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Sistema Carcelario en El Peru y America Latina

Este documento presenta un resumen del capítulo 1 de un libro sobre el sistema penitenciario en el Perú y América Latina. Introduce conceptos clave como el derecho penitenciario, las reglas mínimas de las Naciones Unidas, y los tratados internacionales relacionados a los derechos humanos y el trabajo penitenciario. Luego describe el sistema penitenciario peruano, la población carcelaria actual en términos de delitos, edades, lugar de procedencia, y más. Finalmente, analiza la situación de los sentenciados a
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Sistema Carcelario en El Peru y America Latina

Este documento presenta un resumen del capítulo 1 de un libro sobre el sistema penitenciario en el Perú y América Latina. Introduce conceptos clave como el derecho penitenciario, las reglas mínimas de las Naciones Unidas, y los tratados internacionales relacionados a los derechos humanos y el trabajo penitenciario. Luego describe el sistema penitenciario peruano, la población carcelaria actual en términos de delitos, edades, lugar de procedencia, y más. Finalmente, analiza la situación de los sentenciados a
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UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMRICAS

FACULTAD DE DERECHO

PROGRAMA DE ESTUDIOS PROFESIONALES POR


EXPERIENCIA LABORAL

Curso : DERECHO DE EJECUCION PENAL


Docente : Dra. Gabriela Torrejn Comeca

Tema : Sistema Carcelario en el Per y Amrica


Latina y el Caribe

Alumnos : Carlos Vega Machuca


Claudio Castro Medina
Alicia Estrada Ramrez
Judit Flores Cornejo

Ciclo : IX - 2do. Mdulo


Turno : Noche
Aula : 319
Grupo : PEL 13

2017
INDICE

PORTADA
INDICE
INTRODUCCION

CAPITULO I
GENERALIDADES

1.1 DERECHO PENITENCIARIO


1.2 REGLAS MNIMAS DE TRATAMIENTO DE NACIONES UNIDAS
1.3 TRATADOS INTERNACIONALES
1.3.1 DERECHOS HUMANOS Y TRABAJO PENITENCIARIO
1.3.2 LA CONSTITUCIN POLTICA DEL PER
1.3.3 CDIGO DE EJECUCIN PENAL D. LEG. N 654.
1.3.4 REGLAMENTO DEL CDIGO DE EJECUCIN PENAL
1.4 EL SISTEMA PENITENCIARIO PERUANO
Sistema Penitenciario.
Rgimen Penitenciario.
Tratamiento Penitenciario.
1.5 Los beneficios penitenciarios
1.6 SITUACIN ACTUAL DEL SISTEMA PENITENCIARIO PERUANO ACTUAL
1.7 POBLACIN PENITENCIARIA
1.7.1 DELITOS ESPECFICOS CON MAYOR FRECUENCIA.
1.7.2 DELITOS ESPECFICOS SIN BENEFICIOS PENITENCIARIOS.
1.7.3 DELITOS ESPECFICOS SEGN RANGO DE EDAD.
1.7.4 LA POBLACIN PENITENCIARIATENIENDO, EN CUENTA SU
TIEMPO DE RECLUSIN Y SU TIEMPO DE SENTENCIA.
1.8 POBLACIN PENITENCIARIA SEGN OTRAS VARIABLES.
1.8.1 ESTADO CIVIL
1.8.2 OCUPACIN ANTES DEL INGRESO A LOS PENALES.
1.8.3 POBLACIN PENITENCIARIA DE ORIGEN EXTRANJERO
1.9 LOS PRIVADOS DE LIBERTAD SEGN DISTRITO DE PROCEDENCIA
1.9.1 PRIMARIOS Y REINGRESANTES
1.9.2 LOS PRIVADOS DE LIBERTAD QUE INGRESARON AL SISTEMA
PENITENCIARIO PARA ENERO 2012
1.9.3 POR SU SITUACIN JURDICA Y GNERO
1.9.3 POR EL DELITO ESPECFICO
1.9.4 POR EL NMERO DE INGRESO

2
1.9.5 LOS PRIVADOS DE LIBERTAD QUE INGRESARON AL SISTEMA
PENITENCIARIO PARA ENERO 2012
1.9.6 POR EL TIPO DE LIBERTAD
1.9.7 LOS EGRESADOS QUE REINGRESAN AL SISTEMA PENITENCIARIO
1.9.8 SENTENCIADOS A PENAS LIMITATIVAS DE DERECHOS
1.10 SITUACION ACTUAL DE LOS SENTENCIADOS A PENAS
LIMITATIVAS DE DERECHOS.
1.10.1 POBLACIN EXTRAMUROS LIBERADOS POR SEMILIBERTA Y
LIBERACION CONDICIONAL
1.10.2 POBLACIN DE LIBERADOS POR SEMILIBERTAD Y LIBERACION
CONDICIONAL
1.10.3 POBLACION DE LIBERADOS SEGN SU SITUACION DE CONTROL
EN LOS ESTABLECIMIENTOS DE MEDIO LIBRE.

CAPITULO II
EL SISTEMA CARCELARIO EN AMERICA LATINA

2.1 EL SISTEMA CARCELARIO EN EL PERU


Evolucin de la Poblacin Penitenciaria (Febrero 2016 Febrero 2017)
Poblacin Penitenciaria Intramuros y Extramuros
Infraestructura Penitenciaria
Capacidad de Albergue, Sobrepoblacin y Hacinamiento
Poblacin Penitenciaria por Rango de Edad segn Establecimiento
Penitenciario
Mujeres privadas de libertad e Hijos En Los Establecimientos Penitenciarios
2.2 EL SISTEMA CARCELARIO DE PARAGUAY
INTRODUCCIN A LA SITUACIN PENITENCIARIA EN EL PARAGUAY
Situacin de la mujer en detencin
Situacin de jvenes en detencin
EJECUCIN DE LAS PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD
Derecho de los/as reclusos/as
Derecho de los/las recluso/as para recibir visitas
Derecho del recluso/a para comercializar lcitamente
Derecho a las privadas
Derecho a la alimentacin y salud
2.3 EL SISTEMA CARCELARIO DE BRASIL
Un sistema de defensores pblicos incapaz de satisfacer la demanda
Dominacin de facciones criminales
Soluciones al encarcelamiento masivo y las condiciones inhumanas

3
Posibilidades de reforma en el gobierno de Temer
2.4 EL SISTEMA CARCELARIO DE CHILE
Infraestructura carcelaria y hacinamiento
Sistema de clasificacin
Mujer y crcel
Hijos y discriminacin
Los delincuentes por sentimientos de culpa
Aspectos neuroconductuales de la violencia
Modelo pblico- privado
2.5 EL SISTEMA CARCELARIO DE ARGENTINA
2.6 EL SISTEMA CARCELARIO DE ECUADOR
Finalidad del sistema penal y el internamiento
Deterioro del rgimen penitenciario
Justa y eficaz validez de la norma
Condiciones en los establecimientos carcelarios
Capacidad del sistema penitenciario
Alimentacin de las personas privadas de la libertad
2.7 EL SISTEMA CARCELARIO DE COLOMBIA
2.8 EL SISTEMA CARCELARIO DE BOLIVIA
LEY QUE RIGE EL SISTEMA
EL RGIMEN CARCELARIO:
LOS ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS:
REDENCION DE PENAS:
CLASIFICACION:
REALIDAD CARCELARIA:
BOLIVIA Y SU SISTEMA PENITENCIARIO
RED DE ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS.
2.9 EL SISTEMA CARCELARIO DE URUGUAY
Los cambios del sistema penitenciario en la ltima dcada
El futuro: cinco lneas de accin
2.10 SISTEMA CARCELARIO EN EL CARIBE
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA

4
INTRODUCCION

El sistema penitenciario en el Per debe enfrentar una serie de retos, como el


creciente nmero de internos que rebasa la capacidad de la mayora de penales, y su
impacto en los recursos destinados al tratamiento de la poblacin penitenciaria y la
seguridad dentro de un penal. Debido a ello, consideramos que todo esfuerzo
orientado a producir y mostrar informacin sobre estos temas ser ciertamente
importante como punto de partida para la toma de decisiones.

Desde esta idea, basndonos en informacin del Instituto Nacional Penitenciario el


presente boletn da cuenta de la poblacin penitenciaria y el hacinamiento en los
penales, as como su evolucin a lo largo de estos aos. Seguidamente, ofrece
informacin sobre quines son los internos en el pas, su nivel educativo,
antecedentes laborales, qu delitos cometieron, la relacin entre los delitos y el sexo y
edad de los internos y el nmero de ingresos entre otros aspectos. La tercera seccin
contiene informacin relacionada al tratamiento penitenciario que se da dentro de los
penales y de la asistencia post penitenciaria. Aqu tambin se incluye informacin de
aquellas personas que han sido sentenciadas a servicios comunitarios o programas de
tratamiento.

La informacin seleccionada y desarrollada permitir a los funcionarios pblicos


vinculados a temas penales y carcelarios, a los administradores penitenciarios y a la
comunidad en general tener un panorama actualizado de las caractersticas y los
servicios carcelarios en el Per. En tal sentido, esperamos que el presente trabajo les
sea de utilidad.

5
CAPITULO I
GENERALIDADES

1.1 DERECHO PENITENCIARIO


Es el Conjunto de normas que regulan la readaptacin de los individuos sujetos a una
sentencia privativa de la libertad, como muy bien lo seala G. Novelli (1943, p. 426),
"el conjunto de normas jurdicas que regulan la ejecucin de las penas y las medidas
de seguridad, a comenzar desde el momento en que se convierte en ejecutivo el ttulo
que legitima la ejecucin". Tal concepto encuadraba con su punto de vista que
propugnaba la existencia de un Derecho Penitenciario autnomo, con una concepcin
unitaria de los diversos problemas que supone la ejecucin penal.
Sin embargo el profesor espaol Eugenio Cuello Caln (1958, p.11), se limita a
sealar que el derecho penitenciario son "las normas que regulan el rgimen de
detencin y prisin preventiva y la ejecucin de las penas y medidas de seguridad
detentivas". En el mismo sentido, para Luis Garrido (1983, pp. 6 y 7), "el Derecho
Penitenciario es el conjunto de normas jurdicas que regulan la ejecucin de la pena
en una legislacin especfica determinada".
En tal sentido nosotros entendemos que el Derecho Penitenciario o Derecho de
Ejecucin Penal es la disciplina jurdica que estudia las normas legales relativas a la
ejecucin de las penas y medidas de seguridad, y de la asistencia post penitenciaria,
as como de las disposiciones que regulan a los rganos encargados de la ejecucin
penal, orientados por el principio de la resocializacin del condenado Sols (1999, p.
124).
Los rganos encargados de la ejecucin penal son los sistemas penitenciarios que
tienen cada pas, segn J.C. Garca (1955) y E. Neuman (1962), el sistema
penitenciario "es la organizacin creada por el Estado para la ejecucin de las
sanciones penales (penas y medidas de seguridad) que importen privacin o
restriccin de la libertad individual como condicin sine qua non para su efectividad".
En ese contexto Julio Altmann (1962, p.59) sealaba que en "el terreno penitenciario,
sistema es la reunin ordenada de los modernos principios de la Ciencia Penitenciaria
aplicados a una determinada realidad, debindose considerar factores como el lugar,
la poca, los medios materiales y culturales del pas en donde se le har funcionar".
En las ltimas cuatro dcadas las "Reformas penitenciarias", han estado sustentadas
principalmente en el desarrollo legal de un moderno sistema penitenciario nacional. En
tal sentido, el 15 de abril de 1969 se aprob el Decreto Ley No. 17581 o Unidad de
Normas para la Ejecucin de las Sentencias Condenatorias, hoy derogado y que
constituy un texto legal importante, aunque algunas de sus normas fueron mal

6
utilizadas y otras no tuvieron vigencia real, por lo que no se alcanzaron cambios
significativos en la realidad penitenciaria En la dcada del 80 tambin se dise un
Plan de Reforma Penitenciaria (Ministerio de Justicia, 1981), pero centrado ms en
construcciones carcelarias, que tuvo problemas diversos en su ejecucin; igualmente
en ese mismo periodo se aprob el primer Cdigo de Ejecucin Penal de 1985.
Actualmente tenemos a nivel constitucional normas rectoras de la ejecucin penal as
como un nuevo Cdigo de Ejecucin Penal promulgado el 31 de julio de 1991.
Dentro del mbito penitenciario se emplean una serie de trminos como sistema,
rgimen y tratamiento muchas veces con un contenido ambiguo y que lleva a
equvocos conceptuales
Por lo que es importante identificar individualsimamente cada concepto:
El SISTEMA penitenciario viene a ser la organizacin general que en materia
penitenciaria se adopta en un pas determinado, para la ejecucin de las penas,
organizacin general que sigue diversos criterios y dentro del cual quepan dos o ms
regmenes penitenciarios, porque es difcil que en una realidad nacional sea suficiente
un solo rgimen de ejecucin penal para la multiplicidad de personalidades que
caracterizan a los internos del pas, lo que hace imprescindible que se adopten varios
regmenes de ejecucin penal en funcin a dicha diversidad.
El RGIMEN penitenciario viene a ser el conjunto de condiciones y medidas
que se ejercen sobre un grupo de internos que presentan caractersticas similares.
Asimismo, cada rgimen cuenta tambin con una reglamentacin o norma particular
que lo diferencia de los otros. Por ello, el rgimen de ejecucin penal, que a veces
errneamente se denomina sistema penitenciario, viene a ser la especie dentro del
gnero que es el sistema.
El TRATAMIENTO penitenciario viene a ser el conjunto de estrategias y
objetivos en caminados a lograr la modificacin del comportamiento del interno, con el
fin de resocializarlo y evitar la comisin de nuevos delitos, enmarcado en la poltica de
lucha contra la criminalidad del Estado. Es una labor progresiva y comprende el
desarrollo de programas de resocializacin del interno en forma individualizada y
grupal, segn la naturaleza de la atencin. Ser aplicada en forma multidisciplinaria e
interdisciplinaria por los profesionales y tcnicos de tratamiento, promoviendo la
participacin del interno, as como de instituciones pblicas o privadas, la familia y la
sociedad.
El sistema penitenciario peruano actualmente se halla bajo la direccin del Instituto
Nacional Penitenciario desde el ao de 1985. Esta institucin tiene las siguientes
funciones:
Objetivo principal del INPE (Art.134 del CEP y 4. del ROF); Dirigir y controlar
tcnica y administrativamente el Sistema Penitenciario Nacional, asegurando una
7
adecuada poltica penitenciaria tendiente a la resocializacin del interno. Adems
conforme al artculo II del Ttulo Preliminar del Cdigo de Ejecucin Penal, la ejecucin
de la pena, tiene por objeto, la reducacin, rehabilitacin y reincorporacin del interno
a la sociedad.
Estructura orgnica del INPE; Actualmente se halla conformado por una Alta
Direccin (Consejo Nacional Penitenciario y Secretara General), rganos de control y
de asuntos internos, rganos de asesoramiento, rganos de apoyo, rganos de lnea,
rganos desconcentrados, y rganos de capacitacin e investigacin.
Se pretende en principio que el INPE establezca un proceso de resocializacin para el
condenado, buscando re socializar al delincuente e integrarlo a la sociedad como
sujeto obediente a las normas y al orden establecido por el Estado.
Se asume como funcin primordial de la administracin penitenciaria brindar o crear
condiciones laborales para los internos, que se orienten especialmente a crear en el
interno el hbito del trabajo como medio rehabilitador, y eso nadie lo duda como
aspiracin legal est excelentemente redactado en la norma de ejecucin penal; sin
embargo en la realidad todava estamos lejos de poder cumplir con tales aspiraciones,
consideramos que en estos tiempos de globalizacin econmica los centros
penitenciarios deben estar dotados de tcnicos especialistas que enseen a nuestros
internos actividades rentables y especializadas, las mismas que tengan mercado; as
como la otra parte administrativa, es decir a gerenciar pequeos negocios que giren en
torno a la economa familiar y as los liberados puedan constituir micro y pequeas
empresas.
Y siendo un poco ms atrevidos todava, se puede pensar en que sea el propio
Instituto Nacional Penitenciario un productor de bienes y servicios, a travs de una
Unidad Ejecutiva de Produccin y Comercializacin e incluso se puede invitar al
empresariado nacional e internacional a que pongan sus ojos en nuestros
Establecimientos Penitenciarios y puedan rentar la mano de obra ociosa existente por
el momento.
De igual forma el mercado cautivo existente de los organismos estatales pueden
ofrecerse a los internos de los establecimientos penitenciarios de pas, ya sea: en
imprenta, construcciones, servicios generales, etc
Por trabajo penitenciario se entiende aquella actividad por la que una persona puede
no slo lograr unos medios materiales para su existencia independiente, sino tambin
encontrar una autonoma satisfactoria y un reconocimiento por parte de los dems. La
formacin profesional es tambin un conjunto de actividades orientadas a preparar a
una persona y a dotarla de medios mejores para que pueda desarrollar un
determinado trabajo.

8
Actualmente la ciencia penitenciaria considera el trabajo como un instrumento til para
satisfacer las necesidades materiales del trabajador y como una fuente de relaciones
sociales. El trabajo penitenciario se establece sobre los mismos postulados que el
trabajo en libertad y cualquier otra pretensin dentro de unas relaciones de produccin
capitalista corre el peligro de convertir al recluso-trabajador en un sujeto explotado.
El Art. 65 Cdigo de Ejecucin Penal considera al trabajo penitenciario como un
derecho y un deber del interno y, adems, como elemento esencial del tratamiento. El
mismo artculo no establece las condiciones en que debe ser prestado, respecto a no
ser aflictivo, ni correctivo ni atentatorio a la dignidad; sin embargo, en la exposicin de
motivos del Cdigo de Ejecucin Penal, se prev que su prctica ser, en lo posible,
similar al trabajo en libertad, as como que no atentar contra la dignidad del interno.
Cuantos mayores sean las dependencias del trabajo respecto de los fines preventivos,
mayores sern las dificultades para lograr la identificacin con el trabajo en libertad.
Los inconvenientes de convertir el trabajo penitenciario en un elemento del tratamiento
son numerosos y se materializan en especial en el status del recluso trabajador.

1.2 REGLAS MNIMAS DE TRATAMIENTO DE NACIONES UNIDAS


Adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevencin del
Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por
el Consejo Econmico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de
1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977. Estas reglas mnimas, como lo seala en
su artculo 1, no tienen el objeto de describir en forma detallada un sistema
penitenciario modelo, sino nicamente establecer los principios y las formas de una
buena organizacin penitenciaria y de la prctica relativa al tratamiento de los
reclusos.
1) El trabajo penitenciario no deber tener carcter aflictivo.
2) Todos los condenados sern sometidos a la obligacin de trabajar habida cuenta de
su aptitud fsica y mental, segn la determine el mdico.
3) Se proporcionar a los reclusos un trabajo productivo, suficiente para ocuparlos
durante la duracin normal de una jornada de trabajo.
4) En la medida de lo posible, ese trabajo deber contribuir por su naturaleza a
mantener o aumentar la capacidad del recluso para ganar honradamente su vida
despus de su liberacin.
5) Se dar formacin profesional en algn oficio til a los reclusos que estn en
condiciones de aprovecharla, particularmente a los jvenes.
6) Dentro de los lmites compatibles con una seleccin profesional racional y con las
exigencias de la administracin y la disciplina penitenciarias, los reclusos podrn
escoger la clase de trabajo que deseen realizar.
9
1.3 TRATADOS INTERNACIONALES
Fundacin Internacional Penal y Penitenciaria. Fundada el 5 de julio de 1951 en Berna
Suiza. Grupo Regional Consultivo Europeo para la Prevencin del Delito y el
Tratamiento de los Delincuentes, Congreso de las Naciones Unidas ao 1955.
El consejo de Europa por acuerdo del comit de ministros 1973. Adopt un conjunto
de reglas mnimas para el tratamiento de los detenidos.

1.3.1 DERECHOS HUMANOS Y TRABAJO PENITENCIARIO


Trabajo penitenciario como Derecho del interno: segn este parecer, todos los seres
humanos tienen derecho al trabajo. Derecho que incluso es consagrado por el artculo
23 de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, debemos
aclarar que este principio, muchas veces no pasa de ser una declaracin lrica, ya que
en realidad concreta de muchas sociedades denominadas desarrolladas como
subdesarrolladas, existe gran cantidad de desocupados que aspiran a contar con un
puesto laboral y que no tienen en que trabajar.
Es importante detallar que, respecto de los derechos humanos, la Constitucin Poltica
del Per establece lo siguiente:
Artculo 3. La enumeracin de los derechos establecidos en este captulo no
excluye los dems que la Constitucin garantiza, ni otros de naturaleza anloga o que
se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberana del pueblo, del
Estado democrtico de derecho y de la forma republicana de gobierno.
Artculo 44. Es deber primordial del Estado: garantizar la plena vigencia de los
derechos humanos.
Artculo 55. Los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del
derecho nacional.
Cuarta Disposicin Final y Transitoria. Las normas relativas a los derechos y a
las libertades que la Constitucin reconoce se interpretan de conformidad a la
Declaracin Universal de los Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos
internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Per.
Toda persona privada de la libertad goza de iguales derechos que cualquier otra, salvo
los afectados por la ley y la sentencia4. . Tiene derecho a ser tratada con el respeto
que merece su dignidad y valor como ser humano. La prohibicin de violentar los
derechos humanos de los internos no slo se refiere al trato inhumano o degradante
de abusos fsicos o mentales directos, sino tambin a la totalidad de las condiciones
de reclusin. El sistema penitenciario no debe agravar los sufrimientos inherentes a la
privacin de la libertad.
Existen documentos internacionales que protegen los derechos de las personas
privadas como las Reglas Mnimas para el Tratamiento de los Reclusos de 1957 y
10
1997 y el Conjunto de Principios para la Proteccin de todas las Personas Sometidas
a cualquier Forma de Detencin o Prisin 1988 (Conjunto de Principios) y Principios
Bsicos para el Tratamiento de los Reclusos de 1990.
Cabe recalcar que el principio de legalidad, establecido en la Declaracin Universal de
los Derechos Humanos (art. 3), as como el principio de la prohibicin de la aplicacin
de la ley penal desfavorable, establecido en el Pacto Interamericano de Derechos
Civiles y Polticos (art. 7), son rectores para la proteccin del derecho a la libertad.
Se debe conocer cules son los derechos que quedan suspendidos y/o restringidos
por ley y/o por sentencia durante el internamiento de las personas privadas de libertad.
Los ms importantes son los siguientes:
Derechos suspendidos: son aquellos que no se pueden ejercer mientras dure el
tiempo de privacin de la libertad.
Libre trnsito.
Derecho a elegir y a ser elegido para los internos sentenciados.
Derecho de la madre de vivir con sus hijos mayores de tres aos.
Derechos restringidos: son aquellos que se ejercen de manera parcial o limitada
mientras dure el tiempo de privacin de la libertad.
Libertad de asociacin.
Contacto con la familia.
Existen normas que regulan el rgimen de vida de los internos en los establecimientos
penitenciarios que son de estricto cumplimiento. En caso de violacin de sus
derechos, las personas privadas de libertad pueden promover quejas, as como otros
recursos previstos en la ley. El ejercicio de esta garanta no debe ser motivo de
represalias por parte del personal penitenciario. En el captulo IV de este manual
encontrar una descripcin del Reglamento del Rgimen Disciplinario que se aplica a
los internos de los establecimientos penitenciarios en todo el pas.
Al entrar en vigencia el nuevo Cdigo de Ejecucin Penal de 1991, la estructura
orgnica de la entidad rectora del sistema penitenciario peruano sufri algunos
cambios que fueron estipulados en el Reglamento de Organizacin y Funciones del
INPE, del 11 de Febrero de 1993; sin embargo mediante la Resolucin Ministerial N
199-98-JUS, del 10 de Setiembre de 1998, se aprob un nuevo Reglamento de
Organizacin y funciones del Instituto Nacional Penitenciario.
Artculo 63 del Cdigo de Ejecucin Penal.
Los derechos de familia se ven limitados y depende de la administracin penitenciaria
la posibilidad de que stos no sean suspendidos completamente. Un ejemplo es que
en algunos pases no se permite la visita ntima y en otros, como en el Per, es un
beneficio con ciertos requisitos que se deben cumplir.

11
1.3.2 LA CONSTITUCIN POLTICA DEL PER
Este objetivo est ntimamente ligado a la declaracin constitucional del artculo 1,
segn el cual la persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado, y
siguiendo con el anlisis constitucional, una persona que es privada de su libertad
pierde solamente los derechos que la condena seala, quedando a salvo los derechos
sealados en el artculo 2 y los que como persona le corresponden.
La constitucin poltica del Per 30 de Diciembre del ao 1993, especficamente en su
artculo139 inciso 21, dice: El derecho de los reclusos y sentenciados de ocupar
establecimientos penitenciarios adecuados. Inciso 22: El principio de que el rgimen
penitenciario tiene por objeto la reducacin, rehabilitacin y reincorporacin del
penado a la sociedad. Lo prescrito en dichos artculos pone a nuestra legislacin
constitucional a la par de las legislaciones constitucionales del mundo

1.3.3 CDIGO DE EJECUCIN PENAL D. LEG. N 654.


Que, el Decreto Legislativo N 654, Cdigo de Ejecucin Penal, establece las normas
de rgimen y tratamiento de los internos, sentenciados y/o procesados a nivel
nacional, reconociendo que el trabajo es una herramienta para la optimizacin del
tratamiento penitenciario con fines de resocializacin y rehabilitacin del interno.El
cdigo de ejecucin Penal en el artculo 44, a la letra dice:
Articulo 44.- Redencin de pena por el trabajo. El interno redime la pena
mediante el trabajo a razn de un da de pena por dos das de labor efectiva bajo la
direccin y control de la administracin penitenciaria, salvo lo dispuesto en el Artculo
46.
Artculo 66.- del Cdigo de Ejecucin Penal ha establecido que la organizacin
del trabajo penitenciario, sus mtodos, horarios, medidas preventivas, de higiene y
seguridad, se regulan por el Reglamento y por la legislacin del trabajo, en cuanto sta
sea aplicable.

1.3.4 REGLAMENTO DEL CDIGO DE EJECUCIN PENAL


En el Reglamento de ejecucin penal, rea de trabajo se ven contempladas en los
siguientes artculos 104 al Artculo 116 los cuales a la letra dicen:
Artculo 104.- El trabajo en los establecimientos penitenciarios es obligatorio para los
internos sentenciados como medio teraputico adecuado a los fines de la
resocializacin. El trabajo:
104.1 No tendr carcter aflictivo.
104.2 No ser aplicado como medida disciplinaria.
104.3 No atentar contra la dignidad del interno.

12
Los internos procesados podrn participar voluntariamente en la actividad laboral del
establecimiento penitenciario.
Artculo 105.- El trabajo es un elemento indispensable para la rehabilitacin del
interno. Debe propiciar un carcter creador o conservador de hbitos laborales,
productivos y teraputicos, con el fin de procurar al interno una opcin laboral
competitiva en libertad.
El trabajo penitenciario no genera vnculo ni relacin laboral algunos.
Artculo 106.- La administracin penitenciaria promover el desarrollo de la actividad
laboral con la participacin de los gremios profesionales y empresariales, la sociedad
civil y la cooperacin tcnica internacional.
Artculo 107.- Las actividades artsticas, intelectuales y artesanales y otras de carcter
laboral efectuadas por cuenta propia o por la administracin penitenciaria, sern
supervisadas y controladas por el rea de Trabajo del establecimiento penitenciario.
Las actividades que forman parte del tratamiento, sern programadas y controladas
por el rgano Tcnico de Tratamiento.
Artculo 108.- El Instituto Nacional Penitenciario a travs de la Oficina General de
Tratamiento, dirige, organiza y supervisa la produccin y comercializacin de bienes y
prestacin de servicios de los internos en los establecimientos penitenciarios a nivel
nacional.
Las entidades que organicen las mismas actividades debern contar con la
aprobacin del INPE.
Artculo 108-A.- En el caso de Establecimientos Penitenciarios entregados en
concesin al Sector Privado se precisarn, en el contrato de concesin respectivo, las
facultades y limitaciones del concesionario en materia de direccin, organizacin y
supervisin de la produccin, comercializacin y prestacin de servicios de los
internos.
Artculo 109.- El trabajo penitenciario puede ser individual o colectivo; en ambos
casos, el INPE establecer el horario y la produccin mnima para efectos de las
evaluaciones peridicas y la redencin de la pena.
El interno podr constituir, cuando rena los requisitos, formas societarias conforme a
ley, siempre que no est inhabilitado para el ejercicio del comercio.
Artculo 109-A.- El trabajo penitenciario en el caso de Establecimientos Penitenciaros
entregados en concesin al sector privado puede ser individual o Reglamento del
Cdigo de Ejecucin Penal 33 colectivo; en ambos casos, el Concesionario
establecer el horario y la produccin mnima para efecto de las evaluaciones
peridicas.

13
El concesionario fijar el horario y establecer el procedimiento de trabajo, conforme a
ley, a las condiciones pactadas en el contrato de concesin respectivo y al presente
reglamento en el que sea aplicable.
Artculo 110.- Para el control de la actividad laboral de los internos, el rea de
Trabajo del Establecimiento Penitenciario deber llevar los libros que se detallan,
debidamente legalizados por el Secretario del Consejo Tcnico Penitenciario:
110.1 Libro de Registro de Trabajo. -Donde debern inscribirse los internos que se
van a dedicar a la actividad laboral.
110.2 Libro de Planilla de Control Laboral. -Donde se registrar la asistencia diaria al
trabajo y las horas efectivamente trabajadas.
Artculo 110-A.- Para el control de la actividad laboral de los internos, el rea de
trabajo del Establecimiento Penitenciario entregado en concesin al Sector Privado
requerir de monitoreo digital para su registro e inspeccin, tanto para su retribucin
como para el cmputo laboral.
En caso el trabajo a que se refiere el prrafo anterior se realice en talleres utilizando
los medios previstos en el numeral 115.3 del artculo 115, sern de aplicacin por el
concesionario los artculos 110 y 111, en lo que fuera aplicable. Los registros a que se
refieren los numerales 110.1 y 110.2 sern debidamente habilitados por el Director del
Establecimiento Penitenciario concesionado
Artculo 111.- El producto del trabajo del interno, procesado o sentenciado, se
distribuir de la siguiente manera:
111.1 10% para costear los gastos que genera la actividad laboral del interno a favor
del Instituto Nacional Penitenciario.
111.2 90% para gastos propios del interno y su familia.
Artculo 111-A.- En el caso de Establecimiento Penitenciario entregados en concesin
al Sector Privado la distribucin de los ingresos se fijar conforme al primer prrafo del
artculo 67 del Cdigo y, adems, de acuerdo a lo siguiente:
a) En caso el trabajo efectuado por los internos se realice bajo las rdenes,
requerimientos y supervisin impartidas por el concesionario se fijar, en el contrato de
concesin respectivo, el porcentaje de los ingresos de los internos que sern
descontados para costear parte de los gastos que irroguen su permanencia en el
establecimiento.
Asimismo, en dicho contrato se establecer el porcentaje de descuento
correspondiente para amortizar el pago de la reparacin civil fijada en la sentencia
condenatoria firme, si fuera el caso, y el porcentaje remanente constituir recursos
propios del interno y su familia.
b) En caso el trabajo sea realizado directamente por los internos utilizando los
medios provistos en el numeral 115.3 del artculo 115 del presente Reglamento, el
14
10% de sus ingresos servirn para costear los gastos que genere su actividad laboral
y el 90% restantes para gastos propios del interno y su familia.
Artculo 112.- Los internos podrn prestar servicios auxiliares o de mantenimiento.
Estos servicios comprenden las actividades de cocina, enfermera, lavandera,
panadera, almacn, limpieza, biblioteca, jardinera y otros similares.
Los internos que realicen dichas actividades sern considerados trabajadores ad
honorem, con derecho a redimir su pena por trabajo.
Artculo 112-A.- En los Establecimientos Penitenciarios concesionados al sector
privado los internos podrn prestar servicios auxiliares para la ejecucin de obras;
mantenimiento y limpieza del establecimiento penitenciario, as como en servicios
auxiliares que comprenden actividades de cocina, enfermera, lavandera, panadera,
almacn, biblioteca, jardinera, atencin en el economato y otros similares.
Los internos que realicen dichas actividades debern percibir un ingreso por parte del
concesionario y el porcentaje de sus ingresos se distribuir de acuerdo a lo dispuesto
en el artculo 11-A del presente Reglamento.
Artculo 113.- Los directores regionales del Instituto Nacional Penitenciario presentan a
sus superiores un informe de los gastos que se realicen con estos ingresos y abrirn
una cuenta corriente en el Banco de la Nacin, para el depsito Reglamento del
Cdigo de Ejecucin Penal 35 del 10% destinado a sufragar los gastos que genera la
labor del interno. Este monto revertir a los establecimientos penitenciarios en
actividades de promocin de trabajo, adquisicin de bienes y materiales e insumos de
trabajo.
Artculo 114.- En caso que el interno concluya su actividad laboral al obtener su
libertad o ser trasladado a otro establecimiento penitenciario, la administracin deber
liquidar los montos abonados por los conceptos sealados en el inciso 111.1 del
Artculo 111 del presente Reglamento.
Artculo 115.- Los medios para el trabajo podrn ser proporcionados por:
115.1 La administracin penitenciaria.
115.2 Las entidades pblicas o privadas a travs de la administracin penitenciaria.
115.3 Por el interno o sus familiares.
Artculo 116.- La seguridad e higiene, accidentes y enfermedades producidas a
consecuencia del trabajo penitenciario, se regularn por las leyes especiales.
Debemos tener en cuenta que hay una entidad encargada de dirigir el sistema
penitenciario peruano, hasta antes de la dacin del Cdigo de Ejecucin Penal de
1985 se denomin Direccin General de Establecimientos Penales y Readaptacin
Social, y constituy una direccin importante del Ministerio de Justicia de esos aos.

