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Mundo Nuevo 6 (Nueva Narrativa Brasileña)

Este documento es una revista literaria latinoamericana que incluye relatos, poemas, ensayos y reseñas de libros. La revista analiza la literatura y cultura de América Latina y el Caribe.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
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mroo

nuevo REVISTA DE AMERICA LATINA


BIBLIOTECA BREVE
RECUERDOS, SUEÑOS Y PENSAMIENTOS, de C. G. Jung
ha publicado en 1966
Ciencias Humanas.
N: 1 (julio):
Este libro de Jung es de algún modo su autobiografía, pero en cualquier caso CARLOS FUENTES: La situación del escritor en América Latina
una autobiografía nada ordinaria. En ella no se anotan recuerdos ni se emiten CESAR FERNANDEZ MORENO: Martínez Estrada y la Argentina
juicios sobre hechos externos. Jung está solo atento a su íntima experiencia, GABRIELA MISTRAL: Electra en la niebla (Poema)
ala única que le parece digna de mención». AUGUSTO ROA BASTOS: El y el otro (Cuento)

.a
FRANQOIS FEJTO: Notas sobre Cuba

N.' 2 (agosto):
GABRIEL GARCIA MARQUEZ: Cien años de soledad (Relato)

~e: BIBLIOTECA FORMENTOR


JUANA DE IBARBOUROU: La noche (Poema)
SEVERO SARDUY: Las estructuras de la narración
CARLOS GERMAN BELLI: Seis poemas
MUMFORD, LACOUTURE, LOWENTHAL, MANDER: La guerra del Vietnam
CON LAS PRIMERAS LUCES, de Carlos Martínez Moreno
Nueva Narrativa Hispánica N.' 3 (setiembre):
Con esta novela Carlos Martínez Moreno conquista seguramente un puesto en JOSE DONOSO: Los juegos legítimos (Relato)
la vanguardia de la narrativa latinoamericana, que según todo parece indicar, SAUL BELLOW: El intelectual norteamericano
es en los últimos años la vanguardia de la narrativa en lengua española. NICANOR PARRA: Canciones rusas
FERNANDO ALEGRIA: Vallejo: las máscaras mestizas
ELENA DE LA SOUCHERE: Diario de Santo Domingo
í~~~ N.' 4 (octubre):

~~ COLECCION
CARLOS FUENTES: Cambio de piel (Relato)
PABLO NERUDA: La Barcarola
TESTIMONIO RAIMUNDO L1DA: García Larca (1936-1966)
RICARDO GULLON: Relecturas: Galdós

PODER SIN MORAL, de Raimund Schnabel N.' 5 (noviembre):


Los S.S. hablan de su propios crímenes. ERNESTO SABATO: Por una novela novelesca y metafísica
La mayor parte de las páginas de este libro proceden de las propias S.S. GUILLERMO SUCRE: Mutaciones (Poema)
Son sus propios documentos los que acusan a la organización ante los ojos PEDRO A. BARCIA: Argentina: Otro golpe en el vacío
del lector. Schnabel se ha abstenido de toda polémica. No hace sino recopilar OSCAR LEWIS: La cultura de la pobreza
y ordenar. Papel del escritor en América Latina (Mesa redonda del P. E. N.)

editorial sen barral


Provenza 219, Barcelona 8, España
Para
los mejores textos latinoamericanos
y los mayores votos de felicidad
1967

a todos nuestros lectores


97 rue Sto Lazare, París (9) Número 6 Diciembre 1966

Director: Emir Rodríguez Monegal


Jefe de Redacción: Ignacio Iglesias
La otra mitad 4
Asistente de dirección: Tomás Segovia
Administrador: Ricardo López Borrás relatos
Cuentos primeros Joéo Guimsrée« Rosa 15
Se publica en asociación
con el Instituto Latinoamericano de Relaciones Internacionales (ILARI). El huevo y la gallina C/arice Lispector 23
Cantata NéUda Piñón 27
El lenguaje del amor Mary McCarthy 47

valoraciones
*
La novela brasileña E. Rodriguez Monega/ 5
Relieve, de Sergio de Camargo testimonios
André Breton Octavio Paz 59

diálogo
Un arte popular y minoritario Raimón 30

poemas
Cuatro canciones Raimón 45

taller
Gabriel García Márquez o la cuerda floja Luis Hars 63

cine
Un panorama de crisis H. A/sina Thevenet 78

libros y autores
Sobre Góngora: La metáfora al cuadrado Severo Sarduy 84
"El banquete», de Marechal Silvia Rudni 86
Nuevas publicaciones 89

revistas
Poetas y críticos Tomás Segovia 90

sextante
La vieja nueva ola 92

colaboradores 96
EMIR RODRIGUEZ MONEGAL
valoraciones
-:.. ::>~
." .:~

La otra mitad La novela brasileña


Hacia una dicción nacional Nueva York al escribir sobre la novela estadouni-
Aunque Brasil ocupa prácticamente media América Latina, la literatura dense de hoy. Aunque este enfoque tiene algún
brasileña es casi desconocida en el resto del continente hispánico. La apa- El crítico vienés que llamó al Brasíl «El País del mérito, se basa en ciertos presupuestos erróneos.
rente semejanza de las lenguas, cuyo tronco común es indiscutible, enmas- Futuro" estaba acuñando algo más que un lema Parece implicar que la novela en Brasil está sólo
cara una dificultad práctica de lectura que acaba por desanimar a los para el chauvinismo brasileño o un pretexto para condicionada por el medio, que sus novelistas
hispanohablantes. En esto, los brasileños son mucho más activos. No es la más obvía réplica: Siempre será un País del están escribiendo sólo dentro de los esquemas
extraño ver libros en español en las mejores bibliotecas particulares del Futuro. Én Brasil, el amanhá está tan profunda- del realismo, que la novela en una palabra es
Brasil. En cambio, es casi una señal de esnobismo, ver un libro brasileño mente grabado en el carácter nacional como el una forma documental. Hace veinte o treinta años
en la biblioteca de un escritor hispanoamericano. Pasa aqui algo similar mañana en el resto de América Latina. Sin estos puntos de vista eran aceptados por la crí-
a lo que también revela un análisis profundo de la geografía cultural de embargo, la frase de Stefan Zweig implica una tica brasileña, como lo eran también en el resto
América del Sur: Brasil y América Latina se dan la espalda. En vez de verdad simple aunque elusiva: Brasil como uni- de América Latina. El impacto de la Naturaleza
estar unidos por los grandes rios, por la selva, por esa tierra de nadie dad coherente, no existe, todavía. Políticamente sobre el Hombre en el vasto continente, el des-
que es el corazón compartido de todo el continente, ambos grupos vecinos existe desde que el Grito de Ipiranga (1822) lo cubrimiento del compromiso político por la es-
se desconocen y miran obsesivamente a las metrópolis culturales del liberó del dominio portugués. (Aunque D. Pedro, cuela de existencialistas franceses, y las teorías
hemisferio norte. que proclamó la independencia, era el hijo y here- del realismo socialista que difundía la Unión So-
dero del Rey de Portugal.) Como país libre, Bra- viética eran discutidos y anchamente aceptados
Por eso, y para remediar en una parte pequeña tal suicida aislamiento, sil ha existido ya durante casi un siglo y medio, en casi toda América Latina. No sólo en Brasil
Mundo Nuevo, que ha buscado siempre incorporar temas brasileños a sus pero como una unidad nacional y cultural es aún sino también en México y Argentina. en Ecuador
páginas, presenta hoy un breve panorama de la narrativa del Brasil actual. País del Futuro. Por eso, suponer que exista algo y Cuba, los escritores estaban dedicados a le-
Es apenas una guia, forzosamente parcial e incompleta, pero que pretende que se pueda llamar la novela brasileña, es su- vantar el inventario de sus patrias, describiendo
aportar algunos elementos de juicio y algunos textos significativos. Pare- poner demasiado. Hay novelas brasileñas pero no ríos y montañas, denunciando a las oligarquías lo-
ce muy revelador, por ejemplo, que de los principales novelistas que se hay nada que sea la novela brasileña. cales y el omnipresente (aunque no siempre vi-
discuten en el panorama general sólo hay ediciones en español de tres: Debido a las vastas diferencias naturales entre sible) imperialismo norteamericano. En ese pa-
Graciliano Ramos, Lins do Rego, Jorge Amado, publicados incompleta- la selva amazónica y el desierto del Nordeste, ríodo, se escribían novelas para mostrar el des-
mente por algunas casas rioplatenses. De Guimerées Rosa (aunque pa- las áridas mesetas de Minas Gerais y la blanda, tino de los indios del Altiplano o la pavorosa
rezca increible cuando se piensa que ya está traducido en Alemania, en sensual, costa de Río de Janeiro, los húmedos miseria de los explosivos suburbios de Caracas.
Italia, en Francia, en Estados Unidos) sólo se conocen en Hispanoamérica bosques de Santa Catarina y los templados espa- Muy pocos de esos novelistas latinoamericanos
algunos pocos cuentos dispersos en revistas (casi todas rioplatenses tam- cios abiertos de Río Grande do Sul, el Brasil estaban entonces comprometidos con la realidad.
bién). Felizmente, Seix-Barra/, de Barcelona, anuncia ahora varios volú- abarca una enorme variedad de culturas. Los mi- Rara vez escribían sobre hombres aunque escri-
menes de su obra, incluso una traducción de su novela Grande sertáo: crocosmos que forman ese macrocosmos están bían sobre el Hombre. Si bien su propósito era
Veredas. De eterice Lispector no hay prácticamente nada. Esta situación reflejados brillantemente en sus novelas. Como el realismo documental, los libros que producían
es doblemente injusta: para los autores brasileños que son desconocidos los novelistas norteamericanos del siglo pasado, sol ían ser ejercicios muy estilizados de descrip-
por sus propios vecinos; para el lector hispanoamericano que se priva del los brasileños de hoy no pueden evitar ser re- ción abstracta de la realidad, panfletos apenas
acceso a un mundo fabuloso, a la vez tan parecido y tan distinto del suyo gionalistas en sus escritos. Por esta razón, esa disfrazados de novelas, piadosos libelos.
propio. abarcadora novela brasileña, prototipo y paradig- El movimiento regionalista de los años veinte se
ma de un género nacional, existe tan poco como desarrolló en el Brasil contra el fondo del extremo
Con este conjunto de textos sobre la narrativa brasileña actual y al- «la novela norteamericana". academismo de una literatura que todavía depen-
gunos de sus principales creadores, Mundo Nuevo quiere reparar hasta Los críticos literarios brasileños han señalado día de Europa. El movimiento había empezado
cierto punto una injusticia. Pero quiere, sobre todo, facilitar el acceso a los contrastes más obvios entre la ficción escrita un poco antes y, aunque parezca paradójico, te-
una ficción verdaderamente creadora. en el Nordeste -tierra trágica de desiertos y nía su origen en un grupo de escritores que sin-
hambre, de rebelión épica y sangrienta- y la fic- tieron la necesidad de cortar todos los vínculos
ción del Sur: esa región de gauchos, tan similar con la dicción y la retórica portuguesa. Para con-
en muchos aspectos al Oeste norteamericano o seguirlo, se volvieron hacia Francia e Italia. La
a las llanuras rioplatenses. También han discutido Semana de Arte Moderna que se desarrolló en julio
las diferencias que hay entre los novelistas in- de 1922. en Sao Paulo produjo un tremendo impacto
trospectivos de Minas Gerais y los más brillantes en la vida cultural de la nación entera y marcó
y extrovertidos de los grandes puertos del Atlán- el comienzo de una ola de renovación de muy
tico. Pero es tan erróneo considerar la literatura importantes consecuencias. El grupo fue bautiza-
brasileña sólo en términos de un mapa literario do en Brasil de «Movimiento Modernista" y no
del país como lo es hablar sólo de la escuela de debe ser confundido con el Modernismo hispano-
novelistas sureños o del grupo «internacional" de americano, creado unos cuarenta años antes por
E. RODRIGUEZ MONEGAL LA NOVELA BRASILE/ilA 7

Daría y otros poetas latinoamericanos, bajo vista Sur, la principal linea de la ficción argen- Lins do Régo y Jorge Amado, pronto alcanzaron del tiempo perdido. Como Don Segundo Sombra
la influencia de la poesía simbolista francesa y tina continuó hasta hace relativamente poco una fama en todo el Brasil. De estos novelistas, sólo (1926), la obra maestra del argentino Ricardo
de la pintura prerrafaelista británica. tendencia más realista y documental. Mario de Jorge Amado tuvo eco internacional. Simpati- Güiraldes, sus libros están llenos de la nostalgia de
Aunque muy claramente inspirado en el Futuris- Andrade alcanzó la misma clase de resultado al zante del jefe comunista Luis Carlos Prestes la memoria. Lins do Rego tenia una visión menos
mo italiano y en otros Ismos europeos, la Sema- modificar la perspectiva literaria del Brasil: fue (cuya biografía escribió), Amado fue ampliamente poética pero más abarcadora que la de Güiral-
na de Arte Moderna se orientó hacia el descu- el suyo asimismo un éxito minoritario. Indicó el traducido en los países socialistas. También al- des. Escribió con brío y con emoción, y revelando
brimiento creador del Brasil. E! contacto y la imi- camino cierto pero (aparentemente) no pudo ir canzó el éxito en los Estados Unidos: uno de sus un compromiso muy personal con las ásperas rea-
tación de Marinetti y Dada y los superrealistas, más allá. En 1926, un nuevo movimiento ya se libros Gabriela, Cravo e Canela (1958), fue la pri- lidades del Nordeste. Su molde era la obra de
llevó a los escritores brasileños ( en forma algo había desarrollado como reacción polémica con- mera novela latinoamericana en convertirse en su maestro, Gilberto Freyre, a cuyas encantado-
inesperada) a una búsqueda de las esencias del tra los modernistas de Sao Paulo. Un énfasis best-seller allí. La edición norteamericana, pu- ras teorías y observaciones sumó su propia expe-
Brasil. Mario de Andrade (1893/1945), un poeta nuevo y renovado sobre el regionalismo marcó el blicada en 1962, fue reseñada en la primera pági- riencia, enriquecida por el contacto literario (en
y crítico de ideas muy personales, fue uno de los grupo del Nordeste que vino a desafiar a los na de la sección bibliográfica del New York Ti- Alagoas, durante los años de su formación) de
jefes del movimiento. El fue de los primeros en paulistas. mes. Hace poco, Rayuela, del argentino Julio Cor- gente como Raquel de Queiroz y Graciliano Ra-
ver los peligros del regionalismo y en señalar tázar, una obra mucho más sutil e infinitamente mos.
la urgencia de un redescubrimiento del Brasil. Su más creadora, también fue reseñada en el mismo Más tarde, el éxito de sus novelas y una larga
única novela, Macunaíma (1928), tiene el delibe- El regionalismo: un callejón sin salida lugar. residencia en Río de Janeiro atenuaron el calor
rado propósito de construir una narración poé- A pesar de este éxito internacional, que salta e inmediatez de su crónica. Mientras vivía en Río
tica basada en todo el folklore brasileño y de El punto de partida del ccr.tramovirniento fue el las barreras ideológicas, Amado (nacido en 1912) completó, entre otras, tres de sus más ambicio-
explorar las posibilidades de una lengua realmen- Primeiro Congresso de Regionalistas do Nordeste no es considerado, sin embargo, por los críticos sas novelas: Pedra Bonita (1938), Fogo Marta
te brasileña, tan distinta de la portuguesa como que tuvo lugar en Recife, en 1926. Si Sao Paulo brasileños como el igual de Lins do Régo o de Gra- (1943), y Cangaceiros (1953). Escribiendo ahora
la norteamericana lo es de la inglesa. Como no- representa el Brasil dinámico y moderno de hoy, ciliano Ramos. Las razones son obvias. Aunque desde un punto de vista puramente narrativo y no
vela, Macunaíma es un hermoso fracaso. Dema- el Nordeste en los años veinte representaba el es un narrador nato y un escritor de gran encan- a partir de sus recuerdos del mundo de la caña
siado incoherente, oscura y episódica, demasiado Brasil que estaba dejando atrás la nueva indus- to, hasta hace muy poco era uno de los más azúcar, Lins de Régo demostró sus limitaciones
laxamente entretejida, tiene muchos de los de- trialización. Era ésta una región de economía ob- sinceros continuadores de las estériles teorías del como novelista. Sólo la primera de estas novelas
fectos de una obra experimental como Ulysses y soleta, basada en la caña de azúcar, el decadente realismo socialista. Sus primeros libros (sobre es realmente una sólida obra. Esa crónica ficticia
pocas de sus deslumbrantes virtudes. Como acon- mundo feudal de los herederos de grandes pro- todo los del ciclo del Cacau) son meros panfletos, de una rebelión mistica en los desiertos del Nor-
tecimiento señero, sin embargo, Macunaíma resulta pietarios de esclavos, y de la sociedad marginal aquí y allá aliviados por descripciones gráficas y deste, encendida por un fanático que pretende ser
insuperable. Señaló, al comienzo mismo del mo- de los pobres retiran tes, emigrantes internos que hasta pornográficas de la vida en las plantacio- un nuevo Cristo (y tal vez él mismo lo cree), está
vimiento modernista, dos verdades muy importan- huían periódicamente del árido interior. En mu- nes del Nordeste o en los suburbios ciudadanos. presentada a través de los ojos de un muchacho,
tes: el realismo documental es un punto muerto chos aspectos, esa tierra combinaba las duras Jubiebé, que apareció en 1935, es una novela ex- Antonio Bento, descendiente del fanático. La his-
para la novela; el lenguaje es el primero y más realidades y las pesadillescas visiones que eran travagante, una suerte de suite grand-guignoles- toria se desarrolla en dos niveles del tiempo -uno
crítico problema que enfrenta el novelista. A tra- tan familiares a los lectores de Sherwood Ander- ca de horrores, presentada como un documento presente, el otro remoto- que acaban por fundirse
vés de Macunaíma, el holgazán anti-héroe de su son, William Faulkner o John Steinbeck. Sólo que sobre la situación social de Bahía y sus alrede- al final de la novela. El punto de vista elegido es
novela (Qué prequice, Qué pereza, es su lema, y el contexto nordestino es aún más duro y trágico. dores, durante los años treinta. A partir de 1956, a la vez distante e inmediato.
hasta cierto punto un lema nacional), Mario de Inspirado por hombres como el sociólogo GiI- cuando los soviéticos declararon oficialmente el Lins do Régo no tenia la capacidad de creación
Andrade mostró que la novela no necesita ser un berta Freyre (nacido en 1900), el Congreso de Re- deshielo en las restricciones puestas a la litera- necesaria para llevar a cabo totalmente su ambi-
mero registro de la realidad y debe ser una crea- gionalistas Nordestinos marcó el comienzo de un tura, Amado se sintió libre de escribir novelas en ción; las dos últimas novelas importantes que escri-
ción mitopoética. Concentrándose más en el len- importante movimiento literario; sirvió para colo- una vena puramente narrativa. Gabriela es tal vez bió así lo demuestran. En tanto que Fogo Marta está
guaje que en la fábula o los personajes, de An- car el Nordeste en el mapa de la ficción brasile- la mejor: los personajes viven, el color local es a menudo salvada por el vigor de ciertos perso-
drade demostró estar ocupándose primero de las ña. Lo hizo con una vitalidad y esplendor tales brillante, y Gabriela un encanto. Pero sus limita- najes, como el capitán Vittorino Carneiro da Cunha,
cosas primeras. Desgraciadamente, Macunaíma que se llegó a olvidar el hecho de que la novela ciones como novela son evidentes. Nunca penetra Cangaceiros se apoya demasiado en la atracción
nunca consigue ser más que un experimento, ad- del Nordeste no es la novela brasileña entera. más allá de la superficie; el lenguaje, aunque que ya tiene el tema mismo: esos coloridos bando-
mirablemente lúcido y poético. Uno de los clásicos de la sociología brasileña, adecuado, es rara vez creador. Amado, como leros del desierto nordestino. En un rápido balance,
Desde muchos puntos de vista, ese intento rea- Os Sertóes, de Euclides da Cunha, escrito en O'Hara en los Estados Unidos, o Maugham en las limitaciones de Lins do Rego como novelista
lizado en Brasil a fines de los años veinte puede 1902, ya habla explorado las vastas posibilidades Inglaterra, es un maestro de lo obvio, de lo típico, no obliteran sin embargo sus aciertos. En muchos
ser comparado con el que ensaya Jorge Luis Bor- épicas de esa región del Brasil; en Casa Grande de lo superfluo. aspectos se estaba moviendo por el camino cierto.
ges en Buenos Aires durante el mismo período. e Senzala, Freyre había agregado, en 1933, a la Más interesante es el caso de Lins do Régo Había descubierto que las novelas documentales
Sus cuentos, deliberadamente presentados como visión poética de Da Cunha su propia visión, am- (1901/1957). El también se inició con un ciclo de dependen de una transcripción imaginativa del len-
Flcoiones, enfatizaban entonces, como lo había plia y minuciosa, de un pasado feudal decadente. novelas, sobre la cultura de la caña de azúcar, guaje tal como se le habla realmente. Desde Sao
hecho Macunaima, las cualidades mitopoéticas de A partir de escritores como José América de pero su enfoque es completamente distinto del Paulo, Mario de Andrade había luchado sin des-
la imaginación narrativa y revelaban la urgencia Almeida (cuya A Bagar;;eira, 1928, es una obra de Amado. Lins do Régo no esoribió con un canso por liberar al portugués del Brasil de la
de romper con una tradición muerta para poder precursora) y Raquel de Queiroz (que antes de molde marxista en la mano, sino que extrajo sus dicción y la gramática de la vieja metrópoli. (En la
crear un lenguaje verdaderamente latinoamerica- cumplir los veinte escribió O Quinze, un docu- novelas de su experiencia de muchacho nacido América hispánica, la batalla principal había sido
no. Aunque Borges tuvo éxito en sus experimen- mento clásico y sobrio sobre los retiran tes del y educado en los ingenios azucareros. Era hijo ganada, felizmente, hacia mediados del siglo die-
tos y se convirtió en el jefe de un pequeño grupo año 1915, publicado en 1930), los novelistas del de los dueños; lo que esoribió en una prosa rica, cinueve.) Aunque Lins do Régo se opuso a mu-
de escritores que se reunían en torno a la re- Nordeste, incluyendo a Graciliano Ramos, José caótica e indisciplinada fue su propia búsqueda chas de las influencias europeas que impregnaban
8 E. RODRIGUEZ MONEGAL LA NOVELA BRASILEÑA 9

el movimiento modernista, compartía con de An- de su relación con el medio y con los animales do ponen de relieve distintos caracteres nacio- El monólogo del protagonista crea un mundo.
drade la preocupación por el lenguaje hablado en que los rodean. El sol, un perro, y una sombra nales. El proceso y El castillo, de Kaíka, abru- Es el mundo del interior de Minas Gerais, una
el Brasil. En tanto que el propósito de éste era son personajes tan legítimos de su relato como man al lector con las más concretas minucias tierra alta y desértica que linda con el sertáo del
realmente reemplazar una retórica anticuada por los seres humanos. de la vida en la Europa Central durante la deca- Nordeste, desierto mucho más pequeño y que
una nueva, Llns do Régo da a veces la impresión Ramos era un hombre silencioso, y Vidas se- dencia del imperio austro-húngaro, y están atra- ya ha sido explorado por los novelistas y soció-
de que sólo quisiera eliminar todo tipo de retórica. cas es un libro silencioso, del tipo de obra que vesadas por una noción de la culpa que proviene logos brasileños. Una vez me dijo Guirnaráes
En sus novelas, que se caracterizan por una gran necesita ser releída para revelarse enteramente. directamente del Viejo Testamento, tal como lo Rosa, con visible orgullo, que comparado con el
libertad de expresión, él intentó transcribir el "ver- Con la perspectiva de casi tres décadas, es fá- leían y lo interpretaban los judíos del ghetto de sertáo de Minas Gerais, el nordestino es sólo
dadero» lenguaje de los personajes. Lo que le faltó cil descubrir que falla precisamente por lo que Praga. Cuando Borges escribe sobre héroes es- una franja no muy separada de la costa atlán-
fue la necesaria disciplina para mantener el len- parecieron ser sus virtudes cuando fue publi- candinavos o chinos o irlandeses está siempre tica. El título de su novela, literalmente traduci-
guaje hablado en un nivel creador. Debido a su cada en los años treinta. En un período en que escribiendo sobre una enorme biblioteca, llena do, indica precisamente esa dimensión extraor-
esfuerzo por ser fiel a las palabras y sonidos real- los libros, tan vitales de Amado, y las laxamente de libros ingleses y situada en un suburbio cos- dinaria de la tierra minera: Gran Desierto: Pe-
mente usados por la gente, a menudo se convirtió construídas pero apasionantes novelas de Lins mopolita del mundo: Buenos Aires. En verdad, queños Ríos. Comparado con la enormidad de
en literal, monótono, y antigramatical hasta un do Régo eran best-sellers en todo el Brasil, literariamente, importa poco cuál es la situación Minas Gerais, este largo libro es apenas el re-
punto inaguantable. El resultado de su esfuerzo jus- Vidas secas era una lección de austeridad, de geográfica de un escritor. Lo que realmente im- gistro de una pequeña excursión.
tificó muchas veces las acusaciones de algunos observación profunda, de actitudes anti-heroicas porta es la naturaleza de su enfoque de la rea- El mundo que Riobaldo evoca es violento; está
de sus críticos de que escribía muy mal. frente a una realidad dura y cruda. Desde en- lidad. Desde este punto de vista, algunos libros lleno de traición y de ardientes rivalidades, de
Hasta cierto punto, Amado y Llns do Régo no tonces, nuevas fuerzas literarias han transforma- son más regionales que otros porque tienden a miseria y de explotación, y se desarrolla en un
se preocuparon realmente por escribir bien y do a Graciliano Ramos en un maestro respetado presentar sólo los aspectos típicos de un deter- territorio atravesado por bandidos, políticos y un
descansaron, incluso demasiado, en su intuición pero no muy influyente. Cierta vez Lins do Régo minado lugar y ambiente, sólo el color local: ejército implacable y venal. La narración se ubi-
de cuentistas natos. Entre los novelistas nordes- lo llamó «Mestre Graciliano». El título era me- jamás se mueven de la superficie que están pre- ca en los últimos años del siglo pasado, pero
tinos, el que realmente se preocupó por escribir recido, pero en esos últimos diez años los nove- sentando para describir lo que está debajo. Es el problema que Gulrnaráes Rosa presenta está
bien fue el autor que la mayor parte de los crí- listas brasileños han descubierto otro maestro: esta diferencia de profundidad, y no la diferen- aún muy vivo, como lo demuestran los titulares
ticos saludan como el mejor del período: Gra- Joáo Gulrnaráes Rosa. Paradójicamente, su pri- cia en el tema, lo que hace a Amado más regio- de los periódicos brasileños. Al novelista no le
ciliano Ramos (1892/1953). Ramos fue tan mar- mer libro fue publicado el mismo año que Vidas nal que Ramos. interesan realmente los aspectos documentales
ginal en su puesto de empleado público en al- secas, pero, en vez de cerrar una corriente de Joáo Guirnaráes Rosa (nacido en 1908) ha lo- del mundo sobre el que escribe. Como otros
guna región perdida del Nordeste como el Nor- creación, Sagarana (así se llama) abría una grado ser universal en su enfoque sin dejar de brillantes colegas de la ficción latinoamericana
deste mismo es marginal al Brasil moderno. Un nueva. estar comprometido con su propio territorio. Has- de hoy (Alejo Carpentier, de Cuba, y Julio Cor-
introvertido, tímido hasta el extremo del silencio ta ahora ha publicado un libro de cuentos bas- tázar, de Argentina), el novelista brasileño no
total, Ramos manifestó su reticencia hasta en la tante cortos (Primeiras Estorias, 1962), dos de pasa por alto la miseria o la explotación que lo
demora en publicar su primer libro. Tenía ya Mestre Guimaraes nouvelles (Saragana, ya mencionado, y Carpo de rodean, pero él sabe que la realidad cala más
cuarenta y un años cuando Caetés apareció en baile, 1956) y una novela, lo que no parece mu- profundamente aún. Sus experiencias como mé-
1933. Había aprendido a leer recién a los nueve El problema del regionalismo, tal como fue dis- cho si se le compara con otros narradores de dico rural y, más tarde, como médico del ejér-
años; su educación fue muy azarosa. Durante cutido en los años veinte y treinta en América este tiempo. Hoyes considerado el más grande cito lo familiarizaron no sólo con los hombres
sus primeros años, estuvo bajo la influencia de Latina es un problema falso. Entonces fue pre- escritor brasileño vivo y uno de los primeros en de la región sino también con su inagotable
Gorki y de algunos maestros del idioma portu- sentado más como problema geográfico que li- América Latina. Originariamente publicada en lenguaje. A través de la recreación artística de
gués, como el novelista Ec;:a de Queiroz y los terario. Desde un punto de vista estrictamente 1956, su única novela, Grande Seriéo: Veredas, su lengua hablada, él consigue trasmitir toda
brasileños Euclides da Cunha y Raul Pompéia. literario, todas las novelas son regionales ya está escrita en forma de monólogo. El protago- la realidad de esta tierra brutal y trágica. Su ni-
Algunos críticos han proclamado a Vidas Secas que pertenecen a una determinada área lingüís- nista, Riobaldo, había sido bandido, o iequnco, ñez estuvo dedicada a escuchar a los viejos con-
(1937) su obra maestra y una obra maestra de tica. Por ejemplo, la primera novela moderna, como los llaman en el setiéo: ahora es un hono- tar increíbles historias de esos bandidos, crue-
la novela regional. El juicio es discutible pero, el Quijote, trata de un caballero imaginario que rable estanciero que empieza a envejecer. El mo- les y sangrientos, que llenan el serráo: grotes-
aún sí no se la considera como tal, es un libro vive en una perdida región del imperio español; nólogo - que procede casi sin pausa, aunque cos caballeros andantes de una dudosa cruzada.
importante y tal vez el mejor de los suyos -aun- Madame Bovary presenta a una señora francesa de tanto en tanto el relator se detiene a contes- En su juventud, viajó mucho a través del paisaje
que muchos prefieren su autobiográfica Infancia que sueña despierta y ha leído demasiadas nove- tar alguna inaudible pregunta de un desconoci- extraño, duro y hechicero de los Gerais, pasó
(1945). Vidas secas, describe la odisea de una las románticas en su sórdida ciudad de provin- do oyente- describe la vida de Riobaldo: vida mucho tiempo explorando las pequeñísimas po-
familia del. Sertao nordestino y está escrita en cias; y Los hermanos Karamazov se refiere a un llena de amor y aventuras. El oyente es un per- blaciones o recorriendo camínos que no llevaban a
un estilo escueto y económico. Cada uno de sus conjunto de borrachos, inflamados a veces por sonaje más ambiguo aún que los interlocutores ningún lado: así se familiarizó con la escualidez
capítulos es autónomo (fueron publicados origi- pensamientos místicos, que habitan un puebleci- que utiliza, por ejemplo, Joseph Conrad en sus y la miseria de este país tan rico. Su vida allí
nariamente como cuentos), y toda la estructura to de Rusia. Pero no sólo las así llamadas no- novelas. Sin embargo, es para él que el prota- fue la búsqueda encarnizada de un lenguaje
de la novela revela una gran preocupación por velas realistas están estrictamente localizadas gonista cuenta su cuento. Cada monólogo nece- creador para contar todo esto.
la forma y el estilo. Aunque en este libro Graci- por el lenguaje y la visión del mundo que ese sita un oyente hechizado (como el Viejo Marino, A través de una técnica y de una sensibilidad
liana Ramos evita todo análisis psicológico (ha- lenguaje implica. También las novelas fantásti- de Co!eridge, sabía tan bien) porque su presen- que fueron moldeadas por la novela experimen-
bía abusado del género en una novela anterior. cas son regionales en este sentido. Los Viajes de cia justifica la actitud confesional e implica al tal de los veinte y los treinta (sus deudas con
Angustia, 1936), consigue revelar, más por im- Gulliver están tan nacionalmente enraizados en mismo tiempo que hay un profundo secreto a Joyce, Proust, Mann, Faulkner, y Sartre, son ob-
plicación que por afirmación directa, la vida in- la prosa neoclásica del siglo XVIII como lo está punto de ser revelado. Riobaldo, es claro, tiene vias), Guimaraes Rosa logra, en Grande Setiéo:
terior de sus desposeídos personajes a través Candide, aunque sus distintas visiones del mun- un secreto. Veredas, jugar con el tiempo y con el espacio,
10 E. RODRIGUEZ MONEGAL LA NOVELA BRASILEI\IA 11

telescopa hábilmente sucesos y personajes. Usa resto de América Latina que con Europa o con los experiencia de un testigo sino a través de los Rosa ( y toda su producción narrativa. por otra
los más desvergonzados recursos del melodrama Estados Unidos) muestra que hay profundas co- relatos que cuentan los sobrevivientes de aquella parte) a los traductores y aún a los lectores que
pero jamás cae en las resecas convenciones del rrientes invisibles que vinculan el estilo épico de época terrible: relatos vueltos a contar y reescri- saben portugués. De hecho, la traducción nortea-
realismo documental. En realidad, hasta se burla de las novelas de caballería y el narrativo de algu- tos por la imaginación de Guirnaráes Rosa. Para mericana (realizada con enorme cuidado por Ja-
ellas manteniendo (como Cervantes) una sutil nota nos escritores latinoamericanos de hoy. El mundo el novelista, la distancia en el tiempo y la falta mes L. Taylor y Harriett de Onls) se lee mucho
de parodia desde el comienzo hasta el fin de su feudal de la selva peruana y el del desierto mi- de toda experiencia directa resultan al fin y al más fácilmente que el original ya que hasta cierto
relato. Uno de los secretos más guardados del nero de alguna manera hacen juego con el mundo cabo más beneficiosas que la inmediatez del re- punto los traductores se vieron forzados a sim-
monólogo de Riobaldo, por ejemplo, es el nombre feudal de aquellas novelas andariegas de la Eu- portaje sociológico de Da Cunha. Por su mismo plificar y explicar el texto. Según me dice Gui-
de su verdadero padre. Cuando se descubre, todo ropa de fines de la edad media. distanciamiento, Gulrnaráes Rosa pudo llegar más rnaráes Rosa, sólo la reciente traducción de Car-
el libro adquiere la forma de una búsqueda de la Pero el verdadero tema de Grande sertéo: Ve- cerca del corazón del asunto. Lo que le ocurrió po de baile, y la versión alemana de Grande Ser-
propia identidad, uno de los temas básicos de la redas es la posesión diabólica. Riobaldo está con- mientras estaba escribiendo y recreando el mundo tao: Veredas realizan la tarea casi imposible de
literatura, desde los griegos por lo menos. El se- vencido de que ha hecho un pacto con el diablo, de los jagunr;os es algo parecido a lo que le ocu- ser a la vez fieles al original y legibles en la len-
creto más sensacional del libro, sin embargo, es que fue el diablo quien lo arrastró a una vida rrió a Sarmiento cuando escribió la vida de Fa- gua a que se traduce. Las versiones francesas
otro: cuál es la verdadera naturaleza de Diado- de perversidad y crimen. El suyo no es, sin em- cundo y describió la pampa en 1845. El autor ar- racionalizan demasiado, según él, las complejida-
rlrn, el mejor amigo y constante compañero del bargo. el típico demonio de la pata de cabra y gentino no había estado nunca en la pampa, aun- des de la dicción original. En cuanto a las versio-
protagonista, un joven de inusual hermosura y el gesto irónico. Para Guirnaráes Rosa el diablo que había nacido y vivido no muy lejos de ella. nes al español. Gulmaráes Rosa se declara ma-
pureza hacia el que Riobaldo se siente atraído se- está en todas partes: es una voz en el desierto, Todo lo que sabía era a través de relatos ajenos ravillado con la que ha hecho Angel Crespo de
xualmente aunque combate esa atracción. Al ju- un susurro en la conciencia. una súbita mirada y los informes de los viajeros ingleses que fueron su última novela (<<Debí haberla escrito en es-
gar con la ambigüedad de esta relación, Guima- cargada de tentación, la irresistible maldad de un los primeros en intentar mostrarla en toda su vas- pañol», me dice, «es una lengua más fuerte, más
raes Rosa trasmuta uno de los clisés del melo- poderoso bandido. Junto al diablo, en este cuen- tedad y desolación. De hecho, Sarmiento recreó en adecuada para el terna») y ha aprobado con en-
drama (las identidades secretas) en una visión to moral, se levanta la figura de un ángel, el español lo que era un enfoque originariamente ex- tusiasmo la de sus Primeiras Estorias, hecha por
profunda sobre la naturaleza del deseo. A Thornas hermoso y ambiguo Diadorim. Pero como éste es tranjero pero. a pesar de esto, por hacerlo ge- Virginia Fagnani Wey. Pero aún las más fieles
Mann le habría gustado este libro, e ltalo Calvino un cuento moderno, y por lo tanto un cuento nialmente, «nacionalizó» la pampa en la literatura versiones resultan incapaces de dar en toda su
habría reconocido en él algunos de los motivos complejo. el ángel y el diablo de la historia de argentina. El mismo doble punto de vista actúa en riqueza esa textura a la vez sutilísima y brusca
e ironías de su Cavaliere inesistente, libro algo Gulrnaráes Rosa no son tan fácilmente discerni- Grande Settéo: Veredas. Allí Gulmaráes Rosa ha que es la marca de fábrica de su estilo. Traducir
posterior al de Gulrnaráes Rosa. (Es de 1959.) bles. Desgarrado entre el bien y el mal, muy a utilizado su propia experiencia del seriéo y los do- a Guirnaráes Rosa es como traducir a Joyce: el
Como lo han señalado ya los mejores críticos menudo incapaz de decidir dónde está uno y dón- cumentos reunidos por gente como Da Cunha para suyo es también un mundo esencialmente verbal.
brasileños, Grande Seriéo: Veredas se parece en de el otro. Riobaldo vacila, atravesado por dudas evocar. en la lengua creada y real a la vez. de
muchos aspectos a las novelas de caballería que y por la angustia. un iequnco imaginario el mundo del interior del
cierran la edad media ibérica: esa ficción épica En el centro de esta narración épica -llena de Brasil en los últimos años del siglo XIX. o Novo Romance
de los infatigables caballeros andantes que Cer- batallas, crímenes. y muerte súbita- se encuen- Cada frase de su novela está escrita como si
vantes parodió en el Quijote. Como esos prototi- tra la historia de un alma dividida entre el amor fuera un verso en un poema. La invisible pero El regionalismo en profundidad que inspira y jus-
pos, Riobaldo está inspirado por el honor, por un y el odio, la amistad y la enemistad, la supersti- omnipresente estructura verbal es tan importante tifica el mundo ficticio de Guimaráes Rosa no es
amor que no es de este mundo, por la más pura ción y la fe. No es nada más ni nada menos que para la adecuada comprensión del libro como la la única respuesta de la novela brasileña al desa-
amistad, por una noble causa; y lucha contra la una creación mitopoética, un microcosmos litera- peripecia narrativa misma. La distribución de los fío de los regionalistas. Mientras Ramos, do Rego
traición, la tentación carnal, los oscuros poderes rio de los elementos que componen esa tierra acentos en cada frase y el movimiento general de y Amado desarrollaban en los treinta el movi-
de la tiniebla. La vasta y dispersa complejidad natal de Gulrnaráes Rosa, ese Brasil enorme, caó- cada párrafo revelan a menudo más sobre el ver- miento nordestino, escritores de otras regiones del
de encuentros accidentales y separaciones inex- tico. acechado por ángeles y demonios. dadero estado de ánimo del protagonista que cual- Brasil estaban explorando nuevas posibilidades.
plicadas, súbitos descubrimientos de un pasado Si Grande Setiéo: Veredas es una alegoría, lo quier situación detrrninada, cualquier episodio heroi- En la meseta de Minas Gerais, Cyro dos Anjos
escondido, y trágicas anagnórisis que constituyen es del tipo de las que se salvan de la pura abs- co. Esta es la principal razón por la que, al comien- (nacido en 1900) y Lucio Cardoso (nacido en
su rica trama aparecen proyectados, como ha se- tracción intelectual por la poesía concreta de su zo del largo monólogo, Guimaraes Rosa hace que 1913) creaban un tipo de ficción mucho más in-
ñalado el profesor Cavalcanti Proenca, sobre dife- dicción y de sus personajes. Con vacilaciones al su protagonista aparezca tan remiso en contar toda trospectivo; en los vastos espacios del Sur, Erico
rentes niveles de significación: el individual, el co- comienzo. luego más y más firmemente a medida la historia de su vida; por qué Riobaldo es tan Verissimo (nacido en 1905, en Rio Grande do Sul)
lectivo, el mitico. Toda la novela está dividida en que la larga narración progresa y adquiere ímpe- reticente y ambiguo con respecto a Diadorim y alcanzó la fama con novelas escritas en una len-
episodios que aparecen cuidadosamente entrete- tu. la novela acaba por adquirir el puro encanto a su pacto con el diablo; por qué sólo empieza gua más internacional. Ninguno de estos escri-
jidos en la textura del monólogo de Riobaldo, narrativo de un western. A medida que se apode- a contar y confesarse sin ambages cuando la co- tores. sin embargo. logró como Guirnaráes Rosa.
como aconsejaban los retóricos medievales; aún ra del libro la mera fuerza narrativa, todo un rriente de la memoria. el incesante flujo de la cruzar tan decididamente la muy sutil línea que
la técnica deriva hasta cierto punto de este tipo mundo aparece recreado por el lenguaje. La re- evocación, se apoderan de él completamente. En- separa lo regional de lo universal. Ni siquiera Rosa
de novela, tan popular en la península ibérica. En lación de Guirnaráes Rosa con ese mundo de los tonces la narración crece y se acelera. El último ha triunfado siempre y en todas partes. En tanto
la América hispánica. uno de los más destacados iequncos es a la vez indirecta y distante. A dife- tercio de la novela está completamente libre de que los críticos europeos lo ensalzaban, los nor-
novelistas jóvenes de hoy, el peruano Mario Var- rencia de lo que pasaba en la obra maestra de apartes, de reservas mentales, de la actividad ina- teamericanos reaccionaron con indiferencia. Deso-
gas Llosa. refleja el mismo prototipo narrativo en Euclides da Cunha, que se basa en la propia ex- gotable del censor interior. Cuando la confesión rientado por cronistas que no entendieron y que
su última novela. La casa verde (1966). Que Var- periencia del autor durante una campaña militar llega a su climax, la novela termina. La catarsis tal vez ni siquiera leyeron seriamente su novela,
gas Llosa haya escrito su espléndido libro sin co- que liquidó la rebelión sangrienta de uno de los se ha completado. el público de los Estados Unidos dejó que Grande
nocer probablemente la obra maestra de Guima- más famosos bandoleros del Nordeste, esta no- Esta peculiaridad de su estilo explica las difi- Seriéo: Veredas pasase prácticamente ignorada en
raes Rosa (Brasil está más desconectado con el vela de Gulmaráes Rosa está escrita no sobre la cultades que presenta la novela de Gulrnaráes 1963. Es una lástima porque la obra de Rosa me-
12 E. RODRIGUEZ MONEGAL LA NOVELA BRASILEliIA 13

rece un público aún más vasto del que ya tiene. de Virginia Woolf, creaciones poéticas, pero al contexto extranjero y siempre hostil: el mundo. Al fomentado. ejercitado. Creo que las obras de Clari-
En los últimos diez años, un nuevo grupo de mismo tiempo tratan de ir un poco más lejos que comienzo de la novela el hombre se pierde en un ce Lispector pertenecen a esta categoría, en tanto
escritores brasileños ha estado experimentando las de aquélla. En tanto que la autora de To the desierto, y en este vacío hasta las palabras re- que las de Guirnaráes Rosa tienen a mi juicio un
con una forma que ha sido bautizada, tal vez ine- Lighthouse sufrió la influencia de escritores como sultan difíciles de hallar. En A Pelxéo segundo atractivo más universal.
vitablemente, de O Novo Romance Brasileiro. La Frazer, Bergson y Joyce, la novelista brasileña está G. H., el personaje principal es una mujer que
expresión reconoce la influencia del nouveau ro- bajo la influencia de la escuela contemporánea de habla incesantemente. Está tratando de captar la
man y hasta un cierto punto subraya los profun- antropología social y psicoanalitica. De una ma- realidad desnuda del instante presente y para re- El contexto latinoamericano
dos lazos culturales que aún existen entre Brasil nera muy sutil, su esfuerzo se vincula con el pre- cuperar su alma revela su pasión, palabra que la
y Francia. (Esto es menos cierto del nuevo grupo maturamente intentado por Mario de Andrade. autora usa deliberadamente en un doble sentido: Lo que Rosa y Clarice Lispector representan en
de novelistas latinoamericanos, que también re- Como uno de sus crítlcos señaló recientemente, el griego (sufrir) y el cristiano. Paradójicamente, la novela brasileña de la última década es una
velan una fuerte atracción hacia el mundo anglo- sus novelas también son creaciones mitopoéticas el uso de un lenguaje religioso en esta novela corriente visible en la ficción latinoamericana. El
sajón.) Pero si buena parte del novo romance es en las que la exploración morosa, y hasta exas- indica el enfoque profano de la autora. Como ha realismo del siglo XIX tendió a oscurecer la obli-
sólo una adaptación ingeniosa del nouveau ro- perante, de una realidad dada aparece reflejada señalado uno de sus crttlcos, el lenguaje reli- gación de todo novelista de presentar algo más
men, la mejor parte es realmente un nuevo mo- en formas muy primitivas de conciencia. El mismo gioso sirve para enmascarar aún más su visión. que personajes individualizables, descripciones so-
vimiento. Entre los más prominentes novelistas critico ha señalado también que dos de sus más Es una manera oblicua la suya de desacralizar ciales o nacionales, ideas o creencias. Aquel tipo
que escriben hoy en el Brasil, Clarice Lispector recientes novelas vuelven a trazar el descubri- el mundo real, del mismo modo que en su novela de realismo disimuló o escamoteó por lo general
es una de las más respetadas, si no la más res- miento de la conciencia filosófica del hombre a anterior todo su intento revelaba la necesidad de el hecho de que la principal faena del novelista
petada. No está sola en ese terreno. Recorriendo partir de lo que se llama la mentalidad primitiva. destruír los presupuestos de la psicologia racio- es con el lenguaje. Flaubert, Henry James, y Con-
criticas brasileñas es fácil encontrarse, por ejem- De acuerdo entonces con José Américo Motta Pe- nal. Ambas novelas son el origen de una nueva y rad ya habían señalado en pleno siglo pasado el
plo. con los nombres de gente como María Alice sanha, la conciencia del hombre que Clarice Lis- privada mito logia. camino para un nuevo tipo de ficción, ampliamen-
Barroso. Adonias Filho, Mario Palmeiro, Nélida pector habria explorado en ciertos episodios de Parte de la obra de Clarice Lispector es inac- te consciente de sus deudas con el lenguaje, la
Piñón y otros. que son variadamente reconocidos sus novelas anteriores y en algunos de sus cuen- cesible al lector común. Lo que éste encuentra estructura y el estilo. La novela experimental de
como novelistas importantes ya o promesas del tos. aparece completamente organizada en una mi- por lo general allí es una superficie brillante y los años veinte y los treinta en Europa y en los
futuro más inmediato. Pero Clarice Lispector es tologia en A Maya no Escuro. La aventura del árida, un relato sumamente moroso, personajes Estados Unidos convirtieron esta conciencia en un
el maestro aceptado de la novela experimental de principal personaje de esta novela se convertiría misteriosos que sufren de alguna oscura enferme- lugar común. Pero en América Latina costó bas-
los años sesenta. asi en un simbolo del retorno del héroe a sus orí- dad mental. Capturado por su prosa, el lector des- tante más tiempo a los mejores escritores descu-
Ya ha publicado cinco novelas: Perto do Cora- genes, a las raíces. a la tierra materna. En A Pai- cubre que en sus novelas la realidad cotidiana se brir y aceptar esto. Sólo ha resultado realmente
cao Selvagem (1944). O Lustre (1946). A Cidade xáo segundo G. H. el problema de los orígenes convierte en alucinatoria. Al mismo tiempo, las obvio en la última década. La obra de pioneros
Sitiada (1949), A Maya no Escuro (1961), A Paixáo está presentado en una vena más filosófica que alucinaciones son presentadas como cosas co- como Borges y el novelista guatemalteco Miguel
segundo G. H. (1964). También ha publicado tres antropológica. La fenomenología y el existencialis- rrientes. Debido a su enfoque sobre todo mitológi- Angel Asturias. de gente como Carpentier en
volúmenes de cuentos. Sus tres primeras novelas mo ayudan a Clarice Lispector a buscar debajo co, ella es más una hechicera que una escritora. Cuba, Onelti en el Uruguay, Juan Rulfo en México,
pasaron casi inadvertidas al ser publicadas. El de la superficie de la conciencia humana. Su ta- Sus novelas revelan el increíble poder de las pa- Ernesto Sábato y Julio Cortázar en Argentina,
éxito llegó sólo con las dos últimas, que son in- rea se vuelve cada vez más ardua y difícil de se- labras para operar sobre la imaginación y la sen- permitió a los novelistas latinoamericanos tomar
dudablemente las mejores. Pero el éxito, aún de guir. Hace poco. uno de sus mejores relatos, sibilidad del lector. En síntesis, ella ha demostra- plena conciencia de que el realismo documental
un tipo muy especializado. es algo que no puede "O Ovo e a Gellintie» (El huevo y la gallina), pre- do, por un camino diferente, lo que también ha- (o socialista. como también se le llama) está li-
afectar la actitud de la autora con respecto a su senta variaciones subliminales y tan sutiles como bía demostrado Gulmaráes Rosa: la importancia quidado; que el regionalismo como mera expre-
propia ficción. Escribe (es evidente) para realizar la estructura de un cuarteto. sobre un tema viejo del lenguaje creador de la novela. sión del dolor local está muerto; que el verdade-
una vocación tiránica y porque no puede no ha- como el mundo. Todas sus obras revelan una determinación, ro y único compromiso del novelista como tal es
cerlo. Lo que escribe tiene poco que ver con lo Pero aún si se teme que ciertos presupuestos casi obsesiva. por usar la palabra exacta, para con su visión personal del mundo y con su arte.
que está realmente de moda en su tiempo. Hasta filosóficos de sus novelas son a veces algo empi- agotar las posibilidades de cada palabra, para Escritores emergentes como Carlos Fuentes, de
cierto punto, su actitud es similar a la de Graci- nados (es fácil predecir que así los considerarán construir una sólida estructura de palabras. Sus México, Mario Vargas Llosa, del Perú, José Do-
liano Ramos: ambos son reticentes y muy perso- los críticos norteamericanos, tan pragmáticos por dos últimas novelas están escritas con el rigor noso, de Chile, Carlos Martínez Moreno, del Uru-
nales en su enfoque, aunque sus respectivas lo general. cuando se publique alli la versión en de un poema. Exigen del lector una concentra- guay, Gabriel García Márquez, de Colombia, con-
obras tengan muy poco más en común. inglés de A Maya no Escuro), su habilidad en ción equivalente a la que reclama la mejor poesía tinuaron y ampliaron esta tendencia profundamen-
Sus dos novelas últimas revelan una manera de crear un mundo totalmente ficticio, esos poderes contemporánea. Una vez le pregunté a Guimaraes te creadora, como lo hicieron (separadamente) sus
pensar y una imaginación profundamente compro- casi hipnóticos que le permiten extraer de las Rosa qué pensaba de la obra de Clarice Lispector. mejores colegas brasileños.
metida en una búsqueda de la realidad; una de- palabras más simples todas sus virtudes incanta- Me contestó muy abiertamente que cada vez que Para los nuevos novelistas de América Latina
terminación de forzar las apariencias a toda costa torias, y hasta la unilateralidad de su visión trá- leia una de sus novelas aprendía nuevas palabras el centro de gravedad se ha desplazado radical-
y un ardiente deseo de alcanzar el meollo de las gica, tienden a operar sobre el lector como un o redescubría el uso de las que ya conocía. Pero mente: de un paisaje creado por Dios a un paisaje
cosas. Hasta cierto punto, puede ser comparada conjuro. En A Maya no Escuro (La manzana en al mismo tiempo reconoció que no era muy recep- creado por los hombres y habitado por ellos. Las
con Virginia Woolf (como lo han hecho algunos la oscuridad) la lucha interior de un hombre que tivo a ese estilo incantatorio. Le parecía ajeno a pampas y la cordillera han cedido terreno a la

