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Etica: El Lector Ariel Dorfman

El documento describe la lectura de una novela por parte de un censor oficial. La novela critica abiertamente al gobierno autoritario y el censor se da cuenta que uno de los personajes está basado en él mismo, lo que hace la censura de la novela inevitable.

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Etica: El Lector Ariel Dorfman

El documento describe la lectura de una novela por parte de un censor oficial. La novela critica abiertamente al gobierno autoritario y el censor se da cuenta que uno de los personajes está basado en él mismo, lo que hace la censura de la novela inevitable.

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ElLector

_______________o_______________
Tomadode:
ArielDorfman,CraOjos,Nueva Imagen, Mxico 1979.
_______________o_______________

Apenas comenz a leer el manuscrito ese viernes por la maana, supo que
tendraquecensurarlo.

La referencia al rgimen, como poda esperarse, no era explcita. Si se


hubiera tratado de una palabra por ac, otra por all, era cosa de tachar los
vocablos impertinentes, suprimir cuatro pasajes, trastocar algunos sentidos y,
finalmente,autorizarlapublicacinconreservascondicionadas.Peronoerael
caso.Deunmododemoledor,sinpiedad,esanovela,MaanaSersT,entraba
asacocontraelgobierno,suvenalidad,sucorrupcin,susistemarepresivo.

LeextraabaaDonAlfonsoquesuamigoBergante,eleditor,lehubiera
mandadolaobraaconsulta.Deacuerdoconlaleyesoyanoeraestrictamente
necesario,comoenpocasmsseveras.Ahoraellibroerajuzgadodespusde
imprimirse, lo que converta al editor en un autocensor inmisericorde,
publicandotansloloquenoledejaraconmilesdeejemplaresretenidosenlas
extensas bodegas, hmedas para colmo, del Ministerio de Informacin. Si
Bergante haba decidido solicitar la opinin anticipada de Don Alfonso,
seguramente se deca a que consideraba que el talento del autor mereca tales
cuidados y que, por otra parte, la obra sera difcilmente aceptada por las
autoridades.Tenarazn.HastaunaprendizdecensoryDonAlfonsopractic
esteoficioveinteaossinequivocarseniunavezsehabradadocuentadeque
esconda, y apenas, porque ms bien alardeaba su rebelda, un desafo a los
fundamentosdelEstado.

Esoyaestabaclaroalastreintapginas,apesardelocualDonAlfonso
por lo general un hombre poco impresionable conocido por sus dictmenes
relmpagos e inapelables se dej arrastrar por el clido encanto de esa prosa,
flexible, sensual, sorpresiva, como si cada palabra estuviera enamorada de la
materia en que estaba encarnada. Sigui leyendo. El argumento se situaba en
alguna dictadura hipottica en el ao ocho mil o algo por el estilo. El
descontentopopularyahabaalcanzadoproposicionesdescomunalesytodoel
mundosoabaconliquidaralatirana.Faltabaunempujoncitoenalgnpunto
neurlgicoparaaglutinaralasfuerzasdelaresistenciayprovocarlacadadela

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minora encarnada al poder. Imperceptiblemente, la atencin de la novela se
habaidoenfocandoenunfuncionarioadministrativodelrgimen,unhombre
algo monocorde que ocupaba un puesto de segunda categora, pero cuya
colaboracin era esencial, por razones que todava no se esclarecan del todo,
paraderribaresaopresin.Oesesujetosimbolizabaelltimoapoyoquepoda
esperarelgobierno?

Don Alfonso comenz a sentirse levemente molesto con Jos Crdova,


queassellamabaelfuncionario.Nosehabafijadoenldeinmediato.Estaba
ahcomouncartero,comopartedelpaisaje.Peroderepenteelpersonajehizo
un gesto. Se rasc la oreja izquierda, y Don Alfonso comprendi que un
animalitosalvajeacababademarearseysaltarensusentraas.

Esehombresoyyodijoenvozaltayesesonidolepareciirrealyvaci
enlaoficinarepletadepapeles.

Enefecto,todoconducaaesaidentificacin.Aqulfuncionario,comol,
habaperdidoalamujerenunaccidentedetrnsitoalaexactaedadde31aos;
se haba tenido que hacer cargo de un hijo cuyos estudios, desde entonces,
costeaba con una labor administrativa pblica en las maana, mientras
desempeabaotrotrabajoenlastardes;y,paracolmo,frecuentabaunaamante
posesivaconcuyospechosabundantespasabaeltedioperoalaqueenrealidad
no quera demasiado. Era como si alguien lo hubiera calcado en esas pginas.
Cuando lleg a la descripcin de Jos Crdova minuciosa en exceso para un
librodondeelautorapenassepreocupabaporesbozarasuscriaturasconuna
brevsima pincelada temi que se le cortara el aliento. Cincuentn, nariz
aguilea, ojos verdigrises, pmulos salientes, canas disimuladas por un
derroche de cabellera oscura, el hbito de pisar muy fuerte con un pie y de
arrastrarligeramenteelotro:eral,s,tenaqueserl.lexista,vibraba,estaba
vivo, en esa civilizacin supuestamente a miles de aos luz de distancia, a
escasoscentmetrosdepapeldedistancia.

Justo mi mala suerte pens con seco humor, reponindose de lo que


debaserunasangrientaburladeBergante.
Cuando por fin alguien que no conozco me descubre y me inmortaliza en la
literatura,lohaceenunlibroquenuncavaapublicarse.

Eso estaba claro como el agua, por mucho que Don Alfonso siguiera
leyendo. Ese himno a la subversin, esa mofa de las autoridades y de su
ejercicio cada vez ms desaparecido y absurdo del poder, se interpretara, de
salir, como una inadmisible debilidad del rgimen, comprobara algo que ya
todosvoceabanensucalladointerior:elgobiernosecaaapedazos,eraincapaz
incluso de controlar los mecanismos administrativos ni tampoco los sustentos

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militares que en el pasado tan decisivos haban sido. Ni en reserva, ni en
consulta voluntaria, ni sancin administrativa, ni postergacin transitoria, ni
autorizada con tachaduras, ni denegada condicionalmente, ni nada de nada.
Prohibida por los tiempos de los tiempos de acuerdo a las instrucciones de la
superioridad.Tajantemente.

