LA PATRIA INTIMA
l e g o r a s n a c i o n a l e s e n l a l it e r a t u r a
Y EL CINE DE B o LIVIA
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L eonardo G
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s\\ s i M o \
Parn
La patria ntima
Beberse el mar o cmo terminar la guerra
del Pacfico
236
Prlogo
Tamayo (no) es Bolivia
239
La patria ntima
241
M s bien lo que ab u n d a en B o liv ia es el b o liv ia n o , y
Paradoja y gobierno
244
por extraa paradoja, resulta sum am ente d itc il e n c o n
trarlo. Y esto se debe a que el b o liv ia n o se o cu lta de s
m ism o. Es ste el gran en ig m a que todo b o liv ia n o que
11. Indigenism o y sujetos nacionales en el cine
se considera b o liv ia n o tendra que descifrar. \o por m i
de Jorge Sanjins. A propsito de La nacin
clandestina
parte, slo dispongo de u n recurso para ello, y es el de
249
Tradicin y ruptura del indigenismo literario
251
Volver para morir, morir para volver
256
v iv ir m i vida a m i m anera. Por eso hago y deshago m i
vida: para saber por qu se o cu lta de s m ism o el b o li
v ia n o . ... O >e me revela el e n ig m a de la patria o me
saco el cuerpo. La patria no es m eram ente n i u n a b a n
dera ni un mapa. Es algo ms. Es u n m u n d o . Es aquel
Notas
263
Bibliografa
2S7
Indice
m u n d o que nos perm ite vivir en este m undo .
Felipe H elgado
N inguna lectura -con un m nim o de atencin y sensibili
dad- de la produccin literaria y artstica boliviana podra
dejar de sentir el rumor de esa incgnita de la que habla el
personaje de Jaime Saenz. Com o un ro grave, profundo y lleno de turbulen
cias, al fondo de la inmensa caada del conocimiento de Bolivia, el sujeto
nacional en sus dimensiones ms humanas y cotidianas, en sus deseos y
realidades, espera an los exploradores de sus configuraciones. Enigma in
cluso ms oscurecido por el excesivo nfasis de los estudios holivianos'por
hacer de Bolivia una suma de variables econmicas, sociales, histricas y
etnohistricas, que dejan casi siempre afuera a ese sujeto hecho de carne y
hueso y no de cifras o ideologas. Y, sin embargo, ese ro del sujeto nacional
tiene un rumor, como un mapa, que abre esclusas a su interioridad ms
turbulenta y, a la ve:, ms rica. Novelas, poemas, cuentos, ensayos, films,
creados por las mentes ms lcidas de Bolivia han establecido espacios sim
blicos donde el alma de los sujetos nacionales se ha podido representar.
Estos escritores se han preguntado, de una forma u otra, aquello que Saenz
hace explcito:^qu o quin es boliviano/ boliviana. Q u rasgos hacen de
los habitantes del territorio boliviano, sujetos diferentes a los dems del
planeta. Esta es, obviamente, una pregunta por la identidad del ser nacio
nal, pero no como una bsqueda de una irreducible esencialidad (que es lo
La patria ntima
Prlogo
m an ei llam ado tercer m undo ni siquiera para regiones o pases partcula-
imponderables culturales y que, notablemente, invita a que el otro de
res como los de Amrica L atina/ s seala una de las caractersticas ms
todo sistema social participe disruptivamente en el espacio de lo nacional
significativas de gran parte de la produccin literaria de Latinoamrica.
Ms aun, para el caso de la literatura boliviana, creo que es esencialmente
narrado.
^
Este es el caso de Bolivia, donde sea el indio, el mestizo o la mujer, el ,
vlida, y este libro espera ser una prueba al respecto.
otro nacional habla en cada uno de los textos estudiados en este libro y
U n argumento quiz ms determinante para hacer de la nacin el cen-
marca indeleblemente toda representacin de lo nacional. Esta presencia
tro de mi indagacin es que al intentar inscribir la nacin en el texto lite
de lo nacional-cultural es lo que intento resaltar en los textos que estudio: N
rario se produce una de las tensiones ms caractersticas de la conflictiva
explicar en novelas, poemas, ensayos y films cmo la- nacin entendida \
modernidad de Latinoamrica. C o m o piensa H om i Bhabha, escribir la na-
como hecho cultural (des)articula lo nacional como programa ideolgico
cin es tratar de dar cuenta de la oscura y ubicua forma de vivir la localidad
o poltico. En cada obra estudiada se puede ver una profunda necesidad j e
^ [locality] de la cultura
(Dissem iN ation 2 9 3 ). Donde la palabra localidad
inscribir la nacin; pero esta inscripcin est sometida a una dohle ten-
| es el trm ino con el que Bhabha intenta codificar la complejidad de las
sin: por una parte, la nacin como proyecto ideolgico al que la escritura
\forma culturales que desbordan tanto lo nacional como lo narrativo. Es
debera servir de instrumento pedaggico (el nation-building ); y, por tura,
decir, la escritura ele la nacin no sera simplemente un intento de repte-
la nacin como presencia de culturas nacionales quej>e niegan a ese cors
.sentar lo nacional por medio de lo narrativo. Por la importancia de la na
ideolgico y que reclaman una escritura diferente para dar cuenta de su
cin en la constitucin de los sujetos nacionales modernos, intentar escri-
especfico modo de pertenecer a lo nacional. Esta resistencia de lo na^_
birla arrastra el texto aj^evelar los lmites culturales internos ms profun
cional-cultural se expresa unas veces como la huella de lo poltico o lo
dos y ms resistentes a toda posible sistematizacin por la letra de la nacin
artstico de culturas particulares, por ejemplo las rebeliones indgenas o la
como entidad cultural. Para Bhabha, la nacin al ser textualizada, pasa de
msica quechua; y otras veces, como la imposibilidad del narrador cons
ser el smbolo de la modernidad a ser el sntoma de una etnografa de lo
truido ideolgicamente como smil de lo estatal- de comprender lo n a
com tem porneo en la cultura" (D issem iN ation 29 8). Esto es especial
cional y que abruma con su propia imposibilidad toda su escritura, como
mente vlido para pases como los de Latinoamrica, cuyo paso de lo colo
es el case) de textos de desilusin, de arrogancia o de aislamiento ante lo
nial a lo moderno, estrechamente ligado a los proyectos nacionales lati
noamericanos, viene marcado tam bin por una constitucin racial y cultu
nacional.
