De poetas, nifos y criminalidades
a propésito de Jean Genet
Alba Flesler +
Claudio Martyniuk h f
Fernando Sabsay
Isidoro Vegh ,
Coleccién Nombre Propio/4
ee SOMO
Ediciones del ©8”°
-—_-Disefio de tapa: Cinthia Buczak
Composicidn interior: Pablo Zdrojewski
Dibujo de rapa: Juan Cevasco
© Ediciones del Signo
Julidn Alvarez, 2844 - 1° A
Buenos Aires - Argentina - Julio de 2003
Tel.: 4572-1093 / 4804-4147
[email protected]
1LS.B.N.: 987-1074-05-0
Reservados los derechos para todos los paises. Ninguna parte de
la publicacién incluido el disefto de cubierta puede ser reprodu-
cido, almacenado 0 transmitido de ninguna forma, ni por ningun
medio, sea éste electronico, quimico, mecinico, electrodptico, gra-
bacidn, fovocopia o cualquier oro, sin la previa autorizacion escrita
por parte de la editorial.
Queda hecho el depdsito que marca la ley 11.723
Impreso en Ja Argentina - Printed in ArgentinaINDICE
INTRODUCCION
acargo de Alejandra Gonzalez y Beatriz Gereman
LA INFANCIA RECHAZADA
COMENTARIO SOBRE EL NINO CRIMINAL DE JEAN GENET........37
Alba Flesler
SL
CONTRAMUNDO
Claudio Martyniuk
REFLEXIONES SOBRE LA SOCIEDAD Y “EL NINO CRIMINAL”
ASPECTOS POLITICOS Y JURIDICOS....
Fernando Sabsay
«pny »
Isidoro Veghaa
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book.INTRODUCCION
“Los educadores tienen la ingenuidad de un salvador de almas y su
bondad de alma. El director de uno de los Reformatorios me mostraba
en su escritorio, un dia, una panoplia de la que parecia orgulloso: una
veintena de navajas incautadas a los pibes’.?
“Seftor Genet, me dijo, la Administracién me obliga a incautar estas
navajas. Yo obedezco. Pero mirelos. ;Quiere decirme si son peligrosos? Son
de hojalata. ;Hojalata! Con esto no se puede matar a nadie”.
elenoraba que desvidndose de su destinacién practica, el objeto se
transforma, deviene un simbolo? Incluso, su forma cambia, se dice que
se estiliza. Ast actiia sordamente, cometen los mds terribles estragos en el
alma de los nifios. Sepultado en un jergbn de noche, 0 escondido en el forro
de una chaqueta, o de un pantalén -no para mayor comodidad sino con
el fin de que esté proximo al brgano del cual es el simbolo profiundo- es el
signo mismo del asesinato que el niio no cometerd efectivamente, pero que
fecundard su ensonaciin y la dirigird, espero, hacia las manifestaciones
mas criminales, ;Para qué sirve que se les incaute? El nitio, como signo de
asesinato elegird otro objeto, de apariencia mds benigna, y si no se le roba,
guardard en si mismo, preciosamente, la imagen, mas clara del arma”
Genet sabe que la herramienta, el instrumento es la vida misma
en tanto produccidn y que en la exclamacién del director no habia
ni una pizca de reconocimiento de este hecho.
“El mismo director me mostié el equipo de scouts que habia formado
para recompensar a los nitos mas déciles. Vi una docena de muchachitos,
hipécritas y feos que yacen acostados tomados en la trampa de las buenas
invenciones. Coanevon vidivvclas wialadlas que extn lojosde tener la potencia
de evocacién de las canciones sentimentales u obscenas que se canta a la
noche en los dormitorios y las celdas. Mirando a esos doce muchachos, era
claro que ninguno de ellos habia sido designado, elegido para compartir una
expedicién audaz, aunque fuese solamente imaginaria. Pero dentro de la
Penitenciaria, y a despecho de sus educadores, existtan, lo st, grupos, bandas
mas bien, cuyo lazo, la tama que los aglutinaba era la amistad, la audacia,
la astucia, la insolencia, el placer de la pereza, un aire sobre la frente a la vez
sombrio y jubiloso, ese gusto de la aventura contra las reglas del Bien.”
° Gosses. Expresién del argot
17DE POETAS, NINOS Y CRIMINALIDADES,
La palabra vertiginosa, como la nomina Sartre, que rasga el
velo, y hace que la luz se haga, allf donde no habia sujeto. ;En qué
consiste el sometimiento si no en esa dependencia fundamental
ante lo que no hemos elegido y que nos convocard a elegir lo que
estaba marcado de antemano como tinica salida?
A posteriori, la soberanfa. Primero la alternativa es la mis feroz, lo
propio siempre se suscita a posteriori. El giro sobre sf es la unica posi-
bilidad, doble giro que articula la negacién de la nada. El espacio de
la interioridad es derivado de una instancia constituyente. Y ni Genet
ni sujeto alguno puede clegir el significado de una marca que es puro
significante y como tal golpea en la carne para hacer de ella cuerpo.
Ya sea apelacién o productividad discursiva, ha nacido un efecto dela
palabra por el hacer de una voz. Sin embargo Genet se excusa:
“Me excuso por emplear un lenguaje tan poco preciso, aparentemente,
como el mio. Ustedes consideran que busco definir una actitud moral y
justificarla cuando como escritor se compromete en ‘interpretar’ una
actitud moral: ‘Reconozco, sobretodo, querer inserpretarla, y hacerlo
contra ustedes”.
cA qué poder del lenguaje apelan los que estan del lado de la
buena sociedad y el orden? Genet lo descubre:
“Pera gro sevéari ustedes los primeros en hablar de la Patencia de las
tinieblas, de El oscuro poder del Mal? No temen la metdfora cuando
sabe convencer.”