Soneltelfono.

A Don Alfonso le cost desprenderse de la lectura. En ese momento


mismo,JosCrdovarecibalavisitadesuhijo,aqulporelcualhabahecho
tantos sacrificios, en cuyo nombre aceptaba un oficio degradante y triste.
Enrique le vena a exigir que se decidiera. Todava Don Alfonso no entenda
quserviciopodaJosCrdovarendirlealaresistencia.Elsuspensosurgade
esa incertidumbre, del pequeo paso que lo comprometera irremisiblemente.
Se trataba de robar una ficha administrativa? De una falsificacin? De
mentirle a su jefe? De comprobar que alguien que el Ministro haba
proclamado como muerto yaca en realidad vivo en uno de los hondos
calabozos de enmaraado plstico del siglo ocho mil? Pareca sugerirse esta
ltima alternativa, pero no era seguro porque todo era insinuacin,
eventualidad,doblesentido.

ViejodecaEnriqueaslascosasnopuedenseguir.
Eltelfonoinsistaensonar.
EraBergante.
Y?dijoQuleparece?Difcilcaso,no?
Si se refiere a Maana Sers T respondi Don Alfonso lo estaba
leyendoenestemomento.
Difcilcaso,no?repitiBergante.
DifcilasintiDonAlfonso,sinquerercomprometerse.
Conuntalentoexcepcional,esos,elmuchacho.
Puedeadmitirseesapremisa.Perouncasodifcil.
Imposible?
DonAlfonsosesorprendiasmismo.Envezdeatajarelasuntodeuna
vez, como siempre acostumbraba cuando le consultaban, dijo: No he
terminadoan.Notengounaopinindefinitivaformada.
Imposible,entoncesdijoBergante.Yamelotema.
NohemanifestadoesopuntualizDonAlfonso.
Existen indudablemente dificultades a considerar. Djeme terminar el
manuscrito.
Estclaro,nolopublic.Perderaeldinerodepositado,no?
Mire,Bergante,estoybastanteocupado,quleparecesimellamael
lunes?

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Prefiri no volver a la lectura. Era tarde ya, el telefonazo haba
interrumpidolamagiadelanovela,yloaguardabanvariosvolmenes,
ya impresos, que deban despacharse antes del medioda. Dej el
manuscrito abierto en la pgina correspondiente, y se inmiscuy en las
recetasdecocinadelaMadreSuperiora,SecretosCulinariosdelConvento,
y como no pudo descubrir malicia alguna, teolgica o de la otra, en las
salsasmonacales,pusosurbricasinmsdemora.Luegopasesuatento
ojosobreelusodelcoloramarilloeslosfrescosrecindesenterradosen
lasruinasdeUrBukKayconcluyqueelautoranenelcasodeque
estuviera aludiendo a la transitoriedad de este, y de todo, gobierno
autoritario no presentaba peligro inmediato. Esa misma tarde saldra a
circular el tomo abundantemente ilustrado con fotografas exclusivas a
cargodelaseoradelarquelogo.

Porque Don Alfonso no se equivocaba nunca. Su apodo era el


Papa,poresodelainfalibilidad.Elceloqueponaensulabornosedeba
tanto a un amor desmesurado hacia el gobierno. Ms bien reprobaba
determinados aspectos de la poltica oficial, especialmente en lo que se
refera a la brutalidad en el trato de los presos y los problemas de
desempeo masivo. l haba tomado este trabajo para que su hijo
pudiera ser mdico. Esa era la razn por la cual estaba detrs de este
escritorio.Peroseenorgullecadequeloquelhaca,lohacabien,yala
perfeccin, sin errores visibles ni invisibles. Era un problema de honor.
Jams un libro que l autoriz haba creado un escndalo. Jams nadie
haba denunciado esa obra con posterioridad a la justicia. Jams un
secuestro sucedi al permiso respectivo. Y no era que no tuviera
enemigos. La envidia, y no la admiracin, dominaba a los dems
censores.Peronohabanpodidoprobarlesunaequivocacin.Derribaba
con mtodo implacable cualquier argucia del escritor, toda alusin
ambigua o supuestamente lejana; iba explorando las alegoras, los
smbolos, los contrasentidos ms sutiles. Aprendan A Don Alfonso
decaelDirectordeCensura.Eselquemslibrosautorizay,alavez,el
quemenosdemritostieneensuhojadeservicios.

Loscolegaslepreguntaban,devezencuando,cmolohaca,culerasu
secreto.
Muy simple responda Don Alfonso. Son tres las reglas de oro. En
primerlugar, hay que tener mtodo,no dejarse confundir. Segundo,
hayqueserimplacable.Enestenegocio,nopuedehabercabidapara
lossentimientos.Esos,encasa!Ytercero,esprecisoestaraltantode
los gustos del pblico. Y luego agregaba, desde la altura de su
infalibilidadadministrativa:Semeolvidabaunacuartaregla,queno
seaprende.Lacultura,seores.Hayqueserculto.

Era este ltimo consejo que los otros censores no le perdonaban. La


envidiasehabaidoconvirtiendoenodioalolardodelosaos,hastaelpunto
dequeDonAlfonsosabaquesuscolegasseturnabanrigurosamenteparaleer
depuntaacaboloslibrosquelautorizaba,conlaesperanzanotanocultade
encontrarle una falta. A la primera oportunidad, a la primera cada, se le
vendranencimacomounamandadelobosenanos,sinculturaporcierto,pero
metdicos,implacablesyexquisitamentealtantodelosgustosdelpblico.Sil
se descuidaba, ellos lo crucificaran. Ya lo habran hecho, pese a su excelente
historiafuncionaria,sinohubierasidoporelpatrocinioirrestrictodelDirector
deCensura.