En cualquier caso, o ms abiertos o ms limitados, 111 1ifcracyrayel^uie
ral fuertemente diversa. Por eso cuando las formas narrativas intentan
bolivianos son los intentos ms serios, profundos, rigurosos, imaginativos
alegorizar nuestros proyectos de modernidad, que son las de la construccin
y llenos de amor, de toda la historia boliviana,-por comprender el fen
de la nacin, en realidad se abren las puertas a que lo etnogrfico en el
meno de la existencia de la nacin cultural holiviana. Entender no sola
sentido de Bhabha, es decir, la diversidad de lo contemporneo, ele lo presen'
mente los tactores sociales e historeos que hacen ele bolivia lo que es, sjrio__
te, de lo insistente, de lo performativo, de lo rebelde, en una palabra, de la
al ser hum ano que es y ha sido sujeto y objeto de esos factores. El esfuerzo
forma oscura de vivir la localidad de la cultura se exprese tam bin en esa
de estos creadores por iluminar nuestro ser y nuestro destino es, por de
textualidad. La escritura de la nacin sera entonces la forma ms extrema,
ms, admirable, aunque slo sea por la entrega a una comunidad en la que
'''concierne o no, de abrir el espacio de lo textual a la ambivalente e inesta
creyeron y a la que amaron, de una crtica, una imagen, un proyecto para
ble diversidad social y cultural, y jams podr estar limitada por los proyec
la existencia de individuos y comunidades en el seno de la estructura so
to s ideologicos o nacionalistas que la puedan alimentar, ni por los lmites
cial boliviana y dentro de los lmites impuestos por el Estado nacional.
narrativos que el texto quiera imponer. Hay un exceso escritural, un exceso
Esta es la riqueza de la literatura frente a otro tipo de discursos com o la
de lo sintctico sobre lo semntico (Derrida), que abre el espacio de los
sociologa o la historia: su capacidad de escuchar elJlujo clel^ de_seo (aspira-
La patria ntima
Prlogo
de un aristcrata boliviano: posicin conflictiva por su propio mestizaje,
reiterativas de estos proyectos de filiacin estatal y que ms clausuran su
pero no por ello menos elitista. Lo interesante de Tamayo es la consus-
escritura es el nfasis en la necesidad de un pueblo nacional homogneo,
tanciacin entre l como sujeto de la escritura y la nacin a la cual cree
el cual se asocia con lo mestizo. En el caso de pases latinoamericanos con\
representar mejor que nadie. Pero esa interseccin slo se puede dar, por
elevada poblacin indgena como el nuestro, una consecuencia casi inevi-/
los condicionamientos de su propia ideologa, desde el espacio enunciativo
table de pensar una sociedad como homognea desde una perspectiva ideo-|
del Estado.
lgica estatal, es pensarlo como mestizo (vase sino el caso mexicano
Se podra pensar que Aluvin de fuego de Oscar Cerruto no se inserta en
C o n la excepcin de Arguedas que nunca p u d o salir^^de_una visin que no
esta lnea, por su fuerte crtica al Estado liberal de principios de siglo y por
encjOAtrc]a.posibiUdad de reconciliacin entre las razas en Bolivia, los
recoger la idea de una nueva nacin que se estara formando como conse
escritores de esta tendencia proponen al mestizo como futuro social de
cuencia de la guerra del Chaco. Pero Cerruto, imbuido en ese momento de
Bolivia.' Esta idea est presente en Aguirre, para quien la independencia
ideologa marxista, no escapa a una posicin narrativa equiparable a la de
de Bolivia parecera que fue llevada a cabo ms por los mestizos que los
Arguedas y Tamayo: la posicionalidad estatal. Buscando reflejar la totali
criollos, dejando, adems, afuera a todo el mundo indgena. La misma idea
dad de la sociedad boliviana, su crtica slojilcanza a los postulados polticos
est presente en Tamayo, quien hace del mestizo el centro de su propuesta
del m om ento hisrrico, sin poder penetrar en las configuraciones de los
de una pedagoga nacional. Para ste, la nica etnia que puede realizar el
sujetos sociales y nacionales que pueblan Bolivia. Para dar cuenta de la
carcter nacional es el mestizo. Por eso la educacin debe estar dirigida
totalidad boliviana a la que slo ve en trminos de discursos ideolgicos y
a darle la formacin social y sicolgica que le permita vivir plenamente
polticos, debe situarse en la perspectiva del Estado.
