UNIVERSIDAD AUTNOMA DEL ESTADO DE MXICO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA CONDUCTA
LICENCIATURA EN PSICOLOGA
Lara Pardo Daniel Alberto
20/Marzo/2015
DIFERENCIAS ENTRE LA TERAPIA PSICOANALTICA EN ADULTOS Y NIOS
Todos los seres humanos cotidianamente se encuentran expuestos a un cmulo
de sentimientos, pensamientos, experiencias, tensiones, frustraciones etc.
Conforme l individuo va desarrollndose, su capacidad de representacin va
adquiriendo una connotacin distinta, en la infancia el juego y los dibujos son los
objetos vehiculizadores de sensaciones, que ayudan al pequeo a comunicarse
con l mundo, representando su realidad interna. Por su parte el adulto
perteneciente a toda una estructura social ha adquirido una capacidad lingstica
que lo ayuda a comunicar su complejidad psquica.
En el proceso teraputico, el adulto asiste voluntariamente, puesto que es
consciente
de
la
preconscientemente)
problemtica
que
que
de
adolece
presenta,
una
sospecha
deficiente
(al
integracin
menos
de
su
personalidad, de relaciones decepcionantes con los otros hombres, de
inadaptacin al ambiente
en cambio el nio, sufre por su conducta inadaptada,
2
pero no ve claro que sufre ni por qu Aberastury
consciencia
de
enfermedad,
si
llega
dice que el pequeo no tiene
sospechar
al
menos
es
inconscientemente. Se trata de los padres, quienes basndose en sus
observaciones creen, que la conducta del nio es inadaptada. Sin embargo, en
considerable medida las perturbaciones del nio son consecuencia de las
problemticas de los padres. Es frecuente que asistan nios al proceso
teraputico representando no solo conductas propias del infante, sino que adems
manifestando (en una gran cantidad de los casos) toda una dinmica familiar que
los predispone, creando as un terreno frtil para el desarrollo de la patologa
1 (Duque)
2 (Aberastury, 1962)
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infantil. Dolto denomino a estos casos como niossntoma inconsciente de los
padres3.
Otra diferencia en la terapia infantil consiste precisamente en que el terapeuta es
un adulto y el paciente un nio. El terapeuta
es una persona relativamente
estable, integrada y que ya ha recorrido por muchos de los episodios imperativos
del desarrollo. En cambio el nio ha vivido menos experiencias que el adulto. La
madurez psicofisiolgica del terapeuta le proporciona adems un rol social. El
papel del nio es especficamente distinto del que desempea el adulto, el nio es
un ser en constante evolucin sometido a un proceso de remodelacin interna y
readaptacin al medio, en la medida en que su propia maduracin se lo va
permitiendo y las condiciones ambientales se lo van exigiendo. Por esto es
preciso, antes de cualquier planteamiento teraputico, tener en cuenta el nivel de
maduracin alcanzado por el nio, las exigencias del medio y las posibilidades de
movilizacin de los procesos psquicos ante modificaciones internas y ambientales
que pondrn en funcionamiento de una manera casi automtica el potencial
madurativo del nio.
Medio de expresin.
El juego es el medio por el cual el nio expresa su afectividad y su actitud
creadora, A travs del juego podemos reconocer sus identificaciones, su
agresividad, sus contactos sociales, en sntesis, sus problemticas. Los trastornos
de su desarrollo se reflejan inmediatamente en su modo de jugar, es una tentativa
de dominar la problemtica de su desarrollo, en el Juego expresa
sus
experiencias fantasas, deseos y angustias en formas simblicas. Para la
valoracin de los trastornos psquicos en la infancia no es posible utilizar los
mismos criterios que se emplean para el adulto ya que toda forma de
comportamiento infantil puede ser transitoria y tener escasa significacin
psicopatolgica en una determinada etapa de desarrollo.
3 (Dolto, 1974)
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Anna Freud en 1945 sealo que durante la infancia slo existe un factor de una
importancia tan fundamental que su limitacin por una neurosis obliga a una
intervencin inmediata. Este factor no es otro de la capacidad de desarrollo del
nio. Por tanto, lo ms decisivo para determinar la gravedad de la sintomatologa
en la infancia, es el grado de inhibicin del desarrollo. El acento se desplaza as,
desde el aspecto puramente clnico del caso, a un criterio basado en el desarrollo
infantil.
Aberastury indica que en el espacio teraputico los nios representan
activamente, lo que viven pacientemente5.
En el anlisis de adultos se trata preferentemente de conducir al analizado a
travs de la verbalizacin de sus complejidades sintomticas, tratando de indagar
e interpretar los contenidos lingsticos.
Transferencia
En psicoanlisis con adultos el analista es el nico coparticipe del paciente en la
terapia. Este proyecta sobre l todos sus afectos, el analista representara: La
madre, padre, hermanos, etc. Solo poco a poco alcanzara el analizando a conocer
el reflejo de su comportamiento en el espejo invariable de la actitud del analista y
podr reducir as sus propias proyecciones 6. En la terapia infantil en cambio, el
terapeuta sigue siendo el nico coparticipe del pequeo paciente en la terapia.
EI terapeuta es equiparado a los padres, pero como precisamente la relacin con
los padres condiciona un insoportable conflicto, (las proyecciones, en parte), pero
sobre todo al comienzo del anlisis, son desviadas por el nio hacia los objetos. EI
nio anima sus juguetes y proyecta sobre ellos diversos afectos, preferentemente
4 (Freud, 1945)
5 (Aberastury, 1962)
6 (Duque)
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los negativos, que provocan su angustia. Melanie Klein 7 dice "En lucha con su
angustia ante los objetos prximos, el nio se inclina a desplazar su angustia
hacia objetos extraos y a ver en ellos la incorporacin de la madre mala o del
padre malo".
En opinin a Anna Freud para quien es imposible una transferencia intensiva en el
nio, por cuanto una gran cantidad de libido est ligada a su narcisismo. Y en el
caso de que se presente, el xito de la terapia se volver problemtico al ser
incapaz el nio de tomar conciencia de esa transferencia. Por eso mismo la
proyeccin desempea en la terapia infantil un papel ms inmediato que en el
anlisis de adultos, en que esta misin no se cumple sino cuando se comprende el
carcter proyectivo de la transferencia (esto es, mediante la crtica de las
proyecciones).
El nio transfiere sus afectos en una forma puramente proyectiva y en tal forma ha
de ser interpretado por el terapeuta su modo de comportarse. Vemos aqu, como
en el caso de proyeccin sobre los juguetes, una purificacin objetal simblica de
la transferencia, a travs de la proyeccin inmediata de sus afectos sobre los
personajes del cuento. Esta purificacin objetal es uno de los factores ms
importantes de la tcnica curativa, que permite al terapeuta valorar y manejar la
transferencia.
En sntesis el nio es incapaz de manifestar lo que siente en determinado
momento, puesto que an no posee una capacidad psicolgica para representar
verbalmente lo que ocurre internamente, sin embargo, a travs del juego el nio
utilizara su actividad ldica para comunicar sus problemticas inconscientes. Una
de las funciones del analista es interpretar y adoptar un papel activo en relacin al
juego del pequeo, el terapeuta sujeto a una estructura social, manifestara lo que
el observaba valindose de su capacidad lingstica para representar el significado
del juego.
7 (Segal, 1991)
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Bibliografa
Aberastury, A. (1962). Teoria y tcnica del psicoanalisis de nios. Buenos Aires:
Paisdos.
Dolto, F. (1974). Psicoanalisis y Pediatra. Pars, Francia: siglo XXI.
Duque, R. T. (s.f.). Caractersticas de la transferencia en la psicoterapia infantil.
Freud, A. (1945). Austria.
Segal, H. (1991). Introduccion a la obra de Klein.