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De La Monstruosidad A La Alteridad

El artículo analiza la obra fotográfica de Diane Arbus y cómo exhibe las características de la monstruosidad y la alteridad. Arbus retrató a personas que se desviaban de la norma social para reflexionar sobre los límites de lo normal y diferente. Su trabajo anticipó un cambio en los valores sociales al representar a grupos marginados de una manera natural.
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De La Monstruosidad A La Alteridad

El artículo analiza la obra fotográfica de Diane Arbus y cómo exhibe las características de la monstruosidad y la alteridad. Arbus retrató a personas que se desviaban de la norma social para reflexionar sobre los límites de lo normal y diferente. Su trabajo anticipó un cambio en los valores sociales al representar a grupos marginados de una manera natural.
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DD

19

E LA MONSTRUOSIDAD A LA
ALTERIDAD EN LA OBRA
DE DIANE ARBUS
From monstrosity to otherness in Diane
Arbuss work
Gloria Ins Ocampo Ramrez*

Resumen: la monstruosidad, caracterstica escondida, Arbus, desde la reflexin que nos presenta a partir de
negada y exhibida, en distintas pocas y contextos culturales su nica y peculiar manera de percibir el mundo, los
en Occidente, subsiste y se muestra insistentemente rostros de la monstruosidad y la diferencia, as como de la
a pesar del ocultamiento; se da a conocer en diversas normalidad y la alteridad.
manifestaciones artsticas, literarias y cinematogrficas. En
el presente artculo derivado de la investigacin del mismo Palabras clave: monstruosidad, alteridad, feminidad,
nombre, presentada como trabajo de grado de la Maestra infancia, doble, Diane Arbus.
en Esttica de la Universidad Nacional de Colombia, sede
Medelln, interesa particularmente hacer un recorrido Abstract: monstrosity, a feature that throughout Western
por la obra fotogrfica de la artista norteamericana Diane culture has been hidden, denied and displayed, is still
persistently shown despite the concealment; it is disclosed
in various artistic, literary and film expressions. This paper,
derived from a research of the same name -and submitted
*
Artista Plstica de la Universidad de Antioquia, Magster en Esttica de la as final work for the Masters degree on Aesthetics at
Universidad Nacional de Colombia, sede Medelln. Lnea de profundizacin en
Semitica y Hermenutica con nfasis en Estudios Visuales. Docente de ctedra Universidad Nacional de Colombia, Medelln-, is mainly
de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia y del Centro de Estudios
Tcnicos CESDE, Medelln Colombia, [email protected] focused on the photographic work of the American artist,
Fecha de recepcin: 15 de enero de 2013 Diane Arbus. We discuss Diane Arbuss unique and peculiar
Fecha de aceptacin: 17 de junio de 2013