15
1.6 EL SISTEMA PENITENCIARIO PERUANO
Literalmente el termino sistema significa la reunin de muchas conexas en un solo
todo. Por tanto, todo sistema se haya integrado por muchos elementos a fines; para
LOPEZ REY (1997: pg. 491) considera al sistema como un conjunto de reglas,
principios y servicios ms o menos efectivos cuyo objeto es indicar como debe ser
llevado acabo el fin asignado a la funcin de la pena.
Por lo tanto para GARCIA y NEUMAN citados por SOLIZ ESPINOZA (1990: pg. 143)
sealan como concepto de sistema penitencia que es la organizacin creada por el
estado para la ejecucin de las sanciones penales (penas y medidas de seguridad)
que importen privacin o restriccin de la libertad individual como condicin sine qua
non para su efectividad. Por ello el sistema supone organizacin, estructura
coherente, con fines y metas claros, bajo cuyas orientaciones subyacen o pueden
primar determinadas teoras o principio penitenciarios.
Nuestro sistema penitenciario tiene como premisa el reconocimiento jurdico y el
respeto de la persona del interno, persigue como objeto fundamental la resocializacin
del penado a travs de un tratamiento cientfico como lo seala la exposicin de
motivos del cdigo de ejecucin penal peruano. El organismo rector del sistema
penitenciario es el INPE quien de conformidad con los art. 133 y Art.134 del Cdigo de
Ejecucin Penal, concordado con el art. 1 del Reglamento de Organizacin y
Funciones del Instituto Nacional Penitenciario, Es el organismo pblico
descentralizado, con plena autonoma, tiene como misin la direccin y el control
tcnico y administrativo del sistema penitenciario; es decir contribuye con la
administracin de justicia, cuidando y atendiendo a los procesados, sentenciados y
liberados, rehabilitados a los sentenciados para lograr su reinsercin positiva. Por lo
tanto considero muy importante establecer las diferencias entre el sistema, rgimen y
tratamiento penitenciario pues muchos confunden y usan como sinnimos as como
determina LOPEZ REY (1985: pg. 140)

i. Sistema Penitenciario.
Viene a ser la organizacin general que en materia penitenciaria o penolgica se
adopta en un pas determinado, orientacin general y dentro del cual caben dos o ms
regmenes penitenciarios.

ii. Rgimen Penitenciario.


Es el conjunto de medidas y condiciones que se ejercen sobre un grupo de
condenados con caractersticas similares para el logro de su reeducacin
reincorporacin y rehabilitacin. Por ello, ante la multiplicidad de las personalidades
delictivas, se hace necesaria la existencia de varias modalidades de regmenes en un
16
determinado sistema (se tiene regmenes cerrados, abiertos y de semi detencin,
entre otros).

iii. Tratamiento Penitenciario.


Viene a ser la accin o influencia dirigida a modificar o reorientar la conducta criminal
del recluso, de acuerdo a sus peculiares caractersticas personales.
Por lo que se puede concluir diciendo que dentro de un sistema nacional se incluyen
varios regmenes generales y particulares, dentro de cada rgimen es posible que
existan diversas formas de tratamiento de los cuales ser aplicado los beneficios
penitenciarios adecuados.

1.7 Los beneficios penitenciarios


Es conveniente resaltar que los beneficios penitenciarios existen diversas
controversias entre los autores, que algunos lo consideran como beneficios u otros
como un derecho, tenemos as la posicin SMALL ARANA (2006: pg. 12) quien
considera que los beneficios penitenciarios como derechos porqu habra una
exigencia al cumplirse los requisitos que le haran perder su concepcin dentro del
tratamiento, otros autores consideran a los beneficios penitenciarios como derechos;
pero a pesar de lo dicho no debe dejar de tomarse en cuenta que es de alguna forma
un derecho que coadyuva al mantenimiento de un rgimen jurdico estable que tiene
por finalidad la gradual reincorporacin del interno a la sociedad.
Para SMALL ARANA (2006: pg. 279 y 13), considera que los beneficios
penitenciarios son verdaderos incentivos que permitirn al interno observar las
conductas en el campo penitenciario, tendientes a lograr el acortamiento de la pena
impuesta, mediante los mecanismo de la redencin de la pena por el trabajo y la
educacin para luego alcanzar la semilibertad y la liberacin condicional, accediendo
paulatinamente a la libertad.
As como tambin seala BROUSSET SALAS (2002: pag.14) Los beneficios
penitenciarios como instituciones penolgicas de ejecucin, constituyen mecanismos
legales tendientes a estimular las actitudes re adaptativas de los penados, cuya
regulacin debe guardar congruencia con la funcin integral que a nuestro sistema
penal le asigna a la pena, por lo que corresponde al Estado graduarlos
adecuadamente en funcin de sus lineamientos de poltica criminal
Por lo tanto son importantes los beneficios penitenciarios como muy bien lo
determinan:
El Dr. German Small, por que cobran gran importancia en el campo del tratamiento
del interno y en la ejecucin misma de la condena, por que aquellos funcionan
como incentivos para el mantenimiento de la buena conducta y para el
17
sostenimiento a los diversos mecanismos o modalidades de tratamiento
programados en el establecimiento penal, tendentes a evitar los factores negativos
que se dan en las prisiones, que muchas veces actan como medios que atentan a
la recuperacin propia del recluso
De igual forma en palabras BROUSSET SALAS y BROUSSET MENDOZA (2000:
Pg. 1) los beneficios penitenciarios en general y los de efecto excarcelatorio en
particular, constituyen instituciones ntimamente vinculadas al tratamiento
penitenciario, que permiten reformar su progresividad en dos mbitos: el primero
estimulando en los internos la adopcin de actitudes, permitiendo, adems mejorar
las condiciones para el desarrollo de las interrelaciones dentro del penal; y el
segundo, posibilitando que en determinados casos opere un periodo de prueba
extramuros, reinsertando anticipadamente al vencimiento del plazo de su condena
al penado en el seno de la sociedad
En nuestro medio y en otros pases, los beneficios penitenciarios tienen como
fundamento incentivar el mejoramiento de la conducta de los internos, asegurando su
reducacin, rehabilitacin y resocializacin, permitiendo que el retorno a la sociedad
no se efectu de manera brusca, evitando as el resquebrajamiento del ncleo
producto de la ausencia prolongada; por otro lado es un mecanismo por el cual se
trata en lo posible de disminuir la poblacin penal y evitar el hacinamiento en las
crceles, reduciendo los aos de privacin de la libertad a periodos menores que los
previsto en la sentencia, evitando as los efecto negativos que conlleva la reclusin,
as como de los fenmenos de estigmatizacin y etiquetamiento.
Los beneficios penitenciarios, se encuentran consignados desde el Art. 42 del capitulo
III del Cdigo de Ejecucin Penal, establecindose los siguientes:
Permiso de salida.
Redencin de la pena por el trabajo y la educacin.
Semi- libertad y liberacin condicional.
Visita intima
Recompensa
Otros beneficios
Por lo que para un mayor conocimiento del tema desarrollaremos uno por uno lo que
seala el Cdigo de Ejecucin Penal:
a. Permiso de salida.
Como lo regula y prescribe el Art. 43, tambin lo prescribe el Art. 169
del Cdigo de Ejecucin Penal, El permiso de salida es concedido por
el director del establecimiento penitenciario hasta por setenta y dos
horas, cuando concurran las circunstancias contenidas en el artculo 43

18
del cdigo y teniendo a la vista el expediente personal del interno,
previo informe social

b. Redencin de la pena por el trabajo y la educacin.


Como lo prescribe el Art. 44, con respecto a la redencin de la mediante
el trabajo prescribe, El interno redime la penda mediante el trabajo, a
razn de un da de pena por dos das de labor efectiva, bajo la direccin
y control de la Administracin Penitenciaria como tambin los prescribe
Art. 175 del mismo Cdigo de Ejecucin Penal, La redencin de la
pena por el trabajo se acredita con la planilla de control laboral efectiva
estar a cargo del jefe de trabajo. Para tener derecho a dicho beneficio,
el interno tiene que hacerse inscrito previamente en el Libro de Registro
de Trabajo.
Con respecto a la redencin de la pena por la educacin prescrito por el
Art.45 que El interno que recibe educacin en sus diversas
modalidades, bajo la direccin del rgano tcnico del Establecimiento
Penitenciario, redime un da de pena por dos das de estudio, debiendo
aprobar la evaluacin peridica de los estudios que realiza y el Art.
176 del mismo Cdigo de Ejecucin Penal, La redencin de pena por la
educacin se acreditara con la evaluacin mensual de los estudios son
notas aprobatorias y la planilla de control educativo. El informe trimestral
ser agregado al expediente personal del interno

c. Semi- libertad y liberacin condicional.


Como lo prescribe el Art. 48 La semi- libertad permite al sentenciado
egresar del Establecimiento Penitenciario, para efectos de trabajo o
educacin, cuando ha cumplido la tercera parte de la pena y si no tiene
proceso pendiente con mandato de detencin... podr concederse
cuando se ha cumplido las dos terceras partes de la pena y previo pago
del integro de la cantidad fijada en la sentencia como reparacin civil...
De igual forma para la liberacin condicional el Art. 53 prescribe que
La liberacin condicional se concede al interno sentenciado que ha
cumplido la mitad de la condena impuesta, siempre que no tenga
proceso pendiente con mandato de detencin ;as como lo seala
paralelamente para ambos casos el Art. 183 del Cdigo de Ejecucin
Penal, que seala Para acogerse al beneficio de semilibertad, adems
de los requisitos establecidos en el artculo 49 del Cdigo, el interno
deber presentar una declaracin jurada afirmando que solicita la
19
semilibertad con la finalidad de realizar una actividad laboral o
educativa...

d. Visita intima.
Como lo prescribe el Art. 58 que La visita intima tiene por objeto el
mantenimiento de la relacin del interno con su cnyuge o concubino,
bajo las recomendaciones de higiene y planificacin familiar y profilaxis
medica como tambin lo seala el Art. 197 del mismo Cdigo de
Ejecucin Penal, La visita intima constituye un beneficio al que pueden
acceder las personas privadas de libertad procesadas o sentenciadas,
que tengan la condicin de casados o convivientes....

e. Otros beneficios.
Segn el Art. 206 del Cdigo de Ejecucin Penal, seala que aparte se
podrn otorgar lo siguiente:
- Menciona honorifica.
- Prioridad de participacin de actividades de carcter cultural,
social, deportivo.
- Obsequio de bienes al interno.
- Los dems que determine el consejo tcnico.

d. La recompensa.
El Art. 59 del Cdigo de Ejecucin Penal prescribe que Los actos que
evidencian en el interno espritu de solidaridad y sentido de
responsabilidad, tanto en el comportamiento personal como en la
actividad organizada en el Establecimiento Penitenciario, son
estimulados mediante recompensas que otorga el Consejo Tcnico
Penitenciario y que son anotados en su expediente personal

1.6 SITUACIN ACTUAL DEL SISTEMA PENITENCIARIO PERUANO ACTUAL


La institucin que se encarga del cumplimiento de la pena es el INPE, es el Organismo
Pblico Ejecutor del Sector Justicia, rector del Sistema Penitenciario Nacional
institucin que tiene personera Jurdica y autonoma presupuestaria, que a su vez se
rige por el Cdigo de Ejecucin Penal y por normas internas propias, que tambin
cuenta con autonoma administrativa.
Qu es lo que podemos decir adems de esta institucin. Debemos agregar que entre
sus mltiples funciones, esta institucin se debe encargar de elaborar polticas de
Prevencin del delito y adems debe encargarse de la vigilancia, administracin y el
20
control de unos 66 establecimientos penitenciarios que se encuentran ubicados en
todo el territorio de la Repblica.
A la fecha en que fue elaborado el informe materia de anlisis exista una poblacin de
77,515 personas, entre hombres y mujeres, nacionales o extranjeros, de ellos el 75%
conformaban la poblacin recluida en dichos establecimientos con restriccin al
derecho a la libertad y establecimientos de medio libre con beneficios penitenciarios.
De la revisin del cuadro estadstico proporcionado por la Unidad de Registro
Penitenciario se puede observar que la poblacin que conforma el medio libre de
enero del 2011 a enero del 2012 ha ido disminuyendo, esto significa que hay menos
personas que cuentan con beneficios penitenciarios de semilibertad y de liberacin
condicional; pero tambin se puede observar que en el mismo periodo hay un aumento
exponencial de la poblacin penitencial recluida, esto a su vez trae como contrapartida
el hacinamiento de la poblacin penitenciaria denigrando su derecho como personas a
pesar de haber cometido algn ilcito penal.
La no concesin de beneficios penitenciarios a personas que s califican como aptos
para recibirlos trae consigo el hacinamiento penitenciario y como muestra de esto
ltimo lo podemos observar no en casos espordicos en los medios informativos que
dan cuenta de nuestra realidad y que nos ponen en los ojos del mundo como uno de
los pases que cuenta con uno de los penales ms peligrosos del mundo, el llamado
penal de Lurigancho.
La tendencia en nuestro pas es que mensualmente se liberen menos personas de las
que ingresan, aunque en muy pocos casos esta tendencia levemente cambia. Por
ejemplo, en el periodo comprendido entre agosto del 2011 y octubre del mismo ao, la
poblacin penitenciaria aument en 2000 personas, pero por otro lado la poblacin
que obtena algn beneficio que le permita salir del establecimiento penitenciario fue
de 120 personas menos, es decir que dejaron de salir 120 personas.
A qu se puede deber esta diferencia entre el aumento y la disminucin de la
poblacin penitenciaria. Somos del parecer que al aumentar el ndice de criminalidad
en este periodo en comparacin con los meses anteriores, trae como correlativo que
se hayan producidos menos casos de personas que debieron haber obtenido algn
tipo penitenciario ya sea de libertad condicional o de semilibertad, por temor o porque
se quiso evitar que siguiera aumentando la criminalidad; y se habr pensado que las
personas que cometieron los delitos son las mismas que salieron en libertad, cuando
solo basta con mirar las estadsticas y comprobar que ello no es as. Se podra aceptar
aquel modo de actuar si es que solo hubieran ingresado como mnimo 120 personas y
no las 2000 que ingresaron.
Esto demuestra que las estrategias de Poltica criminal no son las ms acertadas y
que por el contrario se est restringiendo la posibilidad a personas que se encuentran
21
aptas para recibir beneficios, para que no los consigan, esto est provocando el
aumento exponencial del hacinamiento.
Se deben analizar a las personas que estn solicitando la semilibertad o libertad
condicional independientemente de los sucesos delictivos que acontezcan en la
realidad para evitar que se dejen a personas que estn aptas para poder salir del
establecimiento, porque no siempre las personas que salen libres sern las mismas
que cometan los ilcitos.
Tambin de este cuadro se puede observar que de la poblacin que se encuentra
Intramuros ya sean hombres o mujeres, en un gran porcentaje se encuentran
procesados, sin sentencia. En este conglomerado hay muchos que sern declarados
inocentes y otros no. Esta incertidumbre jurdica, se debe en gran medida a la
recargada agenda que tiene el Poder Judicial para poder emitir una resolucin
condenatoria o absolutoria, y tambin se puede deber a abogados que provocan este
tipo de situacin con algn tipo de solicitud sabiendo que el rgano jurisdiccional lo
puede rechazar, pero lo nico que provocan es que el tiempo de reclusin sin
sentencia aumente, con la intencin de que el interno salga en libertad por exceso de
tiempo encarcelado sin ningn tipo de sentencia o porque quieren que el delito
prescriba o por seguir sacando dinero a los clientes a los cuales asesoran esto a su
vez provoca el hacinamiento.
Lima es el departamento que cuenta con la mayor poblacin a nivel nacional y lo que a
su vez tambin se expresa en que Lima concentra la mayor poblacin penitenciaria ya
sea hombres o mujeres. Como hay una sobrepoblacin de internos lo que est
efectuando el INPE es trasladar a los internos a otros establecimientos penitenciarios
del Per, pero esta es la mejor opcin para evitar el hacinamiento? Consideramos que
s, pero esta a su vez se debe efectuar teniendo en cuenta ciertos factores porque no
se los puede trasladar al lugar que tenga menos reclusos arbitrariamente. Debe existir
una poltica en este traslado. Porque se debe tener en cuenta que lo que se debe de
hacer es buscar el aislamiento de los reclusos porque muchos de los delitos son
planeados desde dentro de los penales. El segundo lugar geogrfico que mayor
cantidad de personas recluidas es en la regin Norte-Chiclayo, que cuenta con 11
EEPP pero que a la actualidad la sobrepoblacin de internos llega al 60%, mientras
que en Lima el porcentaje de sobrepoblacin est en el 97%.
El lugar que menos poblacin penitenciaria tiene es la regin de Puno, pero tambin
tiene pocos establecimientos penitenciarios y capacidad para albergarlos es reducida.
Geopolticamente es un sitio alejado, son establecimientos que no tienen mucha
capacidad para albergar a una cantidad enorme de reclusos, consideramos que en
estos lugares se deben concentrar los delincuentes ms violentos y los reincidentes.
Tambin se deben implementar las medidas adecuadas al efectuar este traslado. La
22
densidad de sobrepoblacin es de -6% es decir que an a pesar de que el
establecimiento penitenciario ya haya sobrepasado su capacidad para albergar a la
misma cantidad de internos para la que fue edificada, an no existe un hacinamiento
porque se considera de ese modo cuando la poblacin recluida sobrepasa el 20% de
la capacidad que tiene el Establecimiento Penitenciario.
La regin donde el hacinamiento es extremo es en la regin de Centro Huancayo,
donde el hacinamiento llega al 165% a pesar de que esta regin tenga una poblacin
penitenciaria menor en comparacin de Chiclayo y Lima, aquello se debe a que a
pesar de tener varios establecimientos, estos han sido edificados en su gran mayora
para que cada uno de estos tengan como capacidad mxima 200 personas, esto
provoca la sobrepoblacin. Por otro lado si se hace una comparacin entre la regin
de Centro Huancayo y la regin del Altiplano Puno, aquella tiene 7 EEPP en
comparacin con sta que tiene solo 4 EEPP, pero la capacidad que tiene cada uno
de sus establecimientos de aqulla es mucho menor que la de esta ltima. El penal
donde el hacinamiento es exorbitante es en el penal de Tarapoto donde el
hacinamiento es del 406 % el cual sobrepasa el lmite de capacidad de albergue,
mientras tanto, el establecimiento penitenciario de San Ignacio es el menos hacinado.
En general se puede decir que la regla es que s existe un hacinamiento en los
penales del Per lo que implica que tambin haya una sobrepoblacin y que esto trae
como consecuencia que los establecimientos penitenciarios se conviertan en centros
de profesionalidad de la criminalidad, adems de la propagacin de enfermedades,
esto sin tomar en cuenta la opinin que se puede tener en el exterior de nuestro
Sistema Penitenciario, pero hay raros casos en q a pesar de haber una sobrepoblacin
sta no se considera como un hacinamiento, ejemplo de esto es el caso del penal de
Ancn I y II.
La poblacin penitenciaria debera distribuida hacia penales como Challapalca o San
Ignacio para evitar los problemas que se mencionan en el prrafo anterior pero
siempre tomando en cuenta las medidas de seguridad necesarias.
Por otro lado, de los cuadros se puede desprender que el mayor ndice de la poblacin
recluida flucta en una edad que va entre los 20 y 39 aos. Hay que tener en cuenta
que la poblacin relativamente joven empieza a ingresar a los penales en una
proporcin cada vez mayor, y una de las explicaciones de esto y teniendo en cuenta
que los delitos cometidos son aquellos relacionados con el patrimonio, se puede deber
a que muchos de ellos no encuentran oportunidades laborales, pero decir que esto es
el punto neurlgico del problema es tratar de enfocar el problema desde un solo punto
de vista. Consideramos que hay otros factores como la educacin y factores
personales que estn relacionados con los delitos relacionados con el patrimonio; y en
segundo lugar se encuentran los delitos relacionados con el Trfico ilcito de drogas
23
que tambin est teniendo gran impacto en estos ltimos tiempos porque tambin hay
que tener en cuenta que somos uno de los pases que mayor cantidad de coca
produce.
Hay que tener en cuenta que el delito de robo se produce con mucha mayor intensidad
en la capital de la Repblica y consideramos que esto se puede explicar a que Lima se
ha convertido en el centro del movimiento econmico, es el lugar de las oportunidades,
es el lugar que se encuentra rodeados de centros comerciales, de actividad financiera
y empresarial, es un lugar donde se efectan muchas transacciones comerciales todo
lo contrario que suceden en departamentos alejados de la capital como es el
departamento de Huancavelica cuyo ndice delictivo en cuanto a los delitos
relacionados con el patrimonio es el ms bajo y no se debe a que no haya necesidad
de robar sino a que al ser una zona relegada del mismo progreso econmico, ste se
ha convertido en una zona que vive en pobreza o tal vez extrema pobreza.

1.7 POBLACIN PENITENCIARIA


1.7.1 DELITOS ESPECFICOS CON MAYOR FRECUENCIA.
Respecto a este aspecto, debemos precisar que el delito de robo agravado, previsto
en el Art. 189 del Cdigo Penal tiene la mayor frecuencia y representa un 28.5% del
total de la poblacin penal, secundado por el delito de Trafico Ilcito de Drogas,
prescrito en el Art. 296 del citado Cuerpo de Leyes. Siendo estos delitos los que se
cometen con mayor regularidad y que pese a los esfuerzos legislativos y judiciales en
su finalidad disuasiva, al establecerse penas punitivas sumamente altas, no ha sido un
factor suficiente para aminorar el porcentaje sealado.

1.7.2 DELITOS ESPECFICOS SIN BENEFICIOS PENITENCIARIOS.


Dentro de este grupo de delitos, del cuadro estadstico resalta con mayor frecuencia el
delito de violacin sexual de menor de edad, que representa un 50% (4108 internos)
de un total de 8377 internos de la poblacin penitenciaria, lo cual nos permite apreciar
que pese al enorme reproche social y la drstica sancin punitiva a los que cometen
este delito, es alta la tasa comisiva, la cual carecer de obtener beneficios
penitenciarios, quedndoles nicamente la opcin de cumplir la condena impuesta
para reinsertarse en la sociedad.

1.7.3 DELITOS ESPECFICOS SEGN RANGO DE EDAD.


En este grupo de delitos, sobresale el delito de robo agravado cometido por internos
que oscilan entre los 20 a 34 aos, asimismo el delito de trafico ilcito de drogas
cometido entre internos de 25 a 39 aos de edad, y el delito de violacin sexual sea
menor de edad o no cometido por internos entre los 25 a 44 aos de edad. Lo cual nos
24
permite observar que los internos comprendidos entre los 25 a 34 aos de edad
muestran su irrespeto al derecho penal y por ende a la enorme sancin punitiva que
impone sobre estos, lo cual debe tenerse en cuenta al momento de elaborar polticas
penitenciarias y en la poltica educativa a nivel nacional para dirigir una nueva visin
de sociedad.

1.7.4 LA POBLACIN PENITENCIARIATENIENDO, EN CUENTA SU TIEMPO DE


RECLUSIN Y SU TIEMPO DE SENTENCIA.
Aqu resalta el funcionamiento del aparato procesal del Estado en su vertiente punitiva
y como ejecuta el cumplimiento de las penas, a cargo de las autoridades competentes,
y por otra parte, las condiciones en que se vienen cumpliendo las penas, las cuales
muchas veces presentan hacinamiento y una sobrepoblacin que vive en condiciones
infrahumanas con grandes necesidades, hecho que nos hace comprender que las
polticas carcelarias no se corresponden con los objetivos y fines establecidos.
Asimismo, en el mes de enero del presente ao, se cuenta con 30 940 procesados
contra 22 263 sentenciados, lo cual afecta el respeto al cumplimiento de los plazos
procesales y las garantas de un debido proceso que muchas veces resultan
transgredidos por exceso de carcelera al sobrepasar los 36 meses o en ultimo
extremo los 72 meses sin que se dicte sentencia contra los procesados. Lo cual
tambin implicara una responsabilidad de las autoridades judiciales y otros
funcionarios.

25
EVOLUCION DE LA POBLACION DEL SISTEMA PENITENCIARIO NACIONAL

ENERO 2016 ENERO 2017

ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMB OCT. NOV. DICIEMB ENERO
2016 2016 2016 2016 2016 2016 2016 2016 2016 2016 2016 2016 2017

Poblacin 15,912 15,893 15,706 15,820 16,028 16,252 16,328 16,328 16,236 16,377 16,446 16,110 16,294
de Medio
Libre

Poblacin 77,298 77,763 78,342 78,889 79,021 79,644 79,976 79,977 80,866 81,274 81,599 82,023 82,200
Penal

Poblacin 93,210 93,656 94,048 94,709 95,049 95,896 96,304 96,305 97,102 97,651 98,045 98,133 98,494
del sistema
penitenciar.
TOTAL

La poblacin penitenciaria de ENERO 2016 A ENERO 2017, se ha incrementado la poblacin penitenciaria en un 6%


pasando de 93,210 a 98,494, un aumento de 5,284 personas, en el ao.
INTRAMUROS: se increment en un 6% pasando de 77,298 a 82,200 un aumento de 4,902 internos.

POBLACION DEL SISTEMA PENITENCIARIO NACIONIAL


POBLACION TOTAL 98,494

ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS ESTABLECIMIENTOS DE MEDIO LIBRE


ENERO 2016 a ENERO 2017 ENERO 2016 a ENERO 2017

82,200 16,294

Procesados: 35,722 Asistencia post penitenciario: 7,482


Sentenciados Penas limitativas de
: 46,478 derecho 8,812

26
1.8 POBLACIN PENITENCIARIA SEGN OTRAS VARIABLES.
NIVEL DE INSTRUCCIN.
Si bien el mayor porcentaje de internos son del nivel de educacin secundaria, cuyo
porcentaje es del 64,7 % se aprecia que la criminalidad no esta relacionado de forma
directa y proporcional con el grado de instruccin es as que el 9 % de internos son de
nivel educativo superior siendo mayor los internos de nivel superior universitario en
comparacin con el nivel superior no universitario, es de apreciar que el 2,1 % de
internos son analfabetos.
Haciendo un anlisis comparativo de la poblacin penal por niveles de instruccin
segn oficinas regionales se tiene que en las regiones de Norte-Chiclayo, Lima-Lima,
Centro-Huancayo, Oriente-Hunuco, Nor Oriente-Tarapoto, la mayor poblacin de
internos son de nivel secundaria incompleta; a diferencia de las regiones Sur-
Arequipa, Sur Arequipa-Cusco, Altiplano-Puno donde la mayor poblacin de internos
son de nivel secundaria completa. Ahora entre el porcentaje de poblacin interna con
nivel de instruccin superior universitario completo y el de la poblacin penan de
analfabetos a nivel nacional se puede apreciar que es mayor la cantidad de internos
con nivel de instruccin superior universitario completo siendo la diferencia de 231
internos.
Ahora haciendo una comparacin por regiones entre los de bajo nivel de instruccin;
los analfabetos y los de mejor nivel de instruccin que serian los de instruccin
superior universitaria completo en las regiones de Norte-Chiclayo, Centro-Huancayo,
Oriente Huanuco, Nor Oriente-Tarapoto el porcentaje de la poblacin analfabeta es
mayor que la poblacin de los internos con grado de instruccin superior universitario
completo siendo casi superior en ms del 50%. Sin embargo en las oficinas regionales
de Lima-Lima, Sur-Arequipa, Sur Oriente Cusco, Altiplano-Puno es mas alto el ndice
de poblacin penal de instruccin superior completa que analfabetos; es asi que en la
oficina regional de Lima se aprecia que es superior al doble los internos con grado de
instruccin superior universitario completo en relacin a los analfabetos; siendo en la
regin de Sur-Arequipa casi el doble y en el Altiplano-Puno la diferencia es de 5
internos.

1.8.1 ESTADO CIVIL


La poblacin penal por estado civil se aprecia que cuenta con mayor porcentaje entre
las personas que se encuentran con pareja ya sea como conviviente o casados,
haciendo un total del 55% de la poblacin de internos y el 45% de personas solas que
vienen a ser los solteros, separados, viudo y divorciados. Y del total de la poblacin se
aprecia que el mayor porcentaje segn el grado de instruccin lo encontramos en los
internos con estado civil conviviente, y con menor porcentaje personas divorciadas.
Segn las oficinas regionales la poblacin penal de hombres por estado civil viudo,
divorciado y separado se observa que de todas las regiones solo en la regin del
Altiplano-Puno es mayor el porcentaje en los separados asi como tambin solo en la
regin Norte-Chiclayo es mayor el porcentaje de internos con estado civil viudo.
En relacin a la poblacin penal de mujeres se aprecia que es mayor el porcentaje de
personas con estado civil soltero y menor el de las internas divorciadas. Solo en la
regin Norte-Chiclayo es mayor el porcentaje se internos con estado civil conviviente
en comparacin con el estado civil de solteros, siendo en las dems regiones mayor
es estado civil soltero que el de los convivientes.

1.8.2 OCUPACIN ANTES DEL INGRESO A LOS PENALES.


Antes del ingreso a los centros penitenciarios el mayor porcentaje de los internos se
encontraban realizando algn tipo de oficio, y el menor porcentaje de internos no se
encontraban trabajando. La poblacin penal por ocupacin profesional antes de su
ingreso al establecimiento penitenciario tiene mayor porcentaje a profesionales de las
fuerzas armadas y la polica nacional siendo en total 413 internos seguido por los
profesores con 410 internos seguido por los profesionales de ciencias econmicas y
administradores. La poblacin penal por ocupacin tcnica antes de su ingreso al
establecimiento penitenciario tiene a los mecnicos con mayor porcentaje de internos
seguido por los agricultores y electricistas.
Adems la poblacin penal por ocupacin segn el oficio que realizaban antes de su
ingreso a los centros penitenciarios se tiene a los obreros con el mayor porcentaje,
adems hay q recalcar que el nivel de internos se encontraban estudiando con 934
internos.

1.8.3 POBLACIN PENITENCIARIA DE ORIGEN EXTRANJERO


El porcentaje de personas de nacionalidad peruana que se encuentran en la poblacin
penal a nivel nacional es del 97% siendo la poblacin penal de nacionalidad extranjera
en un 3%. De la poblacin penal de la nacionalidad extranjera se observa que de
Amrica y Europa son los que tienen el mayor nmero de internos en comparacin con
los internos de frica y Asia siendo de Oceana con el menor nmero. Adems de los
americanos se tiene el mayor nmero de internos con procedencia de Colombia y
Mxico; en frica mas del 50% son de Sudfrica. De Asia el mayor numero son del
pas de filipinas; de Europa el mayor porcentaje de internos son del pas de Espaa.
Por la ubicacin en establecimientos penitenciarios de la poblacin penal extranjera se
tiene que en los establecimientos penitenciarios de Lima, Callao, Cusco, Puno y Tacna
(los dos ltimos con el mismo nmero de internos extranjeros), adems se tiene que el
28
establecimiento penitenciario con mayor nmero de internos extranjeros es el
establecimiento penitenciario Modelo Ancon II-S.M.V.C. y el establecimiento
penitenciario del Callao.

1.9 LOS PRIVADOS DE LIBERTAD SEGN DISTRITO DE PROCEDENCIA


Segn el distrito de lima metropolitana el mayor porcentaje de internos procede de
lima seguido por la victoria y el agustino; adems se tiene que el menor porcentaje de
internos procede de San Isidro. Asimismo se puede apreciar que si bien San Juan de
Lurigancho es el distrito con mayor porcentaje de poblacin segn el censo del ao
2007 el porcentaje de internos procedentes de ese distrito es la mitad del porcentaje
de internos procedentes de Lima pese a que de poblacin de san Juan de Lurigancho
es cuatro veces la poblacin de Lima.

1.9.1 PRIMARIOS Y REINGRESANTES


La poblacin de internos que por primera vez ingresa a un centro penitenciario es mas
de la mitad, 69,26%, es de apreciar que existe un ato porcentaje de reincidentes
siendo incluso que hay internos que tiene de 12 a ms ingresos.
Haciendo un anlisis comparativo de la poblacin interna por el nmero de ingresos
segn delito especifico se tiene que el mayor porcentaje de delito cometido y por
primera vez es el de robo agravado siento tambin este delito con mayor porcentaje de
reincidentes, seguido por el delito de trfico ilcito de drogas y violacin sexual.

1.9.2 LOS PRIVADOS DE LIBERTAD QUE INGRESARON AL SISTEMA


PENITENCIARIO PARA ENERO 2012
Nuestra realidad de la poblacin Penitenciaria del mes de enero del ao presente, en
cada establecimiento penitenciario en el mes de enero ingresaron un total de 1,832
internos, de los cuales 78% son primario y un 22% reingresantes, incluso hay interno
con 14 ingreso.

1.9.3 POR SU SITUACIN JURDICA Y GNERO


Solo 1,832 interno ingresante en el mes de enero,1,696 son procesado (93%) y 136
son sentenciados(7%), en departamento de Lima es quien tubo el mayor ingreso 554
interno, es Lurigancho donde esta la mayor parte de ingreso con 136 privado de
libertad. En la estadsticas dado por los establecimiento del pas, el de mayor
poblacin es Lima capital por la sobre poblacin penitenciaria debido a la
centralizacin que impera en nuestra actualidad debido a la inseguridad que existe hoy
en da por la falta responsabilidad de nuestro gobernantes, tanto es as que en
segundo lugar esta el departamento de Junn, en la cual el Callao pasara en tercer
29
plano y el ultimo es Tacna, mientras que su situacin jurdica es que se encuentran
siendo procesado tanto hombres como mujeres y sentenciado quienes llevan la mayor
parte son los hombres debido que son ellos que cometen mayor delitos.

1.9.3 POR EL DELITO ESPECFICO


El total de ingreso que se tiene de interno nuevos, el 19% son por Robo Agravado,
mientras el 10% es por violacin sexual en menores, en tanto que el 7% es por hurto y
del mayor ingreso es por el delito contra el patrimonio que es 26%, y en el cuarto lugar
tenemos el incumplimiento de las obligaciones Alimentarias u Omisin a la asistencia
familiar que es 7%, esto es lo que esta pasando hoy en da y a pesar de las
autoridades no toman conciencia o se hacen de la vista gorda, en la cuales se puede
impulsar poltica de prevencin en la comunidades.
Esta es una realidad dado en las encuestas y el gobierno debera practicar una
verdadero plan estratgico en los colegios, como lo que esta asiendo los EEUU donde
llevan a las crcel a los menores de edad, para ver la situacin de ellos y que tomaran
conciencia antes de delinquir y cometer algn delitos, mientras la escusa de estas
personas es la necesidad, la falta de trabajo etc, y es por eso que tienen la necesidad
de robar o cometer algn delito, pero muchos son residentes solo son escusa para
tenerlo lastima esto es alarmante la situacin de los menores de edad y las madres en
abandono.

1.9.4 POR EL NMERO DE INGRESO


De todas las personas que atenido varios ingresos por los diferentes delito y haberlo
cumplido sedad situaciones donde hay persona que tiene 14 ingreso en la cuales
quiere decir que el sistema penitenciario es un fracaso y la realidad es que estas
persona no se incorporan a la sociedad solo salen para volver delinquir, lo cual es algo
normal para ellos, podemos decir lo mismo de lo que tienen hasta menos ingresos. El
mismo se puede decir que el delito de Hurto Agravado, seguido por trfico droga, as
mismo se tiene a 21 persona que han reingresado por el delito de Violacin Sexual a
menores de edad.

