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FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA
XPOSICIN
DE RODILLAS
El sacerdote revestido expone el Santsimo Sacramento como de costumbre. Despus del canto del Pange lingua y la incensacin, se canta la oracin del ngel de Ftima.
MI DIOS, YO CREO, ADORO, ESPERO Y OS AMO. OS PIDO PERDN POR LOS QUE NO CREEN, NO ADORAN, NO ESPERAN Y NO OS AMAN.
ONICIN INICIAL
El Sacramento de la Eucarista es una anticipacin de la gloria celestial. La Iglesia sabe que, ya ahora, el Seor viene en su Eucarista y que est ah en medio de nosotros. Sin embargo, esta presencia est velada. Por eso, celebramos la Eucarista expectantes mientras esperamos la gloriosa venida de Nuestro Salvador Jesucristo pidiendo entrar en su Reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de su gloria. El tiempo de Adviento comenzado el domingo pasado nos invita a renovar este esperanza haciendo vivo en nosotros el deseo de la Iglesia que clama: Maranath, Ven, Seor. Hoy, en esta hora santa, al adorar a Jess Sacramentado agradecemos su presencia en medio de nosotros, le agradecemos su entrega al drsenos en la comunin, reparamos tantas ofensas, sacrilegios e indiferencias que recibe por haberse querido quedar en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre y le pedimos que nos colme de toda gracia y bendicin, que fortalezca nuestra esperanza en la peregrinacin de nuestra vida terrena y encienda en nosotros el anhelo de su venida para gozar de la vida eterna.
BREVE SILENCIO
RACIN
Oremos a Cristo, el Seor, que muri y resucit por nosotros, y est presente en el Santsimo Sacramento de altar para drsenos como prenda de la vida futura y digmosle: R/. Ven, Seor. Ven a salvarnos. Cristo, luz y salvacin de todos los pueblos, en quien todos los hombres esperan, ven y derrama el fuego del Espritu Santo sobre nosotros para hacernos testigos de tu resurreccin en medio del mundo. Cristo, Mesas esperado, ven y que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesas de su esperanza y todas las naciones te adoren como Rey y Seor. Cristo, Pastor que nos guas hacia la eternidad, ven y gurdanos en la comunin de tu Iglesia para que caminemos cada da en tu santa voluntad hacia la plenitud que t nos preparas. Cristo, Rey vencedor sobre el pecado y la muerte, ven y destruye en nosotros el poder del maligno para que vivamos siempre contigo y para ti. Cristo, esperanza de todos los hombres que has prometido la resurreccin universal y has anunciado una vida nueva, ven y aviva en nosotros la fe y la esperanza en nuestra resurreccin. Cristo, Consuelo de los afligidos y libertador de tu pueblo, t que prometiste estar con tus discpulos hasta el fin del mundo, ven, qudate hoy con nosotros y s siempre nuestro compaero.
BREVE SILENCIO CANTO
O sacrum convivium in quo Christus sumitur. Recolitur memoria passionis eius; mens impletur gratia et futurae gloriae nobis pignus datur.
Oh sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida; se celebra el memorial de su pasin; el alma se llena de gracia, y se nos da la prenda de la gloria futura!
SENTADOS
ectura de la primera carta del apstol san Pablo a los Corintios
15, 12-25. 51-53. 58
Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos cmo andan diciendo algunos de vosotros que no hay resurreccin de los muertos? Si no hay resurreccin de los muertos, tampoco Cristo resucit. Y si no resucit Cristo, vaca es nuestra predicacin, vaca tambin vuestra fe. Y quedamos como testigos falsos de Dios porque hemos atestiguado contra Dios que resucit a Cristo, a quien no resucit, si es que los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucit. Y si Cristo no resucit, vuestra fe es vana: estis todava en vuestros pecados. Por tanto, tambin los que durmieron en Cristo perecieron. Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, somos los hombres ms dignos de compasin! Pero no! Cristo resucit de entre los muertos como primicia de los que murieron. Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, tambin por un hombre viene la resurreccin de los muertos. Pues del mismo modo que por Adn mueren todos, as tambin todos revivirn en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicia; luego los de Cristo en su venida. Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, despus de haber destruido todo principado, dominacin y potestad. Porque l debe reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. Mirad! Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados. En un instante, en un pestaear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonar la trompeta, los muertos resucitarn incorruptibles y nosotros seremos transformados. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad. As pues, hermanos mos amados, manteneos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Seor, conscientes de que vuestro trabajo no es vano en el Seor. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Seor.