Revista TRILOGA No. 8 / ISSN 2145-4426 / enero-junio / 2013 / pp. 19 28


De la monstruosidad a la alteridad en la obra de diane arbus

way of seeing the world, the different faces of monstrosity LA PERSISTENCIA DEL MONSTRUO
and difference, as well as those of normality and otherness.
El pensamiento dicotmico, propio de Occidente, tiende
20 Keywords: monstrosity, otherness, femininity, childhood, a juzgar moralmente las acciones y las caractersticas del
double, Diane Arbus. hombre, valindose para ello de pares de opuestos tales
como: bueno-malo, correcto-incorrecto, normal-anormal,
sano-patolgico, entre otros. Categoras que a su vez tienen
INTRODUCCIN
un efecto excluyente ms o menos violento en cada
La sociedad como institucin colectiva y proyeccin del poca y cultura- de la diferencia, de lo heterogneo, de lo
individuo, est sujeta a introspecciones constantes que indagan catico que por diversas razones- simplemente se desva
sus elementos estructurantes como mtodo regulador y o no se ajusta al anhelado y sobreidealizado bien. Es en el
regenerativo en la tarea de acentuar su identidad, haciendo uso contexto de esta tradicin que se ha sostenido y reeditado
constante para esto de la formulacin de categoras distintivas, largamente la imagen del monstruo -del latn monstrum,
excluyentes y opuestas. Es en esta atmsfera evolutiva donde mostrar-, como aquel individuo sobrecargado de rasgos
la presencia y empleo de la monstruosidad se hace recurrente negativos y que por tanto es preciso, a nombre del orden
como mtodo efectivo de demarcacin de la norma. Para este y de lo bueno, esconder, ocultar y negar o, en el peor de
fin, las artes plsticas han sido una herramienta eficaz que los casos, eliminar. Diremos que las diversas estrategias
permiten la propagacin y puesta en comn de las variaciones frente al monstruo varan de acuerdo con el momento
en los lmites. Fue en este contexto donde se desarroll histrico y los contextos culturales, de modo tal que llama
la obra fotogrfica de Diane Arbus, que constituye una de profundamente la atencin la pervivencia y mutabilidad
las colecciones ms grandes e importantes en el mbito de dicha imagen, y lo necesaria que la misma resulta para
fotogrfico del siglo XX. Su obra refleja una bsqueda espiritual la instauracin y validacin de las estrategias de poder
y personal intensificada por su alto grado de conciencia de que la excluyen. O sea que en Occidente, cada forma de
la temporalidad y colectividad de su poca, preguntndose pensamiento dominante ha requerido siempre para
constantemente por lo que la rodea y la afecta. Su trabajo justificarse- de las imgenes de lo monstruoso, por tanto,
conmueve, impacta, porque exhibe los arquetipos de la cultura el orden y el centro, el caos y lo perifrico, se reclaman
norteamericana, anticipando un derrocamiento de los valores mutuamente.
de la sociedad de la que haca parte y a la que tanto critic;
sus monstruos se ven reflejados hoy en da como personajes
absolutamente normales y aceptables socialmente, dando paso
a la alteridad pues, al acostumbrarnos a lo que anteriormente
no soportbamos ver ni or, porque era demasiado chocante,
doloroso o perturbador, el arte cambia la moral, ese conjunto
de hbitos psquicos y sanciones pblicas que traza una
borrosa frontera entre lo que es emocional y espontneamente
intolerable y lo que no lo es (Sontag, 1973:51). Esta reflexin
busca presentarle al lector un panorama de la monstruosidad
en el mbito artstico, cultural y social y su relacin e influencia
en la obra de Arbus. Diane Arbus, Gemelas Idnticas, 1967
Gloria Ins Ocampo Ramrez

De ah pues, que tanto lo feo y lo desagradable a la vista, de la fragilidad humana, a lo cual nos referimos como algo
como lo que fsica, moral y socialmente transgreden las extrao y ajeno a nuestra condicin, como algo monstruoso.
normas establecidas, se considere monstruoso, es decir, Desde las primeras manifestaciones artsticas de la Prehistoria,
que muestra lo no aceptado aunque en muchos casos- se tienen imgenes y relatos de seres fantsticos y terribles, seres 21
secretamente deseado. metamrficos y extraos que nos asustan y a la vez nos ensean
cmo debemos actuar. Posteriormente, en la tradicin y en el
En sus distintos momentos, la cultura occidental ha delimitado imaginario judeocristiano, por ende patriarcal, se representa
bien sus monstruos para caracterizar y mostrar con ellos lo a la mujer como un ser monstruoso, en personajes como la
desviado, lo extrao, lo imperfecto, lo raro, lo anmalo, as prostituta, seductora y lujuriosa, que lleva a los hombres a la
como lo maravilloso, lo asombroso y lo extraordinario; tanto perdicin, lo cual se ilustra en figuras como Eva, Magdalena,
en lo espiritual, psicolgico y moral, como en lo fsico, lo social, Betsab y Salom, entre otras, que muestran cmo el mal se
lo poltico. Y el arte es el campo privilegiado donde se guarda personifica y se encarna en cuerpo de mujer. De igual modo,
la memoria de los diversos rostros y aspectos adoptados por en la Edad Media, las brujas y hechiceras representan la fuerza
lo monstruoso a travs de la historia, el arte cristaliza dichas del mal: amantes del demonio -a quien deben sus lujuriosos
imgenes de tal modo que en ellas tenemos el registro de las poderes de encantamiento- se relacionan con la noche, la
variadas concepciones del mal, de lo angustioso y finalmente danza, la luna, la s08exualidad desmedida y el libertinaje.

