OFIDIA, LA INCONFORME
MANUEL HERRERA
(Farsa para títeres)
Para Chachis, Gustavo, Rodrigo, Paulina, Gabriel, Aidée y Luis.
PERSONAJES:
OFIDIA, víbora hembra
CERDO, empresario
HIPOPOTAMO
GATO
LEON
LORO
PAVO REAL
TIGRE
CIEMPIES
LAGARTIJA
VAMPIRO
BUHO
AGUILA macho
AGUILA hembra
RATON 1
RATONA
RATON 2
REPTILIO, víbora macho
COMPARSAS:
Animales que asisten al cabaret (que pueden ser los mismos personajes).
MONOS: dos monos grandes, cuatro monos pequeños
Escenario inclinado. En el proscenio, animales sentados en una hilera de
mesas y sillas. En el centro del escenario, una cesta de mimbre. Entra el
cerdo.
CERDO.-- Y llegamos al momento culminante de esta variedad. Con
ustedes, la estrella más brillante en el firmamento de los espectáculos:
¡Ofidia, la mejor bailarina del mundo! (Los animales aplauden, aclaman,
hacen sonar sus copas. Sonido de percusiones que indican suspenso,
peligro. El cerdo sale. Se escucha la melodía que toca una flauta y una
serpiente surge del cesto. Canta y baila).
OFIDIA.-Trararán trararán
trararararararán.
trararán trararán
rararararararararán.
Tengo fama de enredosa
desde los tiempos de Adán.
Trararán trararán.
Y por culpa de su esposa,
una mujer vanidosa
intrigante y muy golosa,
me hermanaron con Satán.
Trararán trararán
Trarararararar
ántrararán trararán
trararararararán.
¡Y a pesar del qué dirán!
trararán trararán.
soy hermosa
peligrosa
misteriosa
sigilosa
soy temida,
y muy famosa.
desde los tiempos de Adán.
Trararán trararán
trararararararán.
UN ANIMAL.- ¡Bravo!
OTRO ANIMAL.- ¡Muy bien!
H IPOPOTAMO.- ¡Que enseñe las piernas!
Coro.-¡Ja ja ja ja já ja ja! ...
OFIDIA.- ¡Muy gracioso!... ¿Y a ti para qué te sirven las patas? Ni puedes
moverte. No en balde te llamas ¡hipopótamo!
Coro.- ¡Ja ja ja ja ja ja ja! ...
Coro.- ¡Que se suba, que se suba, que se suba! ...
OFIDIA.- A ver, ven acá, te voy a dar unas clasesitas de baile...
HIPOPOTAMO.- ¡Huy no, me muerdes, me envenenas! ...
Coro.- ¡Ja ja ja ja ja ja ja! ...
Coro.- ¡Que se suba, que se suba, que se suba! ...
OFIDIA.- No, si la que corre peligro soy yo... si te subes, hundes el
escenario.
Coro- ¡Ja ja ja ja ja ja ja!...
HIPOPOTAMO.- ` ¡Primero quítate los colmillos y después me subo!
OFIDIA.- Si te enseño a bailar, te cobro por kilo y me hago rica!:..
Coro.-¡Ja ja ja ja ja ja ja!... (Entra el cerdo empresario)
CERDO.- Y esto ha sido todo por hoy, señoras y señores. Los invitamos
para que mañana, como todas las noches, disfruten de la variedad que les
ofrecernos con nuestra artista. exclusiva, ¡Ofidia!., la mejor bailarina del
mundo.
Basureros, una barda sobre la que está el gato y al pie de ésta, Ofidia.
Es de noche.
GATO.- Mmmiauuu... Conrrrauuuu.... Mrrrarrammiauu (caen relojes
despertadores, bacinicas, cepillos, peines y toda clase de objetos)..
-¡Fuera!
¡Sáquese! –
¡Maldito animal¡
OFIDIA.-Bueno, ¿me vas a hacer caso o no?
GATO.-- Un momentito. Miiiauuu.... Conrrrauuuu....Mrrriauuuu. (Le
cae sobre la cabeza un zapato de tacón alto. El gato desciende de la
cerca, toma un costal y guarda todos los objetos que le han lanzado).
GATO.-- Con éste completo el par... son de ante legítimo. Yo creo que
por todo esto me pueden dar fácilmente mil pesos. Si el negocio sigue su
marcha pronto podré jubilarme... Ahora sí, soy todo oídos ¿ a qué se
debe el honor de la visita? Cuéntame... hasta aquí ha llegado tu fama
como vedet.
OFIDIA:-: Pues... de fama; no puedo quejarme, pero…
GATO.- ¿Y ahora cuál es el pero? Cuando éramos. socios en la caza de
ratones, soñabas con llegar a ser tan famosa como Ninón Sevilla. Ya casi lo
has logrado, mujer, ¿qué más quieres?
OFIDIA.- Sé lo que valgo, gato, conozco mi talento y no me parece justo
pasar la vida como bailarina de variedades. Aspiro a ser estrella de cine,
quiero ser figura de sociedad, aparecer en las páginas de todos los periódicos:..
pero las víboras tenemos muy mala fama..:el mundo cree que vamos a
morderlos... e incluso evitan mencionarnos, porque dicen que acarreamos
mala suerte.
GATO.-Pues yo creo que eso de la mala fama tiene sus ventajas; te cubre de
misterio; te ayuda a fabricarte una leyenda; todos hablan de ti con temor y
respeto, además ¿qué importa lo que la gente crea? Si eres una víbora, nadie
puede exigir que te comportes como oveja. Yo, por ejemplo, estoy muy a
gusto con mi mala fama de gato vagabundo-de azoteas... me divierto haciendo
lo que me da la gana sin que nadie trate de impedírmelo. ¡Soy libre!
OFIDIA.- Pues a mí me gusta mi figura esbelta; pero nada más, porque mi
educación es refinada, soy romántica por naturaleza, tierna, sociable, y creo
que sería perfecta si tuviera manos para manejar correctamente los cubiertos y
usar guantes... y si tuviera unas piernas bien torneadas... ¡sería la reina de la
rumba! O con unas alas ¿te imaginas? Ya parece que veo los carteles: "¡Ofidia
la rumbera angelical, y su espectáculo aéreo!". ¡La envidia que iba a
despertar! Si así me detestan...
GATO.-- Yo más bien creo que te temen.