1.9.5 LOS PRIVADOS DE LIBERTAD QUE INGRESARON AL SISTEMA


PENITENCIARIO PARA ENERO 2012
En enero de este ao salieron libre 1,360 en la cual se clasifica en: el judicial y de
ejecucin penal. En el mbito judicial es el 24% fueron liberado por comparecencia
restringida mientras que la otra parte el 17%fueron por absolucin, por otro tipo de
liberta es de 34%, los beneficios penitenciarios (Semiliberta, Liberacin Condicional y
Redencin de pena) que es 17% mientras el 8%por cumplimiento de pena.
30
POBLACION PENAL POR TIEMPO DE SENTENCIA SEGN DEPARTAMENTO Y ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO

DPTO. MESES MESES AOS AOS AOS AOS AOS AOS AOS AOS AOS AOS CADENA
ESTAB. P. 0-6 6 - 12 1-2 2-3 3-4 4 -5 5 - 10 10-15 15-20 20-25 25-30 30-35 PERPETUA

TUMBES 1 15 28 12 18 25 222 170 60 18 27 24 5


PIURA 1 23 33 50 46 94 622 286 141 54 40 14 5
LAMBAYEQ. 2 23 35 39 83 77 774 531 238 103 93 42 33
LA LIBERTAD 0 18 53 98 94 183 1,247 646 189 85 83 56 6
CAJAMARCA 0 20 29 40 50 80 309 191 117 54 69 25 21
ANCASH 4 84 26 54 71 137 1,063 481 202 95 78 22 21
P. C. CALLAO 0 11 13 40 115 234 1,224 286 70 24 26 11 15
LIMA 28 316 302 486 955 1,527 5,053 2,476 1,424 712 561 271 186

ICA 0 47 63 86 139 230 2,315 694 274 133 110 58 36

AREQUIPA 1 39 53 85 158 187 670 292 218 118 82 44 18


MOQUEGUA 0 9 5 8 9 10 47 10 1 0 2 0 1
TACNA 0 2 8 23 26 55 318 140 104 41 56 11 9
JUNIN 3 82 29 31 62 158 650 483 288 138 118 54 41

HUANCAVEL. 0 8 7 6 10 11 38 30 19 2 1 0 2
AYACUCHO 0 2 15 17 25 117 570 587 200 87 47 23 16
HUNUCO 0 4 8 9 23 87 515 300 170 79 75 30 21
PASCO 0 2 1 0 3 14 30 22 1 1 0 0 0
UCAYALI 0 2 2 3 6 46 325 145 63 34 38 16 11
APURMAC 0 5 4 1 6 15 143 93 44 11 10 4 11
CUSCO 0 10 23 28 51 79 785 431 247 138 73 30 19
MADRE DE 0 0 1 5 3 18 94 78 45 10 19 5 4
DIOS
SAN MARTN 0 22 25 34 99 136 612 366 247 97 64 26 7
LORETO 0 2 1 4 24 94 263 187 149 61 72 16 12
AMAZONAS 0 5 6 17 22 27 198 113 97 47 34 13 20
PUNO 1 5 4 2 21 40 297 277 186 68 60 13 50

TOTAL 41 756 774 1,178 2,129 3,691 18,384 9,315 4,794 2,210 1,838 808 560

La poblacin penitenciara en calidad de SENTENCIADOS es de 46, 478


internos. 560internos con cadena perpeta
808internos con pena privativa de la
libertad: 31 35 aos.
4,878 internos con penas menores de 4 aos, existen salidas legales Art. 52 del Cdigo Penal, que regula la conversin de pena privativa de libertad por otra pena alternativa.

Fuente: Unidades de Registro Penitenciario


Elaboracin: INPE/ Unidad de Estadstica

32
1.9.6 POR EL TIPO DE LIBERTAD
El 17% de las libertades cuenta con la participacin del INP, en la cual se suma el 8%
de liberado por el tiempo cumplido tenemos un total de 25% con lo que se puede
concluir que el 76% de los liberado es por el Sistema Judicial Peruano solo sin el
INPE.

1.9.7 LOS EGRESADOS QUE REINGRESAN AL SISTEMA PENITENCIARIO


En enero de este ao, el 78% son primario y el 32% son residentes hasta siete ingreso
anteriores. En el anlisis de egresados reingresantes son: el que tiene un ingreso es
78%, mientras el que tiene dos ingreso es de 14%; como el que tiene tres ingreso 4%
y cuarto ingreso es de 2% cinco ingreso es de 1%, seis ingreso 1% siete ingreso es de
1%, en la cual hay un total de 301 internos reingresantes, fueron liberado. La mayora
de ellos tenan dos ingresos y el resto de 3 hasta 10 ingresos de forma similar a la
anterior, el 65%de los reingresantes fue liberado por el sistema Judicial Peruano.

1.9.8 SENTENCIADOS A PENAS LIMITATIVAS DE DERECHOS


El INP esta encargado de conducir las actividades de asistencia post-penitenciaria y
de ejecucin de pena limitativa, depende directamente de la Presidencia del consejo
Nacional Penitenciario. La labor de medio libre se realiza en los establecimiento
(EAPP) y en los establecimiento (EPLD) el tratamiento de en el medio libre son para
internos que se encuentran en los establecimientos penitenciario con beneficio de
Semiliberta en la cual se le denomina liberados as como las personas que son
sentenciado a pena limitativas de derecho en prestacin de Servicio a la comunidad y
Limitaciones.

1.10 SITUACION ACTUAL DE LOS SENTENCIADOS A PENAS LIMITATIVAS DE


DERECHOS.
El INP a travs de la Direccin de Medio Libre reporto en enero 2012 a 4,377
sentenciados a penas de Prestacin de Servicios a la Comunidad a nivel nacional,
segn el informe del INP la mayora esta en Lima el 50%, en el Norte el 29%. Y que
solo 1,499 sentenciados se encuentra ejecutando sentencias y 197 son nuevos
sentenciados los que son la poblacin activa en este mes la poblacin pasiva de 2,681
sentenciado, es decir no cumple la sentencia impuesta en este mes 164 a pasado a
situacin de archivo en el establecimiento de Medio Libre, en la cual 93 sentenciado
a cumplido su pena.
Mientras que el delito Contra la Familia ocupa un primer puesto, con 34.9% y le sigue,
el delito Contra el Patrimonio que es 32.9%, las penas limitativas de derechos las
personas que cometen faltas, que estn tipificados en el art 440 al 452 CP en este
mes aumento la falta Contra la Personas seguida de falta Contra el Patrimonio, un
dato resaltante en los establecimiento de Medio Libres, son los sentenciados a penas
limitativas de derecho cuenta con segundaria completa 45%(1,989), e incompleta el
18% (799), y los de estudio superiores, en cuando la edad, prevalece los que tiene de
35 a 39 aos de edad, seguido por el grupo de 30 a 34 aos y de 25 a 29 aos, los
sentenciado por delito y faltas esta en el rango de 35 a 39 aos en los dos suman
18%, mientras en la distribucin en la unidad receptora que tiene el INP, los
sentenciados de pena Limitativas Derecho el 15% (638) de los sentenciados se
encuentra en los municipios, 9% (409) en instituciones educativas y el 7% (316) en
comisaria. Cada institucin atiende a menos 03 sentenciados en promedio, y una
nueva reapertura con otras instituciones el 62% (2,691) que no tiene entidad
receptora.

1.10.1 POBLACIN EXTRAMUROS LIBERADOS POR SEMILIBERTA Y


LIBERACION CONDICIONAL
El INP su finalidad es de apoyar al sentenciado en los beneficio de Semiliberta y
Liberacin Condicional, al cual se denomina Liberado para que se incorpore a la
sociedad, debe realizar actividades que complementan a las acciones del tratamiento
penitenciario, el EAPP Y EPLD es el rgano encargado, el cdigo de ejecucin Penal
de cumplir las regla de conductas impuesta por el juez Penal al momento de
concederlo la Semiliberta o la liberacin condicional y en los lugares que no exista este
rgano, el director del establecimiento Penitenciario designa a un funcionario que
cumpla tales funciones, el INP es el encargado del control de las reglas de conductas
sealadas en la resolucin judicial que se le otorga al sentenciado y de dar
cumplimiento del cdigo de ejecucin Penal.

1.10.2 POBLACIN DE LIBERADOS POR SEMILIBERTAD Y LIBERACION


CONDICIONAL
En enero 2012 se ha controlado a 19,935 liberados, en la cual 17,802 estn con
beneficio de Semilibertad y 2,133 con beneficio de liberacin Condicional, mientras la
distribucin del INPE que estn liberado con beneficio penitenciario de Semilibertad y
Liberacin condicional, el de mayor poblacin esta en Lima con 45% (9006 liberado).

1.10.3 POBLACION DE LIBERADOS SEGN SU SITUACION DE CONTROL EN


LOS ESTABLECIMIENTOS DE MEDIO LIBRE.
Los que se acogen a este a este beneficio penitenciario debe personarse a los
establecimientos de Medio libre a reportar sus actividades del mes y continuar con su
34
tratamiento pos penitenciario. Hay caso que no cumplen y en la cual evaluara su
revocatoria, el total que debi de asistir al Medio Libre en el mes de enero es 19,935
liberados registrados, la poblacin activa constituye el 64.1% (12,775) y lo que esta
liberado son 211 y que el 29 liberado no se han personado. De la poblacin activa,
10,429 liberados, y los que asistieron a dar cuenta de su actividades y 2,115 se
encuentra en condicin de inconcurrencia por no dar cuenta de su actividades, la
poblacin se conforma por 35.9% (7,180 liberados) que no fueron a dar cuenta en
reiteradas veces, mientras que la poblacin pasiva que es 567 liberado envuelto por
haber cometido otro delito nuevo, en el mes de enero 2012 se ha pasado a archivo
definitivo 267 por haber cumplido su pena.

35
CAPITULO II
EL SISTEMA CARCELARIO EN AMERICA LATINA

2.1 EL SISTEMA CARCELARIO EN EL PERU


La poblacin del sistema penitenciario nacional est compuesta por las personas
procesadas con medidas de detencin y personas sentenciadas a pena privativa de
libertad que se encuentran en los establecimientos penitenciarios, asimismo, personas
liberadas con beneficio penitenciario de semilibertad liberacin condicional y
personas sentenciadas a pena limitativa de derechos, que son atendidas en los
establecimientos de medio libre.
El INPE est descentralizado en ocho Oficinas Regionales1, las que a su vez tienen a
su cargo establecimientos penitenciarios para personas privadas de libertad y
establecimientos de medio libre para personas liberadas con beneficios penitenciarios
y sentenciados a penas limitativas de derechos.
La poblacin del sistema penitenciario al mes de febrero 2017 es de 98,982 personas.
De ellos, 82,5072 se encuentran en establecimientos penitenciarios al tener mandato
de detencin judicial o pena privativa de libertad efectiva, mientras que 16,475
personas asisten a establecimientos de medio libre al haber sido sentenciados a
penas limitativas de derechos o liberados con beneficio penitenciario de semilibertad
liberacin condicional.

Evolucin de la Poblacin Penitenciaria (Febrero 2016 Febrero 2017)


La poblacin penitenciaria (POPE) del presente informe comprende desde el mes de
febrero del 2016 a febrero del 2017. Se observa un incremento de la poblacin del
sistema penitenciario en 6%, pasando de 93,656 a 98,982; es decir, se tiene un
aumento de 5,326 personas en el trmino de un ao.
En el caso de la poblacin intramuros, el incremento al mes de febrero 2017 ha sido
de 6% (4,744 internos). Si dicho crecimiento fuera sostenido, se tendra un grave
problema para poder albergarlos, ya que -tericamente-se debera construir dos
establecimientos penitenciarios por ao con una capacidad para 3,500 internos,
similares al EP Lurigancho.

36
EVOLUCIN DE LA POBLACIN DEL SISTEMA PENITENCIARIO NACIONAL
FEBRERO 2016 FEBRERO 2017

Poblacin Penitenciaria Intramuros y Extramuros


El presente informe mensual se inicia con un resumen de la poblacin intramuros y
extramuros a partir de las oficinas regionales del INPE. En adelante se realizar el
anlisis de la poblacin penitenciaria desde la actual divisin poltica del Per
(departamentos, provincia y distrito), con la nica intencin de no provocar confusin
por la diferente demarcacin territorial de las oficinas del INPE.
Asimismo, significa un aporte que este documento tenga un anlisis de la poblacin
penitenciaria por cada uno de los establecimientos penitenciarios del pas, el cual
pretende proyectar datos significativos para ser utilizados en el planeamiento o
elaboracin de programas de tratamiento al privado de libertad, o mecanismos de
prevencin.

37
POBLACIN DEL SISTEMA PENITENCIARIO NACIONAL

POBLACION TOTAL 98,982

ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS ESTABLECIMIENTOS DE MEDIO LIBRE


82,507 16,475

PROCESADOS SENTENCIADOS ASISTENCIA POST PENAS LIMITATIVAS MEDIDAS


35,425 47,082 PENITENCIARIO DE DERECHOS ALTERNATIVAS
7,430 8,504 541

POBLACIN INTRAMUROS
POBLACIN PENAL INTRAMUROS POR SITUACIN JURDICA Y GNERO
SEGN OFICINA REGIONAL

TOTAL TOTAL PROCESADO SENTENCIADO


OFICINAS REGIONALES
GRAL Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres

TOTAL GENERAL 82,507 77,713 4,794 35,425 33,406 2,019 47,082 44,307 2,775

NORTE - CHICLAYO 15,349 14,596 753 7,101 6,725 376 8,248 7,871 377
LIMA - LIMA 40,060 37,784 2,276 17,131 16,205 926 22,929 21,579 1,350
SUR - AREQUIPA 3,599 3,326 273 835 766 69 2,764 2,560 204
CENTRO - HUANCAYO 6,194 5,789 405 2,141 1,999 142 4,053 3,790 263
ORIENTE - HUANUCO 5,503 5,161 342 3,412 3,202 210 2,091 1,959 132
SUR ORIENTE - CUSCO 4,706 4,378 328 2,131 1,990 141 2,575 2,388 187
NOR ORIENTE - SAN MARTIN 5,002 4,792 210 1,753 1,663 90 3,249 3,129 120
ALTIPLANO - PUNO 2,094 1,887 207 921 856 65 1,173 1,031 142

Infraestructura Penitenciaria
La Oficina de Infraestructura Penitenciaria del INPE seala que el sistema
penitenciario cuenta con dos tipos de establecimientos:
a) Establecimientos penitenciarios (intramuros), para la poblacin privada de
libertad; al mes de febrero se cuenta con 69 establecimientos penitenciarios
habilitados y activados, es decir con poblacin.
Es importante mencionar que el establecimiento penitenciario de Cochamarca ha sido
activado en el presente mes.
b) Establecimientos de penas limitativas de derechos y asistencia post
penitenciaria (extramuros), que controla a la poblacin de liberados con beneficio

38
penitenciario y sentenciados a penas limitativas de derechos; en la actualidad 37
establecimientos estn activos para estos fines, encontrndose desactivados 28
establecimientos. Respecto de la infraestructura intramuros. El Reglamento de
Organizacin y Funciones del Instituto Nacional Penitenciario (ROF)3 seala en sus
artculos 65 y 66 la clasificacin de los penales en los tipos A, B, C y D. As tenemos
que hay un 30% de penales con ms de 1,200 internos, que pueden ser denominados
establecimientos penitenciarios grandes. Sin embargo, al contrastarlos con su
capacidad de albergue podremos afirmar que en realidad no son grandes en
capacidad sino en ocupacin lo que significa que se encuentran con mayor ndice de
sobrepoblacin.

POBLACIN EXTRAMUROS
POBLACIN DE SENTENCIADOS A PENAS LIMITATIVAS DE DERECHOS Y MEDIDAS
ALTERNATIVAS, SEGN TIPO DE PENA, DELITOS, FALTAS Y GNERO POR OFICINA
REGIONAL

PENAS LIMITATIVAS DE DERECHOS MEDIDAS ALTERNATIVAS

PRESTACION DE SERVICIOS A LA COMUNIDAD LIMITACION DE DIAS LIBRES SUSPENSION DE LA EJECUCION DE LA PENA RESERVA DEL FALLO CONDENATORIO
OFICINAS REGIONALES TOTAL

TOTAL DELITOS FALTAS TOTAL DELITOS FALTAS TOTAL DELITOS FALTAS TOTAL DELITOS FALTAS
Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

TOTAL GENERAL 9,045 8,499 4,221 265 2,853 1,160 5 4 1 0 0 442 389 52 1 0 99 45 2 39 13

NORTE - CHICLAYO 1,123 1,054 790 26 154 84 0 0 0 0 0 67 54 12 1 0 2 1 0 1 0


LIMA - LIMA 5,422 5,296 2,168 99 2,229 800 3 3 0 0 0 60 54 6 0 0 63 15 0 35 13
SUR - AREQUIPA 976 804 616 62 52 74 0 0 0 0 0 152 129 23 0 0 20 18 2 0 0
CENTRO - HUANCAYO 314 235 113 13 71 38 1 0 1 0 0 77 70 7 0 0 1 1 0 0 0
ORIENTE - HUANUCO 102 95 32 2 37 24 0 0 0 0 0 4 4 0 0 0 3 3 0 0 0
SUR ORIENTE - CUSCO 549 538 187 9 231 111 1 1 0 0 0 8 7 1 0 0 2 2 0 0 0
NOR ORIENTE - SAN MARTIN 326 271 158 17 74 22 0 0 0 0 0 52 49 3 0 0 3 1 0 2 0

ALTIPLANO - PUNO 233 206 157 37 5 7 0 0 0 0 0 22 22 0 0 0 5 4 0 1 0

39
POBLACIN DE LIBERADOS SEGN TIPO DE BENEFICIO PENITENCIARIO
Y GNERO POR OFICINA REGIONAL

SEMI LIBERTAD LIBERACION CONDICIONAL


OFICINAS REGIONALES TOTAL
Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres

TOTAL GENERAL 7,430 6,071 5,501 570 1,359 1,182 177

NORTE - CHICLAYO 1,261 1,097 1,035 62 164 144 20

LIMA - LIMA 2,424 1,810 1,619 191 614 534 80

SUR - AREQUIPA 431 327 282 45 104 92 12

CENTRO - HUANCAYO 1,273 1,139 1,026 113 134 122 12

ORIENTE - HUANUCO 479 399 357 42 80 74 6

SUR ORIENTE - CUSCO 622 480 443 37 142 117 25

NOR ORIENTE - SAN MARTIN 635 596 566 30 39 33 6

ALTIPLANO - PUNO 305 223 173 50 82 66 16

TIPOS DE ESTABLECIMIENTOS SEGN POBLACIN PENAL


POR OFICINA REGIONAL

TIPOS DE ESTABLECIMIENTOS SEGN ROF


CANTIDAD DE
DIRECCIONES REGIONALES D C B A EE.PP.
1 A 199 200 A 899 900 A 1199 MAS DE 1200

22 22 4 21 69
TOTAL EE.PP.
32% 32% 6% 30% 100%
NORTE - CHICLAYO 4 2 1 4 11
LIMA - LIMA 3 3 1 11 18
SUR - AREQUIPA 3 2 0 1 6
CENTRO - HUANCAYO 6 2 0 2 10
ORIENTE - HUANUCO 1 1 0 2 4
SUR ORIENTE - CUSCO 2 4 0 1 7
NOR ORIENTE - SAN MARTIN 1 7 1 0 9
ALTIPLANO - PUNO 2 1 1 0 4

Dada la capacidad de albergue de los establecimientos penitenciarios, solo al 10% se


le considera establecimiento penitenciario grande, es decir, con capacidad de
albergue para ms de 1,200 internos.
La mayor parte de establecimientos son de tipo D y C, y solo albergan hasta 199
internos en el primer caso y 899 en el segundo. Esta clasificacin podra ajustarse ms
a la realidad penitenciaria en el momento de tomar decisiones sobre infraestructura.

40
TIPO DE ESTABLECIMIENTO POR CAPACIDAD DE ALBERGUE
SEGN OFICINA REGIONAL

TIPOS DE ESTABLECIMIENTOS POR UNIDADES DE ALBERGUE


CANTIDAD DE
DIRECCIONES REGIONALES D C B A EE.PP.
1 A 199 200 A 899 900 A 1199 MAS DE 1200

29 28 5 7 69
TOTAL EE.PP.
42% 41% 7% 10% 100%
NORTE - CHICLAYO 6 2 1 2 11
LIMA - LIMA 3 8 3 4 18
SUR - AREQUIPA 4 2 0 0 6
CENTRO - HUANCAYO 8 2 0 0 10
ORIENTE - HUANUCO 1 1 1 1 4
SUR ORIENTE - CUSCO 4 3 0 0 7
NOR ORIENTE - SAN MARTIN 2 7 0 0 9
ALTIPLANO - PUNO 1 3 0 0 4

SITUACIN ACTUAL DE LA CAPACIDAD DE ALBERGUE, SOBREPOBLACIN


Y HACINAMIENTO SEGN OFICINA REGIONAL
Capacidad Poblacin Sobre % Sobre
Hacinamiento
N Oficinas Regionales de Albergue Penal % Ocupacion Poblacin Poblacin
(%S > 20%)
(C) (P) (S=P-C) (%S)
TOTALES 35,928 82,507 230% 46,579 130% SI
1 NORTE - CHICLAYO 5,850 15,349 262% 9,499 162% SI
2 LIMA - LIMA 16,196 40,060 247% 23,864 147% SI
3 SUR - AREQUIPA 1,252 3,599 287% 2,347 187% SI
4 CENTRO - HUANCAYO 1,898 6,194 326% 4,296 226% SI
5 ORIENTE - HUANUCO 3,182 5,503 173% 2,321 73% SI
6 SUR ORIENTE - CUSCO 1,966 4,706 239% 2,740 139% SI
7 NOR ORIENTE - SAN MARTIN 4,128 5,002 121% 874 21% SI
8 ALTIPLANO - PUNO 1,456 2,094 144% 638 44% SI

Capacidad de Albergue, Sobrepoblacin y Hacinamiento


La capacidad de albergue se refiere al aforo mximo que tiene el Sistema
Penitenciario para albergar a los internos, se dice que hay sobrepoblacin cuando se
excede el aforo mximo. Cuando la sobrepoblacin excede al 20% de la capacidad de
albergue, se denomina sobrepoblacin crtica, lo que el Comit Europeo para los
Problemas Criminales ha entendido como hacinamiento4. El mes de febrero, la
diferencia entre la capacidad de albergue y la poblacin penal es de 46,579 internos
que representa el 130% de la capacidad de albergue, esto quiere decir que esta
cantidad de internos no tendra cupo en el sistema penitenciario.
Un anlisis de los cuadros presentados coloca al establecimiento penitenciario del
Callao como el ms hacinado, con un porcentaje de sobrepoblacin de 478%.

41
El establecimiento penal de Cerro de Pasco se constituye como el penal menos
hacinado, al tener una capacidad de albergue de 96 internos y en la actualidad est
ocupado por 16 privados de libertad, entendindose que existe 80 unidades de
albergue desocupadas.
El establecimiento penitenciario de Lurigancho se encuentra en el puesto 23 de los
ms hacinados. En ocasiones se le ha considerado como el ms hacinado dada la
cantidad de internos que alberga pero ello no es correcto. Su capacidad de albergue
es la mayor a nivel nacional (3,204 unidades de albergue).

42
ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS EN
CONDICIN DE HACINADOS
Capacidad
Establecimientos Poblacin Penal Sobre Poblacin % Sobre Poblacin Hacinamiento
N de Albergue
Penitenciarios (P) (S=P-C) (%S) (%S > 20%)
(C)
TOTALES 28,075 76,687 48,612 173% SI
1 E.P. de Callao 572 3,307 2,735 478% SI
2 E.P. de Jaen 50 254 204 408% SI
3 E.P. de Chanchamayo 120 587 467 389% SI
4 E.P. de Quillabamba 80 365 285 356% SI
5 E.P. de Bagua Grande 60 251 191 318% SI
6 E.P. de Ayacucho 644 2,625 1,981 308% SI
7 E.P Miguel Castro Castro 1,142 4,623 3,481 305% SI
8 E.P. de Tacna 222 880 658 296% SI
9 E.P. de Huancavelica 60 230 170 283% SI
10 E.P. de Lampa 44 158 114 259% SI
11 E.P. de Caman 78 280 202 259% SI
12 E.P. de Satipo 50 175 125 250% SI
13 E.P de Huaraz 350 1,167 817 233% SI

14 E.P de Huaral 823 2,739 1,916 233% SI


15 E.P. de Chiclayo 1,143 3,735 2,592 227% SI
16 E.P. de Cusco 800 2,563 1,763 220% SI
17 E.P. de Trujillo 1,518 4,773 3,255 214% SI
18 E.P. de Huancayo 680 2,113 1,433 211% SI
19 E.P. de Huacho 644 1,955 1,311 204% SI
20 E.P. de Arequipa 667 2,000 1,333 200% SI
21 E.P. de Huanta 42 125 83 198% SI
22 E.P. de Ica 1,464 4,340 2,876 196% SI
23 E.P de Lurigancho 3,204 9,401 6,197 193% SI
24 E.P. de Pucallpa 788 2,280 1,492 189% SI
25 E.P de Mujeres de Tacna 40 115 75 188% SI
26 E.P. de Chimbote 920 2,613 1,693 184% SI
27 E.P. de Hunuco 1,074 2,983 1,909 178% SI
28 E.P. de Abancay 90 245 155 172% SI
29 E.P. de Mujeres de Cusco 62 165 103 166% SI
30 E.P. de Caete 768 2,034 1,266 165% SI
31 E.P. de Piura 1,370 3,507 2,137 156% SI
32 E.P de Juliaca 420 1,026 606 144% SI
33 E.P. de Tumbes 384 934 550 143% SI
34 E.P. de Sullana 50 116 66 132% SI
35 E.P. de Chota 65 141 76 117% SI

36 E.P. de Mujeres de Arequipa 67 144 77 115% SI


37 E.P. de Chincha 1,152 2,309 1,157 100% SI
38 E.P. de Mujeres de Trujillo 160 312 152 95% SI
39 E.P. de la Oroya 64 121 57 89% SI
40 E.P. de Cajamarca 888 1,462 574 65% SI
41 E.P. de Andahuaylas 248 407 159 64% SI
42 E.P. de Mujeres de Chorrillos 450 715 265 59% SI
43 E.P. de Tarma 48 76 28 58% SI
44 E.P de Ancn 1,620 2,499 879 54% SI
45 E.P. de Tarapoto 280 415 135 48% SI

46 E.P. de Puerto Maldonado 590 836 246 42% SI


47 E.P. de Chachapoyas 488 651 163 33% SI
48 E.P. de Sicuani 96 125 29 30% SI
49 E.P. de Iquitos 800 1,028 228 29% SI
50 E.P. de Sananguillo 636 782 146 23% SI

43
ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS
NO HACINADOS

Capacidad
Establecimientos Poblacin Penal Sobre Poblacin % Sobre Poblacin Hacinamiento
N de Albergue
Penitenciarios (P) (S=P-C) (%S) (%S > 20%)
(C)
TOTALES 7,853 5,820 -2,033 -26% NO
1 E.P. de Jauja 85 97 12 14% NO
2 E.P. de Moyobamba 644 675 31 5% NO
3 E.P. de Moquegua 178 180 2 1% NO

4 E.P. de Yurimaguas 286 288 2 1% NO


5 E.P. Anexo de Mujeres de Chorrillos 288 289 1 0% NO
6 E.P de Barbadillo 1 1 0 0% NO
7 E.P. de juanjui 856 850 -6 -1% NO
8 E.P de Puno 778 726 -52 -7% NO
9 CEREC - Base Naval 8 7 -1 -13% NO
10 E.P de Challapalca 214 184 -30 -14% NO
11 E.P. Mujeres de Iquitos 78 62 -16 -21% NO

12 E.P de Ancon II 2,200 1,718 -482 -22% NO


13 E.P Virgen de Ftima 548 331 -217 -40% NO
14 E.P. de San Ignacio 150 87 -63 -42% NO
15 E.P. Mujeres de Concepcin 105 45 -60 -57% NO
16 E.P. de Pacasmayo 72 28 -44 -61% NO
17 E.P Virgen de la Merced 42 12 -30 -71% NO
18 E.P. de Cochamarca 1,224 224 -1,000 -82% NO
19 E.P. de Cerro de Pasco 96 16 -80 -83% NO

El 33.4% de la poblacin total de internos (rango de 18 a 29 aos), se


encuentra considerada entre la poblacin joven y econmicamente activa o productiva.
Esta informacin permitir evaluar los programas de polticas preventivas
encaminados a cambiar la conducta delictiva.
La poblacin de internos entre 18 a 24 aos constituye el 15.4% de la
poblacin total, la misma estara en la etapa de formacin tcnico-productiva; al
respecto, se podra destinar o fomentar programas de formacin tcnica o
universitaria, e incluso el aprendizaje de idiomas para mejorar su incorporacin al
mercado laboral.

Poblacin Penitenciaria por Rango de Edad segn Establecimiento Penitenciario


La composicin etaria de los privados de libertad por EP permite visualizar de
manera ms focalizada las caractersticas particulares del tratamiento en cada unidad,
por ejemplo, en el penal de Lurigancho se podra ampliar la cobertura de programas
como CREO, pues a la fecha estn recluidos 2,147 jvenes con edades entre los 18 y
24 aos.
Resulta importante remarcar el valor que la educacin tiene como parte
decisiva del tratamiento, especialmente para los internos jvenes y primarios. La

44
predominancia de la educacin tcnica obedece a que concede al interno la ventaja de
adiestrarse en un oficio/labor y generar un beneficio econmico al vender sus
productos; este enfoque terico-prctico resulta netamente til a corto y largo plazo,
pues el interno logra cierta independencia econmica en prisin (trasladable incluso a
su familia), adems de aplicar lo aprendido cuando recupere su libertad.
Adems, debe agregarse el factor geogrfico al componente cronolgico. Es
as que la actividad econmica predominante en la zona debe ser tomada en cuenta
para articular los programas de formacin productiva. No puede soslayarse que, a
pesar de los esfuerzos del INPE en brindar educacin para el trabajo, los ex-
condenados encuentren barreras que impidan su insercin en el mercado laboral; si se
tratara de una persona mayor a 35 o 40 aos, enfrentar ms dificultades an. En ese
sentido, no est de ms hacer un llamado de colaboracin entre los gobiernos
regionales y la administracin penitenciaria, pues el xito de la resocializacin
depende tambin de las oportunidades que los ex privados de libertad puedan lograr,
a fin de sustentarse econmicamente y a su familia.

PIRMIDE DE LA POBLACIN PENAL


POR GNERO Y SEGN GRUPOS DE EDAD

45
POBLACIN PENAL SEGN RANGO DE EDAD
POR ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO
DEPARTAMENTOS - ESTAB. RANGOS DE EDADES (AOS)
PENITENCIARIO 18 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - ms

TOTAL PORCENTUAL 1.3% 14.1% 18.0% 17.5% 14.5% 11.6% 8.7% 6.3% 3.9% 4.1%
TOTAL GENERAL 1,065 11,628 14,840 14,433 11,980 9,549 7,198 5,211 3,192 3,411
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Tumbes 11 167 175 165 133 96 63 55 44 25
E.P. de Tumbes 11 167 175 165 133 96 63 55 44 25
Piura 58 570 769 660 490 361 255 190 149 121
E.P. Piura 55 555 751 646 475 344 243 181 141 116
E.P. de Sullana 3 15 18 14 15 17 12 9 8 5
Lambayeque 68 614 729 628 531 393 309 227 126 110
E.P. de Chiclayo 68 614 729 628 531 393 309 227 126 110
La Libertad 91 1,024 1,086 909 629 510 330 243 150 141
E.P. de Trujillo 88 970 1,034 849 572 474 299 215 138 134
E.P. Mujeres de Trujillo 3 51 48 59 51 28 28 25 12 7
E.P. de Pacasmayo 0 3 4 1 6 8 3 3 0 0
Cajamarca 16 209 331 376 324 216 187 113 74 98
E.P. de Cajamarca 11 155 257 273 250 169 134 93 50 70
E.P. de Chota 1 10 19 31 21 18 19 8 6 8
E.P. de Jaen 3 37 42 49 42 23 23 8 12 15
E.P. de San Ignacio 1 7 13 23 11 6 11 4 6 5
Ancash 37 449 704 646 570 459 353 240 159 163
E.P. de Huaraz 7 97 158 182 208 166 120 100 60 69
E.P. de Chimbote 30 352 546 464 362 293 233 140 99 94
Prov. Const. del Callao 53 565 704 581 437 293 235 171 134 141
E.P. del Callao 53 565 704 580 437 293 235 171 133 136
CEREC - Base Naval 0 0 0 1 0 0 0 0 1 5
Lima 280 3,590 4,685 4,740 3,867 3,097 2,264 1,676 1,006 1,112
E.P. Mujeres de Chorrillos 7 57 85 114 112 98 84 81 43 34
E.P. Anexo de Mujeres Chorrillos 0 17 41 37 52 43 50 29 9 11
E.P. de Lurigancho 142 2,005 2,016 1,631 1,093 850 585 447 273 359
E.P. Miguel Castro Castro 15 367 646 805 762 654 481 409 228 256
E.P. Virgen de Fatima 6 43 25 44 37 54 46 42 21 13
E.P. de Ancon 2 139 302 456 530 382 301 200 111 76
E.P. de Barbadillo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
E.P. Modelo Ancon II - S.M.V.C. 33 229 276 262 206 254 184 113 77 84
E.P. Virgen de la Merced 0 0 0 0 0 0 3 2 1 6
E.P. de Huacho 18 235 358 361 308 240 158 124 74 79
E.P. de Caete 57 375 452 348 260 189 129 85 56 83
E.P. de Huaral 0 123 484 682 507 333 243 144 113 110
Ica 128 1,058 1,265 1,199 885 689 596 370 217 242
E.P. de Ica 50 554 783 787 628 494 434 262 160 188
E.P. de Chincha 78 504 482 412 257 195 162 108 57 54
Arequipa 22 264 377 422 386 319 257 173 99 105
E.P. de Arequipa 18 214 312 342 330 258 203 148 84 91
E.P. Mujeres de Arequipa 2 15 21 40 15 20 21 5 2 3
E.P. Camana 2 35 44 40 41 41 33 20 13 11
Moquegua 4 25 25 28 32 16 14 15 8 13
E.P. de Moquegua 4 25 25 28 32 16 14 15 8 13
Tacna 2 118 174 206 194 165 128 80 48 64
E.P. de Tacna 2 98 135 143 129 113 92 67 42 59
E.P. Mujeres de Tacna 0 9 14 20 20 20 19 6 4 3
E.P. de Challapalca 0 11 25 43 45 32 17 7 2 2

46
DEPARTAMENTOS - ESTAB. RANGOS DE EDADES (AOS)
PENITENCIARIO 18 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - ms

Junin 33 360 532 568 480 398 299 233 134 177
E.P. de Huancayo 18 198 336 384 322 273 207 155 96 124
E.P. Mujeres de Concepcin 0 1 8 15 8 6 6 1 0 0
E.P. de Chanchamayo 8 90 97 97 81 70 51 46 16 31
E.P. de Jauja 0 11 14 18 16 14 8 8 5 3
E.P. de Satipo 5 40 38 28 24 12 8 10 4 6
E.P. de Tarma 1 9 23 7 8 6 6 5 3 8
E.P. de la Oroya 1 11 16 19 21 17 13 8 10 5
Huancavelica 6 35 22 36 37 23 25 17 10 19
E.P. de Huancavelica 6 35 22 36 37 23 25 17 10 19
Ayacucho 29 377 475 506 423 348 250 154 92 96
E.P. de Ayacucho 25 344 448 483 416 338 240 148 91 92
E.P. de Huanta 4 33 27 23 7 10 10 6 1 4
Huanuco 50 357 483 457 485 389 265 231 134 132
E.P. de Huanuco 50 357 483 457 485 389 265 231 134 132
Pasco 7 32 41 39 37 25 21 21 12 5
E.P. de Cerro Pasco 0 1 0 4 5 2 2 1 1 0
E.P. de Cochamarca 7 31 41 35 32 23 19 20 11 5
Ucayali 40 404 396 367 299 243 170 154 100 107
E.P. de Pucallpa 40 404 396 367 299 243 170 154 100 107
Apurimac 17 104 121 103 97 72 56 31 30 21
E.P. de Abancay 9 45 38 34 35 25 17 16 14 12
E.P. de Andahuaylas 8 59 83 69 62 47 39 15 16 9
Cusco 39 440 544 552 481 400 298 219 109 136
E.P. de Cusco 27 323 414 444 396 333 256 177 87 106
E.P. Mujeres del cusco 3 30 29 26 29 16 11 9 5 7
E.P. Sicuani 3 17 18 23 18 15 10 9 6 6
E.P. Quillabamba 6 70 83 59 38 36 21 24 11 17
Madre de Dios 15 108 148 144 121 88 75 60 29 48
E.P. de Pto. Maldonado 15 108 148 144 121 88 75 60 29 48
San Martin 21 303 435 417 410 358 280 229 133 136
E.P. de Moyobamba 8 84 108 113 92 73 81 54 30 32
E.P. de Juanjui 8 92 125 133 137 116 85 75 41 38
E.P. de Tarapoto 3 62 78 49 66 53 36 27 19 22
E.P. de Sananguillo 2 65 124 122 115 116 78 73 43 44
Loreto 16 175 202 202 188 174 156 100 81 84
E.P. de Iquitos 14 141 158 144 138 117 125 70 61 60
E.P. Mujeres de Iquitos 2 3 6 8 6 12 4 10 8 3
E.P. de Yurimaguas 0 31 38 50 44 45 27 20 12 21
Amazonas 5 99 165 153 135 115 95 61 39 35
E.P. de Chachapoyas 3 56 108 117 105 89 76 44 29 24
E.P. de Bagua Grande 2 43 57 36 30 26 19 17 10 11
Puno 17 181 252 329 309 302 217 148 75 80
E.P. de Puno 4 53 97 110 116 122 89 59 27 49
E.P. de Lampa 1 20 27 35 24 17 17 12 4 1
E.P. Juliaca 12 108 128 184 169 163 111 77 44 30

Los cuadros anteriores son una muestra de los grupos de edad en los distintos
establecimientos penitenciarios a nivel nacional, pudiendo con esta informacin
establecer polticas de tratamiento de acuerdo al lugar del penal. Con la informacin
47
mostrada, se puede conocer el nmero exacto de internos que se encuentran en etapa
formativa, productiva y vulnerable, (este ltimo se refiere a los adultos mayores).

