UF13 Educacion Fisica y Deportes 2016
UF13 Educacion Fisica y Deportes 2016
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Educacin Fsica
y Deportes
Actividad fsica y salud corporal
(Educacin Regular)
De la presente edicin:
Coleccin:
CUADERNOS DE FORMACIN COMPLEMENTARIA
Coordinacin:
Viceministerio de Educacin Superior de Formacin Profesional
Viceministerio de Educacin Regular
Direccin General de Formacin de Maestros
Instituto de Investigaciones Pedaggicas Plurinacional
Unidad de Polticas Intraculturales, Interculturales y Plurilingue
Redaccin y Direccin:
Equipo PROFOCOM
Presentacin........................................................................................................ 3
Introduccin......................................................................................................... 5
Objetivo holstico...................................................................................................... 7
Criterios de evaluacin.............................................................................................. 7
Uso de lenguas indgena originarias.......................................................................... 8
Momento 1
Sesin presencial................................................................................................. 9
Momento 2
Sesiones de construccin crtica y concrecin educativa....................................... 21
I. Actividades de autoformacin................................................................................ 22
Tema 1: El efecto de las actividades coordinativas sobre el desarrollo corporal
de las y los estudiantes.............................................................................................. 22
Tema 2: Desarrollo de las capacidades fsicas condicionales en las Unidades
Educativas.................................................................................................................. 40
Tema 3....................................................................................................................... 58
II. Actividades formacin comunitaria....................................................................... 69
III. Actividades de concrecin educativa................................................................... 69
Momento 3
Sesin presencial de socializacin........................................................................ 69
Producto de la unidad de formacin......................................................................... 69
3
Presentacin
E
l Programa de Formacin Complementaria para Maestras y Maestros en Ejercicio PROFO-
COM es un programa que responde a la necesidad de transformar el Sistema Educativo a
partir de la formacin y el aporte de las y los maestros en el marco del Modelo Educativo
Sociocomunitario Productivo y de la Ley de la Educacin N 070 Avelino Siani - Elizardo Prez
que define como objetivos de la formacin de maestras y maestros:
Formacin Descolonizadora, que busca a travs del proceso formativo lidiar contra todo
tipo de discriminacin tnica, racial, social, cultural, religiosa, lingstica, poltica y econmi-
ca, para garantizar el acceso y permanencia de las y los bolivianos en el sistema educativo,
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Se espera que esta coleccin de Cuadernos, que ahora presentamos, se constituyan en un apoyo
tanto para facilitadores como para participantes, y en ellos puedan encontrar:
Si bien los Cuadernos sern referencia bsica para el desarrollo de las Unidades de Formacin,
cada equipo de facilitadores debe enriquecer, regionalizar y contextualizar los contenidos y las
actividades propuestas de acuerdo a su experiencia y a las necesidades especficas de las maes-
tras y maestros.
Introduccin
E
n la Unidad de Formacin N 13 continuamos trabajando aspectos concretos que orientan
el sentido de la implementacin de los elementos curriculares del Modelo Educativo So-
ciocomunitario Productivo; En ese sentido, dando continuidad a la Unidad de Formacin
N 12, el material propuesto ser trabajado desde las reas de saberes y conocimientos.
No obstante, debido a que en algunos lugares el proceso formativo del PROFOCOM ha adquiri-
do ciertas caractersticas particulares, es necesario precisar que las actividades y/o tareas que
se plantean en las diferentes Unidades de Formacin del PROFOCOM en ningn caso deben
significar la interrupcin o alteracin del normal desarrollo de las actividades curriculares en la
Unidad Educativa ; al contrario, los temas que se abordan en cada Unidad de Formacin deben
adecuarse y fortalecer entre otros la aplicacin de la metodologa de enseanza y aprendizaje y
el desarrollo de las capacidades, cualidades y potencialidades de las y los estudiantes.
Para que esto ocurra requiere de las y los facilitadores un esfuerzo mayor y compromiso dirigido
a orientar adecuadamente la aplicacin y/o concrecin de los elementos curriculares del Modelo
Educativo Sociocomunitario Productivo, de manera que las y los participantes sientan realmente
que el PROFOCOM les ayuda a mejorar y transformar su prctica educativa.
1. Es importante recordar que estos momentos metodolgicos estn inexorablemente integrados; no son estancos separados; todo los mo-
mentos metodolgicos estn integrados o concebidos integradamente para desarrollar una visin holstica en la educacin (cf. U.F. No. 5).
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elemento curricular fundamental del Modelo Educativo, por lo que en los procesos edu-
cativos (o las clases) deben desarrollarse aplicando estos momentos metodolgicos, lo
cual no es difcil, ms bien ayuda a que las y los estudiantes aprendan y se desarrollen
comprendiendo, produciendo, valorando la utilidad de lo que se aprende.
Tambin destaca el trabajo y/o desarrollo de las dimensiones Ser, Saber, Hacer y Decidir
orientado a la formacin integral y holstica de las y los estudiantes; no slo se trata de que
la y el estudiante memorice o repita contenidos, sino debe aprender y formarse integral-
mente en sus valores, sus conocimientos, uso o aplicacin de sus aprendizajes, y educarse
en una voluntad comunitaria con incidencia social.
Otros como el Sentido de los Campos de Saberes y Conocimientos (Cosmos y Pensamien-
to, Comunidad y Sociedad, Vida Tierra Territorio y Ciencia Tecnologa y Produccin), los
Ejes Articuladores (Educacin en Valores Sociocomunitarios, Educacin Intra-Intercultural
Plurilinge, Convivencia con la Madre Tierra y Salud Comunitaria y Educacin para la Pro-
duccin), los Enfoques (Descolonizador, Integral y Holstico, Comunitario y Productivo).
Entonces se trata que las y los facilitadores orienten en la concrecin de estos elementos curri-
culares de la manera ms adecuada y didctica, con ejemplos y/o vivencias, aportes que pueden
recuperarse de las y los mismos participantes.
Todas las actividades del PROFOCOM deben desarrollarse de acuerdo a estas orientaciones donde
facilitadores y participantes aportemos a nuestro Modelo Educativo desde nuestras experiencias
y vivencias.
Es necesario aclarar que la utilizacin del acontecimiento como un elemento articulador obe-
dece slo a fines didcticos del proceso formativo del PROFOCOM, por tanto no es un nuevo
elemento de la estructura curricular; En el desarrollo curricular de los niveles del Subsistema
de Educacin Regular, el elemento articulador predominante es el Proyecto Socioproductivo.
Para el Momento II, de construccin crtica y concrecin educativa, en las actividades de au-
toformacin trabajamos tres temas o contenidos formativos del rea o especialidad para su
profundizacin. Los temas son abordados a partir de preguntas y estn orientados a promover
la reflexin crtica a partir de lecturas de textos propuestas para este fin2.
2. Las lecturas de los textos propuestos deben ser abordados de manera crtica y problemtica; no se trata de leer de manera pasiva, repetitiva
o memorstica; stas deben generar el debate y discusin. No tienen la funcin de dar respuestas a las preguntas realizadas, sino, son un
insumo o dispositivo para que maestras y maestros abran el debate y profundicen los temas del rea abordados.
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Educacin Fsica y Deportes
Al igual que en la Unidad de Formacin 12, en esta parte, seguiremos trabajando la problemati-
zacin de nuestras reas de Saberes y Conocimientos para perfilar los nuevos enfoques de rea
que propone el Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo para su abordaje.
Por ltimo, la presente Unidad de Formacin plantea las actividades de Formacin Comunitaria y
de Concrecin Educativa, ambas dirigidas a fortalecer la transformacin de la prctica educativa
de maestras y maestros en funcin de la apropiacin crtica de las propuestas de este material
que ponemos a disposicin.
En las Sesiones de Construccin Crtica y Concrecin Educativa (138 horas), se trabajar en las
Comunidades de Produccin y Transformacin Educativa (CPTEs) y en la Sesin Presencial de
Socializacin (4 horas), la actividad puede organizarse por reas de Saberes y Conocimientos o
por las CPTEs, segn las necesidades para un adecuado desarrollo de la sesin.
Debemos tomar en cuenta que en los casos que una o un facilitador deba trabajar, adems, con
la Unidad de Formacin de Inicial en Familia Comunitaria y Primaria Comunitaria Vocacional, es
importante realizar una organizacin y proceso adecuado de manera que los tres niveles desa-
rrollen adecuadamente esta Unidad de Formacin.
Objetivo Holstico
Profundizamos en los saberes y conocimientos del rea problematizando y reflexionando la
realidad mediante el desarrollo de procesos metodolgicos de articulacin e integracin de
contenidos a travs de la prctica de actitudes de trabajo cooperativo y respeto mutuo, para
desarrollar procesos educativos pertinentes vinculados a las demandas, necesidades y proble-
mticas de la realidad.
Criterios de evaluacin
SABER: Profundizamos en los saberes y conocimientos del rea problematizando y reflexionando
la realidad.
yy Articulacin de los elementos curriculares con el plan de accin del Proyecto Sociopro-
ductivo.
yy Integracin de los saberes y conocimientos de las reas al interior del Campo y entre
Campo de Saberes y Conocimientos con el Proyecto Socioproductivo.
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DECIDIR: Para desarrollar procesos educativos pertinentes vinculados a las demandas, necesi-
dades y problemticas de la realidad.
Asimismo, esta experiencia desarrollada en los procesos de formacin debe ser tambin des-
plegada por las y los maestros en el trabajo cotidiano en los espacios educativos en los que se
desenvuelven.
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Educacin Fsica y Deportes
Momento 1
Sesin presencial (8 horas)
Para iniciar la sesin presencial, la o el facilitador, anuncia que en la sesin presencial de 8 Hrs,
se har nfasis en el trabajo del proceso metodolgico de la articulacin de las reas de Saberes
y Conocimientos, lo que involucra la participacin activa de todas las reas en el desarrollo de
actividades comunes, por Campos y por reas.
Uno de los criterios centrales del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo es vincular a
la educacin con la realidad; es decir, vincular la educacin a los procesos histrico polticos de
nuestras comunidades, pueblos, barrios, ciudades y el pas en su conjunto; de esta manera, se
busca partir de nuestros problemas/necesidades/potencialidades para que el desarrollo de los
procesos educativos pueda convertirse en un mecanismo que coadyuve a transformar nuestra
realidad.
En este sentido, el elemento central para la articulacin de las reas de saberes y conocimientos
son justamente nuestros problemas/necesidades/potencialidades, ya que esta realidad atra-
viesa a todas las reas sin distincin. Dentro del Currculo Base, quien cumple el rol articulador
de las reas en el desarrollo de los procesos educativos es el Proyecto Socioproductivo, ya que
representa aquel problema/necesidad/potencialidad de nuestro contexto que vamos a priorizar
para transformar. Por tanto las y los maestros desarrollarn los procesos de articulacin en sus
Unidades Educativas a travs del mismo.
La problematizacin nos vincula con la realidad de un modo crtico, pues es una forma de cues-
tionar a la misma desde un determinado lugar y proyecto de sociedad, en nuestro caso, desde los
sentidos de los Campos de Saberes y Conocimientos que expresan la direccionalidad poltica que
plantea la estructura curricular. La problematizacin plantea preguntas y problemas irresueltos
e inditos que nos involucran en su desarrollo y resolucin, es decir, permite aperturar espacios
para la transformacin de la realidad, por tanto, no est dirigida slo a explicar y/o describir
fenmenos u objetos ajenos a nosotros.
Actividad 1
Acontecimiento
Mi nombre es Lis, soy una mujer que se cas muy joven, como todas las mujeres de mi comu-
nidad, y ya tengo un nio muy pequeo siempre pens que mi vida iba ser feliz cuando me
casara y ms feliz sera cuando tengamos un nio varn, pues las mujeres solo vienen a sufrir a
este mundo, era algo que me deca mi mam siempre, pero la verdad es que nunca me imagin
que tendra en mi vida hechos de violencia contra m y mi pequeo hijo.
La realidad me mostr que la crueldad existe y se desquita contra la mujer que pari, la mujer
pobre, la mujer campesina, y esto lo digo porque fuimos sometidos por un grupo de malas
personas que hasta la fecha son favorecidas por la retardacin de justicia y amparadas por ad-
ministradores de justicia que slo favorecieron a los culpables, al eximirlos de toda culpa y toda
pena, y poniendo sobre mis hombros todo el dolor y toda la pena.
Yo vengo de una ciudad llamada Tupiza, en la provincia Sud Chichas, de Potos; all es donde
mi pareja me golpeaba y mi comunidad me culpaba por dejarlo y denunciarlo, y mi familia
y mis amigos se alejaron de m por denunciar a mi marido y por pedir que ya no me pegue
ms, y fue all donde todos me conocan en donde no encontraba soluciones o personas
que me ayuden. Por eso me fui a la capital, a La Paz, creyendo que por tener un lindo nom-
bre esa ciudad, all encontrara tranquilidad y apoyo, pero fue en vano, slo encontr ms
soledad e injusticia.
1 Este primer paso para la articulacin de las reas en la Unidades Educativas se desarrollar a partir de una lectura crtica del problema,
necesidad o potencialidad de nuestra comunidad definido para el Proyecto Socioproductivo.
2 Testimonio extrado de Historias de amor, violencia y femicidio en Bolivia en: www.pueblos-originarios.com.ar (visitado a 19:40 del 11 de
febrero de 2014) Para mayor profundidad referirse al texto original.
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Educacin Fsica y Deportes
All haba personas que solo escuchaban lo que deca, pero no me ayudaban en nada, solo me
hacan revivir una y otra vez la pena, el recuerdo amargo, la injusticia que duele y sangra cada
vez que vuelvo a contar mi historia a los llamados expertos en la justicia, expertos en ayudar a
la vctima, pero que lo nico que hacan era abrir ms la herida.
Desde la mujer forense que me trat muy mal y me hizo sentir culpable, pues ella me retaba y
me haca llorar ms de lo que yo ya lloraba, despus fui a muchos lugares que slo me hacan
repetir una y mil veces la misma historia, la misma desgracia, el mismo sufrimiento y slo lo
hacan para no leer el expediente.
Ellos slo me prometan cosas que despus no cumplan. Lo que s me pedan era que fuera a
muchos lugares, que llenare muchos papeles, que pague muchos certificados y que cuente de
nuevo mi historia, mi dolor, pero de tanto repetirlo ya no quera hablar, pues era otro golpe a
mi vientre que a nadie le daba pena, y que nadie me daba consuelo.
