IMG - Holocausto Al Progreso
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HOLOCAUSTOAL
PROGRESO
Los Aymxra
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Serie: El desarrollo en cuestin
dirigida por
iavier
medina y david tuchschneider
Serie: El desarrollo en cuestin
l . Kevin Healy
Sindicatos campesinos y desarrollo rural, 1978-1985
H.C.F. Mansilla
"Desarrollott
y
"progreso"
como ideologas
Juan van Kessel
Holocausto al Progreso. Los Aymars del Tarapac
Juan aan, Kessel
HOLOCAUSTO
ALPROGRESO
Los Aymars de Tararpa.c
hisbol
O 1992, HISBOL
Todos los derechos reseryados.
D. L. : 4- 1- 738- 91
Resin: Manuel Vargas
Fotomecnica: Hugo Prcel
Montaje: Jos Coco y Nicolas Lima
Impresin: Lorenzo Gutirrez
Administracin: Fabin Yaksic
Ilisttibucin: Ricardo Rivas
Pedidos: Distribuidor a h i sbol s.r.l.
Muoz Cornejo 2925, T el. 368327
Casilla 10296 La Paz-Bolivia
Ifr'<:ho en Talleres Grficos hisbol
L r l ) r z, I l ol i a
INDICE
Introduccin
Captulo I: TARAPACA RURAL: I"A FISONOMIA DEL SUB-
DESARROLLO ..... ,,,,...,
Resea geogrfica....
Los censos nacionales
La presencia del Estado
Las polticas del desarrollo andino
La economa de Cari qui ma ..................._............
Conclusin
Mapas y Anexos
Captulo II: SUBDESARROLLO Y SUPERWVENCIA: II{AR-
co TEoRrco .................
2.1. Los conceptos de cultura y estructura
2.2 El concepto de desarrollo
2.3 Cierre de campo y sistema de hiptesis
2.4. Observaci onesmetodol gi cas-..................
Captulo III: I"AS ESTRUCTURAS HISTORICAS DEL
SUBDESARROLLO .....
3.0. Las estructuras historicas del subdesarrollo
I. I,AS ESTRUCTLIRAS SOCIALES PRE-COLONIALES
3.1.1. El perodo pre-agro-al farero. ...........
3.1.2. Peodo agro-alfarero y aymar pre-incaico
3.1.3. El perodo incaico
3.1.3.1.La estructura econmica del incanato
3.1.3.2. La estructura pol ti ca del i ncanato....,,. .
3.1.3.3. Estructura familiar del incanato
3.1.3.4. Estructura rel i gi osa del i ncanato ...... ..
1. 1.
r-2.
1. 3.
1.4.
1.5.
1. 6.
11
2L
2L
28
33
37
40
44
DI
65
65
79
c2
94
99
99
99
99
101
113
113
118
L22
r23
125 3.1.4. Concl usi n
Capftulo III (continuacin)
...............
II. LAS ESTRUCTURAS SOCIALES DE I,A COLONIA
( 1632-1825)
_C,qpltulo
III (continuacin).................
................. . 121
M. I"AS ESTRUCTURAS SOCIALES DEL CICLO SALITRERO
(1825
- )
3. 3. 0
3. 3. 1.
Introduccin
La estructura religiosa
Conclusin
La estructura poltica de la Repblica
."...........,,,,,,,.
3.3.1.1. Los indgenas de Tarapac bajo la
Repblica de Per (L825-1329)
3.3.I.2. Los indgenas de Tarapac bajo la
Repblica de Chile (1879-
); cuadro
general .
,,...,....
Captulo fV: I"A DIMENSION CULTURAL DEL SUBDESA.
RROLLO; EL SISTEMA CULTLIR-AL AYMARA
Y EL COI\'TRA,SISIEMA,URBANO
Introduccin
La percepci; Ai;plo . .
4. 1. 1. Acapacha. . . . . , : .
4. 1.2. Araj-pacha .........
4.1.3. Manqha-pacha.
4.t.4. La cosmosin y la ideologa de la dominacin
4.1.5. Cosmosin, identidad cultural y desarrollo:
una hiptesis ..
La percepci" a"t U"-po.
4.2.\. Las actividades econmicas
4.2.2. Las ceremonias que acompaan las ac.!i.yldg.{..e..q.
econmi cas..........
4.2.3. I,os momentos culminantes de la da social .......
4.2.4. El culto de la muerte de la comunidad v del cos-
mos. . .
-
4.2.5. La ecologa y la estructura del tiempo ccIico.......
4.2.6. La experiencia histrica y la concepcin
historica del tiempo
La orientacin axiolgica en el espacio y el tiempo .
4.3.1. El aymar de orientacin tradicional ........... ....
4.3.2. El aymar de orientacin moderna (moderni-
zante)
La tecnologa andina
4.4.I. La tecnologa simblica en la economa agrope-
cuana
4.4.2. Tecnologa simblica y cosmosin ............ . ,,,.
4.4.3. La estructura de las actividades simblicas
pre-fi gurati vas......................
4.4.4. El sentido de la tecnologa simblica . .. ... ,.
4.4.5. La introduccin de la tecnologa moderna ,...-......
4.5. La enseanza rural en Tarapac
4.5. 1. Antecedentes histricos..
4.5.2. Poltlca nacional y educacin pblica
4.5.3. Educacin cvica
4.5.4. Los programas de castellano y ciencias sociales
4.5.5. La si n andi na ...
4.6. Concl usi ones...-.....................
CaptuloV: LOS AYMARAS BAJO EL REGIMEN MILITAR
DEPI NOCHET(1973-1990). . . . . . . .
Introduccin:
Funerales
o Renacimiento?
La planificacin militar del desarrollo andino
5.1.1. La administracin pblica redimensionalizada..
5.1.2. La escuela fronteriza
t27
t27
L27
L27
L27
L28
131
135
4.0.
4. 1
209
209
2t7
220
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245
250
250
255
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259
263
264
3.2.1.L. El traumatismo de la conquista
3.2.L.2. Las encomiendas de Tarapac y la or-
ganizacin administrativa.,...-..,,...........,.,....
3.27.3. El sistema tributario y sus efectos so-
bre la economa indgen
3.2.L.4. Los grupos de poder y prestigio.
................
3.2.1.5. Las rebeliones indgenas y la bonanza
de Tarapac
3.2.2. La estructura econmica de la Colonia
3.2.2.1. Is sectores de la economa colonial
3.2.2.2. El marco legal de la economa colonii'
3.2.3.2. Mercadera y arriera; la mita de Ta-
rapac
3.2.2.4. El ciclo argentfero de Huantajaya
3.2.2.5. La economa de hacienda y la agricul-
tura i ndgena .......................
3.2.2.6. La estructura demogrfica. ,.,. ....,.... ...
La estructura de l a fami l i a . .. ...., .......... ........,.
4.2.
5.0.
5. 1,
2r0
2t0
2L3
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267
267
267
269
r37
L42
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T7L
t7l
173
L73
189
195
198
201
243
4.3.
3. 2. 3.
3.2.4.
3. 2. 5.
3.3.1.3. La legislacin indgena de Chile
3.3.1.4. La praxis poltica del gobierno chileno
3.3.2. La estructua econmica y de familia.
3.3.2.1. El ci cl o sal i trero. .....
3.2.2.2. El impacto del salitre: el trabajo
indgena.......,
3.3.2.3. El impacto del salitre: aguas y cultivo ..
3.3.2.4. El impacto del salitre: la desmantela-
cin $ocio-econmica de la comunidad
3.3.3. Estructura religiosa ...... ...... . ,.
3.4. Conclusiones
L74
177
t79
186
186
5.1.3. Transpores y comunicaciones
6,2. La economa. .
esperanza..
5.2.3. Bal ance y perspecti va........................
6.3. El conflicto religioso
5.3.1. El pentecostal i smo
.. .. ,. .. .. . .. ..
5.3.2. El Equipo Pastoral Andino (EPA).
La accin asistencial
5.2.1. Los agricultores de Sibaya:
"pro"""tr""ao
t c-
yuntura del "repunte
5.2.2. I'os pastores de Lirima: abrindose camino a la
5. 4.
272
273
2?3
300
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28r
286
288
288
290
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294
295
296
300
5.4.1. Los i nvesti gadores ..., ........
5.4.2. Las Organizaciones No Gubernamentales
5.4.3. Las nuevas organizaciones aymars
5.5.
' .Renaci mi entol ndi o? Renacimiento Indio
5.5.1. Etnicidad y reetnificacin ., .
5.5.2 La auto-identificacin aymar
5.5.3. El discurso aymar
INTRODUCCION
"Yo he venido aqu a coger oro y no a labrar el suelo como un
campesino". Con estas palabras rehus Hernn Corts una concesin de
tierra que se le hizo en 1504 en la isla La Espaolal. As expres muy
bien el sentimiento general de los conquistadores. Lo confirmaron
dolorosamente los experimentos de Bartolom de Las Casas, quien trat,
con el apoyo de Carlos V, de colonizar pacficamente primero La Espaola
(1518) y despus Tierra Firme (1520) con colonias campesinas de Espaa.
Apenas llegados, estos colonos se contagiaron con la fiebre del oro y nadie
de ellos qued "a labrar el suelo como un campesino" aunque en Espaa lo
haban hecho por generaciones.
1. Podra sustentrse que esta actitud de los conquistadores persisti
en toda la poca de la Colonia, tambin en la provincia de Tarapac. Tanto
espaoles como criollos dirigieron su inters y actidad slo hacia el sec-
tor minero: primero para la produccin argenffera en Potos y Huanta-
jaya, luego para la produccin salitrera y cuprfera. Los que no explotaron
minas, se dedicaron "a coger oro" por medio del comercio en el mercado
creado por la economa minera argentfera. Tambin los encomenderos y
los hacendados estaban ms incentivados por un prestigio seorial y feu-
dal y por la rpida acumulacin de plata a travs de la comercializacin de
un producto exrado mediante la mita.
Muy distinta era la base de la economa autctona que los espaoles
encontraron a su llegada al Cuzco en 1532. Las sociedades autoctonas del
gran Per se dedicaion a construir una economa agraria, no basada en la
explotacin de recursos no renov.ables sino explotando y fomentando los
recursos renovables. Los Incas y el pueblo Aymara que nos interesa en
particular, construyeron en los siglos X al XVI una economa sana y fuerte
de tipo agrario en un medio relativamente sobrepoblado, dedicndose a la
1. Cf. Franci seo Lpez deGmara,Hi stori ade l as Indi as, Madri d, 1852, p.297; BAE )O(II.
5.6. Concl usi n,
Capltulo VI: CONCLUSIONES.
Corolario I
Corolario II
Indice de Cuadros
Indice de Mapas
...
Indice de Grficos
Indice de Paradigmr
t
;;q";;.
Lista de las principales abreaturas ..........
Lieta de trminos regionales y/o historicos
309
322
325
329
331
331
331
332
333
335
Bibliografia.
&
I I
constante expansin de las tierras productivas. As tambin lo hicieron en
ls misma poca y durante 4 siglos ms, los holandeses amenazados por la
nobrepoblacin en tierras fangosas. Estos libraron una lucha constante en
un medio peligrosos y poco atractivo, contra el agua amenazante por
meo de la construccin de polders y sistema de drenaje. Aquellos
'libaron
una lucha no menos tenaz contra la amenaza de la sequa por
medio de la construccin de terrazas de cultivo y sistemas de irrigacin.
Ambos pueblos construyeron as las bases de una economa no agotable y
de un proceso de desarrollo econmico y social que era auto-sostenido,
autocentrado y duradero. En ambos casos, el factor decisivo ha sido la
adaptacin del hombre al medio ecolgico, y el desarrollo de una gran
tecnologra propia, formada en ntima corelacin al medio.
Los conquistadores, llegados al Per, impusieron violentamente un
nuevo sistema econmico. Esta revolucin econmica que era exgena y
que podra llamarse "la revolucin minera de Amrica", caus -aparte de la
rpida y pasajera acumulacin y transferencia de oro, plata y otros mine-
rales hacia la metrpolis- la prdida de la tecnologra andina y el subdesar-
rollo de su economa agraria. La revolucin minera tuvo muchas otras
consecuencias. Ocasion la involucin constante de los recursos agrarios
renovables. Tiansform tambin la economa andina en un sistema orien-
tado hacia afuera y dependiente. Si esto fuera poco, dej como legado para
el presente un sector agrario improductivo y subde-sarrollado en perjuicio
de las grandes masas campesinas y populares de los pases andinos. Mo-
mientos ingenas campesinos sin cesar y numerosas reformas agrarias
siempre paliativas y en vano; crecientes contradicciones entre los criollos y
las masas indrgenas y semi-indgenas; un espectculo generalizado de mis-
eria y subdesarrollo social en el campo y en la ciudad; tales son las conse-
cuencias de aquella revolucin minera y su conduccin criolla.
No sugerimos que no hubiera pasado nada ms despus de la
revolucin minera. Reflexionando sobre los altibajos de la explotacin
argentffera de Potos, Jos Baquijano y Carrillo2 opina que tanto el auge
como la decadencia de Potos son consecuencias de haber subordinado sus
actidades mineras a la mita, que inmediatamente permiti disponer de
abundante mano de obra, pero ocasion una excesiva disminucin de la
poblacin indgena y, con ella, la gradual postracin de las explotaciones.
La mita, sin embargo, signifrc antes que nada, la sustraccin excesiva y
falta de fuerzas y productidad al sector agrario. El autor no presta
atencin a sto, sino que llega a bosquejar, en la perspectiva de la
economa minera, una renovadora doctrina, segn la cual o debe estimarse
el origen y la cuanta de la riqueza "por los dones de la tierra" sino que
upor
un trabajo metdico y constante reglado por los slidos principios del
arte y la experiencia", i.e. por la renovacin y aplicacin de la tecnologa
minera. Prosigui la economa minera de los pases andinos su ulterior
desarollo basado en la incorporacin de tecnologas cada vez ms
modernas, y dirigiendo sus inversiones infraestructurales hacia aquel
$ector, pero atrofiando cada vez ms el sector agrario, que es bsico para
2. Autor de la Historia del Descubrimiento d,el Cerro d,e Potosl, fundacin dc su Imperial Villa,
sus progresos y actual estado, 1793,
una economa fuerte y auosostenida. En la actualidad, los grupos
dirigentes nacionales ya no pueden ni quieren volver de este cami-no sin
salida -por la asignacin de funciones especficas a los pases del Tercer
Mundo dentro del sistema econmico mundial- y persisten en polticas de
exportaciones primarias a costo siempre de una economa bsicamente
agrarta y autocentrada.
Dentro de este marco general ha de interpretarse la historia y el
progresivo subdesarrollo andino en Tarapac.
2. La frsonoma del actual subdesarrollo de Tarapac rural aparece
en una descripcin geogrfico-econmica basada en estadscas y en un
survey que a tal fin se realiz: Captulo L. En el marco terico se definen
los conceptos-bsicos de sociedad, estructura, cultura y desarrollo. Se
prgcisan ambin las hiptesis bsicas que han de'interpretar este
subdesarrollo como el efecto del sistema econmico minero y
de su desarro-
llo cclico y pasajero hacia afuera. En el Captulo B se anaiizan las estruc-
turas sociales y sus cambios a travs de la historia, vale decir: la deses-
tructuracin de la sociedad autoctona de Tarapac por efecto de la
economa minera y las polticas coincidentes de los grupos criollos domi-
nantes. La dimensin cultural del subdesarrollo de farapac rural se
aorraliza en el Captulo 4, donde las polticas de transculturcin resulan
altamente nocivas para el desarrollo social y econmico de la regin. Al
ltimo captulo, que resume y elabora las conclusiones, se han gregado
dos corolarios, que sin llegar a formular una estrategia de deiariollo
apropiada y estimada polticamente able, al menos hace mencin de
algunos
-elementos
bsicos de considerar para tal estrategia. Si esto
parece el elato de un profeta de la desgracia, un relato triJte y sin feliz
desenlace, es porque as es la realidad: no se sualizan -en ia poltica
chilena interna y externa, y en las fuerzas sociales opeiantes-
oportunidades para una estrategia adecuada y dirigida hacia un utntico
dgsarrollo de la regin y de las comunidades aytnaras que ella comprende.
El autor, sin estimarse digno del ttulo de-profeta iiene el orgullo de
atreverse a denunciar con el realismo de los hechos que hablan, los lastres
prov-ocados por las polticas criollas de desanollo, llamado "nacional" y que
iesultan en un verdadero holocausto de los armarrs al progreso criollo.
Al concluir esta investigacin historica y social, parece imposible pre-
sentar sugerencias concretas para una estrategia del desarrollo andino
tales que sean polticamente ables. Los intereses nacionales de los Esta-
dos andinos parecen oponerse absoluta y decididamente a los intereses de
un desanollo pan-armar o kechua-armar; auna toma de conciencia na-
cional indrgena; a los estmulos de una solidaridad pan-armar; a un
pr-oceso de emancipacin general indrgena. Toda remota posibilidad de
tales formas de desarrollo y emancipacin ha sido cuidadosamente erradi-
cada y reprimida por las lites criollas despus de 1?80 cuando T\rpac
Amaru l_es hizo pqlar un susto mortal dejndolas traumatizadas por el ies-
to de la historia. En el mejor de los casos (tal vez Mxico), las polticas gu-
bernamentales han decidido en la discusin entre "nacionalismo indrgena"
versus "indigenismo nacional" por la segunda alternativa
Otros gobiernos, como por ejemplo el de Chile, parecen haber optado a
favor de una poltica indgena total y definitiva -transculturacin, asimila-
,
L2
13
(lidrn o incorporacin, en este caso, de los restos del puebloy_ la cultura ay-
nnr Bobreentes en su tenitorio. Contraria a esta poltica d,e asimila-
cin cultural, encontramos en el otro extremo la doctrina introducida por
t Vitr"y Toledo, que persisti durante toda la, Colo-nia, y qu_e consiste en
iu ,*pn.i0" ae't reiriUtica de indios y repblica de espaoles, como dos
naciones separadamente gobernadas, aunque
jerarquizadas por una su-
pr*-".ir y dominacin e parte del gobierno virreynal y por lazos
sconmicos de descarada explotacin.
Llevando esta doctrina . .or.ottr".uencias se ilegara al punto de la
r"g."g".i; racial observada en Sud-Africa. Sera una equivocacin ideo-
li'icino
percibir ms que estas dos alternativas: asimilacin, segrega-
ci6n, entre las que '?ray que elegir la ms humana"' Sabemos que ninguna
de is dor es humana-ni re"p"ia la declaracin universal de los derechos
humanos, suscrita por todos los gobiemos andinos'
'
pareiera
existir una tercer alternativa cuya abilidad slo depende
de la voluntad poltica de las partes involucradas: la de la coexistencia.
Esta alternativa, como podems observar en pases de
{-9p19
nacin como
!,'rt ; nOtgi", suele tomar el carcter de un equilibrio tenso y de
urti", p"tJ.to necesariamente de efectos destructivos o de debilita-
,.,'i"nto. Rcordemos que en la concepcin poltica autctona andina, el
frincipio
de la coexistncia dentro de na dualidad estructural de qarte
y
contraparte, es general. Pensemos en las parcialidades urin-Hanan;
Manqhasaya-Araj-st.,
que constituyen la estructura poltica de la.comu-
;i;d ;"d"" d"
"bar,
en los reinos ymars y an a nivel imperial en el
iawantinsuyo. Siempre se trata del equilibrio poltico tenso, dinmi-co y
o*".tir"-
"
La dominacin incaica sobre los aymars
(llamados collas),
iermiti una verdadera coexistencia del Collasuyo como una de las partes
integrantes del Tawantilsuyo.
l Incanato no olen[ ni menos desmantel el sistema social y
cultural de los reinos armars que im_ponen al collasuyo. Ms bien, estos
ri"or f""ton incorpoiados
"omo
tales en el imperio,- respetando sus
p"opir autoridades, su religin, y sus.estructuras propias' persiguiendo
in p1""" coedstncia y
-,r.rr
-relaci
de intercambio fundamental
simtrico, aunque en ltima instancia
jerarquizada
{
gobernada por. el
Cor.o. iue, .t, su desarrollo de tipo endgeno fue estimulado
(no
paralizado ni destiuido) por la capacidad tcnica y- administrativa de los
i;;;;;;;
"di".trados "tt
lo. centros incaicos. Toda la poUqq
ipnerial
puntaba a un desarrollo y a un refuerzo de las estructuras del Collasuyo.
S ;i ;"to gubernativo y la moderacin del Inca supo transformar la
contradiccin etre la nacin vencedra y la vencida en una coexistencia
tensa, pero provechosa y productiva.
Si bi"nLn.ontrams'en la doctrina poltica de la Colonia un ideal de
coexistencia, es cierto que despus de-1?80 y con la aparicin,de las
repblicas criollas, nunca ms se ha pensado sobre una
-organizaiin
pnifU., de leal coxistencia social,^pol[ica, econmica y cultural en los
irir"r
"nairos,
a pesar de la filosofra del liberalismo reinante. La razn,
iera del sust humatizante por el "peligro indio", era simplemente los
intereses econmicos en continuar la ilimitada y descriteriada explotacin
del indio por el criollo dominante.
Sin embargo, dejar pasar inadvertida la tercera posibilidad de la
coexistencia tan conforme a los altos principios de los hrmantes de la
declaracin universal de los derechos humanos y tan propia a la tradicin
andina autctona y su cosmosin, sea realmente cometer un error y un
oldo freudiano.
3. En apoyo a lo anterior vale citar, entre varias otras conferencias so-
bre los derechos de los pueblos autctonos de Amrica, la cuarta conferen-
cia internacional de organismos no gubernamentales de la ONU sobre la
discriminacin entre los pueblos indgenas en las Amricas, reunida en Gi-
nebra (septiembre 1977). Esta conferencia que incluy representantes de
60 naciones y pueblos de quince pases americanos, formul en la perspec-
tiva de la coxistencia entre naciones indgenas y criollas, resoluciones
orientadas a problemas -y soluciones- ms pormenorizadas y estimadas
polticamente alcanzables. En el campo legal, la ONG de la ONU promo-
, entre otras resoluciones:
- que las leyes y costumbres tradicionales indgenas sean respetadas,
incluyendo lajurisdiccin de sus propios tribunales y procedimientos para
aplicar sus leyes y costumbres;
- que la relacin especial de los pueblos con su tierra debe ser
entendida y reconocida como bsica para sus creencias, costumbres,
tradiciones y cultura;
- que debe reconocerse a todas las naciones indgenas el regreso y
control, como mnimo, de tierras suficientes y apropiadas que les permitan
vir una da econmicamente viable en concordancia con sus propias
costumbres y tradiciones, y que haga posible su propio ritmo de
desarrollo;
- que la propiedad de la tierra, por los indgenas, debe ser irrestricta y
debe incluir la propiedad y control de todos los recursos naturales;
- que los derechos de los indgenas sobre sus tierras comunales y su
administracin de acuerdo con sus propias tradiciones y culturas deben
ser reconocidos nacional e internacionalmente y totalmente protegidos por
la ley;
- que todos los gobiernos reconozcan a las organizaciones indgenas y
deben entrar en negociaciones con ellas para resolver los problemas de sus
tierras.
En el campo social y cultural, considerando una de sus bases
indispensables para la supervencia y la coexistencia en dignidad, la
conferencia de la ONG acord:
- promover el respeto por la integridad social y cuitural de los pueblos
indgenas en las Amricas, particularmente entre los gobiernos locales y
naclonates;
- dar todo el apoyo posible, financiero y moral, al esfuerzo iniciado por
los indios americanos en defensa de su sociedad y cultura, y en particular
a los diversos programas de educacin puestos en marcha por los
momientos indgenas-
La conferencia, como tambin las otras de su gnero, lucha contra las
variadas formas de genocidio y etnocidio que en las Amricas -en dife-
rentes grados y modalidades- son practicadas por los gobiemos nacionales,
estimulando v abilizando una coexistencia multinacional dentro de los
I
t 4 t o
lfmits geogrrficos
-y sin, por el momento, mencionar los poblemas
de las
naciones indgenas dididas por tales fronteras, del derecho del
lranandinismo,
el pan-armarismo, etc. En ello, Ia ONG se basa en una
definicin de genocidio adoptada en un convenio de la Asamblea General
de la ONU del 9 de diciembre de 1948, y que suscribimos en el transcurso
de esta investigacin. Esta definicin diceJ
cualquiera de los actos enumerados en seguida, cometidos con la intencin
de_ destruir, en todo o en parte, a un grupo nacional, tnico, racial o
religioso: 1. matar a los miembros del grupo; 2. atentado grave a la
integridad ffsica o mental de miembros del grupo; B. sumisin intencional
del grupo a condiciones de existencia que entra,an su destruccin ffsica
total o parcial; 4. medidas orientadas a entorpecer los nacimientos dentro
del grupo; 5. transferencia forzada de nios del grupo a otro.
Del concepto de etnocidio, llamado tambin "genocidio cultural", pode-
mos intentar aqur tambin una definicin que nos sirva en el transcurso
de esta investigacin, y gue rena los elementos que a tal concepto ha
dado la declaracin universal de los derechos humnos adoptada por
ra
Asamblea General de la ONU (10
de diciembre de 1948), y el c'onvenib con-
cerniente a la proteccin e integracin de los pueblos aborgenes adoptado
por la conferen_cia genera-l del trabajo en su 4a sesin (Giebra;
26 e ju-
nio de 1957). Nuestra definicin prosional de etnocidio es, entonces:
la destuccin cultural de un pueblo por: l. la negacin sistemtica de la
integridad cultural de un pueblo; 2. imponer a un pueblo valores, normas,
costumbres y usos ajenos a ellos. 3. quitar o destruir Ia base de existencia
de un pueblo; 4. la discriminacin negativa de miembros del grupo a base
de su nacionalidad, identidad tnica o religin.
4. La situacin desmedrada en que se debaten las comunidades
aymalqs de Tarapac impone al investigador algunas premisas de tipo
metodolgico y_ tico, que son (A)
la perspectiv andina en que deLe
desarrollarse la investigacin y (Bi el compromiso solidrio del
investigador que ella pide.
A) Si bien este tema puede suscitar largas discusiones, tenemos que
reconocer por lo menos dos proposiciones bsicas: J.. Lo imposible que es la
pretensin de una sociologra del desarrollo valricament neutra v 2. ra
arrogancia que sigrrifica la imposicin de una sin algena a la ralidad
autctona andina como si fuera la inberpretacin autntica y prilegiada.
concordando en estas p_roposiciones y reconociendo tambin ia mulprici-
dad de perspectivas errlahistoriogrua, se impone inevitabremente r in-
vesigador optar por una determinada perspectiva histrica
1.
una clara
definicin valrica.
En la perspectiva andina, que Wachtel llama "la sin de los
vencidos", los hechos constitutivos de la historia son seleccionados e
inerpretados a partir de un sistema de valores diferente. con el criterio
andino esos hechos cobran acentos disintos y consiguen un sentido
diferente, de modo que hroes deenen traidores, mientias extremisas y
16
EF------
tenoristas se transforman en campeones de los supremos ideales de un
pueblo. Esto es lo que pas con los prsonajes de la historia aFnara como
Tupac Katali, Bartolina Sisa, Paniri y otros ms. Si existe una inerpreta-
cin historica y social prilegiada, ella debe ser la auto-interpretacin del
sujeto de la historia. Si existen un sistema de valores y una cosmosin
que tengan derecho poritario a definir la concepcin del desarrollo social
y a determinar la estrategia para realizarla, entonces stos deben ser los
que lleven a la auto-definicin y a la auto-determinacin.
El derecho a la auto-definicin en asunts trascendentales como el
bienestar social y el desarrollo de la comunidad anna, como tambin el
derecho a establecer prioridades en la evaluacin de la historia y la
planificacin del futuro desanollo, en breve, el derecho de la sin andina
no exige comprobante. Ms bien pide acatamiento al forastero que desea
indagar la historia anna y el proceso de su desarrollo.
Estas ccnsideraciones llevaron, en el nivel metodolgico, a una
participacin activa de (representantes de) las comunidades estudiadas:
(a) por el apoyo y la informacin que ellos prestaron, y (b) por la evalua-
cin continua de la interpretacin de los hechos observados que el investi-
gador intentaba formular en esa perspectiva. Por la modalidad particular
de de esta investigacin, en que el armara de Tarapac no slo es objeto de
estudio, sino, sobre todo, sujeto, los objetivos del trabajo cientfico adqui-
rieron elementos particulares y deban incluir -dada la perspectiva andi-
na- los intereses de aquellos a quienes se dirigen, en su beneficio, los resul-
tados de la investigacin, como son: una percepcin ms clara de su
identidad cultural e histrica; de sus necesidades y potencialidades; de sus
recursos y capacidades, con miras a un proceso ms dinmico de autode-
sarrollo y de emancipacin social.
En-trminos metodolgicos, sto implica, como lo formul el Dr. Marco
Ugartes que "el investigado (aymara) se conerta alternativamente en in-
vestigador y ceversa. Slo as la investigacin permite transformar tanto
a investigadores cofno a investigados, es decir: hacer del investigador al-
guien quien se identifique conscientemente con los (aymars) explotados y
pobres y hacer del campesino (aymara) un investigador consciente de su
propia capacidad de lucha para resolver sus propios problemas". De este
modo, el aymara objeto de investigacin deene tambin el protagonista
de su propia historia y de la lucha por su propia emancipacin y
desarrollo.
B) Volviendo al investigador mismo -su papel comprometido y el valor
cienffico de su labor- observamos con Gerrit Huizei que los mtodos fe-
nomenolgicos, empata, etc., (basados en el auto-conocimiento del obser-
vador y el reconocimiento de sus propios sentimientos, deseos, reacciones,
en las personas observadas) pueden llamarse sencillamente "solidaridad".
Se trata de percibir la realidad ajena a travs de ellos mismos. El esfuerzo
para comprender fenmenos como hambre, humillacin, represin, discri-
minacin, resentimiento, explotacin, resistencia, etc., por la empata,
3. Dr. Marco Ugafie y otos, Transformacin de Ia econnmlo campesino en ht zona del rlo
Yilcanota, proyecto de inveetigacin, MS, 1979.
L7
_- r - - * J
would contribute considerably to the self-education of many social scien-
tists... The benefits of such efforts would become even greater if the re-
eearcher would act according to the new understanding he is gaining and
would efectively try to support the people he is ling with in overcoming
their awkard conditions. Participant observation may naturally lead to par-
ticipant intervention. It can even become full committment to the emanci-
pation effort in which those people are or may become involved, the role of
militant
cum observer". Thus the laisser faire anthropology can become
liberation anthropolog/4.
Esto es a donde lleva efectivamente "la perspectiva andina" en que in-
tentamos colocamos desde un principio. Pensamos con Huizer que la acti-
tud de compromiso no ha de perjudicar necesariamente la calidad
cientffica de la investigacin
(si esto fuera el caso, sera slo por deficien-
cias del investigador, no por incompatibilidad de cientificidad y solidari-
dad comprometida). Tal vez lo contrario puede ser el caso: el compromiso
solidario no slo puede llevar a algn beneficio para el grupo estuado,
eino tambin llevar a una comprensin ms valedera. Estos conocimienos
pueden ser "at times even insights which are more scientific (or simply
lruer) than insights gained by mere observation, snooping, pure research'.
Huizer agrega que la necesaria objetidad del observador cientfico no
consiste en distanciarse del objeto de estudio sino ms bien en la distancia
que l debe tomar frente a s mismo y sus sesgos personales y culturales.
-
En efecto, a partir de una actitud inicial de compromiso solidaio, el
autor que suscribe el presente informe, ha tomado en Ia ltima fase de su
investigacin hasta hoy da -6 aos- un papel activo en una serie de acti-
dades comunales, destinadas al desarrollo social y econmico, y an con
cierto dto. Tal vez seta conveniente que algn da llegase a dar a luz un
segundo informe -la contraparte de ste- que evale aquel proceso de auto-
desarrollo y emancipacin comunal, iniciado con ese aporte personal y sus-
tentado por los conocimientos que adquirieron los comuneros y por su
toma de onciencia, que fueron originados en la investigacin compartida.
Agradezco profundamente a los amigos a)rmaras que colaboraron en
mltiples forms con este trabajo. A ellos dedico el resultado, esperando
que tenga xito nuestro esfuerzo compartido en desmistificar las hazaas
realizadas por 500 aos de civilizacin europea en Indo-Amrica:
That civilization, having exploited the Inclian for centuries and having
taken a large part of his culture away from him without replacing it with
anything at all ofvalue is still pursuing its work ofpillage and destruction
and it lways does it in the nam of what it holds as its most sacred
principles: democracy, pfogress, acculturization of pmitives, christian
charity, and expansion of the reign of God in Indo-Americas.
q,
l i .
G. Huizer, A Research on Social Practice: Some Ethical Consideration on Research in the
Third World, Iss, Den Haag, L972.
Vfcf,or Daniel Bonilla, Seruanfs of God. or Muters of Mon, Harmondworth, 1972.
18
TARAPACA, LA ANTIGUA PROVINCIA
't
:';:,).
drarchc.
), . /
, c
F
d Gatacondoa
19
-
&
CAPITI]LO I
TAITAPACA RLIRAL: LA FISONOMIA
DEL SI,JBDESARROLLO
1.1. Resea geogrrifica
-
L-a,proncia de Talapacl
-organizada como "primera Regin" a partir
de 197-4-en el mapa administrativo de chile- se encuentra en el extremo
norte del pars y limita al occidente con el ocano
pacfico,
al sur con el ro
Loa, al oriente con el Altiplano boliano, y al note coliida .o"
"l
p"r,.
Esta proncia perteneci al territorio p*".ro h"sta iszg y-p"ro-" .""
terrilorio chileno despus de la Guerr del
pacfrco2.
El nombre de la
f:o-yi".iili"ne
su origen enel pueblo San Lorenzo de Tarapac, que entre
L'l'll y lEE3 era su centro administrativo. Este pueblo es un oasis agrcola
ubicado en la entrada de la quebrada del mismo nombre (20'i;
ui. s. y
69' 33' l ong. O.).
^
La investigrg!" se dirige al sector rqral de la antigua proncia de
'l'arapac,
delimitndose en el norte por el ro- camaror,"J,
"n
el sur por el
po Lol' en el occidente por el ocano y-en el oriente gtou"tm"nte
ior
ta
lnea.disoria de aguas-en la alta cotil"ra, aunque qu los timiLs no
estuvieron, por- largos giglos, ntidamente marcados. El mapa poltico del
s. )o( ubica el lmite chileno-boliviano mucho ms al este di t q"
""
u
historia ha sido. D.ede- la_ or_ganizacin
"dministr"tiu,
-Jolorri*I,
encontramos la indicacin global del lmite entre Audiencias de acuerdo
la lnea divisoria de aguas, la que se encuentra en territorio chileno y
an
Las obras de inters fundamental,pala 13 geosraffa de Tarapac son: Bollaert, rgsl, y
Larrafn,_ 1976; F. Riso Patrn,
1S99,
1,. Ri FatrOn, fSOa_fOa; Bowman
<t}i,a;,-lg'a2;
Bertrand, 1885; San Romn, 1890; Bitjinghurst, 1886; y Garcfa Co".oo, fg3.'--
-
"
- -
Lm llmiies administrativos interno_s y extrnos han tenido una historia bastante agitad .'
el rlltimo siglo; cf. Paz soldn, 1828, y Eyzaguine, 1965.
p"""
l" iui"io" ,i,ii"r."1.i",,
vigente, ver ario Oficial de la Repblica de ehile del 12 de mayo de l9?8.
2l
6n pnrt al oeste del 69o meridional long. O. (cf. Condarco, 1968, mapa
XXV[: Intendencias del Vireynato del Ro de ]a Plata). Despus de la In-
dopondencia, observamos en el mapa de Lardner-Gibbon
(1854), que a la
nltura de la hoya hidrogrfica de Tarapac, el lmite sigue casi fielmente
el 69o meridional, dejando Pampa Lirima al este, vale decir: en territorio
boliviano (cf. Cajas, 1975: 40). En el mapa de Bertrand, gegrafo de la
misin exploradora chilena de 1885, el lmite sigue la lnea de los volcanes
Inluga, Lirima, T\ra, Oyagua y Licancaur, es decir, dejando una franja de
15 hnsta 35 kilmetros de territorio actualmente chileno a Bolia (cf . Paz
Soldn, 1878:25; Bertrand, 1885, mapa). Lo que todos estos mapas tienen
en comn es que atraesan irrazonablemente las unidades tnicas ayma-
res y su tradicional territorio de explotacin agrcola y pastoril. El lmite
sur de la proncia de Tarapac tambin ha sido scutido en las pocas co-
lonial y peruana. Se aduce con argumentos documentales que el lmite, en
poca colonial, no fue el ro Loa, sino la
Quebrada
de Tocopilla, o que se ha
encontrado an ms al sur, ya que la caleta de Tocopilla se consideraba
parte de Tarapac (Basadre, 1968 (1939): I, 130).
Para etar complicaciones, consideramos aqu los lmites actuales con
Bol i a.
La escasa vegetacin de esta regin hace que su estructuta geolgica
sea visible hasta en los detalles. Su triple estructura bsica comprende:
al oriente la Cordillera de los Andes, al occidente la Cordillera de la Costa,
y entre ambas el valle longitudinal, llamado la pampa. Esta estructura es
el resultado de momientos ascendentes de la corteza terrestre durante el
perlodo terciario tar&o. A consecuencia de fuertes actidades volcnicas
n el cuaternario se form una larga cadena de volcanes que coronan el
borde occidental del altiplano. El valle longitudinal se cubri con una capa
de escombros y otros materiales provenientes de la Cordillera3. Un corte
transversal del paisaje, a la altura de Iquique, muestra el Esquema l.
Los ros, que bajan torrentosos de la Cordillera por una larga serie de
escarpadas quebradas transversales, se alimentan con el agua de las
nieves acumuladas sobre las cumbres andinas, y con las lluvias que caen
en los meses de verano
(diciembre-febrero) en las alturas de ms de 3.500
m. Slo el I,oa y el San Jos alcanzan a llegar al mar; los dems ros, con
abundantes lluvias estacionales, llegan solamente hasta el valle longitudi-
nal, donde quedan estancados. De esta manera se han formado los salares
de la Pampa de Tarapac: Salar de Llamara, Salar Grande, Salar de Pin-
tados; as tambin se alimentan ahora por la capilaridad de la tierra, los
bosques de tamarugos y algarrobos que conforman la "Pampa de Tamaru-
gal". El clima de Tarapac vara entre el clima de caracteres continental y
ocenico. Las neblinas, llamadas "camanchacas" tienen su origen en el
contacto del litoral ascendente con la capa de estrato-cumulus, que casi
permanentemente existe a lo largo de la costa Norte. Las condiciones
climticas de temperatura y precipitacin en la Costa, la Pampa y la Cor-
dillera, son tan caractersticas como diferentes, como lo demuestran los
ll, Cf. Sanch2, 1974, p.97; (con excelente mapa hidrogeolgico de Satlite para Tarapac),
Velozo, 1974, p. 101, ss.; Muoz Cristi, 1973; cf. tambin los trabajos geolgico-geogrficoe
de Blake, 1841, y Puelma, 1855; para m eaumen ms moderno: Brgel, 1975.
hitergrafos del Grfico Ia. tos cambios bruscos de la temperatura alcan-
zan diferencias de 35o en pocas horas.
La fauna de Tarapac es bastante pobre, salvedad hecha de la fauna
martima y la avifauna de la Cordillera. En la Cordillera casi no aparecen
desde hace veinte aos la cua ni el guanaco. Ambas especies salvajes
desaparecieron por la caza indiscriminada. Los camlidos domesticados
que encontramos en gran cantidad son la llama y la alpaca, que producen
crne, cuero y lana. En las zonas de altura donde hay bastante humedad
y vegetacin, aparecen las siguientes especies silvestres: la vizcacha, el
ratn, el lagarto, la lagartija y la rana, todos muy frecuentes; menos fre-
cuentemente aparecen: el suche y la corna de ro5. Existe en esas altu-
ras, superiotes a 3.200 m.s.n.m. gran abundancia y variedad de aves sil-
vestresG: la trtola, el jflguero, el puco-puco, el alcalde, el profesor, el
chipe-chipe y la chicta; abundantes aparecen tambin: el churunco, el
guacho, el sebastin, el culi-culi y el uncalla, un pato pequeo; frecuentes
son: el and, el guayate, el pato, la perdiz, el 'caballoo, el "pjaro brujo",
el cndor, la parina y el guila. Mas bien escasos son: el picaflor, el yaca-
yaca, la guille-guille, el bho, el perico, el teque-teque y la quellua, y esca-
sas son las lechuzasT.
La costa ofrece gran cantidad de especies marinas: tanto peces
pelgicos y bentodemersales, como tambin mariscos, moluscos y
crustceos. Los recursos marinos renovables para la recoleccin alimenti-
cia han constituido un punto de apoyo bsico para Ia economa de Tara-
pac desde la prehistori a. Para un resumen de las principales especies ex-
plotadas, vase anexo: "Recursos Marinos Renovables de Tarapac".
En la zona costera, la produccin de guano blanco, rico en nitrgeno y
fsforo, proene de las especies de aves marinas. El guanay, la principal
especie guanera, anida en islotes. Siempre se mantiene dentro de la zona
de influencia de la corriente de Humboldt, la que produce gtan cantidad de
anchovetas y sardinas para su alimentacin. El pquero, otra ave
g'uanera, produce guano de la mejor calidad. Las aguas costras producen
una gran variedad y abundancia de especies de peces que siempre
constituyeron un recurso econmico para el ser humano; el lobo marino,
tan abundante, constituy un recurso muy cotizado en tiempos
pre-modernos para la poblacin autctona.
La vegetacin del terreno ha sido clasificada en su generalidad como
perteneciente a 2 zonas bio-geogrficas distintas, y que son: la zona
Xeromrfica chilena, y \a zona Andina. Sus caractersticas climatolgicas
se expresan en los hitergrafos mencionados del Grfico I.
La zonaXeromrfica se extiende al Oeste de la Cordillera de los Andes,
desde el Sur del Per hasta aproximadamente la regin del Choapa, en el
"Norte Chico" de Chile. El desierto, carente de toda cubierta vegetal, o con
,
5.
6.
7
Cf. Beltrn, 1879; Cristoffanini, 1967; W. Weischet, 19671,Gaete, 1974.
Cf. Paredes, 1965, y S. Hernndez, 1970.
Los indicamos con el nombre local donde no fue posible ubier su nombre cientlfico.
Informante de ia fauna silvctre de altura: Jaer Vilca Ticuna, de Lirima.
&
22
una muy rala en lugares favorecidos por condiciones locales de relieve o
drennje, en el que se concentran al miximo los factores de aridez, consti-
tuye el ncleo de Ia zona Xeromrfica. Todas sus comunidades, exceptu-
ando el bosque relictual del Tamarugal, participan en mayor o menor gra-
do de sus caracte-rsticas climatolgicas y vegetacionales. La zona
Xeromrfica comprende las siguientes clases de comunidades vegetales: 1.
Comunidades Desrticas Litorales; 2. Comunidades Desrticas Interiores;
8. Comunidades Subdesrticas. En cada una de estas comunidades en-
contr la economa pre- y postcolombina recursos naturales aprovechables.
En la primera particularmente las asociaciones de cact-ceas columnanes,
la asociacin de lomas de Paposo y la del Matorral Costero Xerfito. En la
segunda comunidad constituan puntos de apoyo esenciales para la eco-
nomfa las asociaciones del Tamarugal y de los Oasis, como tambin la ve-
getacin de los bodes de los salares y la vegetacin ripiaria a orillas de los
rfos estacionales y permanentes. La tercera comunidad era aprovechable,
en aos hmedos, para la recoleccin de iutas y para pastoreo marginal.
A tales fines servan las distintas asociaciones de matorrales:
(Desrtico
Interior; Semidesrtico de la Cordillera de la Costa; Desrtico Tlansicional
Cosero
;
y Semi desrtico Transicional An dino).
En el nivel superior de la alta montaa, de 3.100 m. s.n.m. y ms, la
vegetacin es ms variada y ms abundante. Los cuatro tipos de comuni-
dades que se distinguen son de igual inters bsico para la economa
autctona. Ellos son: las comunidades de cactceas andinas; las comuni-
dades Semidesrticas Altomontanas
(en que cobran gran inters
econmico los tolares, las praderas perennes y los matorrales andinos ena-
nos), las comunidades turbosas altomontanas (que ofreqen bofedales y ve-
gas andinas); y las comunidades andinas caespitosas, con sus llareteras.
Para un resumen esquemtico, ver anexo: "Las zonas fito-geogrficas de
Tarapac".
En la regin de Cariquima-Lirima, cuya ecolog"a tiene particular'
inters para esta investigacin, encontramos una flora de alturas
superiores (scl. a 3.700-4.800 m.s.n.m.), donde las comunidades vegetales
ya reducen la cantidad de sus especies, que, sin embargo, son de utilidad
bsica para la economa pastoril. El siguiente cuadro de especies de esta
zona fue compuesto por nuestro informante Jaer Vilca Ticuna, pastor de
Lirima.
En buen resumen, vale distinguir, en la provincia de Tarapac, cinco
zonas o niveles ecolgicos, que desde tiempos precolombinos y hasta hoy
dla, definen el habitat y constituyen el fundamento consante de una es-
tructura econmica bsica de la sociedad a travs de los siglos. Dstingui-
mos:
1.
2.
.
La costa, que ofrece recursos econmicos propios.
La Cordllera de la Costa y la Parnpa, con recursos minerales, pero
de escasa y/o penosa ocupacin humana por la virtual ausencia de
vegetales y fauna.
La
franja
oriental de la Pampa (del
"Tamarugal"), con recursos fo-
restales y an posibilidad de agricultura y ganadera intermitente,
qor la permanente existencia_de aguas subterrneas y por las aveni_
das de aguas originadas por las piecipitaciones en las hta Cordill-
ra, que suelen ocurrir en los meses de veranos.
La zona de oasis del Pie d.e Monte (Pica, Tarapac, Camia, etc.).
Estos son islotes de abundante vegetacin sub'tropcal, q.r" for*r,
verdaderas cadenas verdes, ubicados en los fonos de los valles
transversales, regados por los ros que bajan de la alta Cordillera.
.Un esta zona (7.200-2.800
m.s.n.m.) se encuentra tracionalmente
el sector_de mayor produccin agrcola y de mayor densidad pobla-
cional del sector agropecuario.
La zona de la alta Cordillera, con recursos para la ganadera y de
minerales variose.
4.
o.
Existe sobre esta zona una nutrida literatura, por las posibilidades econmicas que ofrecen
loe recursos de agus subterrneas. Mencinamos-los estudios de reservas de aguas
lisponibles:__Casbi'llo,_1960;
Brggen, 1936; Church, 1863; y las obras ms g.n"""l "
wollman, 1969, y_ Klohn, 1972.__pst-as aguae ofrecen poeibilidades para la agicultura (cf.
Lanafn, I974b; Sal as t97l ; Bi tl i nghuna, (r8ffi ) l 9?i , y Sanchz' Roi as. l S"Z4: v *"" l "
economfa forestal cf. Lamagdelaine, l9?2y 1974,yyita, iSZO.
Cf. Taberna, 1968 y l97l; Alvarado, lg70; Ochsennius, 19?l; Martfnez Soto, 197b.
9.
Cuado 1. Flora de las Eetepas de Altrrra de Llrlrna, y eo Uso
Coremlcin Alimento Otrouo
l.umana
tara anLnalea
Abudante:
1. Cacho
2. Chicarguya
3. Chucutava
4. Chachacma
5. Paj a Brawa
6. Cactw
7. Ilacho
Muy ftewente:
A. I_<eu
9. Naca
10. Cagawe
11. Llaeta
Frewente:
L2. Aaruva
13. Marnc:el a
14. Mama ica
15. Poposa
16. Llaretilla
L7. Trea al deas
14. Siqu
Escre:
19. Chicora del campo
20. Vira Vira
21. Cl.icora
22- Orti ga
23. Chaa
24. Quipa
25. Flor de la pampa
- x
- Dasto
remedio
iasto
- x - Daato
remedio
basto
: x - paato
- x
- pasto
- x
- pasto
- x-
- x-
l ea
- x-
para techar
- x-
- x-
lea, madera
Iea
- x-
combugtible
- x-
- x-
- x-
- x-
detergente
- x-
- x-
- x-
- x-
- x-
- x-
l ea
lea
- x-
remedio
- x-
- x-
remedio
- x-
remedio
- x-
remedio
- x:
- x-
- x-
- x -
- x-
alimento
- x-
- x-
- x-
remedio
- x-
pasto
paato
- x-
pasto
pato
paato
pasto
- x-
paato
paaEo
pasto
paato
pasto
paato
paato
pasto
- x-
24 25
Egae cinco zonas constituyen franjas paralelas que se extienden de
Norte a Sur; y que con pocas variaciones se prolongan ms all de la pro-
yincia
al Norte del Ro Camarones y al Sur del Ro Loa. El fuerte de la
poblacin se encuentra en el puerto de Iquique y en lo que queda de los
campamentos salitreros de Victoria y Alianza, siendo la poblacin minera
en sentido amplio desde 1880 hasta 1930, el grupo econmico mayoritario.
tl
gector
aglopecuario que es la cuarta zona tena o tiene sus Centros en
loe oaeis de Pica, Tarapac, Camia y Sibaya, que fueron las primeras doc-
trinas o parroquias coloniales, todas fundadas a principios del siglo XVII.
Cada uno de estos centros contaba y cuenta con una serie de pueblitos
agricultores ms pequeos en su cercana, cuyo total podra haber alcanza-
do a 90. Adems de estos pueblos mayores y menores de agricultores e
lntjmamente nculados a stos, encontramos un nmero aproximada-
mente igual de pueblos y estancias de pastores en la alta Cordillera (la
quinta zona), siendo sus centros principales los pueblos de Isluga y Cari-
qurma.
La situacin ecolgica y los recursos naturales para construir una eco-
nomfa satisfactoria exigen especialmente en la alta Cordillera una orga-
nizacin particular entre los distintos ncleos poblacionales, por motivo de
que ningrin lugar jams ha podo ofrecer por s solo todos los recursos ne-
cesarios para la subsistencia humana. De ah que patrones de organiza-
cin social y econmica que integran hasta hoy da de una manera muy
particular los diferentes ncleos poblacionales de la zona de pastores, de la
zona de agricultores y del sector agropecuario en su totalidad. En esta in-
vesigacin nos dirigimos ms en especial al pueblo de Cariquima, ubicado
al9o29'Lat. S. y 68o40'Long. O., en cuanto a sus estructuras, su cultura y
su historia son ejemplares y relevantes para todo el sector agropecuario de
la proncia. Diramos: la etnia de Cariquima, porque inclumos los pue-
blos menores o "ayllus" que tienen su centro de referencia en Cariquima.
Los pueblos de Cariquima nos interesan ms: ellos son, al Norte del Maci-
zo del
Quimsachata:
Ancuaque,
Quebe,
Pananto, Ancovinto, Chijo,
Huaytane, Chullun-cane y Villablanca, cada uno con las estancias que le
pertenecen. Al Sur de ese macizo estn Cultane, Cancosa Lirima y Col-
chane. En la kecordillera superior adyacente encontramos los sigentes
pueblos agrcolas, que con el sector de Cariquima han estado en verdadera
simbiosis econmica desde decenas de siglos. Ellos son Coscaya, Poroma,
Sibaya y Limaczia. Las relaciones de intercambio con los pueblos situa-
dos en el curso inferior de la quebrada de Tarapac (Precordillera
inferior)
ya no son tan intensivas como hasta el fin del siglo pasado. Esos pueblos
son: Guavia, Mocha, Laonsana, Pachica, Tatapac y Huarasia. Con el
sector de Sipiza y de Camia existen tambin relaciones estructurales
muy antiguas con la etnia de Cariquima.
Caminos accesibles para vehculos motorizados van desde Huara
(situada en la carretera panamericana, la principal del pars, que atraesa
el valle longitudinal de Norte a Sur), hasta el pueblo de San Lorenzo de
Tarapac; de all a Chuzmiza (donde se embotella el agua mineral de ese
nombre, para el mercado provincial); de Chuzmiza a Cariquima y de all a
Isluga. De Cariquima conduce tambin un camino a Oruro, Bolia. En
Tarapac, un ramal de este camino conduce a Pachica, donde se dide en
dos, siguiendo cada una de las quebradas transversales, que se juntan
en
este pueblo: la primera, ms al Norte, conduce a Mocha, Guavia,
Lim_aczia hasta Sibaya, una serie de pueblos agricultores de quebrada de
produccin de frutas, verduras y pastos -parte para el mercado de Iquique
y de los campamentos salitreros, parte para el autoconsumoi esta
quebrada, llamada de Sibaya, conduce al ro del mismo nombre,
alimentado por la hoya hidrogrfica de Cultane. Paralelamente a la
Quebrada
de Sibaya, pero mris al Sur, se encuentra la quebrada de
-Coscaya
con los pueblos agrrcolas de Poroma y Coscaya. El ro Paurimani,
llamado tambin "Coscaya", que posibilita el riego-de los cultivos de la
quebrada, se origina en la Pampa de Lirima, donde las aguas del
Quimsachata
y Cerro Lirima se juntan.
Un camino para vehculos
motorizados comunica Pachica, Pooma y Coscaya y conduc
-va Lirima- a
Cancosa, pasa alU a la frontera boliana y llega hasta Llica y Oruro. Por
este camino
-hacia la costa- se transporta una parte del producto de
Poroma y Coscaya al mercado proncial. TYansporte de mercadera
intemacional es inexistente, salvo el trnsito de mercaderas menores de
Ios autctonos, destinados al trueque, segn un muy antiguo sistema de
intercambio que analizaremos ms adelante.
En la poca de las lluas (Dic.-Feb.) estos caminos son a menudo
intransitables por las avenidas de aguas y todos los aos deben gastarse
sumas relativamente altas en repararlos. En la Precordillera, los caminos
tienen algn inters econmico, aunque el producto agrcola por
transportar el reducido y el trnsito en consecuencia es escaso. As,
pueden aparecer 12 y hasta 20 camiones semanalmente en la Precordillera
baja y t hasta 4 en la Precordillera alta. En la Cordillera, estos caminos
tienen ms bien un inters militar y estratgico. Como complemento de
estos caminos, existe una detallada red.de senderos que comunican todos
los pueblos y estancias de la regin y para el trnsito de Norte a Sur, son
las nicas vras existentes y posibles por la multitud y hondura de las
quebradas transversales secundarias.
Los principales senderos de la regin de Cariquima eran -y siguen sien-
do- los caminos utilizados para el sercio de intercambio de bienes a modo
de trueque:
1. Cariquima - Cancosa - Lirima (o: Cariquima - Colchane - Lirima) -
Huasco (yacimiento de sal) - Pica (centro agrcola prehispnico y
centro administrativo colonial).
2. Cultane - Lirima - Mamia (con baos termales y turismo) - La Ti-
rana (un santuario popular que atrae decenas de miles de peregri-
nos y turistas).
3. Cultane (o: Cariquima) - Chiapa - quebrada de Aroma - Camia
(doctrina desde 1600) - Codpa (oasis subtropical y centro ecle-
siistico y econmico en tiempo de la Colonia).
4. Cariqma - Ancuanque - Cultane - Sibaya (doctrina desde 1600) -
Tarapac.
26
27
Las principales vas de comunicacin prehispnicas y coloniales se
roeoarftrn ms adelante.
1.2. Los censos nacionales
La economa de Tarapac, como proncia, est ntimamente nculada
a lo que fue hasta hace poco su principal rubro: salitre.
El caliche, mineral del salitre, se encuentra en grandes cantidades en
ol valle longitudinal, a partir de la altura de Pisagua (19o30' Lat. S.),
hasa la altura de Taltal, al Sur de la segunda regin, Antofagasta.
Despus de ms de un siglo de explotacin minera, todavra existen
-solamente
en Tarapac- ms de 1.000 millones de toneladas de reserva de
este mineral. La produccin salitrera, que a principios de siglo provea el
707o del mercado mundial y empleaba 40.000 operarios, se ha visto
eumamente reducida en extensin y en productidad, aunque los ltimos
gobiernos de Chile y hasta 1973, han seguido subvencionando la
produccin por constituir todava una fuente de trabajo para 8.500
personas. La produccin salitrera provee actualmente slo algo ms de IVo
del mercado mundial.
La produccin del guano blanco ya no tiene importancia, por
agotamiento de sus yacimientos. Siendo en s un recurso minero
renovable, se han producido fuertes cambios ecolgicos en la costa por la
presencia humana y la actidad econmica desarrollada, de modo que la
aves marinas productoras del guano estn quedando en cantidades
insuficientes para la explotacin en este rubro.
Fuera de las poco productivas minas salitreras, la minera cuprfera de
Sagasca y el reducido sector industrial -creado artificialmente por los
estfmulos, subvenciones y franquicias en Arica y (despus de 1975) en
Iquique-, es de mencionar el sector agrcolas, que solamente logra exportar
sus productos en dos rubros: olivos (US
$4.000.000 anuales) y organo
(US
$ 850.000 anuales). El resto de la produccin agncola, hortcola y
ganadera, tiene su destino en el mercado provincial o, particularmente en
la Cordillera, en la economa de subsistencia de los armaras. Segn datos
Je CORFO - INACAP (7974), el sector ganadero produce anulamente para
el mercado proncial 6.200 toneladas de carne y tambin frutas y verdu-
ras para el mercado, producidas en 4.020 Hs. de las 8.630 Hs. de riego
bsico disponibles.
El sector agropecuario de la antigua provincia de Tarapac es de
poca importancia en la economa nacional y regional, segn consta
tambin en los datos de los cinco censos nacionales agropecuarios. Estos
censos, levantados en los aos agrcolas de 1929/30, 1935/36, 1954/55,
1964/65 y 1975/76, indican un producto pequeo y poco variado, tanto a
nivel provincial como para la comuna de Huara, a que pertenece el sector
de Cariquima.
28
29
2. Produccin Agrcota@
de Tarapac ye la Comuna d;H;;; (1964_68)
Tarapacci (entre
lxa y Camarortes)
Huara
Superf.
(Has)
Cosecha
(Q.Q.)
23.2L7
239
2. 039
t o
rg
RUBRO
Alfalfa
TYigo
Maz
Quinoa
Otros cereales
Papas
Choclo
Otras
Hortalizas
Frutales
TOTAL
Superf. Cosecha
(Hds)
@.Q.)
507.O
20.9
108. 7
36. 7
9. 6
8. 4
42. L
384. 1
238.2
1. 355. 7
272.6 L6.235
L4.4 153
22.2 350
36.7 75
3. 7
3. 5 65
13. 3
43.9
2. 2( a)
4L2. 5
(a): En Huara-a.pa-recen: 5.26O peral es, 1.4O9 membri l l os, 1.336 duraznos v
40 ()Ero6 arboles rrutales, pero de todos stos estn slo 1.2g3 rboles ei
plantaciones compactaa (=- 2,2 Hs). DatoJ D.E.c-st;., i;i"";;;
Nac. Agropecuario.
. Llpg4yccin
agri-hortcola de Tarapac para el mercado no sobrepasa
los US $900.000;y la de Huara no
"s
-yor
e US $ 145.00d.
n
9J
aro del
Quinto Censo Nacional Agropecuano (1g75/76)
esta
proctuccln le inf'erior, como indica el siguiente cuadro.
Cuadro 3. Totales de Hectreaa en Explotacin g"f."I".
Hortcola
Tarapac
Huara
1964/65 1.355.2 Hs. 4t2.5Hs.
1975/76 (a)
1.131.9 Hs. 888.1 Hs.
(a): Datos prcvisorios; I.N.E., Stgo., 19??.
l'a economa agncola ganadera de Tarapac es insignificante p<rr
su
procructo tan pequeo, pero tambin por la baja productldad
del sector
agrcola,-como lo dem-uestran_los siguiente" du.io", .o.r".po.rdi"ntes al
Cu-arto Censo (1964/65).
Fn
Tarapa (entre
Loa y C"*"io"L.i haban
1481 explo.taciones agrcolas, en que trabajab^.r
-gso6
persons (22+5
hombTes 1416 mujeres; entre ellos
g9
nios menores y b6 nias menores
de 15 aos). En la comuna de Huara contamosi s16 explociones
agrco]1s, trabajadas por 820 personas (b43
hombre s y 277
-uir"s;-".,tre
ellos zu nros menores de 15 aos y 81 nias menores de-15 os).
Partiendo_dg la produccin para el mercado valorizada
".ti-rtiur-".,t" inferior a US $ 900.000 (Tarapac) y US $ 145.000 (Huara) _estimaciones
ms_ bien altas-, calculamos na pioductidad anual .oo inJca er
siguiente cuadro.
L'uadro 4. Productividad Anual del Sector Agrcola-Hortcola
en Tarapac (entre Loa y Camarones) y en la Comu-
na de Huara en US$ (f 964/65)
Basado en datos de D.E.C., Stgo.; fV Censo Nac. Agmpec.; 1969.
La productidad de la horticultura, concentrada en la cercana de
Iquique y basada en riego por caera, es mucho ms alta de lo que indi-
can las cifras promediadas de Tarapac y visualizan el atraso relativo del
sector tradicional (Huara).
Otro dato relevante para estimar la baja productidad del sector
agro-hortcola, especialmente en la Comuna de Huara, es la relacin
Hombre
(trabajador)/ Tierra (cultivada). Para todo Tarapac (entre Loa y
Camarones) encontramos 2,59 trabajadores por H. cultivada y en Huara
(con mayor abandono del campo y ms produccin forrajera) 1,99
trabajadores por H.
Como recutsos agrcolas, la comunidad de Huara -con una superficie
total de 6356 Km2 -posee 388,1 Hrs. de terrazas regadas de las quebradas
y distribuidas como siguelo:
1.
Quebrada
de Tarapac (hasta 2400 m.s.n.m.), 161,4 Hs.
2.
Quebradas
de Sibaya y Coscaya (hasta 2900 m.s.n.m.), 189,8 Hs.
3. Ibid., (hasta 3800 m.s.n.m.), 36,9 Hs.
En el tercer nivel, el ms despoblado, encontramos adems 27,9 Hs.,
recientemente abandonadas (=43Vo de la superficie all disponible de
buenas terrazas construidas)tt y por lo menos 451,5 Hs. de antiguas
tierras de cultivo regadas, que han sido abandonadas desde hace medio
siglo o ms12.
El segundo y tercer nivel nos interesan ms, porque pertenecen al
sector ingena de simbiosis con Cariquima. En la alta Corllera existen
tambin recursos de rulo pobre con una superficie aproximada de 437
4..,
y destinadas al cultivo de la quinoa, el haba y la papa13. Estas
tienas estn en barbecho por un 807o, descansando cuatro aos despus
de cada cosecha.
_
-Un
aspecto_m{ bien pobre ofrece tambin la ganadera de Tarapac y
de la Comuna de Huara, segrin los censos.
Los datos provisorios del ltimo censo agropecuano (1g75/76)
acusan a
nivel de proncia, una disminucin del soc,t de auqunidos de 6.148
cabezas (24,2Vo) y un aumento ovejuno de 6.946 (36,8Vo1. Si bien es cierto
que en la Comuna de Huara disminuy el capital ganadero, tenemos que
1ar_qu9 ]9s
datos dis_ponibles oficiales no son muy exactos. Los pastores
de la Cordillera slo dan cuenta de una fraccin de su ganado a los
encuestadores del censo nacional. Las razones son obas v los
recursos (para esconder su ganado) son mltiples. Lamentamos rro
ioder
comprobar el alcance preciso de los errores censales, debido
-a
la
remodelacin de los lmites comunales y a la reorganizacin de los
distritos censales internos en la Comuna de Huara" ocurridas en 1924.
Pero en 1975 (10 aos despus del Censo Nacional) hemos contado en el
sector ganadero de esa comuna, y observando los mismos lmites, en
total 14.885 ovejunos (4.059 segrin el censo de 1965) y 19.5?8 auqunidos
(5.801 segin ese censo) (ver Cuadro 6)1a y eso cuando es sabido que en
realidad durante este decenio e\ stock de ganado ha disminuido. Por lo
dems, calculamos que casi un tercio de la produccin ganadera se destina
al mercado (70Vo va al autoconsumo), y slo un t\Vollega al mercado por
las vas legales debido a las mltiples exigencias e impuestos legales, que
pedudican a los ganaderos autctonos.
Dato6: nuestra observacin y medicin estimativa.
Segln explic el DirectorRegional de INE, Iquique, se debe este aumento de ovcjuno r lt
explotacin ganadera de lm nuevoe bosques plantadc en la Pampa del Tamarugnl gr
parte de CORFO.
'|
0.
l t .
t2.
Datos: Dir. de Riego, Iquique; y F. Taberna, 1977, p. 47.
Datos: nuestra propia medicin.
Dn el mapa de O' Bri en (pl ano que mani fi esta l a quebrada de Tarapac... 1766) se i ndi can
varias de estas chacras ahom abandonadas. Cf. H. Larraln, El Plano de la Quebrada de
Tarapac, de don Antonio OBrien. Su valor geogrfico y socio-antropol@jco, en Norte
Grande, Vol I, Ns.3-4,pp.262-329, Stgo., 1975.
13.
1A
s
Cuadro 5. Soc& de Ganado de la Provincia Tarapac y de la
Comuna de Huara en 1964-1965
Tarapac. Huara
(entre kta y Camarones (Comuna
de)
Especie
Ovejuno 18.880 4.059
Vacuno 756 2].E
Burros 1.832 4gg
Mulos 354 109
Auqunidos 25.344 5.80f
Datos de D.E.C., Stgo. 1969; fV Censo Nacional Agmpecuario.
30
DA
Oundro 6. Sfoc de Ganado Lanar
(r975)
Sector Cultanz
(con7 ayllus)
Eepeci e
Llamas
Alpacas
Corderos
Total
Aos
1940
1952
1960
1970
55.909 53.7Vo 48.188
63.967 62.2Vo 38.822
98.260 79.7Vo 25.004
157.274 90.0Vo 17.416
en la Regin de Cariquima
Sector Cariquima Total
(con 8 ayllus)
8.228
270
b. / r c
r5.273
L0.240
840
8. 110
19.190
18.468
1. 110
14.885
34.463
Un cuadro expresivo para estimar el poco dinamismo y la baja
atractidad del sector agropecuario ofrecen los datos de los ltimos censos
poblacionales y de la vienda, especificados s_egn sector urbano y mral.
Por el estado simbitico de las poblaciones de Iquique y Arica, es necesario
considerar aqu la totalidad de la Primera Regin Administrativa de Chile.
Respecto a la situacin en la hoya hidrog:rfrca de Tarapac,.que es la
parte afucola del sector de nuestra
jnvestigacin,
Gaete (19751 451) habla
he una",vertiginosa disminucin de la poblacin' que en 1970.haba. cardo
iastta 22,6Vo"d" r,, nivel de 1862. Coh los datos que este inve^stigador
presenta, podemos construir el Grfico II. La disminucin ms fuerte se
ob.""u" eirtre f895 y 1g20. Un repune en 1930 se debe a la crisis
definitiva det salire, por lo
-que
muchos mineros voleron
(temporalmente) a sus tierras en la quebrada. Pero a partir de 1940 se
obseiva que el abandono del campo
-persiste
como un momiento
autnomo y sin la atraccin de un polo urbano-minero de gran dinamismo
econmico que lo expliquelo.
Sabemoi que siempre, desde el comienzo de las actidades salitreras-y
an en el sector en el anterior ciclo argentfero de Huantajaya, ha existido
una corriente constante desde la Precordillera de Tarapac hacia ls costa
v la
pampa salitrera, an con sus reflejos coyunturales. Sin embargo, en
ias ltimbs dcadas el abandono del campo ha sido con tasas crecientes
-an
sin la existencia de un polo econmicamente dinmico- como indican
las cifras de los dos ltimos cuadros. Este proceso autonomo de
Cuadro 7. Poblacin Rural y Urbana de la Primera Regin
Administrativa de Chile
(Aos 1940-1952'1960-f 970)
Urbana Rural Total
104.079 L00Vo
102.789 I00Vo
123.264 100Vo
174.710 t00Vo
Datos de D.E.C. e I.N.E., Stgo.
46.3Vo
37.8Vo
20.IVo
l0.IVo
emigracin y abandono constituye un segundo tpico en el- perfrl del
subesarroll, del sector agropecuario, que afecta a la comuna de Huara y
em
""i"r"*tl,
del sector
"grop".ntio,
que fecta a l comuna de Huara y
Cariquima con sus alrededores. Este cuadro no deja dudas sobre el abandono del campo y la
concentracin de la poblacin en los sectores urbanosls. El movimiento
migratorio hacia la ciudad aparece tambin en la distribucin de los
habitantes por endas, segn los sectores urbano y rural.
Las cifras porcentules acentudas algo por la terminacin de faenas de algunas oficinas
salitreras, por ejemplo, la osina de Humberstone, ocurrida en estas tres dcadas y por la
afluencia d habitantes provenientes de otras zonas del pafs que mnoci Arica despus de
1965.
13. La presencia delEstado
El gobierno de Chile, siempre consciente del atraso del sector
agropecario de Tarapac, de la
_absoluta
ausencia de inversiones
irifraestructurales
y la falta de capitalizacin del sector, como tambin de
l" tt"-ra" situacin de marginalidad poltica, social, econmica y cultural
d" ior .*p"sinos indgenas-y semi-inilgenas, se ha hecho presente desde
16. Informacin adicional sobre el despoblamiento de Tarapac rural oftecen:
Bodini, 1971, Bodini Y
otro6, 1976
Cuadro 8. Distribucin de Ilabitantes por Vivienda en la Prime'
ra Regin Administrativa de Chile y en la Comuna de
Huara(1960'1970)
Tarapac
Datos de D.E.C. e I.N.E., Stgo.
1960 1970 Diferencia
(1a. Reg. Adm.) hab.
123.064 L74.7I0
t?'9E:
"t*'
28.488 41' 358
.41' ??.
ir".ulu.
4.32 4,22
( 2'3vo)
1.934
Huara hab.
2.936 1' 028
' 1!' \E:
ico-,rrr"
Rural) ;'
1.213 1,88
')5:2E:.
ft"U.l"i".
2'42
G 22'3)
I R
32
33
Herrera, 1971,
l-n ocupacin chilena (1879) y muy en especial a partir de las ltimas
dcadas.
Desde 1879, la presencia del Estado chileno se hizo senti en la zona
indfgena de {arapac por nuevas autoridades externas, Alcaldes,
Inspectores y Polica, y nuevos lmites trazados y controlados por ellas.'
Ilstos lmites nacionales y comunales no siempre respetan los
conglom-erarios
_tnicos.
As la frontera con Bolivia cort partes de la
comunidad
-de
Isluga y de la de Carquima, obstaculizando las antiguas
relaciones de parentesco y de intercambio. Por otra parte, los lmites co-
munales emodelados en 1974 juntaron
en una misma comuna, Los
Cndores, fracciones de dos comunidades distintas: Isluga y Cariquirna,
quedando otras partes de ellas en las comunidades veiins de i{uara
(Cariqma, al Sur del Macizo de
Quimsachata)
y de Chiapa y Camia (Is-
luga-oeste y Precordillera). El criterio de las &visiones-administrativas
fue de tipo geogrfico y geopoltico, no de tipo etnogrfico, y se trazaron los
lfmites generalmente por las cumbres de los cerroJ, procuiando siempre el
fcil acceso y gontrol desde el centro administrativo proncial, Iqique.
los
trmites obligatorios en Registro CiI, Cuartel, Municipio,'Juzgdo,
Gobernac^in_ y Tesorera, orientan la poblacin indrgena Huar. y t
Tguique, facilitando el control poltico y dministrativoln ese territori de
diffcil acceso. Igualmente, la administracin eclesistica se centra fuera
del s.ector indgena:.en la parroquia de Huara y el obispado de Iquique.
En forma negativa se hizo sentir la presencia dei Estado,
^en
iuanto
ste dej subsistir, despus de 1879, un vaco en la legislacin indrgena
aplicable a las tierras andinas conquistadas del Peni. uncr r"conoc] la
ley chilena las comunidades armaras como entes jurdicos,
ni la propiedad
comunal de tienas como una forma particular de la,propiedad.- Esto, s,
fue el caso para con las comunidades mapuches de la Araucanal?. La
estrategia
-en
Tarapac fue ignorarlas jurdicamente para liquidarlas
social
.y
culturalmente. La comunidad, por no tener existencialurdica,
era incapaz de_
-poseer
tierras comunales, las que pasaron
automticamente al fisco, que, a su vez, las asignaba en propiedad privada
al_que las solicitaba pagando los derechosls. Esto dio oportunidad a gran
m_9ro
de pleitos entre indrgenas y an entre stos y blancos. Este vaco
jurfdico
intencional ayud mucho en hacer dernmbar las estructuras
sociales autctonasle.
I 7. Cf. P. Koster, 1978, y la bibliograffa alll citada.
18. Para informacin detallada, ver A. Agu.ilua, Las Tbtas Fiscals de chilz, sanhago, rcr-
RA, 1976 (con cuadros anexos para la zona norte).
19. si n.embargo,Dougnacconcl uyequeesto6aymaras,portal moti vo(del vacfoj urfdi co),' ...no
eniendo ley alguna de carcter especial que contradiga su situacin jurfdic anterir, du-
rante la Colonia, y habiendo recolocido la Repblia de Chile el derecho espaol codifrcado
en Ia "Recopilacin de Leyes de Indias" (168), el que aceptaba la costunibre como dere-
cho...., que loe grupos indfgenas citados estn regidos por su erecho consuetudinario, estab-
lccidos por sus usos y costumbres', (Dougnac, 1975, p.-4J7).
.
D9de la ocup-acin chilena, aparecieron las misiones exploradoras y
cientficas, enadas por el Gobierno de chile para inventariiar la tierra
conquistada y para esudiar su geografa" poblamiento y recursos fsicos2o.
Fl
Estado, junto-con
los empresaris inglses, hizo unierio esfuerzo para
levanta una infraestructuia econmic al servicio del sector exportador
(scl. del salitre)2l que afecto marginalmente a la kecordillera. Los cami-
nos de-penetracin, para llevarse los productos forrajeros y chacareros al
mercado urbano-minero, las captaciones de aguas en la
prcordillera
para
el uso industrial y domstico en la zona uibana-mine22 y
un intento
frustrado de la construccin de un embalse en Pachica, destindo ms bien
a la produccin energtica para el sector salitrero, dan prueba de estas
intenciones: una verdadera infaestructura "hacia fuera", y no al servicio
* .1"-
economa agropecuaria regional. La empresa geotrmica de
Puchuldiza, en vas de construccin, destinar su producto energtico
tambin a la zona urbana-minera y a la exportacin.
La presencia del Estado se hizo sentii ambin en un esfuerzo muv
1o-t-ori9
por la educacin pblica escolar, inscrita dentro de una poltica de
chilenizacin- y culturizacin y orientada a una plena inte'gracin y
asimilacin de los grupos aFnaras en la nacin y la cltura naciJnal chile-
na.
-La
alfabetizacin, la castellanizacin y la-enseanza tcnica corres-
ponden a un intento general de modernizarla economa agropecuaria. La
edu_cacin pblica en el se_ctor rural de Tarapac se extendi mpliamente
9n_ !g
a19s treinta, con fundaciones escolares en
pisagua
(190), parca
(19q?,
Uamia
(1934),
Chuzmisa (1935),
Jaia (1936), y Mii-Mii
(1937). Entre los aos 1950 y 7970 sobreno un r"nouao- esfuerzo de
chilenizacin mediante la fundacin de 24 escuelas rurares ms en
Tarapac. En 1976, estaban matriculados en las 84 escuelas rurales
primarias de Tarapac (entre
Loa y camarones),
gz6
alumnos atendidos
por 60 profesores. Por el esfuerzo del Gobierno entre 1930 v 1970 se
d,canz un grado notorio de alfabetizacin como lo indica el- siguiente
cuadro:
'$
i
Cuadro 9. Alfabetismo_ plr Sexo en el Sector Rural de Tarapac
(Comunas
de Negreiro y Huara), Segrin el Cens^o de
1970
Hombres Mujeres Total
Analfabetas 209 (I9Vo) 442 (48Vo)
651 (B2Vo)
Alfabetas 896 (8lVo)
487 (52Vo)
1.883 (68Vo)
Total 7.105 (r00Vo)
SZS (I00Vo)
2.094 (L00Vo)
Datos del I.N.E. Censo Nac. 1970; Stgo., 19?6.
20. Mencionamos las misiones de A. Bertrand, 188b, F. San Romn, 1890, y A. caas
pinochet,
19t2.
21. Cf. Bl akemore,l 9TT (cap.2).
22, Efecta negativo de esta construccin ha sido la prdida de varios oasis aglcolas, cgnrr
Chintaguay y Matilla, sarificados en aras del progreso de la economla mineri- cxp<rrrrr,
34
_
J3
En el sector denuestra investigacin "Cariquima", el Gobierno chileno,
meante sus sercios pblicos permanentes, est presente en la siguiente
forma:
Retn de Escuelo Posta de
Carabineros Telecornunicaciones
Cariquima si si si
Quebec - si
Villablanca - si
Chijo -
si
Cancosa si si si
Coscaya - si si
Sibaya - si si
La llamada Ronda Mdica, del Sercio Nacional de Salud (S.N.S.),
atiende, desde Iquique 3 4 veces por ao a aquellos pueblos del sector
que eskin conectados por la red de caminos transitables para vehculos
motorizados.
Las actidades realizadas por CORFO, INACAP, Vialidad y Riego, son
ms bien insignificantes en la z,ona y ofrecen aportes mis bien simblicos
para subsanar la casi completa ausencia de una infraestructura econmica
en los valles altos de la Precordillera (Coscaya, Poromo, Sibaya,
Limaczia) y en la Cordillera adyacente. Con tazn, el director del
Instituto de Desarrollo Indrgena (I.D.I.) pudo calificar al sector
agropecuario de Tarapac rural como "un lastre para la economa
chilenazs. Este Instituto, adems, limita sus obras asistenciales en
Tarapac a un nmero reducido de becas estuantiles concedidas a
jvenes indrgenas que desean proseguir sus estudios tcnicos, medios o
universitarios en planteles urbanos2a.
El Estado se hace presente, con objetivos de chilenizar la poblacin
a)mara y mantener la legalidad chilena en el territorio, por meo de la
escuela (ver arriba) y un aparatoso esquema asistencialista, relacionado a
las peridicas campaas electorales con su sistema de clientelas. El
asistencialismo se demostr especialmente de 1964 a t973, cuando una
variedad de recutsos institucionales pblicos fue mor-lizada bajo la
coordiancin de CORFO: el Servicio Nacional de Salu.i (S.N.S.), el
Instituto de Capacitacin Profesional (INACAP), las Direcciones de Riego
y Vialidad del Ministerio de Obras Pblicas (MOP), la Empresa Nacional
de Telecomunicaciones (ENTEL), y el Instituto de Desarrollo Ingena
(I.D.I.[ Al objetivo de la chi]enizactn corresponde tambin la presencia
del Estado por meo de la Po]ica (Carabineros de Chile), con sus
mltiples servicios de control, y' la introduccin del Sercio Militar
Obligatorio y generalizado en zons indgenas.
23, En entrevista concedida en agosto de 1976.
24, Cf, IDI (1973), Idi noti ci as; D.L.384;385 (10 de marzo de 1971); D.L.92(4 de febrero de
rs?D.
1.4. Las polticas
del desanollo andino
La presencia directa e indirecta del Estado chileno corresDonde a una
Iisin
poltica de los_ grupgs dirigeltes nacionales de Chil respecto a
Tarapac,-que gabe ahora disear. La anexin armada de Tarapac por
p-art-e
{e
chile (1879) y la incorporacin definitiva a su territorio nacional,
obedeci_a- una poltica francamente expansionista que domin la historia
chilena del siglo pasado y que se dirigi abiertamenie a la posesin de los
ricos yacimientos calicheros y otras riquezas minerales sospchadas en esa
provincia peruanas.
La expl-otacin dg Tarapac fue la de una tierra conquistada y sigui el
modelo del colonialismo clsico: organizando y ampliando indenida-
mente una economa minera_exportadora a gran escala y de tipo enclave,
controlada por el centro chilenb (Santiago-Valpararso),-aliado
al capita
inglgs,
cgn u_na estrategia
-de
inversiones infraestructurales mnimas y
funcionales destinadas exclusivamente al sector exportador y con una
poltica econmica de reorganizacin total de losrecursos regionles al ser-
cio del sector minero26. Recursos humanos, hidrulicos y agropecuarios
tueron un nuevo destino en funcin de la produccin salitrera, y fueron
explotados de manera abusiva y agotador de acuerdo a los'itereses
trascendentales del sector minero exportador, El concepto de Progreso, o
desarrollo, como meta y programa, eia aplicable al sl sector ecjnmico
dinmico dentro de esta visin poltica colonialista que dur hasta el fin
del ciclo salitrero (1929).
En las siguientes tres dcadas el "Desarrollo
Andino de Tarapac" era siempre considerado como un posible desarrollo
minero alternativo (del cobre, borax, plata" petrleo, azufre, etc.), pero
siempre en la perspectiva colonial clsica de extraccin de un mixim de
riquezas minerales exportables contra un mfnimo de costos invertidos en
la regin27. Esta forma de explotacin agudiz la contraccin entre un
polo cada vez ms po!r", subdesarrollado y agotado (andino) y otro polo
urbano-costero, transitoriamente dinmico y considerado,dearrolldo,,
aunque-se era consciente de su posicin dependiente de satlite regional,
de su futuro precario y de su carencia de vida econmica prpia y
autoconcentrada2s. Podemos afilmar con Prez (1977) que recin a partir
de 1959 los gobiernos de Chile empezaron a sualizar el subdesrrollo
progresivo
.del
sector andino como problema relevante por sus graves
consecuencias demogrficas y geopolticas. La poltica de desrrollo
econmico del presidente Alessandri (1959-1964)
consider una decidida
estrategia de plena lntegracin econmica' del territorio andino en la
25. Cf. Blakemore, 1977 (cap. 1).
26. Cf. Silva, 1913; ODEPLAN, 1968a.
27. Cf. Prez, 1977, p. 7.
28. Cf. Harms, 1930; Ampuero, 1965.
conomfa nacional2e. A tal efecto ampli la red de caminosso y encamin
un
rprograma
integral' de desarrollo por medio de CORFO, que pretendi
cBiatir y equipar en trminos comunitarios las diversas poblaciones de
Tarapac rura-I. Se trataba de asistir a estos pueblos con todos los equipos
y principios de organizacin comunitarios con que contaba la ciudad,
'urbanizando'as
a los indgenas de las quebradas. En la quebrada de
Tarapac, CORFO constituy en ese perodo 7 cooperativas agrcolas,
ubicadas en Sibaya, Limaczia, Huaa, Laonsana, Pachica, Tarapac y
lluaraczia. Estas cooperativas tuvieron una da corta por el sistema
organizativo forneo que se les impuso31.
La polftica de desarrollo andino impulsada por el el presidente Frei
(1964-1970) se caracteriz por una planificacin regional a mediano y
largo alcance, basada en dos polos de desarrollo rural: la reforestacin de
la Pampa de Tamarugal y la dinamizacin de la economa agropecuaria
alto andina en Isluga. la reforestacin de la Pampa del Tamarugal cubri
entre 1964 y 1973, 23.874 Hs., y dio la base para la produccin ovejera en
gran escala (de 45.000 ovejas).
El proyecto menor de desarrollo agrcola-ganadero en la alta Corllera
de Isluga (desde 196?), cont con una inversin del orden de US $ 220.000,
pero tuvo resultados desalentadores ms bien por la falta de experiencia
tcnica a estas alturass2.
La estrategia de trYei estaba diseada por la experiencia de los fracasos
anteriores, apoyada por un gran esfuerzo tcnico y financieross y orientado
al problema geopoltico del subdesarrollo andino34. El objetivo de la
integracin nacional mantuvo gran prioridad y la dinamizacin de la
econorha andina fue planificada de acuprdo a los intereses urbanos y
nacionhles, fomentando la producein chacarera y frutcola para
"l
mercadb y proyectndose de paso una significativa produccin energca
geotrmica. Los tcnicos de CORFO que planificaron y ejecutaron estos
programas lograron una molizacin mnima de la poblacin aynara, y su
fracaso parcial se observa en la persistencia de la emigracin rural.
La poltica del presidente Allende (1970-1973) respecto al desarollo
andino no abandon las prioridades de Integracin Nacional y de Seguri-
dad Geopoltica,y aq:reg al enfoque tcnico-financiero de la fase anteiror
29. Cf. CORFO, Memoria de Actividades, 1963, Santiago, 1964.
30. De este perfodo son los caminos de penetracin de Alto Mcha a Huavia; de Tarapac vfa
Pachica a Laonsana, y de Pachica vfa Poroma y Lirima a Cancosa - todoe en la hoya de
Tarapac.
31. El 'Programa Integral'de CORFO aplicado en la quebrada de Tarapac en el quinquenio
1959-1963 cont con un presupuesto'de E 400.000 -equivalente a US$ 1.100.000. l,os fondc
provenfan del presupuesto de capital de CORFO y de los fondos de la l,ey 16.624 del Cobre
(cf. CORFO, 1963, p.23).
32, Para una descripcin y evaluacin del proyecto Isluga, ver Prez,1977, p. 17, ss.; CORFO,
1967; CORFO-NORTE, Memoria de las Actividades del Instituto Corfo del Norte,
1968-1969 (ed. Mimeograf., 1970); ODEPLAN, 1967; ODEPLAN, 1968b; Lanino, 19?6.
33. Cf. ODEPLAN, 1968, p.36.
84. Cf. Prez, 1977, p. 13.
una perspectiva
socio-cultural: el programa no se quedaba
estrictamente
en la esfera socio-econmrca
sino que ie asentaba
"i-.o"o"i*i-".rti,
"rrt"o_
pologic-gs y en objetivos de desanollo social y ro"io-.,riiooiG.^-"drt"
".r_
foque dio cabida a un-a resin radical- aunqe pasaera, por ra brevedad
de este gobierno-
de los prog""-"r
"".".ici""t"
y
"a" 'd".r*olto
"o-r-
nitario,-resin con un criterio antropolgico y con cierta tolerancia o
permisibilidad para la identidad culiurai"nna.
La poltica del gobierno
militar de
pinochet
(fg7g)
signific la
continuacin acentuada de ra lnea dura de integracin nacional y
seguridad territorial, con
_
criterio casi exclusi"#;;;- g";;;itco y
demogreafico_v
abanonando roda tol"r"nci;
;;;;
l" iiti?"""oltor"l
autctona. Los orogramas de desarollo sobal y .;i;;l ;"di"o ."
tradujeron en trmins " .rui"i^.ihif.or,"i"rzacin
nacionar. Los
programas
costosos de desarroilo econmico andino, r;;;.;;;;. fueron
paralizados (esp.
los o_rqe-ctgs del TamarugJ
t6t'.1";;";;;sr"*".
asistenciales feron iambiados por proye.os
.concienti
zadores, de,educa_
cin para adultos en zonas fronterizs'y a";"s",.reI"" " .o".""t
".in,
con
internados para
alumnos armarass. rioridad- tienen
"qn"i.
pioy".to.
de desarrolio econmico qil pr;;;r";
;;_fi ;;^i,ii"ii""i ",lrlvor".
excedentes a ms corto plaio, vlvi"o.e
".i"""i" "ir'trJ.i"o
"
crecimiento hacia afuera por medio de ras exprotacin-
"*-t""tiu"
y
exportadorasT. E n e ste m,arco fqelon em p ujados t-
";,
oi;;;;;" t?._i.or,
y mineros (del
cobre y del uranio) an si Ostos signifiq"n ,r'l-i.ruoluciOn
prog'resiva
del sector agncola y ganaderos
. borr'".to.
"".Li""t".
r.e99rdan1o9 el enfoque aJv-argas tO-Zg), quien "fi"" l"."r,Li.ri"
*liti."
chilena del Desarrilo-Andin
a" r"rip*r como un franco coloniarismo
interno,.g]e
fespug
de un vacitante nuncio d" p;;;;"t'ilgo""
recrudeci bajo el militarismo de
pinochetse.
Los efectos de la po-lit"
" ".arrollo andino han sido notorios
tambin en el nivel cultu;al. Despus a"
""a
t"rg"i""y".f"""1'pio.".o
dirigido de transculturacin
"n.ntra-o.
;. iil";;; n""i]"t""-",
pautas culturales aJ.rnaras. Aunque
i"
gr mayoria de la' poiaciOn
campesina habla como su primr idioa
"l
oJt"li""o,-q""Ii"'r.so
personas que se erpJesln en su idioma indrgena. Las fiestas y
"eremonias
autctonas son celebradas entre ros pastoies cordiileranos," p"rJ""nrr"
los agricultores de las quebradas
ro" ir".t". "i;;;; d";.,iilrir""on
son ms visibles y las fieshs y ros ritos autctonbs ," ."-pt""-po", Lo.
35. Cf. Prez, t977,p.22, se.; Uni dad
popul ar,
l 9?l ; IDI, t97L; tgl ' ; ODE' LAN, t9?2a,
1972b; CORFO, 1922.
36' Estos pmlPclo.' fueron dotados con amplio financiamiento,pero
er monto de los fondos
nunca fue dado a conocer.
37. Cf.Pre2,1977,p.29;ODEPLAN,
l 9?4;CORFO0NCONOR),19?4;
IDt, l g?5; 1926;vase
tambin el Peridico de la Intndencia ae lquique, ts nrrmeros l_o <iS71,tr6i.^-
'-
38, En 1977 se dio comienzo a la exploracin de recur'os hidrulicos en
pampa
Lir:ima, para la
captacin de las aguas de esta zbna agmpecuariacon *ti;;i"-grr;';fi"i#
;irg"*"
y Cerro Colorado.
39. Cf. Vargas, 1978.
38
H
d . . r . - , - : - . s, 4L
reabos de la organizacin social y econmica aymara encontramos
tambin en la zona: los sayas y ayllus, el ayni y las faenas; el trueque de
productos eatre pastores y agricultores; etc. Pero estas formas tpicas
Btn en todas partes en franco deterioro y su normatidad est puesta en
cuestin por la juventud y por grupos 'dinmicos y modernizantes', tal
como se llaman las sectas pentecostales. La escasa atencin religiosa por
parte de sacerdotes catlicos no alcanza en promedio ni a una sola
sita pastoral por ao a cada pueblo, de modo que el catolicismo
sincretista colonial de la zona, por falta de dirigentes y prdtica ritual,
parece en estado agonizante. Los templos ofrecen un aspecto de abandono
rtual. Misiones adventistas y pentecostales, de gran dinamismo
proselitista, se hicieron presentes desde hace dos dcadas y aportan tanto
a la modernizacin cultural como a la desorganizacin de las antiguas
estructuras de la comunidad y a la prdida de la identidad cultural propia
de los comuneros. En resumidas cuentas, la antigua comunidad y-su
cultura demuestra una situacin de desintegracin progresiva.
15. La economa de Cariquima
Sabemos que los censos chilenos, en zonas aisladas, no tienen un
alto grado de precisin ni de confiabilidad. Un medio analtico con datos
ms completos y especficos se impone para tener una idea cabal de la
economfa de Cariquima, estimada representativa para el sector andino
de Tarapac. Con tal objetivo hemos realizado un censo local, a modo de
sondeo en el caso del grupo de pueblos pastores ubicados al Sur y
Suroeste de la cadena de nevados de Cariquima: Cultane, Cancosa,
Lirima y Cochane, y del grupo de pueblos agrcolas adyacentes con
que
_histricamente
han existido relaciones de intercambio y de
complementariedad: Sibaya, Coscaya, Limaczia y Poroma. Las razones
de esta limitacin fueron: la amplitud del territorio completo y el largo
tiempo preo de presencia personal necesario para merecef la confianza y
cooperacin voluntaria de la poblacin en un registro completo de la
economa comunitaria y domsticao.
Cultane, el ms ntiguo pueblo de pastores, es considerado como
'Santuario' subsidiario al de Cariquima, lo que indica que a Cultane
corresponde la categora de 'subcentro' de la comunidad auctona. Este
pueblo existi como estancia dependiente de Villablanca, desde hace por lo
menos 350 aos, y se desarroll como pueblo autnomo desde hace 60
aos, teniendo desde entonces su propia iglesia y sus fiestas patronales.
Se inserta siempre dentro de la Comunidad de Cariquima, aunque las re-
laciones no son muy estrechas a causa de su ubicacin aillada res-
pecto al pueblo central. Cancosa se desarroll desde hace 25 aos, a partir
de una estancia del mismo nombre, por colonizacin desde Cariquima.
Lirima, en un mismo momiento de independencia respecb a eulhne,
40. Despus de haber realizado la observacin participante dumnte varios aos en el sector de
Cultane, se habla alcanzado suficiente grado de confianza con los habitantes, pa.ra obtener
informacin completa en este censo.
se est actualmente desanollando como pueblo, desde su categora
tradicional de estancia. Estos desarrollos no coiesponden tanto a un
crecimiento demogrfico sino ms bien a antiguas rivalidades y a un
desmoronamiento de las antiguas- estructuras
"oci*ales,
pero expresan
tambin la tradicional ineslabilidad de ros ncleos habitacionalei de L
pobJacin pastoril.- Una cadena de cerros nevados en que la
euim_
sachata es la cumbre ms alta (5.995
m.s.n.m.) dide la regin de bari-
quima en dos partes, motivo del aislamieno relativo de cul'tane, canco-
sa y Lirima -cada uno con las estancias que le pertenecen- repecto a
Cariquima.
Los resultados de nuestro censo, que creemos tiene mayor precisin,
sgn e! qeleral ms favorables que aquellos de los censos ncionales. La
4:ryi4
de poblacin es algo superioi de lo que dice el Censo Nacional de
1970; la produccin agro-hortiola es algo-superior tambin; el mismo
caso con respecto_al stock de ganado. hesentamos aqu los daios bsicos
de este censo local realizado en 1g75.
L. I'a poblacin (Cuadros
10, 11, 12, 1g). Se trata de un total de
g9Z
personas' d9 l* que una parte relativamente grande (scl. 38g; o Bg,g7o)
ve hasta 10 meses por ao fuera de la zna. Esta "pobacin no
residente" son los lugares que por razones de trabajo asalariado o por
otras razones econmicas o sociales ven en el puerto de Iquique, en
algn campame-nto minero u otro centro econmico. Algunos L uos
llevan_ esposa e hijos.,Hay tambin unos estudiantes y coscriptos entre
ellos (ver^nota
bajo cuadro 10). Es el grupo que se encuentra en la
prilgra
{ase_
de enigrac'tn, pero poseen gnado y/o chacras en sus
queblos. La fertilidad es alta; stso a la poblcin autctona tiene menos
de 20 aos y 26vo tiene menos de 10 os. Hay relativamente pocos
ancianos; LTVo es mayor de 40 aos y 2,4Vo mayor de 60 aos.
{s$ngul91d9-y
comparando. 3 grupos d edad: jvenes (0-19 aos),
adultos (20-39) y maduros (40 y ms) vemos grandes dif'erencias de
porcentajes entre residentes y no residentes (cudro
12). Esto vale en
particular para el grupo de adultos, que constituye el 2B,gVo de la
poblacin autctona no resid^ente. Este grupo de eda es ms propenso a
la emigracin temporal (y
definitiva).
-
La_ pobl-acin no autctona (funcionarios
del gobierno) consiste en su
totalidad de hombres entre 20-39 aos. En la poblacin autcona
encontram-os un 41,LVo de hombres contra 48,gVo d,e mujeres.
pero
en la
parte-residelte de ella encontramos una mayora de mujeres (S4,5Vo); y
este desequihbrio se agudiza en el grupo de- edad de loJ adultos'(20-g-g
aos), donde las mujeres alcanzan el 6g,07o. En la poblacin autctona
encontramos muchos matrimonios separados temporalmente por motivo
de la emigracin laboral y estacionaria. El terri-torio de los^
g
pueblos
censados tiene una superficie de aproximadamente 2.556 lim2. La
densidad total_de la poblacin de (99? personas) alcanza solamente 0,89
personas por Km2. si consideramos solamente la poblacin residente (60g
personas) este cuociente es slo de 0,24 personas por Km2.
2. El stock de ganado (Cuadro
14). El ganado que se alimenta con los
i
l
40
4L
pastos naturales comprende-g.rpg_llamas,
2?0 alcapasar, 6.775 onos y
caprinos (los.caprinos
son slo 145 cabezs y se encuentan todos en la
zona.agrcola) y 309
!y*o:
(de
los que slo-lg2 .o., *r,i-i", L
".rg",
siendo los otros manadas de animales semi_salvaje",
;;;;;;
para el
auto-abastecimiento
local de carnes).
3.4 pr4"ccin (Cuadlgs
_1b,
16, 17, 1g). La produccin de
pff?g?,
931_:."","-*.ota
re74_7s'atcaz in t4r " uST a?. 824,47;
lYo-I^|-nt-,_no.per,cpita,
si se considera solamente la poblacin residenie).'
La prooucnvrctad-por
pglsgla es baja, pero en la heordiltera alcanza un
punto-ms (con
US $ 155,33 p3r_cpita) que en la Cordilier,
"o"pt"."o
el pueblito de Lirima, qu se'dedic ptu.rtor.mente
"
iu-""'L*til".
para el mercado. Los otros puebios. de. pastores (curtane,
cancosa,
colchane) atcanzan solamenre "".p*a"..i;;;5
d ltf; cdpita.
Para tener una idea de la produccin total, h.y q,r" agregar a la producin
de mercado aquella destinada al trueque "ittio d"-ir;;";.1; es fcil
calcular estos montos con cierta precisin. A tal efecto hemos examinado
en un sector ms reducido el grado de la economa de auto-subsistencia,
a
sabe:
_en
los pueblos de L]rima y
poroma
(Cuadro-
i-S, lOi--O" lo"
resultados conciuimos que hay
.oy^lqir;l
if p*a".t
ffi'p"r"or,r,
registrada en Lirima, la suma-de S $
g-o,ZZ
(i.".
"fm-o"to
"'lL .Iru.,rlo.
qe
consumo provenrentes
de I1 p-ropia produccin y de la
precordillera,
obtenidos mediante trueque). De la;is;;
-rn".u,
tenemos que agregar
a la produccin
de mercado registrada
""
po;;;;l;
.;;;""ii
i no,to
por persona. En consecuencia
-si Lirima es representativa para ls demas
pueblos de la cordillera- habra qrr" ,gr"g.i s^rs * us
g
oiii JLtd del
producto de mercado generado en'aque"llo pueblos. p";
;;;
].it ,
to.
pueblos agrcolas dJ ra
precordili;r;
-Jp""i""a.-u *pri"liir."
*: l:r:ll,:=",
este aspecto- atcanzanan- ;;;;-;-;" l"t"li" ziil us
g
vu'ru agregaqos al producto de mercado generado
alr. Er resultado ro
resume el Cuadro 21.
I.
d," inters especificar ms ra produccin
de mercado segn ros
sectores (agricultura,
ganadera,
textil) y los rubros
"" """-""o
J3"llo..
Los Cuadros 16, 12, 18 cumplen'.or,
"""
bi"tivo.
4. El consumo (Cuadroj
19,20). Los dtos en que nos apoyamos para
analizar las pautas de consumo-en la zona, t".nir'o., ""ri'i.i"ig""io"
reducida y profundizada
en Lirima y
proma,
ao"a" to".-ia!-iamilirs
autctonas residentes fueron examinadas. Las pautas de con"umo
"n
cor_
dillera y en Precordillera demuestran, a p""* ,i" ,., .i-ilitrrl.ril.rr.i"t,
diferencias muy caractersticas, que .p"."., po.r un
""i"i.;;$;;io "
.r,
origel. Los agricultores de ia-
precqrdilera
(en este caso
poroma)
de-
muestran una economa ms modema, ms productiva y ms integra-
da en el sistema de mercados qu.e lo p.r"i e CorAtera
li.. l,l_
ma); los primeros, sin embargo, destinan un porcentaje
mayor (ii,AE
a"
su presupuesto familiar al rubro vveres, q"'e
19,
.egu"ao (q;"-hg"r""
con slo 59,8Vo). Al mismo tiempo, los rbios fi;"t"-r;-;G;l;;;rr._
p^olh:" ocupan una parte muchohayor en Lirima
i27pdd q;;,poro_.
(9,[Vo).
4l' El v censo Nacional Agropeuario (r9zs-r9?6)
registr solamente 4.827 auqunidos
fllamas y alpacas).
De hecho las. regiones retiradas y aisladas de la cordillera exigen
grandes desembolsos para transportes, an si stos se realizan en gran
parp con medios propios: el burro. Por otra parbe vemos tambin qe el
producto agri-hortcola de la Precordilleia encuentra un precio
relativamente_superior en el mercado urbano, que la carne, produco de la
ganadera de la cordillera. Esto es debido no-slo a las distancias y los
problemas de trSnsporte sino tambin a un factor no econmico, que Ls el
desprecio de la carne de llama por parte del consumidor urano; este
factor claramente cultural (que en el-fondo significa: el rechazo e los
artculos de consumo tpicamente indgenas) afecta tambin a la quinoa, el
charqui, el chuo, los textiles y en menor grado tambin el ma2.
por
todos estos factores puede ocurrir que el productor cordillerano venda tres
llamas (270
kilos bruto) paa poder comirar dos sacos de harina de trigo
(82 kilos) en el mercado urbano. Esta situacin explica que -en trmins
monetarios- el auto-consumo en la cordillera sea inferior l auto-consumo
en la hecordillera; y explica tambin los porcentajes relativamente bajos
del presupuesto familiar de la corllera que se destina ar rubro "vverei".
otra particularidad es que el consum festivo en la cordil era arcanza
casi el triple de la Precordillera. Esto @urre como consecuencia de la
luyor
importancia social, cultural y religiosa, que all se da a las
fiestas tradicionales. se trata de una poEtacion e pastores de orienta-
ci.n tradicional que^durante el ao ven y explotan en la mayor soledad y
aislamiento geogrfi co.