OFIDIA.- Quizá, pero en el fondo no me perdonan que sea elegante por
naturaleza. Soy la única que puede usar un abrigo legítimo de piel de víbora y
darse el lujo de cambiarlo cada año.
GATO.- Pues entonces confórmate y deja de soñar, que después de todo,
te ha ido muy bien. Además, recuerda que todos los seres deben tener su
lugar en el mundo a lo bueno y a lo malo que tienen (pasa corriendo un
ratón.) ¡Un ratón!, ¡Vamos a cazarlo, como en los viejos tiempos!'
OFIDIA.- ¡Ay no, fuchi! Yo ya nada más como caviar.
GATO.- ¡Ah...! ¿Y cuándo se ha visto que las víboras coman caviar?
OFIDIA.- Yo no dije que lo comía porque me gustaba. Con saber que la
gente importante lo come, es suficiente:
GATO.- Pues yo prefiero seguir comiendo lo que me gusta y no pescar una
indigestión muy elegante... allá tú.
Paraje de selva.
OFIDIA- Comer ratones;.. ¡qué vulgaridad! El gato nunca dejará de ser un
simple vagabundo. Sólo a mí se me ocurre-consultarlo
(Se escucha un rugido y un león salta al escenario. Tras de él entran dos
monos con abanicos de plumas y se sitúan a sus lados. Los sigue un grupo de
monos muy pequeños que cargan un baldaquino bajo el cual queda el león)
OFIDIA.- (Lejos de asustarse, se indigna) -Majestad, su actitud es poco
considerada para con una de las más altas representantes del arte de la
danza. Es penoso que no me reconozca.
LEON.- ¡ Pero sí es Ofidia en persona! Señora tengame por uno de sus más
rendidos admiradores…desde lejos, disculpe, pero es que mis colmillos no
tienen veneno y los suyos sí.
OFIDIA.- Precisamente de eso vengo a hablarle. Me considero una artista
cuyo refinamiento no admite ciertas bajezas que algunos animales tratan de
imputarme.
LEON.- ¿Cómo es eso? ¡Usted denuncie qué animales son y yo me
encargaré de castigarlos¡ OFIDIA.- No me malinterprete, señor. Yo soy.muy
sociable y deseo pedirle un favor.
LEON.- Pues habla, muchacha.
OFIDIA.- Quiero saber qué ventajas se tienen siendo un animal distinto del
que soy. Si usted ordena que algunos de sus súbditos comparezcan aquí,
quizá pueda aprender algo de ellos.
LEON.- Extraña petición la tuya, pero en fin…¡Secretario! (entra volando
un loro multicolor) Trae a mi presencia a los animales que encuentres, para
que le hablen a la señorita sobre sus distintas naturalezas.
LORO.- En seguida (sale).
LEON.- Se te conoce como sabia y prudente.¡ Qué más deseas?
OFIDIA.- Quiero ser diferente de como soy; ser perfecta.
LEON (ríe).-- ¿Pero quién es perfecto? Nadie que yo sepa: Además, eres de
las más hermosas entre los hijos de la Tierra, aunque extraña, ciertamente.
OFIDIA.— Pero estoy demasiado pegada al suelo y esto me hace soñar en la
belleza de los plumajes y en el poderío del viento. Si por lo menos tuviera
patas:..
Se escuchan fanfarrias y entra el loro seguido a distancia del pavo real
LORO:-- Majestad, aquí llega el pavo real, que está dispuesto a contestar
las preguntas de la señora.
PAVO REAL.-- ¿Y bien?
OFIDIA.-- Dime, señor, ¿cuál es tu principal virtud?
PAVO REAL.- Ser la más hermosa de las aves, ¿te parece poco?
PAVO REAL-.- Abro mi abanico.
OFIDIA.- Y bien; si no posees garras ni pico afilado, seguramente sabrás
volar a gran velocidad...
PAVO REAL.- No. Se maltrataría mi plumaje. Solamente abro mi abanico.
OFIDIA.- Ah... y supongo que tu canto ha de ser tan bello cómo tu
plumaje.
PAVO REAL.- ¡Pero qué impertinencia! Yo solamente abro mi abanico y
ya. ¿Note basta con mi belleza?
OFIDIA.- Tendría que probar. A ver... permítame (se acerca a uno de los
monos, le arrebata el abanico, lo toma con la cola e imita el garbo del pavo
real dando brinquitos ridículos sobre su vientre). ¿Cómo me veo?
PAVO REAL.- (lanza una carcajada, se revuelca, patalea). ¡Qué chistosa, ja
ja ja ja ja... ¡qué cómica!...,
Se escucha un rugido y un tigre salta al escenario. El pavo real pliega su
plumaje que queda escurrido, y huye emitiendo graznidos ríspidos. Los
monos se esconden atrás del león, que se muestra impasible; el loro revolotea
en torno del escenario y Ofidia suelta el abanico, levanta la mitad del cuerpo
hacia adelante, abre desmesuradamente las fauces, muestra sus enormes
colmillos; emite silbidos y se mueve amenazante en curvas frente al tigre;
se lanzan zarpazos y dentelladas respectivamente sin que ninguno acierte,
Finalmente el tigre se aleja con cierta indolencia.
LEON.- Así que eres una artista cuyo refinamiento no admite ciertas
bajezas que te atribuyen.
OFIDIA.- Es que... este... usted me confunde. Yo soy actriz. Representé un
papel frente al tigre. ¿Qué podía hacer? No tengo patas paro huír, no me
quedó más remedio que actuar.
LEON.- Pues el que huyó fue el tigre cuando vio tus colmillos. Debieras
sentirte orgullosa, pero en fin. ¿Qué te pareció el pavo real?
OFIDIA.- Es un poco vanidoso ¿verdad?
LEON.- Y como verás, toda la belleza del mundo no es suficiente para
ocultarla estupidez.
OFIDIA.- Además, resulta excesivo como adorno. Ni siquiera podría servir
como vedet, pues si no canta ni baila, la gente se iba a aburrir muy pronto
de su abanico.
LEON Bien ¡Que entre el siguiente!
LORO.- Majestad, aquí llega el ciempiés.
CIEMPIES.- Que bailará, cantará todas las veces intervenga
-Soy señores la alegría
pues cuando bailo en la pista
hago con un solo artista
toda la coreografía.
Laralalá lara
lalálaralaláralalalalalá
lararlalá laralalá
laralaláralalalalalá.