Aunque en alguna regin de su cabeza, Don Alfonso perciba ahora la


tentacin de seguir con las aventuras y decisiones de Jos Crdova, eso no
influyensuconductadeesamaana.Sufamosobolgrafonegrocontinusu
despaciosa e inalterada labor. Toler la salida de un poemario, reemplazando
cuatro veces la palabra len por la de oveja. Autorizada con modificaciones,
escribienlahojacorrespondiente.Ellibrotendraquevolveralaimprenta,al
compaginador,allinotipista.Esoseraunaadvertenciaparaeleditor.Encuanto
al lector, acabara confundido ante esas incoherencias en el texto, lo que le
quitaracualquiersentidopolticoescondido,siesqueexistaremotamenteesa
intencin.Labellezadelosversosnoquedabamayormentetrastocada.
Ycomoenseguidaseentascenunaexcelentenovelaquedeningunamanera
veralaluzdeldaporatentaralasbuenascostumbresyalamoralcristiana,
de deliciosas insinuaciones pornogrficas, casi no se dio cuenta cuando
resultaronserlasdoce,yhoradepartirendireccinasuotrotrabajo.Nopudo
siquieramirardenuevoMaanaSersT,quequedabiertosobresuescritorio
enesperadesudictamendeldalunes.

Sesintialiviado.
DespachardetrespatadasaJosCrdova,asuhijoEnriqueyatoda
lacatervaderesistentesquelosrodeansedijo,entrandoalascensor.
Se encontr cara a cara con el Director de Censura, que tambin vena
bajando.
Qumedice,DonAlfonso?Firmescomosiempre?
Trato de cumplir con las delicadas funciones que se me han
encomendado,Sr.Director.
Sujefeseleacercybajlavoz,aunqueestabansolosenelascensor.
Ahora es menester tener ms cuidado todava. Los ataques se centran
en nuestra labor. Los enemigos buscan nuestra desgracia. Termin casi
en un susurro. Hay que autorizar ms, para que no nos acuse de
retrgrados. Y hay que autorizar menos, porque nos tienen entre sus
miras.

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En la calle estaba lloviendo. Al Director lo esperaba el chofer del
Ministerio. Se despidicon la manoen alto. FirmesDon Alfonso, eh?
No deje pasar ni un suspiro teido de rojo, mire que nos tienen entre
miras.
Usted me conoce, Sr. Director dijo Don Alfonso, pero el otro ya
habapartido.

Fue entonces que se dio cuenta de que se estaba mojando. Haba


olvidadosuparaguas,hechoinusualenl,arriba.Volviatomarelascensory
cuando ya haba rescatado el instrumento de marras, le entr una sbita
curiosidad por ver otra vez el nombre del autor que Bergante haba
recomendado. Ah estaba, es la cubierta, junto con su direccin particular, tal
comolaleylerequeraparadirimireventualesresponsabilidades,perosinun
nmero de telfono. Anot los datos en su libreta, reparando de paso en el
hecho de que se trataba de uno de los barrios ms pobres de la ciudad. Le
preguntara a su hijo si tal vez lo conoca. Quizs eso explicara las extraas
coincidenciasdeltextoconlarealidad.

Pero Ernesto jams haba escuchado hablar de alguien de nombre


similar.Quines?preguntesanoche,cuandoDonAlfonsoselomencion
alpasar.Quhace?
ParecequeescribedijoDonAlfonso,sbitamenteincmodo.
Siescribe,parecemsunasuntosuyo,pap.Quinlehabldeltipo
ese?

Don Alfonso guard silencio. Contempl a su hijo con ojos sospechosos. Les
estara diciendo la verdad? O conocera a ese autor de ciencia ficcin
subversiva,enalgunaocasinlehabrarelatadolascaractersticasdesupadre,
y esas ancdotas despus fueron incorporadas, en forma inconsciente o
voluntaria,enlanovela?ElhijodeJosCrdova,Enrique,siemprehabasabido
disimularsusautnticasactividades.

Ernesto!Meestsdiciendolaverdad?
Eralaprimeravezquelehacaunapreguntasemejante.
Pap!protestErnesto.

Pero algo en el timbre de la voz, en el ademn demasiado rpido de la


negacin,enelsonrojarsedelasmejillas,perturbalpadre.Sesintimareado,
como si no fuera su hijo frente a l sino un perfecto extranjero que hubiera
adoptadounamscara.
Dijo,derepente:
Estsmetidoenalgo,noesverdad?Estsmetidoenalgo.
Algo?Nosdequmeesthablando.

Algosignificaalgopoltico.Notehagaselingenuo.Yaveoquevasa
arruinartucarrerademdicohaciendoalgunatontera.Aver,aver,
estsmetidoenalgunaactividadindeseable,no?Esas,claroques.

Ernestosuspiryabrisusojosdeesamaneraespecialyanchaquetena
cuando le urga que le creyeran. Me puedes explicar a qu viene todo esto?
Tienealgoqueveresteinterrogatorioconelnombrequeacabademencionar?

Squeestabametidoenalgo.Hastaenesolanovelalesoplabaindiciosclaves.
YanolecupodudaaDonAlfonso.Enl,lealfuncionariodelrgimen,noibaa
confiar. Quiso desaconsejarlo, pedirle que esperara a recibirse, a tener el
diplomaenmano.Pensenadvertirleque,pasaraloquepasara,podacontar
consupadre,quesibiennoaprobabadeesetipodeactividadesviolentistasni
de los riesgos que conllevaban, cuando llegaran circunstancias difciles no
encontrara la puerta de la habitacin de su padre cerrada, pero que deba
cuidarse y elegir bien quin lo acompaaba en esas barrabasadas, porque era
ciertoquelosadversariosdelrgimennoerantodosidnticosyque

Cort el hilo de sus pensamientos de una vez. No slo poda tildarse


todo aquello de melodramtico, sino que no exista hasta el momento el ms
mnimo fundamento en la realidad para arribar a tales conclusiones
precipitadas. Era el maldito libro el que lo haba perturbado de esta manera,
haciendo hervir dudas e inyectando problemas artificiales. Con razn tales
textos deban prohibirse. Si lo hubiera acabado esta maana, ahora no estara
dndole vueltas en la cabeza, zumbando sugerencias, insinuando neblinas,
comohabasucedidotodalatarde.