.
Con respecto al olge_n de_ los artculos de consumo, vale anotar que,
inesperadamente, en la cordillera el 65vo del presupueso familiar va a
artc_ulos adquiridos en el mercado urbano, mientras que en la
precordille-
ra -de orientacin ms moderna, de mayor contacto cbn la ciudad- slo el
6LVo.del presupuesto se destina a artculos urbanos. En gran parte
podramos explicar estos porcentajes tambin por tas difrencias de
precios y. los-monopolios locales de-transporte automotriz, que en grado
ms fuerte elevan en la codillera los prcios de los arbcls adqui"ridos
en el me_rcado (y reducen all ms los ingresos por los productos codillera-
nos en el mercado urbano).
Con estai observaciones, se entendern los Cuadros lg y 20 en forma
mejor en su contexto social y econmico.
Existe un dficit cuando_comparamos el ingreso monetario, generado
por la produccin de mercado y el consumo mnetario (Cuadro
Z). Si.,
considerar l?s imperfecciones de la registracin censal, las que en nuestro
caso son irrelevantes, suponemos que este dfrcit se cubre por dos fuentes:
primero, el ingreso monetario de los trabajadores migrants ("la poblacin
autctona no residente") y, segundo,, por algn ingreso monetario generado
por una compra-venta oportuna de radio transistores, etc., a modo de
contrabando y p_articularmente en Ia cordillera. Estas fuentes de ingreso
son escasas y difciles de registrar. No figuran en los esquemas de ingreso,
porque nuestros datos al respecto no son completos ni cofiables.
-
.
-Lo
que-no se distingue el los cuadros de producto-consumoy los
balances de intercambio con el mercado urbano
-expresados
en moneda,
es la asimetra en los trminos de intercmbio entre la (pre)-
cordillera y la ciudad. Por la regulacin asimtrica del sistema de precios
I
42
43
de intercambio, se poduce
un proceso
de perdida
de prusvala que es muy
grrrnde
en la Cordill^era y
""*i"""U1"-"I-r
l. hecoidillera.
bl artculo
lfsicg
de pago que
"Ir*q
."1
p;t"tl;
r" c".ali"."-'poi'ro."'"rrcuros
de consumo de origen/elaboiacin
urbano,
""
l" ."rri"
-a""il"-o.
El
agricultor de ra hJcordilera
ofi;";-;;;o.
"rti."i".,'pJr"
"-poaemos
ccnsiderar el marz como su artculo as." "i""."#
"J"ddid
"r,
Io.
trminos de intercambio
respecto
"
l* pr,n.rpares
artcuros de consumo
adquiridos en er mercado .rr.no ;o;;.
""';i";d-*
i,*o.,a" to.
::l?_If^.-d:
p"go estn_expresados
""'Ufo.
" maz para t" nl.oraitt"r, y
en kirlos de carne de llamo para la Cordillera.
t;;;"il;ir"*.,
explica que el proc-eso de inLgraci*
; r; comurridad
en la
'economa
de
mecado resulte
"lr?T"-,1*
asvent"osa- par. la ;;;;, ;;"di;" y ,r"
haga ms que ag'dizar el subdesarroilo, y que el mecanismo de mercado
:,.y."i:rp.tr
que la riqueza producida
en'l sector rural se concentre en la
cludad.
Resumiendo
las
-
caractersticas
de estas mini-economas
hemos
:"fi
.
n*#a
posi ci n bsran re r.r.1gi
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J J"?.".p
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no.integracin;.,""#"ff
lft#:lf,
Tl'"?;9".Htn,?:iliil;#,:"j:
dominante. La integracin_a"esf"vr"l1"
"rp""."
en una relacin de
intercambio
tal que'el
producto
;;;;; en er sector agropecuario
se
drena hacia la ciudad; en er no u..;;;.""ir*""J#-iffiil"i!"pr".ro.,
y en la dependencia
.{e
intermeri*--it
"".spotistas,
comeriantes,
emp-leados pblicos).
Finalmente,
;;iil"'en la cordilera todas esras
condiciones en forma ms
?gu'riraa"
q"" en ra he-cord'lera.
Esta
diferencia desfavorable, p"t" ti pour""ioti-pp11,
".ti-,ri"
l" iriigracron
bi-fsica de la cordiller r r" n"itiu""
"iii;i;;;e;
-"'
f.6. Conclusin
Resumiendo
v concluyendo este captulo, vemos que la fisonoma del
subdesarrollo
de-Tarapai-Rur"l
-".i'."J.terizada
por una situacin
geogrfica
de difrcil acceso, y de gr; aislamiento.
Es una verdadera
19S9" de refugio", segrin l .o""Ep.il" e
fuuirre
(1962),
adonde se
retir, para sobrer cull*:t
-l
9lTt;",i"'p"Ul."i"',.fr"Jr.,
".,
de,fena
-de
su- indepenoencra y autarqua conrra ra penetracin
del
colonizador'
como tal, es una regin caracterizada por sus escasos
recursos natuales arropecuario.
a""i"i"r"r urbano, por la no inversin
infraestructural
v
por-la'b":"
pt"".ti"i""ilg"r.or"-ganadera
y artesanal
en trminos de eonomas monetarias.
Los censos poblacionale,s
i"i.""
"""
corriente- migratoria del campo
hacia la ciudad. que
se agudiza;i;;
;i;*;
qz..h".'.'"lpiiii'p,irri."
y la administrain
ori"ulrca
";;-";i;;srencra
de un considerable
atraso cultural entre ia pobt".i"-ru;J
L;. gobiernos
chilenos se han
esforzado, denrro de su eirraregia de integracroli
ili;;"L;;'i]
iiu"l".
polftico-administrativo,.-
_."tt"iii-"J".;;;i, econmico y social, en
introducir
-la
escuela pblica y
"t-.".ui"i
-'it"r
generalizado,
reduciendo
asl- el analfaberi smo y es tim uan d"G
;;;;;i;;;
;#;;l ai""i
olii."io"
aymara. Adems, se esforz
".r
g"r"rrtir*
un mnimo de servicios
asistenciales -con objetivos de-control poltico y administrativo- aunque la
poblacin, por_razones obvias de terrenos, no goza de las mismas garantas
sociales qu9 lg poblacin urbana. Finalmente, en el aspect d" l"s
inversiones infraestructurales que fueran significantes para un despegue
econmico, no se ha visto una poltica positiva para implement-ai la
economa.agrcola-ganadera de la zona (salvo
el experimeno mal logrado
de Isluga). La economa de las comunidades existentes conoce una ierta
forma_de integracin en el sistema de mercados regionales, pero sufre un
dre-naje muy notorio de su escaso producto, por unalntegracin asimtrica
en la economa urbana, por relaciones de intercambio esfavorables, por
diferentes formas de dependencia econmica, y, an, por la presencia
activa de la vaable tnico-cultural que, juno
con el fecto de
demostracin de las pautas de consum urbno, agudiza el drenaje
econmico de la zona.
Sospechamos una extraa contradiccin en la poca salitrera y
un
proceso.paradojal en las dcadas subsiguientes y cntemporneas.- La
contradiccin est en que la poca de gran dinamismo econmico salitrero
1o
trajo desanollo paralaregin de Tarapac rural, aunque ella estaba
fntimamente nculada a aquella economa minera exportadora.
por
las
fuerzas econmicas concentradas en el sector urbano minero, se agudiz
sensiblemente en la primera mitad de nuesto siglo el subdsarro*llo de
Tarapac rural. Muy tarde los gobiernos de Alessndri y siguientes se
preocup_aron de este problema, aunque siempre con urL punlo de sta
nacional y con un inters urbano. Modernizacin e integrcin (scl. en la
economa y cyltura nacional urbana) fueron los objetivos bsicos que
nieron a implementar la estrategia de desarrollo y d control geopolco
resp-ecto de la zona andina. Sin embargo, los dats censales idin que
en el ltimo-medio siglo el proceso de subdesarrollo progresivo persisti
a
-p9saT
del optimismo progresista de la poca alitrera y de los
subsiguientes y prometedores intentos de ODEpLAN y CORpO. Uas
bien estaramos endo una concomitancia paradojal () e ta poltica
nacioal
.de
integracin econmica y cultural que logr hasta ciert punto
sus objelivos en zonas ind_genas (chilenizacin,
alfa6etizacin, transportes
y comunicacio-nes, etc.), y (b) de una persistencia y agudizacin del pioce"o
de subdesarrollo, sibles en la continua emigracin,1a baja productidad,
el abandono de los recursos agropecuarios y la ausenci de inversiones
productivas e infraestructurales en el sectoi. Este proceso paradojal de)
subdesarrollo progresivo que sufre el sector agropecuario de Tarapac (o,
en trminos tnicos, el sector indgena de esa proncia), constituye ei
problema de nuestra consideracin que a nivel- terico analizaremos a
continuacin.
44
---H
45
Cuadro 10. Poblacin
de Cultane y Alrededores
0gZ5)
poblacin
poblacin
poblacin
autctona
autctona
no Total
Lugar residente
no-residente
autctona poUloiin
(a)
CORDILLERA
1. Lirima
65
2. Cultane
42
3. Cancosa
181
4. Colchane g1
(b)
(c)
;
20
77
83
29
85
119
269
60
319
PRECORDILLI]RA
5. Cascaya
6. Sibaya
7. Poroma
8. Limaczia
Total
43
135
44
55
95
60
8
16
742
199
52
na
I I
779
464
388
13
( a)
Pobl aci n autctona resi dente: comprende aqucl l as personas dc l a
pobl aci n
autctona que resi den cnti nuamente (srn consi derar Ia
mi gr aci n t r anshumnt i ca)
. e- a
""- "
- l i r g"* "", , , , f or ast cr os. . ,
"arrendatari os",
o
" "asal ari a.ag.",
a".a" un p";;d";;" rres aos o ms.
Pobl aci n autctona no resi dente:,"o.prnd.
aqucl l os comuneros que
!::*n
en el l ugar ganado y/o ti ".rur, pl .o q"o no rcsi dcn
permanentemente,
Dues trabaj an en otras partes en serv.i ci o asal ari ado o
buscan trabai o. etc.
h"flj*:f
no aurcrona comprende, de hecho, los profesores y
(b)
( c)
o-
o
Fi
F-
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F{ ri Fl 6 !. CD C\ C\ r{ F{
G' . qqQi t o) OO$ @t ' . - Fi ( O
ir s c\ cr c\ c\ c\l Fi
f ^r - l Qa OJ( O6 F{ $C\ cc}( c) $r OF{r / )
Io $ Io cfi F-r c\ c\ 6 F.l F{
na! F
cD. +t r - o I o@C\ 6 : f l G. t on
IO $ rO C\ r-{ r-l r{
9-l-o16r
olm"co^m^ co^6lo^o-
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?_r f q, o eI oor o oI oc) m
F.l t-{ 6 C\ oO oO
-$
.+
u) rO (o (o
F.-
46
Cuadro 12. Estructurag
de Edades de la
poblacin
Autctona
Rcsidgnte y No-Resid."i"
a.-C"li"
yAlrededores
0925)
-
Poblacin residente poblacin
no residente
Edad
Totul porcentaje
Totul
porcentale
0 - 19
349
58,6
r54
3g,7
20 - 3e r42
23',8
lii
ll"6
40 - 105
17',6
61 i;"i
Total
b96 100,0
B8g 100,0
Cuadro 14. Ganado de Cultane y Alrededores (1925)
Lugar
CORDILLERA
1. Lirima
2. Cul tane
3. Cancosa
4. Colchane
48 520
t26 481
96 3. 860
- 642
Llamas
Alpacas Corderos Burros
kabros)
909
1. 418
5.082
819
32
66
63
46
8.228
PRECORDILLERA
5. Coscaya
6. Sibaya
7. Poroma
8. Limaczia
8.228
270 5. 503
452
458
787
175
r.272
o. / / o
207
38
31
19
t 4
102
309
I,a
Poblacin
Autoctona
Residente y No Resi_
l^"lP *9
c$?"e
Y-llteded;;"; E;'posicin
segrin Edad y Sexo {tSZ5)
Poblacin residente poblacin
no residente
H. 177
M. I72
(50.7)
H. 81
(49.3)
M. 73
(100. 0)
(68.e)
( 31. 1)
(100.0)
(47.6)
(52.4)
(100. 0)
(52. 5)
(47. 5)
(100. 0)
(45.5)
(54.5)
(100. 0)
(100. 0)
t
H
48
Cuadro 15. Produccin de Cultane y Nrededores para el
Mercado(1925)
Lugar
CORDILLERA
1. Lirima
2. Cultane
3. Cancosa
4. Colchane
Poblacin
autctona
residente
Produccin
Poblacin para eI mercado
PI C- US$ Tot al USS
65
42
181
31
159,44
L07,97
L26,45
113,33
10.363,60
4.534,74
22.997,49
3. 513, 23
319 129,46
155,54
154,48
L32,21
L75,73
41.299,06
6.688,22
20.954,90
5.817,24
9.665,15
PRECORDILLERA
5. Coscaya
6. Sibaya
7. Poroma
8. Limaczia
43
135
44
oo
Total
277
596
155,33
L41,48
43.025,41
84.324,47
Cuadro 16. Produecin para el Mercado en Cultane y Al-
rededores (1975),
segtin los Prineipales Sec-
tores
(en
US $)
Lugar 1. Agricultura 2. Ganadera , 3. Tertilera Total
CORDITLERA
1. Li ri ma
2. Cul tane
3. Cancosa 8.679.49
4. Colchane
8.679.49
PRECORDILLERA
5. Coscaya 6.499.84
6. Si baya 20.493.33
7. Poroma 5.605.33
8. Li maczi a 9.377.30
9.700.08 41.299,06
6.668.22
20.854.80
5.817.24
9. 665. 15
41. 975. 80 1. 049. 61 43.025.41
Total 50.655.29 23. 969. 10 9.700.08 84,324.47
2.876.93
3. 788. 00
12.74t.33
3. 513. 23
22.919,49
188. 38
36L.47
2TL.9L
287.85
7.486.67
746.74
t.466.67_
10. 363. 60
4.534.74
22.887.49
3, 513. 23
Cuadro 17. Produccin para el Mercado en Cultane y Alrededores
8#ftrlT#"usl"Si
Principales Rubros det Sector
Lugar Verdurwy Alfalfa
f t ut as
CORDITLERA
1. Lirima
2. Cultane
3. Cancosa
4. Colchane
Quinua
Total
PRECORDITTEM
5. Coscaya
6. Sibay
7. Poroma
8. Limaczia
Total
3.774,40
L7.282,67
4.321,33
8.115,84
2.725,44
3.210,66
1.284,00
1.261,46
8.679,4;
-
8.679,49
8.679,49
8.679,49
6.499,84
20.499,84
5.605,33
9.377,30
33.494,24 8.481,56 41.975,90
33.494,24 8.481,56 8.679,49 50.655,29
Cuadro 18. Produccin para el Mercado en Cultane y
Alrededores (1925),
segrin los
principales
Rubros del Sector Ganadera (en
US $)
Lugar
CORDILLERA
1. Lirima
2. Cultane
3. Cancosa
4. Colchane
Carne Lana TotaI
2.739,35
3.009,33
11. 653, 33
2.696,00
138, 58
778,67
1. 088, 00
8r7,23
2.976,93
3.788,00
L2.74t,33
3. 513, 23
20.097,0r
1gg,3g
36r.47
211. 91
287.85
2.822,49 22.919,49
Lgg,3g
36t,47
211, 91
297,95
PRECORDILLERA
5. Coscaya
6. Sibaya
7. Poroma
8. Limaczia
1.049.61 1.049,61
Total 2L.1,46,62 2.822,49 23.969,10
- L
Cuadro 19. Qss,no Anual Per Capita (lg?5)
en Lirina (Cordillera)
segrirn Artculos y Origen
(en
US
g)
Artlculos
0rigen: Mercadn
L Vveres
123,03
2. Vestuario
12,72
3. Mobiliario
10,08
4. Artculos de lujo
-!,!9
5. Fiestas
-
15,03
6. Viajes y hansportes
3,62
Total
168,94
(Prd
Autn
cordillerra hoducciin
Total (E')
22,04 10,14 155,2i 5g,g
- 6,26 lg,gg 7,3
- 0,29 10,37 4,0
4,46 1,7
7,71 13,95 36,96 14,1
- 30,35 33,97 13,1
29,75 60,99 259,69
AMo)
(11.5%) (3,551o) (100,070) (65V0)
cuadro 21. Produccin Anual Estimada en cultane y Alrededores
(r975)
1. Cordillera
Produccin para el mercado
koduccin para consumo
propio y trueque
Total
2. Precordillera
Produccin para el mercado
hoduccin para consumo
propio y trueque
Total
3. Cultanc y Alreddnres
Produccin para el mercado
koduccin para consumo
propio y trueque
Total
Produccin Prod,ucciin p.c. (E
)
us$ 41.299,06 t29,46 5g,g
us$ 28.946,06 90,?4 4r,2
us$ 70.245,12
us$ 43.025,41
us$ 24.957,70
us$ 67.983,11
Suma de 1y 2
us$ 84.324,47
us$ 53.903,76
155,33
90,10
63,3
36,7
245,43
141,48
90,M
61,0
39,0
us$ 138.228,23 23L,92
Cuadro 20. Consuno Anual Per Ccp ito
(1975)
en Lirima (Cordilt
era)
segth Artorloe y Origen
(en
US $)
Origen: Mercado (he)
Auto Total (E
)
Arthulns
Urbano Cordillerm hoduccin
1. Vveres
94,26 8,07
Z. Vestuario
16,42 2,I3
g.
Mobiliario
11,28
4. Artculos de lujo 1'qq
b. Fiestas
'
5,2I 1,03
6. Viajesytransportes
5,29
Total
140,09 Lr,23
(ffi,870) (4,9V0)
69,31 17L,64 74,6
- 19,55 9,1
- 11,29 4,9
- 7,63 3,3
7,24 13,48 5,9
2,32 '.1,61 3,3
78,87 230,19 rffiVo
(34,3V0) (100,070)
54
-
OD
/
Cuadro 22. E,conoma de Mercado en Lirina y Poroma (en
us$)
(1975)
Lirina
Artculo de
consumourbano 10.981,10
Produccin para
p.c. Poroma p.c.
10.363,60
168,94 6.163,96 140,09
159,44 5.8L7,24 L32,21
617,50 9,50 346,72 7,88
el mercado
Dficit
Anexo: Las Zonas Fito-Geognificas de'l'arapac
La Zona Xeromrca comprende:
I. Comunidades desrticaslitorales:
A. Orden TlichoceretaliaDesertcola:
1. Al i anza:Tl i choceri on:
a. Asociacin: Tetragonia Caladrinietum
(desierto
costeo con anuales de invierno)
b. As.: T?ichoceretum Desertcola
(as. de cactceas
columnares costeras)
2. Al.: Euphorbion Lactifluae:
a. As.: Euphorbietum Lactifluae
(as. de lomas de
Paposo)
b. As.: Skytanthetum
(matorral costero xerfito)
II. ComunidadesDesrticaslnteriores:
A. Ord.: Desierto:
1. Al.: Desierto:
a. As.: Desierto
B. Ord.: Dstichlis Tessaretalia:
1. Al.: Prosopion:
a. As.: Prosopietum Tamarugii
("el Tamarugal")
b. As.: Geoffroetum
(asociaciones de los oasis)
2. Al.: Distichlion:
,
a. As.: Atriplexetum Atacamensii
(la vegetacin de
los bodes de los salares).
b. As.: Baccharis Tessaria Absinthioides
(comuni-
dades ripiarias a orillas de los ros estacionales y
permanentes)
III. Comunidades Subdesrticas:
A. Ord.: Adesmietalia
(Las especies Adesmia son las carac-
tensticas)
1. Al .: Adesmi on:
a. As.: Adesmietum Atcamensii
(matorral desrti-
co rntenor)
b. As.: Adesmietum Budwellii (matorral semi-
desrtico de ia cordillera de la costa)
2. Al.: Cristarion:
a.As: Cristarietum
(matorral desrtico transicional costero)
3. Al.: Trevoion:
a. As.: Trevoetum Tlineri
(matorral
semi -desrtico transi cional andi no)
t
ct
Las Zonas Fito-Geognifrcas de Tarapac
Cuadro 23. Trminos de Intercambio Desigual entre (Pre-)
Cordillera
y Ciudad (a)
Alimentos urbatws ...... pagados en la precordIlera ...... y en Ia cordillera
lkgr. de Harina ...por
Azucar
Anoz
Pan
Tallarines
Pescado (en tarro)
Nescaf
hche en polvo
T
Duraznos (tarro)
Vino (un liho)
0,869 kgr. de Malz...
1,114
1,738
1,069
2,139
3,208
17,834
5,103
5,704
3,417
1,283
por 1,253 kgr. de Carne
7,612
2,256
r,472
2,792
4,529
25,758
7,879
8,355
6,549
2,303
(a): I Kgr. de rnaz valorizado en US$ 0,533; 1 kgr. de carne de llamo valorizado en
US $ 0,462 precios de agosto de 1976.
ob
La Zona Andina comprende:
I. Comunidades de cactceas andinas:
A. Ord.: Cerealia Andinae:
1. Al.: Cereion Atacamesii:
a. As.: Ceretum Atacamensii (las
cactceas andinas)
II. Comunidades semi-desrticas
altomontanas:
A. Ord.: Stipetaia Andinae (las
especies de coirones o
*stipa,
son
caractensticas)
1. .Arl.: Spion:
a. As.: Bachaetum Tola (los
tolares)
b. As.: Anarthoph letum Andicola
0a asociacin andi-
na xerfia)
c. As.: Stipetum (praderas
andinas perennes)
d. As.: Mulinatum (matorral
andino'en;;;i-'
III. Comunidades turbosas altomontanas:
A. Ord.: Scirpealia Andinae:
1. AI.: Oxychloion (especialmente
las juncceas)
a. As.:_Oxychloetum
Andinum
0s bofedales andinos)
2. Al.: Juncion:
a. As.: Juncetum Andinum (las
vegas andinas)
IV. Comunidades Caespitosas:
A. Ord.: Laretietalia:
l. Al.: Laretion:
a. As.: Laretietum (las
llareteras)
(Fuente:
CORFO, lg6i, passim).
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- 1
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HITEROGRAF'OS DE IAS ZOI\aS
>ffiC[,IOP3IC?\ Y AIIDINA DE
TARAPACA
Hitergrafos prcrnediados de estaciones
de anrbas zonas fitogeogrficas; \rentes:
COFFO, 1966, p. 66, y l' ibischet'
1975, p. 362 ss.
---- Parj -nacot a (Zona and. i na) (e, f ' m. . . )
- Zona Xercrnrfica
(E, F, I{...)
Ei e - Enero
F.
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I {apa I I I Las zonas f i t o- geogr f i cas de Tar apac
( Fuent e: CORFO, 1966, p. 63)
0 r 0 20 30 40 50 60 70 B0 90 100 1r 0
(preciPitaciones' nm. )
61
9 . ^ \
ualru.tna
, _./
srDayEJy
--'4.=P
Tarapa.c
Zona xer omr f i ca I
-:-
i
an-ra
60
Anexo: Recursos renovables de Especies Animales Marinas de
Tarapac
I . PECES PELAGICOS
1. Jurel
2. Cojinoba
3. Anchoveta
4. Sardina
5. Boni t o
6. Cabalia
7.
fuujilla
8. Pejerrey
- TYachurus Murphyi (Nicholls)
- Neptomenus Crassus (Starks)
- Eugraulis Ringens (Jenyns)
- Sardinops Sagax (Jenyns)
- Sarda Chilensis (Cuvier y Valenciennes)
- Pneumatophorus Peruanus (Jordan
v
Hubbs)
- Scomberesox Equirostrum (Le Sueur)
- Odontesthes Regia Laticiaa (Valen-
r 86B
r 87 6
1895
19 07
L920
r 9 30
r 940
19 52
r 960
r 970
62
ciennes)
9. Albacora - Xiphias Gladius (Linnaeus)
10. Peje zorro
- Alopias Vulpinus (Bonnaterre)
11. Tiburn blanco - Carcharodo Carcharias (Linnaeus)
\?.
Tiburn marrajo - Isurus Glaucus (Mjier y Henke)
13. Pintalroja - Halaelurus Chilensis (Guichenot)
14. Tollo - Mustelus Mento (Copa)
15. Azulejo tintoera - Prionace Glauca (Linnaeus)
16. Pez martillo - Sphyrna Zygaeana(Linnaeus.
PECES BENTO - DEMERSALES
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I
t7. Corna
18. Lenguado
19. Cabrilla espaola -
20. Congrio colorado -
21. Cabinza
22. Sargo
23. Babunco
24. Pejeperro
25. Vieja negra
26. Bilagayo
27. Li sa
Cylus Montii, Delfin
Paralichtys Microps (Gunter)
Sebastodes Oculatus (Cuer)
Genypterus Chilensi s (Guichenot)
I saci a Concept i oni s (Cuer)
Ani sotremus Scapularis (Tschudi
)
Doydixodon Laelons (Tschudi
)
Pimelomepton Darwini (Jenyns)
Graus Nigra (Philippi)
Chei i odact yl us Vari egat us ( Cu er)
Mugi l Cephal us ( Li nnaeus)
- Aulacomya Eter (Molina)
- Conchol epasConchol epas(Brugi ere)
- Fisuela Ao.
- Loxachinus Albus (Molina)
- Octopus Vulgaris (Cuvier)
- Pieuoncodes Mondon (H.
Millne Ed-
wards)
- Argopecten Purpurata (La Mark)
- Cancer Cestosus (Molina)
III. MARISCOS, MOLUSCOS Y CRUSTACEOS
28.
29.
30.
. Jl .
32.
J-
35.
Cholga
Loco
Lapa
Erizo
Pulpo
Langostino
Ostion
Jaiva
63
Ostra
Al mej a
Camarn de roca
Choro zapato
Macha
Ostrea Chilensis (Kster)
Protothaca Thaca (Molina)
Phynchocinetas Tlpus (Edwards)
Choromytilus Chorus (Molina)
Mesodesma Donacium (La
Mark)
(I,'rrt'nte:
A. Llagostera, U. del Norte, Antofagasta).
CAPITULO II
SUBDESARROLLO Y SIJPERN4ENC IA:
IT{ARCO TEORICO
Ll. Los conceptos de cultura y estnctura
Razones tericas y metodolgicas nos llevan a distinguir, en el curso de
este trabajo, una dimensin estructural y una dimensln cultural en los
fenmenos.sociales p-ara investigar. AI enfocar estos dos .o"."pio. a"t"r-
minantes de la sociedad, sea dicho desde ya que estamos hacienho una do-
ble abstraccin: primero, porque la unidd ra del todo sociaf no prmite
la separacin de sus elementos constitutivos, ya que esto sena una'especie
de seccir.
ryo
podemos ms que distiiirrir, anarticamente, cultura
y estructura en el todo social, y siem-pre cuano ejtemos alertas del peligro
fatal de reificar estos conceptos anaticos como si existieran con a pro-
pia._ Segundo, porque la sociedad misma no existe sino enraizad" .., .,.,
medio ecolgico,
_el
que la co-define posibilitando su formacin y desarrollo;
y circunscribiendo sus posibilidades; nculacin definitoria qnl ." expresa
Ir
y pot la tecnologra que la sociedad va desarrollando iente a ese medio.
Para preciar los conceptos cultura y estructura consultamos sucesiva-
mente la escuela del estructural-funcionalismo y la del materialismo
histrico-dialctico. Pensamos que las categoras dl hileformir-n " r"l-
hard de chardin sern tambin interesantes para profundizar el iunda-
mento filosfico de estos dos conceptos y precisr la rilacin que exisre en-
tre los dos. Pero prime-ro una aproximaci^n global de los conclptos.
En el todo social -indicado con el trmino de sistema social-
distinguimos tambin un nmero no precisado de sectores o "sistemas
pa-rciales", o "instituciones sociales", cda una con su doble dimensin:
cultural y estructural,
t'
po{9pos hablar de institucin poitica,
econmica, religiosa, etc. Es posible definir, con Berthoret (dicLdo
d
colegio, 1978), el concepto de cultura, .omo
?rrn
todo espirituai_ment:rl,
estructurado, m o mnos estabilizado y estandarizado, compuesto de
elementos interdependientes, tal como son el fond colcvo rk,
H
s
oo
conocimientos
.y
capacidades, de creencias, de valores, fines y
apreciaciones, de normas, espectativas y actitudes y de la idelogra. Est
corfunto co-varfa con el coqiunto de elemenos estrcturales". La relacin
entre estructura y cultura no es una de causalidad de una referente a la
otrar Bertholet la define como una correlacin funcional.
Esta definicin de cultua, basada en una amplia tradicin sociolgica
de signatura organicista-estructuralista, tiene ei valor de crear clariad
fbrmal en la discusin terica, pero tambin el riesgo de reificar lo que en
realidad es ms que nada una dimensin propia al*todo social y cada una
de sus instituciones.
.
El concepto de
-estructura
social -en esta sin la contraparte de la
cultura- suele definirse,
-
segn Bertholet (ibid.),
como "un conjunto
relativamente duradero de posiciones sociales ocupadas en el espacio
eocial y relacionadas entre s por una red de interacciones ms o menos
estandarizad-as y colectivamente aceptadas". Esta definicin, de por s, es
Tt]/.C.eeral
y. abstracta, sufre de un mismo inconvenient que'la
definicin anterio: trae el riesgo de atomizar, materiarizar n fi."t
elementos constitutivos de las estructuras sociales y contiene el
ieligro
de
eclipsar el sentido humano, histrico y dramico d ros procesos soclales.
sin embargo, men-cionamos stas y ls siguientes definiciones por motivo
de claridad formal creada en la ierminol-ogra y los conceptos'uasi"os e
este marco terico.
.Bgrth-olet,
definiendo la institucin religiosa y las otras instituciones
eociales bsicas, coryig_e a este nivel en algo la- abstraccin y los otros
inconvenientes sealados, ya que necesari-amente se juntan
en estas
definiciones los- componentes cultural y esf,ructural." Dce que la
institucin- religiosa es "l-a forma generaliiada y estabilizada de pensar y
actual, de los miembros de un sistema social reipecto a lo sobrentural
fl
cual, segn Baal, es una realidad no empricamente definible)". A
continuacin describe de esta institucin el elemento cultural y el
elemento estructural, relacionados ambos en trminos funcionales.
_
Ms extensiva es, en primera instancia, su definicin de ra institucin
polftica:."e1 comportamiento colectivo, estandarizado y estabilidado, con
que_el sistema social d,canza integracin interna y aaptacin externa",
mediante:
1. una distribucin, definicin yjerarquizacin autorizada del sistema
canonizado de valores (D. Easton);
2. una distribucin, estimada legtima y monopolizada, del poder, la
coaccin y la olencia y su manipulacin (M. Weber);
'
3. una distribucin legrtima de l,a responsabilidad entre y sobre los
miembros del sistema social (M. Levy).
En esta perspectiva, y disting'iendo el componene cultural del
componente estructural, podemos definir la institucin de la familia como
"el conjunto de valores, actitudes, nonnas y pauas de conducta,
generaliz-ado, estabilizado y estandarizado qu
"it "xpre"ado
en ei
sistema de las relaciones de parentesco entre ls miembros de un sistema
social".
De la institucin econmica, militar, educacional, etc., podramos
componer definjciones conespondientes que consideren cada uno los
componentes cultural y estructural y en correlacin funcional. Insisimos
en el inters cientfico, pero relativo, de estas definiciones, por cuanto ellas
pueden tentarnos a sacrificar en aras de la cientificidad positiva.
el ele-
mento valrico y comprometedor (que es la quintaesencia del objet de es-
tudios sociales, la que jusifica y exige nuestra participacin ativa en el
proceso historico social). sabemos que las
^definiiones
estructural-
funcionalistas apuntan hacia el ideal y la falsa pretensin de una sociolo-
ga valricamente neutra. Est actitud ilusoria el investigador queremos
etar en las pginas que siguen.
Enseanza, defensa, medicina, etc., constituyen, dentro del todo social
sectores suficientemente desarrollados y especficos, para hablar de tantos
subsistemas n-uevos que se conformaron dentro de i eshuctura global de
la sociedad. No parece bien hablar de estructuras representadas or nada
ms que aclidades y situaciones sociales diferenciadas (por'ejemplo,
estructuras de empleo, tcnicas, de edades). si los conceptoi "esructura
econmica, poltic-a, religi_osa y de parentesco nos parecen hs aceptables,
es porque se puede y se debe ncularlos, no a lasactidades o funcione
cmo tales, sino a la existencia de grupos reales especficos de funcionarios
que se caracterizan por un suficiente grado de diferenciacin especificacin
y jerarquizacnl.
Nos mantenemos al esquema mencionado de cuatro
subsistemas sociales por razones de nuestra conveniencia, manejables
tanto en el estuo de la sociedad arcaica autctona, como en la sociedad
moderna occidental.
_
Concebimos generalmente la sociedad como un todo y no como la suma
de sus par-tes
(los indiduos miembros, o los grupos sociales), ni como el
agreg-ado d9 srs estructuras parciales. Suponemos que toda estructura
social--regula la conducta social para su ptimo rsultado y para su
estabilidad en el nivel de lo optimat o sea, paia que el todo sociI funcione
en forma optimal. Esta hiptesis bsica- del funcional-estructurarismo
gatant:tza Ia cohesin de las cuatro estructuras mencionadas del sistema
social. Esta cohesin aparece en particular en que:
1. La estructura econmica -que ha de sasfacer las necesidades
materiales de los seres sociales- regula la accin productiva y
distributiva, asegurando la reproduccin del sistema social en l
material; el producto social es su objetivo central;
2. La estructura poltica
-que ha de optimizar esta satisfaccin
mediante los recursos organizativos y polticos de que dispone la
sociedad- regula la sin social del trabajo y la d'estinaiOn del
produco, asegurando la reproduccin del sistema global en lo social
y organi_zativo. El poder y el prestigio social ion sus objetivos
principales;
3. La estructura de la familia -que, al igual que la estructura religiosa,
concierne la satisfaccin de las necesidades afectivas de los ieres
sociales- regula las relaciones de parentesco, para optimizar
66
89
quehacer de la sociedad urbana (construccin,
administracin, aresana y
poeteriormente industria) adquiri una funcin social preponderanre,
reduciendo as la importancia exclusiva de la producci aiimenticia.'
Nuevamente sucedi un vuelco similar cuando ias lites industriales v
econmicas haban de organizar la produccin de inmensos flujos d
materias primas en la poca de la madurez industrial. Si bien una
computadora moderna lleva ahora un altsimo coeficiente de trabajo e
ingeniera incorporado, sera imposible dejar de pensar en los recursos
natur?Jes y la materia prima (es_decir,
en las condiciones ecolgicas; que
posibilitaron su construccin. Pero, a la vez, y hasta dond alcanza
nuestra mirada en el futuro, ser necesario producir los elementos
alimenticios, minerales, vegetales y animales, qe debern mantener al
ser humano, sea agricultor o sea ingeniero electrnico, maana como ayer.
El
_sector
primario de nuestra economa moderna, particularmente la
agricultura,- ganadea y pesca, experimenta ms sensiblemente aquella
indispensable nculacin al medio ambiente ecolgico, pero con mucha
ms fuerza se impone la sincronizacin del hombrJ con iu medio en ras
eociedades agrcolas arcaicas, originando para su mayor productidad
una organizacin econmica, social y an poltica de la sociedad, adecuada
e ingeniosamente ajustada al medio ecolgico. Los etnlogos nos cuentan
g_ye hasta los roles y estructuras de la familia y la religin se adecan a
ello. Pero tambin en la dimensin superestructural e las sociedades
arcaicas observamos sin ninguna excepcin aquella influencia decisiva del
medio ecolgico y sus exigencias sobre la cosmosin, la fe y la tica del
hombre arcaico, dando origen a una cultura que le asegura ljorganizacin
e integracin de su mundo, tal vez de un modo pre-reflexivo,
fre-crtico,
pero altamente funcional e indispensable para la-supervencia del grupo
social. Las diferencias de gradacin en este logro siempre han exislido y
pueden exp_licar en gran parte el desarrollo de las
-grandes
culturas
arcaicas. Concluimos este pr:rafo con unas palabras
-dedicadas
a: La
tecnologa como vnculo entre la econom y el medio ecolgico.
Como el motor para un desarrollo genuino, sualizamos -en el*nivel
econmico- una tecnologra que concretiza y optimiza la relacin entre el
hombre (el Homo economictn) y su medio eolgico.
Es precisamente la tecnologra (entendida
como el caudal de
conocimientos prctic-os y habilidades de la sociedad humana para la
ptima realizacin de su quehacer econmico) la que cristliza la
respuesta del hombre en su lucha de sobrevencia v desarrollo ante el
desafo de su medio ambiente. La tecnologra no es l I'eudo del hombre
moderno, occidental, tecncrata, porque cremos que no solarnente merece
este n_oq-brg aquella clase de tecnologra que por algn motivo
racional-ileolgico apreciamos ms: la telnologa positival mecnica
occidental que produjo la revolucin industrial. La tecnologra es una
croacin humana, omnipresente, muy variada y diferente en ada poca,
cada regin y
_cada
sociedSd. La tecnologra coniigue su fisonoma prpia:'
a) a partir del medio ambiente ecolgico que ella ha de encarar (su
raz
material); b) a partir de la creatidad del ingenio humano (su raz
cultural). Esp-ecialmente para la produccin alimenticia y su
diversificacin, la ptima adaptacin de l tecnologra al medio ecolgico es
ese_ncial para el gradode producividad, para la estabilidad y la expansin
de la economa,para el desarrollo de las grandes culturas del pasado y, en
general, para el proceso humano de evolucin, de emancipacin y
desarrollo. Por tal razn, Lema,ire (1976: 205, ss.) considera el grado de
adaptacin al meo ecolgico como criterio bsico para determinar el
valor de las culturas.
La tecnologfa funciona como
yrnculo
entre el subsistema econmico de
la sociedad y el medio ambiente ecolgico, porque es ms que la simple
resultante de dos factores materiales
(la produccin
econmica v el medio
ecolgico). La tecnologa es creada dialcticamente por el hombre en
respuesta a su medio y recibe su fisonoma particular por la cultura bajo
cuya inspiracin vitalizante es generada. Es la creacin del ingenio
humano que busca -a partir de un fin concreto: el proyecto conscienie de
su pleno bienestar- instrumentalizar sus conocimientos prcticos del me-
dio y sus experiencias para la realizacin de su proyecto. itrsta sin teleo-
lgica que tiene el hombre, creador de su bienestar y de la tecnologa
correspondiente, le asegura que la tecnologa generada
-producto deci-
didamente cultural- ser capaz de funcionar cabalmente como nculacin
ajustada, perfeccionada, diversificada, intensifi cad a y vigonzada, entre el
hombre y su medio ambiente ecolgico, proveyndole de un verdadero
sistema de races tales que penetran la totalidad de su medio fsico y
ecolgico. Por lo dems, C. Alvarez ha demostrado claramente que la
tecnologa es una realidad cultural y que ella es tan multiforme como la
cultura misma. En la conceptualizacin de este filsofo de la cultura, el
Homo
fa-ber
(el hombre tcnico-econmico) es un concepto abstracto y
universalmente predicable (uitzegbaar)
sobre todo grupo societal, histricb
o contemporneo, que cada cual a su manera y con su genio crea su propia
estrrctura econmica y su propia tecnologa. El Homo
foer
constituye un
modelo general que se concretiza en un paradigma determinado
construido a partir de la experiencia histrica de cada sociedad por s;
paradigma que define su tecnologfa particular: "There is thus a Chinese
paradigm or the chinese edition of Homo
faber
in culture and technology.
There are as rllany paradigms then as thcre are cultures..." En la misma
perspectiva hay que interpretar a J. Murra cuando analiza la tecnologra
andina precolombina y la organizacin del trabajo productivo en esa
sociedad: esta tecnologra recibi su fisonoma particular no slo por su
origen en el medio ambiente andino sino tambin por su origen en un
ambiente cultural histrico concreto; la tecnologa andina es, en ltima
instancia, un producto del medio ecolgico y fsico andino, y una creacin
de la cultura de los pueblos andinos.
Con esto nuestro modelo conceptual del sistema social esti completo.
Existe una correlacin dialctica, a modo de contradiccin generado, c.q.
una correspondencia ntima, a modo de orientacin mutua y funcional: 1)
entre la estructura del sistema social y la cultura; 2) entre los diferentes
sub-sistemas de la sociedad como son las estructruas parciales poltica,
econmica, religiosa y de la familia. Existe una orientacin funcional del
sistema a su medio ambiente ecolgico, sintonizacin que permite la
supervencia y el desarrollo del todo social. La cultura garantiza la
unidad del sistema y su buen funcionar. Por lo mismo, el sistema es
90
91
auto-creativo a Dartir de un momiento dialctico entre sistema v medio
ecolgico. El dinamismo del desarrollo que le es propio, se bas en su
ctrpacidad teleolgica: proyectando su propio desarrollo como guin en la
dialctica con el medio. Adems, y a consecuencia de esta concordancia
funcional, se sualiza una correspondencia particular en la sociedad, en-
tre la cultura, expresada en la coimovisin ieinante, y los conocimientos
eociales -entendindose por estos conocimientos todo el saber episte-
molgico de la sociedad (que capta y registra lo relevante) y su saber tec-
nolgico (scl. el conocimiento prctico que capta y registra lo il y realiza-
ble, al comps del adiestramiento en su realizacin). En este contexto
podemos precisar el concepto de cosmosin como: la concepcin social-
ment compartida y vlida, interpretativa del universo, que comprende
una sin del hombre y la sociedad, del mundo material y espiritual (c.q.
natural y sobrenatural). La cosmosin se refiere a lo experimental y al
mismo iempo lo transciende para interpretarlo en ltima instancia y a
partir de un principio de interpretacin trans-experimental (o meta-
experimental), sea este principio de ndole mitolgica, teolgica, meta-
ffsica, o ideolgica.
2.S. Ciene de eampo y sistema de hiptesis
Nuestra investigacin, que geogrficamente se limita a la antigua pro-
ncia de Tarapac, se refiere a uno de los 'bolsones relictuales' de la socie-
dad autoctona andina, que - bien es cierto - no puede figurar como modelo
de la sociedad precolombina original, despus de la larga historia de retro-
ceso geogrfico y econmico, de emigracin selectiva, de parcelacin
polftico-social, de empobrecimiento cultural e involucin tcnica, de
agobiantes relaciones externas de dependencia; despus de las campaas
misioneras de la iglesia espaola criolla, de los grupos pentecostales y del
Estado chileno, con sus 'misiones civilizatorias' de la enseanza pblica.
Despus de todo eso. la comunidad de Cariquima consituye una rgin de
refugio y una ruina de aquella sociedad precolombina. Aunque es doloroso
reconstruir aquella larga agona que hoy estr llegando a su paroxismo,
pretendemos elaborar un estudio histrico-social en que revisemos
crticamente y dentro del marco terico ttazado ms arriba, el proceso
que llev a la sociedad de Tarapac - Cariquima, a su ocaso, analizando
las fuerzas sociales, las polticas de dominacin y auto-defensa, los meca-
nismos econmicos y las consecuencias del modelo de desarrollo occidental,
que en su conjunto llevaron a esa sociedad a la destruccin casi total.
Que-
remos interpretar, en esta perspectiva histrica, la situacin contem-
pornea en que se encuentra aquella comunidad relictual, analizando par-
ticularmente la crisis originada por la discontinuidad histrica y cultural
que ella ha de atravesar y sus consecuencias sumamente limitantes para
una futura supervivencia y desarrollo. Evaluando esta situacin hacia el
futuro, pretendemos finalmente formular unos elementos de juicio y suge-
rencias para una poltica de 'desarrollo', entendido segn la definicin de
ms ardba.
A continuacin tenemos que verbalizar nuestro sistema de hiptesis y
explicar cmo - a nivel hipotico-interpretativo- los elementos tericos que
hemos venido desarrollando y definiendo mris arriba, enmarcan el proble-
ma que nos preocupa: el proceso de subdesarrollo progresivo, localizado en
la zona de Cariquima-Sibaya-Tarapac. Podemos, por ahora, circunscribir-
lo en los siguientes punos:
1. Aquel proceso histrico no es una evolucin de la sociedad
autctona andina, de sus estructuras y cultura; es ms bien
un proceso de descomposicin o destruccin de la miema,
que se presenta, a nivel cultural, como un proceso de trans-
culturacin (llamado cristianizacin, cilizacin, modernizacin,
occidentalizacin, chilenizacin, urbanizacin, etc.), y, a nivel ee-
tructural, como un proceso de erosin y desmantelacin de
las estructuras tradicionales de la comunidad indgena.
2. Punto de partida de este pnoceao es un (considerable
nivel
de) desamollo autctono previo y de origen endgeno, que en
el siglo XVI los collas haban alcanzado; el impulso desarrollista
incaico, de principios de ese siglo, es de considerar como refuerzo
del dinamismo propio de los reinos colla y como proceso endgeno
andino de desarrollo.
3. Desde ta conquista y la Colonia espaola, ae inici,
violentamente, un nuevo proceso de desamollo de origen
algeno (europeo) y de tipo colonial-imperialista, proceso que
se intensific bajo los gobiernos republicanos del Per y de Chile.
Especialmente a partir de 1880, el proceso tom el carcter de una
colonizacin interna por parte de los chilenos y respondi a las
nuevas relaciones internacionales de la produccin del capitalismo
imperialista.
4. Se trata desde entonces (f880) de un pnoceso histrico de
renovado desarroo destructivo para la sociedad autctona
a conaecuencia de la dominacin que ejerce la sociedad
circundante chilena sobre ella. Es una sociedad dominante
respecto a la sociedad indgena y dependiente respecto al centro
mundial del capitalismo imperialista. Sus clases de poder poltico y
econmico iniciaron - con recargo a la sociedad autctona colonizada
- una etapa de gtan dinarnismo desarrollista, llamada del
'crecimiento econmico hacia afuera'. Este modelo de desarrollo
propio de la sociedad criolla, dependiente y perifrica, fue posible
.
gracias a la explotacin total y destructiva de la economa y
sociedad autctona.
Estas hiptesis de interpretacin poltico-histrica del subdesarrollo
andino enfocan la discontinuidad provocada por el proceso histrico, c.q. el
cambio que es'revolucionario', algeno y modernizante u occidentalizante
y que Ribeiro (1970: 38) llama 'incorporacin histrica'. Adems,
sualizan esta discontinuidad histrica de las estructuras y de la cultura
andinas como el factor decisivo del quiebre del proceso de desar:rollo
autctono y genuino (de optimizacin del bienestar auto-definido,
endgeno y autnomo), factor que a la vez defini el proceso regional de de-
sar"rollo moderno occidental (de maximizacin econmica colonial-
imperialista, algena y heternoma) centrado en los pases metroplicos:
92
E..p,?.l", IngJaterra, Estados Unidos. Los subcentros regionales, llamados
eatlites de la metrpoli, conocieron en ese contexto un p-roceso d'e enajena-
cin y dependendizacin c.q. un desarrollo dependiente, inseguro y
-"r.r-
do de periodicidarlqs cclicas con pleno tec*gb
"
rn. prif"ri"
"rit*to.r",
y populares. Pala 13 provincia de-Tarapac, ios ciclos arg".rti"t,."tit
".o
y cuprfero, y finalmente el ciclo populista-urb"rro,
-!r..ron
sucesiva-
mente la insegura y golpeada hiito--a de su potlacin. Los
fueblos
autctonos se eron arrastrados, por lo mismo, en un proceso de sbdesa-
rrollo progresivo de in-volucin y de formacin marginl de bolsones relic-
tuales. En.sntesis, el llamado proceso histrico de iesarrollo t-"rrro, ,"-
volucionario y discontnuo dei sector andino, constituye en realidad el
quiebre-del desarrollo autctono y su_ transformacin en .r pto."ro" ..rb-
desarrollo progresivo y escalonao. Las diferentes formas e dependencia
y explotacin, c.q. marginacin, coinciden con los ciclos indicados'y marcan
Ias ditrentes f'ases o escalones de este proceso de deterioro.
2.4. Obsenaciones metodolgicas
Terminamos este captulo con unas observaciones metodolgicas que
determinan laestrategia y las tcnicas de esta investigacin. se"trata de
una problemtica contemporr,rea que exige una explicicin histrica.
por
"tor.11
metodologra ha de se doble: una ivestigacin
"o.io-hirt"ri.L
y .r,
anlisis sociolgi-co (c.q-.-
socio-antropolgico) i" la situacin- contem-
pornea de subdesarrollo.
. .1.
La investigacin socio-histrica de la regin indgena de Tarapac
pide una ptica especial. Esta no puede ser la sin de-la conquista y los
conquistadores; ni de los criollos, que es la sin de los explot.iior"" (rr"o)
colorrialeq ni
$1Ro.o
la visin de ia historia nacional de cille o
per,
que
es la sin del sector dominante nacional sobre una minora tnica
explotada y despreciada, objeto de libre saqueo y usurpacin legalizada,
Dlanco de mlsrones evangelizadoras y civilizatorias: es una historia
'nacional'
donde los hroes, s.abjos y- petas, los gobernantes, tenientes y
curas son todos chilenos, donde la cultura-y la lealtad patria son blancas y
991d".
la barbarie y la alevosa son inas. Aunqu erta visin-d" la
nrsrona es la cornente, se trata en realidad de una'ideologra justificadora'
de la expansin del occidente y deu llegemonaas; de la "ipcresa
racial
co]la-]e; del expansionismo chiienom;- y del "colonialismo
interno de
chile"sl. La ptica de nuestra investigacin ha de ser: la bsqueda dirigida
y orientada a la sin indgena de los hechos que se volcaion
"obr"
*,r"
comunidades, la "sin
de los vencidos".s2 La razn es clara: la
dominacin criolla tiene otra cara; para los armaras ella significa el fin de
la civilizacin andina y e-l derrumbe de su sociedaa y
""o.ro-irir.
s" t""t",
por as decir, de "pasar al otro lado del escenario
v
a i"ar, L t i.Lri,
"t
reves. Pogue... en el espejo indrgena ." ."fl". l"'otr" cra del
occidente"il. se han hecho algunos
-intentos
muy serios de escribir la
hiltoria qheswaymara desde s propia perspectiv. vale mencionar los
autonetratos histrico-culturales
del hombre and no presentados por
f.t* iginasa
(19?0) y por Wankar (1977).
No inteesa que'el
hrstonador europeo est pronto para acusar la calidad
,poco
cientfica' de
estas valiosas obras.
La "historia
de los vencidos" es desconocida y, en general, los elementos
para comryrnerle no fueron archivados sino e-forria casual, incidental,
indirecta. Para Tarapacr! hay que buscar los restos del materih necesario
en,pubrrcacrones dispe.rsas y parciales y en los archivos regionales mal
oroenaqos y poco accesrbles.
Distinguimos tres perodos histricos significativos: 1. la situacin
precolombina, a reconsiruise de modo indirto, que es punto de partida
del proceso
|rtFl.g
que nos interesa; 2. la poca d t. .oriqui"ia y oloni,
espaolas (1532-1825),
con un creciente dinamismo T"--inLraccion
destructiva con la sociedad criolla circundante; B. la poca r;;"bii;;;"
-
""
particularla'colonia
chilena', desde l8z9 -
"tt
qrr" el mo""
"*prot
.i"
y desarrollo capitalista, aplicado durante er ciclo salitrero, lgrr""tiz.,
sns objetivos demostrando sus efectos tan caractersticos como fatales
sobre la comunidad
quloclona. Asi el anti-pararelo del- proceso
de
desarrollo de la sociedad dominante, .otnpr"rrd" estas-es'--s-"s del
::!d::illigtlo
progresivo de Ia sociedad auttona: 1. el desarrollo andino,
p]":?1o-119,
endgeno y- auto-centrado; 2. el suMesarrollo andino por
la desmantelacin del gobierno autcton-o y por e! saqueo marginai y
sistemtico de recursos y productos de la comunidad n intertJ de l
dominacin colonial; 3. la-dstruccin andina por la desmnt"l".iJ" " r",
estructuras de la comunidad en inters dei crecimiento criollo-minero,
llamado "lr acia afuera".
2. Para efectuar la. investig-acin socio-histrica, hemos optado por la
'sin
de los vencidos'. Pero l diseRar una estrategia de anlisis'de la
situacin-actual, se nos presenta un problema simir.
ps
m" licao
"l.t
_pgr
la contemporaneidad y por nuestra presencia en el escenario.
uul
ha de ser la sin de fondo, en la evaluacin de los hechos. procesos
y cifras del actual (sub)desarrollo?
Los tericos de la depenen. io ,"u""
Fien:
el problema del desarrollo se ve distinto
"
.r.ro y a otro lado de la
lnea disoria. El concepto de 'evaluacin'
introduie
"""u"-"nt" "l
problerna de los valores enla discusin.
Las dos siones de fondo, posible-s para la evaluacin de los hechos,
aparecen en un ejemplo: las estadsticas de Tarapac indican crecientes
ruveles de enseanza y escolaridad, con un efecto favorable sobre la
'integracin
cultural', social y econmica en el sistema nacional. iero al
mismo tiempo se queja una mujer, pastora de Lirima, que
""
ho " fS
53. Neira, 1974, p.69; Lara, 195?, p. ?l ss.
54. Wachtel , L97!,p.22.
8.
49.
DU.
61.
62.
Wacht el , 1971, p. 21.
Li pschutz, 1967, p. 3r5.
l )nci na, 1955 (I938), t. L6, c.2J, p. 241 ss.
Varyas, MS, 1978.
C_f. M. Len Bonilla, Za uisin.de los uencidns; relrciones indlgenu d.e la Conquista.
M.xi co,- t_959;.Li pschurz, 196? (196s), c.2, La' ui "i i i tol ,i i i i l i ",-i p.-ri +i i ei ".
Wachtel, La, uisin des uaincus: les Ind,iens u
prcu
d.euant Ia Co".qioii ;;p;"g";;.'i^;",
1971.
94
95
aos"': "tantos
aos pas en la escuera con sus libros y_an no sabe cargar un burro'
eu sant lebra!" t" ;;;;;il'i" qu"r^ esr en que su hijo no vol preparado para.inr"gurr"
-".;uui"rt"'"ri.
;;;##
;;pecuaria y artesanal de la familia
V-t3
93_"ta"+-"
ylu edad en que otros jvenes
ya tienen un nivel de preparacin
cnslderab.l.e
Ror
un aprendizaje
l*T1-1,
"fi:iente
y variao, " .;;1;"id;.muy
stinros pero adecuados
a la economa
v ecologa andinas. En la
,sin
"CI": L f""*i?r,
"."o1.,
de laiuventua
". "r,"i-,r.a,
;A;i";;;*,'po.q,r"
e-s cara (cuesta
al padre
un llamo por mes),
1t""t9
,rg.u;;;;;
la produccin y ia economa
domstica y regional, y ms a'n es
"ii"""t".
El joven
mencionado
en el
ejemplo pronto emigr a la ciudads5.
jl reconocemos
el justo
derecho a ra auto-definicin
del desarrollo y la legitimidad
de ra tora/estrailgia
'"'i-
d".rrrolro
endgeno y auro_
centrado, enronces er anrisis aer?ctu"i's"-J"ir"
i,I J'i"rrti. tr*_
bin de la
'sin
del indio;--i".-":"pi"""
orrecen una pista que lleva a convencernos
de que
-
S:ljil
err"el plano contemporno _
,,".,
el espejo
del indgena se eheia mejor la otra cra "1 .uu"J.i:.
l'J'"'*p"ri"n-
cia da del subdesarroli.
y " l" *l*i.ion
de ra com"ur"a
ir"" qr"
;:":J:,0"
e interprere 1."
-t.-",
;ifi";; estaarsitcas
-
"'iiJ""r.
ar"_
Para el anlisis der. subdesarrollo
contemporneo
y siempre
mondo-
nos en la lnea de Ia 'visin
del indio,, se'rr-o. of."."., materiles
.y tcnicas
de investigacin
en ras d.. di;;;;i;;""
vr"a"n"ias de ra sociead:
ra di- mensin de las esrrucruras
v
r" ae l" ."itit;._i;;iiir"i",
tit.u q""
analizar los censos v esta&slicar
dil;"d.
.ris,. material, presentado
en el captulo anterior, res"lt" a"rrcienti;;;;"r"p.e
exacto.
po
eso, fue ne- cesario completarlo con un s.uruey socit-econ_mico
segn ra dispoibilidad
de los diferntes recurs^os
1r;q;;.i*iif,
reatidad tocal. La revisin
de los pocos
estudios hechos deber ser crtica, sabiendo que stos se ubi_
can casi siempre en la-perspectiva
de l" otru-iionll'J"
llJpl"rir;cadoes
y tcnicos del desarro,o de referen"i"
".f.",
y ."ll*".t"i'v'i'"
otro,
intereses forneoss.-
La poltica d" d;.";;;; gubernamentar
que af.ecta al sector indgena de Tarapa",i s"
"stui-
-"a;t"."1
""?ii"i"'al
i"i*-". y proyectos
de las oficinas de
ptanific..i"
*ion"l
v
n"""if"o'plAN,
9"1^L!1),
y de programas
asistenciaf". y la,r.r.ionales.
Todo ello poduce
electlvamente
la fisonomra diseada
".,
t ..pftuto prirn"ro.-"
"^,"
".
Para analizar el problem"
a"l *L*rrlillo
en su dimensin
curtural
55. l rl C. otr"
"f-pl "
ms: Las estadfsi cas acusan l a n
minero) de ia p-uin.ra..
e""; H;n;;,;;;;:,:i::ii,il
j:'"rJj,X"ff"-,Tfl|illTg
hacfa casas, pebrm.
Ducar-as con i nmensas pi edras. ti r-espaol no sabe hacerro. No ti ene ni eso del entendi mi enro
a"t i n* y ae1i Ji .' ri ".*...
No habi a aquf robo, fl oj ca,
lg:ff;il".;?#ig,iJ:."r'''::.f ig:"* *Xe,sana,
senr de mucho t.arlio,-uie'
sacar..., expr otar
;
i!1i1,
.1
s z?'6;;
"il;Xi-.#
:!.X: il,T1,:t;itt"*Tiif
tr vrsta i ndi gena l os model oq (i ncai co y
"ol oni ui Lj l ol
por l a comparaci n total i z;dora de tos fruroe, y no comparando ;,
"b;"':iffi""?lre.n*,.
56. An l os cstudi os ri gurosamente
ci entfcos pueden ser poco rel evantes para
l a probl emri ca
del sudesarroti "
.Ji 1,"' p.i
i i p,", cuando se trara de i a*ores sintomticos,
o de temas muy specfficos como la
adecuada priu tu *"a'iti".u.
orscusin de la raza ovejuna ms
se indican dos caminos: el estudio de la .literatura (etnogrfr,ca y
antropolgica) y la observacin participante. La informacin obtenida as
habr que confrontarla con la informacin sobre la poltica cultural del
gobierno y los procesos autnomos de cambio cultural. Sin hablar de las
condiciones generales exigidas por la observacin participante, vale
destacar que sta en particular - que est dirigida a captar con claridad la
dimensin cuitural del sistema - exige penodoi prolongados de
observacin, una reflexin contnua sobre lo observado y, adems, - para la
maduracin y equilibrio de las concepciones adquiridas - una distribucin
de las observaciones sobe un mayor nmero de aos
5?.
57, Los perfodos de observacin participante sistemtica fueron realizadm entre iulio I 972 y
agmto 1978, y por una duracin total de 19 meses.
96
ru
r coRTE TRANSVERSAL IQTTIQUE
-
CARIQT.TIMA
econornla de recol-ectores
I T
) .
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El
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>i HI F
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| . l o
'41 $l
CAPITI]LO
ilI
I,AS ESTRUCTIJNAS
HISTORICA,S
DEL SUBDESARROLLO
3.0. Las estructuras histricas del subdesalrollo
Para una interpretacin histrica del subdesarro]lo de Tarapac Rural,
".
;;;;;;
"ot""1t "
i" Zpo"u precolombina del proceso acumulativo
y
contradictorio
que
"L.
i*"p"" La historia colonial y pre-colonial de
i;;;;
""
rtualmente desconocida
y los_historiadores
ape-nas- comien-
ffi i;;;t*itl"-"
p"rtir de algunos sondgje_s de archivos;la documen-
t".iO" ari."
".
Afiafinttt" r.."rbl" por la deficiente inventarizacin
de
t ii.ir V
f"lt" " inu""tig".in'documental
referente a esta pron-
;;;",'!rriuo.
.olo"i"l"s
y
f,ost-coloniales.
Nuestro trabajo ha d: limi-
rr"
"
ora"ttar los pocos
"t*yot
historicos,
-complementarlos
con los da-
tos de archivos t"gi;;;l*' ms accesibles,
y bosquejar
1t
las
;;;";; sicas esta sociedad en sus fases historicas ms carac-
;;rti;;;; i" organizan social colla-incaica; la reestructuracin colonial;
"
i" r!u"t".lnel
.icio--r4it
"to,
sucesivamente. En cada una de estas
i#;;;;ii;;;";;.
-i.s
cu.tro esrrucruras ms relevanres de esra socie-
t', U
"rl,.,"1"r"
pAiii.",
".t
qo" se incluyen las caractersticas hsicas
" l. org.rriracion 3o"iat- giobali la estructura econmica' en- qle el factor
"rno*n.o cobra un int"-."r muy particular; la estructura de la familia y
la estiuctura de la organizacin religiosa'
3.1. LAS ESTRUCTtIRAS
SOCIALES PRE-COLONIAI'ES
S.1.1. El perodo prc'agro'alfarero
Aunquenosehai ni ci adohast ahoyd ani ngunai nvest i gaci n
*q""ifu." sistemtica en la zona de Criquima'
y en toda la regin
;t'dii;;" de la proncia de Tarapac, podemos afirmar que nuestra
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d", investigacin es parte de una extensa zona, que va desde Arica
hnsta el noroeste de Argentina, en la cual, a pari el Zn millnio a.C.
existfan
qupgs de cazadores errantes que la recorran cazando animales
salv'igs. Particularmente
en la
pampa
de cariquima^rr"r"o"-""1o"t
"o
abundante maerial ltico de superficie, que.conliste
en puntas bifaciales,
h oj as.-cuchi I I os, rae doras, ras pador" r, y cchillos lascas.
[.il arquelogo Patricio Nuez H., que nos acompa a ]os sitios
arqueolgicosl, ha tenido la amabilidad e estudiar este materiJ (t 500
elementos) y lo ha clasficado como idntico al que
""
rr"-.oJr"o
".,
Huasco (un
salar ubicado a unos 21 km al sur d u-"jl,-v ,,,^ir,
".,
una gru? de Intihuasi (prov.
de San Luis, Argentina)s. i-,r"". o""t .
son similares a las que
se han encontr.d;
-#
t;it,i
ierg""ir..l y
Tambillo (San
Pedro
,de
Atacama). SO" los aars, f"
-r,iJ* ""
lo,
112-adorgs
de Huasco (y,
agregamos nosotros, de lo" de
-Clriq,rilril)
." t
"
d-esarrollado en el ptimum climticum local (i.e.
6634-42S' ..1. l,o"
cuchrlros son comparables con aquIos que se han encontrado
"r,
s.
p"dro
de Atacama v Tililche
(pampa der ramarugalF; y p""r";;;"i'"
,r.
cultura de czadores-r".ol".tori.
J--;.J;;"cadores (t
del 3000 a.C.).
L-as puntas de base cncava demuestran semejanza'c*
-"!"iir..
a"
viscachani II, situado entre oruro y La
paz6.
Material htico srrnilar i".'o.
encontrado tambin, aunque me.roi abundante,
""
i"""",
"li."i
e'la
zona del p-astoreo invernal de Lirima" a 8400
-
a"
"it*"
vl
iT.k-
"l
ggste
{e_
Coscaya. Este material es e andesita" riolita y
".,r*ro.
Vj"r"
zl3tar.M., arqueloca qe
l?
u. de-chile, identific'er
-"t""L"-irir,r"rr"t
y lleg a conclusiones similares a las de-patricio Nuez.
En sntesis: estos grupos
de cazadores der-artiprano pobraron la regin
de Cariquima desde l-a ordiilera t""t" l"-i+_;;Iill;;;;;;_"no.
desde el 7q hasta el 4q milenio a.c., y su arcance llegaba rt""Li"
"*t
r.
^^,
rI:^"
ti j"::.
^q_. "
de sconocemos rtuatment i" *g""i *Joi*"i.l"l
v
polrhca de estas bandas de cazadores migrants. se trata de
ll'.1?;",j1j1,T3" ;1."'1,"::":T-Eytg,.humanos-e"""l"tli"p"i,,".y
de esrrucruras tribrei
_poco-
diieren.i"d";;
-
q*;;
il;:= 'i":
relaciones familiares definan las funcione'. " t, organizacin social,
l. P. Nrlez, MS f975, aporta stas y otras informaciones al respcto.
2. Asl resumimos el artfculo de L. Nrlez y J. Varela, 1966.
poltica y religiosa, tratndose aqu de instituciones en estado
embrionario.
Su tecnologa de cazadores-recolectores se perfeccionaba y diferenciaba
continuamente como tambin se ampliaba la gama de especies que ellos
recolectaban. Al final del optimum clrnaticun (4100 a.C.), cuando
escaseaba lacaza de animales grandes, su dieta se complementaba con el
producto de la caza marina y la recoleccin de moluscos, y luego con la
pesca marina y la recoleccin de un creciente nmero de especies
vegetalese. Los museos arqueolgicos de Arica, Iquique y Antofagasta
demuestran una creciente diferenciacin y perfeccin de sus tcnicas de
captacin y de artefactos y restos de cultura material en piedra, cuero,
junco, fibras vegetales y animales, huesos y conchaslo. As, en una zona de
casi ausencia de madera, estos pueblos desarrollaron un arte de
navegacin para la pesca marftima en base a materiales como el junco y
cueros de lobo marino inflados, dos tipos de embarcaciones que llamaron
la atencin de los estudiososlr. Los Changos, llamados 'Camanchacas' en
los registros eclesisticos coloniales, eran maestros en estas tcnicas de
pesca, caza y recoleccin marina, como estaban obligados a sobrer,
finalmente, sin el apoyo de vegetacin ni fauna tenestre. Estos Changos
parecen ser los descenentes directos del ramo costero d9 aquellos
cazadores-recolectores-pescadores que, por el avance del desierto y
separndose cadavez ms la costa de la tierra de caza, se elon obligados
a dedicarse exclusivamente a los recursos del marr2. La informacin sobre
estos pueblos pescadores es de inters por la temprana relacin de
intercambio econmico que se gener con los agricultores de la sierra y con
los armaras en el perfodo agro-alfarero.
8.12. Perodo aglo-alfarero y aymara pre-incaico
Existe una informacin arqueolgica mucho ms clara y detallada
sobre la regin respecto al perodo que comienza en el siglo V a.C.: el
per{odo agro-alfarero temprano llamado Pre-Tiahuanaco. Autores como
Greta Mostny, sealan: "Las influencias del Tiahuanaco aparecen en la
costa chilena en una poca en que la cermica ya era conocida y fabricada
desde hacfa tiempo"ts. La existencia de grupos culturales agro-alfareros
3.
)-
6.
7.
8.
In argumenta A. Gonzlez, 1960.
Nuestra referencia es el arffculo de L. Nez y J. Varela, 1g66.
Esto lo explica con argumentc C. Mmaga, l9?4.
Asf reumimos el trabajo de 0. Menghin, fg$_&L
Lainterpretacin der materiar lftico que hemos encontrado en Lahuene es de v. ?atar, MS
Concluye el informe de
p.
Nrlez, MS-19?5: "... que Cariquima ea un yecimiento
grqueolgico qu,e perteneci a una comunida ae la soedaa a"'""rroo
driijt-a
arel
1q{di-onar_
andina, ubicado en el secror ,-ryi;"i d"I-dripii*iirifiiliri1i,,
,r
oeste del salar de coipasa. su firiacin con Viscachaliiii put"".
"in
irroj"t"i", *i".- *
posible ncularlo con otrcs sitia del e*__"""rirta (Intihuasi,
Lauricocha II) y
encontrar supervivencia de tradiciones en el salar del Huasco y en un campamento ms
recigqte' como es Tilivilche l-b.
por
lo ranto, su ;bi;;;;;" el empo "u.ril-*"*"rr'."
perfodo anterior al ptimum climticum (66Ci0 aa ;;;;" nueetra era).
g.
Un excelente esumen encontramoa en la gufa I del Muso Arqueolgico de la Universidad
de Chile, Antofagaeta, l9?3.
10. Mayora inforrnaciones al reepecto ae encuentran, rsumidamente, en la gu.la II, del Mueo
Arqueolgico de la Universidad de Chile, Antofagasta, 1974.
11. Amba tcnicas de conetruccin de barcoe han persistido hasta tiempos
sub-contemporne(8, como lo deecribe H. Niemeyer, 1965; 1966, quien asisti a su
constnrc:cin (vea bibliograffa anel<a al artlculo citado). Cf.,tambin, Inoeer, 1938; 1960. La
embacacin y deeembarque de mercaderfas durante la Colonia y la poca del ealitre en la
segunda mitad del
giglo
XDt se hacla comlnmente por estos Changoe con sua balsas de
cuero de loba marinoe (Cf. Bermdez, 1968).
L2. Cf. J. Bird, 1944a;b; y A. Llagatera, 1977, cuyas brillantes investigaoones
bioantropolgicas de la costa arrojaron nuevas luces eobre la tecnologfa, la cultura y la
ecologla con que esto6 pueblc se foqjamn una existencia (Llagostra, 1977).
13. Cf. Mostny, 1960, p.28.
A
100
101
del Pre-Tiahu"n""otl^,#s
ra influencia
desarro,a-da
por los pueblos
del
fl:1t+?il?"J?o.t:ui:too
a. aceptar,,;;
clasificacln'"i"'J
rases:
;;il;i.;;i;i,?';dl,ht,H*?:3fi
tt?d;s,,[fi
ai"t":,\,f J"*
:-:::l
g"t"do.
agro-atfarero
ta_rdo
i.i;i; Xi al XIV); y finalmente
ta fase l ncal ca(a partj r
del ao 1465)l s.
.
tlacla el comienzo
de nuestra era se encuentran
muchos testimonios
de ra cultura pre-Tiahuanaco.
en
]1
p.;;;;;
ce
.r,arapac,
especialmente
::'"'..t's:,'"':ff
#s""l:::P-"
3i
.;"l;. "a3" "r nr"J"; .iiii"jo q,,"
;,';i-:il;hi,l'""H;ff
igitrRH,",ff l:ff.,1[x'".*'Ti;x*
cu, t . on aoi, il
^ili
ii!il*ii1.
oiJ
$::,' :
"'"r*-
iiy:";*r;:
recolectores-pescadores,
q..r" a.rr.rrt"-;;.T
siglos se desplazaron
con regul ari dad n''e ra costa y r. c"r'r,'
"i".
r"" q""rri"r"'r.p."a,
comenzaon
un proceso
de sedentari zuan,
"lrf"'"ag
-o*lt
.fr.r.ip"t
campamento, precisam_ente,
esa quebradu,-'
cere-bra"o
-"iii".rr. r*tto.
y fiestas y enterrando
sus muetos en e"os lugares.
p"rtag de este p"o"".o, pasaron por un
*"t: de recorecci".
a"r semilra.del-
argarro y del
lllaruqo,
en la zona de los bosque. a"l u"li.
de ra qutinoa
"n
terr"no"
-.
"rJu.o"-t;"-;ii%*$ff"1.1'J"ti'ljj#'i; caza cordillerana,
donde l?
1.r:llde
I"ffitariqqrya
era muy favorable para la papa y la quinua (cf.
informe p.-rr"r,
1925); esto los llev a la prctica
del cultiv a" .n.n.uitri.;;r,^
;;;'
posteriormente
controlar
la tcnica de otros cultivos: qnua,
--i
y p"p".,
"t".r.
-Si.ilt"?ir"nt",
rueron sometiendo
a lns
-auqu'niao,
("i..ir?..
y guanacos)
a un lento proceso
de domestica"r:l_T:'t"raO
"g." "!4os
en realizarsere.
A partir O"
,"1*l:^T _1.C,
aiistimos
a un gran desarrolio
de la cermica
20.
l
ra caracterlstica
ms llamitiva
d" -;;lr*r-y
i."-r"
de estos grupos
es su adaptacin
I
tantos y tan drrerentes
niveles ecolgicos explotados
simultneamente
y al ;tm;--d;
las estaciones.
Desde los
primeros indicios del proceso de sedentarizacin aparecen tambin las
tcnicas de la cermica y - oportunamente - de la metalurgiazl. En el
Pre-Tiahuanaco la tecnologa de la piedra y de la lana ya estaba muy
desarrollada y diversifi cada.
Con el deterioro de las condiciones climatolgicas para la agricultura
en la desembocadura de la quebrada de Tarapac (en la segunda mitad del
primer milenio a.C.), estos grupos trasladan sus campamentos
estacionales y semi-permanentes poco a poco al este, ms al interior de la
quebradaz y cultivan las tieras de esos lugares. Sin embargo, en aos de
mayor abundancia de aguas que bajaban del interior, pracicaban siempre
la agricultura en la franja oriental de la pampa, tanto por las tcnicas de
riego por canales, como por el aprovechamiento de las aguas subterrneas
permanentes, mediante pozos y mediante una tcnica especial basada en
la accin capilaria del agua subtennea que humedeca canchones de
cultivos hundidos (agricultura desrtica sin riego, llamada'en canchones' o
'puquios')8. Al mismo tiempq -con el avance del proceso de domesicacin
de los auqunidos -24 las actidades de caza y pesca decrecieron en
importancia pero constituyeron siempre una parte importante en la dieta
de estas comunidadess. Todo esto resulta no slo de las excavaciones de
cementerios, sino tambin de petroglifos y otras expresiones figurativas
similaes como geoglifos. Las pictograffas rupestres son muy abundantes
en toda la provincia de Tarapac. La mayofa hay que ubicarlas entre los
siglos XI y XVI d.C., y representan animales dominantemente auquni-
dos), plantas y frguras humanas; y, finalmente, figuras geomtricas y
simblicas26. Parece claro que deben ser interpretadas predominante-
mente, aunque tal vez no exclusivamente, en el contexto del culto a la fer-
tilidadz7. Para la zona de Cariquima, los petroglifos de Parcollo (570 figu-
ras registradas) y de Tarapac (particularmente en el sitio "Tar-47",4t7
figuras registradas), son de un inters inmediato
a.
La construccin de tenazas para la agricultura y de sistemas de
riego, ha sido iniciado en tiempos posteriores al siglo XII d.C.,
probablemente durante el perodo agro-alfarero taro, pero seguramente
antes de la poca incaica. La irrigacin se aplic por la creciente escasez de
aguas y el aumento demog'rfico.
21. Cf. 1d.,19?0, pp. 85-86; 88; y 1972, p. 6.
22. Cf. Id., 1970, p. 91, y 1972, p. 8.
23. Cf. Cie,a, Crnica, C. 73, yArmillae, 196r, p. 297.
24, La continuidad de la poblacin sedentarizant de '"Tar-4O'(t 400 a.C. - * 100 d.C.) y los
aJmaras, haeta hoy dla no ha sido posible de compr.obarla definitivamente, ni tampmo de
echazarla. En caeo de diecontinuidad, ee eigue otro problema, abierto a discusin: si (c.q.
cmo) la poblacin de "Tr-4?" y ?ar-l" - qu poco antes o durante la dominacin incaica
practicaban la misma economfa pendularia, a partir de sus lugares de origen en la
Cordillera de Ieluga, Cariquima - ha ido abeorbiendo o expuleando la poblacin original de
Tar-40". Cf. Informe de P. Nez, 19?4.
25. Cf. L. Nrfez, 1972, pp.9-10.
26. Para una bibliograffa rtualmente completa sobre las pictograffas del Norte Grande de
Chile (con 116 tftuloa), vase van Kessel, 1976.
27. Cf. van Keasel
,
1976, passm.
28. Lo argumenta asl L. Ntlez, 1965.
14. Cf. L. Nrlez, l9?0, a quien resumimm aquf.
15. En.esta forma ee definen p.
Nnez, MS lg75,L.Nrfez,
1920, p. g5' p.
Daueleberg,
t963,
16. Sobre la difusin de cada cultura en el norte de Chile, vaee C.
ponce,
lg?g, lg ss.
17. Cf.L. Nez, l 9?0, p.9l ; l 9?2, p. B.
18. Cf. Id., 1972, pp. t_2; t9?4, p. r42.
19. Asf lo explica G. Lumbreras, I 9?f, p. Sg. Este proceso
e
-r
a cu r iura' ae r o"' p"lr o"
"
ni , "*r", pitT" ;:f li"#if;'L'e1t,ffi
HiITHH
(scl..
agroganadera), quese-ffi;"
;;;"-i:i
1gn,,,u1,39
_d9
nugsrra era, la sociedad
#,fi
"":,f"H;Hff
T:'S:li"gT#i*tru*]fj*hisrricoea*"r"-loit,*n,
exresini-nu"i"i"t.',-t"*e"a.ruof
ji;;ffi
.:T#i?.A"?rliTilt,ffi
*H
r/umbreras,
1962. llama.este.p*or-;""u;i;;,;
.g_p"",!aria,.
Se la ha llamado
tmbin la 'revolucin
rl-et mafi.' (!rti;**-,';;;
p. 22t) y la lwolucin
hidrulica"
'd'::tf;1rt:f:)'
sobre el p.oceso de a"-."iit*ii''e
auqunide, vase H. alrruga,
20. Cf.L. Nrfez, l 9?4, p. 140.
102
b
103
29. Cf.Brcrmrrdez, 1g63, p. 20; y 1972, pp. lb-16; L. Nrfez, 19?2, p. 6; Cuneo Vidal, 1914,
|0. Cf. Wachrel, l9?1, p. 108, yMurra, t978, passim.
31. Cf. L. Nrl ez, l 9?2, pp. l 5-l ?.
|2. Cf. Murra, t973,possim.
illl. Carangas y Lfpez fueron clT,_g:
]9"
reing
3yrnarae
pre-incaicoe que han desanollado el srstema econmico de la explotacin vertical-compl,eentaria
hasta gu
nivel de madurez
Una reconstruccin esquemtica de esta economa autctona tan
variada, mostraa la siguiente imagen:
s
En otoq i.e. Marzo o Abril, los pastores abandonan sus viendas, sus
ncleos habitacionales principales ubicados en la Cordillera, y los terrenos
de pastoreo de verano de los niveles superiores a 4000 m, para dirigirse a
los tenenos de pastoreo invernal, situados a alturas de 3000 a 3500
m.s.n.m., donde ocupan chozas y viendas prosorias de pastores a
campo abierto. Una parte de la poblacin masculina se traslada, arriando
una tropa de llamos cargados con los productos de altura (charqui, lana,
cuero, textiles, quinua, hierbas, sal, grasa animal, etc.), hasta niveles
ecolgicos ms bajos, a la zona agrcola, donde pequeos ncleos de
agricultores pertenecientes a la misma comunidad, y considerados como
parientes, se han ocupado durante el verano en las labores del campo,
atendiendo e irrigando las terrazas y defendiendo los cultivos contra los
arimales del campo y los pjaros. Cuando se acerca el tiempo de la
cosechq los pastores de las alturas se les presentan para ayudarlos en
estas labores y en la conservacin y almacenaje de los productos agrcolas.
Una parte de los productos de la alta Cordillera (y posiblemente tambin
del Altiplano y an de los valles orientales: coca y hierbas), se entrega
pa.ra abastacer al consumo de los agricultores y pasadas las fiestas y
ceremonias anexas a la cosecha" los arrieros se llevan, en cambio, una
parte del producto agrfcola (papas, chuo, ajo, malz, cucurbitceas, etc.)
hacia el occidente, a niveles ms bajoss. En los bosques del valle
longitudinal se detienen.por un tiempo para recolectar las frutas del
algarrobos y para pastorear los animales de carga, aprovechando las
vainas y frutas que produce aquel rbol. Posteriormente, ya en inerno, la
tropa bien alimentada cruza el desierbo y la corllera costera y sita los
pescadores y recoiectores de la costa. Los arrieros toman parte en la pesca,
lacazs de lobos marinos de cuyos cueros inflados se componen las balsas
marinas de estas costas desprovistas de madera3?, la recoleccin de
mariscos, en la labor de la conservacin del producto y en la recoleccin del
guano blanco que era - a la par que el pescado descompuesto y la tierra
salitrosa - un apreciado abono para las terrazas agrcolas. Acercndose la
primavera, los arrieros se preparan para el aje de regreso, dejando el
denitiva. Estos reinoe ee encontraban en el altiplano boliviano, a continucin de la actual
frontera de Tarapac. Llpez contaba, a la llegada de lm espaoles, con unoa 4O00 habitantc.
Is eetudiaoo de la etno-historia consideran, como hiptesis aceptable, que ese reducido reino
aymar, con su preain demogrfica, ha sido el centm del sistema socioeonmico polltico
desarrollado expansivamente sobre las pendientee occidentales de la Cordillua, vfa la quebrada
de Tarapac, hasta alcanzar la cata del ocano. Serla el ejemplo de una comunidad dinmica
andina que, por medio de la fomacin de pequeas colonias en todoe los nivelee ecolg:icos de
o<plotacin -
y no por la conquista temitorial - ee encaminaba a controlar econmicamente lae
pequeas comunidades aieladas preexietentea en la zona y a integrarlas en la formacin mcial,
econmica y polftica me amplia: cf. Lamagdalaine, 1974, p. 18, y Murra, 1975, passim.
34. Como fundamento para esta re@nstruccin sirvan L. Nrle y J. Varela, 1968.
35. L. Nrl ez, 1972, pp. 1116.
36. Para su uso en comida y bebida, vase Bibar, 1966, C. 8, f. f3, (1608).
3?. Cf. Bibar, ibid.,ff. lO-12.
38. Arleeexplican Ronrem, 1949; Keller, 1953, y Billinghurst, 1903.
^*.}1,?:
d" la llegada de los- Incas, la sociedad.ayrnara,
formada por
agncuttores,
-pastores,
pescadores
con recorecci
t;;;;-;;I*".r-
tarias, ya haba logrado su estructura definitivazs:
--"'r'!
- A partir de una explotacin simultnea del mayor nmero posible
de pisos ecolgicos
.complement;;*
-y
la construccin
de una
economa muy variada de productos y atit'idade. .o*pl"."ilri""
en cada uno de estos niveles; esro s i"di.;;;; li"i"r" t"
"l
trmino "verticaridad"
o "sistema
de economa verticar"
m.
- A partir de una tecnologa agrcola ms desarrollada, que
utiliz
gran nmero de variedades riles de los ;l;;;; ri."ioirar"s,
ma2, quinur,
o1p.T y. orros; y. q3".
"aq"iri';;
;;;;i"_"y
detallado de loJ microclimas, varieades l tilrr*
v
."i.". "
ferlizacin e irrigacin.
- A partir de ingeniosas trcnicas de conservacin y almacenaje
(deshidratacin-
-tostami"nto,
-cong"l.cin;
almacenei venlados y
refrigerados
o iubhrrneo.l,
l" .i p"ribilitaba
una economa de
reservas anbe ra ,'menaza de los pendo.
ar ."q-*, q"""riiTLu""
las aguas de irrigacin que desciei"" L r" cordiilerasr.
' A partir de una avanza-da ganadera
con sistema de seleccin y
un
uso equilibrado de-las diferLntus ,o"", " p"r;;.;;;gd"Tlt_o
de las estaciones (el llamado "sistema
etr""-i,"*1".i""1,i"
-"a"
de semi-nomasmo
pastoril, p;6i;;i."
autctonos de los Andes
Centraless2, con su rgimen i"io""l de recursos renovables).
- A partir de un sistema variado y rit-ualizado de conservacin y
proteccin
de las reservas naiurales renovables (acuticas,
forestales, forrajeras, guaneras) y en particular
de Ia a-fauna
lnaJrtim_a
y de los animales de caz, .o"
irroa"..io"."r"f"i"lril"
de forrajes y guanos.
- A partir de una disin y organizacin
apropiada y econmica de ra
fuerza.de trabajo s.egn stao
t;;';ld;"#;l" u
comunidad
basada en especialza-ion
" i-"""".
-i';.;".,
gala{er3s y de.pesca) y un organizaiion.o"il-j"j"
ff*rX "
trabajo disponible.
- A partir de un adecuado sistema de transportes y trasrado de
bienes, animales y personas; y, finalmentl,
- A partir de un desanollo progresivo
de la tecnologfa general:
tcnicas de hilar y tejer; de.curti-embre y uso
"""ao"f
ci"".; "
cermica; construccin;
medicina; y el us variado d" l";i;d";
*r.
I
I
J
&
104
105
resto de ros productos
de
-todos
los niveles ecolgicos
superiores y llevndose
en ambiq p"o
"ill".tili.i'""to
de stos, los productos
del mar y de la cosra. Despus d" ;;-;;],"-p;;;;;;'ii."lq,r",
a"t
I1T?I"sa' 3vt1$an-nuevam:-nr",r
los gdcultores
de la
precordillera
en las labores de limpieza de canales, la
ireparacio' dr l"s ieiizas y Ia siembra' Dejan ar """"-p*i"'J.]
iL"or.;""t.-i"f
-",
|'ti.o"tu y, erminada
la estacin-de
Il siembr"]-.'tt"u.r,
de la heordilrera
los productos
asfcolas
desunaJor---*'J"aste"rmiento
a"--iJ.*prrto"",
codilleranos,-y
de los centros andinos de la comunidad.
Los pastores
se encuentran
todavra
ll-!o_:
""Tpo"
a" p*t*"o
invernal, pero egados los arrieros parten r
"urrl-ug,*":
d origen en la-alta Cordilleia junto-s
con sus parientes
v con toda ra^rropa
4
*+r"l;d;#ilJ!'roa.r.to.
originarios
del campo, de la costa y qel
mar, como indispensable
complemento
de la dieta de lo"-p-asto".. pn.l".
-"r""
"TJr.rro,
"r
ganado
se encuenrra en^ros nrveie.;il."
r" "r.ii.iiJr'L
o.,a" alcanza la.vegetacin (ag00
m).
.usre bosqueio p.lt",
_
esquembicamente,
de 4 diferentes pisos
ecolgicos
"xplotldoi
"i-olti"l"-;;;-
una economa comunar, en base a una disrribu"i"
"*ri"""*aii"-i*""'T;:;'J
y una complementacin
-*11-
_"n
"l*t".iiii"rr-
de- materias primas y productos'
De hecho. el esquema se desarrolla-en
forma ms dtalrada y
1!l3da:
disringuiend..ld
di?;;;i."]"
.."i.iones
v
productos
de ras terrazas agncolas .up9lo..9:
e inferiores;-con
estacin"d;
d; (;bhaco,,)
l.lTSlt:rTl
y. explo.tacin
dif.r";;;;;'i"i
.l,lupr.r,o, alcanzando
hasta los valles orienrates subrrop::t^"::
!
,iu" _i._1. eiil"
l"munidad
econmica y social del armara es: por medio oe un creciente nmero de miembros, explotar
"rr--.mpr"-".r;"d""iio"
ms diferentes
niveres en ambos lados de ia Cordillera,
""i"o.
i"rrr",r.
Los inereses econm^icJ"1;'i;;";;q"!n".
comunidades
tendan a extenderse
a un rea cada-vez
ms extensa y, con esto, suarizamos
una
::::119."]C""i1a9in,
social
v
p"iiti.i'.Lo
tambin una necesidad
de crecrmrento
numrico de la_ comnidad par ,rr," ,'"* y
-.'a]ilr"r,.i"a"
organizacin
de sus mltiples
t"."... IrlJrrapremente
surgieron
conflictos
con otras etnias oue oasban por et mismo a".d;ii;;il,
LXo, qr" las comunidades
*i]11.."--d&"';i:aruco
-
con
_una
recnologra
1T,
-gryf-tTr
y organizacin
-econmica
similares
de explotacin
vertical
mulnpre' lograron extender ra red de sus "tl.r,* ir"iJtJ;;;;';",
""
verdadero.
arqfrinie]ag3,
ge
{ot ,,l"Si,rir:
y ncteos poblacionales
permanen
res, di semi n n dose esras "i
sr as coilas'"
dr-
;;;', r Jti!ur"a..
desde el altiplano hasta la *.tr. el'.":"iio"'."
lr" comunidades
collas (o
armaras) siempre se rll]caba en el
.Altipiano,
con que estos
,,reinos,,a0
podan
extendr sus interese,! tambin
hacia el lado orientar de ra cordillera con sus
""11".
hd;d"rft;ffi;nb
vegetacin
subtropical y tropical' Por su ubicacin
'n"
."itJ*!'J,
-"o"
acceso a un mayor
|9. Vaee tambin Murra, 197Sb.
-t
3i.t;#ffiU;'f,flT3lr"jlgfff
ffff""lrlA:e
a daros ernohierriao' y arqueorsicoe,
MAPA TV
DE TAR"APACA PREHISTORIOCO, ENTRE LOA Y CAMARONES
(Segrn Lautaro Nuez)
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L. Tililche
2. Camia
3. Curaa
4. Ariquilda
5. Palca
6. Calacala
7. Aroma
8. Jaia
9. Illalla
10. Chiapa
11. Sotoca
12. Saya
13. Sipiza
14. Soga
15. Caserones
L6. Huaasia
LT.Tarapac
18. Caigua
19.
Quillaguasa
20. Pachica
21. Mocha
22. Sibaya
23. Usmagama
24. Chizmisa
108
Agricultura de oasis y quebradas (0-200mts.)
Pesca y cazamartima
Economa de cazadores recolectores (2b00-400mts.)
Economa de recolectores agrcolas (g00-1200mts.)
Produccin agrcola de altura (8000-4000mts.)
Economa paleo-lacustre (3000-4000mts.)
Salares sin habitacin humana (g00-1100mts.)
Traslado del complejo "Faldas
del Morro".
25. Poroma-Coscaya
26. Huasquia
27.
Quipisca
28. Noasa
29. Mamia
30. Parca
31. Tambillo
32. Jucuma
33. Pica
34. Matilla
35. Pukio Nuez
36. Chacarilla
37. Cahuiza
38. Tamentica
39. Tiquina
40. Huatacondo
41. Isluga
42. Escapia
43. Cariquima
44. Huasoo
45. Collagagua
46. Pea Blanca
47. Coposa
48. Guavca
49. La Tirana
50. Rinconada
51. Punta Pichalo
52. Junn
53. Iquique
54. Bajo Molle
55. Punta Gruesa
56. Palo de Buque
57. Caramucho
58. Pallo
59. Caamo
60. Punta de Lobos
61. Huanillos
62. Chipana
63. Caleta Hueln
nmero de nichos ecolgicos distintos y el recurso de su gran molidad
gagrfica y organizativa, los pueblos-altiplnicos eclipsron las tribus
locales de Tarapac. No as a los Changos que a pesar de una permanente
relacin de intercambio y de presencia continua de los collas, supieron
guardar su ioma y sus costumbres culturales propias. Los ms famosos
reinos aymaras que el Inca encontr en la segunda mitad del siglo XV eran
los de Lupaca, al sur del Titicaca, los Carangas, a la altura de Arica, y los
Lipez, a la altura del ro Loaal.
De la comunidad de Cariquima existen gran nmero de incgnitas: no
sabemos la extensin geogrrifica sobre la que se desarrollaba su influencia,
ni cuil fue su centro de referencia. Tampoco sabemos exactamente su
antigedad, ya que el pueblo actual fue reconsruido en la poca colonial
tara y segrin un plano arquitectonico espaol. No es probable que como
ma.rka o pueblo central, Cariquima haya sido independiente de otra es-
tructura polftica y econmica ms amplia. Sabemos que los constructores
del pueblo colonial actual se guiaron por consejeros autctonos del pueblo
santuario de Yunguyo, ubicado a Ia orilla del Titicaca, y que el pueblo
santuario de Sabaya para los Cariquima significa un centro de referencia
religioso. Sabemos tambin, a ciencia ciera, por la presencia de una red
de cementerios, apachetas, pictograffas rupestres y otros restos
prehistricos42,
9ue
a la llegada de los espaoles existfa desde hace
muchos siglos una migracin estacional entre la costa (desde Pisagua
hasta Palo de Buque y Caramucho, a 60 km al sur de Iquique) y
Cariqujnlq, migracin que transitaba a travs de la quebrada de Tarapac
(y probablemente tambin por la de Aroma). El mapa de L Nuez
representa la geografa poltica y econmica pre-incaicaas (ver pgina 119).
Una estructura similar de lineacin Este-Oeste encontramos tambin en el
sector Tacna-Arica, orientado precisamente al centro altiplnico del reino
de Lupacaaa y en la regin de San Pedro de Atacama, abarcando desde la
costa al sur del rfo Loa hasta el noroeste argentinoas y el sur de Bolia,
llegando hasta los valles subtropicales, y orientado todo al centro del reino
de Lipez.
Volendo a la quebrada de Tarapac y examinando las fuentes
protohistricas eclesisticas y judiciales, podemos entrever algo mris del
mapa poltico pre-colombino y pre-incaico del sector. La poltica toledina
de reducir los indios fracas aqu rtualmente y esto tuvo por
consecuencia gue en Tarapac el sistema de parroquias sigue la
conformacin de las
narkas
originales o cabeceras de las etnias. De este
modo los anexos o ce-parroquias coinciden con las principales islas de
41. Cf. J. Santa Cruz, 1913, quien menciona lae relacionea odetentes entre Ura y Aymaras en
Tacna, Arica, Pieagua, Iquique, El Loa y Cobija (1913 : 43); cfl tambin Philippi, (fS57)
1948, p. 208, quien pudo observar la persistencia de eetas rclaciones.
42. Cf. L. Nez, 1976, pp. 193-195.
43. Cf.Ibi d., p. 183 s.
44. Cf. Ri vra, l 9?5, p; 23, que trae un mapa; i d.,tg76, pp.71-82; Ci l l t, 1973, p.28, con
interesante paradigma: 'rlupaqa, Ntzung der Andinen oekologischen Zonen durch eine
ethnische Einheit"; cf, tambin Floree, 1973, pp. l9t20l.
45. Cf. Phi l i ppi , o.c., p.208.
109
Iquique
Pampa Yluga
Guarasia
Tarapac
Laonsana
Guavia
Marnia
Coscaya y Parca
Noasa
Macaya
(Lirima
110
%!
.
cariquima dispone solamente de recursos propios en: los aylrus ar rado
oriente de la disoria de aguas, y adems a lo. p""-tor"
,ir-r".
(3500
m), y de cierras pltr:
""d;t;;;" J" ol"";i;;d;, y
""
los atros de Sibava rycta,
-gooo;);
d;;;issoo
*); Ltacho (000
m);y
posiblemente
tmbien e".'Cotct"rr (4100;)
y Lirima (4000
m). Es un
pueblo de pastores que, sin
"-b*g";
i;Ju'.or, ,r" recuas.hasta
la cosra
- segn consta de datos arqueolgicos y proto-histricos - en busca de
complementacin de su dieta, y posiblemente como mercaderes de trueque,
que intercomunicaban los ayllw de agricultoresao.
Cierto es tambin que la densidad de la poblacin, en los iempos
prehispnicos, nunca fue muy alta.
Referente a la organizacin social de estas comunidades a)maras,
solamente podemos suponer que sta era ms o menos similar al ejemplo
bsico de la organizacin de los reinos aJrmaras, conocidos por las "visitas"
hechas por la administracin colonial tempranaaT. Esto significa una
biparticin de la comunidad en dos sayas: arajsaya y rnanqhasaya,
encabezadas cada una por un kuraka. o cacique. Cada saya comprenda
una serie de ayllus, o grupos de parentesco extenso, con sus endas y
tierras de pastoreo propios. La divisin bipartita de la comunidad se
prolongaba desde el rea cordillerana (zona de pastoreo, centro y
origen de la comunidad) hasta la Precordillera, de tal modo qlue cada ayllu
de arojsaya posea stt ayllu pareja en la zona de agricultura, con el que
intercambiaba sus productos
- en forma preferencial y mayoritaria -
estableciendo tambin relaciones de 'parentesco poltico' por matrimonio
inter-ayllus, para afianzar las relaciones sociales y econmicas. De este
modo, el arojsayo (la parcialidad o mitad de arriba) comprenda oyllus
cordilleranos y precordilleranos, y el manqhasayo (la parcialidad de abajo)
igualmente comprenda ayllus en todos los niveles ecolgicos; de manera
que 'arriba' y 'abajo' no debe entenderse en el sentido de alturas
geogrficas. El kuraka de cada sayo, que siempre era originario de los
ayllus corlleranos, tena autoridad en todos los ayllus en su soyo,
tanto en los ayllus pastoriles como en los agrcolas. De los dos kurakas,
aqul de arajsaya citaba para reuniones y gozaba de precedencia sobre el
otro; en las ceremonias, ste se sentaba a la izquierda y aqul a la
derecha. Su autoridad era notmada por las costumbes giladas por los
ancianos; cada ayllu tenia por lo menos su propio hilacata. La autoridad
del kuraka y del hilacato se orientaba especialmente a la coordinacin y
organizacin del trabajo, a la distribucin de recursos y tierras, a cuidar el
cumplimiento de las traciones y costumbres, y a oficiar ceremonias
religioso-sociales; autoridad de carictet claramente paternalista, se les
consideraba como jefe de una familia extensa y se les llamaba tata, i.e.
padre. Su autoridad y alto rango, sin embargo, no les daba el poder de
tomar decisiones autnomas o definir sanciones. Todo lo contrario de la
jerarqua incaica, en que la autoridad imperial - y a nivel de la comunidad,
el kuraka respaldado por el Inca -, tena estas premogativas autoritarias.
Igualmente contrario a la sociedad incaica, se desconoca en los reinos
ayrnaras el gobierno monrquico (de una sola persona gobernante) y la
jurisdiccin de un territorio contfnuo y cerrado. Los kurakas ejercan
autoridad no sobre un territorio - como sucedi en el
pensamiento
romano
46. La forrna de intenelacin de los puebla pastores y arriera con los agricultores, la describe
con un ejemplo de Antobamba, Juan de Dim Concha, 19?5.
47. Isluga y Cariquima parecen haber formado parte del reino de Caranls, conquistado al
principio del eiglo XV por los Incas (cf. Informe de P. Nrtez, 1974). La orientacin
ideol@ica-mitolgica de eetas dos comunidades hacia Carangas (especialmente al cerro
Sajama) subsiste hasta hoy, para cbnfirrnar eeta hiptesis.
dos o tres pequeos
archipilagos
verticales, entremezclados.
Los archivos
judiciales
perini,tcl
"gr"dr
?,{ilil;
a este mapa(ver prgina 119).
las cabeceras de la quebrada
fueron: Tarapaca, ublcado muy cerca del
ffit$,:t$"ffi:
:"*o*
(cr'
E' Muo", r-s-z^1,r-t;*t"ri,
v'iu' a
;;f;;.;;""#ii,iili.f"?ff
n,lH#:"&?H'ff;";i:dffi
i*"-,::
este mapa, vemos que sibaya,
-etnia
e
"gricitore"
con su marka central a
una altura de 2680
-.".n.ri.,'di.p;";
d"?;..o.
".,
los
"igui"nrei-.ri.,r"1""
ecolgicos:
(Costa:
(Pampa
Yluga:
Pachica
Guasquia
Limaczia
Sibaya
Usmagama
Sipisa
Sotoca
Paguanta
(con
siembras y minas de cobre)
(Cultane:
en pleito
(Colchane
(Chungara
om)
1000 m)
1600 m
1900 m
2500 m
2680 m
2800 m
3000 m
3100 m
330O m
3900 m)
410O m)
4250 m)
Por su parte.
los Tarapac disponan de recursos en los siguientes
niveles ecolgicoj:
0m
1000 m
1350 m
1410 m
l70O m
240o m
2800 m
2900 m
3000 m
3700 m
4000 m)
111
]T{APAV
TEE S ARCHIPIELAGOS
\{ERTICALE
S:
TARAPACA .
SIBAYA .
CARTaUIMA"'
y feudal -
sino sobre ayllus asociados, su fuerza de brabajo y recursos
colectivos. De esta manera, geogrficamente, sus compBtencias podfan
estar muy entremezcladas. Las consecuencias de ello acarrearon los
pleitos de los siglos XVIII y XD( sobre derechos de yerbaje en Lirima,
Cariquima e Isluga, en que los caciques de Tarapac, Mocha e Isluga
contendieron contra los de Llica y Sabaya (Larran, 1974c : 138).
Las tierras de agricultura y de pastoreo pertenecientes al ayllu c.q.
a la comunidad, eran asignadas ao tras ao en usufructo a las diferentes
familias segrin la necesidad y capacidad de trabajo de cada una. Esta
asignacin de las erras, y adems de las tareas comunitarias dentro de
la organizacin del trabajo, se realizaba por estas autoridades, o bajo la
supersin de las mismas.
tos restos de esta organizacin social - kuraka,, hilacata, oyllus y soyas
- persisterr hasta hoy da en la regin de Cariquima; tambin las
relaciones entre la poblacin de la Cordillera y la kecordillera adyacente
y los restos de un mecanismo autnomo de redistribucin de las tierras de
explotacin, basado en un combate ritual. Aunque las funciones originales
autctonas se hallan completamente erosionadas por los funcionarios del
gobierno dominante externo y en este momento no significan ms que
supervivencias religiosas y folklricas, y aunque tambin los dems
elementos anteriormente mencionados subsisten en forma completamente
fosilizada, nos podemos orientar por su supervencia misma, en Ia labor
de la reconstruccin de la estructura social de la comunidad de Cariquima
en tiempos prehispnicos.
La capacidad organizativa de los Incas desplegada en tenritorio
a)rmara, ha sido comparada con aqulla de los antiguos romanos, durante
y despus de la conquista de Grecia, precisando que los griegos aportaban
un caudal de cultura del espritu, mientras que los ayrnaras ofrecan
una economa sana, una tecnologfa adecuada y una organizacin social
(militar y legislativa) firme y elsticaaE.