A veces camino sola por la calle mucho tiempo, sin destino, matando solo el tiempo, y pensando
en cmo matarme; para colmo, no tengo lugar seguro para quedarme, pues en donde me alojo
no piensan que tengo un hijo, solo quieren que pague el alquiler, y si no tengo para pagarle me
echan, y no tengo trabajo estable, pues cada audiencia, que despus se pospone, cada examen,
cada solicitud que debo buscar, lo hago yo personalmente, y debo salir muy temprano o faltar
al trabajo y as no hay trabajo que dure, pues a nadie le importa los problemas ajenos, y nadie
le interesa en darme ayuda, y los refugios de mujeres golpeadas estn llenos y no puedes estar
mucho tiempo adentro; tampoco es fcil que reciban a mujeres de otras ciudades.
Lo cierto es que siempre tienen excusa para no ayudarte, lo cierto es que siempre termino sola,
y sin soluciones.
Y todos los que te dicen que te van ayudar, todava espero su ayuda despus de un ao; para
colmo, todava mi pareja me llama para amenazarme, y todava no puedo volver a la casa de mis
padres, pues me culpan de que yo soy la culpable de que mi marido se enoje conmigo.
A veces cuando veo mucha gente concentrada, pienso si les contara mi historia, si les gritara mi
desgracia a algunos de ellos, que charlan, festejan, bailan, se emborrachan y pelean, algunas de
esas personas me escucharan, realmente me escucharan.
Creo que no a fin de cuentas la vida tiene tantos riesgos que me da lo mismo
Actividad 2
Para realizar esta actividad podemos guiarnos por las siguientes preguntas:
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3. Cmo desde la prctica de los saberes y conocimientos de las NPIOs se puede transformar
una sociedad con alto grado de violencia en una comunidad con principios y valores socio-
comunitarios?
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Educacin Fsica y Deportes
4. Cmo la violencia generada por los seres humanos tambin afecta a otros seres que tienen
otra forma de vida?
Despus del anlisis y reflexin realizados, anotamos las ideas o conceptos relevantes para ser
compartidos en plenaria.
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Actividad 3
Dando continuidad a la reflexin realizada en la anterior actividad y reunidos por reas de Sa-
beres y Conocimientos dialogamos y reflexionamos sobre cmo desde nuestra rea de Saberes
y Conocimientos podemos abordar las problemticas de la realidad que hemos encontrado en
la narracin del acontecimiento.
Para realizar esta actividad podemos guiarnos por las siguientes preguntas:
4. Qu opinin nos merece el que algunas personas consideren al deporte como generador de
violencia.
5. Cmo desde la prctica de actividades fsicas se ayuda a ejercer los derechos de los seres
humanos y de la Madre Tierra?
Despus del anlisis y reflexin realizados anotamos los elementos ms relevantes para ser
compartidos en plenaria.
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Para conocer la manera en que cada Campo de Saberes y Conocimientos interpreta la proble-
mtica planteada en la narracin del acontecimiento y para tener una visin global de cmo
se est asumiendo la misma desde las reas de Saberes y Conocimientos, desarrollamos una
plenaria donde se exponga los resultados de la reflexin desde:
Para realizar esta actividad se deber delegar a responsables por Campos y reas y se procurar
ser sintticos en la exposicin que realicen.
La plenaria podr plantear ajustes y la profundizacin de la reflexin en los Campos y reas que
lo requieran.
La definicin del sentido de nuestra planificacin curricular, nos permitir articular de manera
ms pertinente la seleccin de nuestros contenidos, (para no caer en respuestas mecnicas, a
la hora de definirlos).
Actividad 5
Tomando en cuenta la reflexin generada en las anteriores actividades, se seleccionan los conte-
nidos de los Programas de Estudio de cada rea en funcin a la situacin de la realidad planteada
en la narracin del acontecimiento.
Como se observa, desde cada campo y sus respectivas reas se pueden trabajar las problemticas
del PSP y en este caso del acontecimiento, para ello desde cada rea debemos profundizar
ciertos conocimientos que nos ayuden a desarrollar estos contenidos con mayor pertinencia. En
ese sentido esta Unidad de Formacin N 13 para el campo de Comunidad y Sociedad presenta
los siguientes contenidos para la formacin de maestras y maestros:
Contenidos
de Planes y
Programas
(Currculo
Base y
Regionalizado)
Una de las exigencias centrales del MESCP para maestras y maestros, tiene que ver con la nece-
sidad de realizar un desarrollo crtico, creativo y pertinente de los contenidos curriculares para
superar prcticas educativas repetitivas y memorsticas.
Por lo tanto, los contenidos curriculares propuestos en los Programas de Estudio no son conte-
nidos cerrados y definidos que simplemente haya que reproducir, por el contrario, son la base
sobre la cual maestras y maestros tenemos que dotar a los procesos educativos de un sentido
pertinente a nuestra realidad, es decir desplegarlos desde nuestras necesidades/problemas/
potencialidades.
De esta manera, no se entiende al desarrollo de los contenidos como un fin en s mismo, como
nos ha acostumbrado los anteriores modelos educativos; desde el punto de vista del MESCP,
los contenidos y su desarrollo son el medio para desplegar procesos educativos vinculados a la
vida y para responder a las necesidades/problemas/potencialidades de nuestra realidad. Por
tanto los contenidos tienen que ser trabajados segn las exigencias de los diversos contextos,
de nuestro pas, con pertinencia.
Cmo vinculamos los contenidos de los Programas de Estudio con nuestra realidad para darle
un sentido pertinente? Para lograr este cometido se requiere aperturar los contenidos en funcin
de las problemticas/necesidades y/o potencialidades de la comunidad que estn orientando los
procesos educativos en un determinado contexto. Esta apertura y vinculacin de los contenidos
con la realidad se logra a travs de su problematizacin, es decir a partir de preguntas que rede-
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Educacin Fsica y Deportes
finan al contenido, que sin perder su naturaleza, expresen una orientacin especfica referida a
nuestras necesidades/problemas/potencialidades.
Si partimos de un problema comn a todas las reas de saberes y conocimientos, ya sea el Pro-
yecto Socioproductivo o en este caso (la sesin presencial) la narracin del acontecimiento,
para lograr generar la articulacin de las reas; los contenidos de los Programas de Estudio se-
leccionados en cada una de ellas, tienen que ser problematizados en funcin de la problemtica
comn (acontecimiento).
Ejemplo:
Actividad 6
Despus de la seleccin de contenidos que se realiza para cada rea se procede a la su proble-
matizacin a partir de los siguientes criterios:
Las preguntas problematizadoras expresarn toda la discusin realizada en las actividades an-
teriores, es decir deber expresar tambin los sentidos de los Campos y Enfoque de las reas.
Las preguntas problematizadoras plantean tareas nuevas/inditas que posibilitan orientar las
prcticas educativas que para transformar una determinada realidad. No son preguntas cerradas,
explicativas ni descriptivas, son preguntas que llevan a la accin.
Llegados a este punto nos encontramos con preguntas que sern la base para la concrecin
educativa. Como hemos visto en la actividad anterior, las preguntas son la forma en que los
contenidos adquieren pertinencia para desarrollar los procesos educativos en funcin de los
problemas de la realidad.
Esto no implica que lo que sabemos sobre el contenido se niega o se deja de lado, el conocimiento
acumulado de maestras y maestros sobre un contenido especfico ser el fundamento sobre el
cual realizaremos cualquier adaptacin o bsqueda de respuestas a preguntas inditas producto
de la problematizacin. De lo que se trata, es de darle sentido a los contenidos, por tanto no
se trata de un desarrollo enciclopdico y temtico de los mismos. Entonces, los contenidos tra-
bajados a partir de la formulacin de preguntas nos plantea buscar su resolucin en el mismo
proceso educativo, donde con la participacin de las y los estudiantes, maestras y maestros y
comunidad educativa producimos conocimiento al responder las preguntas planteadas, esto
involucra transformar nuestra practica en varios sentidos.
Partir de una pregunta en el quehacer educativo, es partir sabiendo que como maestras y maes-
tros no tenemos el CONTROL de todo el proceso educativo y sus resultados, es decir que, como
la pregunta es indita, nosotros como maestras y maestros al igual que las y los estudiantes no
conocemos las respuestas a priori y tampoco las encontraremos en referencias bibliogrficas
o en el internet como un contenido definido. Partir de la pregunta nos lleva a arrojarnos a la
bsqueda de respuestas, es decir, que en el proceso educativo que promovemos, tambin nos
corresponde aprender. En un proceso de estas caractersticas tambin las relaciones establecidas
con las y los estudiantes se reconfiguran, ya que como estamos partiendo de la realidad del con-
texto, es decir de los problemas/necesidades/potencialidades de la comunidad, barrio, ciudad,
hay que tomar en cuenta que las y los estudiantes tienen saberes y conocimientos profundos de
la realidad donde viven y por tanto, a nosotras como maestras y maestros nos tocar tambin
aperturarnos a escuchar y aprender de las y los estudiantes, de la misma manera con madres,
padres de familia y la comunidad en general.
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Educacin Fsica y Deportes
Actividad 7
A partir de las preguntas que problematizan los contenidos, realizadas en la actividad anterior,
planteamos orientaciones y/o actividades que posibiliten dar respuestas pertinentes y viables
a las mismas.
Las orientaciones que se planteen debern tomar en cuenta que este proceso de bsqueda de
respuestas a las preguntas que estamos formulando, tendrn que ser resueltas con la participacin
de las y los estudiantes y si fuera necesario/viable con la comunidad en un proceso educativo,
por lo tanto se deber procurar proponer actividades que permitan trabajar los cuatro momentos
metodolgicos: Prctica, Teora, valoracin y Produccin.
A continuacin elaboramos las Orientaciones metodolgicas que permitan lograr plantear res-
puestas pertinentes y viables a las preguntas formuladas en la anterior actividad:
Orientaciones Metodo-
Contenido selec- Problematizacin
rea de saberes y Acontecimiento lgicas que permitan
cionado de los del contenido en
conocimientos o problema de la lograr plantear respues-
Programas de funcin del proble-
realidad tas pertinentes a las
Estudio ma de la realidad
preguntas
Actividad 8
Momento 2
Sesiones de construccin crtica y concrecin educativa
(138 horas)
En este momento de formacin es importante trabajar en las Comunidades de Produccin y
Transformacin Educativa - CPTEs. A l corresponden las actividades de Formacin Comunitaria,
de Autoformacin y las de Concrecin educativa.
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I. Actividades de autoformacin
En la autoformacin cada maestra o maestro desarrolla procesos de reflexin sobre su formacin,
debe realizar acciones que vayan en favor de ese cometido; para ello, se proponen las siguientes
actividades:
Preguntas problematizadoras
1. Cul es el fundamento por el que trabajamos o no las actividades coordinativas durante el
crecimiento y desarrollo corporal en la escuela primaria vocacional?
4. Las reglas del desarrollo coordinativo son aplicadas en actividades cotidianas, o simplemen-
te en la actividad fsica?
5. Cmo debe asumir su funcin la y el maestro de educacin fsica y deportes, frente a los
estudiantes con capacidades diferentes?
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Lectura 1
Cuando un ser humano nace se establece una ruptura de la adecuacin natural con la que con-
taba en el vientre materno. En la cultura esa ruptura est sealada por el llanto del beb en el
momento del nacimiento. Se interpreta como el inicio de la disposicin adaptativa al nuevo m-
bito, es la primera situacin de bsqueda-encuentro que el sujeto establece con otro diferente
a s, es el primer intercambio que el beb establece con el medio y que se articula a nivel de la
estructura tnica, a nivel de su cuerpo.
El cuerpo es en construccin en y para la relacin con otro. Es a partir de otro que el cuerpo de
un sujeto se va construyendo y sabiendo de dicha construccin.
La presencia del otro materno soporta otorgando un sentido al cuerpo y posibilitando el cumpli-
miento de procesos, rdenes y otros caracteres que enuncian la neurofisiologa y la psicologa.
Los cuales en un principio se integran a nivel la estructura tnica. Las modificaciones que experi-
menta y evidencia dicha estructura tnica y que segn las respuestas del otro se caracterizan, van
construyendo el primer cdigo de comunicacin entre el sujeto y el medio. Cdigo tnico-postural
absolutamente particular, singular y propio a cada sujeto. Y sobre el cual un s mismo y otro van
tomando efecto, registrndose a nivel de lo agradable, lo que se quiere mantener, lo equilibrado
-distensin- por oposicin a lo que molesta, genera tensin, lo que no se quiere y no se busca
Situamos en dicha experiencia tnica y en el dilogo tnico-postural uno de los primeros lugares
donde se ponen en marcha los procesos del desarrollo psicomotor a lo que nombraremos como
el proceso de constructividad corporal.
El tono vehiculiza la primera modalidad de ser en el cuerpo con que el sujeto cuenta, la primera
modalidad de aprehender sobre s y sobre el otro.
La estructura tnico postural es el primer ndice del proceso de constructividad corporal del ser
humano.
Esta primera fase del proceso de constructividad corporal se caracteriza por el desarrollo de la
estructura refleja y la organizacin tnico-postural. El cuerpo orgnico del beb est significado
por la presencia de su madre que le otorga un sentido a cada una de sus producciones como ya
lo hemos mencionado: nio-madre constituyen un solo cuerpo: el cuerpo del nio es objeto del
accionar del adulto.
Ese cuerpo que siendo objeto del movimiento del adulto comienza a producir miradas, sonidos,
manipulaciones, contactos, movimientos que van relevando a nuevos y propios cdigos, aquellas
formas de la relacin con el otro y con el propio cuerpo que en un principio se desarrollaban a
travs de la organizacin tnico-postural y en el dialogo tnico-postural. En este camino se llevar
a cabo la construccin paulatina de la prxima fase de constructividad corporal denominada del
cuerpo instrumental.