UNTOS PARA LA MEDITACIN. S.S. Francisco, 4 de diciembre de 2013
Yo soy la Resurreccin y la Vida (Jn 11,25). De hecho, ser Jess el Seor el que resucitar en el ltimo da a todos los que hayan credo en l. Esta espera es la fuente y la razn de nuestra esperanza: una esperanza que, cultivada y custodiada, se convierte en luz para iluminar nuestra historia personal y comunitaria. Recordmoslo siempre: somos discpulos de l que ha venido, viene cada da y vendr al final. Si conseguimos tener ms presente esta realidad, estaremos menos cansados en nuestro da a da, menos prisioneros de lo efmero y ms dispuestos a caminar con corazn misericordioso en la va de la salvacin.
CANTO
Yo soy el Pan de vida, quien me come no morir, Yo soy la luz del mundo, quien me sigue vivir.
Qu significa resucitar? Suceder en el ltimo da, al final del mundo, por obra de la omnipotencia de Dios, que restituir la vida a nuestro cuerpo reunindolo con el alma, por la resurreccin de Jess. Esta es la explicacin fundamental: porque Jess resucit, nosotros resucitaremos. Tenemos esperanza en la resurreccin porque l nos ha abierto la puerta, nos ha abierto la puerta a la resurreccin.
CANTO
YO SOY LA VIDA, VENID A M, JESS NOS LLAMA, VAMOS ALL.
1. Yo soy la gloria baj del cielo para consuelo del pecador dej en la tierra la Eucarista. Ven alma ma, que aqu est Dios. 2. Yo soy pan vivo quien me recibe por siempre vive vida de paz. Ven, hijo mo, yo te recibo, ven que conmigo feliz sers.
Esta transformacin en espera, en camino a la resurreccin, esta transfiguracin de nuestro cuerpo se prepara en esta vida mediante el encuentro con Cristo Resucitado en los Sacramentos, especialmente en la Eucarista. Nosotros que en esta vida nos nutrimos de su Cuerpo y de su Sangre, resucitaremos como l, con l y por medio de l. Como Jess resucit con su propio cuerpo, pero no volvi a una vida terrena, as nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que sern transfigurados en cuerpos gloriosos.
CANTO Yo soy el pan de vida,
el que viene a m no tendr hambre, el que viene a m no tendr sed. Nadie viene a m, si mi Padre no lo atrae.
YO LE RESUCITAR, YO LE RESUCITAR, YO LE RESUCITAR EN EL DA FINAL. (2)
El pan que yo dar, es mi cuerpo, y vida para el mundo. El que siempre coma de mi carne, vivir en M, como yo vivo en mi Padre.
Si es verdad que Jess nos resucitar al final de los tiempos, es tambin verdad que, en un aspecto, ya estamos resucitados con l. La Vida Eterna comienza ya en este momento! Comienza durante toda la vida hacia aquel momento de la resurreccin final Ya estamos resucitados! De hecho, mediante el Bautismo, estamos insertos en la muerte y resurreccin de Cristo y participamos de una vida nueva, es decir la vida del Resucitado. Por tanto, en la espera de este ltimo da, tenemos en nosotros una semilla de resurreccin, como anticipo de la resurreccin plena que recibiremos en herencia. Por eso tambin el cuerpo de cada uno es resonancia de eternidad, por tanto ha de ser respetado siempre; y sobre todo debe ser respetada y amada la vida de todos los que sufren, para que sientan la cercana del Reino de Dios, de esa condicin de vida eterna hacia la que caminamos.
ENDCIN Y RESERVA