Entre Las Gracias y El Molino Sata Nico Paz Moreno Feliu Reducido PDF
Entre Las Gracias y El Molino Sata Nico Paz Moreno Feliu Reducido PDF
desembarazarse de ciertas abstracciones, como pueda ser la distinción entre ~pos profesionales y pe
derecho personal y derecho real, o que está a punto de añadir otros derechos _ , como Durkheim ya pr
al derecho brutal de la venta y del pago de servicios. Hay que decir que esta
revolución es saludable. Haciendo esto, se -
::al del derecho, a l; p
En primer lugar, regresamos, y es necesario regresar, a las costumbres del ~ear que el ciudadano :
<<gasto noble». Es necesario que, al igual que ocurre en los países anglosajo- ~e ni muy realista. Sólo e
nes y en muchas otras sociedades contemporáneas, ya sean salvajes o muy m ismo, pero también
civilizadas, los ricos vuelvan - libremente o a la fuerza- a considerarse :::po de realidad cuando
como una especie de tesoreros de sus conciudadanos. Entre las civilizaciones wúe teniendo en cuenta
antiguas -de las que venimos nosotros- algunas tenían jubileos (de deudo- ociedad. Esta m orali
res), otras, liturgias (deberes) tales como las coregias y triarquias, las syssitias _ ·olucionadas, a las del
(comidas en común), y el edil y las personalidades del consulado estaban ~Jodamos imaginarno .
obligados a gastar. Deberíamos remontarnos a leyes de ese tipo. También ha · · os jurídicos, sino que
que preocuparse más por el individuo, por su vida, por su salud, por sú edu- : rque son ellos, es la oci
cación -cosa, por otra parte, rentable- , por su familia y por su futuro. Hace - h u eso los que han actua
falta una dosis mayor de buena fe, de sensibilidad y de generosidad en lo
contratos de alquiler de servicios, de alquiler de viviendas, de venta de pro- Pero, permítannos de
ductos básicos. Y será más que necesario que encontremos un medio para - denominar sistema de
limitar los beneficios de la especulación y de la usura. :: que los individuos y lo
--rema económico y juri
Sin embargo, es necesario que el individuo trabaje y que se esfuerce en _ n cebir. Constituye la b
contar consigo mismo más que con los otros. Por otra parte, es necesario que ~ ercambio. Es el tipo de
defienda sus intereses personal y colectivamente. El exceso de generosidad y ;" taría que se encamina
el comunismo serían tan dañinos para él y para la sociedad, como lo son el --. ' antiguas de este si e
egoísmo de nuestros contemporáneos y el individualismo de nuestras leyes. m ado de dos sociedad
En el Mahabharata un genio malevolente de los bosques le explica a un
En un corroboree , una
Brahmán que daba demasiado y sin motivo: <<Por eso estas delgado y pálido».
Hay que evitar la vida del monje y la de Shylock. La nueva moral consistirá ::.:rin (centro oriental de
_ rra en el lugar sagra o,
en una buena mezcla de realidad y de ideal.
::."jando la otra en la e p
Así que podemos y debemos regresar a la sociedad arcaica, a sus elementos. =:xrremo del espacio de daJ
Nos reencontraremos con los motivos de la vida y de la acción que han conoci- _ m o por ejemplo: <<Mi úe
do numerosas clases y sociedades: la alegría de donar en público, el placer de amigos le << ponen un
gastar generosamente en las artes, las satisfacciones de la hospitalidad y de las _:J.alquier otra arma, en
fiestas privadas y públicas. La seguridad social, las atenciones de la mutualidad, -.. e lo que su mano pueda
de la cooperación, del grupo profesional, de todas aquellas personas morales
En la tribu de los w · ~
que el derecho inglés registra como Friendly Societies, valen más que la simple
_ frades, jefes de otro e-
seguridad personal que el noble garantiza a su vasallo, más que la vida rastrera
que permite el salario diario acordado por la patronal, e incluso, más que el aho- modelo de las reglas
rro capitalista, cuya base es un crédito cambiante. d.ias de América del .'\or
_ mida y el tabaco a los re
Es posible imaginarse lo que sería una sociedad en la que rigiesen estos y - o, un fragmento del di
similares principios. En las profesiones liberales de nuestras grandes nacio- ~ ; está bien; ¿Qué otra CO!
nes funciona, hasta cierto punto, una moral y una economía de este tipo. El a y vosotros os habé · •
honor, el desinterés, la solidaridad corporativa no son palabras vanas ni con- _spíritus y habéis venido a
trarias a las necesidades del trabajo. Humanicemos del mismo modo otro dos y yo os saludo una '
--y EL MOLINO SATÁNICO E... SAYO SOBRE EL DON 163
-- -er la distinción entre grupos profesionales y perfeccionémoslos todavía más. Será un gran progre-
-" añadir otros derechos o, como Durkheim ya preconizaba.
Hay que decir que esta Haciendo esto, según nuestro parecer, regresaríamos al fundamento esen-
cial del derecho, a los principios de una vida social normal. No hace falta
¡su-, a las costumbres del d esear que el ciudadano sea ni muy bueno ni muy subjetivo, ni muy insensi-
_ en los países anglosajo- ble ni muy realista. Sólo es necesario que posea una consciencia profunda de
·a sean salvajes o muy í mismo, pero también de los otros, de la realidad social (¿Hay algún otro
~erza- a considerarse tipo de realidad cuando tratamos sobre asuntos morales?). Es necesario que
- Entre las civilizaciones actúe teniendo en cuenta sus propios intereses, los de los subgrupos y los de
¡::úan jubileos (de deudo- la sociedad. Esta moralidad es eterna, y se aplica igual a las sociedades más
- rriarquias, las syssitias evolucionadas, a las del futuro inmediato que a las menos desarrolladas que
..:- del consulado estaban p odamos imaginarnos. Estamos tocando el meollo. Ya no hablamos en tér-
·e ese tipo. También hay minos jurídicos, sino que hablamos de l¡ombres y de grupos. De hombres,
:10r su salud, por su edu- porque son ellos, es la sociedad, son los sentimientos de los hombres de carne
•. ·a y por su futuro. Hace y hueso los que han actuado siempre y en todas partes.