ese carcter nacional. Ya el ttulo de su libro, Sangi'e de mestizos, indica la
Augusto Cspedes consigue ir ms all de Cerruto y puede recoger la
pertinencia de lo mestizo en el proyecto de Cspedes. C o n un notable
experiencia de la guerra del Chaco com >un fenomeno que transK>rma esen
paralelismo de intenciones con la obra de Aguirre, para Cspedes, la gue
cialm ente el alma de los sujetos nacionales. Sus cuentos de Sangre de mesti
rra del Chaco fue realizada ms por mestizos que por indios. Sangie de mes-
zos muestran y proponen un nuevo sujeto nacional para Bolivia, pero este
tizos propone como protagonista y como heredero de las transformaciones
est dom inado por el inters del proyecto general de Cspedes que busca
que surgieron a raz de la guerra del Chaco a los mestizos bolivianos. Pero
reformar el Estado boliviano. El nombre de ese proyecto general es la ideo
estos mestizos como los de Tamayo son aquellos que han sido educados en
loga del M ovim iento Nacionalista Revolucionario (MNR), el partido po
el sistema occidental. Son los que pueden escribir y que se sitan a la som
ltico que ayud a fundar, desarrollar y llevar al poder en N 52. Su libro de
bra del Estado, como ha ocurrido con los letrados desde la poca de la
cuentos puede ser considerado fundacional del nuevo sujeto nacional que
coloma.
se forma ;lrededor de 1952, pero una fundacin que como la de Aguirre
En todos estos casos, sin embargo, la construccin del mestizo como el
est pensada, proyectada, im plantada desde un discurso estatal, nuevo sin
pueblo boliviano, se ve descentrada en la misma escritura de los textos. En
duda , pues se trata ahora de un Estado moderno, pero que no recoge lo que
Aguirre, la presencia de lo indgena, en forma de smbolos culturales e his
este no necesita para su hegemona poltica.
tricos quechuas, no permite que la construccin del mestizo sea absoluta
Hay, ciertamente, una evolucin en estas narrativas que van de Aguirre
mente hegemnica. En Tamayo, su propia imagen, como el mestizo letrado
a Cspedes y se sitan en el m bito del Estado, pero all donde hay una
y llamado a recoger los destinos del pas, ensombrece la construccin del
determ inacin del poder, hay una cerrazn escritural. Esto no quita que su
mestizo como pueblo. Y, en Cspedes, sus mestizos se ven continuam ente
mirada sobre la sociedad boliviana sea iluminadora en muchos aspectos,
asediados por la infertilidad. C om o si la aridez del Chaco se hubiese m eti
pero s condiciona su capacidad de apertura al futuro, de creacin de pro
do en su proyecto ideolgico y no le permitiese multiplicarse y fecundar el
yectos de una sociedad ms armoniosa y libre. U na de las temticas ms
futuro de la nacin.
12
La patria ntima
Prlogo
13
ser otros. Asemejados por sus santidades opuestas, la h is to n ^ n a c j^ n a ljia ^
creando un espacio narrativo no totalmente dom inado por lo masculino.
invertido completamente la relacin entre su apariencia y su realidad. El
Lo mismo ocurre a nivel de lo narrado, donde la heroica actuacin fem eni
que aparentaba santidad y se revelaba como condenado se ha transforma-
na parece ms decisiva cuando se trata de defender la naciente nacin.
do en el que aparentando lo demonaco se encuentra, en realidad, en el
cam ino de la transfiguracin mstica.
N o debera sorprender al lector que el prximo libro en esta tradicin
sea de una mujer: la novela Intimas de Adela Zamudio. N o hace falta re
Esta suerte de dialctica entre lo santo y lo demonaco sugiere una pro
dundar en que la situacin de la mujer en la sociedad boliviana es, de va
funda inestabilidad -pero tam bin una fecundidad creativa excepcional-
rias maneras, bastante marginal. A l menos, en la discusin sobre la nacin,
en la vida anm ica del sujeto nacional cuya constitucin no obedece sola
su participacin ha sido, hasta bien entrado este siglo, limitada (por ejem
m ente a los designios del Estado. Arzns com o Saen: exponen una
plo, no tener derecho al voto poltico). Zamudio no escribe una novela
.cartografa del alma boliviana por medio de una plenitud de voces narrati
donde lo poltico, a diferencia de textos de su poca como los de Arguedas
vas y personajes, y de amplios caminos por donde transitan los grupos so
o de Cspedes, sea predominante. Su novela, como gran parte de su obra,
ciales ms marginados por el Estado. N o es que estas obras estn libres de
es un relato de costumbres. Pero le' importante es que Zam udio plantea que
un determinante discurso ideolgico; al contrario, estn tan marcadas por
las estrategias narrativas y los contenidos de una obra literaria no pueden
lo estatal y lo autoritario como cualquiera de las otras obras estudiadas,
dejar de lado el gnero sexual. En este sentido, Intimas es la primera novela
pero su posicin frente a estos sistemas ideolgicos est sostenida en una
feminista en Bolivia. Quizs por esto, su recepcin por parte de los lectores
libre y lcida crtica y as consiguen inscribir en el corazn mismo de esos
masculinos de la poca fue negativa, que vean en esta novela no slo una
discursos ideolgicos las fisuras por las que asoma de forma imperiosa la voz
de los otros bolivianos.
mala obra sino una especie de amenaza a un dom inio exclusivamente mas
culino, a saber, la narracin de lo social y nacional. C om o la misma Zamudio
En el casi >de Arzns, la inscripcin de la mujer como fertilidad criolla y
lo not), esa crtica ideolgica y prejuiciada no es vlida. La sospecha de
de lo indgena en la tiesta barroca colonial desbordan la rgida y en extre
Zamudio fue -al igual que la nuestra- que la concepcin de la novela boli
mo codificada escritura colonial, para sentar las bases ele un imaginario
viana estaba fuertemente ligada a que sea una voz masculina y patriarcal la
social que posibilitar -junto con las condiciones econmicas y sociales
que la enuncie. Zamudio lleva a cabo lo que sedo irnicamente est presen
requeridas- la lutura formacin de Bolivia. N o es, pues, el discurso religio
te en Juan de la Rosa: que la mujer puede hablar por s misma, y al hacerlo
espaol de Arzns el que posibilita ese espacio, sino las voces y la pre
se construye diferente a lo masculino. Y esto no implica que la mujer en
sencia de los deseos de la mujer y de la historia de los indios. Si hay un
tanto voz distinta no sea parte esencial de la constitucin! de un sujeto
so
proto-sujeto nacional en la obra de Arzns, se est en esas voces que esca
nacional; al contrario, su pertinencia y pertenencia a lo nacional es inne
pando a lo dom inante se insertan en lo mismo dom inante como pilares
gable.