La construccin del cuerpo instrumental se lleva a cabo a travs de las leyes de maduracin del
sistema nervioso.
yy El sujeto accede desde las posturas de flexin a las posturas de extensin: del cierre, del
apego, la bsqueda de cuidado, a la apertura y la autonoma.
yy El sujeto, en su bsqueda, lleva a cabo un uso privilegiado de los segmentos prximos
para luego servirse de los distales; la maduracin se instala en los segmentos ceflicos
para luego acceder a los caudales.
yy El movimiento parte con un carcter global donde el nio compromete la totalidad del
cuerpo an para movimientos pequeos- para llegar al uso independiente de los diferen-
tes segmentos corporales.
yy El movimiento se desarrolla desde un estado de estatismo a una progresiva conquista de
lo dinmico.
yy Del cuerpo que es conducido, orientado por otro, al desplazamiento por s mismo (madu-
racin postural).
Estas situaciones de dinamismo, de bsqueda activa del nio se observan primero en la zona
orofacial, luego en la mirada, en la sonrisa y en la audicin: y en un tercer momento, en la pren-
sin voluntaria.
Como ya lo hemos planteado, denominamos a este momento donde el nio privilegia el plano
motor y la conquista del espacio como elemento primordial de relacin con el otro y consigo mis-
mo: fase del cuerpo instrumental, la que se organiza tercer momento, en la prensin voluntaria.
miento que no slo benefician la maduracin de las funciones sino que se trata de la afirmacin
de un s mismo.
Se va dejando la bsqueda por placer funcional, es entonces la intencin la que revela al placer
funcional determinando la construccin del cuerpo instrumental ya mencionado, y que se produce
a partir de la organizacin y desenvolvimiento del plano motor y que observa en el equilibrio
esttico (posturas) y dinmico (de los miembros inferiores y superiores).
En sntesis, situamos en la intencin uno de los caminos a travs del cual se produce el relevo del
cuerpo tnico al cuerpo instrumental, momento a partir del cual los intercambios que el sujeto
establece con otro diferente de s se evidencian en el desenvolvimiento de la postura-motricidad.
El plano motor que esta sostenido por el cuerpo tnico (por la fase anterior) a la vez da conti-
nente a dicho cuerpo tnico. El espacio adquiere junto con la organizacin de la temporalidad y
causalidad evidencia y presencia; ya no se usan solamente los pequeos espacios del cuerpo, el
nio sale a correr el espacio, se separa cada vez ms del cuerpo del adulto tomando el tiempo,
el espacio y causalidad de sus acciones otra significacin.
La marcha est en un comienzo sostenida y conducida por las manos; la mirada, los gestos de
aprobacin y las palabras de otro. En un segundo momento cuando ya el nio comienza a
desplazarse por s mismo- observamos: una marcha vacilante, de pasos cortos, de poca eleva-
cin, de poca amplitud y con cadas frecuentes, caracteres reveladores an de la necesidad de
proteccin y cuidado de otro.
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Educacin Fsica y Deportes
Poder casi absoluto que se logra con el salto cuando se quiere probar que se alcanza lo que est
arriba, lo que es grande, lo que est en el mundo de los grandes. Cuando se est aqu pero all,
en una sucesin dialctica como as tambin cuando se est dispuesto a perder el punto de
referencia de la unidad corporal que otorga el registro de la base de sustentacin.
Al saltar, el nio tiene que, por un lado, contar con una representacin de la unidad corporal
para la elevacin y por otro contar consigo mismo y sus apoyos para recibir a su cuerpo con
sus pies en la cada. El salto implica estar dispuesto a soltar los pies y volver a tomarlos para
caer sobre ellos; en cada una de estas situaciones el nio va diciendo: YO. YO puedo, YO hago,
YO soy.
Marca diferencias con su hacer, utilizando la propia accin, al propio cuerpo como referencia
para construir relaciones respecto de los otros, de los objetos y de las categoras del tiempo y
del espacio. El espacio, el cuerpo y los objetos van a ser conocidos y cualificados no solo segn
la intencionalidad sino con el poder de su accionar.
Las dimensiones, las distancias, la proximidad, la ausencia y la presencia, las direcciones como
as tambin las secuencias y los intervalos se van aprehendiendo a partir del registro y de la
vivencia de las acciones; ya no son objeto de la accin de otro sino que estn sujetados por la
propia accin que va significndola en el registro de la intencin y el hacer.
Las acciones comienzan a ser mediatizadas por el acceso del sujeto a la representacin; se pri-
vilegia la percepcin que orienta la accin
28
Dicho cuerpo instrumental que a travs de la accin comenz a ser percibido, es paulatinamente
relevado a un cuerpo cognitivo, que organiza y estructura las acciones y nociones en relaciones
cognitivas.
Desde el punto del desenvolvimiento psicomotor es la precisin que se presenta en este momen-
to. Es el poder anticipar lo que quiero y delinear un camino a recorrer para lograrlo; se constituye
el proyecto de accin para concretar las intenciones.
El nio cuenta con su cuerpo que ya pone en juego el qu, el cundo, el por qu, el para qu,
con qu, con quin accionar.
Para ir finalizando cabe retomar el tema Cmo definir el desarrollo psicomotor teniendo en
cuenta la constructividad corporal y las variaciones relacionales?
Desde otro ngulo tambin podemos aproximarnos al concepto de desarrollo a travs de pen-
sarlo como aquello que el cuerpo produce al ser un cuerpo en construccin en y para la relacin
con otro.
Qu es aquello que el cuerpo produce? Cules son las producciones del cuerpo?: estructura
de movimiento reflejo, tono, postura, sonido, voz, mirada, escucha, sonrisa, llanto, prensin,
coordinaciones, gestos, espacio, tiempo, imagen, lateralidad, grafismo, proyecto motor, lenguaje.
Producciones del cuerpo a las que vamos a llamar variables relacionales: los espacios y funciona-
mientos corporales a travs de los cuales se acciona y se vehiculiza la relacin del sujeto consigo
mismo (integracin estructura) y del sujeto con otro.
La diferenciacin de las fases de constructividad del cuerpo: cuerpo tnico, cuerpo instrumental
y cuerpo cognitivo ha sido organizada con un criterio didctico; no son etapas y/o estadios en
los cuales la entrada en uno de ellos implica la ausencia de la fase anterior.
El cuerpo es una estructura tnica, instrumental y cognitiva; segn las situaciones privilegia en
sus relaciones variables que corresponden a uno u otro aspecto. No implican la exclusin o sepa-
racin sino por el contrario hay permanentemente una inclusin cuyos efectos son las variables
relacionales y que, para su mejor comprensin, han sido dispuestas en fases de organizacin y
soporte.
Actividad
Identificamos las actividades que desarrollamos en las unidades educativas para fortalecer la
coordinacin motriz.
Actividad
Describimos los recursos necesarios que utilizamos para el desarrollo de las conductas motrices.
30
Actividad
Cmo el profesor de Educacin Fsica detecta a estudiantes que carecieron de apoyo familiar
para un desarrollo armnico y adecuado de la motricidad.
Actividad
Describimos cules son las actividades a realizarse para fortalecer la comunicacin lingstico-
corporal.
Actividad
Cules son las enseanzas que realizamos en la reaccin del cuerpo frente a un estmulo de
riesgo inminente que afectara seriamente a su integridad fsica o a otros.
31
Educacin Fsica y Deportes
Lectura 2
Aquello que es inherente, que se ajusta, que pertenece a lo que el trmino psicomotriz sig-
nifica, lo que ha obrado en el origen, en tanto fuente, en tanto fundamento?
Nos interesa abordar en esta oportunidad la relacin del lenguaje y el cuerpo a travs de la
postura, acercarnos a esa relacin inmemorial que plantea el encuentro del cuerpo con el len-
guaje mediando la postura. Y considerar los espacios, las funciones del cuerpo y algunos de los
modos en que se reconstruye y se rea viva en cada sujeto-como ley general de la especie y como
fundamento del Yo- la coalescencia entre el cuerpo y el lenguaje.5
Cules son las condiciones que nos permitirn avanzar con nuestros interrogantes?
Como primer punto, por un lado, estableciendo a la postura y a la funcin postural como un
espacio material, virtual y simblico donde es posible discurrir dicha reconstruccin. Y por otro
lado, considerando al campo tnico postural como el representante y el testigo ms allegado,
ms prximo, ms cercano en el tiempo y en el espacio de la recepcin y o accin que ejerce el
lenguaje sobre el organismo, capturndolo, metaforizndolo, ofreciendo un velo y construyendo
de esta manera al cuerpo funcionante.
Partimos de considerar que tanto el cuerpo funcionante como el lenguaje -el hecho que un sujeto
hable desde su lugar- es la incgnita de la que ms se ha ocupado el discurso de la medicina,
del psicoanlisis como as tambin de la filosofa y la lingstica. El cuerpo funcionante sano,
enfermo y el uso de la palabra es lo que al sujeto como perteneciente a la especie y a su vez es
lo que no est desenvuelto en el recin nacido.
Esta paradoja, donde lo que es propiamente humano no est inicialmente presente en el ser
humano, nos posibilita sealar dos cuestiones: que el cuerpo y el lenguaje no son atributos o
complementos del sujeto sino que consisten al sujeto, son tambin su origen (lo que est en
causa) y fundamento; lo germinal en tanto sujeto, lo que por ley lo constituye como tal. Y que el
cuerpo y el lenguaje son lo que se toma, lo que se recibe del otro, por lo que son a su vez hechos
de transferencia, de transmisin de un otro.
J. Bergs propone que el lenguaje es una obligacin, una co-accin. Por qu no pensar a la
forma humana que se da a ver en lo postural como una co-accin?
Por pertenecer y para pertenecer a la especie estamos coaccionados, tanto biolgica como cul-
turalmente a hablar y a sostener un cuerpo, una forma humana que se aparece en la postura.
Representan tanto la postura como la palabra el sometimiento del organismo a las leyes de la
especie y de la cultura. Es en el trnsito de la estructuracin del cuerpo funcionante y en el uso
de la palabra que se establece la correspondencia, la comn unin que hace participar al sujeto
en lo humano.
Acceder al campo postural y al nombre de las cosas es efecto y el riesgo que corre el infans2
de ser captado y sometido a una trama de legalidades y normas que se especifican mediante la
asistencia de un Otro en dos operaciones fundantes: alienacin y corte, el deseo y la ley.
Cuando Wallon describe al estado de prematurez del recin nacido ubica del mismo modo
que Freud dos causales de tensin para la estructura, dos variables frente a lo cual el infans es
prematuro: a lo que viene de afuera y a lo que deriva del propio cuerpo. Es la inmadurez en s
misma, por legalidad de la especie, la que instala el llama doy es all donde tambin se corre el
riesgo de ser escuchado y respondido.
Ubicamos a la prematurez como una primera funcin que da lugar a los funcionamientos corpo-
rales y del lenguaje que se construyen y despliegan en el espacio del entre dos.
Es posible considerar otras funciones y espacios corporales derivados de la ontogenia que oficien
de interlocutores con la funcin del otro materno?
Con qu cuenta el recin nacido para recibir y sostener el llamado-respuesta al otro materno?
Con qu espacios del cuerpo y con cules funciones se dirige alotro materno hacindole sensible
y partcipe de su presencia?
La tensin interna del cuerpo producto del hambre, sueo, malestares diversos que si no son
atendidos especficamente6 dan lugar a estados de tensin generalizada: inspiraciones y enro-
jecimiento de la piel, cierre de ojos y de puos, gritos y modificacin respiratoria; toda instancia
de exploracin queda anulada.
Cuando el infans es atendido se produce la distensin: la mirada, las manos, los sonidos, la au-
dicin encuentran motivos para ponerse en juego y desarrollarse como funcionamientos que
buscan comunicacin y suficiencia. En este camino se van construyendo los ritmos primarios,
ligados, a la demanda del soma, a las necesidades y a la lectura y respuesta del otro materno.
El tono de la estructura axial. A travs de todo el tronco, la nuca y aun la cabeza, se extienden
una serie de placas musculares; de ellas derivan los msculos axiales del tronco, tanto dorsales
como ventrales, as como los msculos de los miembros que proveen en conjunto el andiamaje
bsico de las posturas corporales. Filogenticamente los msculos profundos del tronco pueden
ser considerados los ms arcaicos como ya mencionamos7 .
Las estructuras donde se instalan las vas aferentes visuales y auditivas, puestas en evidencia
en los reflejos auditivos y culo-motores y que posteriormente se integran con el funcionamiento
de la boca, la laringe y las manos8.
La prematurez cumple una funcin que con las competencias del equipamiento templadas en el
funcionamiento embriolgico hacen al llamado y a la recepcin de la respuesta del otro.
6. La accin especfica freudiana implica no slo una respuesta de accin, sino tambin del lenguaje, ya que se trata de la escucha y de a inter-
pretacin de la necesidad. Freud la hace partcipe de la vivencia de satisfaccin.
7. Es en el campo tnico-postural donde se enraza y se despliega el llanto y tambin donde se corre el riesgo de ser odo (Jean Bergs, El
cuerpo y la mirada del Otro, en Crnicas Clnicas en Relajacin Teraputica y Psicomotricidad, N 4, Buenos Aires, 1996).
8. Las vas aferentes se encuentran ligadas a las estructuras axiales por lo dicho anteriormente. Cuando un nio recibe la mirada de su madre,
su voz o sus contactos, el eje axial responde y all el carcter de recepcin asignado al eje axial se constituye en el campo postural.
34
En el encuentro con el otro materno el infans pone de s, cuenta con la dinmica del equipamiento
neurobiolgico; es precisamente esta interlocucin la que est obrando en el origen del trmino
psicomotor.
La postura es el sitio donde queda inscripto tanto el llamado como la respuesta del otro; ya sea
que dicha tramitacin se lleve a cabo a travs del tono, de la voz, de las miradas, de las imge-
nes o de palabras. Este carcter de la funcin postural le confiere al campo tnico-postural una
original cualidad de receptculo9.
En dicho espacio, toman parte las experiencias auditivas, visuales, tctiles y olfativas y sin lugar
a duda la oralidad, como as tambin las diferentes sensibilidades que conforman a la propio-
ceptividad y que se vinculan entre s por el campo perceptivo.
Hace un tiempo atrs recib en la consulta a un beb de 8 meses con sus padres. El pediatra lo
haba derivado pues era un nio quejoso y molesto que no dorma casi nada. Lo haca solo por
perodos muy cortos, despus de tomar la mamadera.
