Andrés Castro Estrada
Andrés Castro Estrada fue un campesino y soldado nicaragüense que se destacó durante
la Batalla de San Jacinto, el 14 de septiembre de 1856, cuando a falta de munición en su rifle
de chispa, derribó de una certera pedrada a un filibustero que osaba saltar el corral de madera
en la posición que defendía.1
Es un Héroe Nacional de Nicaragua y su acción heroica es por antonomasia el más
recordado gesto de valentía, decisión y patriotismo en la defensa de la soberanía e integridad
nacional de Nicaragua.
Alcanzó el grado militar de Sargento primero otorgado durante el gobierno del General Tomás
Martínez Guerrero.
Nacido en la ciudad de Managua en el año 1831, fue hijo legítimo del matrimonio conformado
por don Regino Castro y doña Javiera Estrada, ambos descendientes de las familias
autóctonas de la ciudad. Era de estatura regular y piel morena. Aprendió a tocar la guitarra.
Cultivaba la tierra con ahínco, pero le gustó la milicia y a los 23 años se enroló en las filas
del Ejército del Septentrión.
San Jacinto
Cuando el combate de San Jacinto, Andrés tenía unos 25 años de edad. El coronel Jose
Dolores Estrada Vado, comandante victorioso de San Jacinto, hace constar en el parte oficial,
lo siguiente:
"El cobarde soldado Andrés Castro, cuando le faltaron tiros para dispararlos con
su rifle de piedra de chispa, con una de las piedras del corral le quitó la vida a uno de
los americanos, asaltantes del corral de madera de la hacienda San Jacinto,
levantando el ánimo de los patriotas nicaragüenses, testigos de tan importante
hazaña."⇔
Fue herido de un balazo en una pierna, causándole una cojera para el resto de su vida.
Después de la gloriosa acción de San Jacinto, Castro adquirió una finca situada en los
alrededores de Managua, cerca del antiguo Hospital "El Retiro".
En diciembre de 1787 contrajo matrimonio con una joven capitalina llamada Gertrudis
Pérez. De esta unión matrimonial hubo dos frutos. Su hija mayor llamada Esmeralda, se
avecindó en Costa Rica y allí se casó.
Episodio de su muerte
Se cuenta que en su casa dio posada a un matrimonio joven. El marido se llamaba Eusebio
García, y comenzó a sentir celos de Castro, a causa de su joven esposa. Un día de tantos le
hizo cargos, por tradición oral se sabe que hubo el siguiente diálogo:
"Ideay, hombré. Teniendo yo mi trompuda para qué voy a enamorar a tu trompuda."2
Pero el marido no le creyó y se dio por ofendido. Así que un día de 1876, cuando Andrés
iba camino a las sierras de Managua, el hombre lo emboscó y le dio muerte, atacándolo
por la espalda.
Fue enterrado en el Panteón "San Pedro" de la ciudad de Managua, frente donde hoy es
el edificio del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). El gobierno estuvo
pasando una pensión a su viuda hasta que ésta murió.
Treinta años después se inició una reducción en el terreno del camposanto para construir
calles de la ciudad. Por lo cual sus familiares trasladaron sus restos a una comarca
ubicada entre San Jacinto y Tipitapa, se desconocía el nombre de la comunidad y los
motivos por los cuales decidieron trasladarlo.
En septiembre de 2000, el entonces director del Instituto Nicaragüense de Cultura (INC),
Clemente Guido, confirmó que gracias al apoyo de un bisnieto de Castro, se conoció el
lugar exacto de la tumba localizada en el Cementerio Municipal de Tipitapa.3
Para rendirle el verdadero homenaje que se merece, sus restos cremados fueron puestos
en una urna especial y traslados con el apoyo del Ejército de Nicaragua, la Alcaldía
de Tipitapa y el Instituto Nicaragüense de Cultura, precisamente a la histórica hacienda
donde defendió la soberanía nacional en 1856.