'" de generosidad en los Pero, permítannos demostrar lo anterior. El sistema que hemos propues-
i endas, de venta de pro- to denominar sistema de prestaciones totales, de clan a clan, es decir, aquel
nrremos un medio para en que los individuos y los grupos intercambian todo entre sí, constituye el
istema económico y jurídico más antiguo que hemos podido constatar y
aje y que se esfuerce en concebir. Constituye la base sobre la que se ha construido la moral del don-
tra parte, es necesario que intercambio. Es el tipo de sistema hacia el que, guardando las distancias, nos
exceso de generosidad y gustaría que se encaminasen nuestras sociedades. Para esclarecer las fases
-ociedad, como lo son el m ás antiguas de este sistema jurídico vamos a poner dos ejemplos que hemos
talismo de nuestras leyes. tomado de dos sociedades distintas.
bosques le explica a un En un corroboree, una danza pública de tema dramático, de Pine Moun-
~ estas delgado y pálido >> . tain (centro oriental de Queensland) cada individuo, cuando llega su turno,
nueva moral consistirá entra en el lugar sagrado, portando en una mano el propulsor de lanzas y
dejando la otra en la espalda; después lanza su arma desde un círculo al otro
arcaica, a sus elementos. extremo del espacio de danza, mientras grita cuál es su lugar de procedencia,
~la acción que han conocí- como por ejemplo: «Mi tierra es Kunyan». Se detiene un momento en el que
en público, el placer de us amigos le «ponen un regalo», que puede ser una lanza, un boomerang o
, de la hospitalidad y de las cualquier otra arma, en su otra mano. << Un buen guerrero puede recibir más
.enciones de la mutualidad, que lo que su mano pueda coger, sobre todo si tiene hijas casaderas ».
aquellas personas morales En la tribu de los Winnebago (tribu Sioux), los jefes de clan dirigen a sus
, valen más que la simple cofrades, jefes de otros clanes, unos discursos muy característicos, que son
o, más que la vida rastrera un modelo de las reglas de etiqueta tan extendidas entre las civilizaciones
l, e incluso, más que el aho- indias de América del Norte. Durante la fiesta del clan, cada clan prepara la
comida y el tabaco a los representantes de los otros clanes. Veamos, por ejem-
d en la que rigiesen estos y plo, un fragmento del discurso del jefe del clan de las Serpientes: <<Yo os salu-
e nuestras grandes nado- do; está bien; ¿Qué otra cosa podría hacer? Soy un pobre hombre que no vale
economía de este tipo. El nada y vosotros os habéis acordado de mí; está bien ... Habéis pensado en los
~o n palabras vanas ni con- espíritus y habéis venido a sentaros conmigo ... Vuestros platos van a ser col-
tos del mismo modo otro m ados y yo os saludo una vez más, a vosotros, humanos, que vais a ocupar el
164 ENTRE LAS GRACIAS Y EL MOLINO SATÁNICO - "SAYO SOBRE EL DO
lugar de los espíritus, etc.». Después de que cada uno de los jefes haya comi- ::o _ todavía está ligado a¡
do y hayan hecho las ofrendas del tabaco en el fuego, la fórmula final expre- ·cas, por ejemplo el me
sa el efecto moral de la fiesta y de todas las prestaciones: <<Üs agradezco que _ fantienen un carácter ce
hayáis venido a ocupar este asiento, os estoy muy reconocido. Me habéis ·ros y de derechos. D
dado valor ... Las bendiciones de vuestros abuelos (que han tenido revelacio- :uestión planteada por I
nes y a quien vosotros encarnáis), son iguales a las de los espíritus. Está bien ción de valor económi
que hayáis participado de mi fiesta. Así debe ser, como han dicho nuestros ~regu ntas relativas a las -
antepasados: <<Vuestra vida es débil, y sólo os puede fortalecer el «Consejo de rmeque>>, de la permu clli
los valientes». Me habéis aconsejado ... Eso es la vida para mí». =n este punto seguían a )
rigen de la división del u
Así, de un extremo a otro de la evolución humana, no existen dos tipos de
=n sociedades de todo ti
sabiduría. Por tanto, adoptemos como principio de nuestra vida el que ha
::es, las generaciones y lo
sido y será siempre un principio: salir de uno mismo, dar, libre y obligatoria-
~ lugar los contacto -
mente. No nos arriesgamos a equivocarnos. Un bello proverbio maorí dice:
f .:encia económica, de una
Ko Maro Kai atu o mina nuestra compra-1
Ko Maro Kai mai :.1gadas en la Bolsa.
Ka ngohe ngohe.
Sin embargo, podem~
Da tanto como coges y todo irá muy bien. ::tos disolver, unir, colore¡
~ e nos hemos servido. L
~alo o don no son en ~
11. Conclusiones de sociolo~·ía económica y de economía política eno pasar por el cri ol
ner en oposición: liber
Todos estos hechos no sólo iluminan nuestra moral y dirigen nuestros
m orro, interés y utilidad
ideales, sino que a partir de la luz que arrojan, podemos analizar mejor los
tilateria: escojamos, por ej
hechos económicos más generales y, al mismo tiempo, el análisis nos ayudará
:odos los actos económicc
a percibir cuáles son los mejores recursos de gestión aplicables a nuestras
la de la prestación pun
sociedades. tercambio puramente in
En repetidas ocasiones hemos visto qué lejos de la economía del don- que allí ha florecido .
intercambio se encuentran las premisas de la llamada economía natural, del
Malinowski ha hecho
utilitarismo. Todos estos considerables fenómenos de la vida económica de
·~ ta de los motivos (im en
los pueblos - digamos, para fijar las ideas en nuestra mente, que representan
::onstatado entre los Tro
la civilización neolítica- y todos los importantes vestigios de estas tradicio-
:rueque con regateo. En 4
nes en sociedades más próximas a la nuestra, o en nuestras propias costum-
alinowski, el puro don
bres, escapan a los esquemas que habitualmente nos aportan los pocos eco-
:;:rarecer, uno de los hecho
nomistas que han querido comparar las distintas economías conocidas.