Y redobla su capacidad de interlocucién por via de su escritura:
‘Ahora bien, hago de ella un empleo mds eficaz”.
Habla de lo que no se puede nombrar y de quienes intentan
hacer de esa ausencia una presencia: los nifios criminales.
“..» hablar de esta parte nocturna del hombre que no se puede explorar,
con la que uno no puede comprometerse mds que si se lo arma, si se lo pinta,
ae le rellena, se la cure caw todos los orncanieneas del lenguaie.”
18INTRODUCCION
La parte oscura del hombre. Es la tinica que lo hace tal. De lo
contrario sdlo queda la claridad de la ley. Las almas bellas que se
creen identificadas con el orden moral quieren excluir el ‘objeto
patoldgico’ que es el sujeto puesto en la pasién del mal. Se excluye
lo que no acuerda con la moralidad de la luz. Pero, como Genet
percibe, su subjetividad y la de esos nifios en quienes se ama, es
precisamente esa plaga de incertidumbre, pereza, contingencia,
inclinaciones y pasiones tumultuosas que el verdugo debe abolir
por puro respeto a la ley y en cumplimiento del deber. Las almas
puras se ven obligadas a castigar al nifio prohibiéndole como
deseante y sacrificindolo en el altar de la ley que han construido
desde siempre para él.
‘Pero sobre todo cuando se trata de cumplir con el Bien —notemos
que distingo muy rapido el Bien del Mal, y de hecho son categorias que
ustedes inicamente pueden distinguir mas tarde; sin embargo, es atin
a ustedes a quienes me dirijo, les concedo esta gentileza st se emprende
-dice- el cumplimiento del Bien, se sabe donde se va y qué es el Bien,
2» que la sancién serd benéfica. Cuando es el Mal, no se sabe todavia
de qué se habla. ‘Pero yo sé que él es el tinico en poder suscitar bajo mi
pluma el entusiasmo verbal, signo de la adhesién de mi corazén.”
Genet se transpuso a sf mismo, y su victoria, verbal, no es la que
querria la buena conciencia. Un criminal es alguien que es culpable
y quiere serlo mas, se burla de los derechos y deberes. Tienen que
reflejar el mal objetivo. No es la muerte sentida lo que aparece en
el homicidio, es la muerte objetiva y el acto lo que le interesa pues
confieren un ser de criminal al asesino.
“Efectivamente, no conozco otro criterio de la belleza de un acto, de
un objeto o de un ser que el canto que suscita en mi, y que traduzco
en palabras para comunicdrselo a ustedes: es el lirismo. Si mi cancién
es bella, si los ha turbado, jse atreverdn a decir que esto que los inspira
era vil? Pueden ustedes pretender que existen palabras, desde hace largo
tiempo, encargadas de expresar las mds elevadas actitudes, y que es a
ellas a quienes he recurrido para que lo menor parezca elevado. Puedo
responder que mi emocién apelaba justamente a estas palabras y que
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book.INTRODUCCION
hablar una lengua que no ha sido aprendida, decir desde el agujero
del lenguaje. Horadar la lengua materna.
‘A ustedes, no les aconsejo nada. Desde que no es a los educadores
4 quienes me dirijo, sino a los culpables. No quiero inventar ningin
dispositive nuevo a favor de la sociedad a fin de que se proteja. Le tengo
confianza: sabra bien, completamente sola, guardarse de lox graciosos
peligros que son los nirios criminales. Es a ellos a quienes hablo. Les pido
que no se avergtiencen jamds de lo que hacen, que conserven intacta en
ellos la rebeldia que los ha hecho tan belles. No hay remedio, espero, con-
tra el herotsmo. Sin embargo, tomémoslo en cuenta, si hay entre quienes
me escuchan personas valientes, que no cambiaron la sintonia, que sepan
que es necesario asumir hasta el fondo Ia vergtienza, la infamia de ser
bellas almas. Que juren ser hijos de puta hasta el extremo. Serdn crueles
para agudizar mds todavia una crueldad con la que los nittas resplande-
cerdn. Quienquiera que por la dulzura de los privilegios intente atenuar
o abolir la rebelion, destruye para st todas las posibilidades de salvacién.
Nadie puede excusar el crimen si no es antes culpable y condenado,”
Parece haber aqui una demanda a un ‘ofr’ ideal. Despierta a
sus oyentes de su suefio dogmatico para que se enteren de que
el Orden siempre est4 en conniven:
acon el mal. Porque en el
decir es lo interdicto, el sujero siempre esta en relacién con la ley
y su mis alld. Genet, rigurosamente situado en la propiedad de lo
propio, sostiene que no se trata de elegir ser buenos, sino de que
slo se puede elegir la carta obligada, y qué elegir sino lo imposible:
ser tan cruel como sees, queter lo que soy, declinande un cégite
nietzscheano.
“Este tipo de aforismos parece surgir suscitados por el lirismo del
cual hablé hace un momento. Acuerdo con ustedes. Para enunciarlos,
me apoyo en una tinica autoridad: en el dolor que experimentarta al
proponerles lo contrario, Pero, ustedes mismos, jsobre qué hacen reposar
sus reglas morales? Sufran que un poeta, que es también un enemigo,
les hable como poeta y como enemigo.