POBLACIN PENAL SEGN RANGO DE EDAD

Mujeres privadas de libertad e Hijos En Los Establecimientos Penitenciarios


El artculo IX del Ttulo Preliminar del Cdigo de Ejecucin Penal y el artculo 8 de su
Reglamento establecen que la interna gestante o madre y sus hijos menores que
conviven con ella gozan de amplia proteccin por el sistema penitenciario. Es por eso
que surge la necesidad de contar con informacin certera y actualizada de estos
grupos vulnerables. El artculo 12 del Reglamento del Cdigo de Ejecucin Penal
seala que las mujeres privadas de libertad tienen derecho a permanecer en el
establecimiento penitenciario con sus hijos hasta que estos cumplan tres aos de
edad.
En muchos casos las mujeres detenidas y privadas de libertad son madres de nios
menores de tres aos que solicitan el ingreso de los mismos para su cuidado, por lo
que el INPE debe brindarles albergue, alimentacin, educacin y otros servicios en
cumplimiento de la normatividad establecida. En otros casos son recluidas cuando se
encuentran en gestacin y al nacer sus hijos forman parte de la poblacin de nios a
cargo del sistema penitenciario. Por ltimo, se da el caso de las mujeres recluidas que
se embarazan al recibir su visita conyugal.
Al mes de enero, el INPE tiene a su cargo a 176 nios: 94 varones y 82 mujeres, la
mayor concentracin se encuentra entre las edades de cero a 1 ao en los varones, y

48
de 1 a 2 aos en las mujeres. La cantidad ms grande se encuentra en los
establecimientos penitenciarios de Mujeres de Chorrillos, Anexo Mujeres de Chorrillos
y E.P. de Chiclayo.
Es necesario sealar la particularidad del binomio mujer/hijo. Al respecto, hay
disposiciones en la ley que protegen tanto a la familia como a los menores de edad5,
sin dejar de mencionar que es de aplicacin el Cdigo de los Nios y Adolescentes6.
De este modo, el Estado asume una obligacin constitucional que se intensifica en las
situaciones de encierro, pues tanto la mujer como sus hijos pasan a depender de la
administracin penitenciaria, en prestaciones tan bsicas como la salud, alimentacin,
alojamiento, educacin, etc.
En atencin a lo anterior, las Reglas de las Naciones Unidas para el tratamiento de las
reclusas y medidas no privativas de la libertad para las mujeres delincuentes (Reglas
de Bangkok) vienen a complementar algunos vacos y omisiones de las Reglas
Mnimas, aprobadas hace ya ms de medio siglo. Los movimientos feministas surgidos
en la dcada de 1960 y su lucha por la igualdad han repercutido particularmente en las
ciencias sociales (antropologa y sociologa), circunstancia que dio origen al concepto
de gnero como idea para analizar las diferencias culturales entre sexos y su
repercusin a nivel cultural, econmico, legal, etc. Desde la perspectiva de gnero,
incluso la legislacin refleja el modelo masculino de dominacin, ya sea a travs de
normas que privilegian su posicin, disminuyen la femenina o simplemente la obvian.
De acuerdo a las Reglas de Bangkok, estas suponen una normativa especial aplicable
a un grupo predefinido (mujeres) pero no sustituye ni subroga la vigencia de las
Reglas Mnimas; por tanto, debe entenderse que la interpretacin de las condiciones
de encierro de las mujeres se realiza por medio de la legislacin nacional, la
jurisprudencia y como marco preceptivo, las Reglas de Bangkok y las Reglas Mnimas.
Dado que ambas Reglas poseen la naturaleza de norma-principio (al igual que la
resocializacin), su objetivo radica en alcanzar un marco ideal que garantice la plena
vigencia de la dignidad de las personas privadas de libertad; esto supone el esfuerzo
continuo de la administracin penitenciaria en tratar de seguir tales Reglas, sin que
ello est exento de dificultades e inclusive errores.
Entre los principales aspectos abordados por las Reglas de Bangkok tenemos:
1. Salud en general y reproductiva.-Provisin de implementos para limpieza ntima
(toallas higinicas), exmenes de salud mental, orientacin profesional acerca del VIH
(y tratamiento), individualizacin del tratamiento de salud mental.
2. Inspeccin de las condiciones de reclusin.-deben figurar mujeres en las
comitivas de supervisin que realicen las autoridades.
3. Personal penitenciario.- Los servidores sern capacitados en materia de
derechos humanos y en comprender las necesidades particulares de las internas, as
49
como de sus hijos. Asimismo, se incluirn cursos sobre gnero, no discriminacin y
sensibilizacin acerca del VIH.
4. Grupos de proteccin especial.- El rgimen penitenciario ser flexible con las
embarazadas, madres lactantes y madres con hijos. Los nios no pueden ser tratados
como reclusos.

50
POBLACIN PENAL DE MUJERES CON HIJOS POR GNERO Y EDAD
SEGN DEPARTAMENTO Y ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO

EDADES (aos)
TOTAL TOTAL TOTAL
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO HOMBRE MUJER
MADRES NIOS
HOMBRE MUJER 0 1 2 3 0 1 2 3
TOTAL GENERAL 175 176 94 82 25 37 25 7 17 32 28 5
O. R. NORTE CHICLAYO 35 35 16 19 6 5 4 1 6 9 3 1
DEPARTAMENTO DE TUMBES 1 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0
E.P. de Tumbes 1 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0
DEPARTAMENTO DE PIURA 6 6 2 4 0 1 1 0 3 0 1 0
E.P. de Sullana 6 6 2 4 0 1 1 0 3 0 1 0
DEPARTAMENTO DE LAMBAYEQUE 12 12 4 8 1 1 2 0 2 5 1 0
E.P. de Chiclayo 12 12 4 8 1 1 2 0 2 5 1 0
DEPARTAMENTO DE LA LIBERTAD 11 11 4 7 2 1 0 1 1 4 1 1
E.P. de Mujeres de Trujillo 11 11 4 7 2 1 0 1 1 4 1 1
DEPARTAMENTO DE CAJAMARCA 5 5 5 0 2 2 1 0 0 0 0 0
E.P. de Cajamarca 5 5 5 0 2 2 1 0 0 0 0 0
O. R.LIMA 73 73 40 33 12 18 7 3 7 12 11 3
DEPARTAMENTO DE ANCASH 6 6 3 3 2 1 0 0 2 1 0 0
E.P. de Huaraz 2 2 1 1 1 0 0 0 1 0 0 0
E.P. de Chimbote 4 4 2 2 1 1 0 0 1 1 0 0
DEPARTAMENTO DE LIMA 60 60 33 27 9 15 6 3 4 10 10 3
E.P. de Mujeres de Chorrillos 45 45 26 19 7 11 5 3 2 8 7 2
E.P. Anexo de Mujeres Chorrillos 12 12 6 6 2 3 1 0 1 2 2 1
E.P. de Huacho 3 3 1 2 0 1 0 0 1 0 1 0
DEPARTAMENTO DE ICA 7 7 4 3 1 2 1 0 1 1 1 0
E.P. de Ica 7 7 4 3 1 2 1 0 1 1 1 0
O. R.SUR AREQUIPA 8 8 6 2 0 2 4 0 0 1 0 1
DEPARTAMENTO DE AREQUIPA 3 3 3 0 0 2 1 0 0 0 0 0
E.P. de Mujeres de Arequipa 3 3 3 0 0 2 1 0 0 0 0 0
DEPARTAMENTO DE TACNA 5 5 3 2 0 0 3 0 0 1 0 1
E.P. de Mujeres de Tacna 5 5 3 2 0 0 3 0 0 1 0 1
O. R.CENTRO HUANCAYO 14 14 8 6 2 2 4 0 1 2 3 0
DEPARTAMENTO DE JUNIN 6 6 5 1 2 0 3 0 0 0 1 0
E.P. de Jauja 3 3 3 0 2 0 1 0 0 0 0 0
E.P. de Chanchamayo 3 3 2 1 0 0 2 0 0 0 1 0
DEPARTAMENTO DE AYACUCHO 8 8 3 5 0 2 1 0 1 2 2 0
E.P. de Ayacucho 8 8 3 5 0 2 1 0 1 2 2 0
O. R.ORIENTE HUANUCO 13 13 5 8 0 4 0 1 2 2 4 0
DEPARTAMENTO DE HUANUCO 9 9 3 6 0 2 0 1 2 0 4 0
E.P. de Huanuco 9 9 3 6 0 2 0 1 2 0 4 0
DEPARTAMENTO DE PASCO 2 2 1 1 0 1 0 0 0 1 0 0
E.P.de Cerro de Pasco 2 2 1 1 0 1 0 0 0 1 0 0
DEPARTAMENTO DE UCAYALI 2 2 1 1 0 1 0 0 0 1 0 0
E.P. de Pucallpa 2 2 1 1 0 1 0 0 0 1 0 0
O. R.SUR ORIENTE CUSCO 15 15 9 6 2 3 2 2 1 1 4 0
DEPARTAMENTO DE APURIMAC 6 6 4 2 1 1 1 1 0 0 2 0
E.P. de Abancay 5 5 3 2 1 1 0 1 0 0 2 0
E.P. de Andahuaylas 1 1 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0
DEPARTAMENTO DE CUSCO 9 9 5 4 1 2 1 1 1 1 2 0
E.P. Mujeres de Cusco 9 9 5 4 1 2 1 1 1 1 2 0
O. R.NOR ORIENTESAN MARTIN 7 7 4 3 1 1 2 0 0 1 2 0
DEPARTAMENTO DE SAN MARTIN 2 2 2 0 0 1 1 0 0 0 0 0
E.P. de Moyobamba 1 1 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0
E.P. de Sananguillo 1 1 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0
DEPARTAMENTO DE LORETO 2 2 1 1 0 0 1 0 0 1 0 0
E.P. Mujeres de Iquitos 2 2 1 1 0 0 1 0 0 1 0 0
DEPARTAMENTO DE AMAZONAS 3 3 1 2 1 0 0 0 0 0 2 0
E.P. de Chachapoyas 3 3 1 2 1 0 0 0 0 0 2 0
O. R.ALTIPLANOPUNO 10 11 6 5 2 2 2 0 0 4 1 0
DEPARTAMENTO DE PUNO 10 11 6 5 2 2 2 0 0 4 1 0
E.P. de Lampa 10 11 6 5 2 2 2 0 0 4 1 0

2.2 EL SISTEMA CARCELARIO DE PARAGUAY


En el Paraguay el sistema penitenciario soporta graves deficiencias, y antes
que cumplir con el objetivo de reinsertar a las personas infractoras a la sociedad, va
perfeccionndose en una verdadera escuela de la delincuencia. Los organismos

51
encargados del sistema son tericamente los correctos, pero la funcin que realizan
no se ajusta a las necesidades reales de las crceles en nuestro pas.
La Direccin de Institutos Penales (DIP), dependiente del Ministerio de Justicia
y Trabajo, es la encargada del control de todo el rgimen penitenciario integrado por
10 penales y dos correccionales, una nacional que es la de Tacumb y las dems
regionales que estn en diversos puntos del interior del pas. Existen dos crceles de
mujeres, siendo la principal la Casa del Buen Pastor, ubicada en la capital; adems,
funciona desde hace unos aos un centro de rehabilitacin de menores infractores que
funciona en la ciudad de Itaugu, en el departamento Central.
El rgimen penitenciario paraguayo se rige por la Ley N 210 del ao 1970, que
establece en el Captulo I
De los principios bsicos del rgimen penitenciario.
"La pena restrictiva de la libertad tender, cuando su duracin lo
permita, a la readaptacin social del Interno".
Hacer un estudio pormenorizado de la realidad penitenciaria, sin embargo, lleva
inevitablemente a la conclusin de que el rgimen en cuestin no es adecuado para el
cumplimiento de su objetivo, pues antes que preparar a los reclusos y reclusas para su
reinsercin social, los torna ms degradados/as y socialmente peligrosos/as, de donde
concluir que el sistema termina siendo una "escuela de la delincuencia" no contiene un
pice de exageracin.
La ley establece que el rgimen se caracterizar por su progresividad, y en los
casos de condena constar de un periodo de observacin, uno de tratamiento, y por
ltimo de un periodo de prueba y de libertad condicional. El cumplimiento de estos
pasos contribuira a la recuperacin de la persona condenada a tantos aos de
prisin; sin embargo, tal progresividad no existe ni puede existir, pues el rgimen se
mueve en condiciones de absoluta precariedad que no permite la aplicacin de los
referidos periodos. Hay grandes deficiencias de fondo que deben ser tenidas en
cuenta por las autoridades: no existen recursos econmicos suficientes ni hay
personal apto y debidamente entrenado para llevar adelante un programa ideal como
el establecido. Todo el sistema se mueve dentro de una absoluta precariedad.
La ley es letra muerta, ninguno de los 94 artculos se cumple como debe ser.
Se habla de respeto a los derechos humanos y de brindar las herramientas necesarias
para que internos e internas puedan ser nuevamente viables socialmente, pero la
absoluta falta de atencin a las crceles convierte el sistema en una bomba de tiempo.
El contenido de la presente monografa se centra sobre aspectos y hechos
relevantes acerca de la realidad penitenciaria en el Paraguay y parte de una ptica
personalizada, del autor, acorde al mbito jurdico Nacional.

52
INTRODUCCIN A LA SITUACIN PENITENCIARIA EN EL PARAGUAY
Desde los das del stronismo el sistema penitenciario paraguayo ha cambiado
para mejor. Notablemente, se ha reducido el ndice de prisin preventiva del ndice del
90% que se registr durante la dictadura. Nuevas construcciones han aumentado la
capacidad y mejorado la infraestructura de varios centros de detencin. Granjas
penitenciarias y otros centros de rehabilitacin que permiten a los internos tener
oportunidades de trabajo han sido introducidos con evidente xito1. Sin embargo, las
condiciones en muchas de las penitenciaras del pas continan siendo calamitosas.
Estadsticas oficiales e informes revelan tanto xitos como tareas pendientes en el
sistema penal paraguayo.
La superpoblacin en particular es una de las condiciones existentes ms
serias, extensas y agravantes en las penitenciaras paraguayas. El ejemplo que resalta
ms es el de la Penitenciara Nacional de Tacumb, una institucin con una capacidad
de aproximadamente 1.200 prisioneros, pero que alberga tpicamente a 3.000
internos2.
A cada da que pasa la poblacin penitenciaria va en aumento convirtindose
en un problema nacional creciente. Otro problema preocupante es la ausencia de
separacin entre reclusos con prisin preventiva y aquellos que ya han sido
condenados3. Aquellos que conocen las penitenciaras paraguayas cuentas que este
tipo de integracin fomenta la delincuencia, ya que expone a aquellos que han sido
acusados de cometer delitos, a la influencia directa de reincidentes. En suma, el
propio hacinamiento originado por el recurso excesivo a la prisin, tiene implicancias
negativas para la segundad mediata y las condiciones de vida de todos dentro de las
instituciones penitenciarias. Las crceles, particularmente las ms superpobladas, son
"depsitos humanos donde los internos viven como animales hacinados en una
situacin que multiplica el malestar o nerviosismo, elementos propios para la
generacin de violencia. Los choques entre reclusos, y de stos contra los guardias
son frecuentes y muchas veces fatales. Dado el predominio de estos peligros, los
prisioneros tratan de mantenerse en grupos por proteccin, algunos inclusive
buscando: seguridad inherente al confinamiento solitario.
A ms de estos riesgos e incidentes de conflicto existen tambin necesidades
bsicas insatisfechas, desde celdas utensilios para comer y asistencia mdica.
Centenares de personas, por ejemplo no tienen espacios en las celdas, y deben
dormir en los corredores o afuera expuestos a las fuerzas de la naturaleza. Otros no

1 Evaluacin del Sistema Penitenciario, ob.cit.nota 160, pag.38.


2 Informe de la Comisin Interinstitucional de Visitas Tacumb tienen capacidad para albergar
1.200 internos y actualmente alberga 3.154.
3 Comunicado de prensa del relator de las NN.UU.ob.cit nota 164

53
tienen camas y comparten un solo cuarto de bao con otros 200 o ms. Los reclusos
deben utilizar platos de utensilios rolos y sucios para consumir agua o comida.
El Relator Especial contra la Tortura de las Naciones Unidas, luego de
completar una misin al Paraguay a finales de 2006, concluy que:
en el Paraguay las crceles se encuentran en estado
deplorable en lo que se refiere a las comodidades, higiene, y
provisin de comida, colchones, y otros elementos esenciales
necesarios para una vida digna".
La defensora del Pueblo afirma que dentro de casi todos las crceles del
Paraguay prolifera el consumo de estupefacientes y alcohol y que tambin se
prctica la prostitucin siendo los responsables directos de los mismos los mismos
guardia crceles quienes a cambio reciben considerables sumas de dinero. Otra forma
aparentemente comn de corrupcin y extorsin que involucra a los guardias es la
agresin fsica y el confinamiento en calabozos salvo caso que para evitarlo se pague
por ello.
Como en muchos pases que enfrentan crmenes violentos e inseguridad
ciudadana, prevalece en el sistema penal del Paraguay el sentimiento de que aquellos
que se encuentran en los centros de detencin han sido abandonados por la sociedad.
Representantes de ONGs que trabajan en los centros penitenciarios comentan
que "a la sociedad paraguaya slo le interesa que el sospechoso se encuentre en la
crcel, sin importar las condiciones de detencin. La incapacidad de las instituciones
penales de cumplir sus roles como centros de educacin y readaptacin fueron se
aprecia con solo estar al tanto de informaciones radiales, televisivas u escritas.
Es necesario que en el Paraguay se busque reproducir los programas de
detencin que han tenido xito, tales como el de La Esperanza,4 en vez de continuar
ignorando la falta de oportunidades para la readaptacin de los condenados. Bajo el
Cdigo Penal de 1497, la promocin de la readaptacin de los condenados es citada
junto con la proteccin de la sociedad como los objetivos principales de la detencin.
GOMEZ TORRES, Miguel, ex-funcionario de la Direccin de Derechos
Humanos de la Corte Suprema de Justicia. 2007. afirma:
el sistema penal del Paraguay no ayuda a los reclusos a
conseguir trabajo una vez liberados. No les dan nada. En ninguna
penitenciaria del pas existe un sistema electivo de reinsercin en
la sociedad".
La Senadora MENDOZA DE ACHA, Ana Mara quien encabeza la Comisin
Interinstitucional de Visitas Penitenciarias, concuerda:

4 La Esperanza. Sector de Tacumb que fuera creado por religiosos. Lugar donde los reclusos menos peligrosos
reciben asistencia psicolgica, educativa y religiosa como tambin capacitacin en diversas modalidades laborales.
54
"No tenemos la voluntad mnima de reinsertar a la persona en la
sociedad y hasta que esto cambie, el recluso seguir
representando una amenaza a la comunidad ya que los centros de
detencin, lejos de reeducar al individuo, van multiplicando
delincuentes".

Situacin de la mujer en detencin


Las mujeres en los centros de detencin del Paraguay sufren muchos de los
mismos problemas que afectan a sus contrapartes masculinas. Las detenidas en la
Casa del Buen Pastor se hallan recluidas en celdas sucias, infestadas, hmedas y
poca ventiladas. Tambin se afirma que existen esquemas corruptos liderados por las
guardia crceles, parecidos a los narrados en las prisiones para hombres, Otro temas
significativos incluyen el continuo uso de guardias masculinos dentro de la correccional
- a pesar de que esta prctica se encuentra prohibida por la Ley -y la falta de
financiacin para alimentar a los casi treinta hijos de reclusas que viven dentro del
correccional junto a sus madres. Estas familias deben a veces apoyarse en
benefactores privados, individuales u organizaciones, para hacer frente a sus
necesidades bsicas.
Otra problemtica es la carencia de servicios legales efectivos, dado que las
internas de escasos recursos cuentan con abogados a quienes ni siquiera conocen.

Situacin de jvenes en detencin


Las condiciones de los jvenes en los correccionales paraguayos
aparentemente son menos violentas y abusivas que en los de los adultos.
Un equipo de investigacin de la Universidad Columbia del Paraguay en
octubre de 2006 al Centro Integral Educativo de Itaugua ha informado que se han
encontrado con un plan de rehabilitacin pedaggica, labores productivas y formacin
individual de los reclusos bastante efectivo.
Este plan es enfocado y guiado en gran parte por principios internacionales en
cuanto al tratamiento de jvenes". Al momento de la visita un programa de panadera y
de huerta provean las oportunidades para que los internos realizaran una actividad
constructiva. Tambin se promovan programas educativos, con altas tasas de
asistencia. La participacin de los internos era casi total, habiendo aumentado del
menos del 25% que haba en el 2002. El personal del centro tambin ha sido el centro
de los esfuerzos educativosya que todos deben completar con xito el programa de
la Escuela Penitenciaria. Los guardias no llevaban armas, y su trato generalmente es
humano con los internosen contraste con lo que se experimentaba all en el pasado,
y hasta hoy en otros correccionales.
55
EJECUCIN DE LAS PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD
Como ya se mencionara anteriormente, en todo el territorio de la Repblica del
Paraguay, las crceles soportan problemas similares: superpoblacin, infraestructura
deficitaria, presupuesto insuficiente, falta de poltica carcelaria orientada a favorecer la
recuperacin de las personas recluidas para su reinsercin social. Todas tambin
tienen una composicin social similar: personas de extraccin social popular, con
escaso o nulo nivel de instruccin escolar.
De lo apuntado no hay que deducir, obviamente, que los nicos que delinquen
son las personas de origen pobre; hay delitos que protagonizan personas de las ms
diversas clases sociales, inclusive de las ms encumbradas. Lo que s se puede
concluir es que sobre todo se penaliza a los de extraccin social pobre, quedando
impune el grueso de los delitos cuyos autores son de un nivel social superior.
Actualmente el porcentaje de reclusos que no tienen condena es superior al
70%. Ningn criterio de clasificacin de internos es utilizado en las crceles para
determinar el grado de peligrosidad de los mismos a la hora de ubicarlos en las celdas
o pabellones. La ley 210 en su captulo II habla sobre el ingreso y la clasificacin. Es
clara en este punto y refiere:
que las personas que ingresan a las crceles sern
clasificadas de acuerdo a la magnitud de los delitos cometidos.
Ningn criterio de clasificacin se aplica, ni siquiera el de peligrosidad. De ah
que un interno que ha ingresado por un delito casi inofensivo, como robar para comer,
por ejemplo, pueda compartir la celda con otro que ingres por asesinato mltiple; o
que haya menores de edad con adultos, o incluso mujeres recluidas en crceles
destinadas exclusivamente para varones.
La Ley N 210 tambin establece que:
...las personas ocuparn en forma individual las celdas o entre
ms de dos si las condiciones no estuviesen dadas,
pero especifica que:
los presos debern dormir en celdas individuales por una
cuestin de seguridad

Derecho de los/as reclusos/as


Si bien es cierto que a los residentes de las penitenciaras, mientras dure su
estada en ella, sean, varones mayores, menores o mujeres, se les priva de ciertos
derechos, deberes y obligaciones tales como el libre trnsito, libertad, acceder a
cargos pblicos, sufragar etc., tambin se les otorga otros de tal forma a hacer mas
llevadera su vida .
56
Derecho de los/las recluso/as para recibir visitas
La Ley 210/70, en su artculo 90, que fuera modificado en octubre de 1993
dispone que:
los establecimientos penitenciarios que alojarn a
sentenciados y procesados sern de rehabilitacin, correccin y
prevencin, y contar; como mnimo con los medios siguientes:
- Un organismo tcnico y criminolgico del que formar
parte, por menos, un mdico psiquiatra con versacin en
criminologa.
- Servicio mdico acorde con las necesidades del
establecimiento.
- Secciones de trabajo que aseguren la plena ocupacin de
los interno
- Biblioteca y escuela primaria a cargo de personal docente.
- Capellanes nombr2ados por el Estado o adscriptos
honorariamente establecimiento.
- Tribunal de Conducta que estar constituido por los
encargados del tratamiento penitenciario.
- Instalaciones recreativas pertinentes.
- Locales y medios adecuados para segregar y tratar a los
internos que padezcan psicosis, y Personal idneo que
ejercer una actitud predominantemente educativa
Mientras dure la condena, las personas privadas de su libertad pueden recibir
visitas los das lunes, mircoles, viernes, sbado y domingo. Las mismas pueden
clasificarse en cuatro tipos:
1) Las familiares: las personas ms cercanas a la persona recluida, tanto
parientes como amigos/as, pueden ingresar al penal en los das fijados.
2) Las privadas: esposas o parejas ocasionales visitan a los presos para
mantener relaciones sexuales. Hay das y horarios establecidos y se paga
por este servicio.
3) Las mutuas: reclusas de la crcel de Mujeres del Buen Pastor pueden
ingresar los mircoles. Algunas son esposas de los internos y otras crean
vnculos con otros presos.
4) Las profesionales: los abogados y abogadas que se encargan de los
procesos pueden visitar a sus clientes todos los lunes y cualquier otro da
de la semana, previa obtencin de un permiso.

57
Los reclusos tambin pueden recibir visitas de miembros de la justicia ordinaria
y organizaciones (Derechos Humanos, tanto oficiales como no gubernamentales.5

Derecho del recluso/a para comercializar lcitamente


En todas las crceles existen personas cuyos parientes les provee de los
recursos econmicos necesarios para realizar actividad comercial lcita dentro del
penal, para ello existe una Comisin Mixta, no autorizada por el Ministerio de Justicia y
Trabajo, que se encarga de la provisin de mercaderas para las cantinas internas
que operan dentro del penal. Esta comisin est presidida por un funcionario de la cr-
cel, y vende mercaderas de todo tipo a los internos: desde azcar, harina, arroz,
fideos, yerba, panificados, verduras y leche en polvo hasta medicamentos para
urgencias menores.
Generalmente todos los productos ofrecidos son vendidos a precios bastante
altos, y los internos se ven en la obligacin de adquirirlos para preparar sus alimentos
diarios, pues la comida que se sirve en el penal no es apetecible y tampoco alcanza
para todos. El dinero recaudado no ingresa en ninguna cuenta oficial tal como
establece la ley de presupuesto.
los recursos generados en una institucin pblica deben ser
depositados en una cuenta estatal, y posteriormente solicitar la
liberacin de estos fondos al Ministerio de Hacienda...
Estimativamente esta Comisin recauda 80 millones de Guaranes anuales
equivalente, al cambio actual, a 20.000 dlares americanos con una ganancia diaria
de 222.000 mil guaranes, equivalente a, 55,50 dlares.6

Derecho a las privadas


Las "privadas", son habitaciones especiales destinadas a los/as reclusos/as
para mantener contactos ntimos con sus esposas/os o parejas ocasionales, estn
amuebladas mnimamente y en la mayora de los casos disponen de un bao
individual, y de un bao de uso colectivo, en otros.7
El mecanismo para el uso de dichos cuartos es relativamente simple, pero
costoso: los interesados deben comunicar su deseo de utilizar una de las habitaciones,
un da antes al encargado de la administracin del servicio, que es un funcionario del
Penal; realiza el pago y debe dejar registrado quin es la persona que vendr a verlo.

5 Sistema Penitenciarios del Paraguay - Direccin General de Crceles Ministerio de Justicia Y trabajo
Dispuesto en Monografa.com www.google y extrado va Internet. Tigo Banda Ancha.
6 La Seguridad en el Paraguay Anlisis y respuestas en perspectivas comparadas Trabajo de Investigacin

realizado por Cavallaro, Kopas, Lam, Mayhle, y Villagra de Viedermann para la Universidad Columbio del Paraguay
(2006/2007) Editado en Noviembre 2007 Asuncin - Paraguay
7 Ibid Apud Cavallaro, Kopas, Lam, Mayhle, Villagra de Vidermann

58
Para el funcionamiento de este sistema, en la crcel central del Paraguay
Tacumb - se cuenta con habitaciones dispuestos en tres pisos con 42
habitaciones numeradas: 30 son piezas especiales con bao privado y 12 son
comunes, equipadas con una cama matrimonial, una mesita, una silla. Las parejas que
utilizan las habitaciones ms baratas deben acudir a un bao comn. El pago por la
utilizacin de las habitaciones precede al permiso. Las tarifas pueden ir en aumento y
son fijadas exclusivamente por el director de la Penitenciara.
Si las habitaciones fuesen utilizadas de manera plena y permanente, se tendra
capacidad para el uso de 126 turnos, es decir, cada 18 das un recluso tendra la
posibilidad de tener contactos ntimos, lo que es poco. Los especialistas en relaciones
sexuales y de pareja aseguran que por regla es aconsejable que las personas
mantengan relaciones como mnimo una vez por semana. Esto es lo recomendable
desde el punto de vista de una vida saludable.
El hecho de estar condenado a varios aos de prisin habilita tericamente al
interno a usufructuar gratuitamente el servicio, pero esta regla no siempre se respeta y
la mayora de las veces se ven obligadas a pagar. En el caso de las visitas realizadas
por las esposas, compaeras o novias a sus respectivas parejas recluidas en la
Penitenciara, todo se desarrolla con normalidad. Los trmites son relativamente
simples, pues las visitantes se presentan a determinadas horas y abandonan el lugar
despus de concluido el tiempo previsto. Otros casos, sin embargo, resultan
interesantes, por lo que se procede a describirlos de manera sinttica, pues poco o
nada se conoce sobre como funcionan.
Un hecho rodeado de aspectos llamativos que se da en el marco del rgimen
de visitas privadas es el protagonizado por las internas del Correccional de Mujeres "El
Buen Pastor". stas visitan en la crcel de Tacumb a sus respectivas parejas,
momentos que aprovechan para poner en contacto a otro reclusos con algunas
amigas, tambin internas. Y as se van tejiendo relaciones entre internos. Se permite
el ingreso de estas mujeres todos los mircoles, desde las 08:00 de la maana hasta
las 16:00 de la tarde.

Derecho a la alimentacin y salud


Los reclusos y reclusas de las crceles del paraguay reciben, normalmente,
tres comidas diarias: desayuno, almuerzo y cena. El primero se sirve a partir de las
5:30 de la maana y consiste en un jarro de cocido negro con dos galletas, a veces
tiene un poco de leche slo para cortar el aspecto negruzco de la yerba quemada con
el azcar. El almuerzo se sirve entre las 11:30 y 14 horas. La cena se sirve antes de
las 20:00 hora en que todos los internos deben estar en sus celdas.