....clara profundamente las
Añadamos nuestras repetidas observaciones a las de Malinowski, quien ha
-~ en la relación que estab.
dedicado un trabajo a <<hacer saltar» las doctrinas al uso sobre la economía
::o a la esposa de una es¡Je(
<<primitiva>>.
ente, los regalos al je -
Sigamos una sólida cadena de hechos: la noción de valor se aplica tam- ·agali) son indemnizacio1
bién en estas sociedades. Se logran amasar grandes excedentes, hablando en _·emplo, los velatorios fur:
términos absolutos. A menudo se gastan sin provecho alguno con un lujo - - r ealmente desintere ad
relativamente enorme que no tiene nada de mercantil. Son signos de riqueza que no sólo pagan por
y tipos de dinero que se intercambian. Además, toda esta riquísima economía -anzas beneficiosas que
contiene numerosos elementos religiosos: el dinero aún posee su poder mági- - ·anza entre una tribu de
166 ENTRE LAS GRACIAS Y EL MOLINO SATÁNICC -=:._- AYO SOBRE EL DON
Este hecho general nos lo hemos encontrado en tierras maoríes, tsimshian. rutales. Así, después de
etc. Vemos, pues dónde radica la fuerza, a la vez mística y práctica, que liga socios, y tras haber 1m
a los clanes, al tiempo que los divide, que divide su trabajo y a la vez les obH- - , a los collares, a la ca
ga a intercambiar. También en estas sociedades el individuo y el grupo, un, regalos de apertura
sobre todo el subgrupo, han sentido siempre el derecho soberano a rechazar o, el mago, no sin e~
el contrato y esto es lo que ha dado el aspecto de generosidad a la circulación
de bienes. Por otra parte, normalmente, no tenían ni el derecho ni el interés Yo derribo la
en su rechazo. Es esto lo que hace a estas distantes sociedades tan familiar _ etc. Mi hechizo ll.
hundirse ... etc. _
a las nuestras.
brujos al volar. 1i ·
El uso del dinero nos sugiere otras reflexiones. Los vaygu 'a trobriandeses
los brazaletes y collares, al igual que los cobres del noroeste americano, o lo_ Ser el primero, el Illá
-:~o :
esto es lo que se b
wampum iroqueses son al mismo tiempo, riqueza, signos de riqueza, medi
de cambio y medio de pago, así como objetos a donar o a destruir. Son tam- =jefe confirma su mana
bién compromisos ligados a las personas que los usan, y estos compr6miso: ba de recibir. Mantie
~n te a collares, hospi
les unen. Por otra parte, como sirven de indicadores de dinero, hay interés e:r:
darlos para poder obtener otros nuevos que se transforman en mercancías o la riqueza es, desde
en servicios que se reconvierten a su vez en dinero. tigio como una co a ú
m ismo entre nosotro
Se diría que el jefe trobriandés o el tsimshian actúan, salvando las distan- "'dio de dominar a lo h
cias, cómo un capitalista que sabe deshacerse de su dinero en el momem
apropiado para reconstruir a continuación su capital mobiliario. El interés ~ Pongamos ahora a p n
el desinterés explican igualmente esta forma de circulación de riqueza y !- a la de desinterés: la de
circulación arcaica de los signos de riqueza que la acompañan. d. Tampoco ésta e
'lar anima a los jef
Ni siquiera la destrucción pura de riquezas se corresponde con el desape- :_~los andamaneses, etc.,
go total que uno creería haber encontrado. Los actos de grandeza no estáL - os nobles germanos,. (
tampoco exentos de egoísmo. La forma suntuaria pura de consumo, cas. _- la fría razón del m~r
siempre muy exagerada, y a menudo puramente destructiva, en la que unas - ilizaciones también l
cantidades considerables de bienes que ha llevado mucho tiempo amasar _ a la de nuestra época.
que se dan o se destruyen de golpe, especialmente en el caso del potlatch, da;;, • , para tener a los h01
a estas instituciones un aire de derroche, de dispendio, de prodigalidad infan- - o sobre todo, biene de
til. En efecto, no sólo se hacen desaparecer cosas útiles, alimentos exquisit = ediatamente durante l
consumidos en exceso, sino que se destruyen por el placer de destruir objet a quien había hecho
como por ejemplo, los cobres, esos dineros que los jefes tsimshian, tlingit _ _-ompensarle por la pér
hai:da lanzan al agua o que los jefes kwakiutl y sus tribus aliadas destrozru:. -~erés, pero este interés e
El motivo de estos dones, de ese consumo furioso, de estas pérdidas y de e ~- día. ( ... )
destrucciones enloquecidas de la riqueza no es de ningún modo desinteresa-
do, sobre todo en las sociedades del potlatch. Mediante los dones se estable ~ Son nuestras socieda
una jerarquía entre jefes y vasallos, entre vasallos e inquilinos. Dar es sign o, al hombre en un a.J
de superioridad, de ser más, de estar más alto, de ser magister; aceptar ·- os a ese género. Entre .
retornar o sin devolver nunca nada es subordinarse, transformarse en clien·:: o e irracional es todm
y servidor, empequeñecerse, caer en lo más bajo (minister). : restos fósiles de nuesm
- - do, es nuestro pon·e
El ritual mágico del kula llamado mwasila está lleno de fórmulas y -:: i:>er, el hombre de cien ·.
símbolos que demuestran cómo el futuro contratante busca sobre todo -- -ido otra cosa. Hace m u
beneficio: la superioridad social hasta unos extremos que podríamos llam - de calcular.