Nada,hijo.Teruegoquemeexcusestodoestebullicio.
Estarsdeacuerdoconmigoquenoesnormalenm.Creoqueeldadehoyha
sidoespecialmentefatigante.
Demasiada lectura? fue la pregunta irnica. No te estars
convirtiendoenunDonQuijote,no?
DonAlfonsoledesebuenasnochesysefueaacostar.

Aunque no lo pudo recordar cuando despert al otro da, tena la


impresin de haber soado con Jos Crdova (era su cara la que llevaba ese
hombre,peroelhombrenoeral),conunosinmensoscorredoresdelaoocho
mil que no se acababan nunca. Lo nico que permaneca era que, en algn
momento, frente a una de las puertas que nunca se abran en el interminable
pasillo,al parecerhabatomadounadecisin,porqueloprimeroquehizofue
levantarse a comprobar si segua en su libreta la direccin del creador de
Maana Sers T. Lo ira a ver, sobre el terreno sera fcil averiguar de qu
fuente haba extrado ese personaje gemelo suyo. Quizs lograra saber si sus

8
sospechas en relacin a Ernesto tenan alguna justificacin en la realidad.
Incluso, no habra que esperar el lunes para saber la continuacin del relato.
Sera divertido conocer, de labios del novelista mismo, cul haba sido la
respuestadelfuncionarioJosCrdovaasuhijo,anticiparsudestino.

Razones de ms para efectuar una visita se dijo Don Alfonso,


mientrasseafeitaba,preguntndosesi,enlanovela,JosCrdovase
hubiera atrevido a interrumpir la vida privada de un absoluto
desconocido. Tonteras agreg, y comprob que su imagen se
sonreaenelespejo.Qumeimportaamloquehagaesetipo?

Le tard una buena hora y media llegar hasta la direccin anotada.


Nuncahabaestadoenesedistrito.Unniobastantezarrapastrosoleindicun
callejnembarradoalfondodelcualsedivisabaunedificiodedepartamentos
venidoamenos.Subihastaelquintopisoyestuvounosminutosrecobrando
el aliento. Sin saber porqu lo haca, no toc de inmediato, sino que puso su
oreja a la puerta: sobre gritos de nios en bandada, se oa un leve tableteo
irregulardeunamquinadeescribir.

Eltimbrenofuncionaba,asquegolpe.

Quienleabrifueunamujer.Aosatrshabasidobonita.Selimpiaba
losdedosenundelantal.Tresniosseescondandetrsdesusfaldas,conojos
vivarachos, modesta y limpiamente vestidos. Haban desaparecido los signos
del ruido de la mquina de escribir. A ella, cuando habl, se le notaba cierto
cansanciomedularmuyadentrodelavoz.

Noestdijo,sinms.Lovieneaveral,no?
DonAlfonsoimprovisenbaseaunaintuicindecisiva.

No vengo a cobrar nada, seora. Por el contrario, es mi intencin


conversar con su seor esposo para proponerle algo que pudiera resultarnos
mutuamentebeneficioso.

Ella dud. Haba adquirido la profunda sabidura de quien debe medir


en un abrir y cerrar de ojos a aquellos que golpeaban puertas con intenciones
desconocidasygeneralmenteamenazadoras.DonAlfonsosintiquesumirada,
aunquefueradereojo,aunquedespusobservaraelpiso,seleibahundiendo
hastalaespinadorsal.

Noestpronunci,porltimo.Siquieremedejadichosunombrey
llollamacuandovuelve.

Soy editor remach Don Alfonso, amigo de Bergante. No hay nada


quetemer,noledigo?

Ellalohabamedidobien.Eracomosilehubierasacadounaradiografa.
Segua sin creerle, convencida de que algo no cuajaba, pero a la vez no poda
crear problemas con los amigos de Bergante. Don Alfonso sinti un malestar
repentino,peroyanoeraposibledarunaexcusayretirarse.

Adelantedijolamujeryalabrirmslapuertaselealivialgoduroen
el rostro. Era como si hubiera olvidado su rol de perro guardin, surgiendo
desde su interior algo as como una fuente de juventud. Adelante repiti.
Ahest,comosiempre,escribiendoustedentiendeque

Perfectamente,seora.Nomedebeniunaexplicacin.Soyyoelqueme
excusoportransgredirsuprivacidadsinavisarpreviamente,perocomoustedes
no disponen de y cort lo que estaba diciendo. Ella saba que a ellos les
faltaba un telfono. Para qu recordrselo? Otra vez ms, Don Alfonso se
pregunt qu locura lo haba picado, qu haca en este lugar. Carraspe para
taparsuembarazo.Ah,no,no,siestbien,perfectamentebien.

El departamento era pequeo, aunque no esculido. La mujer a estas


alturas claro que era ella la que llevaba el peso de las cosas lo haba ido
arreglando,adornando.Enunadelashabitacionesdormiranlostrespequeos.
Lascamasyaestabanhechas,perovariosjuguetesseguandesparramadospor
elpiso.Lospadresdormanenlaotrapieza,msespaciosa,queservaadems
paracomer,estar,viviryloqueparecainhabitualentalessitiosescribir.l
seencontrabaalamesa,rodeadodeuncaossobrenaturaldepapeles,conuna
viejaRmingtonantesusdedosexpectantesyfervorosos,perosintocarniuna
tecla, evidentemente para no delatar su presencia frente a cualquier visitante
indeseable.