3.1.3. EL PERIODO INCNCO
3.1.3.1. La estructura econmica del incanato
La dominacin incaica en la regin aJmara comenz bajo el reinado de
T\rpac Inca Yupanqui (1471-1493) y dur aproximadamente 50 aosae. Sin
describir detalladamente la organizacin econmica y administrativa del
incario, cabe mencionar aqu que bajo el imperio,hubo una mejora muy
notoria en la infra+structura. Se construy un sistema de correos y
48. Cf. Montao, 1972, p. 4a-
49. Cf. Rowe, 1947, pp. 205-208; cf. tambin sobre eata materia los Cronistas: Ciqa (L. 2, C.
55-56) y Sarmiento (C. 50). Santilln (1553) 1968, p. 104, relata de lae hazaas del
-
conquistador Yupanqui:
nEnvi
sus capitanes y gente a las pmvincias de Chile y por ellos
sujet hasta el rio Cachapoal. Deecubrieron muchos aeientos de minas, sacaron mucha
cantidad de oro de ellae, hicieron caminc y aacamn acequiae y pusieron toda la pulicfa que
hoy hayen loe indioe de Chile".
l 3
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S;
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\ , ,
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-\F-
r12
113
caminos de norte a sur, que en Tarapac conoci un camino costero v otro
cordilleranos' . Hubo un intercambio d" bi;;s-;"."*ii.I'
ie"
voluminososl, en particular por los caminos de norte a sur (en adicin al
tradicional intercmbio este--oeste), ro cuar aej una b".";;;-;;pii"
, r"
economa de reserva y complementacin pre-existente y ;' i; ;",
centrahzaba a favor e la administracin' imperial ros" exceJentes
econmicos'z y las reservas de fueza laborar disponibles. La concentracin
de riqueza en el centro imperial fue moderda, si co.r"ier";;;;;;;" y
plata no tenan un
.valbr
econmi.q ;i; ceremonial; sucedi sin
menoscabar la economa de subsistenci de aylrus
v
l"*"rii."" d"entro
del antiguq, srltema de autarqrla existente
"rrio.."ino" "y-*.,
.i"" f""
ms bien el efecto de una poliica de ceacin de mayores excedentes por
lo
que la administracin incaica
_e-stimur
y o"g;i;;-l-..r.#"i.ir'
a"
nuevas terrazas para
cultivoss y de
9a1al3s
de riego, adems de
introducir- gran nmero de nuevs variedades tires de los cultivos
tradicionales. El intercambio de semillas procedent"" a, ar*".,t",
I-11^T:: ::, fastl fro.f
dra, gna costumbre cere'monial qu" pro."a" J,:n,
expenenqa tecnorgica prehispnica. De las grandes
^obas
del In""-..,
rarapaca menqonaremos, aparte de los caminos reales del Inca. un gran
canal de riego que trara ei agua desde qr"b;d" l' 1"' -pfi"l
Tiiirytrl { :"y?.
re.stos se obLrvan solamente en fotografa" .i"."r.
La carta del !'actor de Potos (A.D.
rSgr), menciona un"a obra d;;i;g"
gigantesca en Tarapac, que por ra invasil espao1ass q""Ji"""""", y
que, una vez terminada,
:eg-ul
el mismo, p.irniUria
,rpoblar
d;"-;;;".
Bl"!lo.
de espaoles y. reducir ros indios".'LL hcnoroga y lu","tiuiJ".
9:^irl-"_1'.1I
metalurga tueron gran desarrollo y diversificacin bajo el
lnca, tarnbln en nuestra zona de interss.
La administracin imperiar de la economa consista en primera
instancia en una acertada distribucin de la fuerza d;;;;;;",1;'.JJ"i""
necesidades de ra economa de subsisrencia de . r"iiili:E;ii; y
comunidad (_marha):
2)..*4t las exigencia. a" tu-t""i;;;
;1i.",
asegurando la mantencin del aparatJ burocrtico, militar y ri;;;",
incluso el yanaconato y las reservas tradicionalmente acumuladas para los
aos de escasa cosecha. La prestacin de trabajo para los caciques locales
y regionales y para el Inca, y la asignacin de productos por parte de estas
autoridades (comida, bebida, lana, vestimenta, etc., a los mitayos o, en
caso de necesidad aguda, a todo el pueblo) eran concebidas en un marco de
relaciones de 'parentesco' y segn el principio de reciprocidad y ayuda
mutua. El tributo laboral a favor de la comunidad, del culto local o
imperial, y del Inca, se conceba como aporte de cada cual para'su familia'.
La relacin de parentesco que a nivel de ayllu y an de saya y marka
podra ser realmente de sangre, era, a niveles ms amplios de reinos
regionales y del imperio, un parentesco poltico y mitolgico, no biolgico
pero s real segrin la concepcin y la tica gentes. Esta idea de
parentesco altamente valorizada aseguraba la cohesin del sistema social
y el buen funcionamiento del sistema econmico del Inca y su
administracin redistributiva, tanto en su aspecto del tributo laboral como
de la asignacin de productos. Un diagrama, segn el ejemplo de J. Golte,
explica los flujos econmicos del sistema incaico (Esq. 2).
Wachtel (!971 : 132 s.) seala claramente la evolucin poltica y social
del incanato que la conquista internrmpi abruptamente. El aparato ad-
ministrativo,
junto con la organizacin militar y econmica, se ampliaba;
el nmero de funcionarios y de otros grupos sociales (yanacona, aclla,
mitimaes) aumentaba la funcin de los kurakcs, aunque conrolados por
los huaman, adquiri nuevas tareas y ms importancia. Los yanamna
crecan enormemente en nmero, Habla yanas de mucho prestigio y poder
con altos cargos administrativos y laborales (villar, 1966 : 62). No parece
completa la interpretacin de la mayora de los autores (salvo Rivas
Agriero, Baudin y Villar) que sostienen la condicin de siervos simple-
mente delos yanacoos. Ms bien era un grupo social en ascenso de gran
capacidad tcnica, altamente productivo, y por lo tanto prestigioso, aunque
sometido al control y la direccin inmediata de los gobernantes; dejaban de
pertenecer a la comunidad de su origen y, jurdicamente, podan llegar a
integrar la nobleza de prilegio (Villar, 1966 : 90).
El planteamiento de esclavitud carece de base documental (villar, 1966
: Db, .
En el contexto de la organizacin de la fuerza laboral, por razones
econmicas, pero a veces tambin polticas de pacificacin, etc., fueron
trasladados grandes contingentes de comuneros (hatunruna), en forma
temporal o estacional (mitayos) o permanente (Cf. Baudin, 1972 : 259-264;
Rowe, 1947 : 269-273). As sabemos que en las ltimas dcadas del
incario, desde la desembocadura de Tarapac y del valle de Cato, que
forma la parte alta de la quebrada de Tarapac, fueron trasladados 640
mitimaes (aproximadamente 2797 personas) a los valles peruanos de
Sama, Locumba y Tacna, as como tambin un nmero inferior pero no
conocido con precisin de pescadores changos desde el litoral de Tarapac
a la costa de Arica, como lo indica el mapa (Larraln, 1975 : 296)57. De la
investigacin de Larraln (1975), Podemos concluir que, despus de estos
57, Este traslado pudo
-obedecer
a una polltica de increrrrcnto de la produccin de los vallca y
coeta ms cercanas a los centrc poblados de importancia en la regin del Titicaca.
50' Lc caminos del Inca en ra zona on hasta hoy dfa eible y en parte tran'itados. r)ara 6u
trazado, vase Caas
pincher
f 884, p. t35,
V So-,t.r, n,''S f SiZ "gJ;;;
";';.,
de 1912, da ms infomacin sobre su'constnic"iOn y ti"rlao.
5l' En cpecial' aument el intcrcambio de biens y smicios honorfficos (quc n's.tr's
l l amarfamos ' de
l ui o' ) v con ei l o er i ntmcambi o
-ttri rat,-i o
cual di o un u"p..t].r"-i rp.ri i r,
al Cuzco y a todos c ntos
"u"unuo"
iilpli-o.-"
'
52. Cf. N. Wachtel , 19?1, pp. 108-r22.
63: L_as terazae conaidas, ms antigus de la regin, son del siglo XIII (cf. Informc dc 1,.
Nrte, l 9?4).
64, CF. Mapa deLui z Vel co, 1924, p l O7.
55.
..g
el Inga pretendi echar/el ri o Maui , que ee en l a cordi l l em, al val l e del Al raanobat
f:$ryry_"]t
que es junro a Tarapac/ y nco tcgur"
jel
ccm
r" il"-."-r"i"?, ,,""
l aoml rnga.../..y este ri o i ntnto er rnga echarrd ar argamobar di "hn y p..a
"rr,r.u.oi o
siete lenguas de tiena y lo dej como eirra.on los mp'anolc" e, i; ii"fi
; ;;;;';r,
r ompe uncuar t ode
' l enguder acor di i l er a. . . "( JuanI nzanoMachuca,
r 5gr ) .
J ' - ' - ' - t
66 cf G Petenen, l g?0. qui en
menci ona l as mi nae de orurc,
porco
y Turco en er arti prano, y
Camarones, Huantajay y
euillagua en ti"-u. Uuj* L iu."pu."
r l o
t r abaj o
Esquema 2:
PARADIGMA
DE I,A ADMINISTRACION
ECONOMICA
INCANATO,
SEGUN J.OLTZ;E (1973,
AP,.22)
DEL
MAPAVI
MAPA POLITICO DE TARAPACA TRASLADO DE MITI'
MAES DEL INCA Y DE ENCO1VIIENDAS ESPAOLAS
(Ssegrin H. Lanan)
de1 Cuzco
Bur cr at as
pr ovi - nci al es
Cac
j - ques
r egi onal es
Caci ques l ocal es
Ayl l us y
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Mor t n. . 8. ( 1 50)
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V. focno ).
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AREAS DE ENCOMIENOAS Y DIRECCION OEL
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: a' co Ecot endo t s' d oFt mr f o
' ------ ' ;;*yiol' iEdi*
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ffi vollc de CodDo ncoando
. r.. llmllt ?r949t?:-d, llllllJ Pedo Pizoro
to Encomlendo da LeDo
. N Vol l e de f or oDoco( Dor ?a nl qi ol
---
Ltmta 5ur Loraotm' Qno
NSN O loopoc.J= b*. lorapac
Ar i . o l s. xvl )
.++. vou.dccomi o
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lnvcstgqdo: Horoao Lorroin 8.
Ohujo : M.v.rico Aoroy 8.
Sont i ogo, Scpt i cbr. , l 9?5 .
Yanacona
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traslados de mitimaes, quedaban en Tarapac unos 3900 habitantes que,
con unos 800 habitantcs de la regin de Pica y unos 600-700 pescadores
changos, habrn formado un total de aproximadamente 5400 indios58.
8.f 3.2. Estructura poltica del incanato
El Inca Yupanqui incorpor la regin aynara no solamente a una
economa imperial, sino, en primera instancia, a la organizacin poltica
del imperio. La expansin incaica en la actual proncia de Talapac
aprovechaba para afirmarse el sistema econmico de la verticalidad y
controlaba precisamente las antiguas relaciones de intecambio este-oeste,
que los reinos aJmaras haban construidose. Sin remover de sus puestos y
su grado administrativo a los kurakas aJmaras, les agreg un
administrador imperial, T'oqrikoq, que controlaba toda una proncia
guaman)
- ms una expresin demo-econmica que una circunscripcin
geogrfica - con mucho poder administrativo ordinario, militar y judicial60.
Su tftulo gua.man, i.e. halcn, responde a la psicologra autocrtica de los
Incas. Aunque no hay datos histricos sobre la presencia de w T'oqikq
en Tarapac, se justifica pensar en que la posterior encomienda de L. Mar-
tinez
(1540) en nuestra zona de investigacin, corresponda a una pron-
cia incaica (ver mapa 3), segrin una norrna que el conquistador segua para
las primeras circunscripciones de encomiendas (Cf. Guilln, 1962 : 170).
Segrin la disponibilidad de aguas y tierras cultivables excedentarias, se de-
signaron tierras del Inca y del Sol que los comuneros (hatunruna)
haban
de explotar colectivamente y cuyo producto era para la administracin y el
culto imperiales. Este tributo laboral llamado 'faenas' no rompa con el
sistema gente anteriormente de trabajos colectivos para el inters
comn y para el cacique; en las nuevas condiciones sus resultados
alcanzaban, ms all del reino aymara, hasta el nivel imperial . La rnita -
en la medida que hubiera disponibilidad de fuerza laboral excedentaria -
era otro servicio laboral, que adems de los kurakas locales y regionales,
pedfa el Inca y su T"oqrikoq para obras de construccin de almacenes,
caminos, terrazas para cultivos, canales de riego, puentes, etc., pana la
milicia y el correo imperial (chasqui): para labores de pesca y mina, de
pastoreo y textiles; todo segn la disponibilidad de la poblacin y la
disponibilidad de recursos. La presencia incaica en nuestro sector de
investigacin qued comprobada por varias excavaciones arqueolgicas6l.
Se procuraba combinar el inters del Inca con aqul de la comunidad y la
regin, y se vio un verdadero proceso de desarrollo regional an si no fuera
ms que por las obras de infraestructura y de andeneras nuevas. Las
68. Cf. Larraln, 1975, p. 295 ss. Segrln O. Bermrldez, historiador, habfa en la antigua
proncia de Tarapac, a la llegada del conquistador Pedro de Valdivia, unos 6000 indios,
repartidos sobre unoe 200 ayllre (MS f972).
69. Cf. A. Llagosterra, f976a y f976b.
60. Para sus facultades y obligaciones, ver Guilln, 1962, pp. 173-189.
61, Sobre los pueblos fortificados o pucar, vase Nichols, 1929; sobre el tambo incaico de
Collacagua, consltese Niemeyer, 1962, quien da tambin interesantes informaciones
arqueolgicas sobre la presencia incaica en Camarones (1963); E. Hardoy, 19?3, pp.
602-509. describe lae fortificacione incaicas en Atacama.
obras de envrgadura podran contar para su mejor realizacin con tcnicos
imperiales (yanaconas expertos') y podemos suponer un intercambio de
tcnicas regionales y su divulgacin por la vra demostrativa, tanto en tec-
nologa ganadera y agrrcola como de construccin, minera y metalurgia.
Las cuotas de tierras, recursos y trabajos reservados para el Inca, eran
materia de acuerdo entre ste y el cacique regional, responsable local, y no
una imposicin arbitraria. Segn Baudin (1972 :352), el Inca solicitaba lo
razonable, pero era imposible para el kuraka negrselo62. Po otra parte, el
Inca aseguraba al pueblo la satisfaccin de todas sus necesidades, an en
tiempo de mala cosecha; alimentaba y vesta sus mitayos; y los trabajos de
faena tenan carcter festivo (Cf. Rowe, 1947 : 265 s.).
Bajo el incario el kuraka estaba encargado de la organizacin y la dis-
tribucin de las cuotas de tributo laboral. Los camayoc eran empleados ad-
ministrativos que mantenan Ia contabilidad y el control del trabajo y del
producto a nombre de la autoridad central en la proncia, pero el kuraka
tambin tena sus propios carna.yoc que lo asisfan en la contabilidad. Un
sistema de regalos de prestigio entre kuraka e Inca aseguraba la cohesin
del aspecto administrativo, y en particular sus dos segmentos: la parte im-
perial y las autoridades autctonas locales y regionales.
Sabemos que la legislacin imperial estaba firmemente cimentada en
la tica, resumida en 'ama llulla, arna suua, aLa qhella' (no seas
mentiroso, no seas ladrn, no seas flojo) (Cf. L. Nuez 4., 1962; F.
Reinaga, 1970 : 81). Se agregan a estas norrnas, otras dos: "El que no
trabaja, no come", y "De cada uno segn su capacidad, a cada uno segn su
necesidad" (Reinaga, 1970 : 81). El otro fundamento ideolgico de la
autoridad incaica lo encontramos en la ascendencia dina del Inca. Es
justificado hablar de justicia de clase, ya que un mismo crimen, o
desobediencia, cometido por un miembro de una clase prilegiada o por
un alto funcionario, era castigado mucho ms severamente que cuando se
trataba de un simple hatunruna (Cf. Rowe, 1947 :271-272).
En muchas oportunidades han sido descritas tanto la severidad de los
castigos como la honradez y laboriosidad del pueblo en tiempos
prehispnicos63.
Algrnas etnias pueden haber sido conquistadas a mano armada y las
rebeliones, como aqulla de los Lupaqa, cruelmente reprimidas, pero nada
de eso era comparable con la crueldad y los efectos destructivos de la
conquista espaola. Ms bien tenemos que estar alertas por la influencia
de una leyenda negra sobre el Imperio Inca, iniciada por los cronistas
espaoles que relatan la historia Inca acentuando sus crueldades,
exagerando el peso del tributo y la inclemencia de la justicia
imperial
"para liberar la conciencia que les acusa (a los mismos conquistadores
espaoles) de usurpacin y olencia, haciendo resaltar lo que a su vez
tuvo de usurpadora y violenta la ocupacin incaica del Tauantinsuyu4.
62. l,a leyenda negra de origen colonial presenta el rgimen del Inca como tirnico; vase al
reepecto Cobo (BAE 92, l3 1), y Nadaillac, 1885, pp. 439-M2.
63. Cf. Cieza (1553), 19?5, pp. 39-41; 79; 82. Tambin Guaman Poma (ed. 1936, pp. 182-193);
Pachacuti (ed. BAE, T. 209, 1968, p. 295). Jesuita annimo (ed. BAE, T. 209, 1968, pp.
177-180); Cobo (ed. BAE, T. 92, 1964, pp. 116-118).
64. Cf. Esteve Barba, 1968, p. vii. Rowe, en la misma llnea, caracteriza el rgimen del Incu
118
119
j
El Licnel cet. tribrtmio t oe qn frl dc paeratpin'dwrecrrrc
y
' rfqrlezds a frvrir el poder ."nt
"i,
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y, en.cambio,"r"i"1"r-tit
en parre
c{_ oDras du.nrraes-ructr'.ra_
econmica regional. El modo de cobrr el
ributo era sbrnpre db acnedo d I".
;.i;; ri;";;.'rfi"
"odino.,
ee decir en base-a las relacione" r"-ii"i".', r""hs o
fotili.". Gitoto6.ar)
r :e4n
el principio de reciprocidad y siempre aseguiando las'nlcesidades
deltribttsrio La autocrcisincaica
r" u" elemeq!9 portico mrvo para la
traiHcin qrnara,.p:ro
eilo_ ng justifica
una calificacin de
,esclavista_
paternalista'como
lo hacen Guilln (1962
: 2b5)
t;h.;.
El principio de organizacin socio-porq.t"i;;;;;l
en particurar
de Ia
regin-de Tarapac, era la doble bipaiticion: cos s.,yos, a su vez dididas
::,!_(l"t
de p-astoies (de
la corhleiil y
"yttr"
i"ffi."ri"r"s (de los
vanfes)' en que orajsaya, la-parcialidad fu arriba, s relacionaba con
manq hasalm, la parciaii dad d aba.o, .o--o r,o-Lr" ; ;rj;;;; decir,
-
en
ayuda mutua de equilibrio tenso, d os erementos complementarios pero
opuestos, y en relacin de interaccin.recproca,
feriil
-y-'frou""hor.,
prevaleciendo
siempre.aruTbay@_como
prtnus tnter pares. Adems de la
preeminencia
de presrigio y poder de os aytlus i; f;;;; ; - sea de
a,raJsa'ya, sea de manqhasaya
- sobre aquilos de los valles. Esta cuadri_
Esquema 3:
CUADRIPARTICI.O-N
SOCIO-POLITICA
DE I,A COMUNIDAD ANDINA
BASADA EN I"A ECOLOGIA Y LA CSMOVISib-diN-
particin socio-poltica y territorial de la comunidad andina (ver Esquema
3), se refleja en la concepcin de la familia, nuclear y extensa, de la eco-
noma, la arquitectura, y constituye un paradigma bsico de la cosmo-
sin andina, que resalta en todos los rituales y costumbres, como lo explic
Tlistan Platt (1976 : l5), siendo vlido para el hombre aymara y el que.
chua.
Pero el Cuzco, tanto en su arqtectura urbana como en su estructura
socio-poltica, conoca, adems, el principio de la triparticin, basada en
las categoras de Collana, Payan y Cayao, categoras de intprs fundamen-
tal en la ideologa poltica delos capacuna. Collana corresponde al grupo
de los gobernantes, el grupo de excelencia y prestigio; a nivel imperial
Collana era el grupo de los Incas y estaba nculado al Chinchasuyu. Pa-
ya corresponde al grupo nculado al anterior por ascendencia paterna
solamente, siendo su ascendencia matema de carcter Cayao.Los Payan
funcionan como los representantes de los gobernantes con prestigio de no-
bleza adquirida o derivada; en el Tawantinsuyu era el grupo de descenden-
cia del Inca y de las mujeres de pueblos conquistados; grupo nculado al
Collasuyu. Finalmente, e\ Cayao, o los ayllus de los conqstados, no-
Incas, no-gobernantes y nculados al Antisuyu y al Cuntisuy65. Estas
categoras tripartitas de origen incaico se combinan con las de la cuadri-
particin andina general, como se indica en el Esquema 4.
Esquema 4:
TAWANTINSUTU Y LA IDEOLOGIA POLITICA DE LOS
CAPACT]NA
MANQHASA
, L20
--
a
II
III
UUI \ ' I I SU I U
como un "q'"ified
desDotiem dening ite power,.. from the military force which he
conholled" (1947
,
p. 2?.s), y agrqa q"e li pouti- p"i*"rii"t" del Inca de aeesurar siemore
er brcnat? dc_rus_sribdita, era "nothirg'bur enlighred ..ldi.t F <i".,
";'rfu;l=d#*
autoes' como Baudin, Eatan de rompeicon est*visin, desbarajando u ihho"rra u
leyeda negra.
ARAISAYA
Kwaka
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-
COLIASUYI.J
(Incas,por gra,cia)
(unculaooa a to6
conquistadores)
CHINCHASI,ryU
(Incae por
deecho)
LrYLI
65. Cf. Zuidema, 1964, p. 101; 1965, p. 2; MS 1972. Cf. tambin el Mapa Mundi de loe Incas
segrln Guaman Poma y suinterpretacin (Wachtel, 1973, p. l?5 ss.)
YA
K
8l
u I
ry UI
t2L
Lo interesante es que los registros parroquiales del rarapac colonial
mencionan los-ayllu colla-na, qe son varios y que no indicaii un nomure
propio del-ayllu, como. se ha pe_nsado, sino una indicacin de su calgora
(".9.
ayllu
.
principal
supervencia como el_ efecto de una real presencia de la administracin
incaica en la regin, la qu_e tena sus p.rnto. a" .poyo-"n-p""u" a"
!3rana9f
@y lt u- C oi ta"' de Tarp;;f
'.';;
Siurli"
"f
"y,
"'cir,
a"
sibaya)66. Los espaoles, poseriormente,
rearon aili mrsmo la sede de sus
cloctrinas y los centros administrativos locales.
probablemente,
la doctrina
de Pica y c-amia tueron grigel similar, aunque
"t
p""rio a"'i"-i, rrr"
reconstruido de acuerdo_ al modelo espaol. Por lo a"-rl-r*oo, lo,
nombes de muchos kurakas de la zona, al momento d" t".o"q"i.i".i.
,
La.quinque- y decemparticin, qu en el pensamiento
del Inca tuvo
mas Dren un rnters administrativo, no se observa ms como principio
estructural en el Tarapac histrico.
8.1.3.3. Estructun familiar del incanato
De la estructura de la familia, aunqu-e de trascendental inters por
constituir Ia base de la organizacin social, poltica y econmic.-"-t"
"o_ munidad y del reinoaJrmara, como tambin del imperio in.",-*"".1o""-
Inos,blgv.emente
los siguientes aspectos: la familia, no el indiduo, forma-
ba el ltimo ncleo de la organizacin sociar. El individuo se ubiaba en
esta org.anizacin segn la posicin de su familia
- en tal o r"tal ayllu, mar-
na, enta, clase soclal - y segn su propia posicin en la familia, definida
pg- selo y_clase de edad. El matririronio y la tenencia d" h
"r" obligacin, daba prestigio social y era condicin para o..rp", i"".i"".
"" el ayllu y la comunid.{:
!"-
persona sin familia ra
'huacho':
un paria sin
prqlligio n+ responsabilidad de ser 'alguien'.
El matrimonio era concebilg corno endogmico y del tipo de
'primos
cruzados'68. Ija. mao1a de los jvenes
buscab
"r
.,or en su propii ayllz
(la norma bsica de la endogamia); subsidiariamente en un ayl?, d su
parcialidad (considerindose
..la
-
saya como unidad
""og-1.",1;
y
excepcionalmente en la parcialidad opuesta (expresndos"
*ili
""1"
"
la.comunidad por encimade la oposicin de soyos). l,r
"o"i"'p".JJ.
r".
miembro de la familia del noo, y en su cercna se estableca el nuevo
matrimonio. El divorcio no exisfa y el adulterio constitura ,"
-.r-"n
UU.
Il,:l_Tt"J",_r,T!T ip".*"n
en la comunidad de Guavia y en la de Laonsana, un ayllu
co'ina. tsn rsruga persist ha'ta hoy dfa un aylru corlana que, paradojalmente,iertenece
a-manqhasaya. Eeto hace penaar en su ubicacin en una contra-jerarqula aymara (cf,
Marfnez,
-1976,
p. Z0S). SeCq Berronio, t6r2, II, p. SO, rcUoioign';u', ;"i";;,
"o"" prima' el. prlrep; pero el autor el ilcinario seala ta;lbin un
-"ienin"uao
conra-val orado:Jonal ero,porej empl o,
hol l atanatha:i rporj ornal ero(l bi d.).
67.
l ::539r:l
nurann p*ai i l
*
Tari pc o, nr"" s"r,ga (barri ga, l V, rs,' Sz, p. l ri l ). !.l l
de cuavra e." opo; lm de camia eran Ayaviri y Taucari; erle
pica, yJtue:
er de
Pglbul":
Chaio{Barriga,.I, I93-9, p. s69). Et e Diaiapo (Sibuyar)
"r"
r,,iqri"f,".o"
"."
vw rn.' 106; el de ros p*cadores de' I' arapac era
pol o
"con l g4i ndi os' (Bani g, III, l g4i i , p.
-^
54),_Larafn, 1976a, p. 276 es., mencioni algunos nombres de hurakas ms.
68. cf. Zuidsna, 1965, pp. 2-3,
_donde
el matrironio de primos c.rzadm anrece relacionado a
la eatructura eocial inter-vll
contra el orden social, econmico y poltico. El intercambio matrimonial
aseguraba y perpetuaba las relaciones sociales y polticas y el intercambio
econmico; de donde el inters del cdigo matrimonial
(Cf. Platt, 1967 : 11
ss. )
El sistema de descendencia en el mundo andino era del tipo de 'descen-
dencia paralela', en que el hijo desciende del padre y ta hija de la madre6e,
aunque no se conocan los apellidos heredados, siendo los nombres plena-
mente individuales. Al introducir el Concilio de Lima (1551) los apellidos
para inos, se decreto que stos pasaran a los hijos segn el sistema de la
descendencia paralela. Esto reafima la congruencia del sistema familiar
con el sistema social de las parcialidades (Cf. Esquema 3).
La importancia social y poltica de las relaciones de parentesco en el
sistema ndino, puede rsltar tambin de la gran diferenciacin del
vocabulario respecto a las relaciones de consanguinidad y afrnidad?o.
3.1.3.4. Estructura religiosa del incanato
La religin incaica acentuaba el ritual y la organizacin ms que el
misticismo y la espiritualidad, y su principal inters era asegurarse la
produccin alimenticia y la salud. La adinacin era un prerrequisito tan
importante para la accin que la influencia de la clase sacerdotal en
asuntos de gobierno y administracin pblica, a nivel local tanto como a
nivel imperial, debe haber sido grande. Sin embargo, esta clase qued
decididamente relegada a la calidad d.e cayao (conquistados o sbditos no
gobernantes) en relacin a la calidad de collana de Ia clase inca,
respectivamente gobernantes y administradores?l. Pecado y purificacin
eran conceptos importantes y dieron a la religin un carcter co. Los
sacrificios acompaaban casi todos los ritos religiososT2. Aunque el culto al
Sol y a los astros siempre haba existido en el mundo armara, fue
estimulado y llevado a nivel de predominancia en todo el imperio incaico,
la hidrolatra, y en general la astrolatra, siendo el Inca hijo del Sol. Bajo
el incario pudo el /ni, Sol, constituirse como dios supremo en el panten
anno, y smbolo central de una religin imperial y an como la semilla
de una ideologa religiosa de la dominacin.
Las ceremonias pblicas mensuales que acompaaban el ciclo de las
actividades agropecuarias y de la procreacin e iniciacin de nuevas
69. Existen solamente argumentos indirectos para comprcbar la descendencia paralela en el
mundo andino: a) cundo el primer concilio de Lima quiso introducir entre indios el uo de
un apellido heredado - por motivos administrativos - se decidi que los hijos tomaran el
apellido del padre y las hijas el de la madre (cf. Vargas, I, f95f); b) en la testamentc de
indios ricos, del siglo XVI y XVII, 6tos se conforman al decreto del concilio de Lima, y
asignan, con el apellido, los bienes de la madre a las hijas y aquellos del padre a los hijos; c)
en el siglo XV y XVII, existiendo la obligacin del entierm en cementerios cristianos,
sucedla a menudo que, despus de la ceremonia cristiana, en el secreto de la noche, se
exhumaba el cadver para reenterrarlo allende segrin las custumbrs autctonas, delito que
se imputaba a la hija mayor si se trataba del cadver de una madre o al hijo mayor en el
caso de su padre.
70. Cf. Rowe, 1947 ,
p. 249 s.
71. Asl se define Zuidema, 1964.
72. Cf. Rowe, 1947, p. 293.
r22
ru
L23
generaciones
tanto en los rebaos como en la comunidad humana,
consiguieron una detallada elaboracin astronmica, mitologica y .it""r y
)l3.:"]:Pl1.jn
esplendorosa en et centro det impeit, a"3'r"'int"r"" y
lunclonalrdad para la cohesin y direccin del
-sistema
econmico del
imperioTs. En general, se trataba de una ordenacin mitolgic" ylilurgr..
de gran variedad de celebraciones religiosas andinas, q";;;'aT"...rt",
,reglones.ecolgicas
tenan diferentes grdos de inters u
"n ".t"-o.o""ro ros antrg'uos elementos rituales consiguieron una reinterprLt .i.,
i mperi al .
Los sacerdotes se concentraban: 1) alrededor del culto oficial y ros
santuarios
-
imperiales, constituyendo una verdadera j";;;q;.:
Z)
alrededor de los huaca y_ceremo-ras
rocales. l,ot pii"ro."
fodili t"n",
influencia en la polti-ca, los segundos tenan p.""tigio
"
i.rhu"n.i^ r"rr
entre-el pueblo y eran los princip-ales enemigos ri" lo, iri"ion"r". ..p"na"-
an despus de la desmantelacin_de
la jerrqua
imperial y sacerdotal?a.
Fue13
.de
srrs obligaciones (atender
la" huaia y s cultq realizar ros
sacnhclos, ntos y oraciones), el encargado del culto er el adino,
intrprete de o-rculos, sueos y signos y Jonfesor?s. como enfeedades y
muerte se explicaban en trminos tics y religiosos, los encarlaos del
culto solan se tmbin curanderoszG. uv-el social, estas'o*"or,..
actuaban a menudo a solicitud de particulares, igua
t""
-ro!-t.,r3o,
(ch'amakani,
el q-ue trabaj,l de noche),'distinguiniose
el na iau
-ugru
negra) del payo (de
maga blanca).
Fuera de los astros y los huacas se veneraba la tierra y la mar
Qtachamama.
_y_
marnacocha), sta ltima particularment"'
"n
los
alrededores del lago 'l)ticaca; la llua y el truenb, los cemos y los nos. El
dlos creador de los Aldg. era viracocha, pero su culto no tena uanto
inters como el de la Madre Tierra o del sol. En algunos c".o.,-i"ar""
" coincidir Inti y
_viracocha,,.
Los- espritu.
-.io.
,upoy
'uiiilruuun
contnuamente a los hombres, ganado yihacras. No existe e i, mitogr.
andina un cielo ni un infierno ni tampoco un paraso original ni un edn
fyt.yrg por realizarse. Toda la.religin ie dirige h mundo tfii"t"rro.o " q"u
el indio ive;-acapaco, donde h de vivrr
ipro.p"*r.
pero
este cosmos
esh sujeto- a. la permanente amenaza de un-velc catico (p""i""ii'.
nl
ritual religioso tranquiliza er terror causado po; ri"
-.,n""u""
trascendentalTs.
Si podemos considerar el culto al sol como una introduccin inca en
zonas aJmaras, entonces parecen ser los espritus de mayor veneracin:
Pachamamq simbolizada en el lagarto; los cerros, simbolizados en el
cndor; y las aguas de ros y canales, simbolizados en la serpiente. Estos,
en su cnjunto, garanttzan alimento y fertilidad; da y salud del indio,
mientras que los supay amenazan este cosmos con destruccin y desorden.
La introduccin del soberano Dios Sol (/nl) pudo constituir un seg'uro
contra la amenaza del caos?g.
3.1.4. Conclusin
La organizacin social colla-incaica haba alcanzado, en el momento de
la conquista, un nivel impresionante de desarrollo, si entendemos con ese
trmino un sistema de estructuras organizativas sociales sofisticado en su
adaptacin al medio ambiente y a las expectativas y necesidades de sus
integrantes; avanzado en su tecnologa aplicada;
lon
estructuras
carictenzadas por su alto grado de especificidad, diversificacin y
complejidad; estructuras de larga tradicin, amplio alcance y abilidad
universal en los Andes; y caracterizadas, alavez, por su alto nivel de
integracin, cohesin y estabilidad
(Cf. Hip. 2). Sin embargo, fue un tipo
de desarrollo propio andino, muy distinto del modelo europeo de la poca,
encaminado hacia diferentes valores y fines y orientado por otras nornas
de bienestar, que habr que analizar en el captulo cuarto.
?9. Por otra parte, el contenido positivo detrs del slmbolo
*Sc,l"
(el Inca, la paz incaica y cl
orden politico) podfa fcilmente, Para
6u mayor seguridad y consistencia, proyectanc c
identificane con el orden csmico que el culto religioso habla de vigilar y asqlurar.
71. Para_su desri pci n, vase.Row_e_, l -947, pp.30g_312. para
una i nterpretaci n en tmi nos
9:gtT-co.y
ecol gi cm, vase val re, t12.9 croni sta ms compl eto ur r""p."to cobo
( BAE, 92; 1964, pp. 202- 222) .
74. V^a11al
l e6peqt9,
Arri ag.1a1,
.B+E,
2^0grl p:6g,,p_._193 ss. TS. Cf. Ari asada, !bi d., pp.
-
2,O5-2O9; cf tambi n Jesuftaanni mo, eeb, ZOS, rOOA, pp. 164_166.
76. Cf Rowe, 1947, p. 299, y Tschopi k, 1963, p.' 564.
77 En el .al tar
-mayor
del te1rd- de cori ncha, en el cuzco, exi stfa una reprmenraoon
cosmol gi ca de estas di vi ni dads reraci onadas omo una.fami i i "; uaui " L"r,-nr, l gzg, p.
76 ss. En el ta coi nci den rambi n el Sol y Vi racmha (Ibut., p. bl .-ei
""' .1"-j "* "l
di buj o de Pachacuri (Ibi d., p. zso)
f l o anal i za "t"l rl u"" Er"
^i ,". "Lt"ai .
interpretativo, vase Zujdema. 196g.
Ttl Mayores detal l s se encuenr,ran en Kusch, t9?0, c. 6. cf. tambi n Imbel oni , 1946, p. l rZ
ss. , y p. 255 ss.
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OJ
CAPITULO III (Continuacin)
I,AS ESTRUCTI,]RA,S SOCIALES DE
r.A coLoNrA
(
1 53 2-1825)
3.2.0. La Colonia (1532-1825)
3.2.1. La estructura poltica de la Colonia
3.2.1.1. El traunatismo de la Conquista
La Conquista, la vergonzosa destruccin del Inca, de su administracin
y funcionarios, el control fneo de los nuevos gobernantes sobre los
hurakas locales y, sobre todo, la derrota de los dioses y las campaas de
extirpacin de idolatras, desorientaron a los pueblos autctonos hasta tal
punto, que Nathan Wachtell no duda en hablar de un traumatismo que,
combinado con la desmantelacin de las estructuras del ayllu
- a
consecuencia de la catstrofe demogrfica y poltlga de agotmiento
i n di scrimi nado de rec ur:solbg
g-lgc
y_f
ryJf
ri 1 ;
.-
de itruyo nipi dam e n te norscnmlnaoo (le recursos numanos y
maEenales - destruvo raDtdamente
la^eultura
,
sociedad dins. Tl trrrrmtlsmo de la conqu' ist" .ionsist" en
eT shcrck e\ shwk psjcolgico que-fil causado por la venida de los conquistadores,
derrota de los dioses autctonos y la desintegracin de las instituciones so- tegracin de las instituciones so-
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ciales fundamentales, a consecuencia de la reorganizacin administrativa,
econmica y social, llevada a efecto por el poder colonizador. De las es-f
.
tructuras tradicionales quedaron solamente elementos incoherentes, perol
.i.. la comunidad autonoma se desintegr progresivamente, desde la cumbre
'
hasta la base hasta alcanzar un estado de completo desmoronamiento y
.
parcelacin, como efecto de la dominacin olenta del sistema poltico y
cultural espaol. Los efectos ms negativos de la conquista y clonizacin
E Eg
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P.
I
1. Cf. Wachtel , 1971, pp. 55-64 y p. 98.
127
fueron: La calda demogrfica,la desintegracin econmica y el
desmoronamiento social de la sociedad autctona2.
- -
A pesar de su situacin aislada, las- parroquias-de
Tarapac, camia y
sibaya, no escapab_an a la atencin de los "extirpadores
de idolatnas". Est
se puede concluir de una carta pastoral de 1-64g, ciEda por n".r" o""ia",
en que.el
.Arzobispo-de
Arequipa, D.
pedro
de villagmez,
I'lo
estima
necesario
(destruir)
las nu-merosas_ antiguas huacas
l,
trr-U". de los
an-fepasados pagano.s en algunas doctrias de la pron.i. " Arica".
villagmez era un Arzobispo de la lnea dura y purita.r" que, en 16Bg
haba redactado las "constituciones
sinodares" de requipa que aplicaban
con todo rigor las instucciones del rercer concilio y del'sln'odo " r,i-.,
ambos destinados a organizar la campaa de extirpacin de idolabdas.
Podemos supon_er,
_con
razn, qu la mencionada carta se refiere
precisamente a las doctrinas aisladas de la proncia, que no gozaban
precisamente de una atencin pastoral intensiva3.
-En
la regin de cariquima,
-con
su situacin geogrfica
basrante
aislada
.
en. tiempos
.
incaicos y de difcil acceso, p"itiJnl.t*"nie
en la
poca hispnica,.se- sinti el efecto de la conquisia espaola en forma
.
olenta, pero, indudablemente, menos repentina y,' en un primer
I
momento,_ menos aniquiladora. La Cordillera y la rlativa pobrza
de
recursos de la zona, ofrecan un refugio y un abrigo contra los iionoclastas
y los recaudadores de impuestos.
-En
ra c_orllera, si'embrgo, lo"
Aymaras no encontraron otro consuelo que
-la
posibiiidad de la
-simple
sobrevencia ffsica dentro de un ccuro reducio de ayllus pobres que
carecieron, en adelante, del recuso de la econom trad'icional
'de
complementacin y reserva y del_recurso de una estructura econmica y
poltica-autoctona ms amplia. Por lo dems la cristianizaclon forzad
caus all tambin una desorientacin religioso-cultural, cuyas cicatrices
se observan en forma de contradiccions en muchs rp".io" q.r"
endremos que analizar ms adelante.
3.2.L.2. Las encomiendas de Tarapac y la organizacin
administrativa
Los espa-oles destruyeron el estado incaico y el incanato mismo
reemplazndolo por el rreynato con sede en Lima. A nivel de
comunidad, mantueron la estructura social y poltica interna, orr.,qrr"
cambiaron radicalmente la funcin del kurahi cbmo elemento e- enlce
con la administracin colonial y_la eco-noma de los- espaoles. i." pro-
ncias incaicas y sus gob_ernadores, los huaman, dejai'on de existir, y en
su lugar aparecieron inmediatamente las encomienda!, que respond;ri";;
como aqullas, ql sistema de unidades etnogrfias prrdi'"r,io
."r,
geogrftcamente, discontinuas. Este fue el caso cn la primer,
"".n-i"n- da de Tarapac entregada a Martnez (Cfl
Mapa S).
En 1540 - cuatro aos despus de la conquista del cuzco Don Lucas
MartnezYegazo recibi de manos del conquistador Francisco Rrurro uno
,
gigantesca encomienda, que se extenda desde Moquegua hasta el no Loa,
'
,i midiendo casi 700 km de norte a sur, comprendiendo la poblacin radicada
'iall
entre la costa y la cordillera, con excepcin de Tacna y Ia quebrada de
Codpa. La carta de donacin menciona'los pueblos de Pachica y Guaa,
situados en la quebrada de Tarapac y Sibayaa.
La cocia por la plata que senta este encomendero, descrita por
Cobos, fue motivo para l de solicitar un canje por otra encomienda.
. Posteriormente, se parti su encomienda en tres menores que pasaron
.;., de mano en mano por canjes y herencias6, lo que tuvo por consecuencia
' una explotacin menos responsable y ms intensiva de la riqueza y fuerza
de trabajo indgenas, hasta que expir la encomienda, aproximadamente
en 1625.
En
1628, el rey Felipe IV cre una encomienda sobre los indios
{e
Tarapac y Sibaya a favor de los Condes de Monterrey. Esta
encomienda se extenda del 19' Latitud Sur (i.e. la quebrada de
Camarones hasta 20o 40' Latitud Sur (i.e. el ro Loa), y de la costa a la
CordilleraT. Mas tarde, en la segunda mitad del siglo XVII, esta
encomienda se reparti entre Joseph Valverde Contreras y Alarcn, y
Francisco Martnez Lara, exceptuando el puerto de Iquique, que fue dado
en arriendo a las "Cajas Reales" de Arica, la oficina de impuestos, cuyos
funcionarios se quejaban de tener muy pocos ingresoss. Por lo dems, la
encomienda de los Condes de Monterrey tema "doble vida", lo que en ese
momento significaba una duracin de dos perodos de 50 aos, hasta
volver definiivamente a ia Corona en 1728e.
La encomienda, ms que una institucin de administracin pblica,
.., era en beneficio personal en premio por sercios prestados a la Corona
r
,, -por ejemplo, las hazaas de la Conquista. Los encomenderos tenan
como obligacin el favorecer y garantrzar la cristianizacin de los
indgenas y, a cambio de esto, recibir sercios de esa poblacin. Pro e!
sistema conduca inmediatamente a una explotacin descriteriada y fatal
de las reservas de trahajq y.al exterminio de grandes grupos de la pobla-
cn. Por su fcil acceso a la fuerza ile trabajo indgena, el encomendero
del siglo XVI podra explotarla incontrolada y desastrosamente, con fines
de lucro: la produccin de metales preciosos y de bienes de consumo para
el mercado de los centros mineros, hasta que la Corona, mediante el
Virrey Toledo, introdujo una correccin legal e institucional por la ceacin
-
de un verdadero sistema de administracin pblica p9r
nedio. d conegi-
-,"
dgrg,s, q gobernaban un corregimiento o piordncia. El corregimiento no
se defina por grupos tnicos humanos, como la encomienda, sino que era
una unidad geogrficamente confnua y simplemente territorial, segn los
4.
o,
j
8.
9.
Cf. Bermrldez, 1972, p. 2ls.
Cobo (1652), 1964, pp. 13l -132.
Para los cambios de la primma encomienda de Tanpac, cf. Barriga, 1939, p.
'f0s.;
77s.; y
19t10, p. ?4s.; tambin, Larraln, 1975, p. 286s.
Cf. T. Guevara, Chile Prehispnio, Stgo., 1925, p. 73ss.
Cf. O. Bermdez, L972, p. 26.
Cuneo Vidal (1930) describe la historia de la segunda encomienda de Tarapac, que igua'l-
mente pas
nr
muchas manm, sin que jams lm beneficiadm hayan sto lm indim enco-
mendados a ellm.
2. Ct . I bi d. , p. r 34.
3. Cf. Duvi ol s, 1971, p. 16.
i
L28
t29
pri ncipios jurdicos
romano-espaoles. Las encomiendas persistan
como
Denercros cle rngresos, que provenan del tributo de los indios recolectado
por
.el
huraha, cobrado por las Caias Reales, y
t"g.;
por la
rdministracin pblica al eniomendero iriteresado.-
-' r r-o--*
Simultneament-e al proceso de la conquista y al establecimiento de su
, ,
pld".r,. los
.
espaoles construyeron la' cumre de .l', ,prrto de
f,l"
nomlnlstraclon pbllca, con su jerarqua jurdica y una organizacin
'f
ecreslasElca, a-partlr del centro, Lima donde resida el virrev. El Gran
vrreynato der su_comprena cuatro
' presi denci as":
qui to,
chi l e,
Charcas y e-l Reyno C.enrral del
per,
ste ttim;;;b;;;d"
;;;
i p.opt
X1_t:.9*Virrey,,guien
reuna los ttulos del
pr"esident
,
ioernaoi y
Uapltn General de Lima.
..,-tlq]Ol:gru
r.gr.dg los deparr-4mentos de-eite reino central del.f_e_4,
y lo encaoezaba un
"Gobernador
Delegado" del virrey. Este departamento
contaba con_ clnco, y posteriormente
ocho, proncias y corr"limi,ito".
Arica forinaba en los siglos xvl y xvII el iorregimienio ms-austrar de
Arequipa, y su-primr corregidoi fue Francisc_o"Rodrguez
J" .l,t-"ya.,
nombrado en 1bG5. su corregimiento se extenda d";; M;ra hasta
glno L91' y de costa a cordillera,'Arica era tambin,-. p"iti?a" rss,
"Puerto
Mavor" para
los centros mineros de
potosiy
o.ir;
i;;;;
derechos
de ciudad eir rszo. La
"iud"d
i"n
"""
i-po.t"n[e oficin de la Aduana,
y de las Cajas Reales.
p3ra
Tarapac, Arica co4stitugtempranamenlael
, centro administratiuo:
4
corregimiento d Aiia,
";l"t3"ffiil; ;."'
enJ-res
."tenientaegos.":
LucumL, Tacna y T;;;;_pi l.i"r"o.
'
cada.uno por un "teniente
corregido"r'.
pi
r"nit" " rr"p". resida
en Pica, un oasis subtropical muy. frtil,
-y-a"
gra
fnt"r.
!" l, ,or,r,
donde existi,.a partir d los comienzos'd'el rigi" xvii,-;;; atundante
rrproduccin tirucola.organizada por los hacenados espaoles. En
pica
se mantuvo la residencia del teiente correg"idor hasta 1?'62, ao en que el
virrey Amat y Juniejrt didi la pronci d" Ad;
""-at",'".""ndo
la
, luguu
proncia de Tarapac-. Su primer corregidor, tituldo tambin
r f-:Drna.dor
subdelegado", f'ue Don Antonio O'Brien. El pueblo de
' 'r'arapac
fue la sede de la nueva proncia. Esta reorganizacin
adrninistrativa fue la consecuencia de ra abnndrnt"lra*ti.,i
" lu
minena.argentfera de Huantajaya, cercana a Iquiquei i" n""lia a" l"
reorganrzacrn era trasladar a Tarapac las
"cajai
Reales" de carangas,
establecidas en oruro, que estaba
-
demasiado" lejos del nrr"lr .untro
mineo
.de
Huantljaya' como para asegurar un cnhol eficaz sobre ra
Rod1cc.i.p-grgentfera. Arica, cn sus caJas Reales, t"rni"-q"""ba muy
?l*9t].
La nuev.a provincia tuvo 4 reprtimientos que coincidran con ras
4 Dp.trias, a saber:.Tarapac, pica,
Sibaya y Camia'2. La extensin
total de la provincia coincidra co.t .qrr3il. de la encomi"n, a" io, co.,a".
de Monterrey, limitada al Norte poi la quebraa" de C"mar"*;;; al Sur
por el no Loa.
Durante el peodo colonial, el gobierno directo de las comunidades
autctonas estaba en manos de los &ro&os, designados por los comuneros)
y, ms ex-famente, por el consjo d' incianos de Ia comunidad.
Condiciones formuladas por el gobierno colonial a su designacin eran: ser
indio puro, originario de la comunidad. El Gobernador Subdelegado tena
que comprobar tambin la plena libertad de la eleccin, y luego de
reconocer al designado en su funcin, le entregaba los prilegios de su
cargo (como la exencin personal del tributo, las insignias de su funcin,
etc.), y le confiaba el Padrn del Pueblo, en base al cual el kuraka deba
-
realizar su funcin de recaudador de tributos para ]a Corona de Espaa.
,El
kuraka era, de hecho, un funcionario del gobierno colonial que, adems
de cobrar los tributos en moneda, distribua la obligacin de la mita, el
tributo del trabajo para la Corona (en minas, haciendas y obras pblicas).
La Corona asignaba ciertas obras en licencia a particulares, o los favoeca
cendoles un nmero determinado de mitayos. El kuraka organizaba la
confeccin de artculos textiles o la produccin de bienes agrcolas o
ganaderos en la comunidad, donde stos eran parte del tributo o del
diezmo
(con que la Iglesia se favoreca). Adems, fue constitdo como
nico intermediario entre la poblacin indgena y los comerciantes y
hacendados espaoles, en la funcin de organizar en la comunidad las
demandas y ventas de los comerciantes y los contratos "libres" de trabajo,
y de efectuar los pagos a los indios (que eran dineros que stos precisaban
para el pago del tributo monetario). La colaboracin con los espaoles ms
sentida fue aquella en que el kuraka (obligatoriamente) distribua la
. mercadea, superflua y no deseada, que traan los comerciantes,
:endeudando
permanentemente a los indios. Las llamadas "reparticiones
,r-de efectos" causanon violentos disturbios en la segunda mitad del siglo
,XVUI. Todas estas funciones exponan al kuraka a la tentacin de una
"'colboracin corrupta a los intereses particulares de los espaoles, a
costas de la poblacin autctona. Este mismo sistema general rega
explcitamente en Tarapac, tal como resulta de las investigaciones del
' historiador Oscar Bermdezl3.
En 1875, la sede de la proncia de Tarapac fue trasladada a Iquique,
que en esa poca se haba transformado en el expansivo puerto de
exportacin del salitre. A partir de ese ao, el pueblo de Tarapac decay
rpidamente, quedando como aldea agncola en contnuo declive por el
avance del desierto y la mortal amenaza de su agricultura de oasisla.
3.2.1.3. El sistema tributario y sus efectos sobre la
economa indgena
Durante el Incanato existan, bsicamente, tres formas de tributo en el
imperio: 1) las faenas, un tributo de trabajo colectivo que realizaba todo un
13. Cf. Bermdez,1972,p. IO6e.
14. Hasta hoy dla, miles de peregrinos y decenas de compalas de bailes religioso-folklricos
celebran anualmente la fiesta de San Lorenzo de Tarapac. Esta poblacin, predominante-
ment mestiza, mantiene gentea - como en otro6 oasis agonizantes de la regin (La Tira-
10. Cf , Una, 1969, p. 23.
I l . Cf. Wormal d, 1972, p. 2SJ.
12. Cf. Bermdez, 1972, p. tl4.
130
131
aylftl, durante algunos as por ao, en las tierras del Inca (c.q. del Sol; del
huraka mayor). A cambio de este tributo laboral, el Inca o el kuraha daban
ubundante comida y bebida a sus trabajadores, de modo que stos
npreciaban los as de trabajo-tributo como festivos y de gran inters
social. 2) La mita, un tributo de trabajo en las obras pblicas, la milicia, el
chasqui (sistema de correos), el tambo (posada en el camino del Inca), etc.
Cada comunidad tena que aportar un nmeto relativamente pequeo de
mitayos.El kuraka distribua la obligacin entre los jvenes, y, en cambio,
Ir comunidad atenda los intereses del mita-yo, sembrando y cosechando
su tierra, paskreando su ganado, proveyendo su casa de lea, etc. Por otra
parte, el mitayo reciba tambin su mantencin personal (ropa y comida)
del Inca, igualmente a modo de contraprestacin de sercios. 3) Productos
(de metalurgia, cermica, textilera u otros productos rnanufacturados):
cada comunidad reciba una determinada cantidad de lana (o algodn)
proveniente de la tropa del Inca, para hilarla y tejerle la ropa.
EJ gistema tributario del Incanato tiene como particularidad que el
tributo consiste en trabajos a realizar, y nunca en dinero o bienes a
entregar. Otra caracterstica de este sistema es que est basado en el
principio de reciprocidad y redistribucin del producto del trabajo
tributario, en que cada uno contribua y reciba (Esquema 6).
Esquema 6: Sistema de Rotacin del Tributo Incaico
El tributo colonial eta cuantitativamente mucho ms pesado y
cualitativamente diferente. Adems del trabajo tributario (en faenas y
mitas en las minas de plata, transportes de bienes y trabajos textiles), los
gobernantes coloniales exigan un tributo en moneda de plata. El principio
de reciprocidad ya no regia ms en el sistema tributario colonial. El
tributo de la administracin colonial significaba una transferencia
unidireccional y acumulativa del ayllu al gobiemo central, a favor de los
espaoles, y sin contraprestacin alguna. De all que los indgenas tenan.u-,
que experimentar la presencia de los espaoles como una dominacin
f
olenta y radicalmente enemiga.
na, Ayquina, Las Peas) - un elemento muy rico de su herencia religiosa y cultural
autctona, por la celebracin anul de su liturgia sincretista (cf. J. van Kessel, lg79). El
pueblo de Tarapac cuenta actualmente con slo seis familiae reidente.
Esquema 7: Sistema de Rotacin del lbibuto Colonial
La economa monetaria y el tributo en forma de plata eran nuevos para
los indgenas. Por tal motivo, se vefan obligados a realizar, en alguna
forma, trabajos asalariados - y mal pagados
-
para los espaoles, y/o
vender una parte importante de sus productos agropecuarios y textiles a
los comerciantes espaoles, en transacciones colectivas, controladas y
arregladas por el ku.raha.
\1-na
vez que la comunidad haba sido registrada
con un determinado nrimei'?' iibtris, resltaba muy difcil,
posteriormente, reajustar esta cuota, an cuando el nmero de miembros
de la comunidad disminua continuamente, sobre todo en los siglos XVI y
XVII. Esta disminucin se deba especialmente a la alta mortalidad y las
deserciones y abandonos: mitayas que no volvan ms, prfugos por
deudas, etc. El sistema de cotizacin tributaria global era muy pesado y
agotador para la economa de la comunidad.
En varios aspectos el sistema tributario de la colonia result fatal para
la estructura del ayllu:
1. Era demasiado pesado, no orientado a reciprocidad o redistribucin
simtrica, y paralizaba la economa del oyllu por la extraccin
sistemtica de la fuerza de trabajo y del productols. .{gudizaba los
efectos de la catstrofe demogrfica ocurrida durante e
innditamente deipus de la
-conquista,
con una corriente
emigratoria, sea por los prfugos que buscaban un refugio en la
Alta Cordillera para escapar a las deudas con el fisco y los
comerciantes, sea por los trabajadores asalariados que salan de su
comunidad obligados por la necesidadlo.
La corriente emigratoria de 'desertores'que agudizaba los efectos
de la catstrofe demogrfica, ocurri tambirr durante e
inmediatamente despus de la conquista. Los que abandonaban su
comunidad, quitaban a la economa la fuerza de trabajo que
escaseaba ya enormemente, de tal modo que continuamente se
escuchaba la queja de que los indios "no tenan tiempo para cultivar
sus campos". Los que abandonaban su comunidad, eran los mitayos
Cf. N. Wachtel, l97l,p. 152.
"Le seul fait que Santilln (1564) songe a compaer, quantitativement
lana
et hatunruna
(i.e. el pueblo comn del ayllu, J. v. K.), implique que la societ indigne, qualitativement,
se scinde en deux... I'ayllz traditionel et... les indiens dtachs de lem communauts. Ce
deveniryaza. c'eat sortir du systme de la reciprocit, abandoner ses parents et ses dieux,
pour entrer directement dans I'orbite dee nouveaux maitres" (Wachtel, 1971 : 208).
2.
! K
16.
Kur aka A1zl l u
r32
133
sobreentes que, al trmino de su obligacin,
no volvan ms a
sus comunidades-miseria,
sino que se transformaban
en un
"proletariado
minero asarariado":
i.. i""r'pr?iis;'ue
por su
'endeudamiento no vean otra solucin que la'il;;;l;'"r-uneros
que, paso a paso, por la falta de capital y ,"."r.8.'p"*
sobrer
en su comunjdad - tierras, agna, ganado _,
se transformaban
en
vanacona.
Estos buscaba" pri"r ;icr ;;;"
'"j"r", fuera de
su comunidad, para pagar l hibuto; luego se co.,v"rUin
en trabaja_
dores estacionales o peiidicos y.
nri"l*E",
;';;;j"
res yana_
c!_!a -
vroviamente dichos - sin vinculacr;;ril;;flu
oyl/u de
ongen.
3. En estas .o-19i.r-:1.",, el ayllu ya.no ofreca seguridad.econmica
a
sus miembrol
9u"
bajo
.11
pie-sin tributari
ni siqera podran
curtivar sus tierras por farti " u"-pt.
-';;#:-q"edaban
atandonadas porque
los cultivador""
it"ur"" .lir
"*-""rto.
La
produccin, pero tambin ra canridnd " ;i";;;""".
de ras
comunidades, bajaba enormemenr" (p;.
l; ;;;;;
]
, d"fi
"i"r,t"
mantencin.de ra infraestructura
de rieg-o, y por ra najenacron
de
las buenas tierras a favor de los hacendactos
espaoles).
4. La posicin y funcin de los huralas,.haba.
cambiado bajo la,,
Colonia.
prcticamente
se haban cVertido
""
1". *i"iiadores
ds..ii
impuesroflrara_la3dm:_nisracjgncoJongi
y
""
ria@{e I
to$ comerciantes
_espaole,
""-l;;;;;i
;;:;iil"nt" lo.
locales, trataban de continuar con el princpii
i"r"ciprocidad
frente al
?Jljfr_,.'lunlug
frer.a en apariencia,
por ejemplo,
gistbj'rido de ss pr^opias bodeg*.prra
los trabajadores
de las
faen3-s,
pero,:e_,1eron, obljg?qg.s a reduclr esta contraprestacin
a
cantidades simplemente
simbricas.
o""p"e, a" ""'#pJrr.io.,
a"l
Inca, el huraha tuvo ms poder
en
"i."ytli,'"iiti'l"o
qr'r"
mandaba y controlaba su,.gege, en nombr a"'1".1ri.les,
que
recaudaba los rributos y aiitriuia t" outig.;"""
" i'-ita, que
administraba er comerio de los indios -;#..i".r*.,
qrr"
rrataba los precios
de la mercadera, y
"r;;-;l;;;zl
el rinico
contador y tesorero de la comunidad.
ror otra parte, los espaoles controlaban
el poder poltico, y el huraha
g1a
slo. un indio privilegiado y un ejecutivo de ras_ leyes espaolas.
Entre
,,,f1 _pIopi.
gente de su comunidad,,il
kurana
njr$ia en prestigio
lo que
v
ganaba
en poder.
Dorrn_o_tivo que, de heghg, se haba transformado
en un
col aboador
der' nemi go, y que resurtaa--i ffi ;;' i l ""i i l i .i o.,ur
contraprestacin
en la recaudacin
del tbu,'J"
,.,.a"- q"
se o
:llrg"99_"
exi.gr
u
R.1go
por la fuerza y a ejercer su funcin en un estilo
cad'a vez m:s despotico. Esto vare in
i"tu."t* prrr'^rs'nuroko,
l*Vr"i'i1?ii.aunque
todavra no tanto para los k;;;i;; t;;;"
"T
ro" .tgro*
Todas estas consecuencias directas e indirectas
der sistema tributario
colonial
- el drenaje econmi-co, la contr.c.io"
a"-ogr"l'i
")ttu,
y tu
nueva posicin y funcin der kuraha
- aporta_ron ."Ji".lli"lL
"r, "t
desmoronamiento progr,esivo de la socledad
""t".i"n..
^
ili"'il=L"*".,._
miento s_e produjo a partir de su cumbre; el kuraka superior, la gran comu-
nidad, el "Reino ayrnara" (o la etnia): y a partir de ls centros espaoles:
(Arica, Pca), pero, paso a paso, lleg el proceso de desintegracin hasta el
ayllu de base en las zonasperifricas de la kecordillera (Camia,
Sibaya),
y finalmente, tambin, enlos ayllus cordilleranos.
3.2.1.4. Los grupos de podery prestigio
La dominacin colonial se basaba sobre una estructura de castas. en
que los_espaoles y criollos se disnguan de los indios; los mestizos,
rechazados por una y otra casta, formaban un grupo numricamente
creciente; los esclavos, estrictamente separados socialmente de sus
maestros los espaoles, se portaban como los rivales de los mestizos e
indios de serdumbre; y los i4dios tributarios vlan en un aislamiento
,r,.
:od"l
casi com_pl-et-o, ncu'ldose al sistema administrativo por medio del
huraha, y a la Iglesia mediante el cura con su equipo autctono.
La cumbre de la pirmide social la ocupaban la aristocracia colonial:
las autoridades del Virremato y Audiencia, las autoridades departamen-
tales y el alto clero con los inquisidores, todos espaoles de Castilla; cerca-
no a ellos, pero sus eternos rivales: los criollos aristocrticos. Esta
rivalidd se originaba en los intereses propios de los criollos por una ms
provechosa explotacin colonial, y de una mayor independencia tributaria
y comercial frente a ia Corona, representada por los primeros. Los
espaoles de la proncia, todos criollos, eran del mismo segmento social y
poltico, pero de un estrato social ms bajo eran los administradores como
el corregidor, los oficiales de las Cajas Reales, los funcionarios de ia
Aduana, etc.; ellos provenan del grupo criollo de los hacendados, mineros,
comerciantes y arrieros pronciales, religiosos, monjas y curas, que no
podan
1ec_rbi1
en sus rangos a mestizos, negros o inos, "para proteger la
pureza de la doctrina y la espiritualidad".
Los mestizos y las castas libres formaban, en los centros espaoles, un
grupo numricamente siempre creciente, pero en general eran un
proletariado sin arraigo ni seguridad en peodos de coyuntura baja. Las
llamadas 'castas libres', entre ellos los 'pardos' (esclavos
liberados), los
mulatos y zambos, y especialmente los indios yazocoas, que salidos de su
I
ayllu de origen, constituan una mano de obra libre y asalariada en las
"Iaciendas
y minas de los espaoles, estaban, socialmnte, separados de
espaoles y de indios tributarios. Los esclavos podan ascender l grupo de
l^as caftas libres; los indios de ayllus se vean a menudo obligados, por
falta de tierra, obligaciones tributarias, o endeudamiento, a busr trabajo
asa-lariado, y, salidos de sus ayllus, pasaban como yanacoas a este sector
socral.
Este sistema de estratificacin social (Esquema
8) comesponde a un
sistema de poder y dominacin poltica, que se representa (Esquema
9): a
nivel provincial es de anotar que los criollos formaban un grupo de poder
muy coherente ya que funcionarios pblicos, curas y 'empresarios'
prolenan del mismo grupo social y econmico. Estaban protegidos,
ta-mbin, por su aislamiento relativo respecto de los niveles ae poaer
administrativo superiores; y poan controlar y explotar, prcticamente
135
sin censura
ninzuna, a los grupos
del cu-ato_nivel:
indios.,
-esclavos
y castas libres, qu
solamet-e
n Loria pog3n
rectamar justicia
ante los tribunales
lejanos de,niver
q"n.tt"-"iti
Una situacin
especial tena el
-
kura.ha que, ejerciendo,:",,l;:i;;;;'""r,r"nt"
co*egidor, pasaba
a ser
.
.
' un srmple organizador
de.la mita y r" r""ror
ael t,ri Jil" i.r*os,
' a
cambi o de un pesti 9i "..*i "."*i "i "o,"
con aqul de l os cri o.l l os pronciales
o los'rangr
u";o"
-a""io5-iun.ior,-urios
-de
proncia,
pero perdiendo
prestigio
intrno
"n
'
.o-,r.,id^Jd
indi.,-donde
ada vez menos poctia
responder
a las. espectativas
tradicionale".
su carcter
,herodiano,
(de posicin
crave v
"utod"d
"i;;i":;;"
ros indios, pero dependienre
v obligado a a*uar Lg" r9" rrr"*".'"1?"ii'"o"1"rqniar,
pbric y privado)
i; ffi#.*
moralmenre
de sus .,iAt"
ilo obligaba
a regir ms bien por
Esquema 8:
Castas y Estratos
Sociales
Durante
la Colonia
Esquema
8:
Al t o Cl er o de:
Ar equi pa,
Li ma,
Cuzco
Ar j _st ocr aci a
espaoI a
- Ar i st ocr aci a
cr i ol l a
Al t o Cl er o cr i ol f o
Cl er o y r el i gi osos
Cr i ol _l os
de pr ovi nci a
Me st i zos
Cast as
v
l i br es
f ndi os
t r i but ar i os
Escl avos
Separ aci ones
i mper meabl - es
Separ aci ones
per meabl - es
136
t37
Esquema 9:
Grupos de Poder Poltico y Social Durante la Colonia
La separacin institucional de los tres sectores de base,
tributarios-esclavos-libres, facilitaba el control y la dominacin a los
criollos pronciales y les ofrecfa resortes de expansin y contraccin segn
la coyuntura econmica: para la economa de hacienda convena ocupar
esclavos y castas libres, para la minera negros y negroides libres,
mientras que los tributarios formaban una reserva de trabajo barata y un
resorte para los trajineros, que los ocupaban como mitaSnsr1.
3.2.1.5. Las rebeliones indgenas y la bonanza de Tarapac
Los indios subyugados en la Col-o-nia mantuvieron latente su espritu
-*!de
rebelda, contenido por el miedo a la represin. Las grandes rebeliones,
'entre una inmensa serie de rebeliones locales en todo el reino del Per,
fueron el momiento de los Taqui-Ongo (1565-1571)lE, el de Juan Santos
Atahualpa en Oruro (1736-1750), y el de T\rpac Amaru II con Katari
(1780-1783).
17, Cf. Daglino, 1909, p. 95. ls funcionaric prcvinciales tenfan su hacienda privada y
aprovechaban los mitayos tambin para ocuparloo en sus propias haciendas (cf. Dagnino,
1909, pp.4l -44; l O1, etc.)
18. Cf. Duols, 19?1, p. 112a.
CORONA Y CONSEJO DE I NDI AS
VTRREY Y AUDI ENCI AS
ARZOBI SPOS E I NOUI SI CI ON
CORreGI DOR Y OTI CI ALES;
CURAS Y RELI GI OSOS,
MCENDMOS, MI NEROS,
COMERCIANTES Y TMJINEROS
No ha sido investigado por los historiadoresle,
ni definido claramente,
cules han sido las
"ec.ion"s
d" l; p.u#r
autctona de la proncia
de Tarapac (de
camaones
ar L;,
-;;''r"spuesta
a las condiciones
deteriorantes
sufridas durant";l?4;"n.
colonial, como po ejemplo
alguna forma de protesta
contra los rmpuestos pesados,
o una participacin
en las grandes
rebeliones
i""alrg".r., del Alto
per.
Sin duda, los hulahas Io""l"l " frr.il.a.y^1"
poblacin
ingena de las principales
comunidad"rr';an'ti'"r",
inror-adas
referenre a ra
,tl 1"":i
1{l-los a^conteci mi""ios ur*ni"G lr.g. serie de rebeliones e n tre ros aos 1735 y 1925, aunque fuera .oir-"rrt" por los numerosos arrieros y otros ajeros que
fraan noticias.--(-L
movilidad geogrfica
de la pobl aci n i n dr gena si em pre hr ;;; ; ..,"r"di.i ;
.ui
"d""i,r'"'.ir"_
r.). As, en oruro hubo, enrr los
"o.
izbt." i%;;1;;
rlio"r.i""ltun,
en protesta
contra Ia presin
tributaria y ias erevadas tarifas y aranceres
para los sercios religioso-s d" l";b;;;'r*
orr""ii;;,;J.
Amin y contol una gran p"it".der
A1;ipl";;;ano.
sus intenciones
eran la
restauracin
del imperio incaico2o.
.Elsta ebelin tuvo un eco en todo Carangas (a
la_ que pertenecan
f,? :T : I"t llly
Cari qu i m a, .
" "
f
" ""iJri?
c.m e n t" ), y h a s ra m u c h o m s
veinticinco
aos ms tarde, el virreynato
der
per
tuvo una crisis ms grande por la rebelin de Jose'Ca;l
;;
J^TryJ
il#,-r,"_rs",
socio, ori gi nario det Al ri pl ano b"t ;;;
i i?- r sil.Ei ;";#.lb"h
on, con las mismas inrenciones
d; ;;;;J;.;n_oer
incanato, parriciparon
,tamb]9n,
y ferozmenrq
ros indios Jt ;;;;"t.
pero
no existen'daros
sobre Ia actitud de participacin,
simpata o ,""".u-, de los indios de la zona
lry::t.r
de Tarapac,
frente
';
1"" h';.L. que deben haber sido r n ten sam en te obsevados,
por I os
".prn
oll. " u}*"iii",,
. J.,-i.'Lrro.
angustia y preocupacin,
y por lo" i"ar"n"s,
con sumo inters. En sus planteamientos.
Tuoac Amaiu .".ono"o-i'lt"rira
i".i'
v
l"i'1"y". " Indias, pero la prLh.tr
era contra ros funcronanos
que torcan ras verdaderas
intenciones
d"
"11;".
p;;.;
;;"" R".i ildi;;;r";;Zo
y u designacin
de funcionari""
i;dg;;;
i*[
"rrp".rrigilar
el cumplimiento
de ias leyesy proteger
a ros indio"s .o't.!T.
oplotacin ,aborar, tributari,
y comercialz2'
Por la negativa
a" to,
".f"loies,
y la desesperacin
de ros
::jl:_r:: flanre
"""
."goia"'""i"1i.".o
lestimo
a gobernarse
rnoependrentemente
como-originarios
der pas, y .9-!9^*"t"0 tl ."rp?rl.ron y
$;iil"*"""ta
al poder
"olo;ili'tl;;ii;;"",
Le42 : ert;
piel,
lez3 :
d;rff:l*
i?*?XXll.
"'"
investigacin
de documentos
de archivos sobre el rema
Cf. F. Rei naga, 1969, p.205s.
CT A Wrmald, l9?2, p. 26ss. Un estudio intresante dedicado a este tema es O. Cornbhr,
El tbuto en Atacama era de-l O.pesos que,se pagaban en dos cuotas semetral es (Hi dal go, MS I976); en Tarapac era de,l2
gTos y dos
.toriin"",
po" p"gu" en cuotas semestrales en san Juan (24 de Juni o) y Navi dad
i zb ""ni "i "-""j ^
", *.
Cf. Jodn, 1922, p.91r; y pi el ,
1923, p. JOt. 24.Cf. n"rnuru, 1920, p. BJ.
Durante la guerra de la Independencia, que asolaba al Alto Peru
(1809-1825), La Paz se asediada hasta tres veces por los ejrcitos
indgenas (Lechn, 1975 :43-76), que combatan ora contra los reales, ora
contra los patriotas, ora contra ambos2a. Todo Carangas fue el escenario de
una guerrilla de indios, que en esta guerra luchaban, sobre todo, por la
recuperacin de sus tierras ocupadas por las haciendas espaolas2s, y por
la restauracin del Imperio Incaico%.
La rebelin de Tupac Amaru y Katari tuvo sus asociados en todos los
repartimientos confines a Tarapac: en el Norte hubo una violencia india
contra el cacique de Codpa, Caipa, que en 1780 fue asesinado por los
inos en la plaza del pueblo, proclamrndose la independencia india y
la solidaridad con la gran rebelin andina. El levantamiento fue reprimido
en sangre por el regimiento de Arica27. En el repartimiento de San Pedro
de Atacama, colindante al sur de Tarapac, la rebelin fue encabezada por
Paniri en nombre de Katari, se apoder del Corregidor Valdieso -un
simo
ejemplar del funcionario colonial-, embarg sus bienes e hizo
pasar la poblacin espaola por das de gran angustia (los caciques
jugaron all un papel oportunista: esperando primero claridad, se
acoplaron al partido del ms fuerte: el espaol). Paniri, tomado preso por
engao, fue llevado a Pica, encerrado en la Isla de Iquique, y ajusticiado2s.
No sabemos si, c.q. cmo, las comunidades de Isluga y Cariquima se
molizaron en refuerzo de Katari duante estos aos, pero algn
momiento hubo sin duda2e. Sabemos tambin de un juicio contra un
indio de Pica, Aibeen, acusado de haber sido un instigador de la rebelin3o.
Por otra parte, sabemos que los indios de Tarapac, Sibaya y Pica,
tenan caciques y otros dirigentes leales a la causa india, y capaces de
defender los intereses de las comunidades ingenas. Dos casos: cuando se
trat, en 1760, de organizar la reestablecida mita en Tarapac, losjefes de
los indgenas lograron un acuerdo con el minero interesado tras largas
negociaciones para no trabajar en las minas, sino que en obras ms
livianas, de azoguera, y contra un mejor salario adicional para su
mantencin, etc.31. En este alegato, que dur de 1761 a1762, tomaron un
24. Cf . Rei naga, 1970, p. 33.
25. Cf. Al ba, 1969, p. 103.
26. I bi d. , p. 85.
27. Dagni no, 1909, p.314.
28. Cf. Hidalgo, MS 1977, p. 10. Golte (19?3 : 79) supone que - para el papel de los caciques en
las rebeliones del siglo XVIII - situaciones locales atlpicas eran daisivas, pero muchos de
ellos habrlan jugado un papel de dirigentc, motivadm por la prdida de poder bajo el
rgimen colonial.
29. Hidalgo, o.c., menciona un
rrotocolo
en que aparece en la quebrada de Tarapac los lndicee
de disturbios, por cabalgaduras abandonadae y encontradas por un indio, que d{a
constanci a de su hal l azgo.
30. Los tetigos indfgenas dwlararon "que Aiben dx'fa que ya no hablan cclavm, que
indlgenas y riollm debfan ser amigos, que los enemigos eran lm espaolc, que se dejarfan
de pagar los tributos, y que se gobernarlan por los adictos de Tlpac Amaru" (carta pemonal
de Hidalgo, 26-6-77). La amistad con los criollm parue una variacin muy real de los
plantamientos lmals de loe rebeldes en Tarapac.
31. Cf. S. Vi l l al obos (1975:305ss.) pan l a docmentaci n.
$
w
19,
20.
21.
22.
*
138
139
pnpl activo los caciques de Sibaya, de Limaczia, Mocha, Usmagama,
llnlsa,
c",",.qyili,. y de Tarapac, iogrando el pleno it;ilil,s"-. .bj"iuo".
utro caso (de
1810) se refiere al nombramiento de un cacique, Maldonado,
por el Alcalde de Pica-y el Gobernador subdelegado ae r".ipla, contra la
voluntad del "comn
de los indios",
9u
tenari pot ."nail-L-'nurono
I H" ?l . 9l:uy.
Hg.bg un gran alegato y un fuerie momiento de protesra
lncuo' crrrlgldo por dlrlgentes muy capaces; y los indios salieron itriosos
de un conflicto.que pudo haber terminado cn sangre y olencia32.
La ausencia de desrdenes y olencias en Trapac en los aos
,
l?80-1783, causa sorpresa y nos parece explicarse
"r,
grrn parte por una
'
sr[uaclon local favorable a la causa espaola: la legendria aitldad
caritativa y-filantrpica_ de unos buenoi patrones y"la bonanza de la
f]:"r. 9",Hr"rFi3ya.
Joseph de la Fuente, Alcalde i)roncial de Arica y
'Iarapac,
hacendado y minero que empleaba ntitayos de la proncia, re-
construy, despus del terremoto de lz6g, de sus piopios
-"dio".
los tem-
plos de
'r'arapac,
camia y Pica, y servra todos los das,personalmente, en
su casa, el almuerzo a u-na. veintena de pobres3s. Los'be la Fuente eran
"buen
patrn,'y.ry grandes ingresos.permitan que corriera la plata enre
la escasa poblacin proncial. Los mitayos - que tradicionalmenie reciban
Iol" J
co1ida - pigron y obtueron en 1T6l una paga en platasa. El
ornal corriente era de dos,reales en platay un real en omestibles, pero
los mitayos, insistiendo, obtueron ires ieales
".
pi;;;^i""I
"n ma235. En 1776, en una sita inspectiva del nuevo conegidr salcedo, los
caciques se mostraron contentos de la mitas6. Bajo e-stas condiciones
locales y coyunturales, la rebelin de T\rpac Amaru n podia r"""it*
""
l"
,
proncia- de Tarapac. otra razn de lairanquilidad d; Tarapac en 1zg0
puede haber sido su fuerte guarnicin3?.
MAPAVII
TARAPACA DINAMISMO SOCIO-ECONOMICO EN LOS SIGLOS
XVII.XVIII
32. Cf. 0. Bermdez (1972 : l06ss.) para la documentacin.
33. Informacin sobre los mritos de los De la Fuente y Lmyza, con documentos reprcducidos,
en Bermdez, 1972, MS, p. 8?, Apndice. Tambin n Aeimriau, tgil, pl.-ll iZl'*
34. carta del cacique de sibaya al coneg'idor, 2s-2-r76r (villarobos, r9?b : 309-3 10).
35. Prokrcol o del contrato de l a mi ta, 18-12-1261 (Vi l l al obos,
l 9Z5: J09_310).
' t6'
El 15-12-1776, l os caci ques de Tarapac, si baya y anexo6, reuni dm con el nuevo
corregrdgr, "respondieron todos a una voz estr. corLnbs y gustosos con la distribucin que
se tenfa hecha sobre la mita".y pidieron (y obtuvieron) ae's patJn o. l^ "1"t. q"u t"o
el jornal Be pagara en plata (4 ieale poijomal) y no en otr forma (cf. villalobos-, rg?s :
3l r ) _
37. Tarapac ten{a, deqde f?70, 1
!:atalln
y 9 c_ompafas con 630 plazas, mandadas por el
coronel Bartolom deLoayza y valds, hcendad y riqulsimo mi'nrc i"-H"u":uy,
t"r.
-Daqino,
1909 : 313). Probabremente para protecci'n contra lm prrut"s y p.ra-""guiiad au
las Cajas lleales de Tarapac.
I' IAPA VII
05 s/GOS XWI.XWI
140
14r
8,2,2. La estnrctura econmica de la Colonia
8,2,2,1. Los sectores de la economa colonial
La economa de la Colonia persegua la produccin de riqueza en forma
de oro y plata, fcilmente exportable a Europa. La minera argentfera de
Potosf, constitua la actidad principal de la zona del Alto Per en la se-
gunda mitad del siglo XVI y en el siglo XVII. En relacin a ella se confor-
maron en el actual Tarapac un sector agrcola ubicado en los oasis y los
valles transversales, y un sector de sercios (arriera y comercio), centrali-
zado en el puerto de Arica, donde tambin se encontraba el cenro
administrativo de la zona, la Aduana y las Cajas Reales. La produccin y
el trfico de pescado y guano fueron estrictamente controlados por el go-
bierno
s.
La economa autctona en Tarapae, de subsistencia, qued
marginalizda y circunscrita a la produccin agropecuaria en base a los re-
ducidos recursos que la ocupacin de espaoles les dejaba en el territorio
inmediato de sus comunidades, sin intercambio autnomo y complementa-
cin regionales como antes. Tal es el marco general de la economa
colonial.
En el siglo XVI y entre los aos 1540 y 1591, la penetracin espaola
en la regin de Tarapac no se produjo sino escasamente, primero a modo
de patrullas militares de reconocimientose. El conquistador Pedro de
Vala en su aje a Chile, pas en Abril de 1540 durante seis semanas
descansando en Tarapac con sus tropas (de 1000 indios auxiliares y 126
espaoles, comiendo de la cosecha) (Cf. Dagnino, 1909 : 9-10; Bibar (1558),
1966 : 12ss.; Silva Lezaeta (1904),
1953 : 67ss.)
Pronto siguieron los encomenderos que, sin embargo, demostraban
poco nimo para establecerse efectivamente en su encomiendaao, y,
finalmente, llegaron los colonizadores, que ocuparon los mejores suelos y
los climas ms agradables, primero en Picaal, luego en Tarapac y
Camia. Para esmular la colonizacin en estas lejanas regiones, era
necesario un mandato real (1591), en que el rrey Garca Hurtado de
Mendoza fue encargado de procurar que Charcas y la zona litoral - que
actualmente es el Norte de Chile
- tueran una poblacin espaola ms
numerosa
n',
y qr" sta se aplicara a la viticultura: ".:. que anime a la
gente que reside en la tierra sin vecindad propia, tratos ni granjeras, para
que vayan a poblar Charcas y Atacama, pues en 180 leguas no hay pueblos
38. Loe yacimientm de guano, un insumo indispensable para la agricultura de los indios y
eepaole, fueron declarados propiedad de la Corona y arrendados al mejor postor para su
explotacin. Sobre el transporte y el comercio de pescado y de gu.ano pesaba un impueeto.
Cf. Ibaez, 1975, p.230; Dagnino, 1909, p.56s. Caletas guaneras habfan en Patillos;Punta
de lnboe, Chipana y Guanillos (cf. Beltrn, 1879).
39. L. Utza, 1969, p. l8ss.
40. Bermrldez, 1972, p. 21.
4r . I bi d. , pp. 10"11.
42. I bi d. , p. 3r .
142
143
de espaoles..., adems que aquella tierra es buena para as y las gentes
las pondrn y rlan all de buena gana"
+s.
.ons"c".t ia de esta poltica de colonizacin, se origin en Pica la
tinicultura espaola a fines del siglo XVI,nn, qu9 plgqYio en el siglo
xvII un no de ia mejor calidad, con un total de 375.000 litros anuales.
Esta produccin tuvo su destino en gran parte en Sucre ("Chargas"),
Potosd en cantidad menor en Arequipa, y, oportunamente, ll-egaba a
extenderse el mercado para este excelente producto hasta Lima6. Codqa
tuvo tarnbil una importante produccin de vinos.. En los oasis de
Tarapac y Camia, loJ colonos se dedicaron a cultivar inaz y trigo y, en
cantidadei menores, uvas y otras frutas. Estos granos se venan
9n
gran
parte en Ia regin minera de Potos y, posteriormente, a partir de 1712
irasta 1?85, en-las minas de Huantajaya,-en la Cordillera de la Costa. Muy
escasas familias espaolas se establecieron ms all, en las quebradas,
como se puede deducir de los registros de doctrinas.
3.2.2.2. El marco legal de la economa colonial
La economfa agrfcola en la Colonia se desarroll en un marco legal
particularmente favorable para el espaol y desfavorable para la poblacin
indgena. Generalmente,
-se
caracteriza este marco como un sistema
neo-ieudala6. El transplante del feudalismo europeo a Amrica se_ realiz
en una poca en que en Europa
Y lspa-a f .
gfiqnO el-.poder real
centralista en luch contra el Podr feudal visionista. El xito del
neo-feudalismo espaol en Amrica y de su resistencia_contra el poder real
radic en la distancia
que dificultaba grandemente el control real. En el
marco de la nueva hacienda trabajada por los indios repartidos o
encomendados, el hacendado espaol era seor y rey absoluto y construa
su empresa fedal por medio d dos procemientos, ntimamente-ligados
entre s: el acaparamiento de gran parte de la fuerza de trabajo indgena y
de las tierras ultivables de los indios, tanto las tierras bajo cultivo como
las tierras baldfas' o consideradas como tal por los interesados. El
legislador real de Espaa trataba continuamente de atajar el hambre de
tira de los conquistadores y criollos
a?.
43- R, P. C.ppr, E"t"di"" c'rftic6 acerca de la dominacin e paola en Amrica, t. III, citado
por G. E. Billinghurtt, La I rriguin e n Tarape, Stgo.' I 893.
,f4. 0. Bermrldez, 1972, p. 32.
#. I bi d. , p. 6r .
116. Amuntegui, r9o9-19r0; ote capdequi, 1925j- sanchz Albornoz, 1934; Zavala, 1939;
Lipschutz] 1'956. El gran legieta hel liglo XVII, Solrzano y Pereyra (L. 3'.C' 3, de su
polttica
ldiana, f648), hab de'la de6nicin de las encomiendas y sus propiedades"y en
que se parecen y diferencian de la feuda, usufructo, etc.
4?. En la recopilacin de l,eyes de Indias, leema.(1560): ".,. se reducirn a poblaciones los
indios. Madama que... se les consrven las tienas como las hubieran tenido ante para
que las cultiven y iraten de su aprovechamiento (L. 4, Tlt. 3, f, 9)"; (158a)'"' que- los
repartimientm de tiemae se hagan-sin agravio a la indios" (L.4'T1t.12, 1, 7); (1-642) "que
la'venta beneficio y composici de tiens se haga con tal atencin que a los indim ee les
dqien con sobra toae las que le perteneci-eren, asl er particular como Por
comunidades, y
tai agua" y rieg*; y las tirrae en que hubieren hccho acequias, r1 otro c.alquier beneno
"ot
q:o" por itrd--ustria personal sura ie hayan fertilizado, 8e reserven en primer lugar, y p.
, ,Los
espaoles, a pesar d9
"r_"
legislacin, siempre supieron escapar a
la ley, porJompraventas ciadas, 'cdulas viciosas', intimidacin y an
matanzas. En particular en Arica y Tarapac, la intcrpretacin de 'tierras
vacas' ofrecfa pretextos. para el acaparamiento. El sisiema de explotacin
gimultnea
de varios pisos ecolgjcs no permita siempre que loi dueos
indfgenas estueran viendo efectivaminte junto
a iodai sus chacras.
Las chacras en descanso y las tierras ubicadas en los valles bajos, que no
Ee sembraban en aos de pocas precipitaciones, eran pretxs para
declarar estas tierras-'abandbnadaj' y 'propiedad'de
la iotooa' pa ta
venajosa compra por los hacendados. Re-fernte al sistema de tenencia de
lig_ryr
de espaoles e indgenas, a fines del siglo XVI y principios del siglo
xvII, en el corregimiento de Arica y en los vlles v uebradas
que
dJr
depenan, es[amos suficientement informados pr ]os documentos del
archivo de la Notara de Arica, como para formainos una idea cabal del
proceso de enajenacin de erras de indios a favor de los espaoles. Desde
el primer repartimieno hecho a favor de Lucas Martnez (1.540),
la
expansin de los espaoles se produjo inmediatamente ro arriba por los
valles.de Lluta y Azapa; y_pgllas quebradas de Codpa, Aroma y Tapac.
Pero desde fines del siglo XVI, las-ocupaciones de fcfo se conrtieron en
tftulos legales mediante las 'composiiones'
de tierras con las cuales la
Corona, en tiempos del rrey Garcia Hurtado de Mendoza, reclam sus
derechos sobre las parcelas no legalizadas y propuso su-venta a los
'vecinos', los espaoles, que las pidieranas. As se regulariz el sistema de
tenencia, se molizaron recursos financieios para las Cajas Reales y, al
r-ni!tro
liempo,
permiti la expropiacin 'legal'-
de las llamadas tierras de
indios. Los archivos contiene muchos cass (cf.
Platt, 1976) en que los
caciques reclaman sus tieras para su comunidad, con lujo de argumentos,
pero sin documentos legales, perndose as los pleitos ontra lJs vecinos.
Estas tienas eran.en su mayor parte de temporaa.
La fiscalizacin de los yacimientos de guano.blanco en las playas de
Tarapac, produjo considerables ingresos para las Cajas Realesae y para
los comerciantes
_espaoles
que obtueron el derech-o de expiota'cin y
comercializacin de este insumo indispensable para la agricuitura desd
t-iempos precolombinoss'. Dagnino (1g09 : 5bss.), presenta abundantes
documentos tempranos que permiten formarnos ,rn id"a del tamao de
tal comercio y en consecuencia del grado de marginalizacin de la
rlrg,l" ."""
".
* 1"" puedan
ender ni enajenar" (L. 4, Tft. 12, L, 18); (1b94)
,,que
las
estancias y tieras que se dieren a lc espaols, sean sin perjuicios a los indios, y que laq
i:dLl:1..}
perjuicio y agravio, se vuelvan a quien de derecho-p".tenezcrn"
1,. +,itt. tz,'r,
9I (16it6)
l'9ue
las composiciones de tierras no sean de las que la espaiole hubie.csr
adquirido de indios contra nuestras cdulas reales y ordenanzas, o po.y.".n con tftulos
viciosos..., es nuestra voluntad" (L. 4, Tft. 12. I, 17).
-
4t|. cf,,Melc_hjor de castro, composicin de tierras de s. Marcos de Arica, realizada en 1600, f.
149. v. (Notarfa de Arica, T. 2, ff. 1S2-1S9r; Arch. Nac. Stgo.), ciho en
platt,
ISZQ; ef.
tambin Dagnino, 1909, p. 205es., quien cita 13 casc de comlpraventa de tierras ur"au,
"o, su documentacin.
49, sobre-el.gu.ano y el pescado se pagaba un impuesto de comprayenta de 2zo, adems de.:una
tasa (vo) por razn de almojarifazgo (deisde 1612) (cf. Dagnino, 1909 : 16?). El precirr del
quintal de gu.ano era de r0 o 14 reales la fanega, a principis de siglo xvIII il"der;, tgzs ,
320).
60. H. Larrafn, 19?4b, p.66; cf. Vasquez deEspinoza (f6?2), 1969, pp. B4t|-349.
.i,
L44
agricultura autctona que, dado el alto precio exigi$o por los espaole-s,
fi.ti."-"rrte
no tuvo mr a..ero a este excelente-abono, sino a modo de
Ir;b.t
; ias posesiones de la Corong y de trfico de
'contrabando'. Para
desarrollar su economfa agrcola, loJ espaoles no s9 conformaron con
o""p". f. tierras me" filet y-
AejoJ'ubicadas,
y los yacimientos de
zuano, sino que se apropiaron tamUin de las- escasas aS.ua
{e
ri.eg,o en los
lalles bajos y oasis, donde desaparecieron todas las prop_'e4des rngenas.
En sectreJ de cupacin mi*ta, como Camia, Pachica, Guaa,
iimaczia, Sibaya y Mocha, ocupaban una parte mucho mayor que
proporcional de las aguas de riegot
g.2.2.3.Mercadera y ariera; la mita en Tampac
Los espaoles ocupaban para
-Ia
produccin de metales- pTeciosos la
*""o "-"" indgena, organizada en la
_mita:
un tributo laboral de la
J"i" o"" afectaa
"
ioa'. los indios de las comunidades entre 18 y 50
"nt,
y que los ocupaban durante dos o tres meses por ao, o-en otros
;;;,i";
"irr.o
o seis aos durante doce
ryfeses.
Los_mitayos de Tarapac
t
Ati;" no tra@jaban en las minas de Potosf u Oruro, sino que eran
L"p"o, en su irayora en los transportes entre Arica y Potos, para
urt"."" los cenhs mineros de insumos - azogues
-provenientes
de
H""""""lli.a
(5000-6000 quintales por ao), cueros y badanas.de-Chile'
y
gran cantidad de ropa para los obreros de la mina -
y mercaderias como
;,-;;;,
;"it",
i"*t
e higos, peslado.-aLado
y-brea, como tambin
herramientas
y mercaderfas fiias e Castillasl. De Potos traran la plata
;;;r"d". o
"ri
b"t
"..
Otros transportes de materias pdyqf, productos y
-"J^"ti".,
iban desde Pica, Iquiq"g o-Tarapac, vr.a Codpa, a Arica y
A;tp"ti"", "r4" Tarapc al'r\lto
perrl.
Los trajineros, empresarios
""puoi".
del transporte, Asponian de recu?s de muchos.miles de llamassz
;;;br';;;;"ib
de losindios tributarios. Pero los funcionarios de la
"Coio"u,
C.irr""gdor, Oficiales Reales, etc., ocupaban tambin
Por
su cuenta
a los tributas en sus propiaq chacras, aunque la ley no se los permitfa
(cf. Dagnino, 1909 : 43).
Los arrieros mitayos y yana's,transitaban-
por los antiguos caminos-del
I";;;;;;ui" i
t,"uevs caminos coloniales. Estos eran: de Pica
;i S;i; de Huasc, y de all cruzando la Cordillera,
.a
Lpez',Potos y
charcas. otro camino onduca de Tarapac a_ sibaya, uhuncara'
;q;;"t" aii Lip", y oruro- El camino del Inca, de-Sur a Norte'
.o-"'"i.u" sucesivamente,- Quillagua,
Pica, Tarapac, Codpa'--Arica'
Moquegua
y Arequipa. De los caminos pronciales del slglo
^vrll'
eran
51. Cf. Barri ga, 194O,p.7As.;Urzrl a, 1969, p' 21s' ; Dag'
52. No contntos con el acaparamieno de tienas indlgenas y su trabajo'
.lti,
*ry:l::
"--
.Jqoiti".ot tambin el gnado de la indios' Lm trajinerm no 8lo-^P^artlculare6' alno
t
-ln
funcionarios,
"oiio "f
Cott"gidor Torenio
(1615), que tenla 5000 "carneros de la
il;;i'y';-c;;adr Ruiz Majanoil64g) con-orro tanto, cran los ms interGadm en el
r..r
""
l* inios; cf. b"g""o, rsos, p' 268; se entiende que est6 empreearios sc
ffi;;r;;,
"", "i
e"rLa",
tamiien ie la" onas de los pastos narurales de la indim.
L45
- - - =- - : | ! ! !
los- ms importantes los de Huantajaya a Tarapac y
pica,
como se
observa en el mapa que D. Antonid ,Bri"r, conf"c"ioo-er,*'riOS,
po,
encargo del Virrey Amat y Junients3.
t\o solo en los transportes, sino tambin en las haciendas, en la
recoleccin-de guano en la playa,
"n
i"-p".." y, en el .i; XViIi, en las
:t::^,t Ilantaiaya
y *n. obi.;", se oiupaba la mano ie obra indrgena;
generalmente
"o "Tl*Ttrjl_r-"1
-.i"9
yoio*no,
indios sin- lierra que
trabajaban por un salario, pero en estos trabajos los espaoles ocupaban
tambin negros (esclavos-y
libre"), muiats, mestizos y zambos. En los
valles
-bajos,
los indios
- ms expestos a la obiigacin de los sercios
l*:1". ::e
tuejabll gue
no le's
Fio1br
rt"-;;;;
;";d en sus
cnacras, que por eso pasaba a ser trabajo de mu.eres.
3.2.2.4. El ciclo argentfero
de Huantajaya
En l7l2 fue descubierto el mineral de plala de_Huantajaya, y durane
medio siglo su explotacin tuvo
"r
*itr i$"loso. La aristocracia
rural de
Tarapac'a trasld sus principares
intereses a ra min-era argentfera,
ocupando nuevamenre. grn cantidad de obreros. io;'i;;ii"
ou."
disponible: indios sin tie-rra,
-;.;ir;;
y;rJ gropo"_
ae sangre mixta, pudo
ser ocupada y an bien pagada
-
para la p*gll.
p";
;;;;;;;as,
se
arquiraron tambin ros ind'ioJ a" rr
"yzz""
" siu"
v ;#i#'en ras
obras anexas a Ia minena,-.o-o i.-"rol{r".ir
a" p_" i ,i""t"^;; iililca,
y los buitrones en beneficio d" h-F;;;.
H;t;;;;iJr,.,
ro"
numerosos esclavos negros trados a los centros "
"'.ii"i"-l."ono-r..
:l^p-l1:ti
los oasis
?{colas
y HuantajayJ..-E; p,;;'p"Tl.".i0r",
""
o"Ip: momentos, los negros super*ron en nmero a la poblacin
autctona- Los mineros qu juntar'on
g."; ;il;;;'il'""g;";-"
lirporo,
'bozales',
esclavos trardos a.t-""ti'r"
l. .ort" d;'";1, ."g,i., ."
deduce de los resistros bautismies
a" tli"p..", y oros provenientes
de
Lluta, donde ha-ba un criadero a"
"".l.uo!u?:1i
fi#,";i i."'r",n"r"
Joseph de la Fuente y Loayza,
"d".tfiue
pagaba
b0.000 pesos en
impuestos por el real diezmo68, ut"""
""
"creto rreynal que le autoriz
a.ocupar mitayos de Tarapac y sibaya en sus minas. El xito de la
minera contrajo una poblaiin
ce 3.00-p"r.orr*
en ese rugar inhspito
-
tlt
S;""[".1"tffue
manifiesta el valle o pampa de Yluga en el rhenienrazgo de
54' Las tres famirias rns destacadas de esta aristmracia:
.Loayza,
vards y De Ia Fuente, eran
li"5"3] t'.j"*?;,tr Sl1T
ti erras en r' q
"b";i'
a" i""i'"
l"L'e..?"",l"r sz,
o.
55. Cf. Barriga, 1941, p.ll0
56' cf' l'a Magderaine' 1974, p. lg.
por
er suple del dficit de mano de obra mediante estos contingentes de esclavos nqlm6,,6e acelerS en toriogr.o er proceso de desinteg.raon
social y cultural de las comuidaes uutctona".
---'" '
57. Wormald, 1920, pp. 159-160.
6t
lTl*lilPresin.de
la,fabulosa riqueza_generada por estaariscocracia proncial, basta menoonar qie
senin Bo'aertJos D-e l, Firente pr-n
"
e"pr.--i""
"T'.iiron
a. librae estrlinas
"
i-po*t""
l'ili""",'la'6,
;.i#;";rado en Bermrrd ez., 1975,p. 4I).
146
t 47
de la Cordillera de la Costa. La fuerza de trabajo indgena no se usab
tanto en las minas propiamente tales como en los buitrones de beneficio,
arreglados en la Pampa del Tamarugal (oginando as la prdida de uno
parte considerable de los bosques usados corno combustible)se. Los indios
se empleaban tambin para el transporte del mineral, las materias
primas, los alimentos y pastos; y para el trabajo en la azoguerfa de
Tililca, adonde se dirigan los mitayos de Sibaya. El agua potable se
traa por mar desde Pisagua y de la desembocadura del ro Loa, en cueros
de lobo marino. Adems, se ocupaban obreros indgenas en la confeccin
de explosivos en base a carbn de lea, salitre y azufre, trado de la
Cordillera60. Marull dice que Huantajaya "lleg a tener 7.000 habitantes",
lo que nos parece exageradool. Ms fidedigno parece Billinghurst (1893 :
5), quien dice que alrededor de 1750, el mineral lleg a contar con ms de
3.000 habitantes, quedndose de ellos solo 400 en t792, ao de
decaimiento casi total de la minera de la plata.
La explotacin minera de Huantajaya significaba otro fuerte ataque a
la mano de obra indgena disponible de la Precordillera, de modo gue la
economa de las aldeas, especialmente en los valles bajos, se vea
nuevamente reducida. As, por ejemplo, Pica" el oasis agrcola ms
prspero y con la mayor poblacin, que en la primera mitad del siglo
XVUI, o reducido su nmero anual de nacimientos de 65,6 en 1700 a
33,0 en L74962. Por otra pare, vemos que en Sibaya y Camia, ms retira-
dos de la zona minera, el alto ndice de la natalidad india pudo contrarres-
tar la emigracin laboral y an producir un moderado crecimiento pobla-
cional. La curva demogrfica acusa un crecimiento mayor en la segunda
mitad del siglo, cuando el dinamismo del sector minero decrece. Despus
59. Tambin despus del ciclo minem argentffero, y particularmente en la comienzoe del ciclo
ulitrero (t f830) pereisti la deforeetacin a gran escala por la explotadoree del salitre
que utilizaban los bosques para combustible, Eeto resulta de las notae de Bollaert, citado
pcrr O, Bermdez (1972 : lrl5). Por lo deme, ae encontrarcn en Huantajaya, fuera del
mineral, grandee "papas" de plata pwa entre loe ac 1718 y l?46; la papa ms grande
encontrada peeaba 800 libras y fue encontrada en 1729 (cf. Billinghurst (f893), f973 : 15).
Para la deforestacin por la minerla argentlfera, ver tambin: Bemrldez, f9?2, p. 100.
60. Bermridez, 1963, p.47.
61, Marull, f969, p. 98; el autor no aduce lae fuentes.
62. En Ossandn (1962) encontramc los sigu.ientes totales de actas bautismales de Pica,
agrupadas en dcadas:
Bautizados Indice
1700-1709 656 r.00
l ?10- 1719 498
1720-L729 588
1730-1739 509
r74p-r749 330
o,76
0,90
0,78
0,50
De estae cifras resulta que el dercenso ms fuerte de loe nacimientrx (1740-1749), coincide
con la dcada de la mayor produccin argentlfera de Huantajaya (cf. Bermdez, 1972 : 130)'
(El lndice en este cuadro fue agregado por noeotrm).
de 1J6Q, baj continuamente la-prod-uccin arge_ntfera de Huantajaya, y a
partir de 1790, se paralizaron rtualmente lai faenas mi""i"".-
-"-
Los efectos de la economa coloniar de agricultura y minera sobre la
economa autctona fueron, antes que nada, una fuerte reduccin de las
erras cultivables dispolibles. Por este mtivo, se redujo consierable-
mene el tamao de la economfa autocton. La lgislacin y l.
administracin espaolas y la economa monetaria tueron rriie"
eleclos negativos para
la infaestructura social y poltica de la economa
autoctona. La erosin de la autoridad autctona, la desintegracin de las
economas comunitarias, el endeudamiento progresivo (a cosecuencia de
los tributos y las ventas a crdito de ios
*comerciante"
".p"Rol"r especialmente en los valles_!_ajos,-el xodo de la fuerza de trabajo de las
comunidades de la hecordillera hacia los centros ms dinmic" de la
economa: las haciendas y las minas de los espaoles; todos estos procesos
redujeron y empobrecieron la economa autctona,'p"ro mas qirl esto,
s@avaron tambin sistemticamente la firme estrucfura de b familia y
del ayllu, que son fundamento de la sociedad armara, originano-asi un
proceso de desmoronamiento y descomposicin <ie las shu"cturas sociales
que, a su-vez, agudizaron el proceso de desintegracin econmica.