S Y EL MOLINO SATÁNICO :::... ·sAYO SOBRE EL DON 167
a s maoríes, tsimshian, rotales. Así, después de haber hechizado la nuez de betel que va a usar con
ca y práctica, que liga sus socios, y tras haber lanzado un hechizo al jefe, a sus camaradas, a sus cer-
bajo y a la vez les obli- os, a los collares, a la cabeza y a sus <<aperturaS>>, a todo lo aportado, a los
ndividuo y el grupo, o .,ari, regalos de apertura, etc., en una palabra, después de haber hechizado
0 soberano a rechazar -odo, el mago, no sin exageración, canta:
osidad a la circulación
Yo derribo la montaña, la montaña se mueve, la montaña se derrumba,
el derecho ni el interé etc. Mi hechizo llega a la cima de la montaña de Dobu ( .. .) Mi canoa va a
ciedades tan familiare hundirse ... etc. Mi fama es como el trueno, mi paso como el ruido de los
brujos al volar. Tudududu.
; vaygu'a trobriandeses, Ser el primero, el más guapo, el más afortunado, el más fuerte, el más
roeste americano, o lo rico: esto es lo que se busca así como el modo de conseguirlo. A continuación,
gnos de riqueza, medio d jefe confirma su mana distribuyendo entre sus vasallos y parientes lo que
r o a destruir. Son tam- caba de recibir. Mantiene su rango entre los jefes devolviendo brazaletes
n, y estos compromiso ;1-ente a collares, hospitalidad frente a visitas y así sucesivamente. En este
e dinero, hay interés en ;:aso la riqueza es, desde todo punto de vista, tanto un medio de mantener el
Jrman en mercancías o prestigio como una cosa útil. Ahora bien, ¿estamos seguros de que no sucede
"o mismo entre nosotros y de que la riqueza no es, por encima de todo, el
.an , salvando las distan- ;nedio de dominar a los hombres?
dinero en el momento Pongamos ahora a prueba la otra noción que hemos opuesto a la de don
mobiliario. El interés y :· a la de desinterés: la del autointerés, la de la búsqueda individual de la uti-
ulación de riqueza y la J dad. Tampoco ésta se desarrolla como la imaginamos . Si algún motivo
ompañan. -im ilar anima a los jefes Trobriand o a los de los indios americanos o a los
responde con el desape- de los andamaneses, etc., o animó en otras épocas a los generosos hindúes,
s de grandeza no están a los nobles germanos y celtas en sus regalos y en sus gastos, este motivo no
pura de consumo, cas- = la fría razón del mercader, del banquero o del capitalista. En aquellas
tructiva, en la que unas ~jvilizaciones también les preocupaba su interés, pero de una forma distin-
1ucho tiempo amasar _ ra a la de nuestra época. Atesoraban bienes, pero para gastar, para <<obli-
el caso delpotlatch, d~ gar>>, para tener a los hombres <<atados>>. Por otra parte, intercambiaban,
>, de prodigalidad infan- pero sobre todo, bienes de lujo, adornos, vestidos, o cosas que se consumen
es, alimentos exquisito: llUilediatamente durante las fiestas. Prestaban con usura, pero para humi-
lacer de destruir objeto: llar a quien había hecho el primer regalo o intercambio y no solo para
efes tsimshian, tlingit _ recompensarle por la pérdida que le ocasionaba el <<consumo diferido». Hay
ribus aliadas destrozar:... interés, pero este interés es sólo análogo al que, según se dice, nos guía hoy
estas pérdidas y de esas =n día. ( .. . )
ngún modo desinteresa-
Son nuestras sociedades occidentales las que han convertido, hace muy
te los dones se establece-
poco, al hombre en un <<animal económico». Pero todavía no pertenecemos
inquilinos. Dar es sign
:odos a ese género. Entre las masas y las élites de nuestFa sociedad el gasto
;er magister; aceptar siL
puro e irracional es todavía una práctica corriente, como también lo es ente
transformarse en clien e
os restos fósiles de nuestra nobleza. El horno economicus no es nuestro ante-
úster). pasado, es nuestro porvenir como también lo es el hombre de moral y del
lleno de fórmulas y "' deber, el hombre de ciencia y el de razón. Durante mucho tiempo el hombre
1te busca sobre todo ~ ha sido otra cosa. Hace muy poco que es una máquina, una máquina compli-
que podríamos llam ar- cada de calcular.
ACERCA DE LAS COSAS QUE SE DAN, DE LAS COSAS
QUE SE VENDEN Y DE LAS QUE NO HAY QUE
VENDER NI DAR, SINO QUE HAY QUE GUARDAR.
UNA REEVALUACIÓN CRÍTICA DEL ENSAYO SOBRE
EL DON DE MARCEL MAUSS 1
Maurice Godelier (EHESS-Paris)
1
Publicado en Hispania (2000), Vol. LX/1, 204, Madrid, CSIC.