El tinico medio que tendrén las personas importantes, las gentes
honestas, de salvaguardar alguna belleza moral, es rebusar toda piedad
21DE POETAS, NINOS Y CRIMINALIDADES
a los muchachotes que no la quieran. Pues no crean, sehores, sehoras,
seforitas, que les basta con inclinarse con solicitud, con indulgencia,
con un interés comprensivo hacia el nifto criminal para tener derecho a
su afecto y su gratitud; seria necesario ser este nifio, seria necesario, para
ustedes también, ser el crimen, y santificarlo por una dicha magnifica, es
decir por la audacia de romper con la omnipotencia del mundo. Puesto
que nos dividimos —luego que la hemos querido, que nos atrevimos a
esta ruptura— entre no culpables (no digo inocentes), no culpables entre
los que ustedes estan y los culpables que somos nosotros, sepan que es
toda una vida que ustedes llevaron de ese lado del mostrador desde
donde creen poder, sin peligro, y para su bienestar moral, tendernos
una mano. En cuanto a mt, yo he elegido: estaré del lado del crimen.
Y ayudaré a los nifios no a recuperar vuestras casas, vuestras fibricas,
vuestras escuelas, leyes y sacramentos, sino a violarlos. ;Si! Temo no
tener ya la misma virtud, desde que, por algo que no es solamente un
error de los organizadores de esta charla, me han permitido demasiado
facilmente hablar por la Radio.
Ustedes parecen querer reservarse el lugar fuera del mundo
desde donde se fundarfa su orden. Pero yo estoy mds bien aqui, en
lo in-mundo, donde la divisién —entre culpa ¢ inocencia, culpables
e inocentes— se tramita en el interior de cada alma.
Genet habla desde la falla del otro. De los que abrieron un
lugar para que se acomodara el réprobo y lo sancionaron después
impidiéndole decir su palabra. Nada més peligroso que dejar hablar.
El poder, que aparece como externo, asume una forma psiquica,
se constituye en la identidad del sujeto. Luego se le reprocha a ese
mismo individuo que no sea mds que aquello a donde se lo ha
convocado, Porque la pregunta originaria, gqui¢n eres?, podria
reformularse mds propiamente como un ;dénde eres?: alli donde el
otro llama y nombra. En Genet su estructura psiquica confirma la
forma que asume el poder. Forma fijada en el momento del darse
vuelta, sobre, y a veces contra sf mismo. La vuelta parece funcionar
como inauguracién del sujeto'*, momento fundacional cuyo estatuto
ontolégico sera siempre incierto, lugar por donde se vuelve a pasar
2 En sentido retérico: una inauguracién tropolégica.
22INTRODUCCION
para dar una vuelta mds en el orden del deseo. En el volver a pasar,
lo paradojal del sometimiento conlleva una paradoja referencial: nos
referimos a algo que atin no existe. Ese giro 0 tropo —en el mismo
sentido retérico—es la instancia de performatividad que hace siempre
del sujeto un ser que esta implicado en su no-ser 0 en su potencia de
ser. Cada vez. que se pasa por el mismo lugar se ¢s otro.
Laescena donde el ser es interpeladoes comola apelacién en sentido
althusseriano donde el sujeto se da vuelta y acepta los términos con
los cuales se lo convoca, y queda convertido en estatua de sal. Asf la
doble negacién de la falta en ser. No soy el que soy es por sobre todo
negar que no soy. Y ése es el inicio de la culpabilidad. Hay angustia
tanto en la inocencia como en la supuesta contraria, la culpabilidad,
como expresa Kierkegaard, y desde alli toda subjetivacién posible en
la historia. La caida es inevitable para subjetivarse, y Genet hace de
ella un destino alto por la via de la letra.
“Los periédicos muestran atin las fotograftas de caddveres desbordando
fos silos 0 cubriendo las planicies, enredados en las zarzas espinesas, en
los hornos crematorios; muestran las uias arrancadas, las pieles tajeadas,
curtidas por los reflectores: son los crimenes de Hitler. Ninguna persona
estd alertada de que desde siempre en los presidios de nifos, en las prisiones
de Francia, los torturadores martirizaban a los nifios y a los hombres. No
es importante saber si unos son inocentes y otros culpables bajo el punto de
vista de una justicia mds que humana o tinicamente humana. A los ojos
de los alemanes, los franceses eran culpables. Se nos habré maltratado tanto
en prision, y tan corbademente, que los envidio por vuestras torturas. Pues
son similares y mejores que las nuestras. Bajo la accién del calor, la planta
se ha desarrollado, Ya que fue sembrada por los burgueses que hicieron las
prisiones de piedra, con sus guardianes de la carne y del espiritu, me alegro
de haber devorado finalmente al sembrador. Esta gente valiente, que son
hay un nombre dorado sobre el mdrmol, aplaudtan cuando pasdbamos con
los tobillos esposados, y un cana nos golpeaba las costillas. Una tinica bofe-
tada de sus gendarmes fue vivificada por la sangre ardiente de los héroes del
Norte, se ha desarrollado hasta volverse una planta maravillosa de belleza,
de tacto y de ingenio, una rosa cuyos pétalos retorcidos, retraidos muestran
el rojo y el rosa bajo un sol de infierno lleva nombres terribles: Maideke,
Belsen, Auschwitz, Mathausen, Dora. Me saco el sombrero.”