La falta de mano de obrarecesaria para ra=economa de la comunidad,
gu^e por s exiga mucho trabajo; la ocupacin de los oasis y los nivele
inferioes de agricultura por los espoles; la fiscali zcin e los
yacimientos de guano, tueon tambin'grandes efectos directos y de gran
impacto estructural sobre la economa autctona.
por
estos lechos se
obstaculizaba o imposibilitaba el ciclo anual de la explotacin vrucal,
tundamento de la tracional economa de intercambio v complementacin.
En los siglos xvII y XVIII, los inos de los valles b"os,
{ue-no-tenan
acceso a las aguas dg riego y a las tienas frtiles de cultivo,
"e
dedicaron a
un nuevo esfuerzo de superacin: la 'agricultura
de canchones'. Las .guas
subterrneas en la pampa, con que-s amentaban tambin los-'bo"qrr"s
del
'lbmarugal,
gracias a
-sus
profundas races, fueron aprovechaas,
eliminan-do la capa salobre de la superficie hasta una profundidad de 20 y
hasta 50 cm. Asf se formaban'canchones'-de unos 20
for
a rn"",o",
cereados por un dique de sal, que ofrecan suficiente humedd v fert"
palg_los cultivos's. Los in-dios aplicaron hasta la segunda mitad del siglo
xvIII esta forma de agricultura sin riego, como consta en los famosos
mapas de o'Brien6a. En total, disponan-de unas 12.400 Has. de tierras
arables en canchones segrin el mapa de l?65, ubicadas todas frenie a la
$esegbogdyra
de la quebrada de iarapaco5. Los problemas eran que en
tos aos de las_grandes sequas en la cordillera, las aguas subterrneas
eran inalcanzables, y que los ros subtenneos camiaban a veces su
corriente; adems, el afloramiento de las sales por la evaporacin repro-
63. Un-a dscripcin ms completa de este sistema de agricultura ae encuentra en Bermridez,
1972, pp.218-228.
64'
Yedialte,foto-interpretacin,
el Dr. H. Bodini analie esta antigua zona agrfcola; cf. H.
Bodini, l9?1.-sobre-la gran fertilidad de e6tas tierras escribe"o'Brien eri ur,o'".*
estudios, citado por Bermdez, 1925, p. 61.
65. Cf. C. Keller, MS f964. p. 1?, citado en H. Larrafn, 19?4a. p.
13.
148 149
duca la capa salada de la superficie, cubriendo lentamente los canchones
v obligand al agricultor a una nueva excavacin,
Pe{o
el proceso n-o po{a
repetirse ms que tres o cuatro vsces, ya que los canchones se hundan de-
msiado y despus de diez o quince aos haba que construir nuevos
canchonei. Todb esto dificultaba bastante la agricultura sin riego, en la
Pampa del Tamarugal, de modo que esta invenci-n tcnica, por muy
ingeiosa que fuera, no era ms que un intento que alarg la lenta agona
aJ la agrilultura de oasis autctona, incapaz de salvar el sistema
econmico tradicional de la explotacin vertical.
A pesar de todo, los ayllus producan bienes agrcolas, ganaderos y
textilei, aunque en cantidades muy reducidas -
y, particularmente en el
siglo XVIII - iara
el mercado externo: los centros de la economa espaola
colonial, par cumplir con sus deudas con el fisco y los comerciantes. En
las colonis espaolas existfa una demanda de productos
&-la-Cordillera:
carne, lana y textiles; una demanda que creci en el siglo XVIII por motivo
de la explotcin minera. En Huantajaya encontraban una demanda casi
ilimitada de carne, granos (mafz, trigo y quinua) y forrajes66.
La poblacin d{los oyllus se vea obligada a velder una parte- de su
escaso producto: 1) para poder pagar el tributo y las deudas contradas con
los com-erciantes espaoles, y 2) para poder adquirir los productos de otros
pisos ecolgicos
(por ejemplo, guang
Ji
pescado) -
q-ue res-ultaban
inaccesibles-dadas las formas de control colonial - pagndolos en dinero, o
en especie. En este intercambio se hizo sentir fuertemente el mecanismo
de mrcado, que deja el mayor provecho para la economa central (que
define en ltima instancia los precios) en detrimento de la economa
perifrica y de sus productores para el mercado.
-
Esto ie concluye a partir de los precios elevados de los productos
espaoles (el guano en el-siglo XVII costaba de L2 a 14 reales la fanega)67
y ios precios ajos de la carne, la lana y los textiles-provenientes de la
Cordiliera, como tambin los bajos sueldos que se pagaban a los arrieros y
otros peones indios
(salvedad hecha para los aos de bonanza de
Huantajaya).
En el perodo colonial se observa por todos estos movos un
empobrecimiento de las comunidades indfgenas y_ gna_ desintegracin de la
economa autctona, proceso que ya era imposible de parar, a pesar de
encontrarse en un rincn tan aislado del rreynato:
1. por la introduccin de la economa monetaria, el sistema de precios
desventajosos y la presin de deudas y tbutos68;
2. por la limitacin de la economa autctona a los niveles y tierras
menos productivas;
3. por la reduccin substancial de esta economa
(de sus fuerzas de
trabajo y del monto de su produccin);
66.
67.
68.
Bermridez, 19?2, p. 100.
Cf. Larrafn, 19?4b, p.66.
Cf. \{achtel, 19?1, p. l8?: "te tribut en argent oblige donc les indiens adopter dee
activits nouvelles, mais au dtriment de leurs activits traditionelles, pui-sque ceux qui
partent pour les mines, ou qui vont se louer au loin, abandonnent la culture de leurr
champs et souvent ne reviennent p48".
4' por las limitacion-es
impuesas al sistema tradicionar
de la
com plementacin
verti cal. ""ti. " i"
""".ro_i"
com unal
;
5' por la desintegracin
del sistema econmico de comunidad y su
transformacin
en oequefsimas
".o"o-i"r
particulares
-"'
irrrilo to "
ayllu), y, por lmo'
6. por la formacin.de
un
-verdadero
proletariado
asalariado6e, pero
enane, que desarraigaba
al obrero de s erra
t ,;;;;iconale"
estructuras
sociales de familia y de ayllu
zo.
8'2'2'5' La economa
de hacienda y la agricultura indgena
La economa O.^
l":.r:ld"
en Tarapaj. del siglo XVI-XVII era
estacionaria:
ms oue a una norrna de cr'omlento capitalista, inversin
productiva
v renvaci1-,4;"ta"a
-v"
ampriaciri l"ir""!#ucrurar,
respona a pautas
culturales y ticas dL tipo'arisl*et."-r""i,
y d"
cierta frugaridad
nistica, ;;;"-i;;J;
mercanrilisra
der hacendado
nunca estuvo ausente y se.realizaba
en su p"oa"..i"-p"ol''-r."o
"
los centros mineos
. !orur;;--p"t"ri,'
H;;;#yJ
"'y"",rrurno.
(Arica-Aequina-charcas)'
Lr""oi'o*iJ
ii""" de la pro-ncia,
en el sigro
xvIII, todo lo contr""io, .""po.rar";idi;;r"-o
mercantil, orientado lisa
y llanamenre a la acum"t.i,to"-rai'il;q*;;;;;;'i,;i#"_
en el
fondo, el ideal econm,..:"^-*i-:;;;li.ti",
espaot _
qqe, a la posrre,
llevaba a una da de lujo os_tentoso en los centros urbanos?r. Ar final de la
poca colonial, haciendo.
"l
b;i;;"q
';;
que- el conquistador gan
:i:",":*^!_"1la
enajenaciOn
" pl"r"".1"tn
po, la exploracin corrosiva
oe la economa autctona, y por l aprpiaciOn
,
d" sus
-"rrrro.
agropecuarios y su fuerza ce
-tra'bajo.
Lriconom"
fue reorgani zada y
llllll]"9-*grin
su prop-ios
intereses-all
mayor ingreso monerario
poslble, pero nunca desarrolla4
o ampliada en bse .;;;-i";;;;in
en
obras de infraestructura
agncol
-
"."
rtiralicas,
creacin de nuevas
rierras de currivo como lo
"ni.i"""
r;;;J;;;;t
;":";; p*"u*
;Jrd"
t-0" T" ,*-"_t:.-i", la,eocit coloniale se.ecinde selon un sJEtme bi_polaire: d'une part' un 'prortaria-t
errant'directemuntroo-o
aux eepagnors; d,autre paru, un 'proltariat
sdentaire', indirecte";;i;;;;""i'Frmediaire
des curam.
70' o' Bermdez (1972
:133),-escribe que con el receso de las actidades mineras en ras rlltimas dcadas der sielo xvlt, surj unr'*i"ii
""?
*bs obrerm, de ros cuara mucho. estaban desacostumbrdo_s
a ras r"l?"ia-"'.il'"gii;r;
y_no podfan vorver a sus rugares de origen. M uchos arrierc tambi n. quedaron
"ir-t"""i."p*
;*
i,': "1 J"T"oun a" lae actividades mineras
v. e'l traslaio " il-pllli''|roauccrn
agrfcola habfa disminuido consi derabl emente.
esoarmenr";;
;i ;ri ;' ;;"r"a_u
"i gto.
Esra baj a en ra producci n
agrlcota no se re"uoei
l":tyg
;i
"r"
"ii#.
I.as
ramirias ma-s adineradae de ta aristocracia rurar rebonal (ros Loayza, roe De-la rr""Ll r,"i"r'i;;;;;;d"
iil'ffi",puto
actividade. a la minrfa.
v,
"
n*" u-iisl.,
".. "i"g'.i"nto
der minerar, se esbr.ouron en Arequipa y Lima. der"aldo
"*
tt".iurl'" * ir"l%-a"n"", y ocasionando su inadecuada explotacin (cf.
Birineu$t, o.c., p. al. ram-;i!n ;Jcierto que a fines del sigro xvtll la
il%l::]'Ji} i:'J:Ui;,F, :r1 "{ -
t;.
fi
qii. r"
"d"d
r"".'. ;"'"'ri.i " r *
;i" liigJ
'as
DaJo ra sequfa originada, entre orras ."*r", po"1u-i-"t-"
d" l*
tt
tJ*T,"0"9t"i:L,Jffi#it"-,
pari la aristocracia
1"^3ff:1a
Arequipa.y Lima, a
a mayordomos y
o"-""" Tll3ll,i3?"dejando
eue minas agotadas y eus tierras ar*ta"."
150
151
temprana de esta visin mercantilista del colonialismo espaol. e^ra el
;;;";;;" *i.t"-" de riego que el Inca empez a constmir, que el facor
f,""F;t*, en 1581, sea'lO y evalu_positivambnte
para alimentar un
-"uo.
,r.""o de obreros
-
mineros?2. Efectivamente, el inters del
;;;";; eia xclusivamente obtener metales
.preciosos. .sea
por el
,iprl-"ra fase), sea por la minera
(segunda fase), sea por el desvro del
;;;;i;-t l"
"gri."lt
ita para- el mecdo
(tercera instancia). Por la
i";;;;i;
ia"-""i"""lta
d la obra
(g 6.000), el espaol nunca termin la
;;"; d" riego incaica. Otro punto de diferencia es que- los espaoles
t"""r""o"
ri'qo"r*. agrcolas'para el.mercado a costo_ de-la economa
iutctona, mientras q"
"t
el sistema inca, el-con-quistador desarrollaba
y
di"a-lzaa la economa autctona, manteniendo su propia estructura
econmica y social, para favorecerse proporcionalmente con los excedentes
;i;;;; ;;.i"nt"J h" esa economfa.
p
la ltima fase de la Colonia, en
iiag, h"bo una nueva proposicin-para realizar una gran oba,de
lego
en
la Pampa del Tamarugal, trayendo las aguas de l'lnma y de las lagunas
a"
-
fr'""g.rt. H
-oetiv
era: amp_liar la. produccin agrcola,
i"i*o""o'fe
para la em-presa minera de-Huantajaya-,
que necesitaba de
-g"-ii-*t".'p"t"
la polaciOn obrera y p-asts
Para
los animales.de tiro
u.tt*" *"padk en b'explotacin argenHhra' Nuevamente se desisti de
il;;;iit;;iild; ;b;;or los coss' porque' esta vez c-omo.antes'
-el
;;;;dto espaol no'perciba un dsrrollo_genuino
y duradero de la
o""-i" de la proncia'- menos un desarrollo socio-econmico de su
U".iO"
rural
I
a partir de su original fundamento, indispensable
y
equilibrante: el sector agr-opecuario
Seen estas
pautasl l economa agrfcola-minera de la Colonia, con
f""a"i-t""tt.n t exptotacin de los recursos autctonos, cre un sistema
d" *"r"ado, cuyos flujos de Plata-dinero, Bienes y.TYabajo,, se representan
en el Esquema 10. Las comunidades autctonas de los valles sul)enores y
l" lu C"Allera, que constituyen el fundamentp de este sistema de
oroduccin de riqueza
-"r.r-tttil,
no participaban en la-. economa
Ir"i"t""
"i;";i;.t"
de meriado coniat. Las castas libres, en el
"ls"
ivitt, ubicadas mayoritariamente en los valles bajos y en la costa
i;Aj"t;),
participan escasamente
-en
la economa monetaria
-y
;;"i;;i
"i-i--!i."o
tos bienes de primera necesidad o parre de
ellos.
-"*-i
firr", del siglo XVIIL al acabarse los recursos explotables para la
"*pt"*.olo.rial
rercantilista tos espaoles, lgicam-ente, se retiraron de
l"i"p.., "j""o sus mins
-argntferas
agotadas, su agricultura
deteriorada
(n pate arninada), su poblacin desarraigada, y sus
72.
,,...
v este rfo
(Mauri) intent el Inca echarlo al algarrobal dicho (Pampa del Tamarugal) y
' -'
;;
;" ;;;1; iegros ae rien a y to dej como enrraron los espaoles en.la. tierra, v
faltar por rompu, on
"o'"tto
e legua e la iorillera
9o:
*
3odtl :91f"]^v-^"!il "on "n
ceto de 6.000 p**
""."y"ao"
y sJrla de moy gra-nde efecto echar est rio para cultivar las
minas, porque
"ott
*oyi"""i
"f
+a1l{l {.abundante
de comida""'(Carta del Factor
" i"t1r{irr-vir."v, rr,
"Ji"iii"
sol. cnooc, ita, Anrofagasta, u. del Norte, 19?2, p. 10).
?3. Antonio O'Brien hizo el estudio para el proyecto de ingenierla hidr.arllica en 1765, por
-
;;tc" del Virrey emal; cf. ia to-cr1nt"-cin v los planes de este estudio en
l,anafn_Couyoumajbn,"i9ie,"pi.
qS-SAZ;
ct h;bin G. Billinghurst, 1893, y 0.
BTmdez, fmg, P. +g; Y
1974, P.5l ss'
Esquema 10
Paradigma de la economa colonial de Tarapac
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v de la Cordillera, * ;;;';;?];e;o
"
un economa local' reducida al
'd;;";;;;i"i"".in,
que era' necesariamente'
de pequea escala'
y de una
Penosa
auto-suficiencia'
g.2.2.6.
La estructura
demogrfica
Para el estudio del desarrollo demogrrfrco de la tqst'il de,Tarapac'
..q.-C"riq,ri*a,
existen tnty p*ot datos utilizables en la literatura'
y nos
mos, pues, obligados.a resar los archrvos'
En el momento o" l'a-conquista, haba unos 6000 a 8000- habitantes en
la
proncia de Tarapac,
-.segn
las
-
cuidadosas estimaciones
del
.d;;;;;'b.."'
s"';li"n' i"t" pobLagig'.{"Pfflid^,
en
,u-19s
200
;;;;;;:;;";*b"
;;;;t"i'
-stribuida entre los oasis de la
il"iil1"*,
""
r"" p;#";;t;. le tos'alles rransversales-y
qyebradas;
en cantidade.
-"rror"J"rr-l-"-p-p"
del Tamarugal
y en la Alta Cordillera
;iti;; ),,
;;p"ta."tn""te,
en ia costa' L9f avllu-s s.e encontraban en
todos los lugares
q";';;lf;; aru3 qotap9 i
-"
irrigacin',sea
de
vertientes, sea de rlos
i;;i-"t;
latordilleri hasta alcanzar la orilla
oriental de la Pampa,'Jo"J"t"p"*an
por evaporacin o para seguir
un curso subterrneo. ;-;;.i.;as
densamente
pblado" eran Tarapac,
"*ttt;3tJ;l"*r;"
* establecieron_
primero en
pica
y Mar'la por sus
"li_#rsr"'d;1".
v
l" r"rutidad del's_uelo,
poco despus en Tarapac,
y,
posteriormente, i.e. .?"".--l.iglo
XVt,.d.'*bin en Camia_y Sibaya y
#;;i;;
d i" n*"aili""*
-s"
trataba dg grupos muy reducidos de 3
;-4 ;;;l';" familiares-de'colonizadores
(en Sibaya menos an' y stos se
retiraronr
posteriormente tambin)-'
'--'rii"i"J."r,
"1."r,F; ""',i*
pxillTo. aos de la conquista, hubo
un enoTrne receso o"-ogfafi. a consecuenciade.las^guerras Y
crueldade+
"""1" itti'"""?"t4"
Europa, los trabajos forzldgs en las mrnas
^ffpff;l;;;gtil.
w".rtt"l, tamuin como efecto del shock psicolgico
;"*tr"*
"r-tifacionee
de H. l,arraln- tienen un r.esultado.ms bajo (t 5.600
habitantes),
pr-
"o-pri"-i'"it
i" G-."i0" de Berm6dez la llriea divisoria de lae aguas
constituf el llmite t"#;;a'i*
"n.o"
p""m-rti.loi"o.,
"n
que se basa Larrafn' El
Tarapac actuat (estir;;Oil"l"i-.r*l tiene-su_lfmite orental-ms all de la divisoa
de aeuas;
"
""o
p"",i'i'iriv1--""-"riiaad
de.Isluga
(con 12 avllus de altura) v
de
;i,ffi!ic;;,l]il
ffi;";ri,*6;;;;
"1t,tl"1 el dcimo aittu" al lado occidental
de la dieoria).
Tanto Larraln como Bermrldez incluyen en s-us cmDutos el territorio comprendido entre
camarone y ul u.it
-"iii"ni*tr,il"
y Perri, qlie nunca perteneci a la provincia de
i;;p"" de"1?6s, a que osotroe nos limitamoe aquf-
?5. Cf. Berrnil ez,, 1972,P'%'
?6. J. Gol t e( 19?3: 83) of r eceel si gui ent e eauf nendel desar r ol l odemogr f i codel apobl aci n
india del VirreYnato del Penl:
t67l
1591
1651
Tlibutario
31r.257
203.630
178.830
153
Poblacin indfgena
r.478.471
(966.768)
881. 137
de,la conquista,que h.aca decrecer fuertemente la natalidad en el siglo
xvlr', y a_consecuencia de la anoma, originada por la destruccin de los
soporbe_s ideologicos (del
incanato y la religin autoctonaza. La calda de_
mogrfica- acusa porcentajes diferentes de
-una
regin a otra, pero
en tr-
mrnos globales promediados, decreci la poblaci del reino
jcaico
enure
los aos 1.539 y 1590 de 8 (o
10) millones de habitantes hasta 1,S millo_
nes/v, es decir, con un porcentaje mnimo de 84vo; con razn podia
recla-
mar Las casas contra la "destruccin
de las Indiasl'. 1," mortatida--arect*-
ba ms a los hombres_ q'ge a las mujeres, de modo qn" ."
"t.onit""r, comunidades, c-omo la de.los chupac-os en 1562, donde por 100 mujeres, se
encontraban solo 56 hombres, y eir el grupo de dad de
's0
"or
v
"i.
.1"-
mente 34 h-ombres-por 100 mujeresso. La natalidad, a conseuencia del
soc,t psicolgico, fue bajsima hasta 1570, luego fue creciendo nueva-
mente, primero lentamente, y a fines del siglo conhs rapidez
81.
Cuadro 23a. Poblacin India en Arica (a) y Tarapac
segn los Censos Coloniales
1591
1615
1757
1789
L792
1795
1812
TYibutarios Poblacin
Total India
Total
1.406 (5.680)
1.758 ?.r07
Poblacin Poblacin
India India
Arica Tarapac
(3.e76) (1.704)
(4.975) (2.L32)
(8.859) (3.7e6) 3. 116
4.L79
(12.655)
16.973
18.276
18.283
20.580
10.64e G) 6.324 G)
12.870
(b)
5.406 G)
12.815
L4.492
5.468
5.088
(a)
AriS:
incluye. Tarata,_Sama, Ilibaya, Ilo y Tacna, en territorio peruano, y Lluta y
Codpa en tcritorio chileno.
(b) Entre Arica y.Tara?3c (l?89-l?92) hubo cambio de lfmites en Ia dietrita censales,
o bien migracin de india de Tarapac a Arica.
t754
1774
1789
l ?95
18l 2
94.243 4tO l.4l r
103.372 455.955
611.4.n
6118.606
712.494
77.
78.
79.
80,
81.
N. Wachtcl, 1971, pp. 14&149: "Lee cauag de la d population'.
Ibid., p. 152.
Ibitl., p. 140; p. r52.
Para^pirmidee demogrcas y grficas sobre los aoe l53Gl6o0, ver N. wachtel, l9?1, pp.
333-347.
N. Wachtel, 1971, pp. l4+t48.
L54
155
Los datos censales de la Colonia no siempre son comparables, y, a
veces, muy globales. Sin embargo, se pudo componer el Cuadro 23a,que
indica la evolucin demogrfica de los indiosg2,
Y
4 modo de proyeccin el
Grfico V. Desde la conquista hasta fines del siglo XVI,
-
hubo una
declinacin demogtfica que no podemos precisar para la antigua
provincia de Tarapac en particular' pero que en la zona de la actual
provincia de Tarapac considerada en el estudio de Larran, 1975, era de
20,4Vo entre los aos 1540
(con un total de unos 5.600 indios) y 1578 (con
unos 4.460 indios)83. Es de suponer que en los aos de la conquista
(1534-1540) y los aos del ltimo cuarto del siglo (au1lu9 e-n.g1a{o
inferior) se aya mostrado tambin un descenso poblacional global de
indios.
Estos escasos datos demuestran que despus del impacto de la
conquista hubo una gran declinacin de la poblacin indgena, que en el
sigt XVI pudo habercanzado un307o, con tasas decrecientes hacia fines
dJ siglo, pra mantenerse a un nivel estacionario o con leve crecimiento en
el s'XVIL y aumentar con tasas crecientes- en el siglo XVIII,
partiularmente
-en
la segunda mitad, y hasta el fin de la Colonia. La
poblacin no india, preominantemente mestizos y negros (zambos,
mulatos) y espaoles, que vfan en su mayora en Pica, Tarapac y
Huantajaya
(siglo )ffIII), aument en los mismos siglos, hasta alcllzar en
1?92 un tal d; 2.502 person as (46,3Vo de la poblacin india y 3I,6Vo de \a
poblacin total). El mayor aumento de elte segto1-noblacional se ha sto,
urante el ciclo argenlfero, en los pueblos de Huantajaya y Tarapac,
como sabemos de otras fuentes.
Cuando nos preguntamos por el desarrollo demogrfico local en las
doctrinas de SiSay y Camia" los datos censales son mucho menos
completos y ms cntrdictorios, debido tal ve3 a_migraciones estacionales
(transhum-ancia) o peridicas (por sequfas) de la p-oblryi-ol y-
"
la poca
precisin de los cenios en lugares tan aislados -
salvedad hech_a para el
censo general de L792. Para obtener aquf una informacin fidedigna, fue
necesaio recurrir a los registros parroquiales de la poca. Co-n los
registros de defunciones d Camia y Sib-aya hemos calculado los
prmedios de da entre 1650 y 1900, separadamente en perodos
-de
50
osEa. A continuacin contamos los bautizados por ao calendrico,
g2.
En este cuadro, basado en datos segrln vollmer (1967 : 255-291) y Dagnino (1909 : 202),
algunos datos an sido completadm con es,timaciones: la poblacin.de Tarapac- y Arica,
15."gt, fue calculada a partir de los 1406 tributarios, y con base de 4,04 que es la relacin
poblciOnltributarios vilida en 1615. La
@laci_n
de l?5? fue calculada en forma similar,
Lto
"ott
base 4.06, que es la relacin de 1789. La especicacin de loe india de Arica y
tarapac en fSOt,-tbfs y 1757, fue calculada a partir de la relacin ente lm indioa de
ambs provinciae en los aos L192, 1795 y 1812, que era de Aricallarapac de 70/30'
83. Lanafn basa su estudio sobre documentm editada por Barriga (1939; 19'10), que se
refieren a territoos al reste de la lfnea disoria de aguas (y en consecuenoa no
comprenden lae comunidades de Isluga y cariquima); sus totales de poblacin comprenden
a la'antigua proncia de Tarapac aumentada con los valles de Codpa, Azapa y Lluta' Por
esm moosists rer:ltados no pueden emralmarte con lm del Cudro 21.
84.
promeilio
de da en las doctrinas de Camia y Sibaya segrln los registra de defunciones
(1650-1900):
suponiendo que los registros
lautismales
representan con suficiente
precisin el total de nacimientos8s.
por
la multipiicacin del nmero anual
de nacimientos con el nmero de aos de esperanz" " por
"ada
fflS^_q,j?-Ttre
calcular el nmero de habitantes de estas oit ir,* y
bosqueJar la curva demogrtca resultante (ver
Grficos III y IV).
-ur
anlisis rpido de las curvas demogrficas " .. doctrinas
senata:
1.
Que. la poblacin en ambas parro_quias, hasta fines del siglo XVII,
estaba a un nivel estacionario d un-total de aproximJdamente
1.200 habitantes,que aument en el siglo xvIII cori o. .t".i"r'u",
hasta alcanzar un total de + s.g00 hbitantes; que el crecimiento
sigui con tasas decrecientes hasta mediados dei sliglo )(DL onde el
nivel qued estancado con un toal de aproximdam ik" +.zso
\*i!"3t1:t.gara
decrecer con tasas crecientLs
""
l" ."guJa mitad
del slglo xIX hasta un total de aproximadamente 3.05 habitantes
en.1900, y sugiriendo una continuacin en el decrecimiento en el
siglo )Q(.
2.
Que, e1
.gr31de
lneas, las curvas tienen el mismo perfil de la
curva global de Tarapac colonial (ver
Grfico V).
3.
Que las tasas de crecimiento de camia entre 1650 y lg50 son casi
!199]"
d",lqullas de Sibaya; el cre-cimienro ms l'ento de Sibuy"
p_odra explicarse por la cercana del pueblo de Tarapac con su
dinamismo minero en el siglo xvIII'y su fuerza de
-atrl"cion
demogrfica sobre la quebrad de Sibaya.
La confiabilidad de
p,sta
investigacin de achivos no cabe duda y,
ld:T,.rl
se confirma por los resultad-os der censo g".r"."i "-iigz,
"r
-.
detailado y conable de todos los censos colonialei, que acusa en ese ao
para.sibaya
1.062 habitantes, y para cami^,' i.+}g. Estos
-totales
coinciden-c_asi p-erfectamente
con ra curva de regresin h;;;d" L., ro.
Lirancos^ur y IV. Estos y otros detalles de ese censo se indican en el
Uuadro 24, que sen analizados ms adelante.
3.2.3. La estructura de la familia
La estructura de la familia tuvo, durante la Colonia, un primer
impacto desorganizador, que afectaba ms que nada a la familia extensa
'poltica'. Las rel,aciones sociales y polticas entre los ayllus de una
comunidad, concebidas como relaciones de familia extensa, siendo todos
sus miembros descendientes de los mismos fundadores de la marka cwa
memoria siempre era, y es, va, estas relaciones sufrieron considerabie-
mente por la desorganizacin poltica de la comunidad, la atomizacin de
stts ayllus y la prdida de prestigio y autoridad de los caciques mayores,
que tenan papel de 'padre polico' en la comunidad. En los cntros
espaoles - Pi_ca, Tarapac, y en grado mucho menor, Camia y Sibaya -
este impacto fue ms fuerte, porque el mestizaje y la introduccin de los
'pardos' cre grupos populares que no pertenecan al ayllu. La sancin
social de la tica tradicional india no les afectaba. El indio yana
-
asalariado sin tierra -
lam-biq
dejaba de pertenecer al ayllu y se agieg en
la temprana Colonia a la familia del hacendado, pero sia er unalelcin
no duradera y los yanacona se transfonnaron luego en un proletariado
errante. El indio fue por primera vez confrontado con un nuevo modo de
existencia social y econmica, fuera de las tadicionales relaciones
familiares d.el ayllu. Todo esto aflojaba la inquebrantable cohesin de las
antiguas estructuras sociales y de parentesco.
Pero la estructura de la familia nuclear misma fue debilitada en los
oasis y_valles bajos. El libertinaje de los espaoles desde la conquista
(fuera de su familia de tica estricta) y el subsiguiente mestizaje fue el
primer ataque, ya que los mestizos fueron rechazados por el grupo tnico
paterno, la sociedad espaola, y ellos mismos rechazaban a su vezel grupo
tnico matemo, la sociedad india, quedndose con el trauma det
'huchb',
el sin familia, muy sentido en Amrica Latina hasta hoy a.
Entre 1690 y 1760, apenas 70 aos, el mestizaje avanz rpidamente:
la relacin indioVblancos cambi d,e 77,9/5,3 a 34,g/L4,2; y la relacin
indios puros/indios de sangTe mixta (=
zambos y meszos) cambi en el
Sibaya
19, 11 am
19,79
22, 62
20,42
20, 6r
86. Aunque.estae doctrinas fueron fundadas alrededor del ao 1600, no era aconseiable tornar
en cunta los am 1600-1650, polc3"
q dudoso que totta ra pobrcio" rr"v"
"i,i'ri"""rr.,
en nacimiento v muerte, por el doctrinero
"n
Lt' fr"e .i.g"rr";;';-i;;';"qrr".
Adems, son nu-meroso" lbivacfos en tou regstro" aurunte estos ao6. Lo6 ao6 Do6tnores
a 1900 tampso fueron tomado en cuenta, por motivo de rm mltipl *,,,*-t-rl"lo
y organizatorios ocurridoe desde entonces en Ia organizacio" *1""r"i1" a" il;.g";;.
1650-1700
t70r-r750
1751-r800
1801- 1850
l 85r-r900
Cami a
20,05 aos
19, 81
22, t 6
22,O9
21, 93
Cuadro 24: Datos Censales de la Provincia deTarapac, l7*2
Pica Tarapac, Sibaya Camia Total Tarapac
Religiosos
Espaoles
Indios
Mestizos
Pardos
Esclavos
4
285
7.5I7
350
368
IT7
2.641
3
193
664
612
160
134
L. 766
2
1. 060
3
31
2.165
238
a
2
2.439
T2
509
5. 406
1. 200
528
253
7. 908 1.062
E-
156
t o f
Grfico fV:
Doctrina de Sibaya
Desarrollo Demogrfico
1650-1900
006r
098 r
008r
0sI
00r
OE9I
I
6
4
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r
: : : : : : - : - : l
159
158
Grfico III:
Doctrina de Camia
Desarrollo Demogr.fi co
1650-1900
00 6r
0E8r
008i
09 Ll
00r
OE9I
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Grfico V:
Poblacin India en Tarapac y Proyeccin Poblacin Total
(Colonia)
Basado en los Censos
(e66,rl \
(eeogfc
o
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098r -
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+9I 9I -
009r _
+T69I -
o o o o' o o o o
oooooooo
oooooooo
r - \ or l
099 r -
0t 9r _
0e9T-
160
161
mi smoempode?7, 9/ 13, 3a- 34, 9/ 38, 2, esdeci r - , l os. i ndi ospur os
ii;;;"J".;;
la estructuia famitiar lradici-onal
y en el ovlly), que en 1690
"""ar-todulri"
una mayora seis veces superior a sus mestizados, eran en
1760 ya menores en nmero que stos.(vese Grfico VI)' En este grfico
se observa tambin q""-I".tit" el medio siglo de gran dinamismo nihero
;; H;;;hj;t i ot ti-n an, los nacimientoJ de sangre
T-iI"?,-""
E/1eruL
aumentaron d e !9,8Vo a 50,9Vo
(ver c\adro 29 y Grt\co VI)"". !,as,umones
l$;;.
tl;,
nacimientos de'madres solteras, que vemos concentrados en el
p""iJ" f"t"p".a iver
Cuadro 26), siempre-han sido en el grupo mestizo
muv altos.
"r,
.o-p""..in con los indl^os
(cf. cuadro 27). En esto, el
-"iir"-tiri"io
"l
j".nplo paterno, pero con la diferencia que el primero no
;;e;;';" tamltia tegt .ott pot"t ticas muv gqlfcta'
como lo haca
l espaol, ante y por sobre de su conducta sexual lrbre fuela det nogar.
i* J."lJf*"r ," itr"jo en las guaneras de la costa y, en el siglo XVIII,
;;;-;i""s de Huantjaya, costituan otrg ataque la tica y a la
."fr""iO"- " la familia i"iiia como concluimo de las repetidas
irrrt rr..ior". de los visitadores eclesisticos de la poca8?. E-ntre los indios
de Tarapac-centro, se observa un-porcentaje rns elevado de nacimientos
; ;;; solteras,'que entre aqueilog d9
los
a-nel9s y Sibaya
(Cuadro 27)'
p*"-t"r-i"*, la siiuacin
"o.i"l
y la falta de libertad elemental de los
;*l;;i;;t;s), favoreci entre eilos
:
y entre sus descendientes libes -
,rrr" ti." f"iliai menos Lstricta, que por resultado alsimas cifras de
"".irri""t"r
de madres solter'(Cuadro 27). Estas cifras son altas
-Ui" entre los espaoles, pero al parecer ms bien por la razn de la
f.il;;; o"i"to. 1 matnionio en este grupo elitario tan reducido en
una
provincia tan aislada.
-^'1Tj;;;;;;-i,
con su
'criadero
de esclavos', el impacto de la
""on-?"
.oto"irt sobre la structura de la familia nuclear era ms fuerte
a,n. trasta alcanzar 70vo de nacimientos ilegtimos en el siglo xvIII
(Woimald Cruz, 1970 : 157-160).
'
i"." enhner los Cuadros 24-2988, vale saber-que en el pueblo de
Tarapaca v en Huantajaya-Iquique,
estaban endo casi la totlidad de
l.? lipn,l*
-d;l;
d"l,;'ina, v'de'
los^ mestizos, esclavos,
lecrys
libres'
mulatls, zambos, cuarteronel, etc',8e' En los anexos de Tarapac'
-
Hemos agregudo la divisin racial segn los datos censales de 1792' no tanto para
;;il;sJll,-ii9.'"-r.tn..c""J"*ii1T:'11^t:t*!T":,:1fl S".^*l"r:""Y:*'
fii};;"ij""; i?r;;#;d;;-;;il;";
casi ros mismm), sino.iomoforma de contml'
$;;"b;.;; J"i"'ti*.n"i
qu" en i?92 muchos espaoles se han ido (por el trmino
;; i;;"ilt"idres mineras). ituiu,
ou""*"mc tambin el efecto del mayor cecimiento
""g"Ltiiir
" 1." indios, que hemos sto alcanza su auge en estos am)'
Cf., por ejemplo, la visita de 1680 en la Doclrina de Tarapac' que prohibe
-:-"-
pil1d"
'"*otno.tiOn riayor' que salgan mujeres a las faenas de la costa, aunque sean
!98- T]s-T""
ftl:"r]""""" o t..-unt"' ,Ci"h. Iq. obisp' Libro TAR: Inventarios v
varios' 16t16-1761' F
35-V.
Lm pefodos indiedos son uniilades temporal-c en que encontramos anotaciones
il3*ii""-"""r";G;
".
tos r"gi$os bautismales; en ios otros- perlodos. suelen ser
il;;;;k;r* i;;-i'ni"u"ion"" a" ori-gen, sucin familiar y/o racial del bautizado.
l,m inios libres vivrendo en el pueblo ile Tarapac
.eran
pocc y. solfan adaptamc
;;"i;;;";;; u";"frolo"', es ilecii mesrizos, arln ii tenlan sanere india pura' Los indios
rni!yos aiaban
"o*o
u"t *""]i];;j;;t Ln la costa, y' en l segunda mitad del eiglo
fivl,
""
frU"i1"", situado en la deeembocadura de la quebrada de Tarapac'
oncontramos durante toda la colonia, y
lasta
mediados del siglo XIX, casi
exclusivamente indios, como tambin en Sibaya.
La composicin acial de los bautizados en la matriz de sibava fue
como se indjca en el cuadro siguiente:
Los anexos de sibaya y su sector cordillerano
- que ni siquiera tena
capillas - eran tambin territorio indio.
De esta investigacin de los registros bautismales, concluimos que
el
centro de la sociedad epaola era tambin el foco del mestizaje y'de la
desintegracin de la familia tanto extensa como nuclear. Estr l.r""
seguir, despus de la Colonia, cuando, en el ciclo salitero. la
desintegracin de la familia nuclear alcanza Sibaya y sus anexos (ver
Cuadro 28).
Cuadro 25: Composicin Racial de los Bautizados en la
Nlaffiz de Sibaya en el Siglo XVIII
Indios Mestizos y negros Espaoles Total
L735 - 1765 97.3Vo 1.0Vo 1.7Vo L00.0Va
1767 - 1785 98.2Vo 0.8Vo t.jVa I00.0Vo
Cuadro 26: Nacimientos de Madres Solteras en Tarapac,
Sibaya y Anexos (1685-tZ8S)
Tarapac Matriz Tarapac Anexos Sibaya con Anexos
(a)
ft)
1685 - 1698
r742 - 7747
1759 - 1768
L775 - 1785
22.!Vo
L7.3Vo
37.7Vo
37.IVo
3.}Va
2.8Vo
5.4Vo
9.6Vo
4.0Vo
5.2Vo
8.j Vo
(a)
(b)
Los anexos son: Coscaya, Guaa, Mamia, Macaya y
Noasa.
Los anexos son: Limaczia, Sotoca, Mocha, Pachica.
L62
163
Cuadro 27:
Tarapac
nxatrix.
Negras
(a) EsP. Mest.Indios
1?59 - 1768 47.L 35.0 27.L 7.6
1775 - 1785 47.6 25.0 28.9 L2.2
Nacimientos de Madres Solteras segn Castas
(en Vo) en TaraPac, SibaYa Y
Anexos
(1759-1985)
Aneros de Sibayay
Tarapacd Anexos
Indios
5. 4
9. 6
Indios
5. 2
8. 0
(a) Incluye: esclavos, negros libres
(pardos), mulatos, zambos y
cuarterones.
Cuadro 28: Nacirniento de Madres Soltera en Sibaya con
Anexos en 7o del Total de Nacimientos
(r74%1907)
L742 - L747 4.0Vo 1849 - 1858
27.9
1759 - 1768 5.2Vo 1886 - 1870
43.0
1775 - 1785 8.07o 1880 - 1881
22'8
1839 - 1848 2l.8Vo 189?- 1907
r7.7
Cuadro 29: Mestizqie de San Lorenzo de Tarapac y Anexos
(1685-1768) (cf. Grfico)
I
(168S1698)
Espaoles 5.3
Negms
(a) 3.5
Zambos 3.4
Mestizos 9.9
Indi os 77.9
(a):Incluye: negros
r uI VV
(1?1&1?38) (1759-1768) Censo de 1?92
7. 9 r4. 2 11. 1
4.7 r2.7 16.7
8. 5 18. 3
16. 1 19. 9 34. 7
62.8 34.9 37.5
I
(170&1710)
o. o
L. 7
7. 1
11. 0
74. 6
i
100.0 100. 0 100. 0 100. 0 100. 0
esclavos y mulatos y
(Datos obtenidos en los registros bautismales de la Iglesia de San
Lorenzo de Tarapac, Arch. Obisp. Iqq.)
,_
Grco Vr:
qT._ECIENTE
MESTTZAJE
EN SANLORENZO
DE
TARAPACA y
sus aNrxos
A o-rs- r-zal"'
3.2.4. La estructura religiosa
La organizacin de la administracin eclesistica sigue en grandes
rasgos las articulaciones de la administracin ciI. En 1534 se fund en
Cuzco la primera dicesis del Peni; en 1539 sigui Lima, que seis aos
despus fue elevada al rango de arquidicesis; en 1552 fue creada la
dicesis de Charcas (elevada a arquidicesis en 1609), desde donde fue
administrado el desierto de Atacama al sur del ro Loas. A partir de 1614,
Arica y Tarapac fueron administradas desde la nueva dicesis de
Arequipa. Las Doctrinas de Sibaya y'Camia, sin embargo, fueron
fundadas unos aos antes, probablemente desde la arquidicesis de Lima.
Las actas y las fechas de fundacin se han perdido en los archivos. Ambas
doctrinas no eran muy solicitadas por los religiosos por motivo de sus
escasos ingresos y su ubicacin aislada. De all que los registros
parroquiales demuestran muchas vacantes y alta frecuencia de cambios de
doctrineroel. La doctrina de Codpa, al contrario, fundada en 1668, tuvo
inmediatamente dos grandes conventos, y la de Arica, fundada en 1680,
contaba con nueve sacerdotes y tres comunidades de religiosose2. Las
doctrinas de Tarapac y Pica fueron creadas en 1614 y 1608
respectivamente, y ofrecan un ingreso superior a su doctrinero. Las
doctrinas de Sibaya y Camia contaban cada una con varios anexos, o
ce-parroquias, que eran administradas tambin por el mismo doctrinero
titular, que a estos efectos deba emprender una vez al ao un aje de
servicio a cada uno de sus anexos. De hecho, estas ce-parroquias no
tueron su sita anual sino en forma muy irregular.
En un estudio de Don Antonio O'Brien, primer gobernador subdelegado
de la proncia de Tarapac" se leen los lmites de estas cuatro doctrinas, y
cules eran sus anexos en el siglo XVIII. Tarapac contaba con los anexos
de Huarazia, Tiamia" Iquinca, Parca, Macaya y Maza; adems,
Huantajaya e Iquique. La doctrina de Camia atenda los anexos de Chia-
pa, Sotoca, Miimii, Cara y Pisagua. La doctrina de Sibaya atenda los
anexos de Limaczia, Llsmagama, Sipiza, Mocha, Guasquia y Pachica.
La doctrina de Pica, finalmente, comprenda Matilla, Chiapana, Guatacon-
do, Caputra, Binguintipa, Mio,
Quillagua,
Ujina y Purificacine3. La dis-
continuidad territorial de las parroquias, observada hasta entonces, se ex-
plica a partir de las distintas 'islas' que conformaban el conjunto
90. Cf. J.M. Casassas, 1968, pp. 19-20; C. Hri ng, 1972, p. 101.
91. A. Wormal d (1972:228) di ce, ci tando, que 6tas datri nas' eran serui das sl o por Di os, ya
que no daba ni para mal comer al ms sacrifrcado y frugal de los frailes". Las vacantee eran
a veces de varim aos seguidm, como en la dmtrina de Sibaya, donde la vacante 8e
extendi del 13 de abril de 1712 hasta el 12 de febrero de 7777
,
por lo que las Cajas Reales
tueron un ingrco extra de 1.306 pesm (Dagaino, 1909 : 204-205). Sin embargo, el ingroo
anual del cura de Sibaya se componla adems de lc $ 265 anualc por el "Sfnodo", de
muchos otros rubm: etipendio de misa, jzrmtolae
Wr
los sacamentm administrados; y
aportes al culto festivo por parte de las cofradfas; en total, apromadamente, $ 1.000
anuals, ademe de los senicios de comestibles qte los kuraku le hacfan llegar y de los
mitayos que trabajaban el huerto del cum.
92. Cf. Wormal d , 1972, p.228.
93. Cf. O. Berm<iez, 1975, p. f6.
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Espao1e
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-
aa
NOTA:
Hema agregado la disin racial_segn
Im datos censales,de lZg2,.no
+,anto
para prolongar la llnea del tiempo (la nacidos n l?68-fil;"
"i
d;i'Tra
pobracion de mayores censada en 1792; o sea: son casi los mismos), sino como iorma de control. Como pri_ncipal diferenoa, constatamo. que en lz92 muchoe'espaor";
""
h";i
tpo" el trmino de ras actidades mrneras)' Tal vez observamos tambiin ;a;;t a;ayor crecimiento vegetativo de los i ndfgenas que,_sabemos,
al canza en estoa ao6 6u ause.
(Degun dabs obtenidos de lc Rqlistros Bautismalsie
la Iglesia de Tarapac)
Ol
a-
f-\
164
165
-
pre-incaico del 'archipilago
vertical' situado alrededor dela marka central
de una etnia (vese
mapa V ).
Las doctrinas de sibaya y camia no contaban sino con un solo
religiosoea, pero su personal comprenda tambin un sacristn para la
parroquia y^ para_cada anexo que, en ausencia del doctrinero, dii-iga el
culto y los funerales, y adminiJtraba los bautismos de emergecia; uno o
dos cantores,
-encargados
de la msica litrgica, y autorizads en aso de
ausencia del doctrinero y del sacristn - o delncapacidad de este ltimo - a
cumplir las mismas funciones del sacrislln; algunos mayordomos (no ms
de cuatro), que administraban el culto del- santo plt.orro. y
'an
lo
.cgte.aban _parcialmente;
y, finalmente, un fabriquer,
".,."igdo
d" la
Tbrica':. la, responsabilidad materjal de los'edificios (mplos)
e
inventarios de la doctrina. T9{o este equipo, como tambin el docirinero,
tenia
{eecJlo
a un (peq"eo)
ingreso gen-erado en el diezmo, la dcim
parte del q!"9 que, en el caso de
Qamia
y sibaya
- como ya estr dicho -
era escasoes. En la org.anizacin.fiiie estas parroquias d indios, cabe
mencionar las
'cofraas',
hermandades de d-evotos a uno de los santos
patronos, que respondan a los sectores sociales-geogrficos de la doctrina
pltlus.o.sayasl y._que
_tenan
por tarea costear la parte litrgica de la
fiesta- del patrn (de
ello sac el cura gran parte
-de
su ingeso). Las
cofradas posean chacras, gu9 lo miembrs traLajaban, produclndose as
un ingreso para los gastos de la fiesta (cf.
Golte, fSZS : fS).
La- principal actidad- pastoral o,litrgica del doctrinero, c.q. su
reemplaz_ante, era: l) la celebracin de las fiestas del calendario ilt ifgi"o.
La ms llamativa era siempre la fiesta patronal, que se transiomj en la
fiesta del
.pueblo
-o
ayllu,
_
En segundo'lugar, l
^semana
Santa. Mayor
realce tenan tambin la Nadad, Pentecosts y Todos los santoss. 2) La
celebracin de la misa dominical con sermn y las instrucciones de la
doctrina en los das mircoles y ernese7.
g)
La administracin de los
sacramentos de bautismo y matrimonio, que suceda en los anexos con la
sita anual de las fiestas patronales y n la matriz oportunamente al
solicitarse el sercio. 4) Y el sacramento de la confirmacin por el
sitador eclesiistico de Arequipa, que se presentaba con intervalor " ro
hasta 40 aos. 5) Atenci e ]s funrales y entierros eclesisticos,
aunque stos nunca fueron ms del 60vo d,e las defunciones en general
pesar-de la insistencia de los curass. La estructura religiosa iutoctona
formaba un contra-sistema en la clandestinidad, camufldo .on formas
94. Administrativalentg, habfa.cabida para
{o.s leligioem
en sibaya y para tres en camia,
pero por el reduci^do_in_greso g: e-stT_'beneficios' quedaba siempre uno de ellos (y a vces dos
o tres) vacante (cf. Vollmer, 1967 : 25S).
96. Abundantes datos sobre la existencia, el ingreso y las actidades de ese equipo del personal
de la doctrina ae encuentran en loe antigu regihos parroquiales ae siua'ya y Caniina.
96. Navidad - como esta de p-astores y del_floreo del ganado - yTodos loe Santc como festejo
de lc'antepasadm respondfan a la tradiciones au-tctonas, que bajo estos tftuloe cristiano6
eran celebradae con gran inters por parte de los indlgenas,'arln in la asistena el cura
(cf. Arti agada (f618), f968: 197).
97. A menudo los curas descuidaban su obligacin en la doctrinacin.
98. l,a.explicacin de esta resistncia. es que loe sacramentos de bautismo y matrimonio
fcilmente podlan agregarse a la ritos atctonos, pero no asl los entierros ue hablan de
166
t 67
cristianas o encubierto en los refugios. I'os kurakas y los encargados
especializados (curanderos, adivinos, confesores, encargados de huacos)
(cf. Arriagada (1621), 1968 : 205-209), cumplan sus antiguas funciones
religiosas segn su propio calendario, a favor del ganado y las chacras, y
dirigidas a las dinidades autoctonas (Arriagada, o.c., : 209-218). Para el
ritual pblico y colectivo se buscaban el camuflaje cristiano, haciendo
coincidir estas celebraciones con fechas del calendario cristiano: Corpus
Cristi, Pentecosts, Nadad, Carnaval y Cruz de Mayo, Todos los Santos,
y las fiestas de la Virgen (cf. Arriagada, o.c., : 223-224). Las prcticas
autctonas privadas las realizaban curanderos, brujos, confesores o jefes
de familia, y stas correspondan a: ritos de pasaje, enfermedad y muerte,
construccin, y otras eventualidades crfticas. Exista toda una contra-
religin secreta. Los indlgenas no buscaban tanto rechazar la religin ofi-
cial, impuesta, sino respetarlq y en caso de obligacin, combinarla con su
propia religin donde era posible (cf. Arriagada, o.c., :224). La intransi-
gencia de los extirpadores de idolatrfas con la destruccin de las huacas
les obligaba a renunciar a sus actidades, dejando un verdadero trauma
(cf. Arriagada, o.c., :220:,231).
Tanto los ministros de la religin oficial como los de la autctona
gozaban de gran respeto de pa.rte del indfgena. Las quejas contra los
curas, sobre cuyo poder espiritual no haba dudas, se referan a los
aranceles, los sercios personales y los beneficios que pedtan a los
indgenas. Los sitadores eclesisticos en Sibaya y Tarapac tueron que
corregir en varias oportunidades, durante el siglo XVIII, la codicia de los
curas. l,os escasos ingresos y la deficiente administracin pastoral - a
menudo interrumpida - de ambas doctrinas, permitieron que la religin
autctona pudiera persistir en la zona, particularmente en los niveles
cordilleranos adyacentes (Isluga y Cariquima), aunque no en forma
abierta y franca, pero sf disimulada en casi todos sus aspectos y
expresiones ceremoniales. En su carta pastoral de 1649, el Arzobispo
Villagmez de Arequipa" estimaba necesao destmir las mltiples huacas
y sepulcros de gentes que persistan en estas doctrinas
(cf. Duols, 1971 :
L64).Laidolatra y las 'costumbres' persisfan. La agrupacin de los indios
en las reducciones que orden el Virrey Toledo (1576) para facilitar el
control administrativo y la erradicacin de idolatras, fue un fracaso
rotundo en Tarapacri por la ndole misma del medio ambiente ecolgico y
la ubicacin aislada con respecto a los centros administrativos.
Los elementos hispano-cristianos
(como bautismo, culto de los santos,
etc.), fueron simplemente agregados al culto autctono, sin reemplazarlo, y
reinterpretados en trminos del patrn autctono.
Merece hacerse notar que la comunidad de Cariquima con sus oyllus
cordilleranos, ubicados al este de la disoria de aguas, no fue nunca
dividida in situ por los curas de Sibaya o Camia
(y lo mismo vale para la
comunidad de Isluga). Sin embargo, una fraccin reducida de los indios de
Cariquima se acercaba a la doctrina de Sibaya (y otros pocos a Camia,
ser en el ayllu o campo de origen (cf. Arriagada (1618), 1968: f99-202). Las distancias eran
fcil argumento para el que querla eludir lb obligacin del entiem en el cementeno
eclesistico.
f*:lt:ryryTgin
las vinculaciones que el-aytl de cada cual tena por
oerecno de costo - pastos,d.e inerno
- y las relaciones de trueque y
oportunamente de intercambio matrimonil con tal o cual ayllu- de la
quebrada de Sibaya o d: Camia; vese el Cuadro 27a). Atinrrto"
"."o"
de atencin pastoral observamos la existencia de reiaciones sociales (de
matrimonio, padrinazgo, etc.) que Cariquima (e Isluga) tenan con
comunidades
-y
ayllus ms al Est'e: Llica, Sabaya), y;;E;". .;;;,
"",
conclusin de inters geopoltico: qu; estas comunidades estaban
orientadas fundamentalmente
hacia un centro social, p"liii."
v
,Jigio"o
en el
-Altiplano,
hacia carangas en el Este, y que tenan
'relaciones
secundarias establecidas con ayilus de la
precordiilea
"" "i
o..i""t",
ubicados en. las quebradas
-
de Sibaya, Coscaya y Cr-iii.- a"i,
:n:1r1T"_lte,.y,
en, particular duranre
-su
estadra invrnal
",
l
"onu,
pooran ser atendrdos los pastores de Cariquima por el cura de Sibaya, c.q.
Camiaee.
39.5. Conclusin
La erosin de la autoridad autoctona no haba avanzado tanto en los
ayllus aislados. La cosmovisin autoctona, rtualmente reestablecida del
impacto de la conquista, y la capacidad de control del meo ecolgico en
base a sus conocimientos y tecnologra tradicionales, eran sus mayores
recursos morales para mantenerse en esas condiciones econmicas
desmedradas. Los momientos indigenistas y levantamientos fueron la
prueba de una conciencia cultural y tnica y de una capacidad de
desplegar acciones pan-aymaras y pan-andinas bajo un liderazgo propio.
La poblacin indgena creci en las primeras dcadas del siglo XVIII hasta
niveles no alcanzados antes. En sus regiones de refugio, la comunidad
armar dispona todavra de los recursos morales para superarse del
impacto de la Colonia, si la Repblica les hubiese dado la oportunidad.
buscar apoyo en Tarapac; ganndme el pleito, estos te-rrenos fueron coneiderados
posteriormente cono perteneciente a la provincia de Tarapac (cf. Larraln, 1974 : 138-139; Paz
Soldn, 1878 :24-34). Sin embargo, las vinrulaciones culturales, religimas y socio-polfticas
entre Cariquima y el Altiplano boliviano, subsistieron, habiendo sido el inters de los de
Cariquima solamente el accco a ms tmno de pastoreo dentrc de lo que se considerarfa una
mmunidad mayor (o etnia) de Llica. Por otra part, loe caciques de Chiapa, Isluga y Tarapac
disponlan en 1810 tambin de documentoe a su nombre que reconosfan segrln cdulas reales del
16 de Noembre de 1614 su derechos (probablemente no exclusivos) de yabaje en 6a zona.
Cuadro 30. Deeplazam,ie_nto- Eetacional de los Ayllus de
paetoree
de la
Comunidad de Cariqui_ma
Se trasl adan desde Para el costeo hasta Para la agricultura hasta
Quebec
Ancuaque
Cul tane
Sibaya
Qui uta
Si baya
Qui uta
Chijo
Panavinto
Sibaya
Qui uta
Cultane
ri ma
Cancosa
Coscaya
Poroma
Coscaya
Poroma
Cancosa
Mami a
Parca
Mami a
Parca
Quebec Chuzmi sa
Chi apa
Chuzmi sa
Chi apa
Ancovinto
Chul l uncane
Vi l l abl anca
99' En apoy-o a esto, mencionaremm el mapa que A. Beltrn (lggb) hiciera como resultado de
su expedi ci n por enereo der Mi ni stro chi reno der Interi or. En .!" ."f, ngrrr" c"i q"i *
e Isluga en trrirorio bo-riviano,
v
pasa ra r."t*'-a'""" ;;'i;i;':ii,?i'"ii'r-i-".
El.autor del.mapa insiste: "El resultao ms
"onto
d. nuestrc trabajos e el mapa... sin
entrar por ahora en comprob.acio,nes, nos anticipamo"
" "fi;";;;;-;;i";y ";;i';;p,
q""
hemos formado ningrln etaile de fntasfa,
"i;;;l-g"""
que deje de star jusrificado y
cuyo grado de precisin
no est deerminado por-er origeg q""
"unui"'*.,,
(0. u,
Introduccin) Poi la presin demogrfica que"u rtu'J.-"untir en la segunda mitad del siglo
IYIII,
v
por el decrivl de la_ autri'dad
".g"r"o;d"
r*
"u.iqo"",-"-ffi"-n'rii
i""iu .
l i ti gi m a pari r de rzsz y_r810, por l a"terren . p""to"" en' Li ri -ma y i ""i qor-",
"
Isluga, con los Llica, los Tahua y otrm, brindand ra oportunidad a los interesados de
168
169
CAPITULO UI.ilI
(Continuacin)
I,AS ESTRUCTI.JRAS SOCIALES DEL
CICLO SALITRERO
(1825.
)
3.3.0. Intnoduccin
La empresa del salitre fue la que di su carcter y significado a la
economa de Tarapac en el siglo XD( y hasta 1930. Junto con la
explotacin guanera, ella fue, desde 1835, el sector ms dinmico de la
economa de Tarapac, y a partir de 1850 se transform en una empresa
de inters mundial, por la importancia estratgica del producto para la
industria belica (plvora) y para la agricultura (abono). Fue su inters
poltico lo que desencaden la guerra del Pacfico (1879-1880) y la guerra
cil de Chile (1891). Adems de esta olencia blica, se libr una larga
serie de conflictos sangrientos entre la autoridad chilena y las masas
obreras del salitre.
Queremos
explicar aqu cmo afect esta empresa, con
sus epi-fenmenos sociales, polfticos, econmicos y culturales, a la
economa autctona y a las estructuras de la sociedad indgena, tratando
de hacer un balance de este 'fabuloso episodio' en la historia econmica de
Chile, segn el punto de sa de los afectados que quedaron despus del
receso de las faenas salitreras: los indgenas de la zona.
Analizamos, primero, la estructura poltica, distinguiendo la poca
peruana de la chilena y tratando, en esta riltima, sucesivamente, de la
organizacin del Estado criollo, sus efectos sobre el sector indrgena de
Tarapac y la praxis poltica del gobierno de Santiago en este sector. En
segundo lugar, analizamos la estructura de la economa salitrera y su
impacto sobre la economa autctona, considerando, sucesivamente, la
utilizacin del trabajo indrgena y la desestructuracin final de la familia
indgena, la utilizacin de aguas y cultivos del sector indrgena y los efectos
de la economa salitrera para la comunidad ingena. Finalmente
analizamos la estructura religiosa.
177
Esquema 11
1 CORTE TRANSVERSAL
TQUTQUE
- CARTQUTMA
3.3.1. La estructura poltica de la Repblica
3.3.1.1. Los indgenas de Tarapac bqio la Repblica del
Peni (1825-1879)
El movimiento independentista, que comenz por el impulso
dinamizante de algunos sionarios, se desarroll como un momiento de
masas populares. Dos tendencias caracterizaban el movimiento (V. Alba,
1969 : 99): los criollos interesados en la independencia con respecto a
Espaa en la toma del poder poltico y la liberacin del comercio, y que
pretendan una revolucin poltica; las masas populares - indgenas,
mestizos y otros
- interesados en la abolicin de la esclatud, la igualdad
para los mestizos y la emancipacin de los indios, que ms que nada
deseaban recuperar sus tierras, y que perseguan una revolucin social.
Por la no coincidencia de los objetivos, pudo suceder que los indios, alertas
a la insaciable hambre del criollo por sus tierras, lucharan ora con los
realistas, ora con los patriotas, como lo demuestra la revolucin
Pumacahua en el sur del Per (Zegarra,1973 : 179). Las dos tendencias
entraron en oposicin abierta y permanente desde el momento en que la
independencia fue un hecho. Los criollos definieron la
'Nacin',
tomaron la
conduccin de la Repblica y supieron recomponer un status neo-colonial
indgena para el campesinado andino. Sabemos que la
'Libertad'
y la
'Igualdad'
- las normas supremas de la nueva legislacin -, el liberalismo
comercial y la no intervencin en el mecanismo de mercados, resultaron
pronto en una progresiva enajenacin de erras indgenas a favor de los
hacendados. El 'tributo
de indios', que cobraba el cacique, fue derogado,
pero pronto reapareci con el nombre de 'contribucin de indgenas' (hasta
1854) y luego como 'contribucin personal' (hasta el siglo XX). Este
impuesto anojaba en la primera mitad del siglo XD( ms del 807o de todos
los impuestos directos de la Repblical.
En la lucha por el control de los recursos humanos, la mita sobre
gracias a los obligados sercios personales gratuitos (Repblicas, faenas,
mitas y conscripcin al) (cf. Dobyns y Duaghty, 1976 : 155s.). La
anarqua y el caudillismo que reinaban en el Peni hasta mediados de
siglo, eran consecuencia no slo de la falta de experiencia administrativa
de los criollos (que bajo la administracin colonial nunca tuvieron acceso a
funciones de gobierno), sino tambin por las convulsiones que caus la
actitud cerrada de los criollos - hacendados y burguesa - que se negaban a
acompaar el cambio poltico con un cambio social equivalente, que era la
esperanza de las masas ingenas y mestizas (v. Alba, 1969 : 103). La
recomposicin del status neo-colonial para los ingenas caus una larga
serie de rebeliones de indios, locales y regionales, anti-tributarias y
reindicatorias de las tierras
perdidas.
tanto en el Per como en el
Altiplano boliviano.
l. La gravedad del privilegio fiscal latifundista en perjuicio de la comunidad indfgena, sc
apruia bien cuando se sabe que, por ejemplo, en 1847, $ 1.326.931 del tota'l de $ 1.569.084
(85%) de los impuestos recaudados, provenfan de las comunidades por razn dc
"Contribucin de Indfgenas", mientrae que sobre lae mejores tierras, ya monopolizadas por
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ing^enas de Tarapac esc_aparon g la desesperacin general que,
en Puno, Carangas y Lpez, hi2o rebelarse cntinuamnte a sus
congneres de las comunidades. Las razones eran: la temprana decadencia
de la economa de hacienda en Tarap-ac a causa del ciclo salitrero y la
explotacin g:uanera; y la oportunidad de trabajo asalariado en-las
salitreras que favoreci una corriente migratoria y que integr parte de los
migrantes indios en el proletariado minero de las laliireras2; el
aislamiento de Ias comunidades de esta proncia; su fuerza numrica
relativamente dbil; el desinters de los ladinos por sus tierras que eran
intiles para el sistema latifundista. La crisis econmica del latifundismo
costeo, aceler la descomposicin espontnea del sistema esclasta y, en
1854, la esclatud fue abolida definitivamente por su bajo rendimiento en
el sistema econmico3. En cambio, la explotacin g'uanera en la costa,
basada en una fuerza de trabajo asalariad, tom grn vuelo, concediend
pingries_ ingresos tanto
-
a los empresarios com al fisco peruano, y
formando ur proletariado temprano, que posteriormente se'vorc a r
actidad salitrera.
3.3.1.2. Los indgenas de Tarapac bqio la Repblica de
Chile (1879-
);cuadro general
Los aos de narqua que siguieron en toda Hispanoamrica a la
independencia, terminron en chil tempranamente coiros ministerios de
Portales. (f830-1837), quien logr
-reprimir,
gracias a poderes
extraordinarigs y cgn ma_no dura, el desorden. su constitucin dL 1g3s,
fundgmelto de la Repblica posterior, reflejaba fielmente la estructura
social del pas, y se ajustaba perf'ectamenie a la situacin cultural v
99o^lp.rc?
y- a
lal
necesidades de la sociedad, segrin Galdames (1g26-:
872). Limitaba el derecho a votar a los dueos de calitales o propiedades y
&*ll-l"
unos principios tericos generales de fcil aplicacin en l
Repiblica paternalista: igualdad ant la ley, igual derecio a funciones
g!^licq, derecho a peticin, libertad de prenia (onstitucin
de 1833, art.
1-12). Era un ejemplo clsico de la organizacin bien ajustada al orden
social imperante, que los criollos pretendran proteger. Estos "posean
la
tiega y controlaban todas las instituciones prouctiias de chile. Tenan el
poder de facto y lo deseaban tener tambin dejure" (Shaw,
l9B0 : tB4). La
clasg.media no exista y la clase popular, mestiza, figuraba como protegida
del Estado paternalista, comprendo como un gran latifundio.'para-los
indrgenas no haba l-ugar, salvo como candidatos a inquilinos o peones, y
como reserva laboral. Esta constitucin funcion sin-alteraciones hat
el latifundio, no pcaba sino una simblica "contribucin Rristica" (cf, J.
piel,
l9?3 : 302),
quien cita a J. Basadre: lfistoria de In Reptlblica del
per.
Estos indios emigrantes, integrados en el proletariado salitrero, fuemn llevados, en una
segunda fase (a partir de 1880) a desesperadas rebeliones mineras, que estaban ya
completamente desvinculadas del problema de las comunidadm indlgena.
"La mano de obra africana, servil, mal controlada y mal empleada, relaja su disciplina, baa
eu rendimiento e insurge contra el
rugo de la servidumbre que ya noie jwtili" (J.'pi,
1973: 301) .
189L, porque el Ejecutivo representaba claramente los intereses de estos
criollos, sean conservadores o liberales. Despus de un breve intermedio -
la presidencia de Balmaceda - fue restituida a la fuerza por mucho tiempo
ms, desafiando las tempestades proletarias con reprlsiones milibrs,
especialmente en la zona minera del Norte. El expansionismo de la
Repblica criolla del siglo XIX, era de la misma ndole feudal,
persiguiendo una ampliacin territorial e incorporacin simple de nuevas
tienas y recursos al patrimonio de la clase criolla dominanle.
Los,intereses polcosy econmicos hicieron estallar en 1879 la guerra
del Pacfico entre Chile, Peni y Boliaa, que dej la ctoria al primero.
Chile anex Antofagasta y Tarapac y ocup la proncia de Tacna y Arica,
sometindola a un proceso forzado de chilenizacin (cf. Basadre, 1974;
Palacios, 1974), mientras el triunfador de guantes blancos era Inglaterra.
A partir de 1880, creci rpidamente el poder econmico ingls en la
regin salitrera, de modo que se habl de la "northificacin" de Tarapac
(de Mr. North, que se hizo dueo de gran parte de la industria salitrera)5.
En 1889, el Presidente Balmaceda trat de nacionalizar la industria
salitrera, rompiendo con la tradicin del Estado Portaliano, y caus una
guerra civil que nuevamente tuvo al salitre como posta y premio. Balmace-
da perdi la guerra en las batallas de Huara y Pozo Almonte (1891; cf. En-
cina, XX : 85-124), de modo que se vol al Estado liberal-paternalista de
equilibrios feudales de la lite aristocrtica-burguesa criolla, esta vez
asegurada por la fuerza militar. Desde la Guerra del Pacfico, el gobierno
de Chile dispuso del m:s poderoso ejrcito en Hispanoamrica (Encina,
XVIII: 405), y lo ocup cada vez ms para salvaguardar los territorios
conquistados con sus ricos minerales, para aseg:urar el oden
poltico-social del Estado Portaliano y para reprimir peridicamente los
movimientos obreros del salitre. Se recuerdan las matanzas de Iquique
(1907), de la Oficina Galicia (1921), de La Corua (1925), etc., donde
murieron muchos miles de obreros salitreros.
La empresa salitrera, que en 1885 ya tenfa su estructura madura,
defini tambin el sistema de los grupos de poder y prestigio en Tarapac,
que se indican en el Esquema, L2. En este esquema se observan
claramente tres niveles: 1) el nivel del poder poltico y econmico
neo-colonial que dispone de los mecanismos de control jurdico, poltico,
financiero y de coaccin fisica (las Fuerzas Armadas); 2) el nivel de la
empresa capitalista neo-colonial (cuyos mximos empresarios coinciden en
parte con el primer nivel) en que estn integrados en calidad de fuerza de
Los recuerdos de la campaa de Tarapac (Encina, t. 17 : 6-100; Pinmhet, 1972: 55-190),
con batallas en las oficinas Germania y Dolores; y cn la quebrada de Tarapac, estn vos
toda!'la entre lix indfgenas, por motivo del saquco dc parte de lc soldada chilenos; en
Lirima, hay un lugar llamado rcr
los amaras: "l)ondc mat el chileno", etc.
Mr. North, ingls, uno de los barones del salitrc, quc construy un verdadero imperio
empresari al (cf. Enci na, t. 18 : 279ss.). Ef<xti vamonk:, cntre 1880 y 1895, l os i ngl eses eran
duem de ms del SOVo de los capitales invortidrx cn cl salitre; lm ferrocarri'les y los
translnrtes marltimos, la tecnologla, etr.; cn lti9l'r, cl capital salitrero era todavla en un
59,7% de nacionalidad inglea (cf. Hernndcz, lf)i|0 : 146; Blakemore, 1974 : 1L64; ste
disea el reinado de North en Tarapac).
I 74
t 75
grupos de poder
en Tarapac
tralajo asalariadoo los- indgenas, entre una mayora de operarios no
indfgenas, constituyndose as un mecanismo asimilador. En este nivel
liguran tambin los peones y arrieros al sercio de lo que funciona como
filial agrcola de Ia empresa salitrera: los agricultores mstizos y blancos y
de los oasis y valles bajos; 3) el nivel
-de
la sociedad autictona. no
incorporada, de donde salen los flujos econmicos y migratorios hacia la
empresa salitrera.
Al mismo tiempo, se observa durante la madurez del cicro saritrero- un
sistema de esbratificacin social (Esquema
lB), en que los op"..iio"
indrgenas (migrantes
estacionarios, ntes de incorprarse definitiva-
mente) ocupan- un estrato inferior a los otros operarios, quedando para el
ltimo estrato los indgenas de las comunidades.
Qu
consecuencias-tueron ppra los armaras los cambios polticos
ocurridos en- Tarapac desde-l879?lpl interi poltico que cobr Trapac,
las actidades militares y adminlslrgtivs deplegadas por el gobierno_Qq
chile, y la envergadura
-de
la gtnpie" salitrei iganiiada
"i_
i; rt"CI"
costera por una nueva lile,minera-financiera-comeicial
chilena en com-
binacin con tecnologa y capitales europeos, obligaron a las comunid.ades
ayrnaras a un nuevo retroceso, condenando su poblacin al dilema entre la
incorporacin e-n el proleariado salitiero o el r-epliegue en su refugio.cada
vez ms estrecho y estril en la Alta Montaa, si tener acceso-a otros
ecosistemas y sin libertad de momiento en los territorios
'extranjeros'
de
Bolia y Pe.
_
Se hizo senti en las comunidades, paso a
iaso,
la
imposicin de la nacionalidad chilena, la legislacin y el' conipl
administrativo de santiago:- apareci la escueri chilena y el servicio
militar obligatorio, orientados tambin hacia la instauiacin de ,la
nacionalidad, la asimilacin idiomtica y cultural y la integracin socia'l y
ecoa{qiq4-{9
Los.aruaras en el,.sistema criollo presente-en la cercana
emprgsjl_satrerai Al comps de la chileni zacin, las comunidades-
-fuqrqn
separadas t,mbin de las grandes masas a)maras del Altiplano bolivino,
con quienes form_aban
.rl.na Jrnidad
tnica, social, econmica, poltica y
cultural;.sepfla-dos
Fbjen
de sus congneres del actual sur del Per, con
quienes haban tenido relaciones muy estrechas desde el traslado de los
mitimaes b?io-el Incanato- y el_trfico ariqueo bajo la colonia; adems,
separados de la cuna de la cultura aymaia: Tiwanacu y el riiicaca.
_E
aislamiento de las comunidades ayrnaras de Tarapac s acentu por-i
poliamiqnto de la panpa salitrer_;-los puertos, c_on que perdieron todo
, acceso a la pesca_y a las islas guaneras, y se acabaron los antiguos
contactos con los changos, que, por su parte, pronto-dejaron
-de
exLtir
golqo grqlojlrl4gJ Por el traslado de las oficinas de la- administracin
pblica, de san Lorenzo de Tarapac a Iquique, la nueva capital desde
1884,. los camp_esinos y pastores- aJrmaras- quedaron ms
'alejados
y
marginados del centro regional. Esto fu un detrioro " sus
oportunidades de competir en el mercado.
Los armaras, en breve, se transformaron en una insignificante minorfa
tnicg, decreciente al tmo de la expansin de la empresa salitrera; fue un
dcrecimiento relativo y absoluto.
3.3.1.3. La legislaein indgena de Chile
Despus de la conquista chilena, ya no fue posible para los ayrnaras
vivir relativamente tranquilos en sus tierras, protegidos, como haban
estado, por la distancia hacia los centros criollos que, adems, tenan sus
problemas de inestabilidad intema. La legislacin chilena les alcanz en
su refugio. La legislacin indrgena de Chile entr en gencia en 1883
despus de una larga historia expansionista del rgimen santiaguino. La
expansin al sur respondi a los intereses de los grupos latifundistas
dos por ocupar las tierras mapuches. Despus de la'pacificacin'
(lese
anexin) de la Araucana, el legislador reconoci la existencia de la
comunidad indgena mapuche como entidad sui generis de derecho
pblico. [,os "ttulos de merced" que poseen las comunidades, reconocen su
derecho a la tiena comunal como una forma de propiedad igual El
"Juzgado de Indios" fue instaurado como una garanta ms en esta
legislacin 'proteccionista'7.La intencin de la legislacin indgena chilena
fue claramente: estimular la incorporacin y asimilacin de las minoas
tnicas, i.c. Mapuches. Lipschutz
E
explica cmo este fin se persigui por
los intentos de liquidar las tierras comunales con que se disolera la
comunidad misma.
El Juzgado de Indim: un alnrato pmtctor que en la Araucanla funciona al eervicio de la
polltica ocialista, aunque viciado por loe intereeea latifunditas (cf. Coronado, 1973).
Alejandro Lipschutz, el ms deetacado indigenista de Chile, explica que antes de la
pacificacin de la Araucanfa, la legislacin indigenista ofrecla me bien una base legal para
la ocupacin de tierras indfgenas, motivado con atgumentc de fraternidad, igualdad,
patriotismo o pmgreao (Lipechutz, 1956 :147). Deepue de 1883, el problema de los indios
ein tierras se hizo sentir me y golpeaba la puerta de la adminietracin chilena misma, que
lleg a ser un problema interno de Chile. Surgi una mlnima legislacin pmteccionista para
una penca supervivencia de loe indfgenae, permitiendo a la vez un proceso continuo de
enajenacin de tienas (asf las leyes de 1874, art. 6; 1883; 1903 y f913) mediante la
privatizacin (repartiendo las tieras comunaleg de lae rcin creadas reduccioned entre loe
comunems si ma octava parte de ellos lo deseaba asf (1956 : 152). Tanto, que en 1927 hubo
- por corto ti empo - una l ey de di si n obl i gatori a. La l egi sl aci n pmteri or (D.1,. 4.1 I dc
1931), gente prcti camente hasta hoy, sal vo un i ntento de Al l ende (D.L. 17.729 dc 1972),
c vacilante en cuanto a las garantlas legales para la pemistencia de la prcpiedad aglcola
comunal (f956 : f6O). En l a hi stori a l egi sl ati va i ndfgena de Chi l e, obseruamoe un pri nci pi o
que ha guiado siempre al Ejmutivo y al Cuerpo lregislativo: consideran, casr
unni memente, deseabl e que se hi ci ee l a di vi si n de l a comuni dad i ndl gena (1956 : 169).
Al mismo tiempo, las leyc dejan entrever las serias dudas de una mejofa de pempativas
econmi cae y soci al es, por l a consti tuci n de i nsti tutm especffi cm (CAI, 1947; IDI, l 97l ) y
de cmperativas y crditos como garantla para tal fin, hacindose la tntativa de
contrarrotar las gravc consecuencias que derivan, para la producin agrfcola indfgena,
de la disin de la comunidad. El legislador recontre que la propiedad individua'l en
territorio indlgena, una vez meada, necesita protecrin eapecial. Con razn dice Lipschutz
que el mismo legislador reconoce asl que la comunidad indfgena continria cumpliendo con
cierta funcin en la organizacin de la prcduccin agrfcola, y plantm la cuestin: "No sela
ms oportuno legislar sobre la reforma de la Comunidad en vez de leg'islar sobre su divisin
o l i qui daci n?" (L956 : L72; 1960 : 192-193).
7.
8.
6. "Asalariado", aunque solamente pagado con fichas canjeables por artfculos de consumo
bdsico en las "pulperfas", almacenee dela empresa, paraotrteneimayores recursos para la
empresa y pa.ra mejor control del obrero.
r 76
L77
explotacion
salitrera nuevo
retroceso para
indigenas
Iquique
- L- - Iln el caso de los armara_s, que eran numricamente ms dbiles que
los mapuches, se persigui la similacin con una estrategia difeente:
ignorar su existencia en la legislacin. As, sus comunidades"nunca fueron
rnencionadas; ttulos de merced no fueron entregados; el Juzgado de Indios
no ha funcionado para los a)maras; la propiedd colectiva"de las tierras
comunales no se asent en la legislacin. En otras palabras, la legislacin
se limita a la Araucana. Respecto a las tierras cominales de los iyrr.rr.,
stas fueron consideradas por el legislador como propiedad dl fisco,
cuando no existan escrituras de propidad privada. cn la incorporacin a
la legalidad chilena, expir, de jure,
ia propiedad comunal y dejd de existir
la comunidad-armara,-misma para ei legislador. La
'igualdaa'
de los
a{mqr". ante la ley chilena, era la falacia que justificabalsta
poltica de
asimilacin, que de hecho era un atentado etnocidiario.
Las consecuencias de la desmantelacin jurdica
de la comunidad
ayrnara fueron desastrosas-. La liquidacin de faito tena que seguir pronuo
por la erosin de la autoridad indgena y por la inetable privaiizacin de
las tierras comunales.
. Qol
la Independencia, debido a la norma de la igualdad universal ante
l-a administracin pblica, los caciques
rerdieron
sfuncin de cobradores
del tributo de i-ndios y de organizadores de la mita. con ello, los indgenas
perdieron un defensor pblico ante el poder neo-colonial un represen-
tante que de alguna manera se habla identificado con la usa indgena.
uon la derogacin de esa fqlci1, el cacique ya no era funcionario prilico.
En Tarapac, esto no signific la desaprici-n inmediata de los ciques
locales,. pero s una sensible prdida de su competencia, de su autoridd y
prestigio internos, incapacidad de intercesin en defenja de la comunida
y limitacin de sus funciones a las ceremonias religioso-costumbristas
auloctonas. En cambio, bajo la administracin chilena
fhasta 19zB), existi
el "Inspector
de Dstrito", nombrado por el gober.rrdot o inbnnte de
entre los lugareos, como funcionario d-e enlac enhe gobierno e indgenas,
con una funcin meramente informativa al sercio e la administiacin
pblica. La destitucin de la autoridad autctona se haca sentir en el
interior de la comunidad, como un vaco dg poder que favoreci su rpida
descomposicin,_ dejando una- serie de aylls y esiancias, atomizads y
desunidas, donde antes funcionaba una sola comunidad'con su mark
central. Las estancias sin el tadicional elemento unificador y mecanismo
legulador
de conflictos, ofrecan un espectculo de
'faccionismo
desmoralizante.
La inexistencia de una autoridad indrgena y la 'fiscalizacin'
de las
tierras comunales, dejaron el campo abierto a los hacendados para
acaparar las tierras indgenas. Esto sucedi en gran escala en todo el'Alto
Per. Las tierras indgenas que restaban en loi valles altos de irrpaca
no tenan mucho inters para los criollos, por ser pobres, dispersas y
aisladas. sin_embargo, no falt un minero yugoslavo qn" ..tpo ru".r."
de unas 140 Has. de pastizales y unas pocas Has. de t'errazs regadas de
las tierras comunales de Cultane. Con esto, la fiebre de la privadcin
de
las tierras comunales invadi la comunidad misma,
'que
prJendia
defenderse as contra la enajenacin. La lrquidacion tol y la
privatizacin de las tienas comunales de Tarapac signifrc el dramtico
desenlace de la comunidad 'de facto'. Durante la segunda mitd del siglo
XD( y hasta hoy dra, se multiplicaron los pleitos entre armaras por tierrnn,
pastos y aguas (en los siglos XVII y XVIII, los pleitos por tierras indgenns
eran entre caciques y espaoles). En estas circunstancias, los conten-
dientes de la Cordillera trataban de sacar provecho de las contradiccionts
surgidas por los lmites nacionales que cruzaban su regin y (ms tarde)
por los partidos polticos urbanos que 'protegan sus partidarios rurales',
aunque no desinteresadamente. Se agudiz la desunin entre familias y
estancias (y an dentro de las familias extensas), y se lleg no pocas veces
a soluciones criminales en el conflicto entre los intereses privados y los
derechos tradicionales, por la fcil impunidad, practicando venganzas sin
fin por el derrumbe del derecho autctono. Los tribunales peruanos, y me-
nos an los chilenos, no disponan de la informacin ni jurisprudencia
necesarias para solucionar los pleitos, y no llenaron el vaco de autoridad y
derecho creado por la legislacin republicana. Los que ms provecho
sacaron de los pleitos entre indrgenas, fueron los abogadose.
La discusin entre
'proteccin'y'nivelacin' en la legislacin que se
arrastra por ms de un siglo respecto a la comunidad mapuche, nunca ha
incluido a la comunidad aymara. Para sta, vala, silenciosamente, la
prctica de la nivelacin en el sentido de la "plena igualdad ante la ley",
por el inters de una clara definicin del nuevo territorio chileno en
trminos
jurdicos y culturales. Se comprende la preferencia chilena por la
idea de la nivelacin
jurdica y la asimilacin cultural, al escuchar los
reclamos por los antiguos sueos de los indgenas del Alto Per que, en
1973, todava verbaliz una eminencia en la materia, formulando la "ley
del patriotismo doble"
ro.
3.3.1.4. La praxis poltica del gobiemo chileno
Resamos a continuacin la praxis poltica del gobierno chileno en la
proncia de Tarapac. El objetivo principal - aseg'urar la jurisdiccin de
Chile sobre el territorio - lo persegua mediante una poltica de apoyo
decidido a la empresa salitrera y una participacin chilena creciente en
-qlla,
tanto en los capitaies como en la masa obrera ocupada en la empresa.
(QlInq
poltica cultural de 'chilenizacin' nlediante
Jn4-I9d-de-s:c-q9-laq
,%13EtntT"
ci an on-Itre r telie-s enda mi I i tar y, el
_
reem p I a z o de I
T_0".11""_lgl
On
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.chileno,
completaban la
-
est-raeera
*fe
9. Por la inexperiencia de lm indfgenas contendientes, la deficiente formalizacin de las
escrituras notariales con la anexin de Tarapac en Chile, la circulacin de escrituas
falsificadas, etc., podfan trminar pleitos por tienas de cultivo con su ocupacin legal por
lm mismm abogados. Estos siempre podfan prolongar los trmites engorrmos de los pleitos
y aumentar los costoe de los pmesc. Asf, por ejemplo, el ltimo pleito sobre los pastos de
Lirima, que dur desde 1941 hasta 1952, cost a los contendientes un total de 900 cabezas
de ganado.
10.
.No
dudo que en ms o menos 30 aos ms, Cuzco ss la capital de la Repblica autnoma
quechwa, ni tampoco que habr una Reprlblica autnoma aymara en la orilla peruna del
fiticaca. Is ciudadanos de las reprblicas sern al mismo tiempo conssientes patriotas de
la gran Nacin penana" (Lipschutz, 1973, Discurso Inaugural del ler. Congreso del
Hombre Andino: El Prximo futuo de lc pueblos indlgenae andinos, p. 7).
r 78 r 79
chilenizaci
/
'
,,
i "' ,,:
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:l*:yryq
esta e-.tlategia se- limitaba
a-l sector
urbarro"*ninero-En
el
se c tor aJrm ara, i n c u rs i on aba pa rru l l-q s
-cil
e.d_y-iiiG}"lil i" n fi cas,
g::fl"|*,
gelogos.y
mineilogo-s, pi ilu"nrrrlza
ta canguisra. Esta
zona era considerada
ciiro tma-fesrua pr.
"l,frtr.oii.--frffig4q
ao* persigui
la
'culturiza:t^"1
d." su pobiact;
media4te Ja
"""oil
pblica
" sino hasta dJus de 1980, deja;fi;Jrrcin
al proceso auromtico
de
l::::E:.lf-_{"
tn"tt" dbi;;;i.;i;;.""
recursos econmicos
en la
expansrva empresa salitrera.
Ap"r.tll de 1g30, siendo-intiles
las inversiones en la industria der sali_
tre, el gobierno,.junlo
con fomen.;;;;;""vas
de actividad econmica
(la pesca
v la minera der cobre y a"i z"rre,;a"pt0""""
p"iili "
-"a_
das paliativas
respecto
"l
proble"ma
so.-.r-ico
del sector urbano sali-
brero. En esta 'toma
de.coriciencia;
* r; iuio., una mnima atencin al
llamado 'sector
rurar' (i.e..
i"dt"t-";riJistencia
o"""io.,"i"
"-".g".,-
ia en catstrofes naturale.. a"p"rr"-
ao
se gest una poltica
ms
agresiva d,e chilenizcin
respecto-"r* i;;ug"nas,
medinte fundacin
de una red de escuelas_--d_e__!e,tp-nes_de.rrrrro",.q;JJ;i"ri".r*ro'
suivamtnte:
v lo.g-in-aa:rr,ffil,
rJr?"i* peridica (o
nuar) de un
3yj: :j : t:I;
dF;Fd* i
"
iig",il, ; i".n"" J.ajr i l
"
u r
".
por los pnmeros
caminos de penetracin.
La inscrip.io" -" lJiii"ntos y
defunciones (v.
en menor
q", "
-t
i;""i*i-;;';,
s#'iv'
d;
Tarapac, yu L.trb, g"r,".irrd;"
;l;;;;; rncrrgena en ese momenro. A
parr de 1 949, esra rrti". a" .rtii""i *.i,r"' d; ;;;;.."
i.i".,.in.
considerablemente por
l" .o".it"..io"
^"d"
..*nos y escueras en ra
,9"r:1t]1":l
y
por inienros d" i;;sr;;;Ln*lnstitucional
de Ia poblacin
rnogena (en cooperativas
agncoras,
iuntas de. vecinos,
fa.tiai fiiit...
y
otros). El periciirmilit*
ob"tig.t-ori;;;;i";
indrge.nas. fue apricadodesde
I 90 1 como m ecani smo, concieu"aor-
Ll"-o"oioo"ri
dad. ur contror mili _
tar eficiente de la cordi.llera, exiga ta-uiJ" i.po"e de soldados nativos.
Mediante la construccin
a" c"m';no;,;i-;"bi"_o
persegua
una progresi_
va integracin
de la economa agrftol g";;d"."
en el sistema de hercado
urbano, con la dudosa p.o.n".."
a" p'iirr
as mejores ingresos y ni-
veles de da para los ntivos.
'ustas estratesias de desarroilo se expresan en ros documentos
de
coRFo, de1 Mini-sterir d" Ad;;il;."v"#io.
programas
de gobierno
en
general
12,
y las universidadel
l"* p.ofunalrr., ,".
La confrontacin
de do,
"ivii"s-.o"i*".orrmicos, -el
urbano y el
rural-indrgena,
favoeci una tot*
-*
conciencia de la situacin
desmedrada
de los nativos, originando un
"r""i".,t
a"""o p."gr""" y a"
pautas
de consumo urbano, yltn.
-c"r"iaci.,
o" la corriente migratoria
!::it l"
ciudad, aunque sta sufn'a d" ;;; cesanta estructural desde
1930' A esta toma de conciencia, y .""
"r"".,
l. .r.rirriri.r.-iirr*o,iuti.,
respondi con una poltica asistencial ms completa para indgenas,
realizada por medio de la Dreccin social de Asunios Indgenas (a"partir
de 1971, el Instituto de Desarrollo Indrgena)ta
pero
esta-poltica, en el
fondo, no
-san
la economa del sectoi autctono, sino que asrav la
situacin de dependencia real y psicolgica y la actitud de'supliinte de
los
-grupos
rndigenas para
_conseguir
una mejona marginal de sus
condjciones socio-econmicasls. Este proceso podna cara-cterizarse de
'proletarizacin
de la poblacin indrgena'.
-
Lara c.s. (1971)
acusa, por el resultado de su investigacin misma, el
fracaso de esta estrategia de desarrollo por la incororacin. cuando
consta+a que el xodo del campo a]mara las ciudads costeras se ha
acelerado en-pueblos de ms intensiva aplicacin de estas polticas de
{gsarrollo.
cultural, econmico y social. Tmbin el gobierno milita de
Pinochet (cf.
Avalos, l9T5) se o obligado a r"conocei el total abandono
del campo y se dedic a buscar ajusteJy remedios a la tradicional politi.,
de incorporacin a_la nacin por a de l asimilacin cultual, econmica y
social, pero no lleg a cuestionar estas polticas ni sus rntodo..
ciertamente, se dio un serio
-impulso
al desarrollo ganadero, a las
inversiones bsicas en el sector foreital, con el plan de re"forestacin de la
f*.p"
del Tamarugal, con crianza de ovejas, pero una mejoa substancial
de la economa agrcolalganadera del sector autctono nunca fue
programada por la administracin pblica.
_
El gobierno militar de 1973, ms consciente de las consecuencias geo-
polticas de la continua involucin de la economa autctona y del abado-
no de la regin por la continua corriente migratoria, adopt
"medidas
con-
trastanteslG, proyectando en particular la
-creacin
de unos ncleos de
poblaci-n concentrada en pu-eblos dotados de todo tipo de senicios ealiza-
bles en la Alta cordillera y de tndos los institutos md"rno" urbanos de in-
ters socio-poltico: hospital, escuela de concentracin con internado, cen-
tro de asistencia tcnica y
-capacitacin
profesional,
iunta de veinos,
centro de madres, oficinas pblicas, mercado local, retn de carabineros y
ampliado_sistema de transportes y comunicaciones, etc.
La poltica econmica del gobierno chileno impact negativamente al
sector agro-ganadero indgena de Tarapac. La industria siher. tuvo el
inters y el apoyo casi exclusivo de los programas de desarrollo entre 1g?9
y 1929. De ella sac el Estado su princlpal ingreso fiscal, su prestigio
internacional y s_u bienestar concentrado en los grupos
-"dior
y'altos. A
ella dirigi todas las inversiones infraeshcturales: insalaciones
l l . Para l m i nformes de tal es i nrursi oni stas. vase, por eempl o, Caas (1912),
Bertrand (1885), Ri so
patrn
(19t8),
Garcfa (1934)y-"r_"?l fi o:
165_169).
12. CORFO, Memori a 1968_1969;_ U.p. Bases de
pol l trca
Indfgena (1921);
Mi ni stro de Agriculrura (l9?r);
Oficina de
planificacin
Ag"rLU
tizZl.
13, Seminario de
problemas,.Regl:lale-s,
Antofagasta, Unlversidad de Chile, lgb7: himer Congreso dcl Hombre Andi no,-.q""_Ii"iqr*Aiiigaita,
r
gz.
14. Col ompi l ,
_1972;
IDI, hograma de Estudi o l g?3; Gemn Si l va, t9?3; IDI,
programa
de
Accin, 19?6; C. Fuentes, Recopilacin, 19?6.
16, Ver Juez de Distrito, Informe nbre... Liuibar, 1972.
16. cf. Institut de Desarrollo Indfgena, Memoria Anual 19?5, IDI.; Instituto de
Investigaciones de Recursos Naturales, 1961, Infome No. l, Tabulan de la clasificaqon
capacidad de uso de Tierras Por Provincias y comuas, santiago de chile; ODEPLAN,
ts.litut1!9_oconomfa, univemidad catlica, r975, Mapa Extrea
pobreza,
santiago dt:
chile; ODEPLAN, 1974, Primer Plan Nacional Indicativo de Desanollo 1925-1980;
sERPlac, II Regin, 19?5, Resumen de la Estrategia de Desanoilo de la II Rc6in
1976-1980
(versin preliminar), Antofagasta; l. vita, rzs,
pmibilidades
Foresralee de las
Zonas Aridas y Semirida de Chile, Universidad de Chile, Santiago.
180
181
f:}T.]i: l- 11_"Igjti."s,
sistemas de comunicacin y rransporres, muy
rvanzacros.en su poca, como er telgrafo, ros ferrocarriles, prsiones d
::ry^1.f9..q!l-"
en,
gl,eno desierto,_ eseanza y capacihcn profesional,
rnvestrgaclones hidrogrificas del subsuelo poi aguas pot.bl""
@
o
@^
o
Sal i t r e ( mi 1es
de
t onel adas
)
N$9
OOO
caracteriza9-as por una serie de crisis desastrosas y repetidos colapsos de
la exportacin, con cadas de_B2,6Vo (1919_1914),
6,A)eS" (19lg_i919);
.60^]? _(
1_920- 1 92 t); B5,9Vo (t925
-1926, y,' fi nlme iu,- de- il,A,
(192-9-L932),
rtualmente paralizndose ra prodcin entre tos aos 19a2
y 1.936. cada crisis signifiaba un desemplo masivo p"rr io. or"ro, a"r
sattre. La tecnologfa incorporada ya no evolucionaba y los bienes de
caplal en rntraestructqra y maquinaria se reponan escasamente. La
competencia de los fertilizantes sintticos fue muy grande desde 1920, y
fatal a partir de 1930.
.5)
El perodo de contraciln, a partir " rg0,
muestra una empresa salitrera siempre gigantesca, pero agotada, eon una
produccin
-que
fluctuaba enbre 1.00b.00-o y r.ooo.bbo tor,l.d.r'anuales,
mantenindose gracias a las bonificacines y al proteccionismo
del
gobrerno chileno, oblig.ado por la problemtica
socio-ecnmica (cesanta y
pau_perismo) y geo-poltica ('seguridad
nacional').
Los efectos del ciclo salitreio sobre Ia economla autoctona, se resumen
en ju1a. incorporacin rpida de los factores productivos "
-su -se"tor
agrfcola',-no solo de su fueiza de trabajo
- r."
"rced"ntaria,
sea'liberada'
-
sino tambin de palte de sus
ry?*,
destinadas at uso'inustri"f y
"f
:onslmo
minero,,y, de-sus tierras, destinadas a la produccin de foriajes
para los asneros del salitre.
l}es aspectos de este proceso trataremos a continuacin:
1. El trabajo indgena.
2. Las aguas y los cultivos de los indgenas.
3. Los efectos del ciclo salitrero para la comunidad indgena.
3.3.2.2. El impacto del salitre: el trabqio indgena
. ,
A principios del siglo xx, la agricultura de haciendas en Tarapac es-
[aDa en lTanco receso. La aris-tocracia rural, que se habajuntado fortunas
en Huantajaya, abandonaba la pronci-a pari estable."r." r Arequipa y
Lima. sus haciendas pasaron a manos de mayordomo.,
-".,o.
i.rt ilsaos
en mantener'las, o a nuevos propietarios, meos expeimentados, de modo
que se deterioraron ms-an,-despus del descuido sufrido uaoia rittima
generacin deJos espaoles colonizadores, hechos mineros y pi"cados por
la
liebre de^la plata. Total, que la produccin agncola p.r t
-".""do
,"
contraa
2r.
A consecuencia de esto, se o ciert
"*prnri.r
en la economa
agrcola de las comunidades, expansin que iba al comps del crecimiento
demogrfico y gracias a la crecinte fuerza de trabajo airpo"rl,lu" es el
21. como razn, se aducfa habitualmente la escasez de agua, perc en un estudio hmho hacia
fins d.el siglo, se comprob que en realidad ra agricr:J:ra'habla quedado estacionaria o cn
decreciente productividad porqu-e ros propietari y empresarios, esde el ciclo argentffcro,
se preocupaban poco (cf. Rillinghurst, 1893 : 6), trasladaban su capital a otrm secirc ms
productivoe y no introdujero-n innovaciones tecnolgcas pa.ra incrementar1a producci(rn
(Ibid. : 45) ni siquiera en la fase de la creciente demanda por el ciclo salitr".o
"n "on"onr,, desarrollo.
188
r 89
factor principal de la economa autctona. Desde 1g30, las actidades
sali treras causaron una coriente de i nmigracion de-extrlrJJr rr.op"o"
y latinoamericanos, parbicurarmente
fr"anceses, inglese"s
-
y
"t
il"no"
(Bermdez,
1972:36), y^exigran mas mrno e ora;";;;". n esta
fase,.el trabajo indg:na-fue d"
"rrm.
impoitancla,
"o
.Jo plr-"" n'n"ro
relativamente elevado, sino- que, ms qe e"o, .urihtivamente:
por sus
conocimientos de la zona, de lo secret'os d"l iil.i;;;r'"'."r-t;""r"..
c-omo guas eran indispensables para
-exploraao.Jo
-v -"-pi".ro,
(Bermdez,
1963 : 186). E,1_la *i"*: y en la'"lul.r".t" "t-".ii.n"
tlrc 'paradas'
) trabajaban ram bi n los i n dgnas "-1 ; ;;;; ;;ii"L,l'" p*t,
de 1850 tambin los provenientes
"ire
Ia cordiller"
t
;l''Aitipr".,o
P.]j11t.. !1
mavgr prte de la fuerza d;-;;;j; i.,a[".,"a" u"
:::"iTg:-.t"e
empleada en la arriena del sa.litre (puetma,"iStL
: 670),
que drspona a mediados del sigro de unos s.000 burros, ntmltue crecio
pronto hasta 4.000
2.
As escribe Bertrand,.en lg?9, de
pachica,
ayllu de Sibaya:
,,casi
todos
sus hombres son arrieros"
28.
Esta noticia es tanto, ms significativa cuanto se sabe que pachica
se
encuentra en la parte ms espaciosa y frtil a" t" q""ui-a"
i
q'""-i"ni.
1..
n9jo1es .
tigrlT
q3I" lq agricultura. e"t" i""rr"
-1"L1;
1o
"r,
excecrentana' sino
'liberada'
por un cambio radical en la economa agrcola
de la zona.
Las chacras de este y otros pueblos de la parte baja de las quebradas,
fueron destinas a ra p.roduccibn
de alraifa, ; ioJ;;p.r"1"J[**".
"
las salitreras; este culivo, adems,
""."'tLU"
poco"trabao,l
":"U" l"
maXo=d obra disponible para la empresa salitrera y *u ,rrii.l
-Ein
las onclnas saritreras ubicadas en el deparmento de
pisagua,
los
indrgenas formaban
.la
mayora, muchos ;-;li;;";;"*"i"li,r.
aa
S.ltiplano.
En lel3 tdavra hbran'6.0s2 de
"li;.
;";d;;"iii'i"^-i.i"
Parlamentari a, lgl} :224).
Muchos indsenas de ras quebradas trabajaban por temporadas en las
salitreras;-otros-votvran
1
rl, I];t"r ;;g*;"."dos
argunos aos, y otros
se asimilaban en forma definitiva al protetariad;
it,?;;. bJ'"""#,noao,
la mano de obra indgena estaba .onJant" momiento con flujos
significativos cuando lai expectativas sociales y econmicas en los centros
mineros eran atracfivas y cando en sus .o-,rrrid"d",
"o
to t..r. .ti,
un reflujo cuando suceda a la inversa (Bermdez,
res , 1g71.^;.rit l*,
mlples crisis y el- consiguiente deslmpieo msivo, estos're-ffi.
"r"r,
masivos tambin. con el constante dbrioro de los s.ta.il-y ta.
condiciones sociales del trabajo en las salitreras, ocurrido a partir
del
siglo, los indgenas incorporaos.""
"t
p.1"t".i"'a"'"i'JatirJi;;"q""
manteniendo algo de su identidad cultu;al, y, en los
-o_;;;;;
ain it"",
con un escape a sus pueblos de origen), sufnan plenamente la crisis morai
22'
"^Le
nmem no fue superado por la falta de forrajes (cf. Billinghurst, 1g9J : z-z). El
transporte en burros no fue reemplazado
- desde 1"gs4 *olamerti
"o-prJr'-
po. lo"
ferrocarriles, ya que siem-pre-fue-n indi"p"r""bt pu"u er trasrado der cariche deede ras
minas hasa las oficinas de eraboracin y para er transporte de frutas, uu";;;;;
f-io."u*
en las quebradas hasta las salitreras.
23' sobre la arrierfa del salitre, ver tambin caas, lgg4: 14, y Bermdez, r96J : lsl.
y material de ery proletariado2a. Sus condiciones de trabajo eran muy
Tql.
Adems,- haba tantos accidentes de trabajo que el bral. Harms
(193-0 : 77-80), habla de un "problema
de seguriad'de la patria,'. Sus
condiciones de da en los campamentos er" peores an. La comisin
parlamentaria de 1913 los dscribe como "indrgenas
en estado de
semi-barbarie (sic!),- que tienen los peores campamntos, los ms ejos,
estrechos y desaseados y que ven en comn co sus animales y
duermen
con ellos.
obedece
esto al solo deseo de etar los robos?" (1919 i 224-225).
otro problema social muy grave era el desequilibrio poblacional entre los
sexos, que a- partir de_-1870, se hizo sentir fuertemente por la gran
afluencia de obreros de Chile.