ApenasvioaDonAlfonso,envezdelevantarseparasaludarlo,lanzun
Momento!yterminfuriosamentelafrasequehabaestadotrabajandoenel
instante en que haban sonado los golpes a la puerta. Momento, momento,
momentomurmuraba,concentradocabalmenteenlapginaamedioescribir.
Despus,seenmaraenlamquinacomosihubieraestadotocandounpiano
o hacindole el amor, olvidndose por completo de la existencia de Don
Alfonsoolosmiembrosdesufamilia.

Si molesto aventur Don Alfonso, pero su propia irritacin haba


desaparecido.Sesentainverosmilmentebienall,depie,alladodelaseoray
delosnios,mirndolotrabajarcontantadevocinyentusiasmo,absortoensu
furor magnfico. Era como cuando se suba de repente a un bus en pleno
inviernoy,conelcaloradentroylascallesllenasdelluviaafuera,lasganasde
seguirhastaelparaderoynuncabajarse,dejarseadormecerporelmovimiento

10
ylasensacindeestarenmanosdeotraspersonas,degentequesabaadnde
iryparaqu.

Ellanosesentatancontenta,alparecer.

Mhijointerrumpi,elcaballero

Enrique se apuro en explicar Don Alfonso, escogiendo el primer


nombre que se le vino a la cabeza. Enrique Gacita, a sus rdenes, pero no
importasi

Ellacontinuenuntonofirmeytajante.

DonEnriqueeseditoryquierehablarcontigosobre
Sobreasuntosimportantes.Sobretuslibros.

Momento dijo l, sin sacar los ojos de la pgina. Es la escena del


entierro.Slounmomento.Syaestoylisto.

NosealtereinsistiDonAlfonso.Puedovolvermstarde.

Esquehoyessbadodijoella,comosiesoaclararatodo.Porquno
tomaasiento,porfavor?Lepuedoservircaf?

No, muchas gracias, seora, es muy amable respondi Don Alfonso


conexcesivarapidez,yseavergonzdeinmediato,porqueellacomprendaque
l tomaba en consideracin el hecho de que ellos tendran poco caf y que
quizssetratabadeunlujodelqueellosmismosseprivaban.Bueno,muchas
gracias,ssecorrigi.Mevendramuybien.

Essbadoinsistiella.Trabajatodolasemanaylossbados,adems,
saleelabuelito,asquetienemstranquilidad.

lselevantdelamesadeunsalto.Estamoslistos.Leestrechlamano
yse sent en un silln viejo, pero dignamente recompuesto.Ustedsabe, sise
deja la idea a medio terminar, se escapa para siempre. Las palabras son
implacables.

YlospersonajeslosonmsdijoDonAlfonso,contenindoselasganas
derascarselaorejaizquierda.

Es cierto replic l. No perdonan. En este mismo momento, estaba


tratando de mezclar una escena en un cementerio con otra simultnea en que
naceelniodelhombrequeacabandeenterrar.Simalogroelasunto,escomo
si mutilara al personaje, lequitara los brazos. Despus el tipo se levanta de la
tumbaymerondacomounfantasma.Sonterribleslospersonajes,siunonoles
daciertalibertaddeaccin.

DonAlfonsocambieltema.Murmurunaexcusaporlairrupcintan
inoportuna.

11

No faltaba ms. Usted es editor, dijo. Gacita. Enrique Gacita. En


realidad,nuncasupedenadiedeesenombrequeestuvieraenestenegocio.

Al ver a su padre libre de las terribles garras de la Rmington, los tres


niosseleencaramaronconjbilo.Nolespidiquesefueranajugarafuera,ni
nadaparecido.Setransformsinproblemasenunaespeciedemontaarusaen
miniatura con la advertencia, eso s, de que se mantuvieran silenciosos en su
juego,porquelosgrandestenancosasqueconversar.

Representounafirmaqueprefiereporahoranorevelarsunombre.A
ustedleimporta?

Esmejorsaberconquintrato.

ParaquetomeconfianzadijoDonAlfonso,leinformarqueheledo
partedesumanuscrito,MaanaSersT.

Algobrillenlosojosdelescritor,comounacataratadeluzmadreque
termindeiluminarlo.Loley?Qulepareci?

DonAlfonsonotuvoinconvenienteendarjuicioindiscutible.
Admirableperoparecedifcilqueconsigapublicarlo.Ustedsabecmoestn
lascosas

Conmuchososiego,elotrorespondiTengomsqueclarocmoestn
lascosas.Vanacambiar,claro,peormientrastantonomeextraa.Lacensura
nopodadejarlopasar.

AhdijoDonAlfonso.NuestroamigoBerganteyalehainformadoal
respecto?

ConoceustedaCarlosBergante?

Lamujerterci,entrandoenesemomentoconelcafydostazas.

EsporesoquehicepasaralcaballerotraeunarecomendacindelSr.
Bergante.

DonAlfonsosealarm.Bueno,notantocomounarecomendacin.En
estaprofesin,todosnosconocemos.Yopreferiraentodacasoqueustedesno
lemencionaranestavisita

ElescritorsesirvidoscucharadasdeNescafyunadeazcar.Lepas
elazucareroaDonAlfonso.Bergantemedijoquenohabacaso.Selohaba
mandado a un tipo al que le dicen el Papa, es infalible dicen, y que ese no le
dabaningunaesperanza.
Eso dijo, eh?... Bueno, pero habr otros libros suyos Quizs mi
firmasepodrainteresarenunodeellos.

12

Lamujerarrimunasillacercadeladesumarido.DonAlfonsoadivin
esosojosescrutndolo,tomndolelasmedidas,tratandodeentenderquinera,
porquestabaac,quintencionestraa.

Don Enrique dijo l. Quiero ser muy franco con usted. No voy a
esconderlequeestoyencantadodequehayavenidoavermeNo,sinoesun
secreto,yodigolascosascomoson,miamor.Eslaprimeravezqueuneditor
vieneamicasa.Soyyoelquerecorrooficinasparaquemeaceptenmisnovelas.
Notengoporquocultarlo.InclusomesorprendequehayavenidoPerosoy
unhombreleal,DonEnrique.Carlossehajugadoporm,hatenidopeleascon
susasociados.Eselprimeroquemerespalda.

