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Gendrop-Balerdi - Escultura Azteca

Historia de las artes visuales, America precolombina, Mexico precolombino, culturas precolombinas, arte precolombino.

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ESCULTURA ALTECA UNA APROXIMACION A SU ESTELICA _ PAUL GENDROP INAKI DIAZ BALERDI Tne [6] Figura 217. Mujer arrodillade, Museum fur VolRerkunde. Letpeig Figura 218, Mujer arrodilada, Amencan Museum of Datural History. Nueva York Figura 219. Tlazoltéotl Dumbarton Oaks. Washington Y tras este goune metaforico entre sexo y « continuemos con las imagenes emeninas las cu les también siguen unos patrones compositivos y riaciones posibies, Freewentemente aparecen en cu- sills (Fg. 217). La textura dela piedra, extrema mente porosa, asi como la Maccides. de los pechos fos hacen pensat aqui en if imagen dena anciana que, no obstarte, eUBEE Su'sexo con tas mands, en ln gesto de “castidad” acorde con ef ideal de com-. portamiento:de:la.mujer También excepcional por ios pechos dascubier: josijesca ocra esculturaadopta Ia eldsicayposture ‘rrodllagayig. 216). Escutpiaa en una piecra ba silkica finamene pulida carece, al igual que la an- {etior, de cualquier atribuco que nos permica una identfcacion parcicularizada de la imagen. Tanto Ia concepcion como la vos y, unque spegada 2 ese gusto por la dele libloque originale} cuerpo resulta mas vivo que io habitual, mostrando un sutil equilioio entre la estilzacion de algunos elementos Ia falda, por tjemplo, trabajada con una sencillez casi georn fier y el realismo de otros, como el modelado de los hombros. las clavieuas y los pechos ‘Quiza la mas extraordinaria escultura femenina dé pequerias dimensiones sea a de Tazolcéot dan- Go 0 luz, Repitiendo las palabras de Sigvald Linne 1951: 76) consticuye sin duds alguna uno de los motives mas originales de la historia del arte (lig 219) Mazokéotl es una divinidad de significado nombres, entre otras. “Corazén de la Tierra", 10 Que indica su adscripcion at campo de los dioses a del algodon. y recordemos el papel tr Gencal que una bolita de algodén tuvo en el na- eimiento ce HuKcilopochth: en realidad Coaticut Pent ati nalts aereiu Ia arpa de ciso- lutos y labricoe de que gozaban los huastecos entre los mexicas 1 que establece fiesta celebrada’al corienzo ¢ la temporada ce osechas, Tlazoltéot! caba 2 luz a Cenveot! ei ics Gel maiz. y tal parece ser el significado de este imagen. Tambien era la ciose ce los partor profs amino de as cidn simbdiica que se adelante en varios siglos ¢ las preocupaciones ecoldgicas y entronca directa~ mente con e| ambito eligioso, en tanto que podia ‘cargar con los pecados de los nombres y liberarlos de a culpa generada por sus faltas: en efecto. sus sacerdotes podian, después de la penitencia, abso! ver los pecades: pero une sola vez, por lo que la con- fesion se Giferia hasta la vejez, cuando la mayoria de tos pecades habian perdido casi todo su encanto inne, 1961: 77) ‘Ur éscultura-es'de un realismo impresionante. a diosa, en cuclillas, separa sus nalgas con las ma nos én una acticud tipice de parto. comin incluso hoy dia en algunas comunidades indigenes. Las su virtud de los perficies se modelan con sencillez. per efectividas asombrose, sobre todo Geialles de tensidn, y fuerza que la animan. El es fuerto fisico palpable: los pechos turgentes. las cla vculas cibyjandose por debzjo de fa piel y. final mente, la boca estirada en un rictus que denoca 2 2 vez dolor y orgulla, La obra tiene la calidad de une inscanténea fiel.