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book.INTRODUCCION
de nestros jueces, el secretario de un tribunal, un director de prisién
hiciera estallar mi pecho y se elevara una cancidn, sefores, ustedes sertan
los primeros a quienes avisaria.”
moral, Genet es un analista nietzschea-
Explorando la genealogia de |:
no de los procesos represivos y regulativos que generan los fenémenos
de la conciencia y mala concienci:
sustancialidad de unos valores que sdlo tardfamente, desde el punto de
vista ldgico, velan la voluntad de poder que les dio forma. La desventura
deshaciendo en un mismo gesto la
de la conciencia emerge como autocensura porque el esclavo, cafdo en
esa posicién por su impotencia a enfrentar la muerte, concibe como
valor moral el hecho de prohibirse el lugar del amo. El amor al amo
es también el odio que lo liga a dl y se juega tanto en relacin al amo
como a sf mismo. Se naturaliza la distancia entre lugares (amo-esclavo)
convirtiéndola en diferencia entre los seres.
No hay posibilidad de identificarse a sf mismo, mds que negando
el nombre con que otro nos llama. Sin “sentido practico”, Genet,
vive en la dualidad intensa de una madre que siempre le ha
do su
no ser 0, abandonado a una palabra que lo sustancializa en ¢! lugar
del criminal.
“Vuestra literatura, vuestras bellas artes, wuestras diversiones de
después de cenar, celebran el crimen. El talento de vuestros poetas glorified
to criminal que ustedes odian en la vida. Soportad que, a nuestra vez,
despreciemos a vuestros poetas y sus artistas. Podemos decir hoy que es
necesaria una rara desvergiienza al comediante que se atreva a fingir
sobre la escena un asesinato cuando hay cada dia nittos y hombres cuyo
crimen, sino los conduce para siempre a la muerte, los carga con vuestro
desprecio 0 con vuestro delicioso perdén. Que cada criminal se las arregle
con su acto. Es necesario que extraiga de allé los recursos mismos de su
vida moral, que los organice alrededor de si mismo, que obtenga de ella
lo que la de ustedes les rebisa, Para si ~y para st tinicamente y por un
tiempo muy breve pues ustedes tienen el poder de cortarle la cabeza,
se vuelve un héroe més bello que los que los emocionan a ustedes en
los libros. Si vive, para continuar viviendo consigo, le es necesario mas
talento que al poeta mds raro.
Sin embargo, los héroes que pueblan vuestras tragedias, poemas,
25DE POETAS, NINOS Y CRIMINALIDADES
vuestros cuadros estén hinchados, son el ornamento de vuestras vidas
a la vez que desprecidis sus modelos desdichados. Hacéis bien: ellos
rechazan vuestra mano tendida.
Los que me escuchan, si vieran el film Sctuccia, quedarian
enmudecidos por el delicado juego del sentimiento de los ninos ligados
unos a los otros por el mds sutil amor. Ellos admiraron la aventura
que no se atreven a vivir, pero nadie pensard que eXISLEN SOS héroes
encantadores en la vida misma. Que ellos prefieran verdaderos billetes
de banco a verdaderos padyes. Sin duda, lo que se llama el talento de
los comediantes nos ha permitido bellas imdgenes, sin embargo, los que
Jueron sus modelos mis 0 menos exactos, han sufrido, han sangrado,
han llorado (més raramente) y la gloria del mundo les fue rehusada.
Ustedes soportan este herotsmo cuando estd domesticado (noto al pasar,
que sus hechiceros, sus artistas, lo domestican para ustedes, aborddndolo
de lejos). Ustedes ignoran el herotsmo en su verdadera naturaleza de
carne, que sufie en el mismo plano cotidiano que ustedes. La verdadera
grandeza os roza. Ustedes la ignoran y prefieren su apariencia.”
Primera definicién de una obra de arte: fuera de todo esteticismo,
aparece el objeto de horror y la belleza como sacrilegio. Las bellas letras
consideradas como un asesinato donde Sartre analiza el significado de
la obra literaria para Genet. La equipara al robo, Son ambas delitos.
Cada uno de los libros de Genet es un crimen, un impedimento para
que la escritura se convierta cn un oficio burgués. Se trata de realizar
un verdadero acto. Genet no quiere ser un comerciante, que sus
textos le redittien, no desea que lo hagan consistir. Escribir se asemeja
entonces, igual que el robo, a la realizacién de un suefio. El arte y el
delito tienen el mismo cardcter onirico.
La primera obsesién de Genet es sofiar con el crimen. Y el verdadero
acto criminal es obligar a la gente honrada a sofiar también con el
delito que mas los repele, aquel que sdlo viven como ajeno, pero del
que también abrevan, que necesitan que sea cometido. El Saint Genet
sartreano encuentra el prototipo de la conciencia'’ burguesa, la mi-
rada del hombre honrado que ha constituido al nifio, en un paria.
Convertirse en asesino, aunque el espectro del asesinato lo
» Sartre JR,
aint Genet, comediante y martir. Apéndice.
26INTRODUCCIGN
horrorice, transforma al poema en un asesinato del sentido trivial,
lo subvierte y lo convierte en otra cosa, Es precisamente esa cosa
en que lo ha hecho consistir la palabra ladrén lo que necesita
ser metamorfoseado. La transformacién del ‘desastre’ se produce
mediante la escritura. Ese es el milagro de Genet.