Tiziano, Magdalena penitente, 1565

Pero la comprensin mgico religiosa de lo desviado o est asociada a su apetito sexual desmedido, a su deseo
deforme ser relevada en la modernidad por explicaciones caprichoso e insaciable, a su gran poder de destruccin
fundadas en la naciente racionalidad cientfica, donde y manipulacin. Es la poca que ya no hablar tanto de
disciplinas como la psiquiatra, la antropologa, la brujas y dems seres fantsticos sino que crea y potencia
sociologa el psicoanlisis, permitirn por ejemplo, en categoras como femme fatale, mujer histrica, mujer
el siglo XIX, alimentar el imaginario segn el cual se vampiresa, entre otras, para nombrar de tales formas
asume que el mal y la dimensin negativa de la mujer todo aquello que de lo femenino escapa o subvierte

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De la monstruosidad a la alteridad en la obra de diane arbus

el ideal virginal, domstico y virtuoso conveniente al y Oscar Wilde, sus clebres cantos a la belleza seductora y
espritu burgus del momento (Eco, 2007). Es sobre todo destructiva, desestabilizadora del orden establecido. Y en
en la literatura, en la poesa, en el arte y en la naciente el campo terico, vanse los estudios de Sigmund Freud y
22 industria del cine, donde con mayor fuerza se destacan Jean Martin Charcot sobre la histeria, sobre la necesidad
y se celebran tales rasgos que muestran la disidencia de darle la palabra y aprender de ella acerca del cuerpo
moral de la mujer, mostrndola como fuerza ciega de la y de la sexualidad femenina. En estas diversas fuentes
Naturaleza, realidad seductora pero indiferenciada, ninfa parece que queda insinuado que la tendencia a vincular
insaciable, virgen equvoca, prostituta que vampiriza lo femenino -particularmente lo que tiene que ver con
a los hombres, belleza reptiliana, primitiva y fatal la sexualidad- con lo monstruoso, en nuestra tradicin,
(Puleo, 1997:169). Vanse por ejemplo las imgenes de la es producto de un imaginario masculino, temeroso ante
vampiresa en obras como El Vampiro de Edward Mnch, y la dislocadora fuerza femenina, tal como apuestan Jos
las mujeres que recrea Gustav Klimt. De igual modo, vase Miguel Corts y Mario Praz, por ejemplo.
en E.T. A Hoffmann, Charles Baudelaire, Edgar Alan Poe

Edvard Munch, La vampira, 1895

EL MONSTRUO SE MUESTRA en protagonistas centrales de los espectculos de las


ferias y los circos. Particularmente, en este sentido,
Fiel a la condicin del monstrum, la modernidad no nos encontramos con el Circo Americano de Phyneas
se priva de extraer rditos de una variada lista de seres Taylor Barnum, un empresario norteamericano que
anmalos fsica o psicolgicamente. Es as como en se dedicaba a exhibir de forma ambulante distintos
las grandes ciudades la exhibicin, venta y exposicin shows protagonizados por personajes monstruosos
de tales seres lleg a ser un autntico negocio, que como enanos, gigantes, hombres micro ceflicos,
se lucraba de una sociedad que los rechazaba o se albinos, obesos, siameses, entre otros fenmenos
aproximaba con fascinacin morbosa: los monstruos (Dylan, 2012: 14).
se convierten as en objetos de atraccin y curiosidad,
Gloria Ins Ocampo Ramrez