|Captaleltrauma'fisico'que'supone cebpariojymuestea Ia ferrea decerminacion dese fnujer-diosa en un momenta de semejance trascen- dencia biolégica ~pues asi aseguraba, a nivel reli- gioso, la supervivencia de la.comunidad. Al margen Ge su simbologia celacionada con diversos dioses. fl nacimiento se inscribe metaforicamente en et campo de la cosmogonia y de los movimnientos ci- clicosidel universs. En esta pieza todo se expresa cial, siendo| Le maestria de su ee da muy pulida, contribuye a hacer de el quefia obra de arte, pequefia solo por su tamafo y digna compat que obviamente concebida y realizada de manera muy diferente a aqué Las divinidades relacionadas con la fertilidad re- ‘visten ‘extraordinaria en todas las 5 riesoamericanas: En TEouf cule » “una imagen monurrental de Ch Atlicue, +a de las faldas de jade": companérs GPbIoe €1 dios de la luvia: la estatua teotihuacanates impo- rnente en cuanto a tamafo, estructuracionarquitec- Anica de los volmenes y sencillex y geofairismo de sus lineas composicivas (fig. 220). Lge aacecas on mucho mas modestos en las represeflaciones {de dicha divinidad y desarrollan su discutso plasti- co de manera muy diferente. Pronco creén un tipo reconocible e, inspirindose tal vez en algunas es- tatuas’ huastecas, la represencardn por jo general fen una actitud mas humana, desprovis de Ia se- ‘quedad de lineas teotihuacanas y, sobre todo, mas ferrenina al adoptaruna postura tipica de'las mu- ' 5s arrodiliada, con el cuerbo vertical sobre los talones y las maigos en las ig: 221) ee Fiel al bioque en el que se crabajaigiiseeuleor ura estas piezas-a pastifite un es- igo) aunque sin ilegapval-extre- 1 de las obras que casi parecen cengpios y que és adelante tendremos ocasion deSznalizar. Y ja remihiscencia arquitect6nica se plasma funda- mentaimente en la cabeza..donde el cabello, su- Jeqq ar una banda de diademas, cuclge a los la- do, enmarcando el rostro, de una manera ‘que inmediatamente nos recuerda el modo en que se cinen los remates de lasyalfardas de cualquier pi- ramide mexica Los etalies pueden variar ae una pieza a otra pefo siempre encontreremos una Setitud reserva ay discrera/"el"pelo reco giddy grandes collares, con cuentas de jade, que son los que dan nombre f laigivinidadiis! canon composicivo también ofre ce diferencias y. asi, encontramos desde obras bien proporcionadas hasta otras alargadas (fig 222), pasando por las francamente rechonchas (gs. 223 y 2241 En algunas se busca ta plasmacién fiel de la realidad, como es el caso de las ufas de la figu: 222, notable también por la modulacion del ros- tro, y en otras (fig. 224) los problemas plascicos se resuelven de manera harto original: la parce poste fior de la obr3 acusa una asimetria de motivos que contrarresta la pesade2 del disenio ¢ introduce una cierta moviliggd y. al migyro wempo. los pies se festructuran como un basamento sobre el que des- 222 cansd la pieza, aunque para ello cenga que cocar: los dedos enuna postura que apareniemente 09 ese pesisga nay gomose, ¥ eowrman que el t- fiste ebibinths ai maximo las posbilidades tor we esque le brindan Jos cvesoe molwos par aoe SGaatnentonondonal cond et Un Kacp cas ectangular foto por as clagonales de aa abr o coe de orien Huasien eine: Sener rogues a wercalldad por medio ge carer dl pemado. aunque rmpe i endentis eye at co ese anvanriena enor Iknec Figura 220, Chafchivhtlcue teotdhuacana. M.N.A Figuras 221.2224. Mujeres arrodiladas. M.N.A. Museum GeTHomme. Poris ‘Museum fur Volkerkunde. Basle: Museum fur VolkerRunde. Leipzig 224 wih iis Figura 225, Mujer arrodillada, a4.N.A Figura 226, Dioso del maiz. Musée d'Art et é'industric Saini Evenne Xochiquétzal, la diosa del amor, de la prima: vera, de las flores. es la contraparte femenina de Xochipilli y su cullo debié revestir gran impor- tanciz‘en‘el mundo prehispanico. Los micos en los que aparece iraslucen una poatica refinada y sutil acorde con su propia naturaleza, y van desde los arnores con Tezcatlipoca hasta su “hibernacion” en le époce de fri. esperando Ia llegada de tiempos mas calidos para reaparecer sobre la ti fanio que diosa de la primavere, preside jumo 2 Xochipilii el nacimiento de las flores. y se asocia 2 la belleza. 2 las manuales y a las coru guerrero: solteros. 