59
Con respecto al tema de la salud de los reclusos y reclusas, la Ley 210/70
contempla en su captulo X, De la asistencia mdica, que:
...el interno tiene derecho y est obligado a recibir asistencia
mdica para preservar y mejorar su salud fsica y mental (Art.
73); qu a su ingreso ser sometido a las medidas profilcticas
fundamentales y a los exmenes clnicos necesario para
determinar el estado de su salud" (art. 75).
La atencin mdica y la cuestin de la alimentacin son dos de los principales
problemas de las crceles. Tacumb cuenta con un staff de mdicos, pero stos no
cumplen horario y no realizan una atencin adecuada; por su parte el penal de
Emboscada no tiene un mdico designado, slo una enfermera. Las dems
penitenciaras regionales tampoco tienen mdicos permanente slo enfermeros que
hacen todo el trabajo. Si un interno est enfermo de gravedad se lo traslada al Centro
de Emergencias Mdicas de Asuncin o al Hospital Nacional Itaugu donde son
atendidos.
Casi la mayora de las crceles no cuentan con ambulancias para ser utilizadas
en casos de emergencia, la mayora de las veces, cuando ocurren enfrentamientos y
los heridos deben ser trasladados a un centro asistencial, se los tira en cualquier
vehculo y si la suerte los acompaa llegan vivos al nosocomio.
La insalubridad en los penales est a la orden del da. Los internos sufren
enfermedades de la piel y afecciones dentarias, enfermedades broncopulmonares, e
incluso las ms graves como el SIDA, la tuberculosis, sfilis y otras enfermedades
venreas. Para desnudar la deficiencia, por no decir nula atencin mdica en los
penales, basta este ejemplo: en Tacumb la enfermedad ms comn se llama
escamosis Como no existen medicamentos, los enfermeros se las ingenian para
fabricar remedios caseros y tratarlos con stos a los enfermos. Los expectorantes para
la tos y la gripe surten efecto rpidamente. Las enfermedades ms graves como el
Sida o la tuberculosis deben de ser tratados con medicamentos bastante caros, que
son proporcionados ocasionalmente por los programas de asistencia, o a veces son
productos de donaciones de laboratorios del sector privado.

2.3 EL SISTEMA CARCELARIO DE BRASIL


La poblacin carcelaria a largo de la regin ha ido creciendo de manera constante en
las ltimas dcadas. El endurecimiento de leyes antidrogas y las polticas contra las
pandillas han llevado a un aumento masivo de la poblacin carcelaria, y
consecuentemente a un hacinamiento severo en sistemas penitenciarios
inadecuadamente financiados y a menudo descuidados. La mayora de reclusos an
no han sido juzgados y podran esperar aos a recibir una audiencia. En algunos
60
pases, las pandillas continan operando y reclutando a nuevos miembros dentro de
las crceles, y sus lderes ordenan extorsiones y homicidios desde detrs de las rejas.
Esta cruda situacin se ve claramente en Brasil, el cual ha logrado recientemente la
desafortunada distincin de tener la cuarta tasa de encarcelamiento ms alta del
mundo. En los ltimos 15 aos, la tasa de encarcelamiento del pas aumento un 7 por
ciento anualmente, siendo diez veces ms rpido que su crecimiento demogrfico. En
los ltimos 25 aos, la poblacin carcelaria de Brasil aument de 90,000 a ms de
600,000. Esta poblacin est proyectada a aumentar a 1.9 millones en el 2030, si las
tasas actuales persisten.
Este aumento masivo est asociado con dos tendencias interrelacionadas de la
dcada pasada. En primer lugar, la expansin del uso de la detencin preventiva, ms
frecuentemente asociada con la segunda tendenciaarrestos por posesin de drogas,
a pesar de un cambio al cdigo penal en el 2006 que despenaliz la posesin de
pequeas cantidades de marihuana para el uso personal. Un estudio realizado en el
2014 por el Centro de Estudios de Criminologa y Ciudadana (Centro de Estudos de
Segurana e Cidadania, CESeC) seala que el 40 por ciento de la poblacin carcelaria
en Brasil est esperando juicio. La cifra slo para Ro de Janeiro es del 39 por ciento,
o 11,000 personas. En los estados del noreste de Piau y Maranho, estas tasas
alcanzan el 60 por ciento. En consonancia con la tendencia carcelaria en los Estados
Unidos, la mayora de los encarcelados en Brasil son jvenes varones entre los 18 y
29 aos de edad. De ellos, el 61.6 por ciento son afrodescendientes. De la creciente
poblacin carcelaria en Brasil, el segmento que ha crecido ms rpidamente es el de
las mujeres, un fenmeno consistente con tendencias similares en la mayora de los
pases latinoamericanos. Entre 2005 y 2014, la tasa de encarcelamiento femenino
aument un 10.7 por ciento anualmente, de 12,925 a 33,793 personas durante el
perodo de nueve aos. El trfico de drogas fue la causa de las condenas de
culpabilidad para el 64 por ciento de las mujeres encarceladas. Al igual que muchas de
las provisiones constitucionales y leyes adoptadas en Brasil, la ley aprobada en el
2011 (Lei das Medidas Cautelares), la ms reciente de varias leyes sobre sentencias
alternativas para delitos no violentos, rara vez se aplica. Un estudio en Ro en el 2011
mostr que la prisin preventiva an se aplica el 73.3 por ciento de los casos, mientras
que el pago de una fianza, el monitoreo electrnico u otras alternativas a la prisin
antes de ir a juicio son ignoradas por la gran mayora de jueces.

Un sistema de defensores pblicos incapaz de satisfacer la demanda


La gran mayora de personas detenidas no pueden pagar abogados privados,
dejndolos dependientes de un sistema de defensores pblicos precario y con escaso
personal. Aunque fue requerido por la Constitucin de 1988, el establecimiento de
61
oficinas de defensores pblicos a nivel estatal ha tomado tiempo en implementar. Las
oficinas estatales ms recientes se establecieron slo en el perodo entre 2011 y 2013.
La demanda supera ampliamente la capacidad del sistemasegn las propias
estadsticas del Ministerio de Justicia de 2009, la demanda aument un 45 por ciento
entre 2006 y 2008, mientras que el nmero de defensores pblicos creci slo un 4.5
por ciento.
Las diferencias regionales en trminos de cantidad y calidad de las defensoras
pblicas son significativos. En Ro, el 90 por ciento de los casos de defensa criminal
son manejados por defensores pblicos, mientras que el 72 por ciento de los
condados del resto del pas carecen de defensores pblicos. Una enmienda
constitucional aprobada en el 2014 orden que cada condado en Brasil deber tener
una agencia de defensora pblica en los prximos ocho aos.

Dominacin de facciones criminales


Ante las altas tasas de detencin, la resistencia a la aplicacin de soluciones
alternativas de condena, la grave escasez de defensores pblicos y las estimaciones
de que la poblacin carcelaria llegar a ser casi 2 millones en los prximos 14 aos, la
sobrepoblacin de las 1,424 prisiones del pas (que genera el tratamiento inhumano, la
tortura y disturbios) crea un terreno frtil para el crecimiento y la dominacin de
facciones criminales. Estos grupos son capaces de virtualmente gobernar las crceles
como agentes paralelos a la estructura penitenciaria oficial.
En Ro, las prisiones han estado dominadas por facciones rivales durante dcadas. La
organizacin criminal original en Ro, el Comando Rojo (Comando Vermelho, CV) y su
rival actual Amigos de Amigos (Amigos dos Amigos, ADA) ahora tienen ramas en la
mayora de las crceles del pas, al igual que el Primer Comando del Capital (Primeiro
Comando da Capital, PCC) de So Paulo. El PCC fue creado tras la masacre de 111
presos por la Polica Militar de So Paulo en 1992 en la prisin de Carandiru. Los
disturbios en protesta a la sobrepoblacin y las condiciones inhumanas han sido
frecuentes en todo el pas y han resultado en tortura, decapitaciones y asesinatos. En
la mayora de los estados, el PCC y el CV han mantenido una alianza tenue de 20
aos que ha facilitado la compra de armas y drogas y ha minimizado la violencia entre
pandillas dentro de las prisiones. Sin embargo, esa alianza ahora parece haber
terminado despus de los ataques del PCC contra el CV a lo interno de centros
penitenciarios en los estados norteos de Roraima y de Rondnia el 16 y 17 de
octubre, que dejaron a 18 prisioneros muertos. Expertos en prisiones esperan una
mayor violencia entre los dos grupos en todo el pas.

62
Soluciones al encarcelamiento masivo y las condiciones inhumanas
Ningn grupo de la comunidad de justicia penal duda de las estadsticas, las
proyecciones del crecimiento de la poblacin carcelaria o la realidad de los abusos de
los derechos humanos. Sin embargo, las formas de abordar el dilema varan
ampliamente dependiendo de quin est proponiendo la solucin.
1) Privatizacin de las prisiones: Ya sea que el modelo incluya subcontratar la
administracin y/o los servicios penitenciarios o crear asociaciones pblico-privadas, el
modelo de privatizacin se ha vuelto cada vez ms atractivo para varios gobiernos
estatales. Al contrario de la tendencia en Estados Unidos y Europa para eliminar la
privatizacin de las prisiones, siete estados brasileos tienen ahora un total de
veintids prisiones privatizadas. Consideradas por sus proponentes como un medio de
encarcelamiento ms humano y econmicamente ms eficiente, argumentan que las
crceles privadas ofrecen condiciones ms limpias, mejores servicios de salud y
educacin y oportunidades de empleo, es decir, mano de obra barata para las
instalaciones de fabricacin dentro de las crceles. Mientras que la Constitucin
establece que ningn trabajador debe ganar menos del salario mnimo, los
trabajadores penitenciarios ganan menos, no reciben beneficios y generalmente
cuestan 54 por ciento menos que un trabajador no encarcelado. Los presos son
seleccionados para crceles privadas debido a su buen comportamiento y no conexin
con facciones criminales para evitar actos de violencia generada por facciones
criminales. Los crticos, como la ONG Juzes para a Democracia, consideran estas
crceles inconstitucionales, sealando que el sector privado no est interesado en
procesos efectivos de rehabilitacin, sino ms bien en generar ganancias econmicas.
. El eslogan de una prisin recientemente inaugurada en el rea metropolitana de Belo
Horizonte es Menos costo y mayor eficiencia. Como en todos los complejos
penitenciarios privatizados, entre mayor sea el nmero de prisioneros, mayor ser el
retorno de la inversin.
2) Audiencias de custdia: En un esfuerzo para reducir la poblacin carcelaria y los
detenidos en prisin preventiva, en el 2011 el senado brasileo aprob una ley
provisional que requiere que todo sospechoso sea llevado ante un juez dentro de las
24 horas de su arresto para determinar la legalidad de la detencin y la conveniencia
de prisin preventiva o de una alternativa. Las audiencias tambin se llevan a cabo
para determinar si el detenido fue vctima de tortura o maltrato por parte del polica.
Brasil es uno de los pocos pases latinoamericanos que no ha adoptado audiencias de
custodia segn lo determinado por el Pacto de San Jos, del cual Brasil es signatario.
Una evaluacin del primer proyecto piloto de las audiencias de custodia, coordinado
por el Instituto de Defensa de los Derechos de Defensa (Instituto de Defesa do Direitos
de Defesa, IDDD) con la participacin de investigadores y ONGs de otros ocho
63
estados, concluy que estas audiencias slo produjeron una ligera reduccin en el
nmero de sospechosos enviados a prisin preventiva. Por otra parte, las condiciones
incmodas en las que se realizaron las audiencias, como por ejemplo ante la
presencia del polica quien efectu la detencin, generan poca confianza de que no
habrn represalias por denuncias de maltrato o violencia. No obstante, los evaluadores
concluyeron que las audiencias, de llevarse a cabo correctamente, constituiran un
paso importante para reducir las violaciones de los derechos humanos dentro del
sistema de justicia penal.

Posibilidades de reforma en el gobierno de Temer


En el gobierno de Michel Temer, tras la destitucin de la mandataria Dilma Rousseff,
no hay seguridad de que los pocos avances logrados para mejorar el acceso a la
justicia dentro del sistema de justicia penal (incluyendo los defensores pblicos y las
audiencias de custodia) continuarn. En el ltimo mes, un juez de la corte de
apelaciones de So Paulo anul las sentencias condenatorias de varios miembros de
la Polica Militar quienes haban sido condenados por la masacre de Carandiru en
1992, argumentando que los policas haban actuado en legtima defensa. Asimismo,
el nuevo ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, ha adoptado una clara postura de
ley y orden, priorizando la lucha contra el crimen organizado y la seguridad fronteriza
como estrategias para reducir los homicidios, en lugar del enfoque ms multifactico
propuesto por una red de investigadores y profesionales de seguridad pblica del
gobierno anterior. El Ministro ha afirmado que no se necesitan ms investigaciones y
diagnsticos; en su lugar, se utilizaran los recursos para la compra de equipo. En
respuesta a los disturbios carcelarios en Roraima y Rondnia, Moraes minimiz el
conflicto y afirm que la ruptura era mera fanfarronera, una posicin que ignora la
grave realidad de la violencia carcelaria generada por facciones criminales y los
abusos de los derechos humanos.
El personal de la Secretara Nacional de Seguridad Pblica dentro del Ministerio de
Justicia ha experimentado un giro total, incluyendo la contratacin de personal militar,
no visto desde los aos noventa. Y con el empuje por privatizar una serie de servicios
pblicos, la privatizacin de las crceles ser probablemente alentada. Ahora
corresponde a las organizaciones de la sociedad civil aumentar la presin para
garantizar que los pocos avances logrados en la ltima dcada no se reviertan.

2.4 EL SISTEMA CARCELARIO DE CHILE


La poblacin recluida en Chile ha aumentado de forma sostenida en los ltimos aos,
situacin que se explica por una flexibilizacin de las exigencias para la concesin de
beneficios intrapenitenciarios, libertad provisional y condicional. Cabe destacar que el
64
sistema penitenciario chileno contempla tres regimenes de reclusin: el sistema
cerrado, sistema abierto y el semiabierto. El primero incluye a aquellas personas
detenidas, procesadas y condenadas que se encuentran recluidas las veinticuatro
horas sin ningn beneficio de salida; los otros dos se aplican solo a personas
condenadas. El sistema abierto incluye a personas a las que se les aplica alguna
medida alternativa a la reclusin o algn beneficio de reinsercin social, es decir, el
cumplimiento total o parcial de la condena se realiza en el medio libre. Por su parte el
sistema semi- abierto est constituido por aquellas personas que cumplen su condena
en un centro de educaron y trabajo (CET), el cual puede ser de carcter urbano o
rural. Esta situacin de hacinamiento, puede generar un contagio criminogeno entre
personas de alto y bajo nivel delictual.
Se han creado diversas formulas de poltica de endurecimiento de penas, que ha sido
respaldado por un discurso poltico, compartido por prcticamente todos los partidos
polticos del pas, que sealan como la principal solucin para el incremento de la
criminalidad el endurecimiento del sistema judicial, el aumento de los aos de crcel
para ciertos delitos y la disminucin de la edad de imputabilidad penal, pero es la
crcel solucin para la delincuencia?

Infraestructura carcelaria y hacinamiento


De acuerdo a la definicin legal, se entiende por establecimientos penitenciarios, los
recintos donde deben permanecer custodiadas las personas privadas de libertad en
razn de detencin y mientras estn puestas a disposicin del tribunal pertinente.
Corresponden tambin a esta denominacin las dependencias destinadas al
seguimiento, asistencia y control de condenados que por un beneficio legal o
reglamentario, se encuentren en el medio libre. Todos estos establecimientos son
administrados por Gendarmera de Chile, institucin dependiente del Ministerio de
Justicia; Por ende, las personas que se encuentran recluidas en dichos
establecimientos no necesariamente se encuentran condenadas por un delito, sino
que pueden estar en calidad de detenidos y/o procesados; por lo tanto la gran cantidad
de personas que se encuentran en estos centros provocan los consecuentes
hacinamientos que en trminos cuantitativos, cuando no existen en el pas normas o
estndares que regulen de manera precisa las condiciones de vida y la capacidad de
los establecimientos penitenciarios. Dos caractersticas del rgimen interno de las
prisiones chilenas hacen aun mas complicadas su operacin y sus consecuencias: el
prolongado encierro nocturno (en la mayora de los casos, del orden de 14 o 15 horas
diarias) y el hecho que los dormitorios sean colectivos, implica que la mayor parte del
DIA los reclusos permanecen sin vigilancia directa o de vista y la segunda, que

65
durante ese periodo pernoctan en literas apilables, basta con agregar una tercera o
cuarta para aumentar esa capacidad.

Sistema de clasificacin
El objetivo principal de la encarcelacin debera ser la rehabilitacin y posterior
reincorporacin en la sociedad de los sujetos recluidos en los centros penitenciarios,
tal como lo estipula la ley, es por esto que uno de los elementos centrales del sistema
penitenciario es la evaluacin de los niveles de compromiso delictual de todos los
sujetos recluidos, ya sea en calidad de condenados, procesados y/o detenidos. En
chile, este proceso de clasificacin se realiza mediante un instrumento llamado la
ficha de clasificacin y la institucin encargada de su implementacin es
gendarmera. Institucin que establece que el objeto de esta clasificacin es lograr
determinar el grado de involucramiento o compromiso delictual del sujeto, es decir,
cuan internalizado tiene los patrones propios de la subcultura carcelaria. Si bien la
asignacin de puntaje es individual, la distribucin de los internos en el penal se
realiza de acuerdo a las categoras de alto, mediano y bajo compromiso delictual.
Estos grupos determinan su ubicacin al interior del recinto penal as como el
tratamiento del cual deba ser objeto, ya que se espera un comportamiento diferencial
segn el compromiso delictual y por ende es necesario un tratamiento diferenciado en
cada unos de los grupos. Entonces el objetivo central de la clasificacin seria el de
evitar la contaminacin criminal entre los reclusos y su involucramiento en la
subcultura carcelaria, por lo tanto se asume que los puntajes arrojados explicitan el
nivel de relacin de los internos con los patrones delictuales, es decir cual es su nivel
de peligrosidad y cuales son los riesgos de que siga infringiendo la ley penal.

La ficha de clasificacin mide cuatro categoras principales.


Apariencia: Se evalan las variables lenguaje, cortes y tatuajes.
Nivel de preparacin: Se evalan las variables relativas a continuidad de las
escolaridad, capacitacin laboral, estabilidad laboral y planificacin vital.
Grupo de referencia: Se evalan las variables relativas a las relaciones familiares,
grupo de pares, ocupacin del tiempo libre e ingestin de alcohol.
Historia delictiva: Se evalan las variables sobre antecedentes antisociales en la
infancia, edad de iniciaron delictual y reincidencia.
El anlisis detenido de las categoras utilizadas en el sistema de clasificacin muestra
diversas problemticas. En primer lugar, es importante considerar que la ficha de
clasificacin es aplicada indistintamente a sujetos que estn condenados por diversos
delitos, pues los ejes de puntuacin no distinguen a este respecto, lo que lleva a
pensar que la peligrosidad de una persona no esta relacionada con los hechos por los
66
cuales se les sanciona, sino mas bien con ciertas caractersticas que responderan a
una distincin socioeconmica o cultural. As la ficha propone o porta una visin del
delincuente que se corresponde con lo que se llama positivismo criminolgico, en el
sentido que el enfrentamiento al delincuente, se basa en estudios tipologico, donde lo
que se castiga no es el hecho mismo, sino que al autor y donde la medida del castigo
lo da peligrosidad del delincuente.
Desde esta perspectiva, las variables analizadas pueden dar cuenta de la nocin de
delincuencia y peligrosidad que porta el sistema penitenciario chileno. El hecho que la
primera variable tenga por nombre apariencia y evalu la forma de hablar (entindase
mala pronunciacin y/o utilizacin de coa o jerga) y marcas del cuerpo del sujeto
(cortes o tatuajes caneros) nos llevara a pensar que ser delincuente se corresponde,
al menos en cierta medida, con un sujeto que se encuentra marcado de forma
aparente, es decir, con solo verlo y hablarle podramos encontrar indicadores de su
compromiso con el mundo delictual. Por otro lado, las variables que miden el nivel de
preparacin se asocian directamente con el nivel de escolaridad, cuestin que podra
llevar a reflexionar que entre menos posibilidades de educacin tiene un sujeto, mas
posibilidades existen que sea delincuente. Finalmente, las variables que se relacionan
con los grupos de referencia las podramos definir con el dicho popular dime con
quien andas (con quien vives, con quien te toco vivir o donde vives) y te dir quien
eres. Todas cuestiones que apuntan a una concepcin de la delincuencia como
delimitada y relacionada con el nivel social al que alguien pertenezca, pues aquel que,
aunque haya cometido delitos brutales, hable bien, tenga cuerpo un cuerpo limpio de
marcas, preparacin educacional y se relacione con personas de alto status, tendr un
bajo compromiso delictual, es decir no pertenece al grupo de sujetos contaminados
por el mundo delictual; cuestiones que hasta este momento del anlisis nos dicen poco
sobres los delitos que han cometido. As, el compromiso delictual bajo, corresponder
a aquel sujeto moral, honrado y educado, de clase alta, que no tiene relacin alguna
con lo que conocemos como delincuente comn; el sujeto de mediano compromiso
delictual, a uno medianamente educado y el ato a aquel delincuente nato, sin vuelta
atrs, al que hereda de su situacin de existencia una cultura delictiva impregnada en
su ser.
Sin embargo, falta analizar la variable que se refiere a la historia delictiva del sujeto, la
cual podramos pensar que seria la nica que puede aportar respecto del nivel de
involucramiento en la conducta delictual. No obstante, la definicin que se utiliza para
la reincidencia es sujeta a crticas diversas ya que se consideran solo las anotaciones
anteriores del sujeto por las cuales se haya cumplido condena, sin considerar el tipo
de delito. Por otra parte, existen una gran cantidad de sujetos a los cuales se les
acumulan varios delitos en una misma causa, delitos que pueden tener una diferencia
67
considerable en el tiempo de comisin, pero que sin embargo lo dejan en categora de
primerizo y donde se apela a la atenuante de irreprochable conducta anterior. Por
tanto, esta variable solo evala lo que el sistema penal ha captado y sancionado con
anterioridad. Por todo lo anterior, es evidente que el sistema de clasificacin de la
poblacin penal requiere de un intenso proceso de modernizacin y cambio en las
categoras utilizadas para enfrentar la problemtica de las carreras criminales de la
forma eficiente y efectiva. As como para evitar que las crceles continen siendo
escuelas del delito y sobretodo espacios donde se vive de forma cruel e indigna. Por
otra parte, es importante considerar que la poblacin no puede ser considerada como
un indicador para caracterizar a la poblacin que comete delitos en un determinado
lugar, sino ms bien a la poblacin que presenta una mayor probabilidad de ser
arrestada y condenada por el sistema de justicia criminal. Como se observ
previamente, adems de los elementos estigmatizadores que se ubican en la base de
la labor policial y judicial, la misma clasificacin al interior del sistema penitenciario
muestra rasgos de discriminacin a ciertos grupos de la poblacin.

Mujer y crcel
La prisin es para la mujer un espacio discriminador y opresivo. Esto se expresa en el
desigual tratamiento recibido y en el significado, muy diferente, que asume el encierro
para las mujeres y para los hombres. Se sostiene que la prisin para la mujer es
doblemente estigmatizadora y dolorosa si se tiene en cuenta el rol que la sociedad le
ha asignado. Una mujer que pasa por la prisin es calificada de mala, porque
contravino el papel que le corresponde como esposa y madre, sumisa, dependiente y
dcil. Las caractersticas reflejadas en todos los establecimientos penitenciarios de
Chile, son sospechosamente similares: regimenes duros, largas condenas, alta
proporcin de detenidas no condenadas, mal estado de las instalaciones, falta de
atencin y tratamientos mdicos especializados, terapias basadas en trastornos
calificados como nerviosos, escasa o nula capacitacin laboral y pocas actividades
educativas y recreativas. Estas caractersticas indican que no se esta utilizando la
perspectiva de genero y que por el contrario, se refuerza la formacin o mejor dicho, la
asignacin de sexo y se consolida la idea androcentrica de la mujer como un ser
subordinado, incapaz de tomar decisiones, sin responsabilidad y sin posibilidades de
enfrentar el futuro. Uno de los aspectos ms traumticos para las mujeres privadas de
su libertad lo constituye la perdida de sus hijos. La preocupacin por ellos esta
presente en toda su vida carcelaria y en muchas ocasiones se convierte en una
verdadera obsesin.

68
Hijos y discriminacin
Una de los problemas que nunca se nombran son las personas que deben pagar las
culpas de algn familiar, debido a la estigmatizacin que deben soportar. Respecto a
los hijos de madres que se encuentran privadas de libertad y que en ocasiones deben
compartir el espacio y las condiciones de detencin con el resto de mujeres, debido a
que no hay establecimientos carcelarios que cuenten con espacios suficientes para
construir guarderas, ya sea para los hijos que viven con sus madres o para los que las
visitan.

Los delincuentes por sentimientos de culpa


Siegmund Freud, en el ao 1915 publico este articulo, explicando que la labor analtica
le conduzco al sorprendente resultado de que las conductas delictivas eran cometidas
ante todo porque se hallaban prohibidas y por que a su ejecucin, se enlazaba para el
autor un alivio psquico. El sujeto sufra un penoso sentimiento de culpabilidad de
origen desconocido, donde una vez cometida la falta, senta mitigada la presin del
mismo. Por paradjico que parezca, el sentimiento de culpa exista antes del delito y
no proceda de el, al contrario el delito es el que proceda del sentimiento de
culpabilidad. Profundizando su anlisis, llega a la conclusin de que este sentimiento
de culpabilidad proviene del complejo de Edipo. Segn fred, los nios cometen
travesuras para llamar la atencin y atraerse a un castigo, luego de este, quedan
tranquilos, donde el castigo sirvi para satisfacer sus necesidades de autocastigo,
emanados de la sensacin de culpabilidad que provocan otras faltas mas graves. El
delincuente por un lado comete un delito por sentimientos de culpa y por el otro, el
castigo que el delito ocasiona, satisface la necesidad de autocastigo que el sujeto
experimenta inconscientemente. Fred tambin habla de los delincuentes adultos que
cometen delitos sin sentimientos de culpa. Seala que estos sujetos no han
desarrollado inhibiciones morales o creen justificada su conducta por su lucha contra
la sociedad, refirindose as hacia las actualmente denominadas personalidades
psicopatitas.

Aspectos neuroconductuales de la violencia


Sobre los aspectos neurolgicos implicados en la violencia se sealan muchas
dificultades. Primero, la causa de la violencia es multifactorial, es decir, puede ocurrir
en un contexto social y otros factores que no son biolgicos estn involucrados, tales
como el stress emocional, pobreza, promiscuidad, alcohol y otras drogas, abuso
infantil y desintegracin de la familia. Una perspectiva biolgica del crimen, un enfoque
que considere las conductas antisociales como comportamiento con evidente base
evolucionista y una visin antropolgica que considere que la sociedad ha reaccionado
69
contra las conductas que la amenazan y subvierten, favoreciendo las actitudes
altruistas y castigando las tcticas desintegradotas, necesariamente conducir a
admitir que el crimen tiene primordialmente una base gentica. La mayor parte de los
estudios revelan que existe poca influencia gentica en los delincuentes juveniles, no
obstante, aquellos delincuentes, cuya actividad criminal es solamente una inflexin en
el curso de una inflexin en el curso de una continua actividad antisocial que abarca
toda la vida, mostraran conductas antisociales que se inician en los periodos
tempranos de la niez con una vida ininterrumpidamente tormentosa.

Modelo pblico- privado


Como respuesta a los problemas mencionados anteriormente, durante el gobierno del
presidente Ricardo Lagos, se defini un programa de concesiones de infraestructura
penitenciaria que consiste en que el estado entrega a un particular el derecho a
desarrollar y explotar un bien de uso publico o servicio a cambio de una explotacin
temporal. De esta forma, este proyecto contempla con la construccin, equipamiento y
mantenimiento de 10 nuevas crceles de mediana y alta seguridad con una inversin
publica que ronda los 320 millones de dlares y que repercutir en la construccin de
372 mil metros cuadrados de crceles con espacio para 20.000 nuevas plazas. Segn
la normativa constitucional vigente, Gendarmera es el organismo pblico que tiene la
facultad de mantener privados de libertad a quienes determinen los tribunales de
justicia.
En el nuevo sistema, la administracin y vigilancia de los recintos se mantendr en
manos de esta institucin, mientras que la responsabilidad de las empresas privadas,
que se adjudiquen a la concesin, comprende el diseo, financiamiento, construccin,
mantenimiento y prestacin de otros servicios penitenciarios. Es decir, alimentacin,
aseo, consumos bsicos, lavandera, salud, trabajo, educacin y reinsercin social,
todas estas funciones que se debern cumplir por un plazo mnimo de veinte aos a
partir de la inauguracin de cada establecimiento. El proceso de licitacin internacional
se ha dividi en cuatro grupos que corresponden a las cuatro etapas del mismo y se
realizan de forma consecutiva.
Adicionalmente, este proceso de reforma del sistema carcelario contempla la ley de
modernizacin de Gendarmera, actualmente en discusin en el congreso que
pretende terminar con el dficit de personal y permitir la definitiva profesionalizacin
funcionaria y mejores estndares de gestin. Lo cual permitir la incorporacin de
3.500 gendarmes a la planta de funcionarios. Esta poltica tiene dos consecuencias
directas, por un lado el beneficio econmico del modelo y por otro el diseo de
programas de rehabilitacin y reinsercin. En relacin a lo primero, con la creacin de
estas 10 crceles el fisco no invierte a corto plazo en la infraestructura y construccin
70
de las crceles, comenzando a pagarle a las empresas privadas despus de
transcurridos diez aos. Se calcula que la reduccin de costos, para el estado, es de
un 20% en la construccin y de un 10 a 15% en la operacin de los recintos. Por otra
parte, el gobierno otorga garantas econmicas a los privados, asegurando la
ocupacin de al menos 90% de las plazas y de no completarse este margen, el
estado, se compromete a cubrirlo financieramente de todas formas. Por ende, la
ganancia de los concesionarios, se traduce a la certeza que semestralmente recibirn
por parte del estado, un subsidio por cada recluso que alberguen en sus
establecimientos, si a esto sumamos la incorporacin de empresas privadas al interior
de las crceles, las cuales llevaran a cabo los proyectos de capacitacin laboral y
trabajo propiamente tal, de mas esta decir que la ganancia ser tener mano de obra a
un costo menor que en el mercado, por el mismo servicio. Es decir, tanto las empresas
privadas como el estado ganan con la privatizacin y a pesar de que el costo por preso
es bastante menor que en otros pases, igualmente se considera un importante
espacio para explotar.
En el mbito de la reinsercin de los privados de libertad, ser gendarmera quien dar
los lineamientos o polticas de rehabilitacin o reinsercin y las empresas privadas
quienes ejecutaran concretamente los programas. Cabe mencionar que dichas
polticas de rehabilitacin estn destinadas solo para la poblacin condenada con lo
cual un importante porcentaje de la poblacin recluida queda marginada de cualquier
proceso de rehabilitacin que estarn basados en el sistema de clasificacin,
analizando previamente, lo cuan pone en entredicho su efectividad. Situacin que se
relaciona con el concepto de unidad bsica de segmentacin, es decir, las celdas
estarn ocupadas por reclusos que tengan caractersticas comunes, los cuales estarn
clasificados de acuerdo a su compromiso delictual, el que ser determinado segn las
variables descritas anteriormente.