I
de sus críticos) y por su algo obsesiva actitud fi- cree haber asesinado a su mujer es el pretexto él. Su reacción no es nada singular y explica, gran ciudad. Para los más viejos novelistas lati-
losófica y por ciertos prejuicios feministas, bastan- para una exploración no mitigada de la captación hasta cierto punto, las limitaciones de Clarice Lis- noamericanos la ciudad no era más que una pre-
te obvios. Pero seria un error creer que Clarice de la realidad. tanto externa como interna. que pector como novelista. Los críticos ingleses sue- sencia remota, arbitraria y misteriosa; para los
Lispector está dando marcha atrás al reloj de la realiza el protagonista. de su poder de enfrentar- len hablar de formas de arte que requieren un nuevos escritores es el eje, el lugar hacia el que
novela. En un sentido, sus novelas son, como las se con los objetos concretos, de su inserción en un «gusto adquirido»: es decir, un gusto preparado, es inexorablemente atraído el protagonista de sus no-
14 E. RODRIGUEZ MONEGAL
JOAO GUIMARAES ROSA
velas. La vrsron algo despersonalizada de los no- fronteras lingüísticas. Sus obras son traducidas,
velistas del comienzo de siglo ha cobrado carne y descubiertas en Europa y en los Estados Uni-
y sangre. Súbitamente, seres de ficción poderosos dos; el número de premios internacionales que
y complejos están emergiendo de las masas anó-
nimas de las grandes ciudades. Este cambio tan
ganan y las ediciones en diversas lenguas empie-
zan a multiplicarse. Los escritores latinoamerica-
Cuentos primeros
drástico corresponde sociológicamente al creci- nos están produciendo ahora impresión en medios
miento de las urbes, pero al mismo tiempo re- que, hasta hace poco, habían sido bastante im- se iba hacia amarillos y rojos, y a pardo, y a
Las márgenes de la alegría
fleja la creciente influencia del psicoanálisis y de permeables a ellos. Tal vez desde la introducción verde; y, más allá, baja, la montaña. Si hombres,
la moderna antropología en América Latina. El de la novela rusa en la Francia del siglo XIX, o niños, caballos y bueyes: ¿así insectos? Volaban
cambio ha afectado también a los novelistas que del impacto de los novelistas norteamericanos de supremamente. El Niño, ahora, vivía; su alegría
continúan explorando los temas rurales. Aunque este siglo en la Europa de posguerra, no se ha- Este es el cuento. Iba un runo con sus Tíos, a despidiendo todos los rayos. Sentábase entero,
en la superficie éstos parecen continuar registran- bía dado una oportunidad semejante, tanto para pasar días en el lugar donde se construía la gran dentro del blando rumor del avión: el buen ju-
do la lucha tradicional entre el hombre y la natu- los escritores latinoamericanos como para sus lec- ciudad. Era un viaje inventado en lo feliz; para él guete trabajoso. Aún no había notado que, de ver-
raleza, los personajes que ahora presentan ya no tores de ultramar. se producía como cosa de sueño. Salían todavía dad, tenía ganas de comer, cuando la Tía ya le
son abstracciones o cifras que justifican algún en- En la situación actual de la novela occidental, ofrecía sandwíches. Y le prometía el Tío las mu-
a oscuras; el aire fino de olores desconocidos. La
foque político o sociológico predeterminado. Son dominada por los áridos escritores del nouveau chas cosas con que iba a jugar y ver, y hacer,
Madre y el Padre venían a llevarlo al aeropuerto.
ahora seres humanos complejos y ambiguos. Un tomen, o por la ficción tan personal e intimista de y pasear, apenas llegasen. El Niño tenía todo de
La Tía y el Tia se encargaban de él, todo justito.
precursor de esta visión nueva, el cuentista río- los mejores novelistas de hoy en Estados Unidos, una vez, y nada, ante la mente. La luz y la larga-
El avión era de la Compañía, especial, de cuatro
platense Horaclo Quiroga, descubrió a comienzos Inglaterra o Italia, esta abarcadora y desafiante asientos. Le contestaban todas las preguntas, has- larga-larga nube. Llegaban.
de este siglo que los naturales de Misiones y los actitud de los novelistas latinoamericanos vale la ta el piloto conversó con él. El vuelo iba a ser de
desterrados de un mundo europeo que habían ido pena de ser tomada en cuenta. Una empresa de poco más de dos horas. El niño vibraba en el
a parar allí, podían ser tan sofisticados emocio- 11
tamaña vastedad y coraje -el retrato de toda una ánimo, alegre hasta reír para sí mismo, confor-
nalmente como los habitantes de las grandes ciu- nueva sociedad y la representación de un tipo de tadlto, con un aire de hoja que cae. La vida, a
dades. Los novelistas latinoamericanos ya no es- Mientras mal vacilaba la mañana. La gran ciudad
hombre contradictorio, aún no totalmente clasifi- veces, podía rayar en una verdad extraordinaria.
criben narraciones épicas sobre campesinos, apenas empezaba a hacerse, en un semiyermo, en
cado- se ha intentado muy rara vez y con tanto Aun abrocharle el cinturón de seguridad se tor-
puros y explotados, sobre gauchos o indios des- el altiplano: la mágica monotonía, los diluídos ai-
vigor en nuestros días. Parece inevitable creer naba fuerte caricia, de protección, y luego un
pojados por los poderosos: relatos de personajes res. El campo de aterrizaje estaba a corta distan-
que los novelistas latinoamericanos tienen una vi- nuevo sentido de esperanza: hacia lo no sabido,
de dos dimensiones y estructura "documental" cia de la casa: de madera, sobre estacas, casi
sión que comunicar y compartir: la visión colec- lo más. Así un crecer y descontenerse -cierto
1 completamente mecanizada. Las ciudades y sus penetrando en el monte. El Niño veía, vislumbra-
tiva de un continente desgarrado por la revolu- como el acto de respirar- o el huir hacia el
caóticos habitantes monopolizan por lo general la ba. Respiraba mucho. Quería poder ver aún más
ción y la inflación, pero también acicateado por espacio en blanco. El Niño.
atención de los novelistas más jóvenes. Hoy, en vivido -las nuevas tantas cosas- lo que para
la cólera y por la creciente expectación de sus y las cosas venían de repente dulcemente, si-
las grandes y dispersas ciudades de América La- sus ojos se pronunciaba. La vivienda era pequeña,
habitantes, por la conciencia de que al escribir guiendo armonía previa, bienhechora, en movi-
tina -en Rio de Janeiro como en Buenos Aires, en seguida se pasaba a la cocina, y a lo que no era
realmente habla en nombre de un mundo emer- mientos concordantes: las satisfacciones antes de
México o Lima- cada nuevo narrador joven as- bien el patio, sino un breve claro, de árboles que
gente. la conciencia de las necesidades. Le daban cara-
pira a ser un Balzac, un Joyce, un Dos Passos, un no pueden adentrarse en la casa. Altas, lianas y
A esta tarea continental, los novelistas brasile- melos, chicles, a elección. Solícito, por bien hu-
Sartre. Y hasta los narradores que siguen fieles orquídeas amarillitas de ellos se cuelgan. De allí
ños de este siglo han contribuido ampliamente. En morado, el Tío le enseñaba cómo reclinar el
al tema rural vuelcan sobre sus personajes una ¿podrían salir indios, el jaguar, león, lobos, caza-
la obra de los mejores se puede trazar una línea asiento -bastaba que uno apretase la palanca.
mirada sin inocencias ni partidismos. dores? Sólo sonidos. Uno -y otros pájaros-
de desarrollo, muy clara: la línea de una ficción Su lugar era el de la ventanilla, hacia el móvil
con largos cantos. Eso fue lo que abrió su cora-
anti-documental y extra-realista. Macunaíma, de mundo. Le entregaban revistas, para hojear, las
Sin embargo, no hay que creer que los nuevos zón. ¿Aquellos pajaritos tomaban aguardiente?
Mario de Andrade, fue la primera novela en se- que quisiese, hasta un mapa, donde le mostraban
novelistas sólo se han limitado a poner al día la ¡Señor! Cuando avistó el pavo en el centro del
ñalar este desarrollo, aunque más como una posi- los puntos en que ora y ora se estaba, por en-
ficción latinoamericana y valen por su imitación de terreno, entre la casa y los árboles del monte. El
bilidad que como un logro. Se pudo ver de tanto en cima de dónde. El Niño las dejaba, harto, sobre
modelos extranjeros. Aunque vinculados a éstos pavo, imperial, le volvía la espalda para recibir
tanto en las mejores novelas de Lins do Régo y las rodillas y espiaba: las nubes de amontonada
por una tradición continua y viva, y por un estu- su admiración. Hizo estallar la cola y se infló, ha-
de Graciliano Ramos. Y alcanzó ya una forma amabilidad, el azul de sólo aire, aquella claridad
dio de sus técnicas y de su visión, los nuevos ciéndose rueda: el raspar de las alas en el suelo
concreta y máxima en el vasto mundo ficticio de a sus anchas, el suelo llano en visión cartográfica,
novelistas tienen también una percepción muy -brusco, rígido-, se proclamó. Glugluteó agi-
Guirnaráes Rosa. Actualmente es también presen- repartido en plantaciones y campos, el verde que
aguda del contexto social y político en que es- tando el abotonado grueso de las rojas carúncu-
criben. Combinan esta percepción con una nota- tada por los libros duros e insobornables de Cla- las; la cabeza poseía matices de un azul-claro,
rice Lispector. Es la línea de los escritores que (.) Estos relatos pertenecen al volumen Primeiras Estó-
ble sutileza y un compromiso personal que les rias (Rio, 1962). Originariamente escritos para un periódico raro, de cielo y tángaras; y él, completo, tornea-
permite al mismo tiempo ser sensibles a otras di- creen en la recreación de la realidad entera a carioca, estas narraciones muestran en síntesis el arte do, redondón, todo en esferas y planos, con re-
través del lenguaje: la vieja linea de la litera- retinado y popular de Guimaráes Rosa, su recreación
mensiones más puramente trascendentales del Iingüistica de personajes y temas generalmente ocupados
flejos de verdes metales en azul-y-negro -el pavo
hombre. A través de estos nuevos creadores Amé- tura. «') por el folletín. Innovador del lenguaje y de la sintaxis, para siempre. ¡Bello, bello! Tenía alguna cosa de
Rosa debe ser traducido respetando sus (aparentes) inco- calor, poder y flor, un desbordamiento. Su ríspida
rica Latina muestra su rostro al mundo y comuni- rrecciones, que derivan de la lengua hablada, sus delibe-
ca vivamente sus esperanzas y su desesperación. n
.una versión .en inglés de este trabajo se publicó en radas violencias, sus deslumbrantes neologismos. Es lo grandeza tronante. Su colorida soberbia. Satisfa-
Gracias a sus esfuerzos, la novela latinoamerica- el numero sspecial de Daedalus dedicado a la novela que ha sabido hacer Virginia Fagnani Wey en estos cuentos cía los ojos, era de sonar trompetas. Colérico,
co~tamporánea en distintos paises del mundo (Boston, que publicará próximamente en volumen una editorial hispá-
na empieza a crecer y desarrollarse fuera de sus setiembre, 1966). nica. erizado, andando, glugluteó otro gluglú. El Niño
17
16 JOAO GU1MARAES ROSA CUENTOS PRIMEROS
gente -el movimiento. Aquello casi al final de
no con todo el corazón. Mas sólo entrevió. Ya IV barba, el gluglutear, pero faltaba en su empluma- la explanada, del lado del corral de embarque de
da elegancia el aplomo, el englobo, la belle~a es- ganado, antes de la garita del guardafrenos, cer-
lo llamaban para el paseo.
Se encerraba, grave, en un cansancio y en una tirada del primero. Su llegada Y presencia, en ca de las pilas de leña. Soroco iba a traer a las
111 renuncia a la curiosidad, para no pasear con el todo caso, consolaban un poco. . dos, de acuerdo. la madre de Soroco era de edad,
Todo se suavizaba en la tristeza. Hasta el dl~; es contaba más de unos setenta. La hija, sólo aque-
pensamiento. Iba. Tendría vergüenza de hablar del
Iban en jeep, iban a donde sería el rancho del pavo. Quizá no debiera, quizá no estuviese bien decir: ya el venir de la noche. Pero, el subir de lla tenía. Soroco era viudo. Fuera de ellas, no
Ipé. El Niño en lo íntimo se repetía el nombre tener por causa de él aquel doler, que, de pena, la nochecita es siempre Y así sufrido, en t~_da
se le conocía pariente alguno.
de cada cosa. El polvo le da albricias. El mal- pone y punge disgusto y desengaño. Mas, que lo parte. Salia el silencio de sus guardados. El Niño, La hora era de mucho sol -la gente cazaba un
vón del campo, los lentiscos. los adelfas de pelu- matasen, también le parecia obscuramente un timorato, se aquietaba con el propio quebrante: modo de quedarse bajo la sombra de los cedr~s.
sa. la culebra verde cruzando la carretera. El en él alguna fuerza trabajaba por echar rarees. El coche recordaba una barcaza en seco, navro.
error. Se sentía siempre más cansado. Mal podía
árnica: en candelabros pálidos. La aparición an- con lo que ahora le enseñaban, en la circuntriste- por aumentarle el alma. Uno mtraba: en los destellos del aire, parecía que
Mas el pavo avanzaba hasta la orill~ del monte. estaba torcí do, que en las puntas se empinaba.
gélica de los papagayos. las pitangas y su gotear. za: un horizonte, hombres en el trabajo de terra-
El venado campero: la cola blanca. En pompa, las Allí adivinaba -¿Qué? -Mal se podía ver en el La curva panzuda de su tejadito alumbr~ba ~n
plenaje, los camiones de cascajo, los vagos ár-
flores moradas del ñandubay. lo que el Tío ha- oscurecer. y era la cabeza degollada del otro, negro. Parecía cosa de invento de. muy .Iejo.s, Sl~
boles, un arroyuelo de aguas cenicientas, los adel-
blaba: que aquello estaba «negro de perdices». fas apenas una planta desteñida, el encantamien- echada a la basura. El Niño se dolía y se entu- ninguna piedad, y que uno no pudiese bien Ima~l­
la tropilla de sariamas, más allá huyendo en fila to muerto y sin pájaros, el aire lleno de polvo. siasmaba. . nar ni acostumbrarse a ver, y no ser de nadie.
Pero no: No por simpatía compañera y sentida Para donde iba, al llevar a las mujeres, era un
indio-tras-indio. El par de garzas. Ese paisaje de Su fatiga, de impedida emoción, formaba un mie-
el pavo hasta allí había venido, cierto, atraído. lugar llamado Barbacena, lejos. Para el pobre, los
mucha amplitud que el grande sol alargaba. El do secreto: descubría lo posible de otras adver-
Lo movía un odio. Empezó a picar, feroz, aquella
buriti a orillas del riachuelo, donde, por un mo- sidades en el mundo maquinal, en el hostil espa- lugares son más lejos. ....
mento, se atascaron. Todas las cosas surgidas cio; y que entre la alegría y la desilusión, en la tra cabeza. El Niño no entendia. El monte, los El Guarda de la estación aparecro, de uniforme
del opaco. Se sostenía en ella su incesante ale- balanza infidelísima, casi nada media. Bajaba la
~áS negros árboles eran un montón, demasiado; amarillo, con el libro de tapas negras Y las bande~
gría, bajo especie soñadora, bebida, en nuevas cabecita. el mundo. ritas verde y roja bajo el brazo.- "Anda a ver ~I
creces de amor. Y en su memoria quedaban, en AIIi se fabricaba el gran suelo del aeropuerto Ya las tinieblas. pusieron agua fresca en el coche ...» -mando.
la perfección pura, castillos ya armados. Todo, -transitaban por la extensión las compresoras, Pero, volaba la lucecita verde, viniend~. del mon: Después, el guardafrenos anduvo revisando .las
para a su tiempo ser dado, descubierto, se ha- carros, cilindros, el ariete machacando con sus te mismo, la primera luciérnaga. Sí, la luclernaga: SI, mangueras de enganche. Alguien día e: aviso:
bía hecho primero extraño y desconocido. El es- dientes de pilón, las embetunadoras. ¿Y cómo ha- [era linda! -tan pequeñita en el aire, un solo ms- tAhl vienen! Apuntaban de la Calle de Abaja, don-
taba en los aires. bían cortado allá el monte? -la Tía preguntó. tante, alta, lejana, yéndose. Era, otra vez en cuan- 'de vlvla soroco. Era un hombrón, de cuerpo ta-
Pensaba en el pavo cuando regresaban. Sólo un le mostraron la derribadora que había también: do, la Alegria. lludo' con cara grande, una barba, peluda, enmu-
poco, para no gastar fuera de hora lo caliente de al frente una lámina espesa parecida al rastrillo, grecicta en amarillo; y unos pies con alpargatas:
aquel recuerdo, de lo más importante, que estaba a modo de acha. ¿Quería ver? Se indicó un los niños le tomaban miedo; más, por la voz, que
guardando para él. en el terrenito de los árboles árbol: sencillo, sin siquiera notable aspecto, a ori- era casi poca, gruesa, que luego se afinaba. Ve-
bravos. Sólo pudo tenerlo un instante, ligero, llas del área del monte. El hombrecito tractorista nían como un venir de comitiva. .
grande, moroso. ¿Habría uno, así, en cada casa, tenía una colilla en la boca. La cosa se puso en Ahí, paraban. La hija -la joven- se ha~!a
puesto a cantar, levantando los brazos; ~a cancion
y de uno? movimiento. Recta, hasta tarda. El árbol, con poco
soroco. SU madre, su hija no se mantenía cierta, ní en la tonada, ni en el de-
Tenían hambre, servida la comida, se tomaba ramaje en .10 alto, fresco, de corteza clara... y fue
cerveza. El Tío, la Tía, los ingenieros. ¿De la sala, sólo el golpe: ruh... en un instante para allá se cir de las palabras- nada. La joven ponía los
no se escuchaba su gallardo regañar, su gluglu- cayó, todo, todo. Habia flameado tan bello. Sin Aquel coche había parado en ~os ri~les suple- ojos en alto, como los santos y los espantados,
tea? Esta gran ciudad iba a ser la más elevada siquiera poderse recibir con los ojos el acier- mentarios, desde la vispera, habla venld~ con el venia adornada con disparates, un aspecto .de ad-
del mundo. El abría su abanico, soberbio, en es- to -el inaudito choque- el pulso del golpe. El expreso de Río, y allí estaba en el desvío, el de miración. Asi con paños y papeles, de diversos
tallido, se inflaba... Mal comió de los postres, el Niño hizo arcadas. Miró al cielo -atónito de azul. adentro, en la explanada de la estaci~n. No ~ra colores, una capucha sobre los desparrama~os c~­
dulce de membrillo, de allí mismo, que se corta- Temblaba. El árbol, que había muerto tanto. La un vagón común de pasajeros, de pr~:nera, sm,o bellos, y enfundada en tantas ro~as Y a.un. ma~
más vistoso, todo nuevo. Si lino se fijaba podía mezclas, tiras, cintas, colgadas -glrandulejas. ma
ba bonito, el perfume en azúcar y carne de flor. limpia esbeltez del tronco y el murmullo inmediato
Salió, ávido de reverlo. y final de sus ramas de la parte de nada. Guardó notar las diferencias. Así, repartido en dos, en ~no teria de loco. La vieja estaba sólo de negro, con
de los compartimentos las ventanas de, rejas, una túnica negra, acompasada dulcemente con la
No vio: inmediatamente. Es el monte que era feo dentro de la piedra.
como en la cárcel, para los presos. Uno sabia que, ca za. Aunque distintas, se asemejaban.
de tan alto. Y -¿dónde? Sólo unas plumas, res-
tos, en el suelo. -«Pues, se mató. ¿Mañana no es luego, iba a rodar de vuelta, enganchado al ex- oroco les daba el brazo, una de cada lado.
el cumpleaños del doctor?" Todo perdía la eter- V preso de ahí abajo, haciendo parte del CO~voy. Iba mentira, parecía entrada a la igl~sia, en un
nidad y la certeza; en un soplo, al instante, se ro- a servir para llevar a dos mujeres, para leJOS, para casamiento. Daba tristeza. Parecía entierro '. Todos
baban de uno las más bellas cosas. ¿Cómo po- De regreso, no quería salir más al patio; allá es- siempre. El tren del interíor pasaba a las 12:45 ho- se quedaban aparte, la chusma de gente sm que-
dían? ¿Por qué tan de repente? Supiese que así taba una nostalgia abandonada, un incierto remor- ~. d rer fijar la vista a causa de aquellos desmanes
dimiento. El mismo no lo sabía bien. Su pensa- Las muchas personas ya estaban agrupa as, a y despropósitos, de hacer reir, y por soroco -para
iba a acontecer, por lo menos habría mirado
más al pavo -aquel. El pavo -su desapare- mientito estaba todavía en la fase jeroglifica. Pero orillas del coche, para esperar. Las gentes no no parecer que hacian poco caso. El, hoy, estaba
fue, después de cenar y -la no menos especta- querían poder quedar entristeciéndose; conversa- calzado con botines, y de saco, sombrero grande,
cer en el espacio. Sólo, en el grano nulo de un
cada una buscando hablar con sensatez, puesta su mejor ropa, los pocos trapos. Y estaba
minuto, el niño recibía en sí un miligramo de cular sorpresa- lo vio, suave inesperado: el pavo, ban, . tl
como si supiese más que los otros la prac I~a reportado, achicado, humildoso. Todos le presen-
muerte. Ya lo buscaban: «Vamos a donde la gran iallí estaba! Oh, no. No era el mismo. Más chico,
del acontecer de las cosas. Siempre llegaba mas
ciudad va a estar, el lago ...» mucho menos. Tenía el coral, la fuerte cola, la
JOAO GUIMARAES ROSA CUENTOS PRIMEROS 19

taban sus respetos, de lástima. El contestaba: char el coche. El tren pitó y pasó, y se fue, lo Si por lo menos le supiesen el nombre. No; pre- -"iEs un estorbol»s-: el crruco y canalla, villano.
"Dios os pague esa atención...» de siempre. gunto y nadie me entera. La llamaban la "Mula Pero sólo a veces, alguien, después y lejos, se
Lo que entre ellos se decían: que Soroco ha- Soroco no esperó a que todo desapareciese. Ni Marmela», solamente, la abominada. La que tenía desahogaba. El hombre maligno, con cara de ma-
bía tenido mucha paciencia. Siendo que no iba a miró. Sólo quedó con el sombrero en la mano, la dolores en las caderas: andaba medio agachán- tador de gente. Sobre los harapos, traía un cu-
sentir falta de esas pobrecitas trastornadas, sería barba más cuadrada, sordo -lo que más espan- dose; con las rodillas hacia adelante. Vivía como chillo, colgante. Extendía, imperioso, su manota y
hasta un alivio. Eso no tenía cura, ellas no iban taba. El triste del hombre, allá definido, embara- entre breñas, aun en el claro, en la calle. Cual- gritaba, con voz de perro, superlativa. Si alguien
a volver, nunca más. Antes, Soroco había sopor- zado por poder hablar algunas de sus palabras. quier punto por donde pasase, parecía apretado. La hablaba o reía, él paraba, esperaba el silencio.
tado repasar tantas desgracias, vivir con las dos, Al sufrir el así de las cosas, él, en el vacío sin veían ustedes en su misma mesmedad -furibun- Escuchaba mucho alrededor de sí. Pero nunca oía
luchaba. Entonces, con los años, ellas empeora- orillas, bajo el peso, sin quejas, todo ejemplo. Y da de flaca, de estirado esqueleto, y el desapare- todo; no sabía ni podía.
ron, él no podía más solo, tuvo que pedir ayuda, le hablaron: -«El mundo es asi ...» Todos, en el cer de sanguijuela, huídos los ojos, lobunos cabe- Tenía miedo, también: de eso, ustedes nunca
que fue preciso. Tuvieron que mirar por su so- ancho respeto, tenian la vista añublada. De re- llos, la cara-; las sombras carecen de cuento o desconfiaron. La temía, a ella, la mujer que lo
corro, determinar las providencias de merced. pente todos querían mucho a Soroco. relieve. ¿Sabría si los asustaba su ser: las fauces guíaba. La Mula-Marmela lo llamaba, con simple
Quien pagaba todo era el Gobierno, que había El se agitó de un modo desconcertado, jamás de ayunadora, los modos, contenidos, de ensal- sílaba, entre dientes, casi chorreado un "ei» o
enviado el carro. De modo que, por fuerza de sucedido, y se volvió para irse. Estaba volviendo a madora? A veces tenía el mentón trémulo. Tó- "han», -y el Retrupé se movía de allá, ahora tan-
eso, iban ahora a redimir las dos, en hospicios. El casa, como si estuviese yendo lejos, sin tener en menle el andar en punta, a manera de yegua so- teante, pisando con ayuda; se agitaba el cuchillo,
seguirse. cuenta. litaria; y la salvaje compostura. Seamos exactos. la vaina presa a un cordón en la cintura. Sé que él
De repente la vieja desapareció del brazo de Pero, se detuvo. En eso, se puso raro, parecía ¿Y ni siquiera desconfiaron, eh, de que podrían leve, breve, se había sacudido. Bajaron la calle
soroco, fue a sentarse en el peldaño de la esca- que iba a perder lo de sí, parar de ser. Así, en un estar en todo y por todo engañados? ¿No decían, y doblaron el callejón, se acompañaron por allá,
lerilla del coche. -"Ella no hace nada, señor exceso de espíritu, fuera de sentido. Y pasó lo también, que ella ocultaba dinero, rapiñado a las los dos, en zozobroso séquito. Rézanse odio. Casar
Guarda ...» -la voz de Soroco estaba muy dócil: que no se podía prevenir: ¿quién iba a pensar en tantas limosnas que el ciego acostumbraba reco- y acompañar, cada cual con su igual. Tal para
-"Ella no acude, cuando se la l/ama ...» La joven, aquello? En un romper -él empezó a cantar ger? Rica, sí, otramente, por lo del destino, lo te- cual, loba y perro. ¿Cómo era que se quedaban
entonces, tornó a cantar, vuelta hacia la gente, al alto, fuerte, pero sólo para sí- y era el mismo de- rrible. Tampoco sería de rahez fealdad, esto po- en ese acuerdo de incomunión, malquerientes, pa-
aire, su cara era un reposo estancado, no que- satinado canto que las dos tánto habían cantado. drían ustedes notar, si capaces de descostrar sus rando entre ellos un frío profundo? El ciego Re-
ría darse en espectáculo, mas representaba gran- Cantaba continuando. facciones bajo el sórdido desarreglo, el sarro y trupé era hijo del finado marido de ella, el Mum-
dezas de otros tiempos, imposibles. Pero se vio a La gente se enfrió, se hundió -un instantáneo. craso; y desfijarle las arrugas que, no por la edad bunqo», que la Mula-Marmela había asesinado.
la vieja mirarla con un encanto de presentimiento La gente ... Y fue sin combinación, tampoco nadie sino por el crispar la expresión. Acuérdense bien, Ustedes saben lo que pasó hace tantos años.
muy antiguo -un amor extremado. Y, empezando entendería lo que se hiciera: todos, de una vez, hagan un esfuerzo. Pésenle las palabras escasas. Ese Mumbungo era célebre-cruel e inicuo, muy cri-
bajito, pero después, forzando la voz se puso a por compasión de Soroco, empezaron, también, los gestos, alguna acción y verán que ella se re- minal, hombre al que le gustaba el sabor de la
cantar, también, tomando el ejemplo, la misma can- a acompañar aquel canto sin razón. iY con las vo- vela, más bien, ladina, atildada en la exacerba- sangre, monstruo de perversidades. Ese nunca
ción de la otra, que nadie entendía. Ahora canta- ces tan altas! Todos caminando, con él, Soroco, ción. ¿Su antiguo crimen? Pero siempre oí que el perdonó, prestaba al diablo el alma de los otros.
ban juntas, no paraban de cantar. y canta que cantando, tras él, los de más atrás asesinado por ella era un hediondo, un perro de Mataba, afligía, mataba. Dicen que acuchillaba al
Ahí que ya estaba llegando la harita del tren, casi que corrían, nadie que dejase de cantar. Fue hombre, calamidad horribilísima, peligro y castigo sesgo, sólo por darse el gusto de ver a la víctima
habían de dar fin los preparativos, hacer entrar a algo de no salir más de la memoria. Fue un caso para los habitantes de este lugar. De lo que oí, hacer muecas. ¿Sería su verdad? Hace tiempo y
las dos en el vagón de ventanas escaqueadas de re- sin comparación. a ustedes mismos, entiendo que, por aquello, to- a causa de él, todos se estremecían sin pausa de
jas. Ahora, en un consumar, sin ninguna despedida, Ahora la gente estaba llevando a Soroco a su dos le estarían en gran deuda, aunque a tanto remedio. Lo decían maltratado del seso. Era el
que ellas ni habían de poder entender. En esa di- casa, de verdad. La gente, con él, iba hasta adon- no poniendo atención, tampoco esa gratitud exter- castigo de Dios, el abultado demonio - el "luci-
ligencia, los que iban con ellas, por bienhecho- de iba ese cantar. nasen. Todo se compensa. ¿Por qué, entonces, in- fer". Y, a pesar, con la mujer se llevaba bien, se
res, en el largo viaje, eran Nenego, despabilado vocar, contra las manos de alguien, las sombras amaban. ¿Cómo? El amor es la vaga, indecisa pa-
y animoso, y José Bendito, persona de mucha de cosas de otrora? labra. Pero, yo indagué. Vengo de fuera. El Mum-
cautela; estos servían para ponerles la mano, en El ciego pedía sus limosnas rudamente. Insulta- bungo quería a su mujer, la Mula-Marmela, y, aun
toda conyuntura. Y subian también al vagón unos ba, se altivaba, impaciente, golpeando en las puer- así, inciertamente, ella lo amedrentaba. De temor
muchachitos cargando los atados y valijas, y las tas de las casas con el bastón, en los mostrado- que no se sabe. Tal vez presintiera que sólo ella
cosas de comer, muchas, pues no se iba a hacer
la bienhechora res de los comercios. Lo respetaban por eso mis- sería capaz de destruírlo, de cortar, con un acto
mengua, los paquetes de pan. Al fin, Nenego aún mo, jamás se vio que lo desatendiesen, censura- de «no", su existencia locamente fascinadora. Tal
asomó a la plataforma, para los ademanes de Sé que no tuvieron en cuenta a la mujer; ni sería sen, o regañasen, reponiéndolo en su nada. ¿Pie- vez adivinase que en sus manos, las de ella, estu-
todo estaba en orden. Ellas no habrían de dar posible. Se vive demasiado cerca, en un pueblo, dad? ¿Escrúpulo? Más bien sería como si per- viera ya decretado y pronto su fin. La quería, y la
entre las sombras flojas, uno se habitúa al vagar cibiesen en él, de oscuro, un mando de alma, ca- temía -con un temor igual al que ahora incesan-
seguro, lo que sólo se escuchaba era de la gente. No se revé a los que no vale la pena. lidad de poder. Se llamaba "el ñetrupé», sin más. te siente el ciego Retrupé. Sabían, sin embargo,
del canto de las dos, aquella chiri- ¿Todavía les parece que no valía la pena? Sí, pues Como la Mula-Marmela, los dos, ambos: unos po- pero como si nada. Uno es portador.
abogaba: que era constancia de las enor- sí. En lo que ni pensaron; y no se indagó mucha bres, de sobrenombre. Y ustedes, ¿no ven que, El ciego Retrupé es grande, fuerte. Surge, de
de esta vida, que podían doler cosa. ¿Para qué? La mujer -haraposa, doliente, negándoles el de cristiano, comunicaban, a la re- allá, traído por la Mula-Marmela; ahora se conduce
[urlsprudéncla de causa o lugar alguno, sucia de por sí, compadecida. tan vieja y fea, he- belde indigencia de uno y otra, extraña eficacia firme, no vacila. ¿Dicen que toma? Pero, vean,
cha tonta, del crimen no arrepentida- y guía de de ser, por otra parte, ya causada? ustedes mismos, como esas tretas esconden la
un ciego. ¿Ustedes nunca sospecharon que ella Al Retrupé, con su encarnizarse blasfemante, y sa singular. Todos saben que él no tomaba,
la lo- pudiera doblegarse en el más cerrado extremo, prepotente pordiosear, nadie demoraba en dar di- porque no lo dejaba la Mula-Marmela.
a engan- en los dominios de lo demasiado? nero, comida, lo que él quisiera, el pan-par-Dios. paz de la prohibición, no precisaba h",I~I"'rl",'
20 JOAO GUIMARAES ROSA CUENTOS PRIMEROS 21

nas le daba un silencio, terrible. Y él cumplía, te- quizá, y sin saberlo, sentía por todos, por los ame- ¿convocan demonios? O algún encubierto ultra- matar, para íntimamente cumplirse, desahogado y
nía la marca del cabestro. Curtía agudos deseos, nazados y vejados, por los que lloraban sus entes pasar, -puesto que también lo hay: ¿una her- bien. Pero no puede. Porque es ciego, apenas. El
no los descifraba. Aspiraba, a la puerta de las ta- parientes, que el Mumbungo, mandatario de no sé mandad de almas malas, manada de lobos y jau- ciego Retrupé, sedicioso, entonces, insulta, brama
bernas, febril, el espíritu de los aguardientes. Se- qué poderes, atroz había sacrificado. Si sólo ella ría? No, no hay odio; engaño. Ella, no. Ella cuida espumas, ruge -en las gargantas del demonio.
guía, en fin, detestado y remiso, malagradecido, ra- podría matar al hombre que era el suyo, ella ten- de él, lo guía, lo trata -como a uno más infeliz, ¿Sabe que es de otra raza, que viene del aún horro-
bioso, crujiéndole los dientes de ratón. Porque él dría que matarlo. Si así no cumpliese -si se re- más feroz, más débil. Desde que murió el hom- roso, informe; que todavía no entendió la manse-
mismo, no sabiendo que no habría de beber, lo cusase a satisfacer lo que todos, a solas, a todos bre-marido, el Mumbungo, ella se encargó de éste. dumbre, por el temor? Entonces el ciego Retrupé
que no fuese -íah, síl- la sangre de la gente. los instantes, suplicaban enormemente- ¿enloque- Pasó a cuidarlo en mayor obligación, sin buscar tropieza con la impotencia de la ceguera; ahora él
Porque su sed y embriaguez eran fatales, de cau- cería? El coior del carbón es un misterio; uno sosiego. Ella no tenía hijos. «Ella nunca parió...» no puede alcanzar a nadie, si la rabia más lo ciega;
sar miedo, más allá del punto. ¿Sería él, en rea- piensa que es negro, o blanco. -ustedes la culpan. A ustedes, creo les gustaría ¿puede? El ciego Retrupé cuchichea consígo -él
lidad, un alma de Dios? ¿están seguros? Ah, ni y otra vez veo que vienen por la indiferente que ella también se fuera, desapareciera en el no, ofende al invisible. Para él, gracias a la ceguera, es-
siquiera lo saben. Podía también ser de otra esen- calle, y pasan, en harapos, los dos, tan fuera de después de haber asesinado al marido. Ustedes la te mundo nuestro ya es algún más allá. Y, ¿si así
cia -la enviada, manchada, malhadada. Se dicen la vida ejemplar de todos, de los que son los mo- odian, de este modo. no fuese? ¿Sería alguien capaz de querer ír a po-
cuentos. Así mismo, en el falso estado en que radores de este sereno lugar nuestro. El ciego Re- Pero, si ella también se hubiese matado, ¿qué ner el bozal al perro con rabia? ¿Y ustedes pueden
tantea, carente, apenas existente, lo que es, cum- trupé avanza, fingiéndose seguro, no da a la Mula- seria de ustedes, de nosotros, las muchas manos aún culpar a esta mujer, la Marmela, juzgarla, ha-
plidamente, es el hijo de-tal-padre; el «lucifer», Marmela la punta del bastón para asegurar, ella del Retrupé, que todavía no estaba cegado, en esos llarla vituperable? Déjenla si no la entienden, ni a
también, en la práctica verdad. lo guía apenas con su delantera presencia, él la tiempos; y qué sería tan pronto para ser el sanguí- él. Cada cual con su bajeza; cada uno con su al-
Al padre, al Mumbungo, si vivía bien con la sigue por el sentido, por el dislocar del aire nario y cruel-perverso cuanto el padre -y el que tura.
mujer, la Mula-Marmela, y si ella lo necesitaba, -como en trasvuelo se van los pájaros; ¿o lo reniega de Dios- de la piel de Judas, de tan des- Sepan ver cómo ella sabe dar cuenta de sí. Sí,
como los pobres necesitaban los unos de los otros, que él percibe frente a sí es la esencia vivaz de humana y tremenda estirpe, de espantar? ella es inobservable; ustedes no podrían. Pero, re-
¿por qué entonces lo mató? Ustedes jamás pen- la mujer, su sombra-de-alma, le husmea el olor, el parando con más tiento, verían, por lo menos, cómo
Del Retrupé, sus ojos, todavía eran sanos: ella no es capaz de agarrar atropelladamente nada;
saron en eso, y la culparon. ¿Por qué han de ser lobuno? Noten que el ciego Retrupé mantiene
para espejar inevitable odio, para cumplir con el tampoco deja de encorvarse para tomar un pedazo
tan infundados y poltrones, sin especie para per- siempre muy levantada la cabeza, por inexplicado
dañar, y para el placer de elegir las víctimas más de vidrio en el suelo de la calle, y ponerlo a un
cibir y reconocer? Pero, cuando ella mató al ma- orgullo: que él proviene de un reino de orgullo,
fáciles, más frescas. Y ahí entonces, se dio que, en lado, por peligroso. Ella baja asaz los ojos. Por el
rido, sin que se sepa la clara y externa razón, to- su malígna índole, el poder de mandar, que ate-
algún día común, el Retrupé quedó ciego, de am- marido, su muerto; puede, porque lo mató sin inúti-
dos aquí respiraron y bendijeron a Dios. Ahora, se rra. y él usa un sombrero chato, ni blanco ni ne-
bos aquellos ojos. ¿Supieron ustedes cómo fue? les sufrimientos. Si no lo hubiese matado, ¿él se ha-
podía vivir el sosiego, el mal se había vaciado, tan gro. ¿Vieron cómo muchas veces se le cae
¿Buscaron hallar? Sin embargo saben que hay le- bría condenado más aún? Ella aleja de la taberna
felizmente, de repente. El Mumbungo; ése, fue el de la cabeza ese sombrero, principalmente cuan-
ches y polvos de plantas, venenos que ocultamente al ciego Retrupé, perturbador, remiso y barullero.
que tuvo que volverse a un otro lugar, fue como do él más se exalta, gestialargado, bárbaro y mal-
retiran, retoman la visión, de ojos que no deben ver. Sólo este es suyo, de ellos, el diálogo: una carras-
alma que cayó en el infierno. Pero, no la recom- doso, reclamando con urgencia sus limosnas al
Con eso, no más sin otra precisión, y ya el Retrupé pera y un improperio. El la sigue caninamente.
pensaron, a ella, a la Mula-Marmela; al contrario: pueblo? Pero, ¿notaron como la Mula-Marmela le
se aquietaba, un ser casi lnocuo, un renunciado. Se van: jamás ninguno de ustedes los observó; uno
la dejaron en el escarnio, señalada a la amargu- recoge del suelo el sombrero y busca limpiarlo con
y ustedes, buenos moradores del lugar, quedaban no consigue, no persigue a los hilos trenzados de
ra , y en la muda miseria, eso fue. Mató al marido, sus dedos antes de entregárselo, el sombrero que
defendidos, al cubierto de sus desenfrenadas perver- los hechos. Viven en aterrador, en cosa de silen-
y, después, ella misma temió demasiado fuerte, el él mismo jamás se quita, por no respetar a nadie?
sidades. Tal vez, él no precisara morír condenado cio, tan juntos, de morar en escondrijos. La luz es
pavor que se le refluia, caída, dado ataque, casi Sé que en ustedes es nulo el interés por ella, no re-
como el Mumbungo, su padre. Tal vez, me pregun- para todos; son las oscuridades las que son apar-
fría de asombro de estupefacción, con el aullar paran en cómo esa mujer anda, y siente, y vive y
to, el propio Mumbungo descareciera ser muerto, tadas y diversas.
de perro. Y ella, entonces, no rió. Ustedes los que hace ¿Repararon cómo mira a las casas con ojos
si acaso, para poner fin, alguien pensase antes Decían que, en otro tiempo, al menos, entre ellos
no la oyeron no reír, ni soportan acordarse bien sencillos, libres de maldiciones de pedidor? Y no
en esas hierbas enceguecedoras, o supiera ya hubo algún concubinato. ¿Adúltera? Ustedes saben
de lo delirado de aquella risa. pone, en el mirar a los niños, el sombrío de cau-
entonces, de su aplicación y efecto. Si así, pues, que eso es falso; y cómo a la gente le gusta acep-
Si yo digo que sé y piensan, ustedes inquietos tiverio que destinaría a los adultos. Ella mira todo
se tendría ahora la Mula-Marmela guiando a dos, tar esas sencillas, apaciguadoras suposiciones. Sa-
se disgustarán. No consentirán, tal vez, que yo ex- con simpleza y admiración. Pero a ustedes no pue-
por las calles, y cuidándolos con un terrible deber ben que el ciego Retrupé, dañino y díscolo, ella
plique, acabe. La mujer tenía que matar, tenía que de gustarles, ni siquiera tolerarían su proximidad,
de-amor, como si fuesen los hijos que ella quería, misma lo conduce, paciente, a las mujeres, y lo es-
cumplir por sus manos el necesario bien de todos, porque no saben que un hado forzoso la apartó
los que no parió ni parirá nunca -el dócil muer- pera aquí afuera, cela para que no lo maltraten.
sólo ella misma podría ser la ejecutora -de la demasiado de todos, la soltó. Ampara, en su con-
to y el impedido ciego. A pacto de tullirles las aún Pero esto hace tiempo. Hoy él está avejentado, se
obra altísima, que todos ni osaban concebir, pero ciencia de deber, el odio que debería ir sólo para
posibles malicias, y darles, como en su antiquísimo tornó macilento, canoso, las canas le quedan bien,
que, en sus escondidos corazones, imploraban. los dos hombres. Le dicen maldita: será ¿eh?
lenguaje ella dice: gasajo y emparo. Pero ustedes cuando se le cae el sombrero. Durante estos tlern-
Sólo ella misma, la Marmela, que había venido Pero esto nunca más lo repitan, no me digan: del
creo que jamás le escucharán la voz; -a la sorda. pos, en que dejamos de conocerlos y averiguarlos.
al mundo con destino preciso de amar a aquel lobo, la piel; iY ojo! Hay sobrecargas, que se llevan,
hombre y por él ser amada; y, juntos, enviados. otros, y son la vida. También el ciego Retrupé se intimida con esa voz El ciego Retrupé anda medio decaído, enfermizo,
¿Por qué? Alrededor de nosotros, lo que hay es Pero, a pesar de tanto, está que nadie sabe rara, tanto. ¿Saben lo que es tan extravagante? en delgadez y trasijado. Parece que, al mismo tiem-
la sombra más cerrada -cosas generales. ¿La verdaderamente lo que entre ellos dos pasa -del -que, aun uno que no ve, sabe que precisa apar- po, su manera de miedo a la Mula-Marmela cambia
Mula-Marmela y el Mumbungo, en el hilo por hilo desconcierto y desacierto de así ambular, torvos, tar la cabeza: hace eso, para no encarar a la mu- y aumenta. Si le flojea también la furia desparra-
de su afecto, sospecharían anticipadamente la san- en lo monótono, en harapos, semovientes: con lo jer odiosa. El ciego Retrupé se vuelve de frente mada y áspera de vivir: no ejerce con el mismo
ción y sentencia? La temía él, sí, y el amor que le que ustedes sólo se divierten, sacan bromas y hacía el punto donde están las sensatas, quietas encono la lucha por su derecho -el feroz derecho
tenía lo colocaba a merced de su justicia. La Mar- chocarrerías. Si lo que hay, es apenas embrujar personas, que él odia en sí, por el desprecio de de pedir.
mela, pobre mujer, que sentía más que todos, y odiar, loba contra perro, ojeriza y aversíón; todos, en la tranquilidad y concordia. El precisaba Parece que su temor lo hacía murmurar que-
JOAO GUIMARAES ROSA CLARICE LlSPECTOR