154 No obstante todas estas atribuciones ligadas al goce a un asoecto de la vida mas placentero jada de esa especie de Fatalismo que a veces parece rodear a los mexicas, su identificacién en las obras de arte no es can sencilla. En principio es reconoci- ble por su doble penacho de plumas verdes. pero éste es un ateibuto que. por lo general, no aparece claramente especificado © se confunde con otros ‘motives simbélicos. Probablemence es Xochiquéczal la divinidad re- cada en esra obra (fig. 225), sentada sob cacion=, pero el tocado i pora también dos grandes mazorcas de maiz. cuyas ‘parbas” se curvan hacia atrds cubriendo arménica mente la nuca 2 la manera de un tocado y cobijan las rodillas, que conjresien por su vosce faciura conotros detalles eecutadas impecablement: el r0s- tro, de pomulas ligeramente pronunciados y expre- tien como de éxtasis ~notemos que la estatua de Xoehipili incorpora una méscara sobre el rostro tuna mascara de éxtasis. segun Gordon Wasson el diseno de las flores en la diadema; las borlas que ccuelgan de las oejas; las mazorcas de raz, etcdte- fa. ¥ todavia mas digno de encomio es fa sutleza ‘esplegada por el artista para plasmar una femi- nidad que no resulta empafada ni por el apego 2 tn esquema compositivo recurrent, ni por esa pre- tendida trascendencia que debe traslucir cualquler imagen de una ivinidad ‘Ouro canto ocurre con esta diosa del maiz (hg 226), refleo elocuente de la importancia bésica que tenia dicho alimento en las anciguas culturas me- soamericanas. Como en el caso de. Xochiquétza. la técnica estd al servicio de un cera lleno de vide Es un canto a las divinidades mutrcias. ala renova~ ion de las fuerzis de la naturaleza, resuelio con notable imaginacion. a El artista mexica, (an propenso a establecer contrastes opticos mediante el empleo de distin~ fae teenieas, recurre aqui a la alcernancia de sv- perficies lias y de elementos en forma de bole Pon la diademna, en el collar y en las mazoreas— pare resaltar le imporcancia de estas sitimas. En Efecto, excepro en el peinado, # base de amplias tsirias, y en las ufas, donde se emplea d= mane- fa muy sobria Ia técnica de Ia incision, el resto lee la obra se crabaja a base de superficies mode tadas con delicadeza, pero carences de otra textu- fa que no sea fa proporcionada por el material y fu porosidad natura! Incluso las Dorlas que cuel- gan del rocado carecen de lineas que las animen ise origina que los dos elementos clave ce lz obra destaquen particularmente; por un lado. el iran collar de cuentas de jade. simbolizando cad2 tina de ellas una gota de agua, por otro. las mezor tas. cuyos grands asoman por entre las nojas qu tos cubren. Finalmente, y rodeado por el collar. el hueco destinado 2 contener el corazén simoslica Ge Ia divinidad Si la figura sigue el esquema tradicional de composicién, también es certo que los se desdoblan a partir de la forme ée un Gvalo, forma que engloba a cada uno de Ios mor Vos: los ojos, el rostro, 12 cabeza y el collar. las “lo que de eternamente joven y renaciente hay en la naturaleza y en ef hombre* Goustelle, 1950 een S aT 156 Allado de estas estatuas, que Barna’ aa VE el ideal femenino y la abundancia —en otras pala- bras, lafertlidad, tanto humana como agricola~ existen otras creaciones que implican un simbolis- mo mas sofisticado y unos esquemas compositives plenos de originalidad. Asi. enemos este escaltura eniforma(seriazores esilizadaltig, 227). La parce posterior muestra largas hojas que hacen ceferen- Gia al recubrimiento natural de la propia mazorca y su esilizacon las equipara 2 los disefios de plumas que hemos visto con anceriridad, mientras que en Ia parce frontal incorpora elementos antropomorfos alusivas a la divinidad: el resto y las, manos La fidelidad at bloque aicanza unas cotaslimi- tes. Le ambivatencia entre esculture en dulto y felieve encuentra una sintesis exirema, adecun- Gose de manera radical la morfologia al