Un estudio de los
.censos
poblacionales demuestra la gravedad y el
alcance del desequilibrio entre
-sexos
(Cuadro
81)
Tlatindose en el cuadro de datos demogrficos globales de ra antigua
provincia de Tarapac" podemos concluir que el prJblema era muchsimo
ms grave en los campamentos mineros def desieo.
Ms como indicador de la gravedad del problema que como remedio de
ello, observemos que muchas mujeres ingenas fueron ocupadas en la
zona salitrera en cocinerfas, cantinas y burdJles (Bermdez,
fe3 : fSf).
Por otra parte, en_-muchas com-unidades agrfcolas de la ecordillera, el
problema del desequilibrio entre los sexos sJpresentaba al revs, con un
Cuadro 31. Desarrollo Demogrfico segrin Sexos en
Antigua Provincia de Tanapac (f
885-19?0)
l a
1885
r895
1907
1920
r930
7940
1952
1960
1970
Total
45.086
89.75r
110.036
100.553
92.337
82.26L
72.482
7L.r23
79.079
Hombres
26.093
53.101
64.915
56.938
50.363
43.943
37.504
35.950
40.t32
18.993
36.650
45.L21
43.615
41.968
38. 318
34.978
35. 173
38.947
Mujeres Mujeres por 100
hombres
72,9
69,0
69,5
76,6
83,3
87,2
93,3
97,8
97,0
24. salvo explosiones aisladas de olencia, los indlgenas nunca tomarcn un papel de
importancia en el movimiento obrero del salitr. "Faltaba entre ellos una clara ideologta
marxi-sta" segrln un rpresentante de la c.u.T. de santiago.
perc
me que e6to, los aymras
formaban una minorfa en el proletariado del ealitre, y entre obrerrr chilenos una inorla
deeprwiada y aislada en campamentG epecialea. Asl, no se sintieron Dlenamente
intrpretados en loe sindicatoe y stm ignoraban el problema indlgena qru
"n "l
fondo sa
un prtblema agrario, racial y cultural. Lae contlnuas insunecciones dl altiplano tenlan
precisamente e6te enfoque, y lograban movilizar, bajo un liderazgo indfgena, a los aJmaras.
Jordn (1972 : 9l0ss.) menciona la insurreccin en Guaycho (taog--tazb) di.igia. po.
Ancmaines; la gran rebelin de willka (1898-1899), la de Jesrle de Machaca (r9z"r), la-de
otavi (1925) dirigida por Jos Ruiz, las de chayanta y de Amma (192? y 1929) dirigidas por
Jos Florcs.
190 191
gran exceso de- mujeres, y, a consecuencia, un aumento desmesurado del
nmeo de nacidos de madre soltera (ver
Cadro 26).
.^jl
Rueblo
de sibaya. te^na en_ 1879 una poulaciol de aproximadamente
-u1J-nombres.(::q"n
el.infbrme de Bertrand), de modo qu los arrieros del
salrure que usltaban el pueblo continuamente con sus iecuas en busca de
forrajes y.frutas, lo llamaban maliciosamente "sipanya;
t*""*"]r"l
".,
vez. d.e Sibaya. Este aspecto de la p_roblemtica
"ciri
c.us.a por el
frabgjo
en. la empresa slitrera, signific un ataque a la estruciura de la
lamrlla, an de la familia nuclear, tan orento que difcilmente se puede
sobreestimar sus consecuencias e una sociedad';;y;-;ilil;i
estan
cimentadas en las relaciones de parentesco.
La-ocupacin de trabajo indgena d-e Tarapac en ra empresa salitrera,
se traduce en un momiento derogfico que merece atencin.
,^j:*9:.,9"J950,
ya esraba definida la nueva estructura econmica y
nT?q:l:i i:'t'arapac
para el siglo venidero: claramenre se disnguen
rres taJas paralelas en el mapa, explotados sistemticamente;
dos de Ias
;3^:".3^I l1 l,"Tpr
salitrera - en consrante desarrollo
"""o-i.o
y
demogrfico, y el hinterland.
- ra zona precordillerana
de produccin
agropecuaria
- con un crecimiento mnimo o estancadozs.' La zona
ganadera (la
Alta cordillera), puede ser considerada con tantal ms
razn. como parte de Ca_rangas y Ltpez en el altiplano U.ii"i""",
v e, "
poca importancia para la empresa saritrera. Este proceso so LJarrouo
mas durant las siguientes dcadas, como puede dducirse de los daos
censales disponibles de los aos 1862 y lg?6 iver Cuadro 82)
26.
Cuadro 32. Datos Censales Agrupados de la
p"t""ir,
a"
Tarapac (f862-fg76t
De las comunas de la Precordillera, la poblacin de sibaya decreci .'
estos aos con ms rapidez, bajo la influeniia de las actiddes salitrerrs
(Cuado
33).
-
comparando estas cifras con la curva demogrfica obtnida en base a
los registros panoquiales (Grfico
fV), se o6seru" en las curvas un
!9sc-en1o
poblacional menos fuerte que en las cifas censales de 1g62 y
1876. Esta diferencia ofrece la oportunidad a una interpretacin ms
detallada del material estadstico: las curvas demogrficas
jGraficos
III y
rv) se obtueron en base a los bautismos registraos (c.q. nacimientos).
El descenso real de las cifras poblacionales acirsado por los datos censals,
resulta ser la consecuencia de la corriente emigrtoria de los hombre
econmicamente activos hacfa la zona del salitre. Esta hiptesis se ve
confirmada tambin por el descenso repentino en la rva de las
relaciones: actas de defuncioneJactas bautismales2?, observado en la
segunda mitad del siglo.
-
Los siguientes datos censales globales demuestran el desarrollo
dem-ogrfico general,
ocurrido entre i862 y 19?0 en Tarapac, acusando
un despoblamiento progresivo de la regin agrcola (Cuadro34).'
l. Comunas portuarias
Iquique y Pisagua (Zona
d,e
crecimiento desmesurado)
2. Comunas con explotacin
minera: Pica, Tarapac,
Mamia (Zona
de creci-
miento rpido)
3. Comunas precorllera-
nas: Camia, Chiapa,
Sibaya (Zona
de creci-
miento estancado o
decrecimiento)
Total honcia
Tarapac
1876 Crecimienta ?o
21.507 + 232 Vo
13.216 + 85 Vo
3.502 -37 Vo
1862
6.481
7.757
5.582
25. Bermdez, 1972,p. tJ7.
26 No existen datos de ras comuas der altiplano, pero se supone que su poblacin qued
constante o an con tendencia a clcer.
27,
cunlcn de los bautizada en sibaya han tenido all sus funerales? En el dsanollo de
e8to6 porcentajes se refleja la historia demogrfica del pueblo (cuadro siguiente).
Sibaya: Relacin de Actae de Defuncioneey'Actos Bautismgtes en los
Perodos que se Indican.
Perlodo Cuocente Estructura Estructura
Religiosa Poblaconal y Econmca
\7q9
-
\799
58,IVo (fase organiztiva; prsin mlonial
1qg0
-
1q59
79,4Vo (fase organizativa; ' marginalidad.r
1860 - 1868 29,8Vo (fase emigrativa; atracc-in salitr.)
1870 - 1899 (fase de abandono; atraccin salitr.)
19.20 38.225 + 99 Vo
Cuadro 33. Datos Censales de Tarapac 1862-fg?6. Comunas de
Camia, Chiapa, Sibaya
192
193
Cuadro 34. Desarro[o Demogrfico en las Hoyas Hidrogrficas
de Aroma y Tarapac entre 18G2 y l9?0 (Datos
Censales)
Ao Poblacin Censada Indice
1862
1875
1895
1907
1920
1930
1940
1952
1960
1970
4.563
3. 831
3.950
2. 768
1. 957
2.297
2.233
r.609
1. 673
1. 103
100
84
87
61
43
50
49
35
37
24
Este cuado demuestra una corriente emigratoria casi constante, que
en el lapso de un siglo redujo la poblacin a un cuarto, que en un principio
y hasta 1930 fue al ritmo de la expansin de la empres salitrer con sus
reflujos--temporales en los aos 1895 y 1930, y que posteriormente se
desarroll en forma auto-sostenida, por razonei qe habr que discutir
ms tarde. Huelga decir que los flujos y reflujos migratorios en esta zona,
dependen tambin, y en forma secundaria, de los penodos de abundantes o
escasas lluas
a.
En la vertiginosa disminucin de la poblacin se pueden
detectar, entre 1862 y 1930, tres etapas, de las que la iegunda (entie 18gb
y f930) es la ms brusca. El abandono del agro fue ms fuerte en los
pueblos de los valles bajos (1000-1500
m.s.n.m.): Huarasia y Tarapac
(Gaete, 1975 : 451 s.).
-
Ha de observarse que la emigracin de la poblacin agrcola hacia las
salitreras durante seis o ms generaciones, era francamente selectjva,
llevndose la parte ms producva y dinmica en su corriente; que no
exista una inmigracin de chilenos en su reemplazozs; que pastores
ayrnaras de los ayllus cordllleranos adyacentes ocupaban hasta cierto
punto los vacos dejados por sus 'aliados' del sector agncola en los valles
altos con el fin de asegurar para su gente el abastecimiento de alimentos
vegetales; que la emigracin de los pastores a la pampa salitrera era
insignificante3o.
En resumen: el impacto demogrfico del ciclo salitrero sobre la regin
aJflnara de Tarapac fue decisivo. Los grficos III y fV mostraron ]a
declinacin de la curva demogrfica en los valles altos (Cama y Sibaya),
hasta entonces ascendiente, con el punto de quiebre pasada la mitad del
siglo XIX. Estudios que hicieron Larran y Gaete de los censos
comprobaron que esta declinacin es general en las hoyas hidrogrficas de
Tarapac y Aroma3l, que persisti mis all de 1900
(el punto que alcanz
a registrar el anlisis de los regisros parroquiales), y ms all de 1930 (el
punto en que la atraccin de la empresa salitrera se perdi), y que llega a
reforzar -
en la actualidad - las poblaciones urbanas y no ya los
campamentos salitreross2. De este modo, las comunidades agrcolas de la
prec-ordillera sufrieron una grave perdida de su fuerza de trabajo, hecho de
extrema gravedad para la economa autctona, donde la mano de obra
siempre fue considerada como el principal factor productivo; grave, porque
la economa autctona es de trabajointensivo y basada en una tecnologa
del detalle y de las variaciones complementarias de la produccin.
3.3.2.3. El impacto del salitre: aguas y cultivos
Los costos de la produccin del salitre aumentaron con el crecer de la
produccin, por razn de la costosa importacin de productos
agropecuarios, procedentes del extranjero va martima o en largos ajes
de caravanas de animales (Billinghurst, 1893 : 7-8). En el estudio de
Billinghurst se lee tambin, que por el aumento de la produccin entre
1840 y 1850 subieron los costos de los transportes con un ritmo
desproporcionado, precisamente porque la proncia de Tarapac no poda
expndir ms su produccin forrajera y agropecuaria. As, los costos de
produccin de un quintal de salitre subieron en esos aos de 6 hasta 9 10
ieales, y, adems de esto, subieron los costos del transPorte en esos
mismos aos de 4 hasta 8 reales por quintal, por razn de los precios
ascendentes de los forrajes. En 1765, la poca en que la empresa minera
de Huantajaya luchaba con el mismo problema del abastcimiento de
alimentos y forrajes, Antonio O'Brien haba presentado un gran proyecto
de ingeniera hidrulica y de riego al Virrey Amat. Este proyecto librara
las guas de Lirima y lagunas de Chungara, por un canal de
comunicacin, y las llevara por la cordillera" va una serie de tres
28. Asl, el reflujo migratorio de 1960 coincide con un perfodo de cuatro aos de lluvias
abundantes y favorables: de 1958 a 1963 (cf. Gaete, 19?4 : f74). El censo de Abril 1960
coincidi, adems, con una huelga de casi dos meses (Marzo-Abril) en las oficinas salitreras;
la rtual paralizacin de las salitreras en 1930 es la razn del reflujo migratorio en ese
momento,
29. En consecuencia, podemos Buponer que a pear del mes tizaje cultural, el elemento indfgena
sigui casi pum dede el punto de vista racial. (Los ltimm datos al respecto, que son de
1850, demueetran en Camia un 85,2% de indfgenas, y en Sibaya, un
gI,1Vo).
Hasta el
rlltimo cuarto del siglo XIX, los indlgenas de las quebradas y valles bajos, hablaban todos el
aymara (Caas, 1884 : 109). En el primer cuarto del siglo XX, se abandon el uso
generalizado del aymara, aunque gran parte de los indfgenas eran bilingee, y a partir de
1930 se perdi el uso del aymara, por la campaa gubernamental de Ia enseanza y la
chilenizacin intmducida en las ouebradas.
30. En el siglo )o( podla hablarse de una 'emigracin ecalonada' de la cordillera a la cmta,
vla la Precordillera, y con el intervalo de una a dos generactonc.
31. Las conclu6iones de atos autors naesitan ser lefdae con alguna reserva, como ellos
mismos lo rconocen, por la poca precisin de algunc de lm datc censales en que se basan.
Adems de esto, las Gchas en que fueron aplicados loe cmn son variables: lm censm de
1895 hasta l94O fueron aplicados en los meses de verano (Noviembre-ciembre); los censos
de 1952-1960 y 19?0 se hiciemn en Abril, cuando gran parte de la poblacin de pastorec dc
la Cordillera se han trasladado a los campc de invierno en la Precordillera (migracin
transhumanitica)
32. Delos 99 campamentos salitrem que cont Tarapac en 1907, qredaron dcpus de l94l-r
solamente tres: Humbertone (clausurado en 1965), victoria y Alianza.
t
194 195
embalses o-represas e_n el curso de la quebrada, para el almacenamiento
f:^'*::i:!I1^qT I
j" poca habra cstado
$ z0". F"io*"r'p'ioy".ro
Iue abandonado por los costos, y por el decrecimiento
de la prfiuccin
aregttifela y el agotgmie-nto de las minas que se anunciaba3a.
r
r-,aqa ra lncapaodad del sector agrario de la proncia para resDonder a
ra enorrne demanda_- de
-
la empresa salitrera, algunos emresarios
buscaban otras posibilidades par aument"r i".'tr".i"";;il5.
'E'
o.,
estudro de la poca, hecho-con ese fin, encontramos la observacin sobre el
estancamiento de la tecnologra agrcoia de la regin, q; ;"d" l;; til-po"
del Inca no haba conocid eJes innovacion"es, y'i;
"j;';lr,'" lo"
hacendados espaoles, quienes, impdsdos por su preferencia
hacia la
minera argentfera,_h$1n
descuidado la agricultura " i. .".i". rot.r
que, DaJo la presln de_ Ia demanda
- en la seg_unda mitad del siglo XIX
_ y
sjSuiendo las huenas de O'Brien (1269),
." ,,l . ;;dj;'i""riU"
{" !l*.I _1c_uag
de irri gacin de sde la' c ordil l"r;. A"i
-;1
r""'
*iis
l,
"1. smith (1852).
Raimondi (r8zs) y olivan (r8s5) y Biili;sh;;;;
Addj; e.t",
un. empresario. peruano
_de
-
Iquique y futuro rie.idenle d- i""il'r""
"l
urumo del slglo en det'en$gr
-el
proyecto, b_asado en investiga.o.r." y
argumentos cientficos (Billinghurst,
lgg3 : 51_62). Si, ;;;.'*, lo.
albos^costos
-par"
l"
infraestiucrur y ra
"*p""iio"-ti;;;""-'lr"
no
satisfana toda la demanda de las empre"a" !drtr""u"--'J*T"t
i"a*
chilenas y los empresarios desistiero.r "
"o"
intencions a"
-ll"Hir".
y
aumentar.el sector agrario de Tarapac. otro factor era ia p..1J"'*litl.u
de tos latitundistas del c-entro de chile, que tenan un buen ,n"r.'*o
".,
k;.:t.t::^l.l
sus producros. En ta ilii-, dcada del .is^
"l
.pto
1:lt^i1tJ.ri1"nte,
por el sistema
.de_
importaciones de alimenTos'
"r,
gr..,
escala"" en va.z de mejorar la agricultura local. Esta poltica
econmic del
Tayof
provecho inmediato, conden al sector autctno
"
t" prorr."iO.,
a"
forrajes y al ulterior retroceso. A consecueni" d"
"r'iii.",
r",
empresas salitreras compraron para sus industrias gr* p"r{"'"1
"gr"
disponible en los oasis e
L."
t
Matiila y otros l""su;"ri d^;--olo qrr"
muchas centenas de
^hectreas
se p"idi"ron pira u agricultura
(Billinghurst,
t89B : 28-gt). orra consecul".i" " i.
";;;" il""i"ion".
infraestructurales estrictamene limitadas a la empiesa salitrera, fue que
los planes de reforestacin a gran escala de t"
ptirp
"ft-J"i"r,
"o
lograron
.
realizarse, y que,
for
er co"tr"rio, ]"."i"r,
'i""'"i"
lo"
1oung,anle:
bosques de antao sufrieron continuamente
una explotacin
descntenada por la necesidad de carbn de espina y lena (ibid.
: lt).
Tambin a consecuencia.de esta poltica, se-o-aquel'."*uio
,"a."r y
generalizado en la produccin agncoia, qu" ." dedic a p.".i, rffi"" u
gran escala en vez de los productos alimenticios tradicionales. En Pico,
i"mo." por sus edos, baj la produccin anual de nos de 3?0,000 litros
a 250,00 litros, para llegar, en 1918, a solamente 55,300 litros por ao.
La prduccin de alfalfa ocupaba en 1890, el 39Vo de las tierras arables de
ese'distrito
(Bermdez, 1972 :232'233). En la quebrada de Tarapac, las
cifras alcanzaron valores exremos: en 1870, ya ocupaba all el alfalfa el
89Vo del producto anual, equivalente a 90.000 pesos de plata (Billinghurst
(1893, 1?3 : 38). La produccin de alfalfa tena como ventajas,para la
empresa salitrera - adems de necesitar poca agua-- que dejaba ms
fueiza de trabajo disponible para las faenas mineras y la arriera" y que la
mantencin de sus sneros-estaba asegurada. Las desventajas, para la
economa agrcola de la zona" eran que quedaban en la posicin de la
monopsoniasG, con una total dependencia e integracin en la empresa
salitrera; despus de la bonanza inicial en que se pagaban buenos-precios
por el forraje, la prdida de la produccin alimenticia y la integracin en
l,t mercad-o- de consumo uibano, con relacin de intercambio cada vez
ms desfavorable para el sector agrcola; adems, las desveltajas clsicas
del monocrltivo y'monopsonia, como son la sensibilidad de los precios del
producto en las c-risis y las fluctuaciones corunturales, y la amenaza de su
33. Billinghurst, 1898, pp. ?-8.
34. Para un anlisie del proyecto, con reproduccin de mapas, Larrafn, l9?5, p. 829.
35' otroslntereses polfticos han jugado tambin un pa.pel rmportante. Tarapac constitufa a
lnes
dgl siglo XIX, un terrirorio anexado y discutio ie chiie, donde
"l?#"-"
i"i"*""
incurzir en grandes gasto a favor de inv'ersiones infraestr-ucturares,
salvo en aquellas que
resultaban en un rendimiento inmediato para la produccio. *iit""r. ;";;;*"*
afectaban a loe terratnientes de la zona ceniral e ciile, que dentnc del sistema ."i"*rr*,
hacfan grandes gananciae con ra orportacin de s proiuctm ,grr;;;-il;'i"
,or'
salitrera.
36. Monononia: la dependencia de loe productoree de un solo comprador, en ete caso de la
empresa ealitrera (cf. K. Griffin, Sunschrift, p' l7).
Cuadro 35. a) El Uso de la fierra en la Antigua Provincia de
Tarapac entre Camartonea y Loa; y b) en la
Quebrada
de TaraPac
(Iluara)
Alfalfa 468.8 Ha 48.9 Vo 507.0 Ha 39.4
Granos
(trigo y mafz) 162.1 Ha 16.9 % 129.6 Ha 10.1
Hortalizas y flores 201.6 Ha 2I.0 % 410.8 Ha 32.0
Arb.frutalesy edos 126.6Ha 13.2 % 238.2Ha 18.5
a) Proncia de Tarapac 1954-1955 1964-1965
959.1 l00.0Vo 1.285.6 l00.0Vo
Vo
Vo
7o
Vo
Total superfi cie sembra-
da/plantada
b)
Quebrada
de Tarapac
(Comuna de huara)
Alfalfa
Granos
(tgrigo y malz)
Hortalizas y flores
Arb. frutales y viedos
Total supercie sembra-
da./plantada
248.9Ha 66.3 Vo
89.6 Ha 23.9 Vo
32.2Ha 8.6 Vo
4.7 Ha 1.2 Vo
272.6Ha 73.4Vo
36.6 Ha 9.7 Vo
60.7 Ha L6.3 Vo
2.2Ha 0.6 Vo
375.4Ha 700.0 Vo 372.7Ha 100.0 ?o
EF+.ee=;.+-.
196 19?
.:
ocaso total con el trmino de las actividades salitreras, amenaza que no
tard,.fatalmente,
en realizarse. con el cambio del cultivo y " i"?ti"i"
agncola, se perdi rtualmente la sofisticada tecologra agrcola
aucoctona y- se desorganiz ms el sistema de intercambTo entre ros
drsntos nichos ecolgicos de la economa autctona, amenazando a los
ayllus de pastores (que quedaban fuera de la nueva economa de mercado)
con una privacin estructural y un deterioro radical de su economa.
con el trmino de la actidad salitrera en Tarapac, la economi.
agrcola a rtctona no se recuper. No slo le faltaban
"gu".
" l" ."ntidad
$9'.1ntano3].q
su amplio y bien sostenido sistma de rielo. M"
lr"
.=o,
"" haba perdido la poblacin agncola con experiencia- de la Lcnologa
3:T:PT
particular y conocimiento detallado e las variaciones ecolgias
cte tas quebradas. Por eso, la cada definitiva de los precios del allfa,
cau-s, no un retono de los cultivos alimenticios, sino un abandon
acelerado de los valles bajos- Muchas chacras se perdieron por erosin,
qal pate de las terrazas y del sistema de riego se anuin. L' superficie
de ]as tierras cultiva.las que se perdi, en er
"curso
d"t ;i;i;n;".olo
""
puede estimar, y prudentmentg
ilegamos a w 45vo
""
q""."a" a"
Tarapac
s.
,
Por.inercia, se sigue produciendo alfalfa (cf.
Cuadro 4), de escasa
demanda actual por la falta de animales (Larraln,
1rg74: I47).
9.9.2.4. El irnpacto det salitre: la desmantelacin socio-
econmica de la comunidad
^
El trabajo remunerado en las salitreras y su arriera y la produccin
forrajera para el mercado tueron como efeJto
"l "irir"i
"ndo,io'" lo.
cultivos alim_enticios y la integracin de la poblacin d" l" ;;;;;il-I.r,
"., el mercado de consumo urbano, bas-adg en productos alimenticios (trigo,
alroz, carne de vacuno_, porotos, aceite) y vestuario y calzado importados
de chile; el abandono del ideal econmic de ra autoJun"i"".i",-o
"" la produccin familiar,
.la
mltiple explotacin .o-pil-".it*i" y
"l trueque.; la desintegracin de l estructura global^ del intercambio
econmico entre ayllus- de cordillera y
precordillra,
con el subsiguiente
reptregue y desmedro de la economa cordillerana. En la
precordillera,
la
perdida de-la tecnologa agrcola tradicional y del conocimiento
v-contol
cle su ecologa, y finalmente el hecho de que ra familia pirdi su
importancia como unidad bsica para la estructra social y econmica: por
la separacin.geogrfica_de-su-s
miembros, los salarios
i"ir""r"" a" r"
?mpre|'
y la inc_orporacin de la poblacin en la admini.fr""itr ,.,od".r*
indidualizante3e.
17. sin embargo, en la actualidad "el ag.a de regadlo es el nico factor que no llega a fallar,,,
segrin'Iarrafn, 1974, p, 147.
18. En la desembocadura (Huaraa) y en los vailes altos (2500-3500 m,s.n.m.) el abandono de
las tienas alcanza proporciones ms altas; stos son tambin lo"
"i""io
" *"yo" *"".o
demogrlico (Larrafn, 1974; 146; Gaete, tS?5 : 45lss.;
9' Egto.'vale tanto para la administracin empresarial de ras ealitrcras como para la
administracin prlblica con su registro civil,
Un minifundismo apareci en el ltimo cuarto del siglo XD( por la
privatizacin de la tenencia de tierras, especialmente bajo el gobierno
chileno, y por el desmoronamiento de las estructutas comunales. Pero,
luego muchos de los minifundios privatizados de la hecordillera fueron
abandonados por sus propietarios que partieron a la pampa salitrera, y las
terrazas de agricultura se acumularon en manos de algunos 'caciquillos'.
que imitaban el sistema de produccin de las antiguas haciendas y
producan para el nuevo mercado.
Ms daino a largo plazo fue, talvez, la exclusiva concentracin de
inversiones infraestructurales al servicio de la empresa salitrera (puertos,
ferrocarriles en el desierto, etc.). Su contraparte era la ausencia de
inversiones infraestructurales en la zona agrcola
(obras hidrulicas,
caminos, construccin de nuevas tertazas y canales de riego); la no
renovacin de la tecnologfa agrcola, unida a la prdida de la tecnologa
autctona, causando la descapitalizacin y el suMesarrollo global y
prog'resivo del sector agrfcola. Con esto, slo se ratific y se prolong la
preferencia por la minera y el desprecio de la agricultura de los
onquistadores y colonizadores espaoles, observadas en la evaluacin de
recursos que hiciera el factor de Potosf en 1558, y en la autoJiquidacin de
la economa de hacienda, que cometiera Ia aristocracia tarapaquea con
motivo de la minera argentffera del siglo XVIII, renunciando a los
proyectos de O'Brien.
Todos estos efectos del proceso de 'asimilacin' en la empresa salitrera,
justifican la comparacin con la imagen del proceso de asimilacin
biologica de la alimentacin, que comprende: 1) desarme de las
estructuras propias; 2) integracin de ciertos elementos estructurales
tiles ('en alimento'); 3) la eminacin de los dems elementos,
heterogneos y no asimilables; y 4) todo esto segn la conveniencia del
organi-mo asimilador, y a costo de la existencia de la unidad estructural
del organismo asimilado.
El- proceso de incorporacin econmica del sector agrcola en la
economa salitrera, sigrrificaba para las comunidades de la Precordillera,
adems de lo dicho, una serie de profundos cambios sociales y
socio-culturales, presentados todos en su tiempo como
'progreso'.
La comunidad, como unidad social y poltica dirigida por una autoridad
autctona, desapareci rpidamente despus del proceso colonial, que ya
haba socavado sus fundamentos. Desde los aos 80, los kurakas en toda
la Precordillera existan solamente como una supervencia folklrica
durante las fiestas tradicionales de los pueblos; pero stos no tenan poder
poltico en la comunidad
(aunque s un particular prestigio personal) y
menos una funcin entre la comunidad y el aparato administrativo
nacional. Los comuneros (los que quedaban atrs en la corriente
emigratoria) constituan ms bien una unidad de buen vecindario de
mltiple parentesco; se unan en ciertos das de solemnidld religiosa y
socialen el curso del ao, en que participaban no pocos de los comuneros
emigrados a las minas. La comunidad autctona de la Precordillera, como
tal, con sus estructuras tpicas de ayllu ya no exista. Las estructuras
culturales y religiosas - que se desarman mucho ms lenbamente, y que
an as mantienen por mucho tiempo mris gran nmero de pautas de
l
198
199
comportamiento-a-
sufrieron tambin,
lo que aparece por: 1) la transicin
de los emigrados'a
una cultura ;;;"' caracterstica _
an de corte particular
mestizo
- con un *indrc"rismlrruy
"omb.tivo,
que se moliz intensamenre
enrre ros aos lb-t
* fiil; ;i;;i; Hiiro y ,,in posteriormente
en lospuertos
martimo" "r. regin; 2) a consecuencia
de lo anterior,
la pauperiza.io"-a"-ri"*.ir"
y su integracin posterior
a las ciudades de La costa;
g)
l; _;;;in
cultural de Ia- poblacin
autoctona y er hecho de que- 1". ';;;*bres' _
i.e. los ritos
"t*,o'o.
religioso-culturales _
se cumplan .;;;;;;,n.,"nos,.y
de_saparecan
poco a poco de la hecordille.";
) l,ir
"i".i""l".il"r
y culturares
muv profundos
del complejo, que
queremos
indicar con ra
"nueva
orinlacin
al occidente",
en vez de ia orientaci;*;;di.;;"ar
al oriente, como fuente de Ia culrura
v der sistem" a" r"r".". ;yryr1;
5) er cmtio-Jt'.o.,."pro
del valor econmico:
"t".,
t'rii"")"
ljr.i.ua en los bienes inmuebles
comunales
- rerrazas d" agriculi;r",
.i.t"_*.4"
;;;,;;;#,:
con su producto
continuo' para asegurar'las
necesrdades
econmicas
de los miembros de la comunidad;
illi rnlrr*'r".gio
ggqpot, en la segunda
mitad del sigro XIX" er concpto-d;-;';;;;r.
indiduar,
rog.rada por ras
lliy_.]".
arrojadas
TI "l .m"rodo,
el suldo personal
semanal y el dinero anorrado;
en sntesis. la riqueza monetaria,
dy; f.ilrr"il'oiu".i.r
(Y
lo es todavra)'entre
t". p"bl";i;;'""i;;;;;i.-
"^i." l"g*
;fhfml;.los
aspecros .ult"'l
religiosos
de este proceso
d"
- -
Resumiendo,
el impacto der salitre para la economa y ra demografia
del sector indgena de-Tarapac,
di;;;;;';"e,
en ta primera
fase, hasta 1900, el xod sora
usuhcarle-poi'"i*tint"gracin
de ra economa
autctona en la economia salitrera,
iroce;; qu_e se llamaba
,el
progreso
de
}Tt.:'
y, que pea un cambi i; b. cultivos atimenricis
io, ,r," produccin
de forzaies; un cambio a" i"-"*piot".in
intensiva de L tierra por una forma exterisi" a" p.oJ"..i.,.-
'^t'
A comienzos
del siglo' XX
-.""i"
desaparece
el transporte
en animales, observamos,l
U"1"
!;1p{ri.
del forraje y la coniinuacin
j,iirrglLj.
de abandono y-la poraiar-a"
gran parte
de las tierras
A partir
de 1g30 (con.ra
cesanta estructurar
masiva y pennanenre
en Tarapac),
no se vol * p;;d";;;;;;"
e inrensiva de alimenros
ni se trat de recuperar-ras
chacras
";"*i";;";.t
i"'rirt"l1T'i'J
n"ro arruinados;
despus
te_uT-eals;';;;1"."1,
el xodo a la ciudad
lilil."l[:
esmtado por orros f*r";;,];e
habr que analizar
ms
4oE;t""m""G"-pI""
e1,r^11iairee.
religiosos-de la pobracin
mestiza de las ciudades del norte^chileno:
sus peregrinajes
masivos acia 1""
"rtl-*
oasis, Ias cerebracione.
de culto
il,ffllJ"lX*i;1"
flirf.*_d_e
ros emisrad".";;ii"
n""t
"
p.t-,"iJi..
o,"ur*
'""ipto-"o-unra"'*
ffi;.:?fix"1l"L"1""'Hl*;"r'l,,.,rlT".t?
"lT"-1'T"r#i,#:
siendo una base importante pr". A contr"to;;;i;
.y"* murua, etc.
41. "Din_ero
es la riqueza del Diablo,,, es un dicho en"tre I
cordi r era y r o" mi n""* a"r
.g l;
."-il;,T
ffi
,H,Tff;XL
iT, lff""$n
j;
:l
nhl**
del diablo, que ofrece como carnada
" "o"
of.h-r" una riqueza eflmera de
3.3.3. Estructura neligiosa
Durante el ciclo salitrero,
lurgel
cambios estructurales de la religin
entre la p-oblacin ar!,clonl.
.c9n
el poblamiento masivo de la costa
"y
la
pampa salitrera, la Iglesia dirigi su ctidad, sus recursos y su personal
casr exclusivamente hacia aquella poblacin, y abandon rtualmente las
parroquias de ca4ia y sibaya; y posteriormnte tambin la parroquia
de
san Lorenzo de Tarapac. La acfivad pastoral se limit
"""'"
a".
sitas anuales, pero ya no exisfa un cura iesidente en territorio indgena;
y los cqr-as sitantes, chilenos en su mayora, se identificaban menos con
l3
problemtica espiritual, cultural y religiosa de los ingenas.
Desapareci Ia intensiva accin moralizante y dogmatizante de la doctrina
colonial; desapareciero! tambin el tributo y los-sercios a favor Jel cura
y del culto, que- pesaban sobre la comuriidad; y desaparecio ei culto
suntuoso, dejando una liturgia empobrecida y
-desprestiriada
en las
doctrinas y sus anexos. Las fistas ptronales d estoi puebios
ferdieron
su inters trascendental para los comuneros, pero ess fiests tenan
tambin una funcin de vivencia trascendentai e la unidad y
estructura
social y cultural de la comunidad, a travs de su liturgia y cosiumbres. De
modo que su- decaimiento aceler la decadencia y el esmoronamiento de
la comunidad en s Por otra parte, las actividades raborales de la empresa
salitrera no permitan a muchos comuneros la asistencia a ias fiista.
patronales de sus pueblos. con ia ausencia de los curas residentes, la
Iglgsia perdi mucho de su influencia directa en la regin, aunque'los
religiosos, en sus sitas, no perdieron su anguo prestigi in iacri".
.
Al tiempo de 13 decadencia de las strctura! religiosas y la
desorganizacin social y el abandono incipiente, observdos en las
quebradas, constatamos el surgimiento de lo que es una nueva estructura
religiosa" y aq d9 una nueva religin mestiza, entre los obreros salitreros
provenientes de.las qlebr-ad?., y muchos otros que se agregaron a sus
lilas: se trata del culto de ]os santuarios como La Tirna. descrito v
analizado en otra inv.stigacin42, en que "compafas
de bailes religiososl,
representando generalmente grupos de origen comn y/o de sit-uacin
l"U.{
similar,- en forma estructurada y organizad, celebran una
festividad riual solemne, tal que se recbnocJn claramente, bajo las
apariencias modernas, la estructura de la antigua fiesta patroial, y an
muchos de sus contenidos culturales. Esta 'liturgia
mestiza' - reih'azada
pol gr.an parte de los catlicos de la zona como
.semipagana,y ,cosas
de
indios' -
9s
pluela de Ia creatividad religiosa de los mineios piovenientes
del. interio de Tarapac, que supieron reindicar su andga cultura y
religin adaptndolas a la estructura econmica y social del proletariad
salitrero.
. ,Sin
embargo,.el impacto (demogrrfico,
econmico, social y cultural) del
ciclo salitrero sobre las comunidades agrcolas, hizo decaeila estructura
religiosa colonial, sin regenerar all nuevas estructuras comunitarias en
su_ reemplazo: no lo
-permitieron
la ideologra secular del progreso
indidual que se introdujo, y la dispersin con el subsiguiente desariaigo
4r. %. J. r"r lr*sel, B.tlarinee del Desierto, 2 t., Antofagasta, l97b.
200
20L
Esquema 14:
Los Flqios Econmicos
durante
el Ciclo Salitrero
de,.los comuneros, a consecuencia de su actidad laboal en la empr.srr
salitrera. Las comunidades de la Alta cordillera, por
""
f"r,'iiuro.nn r,,
lucha por su supervencia, tratando de lenari. u".rJ. ":"o"-pn, to
emigracin de los agricultores. La estructura religiosa .l.r.r"u. " lu
uolonla -en que la presencia del doctrinero y el lujo de su liturgia nunca
nablan ocupado un lugar tan central- poda mantenerse y an firmarse
en un_ nuevo equiliprig au-toctono-catlico, desde el momento en que el
control puritano del doctrinero ya no se haca senti como antes. Las
fiestas patronales de estos puebls se celebraban con el i"i"r, .o.i"r .
siempre; las Cirigan, como- antes, el sacristn, el fabriqueio, los
mayordomos y alfreces, pero los ancianos de ia comunidad y la'norma de
la tradicin ancestral eran, ms que durante la colonia,
"i".""1.-"
"
control de estos funcionarios, por l-a ausencia de la Iglesi.
El 'abandono
religioso' (scl.
de parte de l jerarqua
catlica),
experimentado en la zon agrcoia (pero
resntid tambin en
aquella_s comunidades de- pastores donde, a'mediados del sijto xlr, mas
av-anzaba la desintegracin social) daba aceso libre - desde ti.
"o.
rgso
a los- misioneros protestantes43, que por su proselitismo y
su apelacin a la
conciencia y conversin
.indi-dual,
por su radicahso
"riti_prg""o
V
anti<atlico, y_ p_or su iconoclastismo, aceleran mucho el proso
d
cfeslntegracn de Ia comunidad, soltando los fuertes lazos con l hadicin,
y relatizando los lazos sociales y familiares entre sus miembrosaa. La
consecuencias sociales y culturales y an demogrficas de las conversiones
3 _13-s
nuevas religiones, son, grandes: el tempio del pueblo,
"".
*"t". y
huacas, ya no valen como smbolo de unin y fuente de energa moral
!
motivacin,
Tno
qy." son smbolos de contradicin, que originali .o"nr.t".
yustican discordias y faccionalismo. La norma dela decisin indidual
(con-versin) prevalece sobre la norrna de ra tradicin; y la emigracin se
les hace fcil a los convertidoi, que ya han cortado
t;;?djL ,rr.
lazos afecvos con la comunidad de'origen. En este
""?*-"li""t"
."
nculan, por una parte, el concepto de pganismo con retrasn, y, por otra
parte, el concepto de conversin cn progre-so.
3.4. Conclusiones
Los cambios estructurales observados en lo poltico, consisten en una
profunda reorganizacin del mundo andino, qn"
""
produjo en dos fases: la
4il. La separacin entre Estado e rglesia en chile, gente desde 1923, y et principio liberal de
la libertd de consiencia y religin (relegadas aic.iterio privado ite
"riu
.
f".-itt",
tambin el proselitismo de adventistas, pentecostales, testigos de Jehov y-rio.-or.",
entr lo8 aymaras.
44' Por otra qa1te, el proceso de progresiva__desinteg'racin
social, econmica y curturar, y er
trauma de la anomra subsiguiente, llevaba i muchos indfgen""
"
i." asambleas
protstanbe.' en busca de un nuevo abrigo comunitario, o de una pseudo comunidad, en
reemplazo de la tradicional. Merecelan un anlisis profundizdo lo" .iu-""to" .
continuidad y discontinuidad que 6e presentan para el indtgena
"onv"rtido
a-es nu"ru
'comunidad
espiritual' donde no interesan los lazoe con la halicin y la familia, el ayllu ni
los santos, y que encuentra el punto de su gratacin en el futuo ms all,
"*!
u*i"un"
"
la cultwa yla religin aymara.
MERCADO EXTERNO
cHrLE)
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1J
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E{PRESA
SALTTRERA
SECTOR AGRICOLA
SEMI -
SUBSTSTENTE
---
202
203
colonial y la reoublicana.
Esta reorg.anizacin poltica se gest desde afue_
ra: Lima, Madrid, santiago y . *oo de dminacion exterior. No se inici
por acuerdos basados en. atjun gr-ado de inters mutuo o consentimiento
mutuo, sino po
tiry_.i uilaterar
v
"i"r""i".-L"
i"ffi"izaciri
poltica de los Andes estuvo normada unlateralmente por los inrereses
forneos, no andinos, ab""d;;;;do;;
"i"p".ipio
;;d;i#;r;
andino
bsico, la reciprocida,
e-imponine;;r;;
relacin asimtrica de domina_
cin y explotacin colonrar.^La re-estruciuracin
coroniar, que
separ las
dos haciendas (serregando
la 'Repriblica-l-"a.'
de la
,criolla,-e
intrducien-
do un sistema delaJta socio-raciares,-con;usticia
de castas), se bas en
un sistema de control forneo, con funcionrio
".p"no.,
..i."iriollos, y
er.lr sistema jurdico
omano, codificao, elimiiano ]""'rot"a",
autctonas.superiores
y comprometiendo
las autoridades locales con el sis-
tema colonial. De este modo,'logr fr"g-;".
"r
i*p"ri. i"-."i"" n ro. r"-
t"or
fll:]:,.:Tpone.n,
y reducirlos a cmunidad;;
i;;;.
L',espues de esta primera
fase de desmanteracin
de la estructura
poltica andina y de sus autoridades,
aparecio el Estado criollo nacional
como centro externo de control y.domincin
andina. JLl;ilr;, .or, ,rn.
nueva.
-estrategia,
er proceso
de riquidacin
d;- i;;iLpii"
r"a",
sometida, y.lu integracin totar
"" "r
.t o;"il;. .^oiffi;;i?n
e ra
nacin criolla poi
la asimilacin
-
a"l-J".to.
indgena, consider la
destruccin de la comunia autcn;;;-;
ente polti-co
.h.ni.rirt."rro y
la atomizacin
de su
.ncleo
; ;, ;i'"yr" i .-ilil:
"*i""i";
r.
expiracin del derecho indr.gen-a y la imir"in del-sistema jurdico
criolro;
la eriminacin
de la autoa i;c;;l;;l
v
ra legitimacin der conrrol
efectivo e intensificado
de los recuisos autctonos,
i.e. legitimacin
de la
integracin
econmico-social
-dep;;di;;;:-C;;
;" i*i'"*
*"ilpro
r"
estrategia de la asimilacin.curtu;ar
"
i"orogi.", i.". "1 ili*iuiii,rt,r..r.
En el nivel econmico,
"t;";;;;
; ;;s"i";;-;;;*
de
re-estructuraciones
en la fase colonial. La economi
""ai"",i""
estaba
centrada en sf misma y orientada 'a la produccin
alirnenticia,
se
transform en
'europacetqod",y
." ou"nt . pr""".i"
,i'e;;rf"r, a"
'exportaci
n'. Las ro ui si.i o"".
",,iurioil
;
;; ;;- ;:r;;j.";;'dts"".
y
tierras,
-q
re antes
"nsideraron-l"-"*t
excedentaria
respetando
la
L_"Ii3
de la prioridad
der auto-abasteci-i"nto
a" r"-.r"rll?i"-u,
subreron excesivamente
siguiendo una norrna externa: 1".
"4;;;;s
de la
economa argentfera fornea. El sector dominante rntrodujo un nuevo
sistema de distribucin e interca*io
<".."do y moneda) definiendo las
reglas a su favo. Dara crear as un mecanismo d" fl;j;;;";;?ilg;,
a" r"
riqueza producida
"" "r
r".tor
r;i;;;"bsro
agrav ra invo'iucin y
dependencia
de la economia autocton?. 5" ror-o una economa dual, de
contradiccin
entre un polo moderno,
-o""L"io,
de exportacin
minera,
con su aparato O" t3ylg:, y uD polo autcto"o,
'"grp"."*o,
a"
defi ciente auto-abasteclmlenro.
En la fase post-colonial,
la liquidacin poltica y ra atomizacin
social
de la comunidad awnara dt iiloJ;;irJoi".i"ror
la desestructuracin
de la economa autctona y permitiero
t" in.o.poracin pro-gresiva
de sus
recursos en la economa criolla de exporcron
mtnera, la que
se o
satelizada progresivamenre
por la m!ffioli-";;;;;;.'
ilr
lJ....ouo
econmico'del sector rural, se relacionaba con la produccin
destinada al
mercado.. sin embargo, esta integracin en el biltem "-,ne-r.ro. in
oportunrdad
I
gue los cultivos comerciales desplazaran a los cultivos de
subsistencia destinados al consumo local. Los ingresos mon"t"o, d" lo,
productores_
aumentaron, pero el nivel " Zo.rr,r-o--i"--"ii-"nto,
sminuy45, para no hablr de las fluctuaciones de precios para
los
productos
.rurales.,
-y
el deterioro de la relacin " int"l"-io'lon lo,
proouctos rndustnales.
Los restos de la economa autctona,no integrada, constituyen,
finalmente, una economa miniaS y residual, d""extr"ma-p"rir",
carente de ]os recursos y organizacin iecesario"
ir"rr
.o r"pioa"[". r,"
desestructuracin social
-y
conmica der sector Lndino aJ i"rp.a, ,,o
condicionaba su renovacin,
qodpryizacin y desarr"li, .i""
""
si-pt"
incorporacin pasajera, a m-odo de insumos,'en una economa satlite de
e-xportacin minera dependiente, y agotable, produciendo al final su
destruccin irreparable. La perdid de" ros recrsos renovables v de la
FTol.o.st"
agropecuaria autctona, precipit el proceso a" proi"l"ir".rort
1""lto:"
del ndfgena, en una economa criolla estrangulada por un
crecrente exceso poblacional.
La estructura de la familia, que antes era extendida, diferenciada y
especificada,
{
-que
tenfa relevancia fundamentar
fra
-]".--"me.
estructuras-soci-ales,
sufri_, en la fase colonial, un cambi ideolgico y real
a la.uez..El ayllu era (y
la comunidad, el reino y el imperio fncaico se
consideraba como) una familia extendida.
po.
l"
'a"."pi.i0"
y
fragmentacin del imperio, por la enadicacin del culto " l"-"i"p"""o"
!j9: l-uldadgres
de ayllu.s, comunidad,_reino e imperio), por la dispersin
de muchos integrantes del ayllu, por el creciente inestizje. la posilidad
de emigracin
_y
eJ debilitamiento de la moral familiar, por todo eso la
estructura de la familia perdi consistencia, relevanci
v e"pe"ific".
Sus dirigentes perdieron atodad v teeitimidad
En la fase neo<olonial, se acelei el proceso de desfamili zacin y
qgrsonalizacin de la sociedad. La estrrctura de la familia, .""-"" "
-Fry
pl"tf"clear, trigeneracional, se debilito ms en t"r.p".,
-po.
t*
ncuuduarrzacln de los contatos y- salarios y en el registro ciI. La
socie-{ad de
-oyllus
se transform definitivamente en una sociedad de
familias^ nucleares,
-y
an de indiduos, sin mayores responsabilidades
que no_fueran para hijos menores. La perdida de a cohesiii ael" r"-illa
extendida y nuclear facili la emigracibn y proletarizacin en gr..,
".."tr.
45.
.St-avenhagen
(1977 : 9) observa un proceao credor de suMesanollo en todo el sector rural
indfgena de Amrica Latina. "Lae comunidades que hasta hace poco han sido
relativamente autosuficientes en la produccin de eus alimentos, de su ;rtJ;f; local
(basada en la utilizacin de los recuBoe locales), de materiales e conetruccin para
la
vienda y el sistema de riego; de materia prima para el vestido y
"r ""iruo;
.
iu"tu.
locales para usm mediciare', etc., se etn haendo cada vez'
-a"
a.p""aiurr.t." a"r
merc_ado para poder satiqfacer sus necesidadea fundamentales. Han sido vlctimas del
cfrculo cimo que loe obliga a generar ingresc cada vez ms elevados, para poder aJquirir,
a-!.reclg8 cada vez mayores, los substitutos industriales de los produtos que ellos mismos
elaboraban antes. Poblacionee ente-ra'.(en especial la gentu jven) han perdido, en este
poce'o' 8ua conocimientos y calificaciones-.beicas qu" antes lee permitfan otiiiru, y
mantener el equilibrio de sus reurrm locale'
204
205
Los cambios estructurales que sufri la comunidad en el nivel religioso
no fueron menos bruscos. La cristianiz".io" ro.r";"ti;;mente
ls estructura religiosa autcona y establecio una nueva estructura de con-
To,.I"l1Cro"9,
roraneo y represivo, ntimamente nculado a la esructura
qe,
oomlnaclon polihc-a y econmica. Este cambio, basado en la introduc-
cin de nuevos smboloi religiosos, atac directamente la etnicidad y fue,
T_qix
parte, responsable del'traumatismo de la conquista'. i"'".r""t"-
gra aphcada (erradicacin
de idolaras y doctrinas) no logr sino p.J_
mente eliminar la religin autctona, pro la
"blig
;;b;;u,
""
ro.-"
ilegal y camuflada. Al mismo empo, l lngenioin"ge;bgr;;;lgo,in_
dia{.1a1' la relign.gnsrrana y su ceremonial, econtr"io-,rr, .,,r"rro
equrhbno en el
'catolicisf:^-.il.l"li"ta,,
que en el curso del siglo XVUI ."
haba cristalizado, permitiendo
un marco ceremonral y estructurat able
para la conciencia social autoctona.
_
En la fase post-colonial,
se debilit la estructura de control religiosa co-
Ionial y el Estdo criollo tpiato a.;;;1";;;i; r;1;;; p,
".*ri"l
i*-
lgico-c_eremonial
de tipo laicista nacional. con l ".""".i. "'i"
"rt.,r._
tura religiosa nica d9
9rig9n
coronial fue remitida r"
"*fr""i"
ltigior",
cada v-ez ms, al dominio.n!v.ado, po^r la falta ;";;';;i;os pro_
pios..Por otra
pa1te, gerryitio ra pioriferacion
de mo-i;;;;J;;T;;sos
ra-
::1t1zi}"1-!1 1ni.1.in
protestanre y dirigidos por forasrero", prouo_
ca-noo un panorama
de desgarramiento y de desestructuraci
en lo
religioso.
volviendo ahora a las proposicioles
formuladas a modo de hiptesis,
recordemos. que no hemos-encontrado vestigios il;";';;iiiiri'"
t""
estructuras autctonas, en el sentido de alianzar un grado
suprior de
diversifi cacin,. especifi cacin y comprejidad. Sb ;;;;
",lll.o"".o
generallzado
de erosin_y desmantelacin de ellas, hasta .r, totrl
descomposicin (cf.
Hip.. IB).
pt
pro"".o-" esarrollo criollo observado en
Tarapac, basado en los sucesivos ciclos minero", r""- i"lrJucido y
conducido desde afuera y con los ,".,rr., organizativ. .*.u.,r" v
-"io"
3:,^":tl,.ll.i:*l_1:
dpo clonial ..-q. ,,"o-.olo;t"t id;;;ii"t
i.i. ip. el,
v
soro pucro realrzarse este modelo de desarrollo mineio
,hacia
afuera, L costa
de los recursos econmicos de toda l"
".no-i"
" pt."..rZ"
"ri-l.rti.r.
y
an de la supervivencia misma de la sociedad autbna (cf. Hip. 4)-
.
El proceso de transformaciones
estrucrurale" J;i;;;;.i'..L"
"o-o
de modernizacin. La modernizacin poltica consisti en la atomizacin
de la estructura
. polrica autctona y de la il;*ril tiJ" " lu
comunidad en l Etado criollo. ;o";iracin econmica consisti en
la demolicin de la estructura econmica autctona y r" i".o.por0"
""
la economa minera de exportacin, dependinte. La modernizacin en ra
estructura de la familia esluvo-en la peisonalizacin
de ,"a"J
"yil"
y
su asimilacin al modelo de la familia nuclear criolla. Lr;;d;;;;or,
"r,
l:_q_tf:tlg:]igiosa
consisti en ta privarizacin
a" l" ,"iisi""lf y
"r.
:.i:i1":l:T1s
organizarivas. Al trmino de este proceso, iemos que, en
vez de haberse convertido en un sector tal y dihmico'de la sedad
criolla 'moderna',
el sistema social aurct""; J"t;;;io, "i""al
""" "*i"
en el.mapa. Este pr-oceso de modernizacin fue
"n
,"li-rnlro.""o
efnocrdrano, de occidentalizacin, propio al neocolonialismo del iirt"*"
criollo satelizado y al sistema imperialista occidental en su toalidad. lns
intereses que moeron a la sociedad criolla y a la metrpoli detrs de ella,
a encauzar este proceso de modernizacin de las estrucuras andinas,
existieron en las formas histricas de explotacin capitalista minera (de
ciclo.argentfero y del ciclo salitrero). l acabarse sta, se justifica
el
srrspiro_del director del Instituto de Desarrollo Indgena de chile, cuando
{::,
"Pl
sector indrgena de Tarapac es un lase para la etonomfa
chilena".
206
207
4.0. Introduccin
En el capftulo anterior nos encontramos continuamente ante la
importancia fundamental de la dimensin cultural en el problema del
sudesarrollo de Tarapac rural. Corresponde a continuacin analizar el
sistema cultural de las comunidades aymaras del sector de cariquima.
Pero hablar de la cultura, o conciencia social, del armara' es tomar el
riesgo de cometer una alienante abstraccin, ya-que
9u]tgrq
y estructura
,o.r,-"tt realidad, un solo fenmeno social: el todo social de la comunidad
ayara. Sin embargo, recordndonos las precisiones.y observaciones
hlchas en el segundo aptulo, confiamos etar aquel peligro aqu, cuando
analizamos el Jistema cultural en sus tres niveles. Veremos con atencin
los rasgos bsicos de la cosmovisin aymara, expresada en la percepcin
del esp'acio y el tiempo. La fe, o etnicidad, o conciencia de la identidad
tnica, se eipres. ritalmente en la observancia de las costumbres y d,el
culto; bstos estan descritos ya en otros trabajos (Vqn Kessel 1974 y 1976),
de modo que podemos mencionarlos sin volver a relatarlos. La tica, como
ltimo a tos tres niveles de la conciencia social' se expresa por la
orientacin hacia zonas valricas, que en el caso de los armaras podemos
definir ecolgicamente. Tecnologra y enseanza son Joq principales focos de
transculturacin, c.q. los mecanismos prilegiados de dominacin
cultural, manejados por la lite criolla. Analizaremos los elementos ms
importantes del sistema cultural de los armaras chilenos, con atencin a
los fenmenos contradictorios y de desintegracin progresiva.
CAPITULO TV
I,A DIMENSION CULTURAL DEL
SIIBDESARROLLO; EL SISTET\{A CULTURAL
AYI\{ARA Y EL CONTRASISTELA IIRBA}'TO
i *
209
4.1. La percepcin
del espacio
Relacionada al medio natual con sus diferentes pisos ecolgicos que
explota desde hace muchos siglos, el ayrnara se ha configurado u"na sin
estructurada de su mundo, canonizada y sacralizada en su culto religioso y
expresada ritualmente en el conjunto ms antiguo de sus celebriciones
religiosas, llamadas las 'costumbres'. Estas son las celebraciones
culturales
4;rigidas
a los Mallcus (los espritus de las montaas nevadas
que_circundan sus pueblos) (cf.
Cadortte, lg77 : 133), ala
pacharnama
(la
madretierra, celebrada en su propio lugar de vienda, a niveles de 4000
m de alura en la Cordillera o n l Altiplano, y ueneraa como la siempre
frtil madre universal que alimenta toda la da del mundo), y e,l Amru
(la serpiente,
que.s9 -ncula a.la economa de las aguas los nos y
911119.^
^q"
irigacin de las tierras agncolas superilores e inferiorej,
2000-3000 m) Estos son los tres sectores d,el Acapacha i.e. "este
mund
nuestro" (Paradigma
1)
1.
4.1.1. Aeapaaha
El Mallcu tiene nombre propio: el nombre del cerro que en los mitos de
lt regr se presenta como un personaje de carcter dramauco y csmico.
Gen-eralmente, este nombre coincide con el nombe g"ogrfi.o, puro
tambin existen nombres secretos, usados solamente ericoitexto'riiual
(Martnez,
1976 : L3). Los Mallcus son llamados tambin "compadres',.
expresin de respeto y confianza, o bien "aadoes" (i.e. proveedores),
expresin relacionada a su funcin en la economa de las azus. fuentes de
vida.
_En
las regiones de habla quechua, el Mallcu es lljmado Apu, que
llSnifica
lo mismo: "seor con utoridad y prestigio, mandatario"'(ver
Horst Nachgall, 1966 :276-280).
En todas las celebraciones rituales de la comunidad cordillerana. se
recuerda alos Mallcu.s. se los invoca en situaciones de crisis y
necesiad.
tanto personal como colectivamente. Anualmente, los Martcui reciben s
culto especfico y solemne, en el mes de Febrero, en el llamado "Da del
Compadre", en que..la gente sube al cerro, hasta cierta altura, y levanta un
palo llamado "arco", que es revestido como pastor autoctno'y ornado con
los signos seoriales de prestigio para iepresentar al espritu. una
mesa-altar de piedra, una huilancha o sacrifiiio de sangre, coa, alcohol y
oraciones, una comida ritual con la carne del sacrificio, baile", y, a veces,
un dilogo consultati_vo con el espritu referente a problemas o-r*".rur,
en que un anciano "hace hablar al cemo" en voz-alta, y el cndor que
leprese_ta
el cerrq son los elementos principales de este iulto, por medio
del cual la comunidad espera que este poderso espritu ra benficiar con
sus riquezas de aguas productivas de piosperidad y con su proteccin.
l. Segln, Bertonio (1612), Pocha significa:
-tiempo,
mundo, tierra, univemo, la tima de pan
levar", y agrega: "acerca
de lm antiguos era nombre de reverencia, por ver que la tierra-les
9g!l {"
comer, y asf decfa-n: 'Oh Tierra, yo ser tu hijo', o 'tmme' o 'tnme por hijo"'.
Hablaban como el demonio les enseaba. Ttaduce Atakpaha 6empacha y uaiccapacna
(=Monqhapatha)
como "cielo" 'infierno". Pero el significido ms dellado d; el univei.so, el
mundo de andba (c_.q. de abajo),.con el significado implfcito de un cosmos distinto y (a pesar
de ciertos canalee de comunicacin y de Control) sepaiado de nuestro mundo.
La Pachanano es recordada tambin en todas las ocasiones rituales
autctonas. En cada intercambio de la chuspa de coca, en cada brindis,
cada trago alcohlico, se ofrecen unas hojas dL coca, unas gotas de alcohol,
'p
la rg-en", t-al como la llaman en su lenguaje s&reb, lenguaje
desarrollado por- los aJrmaras, no slo por el respet y la reserva ton que se
trata lo sagrado, sino ms bien como proteccin a sus costumbr".
religiosas contra la Inquisicin espaola, y l desprecio actual que sufre la
religin 'primitiva'
autctona, de parte de grupos auto-denominados
civilizados o modernosz. Por 1o dems, no se conoce esposo ni procreador
que_ tuera relacin conla PacharnonLa, y su llamada virginidad expresa
explcitamen!" qr9 ella gengra por su propio y auto-suficiente poder
creador la da en la tierra (Eliade, 1967 ,142). El da particular del-culto
ala Pachamana es la fiesta de la fertilidad del ganado, llamaaa "Floreo"
o
"Enfloramiento", y celebrada por los pastores-corlleranos en Enero o
Febrero, la
-estacin
de las frtiles lluvias de verano y el perfodo de
nacimiento de los auqunidos. Las ceremonias han sido descrifas en otra
oportunidad, pero aqu nos interesa recordar que el lugar del culto es el
corral del ganado y que en esta ocasin tambin se levanta el "aco de la
da".
Am.aru es un nombre y un mito que en la actualidad poco se escucha,
pelo q-ue se ncula al culto del agua en la hecordillera, y parcularmente
a la limpieza y apertura de los canales de riego, e el a de la
inauguracin del nuevo ciclo agrcola3. Este culto, que se desarrolla en el
campo, est tambin relacionado con el "arco', pero a ste no lo
encontramos en la inauguracin sino en la clausura del ciclo agrcola, y
precisam-ente en la celebracin del da de las Cruces de Mayoa.
El culto de estos ttes: Mallcu, Pacharnama y Amaru, ion ciertamente
las celebraciones ms antiguas de los armaras actuales, y tienen como
constante que la- autoridad tradicional aJtnara, c.q. el jefe de familia,
funciona como celebrante y sacrificador. Se trata de un triple culto a la
fertilidad que gravita alrededor del Agua que da la da. El'Mallcu como
gui{ador y dispensador de las reservas de agua de las montaas;
Pacho.mama como arquetipo de la siempre frtil naturaleza y de los
c_ampos y pastizales abundantemente regados, y el Amaru como principio
de la distribucin del agua_de riegos econmicos que fertiliza trrazas y
cultivos. La trada Mallcu-Pachamama-Amar se-refiere a la trada d
Origen-Abundancia-Dstribucin del Agua
Que
Da la da. Est localizada
en los cerros
'arriba',
en los campos de Pastoreo 'ac', y en los valles y
quebradas 'abajo'; geogrficamente, est orientada hacia el Orient
'delante',
i.e. el origen de toda agua y da; al centro
'ac',
i.e. la
abundancia de agua y da y la distribucin cuidadosa del agua hasta su
trmino:'abajo' o'atrs'.
2.
e
Ejemplos llamativos 6e encuentran en J. Monast, 1965, pp. 5l-53; pero stos se pueden
aumentar con innumerables ms.
El trabajo de R. Lagm, E. Cruz y N. Ampuero, 19?1, ofrece una excelente descripcin de
estas ceremonias en la pre.cordillera del Norte chileno.
lqa
una dmaipcin de la fiesta de las Crucee de Mayo en la zona agrfcola del Norte de
Chile, ver J. van Keesel, 1975, pp. 349-362.
2to
2Ll
Esta triparticin del espacio vital de los armaras corresponde, desde el
punto de vista econmico y ecolgico, a los siguientes niveles: 1) las
cumbres de las montaas; 2) la cordillera en los niveles de pastoreo y de
agricultura complementariai 3) los valles y quebradas de la precordillera
con la agricultura de tertazas regadas. La rintacin ('al Orinte') de esta
economa de aguas y de la religin de los a)maras incluye, a la vez, un
rango jerrquico
de esta trada, que ofrece un fundamento religioso a la
estructura social, econmica y poltica de la comunidad aymara.
Ms alld al Occidente, donde termina la zona de vegetacin
precordillerana, se acaba el agua y la da (scl. en el desierto de acama,
y, ms all, el Ocano Pacfico). El Occidente es la direccin adonde se van
los muertos, como en el comienzo tambin Wiracoclw mismo, el dios
creado y cultivador de los Andes, parti sobre el gran mar occidental
dcspus de haber terminado su obra de creacin5. El arco de la vida, que
obseryamos en_el,triple culto, se levanta en el Oriente, cubre el mundo, y
desciende en el Occidente. Como ciclo, este arco significa precisamente:
"Nueva
da de la muerte", esto referente a la economa agrcola (la
semilla que cae en la tierra, muere y produce nueva vida), como-tambin a
la economa ganadera (la huilancho o vrctima sacrificada, que recibe un
entierro ritual y aseg'ura la nueva crianza del ganado, considerada como
'resuneccin'),
y, an, hace referencia a la comunidad humana misma
(que a travs de la muerte, entierro y culto de los antepasados, se renueva
continuamente). De Ia misma manera, volver Wracocha tambin, al
finalizar la era que l haba iniciado con su obra6.
As, el Aca-pacha, i.e. el mundo propio del armara, es un universo
completo y acabado; sin cielo ni infierno, sin edn original ni paraiso final
restaurado en el ms all, o en "el final de los tiempos"T. Se trata de un
mundo que se renueva constantemente y cclicamen-te y, por lo tanto, es
radicalmente a-histrico. Los seres superiores (Mallcu-PacharnatLa.-
Amaru) son para el armara fuerzas dentro de este mundo que participan
en forma directa e inmediata en su vida y economa, y mantienen este or-
den csmico establecidoE. De ah que la mitologa autctona del aSrmara
sea la expresin de una sin del mundo (y la economa), sumamente sen-
sible al misterio, sin que no recutre a explicaciones 'sobrenaturales'
o
'extraterrestres',
sino que se concentra y orienta completa y exclusiva-
mente a "este mundo"e. En consecuencia, los conceptos annmicos meta-
frsicos de materia-espritu, son tambin extraos a esta cosmovisin.
Sin embargo, el aymara actual conoce tambin un universo extrao a
este mundo: un mundo superior, o cielo, y un mundo inferior, o infierno; y
sto, precisamente a consecuencia de dos sucesivas dominaciones que l
impusieron una cultura y una religin dominante. Bajo estas condiCiones
no desapareci la cosmosin autctona del armara, ya que hasta hoy da
persisten sus dinidades que personifican el misterio de la da y la
fertilidad. Las culturas dominantes tampoco lograron nunca ofrecerle una
interpretacin -mitolgica o cientfica- mis adecuada de su mundo. Si bien
sus divinidades perdieron jerarqua
de seres supremos, tambin es cierto
que ellas mantuvieron para el aJmara sus funciones tradicionales, como
las cercanas e inalienables dinidades 'propias'; por eso, en adelante
taunque
bajo la supervisin y control del lejano (y extrao) dios supremo
Inti
,el
sol de los incas, y posteriormente del Dos crisano de los
espaoles-Io, siguieron sin menoscabo cumpliendo con sus actidades
beneficiosas de dar da y bienestar al mundo aJmara. El panten del
aymara fue ampliado,
V
& la par obtuvo su cosmosin una nueva
dimensin: la existencia de un mundo superior y un mundo inferior; una
dimensin que, en el fondo, refleja la ideologa de la cultura dominante.
4.1.2. Araj-poeha
Araj-pacha es para el armara un mundo diferente, superior al mundo
de los, morales; es un universo extra-tenestre, de donde procede un
control universal y decisivo (suerte,
benciones y favores, riquza y salud,
da y muerte), segrin el modelo de los poderes de control polco externo
que se ha ejercido sobre el mundo a)mara a partir de la conquista
espaola, y an incaica. Este "mundo
de arriba'- as es la traduccin
correcta - se compone esencialmente d,e: Inti (el Dios Sol), ms o menos
identificado con Wiracocha (Guardia, 1962 : L42-L44) y posteriormente con
el Dios espaolll. En la zona de Araj-pacha encontramos tambin a
Cristo, la Virgen (Mara), y los Santos, particularmente los Santos
Patronos de la comunidad, que se encuentran representados y'viviendo'
en el templo del pueblo (Monast, 1965 : 59-60). Su lugar propio es el Cielo,
imaginado altamente elevado sobre la tierra. No tienen funcin inmanente
propia en el mundo de los hombres (,\,capacha) y encarnan
indudablemente los elementos culturales heterctonos. Las funciones del
"Dios lejano" son las de creador (una vez realizada la obra de creacin, se
retir del mundo), y de "Ser Supremo" que ordena y controla a sus
9. Por este motivo, seda imprudente considerar todaa lae ideologfas mitolgicas y religiosas, c
priori, oomo alienantes u obstculm al deaarrollo. F. Reinaga (f969 y f970) conidera
'la
religin autctona como un fundamento positivo para el movimiento emancipatorio polftico
de loe aymaras. Asf tambin considea J. Nash las 'cctumbres' de la aymarae en lae
regiones mineras de Bolivia; cf. J. Nash, l9?0, pp. 69-70.
10. Se encuentra a menudo la presentacin del sol con cara de hombre y bigote a la moda de los
seoree espaolee de la Colonia, y se llama "el Seor".
I 1. Cf. Guardia, 1962, p. 194es., y J. Monast, 1965, p. 23e.; p. 48ss.
o.
6.
Cf. F. Pease, 1973, y J. Monast, L965, pp.72-73.
Referente a los muertos, stm quedan tambin activamente presentes como miembroe de la
comuidad en el Acapacha de los annaras, en la form de momias, huacas, ete., o
sencillamente'en su casa'(i.e. en la tumba), Confusin se produjo cuando la escatologfa
cristiana introdqjo la distincin entr cuerpo y alma y la existencia de las almas de lm
difuntos ubicada 'en el ms all', sea en el cielo (angelitos), sea en el infierno (condenadoe):
cf J. Monast, 1965, pp. 42-43. De hecho, el Aymara nunca ha relegado sus difuntm
realmente a un Arajpacha o Manqhapacha (cf. "Muerte y ritual mortuorio", ms arriba, y
Parede, 1963, pp. 17-36; Nachtigall, 1966, p. 258ss.; pp. 290-294).
''Iodo esto nos lleva a la conclusin que los nativos no habfan llegado a la concepcin de
Dioe ni del demonio, ni muchos menos a un antagonismo entre ellos" (C.A. Guardia
Mallorga, 1962, p. 133).
Todas las divinidades autctonas tienen alguna forma de 'cuern', localizado en algrln
fenmeno ecol@ico; cf. J. Monast, 1965, p. 81.
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2I2
2L3
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ACAPACHA, "NUESTRO
MUNDO": Paradigma estructural de la
cosmovi si n autctona de l os aymaras (l )
PARADIGMA: La cosmosin sincretista-religiosa de los ayma-
ras (2)
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PARADIGMA: Reinterpretacin de los smbolos aymaras
(3)
PARADIGMA:
Nivel
ideofgico
Rei nt er pr et aci n de i os sl mbol os avmar s ( 3)
Mitologa ayrnar IdeSlgSfe
4SglS4
Ideoloqfa ladina
'(slgniticaao lsico
(Primera reinter- (segurda reinter-
ecotgico) pretacin) pretaci6n)
Araj-pactla
(H,a$npacha):
orden iricaico
/ceLo
Aca-pacha
(Ka\acha):
orden
existencial
4anqtra-pactE
(Uk'upacha) :
Kuti/infierno
(fasto: orden
lestial)
I .
2.
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.,
,/
C6rrr/
Puna/Sapo4,agarbo
serpiente/Pez
\ \
\
{
f serpiente,/Pez Ltndor
\(neiasto:
-'*,1-> lffil3r3:**
\(nefasto: i nti erno)
ejecutivos (el panten autctono y cristiano)l2. El lugar del culto es eI
templo, el Santuario de \a Marka o Pueblo Central de la comunidad. El
celebrante es el sacerdote, tradicionalmente un espaol o criollo, nunca un
autctono, sino un representante del grupo cultural y religioso dominante.
En su ausencia, una persona autctona realiza en su representacin
algunas funciones de menor categoda. La celebracin culminante es el
culto de la fiesta patronal, que - ms all del santo patrono
- se dirige a la
totaiidad de la corte celestial y al Dios Supremo mismo. La procesin es
una verdadera higrofanfa del Santo, que baja de sus alturas y realiza su
'visita' a la comunidad en forma majestuosa y benvola alavez, y an con
terrible poder castigador, y que vuelve a ascender a las alturas pal?
permaneer durante todo el ao en el Cielo(resp. en el templo-cerrado). El
vestuario de los seres celestiales es - desde la poca colonial espaola -
aquel del sacerdote-celebrante o bien del aristcrata espao113. Con la
"Dioe ordena y la Santa T'ierra da, produce" es la formulacin lacnica de la relacin
edstente, "Ordenar". en relacin a ia creencia de la creacin aLededor de Wractcha
significa "manilar" y, ala vez, "organizar", "crear" (scl. orden), educir el cosmos del caos.
Un ejemplo muy claro de todo esto es la imagen de San Santiago, representado como
guerrero espaol rnontad en su caballo blanco, que reduce cori su eepada a un autctono,
pagano, atrpellado por su caballo (cf. Monast, 1965, p.
'L3).
Las divinidades autctonas, por
el contrario, como los Malkus y la Pachamamo, se imaginan vtstidos con el ropaje
tradicional de loe aymaras. El demonio es reprcsentado como caballero alto, delgado,
vestido en fino traje negro; hasta confundirse con la imagen del 'gringo'.
Dalabra 'relisin'. los aymaras indican exclusivamente al culto cristiano,
i.e. la religi dei grupo cultural dominante desde la Colonia.
El
aymara
no acta cmo celebrante, sino que est{ presente pasiva o receptivamente,
como beneficiario y como sacrificante
(o pseudo tributario al- Seor); a ese
fin, deja sus tenenos de pastoreo y su estancia, y a! el pueblo fes-tivo, ya
que el-templo se encuentra, simblicamente, fuera del pueblo cordjllerano.
Despus dl culto al Santo estalla la fiesta, pero en la plaza-y en el pueblo.
Val recordar las 'costumbres' que corresponde cumplir en la fiesta y en el
pueblo, la plaza, los campos y los calvarios, y, en una parte mnima, para
iue el Sanio no se enoje ni se ponga celoso' en el,temp-lo.
'
Las celebraciones religiosas autctonas, llamadas
"costumbres",
-se
desarrollan, en general, precisamente dentro del mundo propio del
aymara: n su casa, sus cmpos' su corral, y l mismo es celebrante y
sacrificadorla.
4.13. Monqha,pocho
El Manqha-pacha est poblado tambin con elementos culturales de
origen cristiano espaol. EJ el lugar det Diablo
(Demonio, Maligno) y-de
los;'condenados"
(i.i. los que en via fueron malhechoes y criminales)1s, y
el reino de los poderes de la destruccin y el caos, gujetos y controlados por
los poderes dinos del Araj'pacha. E\ culto de estos poderes de la
obsclridad y de la noche, se llma brujerfa. El brujo autctono, l1a-mado en
aymara laiha y, popularmente, tambin "chiri-huano"r e-s-el celebrante y
e;hndido de eie culto. Su dominio es la noche, los roquedales inaccesibles,
las cuevas y minas subtenneas. Este mundo inferior o infierno,
constituye una contraparte adecuada para el-mundo superior o cielo, de
acuerdo- al principio estructural bsico del pueblo andino^, de la
reciprocidad iimtrica. Tal como se complementgn @e-n!e_
y
_Occidente
(c.q. delante y detrs), Aambos
lados del centro, el culto del Mallcu delas
altras y el ulo del'Amaru de las quebradas y valles a ambos lados del
centro pincipal de la comunidad aymara con su culto a la Pachamatnarg,
de la'misma manera se complementan y equilibran Arajpacha y
Manqhapach - cielo e infiemo ' a ambos lados del
-mundo
propio del
aymra,- el Acapacha. Pero ambos, Arajpacha y Manqhapacha son
introducidos de ia cultura y religin dominante. El Manqhapacha tiene
como funcin para el grupo cultural dirigente, sancionar religiosa y
ticamente la estructura de la dominacin colonial
(c.q. incaica). Por otra
12.
14. Eiemplm de la resistencia ofrecida por el aymara para entregar 8u proplo espaqo
(capacho) al espacio cristiano (Arqipocha) encontramoa en el culto mortuorio; an donde
hay un templo en la cercanfa, muchos prefieren como lugar de culto su propia casa o - por
rtltimo - el exterior del templo (atrio) y o su interior, segrin consta de la investigacin de J.
Mesa y T. Gi sbert, 1966, p. 81; 19?r, pp. 30-3r.
15. Ciertos ctlmenes muy graves son la cau6a de la'condenacin" como bmjerla, incesto en
primer grado, y relaciones sexuales entro compadres
16. Podemos citar otro caso interesante de esta reciprocidad simtrica en la cmmovisin,
sealado por Gabriel Martlnez con referencia a loe Uywiris (=
.los
lugares
-fuerts
favorecedo:res de la comunidad o estancia), que se agrupan en los de arriba y la de abajo, es
deci r. a amboe l ados del ' ac' (1976 : 60-63).
13.
216
217
parte, resulta tambin que el
_mismo
aFnara puede ilegar a morizar
estos poderes infernales cbmo ltimo rn".io,
""
j":; i".orr"ro ,
la manipulacin de los medios " po"tlJgi*"^i"r'rpo'oirir,"nr"
(sacramentos,
santos, bendiciones,-eic., _
o
"l
-"'*
como procedimiento
alternativo al mod oficial
-y't;sr;;
;";;;;;""""i'ulr"''rr"rr",
sobrenaturales
en la "religi"ri.
Reurriendo a ta" fulrzas in6rnares, el
brujo se vende al
"maligno:',
incurre
"r, "i
p"""ao;";;;il1"r.?.r"^
l*
venganza d'el Araipacha por oponerse.al poher y a las oi"""" "i-.irpr"-o
creador. El casgo de su insubordinacin
contra el Dios supremo es
terri bl e' pore
u el t oi ka termi na ;;;;;;" a"naao,- un- J,r,-"-irr"r, t" y
sin descanso'(cf. Monasr, 1965 : 1b). e,i"-r,;il;;;;;'lf
p-f'r,
desprecio de la gente que, si
"-U"rgo,-i"-t".r".r.
gran temor. De todos
modos, se asla de la comunidad, perin'o le faltan JiE;;;;
lii"., ,r.,
'irabajo
en secreto - por.precios
-"y
"t"""os
-, ms que nada impulsados
porjqa v-enganza
-ot4
contra un enemigo que se delea eliminai
Imbelloni
0e46 : 245ss.), habtando a;t" i'a"""siffi;';
Kusch
(1970:
140ss.), analizando la estructura de ra cosmosin
'ayrnara
contempornea a partir de los rituares observados
""
r"r"f
lpueblo
cercano a.oruro,_que
histricamente
ha mante"idt
-;;i;.
.-o"Llt". "
intercambio con cariquima y-sibaya),
sealan ambos
"qrr"iiu-
t.ip*ti.ion
como estructura bsica de ra cosmosin ann". A]-;i;;'t"*po,
destacan el carcter tico-valorafiuo
" r *"s zonas llamadas en kechua
Hlnlnngr,t ot.Kaypacha
-
.(Jh'upacha,
S;g; esta cosmosin, el mundo
::":Tl:i:ljj?:"h:.,esk
suspendido etre_aos
";;;;;;"ii
irrto y ro
nerasto; enre dos nrincipios: el principio de la creacin u orden*cin del
mundo y el del Kd (vu-elco,_
caos, muerte)
fX"r.f,,-iZOll?j.'p", l"
dems, el concepto central d" ia co"mrri"irr'"y*rr. (Kaipacha,
Acapacha
v
Pachamamo), no es,.mrs que una ia"", ..ql ai"i-a-"iiigi""
"" "r
panten del IncarE. El equilibrio tenso y-piecario
en q.r" .".
"t
Kaipacha es un element q'-e persiste
'clramente
en la cosmovisin
contempornea
del aymara de
-Toredo
y a" T"r"p".e
-l
"ril'".i"
l.
p.erspectiva poltico-ideolgica
cuzquena
- l que prueba . caalnstante el
ritual del ayrnara y sus cosrumbres.
Tliparticin ecolgic_a y triparticin mitolgica en su cosmosin se
entremezclan_ y se refuerzan mutuamente como principio bsico de
ordenacin. La cosmovisin tripartita lleva a valrizar'altamente el
pfr",.pio tico y_ prctico del justo
equilibrio entre los extremos
deologlcos y ecolgrcos; entre extremos sociales, polticos y econmicos,
l_lamadg Tinku en que el hombre sabio busca llevr ra vida aertadamente.
Kaipacha, o Acapacha mundo existencial del Ego, que se mantiene en la
medida en que se logra aq:uelTinkurs.
Kusch (1970 : 3a) y Von Wedermeyer (19?0
: 40-4L), mencionan
tambin los siguientes animales mitolgicos, nculados a is diferenes
niweles ecolgicos del antiguo mundo ayrnara" que observamos hasta hoy
da en su ritual como los sfmbolos centiales: El'condor (primer
nivel: las
cumbres de la montaa), el Felino (segundo
nivel: de los campos de
pastoreo; agregamos aqui el Laarto y el Sapo), y la Serpiente y/o'el
pez
(tercer
nivel: de tierras bajas de agricultura y-costa).
bn Taiapac no
aparece el Pez como smbolo. Por Ia ilominacin-incaica consiguiern estos
smbolos u-na reinterpletac_in ideolgica que se agreg aT significado
bsicoecolgicg. Asj, el cndor est porla zona ideolgi ci de Hannpa"ho,
{ef
o{9n incaico, de lo fasto; en esta funcin lo veneian como
,'Mensajer
de-I. soJ" y_ como representante del poder y esplendor incaico en la tierra
qollS:,lr lierpiente (y posiblemente el Pez) consigui, en la zona ideolgica
de uk'upocho' una segundl interpretacin, significando el puebro clla
(armara), un tanto vencido y despreciado, pero temible y presto
a
levantarse,-como la serprgnte hace cbntra el'Inca. El
pez
ref,resenta los
pueblos de la costa y del ritiiaca"_ todos sujetos al Inca. En eite contexto,
$yiente
y Pez significan simblicamente el Kuti, el vuelco, lo nefasto.
sealamos este traslado de smbolos de las zonas ecolgias a zonas
ideolgicas
-
cuzqueas, parq podpr_ observar cmo el In-ca asumi y
reintfrpret positivamente el sfmbolo del cndor; y cmo reconoci a l
serpiente en su-propiaefer-encia: del pueblo ava"rado pero legitimado
en su propia etnicidad. pajg la domincin cristiana de la olonia] ocurri
un segundo traslado de los smbolos aJmaras hacia otras znas de
17' No queremos afirmar con esto
.que l_a
brujer{a entre 16 aymaras existiera a consecuencia de
la introduccin de la fieura_det diaulo por'ls-.i"iln"-._
espaores. El mundo aymara
siempre ha estado pobli-do de. un ;il; i; ;;#il;
_p..d-;;;
i'il"p".* d"
montaa, rfos, vertientes, rbores, et.). Ess son fuerzas buenas, cooperadlras yzo
peligmsas y malas. Desde la
"or_qoi"t",'u"t."
fr";;" ro"-n
"oi*.-i"-o'ii"""p,mn
cristiano: el Diabro. o bien, idenriric4gi *r Jt,
["" ]r.
""iir""""l?
,i"" pliic.*"
v poderoso de todas las fuerz-as
-"1.".
er u"rjr.q,i.riiJ."' on er diabro, se ilama laika. La gente le tiene mucho temor y desprecio,
"
t'ono"ro ee muy elevado; cf. M.R.
paredes,
1963, pp. l ?-36.
18' Analizando los nombro de los BS0 adoratorios der cuzco, concruimos con Kusch (lg?0 :
147) que ellos consideran las tres dimensio"u"J"iu"""o, pero otrservamos que exiete un
solo recuerdo de la
paclnmama,
que es en la Iuoco e eyttipampa, ta 'llanurade
la victor_
ia"' En la ideoloqfa cuzouea,.ou_pa er lugar
""ntJ
o""^aiui'ni., ivi."1",'"1 u*
creador, ora ideficado con el soi-rni, rr?
""i""i.l^o
como au contraparte y complc-
mento natural. Wiracrcha-y Sol-Ini se contraponu"
"o',,o
;tiuilu'";;"r":;;{
;;"*, "ciero,
fuego, monraa" (wchbr,
l9?l : lB0; Ik^rri, igzs, ras-ria; p:;;.;,-i
,'s-.
Entr estc dos extremos-eue t dtorogr;'J;;;d^,
esr suapendido nuevamente cr
mundo del diario vir del rawannnsuvu.
19. Tinku es-nn concepto tan fundamentl como multlvoco en la eatructura social, aonmica y
polltica de la sociedad andina. Es un principio beico en la ccmovision del aymara. Tink
significa:
1. Llmite: el llmite entre el territorio de dos estancis, alllus o saycs. se considera que
este lfmite, separa y une a la vez a los grupos.
2. cornbate ritual: el combate entre dos ay-llus (c,q. saycs) de una misma comunidad,
constituye un mecanismo de contfnua redistribucin de las timas de la comunidad
entre los grupm contendiente, de acuerdo a la preein demogrfica relativa de sus
parte6,
3. Equilibrio: el equilibrio entre dos partee, por ejemplo en la carga de un llamo o burro,
que debe cargarse con psc iguales en ambos lados.
4. El punto de confluencia de dm lc.
5. El verbo tincuy signifrca emparejar, equilibrar, adaptar, lae doe partes iguales, que son
opustas y compJernentariae; que juntas constituyen un equilibrio inmi"L; qo.
realizan una unin frtil y. provechosa, y una unidad de equililirio tenso y mvil, como
la que..se da entre-el principio m.asculino y el fernenino. Este concepto sule traducime
como_"reciprocidad", c_om9 principio estructural de la economfa y sociedaa autctona.
(Cf. Mayer y otrm, 1974; Duviols, l97J).
2L8
H
219
significado. Esta nueva reinterpretacin, propagada por los mismos
misioneros e introducida parcialmente entre los mismos ayrnaras, en
cuanto cristianizados, fue ms radical y totalmente negativa, por cuanto
todos estos animales simblicos, inclusive el Puma, el Lagarto y el Sapo,
fueron interpretados como diablicos, y todos pertenecientes al Manqhapa-
co = Infierno. Esta reinterpretacin no deja legitimacin alguna a la etni-
cidad del aymara. De alu que las campaas de erradicacin de la idolatra
y la cristianizacin espaola fueran etnocidiarias, en circunstancias en
que los incas no erradicaron los smbolos sagrados de los armaras sino que
los reconocieron y los valorizaron jerrquicamente dentro del nuevo orden
poltico andino.
Otra metfora para incar las tres zonas eco-ideolgicas que sigue
gente en los rituales contemporneos (Kusch, 1970 : 186) es aqulla del
Padre (Ianonpacha,
lo fasto), del Hijo Mayor (Uk'upacha lo nefasto) que
planea el Vuelco, Kuti, y del Hijo Menor (Kaipacha, Ego) que busca
equilibrar su existencia ante la continua amenaza del Vuelco, dedicando
su primera lealtad al Padre, pero templando su conducta ritual con
ceremonias dirigidas a su eterno competidor: el Hijo Mayor, que lo asecha.
En la relacin entre los tres niveles de culto: Arajpacha
- Aapocha
Manqhapacha, se distingue siempre un orden jerrquico que refleja la
estructura de la dominacin. Por esta razn, llevan el carcter de niveles
ideolgicos: Arajpacha es siempre la expresin de la cultura dominante
(incaica
- crisiana) y de los elementos superestructurales que le
corresponden, como la lglesia, el Estado, las normas jurdicas y ticas
vigentes en esa cultura, y el culto institucionalizado. El Manqhapacha
ene por funcin sancionar religiosa y ticamente aquella estructura de
dominacin; la condena dina por no sujetarse al orden establecido, orden
canonizado, en que se basa la legitimacin del poder dominante y
concretamente la represin de parte del poder eclesistico y estatal.
4.1.4.La cosmovisin aymara y la ideologa de la
dominacin
Comparando la trada autoctona (Mallcu
- Pachamama - Amaru) conla
trada del aJmara cristianizado, c.q. civilizado o chilenizado (Arajpacha
-
Acapacha - Manqhapaco), se destacan algunas ferencias:
a) La trada autctona es una sin religiosa, estructurada en base a
la situacin ecolgica y al mundo en que l'a comunidad autoctona
ve y trabaja. La segunda trada, que es sincretista, es una
ideologra religiosa que refleja en trminos mitolgicos la estructura
de dominacin colonial y neo-colonial.
b) Dentro de ambas tradas. la ndole de la oposicin de extremos es
diferente. La primera, que est fundada en la ecologa, es la
expresin mitolgica de las estructuras poltica, social y econmica
de la comunidad, donde no se observa la contradiccin de la
dominacin de clases o castas, sino que est conformada por
elementos estructurales mutuamente complementarios que, en su
220
conj unto,ga..j ant,i zetnunequi l i bri oestructural di nmi coei ntrdo-
pla""t";."sn i principio tinku q:ue comnmente se traduce por
r;ip;;i;F.-i,"
tso"d" 'ada, cargada i deolgicamente'
.
es ln
reprsentacin mitoldgica de las oposiciones sociales,- econmicas
y
;;rti;;t il la domincion
(neo)-clonial, en que ambo extremos:
Araipacha
y Manqhapaco son la expresin de otro pnncrpro rre-
;1;; ;
i".ip-i"
" conrradiccin'entre
dominanre y dom.inado.
En este contextolla zona del Acapacha es tachada tambin de
"-.u6ii.";" o d"
".obrr""siva", o "-an$p-atria", segn se trate del sec-
tor religiosb o poltico-secularizado de la parte dominante'
c) Una tercera observacin se refiere-al re-cha19
:.por,plrte-
qe
li igt"-
pacin dominante
"o
n4"" ' a la triparticin de la tada ideo-
"il'"*;r""" l" cosmovisin del ymara sincretista. La ideo-
loa oficial
y dominante no reconoce esta trada y la reduce a una
dd".
-C;"'do
la lite polftica y eclesistica dominante interpreta
J
""g""J "i"e\
- Acaplacho o l nivel de las
"costumbres" - como
';didli.o" o *n t"inos secularizados- como
"primitismo" y
.ot*;poki"
"".iolttl.tno
indfgena", lo relega.l al. tercer.nivel
id;ld* -M"qn i*id 'para iegitimar la
'l9xrpacin de idola-
trfas"-y la expltalOn colonial,
justificando religiosamentf el geno-
.iio.fut"r"l. En ti"^po. post<oloniales
(o neo-coloniales),
y bajo
U .ni""t" l"iAta"L, se observa una reduccin similar de la
Iti"d", tot grupo. ao-inbntes urbanos reformulan la antigua ideo-
i; *lonial
".
trminos de
-patriotismo
{
PTgsr,esl-llegando
a
ua verdade""
""tilO.t
laicizadi' Segrin esta ideologa' las
"cos-
in-t"t" del nivel"-de Acapacha cJnstituyen- una forma
{"
p-
;li;;. y un folklore exrr-o al ser nacional chileno. De ah que
i..
"o.i"-""r
prt"""r""" a la'anti-cultura'
y, en consecuencia, al
i"".""
"i""f
<UL"sf*p""ha)'
A partir de esta doctrina se realiza
una
polftica de
,cltzacin,
y 'chileni-zacin' y--una. explotacin
;;;;i""i;f r,"t""t" la planifiacin del desarrollo y la educacin
pblica de parte e orgarri.-* estatales que desconoce-la etnici-
;';y_;;lr" i*t""gia_de'la dominacin reduce la rrada del ay-
-"""'sincretista-a
t iaa de las relaciones sociales
(neo)-
coloniales, para en seguida inte-ntar-solucionar
la contradiccin ex-
;ies.a
ti
"t-iia.
p"t la
-eliminacin
de Manqhapacha'
iachndola de
"idolatrla" o "anti'cultura"
20'
4.1.5. Cosnosin,
identidad cultural
y desanollo: rrna
hiptesis
Los misioneros del neo-colonialismo
son -
aunque- muchas veces
inconscientemente -
"r
-
ptor"*. que predica el nacionalismo
y la
;i;;td;;
y
"t
,"""rdoie
(c.q. psro que predica el cristianismo
,0. ;l attt"""t'"
""*dt""se
Jacques Mo{ast reconoce
-que
la zona de Acaprcha eubsiste con
--'
ft;;";iidad entre to"-
"fu."""
he Carangas:."L'irnrption du christianisme*au coeur
des Andes marque rn a.r#i l* I f,i"toi* tigi"ur" des qutchuasaymaras. Par ce qui
est du fond do"trinat, e
ilIs q""'i;i"n""n"" de nouvelle
r.eligron. 1: !19*l]:i
j"-ti"
sur les deux @uranta antrieures' Le chrietianieme fournit avant tout arx Indlena un
22r
extranjero, culturalmente no.adaptado al mundo_armara sino a los grupos
dominantes a nivel nacional e inrernacio""l.
pr;i;;;l
*J".]i,
""
t"
conciencia del armara, el universo moral-y-religioso a la dada:d.i arajpa-
cha -. manqhapacha (respectivamente:
cireni"
- iu"li.-of.ut"r. -
primitivismo; pogreso_- obscurantismo; cristianism.
- org""iJ""; Di* -
Lremonro; bien - mal). Estos misioneros actan as cuando-descalifican las
"costumbres"
del nivel
-
de Acapacha y las
""i"g""-
J-"i"a de
Manqhapacho, el reino de la anti-curtura y der pagalir-o. rr"rt" rroy
I|-llll?t lli flb?tgq,
en la conciencia e_ tor'"!m"r". .hi.,o", y
parhcularmente
entre los p,astores de la cordilera, la-trada, y
"r, "rp"i
el cam-po mtico del Acapaiha, que se concibe cr"ramen .- i-.ti.rlo ",
e. irreducible a, los otros dos campos: Arajpacha y U""qiipiiio. Esta
clara conciencia del ayrnara cordirierano
"."i,1
r""-"riJ't"fi-"*
" l^
i$entidad cultural y la conciencia de su etnicida, q""-
-i"tl"rr"
t.
pobraon autctona en existencia como grupo tnico partiiular, armara.
Distinta es la situacin en grandes sctres a" l.'n".ralrilr'.iir""".
E,:
lg"lt"-:,1!.!9tg.,,y
en la medigl en que la mision ;;.i;;;cin' y
oe cnsnanrzacrn' ha logrado xito, el armara perdi tambin su
identidad cultural, se orient ms decididamente hcia el o".id".rt" ("1
barbansmo literario coincide con la anomala del hecho cultural), y adopt
en plma ms completa las pautas culrurales urbrn.
p;;;
;1 *irrn,
T"E11FTbr1,,
empezg a emigar hacia la_ciuda4, y su regin de origen
s na loo despobrando.
por
razones de este despoblamiento,-del abandno
de chacras, de la erosin de las tierras de culti"o,
I Jo,
.r.i
desaparicin de la tecnologa agrcola autctona, ajo conJidrablemente
la produccin. Los escasos=intetos p.ra desanllai *"rr-Lri"
".t
.
regiones precordilleranas
mediante la colonizacin planifrcada por
gq!1ltorys
procedentes de otras regi-ones agrcolas, no ha^n r.gro e*it..
'roqos
estos antecedentes_pueden
dar origen a una variacin de la
hiptesis de June Nash referente a los disttos mineros de Boa, que
serfa interesante elaborar adecundola a la regin
"y-"
Jei-norte d"
chile. Tal hiptesis sostendra que un proceso piogre"vo de subdesarrollo
se constata en aquellos distritos, simultnea y parlelam"nte
a un proceso
progresivo de prdida de la identidad culturai2l.
4.2. La percepcin
del tiempo
.
La experiencia humana adquiere una percepci der espacio y del
tiempo como un universo ordenado contra un tiasfondo .h* q""
,"
proyecta ms all del alcance de. la experiencia. As tambin, el aymara
contemporneo percibe el espacio y el tiempo, no como una infinitud
catica o de elementos mnims idnticos, sino como un todo estruclurado
razonablemente y cargado de sentido.
."9:1!"hiT rolveau'
pour exprimer en trme6 catholiques leurs croyances traditionelles,,
(1965 : 20). su libm ofrece, adems de una excerente a**ip"io, a"rrniu*o-Jligi*o a.
los aymaras", lfneas de orientacin pastoral y misioneras para ra cristianizacin de la
poblacin autctona. El historiador chileno ocar Bermde
irszz : lec)-rec;;e, .n er
aparente consewatiemo de los annaras chilenos r*pecto a sus "costumbrot (".q.-iu
"oru
del Acapacha) una intencin deciida a ofrecer resiste'nci"
"
r" portli
""iir*l
L'""r".
r. Cf. J. Nash, l 9?0, pp.69,82; l 9?2, pp. 52-83.
Aquf presentaremos un esbozo de su concepcin del tiempo, cuya
etructura se define a partir de las principales solemnidades del ao.
Eetas estn reflejadas en el calendario aymara segrin el ritmo de las
eataciones, el ciclo de la fertilidad de los campos y del ganado, segrin las
actidades econmicas que se realizan en el transcrso del ao en los
doe niveles ecolgicos complemenarios: la Cordillera con su ganadera y la
hecordillera con su agribultura. Adems del ciclo anual de las estaciones,
e fundamenta su percepcin del tiempo en el ciclo de Ia da humana,
nculada en la cadena de generaciones. Tanto la da humana como el
ritmo de las estaciones se definen como un ciclo bsico que se repite y
una serie infinita de elementos cfclicos que se nculan en una cadena de
ucesiones inintemrmpidas. Ambos ciclos definen el patrn bsico de la
organizacin del trabajo.
4.2.1. Las actividades eoonmicas
Las actividades econmicas en las comunidades pastoriles de la
Cordillera y de los agricultores de la Precordillerg organizadas segn el
ritmo de las estaciones, dfinen ms que ningrln otro hecho, la concepcin
del tiempo en la cosmosin del aJmara.
Las actividades econmicas de hoy estn organizadas en la misma
forma, y son en parte las mismas que en tiempos pre-incaicos (descritos en
el Cap. III), aunque de la gran variedad de actidades de entonces se han
perdido aqullas desplegadas en las zonas actualmente inaccesibles. Los
miembros de los oyllns pastoriles pasan el inerno con su ganado en lgs
campos de pastoreo precordilleranos superiores (2500-3500 m), qe
colindan inmediatamente con las terfazas agrfcolas superiores de las
quebradas y valles transversales. En esos campos habitan casas
provisorias, dispersas en los extensos sectores que les corresponden,
dedican relativamente ms tiempo que en verano al cuidado del ganado,
que en estos terrenos se dispersa con ms facilidad que en la Cordillera, y
destinan, relativamente, menos tiempo a las otras actidades econmicas,
como tejer, construir. El hilado -
y para las mujeres el tcjido a palillos - se
hace con la misma asuidad que en verano, porque en el campo, y al andar,
ae pueden realizar estos trabajos. Durante los meses de otoo e inerno,
existe un contacto social y de intercambio econmico ms intenso con los
ayllus de agricultores; y esto particularmente en las oportunidades de las
fiestas patronales de esa zona. Existe en esos meses tambin una ayuda o
cooperacin ms intensa con estas familias en las actidades agrcolas de
la siembra y la cosecha, y D la mantencin y limpieza de canales.
Recurdese que, a menudo, se trata de relaciones entre familias
emparentadas, y que las familias de los pastores de la Cordillera suelen
afrendr algunas chacras en los pueblos de las quebradas, que all
muchas vecs sobran por el abandono y la migracin haciarla ciudad.
En esos meses, la dieta de los pastores contiene medos carnes y ms
verduras, frutas y granos que en los meses de verano. Al aproximarse la
primaveta, en septiembre u octubre, los pastores parten con su ganado,
us enseres y tejidos, y sus ms usados instrumentos de trabajo para hilar
y tejer, y con sus pequeas cosechas y reservas alimenticias, para dirigirse
222
223
a la Cordillera donde ocupan sus endas permanentes y
mejor
acondicionadas
v
donde
^almcenan
r""
"*."
;-;il;';:'ilr 1"o. el
verano a alturas de 4000 m y ms, en la zona d;"d;-;;*"",i."r,
l*
pueblos y santuarios de eios pastores..
si" ;;;g;,'-J".
"r"""
generalmente
di_gperso
"I,
19... .-po.
-de
pastoreo, q"o ,"
-i"s
han
asignado a las diferen-tes familias dil ayttu, y se agrupan en pequeos
ncleos habitacionales ll:mados "estan-aJi
que gq componen de 4 y hasta
l0 frniilias nucleares.
.pl
tiempo de la tiquib d; L;-;.rqir,to"
",
noviembre o diciembre. De octubre hasta dicieirrre ;"i;;;;""., q,r" ,.
puede construir casas y cualquier tipo L construccin revantada con
ligantes (generalmente
e barro,
"
u""!" de cal). E" i; ;";;;;;erano,
pueden dedicar ms tiempo ar trbajo textil, por ras-;;;d;1"., ya que
estas labores se realizan.r aire ribrl. Adems,
""
l*;;;;;IJ'lriu"r"
los pasores tienen a su disposicion una-mejor instalacin de instrumentos
de trabajo, como los relares'a pedares
- a. of;ge"
".p;;-;;;ioJ"-"nt"
3daptados
a li! exigencias de la Cordillera
-, las ruecas pedal y los
?"r*-
para hilar modos por fuerza hidrulica. b"-l.'riJr", "
diciembre y enero nacen- Ios ttr"uo,
"".i...
ert r"-q"i"* oiri u", a"
los pastores una parricurar atencin y .iao "
6;;;;; ii'Jt*g", r"
qianza
contra el cndor, el z-orro y el prrma. Ett
".ter-[ri"."
ii"."""ro
ceremonial de los maltones
- los aquenidos d;il;il- de i"-i""
v
* 1".
marca en la oreja; es-la-ceremonia e la quilpa, que generalmends
c;ncide
con ra fiesra principar de los pastores, ilJmda",f i;;;;;,,ilrii"r,ro,,.
Las trestas patronares
-de
los pueblos de la cordiilera se ."l"br"r,
generalmente
en el mes de diciem6re. An si l" fea
""i'nu.JluJ-"r,
ot
"
estacin, como la del patrono san Juan de cariquim-
<- "
li"iol,
""
traslada su celebracin a^esta poca (en
cariquima, ar 24 de noviembre).
Despus de las cerem_onias
_en'homenaj"
"
i* U"U""s,-L"-
o""o"o"
e-spritus de las montaas, y las c"remonias
"p"t. it"-"" Lll"fi;,
"i"""
el tiempo del carneo:
_febi9i.o
o marzo, ."""alfg"";d;;;;;do.
L.s
faenas que lo acompaan (charquear
lL carne,
iunTar t" gr"r",'f"i".
to,
::-"_111-"Tl)r
ocu.pan bastanteJ manos. En guida,
"f""pJ*i-".""
"f
lnvlerno' los pastores
se rasladan a los campos de pastoreo invernal,
llevndose
-chrqui
y rexles p*
"r;""j"
;;i;. pr"'*i"" ri..r"" "
las quebradasz.
La molidad de los. ayilus pastan:iles
se ve acentuada todava por
los
mltiples ajes - especiarmenr-rearizados p"; t* i;;b*.*v?!.,!. _
"n
verano' hacia el oriente, al altiplano boliano, para conseguir-atculos
de
y-lto.y g"ni"q
productos;
en invierno,
"t
o;;-p":*'G"ii,
"
1",
pnncrpale.s nestas-patronales en los pueblos de la hecoidillera y
los oasis
qe_agrrcurtura,
an hasta aqullos que estln ubicados ms H de los
\yllus
-veanos,
emparentadoi con io. p."tor",
de la comuni" "
yillltTi:
At
qarpcrpir en estas fiestas patronales,
aprovechan para
orrecer sus productos (charqu!
carne fresca, texles, y cualquier orro
producto
trardo det alriprano i.ii"i""j,
t;;.;;;il;i"
"i?#""r'"-i*
de amenizar las fiesrai con su msica. nit u. p"[i*
-*'r"i"ii.
rs""
VERANO
Di ci embr e
(12)
Fi est as pat r onal es
de l os
yl f us de past or e
Junl o
( 6)
INVIERNO
Cul t o Mor t uor i o , .