‘Ahora bien, si los ninos tienen la audacia de decirles no, castigadlos.
Sed duros para que no os usen. Pero luego de cierto tiempo, ustedes hacen
trampa. En vuestros Tribunales, en vuestras Cortes ya no observan la ce-
remonia del ritual -no porque lo hayan reemplazado por una crueldad
mds intima, una crueldad en pantuflas, si me atreviera a decir— sino,
por una grave ligereza, un grave descuido por el que vienen a la sala de
audiencia con un vestido remendado cuyo forro no es ya de seda sino de
rayon o de lustrina. Aplicareis ante todo, las reglas del cddigo y las mayores
Jormatidades. El nino criminal no cree mds en vuestra dignidad pues se
ha dado cuenta de que ella estaba hecha de un cordén destenido, de un ga-
lén descosido, de un forro ratdo. El lucro, et polvo y la pobreza de vuestras
escenas, lo dejan desolado, Esta a punto de ofreceros un poco de majestad
que sabe obtener de una escena mas solemne que compara en secreto, a pe-
sar de que ustedes continian bajo sus ojos vuestro simulacro infantil. Por
poco la familiaridad os conducirta precisamente a golpetearles la mejilla,
4 tomarles el mentén, si no temierais que se los acuse, no de indulgencia
paternal, sino de sentimientos abominable.”
Los nifios no quieren ser perdonados, porque eso implicaria abjurar
de su condicién, no de su naturaleza. Por eso no admiten la familia-
ridad de sentimientos indulgentes. También por eso ellos se refugian
en un lenguaje hermético, y Genet en la escritura, como un doble
cierre sobre sf. La palabra es un modo de conjuracidn del acto cri-
minal. Sartre reflexionard sobre una sociedad que se aviene mds a la
mala accidn que a la mala palabra. El aparato represivo mds sabio es
el que liquida toda moral que no sea administrativa. Por eso cl triunfo
de la meditacién poética sobre el crimen contra toda reeducacién.
Genet quiere establecer la irreductibilidad del mal. Para demostrar
su propia irreductibilidad, para no desaparecer.
Pero como observa Sartre, Genet, en tanto ladrén, no subvierte
el orden, sf como poeta, Contra la verdad poética no hay defensa.
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book.LA INFANCIA RECHAZADA
una nominacién nombra, aprehendiendo lo innombrado bajo la
égida que lo fija al sentido adjudicado. Clava sus rafces en lo que
nunca antes fue dicho, instaura un advenimiento que tiene valor
de acontecjmiento.
Por ese medio el viviente es arrancado a la fuente pura y vinica
de la vital naturaleza y anudado a la vara del lenguaje. Inmerso en
dl, el sujeto ha de debatirse entre los *biendecires’ y los ‘maldecires’
que, entre bendiciones y maldiciones, van dando sentido a su
existencia. Cada suceso de su infancia podré ser devenir, elemento
de su historia, carta que abreva su pasado, o permanccer actual como
presente eterno.
Un nifio que ha nacido y recibido el nombre de sus padres puede
poner a su cuenta un crédito: lo desearon vivo. Atin sin saber las
causas de tal deseo puede creer saberlo. Primeros tiempos en que
las cartas se juegan con signos inequivocos: vida o muerte. Tal es la
dependencia radical que la fragilidad de fa criatura humana guarda
ignificativos.
con el amor, el deseo y los goces de otros seres humano:
sin la cual no
Primera gran prisién necesaria, alienacién originarid
habra balanza para los encuentros. Sin ella no hay separacién ni
libertad posible, sdlo reiterados desencuentros como signo vivo de
haber sido deseado muerto.
Es que quienes reciben al nifio sélo le dardn albergue y cuidados
si el nifto se proyecta en el cr
colmada en sus anhelos. De esta manera, la primera morada decide
al de una ilusién que espera verse
sus fronteras, su limite y su extensién, en el terreno materno, matriz
de desco, de goce y de amor sobre la que se juega la partida inicial
de los primeros encuentros y desencuentros.
En la trama conceptual freudiana, esta operacidn se abreva en el
narcisismo de los padres, funcién imprescindible para estructurar
los primeros y nuevos actos psiquicos en la constitucién de cualquier
sujeto. De su eficacia primaria se desprenderdn las significaciones
futuras; reiterando, ante renovados encuentros y desencuentros, la
mirada primera en cuya perspectiva el nifio encontré la imagen de
ia tal ser, Sigmund Freud lo hi
ou ser. 70 equivaler al faio, fue para
recordar que, en su brillo erecto, la historia de las civilizaciones
deposits la significacién del objeto que les hacia falta.
Sin duda que el dilema de ser 0 no serlo, que el clasico de
39DE POETAS, NINOS Y CRIMINALIDADES,
Shakespeare eterniza, no sdlo ha precipitado a Hamlet a la tragedia.
Pero, el ser 0 no ser, sdlo se revela como conflicto si ha operado uns
creencia. Si, sélo quien ha crefdo serlo puede luego dudar. Se diré,
sin vacilar, que ello resulta de un engafio. Diremos que asf es, de un
engafio que es sin embargo necesario. Pues la supues
a apariencia que
sostiene, contiene en su centro la verdad de un auténtico deseo.