Cuando el beb entr en el consultorio -en brazos de su madre observ que su mirada era no-
tablemente tensa y firme10; y durante el transcurso de toda la entrevista estuvo molesto y muy
irritado.
Mientras conversaba con los padres lo coloqu en el suelo con algunos chiches y all qued,
soltando y agarrando los chiches con mucha fuerza, golpeaba y se los llevaba a la boca.
Tom una postura fija11, mova sus manos, golpeaba los objetos con ritmo rpido y con fuerza
y a cada rato lloraba.
9. Bergs dice que Wallon habla de postura y Ajuriaguerra de cuerpo receptculo; esta ltima nocin la utiliza en forma sistemtica. La
funcin postural acta como receptculo,como una cavidad que puede contener y recibir para despus tambin expresar. El cuerpo es
ante nada un receptculo, un lugar de inscripcin, una forma implacablemente destinada a imprimirse con los escenarios, los colores de otro
comenzando por la copia servil del motivo (Jean Bergs, El cuerpo y la mirada del Otro, en Crnicas Clnicas en Relajacin Teraputica y
Psicomotricidad, N4, Buenos Aires, 1996).
10. La postura, la actitud, la manera de hacer, la manera de colocarse frente a una accin, dependen del eje del cuerpo. Pero hay un pequeo
detalle a no olvidar: Este eje del cuerpo est orientado por la audicin y la visin. (Jean Bergs, Algunos temas de investigacin en psico-
motricidad, en Cuadernos de Terapia Psicomotriz, Nmero especial de la Sociedad Internacional de Terapia Psicomotriz para los pases de
lengua espaola, n 1, Buenos Aires, Editor V. Singeser de Votadoro, 1973).
11. La postura, lo que originariamente es el eje axial, se constituye como receptculo de la fluctuacin tnica; fluctuacin que es efecto, que
alude a la problemtica del acuerdo y desacuerdo entre los ritmos propios del nio y los ritmos del exterior. Bergs define con suma claridad
la armona entre los ritmos del nio y los ritmos del exterior se da a la altura de la postura (Jean Bergs, Postura y comunicacin, trabajo
presentado en las jornadas de trabajo de A.R.EL.O., 1978. Material indito).
35
Educacin Fsica y Deportes
Luego de haber observado al beb, al beb con sus padres y de escuchar atentamente a los pa-
dres particularmente la posicin de la madre considere tres puntos que podan ser las puertas
de acceso al malestar:
Intercambio que se presentaba suspendido y alojado en el cuerpo del nio en trminos de tensin
y malestar; y en los sentimientos de desazn e impotencia de los padres.
En corto plazo, la evolucin del beb se hizo presente; no slo respecto de los hbitos de sueo
sino tambin en la manera activa y gustosa con que comenz a desplegar el uso de su cuerpo y
del incipiente lenguaje para relacionarse con los juguetes y con sus padres13.
La puesta en funcionamiento de las competencias tempranas es un hecho del entre dos. Del
deseo de otro que imagina un suceder y que espera que suceda. Es decir, que no slo se trata
de que el infans tenga hambre y llame a su otro materno sino que pueda escucharen el cuerpo
el decir alimntate mi hijo; que el otro devuelva a travs de su propio deseo hecho demanda
la legalidad de la funcin alimenticia, la propiedad del cuerpo para alimentarse.
Del mismo modo, no slo se trata de que el infans cuente con sus reflejos auditivos sino que la
voz y la accin de un otro le diga escchame, legalizando de esta manera un funcionamiento,
una direccin la espera del otro por una funcin -donde se legaliza un funcionamiento y se le
confiere el don de la propiedad-.
En esta circunstancia el beb es un otro para su madre, pues no solo importa que la madre sea
un otro para el beb.
En el concepto de postura y de funcin postural no solo est presente la respuesta sino tambin
la inscripcin del llamado14.
12. En edades tempranas la intervencin clnica no solo debe orientarse a la escucha del cuerpo del sujeto que hace sntoma sino tambin a
profundizar la escucha y operar con aquel otro cuerpo que hace de receptculo, que ejerce y despliega la funcin del otro. Es atender a la
prehistoria, de la historia en constitucin que es posible escuchar sobre el cuerpo y las funciones del pequeo. (L Gonzlez, Intervencin
temprana en psicomotricidad, Jornadas interhospitalarias de psicomotricidad Dra. Carolina Tobar Garca, Buenos Aires, 1996).
13. J. de Ajuria guerra retomando a M. Ribble en sus estudios sobre los estados detencin ansiosa del recin nacido en los cuales se descri-
ben tres gneros de desrdenes psicomotores: hiperactividad crnica, hipertensin muscular y estupor con hipertona muscular ... piensa
que la sedacin del hipertono puede ocasionarse por una serie de maniobras que nada tiene que ver con el hambre o la asfixia: baos
tibios, caricias en la cara y en la cabeza..., destaca maniobras que puedan actuar modificando el tono postural mediante el laberinto y la
sensibilidad propioceptiva (Julin de Ajuriaguerra, Manual de psiquiatra infantil, Barcelona, Toray Masson, 1973, p. 223).
14. Si el nio grita y no recibe ninguna respuesta, visual, tctil, de acunamiento, de palabra... su grito es anulado: salido del silencio, vuelve al
silencio. Los trastornos instrumentales, como ustedes ven, son dificultades que no se articulan en torno a la laringe, sino alrededor de lo
que en el grito la laringe tiene que ver con una respuesta; sera una caricia, la laringe est articulada a una caricia. (JeanBergs, Trastornos
instrumentales y psicopatologia del nio, art. indito).
36
La postura es sensible, patente al Otro. En este punto cabe ubicarlo dicho por J. Bergs: La
postura (la actitud tomada, el eje del cuerpo) siendo entonces no un rgano sino el lugar de
un deseo.
Finalmente podemos ubicar a la postura y la funcin postural que se construye entre el equipa-
miento y la asistencia del otro materno como un receptculo donde tiene asiento:
a) La presencia del cuerpo del otro en trminos de tono, postura mirada, voz, palabras, imgenes.
De esta inscripcin deriva la posibilidad de contar, escuchar y dirigirse al otro.
b) La presencia del propio cuerpo, que a travs de la asistencia y las palabras del otro se hace
sensible para el sujeto y le posibilita de ah en ms comenzar a construir lo que hemos llamado
el campo postural y un lugar desde donde hablar.
Me interesa compartir una escena que coment J. Bergs en el ao 1988 cuando estuvo en
Buenos Aires:
Cuando una madre est cambiando a su hijo, los movimientos que ella realiza a tales fines,
van estimulando la postura de su hijo y el cuerpo del beb sobre el cambiador, con su eje y sus
miembros produce una figura sobre un espacio.
La figura inspira a la madre y algo dice, no s si siempre importa tanto lo que dice, importa la
inspiracin y un cierto decir.
Ser que ese decir vuelto sobre el cuerpo del infans con voz y mirada inspirada lo hace seguir
haciendo para seguir escuchando? Es posible pensar que la inspiracin del otro materno hace
que el cuerpo escuche con algo ms que con los odos? Qu funcin cumplir sobre los actos
reflejos, sobre un eje axial sensible, la imaginacin fecunda de una madre puesta al servicio de
su hijo a travs de palabras?
La inspiracin de una madre entra por el odo del beb y toca al cuerpo y a las funciones, de-
manda al nio, pide para s.
La inspiracin de una madre instala tanto a la ejercitacin refleja como a la copia y a la imitacin
en el campo del para mam, del para otro; armando una direccin a las funciones, dando lugar
a la puesta en funcionamiento.
Bergs dice: la madre que es incompetente para introducir lo simblico, cuando hace fro, cierra
la ventana y le pone una manta; no cuenta con el odo del nio y la funcin de la termognesis
queda de su lado.
37
Educacin Fsica y Deportes
Una madre que le habla al nio da crdito a su recepcin, le otorga un lugar diferenciado de s
misma, le ofrece un sentido para el cuerpo, un nombre para las partes, las funciones y el fun-
cionamiento del cuerpo.
Es posible en la tarea clnica, cuando se escucha a los padres hablar de su hijo -del cuerpo, de
las funciones del cuerpo de su hijo admitir el carcter de la inspiracin con la cual se dirigieron
al nio?
Es posible que los trastornos de la psicomotricidad tengan su origen y tomen su forma en este
espacio de concurrencia que se establece entre el cuerpo y el lenguaje?
Cuando una madre se dirige a su hijo y da a ver su posicin funcional transmitiendo el quehacer
del funcionamiento, introduce lo simblico en esa funcin. Nombra y muestra, y en esos actos
de transmisin separa al infans de su propio cuerpo, dona quehaceres instrumentales y esta-
blece dos espacios, dos sitios, dos campos tnicos posturales donde las palabras, los objetos, el
tiempo, la causalidad comienzan a tomar formas y sentido.
La forma en que un concepto es ubicado, en que est ligado a otros, antecedido y precedido
por otros conceptos da lugar a una manera de accin -es decir a una direccin- y legtima la
naturaleza del objeto del cual se habla.
La prctica clnica en psicomotricidad est hecha por lo que en cada terapeuta puede estar
nombrado como sntoma psicomotor y a partir de all ubicado en un aparato significante, que
determina el orden y la lgica que delinean la funcin de los psicomotricistas, los instrumentos
de accin y que posibilitan diferenciarnos de otras prcticas y comunicarnos entre nosotros.
38
Ajustarnos e investigar los conceptos nos da pie para descubrir la legitimidad y la legalidad
necesaria para lanzarnos a desdoblar en la prctica la causalidad del pensamiento de origen,
establecida por Wallon y Ajuriaguerra.
Cmo definir al cuerpo atendiendo no slo al pensamiento de origen sino tambin a lo que
resulta de la investigacin clnica?
Cmo pensar a esa forma inicial ligada a otro, produciendo en un organismo, funciones, fun-
cionamiento y realizaciones?
As el cuerpo es un mbito, un lugar donde se ubican lmites, una superficie y tambin una forma
en la cual circula el deseo del Otro.
Hace tiempo consult una seora por una nia de 5 aos y 6 meses.
La nena era muy flaquita y chiquitita. Se presentaba tensa, movediza, con unos anteojos enor-
mes y unos ojitos que al igual que todo su cuerpo estaban expectantes y curiosos, preparados
para ir hacia.
La seora consult por la inquietud de su hija: Igual as de inquieta era de beb, aunque se
portaba perfecto.
Cont tambin que la nena se haca pis en la cama tanto a la noche como a la siesta.
Ella era maestra, una mujer mayor que haba sido hija nica. Una semana antes de un tardo casa-
miento le descubrieron una enfermedad a partir de la cual se enter que ya no podra tener hijos.
La nena era adoptada. Legalmente adoptada, haba remarcado ella con mucho gusto.
La nena saba que no haba estado en la panza de la madre, que haba estado en la panza de
otra seora y que haba nacido en Corrientes.
La seora se senta muy contenta por poder tenerla, dijo que era una nena muy dulce. La
nena muy seguido le deca: que suerte que tengo una mamita como vos. All, en ese momento
del discurso se emocion.
Haca controles estrictos por la salud de su hija, ya que al no saber por la salud de la madre
biolgica siempre poda estar en riesgo.
39
Educacin Fsica y Deportes
Cuando interrogu sobre la enuresis de la nia, result que todava no le haban sacado el paal-
bombacha, ni a la noche ni a la siesta por lo tanto no se le haba dado ni pedido la oportunidad
de organizar el control de esfnteres.
La misma posicin respecto del dormir, no era que dorma con ellos sino en otra cama en la
misma habitacin.
Finalmente, antes de cerrar la entrevista y despus de algunas preguntas que le realic, ella dijo
No necesito pedirle, ella me da sin que le pida.
Qu sucede en el funcionamiento del cuerpo del nio cuando una madre no pide, no nombra,
no adjudica y al no pedir no da espacio a un suceder? Cmo sostener y operar en un tratamiento
psicomotor, con esta relacin de evidencia entre el funcionamiento del cuerpo de un hijo y el
decir de una madre?
Cmo pensar al sntoma psicomotor a partir de darnos por enterados que en el funcionamiento
del cuerpo del nio, las funciones estn ligadas a cmo ese nio es hablado y mirado?
Retomemos lo dicho por Bergs: los significantes no estn en el cuerpo surgen a partir del fun-
cionamiento, de ese nombre que se le asigna a un funcionamiento.
Entiendo por nombrar, a las palabras que sealan, que distinguen, que particularizan.
El funcionamiento del cuerpo del nio se encuentra sujeto a la accin significante: de atribucin,
de valor, de orden, de jerarqua de sus progenitores. Se trata de una transmisin que sostiene
su accin en el espacio del entre dos y en el lugar mismo del cuerpo, con palabras y acciones
propias del cuerpo.
Pienso que dicha manera de escuchar al cuerpo, pone en cuestin lo visible del estatuto sin-
tomtico de su disfuncionamiento y da a ver la legalidad del sntoma, que orienta y precisa la
intervencin clnica.
40
Argumentamos por que se afirma que nuestra formacin acadmica como maestras y maestros
de Educacin Fsica y Deportes nos permite planificar y trabajar con estudiantes con capacidades
diferentes.
Preguntas problematizadoras
1. Cul es la importancia del desarrollo de las capacidades fsicas condicionales en el crecimiento
personal de los estudiantes?
41
Educacin Fsica y Deportes
2. Cmo hemos practicado actividades fsicas condicionales pertinentes para favorecer el de-
sarrollo integral de las y los estudiantes?
4. Cmo revertir la actitud de rechazo que demuestran algunas y algunos estudiantes por de-
terminadas capacidades fsicas condicionales?
42
6. Cules la actitud del entorno familiar y la comunidad frente a la prctica para desarrollar las
capacidades fsico condicional?
Lectura
Resumen
El artculo aborda algunas de las creencias constitutivas de la educacin fsica escolar y sus
efectos en la produccin del discurso didctico. Este, amparado en la verosimilitud tcnica que
expresa la relacin entre medios y fines (pedaggicos), ofrece una imagen de neutralidad y de
43
Educacin Fsica y Deportes
asepsia ideolgica que las representaciones sociales dominantes del cuerpo como estructura
anatmica y orgnica sustancial parecen corroborar. El tpico de la sustancialidad del cuerpo y
de la propia disciplina acadmica ha ido dando lugar a una serie de estructuras pedaggicas y,
asimismo, a todo un cuerpo argumentativo que hacen de ella una disciplina infranqueable a la
crtica, salvo en cuestiones superficiales de su puesta en escena. El dispositivo ideolgico ms
visible es la desubjetivacin del cuerpo, lo que da lugar a situaciones educativas paradjicas, tal
vez, inadmisibles en otras disciplinas y contextos.