^ - _
de l a Comuni d; d( l - 2
Nov. )
PRIMAVERA
Cul t o de , '
l a Muert e '
Csni ca
( Semana
Sant a)
"os
Esguema 4:
Ia visi6n det tiql.o
a],]E-sincretista
Moment os de Sof emnl dad:
r . cel ebr aci ones auEBFt c. - s
( dent r o
de. l c r cul o)
2. cef ebr aci ones si ncr et r s
. cer eDr act ones s. i ncr et i st as
( f uer a
de1 cf r cul o)
22'
Fate
sisema de Bemrnomarrirmo de las comunidadee de 106 pastorea andinm al ritmo de
las eetacioner, se llama
,tranhumncia'.
224
__
de Const r uc
b/ r i ""au"
pat r onal es
de l os
Ayl 1us Agr l col as
225
Lorenzo de Tarapacr, 10 de agosto; y La Tirana, 16 de julio),
los pastores
se.hacen p-agar en dinero por la miica, y se
"ompran
rtcuros dL origen
urbano en las feias que acompaan estas fiestas.
. .Lor
agricultores demuestran menos molidad que los pastores . En
invierno, en_julio, comienzan los preparativos del
-
ao agrcola, con la
limpieza_de las acequias y de los_canals de irrigacin. En ag-osto, ya estn
preparadas las chacras para las primeras iembras. L opa de las
siembas es variable segn los cultivos, los niveres de allura y los
llamados "microclimas"
que existen a consecuencia de las disnbs
condiciones de cada chacra: pendientes, tipo de suelo y agua, horas de sol y
sombra por.d- a, qayoT o menor proteccin del enio,-et.; factores que
varan tambin de chacra a chacra. De ah que la poca de ra siem6ra
cubra cuatro meses, de agosto a noembre, y csi arcinza a las primeras
cosechas; stas suceden de enero a mayg. Los productos de los agricultores
son:- alfalfa, zanahorias, peras y membrillos, y en los valles"inferiores
tambin trigo. Antes de finalizar la poca de ls cosechas, se cerebra la
fiesta de las cruces de
-Mayo-
(la fiesta de la cosecha). En otoo y en
inerno, se aprovechan las heladas nocturnas para hacer chuo, una
tcnica de conservacin de la papa, de origen pre-hispnico. En la poca
del intersticio-agncola,se celeban las fistas patrnales de losa)llus
-1C,1.o13"
y del "floreo''
de los corderos, esta ltima particularmente in el
a24 dejunio, fiesta de San Juan, patrono de los coiderou. La mayora de
los agricultores posee una tropita o muy numerosa de corderos'que se
pastorean en los cerros, en las cercanas de las quebradas agncolas;
otros agricultores tienensu ganado en la cordillera, donde sus p'arientes
(pastores)
lo cuidan a "mediena".
4.2.2.Las ceremonias que acompaan las actividades
econmicas
Es un tema conocido que, en las comunidades arcaicas. ras actidades
econmicas.poseen una dimensin religiosa y que el propio trabajo es una
'celebacin'. Existen argumentos pra apoj,ar eita'hipotesil con el
ejemplo de la economa de los ayrnaras contemporneos.
-
Sin embargo, estas actividades econmicas tienen sus momentos
culminantes que marcan.,la estructura del tiempo.
..
En verano_- p*q de las lluas frtiles, de la abundancia de pastos y
alimento en la cordillera, y de los nuevos nacimientos del elnado -
ocurren las principales celebraciones rituales en la zona de los palores:
1) Las actidades de construccin son actidades econmicas
altamente ritualizadas y que tienen un carcter netamente
comunitario (cf. Horst Nachtigall, 1966 : lg5-200), con amplias
ceremonias al romper la tierra y colocar el fundamento del edihcio,
y
4
terminar o inaugurarlo. Ocurren en primavera
(octubre-noviembre).
2) Las celebraciones referentes a la fertilidad del ganado (',floreo"),
ocurren en verano, especialmente en diciembre-enro.
3) Las celebraciones en honor de los Maltcs ocurren al finalizar el
verano: en el "D_a de los Compadres" (ltimo y penltimo jueves
antes de Carnaval).
-
lor .el
contrario, en Ia zona de los agricultores, las principales
celebraciones ocurren en inviemo
,
durante l interstiio agrcola:
1) En mayo, con el "Dfa de las Cruces", se celebra la fiesta de la
cosechazs.
2) La fiesta del" floreo" de los corderos se celebra el 24 de junio,
o en
un da prximo a esa fecha.
3) La fiesta de la fertilidad de los campos regados, llamada "la limpia
de acequias", oculre en julio
e inaugura laZpoca de las siembras.
ubicando a estos seis momentos culminantes del ceremoniar avmara
en el crculo del calendario, se observan las siguientes reguraridads (ver
Esqrlema 17): (la
revolucin solar, y, en con-secuencia, ia direccin del
clrculo anual del calendario, debe dibujarse segn la concepcin del
aFnara, de derecha a izquierda):
1) Las fiestas del Mallcu y de las Cruces de Mayo, se refieren y
celeban ambas en las alturas del cerro. Las Crces de Mayo con
Arco -rplica del arco levantado al Mallcu- se encuentran-en los
cerros que bordean las quebradas y valles agrcolas. El cndor est
presente en las ceremonias de la Cordiliera.
2) La fiesta del "floreo", tanto de los auqunidos en la Cordillera como
de los corderos en la Precordillera, se celebra en el corral. i.e. el
nivel habitacional, y se dirige a la principal figura del panten
autctono: la Pachamamc, la madre univerial. En la Cordiilera. el
Puma est presente en forma de un gato monts enbalsamado.'En
las fiestas del "floreo"
-al igual que n las fiestas del Mallcu y las
.Cru_ces
de Ma_yo-- se reconoce una categorla y prestigio superior a
la fiesta de la Cordillera (de los llamos)
jo6re
tJ fiesta de la
hecordillera (de los corderos).
3) La fiesta de la siembra (o de la limpieza o apertura de las acequias),
y la fiesta de
_
la construccin (de rompr la tierra pr lo
fundamentos, y la apertura de un canal que conduzca el izua al
lugar de la construccin), se dirigen ambashacia abajo, i.e. hcia el
23. I.a discusin sobr el eignifrcado de la fiesta de canaval en loe ayllus aglcolas - que
tambin es una fiesta de la cosecha - no ha terminado, y no nos conponde"pmfundizalla
aqul,_pero al parecer, la estl pre-hispnica de la cosecha ee ha ido cobijando
-en
una de las
dos fechas del calendario festivo crigtiano: carnaval o cruces di Mayo, segn las
condiciones eco_lg'icaa y otras variablee que afectan a cada comunidad aglcoia d Nortc
Grande. Lm elementoe estructur:alea ds las de estas, son altamente"coincidentes (cl
Carnaval ee celebra precisamente en el Calvario del Cero).
226
227
lugar nculqdo al Arnaru en la zona agrcola. La Serpiente se
encuentra solamente en las vasijas rituals. En la hecordillera se
observa en esta.fiesta una preeminencia de categora y prestigio.
Esta distribucin de preeminencias favorece a l-as ceielracio]res de
la Cordillera, en particular por las fiestas del Mallcu y del "floreo"
- de acuerdo a la tradicional diferencia de prestigio
"nire
los ayllus
de pastores y los de agricultores. Por lo dehs, Io" repr"sentantes
de los pastores se hacen presentes en las fiestas de primavera de la
Precordillera,
y
J.o_s
repeqentanles de los agricultores participan en
las fiesta.s del "floreo" de la Cordillera (pero
raramente en las
fiestas delos Mallcus).
4) Las fiestas de verano tienen lugar en la zona de pastoreo, y las
fiestas de inerno ocurren en la zona agrcola. Tal'como verano e
inerno,-las fiestas de lo-s agricultores (iesp.
la economa agrcola)
forman el complemeno de las fiestas de los pastores (resp.'la
eco-
1or-na
pastoril-ganadera),
de acuerdo al principio de reciprbcidad (o
tinku) en que asientan las estructuras de las cmunidadei andinas.
5) El eje de-oposicin (en el
Esquema
12) --que es una oposicin de
reciprocidad-
lrne
y op_one las_estaciones de verano y crza perpen-
dicularmente el segundo eje: el eje de la simetra qu" une y opo."
primavera y otoo,
_y
que est marcado por el traslado del gndo y
la.migracin tanshumntica entre cordillera y
precordi-llera:
l
primera migracin (en otoo) sucede de las- alturas hacia la
Precordillera,_y la segunda (en primavera) sucede todo lo contrario,
de la Precordillera hacia las alturas.
4.2.3. Los momentos culninantes de la vida social
sobre la infraestructura econmica y sus fiestas se ha construido un
segundo piso de elementos ceremonialei de inters; ellos son las fiestas
patronales, de origen cristiano, aunque existen tambin fuertes razones a
favor de l-a hiptesis de que_ estas fieitas asumieron ra funcin del antiguo
culto a los fundadores de la comunidad que
- de acuerdo a una
interpretacin durkheimiana - es el culto a la-comunidad misma. En las
fiestas patronales celebddas en cada pueblo y ayilu se observa tambin
una situacin de complementarie<iad dentro del-ciclo anual. Las fiestas
patronales de la Cordillera ocunen generalmente
en verano, y en
particular en diciembre, mientras que laJfiestas de la
precordiller
tienen
lugar en inviernq y en particular e junio
o julio.
En estas fiestas est representado el ayllu comprementario del nivel
ecolgico opuestq de modo que se afianza all las'relaciones sociales y
econmicas. Dado que estas fiestas constituyen tambin la oportunida
para las ceremonia eclesisticas de bautizo y casamiento, las relaciones
9xite1te1
entre ayllus agrcolas y ayllus pasioriles, se refuerran a nivel
indidual y familiar por el intercambio d-e padrinos y compadres, y con
menor
_tiecuencia
por los matrimonios entre noos de la cordillera y la
hecordillera.
La razn de la distribucin de las fiestas patronales segrin el nivel
ecolgico y estacin,
9s
que slo en verano los pastores se en-cuenhan en
sus. pueblos- para celebrar a sus patrones, mientras que el intersticio
agrcola de inerno permite a los agricultores descansr y celebrrr sus
fiestas comunales.
un informante de cariquima explica a su manera el ritmo de las
fi::h: sociales, y expresa s carcter complementario dentro der sistema
global de, la lrturgia aymara: "Las
fiestas de la cordillera y la costa (=
frecordillera), van como lg pie del que anda en bicicleta: uno arriba, otro
abajg, uno abajo y otro arrib. As no ms van, y siemfrt;id;;;'.
De este rnodo, tambin las festidades formarm"nie de origen cristiano
- que constituyen la principal expresin ceremonial cle la di social de la
comunrdad como tal - se siguen cclicamente en un ritmo de intercambio y
complementariedad muuas; un ciclo asentado en el doble
"j"
"i ii"-p,
de la oposicin y de la simetra, indicado anterjomente.
-
4.2A. El culto de la muere de la comunidad y del cosmos
El culto de la muerte significa para el armara la celebracin de la vida
nueva que surge de la muerte.
El ayllu (tanto
el ayllyr pastoril como el ayllu agrcola) recuerda sus
muertos en los das I y 2_de noembre, y eri primr lugar al fundado
(resp.
los fundadores de la comunidad),-llamado "Alm_mundo,i.
Esta
celebracin de los muertos oculre en primavera, i.e. el tiempo de la
siembra. se ene la esperanza, y median-te er culto e los muerto! y de los
antepagdo,,s?
qree.lde.y se--espera_asegurar el crecimienn y b
plospelqgd de la famiha, del ayllu y de la comunidad entea. Aunqe el
"Arco
de la da" no se-levanta-en eita oportunidad, la cruz " l" i"-u"
est en el centro del culto, recibe adornoi similares y
""rrm",
de hecho, la
funcin del arco de la da. La cruz surge de la tumb
v h
-"tt"lol.o
"n su parte superior est adornada con verde y flores. Est! culto tien para
el
armara-el significado de la
-nueva
da para la familia, el iyliu y la
comunidad, vida que surge de la muerte.
Seis meses ms tarde,
-se
_celebra
en ambos niveles ecolgicos, y con
T"$o
respeto, la muerte de Cristo, en la Semana Santa
frriil.- p"rti.
de las ceremonias y costumbres q'e se observan en esa oportunidad, se
puede concluir que este culto tien las caractersticas inconiestables d la
celebracin de la muerte y resuneccin csmicas, y de la t""ir"
""t " "l Cosmos y e\
Qqos,
qug
laga
por un momento irti"o al finalizar y
recomenzar el ciclo anual. Tales ostumbres son, por ejemplo, el "combatii
al maligno" (organizando
.ona cu'za de la zcaha,
"r-l
"1 airlo.
"" terrgnos rocosos que son.su.territorio y el smbolo del caos), ayunar (para
participar as en la crisis del paso y-ayudar al ciclo .rn"lo iniciarse),
etc.,2a.
24. cabe mencionar, tambin, que el carnaval se celebra en todas las comunidadee andinas.
Esta fiesta parece expresarin formas menos claras otru aspectos de la celebracin dc la
crisis, muerte y reeurreccin csmicas, y, en las zonas agrcos, coincide
"-
1", trr u
la c(Fecha.
228
ru
229
La celebracin de noembre se refiere a la muerte que amenaza la
comunidad misma, esperando asegurar la nueva da de la misma a travs
de la muerte de sus antepasados; la celebracin de abril (i.e. en otoo), se
refiere a la muerte de la naturaleza y del cosmos, esperando asegurar el
paso al nuevo ciclo anual, que perpeta el cosmos y la vida de la flora y la
fauna.
El doble culto de la muerte (de la comunidad y del cosmos) ocurre
simultneamente en ambos sectores: tanto en los ayllus pastoriles como en
los ayllus agncolas y se realiza alternativamente al ritmo de las estaciones
de primavera y otoo, insertndose as en el crculo del calendario de
acuerdo al principio de simetra, de oposicin y complementariedad, que
caractertza la ordenacin del tiempo.
4.2.5.La ecologa y la estructura del tiempo cclico
Basndonos en las observaciones del anlisis anterior, podemos
sostenet que el calendario ceremonial se asienta claramente en una sin
cclica del tiempo, por la cual se pretende apoyar y asegurar - ritualmente
y a partir de la idea de la eterna repeticin de los fenmenos y la eficacia
de la fiel observancia de las costumbres tracionales - la perpetuidad del
cosmos y de la comunidad; la existencia duradera y prspera del ganado,
de la vegetacin y de Ia economa; la transicin de verano a inerno, y de
inerno a verano: un momiento tmico
que
define en el calendario
ambas fases de la economa de transhumancia-de la comunidad oastoril.
En el calendario ceremonial, la oposicin verano-inerno lleg a
expresar la disin de funciones entre los ayllus agrcolas y los ayllus
ganaderos de la comunidad aymara. Lleg a ser expresin tambin de una
simtrica unidad multifactica, de elementos estructurales, opuestos y
complementarios, de la economa y la sociedad ayrnara, segn el principio
del tinku. A la vez, es expresin de la situacin ecolgica y meteorolgica,
concebida en una misma estructura de reciprocidad y oposicin.
Finalmente, samos tambin la concepcin del espacio - a partir de la
trada Mallcu - Pachamana - Amaru -, en el ciclo anual.
En ese juego complicado de simetras, llama la atencin la asimetra
de la prioridad de la Cordillera, que, sin embargo, concuerda con la
orientacin de la economa de aguas (hacia el Oriente) y con la orientacin
axiolgica del aymara (hacia las regiones de altura). Se trata de una
prioridad de prestigio y de iniciativa. Los representantes de los ayllas de
pastores cooperan activamente en las actidades econmico-rituales de
las regiones de agricultura (siembra, cosecha y fiestas), tomando ala vez
la iniciativa en el canje de los productos en esas oportunidades. Esta
prioridad se expresa tambin en una presencia y participacin
numricamente superior de parte de los pastores en las ceremonias de los
ayllus agrcolas, que a la inversa.
Los elementos ceremoniales analizados aqu son los
jalones de la
estructura temporal. Ellos demuestran una sin del tiempo distina de la
concepcin cientfica y de las ciencias naturales, que lo sualizan como
una infinitud amorfa de elementos mnimos e idnticos. Para el armara, el
iempo tiene una estructura refinada. La estructura bsica del tiempo es:
el
{tmo.
que surge de su medio natural_ y que est asentado ecolgica y
meteorolgicanete; pero ste es r,n fundmntn ab origiru, es decir]dad
desde la fundacin mitolgica del mundo. Dada su clar conciencia de
fggnq"
parte en el acontecer csmico y misterioso de la da y la muerrc
(^Pachamatna),tmame,
tenme por iu hijo"; oracin antgua segn
Bertonio, 1612 : 242), esta-concepcin ica del tiempo lignific y
asegyra para l la continuidad rtmica de la vida biolgiia, ecnmic,
social y ceremonial. Llevado por su conciencia de connturalidad
participacin respecto al mundo circundante (su pachamama),
el
"y-"o supo. adomar
?qu-e!g
estructura bsica del tiempo con srpredente
imaginaci-n
-y
flexibilidad, con refinamiento y decdez4 llenndola con
una infinidad de detalles que, en parte, escapan a nuestra observacin.
-
Basta para nosotros reconoceien la consiruccin armara del tiempo, la
gencia-de los-mismos princiejgs crrlturales, o 'valoes
bsicos' que hemos
observado tambin en el anlisis de su estructura del espaci. son los
principio-s de complementariedad y oposicin; de simetra y continuidad
dclica; de paricipacin y-lealtad cimica; de l existenc (comunal y
personal) n_ormada por el ritmo tal de \a Pachatnarrla; de ta alt
valoracin del misterio y de los fenmenos naturales que, bservados y
meditados profundamente, constituyen la gua para su actuar; y,
finalmente, el rinku gue,
_e{r
este cotexto, es'el principio del equilibri
natural y de la captacin del momento justo y la proporcin pr".i'o p...
cada una de sus acciones.
4.2.8.La experiencia histrica y la concepcin histrica del
tiempo
Aunque en la concepcin armara el tiempo forma un ciclo rtmico de
una estructura detalladamente integrada a partir de sus dos faces ?ii
bsicas, e-s igualmente. cierto que en su iin del tiempo aparecen los
hechos y las experiencias trascendentales del pasado mtico
"
histo.i"o,
considerados como nicos y decisivos. son hechs totalmente ajenos a la
tradicionales actidades agrcolas y ganaderas, y
9ue
introucen una
concepcin lineal e histrica del tiempo. Mencinemos tres de estas
experiencias: el_Kuti,
_el
retroceso econmico, y el
,kuti'esperado
por el
mestizo-obrero del medio urbano-minero.
. .
El ayrn_ara es consciente d,:l Kuti, recordndoselo el pasado mitolgico e
histrico (Imbelloni,
1946 : 73-117) y temindolo en el futuo.o-o .".,"-
za. El kuti es el
'vuelco'
fatal experimentado idas veces en la historia
za. rt nuL es el vuelco ratal expenmentacto repehdas veces en la historia
incaica y colonial, y. en los subsiguientes perodos de las repblicas nacio-
nales peruana y c]1il9na. Las grandes iniurrecciones indrgenas, como las
d9_lfunac Amaru II (1780-1782),
fueron interpretadas .ri1Hi<ialgo, M-S,
1977 : 6-7). Entre las. experiencias histrica-polticas ms recintes (y
menos trascendentales) mencionemos: la conquista militar de tg?g, l
pepodo de Paz
Estenssoro
en Bolivia (1959-196t),
llamado el
,'padre
de los
Indios", y, en Chile, el reciente gobierno militar que acab (1923) con un
largo
perodo de democracia con reglamentos administrativos de relativa
flexibili4ad p3ra l_os ingenas y que inici una poltica forzada de
integracin cultural y administrativa en territrio indlena.
230 237
-
l,a conciencia del retroceso econmico o el progreso frustrado, es efecto
de ia experiencia de los diferentes sistemas ecbn.-micos ladinos ue en los
ltimos- siglos han afectado profu_ndamente
la estruci"r"-".o-lr?-i., y
social de la comunidad aymara. Mencionemos la economa
"srop"."".i,
colonial, eclipsada en ei siglo xvIII por la
".o"o-?.-";;;f"r-
t
posteriormenP^ por la economa salitrera. Finalmente, el clse de ras
actidades salireras y la expansin de la economa urbna. Esta historia
econmica est va an en el recuerdo del armara, y se la percibe como la
historia del contnuo- retroceso e involucin econmica para el sector
indgena, lo que prueba siempre las grandes extensiones de terrazas y
tierras agncolas abandonadas, y otros recuerdos y ruinas et pao.
La
conciencia de la involucin econmica y_ social se iefuerza tamf,ien por la
ff:Ii",-1,:i1his6rc,a
y actual de la corhenb migraroria a" trrifi"r" y
tTecordillera hacia la Costa.
En trminos de 'kuti',
el obrero mestizo_aymara del medio
urbano-minero ha de concebir la revolucin p."a.""-p""-"t
*ai.^o y
el sindicalismo de la regin. En este medio pareciera haberse cristalizado
esa. nueva c-oncepcin del kuti: el vuelco revolucionario, que har justicia
social a la clase obrera-minera. Del cuadro tl (cap.
I),'.l.ui"oJ que la
poblacin a-lt4tona no residente, de ms de 1b aos,'l" n
^
ciii el 2gs"
del total de la poblacin censda. Estas personas son comuneros y
m_antienen chacras y/o ganado en sus ayllus, pero pasan gran parte del
ano en aquer medlo obrero urbano-minero. La idea del Kuti esperdo como
'revolucin
socialista'^penetra en su conciencia y lo traen , t"
pr".orill"r,
y an a la cordillera2s; as, los comuneros se sienten ms confirmados en
su tradicional actitud de precaucin
por lo que pueda ,""""i. Esta
cautela por el qgsible vuelco radical'de los- ti"-por y e-la-historia,
equivale a un indicio mfs de su concepcin del tiempo q", .a"-r de ser
cclica, es lineal e histrica.
4.3. La orientacin axiolgica en el espacio y el tiempo
Parimos de la distincin de cuatro sectores o niveles ecolgicos en el
territorio cubierto por
-el
armara chileno. cada uno de estos
"iuEi""1"p."- senta para.l un complejo de factores econmicos, sociales y culturales al-
+mente
relevantes, pero representa, adems, ,r.'rorr. """"1r"r;. n.t"-
cbamos a continuacin estas zonas de valores, preguntndonos por la
orientacin axi_olgica del armara en su mundo. Los"cuatro nivele! ele_
yiifi-""";1.
El Altiplano boliviano, al oriente; 2. LaCordill"ra,
"u "egiOn de on_gen; 3. La Precordillera,_al Occidente; 4. La Costa y la socidad urba_
na. El sigaificado axiolgico de cada ,t.ro de estos nivels
"cologicos
no es
tan unvoco.y siryple, porque el sistema de valores tradicionales"del ayrna-
ra est en discusin.
En
.los
prrafos anteriores de este captulo hemos analizado la
cosmosin tradicional del armara de Tarapac. Tratando e ta vi"lo" et
tiempo, aparecen elementos histricos de tipo moderno q,r"
"o-d"frrr".,
.r,
,6J-. qr" * t."pt".r
"n
el movimiento obrero revolucionario, sueren perder er contacto con
sus. ayllus y se
.adaptan
culturalmente ar nuevo medio urbano-ob'rero.
-r-r-rrrir,
"o-o emigrantes definitivos.
percepcin.
_pn
es-te prrafo no ser posible limitarnos al sistema de
yd.l":: tracjonales,-y.-qo" no es nvedad constatar qr" i
"y-"", indidual, si bien en los das de su culto bra con aquellos elementos de
b t"
y la_cosmovisin tradicionales, est como insegurb de ellas, y
como si
dudara de su validez trascendental, a medida qu"e el ambienie" cultural
ubano le impresio_na. Es precisamente este proceso de mestizaje cultural
el que causa confusin n el sistema de'valores trascendeitales del
aJmara. Por esta razn, tambin puede que el significado axiolgico de los
cuatro niveles ecolgicos resulte contrdictori.
por
tal moiivo. se
conveniente distinguir aq, por razones metodolgico-analticas y a modo
de tipologa, un aymara de-orienta{gn axiolgica de tipo tradicional y uno
{9
tino modero (o modernizaq!-). El significdo y la rga valrica e los
dist-intos niveles ecolgicos es diferente
!"r*
""dd
uno de"los dos tipos. La
confusin se cristaliza as en un doble iistema de valores, contradictorio,
que nos ofrece la oportunidad de una interpretacin bastanie interesante.
4.3.1. El aJmara de orientacin tradicional
El- aJmara tradicional,. que se siente contento en la cordillera y
considera a sta como-su
^tierra
ryt{
y s-u casa, su origen y destino, se
orienta en todo hacia el oriente, donde se levanta el sol,-y de donde ene
la llua.
Ql_v
llua son las condicionantes principales'de su exisiencia y
bienestar. El oriente significa la fuente de da, mientras que el occidentJ,
para 1, es el pas de la sequa (de la pampa, ei desierto de Atacama) y d
la muerte- Por eso, tambin, entierra a sus difuntos - y as lo expresa -
'atns'.
o 'par'abajo',
indicando la direccin occidental- del pueblo o la
estancia. Los hombres, a meudo eligln su esposa en el oriente, Bolia,
qge, en este respecto, tambin equivale a fuente de da. El oriente - e
Altiplano y los valle-s
-
orientgles - produce hierbas medicinales,
complementarias a las de-la-cordillera, muchos elementos para el ."tt"
i
las costumbres (coca,_
alcohol de azcarl 'pusitunka,, kolla, h,upala, etc.), L
instrumentos musicales que constituyen n elemento indispensabe en las
celebraciorres religiosas ysociales aulctonas (charango,
zampoa, tarka y
q-u9n-a) Los materiales de todos estos instrumentoJ e consiguen en l
Sltiplano
o en los valles orientales de los Andes. Adems, se e"ncuentran
los santuarios y los cerros (Mallcus.)
de mayor prestigio y cteeorapaa el
-a)m-ara
de la cordillera chilena, en el oriente. umeiors son-en la regin
l"s leyen{as sobre el
_poder
de los cerros ms venerados: Tatasavaya,
Sajama, Guanapa, Sillajuay y Jachura (Monast,
1965 : 74-76\. Los
santuarios bolianos
,y
sobre todo copacabana, situado jun'to
al lago
Titicaca, son un refugio en caso de extrema necsidad. Eri el orienre se
busca tambin auxilio y ayuda de mdicos autctonos tgatiri)
y brujos
(!aika), que se estima que tienen mrs poder y conocimienio" q,r"
quelios
de las comunidades locales. Los santuaris locales y an las'casas
habitacionales,
-estn
orientadas con la puerta hacia el oriente para recibir
en la maana los primer-os rayos del iol. La oracin se dirige tambin
hacia elorienQ,
J
en e-sagireccin se quema el incienso, en la radrugada,
"para
adorar al seor". El primer-nivl ecolgico - el Aitiplano - equual",
para el aJrnara, al origen de toda da y ferza. El ario de la da s
232 233
levanta - como el sol
-
en el oriente, alcanza su cumbre en el "Centro", la
Cordillera, y desciende en el occidente. Adems, el armara chileno est
consciente de que sus congneres del Altiplano boliano, saben ms de las
"costumbres" y son ms fieles en su observancia, y an del idioma aymara,
que l mismo. Sabemos por la historia que los famosos reinos aymras de
Lpez y Carangas - donde las comunidades aymaras chilenas tuvieron su
origen, por la diseminacin de colonias hacia el occidente - se ubicaban en
el Altiplano boliano.
-
EI oriente, y en particular el Altiplano, significan para el aJrmara
chileno la fuente de su identidad cultural y es - en su concpcin - el origen
de toda da y bienestar en su economa religiosamente enmarcada.
La cordillera misma es, para el armara, su tiena natal y su casa; all
se encuentra su estancia, st ayllu, y su pueblo; all celebra sus fiestas
sociales y religiosas, y sus costumbres; all est su santuario y los santos
patronos que protegen su comunidad y aseguram la bendicin y la
prosperidad; su ganado est all en su propio campo (ya que los pastos
invernales son considerados solamente como un alejamiento temporal y
una intenupcin impuesta por el rigor del inerno). El ayrnara cultiva en
sus tierras de altura la quinua, la papa y la haba; y los poderosos
"aadores" o_mallcus, localizados en los cerros altos y nevados, vigilan y
conceden el alimento para pastores y ganados. En la cordillera tam5in, el
pastor ayrnara tiene sus huacas (una piedra, una vertiente, un paso alto,
etc.), en las que tiene fe y a las que se dedica con un culto fiel y-carioso.
Adems, conoce la cordillera como nadie: sus caminos, su flora y fauna,
sus vertientes_ y su clima, sus suelos, piedras y aguas, sus peligros y
recursos para la supervencia. Slo l sabe r bien y prosperaf en l
cordillera, gracias a sus conocimientos prcticos xperimentales,
acumulado,s por muchas generaciones y gracias a la tecnologra autctona
desarrollada a partir de esos conocimientos del medio que lo rodea. En la
cordillera, tambin,-siempre ha encontrado un refugio, desde el tiempo de
la conquista espaola con sus campaas de cristianizacin, por parte-de la
Inquisicin y los extirpadores de idolatnas; refugio tambin contra las
sitas y censos organizados por la administracin colonial para fijar y
cobrar las mitas y tributos de indrgenas; y refugio
-contra
loi
reclutamientos, sea de los ejrcitos realistas como de los patriotas o
criollos. El ayrnara est apegado y enraizado en su tierra y su ayllu.
Cuando, por ejemplo, el europeo o el hombre urbano d-e la costa
experimenta este mismo ambiente como un medio altamente inhspito,
difcil y enemigo del hombre, el armara lo aprecia como el ms apropiado y
natural medio ambiente. All construy y organiz su propia -y
relativamente independiente- sociedad y economa. Hay abundancia de
ag'uas, las tropas de auqunidos y los pastizales significan para l la
autntica y duradera riqueza que la Pachamamo le ofrece.
En lo que respecta al tercer nivel, la Precordillera: desde muchos
siglos, el aymara ha organizado con los ayllus de este nivel (considerado
como- parte de sr gran comunidad) su economa de intercambio y
complementacin. Considera a los habitantes de la Precordillera como sus
ohermanos",
miembros de una misma gran comunidad, concebida en
trminos de parentesco, dentro de una gran estructura cultural, social y
econ,mica general, que encuentra su centro inspirador y talizante en la
-uordrllera,
y precisamente en el santuario del pueblo central. con estos
hermanos,
-el
aymara de la cordillera
"r
nculado poi l"ro.
matrimonialq:
y d" parentesco-, y polrelaciones de intercambio &onmico,
s-ocial y religioso-ceremoniales. sin embargo, con preocupacin
i
descontento, observa que estos miembros de lJcomunida'd andina, ya no
son plenamente fieles a las costumbres ancestrales, a los abuelos, t.; tal
como lo expresa: "No sienten cario parS el
{abajo,
ni para ,o, "-po" y
rebaos-'; los santuarios estn descuidados y las fiestas'patronales locale;
estn desatendidas. T,e desagrada tambin que muhos de ellos no
resistan el encanto de la ciudad y abandonen s pueblo. El aymara de la
cordillera c_onbina aportando ms que nunca la mantcrrcin de las
antiguas relaciones de intercambio mltiple, colaboando temporalmente
en lqs trabajos comunitari-os de la precrdillera y supliendo'la escasez
estacional de manos en las labores de agricultura; ooprando y costeando
las
-lestas
patronales y estimulando ina migracin mnim desde Ia
cordillera a la zona de la agricultura de quebrads, con el fin de reforzar la
econo_ma agrcola que le ofrece el complemento necesario a su dieta de
ganadero.
La costa es el cuarto nivel ecolgico. An si ven en los pueros
martimos
-
tal como en tiempos pre-hiipnicos
-, algunos de los mmbros
d9
la ,copu{dad
a quienes en sus ajes puede
"."rrdi,
para alojarse, la
cluoad slgnlnca para 1, claramente, territorio de los
'otros'.
La ciudad es
el centro y
lrigen
de la 'Beligi
'tt"z6,
d all salen los sacerdotes para
atenrler sus fiestas__patronales y los pastores evanglicos para sus misibnes
desorientadoras; all tambin est l sede de la atoda eclesistica y de
la administracin pblica. De all salen las leyes limitanres y
estorbadoras. para el_ a{oprg, y el control forzado de parte de una
autoridad aiega a 1, definiendo fronteras nacionales q,r" .r.rr.r, y
fraccionan "su" cordillera" con leyes que obstaculizan a menudo el trfico
tra{igi-onal y el trueque entre loi distintos pisos ecolgicos. La ciudad es
tambin el
_origeg
-de
la riqueza monetaria. El suerd ganado all es la
'riqgg?"
$J
diablg', encantadora y fugaz, atractiva y faIal. La ciudad es
falnbifn
el I
Far
del poltico, del cmeiciante, del alogado y del juez, que
[octos
Junos
ctevoran al rndio que cae en sus manos. La ciudad, finalmente,
significa la gran seduccin de
-la
juventud.
Existen en h itologra dei
aym3a muchos ejemplos
_
de fascinantes espejismos de ciudade"s, que
resultan ser trampas del demonio puestas afajero ingenuo y d po."
ambicioso. El armara considera la ciudag,on gran reserva y profunda
desconfi anza, porqug es francamente
;le-rritorio
peligroso y enem;g6,,22.
rlacla el occlctene vraJan, ctesde signfre, los difuntos; y hacia el occidente,
ahora, estr partiendol2wertmaetns
de las promejas de|progreso'; en
26. con el t'rmiv6 "Religin", indica el aymara el compl{o de lae cermonias relisimae e
l,Ttruccr,onq,
catequfsticas cristi-ana6_ ocialee, tanto las catlicae como ras evagricas;
"Cctum9l6"
es, para 1, el complejo de las ceremonias religiaas autctonaa.
27. rJno der,la innumerables_$ps y leyendas de la ciudad fantasma, o la ciudad del diablo, se
:n-cuetra
en J. Monaet, 1965, pp. 77-78; perc en la regin encontramc muchas variacioncs
del tdna.
I 235
I
234
\
-".,..*.,
J
el occidente, tambin, desaparece el sol, y con 1, la fidelidad a las
"costumbes" y a los antepasados.
4.3.2. El Aymara de orientacin moderna
(modernizant'e)
Los trminos de este subttulo no son mrs que la indicacin del
""*ndo
tipo ideal que estamos describiendo, Y
s refieren al mismo
"t"t"
dei norte chiieno, descrito ms arriba en lo que re.specta a sus
,.rgo. tradicionales. En razn de su doble orientacin axiolgica, este
;;;";i* tambin al occidente, fascinado por la encantadora ciudad
dt di"to, sus riquezas y rrr.
-r.rrillas.
Centrando su admiracin en la
""a, el'mundo^se le piesenta en orden invertido: la ciudad es centro y
p"nio " p"ttida; el nivLl primero y el ms importante-, y parte inmediata
"d;f';;"ttJ;;.i;al.
t"nti'o nacioal" equival para el aymara-- imbudo
"-"".io""ti.mo en la escuela fiscal y el-regiminto militar a "Centro del
M";;;l-t;;i;d"d ubicada en la coJta, es la sede del Poder Pblico: Ad-
ministracion pblica, Tribunales, Poder Militarl
v
$9t9rid1d Fclesistica.
i" .i"a" es fuente y origen de toda legalidad oficial y de legitimacin
fmediante
document de acimiento, bautismo, actas y-contratos notaria-
i".,
"t..1.
Es origen tambin de artcuios de consumo moderno, de medicina
-.i"t"'"
y de tJcnologa moderna. Y es centro y fuente de trabaio asalaria-
ilt-|lt;-mone"fra,
los que prom-eten acceso'
junto con los-diplomas
"".l*r.
altamente val'orizrdo" -
al pleno goce de este paraso. La ciudad
tiene en primer grado el prestigio de modernidadr Progreso'.
-
El
'segund
nivel,'la Pr;ecordillera, significa para el aymara, la
orientacin" moderna, d" ,rtt" posta avanzada de este centro. En los
o"l. " la Precordillera, el cehtro urbano est presente en el Inspector
["-C"i"t"o, barabineros,'y el Profesor, que tienen al] su domicilio; el
"r
"i.it""t"
y el Comerciante
que trae artculos de consumo urbano y
tl"u" ptoa".tos'agropecuarios mediante un precio pagado^en dinero; y,
finalmente, en ellquipo mdico del Sercio Nacional de Salud y otros
l"*i.i"
Utl.*
tVili"d,
Dreccin
{9
Ri9So. Direccin de Obras
S;;it".i"r; CORFO), cuyos funcionarios visitan la hecordillera con cierta
frecuencia. Adems d stribulr los artculos de consumo urbano,
medicina y enseanza, estos pueblos controlan el acceso al centro, por
meo de .rr" ,"pr"r"riantes, de los transportistas,
y d_e las familias ya
"-ie."".
a la ciudad. La Precordillera constituye as, el trampoln hacia
i;fi;, ; partl"ular en el modelo bifsico de la corriente migratoria de
ia Cordilera a la ciudad. Los pueblos agrcolas de la Precordillera, sin
-b"rgo, no tienen el prestigi de
.progieso
como la ciudad, porque el
a"sp"-i"nto
y la
"ro"in
de las tierras prueban lo contrario; pero sus
h;;t" se va'nagloran, en segundo grado e instancia, de un prestigio
e
-o"rniad
reativa,'y est, basdo en sus-pautas de consumo
semi-modernas y en una'mentalidad ms abierta a la modernizacin y al
cambio.
--"i]a
bordillera, el tercer nivel ecolgico, no es ms que el hi.nterland,
dependiente de la Precordillera. Este nivel tiene, en consecuencia' menos
il";;;i ;e.ntro del poder, legalidad, consumo moderno, medicina,
n.-""ru y progreso. Siu poblacin est ms marginada, dedicada a una
economa de subsistencia; abandonada a los recursos y tecnologfas
autctonas, y por ende, menos prestigiosa. Es una 'zona atrasada' y -para
el hombre li ciudad- sus habitantes son 'indios' o'ingenas"
Et Altiplano boliano - el cuarto nivel - es 'el extranjero" y-significa un
lr."io"tt .t"cin al orden
jurdico chileno. Es fuente y origen de ilegalidad
y contrabando; refugio para infractores a la ley chilena y equivalente a
'atraso y primitismo'.
El
-mundo
vencial del aymara chileno esti articulado de acuerdo a
los diferentes niveles ecolgics, en sectores claramente demarcados, cuyo
significado depende ya no s?lo del sistema cultural tradicional del aymara,
sio tambin iel proceso de cambio cultural que se est gestando. La adju-
dicacin de sentio y significado a cada sector, se asienta de-hecho en dos
"irt"-".
de valores-diaretralmente opuestos, uno tracional, otro moder-
no; uno orientado hacia el oriente y' el pa3do a)mara, otro haci.a el occi-
"irt" y el patrn cultural urbano. Laioblemtica del proceso de.cambio
culturl cnsiste -en
trminos psicolgicos- en pretender suscribir si-
-oltn""-"nte
a ambos sistemai valorativos contradictorios, produciendo
en primera instancia una altitud amb_i_gua" que creemos influye.negativa-
-".tt"
en la problemtica del desarrollo socio-econmico. Detrs de este
bosoueio en trminos de tipos-ideales, aparece la figura del aymara real de
la crdillera chilena, que d'ebe superar 1o dramtico de esta contradiccin.
Por esta contradiccin de escalas de valores simtricamente opuestas, y
la orientacin diametralmente contraria" el aymara contemporneo se ha
hecho nuevamente un nmada errante entre oriente y occidente, entre
corllera y costa. Sigue realizando sus viajes en base a_su antiguo sistema
"o"6*i.o de la e-xplotacin complementaria en diferentes modelos
ecolgicos, pero en la costa ha perdido desde hace mucho tiempo sus
andgfros
'derechos
de explotacion (d9
pesca, extraccin.de
guano y
r".oi"c.iO" de mariscos), si'endo, ms bien, l mismo explotado - en el caso
L 11"rr"" su producto mercado, hacer compras o trmites - por
.la
Jesfavorable ielacin de intercambio y la deladaptacin en el medio
urbano. Hoy en da, su vaivn errante se acenta a consecuencia de su
ofuscada idlntidad cultural. Por eso, se ha convertido ms bien en un
errante cultural, porque bajo la influencia de la ideologa moderna ya no
s siente identifido'con l cordillera, como su hogar espiritual, y en la
ciudad aparece como un elemento extrao, marginal y no deseado;
i..it
"do'por
la sociedad moderna de consumo, a la vez que rechazado por
i.
".o.ro-"
urbana, que ya est saturada de trabajo
_no
capacitado. En
esto consiste la problehatica del proceso de cambio cultural en trminos
socio-psicolgicos.
,-
-=-\
4.4.
tA
tecnologa andina
Lla concepcin del tiempo y del espacio y la orientacin axiolgica en
mundo c'smico, defrnen l dimensin cultural de la tecnologt^a, la que
ndimos
"o-o
,t.t modo de comportamiento econmico y social28' Segn
No cae rebuscar aqul expresionc de prioridades idealistas o materialistas. Ya hcm<xi
;;di;";i;;mieirto ditctim entre idea y medio material con que se edifica el sistema
soal-culturalque llamamm eociedad.
237
\
236
el
.concepto
del
lombre
europeo moderno, la tecnologa es una forma de
saber trabajar la materia, c.q. el medio naturall tcnicamente mas
gerQcta-y econmicamente ms productiva, dentro de un sistem" " pto-
duccin basado en el desarrollo y la aplicacin de las ciencias naturales. Lo
que interesa es: la ampliacin de los ionocimientos positivos y experimen-
tales
.
y
.
el
_perfeccionamiento
del instrumenlario (herrahienms,
maquinaria)- Por otra parte, la mitologra, la teologa, la metafsica, no
tendran nada que ver con la tecnologra
!
slo puedeop"r"r como factores
-pertyrbador,es
o limitantes para el dsarollo tecnolgicl. De este modo, el
hombre moderno elimina cnscientemente de la tecn"ologra
"q"L1i"-a-""- sin
'simblica
que tanto valoriza el hombre anno.
Podra sostenerse qug nuestra tecnologra se ha desarrollado
suficientemente como para hablar de una instiiucin cultural estructural.
segrin AlvareLG977 : xiv), ella constituye en s y en trminos abstracros,
un modelo ("Homo
Faber") que por su dimensin cultural se concretiza en
un p-aradigma histrico especfico. Asi la tecnologa andina es una
F::"]"p"
alternativa, propig a ese sistema social, y
"
dirtingu" tcnica y
culuralmente de la tecnologra-occidetal, considerada a menudo y
equivocadamente como la tecnologra. En este prrafo analizaremos la
dimensin cultural de la tecnologra indina observada
"n
cariquima.
Podemos observa capaciddes tcnicas rerevantes
"ri
1",
"o.r." agrcolas y ganaderas de nuestro terreno de investigacin. Esta tecnologa
perfectamente adaptada al ambiente ecolgico. ori-"ginada
"n ""
i"-""ro
caudal de conocimientos experimentales defmedio ntural, ha garantizado
una produccin econmica
-ne_cesaria
y suficiente para la rgaizacin del
desarrollo de estas comunidades ayrnras en el pasado, y
-
"i-""o"
- p.ta
su
.reproduccin
y mantencin estacionaria asta i presente. N es
posible describir aqrr la extensa variedad de esta tecnlogra autctona,
pero basta indicar algunos de sus sectores:
Existe el peligro de que escape a la observacin del socilogo del
desarrollo una dimensin importantsima del fenmeno de la tecnologfa
autctona, o bien - si se da cuenta - de que haga abstraccin de ella
tachndola de tradiciones folklricas o de costumbres mgicas, sin inters
para la produccin econmica y el desarrollo de la zona. De hecho, sin
embargo, la tecnologra autctona posee una dimensin cultural, marcada
por una sin mitolgico-simblica, que se expresa en todo un sistema de
tcnicas simblico-mgicas ntimamente ligadas a las tcnicas positivas o
materiales del ayrnara. Hablaramos de dos niveles en la tecnologa
autctona: el nivel positivo y el nivel simblico. Ambos van estrechamente
unidos y constituyen, juntos,
la tecnologa propia del aynara. La
existencia y gencia del segundo nivel en la tecnologfa autctona, es lo
que la distingue notoriamente de la tecnologra europea moderna. A esta
primera diferencia, se agrega aquella de las tcnicas positivas especficas
que el hombre andino con su modo de produccin supo desarrollar en
correlacin con su medio ecolgico. La tecnologa simblica andina aporta
considerablemente para hacer funcional y eficiente el paradigma tec-
nolgico andino dentro de la economfa de la comunidad aymara.
Por otra parte, es discutible la pregunta de si la funcionalidad de estas
costumbres mgico-religiosas consiste exclusivamente en un efecto
psicolgico (confianza, conformidad, etc.) que tales ritos producen en el
ayrnara de orientacin tradicional, l que de esta manera librara con
mayor xito la lucha por su precaria existencia econmica.
La combinacin de aspectos racionales y mgicos en la tecnologa
autctona, la expone de todos modos a la crtica y an al rechazo de parte
de los otros grupos culturales y la deja librada al desprecio emocional de
grandes grupos urbanos de la regin que la consideran - con razn - como
la expresin cultural caracterstica de los a)tnaras, tildndola luego
peyorativamente de 'primitiva'. Este juicio de valor negativo pasa a
divulgarse entre Ia poblacin autctona misma, parcularmente por los
agentes de la modernizacin: el profesor, el instructor militar, y el pastor
protestante. Los aymaras de orientacin ms bien urbana, que ya
perdieron la clara conciencia de su identidad cultural - estando en un
ambiente urbano
- tienden a distanciarse acentuadamente de la tecnologra
autctona, y en particular de sus aspectos mrgico-simblicos. Esto vale
decir, en especial de los conversos a algunas sectas protestantes. Entre
estos conversos, se observa contnuamente el menosprecio y el rechazo
radical de las tcnicas y costumbres 'primitivas' y 'paganas' que se
practican en la comunidad autoctona.
_
1.
2.
3.
4.
Tcnicas de hilado, tejido y trenzado2e.
Tecnologra hidrulica e hidrolgica: en obras de irrigacin, molinos,
y aparatos para hilar.
Arquitectura y tecnologa de construccins.
Tecnologa agncola, con el desanollo de nuevas variedades y el
aprovechamiento de todos los macro- y
microclimas3l.
Conocimientos- y utilizacin de materiales disponibles en el
ambiente (pie{ra,
cuero, hueso, madera y muchos olros minerales y
vegetales mrs).
Conocimiento de la flora.y- f"y_.q, que origin una'tecnologra
glJlinaria y mdica muy variada (y. Gonialez, {gll).
El sistema autctono de transporter y.o-,mi..ciones.
I,a capacjdad organizatoria y emprsarial que supo desarrollar el
sistema de transhumancia y vertiCalidad.
D.
6.
7.
8.
En estos prrafos no ngs,affimos a intentar una explicacin de la
funcionalidad - a veces-.asmbrosa - de la tecnologa simblica. Sealamos
aqu, simplementgaquella dimensin 'mgica'*- citando una serie de
ejemplos de rryfesentacin rituales, plsticas y dramticas -que tienen
relacin cof el proceso de produccin autctono del aymara y que
deseamog.,llamar aqu', genricamente,'imagen votiva'. Trataremos de
29. Cf. d'Harcourt, 1962; y Nachtigall, 1966.
30. Cf. C. Contreras, t97 4, p. 25; y v. Solc, MS, l9?8.
31. Cf. L. Nrtez, l 9?4,possi zr.
238
249
-
..-,.,,,-
l
sido influenciada durante ms tiempo por la enseanza pbrica.
Testigos_mudos de este proceso de 'di,sarroll;d;i'"b;;rro,
.o.,
tambin las mayores y menores superficies ".hr.r*
"u."orr.." a lo largo de las quebradas donde sL ubican
".to"
p"Uf"..
---
^,^_!
I:!i1r,.e,la
poblacin autctona po_r emigracin y al desaparecer esa
clara lqenndacr curtural en los agricultores_ y pastores que quedaron,
pareciera
iniciarse
.un
proceso irreversibe' de a".ilt"d".io" y
subdesarrollo progr-esivo, qe afecta la economa rural en su totalidad.
-E;S[O
aparece ms claramen-te, hasta ahora, en la zona de agricu]tura de
vallesy quebradas donde el abandono de l; tie;;;;;;;;:';;
."
",
grado inferior se puede_decir
lo mismo respecto . t""
^.ti"i"il5i"'.toril".
y la Eex[rlena artesanal en la zona cordillerana.
por
la agudiza.,ie
"sca"ez de
ryan9
de obra, la explotacin del suelo se vuelve.uri"*a,
"*i"n"iu,
y_,el sistema, de produccin cada vez menos trabajo-intenslo. p".o
:ll^"1":_gl-"-ta
ocupacin intensiva del trabqjo y del suelo, siempre ha
srdo ra caractenstica ms destacada de la explotcin agropcuari de la
zona. As se obtiene en muchas partes ra deparicin e lls actiaaes
de.hilar y tejer; cultivos.qu-e^exign
mucho trabljo ."d;;;;b
"rr;s
que lo
9dgg.t Inglqs,
como'la alfalfa y el trigo; en las pautas de consumo sucede
i*:I^Fli9as
y alimentos e ra
"tierra"_
.t""-t-;;;;;i;;, pero
l"Tt'9:o:
de preparar' ceden el paso a los arimentos cos de eraboracin
rndustnal; lo mismo
.con
el calzado, la ropa, algunos elementos de
construccin-y herramientas y tambin
"ns"rs'de
.asr.-es."s"no
"
todo. esto la lenra y segura dLsaparicin de ra tecniot;;";4r"";a, que
precisamente
se orientaba a la eiplotacin intensiva de"la tierra afrcola,
se nos completa eJ paorama
de n proceso de subdesrrolio p.osr?riuo
"
ureverslble, por la eliminacin transculturativa simple de l te"cnologra
autctona.
4.5. La enseanza ruml en Tarapac
La accin transculturativa de la escuela nacional no ene slo de su
prograrna de ciencias naturales. Junto con la tecnologa
-J"*",
l"
institucin misma de la- educacin pblica, constituye et
"ec"ni"mta.i.o de asimilacin cultural
-en
m.nor de ros que mnejan el Esdo. Ese
mecanismo fue molizado desde el comienio de la olonia, reaJaptado
bajo la Repblica y llevado a su exrremo
""
1". riutn"r d;;":"-*
4.6.1. Antecedentes histricos
,^
L3.primera modalidad de ra enseanza pblica en ra zona f'ue la
^Yoctnla-,
o
larroqut^l.
organizada tempranamente: Camia (1600),
Sibaya (1600),
Pica (1608), y Tarapac (16i4)41.
La Doctrinairri"Uu f"
;1. c,f. ob-p"d" Iq"rq,r", Gufa Eclesistica, 196g. otros focos de adoctrinamreno
rrigiosccultural durante_la colonia, pero e inters secundario par l";;;;; fr"".n,
codpa y Arica al Norte; Toledo y oruio al Nor-oeste. Estos centros t
"ir"
iL.o.ro
convcnt* con clrigoe. e. irradiaba_n su liturgia en toda ra periferia. ef -"i!p"" "
A*qui_pa ejercfa tambin con-. eficacia el
-gobierno
*t*i"ii".'-*gi1'ui,-i'rr.it
"
apoetlicae y campaas de
,erradicacin
de idoltlas'.
teologfa hispano-catlica y su tica de obediencia y respeto al Papa y al
clero, fidelidad al rey y sus leyes y sumisin a las ordenanzas
administrativas. Las doctrinas de Camia y Sibaya tueron escaso efecto
entre la poblacin, en comparacin con ias d Pica y Tarapac. Las
primeras eran 'beneficios
muy pobres', con escasa e internrmpida
presencia de curas y espaoles. Sus anexos42 se encontraban en la
precordillera y sus contactos con la zona cordillerana eran excepcionales43,
de modo que se justifica
la suposicin de que la poblacin pastoril desde
Isluga hasta el Huasco no ha sido, en la poca colonial, objeto de
catequisacin sistemtica. La Doctrina, sin embargo, fue un impacto
religioso y cultural; logr controlar y eliminar, en parte, el ritual autctono
pblico, pero no alcanz a erradicar la religin, ni reprimir el ritual
privado del aymara. Todo lo contrario, ste, ms bien, asimil trminos y
elementos rituales cristianosaa. La Doctrina introdujo en la regin, el libro,
la escritura y el documento jurdico (registros parroquiales, etc.), armando
as un mecanismo de control manejable por los escassimos letrados. Hasta
el fin de la Colonia persisti un analfabetismo generalizado, salv+ en los
casos-contados de algunosjefes indgenas de los valles bajos de Taraqac y
Picaas. Esto significa que, de hecho, la doctrina realiz, con la introdu\ciOn
del documento escrito, el ajuste entre la integracin de la poblacin e\el
sistema jurfdico-administrativo, presente en Arica (y, posteriormente,
\
Tarapac), introducindose as el sistema jurldico romano-espaol, cor\
escrituras legalizadas, justicia formal basada en la interpretacin de
\.
documentos, pleitos, etc. Este sistema jurfdico tan familiar a los colonos
espaoles, pero extrao al mundo aJrmara, se convirti en un poderoso
recurso'legal'para la explotacin del indio, accesible solamente para los
primeros (r en forma muy limitada para los caciques). Registros de
bautismo y matrimonio, y padrones de tributarios, formalizaban la
integracin (pasiva!) del indio en el sistema jurfdico-poltico; y el culto
litrgico con los sacramentos significaba su integracin (pasiva!) en el
sistema de la religin. La Doctrina no divulgaba conocimientos tcnicos
euroPeos.
A fines del siglo XVIII, penetraban hasta en las proncias ms lejanas
del Virreynato, las ideas de los enciclopedistas. La idea de la bondad y de
los efectos progresistas de una enseanza generalizada
- idea grata a los
criollos
-
est en \a taz de la fundacin de las "escuelas de primeras le-
tras" en la zona, que apareci en las ltimas dcadas de la Colonia. En
1793 se cre una escuela pblica en Tacna "para los hijos de los natu-
rales". Al encargado de la escuela "se le aderte que deba infundir el san-
42. Las ce-parroquias o anexm de Sibaya eran: Sotoca, Mocha y Pachica; las de Camia:
Mii-Mii, Pisagua y Sipiza (Vollmer, 1967 :255).
41. La parte transhumante de esta poblacin pastoril debe habe tenido contacto peridico con
las (vice)-parroquiae al desplazaree estacionalmente a la pruordillera con sus pueblos
agrfcolas y ew fiestas, donde se le podlan imponer ritoe (de bautismo y matrimonio) ms
que enaeanza.
44. Estos elementa del culto cristiano'indigenizado'funcionaban como un verdadero camuflaje
y permitlan una supervivencia mimetizada de la religin autctona (Valcrcel, f945 : l4).
45. Cf. l,as Actas de Peticin ref. a los intenta de restauracin de la mita en Tarapac (1780),
en Villaloba, 1976, p. 30le; y, tambin, Actas del Conflicto eobre el nombramiento dol
Cacique de Pica, en Bermdq,,l9?2, pp. 106-108.
250
br-
25r
to temor de..Digs, qmoJ y fidelidad al rey y perf'ecto desempeo de todos
sus deberes"; al cabildo y al cura e t" b:thn" r" l" l"a].aqirJ oulie.-
sen a los padres, tutores o cabezaleros a ena r .". t
o.
^
t"
"-i-rr"t"
fr,
los medios que.dictase 13 prudencia"ac.
Es notorio que la escuela de prime-
ra1 ltra,s.
nersigue casi loi mismos valores eti.o. q'"" i"r""a" r" adicio-
nar uoctnna' pero se suprime el "respeto
al
papa
de Roma y a los minis-
fr9s.
dg.religin" con que_observamo"
los primeros vetigios de la
larclzacrn de la enseanza. Poco despus, en 1g00, un mineroco de Hu_
antajaya, vecino de Tarapac, fund en ese puebo
"";
;;;"h similar,
Tf-.
dg retirarse para descansar a Areq ripa" queriendo a"r, .rt" *orrrr_
menuo ce numanlsmo y-progreso a su pueblo, con tal que la escuela siem-
pre funcionase "con distin.i:i"
-dg
crases y ...t'""" (sed";,
1-ill ,'va.
El "Estatuto
Prosionar" del Ayuntami""to " i.""
ri'aij,-d"n""
"r
principio que la enseanza-re_publiana
terua que ser obligatoria y glrr"rA,
y que l.a-escuela popular e indigena tgrua que fomentar
" "ir"rtJp"t.io-
tismo (Koste,
tg?g). Alocucion'es,_relatos
e celebracior*. p"tli.as,
ins_
flggo_"j:^.para
profesores y padres, todos los document* "-i" epo.u
(1820-1860)
demuesrran ra iurre rendencia ideologica ei;;tri;d," y
del progreso. Las escueras populares r"
-"ltiprr."l?" ""pi-"rii" "" "l
departamento. En 18s9,
t
encargado vigil, r
ro"i"
"lii"""i
"r
p"*',
de escribir su "catecismo parricJ",
un hti a" ll.t"r",
"ri"."i'i.r",
"n qn
$logo
entre madre e hijo, ensean las rtude" p"iot.]
"t
lr.rin-
cio heroico en aras de la
ptria.
su uso en las escut", -F;-iue obli_
gatorio po_r el resto del siglo, por tratar la "enseanza
del amor a la
patria
991^sengil]e1y
claridad y con profundo sentido .r".ion"iir; (Gon"er"r,
19i9.:.29). El patriotismo se enseaba, adems, mediante aclos-cco-
p?Enocrcos y ctesriles en las fiestas conmemorativas nacionales (Ibid.:84).
E]-iqn19to ideolgico
v
transcurturarivo de lt
";;""i;;;io""ip'.""
"l
nrno_rncttgena, se resume en su orientacin valrica al centro nacional crio_
llo - Lima - con su cultura europea y en su cosmosin secularizante. Na-
f"lli:n"
y
se,cularizacin erosionalron desde un principio lr.o".i"""i" "
la ldendad cultural y tnica del alumno indrgena.
-
En 1879, el expansionismo chileno culmii con ra Guerra der
pacfico.
.b.;n ese ao,_el gobierno de Santiago dict la,'Ley Orgnica que reglamena
y organiza la enseanza secundaria fiscal",
".ig.t"do
.""i;rz.;i;;
para su funcionamiento. Basado en esa ley y mo"tivad" p""
i;;i; liti."
expansionista, el gobierno fund de inmeclito una serj! r"*" .f,il"no.
e1 tigga conquistada: Tacna.(18b), Iquique (lgg6),
n"tf"g".t"
fi8e8l,
:T l{CiTlo", ::{.' ?1),
"para.iniciar
as'un'proce"o 1, i".tll"Zton"lir"cin
oe ta naqonahdad (scl. chilena) y para respaldar de esta forma la
re-definicin de las fronteras geo-polticas
con
per
y Bolivia"a?. Aef se
ry{$".
un panorana de doi nacionalismos antag"nico.
lu"'en las
ex-provlncras peruanas-_pretendfan
propagarse por redio de'la escuela
pblica- Esta situacin llev-a una agud ieologizaci" a" t"
"r""i""ro
y
a una acrrima lucha
-partidista
por el control de la escuela popularas.
L
poltica escolar de Sgniago cnsider en particur
-"
oJ-"v,.,..uu
conquistados. El tradicional menosprecio chiieno que pesaba .tre los
indr,genas.de Tarapac, por el anti-guo etnocentrismo j,
,..i.-o de los
crtollos, tuvo el nuevo ml del nacionalismo anti-peruano y
anti-boliviano, considerndose sus'primitivos' rasgos ."it"ii"= .orno
propios. a esas repblicas y ajenos al acervo cultural
!
gentico de chileae,
pro_ponindose a crear un "progreso cultural" po" tn"dl" t"
"""u"1,"r"1
:Ill:g:lg"",JJ:q:to"
a idenificarse los concepros de culruriz".t" y a"
:lll:P3:..(Vergla
Huneus, 1975). En esia perspecriva,
Sanriago
tund gran nmero de escuelas primarias fiscales con loi pinges ingresos
estatales prorenientes
d9l salirc, hasta que en 1g20 dictdla t"v'" l.
Instruccin Primaria Obligatori (Cam_uy,
lg6_i.
p"-
r*"i"",
"l
brante patriotismo
49rq3no
que inspirab al profesoiao y r"
""."n""r" desde el comienzo de la escuela popular,
-fue
reempzado por
un
igualmente acentuado patriosmo riaonalists .l,il""ol q*Ji,
"
serwi como pieza_ bsica en la nueva polfica de chilenizaci; ds;;uellas
provincias, con el fin de asegurar el- territorio para chile. Los ovos
trascendentales de seguridad nacional y las claras razones
s"o_;;\"" u
econmicas.(las riquezas minerqles hsicas) son los q,r"
"*pi.ri,
;;;;
pfr!e_._la poltica-educacional
chilena en Tarapac, desde
"t
i.i".lii'i3iJ-
gJg]S, y an desde 1829., hasta el actual
|obirno d"
pi;;;;i.
Koster
(1979)
compara con razn la lucha p.trr"tto-.fulena por
"l
.o"troi " i"
"r-
16.
Elementos de-la tecnorogla autctona fueron asimilados, ms bien, en er medio laborar:
Ttn"rl,
metdurgia, terares a pedal; nuevas especies de gnado y curiiro"; y r .o]i"*o"n"r"
del tributo laborar. otros
-erementa
tecnbtogicos (rngenieda comercial. capacidad
-"ilp.::l1l_{--Tc_."niz_ariva)
_quedaron
virtualme-nte dt"ilrgia5_u il-;i;;;;";;* y
"
algunos cacrques y mestiza._Durante Ia colonia, no existan-en Tarapac escuelasipero sf
habfa algunae en Arequipa (zegana,
lgz3 : 82). L* rti." " r,
""i"t#.r-.,i1
rrrir,*,
de Pica y Tarapae, rai insiruldos
"n ""o'p-
i""i-ctores privados y, para estudios
continuadoo, enade a uno de loe colegia de Areqpa
Om., dj.Cl abiZr"?"r1"2,
l 9?0, p. 13.
47. cf. Podest,-1977, p.3. Esta expansin educacionar en territorio conquistado, pera(aura
fundamentalmente "la reafirmacibn del sentimienro de unidal n";;;;ip."
"""iJo
y, po"
el otro, la transformacin de una gran poblacin anarata n i;;' "Li'l"iir* "
polftica educacional tienen fntima lacin, respectivamente con lae conqstas b#briares
de chile (Tacna, Tarapac, Antofasasra, l Araucania, T;;;;iieJisu'porrtica
de inmigracin europaj.y, pq olra parte, con el nevo ,it-, "
"_pr""i
"Jono-ica
Dasada en ra empr8a saritreade Tarapac que requerra granda contingentes de obreros y
empleados calificados a partir de I AeO" (Xoer, lSiS).
48. Este conllicto por el control de la eecuela, ee libr entr ras autoridades chilenas y m
profesorado de fervoroeos
gtri9ta9
peruan* apoyado.s.por e-r gobierno . r,i-". u"o r"
presidencia de Nicole de
pierota
(ldm-lsoo),
&ti^ ,lti-o, ti'"*r-is
^;.;ri'.""r"ru, p:*1,"r,g::^se.lgryaron a las 14 ya existentes preamente en
,,territorio
cautivo,,
(uonzares' r',tu
i 49). uomo contra-ataque, Ias autcridadee chilenas destituyeron en 1go0,
violentamente, de sue funcionelll,ro,f-aoraaq peruano en las provincia" "upaus y Ios
reempJa_z_por chilenos (Koerer, l9z9). Kosts cita el "oficio as l l+;Millgoo,
".
que el Gobernador chileno deja 24 horas al profesorado p";; pr;^;ri"iu iu
"""
runclons .
49. Una mueatra de la actitud agresiva y lespreciativa
de la nueva administracin chilena
frente a las expresiones culturles y rtigio"ae autctonas au ru."pu"e,
"n.;;;;;;;
." ,"
decreto municipal de Pica, con estos trmina: "sta la eolicid
i"*""irar"o" lon
Andrs Amas como Arfrez de sanAndrs por la que.pide p".-r""
"." *u"?ilo
v
plazas, pa.ra celebrar las fiesras en_ra forma'que "'sii, c"mre-nili, "il"*y""a"
bai l e de morenc,.et
' ,
y teni endo p.esent que es necesari o racci o.ar' conl i " o",
:Tt:Tl: :.-"_lliTqlopirs
de un pueblo, ciliiado y que slo
"i*"n
p""" a"i;;;.n u
cesordenes y conlhctos cor- las
-autoridadee,
he acordado y decreto: no ha lugar g
l0
solicitado...' (Decreto No. 4?8. 22 de sept. 190, de la Alcalta e cai-'
252
H
253
cueia rural con el conflicto entre los,conquistadores pizarro
y Almagro por
I a hegemona del ra u an-t i ns rzy u, valindo=" -u. il;*i.,g".,...
Esta comparacin sualiza l alienacin que produce ntre lnd-i-gena" el
nacionalismo sionista de la ensea.rr. pribii.r.
fur"g"-or-q
_
"r-
pus del susto que..sufrieron
en 1280 los crioilos
"t-;f;;.i;;arismo
!"^t:"!!2r"
panandino
- las escuelas nacionales de ihile,
per
y Bolivia,
nan runconado como mecanismo de ideologizacin desindianizante y
disionista.
-,_
En esta perspectiva, las nuevas fundaciones escolares del siglo )O(
sguen con un ntmo espectacular en la precordillera de Tarapac.*En los
a-os treinta, iniciaron sus actidades lai escuelas de
pisiga
(iggo), p"r..
(1932.),
Mamia (1994),
chuzmisa (199s),
Jaia (r9s6) y M"ini+fir
irgsz),
1',varias
otras ms
.que,
posteriormente,
esrron sus rucrones
f*
rat" a"
alumnos' ocasionada-po-r la emigracin a la ciudad. Las escuelas crearon
as una extensa red de focos d.e chilenidad y de culturizacin a la chilen,
que fomentara eficazmente el proceso de iromogeneizacin cultu y e
integracin de. la poblacin e el sistema (cuitural,
ro.i"t, potiuo y
econmico) nacional. Esta proliferacin de escuelas en'Tar.pc rural es
tanto ms significativa cuanto se sabe que bajo la presin e una ruerte
red.uccin,del. ingreso fiscal causado por el .t.pr a" l
".onr-i"
"1
sarr[re y la lnmensa cesanta de la poca (en parcular en la zona
salitrera), el gobierno- de Santiago haa suspendido rtrr"lmn" su
pounca de extensln educacional y, en cambio, destinado grandes recursos
financieros a su poltica social y asistenciai (pod"rte,'igii-i
. u""
segunda ola de fundaciones escolres
- esta vez, en su mayora, en la alta
cordillera
- comenz en 1949, cuando la pre_sin'de"t"g;e;l
attiptro
boliano hizo rasladarse gran nmero e familias a"-p""t".*
"r^"r".
,
la cordillera chilena. En esos aos, se aceleraba
"l
trii" "1"
"iisrr.0"
en Tarapac rural hacia. los puerios nortinos, al ;is;o1;;po-i r" 1.,
fuezas
?yEara!
recobraban vigor en el vecino pars, respaldadas por
la
poltica de Paz Estenssoro (195t-1962)
y
"r, ""p"db..il"r-r:"?".-,l".. As, en menos de dos dcadas, se fuidaron'rg nue;a"
"..""r*""" "l
interior de Tarapac, en el orden que sigue:
4.5.2. Poltica nacional y educacin pblica
,^ 11ilt:gr"cin
nacional ha sido preocupacin
constante y fundamental
de tos gobernantes
de Chile desd la fndacin d" l. ;pbi, y
"n
particular
desde la expansin de chile
"" "i
r.L. ;;;iliriglo
XIX,
con-la incorporacin olenta de tendtoris nuevos: de araucanosry otros
indgenas en el Sur; de bolianos y p".,r"rro.,
.o" gr""a", ."""g";rt". a"
atacameos-y ayrnaras en el Norte. Mencionams hmbin la
"corriente
migratoria desde Europa e-n esa poca. Todo erio nl"J-unJcirstante
poltica
de asimilacin curtural y a" i"t"gacion sociar,-"o.rm." y
poltica, que se refleja contnuameite, hasta ioy i.,
"n
l" po-li.J"rr"u-
cional y en los programas
de. enseanz" p,iu!. il;ir;;;J;;;;-p."s.._
mas estn claramente coordinados con, y subordinro" a-, un" piti."
"
integracin
v
desarrollo_nrigr"r,
to qu" " ten"j;;;;-;";'"i'il"'Jo.,r-"n-
tos directivos de ODEPLANS.
D.e este modo, una constante-en la poltica educacional, fue: trasradar
e
itnos
siempre crecientes er rol de la socializacior, " io.-?,rt,rro.
ciudadanos de l familia y de la
"*i;d"d
rla escu"la pblica,-para
tuego
ejercer un control
-
exclusivo sobre
"ti;;
-
il.d;ffil h
i,n{rungntalizacin
de tal concentracin e p.".'p"liii*-"""
.JiJrr", "
desarrollo nacional. A tal objetivo poltico, fue trasladada la escuela
pblica de la ciudad al-campo; iu" muitipli."o
"no*"n*"l
r"i"u.o,
costos,.el nmero de. planteies educacionale.,";;;-t;i.""'r"
" l.
equcacron,bsrca obligatoria (1920).
El inters polticode la socializcin a
raves cte la_ escuela, especialmente en zonas rurales atrasadas, lo formula
como doctrina Hamut'r. Esta doctrina
-, de l" i"t"gr;.io-tur.r,
ftltt.::::li "_:9i9*r:.de
la nacin y d:
l?
agilizacii a" rr-".tot"si.
oe su cesarrollo mediante,la enseanza pblica, generalizada y obliga;-
ria, como sistema de socializacin^-incl_uye
"i
,-.r"-o esatal presentado
pgsteriormente
como posi tismo cientfi co, permitienao
i; ;;;;;
d;
eliminacir de la religin, metaffsica riatbg.", un control exclusivo der
ltsraoo soDre ta escuela. .Llsa condicin de la enseanza pblica
result
muy fa.vorable para fortalecer la conciencia d"
";iJ;;;;;.
ia ila_
mada "difusin
de la chilenidad"
t"ni"ndiendos" .omo-]"-inJ"*r.ro"
r,"11F:t9"dgi9a
d.e la poblacin arrededor " lo.
"i-toi..
" r. p?i"l
",
et obJetivo constante de- la educacin pblica y adquiere
s."n ;ri;ua
asegunndose todo tipo de recursos pur su t""r1r".in--
"n
?oil.'rront"ri-
zas.
-t;sto
sucede sobre todo en el interior de las provincias nortinas con_
quistadas en 1879, y en zonas indgenas (llamadal
rural"Ji
""'prii."t".
tO'-"Et
;*"
"d*.tr".
de la zona.andina debe adaptarse y actuar en funcin de los pranes de
desarml l o soci o-econmi co, conei deando su
"ont
*tol i ouur y coorai nano i J-' ""."n* .r,
g::ol:-r con aquellas que propician-las in6t;cio;;iue parrrcipan en dichos prceramas
(ODEPLAN,
Esrraceei a de_D-esarrcilo der I nterior
l-
aa'i iipi'r
" "
. 1""'"p"5rfr* a"
Tarapac y Antofagala, l9?2: Sly.
51' "En las condiciones de una^aql'::rtura atmeada en ra que er ritmo de cambio es muy lento y
la movilidad social muv pequea, se entiende q"" r*'"iu"i".
-a"-""il;;;
;;;;;q"" ,".
fonmamente de cortos rl""n"*... t i iiiiJtil-"u" provenir de'ra accin i-stau,
pudiendo
t"
(.*"" o) mnvertir la escuela
-".i
u" un factor dinmico del desarrollo
econmico. La escuela es la tlnica institucin que... si se le orienta adouaam"n puca,,
alterar con relativa raoidez er sistema traricibnar Ju ,ro.rn"" y varores de ra estructuro
rural, elevar los niveleide aspira"io"* y
"..."-"""val-aspira.ion"",,
(E. Hamuy, r
g60
: fiO).
Francia 1949 Cancosa lgsg Apamilca
Huatacondo f950 Laonsana lgbg Huaa
1965
1965
Enquelga
Camia
254
26L
co,
Junto con su aureola
de hero
n*
""*i:;.t"*At"Xi"XW
Flry::"fl,
:?
i""ffi;
espaoles,
criollos y mestizos.
llTry-l:
de tres grupos
"oialest
ffi lit:ll""u""i;,,i?#:fJ$,""?::"1ilT""i:Tl#i;
propio,rtutJioo
araucano
en la defensa
" t,i liu"rLllterritorio
8ffiH::::j1_o
aparecen
{e
gnglna
manera. en ta
,hisroria
de
r"J.",iqJi$?ii,il,,i,ili}3]iH#".vr;nl"j;h$;#,:l
numerosos
.hroes
de la IndLpendencia
y de la Guerra
del
,Hltf;f .*',p.r,:
J rl'
ii""i5l1g1
c."l"..Jes y parramentos;
surLos.{?i+'l:ii}",X:"yJffi
"ll,iilf
.,fjn,l',"n"J;f
historia'
"l-.lj:?"-.
;;;yl;;"anaidos.
y reber des), ni puebro propio (porgl.
si no ion til""o.,
"r""
u"rit"-ri*113",i.".,o"1,
.ri cuttura (porque
"o"
"io.'qirTl1
c"" civilizari,
n"i iiiJ_.
t,,t"y
Jl"tll'Hl**t'.".ff1::'j#,ii",oi.g";;ill"propia
naci on ar,,7,.,
t::, i
"
o";
"lJ
"ffil".i"H
Ha:
r?ii*"""T1#i3
relevante',
1
no-r,19
,l9
""
.n-"ia".a
como
,irrelevante,,
el
*::ffT:
i""^
].:_lt-"i;ta
patria
represenra,
indudabremenre,
la
a*r.,
s"q
"Tl+E:T:i
"1*i.T*i"#
"il"
l#,"*
**i* H co*esponde
*,rnr 'p"rgogl.
" ir.ultrr.,
dominante,.
Vale anorar.
firilT",:1,,_gr".Ja
pldagoqra y.los programas
de la
escuela pbrica
ignoran
ra
-educacin
inro,a
tradicionar,
especialmente
"d'1
f T$ xfi":il'*:
#fr ,,::li
"*,::1".,'
r
"
I n-n IJn
"iil
-
"
a
"
t"#",ffiffi
i;*f *r+''o;ffi
ffi ;"l,i",f,'.,:,'fl'nrT?":*""TiJ
conocimientosparaofi
nrno' y3 que el
otft::l-i-" aitpon"-i"*ursos
y
-fJ:;F;:tffi;A;'n:*ilff
::ffiXTii':Iii;:T"ji,;"."J1fi
"_".,
3l.rt I
"r
(i n c I uye n d o e I i di om a), r.". t"1".1 u J';:i,?" :""i..,ff :- I^ 11
";.:::F:t"tll,::tf
fi
""if
:?i'jjli[t"]]eT":'.TfJ."sTr":nr;
pasadas.en
su familia,
sufre graves
atrasos ;itt^'1tl,
t
porsus
vacaciones
Los resul tados son : aiio" por.n
tajes de ;;;;;lr::
Hff:""$"":,::"li*il:;
trLi":ili'$iioil*ii ":: 1 :,?!'";t,
i". LX r L a i n reri J " i"'1" #o
"","
*."1ry&ki.1il:#:
pocos
alumnos que tratan
a"
i..L u ru
;:. :l:^-lTpnes
ideorgicas
de los Araucanos;
MEp. 1e68.
'v' :f-q
qer
L'lrector de Educacin
Rurar de Arica. vfctor Draz Tapia, der Ministerio
de
_
fiffX:ft
(Direccin
de Educacin
r'"rl-."tr
J .*"r" coordinador
de Escueras
7 | . Citando al Director del I.D.
_.I,
gn
una entresta
de Septrembre
de 1926. 72. DnTar apacr ur al hubo. l l , 2%der epi t ent esf r Jd. - r r r escuel a- deeuebec: JJ, 3%;
ent as
ffiir",l.*
sibava,
Quisrag"-", r'"ri"-".i";;';"?r"*"
a J6zo (dacos
del MEp, lez6.
4.5.5. La visin andina
-.L."
pregunta surge:
cmo evala la poblacin aJrnara la educacin
pblica que sus trios reuen? Buscamos ia respuesta a dos niveles: una
serie de entrestas realizadas en cariquim"rr't i"-."n"*i,1" .lrii." "
Wankar y Mink'a?4.
Los
-padres
entrestados tiene.n la vaga ilusin de que ra educacin
:,t^.:]r]
1,":.
Ouede
abrir un porvenir
mejofiara sus hijos',-pero il'U"r,".,
:laro.qu
tpo de.porvenir, ni dnde, ni cmo el nio haLr e realizrsero.
uonsrderan gue
la escuela es un beneficio del Estado para los i.rdrg"rr"..
Los hijos sabrn despus "r"""t-"j"ii",
i"t"i.ir
v
"" ""ia"
t""
fcilmente engaados por-c,omerciantes
y otros radino.."co.,o."r,i.,
.rr.
qerecnos
y sabrn hacer bien los trmites legales. Los ramos que
les
interesan son: leer, escribir, y calcular; 1". "-?. 1".;;';:d;;
casi suprfluo, o prdida
de tiempo. Lo padres esperan en particular que
sus hijos, educads en.la.escuela,'y"
"o
."a" menospreciados como
'indios
ignorantes' o brutos'.- (Ntese
que las tcgortas de auto-evaluacin
proenen
de un modelo cultural urbano (-<lel profesoril--"'o,r.
"on
altamente negavas). Al mismo ti"-p.,- l;-pJd*.""*' q'rr"11, ...i
unnimemente
de los siguientes efectos egaus: la educJci"n es un
9ar.go.
pesado para le economa domstica.-Lor
"o*-"o-"o."i""
,
trabajar,y son ms flojos que-antes; ms n"* q""l", qo" i^r""
"
l"
escuela. Pierden el respeto hacia los rn"y:*e" de su'casa v-e ra
comunidad.
{os
jvenes
no respean t^r ".o.i"-ur"il
;;";;iolro.-"n
con la da de la cordillera:-hbajo,
comida, ropa.
euerer di*ti.."
".,
fiesras y pasearse en la ciudad. ni".tro. " Lu. b";;;;ii" "-^
-.r,
""o
p-ara
ir a r a la ciudad. Estos enrrestados ;;-;b;;^ l-nii. .on
claridad la contradiccin entre el sistema cuiiurar andinoy
"i,i"t"-.
q.r"
prop_aga.la escggla, pero la perciben muy bien
""
t""..
Wankar (1928
: 972-g7g),
"r,.t"
p"rip""iiu"
d;;;';.i;;, o conciencia,
:*n:lr:1::1g^""
l*
"ducacin
iliurio
".
opresora: "Er'qh;;;;ynara
::-^"lr:t"T9
educado, el blanco el educador. Los nrnos son separados de su
puebro. La educacin pblica
deseduca, tapando n,r".'t
"
tierra y
describiendo otra. Las_ scuelas son dainas: con su mtodo, idioma y
p-rograma'
amestizan: Honran los asesinos de nuestra nacin. Nos hacen
oldar nuestra sabidura comunar. n".f"e" de reer J, iib;;r,';;bemos
menos sobre nuestras plantas, hroes, paisajes. Nt;;";;i" " l"rt"*
nacional. son tneles de inyeccin de la'cultra extranjera colonizante (...)
No hay maestros que amen a nuestro pueblo,
9ie
ngs mencionen sin odio,
que en sus clases no asesinen nuestr cultuia (...)
Mientras _a.-"rt"ai"
yp Queswalmara en los-Andes, ms se
"u"rg"nm
de ser
eesrLioro".
rylen"'ona tambln que ra escuela "destruye
el vnculo tal con ei medio
ambiente"
v
que el-nio apren" "n"ual"
;t;;"
"p.I"a""i'.0-o ?3' Entre Julio 1976 y Agato l9?g, fueron entrestadoo 28 padres con hijoe entre los ? y 2 r
:Jff*:
"*U,
para conocer a) sus expcrarivas y b) sue experiencias respecto a i, Lcarion
74' El centro de coordinacin y. promocin
campesina, MINK'A es una organizacin
qhzswaymara de clara conciencia etnica, inctepenLnte y promotora de la emncipaoon
lltypl
v social del p:reblo pan-andi"o,
r"tio"o.--uat'"i llu"" a"-wlnlri't'no-u*
autctono por Rarnim Reynaga, dirigen de uno de.* aup".t"tt"ntlt,
il.ti,'.p*t""
fielmente su losoffa.
.:ir
,3i
.?
F
i
262
Ih-
$
i
$
$
p
$
A
263
nuesfas comunidades
lograron
moldear
h
piedra,
florecer los desiertos, integrarse
a la amona
.o"rri.{.'i!i;J,
iznl. e"i rechazael
sisrema
de educacin pblica:
al por sus objetivos
or
Histoa,';grfr
.,ii"r,.i""s",.;;1;;;.$:rr:*,::,roi'i"i.3il?ffi,iti
r c om a nari vo, I a recnol ogr a au toctona=i
i. .o._ortiZ,
; i;"
;;i _ s q ue nada, por sus efectos d"',d;"i;di";;rLo,i,.,r".,"ional,,
que l considera
la "principal
arma crio'a
.contra
r. n..iin qh.eswaynaro,,.
Describe
ra situacin
lamentable
e] ino-arn"itir'i'p.oducto
de la escuela:
,,Tbatar
de pertenecer
a una
'.aza
y.cultura
ii""J"t"
es dejar de pertenecer
a la
propia y quedar
.-qT:1,lq;--;&;ffi:;tu
."n
if- vliil;^
iiiii, ssol, expresin que en cariquima
recgimos
"r,
,r" d;'i".-;",;;;;rriillo.,
""ro.
trminos: "Si
el indio
"b ""
i"di,'";;;;
.
Wankar
seala. con razn, qu"
""'.o_bra
de la escuela crece
,,la
culrura
del dindia;;;?,1'-"._liri"
que
llamaramos
,,del
estigmatizado,,?s.
A
T$g"
q"" i.t" .frl.i_q
,: determinando
las pauas oe conducta sociar en la comunidaa,
ir'"no-i"
tomar ro.."!"r1""
qu" significan
el fin de la comunida;i;;;:'L"ra
bien, el escape que en el sector de Cariquima (y
"".
t"d" i;;;;;fri."
se ofiece, es el xodo de los
'desindianizads'
a tia ciudad.- p#1'iiotivo,
podemos
predecir
con certgza, que ninruna poltica
d;
;;y"d;
para
el desanollo
de la comunidad"
ser iaoaz
'd;
iil;i"
l"t'ii!r".-ion
y er despobramiento _ considerados
romo io" principrle"-'ir.;;a-
del su'esarrb'o
andino
-
cuando se isnora
--"1
'gs:f
"1 rnrl"'La poltica
cultural
de la desindianizacin,
o ch'eniza-cin,
o
""i-ii."ion
culturar
del armara.
4.6. Conclusiones
Despus
del anlisis
de los ms importantes
factores que componen
ra dimensin
culturar
de la sociea.J'"-r,-&.,.
de Tarapaca-caiiluima,
constatamos
que se traa de un inten;io;;;;,proceso
de transcurturacin,
rnlclado por la rite dominat".
d"-
'u-
i;nra y retomado
con nuevos argum-entos
y gran
refinamiento.
po-r la lite criolla dominante
de la t(epublica.
Como punto-
de partida.g
;t"'proceso,
hemos diseado,
a modo de proyeccin,
el s-istema curtuai
""i"o.,o.
Este result artamente rnkgrado y coherente;
ntimamente
"1";rr+
con la ecorogra andina;
de carcter universal-andino
con u".i"a"""
iJrres; sumamente
erstico y de
ffTo'ff.?lro?#;ifitl"li'."'
po'
'u'nto-Il't*o1nr"
andino supo - an bajo
,"i,t,i.,;;,1ffi
.f.*:Tff
,"t""ff LH';:i:l,""?ia,::,,r:l1f
Hi*
;:;;*td""
rt**
"fndmme
(eJr que er.indio se siente esric.malizidg
por6u raza y currura):
iii.=*ii+ir"'A+"r'""t;i*ilr];*t"r*-cimieno1""raut"pi.f
"","v
una rntencional
au0oiden
,desindianizado.
*"nr^
jn"."n.
con elra
"por-
ffi.i!iXt::rff""'##l,"JH1tr;T
otnicocuillu"
.;ffiil"
grupo rnico-culruraf
de orisen_y-quiere
i"?r*J.-S".ii
,*p"
etni"'"oiioi,-i;
;ii;-ffiiit"i"
o,;'?"i}i;o'",iii,li;
ll
-r"chaza
p*
"'o
.,-o-t#o''u:cn
"ha,cen
queel desindianizado
es t.i"t" y i,r""" irrlffi{
tl
T9n"'o
sufrido lo traumatizai y
nadie con aregrra porq'e se odia a si.niism"r
i\i;;k,,;lir;i$Jrffltf.;*rtf."rlHl
iErl61"t"
tiene carcrer patologicq-que';i
de6c.nbe con mucho acierlo (rbid.:
Bajo las condiciones cololiales, el armara trat,- con ms o menos xikr,
de mantener su identidad tnica y .tt"r,
i.u."rl, r
"iilio"rin
Doctri na con su "Erradi
cacin de Idolatnas".' c.; ; ;'ioi.""".Tr"t"g,,
* ll"lgqrf.in.externa
(el camuflaje de su cuiruraiy ll .lrj".tinidad
(el rerug'ro). Los ntuales sincretistas, la sobrevencia de sus
'costumbres,
y la indiggnizacin de muchos eremnbs ."tt"t"t".-iJ,i",
iJli".ugo,
de
.ello.
El impacto de. la occidentarizacin, que sobreno ""a" Ll
"i"lo
:"ltll9rq
con mayor impulso, lo sorprendi con estructuras sociales
oDrrrtads y
gn
T?:
de descomposicin. Este impacto sobrepas los
lmlf,es de su elastrcldad y su
-capacidad
asimilativa. Desde entnces, el
:y-"r1.
de
.Tarapac-
fue llevado por un proceso acelerado de
Eranscurturacrn o mestizl{T,
"l
que perdi, pasoa paso, su etnicidad (la
conciencia de su identidad tnico+ultui
""d;).
'
po,
-'""
l".io,
observamos una estrategia_c4olla
de desmanteracin ;isb;;ti de las
estructuras de la comunidad.
por
otro lado, y bajo estas c"-&.i."", "
""-
ructrras ya erosionadqs, aparecen ra tecnoiogra occidental yra Lucacion
n!li:"
como.los principales
focos de mesriz".ir,, ..q. ;i;.id;lrural.
Ambas son intencionadamente
manejadas por-la blite criolla
"o*o
.,r.
principales mecanismos de dominaci curtuial, qr" ui"n"r, *-oi.-"n-
tar s estrategia, po cuanto ofrecen la garatia al sistem" de'control
econmico, social y poltico sobre el sector adino
V
"u.
q"r*.
*
-
vrsto as el proceso histrico de Tarapac,
-no
""
t*ta d" ninguna
fi.::"^L"_.:1-!l_T"T
de evolucin de la sedd
"ndin;-;
.ir-.uitr,r. y
i:^:::-:..j:\Turas,
sino de un inrencionado proceso de descomposicin y
destruccrn de esta sociedad en ambos niveles.
La comunidad de cariquima,_ con sus iyilus de pastores, forman el
sector que- por ms tiempo supo abrigarse en-su relativo
"sl"i"nto
e ta
alta cordillera, del impato trnscultrativo. Si n
"*r.so,
y. ;;;;l;;"-o.
que la tlca y la conciencia social en la comunidad de ariquima, a pesar
de asentarse en una cosmosin tan coherente como detalla^da, demuestra
claros indicios del hecho de que er sistema di;"*i;l"j;;;;J;ili.
,rn,
i,141!39uitibT"d?.t
bipn estrucurada, panece
-a.
bi"n ,r., loffito d"
elementos contradictorios. Esto levanta la sospecha que, si todavla
podemos hablar de un sistema, ste se encuentra en una situacin de
crisis, de desintegracin y de'desmoronamiento.
Dfcil-".,t"-oi"-o,
gsperaT otra cosa despus de tres siglos de dominacin colonidl con el
inetable adoctrinamien? d." ra rerign y ra cultur
";;;,
;eguida
por otro. siglo y medio de irresistibre aoctrinamiento'de
la
ife
en er
progreso',
el patriotismo y el materialismo. Una historia tn a.ciJ"nt"a
de corrientes culturales diversas dej surgir,
iunto a,
v
p.
"".i-.
"1
p{trn bsico de la cultura autoctona, un cnhsistema on una esa de
valores simt'icamente opuesta: el punto de gravedad "i ."ir*i"t"-u
ya no est en la tradicin sino en el cmbio y la",modernizacion;, sea sta lo
que fuere. De la misma-manera, la legihacio" y"
"o ""
il;;; n lrs
costumbres autctonas, sino en ras noriras judis
;"ilr;;;-; J., la,
nolma.s.de prestigio urbanas.
por
este r-i.t"-" "
""1o."*'aout"
y
antagnico, que el hombre_ aymara, a nivel personal, se inclina-a suscribir
altemavamente segrin la- situain concreta le'.ugi"re, s"' l""ti.
cultural se vuelve conf'usa y poco clara.
.{
$r
#
, u
l &
264
265
CAPITULO V
LOS AYMARAS BAJO EL REGIMEN MILITAR
DE PTNOCHET (
1973. 1990)
:'
.:
#
$
5. Introduccin:
funerales o renacimiento?
Los datos bsicos que permitieron
disear "la
fisonoma del
subdesarrollo" aJrnara (cap.I)
ion de r9z5 y reflejan la situaciJn
lrobat
a
comiezos
,del
rgimen militar de
pinochet
(fSZg_fgSO).
Bajo esta
drctadura, los_ procesos de chilenizacin e integracin a.ranzaroi-, a ,rn
llTgrl"y
acelerado, provocando reacciones no piestas. En este captulo
agregado observamos la culminacin de est proceso por la pliti..
efnqidiall del glbierno militar en cuatro dle sus spectosi t. la
plamticacin del gobierno militar; 2. la economa andina; s. l conflicto de
las relrgrones; 4. la (re-)accin
social. Ante el fenmeno mltiple de la
incorporacin y_
:us-
epifenmenos reactivos, surge ra pregurita si, ri
expirar el siglo_)o! hay que preparase a asistir a rs funeial6" "i p"uto
ayrnara en Chile, o si hay que esperar su renacimiento.
5.1. La planifrcacin
militar del desanollo andino
5.1.1. La administracin pblica redimensionalizada
Parte fundamental de la estrategia correspondiente a la ideolona de la
qeguridad nacional, es el estrechar las relciones de control elitre n
centro administrativo-militar y las zonas fronterizas (pinochet,
rgz). l,os
g3mbios organizativos ms importantes creados por el rgimen de
tarnochet en el marco de esta estrategia fueron primero la militarizacin de
la cordillera y-luego, en la dcada del ochenta, la municipalfuu.lo.r-a" ln
comunidad andina._L,a primera tena por objetivo principalia defensa de la
segundad nacional" hacia afuera y en la segunda primaba la "seguridad
interna".
La militarizacin
de ra cord.illera
se hizo
:entir
fuerte y caus mucha molestia a los comuneos.
Des"
-ir,lis
.fueron
instals-euarteles
militares a ro rargo " l" r.o"J."
l"li"r" y
peru.
Al acercarse
er ao 1979, centenarioe
t" gu"-"
I ""inii,
"p"recieron
obras de defensa
;:1":T?:,Tjffi*.,
con un impre.t""nte
apararo losstico. Reperidas
arriesgaban
",,
u.11
11tlo.I-":,"ytaras,
pagndolo
con Ju vida cuando se
su s aco st u rnu,.ao"'ffi
.ij'.ti,fr:'.ff
:ff",fr J"$i
ffi il *rf::s; campaa que cazaba a fusil
""q"ta-o.
y onos.Y
lambin
por el
#j:il"::
control de personas,
meicadera
v
equipaje
a" ."rii".,t"" y
.
Despus de l 9gl , l a presenci a
mi l i tar, menos si bl e ya, fue reempl aza_ cra por esrructuras
municipales y
"i
;;;l;i'.ilit".i*-rJ;;;r;T"
por un control menos hiriente
v
ma".encren;;
;;iaui"
Tillncialis- tal' Los nuevos arcaldes
- en la ,o.r" *.rdirr* generalmente
militares o ca- rabineros
- me ari zaro"
"l
.o" tro'',iiiii#'p;v^."-';;;;ffi
. .p..._ tn buocrtico
v organizatir"
t--;;'
'considerables
recursos
tanto
3i'tiff] X':'Fff i#
:i'l
p ul si vos- i".
ii"""n"i
"
mi r i tar en i' .-o,l
",u, "
n
del nuevo alcalde
-
it^1'-llticipalizacin,
sino contir-u".i'run"ion
"seguridad
nacional
,ffff::.
de paja
- y se volc hacia la diensa de la
La municiparizacin
" i*
"o,',rnidad
impacto fuertemente
ra zona
!i T:;'il?""
rt""' i.,',
ri,"J lJ.*:;i:'T^ 9 :l.
n
r
; n..
1'
6.i. r,'
" ",,
m u ni ci p i os ..""".
".
d ..i'i r i
"'l'
i,,;i i'allll?*'
ffi i?l
"ri
r:
"
:;:' las
"Regiones
Adminisrrari;;t
;
i; ;;;""
,,proncias,,,
sras forman parte
de la redimensionarizacin
;d;"'i;;"Ir:
q.r" corta y cruza, como
il*1i:_:._p."ra1, .no
sglq a las antigu*.--r"p.*,oones
sino tambin a las *.;lon::
?.8nicas
de la sociedaa y_*"i.
oe su sin del espacio.
Et nuevo
sobernador controa
"t
"
;q.t"_"
-'il*]r#;;".
y
::H:#::",:?ilt.:l .sis^tema-e
-ii'laii'
.Er
nuevo arcar de .dnt.or. r
no41,"g;;;,:J,;i;,jd"1.,,ru,4:"::i';rii:[:;:f
fl :".J;:il.o.,.on
Et alcalde rural riene;;l;;;;c;,
;
su esrito admiishahvo
es autoritario'
Nombra
orof"sor-y aii"""*
de- la junta
vecinar,
mientras su esposa encabeza ls infaltabt.
C;;;;;1"
Madres (CEMA)..EI
alcalde controla el rfico v la mercaden,
'i."
r"i". fronterizas y las fiestas patronales
de los bueblos_ ;;;;
^i.
.'"1"ru"ln
de nuevas fiesras
''nacionales"
e impone desfi les pa-iriti*l'-."ir""iu.ior""
1""
ilpoyo
.r gobierno
milita" v eventos " f,iiLi"r"
^<""'.nai.,o
sino) chileno de ia zona central'
Administia
las escuer,as
t-
"d;]r.,
"o'tror
intensivo
sobre la enseanza.
ordena las acrivida";"-;-
"1""i"'""i#i'; T; .",
f . li"
"..".gr, "",.r""to"o
linl-r,a"rstico
c-on puntos de aterrizaje,cuarteles
de reserva
i:l,,ffiTf1.t5#fiJ;.galpones
r"""l
"ir"",itiJ
bchado.. de corchane) y una red
2. La Comuna de Col chane
?.
r:q11*{gn"
DL Ne 2868.de1 26 de ocrubre, l 9Z9 e i ni a sus
:""T:ft?*il:ffiTl^T1tgqo.
ci'"irl.',iilo*uuode
corchane rue consrruido
"i"r"c;;'i;;#;;;il,Tollil"";,"1;T[ff ,Hfli:1,::'*i1:rr;;5niri".""",-
ramificaciones en cada comunidad. Beneficia a los comuneros escogidos y
sumisos con vveres y asignaciones del PEM y del
poJH3,
so pretexto de
asistencia social a los esantes. La Junt d; Ve;i;s- oi"r,
"o-., mecanismo
_poderoso
y efrcaz de informacin para el alcalde, y como
mecanismo de molizacin de la comunidad. otrb recurso muy efiiente a
disposicin del alcalde son los fondos de asistencia social asigiados por la
dictadura militar y distribuidos mediante los rganos ae: EM4 iunta
Vecinal,
Pscgelas
Fronteri-zas, et DIGEDER4,
pEfu,
POJH, la asignacin
familiar, las becas de estudios y las pensiones'de vej2.
Por medio de la nueva municipalidad, .us orga.rismos y sus
mecanismos, se impuso con_eficacia al armara una disciplina casi militar y
un estilo burocrtico formal que-alcanz hasta al ltimo comunero por l
exigencia de nuevos trmites, solicitudes, permisos municipales, patentes
y autorizaciones. A la juventud
se impuso
-esta
disciplina pbr mdio de su
escuela con internado, donde todo joven
aJ[nara pasa 4 aos. La eficacia
de este sistema reeducativo, fascistoide, se explica por el hecho que el
acatamiento de esta orden resulta ser la condicin- para conseguir los
beneficios asistencialistas y para alcanzar una movilidad ascendiete.
-
En la zona aFnara, la autoridad municipal encuentra en su camino a
dos otras autoridades, competidoras entr-e sf: el obispo y el pastor
protestante. Mediante su organizacin de asistencia .oilat, DAS, y su
gguipo pastoral rural, EPd el obispo ejerce todavra bastante influencia en
las comunidades andinas. El alclde - siguiendo el modelo del mismo
Pinochet, gr9_!od9s los..dras_l} de Septiembre (aniversario
del golpe
militar de 1973) celebra "su"
Te Deum en la catedral de los
pentecosld'es
de Santiago
- suele optar, mediante sus recursos materiales y su apoyo
T9r"J
-"1
pasto_r protestante, por una alianza que neutralice l infuencia
clel oblspo en la zona ayrnara. La influencia del pastor. premiado
Dor su
lealFd hacia el gobierno con la amistad y l" cnfiana d"l al..lhe,
.,na
creciendo.
El efecto de esta "reeducacin cca" es que el comunero aparente-
mente ha adoptad-o I3 actitud y la conducta - o
solo
la aparienciai
- d" ,rrt
ser sumiso, simulador y suplicante, para asegurarse
-de
los beneficios
materiales del asistencialismo del gobierno, acmodndose sin problema
en el papel-del cliente aprovechadoi ante la autoridad qn" p"o l sigue
siendo un forastero y un extrao. Esta actitud ha tomido'el comunero
tambin ante las oNGs y su^s proyectos de desarrollo, que bajo el rgimen
militar aparecieron como un fenmeno nuevo en la coidiilera.
5.1.2 La escuela f::onteriza
La escuela fiscal como recurso estratgico preferido en la poltica de
chilenizacin, fue dotada-con presupuestoi mayores del orden d,e 400vo,
aunque a nivel nacional el presupuesto de Educacin fue jibarizado
a una
laccin inverosmil de Io que era bajo los presidenbes tr'rli (rge-1920)
y
Allende (1970-1973).
La razn de esta contradiccin la da carros Rojas
3.,PEM, P".R"r-", d" E-pleo Mfnimo; POJH: Programa Ocupacional para Jefes de Hogar.
4. DIGEDEB: Direccin General de Deportes y Recreacin, ee un organismo del Gobiern<
Militar encabszado por un general del ejrcito.
268
r &
269
Labra, funcionario,dgf^So-lr.e1o
militar, al lefinir
el objetivo
especial de la escuera
fronteriza:
,"la
integracin
d Lco. ,o"_ compatriotas (i.e.
ros armaras)
de acuerdo l*
"fi;;"-i
l"tiuo.
-g;fi-;;;r-.
suo."*o
ff
t"11i,t"tjo"t?;
3 :ii.;l" lgJ iq:'J1,p1ur
t
gado por Lr rgano on ciar
cr,l",";,'!.'.,i.,nl"li.#'!i_Iuij"h1.l""tffi:X"9,:1"
j:,if""*
presencia
del pu'eblo y l.;ril;;;y*:;;en
la. zona.
para
el gobierno,
los aFnaras
simplemente
no existen, .J
".
tr*in_ la conclusi-n
de L. van der zee (tgg,rs)
que analiza i.'"".".i"
que da la escuela fiscal:
,,Los
aFnaras
no aparecen-p^"lj-"9.
* to.
f.ogrr_as
"scol.res
a"^U"tori. y geografia
de Chile'-ri
entre las ZZO efemrid".
on.i"f"ru'ii-rr.,d"
Edo",
3tfi:f"*i;1i33
;lt
I ;
^I*U"-
;;
";i
i
"
.n
"r
ri - rnico,. m ur ri -c ur turar o
r" *itr""'ri;;""l:pilate
v
un
?taqy"
a la segurida;i;i.
5;,6;
i".o.puur;'^;;"tiT^culturas
e ideologrqs
ajeas
"
l".
"r,irira
?on
"*,i.".,r"",."i,"::llq,i?:,,"';#:J"jnffi
l.J?r.T::::g:it3lli#i
Aparte de la rerisi"
;";;; J;i;;;;sr."_as,
segn Ja ideologra
del militarismo
nacionalista
v
l" ao"t.,"
" r. s"guridad
Nacional,
hubo tambin
una profunda ".;;d"rir.o,i-
g" la escuela
fiscal y su adminisrraciun,
-ou",^fl3
t;i
A;r#:"
r,,q senrir sobre todo en ta aparicin
de ra "Eicuela
Fronteri-za,'y
t" "iirni.iparizacin
de Ia Escuera,,.
**t":,,Tillff:,!l
$:
"""
serie de
""."""L
a;;;;;;;;.