C om o ya dijimos, con Saenz llegamos a un m om ento privilegiado en
fundacionales de otra nacin, una no-espaola.
Aunque m ucho ms atenuada, la misma dialctica ocurre en Juan de la
esta lnea ele la literatura boliviana. No slo porque la obra ele Saenz est
Rosa. Por una parte, lo cultural quechua irrumpe sutilmente a lo largo ele
volcada a los seres marginales de la sociedad pacea -alcohlicos, aparapitas,
todo el texto, marcando el desarrollo em ocional del n io protagonista. La
artesanos pobres-, sino porque es capaz de articular estas vidas y sus voces
em otividad de este nio, que se encuentra sometida al impacto ideolgico
en el discurso ele la formacin! de lo nacional. Saenz consigue rearticular la <
de las ideas de libertad y de los hechos histricos de las revueltas de la
races del sentido ms bsico a toda propuesta de sujeto -y, por ende, de
independencia -presiones de tipo occidental-, est tambin fuertemente
sujeto nacional-de forma radical. Para ello, primero debe construir un dife
condicionada por las canciones, poemas y teatro quechua. Por otra parte,
rente sujeto de lenguaje. Este papel lo cumple la experiencia textual de la
las interrupciones de la mujer del narrador tam bin desestabilizan a ste,
muerte y del alcohol, pues slo en el descenso a las estructuras ms prima-
16
La patria ntima
17
Prlogo
justo en el m om ento de su muerte y, ms perturbador an, que lo encuen-
alienado, determinado, oprim ido por la variable poder-Estado. Giorgo
tre loco, es significativo de una sociedad cuya relacin con la autoridad
Agam ben, hablando de la comunidad que viene, se pregunta: ^Cual po
patriarcal es, al menos, conflictiva. Igualmente, la novela de Saenz, Felipe
dra
Delgado, que comienza con la muerte del padre y el sentimiento de culpa
comunidad no est mediada por ninguna condicin de pertenencia (ser
del protagonista por no llevarle a tiempo un confesor, muestra una vez ms
rojo, ser italiano, ser comunista) ni por la simple ausencia de condiciones
ser
la poltica de una singularidad cualquiera, es decir, de un ser cuya
esta marca de lo paterno/patriarcal como conflictivo. Quizs las races de
(una comunidad negativa, como la recientemente propuesta en Francia
esta temtica estn en la colonia. Ya Arzns nos muestra que el origen de
por Maurice Blanchot), sino por el pertenecer en s? (84). La respuesta
los potosinos est ligado a la voluntad de la madre, mientras que el padre es
del filsofo es que la novedad de la poltica que viene es que no ser una
un actor espiritual, lejano, casi innecesario. En Arzns, este hecho se pue-
lucha por el control del Estado, sino una lucha entre el Estado y el no-
de u nir al con flicto del m u ndo indgena originado en la muerte ele
Estado (hum anidad), una disyuncin insuperable entre cualquier singula
A tahuallpa, prdida, por supuesto, del eje patriarcal ordenador del im agi
nario social quechua de la regin andina.
ridad y la organizacin estatal (85). Estos conceptos reflejan bien lo que
Esta ausencia de figura paterna tam bin se puede ligar con otro rasgo,
intensos: una nueva forma de la poltica, que ya no busca un reforma, un
presente en varios de los textos estudiados: la ausencia o la imposibilidad
cambio, un apoderarse del Estado, sino la afirmacin y la expansin de lo
de descendencia en muchos protagonistas y narradores. As tenemos que el
hum ano, lo comunitario, por encima de.lo estatal. Y la aprehensin de lo
narrador y protagonista de Juan de la Rosa no tiene hijos; que los cuentos
hum ano slo puede darse por una experiencia nueva del lenguaje, la expe
de Sangi'c de mestizos se centran en torno al tema de la infertilidad territo
riencia no de que se habla de algo, sino de que simplemente se habla. U na
rial y la de los mismos protagonistas de la guerra; que Adela, la protagonis
comunidad as entendida no necesitara presupuestos ideolgicos ni Esta
ta de la novela de Zamudio, vive una dolorosa intertilidad; que los hacen-
do, v sera en s una comunidad inesencial (Agam ben). Los individuos no
dados matan a una india embarazada en lui:a de Bronce; que l'e rm to deja
necesitaran unirse en una esencia (lo boliviano) sino simplemente vivir la
una herencia teida de soledad en su poesa; que Felipe Helgado se desva
nece sin dejar o fundar un familia. Esto parece sugerir que la reproduccin
solidaridad de una comunidad en sih propias existencias.