contenido simbolico: la imager. es la de una divinigad, pero a ia vez es una mazorca, esthueturada unitariamence ‘eesneorporando los atributos y elementos necesa- no $08 3010 68 signif ' mblenceformas’€i resulcaco nos fecuetds otro monolto (hg. 228). probablemente luna representacin de Querzalcéal, cubierto de fal cantidad de simbolos que produce un efecto abigarrado y. hasta cierto punto, contuso. (tra diosa. esculpida en basaltorojizo, se aprox ma de manera mas clara a lo emineniemente antro- pomorto, pero sin dejar de relacionarse con las pie- 22s anteriores (fig. 229). También se trata de una diosa del maiz. cubierta por una especie de casco integral, adornaca con un gran collar de cuentas preciosas y sosteniendo une espiga con la mano izquierda. mientras que con la derecha empufa tuna serpiense, Tapa sus piernas una falda con mo- tivos de grecas. pero aun alcanzamos a ver los de~ 0s de los pies asamando por debajo de la misma En realidad. la diosa se hace visible por entre las fauces de bolico del maiz. ¥.es ese arroparse de la divinidad fen el gran manio terrestee, para surgit entre sus pliegues. lo que el artiste precende comunicarnos en un ejercicio pottico cuyo, significado v alcance metaférico va mas alla de lz simple busqued: tilistica, sin que descuide ~ccSmo podria hacerlo’ -ompleja, pero resuello con evi el trabajo format dente maestria Figuras Homme, Pans. Prladcipma den rastrear en Tula y. en mayor medida. ena re idn del Golfo de México. Los mexicas inrodacc, Sus personales concepciones artsticas , peasy a la estilizacion que tanias ‘Neces hemos Sefalado; utilizan los volimenes gene in ‘el papel para encuadrar et roswio de iz lcviiaa cree aa Etresuago sera ‘oun ipo de obras estructuradas de manera emines: c (ig. 250), Algunas piezas acusarin mayor plancud que otras. pudiendo casi carecer de inporienci ag, cuerpo, en cano que io que realmente la concatenacic simbolica corres- al mismo tiempo, (bdsea la sensual alimundo natural. En estas escui- {uras, concebicas con frie racionalidad, cate ror. bign cierta descomposicién volumetrica, coma co y tl caso de esta diosa cuya quechquémid se omens ‘Secs aac eerie oe tt de mediante lo que parecen dos cuerpos de serpien- u ‘Musée de tHomme. Pans ( te Ulig. 253). ¥ existe una descomposicién porque Y 331), KINA. dloweo de lgnacio Cabral shear ae Yolenande Be hee mre Caw Hao fr UBD. onsen descon enmarcado per fectamente por la lanza que se sobrepone eh cc mitad inferior al tocado, ta:izquierda permanece “desnuda”, dando la sensacion de qué el osnds Entre las divinidades relacionadas co Guede suspendide en el aire, sin un apove a dad. una de 185 as importantes es cr recéatl, fecoja el peso de es2 construccién arquitectonica, 2 aU 6 te cent ett S86 6G 4 manera de ics arcos cumecanee ee ai, Upbbtossg las laldades.sépeesenlades pore’ ebprotongerse ev ome core acaban suspendi- ella, sino también en su propio nombre, el Fe ig una ménsula cia central de la serie numérica indigena masim, oa YE dere Gate RENE CEREAL “ah blicndy x wep ce eager gn hae 108. cable un ora gu a fertiza:con fo que se es- gmat los pies y taulece un complejo de significados enriquecidos ~dagumahamrge teabajan de manera naturalists, con. membres gue race En ¢! quémith, Hlemeniad tieiome de soga 0 esquemas {8S antecedentes pitsucos de tal esquersa.se pus. radiaies cone nn ee las rosetes. 