librairie Flix Alcan, Pars, 1927.
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Miguel Espinoza
Dpartement de Philosophie Universit de Strasbourg 14 rue Descartes 67084 Strasbourg Cedex, France. E-mail: [email protected]
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