En obras como las de Sanjins, Saenz, Zamudio y, notablemente por su
la literatura y el cine bolivianos estn planteando en sus momentos ms
de un Estado-nacin de orden patriarcal tal cual se origina en la colonia y
capacidad de ver ms all de su momento histrico, en la de Arzns, hay
se contina en la repblica es rechazado en algn lugar del imaginario n a
un lenguaje nuevo que trata de librarse de toda determinacin ideolgica y
cional. U na posible consecuencia de esta paternidad infrtil es que la cons
existir s l o en la plenitud de su propio discurrir, cuya imagen privilegiada
titucin misma de com unidad nacional est siendo cuestionada. Es decir,
sera el comentado saco del Aparapita saenziano. ^ por medio de ese len
la relacin entre la nacin moderna y occidental que siempre se va a pre
guaje se puede vislumbrar una comunidad nacional que no se deja reducir
sentar como totalizante y homogeneizante, y los individuos que la confor
a los presupuestos del Estado, que encuentra que su tristeza y su alegra es
man y que deben o no someterse a esa estructuracin, es resistida por la
de ser simplemente lo que es, sin un morir antes que esclavos vivir que
experiencia histrica especfica de los sujetos nacionales bolivianos. Su in
difiere toda felicidad a una realizacin nunca lograda. De alguna manera,
sistencia en la no reproduccin ele lo patriarcal parece estar relacionada
estos textos y autores tienen una vocacin, diramos, anarquista, no creen
con una negativa a entrar en el espacio de la nacin moderna y occidental.
en el poder acumulado ni en el Estado, su apuesta es por la gente que vive,
El rechazo ms fuerte es a tener que definirse como individuos, grupos,
etnias o clases, a partir de una estructura nacional patriarcal hegemnica.
ama y muere en este territorio que se llama Bolivia.
Esta es tambin, en gran medida, la apuesta de este libro.
Consecuentemente, y ms all de lo patriarcal, el desafo que se abre es
ms general: cm o definirse dentro de una comunidad nacional sin estar
La Paz, octubre de 1997
14
La patria ntima
Prlogo
15
ras de toda construccin de sujeto (el narcisismo primario que seala el
blo del que es originario, ni a la ciudad que lo ha transformado, el protago
sicoanlisis) y en su reestructuracin se puede sentar las bases para una
nueva articulacin del sujeto nacional.
nista de la pelcula de Sanjins recorre los territorios sociales y geogrficos
En Saen: hay una destruccin y una deconstruccin de todos los funda
cional. Ese espacio slo ser posible en/por su muerte, pero no una muerte
mentos de su identidad como sujeto social y nacional. Su novela, Felipe
cualquiera sino la del arte y del rito. La danza ritual en la que se inm ola el
Delgado, cuestiona, sobre todo, dos pilares sobre los que se asienta la cons
protagonista es el espacio en el cual se pueden encontrar las dos Bolivias,
truccin de lo nacional: la autcvridad pam^rcal y los hitos histricos m o nu
los dos sujetos nacionales, los dos lenguajes (el baile indgena y el cine
mentales. Salamanca (y sus semejantes como Tamayo) son vistos por Saenz
occidental) que constituyen histricamente tas orgenes de la nacin: el
como figuras autoritarias, pero, a la vez, deseadas por la sociedad. Frente a
m undo indgena y el occidental. Slo en ese espacio cultural interior y
este autoritarismo, propone una verdadera autoridad que nazca de la pro
marginal a los discursos nacionales es donde la ambivalencia de los sujetos
funda indagacin por los deseos y los sentidos de la vida y del ser bolivia
nacionales modernos puede encontrar una existencia que no sea excluyeme.
bolivianos ms que buscando, creando su propio espacio de existencia n a ^
nos. Igualmente, los grandes smbolos histricos nacionales, como la pr
C o n la obra ele Sanjins, lo iniciado por Arzns parece alcanzar un m o
dida de la salida al mar en la guerra con Chile, son desmirificados por Saenz.
m ento de existencia real: la definitiva e irreversible marca ele lo indgena
Su propuesta es radical: superar completamente esas llnelas histricas que
en lo criollo; especie de mestizaje no construido desde el Estado, sino sen
lo> discursos nacionalistas han convertido en emblemas de un ser nacional
tido en la carne y el lenguaje elel sujeto nacional.
paralogizado por ciertas versiones de su propio pasado. Por eso, la novela
insiste en la bsqueda de un real gobierno de la vida, de la muerte y de la
nacin: un gobierno, diramos, ms sicolgico que politice), basado en las
PATERNIDADES IMPOSIBLES
paradojas del lenguaje que, como lo lia mostrado Deleuze, es el aparato
lingstico que crea sentido m s all del m e n >signiticado. A s Saenz entre
No se puede dejar de hablar de lo patriarcal al hablar de lo nacional. Es
ga nuevos presupuestos ontolgicos y epistemolgicos para poder pensar y
crear un sujeto nacional diferente.
casi un truismo afirmar que los Estados nacionales modernos se asientan
Tampoco debera sorprender que en esta lnea de eliscusin de lo nacio
preelominio de lo masculino sobre lo femenino, ha determinado claram en
nal desde lo marginal, el otro gran autor que estudio sea un cineasta y no
te esa formacin y estructura social. En Bolivia, slo recientemente los es
un escritor, pues el cine -a pesar ele los heroicos esfuerzos de cineastas e
tudios de gnero sexual han comenzado a mostrar Lis ramificaciones de lo
instituciones como la Cinemateca Nacional- es una actividad marginal.
machista y lo patriarcal en la sociedad boliviana. En esta perspectiva, ejuie-
Pero, t ambin cabe pensar ejiie quizs slo a travs elel cine se podra expre
10 mencionar una constante, presente en muchos de estos textos, y ejue
sa! una vuluua que ha vivido la escritura occidental como una permanente
apunta hacia un conflicto permanente en el imaginario social boliviano: la
imposicin y no como un instrumento de libre expresin. La obra de Jorge
problemtica presencia ele paelres y del patriarcalismo estatal en la nacin.