OFIDIA.- ¡Qué marávilloso ser ciempiés! Ya .me imagino las variedades
que yo podría montar si tuviera tantas patas (se acerca al grupo de monos
pequeños, que tratan de huir lanzando grititos de espanto. Finalmente los
acorrala, se trepa en sus hombros e imita los movimientos del ciempiés, con
quien hace una coreografía).
CIEMPIÉS.
No juzgues por lo que ves
pues debo, para mi daño,
reunir el sueldo de un año
si quiero calzar mis pies.
OFIDIA.-- Bueno, pero ese no es un problema demasiado serio si se es una
estrella famosa. Yo podría comprarme muchos zapatos.
CIEMPIES.-
Tu codicia es insensata
porque el Creador, al revés,
a tí te dio rapidez
Y a mí, teniendo cien pies
puede aplastarme una pata.
O F I D I A.- ¡Sin embargo bailas muy bien! (los monos pierden el paso, se
tropiezan, con algunos, y huyen dejando a Ofidia hecha nudo) ¡Ay, ayúdame!
¡Uf!
porque en mi caso es tremendo
tener callos y juanetes
Como ves
a nadie le recomiendo
ser ciempiés (sale).
LEON.- ¿Aún deseas que comparezcan más animales?
OFIDIA.- (se desanuda).— Por supuesto. Ahora tengo más curiosidad que
nunca.
LEON.- ¡Secretario, haz pasar al siguiente!
LORO.- (Sale y vuelve a entrar arrastrando de la cola a una lagartija vestida
de jarocho) ¡ No quiere entrar, majestad!
LAGARTIJA.- ¡Ay no, yo no he hecho nada malo, no me acerques a ese
animal, qué horror; me va a morder, es la más perversa de la familial
OFIDIA.- ¡Mida su distancia, joven, está en un error. En mi familia no hay
gente grosera como ustedl
LAGARTIJA.- ¿Y a poco cree que yo estoy contento con el parentesco?
Pero ni modo, como el reptil, es de mi familia.
OFIDIA.- ¡Eso lo será usted!
LAGARTIJA.- ¡Pos aunque quiera dárselas de mucha alcurnia, es reptil y
ya¡
LEON.- ¡Un momento, un momento¡ ¡Aquí no va usted a ventilar chismes
de familial
LAGARTIJA:- Oiga no, mi jefe, si no son chismes Estoy hablando de
historia universal, que es bien distinto.
LEON.- A ver, aclare.
LAGARTIJA.- Pos mire; mucho antes de que usted llegara al poder, mi
familia era la que gobernaba el mundo. Se llamaban dinosaurios y eran tan
grandes pero tan grandes, que junto a ellos un elefante parecía ratón.
LEON.- ¿Y cuándo fue eso, que yo no conocí a ninguno?
LAGARTIJA.- Pos hace muchísimo. El caso es que por cambios de
temperatura o algo así, se murieron, y de todo aquel inmenso esplendor
sólo quedamos unas cuantas sabandijas (señala a Ofidia) que medio nos
arrastramos por el suelo.
OFIDIA.- ¡Majadero!
LEON.- Mh... qué interesante. ¿Y cuál es tu principal virtud?
LAGARTIJA.- Ninguna, jefe
(se escucha música de son veracruzano. La lagartija camina y baila con los
monos que se acomodan en semicírculo. A veces se equivoca. y baila con
Ofidia. En estos casos sale huyendo y continúa bailando con los monos.
LAGARTIJA.
Soy un pobre vagabundo...
soy un pobre vagabundo
hijo de la decadencia
que me ha dejado de herencia
la superficie del mundo.
Coro.
Que le ha dejado de herencia
la superficie del mundo.
LAGARTIJA
Una dinosauria tía...
una dinosauria tía
me heredó la sangre fría
y es por esto que me duermo
sobre las rocas del yermo
la mayor parte del día.
¡Y no soy flojo ni estoy enfermo¡
Coro.
Y es por eso que se duerme
la mayor parte del día.
LAGARTIJA.
Para rimar este verso...
Para rimar este verso
con el tercero en la estrofa
digo: me voy al almuerzo
y dejo a Ofidia el esfuerzo
de- que componga otro verso
que le rime' con estrofa...
Coro.
(exclamaciones, aplausos, saltos).
LEON.- ¿Y no nos invitas?
LAGARTIJA.- Si quieren mosquitos, con mucho gusto (sale).
OFIDIA.- ¡Mosquitos! ¡Puaf! Por nada del mundo sería lagartija.
LEON.- ¿Ya estás conforme?
OFIDIA.- No, Majestad, por favor un último animal por lo menos.
LEON.- Está bien. ¡El que sigue!
9
Cae de las alturas un enorme vampiro con las abiertas Todos se asustan y
brincan. El vampiro mueve las alas y se emboza en ellas como si se tratara de
capa. Se escucha la música de una habanera. El vampiro canta y baila.
VAMPIRO.
Turún tun tún
turún tun tún.
Señora tengo el honor
de decirle que la admiro
y que mi nombre es vampiro,
-su modesto servidor.
Turún tun tún...
En mi carrera de actor
conseguí por talentoso
ser el galán más famoso
de películas de horror.
Turún tun tún...
Soy preceptor,
un señorón
muy importante
en la educación.
Turún tun tún...
Al niño desobediente
su mamá lo reconviene:
¡M'hijito, no te conviene
seguir portándote mal
porque vendrá ese animal
y te va a clavar el diente!
Turún tun tún...
¡Pero me chupo también a padres desobligados!
Turún tun tún...
Señora, por cortesía
me he presentado de día
y no me juzgue arrogante
ni vaya a hacerme reproche
pero es que es más elegante
vivir durante la noche.
Adióóós (sale volando).
LEON.- ¿Qué te pareció el vampiro?
OFIDIA.- Un poco ridículo. No puedo dejar de imaginarlo como un ratón
vestido para un baile de disfraces.
LEON, Tal vez, pero vuela, y es un artista tan famoso como tú.
OFIDIA.- Pues tampoco me gustaría ser vampiro, el suspenso y el horror no
van conmigo. Mi género cinematográfico es el romántico y mi personalidad,
la de heroina, de dama joven de la pantalla.
LEON.- A lo mejor... se ve cada cosa... ¿Quieres interrogar al loro?
OFIDIA.- Huy, no. Me basta con ver su mal gusto en el vestir para
abstenerme de interrogarlo.
LEON.- Tu indecisión tiene mucho de arrogancia, pero dime: ¿quedaste al
fin conforme con tu naturaleza de serpiente?