2.5 EL SISTEMA CARCELARIO DE ARGENTINA


La poltica expansionista de algunas potencias europeas hizo de la colonizacin penal
exterior su columna de avanzada. Nuestro pas no escap a su codicia, y pases como
Inglaterra, pusieron sus ojos en estas tierras y que Chile en 1843 ocupara el Estrecho
de Magallenes y fundara una colonia penitenciaria (Respecto a la colonizacin penal
en Chile, vase "La transportation au Chili", en Bulletin de la Socit Gnrale des
Prisons, Pars, 1890, pgs. 121-125. - Trtase de dos comunicaciones de Mximo del
Campo y de Ballesteros, con interesantes datos sobre presidios y colonias penales
desde el perodo hispnico (Valdivia, isla de Juan Fernndez, Magallanes). En la
ltima parte de los artculos que publica en El Mercurio (26, 27, 28 y 30 de julio de
1841) con el ttulo de "Sistema penitenciario", Sarmiento divulga ciertos aspectos de la
71
colonizacin penal inglesa. Cf. Domingo F. Sarmiento, Obras completas, vol. X,
Legislacin y progresos en Chile (Buenos Aires, ed. Luz del Da, 1950), pgs. 33-36.)
En 1855 se dicta el Reglamento por el cual pueden establecerse crceles en las
ciudades y villas del territorio federalizado. En 1880 durante el gobierno de Julio A.
Roca el gobierno de la Pcia. de Buenos Aires procede a hacer efectiva al gobierno de
la Nacin la entrega de la Crcel Penitenciaria de la Capital y de la Crcel
Correccional .
A pesar de las constantes quejas de su primer director, Enrique O'Gorman, la
Penitenciara desde su habilitacin en 1877 es un establecimiento desvirtuado. Aloja
simples procesados y condenados a penas de muy distintas gravedad, y que por ello,
para ser efectivas, requieren regmenes diversos (presidio, penitenciara, prisin,
arresto, trabajos pblicos). El 1 de enero de 1881 -es decir, al tiempo de su traspaso
a la Nacin- tiene: Encausados, 416; condenados criminales, 375, y condenados
correccionales, 14. En total, 805 reclusos. Su capacidad celular es de 704. En cuanto
al otro establecimiento, afirma: "Casi puedo deciros que aquello no merece el nombre
de Crcel Correccional, sino infierno de vivos, en que se ven hacinados en un
estrecho, nauseabundo recinto, ftido y malsano, hombres, nios y mujeres, mal
separados Y divididos stas de aqullos, entre los cuales alterna el pilluelo de doce a
quince aos, con el sexagenario o adulto, ms o menos avezado al crimen". Al 31 de
diciembre de 1880, esta crcel tiene 141 hombres (procesados Y condenados
correccionaIes, y simples detenidos de polica) y 26 mujeres (condenadas criminales v
procesadas, y condenadas correccionales).
En 1883 se presenta al Congreso un proyecto de ley que pide la creacin de un
presidio en Tierra del Fuego, pero no se tratara de una crcel penitenciaria comn
sino una colonizacin penal en esa porcin de territorio nacional Los propsitos son
claros y responden a necesidades y realidades indiscutibles: organizar el cumplimiento
de la penalidad; poblar el territorio fueguino, ya que "de la Colonia Penal a la colonia
espontnea, hecha sin esfuerzo y nacida, puede decirse a expensas del
desenvolvimiento de aqulla, no hay ms que un paso" y asegurar la soberana,
porque "el dominio de la Nacin quedara establecido y demostrado por el signo ms
caracterstico de la posesin territorial, que es la poblacin, apartando, por este medio,
las miras de aventureros a quienes el desierto y la soledad sirven de tentacin".
(Adolfo R. Galatoire, "Reyes franceses para la Patagonia", en Todo es Historia,
Buenos Aires, N 8 (diciembre de 1957), pgs. 4-8.)
En 1884, con la Divisin Expedicionaria al Atlntico Sur, al mando del comodoro
Augusto Lasserre, llegan tambin a la Tierra del Fuego algunos presidiarios. Cooperan
en los trabajos de instalacin de la Subprefectura de Ushuaia, como poco antes lo han
hecho en la isla de los Estados. El 12 de octubre, asisten al primer izamiento del
72
pabelln nacional en esas tierras. Modesta, annimamente -puros nmeros, por
entonces-, contribuyen, sin embargo, a hacer "efectiva la soberana argentina en la
Tierra del Fuego". (Armando Braun Menndez, Pequea historia fueguina, ed. III
(Buenos Aires, ed. Emec), pg. 293.) Resultado poltico de la misin naval. Son los
primeros presos que llegan al ltimo confn de la Tierra; pero no sern los nicos ni los
ltimos... es una porcin de la historia penitenciaria de nuestro pas. Por la ley 3385 de
1895 se crea la crcel de Ushuaia a la que se enviaban los delincuentes reincidentes.
Siguiendo las nuevas orientaciones dadas a la poltica carcelaria, que entenda que la
funcin especfica de la crcel era correccional y de rehabilitacin, se dicta el decreto
7577 de 1947 que suprimi esta crcel. Las instituciones carcelarias fueguinas fueron:
Colonia Penal (1884 - 1899): Puerto de San Juan de Salvamento: El 25 de Mayo
de 1884, el entonces Alfrez Augusto Lasserre inaugura el Faro de San Juan de
Salvamento y la Subprefectura, como baluarte soberano en la zona ms alejada del
sur de Argentina. All queda una pequea poblacin entre los que se encuentran
diez penados militares que cumpliran su condena en ese destino. Estos diez
primeros presidiarios, sentenciados por delitos comunes, fueron elegidos por el
propio Lasserre, en acuerdo con el Gobernador de la Penitenciaria Nacional
Enrique O'Gorman, por los oficios que desempeaban (albailes, herreros,
carpinteros, etc.) y fueron embarcados para contribuir a la construccin de la
subprefectura y faro y cumplir all sus condenas. Contra sus deseos y sus planes,
Lasserre en cambio no pudo incorporar a la expedicin ninguna mujer dado que en
la Crcel Correccional de Buenos Aires no haba entonces presidiarias aptas, sea
por estar fsicamente imposibilitadas o por faltarles poco tiempo para cumplir sus
penas. De all en ms en la Isla de los Estados, Puerto de San Juan de
Salvamento, hubo algunos condenados por la Justicia Militar ocupados en las
tareas ms pesadas que requeran el mantenimiento del faro y de la subprefectura
y los caminos de acceso. Mientras esto suceda en Isla de los Estados, el Presidio
Militar propiamente dicho, desde la primavera de 1893, funcionaba en Puerto Santa
Cruz. En Junio de 1896 se dispuso su clausura y los condenados a penas leves o
de buena conducta fueron trasladados a la Isla Martn Garca, en tanto que los
condenados por delitos mayores fueron destinados a la Colonia Penal que iniciaba
su nueva funcin como incipiente Presidio Militar en Puerto San Juan de
Salvamento al noreste de Isla de los Estados. El pequeo grupo humano fue
creciendo hasta llegar a un nmero aproximado de 56 individuos hacia 1898, entre
los que se contaban 6 mujeres, que estaban all con la clara intencin del entonces
presidente Julio Argentino Roca de fomentar una colonia penal. En 1898 Roberto J.
Payr en su crnica periodstica La Australia Argentina deja un extenso relato de lo
que era la colonia en San Juan de Salvamento, que tena entonces medio centenar
73
de presidiarios y comenta que se estaban realizando visitas a bahas cercanas en
la bsqueda de un ambiente apto para el establecimiento de la colonia (en
transicin a Presidio Militar).
Presidio Militar (1899-1911): Puerto Cook: En la Isla de los Estados el Presidio
Militar (institudo oficialmente como tal), tuvo su localizacin, a partir de Marzo de
1899 en Puerto Cook. El cambio mejor la situacin de los penados. Segn el
Ministerio de Marina, el nuevo emplazamiento "...es todo lo confortable que permite
serlo el clima destemplado de la isla..." All, llegaron a convivir 120 penados, entre
los que se encontraban algunos presos por delitos comunes provenientes de la
colonia de San Juan de Salvamento.
Baha Golondrina: A comienzos de 1902, luego de una inspeccin a Puerto Cook
(Isla de los Estados), el Comodoro Enrique G. Howard recomend que se
procediera a la inmediata clausura del Presidio Militar, en buena parte debido a la
reconocida insalubridad del clima y a los estragos que ste produca en penados y
guardianes. El sitio escogido para el nuevo cambio fue Baha Golondrina
(Pennsula de Ushuaia). El 6 de diciembre de 1902, cuando ya haba comenzado la
mudanza de las instalaciones desde Puerto Cook y el traslado de la poblacin
penal y del personal de vigilancia, se produjo un sangriento motn, sin precedentes
en la historia carcelaria del pas que culmin con la evasin de 51 presidiarios. El
10 de diciembre, al fondear en Cook el transporte Ushuaia para proseguir la
evacuacin del penal, el teniente de fragata Enrique Fliess se enter de lo ocurrido.
De inmediato se organiz la persecucin de los prfugos. Participaron en la
bsqueda de los evadidos el crucero Patria, despachado a toda mquina desde
Buenos Aires, el Regimiento 10 de Infantera Montada, con asiento en Ro
Gallegos, la polica fueguina, el aviso Azopardo y fueron alertadas las autoridades
Chilenas. La bsqueda se inicia el 15 de diciembre de 1902 y culmina en febrero de
1903. Nunca hubo un despliegue semejante de fuerzas para enfrentar una
sublevacin de penados en Tierra del Fuego. El motn concluy con la muerte de
varios presidiarios, algunos por accidente, otros asesinados por sus compinches o
abatidos por las fuerzas de represin. El resto fue aprehendido en la Isla de los
Estados o en el norte y sur de Tierra del Fuego y otros se entregaron
voluntariamente, acosados por la necesidad de sobrevivir. Trasladados a Buenos
Aires los 39 aprehendidos, fueron juzgados por tribunales militares. Tres fueron
condenados a muerte por asesinato alevoso y premeditado de otros presidiarios.
Apelada la sentencia, el Consejo Supremo de Guerra y Marina conmut las tres
penas capitales por presidio por tiempo indeterminado. Todos los condenados
fueron enviados a Tierra del Fuego para cumplir sus penas en el Presidio Militar de
Baha Golondrina, que comenzara a funcionar en 1902, detrs de la actual Base
74
Aeronaval, al oeste de la Pennsula de Ushuaia. En 1911 el Poder Ejecutivo
dispuso que ste Presidio Militar se fusionara con la Crcel de Reincidentes de
Ushuaia.
Colonia Penal (1896 - 1902): Los primeros Gobernadores del Territorio insistieron
constantemente ante las autoridades nacionales, para lograr la radicacin de un
penal en estas latitudes. La necesidad de contar con mano de obra que permitiera
la realizacin imprescindible de obras pblicas para una primer etapa de
poblamiento, era uno de los objetivos que inspiraba el proyecto. Mario Cornero,
segundo gobernador (1890-1893), infructuosamente propuso la construccin de
una penintenciara en un paraje prximo a Ushuaia. Ms afortunado fue su sucesor,
el Teniente Coronel Pedro T. Godoy 1893-1899), quien supo aprovechar una
coyuntura legislativa favorable a su pretensin. El 26 de Diciembre de 1895 se
promulg la ley 3.335 que dispuso que las penas correccionales impuestas por los
jueces de la Capital y Territorios Nacionales a los reincidentes por segunda vez se
cumplieran en los territorios del sur que designara el Poder Ejecutivo. El
Gobernador Godoy manej esa posibilidad con tanta previsin y habilidad que el 3
de Enero de 1896 el gobierno nacional design a tal efecto a Tierra del Fuego. El 5
de Enero, zarp de Buenos Aires el transporte 1 de Mayo rumbo a Ushuaia
conduciendo el primer grupo de 14 penados. Das despus se dispuso el envo de
otros 11 penados de la Penintenciara Nacional y 9 mujeres voluntarias de las
detenidas en el Departamento de Polica. Estos penados no tenan una condena
mxima superior a los dos aos, situacin que ocasion serios trastornos, pues
muchos de aquellos cumplieron su condena en el viaje. Se instaur as en Ushuaia,
una incipiente Colonia Penal, con la finalidad de acrecentar la pequea poblacin.
Esta primera intencin sigui prosperando, con el destino de mujeres y menores
para la futura formacin de ncleos familiares. Este fue el orgen de la Colonia
Penal, habilitada en instalaciones provisorias de madera y zinc, al este de la pobre
aldea de Ushuaia, que segn el Segundo Censo Nacional (1895) tena slo 39
casas, 39 familias y 131 habitantes no indgenas. En 1900 fue designado director
de esa crcel el Ingeniero Catello Muratgia (1861-1924). El Ministro de Justicia le
confi una misin concreta: construir el edificio definitivo del penal. Muratgia
present su proyecto. Se trataba de un amplio edificio para 580 reclusos, que
inclua una seccin para menores y otra para mujeres, que se levantara con mano
de obra de los penados y utilizacin de materiales fueguinos. Una circunstancia
poltica inesperada alter el destino final del proyecto. El 26 de Junio de 1901, el
Ministro Magnasco, decidido propulsor de la iniciativa, present su renuncia y con
ella se esfum la radicacin del presidio en Lapataia. La gente de Ushuaia recibi
la noticia con sensacin de alivio, ya que como dira ms tarde Muratgia "...el
75
pequeo ncleo de pobladores de Ushuaia opinaba que el traslado de la crcel
sera el completo retroceso local, o mejor dicho, la desaparicin del pueblo, y se
sentan perjudicados..."
Presidio y Crcel de Reincidentes (1902 - 1947): A partir de 1902 la Colonia
Penal comenz a extinguirse como eje de la propuesta de incrementar los ncleos
poblacionales en el sur del pas, puesto que el Gobierno Nacional inici la
derivacin a la Institucin Fueguina de penados con condenas mayores y en
algunos casos de reclusin perpetua que dio origen al inicio del Presidio y Crcel
de Reincidentes. El 15 de Septiembre de 1902, en un acto realizado con toda la
pompa y solemnidad que fue posible, se coloc la piedra fundamental del "Presidio
y Crcel de Reincidentes". Se inici la construccin en el actual emplazamiento de
la Base Naval Ushuaia, en las instalaciones provisorias de la Crcel de
Reincidentes, que paulatinamente fueron reemplazadas. El propio Ingeniero
Muratgia dirigi la obra hasta 1909. En 1911 se inauguraron los pabellones y el
edificio de la administracin, razn por la cual al poco tiempo se fusion a este
complejo el Presidio Militar de Baha Golondrina. Del proyecto original slo se
construyeron 5 pabellones de 76 celdas exteriores cada uno, lo que dio una
capacidad instalada de 380 celdas unipersonales. De hecho, en ciertos perodos el
penal aloj ms de 600 penados (con un mximo alcanzado de 713), quebrando el
principio del alojamiento celular individual y utilizando otros recintos. Intercalados
entre los pabellones 1 y 2 y 1 y 5 se levantaron la cocina y la panadera y con frente
a la baha de Ushuaia la administracin. En sectores aparte se construyeron los
talleres y en 1943 se inaugur un nuevo edificio con una concepcin moderna. hoy
Hospital de la Base Naval "Almirante Berisso". Con el correr del tiempo, se convirti
en un importante instituto penal del sistema penitenciario argentino, que aloj a
penados federales, provinciales y militares, autores de graves delitos y por ende
condenados a cadena perpetua o de larga duracin. Sus celdas albergaron a la
mayora de los delincuentes ms peligrosos y degradados de su tiempo, algunos
condenados a la pena de muerte, conmutada por presidio por tiempo
indeterminado. All comenz a tener fama la clebre institucin con que luego se
relacionara a Ushuaia. El rgimen penitenciario aplicado se bas en el trabajo
retribuido, la instruccin escolar a nivel primario y la disciplina indispensable en
cualquier tipo de internado. El penal lleg a contar con ms de 30 sectores
laborales, algunos al exterior del establecimiento. Aparte de servir a sus propias
necesidades, los talleres atendieron requerimientos de otros organismos y de los
habitantes de Ushuaia. As la ciudad pudo contar con imprenta - la primera del
territorio -, telfonos, energa elctrica, gabinete. Fuera de la crcel los penados
eran utilizados en trabajos de utilidad pblica, construccin y reparacin de edificios
76
y vas de comunicacin y en la explotacin de los bosques. Para el desarrollo de
sta actividad se establecieron campamentos en el Monte Susana y en 1910 se
habilit el ferrocarril ms austral del mundo, que lleg a tener una extensin de 25
kilmetros. En un tiempo existieron restos de vas "Decauville" que podan verse en
el actual territorio del Parque Nacional Tierra del Fuego. Una de sus mquinas y un
vagn se exhiben actualmente en el acceso al presidio. Tuvo tambin la crcel sus
propias embarcaciones, siendo la ms conocido la lancha "Godoy", as bautizada
en homenaje al gobernador que lograra radicar el penal en Ushuaia. Al crearse en
1943 la Gobernacin Martima se oper un replanteo geopoltico de la regin
fueguina. Como una de las consecuencias de ese hecho, que marca un hito
importante en la evolucin del territorio, el 21 de marzo de 1947, el Poder Ejecutivo
de la Nacin, invocando adems de razones de orden penitenciario, dispuso la
clausura de la denominada Crcel de Ushuaia (Presidio y Crcel de Reincidentes).
El 21 de Diciembre de ese mismo ao, concluido el retiro total de la poblacin
penal, que se distribuy en otros penales del pas, parte de Ushuaia el ltimo grupo
del personal penitenciario. Fue el punto final de la crcel que durante medio siglo
estuvo unida a la propia historia de la ciudad de Ushuaia. Todas sus instalaciones
fueron transferidas al Ministerio de Marina y en ellas se instal en 1950 la Base
Naval. A tres cuadras del muelle y a un costado de la poblacin se levantaba el
presidio. Era un grupo de edificios de piedra y mampostera unos, de madera y cinc
otros, todos dispuestos sin plan de simetra alguna. El penal era enorme de color
gris piedra, de tres manzanas cuadradas de extensin asentada sobre una base de
piedra de un metro de altura, sin muro de circunvalacin, simplemente rodeada por
un cerco de alambre tejido de tres pulgadas de espesor y dos metros de altura,
rematado por cuatro alambres de pas colocado en sentido horizontal para impedir
que nadie trepe. La intimidacin regulaba la vida del presidio y sus moradores.
Atravesando un amplio vestbulo, a cuyos costados se encuentran las oficinas de la
administracin, se llegaba a la poblacin penal. Para llegar a las celdas haba que
dirigirse a una rotonda, recinto circular obligado nico lugar de comunicacin,
entrada y salida, a los pabellones, que arrancaban de ese punto en forma de
brazos abiertos. Tal sistema de construccin se llamaba radial en razn de que
todos los pabellones se extendan como radios partiendo del mismo centro desde
donde se ejerca la vigilancia y el control de la poblacin penal cuando sta estaban
en las celdas. Es un tipo de crcel que sacrifica la salud de los penados por la
seguridad, porque la edificacin a todos los rumbos hace que algunos pabellones y
celdas jams reciban la luz del sol. Las celdas, pequeos nichos fros como
tumbas, se alineaban a lo largo de los corredores dentro de los pabellones. Tenan
el largo de la medida de una cama y el ancho escasamente un metro por dos de
77
altura. Las puertas eran de madera y en la parte superior, a un metro del suelo, un
pequeo orificio resguardado por un grueso vidrio permita al vigilador mirar en su
interior sin tener que entrar en ella. La ventilacin es una abertura enrejada abierta
a escasa distancia del techo y de unos 20 cm. cuadrados. Si se castigaba al
penado con "celda oscura" aquella abertura era tapada con una chapa de acero. La
vida en el presidio transcurra en medio de una gran monotona, no haba visita ni
de familiares ni de amigos, no se permita leer los diarios ni que se mantuvieran
conversaciones, todos los das eran iguales. Este presidio se construy en el lugar
ms inhspito el pas porque su finalidad era albergar en sus celdas penados con
condenas mximas, aquellos que los jueces excluan para siempre del seno de la
sociedad y a los que nada podan dar ya a la sociedad.. Luego con las sucesivas
reformas se convirti en un lugar de confinamiento y no de reclusin. Y como si el
destierro en los confines de la tierra soportando un clima con vientos huracanados,
nieve constante y fros extremos no fueran suficiente castigo, los penados eran
golpeados con pesadas cachiporras de hierro y cables de acero trenzados y
rematados con una bola de plomo de medio kilo de peso. La falta ms leve, la
infraccin ms insignificante, hablar en la fila, llegar tarde a la formacin, demostrar
cansancio, contestar a un guardin sin ser preguntado, la simple apata de
cualquiera de los encargados de vigilarlos, o la sospecha que de tal o cual torturado
no recobraba la libertad, era suficiente para que se aplicara el castigo de la
cachiporra. Cuatro guardianes llevaban al penado que deba sufrirla y despus de
desnudarlo sobre medio metro de nieve, bajo una temperatura glacial, dos lo
tomaban de los brazos y dos de las piernas. Una vez as estaqueado llegaba el
ejecutor con la pesada cachiporra y le aplicaba golpes en la espalda y el pecho. El
desvanecimiento del castigado no demoraba en producirse. Otros castigos
consistan en golpearles los brazos, las piernas y la cabeza, despus de un ayuno
de 70 horas para evitar toda resistencia. Tambin persista la costumbre de echar
desnudos a los presos al calabozo a pan y agua; otras veces mojando el piso o las
ropas del preso con baldes de agua. Con frecuencia le aplicaban grillos, mordazas
y chalecos de fuerza para imposibilitarle todo movimiento, a fin de que padeciera el
fro horrible del calabozo, que estaba revestido de portland, o se los someta a
baos fros de agua proveniente de los chorrillos de la montaa. En ocasiones eran
castigados diez penados a la vez, y a pesar de la extenuacin producida por la falta
de alimentos, propinaban gritos en demanda de auxilio que eran odos por la
poblacin civil. As el presidio se llen de enfermos, hombres con salud a toda
prueba se conviertieron en piltrafas, sentenciados a muerte en breve plazo por la
tuberculosis. Tambin aumentaba el nmero de alineados. Haba hombres que
permanecan encerrados en sus celdas meses y aos sin ver la luz del sol. As
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indefensos, sin ninguna comunicacin con el exterior, debieron soportar un rgimen
inquisitorial, pagando con la vida cualquier infraccin, o la enemistad de los
guardianes. Los muertos tenan un cementerio exclusivo distante a una legua del
penal donde antes se hallaba el presidio militar. Colocados en el patio del recreo
hasta la hora de la inhumacin, no eran velados y se los colocaba en un cajn
fabricado por los presos que consista en tres tablas delgadas sin cepillar y una
tapa. Un carro de dos ruedas o un trineo lleva al muerto con un guardan como
nico acompaamiento, y en la tumba se clavaba a modo de cruz un pedazo de
madera con el nombre, nmero y fecha.

2.6 EL SISTEMA CARCELARIO DE ECUADOR


TODO ESTADO SE COMPONE de 3 elementos fundamentales: Poblacin, Territorio y
Soberana. Basados en esta triloga imprescindible los Estados buscan crear un
cmulo de principios que conduzcan sus destinos; es la poblacin quizs, el elemento
ms importante, pues es obligacin del Estado Social de Derecho el satisfacer, o por
lo menos proporcionar los medios bsicos para satisfacer sus necesidades de vida, las
cuales al no verse cubiertas conducen al caos de la sociedad. El eminente desenlace
es el incremento de la delincuencia comn, por as decirlo, pues cabe mencionarse la
existencia de otros tipos de delincuentes como los de cuello blanco y aquellos que se
ven afectados por problemas psicolgicos, cuyos actos no responden a la realidad
imperante de la sociedad sino a intereses bajos y mezquinos.
La Constitucin de la Repblica, en su Art. 24 numeral 3 dice: "Las leyes establecern
la debida proporcionalidad entre las infracciones y sanciones. Determinar tambin
sanciones alternativas a las penas de privacin de la libertad, de conformidad con la
naturaleza de cada caso, la personalidad de infractor y la reinsercin social del
sentenciado." Garantizando de esta manera, como norma suprema y fundamental la
consagracin del Derecho a la Rehabilitacin Social que tendr como consecuencia
inmediata la reinsercin social y laboral del reo.

Finalidad del sistema penal y el internamiento


El rgimen penitenciario, idealmente, no tiene como finalidad la venganza social, ni
excluir de la sociedad a una persona por su peligrosidad, no tiene por objeto que el
Estado escarmiente al infractor a nombre de la victima, sino ms bien, tiene por fin la
rehabilitacin del sentenciado, su educacin y capacitacin. De acuerdo al Art. 208 de
la ley fundamental: "El sistema penal y el internamiento tendrn como finalidad la
educacin del sentenciado y su capacitacin para el trabajo, a fin de obtener su
rehabilitacin que le permita una adecuada reincorporacin social." De igual manera
previsto en el Art. 12 del Cdigo de Ejecucin de Penas y Rehabilitacin social: "El
79
objetivo que persigue el Sistema Penitenciario es la rehabilitacin integral de los
internos, proyectada hacia su reincorporacin a la sociedad, y a la prevencin de la
reincidencia y habitualidad, con miras a obtener la disminucin de la delincuencia."

Deterioro del rgimen penitenciario


El palpable deterioro del Rgimen Penitenciario, lo ha convertido en un "infierno" como
lo denominan los internos de las diferentes crceles del pas, antes que en un lugar
donde deberan recibir diferentes terapias para conseguir la Rehabilitacin de los
internos, quienes en vez de aprender artes y oficios, perfeccionan sus conocimientos
delictivos, lo que dificulta an ms el proceso de saneamiento de la delincuencia, pues
bandas muy bien constituidas establecen nuevos contactos en prisin, estos
pretenden salir lo ms pronto posible para poner en marcha sus bien maquinados
planes, haciendo uso de leyes que no deberan existir, o dilatando el proceso lo ms
que se pueda para poder cumplir con la condicin "de un ao sin materia de juicio". Me
atrevo a decir, que ningn Estado funciona correctamente sin la pronta y pertinente
ejecucin de la ley, incluso por medio de la fuerza, la coaccin, y es especficamente
sta, y la severidad o suavidad de las sanciones las que mantienen el orden, sino lo es
por conviccin y principios morales, por lo menos lo ser por temor al rigor de la ley.
Es de trascendental importancia el implementar mejores medios para el sostn del
Sistema Penitenciario, primordialmente para lograr la rehabilitacin de los presos, que
es un derecho de los ciudadanos y un deber del Estado, quien al no estar en
capacidad de brindarla, como es obvio, debera buscar sistemas alternativos que
aporten con el mejoramiento de las crceles que carecen de ms espacio para
albergar presos y que ofrecen condiciones infrahumanas de vida, recordemos, como
se mencion anteriormente, que el Estado no pretende anular como seres humanos a
los reos, sino que busca su rehabilitacin y reincorporacin en la sociedad y en el
mundo laboral. La pauprrima realidad de los internos lo nico que ha creado es una
bomba de tiempo que est por estallar, los secuestros y amotinamientos son solo el
principio, pues sin el obligatorio control de las crceles la situacin puede ser peor.

Justa y eficaz validez de la norma


Toda norma jurdica tiene que ser: Justa, pues su contenido debe defender ciertos
valores; Valida, es decir, que sea parte de nuestro derecho y exigible jurdicamente; y
Eficaz pues tiene que ser cumplida por la sociedad, incluso por medio de la coaccin
que es uno de los elementos distintivos del derecho, y es justamente este elemento
caracterstico el que debe ser severo, pues si las sanciones no lo son, se corre el
riesgo de caer en la reincidencia y en la total inopia de la ley, llevando al deterioro del
orden pblico, las buenas costumbres, la paz y armona social, creando un ambiente
80
de caos, haciendo ms difcil la vida en sociedad. Es deber del Estado el garantizar la
paz social, no se puede permitir bajo ningn concepto, la ruptura de este orden y para
evitarlo es necesaria la creacin de penas que una vez cumplidas, en unin con un
buen sistema de rehabilitacin social, eviten la reincidencia y el incremento de la
delincuencia, con trabajo y educacin.

Condiciones en los establecimientos carcelarios


Si bien la reforma constitucional de 1998, como un mecanismo para combatir el
hacinamiento, en el numeral 8 del artculo 24 dispuso que las personas que no hayan
recibido sentencia en el plazo de 6 meses en los delitos reprimidos con penas de
prisin o en el plazo de un ao en los delitos reprimidos con penas de reclusin,
saldrn en inmediata libertad sin perjuicio de recurso o consulta pendiente, la situacin
al momento no ha mejorado, sino que por el contrario empeor, en primer lugar por
cuanto el Congreso Nacional mediante Ley 2003-101, publicada en el Registro Oficial
N.- 743 del 13 de enero del 2003, reform al artculo 160 del Cdigo de Procedimiento
Penal, introduciendo la figura de la detencin en firme como una medida cautelar y en
el artculo 173 A, dispuso que en forma obligatoria el juez la debe decretar al momento
de dictar auto de enjuiciamiento penal, excepto cuando el acusado es llamado a juicio
como encubridor o que se esta juzgando un delito cuya pena no excede de un ao de
prisin. Si el acusado tuviere en su contra auto de prisin preventiva, al dictarse auto
de llamamiento a juicio se le cambiar por la detencin en firme y el Art. 173-B,
dispone que si se apelare del auto de llamamiento a juicio la orden de detencin en
firme no se suspender, con lo cual de hecho se produjo una reforma a la
Constitucin.
El Tribunal Constitucional, a la introduccin de la figura de detencin en firme la
declar inconstitucional el 23 de octubre del 2006, declaratoria que surta efectos al
ao de su vigencia conforme una norma interpretativa emitida por la Corte Suprema de
Justicia, al cumplirse el ao, el sistema penitenciario esta a punto de estallar, sin que
la administracin de justicia haya agilitado el trmite de los procesos, por lo que ante el
inminente riesgo de que gran cantidad de reos detenidos por ms de un ao sin
sentencia salgan en libertad el 16 de octubre del 2007 el Congreso Nacional emiti
una Ley Interpretativa al artculo 169 del Cdigo de Procedimiento Penal disponiendo
que el detenido no saldr en libertad si la audiencia no se realiza por inasistencia del
detenido o su abogado defensor o por inasistencia de los testigos, peritos o
interpretes. Debemos considerar que en los procesos penales muchas veces son
peritos los propios policas, otras veces son peritos funcionarios estatales, al igual que
los interpretes son funcionarios del Estado por lo cual su inasistencia es
responsabilidad del Estado y no del detenido, sin embargo no saldr en libertad si
81
dichos funcionarios estatales no acuden a la audiencia, con lo cual la responsabilidad
estatal de la demora judicial se la traspasa al detenido y todo con la finalidad de que
no salga en libertad por lentitud judicial.
Otra causa para que el hacinamiento haya aumentado es que el Congreso Nacional
mediante Ley 2001-47 publicada en el Registro Oficial N.- 422 del 28 de septiembre
del 2001, reform el artculo 33 del Cdigo de Ejecucin de Penas y Rehabilitacin
Social, eliminando la figura denominada del dos por uno, que estableca por ejemplo
que una persona condenada a ocho aos de reclusin por buen comportamiento poda
recibir una rebaja de hasta la mitad de la pena y salir al cumplir los cuatro aos de la
condena impuesta, y actualmente en virtud de la reforma un detenido que demuestre
buen comportamiento solo puede recibir una rebaja de pena de 180 das cada cinco
aos, con lo cual una persona condenada a 8 aos de reclusin por buen
comportamiento saldr al cumplir siete aos y medio de la condena impuesta.
De conformidad con el literal b) del artculo 38 del Reglamento del Cdigo de
Ejecucin de Penas y Rehabilitacin Social, el interno que haya cumplido las dos
quintas partes de la pena impuesta puede acogerse a la prelibertad para lo cual el
director de la crcel debe contar con la opinin favorable del Presidente de la Corte
Superior y del Ministerio Pblico. El Presidente de la Corte Superior de Justicia de
Quito ha negado dicho beneficio legal a las personas que se encuentran condenadas
por delitos relacionados con la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrpicas,
aduciendo que en el artculo 117 de dicha ley se establece que en esta clase de juicios
no se admitir caucin, condena condicional, prelibertad, indulto ni amnista.
Con este tipo de resoluciones se niega el beneficio de la libertad a un nmero de
detenidos, aumentando el nivel de hacinamiento en las crceles a ms de que se
violenta la sentencia emitida por la Corte Interamericana en 1997 contra el Ecuador en
el Caso Suarez Rosero en que claramente dijo que este tipo de medidas legislativas
son discriminatorias por cuanto estan dirigidas solo a un sector de la poblacin
penitenciaria en cuanto al tipo de delito cometido con lo cual adems se violenta el
artculo 2 de la Convencin.
Igualmente el Cdigo de Ejecucin de Penas en su artculo 26 establece que el
detenido que haya cumplido las tres quintas partes de la pena impuesta podr
acogerse al beneficio de la libertad controlada. Actualmente muchos detenidos han
cumplido con dichos plazos, sin embargo, no pueden acogerse a dicho beneficio por
cuanto en una opinin vinculante emitida por el seor Procurador Subrogante se
dispuso, que los internos requieren que la condena este ejecutoriada.
Con lo cual los detenidos que tienen interpuesto recurso de casacin para ante la
Corte Suprema de Justicia que durante el 2005 estuvo en acefala, no pueden salir por
cuanto su condena no se encuentra ejecutoriada, de conformidad con dicho
82
pronunciamiento un interno que ha cumplido los plazos establecidos en el Cdigo de
Ejecucin de Penas y no tiene sentencia ejecutoriada para acogerse a dicho beneficio
deber renunciar al recurso de casacin interpuesto, lo cual significara una violacin
al artculo 8 de la Convencin.

Capacidad del sistema penitenciario


El sistema penitenciario ecuatoriano cuenta con 32 crceles con una capacidad para
albergar a 6831 internos y segn cifras proporcionadas por la Direccin Nacional de
Rehabilitacin Social y publicadas por el Diario El Comercio de octubre del 1007,
actualmente en las crceles se encuentran recluidos 19.251 detenidos.
Durante los ltimos aos se ha construido una crcel en la Ciudad de Santo Domingo
de los Colorados, a la cual en primer momento han sido trasladados un pequeo
nmero de internos que estaban en otras crceles del pas. Dicho centro cuenta con
instalaciones sanitarias y de salud necesarias para brindar un adecuado trato a los
internos, en cada celda se alojar un mximo de dos internos, a pesar de ello no se
logra eliminar el problema del hacinamiento.
Esto nos permite sostener que, el Gobierno no ha dado cumplimiento a la
recomendacin formulada de que cada preso debe contar con cama, colchn y abrigo
suficiente y tener acceso a agua potable e instalaciones sanitarias bien mantenidas
para su higiene personal y salud, pues, podemos mencionar que durante nuestras
visitas a los centros de rehabilitacin social de varones especialmente de Quito,
muchos internos se han quejado que debido a la gran cantidad de detenidos muchos
se ven obligados a dormir en el suelo, no cuentan con un colchn debiendo soportar el
fro de las noches, existen celdas de dos por tres metros que albergan hasta siete
detenidos.
Por ejemplo Herminio Lpez de nacionalidad espaola fue detenido por trfico de
drogas, se quej de que tena asma y hepatitis y dorma en el piso de la celda
asignada en el Penal Garca Moreno en Quito, el informe mdico seal que era
consumidor de drogas y sufra de hepatitis c, tras gestiones fue repatriado a Espaa.
La prensa informaba a la opinin pblica que en la penitenciara del litoral, muchos
internos duermen en el suelo, en pequeas celdas hay ms de cinco detenidos y se
dio la crisis de que no haba agua suficiente, existiendo un grave riesgo de un brote
epidmico, debido al sofocante calor que soporta dicha crcel ubicada en la costa
ecuatoriana ayud a calmar el problema temporalmente, la participacin del cuerpo de
bomberos que con una moto bomba limpio el lugar.
En el 2005 la prensa (El Comercio del 30 de agosto del 2005) inform que en la Crcel
de Morona, los internos no tienen agua para satisfacer sus necesidades bsicas, el
Presidente del Comit de internos ha dicho que nunca tiene agua en forma
83
permanente, lo cual causa problemas a los 104 reos del lugar, lo cual no solo impide
cumplir con las tareas de aseo personal, sino tambin dificulta la preparacin de
alimentos, a lo cual se suma una mala alimentacin, falta de luminarias en la canchas
y lnea telefnica.

Alimentacin de las personas privadas de la libertad


El Estado debe tener garantizada una adecuada provisin de comida diaria, de
suficiente valor calrico y nutricional. El sustento adecuado no debe depender de la
provisin de alimentos adicionales por parte de los miembros de la familia.
Sin embargo, durante los paros efectuados por los internos, es una queja constante
que la alimentacin es poca en cantidad y ninguna calidad, por lo cual se ven
obligados a esperar que sus familiares les ayuden en la alimentacin, aquellos
internos que no cuentan con parientes cercanos quedan solo con la alimentacin que
les brinda el centro y por ende su estado de salud disminuye debido a la mala nutricin
o esperan que sus compaeros de celda les regalen algo de lo que las familias les
dejan, lo cual en muchas ocasiones ha provocado rias entre internos por la
alimentacin.
Segn la informacin de prensa (El Comercio del 30 de agosto del 2005), el
Presidente del Comit de Internos sostuvo que existe una mala alimentacin, a lo que
la directora de la crcel de Morona sostiene que sobre la alimentacin el Estado da un
dlar diario por preso, para cubrir las tres comidas. Esto evidencia que con treinta
centavos por comida no se pueda garantizar un adecuado valor nutricional en la
alimentacin que recibe el detenido.
El Ecuador no cumple lo dispuesto en la Regla 20 de las Reglas mnimas para el
tratamiento de los reclusos que establece 20. 1) Todo recluso recibir de la
administracin, a las horas acostumbradas, una alimentacin de buena calidad, bien
preparada y servida, cuyo valor nutritivo sea suficiente para el mantenimiento de su
salud y de sus fuerzas. 2) Todo recluso deber tener la posibilidad de proveerse de
agua potable cuando la necesite.

2.7 EL SISTEMA CARCELARIO DE COLOMBIA


La crisis del sistema penitenciario colombiano ha sido un tema ampliamente
documentado y es una situacin conocida por el Gobierno y la ciudadana. No en vano
ya no sorprenden las noticias que dan cuenta de las condiciones de vida infrahumanas
a las que son sometidas las personas en los establecimientos de reclusin, o las que
reportan, una y otra vez, los problemas de salubridad y hacinamiento que se presentan
en las crceles.