170 ENTRE LAS GRACIAS Y EL MOLINO SATÁNICO - ERCA DE LAS CO
Las contradicciones y los conflictos forman parte del funcionamiento 5;:-rmánicos en el pa!
normal de las sociedades. Y es evidente que no todas las contradicciones se ;.en aba que la «cari
originan en el seno de los grupos sociales sino también fuera de ellos, en las
relaciones de fuerza y de dominación que se instauran entre las sociedades, Hoy, de manera 1
como es el caso actualmente, de manera espectacular, con la expansión y la e a ser socialmen
dominación mundial del sistema económico y social nacido en Occidente :stán en el centro f
desde hace cuatro siglos, es decir, del sistema capitalista. economía a millo
:.inero es la condicio
Precisamente en ese contexto, a partir de los países centrales se difunde .!:lO, en las que las
en el mundo entero la idea de que «todo es vendible» - Everything for sale-. _;:arecen, en las que e
Por esta razón mi objetivo es reexaminar el lugar del don en las diferentes :.-xcluido de la econ(J
culturas y mostrar que incluso en las sociedades en las cuales la economía de - d. El Estado, que e
mercado está más desarrollada existen realidades esenciales que están más j " las riquezas , torru
Es un acto que a
2
MAuss, Maree!, «Essai sur le don. Forme et raison de l'échange dans les sociétés archai:- - n ante y el receptor:.
ques>> , en L'Année sociologique, nouvelle série, 1, 1925, y en id. Sociologie et Anthropologie, Paris,
1950 (trad. castellana, «Ensayo sobre los dones. Motivo y formas del cambio en las sociedades pri-
mitivas>>, Sociología y Antropología, Madrid, 1971, pp. 153-263. Las reflexiones sobre esta obra se
han hecho en extenso en GoDELIER, Maurice, L'énigme du don, París, 1996 (trad. Barcelona, 1998).
3
4
FoURNIER, Maree!, Marcel Mauss, París, 1994, pp. 417 y sigs .
MAUSS, Maree!, lbíd., p. 270.
--l:J5
==._cit.
LEVI-STRAUSS, Clau ~
,CL-\S Y EL MOLINO SATÁNICO ACERCA DE LAS COSAS QUE SE DAN, DE LAS COSAS QUE SE VENDEN Y... 171
:¡arte del funcionamiento germánicos en el pasado europeo. Porque, después de siglos de cristianismo,
~ las contradicciones se pensaba que la <<Caridad es todavía humillante para quien la recibe».
~· ién fuera de ellos, en las
Hoy, de manera paradójica se retorna a la caridad y de nuevo el don vuel-
uran entre las sociedade ,
,.e a ser socialmente necesario. En los países más ricos del planeta, los que
J.lar, con la expansión y la
están en el centro del sistema mundial capitalista, día tras día se excluye de
x:ial nacido en Occidente
]a economía a millones de personas. En estas sociedades en las cuales ganar
;:alista.
dinero es la condición sine qua non de la existencia material y social de cada
ru es centrales se difunde uno, en las que las solidaridades familiares o comunitarias se reducen o desa-
e -Everything for sale- . parecen, en las que el individuo se halla aislado por la sociedad misma, estar
del don en las diferentes excluido de la economía significa estar prácticamente excluido de la socie-
las cuales la economía de dad. El Estado, que en Europa tenía un papel importante en la redistribución
esenciales que están m ás de las riquezas, toma sus distancias y deja, como se dice, decidir al mercado
dando a cada uno según sus medios -financieros- la educación la salud la
'
protección social, etc. En este nuevo contexto, '
un renovado interés por' la
cúo en el seno mismo de la obra de Marcel Mauss se manifestó hace algunos años originando numerosas
!!J(lndes momentos de esa conferencias y publicaciones.
-de Marcel Mauss publica-
nos el contexto de la com- Hacemos una relectura de Mauss por cierto, pero no un retorno a Mauss
espués del final de la Pri- porque, como lo veremos, en su obra muchos problemas quedaron sin res-
abía perdido a la mitad de puesta y muchos hechos mencionados no fueron cuestionados ni por él ni
:hevique en Rusia. Siendo por sus comentadores, entre los cuales figura en primer lugar Lévi-Strauss,
~ los jefes del movimiento
quien escribió en 1950 una célebre introducción a la obra de Mauss, a mane-
aerra . Mauss, famoso uni- ra de un primer << Manifiesto del Estructuralism0>> 5 • Entre estos hechos, hay
ar L'Humanité. Después de uno mencionado por Mauss pero del que éste no extrae las consecuencias
el p oder comunista, y a su posibles. Se trata del hecho de que, entre los indios Kwakiutl y sus vecinos de
i-m o por dos razones: por la costa noroeste de América del Norte, los objetos más preciosos eran las
el mercado y por recurrir célebres piezas de cobre que jamás entraban a formar parte de los potlatchs.
u- la sociedad3 • Pero en el
Esas piezas de cobre se consideraban como sagradas y estaban inmovilizadas
liberalismo, no aceptando en los tesoros de los clanes y de las tribus. En otras palabras, al lado de los
ue llama «la fría razón del objetos preciosos que se pueden dar e incluso vender, existía otra categoría de
odo de precursor diseña, en objetos, los objetos sagrados, que había que conservar. El análisis de este
- -e imponga en Francia en hecho no fue realizado ni por Mauss ni por Lévi-Strauss, para quien toda vida
ide que el Estado otorgue a ocial es intercambio - de mujeres, de bienes y de palabras- , intercambios
ón social que el salario no que son los fundamentos de la economía y de la cultura.
~ a los poderosos que mue -
i por los jefes melanesios o
ado a cabo los jefes celtas o PARA MAUSS ¿QUÉ COSA ES UN DON?
M""~" W
.....: del cambio en las sociedades pri-
las reflexiones sobre esta obra ~
""arís, 1996 (trad. Barcelona, 199
' LmSm"" '· C!" ode, do<codoc<<oo " l'oeowe de eo Soáologle "
:Si<> . ed . cit.