OFIDIA.- No.
LEON.- Te compadezco entonces, porque de nada sirven todas las virtudes
cuando alguien no está me consigo mismo.
11
Consultorio. Un diván sobre el que está acostada Ofidia. Junto a aquél, un
sillón sobre cuyo respaldo está posado el búho con la bata blanca y una
libreta en la que toma notas Sobre la pared del fondo, un título profesional
que dice: DR. BUHO. MEDICO PSIQUIATRA, Y APRENDIZ DE BRUJO.
Sobre el piso, un bonete de mago y una vara.
10
OFIDIA.- Soñé que clarito me veía los tacones y los pies cuando bailaba el
jarabe tapatío..
BUHO.-Grave, muy grave.
OFIDIA.- Entonces todos me aplaudían, pero la admiración llegaba hasta el
delirio cuando desplegaba unas alas grandes y blancas y alzaba el vuelo.
BUHO.- Grave, muy grave.
OFIDIA:- Alcanzaba tal altura, que podía contemplar allá abajo el mundo
entero.
BÚHO.- Muy grave, sí.
OFIDIA.- Pero mi nombre aparecía en la -primera plana de todos los
periódicos.
BÚHO.- Nada más que eso sucede solamente en sus sueños. La realidad es
distinta, véase, su naturaleza sólo le permite arrastrarse por el suelo.
OFIDIA.- ¡Pues es bien poco elegante hacerlo! Si es necesario, me compraré
una silla de ruedas, pero no volveré a arrastrarme.
BUHO.- Usted padece lo que llamamos una crisis de identidad, quisiera ser
una cosa distinta de lo que es, y lo peor de todo es que no desea curarse.
OFIDIA.- Es que no estoy enferma.
BÚHO, Entonces ,no puedo ayudarla como psiquiatra.
OFIDIA.- Pero como brujo sí puede.
BUHO.- No sé si deba... la verdad es que no he experimentado lo suficiente
en materia de cambios de personalidad... puede ser peligroso.
OFIDIA.- Pues me arriesgo a lo que suceda. De todos modos no podría
vivir siendo una víbora común y corriente.
BÚHO.- Está bien, pero quiero advertirle que si no le gusta su nueva forma,
tendrá que aguantarse porque es muy difícil hacer varios cambios.
OFIDIÁ- No se preocupe, yo me las arreglaré, así que apresúrese a darme
unas alas porque me muero de ganas de ser una aristócrata en el reino de las
aves y alternar con las águilas.
BUH0.- (Baja del sillón, se coloca el bonete y toma la vara) –
Genios de bien o perfidia,
suma que el sino decide,
ayúdenme a cumplirle a Ofidia
la barbaridad que pide
(truenos, relámpagos, apagones. Ofidia aparece con unas alas largas y
ralas).
OFIDIA.- Ay, qué susto. ¡Tengo alas! Gracias...Oiga, pero están muy feas.
BUHO.- Lo siento, señora, es todo lo que puede darle mi ciencia. Pero
alégrese, que aunque sus alas no hermosas, son en cambio las más veloces
del mundo, así que adiós y buena suerte.
12
Cumbre de una montaña sobre la que están distribuidos varios muebles de
cocina; una alacena, un trastero, un bracero en el que reposa una gran
cazuela. Algunos trastes. Un águila hembra busca afanosamente en los cajones
de la alacena mientras águila macho llega volando y posa junto a ella.
HEMBRA.- Por fin llegas. ¿Conseguiste algo?
MACHO.- Pues no... Gavilondo me dijo que lo disculpáramos por ahora.
HEMBRA.- Entonces ayúdame a buscar; por ahí tenía una poca de harina.
De algo servirá.
MACHO.- (le ayuda a buscar).- Podrías ir con las Eguiluz, ellas nos han
sacado de apuros en otras ocasiones.
HEMBRA.- Todavía les debemos dos liebres y tres conejos que no
tenemos para cuando pagarles. Vergüenza debería de darte. ¡Ponte a
trabajar, es lo que hace falta!
MACHO.- Huy, no... los aristócratas como yo no trabajamos. Mejor sirve
lo que haya y no discutas.
HEMBRA.- (Se acerca a la alacena y saca un objeto blanco que está debajo
de ésta)-Pues entonces tendrás que esperarte.
MACHO.- ¿Qué haces?
HEMBRA.- Con el hueso que detiene la alacena voy a hacerte un caldo.
MACHO.- ¡Fuchi!
13
Se escucha una marcha triunfal y una sombra cae sobre las águilas que
voltean hacia arriba. Ofidia desciende y se posa en un picacho cercano.
HEMBRA.- (En voz baja).- ¿Qué es eso tan feo? Parece una lombriz con
alas.
MACHO.- ¡Cállate! ¿.No ves que se puede espantar el platillo fuerte del
día? (en voz alta) Señora ¿de casualidad es usted una ave del paraíso?
OFIDIA.- ¿Yo...?
MACHO.- Perdone mi ignorancia. Alguna vez vi la estampa de uno de esos
bellos ejemplares en un libro y el parecido con usted es asombroso.
OFIDIA.- (Ríe complacida) No, señor. Yo también soy un águila.
HEMBRA.- (Untuosa) ¿No te lo dije? Pero acérquese, podemos compartir
la comida, si nos permite...
OFIDIA.- (Se aproxima, aunque no demasiado) Qué gentiles. Permítanme
que me presente. Soy Ofidia, águila imperial.
HEMBRA.- Es usted tan delgada... que de pronto la confundimos.
OFIDIA.- Me mantengo así por la danza, y así puedo volar velozmente...
además sé cantar.
MACHO.- (Se le aproxima lentamente) ¡Cuántas virtudes. ¿Y actúa
profesionalmente?
OFIDIA.- No sería -propio de mi clase... sólo en funciones de caridad.
HEMBRA.- (Se aproxima a Ofidia por el lado opuesto) Pues si llega a
interesarle, mi marido es empresario, él podría hacerla muy famosa.
MACHO.- Precisamente mañana tenemos une función a beneficio de los
aguiluchos sin nido... ¿ querría participar?
OFIDIA.-- (Alejándose un poco) Pues sí...tengo montado un espectáculo en
el que salgo bailando adentro de un cesto.
HEMBRA.- (Hace un movimiento rápido y queda junto a Ofidia) Pero eso
es poco elegante y ya está visto... (la toma de un ala y la acerca hasta el
bracero) Podría salir de un pastel...