;;-i_.do,
,irti'"t-ol;;"*d'.,:T,:*\,*::# j'l"offi11ff*T.,ii*5;.t:a,,ji
chi I eno-urbano'
m uv t""t"i"r'
v'"r;;;;'
o*a r os j
vsss aym aras, q ue
Slliq"l:r"n
"r,
t". pr..o.,
.il".;;;i;
;;i rnternado" (el,,segu
n do ciclo,,
qe
ta enseanza
bsica: de 5q a Sr .irr un comienzo,
el internado
fue presentado
y recibido como un gran beneficio
del Gobierno
M'itar para
ros
"3i#
iX'J##' !'f
f
"'o"
al-i ada ;;;;" o- "- J- ,"ti
"".
?,. p,o., to
F;#;i;iJ,?'3*1ii,*ir,,r,3:m_*.::ri::.xl;,:li]:liiiili
estm uto ms poderoso,
"o
.i
"-rr"r,ir'."iii
o, .l"-i;-i
; rT1- i gr"- cin de la juvnrud
tt.i" i"'ri.
t .".a
de
,'becas
der hesidenre de la Repblica" para
los mejores rru,nnor-"cr"sados
de estos internados
1.^"1::"_"_t_
proces,
aunque..u"f,o"
.".io. r.racasaron
en Ia ensean za mea por los imensos problemas
".orr_i.o.,
sicolgicos
y sociales que sufran por la rransc"ttuiir..io.rlir;;ilii:
* nztezReyes.
198?).
La ley de la municip"jir"ori?jl
".""1"-;;;iil
i".,, ,"i significaba
en ra cordiir;;;
F'l'-e".i1i""a"r
ms esrricro y absoruto control del alcarde
militar .or" ,r".acin.
El arcarde nmb sus profesores,
adminisrr
^e1^;;!;!*;#i.
i'"f
""1
et cumplimienro
de
Programas y reglamentos,
adems
" r?. mltiples
actides exuraescolares
y' en los inlernado",-
l"J-r"gtas
domsticas.
En estas condcrones
de estricto control l"r m"trtuias
-aumentaron,
la desercin escolar baj y la permanencra
d9 r":ri"""J"'"r,
r" escuera aument
en dos aos, (un
sSvo). Las estadrsticas""-ll-i"gi"
indican (con
un total
" tr'ili'#ld""
o'n la pauta para las acridades
didcticas y las celebraciones
constante de alumnos matriculados) un aumento de 255 a 337 egresados
del primer ciclo (4e ao) y un aumento de 78 a 9l egresados del segundo
ciclo (8e ao). Estos aumentos equivalen a un 32Vo y un 177o,
respectivamente6.
honto apareci el efecto ms preocupante para el Gobierno Militar: la
emigracin de un 907o de los egresados, desadaptados al medio andino,
que se buscaba un futuro en las ciudades. Adems, los resultados del
aprendizaje eran muy bajos, los problemas sico-sociales entre los alumnos
grandes y el desnimo entre sus profesores preocupante. Esta patologra
del nuevo sistema educacional caus una corriente de estudios
cautelosamente crticos, entre los que se destacan aquellos del Dr. Juan
Podestr?, Hans Gundermanns y Sergio Gonzleze. Contamos tambin seis
tesis y memorias de ttulo, como seal de la preocupacin de los cienfficos
socialeslo. Estudios contemporneos de la patologla educacional en la pro-
ncia de Arica aparecieron de Platero (1987), Mamani (1982), Klockner
(1983), y Romano (1986). El problema era tal que el Gobiemo encarg al
pedagogo Germn Gonzilez a formular recomendaciones tcnico-
d.icticas para que los programas nacionales lograran sus objetivos en la
zona anna (Cf. G. Gonzlez, 1985). Pero los objetivos mismos jams pu-
dieron ser cuestionados.
Vale mencionar tambin la presencia, aunque escasa, de la "escuela
particular" en la zona., la que se sustrae en algo al control directo del
Alcalde, ya que no nombra ni paga a los profesores y existe un cierto
margen permitido para variar el programa oficial del gobiemo.
En el sector rural de la provincia de Iquique aparecen dos escuelas
particulares protestantes y una que es propiedad de la comunidad de
Lirima. Las escuelas de los protestantes colaboraron voluntariamente con
los fines nacionalistas - chilenizantes, modernizantes, transculturizantes -
y fueron favorecidos por el Gobierno Militar.
La escuela de Lirima, fundada en 1976, es un caso que merece la
atencin. En ella, los comuneros expresaron su resistencia a la educacin
nacionalista militar. El programa de su profesor-director, Juan Alvarez
Ticuna, lugareo, lleva objetivos como: reforzar en los alumnos y en sus
padres la conciencia de su identidad cultural aJrmara la cosmosin
andina" las tradiciones y costumbres, la tecnologa andina, la tica y
religiosidad tradicionales. Mucha atencin se da a la relacin tadicional
del aymara a su medio natural. La escuela pretende evitar la emigracin
de sus jvenes y prepararlos a la actidad social y econmica en la
Cordillera y en su comunidad. M:s all, el programa de Lirima persigue
un modelo de desarrollo de la comunidad que en todo ha de ser
emancipatorio y basado en los recursos econmicos, sociales, culturales y
6. Hay que tomar en cuenta el peso de la emigracin y el deseo de los padres de encargar su
nioe en 2a ciclo a parientea en la ciudad para matricularee alll.
7. Cf. Podest, 1981-a-b-c; 1985; 1987; 1989.
8. Cf. Gundermann, 1976; 1985-a-b-c.
9. Cf. S. Gonz[e2,1988-a-b.
10. Seal ame l as tesi e de G. Al varez (1979), Podest (1981-c, 1985), Mamani (1982), Kl ockncr
(1983), Avendao & Rodriguez (1987) y Van der Zee (1989).
27L
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k.J":rj,T,H;,:':lbmlllj:^"o"i_n"""rq"run
",
,,
,a'qurdez
y ros recursos
r2. cr. J. Arvarez
ae8?; ress::r'i"i'*.
s
"-oi"iilffi;rX1lf;'"h"1::llf
der pnrgrama
iisponibles,
muchos propietarios se dejaron seducir tambin a la
liquidacin de sus trop-as y el abandono de sus erras cayendo en una
nueva dependencia por la permanente deuda y, algunos, en Ll fracaso y la
bancarrota.
La ampliagin de la red de comunicaciones por radiotelefona fue
espectacular. Esta red fue iniciada bajo el Presidente Frei en 1969 con Z
equipos que comunicaban los principales pueblos: Cariquima, Coscaya,
Huataco_ndo, Laonsana, Mocha, Sibaya y Pica. Entre l9T'9 y fbAO la ied
inicial fue amplia{a con 25 nuevos equipos comunicand los puebros
mencionados en el cuadro 36. Estos puebloi no podan comunicarse entre
ellos, sino por intermedio de la Gobernacin d lquique; los operadores
locales solan ser los profesores o dirigentes de los comits vecinales, de
modo que el control de la autoridad militar sobre las comunicaciones
radiotelefnicai era total y cerrado. Aparte de este sistema de "servicio
social", ha funcionado siempre el sistema de comunicaciones entre los
retenes de Carabineros.
En resumidas cuentas, la revolucin en transportes y comunicaciones
acab con la economa aJrnara trdicionl centrada en la
comunidad y la incorpor definitivamente al mercado urbano hacindola
dependiente y transformndola en una economa monetarizada v
depjndiente, indidualizada y centrada hacia afuera. Hoy da, los burro's
de Pampa
l,irima
son semi-salvajes y sirven para el carno y ia venta en
forma de charqui.
m 36 Instalacin de equipo rediotelefnico durante el gobierno de
pi-
nochet
1980 Cancosa 1985 Colchane 19?9 Huavia 1981 Moquella 1985
Quebe
1985 Carmia 1979 Cuisama 19?9 Jaia l9Z9 Narna 1985 dstamma
1979 Chapiquilta 1981 Enquelga 1980 Lirima lg?9 Pachica 1988 Stoca
"
1979 Chiapa 1980 Francia lg80 Mauque 19?9 Parca l9?9 Tarapac
1981 chuzmisa 1980 Huarisia 1984 MieMie 1984 Poroma 1981 villalanca
Vale mencionar tambin que en los mismos aos (Lg79-f989)
el
gobierno militar instal equipos electrgenos en lb pueblos para luz
elctrica pblica y de casa, un lujo hasta entonces excepcional en ia zonal3.
Agua potable,
_otro
sercio bsico instalado en uns 16 comunidades,
dejalol los miliJares a l? "iniciativa privada": los comuneros mismos,
ayudados por el DAS del Obispado de Iquique o alguna ONG.
6.2 Laeconoma
"Tarapac tiene una vocacin eminentemente minera", as resumi el
General Pinochet la nueva poltica de desarrollo para la regin andina del
13. Loe pueblos favorecidos con energla elctrica en la 2r fase del Gobierno Militar ( 1979- l9tt9)
fuernn: Apamilca (1980), Camia (1980), Cariquima (1980), Chuzmisa (1986), Colchanr:
(1979),_Coecaya (1979), Hu3rasi a (19_85), Jai a (1980), Li ri ma (1984), Mami a (1979),
Nama (1980), Pachica (1985), Parca (1979), Sibaya (19?9), Tarapac (rgg) y Sotoca (lS{tS).
l:llit*
de la reginrr.^A
pgsar de Ia ol
ll3|bp.*
fi nancies,_
"r
-s;:
fr;'"r":,, :: r*:.9:9cin-
^b^urocrrica
y I os
educacin
;i";:;;rer
jr' Alvarez
supo
in
raqales
y por
acdo'^l::
tgl"t"d*T;8"tt-""
(en
1988)
una forma
de
trg{i3:T1,};i,t
Fitr*l+ffi*;$rl}*ir".{",ffii
5.1.8.
Tbansportes
y
comunicaciones
,.^rI1.1973,
el transporte
de mercadera
r bicicleta
- eran frecuenres.
La .o,nunid"']|?T::t^t,,:"
ajes a pie
- o en
i",:*r-ili??!-,'.##'ii{"*"niffi '*r'rtxx}r.*,:r'li
lffiill.'.T]|"
l$i?..::-o-1""o,
..ni
*l;;";-3''sin
contar
el movimien
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0_", *.r",i;t
;";:;;o de r os
d;Ti:Li+$'",:i:*rx;"","xr"r-"-'diillx":,;*;l;
rambrn
ro" g"nas-:^ottot'
tot tg"ilirit".(
qel'
transporte
abmotriz
al
rranqucias
rdu.n"iT
de,la-cord?';.?t
de la precordillera'
y i;"
acqursicin
a" un uT*,
l" zoFRi;,;
a{QUrr"reron'
estimulados
por
ls
annera rro "o.o*"".o,,.
lli"-ll
t
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272
H -ru
273
ilfh"llimljfl. {,trynible
en l.a cordillera,
es necesaria
para
la
su mayona obr".o.tt
y el consumo
de las ciudad"":
t;.;r;;":
sern en
esta planificr";6r.,. Tllltos'
Ganadera
y agncultura
andina no figuran
en
ciudades,
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'n"-
horticultura
moderna
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j"l'"ir.i".lir".,o),
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y en una relacin
de
g,hembras
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La exportacin
a gran
escala
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nscares para
inversiolista
,; ;A;;r.;e
hanquicis,"ai,""r"
p.r,
toda la zona. La creacin
a"i" Z""TiT,r-cj.{9
Iluique,, (ZOFRI)
origin
una euforia general
y
.una
^actidad
"oilerclar
nerosa
en artcuros
de
consumo
y maquinaria.
Al,, ;;;;
-ii*po,,
"l
Gobierno
facilit
la
exporacin.de
nuevos rubros,
,,no
t.ri"ioi,".
.
-_
jstas disposiciones
parecan
"";i;;
lry"I''
cr"ci"ron
r as cila.a-des
;' .;;;;.L
:tTfflf
Ti",J r:::,?.,-j:
no*alrzas y carnes;r
la cam.ionet";-;;
deseada,
lleg al lcance
de
agncuttores
y
-ganaderos
rni"..-Mlro
transporre
o
-
er" come..i
"
" l;
";;";ilr'
r8ffi1'T"g"B:r,fl,"1
a;.;l
comenzaron
a producirejo
" """"t"
-.yoi,l"r*
u", para Ia exportacin. xetomamos
aqu dos casos,
Sibaa,v''
respondieron,
cada unoa il;;;,
;i; Jrln
,ff"?
!ffi:3'-.ff;
como._caso
representav_o
p*" l;;;;.iijr"r.
y Lirima,
ubicado
en la
liifjrf:'
como caso relevnte
d" .-r:.;;;;;os
en esra fase de ra hisroria
5.2.1. Los
agricultores
de Sibaya:
aprovechand.o
la coyuntura
del'?epuns,,
,-
En
|f73
- despus
of,:,-*^"
T".
dg un siglo.de
constante prdida demogrfica (sieno
l.?
fugf
a" *"".i-"^
el primer
recurso
" ,r,u
economa
andjna!)
- r.l?y:'^,
:,g";;;;,""p".,r.,
120 habitanres.
Gran
parte-de
los propietari-g:_9_",chacras
yrvai^"n lquique,
Arica u otras
;ff
"'i:i"JJ.?:ff
';'J'iru3,H:.U
jf
:',*:y:t',.*i'.".,itu,.v
i]t-:
L. sequa,
las plagai,
"'d;r;;;;"i.iT1o,uroano,
los_reclamab
cam po, eran tan ros
-p.Et"itor.
L"; ;.;r
T3'iff
ol,ll"rT.rq"1"Jff"
r:i
@
;ffi.;:ili?:?],
f,:::,#
j j,fjLi5,,
con do ( I e62
), Lao nsa na
14. Hablando de Sibaya, incluimos
"i"_n*."
"""llir"_"'"rror.
Stconumo
y el trueque, estaban muy lejos y la produccin para el
ftado -
lucrtiva en l poca del salitre - era una miseria. Las razones
ifudrlva"
para abandonar el pueblo eran las desventajas compara_vas y
Ff trritio. desiguales de inlercambio que desanimaban al agri-cultor a
iAtducir
para el-mercado. Los pobladoies soaban con una educacin
UlVOrgitaria
para sus hijos, o al menos una profesin de cuello blanco,
fuportista
comerciante, para posteriormente poder gozar de un retiro
Ei un'a casa de ciudad y de una vejez tranquila, asegurada por la_posicin
us hiios. Dos antiguos canales de Sibaya estaban arminados y en
Euio desde ms de ve-inte aos. De la superficie regada ms del 30 Vo d.e
cha."r. estaba sin sembrar. otras producan forrajes, aunque las
tfft"r
de la quebrada son de buena calidad par-a la horti.culturar que
iUirca
falta ef
"go"
para regar. Existen desde los aos
'50
en Sibaya
hlniOn
dos "haciiends" ganderas que en 1989 tenan un total de 118
unot.
Pero fuera de la-chala - la paja seca del maz
1,
el vacuno exije
iifn"" cantidades de forrajes frnos, lo que hace dudar de la racionalidad
ifu etr" haciendasl6. A principios de los aos'70 culminaba el decaimiento
li
Siry" y el xodo de sus
4gr.icultores,
rnientras el_ vac_o dej-ado por ellos
I llet"
"n
parte por uno pastores que trabajabq la chacras como
on""
o arrndatarios. Ests pastors, originarios de
|a.
zona de
Eariquima, se presentaban de a en ao y su nmero variaba con las
rntiades de lluas cadas en la cordillera.
. El
""g""to
de los emigrados que en 19?3 comenzaba lentamente, fue
rfcco de-varios factores: Ia represion poltica en el pas y la marginacin
onmica de las masas populares de izquierda, hicieron refugiarse a
ln rro.
,,hijos
de Sibaya" en ius tierras de origen. El re-poblamiento de la
ifn--tiCo" Doltrina fue
-reforzado,
posteriormente, cuando varios pastores
andi-nos urgidos por los aos de escasas lluvias en la Cordillera bajaron a
la-
q""Ut"d" y iogr"ron comprarse o arrendarse unas chacras' El
lenineno
"ZOFRI", sus artculs de lujo al alcance de todos, caus euforia
y expectativa en Sibaya-y en toda Ia cordillera. Varios sibanos emigrados,
o compraron una cami-oneta
japonesa y sitaban el pueblo en dms de
fiesta,
para hacer demostracin de su "progrgso" y para traer.y llevar
m"i."ri"r. La gran mayoa de los emigrados no se convenci con el
IrU.inio del nueio mercaio para el producto hortcola. Aunque todavra
eran propi"taos de chacrar,- rro r"gt-"r"ron a sibay-a para cultivarlaslo.
l,ta. "ti prefirieron arrendarlas a precio
_crecido,
y dedicarse al
omercio del producto chacarero aprovehando las breves bonanzas de los
16. La alfalfa sembrada en terTazas r.egadae, ocupa poca mano de Obra, pero lae hortalizas
-
"r arnojar mayor ingreso. Ee cnsiderado prestigiao tambin entre los
Pqueos
propietarioe,-el tener dos o tes torita para el eng-orde, que le sirve de ahorro,.tsn estas
ilni"ion"",' tratndose de una actidad complementaria y teniendo a
-disptxicin
euficientes ?o'ajes naturales y deechoe como la chala, la crianza de uno o dos vacunos
puede eer aconsejable.
16. Sin embargo, cinco familias sibalnas volvieron de la ciudad para sembrar sus chacms como
--'
;;ffi;.
-E?;n
ias familias urgidas por la persistente cesantfa entr los obrerm urbanos;
una "reanimaciOn de la agriciultura-" que naci tambin de la extrema pobreza y no cl
saneamiento de la economla campesin ni de un deeo pmitivo de volver a su-pueblo,-su
;g.jf,.;A t5g
ralcee culturales. Todo lo contrario, se entlan fracasadoe en la sociedad
urana y rechazados por ella.
--
274
275
precios que
fluctuaban a sartos. En realidad, el mercado de hortalizas
l"^":f
n
,Iquique
se ampli
"o".i"U"mente
por la afluencia de grandes
continsentes
de empreados pbricos,
m'itarel
t
p;;;i;res
con
susfamilias,
tr"sladrdos
"i
"rl
a" lril".
"
'rin
parte' la produccin
de forrajes fue transformada
en una
produccin
hortcol. Sin embargo,-;;,;
realizaron inversiones
en Ia
agricultura'
Nada de recuperacid".r.rrl",
arruinados,
ni de expansin
del rea culrivada' r'os p-rpietario.
.ro ," ..i"gs.u"n,
.o.rliri* po. t,
fl:ffffirX.rmanza
ZOFRI y las fluctuacion"s
d" los precios del producto
un elemento nuevo en la horticultura
fue ra introduccin
der ajo en
:"":_91".
esca-las, para el mercado a" tq"iqrr" y para la exportacin. pero
ar mrsmo rrempo aparecieron
ras pesticidal y.:. i;;;i;g'#io,i..r"",".
Mientras tanto' ros Lendatario.
i"-i;;;;"
de cariquima seleccionaron
semillas de aio v suoieron
".ri''"t"rh.'"-fi'.u
p"opio medio. Gracias a ras
buenas lluas orr"
""y".o.r
"n
la coril en 19g,-1gg4,
estos arrendata-
rios pudieron
iniciar un regreso exitoso a sus pueblos y estancias. se
empearon
con mucho e-ntuJiasmo
"r,
a*"taari, nuevas terrazas regadas
en Isluga, villablanca,
chuluncane y-G".'"",
esperando producir
el ajo
"n
.J: propias ti:i.+ para un
-"r.*-do
abierto; ;l;;; d;'ili,t".
.in ros aos
'80
distinguimos,
fuera ae b"
"iaino!
.""ia""*'e
siem-
pre, los siguientes grupos socio-econmicos,
los.srar-n-o."ililaron
y
Ios pastores inmigranres
de ra arta cordiirr", ri;;";. i"#r'Ji prt
"
estos ltimos se disbinguen:evos
propietarioslT,
arrendatarios
-y
peones.
Los siba,nos se diden tambin
"";d.t;;;d.-_ffi;iiii.L",
1""
sibanos no-residente.,
"g".rprao"-"n'un"'.i.r"ad
,,Hijos
d-e sibaya,, con
sede en Iquique, ri"--if son un
c.rupo^ significrtirro-fr"*irilrfr.ro
y
prestigio.
Se hacen presentes
en"las fiesLs a"r pr"UL-y;;;;;""
"n
las decisiones corectivs.
F
";i;p"i"io" social en sibya es ra que
existe entre lugareos y aruennos.
!.ln 1984, or." do:.9:spus
del golpe militar, se haba equilibrado
la
nueva situacin,
crisrarizada en un aumenro
ilil;.J""i
"s'il
r,""t.
un totl de z5 fam'ias con
""""
+ao
-p"tsonas,
pero este aumento se
deba ms a ra afluenci" a",rr"".i"or,;;";ros
sibanos que retornaron.
La fuerza numrica r
ramti,irsi;;;;;;;i:":::T,,ff
l?'
ji3"':H'i:1"t..1:i:ilt"tr*
arrendatarios-v g
Deones' Lo rug."os
residentes,
se agrupaban
alrededor de las failias t."CI.i"nil'irlt.."
entre etos, .o-n l* qu*
p*'^
:"*'
em paren rad.os. E sra
"i
t"".i'' p"i; ;* ,' r-,
",
]Ll"J'"jf
"r,,
* lorman un grupo
-i"lltglo^,
cerrado y
"oor"*roor
de sus prilegios
de primogenitura.
En el otro extrem se encuentran
los .f.r?.irror,
arrendatarios y
Deones. Sus hios irecu"nii., la escuela de Sibaya, donde
forman et 92 E d'er arumnad":
il ;i;;;il"iis
srb*rno" residentes
uun
"n
la ciudad, en casa de parientes,
r g.ii"l. e"crrela, porque sus padres
quieren "algo
mejor"
o:la:lg;. L".JG
s*pos de i"#;; .;fi *ry
empeosos, pero de ros arrendatario.
y pet. n"ai" ,""t;;;;;;...
"
ffi roncomprarti erraenSi baya,y8rempre8ontratado6conreserva
benazas, ni rehabilita canales- o compuertas' porque no tenfan garantlus
por ms'de un ao que es la duraciil del contrato y
Porque
sin dudn los
u"nor les subiran el arriendo. Restauraciones
y otras inversiones
ocurri"rott solamente en las chacras de los afuerinos propietarios'
'-
A este cuadro demogrfico registrado en un censo de 198418 - vase los
.,rrdro. 3? y 38 - se- agrega i.rna
-distribucin
de tierras doblemente
.n".""tr"u," no slo
"
tir.to. de sibanos, sino tambin en las
;i;;i";d".r.
rin sin incluir en el clculo a
"los
sin rierra", la
concentracin de tierras en sibaya acusa un coeficiente de Gini de 0,588
iV""
i""t"t, 198?,17). Hasta hoy dia,
-la-
propiedad
,y
el accesg.
,t
l'
ii"*"
-ierar
.ifrr"
"i
modelo colonial: la-hacienda,
gran cantidad de
ri"ii""Z. con
iredios
dispersos que miden de 30 a 65 m], y unas
chacras de los ntos patrbnes de la iglesiale. Entre los lugareos
residentes se encuentran 4 propietarios que, juntos' ocupan 31'5-Ha que es
"l
iA4" a" oda la tierra regbda. l,os dems lugareos residentes - 14
oropietarios
que poseen un p-romedio de solo 0'62 Ha - son verdaderos
[;irii;d"ri. ni;Z vo deladierra pertenece a propietarios emigrados que
arriendan sus tierras a afuerinoJ o las ceden a parientes residentes.
Propiedades inferiores a 1 Ha" no son muy interesantes para la producclon
;il';;;;;"J..-1,o"
14 afuerinos con prpiedad -
todos del secto pastoril
"i".".di"o - u" desenvuelven
"on-bu".t
rendimiento en chacras de
i'H"-.|i',;
pro-"dio. Para ellos es muy difcil conseguir chacras en
propiedad, si no es
Por
matrimonio.
Cuadro 3?: Grupos socio-econmicoe
y propiedad de tierra en
Sibayat
(1984)
Grupo
Jefes de Chacras Promedio Ha
Socio-econmlco
Famtlia
(Ha) por familia
Sibarnos residentes, ricos 4 31'4950 7
'8740
Si;;;;iJentes,
pobres L4 8'6910 0'6208
Si
"-igtu*'
'
108 58'e006 0'5454
f"*i"", pr"opietarios L4 14'1260 1'0090
Afuerinos, arrendatarios
35
Afuerinos, peones
8 -
Total es
138 113' 2135 0' 8087
iNo
se contabilizan las 34.6 Ha de chacras abanilonadas o sin dueo
Ms detalles del censo se encuentran en: J. van Kcsel: El llamado "repunte econmit:ti t:
ir p.*""ailf"t e Tarapac: el caso de Sibaya; Iquique, CIREN, CIS N" 25' 1987'
Estae chacras estn en partc abandonadas y en parte enajenadas pc los "hacendados"'
I tt.
l 9
276
i *
277
.L.g
Rroduccin del ajo, como
,,rubro
de j
usti n cado er car inti u
.",
;;;q,;';fr.tr:i,,$:il
i,SRX* :,f ?ilJ;
en toda la quebrada
volmeneJ
a"-0rii"".,,
500 toneradas
anuares.
Los
3#t#?ffi:cos
conocieron
unos rno.-a" grandes
ganancias
y orros de
1i,-"d1'
"i";;;#;"X1;Tnff"."*'.
A*ll"i;
f." i,Jo.
,
"" tra n sporre,
r a i n rorm ac i ?:
_4;;
il".i^ili,l?:;*
t?l
";H:il:"fl
los volmenes
reducidos,
pero lo,*
"o.L.
al'l. produccin
eran superiores.
;',?J:: lTit"t"t;ttttL
l'"
'*""h";;r'i;;""
ruertes
bajas por un" .,ueu,
l".y;p*";;il"r"i','iTJlH:i"=i,lll"rf
",',."L!""i.f*;*i*:i#
l'or otra parte,
con ra escorarizacion
Je s sloainos
se debirit ra relacin
afectiva
a ra tierra, que era tan fuerte Ln,ra tica tradicionar
andina.
;'""Hi'J;il:'f'o"oi""ld """"1*iie'lii
"i""'
I' tierra-
il'";;
'
*.yo"
s:{;;:';;r*"j:_ii"J"f; il:.kT:iq:".r*;ki;i"l"ht.J;
consecuencia
de la expansin
;;;;;;
"i"1""ro.,..
pSra
tal efecto se fbm
la cornunidad
de aerr ae siuaya;,"1;d#;
consriruida.
^
El sistema
de
n'rodlccit i"l ;i;";U$
en un uso ms inrensivo
de
rumtgantes
que no
"rfl "j:-p-r"
rnuy ,aJ*roo.,.
ni aplicados
con buen
cnterio y buena
dosificacin.
'r,"
p."'"iiri'iu
u"no"oor"s
y comerciantes tuvo. consecuencias
q*ll
^l"lnto
ni.i"-,
sentir: el dao al medio
ambrente,
tan v_ulnerable
en zonas ridas. v e
Ia camioner"
riri"r" y
"l
;ini_;;i";d. Y":::.d:
las tierras. con
ilit"iio',ii,,".?,;'o'J',T.*:-r-1.:'.u'"
"i'ui:
","-
;fJ,"":".,#.':XH:,
:;
manrencin,;;;i";;"Hll'"",ff
:in"ll',Xffi
:r"f :lj:l::HXl*:: reduJo
ms bien ra sr'erficie
9fit1i,"'iii
r. .on.*uccin
de nuevos
caminos q ue ocuparor
.:l:1 :r-9.
io.i""i
nqi?rrazas
.despreciadas
p*qr" no.qoq?
Ilegar la.q^Tl";
J
porque
oi-o.a",
de las terrazu.
nb
".r.,
culrlvabres
mecnicament
. Lo.
"r*""t"J"
mecanizacin
aumentaron ms el prestigio
de sus dueos q.,"l;;;;;;;".
Cuando se habla de'repunte econmico" es con referencia al aumento
de la produccin para el mercado.
En
cunto creci este volumen? En
1984 se cultiv en Sibaya 113,2 Ha, quedando sin sembrar
aproximadamente 34 Ha de terrazas decaidas. De la superficie sembrada
fueron destinadas aproximadamente 51 Ha al cultivo del ajo; 25 a forrajes;
22 a otras hortalizas para el mercado y 15 a forrajes y hortalizas de
auto-consumo. Dn 1972-73 se estim la produccin para el mercado en un
45 Vo de la cosecha. En el ao agricola 1983-84 sta alcanz w 72 Vo.
Basado en estas cifras estimativas, se calcula el aumento de la produccin
para el mercado enw9UVo.
A esos dos hechos: aumento de la produccin para el mercado y expor-
tacin de parte del ajo producido, se reduce todo el "repunte econmico". El
optimismo merece reservas, porque los propietarios de Sibaya no quisieron
volver a las actidades agrfcolas. No se sentan agricultores sino comer-
ciantes de productos agrarios, e intermediarios entre el campo y la ciudad.
Merece reserva tambin porque no se registraron inversiones duraderas
en la agricultura, como restauracin de andenes, sistemas de riego y ca-
sas. Entre los propietarios sibanos persisti la tendencia a trasladar ga-
nancias y capitales del campo a la ciudad. Inerten con preferencia en su
camin, su casa y negocio en la ciudad, una profesin de "cuello blanco"
para sus hijos. El "repunte" est basado en el trabajo proletarizado de pas-
tores que es pasajero e inestable, bajo las condiciones que los propietarios
les ofrecen. La produccin del ajo para la exportacin siempre es muy pre-
caria, insegura, con precios muy fluctuantes. Muchos sibanos, tal vez la
mayora de los propietarios, demuestran una actitud tica adversa a un
desanollo econmico duradero de su pueblo: la mentalidad de hacendado-
comerciante y su proyeccin hacia un futuro urbano. Esta mentalidad
podrfan haber heredado de la elite criolla que en la Colonia controlaba la
Doctrina de Sibaya y toda la proncia de Tarapac: en tiempos difciles
abandonaban el campo, para dirigirse a Arequipa. Resumiendo la crtica:
l. En lo econmico observamos, ms que desarrollo, una creciente
dependencia de mercados que es mltiple y asimtrica y un proceso
acelerado de incorporacin al sistema nacional urbano. La
orientacin del sibano es ahora ms que antes hacia afuera. Se
gua, ahora ms que antes, por las normas econmicas, ticas y
religiosas del mundo urbano. A pesar del aumento demogrfico,
estas tendencias centrfugas sugieren una emigracin postergada y
definitiva y hacen temer una liquidacin a plazo de la economa de
Sibaya. La produccin del ajo a escalas crecientes signific una
mayor dependencia de comerciantes y exportadores y una creciente
concentracin de riesgos.
2. Relacionado con la orientacin centrfuga, el sibano demuestra en
el nivel tico-econmico cada vez ms inters para el comercio y
menos cario para la actidad agraria. Se debilita y se materializa
su relacin hacia la tierra, se debilitan sus responsabilidades
comunales, se acenta su indidualismo y su oportunism<r
econmico. No se organizaron en accin colectiva de la produccin y
venta de su producto.
Cuadro
38: Concentracin
de tierra rcgada
en Sibaya* (f9g4)
erm'i-'""
i"ff;l .fii3[l[
vJ! cs uE l al ' t Ua
t =ZJ7r ) Dosaan n
4ej;;;;;il;ilirtt#j
ff:::l 8:f#I:l:2?l ry:*n
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'8j:f:ff
ff#i|;,'= ??11' n:::i {|,f;iyiffi,
poseen
c/u, 0,768 Ha
poseen
4t,4B61Ha (=
37oj
;;;;
j"'s.'":
183 jefes
de famia (=t00Vo)
ilg.2ig5 (=100%)
;;*,,0618? H,
*No
se contab'izan
las 84.6 Ha de chacras.o^no*lrlGl
-ru
278
279
t
$;,*tfnl-c1nbio
pusieron:n:-inpr,
en. ra agricurtura
y
iii"*x$:1i,":?*f',#i'ilj"i"'l,xJ""H,T"T#,lm:::
abortar
Ia
au,"a",opf*ollt
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|' vL ruDarLrrs
cos[os de arri endoy
de agua.
20. Sin disponer
de datoe r
^-
hortrcori
"n
ul
"".tiiffiito6
estimamos
un aumento
de un JSo% de la p-duccin
21. El operario tiene adems
derecho de come de los productoe
horffcolae.
con-ingendad indigenista o con aparentes intensiones humanitariaa
y socia)es,- el gobierno del presidente Aylwin que sucedi a
pinocht,
prometi dar
,mayor
envergadura al experimenlo hortcola suburbano.
Para.tal
_fin,
el Ministerio de Bienes Nacionales prepar un proyecto de
colonizacin que considera el traslado masivo
'de'unas
so ?amilias
aymaras desde la cordillera a la Pampa del ramarugal, para iniciar con
ellos como mano de obra una produccin frutcola ae"ep'ortaci"
"
gt""
escala22.
La planifrcacign del rgimen militar, respecto a la economa
agropecuaria de Tarapac se- gui por objetivos como: modernizacin,
redimensjonalizacin, reubicacin y ricionalizacin del sector- nt pr"n a
produccin.suburbana
es la contrparte del estrangulamiento dei sector
agropecuario andino, sacrificado a la minera. Los eiectos ms sensibles
para los productores andinos son - adems de la reubicacin etnocidiaria
de sus comunidades y-el "ecocidio"
producido por la economa
-in"r"
andina - relaciones de produccin- "modernai" con: proletarizacin,
indualizacin, integracin total en los mercados y
dependenci
multiple; mtodos de produccin "racionales"
basados
"n-,rtra
tcnologa
quimica modema y ms cara; y, en lo social: deterioro de las relacioes
humanas de trab.ajo y de da,
-
con_ ausencia total de seguridad social,
para la que han de recurrir a sus familias y comunidades.
6.2.2 Los pastores
de Lirirna: abrindose camino a la espe-
ranza
La comunidad se compone de un solo grupo familiar de pasrores,
Qrigrnarios
de cultane: los Ticuna, que en 1973 ocupaban cuatro sbncias
dispersas en la Pampa de Lirima.'riepitiendo la hazaa histrica e l,eon
y lorencro 'l\cuna, qre a principios del siglo lograron reconstruir el
pueblo de cultane (c. contreras, 19zb), los descendintes edificaron en los
aos 1975-1986 su-propio pueblo
-en
la pampa, en el lugar
,'la
pasada",
donde el camino a cancosa cruza el Rio ioscaya. Los Ticu"na heredaron d
"los abuelos" su habilidag p?r-"- la con_struccin, la artesana textil y ei
comercio, adems de combatidad en la defensa de sus derechos v *lt"
valoracin de la enseanzaz3.
. .
E-n 1973, la economa-pastori_1, apoyada en comercio y textilera, haba
dejado relativa prosperidd en Liriin. sus rebaos de"llams Lian ma.
numerosos, sanos y frtiles que de otras comunidades. En 1974
gdquirieron una tropa de 30 alpacas de lana fina para su actidad textil.
La tropa prosper y en una dcada aument hasta 240. Al mismo tiemoo
organ?aron la exportacin de sus tejidos - y posteriormente la de todaia
-zgla
de cariquima - a Europa, aprovechand los estmulos del Gobierno
Militar a la "e-xportacin
de bienes no tradionales". En comparacin con los
prodL, tores del-ajo de-exportacin, los volmenes del tLxtil eran muy
reducidos, pero dejaron bunos ingresos, porque los lirimeos .to o.np""o.,
,r. Cru. Ep""", ,, d" Mayo, 1990, p 30.
23. l,os "abue]os" de cultane contrataban a temporadas a un pmfesor para ensearae y
educaron hace 80 aos sus nios en cstellano los primeros u.r ,orr".
280
*
281
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en vo'refresentarivo
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r""i"
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il'lTb'i'i8*U"t"'gg*;iti.T;tJif#.",,#,:1;:$i,ffi ,l","llf
nscal",
con un pJ
artesanas,
-,*i"i,9Fma
escolar que
acentuaba.
asignaturas
como:
!!:"y'JdZ:,{'8t",TilS}?""$ff1,r_gi'.i#;;";;,rumbres
ff
"Jl;"ffi"il j;#-^""""'r;i;;:hii{ru$#i"#;?itril?3:
*''lmgnfiiTi,:fi
ffi
"#.,?,li!":"111*:f
e*HrH.,.L,,T
r,i_p':;;"''ljt3i.^?:^,-'iii",l'i1ru6;"9;qr*rtlxJej
iffiTirr:f
en sus rerrenos,
q.u" .ontililn
"., "l
alriplano
uoti.,o
y
"n
"r
ff:o?J"ilT*T"J^":
*t la exportacin
de tejidos
fueron
invertidos
en
"ru"loril".ij;'i;"f:i
f:rusaron.
en cierto rno-"n-un."".0".i"
"
5?FJ,?;ffi1t":ii""i,X:ihoffJ."--o:"",'.'"n'}"pi""ioa"i
Itlluras
y tros te.rcos
iniciada
en igX?
menos'.La
exportacin
de
lll?l:"q,
gracias
al
-presrigio
d;l
or"d;;ro'
declrn
en 1981. Desde
publicacion--er
en Chil-",
""
i"a.i"i"';'H-llTtdo
por
exposiciones
y
menor pero
a precios
muy convenientes.
ercado
nacional,
en vo]umei
La produccin
v v
*t",.,1-"a-".i,*1i"&iq:,ull,1Tls1H$*'::H?..::i,,H?
atgo subidos'
Nb ocurri.eron
.. fi";;;'i""'r;
de precios
que
sufoieion
los
q;T:ffi:r;::
"
hortalizas
p.'.
"l
;;;ado,
particurrmente
lr ao
Lirima
experiment
_bnl*r.
el efecto
de Ia-. corriente
general
de
i", fffi::!'
f *ti,?":,i,T*l
*rf ** -resi
de n te b. o i"' bt a Ba
ciudad sino a la zona'agrcotiiFi;;,
i; i;;^-:I:""
no se fueron
a la
ilTtffi:,#,".'Sf
"L::gn"ao?;Iffi','.?*:i:'?11;1"ffi
#i::?"1
"o-o'"*f*Ji'J"-|tt**tn
es parciat.
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fmlJffi;H'1""","Jl,e,To?f
"".1T.*?..rlntf
;;t"rrnfjf
T:
,4
Sj"J,.,f:1A1f"re,,
Tt""na: Educacin para et desarroll Dlcultural para lae escuel
pp.
- -----ra. avmaras
ilioff;i1.,1l.]'Shilid,i1t
iH:lBJ
La economa domstica del lirimeo evolucion en estos aos como
se resume en los cuadros 39 y 40. Comparamos la economa domsti-
ca25 de 1975 con Ia de 1989 (antes y despus del intermedio exporta-
for,
gl q_ue va desde 1975 hasta 1981. En estos 14 aos, el ingreso p.c.
(que incluye pensiones, etc.) ceci en un
g6,0Vo
y la prducci-n
p.c. aument en un 88,57o. Observamos tambin que la parte de la
produccin p.c. destinada al mercado, creci con un
-l26Vo,
mientras la
parte destinada al autoconsumo (y al trueque) no creci ms que en
un23Vo.
+
Nota: en 1975, la comunidd de Lirima contaba mn 65 personas, en 1989, con elo 36
personas.
*t
Las asignacionea son en dinero (45% y en vfveres )55%).
Es probable que la economa global de Lirima, que incluye la actidad
econmica local de los emigrados, en este perodo tambin se haya
duplicado, pero el volumen exacto de su produccin de estos ltim-os
escapa a la observacin.
La relacn: "economa
de mercado
- economa de auto-consumo" se
modific a favor de la primera. En 1975 se destinaba w BG,BVo de la
produccin al auto-consumo; en 1989 este porcentaje baj a slo 24,8Vo.El
tru_eque como mecanismo de distribucin est desapareciendo y parece
cad.auez ms una supervivencia. Si se mantiene en uso, es como expresin
simblica de las relaciones sociales entre parientes lejanos y enre
comunidades hermanas.
En la defensa fundamental de su economa, los lirimeos ueron que
enfrentarse con compaas mineras multinacionales que se apoyaban en la
poltica econmica del gobierno militar y los nuevos ClOdgos ile-Aguas y de
Por Ia salida sucesiva de 29 de lm 65 pobladores, que arin sigu.en produciendo en Lirima,
donde mantienen ganado y casa, se complica el concpto y la medicin de la "eonomfa de
Lirima", motivo por el que comparamos aqul slo la aonomla domstica de kn
residentes de 1975 y 1989.
Cf. Cap.I, Cuadroe 19 y 22.
Cuadro 39: Produccin anual de Lirima en 1975 y 1989* (en
USg)2s
Produccin para el mercado
hoduccin para trueque
y autoconsumo
1975 (65 pers.)
1989
(36
oers.)
' I otal p.c. Vo Total p.c. Vo
10.363.62 159.44 63.710
5.89?.98 90.74 36.390
12.948.84 359.69 76.37o
4.027.32 111.87 23.770
Total Produccin
Ingreso por asignacin
familiar y pensiones**
16.261.60 250.18 100.07016.976.16 471.56 L00.01a
639.72 t7.77
Total ingreso 16.261.60 250.18 17.615.88 489.33
282
283
Cuado 40: Consumo p.c. anual de Lirima de lg?5 y de l9g#s
ORIGEN: Mercado hecordillera Corilillera Tohl
1975 1989 1975 1989 l9?5 1989 l9?5 l98e
RUBRO:
tfveres
123.03 149.59 22.04 2.06 10.14 ss.z4 t5l.2t 240.8s
V_estuario 12.72 58.?8
6.26 5.05 18.98 6g.E0
Mobiiario 10.08 14.L2
A.2g
- 10.A2 t4.Iz
ltio
4.46 s8.21
4.46 s8.zl
Fiestas 15.03 25.93 7.7L 6.28 18.95 s.gii
g6.g9 gl.u
Viajesihansp. 3.62 89.25 g0.g5
- $.92 89.2s
Sal ud- 24. 01
_Z4. oI
Vi vi enda- 10. 28- 10. ?8
Tdd 16S.94 416.56 29.75 8.34 60.99 112.66 259.68 537.56
lo(1975) 65.0q0 i.5% n.5% r00?o
7o (1989)
77.5?o l.6go 2t.Mo l00o
aguas contra las compaas mineras'
ganado por los a)rmaras' anim a las
otras comurudaoes,
y;;;; ;"d;t'"1t"bttt'amenaiadas
de la misma
manera mortalp.
"--"-iggz
a lgg6, una decena de compaas mineras solicit en
t"p"
""
iot"i a saga,s Vs de aguas iuperhciales
y subterrneas
;:;;,lbai,39l.
nt issz'rgss las ompaas solicitaron nuevamente
i;;;;;. .u"li"""-" szoi vt
4-"
agus-superficiales
y 26.462 Vs de
aguas subterr.t"..
"r,
ti" J" .,'it"ra" de Tapac' En 1989 todas las
comunidades ,i.,
"*."i.i
esbban envueltas
-
en pleitos
^contra
las
;;;;;;" "1"""t""" Lt"i "
g'293,64lls (olivares' 1-98q' 21]' Los
dirigentes de Lirima y C"fq"i*a
que estaban orqanizadosdesde
1985 en
;'?;;;dfl"r^i
y."*" iCCej.bn
.,, oficina tcnico-jundica.y
con sus
;;";;;"-;"8"r""
"'."4;*;" -adems
de apoyar y orientar las
f,o;"ffi;* l"*."". en su lucha- crearon en las comunidades la
;ffi,ii;il c";;;tf
J J;";; de la
"vocacin minera de Tarapac"
(Pinochet) qrr" ."rr."iu ;;;;b;"gura
de toda la cordillera' acabando
con la da de ta naturieza
y de lai comunidades aylnaras' Esta tesis
;;;-;;;
iambin
""t" "t
-congt""o
Internacional de Americanistas'
imsterdam, 198830-
Observamos diferencias muy marcadas en la accin econmica de
Lirlma v
de las .o-l.tia""! agrcolas, representadas
por Sibaya'
tii"'.J r"" Leri."l tor" J d; l;;;tdill er, con I a producci n masi va del
ajo, concentraron sus "agoa, los lirimeos ios variaron con una economa
diversificada de ganaden, artesana, comercio y
"lC."l"
hortic,ultura' Por
;'-;;;ipt; J
""t"g"J|",
-1"1'f"igdores
de llirim' echazaron el
,.j;;*i
6"ii; a-" il u"i*r.iad del Norre
(1e?3-1e77). Por la
exportacin autogesninada
etaron la extrema de-pendencia en que
;;t* lo" tod".totes
del ajo' Al estancar la exportacin' se
ffi;;;-'rl
-r*r1,"o
"".inal,
si"mpre sin intermediarios' Donde otras
-"""ia"a"t
ganaderas vendn la
^lana
cruda' ellos le agregaron un
mltiple del valor p;; ;l' hiltdo v
el tejido' En
"l
Y-l-11l.
d" l"
itic;;;in,,'*
i" "o-i".noa".i",
.. preocuparon de la publicidad y
t;^:;;io";'
a"i pt"".to-1t"*tlll,' de-'las reiaciones
pblicas
v
las
alianzas, lo que ayuoOiderosamente
en la lucha por el agua' Lograron
construir una economa
""n"
y duplicar en 15 aos el ingreso p'c'
Opinamos
que su relativo'xito
econmico se explica
"ttgr"l
parte por
la tica del
"empre"ao ry*"t"" de: comunitarismo
(familiarismo) en la
accin econmi.., .o.r.iJ*1" v
"r""* de su identidad armara., valoracin
ili;;;l;;
y r t"""i.st""t"di"t,
y- de.la educacin concientizadora'
;;L;ild"
"en
la defesa de sus derechos. y dignidad' an en una
"".1"J"
l..riminante
y bajo un rgimen etnocidiario'
La produccin .o- rr"rrit"ti t
-qtt"
-y"
no. encontramos en I a precordillera'
"rr!"'""-u"u.
formas en las comumdades altoandinas de Tarapac'
2?. El cdi godeAguas-regul ari zal al egi sl aci neobrraeaguassuperfi ci al es;e.l cdi goMi nero
trata de aguas subterrneas; un vez sutrafdas las agus sutterrereas-,-s%- .gotan
rpidamente los pastos naturales y transforman los campos n un desierto.
28' Apoyados por
gr-ra oNQ' lmaron una documental sobre-er agua cre Lirima, titulada
,'...y
es
nueetra" (1983) que tue. rrasm'ir,iljr por la TV de Horana, Brgl;;
I
-ai"-^"i".
r,"
documental fue cnsurad^ por ra Tv'chire;", p.-- tir" distribuida en deo ca6et. [,os
dirigenies hicieron tambi-n u relato documentao en forma de un librim: i. " i""g
v
.
olivare-s (com{laduree):
Het geuecht om ue in ii^"
<lliili p-.sr;ir;ii;");
L"
Haya, Solidaridad, 1989.
Y.t:*_-El J9T,
Celog.os
japoneses
realizaron un esrudio de aguas
subterrneas^e1.fam-pa
Lirima. En 19gl Conocco Chile Inc.- cobiinose
:1
et_-nuvo udlgo de Aguas-y en la presuncin del legislador que las
nerras. y aguas no inscritas legalmente (lase:
tierras
-y
.2.s
'de
las
comunidades ayrnalas), son prop:iedad fiscal
- solicib Ji,obi;;; ilitu,
*g _o:Y | 9 1"
apro si onami."tf?
3t. as
su perfi ci al e s de I os ros Li ri m a,
ngu y tluanhJa
- en total 500 litros por segundo _ para actidade
mineras planificadas
en
parca. por
sue'rbe lor- ti-"n"
-r"
;;;i;r.n
"
tiempo y alcanzaron a oponerse regalmente aent"" "i pt"rq i"r"*"
as. un-plejto-que dur varios aos. Los lirime"r,
,.p;t;a;;-lor
"l
obispado
.de
-la-
Iglesia catlica de lquique, organizarn" a tods las
comunidades de la q-uebrada de coscaya'en'la causa comn: la defensa de
sus aguas, agru_pndose en l98l a tal fin en un organismo COiALi, con
p"T:91"? jurdica
y con 816 beneficiados. Recurri-eron al recurso e la
publlcldad y la manejaron con enve^rgadura y eficacia en peridicos, radio
{
'{i,
dentro y
.
fuera del
-
parss. En l9g5 lograron dejar atrs
dennlhvamente a todas las solicitudes mineras en la
{uebrada
y"pudieron
T:::lji ":: I:Tr:
y_-"r:_a.c.u3l.en
el Re-gisrro de'Biene. .ltor,"l".,
marcando un otal d,e 852,07 Vs (Olivares,
l9gg,3g). Este primer pleito de
29.
30.
informacin, vase: J. l,emereis
(1987; 1988): Solidaridad
(1989); J. Olivares
Para rnaYor lnlorrnaoon' ve
l l 989) v J. van Kessel
(1985)
(1989) y
B. Mamani Ch. y J. Vilca T: La legislacin de aguas.en Chile v sus consercuensaa
.toatr.rivas mra la comuni v
"oli*"
Aymara; en: MUSIRO
(Ed') La visin india'
destructivas
para la comunidad y cultura Ayrnara; en: ruuDrv (Du'' !a
;T"H;.";"
"i-pio
.iid i"tl* I n-"".'e Americanietas' Amsterdam' le88;
285
284
Ponencias de un simPmio del
l,eiden, 1989. (PP.'t5-61)'
En el caso de Lirima encontramos
adems, y como disintivo, un serio
intento de extender su- accin
""""-
v socio-portica
mis alr de la
propia
comunidad
v de alcanzar a to-id qdb;;; y'l irL, r""
comu-nidades
de t""p".a.
-
i"- ".""4" su xito econmico fue
indudablemente
su sistma " p*..io.r
"omrr.,il"ri,
"*piot*ro'
a"r
camin y de las alpacas, comercializacin
de rc.roos, propaganda y defensa
de derechos, construccn
a" irr"".i.i""*
La ccibn-econii"a
que
trasciende los lmites de. l.a propia-.o-""i"J
"b.";;;;;.""1'ii'
i"r""t"
de) la exportacin de.tejidos
v-i," -i".rr"
n
"
.rr".-sir-"ri,-..go,
"" lemprano,para
vaticinr en- base a
".t.^
ir".ror'
"i.ior-"rff
.r.r"uo
despegue de la economa aymara.
5.2.3 Balance y perspectiva
En un intento de hacer el balance de lq econorna andina bajo el
rprmn militar, podemos resumir ros desarroD";;e;;";;;"J
j,rrr.,t"
esta poca, en: un avance acelerado en el proces. d; l;;;rp.;. , l.
sociedad chilena urbana; a su sistema econmico-, p.riti.r-r-ailiiirt"u.,o,
y social; un prran paso
adelanre
"" "l
p.a.o
d"i;1;;;;"J;;;;;;;
""."
efecto de una escoiariz""io"
* i";":i;i;"
crecimiento
"conmi"o
y un
aumento pido del ingreso monetario de ra poblacio"
"r&"",'o"ro
"in
inversiones en la ecnoma
-agrof;u;;;
y su infraestructura.
El
crecimiento ha sido fuerte.en alfrrqfs ."*r, y en.general fue favorable,
gracias
a los efecros inmediaros Je decretosidil;r";;;;;"'|".oi.,rnr.rrr.
urbanas favorables. AI mismo ti"-po
"" "gov
en mucho la dependencia
de la economa andina frente al sector urano, h;$.;;;'rr-.J#^,
ry
en la precordillera:
totalme,nte) h;.i;-J;o y rtualmente sin da
propia' Mirando el proceso
desde la p"r"p".ti.,r
."di';;;L-o.
l"
desintegracin
rpida y
"r
a".ro,-?
u.
".,frrrJ"""Irir.t,r.r"
comunales, de la cltural.r"tigi"
;"""{-"udiz"da
ms en er avance
del
.pentecostalismo
,
y la ieorg_anizacin
social impuesta por
la
municipal.id
rural; lego ra p""ia"-"-l;
i"'ili{;rff#r
,!-"r.,
ms sible en - v sentid? por
- ia juvenrud;;g;
"'Jrrio
""
r,"
alejado.la pos-ibilidad
de' un ;;ii;;;u'no
de t.
""o.,o.nr?
y t.
comunidad andina.
un desarrollo
-g-enuino.
supone-unas premisas que es bueno recordar
aqu brevemente. No consiste en el proce'so de erraicacin de un'srstma
para.reemplazarlo
por otro, de rig-en forneo, sino en un proceso
esenciarmenre
endgeno, basado
"r,
rr propir-ii"i.i"
l'
.iir"i. u,
desarro-llo genuino ei dis'tinto d;
";-;r".t;iJnto
econmico; es un proceso
integral de toda una sociedad o comunida,
". "ilo
d;;;a;;;i"ii"
a"
ser:
1. Autocentrado: orientado y estructurado hacia adentro y apoyado en
:ll? :l1ra
y posiriva conciencia ae ta taentia, h.io#.ii"*r,
colectrva.
2. Emancipatorio: reforz^ando ra capacidad colectiva de un proceso
auto-sostenido
de
.defensa
y deiarrollo: ealizao p.r.rr"irlpi",
fuerzas, orientado bajo su piopia di.i!"rr.r", ongrnado en sus pro-
pios recursos naturales y capitales y su.propia capacidad de trabr{o,
ilevado por sus propios-recursos organizativos y tecnolgicos, y, fi-
nalmenti, dinamizdo por su propio sistema de valores ticos y cul-
turales. Aportes complementarios forneos, de
-cualquier
tipo, pue-
den ser muy necesarios' pero si no sustanciales tienden a crear
dependencias y relaciones asimtricas.
3. Interdependiente: con relaciones recprocas y simtricas de integra-
cin exierna
(hacia comunidades hermanas, colectidades regio-
nales y nacionales mayores, y a nivel internacional), qu-e radican en
el respeto mutuo a la identidad cultural, o la etnicidad, y que per-
miten el intercambio en trminos iguales.
Un proceso genuino de desarrollo es continuo, constante-y basado en
una esirategia-a largo y mediano plazo. Persigue p{s el bienestar que
la riqueza y" bo..r ttr-s ."egurar la perpetuacin del bienestar que el
crecimiento rpido e indefinido de la riqueza.
Mirando aora al sector andino de Tarapac, estas premisas de un
desarrollo genuino implican concretamente:
1. En lo econmico: condiciones de mercado
justas, equitativas y esta-
bles, a la vez que la revaloracin del sistema econmico tradicional
con su modo de organizacin productiva y distributiva, sus conoci-
mientos y habilidaes tcnicas, y suslases culturales, ticas y reli-
giosas; ilavez que la capacidad de desa*ollar ceativamente esta
erencia andina de acuerdo a las nuevas oportunidades y exigen-
cias.
2. En lo poltico: una poltica nacional favorable al estimular la
economia agraria de
-Tarapac,
que no favorezca el drenaje, la
alienacin o conduccin de sus recursos necesarios
(como agua y
fuerza de trabajo) a otros sectores de la economa
(como la minera
y el comercio).
3. En lo educacional: la renovacin y adecuacn del sistema de educa-
cin general y formacin profesional con programas apropiados
para l futuro desenvolmiento de los comuneros
jvenes; progra-
mas centrados valricamente en la propia realidad historica y cultu-
ral, econmica y social y en la realidad ecolgica andina.
4. En lo cultural y religioso: valoracin a nivel nacional de la herencia
andina aportada por las comunidades de la cordillera: de su
tecnologra, tica, reiigiosidad, su modo de ser y de r. Valoacin
cultural incluye: aceptacin en trminos de igualdad de p-restigio en
la comunidad chilen, y plena aceptacin de la religiosidad andina
en el medio religioso de Chile (las iglesias).
Considerando solamente 7a zona agrcola, pareciera que es temprano,
ponsar todava en un desarrollo utntico y gen-ui1o.-En cambio,
bservando atentamente la regin alto-andina, y la creatidad desplegada
oor varias de sus comunidades como Lirima y Villablanca, parecieran
Xier las condiciones materiales y las energas morales que permitan
ru
288
287
ffffiT"t#"":'lt1,l"^it:'*a
dg u.n desarrollo
anno aurntico,
si un
l" f.r"i"L:";; :.11:
*" una estratesia
diferente
d"l desniio andino
comunides"r".tll;::;T1il:""ii*"*',H?l:"::,T:".:ixj#
ffifr nT.H
""i
:fl lJjt*" .
" "'
f
io..J"i
to a" a".*"i i JL'
"".ri "
;;
5.3 El conflicto neligioso
5.3.1 El pentecostalismo
,^^ l?j:
a*obiogrlffe
de la Iglesia_Evangelica penrecostal
de Chile3r se ree como la primera
aparicln
d"
"""-"".t
;:;".j;:::.Ij.
p'*"riii"Lti"i'Jarmarasocurri""c-l;i*'""T?tii$".,,,ffi
TJtlBud en un momento en oue ya existan disidentes
t,d".
; ri"
"g"r*r"
de la precordillera-
-m-s "i""t"
J;;*-*oseada desde el impa*o salitrero'
sin embargo,
estos ,ltii*- tro atacaban abiertamente
a ra Iglesia catlica' ni al^1 v-ersin
"tt;.
rpus de una renta incubacin
en la alra cord'rera,
er pentecoslarsmo
crei:io
"
f;;;;;';t."''rsoa
y l9z' en cariquima y en.cuarro
comunidades-;;;;
6i,iito.,.".,",
Huaytane,
ancbvint y.qiqi.,!+
lT'iri._o
riempo algunos de sus correl isi onarios di seminados
en ba r
"
.orar 1".". d;;'#;;
ff i'.o, q u
"
desde 1925 ha estudiado.ri.t"-llf".nlni"
t".ro..nos2,
describe cmo ra
3fl.:rir9:1
verbar.
v
er i"onociasm;;;;;
un confl icro rerigioso-sociar
muy doloroso y destructivo.
Er impacto tomo .*"i",'i""rr""'.ra"r,
revolucin, paralizan
dor,l:E:,
.;l-;-;;""s
rradicional
es, borrando el calendario
r-eligioso andino, desbrganizano
la comunidad y desarmando
sus estructuras
sociales.
A partir
de lgZS-
:] l"-".
de la
,,guerra
santa,, _
as lo llamaban los peridicos
chilenos
e sus comentarios--
se exten$o a r" ,""# Jislrrg",
con la misma voracidad,.".r.""nG
rli
--o
cerador, el pastor
Braulio
Mamani (1986),
que fue it"rt" pi"*;rT'
.
Er .nte*'to' p-Jiti.o.
_".
; i;;;;":"i.J:'rHl#ffHil;".r",
incursion
en una comugaig
""a,,ilirJ"tg
" .t.t"_?ii;;".
,;;.", p.. parte del Esado Nacionar, q_ue a rravs ." u e*r"i';;;;il'tlarnu.
el perfil histrico r
":lpi:,if;
';y",;Jas; por parre de la sociedad
chilena, que sabe
-
fascinarros por el
"espejismo
del progreso
urbano y
tI:,.^t:.111f
por la p.op.g"nJ*ta
."".#,r_o;
por parre del apararo cn'enrzante,
que logra desrtuar sus fiestas y r"" l.t."J"."tifo"rr,
rolKronzar
su relirin,. desnaturarizar
sus. expresiones
culfures y reemplazar
..r. .ritori,i"d"; p.t
*;;o"itio.
venidos de la ciudad: profesores,
alcaldes. oolicas,-
";fb;;;-.'i"
"o,,..uniad
andina _
un da capaz de satisface'ras
necesidaa"r--rl-.i"les
y espirituales
de sus
:l:t[:. _por
su economa y org.nir;L-n
so"ial, su recnologra y su mecucna, su cosmosin y su religion y hoy di" 'prrr;H;r;".
"", ;Lt,q
lgl""ld"r*arica
pente^costar:
Histria del avrvamiento,
origen y desarrolro de ra Iglesia Evanglica pntecostal;
Srrti"g",-iglZ.-
-"' '"
32. Nos guiamos por loe sieui
J. van Keasel y B. tue;.#ii3&tt"dioe
de B' Guerrero (19?8;
1e80; r98l; 1984; 1e90) y de
gpacidad de liderar a sus miembros en nombre de la tradicin andina -
r comunidad se ve en la encrucijada de rendirse al culto del progreso y
ful nacionalismo chileno. En estas condiciones la comunidad difrcilmente
pfltiO a la presencia avasallante e intolerante del pentecostali_smo. El
!OlUn""o
ya^no hallaba como antes en su cosmosin y su cultura la
lnltimaciOn
de su conducta y sus espectativas.
-
Compartimos la hipteiis de Guerrero que dice: Cuando la cultura
ldicional
pierde significado existencial para el aymara' se siente
tlmemente
atrado por un movimiento como el pentecostal qyg
fedica la edstencia
-de
"otra vida", que postula la reconstitucin del
eytl, v la
"comunidad de hermanos", que promete un nuevo orden bajo la
nlraa-a
atenta, gilante y sancionadora del nuevo lder carismtico y
irligioto, el Pastor. Sin- embargo, el precio de la entrada a la nueva
Omunidad
es alta. Se ha de renunciar a la familia y sus "hermanos
nrnales"; ala Pachamoma, al Mallcu - Seor de las cumbres - y al Santo
Patrono; se ha de burlar de todolo que hacan los abuelos. En fin, se debe
olvidar
que fue AYAMARA identificado y definido por su
-cultura
y
llligin, n oldo comprometido a borrar los vestigios, q-uemar las.barcas,
lfUirit ,rtt" ttu"u" identidad, romper todo lo que recuerde su condicin de
lymara,
y destruir sus smbolos - imgenes de Santos y Vrgenes, templos,
Jo",r.,J "-."""". orocurando impoiibilitar todo culto comunal. As el
iy:::y,,'T-"ii'.rpr::*::9"^-inpi:ltltllii:1'.
| UC@rgS
-y
I I I D r Pl
VUul 4uv t I ru. vruar
herman" confirma
-su
'iuramenton por el recurso de la olencia hecha
Dor sus propias manos omprometindose con el nuevo orden a que ha
Jurado
pertenecer (Van Kesiel y Guerrero, 1987,4). Su violenci-a es el
ifmbolo-d" su nuevo compromiso y elemento bsico de su nuevo discurso
rcligioso: el "testimonio".
-SOlo
b"o un contexto de desarraigo y anomia y gracias al recurso del
milenarism con sus dirigentes carismticos, sus milagros de salud y su
iloaolala,
es posible
-que
el pentecostalismo, tan disfur?cional a la
io.i"r aymar, haya eiperimentado un crecimiento tan fuerte en el
aliplano chileno. Poi otra-parte, los lderes pentecostales-son chilenos,
comprometidos con la cultula chilena y
-
concretamente despus de la
alianza con el rgimen militar
(1973)
- con la ideologra
_nacionalista
militar. El apoyo roral y material del Gobierno Militar y del Municipio, el
nombramienti sistmiico de "hermanos evanglicos" en puestos de
confianza del Alcalde (dirigentes de la Junta y los Comits Vecinale-s, y de
CEMA), su reclutamientJpreferencial
para los trabajos del PEM y del
POJH, el prestigio de "progresista y patriotista" que gozaron por su
lealta con' el Gbierno y el-Municipiof todo ello fue, si no la causa, al
menos un fuerte esfmulo para la rpida expansin del pentecostalismo
bajo el rgimen militar. Pro este compromiso po1tico a la vez debilit
tairbin s mstica original. En el cuadro 41 se observan datos censales
sobre la regin de Cariquima, recolectados por Guerrero- De stos se
deduce que-un 26Vo de este sector - bien repartidos sobre todas las
comunidades, se profesa pentecostal.
288
289
Cuadro 41:
Quebe
Chulluncane
Villablanca
Chijo
Ancovinto
Ancuaque
Huayane
Panavinto
Total
Vo
Poblacin
Total
H M, Tot
Censo de la poblacin
total
rentecostales
G9g0)
de Cariquima y drr
Pentecostales
M
10
30
oo
30
27
30
10
6
9
26
41
39
25
17
13
6
19
56
96
69
52
47
23
72
4
3
3
10
15
10
5
1
5
5
3
7
I
11
7
2
9
8
6
T7
22
27
T2
3
o
que su necesidad religiosa no fue reconocida, ni respondida por el
alo de la Iglesia oficial. Esta actitud de los pastores catlicos agrav
nbimients de anomia que - con la aceleracin del proceso de
lzacin y modernizacin -
invadan la comunidad andina. Todos
moivos favorecieron la aparicin y divulgacin del pentecostalismo a
moivos l'avorecieron la apancrn y ctlvulgaon del penEecosf,a[smo a
'de su centro actual, Cariquima. As, el pentecostalismo pudo actuar
un factor ms y como un acelerador independiente de desestructura-
dc la sociedad y cultura andinas".
El documento hace referencia a la pastoral bajo el rgimen peruano:
iza la pastoral bajo el rgimen chileno
(1879) como la vuelta a la
misionera iniciada por los conquistadores y los
"erradicadores de
s". De esta corriente el EPA se distancia claramente.
Los principos gentes en la accin pastoral catlica son "de
nrvacin"
y"defensivos" de los valores religiosos andinos tradicionales.
cl EPA representa una valiente innovacin en ]a historia de la Iglesia
fna, que ha sido muy marcada por el colonialismo cultural. Por
o, donde se considera
"la religin natural como base para la religin
na". Se trata de una nueva fundamentacin de la pastoral catlica,
de Dios; adems, el pueblo aymara siempre fue muy religioso, de
I . pC Ul 4U4 uE u 4 ssYa I UI ua l sw l . ^t
no solamente en consideraciones humanitarias o culturales, sino
religiosidad a)rmara, que se expresaba paralelamente en ritos y
umbres, admitidos permisivamente por la lglesia, como si se tratase
oxpresiones menos evolucionadas y criticables; por lo cual los
-cristianos han practicado historicamente sus ceremonias
ras de una manera privada, oculta y vergonzosa".
198
100
51
26
47
27
t76 374
100 100
nuevos miembros sino en er apoyo ar proceso drr,ffi:"ir1i?#;;t:trt"
n"
La reaccin ms orgnica
"i" ";d"iJs
pentecostares
sursi de drr
lados: del clero catlicq-especialmenieiJ;.J,t
r9g2) del Equipo
pastor'l
Andino (EpA),
de ta
'Di;il.J'iq;:
y
l;;J; ;84i "o,,,n,,"
organizaciones
aJrmaras nuevas, particularmente
CCA e IDA.
5.3.2 El Equipo
pastoral
Andino (EpA)
,.
El mensaje del EpA33, su visin de la historia y los objetivos de su
discurso estn precisados.
en
"n
*"-""[o
irog"r_ ti ;;t,;;;;;one (, r r
palabras
clars la situacin
]"";;;i"n. y ta aparicin
d.r
pentecostalismo,
sin.que compartimos:
,,La
atencin de los pueblos
aJmaras se ha caracteriz-ado_,
"
prrti, de los aos
,20;
il;;;idnn,,
progresivo.de
parre de ra Igresia c"toii""-"',
iioi?io,
,,
concentracin
de sus agentes
fasbrales
""
i* raitr"r,
v
""'?Jt..
lr,
nbin en argumentos teolgicos. El EPA en una valiente interpretacin
la historia de la lglesia, expresa textualmente:
"Desde la poca colonial,
a/maras han tenido la religin catlica como propia, sin dejar su
33' En marzo de lg82 se form el Equipo pastoral
Andino (EpA)
de- Ia-dicesie de lquiquc, pnrrr
iT"TnXl?"
a una atencin mi sistemtica
i .""p"t"*" a" r""
"y-"*-1i.r""",*
,.
34' Documento: planteamiento
beico del equipo pastoral
Andino; MS, Iquique, 16 de encnr,
illigin histrica, catlica, teniendo rango de revelacin natural que - con
d ntiguo Testamento y anterior a ste - compone el fundamento
tadiopensable
de la revelacin del Nuevo Testamento. Sera la nica
enra de respetar su cultura y de fundamentar bien la religin catlica".
A
partir de este fundamento teolgico - que ha de asentar el nuevo
Fiicipio
de la inculturacin -
el EFA asume su labor pastoral entre los
290
291
, --.''''.-------
/
,Fu"T,,
as-entando
la tarea
,-
i;l*,il;
;:; #"i,ilklt!
*{ 1$,
ffi
,1"?.","fl"".","i1",:iil?
il:
;:r#,':U.T#*n*#n,lri*m,H
fl'd
l:#
trata i.-o_T".t"j
si no asume positivamei.
i,i
"u''ri?'1,1?nn'"0ffi
"
X""rf;:Ll -
captaci
Jn
-i"i
;f
'lt'
avm ara' No se
'l_qrt:."r"rr,!Jqil:1";li;n*F::eixlTtlg:_ffi
.
iiti'
$illi ::":1":H
mil!:o:1",
to'-'l
r;;;;" e n carga das d er cu r ro
val oraci n po. st ti va Jei
-d
il1;::i*1
*
zu i de n ti dad ."tt u r"t'y .Jtl
;. i"I
Ias fiestas:
_"La
fies
-;;;1fl?:nal se aprecia
en.la i"t"rp.".i,i"
Il
*'ff#:le,pq*1"*#,i.iilfl
,rtT_lff
SJ:I#:i:f
jlH:f,TJ:
propio*'f
13.".*ltla;:'il*Jo,flf=:.}f.1$,,9".1t"a";H:;
tr:l#:3",g:#S:1,,S,5:n;"a1,-."i?f""","i$T",iiX*"UH,l:
;fliil;.*',i:T*i#;l:ifi
"'"q"LH:'f'lr"':fl
",:.':"xliii"",il:
_
por
l"
j"-i""lii,^._":,:o.qq9n de ta fiesra.,,
ff_'.;i..;:i:ri,Lil':f
H*.$:+;;d:[t?,,ilffi"{i
j:{igji
*Ptt"do'o
andina
concibe
iam
.uj" ti,"."'
ji'
fi Ff'fiilT;.i:
i: l:11*,
t'n'.,,.
i[;
?.
"
.n
gu,,
e n rre r os
comunidad.
As se ;ffi;iil
respardar
los esfuerzos
" a"!"..ol.io;".i;
Pleparado ya y practic"do
i.,.ia1-11:tottl
catlica
con un e-stilo nuevo,
tg8?, una p"J-to.r
q,r";';;'.:"":Smente
durante
la dcada
de'rg*i;'^
posi tivamente
ta
.'"ri$o.i
iid;;ff,|:l_ffi
,.ffi ::.*
en cuen ta y'p.".i.i
t'
"Y:
t'itiUt-'i""'!Xi
*"r,o"
a" t" tgt".i.
dej de ocasionar
confusiones
e insegurida"""
irr"t
"-l*
"y-*r_*ir^ii.ii1
y qr", ar captar
el
LXT:t":"o
l=ex-prelan
;il;
;'ii
sr
r*s. por s g reri
si
osi da,
,
-t*,u"i'o'.'T"'T,::i$';"-r';ry"i'19"
"1'.,it'i.ill"ilXtiral'
ellos se
l1!9
q"",
en un campo
confuso
j:':i:39"
de las id"ntid-".d'""'
religiosas,
.ltlfr?*r,::'
t"t*,Tri;$jfi{i?itllFftiil,ffi
'i'.;;
on
tqfl #f t$'*:ff
,
**l
oe
3r"g'
",;;.
en ros_ de,,m der-
centrado
n la tierra y .on."*^o"l.catolicismo
ayara
t."ai"lon"i"Jr"
rxiT,litT*iif fu ffl:H::*1."i1111f,Tn'"::*lnm[':
futuro'"...totogi.o,
lo que
l"
jll?-!"da
el mu-ndo ur,b.no,.y
tt..i.'in
$ffi".X#':*irp,:.;:"]ii"oTi"1i"1"".1,?"::.'tri:l*j.,iTi:*;
e,uil'ii.'io'.13'i{T' j, jff
,!1,-"i:=va".l'i,.it""io-or,primera.
n{mero
a"
"ytn"r-"""
i}..:"1':':"::igq'
se enc'entra
,r., .or,.id"r.bi"
lr
i
n."+ iffi :ff"#'Hi;
r""L-
j:;:n,i,effi
#
[Hf tr
fiesta patronal,
el carnaval,-i"
irri"i..in
y concrusr:zi
i"l ao agncora)
292
-
quedaron definitivamente incompletas, si no imposibles, por la abstinencia
de los protestantes. A nivel social, en cambio, (trabajos comunales, defensa
de la propiedad de tierras y aguas y de otros derechos legales) la
comunidad andina est volendo poco a poco a la compatibilidad de
grupos antagnicos, como primeros indicios de comprensin, tolerancia y
colaboracin. De este modo, las antiguas lealtades comuntarias - y, con
ello, las antiguas rivalidades entre comunidades y sayas - iran tomando
nueva gencia, aunque ya no con el mismo rigor, y sin su arraigo en el
culto religioso.
El discurso del EPA no es agresivo, ni proselitisa. No ataca, ni
tampoco dialoga con la contraparte pentecostal, lo que es comprensible
bajo las circunstancias. Pero su lenguaje es claro y franco, define
principios, argumentos y objetivos y no esgrime la autocrtica.
No slo un nuevo discurso caracteriz la presencia de la Iglesia
Catlica entre los aymarasr; la Jerarqua catolica liber tambin nuevos
recursos personales y financieros para la zona andina. Despus de casi un
siglo de semi abandono, por la prioridad desde 1879 puesta en la zona
salitrera y urbana, observamos que entre 1973 y 1981 la atencin pastoral
aument en un 4007o (ver cuadro 42), subiendo de 0,7 a 2,8 jornadas
completas de religiosos dedjcados a las comunidades andinas de la
proncia de Iquique. Durante la dcada de los '80 se mantuvo la atencin
pastoral a un promedio de 3,4 religiosos disponibles para 4500 a)maras.
El sistema de transportes y comunicaciones, mejorado
considerablemente desde 1973, facilito la atencin pastoral
Cuadro 42: Atencin pastoral catlica a las 64 localidades
andinas de Tarapac (provincia
de Iquique):
1073-1989
En 1973 atendidas por 0.70 pastores a
jornada
completa
En 1975 atendidas por 1.00 pastores a
jornada
completa
En L977 atendidas por 1.30 pastores a
jornada
completa
En 1979 atendidas por 2.35 pastores a
jornada
completa
En L98l- atendidas por 2.80 pastores a
jornada
completa
En 1983 atendidas por 3.75 pastores a
jornada
completa
En 1985 atendidas por 3.90 pastores a jornada completa
En 1987 atendidas por 3.40 pastores a jornada
completa
En 1989 atendidas por 3.25 pastores a
jornada
completa
intensivada, pero no la explica. Ciertamente, el considerable aumento de
recursos personales y materiales destinados a la accin pastoral catolica (y
a la accin social del DAS y de CARITAS), coinci con la creciente
influencia del rival: el pentecostalismo (y con la aparicin de las ONGs
chilenas y su accin asistencial). Pero el cambio de la estrategia no se
293
;Jrtt*::.::*;#:*:"*
como reaccin al prpselitismo
de un rgimen
La nueva ofensiva de la Igresia se explica tambin por ra presencia
del rgimen polrico
m'itar, zu i8eli"kg
direria,
su accin avasaradora y
su alianza con ros pentecostaler.'a
Jl".or.glt
"
rgimen poltico y rgimen rerisioso c1!.lic-o t"-pr" r,.1id"o'",r-o-rorr.a,
caracterizndose
de sotidaridad-cn_rivalidd
;;;'iilJi
1989,6s). A rravz de roda Ia historia, la accin d. ;. ;;;;;;
.u"l i, ;;;;;;"par.
No sorprende,
entonces,
qu.e
]a
atencln p"rtor"i
-ir,".]u"ii'
J'ia lglesia, coicidi con ra acci
fu
c.ui"-"'l'.."
u rt""-i-ili"r",-"y-.r".
El nuevo discurso
F.t*'.;
-;;;'
"""'ffiri."r,"i*'.o.i'iil'lirtt,rr"r"r, formulado por el Epd *-i*i"
- rl"lir'*'.r1'o
--"o., el discurso-renovado
del rgimen poltico,
formurado_est"
i", p.r
"TGobierno
Miritar y
"n
te..i.,o"
de la doctrina de seguridad
n;.n:^ El trasfondo
de
-
la renovada presencia
de ra Isresia"c"tti."
l;;'
"y-.r".
y de la accin pastorar
del Epd por lo dmrs *uyi;;;;r;;"
r;;*a
,s,lg,|r.urt,,r"r
de los armaras del "r"",i"i*i"nio'iiioi,
es la competencia
histrica
entre ambos regmenes.
,. .
Desde 197q tres regf.menes- (polftico_militar,
religioso_catlico
y re- rrgroso-pentecostal)
.gmpi!"
aiirta
"
-rn-"n."-"nte
por la clientela
aymara-(Cf.
van Kessel, iggg_a,ts).-i;
d;s
menteforn".,-ii-,iili-";;;;;fi.":"dp"1T.i,1::HTlH"dfi
:i, es un cuerpo autoctono en forma'cin.
r,as lealtade;
i;;;ile"s'en esta configuracin podemos
-representarlas
con el paradigma
,'Las
fuerzas polticas
en el mundo andin'o,'.
5.4 La accin asistencial
5.4.1 Los investigadores
La nueva acdadte
^transportes
y comercio facilit una mejor informacin y dio presencia
real, anque n'o prestanciosa,
ar aSrmara en el medio urbano' La-nueva r"d J;;;;J':
caminos, telecomnicaciones,
servicios pblicos
-
permiti
"";.;;;i;;l
a las comunidades
armara. La atencin del pblico
urbano t""
""ri*a"-.
io. ,.r-"r,"os recursos
mineros
de la corditlra.
en oug.t.? pil;;;i;il
jo.
_ir,"..I"s aparece como ta bendicin
de Dos ort cnii"-y i;;ffi:
_ros
avrnaras como probrema
y como obsrculo.
,
-q:p
."ry"r"*
-lir"iia-"J"
i?ll.,"",ilJp1""grron
una actidad jam:s
sta antes
f g"" di-9_..iiqn a un.nuevo fenmeno: las organizaciones
No-Gobern.r,"nLi""
fj'a" ayuda para el desarrollo
La accin de la1._lnjversidades
aparece en una avalancha
de investigaciones
y publicaciones
a partii
de 1973, como ro indica el srguiente cuadro resumen (Cuadro
4S).
En la corriente a"^'p"uti.".i-oLs
posteriores
a 19zs aportaron
especialmente
ta resta c-"_ngr.
;l riii*..ia"a
a" i"ruprl]Li"u,
(26
ttulos)
v la resta N"ft"
-c.;;;i'i"
r-u"i*r.ii?f,tlri.",
Santiago (30
tulos, de 1974" rszsJ. ;.oJoho.
ttulos enen a cuenra
Cuadro4S: Publicaciones en Ciencias Socialee sobre la
negin andina del Norte Grande de Chiles
Manuscritos
Papers (Congr.)
Tesis
Artculos cient.
Libros
Sin fecha*
Total
Antes de 1960- 1974- 1978- 1982- 1986- Despes
-
1960 tg?g t977 1981 198b 1989 de 1973
L
18 19
88 92
20 22
7L 76
712
55
209 226
- 11836
- 412742537
- 21847
- 519181816
151312
22?"1
68 51 51 34 16
*
Nota: loa 5 documentos no fechados son todos posteriores a 1973; se trata de 3
manuscritos y 2 papers,
de las ONGs, desmembradas ya de la Universidad y transformadas en
pequeas empresas "para el desarrollo andino"36. La atencin principal de
estas investigaciones se dirige a la temtica socio-econmica (92 ttulos),
cultural-educacional (51 ttulos) y religiosa (32 ttulos).
6.4.2 l.as Organizaciones No Gobernamentales
Hasta 1979, la lglesia Catlica y sus organismos sociales de base,
tenan el monopolio de la accin social desplegada por "la iniciativa
particular" en la comunidad aymara. Para tal fin, ella se apoyaba en
recursos an moderados, provenientes de la Iglesia Catlica en Estados
Unidos, Canad y Holanda, bsicamente. Pero alrededor de 1975 unas
iglesias protestantes en plena expansin, como los adventistas y los
metodistas, se hicieron presentes para iniciar sus actidades religiosas y
sociales en la zona.
A partir de 1974, las Universidades del Norte Grande - desde el
perfodo de Frei-Allende todas con una rica experiencia en "extensin
social" en zonas urbanas - se abrieron tambin al mundo andino, en
reaccin a la poltica del Gobierno Militar que despojaba paso a paso su
presupuesto, en particular en el rea de ciencias sociales. Estos
departamentos, en gtandes apuros ya, (como fue el caso del Centro de
Base de este cuadro son loe tftula de sociologla, antropologla, economfa, historia y
geografla que aparecen en la bibliograffa de Patricio Ariaza: Bibliogro,fla bsica para el
estud.in de los Aymoras en Clile,' CIREN-CIS N! 30, Iquique,1990.
CIREN-CREAR, ms dedicado a estudios andinos que a la accin directa en la comunidad
aymara figura con 32 tltuloe . TER y TEA junt6 reg:istraron 29 ltulos.
294
Investigacin
Isluga,
. $e_
la Universid
del Norte, de lquique)
desplegaron
una
"ti"i"
;";;;^;
pocg coherenre,
ms bien
asistencial,ista y, dedicad"
"
lr r".oiJ..id"
.a"
datos antropolgicos y de
obJetos artesanales para su comerciariza.i".
si.-"rr".;;:;;'
i*."-"
sobrer
ms de cinco aos
"n "t
."-prr. ie ra universidad. parte
de sus
investigadores,
una u", d".rhr.iari-."
organizaron
",
tiarr"."
y "centros"
i ndependient".,
a"a."i-"i"
i"r,u".ug".in
social andina. As
surgi una decna de peqeas
or q;;;pieron
conseguir financiacin
9llff*T"ffi;rrs
prvecto'
v
g".lie
as un i."""-s.;.ias
al
En 1980, la actidad de estas oNGs ha so creciente e intensiva'z y
penetr
en todas las com-unidade.
*ym.r"s si"
"--Jrlq
""n'.,"..1
.,o
Jlan-superado.^el
nivet ;i ;i;1; y la accin aromizada.
No
lograron unificar c.riterios y definir .rrr"
".t "t"gia
y un programa
coherente' La lucha oor_solrevr
.""-":J r-1" competencia
entre elras. La participacin
de los mismos aJmaras fudmfnima y se limit al papel
de la
mano de obra barara.o
srari. E"
""i;-.;;;*;rlrliii"p*i#if"
,,r, proyectos
de desarrolrofue
mrs ui"" p"br"
J-"o auio-.-"i"!?,r".,ia"",
avmaras' la accin de ras oNGs caJ;.;;;riiff",
"'"'JJir,
r"
adez, cre una actitud
-""ag"nt"
."";;;-u"!
dependencias y ctiv el
cl i en tel i smo. Las orsani za.i ""=;y- ;;, :bAD.
-
b-* A;;. ilrrk.r,
IDA - y (los
no-be-neficiados-jJ".
lomoniades
levantaron
fuertes
crticas diciendo que con sus proyectos "las
oNGs sacan su cosecha de
nuestro subdesarrollo" y- que con l "explotayufl"ee
se crea ,rr, .".rr"lirn,o
que dide la comunidad y-"r".
-r"
p'o""Ji*""p"iones,
la accin de estas
3}$:,in::'l:""ff
n:e'i;'i';;.;;;;;;i;iilpl"liii.'p".r".
otra reaccin a la accin de ras oNGs fue la aparicin
de nuevas
organizaciones
avmaras'
{qg$d""
.
""."p""".
l" rri"p""al,ii.'"
l.
comunidad
fren a ld C.;;.;";;i;5'y
asumir la gerencia y ra
responsabilid
de los proyectos
d"
"dt;;;iar
y econmico.
5.4.8 Las nuevas organizaciones
aJrmaras
Apareci al mismo tie_mpo en todsa partes
- campo y ciudad
- un nuevo
tipo de organizacin
avmara, de estrucfur* org"ni-i"t";;;r";,'y
.on
afiliaciones que--coinde"
*"""--.**ils'".rtg,ras
articuraciones
de
comunidad y ayllu,
cug.las^ cru_zan y trr-"oUr"p?san.
En cierto modo, la
otganizacin pentecostal
fue ra ph-".r"
""
ignorar ras estructuras
comunales. La organizacin municipal (f979) hizo lo mismo. Ciertamento,
stas no eran organizaciones armaras, pero apuraron la inoperancia y la
a-funcionalidad de las estructuras comunales.
En la lucha por el agua, los armaras sintieron por primera vez clara-
mente la necesidad de una organizacin que fuera propiamente aymara,
masiva y asociativa de todas las comunidades de una regin: la quebrada
de Tarapac. Surgi COTALI (1981). Unos aos ms tarde, motivado por
la exportacin masiva de auqunidos, surgi ASOPECUARIA (1988) que
agrup a los ganaderos andinos para la defensa de sus intereses.
Aparte de las organizaciones defensivas de intereses eco-nmicos, o de
lucha sindical, aparecieron tambin unas organizaciones culturales. Los
lirimeos, endo que la conciencia creada por su escuela haba aporado
mucho al xito en la lucha por el agua y convencidos de la fuerza
molizadora de una clara conciencia de la "identidad
historica y cultural"
aJrmara, fundaron en 1986 con unos dirigentes de Poroma y Coscaya el
Instituto de Desanollo Andino (IDA). En 1989, el IDA inici bajo la
direccin del profesor Juan Alvarez Ticuna la escuela tcnico-agrcola
Yachahuasi de Poroma, para formar a la juventud
egresada de 8e ao
bsico dentro de la cultura y cosmosin andina.
En 1986 tambin se fund en Cariquima el Centro Cultural Aymara,
inspirado tambin por un dirigente de Lirima. El CCA persigue como
objetivos (citando su cara de presentacin pblica): "1. Revalonzar y
prestigiar nuestras costumbres ... y creencias que conforman nuestra
particular manera de ver la da; 2. Estimular y apoyar un modelo de
desarrollo que se genere en nuestras propias comunidades y que tenga de
fondo la utilizacin de los recursos que nos brinda nuestra zona; 3. Luchar
por un sistema educacional que guarde ntima relacin con nuestras
necesididades y que responda a la especial formacin de nuestros nios; 4.
Rescatar, revalorizar y difundir nuestra herencia cultural y tecnolgica,...
(contrapesando as la prdida de) nuestros mitos, leyendas, cuentos,
artesanas, msica, danzas y tradiciones,... (porque) en la medida en que
ello siga ocurriendo nos iremos perdiendo tambin como pueblo". El CCA
se propone orientar sus acciones "...pre-ferentemente
en el aspecto
cultural y apoyar el fortalecimiento de la conciencia"se. Haciendo as, quiso
contrapesar
-
precisamente en Cariquima, matriz del pentecostalismo
andino
- la influencia desarmarizante de las sectas y de los municipios y
recapitular pacficamente la comunidad aymara dispersaao. Pero a la vez
el CCA abri en Iquique una oficina tcnico-jurdica para orientar a los
aJrmaras de la proncia en sus grandes problemas jurdicos de tierras y
aguas. El pensamiento del CCA aliment tambin claramente los objetivos
del IDAy la escuela Yachayhuasi de Poroma.
Surgi Aymar Markas un ao ms tarde, en 1987, debido ms bien a
37' El volumen total de los Dmyect6 de ayuda a los (4s00)
aymaras que ven en la cordillea de Tarapac ha sido aldo" " ds.ⅈ;;"
como promedio enrre 1985 y 1e90. EI director de una ONG
"o-oni""
l
r.'"ffii" iffi, rn..":l9g pu"" los presupudtos,
un
1*'*"T:".:"llLru;gm;.*'*"#;l##i'er*-c"'v'I"t*"i'|'zi*r,p*"
38. "Explotayuda":
los Avmarae se sienten o<plotada. po, lg". ONG., sabiendo que la linanciacin de estos o*"."tos viere-e-";#;;;r"mc
del exrranjero y que ra mayor parte del dinero va a aLs. OliGs.
p"*t'",
"i,ii. de tas ONGs reg.ionales como una
t*t1tff""J5yffn
del subdesall"
'.d;.;--"',i"11a
ms bien por er inrers propio de
39. Citas de una carta circular de CCA, dd. 17 de Junio, 1987.
40. Una de la8 formas ms llamativas en que CCA realiza este objetivo es por el patrocinio de
la fiesta patronal de San Juan en la antigua hierpolie de Cariquima, que
- bajo el impacto
pentecatal
- habfa quedado ya cuat.o aos sin pasantea y sin festidades. La reanimcin
de ls esta fu causa del regr,eeo a 8ua ralces de varios "hermnos evanglica" y de
sentimientos fulrtes de parte de la dirigentea pentecatalee.
296
J
297
-".-...
d;l&.:'
la rivalidad
de sus dirigente.s
frente a los de,cariquima,
y centrado esta vez en Cancosa. oerg c.J
""ti"".1
;;;" cuscurso
muy similares a los del ccA' ciramos: "r
rvt"Jr'-i;;frr'i;.trt)
por er adranro
der puebro aJirnara y por la defensa de sus r-."r'""..".t.g1"r;-r.-i"i
por el progreso
econmico-
sociar, curtural
v
la isnin;i;-h"-;*;rli'u.1o"".,
51$...^t"f:
y sabiuna.il"".ri"..i
L lealizare un esfuerzo interno propro para
un desarrollo
real de nuestras comunidades
en trminos propios
de los avmaras y con la "i"_ coordinacin
de nuestras
ilX[i|||"
i;
n
; olT;f ^:'.
_.,".r*,,o"*"
n**I.",
al pu e bl o arm ara para
il;""r"
;:";;J-l3T{ff;:
i:fl:l$
f"t8:.#
fi:"al,T*,#
auto<rtica y cntica a.parrir d" r"
"i.i"
"r i'"-ur"Lnl
v"<'u'iJ.*rl r, colaboracin
de autoriilad"".y^
prof"rio;;;
q"" puedan
colaborar
desde esta perspectiva (para
satisfcer)
1",
"*"..ia"'";-;;;;ft."
po. nosotros; 6. (Acruar
asf por
"i;;;;;""d"
de) la discri.1"".i,ii*i"l
v
l"tTfl,
por s.q origgn
"iuuo.y
po,
il;}o la imposicin
encubierra
de ra curtura occidenrar y por er-nlr*ono"i*"i"nb
$;;;;;o"p,rtio,
t.u. costum bres, le nzu a. oignizacin
;;'il;i
r"i r
!iio"
:
i; ll'i u"
"tr"
idiosincracia (ti-en.i
una- trayectoria
milenaria. pfopirr,,.
En el quinto punto se nota el td:,9:lY::o
hacia asas "'i.i-rvb'q*
ey** Markas desea imitar\I
1yr:ylantar,
eriia zona. Menos radical y ms oportunista
oue er cr-^Ao se demuestra
ASrmar
'arkas
cuando se decrara abierro a la cbodinacl^llyll;i.l"il"'rr"in
con tas autoridades (Ne
3];9,t1
detalle,significativo
es que sus dirigenres principales
y su sede soqat se encuentran en lqque. Ambos docu.mentos
ejemplifican
la teona de Roosens de I a "con
srr".'.rioiiL-
Jtiri citl,,
tur." baj o 5. b. r ).
El mismo ao s
,si
";;;;il"i;i"il:
l.
,,Corporacin
Andina de Desarrollo
Aymara" (cADA)
;;; ..J" ;;31.r,""*^
"'"-#r.il,, u*"
l.:*]::,de
Isluga y, que. t";;-di;;
smrrar sobre
,,la
culrura aJmara
''
como se deduce de
_s_us
objetivos f;;"i;;;;"
il ".r?lnto
" circulacin
restrinsida. pn
"ll1-"",'Yeiie
naci: 1.
para
asezurar la integridad
de nuehas comunidades
"r, "-r "".tor
; ;i;;;i=ilsr;
z. Para i-nscribir
v
asesurar
e;;;;il
c" d;-";;.;;;'il"",.,ii".a""
y derendernos
en forma org.anizadafrente
aSmpresas
mineras que intenren quitarnos
el recurso
n{""if"f a"
-;ffi;,
pueblos:
B.
paia
defender
nuestra cultura y revalorar^ tod", ;;;;;;..
t rdi.lor*"-li^i.rlr_*.
aymaras;4'
Para llevar adelante pr"y".t"r-o"
desarrollo para
nuestras
41. Cf. Revi stamayt' asa,
NpS, deJul i o 1988, pp.12-19.
42' Desdel ai nst al aci ndel nuevoMuni ci - pi oun' or "h"n"( r 9g0) , est aest anci avaecl i psandoa
i:'rt*tll;l*:l':y;Hff
"itll'[i:";;;11fu
oLtt_""""i""ipii?g"uau
cancosa. La lingtifstca un""i,"". i.f :.,i,j i:::^:.::.qmgen
a,canquima, y menos a
""f;x#*,a1"".,?t*#ffi
u,f"ts$iffi
ftF**fl'lh:H;}ft
i*r:
siu"J"v'.'r""'""--,iiio;,u"fi'J'r,",f
1\IF?":in6:""iJ*.r*.,ff",n"llllf
pretende
8er para "los
Isluga" lo que CA
tv-ynriu.*us, e8 para
,,los
Cariquima,. (En eeto, CADA y CCA siguen^du-h"ho
l""..nii;;;;;i"orrcl.nes
tn.ica6). Adems, CCA . acenruando me lo cultural-religimo y tas
,,iostumUn
ff,Ti!'lfqt[.'llu1li,'#""" "*t "ooL,
-i.n-cI't^;":,;:T::::"fi*'ii:1:*
S;
prasmticGmasiu"
yl, au ciI"frrr
v
tnso-catlico6'
e"rl li, ."or
"t-i;a
""
comunidades que sean una necesidad para nosotros; 5. Para coordinar loa
esfuerzos de la gente que desesperadamente ha comenzado a hacer sus
trmites de defensa del agua, enredndose entre comuneros"43. Entre 1987
y 1989 lograron la inscripcin judicial de las aguas de 8 comunidades.
CADA peisigue ms bien objetivos concretos y realiea "proyecos de
desarrollo" al estilo de las ONGs regionales. Los dirigentes hacen tambin
demostracin de su "debido respeto a las autoridades" del gobierno local y
regional, a quienes desean convencer de su lealtad. Su discurso
tnico-cultural es muy similar al de CCA y Aymar Markas pero sus
objetivos reales son ms pragmticos y ms orientados a la solucin de las
emergencias y problemas judiciales, tanto que pareciera tratarse de una
junta vecinal alternativa e independiente. Las tres organizaciones
solicitan ayuda para el desarrollo de sus comunidades y para sus
organizaciones. Su argumento es siempre: Somos a)maras
'nobles pero
pobres'; somos 'discriminados y amenazados'. Las tres organizaciones
supieron conseguir subvenciones externas y extranjeras.
Como efecto de la explosin de mini-ONGs regionales "para el
desarrollo andino", formados por tcnicos y socilogos (CIREN-CREAR,
TER, TEA, PEMSI y otras ms), y de las crticas que poco a poco los
aJmaras levantaron contra su modo de operar, aparecieron varios
organismos con cacter de ONGs aymaras. Sus fundadores e integrantes
son aJarnaras emigrados a la costa, varios de ellos con estudios universita-
os y todos con mltiples relaciones de parentesco en las comunidades
andinas. As surgieron: AYMAR MARKAS, IDARICA PACHA ARU,
SERVICIOS ESCOLARES ANDINOS, y otras ms, que en 1989 hicieron
un intento de agruparse en una Federacin de Organizaciones Aymaras.
Sus dirigentes tratan de legitimarse por su origen y apellidos indgenas,
aunque es poco lo que les queda de la cultura aJmara. Estos organismos
son los competidores directos de las ONGs originarias de las
universidades. Se identifican acentuadamente como aymaras y aducen
como argumento que los mismos beneficiados de los proyectos de
desarrollo anno son los ms indicados para administrarlos y realizarlos,
que lo haran mejor y ms barato, que as se etara el clientelismo,
la "explotayuda", el disionismo y las discordias en las comunidades
causadas por las ONGs no-aymaras. Estas en cambio, urgidas por las
agencias financieras extranjeras como HIVOS (Holanda) y IAF (Estados
Unidos), formaron en el mismo ao el "Consejo Nacional de Desarrollo
Indrgena". Las organizaciones aJmaras como CCd IDd CADA y las
comunidades mantienen una reserva crtica frente a las ONGs de aymaras
urbanizados.
Mientras tanto, los dirigentes annos en la cordillera y sus retoos
emigrados, aprendieron que auto-identificarse como armara se gratifica
porque es favorable para conseguir
"subsidios para el desarrollo" en
agencias particulares, especialmente extranjeras; para conseguir ayuda de
organismos de defensa de los derechos humanosaa; atencin preferencial
4|. El documento lleva por tftulo CORPORACION ANDINA DE DESARROLLO AYMARA y
eat fechada en 25 de agosto de 1989.
44. Cf.B.Yafrez. y otrm (1982) y O. Williame y B. Yaez, (1982I
2s8
, , )
en los departamentos
s,ociales de ras Iglesiasas;
en.las universidades,
apoyo moral de antroologos
y
_ecologista;;-para su causa; y en el nuevo
Ll,T..:lio
nol.i.ujo, t
"{u".iori'f,-rfsl'o.
parridos
que desde 1989 volvreron
a solicitar su voto.
5.5
Renacimiento Indio?
Cmo fue Ia eacci,n
de los
-
aJmaras
en respuesta
a los profundos
cambios sociales' econmicos,
p"ri;;;.';".,rtrrJ1
i"tiil;d::
por er gobiemo
mjlirari
Cor*
"i""t;i;;.j.irios-
seatados
en tos prrafos
anteriores
al pensamieryg
"yT"ol
-d;; r"d"fi;i;;;
r".".ir"l"sr"
" defensa de ss intereses
-
materialei y no-materiales?
A pesar
de su situacin tan desmedrada,
ros- affiii.'no q.r"oaron
pasivos
o inertes.
La formacin
de un nuevolp.
f
;s;iir*"io1
aymara, ta accin jurdica
coodi-ada y,,generalizada,
ras nruevas
-allanzas
y extensin
de las reraclones pblicas
hacil afuera, "-n".ton
lo contrario:
una reaccin activa, ms bien deci,ga
t.
;Tai;;"i,r,"
.1".. capacidad
de romar iniciativas.
A su actitud S ato-aeiJn.l
n
"r,r'ica
corresponden
fines y objetivos
ar niver a"
-1".
-r"i""''f,#ilo.
.o' que se identifican.
supervivencia frsica
v.
a".-"."Jil;"tfi."?
La
tierra anclsrat y r,
:**91 itni
ca?
persi
gu""-;;;;;;;i
n. soci al y u na posici n ms presngrosa
en la sociedad
chilena? De todis modos, se trata de una franca
,TjTli*""H:3.t
t" l"'t'" no
'"IiI" '"i'ii*"rso
o ideorosa que regirime
_
En este ltimo
"i3g
nos preg.untamos
si efectivamente
se rrata de un momiento
-- inicial, por ii"rio
- " to,o. de conciencia
de su identidad
rnica' manea{
'"i"'"a"
""gra"
en ra rucha de defensa de sus inreresej,
ti"'.ffi"i"tf"nerga.
5.5.1 Etnicidad y reetnificacin
Es necesario
nroblematiz.ar
primero
ros conceptos
de etnicidad (conci
encia tni ca ) i reetnifi caci.n
ri"
""i""
rlenaci mi ento i n di o).
,.^^L_?-3"fig?
t*riu a;
I, i.,il;
i,iitu."l _
la reona del crisol _ (tce
que con er avance de.ra histori?y-iosntactos
interculturares
cada vez ms in tensivos- r as
-diferenci".
Jtii". lie tabr emen te disminuirn. Tanto C. Marx en
"r ".XD(
iy-i;;;"#:# i"l
".xxl, ""_i
li.
"#iil"s".
desarrotistas
de los aos'60 y ?'""l,i"stro
sigro partan
de ese supuesto y restaron import-anci
rl r-""o
de ra etnicidad. pero
Ia persistencia
ms rebelde'a"
l.
"t"i.i",'"."ui."o
siempre de aspecto y
tf6' La Dicesis de lquique. mediante su Direccin de Asistencia Sociar (DAS),
canariza desde
+::ir}&l
subvencin
muv coneideralil;;iL;
ra rucha jurldica
por er agua de
'f6'
La rcvista Nrte Gro'ndz
$
gdt"q{" entre l9?4lg7g en todos sua nmeros artfcuros ar
tema de la ecologfa del Norte Arido. ertf."* _i"
ry."f^eg
a_. ,utor"", i-.ri*
V
compromeri dos,
eobre ta,temeuca
soni -.i l --"ffi ".
tl s86);
.S.
Ri vera.A.,
1i so; c.
atrtff"
del solar (les5);
J' u"n x"".iil!iii?.ioo*
A. 0e85) y w. Bernhardson
renovndose continuamente, ha obstaculizado cada dfa de nuevo ln
planificacin y las expectativas de socialistas y liberales. Conocemos lt
solidaridad tnica de los chinos latinizados desde tres o cuatro
generaciones. Hemos sto la reciente explosin de la etnicidad ente
decenas de pueblos rusos, despus de 70 aos de represin y polfticas
lntegracjgniqtas.
Ni la represin en el bloque socialista, ni la polltica
liberal del bloque capitalista han reducido la ocurrencia de la etniidad y
la religiosidad popular. Gracias a los estuos de investigadores como G.
de Vos (1977)
en Estados Unidos y E. Roosens (1986) en Blgica, y
convencidos por los hechos y procesos de reetnificacin que en gran
nmero de sociedades modernas de Europa y Amrica a diario ocurren, se
ha abandonado definitivamente la teora del crisola?. Enseados
por
los
hechos, tenemos que decarnos ahora inetablemene a una reflexin
renovada sobre el fenmeno y una redefinicin del concepto de etnicidad.
Roosens define la etnicidad como una forma especfica de
auto-presentacin social. Una persona o grupo social puede en cierta
coyuntura histrica acentuar o minimizar su pertenencia tnica (Roosens,
1986, 24), de acuerdo a los intereses socio-conmicos, los objetivos de
lucha (por mejorar posiciones sociales), las necesidades de emancipacin,
los deseos de prestigio u otros motivos (Barth, 1969). La etnicidad,
definida como la auto-presentacin en trminos tnicos, es consideada
como un conjunto de relaciones entre ciertos grupos de inters dentro de la
sociedad. Es cierto que no ocurren fenmenos de etnicidad en situaciones
de aislamiento total de un pueblo, sino en situaciones de encontrarse con
otros grupos tnicosas.