172 ENTRE LAS GRACIAS Y EL MOLINO SATÁNICO
6 Ibíd., p. XXXVIII: «¿No nos hallamos ante uno de esos casos, no tan raros por otra par-
,-oluntario aproxima al todo sujeto de creencia cuya naturaleza es imaginaria antes de ser simbólica,
deuda a quién lo recibe, pue~to que las creencias conciernen a la naturaleza y a la fuente del poder y de
alver o de volver a dar a la nqueza que en gran parte son realidades imaginarias. Las caracolas inter-
nismo tiempo, acerca y cambiadas para obtener una mujer o entregadas para compensar la muerte de
imetría, una jerarquía, un guerrero aparecen como sustitutos de seres humanos y son como equivalen-
~ h aya don, es necesario tes imaginarios de la vida.
como principio de aná-
Pero ¿dónde se encuentra la falla en Mauss? Éste había dado razones
a ser estudiado aislada-
sociológicas para explicar las dos primeras obligaciones, es decir, la de dar y
lee del encadenamiento
la de aceptar los dones. Según él, uno está obligado a dar porque el dar obli-
y la de devolver cuando
ga, y uno está obligado a aceptar, porque rechazar un don es quizás entrar en
conflicto con el que lo ofrece. Pero ¿por qué cuando un don es aceptado es
:turalismo, es decir de sí necesario devolverlo? Mauss propuso una explicación que reposaba princi-
~Jabón de un encadena- palmente en razones ideológicas, es decir,en creencias místico-religiosas. Lo
er analizada. Solamente que llevaría a quien lo recibió a devolver un don sería una fuerza, un <<espíri-
tte Mauss había abando- tU>> presente en el objeto recibido y que lo obligaría a volver a manos de su
[pios metodológicos pro- primer propietario. Pero, ¿de qué espíritu se trata? Leyendo cuidadosamente
fica de la obligación de a Mauss parecería que a sus ojos los objetos están habitados no por uno sino
eología que se encuentra por dos espíritus. Ante todo, el de quién lo poseyó primero y luego lo donó.
bu de los ngati-raukawa, De alguna manera, es el donante quien se encuentra presente en la cosa dada.
encias de los Maori en la Además el objeto en sí poseería un alma y sería como una persona que tiene
espíritu que obligaría a el poder de actuar sobre otras personas . Retornando por su cuenta estas
!nte a lo que se lo entregó creencias maoríes, Mauss quería demostrar que el objeto dado no estaba
t en 1909). En resumen, r ealmente alienado, sino seguía unido a su propietario, y por lo tanto,
una ideología indígena, paradójicamente, era a la vez inalienable y alienado.
primera vez que un etnó-
¿Cómo explicar este dualismo? Lévi-Strauss apelaba a las estructuras
inconscientes del espíritu, mientras que Mauss a las creencias conscientes de
e introdujo Lévi-Strauss, las sociedades. Quizá sea otra la explica'c ión y el dualismo implícito en el
1 de mana o de manitu que objeto donado podría encontrarse en el hecho de que lo rigen dos principios
le << significantes vagos>> en del derecho: un derecho inalienable de propiedad y un derecho de uso alie-
\i-Strauss, cuando el espí- nable. Cuando se da un objeto, lo que se conserva es la propiedad, lo que se
mceptos vacíos que expre- cede es el derecho de utilización para otros dones pero no para otros usos.
;píritu y son la prueba del Esta interpretación es la que proponen los habitantes de las islas Trobriand
les de hau, mana o manitu para explicar el funcionamiento de su sistema de intercambio ceremonial el
>lico sobre lo imaginario, famoso kula que le sirvió a Mauss como ejemplo melanesio simétrico del
1cluso en el límite, los sím- potlatch americano. Desgraciadamente, esta explicación del mecanismo del
izan. Veremos, sin embar- kula no había sido descubierta por Malinowski y Mauss no podía conocerla.
- conceptos y que si hubie- La debemos a los recientes trabajos de Annette Weiner y de Frederick aman
ginario sobre lo simbólico quienes a partir de la década de 1970 trabajaron en las islas Trobria y en la
)bjetos preciosos son ante isla Woodlark respectivamente 7 • Se trata de dos punt · es del Kula-
7
eSOS , no tan raros por otra parte, WEINER, Annete, Women of Value, Men of Renown: New Perspectives in Trobriand Exchan-
ge, Austin-Texas, 1976; Idern, «Plus précieux que l'or: relations et échanges entre hommes et fem-
S y EL MOLINO SATÁNICO
ACERCA DE LAS COSAS QUE SE DAN, DE LAS COSAS QUE SE VENDEN Y.. . 175
deuda es de nuevo esencial para la lógica del don: pues su finalidad es ser
anulada con un contradon más importante. Esto genera una incesante espi-
ral de dones y contradones que arrastra consigo a toda la sociedad.
Este es, en resumen, el análisis hecho por Mauss del potlatch. Sin embar-
go, en su texto aparecen mencionados hechos que él mismo no llegó a estu-
diar y sobre los cuales sus comentadores guardaron silencio. Escribe en una
nota de pie de página que entre los Kwakiutllas piezas de cobre más bellas :
los títulos más importantes «permanecían fijos en el interior de los clanes _
de las tribus» y nunca formaban parte de los potlatch. Se conservaban e
10 Maree! MAUSS tenía conocimiento de autores del siglo XIX como Krause y Jacobsen, y -
los trabajos de los coetáneos de Boas, Sapir, Hill Tont, etc.
l ACIAS Y EL MOLINO SATÁNICO !..CERCA DE LAS COSAS QUE SE DAN, DE LAS COSAS QUE SE VENDEN Y... 177
s compensada por la muer- =nedio de los tesoros de los clanes y de las tribus mientras que las demás pie-
ntre los objetos y entre l ~ zas de cobre, las más numerosas, que circulaban en los potlatch, eran de
unanos, vivos o muertos, es =nenor valor y parecían «servir de satélites para los primeros>> 11 . Entre todos
sus comentadores solamente Annette Weiner señaló la importancia de esas
a otas en su libro Inalienable possessions: The Paradox of Keeping while Giving
Berkeley, 1992). Volveremos más adelante sobre este aspecto que, en princi-
~' ELPOTLATCH pio, no planteaba aparentemente problemas pero que, de hecho, cambia el
;mnto de vista sobre las cosas «donables>> y las cosas vendibles puesto que
m es agonísticos, ponen er: introduce la categoría de las cosas que se deben guardar.