Introduccin
Al menos, muy poco en comparacin con el inters que despierta la tecnologa didctica, siem-
pre resuelta a satisfacer las necesidades prcticas de los profesores avocados a la inmediatez de
tener que ensear algo a los escolares y de ensearlo bien. Paradjicamente, la propia natura-
leza de la produccin didctica, cuya funcionalidad instrumental y verosimilitud tcnica ofrece
una imagen de practicidad y de apego a la realidad, ha impregnado la opinin pedaggica y
ha obrado en aras del reconocimiento poltico y social de un estado de cosas (curriculares) que
ya aparece como natural y por ello, tambin, como indiscutible.
A este respecto, ms all de las disputas entre sensibilidades y concepciones didcticas diferen-
tes que, en ocasiones, han dado lugar a modelos y paradigmas de educacin fsica que entre s
se han considerado antagnicos, la mayora de los trabajos de este rea han apelado y apelan
de manera recurrente al cambio, la innovacin, la transformacin, la superacin, la alternativa
curricular etc. Respecto de la que, sin excepcin, todos los autores denominan educacin fsica
tradicional; algo que sin duda pone de manifiesto, adems del entusiasmo didactista, el celo
innovador y tambin, en parte, la percepcin que muchos tienen del agotamiento pedaggico
de la vieja materia.
Sin embargo, dichas lneas de investigacin didctica y el discurso tcnico en el que se apoya
, incluso cuando se postula como innovadora o alternativa, antes que asumir una perspectiva
crtica, tanto de alcance particular como global, del ejercicio educativo y antes que solcita a los
grandes problemas y discusiones que ha planteado y sigue planteando la pedagoga, se ha re-
signado a elaborar sucesivas propuestas donde ha primado el acopio de actividades novedosas
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Pues bien, lo que a este respecto nos planteamos es profundizar en dichos dispositivos; analizar
algunos de los principios y categoras, ciertas concepciones y creencias, que desde el discurso
didctico definen la materia y, a la vez, le dan el sentido y la legitimidad pedaggicos que en
la actualidad posee; pretendemos descubrir en qu medida las nociones ms indiscutibles que
definen la materia se formulan y se desarrollan como inferencias derivadas de una practicidad
educativa constatable o, por el contrario, son estructuras estructurantes que demarcan el alcance
y los lmites de la materia al margen de una pertinencia pedaggica objetivable en trminos de
proyecto y fines educativos plausibles.
Tal vez uno de las creencias o tpicos ms asentados que contribuyen a la legitimacin del discurso
tcnico de la educacin fsica y sus producciones es el que denominamos tpico sustancialista,
el cual, posiblemente, ampara y da sostn a otras muchas creencias pedaggicas. Consiste en la
consideracin de la disciplina como el resultado de un proyecto natural que habra emanado
de unas necesidades objetivas, naturales, sustanciales y, por lo dems, preexistentes de educa-
cin del cuerpo; unas necesidades que explicaran su temprana aparicin como acontecimiento
antropolgico y, asimismo, las sucesivas modalidades de acuerdo con las distintas circunstancias
culturales. Se trata de una consideracin que se adhiere a la historicidad de la disciplina incluso
enfatiza su condicin evolutiva pero que, sin embargo, concibe el proceso histrico de manera
lineal, unidireccional y finalista, adems de perpetuo, sobre la creencia positivista de la permanen-
cia (sustantiva) del cuerpo y la confianza en el desarrollo infinito de la historia y de sus objetos.
Segn Norbert Elias, el sustancialismo determina el hecho de considerar a priori que tras las
palabras que empleamos existen realidades perfectamente definidas, sustancias, cosas visibles
y tangibles (Elias, 1978), realidades, en cierto modo, atemporales que, por lo dems, son inde-
pendientes de la conciencia. En la prctica, se abre paso como una corriente antihistrica en la
medida en que da carta de naturaleza natural a todo lo nombrado y, se dira, que slo a lo
nombrado , donde el lenguaje cumplira el papel de fedatario de una realidad que, con mati-
ces, tiende a ser considerada como dada y por lo dems dicotmica: sujeto/objeto, indiciduo/
sociedad, cuerpo/espritu, fsico/social, real/imaginario etc. Lo que aqu nos interesa destacar
es que se trata de una concepcin de corte funcionalista segn la cual las realidades tambin
45
Educacin Fsica y Deportes
las sociales estaran sometidas a un ajuste orgnico cuyo funcionamiento estara asegurado
por una especie de relacin solidaria entre los distintos elementos que la componen (conceptos,
saberes, creencias, representaciones, cosas, sujetos, grupos de sujetos, instituciones etc.) las
cuales parecen orientadas segn cierto sentido finalista y determinista al equilibrio del propio
sistema: la realidad tiende a ser lo que es, y viceversa, es lo que tiende a ser. Contra esta
concepcin, Elias propone utilizar las armas de la historia y, en particular, la sociognesis y la psi-
cognesis de la cultura con las que no slo pone de relieve el carcter contingente de la realidad
sino que, adems, nos advierte de las trampas que la historiografa de corte evolucionista puede
tendernos: especialmente, la trampa de la cosmovisin finalista de la civilizacin (Elias, 1990).
Pues bien, la consideracin ms comn de la educacin fsica incurre precisamente en esta trampa
historicista que a la postre, segn veremos, ampara cierta clase de didctico, en cuya verosimilitud
encuentra buena parte de su legitimidad pedaggica. En virtud de la relacin solidaria y armnica
de todo sistema, la educacin fsica como institucin, pese a no estar exenta de desequilibrios,
tendera al reequilibrio o normalizacin, con lo que su proceso de transformacin histrica se
entendera como una evolucin funcional en sentido estricto; como una paulatina equilibracin
natural de los medios y de los fines educativos del cuerpo a lo largo del tiempo. Desde esta
perspectiva, el alto grado de racionalidad de la ecuacin fsica contempornea supuestamente
avalado por las disciplinas cientficas que la asisten bastara para certificar su pertinencia pe-
daggica entendindose que sera la versin mejor ajustada a las necesidades sociales actuales
de acuerdo con los medios tcnicos disponibles.
Frente a la concepcin de las realidades sociales como precipitados quasinaturales, Elias aborda
la cuestin de la gnesis de las instituciones desde una perspectiva constructivista segn la cual
toda realidad se concibe como conjunto de producciones genuinas de una cierta cultura y de un
cierto tiempo, donde la pluralidad de intenciones, de significados, de formas de apropiacin de
las preconstrucciones pasadas etc. da lugar a un entreveramiento de relaciones que, al no surgir
de una naturaleza dada, tiende a escapar al control de los diferentes actores implicados (y de
la propia historia). Lo que ello implica, a diferencia de los modelos sistmicos y funcionalistas,
es que hacen descansar el significado y la pervivencia ms o menos armnica de la realidad
social y de cada una de sus instituciones no en las nociones de cohesin, integridad o unidad
funcional etc. lo que le impone soportar y dominar algunas contradicciones epistemolgicas
, sino en la nocin de legitimidad; ya no se puede hablar de una armona orgnica ni de una
totalidad sistmica a priori en el seno de las instituciones sino un trabajo simblico a travs del
cual adquieren una cierta coherencia (Berger; Luckman, 2003, p. 118ss) discursiva que impone
reconocer una relacin de poder.
Para el caso que nos ocupa, el constructivismo nos induce a pensar la educacin fsica escolar
como una configuracin contingente, incluso fortuita y casual dentro, evidentemente, del
marco de posibilidades que ofreca el contexto en el que apareci fruto de condiciones, inten-
ciones e intereses ms o menos confluyentes de algunos grupos hegemnicos en torno a unas
preocupaciones sociales nuevas segn un proceso en el que unos significados (y las consiguien-
tes prcticas) adquieren respaldo y otros lo pierden, se tornan dominantes. En este sentido,
la disciplina acadmica, ms que dar continuidad tecnolgica a una predisciplina habra de
entenderse como una realidad emergente resultante de una confrontacin de representaciones
46
diferentes, a menudo en pugna, a veces en cierta sintona entre lo nuevo y lo viejo, entre lo
culto y lo popular, entre lo religioso y lo profano, entre lo racional y lo tradicional, lo institucio-
nal y lo espontneo, el saber y el hacer etc. , las cuales, sin sustancia ni proyecto definido le
fueron dando forma como tal disciplina acadmica. Por mejor decirlo, fueron construyndola,
como materia escolar, por acumulacin, sustitucin, sustraccin, transformacin etc. donde las
justificaciones funcionales se habran ido elaborando incluso a posteriori de su configuracin
como una condicin ms de entre las que eventualmente fueron interviniendo en su gnesis e
institucionalizacin.
Bajo esta perspectiva, la consideracin del carcter funcional que explcitamente expresa el
discurso tcnico de la educacin fsica escolar donde las justificaciones (utilitarias) aparecen
como avales de su pertinencia institucional se revela, cuando menos, problemtico. En efecto,
el cometido que dicho discurso atribuye a la materia como condicin necesaria y garante del
desarrollo de cualidades fsicas o de competencias y habilidades en los distintos mbitos del
comportamiento del sujeto fsico, social, emocional, intelectivo, moral etc. pierde el ms
importante de sus sustentos epistemolgicos por cuanto las propias nociones de cualidad o ca-
pacidad fsica, competencia, habilidad, incluso desarrollo infantil e infancia etc. Junto con todas
las que modernamente han engrosado el vocabulario pedaggico de la educacin fsica (auto-
noma, autoconocimiento, autosuperacin, autorrealizacin, salud etc.) se muestran relativas y
contingentes; se muestran vlidas tan solo en el interior esquemas de verdad dominantes y de
acuerdo con los desiderata prcticos de los grupos hegemnicos. Dejan de aglutinar esa clase de
sustancia indiscutible de la categora educar el cuerpo para revelarse como categoras fuerte-
mente convencionales aunque, eso s, prevalentes, puesto que de hecho han logrado conferirle
legitimidad curricular y social mediante una dinmica interna de creacin de conocimiento tec-
47
Educacin Fsica y Deportes
nolgicamente explotable. Para ello, una buena parte de los esfuerzos discursivos han debido
ocuparse en ocultar el carcter convencional de dichas categoras dotndolas de una apariencia
de practicidad al servicio de la funcionalidad orgnica que permite consolidar las estructuras
de poder en virtud de su carcter natural.
Resulta clarificador lo que Wright Mills, a propsito de la filosofa moral del utilitarismo y los
modos de legitimacin del poder, calificaba como practicidad liberal (Mills, 1999); justamente se
refera a esa clase de concepcin de la utilidad cuya metafsica orgnica o natural como la
que parece legitimar a la educacin fsica subraya todo lo que tiende al equilibrio armonioso
y donde los cambios o no se advierten o se toman como meros sntomas de lo patolgico o
inadapatado, es decir, se toman como una desviacin de la naturaleza que es preciso corre-
gir y en cuyo auxilio acude la tcnica. Mills incide en el carcter conservador de la practicidad
liberal la cual, frente a la practicidad antiliberal, controladora, disciplinaria y orientada al lucro
industrial, resulta simptica a aquellas personas que por su posicin social, y en virtud de algn
grado de autoridad, manejan casos individuales por lo que tienden a resolver problemas prcti-
cos siguiendo los patrones existentes, lejos de cualquier controversia ideolgica y de cualquier
intento de interpretar y, mucho menos, de transformar el conjunto. Evidentemente, puesto que
descubrir problemas prcticos y enunciarlos es hacer valoraciones, la practicidad liberal no es
ajena a la moral ni es apoltica; se configura como una sociologa moralizadora en la que se toma
como problema aquello que se aparta de lo comn, lo que no se ajusta a los principios de orden
y estabilidad; es especialmente moralizadora cuando dichos problemas se enuncian en relacin
con las instituciones respecto de las que se supone necesitan mayores dosis de racionalidad
(cientfica o tcnolgica) sobre principios del tipo logro de la estabilidad y el orden, el progreso
social, la adaptacin, la integracin etc. como por ejemplo la escuela, la medicina, la cultura
que con frecuencia constituyen, seala Mills, una propaganda a favor de la conformidad con las
normas y rasgos idealmente asociados con la clase media de la pequea ciudad.
La consideracin que al respecto nos sugieres que la educacin fsica escolar, en tanto que
institucin sustentada en un alto grado por el discurso didctico, cuya practicidad liberal (ra-
cional, funcional y sistmica) termina por otorgarle carta de naturaleza natural, categora de
dato emprico legitimidad cientfica lejos de toda discusin sobre los elementos ideolgicos,
polticos e, incluso, morales que median en la accin pedaggica del cuerpo. En efecto, siendo
la categora educar el cuerpo una entidad fuertemente convencional, aunque legtima, dicho
universo posible la institucin del cuerpo como objeto escolarmente educable debe soportar,
segn apuntbamos en el apartado anterior, algunas contradicciones para contener y dominar
su sentido dentro del marco funcionalista-sustancialista en el que obtiene su reconocimiento.
En otras palabras, debe lograr que los significados por los que dicha institucin es reconocida
como agente social til o funcional en el mbito en el que dice serlo (el desarrollo necesario
de habilidades y capacidades corporales de los sujetos) mantengan su credibilidad, a pesar de
aquellas argumentaciones, teoras, evidencias, pruebas etc. que los pongan en tela de juicio o
que, simplemente, revelen el carcter relativo, incluso arbitrario, de las categoras pedaggicas
y sociales en las que se apoya. Ah, a la insidiosa verosimilitud argumental del discurso tcnico,
cuya tenaz relacin entre medios y fines parece inexpugnable, se une la acomodaticia ambigedad
de los sucesivos discursos pedaggicos institucionales del cuerpo, pergeando un aparato de
creencias bien adaptado a los saberes dominantes (sobre todo de la biologa y la psicologa del
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Veamos algunas de estas contradicciones y las creencias (funcionalistas) en las que se sustentan,
al amparo de la ideologa pedaggica dominante en la educacin fsica.