Pero hay ms. Roosens obserya que dirigentes polticos logran
molizar a grupos tnicos precisamente porque saben apelar a factores
afectivos ms profundos, relacionados con el origen, como la sangre, los
antepasados y la tradicin ancestral (1986,27). Asf se agrega una
dimensin no-econmica, sico-social al concepto de identidad tnica,
estudiada esta vez por G. de Vos (1975) y luego por A. Epstein (1977). Para
comprender la auto-afirmacin tnica, personal o colectiva, y su fuerza
molizadora analizamos con Roosens esta dimensin sico-social.
Identidad es un concepto sico-social de doble dimensin: una
intrasquica y otra social. En cierto modo somos el grupo al que
pertenecemos; nos definimos por 1. Pertenecemos simultneamente a
varios grupos sociales: grupo profesional, de familia, religioso, deportivo,
poltico, tnico... AJgunos de stos nos tocan ms nmamente que otros y
en ciertos momentos - por ejemplo el momento de agresin a la patria, o de
represin religiosa, o del abrazo familiar de ao nuevo - una dterminada
pertenencia cobra ms inters. El que se identifica tnicamente, persigue
ciertas satisfacciones sicolgicas, sociales y/o econmicas. Gracias a esta
identidad, uno puede sentirse distinto, diferente de los dems,
incomparable, de ig.ual valor fundamental que otros grupos, dominantes.
Esto ocur"re especialmente en situaciones en que la estructura de clases
4?. Cf.: N. Glazer & D. Moynihan, (1963; 1975).
18. "La identidad tnica no tiene sentido sin la preeencia de varie grup6 o categorfas tnicas,
porque se constituye en terminoe rlacionales" (Roosene, 1986, 32),
300
301
-l
sociales y la pertenencia_
a una clase for-".q el factor principal
de
identidad,
v
cuando tar p"r-.""".i"'r;fi;
i"ligii"lil'""t"
er
menosprecio y la suDuesta inferioridad
socio-econmica4e.
n
".1"'.".o,
t.
ideologa de clase perpgt_a la situacin yltoq"""
l";"";ip".;;.
El temi no
"i
dbn ti dad rnica;, * ;;fr;;
"'
bd; ;;;;;Ii"
llno_"no.
de diferente intensidad_, desde la
"t*.iJ"i
,i-bli;?a;;;,
rizbj'i,".* a
compromiso total del. lder tnico que organiza l" iu.r'rnt"ir."
"n
forma profesionar.
El significao
d"-r"'i""udad
tnica combina tres
dimensiones: lo cultural, it
lfia
y io ,q"i.o,_en diferenl"s _o1., to q,r"
permite una infinira^variedad
"-r
qr"'p""i"
";;;;;
^irl?i.ia".
Rq::"l
-opserva
(1986,29).
q""-
"o-ifi"t",
.i.togi-"r,L,"i.,
.ral
ealidad histrica o culural no r"
"p.i;;
ni si ros datos histricos del "pasado
tnico" son correcros, po"q"'
"i
-p"r".
ll";;;";" una
reconstruccin
subietiva del grupo'tnico
que
-as
se- perfila.
Tampoco
afecta si sus aliado son, en
"
an
";e;,
mestizos (el
caso de los Indios
Misquitos de Nicaragu3-_y
su reaccin indianizante bajo el rgimen
sandinista). Basta que
yO
me .on.i""L y me sienta miembro de una
:1591{," __tfca
y que otros
- miembros y'no_miembros
- me reconozcan
como tal, para que
se realicen unas modalidades de ser qu" i-,-Jilrtirrg.n
de los dem.
v--e incluyan-en-;i;rr;
*ia,"-.,lii""T'a"
.".,
que a la vez confizuran-mi,auto-peil9p"j;;
en trminos de ser:
euin
SOY? As asimilJ mi pertenencia
etnica- en mi
_personalidad
y as
:I.":T:lt"
un ataque a-los valores o smbolosco".ilr"rlrio,
" L
e[nra' como un ataque personar.
De all que
el a".".ho . r.'.^u*r"r" y
"t
derecho a la ideniida tnica
-
""
-l-'trminos
manejados por la
uNEScos.
- se consideral
ggqg derechos-"inalienab'les"
y de la categona
de lo_s "Derechos
Humanos', (Cf.
V;;-;"-"",
rseg,ssl.
La intensidad de ra_auro-anrmacin
-Jinica
f
il "rririili.d,'
rnica
permiten-gradaciones
(Roosens,
19g6,
goj,
sefrin la Strr""iOr, .*i*t
contextual. Los procesos sociales puedLn-
brr"" ,r, efecto al nivel de la
etnicidad: pueden-
Dero no necesariamente
lo tendrn. siempre hay un
factor impr'edecibte:'ra
opcin rrisrca e u* prr;b ;';,ip"o ?i'i.'
"", "n
ltima initancia, libre e im-previ;ibi;J;-;.o
ae reaccin posiriva, basran
parl el.qu.pg unos sm6olos bien seleccionado.
d;;;;Lliir". l.
continuidad del pasado tnico. La identidalt'i." _
.oo
"n "l-.ro
" lo.
ryqor
de emigranres en Esrados Unidos
t;; b_
;;;.;"b;;;"
_
."
puede constrr v mantener sobre una ba-se muy angosta de diferencias
culturales consi dradas decisivas.
Para verificar su teora de la reetnificacin,
Roosens reariz un estudio
9gtenido
sobre el proces_o contemporneo
del'rev"i .;;;i;d"
"'n?"
Io,
Hurones, de
eu6ec,, canada,
--n-
; indig"n.,
-
carl-iri-"nr"
aguJtra$o y asimilado,
.p.ero
que ausa una eosin _uv
-iu"rt"
a"
etnicidad y una motizacin exiiosa d;1; ;;;;;;';;il;.,l"iitrr.
,
sus pretensiones polticas
y socio-econmicas.
sin
";b;rgq
io*.',rron".
perciben ya con ojbs de foreo t* p*;;;;;gios
de su tradicin cultural
4"
,-3ttl-rle
"" "1""* "*i?Jug
g_, una divisin vertical,
ierrquica, de grupa humanos en Ia
sociedad. En cambio la diviein * t"-i""" i"l".i.i
igt
"ra"
uri""lpli-
tn-""*, 1986, 2E; r""d. Jui{):und"
a ser horizontal
v sugiere
60. Cf, UNESCO (19?o; 1982; 1983; 198?).
- igual
.que
los de la-segunda y tercera generacin de los migranton
r{jtaligo,
aculturados en las escuelas y universidades belgas (R-oosena,
1986, 18O). Despus de su investigacin entre los Hurones, en-que Rooseng
desarroll y afin sus conceptos tericos, inici un estudio intercultural
para-comparar,los fenmenos de renovada etnicidad que ocurren entre
pueblos tan diferenes como: los Yaka de Kwaango, loi Luba de Kasai,
laye,
lry minonas tnicas de Blgica y los alnaras de Carangas,
Bolia. Para este ltimo caso recurr al eitudio dgG.
pauwels
(1g$),!u
seala g'rf estos aJmaras - teniendo una continuidad cultural y biolgica
qu-e est fuera de toda duda - en general no se preocupan de la dominain
cultural de occidente.-se interesan slo por un desarrollo econmico que,
supon-en ellos, ser solamente positivo: ms riqueza, ms prestigio, ms
comodidades, mrs seguridad econmica. Mientras tanto. la'concinla de
su identidad tnica no se.ha bonado, pero subsiste en segundo plano. Sin
9ryb31So,
reaparece tambin, en oportunidades, el pensariento indianista
(sible
en el katarismo y otros momientos). Apaiece igualmente en una
actitud demostrativa de su identidad armara, pr ejemplo, cuando alguna
organizacin internacional desea favorecer proyectos pra el desarroll-o de
los in-genas pobres y cuando los ayrnaias- desen solicitar aquellos
subsidios para sus comunidades. A tal fin, los a)maras se ponen su
poncho, chulln y ojotas y las comunidades reci-ben las delgaciones
extranjeras con msica "tpica". Ntse que la misma tendencia
oportunista, tal vez en otras formas, hemos observado en Tarapac, donde
la aparicin de las oNGs desde 1980 estimul esta toma de
posicin
tnica.
En su anlisis intercultural, Roosens demuestra cmo se construve la
etnicidad, h-aciendo uso instrumental de la tradicin (folklorizada ya[ con
el fin de adquirir ms. recursos para
el desarrollo y la modernizcin, y
concluye diciendo_que "grupos tnicos se perfilan mi y ms y acentan s
identidad cultural, no importa si sta ya se ha gastao basnte" (p.
lg0;
trad. JvK).
En el anlisis de los materiales mencionados ms arriba captamos en
forma muy aislada
-
y por eso sin relevancia social
- unos tnos de la
msica del indianismo ideologizado, precisamente en una ONG armara de
Arica organi3a{a
nor
emlgrqdos que en su paso dificultoso y frustrante por
la universidad, se radicalizaron a la vez que
se aislaron de sus
comunidades. El mismo tono ideologizante se escuch en la
"Federacin
de
Organizaciones Armaras" (en formacin), que es donde los nuevos
partidos polticos de oposicin, como el PII - Partido por la Tierra y la
Identidad" -, buscan relacionarse con el "mundo
aymar". Es bueno drse
cuenta q-ue - siguien{o por el camino del desarrollo ideologizante de la
etnicidad - se llega finalmente a la ideologra indianista dle un Fausto
Reinaga. Sin embargo, la ideologa de la "idianidad"
no ha encontrado
adhesin en las comunid4des del alplano - y menos en Chile.
euince
aos
despus de lanzarse, el indianism aymira de Reinaga est limitado
prcticamente a La Paz, donde subsiste en un aislamiento frustranue
entre los aJrmaras emigrados y pasados por las universidades. Lemaire
(1986)
gbserva que: "Igral que la ideologa de la ngritude se ha gestado
en Pars, entre los estudiantes africanos, asf tambin la indianidid como
302
303
idea fue un producto
de- La
paz
o Lima, y como tal supone una alienacin
de la radicin aymara i"".Llp. z?'6liiJ.
j;kj:'
ve'vv gra a'i
6.5.2 L^ auto-identifr
cacin
Guiados por
el estudio de
pauwels
en carangas y la reflexin terica
de Roosens, ietomamos-at".11i1nrd;;;;
""
Tarapac, al culminar el
proceso de incorporacin
dirigidi, *i.t"., r""."io""!-liiJirr-Jiqo"n,r'
momiento de rvenci", o rz""*i".r'irrorg"rrr
entre (argunos)
diri-
gentes aJmaras. Analizamos primero la forma en que se idendc.n, y lue-
g.:jlg:::o
que mansj"r,
jy
ra actitud qu" ;.";;-_-;;i"
JJi""* "
sus lnfereses.
La auto-identificacin
se escoge. entre,varias arternativas, para
legitim.arse y l-egitimar sus pree-nsio""r.
r,*--n.r""""^'r:rreJ"i",
"
:,T|:
d:9-"-1
v
de organi zacion-s avmaras
- t""t" -"iriio.*"i.iJi
"r"o"
nu[tar' como ros autnomos
- desarroilaron
contactos_*ny
fr"."nt", y
directos con las autoridades L
l.ui*tiJ a todos los niveles de la
jerarqua;
contactos con las autoridaes eclesisticas y universitarias,
con
:ll:li"il._
dele.c.acignes extranjeras y (lrim#";l;i
-;;;oi.tiao,
pol*rcos' con rnvestigadores,
cientfi cos y
-periodistas.
Adm, Jp"r".".,
91-13
nublicidad a niver r"gib""f n-."l'v an internacional. Antes de
1973, este tipo de contactos eran escasos
"
i.ia""tai"s,-rr
nii"ii"nt"r.
Existen varis alternativas y
"pr..ion""-p"i"
pr"."rrtarse,
hacia afuera y
al intgrior del mundo
"y-a.-".
l,i" pn"lp".
son stas:
"Indio"
es una foima fuerte
^de
id'enuhc""io",
aL clara referencia
tnica, pero de doble carga. Cuando l" di;;;l n;:iriA.,
"""?Li_"r,r"
muy despectivo y equival a un.ins
llto s*"".
pero
se usa tambin enure
aJmaras' en confianza,. por ejemplo durante una fiesta
---."r"mo.ri".
Enton-ces expresa senti-mintos "
.t""" tnica, .o'n*"", inLira
y_solidaridaii. s'.significaao ..."""o-".1;.o".r*rza
prehistrica,
brua,
rnmensa' no culrivada y radicando en ra Tierra". 9".
"i;;
"ti.onor
el."nosotros, los Indios" respira- a-u""t"--i"lri;J"di;bli.,"u,1"r"
"
pelear conrra la opresin a too ;"-i;di; (;;r."rd;,
'.iili, ""r,
cura, Dios mismo). Respira t"*Ui"
-*L"rriOr,
',rry
profunda.
en las
races, con los congneres. La auto-identifi.-.-i';ii-i^or'iarece
recientemente tambi en el vocabut"" " i.
"u"uo.'ai.igL.
t"r,t" .
sus interlocutores urbanos y con tonos de desafio y a"
".guil;;if,i*ii.
.
"sol
Isluga" cariquima,..." es tal vez lamanera ms tradicional y
ms
fiecuente de idenrificarse. El que habla
""i."
p."r"";;";;;;rilii.
.,,
comunidad. Esta forma de pr-esentarse
es a la vez ',tnicJ;;'t"-r"rr"
t"
geogrfica).
Es un modo
-algo
camuflado e presentarse
en trminos
tnicos: para el extrao en tZrminos geo'rafico;
l;;;;;i
"y."#
,',
bien en trminos tnicos. Hacia afueri, l"o.
"""".
a"ig""bJ-;o'J,r"l"r,
usar esta forma de identificarse
"soy Annara" no es una forma tradicional de identificarse. Indica ms
bien la identidad lingfstica de la persona y como tal tiene referencia
tnica. Se dice tambin: "soy aymarista" para indicar que habla aymara.
Hasta hace l5 aos, este modo de identificarse no era la acostumbrada
pero ahora es ms frecuente, (aunque no entre los agricultores andinos).
Los nuevos dirigentes altoandinos y urbanos la usan muy amenudo en sus
contactos urbanos. El trmino es de uso frecuente en grupos u
organizaciones andinos independientes y revindicativos.
"Soy andino" es una identificacin de connotacin netamente
territorial. Tambin esta expresin entr recientemente en el vocabulario
usual entre dirigentes tanto autnomos como dependientes del alcalde.
Los dirigentes independientes la usan al parecer con preferencia ante las
autoridades nacionales. En crculos universitarios v educacionales el
adjetivo "andino" se usa frecuentemente con referenci a la poblacin, al
igual que el sigrriente trmino.
"Soy
campesino, soy pastor, ganadero, agricultor..." se escucha decir
con frecuencia por los aFnaras que en el medio urbano se identifican. Es
un modo de identificarse con referencia al grupo socio-econmico, que en la
regin tiene inmediatamente la connotacin de "indgena".
Expresndose
as, la persona eclipsa su pertenecia tnica, aun cuando no la puede negar
por su fisonoma y su actividad econmica.
"Soy
indgena", sera sin duda una manera de identificarse con
referencia tnica, pero los aJmaras casi no la usan. El trmino est en
uso en crculos ubanos cultos y entre cientficos. Es un trmino mis bien
cnico y negativo. Bajo los gobiernos anteriores a 1973, perteneca al
vocabulario burocrtico oficials2, pero desapareci all sistemticamente
con el rgimn militarss, ya que "en Chile ya no hay indgenas".
Todos los dirigentes, los independientes y los "leales" al gobierno, se
escogen cuidadosamente el modo de identificarse, de acuerdo a sus
pretensiones y a la estrategia seguida frente a su interlocutor. Las
altemativas de auto-identificacin se dividen en dos categoras, una de
refeencia tnica, y otra de referencia territorial o socio-econmica.
Ante las autoridades del Gobierno Militar y su burocracia
- inclu-
sive los personajes e instancias del mismo ambiente
-
la auto-
identificacin de los aymaras tiende a ser en trminos geogrficos o socio-
econmicos. Sin embargo, an en este ambiente, los nuevos dirigentes
manejan cautelosamente la auto-identificacin tnica, para reclamarse
ms espacio y justificar
sus acciones reindicalistas dirigidas contra estas
autoridades. Casos ejemplares son: la terminologra en la lucha por la es-
cuela particular de Lirima y por el agua de riego en la
Quebrada
de Tara-
pac.
Cierto es que desde 1973 aument considerablemente el uso de
trminos tnicos para la auto-identificacin. Los dirigentes manejan
manifiestamente la auto-identificacin en trminos tnicos para legitimar
as sus pretensiones y objetivos de lucha. Al molizar la identidad tnica
(real o imaginaria) de sus comunidades y organizaciones expresan una
Recurdese del "Instituto de Desanollo Indfgena" (IDI), una oficina del Gobierno Chileno
hasta 1973.
Recurdese del artlculo de Rojas Labra, 1980.
6l' Asf por ejemplo en el 468 congreso Internacionar de Americanistas
funio de 198g,
Amsterdam), donde cuaho d^e^ello presentaron
"
poruno"" en er eimpeion ilamado "La
viin INDIA" (MUSIRO,
r9S9).
52.
53.
305
actitud de, (re)conquista
indigenizante, que podemos carifica de
reetniticacin, o renacimiento a)mara.
Enre ambos
_opuestos
- Gobierno Militar y oNGs extranjeras - existe
una serie de entidades e_instancias, donde loJdirigentes se iendfican en
trminos tnicos de diferente peso y fuerza,- dependiendo de las
expectativas y de la posicin ideolgica del dirigente miimo. La conclusin
es que la auto-idenficacin preferencial en trminos tnicos es efecto de
ambos: de la toma de conciencia de la identidad tnica y de un factor
ideolgico-estratgico (o en su caso: de un elemento de oprtunismo) que
dinamiza el esfuerzo emancipatorio de los aJrmaras Lajo el rgimen
militar.
5.5.3 El discurso aJrmara
A continuacin identificamos las constantes en los argumentos
manejados por los dirigentes autnomos ms dinmicos54 en la d-efensa de
sus interesesy.con que justifican
sus acciones y proyectos. Es notorio que
ete- tipo de dirigentes se encentra en las comuniaabs artoandinas y en la
$le{
entre los emigrados, pero no en la zona agncola de ra precorillera.
Materiales para este anlisis encontramos los documentos rlativos a sus
proyectos (descripcin,
solicitud de financiacin, evaluacin) y en
documentos pblicos (entrestas
de prensa, radio y TV, presentaciones
ante congresos y seminarios, artculos de fondo)65.
Ante las autoridades chilenas y los medios de comunicacin social, los
dirigentes se presentan constantemente como chilenos conscientes de su
nacionalidad y leales con su paria. A menudo invocan con sutileza el
ttulo de se los defensores del territorio chileno en una regin inhspita
pero ri-ca en minerales y que son los guardianes de las fronteias nacionales
para chile. Invocan la igualdad de derechos como chileno. En trmites v
solicitudes insisten en el cumplimiento efectivo de esa igualdad. Est
listos a reclamar contra la discriminacin y postergacin, unque de una
manera cautelosa, no ruidosa. Ante la autoridad chilena'la leilhd con la
patria es gratificantes
J"" T,i.
all y-reclaman de la burocracia, cadavez ms, por un trato
preferencial en subsidios y ayudas, por traiarse de comunidades ms
pobres, subdesarrolladas y atrasadas,lon gente que lleva una existencia
muy dura, sacrificada y asarosa y que se debatc- en condiciones de da
caentes de las comodidades y facilida4es normales en el medio urbano y
sin acceso a las pautas de consumo urbano bsico. As se presentan como
los postergados de siempre, los maltratados por la
^sociedad
y la
naturaleza. Obsrvese que ante la autoridad chilna no se quejaban
- y
64. No incluimos aquf (el discurto de) lm dirigentee nombradoe dirccta o indirectamente por el
Gobi-erno: de juntas vecinalee, comite vecinales, CEMA, centros de
padres
de escuelas
fiecales. etc.
65.
9f:..1. {l vagz !1Q87;
1989), Mamani y Vi l ca (1989), Chi pana (1989), Van Kessel (1985),
Solidaridad (f 989), y tambin la la doiumental de TV "...y es nuctra'i.'
66. De allf la conducta electoral tradicional (y de 1989): se vota por el ganador (lo que es
bastant comrln en el medio popular) pero quedndose una fase atrs:-exprcando laltad
con el gobierno gastado.
menos en estos trminos - en empos pasados, cuando habfa mucha me
razn y menos esperanza de mejorr suposicin social por este-camino. La
humilad ante ei gobierno tambin es gratificante aunque lleva a una
actitud casi mendilante. As consiguen: mejorar sus caminos de acceso,
electrificacin de
-su
comunidad,-instalacin de radiotelefona, agua
potable, subsidios de PEM y POJH, y otros beneficios ms'
'
Existe otro conjunto d argumentos, manejado preferentemente ante
las ONGs - especimente las extranjerqg - anle delegaciones y pblico
europeo y anteiodo rival del Gobiemo
(Militar). En este ambiente se auto-
definen on pr.eferencia en trminos tnicos (" aymaras") y legitiman con
ello sus pretnsiones de prestigio y sus dere-chos a la tierra y al agua' As
esperan tambin
"""gni*."
1l
-apoyo
y los recursos de sus aliados.
e.!"tr"" su ascendena prestigiosa incica (!), la continuidad cultural e
hirtO.i.. de sus tradicions
("pr miles de aos"), costumbre-s, derechos,
obid,rri" y tecnologa. Ellos
-fueron
los primeros dueos de tierras y
"go...
Ha sabido J,tida. y manejar bien Ia
"qoloq"
andina,.por su sabi-
airi" y su tecnologa natuial, no olenta. Son los herederos de una cultu-
ra y tcnologa my prestigiosa. Defienden abiertamente su cosmovisin,
"ipr"""a"
e mitol-oia y l-eyendas. ExiCgl
eqet9
por--sls "costumbres",
es decir, la parte mes atclona de su religiosidad-, tradicjonalmente ms
;t";;e;'y frasta hoy dra tratada en crculos
"cilizados" y
-ortodoxos
de
paganisrio y primitsmo. Se quejan de la represin y la.explotacin colo-
;i;it t;;"nial, contemporn", par-a explicar su posicin deteriorada
i" .-""iades eiplotadas y margiirdas), lu situacin precaria (de sub-
desarrollo, extrema'pobreza,-deteri-oro
moral, desorg.ani.zac-in social, pr-
dida de ientidad cltural y de conocimientos tcnicos). como aymaras
"I"
.on vctimas de discriminacin
(por parte de la burocracia, el profeso-
t"ao y el aparato de seguridad nacional), vctimas-del menosprecio general
v del"trato despectivo e la sociedad chilena, en la ciudad vctimas de la
*olotr.ion
(en el mercado y en su trabajo asalariado:.desagradable,
p"!"ao y mai pagado) y en la-Cordillera vrctimas,del despojo-generyl
(n9r
i" f"gl"l"AO" i
lr g"""s compaas-mineras). La imagen de vctima de
la di"scrimin"iiO"
"-r
gratificante tambin en la poca de los "derechos
;;;;;;t. Ante las
"oNc"
defienden su principio y su capacidad de
uto-desarrollo y auto-gestin. Argumentos manejados para conseguir
neficios y subsidios ro, .n posicin socio-econmica inferior y su calidad
."il"t"l sperior. kesentan a la comunidad aymara como avanzando en
la recupercin de su cultura; presentan su te-cnologa coTg respetuosa
..t i" .otogi". Aducen tambin el argumento de la proteccin del medio
ambiente qe por la cosmovisin andina y la tecnolo',-a ayma.la estar
*a" g"t""tir"d.. Etr su discurso malejSn a menudo el mito de la
io.h*o*o, pero sin desarrollar una ideolo'la de 11 ecologa_india, que
Lemaire
(19b,100) seal entre algunos Indios de Estados Unidos. Los
digentes suelln desarrollar su mitologa de la Pachamanxa como fuente
de Ioda da que es imperioso respetar y cuidat'?, legitimando sus
57. Ejempla de eso observamc en Mamani & vilca (1989); Van Keseel (1985) y Solidaridad
(r989).
306
30?
-.
* -,----.--::;r-----.
protestas
contra la polica del desarrollo minero y las pretensiones
de las
compaas mineras con una aurola de religiosida y ti."."iri"*.
Ante
.ambas,..
ONGs. y
""toria"a".''.r..io.r1".,
-
pr"""r"
"
f^
comunidad como "en
camin-o.
"l
a"sarroiio,,, gracias
"
;"1;;;firr,rao,
sacrificado y tenaz. Exigen ;;;;;;'p"..
la comunidd y sus
represent'antes (ellos
mismos).
para
n encuentro """;;;;h;
.j"na,, (sea
una oficina del Gobierno,, un congreso, o una presentacin
pblica), los
dirigentes. se presentan
'bien
u";ri;;
;
;; il;;;;;";"b'
l.*
comunidades saben manejar la hospitahd.d como arma de conquista y de
defensa: reciben ar interrLutor
- ;;tid";
,"";;.;;"'l?*
too
esmero y hospitalidad, para cortarles ra crtica y conseguir lo solicitado5e.
su estilo de-nesociar y discutir er
-"".t".pero-
fuerte, amable pero
decidido. Su ana *""":"a" .." l; ;;;; dignidad y habilidad es el
silencio y la no-accin.
5.6 Conclusin
.Todos
los argumentos
de este discurso se balancean entre dos
posiciones
de partida,
tomadas de acuerdo-al ".ti"lrio1*
o,iuli"o "1
caso: l. somos chilenos.leales,
con igualdad d, ";;;i;;;;:;;o:";;".",
con derechos ms antiguo..
'n.to
.-*"po"JJ, .o-o es naturar, a ras dos
formas de identifica",-qu"-
a"*u".L""
la misma ambivalencia:
1.
"somos
chilenos". ante el g"u".""-"'iiii"
y organismos chilenos; 2. "F*g
.ym.ra", all la's d
.f""0".ii;"rt"'1".-"-tr"r."1, lo"
ci ertficos e
.i
nve-stigd6ss y. (en
sr.d; ;;;;;t 'i ;; "in ll' li"
"r.
departamentos
de derechos humanos y asistencia"so"ra
- ,e.rrrr""." l,
oposicin rivalizante entre Iglesia
v Cof"r"o.-
Este anlisis detalladJeg.-i!"
l"-conclu"iOn que se trata de un
creciente esfuerzo de superain, """noo-y emancipacin,
en que
los
nuevos dirigentes se avalan ms'y me" al-rcurso de'la ,1.ri.i., p.r,
convencer al interlocutor
externo y p-"."
-o"itir;;
;i ;;;;;;. ?o.,
"l
ocaso del gobierno
militar
- desde tur" " rsga cuando en un referendo
el pueblo chileno vot
"xtlienden,-ffi
;":t1Lf
il.ltTi-itl:3;.inT,"ml:',gtt:
nuevos partidos polticos,
de oposicin al obierno uilit*, y'"'r*oiinr.
del Gobierno.
-
CAPITI]LO \rI
CONCLUSIONES
Los procesos histricos que se han ido desarrollando en Tarapac
rural desde tiempos pre<olombinos, nos interesan desde el punto de sta
de la sociologa del desarrollo. Entendimos el desarrollo genuino como un
proceso muy particular. Su adecuada definicin slo se logra en una
perspectiva propia de la formacin social en cuestin. Por eso, desarrollo
no puede ser cualquier proceso de crecimiento econmico (e. gr. por una de-
smesurada produccin argentfera o salitrera) ni tampoco cualquier proce-
so de modernizacin de estructuras, basado en las ciencias positivas y en
la tecnologa cientfica (i.e. europea). Por otra parte, hemos de reconocer
modelos de autntico desarrollo logrados fuera del ambiente de la civiliza-
cin occidental. Sin embargo, el desarrollo de sociedades contemporneas
no occidentales, no pocas veces se confunde y se identifica, en nuestra po-
ca, con los procesos de modernizacin y occidentalizacin, los que, de he-
cho, se producen en ellas bajo los impulsos del imperialismo occidental.
Desarrollo, en el sentido mrs propio del concepto, decimos, es un proceso
endgeno, auto-creativo, integral, definido y proyectado dentro de la
perspectiva ecolgica, tecnolgica, histrica y cultural propia de la
sociedad en cuestin (ver Captulo II).
La cilizacin andina no conoci el
problema
del subdesarrollo o del
desarrollo desigual propio al sistema occidental moderno, sea a nivel
munal, sea a nivel nacional de las repblicas andinas. Su talidad y
capacidad se demuestran en que el nivel de desarrollo global era alto e iba
creciendo rpidamente hasta 1532. Por ota parte, en la perspectiva de la
auto-definicin andina del desarrollo, no cabe estimar el rrivel de
desarrollo alcanzado con el criterio de la productidad como criterio nico
o supremo de evaluacin. De inmediato, el hombre andino se preguntara
hasta qu punto la mayor productidad ira a costa de otros sectores, no
econmicos, pero s vitales, del bienestar total. Lo econmico representa
para l un valor de primera categora, pero no un valor autnomo
independiente. Donde el supremo criterio de auto-evaluacin en nuestra
cilizacin parece ser: el nivel de productidad alcanzado (y la lgica de
6fl. Por la invasin de ecolog.islas, eumpeos_ y chilenos, interesados en argumentos pan su "l ucha
vcrde
, ocuni una i nrerprer.aci n sesgada e l "rr"g,rr""i "-i ?"i i ' l #i "l ,ri "
aJmara ant la naturalcza'.^!,-1_ll"g"l
a una-ideologfa rcologi_sta, los dirigentes apelan
hbilmente en sus intentos por
"on"{oir
upoyo y
"""u!"o"
p.ri- la d"Gn"u aE
"*
iir*u" y
agaa a ceta "sensibilidad
ecolg.ica' de los
"oio*. 59 lln sug palabras: "para taparles la boca" y "para que suelten lo que llevan bajo er poncho,,.
308
H
Ia historia
- o de la ideologra?
- der capitalismo
imperiarista pareciea
comprobarlo por la ley del.--a. ru*t"l
soberrivi),
Ji?l
"l'.irpr".o
criterio, segrin la sin andin;;.i;;;i"#Lr
el grado
de dapacin
al medio ecolgi co, crireri o. ci-"ni
""
r. .".-""i riB;;;J
fi di.,*r. r,a adaptacin
al medio ha,.]9.
::
-:r*l*ieocupacion
y su mximo logro. La mitologra y los rituales, las_esructras
socials y i;- ".*i"'"idi.,r.,
Eodo ello sugiere la primaca
ael aiteo e.-o*gr.o en ra sin-andina
del desarrollo o en la ub-evaruaci;
"'"r"ii1iru.i";;..
"'"-rriio,
.u adaptacin
alcanz el carcter d;-;;p;;;cia
simbiosis
"rrt""
.o"ia"a y naturaleza
v consrituv."-brr;;;"*reto
y er mximo rogro der modelo de desarrollo
ndinor.
r - -----r v
-.
ltecordndonos
la fisonoma del subdesarroll.gde
Tarapac (capturo
t),y el proceso que
a ello llev (Captui..
m y rvr, queremos
resumir a continuacin,
brvemente,
t"" ;;;i;;oi'".'".p".incas
referentes
a las cuatro hiptesis formuladas
"";;;;;;l;
(prrafos
2.S.), conclusiones
::^"-^Ifl
'do
.Rr9s.enjad";
;a-s';tJffi
y deralladamenre
en sus respechvas
oportunidades (prrafos
3.1.a.; S- .; 4.6.). Estas dicen en breve:
- que el
prgce.so historico de Tarapac no constituye
una evorucin
de ta sociedad.
andina,
$e _su
'.;Iil;;
-y
estructuras,
sino un intencionado
oroc^"ss d" d".rn;;l;rlifnto
de las estrucEuras
anati zadas (parr3fo-
.3.
+.), y ;;;;;;
-."r
t"i" fr ai
"iiil*"r"
4.6.); (cf.
Hipriresis
l):
-
que la organizacin
social colla_incaica _-
antes de este proceso _
haba alcnzado
un at.l .r".i""'"iu"r
" 1-"roii;
;;s"r"
andino en rodos sus aspecros estructura-les-;ffi;.'ti?"*"ro
3.1.4), desarro'o
inspird;
;; ;;;;ilura
alramente
intujr.ada y coherente,
ntimamete
vinculaa
a l"' *"1.g"
-;;ffi;.;;ffi
* y
asimiladora (prrafo
. 6. );
(cf-
Hi plt"ril
Zl;
-
que
el desarrollo criollo-minero observado en Tarapac fuo
cbnducido
'desde fuera' y con los recursos organizativos coactivos de
tipo (neo)
- colonial
(Prafo 3.4.); (cf. Hiptesis 3);
-
que este modelo de desarrollo minero estuvo orientado 'hacia
fuera' y se realiz a costa del sistema econmico y social de la
sociedad autctona (prrafo 3.4.);
(cf. Hiptesis 4).
A las conclusiones especficas, resumidas aqu, podemos ahora agregar
las siguientes observaciones y conclusiones generales.
Ei el caso de la socledad qheswaymar pre-colombina, hemos
encontrado un proceso logrado de desarrollo alternativo, andino, que
despus de f552 no proiigui su curso. Todo lo contrari-o: por la
remodelacin segin patas e desarrollo europeizante y 'modernizante'
que dise la ellte eropea, c.q. criolla" vemos producirse un proceso de
subdesarrollo global y piogresivo en el mundo andino. l,os fundamentos
del desarrollo ndino-aterior
(las estmcturas sociales autctonas) fueron
socavados. Su fuente de inspiracin 0a cultura andina) fue drenada. La
tecnologa y la economa andinas fueron condenadas a un proceso de
erosiriy rce"o. El modo de produccin andino no recibi ningn impulso
hacia u mayor despliegue y evolqcin, sino que- sufri atrofia
Y
cglapso
total. As furon, e el caso de Tarapac rural como en toda el rea
andina, los efectos del modelo de desarrollo impuesto por las fuerzas
(neo)-
coloniales.
El desarrollo europeo-criollo de los Andes resulto destructivo por estar
centrado hacia afuera, por ser mal adaptado al medio ecolgicg andino, por
olentar la formacin
-social
andina negndole toda continuidad histrica
y cultural, y por producir la contradiccin entre el hombre andino
xplotado v el hombre europeo<riollo explotador.
'
El suLdesarrollo del sctor andino de Chile aparece hoy en da: en la
productidad cada vez ms baja de su economfa; en el abandono y el
ieterioro contnuo de los recursos naturales y renovables, inclusive su
agotamiento; en la involucin y prdida de la tecnologa autoctona, sin su
rmphzo exitoso por una tlcnologfa alternativa moderna;
-
en la
conciencia de las condiciones deterioradas de da; en el derrumbe fatal de
las estructuras sociales autctonas
(al trmino de un largo proceso de
erosin); en la rtual ausencia de liderazgo y autoridad autctonas; en las
-ny
uri"das indicaciones de una sitracin de anornia paralizante
(alioholismo, pentecostalismo, etc.); en una incesante corriente migratoria
hacia la ciudd; y muchos otros factores ms. Es posible agru-par estos
factores, tentaHvmente, en un paradigma estructurado: Sndrome del
subdesarrollo Andino de Tarapac
(ver abajo). vale anotar que-las lneas
de inlluencia de este paradignia son ambiguas: varios de estos factores se
refuerzan mutuamente, y podemos suponer que la totalidad de estos
factores precipita el proceio de subdesarrollo global y descomposicin de la
comunidid ajutctona. Con mucha aplicacin logtanamos, tal vez, un
modelo sofisticado, aunque siempre discutible de interpretacin del
'mecanismo de descomposicin' que desemboca en el extremo
subdesarrollo. Pero mis ielevante qe esta 'autopsia', es considerar el
sfndrome de todos estos factores, y algunos ms, como el fenmeno global
t
}:ffitffi-"lr':u:t;f:rr""utna
va no e'tamos evaruando ros. 'niveles
de deearroilo (scl.
r"
"i"ir.i.""on
--"'
#,li,qry.T.,ffi 'l#qTgl
"ih::i:il.ffi
J f$,lj andina, se manejala. iunto con a
"it",
*p*o-'oe evatuaqn que es la adapacin ecolgica, tambin er criterio de r" pt"r"iiriii.
i'"1r99
ol ros niveles de pmductrvidad alcanzada en riempm precoromiirosr-qr"
"i""rffi (1967 : t52) mide en vorrrmenes de construcci n y Sherbondy.(1969:
tSZi ;;;-;ft;;
oe trrazas regadas _
han si do rmpresronantes
v no han sido.iguarados
pot tr r!tl-"Jlu"" moderna en loe Andes. l,emaire (19?6 : r8s) menciona ms-criterios
"
"r"*""iJi,
*i,": ra rntgracin interna, er grado de racionalidad y adaptacin
a. ra naturaleza rr"-"i]. n'"ornto a ta rntegrasin interna de ra civilizacin andina, tanto " *
"o"-orl"i;ffi,fr;
il lus esructuras
sociares anarizadas m8 arriba' er sisema ofrece un- imprusionanarpJ"to*
au
".nn"miento
y consistencia.
En cuanto a eu grado de racion^alidad,'t"*-""
qr"-I"t.i
conacrentea que el hombre andino tiene eu racionaridad pr'pra.:.que
no ee idntica a Ia. racionaridad
cientffica der modo eumpeo. Este criterio. i
t:p,g "i;;
r;;n;r;n.ala
naruraleza humana-, eon diflciles de aplic"r po"'"i sezgo conceptual (ebido
a n lnevitable etnocentrismo
occidental) que fateifica ra objeridad
"
"-u.i ""Li;:;;
;;lrrg", pareciera que rambin estos crterios valorizan definitivamente
la civilizaciOn ;r,liri._,
"o
modelo de deearrcllo: cf. D. McClelland, 1967, The Achiune sociii, Zi,'i'ii]
"r,""ur"dy,
te6e,
,,El
regadfo en et rea andina cenrral: ensavo
3" 1trjo"
"*in?;,
en Humaniddes
3; T. temaire,
liilf
;
"?;;,*,:Tf
:,, ;i.
k" i
"
*;'
";;
;1:"iii "
"
n i n,i - ni"
"if
i, u,,
110
311
del suMe.sarrollo progresivo
de Tarapac que en su totaridad es el
erecto cre ra derrota de. un pueblo, vencido en su lucha por sobrer
y quebrado
-por
la olenia de' las estructuras de dominaciOn y
explotacin destrrrctivas, y por el impacto de la influe".i" .rit"."l
urbana y occidentalizante.
Paradigma l: Sndrome
Dernmbe de las
estructu ras autctonas
l.Baja de la produ-
citividad;
2.Prdida de los re-
crrsos naturales;
3.Y de la tecnologla
autctona.
f'"'"""ffi;l
fC-"t""td"dl
I
Aymara en I
I Quiebre I
combinando los fenmenos y hechos sociales sealados en la
investigacia histrica con
_lo
expreiado en ias hiptesis G.*JJ,rr"roo
marco teico, queremos formular a continuacin una serie de ocho
proposicioneE- q_ue interpretanin con ms detall
v--p.""i"i"
"l
$gtuncacto y el alcance terico del proceso histrico del subdesarrollo
an(Il no.
1. La dominacin criorla sobre ros aymaras, se concretiz en
un
-pnoceso
de- integracin subordinadal depeniente n toi.i-"rrt"
oeslavorable, en las estructuras de la sociedad nacional criolt.
.
2.. Esta i
-'ttegracin
subordinada fue el efecto a) de una
eetrategia..pol-tica y cultural que aepir
" """tir"i"
por
la
rnrroduccion de un nacionalismo etnocidiario promodo
ior los
programas
de educacin pblica (la escuela nacional, Ll r"rui.i iht'r,
los programas asistenciaies, de promocin y cutt;;ci;;)i't;
.r"
estrategia econmica y social de expltacin capitii"l"
-J"
ro"
recursoa humanos y naturales no renvables (minra),
" ""
a.
ra economia autctona agropecuaria (basada
en los recursos
renovables). Esta estrategia e-conri,ica no es solamente L
"""ri*
,igto,
sino que es un constate.desde la temprana c"i"i"
".p""r".
v
agleg.-ar
-
{!rf
dog observaciones: a) la strategia polticd-cultural
de
asimilacin ha sido una-constante desde la conquita
"rp"noh "
p"r*.
*
la-pretensin de introducir el sistem" a"
"".'t"..
S;;-";J;io to.
yelodo
y la. argumertacfrin_ ideolgica. As, observamr,
"".".i".-""t",
r. la erracucaqn cte idolatrs', la Doctrina y el ob_ietivo de la
ff:iiiTr*i9."
y civilizacin (llaada'policarj;'2.
;;;;;;izacin
lrDerat-rguatrtana del sistema administrativo republicano, la nseanza
prog'resista de la ilustracin y el objetivo del ferviente patriotismo: 3. la
civilizacin, la modernizacin mediante la enseanza fiscal generalizada,
el asistencialismo estatal, el sercio militar obligatorio y la introduccin
forzosa del castellano, todo con el objetivo de la concientizacin
nacionalista. b) La estrategia econmica de explotacin minera, an a
costa de la economa agropecuaria, es otra constante desde la temprana
Colonia espaola2. El
-deiinters
por la agricultura de parte de los
espaoles y los efectos destructivos de la administracin colonial y
republicana para el sector agropecuario ya haba tenido su preludio de mal
agero en el sur de Espaa, donde la Reconquista medieval signific el
abandono definivo de la agricultura intensiva de alta tecnologra de
regado, practicada por los rabes, y su reemplazo por la ganadera
extensivas.
3. lns,efectos de esta estrategia de integracin nacional para la
sociedad autctona han sido:
a) El quiebre virtual de l conciencia social indgena y los
subeiguientes fenmenos de atomizacin de la
comunidad y la frmia autctona y de anomia. La conciencia
armara ha sido durante toda la Colonia y hasta en tiempos
subactuales, la base de las insurrecciones y momientos indgenas
y la esperanza de una emancipacin autctona andina. Expresiones
de la anomia sobrevenida por el desmoronamiento de la normati-
dad tica y las estructuras tracionales y por el vaco de autoridad
interna, son: alcoholismo, pentecostalismo, abandono de tierras,
liquidacin de ganado y emigracin masiv-a sin perspectivas
econmicas.
b) El quiebre de la economa autctona por la ocupacin por
varias generaciones de la fuerza de trabajo agrcola y los recursos
naturales (tierras y aguas); por la transformacin del sistema de
produccin multivariada de alimentos en un sistema de masiva
monoproduccin forrajera; por la destruccin definitiva de la
organizacin social autoctona de la produccin econmica; y por la
desaparicin irreparable de la tecnologra agrcola andinaa.
c)
(In
proceso de urbanizacin, acarreando la proletariza-
cin de la gran mayora de la poblacin aymara y permitien'
do, primero la enajenacin, y despus, la destruccin de sus
recursos naturales. La urbanizacin es Ia culminacin del proceso
de mestizacin biolgico y cultural de la poblacin; el xodo del
Cf. la Cart del Minero de Potaf, Juan Lozano Machuca, dirigida al Virrey del Penl, donde
describe la provincia de lm Lfpez (1581); copia de esta carta se encuentra en Boletfn
CEDOC, Nos. 2/3, Universidad del Norte, Antofagasta, 1972.
Cf. Darcy Ribeiro, 1970, El pmceso ciuilizatorio; etapds d'e la euolucin socio+ultural,
Caracas, p. 105.
Es posible demostrar, con Appel (1976 : 21) que Ia prdida de la tecnologla autctona
significa un empobrecimiento y una amenaza para la humani.r?d, o, al menc, para los
puebloe andinos, y sus oportunidades de supervivencia en la sociedad pat-industrial'
,
4.
3L2
H
313
campo a la ciudad signific la masificacin de la poblacin indgena,
termlnando el proceso preo de la atomizacin de la comunida y d'e la
familia autctona, que se desarroll durante la colonia, el ciclo agentffero
y salitrero.
d) La formacin de 'bolsones relictuales' autctonos a
consecuencia de un forzoso retroceso geogrfrco-econmico,
perdiendo sucesivamente el acceso , l-o"
-r"c.rrsos
del.mar y
playa; de la Cordillera de Ia Costa; de la pampa salitrera y l
pamp? del- Tamarugal (con recursos fores-talei, forrajeros y
agrcolas); de los oasis y
-quebradas
frtiles de la precordillera; lo's
recursos mltiples ubicados en erritorios no chilenos, quedndose
refug_i_ados en insigrrificanes islotes ayrnaras situads'en la alta
cordillera, donde tambin se les ha najenado algunos recursos
mineros y de aguas y controlado su libre de-senvolmiento
econmico y social.
.
Estas pauas significan, en resumidas cuentas, que el proceso
de
desarollo capitalista, colonial y algeno, dirigido por ia sociedad criolla
dominane, es: l.) un desanoll e tota desiruccin para la sociedad
autctona, y 2) un desarrollo de nuevas estructuras, moernas, sobre las
ruinas de la sociedad andina q-ue -si bien dej grandes ganancias a las
clases elitarias y medias de la sociedad dminante- no"trajo bienestar,
ni,mejora o progreso, ni menos emancipacin sociar ymatlrial paral
poDlaclon-aFnara, sea urbana, pastoril o agrcola, salvo incidentalmente y
a costa del desarraigo y la mestizacin.
Basndonos en las hiptesis anteriores que versan sobe el impacto de
la, colonia-y del
-ciclo
salitrero, y - por otra parte
- en el enunciado
'sndrome
del subdesarrollo andino de iarapac','podemos ahora formula
la siguiente hiptesis:
4. El subdesarrollg progresivo de Tarapac que aparece en el
sndrome mencionado,- eJ el efecto de ia demota'd"i puebl"
lyTara
de Clile, empeado en la lucha por la superviiencia
Jnico'cultural y quebiado por la violencia
^de
ras estiuctu;as de
dominacin neo.colonial.
-
5. Por otra parte
- y retomando nuestra definicin del desarrollo
endg^eno y autntico como: Bier:.estar estable y seguro, realizado por
el esfuerzo propio__ de la colectidad y con ls ."".,rr*o. i"p"iut". o
conquistables por ella misma y afianzad en el contexto de na clara
ide_ntidad cultural
.y
tnica propia - tenemos que sostener que
el actual
subdesarrollo del sector indgena del Norte chileno no est
tanto en cada uno de estos factores que componen el sndrome,
sino en el debilitamiento y virtual eiclips"
-d"
la conciencia
social aut_cto-na, lo que equivale a Ia ersin y el desenla." d" l"
conciencia de la identidad cultural autctona y-la lealtadhacia la
comunidad, la tradicin y- ll tierra de origen. De la misma manera, a
nivel del desarrollo social, el subdesaollo no consiste tanio en'la
inaccesibilidad del llamado 'desarrollo social' propio y originario del sector
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Paradigma 2: Resumen Terico-Hipottico del Proceso Historico de:
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Desanollo algeno y dependiente de la Sociedad
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314
315
urbano (enseanza,
presiones
sociales, enda, salud, pauas de
consumo,y de- entretencin_ popular,rb"rr3.,
etc.). A nuestra manera
de ver, er subdesarroilo
andino'esti
ms in-Ln' r'i_iilifiriara
tyzo en la carencia de capacidad i-"gr;;;;
necesaria)
de integrar estos
modelos de desanoilo *ourl Jr-'
"l
"sisrema'-
.r.ri""tino
y su
organizacin
social tradicional.
Detengmonos
para explicar esto.
En el pasado
colonial, los aymaias lograion asimilar
"
,irrdig"nir.r,
los principales
elementos "1 .urt
-.rr.iia.,o-
En el presente, parecen
no
saber transfonnar o asimilar .
"l;;;;s
bsicos de ra curira urbana
secular y sus esrruc:::_:f-1.r"p;6li;';rn"r..
,i";;. ;;y_aras de
Tarapac, como colectidad, ya- n intenan una superacin
social
colectiva
-por v par-? l"' o-.r.riaJ-
'
po
]a
ir.;.p;;;; y la
indigenizacin
d aqueilor ;";i;'i.;ii"o.
" desarroro sociar. Todo ro
contrario: muchos de eilos trab; a;;;;uistar
los beneficios sociales
'aunque vanamente- por er abandono de la'comunidad y ,"^."itu."
v
po"
la vrl de la rransclturacion
-l;i;;:
sagri fi car t
";
;;;;i;" .on r u- ir
"*.1
; ;;di
eiH
ll"J'f,
il
i.t""tX?"
"
3;
origen, es decir, de
-renunciar
"
t'" i""ti"'
;;.irt,i"i.'i.to
se
traduce en el abndono fsico " i" iiLt"
v
"".
i"L-iJ.i?.,
i..i. l*
ciudad, mientras que los
"o
y_*", desprecian
los recursos
agropecuarios
abandonados, por los factrs *"1_gi;9;-i;"rit
. y po.
los factores culrurares.-q"i,]:.
"
-o;.".3;;
;#''#lfj".riuu
- scl' la carencia de u-na claa conciencia socrat
- aparece er factor 'emi
gracin',
m enci on ado.
:1,:l
n".*t44
;s""."*at;'#
i;;"c,, e n
su verdadero
conrexto. y r_elevancia.
e"i_i"_o, ;I';;;;:'11fi.*.
"t
pentecostalismo,
el abndono d" l; 6;;orogia autctona,
la rtual
ausencia de liderazeo y autoridad
"n
l"*
"o_.riid"d".;':ig'in..r,,
"n
el fondo, ta derrorid:,f::l!
tl;
;;;iliJ'de ta socjdaa *ut-,i"1.,r, po,
cuanto sus inresrantes
desconoien su'dentidd;r;;
ii'fi'irr,
^
r.
lealqad para con su comunidad.
multiplicidad
de procesos parciares
considerados (proposiciones
1/5), se inscriben todos en el marco'del
""t"go"i.;;*ffi;di;"J;;e
a) el
sndrome de desarrollo
"rrrop"o-.ri"I",-';
estrategia y mecanismos de
dominacin, y b) el sindrom dei-;;;.;;"llo
andino de Tarapac: los
procesos
desencadenados
all y ,rr.
"r".tor.
,ri._"'ii";;",;';":L_."
-q::
l::
procesos parciales,
"i""1
-i"t"estructurar
(ecnmi"o.r.l),
nenen su contraparte en er niver superestruct"or
rp"ltu.- ."iirill. o"
este modo, podemos
componei
el
!"r"ifir""'-"2,'-i,"",r_"n
terico-hiporric
der proc"so
histrico J-.- '?Jria
.tig'"r,o y
dependiente
de Taraoac rural"'. o"ntro el marco de esa interpretacin
histrica y dialctic, es posible ro.-"1.r'rr.ra
larga serie de hiptesis
especficas que
enfoquen^
"l
pto.r-
dli
"ubdesarrollo
progresivo
de
Tarapac en un sran nmero'd" pro""., p;r;;.'"""i""l'.
"q",
slo tres de ellos,
[ue
denen
".ail"r"ii",t
6. Una de ellas se de-staca por ser tan relevante como igrrorada, y se
:"j:::
a_l enifgloryeno
de t" "."r'al
l"*t"".""i"g?;""i;;.r,.
ancuna' en particular,de
la tecnologa agncola y ganaderi.
so.l"rr"-o.
que una pieza central en er sndrm" "i ro";ii;;r;s";Jirno
a"
Tarapac es el desuso y la prda de esta tecnologfa,^ocasionada. por el
proceso de transcultuiacih, y por varios otros factores ms. La
desaparicin de la tecnologa autctona scarrea una acentuada
baiain la
productividad de la econora autctona, expcable por
h eficierite adaptabilidad e ineficacia de la tecnologa moderna,
la que no logt-adaptarse al medio ecolgico andino, ni supo
ofrecer una exitosa alternativa, ni menoa asegUrar una
superacin de los niveles productivoe. La bqja
4e
la productidad, a
su vez, ha favorecido el proceso de involucin de la economfa y ha
precipitado ms el proceso de subdesarrollo general de la zona.
7. Otra pieza bsica que explica l involucin de la economa
autctona s su integrain, iubordinada y dependiente, en la
economa urbana de- mercadoe; los desfavorableg trminos de
intercambio entre productoe de origen indgena y de o-rige-n
externo, urbano; y-la desigual valoracinr en el mercado de
trabaio. de te furza laboral autctona y no autctona. Esta
'integiaciOn'
altamente desfavorable para la economfa autctona, estimula
el aandono del campo, la emigracin masiva hacia la ciudad y el proceso
general del suMesarrollo.
8. Finalmente, ta poltica gubernamental de 'integracin
cultural, llevada a cabo en el sector indgena de Tarapac, crea
entre los aymanaa una clara orientacin hacia la cultura y
eociedad urbana y su concepto de deearrollo, reforzando as la
corriente migratoa y el proceso de involucin y subdesanollo.
Estas tres proposiciones (6-8)
- entre otr-as ms, que en forma
especffica podra desglosarse del sndrome Subdesarrollo de Tarapac -
podrfan ier representadas en el sigente Paradigma 3, en que
distinguimos ls mismos niveles indicados en el Taradigma 2
("Desa:rrollo algeno y depenente"), y que son: Estrategias y
mecanismos de dminain vs. procesos y efectos producidos en la sociedad
autctona.
El proceso de desarrollo colonial/nacional
'hacia afuera'de Tarapac,
ha llevado al subdesarrollo de su sector andino. La desetificacin del
medio ecolgico es slo parte y smbolo de la erosin de lo que fue una
economa y-sociedad sana y auto-sostenid-ar i-nteqrqdq en trminos de
relativa iualdad en el sitema global del hemisfeio pre-colombino.
Despus de recorrer, paso a paso, este-camino sin salida,9efinimos 1) a
nivel estratgico, unai concluiiones y observaciones g-enerales en relacin
al desarrollonaino; 2) a nivel tctico, unos terrenos de accin permeables
a esa estrategia de desarrollo, en la situacin dada del subdesarrollo por la
dominacin !
explotacin criolla./nacional. Estas observaciones valgan
como sugerencias para una discusin posterior y a modo de corolario.
Par los aJrnaras de Tarapac, la corriente de su historia se ha
acelerado an ms durante el gobierno militar de Pinochet
(1973-1990). Es
en este pelodo que han sentido ms la arnenaza de su desaparicin.total-y
definitiva como pueblo. Al mismo tiempo apareci para ellos tambin la
316
ru
317
Proceso y efectos
producidos
en la
sociedad
autctona
Paradigma 3: Tres variables
Progresivo del
(7)
Integracin
econmica
(8) Integracin
cultural
(6)
Abandono de la
tecnologra autoctona
Baja productividad
Emigracin
masiva
Involucin de la
economa autctona
Subdesarrollo
globalde la zona
escogi dosdel . mundoci r cundant e, andesuscol oni zador es' Asl hade
recuperarse la .o-rrrrii"d ndin por zu. propia fuerza renovadora' sin
;;;:;
j;-tt;;;'"i;i""tiu
rtistorica v
cultural' As la utpia del
nuevo dirigente.
"--
sln
"rargo,
la actitud prctica de la mayora de los comuneros es
ms realista,
-ut"ailt"
f-
oportunista
y parece contradecir a sus
?iffg";. il,";;;iit-" obsrvamos en su conducta electoral'
En las votaciones d;198 ii89,
los aymaras tuvieron la oportunidad
de evaluar el gobierno'i!-n"Lr,"t.'En
-el-plebiscito
de 1988, la consulta
;;;;;; conlinuidad " n"*ttt en el gbierno, SI o 9' nl 1989' en
las
primeras elecciones i.GL"aqte.
y"d"
parlamentarios despus de
?d.^^if^li"t;;^f;;;;i
er: continuacin de la poltica
;;;#";*;;;
;"f;;;"-il ;"t"'ttario
(con Bchi) o un vuelco
democratizante
con r" ofo"i.iOtt unida, encabezada
por Aylwin' Otro
elemento de la alterrd;-;;;;
ti""".i0" de la plitica cultural de
;;i^;;;.i" icon
Bu.tiJ;;;*t;a-de
respeto v-atencin
especial a
i;-;;;;;""
tni."" prom"tido^poi Avlwin'
.El
aposa{o
P.oygtt"t'
experto
ff ';'l;.iil
d"l';g;i i""{ tq.aerecho de Lirima v
muchas
otras comunidades,
"rJ""ttid"to
independiente
a senadot'
'
-
l,os resultado., ts*p"dos en dittrito",tromogneos
y orde-nados- segn
zonas
que van
"de ms a menos aJmaras
'. "e
oservan en el Cuadro 44'
$;;";t";d;;,--ctl;;;
""u
a- primero
v
representa el sector
iii"-
at"."ari". "rrinJcftiaparuainina
estn
por el sector agrcola
li?p:*ir]"*.
P;";i;;i; t""b1"
espaoi con su agricultura
seorial, aunque .o-i!?"al-""8.
po"utito"t altoandinos' est an ms
nculada a Iquique. fi;*/P;;; Aimonte forman los restos del antiguo
cordn de la miner"-it*r",
actualmente
-algo
ruralizado. Iquique
representa el sector ;d;;;'t;"n":"
r* resulbos electorales a nivel
naci onal .observamosentrel osa)rmarasuna.granfi del i dadaPi nochety
una
preferen.i" p"r"'lJ"ti""id"
de su gerno: cuanto-ms alejados
d;ifi;;;5"p;;;;v-;;
"t
a*t'ito'-tanto mavor es la lealtad con
el
gobierno militar. .
---:--^-^:r-
.
'^
" ;;;"*.rrlo"
sorprendieron a todos:. polticos, universitarios
y
oNGs chilenos. sus explicaciones
a posteriori no son ms que hiptesis
il;;;;;;J;.
q"" "rni,!.i;;
duas y la exrraeza por este veredicto
;1;#;;E"
fi;
E'|o-'';;.;
democdca?' as se
.pieguntaron
todos'
Diramos
que es erecto de factores como el sistencismo
autoritario,
;;i;;tti; d"l .]i"it"li.-" "r gobierno militar a nivel municipal
y
resional. Es efecto tamin del resfeto aJmara por la fuerza
(militar)
v
;3;#;;1";";;J.*i.1,
directo v
peisonal''
.por.
intermedi-o
de
dirieentes de las :"".-r".ln"
y tt.r organizaciones
populanes del
l"'i"*l'. e Jir".to, f i;; ;; ;;- i" i utt ,' Gbi emo-Pe n tecostal a ni vel
ffiJ il;
; ; ;; I;;
;;;;";'stal
es
( controlados-
por i nterme di o de su
p-"J.i"1. B"
"".o*"t,-"irsultado
electoral es el efecto de un extenso y
"t*t*"t"
""
dl-sin entre los aymarag ppo"Ypqdgs P*
"T
d"*-"!T^1::l' o"t
l"
reciprociilail andi"t
";?;;;;;;""-tt-'
l4
ironta ael casg cuisg lye
su accin de rescate
del agua ruvo llienG i ;;
i"
"rrt"t"
electonl <iue la iuerza propagandlstica
ilel legislador caueante <te loe probleaa con su nuevo cdigo de aguas'
Estrategfas y
mecanismos de
dominacin en la
sociedad
dominante.
que favorecen el Subdesanollo
Sector Indigena de Tarapac
alternativa de un proceso de reetnificacin y de una nueva toma de
conciencia de su entidad. hisrorica-y-."r"r.i,
;;;;';"J;tlgi.
a"
supervencia. su escaso nmero no ls garantio
fuerza electrar ni
fuerza de.presin masiva y su larga tradicin"en l"
".t "Lgi;
lir_r,."1
camalen", les desaconso una* acruacin
";
;f;;d'f,"'i"^?oru."
partidista.
sin embargo, n la dcada de los
g0
," h"rr'm*iao ,ria" q,r"
du-rante los dos ltios sigros en l"
"r"""
p"liti.,--""i""no'ili
".,
diferentes fretes- y. con iiciativas en io econmico, lo jurdico,
lo
gl-Ctli?tiug, lo poltico y en el manejo de la publicid..
'p"
"l"A..ir*
"
ros ongenfes rndependientes de las organizaciones ayrnaras podemos
distinguir una sin del futuro en los
"ig;ientes
trminos:
sin pe-nsar en una reanimacin at
fasaao
tihuanaco o incaico, ni
menos en la erradicacin de los restos de'este udi;;p;r;,
"i-ilo.'ur"
iI-P*
de hoy
-
prot?gonisra
de su propio desarrolli
- 'J;
"br."
::T:::^"^li.llT:p.
de redesarroilo ihtegrat d" l" com""iJ
""ai"r,
:ryy.1og.
"1
sus, propios recursos naturales y humanos, de acuerdo a su
propro clseno y baJo su propia conduccin. El ayrnara deber reconstruir y
resforzar su comunidad sbre el fundamend fi;; ;;
;;;il
y ,"
capacid3d histrica de integrar y annizar creativament ls ientos
culturales, religiosos, tecnolgics, ro"i"r". y econmicos, selectivamente
Cuadro 44:
Colchane
Camia/
Chiapa/
Mamia
Pica
Huara,/
Pozo Almonte
Iquique Urbano
Iquique Prov. Total
Total Nacional
76.8 50.5 26.7
70.4 60.7 23.9
60.9 42.3 56.6
56.3 43.4 56.3
44.6 30.3 47.5
ou.: rt.1 nu.:
Eleccin a Senadores 198g
Gobierno Oposicin Dougnac
(IndeP'
34.7 L3.2 24.8
50.0 23.t 5.0
40.3 33.7 4.4
3r.2 31.8 2.1
35.1 62.3 0.7
un.: ut.1 1.r
Comportamiento electoral de los aymars de
Tarapac (1988y
f9B9)
Plebiscito 1988 Elecc. presid.
1968
SI Bushl Aylwin
(pro
Pinochet) (Gob.) (apes.
negativas a plazo y a nivel no-materi-al -aunque
el modelo est basado cn
uri conjunto de xcepciones y preferencias
Para
zonas extremas
(con
ZOFRI), y zonas fronterizas
(con toda clase de asistencialismo). La def'ensa
de la idnddad tnica no tiene alta prioridad para el armara, o bien
Aylwin y la oposicin no han logrado convencerlo con la-promesa de un
respeto y una-atencin particular a las minoras nicas.No es de esperar
que el iuevo gobierno haga un gran esfuer-zo para- la defensa de la
identidad cultuial a)rnara, ni a la economa andina tradicional.
No podemos negar el xito que trr vo la geopoltica de Pinochet que
quiso eihechar laslelaciones entre las zonas fronterizas aisladas y
-el
cintro, Santiago, e incorporar definitivamente la comunidad armara a la
socieilad y cultura nacional chilena.
Desps de analizar el panorama contemporneo tan confuso podemos
terminar como comenzamos: con dos hiptesis complementarias, centradas
esta vez en'el problema de la identidad tnica amenazada del aymara.
(Datos
no oficiales)
detallado mecanismo de control y poder patronal, construido en 16 aos de
gobierno ininterrumpido, con abundants re"rrrsb" y fcil asistenclir-o.
.b.ll asistencialismo rindi pgrqgg la poblacin ayrnara es muy escasa y se
siente comprometida co" !t gbi";Jpo.
r"
""guo
principi ,no . u
reci proci dad. Las
.
organizaciones aymaras i ndeiendiente,
-
virtuJm ente
$n recursos ni beneficios que ofrecer, demoiaran muchos aos en
construir su propio mecanismo de poder.
-
La evaluacin del armara es clara. Dce: "el gobierno militar nos trajo
1.9=i:lin
y progreso'' y j"- refriere a los e-fectos " l" Zf,I, ."
Eransportes y comercio para Bolia va la zona aymara. El rgimen de
Pinoche permiti el acceso tan anhelado a_una mioneta p"o"pi. p"r.
muchos.armara), el acceso real a los mercados y
"l
i;;;; .i."ir""t",
"r
rnayor
bienestar consumista, comparado con
-ros
"y;;;
boli"rro.
"menos favorecidos". La copparaci8n con sus congneres bolianos es
inetable. porque con ells se encuentran iontnuamente para
intercambiar mercaderis en la feria fronteriza de colchane y ot o, p""to.
a lo larg-o de la ruta comercial chile - Bolia6. Al mismo tiempo el r'gim"n
ha sabido camuflar hbilmente la poltica y IrLgi;i;;io"-"'"ti""*
"
r"
enajenacin masiva de aguas, escondinose dtrs del anonimato, el
formalismo de la tramitacin legal y el asistenclalismo
ams fr".ti."ao
antes en tal grado.
observamos entre los aJanaras una clara opcin ante las alternativas
en juegg.
.Al
electorado
_armara
re interes ms que nada el "progreso
econmico" segrin el modelo de
pinochet
y sin mirs
"
t. .on."I"encias
1.
2.
Mientras la etnicidad ayuda a conquistar una posicin econmica y
social ms favorable en la sociedad nacional, los armaras
movilizarn la idea y el argumento de la cultura y la identidad
tnica a)rmara para suprar su posicin.
Mientras perdura la exigencia a la generacin escolar yjoven de
"ol-
vidarse d su identidad aJrmara para lograr aquel prog:reso materi-
al" (del consumismo y la modernidad a lo chileno), no sentir mucho
reparo en sacrificar iu cultura y renunci-ar a su identidad
"en aras
al-progreso''. El recuerdo nostrlgico y el vaco soci-o-sicolgico son
consecuencias que sentirn ms, una vez fracasados, pero no in-
fluye en la opcin actual de la
juventud a)mara.
6. El gobierno, slbedor de este_mecanismo - pracr,icado sin intermpcin en Arica ante 106
Peruanoe de Tacna dmde.l900-, peryigui'exitosamente
el efec'to e u emosLoon,
arreglando la "trina del bienestr-chilo" en Colchane frente a los b"livianlia.ieno
asf, amn me la clientela amara chilena,
considerando los procesos socio-econmicos ori ginados- por la poltica
del Gobierno Militar y los efectos sico-sociales de esta poltica entre los
avmaras. aparece la eventualidad de una segunda interpretacin del ftulo
d este traoa-o:
"Holocausto al progreso". Sera la interpretacin de los que
estn a favr de las polticas integracionistas y que dicen que: "Los
aymaras mismos quiern integrarse; no quieren recordarse ms de su
psado'. sena el hblocausto como auto-eliminacin, y como etno-suicidio.
-Serfa
et caso del abandono, general y total, de las races, cosmosin y
cultura aytnaras, con el propsito de participar en los bienes materiales
mayores qrr" - ""p,rs de haber estrangulado el sistema andino - les
ofrce el sistema de-la sociedad de Occidente. Si fuera as, sera el caso, no
excepcional, de la auto-eliminacin como pueblo,.
-.aparentemente
voluntaria pero inducida por la misma poltica etnocidiaria. Hay que
reconocer que el fenmeno del abandono se ha dado con creces bajo el
rgimen miiitar. Pero al mismo tiempo es cierto que se present un reflujo,
sible en las nuevas organizaciones aymaras'
En el futuro se ln"i si el mismo tftulo puede expresar tambin el
sigrrificado de la "entrega etnocidiaa" del pueblo a)rmara. Por ahora no
p""tr.rtnor en el holocausto del etno-suicidio. Interpretamos. con.e-l ttulo
ilHolocausto
al progreso" solamente la doctrina del conquistador, del crioilo
y de la elite rep-ublicana, temptana y contempornea' quienes todos
-
320 32L
justifican
su
-poltica
etnocidiaria con el dogma del necesario progreso
cri,stiano-occidental y la doctrina de la inJtable desapariciri d las
cutturas nctrgenas.
Corolario I
Elementos bsicos para una estraegia del desarrollo andino
auto-centrado.
En trminos generales, podemos decir, con Stavenhagen (1g77
:5),
que comnmente la estrategia y los proyectos de desarro-lo en sectores
rurales rezagados intentan fomenta-cai exclusivamente la produccin
para el mercado, sin interesarse para (la parte de) la produccin destinada
a la subsistencia ni para el ingreso iomplementario proven'iente de
actividades fuera del predio, por ejempl_o, la artesana. se'supone que las
dos ltimas retrocedern hasta, evntalmente, desaparecer-b"
".""ro
,
esto,. los programas gubernamentales
de refoima agraria, considean el
predio
?g'rg"]q
(y
no. la familia campesina, por ejemplo) como la unidad
productlva bsica. sabemos ahora que esta estrategia del
'desarrollo
por la
integracin funcional' mrece dudas y no inspira cnfianza a los aymaras.
Las razones son claras. I{".-o. enconirado pra la economa de ca:riquima
trminos de intercambio muy desvetajosos, situacin basanre
generalizada para el campesinado andi4o. Este'hecho,
iunto con las
fluctuaciones
.en
l9s precio! de los produbtos .grop".rrri",
"l
pro"".n
sostenido de deterioro de los termins de intercimio, la discriminacin
tnico-racial qye-gra.ta.sobe
los precios de los proucbs tpicos y la
concentracin de las utilidades provenientes de la prbduccin agropecuaria
comercilizada en manos de comerciantes e inteimediarios, alun a las
estrategias de desarrollo rural
_por
la-va de_la integracin e los mercados,
como una- falacia y una poltica de explotaci urbana (criolla)
fatal
respecto al campesinado indrgena.
-
cglno objetivos generalmente aceptados para una estrategia del
desarrollo rural, podemos mencionar, con Stave.rh"g"r, (1g77:
i, f)
"l rpido aumento de la productidad y de_
-la
prod-uccin; 2) un'mejor
aprovechamiento de tierras y aguas sponibles;'3) la recapitir*io" "1
sector rural; 4) la creacin de,mayor oportunidad de empl,eo en el sector
rural; 5) una redistribucin del ingreso-y 6) un aumento del nivel de da
rural. Sobre estos objetivos habr poca discusin.
Ms difcil ser disear aqulla estrategia y los medios para lograr
tales objetivos. Basndonos en la-experienia
-del
caso a" b.ri'q"i-",
conene hacer, primero, algunas observaciones generales
respecto a lo
objetivos ya.mencionados:
l) el aumento de la pioductidad y
"n
-"ot
aprovechamiento de los recursos disponibles sio se lograrn'cuando los
agtnomos, que ya_estn ubicados en la lnea de 'promoier
una tecnologra
adecuada', aprendan y' v-aloricen los conocimientos y l" t
"nolofr" autctona,
.
para
3mpliarlos,
y profundizarlos
a coitinuacin, con
elementos d.e tecnologa_modern_a occidental, sin romper la continuidad en
el desarrollo
-tecnolgico
andino; 2) la recapitlizacin del sector
agropecuario de Tarapac -
_y,
suponemos, ^e toa la agricultura
queswayrnar
- ha de recubrir un perodo de cuatro iiglos de
descapitalizacin. Ella tendr que dirigirse ms que nada a las.invereioner
infraestructurales bsicas, a la recuperacin y ampliacin de los recuraoa
(tierras cultivables y sistemas de riego), y a la revalidacin del medio
ecolgico; 3) para crear mayores oportunidade de empleo, tendr.que
buscirse-una solucin, adems, en una tecnologa agrfcola de trabqjo
intensivo. La tecnologa tradicional andina tiene mucho que ensear en
este aspecto; 4) para una redistribucin del ingreso, habr que buscar la
solucin, ms que nada, en una redefinicin de las relaciones de
intercambio y de1 sistema de comercializacin del producto. Este podrfa
resultar el o[stculo principal y fatal de muchos intentos reformadores; 5)
el aumento del niriel d vida rural suele ser identificado con la
introduccin de pautas de consumo forneas, urbanas, occidentales-. Esto
es una equivoca-cin muy nociva. Sin caer en un inmobilismo cultural,
creemo qire el hombre andino mismo ha de buscarse el aumento del nivel
de su d de acuerdo a las pautas de consumo ms adecuadas dentro de la
perspectiva de la cultura anna y sin caer en nuevas formas de
dependencia y endeudamiento.
'
El desrrollo andino, para ser legftimo y genuino, debe ser
auto-definido y auto-centrado
(hacia adentro'). Esto incluye que no
podamos partii de la pregunta-por l-a mayor funcionalidad de la economa
indin" para el sistem ncionacriollo
(por ejemplo, funcin de produccin
de alimentos, reserya de trabajo, et.).
Tampoco parece adecuado partir del predio agrcola
(o g-anadero) y
considerailo como la unidad productiva bsica, tal como suelen hacelo
muchos estudios y estrategias del desarrollo latinoamericano
(cf.
Stavenhagen ,
L977 ;22). As cometeramos, una vez ms-, un-a abstraccin
desgarrad-ora, autorizarlamos la sin fornea
(de la necesaria
funonalidad de la economla andina con el sistema nacional dominante).
Profuncemos este punto.
En la economa autoctona, el ayllu, c.q. la familia extendida, ha sido
la unidad productiva bsica durahte muchos siglos. Con el paso del
tiempo, esta unidad es hoy da la familia trigeneracional o nucle-ar, pero la
estructura de la economl domstica sigue siendo la misma. La familia
andina genera sus ingresos de mltiples ctidades-complementarias:
agricultra y ganaderf, artesanJa textil y alfarera, son los rubros.'bsicos'
(p'or su relaiin con la tierra). E:"tos p-roductos se destinan en diferentes
proporciones al canje
(c.q. mercado) y al auto'consumo. Lo mismo pasa con
L.u"jo. de construccin. Otras actidades tan variables como distintas
(traniporte, comercio, trabajo minero, carbonero, yerbatero' etc., y
cualqer trabajo asalariado temporal) son complementos indispensables
Dara su ingreso. con todos estos rubros, multivariados y cuidadosamente
combinadoi, segn la oportunidad ms favorable y la disponibilidad de
fuerzas laborales, la familia andina sabe asegurarse un ingreso constante,
bajo las condiciones de la inseguridad inherente a la actividad
agiopecuaria, las fluctuaciones del clima andino, de los mercados-y de los
"l-rt"-".
monetarios de las repblicas andinas. No se trata en el fondo de
ingresos complementarios pra los campesinos pobres.
-
La mxima
vaiedad y la ptima combinacin y la justa proporcin de las actividades
econmics fonnan parte integral de la estrategia milenaria para la
322
323
subsistencia de la familia andina. Esta antigua estrategia ha sido
hbilment-e adaptada a l/situacin contempornJa de su dorinacin por
el capitalismo dependiente y subdesarrollado. El sistema de
'la
organizacin del trabajo familiar, allamente mI, est orientado a esta
estrategia. Mujeres, nios, ancianos yjvenes, cumplen cada uno su papel
en este sistema integrado de produccin. Las familias grandes tienen
siempre su importancia estratgica y el control de la natalidad enrra en
contradiccin diecta con los valores culturales y econmicos
prevalecientes._En resumen, una estrategia para el desarrllo genuino de
Tarapac rural (y
del sistema questtyrnr en general),
-no
ha de
orientarse tanto, bajo las condiciones vigentes, a aumntar a toda costa la
produccin para el mercado, sino mucho ms a aumental el nivel de da
para la familia andina. Para tql objetivo, ha de partir, no del problema del
pre$o agropecuario (su productidad, su tamao ptimo, etc.), como
problema bsico, sino de la familia (que, de hecho, constituye la unidad
productiva bsica) y de su forma de inegracin en sistemas mayores de
parentesco gentes y de estructuras andinas prevalecientes
?.
^
Lo anterior (un concepto de desarrollo andino que no parta de
funciones especficas - produccin alimenticia, reserva de trabajo,-mercado
de consumo, etc. -, para la economa nacional criolla, ni de predios
agrcolas - su tamao y productividad
- con miras al crecimiento
econmico, sino que parta de la familia como unidad productiva bsica y
del sano aumento de su nivel de da), redefine la estrategia del desarroll-o
como un modelo de desarrollo
'hacia
adentro'. Esto trae grandes
consecuencias. A primera sta, pareciera dar curso libre a una serie de
factores y fuerzas econmicas poco apreciadas por los economistas
(europeos y criollos) del desarrollo: se fomentara la proliferacin de un
sistema alternativo y se acentuara el carcer dual de la economa nacio-
nal; se estimularia el desarrollo de (conglomerados
de) empresas familia-
res a_ mini-escala, poco controlables, inaccesible para la contabilidad y las
estasticas,'irracionales', no especializadas, centrfugas respecto al
sistema econmico nacional, con actidades mltiples y difusas y con
fuerte propensin al auto-consumo colectivo. Todos stos son mJ bien
inconvenientes desde el punto de sta del sector econmico urbano y/o
moderno de una economa nacional satelizada que necesita de su perifeiia.
Con la estrategia del desarrollo'auto-centrado'del sector andino, el sector
nacional dominante vera obstaculizado su acceso a ese sector, limitado su
control sobre l y frenada la explotacin de su tradicional zona perifrica
de recursos aprovechables. De este modo, se reducira la expansin del
sistema de mercados urbanos y del sistema de produccin 'hacia
el centro
nacional', c.q. 'hacia afuera'. Sin embargo, los efectos positivos de esta
estrategia se encuentran en la perspectiva de los intereses del sector
andino mismo. Se aprovecha mejor la mano de obra, cualitativa y
cgantitativamente (el principal factor de la economa andina) y se valoza
el concepto del trabajo segn el sistema cultural andino. Se aprovecha y
7. R, Stavenhagen (El campesinado y las estrategias d dsarmllo rurad M:rico, 1977 : 24)
consider que esta estrategia merrece consideracin en todas las regiones lalinoamericanae
de'campesi nado pobre'.
valoriza la tecnologfa andina y el sistema de produccin correspondiente,
Se ga.rantiza mejor la continuidad historica y cultural del proceso de
desarrollo y no se pierde parte del producto andino por relaciones de
intercambio asimtricas y por otras formas de extraccin del valor
generado. Tambin es cierto que un modelo de desarrollo andino 'hacia
adentro' y basado en sus propias necesidades e inteteses, recursos y
capacidades, supone, para logtar xito: 1) la coordinacin e integracin del
modelo a nivel pan-andino; 2) el consentimiento y apoyo positivo de los
gobiernos andinos y sus clases dominantes. Estas ltimas tendrn que
oncebir un auto-desarrollo sano del sector andino como un hecho de
inters propio bien comprendido y como la base ms sana para el
desarrollo equilibrado y generalizado del hemisferio. Sigue en pie la
pregunta poi la abilidad poltica de esta estrategia del desarrollo,
sabiendo que histricamente los criollos siempre se ha! gpuesto a tales
procesos, No nos atrevemoa a responder la pregunta. Solo creemos que
serla prematuro responderla nega.tivamente, por cuanto en este momento
no se encuentran vas ms cmodas hacia el desarrollo genuino del sector
andino. En el pasado, el campesinado andino ha dado muchas pruebas de
su valenta.
Corolario II
Observaciones para las ticticas de conduccin de un proceso de
desanollo andino auto-centrado.
Basndonos en el anlisis del proceso de subdesarrollo de Tarapac
rural y en la reflexin terica correspondiente, queremos proponer unas
sugerencias y criterios especficos para una poltica de 'ayuda para el
dearrollo, c.q. para programas y proyectos de desarrollo andino.
Un desarrollo genuino y'hacia adentro', ser able en la medida en
que los aJrmaras mismos sepan tomar conciencia de su identidad
tnica/cultural e histrica. La etnicidad cobra gran importancia como
fuerza motivadora y molizadora. Se podrfa estimular la etnicidad por
medio de: 1) la prestigiacin de los productos de cultura material (por
ejemplo, el idioma, la artesanfa, las tcnicas de trabajo, la msica, el
ritual, el modo de produccin tradicional
,
etc.);2) una educacin escolar y
tcnica autoctona y adecuada a ese fin; por lo mismo, tendr que ser
(co)-dirigida por aJmaras de clara conciencia tnica y ha de co-ntar con
prog:ramas, recursos y medios adecuados a ese fin; 3) una econsideacin
y prestigiacin de la tecnologa andina; sta ha de transmitirse y
propagarse como una tecnologa adecuada cultural y ecolgicamente
(y por
so-tambin, aunque slo dado en principio, econmicamente). Al mismo
tiempo, tendr que enriquecerse y desarrollarse esta tecnologa - con plena
autonoma andina - con elementos forneos
'modernos' tales que sean
transformables y armonizables en el sistema de tecnologa autctona para
no producir discontinuidades indebidas u otros efectos destructivos.
Adeuada nos parece tan slo aquella tecnologa occidental que, integrada
en el sistma ndino, cumpla con el triple criterio andino de adecuacin
ecolgica, econmica y cultural. Al nivel de las estructuras se ofrecen las
324
325
siguientes consideraciones.
si el desarrollo genuino es un proceso
de
emanci pacin social y. material,
"nton.".
".tL
ir*"." a"" ii. to"rra*iao,
con plena autonomd bajo ra di;;;i;; d" Jna lite propia andina capaz de
definir su propia esrraregia y tcricas,
"""lni.i"ti.;;;;;ftils
y que
sepa gestarlas dentro del maico de la tnici<iao movllzadora.
1) En lo econmico-productivo,
esto significa que habr que valorizar
un desarrollo basado en er mximo-ap;;"h;'
i-"" ioao" to.
recursos locales andinos, el r"-" a"-lo. conocimientos y habilidades
existentes, la totalidad de las fuerzas "- tr"u":r-i.p."ir".1r.",r.
autnticas necesidades materiales de los andlnos, y
- ms ail - las
estructuras sociales vigentes y los valores cultuale's
"p."oil"inliL..
nr
desarrollo proyectado
n esre-sentido lograxito en la ;;i;-;r, q,r"
cuenta con la fuerza molizadora y" dinamizante "-.ri. .1.r,
donciencia de la identidad etni.o-.ultitar-de
todos los miembros de la
comunidad y
- en consecuencia
- de los- sentimientos
"-f".iln"n.iu,
lealtad y responsabilidad
hacia U ramtli, t;;;';t;;;^J"iiJ.-'
2) En lo econmico-distributivo,
-esto
significa que habr que valorizar
posi tivamente el desrino de
_
parre'der pr'ducto;
-;";-;
J,i,i'o
jro
q,r"
co-define su grado de independenciJ y emancipaciOn
sociai y que
constituye
_un
profundo o"g..r)lo de tos ?rar".i-!-;i';";;;bio
en
trminos de izualdad, t"har"no mo
-'otro
destino del producto.
-Desarrollo
auto--centrao
no .ignif*"";; los circuitos econmicos se
limiten a la comunidad,_
ni
"l
".tt1tlJi"r,o q,r" la red de intercambio
simtrico se extienda cada vez m,s, estimui;"d;;;;
i;;";;g;;.,
"n
l"
economa criolla donde. este tipo de reraciones se vean aseguradas. para
:g:l:i.t"r
esa igualdad de inrrcambto, el avma h;"-i;iJug.,
entosamente con las reglas del meicadJ y^del interc'am-bio:'rirbrrro,
superando as su dependencia de intermedias8.
^^_-llll]"
poltico,
habr que reforzar de alguna manera las estructuras
comunares que comprobaron su funcionalidad
en er pasado. rt"u*i qr"
pa"q-r - por la fuerte persistencia
de este elemen;-";;i"rt-Ji.,,.r"o
familiar y, c,on cl'rculo-s crecientes de lealtades,
-i"11"i.
l"."iirnr-"rrr"
estancias, ayllus, comunid-ades y_etnias.
En este punto
-
"ugiee
iipschutz
(1973)
-se abe la posibilidad
d ra doble y equilirada l"riliri'o"
a"r
8' una obseruacin meree er sitema de caminoe
r comunicaciones diseado para
'desarrollar' la (Prelcordillera
segn a
-"al"i.
Estos caminos se trazaron ile Este a
oeste, y convergen en los centros'u"""r" J. i
"""t"1
y de ailf a santiago. Asf contribuyen:
l ) a l a comparti menraci n y-ai srami enro
!"
p"
n"L!" andi na entre?i ' v' i l
"i *"".o-o
infraestructura para
el siste_ma (econmico,' polfiico, religioso) introducido por la
dominacin (neolcoroniar
v.a"
"rii-n"iii"y;;;J;"
para el modelo de deearrolro,hacia
afuera'(scr. del sector aidino). en
""-o,'"n'1"-,iir.i
,ro"t"-s* p""i"
""ii
v
"
Altiplano chileno no serfa tan- costos-i"Jr'a'iJi.rHe
para la comunicacin entre ras
comunidades. c.o. Dara un.modelo a" .i""."otio h""ii adentro'. caminos de comunicacin
con ras comunids bolivranai - t"*-;;;;"i:i;ili"r;;;tii""rip"l'i'po"
r""
fronteras nacionales
- ee
-vuelve;
tr" n"""""o" en la perspechva
del desarrorlo
pan-ayrnara'hacia
adentro'.
pelo
c]ary qt q""r;inl.o"s-crillos
en e"to *
"onc"pon.r,
a los inrerses andina,
v no cederen feciimeiG "ii"
"""i"i"i;";r*.
-
*-*'
tinku) en un sentido nuevo: hacia la nacin queswayrnar pan-andina,
como hacia la repblica criolla de su pertenenciae.
4) En lo religioso, habr que superar las rivalidades entre religiones
forneas y autoctona
(incluiive las rivalidades de partidos polfticos
urbanos y-arin del patriotismo nacionalista que rivaliza con la etnicidad),
por medib de un smbolo central de valores andinos transcendentales que
nifique, que cultural y religiosamente sea inspirador-y que socialmente
sea moliiador. El santuario central
(de Cariquima, Isluga' etc.), con su
ciclo de ritual colectivo, cumple tradicionalmente con aquella funcin. La
tendencia de las autoridades criollas a destituir de esa funcin al
santuario con su ritual autctono y sincretista y reemplazarlo por el
monumento patria (escuela-retn) con su ritual patritico forneo, tal
tendencia es claramente nociva en una poltica de reforzar las estructuras
comunales y la etnicidadro. Las denominaciones religiosas. contendientes
no sern necesariamente tan destructivas cuando, bajo el smbolo
transcendental y unificador de la etnicidad, tienden a coincidir con los
lmites de los oyllusll.
5) E. el nivel de la familia, habr que reforzar tambin las
estructuras debilitadas, ya que la familia
(trigeneracional/ extendida)
sigue siendo la unidad social y productiva b-"n-." y el
_ncleo
-ltimo de las
coitumbres y ceremonias religiosas. Las lealtades hacia ella son muy
fuertes y refrzando sus estructuras se refuerza tambin el fundamento de
la socie-dad andina contempornea. Estas estructuras se han debilitado
por la sustraccin de tareas y funciones
(educacin, produccin,
iepresentacin) cometida por la legislacin y las instituciones criollas,
como tambin por el sistema productivo capitalista desde el ciclo salitrero
y argentffero. na adecuada reasignacin de funciones en la produccin,
ucacin y representacin social y polftica local, segn las-pautas
culturales andiiras prevalecientes, pareciera muy posible y de gran
inters.
El modelo de desarrollo anno
'hacia adentro', por muy prometedor
que parezca en el escritorio y a nivel terico, ha- de c-otar con lo
poltilamente alcanzable. Lo alcanzable no es un dato fijo, sino que
ilepende de las fuerzas en contienda. Los a)rmaras que tienen a su favor
qui juegan en su propia cancha, siempre se han demostrado tenaces y
flexibles-, con g"an inventiva y conscientes de sus intereses, cuando se
brata de la supervivencia. Abrindoles un caminito, es de esperar que
aprovechen totalmente la oportunidad ofrecida y que no abandonen la
lucha por ardua que sea.
g.
l,as reeponsabilidade comunale se conflan actualmente a autoridades informales y
encargadoe ad-oc. Esto se debe a la destitucin de las autoidade polfticas_ andinas por la
legislcin criolla. Pero con un deearrollo 'hacia adentro' y bajo la inspiracin
-de
una
reTorzada etnicidad, no ee imposible que se cristalice un sistema, no oficial perc eficaz, de
liderazgo andino, eoporte del movimiento emancipatorio que se persigue'
10. La capacidad diplomtica y la fuerz a de motivacin de los andinoe podla encontrar, en eate
dilema, una solucin able'
ll. Un sistema rinico y ecaz de autodades religiaas andinas, tan necesario para la
reproduccin de la etnicidad, no es imposible que ee constituya bajo la toma de conciencia
tnicocultural, pero por el momento su realizacin no est a la vist.
326
H
327
Indice de Cuadros
Captulo I:
1. Flora de las Estepas de Altura de Lirima y su Uso, p. 25.
2. Produccin Agrcola Horfcola de la Proncia de Tarapac y de la
Comuna de Huara
(19611-65),
P.
29.
3. Totales de Hectreas en Explotacin Agricola-Hortcola, p. 29.
4. Productividad Anual del sector Agrcola-Horticola en Tarapac
(entre
l,oa y Camarones) y en la Comuna de Huara en US $
(1964/65), p. 30.
5. Stock de Ganado de la Proncia de Tarapac y de la Comuna de
Huara en 1964-1965,
P.
31.
6. Stock de Ganado Lanar en la Regin de Cariquima
(1975)' p. 32.
7. Poblacin Rural y urbana de la Primera Regin Administrativa de
Chile
(Aos 1940-1952-1960-1970),
p- 32.
8. Dstribucin de Habitantes por vienda en la Primera Regin
Administrativa de Chile y en la Comuna de Huara
(1960-1970)' p. 33'
9. Alfabetismo por Sexo en el Sector Rural de Tarapac (Comunas de
Negreiro y Huara), segn el Censo de 1970' p. 35.
10. Poblacin de Cultane y Alrededores
(1975), p. 46.
11. Estructura Demogrfica de Cultane y Alrededores
(1975), segn
Edad, Sexo y Categora Residencial, p. 47-
12. Estructuras de Edades de la Poblacin Autoctona Residente y
No-Residente de Cultane y Alrededores
(1975), p. 48.
13. La Poblacin Autoctona Residente y No-Residente de Cultane y
Alrededores: Composicin segrin Edad y Sexo (1975)' p. 48.
14. Ganado de Cultane y Alrededores
(;975), p. 49.
15. hoduccin de Cultane y Alrededores para el Mercado
(!975)' p. 50'
16. Produccin para el Mercado en Cultane y Alrededores
(1975), segn
los Principales Sectores
(en US $),
p. 51.
17. Produccin para el Mercado en Cultane y Alrededores-(1975)' segn
los Principaies Rubros del Sector Agcola
(en US $),
p. 52.
18. Produccin para el Mercado en Cultane y Alrededores
(19-75), segn
los Principaies Rubros del Sector Ganadera
(en US $),
p. 53.
19. Consumo Anual Per Capita (1975) en Lirima
(Cordillera), segn
Artculos y Origen
(en US $),
p. 54.
20. Consumo Anual Per Capita (1975) en Poroma
(Pre-Cordillera),segn
Artculos y Origen (en US $)' P.
54'
21. Produccin Anual Estimada en Cultane y Alrededores
(1975), p. 55'
22. Economa de Mercado en Lirima y Poroma
(en US $),
(1975), p. 56'
329
23. Trminos de Intercambio Desigual Entre (Pre-) Cordillera y Ciudad,
p. 56.
Captulo III:
23a.Poblacin India en Arica y Tarapac segrin los Censos Coloniales, p.
t54.
24. Datos Censales de la Proncia de Tarapac,1792, p. 157.
25. Composicin Racial de los Bautizados en la Matriz de Sibaya en el
Si gl o XVIII, p.162.
26. Nacimientos de Madres Solteras en Tarapac, Sibaya y Anexos
0685-1785),
p. 162.
27. Nacimientos de Madres Solteras segrin Castas (en Vo) en Tarapac,
Si baya y Anexos (1759-1785), p. 163.
28. Nacimientos de Madre Soltera en Sibaya con Anexos en 7 del Total
de Naci mi entos (1742-1907), p. 163.
29. Mestizaje de San Lorenzo de Tarapac y Anexos (1685-1768), p. 163.
30. Desplazamiento Estacional de los Ayllus de Pastores de la
Comunidad de Cariquima, p. 168.
31. Desarrollo Demogrfico segn Sexos en la Antigua Provincia de
Tarapac (1885-1970), p. 191.
32. Datos Censales Agrupados de la Poblacin de Tarapac
(1862- 1876),
p. 192.
33. Datos Censales de Tarapac, 1862-1876, Comunas de Camia,
Chiapa, Sibaya, p. 193.
34. Desarrollo Demogrfico de las Hoyas Hidrogrficas de Aroma y
Tarapac entre 1862 y 1970 (Datos Censales), p. 194.
35. El Uso de la Tierra en la Antigua Proncia de Tarapac entre
Camarones y Loa; y en la
Quebrada
de Tarapac
(Huara), p. 197.
Captulo V
36. Instalacin de equipo radiotelefnico durante el gobierno de Pinochet
p. 273.
37. Grupos socio-econmicos y propiedad de tierra en Sibaya* (198a) p.
277.
38. Concentracin de tierra regada en Sibaya* (1984) p.278.
39. Produccin anual de Lirima en 1975 y 1989* (en US$) p.283.
40. Consumo p.c. anual de Lirima en 1975 y de 1989 p.284.
41. Censo de la poblacin total de Cariquima y de Pentecostales (1990) p.
290.
42. Atencin pastoral catlica a las 64 localidades andinas de Tarapac
(proncia de lquique): f073-1989 p.293.
43. Publicaciones en Ciencias Sociales sobre la regin andina del Norto
Grande de Chile p.295.
44. Comportamiento electoral de los armaras de Tarapac
(1988 y f989)
p. 320.
Indice de Mapas
Mapa General de Tarapac, p. 19.
Mapa de la Comuna de Huara, parte Oriente, p. 59.
Mapa de las Zonas Fito-Geogrficas de Tarapac, p. 60.
Mapa de Tarapac Pre-Histrico, enttre Loa y Camarones, p. 107'
Tles Archipilagos verticales: Tarapac, Sibaya y Cariquima,p' 712'
Mapa Poltico de Tarapac: l}aslado de Mitimaes del Inca y de
Enomiendas Espaolas,
P.
117.
Dinamismo Socio-Econmico en los Siglos XVII-XVII, p. 141'
Indice de Grcos
Captulo I:
I. Hitergrafos de las Zonas Xeromrfica y Andina de Tarapac, p' 61'
II. Disminucin del Nmero de Habitantes de las Hoyas de Tarapac y
Aroma
(1862-1970),
P.
62.
Captulo III:
III. Doctrina de Camia, Desarrollo Demogrrifico 1650-1900, p' 158'
fV. Doctrina de Sibaya, Desarrollo Demogrfico 1650'1900,
P:
119'
V.
poblacin
Indi
-de
Tarapac, y Proyeccin Poblacin Total
(Colonia)Basado en los Censos, p. 160.
vI. creciente Mestizaje en san Lorenzo de Tarapac y sus Anexos
0685-1768),
p. 164.
VII. perarios e.t la Industria Salitrera de Chile 1880-1906, p' 188
Indice de Paradigmas v Esquemas
Conciencia Social y Estructuras Sociales en la Sociedad Moderna y
Arcaica, p. 71.
Corte Trnsversal Iquique-Cariquima,
p. 98.
Administracin Econmica del Incanato, p. 116.
briparticin Socio-Poltica de la Comunidad Andina Basada en la
Ecoloc
y en la Cosmosin Andina, p. 120.
Tawaltinsuyu y la ldeologa Poltica de los Capacuna, p. 121'
Corte Transversal Iquique-Cariquima,
p. 126.
Sistema de Rotacin del Tlibuto Incaico, p. 132.
Sistema de Rotacin del Tlibuto Colonial, p. 133.
Castas y Estratos Sociales Durante la Colonia, p. 136'
330 331
Grupos de Poder Poltico y Social Durante la Colonia, p. 137.
Paradigma de la Economa Colonial de Tarapac, p. 152.
Cote Tlansversal lqrrique-Cariquima, p. l7 2.
Sistema de Poder y Prestigio en una Provincia-Empresa: Tarapac,
Segunda Mitad del Siglo XIX, p. 185.
Estratificacin Social en Tarapac Durante el Ciclo Salitrero.
p.
186.
Los Flujos Econmicos Duranie el Ciclo Salitrero, p.202.
Paradigma Estructural de la Cosmosin Autoctona de los Armaras, p.
274.
Paradigma de la Cosmosin Sincretista-Religiosa de los Aymaras, p.
2r5.
Reinterpretacin de los Smbolos Armaras, p. 216.
La sin del Tiempo Aymara-Sincretista, p.225.
Paradigma Comparativo de la Tecnologra Agropecuaria Andina y
occidental, p.245.
Sndrome Subdesarrollo Andino de Tarapac, p. 312.
Resumen Teorico-Hipottico del Proceso Historico de: Desarrollo Algeno y
Dependiente de la Sociedad Andina, p. .115.
TYes variables
Que
Favorecen el Subdesarrollo Progresivo del Sector
Indgena de Tarapac, p. 318.
Lista de las principales abreviaciones
Lista de trminos regionales y/o histricos
El mundo de aqu.
"Serpiente", smbolo sagrado de la economa acutica.
La parte de los Anti, la selva del reino del Inca.
Huaca en forma de piedras amontonadas en los pasos
altos de la montaa.
Parcialidad de arriba.
Proveedor, ver Mallu.
Pueblo; grupo extenso de parientes y base de la
comunidad andina.
Ayuda y contra-ayuda en trabajos. Bozal: Esclavo negro
trardo directamente de Africa.
Barrio, pueblo de los mandados.
Hermandad de devotos (scl. a uno de los santos patronos
de la Doctrina).
Barrio, pueblos de los principales por derecho. La parte
altiplnica (ayrnara) del reino del Inca.
Persona de sangre mixta con un solo abuelo negro.
Instrumento musical de cuerdas, hecho del cascarn del
armadillo.
Coneo.
"El que trabaja de noche", brujo.
La parte de los Andes septentrionales (kechwa) del reino
del Inca.
Saquito para la coca.
Parroquia en territorio indio durante la Colonia.
Tfibut laboral en trabajos colectivos. Tlabajos
B.A.E.
c.A.D.A.
C.C.A.
c.o.R.F.o.
D.A.I.
D.A.S.
D. E. C.
D.O.S.
E.N.T.E.L.
G.P.A.
H.S.A.I.
I.C.I.R.A.
I.D.A.
I . D. I .
Biblioteca de Autores Espaoles
Corporacin de Fomento de la Produccin
Direccin de Asuntos Indrgenas
Direccin de Estadsticas y Censos
Direccin de Obras Sanitarias
Empresa Nacional de Telecomunicaciones
Handbook of South American Indians
Instituto de Capacitacin e Investigaciones en
Reforma Agr:aria
Instuto de Desarrollo Indrgena
Instituto Nacional de Estadstica
Ministerio de Educacin Pblica
Momiento Ino T\oac Katari
comunitarios.
Floreo: Fiesta tradicional del enfloramiento del ganado.
Guamn: "Halcn"; ttulo del gobernador de una proncia incaica.
Hatunruna: Gente comn.
Hilakata: Funcionario local, de rango inferior a kuraka.
Huaca: Adoratorio, Idolo, objeto de veneracin.
M.O.P.
O.D.E.P.L.A.N.
o.N.G.
O.R.P.L.A.
S.E.R.C.O.T.E.C.
S.N.S.
Acapacha:
Amarut
Antisuyu:
Apach.eta:
Arajsaya:
Auiadort
Ayllu:
Ayni:
Cayao:
Cofrada:
Collana:
Cuartern:
Charango
Chasqui:
Chiamakani:
Chinchasuyu:
Chuspa:
Doctrina:
Faenas:
Ministerio de Obras Pblicas
Oficina de Planificacin Nacional
Oficina Regional de Planificacin
Sercio de Cooperacin Tcnica
Sercio Nacional de Salud
I.N.A.C.A.P. InstitutoNacionaldeCapacitacinProfesional
I.N.C.O.N.O.R. Instituto de CORFO Norte
I . N. E.
M.E.P.
M.I.T.K.A.
332
333
t
Hilanacha:
Inti:
Kamayok:
Kena:
Kolla:
Kuntisuyu:
Kuti:
Laika:
Mallku:
Mamacocha:
Marka:
Manqhapacha:
Mita:
Mitayo:
Mitimaes:
Pachakutec:
Pachamama:
Payan:
Payo:
Pusa:
Pusitunka:
Quilpa:
Saya:
Supay:
Tambo:
Tarka:
Tierras de
temporada:
Tierras vacas:
T"oqrikoq.
Tlajineros:
Yana:
Yrtiri:
Zampoa:
Sacrificio ritual de sangre.
Sol.
Funcionario;
"el que lleva la vara". Los soberanos'
Instrumento musical de ento, de caa.
Sahumera ritual de hierbas fragantes. La parte costera
norte del reino del Inca.
Sahumera ritual de hierbas fragantes.
Vuelco del mundo, caos.
Brujo de magia negra.
"Seor"; esplritu de la montaa.
Madre mar.
Pueblo central de la comunidad a5rmara.
"Mundo de abajo"; infierno. Parcialidad de abajo'
"Turno"; tributo laborai.
El que est cumpliendo la mita.
Colonizadores.
Vuelco del mundo.
Madre tierra; madre universal.
Barrio, pueblo de los principales por prilegio'
Brujo de mag'ia blanca.
Flauta del pan.
"Cuarenta"; alcohol de caa de azcar.
La marca del ganado.
Parcialidad, moietY.
Espritu malo.
Hospicio incaico en el camino. Instrumento musical de
enio, de madera.
"Padre"; ttulo del kuraka'
El reino de las cuatro partes (del Inca).
"Rulo": en zonas semi-desrticas, tierras que slo en los
aos de llua son sembradas.
Tierras abandonadas.
Inspector incaico.
Tlansportistas terestres
(durante la Colonia)'
(En tiempos del Inca) artesanos,
-fun-cionarios
(plur'
Yanacona) imperiales, exento dei ayllu de su origen; (en
tiempos de la Colonia) proletario indgena errante'
Mdico aJmara.
Flauta de pan.
BIBLIOGRAFIA
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en abri l de 1992 en l os
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Celmica. 1 100- 1200 D.C.
Museo Chileno de Arte Prccolombino
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