Ciencia erudita y ciencia escolar
La visión sobre la ciencia ha cambiado a lo largo del tiempo.
A partir de los años sesenta, algunos autores plantean la existencia de factores
racionales, subjetivos y sociales en la construcción del conocimiento científico.
Según esta perspectiva, la ciencia construye modelos que se ajustan más o menos
a una parte de la realidad, a partir de hipótesis basadas en las teorías ya construidas
y consensuadas en la comunidad científica.
Por el contrario, desde los enfoques actuales, que reconocen la complejidad e
historicidad de estos procesos, el corazón de la actividad científica es la búsqueda
de estrategias adecuadas y creativas para resolver problemas y responder
preguntas en un intento por explicar la naturaleza. Se trata de una búsqueda que
convierte los fenómenos naturales en “hechos científicos”, es decir, hechos vistos
desde las teorías.
En el marco de esta visión, las teorías se entienden como las entidades
más importantes de las ciencias, por ser instrumentos culturales para explicar
el mundo. La ciencia se considera una actividad cuyo fin es otorgar sentido al
mundo e intervenir en él.
Consecuentemente, el aprendizaje de las ciencias puede interpretarse como otro
de los aspectos del desarrollo de la ciencia, sin desconocer su especificidad en el
contexto educativo, ámbito de la “ciencia escolar”.
Con ese enfoque, buscamos instalar, en la escuela y en la sociedad, una
educación en ciencias que convoque a nuevos desafíos, que propicie el tránsito
de una perspectiva a otra.