jumbres, súplicas, a la Mula-Marmela. Y, sin em- bladas confusiones, de eso ustedes no saben. Y,
bargo, ella cada día más se ablanda con él, apiada- sr, ¿para qué? Si nadie entiende a nadie; y nadie
da de su desvalor. Pero él no cree, no puede
saber, no conña en ella, ni en la gente. El entre-
entenderá nada, jamás; esta es la práctica verdad.
Si, los dos, se quedaron hasta el anochecer, y
El huevo y la gallina
sentirse, entre las personas, viene por lo general ya adentrada la noche, en aquella soledad, pró-
con exageraciones, errores, y tardanza. El susurra xima, a orillas de una verja. ¿Alguien acudió? Se De mañana, en la cocina, veo sobre la mesa el nuda la cocina. Hace de la mesa un plano inclina-
disimulada e impersonalmente sus pedidos de per- dice que él padecía un dolor terriblemente de de- huevo. do. El huevo expone. Quien profundiza en un hue-
dón; ¿notaron ustedes? La Mula-Marmela lo ora, sin masiado castigo, y medrosa sofocación de aire, Miro el huevo con sólo una mirada. Inmediata- vo, quien ve más allá de la superficie de un huevo,
parecer que. Rehuía mirarlo. Sé, ustedes no nota- conforme siquiera para una esperanza todavía no mente percibo que no se puede estar viendo un está queriendo otra cosa: está en hambre. El huevo
ron, nada. y, aún, ahora ustedes se sienten un agonizaba. Sólo en convulsiones. No vieron, de ma- huevo. Ver un huevo nunca se mantiene en presen- es el alma de la gallina. La gallina desarreglada.
poco más garantizados, tranquilos estamos. Es de drugada, cuando él lanzó el último mal suspiro. sr, te: apenas veo el huevo me parece inmediamente El huevo perfecto. La gallina asustada. El huevo
creer que, en breve, estaremos libres de aquello pero lo que ustedes creen saber, esto, seriamente haber visto un huevo hace tres milenios. En el perfecto. Como un proyectil parado. Porque el hue-
que airadamente nos fastidia, pasma. afirman: que ella, la Mula-Marmela, en el transcu- mismo instante de verse un huevo, él es el re- vo es huevo en el espacio. Huevo sobre azul. Yo
Cuentan que él quiso matarla. En hora en que su rrir de las tinieblas, fue quien ahogó por estrangu- cuerdo de un huevo. Sólo ve el huevo quien ya lo te amo, huevo. Te amo como una cosa que ni si-
miedo se derramó más grande, ¿se podría saber lación al infeliz, que paró de sufrirse, por los pes- ha visto. Cuando se ve el huevo ya es demasiado quiera sabe que ama otra cosa. El aura de mis
por qué? Sabido que ya se encontraba maltrecho, cuezos; en él, en el cuerpo del difunto, después, tarde: huevo visto, huevo perdido. Ver el huevo dedos es lo que ve el huevo. No lo toco. Pero
cuando se enfermó, mal, de fiebre perniciosa. Se se vieron marcas de sus uñas y dedos, hincados. es la promesa de un día que va a llegar; hay el dedicarse a la visión del huevo sería morir para
había sentado en el cordón de la vereda, para ja- Sólo que no la acusaron y prendieron, porque ma- huevo. Mirar corto e indivisible; si es que hay pen- la vida mundana, y yo preciso dtl la yema y de
dear. De repente se levantó sin bastón, estorbado, yor era el alivio de verla partir, para nunca, de samiento; no hay; hay el huevo. Mirar es el ins- la clara. El huevo me vé. ¿El huevo me idealiza?
gritó, bramó: exaltado como un perro que es des- ahí que, silenciosa toda, como era siempre, en el trumento necesario, que después de usado echaré ¿El huevo me medita? No, él apenas me vé. El
pertado de repente. Sacó el cuchillo, lo blandía, comentario, acompañó al ciego Retrupé en las con- fuera. Me quedaré con el huevo. El huevo no tiene está exento de la comprensión de herir. El huevo
avanzaba a tontas, de verdad a ciegas, tentando solaciones. Ustedes, distintamente, ¿todavía la odia- un sí-mismo. Individualmente no existe. nunca luchó. El es un don. El huevo es invisible
golpearla en su desatinado furor. Y ella, erguida, ban? Ver el huevo es imposible: el huevo es super- alojo desnudo. De huevo en huevo se llega a
donde estaba, permaneció, no se movió, ¿no se in- Y ella se iba yendo, amarga, sin tener que des- visible como hay sonidos supersónicos. Nadie es Dios que es invisible alojo desnudo. Tal vez
timidaba? Miraba en dirección al no. Si él acertase, pedirse de nadie, tambaleante y cansada. Sin ofre- capaz de ver el huevo. ¿El perro ve el huevo? el huevo haya sido un triángulo que de tanto rodar
podrla en carnes destrozarla. Pero, poco a poco, cerle al menos cualquier espontánea limosna, us- Sólo las máquinas ven el huevo. La grúa ve el hue- en el espacio se fue ovalando. ¿Es el huevo bá-
se dio cuenta de que el cuchillo no la encontraría tedes la vieron partir: lo que parecía la expedi- vo. Cuando yo era antigua un huevo se posó en sicamente un jarro? ¿Habrá sido el primer jarro
nunca, se sintió desamparado, demasiado solo. Te- ción del chivo -su expiar. Fea, furtiva, lupina, tan mi hombro. Tampoco se siente amor por un huevo. moldeado por los etruscos? No, el huevo es origi-
mió, todo de pie. El cuchillo se le cayó de la mano. flaca. Ustedes, de sus decretantes corazones la ex- El amor por un huevo es supersensible. La gente nario de Macedonia. Allá fue calculado, fruto de
Su miedo no tenía ojos para llenar. Parece que pulsaban. Ahora, ¿no van a salir a buscarle el no sabe que ama al huevo. Cuando yo era an- la más penosa espontaneidad.
gimió y lloró: - «Madre... Mamá... iMadre mia ...! - cuerpo muerto, para, contritos, enterrarlo, en fiesta tigua fui depositaria del huevo y caminé suavemen- En las arenas de Macedonia, un hombre con
en un chillido imploraba, cuando recayó, sentado en y llanto, en homenaje? No serta díficil hallarlo, por te para no perder el silencio del huevo. Cuando una vara en la mano lo diseñó. Y después lo
el suelo, cesado el enfurecimiento; y temblaba es- ahí cardo, ni una legua adelante. Ella iba para morí, me sacaron el huevo con cuidado, todavía apagó con el pie desnudo.
tremecidamente, como la gramilla de los pastos. cualquier lejos, iba luengamente, ardiente; la sola estaba vivo. Sólo quien viese el mundo verfa el El huevo es una cosa que necesita tener cuidado.
Estaba en lo más estrecho del embudo, hay que y sola; tenia finas las piernas de andar, andar. Es huevo. Como el mundo, el huevo es obvio. Por eso la gallina es el disfraz del huevo. Para que
creer. La Mula-Marmela, ella vino, se allegó, sin serio lo que ahora diré. Y jamás se olviden, guar- El huevo no existe más. Como la luz de la es- el huevo atraviese los tiempos la gallina existe.
decir ni susurrar. Le recogió el sombrero, lo lim- den en la memoria, cuenten a sus hijos, habidos o trella ya muerta, el huevo propiamente dicho no La madre es para eso. El huevo vive huyendo por-
pió, volvió a ponérselo en la cabeza, y trajo tam- venideros, lo que ustedes vieron con esos ojos existe más. Tú eres perfecto, huevo. Tú eres blan- que siempre está demasiado adelantado para su
bién el cuchillo, lo recolocó en el cinto, en la vieja suyos terrivorosos, y no supieron impedir, ni com- co. A ti te dedico el principio. A tí te dedico la pri- época. El huevo por lo tanto será siempre revo-
vaina. El. con el empequeñecerse de sufrir y tem- prender ni agraciar. De cómo, cuándo iba a partir, mera vez. lucionario. El vive dentro de la gallina para que
blar, semejaba un animal de lo hondo de la flores- ella avistó aquel un perro muerto, abandonado y ya Al huevo le dedico la nación china. no lo llamen blanco. El huevo está realmente blan-
ta. Dicen que ella tenía lágrimas en los ojos; que medio podrido, en la punta-de-la-calle, y lo agarró y El huevo es una cosa suspensa. Nunca se posó. co. Pero no puede ser llamado blanco. No porque
habló, sombría de ternuras terribles: -«Mi hijo ...» a cuestas lo fue llevado: -¿si para librar el lugar Cuando se posó, no fue él quien se posó. Fue una eso le haga mal, sino porque las personas que
Y miró hacia un lado, dijo alguna cosa más, como público de su pestilencia peligrosa, si por piedad cosa que quedó debajo del huevo. Miro el huevo llaman al huevo blanco, estas personas mueren
hablando a otro; sollozaba también por el Mum- de darle hoyo en tierra, si para con él tener con en la cocina, con atención superficial para no para la vida. Llamar blanco aquello que es blanco
bungo, su devuelto marido, de su parte, por su quién o de qué abrazarse a la hora de su gran quebrarlo. Pongo el mayor cuidado para no en- puede destruir la humanidad. Una vez un hombre
acto.De eso, ustedes no querrán saber, son endia- muerte solitaria? Piensen, mediten en ella, en tanto. tenderlo. Siendo imposible entenderlo, sé que si fue acusado de ser lo que él era, y fue llamado
lo entendiera es porque estoy equivocada. Enten- de «Aquel Hombre». No habían mentido. El era.
der es la prueba de la equivocación. Entenderlo Pero hasta hoy todavia no nos recuperamos, unos
no es el modo de verlo. No pensar en el huevo después de otros. La ley general para que conti-
es un modo de haberlo visto. ¿Es posible que nuemos vivos: se puede decir «un rostro bonito»
sepa algo del huevo? Es casi cierto que sé. Así pero quien diga «el rostro», muere; por haber ago-
que: existo, luego sé. Lo que no sé del huevo me tado el asunto.
lo da el huevo propiamente dicho. La luna está Con el tiempo, el huevo se volvió un huevo de
habitada por huevos. El huevo es una exterioriza- gallina. No lo es. Pero como hijo adoptivo usa el
ción. Tener una cáscara es darse. El huevo des- apellido. Debe decirse «el huevo de la gallina». Si
24 CLARICE L1SPECTOR EL HUEVO Y LA GALLINA 25

se dice apenas "el huevo" se agota el asunto, y otros llamamos "gallina". La vida interior de la ga- que el huevo precisaba. Pues si ellas no estuvieran haga. Ya nos fue impuesta, inclusive, toda una na-
el mundo queda desnudo. En relación al huevo, el llina consiste en actuar como si entendiese. Cual- tan distraídas, si prestasen atención a la gran vida turaleza ad~cuada al mucho placer. Lo que faci-
peligro es que se descubra lo que se podría lla- quier amenaza y ella provoca un escándalo como que se hace dentro de ellas enredarían al huevo. lita. Por lo menos vuelve menos penoso el placer.
mar belleza, o sea su verdad. La verdad del huevo si estuviese loca. Todo eso para que el huevo no Empecé a hablar de la gallina y hace ya mucho Hay casos de agentes que se suicidan: encuen-
no es verosímil. Si la descubren pueden querer se quiebre dentro de ella. El huevo que se quiebra que no estoy hablando de la gallina. Pero todavía tran insuficientes las poquísimas instrucciones re-
obligarlo a volverse rectangular. El peligro no es dentro de la gallina es como sangre. La gallina estoy hablando del huevo. cibidas, y se sienten sin apoyo. Hubo el caso de un
para el huevo, él no se volvería rectangular. (Nues- mira el horizonte. Como si desde la línea del ho- De modo, que no entiendo al huevo. Sólo entien- agente que reveló públicamente que él era un
tra garantía es que él no puede; no poder es la rizonte estuviese viniendo un huevo.Fuera de ser do un huevo roto; lo rompo en la heladera. Es de agente porque le resultaba intolerable no ser com-
gran fuerza del huevo: su grandiosidad viene de un medio de transporte para el huevo, la gallina este modo indirecto que me ofrezco a la existencia prendido, y ya no soportaba no contar con el res-
la grandeza de no poder, que se irradia como un es tonta, desocupada y miope. ¿Cómo puede la del huevo; mi sacrificio es reducirme a mi vida peto de la gente; él mismo se consumió lentamente
no querer). Pero quien luchase por volverlo rec- gallina entenderse si ella es la contradicción del personal. Hice de mi placer y de mi dolor mi desti- en la rebelión, su rebelión se dio a causa de ha-
tangular estaría perdiendo su propia vida. El hue- huevo? El huevo es todavía el mismo que se ori- no disfrazado. Y tener apenas la vida propia, es, ber descubierto que las dos o tres instrucciones
vo nos pone por tanto en peligro. Nuestra ventaja ginó en la Macedonia.La gallina es siempre la para quien ya vio el huevo, un sacrificio. Como recibidas no incluían ninguna explicación. Hubo
es que el huevo es invisible. En cuanto a los inicia- tragedia más moderna. Está siempre inútilmente a aquellos que en el convento barren el suelo y la- otro, también eliminado, porque encontraba que
dos, los iniciados disfrazan al huevo. la moda. Y continúa siendo rediseñada. Todavía van la ropa, sirviendo sin la gloria de una función «la verdad debe ser valientemente dicha" y co-
En cuanto al cuerpo de la gallina, el cuerpo de no se ha encontrado la forma adecuada para una mayor; mi trabajo consiste en vivir mis placeres y menzó en primer lugar a buscarla; de él se dice
la gallina es la mayor prueba de que el huevo no gallina. Apenas mi vecino atiende el teléfono, él mis dolores. He de tener la modestia de vivir. que murió en nombre de la verdad, pero de hecho
existe. Basta mirar a la gallina para que se vuel- rediseña distraído con un lápiz la gallina. Pero la Agarro un huevo más de la cocina, le rompo cás- él estaba justamente dificultando la verdad con su
va obvio que es imposible que el huevo exista. gallina no tiene ninguna posibilidad. Está en su cara y forma. Y a partir de este instante exacto nunca inocencia; su aparente coraje era estupidez; ser
¿y la gallina? El huevo es el gran sacrificio de condición no servirse a sí misma. Siendo, por lo existió un huevo. Es absolutamente indispensable leal es ser desleal con todo el resto. Estos casos
la gallina. El huevo es la cruz que la gallina carga tanto, su destino más importante que ella, y siendo que yo esté ocupada y distraída. Soy una de las de muerte extrema no son realizados por crueldad.
en su vida. El huevo es el sueño inalcanzable de su destino el huevo, su vida no nos interesa. que reniegan. Formo parte de la masonería de los Es que hay un trabajo, digamos cósmico, a reali-
la gallina. La gallina ama al huevo. Ella no sabe Dentro de sí la gallina no reconoce al huevo, que vieron una vez el huevo y reniegan como zar, y los casos individuales, por desgracia, no
que existe el huevo. Si supiese que tiene en pero fuera de sí tampoco lo reconoce. Cuando la forma de protegerlo. Somos los que se abstienen de pueden ser tomados en consideración. Para los
sí misma un huevo, ¿ella se salvaría? Si supiese gallina ve al huevo piensa que está tratando con destruir, y en eso se consumen. Nosotros, agentes que sucumben y se vuelven individuales, es que
que tiene en sí misma el huevo, perdería el esta- una cosa imposible. Y con el corazón batiendo, disfrazados y distribuídos por las funciones menos existen las instituciones de caridad, la comprensión
do de gallina. Ser una gallina es una superviven- con el corazón batiendo tanto, ella no lo reconoce. reveladoras, nosotros, alguna veces, nos reconoce- que no discrimina motivos, en fin, nuestra vida.
cia de la gallina. Sobrevivir es una salvación. Pues De repente veo el huevo en la cocina y sólo mos.Hay un cierto modo de mirar, una forma de Los huevos estallan en la heladera, y sumergida
parece que vivir no existe. Vivir lleva a la muerte. veo en él la comida. No lo reconozco, y mi co- dar la mano, nosotros nos reconocemos y a esto todavía en el sueño preparo el café de la mañana.
Entonces lo que la gallina hace es estar perma- razón bate. La metamorfosis se está haciendo en llamamos amor. Y entonces no es necesario el dis- Sin ningún sentido de la realidad grito a los niños
nentemente sobreviviendo. Sobrevivir se llama man- mí: comienzo a no poder mirar más el huevo. Fue- fraz; aunque no se hable, tampoco se miente; aun- que brotan de varias camas, arrastran sillas y
tener la lucha contra la vida que es mortal. Ser una ra de cada huevo en particular, fuera de cada hue- que no se diga la verdad, tampoco es necesario ya comen. y el trabajo del nuevo día comienza; gri-
gallina es eso. La gallina tiene aire afligido. vo que se come, el huevo no existe. Ya no puedo disimular.Amor existe cuando es concedido parti- tado, reído y comido, clara y yema, alegría entre
Es necesario que la gallina no sepa que tiene creer más en el huevo. Estoy cada vez con menos cipar un poco más. Pocos quieren el amor, porque peleas, día que es nuestra sal y nosotros que so-
un huevo. Si no ella se salvaría como gallina, lo fuerza para creer, estoy muriendo, adiós, miré de- el amor es una gran desilusión de todo. Y pocos mos la sal del día, vivir es extremamente tolerable,
que tampoco está garantizado, pero perdería el masiado un huevo y él me fue adormeciendo. soportan perder todas las otras ilusiones. Hay los vivir ocupa y distrae, vivir hace reír.
huevo. Entonces ella no sabe. Para que el huevo La gallina no quería sacrificar su vida. La que que se ofrecen voluntarios al amor, pensando que Y me hace sonreír en mi misterio. Mi misterio es
use a la gallina, es que la gallina vive. Ella existía optó por querer ser "feliz". La que no se daba el amor enriquecerá su vida personal. Es justamen- ser apenas un medio, y no un fin; me han dado la
sólo para cumplirse pero le gustó. El abatimiento cuenta que se pasaba la vida dibujando dentro de te lo contrario: amor es finalmente pobreza. Amor más maliciosa de las libertades: no soy boba y
de la gallina viene de eso; gustar no hacía parte sí el huevo, ésa servía. La que no sabía perderse es no tener. Inclusive amor es una desilusión de aprovecho. Francamente: hago mucho mal a los
del nacer. Gustar de estar vivo duele. En cuanto a sí misma. La que pensó que tenía plumas de lo que se pensaba que es el amor. Y no es premio, otros. Me dieron un falso empleo para disfrazar mi
a quién salió primero: fue el huevo el que encon- gallina para cubrirse por poseer piel preciosa, sin por eso no enorgullece, amor no es premio, es una verdadera función, bueno, aprovecho el falso em-
tró la gallina. La gallina no fue ni siquiera llamada. entender que las plumas eran exclusivamente para condición concedida exclusivamente a aquellos que, pleo y hago de él el mío verdadero; inclusive el
La gallina es directamente una elegida. suavizar la travesía al cargar el huevo, porque sin él, corromperían el huevo con su dolor per- dinero que me dan para facilitar mi vida de modo
La gallina vive como en sueño. No tiene sentido el sufrimiento excesivo podría perjudicarlo. La que sonal. Eso no hace del amor una excepción hon- que el huevo se haga; ese dinero lo he usado para
de la realidad. Todo el susto de la gallina es por- pensó que el placer era un don para ella sin darse rosa; él es concedido exactamente a los malos otros fines; últimamente compré acciones de la
que están interrumpiendo sus sueños. La gallina cuenta que era para que ella se distrajese to- agentes, aquellos que obtaculizarían todo si no les cervecería Brahma y soy rica. A todo eso llamo
es un gran sueño. La gallina sufre de un mal des- talmente mientras el huevo se hacía. La que no fuera dado adivinar vagamente. tener la necesaria modestia de vivir. Y también el
conocido. El mal desconocido de la gallina es el sabía que "yo" es apenas una de las palabras A todos los agentes se les da muchas ventajas tiempo que me dieron, ese que nos dan para que
huevo. Ella no sabe cómo explicárselo: "Sé que que se dibuja mientras se atiende el teléfono, mera para que el huevo se haga. No es caso de tener envi- en el ocio honrado el huevo se haga; lo he usado
el error está en mi misma", ella llama error a su tentativa de buscar forma más adecuada. La que dia entonces, porque inclusive alguna de las con- para placeres ilícitos y dolores ilícitos, totalmente
vida, "no sé más lo que siento", etc. pensó que "yo" significaba tener un sí-mismo. Las diciones, peores que las de los otros, son apenas olvidada del huevo. Esta es mi simplicidad.
«Etc., etc., etc.,» es lo que cacarea el día entero gallinas perjudiciales al huevo son aquellas que son condiciones ideales para el huevo. En cuanto al ¿O es esto mismo lo que ellos quieren que me
la gallina. La gallina tiene mucha vida interior. un "yo" sin tregua. En ellas el "yo" es tan cons- placer de los agentes, ellos lo reciben sin orgullo. pase para que el huevo se haga? ¿Será libertad
Para decir la verdad, la gallina sólo tiene vida in- tante que ya no pueden pronunciar la palabra Austeramente viven todos los placeres: esto es o sigo dirigida? Porque he venido notando que todo
terior. Nuestra visión de su interior es lo que nos- "huevo". Aunque, quién sabe, era eso mismo lo parte de nuestro sacrificio para que el huevo se lo que es error mío ha sido aprovechado. Mi rebe-
26 CLARICE L1SPECTOR
NÉLlDA PIÑÓN
Iión es que para ellos no soy nada; soy apenas me quedó hasta hoy esta mano trémula. Si hubiese
preciosa; ellos cuidan de mí segundo a segundo, insistido un poco más hubiera perdido para siempre
con la más absoluta falta de amor; soy solamente
preciosa. Con el dinero que me dan, estoy última-
mente bebiendo. ¿Abuso de confianza? Nadie sabe
la salud. Desde entonces, desde esa malograda
experiencia, trato de pensar de este modo: que ya
me fue dado mucho, que ellos ya me concederán
Cantata
cómo se siente por dentro aquel cuyo empleo con- todo lo que pueda ser concedido; y que, otros Estaba casada con mi padre, aquella mujer. Ella ímagen de mi padre, porque su imagen será siem-
siste en fingir que está traicionando, y que termina agentes, muy superiores a mí, también trabajarán sabía que yo la deseé desde el primer instante, pre la imagen de mi madre,
creyendo en su traición. Cuyo empleo consiste en apenas para lo que no sabían. Y con las mismas, cuando él la trajo hasta mí diciendo: -Esta ahora tú, cuando me oyes,
diariamente olvidar. Aquel de quien es exigida la poquísimas instrucciones. Ya me fue dado mucho: es mi mujer. Sin más palabras nos dejó solos con antes oyes a mi padre que te impuso ya condicio-
aparente deshonra. Ni mi espejo refleja ya un ros- esto por ejemplo: una vez u otra, con el corazón nuestro pavor y nuestro deseo. Ella, más valiente nes que me pertenecerían si yo las hubiese orde-
tro mío. O soy un agente, o es la traición misma. batiendo por el privilegio iYo por lo menos sé que que yo, disimulaba mejor. Se reía delante del pa- nado primero, aunque la fuerza de mi padre de-
Pero duermo el sueño de los justos porque sé no reconozco!; con el corazón batiendo de emoción, dre, y parecía que su felicidad era por él. pende de una necesidad más desesperada que la
que mi vida inútil no obstaculiza la marcha del iYo por lo menos no entiendo!, con el corazón ba- Hasta el día en que íbamos por la playa, el padre mía, porque él será tomado más rápidamente por
gran tiempo. Al contrario: parece que se exige tiendo de confianza, yo por lo menos no sé. y el pueblo entero atrás, descubriendo cosas tontas, la transitoriedad del amor, puesto que al terminar
que yo sea extremadamente inútil, que se exige de ¿Pero el huevo? Este es uno de los subterfugios que sólo a ellos les interesaban. Con nosotros era él de amar, cumpliré idéntica obligación, pero cuan-
mí que duerma como un justo. Ellos me quieren ocu- de ellos: mientras hablaba sobre el huevo, me distinto, luchábamos para implantar el desprecio, do nosotros dos nos amemos al mismo tiempo, el
pada y distraída, y no les importa cómo podría di- había olvidado del huevo. «Habla, habla», me en- que nunca llegasen a descubrir lo que nos domina- mundo no resistirá a la guerra, aun cuando vehe-
ficultar lo que se está haciendo a través de mí. Es señan ellos. Y el huevo queda enteramente prote- ba.Las aguas mojaban los pies de la mujer, esa mentes defendamos la paz,
que yo misma, yo propiamente dicha, sólo he ser- gido por tantas palabras. Habla mucho es una de cosa inocente de las aguas descuidadas, sin nin- no será posible que viva-
vido para obstaculizar. La idea de que mi destino las instrucciones, estoy tan cansada. guna consecuencia. Pero exactamente este movi- mos al mismo tiempo mientras propongamos al
me sobrepasa es lo que me revela que tal vez, Por devoción al huevo, lo olvidé. Mi necesario miento actuaba en mi como si yo la hubiese pues- mundo las mismas cosas, porque si él debe do-
yo sea un agente, por lo menos eso tuvieron que olvido. Mi egoísta olvido. Porque el huevo es es- to desnuda en el mundo, poniéndome convulso minar una sabiduría intensa, mi llama tiene que ser
dejarme adivinar, yo soy de aquellos que harían qulvo. Delante de mi adoración posesiva él podría a medída que su carne se distinguía, iluminada, más ardiente que la suya, y cuando yo sé más que
mal el trabajo si al menos no adivinaran un poco; retirarse y no volver nunca más. Pero si es olvi- extraña, perpetua. él porque le hablo, y su llama brilla más que la
me hicieron olvidar lo que me dejaron adivinar, dado. Si yo hago el sacrificio de vivir mi vida y Como si no me importase su cuerpo, que las mía porque tú te has convertido en su mujer, en-
pero vagamente me quedó la noción de que mi des- olvidarlo. Si el huevo fuera imposible. Entonces aguas perpetuaban con espléndida transitoriedad, tonces las aguas inundan el cuerpo en el que de-
tino me sobrepasa, y de que soy un instrumento del -libre, delicado, sin ningún mensaje para mí- tal asumí el profundo disgusto del placer que temía no bería yo tener instalado mi dominio, sin que a mi
trabajo de ellos. vez todavía él se mueva en el espacio hasta esta poder dominar en aquellos instantes diciéndole: padre le importe, pues a su edad ninguna corree-
De cualquier modo sólo puedo ser instrumento, ventana abierta que desde siempre dejé abierta. tengo cíón es índíspensable,
porque el trabajo no puede ser mío. Ya intenté Y de madrugada baje en nuestro edificio. Sereno que ser fuerte para aguantar lo que todavía debo así. el equívoco surge ingrato,
establecerme por cuenta propia y no dio resultado; hasta la cocina. Iluminándola con mi palidez. dominar para llegarlo a poseer, porque el amor em- que es como yo lo comprendo, mientras mis exi-
pieza cuando uno no lo necesita, o mejor, cuando gencias son peligrosas, si además de ofender a mi
uno lo necesita tanto que puede amar porque lo padre ofenden sobre todo la memoria que en él
confunde todo, porque la confusión es también la creció de mi madre, y al amar a la mujer que se
exaltación de lo que hay que sentir, yo tengo que acuesta con mi padre, también me acuesto con mi
saber que resistiré a todo lo que una mujer impon- madre, porque además de engendrarme, habían en-
ga en mi organismo, porque a pesar de la violen- gendrado ambos en el amor el tiempo indisoluble
cia del deseo, fuera de mí también altaneros exis- de vivir su siglo, pues se formaron para ellos mis-
ten otros deseos, igualmente poderosos, mos, y estando ahora mi madre enterrada, y esfor-
el cuerpo zándose el hombre que es mi padre en tener con
que se ama es el cuerpo del que no se depende la mujer más joven todo lo que mi madre le enseñó
para dejarlo de amar, lo que quiero decir es que a poner en su cuerpo, aunque su técnica se hubie-
exactamente se ama porque se va a desear inten- se aceptado como perfecta, aun así él se sometía
samente, y esto debe explicar todos los daños fu- a ella para poder entrar en su cuerpo, echando
turos, y existiendo el deseo, empieza uno a des- allí raíces,
organizarse, a poner amor donde exíste la turbu- y como lo que mi madre aceptaba transi-
lencia, porque el desorden es el imperativo del toria provenía mucho más de sus entrañas con só-
amor, y yo que no sé si el amor es también la ne- lidas condiciones, el hombre acababa por darle lo
cesidad que se tiene de instaurar el orden en el que ya le pertenecía, por derecho de una natura-
cuerpo, pienso en mi padre, en su cuerpo mojado leza siempre conmovida, y su aceptación también
porque su carne está mojada, pues se sufren en la alcanzaba la libertad, y sus lisonjas,
carne las inquietudes del cuerpo amado, mi padre, que
y porque viene detrás, no consigue olvidar que estando mi
mi padre creó en ti su semejanza, he de perpetuar- madre enterrada él no tiene ya derecho a la vida,
me en lo que vendrá después de mí, también ne- y tú nunca alcanzarás tu especie mientras un se-
Relieve de Sergio de Camargo mejante no te revele las imágenes claras y arreba-
cesito de una mujer, una mujer que no arrastre la
28 NÉLlDA PlliIóN CANTATA 29

tadas de tus entrañas, porque un cuerpo siempre el mío, nunca más seré la misma, nos encaminábamos hacia la perfección, y yo solo La mujer sondeaba mi cuerpo con las manos,
se ilumina al paso de otro, como si con los puños tengo que des- difícilmente soportaría la salvación. Al llegar a la yo me dejaba concebir por su osadía, por ser
cerrados dentro del vientre de la mujer se cogiesen cubrir en tu cuerpo el olor que el mío exhibe sin cima nos detuvimos allí largamente. Mi padre no ella ahora la mujer que habitaba mi cuerpo para
moras rojas, porque cauteloso en él se implantó lo que yo lo haya advertido nunca, y siempre que fa- dijo nada, por lo menos se movió en nuestra di- siempre, aunque tantas otras también hubiesen osa-
que podria un día producir moras rojas. llemos, que es lo forzoso que el amor impone, rección. Su última mirada nos analizaba como si en do habitar en él. Apacentados como las ovejas, o
Ella se miró al fondo de los ojos, parecía que pasaremos a exigir técnicas mejores y más pro- lugar de hijos fuésemos sus nietos, necesitaba el como el pastor único e indescifrable. Después,
lloraba, y deseé arrodillarme, admitir que la ama- fundas, padre creer que lo éramos, para no exhibirnos como sólo la manera de mirar nos compensó más que
ba, y más que el amor, yo podía ser generoso, pues yo soy la técnica que tú vas a aprender sus enemigos delante de los amigos, que si también el placer. Quería yo decirle tantas cosas, provo-
una creencia se había instaurado en mi cuerpo, sin en mí, soy el cuerpo que revelará el tuyo, la pe- io fuesen no desangrarían su corazón, que ahora car rabia y amor, porque sólo para esto nos había-
que yo hubiese aprendido a exigir su arrebato. numbra iluminada con tu arrebato, y por más que debia haber reventado; pero perdiendo el mando mos unido, pero yo nada podía, sabíamos bien que
Aquellos ojos mojados tenían el poder de lnrnorta- yo aprenda a gozar de mi cuerpo, sólo en el tuyo de la vida no reclamó. Continuando el paseo, con- inaugurábamos una raza nueva y espléndida, si
Iizarme, y, pensé, Dios mío, yo soy joven porque aprenderé a amar el mío, debo develar tu cuerpo dujo a la casa a los compañeros que su vejez to- fuésemos nuevos y espléndidos para concebirla. Al
sólo la juventud merece el amor que distraído al- por la luz que el mío va a llevar hasta él, davía conquistaba. mismo tiempo, el apreciar nos encharcaba de devo-
guien nos ofrece, cuando yo tenga la edad de mi Dios mío, Parecía un jardín el lugar donde nos resguarda- ción, y empezó a no bastar el hablar bajo, murmu-
padre, no tendré derecho a recibir de otros ojos cómo seleccionar, cuando áreas tan sensibles como mos. El aire en torno, la vegetación salvaje, y rar nombres con la desesperación de quien los
sus llamadas urgentes, es preciso que no olvide la carne son atacadas por la pasión, que es la vi- aquel verde espléndido y feliz. Cuando aquella so- olvidase una vez que los ha pronunciado. Nece-
nunca más que a partir de una época me queda ve- rulencia del amor necesario, ledad nos exaltó, naturales y vívidos, nos quitamos sitábamos, eso sí, gritar hasta que rompiésemos
dado el amor, porque aceptando el amor, seré inca- cuando en el momento las ropas, las pusimos cuidadosos sobre las pie- en el azul del cielo su equilibrio que resentía nues-
paz de aceptar exactamente aquello que es la no- sagrado de la vida, toda la mejor extensión que dras, y nos contemplamos. Lloré viéndome en ella, tra agonía.
toriedad de ser viejo, y comprender el mundo. tiene mi cuerpo se una a esa piel que tu cuerpo porque iba a desaparecer en su cuerpo. Así, ella Ella puso su mano en mi cara y dijo: -Soy una
La mujer también sonreía por no poder hablar ostenta, es así como se hace representar más in- también sentía la melancolía de la vida. El mundo mujer cansada. Tan grata su mirada que me sentí
sin hacer de su amor un instrumento fatal. Y por tensamente, tendremos que gritar esta conmemo- se iniciaba en aquel tímido instante. Antes de que ablandado, sin luchas, olvidé padre, madre, her-
que yo esclareciera el absurdo, se permitía una ración, porque por encima del placer transmitire- nuestros cuerpos se unieran, ya nuestras pieles manos, la fraternidad de las convivencias anterio-
exhibición. lbamos andando, en la memoria sus mos a los ancestros que sólo para este instante sufrían aquella áspera temeridad. Nada hacíamos, res. La necesitaba como ella me necesitaba. Le
ojos mojados, y el deseo se instaló violento y apo- despertamos a la vida, fuimos engendrados para porque no queríamos transigir todavía en el deseo, hice ver que comprendía su obediencia, también
teótico. Cuando la voluntad se convirtió en un mar- que nos excediésemos también en otras concep- como si en voz baja revelásemos: es preciso que le hice ver que a partir de aquel momento, yo ten-
co en nuestras vidas, tomé su mano que, fresca y ciones, más profundamente yo viva por encima del deseo dría que bostezar delante de ella, porque así se
arrebatada, absolvía mi perplejidad. Renunciamos y, ante la fluidez temporal y amargada de el amor. agitaba la perpetuidad del amor. Y bostecé, negli-
al mundo. Yo me entristecía de ostentar un amor este placer, ni tu padre comprenderá la traición Después que tuvimos conciencia de a qué raza gente y tonto. Ella no se rió, ni lloró.
que ante mi padre asumía un aspecto criminal, y que habremos de cometer sobre su ancianidad, sólo pertenecíamos, porque también esta especie de mi-
de exhibir un amor que a pesar del arrebato por así inauguraremos otra casa, que él quiso cons- lagro producía el amor, la empujé sobre la grama, Estábamos cansados y preocupados por el fu-
donde se derrama el exceso del deseo, jamás ex- truir en mí, en mí él construyó la casa equivocada, entre nosotros dispensábamos la violencia. Modes- turo que nos amenazaba. De repente, empezó a
presaría la ilusión que tenía de dominar abismos quiso sembrar en mi vientre la dádiva que sólo ta, ella colaboraba. Y sobre ella, libre y exaltado, llover. Me puse sobre su cuerpo, para protegerlo,
en su nombre y en el mío, que sólo llegaban a a ti compete implantar, porque mi cuerpo se viene cumplí la obligación. Postrados, allí permanecimos, engrandecido de saber que mi piel impedía mo-
existir después de que yo los había concebido. constituyendo desde hace años sólo para reci- ya fuese porque acertáramos excesivamente o por- jarse a la suya. Mi esfuerzo se imponía en todas
Nuestras manos agarradas como árboles cuyas birla, que gozábamos de la felicidad de haber practica- partes. Llovía, y no nos importaba. Nos amábamos
raíces dominan en la tierra, más que la excelencia y ni la vergüenza me intimida, ni el juicio que do los más absurdos errores y aun así seguir aman- también en la lluvia, y ahora estábamos sucios de
del suelo fértil, su necesidad de crecer y hacerse tú mismo harás, al principio uno selecciona la do, a pesar de ellos, a pesar de la pasión, aunque lama y yo ya no la protegía ni era tampoco necesa-
áspera, que es el infortunio de quien alcanza pro- vergüenza por lo poquísimo que el mundo nos no se había exhibido en nosotros con la fuerza rio, la única protección debida era el placer que mu-
fundidades, así se unían por delante y por detrás merece, desapareciendo la vergüenza queda uno que una vez libres del exceso del amor sabríamos tuamente nos encendiamos porque dependíamos de
en forma de primavera. Nacíamos para exhibir el desnudo, descuidado, que es como nacemos, con explorar en nuestros mutuos cuerpos. Invadían él para mantener alerta nuestra credulidad. Ya de
amor, y este estado de espanto nos dominaba, la vergüenza no se entra en el cuerpo del otro, no nuestros ojos todas las áreas, y estábamos tan se- madrugada, bajamos cautelosos por las piedras, so-
adornaba las cosas con una dulzura serena, cosas se pone el dedo en las minucias que nos esperan rios que mal nos felicitábamos, o simplemente ma- námbulos y graves, y nos hundimos en el mar, lim-
que en breve van a morir, porque después de al- porque son la afrenta que el amor hace en aquel nifestábamos la familiaridad en que debíamos estar pios, serenos, intocables. Sólo entonces nos ves-
canzar una intensidad, es preciso que la corriente que va a dominarlo para siempre, viviendo. Podríamos incluso habernos vuelto ene- timos y nos enfrentamos al mundo, el mundo que
que nos inclina hacia adelante se intensifique más yo soy tu afrenta, migos, si no fuera por la pasión del análisis que nos mi padre me diera para que yo amase a aquella
aún, o perezca de una vez, se muera poco a poco, tú eres el odio que desaparecerá para siempre de garantizaba un mínimo respeto. mujer.
es como la tristeza que hay en las perreras, donde mi vida, aunque no hayamos compartido el sudor
los perros ensayando la vitalidad de sus gritos su- que expele el amor denunciando lo que se gasta
fren en la soledad encarcelada la división de la en la lucha, y en el ardor,
vida y de la muerte. Ella entonces me dijo: cuando nos deleitemos
estoy ca- lado a lado, me convertiré en tu abrigo, como ya
sada con tu padre, y al empezar a amarte a ti, ese lo fui de tu padre, y en él se abrigó mientras tú
hombre se convirtió en mi padre también, salí de no !Iegabas.
su cama ya hija, desde que sufrí además de tu mi- L!egamos a las piedras, y al subir el uno levan-
rada la marca de tu cuerpo, que piensa restaurar taba al otro, yo dejaba que me ayudase, porque
RAIMON UN ARTE POPULAR Y MINORITARIO
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tacto con ellos. Tenia tres canciones hechas y, una sar el tiempo, sino que también puede ser un me-
vez, en Castellón de la Plana, nos encontramos en dio de comunicación, una forma artístioa.

Un arte popular y minoritario una reunión de la juventud valenciana con un gru-


po de aquella ciudad. Era en una taberna, me acuer-
do perfectamente, donde habia un cartel que de-
TS: Pero ¿tú consideras que este espíritu surge
independientemente en España, o hay una coinci-
dencia histórica con esos otros movimientos?
El recital de Raimón en el Olympia, de Paris, este están comunicadas y que permite captar, a tra- cía: "Prohibido cantar, hablar de política y de re- R: Pues, mira, yo creo evidentemente que la hay,
año sirvió para consagrar internacionalmente a un vés de la vivacidad del diálogo, su verdadera per- ligión". Naturalmente, allí estuvimos cantando, ha- porque cuando aquí en París no se hablaba toda-
poeta y cantor que ya era conocido a través de sona. El hecho de que su interlocutor sea también blando de política y de religión. Y a partir de ahí, vía ni de folk-song ni todas estas historias, allá en
recitales en su tierra natal, Cataluña, y en muchas español de origen, aunque aclimatizado desde los como aquellos muchachos habían creado una pe- España ya lo hacíamos nosotros, y en Estados
de las capitales de Europa, y cuyos discos circu- doce años en México y con estadias largas en queña casa de discos, pude grabar uno con mis Unidos ya lo estaba haciendo otra gente, y en Ale-
lan profusamente en todo el continente. Nacido en Francia y en el Rio de la Plata, permite hacer jugar canciones. Ellos ya habían hecho dos o tres, con mania del Este estaba Bierman haciéndolo. En mu-
1940 como Raimón Pelegero, cuarto hijo de un sobre un delicado contraste esta conversación. Si muy poca difusión. Ya puedes imaginar lo que es chos otros países había ya gente componiendo este
carpintero anarquista de Játiva, Raimón hizo estu- Tomás Segovia representa, además, una poesia de una pequeña casa de discos. Entonces yo algo tipo de canciones. Creo que en definitiva la coinci-
dios universitarios, especializándose en historia. No libro, una poesia que se busca hondamente a tra- grabé y así empezó todo. dencia se puede explicar muy bien a través de la
llegó a cumplir directamente la vocación pedagógi- vés de la inquisición Iingüistica misma, como ha- TS: ¿Qué antecedentes tenías tú para intentar industria del disco y de la difusión de la canción
ca porque el éxito de las canciones que iba com- brán observado los lectores del núm. 4 de esta este estilo de canciones? por medio de la radio y la televisión. O sea; la
poniendo como sin saberlo, lo embarcaron en una revista, Raimón (en el diálogo y sobre todo en el R: Absolutamente ninguno. canción representa hoy muchísimo más que el rap-
carrera mucho más vertiginosa. Pero como ha di- aire de sus palabras) representa esa otra poesia TS: ¿Ni siquiera el antecedente de modelos ex- soda representaba en la Edad Media, que el trova-
cho Claude Roy (en el programa de su concierto en que es sobre todo sonido: poesia de disco. El tranjeros? dor que iba de pueblo en pueblo cantando. Actual-
la Mutualité, de Paris): "Estoy seguro que no se ha acuerdo que aqui y al/á logran ambos interlocuto- R: No, no; conocía muy poco de la cancron po- mente, sin moverse de casa, los discos pueden pa-
desviado de su ruta interior. Un poeta, un poeta- res ahora demuestra un profundo acuerdo que es pular. Actualmente conozco bastante más, pero en- sar (si los dejan) en todas partes del mundo. Como
cantor, es también un hombre que enseña. Que en- el de la creación poética. tonces no había pensado nunca en cantar. Hacía medio de difusión, como medio de llegar a la gen-
seña sentimientos verdaderos. Que enseña la có- Aunque se puede calificar a Raimón como cantor poco que había acabado mi carrera de filosofía y te, el disco es fabuloso. Había entonces toda una
lera necesaria y el negro furor, la bondad vigilante de la protesta, en una linea que tiene ilustres an- letras en la especialidad de historia; estaba a pun- serie de artistas preocupados por conectar y por
y la esperanza tozuda, la peligrosa generosidad y tecedentes en Francia (Claude Roy recuerda a Yves to ya de dar clases en la Universidad. O sea que comunicar con la gente, tanto poetas como com-
la simpa tia lúcida. Raimón es un profesor frustrado Montand cantando contra la guerra del Vietnam, todo esto de cantar lo hice un poco sin idea. positores, y entonces, a través de la canción, mu-
que canta profesiones de fe loqredes» que entonces era una guerra colonial francesa) y Viniendo de Játiva a Valencia en una moto saqué chos han llegado a hacerlo. El caso de Bierman
También es un ser apasionado y nervioso, que que en estos dias ha encontrado sobre todo en una canción, la canté a los amigos, les gustó. Antes que te mencionaba es muy claro. Es un hombre de
habla un español de gran vigor, salpicado de pala- los Estados Unidos ejemplos tan altos como Joan escribía poemas, críticas y otras cosas para revis- Alemania del Este que antes, y ahora creo que
bras francesas, de expresiones catalanas, de explo- Baez y Bob Dylan, este poeta, tan catalán y tan tas universitarias. Es cierto que yo tenía cierta for- también, tuvo sus dificultades poi íticas. Era asis-
sivas palabrotas. Rodeado de jóvenes, joven él tam- español, levanta su canto en el que no hay sólo el mación musical. Había tocado la flauta durante sie- tente de teatro, y a través del teatro llegó a la can-
bién pero con una juventud luminosa y sin asomos grito de denuncia y rebeldia, sino también el tes- te años en una de las bandas que hay en uno de ción. Otra gente ha sido a través de otros medios.
de esa beateria a contrapelo de los rebeldes unifor- timonio de amor. Oirlo cantar, con una voz podero- los pueblos de Valencia, de donde soy. Allí se En Estados Unidos, donde había, parece, una tra-
mados por los «blue-ieene» y el pelo largo, Raimón sa y bien timbrada, una intensidad natural que no formó una banda nueva, "La Nueva de Játlva» se dición más fuerte de la canción, debido a la in-
se dispara en varias lenguas sin dejar de mantener es producto de ningún artificio estereofónico, es llamaba. Toda mi formación musical era eso y lo fluencia de los negros y a los blues, el proceso
una comunicacón viva, directa, emocionalmente in- oir una voz humana. Sin el canto, como él mismo que había podido escuchar en una emisora de quizás haya sido más fácil. Pero en el caso de
genua, con quienes lo buscan. Su inteligencia y su apunta en esta entrevista, las palabras de sus can- radio donde estuve trabajando para poder conti- Europa, creo que ha pasado un poco esto; el ver
cultura no tienen nada de rigido, su lucidez y hasta ciones dicen poco. Aun esl, Mundo Nuevo ha que- nuar el bachillerato. que la canción era un medio de difusión enorme,
astucia está atemperada por el humor, por una co- rido recoger algunas para ilustrar, muy parcialmen- TS: ¿Y qué hacías en la emisora? y que en definitiva es sólo palabras y música, y es
rriente cordial que nunca se interrumpe. Es un te, el mundo de este joven poeta de la canción. R: Trabajaba como locutor de aquellos de: "Ja- arte que, como la literatura, lo puedes emplear
hombre que se da llanamente y con toda genero- Pero la única manera de acceder realmente a ñei- bón el oso, el mejor y más hermoso". O también: como folletón o como novela que hace llorar a
sidad. Cuando Mundo Nuevo le pidió una entrevista món es a través de la palabra hablada. Que esta "y a continuación escucharán, dedicado para fula- toda la gente, o lo puedes emplear como forma
para presentarlo a los lectores de toda América, presentación de su persona y de sus versos sirva nita de tal, el disco de no sé quién", y así... bueno. artística.
Raimón encontró tiempo en una jira tiranizada por para ayudar al lector a acercarse a una voz que Ese era mi trabajo.
las grabaciones y los recitales para sentarse mano canta tan alto y con tanta emoción.- E. R. M. TS: Se ha hablado de una relación o similitud
a mano con Tomás Segovia y decir todo lo que entre el tipo de canción que tú haces y algunos Cantar en catalán
pasaba por su cabeza, sin limitaciones, con la movimientos que ahora surgen en diferentes partes
naturalidad de quien habla de lo suyo. Así empezó todo del mundo, por ejemplo los Folk-singers norteameri- TS: Este movimiento es más o menos conocido
Algunas de sus opiniones pueden ser altamente canos e ingleses. fuera de España, especialmente el grupo catalán,
heterodoxas y hasta discutibles, como esa profecia TS: Podrías hablarnos un poco del origen de este R: Sí, de espíritu si quieres, sí; pero de coorde- pero debe haber otros grupos en otras regiones
sobre la desintegración nacional del español en nuevo tipo de canciones que tú cantas y compones. nadas estéticas y de realización son cosas comple- de España, ¿no es cierto?
América: tema que ha preocupado tanto a la cul- ¿Cómo empezó esto en España? tamente distintas. De espíritu sí, en cuanto ellos R: No los conozco, no sé si haya algún grupo,
tura latinoamericana, desde Andrés Bel/o por lo R: Pues, en mi caso concreto, fue una cosa im- creen, y yo creo también, que la canción puede ser pero yo he estado, por ejemplo, en Madrid y creo
menos. Pero lo que interesa en las opiniones de pensada e inconsciente hasta cierto punto. Yo en- un medio de expresión tan digno como el poema, que si los hubiera allí los oonocería. Nos hubiéra-
Raimón no es el margen más o menos grande de tonces vivía en Valencia y desconocía absolutamen- como la pintura o cualquier otra oosa. Que no es mos puesto en contacto ya. Como yo he cantado
exactitud cientifica, sino esa autenticidad con que te qué hacían otros cantantes; no tenía ningún con- neoesaria la canción sólo para el baile y para pa- fuera de España ha habido prensa que ha hablado
32 RAIMON UN ARTE POPULAR Y MINORITARIO 33