sobre un sistema poltico patriarcal. La tradicin jueleocristlana, con su fuerte
Sanjmes es excepcional en este sentido, pues ha intentado expresar con
Es interesante sealar e{ue en varios ele los textos que estudio la figura
una lealtad y idelidad maravillosas la visin del m undo indgena. Desde
elel padre es una ausencia. Si en la tradicin latinoamericana elel romance
esta perspectiva, Sanjins es para la cultura boliviana, lo que Jos Mara
nacional -como lo muestra Doris Sommer- la familia es una alegora de la
Arguedas es para la del Per. Su pelcula La nacin clandestina muestra uno
nacin, el paelre es el representante ele la autoridad del Estado nacional. Su
de los espacios ms complejos de articulacin de un sujeto nacional: _e]
presencia o su ausencia est, pues, ligada a la predominancia o no de lo
boliviano que vive conflictivam ente entre la cultura indgena y la occiden
patriarcal en la organizacin social. Por eso, que Juan de la Rosa busque a
tal. Desarraigado y sin posibilidades de integrarse orgnicamente ni al pue
su padre durante toda la novela, para encontrarlo al final de la misma,
10
La patria ntima
LOS RECHAZOS DE LO N A CIO NA L
Prlogo
poetas bolivianos ya desaparecidos. En ellos reconoce su misma tragedia: la
soledad y la palabra que cae en el vaco. Sin embargo, su certeza inicial de
Hay otra lnea de desarrollo de la escritura de lo nacional que, a primera
que el origen de su soledad est en la corrupcin social se ve cuestionada
vista, parecera ser de una total oposicin a la tradicin que acabamos de
por la sospecha de que tal vez fue l mismo, al construirse en un lenguaje
delinear, pero que necesariamente mantiene una filiacin con sta. Se tra
cerrado en s mismo, el propio artfice de su prisin.
ta de aquellos autores que proponen o practican una literatura que rechaza
la injerencia de la sociedad. Esta posicin crea una falsa separacin de lo
estatal, pues al negar la sociedad no se escapa a lo estatal, que no deja de
MRGENES TEXTUALES Y NACIONALES
tener una tuerte determinacin en su escritura y en los sujetos nacionales
que proponen. El caso ms notable es el de Gabriel Ren Moreno. En sus
Por lo teorizado por Bhahha, no debe sorprender que aquellos textos
trabajos de crtica literaria queda claramente expresado que la obra litera
cuyos narradores se alejan lo ms posible del poder estatal y ms se in c li
ria encontrar su mejor realizacin cuanto ms se distancie de la influencia
nan hacia los grupos humanis marginados ele la sociedad boliviana sean
de lo social. Paradjicamente, M oreno no deja de pensar que la literatura
los que ms puertas abren tanto a proyectos de formacion de sujetos nacio
es producto de lo social, pero para alcanzar su plenitud debe separarse de
nales dialogicos y plurales como a formas literarias noveelosas. En esta l
ella. Para ello, propone la creacin de ateneos culturales para las lites na
nea es donde se dan las respuestas ms intensas y ms innovadoras de la
cionales. M oreno no se da cuenta de que sta es una trampa ideolgica y
representacin de lo nacional.
que los escritores que caigan en ella no podrn terminar sino en la ms
absoluta soledad.
Hay una imagen que me parece de lo ms elocuente para entender esta
traelicin: la conjuncin de lo santo con lo demonaco. En la listona de la
En esta linea, textos como la Creacin ele a Jvi(agoga naciona o Para
villa imperial Je Potos, de Bartolom Arzns, se narra la historia de un erm i
siempre de Tamayo revelan detrs ele la constmcciiM'i elel sujeto narrador,
tao, un criollo r e p u t a d o ele' santo. A su muerte se descubre ejue es, en
un yo descomunal egocntrico y, por lo tanto, solitario, que englobando
realidad, un terrible' pecador, un asesino ejue ha vivido tela su vida con el
todo en s, no puede trascenderse al construir un sujeto nacional. C ierta
alma llena ele oelio. I lahiendo mataelo a un espaol ejue lo haba ofendido,
mente, es difcil afirmar que la obra ele Tamayo haya tenido como parmetro
le come el corazn, le corta la cabeza y elesde ese momento lleva consigo su
la negacin de lo social; esto no sera cierto. Pero lo que s se puede ver es
calavera, deseando que reviva mil veces para poeler matarlo otras tantas.
que hay un sujete') del discurso que se siente autnom o frente al lenguaje y
Siglos ms trele, en su novela Felipe Helgado, Jaime Saenz recrea en su
social, que cree que su pensamiento es su reino y su espacio absoluto ele
personaje principal un vida mstica, e l i n a m o s , ekv sentido negativo. Este'
lo
libertad. Esta percepcin deformada de s mismo, encierra la minela crtica
protagonista se embarca en una vida ele alcoholismo extremo buscando el
de Tamayo en el propio modelo que Iva construido ele s mismo. Por eso,
sentido
ultimo ele la viela y ele la muerte. I n m e r s o en las zonas m s margi
algunas veces la obra de Tamayo, en trminos del narrador y ele la teleo lo ga
nales ele la ciuelael ele La Paz, no eluela en sacrificar su patrimonio, sil amor,
en que se sustenta, es un soliloquio redundante sobre s mismo. De ah a la
hasta su propia integr ielael tsica tratando ele construir su elestino.
soledad social y existencial hay slo un paso.