Tal vez la ms elemental contradiccin que la educacin fsica escolar ha de soportar para conte-
ner su significado en el marco funcionalista es la que tiene que ver con la corporalidad que dice
producir y la que, de hecho, produce. De acuerdo con el carcter contingente y convencional
de la disciplina acadmica, antes que ensear al cuerpo, la accin primera de su propia legiti-
macin ha sido necesariamente la construccin del cuerpo apto para ser enseado; es decir,
escolarmente enseado.
Ha debido configurar, si quiera esquemticamente, las condiciones en las que el cuerpo puede y
debe ser enseado dentro de la escuela; ha debido perfilar los lmites del universo posible de la
intervencin pedaggica sobre el cuerpo as como una batera de justificaciones plausibles. Pues
bien; a tenor de las cosas que se le ensean, cmo se le ensean y cmo se han ido estableciendo
tales enseanzas a lo largo de su breve historia, parece que dicho universo pedaggico ha sido
elaborado no tanto bajo la premisa de qu es lo que conviene aprender al cuerpo, a los cuerpos,
y para qu, como por la necesidad de encontrar un lenguaje adaptado a lo que ya se enseaba;
un lenguaje tcnico que autoriza y acredita el tratamiento institucional del cuerpo sin levantar
sospechas de llevar a cabo un ejercicio coercitivo, de dominacin cultural o de inconfesable
moralizacin; es decir, donde la elaboracin de las justificaciones a propsito de lo ya dado, de
lo esencial, han prevalecido sobre los intentos de transformar y adaptar lo establecido a las
nuevas expectativas sociales.
A este respecto, antes que explorar las necesidades de los cuerpos individuales, los cuerpos-
sujeto, ha elaborado un discurso polivalente y ambiguo, un discurso acomodaticio, que, en el
momento actual, superadas las funciones diversivas y descompresoras que siempre cautivaron
a los promotores de la educacin fsica, se sostiene bajo la ilusin pedaggica de la transferencia
de las competencias fsicas, la ganancia de eficacia o de salud que tanto seduce a la racionalidad
instrumental.
Aqu cabe distinguir dos tpicos. El primero consiste en la formulacin de una cada vez ms
abigarrada mezcla de propiedades formativas y reformativas y el segundo en, la desubjetivacin
del cuerpo.
Como para apuntalar un endeble edificio discursivo que no es capaz de sostener la materia aca-
dmica sobre el inconfesable cometido de transmitir una parte del capital cultural hegemnico
del cuerpo mediante la inculcacin de ciertas habilidades fsicas y el autodominio corporal, ha
debido desarrollar todo un andamiaje terico por el que, bajo los ambiguos emblemas de la
49
Educacin Fsica y Deportes
As, junto a las destrezas corporales propiamente dichas del tipo y condicin que en cada
contexto y momento poltico hayan sido todas las formulaciones institucionales de la materia
han invocado a alguna clase inespecfica de valores tales como la autorrealizacin la autosu-
peracin, el autoconocimiento etc., que, unidos a las tambin inespecficas aptitudes sociales,
afectivas o cognitivas, han permitido salvaguardar la continuidad de los modelos dominantes
y, sobre todo, la han protegido de la crtica ante lo que podra ser visto como una dilapidacin
del tiempo escolar. Pero esta capitalizacin intensiva de propiedades no parece sino un mero
engrosamiento retrico que parece encaminado a ocultar la deriva y la inoperancia pedaggica
de las tcnicas, las habilidades y las capacidades en las que instruye y, por aadidura, a ocultar
el carcter impositivo y arbitrario del material ideolgico, emocional y prctico del cuerpo que
dichas tcnicas, habilidades y capacidades llevan implcitas en la propia realizacin. Demasiados
objetivos, y sobre todo, demasiado ambiguos; demasiado dispersos y trascendentes, teniendo en
cuenta la escasa relevancia y significacin que, de hecho tiene, en relacin a todas las aptitudes
y los valores que se enuncian, superar o no los tests de capacidad fsica que en tantas escuelas
e institutos se imponen como condicin para superar la asignatura y que tiene como resultado
cierta homogeneizacin de la representacin y uso cultural del cuerpo.
Muy especialmente, teniendo en cuenta la escasa relevancia que tienen dichas pruebas y, en
general, los contenidos en los que se apoyan, los cuales responden a una elaboracin selectiva
de prcticas corporales escasamente representativa de los intereses y expectativas (en relacin
con las perspectivas clase social, de gnero, o de cultura) de un alumnado cada vez ms diverso.
El segundo de los tpicos en torno a la corporalidad que produce la educacin fsica condice
estrechamente con la concepcin sustancialista de la realidad de manera que, por ejemplo, la
desigualdad de clase social o de capital cultural y econmico se reescriben como diferencias de
mrito natural, o la desigualdad social de gnero se reducen a diferencias de caracteres sexua-
les. El sustancialismo considera el cuerpo como una entidad meramente biolgica y mecnica
enclavada en una sociedad, antes que una realidad social propiamente dicha. Una entidad cuyos
atributos objetivables mediante variables orgnicas y mecnicas, incluso, psicolgicas per-
mitiran tratarlo como cosa genrica, como algo dado por la naturaleza, siendo la educacin
fsica siempre, y se dira que slo, el conjunto de actuaciones encargadas de producir en ese
cuerpo natural las condiciones necesarias para su desenvolvimiento y su adaptacin en y
a cada contexto; el conjunto de actuaciones para su puesta a punto dando por buenos, tam-
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bin, muchos de los elementos de la vieja concepcin mecanicista del cuerpo fundada sobre los
principios del racionalismo cartesiano.
Como la educacin fsica no puede y, tal vez, no est interesada en atender la diversidad que la
subjetividad corporal impone tanto en trminos de gnero, como de clase social, como de etnia
y en general de cultura, ha resuelto configurar el cuerpo escolarmente educable mediante la
abstraccin en los conceptos universales que la ciencia positiva proporciona; es decir, mediante
la extirpacin de los significados implcitos y explcitos de los rasgos corporales, mediante la des-
posesin de las necesidades y de las expectativas particulares o, lo que es lo mismo, mediante la
homogeneizacin somtica. La educacin fsica construye, as, el cuerpo sin historia, el cuerpo
fsico, del que importa, sobre todo, su adecuacin a los discursos y a los recursos escolares: un
cuerpo culturalmente abstracto, existencialmente vaco de contenido y polticamente disponible.
Acuciado por la permanencia sustancial de la anatoma, por la regularidad del recurso didctico,
por la unicidad de las estructuras de aprendizaje institucional disocia los aprendizajes del cuerpo
de la vida cotidiana y sus requerimientos, precisamente, porque la lgica de la escuela a la
que van todos pero que de ninguna manera es de todos exige como condicin de aprendiza-
je gradual, sistemtico, metdico y evaluable la disolucin de todos y cada uno de los rasgos
somticos de insercin social; exige el borrado de la memoria tanto personal como colectiva
del cuerpo para permitir la reordenacin de sus capacidades de acuerdo con los esquemas de
representacin y prctica instrumental de la agencia escolar.
Es bien conocido aqul viejo proverbio chino: dame un pez y comer un da, ensame a pescar
y comer todos los das; alegato pro-educativo donde los haya que, sin embargo, nada nos dice
respecto de qu hacer, si llegado el caso, todos los peces del ro se extinguieran devorados por
una escurridiza especie anfibia, por la voracidad pisccola de la creciente poblacin china o si, por
el cambio climtico, el ro chino desapareciera con todos sus nutritivos moradores: seguiran
los maestros chinos enseando a sus alumnos a pescar? Nuestra opinin es que si, llegado ese
caso, y para entonces el sistema educativo chino estuviera adaptado a los modelos occidentales,
la respuesta sera que s; en las escuelas chinas se seguira enseando a los escolares a pescar, y
entre otros loables razonamientos que pugnaran por mantener tan poco prcticas enseanzas
dentro del currculo estara aqul que dijera que lo importante del arte de la pesca no reside en
la utilidad de esta para conseguir los frutos fluviales sino en el arte mismo, en la grandeza que
entraa el dominio de sus aperos y en las capacidades que desarrollara para, por ejemplo, cazar
canguingos o chibiritainas.
A este respecto, la ficcin creada por Harold Benjamin a propsito de la educacin paleoltica
constituye un contrapunto digno de tenerse en cuenta; resulta en especial ilustrativa de los
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Sobre el trasfondo de sendas ficciones, se plantean los dos grandes modelos de legitimacin
de la educacin fsica; modelos en la prctica complementarios y a menudo con fronteras poco
difanas, pero que segn su predominio caracterizan, a su vez, dos tipos de creencias en torno
a la materia.
Uno de ellos, tal vez el primero en el tiempo, de carcter ms pragmtico, es el modelo de le-
gitimacin extrnseca segn el cual la educacin fsica reportara, con el cumplimiento de sus
objetivos pedaggicos, beneficios en trminos de habilidades, capacidades, disposiciones, apti-
tudes, actitudes, mritos etc. que permitiran satisfacer algunas, o muchas de sus necesidades
de orden somtico: saltar, correr, resistir, meter muchos goles, cuidarse etc. Otra cosa es que las
capacidades y habilidades en las que forme valgan o no valgan al alumno, sean necesarias o no,
estn ajustadas a las necesidades de todos, de unos pocos o de casi ninguno; sea discriminato-
rio por su concepcin y seleccin, o no lo sea. La cuestin que se dirime es que este modelo de
legitimacin parte de unas supuestas necesidades respecto de las que se proveen y sistematizan
ciertos aprendizajes que permitan satisfacerlas con mejores garantas a quienes se someten al
proceso educativo. Aqu, el diseo y el desarrollo curricular se puede definir como un proceso
de bsqueda de las necesidades e intereses de los alumnos as como de los medios ms eficaces
para su consecucin con toda la problemtica, eso s, que la definicin, determinacin y hallazgo
de necesidades y medios supone; la problemtica que supone, sobre todo, el hallazgo de los
principios en virtud de los cuales puede y debe hacerse la jerarqua de necesidades y, en funcin
de ella, la seleccin de objetivos, de contenidos, de actividades o de mtodos: por ejemplo, la
definicin de alumno, la definicin de necesidades, la definicin de aptitud o la definicin
de sujeto (suficientemente) educado etc.; esto es, la construccin del proyecto educativo que
toda materia acadmica lleva implcito.
53
Educacin Fsica y Deportes
El segundo modelo tiene mucho que ver con los que sealbamos en el apartado denominado
capitalizacin intensiva de propiedades y que en ltima instancia justifica la disciplina por un
supuesto valor intrnseco de la materia o de las actividades que la conforman; un valor indiscutido
a cuyo reclamo se urde toda una red propiedades tan loables como indemostrable es que dichas
propiedades no concurran de igual manera en actividades pedaggicas absolutamente diferen-
tes, o simplemente en la actividad cotidiana fuera del espacio de asistencia y tutelaje escolar.
Se trata de aquellas propiedades que se ajustan muy bien al desideratummerece la pena ser
aprendido pero cuyo resultado es difcilmente constatable y, sobre todo, es difcilmente constata-
ble la influencia que la accin pedaggica especfica en este caso de la educacin fsica pudiera
haber tenido en dicho resultado. Algo que no desacredita totalmente dicha accin pedaggica
especfica si consideramos que (casi) cualquier producto cultural puede ser valioso , pero s
anula el argumento por el que se pretende justificar la presencia obligatoria de la materia en la
institucin escolar. Porque dicha presencia exige, adems de la vala cultural genrica, otras condi-
ciones de pertinencia entre las que la practicidad ha de ocupar, nos parece, un lugar de privilegio.
En la prctica, ambos modelos comparten espacio y funcionan indistintamente entre los pro-
fesionales, con mayor nfasis en uno u en otro segn el momento, las condiciones, el contexto
o segn el destinatario de las explicaciones si es que se trata de explicar a alguien el porqu
de la educacin fsica. Lo que nos llama la atencin es que el discurso de las justificaciones de
carcter extrnseco (el discurso de las justificaciones pragmticas) ha ido perdiendo espacio a
favor de las de carcter intrnseco (aquellas que tienden a legitimar la materia por el valor que
posee en s misma o por el valor ntimo de sus contenidos: juego, deporte, experiencia corporal
etc.). Y aunque el motivo de tal perdida de espacio suele achacarse a la aureola reaccionaria
que tiene todo pragmatismo lo cual hace buscar, por lo menos a los profesores ms activos e
innovadores, justificaciones de ms alto valor, razonamientos ms complejos y ms elaborados
como los que se pueden araar a la filosofa, la antropologa o a cualquier disciplina de corte
humanstico, en nuestra opinin, es una simple deriva argumental como consecuencia de la
disolucin de una practicidad obsoleta, poco atenta a las necesidades e intereses de la sociedad
contempornea y que la stira de Harold Benjamin expresa de forma tan elocuente.
Tal vez convenga precisar aqu una cuestin de principios. Desde nuestro punto de vista, la prac-
ticidad como argumento justificativo de la pertinencia de una materia en la escuela no slo no es
reaccionario sino que es el nico punto de apoyo slido que permite legitimar la accin pedag-
gica que dicha materia implica. Otra cosa es qu elementos se consideran prcticos y cules no;
bajo qu criterios se concibe la practicidad, con vista a qu clase de necesidades y, puesto que
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A este respecto, volviendo a los tipos de justificacin sobre los que discutimos, como comple-
mento de las justificaciones intrnsecas, ajenas a la denostada practicidad, tiene lugar, parad-
jicamente, una hipertrofia del discurso tcnico. A falta de discusin especialmente discusin
ideolgica, pero tambin a falta de discusin moral y prctica sobre los criterios de seleccin
de los objetivos educativos y sobre la utilidad de estos, dado el supuesto valor intrnseco de las
55
Educacin Fsica y Deportes
Ms an, la creencia segn la cual dicha eficacia tcnica en el caso de ser cierta agotara el
campo de las controversias pedaggicas de la materia. Es a esto a lo que denominamos el cono-
cimiento pericial como creencia; elemento fundamental de la ilusin didctica que, combinando
los principios ideolgicos de la racionalidad instrumental los principios de la eficacia productiva
no tanto para el uso como para el consumo especulativo con los resortes emocionales del
idealismo pedaggico, slo puede contribuir a disolver un debate mucho ms perentorio en la
educacin fsica: el debate del sentido (cultural, ideolgico y poltico) de la materia escolar y de
los contenidos en los que instruye sea cual fuere la eficacia con la que lo hace.