Para que el cuerpo se sienta vivo, para que sea mas que sus tejidos
y ocupe un lugar no equiparable a su anatomia, el cuerpo ha de sos-
tenerse en la mirada del Otro materno y en la nominacidn del padre,
privilegiado espacio donde valuart la cifra de su existencia. “Ser es per-
tenecer a alguien’, diré Sartre en ‘San Genet, comediante y martir’.
Prisionera de sus redes, la infancia cursard escalando las estaturas
del Otro‘ hasta descubrir los limites de su grandeza; hazafia que
sélo ser4 transitable si para los padres, y suceddneos, la infancia no
cs rechazada, Si se soporta su decurso, cada tramo de su transcurrir.
Si los adultos soportan, es decir son soporte, sostén y tolerancia, de
aquello que a principios del siglo pasado Freud advertia. Y es que la
infancia se despliega entre sintomas, inhibiciones y angustias en el
mejor de los casos, sino, es peor’.
Pero los destinos de tales inhibiciones, sintormas y angustias
alificaciones,
como signos inequivocos y estigmatizantes que matan al sujeto atin
serdn realmente diferentes si sobre ellos sélo recaen
en nombre de salvarle la vida, o si, en cambio, también ponen en
juego su costado enigmidtico, haciendo de la curiosa presentacién,
busqueda de la palabra.
La infancia de Genet
sQué hubiera pasado si en vez de escuchar su nominacién de
ladrén a los diez afios hubiera tenido diecisiete? se pregunta Sartre
8
3 Sartre, Jean Paul, Sam Genet, comendiante y martir, Editorial Losada, Buenos
Aires, 1967, pig. 13
* Flestes, Alba: “Fin de Analisis en los Tiempos de la Infancia’, texto publi
en cl libro Fl andlisis lacaniano
Freudiana de Buenos Aires, junio 2003.
5 Flesles, Alba:
Carteles de la Escuela Frediana de Buenos Ai
do.
s terminable o interminable?, Editorial Escucla
El Tiempo de las Preguntas”, texto presentado en la Jomada de
s, 12 y 13 de octubre de 2001.
40LA INFANCIA RECHAZADA
en su libro, justamente en el capitulo titulado: “Una palabra
vertiginosa”. El hubiera podido contraponerle, a tamafio desatino, su
rebeldia de joven con mayores recursos que el estupor y la orfandad.
“Silo hubieran llamado ladrén a los diecisiete afios, Genet se habria
divertido: es la edad en la que'se liquidan los valores paternos: Habria
dispuesto de mil recursos. ..”.°
{Pero cual fue la orfandad de ese nifio que eternizé su desamparo,
sin sosiego, haciéndose incapaz de responder a la nominacidén
siderante del Otro, no apto de verse albergado en el amor de no
importa quien, denunciando con vehemencia su inautenticidad
hipocresia, rechazando el reconocimiento por petrificante, haciendo
de la traicién gloria compulsiva y del mal su tinico bien?
sen el Hospice des
EnfantsAssistés siendo su padre ‘non dénommeé,, padre desconocido,
Abandonado por su madre a los siete mes
el bebé es colocado con la familia Régnier con quienes permanecerd
hasta los trece aiios’. Cuarenta dias mds tarde, a los ocho meses,
recibe el bautismo en la Iglesia de Alligny y también las ilusiones de
‘une mére nourriciere’, una madre nutricia, que suefia con verlo llegar
a sacerdote y le trasmite una sélida educacidn catélica.
{Habra sido un encuentro reparatorio que con su presencia real
contribuy6 al sostén de la primera infancia?
Sartre nos recuerda que “serfa un error pintar la infancia de
Genet en colores demasiado sombrios, pues él mismo ha cuidado de
advertirnos que fue la época mis bella de su vida"*... Por esa época,
era “un buen sujeto, un nifio respetuoso y afectuoso mas débil y
pequefio que sus compaiieros, pero mds inteligente: se mantiene sin
»y
se
esfuerzo a la cabeza de su cl
Pero la inestabilidad del origen, una falta descarnada en el lugar
vital del amory el deseo de los padres, el desconocimiento padecido,
acechaba al pequefio Jean eternizdndolo en su condicién de nifio
expdsito. “En efecto, cada vez que el nifio quiere remontarse més
all de la burocracia, de In que parece una emanacién, hasta sus
§ Ibid.,
” Dichy, Albert, «Chronologi
* Sarere, Jean Paul, ob.
Ibid., pag, 14.
en Magazine Litténaire, N° 313, septiembre 1993.
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book.CONTRAMUNDO
en el piso de las estaciones, agotados. No es el cansancio de la pasividad
evasiva. Estdn atados y cada tanto se desatan, pujan por vivir, aun cuando
inhalan pegamento. Nosotros somos algo, por lo menos desgraciados.
Buena parte de lo que sucede ya no se puede remediar, si se puede sen-
tir algo por la ausencia. Si se puede todavia, en este decorado de pais,
sentir algo por la presencia. Si se puede pasar del recuerdo de hechos,
iones. Mientr
s tanto, seguiremos siendo
Los que edifican despoblados para si”.
a la rememoracién de sen:
aquellos que identifica Job:
Como la vida de los padres que no ha llegado a ser vivida
Flotan en el paisaje, con melancdlica disconformidad, afrontan
los problemas existenciales desde el plano mds bdsico, mds bajo de la
nsibilidad y del pensamiento. Con vitalidad para el choque. Con
vitalidad des:
degradados, animalizados. Padres, hogares arrollados, en extincidn,
aniquilados, desapareciendo. Y, como fo afirmé Jung, nada influye
tan poderosamente sobre los niiios como la vida de los padres que
ructiva, autodestructiva. ;Y sus padres? Reducidos,
no ha llegado a ser vivida. ;Qué porvenir configura para los hijos?