Estas elos
imgenes, que marcan un m om ento inicial y uno reciente en
Ese paso lo dio Cerruto en su obra potica. Indagando por la relacin
las evoluciones del sujeto nacional boliviano, muestran en su marginalidad,
entre el sujeto potico y la sociedad boliviana, Cerruto experimenta una
en su separacin de lo social d o m ina nte y en su proxunidad c u i lo
insuperable escisin entre el poeta y la nacin. Geografa e historia boli
dem onaco, una extraa hermandad. Es com o si el erm itao c o lo n ial
vianas se convierten para l en formas de la soledad. A l final, im posibilita
potosino y el ciudadano paceo borracho se miraran a travs de un espejo
do de hablar con la sociedad se refugia en el dilogo con los muertos: los
y reconocindose semejantes, sintiesen al mismo tiempo, la extrae-a del
La patria ntima
Prlogo
ciones, anhelos, frustraciones, amores, odios) de individuos y com unida
desarrollo de la literatura de Bolivia quiero sealar algunas lneas maestras
des al objetivar los puentes entre stos y las construcciones histrico-so-
que pueden ayudar a esbozar algunas estructuras del desarrollo del texto
cales nacidas del poder poltico. Por esc, ms que la nacin, en tanto
nacional en Bolivia.
entidad histrica, son las relaciones reales e imaginarias de los sujetos n a
cionales con esa abstraccin poltica que es la n a c i n ,4 lo que interesa en
este libro.
N A RRA DO RES A LA SOMBRA DEL ESTADO
C om o en el caso del personaje de Saenz que utilizamos de epgrafe
que define al sujeto nacional, entonces, no es su entendim iento racional
Es sabido que en tas nuevos pases independientes de Latinoamrica,
de la nacin, sino una relacin hecha de deseo, amor, necesidad, vida y
poltica y narrativa fundacional van muy unidas. U n hecho recurrente y
muerte, que al constituirlo come' boliviano lo constituye tambin como ser
muy significativo es que los escritores ms destacados del siglo XIX sean, al
humano. La nacin no es, pues, en este sentido, algo que existe fuera de la
mismo tiempo, prom inente figuras polticas. El caso paradigm tico es
constitucin de los sujetos, sino en su propia interioridad y como esencial
Dom ingo F. Sarmiento, presidente de la Argentina y tam bin el autor de
a la formacin de la misma. De ah, que tomando un frase de Saenz, este
Civilizacin y barbarie, uno de los textos ms representativos de los pro
libro se llame La patria ntima, pues la nacin existe en el alma de los suje
yectos nacionales de la poca. En Bolivia, esta posicin em blem tica la
tos representados. A s como lo cultural se materializa en las grietas del tex
detenta, sin duda, Nataniel Aguirre. Su intensa vida poltica lo llev a
to nacional, la nacin se despliega en los intersticios de personajes, narra
ocupar altos cargos administrativos y no es de extraar, pues, que su obra
dores, voces poticas y ensaysticas.
literaria est determinada por las ideas y principios que defendi en la are
Hn este sentido, uno de los conceptos claves que utilizo en mi indaga
na poltica. Este es el caso ele Juan de la Rosa, novela que se sustenta en un
cin es el de sujeto nacional. C om o se puede sospechar de lo dicho anterior
fuerte proyecto liberal de nacin para Bolivia. C o n Aguirre se inicia en
mente, este concepto da espacio tanto a lo racional/conciente como a tas
Bolivia una linea de produccin textual que se encuentra muy cercana y
deseos, lo inconciente y las determinaciones culturales de una sociedad.'
muchas veces determinada por los imperativos del Estado nacional. Sea
'' De hecho, he querido ver debajo de narradores, propuestas y afirmaciones
para sostenerlo o para reformarlo e incluso cuestionarlo, los proyectos
de tipo racional, el impacto del deseo (culturalmente codificado, por su
narrativos que se inscriben en esta lnea tienen como principal referente al
puesto'), sobre todo de aquel no reconocido concientemente. Es que en
Estado boliviano.
Los inmediatos seguidores a Aguirre son Alcides Arguellas y Franz
esos deseos no concientizados habla -con voz de bronce diramos con
Cernito- lo ms vital y lo mas conflictivo de la pluralidad cultural bolivia
Tamayo. C o n sus diferencias respectivas, estos dos escritores ponen en el
na. A lo largi>de este trabajo trato, pues, ele definir las propuestas de sujeto
centro de su obra las razas bolivianas -al indio sobre tod( >- pero en funcin
nacional que las distintas obras estudiadas construyen, trazando una suerte
de su pertenencia y participacin en la vida nacional tal como se la p la n
de itinerario de los proyectos de sujeto nacional que se han ido entregando
tea desde el Estado. En Raza de bronce, la posicin narrativa e ideolgica
a la colectividad boliviana. Com o es de esperar, ese itinerario no es lineal
del indigenismo de Arguellas es inseparable de una posicionalidad poltica
ni unidireccional. Los textos estudiados se podran ordenar, a veces, en
identificada con el Estado. Posicionalidad que privilegia la racionalidad,
forma consecutiva, pero otras veces, sus posiciones son opuestas y antag
tal come') se la entiende a partir del positivismo y del darwinismo, por encima
nicas y no permiten una distribucin simplemente cronolgica. Algunos
de cualquier organizacin social y cultural (indgena, sobre todo) que se
temas son, por ejemplo, circulares aparecen, desaparecen y reaparecen
sustente en lo emotivo, le'* mgico, 1(3 religioso, en una palabra, en cualquier
cclicamente-, lo cual es indicativo de que algunos conflictos histricos no
pensamiento no-occidental. Igualmente, el indigenismo-de Tamayo est
han encontrado todava solucin. De este mar de posiciones y virajes en el
esbozado desde su propia posicin social y de clase que, como se sabe, era la
La patria ntima
Prlogo
que los nacionalismos estatales nos querran hacer creer) sino de las confi
(la nacin, el sujeto nacional) que posibilita una mejor explicacin de los
guraciones de nuestra interioridad que nos permitan re co nocem o sT ilaja^
cambios de la literatura boliviana. Quizs la falta de un eje ordenador, un
semejantes y diferentes a los otras naciones, comunidades, pases.