23

Curiosidades del Circo de P. T. Barnum

Aunque la observacin del llamado monstruo produce y de las disciplinas sociales y humanas, a partir de lo
miedo y repugnancia, as como fascinacin y curiosidad, lo cual es necesario promover la formacin de individuos
ms llamativo del siglo XIX, al respecto, es que renueva la normales, sanos, econmicamente productivos, y moral
concepcin de tal individuo, de modo que ahora lo considera y polticamente correctos y disciplinados, pues no de
tan humano como cualquiera, y lo que pretende la ciencia es otro modo es sostenible en el tiempo el ideal de una
explicar su peculiaridad, deformidad o desviacin, es decir, nueva poca y nuevo orden social, econmico, poltico,
que la ciencia individualiza al monstruo, lo convierte en caso moral, etc.
mdico, clnico, patolgico en todo caso. Nace as el inters por
captarlo cientficamente: se ha acabado definitivamente, en
efecto, con la monstruosidad como manifestacin diablica o
divina, aberracin curiosa, producto grotesco de los delirios
de la imaginacin femenina, fruto incestuoso de la relacin
entre el hombre y la bestia (Courtin, J., 2005).

En el seminario sobre Los Anormales (Foucault, 2007), y


en la obra colectiva Historia del cuerpo dirigida por Alain
Courbin, principalmente la tercera parte del volumen
III, titulada Desviaciones y peligros, en su primer
captulo: El cuerpo anormal. Historia y antropologa
culturales de la deformidad escrito por Jean Jacques
Courtine y Georges Vigarello, podemos constatar cmo Diane Arbus, Sin ttulo, 1967
la exposicin del monstruo, el loco, el deforme, tiene
adems una finalidad ejemplarizante y normatizante Es tambin en el siglo XIX cuando la imagen del monstruo se
en el transcurso del siglo XIX, pues es el momento masifica gracias a la aparicin de dispositivos tcnicos como
de la consolidacin del capitalismo, de la psiquiatra

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De la monstruosidad a la alteridad en la obra de diane arbus

la fotografa y el cine, que permiten la democratizacin de monstruos. En s misma es una historia simple pero que
la imagen, del retrato y por ende, la imagen del monstruo. da cuenta de la vulnerabilidad y fragilidad del ser humano
Desde sus comienzos, en el cine no se hizo esperar la en todo sentido. Es una pelcula que recrea con una gran
24 presencia del monstruo, pues los monstruos, desde la potencia visual la aberracin y la monstruosidad, pero
invencin del cinematgrafo en el cambio de siglo, haban que adquiere sentido, en cuanto refleja la solidaridad y el
abandonado las barracas para invadir las pantallas compaerismo como cualidades humanas; ensea que la
(Courtin, J., 2005: 243). El gnero de horror en el cine monstruosidad est presente en gestos, actos y pensamientos
est presente incluso desde la misma invencin de este, del hombre, ms que en su imagen o apariencia fsica.
pues la proyeccin de la pelcula de los hermanos Lumire
atemoriz de tal manera a los espectadores, que estos
salieron asustados de la sala pensando que el tren los iba
a arrollar; de este modo, aparecen diferentes pelculas que
relatan historias del ms all, de monstruos, y que tienen
como tema central la prdida de la identidad, son muestra
de ello: El gabinete del doctor Caligari (1919) dirigida
por Robert Wiene, Nosferatu (1922) por F.W. Murnau,
Frankenstein (1931) por James Whale, y El doctor Jekyll
y Mr. Hyde (1931) por Rouben Mamoulian, en las que se
exponen personajes monstruosos caractersticos del cine
de horror. Ser pues la pelcula Freaks: La parada de los
Afiche de la pelcula Freaks: La parada de los monstruos
monstruos (1932) de Tod Browning, el culmen de este
gnero.
DIANE ARBUS O LOS ROSTROS DE LA ALTERIDAD
La parada de los monstruos, pelcula inclasificable,
acontecimiento singular en la historia del cine, rompe en Las imgenes que presenta el cineasta de inicios del
efecto de manera radical con el horror tranquilizador de las siglo XX Tod Browning en freaks: la parada de los
convenciones del cine de miedo un escaln esencial en monstruos, reclaman los ms profundos temores del
la historia de las representaciones del cuerpo anormal, un hombre y lo obligan a enfrentarse con esos miedos
umbral en la genealoga de la percepcin de la deformidad subestimados que se pretenden ocultar y recubrir con el
humana (Courtin, J., 2005). ideal de belleza. Browning posee una visin ominosa de
las diferencias, visin particular que en cierta medida,
Freaks: La parada de los monstruos, es una historia influencia a un sinnmero de artistas y directores
de amor entre dos personajes de circo, distintos fsica y posteriores a l como David Lynch, Tim Burton, David
psicolgicamente, donde se encuentra la obsesin por el Cronenberg, y particularmente a la fotgrafa Diane Arbus,
dinero que lleva a Cleopatra, la protagonista de la historia, a quienes poetizan e idealizan lo monstruoso y lo abyecto,
envenenar a su supuesto amado, el enano Hans. puntualizando sobre la fragilidad humana, sobre la
imperfeccin inherente a todos, de la cual habitualmente
Cleopatra, al verse descubierta por la comunidad circense, apartamos la vista.
se burla y jacta de su belleza comparada con ellos que son
Gloria Ins Ocampo Ramrez