1 que se trata de una verda-
Antes de analizar esta categoría de objetos, volvamos a las tesis de Mauss
i tar títulos, estatus, poder:
:obre la existencia de un espíritu que está en los objetos así como sobre la
,d : es el acto de donar y de
distinción entre cosas y personas que caracterizaría a los universos sociales
. Como él mismo señala, =
·· mentales de muchas sociedades no occidentales. Esto sería la clave para
tdo de las descripciones de
?oder comprender los más antiguos sistémas de derecho que existían en la
y los canadienses, Mauss
:mtigüedad greca-latina, antes de que se elaborara la distinción entre el dere-
legitimar la transmisión de
;:ho de las personas y el derecho sobre las cosas que luego caracterizó el
para su adquisición 10 • E
derecho de las sociedades occidentales 12 • Estas distinciones Mauss las
te acceder o conservar ur
:=ncontró también en los antiguos derechos de India y de China. Mauss, ya lo
ión y la redistribución d= "Gemas visto, quería comprender porqué un objeto dado debía retornar a su
umidos durante los festi- donador o una cosa equivalente debía ser devuelta. Las nuevas investigacio-
p reciosos como, por ejem- nes de campo sobre los conceptos indígenas y los mecanismos de funciona-
·arios clanes y varios jefes: =niento del kula - el amplio sistema melanesio de intercambio de bienes pre-
pero al final sólo uno e ·
-iosos que operó simétricamente al ejemplo del potlatch- , nos permiten
o lo desafía con un potlatc·:
=ntender cómo una cosa dada puede ser alienada por su propietario y seguir
dones totales no-agonís- siendo de su propiedad. Ya en 1921, admitiendo la riqueza de los datos
igual de los recursos nece- :=m ográficos recogidos por Malinowski, Mauss se lamentaba que estos no
.. Aquí varios grupos corr;-
:;nostraran suficientemente bien la práctica de los dones y contradones del
mdo se devuelve más de .~
::ula. Escribía:
~ romper la reciprocidad tÚ
-lan haya dado tanto que Sociológicamente encontramos expresada una vez más una mezcla de
10 ibles competidores. Le. valores, de contratos y de hombres. Desgraciadamente conocemos malla
regla de derecho que domina estas transacciones. O es inconsciente y está
· pues su finalidad es e:-
mal formulada por la gente de Kiriwina, informantes del Sr. Malinowski, o
_enera una incesante es - bien, siendo claras para los Trobriandeses, una nueva encuesta sería desea-
-oda la sociedad. ble. Sólo poseemos detalles 13 .
- del potlatch. Sin embar- No es seguro que Mauss haya creído que las cosas estaban claras para los
• d mismo no llegó a es - Irobriandeses, ya que habla al respecto de confusión de categorías. Son pala-
- ilencio. Escribe en U122 bras proféticas, porque eso es precisamente lo que sucedió. Pero como ya
·zas de cobre más bellas· dijimos fue necesario esperar los resultados de las nuevas investigaciones
:=1 interior de los clanes · echas a partir de la década de 1970 por Annette Weiner, Frederick Damon,
· ch. Se conservaban e::.
11
MAUSS, Maree!, p. 224, nota l.
12
.:omo Krause y Jacobsen, y- Ibíd., pp. 229 y 238 .
13
Ibíd., p. 184.
R.ACIAS Y EL MOLINO SATÁNICO .\CERCA DE LAS COSAS QUE SE DAN, DE LAS COSAS QUE SE VENDEN Y. .. 179
L una docena de sociedades puede en cualquier momento reclamarlo al que lo posee provisoriamente y
-acarlo del kula. Lo que prácticamente nunca sucede.
~ctica del kula descrita p or
Sin embargo, el hecho de que teóricamente esto sea posible indica clara-
iriwina, la isla donde Mali- mente la naturaleza de la relación entre el propietario, primer donante, y el
los hombres de alto rango objeto dado. Lo cedido al dar el objeto no es su derecho de propiedad sino el
ente común, a cuyo alcance derecho de utilizarlo para hacer otros dones. Nadie, entre cuyas manos
,ediante intercambios exito-
pasará el objeto precioso podrá utilizarlo como kitum y servirse de él para
. ¿Cuáles son los objeto_ ....ompensar un asesinato o para conseguir una esposa. ¿Entonces, cómo vuel-
rabajadas, es decir abrillan- ye el objeto a su propietario? Nunca vuelve, lo que vuelve en lugar de un
r es o como pulseras. Esto= ;:ollar es una pulsera de rango equivalente cedido por alguien que fue su
ores diferentes: la regla de. d ueño al principio y que decidió cambiarla por el collar. La pulsera recorre
Ll era por otra pulsera o UL entonces en sentido contrario toda la cadena de intermediarios acabando
1 pulsera de un rango deter-
iinalmente entre las manos del propiet~rio del collar que se lo apropiará
~,·ersa. Por lo tanto, en este
amo kitum y con este acto terminará la ruta (keda) de los intercambios.
e ocupa el lugar del objeto
eto el que impulsaría al que Por lo tanto, se trata efectivamente de una regla de derecho que explica
u p ietario. En cierto modo que los bienes preciosos que circulan en los dones tengan un uso alienado y
al mismo tiempo sigan siendo la propiedad inalienable del donante origina-
nítica o algún otro sentido e- rio. Lo que el derecho no explica es por qué este principio se aplica a los obje-
objetos preciosos que circul - tos preciosos y no a los objetos sagrados que son a menudo del mismo tipo,
1esto que si la razón se encon- aracolas raras o piezas de cobre muy antiguas. Vimos antes que los objetos
Jbjetos tendientes a volver a u¡¡ preciosos poseen un valor imaginario que no se confunde con el trabajo nece-
prodigiosamente idéntico [. .. = -ario para descubrirlos o fabricarlos ni con su relativa escasez. Este valor
imaginario traduce el hecho de que pueden ser intercambiados por la vida,
_ De hecho Malinowski nc que son considerados equivalentes de los seres humanos. Es ahora el momen-
:plican la práctica del kula _· m de cruzar la línea que Mauss no cruzó.