de mí y la prensa no habla de ningún grupo cas- por ejemplo aquí se coloca una de mis cancio- todavía al inglés. Eso si sólo se tratara de una notas más en rnusrca. Hay además otras razones
tellano de este tipo de canción. nes en el hit-parade, les da igual que sea en cata- cuestión de cantidad. Pero si es una cuestión de de tipo más o menos civil o social. Yo cantaría en
TS: ¿Y tú encuentras alguna explicación o al- lán o en checo o en ruso o en inglés. límites nacionales, ¿por qué limitarnos en los Pi- castellano en tanto y cuanto mi lengua no estuviera
gún sentido a ese hecho de que este tipo de can- TS: Es decir, que un disco en catalán, aun rineos y acabar en Gibraltar? ¿Por qué no cantar en una situación de inferioridad: cantaría en cas-
ción surja principalmente o casi exclusivamente en siendo el catalán una lengua regional, puede llegar en francés en Francia, en castellano en Madrid y en tellano cuando todo fuera normal en España. Quie-
catalán? a tener más venta que un disco en castellano. inglés en Inglaterra? No hay otras razones. Canto ro decir, cuando no fuera ninguna anormalidad allí
R: Como punto de partida, lo veo clarísimo: el R: Evidentemente, y esto ha ocurrido también porque mi lengua es ésta. No tengo otro proble- cantar en catalán. Mientras sea problema allí can-
hecho de hacer la canción en catalán ya te excluye con los libros. Por ejemplo, el libro de Candell E/s ma. Cuando empiezo a cantar me sale sola la tar en catalán, yo dale que te dale.
del mercado comercial. Entonces hay que buscar a/tres cata/ans, vendió el año pasado 25.000 ejem- canción. Si empiezo una canción en castellano o
otras razones que las comerciales para explicar plares, que es un best-sel/er para España. en francés tendré que enfrentarme a la lengua
este tipo de canción. TS: ¿Esto indicaría que el público de lengua ca- como materia, como algo que se me va a resistir. Con un sentido de protesta
TS: ¿Pero no se editan discos en catalán? talana es más sensible quizás, o que influyen aquí Mi castellano es aprendido, es el castellano de la
R: Sí, claro, pero en la televisión, por ejemplo, razones económicas? escuela, de la academia. TS: Bueno, ¿qué problemas tiene cantar en ca-
no los pasan nunca; también la radio está con- R: Cataluña como región industrial tiene un ni- TS: Pero hay aquí dos problemas claramente di- talán en España?
troladísima. En mi caso, ya no paso en la radio vel de vida más elevado en todos los sentidos, un ferentes. Por un lado, el problema expresivo de tu R: Mira, concretamente: la televisión la tienes
por otras razones, no sólo por el catalán. Pero mayor consumo de cultura también; esto es evi- lengua natural, y por otro lado el problema del negada por el simple hecho de cantar en catalán.
otros cantantes sólo pasan en Radio Barcelona, y dente. La burguesía crea siempre la posibilidad de público. Ahora bien: cuando hablabas del proble- Porque que no pase yo porque no les interese mi
basta. O sea: el mercado del disco en catalán es un mercado más amplio. En una sociedad capita- ma del público, hacías el paso, por ejemplo, del ca- pensamiento, o lo que sea, es explicable hasta
reducidísimo porque no se le puede hacer la pro- lista el artista trabaja para la burguesía de un modo talán al francés, o a una lengua con un auditorio cierto punto. Pero que no pase Nuria Feliú que
moción publicitaria que un disco siempre necesita. u otro, para corromperla o para no corromperla. aún más vasto como el inglés, borrando por com- canta canciones más o menos de jazz y que es
Imagínate: si tú te sacas un disco nuevo y can- pero quien compra un libro generalmente es un pleto las fronteras nacionales. Pero, ¿no crees de premio de la crítica española del año pasado, me
tas por televisión son quince millones de seres hombre que tiene un salario de cierta considera- todas formas que un tipo de canción como el parece un absurdo. Y no sólo Nuria Feliú, sino
que se enteran. Pero si tú sacas un disco nuevo y ción. El campesino que está catorce horas traba- tuyo, que es lo que ahora se llamaría un folklore toda una serie de gente que canta en catalán, que
no lo pasas por televisión, ¿quién se entera que jando para poder comer, si sabe leer no se compra moderno, puede tener una relación con otras re- son mejores o de la misma calidad que la que
ha salido? Sólo la gente que está preocupada de un libro. giones de España más especialmente que con otros está pasando normalmente por la televisión espa-
ti ¿no? Esos son una minoría siempre. TS: ¿Y un disco tampoco? países? ñola. Pero éste es sólo un aspecto del problema
TS: y esta reducción del público, ¿en qué senti- R: Un disco, menos todavía; porque además hay R: Sí y no. Es decir, cuando canto en Madrid mucho más general; en la radio también hay un
do limita o favorece el nacimiento del tipo de can- otras razones de mercado y es que hay muy pocos hay gente que se interesa por lo que hago y cuando control; tu lengua no la puedes aprender en la
ción que tú creas? tocadiscos aún en España. La gente de allá pasa vengo a París también hay gente que se interesa escuela; no tienes prensa en catalán. Toda la si-
R: La reducción del mercado orienta en el sen- del aparato de radio a la tele sin pasar por el to- por lo que hago. Entonces, mira, yo digo: la cues- tuación de la lengua catalana es absolutamente
tido de que ya no están las razones comerciales cadiscos. El tocadiscos para mí es un síntoma de, tión de las fronteras me parece un absurdo, lo anormal. Lo único que nos queda a nosotros, los
en la base de la canción catalana. Son otras razo- diría yo, cierta cultura o de cierto desarrollo in- mismo que la de las nacionalidades. Hoy por hoy lo catalanes, es la canción para comunicarnos un
nes, las razones de la lengua si quieres, las que dustrial. Aquí, en Francia, se encuentran familias que hay son grupos básicos de convivencia. Es cier- poco más masivamente. Si lo haces también en
hacen que sea más popular en Cataluña este tipo donde el padre y la madre tienen un tocadiscos; hay to que estamos condicionados por una lengua, por castellano resulta que, claro, estás ahogando toda
de canciones. Otra razón es que se imponen por dos hijos que estudian, cada uno tiene su toca- una historia, por una serie de cosas, pero qué una cultura, que es tuya en definitiva. Imagínate el
la calidad. Jamás puedes apoyarte en la promoción discos y sus discos distintos. Eso ni pensarlo allá. quieres, a mí me parece tan artificial poner la caso contrario, que en vez del feudalismo central
publicitaria. Como la lengua no es oficial y está de Allá el tocadiscos, cuando existe, es familiar. Por frontera a dos kilómetros de Játiva como a qui- que rige en España rigiese la burguesía industrial
un modo u otro semiprohibida, esto excluye toda lo general, es el padre el que lo ha comprado por- nientos kilómetros, ¿me entiendes? Mientras me catalana; que hubiera impuesto su lengua como
promoción comercial, lo que supone que el indivi- que el hijo se lo pidió un día que sacó buenas contestan «bon día.. cuando yo digo «bon día » , me oficial sin tener en cuenta las que se hablan en
duo que canta no está pendiente de hacer cancio- notas o que hizo alguna cosa que merece premio. siento en mi casa. Quiero decir, mientras no cambie otros sitios; el individuo no catalán que se encon-
nes para que gusten al público, porque él no de- Mientras que aquí no, aquí es lo normal. la lengua, en tanto emplee la lengua como medio trase en estas circunstancias estaría en contra de
pende del público, en sentido comercial. Depen- TS: ¿Nunca has pensado en cantar en castella- de comunicación, me encuentro en casa. Cuando esa burguesía industrial y emplearía su lengua
de del público en cuanto a su calidad, pero no en no? cambia la lengua empiezan las fronteras de ver- aunque nada más fuera que por mortificar a los
cuanto a hacer una cosa que guste de un modo R: Fíjate, es una cosa que en definitiva no le dad. De acuerdo que el castellano lo entiendo mu- otros. Esto es básico, creo yo.
masivo. La base es que la canción tenga la mayor veo el por qué. Yo no tengo un problema de ex- cho más y estoy mucho más cerca de él. Todo TS: Entonces el empleo del catalán, ¿adquíere
difusión posible, pero a través de otros medios, presión. Mi lengua normal es el catalán, mis cancio- aquello lo ha vivido uno mucho más, muy bien; un sentido de protesta?
¿entiendes? Nunca ha habido una canción catala- nes me surgen como a cualquier individuo que pero el esfuerzo de componer en otra lengua, ¿se- R: Evidentemente.
na en el hit-parade español por el hecho de que habla una lengua le surgen en la lengua que ha- ría menor de hacerlo en castellano que de hacerlo TS: y este sentido de protesta, ¿es comprendido
al estar en catalán queda excluida. Como ves, no bla y que es la suya. Entonces, el problema se en francés? No lo sé. Hay curiosas razones técni- por las otras regiones de España?
se tiene en cuenta el número de discos vendidos, me plantea en otros términos, de cantidad. Si canto cas; el castellano tiene las palabras muy largas, el R: Pues, claro. Te diré, para qué mentir en estas
que eso es distinto. Por ejemplo, mi primer disco en catalán me entiende menos gente, de acuerdo, tipo de música que yo hago es muy agudo, con cosas: creo que hay una cierta parte de los espa-
tuvo más venta que muchos españoles que estaban pero entonces ya entramos en otro terreno, el de monosílabos. No sé si tú has observado la letra ñoles que sí. Entre intelectuales y estudiantes mu-
en el hit-parade. Por el hecho de cantar en cata- las culturas minoritarias. Y si para pasar de una de las canciones: vent, viento; cor, corazón; sotn, cha gente lo comprende, pero si no tienes medios
lán hay una discriminación, evidentemente. cultura minoritaria a otra mayoritaria debo pasar al somos; nit, noche ... son palabras que están siem- de difusión para explicarlo, ¿cómo va a compren-
TS: ¿Dentro de España o internacionalmente? castellano, con un poco más de esfuerzo lo puedo pre en mis canciones. Necesito una sílaba o dos derlo la otra gente? Mucha gente que conozco de
R: Dentro de España. Internacionalmente no. Si hacer el francés, y con un poco más de esfuerzo más para ponerlas en castellano yeso supone dos Madrid, de Andalucía o de otra parte, que llegan a
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mi tierra y creen que la gente habla en catalán por te sientes tan lejos de tu lengua en Madrid como nadie se explica, y está clarísima. Mientras en una forma democrática al dar voto al pueblo. Un
fastidiarles. Su desconocimiento alcanza a veces en París, por ejemplo? Madrid hay, no sé, veintitantos teatros que están señor que quiere cantar en catalán en España,
hasta no saber que existen otras lenguas distintas en R: Hombre, evidentemente, no. El caso de París funcionando (por otra parte, con obras de Paso, pues que cante en catalán; que quiere cantar en
España. No una más, sino tres o cuatro. No llegan no es tan simple. Uno ha leído mucho en francés, y como gran fiesta social de la burguesía o los chino, que cante en chino; que cante como le dé
a enterarse. Claro, les han dado durante toda una ha estudiado mucho; es nuestra segunda cultura de funcionarios madrileños, no nos engañemos, no la gana. Quiero decir que en definitiva esto es
vida un serial de propaganda diciendo: "Unidad de un modo u otro (en mi caso podría ser tercera). creo que sea tan popular como para todo esto), una cuestión puramente de cortesía y de democra-
destino universal, etc.» Cuando aquella gente va No sé, posiblemente he leído, prensa aparte, más en Barcelona hay muy pocos. Por eso el teatro cia. Un señor es libre de expresarse como quiera,
a Cataluña y descubre un mundo cultural distinto, literatura en francés que en castellano. Pero esto en castellano estará siempre en crisis allí. igual que un pintor puede pintar abstracto o pue-
por la ley de la inercia, están en contra, ya de base. ocurre incluso con gente de habla castellana, que de pintar figurativo, un señor puede emplear una
"Si es parte de España, que hablen español», es el ha leído más literatura en francés que en su len- lengua u otra, y si la poesía española en un mo-
razonamiento de ellos. Pero los que dicen que Ca- gua. Por eso, aquí en París no estás más lejos. Insistir en el aislacionismo mento determinado se escribía en gallego, ¿qué
taluña no es España son ellos, porque se puede Sin embargo, aun así no se puede comparar: siem- quiere decir esto? Quiere decir que igual da, es-
ser español hablando catalán. ¿Por qué no? pre estás más cerca de Madrid, evidentemente, TS: Bueno, te voy a plantear un problema un cribir en una lengua o en otra. ¿Qué el idioma
TS: ¿Has visitado otros países donde haya plu- pues se está viviendo bajo un mismo Estado; son poco espinoso: ¿tú no piensas que se podría inten- mayoritario es el español? De acuerdo: pero si pa-
ralidad de lenguas? muchos siglos de una historia más o menos co- tar la ruptura de esta barrera lingüística que separa samos a cuestiones de cantidad, el problema es
R: Estuve en Bélgica, pero la situación es com- mún y todo esto tiene que influir. En definitiva te a Cataluña del resto de España? mucho más complicado y más en una situación
pletamente distinta allí. entiendes mucho mejor con la gente nacida en la R: Yo lo he intentado siempre, desde el primer como la que vivimos actualmente en el mundo, una
TS: ¿Sí?, ¿qué diferencia ves? Península Ibérica que con la gente nacida fuera. momento. No me he negado a cantar en Madrid situación, digamos, de cierta uniformación, o cierta
R: El flamenco no está negado oficialmente como Ahora bien: como atractivo cultural, por ejemplo, jamás. Y si no he cantado en castellano ha sido, universalización de la temática de los artistas. Un
lengua. Lo que hay allí es un intento de asimila- yo podría pasarme sin Madrid. Mi carrera artística, primero, por la situación en que estamos los ca- señor en Nueva York canta o escribe sobre una
ción del flamenco al francés, lo que es muy dis- para llamarla de algún modo, igual que la de un talanes, como ya te he dicho; y, segundo, porque serie de problemas que a mí, viviendo en Játiva,
tinto; allá están los carteles en las dos lenguas, pintor como Miró o un Tapies, puede pasar direc- si cantas en castellano ya estás dentro del tiglado. me interesan, o un señor de Suecia escribe 'sobre
allá los diputados en la Cámara son bilingües, tamente de Barcelona a París o a Nueva York. Ya te has pasado a otra cultura. Pero nuestra cul- una serie de problemas que le pueden interesar a
etc., etc. Además, los flamencos tienen prensa, tie- Cualquier individuo catalán tiene a Barcelona como tura está necesitada de ser reconocida como tal, otro que habita en París o en el quinto infierno.
nen radio, tienen televisión; como situación es to- plataforma y de Barcelona puede salir a donde sea; ¿no? Cuando todavía hay prensa que dice que Puestos a estas cuestiones, claro, terminamos en
talmente distinta. es lo que llaman un catalán universal, lo que a el catalán es un dialecto, y "no me hable Vd. en una unidad internacional. Si vamos hacia esa uni-
TS: ¿Es ése el tipo de solución que te parece que mí me hace mucha gracia: o sea, es posible en- dialecto» etc., el hecho de que un señor que canta dad habrá una lengua común en la que se enten-
algún día podría aplicarse a España? trar dentro de la corriente universal de cultura en el Olympia haya cantado en catalán resulta im- derán los burócratas, ya sea el inglés u otra len-
R: Mira, creo que más tarde o más temprano no desde Barcelona sin necesidad de pasar por Ma- portante para nosotros. Es muy importante porque gua que crearán especialmente, y habrá las len-
habrá más remedio, porque el catalán no es una drid. Cosa que por ejemplo, para un andaluz o para esto abre. Mucha gente que no leerá jamás un libro guas nacionales distintas, las cuales tendrán su
lengua muerta; es una lengua viva. Es decir, la un señor nacido en Sevilla o en Avlla, si no pasa sobre lo que pasa en Cataluña, al escuchar una cultura propia. Esto lo explica Gramsci muy bien.
gente vive, la gente está ahí, la gente habla ca- por Madrid, difícilmente llega a París o Nueva York. canción dirá: "Hombre, y este tío que canta bien Creo que no es un problema si se mira desde un
talán y no lo habla por mortificar a otros, es por- TS: ¿Y no puede ese señor nacido en Avila o en ¿por qué lo hace en catalán?» Y se planteará un punto de vista democrático. Desde luego habrá
que lo ha hablado siempre, como otra gente habla Sevilla pasar también por Barcelona? problema que a lo mejor no se hubiera imaginado artistas catalanes que seguramente se asimilarán
otra lengua. El problema de la lengua, progresiva- R: Sí, en el caso de la pintura, sí. En el caso de en toda su perra vida. al castellano por sus propias razones, porque les
mente, por su- propio peso, incluso dentro de un la lengua es mucho más difícil, naturalmente. Hay TS: O sea que tú consideras que la mejor ma- parecerá mejor o porque se sentirán más a gusto.
estado más o menos totalitario, se solucionará; no que decir que al mismo tiempo que en Barcelona nera de combatir ese aislacionismo es, por el mo- o no; pero también puede haber en igualdad de
podrán, es que ya no pueden. En 1944 estaba pro- ocurren los sucesos de una gran ciudad con la mento por lo menos, insistir en ese mismo aisla- condiciones gente castellana que escriba en cata-
hibido bailar la sardana y hoy ya no. Hasta el misma fuerza que en Madrid, e incluso oon ma- cionismo. lán. ¿Por qué no? Esto no es problema, mirado
56 no había publicaciones en catalán de cierta yor proyección, esa ciudad tiene una lengua dis- R: Claro, para que se den cuenta de que existe, así, en perspectiva. Cuando se hace un problema
categoria. Actualmente, en los últimos siete u ocho tinta. Así la complejidad cultural española se ve porque el único modo de no solucionar un pro- insoluble y kafkiano es cuando se empieza a decir:
años, en la literatura catalana ha habido un incre- muy clara, ¿entiendes? blema es decir que no existe, y un modo de decir -t. Por qué, si todos somos españoles?», y no sé
mento fabuloso. Nunca se habían pedido tantos TS: O sea que eso crea ya un verdadero aisla- que no existe, en este caso sería cambiar de que más. Ahí ya es kafkiano. Ahí sí que no hay
permisos para editar periódicos en catalán. La miento, porque es mutuo, ya que del mismo modo lengua. Es como decir: tienen ustedes razón, miren, modo de entenderse.
misma radio, antes no decía ni una sola palabra que si tú cantas en catalán no puedes pasar por yo me he asimilado. Tienen ustedes razón, es una
en catalán y actualmente en Barcelona de cuando Madrid, un castellano no puede pasar por Bar- cuestión de tiempo, a la larga nos asimilaremos
en cuando se les escapa alguna. Si el pueblo está celona si canta sólo en español. todos, no vale la pena ni que hablemos de esto. ¿ y el esoeñoi americano?
hablando catalán, es inevitable. Mira, tú lees un R: No tengo necesidad de pasar por Madrid Cosa que es mentira, porque si después de siglos
periódico en Barcelona escrito en castellano y si como un señor español que hace teatro no tiene y siglos de prohibiciones y de dificultades, todavía TS: Oye: y sobre estos problemas lingüísticos,
no estás al tanto de lo que ocurre, muchas veces necesidad de pasar por Barcelona, porque hace el está ahí el catalán, es que el cliché mental de que son reflejos de problemas más vastos, ¿no
no sabes ni lo que dice porque incluso la cons- teatro en castellano y, claro, el teatro en castella- España es muy distinto a la realidad concreta, y crees que se puede tomar una perspectiva a par-
trucción gramatical del castellano resulta catalana. no en Barcelona ya sabes quién lo verá: los fun- de lo que hay que partir es siempre de un análisis tir del español de América, por ejemplo?
Porque es de gente que ha estado hablando toda su cionarios y un poco de gente más que están más de la realidad. El problema está ahí. R: Sí, de acuerdo totalmente, pero nosotros es-
vida catalán y en el momento de escribir tiene que o menos interesados, pero no caerás jamás en el TS: ¿No te parece que esta situación lingüística tamos como un francés con el español de América:
hacerlo en castellano. público en general. Y como el teatro en catalán no es reflejo de una situación social más general? no es la lengua la que nos une.
TS: Dime una cosa, ¿cuando sales de tu Játiva, lo dejan hacer, hay una crisis en Barcelona que R.' Sí, yo creo que todo esto se solucionaría en TS: Bernard Shaw decía que los ingleses y norte-
36 RAIMON UN ARTE POPULAR Y MINORITARIO 37

americanos eran un solo pueblo separado por el mismo movimiento de que tú hablabas, de univer- espíritu de la Academia: «Fija, limpia y da esplen- Bergman y Pound, por ejemplo
idioma. salización, que se está producíendo ahora. De tal dor», que es como un detergente, ¿no? Quiero
R: Quizás sea cierto. Lo que te digo es que con manera que los encuentros, que se producen cada decir: el espíritu de detergente es lo que tiene la R: Creo que tendrá una repercusión clarísima,
un español de América, evidentemente, uno habla vez más, entre las personas, como entre los paí- Academia. Matar todo lo que tiene vida, evidente- aunque concretamente el problema nuestro, de la
español, y también tendríamos que discutirlo, lo de ses, sitúan este problema en un terreno muy con- mente. Mira el caso de una palabra como fútbol, gente de una lengua que no es mayoritaria, es
que uno habla español, porque, claro, si vamos a creto, no puramente teórico. Porque, por ejemplo, que hasta hace poco se decía balón-pié solamente siempre el problema de toda cultura minoritaria:
Argentina y el señor de Buenos Aires te habla con las facilidades de comunicación de todo gé- en el diccionario. Esto ya hace reír, ¿no? Y que el problema de Suecia, de Noruega, de Dinamarca,
como normalmente él habla, tú no lo entiendes. nero, a través de congresos internacionales (que ahora también se puede decir fútbol. ¿Qué quiere de Holanda, de Yugoeslavia, de muchas de las
Yo, con mi castellano, o un señor de Madrid con son síntoma de un internacionalismo vago que decir la Academia con que ahora ya se puede de- repúblicas de la U. R. S. S. Para nosotros, el hecho
su castellano no lo entiende, y esto con el tiempo está en todas partes), todo esto hace que hasta en cir, cuando todo el mundo estaba diciendo fútbol? de hablar una lengua minoritaria nos limita en
creará lenguas distintas. Igual que pasó con el el interior de América Latina el problema es ahora y si seguimos con otras palabras, lo de film, ahora cuanto a difusión, pero en definitiva tampoco pue-
latín. Toda Europa hablaba el latín en un momento vivido cotidianamente. Es decir, hoy en día la ven- ya escriben filme, y entonces para ellos eso es des hablar otra. No sé cómo explicártelo; el pro-
determinado y después se hicieron las lenguas na- ta de discos, la exportación de películas... un gran logro. blema es dificilísimo en su aspecto concreto. Claro,
cionales; igual puede ocurrir allá, ¿por qué no? R: En la televisión española las películas, como TS: Claro, pero esto precisamente indica que cuando canto en catalán yo sé que me limito a
y todo lo que era el castellano en un momento, son norteamericanas, están dobladas en mexi- hasta la Academia es sensible a los ataques del siete u ocho millones que me entienden bien: los
llegue con la evolución del tiempo a formar len- cano. y muchas veces la gente no se entera de lo tiempo. otros, gracias a que canto, pues habrá una inten-
guas nacionales distintas. Podría ser muy bien. que están diciendo. R: Sí, sí, pero sólo en cuanto la palabra empieza sidad, una vibración, como cuando oyes una can-
TS: Sí, claro, ese es el proceso natural, pero TS: Tampoco se enteran en el Río de la Plata. a ser empleada por la gente por todas partes. ción de algo que no entiendes, pero que te coge
los procesos naturales a menudo pueden detenerse. Ese es justamente el terreno donde yo quería po- Entonces no tiene más remedio la Academia que ya sólo por el clima de la canción. En cuanto a la
R: Pueden ser detenidos por una reacción en nerte la pregunta. Esto sucede mucho en el interior ponerla en el Diccionario, porque, vamos, la in- escritura, para el escritor es un problema enorme,
contra, por una voluntad humana, evidentemente. de América Latina y empieza ya a suceder en fluencia de la Academia sobre la lengua viva es porque ocurre muchísimas veces que una lengua
Si las fuerzas dirigentes de los distintos países España, como lo demuestra el ejemplo de las absolutamente nula. La única cosa en que influye minoritaria, que por lo que sea ha evolucionado
de América española quieren conservar esa lengua, películas. todavía es en la ortografía; en lo demás, nada. más o está a mayor altura en cuanto a creación
harán todo lo posible para que no deje de ser el R: Sí, sí, sí, y sucederá cada vez más. Quiero TS: Por eso te digo que, del mismo modo, tal artística que otra mayoritaria, por el hecho de ser
castellano que ha sido siempre. Pero frente a las decir, hoy como fuerza de proyección es mucho vez ese señor de Valladolid, muy seguro de sí minoritaria es menos conocida, se traduce menos,
academias generalmente la vida impone una serie mayor la de América Latina que la de España mismo, casi tan seguro como un académico, tam- etc., etc., y un escritor que ha estado escribíendo
de vocabularios y una serie de cosas, que hacen (dicen que son 33 millones en España, pero en bién poco a poco puede acabar por tambalearse durante años y es un gran escritor, sólo al cabo
muy difícil cumplir aquellos propósitos, y cuando América Latina son bastantes más); como al mismo en su seguridad, como la Academia se tambalea. de ciento cincuenta años se le reconoce porque
se vive separados y con vidas nacionales distin- tiempo la riqueza económica es mucho mayor allá; R: Yo creo que sí, evidentemente, que el hecho alguien lo ha descubierto por casualidad. Y en
tas, no hay cómo detener el cambio. La lengua es como en definitiva pesa más en la humanidad Amé- de que el español les venga de fuera les abrirá cambio resulta que un señor de su casa al mismo
un reflejo de la forma de vida. Esto es evidente. rica Latina que España, te encuentras que el ex- un poco el asunto y verán que todo es relativo, tiempo se asimiló a una cultura mayoritaria y bebió
TS: Sí, pero yo quería plantear dos puntos de tranjero que aprende español, aprende sudamerica- toda cuestión de la lengua es relativa. O se que- de ella y se tradujo su obra y entonces se le dio
vista en el terreno en que estábamos: por un lado, no generalmente, y te encuentras que el inglés que dan con su español, y entonces se separan de la a conocer. Este es otro problema de los países
recuerdo una frase de un escritor latinoamericano aprende español te lo habla con acento de Mé- rama del español conocido en el mundo como tal, minoritarios. El caso de lngmar Bergman en el
que me decía que con el Modernismo (es decir xico o de la Argentina; no te habla español con y quedan como una provincia, o se asimilan de un cine es clarísimo: para Bergman sería mucho más
cuando América Latina entra en el escenario lite- acento de Valladolid. Entonces se está quedando modo u otro al español del que ellos fueron los fácil hacer cine en inglés, por razones de mercado
rario y prácticamente pasa al primer plano) los provinciano el español de España, y se está ha- creadores, lo cual no quiere decir absolutamente simplemente. Lo hace en sueco y sólo se impone
escritores latinoamericanos habían convertido al es- ciendo universal el español de América. Este pro- nada, porque también la Grecia clásica creó todo por su imagen y por su calidad. Porque míralo lu-
pañol de España en un dialecto. ceso está clarísimo. un espíritu y la Roma latina creó todo un espíritu char con los subtítulos y todas estas cosas de las
R: Sí, esto es muy posible, pero, claro, todo esto TS: En este nivel lingüístico en que estamos y actualmente si hubieran quedado esas civiliza- que no tendría ninguna necesidad si fueran en
ocurre (no nos engañemos) en un dominio lite- examinando las cosas, suponiendo que se refle- ciones serían sucursales de otra civilización. Roma inglés sus películas. Lo daban en todo el mundo
rario. jan las unas a las otras, ¿no piensas que esto hoy, por ejemplo. Si hubiera quedado un grupo que de habla inglesa en versión original y sín ningún
TS: Sí, por ahora. puede, un dia u otro, abrir la conciencia de los hablase latín, sería una sucursal de Italia. subtítulo. Pero ahora se reduce en cierto modo a
R: Por ahora, porque, claro, lo que pasa con que hablan castellano? Es decir, hacerles tomar TS: Lo que quiero decir es que, puesto que ser entendido perfectamente nada más que en Sue-
el Martín Fierro es totalmente distinto. Nadie ne- conciencia de la relatividad de su posición. estos fenómenos lingüísticos reflejan fenómenos cia.
gará que es una de las grandes obras de la lite- R: [Ah], bueno, sí: yo creo que esto puede in- sociales y culturales más generales, eso significa TS: Sí, pero me parece que estamos tocando
ratura universal, y que está escrita en una lengua fluir, pero depende de la mentalidad de cada uno, que esa misma toma de conciencia puede reper- un problema que ya se generaliza por otro lado,
que deja mucho que desear en cuanto al español. porque te llegas a encontrar con unas mentalida- cutir en lo cultural. Por ejemplo, tengo la impre- que es el problema de la poesía en sí misma.
Pero todo esto ocurre ahora en un círculo minori- des tan cerradas que su castellano de Valladolid sión de que en algún momento reciente, España Es decir que en este mundo que se tecnifica y
tario, a un nivel de artistas, y más como está ce- es más fuerte y más puro y más bonito que todos tomó quizá un poco conciencia de que no era el donde los lenguajes cambian, donde se están in-
rrada la literatura, que se la leen los literatos más los castellanos del mundo, y entonces puedes ve- paladín de la hispanidad, sino que podía tal vez ventando lenguajes cada vez más abstractos y uni-
o menos. nirles con argumentos, que aquel tío, nada, aunque tener la duda de estar en algún aspecto a la zaga versales, el poeta se va quedando un poco a la
TS: Sí, pero yo creo que no sólo ocurre en un le vengan 15 mil norteamericanos y 20 mil fran- de otros países, Eso me parece que podría tener zaga por esa esclavitud que tiene con respecto
nivel de artistas. Es un nivel que todavía es de ceses hablando un español sudamericano, y venga una repercusión muy importante para la actitud a un lenguaje que no puede tecnificarse tanto
élltes, minoritario, pero no exclusivamente de ar- toda América Latina a hablarle a él, él se creerá dentro de la misma España ante los fenómenos como otros.
tistas, y además que tiende a ensancharse por este depositario de la lengua. Pero esto es un poco el culturales. R: Evidentemente, y además que se tecnifica el
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lenguaje en tanto hablamos de cosas que nos res- muy de moda hablar de la necesidad de que de- pasaban dos pisos ya hablaban otra lengua. Nos la que emplean en América Latina una lengua dis-
balan de un modo u otro, pero en cuanto llega- saparezca la poesía), pero por otro lado, resulta ocurre incluso dentro de nuestra lengua. Con un tinta, nos une todo lo otro, menos la lengua.
mos a nuestra primera visión del mundo, que nos que es la única que se mantiene fiel a ciertas grupo de amigos tenemos una especie de argot TS: Pero en cierto modo también al castellano
es dada en una lengua particular o en otra, cuando cosas esenciales. que si su evolución siguiese, sin conectarnos con le une con América todo menos la lengua.
llegamos a tocar, no sé si puedo decir lo más pro- R: Yo no creo que debe desaparecer la poesía,
los demás, probablemente llegaríamos a hablar una R: Pero ellos tienen el espejismo, que nosotros
fundo de nosotros mismos, aquello que tenemos no. Lo que posiblemente se necesita es una poesía lengua dístinta. Es el proceso de diferenciación no tenemos, de que hablan la misma lengua. Quie-
en común con los otros, tenemos que emplear nueva. de todas las lenguas: los grupos básicos de convi- ro decir, nosotros no tenemos el espejismo de que
nuestra primera lengua, nuestras primeras visiones, vencia. un señor de la Argentina habla nuestra lengua. Es
TS: Yo decía necesidad pero no en el sentido
toda la influencia de nuestros primeros paisajes. TS: Claro, yeso mismo se encuentra reflejado tan claro y tan evidente. Mientras que un señor
de las necesidades, sino más bien en el sentido
Todas estas cosas están siempre en la base de seguramente en tus canciones. de Madrid puede creer que un señor de Buenos
de lo inevitable.
un poeta, evidentemente, y es muy difícil. Mira, yo Aires habla la misma lengua, hasta que llegue a
R: Sí, pero creo que no, que lo que se producirá
conozco muy pocos poetas en esta situación. Es- la Argentina y no entienda nada. Entonces a par-
posiblemente es una poesía nueva. Esto Pound lo
critores de prosa todavía puedes encontrarlos asi- El espejismo metropolitano tir de ahí se pondrá como problema que esa len-
íntentó metiendo en su ínglés palabras en proven-
milados de una lengua a otra, pero el poeta gene- gua sí es la misma, aunque es distinta. Mientras
zal, hasta en alemán, italiano, etc. Sin embargo,
ralmente va a su lengua de infancia, a sus primeras TS: Hablábamos al principio de esas coinciden- que nosotros los catalanes, ya sabemos que es
hizo un tipo de poesía que sólo es comprendida
visiones, porque la palabra para él tiene al mismo cias que se producen en diferentes países de Euro- una lengua distinta. Entonces nos interesa Amé-
cuando se habla bien inglés, porque entonces el
tiempo otra resonancia que no es sólo su signi- pa y de América con el nacimiento de este tipo rica Latina, evidentemente, por otra serie de ra-
provenzal tiene su fuerza dentro del contexto in-
ficado concreto. El lenguaje no es el diccionario; de canción popular, y entonces ¿no te parece signi- zones, porque catalanes también han sido muchos
glés. Pero para un señor como yo, por ejemplo,
el diccionario nos sirve como guía. Para escribirlo ficativo que precisamente sea en una lengua muy los que han emigrado allá, hay una corriente de
ese provenzal no tiene la fuerza que tiene para un
bien tienes que vivirlo. regional, muy claramente regional, como la catala- relaciones culturales, etc., etc. O sea que si te
señor inglés, porque como el provenzal es pare-
TS: Este es el problema eterno de la íntraductí- na, donde se produce ese fenómeno universal, encuentras con latinoamericanos en Francia o en
cido al catalán, me parece lo más familiar de
bilidad de la poesía, del que siempre se ha sabido. mientras que en una lengua más universal como Estados Unidos, siempre estás mucho más cerca
Pound, mientras que para otros es lo más enreve-
Sin embargo, en el romanticismo todavía se era es el castellano no parece haberse producido to- de ellos por el hecho de que al ser latinoamerica-
sado, lo más difícil, lo más extraño. Mientras las
muy consciente del problema; había un contrape- davía? nos te hablan español, y aunque sabes que esa
nacionalidades existan, y mucho después de que
so que era el ínterés romántico, precísamente por R: Es que sí te fijas bien, la mayoria de las no es tu lengua, estás ya mucho más cerca de él.
las nacionalidades no existan, habrá una forma de
la particularidad y por la espontaneidad. Ahora en canciones de este tipo se ha producido en una Eso sí, no tienes el espejismo de creer que están
poesía en lenguas distintas. Por mucho que el
esta sociedad que se tecnifica, en que se va per- lengua regional. La única diferencia que hay es hablando tu misma lengua.
poeta intente resumir, no se resume más cuando
diendo esa visión romántica, ese interés por la que mi lengua regional es distinta de la lengua ma- TS: Sí, veo que el problema es muy interesante,
no se profundiza...
particularidad y la espontaneidad, aunque finjamos yoritaria. Pero Bob Dylan canta en un dialecto y porque por un lado sí parece haber una mayor
que no, pero se va perdiendo, la situación del TS: Claro, pero en Pound aparece claramente con toda su fonética de Nebraska o de donde sea. distancia, no una distancia voluntaria, sino una dis-
poeta se hace un poco angustiosa. el problema, porque ve uno que la suya es el proto- Los negros, el inglés que cantan no es el de Oxford, tancia natural; pero entonces se hace muy intere-
R: Si, sí, cada vez más. Pero fíjate, al mismo tipo de la poesía minoritaria cuando precisamente... ni siquiera el de Bastan. O sea que cuando la sante entrar a ver cómo se produce esa relación. Es
tiempo que existe cierta uniformización en todos R: Cuando intenta ser más universal que nadie. cosa ha sido viva siempre ha habido la lengua decir, por ejemplo, tengo la impresión de que de
nuestros modos de vida, yo creo que no se pier- TS: Claro. Pero no pasa lo mismo con ese tipo digamos más elemental, más al nivel de las pala- una manera o de otra, a veces muy equivocada,
den las particularidades tan aprisa como parecería de expresiones mayoritarias como el cine, incluso bras elementales. Yo, en mi caso, he hecho siem- un castellano siempre siente que América Latina,
viviendo en una gran ciudad. el de Bergman que tú citas, porque ese cine lo pre un esfuerzo para mantener ese nivel de lengua digamos, es suya.
TS: Sí, claro, no se pierden pero se quedan a ve todo el mundo. La poesía de Pound, en cambio, elemental para ser entendidos por mis todos. Con R: Sí, sí, pero si es un poco más culto, siente
la zaga. la lee muy poca gente porque es muy difícil. lo de mis todos quiero decir los de mi calle de que está más ligado a ella, a veces incluso que
R: Sí, pero aun así se notan. Por ejemplo yo ayer R: Ya es difícil aun para el seficr inglés. O sea Játiva. O sea, quiero ser entendido por todo el que a Europa, aunque sabe que España pertenece a
pasaba por tres países: Francia, Bélgíca y Alema- lo que necesíta el lector de Pound es un nível cul- es de Játiva, no por las camarillas literarias que Europa y no a América. Sin embargo, es posible
nia, Fronteras dos kilómetros antes y dos kilóme- tural como el suyo, una asimilación de distintas pueden creer que de cualquier modo que yo hable, que a un catalán no se le produzca de una manera
tros después: no hay cambio. Pero si hablas con culturas que eso sí que no ocurre todos los días. en francés, italiano, o en castellano, o en un ca- natural, de una manera inconsciente, ese nexo:
la gente ya notas el cambio. Porque la gente viaja, pero ya ves, esos catorce talán literario, me entenderían, aunque mi madre que se sienta más cerca de EUropa, por ejemplo,
TS: Claro, ese es el problema precísamente. míllones de turístas que van a España, ¿qué hacen? no sabría lo que digo. que de América Latina por el hecho de no tener
R: Es decir que en definitiva si no hablas con Dancing y sol. Y al mismo tiempo no salen de su TS: Es decir, que la poesía busca la universali- ese nexo lingüístico. Para el catalán, si quieres,
la gente, si no te interesa cómo viven, si pasas grupo. Es difícil que la gente se comunique más. dad por un camino muy diferente del que aparece para mi, hay una visión más realista de las vincula-
a vuelo de pájaro, todo es igual. Montañas, ríos. Tienen su vida normal cotidiana que, en la estructu- a primera vista en nuestra civilización moderna. ciones con América Latina porque está interesado
nada de esto cambia de un lado a otro de la fron- ra en que vivimos, los aisla cada vez más. Los Bueno, pero el otro problema que aparecía en por las razones que te he explicado. Ahora bien,
tera. Pero si quieres profundizar, ver cómo vive urbanistas hablan de que una ciudad de más nuestra discusión sobre el español de América y no cae en el espejismo de sentirse metrópoli de
esa gente, cómo entiende el mundo, compruebas de 20.000 personas es una aberración, porque no del que quería yo hablarte es totalmente distinto. nadie. Está más a la par. El intelectual en Madrid,
que hay visiones distintas, matices, formas de com- se llega uno a conocer, porque crea la soledad Ya lo hemos mencionado de pasada: es la dis- de un modo u otro, se cree tener una cierta su-
portamiento, reflejos distintos frente a unas mis- del hombre, y una serie de problemas de inestabi- tancia que pueden sentir las personas que hablan perioridad frente al intelectual latinoamericano, que
mas preguntas. lidad, de frustraciones, etc., etc. Nuestra condición catalán con respecto a América Latina. En un mo- sin embargo está muy influido por Estados Uni-
TS: Sí, claro, y esa es quizás la doble cara de la humana impone en cierto modo la Torre de Babel. mento dado tú decías que no te interesaba o que dos y por los países europeos. Mientras que un
poesía en nuestro tiempo, que por un lado es una La verdadera Torre de Babel, supongo que no sería a los catalanes no les interesaba ese problema. intelectual catalán no puede sentirse metropolita.-
especie de forma arcaica de expresión (ahora está ningún castigo de Dios, sino que en cuanto se R: No es que no nos interesara, sino que al ser no. Esto creo que es un hecho bastante concreto.
40 RAIMON UN ARTE POPULAR Y MINORITARIO 41

La juventud, ¿pero cuál? como tú, pero concretamente en Cataluña, y el pú- da le gustan simultáneamente Shakespeare y Ber- tengo que estar pendiente del vocabulario oficial,
blico por ejemplo de Bob Dylan, o llevándolo más nard Shaw, o le gustan simultáneamente los Bea- cosa que a Bob Dylan o a un cantante francés
TS:: Para cambiar un poco de tema, ¿podrías lejos, de los Beatles, ¿no ves diferencias claras? tles y Raimón. Sin embargo eso no iguala a Sha- cualquiera le da igual. Por ejemplo, Léo Ferré
hablarme de esa juventud que es tu público prin- R: Lo que pasa muchas veces es que a lo mejor kespeare con Bernard Shaw, ni a los Beatles con tiene canciones en que se mete claramente con el
cipal? Ahora que acabas de efectuar varios viajes al mismo público le gustan los dos: dividir los Raimón. Sr. De Gaulle. Y aquel otro señor que imita a
por diferentes países de Europa, ¿ves tú diferencia públicos es, para mí, un modo de hacer esquemas R: iAh, no! ni mucho menos. De Gaulle tenía llenazo en el cabaret. Esto es im-
entre la juventud catalana, la juventud española que generalmente no se adaptan nunca de! todo TS: Ni siquiera en la perspectiva de esa persona; pensable en mi país. Todo esto, la libertad de
y la juventud europea en general? a la realidad. Es decir, a un señor que le gustan es decir, a esa persona no le gustan por los expresión, el poder decir lo que uno quiere, tiene
R: Es que no creo en la palabra juventud, de los Beatles le puedo gustar yo también. A mí me mismos motivos ni le gustan de la misma manera. que influir sobre la canción. Por eso, es posible
base. Creo que toda la juventud está muy claramen- gustan los Beatles. Ahora, yo veo, por ejemplo, que hay un tipo de que un señor al cual le están cortando continua-
te marcada por su extracción social. Que es dis- TS: Sí, sí, claro... canción que tú haces y que se puede dar perfec- mente su libertad de expresión sea más maduro
tinta según sus condiciones de vida, y que lo R: Aunque en definitiva posiblemente no soy un tamente en Cataluña. Pero ¿tú piensas que el otro desde el punto de vista de lo que quiere decir,
único que caracteriza a la juventud, de un modo ge- típico representante de su público. La cosa no es tipo, el tipo de canción de los Beatles y todo eso, que uno que tiene toda libertad. Aquel debe buscar
neral, es que tiene una visión del futuro mucho fácil de aclarar porque la crítica ha creado, con tendría en Cataluña la misma aceptación? más para que pase. Creo que esto tiene una in-
más clara que el hombre que pasa de los cin- sus clichés, la imagen de un público un poco típico R: En Barcelona concretamente, sí. fluencia bastante clara: tener libertad de expresión,
cuenta. Quiero decir, que ve que él empieza, mien- también. Se ha hablado siempre de un público TS: ¿En Barcelona, sí? una libertad de expresión que hay incluso en los
tras que el otro señor está sentado ya en la so- concreto y no del otro. El fenómeno es muy difícil, ñ: Sí, porque tiene también clima de ciudad in- países del Este, donde posiblemente no podrás
ciedad. Esto de base en casi todas las juventu- muy complejo, y yo creo que caben todos los pú- dustrial y de grande ville moderna. Se dan allí cantar en público, pero que para los amigos, y a
des que se puedan ver por ahí. Después, como blicos: un señor no está siempre por un solo formas de vida económicas muy similares a las de lo mejor en disco, lo puedes hacer. Es cierto que
tú sabes, el comportamiento de un joven de ex- cantante o por un solo pintor o por un solo es- Londres o de Nueva York. Si tú vas a Barcelona hay toda una serie de mecanismos de censura
tracción social burguesa y de uno de extracción critor. Muchas veces un mismo señor es capaz de y la ves un poco con ojos ingleses, no estás en incluso en Francia. Aquí una canción como la
social proletaria es bastante distinto. Se ha inten- ser aficionado, o de gustarle, o de querer, o de España; pese a las corridas de toros y a pesar de Potemkine, de Jean Ferrat, no la dejarán pasar
tado estudiar a la juventud como si fuese una amar pintores totalmente distintos, incluso opues- de todo lo que te puedas imaginar de típico, en la televisión, pero circula en discos y se canta
clase social, cosa que es falsa. La rebelión de tos; escritores incluso opuestos o cantantes in- no te es tan extraña como forma de vida. Los en todas partes. Además hay siempre el derecho
cierto tipo de juventud de que se habla tanto en cluso opuestos. barceloneses son gente que se levanta temprano, al pataleo, que es lo que nosotros no tenemos.
los diarios y revistas es el caso de una juventud TS: Yo planteaba la pregunta, precisamente, por- que trabaja mucho, que se acuesta temprano y Aquí se prohibe la película sobre La Religiosa, de
burguesa que se rebela a través de camisas de que pensaba que buena parte de tu público es que hace sus week-ends, que viaja. Para entrar Dideret, y toda la prensa habla de que se ha pro-
flores y de cabellos largos y de pantalones estre- público de los Beatles o puede serlo -sí que lo es en Barcelona los domingos necesitas un mínimo de hibido. A nosotros se nos prohiben continuamente
chos y de cosas de esas; una rebelión que en ¿no?- y claramente es también público de Bob cinco horas: a veinte kilómetros de Barcelona ya películas y películas y la prensa no dice abso-
definitiva demuestra que se trata de un tipo de Dylan, o de Joan Baez, con las diferencias que te empiezan a desviar de todas las carreteras po- lutamente nada. Aquí la gente se entera de que
juventud de una extracción social determinada que imponen, claro, los límites de las lenguas. Parte sibles, porque no puedes entrar. Y para salir un eso está prohibido y entonces tiene interés en co-
sólo se rebela contra sus padres por una serie de de tu público es virtual público de ellos. Sin em- sábado por la tarde o el viernes por la noche nocerlo: ¿por qué diablos lo han prohibido? Lo
motivos que yo no acabo de ver. Es curioso que bargo, creo que hay por lo menos otra parte de tienes los mismos problemas. En cuanto hace un cual provoca que se «desprohlba» de un modo u
en la juventud del proletariado encuentras un ma- tu público que no busca lo mismo ... poco de buen tiempo, la gente abandona la ciudad, otro, o que, prohibido, la gente llegue a conocerlo.
yor nexo familiar; no una rebelión, sino una com- R: iAh! esto es evidente: las razones por las como aquí en París o como en Londres. Son for- Aquí se tiene en cuenta a la opinión pública, porque
prensión de que aquellos señores mayores han cuales a un señor le gusta una obra de Shakespeare mas de vida aquellas que en definitiva, no están se está viviendo en una situación más o menos
estado trabajando toda su vida por ellos. Este ma- son distintas en cada caso. En un libro sobre Sha- tan lejos. democrática. Esta diferencia es, creo yo, esencial.
tiz es muy claro. Pero lo que sí es clarísimo tam- kespeare, Jan Kott explicaba esto un poco: decía TS: Sin embargo, el tipo de canción que tú ha-
bién es que hay detrás de todo esto un fenómeno que hay gente que con el vestuario tiene bastante; ces, por lo menos una parte de ella, es más clara-
de prensa. Siempre tendrá mucho más lugar y que hay gente que se queda en el puro melodrama mente de protesta, y más claramente consciente El "problema» catalán
muchas más páginas la juventud que rompa cinco de personajes que se están matando, y hay gente incluso que las de Bob Dylan o Joan Baez.
sillas y cuatro faroles que no el joven que se que va allá y ve la lucha de la máquina del poder R: Bueno, esto ya es producto de haber vivido TS: Pero de todas formas a ti te parece que
queda estudiando y ni se preocupa de lo que sea, contra la libertad humana. O sea, diversos esca- 27 años sin haber votado nunca. Barcelona, esencialmente, es una ciudad europea,
o que está trabajando y por eso no tiene tiempo de lones de comprensión de la misma obra y por TS: Sí, pero esto ya cambia un poco el pano- es decir que las diferencias no son tan grandes.
romper sillas y cosas de esas. Es un tipo de in- los cuales la gente reacciona de distinto modo. rama... R: Creo que sí, como formas de vida, como
formación sensacionalista la que crea estas apa- Yo creo que esto es un problema del artista en R: Muchísimo. Mira, Bob Dylan puede decir lo modo de existencia. O sea, no está uno lejos de
riencias de rebelión. No sé... yo soy más famoso definitiva; quiero decir, si el artista cuaja resulta que quiera sin ningún problema. Todo lo más que lo que se vive en Europa cuando se vive en Bar-
si me fusilan que si no me fusilan. Esto es evidente. que se encuentran muchos significados en su le harán es no pasarle una canción por la televisión, celona, evidentemente. Se está mucho más lejos
TS: Lo que quería preguntar, y dejando aparte obra, y tantos significados como públicos... po- o no pasarle una canción concretamente por la de Valencia, por ejemplo; o incluso de Madrid,
el valor personal de cada artista, hablando ahora sibles. radio, pero eso es todo. Mientras que yo tengo que que es una ciudad donde reside el gobierno, y
sólo del público, por ejemplo entre el público del presentar antes las canciones a la censura, lo cual esto se nota también. En Madrid son muchos años
tipo de cantante, ¿o cómo te autodenominas tú? ya te limita antes de que hagas la canción, porque de residencia del gobierno, lo cual crea unas for-
¿cantante? Barcelona, la europea tú si haces una canción es para que la escuche la mas de vida, una especie de trampolín. Hay mu-
R: No, yo no, yo no me autodenomino, yo doy gente. Una canción sólo para mí mismo, yo no chos ministerios en Madrid yeso da un tono a la
grititos, y hala. TS: Sí: pero además, por otro lado, supongamos la hago. Hasta ahora no he llegado a esas mas- ciudad, incluso si ahora hay cierto tonoindustriaJ.
TS: Bueno, de gritador: entre el tipo de gritador (muy artificialmente) que a una persona determina- turbaciones mentales. Entonces, cuando escribo De todos modos Madrid mantiene sobre todo un
~~+tA:t~
43
42 i '1 b RAIMON UN ARTE POPULAR Y MINORITARIO