MACHO.- (Se acerca a la pareja) Eso también ya está muy visto... Que
salga de una cazuela aderezada con jitomate, cebolla y chiles jalapeños
¡Mh...!
HEMBRA.- (Que prepara rápidamente el recaudo y lo echa a la cazuela)
¡Con pimienta, ajo, comino y nuez moscada ¡slurp! ¡Vamos a ensayar!
(entre ambas águilas toman a Ofidia por las alas y la meten a la cazuela.
Ofidia se revuelve y antes de que la tapen, salta afuera).
OFIDIA.- Necesito dos bailarines para que hagan coreografía, así que voy a
tratar de conseguirlos yluego vengo.
MACHO.- ¡Pero qué disparate! Mi mujer y yo somos excelentes bailarines.
Nosotros podemos hacer la coreografía (saca de un cajón mandiles y
gorros de cocina. Ambas águilas se las colocan. Ofidia baila y canta un
fox trot. Las águilas intentan atraparla, pero ella brinca y se les escapa
continuamente).
OFIDIA.-
nubes rosas,
de confite
mariposas,
escenario
de ilusión.
Si tu quieres
que te invite,
a la danza
y al convite
toma pues
la dirección.
En la altura
dense cita,
donde solamente
habita
gente de
mi posición.
Donde el águila
se atreve
a vivir
como se debe
entre nieve
de limón.
OFIDIA.- Si ya no vamos a usar la cazuela, necesito ir por el cesto…
HEMBRA.- (La toma de un ala) Pero la idea del pastel puede funcionar.
MACHO.- (La toma de la otra ala) Se verá lindísima cubierta con flores y
hojas de azúcar glass (Ofidia forcejea. Al macho se le cae del mandil un
enorme cuchillo de cocina):
OFIDIA.- ¿Qué es esto? ¡Ay, auxilio, socorro, ayudenme!
14
Mismo decorado de la escena 2. El gato echa especies y hierbas de olor en
una sartén mientras lee una receta.
GATO.- Veinticinco ajos finamente picados; aceitunas al gusto, veinte chiles
morrones, pimienta (entra el águila macho volando casi a ras del suelo.
Trae a Ofidia prendida con los colmillos cerca de la cola y aletea para
deshacerse de ella).
MACHO.-- ¡Auxilio, quítenme este monstruo, ayudenme, hagan algo!
(Ofidia suelta al águila que huye. Cae entonces al suelo junto al gato,
quien se sorprende momentáneamente y luego sigue preparando su guiso)
OFIDIA.-- ¡Ayúdame, defiéndeme, haz algo!
GATO.- Espérate, no me distraigas porque se me quema el guisado. A ver...
laurel, perejil...
OFIDIA.- ¡Desconsiderado!¡Mal amigo! ¿No viste el peligro en que estuve?
GATO.- Pero si quien huyó fue el águila...
OFIDIA.- Me salvó la suerte... soy una débil mujer...
GATO.- ¿De veras? (ríe). Oye ¿de qué pastorela te escapaste? Con esas alas
tan feas pareces ángel en huelga de hambre.
OFIDIA.- Pero puedo recorrer con mayor rapidez otros lugares del mundo.
GATO.- Vaya, al fin de cuentas te saliste con tu capricho. Ahora estarás
muy contenta.
OFIDIA.- Bueno... la verdad es que no mucho. Es difícil acostumbrarse a las
alturas. Es cierto que me trataron muy bien allá arriba y me admiraban, pero
a veces sus manifestaciones de afecto eran excesivas.
GATO.- Ah... seguramente. Oye, se me está ocurriendo una idea
maravillosa. Si sacamos partido de tu nueva naturaleza, podríamos
reorganizar nuestra antigua sociedad recolectora de ratones. Mira; tú
localizas las madrigueras desde las alturas, yo los cazo, y tú los repartes a
domicilio a todos los gatos de la ciudad.
OFIDIA.-- Huy, no. Yo tengo mayores aspiraciones y no voy a parar
hasta lograrlas.
GATO.-- Pues como quieras entonces.
OFIDIA.- Qué bien huelen esas fritangas, te estás volviendo buen cocinero.
GATO.--- No son fritangas. Se trata de un platillo muy delicado. Un amigo
me pasó la receta. ¿Quiéres quedarte a comer?
OFIDIA.- Bueno... con la huída se me abrió el apetito. ¿Y cómo se llama tu
guiso?
GATO ¡Mh!... ¡ratones a la veracruzana! Ya casi están.
OFIDIA.- Ay, no. Ya se me quitó el hambre. Mejor voy de una vez a ver al
búho para que me haga otro cambio.
GATO.- Lo que debieras hacer es pedirle que te devuelva a tu forma
original..: si es que todavía puede.
OFIDIA.- ¡Ah, qué moler! ¿No entiendes que lo único que deseo es crecer,
alcanzar la gloria? ¿Y cómo crees que pueda lograrlo arrastrándome?
GATO.- Es que puedes alcanzarla con tu propia forma.
OFIDIA.- Pues no me gusta la apariencia que tengo, Adiós.
15
Consultorio. Ofidia, sin alas y con patas de gallina, está parada junto al
búho.
OFIDIA.- ¡Ay, yo no le pedí patas de gallina! ¡ Voy a demandarlo, tendrá
que pagarme tanto dinero que no le va a alcanzar toda la vida! Mí abogado
vendrá a verlo.
BUHO.- Cálmese, señora. Yo le advertí que no he experimentado
suficientemente con los cambios de forma. Además, con unos bonitos
zapatos y medias, nadie notará que sus patas son de gallina y usted se verá
muy guapa.
OFIDIA.-¡Clo, clo, corococó! Ay, creo que tengo ganas de poner un huevo.
No se quede ahí parado, haga algo (el búho traza un signo con su vara.
Truenos, relámpagos y apagón. Ofidia aparece con patas de cerdo) .
OFIDIA.- (Persigue al buho) Oín, oinc, oinc. ¡Nomás deje que lo alcance y
no le va a quedar un hueso sano! Oinc, oinc.
BUHO.- (Revolotea) -¡Espérese, espérese, usted es una persona elegante
que no puede permitirse el uso de la violencia!¡Quién me manda andar
cumpliendo caprichos! Oiga, todavía le queda una oportunidad de cambio,
esta vez no voy a equivocarme (traza un signo en el aire. Truenos,
relámpagos y apagón. 0fidia aparece con brazos y piernas de mujer).