Lohaceprodesinters?preguntDonAlfonso.Oporquehueleel
deshielo,laabertura?

Me da lo mismo por qu lo hace. Aprendi a juzgar a la gente por lo


quehaceynoporloquepiensa.Mientraslmequieraeditar,yestpeleando
pormiderechoacomunicarme,yovoyaserfiel.

Joven, respondi secamente Don Alfonso, usted todava no ha


publicadonadayyaestprogramandosusobrascompletas.Noleparecealgo
temerario?

Sinohubieraestegobiernodemierdadijolconviolenciarepentina,y
ante un gesto de su mujer que, sin embargo, no dej de hundir sus ojos en la
cara de Don Alfonso, continuo: S, es un gobierno de pura mierda, y Don
Enriqueestdeacuerdaconmigo,ysino,noestaraacinteresadoenlanovela.
YnoslolopiensaDonEnrique,lopiensatodoelpas.Estamoshastaac.Es
ungobiernodesupermierda,noescierto?

DonAlfonsonodudniuninstanteenresponderques.Enefecto,erael
peorgobiernoimaginable.Afirmarlodeesamanera,contantasimplicidad,por
primeravezentantos,entantsimosaos,admitirloac,entregentequejams
haba conocido y que nunca volvera a ver, con la edad de su propio hijo, le
revel que era algo que l tambin haba credo fervorosamente. Surgi en su
cabezaunaimageninexplicable,cuyoorigennopudocomprender.Decirques
eracomoadmitirunhermanosiamsquenoapareceenelespejoperoqueha
esperado desde el nacimiento un instante de luz para mostrarse. S. Era un
gobiernodemierda.

Ylamierdanoeseterna.Nadiemevaaconvencerdequelamierdaes
eterna ni irrevocable. Algn da Si mis libros no salen antes, saldrn
entonces

Peroseramejorquesepublicaranantes,no?

13

Era la mujer que intervena, que deca esas palabras que Don Alfonso
mismopudierahaberpronunciado.

El escritor sonri. A ella, le tom la mano. Con la otra, se pase


imaginariamenteportodalahabitacin,porlospapeles,losnios,lamujer,la
camadelabueloenunrincn.Claroques,evidente.Tambinseramejorque
cayeraelgobierno.Assonlascosas,qulevamosahacer.

DonAlfonsotratdedesprendersedelamiradadelamujerparatenerla
libertad suficiente para improvisar las prximas palabras. Se senta como si lo
hubieranpilladoconpelucaymaquillaje.

Tambin yo voy a ser franco y abierto, seor dijo, con energa. La


mujer esboz una leve sonrisa. Usted es un hombre con talento. Eso lo sabe
Bergante, y lo s yo No s si usted desea que lo sepa tambin el pblico de
estepas.

Nohaynadaquedeseomsrespondilconpasin.

Nada?preguntlamujer.Nada?

Esloquemsdeseodijoelescritor.

Esunproblemadetctica,entoncesprosiguiDonAlfonso.Siusted
atenuara un tantito sus pretensiones polticas no, no, no, si no se trata de
eliminarlas,quelasatenesolamente.Conalgnxitoeditorial,bueno,lesera
ms fcil que aceptaran obras ms digamos ms contingentes, de menos
relevanciaesttica,siesquemeentiende

El otro se levant. Salt la mano de la mujer, que quiso impedir sus


prximaspalabras.

Usted viene de parte de Carlos, el bandido. Eso ya est claro. Lo ha


intentado antes. Pero no como para disfrazar a un amigo suyo, hacerlo jugar
esterol

Ustedmeofende,seordijoDonAlfonso,levantndosetambin.

Medalomismosivienedepartedelono.SelodijeaBergante,selo
digoahoraausted.Noquitoniunacoma,niunpuntoycoma,niuna,una
unauams.ComovioqueDonAlfonsoibaareafirmarsuinocencia,seapur:
Nosetratadequeseiracundocomoparezco.Cautela,prudencia,cuidado,de
acuerdo. Si hemos aprendido a sobrevivir, es porque nos comemos el hgado
todoelda,acadainstante.Trabajardentrodelasreglasdeljuego,deacuerdo.
Nosirvealguienqueescribeparaquelocensuren,paraprovocaralgobiernoo
probarlomaloqueesEsunproblemadelmites,setratadeeso.

14

Se detuvo, perplejo, buscando expresarse. Don Alfonso aprovech la


ocasinparadevolverasulugarlatazadecafvacaqueincreblementesegua
ensumano.

Lmites? pregunt, porque no saba qu otra cosa decir o hacer a


medidaqueelsilencioseestiraba.

Lospequeosdejarondejugarysesentaronlostresenfila,mirandoasu
padre.

Sr. Gacita Le voy a explicar con algo que sale en la novela. Se


acuerdausteddelaescena,cercadelfinal,enqueestntorturandoabueno,
justamente a Enrique, su tocayo, el hijo de Jos Crdova? Se acuerda de esa
parte?

Cmo?Caepresoelmuchacho?Nolleguhastaah.