aire burocrático. Te lo encuentras incluso en las unas formas de vida flamenca no hay grandes dife- depende del artista. Si el artista busca la mayoría,
Una mala «tmpostezione»
relaciones personales. En Barcelona un señor de rencias. Las habrá de mentalidad: hay flamencos no está seguro de que la conseguirá, y que cam-
izquierda no vive generalmente en una casa donde que son más católicos, más rígidos, menos rígidos, TS: Bueno, qué te parece si, para terminar, por- bie de técnica o de forma de expresión, o de
tiene una puerta de servicio. En Madrid, sí. Pero es pero es otro tinglado ya. Son claramente formas re- que ya se alarga un poco esta conversación, nos modo de hacer sus cosas por esa mayoría, si lo
porque allí las casas están siempre hechas con gionales distintas, mientras que Cataluña tiene los remontamos a unas cosas más generales, y ha- consigue, estupendo, si lo intenta, fabuloso, pero
puertas de servicio. Porque mientras la arquitec- ingredientes necesarios para formar una naciona- blamos, por ejemplo, de poesía. Tú que eres un que no crea que esa es la panacea, que el simple
tura de Barcelona es más o menos privada, en lidad dentro de un estado multinacional, como se universitario Y al mismo tiempo has tomado un hecho de pensar en la mayoría le va a dar cali-
Madrid es casi siempre oficial. Cuando en Ma- da el caso en la URSS. Cataluña tiene la lengua, modo de expresión sencillo y asequible y popular dad artística.
drid se construye algo, sabes que está el gobierno tiene su historia, tiene formas de vida, tiene cultura, (en un sentido muy vago de la palabra popular), TS: Ni se la va a quitar tampoco.
detrás pagando o quitando, mientras que en Bar- todas estas cosas. Su caso es distinto al de los fla- ¿cómo ves esta manera de expresión tuya con R: Ni se la va a quitar; no depende de esto.
celona se puede construir sin el gobierno. Esto mencos, como problema. Bueno, no sé, en realidad relación a la poesía moderna muy elaborada que Creo que en el momento de la creación artística
influye mucho en las relaciones, evidentemente. no lo conozco bien; además los flamencos tienen lo decisivo es una necesidad de expresión o de
existe por otra parte?
TS: y además eso también hace una gran di- todo lo que los catalanes no tienen, es decir, me- R: Yo concretamente no estoy en contra. Ahora comunicación con los otros. Es claro que los otros
ferencia entre Cataluña, concretamente, y todo el dios de difusión de su lengua, escuelas, universi- bien, tampoco estoy por. A mí me interesa la poe- pueden ser dos o pueden ser medio, véte a saber,
resto de España. dad, prensa. sía moderna y además en definitiva creo que todo o puede ser todo un país, o puede ser todo un
.R: Creo que sí, que se diferencia bastante. Lo TS: Sin embargo, aún hay a veces problemas. es una cuestión de realización. Si la poesía está momento, y a lo mejor es mucho más represen-
que se llama el problema catalán y todas estas R: Claro: los de ellos son problemas de encua- bien hecha, por muy difícil que sea un día u otro tativo un señor que pasa por minoritario en un
cosas, creo que viene dado no sólo por la lengua dre, es decir, los problemas fronterizos de siem- llega al público, y si no llega directamente llega a determinado momento, que un señor que ha pasa-
(que si hubiera sido sólo por la lengua a la larga pre: si un pueblo determinado es flamenco o es través de otros. Pero yo no pondría nunca límites do por mayoritario. Y en defínitiva es un tinglado
se hubiera asimilado de un modo o de otro), sino belga o es walón. El caso de Bruselas, que está a nadie, absolutamente jamás: que cada cual em- de calidad. Cuando se intente estudiar la poesía
porque hay distintas formas de vida. Ya en el si- dentro de la zona flamenca, pero que al ser la plee las formas estéticas que crea convenientes. inglesa del siglo XX, se tendrá que pasar por la
glo XVIII hay una revolución en Cataluña, y no en capital tiene que ser francesa: entonces los fla- Si de esa manera toca menos gente, ya sabe sus piedra de toque que es Ellot, por muy minoritario
el resto de España. Esto Pierre Vilar lo explica muy mencos protestan porque les quitan Bruselas. Ade- límites. Cada técnica le impone sus límites. que haya sido, por muy Four Quartets que haya
bien en un libro de cuatro tomos: la revolución más los flamencos y los walones tienen una sola TS: Claro, pero ¿no se te ocurriría, como se escrito, que a mí me parecen extraordinarios (es-
industrial se da en Cataluña en el siglo XVIII, gran capital, mientras que Cataluña tendría su Bar- le ocurre a mucha gente, acusarla de encerrarse toy completamente en contra de su pensamiento,
mientras que no se da en el resto de España, por celona y Madrid quedaría como es: quiero decirte en la torre de marfil o de cualquiera de estas eso sí, pero me parecen fabulosos). Entonces re-
tener formas de vida distintas. Y el país vasco tam- con esto que el problema es siempre distinto en sulta que un señor que es minoritario es más im-
cosas?
bién tiene algo de esto. Conozco poco el país cada caso. Este problema no se puede producir R: Ah, eso no. No lo creo y no lo he creído portante que otros señores que eran mayoritarios
vasco, pero por lo que veo Bilbao es una ciudad nunca, porque lo que es torre de marfil hoy posi- en el mismo momento. Todo depende: minoritario
en España, creo yo.
industrial. Todas estas cosas también están in- TS: Bueno, sí, por ahora. blemente dentro de veinte años no lo sea. O lo para qué, mayoritario para qué y cómo. A mí me
fluyendo. Si hubiera sido sólo la lengua creo que R: No, creo que es muy difícil tratar el problema que es hoy poesía del realismo socialista, dentro parece todo esto una mala impostazione, como di-
por motivos políticos Castilla hubiera asimilado a flamenco-walón como el catalán, porque además de unos años tal vez sea torre de marfil tan absoluta cen los italianos: es el resultado de un mal plan-
toda España en un momento determinado, desde está el contrapeso. En España no hay sólo una bi- que no hay dios que lo entienda. Los problemas teamiento entre mayorías y minorías. Yo plantearía
el siglo XV que empieza esa integración (en el polaridad: hay catalanes, vascos, gallegos. En una serán otros, etc., etc. En definitiva, creo que lo siempre la autenticidad y la no autenticidad del
XV, se dice, aunque en realidad es mentira: que se posible España multinacional entraría Portugal tam- que debe buscar todo autor es una autenticidad artista, es decir entre buscar y coincidir con lo
casen Fernando e Isabel no quiere decir más sino bién. ¿Por qué no Portugal? En definitiva porque y una sinceridad y un estar tranquilo con su con- que se busca, o no coincidir y no buscar y estar
que se casan, porque se queda el reino de Valencia es más pobre, [jorobal Una posible España en serio ciencia: que crea él que es verdad lo que está ha- pendiente del oportunismo.
TS: Si, y también se plantea el problema del
con moneda e instituciones distintas, Cataluña con abarcaría toda la Península Ibérica. No sería una ciendo y esté seguro de eso, y que no tema equi-
monedas distintas, se quedan igual que estaban con República Española sino unas Repúblicas Ibéricas. vocarse, como todos. Pero también se equivocan público: incluso en el tipo de arte que tú haces
instituciones diferentes) y llegamos al XVIII (está Creo que la harán un día u otro: el proceso que aquellos señores de cierta literatura proletaria mal pienso que se debe de plantear del mismo modo,
ahí al lado) con Felipe V que es cuando se empie- sigue la vida real es éste. Después la voluntad hu- entendida que nada más hablaban de alpargatas es decir que también allí siguen existiendo las
za a uniformizar todo, y en el siglo XIX todavía te mana, por los intereses de clases y estas cosas, y de cositas de éstas: literatura que por otra parte dos tentaciones del arte mayoritario y del arte mi-
encuentras documentación oficial en catalán, vida lo van impidiendo, lo van retrasando, o lo van no iba al público que ellos querían tocar. Ese pú- noritario.
pública en catalán, etc., y luego llegas al siglo XX: acelerando, no sé. Nunca se sabe. El hecho es blico no leía sus cosas. Entonces esa literatura que- R: Evidentemente. Un cantante, no hablo ya de
en 1931 viene la autonomía de Cataluña, lo cual que los 27 años de paz han acelerado el proble- daba tan minoritaria, tan torre de marfil como la mi caso concreto, sino por ejemplo un cantante
ma de Cataluña. El señor burguesote sentadito otra: simplemente, se leía más o menos, gustaba instalado en una lengua normal, tiene la tentación
tiene también su peso: escuelas, prensa, radio, etc.
Es que Cataluña ya tiene un cuerpo que corres- tranquilo que quería escribir unos versitos a la Ma- siempre de hacer una canción pe, pe, pe, o de
más o menos.
dre de Montserrat y que quería publicarlos para TS: Es muy interesante recordar ahora una cosa hacer una canción con un cierto pensamiento
ponde a una realidad; si no, hubiera sido todo ar-
tificioso y absurdo. satisfacer su vanidad propia y no podía, ese tío que dijiste al principio: que tu arte es en realidad, que sabe que le va a quitar público o que le va
se hacía antifranquista por una pequeñez así. Aho- a quitar un público y dar otro. Juanita Banana la
TS: O sea, que el problema lingüístico viene a aunque pudiera parecer lo contrario, un arte de
ra, en el momento de la verdad pasará, porque inte- minoría y de élite, aunque no sea más que por las tatarea todo el mundo, probablemente desde Sar-
coincidir con una serie de problemas económicos
resa más la tela, interesa más el duro, pero senti- tre, que se le ha metido en la oreja por escuchar-
y políticos. circunstancias exteriores de lengua, de medios de
mentalmente, a ese burgués le sacarás mil pese- la por la calle, para abajo. Mientras que a lo me-
R: Por eso es el problema, si no, no lo sería. difusión. Por lo que resulta que el carácter mino-
jor una canción de Gainsburg o una canelón de
TS: Qué es, por ejemplo, el caso que me conta- tas para pagar la multa de un chaval que han ritario no es esencial.
Ferrat no la conocen tanto. Siempre la difusión
bas de Bélgica, donde no hay ese abismo. detenido. Eso a un señor instalado cómodamente, R: Exactamente. Mira: lo de mayoritario y mino-
está condicionada, no sólo por lo que hacen (en
R' Claro, entre unas formas de vida walonas y oficialmente en su lengua, no se lo sacarás. ritario en cierto modo siempre es accidental y no
44 RAIMON

el caso concreto de los cantantes) sino por la que no lo dice un poeta de modestas ediciones
Cuatro canciones
machaca de la radio y la televisión. En el caso numeradas, sino que Raimón, delante del Olympia,
del poeta está condicionado por una serie de lí- esté pensando en la calidad de su canción mucho
mites de editorial. más que en el número de butacas.
TS: De crítica, de moda... R: Ah, sí, esto es muy importante también. El
RAIMON
R: Un libro de poemas escrito en España en el único modo es el de la calidad, evidentemente. Ya
46 y que no fuera comprometido, a lo mejor se pu- puedes decir lo que quieras. Por ejemplo a mí me 17 ANYS 17 AJ\JOS
blicaba y no lo leía ni dios. Actualmente lo lee preguntaban muchas veces, allá en casa, que si yo Todos los sueños rotos.
Tots els somnis trencats.
muchísima más gente. O sea que también hay una tenía éxito porque cantaba canciones políticas, y Todos los castillos por tierra.
Tots els castells per terra.
serie de vaivenes y tendencias: un tipo de literatu- me parece que no; me parece que es porque las
Tot alió que hem viscut Todo aquello que vivimos
ra gusta más en unos años. O sea que todo esto es canto bien. Si yo fuera un mal cantante, no sal- tan adentro se ha hundido.
tan complicado, que a mí, planteado como pro- tant endins s'ha entosant.
dría a cantar, porque para hacer el ridículo no
blema de mayoría o minoría me parece un poco salgo. Creo que si yo canto el Oiguem no desafina- ¿Qué se ha hecho de los 17 años?
¿Que s'ha tet deis 17 anys?
vago. O se es representativo de algo concreto, do un día, el público que me sigue, que tiene fe ¿Qué se ha hecho de aquellos ojos,
¿Que s'ha tet d'aquells ulls,
o sea, tu poesía traduce una vida real, o no la en mí, me lo perdonará. Dirá: ese día Raimón es- de aquellas manos tan puras?
d'aquelles mans tan pures?
traduce; o crea un tipo de vida más allá de la taba resfriado o malo, o como sea. El segundo día,
vida real que estás viviendo, pero posible y dedu- si lo canto mal, el público ya empezará a inquie- ¿Que s'ha tet, ¿Qu'é se ha hecho,
cida de esa vida real, o está desconectada de esa tarse y a picarle el traste en la butaca; y el tercer qué s'ha teL,? qué se ha hecho...?
realidad. Eso sí, la realidad me parece importante día si también lo canto mal, dirán: que se vaya al (bis) (bis)
y para mí realidad es todo; quiero decir que la diablo, el Raimón, se acabó. Ah no: tengo que decir
realidad engloba tu vida interior personal, la reali- el Oiguem no, pero lo tengo que decir bien dicho. Tant de cel se n'ha enet, Tanto cielo se ha ido,
dad exterior en la cual vives, las dos, no hay por- Por eso escojo la canción y no escojo el panfleto tanta mort al darrera tanta muerte hay detrás
qué eliminar ni una ni otra. No creo que el con- como forma de expresión. Es un problema de ha- de tot coro de todo corazón.
cepto de la realidad sea simplemente hablar de cerlo bien, eso es evidente. O se es artista o se es
Tant de piar, Tanto llanto,
la calle. Tan realidad es tu habitación y tus otra cosa. Yo no estoy proponiendo un problema
tant de piar... tanto llanto ...
problemas personales, que a lo mejor son mucho político: si el problema es político tendré que ha-
(bis) (bis)
más representativos en cuanto tú formas parte de blar bien también el día del mitín, porque si ha-
[Versión de Gabriel Celaya]
los otros seres también. blo pa, pa, no me entenderán. Por eso esta impos-
TS: Eso es interesante que lo digas tú porque, tezione del problema me parece absurda. Cuando
aunque eres universitario, de todas formas es muy se hace una cosa de base, hay que hacerla bien;
frecuente entre los artistas que tocan muy direc- hay que hacerla bien e inteligible, yeso se con-
tamente a un público vasto pensar que esto tiene sigue a través de la calidad. Que después estés en CANC;O DE LES MANS CANC/ON DE LAS MANOS
un valor esencial en el arte. una zona, digamos que toca más gente, porque
De I'home mire Del hombre miro
R: Eso, generalmente, siempre es accidental. los problemas que tú tocas son mayoritarios, o siempre las manos.
Nunca se sabe como se llega a ello. Quiero decir, sempre les manso
son minoritarios en cuanto que es menos gente la
nunca se busca claramente. ¿Haciendo esto lle- que vive ese problema, eso no quiere decir Manos de niño, limpias,
Mans de xiquet, ben netes,
garé a más gente que si hago lo otro? No lo sabes, nada. Porque esa menos gente y ese problema se manos que un dia se harán grandes.
mans de xiquet que es taran grans.
a lo mejor haces lo otro y ganas más gente que pueden extender. Posiblemente llegará el momento Manos que buscan en la noche
Mans que en la nit busquen
haciendo esto. No lo sabes. Para mí siempre es en que ese problema que es hoy minoritario lo eso que nunca encontrarán.
alió que no traben mai.
ese un mal planteamiento de la obra poética o de sienta mañana más gente, incluso puedes sensibili- Manos salvajes del que mata,
Mans deis que maten, brutes;
la obra artística en general. No sé si un pintor zar a esa gente para un problema que no sentía, manos tinas que mandan matar.
mans fines que manen matar.
como Miró sería mucho más conocido si sólo pin- puedes abrirles incluso una ventana. Manos temblorosas, enjutas,
tara cromos. No sería mucho más conocido si TS: Eso es lo importante. Mans tremolases, manos temblorosas,
pintara aquellas cosas pompier que pintaba cierto R: Claro. Creo que siempre hay que ir un po- mans deis amants. manos de los amantes.
arte llamado socialista. Todos aquellos artistas han quitín más allá. Por eso lo minoritario a mí me ha
pasado, nadie habla de ellos, y Miró todavía está parecido siempre que no quiere decir nada concre- De I'home mire Del hombre miro
pintando. En el terreno de la pintura actual, Tapies to. Por más minoritaria que fuera la poesía de sempre les manso siempre las manos.
continúa con lo que la gente llama mal arte abs- Larca, y lo es por una serie de hechos y de ra-
tracto, pues no tiene nada que ver con lo abstrac- zones, resulta que un día se convierte en la poesía Mans dures Manos duras
to y me parece lo más concreto que se puede deis que passen tamo de los que pasan hambre.
más leída en España. El Poeta en Nueva York, la
hacer en pintura, y que es tan minoritario como es Mans tan pures Manos puras
cosa más minoritaria en cuanto a clasificaciones y
la pintura de un Gauguin. Yo creo que plantear el de quan erem intants. de cuando éramos niños.
etiquetas, es muy leído, y se han vendido no sé
problema entre minoría y mayoría siempre es un cuántos ejemplares y todo el mundo lo conoce, DEL HOMBRE MIRO
poco absurdo. DE L'HOME MIRE
y se recitan sus versos. Entonces, ¿en qué queda- SIEMPRE LAS MANOS.
SEMPRE LES MANS.
TS: Sí, yo también lo creo, por supuesto, pero mos? Mayoritario o minoritario no es un termó- [Versión de José Hierro]
lo que pasa es que me parece importante subrayar metro para juzgar una obra.
46 MARV MCCARTHV
D'UN TEMPS, D'UN PAIS DE UN TIEMPO, DE UN PAIS
D'un temps que sera el nostre, De un tíempo que será nuestro,
d'un país que maí no hem tet,
cante les esperances
de un país que no hemos hecho,
canto las esperanzas
El lenguaje del amor
i piare la poca fe. y l/oro la poca fe.
No creguem en les pístoles: No creemos en las pistolas: -Agénciate un pessary (*). -La musitada des- más patético de toda la obra, según decidió la
per a la vide s'ha tet /'home para la vída se ha hecho el hombre, pedida de Dick, mientras la empujaba firmemente clase), porque Dick no la había engañado; era ella
í no per a la mort s'ha tet. no se ha hecho para la muerte. hacia la puerta la mañana siguiente, cayó en los la que se había engañado a sí misma. Ella le miró,
No creguem en la mlsétle, No creemos en la miseria, oídos de Dottie con el efecto de un golpe aplas- tragando saliva; una lágrima apareció en uno de
la mtsérie necessérie. díuen, miseria necesaria, dicen, tante. Confusa, creyó que él le decía: «Aqéncíate sus ojos. -Un anticonceptivo femenino, un diafrag-
de tanta gent. de tanta gente. un pecari», y la visión del grosero mamífero de ma -articuló Dick, con impaciencia-o Te lo dará
la especie porcina que había estudiado en zoolo- alguna doctora. Pregúntale a tu amiga Kay.
O'un temps que ja és un poc nostre, De un tiempo que ya es un poco nuestro,
gía pasó por su aturdida conciencia, como un La luz de la comprensión brilló; su corazón dio
d'un país que ja anem tent, de un país que estamos ya haciendo,
relámpago en una pantalla, seguido por horribles un salto. En una persona como Dick, tintineó su
cante les esperances canto las esperanzas
recuerdos de Kraft-Ebing y de la muchacha que instinto femenino, éste era, seguramente, el lenguaje
í piare la poca fe. y lloro la poca fe.
había albergado una cabra en Vassar. ¿Era ésta del amor. Pero era un error mostrar a un hombre
Lluny som de records inútíls Lejos de recuerdos inútíles una variante, que ella debiera conocer probable- que una se habia sentido insegura, aunque sólo
í de velles pessions, y de víejas pasiones, mente, de los viejos chistes acerca de las soltero- fuera por un segundo. -Sí, Dick -musitó, abriendo
no anírem al darrera no Iremos a la zaga nas? Las lágrimas se agolparon en sus ojos, aunque el tirador de la puerta, mientras dejaba que sus
d'antícs tambors. de antiguos tambores. ella trató de contenerlas. Evidentemente, Dick la ojos expresaran, suavemente, que éste era un mo-
D'un temps que ja és un poc nostre, De un tíempo que ya es un poco nuestro, odiaba por lo que había ocurrido entre ellos por mento hondo y reverente, una suerte de contrato
d'un pais que ja anem tent, de un país que estamos ya haciendo, la noche; algunos hombres eran así, había dicho entre ambos. Felízmente nunca podría él imaginar-
cante les esperances canto las esperanzas Kay, después de abandonarse a sus pasiones: «un se lo que ella había estado pensando acerca del
i piare la poca fe. y lloro la poca fe. gasto de espíritu en un despilfarro de vergüenza». cerdito. La felicidad que irradiaba su cara hizo
Habían compartido un menguado desayuno. que él que él alzara una ceja y frunciera el ceño.-Ya sa-
O'un temps que ja és un poc tiostre, De un tiempo que ya es un poco nuestro, había preparado, sin dejar que ella le ayudara, en
d'un país que ja anem fent. bes que no te amo, Bastan -dijo, advirtiéndola
de un pais que ya estamos haciendo. una parrilla que tenía en el armario de la ropa: -Sí, Dick -replicó ella. - y debes prometerme que
[Versión de José Hierro] huevos revueltos y café y los restos de una rosca no te enamorarás de mí. -Sí, Dick -repitió ella
de la pastelería; ni fruta ni jugo. Mientras comían más débilmente. -Mi mujer dice que soy un hijo
casi no le había dirigido la palabra; le entregó la de perra, pero me acepta como soy. Tendrás que
primera sección del periódico y permaneció senta- cargar con esto. Si así lo quieres, tuyo es. -Lo
N' 4 (NO SE COM) N° 4 (NO SE COMO) do allí, con el café, leyendo las noticas deportivas quiero, Dick -dijo Dottie, con voz débil, pero firme.
No sé cotn, No sé cómo, y los anuncios. Cuando ella trató de darle la sec- Dick se encogió de hombros. -No te creo, Bastan,
peró sempre t'esiimeré pero síempre te amaré. ción de las noticias él se la devolvió con impacien- pero podemos intentarlo -una sonrisa meditabun-
Encara que elites mans Aunque otras manos cia. Sin embargo, hasta este mismo instante da apareció en sus labios.- La mayoría de las
sapíguen d'una pell que jo canee. sepan de una pie! que yo conozco. ella se había estado diciendo que él debía haberse mujeres no me toman en serio, cuando pongo mis
No sé com, No sé cómo, «levantado con el pie izquierdo», como Mamá de- condiciones. Luego se sienten heridas. En lo más
pero sempre t'estimeré. pero siempre te amaré. cía; Papá también estaba enfadado a veces por la recóndito de su mente tienen un plan para que
Encara que els teus lIavis Aunque tus labios mañana. Ahora, no obstante, vio claramente que me enamore de ellas. Ya no me enamoro. -Los
no diguen ja el meu nomo no digan ya mí nombre. no era necesario seguir engañándose: lo había cálidos ojos de Dottie tuvieron un asomo de burla.
Encara que els teus mis Aunque tus hijos perdido. Con su bata, su cabello encrespado y -¿ Y Betty? -Volvió su cabeza hacia la fotografía.
no síguen maí els meus. no sean nunca mis hijos. su cruel sonrisa y burlas amargas, le recordaba -¿Crees que la amo? -Dottie asintió. El se puso
Encara que els teus camins Aunque tus caminos a alguien. A Hamlet -desde luego- apartando muy serio. Te diré -dijo-o Betty me gusta más
són ja camins tan diferents. son ya caminos tan diferentes. de sí a Ofelia: «Vete a un convento.» «Nunca te de lo que me ha gustado cualquier otra mujer.
No sé com, No sé cómo, arné.» Pero ella no podía decír, como Ofelía: «Fui Todavía ardo por ella, si quieres llamar amor a
peto sempre t'estimeré, pero siempre te amaré. la más engañada» (lo que constituía el momento eso. -Dottie bajó los ojos y ladeó la cabeza-o
Encara que l'únice cosa nostra Aunque lo único que tendremos Pero, no deseo cambiar mi vida por causa de ella
sera sempre el nostre frac as. (') Estas páginas forman el capitulo tercero de The Group
será siempre nuestro fracaso. (El grupo), la novela con que Mary McCarthy se mantuvo y así Betty se ha desvanecido. No la culpo; yo
No sé com, No sé cómo, durante un año a la cabeza de los best-sellers norteame- hubiera hecho lo mismo, si fuera de la madera de
pero ja fa molts anys pero hace ya muchos años, ricanos. El libro presenta a un grupo de muchachas que
se gradúan en la Universidad de Vassar, el año 1933. Al Betty. Betty es toda una mujer. Le gusta el dinero,
í encara, encara, encara y aún, aún, aún, mismo tiempo que la autora muestra sus vidas entrecru- el cambio, la aventura, cosas, trajes, posesiones
per a tu faíg avui la caneó. para ti hago hoy esta canción. zadas, traza un agudisimo e implacable panorama de la
-se restregó la fuerte arruga de la barbilla, con
sociedad estadounidense de entonces. Publicada origina-
No sé com, No sé cómo, riamente por Harcourt, Brace and World, de Nueva York, el pulgar, como si estuviera descifrando un rorn-
peró sempre restimeré. pero siempre te estimaré. en 1963, la traducción en español será editada próxima- pecabezas-. Odio las posesiones. Es divertido,
mente por Joaquin Mortiz, de México, con cuya autorización
[Versión de Jesús López Pacheco] y la de la autora se adelanta aquí este capítulo. porque, seguramente, creerás que las odio por lo
MARY MCCARTHY 49
48 EL LENGUAJE DEL AMOR

que implican de estabilidad, ¿no es así? -Oottie los años. Si hubieran estado comprometidos, él po- pequeña agenda de cuero azul y él escribió su mano derecha, cómo localizar la cerviz o delicado
asintió-o Pero me gusta la estabilidad; esto es lo dría ir a visitarla, pero, desde luego, no lo estaban, nombre y el número de teléfono de su patrona, con cuello del útero y cómo estar segura de que se
irritante. -Estaba tenso y excitado; sus manos se y nunca lo estarían; esto era lo que él le estaba un grueso lápiz de dibujo con unos adornos; tenía hallaba cubierta por el redondel. Cuando este pro-
movían nerviosamente mientras hablaba. Súbitamen- diciendo. Con espanto, ahora que le había dicho una letra muy curiosa. -Adiós, Boston -apretó la ceso se hubiera repetido varias veces, a satisfacción
te los ojos de Oottie lo vieron como un adolescente, que la quería bajo sus condiciones, OoUie advirtió barbilla de ella, entre su pulgar e índice y la mo- de la doctora que la estaba contemplando, le enseña-
como los jóvenes y preocupados guardianes de la que ella empezaba a pensarlo mejor: ¿qué ocurri- vió hacia atrás y hacia adelante, de un modo rían a Oottie cómo lavarse, cuánta agua había de
playa, en sus botes vagabundos del Cabo Ann ría si hubiese perdido su virginidad con un hombre ausente-. Recuerda: nada de tonterías; nada de usar, el peso apropiado para la ducha de goma y
que a veces aparecían por la finca para discutir que la atemorizaba, y que por sus mismas palabras enamorarse. Que así sea. cómo mantener firmemente los labios alrededor del
con Madre el futuro. Pero, desde luego, eso era parecía un calavera? Por un momento, Oottie se tubo lubricado, para obtener los mejores resulta-
lo que debía él haber sido antes, cuando era jo- sintió acorralada, pero su educación le había im- A pesar de este acuerdo, el corazón de Oottie ale- dos. Cuando se marchara de la oficina, la enfermera
ven en Marblehead, en medio de la gente veraniega; puesto el principio de que era un signo de mal teaba felizmente, cuando se sentó, tres días más le entregaría un sobre de papel oscuro que conte-
parecía un nadador y podía verlo, acurrucado, en tarde, junto a Kay Petersen, en el despacho de la nía un tubo de vaselina vaginal y una cajita con
comportamiento considerar que podía haber juz-
el bote salvavidas, con una de aquellas chaquetas gado mal a una persona. -No puedo salir contigo doctora. Las acciones hablaban con más fuerza que el anticonceptivo personal de Oottie dentro de ella.
coloradas que llevaban; Mamá decía que aquellos las palabras y fuese lo que fuese lo que Oick dijera, La enfermera le enseñaría cómo cuidar el diafrag-
-dijo él, con mayor gentileza, como si leyera sus
muchachos quedaban marcados para el resto de quedaba siempre el hecho de que él la había man- ma: lavándolo después de haberlo usado, secándo-
pensamientos-o Sólo puedo pedirte que vengas
su vida por la experiencia de haberse mezclado y aquí cuando te halles en la ciudad. La alfombrilla dado aquí, como si fuera para casarse por poderes, lo cuidadosamente, y espolvoreándolo con talco
entremezclado con los veraneantes, pero, sin ser de bienvenida estará en la puerta, no tengo más con el "anillo o diafragma que la doctora proveía». antes de volverlo a poner en la caja.
de su clase. que ofrecerte que mi cama. No voy a teatros ni Con su pelo recién peinado y su cutis brillante
-Me gusta la vida de hombre -dijo-o Un bar. por una loción, tenía un aspecto de aplomo tran- Kay y Hara!d casi se desmayaron cuando escucha-
a fiestas, y, muy raramente, a restaurantes. -Oottie
Vida al aire libre. La pesca y la caza. Me gusta la quilo, el aspecto de una matrona satisfecha, casi ron lo que Oottie había tenido que hacer, a es-
abrió la boca, pero Oick negó con la cabeza. -No
forma de hablar de los hombres, que nunca quie- como Mamá y sus amigas. Su compostura se de- paldas suyas. Fue a verles a su apartamento, lle-
me gustan las señoras que quieren pagar mis gus-
ren llegar a nada, sino entretenerse en rodeos y bía al conocimiento. Kay casi no lo había creído, vándoles un jarrita georgiano de plata para la leche
tos. Lo que gano con los anuncios y los encargos
rodeos. Por eso bebo. París me caía bien... la mu- pero la verdad era que Dottle, ella sola, había vi- como regalo de bodas -el tipico regalo que in-
me basta para mis necesidades: los gastos del
chedumbre de pintores y periodistas y fotógrafos. sitado una oficina de control de natalidad y le ha- dicaría una vieja tía-, y un ramo de peonías
coche, la cuenta del bar, y unos pocos y frugales
Soy un exilado por naturaleza; si tengo unos pocos bían dado el nombre del doctor y un montón de blancas; Kay no pudo menos de disgustarse al
víveres envasados. -Las manos apretadas de Oottie
dólares o francos estoy satisfecho. Nunca pasaré folletos que describían mil procedimientos -tapo- pensar que por el mismo dinero hubieran podido
esbozaron un gesto de compasión y remordimiento;
de ser un pintor de tercera clase, pero puedo di- nes, esponjas, botones, tabas, y anticonceptivos en tener algo simple y moderno de la tienda danesa
había olvidado que él era pobre, por lo que, desde
bujar y hacer una obra decente... una tarea mo- forma de mariposa, dedales, anillos de seda y ros- de Jensen. Luego, cuando Harald se fue a la co-
luego, era tan brusco y áspero en lo que tocaba a
desta. Pero odio los cambios, Boston, y no quiero cas- y las virtudes e inconvenientes de cada uno cina para empezar la cena (almejas desmenuzadas,
seguir viéndola; era su orgullo el que le hacía ha-
cambiar. Por eso soy una especie de devorador de ellos. El nuevo procedimiento, que la oficina de una nueva clase envasada, sobre pan tostado).
blar de aquel modo. -No te preocupes -la tran-
de mujeres. Las mujeres esperan que un asunto recomendó a Oottie tenía el apoyo de la profesión Oottie le contó tranquilamente a Kay, quien quería
quilizó él-o Hay una tía mía en Marblehead que
vaya a más y mejor y, si no ocurre así, piensan médica en todos los Estados Unidos; había sido saber lo que había estado haciendo, que había to-
de vez en cuando me obsequia con un cheque.
que está empeorando. Piensan que si me acuesto descubierto en Holanda por Margaret Sanger y mado a Oick Brown como amante. En boca de
Algún día, si vivo lo bastante, seré su heredero.
con ellas por mucho tiempo, me van a gustar más, ahora. por primera vez, importado masivamente a Oottie, esta frase imperial era simplemente perfecta;
Pero odio las posesiones, Boston, perdóname si
y, si no me gustan más, que me estoy cansando los Estados Unidos, donde nuestras propias indus- Kay tomó inmediatamente nota mental para de-
pienso en ti genéricamente. Odio el impulso de
de ellas. Pero a mí me da igual. Si me gusta la trias podrían copiarlo. Combinaba el máximo de círselo a Harald. Había sucedido todo la noche
adquirir cosas. No tengo interés alguno en esta so-
primera vez, sé que va a seguir gustándome. Ano- protección con el mínimo de inconveniencia, Y po- anterior, o así lo parecía, en la habitación-estudio
ciedad quinética. -Oottie juzgó que había llegado
che me gustaste tú y me seguirás gustando, mien- día ser usado por cualquier mujer de inteligencia de Dlck y hoy mismo, Oottie se había apresurado
el momento de interponer una gentil objeción; pensó
tras quieras venir aquí. Pero no acaricies la idea norma! o superior, siguiendo las instrucciones de a ir a la oficina de control de la natalidad y había
que la tía de Oick no aprobaría en absoluto esta
de que vas a gustarme más. -Una nota truculenta un médico calificado para ello. recogido todos aquellos folletos, que llevaba en
manera de pensar. -Pero Oick -dijo quedamen-
y amenazante apareció en su voz, con las últimas Este artículo, un redondel de goma adaptado a su cartera. Kay no supo qué decir, pero su cara
te-, hay falsas posesiones y existen las auténticas.
palabras; permaneció de pie, mirándola de arriba una espiral, se hacia en diferentes tamaños y lo debió mostrar lo asombrada que estaba. Pensó que
iSi todo el mundo pensara como tú, la raza huma-
abajo, con severidad y empinándose un poco sobre probarían en la vagina de Dottle, para ajuste, co- Oottie debía haberse vuelto loca. Bajo aquella más-
na no hubiera llegado a ningún sito! Todavíavivi-
sus pies enfundados en zapatillas. Oottie manoseó modidad de uso y demás, de la misma manera que cara viril, como la llamaba Harald, Oick Brown es-
ríamos en las cavernas. Qué, ini siquiera la rueda
la borla raída del cinturón de su bata. Muy bien, varios pares de lentes debían probarse para adap- condía una torcida personalidad, era un dipsoma-
se habría inventado! La gente necesita un incentivo,
Oick, -musitó. tar -tos que los ojos necesitaran. La doctora lo in- níaco y un misógino violento, con un enorme com-
aunque no sea un incentivo económico... -Oick se
-Cuando lo tengas todo arreglado, puedes traer sertaría y cuando estuviera segura del tamaño con- plejo de inferioridad debido a lo que le había acon-
rió. -Oebes ser la quincuagésima mujer que me
tus cosas aquí y yo te las guardaré. Dame un tele- veniente, enseñaría a Oottie cómo ponérselo ella tecido con su mujer perteneciente a los altos cír-
ha dicho eso. Hay que dar crédito a la educación
fonazo, después de haber ido al doctor. -El aliento misma, cómo untarlo con vaselina anticonceptiva, culos sociales. Sus motivos eran harto claros; es-
secundaria, por el hecho de que en cuanto una chica
de alcohol de la noche anterior llegó a su cara; ella y hundirlo ligeramente en el centro, cómo agachar- taba usando a Oottie para vengarse de la sociedad
conoce a Oick Brown comienza a hablarle de la
retrocedió un peldaño y ladeó la cabeza. Creía co- se en cuclillas, mantener el diafragma entre el pul- por la herida que ésta había infligido a su ego; Kay
rueda y la palanca. Una vez incluso una prostituta
nocer mejor a Dick, pero ahora, de pronto, su ex- gar y el índice de la mano derecha, mientras se estaba impaciente por escuchar el análisis que
francesa empezó a hablarme sobre el punto de
traña filosofía de la vida le dio una sensación de separaban los labia majara con la izquierda, y Harald haría de la situación, cuando se hallasen
apoyo. -Adiós, Dick -dijo Dottie, rápidamente-.
naufragio. ¿Cómo se acomodaría a él, por ejemplo, cómo colocar el diafragma, de modo que se empla- solos. Pero a pesar de su impaciencia, pidió a
Debo dejarte trabajar. -¿No vas a apuntar mi nú-
durante este verano? No parecía darse cuenta de zara en su lugar, protegiendo la cerviz, y, finalmen- Oottie que se quedara a cenar con ellos, ante la
mero de teléfono? -preguntó él, moviendo su ca-
que ella tendría que ir a Gloucester, como todos te, cómo acompañarlo con el dedo corazón de la estupefacción de Harald, que llegaba con una ban-
beza, con un reproche burlón. Ella le tendió su
50 MARY MCCARTHY EL LENGUAJE DEL AMOR 51

deja de bebidas; cuando Harald se fuera al teatro, diendo el trapo de la cocina-o O, al menos, lo ejercían una saludable influencia si él intentaba la policía. Sin duda porque actuaban furtivamente.
Dottie podría contarle más detalles: -Tuve que pe- suficiente. traicionarla. Un hombre al que se confiaba este El tratar de desprenderse del diafragma y de la
dírselo -se disculpó ante él, en un cuchicheo en Ese fue también el veredicto de Harald. Viajando importante equipo estaba tan sujeto, por así decirlo, jeringa de una mujer, el corpus delicti de un asunto
la cocina. Acercó sus labios a los oídos de él-. en el segundo piso de un autobús de la Quinta afirmó Harald, como un empleado de banco; cuando amoroso, era igual, como dijo Harald, que tratar
Algo horrible ha sucedido y somos los responsa- Avenida, de camino hacia el consultarlo del doc- se descarriaba con otra mujer, precisaría hacerlo de desprenderse de un cadáver. Yo dije que se
bles. Dick Brown la ha seducido. tor, Kay le repitió a Dottie lo que Harald le había con seguridad donde ella vivía o en una habitación podría hacer como los asesinos en las novelas de
No obstante cada vez que contemplaba a Dottie dicho acerca de la «etiqueta del anticonceptivo » , de hotel o incluso en un taxi: en cualquier paraje detectives: depositarlos en la custodia de la Esta-
sentada en la sala de estar, tan serena y convencio- que, como él la explicaba, era como cualquier no consagrado por los solemnes recordatorios. ción Central y después perder el documento acre-
nal con sus perlas y su traje hecho a la medida, otro tipo de etiqueta: un código de modales im- Del mismo modo, una mujer casada daba fe de su ditativo. Kay rió con su risa estrepitosa, pero
con blancos toques y elegante cuello marinero, puesto por las realidades sociales. Debía conside- devoción al confiar su segundo diafragma al cuidado Dottie sintió un escalofrío. Se dio cuenta de que
sorbiendo su cóctel Clover Club en la copa Russel rarse el asunto en términos económicos. Ningún de su amante; sólo una casada de temple harto gro- el problema no sería divertido si les acontecía a
Wright y apartando una servilleta de papel, no po- hombre de honor (y Dick lo era, en opinión de Harald) sero consentiría en usar el mismo diafragma en los ella y Dick; cada vez que consideraba el futuro,
día imaginársela en cama con un hombre. Más obligaría a una muchacha a pagar la factura del casos de su marido y de su amante. Durante el que pensaba en las terribles complicaciones a que
tarde, Harald afirmó que estaba realmente apeti- médico, además del precio del diafragma, de la tiempo en que el amante se hacía cargo del dia- podía llevarles un asunto secreto, casi deseaba
tosa, con su estilo de ardilla, con sus ojos casta- vaselina y del instrumento para lavarse, a menos fragma, como un caballero medieval con la llave renunciar e irse a casa. Y toda la conversación
ños brillando con tranquila alegría y con sus pes- que estuviera decidido a acostarse con ella el del cinturón de castidad de su señora, sabía que de Kay, aunque indudablemente quería hacerle bien,
tañas que aleteaban al mirarle. Lo que él no tenía tiempo suficíente para que ella sacara el rédito ella era fiel. Aunque pudiera estar equivocado. Una parecía calculada para hacerla desistir, dados su
en cuenta era que mucho de ello se debía a los de su inversión. De eso, Dottie podía estar segura. mujer aventurera que Harald describió tenía, según atrevimiento y cinismo imprevistos.
trajes, ya que Dottie, gracias a una madre inteli- El hombre que iniciaba un asunto de poca monta se murmuraba, diafragmas en toda la ciudad, como El resultado, continuó Kay, era que ningún sol-
gente, vestía con perfección: era la única del con- sabía que era mucho más simple comprar los un marinero con una novia en cada puerto, mien- tero que lo considerara bien mandaría una mucha-
tingente de Vassar que no se contentaba con tra- condones por docenas, aunque esto disminuía su tras su marido, un director de escena muy ocu- cha al doctor para agenciarse lo que él le había
jes de lana y bufandas a cuadros, lo que hacía que propio placer; de este modo, no se ataba a la pado, se aseguraba de su fidelidad conyugal con pedido si no pensaba portarse seriamente. Las
aquellas infelices parecieran flacas y avejentadas muchacha. Las clases inferiores, por ejemplo, casi una inspección diaria a la cajíta del gabínete saní- dificultades aparecían sólo, desde luego, con casa-
institutrices que habían salido a dar su paseo do- nunca transferían la carga anticonceptiva a la mu- tario, donde el diafragma del himeneo permanecía das respetables o con buenas muchachas que vi-
minical. Pero, según Harald, su busto generoso, jer; éste era un descubrimiento de la clase media. con su capa de polvos de talco. vían con sus padres o con otras chicas. Había
como lo revelaban las blusas de escote oblicuo, Un trabajador o sentía una indiferencia total por el -¿Harald ha hecho un estudio concienzudo del mujeres de la más baja estofa, divorciadas y secre-
prometía sensualidad. Con toda seguridad algo sig- peligro de la concepción o desconfiaba demasiado problema, no te parece? -comentó Dottie con un tarias indiferentes y empleadas de oficina que
nificaba, y Kay no podía negarlo, que hubiera sido de la muchacha para abandonar tal asunto en sus guiño irónico. -Yo no lo hago tan bien -replicó vivían en sus propios apartamentos, que se equi-
el mismo Dlck, por su propia iniciativa, según pa- manos. seriamente Kay-. Del modo en que habla Harald, paban por sí mismas independientemente y que
recía, quien le hubiera dicho que se fuera y se Esta desconfianza, dijo Harald, que era muy pro- se puede ver todo el problema en términos de conservaban los aparatos de lavarse colgando en
agenciara el diafragma. funda en la naturaleza varonil, hacía que incluso valores de la propiedad. El fetichismo de la pro- la parte interior de las puertas de sus lavabos,
¿Dijo que me consultaras? -repitió Kay, asom- hombres de la clase media y profesionales fueran piedad. Le dije que debería escribir algo para lo que podía ser descubierto por cualquiera que
brada y algo halagada, cuando Harald se marchó muy cautelosos en pedir a una muchacha que bus- Esquire; publican cosas bastante buenas. ¿No quisiera husmear durante los cócteles. Un amigo de
y estaban fregando los platos. Síempre había pen- cara un diafragma; demasiados matrimonios apre- crees que debería hacerlo? -Dottie no supo qué Harald, veterano director de escena, se empeñaba
sado que a Dick ella no le gustaba. La verdad era surados habían producido la costumbre de confíar contestar; la opinión de Harald le parecía a ella siempre en observar el cuarto de baño de una
que, aunque conocía algo sobre los diafragmas, en la palabra de una mujer al asegurar que tenía bastante «desagradable.., por fría y cerebral, aunque muchacha antes de empezar nada con ella: si el
ella misma no tenía. Siempre había usado supo- puesto el anticonceptivo. Luego estaba el problema quizás él supiera de lo que estaba hablando. Era, aparato estaba colgado en la puerta, se podía
sitorios con Harald y le molestaba un poco tener del aparato. La muchacha soltera que vivía con su sin duda, un punto de vista distinto del que sus- apostar nueve contra uno a que ella sería la pri-
que confesar esto a Dottie, que parecía habérsele familia precisaba un sitio para guardar su dia- tentaban los folletos del control de la natalidad. mera en caer.
adelantado tan sorprendentemente después de una fragma y el conjunto para lavarse donde su madre Además, citó Kay, desprenderse del diafragma Bajaron del autobús, en la parte baja de la
sola noche... Envidiaba la decisión de Dottie de di- no tuviera demasiadas posibilidades de encontrarlo y del aparato de lavarse no dejaba de ser un pro- Quinta Avenida; en la piel de Dottle habían apa-
rigirse a la oficina de control de la natalidad; hasta al limpiar los cajones. Esto implicaba que el hom- blema cuando un asunto amoroso se estaba desin- recido aquellas pecas como celdillas o erupciones;
estar casada, ella misma no se hubiera atrevido a bre, a menos que estuviera casado, debía guar- tegrando. ¿Qué debía hacer el hombre con esas signo seguro de que se hallaba nerviosa. Kay se
hacerlo. Dottie quería saber si Kay creía que era dárselos en el cajón de su escritorio o en el cuarto «reliquias higiénicas.. cuando él o la mujer se sentía llena de comprensión. Este era un paso
un buen síntoma aquello, el que Dick se lo pidiera, de baño. La custodia de estos artículos (Harald cansaran? No se podían devolver por correo, como importante para Dottie; ella había tratado de hacerle
y Kay tuvo que admitir que en apariencia lo era; era divertidísimo con su articulación lenta, cuida- cartas de amor o el anillo de prometidos, aunque ver un poco la importancia de este paso, mucho
significaba indudablemente que Dick esperaba dosa y seca) asumía el carácter de una confianza algunos muchachos crueles, según afirmara Harald, más que la pérdida de la virginidad. Para una
acostarse normalmente con ella, si uno tenía eso sagrada. Si su guardián era un hombre delicado lo habían hecho; por otra parte, no podían echarse mujer casada, naturalmente, era distinto; Harald
por bueno. Al analizar sus propias emociones, excluía la visita de otras mujeres al apartamento, al cubo de la basura para que el portero o la había estado inmediatamente de acuerdo en que
Kay advirtió que estaba picada; le molestaba el que pudieran abrir cajones o hurgar en el gabinete patrona los encontraran; tampoco ardían en la chi- sería una buena idea para ella el pedir cita al
pensar que Dottie podía ser mejor que ella en sanitario o incluso sentirse llamadas a usar el apa- menea sin oler espantosamente; y conservarlos médico e ir al mismo tiempo que Dottie para
la cama. Sin embargo, la verdad la obligó a decir rato de lavarse consagrado a «Ella ». para otra mujer, dados nuestros prejuicios burgue- dejar resuelto este problema. A ella y a Harald
a Dottie que si aquello hubiese sido un asunto Con una mujer casada, si el asunto era serio, ses, era algo impensable. El hombre podía llevarlos, les repugnaban los niños y no tenían intención de
ligero, Dick hubiera usado condones (como Harald la situación era la misma: ella compraba un segun- envueltos en papel a los cestos de basura por la tener ninguno; Kay había visto en su propia familia
hizo al principio) o practicado el coitus interrup- do diafragma y un aparato para lavarse, que noche, o podía echarlos al río; pero amigos de cómo los hijos podían arruinar la alegría del
tus. -Debes gustarle, Renfrew -declaró sacu- conservaba en el apartamento de su amante, donde Harald que lo intentaron haban sido detenidos por matrimonio. Su tribu de hermanos y hermanas ha-
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bía conducido a su papá a la pura rutina; si no enfadarse más y más con Dick, Harald nunca la produjo un efecto calmante en las muchachas. dancia de las masas a través de las máquinas. Se
hubiese tenido tantos hijos, podría haber sido un habría expuesto a ella a una prueba tan difícil Kay, reflexionando sobre «el gran bien que la doc- había divertido observando cómo impresionaba a
famoso especialista, en vez de un agotado doctor como ésta. Después de las primeras veces, había tora estaba haciendo", algo que la clase alta de Oottie, que no había imaginado que fuera un pen-
de medicina general con una sola ala en el hospital ido él mismo a la farmacia y le había comprado Salt Lake City decía a menudo de su padre, se sador social tan avanzado, pues él no había dejado
que conmemorara el trabajo que había llevado a supositorios y una ampolla-ducha y Zonite, para sintió avergonzada del modo vidrioso y pedante en entrever aquella zona de sí mismo en sus cartas.
cabo en ortopedia y en sueros para meningitis. que ella no tuviera que enfrentarse con el farma- que había hablado del control de la natalidad en «Como individuos», afirmó, «vosotras tenéis algo
El pobre papá había gozado en grande al poderla céutico. Kay tomó el brazo de Oottie para tranqui- el autobús, aunque sólo había estado citando a que ofrecer a la clase emergente, lo mismo que
mandar hacia el Este, a Vassar; ella era la mayor lizarla mientras cruzaban la calle frente al semá- Harald. «Extended vuestras antenas, muchachas», la vieja Europa tiene todavía algo que ofre-
y la más inteligente, y tenía la impresión de que foro; maldecía el día en que había invitado a Oick era el apotegma favorito del profesor que ella cer a América". La tranquilizó el oírle decir
él quería que ella tuviese, en el ancho mundo a su boda conociéndole como le conocía. Que la había respetado más y Kay, al recordar a los esto, con su brazo enlazado a su talle y Oottie
donde se le hubiera hecho el homenaje que me- misma oficina podía ser asaltada y los archivos de pacientes de su padre que no pagaban, advirtió mirando atónita, porque Kay no quería dejarse ade-
recía, la vida que él hubiese deseado alcanzar. la doctora encontrados y publicados en los perió- con desazón que ella y Oottie eran solamente lantar por la historia pero al mismo tiempo no era
Todavía recibía invitaciones para ir a investigar en dicos, lo que mataría a la familia de Oottie, quien excepciones en la práctica de la doctora. muy partidaria de la idea de igualdad; le gustaba,
los grandes laboratorios del Este, pero decía que probablemente se revolvería y atribuiría la culpa Lo que no podía recordar, a pesar de que y así debía confesarlo, ser superior. Harald, cuando
ahora era ya demasiado viejo para aprender; las a Kay, como desbrozadora de caminos del grupo. Hara!d había estado intentando imprimirlo en ella, estaba de buen humor, como la noche anterior,
arterias cerebrales se estaban endureciendo. Aca- Pensó que estaba haciendo un enorme sacrificio era el hecho de que ella y sus amigas ya no parecía pensar que esto sería incluso posible en la
baba de dar un noble golpe de efecto con un al acompañar hoy a Oottie para apoyarla moral- contaban sino como individuos en la amplia pano- nueva era, pero con ciertas diferencias.
cheque; ella y Harald habían estado casi a punto mente aunque Oottie insistía en el hecho de que rámica de la sociedad americana, tipificada por La noche pasada, le había explicado la tecno-
de llorar al darse cuenta de la cantidad: mucho el control de la natalidad era perfectamente legal aquellas dos mujeres, allí mismo en el despacho cracia a Oottie para mostrarle que nada había que
más que lo que hubieran gastado él y Mamá en y fuera de la duda, gracias a una sentencia de del médico. La noche anterior, después del teatro, temer del futuro, si se manejaba con inteligencia cien-
trenes y hoteles si hubiesen asistido a la boda. los tribunales que permitía que los médicos rece- cuando los tres habían ido a tomar cerveza a un tífica. En una economía de abundancia yacio, que
Era una declaración de fe, dijo Harald. Y ella y taran anticonceptivos para la prevención o la cura bar, Harald le había explicado eso mismo a Dottie, la máquina había hecho ya posible, cada uno ten-
Harald no planeaban traicionar esta fe engendrando de enfermedades. Mientras estaban llamando al des- La transferencia del poder financiero de Thread- dría que trabajar sólo unas horas al día. Era a tra-
niños, cuando Harald tenía que hacerse famoso en pacho de la doctora, Kay no tuvo más remedio needle Street a Wall Street era un acontecimiento vés de este tipo de economía precisamente que su
el teatro. El teatro - i rara coincidencia!- era una que reírse súbitamente al ver la expresión de de la historia mundial comparable a la derrota de clase, la de los artistas y los técnicos, llegaría a la
de las grandes pasiones de Papá; él y Mamá iban Oottie: casi se podía ver a la sufragista señora la Armada española que nos había introducido di- cumbre; el homenaje que hoy rendía la gente al
a ver a todas las compañías que visitaban Salt Pankhurst en sus ojos llenos de resolución. rectamente en la era del capitalismo. Cuando dinero se rendiría en el futuro a los ingenieros y
Lake City y tenían entradas para casi todas las Y desde luego el fervor de Oottie se reflejaba Roosevelt, ahora mismo, había abandonado el pa- creadores de actividades para el ocio. Más ocio
noches cuando venían a Nueva York para atender en los enseres de la oficina de la doctora, que trón oro, había declarado una nueva independencia significaba más tiempo para el arte y la cultura.
congresos médicos. Y nada de revistas; el autor mostraban una suerte de simplicidad militante de Europa anunciando una época nueva y flexible. Dottie quería saber qué les sucedería a los capi-
favorito de Papá, después de Shakespeare, era como el cuartel de una secta misionera. Había La NRA y el águila eran los símbolos de la lle- talistas (su padre se dedicaba a negocios de im-
Bernard Shaw. Harald pensó que sería una buena un simple sofá tapizado, con dos cubiertas asen- gada de una nueva clase al poder. Su clase, la portación) y Kay miró inquisitivamente a Harald. «El
idea que Kay guardara los programas de las obras tadas firmemente en su respaldo; frente a las clase media alta, les dijo a las muchachas, se capital se combinará con el gobierno», dijo Harald.
que valieran la pena para mandárselos a Papá; de paredes color canela había una serie de sillas altas. había terminado política y económicamente; sus «Después de una breve lucha. Eso es lo que esta-
este modo, él se sentiría recordado. El revistero mostraba números de Hygeia, Parents, mejores elementos iban a mezclarse con la clase mos presenciando ahora. El administrador, que es
Papá, como todos los médicos modernos, creía Consumers' Research Bulletin, un número reciente emergente de trabajadores, granjeros y técnicos de sólo un técnico en gran escala, reemplazará al
en el control de la natalidad y estaba en favor de de Natíon y otro atrasado de Harper's. En las los cuales él, como técnico escénico, formaba capitalista en la industria. La propiedad individual
esterilizar a los criminales y a los desajustados. paredes había grabados mostrando arrabales su- parte. Tomad el teatro como ejemplo. En los días está quedando anticuada; los administradores son
Con seguridad aprobaría lo que Kay estaba ha- perpoblados llenos de niños raquíticos y una lito- de Belasco, el director solía ser un rey; hoy, el los que llevan verdaderamente el tlmón.» «Fíjate en
ciendo. Lo que pensara de Oottie era otra cuestión. grafía de una antigua sala de hospital en la cual director dependía en primer lugar de sus ayudan- Robert Mases», agregó Kay. «Está transformando a
La misma Kay se había horrorizado al saber que jóvenes desatendidas, con bebés a su lado, morían tes, que podían constituir un grupo y en segunda Nueva York con sus nuevas y maravillosas auto-
había pedido la cita al médico en su propio nom- de fiebre puerperal, según susurró Dottie, Había instancia, aún más importante, de su electricista, pistas y parques." Y apremió a Oottie para que
bre: «Dorothy Henfrew», ni siquiera «Señora». Como una quietud monacal en la atmósfera, subrayada que podía convertir en éxito o hacer fracasar una fuera a Jones Beach, que era un ejemplo inspira-
si estuviera viviendo en Rusia o Suecia, en vez de por la ausencia de equipo para fumadores y por el obra por el modo en que manejara las luces: de- dor, según ella misma podía sentirlo, de progra-
hacerlo en los viejos Estados Unidos de América. zumbido de un ventilador. Kay y Oottie que habían trás de cada director de renombre, como Jed Harris, mación en gran escala para el ocio. «Todo el mun-
Mucha gente, a la que no le sorprendería el hecho sacado automáticamente los cigarrillos de sus pa- por ejemplo, había un genio de la luminotecnia, do, desde Oyster Bay», añadió, «toma el automó-
de que ella se acostara con Dick (eso le podía quetes, los devolvieron después de mirar la habi, igual que había un genial camarógrafo detrás de vil para ir a nadar allí. Es lo que está de moda,
suceder a cualquiera), la miraría con aprensión si tación. Había dos pacientes más esperando, cada director de cine célebre. Lo mismo en la en vez de nadar en el club». La empresa privada,
pudiera ver lo que estaba haciendo en ese instante. leyendo Hygeia y Consumers' Research Bulletin. radio; eran los ingenieros, los hombres de la sala sugirió Harald, todavía podía dar algún juego si
Lo que uno hiciera en privado, a nadie le concer- Una era una mujer cetrina de unos treinta años, de control, quienes contaban a la hora de la ver- tenía amplitud de visión. Radio City, donde él ha-
nía, [pero esto era prácticamente público! Kay ojeó con un par de guantes de algodón en su falda dad. Un doctor dependía hoy de sus técnicos, de bía trabajado algún tiempo como ayudante del di-
aprensivamente la Quinta Avenida en sus dos direc- y no llevaba anillo de matrimonio, hecho que Oottie los hombres del laboratorio y de la sala de ra- rector de escena, era un ejemplo de programación
ciones, uno nunca podía estar seguro de quién mostró silenciosamente a Kay. La segunda, con yos X. «Son ellos quienes pueden hacer o desha- cívica emprendida por capitalistas
podría estar observándole desde un autobús que gafas sin marco y zapatos gastados, debía ser de cer un diaqnóstico.» Rockefeller. Kay mencionó el Museo de
pasaba o desde un taxi. Había empezado a sentirse mediana edad. La visión de estas dos mujeres, más La noche pasada Kay se había sentido conmovi- derno, al que también había Rockelfellel';
ella misma nerviosa, por cuenta de Oottie, y a bien pobres y la de los cuadros de las paredes da al imaginar el futuro que él predijo, de la abun- Nueva York, yeso lo pensaba slncerarnente,
54 MARY MCCARTHY EL LENGUAJE DEL AMOR 55