La diferencia ha sido culturalmente excluida, apartada siempre estuvieron ausentes y delegaron la crianza de sus
y discriminada en la medida en que es distante de lo hijos a las nieras e institutrices. A los dieciocho aos
socialmente considerado normal, aun as la disparidad contrae matrimonio con Allan Arbus, de quien no solo
nos colma de curiosidad; en el encuentro con la otredad se toma su apellido sino tambin la tcnica de la fotografa: 25
alteran los parmetros y los criterios de valor en los que se l es su primer maestro, con quien trabaja como asistente
soporta la relacin cotidiana con los dems y con nosotros durante muchos aos en los encargos de fotografa de moda
mismos: el rostro del otro suscita una impresin de la que para las revistas ms famosas de la poca, como Vogue
no siempre es fcil deshacerse (Le Breton, 2010: 61), an (Boswort, 1999: 83). Sin embargo, Diane Arbus consideraba
ms cuando esa alteridad es monstruosa. Los actores de este oficio como demasiado frvolo, demasiado efmero
la pelcula de Browning, Freaks, son actores naturales, lo (Boswort, 1999: 84), razn por la cual decide retirarse para
cual quiere decir que sus deformidades y desproporciones encontrar su horizonte como fotgrafa.
son reales, hecho que cautiva a quien observa la pelcula y
que apasiona enormemente a la fotgrafa norteamericana Una pasin que nunca la abandon, fue de observar y
Diane Arbus, quien desarrolla su obra en la dcada de los analizar todo lo que la rodeaba, particularmente si se
sesenta: trataba de algo extrao, repudiado por la sociedad, o
diferente:
La pelcula cautiv a Diane, porque los monstruos no
eran imaginarios sino reales, y esos seres -enanos, idiotas, En su infancia le haban prohibido que mirara todo lo
contrahechos- siempre haban sido para ella motivo de que fuera anormal: un albino con los ojos rosa a medio
atraccin, de reto y de terror, porque constituan un cerrar, un beb con labio leporino o una mujer gorda
desafo a muchas convenciones. A veces Diane pensaba como un globo debido a alguna misteriosa deficiencia
que su terror estaba vinculado a algo que yaca en lo ms glandular. Como se lo haban prohibido, Diane los
profundo de su subconsciente, cuando contemplaba el miraba con ms atencin, y desarroll una profunda
esqueleto humano o la mujer barbuda pensaba en un simpata por toda rareza humana. Esas criaturas
ser oscuro y antinatural que llevaba oculto dentro de s extraas haban tenido madres normales, pero haban
misma (Boswort, 1999: 86). salido del tero, alterados por una misteriosa fuerza que
no llegaba a comprender. (Boswort, 1999: 86)
Ser espectadora de la pelcula culmen de Browning,
desat en Arbus un latente y potente inters que desde La reflexin de la que parte la obra de Arbus se solidifica
nia confiesa sentir hacia determinados seres extraos y gracias al ocultamiento y repulsin hacia la extraeza y la
diferentes, aquellos fenmenos repudiados por la sociedad. anormalidad imperante en la poca, y sobre todo en su
Esta pelcula suscit en ella el inters de direccionar su familia, lo que la lleva a curiosear, perseguir y escudriar
bsqueda artstica en torno a estos individuos: buscndolos, en la vida de seres extraos, marginados, diferentes, que
persiguindolos e indagando en sus vidas para luego encontraba en las calles de Nueva York. Arbus aboca su
retratarlos directamente. inters no solo en la simple curiosidad que le causa la vida
de estos personajes sino que se deleita retratando a estos
Diane Arbus, antes llamada Diane Nemerov, nace el 14 de individuos, considerados en diferentes pocas como seres
marzo de 1923 en Nueva York en el seno de una rica familia monstruosos o casos cientficos: gigantes, albinos, enanos,
juda, propietarios de tiendas de ropa en Manhattan. Fue hermafroditas, anormales, as como de igual forma se
siempre una nia mimada, rodeada de lujos y comodidades, interesa por capturar con su lente personas normales
pero tambin de soledad y carencias afectivas, sus padres fsicamente, develando en ellos la marginalidad, la