Levoyacontar.ltienequefingirquenoesunresistente.Presumeque
los tipos esos desconocen sus verdaderas actividades en la revolucin, como
ocurre en nueve de diez casos l tiene que hacerles creer que es apoltico,
algodescredo,sinfe,alejadodetodanocinrebelde.Peroalmismotiempo,l
no puede perder su dignidad. Me entiende? No puede simular que es un
hombre adicto al gobierno, que es un chupamedias, que est de acuerdo con
ellos. Esas sombras implacables, sudorosas, tienen el poder del dolor y de la
muerte y del alimento sobre l y debe ocultarles todo lo que sabe, que es
mucho,siustedseacuerda.Vaamentirles,engaarles,desorientarlos,perono
a costa de su dignidad humana. Hay un lmite que l sabe que no puede
traspasar.Sipierdeesoquetieneadentro,sipierdeesamurallitadefuegoque
l descubre que es realmente en el fondo de su sufrimiento, entonces lo
jodieron, lo jodieron aunque no diga ni una palabra. Porque a partir de ese
momentovaatenerquementirseasmismoelrestodesuvidaparasoportar
haber perdido esa zona de su ser. Ese es el lmite que a m me interesa. Es la
raznporlacualescribo,porlacualestamostanbueno,comoustednosve.
Algoquetenemosadentro,cenizas,bencinadereserva,ungradodecalorsobre
elceroabsoluto,algo,quenosestablecelafronteramsalldelacualcesamos
de merecer llamarnos humanos. Callarme, todo lo que usted quiera, pero
siempre que no me comprometa con la verdad de ellos. Y si eso significa
esperarmilaos,entoncesmil,yesosignificanunca,entoncesnunca.

AsquetodoestoescuchDonAlfonsoquedecasuvoz,haciendocon
su mano el mismo recorrido que haba hecho el escritor hace un rato atrs, el
departamentotanmiserable,losnios,lacaracansadadelamujerpornada.

Consupermiso,DonEnriquedijol.Peroustednoentiendenada.Le
remitoalanovela.RecuerdeloquelepasaJosCrdova

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Don Alfonso no pudo evitar sonrojarse, pero, sopesando los ojos de la


mujer,svenciunimpulsoirresistiblederascarselaorejaizquierda.

Y qu le pasa finalmente a Jos Crdova? pregunt, tratando de


sofocareltemblordesuvoz.Notermindeleerelmanuscrito.

Latensinsediluydelacaradelescritor.

Eso s que no, Don Enrique. Usted conoce la regla de oro de la


profesin.Cuandoellibrosalga,cmprelo.Ahvaasaber.

Ysitengoqueesperarmilaoscomoustedsugiere?

Esodependedeustedrespondielescritor.

DonAlfonsosealarm.Dem?Porqudem?

Depende de todos nosotros, eso es lo que quiero decir. No culpo a su


editorialquenodeseearriesgarsesacndolo.Dependedeella,dem,deusted,
de todos los habitantes de este pas. Cada esfuerzo le quita aos de vida al
gobierno.Quizspuedaleerellibroen500aosms.

Oelaoquevienedijolamujer,derepente.

DeboirmedijoDonAlfonso.Leagradezcoelcaf,seora.

Ella sacudi la cabeza, como si estuviera despertando de un sueo.


Pestae varias veces, lo mir fijamente y, despus, baj los ojos. En ese
instante, Don Alfonso comprendi que ella se haba asomado a algo que no
queraadmitir.

Justo en ese momento, el escritor agreg: Est seguro que nunca nos
hemos encontrado, antes, Don Enrique? Quiero decir, yo s que no, pero me
pareceunacaratannos,tanconocida.Noterminlafrase.

DeboirmerepitiDonAlfonso,conrapidez.Lohemolestadoensu
dasbadoyesoesimperdonable.

Elniovaanacerdetodosmodosdijoelescritor,sealandohaciala
mesaylamquinadeescribir.Noesbuenodemorarlo,perotodoocurreasu
tiempo.

Don Alfonso trat de no ver el rostro de la mujer. Saba que sus ojos
seguanevitndolo.Locontactarcuandosalgasunovela,aversileinteresa
sacarlasegundaconmifirma.

Eldadelaliberacin,DonEnriquedijoelescritor.

Antes,tendranqueestarlocos.

Hastaentonces,puesdijoDonAlfonso,yletendilamanos,primero
al,despusaella.

16

La mujer continuaba mirando a sus nios. Le deseo mucha suerte,


seor dijo ella, es una voz entrecortada, como sin aliento, como mascando
cadapalabra.Austedyasufamiliadeusted,seor.Quelevayamuybien.

Quenosvayamuybienatodosbromeelescritor,peroDonAlfonso
noquisoquedarseniuninstantems,ysedespidi.Ainstanciassuavesdesu
mam, los nios lo acompaaron hasta la planta baja y cuando se volvi a
contemplar el edificio en el fondo del callejn por ltima vez, seguan
examinndolo desde la distancia. Le dijeron adis con la mano, todos juntos,
como si fuera un pariente que se iba para siempre, arrastrando levemente la
pierna.Acompaenalto,habadichoella,queacompaaranaltoEnrique.

El da lunes, Don Alfonso lleg a al oficina a media maana. Haba


obtenido,dosmesesantes,autorizacinparaaquello,portenerunacitaconel
dentista.Conlaflotantesensacindeirrealidadqueprestaunamuelaextrada,
subicomoenunabrumahastaelpisodondeestabasuescritorio.

Loprimeroquenotfuequefaltabaelmanuscrito.

Maana Sers T? dud la secretaria. Ah s, el Sr. Carlos Bergante


haba pasado esa misma maana muy temprano a recogerlo. Si haba dejado
dichoalgo?Nadaenespecial,quemuchasgraciasyquelollamara.

DonAlfonsomarcelnmerodeleditorsinpensarloqueibaadecirle.

Bergante?Mire,quesestodeveniraretirarmanuscritos?Noledije
quepostergabamidecisinhastahoy?

Bergante se disculpaba. Lo haba hecho para no quitarle ms tiempo.


Tenanamboslascosasmeridianamenteclaras.CuandoDonAlfonso,elreyde
loscensores,elinapelable,elojodeguila,afirmabaquehabadificultades,el
libroestabacondenadoalexterminiototal.Noservatenertalentosinosesaba
circunscribirloalasreglasdeljuegoSinoleimportaba,lemandaraotroen
consultaaprincipiosdelasemanaentrante.

Don Alfonso no reconoci su voz. Escuch palabras que ahora iba a


comunicar como si otro las estuviera emitiendo, como cuando se oye la voz
grabadaynoselaidentificacomopropia.