experimentando un nuevo Renacimiento, con los ron? Esta era una pregunta en la que Kay nunca rápido que su madre le había enseñado a hacer: y lo pones al horno en un plato de Pyrex. -Parece
nuevos Médicis compitiendo con la propiedad pú- había pensado y Harald no supo qué decir, lo que un tercio de carne de vaca, un tercio de cerdo, y magnífico -dijo Dottie-, pero Papá se moriría.
blica para crear una moderna Florencia. Eso se le puso inmediatamente de peor humor. «Cuí bonos», un tercio de cordero; añadir cebollas cortadas, Harald asintió. Empezó a hablar, con grandes de-
podía ver incluso en Macy's, agregó Harald, donde dijo. «¿A quién le interesa? ¿Eh?», y pidió una echarle una lata de sopa Campbell y ponerlo al talles, sobre el prejuicio que existía en círculos
mercaderes judíos ilustrados, los Straus, estaban nueva ronda de cerveza al camarero. Esto alarmó horno. Luego estaba su chile con carne, hecho con conservadores acerca de la comida envasada; se
adiestrando a un ejército de técnicos de la alta a Kay, que sabía que tenía un ensayo para actores frijoles de lata y de nuevo la sopa de tomate y remontaba, afirmó, a un antiguo miedo al envene-
clase media, como Kay, para convertir a la tienda suplentes a las diez de la mañana. «Tu pregunta es cebollas y media libra de carne picada; se servía namiento que se derivaba de los días en que se
en algo más que un negocio, algo que se acerca- a la vez simple y profunda», continuó dirigiéndose sobre el arroz y había bastante para seis perso- hacían conservas en casa, cuando era común que
ba a un centro cívico o feria permanente, con expo- a Dottie. ,,¿Qué les ocurre a los pobres?» Miró me- nas. Esta receta también provenía de su madre. se echaran a perder. La maquinaria moderna y los
siciones educativas, como el viejo Crystal Palace. lancólicamente frente a sí, como si hubiera un Kay, para no ser eclipsada -dijo, riéndose- ha- procesos industriales, desde luego, habían elimina-
Luego Kay habló de las nuevas viviendas elegantes vacío. «¿Van a la playa grande, limpia y antisép- bía escrito a su madre para que le mandara algu- do todo el peligro de las bacterias y sin embargo
entre las calles Cincuenta y Ochenta, a lo largo del tica del señor Moses que Kay encuentra tan ins- nas recetas familiares, las más baratas: riñones de el prejuicio subsistía, lo que era una verdadera
East River, negras con adornos blancos y blancas piradora y tan llena de civismo? No, queridas mías, cordero hechos con jerez de cocinar y con setas, y lástima, puesto que muchos productos envasados,
persianas venecianas; era todavía otro ejemplo de no van allí; les falta el dinero para el billete de una maravillosa ensalada de gelatina llamada la como las verduras recogidas en su mejor momento
programación inteligente por parte del capital. Las entrada y el coche para transportarse. Esto se con- Diosa Verde, hecha con gelatina de lima, gambas, y algunas de las sopas Campbell, eran mejores
había hecho Vincent Astor. Desde luego, los alqui- vierte en imprescindible para el grupo de Oyster mayonesa y aguacate, que se podía colocar en ta- que lo que podía hacer cualquier cocinero en la
leres eran un poco altos, pero había que fijarse Bay, lleno de condenadas exploradoras y ladronas, zuelas la noche antes de comerlo y después ver- casa. -¿Has probado los nuevos copos de maíz?
en lo que daban: vistas panorámicas del río tan con sus bellas narices empolvadas, que desprecian terse, ya moldeada, en hojas de lechuga. Kay había -preguntó Kay. Dottie dijo que no con la cabeza.
buenas como las tenían las mansiones de Sutton al público.» Kay advirtió que Harald estaba cayendo encontrado un nuevo libro de cocina que tenía una -Debieras decírselo a tu madre. Es como el maíz
Place; a veces un jardín, las persianas venecianas en el Lodazal de la Desesperación (habían acu- sección completa de cacerolas y otra de recetas en grano. Delicioso. Casi como mazorca. Harald
como las viejas celosías, pero modernizadas, y co- ñado esta expresión para sus súbitos y escan- extranjeras -mucho más excitante que el Fannie los descubrió -reflexionó-. ¿Conoce tu madre la
cinas con todos los adelantos de última hora. Cuan- dinavos ataques de depresión), pero se las ingenió Fermer o que el viejo libro de la Escuela Culinaria lechuga iceberg? Es una nueva variedad, muy fres-
do se consideraba que habían sido rincones ofen- para dirigir la conversación hacia cauces más se- de Boston. Los domingos pensaban reunir a sus ca.con maravilloso poder nutritivo. Después de
sivos a la vista, probablemente llenos de miseria guros, incitando a Dottie a hablar acerca de rece- amigos, bien a un desayuno tardío de carne de probarla no querrás volver a ver la vieja lechuga de
y de antihigiénicos lavabos comunitarios, hasta que tas culinarias y cocina en general, uno de sus temas vaca ahilada o de picadillo de buey mezclado con Boston. La llamada lechuga Simpson. -Dottie sus-
el dinero de Astor los arregló. Y otros propietarios favoritos, de tal manera que llegaron a casa y es- maíz, bien a una cena en la que servirían una ca- piró. ¿Se había dado cuenta Kay de que acababa
seguían su ejemplo, convirtiendo viejos bloques de tuvieron a salvo en la cama alrededor de la una y cerola de carne. El problema de la cocina nortea- de condenar la lechuga de Boston, las judías asa-
viviendas miserables en edificios compactos para media. Harald era absolutamente paradójico; de mericana, según decía Harald, era la escasez de das de Boston y el manual culinario de la Escuela
apartamentos de cuatro o cinco pisos, con patios pronto se revolvía y atacaba las cosas en las que imaginación y el terrible miedo al uso de menudi- de Boston?
centrales cubiertos de césped y arbustos y aparo más creía. Mientras se hallaba sentada en el salón llos y ajo. El ponía ajo en todo y tenía fama de A pesar de todo, Dottie intentaría, cuando fuera
tamentos de dos y de tres habitaciones para los de la doctora y examinaba a hurtadillas a los otros buen cocinero. Lo que hacía un plato, decia Kay a su residencia veraniega dar a Mamá algunos de
jóvenes -algunos con chimenea y estanterías em- pacientes, podía fácilmente imaginárselo diciendo era el aderezo. -Fijaos en cómo prepara Harald los consejos de Kay. Tenía a Mamá constantemen-
potradas y todo, con cañerías completamente nue- que ella y Dottie se estaban "aprovechando» de la la carne ahilada. Pone mostaza y queso rallado, te presente desde que regresó al Vassar Club aque-
vas, con cocina y nevera. Una gran cantidad de cruzada del control de la natalidad, cuya auténtica ¿no es así?, y pimienta verde y un huevo; no tiene lla mañana fatal (¿hacía sólo dos días?) y encontró
espacio perdido se eliminaba en estos edificios: meta era limitar las familias de los pobres. Mental- nada que ver con aquella vieja carne ahilada le- un mensaje advirtiéndole que de Gloucester habían
basta de recibidores y de salas de estar, que eran mente, empezó a defenderse. El control de la na- chosa que nos daban en la Universidad. Su risa estado llamando la noche anterior y de nuevo 'a
convenciones inútiles. Harald, explicó Kay, era un talidad, argüía, era para aquellos que sabían cómo feliz llenó el bar. Si Dottie quería aprender debía las nueve de la mañana. El tener que decirle a su
perfecto fanático cuando se tocaba este punto del usarlo y que le daban su justo valor: las clases leer las recetas culinarias del Tribune. -Me en- madre su primera mentira -que había pasado la
espacio desaprovechado. Una casa, pensaba, de- educadas. Lo mismo que aquellos apartamentos re- canta el Tribune -dijo-o Harald me convirtió en noche con Polly, y en el apartamento de la tía de
bía ser una máquina para vivir. Cuando encontra- novados; si la gente pobre iba a vivir en ellos, se lectora suya, puesto que antes me gustaba el Polly- fue una de las cosas duras que jamás ha-
ran un apartamento permanente iban a tenerlo todo arruinarian rápidamente, por falta de educación. Times. -La tipografía del Tribune es infinitamente bía hecho. Todavía le dolía en el alma no poder
empotrado: bibliotecas, mesas de despacho, cómo- superior a la del Times -observó Harald. contarle a Mamá la visita al despacho del control
das, las camas iban a ser colchones y muelles. Los pensamientos de Dottie también recordaban la Qué feliz eres, Kay -dijo Dottie calurosamente de la natalidad y ahora a esta oficina de la doc-
mantenidos por cuatro bajos tacos de madera y noche anterior. Estaba fascinada por el modo en -, al haber encontrado un marido que se interesa tora, todo lo cual hubiera sin duda interesado enor-
pensaban tener una mesa de comedor que se ado- que Kay y Harald tenían planeada la vida entera. por la cocina y que no tiene miedo a la experimen- memente a Mamá, graduada de Vassar y compa-
saría a la pared como una cama Murphy: una sim- Cuando Kay empezara a trabajar en Macy's, en sep- tación. La mayoría de los hombres, como sabes ñera de Lucy Stoners y de otras luchadoras por los
ple madera en forma de tabla de planchar, pero tiembre, Harald haría el desayuno de mañana y muy bien, tienen gustos fijos y horribles. Como derechos de la mujer en su propia promoción. El
más alta.
luego barrería, limpiaría y se iría de compras, para Papá, que no puede oír hablar de platos "hechos», sentimiento cruel de estar ocultando algo la hacía
Pocas veces había sido Kay tan feliz como en que todo estuviera preparado para hacer la cena, excepto las viejas y ricas judías de los sábados. estar más alerta que de ordinario para las peque-
aquel instante, bosquejando estos olanes a Dottie cuando Kay llegara a casa. Ahora mismo Harald le Habia un guiño en sus ojos, pero lo decía con toda ñas noticias interesantes que podría llevar consigo
mientras Harald escuchaba con un'a ceja burlona~ estaba enseñando a cocinar. Sus especialidades su alma y pensaba que Kay era enormemente afor- a Gloucester para compensar: como los menús y
mente levantada, corrigiéndola cuando se equivo- eran los macarrones italianos, que cualquier apren- tunada. Kay se inclinó. -Debieras incitar a tu co- arreglos caseros de Kay y Harald, que divertirían
caba. Fue Dottie la que echó a perder ligeramente diz podría hacer, y aquellas almejas desmenuzadas cinero a que pruebe la nueva manera de preparar grandemente a Mamá. ¿Quizás podría incluso con-
todo aquello preguntando, con tono suave pero -fabulosamente buenas- que comieron la otra no- los frijoles enlatados. Le añades sólo salsa de to- tarle que Kay había ido al cuartel general del con-
firme, qué habia sucedido con la pobre gente que che, y albóndigas cocidas con sal en una sartén mate, mostaza y salsa Worcestershire y lo rocías trol de natalidad y había sido enviada aquí para
vivía antes en aquellas viviendas. ¿Dónde se fue- caliente (sin grasa) y un pastel de carne, fácil y con mucho azúcar tostado, lo cubres con tocino buscar el nuevo aparato?
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-S.eñorita Renfrew -llamó suavemente la enfer- la mesa. -Vaya al cuarto de baño, vacíe completa- decidas. -Esbozó una sonrisita. -No la voy a ne- -Es enormemente sencillo -se excusó-, pero pa-
mera y Dottie empezó a incorporarse. Sus ojos mente la vejiga, quítese la faja y el calzón; no es cesitar más, señorita Brimmer -dijo la doctora, la- rece que no puedo decirlo. -La doctora esperó-.
buscaron los de Kay con una última mirada deses- preciso que se quite la combinación, pero afloje el vándose las manos en el lavabo. La enfermera Quizá pueda ayudarle, Dorothy. Cualquier tipo de
perada, como un estudiante que ha sido llamada al sostén, por favor. salió y Dottie inició su salida tras ella, sintiéndose técnicas -empezó con solemnidad-, que dan pla-
despacho de la directora, y avanzó lentamente ha- A Dottie no le importó el examen de la pelvis, algo ridícula con las medias hasta los tobillos y cer a ambos participantes son completamente permi-
cia la consulta de la doctora, con las rodillas tem- o la inserción del aparato. La dificultad se presen- el sostén caído. -Un momento, Dorothy -dijo la sibles y naturales. No hay prácticas orales o ma-
blando y entrechocando de tal modo que apenas tó cuando estaba aprendiendo a insertar el dia- doctora volviéndose y fijando en ella su mirada nuales falsas al hacer el amor mientras ambos par-
la sostenían. En la mesa de despacho se encontra- fragma por sí misma. Aunque generalmente tenía brillante-. ¿Quiere usted hacer alguna pregunta? ticipantes gocen con ellas. -A Dottie se le puso la
ba una mujer con bata blanca y piel olivácea, con cierta habilidad manual y buenos reflejos, se sintió -Dottie dudó; ahora que el hielo se había roto entre piel de gallina; sabía muy bien lo que la doctora
un gran moño de pelo negro. La doctora era muy súbitamente enervada por el escrutinio de la doc- ellas deseaba contarle a la doctora algo sobre Dick. quería decir y no pudo dejar de considerar con
guapa, y debía tener unos cuarenta años; sus gran- tora y de la enfermera, exploratorios e impersona- Pero para el ojo compasivo de Dottie la doctora, horror si la doctora, como mujer casada, participa-
des ojos brillantes se detuvieron brevemente en les como el guante de goma de la doctora. Cuando con su cara ligeramente arrugada, parecía cansa- ba de lo que predicaba. Toda su naturaleza se echó
Dottie como rayos eléctricos, mientras una mano trataba de doblar el diafragma, la pieza resbala- da. Además, tenía otras pacientes; y afuera estaba hacia atrás. -Gracias, doctora -dijo quedamente,
ancha, con dedos ahusados la invitaba a ocupar diza, totalmente cubierta de vaselina, se soltó y sal- Kay esperándola. ¿Y si la doctora, cuando le oyera cortando la conversación.
una silla. Empezó a tomar el historial médico, como tó por la habitación hasta dar contra el esterilizador. le recomendara que volviera al Vassar Club, em- Con su mano enguantada, cuando se hubo ves-
en una consulta ordinaria; su lápiz escribió con Dottie hubiese querido que se le tragara la tierra. Pe- pacara sus cosas y tomara el tren de las seis y no tido y empolvado, tomó el sobre de papel oscuro
normalidad las respuestas sobre sarampión, tos fe- ro aparentemente eso no era nuevo para la doctora y volviera a ver a Dick? Entonces el diafragma no que le dio la enfermera en la antesala y pagó con
rina, eczema. A pesar de ello Dottie advirtió un en- la enfermera. -Pruébelo de nuevo, Dorothy -dijo serviría para nada y todo lo que había hecho ha- billetes nuevos que sacó de su portamonedas. No
canto cálido y mágico que emanaba de ella y que la doctora con calma, seleccionando otro diafragma bría sido inútil. esperó a Kay. Al otro lado de la calle había una
parecía decirle que no tuviera miedo. Advirtió Dot- de volumen apropiado en el cajón. Y como para dis- -La instrucción médica -dijo amablemente la farmacia, con bolsas de agua caliente en el esca-
ti e, casi con sorpresa, que ambas eran mujeres. La traerla inició una pequeña conferencia sobre la his- doctora, mirando pensativamente a Dottie-, puede parate. Entró y escogió una jeringa. Luego se sentó
feminidad de la doctora era una parte tranquilizante toria del diafragma, mientras observaba los esfuer- a menudo ayudar al paciente a lograr la satisfacción en el cubículo del teléfono y llamó el número de
de su aspecto profesional, como su bata blanca; en zos de Dottie con el rabillo del ojo: cómo los sexual más completa. Las jóvenes que acuden a Dick. Después de mucho tiempo, respondió una
su mano lucía una gran alianza de oro, que le pa- antiguos griegos, judíos y egipcios conocían ya el mí, Dorothy, tienen derecho a esperar las mayores voz. Dick había salido. Esta posibilidad no le ha-
reció a Dottie serena y amplia como la misma doc- uso de un tapón médico, y cómo Margaret Sanger satisfacciones del acto sexual. -Dottie se rascó la bía pasado por la cabeza. Había imaginado, sin
tora. había descubierto el diafragma con sus presentes barbilla. La piel de la parte superior de su pecho pensar siquiera en ello, que él estaría allí, esperán-
-¿Ha tenido alguna vez trato sexual, Dorothy?- características en Holanda, y el modo en que se se llenó de pecas. Lo que deseaba especialmente dola, cuando ella hubiera terminado la misión que
La pregunta pareció emanar tan naturalísimamente había luchado denodadamente aquí a través de los preguntarle era algo que una doctora debía saber, le había encomendado. "Llámame." Ahora anduvo
de la secuencia de operaciones y enfermedades tribunales... Dottie había leído todo esto, pero no sobre todo una doctora casada. Desde luego ni a por la calle Octava hacia Washington Square, donde
previas, que Dottie respondió antes de tener tiempo quiso decírselo a esta mujer oscura y solemne que Kay le había confiado lo que todavía la estaba se sentó en un banco del parque, con los dos pa-
de sofocarse. -Bien -exclamó la doctora y cuan- se movía entre sus instrumentos como una sacer- turbando: ¿qué significaba el hecho de que un hom- quetes al lado. Cuando había estado sentada du-
do Dottie la miró con ansiedad, la doctora le son- dotisa en el templo. Como sabía todo el mundo por bre estuviera haciendo el amor y no besara ni una rante casi una hora, mirando jugar a los niños y
rió de un modo estimulante-. Esto nos facilita el los periódicos, la misma doctora había sido arres- sola vez, ni siquiera en el momento más excitante? oyendo las discusiones de algunos jóvenes judíos,
equiparte -dijo con aire elogioso, como si Dottie tada sólo unos años antes, en una correría contra Esto era algo que no mencionaban los tratados regresó a la farmacia y probó de nuevo el número
hubiera sido una niña buena. Su habilidad asom- una clínica dedicada al control de la natalidad y sexuales, por lo que Dottie sabía de ellos, y acaso de Dick. Todavía no había llegado. Volvió al ban-
braba a Dottie, que permanecía sentada con ojos más tarde había sido puesta en libertad por los era algo demasiado ordinario para que los cientí- co del parque, pero alguien había cogido su sitio.
maravillados, anestesiada por la personalidad de la tribunales. Oírla hablar sobre el tema de la misión ficos lo catalogaron o quizá había alguna expli- Anduvo un poco hasta que encontró otro asiento;
doctora, mientras una serie de preguntas, como que se había impuesto en la vida era un honor, cación natural. Según ella había pensado antes, esta vez, como el banco estaba lleno, puso los pa-
fórceps de!icadamente empuñado, extraían informa- como tocar el manto de un profeta, y Dottie se como la halitosis o al tener anginas. O quizá ha- quetesen su falda. La jeringa, en su caja, era algo
ción que debía hacerle daño, pero que no le hacía sintió impresionada. bía hecho él un voto, como cierta gente que pro- voluminosa y se caía cada vez que se movía o
ninguno. Esta interrogación indolora no revelaba -La práctica privada debe ser agotadora -su- mete no afeitarse o lavarse hasta que cierta cosa que cruzaba las piernas; entonces tenía que incli-
curiosidad alguna sobre el por qué y el quién de la girió con simpatía. Para una persona dinámica que desea haya acontecido. Pero no podía olvidarlo narse para recogerla. Su ropa interior estaba pe-
desfloración de Dottie, como si Dick hubiese sido como la doctora, el hecho de ayudar a muchachas y cuandc se acordaba, sin querer, se sonrojaba por gajosa por los lubricantes que había usado la doc-
tan sólo un instrumento quirúrgico: ¿Había sido como ella misma no debía presentar mucho interés. completo, como le estaba sucediendo ahora mismo. tora, y esta sensación de suciedad le hizo temer
Dottie penetrada completamente? ¿Había sangrado -Hay todavía una gran labor que llevar a cabo - Tenía miedo, en lo más íntimo de sí misma de que que tenía el periodo. Pronto los niños empezaron
mucho? ¿Había sentido mucho dolor? ¿Qué méto- suspiró la doctora, sacando el diafragma con un Dick fuera lo que Papá llamaba un "raro". Y aquí a abandonar el parque; oyó las campanas de la
do anticonceptivo había usado? ¿Había repetido el ademán de asentimiento. Indicó a Dottie que des- estaba la posibilidad de enterarse. Pero no podía iglesia tocando a vísperas. Le hubiera gustado en-
acto? "Se retiró", murmuró la doctora, escribiéndo- cendiera de la mesa-o Hay tantas clientes que no elegir las palabras para preguntarlo en esta clínica trar a rezar, lo hacía a menudo a la hora crepus-
lo en una hoja separada. -Nos gusta saber -ex- quieren usar el diafragma cuando las hemos pre- reluciente. ¿Cómo se podría decir en el lenguaje cular ( y al mismo tiempo a dar un rápido vistazo,
plicó con una sonrisa personal y rápida-, qué mé- parado para ello, o que no quieren usarlo regular- técnico? -¿Si el hombre no se decide al ósculo? sin que nadie la viera, a la parte trasera de la
todos han usado nuestros pacientes antes de venir mente. -La enfermera movió la cabeza tocada de -su hoyuelo se agitó lastimosamente; ni siquiera falda), pero no podía hacerlo, a causa de los pa-
a nosotros. ¿Cuándo tuvo lugar el trato sexual? blanco e hizo un leve cloqueo. - y son precisamen- Kay sería capaz de decir una cosa así-o ¿Hay algo quetes, porque no hubiera sido decente entrar con
-Hace tres noches -dijo Dottie, sonrojándose y te ellas, ¿no, doctora?, quienes necesitan con ma- anormal...? empezó y se quedó mirando a la mujer al- ellos en la iglesia. Tampoco podía decidirse a vol-
sintiendo que ahora, al cabo, iban a abordar lo bio- yor urgencia limitar sus familias. En lo que se re- ver con ellos al Vassar Club; compartía una habi-
ta e impasible sin saber cómo continuar-o Si antes
gráfico. ¿Y la fecha de su último periodo? Dottie la fiere a nuestras pacientes privadas, podemos estar tación con Helena Davlson, que podía preguntarle
del acto sexual... -¿Sí? -la estímuló la doctora.
dio, y la doctora echó una ojeada al calendario de seguras de que nuestras instrucciones serán obe- qué había comprado. Se iba haciendo tarde, eran
Dottie hizo su profundo y escrupuloso carraspeo.
MARY MCCARTHY
OCTAVIO PAZ
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más de las seis, pero había claridad en el parque autobús acerca del «corpus delictl» de una relación
y ahora le parecía que todos se fijaban en ella. amorosa [Oué gran verdad!
La vez siguiente intentó llamar a Dick desde el te-
léfono del Hotel Brevoort, después de pasar por El que Dick no estuviera en casa nada significa-
André Breton
el tocador. Dejó un recado para él: «La señorita ba, se dijo.Podía haber mil razones para ello. Qui-
Renfrew está aguardando en Washington Square, zá había tenido que salir de la ciudad. Sin em- Escribir sobre André Breton con un lenguaje que nuestra culpabilidad fuese congénita. Fue un hom-
en un banco.» Tenía miedo de esperar en el salón bargo, sí significaba algo y ella lo sabía. Era un no sea el de la pasión, es imposible. Además, se- bre de partido sin la menor traza de maniqueísmo.
del hotel, donde alguien podría reconocerla. Al signo. En la oscuridad empezó a llorar y decidió ría indigno. Para él los poderes de la palabra no Para Breton pecar y nacer no fueron sinónimos.
volver a la plaza, sintió haber dejado el mensaje contar cien antes de irse. Había contado cinco eran distintos a los de la pasión y ésta, en su for-
porque después de esto, no se atrevía a molestar veces hasta cien cuando reconoció que era inútil; ma más alta y tensa, no era sino lenguaje en es- El hombre, aún el envilecido por el neocapitalis-
a la patrona llamando de nuevo. Ahora le pareció aunque hubiera recibido su mensaje, él no vendría tado de pureza salvaje: poesía. Breton: el lenguaje mo y el pseudosocialismo de nuestros días, es un
extraño que Dick no la hubiera llamado al Vassar esta noche. Sólo había una cosa que hacer. Espe- de la pasión -la pasión del léríguaje. Toda su ser maravilloso porque, a veces, habla. El lenguaje
Club, para saludarla, durante los dos días y medio rando que no la observaran, deslizó el equipo anti- búsqueda, más que exploración de territorios psí- es la marca, la señal no de su caída sino de su
que había pasado desde que le dejó. Pensó en conceptivo bajo el banco en el que estaba sentada quicos desconocidos, fue la reconquista de un rei- esencial irresponsabilidad. Los hombres, los sis-
llamar allí para ver si tenía algún recado, pero te- y empezó a caminar tan velozmente como le era no perdido: la palabra del principio, el hombre an- temas y las civilizaciones, son culpables: no el
mía abandonar la plaza, por si Dlck llegaba. El posible, sin atraer la atención, hacia la Quinta terior a los hombres y las civilizaciones. El su- lenguaje, no el amor. Por la palabra podemos ac-
parque se iba oscureciendo y los bancos llenán- Avenida. Un taxi que cruzaba la recogió en la rrealismo fue su orden de caballería y su acción ceder al reino perdido y recobrar los antiguos po-
dose de parejas. Fue después de las nueve cuan- esquina y la condujo, llorando quedamente, hasta entera fue una Quete du Graa/. La sorprendente deres. Esos poderes no son nuestros. El inspirado,
do decidió irse porque los hombres habían empe- el Vassar Club. Temprano, la mañana siguiente, evolución del vocablo querer expresa muy bien la el hombre que de verdad habla, no dice nada que
zado a abordarla y un policía la había mirado con antes de que la ciudad se pusiera en movimiento, índole de la búsqueda; querer viene de quaerere sea suyo: por su boca habla el lenguaje. El sue-
curiosidad. Recordó lo que había dicho Kay en el tomó el tren para Boston. (buscar, inquirir) pero en español cambió pronto de ño es propicio a la expresión de la palabra por
,sentido para significar voluntad apasionada, deseo. ser un estado afectivo: su pasividad es actividad del
Querer: búsgueda pasional, amoros~Búsqueda no deseo. El sueño es pasional. Aquí también su opo-
hacia el futuro ni el pasado sino hacia ese centro sición a todas las religiones fue de índole religio-
de convergencia que es, simultáneamente, el ori- sa: el lenguaje, para decirse a sí mismo, aniquila
gen y el fin de los tiempos: el día antes del co- la conciencia. La poesía no. salva al yo del poeta:
mienzo y después del fin. Su escándalo ante «la lo disuelve en la realidad más vasta y poderosa del
infame idea cristiana del pecado» es algo más que habla. El ejercicio de la poesía exige el abandono,
una repulsa de los valores tradicionales de Occi- la renuncia al yo. Quizá sea una lástima que el
dente: es una afirmación de la inocencia original budismo no le haya interesado: esa tradición tam-
del hombre. Esto lo distingue de casi todos sus bién destruye la ilusión del yo, aunque no en bene-
contemporáneos y de los que vinieron después. ficio del lenguaje sino del silencio. (Debo añadir
Para Bataille el erotismo, la muerte y el pecado que ese silencio es palabra callada, palabra que
son signos intercambiables que en sus combina- no cesa de emitir significados desde hace más
ciones repiten, con aterradora monotonía, el mis- de dos mil años.) Recuerdo al budismo porque
mo significado: la nadería del hombre, su irreme- creo que la «escritura automática» es algo así como
diable ab-yección. También para Sartre el hombre un equivalente moderno de la meditación budista;
es el hijo de una maldición, sea ontológica o his- no pienso que sea un método para escribir poe-
tórica, llámese angustia o trabajo asalariado. Ambos mas y tampoco es una receta retórica: es un ejer-
son hijos rebeldes del cristianismo. La estirpe de cicio psíquico, una convocación y una invocación
Breton es otra. Por su vida y su obra no fue tanto destinadas a abrir las esclusas de la corriente ver-
un heredero de Sade y Freud como de Rousseau bal. Las ideas de Breton sobre el lenguaje eran de
y Eckhart. No fue un filósofo, sino un gran poeta orden mágico y, al mismo tiempo, poseían una pe-
y, más aún, en el antiguo sentido de la expresión, netración y una precisión gue me atrevo a lIam~!
un hombre de honor. Su intransigencia ante la científicas. Por una parte, lo concibe como un pod§lr
idea del pecado fue un punto de honra: la pare- autónomo y dotado de energía propia, una suerte
cía que, efectivamente, era una mancha, algo que de magnetismo universal; por la otra, esa sustan-
lesionaba no al ser sino a la dignidad humana. cia erótica es un sistema de analogías, un con-
La creencia en el pecado era incompatible con su junto de signos regidos por la doble ley de la
noción del hombre. Esta convicción, que lo opuso afinidad y 'Ia oposición, la semejanza y la alteri-
con gran violencia a muchas filosofías modernas dad; las palabras son campos de energía, como los
y a todas las religiones, en el fondo también era átOñio's y sus partículas; la atracción y la repulsión
religiosa; quiero decir: fue un acto de fe. Lo más e~tre sílabas y palabras no es distinta a la de los
extraño -debería decir: lo admirable- es que esa astros y los cuerpos. La naturaleza es lenguaje y
fe jamás lo abandonó. Denunció flaquezas, desfa- éste, a su vez, es un doble de aquella. Recobrar
Escultura de Sergio de Camargo llecimientos y traiciones pero nunca pensó que el lenguaje natural es volver a la naturaleza, antes
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de la caída y de la historia: la poesía es el testi- je. Hay otra, tal vez la central: magnetismo. No der el sentido de la palabra amor. Fue un "arte de -el de la pintura propiamente dicha- y abre otro
monio de la inocencia orig4:!al. sólo creía que los hombres estamos regidos por amar", no a la manera trivial del de Ovidio, sino que ya no es «artístlco»: la disolución del arte en
las leyes de la atracción y la repulsión sino que como una iniciación a algo que después la vida y la vida, del lenguaje en el círculo sin salida del
Pijo muchas veces que' el surrealismo era un su persona misma era una encarnación de esas el Oriente me han corroborado: la analogía o, me- juego de palabras, de la razón en su antídoto filo-
movimiento de liberación total, no una escuela poé- fuerzas. Todos los que lo tratamos sentimos el jer dicho, la identidad entre la persona amada y la sófico, la risa. Duchamp disuelve la modernidad con
...ti.l&L A mi juicio esta afirmación tiene su origen en movimiento dual del vértigo: la fascinación y el im- naturaleza. ¿El agua es femenina o la mujer es el mismo gesto con que niega a la tradición. En el
su concepción de la poesía: vio en el surrealismo pulso centrífugo. !;lreton fue uno de los centros de oleaje, río nocturno, playa del alba tatuada por el caso de Breton, además, hay la visión del tiempo,
la vía de reconquista del lenguaje inocente. Para gravedad de nuestra época. La historia de sus pa- viento? Si los hombres somos una metáfora del no como sucesión sino como la presencia constan-
Breton la poesía era creación de realidades por siones y sus amistades es la de la unión y disper- universo, la pareja es la metáfora por excelencia, te, aunque invisible, de un presente inocente. El
la palabra y no únicamente invención verbal. De sión de unos cuantos espíritus que han marcado la el punto de encuentro de todas las fuerzas y la futuro le parecía fascinante por ser el territorio de lo
ahí que su admiración por Apollinaire y otros poe- sensibilidad de este siglo. Prefiero no extenderme semilla de todas las formas. La pareja es, otra vez, inesperado: no lo que será según la razón sino
tas contenga un grano de reticencia. Amaba la no- sobre este punto, harto sabido. Por mi parte, con- tiempo reconquistado, tiempo antes del tiempo. lo que podría ser según la imaginación. La des-
vedad y la sorpresa en arte pero el término inven- fieso que durante mucho tiempo me desveló la Contra viento y marea, he procurado ser fiel a esa trucción del mundo actual permitiría la aparición
ción no era de su gusto; en cambio, en muchos de idea de hacer o decir algo que pudiese provocar revelación; la palabra amor guarda intactos todos del verdadero tiempo, no histórico sino natural, no
sus textos brilla con luz inequívoca el sustantivo su reprobación. Creo que muchos de sus amigos sus poderes sobre sí. O como él dice: "On n'en regido por el progreso sino por el deseo. Tal fue,
revelación. Decir es la actividad más alta: revelar experimentaron algo semejante. Todavía hace unos sera plus jamais quitte avec ces frondaisons de si no me equivoco, su idea de una sociedad co-
lo esconaido, despertar a la enterrada, suscitar la pocos años Buñuel me invitó a ver, en privado, I'age d'or.» Años más tarde conocí a Benjamín munista-libertaria. Nunca pensó que hubiese una
aparición de nuestro doble, crear a ese otro que una de sus películas. Al terminar la exhibición, me Péret, Leonora Carrington, Wolfgang Paalen, Reme- contradicción esencial entre los mitos y las uto-
somos y al que nunca dejamos ser del todo. Re- preguntó: ¿Breton la encontrará dentro de la tra- dios Varo y otros surrealistas que habían buscado pías, la poesía y los programas revolucionarios.
velación es resurrección, exposición, iniciación. Es dición surrealista? Cito a Buñuel no sólo por ser refugio en México durante la segunda guerra mun- Leía a Fourier como podemos leer los Vedas o el
palabra que evoca al rito y a la ceremonia. Excep- un gran artista, sino porque es un hombre de una dial. Vino la paz y volví a ver a Benjamín en París. Popul Vuh y los poemas esquimales le parecían
to como medio de provocación, para injuriar al pú- entereza de carácter y una libertad de espíritu de El me llevó al café de la Place Blanche. Durante profecías revolucionarias. El pasado más antiguo
blico o excitar a la rebelión, Breton detestó los veras excepcionales. Estos sentimientos, comparti- una larga temporada ví a Breton con frecuencia. y el futuro más remoto se unían con naturalidad
espectáculos al aire libre: la fiesta debería cele- dos por todos los que lo frecuentaron, no tienen . Aunque el trato asiduo no siem¡:>re es benéfico para en su espíritu. Del mismo modo: su materialismo
brarse en las catacumbas. Cada una de las exposi- nada que ver con el temor ni con el respeto al el intercambio de ideas y sentimientos, más de una
O no fue un «clentlsrno» vulgar ni su irracionalismo
ciones surrealistas giró en torno a un eje contra- superior (aunque yo creo que, si hay hombres su- . v.ez sentí esa corriente gue une realmente a los in- era odio a la razón.
terlocutores. inclusive si sus p-unto~'lisJ-ª....110
(

dictorio: escándalo y secreto, consagración y pro- periores, Breton fue uno de ellos). Nunca lo ví
fanación. Consagración y conspiración son términos como a un jefe y menos aún como a un Papa, para i?on idénticos. No olvidaré nunca, entre todas esas La decisión de abrazar los términos opuestos
consanguíneos: la revelación es también rebelión. emplear la innoble expresión popularizada por al- conversaciones, una que sostuvimos en el verano -Sade y Rousseau, Novalis y Roussel, Juliette y
El otro, nuestro doble, niega la ilusoria coherencia gunos cerdos. A pesar de mi amistad profunda de 1964, un poco antes de que yo regresase a la Eloísa, Marx y Chateaubriand- aparece constante-
y seguridad de nuestra conciencia, ese pilar de hacia su persona, mis actividades dentro del grupo India. No la recuerdo por ser la última, sino por la mente en sus escritos y en sus actos. Nada más
humo que sostiene nuestras arrogantes construc- surrealista fueron más bien tangenciales. Sin em- atmósfera que la rodeó. No es el momento de rela- alejado de esta actitud que la tolerancia acomoda-
ciones filosóficas y religiosas. Los otros, proleta- bargo, su afecto y su generosidad me confundie- tar ese episodio pero (me lo he prometido) lo con- ticia del escepticismo. En el mundo del pensamiento
rios y esclavos coloniales, mitos primitivos y uto- ron siempre, desde el principio de nuestra relación taré algún día. Para mí fue un encuentro, en el odiaba al eclecticismo y en el del erotismo a la
pías revolucionarias, amenazan con no menor vio- hasta el fin de sus días. Nunca he sabido la razón sentido que daba Breton a esta palabra: predestina- promiscuidad. Lo mejor de su obra, la prosa tanto
lencia las creencias e instituciones de Occidente. de su indulgencia: ¿tal vez por ser yo de México, ción, fatalidad elegida. como la poesía, son las páginas inspiradas por la
A unos y otros, a Fourier y al papúa de Nueva una tierra que amó siempre? Más allá de estas idea de elección y la correlativa de fidelidad
Guinea, Breton les da la mano. Rebelión y revela- consideraciones de orden privado, diré que en mu- ¿El surrealismo pertenece a la "vanguardia ", a esa elección, sea en el arte o en la política, en
ción, lenguaje y pasión, son manifestaciones de chas ocasiones escribo como si sostuviese un diá- como dicen los manuales? Mi primera reacción ante la amistad o en el amor. Esta idea fue el eje de su
una realidad única. El verdadero nombre de esa logo silencioso con Breton: réplica, respuesta, coin- esta pregunta es responder: el surrealismo es la vida y el centro de su concepción del amor único:
realidad también es doble: inocenc;a y maravilla. cidencia, divergencia, homenaje, todo junto. Ahora vanguardia. Pero aparte de que tengo antipatía resplandor de la pasión tallado por la libertad, dia-
El hombre es creador de maravillas, es poeta, por-' mismo experimento esa sensación. Desde que el por ese término militar, tampoco estoy muy seguro mante inalterable. Nuestro tiempo ha liberado al
que es un ser inocente. b.Q.s niños, las mujeres, los cable me anunció su muerte, me obsesiona la idea de que la novedad, el estar en la punta del acon- amor de las cárceles del siglo pasado sólo para
enamorados, los inspirados y aún los locos son la de saber si él y Elisa, su maravillosa compañera, tecimiento, sea la característica esencial del su- convertirlo en un pasatiempo anónimo, un objeto
encarnación de lo maravilloso. Todo lo que -hacen recibieron un pequeño objeto de Rajasthán que Ma- rrealismo. Ni siquiera Dadá tuvo ese culto frenético más de consumo en una sociedad de atareados
es insólito y no lo saben. No saben lo que hacen: rie-José les envió, hace un mes, con una amiga por lo nuevo que postularon, por ejemplo, los futu- consumidores. La visión de Breton es, así, la nega-
son irresponsables, inocentes. Imanes, pararrayos, común. Todo esto, ¿no se llama magnetismo? ristas. Ni Dadá ni el surrealismo adoraron a las ción de casi todo lo que pasa hoy por amor y aún
cables de alta tensión: sus palabras y sus actos máquinas; si las usaron, fue sólo para desviarlas por erotismo (otra palabra manoseada como una
son insensatos y, no obstante, poseen sentido. Son En mi adolescencia, en un período de aislamien- de su función y, si es posible decirlo así, para des- moneda ínfima). A veces estar contra la corriente
los signos dispersos de un lenguaje en perpetuo to y exaltación, leí por casualidad unas páginas naturalizarlas: máquinas improductivas, «élevaqes significa afirmar, simultáneamente, pasado y futuro.
movimiento y que despliega ante nuestros ojos un que, después lo supe, forman el capítulo V de de poussiere», relojes reblandecidos. La máquina Hay ciertos hombres «dont le róle est d'éviter que
abanico de significados contradictorios, resuelto al L'Amour I=ou. En ellas relata su ascensión a: pico como método de crítica del maquinismo y de los périsse ce qui ne doit subsister passagérement que
fin en un sentido único y último. Por ellos y en del Teide, en Tenerife. Ese texto, leído casi al hombres, del progreso y sus bufonerías. ¿Duchamp dans un coin de serré, pour trouver beaucoup plus
ellos el universo nos habla y habla consigo mismo. mismo tiempo que The Marriage of Heaven and es el principio o el fin de la pintura? Con su obra y tard sa place au centre du nouvel ordre, marquant
He repetido algunas de sus palabras: revelación Heff, de Blake, me abrió las puertas de la poesía aún más con su actitud negadora de la obra, Du- ainsi d'une fleur absolument et simplement présen-
y .rebelión, inocencia y maravilla, pasión y lengua- moderna. Además, y sobre todo, me hizo compren- champ cierra un período del arte de Occidente te, parce que vreie, d'une fleur en quelque sorte
LUIS HARS
62 OCTAVIO PAZ