Sin embargo, dicha necesidad, indiscutible por lo genrica y ambigua, sirve para implantar
actividades y para producir aprendizajes cuyos valores culturales prcticos concretos pueden
ser de muy distinta condicin y, por lo tanto, de muy diferente significado bajo el amparo de
la idea de pluralidad; sin embargo, termina apelando slo a un requerimiento acumulativo de
movimiento, de actividad fsica, lo que menos parece importar es la adscripcin cultural que
cada concreta lleva implcita.
No se puede perder de vista que toda experiencia corporal constituye una modalidad cultural de
comprensin del cuerpo propio y de su relacin con el mundo y con los dems; es, un espacio de
produccin simblica e ideolgica, tanto ms en la medida en que su administracin pedaggica
determina una clase, un tipo, de experiencia corporal que probablemente no todos deseen, de
la que no todos disfrutan, que no a todos sirve ni a todos es significativa existencialmente, puede
constituirse como la agresin simblica, y a menudo fsica, que muchos realmente sienten. Por
aadidura, al servir de apoyo y justificacin de la materia escolar, tiende a invalidar todo otro modo
relacional y de experiencia con el cuerpo: especialmente corporeidad y del gesto. Aqu la ilusin
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didctica consiste en primer lugar en la creencia de que toda experiencia corporal, por el hecho de
poner al cuerpo en movimiento y producir sensaciones, intelecciones o emociones es deseable; y, en
segundo lugar, que el saber pericial es capaz de determinar tcnicamente la forma y modalidad de
administracin de la experiencia corporal de modo que sea de inters para el sujeto, sin contar con
los sujetos de la accin pedaggica o contando slo retricamente, y en genrico, con el sujeto.
Si tenemos en cuenta que los cuerpos no son nunca espacios libres; que son lugares en los que
se inscriben las marcas culturales organizando los actos y los afectos; y que histricamente tales
inscripciones han operado como regulaciones prcticas al servicio del rgimen dominante de
la cultura: entonces qu otro sentido que el funcional y tcnico podemos encontrar en los dis-
tintos la liturgia pedaggica del cuerpo; qu sentido y qu significacin tienen, por ejemplo, el
uso del chandal, las zapatillas deportivas, el calentamiento, la ceremonia del ejercicio y tantos
otros elementos rituales que conforman la puesta en la educacin fsica escolar? Por encima de
la funcionalidad declarada que todos ellos poseen, constituyen, individualmente y en conjunto,
un signo; un signo tomado en gran medida del cdigo de las formas deportivas en cuyo interior
adquiere su pleno sentido. Por encima de la comodidad y libertad de movimientos que reporta
el atuendo deportivo, por encima de la seguridad que reportan las zapatillas deportivas, por
encima de la funcionalidad fisiolgica del calentamiento etc. la escenificacin de todo ello
constituye, no se puede negar, una expresin delos principios que informan la educacin fsica
escolar y que comnmente aceptamos. Lo mismo podramos decir del sentido y significacin del
paisaje escolar cuyos patios y gimnasios se adornan indefectiblemente con el consabido aparataje
deportivo o, asimismo, de la porcin seleccionada de los contenidos y hasta de conceptualiza-
cin y catalogacin de las cualidades que la educacin fsica trata explcitamente de desarrollar
a travs del tipo de experiencias corporales que las estructuras acadmicas permiten proveer.
orgnico que encarna un sistema destinado al fin y al cabo a crear consumidores, competidores
y contribuyentes satisfechos.
Como reflexin final pongamos de relieve los intentos innovadores que muchos profesores, in-
cluso algunas legislaciones, han ido poniendo en marcha en las ltimas dcadas. Es evidente que
el conjunto de todos ellos han transformado en el medio plazo la materia acadmica y, con ella,
el sentido de los aprendizajes corporales escolares. Sin embargo, desde una perspectiva amplia
y de largo plazo tales cambios admiten una lectura algo ms pesimista que aquella que trata de
proyectar el pedagogo idealista; tales cambios pueden verse tambin como reaccin estratgica
de dominacin ante los nuevos retos que tienen ante s las clases dominantes.
Actividad
Hacemos un anlisis comparativo entre las actividades que se realizan a partir de la concepcin
sustancialista de la educacin fsica y el planteamiento del Modelo Educativo Sociocomunitario
Productivo.
Actividad
Nombramos actividades de carcter funcionalista que an estn vigentes en las unidades edu-
cativas y que las debemos desechar.
Actividad
Proponemos actividades para integrar a la comunidad con la unidad educativa para valorar y
darle sentido al rea de educacin fsica.
Tema 3
Preguntas problematizadoras
1. Qu tipos de alimentos, de acuerdo al contexto en el que nos encontramos, debemos con-
sumir antes y despus de la prctica de actividades fsicas?
2. Cmo y qu orientamos a las y los estudiantes sobre la anorexia, bulimia, vigorexia, obesidad
y otras consecuencias del desorden en los hbitos alimentarios?
59
Educacin Fsica y Deportes
Lectura 3
La cultura corporal
CULTURA CORPORAL, VIDA COTIDIANA (Y EDUCACIN FSICA)
Jos Ignacio Barbero Gonzlez
(Universidad de Valladolid)*
Vivimos en una poca en la que el cuerpo ha pasado a ocupar un lugar central en la vida de las
personas. El cuerpo es hoy y puede analizarse como un medio de cultura, como una metfora de
la cultura, como un texto de cultura, y como un foco o lugar de control social, prctico y directo
(Bordo, 1997). La cultura hegemnica en nuestra sociedad ha dotado al cuerpo de unos poderes
nuevos e inusitados que inciden en la vida cotidiana de todos los ciudadanos condicionando sus
posibilidades de encontrar trabajo, el marco de sus relaciones sociales, la vida familiar, el deseo,
el placer y, en fin, la autoestima y el autoconcepto personales.
Dicha cultura corporal es creada y reforzada por distintos agentes sociales entre los que se
encuentran, por un lado, la Educacin Fsica, la materia del currculum escolar obligatorio cuyo
objeto especfico es la transmisin de cultura corporal, y, por otro, el Deporte, el mayor espect-
culo del mundo cuyo guin no es otro que la exhibicin de distintas combinaciones de sustancia
y forma corporal semidesnuda y eficiente.
En este contexto, el objetivo bsico de este escrito es describir los rasgos bsicos de la cultura
corporal hegemnica en nuestra sociedad mostrando, mediante una ficcin autobiogrfica, su
incidencia en la vida cotidiana de las personas. En segundo trmino y a modo de eplogo, par-
tiendo del hecho de que la Educacin Fsica y el Deporte son dos agentes activos en la creacin y
difusin de cultura corporal, se concluye poniendo de relieve la necesidad de que los docentes y
profesionales de este campo nos planteemos la funcin y papel que desempeamos en trminos
de reproduccin o de cambio de dicha cultura hegemnica.
Por otra parte, aunque los lmites del presente trabajo no me permiten abordar a fondo el pa-
pel de las distintas opciones narrativas a la hora de exponer un trabajo acadmico (vanse, por
ejemplo, Sparkes & Silvenoinen, 1999; Sparkes,2002), dado que la modalidad de relato adopta-
da, la ficcin autobiogrfica, no se ajusta a las pautas ms comunes de la exposicin cientfica
me veo en la necesidad de precisar que la eleccin de una forma u otra de relato no es neutral
y que, por tanto, mi propia eleccin responde a intenciones especficas que tienen que ver con
la naturaleza del conocimiento, sus posibilidades de transmisin y comprensin pblica, y, en
consecuencia, su funcin social y poltica.
En este sentido, He optado por la ficcin autobiogrfica porque me permite acceder mejor a la
cultura corporal que impregna nuestra vida cotidiana y contar, en un registro ms coloquial, su
tcita influencia, poder, disciplina...
61
Educacin Fsica y Deportes
Son las seis y media. Adormilado todava, me afeito con el sonido de fondo de la radio. No presto
mucha atencin al mensaje. Las voces masculina y femenina que transmiten las noticias mati-
nales son, en su alternancia y ritmo, mi segundo despertador. Depende de las prisas que tenga.
Hoy se presenta tranquilo, con mucho trabajo pendiente pero con escasas obligaciones horarias.
Susan Sontag y Fatema Mernissi han sido galardonadas con el Prncipe de Asturias de las Letras
dice uno de los locutores.
Jams he odo ni ledo nada de Mernissi. Mis neuronas se activan al or el resto de la noticia: Una
sociloga marroqu, criada en un harn de Fez, ha escrito distintas obras sobre la situacin de la
mujer en el Islam, famosa por la frase: La talla 37 es el harn de Occidente. Esto me interesa,
pienso, mientras compruebo en el espejo que la 37 no es mi talla. Me parece una perspicaz des-
cripcin de la cultura (corporal) imperante en nuestras sociedades posmodernas y avanzadas.
Tendr que dar una vuelta por la librera.
Mientras desayuno, comento la frase con mi mujer y me explica que esa talla no existe: Ser
la 36 la 38, el tamao de las modelos, me explica. Observo los cereales Fitness (forma fsica)
que mezcla con la leche. Este producto ha sido elaborado por una multinacional (Nestl, sin fe-
cha). El lado derecho de la cara principal de la caja que contiene los copos de trigo integral de
alto contenido en vitaminas y minerales esenciales ofrece la primera definicin de forma fsica:
una estilizada silueta femenina de largas piernas, cintura y curvas convenientemente marcadas
y sin un pice de grasa. Sus brazos se abren por encima de la cabeza. Entre ellos se encuentra el
mensaje: Mantn la lnea. Sintete en forma. La forma fsica es, pues, un sentimiento asociado
a la imagen externa, a la lnea.
Doy la vuelta a la caja. En el anverso se completa el mensaje: Los secretos de Fitness: un abdo-
men plano. Y ofrece cuatro consejos. Los tres primeros versan sobre la alimentacin, el cuarto
sobre el ejercicio. En ste encuentro una definicin trivial de deporte que, paradjicamente,
recogen muchos manuales: El trabajo, las compras, las escaleras, los paseos... resulta increble
la cantidad de veces que se puede practicar un deporte sin que lo parezca. Caminando! Una
columna con fondo violeta, el color femenino (o feminista) por antonomasia, explica el Truco
de Belleza para conseguir la talla adecuada, de anchura del abdomen, se entiende. El truco son
unos ejercicios que se ilustran con tres dibujos de una delgada joven con malla ajustada y top
reducido que deja la cintura al descubierto. Y es que, se lee, los pantalones bajos de cintura>>.
Jos Ignacio est a punto de cumplir cuatro aos, es hora de llevarlo al colegio. Al volver compro
el peridico. Leo las pginas dedicadas a Sontag y Mernissi. Me dejo llevar por la primera idea
del da y decido considerar la representacin y el lugar del cuerpo en el diario que tengo en mis
manos. Encuentro tres tipos de cuerpos ubicados cada uno de ellos en contextos muy especfi-
cos: Uno aparece en los desastres de la guerra; otro en los eficientes varones del deporte; y el
tercero en la invitacin o incitacin publicitaria a la belleza.
Aunque esta prensa en blanco y negro (de calidad, se califica en el contexto sajn) no es la
ms apropiada para la tarea que estoy realizando, esta lectura de las imgenes corporales son
un punto de partida y merecen un comentarioRepaso ejemplares de ste y de otros peridicos
de similares caractersticas y encuentro que el primero, el cuerpo mutilado, tiene siempre un
carcter muy coyuntural, forma parte del suceso, del accidente, de la vanguardia cientfica, de
la puntual ayuda humanitaria... Agotado su momento, dicho cuerpo se desvanece.
Por el contrario, el segundo, el cuerpo deportivo varonil, eficiente, alegre o frustrado, grupal,
agresivo, joven... no desaparece nunca. Haya habido o no acontecimiento deportivo el da an-
terior, dicho cuerpo ocupa siempre varias pginas de esta prensa seria.
En la parte inferior, sobre fondo negro, el listado de centros en distintas provincias espaolas
y en Portugal. Del conjunto del mensaje, me llena de preocupacin un mandato resaltado en
negrita: Si eres hombre, llmanos. Tendr que pedir hora al psiquiatra?. Cualquiera que sea
mi orientacin sexual, que no viene al caso ni es relevante, siempre me he visto como hombre
y, sin embargo, no les he llamado. (Vase Corporacin Dermoesttica, 2003a)
Por otra parte, algo llama mi atencin. En mis archivos encuentro otra versin del mismo anuncio.
Todo es prcticamente igual menos el ttulo. Prefiero la versin antigua, es ms rotunda, ms
histrica, ms universal. Su ttulo es DECLARACIN DE DERECHOS DEL HOMBRE. Cuando en el
nuevo orden mundial la ONU parece estar ms en entre dicho que nunca, una Corporacin de
mdicos hispanos nos propone un nuevo listado de derechos que, en el caso del varn, incluye
el derecho a mejorar el cuerpo, a tener un cabello ms sano y bonito, a rejuvenecer el rostro, a
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Educacin Fsica y Deportes
un cuerpo ms esbelto y sin varices, a retocar la nariz, orejas, pecho y abdomen, a eliminar arrugas
y papada, y a olvidarse de las lentillas y de las gafas.1 (Vase Corporacin Dermoesttica,2003b)
Realmente estoy abrumado. Son stos los derechos llamados a ocupar el lugar de las declara-
ciones universales de las organizaciones supranacionales dedicadas tericamente a velar por
el bien de la humanidad?, respondo a la llamada del deber que, como varn, me atribuye
dicha Corporacin y me pongo en manos de profesionales especializados?, nos permite la
postmodernidad construir una teora mediante la cual podamos aproximarnos a las diferencias
entre las condiciones materiales y culturales de existencia de los ciudadanos que habitan en
los distintos mundos a partir de sus diferentes derechos y deberes en relacin con el cuidado
de la apariencia externa de sus cuerpos?. Me parece que dicha declaracin es una metfora
de nuestro tiempo: los derechos del hombre se apoyan en el privilegio de la riqueza y de la
abundancia.