Te ests equivocando, Bergante dijo aquella voz. Y para que te des


cuenta de tus pecados, te aviso que es mi opinin oficial que el libro debe
publicarse.

Seprodujounsilencioalotroladodelalnea.

17

Usted no acostumbra hacer bromas, Don Alfonso. Espero que esta no


sealaprimera.

Respondiconmuchocuidado,escogiendocadafrasecomounafrutaa
puntodemadurar.

steesuntrabajoserio.Tsabes,Bergante,queunosejuegaelpuestoa
cadadecisin.

NosloelpuestorespondiBergante.Sejuegaelpellejotambin.

AsesdijolavozdeDonAlfonso.

Quin va a autorizar el libro cuando salga, entonces? pregunt el


editor.

Mndameloamdirectamente,yolohagopasar.

Otrosilencio,comosielotrotampocoreconocieralavozdeDonAlfonso.

Esunapromesa?

Nosuelopronunciarjuiciossinfundamentosnipromesasquenopuedo
cumplir.

Quizs las cosas estn cambiando escucho Don Alfonso que deca su
vozporeltelfonodelMinisteriodeInformaciones.

Buenosdas,Bergante.

Tres meses ms tarde, le lleg el libro impreso. Don Alfonso no hizo el


menorintentoporleerlo.Nisiquieraloabri.Estirlamanohastaunahojaque
deca AUTORIZADO SIN CONDICIONES en lo alto y la firm sin vacilar.
Enseguida,llamaBergante.

Soyunhombredepalabradijo.Ellibropuedecircular.

Bergante le respondi que esa misma tarde iba a comenzar la


distribucin.Maanaporlamaanaestaraentodaslaslibrerasdelacapital.
Tambin se lanzaba una campaa de prensa especialsima. No quera que le
mandaraunejemplar,autografiadoporelautor?

No,graciasdijoDonAlfonso.Noesnecesario.Felicitealjovendemi
parte.

El prximo da no fue a la oficina. Lo despert muy tarde el sonido


insistente del telfono. Dej que sonara, como si se tratase ms bien de una
cancin de cuna, y luego se levant a prepararse un abundante desayuno, al
estilo del domingo. Abri de par en par las ventanas, permitiendo entrar un

18
plidosoldefinesdeinvierno.Eltelfonovolviasonar,peroDonAlfonsono
hizocaso.

Despus se encamin hasta la librera que quedaba a la vuelta de la


esquina.

Enqulepuedoservir?

Setratadeunlibronuevo.Quizsustedesnolohayanrecibidotodava.

El vendedor sonri triunfalmente. Le apuesto a que conozco el libro


quebuscaelseor.MaanaSersT,noescierto?

AlgnasombrodebanmostrarlosojosdeDonAlfonso.

Es que todo el mundo lo est comprando le inform el vendedor.


Llegaron anoche unos veinte y slo me estn quedando dos ejemplares.
Imagnese,slodos.Nuncaviunxitotanfulminante.Lopidentodos.

Yaqusepodrdeberesexito?preguntDonAlfonso,tomandoel
libroqueleofrecaelvendedor,comosinuncalohubieravistoantes.

Yonoloheledo,seor,consupermiso.Perodicenlasmalaslenguas
queesunescndalo,unverdaderoescndalo.Poralgoserquelagenteloest
comprandocomoloca.

Ahs?Tanterriblees?

No podra decirle, seor. Tengo mi propio ejemplar reservado. Ya lo


mandacasa.Nuncasesabeenestoscasos.Dicenqueesunataquemuyfuerte
algobierno,seor.Nadieseexplicacmolohanautorizado.

Bien dijo Don Alfonso. Sera mejor que me diera otro, entonces. Me
llevosusltimosdosejemplares.

Muyprudenteelcaballerodijoelvendedor.Encualquiermomentolo
denuncian ante los tribunales y el juez manda secuestrar la edicin. Pero el
daoyaesthechoLeenvuelvounopararegalo?

Dmelosasnoms.

Alsalir,DonAlfonsovioque,agranvelocidad,seacercabaunfurgnde
polica,unodeasalto.Siguicaminandocontranquilidadendireccinasucasa
y no quiso darle vuelta ante el ruido de frenos bruscos, de puertas que se
abran,deagentesquesedesbordabandelautoypenetrabanenlalibrera.

Eltelfonoestabasonandonuevamente.Estavez,DonAlfonsocontest.

DonAlfonsodijolasecretariamuyexcitada.EselDirectorquequiere
hablarle. Ha estado el Ministerio. Y justo hoy usted no ha venido a trabajar,
justohoy,yelDirectorquierehablarle.

Dgalequenovoyairhoyentodoelda,seorita.

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Esprese,espresequelepongoalSr.Director.

Esta vez, Don Alfonso no se sorprendi de su voz. Era


extraordinariamentesuya,reconocible,responsablementesuya.

No puedo hablar con l dijo Don Alfonso. Tengo que hacer. Dgale
quevoyaestarmuyocupadotodoelda.

Sinesperarlarespuesta,colgelreceptor.Despuslodescolg,demodo
quenolovolvieranainterrumpir.

Conmuchacalma,tomunodelosdoslibrosyconsufamosobolgrafo
negro,inscribiunadedicatoriaasuhijoErnestoenlacubierta,justodebajodel
nombredelautor.Seloenvolvicomoregalo,metdicamente,yfueadejrselo
encima de la cama, para que lo encontrara al llegar aquella noche. Despus
cambiodeparecerylointrodujodebajodelaalmohada.

Sloentoncesfueasentarseenelsillnfavoritofrentealagranventana.
Si un auto frenaba o se detena, si alguien tocaba a la puerta, si venan a
visitarlo,desdeeselugarprivilegiadotodosepodaver.
Sesintianimadoporunapurorepentino.
Abri el libro en la pgina correspondiente y, sabiendo que ya no
levantaralosojosparamiraralacalledenuevo,sedispusoasaberdeunavez
yparasiempreculhabasidoladecisindeDonJosCrdova.

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