axiale par rapport au temps, qui demain doit se Breton vivió ciertos instantes, vio ciertas eviden-
conjuguer d'autant plus étroitement avec hier qu'il cias que son la negación del tiempo y de lo que
doit rompre d'une maniere plus décisive avec
lul, ..» (Les Vases Comtnutucents.)
llamamos perspectiva normal de la vida. Llamo poé-
ticos a esos instantes aunque son experiencias co-
munes a todos los hombres: la única diferencia es
Gabriel García Márquez
Cada una de las facetas de su espíritu refleja a
las otras. Ese reflejo no es el pasivo del espejo,
no es una repetición sino una réplica. Su obra es
que el poeta los recuerda y trata de reencarnarlos
en palabras, sonidos, colores. Aquel que ha vivido
esos instantes y es capaz de inclinarse sobre su
o la cuerda floja
un haz de luces contrarias, un diálogo de resplan- significación, sabe que el yo no se salva porque Es duro y macizo, pero ágil, con un impresionante todos los males, va revelando una quinta columna
dores. Magnetismo, revelación, sed de inocencia no existe. Sabe también que, como el mismo Bre- mostachón, una nariz de coliflor y los dientes em- con la que, por fin, se incorporará Colombia al pa-
pero, asimismo, desdén. ¿Altanero? Sí, en el sen- ton lo subrayó varias veces, las fronteras entre plomados. Luce una vistosa camisa de «sport» norama literario latinoamericano. A la cabeza está
tido noble del término: ave de altanería, pájaro de sueño y vigilia, vida y muerte, tiempo y presente abierta, pantalones estrechos, y un saco oscuro García Márquez.
la altura. Todas las palabras de esta familia le sin tiempo, son fluídas e indecisas. No sabemos echado sobre los hombros.
convienen. Fue un rebelde, un alzado, un exaltado, qué sea realmente morir, excepto que es el fin del Pátzcuaro es un lago de humores caprichosos si-
su poesía nos exalta y sobre todo y ante todo: dijo yo, el fin de la cárcel. Breton rompió varias veces tuado en las alturas a unos trescientos kilómetros Un virtuoso del naufragio
que el cuerpo de la mujer y el del hombre eran esa cárcel, ensanchó o negó al tiempo y, por un al oeste de la ciudad de México, en el camino que
nuestros únicos altares. Todo hombre nace y mue- instante sin medida, coincidió con el otro tiempo. lleva a Guadalajara. Cuando cae veloz la noche Una vida atribulada que pudo arruinarlo más de
re varias veces. No es la primera vez que Breton Esta experiencia, núcleo de su vida y de su pen- después de un largo día de trabajo entre cámaras una vez ha dejado a García Márquez con el rico
muere. El lo supo mejor que nadie: cada uno de samiento, es invulnerable e intocable: está más y reflectores -está filmando con un grupo expe- tesoro de experiencias personales que forman el
sus libros centrales es la historia de una resurrec- allá del tiempo, más allá de la muerte, más rimental en las calles embarradas de un pueblo núcleo millonario de su obra. Es un hombre que
ción. Sé que ahora es distinto y que no volveremos allá de nosotros. Saberlo me reconcilia con su cercano, donde' arrecian las lIuvias- se pone nos- puede naufragar sin ahogarse. Hace años que vive
a verlo. Esta muerte no es una ilusión. Sin embargo, muerte de ahora y con todo morir. tálgico y pensativo. en México. Volvería a su patria si pudiera -dice
«Inventario de muertos», llama a la literatura de que dejaría todo inmediatamente si lo necesitaran
su país. Y la verdad es que prácticamente desde allí-, pero, por el momento, él y Colombia no tie-
los días de la traumática La Vorágine, de Rivera, nen nada que discutir. Los separan, entre otras
la literatura colombiana ha parecido estar perma- cosas, diferencias políticas de esas que llevan al
nentemente en su último suspiro. La razón podría destierro. Entretanto -si la vida en el exterior
ser esa especie de estancamiento arcaísta que dis- puede ser una cruz, para él también ha significado
tingue a la vida colombiana en todos sus niveles. el éxito- vive como un cauteloso tesorero entre
Colombia es el baluarte del conservadurismo cató- sus joyas nocturnas. Con un puñado de abras a su
lico, el museo del tradicionalismo político y el pu- nombre, nacida cada una de ellas de una pasión
rismo literario. Sus escritores han sido académicos dolorosa, como una perla en una ostra, ha comen-

rnrm y gramáticos. Hubo excepciones, por supuesto, y


de las más honorables, sobre todo en la época ro-
zado a hacerse una sólida reputación en el conti-
nente. Se lanzó con La Hojarasca (1955) y luego,

nuevo
mántica. Todos los escolares de América Latina con un fulgor de luces ocultas, se sucedieron rá-
se han paseado alguna vez con lágrimas en los pidamente El coronel no tiene quien le escriba
ojos por los senderos idílicos de Maria. Han suda- (1961), Los funerales de la Mamá Grande (1962) y
publicará en los próximos números: do con las hipersensibilidades de José Asunción La mala hora (1962). Es
Silva, y se han rascado la cabeza con el modernis- que algunos han
relatos de Francisco Ayala, Gabriel Casaccia, Juan José Hernández, Cristián Huneeus, mo antiséptico de Guillermo Valencia, para no ha-
Eduardo Jonquleres, H. A. Murena, Jorge Musto, Juan Carlos Onetti, Elvira blar de las profecías penumbrales del excéntrico
Orphée, Francisco Pérez Maricevich, Basilia Papastamatíu, Joan Manuel Porfirio Barba Jacob. Pero, en el campo de la nove-
Puig y Augusto Roa Bastos. la, Colombia se ha destacado por producir algunas
de las peores obras del continente. Basta recordar
poemas de Vicente Aleixandre, Cecilia Bustamente, Humberto Díaz Casanueva, César las extravagantes lucubraciones tropicales de Var- No o una camarilla, sino
Fernández Moreno. Octavio Paz y Alejandra Pizarnik. gas Vila, el de la eufemística Flor de Fango, tan una especie de diáspora que se reúne
ensayos de Augusto Arias, José Luis Cano, Edgardo Cozarinsky, Daniel Devoto, Fernando inmensamente populares a comienzos del siglo por raras veces, o nunca, pero se mantiene en comuni-
Díez de Medina, Francisco Fernández Santos, R. Gutiérrez Girardot, Anthony su feliz combinación de exotismo y pornografía. cación perpetua a través de las fronteras naciona-
Más presentable, aunque algo tendenciosa, y des- les, solidaria en sus sentimientos de vanguardia.
Hartley, Herbert Luthy, Julio Mafud, Adolfo de Obieta, José de Onís Eugenio
Pucciarelli, Susan Sontag y Guillermo de Torre. tinada al anacronismo, fue la obra de Tomás Ca- García Márquez, tan autónomo como cualquiera de
rrasquilla, el inventor de la novela costumbrista ellos, habla de su «conciencia de equipo». Todos
en Colombia. Con su realismo escénico nace el están abriendo brechas y acogen al que se les una
HOMENAJE A RUBEN DARlO reflejo condicionado en la literatura colombiana. en la empresa. El talento puede manifestarse en
Lo explota con fines didácticos, ya en pleno natu- cualquier parte hoy en América Latina, y por donde
DEBATE SOBRE EL TERCERISMO EN EL URUGUAY
ralismo, el enérgico J. S. Osorio Lízarazo. Y allí aparezca corre rápidamente la voz. Como los otros
quedan las cosas, hasta que el tiempo, que cura miembros del grupo, García Márquez sabe que lleva
LUIS HARS GARC[A MÁRQUEZ O LA CUERDA FLOJA 65