84
Como lo ha documentado el Grupo de Derecho de Inters Pblico y la Relatora de
Prisiones de la Universidad de los Andes, la insostenibilidad del sistema penitenciario
responde a problemas en el diseo de la poltica criminal, al dficit financiero y a la
inoperatividad de las actividades de resocializacin. Estos problemas se intensifican, a
su vez, con la persistencia de la violacin masiva de derechos humanos a la poblacin
reclusa como consecuencia del hacinamiento carcelario.
Como lo muestran las cifras, en las dos ltimas dcadas Colombia ha experimentado
un aumento drstico y sostenido de las tasas de encarcelamiento. Durante el perodo
comprendido entre diciembre del 1993 (tiempo en el que se promulg el Cdigo
Penitenciario y Carcelario) y abril del 2012, la poblacin de internos pas de 29.114 a
107.320 personas, pero la capacidad de los establecimientos de reclusin slo se
increment en 50.701 cupos. Hoy el ndice de hacinamiento alcanza su mximo
histrico, al llegar a 41.8 por ciento.
El hacinamiento, que ya luce insostenible, ha empeorado con la entrada en vigencia
de la Ley 1453 del 2011. Esta ley, comnmente identificada como Ley de seguridad
ciudadana, increment las penas de algunos delitos y modific sustancialmente la
tendencia de crecimiento de la poblacin reclusa a partir de junio del 2011. As, entre
junio del 2011, mes en el cual entr en vigencia la Ley 1453, y abril del 2012, la
poblacin penitenciaria aument en 13.933 personas. En total, se pas de 93.387
internos en junio del 2011 a 107.320 internos en abril del 2012.
Ante este nuevo escenario, de acuerdo con clculos y cifras del Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario (INPEC), la poblacin reclusa crecera en promedio 18.000
individuos por ao, con lo cual se llegara a 156.700 personas presas para diciembre
del 2014. Este incremento de la poblacin reclusa es preocupante puesto que para
finales del 2014 la capacidad de cupos del sistema se mantendra en 75.676. Es decir
que, de seguir as, se generara una sobrepoblacin aproximada de 80.000 personas,
lo cual hara que el ndice de hacinamiento fuera incluso superior al 100 por ciento.
Esta eventual sobrepoblacin, en trminos de sostenibilidad financiera, hara colapsar
al sistema carcelario. En el 2012 el sistema ya presenta un dficit presupuestal del
13,5 por ciento. Ahora, si se considera que el costo anual de un interno, segn el
INPEC, es de 11.540.372 millones de pesos, para el 2015, el dficit presupuestal
podra ser superior al 40 por ciento.
Como es obvio, este dficit agraviara la situacin de la poblacin reclusa y le
impedira al Estado cumplir, por ejemplo, la contratacin adecuada de los servicios de
salud y la alimentacin para los internos, el mantenimiento de la infraestructura, los
traslados o el suministro de materiales para las actividades de resocializacin.
A su vez, el hacinamiento y los problemas de financiacin se traducen en las escasas
oportunidades de educacin y trabajo que las crceles ofrecen a la poblacin reclusa.
85
A pesar de que la educacin y el trabajo son dos de los pilares del esquema de
resocializacin del sistema penitenciario, la realidad de las prisiones colombianas
muestra que el Estado est lejos de proveer las condiciones mnimas necesarias para
alcanzar el ideal de resocializacin que justifica su accionar.
Por ejemplo, de acuerdo con cifras del INPEC, en 1999 el 41 por ciento de la
poblacin carcelaria tena trabajo; en diciembre del 2005 el 34,4 por ciento tena
alguna ocupacin y en septiembre del 2008 tal porcentaje fue del 31,7 por ciento.
En la actualidad, la poblacin reclusa ocupada es de slo el 27 por ciento. En este
sentido, se puede decir que la prisin colombiana no ha sido capaz de lograr su fin
ltimo y ms importante, que es reformar y educar a los reclusos, y que esta ha sido
una institucin puramente punitiva y no en un mecanismo de rehabilitacin.
Ante la crisis del sistema penitenciario, la solucin reiterada que el Estado colombiano
ha ofrecido ha sido histricamente la misma: la construccin de ms establecimientos
de reclusin. No obstante, este tipo solucin parece bastante problemtico e
inadecuado puesto que asume que la poblacin reclusa seguir aumentando de forma
constante y acelerada, con lo cual queda en evidencia una poltica profundamente
punitiva que no resuelve los problemas que generan criminalidad.
Adicionalmente, la experiencia muestra que las nuevas crceles slo suplen
parcialmente los problemas de hacinamiento existentes (permitiendo reubicar a la
poblacin hacinada actualmente), pero no crean nuevos cupos para las personas que
sean privadas de la libertad en el futuro. De este modo, ante el crecimiento
exponencial de la poblacin reclusa y el dficit presupuestal que alega el INPEC, la
construccin de ms crceles y penitenciaras es una solucin errada.
Se debe entender que la sancin que se impone al delincuente es la culminacin de la
justicia penal, pero que adems se aplicar para reeducarlo, segn mandato de la ley.
Sin embargo, esto slo ha sido una farsa, porque en Colombia nunca se resocializ
por vas del Estado, a ningn recluso, Detrs de este cometido, concretamente, se
est desde 1964 con el decreto 1817. All se orden la resocializacin en las
penitenciaras a travs del sistema progresivo y la disciplina atenuada. La disposicin
se qued escrita, porque no hubo el personal preparado para realizarla, ni los
establecimientos especiales con el diseo requerido para este fin ni el dinero para
financiar dicho sistema, que es costoso.
En la nueva legislacin penitenciaria del 93 se puntualiza mejor dicho sistema,
integrado por cuatro fases: 1. Observacin, diagnstico y clasificacin de internos; 2.
Alta seguridad, que comprende el perodo cerrado; 3. Mediana seguridad o perodo
abierto y, 4. Perodo de confianza, que coincide con la libertad condicional.
Estas fases, que se llevan a travs de la educacin, del trabajo y la disciplina, estarn
orientadas y supervigiladas por grupos interdisciplinarios de antroplogos, socilogos,
86
siclogos, siquiatras, etc., es decir, por profesionales que son capaces de conocer las
profundidades del alma humana y de rescatar a los internos de su postracin
biosquica y moral. Es de advertir que no todos los condenados requieren
resocializacin e igualmente que esta no es obligatoria para el recluso. En este caso,
si no se somete a ella, simplemente no podr disfrutar de los beneficios que esta
comporta.
El tratamiento as rpidamente expuesto, cuenta con estmulos personales y con
medios metodolgicos que establecen poco a poco el contacto del recluso con la
sociedad. No apelar a estos recursos que el sistema crea, es como tratar de ensear a
torear en un ascensor. Al interno forzosamente hay que ensearle a vivir en libertad,
fuera del encierro.
As pues, los internos sometidos al sistema progresivo cuentan con permisos, hasta de
72 horas, para salir del establecimiento cuando hayan descontado una tercera parte
de la pena impuesta y con el lleno de requisitos muy rigurosos fijados en la ley.
Despus de estos permisos superados por la conducta del agraciado, ste puede
gozar de la libertad preparatoria para trabajar en fbricas, empresas o con personas
de reconocida seriedad o tambin para continuar sus estudios profesionales. En este
caso, el recluso sale de da y regresa a pernoctar en el establecimiento y all
permanecer sbados y das festivos.
Superado este beneficio, al interno se le podr conceder la franquicia preparatoria, con
la obligacin de presentarse peridicamente al director del penal para sostener
dilogos con l. Finalmente, despus de estos beneficios administrativos viene el
beneficio judicial de la libertad condicional. Todos estos perodos estarn controlados
por el servicio social penitenciario. Es de anotar que la nueva figura del juez de
ejecucin de penas y medidas de seguridad, juega un papel importantsimo frente al
recluso. El sistema as esbozado tomar su tiempo, pues requiere la preparacin de
personal y la inversin en obras. De todas maneras, hay que hacer todos los esfuerzos
para ponerlo en marcha, a fin de justificar la pena que cumplen los reclusos y realizar
el sentido de la justicia. Sumado a estos esfuerzos, se debe contar igualmente con la
comprensin ciudadana y con su cambio de actitud frente al interno, azotado an por
el nimo vindicativo de las gentes que le declaran el embargo a sus esperanzas y le
cierran las puertas de su reinsercin social.

2.8 EL SISTEMA CARCELARIO DE BOLIVIA


El sistema penitenciario en pases de Latinoamrica tiene una connotacin
intrnsecamente en el hecho que refleja la realidad social, poltica y econmica de un
estado, siendo as Bolivia en su tratamiento penitenciario tiene una similitud al sistema
peruano aprecindose el hecho que inclusive existe un Juez de Ejecucin Penal y la
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divisin carcelaria, tanto para los de internamiento preventivo y los sentenciados, en
efecto lo mas trascental en cuando a la clasificacin respecto a grupos humanos de
habla originaria se tiene una especie de consulta a los represtantes de dichas
comunidades, en lo dems el sistema de tratamiento es mixto.
LEY QUE RIGE EL SISTEMA
La Ley actual vigente es la Ley Nro. 2298 de fecha 20 de Diciembre del 2001.
Denominada Ley de Ejecucin Penal y Supervisin.
EL RGIMEN CARCELARIO:
Es abierto, y excepcionalmente puede convertirse en cerrado al incumplimiento de
determinadas reglas.
LOS ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS:
Se clasifican en Centros de Custodia, Penitenciarias.-
Los centros de custodia, conforme al Art. 76 exclusivamente para personas
destinados a las personas sujetas a detencin preventiva.
Las penitenciarias, son establecimientos destinados a la reclusin de condenados a
penas privativas de libertad.
REDENCION DE PENAS:
Conforme al Art. 138 es de dos das de trabajo por un da de pena. Con determinados
requisitos:
1.-No estar condenado por delito que no permita indulto.
2.-Haber cumplido las dos quintas partes de la condena.
3.-Haber trabajado de manera regular bajo control de la administracin penitenciaria, o
haber estudiado y aprobado las evaluaciones parciales y finales de cada ciclo de los
recursos autorizados por la administracin penitenciaria.
4.-No estar condenado por delito de violacin a menores de edad:
5.-No estar condenado por delito de terrorismo.
6.-No estar condenado, a pena privativa de libertad superior a quince aos, por delitos
tipificado en la Ley 1008 del rgimen de la coca y sustancias controladas; y,
7.-No haber sido sancionado por faltas graves o muy graves en el ltimo ao.
CLASIFICACION:
Se efecta segn los criterios del concejo penitenciario, y lo mas preponderante es
que en el Art. 159 penltima parte hace referencia, cuando el condenado sea miembro
de una comunidad indgena o campesina, a momento de la clasificacin se
considerara la opinin de la autoridad originaria de la comunidad a la que pertenece,
con el objeto de que la ejecucin de la condena cumpla ms eficazmente las
finalidades de la penal y respete la identidad cultural del condenado.

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REALIDAD CARCELARIA:
Vivir en las crceles en pases en desarrollo como el de Bolivia es sufrir las mismas o
peores condiciones de los que estn fuera del encierro, es decir la crcel expresa y
refleja a la sociedad.
La justificacin rehabilitadora construida alrededor del rgimen penitenciario en
general, aunque resulte falsa en los hechos, no es nada ms que eso, un discurso
justificador y una fuente de trabajo para un nmero creciente y abultado de
funcionarios, con infraestructura insuficiente, hacinamiento insoportable, escasez,
estrechez y aumento de la miseria del privado de libertad, sufrimiento intenso para la
familia, conculcacin de las oportunidades de mejorar sus condiciones, muchas veces
contagio de enfermedades y cada en peores redes de corrupcin, adiccin e
ilegalidad, son quizs lo nico que si existe dentro de las prisiones bolivianas. De ah
el permanente reclamo de la poblacin penal que denuncia el encierro como mayor
castigo y el pretendido control como abuso y sometimiento. Los privados de libertad se
ven obstaculizados en su rehabilitacin por los factores anotados arriba y por otros
como la asistencia mal llevada. Sera un grave error llegar a pensar que la solucin del
problema de pobreza est en aumentar la voluntad de la asistencia, la beneficencia y
el Situacin de las Crceles en Bolivia subsidio. El problema debe plantearse en
trminos de educacin y organizacin social. Sin una organizacin para el trabajo, sin
una modernizacin de sus actividades, sin un cambio de mentalidad ser difcil reducir
la pobreza y falta de oportunidades en las crceles de Bolivia. (MINISTERIO DE
GOBIERNO SITUACIONES DE LAS CARCELES DE BOLIVIA).

BOLIVIA Y SU SISTEMA PENITENCIARIO


Como sucede en todos los pases sus prisiones son un fiel reflejo de sus propias
condiciones sociales, econmicas, culturales y geogrficas. Es pues, una buena forma
de acercarse a la realidad del mundo de las prisiones comenzar por conocer los
parmetros anteriores. El Estado boliviano se organiza mediante el sistema
departamental y provincial. El pas aparece dividido en nueve departamentos, cada
uno de los cuales cuenta con una capital y varias provincias; el nmero de stas es de
112. La extremada diferencia orogrfica del pas atravesado por los Andes de norte a
sureste da lugar a que las comunicaciones terrestres entre los distintos departamentos
sean muy deficientes, por lo que los departamentos presentan fuertes diferencias entre
ellos. La poblacin se encuentra diseminada en un total Situacin de las Crceles en
Bolivia de 324 municipios, siendo tambin frecuentes otros modelos de organizacin
social como las comunidades indgenas a lo largo de la cordillera andina. Bolivia se
encuentra entre los pases ms pobres de la regin a pesar del desarrollo econmico
experimentado en las dos ltimas dcadas, que le permite ser dentro de la regin uno
89
de los que ofrece una evolucin sostenida ms regular, como lo demuestra su
crecimiento anual de 39% en la dcada de los noventa. De acuerdo con los datos que
ofrece el Instituto Nacional de Estadstica su poblacin activa en 2005 era de
3.600.732 personas de un total de 8.274.325 habitantes. Existe un importante nmero
de habitantes que viven en el medio rural, concretamente 3.109.095. Entre los pases
de la zona andina, Bolivia es el que tiene una mayor presencia de poblacin indgena
con 4.133.138, la cual se encuentra fundamentalmente en el medio rural, 2.275.796
viven en este medio. Este carcter multicultural y multitnico ha sido tomado en
consideracin por el legislador penitenciario en el mbito de la clasificacin, de forma
que cuando el condenado sea miembro de una comunidad indgena o campesina se
recave la opinin de la autoridad originaria de dicha comunidad con el objeto de que la
ejecucin de la condena se adapte de la forma ms eficaz posible a las finalidades de
la pena y respete la identidad cultural del condenado (Art. 159 Ley 2298). Aunque las
sucesivas campaas de alfabetizacin instadas desde la Administracin han hecho
disminuir el nmero de analfabetos, el 13.28 % de la poblacin no sabe leer, ni
escribir. Tampoco la asistencia sanitaria se encuentra mnimamente cubierta ya que la
ratio de camas hospitalarias por habitantes es de 1x1.035. El 58% de la poblacin en
el 2001 tena necesidades bsicas insatisfechas, el 24.8% se encontraba en el umbral
de la pobreza, el 27.7% en la indigencia y un 2.7% en la marginacin.
Por lo que se refiere a las cifras del sistema penitenciario hemos comprobado que los
datos que utiliza la Direccin General de Rgimen Penitenciario son siempre
aproximados. La falta de estadsticas nacionales y departamentales impiden tener una
informacin verdica y actual del nmero de ingresados y de las circunstancias
personales y jurdicas de estos. Se trabaja siempre con datos aproximados. De
acuerdo con el tercer informe presentado por la Direccin General de Rgimen
Penitenciario a principios de 2006, la poblacin penitenciaria era de 7.782 internos,
distribuidos en un total de 54 establecimientos penitenciarios. De la seguridad de estos
se encargan 1.193 policas. La poblacin penitenciaria es mayoritariamente preventiva.
Los 5.808 preventivos alcanzan el 74% de la totalidad, situndose Bolivia el segundo
pas, despus de Paraguay (80%) en trminos relativos.
La distribucin de la poblacin penitenciaria es muy irregular. Mientras que los centros
de las capitales tienen en total 6.793 internos, los de los departamentos no llegan
todos juntos a los mil (937). Incluso, dentro de las capitales los internos de las
prisiones de Santa Cruz (38.57 %), La Paz (27.51 %) y Cochabamba (17.06%)
superan con creces ms de la mitad de la poblacin penitenciaria total. Sin embargo,
es mayor el nmero de centros ubicados en las provincias (38), que los de las
capitales (15). Esto se debe a la proliferacin de las carceletas es decir,
establecimiento de escasas dimensiones, al que nos referiremos ms adelante un
90
fenmeno caracterstico del sistema penitenciario boliviano, debido esencialmente a
las ya mencionadas dificultades a que tiene que hacer frente el transporte terrestre. La
prisin de Palmasola en Santa Cruz, con sus 2.620 internos, entre hombres y mujeres,
es la mayor del pas; la segunda es la de San Pedro en La Paz con 1.430 internos.
Solo estas dos representan ms del 50% de la poblacin penitenciaria. El resto de los
establecimientos tienen un nmero de internos Situacin de las Crceles en Bolivia
sensiblemente inferior. As, por ejemplo, San Sebastin, en Cochabamba, que es la
tercera en poblacin penitenciaria solo alcanza los 522 internos. Bolivia es un pas
productor de coca con una legislacin muy represiva contra el trfico de drogas,
especialmente despus de entrar en vigor la Ley 1008, por esta razn no debe
extraarnos que por aplicacin de la misma se encuentren en prisin 3.204 personas,
es decir, el 40% del total de la poblacin penitenciaria. Al igual que en otros pases de
la regin andina, se estn obteniendo grandes beneficios de la ayuda externa que el
gobierno de EEUU ofrece en su lucha contra el narcotrfico. Esta ayuda se ha venido
concediendo, no obstante, a condicin de establecer ciertos lmites en el ejercicio de
los Derechos de las personas y la eficacia de las garantas jurdicas. En Bolivia, el
Gobierno, promulg leyes al respecto, cre instituciones y adopt estrategias
antidrogas marcadas por el gobierno de los EEUU. As como fruto de ello, se aprob la
mencionada Ley 1008, de 19 de julio de 1988 sobre el rgimen de la coca y
substancias controladas, se cre la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotrfico
(FELCN) y la Unidad Mvil de Patrullaje Rural (UMOPAR), como una unidad
dependiente del Consejo Nacional Contra el Uso Indebido y Trfico Ilcito de Drogas
(CONACIT), que fueron equipados e instruidos por un gran nmero de agentes de la
DEA (Agencia de Lucha Antidroga de EEUU). Todas estas servidumbres polticas en
las relaciones con USA son responsables del incremento de la poblacin penitenciaria
que no est seguido de ninguna estrategia de adaptacin de la red de
establecimientos. Pero todava nos resulta ms grave su efecto sobre la poblacin
penitenciaria preventiva que alcanza el 77% de los que se encuentran privados de
libertad por aplicacin de esta ley.
El servicio de prisiones sigue un modelo de relativa descentralizacin, de forma que
participan en l rganos nacionales y otros de carcter departamental. Los primeros
asumen competencias en todo el pas y lossegundos solo en relacin con las crceles
que existen en el correspondiente Departamento. En uno y otro caso, se encuentra al
frente como mxima autoridad del Director General del Rgimen Penitenciario y de
Supervisin con competencias para elaborar las directrices de la poltica penitenciaria
del pas o del Departamento.
Asimismo, es de destacar positivamente la democratizacin orgnica sobre la que
gravita todo el sistema gracias a los Consejos. Tanto a nivel nacional, como
91
departamental los directores generales cuentan con un rgano colegiado de carcter
consultivo, denominado Consejo Consultivo. El Consejo Consultivo Nacional es la
sede que permite y garantiza la coordinacin entre las distintas polticas
departamentales ya que forman parte de l todos los Directores Generales
Departamentales.
En los Consejos Consultivos Departamentales est prevista la participacin de los
Directores de los establecimientos del Departamento correspondiente. Se trata de un
rgano abierto del que pueden tambin formar parte instituciones, pblicas o privadas,
extrapenitenciarias, las cuales tienen un peso particularmente destacado en el sistema
penitenciario boliviano. Cada prisin cuenta con un Director asistido por un Consejo
Penitenciario y por dos Juntas, una con competencias en temas relacionados con el
trabajo y la otra, en educacin, destacndose como las dos actividades que se
consideran el eje de la poltica reinsertadora sobre la que se asienta el sistema
penitenciario. El actual Director General Nacional tuvo a bien hacer coincidir los
talleres organizados por nuestro Proyecto en distintas crceles con Consejos
Consultivos de los centros donde se celebraron los encuentros y utilizar su formato
abierto, previsto por la legislacin, para permitir la participacin en los mismos de la
poblacin penitenciaria a travs de sus delegados. En paralelo a este organigrama civil
de las prisiones bolivianas, existe una estructura policial que asume las competencias
de seguridad de los establecimientos. Es la Polica Nacional a travs de sus mandos
quien est encargada de asegurar el orden dentro de ellos y en su zona perimetral
exterior. Aunque est prevista su coordinacin con las autoridades penitenciarias a
travs de los Consejos Consultivos en los que se integra el Director General de
Seguridad, en la medida que estos son escasamente convocados el Director Nacional
de Seguridad y los mandos de seguridad de los establecimientos se encuentran poco
coordinados con las autoridades penitenciarias y forma un poder con el que con
frecuencia se entra en conflicto.

RED DE ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS.


La red de establecimientos penitenciarios de Bolivia presenta muy acentuadas las
diferencias entre los centros de las grandes ciudades y las de los pequeos ncleos
urbanos. La prisin de Palmasola con sus cerca de tres mil internos concentra
alrededor del 40% de la totalidad de la poblacin penitenciaria del pas. Esta
circunstancia la convierte en una prisin llena de excepcionalidades que demanda por
si sola soluciones que no son aplicables al resto de los establecimientos. En la seccin
abierta de Palmasola se dan circunstancias irrepetibles, all nos encontramos con una
poblacin no penada formada por los familiares de los internos que comparten con
ellos la vida en el establecimiento tan numerosa como la de los propios internos, la
92
cual demanda servicios asistenciales. En Palmasola est ms extendida que en el
resto de las prisiones las mejoras , llamadas as por el legislador (Art. 86), gracias a
las cuales los propios internos pueden cuando disponen de recursosconstruirse sus
propias dependencias en reas privadas y comunes dentro del centro, quedando estas
a favor del establecimiento, sin derecho a reembolso una vez que son abandonadas
por sus moradores al extinguir la condena. Palmasola es una prisin cuya
gobernabilidad se escapa de las manos de la Administracin y solo un severo rgimen
de autodisciplina gestionado por los grupos de poder dentro de los internos es capaz
de poner orden en su interior. Slo fragmentando este complejo penitenciario sera
posible establecer sobre el mismo un control de legalidad y garantizar la seguridad de
las personas que vivenen su interior. Palmasola es un equilibrio entre cuatro poderes
el de los internos, el de la polica, el de los jueces y el de la administracin
penitenciaria. Ninguno de ellos por si solo sera capaz de controlar el establecimiento.
Los internos sufragan gran parte de los servicios y con su aportacin econmica
administrada por ellos mismos se sufragan los costos de las corruptelas. As, por
ejemplo, segn algunos de los participantes en nuestro taller un interno recin
ingresado debe abonar entre 500 y 1000 dlares para garantizar su seguridad y para
disfrutar del mejor de los pabellones tiene que desembolsar 100 dlares. La Polica
representa el poder de la disciplina, su amplia legitimacin para ejercer la represin de
hecho violencia legitimada le hace merecedora del respeto de los otros poderes. En
manos del poder judicial, a travs de los Jueces de Ejecucin de Penas, se encuentra
la decisin del quantum de la estancia en la prisin. A ellos corresponde decidir sobre
la concesin o no de beneficios, en especial, los de redencin de penas por el trabajo.
La Administracin penitenciaria, por su parte, es formalmente la que asume todas las
competencias regimentales, garantiza la prestacin de los servicios; sin embargo, se
nos antoja que se encuentra en la posicin ms dbil, debido a la fuerte autogestin
por los propios reclusos de la mayora de los servicios. Salvo los 35 bolivianos
aproximadamente, 040 por recluso y da que entran en la prisin, normalmente con
retraso, para cubrir los gastos diarios de la alimentacin poco ms puede esperarse de
la Administracin. Incluso los servicios de mdicos suelen estar cubiertos por los
internos.
El resto de los establecimientos del pas viven problemas bien diferentes a los de
Palmasola. A penas llegan a quince los centros que superan los cien internos y no
alcanzan los trescientos si exceptuamos el establecimiento de San Pedro en la Paz.
En ellos suelen darse unas relaciones de poder diferentes. El poder de las
delegaciones de los internos se encuentra ms controlado, sus aportaciones
econmicas no tienen tanta relevancia y los servicios son garantizados bien por la
propia Administracin o, sobre todo, por las instituciones pblicas o privadas
93
extrapenitenciarias. Esta importante contribucin de la ayuda de instituciones privadas
da lugar a diferencias muy pronunciadas entre los servicios de que disponen unos
centros y otros, ello depende en gran medida de la suerte que hayan corrido en cuanto
a dicha asistencia. En El Abra, por ejemplo, tuvimos ocasin de ver una instalacin
sanitaria centro mdico en muy buenas condiciones, fruto de una donacin privada.
La capilla de la prisin de Sucre, levantada por la Pastoral Penitenciaria, que es
utilizada durante las noches como dormitorio colectivo, viene a ser el mejor de todos
los que dispone el centro en aireacin, espacio y luminosidad. Por lo general estos
establecimientos respetan el mandato del legislador de que se ubiquen prximos a los
centros urbanos (Art. 85). Este principio establecido por la Ley 2298 nos parece
acertado para asegurar que los internos puedan seguir disfrutando de visitas familiares
y allegados y puedan tener un acceso fcil al centro cuando por cualquier motivo se le
hace acreedor de un beneficio que le permita abandonar el centro durante el da y
retornar solo para dormir.
El tercer grupo de establecimientos es el ms numeroso. Est formado por las
llamadas carceletas , centros dispersos por todo el pas en el que hay muy pocos
internos, en ocasiones no llegan a diez. La poblacin penitenciaria total ingresada en
estos centros tampoco es muy relevante, en trminos relativos est entre el 20 y 30%.
No obstante, las carceletas se encuentran totalmente abandonadas ya que la
Administracin no puede hacer frente a su mantenimiento. A pesar de ello, estos
pequeos establecimientos prestan un servicio muy relevante para evitar el desarraigo
de los condenados procedentes del medio rural y que pertenecen a las minoras
tnicas. Las carceletas no disponen de nada o casi nada. Los internos no tendran ni
siquiera problemas para fugarse de ellas ya que carecen de vigilancia y no hay muros
ni siquiera puertas para evitarlo. En ocasiones padecen estados ruinosos poniendo en
peligro la integridad fsica de sus moradores. Dentro los internos deben de hacer frente
por si solos a todas sus necesidades. A veces disponen de una huerta en la que
cultivan sus propios alimentos. Las carceletas deberan de ser objeto de una
distribucin ms racional a lo largo del pas. Muchas de ellas deben de cerrarse y otras
fusionarse entre si, buscando lugares geogrficos estratgicos que les permitan seguir
asegurando la proximidad de sus habitantes a sus ncleos originales. Sera
conveniente configurar un mapa penitenciario que distribuyera los centros de acuerdo
con las posibilidades de transportes y las necesidades de la administracin de justicia
o la lucha contra el narcotrfico.

2.9 EL SISTEMA CARCELARIO DE URUGUAY


En estos das existe un fuerte debate acerca de la gestin del Ministerio del Interior en
Uruguay. Uno de los temas de preocupacin claves es la situacin de las instituciones
94
penitenciarias, y su potencial rol de fomento del crculo perverso de delito, violencia y
reincidencia. En los ltimos aos Uruguay ha enfrentado una situacin problemtica en
esta materia. El aumento sostenido de los delitos estuvo acompaado por un
importante crecimiento del sistema carcelario. En 2014 la poblacin privada de libertad
alcanz a 9.797 personas. El pas cuenta con una tasa de prisionizacin de 291 cada
100.000 habitantes, lo que equivale a estar en el puesto 36 en el mundo -en el que el
campen mundial es Estados Unidos, con 693, segn informacin del International
Centre for Prison Studies de 2016-. Las condiciones de reclusin han sido objeto de
denuncias a nivel nacional e internacional. Hacinamiento, inadecuadas condiciones
edilicias, nfasis custodial, malos tratos, problemas sanitarios, insuficiente acceso al
trabajo y a la educacin, incumplimiento de las categoras de clasificacin, escasez de
programas de rehabilitacin y reingreso, son algunos de los aspectos destacados
desde las instituciones pblicas, la academia, la sociedad civil organizada y los
organismos internacionales.
Sin embargo, en la ltima dcada han tenido lugar algunos cambios bastante
significativos en nuestro sistema penitenciario. Me gustara aprovechar esta nota para
hacer dos cosas. Primero, repasar brevemente los cambios y esfuerzos ms
significativos llevados adelante en la ltima dcada por Uruguay. Y luego, continuar
planteando cinco lneas de agenda de reforma penitenciaria.

Los cambios del sistema penitenciario en la ltima dcada


En 2009 el informe del relator de las Naciones Unidas Manfred Nowak evidenci la
violacin de derechos humanos por parte del Estado uruguayo y marc un punto de
inflexin para el sistema penitenciario. Si bien existan otras denuncias a nivel local
desde el Comisionado Parlamentario y desde la sociedad civil, este informe tuvo un
importante impacto poltico. Producto de ello, el gobierno convoc a la oposicin e
instal un mbito de discusin sobre seguridad pblica que propicia la sancin de la
Ley de Emergencia Carcelaria y una revisin profunda del sistema penitenciario
nacional.
La creacin del Instituto Nacional de Rehabilitacin constituy un mojn clave en la
historias de las polticas penitenciarias en Uruguay y tuvo tres consecuencias muy
importantes. En primer lugar, se prioriz presupuestalmente al sistema penitenciario.
En segundo lugar, se unific la organizacin y se mejor la gestin de un sistema que
estaba totalmente compartimentado y desconectado. En tercer lugar, se comenz a
sustituir progresivamente personal policial por operadores civiles, profesionales y
tcnicos. Otros cambios tambin importantes involucraron: fortalecer el Instituto
Nacional de Criminologa para clasificar y asignar a las personas privadas de libertad;
generar la Oficina de Supervisin de Libertad Asistida (OSLA) para ofrecerle al Poder
95
Judicial mayores garantas de supervisin a los procesamientos sin prisin; el
fortalecimiento del Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados (PNEL) para
fomentar el trabajo en las crceles como dimensin clave del tratamiento
rehabilitatorio. Fue tambin muy importante cmo se intensific la labor de
coordinacin con diversos organismos pblicos en materia de educacin, salud,
trabajo, vivienda y desarrollo social.
Estas modificaciones institucionales tuvieron sus resultados en la gestin
penitenciaria. Desde 2005 se avanz en la construccin de 5.400 plazas para combatir
el hacinamiento carcelario y adecuar las condiciones de habitabilidad, se mejor la
clasificacin de las personas privadas de libertad al separar primarios y reincidentes
as como procesados y penados. Al mismo tiempo, aument notoriamente la oferta de
servicios (salud, educacin, trabajo) carcelarios. Tambin hubo algunos cambios en el
rea del preegreso; en particular, el PNEL busc modificar la estrategia pasiva de
esperar a los liberados y sus familias en la sede, buscando una estrategia ms activa
desde el Patronato que apuntara a trabajar con los individuos prontos a ser liberados,
desde los propios establecimientos de reclusin.
En lo que refiere a la oferta de programas de tratamiento, si consideramos que los
programas deben contar con cierto grado de formalizacin (objetivos, diseo y
metodologa de intervencin documentada), la oferta programtica de Uruguay ha sido
escasa e insuficiente. No obstante, se han desarrollado algunas iniciativas
prometedoras. Por ejemplo, en materia de programas de rehabilitacin puede
destacarse el Centro de Rehabilitacin Campanero de Lavalleja y el Establecimiento
Piedra de los Indios de Colonia. Ambas unidades penitenciarias son rurales,
semiabiertas y en ellas trabajan hombres y mujeres en condiciones de mnima
seguridad. Tambin es interesante el Centro Tacuab de Salto, una experiencia
innovadora de chacra en la que participan reclusos en situacin de preegreso, junto a
sus familias, en clave de comunidad. Si bien no existen evaluaciones rigurosas, este
tipo de establecimientos suele ser valorado muy positivamente por autoridades,
tcnicos e informantes calificados. En materia de reingreso o reentry, el Patronato se
consolid como un actor clave, al reforzar su intervencin fomentando el ejercicio del
derecho de los liberados y sus familiares al trabajo, estudio, acceso a bienes
culturales, deporte y recreacin. Sin embargo, es cierto que una materia pendiente es
el desarrollo de programas estructurados y adecuadamente evaluados que busquen
aumentar la reinsercin y disminuir la reincidencia.

El futuro: cinco lneas de accin


En este contexto, y desde la perspectiva del realismo crtico, se proponen cinco reas
que debera atender la reforma penitenciaria.
96
Un primer punto es la disminucin de los altos niveles de poblacin penitenciaria de
Uruguay. Para ello, debera maximizarse el uso de medidas alternativas a la prisin,
de penas intermedias e intermitentes. Los argumentos contrarios a disminuir la
poblacin penitenciaria tanto desde la perspectiva de la disuasin como de la
incapacitacin han mostrado limitaciones conceptuales y metodolgicas, e incluso han
demostrado ser costosos e ineficaces. Existe un amplio conjunto de variantes a
experimentar institucionalmente y evaluar su eficacia diferencial segn tipos de
poblaciones, en estrategias tanto front door, es decir, sanciones alternativas a la
prisin (por ejemplo, penas comunitarias o monitoreo electrnico), como back door, es
decir, sanciones intermedias (como salidas anticipadas). En ambos casos pueden
incluirse sesiones de tratamiento y rehabilitacin (por ejemplo, para el consumo
problemtico de drogas, o para problemas de autocontrol y comportamiento violento).
Si bien la evidencia emprica no es concluyente, varios estudios muestran que estas
penas no custodiales en muchos casos logran mejores resultados que las penas
custodiales. Por ello, un desafo del sistema penitenciario uruguayo es desarrollar un
conjunto amplio y variado de alternativas a la privacin de libertad, con suficientes
recursos para que sean adecuadamente implementadas, gestionadas y evaluadas.
Una segunda rea de reforma es la defensa de los derechos humanos, la seguridad
interna y el trato justo hacia los individuos privados de libertad. Una adecuada
implementacin de alternativas a la privacin de libertad favorece la reduccin de la
sobrepoblacin carcelaria, que compromete las posibilidades de uso productivo del
tiempo de los presos, aumenta el tiempo ocioso en las celdas, estimula y amplifica el
desorden y la violencia y afecta las estrategias de gestin de la seguridad de las
prisiones. La construccin de nuevas crceles y la remodelacin de viejos
establecimientos es relevante, pero no en forma aislada o como nica prioridad. Debe
ser complementada con un mayor nfasis en la gestin de la seguridad, un fomento de
los pequeos establecimientos y una progresiva eliminacin de los grandes
establecimientos. Este es un aspecto clave a los efectos de facilitar la gestin,
monitorear y prevenir focos de conflicto y atender la situacin de grupos vulnerables.
Por ello es importante enfatizar en el tipo de gestin que los establecimientos
desarrollan. La prevencin de la violencia en las prisiones que se focaliza
exclusivamente en la seguridad fsica y en el control frente a las amenazas ms
visibles puede ser contraproducente y retroalimentar la violencia institucional. El
rgimen penitenciario debe orientarse a la autogestin y responsabilidad de los
internos y al fortalecimiento de la legitimidad del personal penitenciario, logrando un
balance adecuado entre control y procedimientos disciplinarios, y el trato justo y la
comunicacin con los internos.