OFIDIA.- ¡Maravilloso! Es usted un genio. Hasta Marlene Dietrich
envidiaría mis piernas.
BUHO.- (Mete su gorro y su vara en una maleta) Pues más vale que le
gusten porque ya nunca podrá cambiar de forma.
OFIDIA.- Ni quiero... pero óigame ¿a dónde va?
BUHO.- Al manicomio más cercano. Necesito que me atienda un psiquiatra.
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Escenario de teatro con algunos decorados dispersos. Objetos de utilería y
herramientas de trabajo en desorden. Al centro, el cerdo empresario y Ofidia.
OFIDIA.- Y ahora sí puede decirse que soy la bailarina más completa que
existe; lo mismo puedo bailar una rumba, que la bella durmiente.
CERDO.- Pues la felicito.
OFIDIA.- Innumerables empresarios han querido contratarme, pero yo
preferí venir primero con usted, porque aquí inicié mi carrera. Sólo que
ahora, como es natural, mis honorarios serán más elevados.
CERDO.-- Yo había sabido que varios empresarios la habían rechazador
OFIDIA.- Dos o tres... se trata de envidias, gente que no sabe de arte...
CERDO.- Mire, Ofidia; la gente acudía a verla porque era excepcional el
caso de una víbora que tenía tanta gracia para la danza, pero a nadie le
interesa ver bailar a un animal con patas, porque esto es lo común. Lo
siento mucho, pero yo tampoco le puedo dar trabajo. Además, cuando s e
fue, contratamos en su lugar a una lombriz que nos cobra mu y barato.
Adiós.
OFIDIA.-- Oiga... yo podría cobrarle más barato todavía... aprendí otras
canciones, tengo números nuevos.
CERDO.- Lo siento, pero estamos completos.
OFIDIA.- Acépteme a prueba... por esta temporada.
CERDO.- Quizá más adelante.
OFIDIA.- Entonces... ¿podría prestarme algún dinero? Es que mandé hacer
vestuario y me quedé sin fondos
CERDO.- Lo siento. Yo tampoco tengo fondos (sale).
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OFIDIA.- ¡Cerdo tacaño! Y con el hambre que tengo (entran dos ratones de
overol, cargando una escalera. Les sigue una ratona con un bote de pintura).
RATON 1.--- (En tono burlón) -¿Qué es esa cosa rara, tú?
RATONA.- (Mismo tono) -Oye, chula, yo creo que te equivocaste de lugar.
Aquí no es la feria,
RATON 2.- Ni el museo de! horror...
OFIDIA.-¡Te vas a tragar tus palabras! (lo persigue pero éste se esconde
atrás de un decorado).
RATON 1.- (A espaldas de Ofidia) -Pero si es Ofidia, la eximia cantante.
RATONA.- Ex .víbora, querrás decir, porque ahora parece iguana (Ofidia
torna una escoba e intenta aplastarlos a escobazos) ¡Me la van a pagar,
plaga maldita.
RATON 2.- (Asomándose desde atrás del decorado) Ninguna plaga. Aquí
trabajamos. El empresario hizo un trato con nosotros; nos contrató...
RATON 1.- (Desde arriba de un mueble) Y nosotros prometimos no roer
más las duelas del escenario.
OFIDIA.- (Para sí)¡Es el colmo que ese puerco haya preferido contratar
unos simples ratones y me haya rechazado a mí, que soy una artista tan fina!
RATON 2.- (Que se acerca a Ofidia por detrás y le jala la cola) Lo
tienes bien merecido por vanidosa.
RATONA (Desde otro extremo) Y por tonta.
OFIDIA.- ¿Qué dices ratona infecta? ¿Tonta yo? (La persigue y casi la
alcanza).
RATONA.- (Desde atrás de un mueble) !Claro¡ Tonto es aquel que no
sabe apreciar lo que tiene.
RATON 1.- (Baja del mueble y se pasea frente a Ofidía) Y vanidoso, es
quien se tiene en más de lo qué vale; ¡por lo tanto, eres tonta por
inconforme!
OFIDIA.- Pues su gordo empresario se va a quedar sin tramoyistas, porque
voy a comérmelos.
RATONA.- ¡Primero tendrás que alcanzarnos! (Ofidia persigue a los
ratones, atrapa por la cola al ratón1, que chilla de terror, pero
tropieza con algún objeto, cae, vuelve a levantarse. Los ratones bailan
a su alrededor mientras ella trata de cazarlos sin resultado. Los
siguientes parlamentos deberán decirse con suma rapidez).
RATON 1.- ¡Bájate de los zancos!
RATON 2.- ¡Dinosauria!
RATONA.-Te equivocaste de carnaval, querida.
RATON 2.- ¡Tonta e inconforme!
RATON 1.--- ¡Espantajo!
RATONA.- Ya déjenla en paz. Después de todo, cada quien tiene lo que se
merece. El que se avergüenza de su propia naturaleza pierde el respeto de
los demás (los ratones empiezan a hacer mutis).
RATON 2.- Y: se convierte en su propio castigo, porque es como si no
existiera.
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El mismo lugar de la escena dos, sólo que ahora hay gran cantidad
de objetos amontonados cerca de la barda: un espejo, marcos
ovales, ropa vieja, un velo de novia, sombreros, bastones, un
perchero, un cesto de mimbre, una flauta. A un lado, cuelga la
cortina de gasa raída, amarrada en onda con un cabo de cuerda.
Sobre la barda, una repisa con un joyero que contiene bisutería, y en
otro lado, hacia el frente, una mesa circular con mantel largo sobre
la que hay algunas viandas y un frutero.
El gato se lame cuidadosamente, se peina, se afila las uñas, se
perfuma, se rocía la garganta con un atomizador y solfea.
GATO.- Do, re, mi, fa, sol, la, si, do, . . do, si, la, sol, fa, mi, re, do... ¿Una
víbora a dieta? Es lo más ridículo que he escuchado en mi vida.
OFIDIA.- ¿Y qué quieres que haga? No he encontrado trabajo, tengo que
guardar dieta forzosa.
GATO.- Pues yo te, invitaría a cenar, pero ahora no es posible porque tengo
una cita de amor... do re mi fa sol la si do :
OFIDIA.- Así que ahora tienes tiempo hasta para citas de amor.. Eso quiere
decir que te ha ido bien en tus negocios.