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De la monstruosidad a la alteridad en la obra de diane arbus

enajenacin, el ensimismamiento Diane Arbus revela la en ella, es la expresin misma de la alteridad, pues el otro
monstruosidad camuflada en la supuesta normalidad, nos siempre se presenta y se conoce por medio del rostro ya
ensea que nadie es tan normal como intenta manifestarse. que fuera del rostro humano, no hay en el mundo figura
26 Con la destreza de su mirar, Arbus pasa del inters por la alguna que permita a una multiplicidad tan grande de
monstruosidad ms destacada, hacia la ms sutil alteridad. formas y de planos penetrar en la unidad de sentido tan
Pero para llegar a ser lo que fue- Arbus tambin recibi absoluta (Le Bretn, 2010:50).
gran influencia de Lisette Model, fotgrafa juda nacida
en Viena en 1906, quien le ensea que la fotografa es En el rostro del otro se reconoce la propia identidad:
una emocin pura que posee el poder de perturbar al variable, inestable, fracturada. Hay una estrecha relacin
otro (Boswort, 1999: 96). Gran fotgrafa y retratista, entre la construccin del individuo y la presencia inmediata
interesada en fijar en sus imgenes la vejez, la mendicidad, del otro, y de lo otro de uno mismo, una doble apertura
la fealdad temas cotidianos y ordinarios que realzados hacia la alteridad; relacin compleja y no necesariamente
en formatos grandes y composiciones a blanco y negro idlica, agradable y armnica, ms bien es un encuentro
generaban gran dramatismo. Model aparte de ser fotgrafa en el que el otro y lo otro se muestran, y al mismo tiempo
fue una excelente docente que enseaba a sus alumnos se ocultan; nos afirman y al mismo tiempo nos inquietan
la tcnica fotogrfica, pero adems que la relacin e interrogan: la alteridad es socialmente transformada
entre fotgrafo y fotografiado deba ser descarnada, en estigma, la diferencia engendra el diferendo. El espejo
visceral, para lograr fotografas de calidad. Lecciones que del otro ya no es susceptible de esclarecer el propio (Le
aprendi y puso en prctica en la realizacin de su obra Bretn, 2010:249). No obstante, es en ese otro en quien nos
su alumna ms aplicada, Diane Arbus, quien va ms all identificamos y a la vez pretendemos no parecernos.
de la monstruosidad, rastreando la alteridad en el rostro
humano, poniendo en vilo las nociones de identidad, de
lo femenino, la infancia y el doble, ensendonos en sus
CONCLUSIONES
fotografas de mujeres, de nios, de gemelos, esa pulsin
A pesar de que Susan Sontag (Estados Unidos visto por
monstruosa que est presente en cada ser humano sin
fotografas, oscuramente, 1973) pretendi hacer ver la
importar sus condiciones fsicas, morales o sociales.
obra de Arbus como una srdida y engaosa imagen de la
sociedad norteamericana de su poca, por el contrario esta
En sus retratos pone en escena lo inmostrable, lo que
nos devela un sinnmero de rostros, donde es imposible
socialmente hemos aprendido a reprimir y evitar, en
no reconocernos y encontrarnos reflejados a pesar de las
palabras de Freud, lo que debiendo permanecer oculto se
distancias sociales, culturales y temporales. Su gran legado
ha manifestado revelndonos la propia humanidad en el
fotogrfico ha marcado la obra de muchsimos artistas
rostro del otro, en la otredad.
como Amy Arbus, quien tambin se dedica a la fotografa y
plasma en sus imgenes la gran influencia que su madre
Cuando observamos las fotografas de Diane Arbus,
ejerci en ella, no solo como artista sino como persona,
notamos que en la mayora de esos hombres existe un
Joel Peter Witkin, Ashkan Honarvar, David Lynch, Stanley
alejamiento de la norma, una potencia de marginacin, de
Kubrick, David LaChapelle, Annie Leivovitz, Nan Goldin,
oposicin y resistencia a lo establecido, que desborda. El
Richard Avedon, entre muchos otros artistas que reflejan en
acto de mirar al otro, de enfrentarse a l cara a cara, el
sus obras un gran inters por la diferencia, por la otredad y
rechazo de su imagen pero al mismo tiempo el reconocerse
la marginalidad que redunda en su sociedad y que buscan
Gloria Ins Ocampo Ramrez