97
Una tercera rea de reforma es el desarrollo de programas de tratamiento y de
condiciones adecuadas para su implementacin. La evidencia emprica de las ltimas
dcadas ha logrado revertir el escepticismo sobre los esfuerzos de rehabilitacin de
los aos 70 y 80. La posibilidad de comparar en forma sistemtica diferentes
programas mediante tcnicas metaanalticas permiti dar un salto en el desarrollo de
la agenda de lo que funciona, y de los principios del tratamiento eficaz. En la
actualidad se sabe que el tipo y carcter de programa es decisivo para obtener
mejores resultados (por ejemplo, las variantes cognitivas y multimodales han
demostrado ser las ms exitosas); que las dosis de tratamiento deben ser
suficientemente intensivas para lograr efectos; que la poblacin objetivo debe ser
seleccionada y los programas, adaptados a sus necesidades segn principios de
riesgo estticos y dinmicos; que es fundamental que exista un adecuado
emparejamiento de las caractersticas de los ofensores, terapeutas y programas; y que
es clave que existan slidos procesos de gestin de los recursos humanos que
involucren el reclutamiento, la formacin, el apoyo y la supervisin del personal
penitenciario. Un componente central usualmente atendido se refiere a la
implementacin. El xito y la eficacia de los programas de tratamiento depende
centralmente de que se lleven a la prctica tal como se prevea originalmente en el
diseo. Muchas veces las experiencias fracasan no porque el programa no est
adaptado a las necesidades de la poblacin ofensora sino a factores ms intangibles,
vinculados a la ausencia de un manual comprehensivo o guas claras, problemas en el
estilo de gerenciamiento y tipo de liderazgo de la institucin penitenciaria, problemas
de vnculo y conflicto entre distintos actores del centro penitenciario, problemas en el
financiamiento del programa y debilidades en los procedimientos de monitoreo y
evaluacin.
Un cuarto punto lo constituye el desarrollo de polticas de reingreso y estmulo que
adquieran un rol protagnico en el conjunto de las polticas penitenciarias. La
investigacin criminolgica ha mostrado que buena parte de las razones por las cuales
las personas continan delinquiendo o abandonan el delito estn localizadas en el
contexto social del ofensor cuando este es liberado. Por ende, es fundamental ampliar
la idea de rehabilitacin al incluir no slo lo que ocurre dentro de los recintos
penitenciarios, sino tambin los procesos de reingreso y el contexto social y
comunitario del ofensor. Este enfoque supone algunos cambios importantes en el
diseo e implementacin de programas penitenciarios. La experiencia dentro del
recinto debe incluir no tratamiento pero tambin fuerte nfasis en la preparacin para
la libertad, con una visin menos teraputica y pasiva del individuo. Los cambios
programticos deben estar acompasados por la modificacin de los procesos de
liberacin y revocacin de las sentencias, dndose particular atencin a los incentivos
98
y las formas discrecionales de liberacin. Naturalmente, tiene que haber un vigoroso
conjunto de servicios posprisin que consoliden en comunidad los procesos
desarrollados inicialmente en prisin. Finalmente, deben reforzarse los mecanismos de
colaboracin entre los agentes de la institucin penitenciaria y la comunidad para
promover los mecanismos de control social informal.
Finalmente, la reforma de las instituciones penitenciarias uruguayas debera fomentar
los sistemas de evaluacin y gestin de la informacin. Es fundamental el desarrollo
de evaluaciones sobre los programas implementados en las instituciones
penitenciarias y en la comunidad, de resultados y procesos. Las evaluaciones
cuantitativas deben cumplir criterios de calidad, contemplar perodos de seguimiento
de al menos un ao, e incluir medidas oficiales y extraoficiales. Adicionalmente, el
complemento de estudios cualitativos es clave para el anlisis de problemas de
integridad y adaptacin de los programas. La inclusin de evaluaciones de costo-
eficiencia permitira generar insumos para evaluar los recursos pblicos que se
perderan debido a crmenes no evitados, as como el costo de oportunidad de
inversiones en programas penitenciarios frente a otras inversiones dentro del
subsistema de justicia criminal, y en el conjunto de polticas pblicas (prestaciones
sociales, educacin, salud). Finalmente, es clave desarrollar un sistema de
informacin penitenciaria con indicadores sobre infraestructura, recursos financieros y
humanos, programas, caractersticas de las personas privadas de libertad. Ello
permitir a cada centro mejorar la gestin, la transparencia y la evaluacin de sus
actividades. Y lo que no es menos importante: incentivara la comparacin y
experimentacin institucional contrastable para desarrollar iniciativas heterogneas
(diferentes soluciones a diferentes problemas) en el sistema.

2.10 SISTEMA CARCELARIO EN EL CARIBE


Para funcionar razonablemente bien, las crceles en todos los pases del
mundo requieren satisfacer dos requisitos indispensables: espacio fsico, y personal
penitenciario. Si falta espacio hay sobrepoblacin y hacinamiento; y si falta personal,
hay anarqua y vaco de autoridad, que es llenado por los liderazgos emergentes y por
el surgimiento de grupos de autodefensa. La normativa internacional y la doctrina
exigen mltiples otros requisitos para el buen funcionamiento de las prisiones, pero
stos dos son indispensables, y de ellos depende tambin el buen cumplimiento de los
otros. El cuadro siguiente exhibe que al ao 2013 todos los sistemas penitenciarios de
los pases de Amrica Latina se encontraban sobrepoblados, y que todos tambin,
salvo una nica excepcin, adolecan de sobrepoblacin crtica (densidad del 120% o
ms). El segundo cuadro, por su parte, exhibe que en los pases del Caribe se
presentaba similar situacin.
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SOBREPOBLACIN PENITENCIARIA EN PASES
DE AMRICA LATINA 2013
PAS CAPACIDAD POBLACIN DENSIDAD POR
DEL SISTEMA EXISTENTE CIEN PLAZAS
El Salvador 8.090 27.019 334
Venezuela 16.539 52.933 320
Bolivia * 5.436 14.272 263
Peru 29.043 61.390 211
Nicaragua 4.399 9.113 207
Guatemala 6.492 12.303 190
R. Dominicana 12.207 21.688 178
Ecuador 12.170 21.122 174
Panam 8.033 13.720 171
Brasil 305.841 512.285 168
Colombia 75.726 114.872 152
Honduras 8.340 12.307 148
Chile 36.740 53.602 146
Costa Rica 9.803 13.057 133
Mexico 195.278 242.754 124
Uruguay 7.302 9.067 124
Paraguay 5.863 7.161 122
Argentina 58.211 58810 101
Elas Carranza, ILANUD. Elaborado con informacin oficial proporcionada por las
autoridades de cada pas. Los datos de Argentina, Brasil, Chile, Guatemala,
Paraguay, R. Dominicana y Uruguay son del 211. El dato de Bolivia es del 2006.

SOBREPOBLACIN PENITENCIARIA EN EL CARIBE 2014 AO MS


CERCANO
DENSIDAD
CAPACIDAD POBLACIN
PAS POR CIEN
DEL SISTEMA EXISTENTE
PLAZAS
Hait 2.383 9.921 416
Antigua & Barbuda 150 361 247
Grenada 198 456 230
St. Kitts & Nevis 164 330 201
Martinique (France) 569 953 168
Anguilla (U.K.) 53 76 143
Guadeloupe (France) 634 887 140
Trinidad and Tobago 4.090 4.846 119
St. Lucia 500 587 117
Cayman Islands (U.K.) 179 185 108
St. Maarten (Netherlands) 135 180 104
Bahamas 1.348 1.433 98
Virgin Islands (U.K.) 120 119 98
Jamaica 4.402 4.201 95
Aruba (Netherlands) 310 240 89
Puerto Rico 15.034 12.244 88
Barbados 1.250 1.507 84
100
Dominica 300 251 84
St. Vincent & The 488 460 84
Grenadines
Curacao (Netherlands) 710 438 62
Fuente: Elaborado a partir de informacin del International Centre for Prison
Studies, Kings College, London.

La sobrepoblacin penitenciaria, adems de ser en s misma una forma de


prisin cruel, inhumana y degradante como lo expresa la Convencin de las Naciones
Unidas contra la Tortura, genera todo otro tipo de violencias y degradaciones al interior
de los presidios.
Ser condenado a prisin en las actuales condiciones, en la mayora de los
casos es ser condenado a una pena de muerte aleatoria. Es ser condenado a prisin,
con la pena accesoria de que, adems, quiz lo maten.
El fenmeno de la sobrepoblacin ocurre, como sabemos, por el acelerado
crecimiento de las tasas de encierro, con el consiguiente aumento de presos y presas
que exceden la capacidad para alojarlos.
En el cuadro siguiente vemos la evolucin de las tasas penitenciarias de los
pases de Amrica Latina durante los ltimos veinte aos (1992-2013). Todos los
pases sin excepcin elevaron sus tasas, la mayora de manera exorbitante,
multiplicndolas por dos, por tres, y algunos en va de multiplicarlas por cuatro. La
situacin es gravsima y similar en toda la regin.

AMRICA LATINA: TASAS PENITENCIARIAS X 100.000 HABITANTES


Incluye sistemas federales y provinciales y en algunos casos personas alojadas en delegaciones policiales
PAS 92 93 94 95 96 97 98 99 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
Arg 63 64 68 74 97 96 99 106 118 126 141 157 163 164 152 149 152 163 161
Bol 79 85 101 109 96 80 86 85 107 130
Bra 74 80 81 107 119 131 133 132 133 169 182 193 211 219 226 238 247 253 269 277 278
Col 92 96 97 98 120 129 128 139 157 170 157 178 199 207 179 174 188 158 169 193 227 232 234
CR 104 105 109 121 133 160 162 169 168 183 187 190 196 196 191 186 189 191 211 238 264 313 341
Chi 154 153 148 153 161 170 179 203 215 216 221 228 226 228 259 290 318 312 320 311
Ecu 74 81 81 85 95 81 79 70 65 63 69 77 87 91 107 128 118 112 114 107 143
El S 101 103 109 124 138 157 136 112 130 158 177 180 188 186 184 226 258 283 315 322 339 347 349
Gua 62 75 101 101 96 87 84 83 88 71 78 84 91 98 113
Hon 110 113 139 160 166 153 160 178 183 170 159 148 148 149 152 154 153
Mx 101 104 97 101 108 116 127 142 152 163 170 177 185 196 200 200 202 208 203 203 213 214
Nic 78 78 91 98 111 106 132 143 128 124 131 112 116 117 111 121 120 103 111 134 148 161 178
Pan 176 215 221 229 269 282 292 294 293 320 341 361 360 359 356 342 275 298 347 378 404 396 408
Par 70 75 74 78 67 74 85 92 107 109 105 99 100 96 96 109 119 134
Per 77 80 83 88 96 100 105 108 108 104 104 108 116 123 136 149 153 155 160 181 208
RD 145 135 151 161 129 140 165 168 189 150 143 148 164 166 202 211 212

101
Uru 96 99 100 99 101 106 120 122 129 148 170 203 215 213 198 212 231 246 258 267
Ven 101 112 106 97 85 104 104 103 98 76 96 149 176
E. Carranza, ILANUD 2013. Elaborado con informacin penitenciaria y policial oficial de los pases, y datos de poblacin del Centro Latinoamericano y Caribeo de Demografa
(CELADE) Divisin de Poblacin de la CEPAL, Estimaciones y proyecciones de poblacin, 2008.

Por su parte, el cuadro siguiente exhibe el panorama similar de las altas tasas
penitenciarias de los pases del Caribe, aunque en ellos la tendencia ascendente no es
tan definida como en el grupo latinoamericano porque son pases con muy reducidos
nmeros de habitantes, en los que el ingreso o egreso de presos o presas al sistema
ocasiona sinuosidades y cambios bruscos en las tendencias.

102
EL CARIBE: TASAS PENITENCIARIAS X 100.000 HABITANTES
Anguilla (UK) 2004 (315), 2007 (400), 2010 (387), 2011 (480), 2012 (543)
Antigua & Barbuda 1995 (341), 1998 (278), 2005 (269, 2008 (262), 2010 (330), 2014 (389)
Bahamas 1998 (478), 2002 (410), 2005 (460), 2008 (415), 2010 (382), 2013 (379)
Barbados 1993 (238), 1998 (291), 2002 (317), 2005 (367), 2007 (408), 2010 (354), 2013 (529)
1992 (310), 1995 (293), 1998 (448), 2001 (384), 2003 (420), 2006 (516), 2010 (446), 2011
Belize
(447), 2012 (452), 2013 (486)
Cayman Islands (UK) 1995 (546), 1998 (682), 2001 (539), 2004 (425), 2007 (409), 2010 (385), 2012 (330)
Dominica 1992 (387), 1995 (392), 1998 (421), 2004 (418), 2007 (367), 2010 (431), 2013 (369)
Grenada 1998 (352), 2002 (333), 2005 (265), 2008 (427), 2010 (423), 2013(430)
Jamaica 1992 (178), 1995 (171), 1998 (162), 2003 (176), 2006 (183), 2007 (174), 2013 (152)
1992 (314), 1995 (310), 1998 (388), 2001 (377), 2004 (369), 2007 (330), 2008 (303), 2012
Puerto Rico
(335)
1995 (295), 1998 (288), 2001 (441), 2004 (559), 2007 (452), 2010 (529), 2011 (603), 2012
St. Kitts & Nevis
(685), 2013 (670)
1992 (210), 1995 (263), 1998 (216), 2001 (296), 2004 (294), 2008 (304), 2010 (323), 2013
St. Lucia
(321)
St. Vincent & 1992 (294), 1995 (323), 1998 (390), 2001 (280), 2004 (337), 2007 (350), 2010 (379), 2013
Granadines (422)
1992 (269), 1995 (299), 1998 (353), 2001 (370), 2004 (302), 2007 (276), 2010 (276), 2013
Trinidad-Tobago
(362)
Fuente: Elaborado a partir de informacin del International Centre for Prison Studies, Kings College, London.
El fenmeno es an ms impactante cuando advertimos que ocurre no solo en
Amrica Latina y el Caribe sino en todas las regiones del mundo al mismo tiempo, en
los pases de medianos y bajos ingresos como los nuestros, y tambin en los de altos
ingresos. Un problema penitenciario especialmente grave es el de los presos y presas
sin condena, el de las personas que estn largos perodos presas a la espera de la
sentencia. Hicimos nuestra primera investigacin sobre este tema hace 35 aos, en
1980, oportunidad en que encontramos la siguiente situacin interesante en nuestra
regin, que se observa en el grfico siguiente:

GRFICO 1: PASES DE AMRICA LATINA Y EL CARIBE, POBLACIN PRIVADA DE LIBERTAD SIN


CONDENA EN UNO Y OTRO GRUPO DE PASES, AO 1981

Cayman
St. Lucia
Belize
Montserrat
Barbados
Jamaica
St. Vincent &
Puerto Rico
St. Kitts&Nevis Brecha
Dominica mnima 9,96%
Guyana

Costa Rica
Antillas Holand.
PASES

Argentina
Martinica
Chile
Guatemala
Honduras
Ecuador
Panam
Per
Colombia
Venezuela
Mxico
Uruguay
Rep.
El Salvador
Bolivia
Paraguay
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
PORCENTAJES

Los pequeos pases del Caribe de sistema penal anglosajn exhiban en ese
entonces porcentajes de presos y presas sin condena dentro de una distribucin que
iba desde un 2,18% de Cayman Islands hasta un 37,44% en su mximo, que exhiba
Guyana. Por su parte, y por contraste, nuestros pases latinoamericanos de sistema
penal continental europeo o romanogermnico presentaban cifras que oscilaban entre
el 47,40% de Costa Rica) y el 94,25% de Paraguay. Entre el pas del Caribe de
sistema procesal penal anglosajn en peor situacin, con mayor porcentaje de
personas presas sin condena, y el pas de Amrica Latina de sistema continental
europeo con mejor situacin, o sea con menor porcentaje de personas presas sin
condena, haba una distancia de diez puntos porcentuales a favor del pas caribeo.
Era notoria la incidencia de la variable sistema procesal penal en uno y otro grupo de
pases en la generacin de su cantidad de personas presas sin condena.

104
CUADRO 1: PASES DE AMRICA LATINA Y EL
CARIBE, POBLACIN PRIVADA DE LIBERTAD SIN
CONDENA EN UNO Y OTRO GRUPO DE PASES,
AO 1981
Paraguay 94,25 Argentina 51,08
Bolivia 89,70 Antillas Holand. 50,41
El Salvador 82,57 Costa Rica 47,40
Rep. Dominicana 79,88 Guyana 37,44
Uruguay 76,50 Dominica 34,52
Mxico 74,23 St. Kitts&Nevis 27,36
Venezuela 73,97 Puerto Rico 24,00
St. Vincent &
Colombia 73,59 Grenadines 22,22
Per 70,95 Jamaica 18,07
Panam 66,52 Barbados 17,81
Ecuador 64,08 Montserrat 14,90
Honduras 58,36 Belize 12,34
Guatemala 53,92 St. Lucia 10,56
Chile 52,21 Cayman Islands 2,18
Martinica 51,50

A partir de la dcada de los noventa, y hasta la actualidad, los pases


introdujeron reformas procesales penales que sustituyeron el procedimiento inquisitivo
por el acusatorio, estableciendo, entre otras cosas, la instruccin criminal a cargo del
ministerio pblico, la defensa desde el primer acto procesal, la oralidad en sustitucin
de la escritura, y reduciendo al mnimo el secreto de la investigacin. Tales reformas
produjeron efectos en el nmero y porcentajes de presos sin condena.
En el segundo grfico hemos colocado la situacin que presentaban los pases
al ao 2011 o ao ms cercano, luego de que transcurrieran entre diez y veinte aos,
segn las fechas de las reformas habidas en cada pas. Como se puede observar, los
pases de ambos sistemas jurdicos comenzaban a entremezclarse. Ya el predominio
de los pases de sistema anglosajn no era total como lo era antes de las reformas.

105
GRFICO 2: PASES DE AMRICA LATINA Y EL CARIBE. POBLACIN PRIVADA DE LIBERTAD SIN
CONDENA EN UNO Y OTRO GRUPO DE PASES, 2011 O AO MS CERCANO

Jamaica
Puerto Rico (USA)
Dominica
Chile
Grenada
Anguilla
St. Vincent &
Cayman Islands (UK)
Belize
St. Lucia
Costa Rica
Nicaragua
Colombia
St. Kitts & Nevis
PASES

El Salvador
Antigua & Barbuda
Barbados
Mxico
Trinidad-Tobago
Bahamas
Brasil
Ecuador
Honduras
Guatemala
Venezuela
Argentina
Rep. Dominicana
Uruguay
Per
Panam
Paraguay
Bolivia
0 10 20 30 40 50 60 70 80

PORCENTAJES

Finalmente, en el grfico # 3, podemos ver la situacin que se presentaba al


ao 2013.
Como podemos ver, con el transcurso del tempo y los sistemas procesales
reformados, los pases de Amrica Latina han ido progresando ms en reducir sus
porcentajes de personas presas sin condena, y ya la diferencia en los porcentajes
entre ambos grupos de pases no es tan definida como era hace 30 o 35 aos.

GRFICO 3: PASES DE AMRICA LATINA Y EL CARIBE. POBLACIN PRIVADA DE


LIBERTAD SIN CONDENA EN UNO Y OTRO GRUPO DE PASES, 2013 O AO MS CERCANO

Nicaragua
Jamaica*
Chile 2011
Costa Rica
El Salvador
St.Vincent & Grenadines
Cayman Islands (U.K.)
Colombia*
Anguilla (U.K.)
St.Kitts and Nevis
Belize
Guyana
Ecuador
Saint Lucia
Barbados
PASES

Dominica
Brasil 2011
Bahamas
Antigua and Barbuda
Honduras
Guatemala 2012
Grenada
Argentina 2011
Trinidad and Tobago
Per
Mxico
R.Dominicana 2011
Uruguay 2011
Panam
Venezuela*
Paraguay
Bolivia

0 10 20 30 40 50 60 70 80
PORCENTAJES

Veamos ahora, en el cuadro siguiente, las cifras penitenciarias en trminos de


gnero. Como podemos ver, los porcentajes de mujeres en los totales de poblacin

106
penitenciaria oscilan entre un 3% en Repblica Dominicana, y un 12% en Bolivia.
Analizadas las cifras con ms detalle, en su gran mayora corresponden a mujeres
incursas en trfico de drogas en pequea escala oficiando como mulas dentro de la
cadena de este tipo de delitos.

POBLACIN PENITENCIARIA POR SEXO EN PASES DE AMRICA LATINA,


2013 O AO MS CERCANO
HOMBRE MUJERE
TOTAL
PAS S S
cantidad % cantidad %
Argentina* 56.198 95 2.719 5 58.917
Bolivia 12.519 88 1.753 12 14.272
Brasil* 477.322 93 34.963 7 512.285
Colombia 106.293 93 8.579 7 114.872
Costa Rica 14.267 93 1.048 7 15.315
Chile* 48.777 91 4.825 9 53.602
Ecuador 19.372 92 1.750 8 21.122
El Salvador 24.371 90 2.648 10 27.019
Guatemala 13.915 92 1.246 8 15.161
Honduras 11.851 96 456 4 12.307
Mxico 231.113 95 11.641 5 242.754
Nicaragua 8.667 95 446 5 9.113
Panam 13.720 93 1.030 7 14.750
Paraguay 8.441 93 632 7 9.073
Per 57.971 94 3.419 6 61.390
R. Dominicana* 20.685 97 583 3 21.268
Uruguay* 8.353 93 668 7 9.021
Venezuela 49.591 94 3.342 6 52.933
E. Carranza, ILANUD. Elaborado con informacin oficial facilitada por el
Gobierno de cada pas

En razn de la alta proporcin de hombres que colman las prisiones, los


sistemas penitenciarios han sido tradicionalmente uno de los ejemplos ms evidentes
de la falta de equidad en materia de gnero, y si bien en las ltimas dcadas ello ha
venido en cierta medida corrigindose, an es mucho lo que queda por hacer.
Especficamente en la materia penitenciaria, la Asamblea General de las Naciones
Unidas en marzo de 2011 sancionaron las Reglas de las Naciones Unidas para el
tratamiento de las reclusas y medidas no privativas de la libertad para las mujeres
delincuentes (Reglas de Bangkok), y se cre tambin en el seno de las Naciones
Unidas un grupo abierto de trabajo para actualizar las Reglas Mnimas para el
Tratamiento de los Reclusos, que datan de 1955 y a pesar de que continan teniendo
importante vigencia se encuentran desactualizadas y no tienen visin de gnero.

107
Ahora bien, Por qu crecen las tasas de encierro?
Dos respuestas clsicas se han dado a esta pregunta:
a) Porque hay ms delito.
b) Porque hay polticas que promueven un mayor uso de la justicia penal y la prisin.
Esta respuesta es resultado de investigaciones que verifican que no siempre existe
correlacin entre el aumento de las tasas penitenciarias y las de criminalidad,
habindose observado muchos casos en los que aumenta la poblacin penitenciaria
paralelamente a tasas de criminalidad planas o inclusive descendentes (Aebi 2003).
En el caso de los pases de Amrica Latina y el Caribe el ILANUD ha verificado
que ambos factores inciden en el crecimiento de las tasas de encierro,
retroalimentndose entre s. La criminalidad es muy alta, y tambin prevalecen
polticas de ms y ms severa justicia penal.
La regin de Amrica Latina y el Caribe, ostenta dos campeonatos mundiales
vergonzosos. En cuanto a la criminalidad, la regin tiene las tasas de homicidio
intencional ms altas del mundo (UNODC 2011 y 2013), y en cuanto al ingreso per
capita, tiene tambin la ms alta inequidad en su distribucin entre todas las regiones
del mundo (En frica hay ms pobreza, pero menor inequidad) (PNUD 2011, CEPAL
2011).
La investigacin criminolgica verifica que existe una alta correlacin directa entre la
inequidad de la distribucin del ingreso y las tasas de los homicidios intencionales y de
ciertos delitos contra la propiedad (FAJNZILVER y otros 2002; Carranza E. et alii,
2007). Veamos el grfico siguiente en el que se exhibe la correlacin entre el
coeficiente de Gini que mide la inequidad de la distribucin del ingreso al interior de los
pases y las tasas de homicidios en 138 pases del mundo. Se observa que las
puntuaciones ms altas del Gini (los casos de mayor inequidad), como asimismo las
tasas ms altas de homicidios corresponden a los pases de Amrica Latina y el
Caribe.

108
CONCLUSIONES

El uso excesivo de la prisin preventiva, el endurecimiento de las penas y la reduccin


de los beneficios penitenciarios hace que cada vez ms internos sean recluidos en los
establecimientos penitenciarios del pas.

Esta situacin, sumada a la limitada capacidad de albergue, causa una sobrepoblacin


penal que se ha duplicado en los ltimos cinco aos, pasando de una situacin de
hacinamiento de 68% en el 2010 a un hacinamiento crtico de 134% en el 2015, y que
55 de los 66 penales en el Per tengan en la actualidad ms internos que plazas
disponibles, afectando as los servicios destinados a su rehabilitacin (salud,
educacin y trabajo) y la seguridad dentro de las crceles en el pas.

La mayor parte de los internos son varones jvenes (de entre 20 a 34 aos) y registran
uno o dos ingresos a un penal. Slo el 11% de internos tiene una carrera delictiva
extendida con ms de 3 ingresos a penales (8,431 de 78,342 internos a marzo de
2016).

Los delitos ms frecuentemente cometidos por los internos en el Per, son el robo
agravado y el trfico ilcito de drogas. En tercer lugar, se encuentra la violacin sexual
de menores de edad, dato que llama la atencin en la medida que el Per es uno de
los pases donde existen ms casos de violencia sexual en la regin.

Existe un claro vnculo entre la edad y el gnero de los internos con el delito que han
cometido. As, por ejemplo, el robo agravado se comete principalmente por internos de
entre 20 y 34 aos, mientras que el trfico ilcito de drogas se intensifica entre las
edades de 25 a 44 aos y, en su forma agravada, entre los internos de 30 a 49 aos.

En el caso de gnero, la diferencia es an ms notoria, mientras que el interno varn


concentra su actividad delictiva en robos agravados y en violacin de menores de
edad, las mujeres registran una mayor incidencia en actividades vinculadas al trfico
ilcito y micro comercializacin de drogas.

El 44% de la poblacin penal sentenciada ha recibido una pena superior a los 10 aos,
lo que pone en evidencia la severidad de las penas impuestas por el sistema de
justicia. As, en los ltimos 4 aos, este tipo de penas se incrementaron en un 67%,

109
pasando de 9,962 internos en enero de 2012 condenados a penas mayores de 10
aos, a 16,605 en enero de 2016.

Ms del 40% de los internos tiene educacin bsica completa, un 9.4% tiene estudios
superiores, y ms del 90% tena una ocupacin laboral antes de su internamiento.
Estos son datos relevantes, pues contradice la creencia comn de que los internos son
personas que entraron al mundo del delito por falta de educacin o trabajo
necesariamente. Tambin desmitifica la creencia de que predominan personas que se
dedican al delito como un trabajo a tiempo completo.

Para el ao 2014, alrededor del 5% de los internos del pas estudiaban en los Centros
de Educacin Bsica Alternativa al interior de los penales, y entre 10% y 14% en
Centros de Educacin Tcnico-Productiva. En relacin al trabajo, en promedio solo 4
de 10 internos trabajaba en los penales a nivel nacional. Es una estadstica
relativamente baja, que podemos explicar por el hecho de que la mayora de internos
cuenta con educacin bsica o ha desempeado oficios anteriormente, y por tanto no
siente necesidad de involucrarse en trabajos o estudios dentro del penal.

Asimismo, de acuerdo con el Censo Penitenciario, la mayora de internos considera


que los trabajos ofrecidos en prisin no se adecuaban a sus intereses. En relacin a la
salud, existen cerca de 487 profesionales de salud del INPE, los cuales deben atender
a una poblacin penal de 77,242. As, en promedio, tenemos 1 profesional en salud
por cada 159 internos, lo que significa una cobertura de personal insuficiente. Este es
un dato preocupante, pues la principal causa de muerte de internos en el Per
obedece a problemas de salud. En el 2013, El 87% de los internos muri por causas
naturales, y el 22% de estos a causa de tuberculosis (TBC). Cabe recordar que, de
acuerdo la OMS (2007), y a los principios de Naciones Unidas para el Tratamiento en
Prisiones, todo interno tiene el mismo derecho a la salud que cualquier ser humano, y
el acceso debe estar garantizado en el marco de las polticas nacionales del sector
salud.

En el sistema penitenciario existen personas que cumplen sus condenas al interior de


los penales y aquellas que lo hacen en medio libre. Las personas en medio libre
comprenden aquellas que reciben beneficios penitenciarios y terminan de cumplir su
condena fuera de prisin, como aquellas que, desde el inicio reciben una sentencia
que impone restricciones pero que no implica un internamiento. Esta poblacin est

110
obligada a reportar sus actividades al INPE, aunque en el caso del Per, alrededor del
50% no lo hace.

Asimismo, de este grupo de personas que cumple su condena en libertad, los delitos
cometidos ms recurrentes son contra el patrimonio. Sin embargo, el porcentaje de
personas sentenciadas por delitos contra el patrimonio ha disminuido de 40.7% el
2010 a 32.6% el 2015. El segundo delito ms cometido por esta poblacin son los
delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, que ha pasado de representar el 14.5% en
el 2010, a 22.7% del total de delitos en el 2015.

Las prisiones son un mal necesario y, no obstante la indiscutible crisis de las penas de
privacin de libertad, previsiblemente habrn de seguirlo siendo durante mucho
tiempo. Los cambios de las estructuras sociales y de los regmenes polticos
determinarn, sin duda, modificaciones esenciales en la concepcin y realidad
sociolgica de la delincuencia; as como en las sanciones legales encaminadas a su
prevencin y castigo, pero es difcil imaginar el momento en que la pena de privacin
de libertad, predominante hoy da en los ordenamientos penales de todos los pases,
pueda ser sustituida por otra de distinta naturaleza que, evitando los males inherentes
a la reclusin, pueda servir en la misma o en mejor medida a las necesidades
requeridas por la defensa social.

La finalidad fundamental de doctrina y legislacin atribuyen en la actualidad a las


penas y medidas de privacin de libertad, entendida como reeducacin y reinsercin
social de los condenados, sin perjuicio de prestar atencin debida a las finalidades de
advertencia e intimidacin que la prevencin general demanda, y a la proporcionalidad
de las penas con la gravedad de los delitos cometidos que el sentido ms elemental
de la justicia requiere.

La Ley pretende significar que el penado no es un ser eliminado de la sociedad, sino


una persona que contina formando parte de la misma, incluso como miembro activo,
si bien sometido a un particular rgimen, motivado por el comportamiento antisocial
anterior de aquel y encaminado a preparar su vuelta a la vida libre en las mejores
condiciones para ejercitar socialmente su libertad.

Creemos pues entonces que, esta nueva institucin en nuestro sistema jurdico ira de
la mano con las ms avanzadas filosofas de respeto por los derechos humanos y con

111
ella se cumplira con el principio de que "el derecho no se detiene ante los muros de la
prisin". Tomando con ello la frase del filosofo alemn Federico Nietzsche "pero los
castigos no deben expresar desprecio; un criminal es siempre un hombre".

La poltica penitenciaria en el Paraguay es esencialmente represiva, apostando a


controlar la delincuencia a travs de mecanismos de seguridad amplios y mejor
equipados, as como de una abultada estructura judicial, obtenindose como resultado
final que ni se controla la criminalidad, ni se la reduce. El motivo es simple, pero grave:
la poltica penitenciaria est en abierta colisin con los avances tericos y doctrina que
se han producido en ese campo, con el agravante de soporta disociacin entre
discurso y praxis, pues se incorporan en las legislaciones los elementos ms
avanzados, pero se practica un sistema de control ineficiente que se ha demostrado
de manera inequvoca.

El alcance del mejoramiento de las condiciones socioeconmicas tiene un efecto doble


y potenciado, pues adems de reducir los niveles de criminalidad, impactar
positivamente tambin sobre la justicia penal, que dispondr de ms recursos para
destinar al tratamiento de los reclusos para su reinsercin en la sociedad. Esto se ha
demostrado sobradamente en los pases de mayor desarrollo, donde los contrastes
sociales se han reducido.

112
BIBLIOGRAFIA

Enciclopedia Jurdica Omeba, Editorial Bigliogrfica Omeba, Ancalo S.A. Tomo


XXII, pgina 11, Buenos Aires, 1973
La Sociedad carcelaria. Elas Neuman y Vctor J. Irurzun. Ediciones Depalma.
Buenos Aires. 1979.
Documento de UCSF: Qu Necesitan Las Crceles en la Prevencin del
VIH? Kaiser Family Foundation Publication Request (email para consultas:
[email protected].) University of California.
Trabajo de investigacin de la licenciada en Antropologa Social Beatriz
Kalinsky, antroploga-investigadora del CONICET: la pena judicial y sus
alternativas en reas interculturales en la provincia de Neuqun, en la
Repblica Argentina. La investigacin se realiz en San Martn de los Andes,
Junn de los Andes, Zapala, Mariano Moreno, Covunco, Las Lajas, Chos Malal,
Tricao Malal y Piedra del Aguila, y en todos los casos se trabaj con el
consentimiento informado del detenido y sus familiares.
Panorama normativo del Derecho Penitenciario. Jos Daniel Cesano (Doctor
en Derecho y Ciencias Sociales (por la Universidad Nacional de Crdoba).
Profesor invitado de la Ctedra de Derecho Penal I de la Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Crdoba. Profesor
contratado de la Ctedra de Derecho Penal de la Facultad de Ciencias
Jurdicas de la Universidad Catlica de Salta (Delegacin regional Neuquen).
Codirector de la revista "Ley, Razn y Justicia".-)
La Educacin bsica en los establecimientos penitenciarios. (www.unesco.org)
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