GATO.-No puedo quejarme. . . aunque siempre me he dado tiempo para
esas cosas.
OFIDIA.- Pero alguien podría venir a robar tus objetos usados mientras
estás ausente...¿Qu te ´parece si yo cuido tu negocio mientras vuelves? Te
cobraría cualquier cosa y…
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GATO.- Lo siento deveras, Ofidia como rechazaste varias veces mis
ofertas, ya tengo un nuevo socio. ¡Reptilo, ven por favor! (entra una víbora
macho y se para frente a Ofidia. Ambos se contemplan durante momento
sin hablar).
GATO.- ¡Vaya, vaya!, creo que sobro aquí . ella es Ofidia, mi socia
anterior, la víbora inconforme de la que te he hablado tantas veces.
REPTILIO Es nycho más hermosa de lo que me había imaginado .
OFIDIA.- Gracias, caballero. Bueno, creo que debo irme.
REPTILIO.- De ninguna manera. Por favor permita que la invite a cenar.
OFIDIA.- Pero sería mucha molestia.
REPTILIO.-- Es un placer...
GATO.- Do, re, mi, fa, sol, la si, do. (sale).
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OFIDIA.-(Levanta una boa de plumas, la coloca sobre sus hombros y se ve
en el espejo) Estar aquí es como volver a casa... (acaricia la boa y hace un
mohín exagerado de gran estrella. Reptilio sigue la broma; toma un
sombrero y hace una reverencia).
REPTILIO.-Bienvenida, madam. El palacio es suyo.:.
OFIDIA.- (Que se prueba ahora una estola) ¿Y quién es el príncipe?...
REPTILIO.- Un aventurero que llegó aquí por casualidad . . . (Toma un
bastón, lo ensarta en un hilacho a manera de vela, se sube a la mesa e
imita el movimiento de un navío). Viajé en un barco, dentro de una penca
de plátanos . . . (Se pone un quepí y se coloca atrás de un marco oval, como
si se tratara de una fotografía. Ofidia ríe y a su vez se pone un sombrero
con plumas y se coloca tras de otro marco que está junto a aquél) Y en un
avión, dentro de la maleta de un capitán (vuelve al suelo). Pero me gusta la
tierra por sobre todo. ¡Viva la libertad! ¡Viajar, viajar, viajar!
OFIDIA.- ¿Y entonces por qué viniste a establecerte con el gato?
REPTILIO.- No sé…A veces uno se aburre. He encontrado lugares donde
el agua se destila y cristaliza grutas como alhajas gigantescas, ¡palacios que
nunca soñó el rey Salomón! (desata la cortina que crea con sus
desgarraduras el efecto de una gruta), pero era necesario compartir con
alguien la belleza.
OFIDIA.- (aprensiva) ¿Y no encontró a nadie?
REPTILIO.- (Desalentado) No... (arrastra y desenrolla una pieza de tela
azul). He visto cómo la lluvia pone sus huevos entre el humus... he seguido
a los gusanos de agua que crecen y se van... he visto nacer el canto de los
ríos subterráneos. . . (Ofidia finge que nada entre la tela y está a punto de
ahogarse) ¿Me permites? (la abraza y la saca de la tela).
O F I D IA.--¡Ay... gracias…
REPTILIO.- ¡Conozco lugares de tesoros olvidados (vuelca el alhajero y la
bisutería se desparrama por todo el escenario, Ofidía se enjoya), que con su
brillo alumbran las entrañas del mundo! (toma el velo de novia se lo entrega
a Ofidia, que se lo pone. El a su vez se calza un bombín y ambos se colocan
detrás de un mismo marco. Se escuchan los primeros acordes de la marcha
nupcial de Mendelssohn). Pero necesito compartir con alguien la belleza.
(Ambos ríen y se quitan velo sombrero).
REPTILIO.- (Tímido) ¿Te gustaría vivir en una gruta? (Transición).
OFIDIA.- (Se ve las manos y las piernas) Creo que es tarde…es mejor que
me vaya.
REPTILIO.- ¡Ah, qué tonto! Casi se me olvidó la cena. Ven (se acercan a la
mesa y comen). ¿Sigues el mundo de la farándula?
OFIDIA.- Por ahora no. Me retiré temporalmente.
REPTILO.- Pues entonces puedes tomar unas largas vacaciones. Yo seré tu
guía. Viajaremos por el Amazonas o el Himalaya (toma con el hocico una
manzana y sigue hablando entre dientes mientras trepa al perchero);
Arrostraremos los peligros y- saldremos triunfantes…¡Te arriesgas a tomar
el fruto del bien y del mal?
OFIDIA.- (Ríe). La tentación es superior a mis fuerzas (comienza un juego de
ofrecimiento y rechazo que se asemeja a una danza. Finalmente Ofidia hunde
suavemente sus colmillos en la manzana y permanecen los hocicos juntos por
un momento. Reptilio baja del perchero y tira la fruta).
REPTILIO.- Al lugar del tesoro se llega por una estrecho grieta. ¿Quieres
que te lo muestre?
OFIDIA.- (Con tristeza). No puedo llegar hasta ahí. Me estorban los brazos y
las piernas.
R EPTI L IO.- (Se mete en el cesto de mimbre). Pero quizás podríamos vivir
en un cesto como éste. ¿Aceptas?
OFIDIA.- Ya no puedo enroscarme. He perdido flexibilidad (encuentra la
flauta y toca la misma melodía de la primera escena. Reptilio surge del cesto
bailando).
OFIDIA.- ¡Qué buen bailarín, qué perfección de movimientos!
REPTILIO.- El cuerpo de la serpiente es una línea que puede tomar todas
las formas (traza con el cuerpo una curva, un círculo, un corazón; formas
ad libitum.
OFIDIA.- (Conmovida). No, la perfección es tuya.
REPTILIO.- Perfección que puede tener cualquier animal dentro de sus
propios límites.
OFIDIA.- (Pensativa). La serpiente puede ser perfecta...
REPTILIO.- (Como hablando para si) Podríamos empezar viviendo
entonces bajo una hurera de piedra, desde donde se escuche palpitar el seno
de la tierra y los sueños fluyan como el agua de lluvia que se filtra... y el
botón de silencio apenas se reviente para que brote el hongo. . . ¡dime que
aceptas!
OFIDIA.- (Triste). Para volar con tu imaginación es necesario reptar,
arrastrarse. Yo he dejado de ser reptil (inicia mutis).