Ezequiel Martinez Estrada, escribiendo sobre este padre, en El mundo
maravilloso de Guillermo Enrique Hudson, responde que resulta un
“sucederse uno a otros fracasos, mermar escomidos sus escasos bienes,
crecer sus hijos sin ninguna aspiracién ni esperanza, aleccionados en
su ejemplo desalentador. Llendrsele de yuyos su camino. A la injusticia
de los hombres se agrega por lo regular la ordenacién en serie de las
advétwidades hasta que tado‘unide: configura wh toss inapasible
que jamés sonrfe”. Y, sobre un hijo en particular -Hudson-, afirma
que “recibié la porcién mayor en la herencia del padre, que era la de
matar toda esperanza y no pedirle nada a la vida. Reconocié cudn
extrafio de entender era que los defectos del padre representasen con
formas sensibles sus mas elevadas o brillantes cualidades”. A nuestros
chicos vagabundos y criminales, que estin colgados, flotando en la
ciudad, la tarea de pensar les resulta penosa. Son ociosos. También
lo era -como nos ensefia Martinez Estrada
n pedirle nada a la vida. Viven, salvo que s
Hudson. Crecen, hacen.
Piden, pero no pare
sean condenados a desaparecer.
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book.REFLEXIONES SOBRE LA SOCIEDAD Y “EL NINO CRIMINAL”
Cual era el perfil de los jueces que integraban estas cdmaras?
Anthony M. Platt, en su libro Los salvadores del nino o la invencién
de la delincuencia, nos dice que los funcionarios que las componian
no tenfan las caracteristicas del abogado ni la del que debe juzgar
conductas sino la del consejero, es decir, conocer a fondo al nifio para
servirle de guia. El juez que integraba estos tribunales se ocupaba de
los nifios delincuentes o predelincuentes, con un fin asistencial dentro
de un sistema estricto de normas (producto de leyes especiales sobre
el tema), disciplina y organizacién, para que los niiios y adolescentes
comprendicran las consecuencias de su mal comportamicnto y
eligieran “el buen camino” para bien de la sociedad que los amparaba.
En resumen, todo el movimiento en torno a los reformatorios y a
los tribunales de menores se sustenté en el dictado de leyes posteriores
que contemplaran: a) la actividad de estos 6rganos de la justicia de
menores: el procedimiento penal; b) la edad a partir de la cual se
podfa declarar a un nifio penalmente responsable, c) la posibilidad
de disponer indefinidamente de aquellos nifios “en peligro”, y d) los
castigos o sanciones a los que podrian ser sometidos, etc.
Cabe destacar que toda esta politica educativa en sus conceptos
y, en especial, en su actividad, estaba integrada en gran proporcién
por mujeres. Nos dice Mary A. Beloff “la prisién ideal es sélo
aquella que no existe a propdsito del encierro de nifios y jévenes
en el Reformatorio, porque las mujeres se ocupan de los nifos,
tradicionalmente, y su propio sexo asf lo aconseja”.
Desde comienzos del dighe 3 se lian ido dicando Leyes denteo
de este sistema, llamado tutelar o asistencial.
En la Argentina, como prueba de ello, la ley del Patronato de
Menores, ntimero 10.903, se sancioné el 21 de octubre de 1919.
Esta ley distinguid al menor que cometié un delito y aquellos que se
encontraban en un estado de amenaza para su hogar, por las condi-
ciones econdmicas, la educacién o cualquier otro factor semejante.
Sin embargo, a pesar de la presencia protectora del Estado, los
indices de marginalidad y violencia aumentaron.
Los indices estadfsticos actuales en nuestro pafs sobre violencia
de nifios y jévenes después de la aplicacién de la ley de Patronato y
65DE POETAS, NINOS Y CRIMINALIDAD
normas posteriores, fracasé. Lo que demuestra que el “derecho penal
atenuado” y la etapa llamada “doctrina de la situacién irregular”
donde se dibuja la accién estatal frente a la supuesta infraccién
de la ley penal de menores se suma, también a situaciones ligadas
al abandono, carencias econémicas y modalidades de vida que la
comunidad acepta 0 consiente.
Al crearse el primer Tribunal de Menores, dice, en sus
fundamentos, en el “/uvenile Court Act’: “La Ley sobre Tribunales
de Menores se ha inspirado en el concepto de que el Estado debe
asumir la guarda de todo menor que se encuentre en condiciones
sociales 0 individuales tan adversos que puedan conducirlo a la
comisién de un delito.
Se propone un plan con arreglo al cual el menor no serd tratado
como delincuente ni serd acusado legalmente de cometer un delito
sino que serd considerado como un pupilo del Estado sujeto
a su atencién, vigilancia, y disciplina, al igual que los menores
abandonados 0 desvalidos y, en cuanto sea posible, recibird “el
n dispensarle sus padres”.
mismo tratamiento que debi
Leemos en Julio César Morales, en Infancia y Derechos Humanos:
Discurso, Realidad y Perspectiva de la Corporacién Opcién: “La reforma
en el dmbito de la responsabilidad juvenil debe tener como objetivo
primordial la reduccién de las privaciones de libertad al minimo
posible. En este tema la experiencia comparada en cuanto al debate
sobre las medidas alternativas debe ser cuidadosamente ponderada,
teniendo siempre presente la posibilidad de un abordaje incorrecto
del problema conduzca mds bien a la mantencién de los indices de
privacidad de libertad y al uso de las alternativas como forma de am-
pliacidn de la red de control social”.