ruviera siempre presente e
Antes de continuar concluiré este análisis del potlatch y de las demás for-
a noción de kitoum 16 • ¿Qué mas ceremoniales de contradones agonísticos, proponiendo la siguiente
ias de un linaje e, incluso hipótesis que Mauss no había formulado: la hipótesis de que tales formas de
cachas de piedra, etc. Come
competición sólo emergen si se presentan dos condiciones sociológicas e ide-
i_tintos contextos con dife-
ológicas. Por un lado, es necesario que el casamiento no se limite al inter-
ene de un enemigo o come
ambio directo de mujeres sino que la práctica del bridewealth, es decir, del
;nbiarlos a cambio de una
intercambio de mujeres contra riquezas se generalice. A partir del momento
e en una de las rutas de_
en que se intercambian mujeres por riquezas, se hace posible «una verdade-
-enetró en una ruta del kulc.
r a economía política del parentesco» . Las riquezas procuran mujeres y las
o:r receptor- se transforma
m ujeres procuran riquezas. Las mujeres se convierten ellas mismas enrique-
ólo puede ser utilizado par;:,
za 17. Por otro lado, es necesario que una parte de las posiciones de •poder en
.:l. del primer donante, quiér:.
17
Sobre el problema de la significación de las dotes que el hombre entrega a los padres de
: ·.), The Kula. New perspectives or:: su futura esposa (bridewealth) y el de las dotes que, en ciertas civilizaciones, los padres de la
m ujer donan a su hija cuando ésta se traslada a casa de su marido (dowry), véase GOODY, Jack y
IAMBIAH, Stanley Jeyarada (comps), B ridewealth and Dowry, Cambridge, 1973, obra cuya publi-
Damon . cación ha suscitado importantes debates.
180 ENTRE LAS GRACIAS Y EL MOLINO SATÁNICO
_....CERCA DE LAS COSAS Ql
la sociedad, en el campo político, sea accesible por acumulación de riquezas ominante en los pue
redistribuidas por los grupos y los individuos en competición por el poder bjetos sagrados, fla u
bajo forma de dones ceremoniales. Donar siempre más, redonar siempre ~ e las flautas en su or
más: esta es la fórmula del sistema que sin cesar lo empuja hacia sus límites 18 . sado de los hombres
Cuando estos dos tipos de relaciones sociales se combinan en una misma :Tiendo, el poder de las 1:
sociedad, se reunen las condiciones para que emerjan las prácticas del r es. ¿Qué hay en el in1
potlatch. Sin embargo, las sociedades que tienenpotlatch no son tan numero- ~ncia de varios año 1
sas como lo imaginaba Mauss, quien encontraba en ellas una forma muy fre- ;:;:¡ostrara un día el con-·
cuente de economía de transición entre las sociedades primitivas con done -~z a, una piedra negra
no antagonistas y las sociedades mercantiles. Hoy conocemos otros ejemplo .:::J:Ombre no me dijo~na
de dones competitivos, en Nueva-Guinea, en Asia, etc. que Mauss no conocía, .::ra contenía el poder de
si bien no son muchos y no son parangonables con la presencia múltiple de _paciguar al dios de la [
los dones no-agonísticos. ~ a los rombos, esto
::.e muerte, poderes para
-'rus de los bosques, hal:
COSAS QUE NO HAY QUE VENDER, NI DAR, SINO QUE
Es así que en los ohj
HAY QUE GUARDAR: LOS OBJETOS SAGRADOS utilizados exclusinun
-p os de poderes: p odere
Los objetos sagrados se presentan como dones que los dioses o los espíri- ::lario, los hombres expn:
tus habrían hecho a los antepasados del hombre y que sus descendientes, lo_ .:.e m uerte y de guerra re
hombres actuales, no deben darlos sino conservarlos preciosamente. Es p ara = bargo, a los ojos de lo
ellos tanto un elemento esencial de su identidad como una fuente de poder en s poderes que los h om'
la sociedad, poder que pueden ejercer sea para favorecer a los demás, sea ; uso de ellos 19 • Al me
para perjudicarlos. El objeto sagrado, a diferencia del objeto precioso, es ina- - , separándolos violen
lienable e inalienado. ::.Eican esta violencia ,. •
Mi trabajo de campo en Nueva-Guinea medió la oportunidad de obsen ar 5encial de la organiz~ -
frecuentemente el uso de un objeto sagrado e incluso de percibir su conteni- ::.d orden- diciendo que
do interno. Entre los Baruya, ciertos clanes poseen un kwaimatnié. Sor:. = beneficio de la socie ·
paquetes que contienen cosas que nunca se ven y que están envueltas en tiras 5ario que los hombres in:
de corteza roja, color del sol, porque los Baruya se presentan como «hijos de. e en la sociedad y en <
sol». La palabra kwaimatnié viene de kwala, hombres y de nimatnié, hace- En definitiva, un ob'e
crecer. Los kwaimatnié son conservados secretamente en las casas de lo: ::&representable, que renli'
maestros de las iniciaciones de los jóvenes y estos maestros son los represen- -·dad del orden cósmi
tantes de los clanes que intervienen en las diferentes etapas de su iniciació -·entos desde los orígen
iniciación que dura más de diez años, hasta su casamiento. A los nueve año: ~ etos de valor que se in·
los niños son brutalmente separados de sus madres y del mundo de las muje- :1blime, porque pone a la
res y encerrados en las casas de los hombres, casas que ocupan una posició- al mundo más allá d.: