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Las Metamorfosis de La Virtud

Las sociedades posmodernas han abandonado los imperativos categóricos de la moral tradicional basada en obligaciones y sanciones. En su lugar, se ha desarrollado una nueva ética basada en la libre voluntad individual. Sin embargo, esta nueva moral parece tener menos impacto real que lo que sugiere, y puede favorecer el egoísmo. Los medios de comunicación utilizan causas nobles y la caridad como espectáculo para promover el consumo. Esto ha llevado al surgimiento de reality shows y una pérdida de las virtudes morales a
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Las Metamorfosis de La Virtud

Las sociedades posmodernas han abandonado los imperativos categóricos de la moral tradicional basada en obligaciones y sanciones. En su lugar, se ha desarrollado una nueva ética basada en la libre voluntad individual. Sin embargo, esta nueva moral parece tener menos impacto real que lo que sugiere, y puede favorecer el egoísmo. Los medios de comunicación utilizan causas nobles y la caridad como espectáculo para promover el consumo. Esto ha llevado al surgimiento de reality shows y una pérdida de las virtudes morales a
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Santana Huzar Jatsiel

Desarrollo y legislacin de los medios de comunicacin II


1305

Las metamorfosis de la virtud


Las sociedades posmodernas han renunciado ampliamente a profesar los
imperativos categricos de honrar los deberes de la moral interindividual, pero a la
vez se han hecho conscientes de que la moral es algo consustancial al hombre,
pero una moral que se regula de manera nueva, que ya no se basa en la
obligacin y sancin, sino en la libre voluntad individual. Sin embargo, mirmoslo
como lo miremos esta nueva tica recin nacida da menos signos de vida real de
lo que parece, en favor del hundimiento de la moral, o de lo que hasta ahora
entendamos como tal. Se dice que hasta ahora las crisis de valores se afrontaban
desde un rearme moral y que ste ha tocado fondo para favorecer al altruismo,
que deslegitima fuertemente todo lo anterior, pero que se deja ver poco en accin.
As, el problema pos-moralista no est en que el individuo sea egosta, pues en
otros tiempos tambin lo era, sino en que tome plena conciencia de ello desde su
propio derecho a serlo; de esta forma y generalizando esta circunstancia a un
modo de vida irreversiblemente acomodado, la voluntad, al ser un principio y no un
derecho, se convierte en algo difcil y si aparece es, de nuevo, en nombre de la
moral, aunque sta se vea tamizada por la necesidad de encontrarse a s mismo.
Los medios de comunicacin utilizan el nombre de la moral creando un
espectculo grotesco de los sentimientos, encaminado hacia una siempre
potencial generosidad y caridad espiritual. La dcada de los 80 fue fundamental
para que triunfara la asociacin caridad- espectculo (Bob Geldof, "We are the
world"), de tal modo que las causas nobles se nos muestran conjuntamente a la
necesidad de entretenimiento y fiesta; el mandar a hacer algo est totalmente
deslegitimado, somos persuadidos, engaados hacia acciones humanitarias que,
en cualquier caso, no tenemos por qu hacer. De este modo, la caridad es un
sentimiento y como tal queda entregado al fin ltimo de la industria meditica: la
productividad a travs del consumo de beneficencia en masa, tan aparentemente
efmera como vaca. Todo esto ha venido a derivar en los llamados reality-shows,
consecuencia de la crisis del espectculo tradicional, con crecientes aspiraciones
consumistas y, por consiguiente, prdida de virtudes morales; en este sentido,
hasta la moral tiene su lugar en el escenario, una moral que sirve para que
sigamos consumiendo sentimentalismos vacos, que cobran vida y tienen sentido
en tanto que tales. Pero es claro que de la inexistencia de deberes morales no
slo tiene la culpa el entorno informativo, ya que la funcin de los "media" no es la
de crear una conciencia moral (aunque en el fondo la cree desde el momento en
que convierte los sentimientos humanos en espectculo), sino que su funcin es la

Santana Huzar Jatsiel


Desarrollo y legislacin de los medios de comunicacin II
1305
de gestionar opinin pblica. Sin embargo, tampoco podemos hablar de una moral
calculadora que busque sus nicos fines en el inters personal, sino de una moral
del sentimiento, que pretende huir del autoritarismo y ser libre sea como sea
aunque no sea autnoma. Esta moral del sentimiento es producto del desarrollo
del bienestar individualista, de una sociedad que huye del deber hacia una
felicidad que le es intolerable ante lo que ve a su alrededor.
Todo esto no significa ni mucho menos la negacin a actos de ayuda y solidaridad
que cada vez ms, nuestra cultura tiende a favorecer; en este sentido, aumentan
los voluntarios alistados a asociaciones de ayuda social. As, anteriormente esta
ayuda social era una labor concebida slo para profesionales capacitados, pero el
resurgimiento moral individualista de actuar socialmente a travs del yo ha podido
con todo eso, al demostrarse la compatibilidad de estas acciones con las
aspiraciones y gustos pos-moralistas contemporneos. Pero, en realidad, es el
placer de encontrar al otro, el deseo de valorizacin social o la necesidad de
ocupar tiempo libre lo que mueve al voluntariado a la necesidad de ser solidarios;
as, slo a travs de nuestra autorrealizacin personal y contradictoriamente
voluntaria podremos llegar a ser solidarios . Para lograr este primer contacto con
uno mismo, proliferan grupos de ayuda mutua en los que la ayuda a los dems
revierte en ayuda a uno mismo; la solidaridad como compasin o deseo de ayudar
a los dems ha desaparecido; lo que en realidad se pretende es la bsqueda de
uno mismo.

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