Lo que voy a narrar, -obtenido del libro de Daniel Herrendorf, E/
suetio dogmatico de América Latina se rchere a la visita realizada por
una mujer y su hija menor de catorce afos a un preso comin donde
para poder Ilegar a él tuvieron que someterse a revisiones vaginales
que dieron, posteriormente, lugar a una accién de amparo ante la
Suprema Corte de Justicia Nacional.
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book.DE POETAS, NINOS Y CRIMINALIDADES
criminal que se dirige a otros? En qué te diferencias “de un padre
que da consejos”? Ciertamente no son los esperables en la serie de
los enunciados. Pero gy la enunciacién?
O ser& que lei mal y es tu pedido, como nifio expulsado, acorra-
lado, marginado, a que otros camaradas te acompafien, al menos
mitiguen tu soledad?
Entonces precisas de otros, que estén en tu vereda, hasta que te amen?
Es verdad, amaste, exigiste y traicionaste.
Mas intenso el amor, més escandalosa tu traicién. Hasta el
suicidio, No el tuyo -0 también un poco- sino de aquel que contigo
vivid en la cuerda de un precario equilibrio.
Pero volvamos a tus nifios. ;Los precisas?
2O es que ellos te anuncian tu propia traicién?
Por ejemplo, los honores, los premios, las alabanzas de tus amigos
gamigos?— poetas y pintores.
Pero veamos, leamos mejor, cudles son tus consejos: “No acepten
caricias, no pidan dulzuras, nada de almohadas”, es mi pardfrasis
traidora de tus frases.
“Si aceptaron cruzar el Rubicén, asuman su condicién, no
se dejen rescatar por aquellos a quienes ustedes ensefian otro
horizonte que los asusta.”
Bien, muy bien, nada de componendas con el orden que te excluyd.
Pero tu escritura, no dice algo distinto?
ZA quien le escribiste, paginas y paginas de alardes negros que en
su forma invertida es también ostentacién?
Desafio, dirfas, lo dijiste.
Pero entonces “ellos” te interesan, aunque sea para la venganza 0
la irrisibn.
¢Por qué no fuiste solo un criminal? ;Hay tantos que mueren en su ley!
Habrfas desaparecido asi como viniste, desnudo, sin nombre y sin
amor. O tal vez, con el amor de tus compinches que en la pequefia
banda se dicen —sin saberlo~ soldados de una Esparta menor.
Escribiste y, peor atin, publicaste. O quizds fue tu modo de descubrir
que tus palabras valfan en colisién con tu acto: “soy un desesperado, el
protagonista mds o menos lejano de estas letras; publico y primero escri-
bo para vivir. Y para vivir preciso vuestra lectura y un poco més vuestra
mirada, y un poco mds... Horror. También de algunos, el amor.”
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book.Coleccién Nombre Propio/4
De poetas, nifios y criminalidades gira en tomo a un texto -inédito en
castellano— de Jean Genet, E/ nifio criminal. Un texto pensado
originalmente para ser oido por la radiofonia y que luego Genet pone
en sus escritos cuando su palabra es rechazada
Sus articulos tejen una trama en la cual desde diferentes angulos
de vision, los autores intentan cercar algo de la “cosa” criminal y
de la posible imputacion de ese adjetivo o propiedad a los nifos.
Tarea impulsada por la escritura genetiana, interpelante y convocante
induce, desde el exterior, a pensar en la condicion actual de los nihos
y lainfancia, y guiada por el trazo singular del poeta y escritor que -desde
ese lugar- lee las fisuras del “buen” ordenamiento social.
De poetas, nifios y criminalidades ayuda a abrir y situar las mutliples
direcciones que E/ nino criminal abre. Lo hace respetando la
enunciacién singular de Genet, la particular inflexion que le otorga a
la legalidad, a la ética, al castigo, a la comedia de la representacion
del orden. {No se trata de recuperar un acto que la buena conciencia
trata de borrar? {No se trata de pensar desde la realidad y a partir de
sus siniestras consecuencias? Qué puede conmover a una politica
de la educacion, del derecho, del conocimiento- que no puede dar
cuenta de sus propios mecanismos de expulsién, marginalizacion,
estigmatizacion y segregacién? Paradojalmente, Genet logra algo
extraordinariamente instructivo que se dibuja en linea de fuga a través
de su lectura y de los comentarios que la acompaiian.
Alba R. Flesler es psicoanalista, Analista Miembro de la Escuela Freudiana
de Buenos Aires, ex-presidente de la EFBA e integrante del Comité de
Redaccion dé Cuadernos Sigmund Freud. Claudio Martyniuk es Profesor
de Filosofia del Derecho y de Epistemologia de las Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires. Fernando Sabsay es profesor titular consulto
de la Facultad de Derecho y de Ciencias Economicas de la Universidad de
Buenos Aires, Vicepresidente de la Academia Argentina de la Historia,
Vicepresidente de la Academia Argentina de Ciencias. Isidoro Vegh es
psicoanalista, miembro fundador de la Escuela Freudiana de Buenos Aires,
director durante varios afios de la revista Cuadernos Sigmund Freud.
Ediciones del SG me .S.B.N.: 987-1074-05-0
a