158 44 24 a a 60 235, Entre las representaciones mas sobresalie de divinidades agricolas se cuenta una estavua mu: tilada, de basalto negro admirablemente pulido tfig. 255), La diosa aparece de pie, cocads con la banda ‘ylos colgantes tipicos que caracterizan a CRalehilhe THEBEY En la nuca lleva un adorno de papel plegace por debajo del cual apar "en dos grandes crenzas gue caen hasta la cincura por encima del quech. quémid. Este se anuda por delante mediance una Serpiente. de la que son visibles la cab 28 y los cr falos. La falda esta trabajada con un disefo en for. ma de recuadros. De una factura irreprochable y de una seguri- dad absoluca en la composicion, ero a la vez plena de vida, po: frema. Los volumenes.escin concebidos de mai arménica, escableciéndose una ciara diferencia obra, hierde una dignidad ex- re la cabeza y el resto del cuerpo, Las superficies alternan los acentos.lisos con (razos lineales mati zados hasta el preciosismo: basta con ver aquellas 12 de calla en piedra, Last ma de mutilaciones, pues se localizan alli donde ‘modulaciones de la piel debieron aicanzar un nota. ble grado de refinamiento, para configurar un ejem- plo paradigmatico del nivel de perfeccion técnica en ue se desenvolvieron los artistas mexicas El principio de (ertilidad genera vida. evol vejez y. finalmente, muerte. U: muerte que, @ su Yez, se convierte en principio de vida, recomen. Zando un nuevo periodo ciclico en el que la idea de la muerte se cine de un caracter contradiccorio: 6 la oscuridad y el silencio que triunfa sobre vida y le ius. pero al mismo tiempo es aigo ne: sario para la perpewuacién del orden y cel miento (Pasztory. 1983. 220), En el capitulo dedi: cado al relieve uvimos ocasidn de ver que el cemz de la muerte es frecuente en la plastica mexica Gicho tema resultan 2 menudo sorprendentes po) SU oFiginalidad o por le per barro en 4 que los tres principales estadios ce aparecen formando una unidad indisolub aunque diferenciada. Juventud, vejez y muerte planos desdoblados qui 180 notable por el grado cual que is formas, én de su acabado lidad, for ejemplo, en esas mascaras de Elsienguaje DIaStic9; concedido como vehiculo de cornunicacion de todo un sistema de pentamiento, se lleva 2 la ppréctica con Una séncillez y una depuracién formal ‘que muestran, de manera evidente, los alcances 42 2 ‘ie nqueza asociativa a que Heaton los antiguas me- Tin magen Ge muerte vuelve a presentarse en esta monumental cabeze de Coyolxaunaut ~ Ta io adeabelefienselitOMfOr- cradajada en dionca ig, 257) Como cabeze decaptad que es. [a ef cultura leva los parpados semicerrads y adolece de una ciera felajecion facial basada en el cu dadoso modelado ée i: superficiesfinamente pu lias En el caballo. la diosa lunar eva boras de higodén. logradas mediante sutles incisiones. en tanto que cuelgan ricos adornos de Sus Ores ¥ fu nan, sobreponiendose ala boca En la meiillas a campanlis de oro ~el go "oro", consis- ¢ angulos, aparece en los discos superiores de las companies aludienco = lagamanchas tunares. mos que GGiGImROqUMUMESRE, 25 cece fle de fa Macre Terra Coutheve Las borlas ce algodon aluden al sacificio huma- una punta hacis absjo~ son car siados con #l fuego, 10 cua! encuentra su correlata en el relieve que decora la base 4 pieza (fig. 236), dos serpientes encrelazadas Ge sangre. esto e6, ce sacrificio, entre una ete de agua y otra de fuego que for signo etl-tlachinali, simbolo de la “guerra flor.ca” En une de las esquinas aparece el glifo “1 conejo™ Fecha mivica de la creacion de Tenochtitlan digses asc Lo que dijimos aceréz det gran relieve de Co- yotsaunqui. en cuanto 2 significado y posibes in: terpretaciones, seria aplicable aqui, y tendriamos fa confirmacion palpable de es2 recuperacion de la derrota, 0 de fo negativo. como elemento que en- tra 2 formar parte de la vida y del pensamiento mexiea. ¥ naterios que esta cabeza e¥'la mayor de cuantas Se conocen tallacas en materia preci $0. Io que nos da idea de la importancia de dicho mito en tiempos mexicas Figura 235. Imagen femenind. M04 Figura 236. Relieve en lo bose ce Coveixaungui AN A Figura 237. Cabeza de Covolzaunaui. M.A. 161 SI seguimos con vera nemos de meneionar . motivo recurrence en ls plésticg mesoamericana y que los aztecas repre. sencaron con profusion. Las hay de piedra, como ésa (ig. 2401, jun tanto geor \mterieaTEn Ia que destacan e505 ojos plenos de vida Y €5a estructuracin (an tipica a base de dos ever os horizontales: ias mandibulas sirven de sopor- te 2 lz mad superior de la pieza, en tanto que for stras ostenta una espiga, empleada como an- elaje En el nucleo arquiteeténico al que 12 obra guedabe incorporad. s arquiteccura~ marca unas directrices 2 las que et artista sabe sacar el maximo provecho. '@ 2 multicud de variaciones. y asi como en el relieve pasabamos de la alusion sim Dolica & Ie repeticiéa ritmice con ci la escultura en urre a la estilizacién de las formas y 2 le calicac de los materiales para lograr unos elec. f0s cue en n0 pocas ocasiones alcanzan el nivel d reciosisma. La calavera de obsidiana podria ser un busz elemple (lig. 238). Los ojos se horaden a base de circulos concentricos cuyo diametro se re- 162 2a 282 duce progresivamente: en medio, y @ manera de upilas, queda un circulo resaltado de piedra sin Gebastar. Los pomutos buscan su adecuacion a la forma circular de las cuencas oculares. probable Feceptaculo de discos de concha. Los dientes, fie les a la tonica compositiva del conjunto, s¢ ai Seflan como medias iunas: es. por excelencia, el esquema del cicculo repetido, la concatenacion de tuna forme en funcidn de un todo unikanio Finalmente. nos quedan las calaveras mas na- turalistas en cuanto a disefo, pero fantasticas en Virtud de los efectos opticos producidos por el ma. Aerial 125 calaveras de cristal de roca (igs. 2453 y 268), en las que las transparencias y los suiiles ve~ Figura 258. Colavera de obsidiona, M.N.A Figura 239, ae, Basilee Colavera en nefrita, Museum fur Votkertun- Figura 240. Calavera em relieve. M.A, Figura 241. Caiavero en pleara, Museo de Senia Cet Acanilin 3. Tzompanil. 8A Celaveras en cnsial de race. Musée de "Homme, Pars: Brash Museum, Londres. a4 teados producen una inquiecante sengacion. Esta- mos ante algo que®podria ser considerado como tuna joya de gran tamafo, pero que ‘al mismo tier po nos trasmite un sencimienco vagamence siniescc que, en nuestra mencalidad occidental, se acerca @ aquello que Julio Cortézar definid como “el es- céngalo de la muerte” a ‘que los guerreros, éstas pasaban ——— Desde el alba ‘hasta él cenit. los hombres escoltaban al astro; desde allf hasta el ocaso, eran-kas: mujeres qui ines tomaban el relevo, Seres 2 los que la muerte reserva un destino crascendente ~cosa rara, como to sefalamos paginas atras,e soamericano-ser 245 ee ‘Usualmerte noctuthas, eran ocasidh para*causar “ato aosinesypardsiny eplepsis alos adul J tongue telan laa fora de oars Seam se Ni siledips mas ere: ¥ * < so8 guerreros aztecas se atrevian @ pasar solos. de eI EPebecricjace pues quecatans ner. aise Seapets rete) E74 eepius mages Ee eae aparecenicoh peotssldhiidge nes du ls Bihueeteoy, por supuesto, ambien as 4 una de elas (ig. 263) roids, scant cor apa re stoie er lnageaersy cn ran EMIRR Gal que curlge une cabent de Puerta, eee rte vines Ua arcana en Deere ania anioicsretaneeas co ites quai corcepcibhyeledeuctn cor Sree ames vel abervando on ies Abani meninas. ‘solo que transformando los’ elementos: “son a “bie y mugs) omo coco cena tratado por lo escultores mevteas, f2sluce un cul- de ser represencado. Y a & 164 que acompanaba” al: Me veces se pretende impresionar al posible especta- dor de la obra, como con esta otra (fig. 246) que por su actitud-y por sus ojos, reveladares de una fuerza inhumana, da la impresin de un ser sobre- ‘natural, como bien lo expresd Walter Krickeberg (196: 123) Y el apego al bloque puede conducir a una ‘condensacion de las formas que se situa en el li mite encre la escultura y el arce del relieve: este cuerpo reducido a un esquema troncocénicd. en el que se integran escultura y basamento, y que ‘concentra toda la expresién en un foco de atraccién visual Unico: el rostro descarnado (fig. 247) Ulegamos Finalmente 2 una divinidad que. en figor. se puede considerar un auténtico compendio conceptual de los mitos y de las religiones prehis- parveasCoaticu, "la dela falda de