Hasta las doce no tengo ningn compromiso. El estmulo que activ mis neuronas al inicio del
da me conduce a mi librera habitual donde, tras hojear distintos libros compro El harn en
Occidente. Su ltimo captulo, el 13, se titula, tena razn mi mujer, El harn de las mujeres
occidentales es la talla 38. Compruebo con satisfaccin que su argumentacin es similar a la
que desarrollo en este relato. He aqu algunos fragmentos:
Mientras intentaba encontrar, sin xito, una falda de algodn en unos grandes almacenes en
Estados Unidos,..., o por primera vez que mis caderas no iban a caber en la talla 38. A continua-
cin viv la desagradable experiencia de comprobar cmo el estereotipo de la belleza vigente en
el mundo occidental puede herir psicolgicamente y humillar a una mujer.
Tanto, incluso, como la actitud de la polica pagada por el Estado para imponer el uso del velo,
en pases con regmenes extremistas como Irn, Afganistn o Arabia Saud...
La versin segunda aade algn detalle nuevo, por ejemplo, los dientes perfectos. Por otra parte,
sobra explicar que la misma Corporacin tiene una publicidad equivalente dirigida a las mujeres.
La elegante seorita del establecimiento me mir de arriba abajo... y, sin hacer el menor movi-
miento, sentenci que no tena faldas de mi talla.
(...)
Pues con la talla treinta y ocho, contest la seorita. -El tono de su voz era tan cortante como
el de quienes imponen las leyes religiosas-. Lo normal es una treinta y seis o una treinta y ocho,
prosigui, en vista de mi mirada de asombro total.
Las tallas grandes, como la que usted necesita, puede encontrarlas en tiendas especiales.
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(...)
Y quin ha dicho que todo el mundo deba tener la talla treinta y ocho?, brome, sin mencionar
la treinta y seis, que es la que usa mi sobrina de doce aos, delgadsima.
La norma est presente en todas las partes, querida ma, dijo. En las revistas, en la televisin,
en los anuncios. Es imposible no verlo. Tenemos a Calvin Klein, Ralph Lauren, Gianni Versace,
Giorgo Armani, Mario Valentino, SalvatoreFerragamo,Christian Dior, Yves Saint-Laurent, Christian
Lacroix y Jean Paul Gaultier. Los grandes almacenes siguen la norma de la moda. Hizo una pausa,
para concluir lo siguiente-: Si aqu se vendiera la talla cuarenta y seis o cuarenta y ocho, que son
probablemente las que usted necesita, nos iramos a la bancarrota.(Mernissi, 2001: 239-242)
En uno de mis cuadernos de investigacin tengo recogidos relatos similares de mujeres, concre-
tamente de Palencia, que han vivido experiencias parecidas. A este respecto, todas mis interlo-
cutoras eran docentes, mujeres lo suficientemente maduras como para resistir y contrarrestar
sin complejo alguno los estigmatizadores mensajes tcitos que perciban nada ms entrar en
determinadas boutiques y los ms explcitos que les transmitan las dependientas quienes, como
la que atendi a Mernissi, parecen aceptar con naturalidad los cnones estticos imperantes.
En este sentido, la figura corporal de las dependientas suele constituir un requisito bsico para
la obtencin y el mantenimiento de su puesto de trabajo.
Si nos atenemos a las conclusiones y recomendaciones de la Ponencia del Senado que estuvo
estudiando en 1999 los condicionantes extrasanitarios de la anorexia y la bulimia, la revisin de
las tallas que funcionan en nuestro pas contina siendo una asignatura pendiente. (Vase Po-
nencia, 1999) Por otra parte, este caso ilustra sobradamente lo que Herrero Brasas (2000; 2002)
denomina fachismo, es decir la discriminacin por el aspecto fsico que, obviamente, no es
propiedad exclusiva de este mbito de la moda, el vestido y las boutiques, sino que impregna
los ms recnditos espacios de la vida cotidiana.
A las 12,00, tengo la visita mensual con la pediatra. Clara, catorce meses, es una beb de las de
antes. Alimentada durante ms de medio ao exclusivamente con leche materna, ha crecido
mofletuda y con mollas. La pediatra sigue su protocolo de observacin, abre su archivo y registra
distintos datos a la vez que comenta: Clara est fenomenal, ha crecido y ha perdido peso..., me
preocupaba que estuviese demasiado obesa..., pero ahora la relacin talla peso es correcta...
Lo dice mientras me muestra unas grficas impresas en la carpeta de cartulina que utiliza como
archivo donde anota las cruces relativas a las medidas de mi hija. La pediatra es la persona que,
excluida la familia ms prxima y algunos vecinos, ha visto ms veces a Clara, es la nica persona
que la observa desde los ojos de la ciencia, es la nica que mes tras mes ha percibido la grasa del
beb como un asunto potencialmente peligroso. En otros contextos, las mollas y los mofletes
han sido siempre motivo de piropos, signos de belleza y de salud.
Afortunadamente, en este asunto no le hago ni caso. Alguna vez he sentido la tentacin de dis-
cutir el origen de esas tablas que utiliza como referencia y a las que atribuye un valor absoluto.
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Educacin Fsica y Deportes
Constituye simplemente un dato cotidiano ms de los muchos que muestran el curioso modo
en que el saber y la prescripcin mdica estigmatizan la grasa. A este respecto, recuerdo que los
aludidos nuevos derechos del hombre se deben tambin a una corporacin mdica.
Desde la perspectiva con que escribo este relato, los mensajes mdicos en torno a las proporcio-
nes altura-peso de los bebs tienen para m un gran inters porque muestran con una claridad
absoluta algo que ms tarde se camufla o difumina, me refiero a la equivalencia entre cnones
estticos (belleza) y salud.
Concluida la consulta, me acerco a una de las farmacias del barrio a comprar una vacuna. Mien-
tras espero mi turno, observo la publicidad de una amplia gama de productos, la mayora son
de carcter esttico: cremas dentfricas super blanqueantes (y sanas), productos reafirmantes,
complejos dietticos adelgazantes, frmulas para resaltar los labios y eliminar las arrugas de la
cara, etc. Llegado mi turno, estoy un tanto despistado observando un gran biombo de cartn
que anuncia un producto anticelultico sirvindose de la foto tamao natural (prefabricada) de
una joven figura femenina, situada de perfil, como andando, arropada slo con unas bragas
bastante diminutas y ajustadas. No recuerdo la cara de la joven, ni siquiera s si tena, el centro
de la imagen se situaba entre la parte superior de las rodillas y la zona media del trax, lo im-
portante es la firmeza de la carne y la ausencia de arrugas en los glteos. Ante mi despiste, una
de las dependientas llama mi atencin. Me vuelvo, la miro, no estoy seguro si su sonrisa es de
complicidad o reprobacin, me siento un poco azorado y explico: Quera dos cosas, esta vacuna
(muestro la receta) y..., estoy recogiendo publicidad de algunos productos para un estudio... y
aado esta bscula es de esas que, al pesarte, dan un papelito con un mensaje sobre las rela-
ciones talla y peso?
nombre indica, es una publicacin dirigida a un pblico femenino de esa etapa de la vida cada
vez ms amplia y de fronteras ms difusas llamada adolescencia. Entre sus ingredientes bsicos
destaca el colorido, la alegra, el hedonismo, la sensualidad y el erotismo ms o menos explcito,
la abundancia de fotografas de guapos y felices jvenes televisivos as como de imgenes de
publicidad. Ninguno de estos ingredientes sera posible sin la profusin, se mire por donde se
mire, de imgenes del cuerpo, sobre todo de mujeres jvenes.
Al llegar a casa, caliento la comida que mi mujer ha dejado preparada la noche anterior. Come
Clara, llega mi esposa, comemos nosotros. No tengo nada que hacer hasta que vuelva Jos Ig-
nacio del colegio y hago tiempo con las fotos y titulares de Ragazza. Tomando como punto de
partida los tres modelos corporales encontrados en la prensa en blanco y negro mencionados
anteriormente, el primer hecho a destacar es la total ausencia de nada que sugiera la ms leve
existencia de un cuerpo mutilado, deforme, discapacitado, enfermo o, en esta lnea, despropor-
cionado (sea por obesidad o por altura) o viejo. En otras palabras, si sta u otras publicaciones
similares reflejan o contribuyen a construir en alguna medida el imaginario de las jvenes en
torno al cuerpo, tenemos un problema, la imperfeccin normal que percibo en los cuerpos de
todos no son una realidad posible.
El empeo por ocultar la fealdad, la enfermedad, la vejez, etc. parece constituir un rasgo un ras-
go bsico, una norma de la cultura (corporal) imperante en nuestra sociedad y, como no poda
ser menos, en la Educacin Fsica. Hace aos, en un estudio que realizamos (Hernndez Martn
et al., 1994) sobre las imgenes de gnero a partir de una muestra de revistas profesionales de
nuestro campo constatamos la persistencia de dicha constante, la cuidada ausencia de todo
signo de imperfeccin corporal. sta es tambin una caracterstica habitual de las ilustraciones
e imaginera de los textos de nuestra materia.
En la misma lnea, ste es uno de los argumentos que desarrolla N. Elias (1987) en su ensayo
sobre la soledad de los frecuente el aislamiento precoz de los moribundos recisamente en las
sociedades desarrolladas, constituye uno de los puntos dbiles de estas sociedades. Atestigua
las dificultades que encuentran muchas personas para identificarse con los viejos y los mori-
bundos (pg. 8).
El modelo corporal que se glorifica en las ms de 100 pginas (sin contar los cuadernillos inde-
pendientes de publicidad que se encuentran en su interior) de Ragazza es el de una belleza
joven, sin grasa, alegre, sexy y heterosexual asociada o alcanzada gracias al deporte, otras formas
de ejercitacin (bailes, etc.), la cosmtica y la eleccin y diseo del vestido.
La unin entre deporte y belleza joven y sin grasa es el tema central de la portada, fotografa y
titulares, cuyo argumento se ha urdido en torno a Beatriz Luengo, una actriz, bailarina y cantante
que ha alcanzado la popularidad gracias a la serie televisiva UPA (Un Paso Adelante) que, supues-
tamente, narra lo que ocurre en una escuela de baile que, como en otras series, protagonizan
jvenes de edad un tanto indefinida. No quiero alargarme resumiendo el unvoco mensaje que
se transmite en todas las pginas. A modo de sntesis, propongo el siguiente prrafo elaborado
con los titulares de la portada (y pequeas modificaciones necesarias para articular el texto):
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Educacin Fsica y Deportes
AMAMOS EL DEPORTE. (Ponte) ENFORMA, sigue los pasos de Beatriz Luengo y LUCE TIPAZO!
DEL GIMNASIO A LA DISCO! La moda deportiva con ms marcha. ELTEST DEL KILOESTRS: Mide
tu tendencia a engordar y contrlala! (Puedes ayudarte tambin con) ms de 87complementos
y accesorios extra (buenos, bonitos y baratos). (Y piensa tambin,) Cmo te implicas en el
AMOR? (Fjate en) Pavel, EL CUBANO MS SEXY DE UPA.
Cinco de la tarde, es el momento de ir a esperar a Jos Ignacio. La parada del autobs escolar se
sita en la esquina chafln de una falsa plaza en la que hay una farmacia de tamao considera-
ble. Mientras espero, observo los escaparates llenos de publicidad situados a ambos lados de la
puerta. Casi todos los productos anunciados tienen una finalidad esttica.
Hay dos bsculas de cartn. En una leo, Farmacia especializada en sobrepeso y plantas medici-
nales. Tu tratamiento a medida. En la otra, Te sobran kilos?. Calcula tu peso ideal. Los atriles
clasifican las diferentes hierbas en funcin de sus efectos:
He visto el anuncio varias veces y, ciertamente, me es difcil precisar quin es la madre y quin
la hija. Este empeo por ocultar la edad mediante la aparente juventud que simboliza la talla
pequea, en la que no cabe la grasa, es un ingrediente bsico de nuestra cultura corporal que
parece, incluso, nublar la percepcin de las personas que debieran ser ms conscientes de los
problemas que dicho mensaje encierra. Recuerdo, en este sentido, la perplejidad y el silencio de
unos mdicos varones, quienes, tras explicar a una receptiva audiencia la saludable conveniencia
de eliminar la grasa en el abdomen, se encontraron con que otro miembro de la mesa, que no
era mdico, contradijo el argumento central de su exposicin afirmando que lo verdaderamente
peligroso era la dificultad de distinguir, en una serie de TV por ejemplo, a la madre, la hija y la
abuela. En otras palabras, dejando a un lado la obesidad mrbida, por qu son insanos los
signos de la edad?, por qu es sano que tres mujeres de tres generaciones distintas tengan una
apariencia similar?, cmo es posible que, sin prcticamente caracterizacin alguna, una actriz
pueda representar el papel de una persona de 16, 30 y 45 aos?
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Actividades
Elaboramos una propuesta para identificar a las y los estudiantes con desrdenes alimenticios
y cul nuestra intervencin.
-- Lectura obligatoria comn: Pineau, Pablo (2011) La escuela como maquina de educar.
Tres escritos sobre un proyecto de la modernidad.
En muchas unidades educativas las maestras y maestros hemos trabajado siempre relacionando
nuestras actividades curriculares con diferentes aspectos de la realidad; ahora debemos fortalecer
esa forma de trabajo mediante el desarrollo del Proyecto Socioproductivo (PSP); a este respecto
se ha planteado que los elementos que nos permite esta articulacin son las actividades del
plan de accin del PSP y las orientaciones metodolgicas del Plan de Clase. Es importante tomar
en cuenta que este proceso debe ser llevado a cabo con la participacin de las y los colegas de
nuestro nivel (aunque no sean parte de nuestra CPTE).
Como parte de este proceso formativo debemos sistematizar una o ms clases desarrolladas;
debemos sistematizar la realidad de nuestras experiencias pedaggicas, evitando invenciones o
tergiversaciones; esta sistematizacin debe mostrar nuestras dificultades y logros en la aplicacin
de los elementos curriculares del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo.
Las y los facilitadores debemos orientar que estos trabajos muestren la realidad de la expe-
riencia educativa de las y los participantes que nos permitir apoyar y orientar principalmente
sobre las dificultades en la planificacin y aplicacin de los elementos curriculares del Modelo
Educativo.
Momento 3
Sesin presencial de socializacin (4 horas)
Para la socializacin presentaremos los productos de la Unidad de Formacin 13.