REPTILIO.-- Espera, tiene que existir algún medio, espera...
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Paraje semidesértico. La escasa vegetación luce desnuda, marchita. Ofidia
busca algo entre la yerba. Entra la lagartija con una red para cazar insectos.
LAGARTIJA.- Ah... qué descanso. Anoche soñé que me rodeaba un
enjambre de insectos de colores. Comía de ellos hasta saciarme y con otros
que brillaban hacía una guirnalda que le regalaba a Larguita.
OFIDIA.- ¿Y quiénes Larguita?
LAGARTIJA.- Mi vecina. ¿Pues quién había de ser? Ella me besaba y nos
íbamos a ver el campo. Todo volvía a lucir nuevas galas. Los pájaros
cantaban trabajando en sus nidos y las abejas levantaban inmensos
monasterios de cera. Oiga ¿quién es usted?
OFIDIA.- Yo lo vi en una ocasión, pero quizá no me recuerda.
LAGARTIJA.- La mera verdad, no… (la ve curioso y divertido). No se
vaya a enojar, pero es la la lagartija más chistosa que he visto...
OFIDIA.- ¿Lagartija?
LAGARTIJA.- (Un tanto asustada). ¿Pos qué no?
OFIDIA.- Mh… sí, sí. Es que no lo escuché bien.
LAGARTIJA.- Ah... (la ve con insistencia y se ríe).
OFIDIA.- Soy extranjera. Dígame... ¿es difícil vivir como lagartija? Quiero
decir aquí. . . ¿dónde se consigue de comer?
LAGARTIJA.- Uh…no es difícil…si acaso, como en cualquier parte. ¡Mire
esos mosquitos, ahí va mi desayuno! (se abalanza sobre un supuesto
enjambre de mosquitos y lo atrapa con su red). ¿Quiere? Son muchos para
mí solo.
OFIDIA.- ¿No saben feo?
LAGARTIJA.- Mh.. . no. Pruebe, están riquísimos (Ofidia prueba).
OFIDIA.- No están mal. ..
LAGARTIJA.- Y ahora, un buen baño de sol. Nos reunimos sobre las
piedras que están de aquel lado. Si quiere, vaya para que la presente con
todos los amigo; Sea usted bienvenida (sale).
OFIDIA- Adiós y gracias.
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OFIDIA.- Así que ni águila, ni pavo real, ni ciempiés…la orgullosa
serpiente se transformó en lagartija... (transición) Las ambiciones y
necesidades han cambiado también. Con que encuentre una buena piedra
para tomar el sol y cace algunos mosquitos, será suficiente para vivir... pero
necesito una vara para hacer la red. (La busca. Se escuchan trinos de aves y
zumbidos de insectos. Brotan flores de la tierra y hojas de las ramas. El lugar
se convierte en un vergel Ofidía contempla absorta).
OFIDIA.-- ¡Todo está cambiando; el aire se llena de olores y de vuelos! La
primavera ha llegado. El perfume es tan denso que marea; me siento
extraña... la piel me aprieta como si fuera un vestido demasiado ajustado.. .
y cruje, ¡Se abrió de aquí. . . de acá.. .1 ¡Se está rasgando! ¡Só1o las
víboras cambian de piel¡ Entonces siempre fui la misma por dentro ¡qué
felicidad, tienen que saberlo todos! (se le cae la piel con brazos y piernas.
Ofidia recobra su apariencia original. Baila, serpea, abre las fauces con
ademanes que muestran una alegre ferocidad).
Los animales van llegando y se colocan tras de Ofidia, a prudente distancia.
Se muestran sorprendidos y guardan silencio. Los ratones se adelantan unos
pasos y cantan y bailan al ritmo de una música tropical.
RATONES.- Ay... ¿qué hacer?
la séguridá
la séguridá
se acaba
la séguridá
se acaba.
GATO.- Volver a comé
ra tones
volver a comé
ra tones
OFIDIA Y GATO.-
Queal cabo sonú
na plaga
queal cabo sonú
na plaga.
CERDO.—Ai…
ai te va la serpiente
quevé nenosa
ai te va la serpiente
quevé nenosa
OFIDIA.-Pero mira mi puerco
que soy prudente
VAMPIRO.- Pero mira mi puerco
que muy graciosa
GATO Y BUHO.- Y tan sólo le pica quelqué
la pisa
y tan sólo le pica quelqué
la roza
y tan sólo le pica quelqué
la acosa.
PAVO REAL.-- (sin .cantar). ¡Tanto escándalo po algo que se arrastra!
OFIDIA.-- Pero soy veloz...
AGUILAS.-- Al cabo que ya no volará nunca más..
OFIDIA.- En la tierra nací. Desde debajo de cualquier piedra podrá volar mi
imaginación más allá de las montañas donde ustedes viven.
TODOS EN CORO.- (En voz baja).Y tan sólo le pica quelqué
la pisa
y tan sólo te pica quelqué
la roza
y tan sólo te pica quelqué
la acosa.
Sonido de percusiones. Los animales murmuran inquie tos. Voltean
al ciclorama ycorren hacia los lados. Desde el fondo se arrastra
Reptilio que llega hasta Ofidia. Se contemplan durante un momento
y rozan sus cabezas. Los animales los ven en silencio: Se escucha un
rugido. Entra el león.
LEÓN.- No podrás quejarte de tu suerte, Ofidia. Recuperaste tu forma
original a pesar de tu necedad. La has dado una lección práctica al reino
animal: todo ser viviente tiene un lugar en el mundo, aunque sea una
serpiente.
GATO.- ¡Que cante la lección!
OFIDIA. - Está bien. . . En la tierra o en el viento,
en los ríos o en el mar
TODOS.-Todos tenemos un lugar en el mundo.
OFIDIA.- Las águilas a volar
las arañas a tejer
y los peces a nadar.
TODOS.- Todos tenemos un lugar en el mundo.
OFIDIA.- Las serpientes a reptar
los gorriones a cantar
y los pavos a adornar.
TODOS.- Todos tenemos un lugar en el mundo.
OFIDIA.- Lagartijas, sabandijas
alacranes, gavilanes
TODOS.--- Todos tenemos un lugar en el mundo.
OFIDIA.-Tecolotes, zopilotes
cerdos, leones, tiburones
camarones, abulones,
perros, gatos y ratones
TODOS.- Todos tenemos un lugar en el mundo.
Todos tenemos un lugar en el mundo.
Todos tenemos un lugar en el mundo.
FIN