serpiences"! umes See todos ixaul 1 Luna, y de es estrellas. Gust Fue? See etic ia ASi como la Semilla reno- En una primera escultura, proveniente de Cox- catlén, Puebla. y casi seguramente del mismo caller que la del joven Xiuhcecuhtli (ig. 173), vemos a la Siosa con su (earacteristica falda” de-serpientes y bajo el ‘de una mujer anciana encorvada, de senos, Ge Fostro Sermdescarnado (ig 248). Lo que mas destace en esta figura es la acti ud amenazadore que sugieren las manos. v que iene reforzads por aquel alucinante créneo in- ceustaco con concha y tuequese, Pero si sa esta tua, no obstante su azpecto terifico, permanece en los dos sentidos de la palabra dentro de unas dimensiones numanas, infiniamente més avasalla- dora resulta. en todos ios conceatos, la manumen- {al Coatlicue del Museo Nacional, digas culmina- cion de la escukura azteca (fig. 249) Esia grandios2 estatua concentsa bajo una mncia monsiruosa ~y coa “una carga de ener gia que no merece otra calificativa que el de ful iAante”, apunia@elaviesP3: (1962. 18)— AES ad ace gs Als resulta dificil a reeptuates de los plas S608) Victima a la vez que victimaria, esta cremenda Figuras 245 a2 Figuras de cihuoreteo. M.A Figura 248, Coaiicue ae CBrcailen, Puc MAA 465 AY Notemos por afiadidura aquellos oj0s y cotmillos que ~como en toda deidad «azteca asociada con la tierra y el inframundo~ con- vierten sus paras, hombros y codos en otras cantas bbocas monstruosas, Y aparte de las consabidas SeepieAtes enitrelazé: « probable alusion al fen ultima instancia, La con- ‘rapartida femenina esta claramence indicada por aquellos, (Gacaso no es la madre de Hoiczilopachli?) parte posterior: cardcter guerrero que Tor- Quemada. recogiendo una tradicién oral néhual, one en labios de Coatlicue o Quilazti: Si vosotras me conoctis por Quilaztl. yo tengo ‘105 cuatro nombres con que me conozc6. Uno es Cinuacéat que significa “*Mujer-Serpiente”,e:ctro. Cuauhcinuat! que quiere decir “Muer-Aguile”, e tro Yaocinuatl“Mujer-Guerrera", el cuarta Tzitsi- rmicihuadl, que quiere decir “Mujer-Infernal”, Y se- 'gin las propiedades contenidas en estos cuatro nombres. vertis quien soy. y el poder que tengo, vy el mal que puedo nageros. Garibay (1953: 115-116), ai citar este texto coment 7 Y sien ella no hay ternura, tampoco 166 Formaimente, la colosal estat) con’ Fd Concebida a partir de un esquema hay crugidad: mas bien. si acaso, atalidads"Emesia Se anteratiincoeee ‘exclama Paul Westheim (1950: 311-315) esencialmente froncal. se sicda en sus proporcio- es generales mas all de las dimensiones humanas, Y si en gran parce niega lo humano, afirma algo ‘mas trascendente. Al opuesto de la plastica griega, » fepresenca la extrema posibilidad de deshumanizar lo humano sin hacevie perder sus nexos naturales Armando esta frontalidad destaca al frente, ‘monteda sobre poderisimas zarpas. una gruese éruz cuyo brazo Superior es la impresionante faz de monsiruo terrestre formada por las dos serpien- tes enconcradas. ¥ debajo del cello cercenado, des {@eando encima de aquel escuslido pecho de mujer ancians que subraya vigorosamene ia linea de cla. iulas, se recorca en relieve el macabro collar oe ‘anos y corazones de vieimas humanas Vista de peril, la estatua en su parte posterior ¥ reduciendo su espesor de abajo hacia arriba, en Un talud poderasamence estruciurado; de las enor- ‘mes zarpas al cuello de donde brosan las serpientes que parecen proveer ala diosa-Tierra de una nueva ~y dotie= fez. ¥ cabe mencionar el hecho de que siguienida una préctica bastante generalizada en e! arte oficial azteca, Ulta uno de los conoci- Hmonstrvo terrestre Se ha vertido mucha tinta en torno 2 esta im- pectante esculiura. Por nuestce parte. aos parece ‘és elocuente cerminar con estas simples palabras que después de un largo rato de caniemplacion entétca, y de haber oido quitd las doctas expit-

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