tema, una motivacin, una pertinente relacin con la historia boliviana,
Lo> textos que este libro estudia han dado sus respuestas a esta interro
han hecho de nuestras historias literarias, aburridos e intiles listados de
gante. Cada respuesta es, sin duda, nica. N o slo porque no hay una
libros y autores. S in negar su aporte como mapeamientos generales y resca
esencialidad de lo que sera el ser nacional, sino porque cada texto est
te informativo, historias como la de Finot (todava la mejor referencia) o
sujeto a condicionamientos propios de su momento histrico y de sus hori
la de Avila Echaz son, en trminos de conocimiento y explicacin de nues
zontes ideolgicos. Esto no quita que, vistas en su conjunto, las respuestas
tras letras, bastante inservibles. De ah que tener un eje ordenador com o el
esboza las por todos ellos presenten tam bin rasgos comunes, preocupacio
que este libro propone sea, por lo menos, un principie') de clasificacin ms
nes similares, idnticos problemas, y que nos entreguen una imagen unita
c o h e re n te y ms til para el entendim iento de la literatura boliviana.
ria ele un sujeto nacional boliviano, no totalizante sino en permanente trans
formacin y de una gran diversidad cultural.
Los lince ensayos que forman este libro tienen por objetivo, precisa-
DESBORDANDO LA N A C I N , DESCENTRANDO LA ESCRITURA
meno- -/studiar esas inscripciones y proyectos de la nacin y el sujeto naa mi , atender los ms interesantes ele la historia literaria y
La eleccin de la la c i n y el sujeto nacional como ejes ordenadores de
filmt u ica de Bolivia. M i recorrido se inicia con el estudio de la Historia
este trabajo no es arbitraria; se debe a que esta temtica se vive como una
ciiT .!;
de la [ ida Imperial de Potos, obra fundacional ele Bartolom Arzns Orsa v
urgencia y necesidad vitales para la existencia de individuos y co m u nid a
Vela ( I 076-17 36), quien en las primeras decadas del siglo X \ III escribi lo
des en Bolivia. En el epgrafe de Saenz que utilizamos se nota este deseo,
que considero el primer texto proto-nacional boliviano, donde se puede
esta urgencia, esta necesidad ele nosotros mismos de entender qu o quien
ver i.!, imaginario colectivo que permitir ms adelante la creacin de la
es el ser boliviano. La intensidad de la exigencia sugiere que la pregunta
lepuoiica. 'l termina con el anlisis del film de lorge San]mes ( 19}(v
por la identidad del sujeto nacional est presente en toda indagacin p o l
))
La ut >n clandestina, obra que recoge la problemtica de la constitucin de
lo social boliviano. Es decir, sera muy difcil que existiese una obra literaria
un s : ,o nacional indio/mestizo moderno. Entre ambos captulos y enca
seriamente comprometida con representar o entender cualquier aspecto de
denadas cronolgicam ente se insertan los restantes estudios del libro:
Bolivia que no se pregunte por lo nacional boliviano.
Gabriel Ren Moreno (1836-1908'* como critico literario, Juan de la Rosa
Que lo nacional sea uno de los centros necesarios, si no el imprescindi-
de Niaraniel Aguirre (1843-1888), Intimas de Adela Zamudio ( 1854-1928),
ble, de la produccin literaria boliviana no es privativo de n u e s t r a s letras.
Kiiyd a< hioiiLC de Alcides Arguedas (18/9-1946), ( reacion de la peda^o^a
Algunos crticos han sugerido que este principio es vlido para todas las
naci a d de branz Tamayo (1879-195M, Aluvin de fuego d.e Oscar Cerruto
literaturas del tercer mundo. Frcdric Jameson afirmaba en un articulo, por
1191 2 ! 98 1), Sangre de mestizos de Augusto l Cspedes ( 1^04-1997), la poe
cierto muy polmico, que:
sa de !. )scar Cerruto y la (bra literaria de Jaime Saenz ( 1921-1986).
to jo s los textos del tercer m u n J o son noces,ircim ente, deseo arg um en tar, a le
Foi esta ordenacin cronolgica, mi trabajo se acerca a una historia
gricos, y en una torm a m uy especfica: Jc h e n ser leiJos c o m o lo que lla m a r
literaria temtica aunque en una dim ensin muy general y esquemtica.
alegoras nacioiuics, incluso cuand o , o tal ve: debera Jccir, p artic u la rm e nte c u a n
Esta es una intencin del libro, sin duda, pero que no pretende establecer
do sus formas >c desarrollan a partir de p re d o m ina nte s m a qu in a ria s o c c id e n t a
les de representacin, tales com>> la n o v ela (69).-
una rigurosidad lineal evolutiva, ni siquiera un marco general de referencia
del desarrolle historico de la literatura boliviana.1Tiene, sin embargo, una
Si bien esta afirmacin peligrosamente general que, como lo han mostrado
cualidad ausente en nuestras pobres historias literarias: provee un parmetro
varios crticos, no es sostenible para la totalidad de los pases que confor-