plasmar de manera particular. Su gran aporte a la fotografa Praz, M. (1999). La carne, la muerte y el diablo en la
fue notorio y an ms visible despus de su muerte en 1971, literatura romntica. Barcelona: El Acantilado.
momento en el que se inicia una serie de exposiciones, en las
Puleo, A. (1997). Mujer, sexualidad y mal en la filosofa 27
que el legado de la artista trasciende la penumbra para irradiar
contempornea. Daimon. 14, 167-172.
toda su luz hasta nuestros das. An hoy su obra no pierde
vigencia, pues devela para nosotros -a travs de su visin tan Sontag, S. (1973). Sobre la Fotografa. Buenos Aires:
particular- un mundo que cuanto ms nos inquieta, ms Edhasa.
descubrimos como ntimamente nuestro. Su obra va ms
Wilde, O. (1999). El retrato de Dorian Gray. Espaa:
all del inters por la diferencia manifiesta bajo la forma de
Atenea, 1999.
la marginalidad e irregularidad, es decir, su obra trasciende
la monstruosidad fsica, mental y social, para adentrarse de Freud, S. (27 de julio de 2011). Lo siniestro. [On
modo sutil, pero implacable, en la otredad y alteridad inherente line]. Disponible en: http://wwww.librodot.com/
a cualquier rostro, a cualquier gesto o rasgo, alteridades que en searchresult_author.php?authorName=F
s, configuran un mundo del que todos hacemos parte.
Goldman, J. (27 de julio de 2011). Diane Arbus: The Gap
between Intention and Effect. [On line]. Disponible
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De la monstruosidad a la alteridad en la obra de diane arbus

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Disponible en: http://www.revistadefilosofia.com/17- del anonimato en la sobremodernidad. [On line].
05.pdf. Disponible en: http://www.margencero.com/articulos/
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