la bandera del progreso -dice gue la .~xub~giª la prosperidad y quedaron la inercia y la apatía. sino por lo que sugiere. Vive sólo para los ojos giros mensuales, pero ahora lo dejó en la calle,
interiores, que ven más de lo que está a la vista. esperando un cheque que nunca llegó. Pasó un
de la .11C2y!'lª 1.ªHn9..ª[!1!'riSªI}ª ~.~ ªstlJª1f1J.!'nt!'.JEl. Los que podían, se iban. Los otros se fundían. Era
¡ffifca6;~pl.l~~tª . . a~Ja~esteriJidadC;¡eJ.~c~q~y~El.u . .rq~ poco lo que podía alentarlos. No le quedaba a Como todos los lugares míticos, es múltiple: una año anémico sin saber de dónde le vendría el pró-
m~an;~"frañ~é;"::~ .se enorg~II;~e~ d~ sü~ papel.~ Al Macando otra cosa que los viejos feudos, los hé- imagen que se extiende entre largas sombras peri- ximo bocado. Recuerda las puntadas y los calam-
~~~;;;;;;;;;;;:;,:::.~:=~:~;:'.;:;;::;:'7;\:.y ";.,.·F",,,'''';¿.,28Yi~="'-Ú"''''''-<'';''·' ';-''''''':A'>iú0''>''''··';!'0'';'.':'':'';" >" .'.':',," ,','·:'-.::<:.'<";;,: ',':A,',
mismo t1ehíp6;"'~j:JérpetuamenTen:¡ff la duda cartesia- roes inadvertidos, los enconados delirios de féricas. bres que padeció en un roñoso cuartucho de hotel
na, se interroga a diario sobre evidencias de su grandeza, los recuerdos tardíos. Cuando ya cundía Si hay algo un poco insólito en Macando, puede del Barrio Latino, cerca del Panteón. Debía el al-
obra y su existencia personal. Es un hombre es- la desesperación general, hubo un período de ban- ser el hecho de que un hombre que lo dejó tan quiler de todo el año, un total de 123.000 francos
crupuloso, intenso, voluble que hará cualquier cosa dolerismo en que el pueblo fue saqueado, y luego atrás como Garcia Márquez pudo recuperarlo des- antiguos, suma astronómica en esa época. Y tam-
para llegar a la gente, para que lo quieran, como llovieron las pestes y los azotes, las sequías epidé- pués. Era ya un fantasma en 1940 cuando Garcia poco, observa risueño y morboso, se rompía la
dice, hasta escribir libros. Ganarse la amistad y micas y los diluvios. Un programa de «pacificación» Márquez se mudó a Bogotá para estudiar con los cabeza por salir del aprieto. En realidad no lo pa-
el respeto de los que conocen su obra ha sido sólo contribuyó al empantanamiento. Era la depre- jesuítas. Tenía doce años, y se recuerda como un saba tan mal, y a veces hasta se divertía en grande.
para él hacer una virtud de lo que puede haber sión total. ¿La ruina económica? En parte. Pero el niño de ojos brillantes y atónitos. Lo maltrató el Estaba en una de esas situaciones ambiguas que
comenzado como una emergencia. Trabaja en pe- verdadero problema de Macando es la gangrena cambio, que no lo atrajo mucho; tampoco se dejó seducen y espantan a la vez. No sabía por qué
queña escala, a alta presión, mirando hacia aden- moral. Es un pueblo de malas conciencias, renco- impresionar indebidamente por las maravillas de lado agarrar, y además tenía la voluntad paralizada
tro, con toda la intensidad del exiliado que lleva a roso, donde nadie se quiere. El pasado fue ente- la vida ciudadana, y fue un estudiante apático. Sus por el trabajo. Y, cosa extraña, el hotel, viéndole
cuestas por el mundo su casa y hogar. rrado sin ser exorcizado, y ha vuelto como un estudios -la secundaria, y luego un encuentro sudar, se apiadó de él y no trató de cobrar la
Gracias a Garcia Márquez, el lugar más intere- remordimiento para convertirse en una pesadilla algo ignominioso con el derecho en la Universidad cuenta. Dice que la administración le tenía con-
sante de la Colombia actual es un pueblo tropical colectiva. Nadie duerme bien en Macando. Hay una de Bogotá- interrumpieron la fábula personal que fianza porque no salía de su cuarto, y hasta per-
llamado Macando, que no aparece en ningún mapa. atmósfera de desconfianza y recelo, violencia y hos- se venía contando ya desde antes y que después dían clientes por él, a causa del ruido que hacía por
Macando, situado entre dunas y pantanos por un tilidad. Es cierto que desde hace algún tiempo siguió viviendo lo más pronto que pudo. las noches escribiendo a máquina. Por fin, todavía
lado y por el otro la sierra impenetrable, es un nada parece alterar el bochorno si no es la visita Entretanto, habia que ganarse la vida, y se me- con agujeros en los bolsillos, se filtró en un cuarto
pueblito costero tórrido y decadente, como miles espasmódica de algún ruinoso circo o la llegada tió de cabeza en la loteria del periodismo. Al mis- de sirvienta de la rue d'Assas, con sirvienta y todo.
de otros en el corazón del hemisferio, pero también semanal de la lancha del correo. Pero, para quien mo tiempo, para alimentar la corriente, comenzó a El hechizo se rompió en 1956, cuando- con
muy especial, a la vez extraño y conocido, peculiar puede leer las señales, amenaza siempre inminente desvelarse escribiendo cuentos. Leyó mucho a Joy- un alto que hizo en Colombia para casarse con su
y general, instantáneo como un pálpito, eterno como el desastre final. Porque Macando ha desarrollado ce y Kafka y los imitó, «truqueándolos», con resul- novia, Mercedes, que lo esperaba ansiosa desde
la imagen de un paisaje olvidado. Sus líneas visi- un sexto sentido muy fino para percibir los sismos. tados negativos, «malabaristas». Por alli no iba el hacía cuatro años- se mudó a Caracas. Allí, en la
bles llevan a parajes secretos. Es uno de esos lu- Y, como todo el mundo sabe, estos son tiempos camino. Dice que destruiría esos primeros cuentos redacción de Momentos y Élite, terminó otro ca-
gares a los que llega el viajero sin haber dejado su apocalípticos. Hay guerrilleros en el monte. El mé- si los tuviera a mano, pero esperan la posteridad pítulo de su libro secreto Los funerales de la Mamá
casa, seguro de haber terminado el viaje antes de dico del pueblo distribuye volantes clandestinos; el en los archivos de El Espectador, el diario liberal Grande. En 1959, cuando Castro entró en La Haba-
comenzarlo. Macando, más un ambiente que un lu- peluquero, chismoso prototípico, trabaja bajo un car- cuyo suplemento literario fue el primero en publicar na, lo designaron para que abriera la oficina de
gar, está en todas partes y en ninguna. Quienes van tel que dice: «Prohibido hablar de polltlca-: el cura su obra. Justamente uno de estos cuentos le abrió Prensa Latina en Bogotá. Al año siguiente -el año
allá emprenden un viaje interior que hace escala está ciego y sordo; la sastrería es un nido de se- en 1946 las puertas del periodismo. Por varios años del zapato de Jruschov- representó a Prensa La-
en el rostro oculto de un continente. dición. La historia está por atropellar a Macando. estuvo en las filas de El Espectador como redactor tina en la Asamblea General de las Naciones Uni-
Alli nació García Márquez en 1928: en Aracataca, Y se multiplican los presagios. Hace un rato caían y reportero. Sus encargos lo llevaron a los cuatro das. Allí se defendió honradamente un rato. Pero
un caserío microscópico en las postrimerias atlán- pájaros del cielo. Macando, tedioso y doliente, está confines del país. Y por fin un día se sacó el gordo: pronto sus relaciones con Prensa Latina se dete-
ticas de Santa Marta, probablemente muy parecido en vísperas del holocausto. García Márquez, a la en 1954 el diario lo mandó como corresponsal a rioraron, y cuando las cosas se iban al diablo, re-
a Macando y que lleva el nombre de una planta- expectativa, capta y fija el momento de la espera. Europa. Salió como un tiro, y durante nueve meses nunció.
ción de bananos que había en la zona cuando era Nada ha sucedido todavía. Pero de alguna manera de gestación fijó su residencia en Roma, donde Finalmente, en 1961 llegó a México con un cen-
niño. Allá creció y de alguna manera allá sigue ya ha sucedido todo. Los calores y las angustias descubrió el Centro Cinematográfico Experimental, tenar de dólares en el bolsillo. Cuando se le iban
viviendo todavía. de la noche anterior anuncian claramente la maña- al que se suscribió inmediatamente. El cine lo ha- los últimos diez, «entró a funcionar el grupo». Se
Macando, producto de la insolación y el desa- na siguiente. bía atraído siempre. Así fue que siguió un curso instaló optimista en el fantasioso suburbio residen-
rraigo, tiene una historia agitada. Los primeros po- El tiempo y la distancia han vaporizado a Macan- de director. enviando mientras tanto a Colombia cial de San Angel lnn, de donde a lo mejor, si los
bladores, a mediados o a fines del siglo pasado, do. Sus contornos fluctúan, sus estadísticas tam- sus impresiones y juicios críticos sobre las pelí- tiempos son crónicos, no saldrá más. En México
fueron refugiados que llegaron huyendo de las gue- bién, y son algo borrosos sus rasgos geográficos y culas del día. De Roma fue a París, el eje de la terminó La mala hora, que apareció algo tergiver-
rras civiles que devastaban en esa época el campo su demografía. Podría muy bien ser más de un lu- rueda, desde donde se puso a cartografiar la Euro- sada en España. En el año que corre, dispéptico
colombiano. Las guerras -«una larga y penosa rea- gar. A veces García Márquez lo pinta como una pa Oriental. En medio de todos estos desplazamien- -se ha sacado su cuota de premios literarios, pero
lidad en Colombia», dice García Márquez, aunque aldea, y otras -una «solución de conveniencia», tos, se iba enfocando de a poco por dentro, hasta no es de ese pan que vive el hombre- se gana la
en su obra parecen casi mitológicas- terminaron dice- como un pueblón grande para merecer un que por fin se largó ansioso y urgente a proyectar vida en lugares remotos haciendo guiones para
alrededor de 1903, pero sus consecuencias no han servicio de trenes diarios desde la capital. Tiene un misterioso libro oculto compuesto de muchos películas de la «nueva ola» mexicana. Uno de sus
dejado de sentirse hasta el día de hoy. Macando sólo un cine rotoso, pero por lo menos dos curas capítulos secretos, uno de los cuales echó raíces cuentos.zEn este pueblo no hay ladrones», fue fil-
tuvo su auge entre 1915 y 1918, la época de la cronológicamente superpuestos, y media docena de independientes y dio fruto aparte, llamándose El mado por un grupo experimental para presentarlo
«fiebre del banano», que pobló la zona de aventu- coroneles retirados, todos con recuerdos claus- coronel no tiene quien le escriba. en el Festival de Locarno en 1965. Entretanto, im-
reros: esa «hojarasca» humana que llegaba fasci- trofóbicos. Hay una cantidad de pequeñas contra- Por un rato todo anduvo sobre patines, hasta paciente e inquieto en sus funciones secundarias,
nada por la esperanza y no tardaba en ser barrida dicciones e incongruencias. Pero no importa. Si fines de 1955, cuando la dictadura de Rojas Pinilla, que absorben energías vitales, se reserva el tiempo
por el huracán de los malos tiempos. Cuando la varían los datos, es porque sólo tienen un valor acorralando a la oposición interna, clausuró El Es- que puede para la fábula, en la que se va sumer-
Compañía Bananera abandonó el pueblo, se llevó antológico. Macando interesa no por lo que es, pectador. El diario no había fallado nunca con sus giendo como en un barril sin fondo.
LUIS HARS GARC[A MARQUEZ O LA CUERDA FLOJA 67
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Una estrategia de la negligencia que van por las grietas y los surcos ocultos. No libros. Puede recitarlos en cualquier momento. Se conocía ya o lo había oído antes de los ocho años.
se ajusta a ninguna receta predeterminada. "Tengo sabe capítulos enteros de memoria. Para mante- Necesitaba un largo período de sedimentación
El atardecer que pasamos en las transparencias ideas políticas firmes», dice, "pero mis ideas lite- nerlos vivos y encendidos, tiene que revisarlos cada antes de poder aprovechar los residuos de sus
elíseas de Pátzcuaro con nuestro huésped, Ga- rarias cambian con mi digestión». Si cuenta una día, retrocediendo sin cesar por los caminos co- experiencias. Primero tienen que asentarse bien,
briel, un ángel caído del cielo -los años flacos historia, es menos para desarrollar un tema que nocidos con la ferviente esperanza de encontrar para que fermenten. Y después él se acomoda
le han dado un sentido pródigo de la hospitalidad para descubrirlo. Para él los hechos y los datos rutas nuevas. Pero va siempre cerrando un círculo, entre ellos, adaptándose al esquema invisible. Por-
e insiste en pagar nuestra cuenta de hotel-, es son provisionales, válidos no como afirmaciones, y acaba donde empezó. "Escribo un libro que ya que para transponer, antes tiene que restaurar. Es
como un ensueño. El aire es puro y sin embargo sino como tentativas. Lo que vislumbra hoy lo no sé cuál es», dice. Tendrá que seguir recogiendo una tarea delicada para la que no hay método se-
respiramos apenas. El escenario es una tranquila puede descartar mañana. Si al final, sumando todo, las piezas sueltas del rompecabezas hasta que no guro. Toca de oído. Las cosas parecen llegarle
posada colonial a orillas del camino que lleva al los resultados no siempre son netos, es tal vez dé más. Cada una es como otra piedra de toque solas, de la bruma o del vacío. Si inventa algo, es
pueblo vecino. Una entrada tétrica da a un patio porque deberíamos restar, y no sumar, para hacer en la oscuridad. Se aferra, empecinado, a cada in- casi por equivocación. "Todo lo que escribo son
interior con plantas en macetas y fragantes maci- el balance. Su mundo no tiene ni principio ni fin, dicio. Su obstinación nace de la nostalgia: por una cosas que conozco. Gente que he visto. No analizo
zos de flores, rodeado por arcadas a las que se ni borde exterior: es centrípeto. Lo que lo sujeta época y un lugar. Ha estado fuera demasiado tiem- nada.» Le basta estar en onda, receptivo. "No sé
asoman por ventanillas crepusculares los cuartos y define es la tensión interna. Siempre está a punto po. "Se me están enfriando los rnltos.» Hará cual- muy bien -confiesa- qué función moral tiene la
oscuros. En un tablero que cuelga frente a la re- de tomar forma concreta, pero sigue siendo impal- quier cosa para revivirlos, porque le alumbran el gente.» Lo que sabe es que se le aparecen en un
cepción hay listas de nombres y horarios de fil- pable. Y así debe ser. Su relación con la realidad camino de vuelta a su infancia perdida. gesto súbito, un incidente, una mueca, una voz ol-
mación. Aquí amanece a las cinco o seis de la objetiva es la de un retrato mental en que las se- "Tuve una infancia prodigiosa», dice García Már- vidada, fulguran un instante y luego se borran. El
mañana y cae la noche temprano. Son las diez, mejanzas fluctúan como las ondas luminosas en quez. Apenas conoció a sus padres. Se imaginaba las caza si puede al vuelo. El hombre cauto duer-
hora en que el equipo bate su retirada meláncoli- un espectrograma. Es un negativo en una placa a su madre ausente como un gran regazo indefinido me con un ojo abierto, listo a pegar el salto cada
ca y quedan cuatro gatos en el comedor. Por allí sensible que al proyectarse varía según el ángulo en el que nunca se sentó. La conoció por primera vez que le laten las sienes, aunque no sea más que
hay un salón de fumar húmedo y vacío, y una sala de refracción. Como García Márquez nunca fija vez a los siete u ocho años. Ella lo había dejado para dar a tientas en la nada.
de juegos en humoso abandono, con cancha de completamente sus términos, las posibilidades son al cuidado de sus abuelos, que recuerda como a
bolas y mesas de ping-pong. De vez en cuando inagotables. Una sola fuente ha alimentado todas seres fabulosos. "Tenían una casa enorme, llena
se precipitan sombras por los pasillos, rechina una sus obras, que han crecido en él lado a lado como de fantasmas. Era una gente con una gran imagi- Un libro embrionario
llave gruesa en una cerradura y retumba una puer- fases de una misma imagen, o impulsos que des- nación y superstición. En cada rincón había muer-
ta. Pero hay poco movimiento después del ano- criben una sola figura total. Y efectivamente, El Co- tos y memorias, y después de las seis de la tarde Tarde o temprano la vigilia tendrá su recompensa.
checer. ronel no tiene quien le escriba, Los funerales de la la casa era intransitable. Era un mundo prodigioso La tuvo en La hojarasca, que García Márquez co-
Acabamos de sentarnos en nuestro cuarto, un Mamá Grande y La mala hora fueron escritos los de terror. Había conversaciones en clave.» El era menzó cuando tenía diecinueve años, aunque se
poco incómodos con nuestros lápices y bloques de tres al mismo tiempo, cada uno como un eco de un niño deslumbrado que se retraía en el borde publicó ocho años después. La hojarasca es un
papel -no se nos permite usar grabadora- cuan- los otros, contenido en ellos, o conteniéndolos. De- de una silla en un rincón o se atrincheraba detrás libro embrionario, apenas una promesa de lo que
do aparece en un tenebroso recodo del pasillo bían originariamente formar un solo libro, La mala de los muebles. Al pie de su cama asomaba omi- siguió, pero lleno de drama y colorido y además
el Angel Gabriel, con el bigote erizado y lucecitas hora, que incluiría a los demás. "Quise ponerle noso y parpadeante un gran altar dorado con san- rebosante de acontecimientos históricos que ser-
en los ojos. Entra furtivo, algo agitado, pero con- todo lo que sabía», dice García Márquez. tos de yeso cuyos ojos brillaban en la oscuridad. virán de telón de fondo al resto de su obra. En
tento. Se aburre en Pátzcuaro, donde la compañía Luchó con él cinco o seis años, sin ver nunca Su abuela, una presencia despavorida que rondaba La hojarasca García Márquez revolvía a los muer-
siempre es la misma, y está encantado de tener la salida. Había demasiada acumulación. Tratando por la casa como un alma en pena, entraba de tos de sus tumbas. Ellos llevaban la delantera. El
con quien hablar. Que el tema de la conversación de estructurarlo -era obeso- le hizo brotar los puntillas por la noche, y lo atemorizaba con sus período que abarca en la historia de Macando
sea él mismo hace peligrar las cosas, pero al mis- tumores. Desechó partes y amplió otras que ad- cuentos. Era una mujer nerviosa, excitable, pro- -1903 a 1928- antedata al autor. Termina en el
mo tiempo lo intriga. "Lástima que no puedan quirieron vida propia. Así nacieron de las costillas pensa a los accesos y las visiones. En cambio, su año en que nació.
quedarse más tiempo», dice, cuando le anuncia- de Adán El coronel y la mayoría de los cuentos de abuelo -que ocupaba un pequeño puesto político Tortuosos monólogos que giran en torno a un
mos nuestra partida para el mediodía siguiente. Los funerales, donde se repiten los mismos perso- en la burocracia local- era su gran compañero, cadáver en su féretro evocan la epopeya del auge
Quién sabe por qué caminos nos llevaría si nos najes, y situaciones que pertenecen al mismo es- amigo y confidente, "la figura más importante de y la decadencia de Macando reflejada en los des-
quedáramos. Cuando levanta vuelo, se sorprende, quema. El coronel, dice García Márquez, comenzó mi vida», dice García Márquez, que ha evocado sus tinos de una familia a lo largo de tres generacio-
a cada vuelta. Ahora -es una noche perfumada como un episodio de La mala hora. Pero a medida rasgos en más de un personaje. Juntos daban lar- nes, cada una de las cuales tiene un representante
que promete bien- se tira de espaldas a la cama que el protagonista adquiría peso y volumen, "se gos paseos e iban al circo. El anciano había com- en escena, como narrador y, supuestamente, punto
como un paciente en psicoanálisis, llenando de salía», hasta que tuvo que darle casa propia. Gar- batido en las guerras civiles, que lo habían mar- de vista sobre la acción. De entrada aparece esa
puchos el cenicero. cía Márquez se desvió para desenredar el hilo cado profundamente. En una ocasión había tenido figura característica de García Márquez, el viejo
Habla rápido, a como le salga, tejiendo hilos de antes de volver a la matriz, donde lo esperaban que matar a un hombre: un acto que lo persiguió y altivo coronel retirado del campo de batalla tras
ideas que se enroscan en el aire y se pierden a ve- mil hilos más, listos para ramificarse en todas las siempre después. "Tú sabes lo que pesa un muer- años de una asociación febril pero algo tenue con
ces antes de que los pueda atrapar. Se hipnotiza él direcciones desde su carrete infinito. to», le decía a su nieto con un suspiro. Murió las fuerzas de la guerra civil. La primera mujer del
mismo, hace una estrategia de la negligencia. Pero Desde entonces García Márquez explota minu- cuando el niño tenía ocho años, y ese fue el final coronel murió de parto. El coronel se ha vuelto a
no se deja ir. En realidad, escucha atento cada cioso su veta única. Se da cuenta de que es un de toda una era para Garcia Márquez. "Después casar, y tiene de su segundo matrimonio una hija
palabra que dice, como si tratara de oir fragmentos procedimiento peligroso, pero la necesidad com- todo me resultó bastante plano», dice. Crecer, es- voluntariosa y enérgica, Isabel, que vive con él
de una conversación en el cuarto de al lado. Lo pulsiva de contar y recontar siempre el mismo te- tudiar, viajar, "nada de eso me llamó la atención. en el hogar ancestral -una copia, dice García
que importa es lo que queda en el silencio. soro avaro, obteniendo nuevos incrementos cada Desde entonces no me ha pasado nada intere- quez, de la casa de sus abuelos-, después
Así escribe también, sin fijarse un plan, en una vez, es en él una especie de fuerza umbilical. La sante». haber sido abandonada por un marido
de alerta total, registrando las vibraciones duda metódica le hace releer constantemente sus Dice que todo lo que ha escrito hasta ahora lo viejo coronel, Isabel y su hijo, un niño que
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borrosa proyección del autor, son testigos de una Ahora, muerto, el doctor sigue haciendo estra- Si La hojarasca, a pesar de sus esplendores, se mesa es mayor que la entrega. Pero no hay reme-
tragedia común. gos. El pueblo está alborotado, y amenaza el tu- malogra, es porque está escrita en un idioma dio, porque la anticipación es más poderosa que
Recapacitan durante el velorio de un viejo amigo multo en las calles. Parecería que el doctor tocara prestado que nunca llega a ser un lenguaje per- cualquier resolución, que en el contraste parecería
de la familia que se ha ahorcado. El muerto es el en carne viva a la gente, desencadenando sus te- sonal. Sus tramas entrelazadas, sus episodios su- siempre o insípida o melodramática. Lo que le
eje de la historia, que va reconstituyendo su tur- mores y odios reprimidos. En realidad, es el es- perpuestos, sus juegos de tiempo, con sus retroce- gusta hacer a García Márquez es llevar al lector
bulenta carrera al suicidio. Era un extraño per- pectro del pueblo, la imagen del espanto en la me- sos y repeticiones, son recursos mal aprovechados al borde mismo de la evidencia y luego soltarlo,
sonaje, un médico de oscuro origen y dudosa moria colectiva. Es la rabiosa conciencia de Ma- que frustran el propósito que deberían servir. Los dejándolo en suspenso. El método no siempre fun-
extracción -extranjero, tal vez: solía leer diarios cando, que no descansará jamás. El nuevo cura, monólogos complementarios de los tres narradores ciona. A veces irrita. Pero aumenta la presión
franceses- que llegó como un presagio a instalar- el padre Angel, expresando la voluntad popular, ha sofocados e indistintos fracasan porque complican atmosférica. y, cuando se cierra el libro, eso es lo
se con la familia años antes, armado de misterio- desautorizado su entierro en terreno consagrado. la acción sin matizarla. En vez de iluminar a los que queda. Macando es un pueblo angustiado por
sas recomendaciones de algún conocido común Sólo el viejo coronel -que le debe la vida desde personajes los confunden, puesto que todos ha- siniestros presentimientos de pestilencia y catástro-
cuya identidad no se revela. La familia lo alojó, una ocasión en que Macando sucumbió a la gripe-- blan con la voz del autor. Hombre, mujer y niño fe. El ambiente es epidémico.
no se supo nunca muy bien por qué, tal vez por lo defiende. Contra las enfáticas objeciones ecle- contribuyen cada uno con una piedra de narración
esa remota amistad, relación o parentesco que siásticas, mantiene una vieja promesa de hacer que directa a un bloque de acontecimientos único y
sólo parece conocer la segunda mujer del coronel, su tenebroso amigo sea enterrado decentemente. externo que no tenía por qué haber sido fragmen- Envuelto en sombras lutninoses
Adelaida. Durante años fue el único médico en el ¿Pero quién dice que se quedará en el camposan- tado en primer lugar. Como no hay intimidad en
pueblo. Era un hombre silencioso, taciturno y se- to? Un epígrafe que proviene de la Antigona de los monólogos, el resultado no es la densidad sino Entre sus victimas está el meteorológico coronel de
dentario que ejercía indiferente su profesión bajo Sófocles comenta irónico la escena: "y respecto la monotonía. Un mal relacionado con el primero El coronel no tiene quien le escriba, el personaje
la protección del coronel. Durante la "fiebre del al cadáver de Polinices, que miserablemente ha son ciertos episodios en la vida del niño, al margen más acabado de García Márquez en la que es pro-
banano», cuando la población iba en aumento y muerto, dicen que se ha publicado un bando para de la acción principal, que tenían por objeto, dice bablemente su obra más perfecta. La distancia
llegaron con ella otros médicos al pueblo, se fue que ningún ciudadano lo entierre ni lo llore, sino el autor, dar al niño -cuya caracterización queda entre La hojarasca y El coronel es la que hay entre
retirando poco a poco del mundo, rehuyendo toda que insepulto y sin los rumores del llanto, lo dejen pendiente -cuerpo o existencia paralela fuera del el despilfarro y la economía absoluta. A medio
compañía, hasta que se encerró entre telarañas para sabrosa presa de las aves que se abalancen escenario inmediato del velorio. Pero no cuajan. camino interviene una lectura cabal de las obras de
en su cuarto. Allí, presa de los delirios del celi- a devorarlo...» Y así, como Polinices, perecerá el En general se malgasta mucha energía en La ho- Hemingway, favoritas de García Márquez. No es
bato, pasaba las noches en vela retorciéndose en doctor, pero no su recuerdo, ni todas las pasiones jarasca, que con toda su carga emotiva queda in- que haya una influencia directa. La relación con
su colchón vacío. Circulaba por ese entonces el que dejó atrás, que seguirán rondando como un forme y difusa. Hemingway es platónica: una cuestión de tenden-
rumor de que le hacía la corte a escondidas a la castigo por el pueblo. Pero no todo es pérdida, ni mucho menos. El cia estilística general. El deslumbramiento faulkne-
hija del peluquero, una pobre criatura que veía La hojarasca -que tuvo un gran éxito en Colom- tejido es fino, y se notan aquí ya claramente cier- riano ha quedado neutralizado, sin ser reempla-
espíritus y que con el tiempo, según parece, trajo bia, donde se vendieron treinta mil ejemplares en tas características distintas del estilo de García zado por otro. En adelante, García Márquez se ma-
uno al mundo. Hasta que un día él se fugó con la cuanto salió, gracias, según García Márquez, a sus Márquez que tendrán más relieve en obras pos- neja solo. Empieza por acortar distancias, y des-
criada de la familia, Meme, a la que ya había he- amigos en el periodismo- es una obra un tanto teriores. Hay prototipos: el vetusto coronel, el mé- cartar masas superfluas. No hay un gramo de las-
cho abortar una vez, y vuelto a embarazar. La insta- despatarrada, impulsiva, verbosa, escrita a saltos dico sutil y atormentado, la serena y consecuente tre en El coronel. Todo se hace con "un mínimo
ló con todo lujo, vistiéndola como una gran dama de y arranques que no llegan a encadenarse comple- figura femenina, siempre, en García Márquez, un de palabras». La claridad, la precisión, la reticen-
la alta sociedad, y para colmo la enviaba por puro tamente y a veces se pierden en la maraña. El baluarte en la adversidad. Aparecen esas misterio- cia seducen como no podría seducir la retórica.
gusto a la iglesia para escandalizar a las beatas autor parece dar vueltas a su tema al revés y al sas y fatales afinidades que unen a la gente más Hay un aura de cosas no dichas, de medias lu-
del pueblo. Llegó hasta comprarle un negocito con derecho sin encontrarle nunca los puntos cardina- improbable por algún rasgo secreto que compar- ces, silencios elocuentes y milagros secretos, en
sus ahorros, y cuando ella a pesar de todo se les. Es que se atropelló un poco, dice. La hojarasca ten como una maldición común. Está por ejemplo que se define siempre lo que se omite y resalta lo
mandó a mudar, era tal el resentimiento en el pue- lo poseyó como ningún otro libro pudo hacerlo des- el caso del médico y de su amigo párroco que se que quiere pasar inadvertido. Un soplo de misterio
blo por sus afrentas que se le acusó de haberla pués. Le salía por los codos, inconexo y sin nin- parecen como hermanos y llegaron ambos al pue- atraviesa el libro, que apenas tiene cien páginas,
asesinado para impedir que lo envenenara. gún propósito "literario», el único de sus libros, blo el mismo día. Pocas veces se encuentran, pero pero está envuelto en sombras luminosas.
Por entonces el doctor se las veía negras. La dice, escrito "con verdadera inspiración». Recuerda cuando lo hacen parecen reconocerse el uno en El coronel, un viejo mañoso y decrépito, vegeta
hostilidad contra él era general. Y él tampoco se que lo absorbía y lo arrastraba un torrente de ideas el otro como si se hicieran contrapeso, por decir en las ruinas de una casa hipotecada con su mujer,
mostraba conciliador. Cuando el bandidaje dejó en que reventaba todas las compuertas. Era su época así, uno encarnando de alguna manera, se supone, que comparte heroica su martirio, esperando la
escombros a Macando y los otros médicos tenían faulkneriana. el orden divino, el otro las fuerzas abismales. In- pensión del gobierno que le corresponde desde
las manos llenas, él se negó rotundamente, por ra- En Faulkner -insiste que habría que nombrar tuimos la situación sin poder explicarla. Y es que que se jubiló años atrás y que nunca llega. Como
zones desconocidas, a atender a los heridos, con también a Virginia Woolf- había encontrado, si todo forma parte de un esquema oculto que no se el abuelo del autor, fue tesorero de las fracasadas
lo que finalmente se conquistó la enemistad im- no una temática, en todo caso un arte y un estilo. entrega nunca plenamente. Hay un elemento de fuerzas revolucionarias del coronel Aureliano Buen-
perecedera de todos. Adelaida está convencida Como tantos de nuestros escritores antes que él, mistificación deliberada en La hojarasca. Hay refe- día, y a causa de la amnistía general declarada
de que es el diablo en persona. Y ciertamente, llegó a Faulkner como a una revelación. Y se en- rencias cifradas, supresiones, vacíos, intermiten- después de la guerra, tiene derecho a la compen-
como lo sugiere otra hipótesis que queda también tusiasmó. "Cuando leí a Faulkner, pensé: tengo cias, puntos ciegos. Más allá de los hechos sación. Pero pasa el tiempo, y no hay solución. Un
trunca, es o bien un penitente extraviado, o un que ser escritor.» Los materiales caóticos que cotidianos que constituyen el relato, se advierte la abogado que supuestamente se ocupa del caso no
espíritu del mal. Hay aquí, entre Dios y el demonio, entraban en el arte faulkneriano, dice, se parecían intención mágica. Frecuentemente nos sentimos al hace más que enmarañarlo. Las protestas y soli-
una ambivalencia irresuelta. En todo caso, se ha mucho a las materias vivas de la vida colombiana. borde de una revelación que nunca llega. García citudes del coronel se pierden en lejanos
ido agolpando en su puerta la turbamulta, y de no Faulkner le mostró como podía ser manejada y Márquez evita las revelaciones, por considerarlas tos burocráticos donde sin duda lo
lntsrvenlr a último momento el cura, que simpatiza transformada esa turbulencia elemental. Pero tam- "un mal recurso literario». Sin embargo, las arma enemigos. Esperar eternamente es el
con él, lo habrían linchado. bién lo abrumó. a menudo, sin dejarlas estallar. Admite que la pro- coronel. Le late el corazón cada vez que se
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la lancha del correo, pero en vano. Entretanto, su die », Llega un día de sol, y reflejando como siem- llega con el termómetro a tomarle la temperatura tumba del cementerio. En la tumba está el hijo de
hijo Agustín, cuyo nombre sirve de contraseña a los pre el clima, el coronel se llena de optimismo. Se mental, en la broma está el rictus de la muerte. la viuda. El muchacho fue baleado por ladrón y la
guerrilleros en el monte, ha sido muerto por sus levanta ansioso y crujiente para declarar: "En una Eso lo vemos cuando dialoga el coronel con el madre hereda los antagonismos del caso. La es-
actividades revolucionarias en una barrida de tro- mañana así dan ganas de sacarse un retrato." Ha facineroso don Sabas, un diabético que tiene que cena se concentra en la casa del cura, adonde
pas gubernamentales. El humorista y humanitario vuelto la primavera. Quiere plantar rosas. Las co- endulzar su café con sacarina y se queja: "Es azú- han ido los forasteros para pedir la llave del ce-
doctor Giralda, que actúa de enlace con las gue- merán los puercos, dice su mujer con la voz del car, pero sin azúcar." A lo que el coronel replica, menterio. «La siesta .., como tantas de las obras
rrillas, visita diariamente al .coronel, bromeando sentido común. Pero él ya pensó en eso, y dice "con la saliva impregnada de una dulzura triste » : claves de García Márquez, se basa en un episodio
para alentarlo. El coronel, siempre chistoso él tam- satisfecho: «Deben ser muy buenos los puercos "Es algo así como repicar, pero sin campanas ... que recuerda desde la infancia. Dice que un día
bién, lo soporta todo con fortaleza. Le gustan los engordados con rosas." Impone tal respeto a la gente que cuando lo sor- una mujer y una joven llegaron al pueblo con
mimos, y a veces se queja de las convulsiones as- Pocos personajes de la novela latinoamericana prende la policía, durante un toque de queda, ju- un ramo de flores, y pronto se difundió la voz:
máticas de su mujer, que no lo dejan dormir por la seducen tanto como el viejo y maniático coronel, gando a la ruleta en la sala de billar y con una "Aquí viene la madre del ladrón.» Lo que lo im-
noche. El, que padece de todos los males atmosfé- que terminado el libro vive largo tiempo en la me- nota clandestina en el bolsillo, los investigadores presionó fue la dignidad invencible de la mujer, su
ricos, tiene sus propios quebrantos y dolencias que moria. Es una especie de niño prodigio envejeci- lo dejan salir sin registrarlo. Así triunfa siempre fuerza de carácter en medio de la hostilidad po-
cambian con la estación. Lo retuerce el invierno, y do, loco y cuerdo, conmovedor y humano, maravi- en su desdicha, hasta que lo tumba una pena in- pular. En el cuento, la viuda es una figura altiva
en el mes lluvioso de octubre se siente "como si llado y tragicómico. Tiene no sólo una personali- soportable cuando recuerda a solas con su mujer y resuelta, una silueta dramática, un poco como
tuviera animales en las tripas ». Pero todavía se de- dad, sino un alma. que «somos huérfanos de nuestro hijo ». un espectro salido de una tragedia griega. El re-
fiende bastante bien. Y un día se le ocurre una idea El coronel es una anécdota, pero ante todo un Contrastan fuertemente los temperamentos del trato que traza García Márquez de la violencia
genial. Ha heredado de su hijo un gallo de pelea. retrato. Nos lleva, no hacia un hecho, sino hacia un coronel y su mujer, que son polos opuestos. En del sentimiento popular en un pueblo tedioso y
Lo engordará para que se luzca en combate sin- personaje, y en última instancia, una visión. Y sin García Márquez los hombres son criaturas capri- sórdido recuerda páginas análogas de La hojaras-
gular en un gran torneo en el que destrozará a un embargo no se apoya en un método exhaustivo. chosas y quiméricas, soñadores siempre propensos ca. Las amenazas que dormitan en el tráfago de
un gallo de un pueblo vecino, trayendo al pueblo El protagonista no es un personaje redondeado, ni a la ilusión fútil, capaces de momentos de grande- la vida cotidiana son el tema constante de su obra.
honor y fortuna. Así nace el monstruo sagrado se propone serlo. Pero el hombre está presente en za pero fundamentalmente débiles y descarriados. Pero aquí tienen una fuerza especial. Cuando la
de la ilusión. cada acto. Su respiración impone siempre a la Las mujeres, en cambio, suelen ser sólidas, sen- viuda, con las llaves en la mano, está por enca-
El coronel, en su destartalada miseria, apenas vez un ritmo y un significado. El autor debe dar toda satas y constantes, modelos de orden y estabilidad. minarse al cementerio, el pueblo entero se lanza
puede mantenerse a sí mismo, y mucho menos una vida en un gesto. Lo que no se dice es siem- Parecen estar mejor adaptadas al mundo, más pro- a las calles para recibirla con odio en la mirada.
mantener al gallo, pero aunque no tenga ni donde pre lo importante. En las pausas está lo que Gar- fundamente arraigadas en su naturaleza, más cerca Como el médico de La hojarasca, que más de una
caer muerto, luchará. Venderá casa y colchón si cia Márquez llama el "peso humano» del perso- del centro de gravedad. García Márquez lo dice vez conoció la desaprobación pública y el ostra-
es necesario para pagarse el capricho. Y así co- naje. de otro modo: «Mis mujeres son masculinas." 0, cismo, tendrá que recorrer las filas de sus enemi-
mienzan a salir los muebles por la puerta, y cuando Gran parte del efecto de El coronel depende de más bíen, son genéricas, como efigies. Las ve de gos. y aquí -el recorrido mismo no es descríto-
se da cuenta su mujer ya empeñó su anillo de su humorismo de esfinge. Lo que más conmueve perfil, y en general son menos complejas que sus termina el cuento. Se nos sugiere una imagen de
boda. Hace frente a esta nueva prueba con una en él es la sonrisa elíptica, que siempre disfraza hombres, casi abstractas, estáticas. Es típica la algo que no ha sucedido todavía. Es en este de-
mezcla de penosa hilaridad y serenidad estoica. Y una mueca de dolor. García Márquez no se consi- Isabel asexual de La hojarasca. "La función erótica talle que vive el cuento. Lo primero que vio al
dera un humorista, si es que la palabra tiene algún está bastante perdida en mis libros » , dice García idearlo, dice García Márquez, fue la parte que que-
sucede que toda la población se compromete con
el gallo, porque todos han apostado por él, segu- sentido preciso. Dice que en sus obras el humo- Márquez. No hay escenas de amor, pocos momen- dó excluida. Aunque no enteramente. Porque de al-
rismo, que siempre comenta la gente, es inciden- tos de pasión, ni siquiera -exceptuando algún gún modo lo que fue omitido está implícito.
ros de enriquecerse. Empiezan a llegar las dádivas
y las contribuciones en favor del sfmbolo del or- tal. Desconfía del humor, sobre todo del chiste ensueño- de sensualidad. La esposa del coronel Es el arte de la alusión y la eiipsis, altamente
gullo local. Y el coronel, que ahora come alpiste, fácil que llena un vacío. Además, agrega solemne, está cortada del mismo paño de Isabel, resquebra- refinado en García Márquez, el que da a Macondo
sigue más empedernido que nunca. Cuando no da siempre ha creído que no tiene sentido del humor. jada por la vida, pero firme hasta el final como y sus habitantes su fuerza sugestiva. En Los fune-
más, lo visita la tentación de vender el bicho a Las sonrisas desparramadas en sus obras las ha una roca entre vientos y mareas. Tiene los pies rales -con excepción del cuento un tanto super-
don Sabas, un rícachón del pueblo experto en las dejado caer de paso y como por casualidad, cuan- bien plantados. El coronel, admirativo, proyecta tal ficial que da el título al libro: es una sátira de un
trampas de la compraventa. Pero no se anima. Se- do surgían espontáneas de una situación. Y sin vez una nostalgia personal que vierte el autor ha- matriarcado local, y al mismo tiempo, dice el autor,
ría una traición a los que han puesto su fe en él. embargo, confiesa bajo presión, el coronel fue con- cia sus personajes femeninos. Los hombres, en su "una gran burla de toda la retórica oficial » de la
Además, tiene que salvar las apariencias. Ahora no cebido originariamente como un personaje cómico. mundo, son como mariposas que se queman las literatura periodística colombiana- hay todo un
hay que hacer más que seguir adelante. Se irá el Evidentemente el autor se divirtió un buen rato con alas en el fuego. En la mujer encuentran refugio y material en combustión trabajando por dentro con
invierno con sus maleficios. El espera firmemente, él. Pero después cambiaron las cosas. Justamente consuelo. Ella es menos una persona que una fuer- sutileza de alquimista, que se volatiliza para con-
acostado tembloroso en la cama bajo las sábanas durante la composición de El coronel en París, fue za motriz. vertirse en pura tensión anímica. Y es que el sub-
frías. Desaparecerán las goteras en el techo de clausurado El Espectador y García Márquez dejó mundo tropical de Macondo es justamente un es-
paja, y entonces habrá pasado la mala racha y, de recibir sus cheques mensuales. Vivía con los tado de ánimo. Estamos a una distancia absoluta
Dios mediante, «todo será distinto". Y no abando- nervios crispados, en una situación muy semejante Las omisiones implicitas del realismo horizontal de la novela naturalista,
na. Si su mujer, que anda con ganas de darle una a la del coronel y que no tenía nada de diver- que sumerge y dispersa a la psiquis en el medio
sacudida, ve las cosas de otra manera, que se las tida. Si se reía al escribir, era con la risa del que La prueba es "La siesta del martes » ; el cuento ambiente. García Márquez la recoge, la concentra,
aguante. En cuanto a él, si las cosas salen mal, tiembla. Lo mismo el coronel, que sabe que cada más antiguo -data de alrededor de 1948- y para dándole toda su carga vertical. Hay una sublima-
tanto peor. Está acostumbrado, por no decir entre- vez que se ríe puede ser la última. La risa lo García Márquez el más íntimo, de los que compo- ción del paisaje, que deja de ser simple esceno-
gado, a la desgracia. Sobre todo, tiene que pensar ayuda a derrotar la lógica de su mujer, a censurar nen Los funerales de la Mamá Grande. Relata la grafía para volverse espacio interior. Si los humo-
en su dignidad. Es un hombre que no lleva som- la pena y la amargura. En realidad, como com- llegada a Macando en una tarde soporífera de una res de los habitantes de Macando fluctúan con
"para no tener que quitárselo delante de na- prende el ocurrente doctor Giralda cada vez que viuda y su hija, que van a depositar flores en una las estaciones, es porque los ciclos de la natura-
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leza reflejan las fases mentales del hombre. Así, que era rico, tacaño y taciturno, y que murió de don Sabas, un tránsfuga ex partidario de la re- Hay algo enfermizo en su austeridad, claramente
para el viejo coronel, por ejemplo, el otoño es de- «la furia». Le sobrevive su viuda cascarrabias, que volución que ganó su libertad delatando a sus autoimpuesta, para contrarrestar una turbulencia
sasosiego y malestar, el invierno es depresión y la se pasea por la casa vacía regañando a su mayoral, correligionarios. Además una vez se compró una subterránea. El alcalde es uno de esos hombres
primavera es euforia. A primera vista parecería que Carmichael, un pájaro de mal agüero que atrae mujer por doscientos pesos y le sacó el jugo a su violentos y descontrolados que tiene que refrenarse
los factores externos determinan las actitudes vi- la mala suerte abriendo siempre su paraguas en inversión antes de echarla de la casa. Circula el constantemente para no desbocarse. Hay pánico
tales, pero lo que sucede en realidad es lo opuesto. el vestíbulo. Cuando no está a las patadas con rumor de que se enriqueció trampeando en el en su pudor. Vive al borde del caos, en el infierno
Desde La Vorágine y Canaima ha habido un cam- Carmichael, la viuda se sienta a papar moscas por comercio de mulas. Lo apoyó en uno de sus pro- cotidiano de los excomulgados. Cuando llega un
bio óptico en nuestra literatura. Ahora la imagen la ventana, pensando en sus hijas, que viven en yectos el desidioso juez Arcadio, que desde hace circo a Macondo y él consigue que el administra-
está en el ojo que la ve. Sin sacrificar la obser- Europa y se niegan a volver a esta «tierra de diez años vive en moratoria completa. Igualmente dor le preste para su uso privado a una adivina,
vación sociológica, siempre muy precisa en sus salvajes". Otro personaje medio lunático es Rebeca superfluo es el telegrafista del pueblo, que pasa el a cambio de cuyos servicios concederá al circo
libros, García Márquez individualiza a sus perso- Buendía, la viuda de José Arcadio, un aventurero tiempo transmitiendo poemas de amor a una cole- licencia para que funcione en el pueblo, el chan-
najes, humanizándolos. Son al mismo tiempo ca- que se fugó de joven con unos gitanos y dio la ga desconocida de otra ciudad. Los únicos que taje le cuesta caro. La mujer espera sus caricias,
racterísticos, y específicos. Si a veces tiende a vuelta al mundo sesenta y tres veces antes de prosperan relativamente en el pueblo son los sal- pero él no la toca. Es impotente. Se hace un bollo
duplicar ciertos rasgos -sus viudas, médicos y morir misteriosamente. Rebeca llegó huerfanita a timbancos, los encantadores de serpientes, adi- delante de ella, y nada. El alcalde es el fruto es-
coroneles se parecen siempre bastante a los otros Macondo en la época de La hojarasca, trayendo vinos y herbolarios, y, por supuesto, el sudoroso téril de pasiones que se secaron en la vid. Su do-
miembros de sus clases respectivas- no es por una bolsa con los huesos de sus padres. Ahora tendero sirio, Moisés, que debe vender sus cortes lorosa apatía en materia sexual, dice el autor, ha
esmero documental sino porque su gama sentimen- es una vieja papanatas que vive «en una inmensa de paño y tela cada mañana para poder alabar sugerido a algunos lectores la homosexualidad.
tal e imaginativa es limitada. Una misma subjetivi- casa de dos corredores y nueve alcobas" y padece al Bendito antes del mediodía; y, finalmente, el En un boceto descartado, se le hacía realmente esa
dad anima a todas sus creaciones. Los papeles de visiones y delirios. Por el mismo camino va voraz y amarrete tabernero, don Roque, que en el acusación. Para disipar la duda, en otro borrador
que se reparten -ya sea como estrellas del elen- Nora Jacob, una esposa abandonada que sufre cuento «En este pueblo no hay ladrones" hace que nunca usó, García Márquez lo nombró el
co, comparsas o suplentes- derivan todos de un las cortesías de un pretendiente remilgado, Ben- un buen negocio con un haragán llamado Damasio, amante secreto de una vampiresa local, la sucu-
solo repertorio mental. jamín, al que mantiene a raya mientras rompe que invade la taberna una noche para robarse lenta Rebeca de Asís. Pero eso parecía forzado,
En Macondo, que vive en cuarentena, se alter- la dieta en la casa de a! lado con uno de los her- unas bolas de billar. Como no puede deshacerse y al final el asunto quedó en suspenso.
nan regularmente, como fiebres palúdicas, la ilu- manos Asís; y la acompaña en su desgracia Mina, del botín, después de arrastrarse por todos lados En realidad, el alcalde introduce, en forma bas-
sión desenfrenada y el pesimismo total. Típico es la solterona del pueblo, que se gana precaria- decide devolverlo. Y allí está esperándolo don tante preliminar, un tema que García Márquez se
el caso del prodigioso carpintero Baltasar, quien, mente la vida en un cuarto mísero con su madre Roque, que lo sorprende en el acto, llama a la ha prometido desarrollar más exactamente en el
soñándose rico y famoso, construye una elegante y su abuela ciega haciendo flores artificiales que policía y lo acusa de haberle robado dinero del futuro cercano: la trágica «soledad del déspota".
pajarera para el hijo de unos grandes propieta- se le marchitan en las manos. cajón. Dice García Márquez que ha querido siempre es-
rios, los Montíel, que en vez de comprársela, como Poco mejor es la suerte de los funcionarios de Una figura que se va destacando y parece re- cribir un libro sobre un dictador latinoamericano
había esperado, la rechazan fríamente, en vista de Macondo, entre ellos el abúlico Padre Angel, car-. sumir la mentalidad general es el omnipotente al- sentado en su palacio, aislado del mundo, con
lo cual, sin desanimarse, la regala y luego recorre comido por la indiferencia general hacia su misión, caide de Macondo, personaje insidioso y cínico, un poder absoluto por el que sienten un terror
el pueblo gastando en su imaginación el dinero de a la que en realidad renunció hace mucho tiempo. veterano de muchas intrigas, que gobierna el pue- mortal sus súbditos mistificados y supersticiosos.
la venta abortada. Lleva una culpa que le remuerde la conciencia: blo por medio de sus secuaces pero es la primera Se preocuparía menos por los efectos sociales que
Los Montiel viven en una mansión heredada de cierta vez negó la absolución a una esposa adúl- víctima de su propio poderío. Como todo el mundo, por la patología del personaje. Incluso ya le de-
la matriarca de la localidad, la Mamá Grande, una tera, causando así una tragedia familiar. Desde el alcalde tiene mala conciencia. El mal se mani- dicó cuatrocientas páginas al tema en cierta oca-
especie de doña Bárbara modernizada, que reunió entonces, prolongando una siesta de años, duer- fiesta en un terrible dolor de muelas crónico que sión, pero las rompió porque no se sentía listo
vastas propiedades durante su vida y las gobernó me sentado ceremoniosamente en su confesionario lo persigue como un fantasma. Lo atiende jubiloso todavía para la tarea. No se podía acercar lo su-
a tuertas o a derechas por noventa y dos años. vacío. Lo cuida su casera, Trinidad, una adoles- el dentista, que le hace ver las estrellas. El alcalde ficiente al hombre. Quería hacer un retrato interior,
Tenía las manos metidas en todo, desde la mine- cente vagamente andrógina, de una voz ronca, que no tiene cura. Paga su precio, resignado. Es que pero no encontró la entrada. Desde entonces ha
ría hasta la política, y fue grande su dominio, pone ratoneras en la iglesia todas las noches y su condición es la de todos, porque el alcalde estado aplazando el proyecto, aunque no indefini-
que combinaba el fraude electoral con la tiranía colecciona los ratones muertos en una caja de encarna la fatalidad común. La actitud del autor damente. Lo que necesita es un ángulo, una pers-
doméstica. En su feudo, que además de tierras zapatos. Puntualmente al ponerse el sol el Padre a su respecto es ambigua. Ciertamente lo ve como pectiva. Por ahora tiene una miniatura del modelo
fértiles incluía aguas territoriales, dictaba la opi- Angel toca doce veces la campana de la iglesia una figura funesta y despreciable. Pero no hace mayor en el alcalde, que es también la esencia
nión pública y la moral cristiana, y cuando murió, -su única actividad- para anatematizar la pelí- una simple caricatura de un pequeño sátrapa lo- de una actitud. Su dolor de muelas es el de Ma-
virgen y «en olor de santidad", rodeada por una cula diaria, que lleva títulos como «Virgen de Me- cal. Evidentemente, aunque lo desnuda en toda condo.
inmensa familia semiincestuosa y en gran parte dianoche". Es como si llamara a su propio en- su miseria, García Márquez siente una profunda Es un dolor que contamina a todos, hasta al via-
ilegítima, dejó baúles llenos de documentos falsos tierro. simpatía por su creación. La ha trabajado en un jero en tránsito por el pueblo. Lo comparte el
y un imperio compuesto de cinco municipios y Macondo es un pueblo pecaminoso. El doctor plano que está más allá del juicio moral, tratando joven protagonista de «Un día después del sába-
trescientos cincuenta y dos familias de aparceros. Giraldo, jovial pero ineficaz -un «raisonneur», lo no de criticar sino de comprender. Se nota un es- do", un campesino empobrecido que se dirige a la
El Papa y el Presidente de la República asistieron llama el autor- subvierte el orden recibiendo en fuerzo constante por captar la esencia del persona- ciudad a cobrar la pensión de su madre, una maes-
a las exequias, de luto patriótico y con gran fan- el correo diarios prohibidos. Guardiola, el pelu- je. Porque el alcalde comenta en una forma muy tra de escuela retirada que usará el dinero para
farra oficial. Y en la muerte sigue indómita la quero, conspira en silencio, fomentando los chis- particular la situación general. Es lo que García criar puercos. Se baja del tren en Macondo para
Mamá Grande. Su presencia habitó en la mansión mes en su tienda. Aurelio Escobar, el dentista, que Márquez llama «un personaje puro, en el sentido tomar algo en el hotel de la estación, un tugurio
mucho tiempo después de haberse hecho cargo se pasó la revolución escondido en la despensa, convencional de la palabra", es decir, un asceta. hediondo, pierde el tren, que se va con su dinero
de ella los Montiel. Ellos también son una gente tortura exquisitamente en la silla a sus opositores Sólo bebe agua gaseosa, «es casto, desconoce el y sus documentos, y se encuentra varado en el
rara. De José Montiel, el pater familias, sabemos políticos. Otro sádico es el rencoroso y vengativo amor", y por lo tanto vive en una terrible soledad. Purgatorio. Es el momento, unos años atrás, cuan-
LUIS HARS GARC[A MÁRQUEZ O LA CUERDA FLOJA 75
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do Rebeca Buendía, al despertarse una mañana, cian los traumas cuando César Montero, un rico rie de breves impulsos algo efímeros y a veces una regularidad obsesiva en su obra, envueltos en
encontró su cerca de alambre destruída por una negociante en madera, abate al amante de su es- desorientados. Los personajes aparecen y desapa- símbolos apocalípticos que son chistes o mitos
bandada de pájaros caídos del firmamento. La posa, Pastor. Resucitan de pronto los espectros del recen, las escenas afloran y se marchitan sin ver- privados. Crean el campo magnético de la obra,
catástrofe coincide con la llegada del joven, que pasado: viejos enconos, incestos, infidelidades. Para dadera secuencia dramática. Por ejemplo, el cri- terreno fértil para los fantasmas íntimos, las
parece traerla con él. Es el judío errante, a cuyo precipitar las cosas, una lluvia torrencial inunda men pasional que abre el libro no tarda en ser fantasías prodigiosas, los monstruos subcon-
paso, según la tradición, caen como moscas todos la ciudad y arranca a las casas de sus cimientos. olvidado; no se vuelve a oir hablar de sus prota- cientes, cuyo verdadero significado permanece
los seres vivientes. Tal, por lo menos, es la opi- Cuando la crisis -un verdadero diluvio bíblico- gonistas. El autor improvisa a veces cuando llega siempre oculto. Quedan páginas en blanco. «Lo
nión del predecesor del Padre Angel, el Padre llega al paroxismo, el único lugar seguro es un a un callejón sin salida. Característica es la solu- que da valor literario es el misterio», dice García
Antonio Isabel del Santísimo Sacramento del Altar, terreno alto cerca del cementerio, donde se re- ción propuesta para el problema de los pasquines. Márquez, que trabaja siempre dejando una «cuerda
«el manso pastor de la parroquia que a los noventa fugian los desposeídos. El terreno pertenece natu- Es simbólica, no real: un deus ex machina. Sin floja» -una sugerencia enigmática, la rápida vi-
y cuatro años de edad aseguraba haber visto al ralmente al alcalde, que aprovecha su buena suer- embargo, hay en La mala hora momentos de terre- sión de algo fugitivo, indescifrable como un sueño
diablo en tres ocasiones». El Padre Antonio Isabel, te vendiéndolo con un lindo beneficio al municipio. moto emotivo que arrastran al lector. Llevan una que se pierde al despertar- en la que vibra esa
en su inocente senilidad, dice misa en una iglesia Macondo está en una orgía de desesperación. Para carga subterránea que da al libro su verdadera hl- «magia que hay en los actos cotidianos». García
que han desertado hasta los murciélagos, cuando García Márquez, que deja asomar apenas el evan- lación. Por debajo de los personajes y las situa- Márquez toma sus mitos como los encuentra, sin
no juega con los niños en el parque. Esa mañana gelista que hay en él, el cuadro -lo compara en ciones se devana otra madeja que se va encade- alterarlos. No se detiene a investigar el misterio,
está de humor particularmente impresionable por- ambiente a una de esas saturnales antiguas en nando misteriosamente como las notas cuidado- para que no se le esfume. Abundan por ejemplo,
que la noche anterior ha dado la extremaunción a que los hombres perseguían a las mujeres en la samente moduladas de un motto perpetuo. Hay en toda su obra, referencias a un imponderable
una moribunda. Ve al judío errante echando llamas calle, las madres abandonaban a sus hijos y la una sensación de constante flujo y reflujo. La mala duque de Marlborough que parece tener alguna
por la nariz, con los ojos de esmeralda ardientes. gente bailaba entre las tumbas- se parece a la hora, con sus melodías inefables, es como un coito oscura relación con las guerras civiles de Macan-
Para Macando, el joven forastero, que en realidad situación política de la Colombia actual. La política, triste y eterno que nunca culmina. Si la obra decae do. García Márquez dice que su abuelo solía cantar
no trae más que lo que encuentra allí mismo, es a en La mala hora como en sus otras obras, está un poco al final, y termina a medio camino, por "Mambrú se fue a la guerra». La única «guerra» de
la vez el Infiel y el Mesías. La gente acude en tro- excluída, pero implícita. Cuando Macando está a así decir, es, dice García Márquez, porque no llegó la que oyó hablar en su infancia fueron las guerras
pel a la iglesia por primera vez en años y el Padre punto de llegar a la demencia total, el alcalde, que realmente a completarla. Lo interrumpían constan- revolucionarias en que había luchado el viejo. Jun-
Antonio Isabel pronuncia el sermón de su vida. hasta entonces explota la situación sin intervenir temente problemas políticos y personales, hasta tando cabos, concluyó que el duque había estado
y justo a tiempo. Estaba a punto de perder su pa- directamente, decide que hay que hacer algo. que un día, para satisfacer a unos amigos que en esas guerras. Otra información cifrada aparece
rroquia por instigación de su vieja enemiga, la Declara el estado de sitio y el toque de queda. querían presentarla a un concurso de la Academia en «La viuda de Montiel», donde una voz ancestral
acaudalada viuda Rebeca -ha escrito a su tío, el y así vuelven los fantasmas de la represión a de Letras colombiana, la agarró y la terminó lo me- le dice a la viuda que morirá en sueños «cuando te
obispo- a quien le sobran motivos para tenerle Macando. No se sabe quién es responsable por los jor que pudo, dejando muchos cabos sueltos. empiece el cansancio del brazo». La abuela de
mala voluntad. Como bien sabe el Padre Antonio pasquines difamatorios. Nunca se descubre al cul- Lo que no descuidó en ningún momento, sin em- García Márquez se le apareció una vez en un
Isabel, a Rebeca le pesa sobre la conciencia la pable. Al final se encuentra una víctima propicia- bargo, fue su lenguaje, siempre uno de sus lados sueño a su madre con ese mensaje, que aterrorizó
muerte de su marido. Aunque según ella fue un toria: un muchacho llamado Pepe Amador, a quien más fuertes. García Márquez sabe que «el proble- a la familia. Otra frase cuidadosamente conservada
suicidio, y a lo mejor eso fue. Es difícil distinguir se sorprende haciendo circular volantes en favor ma de la literatura es palabras». Insiste en que su en un cuento se la escamoteó el autor a su mujer,
a los dos en Macando. Ambos son síntomas de la de los guerrilleros que merodean siempre por las lenguaje sea «limpio» y preciso. El coronel, que que al despertar cierta vez de una siesta dijo:
misma aflicción. cercanías. El alcalde lo hace torturar, hasta que lleva este principio a la apoteosis fue redactado «Soñé que estaba haciendo muñecos de mante-
lo matan. Luego, temiendo las repercusiones, trata nueve veces. «Tuve la impresión de que lo es- qullla.» García Márquez deja intactas estas frases,
de ocultar el asesinato enterrando el cadáver en el cribía en francés», dice García Márquez, refirién- sin cambiar una sílaba. Las necesita en su estado
Con muchos cabos sueltos patio de la cárcel. Pero todo el pueblo conoce la dose a su gracia escultural. Los funerales es tam- puro. Dan a su obra ese lirismo que él estima so-
verdad. Bajo la sombra supurante de la culpabili- bién una obra cincelada y elegante. Si el autor bre todas las cosas. Y, más aún, mantienen abiertas
La historia de Macando, como la relata García dad colectiva, cada hombre, a solas como Edipo se desorienta a veces tejiendo sus tramas, una vez las fuentes. Sin ellas se sentiría perdido.
Márquez, parece una crónica de calamidades me- con su conciencia, descubre su culpa personal. Es que descubre el blanco, tiene la puntería de un
dievales. Hubo plaga y azotes en La hojarasca, que los carteles, sospechamos, no son el producto arquero suizo.
cataclismo moral en El coronel. El mal continúa en de un solo autor. Hablan en nombre de todos. Cada Cómo consiguió su minuciosa pureza de estilo es El líbro secreto
Los funerales. Si los pájaros que caen en el cerco cual ha leído en ellos su destino. La inundación un misterio que tiene algo de insondable. Tal vez
de alambre de la viuda Rebeca recuerdan las ratas retrocede poco a poco y la vida vuelve a la normali- encontró un precedente en el purismo colombiano, Hasta cierto punto -enfrentándose con la tarea
de La peste de Camus, es, dice García Márquez, dad. Pero la normalidad justamente es la ley del que a lo mejor en el fondo tiene sus virtudes. Pero cada vez m?'3 ardua de evocar un mundo que se
porque «ese es el libro que a mí me hubiera gus- hampa en Macondo, donde acecha un asesino en él lo niega. Su lenguaje no es Colombia, dice sen- va apagando con el transcurso del tiempo, quizá
tado escribir». La peste como un símbolo de la cada alma, esperando el momento de la retribu- cillamente, sino su abuela. La anciana tenía vena, para evaporarse por completo un día- ese es su
completa destrucción de los valores establecidos ción. y «ella hablaba así». Se oye a menudo su voz problema actual. «Yo leo mucho mis libros como
en un país crónicamente al borde del colapso Si La mala hora tiende por un lado a la parábola, lejana en la trastienda, recordando a García Már- crítico. No cambio de opinión. Creo que son bue-
aparece con toda su fuerza en La mala hora. no llega a realizarse plenamente en ese sentido, quez el mundo mágico de la infancia en que cre- nos», nos dijo en Pátzcuaro. Pero agregó que su
Aquí la desdichada Macondo, claramente en vís- porque deja demasiado a la casualidad. Tampoco ció, que transfigura a tantas de sus mejores pági- capacidad de renovación es limitada. Se miraba
peras de una nueva revolución, padece una erup- cumple completamente con su función de apólogo: nas. El clima de la infancia vista a través del pudor con severidad en ese momento. Dijo, algo melan-
ción de pasquines infamatorios que amanecen un no da equivalencias, ni evita los desniveles. Como del recuerdo impregna toda la obra de García cólico, que sólo podía escribir sobre las cosas que
día pegoteados a todas las paredes del pueblo. toda la obra de García Márquez, se encierra, a Márquez. Es un autor que, con leve ironía, busca caían dentro del campo inmediato de su
Revelan secretos familiares, calumnian, demuelen veces herméticamente, en clave y cifra. La cons- su imagen en paisajes olvidados. Hay escenas, dad. Lo que no podía asimilar directamente
reputaciones. Y estalla el pandemonio. Se anun- trucción, además, es episódica, basada en una se- gestos, frases y situaciones que se repiten con ejemplo, las experiencias de un dictador,
LUIS HARS GARCíA MÁRQUEZ O LA CUERDA FLOJA 77
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su lejano héroe revolucionario, el coronel Aurelia- de los padres, y a veces todo se vuelve confuso. y hay lluvias de flores», sin embargo, dice García El coronel. No sé por qué no se me había ocurrido
no Buendía, figura central de una biografía nove- En los cien años de historia hay cuatro José Arca- Márquez, «es tal vez el menos misterioso de todos antes: debe ser el largo monólogo del dictador en
lesca que comenzó a escribir en otro tiempo y dio Buendía y tres Aureliano Buendla», mis libros, porque el autor trata de llevar al lector el momento de ser juzgado por un tribunal popular.
también tuvo que abandonar- le parecía falso. De los José Arcadio, el más notable fue el pri- de la mano para que no se pierda en ningún mo- Estoy trabajando en las notas».
Tenía la sensación de haberse arrinconado con su mero de la línea, el fundador de Macando, un joven mento ni quede ningún punto oscuro. Con éste, Y esta vez, sospechamos, no será en el tacho
preocupación maniática por el estilo y la técnica. patriarca en su época que llegó al lugar a través termino el ciclo de Macando, y cambio por comple- de basura donde acabará el trabajo. Esa no fue
Le parecía ya no saber a dónde iba, como lo supo de la sierra con su briosa mujer, Ursula, otro de to de tema en el futuro» ('). nunca realmente una solución. Tirar las cosas
en La hojarasca y, sobre todo, en El coronel. los baluartes femeninos de García Márquez, y con Lo que podemos esperar en primer lugar del siempre es penoso, y lo peor del caso, como sabe
«Llega un momento», nos dijo, «en que en base de la vida de un hombre en la conciencia. Era un cambio, lo sabemos de fuente bien informada, es García Márquez, es que a veces reviven después.
pura técnica se puede hacer un libro». Trampean- amante de los pájaros que construía trampas y el prometido de profundis del despotismo. Se lla- Un boceto suyo llamado «Monólogo de Isabel vien-
do un poco, «podría publicar todos los años». Era jaulas para llenar el pueblo de sus amigos emplu- mará El otoño del patriarca, y «no será, como su- do llover en Macando», que suprimió de La hoja-
ese «virtuosismo estéril» lo que temía más que mados. También tenía algo de científico e inventor ponía», dice García Márquez, que seguirá haciendo rasca, se ha convertido luego -sus amigos lo
nada. El público lector podría no advertirlo, pero lo loco, y había trabado amistad imperecedera con politiquear a sus demonios entre los bastidores, persuadieron a dejarlo publicar en una revista-
advertirían sus amigos. Y es la opinión de ellos una banda de gitanos ambulantes encabezados «un libro muy largo, sino apenas más largo que en una pieza de antología, y hasta apareció como
la que cuenta para él. por el visionario Melquíades, un mago trotamundos material de lectura en un libro de texto. Lo que
Pasaba por uno de esos períodos de duda me- que en sus diversas transformaciones había sufrido (.) El segundo capitulo de Cien años de so/edad fue
demuestra una vez más que entre las penas y los
tódica en los que apenas pone la pluma en el todas las plagas del universo -el escorbuto, el adelantado en el núm. 2 de Mundo Nuevo (agosto 1966). placeres del arte de escribir está siempre el peli-
Garcia Márquez ya ha concluido la novela, que está en gro de que a uno lo recuerden justamente por las
papel. En sus malas rachas se siente gastado y beriberi, la pelagra- y sobrevivido milagrosamente. manos de la Editorial Sudamericana, de Buenos Aires, para
vacío, se amontona trabas, y decide que está aca- Melquíades y los suyos. Y sus descendientes, he- su publicación el año entrante. (N. de la R.) cosas que ha tratado de olvidar.
bado. Tal vez en esa ocasión las brumas del rederos de secretos alquímicos, llevan maravillas al
lago inquieto y la noche rumorosa tenían algo que pueblo: un imán que arranca clavos de las paredes,
ver con su melancolía. Nos dijo que cuando no una lupa que concentra los rayos solares, un te-
estaba filmando trabajaba como un esclavo, per- lescopio, un bloque de hielo, alfombras voladoras.
sistente y tenaz, levantándose a las seis de la ma- Con una primitiva máquina daguerrotipo que le
ñana «para mantener caliente el motor». Pero el dejan los gitanos, José Arcadio trata de fotografiar
trabajo de todo un día podía muy bien rendir a Dios, y con sus sextantes, astrolabios y brújulas
~\llllr~
apenas ocho o diez líneas de un párrafo que pro-
bablemente iría a parar al tacho de basura por la
noche.
Pero desde entonces el Angel Gabriel se ha re-
habilitado. Ha vuelto a descubrir su libro secreto,
descubre con pavor que el mundo es redondo. Su
mujer llega a los ciento quince años de edad,
y él en su vejez, se vuelve loco de remate y muere
atado a un castaño en el patio, delirando en latín
y discutiendo de teología con el cura.
-~ ~::=
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"" ......
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~m\~
que está más fuerte que nunca. La próxima fase Pero es tal vez el coronel Aureliano, su hijo,
del libro, que anuncia para marzo o abril de 1967, el que arroja la sombra más larga. Aureliano es
se llamará Cien años de soledad. Será la muy es-
perada biografía del elusivo coronel revolucionario,
«el miembro más destacado de la segunda genera-
ción, que hizo 32 guerras civiles y las perdió to-
PAPELES DE SON ARMADANS
Aureliano Buendía. De pronto brotó su imagen com- das». Aureliano, en el curso de su vida aventurera,
pleta en la frente de su creador. «Estoy loco de engendró diecisiete hijos naturales, que fueron to- Revista mensual dirigida por Camilo José Cela
felicidad», nos escribió García Márquez en no- dos asesinados en un masacre político. El se
viembre de 1965. «Después de cinco años de este- salvó por lo menos una vez inexplicablemente del
SUMARIO DEL N° 126 SETIEMBRE 1966
rilidad absoluta, este libro está saliendo como un pelotón de fusilamiento y murió orinando orgu-
chorro, sin problemas de palabras.» Dice que pro- Ilosamente en su patio. Hay en todo esto, dice C.J.C.: Viaje a U.S.A. o el que la sigue la mata. 3a. parte. La llegada.
mete llegar a cuatrocientas o quinientas páginas, García Márquez, algo categórico e inapelable. AMERICO CASTRO: Como y porque fue dualmente conflíctiva la literatura del
un verdadero maratón para él. Lo ha visitado como Cien años de soledad será «como la base del rom- siglo XVI.
un viejo amigo.«Es, en cierto modo, la primera no- pecabezas cuyas piezas he venido dando en los
HOMERO ARIDJIS: Gambito de Caballo de Troya.
vela que empecé a escribir a los 17 años. pero libros precedentes. Aquí están dadas casi todas
ahora más ampliada. No es sólo la historia del las claves. Se conoce el origen y el fin de los BAICA DAVALOS: Asaltos al arca.
coronel Aureliano Buendía, sino la historia de toda personajes, y la historia completa, sin vacíos, de CESAREA RODRIGUEZ AGUILERA: Nota sobre Soler-Jové.
su familia, desde la fundación de Macando, hasta Macando». Nos enteramos de la primera plaga
MARCELlNO C. PEÑUELAS: Benavente autor satirico.
que el último Buendía se suicida, cien años des- -insomnio y olvido- que lleva al pueblo Rebeca
pués, y acaba la estirpe.» Hay complicaciones en Buendía y que difunden por todas partes los dul- ANTONIO MOLlNA: El corazón y la memoria.
el camino. Los nombres, por ejemplo, de acuerdo ces caseros de Ursula; de la primera muerte, que Precios de suscripción: Un año, 500 ptas.; 6 meses, 275 ptas.
con las leyes cíclicas de Macando, tienden a repe- inaugura el cementerio con el cadáver de Melquía-
Extranjero: Un año, 12 dólares.
tirse una vez y otra vez. Una genealogía y una tabla des; y del destino trágico del último Aureliano
cronológica tendrán que acompañar al libro, para suicida, nacido para la soledad con un viejo estig- Redacción Administración - Suscripciones:
«porque los Buendía tenían la cos- ma familiar: una cola de cerdo. Y, «aunque en esta
de poner a los hijos los mismos nombres novela las alfombras vuelan, los muertos resucitan Francisco Vidal, 175. La Bonanova. PALMA DE MALLORCA (España)
H. ALSINA THEVENET
UN PANORAMA DE CRISIS 79

El caso de México gumentales y una característica lentitud, provoca-


• • da obviamente por la complacencia en la com-

Un panorama de cnsrs En su documentadísimo libro El cine mexicano


(Ediciones Era, México, 1963). Emilio García Rie-
ra impugna reiteradamente la organización indus-
posición fotográfica, limitan grandemente esos
films en la revisión posterior. En su momento
unieron sin embargo la pasión cinematográfica
Una crisis permanente deja de ser una crisis y se más cultos de América Latina. Es significativo que trial y la precariedad artística de medio siglo de con la documentación de un México popular.
convierte en una forma de vida. Para el cine de en grupos minoritarios de Buenos Aires y Monte- trabajo. "El cine mexicano ha sido traicionado Después Fernández cayó en desgracia con los
América Latina, las motivaciones de esa crisis son video se encuentre un adecuado conocimiento de por los mismos que, gracias a él, han hecho su productores, debió limitarse a ser intérprete en
tan abundantes, tan complejas y entrelazadas con quiénes son Bergman o Antonioni, ya impuestos fortuna», dice en la última página. En las 200 pá- films ajenos y quedó para la historia como una
factores políticos, sociales, industriales, comercia- durante diez o más años en la crítica, en cine- ginas previas, que arrancan desde la labor de figura del pasado. Su nombre es el más conocido
les y culturales, que se haría imposible buscar clubes, en sectores universitarios, pero en cambio «pioneer» que a fines del siglo XIX comenzó Sal- en una lista de artesanos de los últimos veinte
una solución radical y estable. se deje de lado toda indagación sociológica o es- vador Toscano Barragán con sus noticiarios, Gar- años, donde debe incluírse también a Roberto
tética sobre directores de habla castellana. Ese cía Riera examina en seis períodos algunos cen- Gavaldón (Macario), Ismael Rodríguez (La cuca-
1) Ante todo, el cine de Hollywood ha sido du-
desarraigo es una consecuencia y no una causa tenares de films y de directores, confirmando des- racha), y Benito Alazraki (Raices). Casi todos ellos,
rante este siglo el principal proveedor del público
de la pobreza del cine local. de cerca lo que se sabía desde lejos: el hábito como otros cuarenta directores, prescinden de un
latinoamericano. Posee parte de las salas exhibi-
por el melodrama, por un folklorismo fácil, por una sello personal, de una actitud creadora exigente.
doras, mantiene importantes empresas distribuido- 4) Sólo existe industria establecida, de produc-
comicidad primitiva. Al mismo dictamen concu- Han estado o están subordinados a la industria,
ras (habitualmente más poderosas que sus com- ción regular, en Argentina, Brasil, Cuba y México,
rrió después el escritor mexicano Manuel Michel para servir el lucimiento de figuras que fueron o
petidores de otras nacionalidades), ha moldeado en los otros países únicamente se ha llegado al
(en una nota de Film Quarterly, Berkeley. Cali- son populares, como María Félix, Jorge Negrete,
a buena parte del público a favor de sus temas, nivel de noticiarios, cortometrajes y films publicita-
fornia, Summer 1965), marcando duramente los Pedro Infante, Cantinflas, Sara García, Tin Tan,
estilos y estrellas. Desde 1950 hasta hoy, el cine rios, porque sería insensato instalar una indus-
estereotipos de tema y de estilo, el aislacionismo Ninón Sevilla, Libertad Lamarque, Lilia Prado, Pe-
europeo le ha presentado rivales en el mercado, tria que careciera de un público consumidor.
del cine mexicano en relación con su propia cul- dro Armendáriz, Arturo de Córdova y otros intér-
pero esto no modifica la situación de los produc- 5) El público existe sin embargo en toda Amé- tura y con el cine extranjero, los extremos absur- pretes creados o aprovechados por las necesida-
tores latinoamericanos, sino que en cierto sentido rica Latina. En teoría, nada podría impedir que dos de la censura y el proteccionismo oficial que des de producción. En la industria se filtran a
agrava las limitaciones de la industria local. Y no Chile, por ejemplo, inventara una industria cine- permite enriquecer a unos pocos hombres de veces los rasgos del talento personal, como ha
sólo Hollywood logró absorber ese golpe (fiIms de matográfica y vendiera sus productos en Vene- negocios. Un rasgo constante de esa industria sido el caso del director Fernández, de los fotó-
Antonioni, de Fellini, de Visconti y de otros euro- zuela, Colombia o Uruguay. Pero esa penetración es el proteccionismo interno de los sindicatos grafos Figueroa y Alex Phillips, de los intérpretes
peos son frecuentemente financiados y distribuídos de mercado es muy difícil. Está agravada por el (lo que los ingleses llaman «closed-shop attitude») Dolores del Río y Armendáriz, pero el promedio
por empresas norteamericanas), sino que la abruma- proteccionismo con que cada país levanta barre- para impedir la afiliación y por tanto el trabajo de del cine mexicano fue siempre la pobreza argu-
dora mayoría de los seriales de televisión, que ras, por elaborados mecanismos impositivos, por nuevos directores, libretistas, intérpretes y técni- mental, el exceso de diálogos, la carencia de algo
compiten abiertamente con el cine, proceden tam- un régimen de cuotas. El caso de Cuba es muy cos. Esto anuló decisivamente la posible creación que decir.
bién de Estados Unidos. Esa penetración indus- especial y esá condicionado por factores políticos, de movimientos renovadores, paralelos a los que Dos excepciones alteran ese cuadro. Desde su
trial y comercial, apoyada pacífica y legítimamente pero resulta notable que Argentina y México se Francia, Italia, Inglaterra, Polonia y hasta la Unión incorporación al cine mexicano (1946), el espa-
en los esquemas de la oferta y la demanda, deriva traten recíprocamente como competidores. El pro- Soviética vieron nacer en sus respectivas cine- ñol Luis Buñuel realizó una docena de melodra-
en la acomodación psicológica del público. A esos ductor argentino puede tolerar la importación de matografías durante la última década. Otro rasgo mas fáciles, de los que seguramente se ríe a
efectos, es irrelevante por ejemplo que los exitosos films de Hollywood, de París o de Roma con más es el proteccionismo gubernamental. Los créditos solas, pero también algunos films mayores, como
films de James Bond procedan de Gran Bretaña: facilidad que la de films mexicanos, porque sabe de producción son adelantados por un Banco Na- Los olvidados (1950), Ensayo de un crimen (1955),
poseen el estilo norteamericano y son distribuídos que éstos le pueden arrebatar una parte del gran cional Cinematográfico (creado por el presidente Nazarin (1958), El ángel exterminador (1963), Si-
por una empresa norteamericana (United Artists). público en todo el interior de la Argentina, por la Alemán en 1951), pero manejados de hecho por meón del desierto (1965). que junto a Viridiana
2) De hecho, el público latinoamericano ha sido simple coincidencia del idioma. Y por otro lado, los principales productores, con exclusión de los (realizado en España en 1963), aportan un testi-
así un pobre cliente de su propia producción lo- la exportación del film argentino se ha hecho independientes; éstos sólo pueden surgir así monio creador muy personal: la morbosidad, la
cal. Las excepciones son escasas. Varios films me- difícil por la carencia de una adecuada política de cuando tienen financiación para sus proyectos crueldad, la convicción antirreligiosa, la parado-
xicanos de Cantinflas (distribuídos incidentalmente distribución cinematográfica. Hasta el momento ha y cuando consiguen sustraer a la industria mayor jal obsesión por Dios, la vocación surrealista por
por la empresa norteamericana Columbia) obtuvie- fracasado la iniciativa de crear una entidad fede- los servicios de directores e intérpretes compe- los sentimientos puros y directos, más allá de la
ron enormes recaudaciones; desde Argentina, una rativa de productores, que debió llamarse Uni-Ar- tentes. Estos factores explican el clima general conveniencia social o de la consideración lógica.
excepción paralela se produjo con films de grandes gentina, sobre bases similares a las de Unifrance de fosilización, la dificultad de innovar en argu- Tras una larga fidelidad a sí mismo, Buñuel está
divos (Luis Sandrini), de estrellas "sexy» (Isabel o Unitalia. mentos, en rostros distintos, en estilos más mo- considerado hoy entre los primeros creadores del
Sarli, Libertad Leblanc) o de conjunciones estela- 6) El desconocimiento recíproco de los países dernos. Debe suponerse que ello a su vez condi- cine moderno.
res apoyadas por cierto en la grosera picardía de América Latina es una deficiencia que se mani- ciona los gustos del público mexicano. La otra excepción es Manuel Barbachano Pon-
revisteril, como La cigarra no es un bicho. Pero fiesta en muchos otros órdenes. En la literatura Durante 1945-50 Emilio Fernández fue el direc- ce, un productor a quien se debió Raíces (1953),
esas excepciones trasladan el problema, porque en o la sociología, que son materia verbal, el libro tor mexicano de mayor prestigio, a través de una dirigida por Alazraki, que mostraba en
esos y otros casos similares el éxito industrial y y la revista permiten una visión correcta de lo serie de dramas, generalmente de ambiente rural, episodios de fuerte sabor la vida campesina
comercial se apoya en la pobreza cultural y ar-
que se hace en un país vecino. En el cine, que que solían apoyarse en una virtuosa fotografía de México. Después Alazraki renunció a
tística.
depende de exhibir films, el libro y la revista sólo Gabriel Figueroa: La perla, Enamorada, Rio escon- tensión artística y se afilió declaradamente
3) Un resultado de esos esquemas ha sido el permiten una visión aproximada de la realidad, con dido, Pueblerina. Los excesos literarios de los cine comercial, haciendo más
desprecio al cine local por parte de los sectores inevitables omisiones y atrasos. diálogos, el rebuscamiento de las situaciones ar- primer film se debió en lo prlnclpal
80 H. ALSINA THEVENET UN PANORAMA DE CRISIS 81

ductor y no a su director. En 1955, Barbachano do por Alfredo Guevara (ningún parentesco con el gráfica de Julio García Espinosa y de Tomás Y El hombre de ñio (Philippe de Brocca), Junto a
como productor y Carlos Velo como director más famoso Che Guevara) y comenzó a editar la Gutiérrez Alea. En 1964 se llegó a siete films lar- la vastedad de escenarios, de música, de material
habrían de realizar Torero, un peculiar documen- revista Cine Cubano, dedicada a entrevistas y ar- gos. Entre los titulos destacados de los últimos humano, coexiste un enorme atraso cultural en
tal centrado en un día del «matador» Luis Pro- tículos propios sobre diversos problemas cinema- años debe citarse Historias de la Revolución enormes zonas del territorio, impidiendo al cine
cuna, donde se penetraba profundamente en el tográficos. En sus páginas consta un enorme vo- (Gutiérrez Alea), Cuba baila (García Espinosa), un desarrollo industrial que por varios motivos
mecanismo psicológico de un hombre dispuesto lumen de información sobre la producción nacio- El joven rebelde (García Espinosa), Las doce si- (y especialmente por el idioma) debería apoyarse
a jugarse su vida en la plaza de toros. A Barba- nal. Paralelamente, el ICAIC desarrolló varias llas (Gutiérrez Alea), Año Nuevo (Jorge Fraga), en su público nacional. Varias veces los artistas
chano se debieron después la contratación de tareas conexas de educación popular y de ense- El otro Cristóbal (Armand Gatti, con un equipo y productores brasileños procuraron salir de esa
Buñuel para Nazarln y la del español Juan An- ñanza especializada a los cuadros de alumnos franco-cubano), Crónica cubana (del uruguayo Ugo situación. Un movimiento de 1949-54 llevó a la
tonio Bardem para realizar Sonatas (1959), sobre en materia cinematográfica. Hacia 1961, cuando Ulive), Cumbíte (Gutiérrez Alea), La decisión (José fundación de la empresa Vera-Cruz, donde bre-
Valle-Inclán, film que la crítica consideró fallido se agudizó la crisis entre Cuba y Estados Unidos, Massip), Tránsito (Eduardo Manet), En dlas como vemente volvió a lucir el empuje del productor
y que mereció escasa difusión. el gobierno revolucionario completó la confisca- éstos (Fraga). Con la excepción de G/selle (un y el director Alberto de Cavalcanti, un brasileño nó-
El dato más alarmante de la producción cine- ción de salas, de empresas extranjeras y de films, film sobre ballet, dirigido por Enrique Pineda Bar- mada e internacional que durante unos pocos
matográfica mexicana es su carencia de asimila- llegando a la paradojal situación de que los films net, con actuación principal de la bailarina Alicia años procuró dar vitalidad al cine de su patria.
ción de un lenguaje visual. Sus films se apoyan de Hollywood (y algunos de otros países) no en- Alonso), toda esta producción tiene un marcado De aquel período quedan algunos films de mar-
en la palabra hablada, a un grado tal que no tran en Cuba, mientras dentro de la isla el ICAIC sello político. El tema es siempre nacional: el cado acento nacional: Terra e sempre terra
sólo se violentan básicas exigencias estéticas mantiene una envidiable cinemateca nutrida con mundo campesino, la reforma agraria, el drama (Tom Payne), Caicara (Adolfo Celi), O canto
sino que se disminuye la comprensión por un pú- el fruto de la confiscación. De ese modo, seme- de la revolución, la amenaza de la invasión ex- do mar (Cavalcanti), Sinha Moca (Payne), y sobre
blico internacional. Films como Tlburoneros (de jante volumen de material fue dedicado a la di- tranjera, con agregados ocasionales de humor y todo O Cangaceiro (Lima Barreto), que obtuvo un
Luis Alcoriza), que cuentan con buenas labores vulgación y enseñanza del cine. de música. Desde un punto de vista cubano, esa premio en Cannes y notificó al mundo que en Bra-
fotográficas, se expiden en frondosos diálogos, A los mismos fines contribuyó el aporte ex- constancia temática puede ser entendida como sil se podía no sólo hacer cine como objetivo in-
más allá de las necesidades del tema. Y hasta tranjero. Tras la visita a Cuba de algunas perso- un instrumento de necesaria propaganda, dentro dustrial, sino darle también un preciado estilo
una reciente pretensión vanguardista como Los nalidades relevantes (Gérard Philipe, Cesare Za- y fuera del país. Un extranjero puede señalar visual, un dinamismo que nacía de la acción y
blenamados (de Juan José Gurrola y Juan lbá- vattini, Joris lvens, Chris Marker, Agnes Varda) otras objeciones, porque la propaganda conduce de la concepción de fotografía y montaje.
ñez) se apoya tanto en la literatura que el cine se aumentó el intercambio entre Cuba y Europa. a la simplificación dramática, a los diálogos con- En 1954 sobrevino una crisis de producción, que
queda desplazado. Algo similar ha ocurrido con casi En términos de colaboración y hasta de copro- ceptuosos y literarios, aun entre virtudes de am- dejó librado el cine brasileño a la iniciativa in-
todos los films que se presentaron al Concurso para ducción se ubican algunos de sus films naciona- bientación, de ritmo, de belleza plástica. dividual. En 1955, Nelson Pereira dos Santos rea-
jóvenes realizadores en 1965. Aunque había valores les, como Para quién baila La Habana de Vladi- El cine cubano es prácticamente desconocido lizó Rio 40', corte transversal a la sociedad de la
conocidos como los novelistas Carlos Fuentes, Ga- mir Cech (con Checoslovaquia), Preludio 11 de en el resto de América Latina. Los cubanos lo capital, con el acento en las clases más pobres,
briel García Márquez y Juan García Ponce, en el Kurt Maetzig (con Alemania Oriental), Soy Cuba atribuyen a la presión extraoficial de Estados en su música y en su poesía. El film sería esen-
libreto; directores de teatro y televisión como los de Mijail Kalatozov (con la Unión Soviética). En Unidos sobre los circuitos de distribuidores y ex- cial para lo que luego dio en llamarse el Cine
citados Gurrola y Juan Ibáñez, o el casi homónimo los mismos términos cabe entender también el hibidores; por otro lado, los norteamericanos nie- Nuevo. El mismo Pereira lo continuó con Rlo Zona
José Luis Ibáñez; críticos como Manuel Michel y envío de artesanos cubanos a paises socialistas gan ejercer tales presiones y manifiestan que Norte (1957), Mandacaru Vermelho (1961), Boca
J. E. Pacheco, sus films parecían depender visual- europeos para su especialización técnica, y el en- simplemente el cine cubano carece de interés de ouro (1962) y Vidas secas (1963), alcanzando
mente demasiado de la «nouvelle vague» (no tan vío de profesores checos y soviéticos a los cursos para los públicos del continente. En Francia y en su personal madurez, sobre una inspiración bá-
nueva ahora) o del contubernio Bergman-Antonioni, cinematográficos que el ICAIC organizó en Cuba. países socialistas europeos ha obtenido mejor di- sicamente neorrealista. Paralelamente, el joven
y eran en realidad de inspiración sobre todo lite- En estos puntos, Guevara he hecho cuestión de fusión y varios premios y menciones en los Fes- Walter Hugo Khoury (estudioso de Bergman, de
raria. A este reproche parece escapar un film re- reservar a Cuba la decisión en materia artística tivales de Moscú, Sestri Levante, Oberhausen, Lang, de von Sternberg) reveló en Na garganta
ciente, Tiempo de morir, dirigido por Arturo Ripstein y ha declarado que el intercambio con extranje- Leipzig, Karlovy-Vary, Londres y Cracovia. En la do diebo (1959) un refinamiento de lenguaje muy
con argumento de García Márquez, que ha obtenido ros no debe ser entendido como una subordi- revista Cine Cubano puede encontrarse amplia do- superior al melodrama que utilizó como argumen-
elogios en el Festival de Cartagena (Colombia) y en nación. cumentación sobre la industria local, aunque está to. Y otro joven, Roberto Farías, mostró en CI-
otras partes. La producción cinematográfica cubana fue sumergida en una abundante prosa castellana que dade Amear;ada (1960) la influencia del film po-
orientada desde el principio hacia finalidades po- ignora la síntesis. licial de Hollywood, pero recibió elogios por su
pulares, con abundantes cortometrajes (22 films sensibilidad cinematográfica.
El aislamiento cubano en 1960) de carácter mayormente documental, so- En el fondo de estos esfuerzos individuales, la
bre temas sociales y políticos. En esos cortos, Brasil, mundo aparte industria brasileña perduró comercialmente por
Fidel Castro subió al poder elide enero de como en la línea de dibujos animados y en una la insistencia en la comedia musical y popular,
1959, inaugurando un cambio radical en la so- denominada Enciclopedia Popular, se formó para- La prehistoria del cine brasileño mostró los ras- a menudo grosera de asunto y diálogos, que
ciedad cubana. Pocas semanas después, el 20 de lelamente un grupo creciente de realizadores, gos de una lucha por la identidad propia, que usufructuaban las canciones de moda y que dio
marzo, la ley núm. 169, tras una profusa motiva- guionistas, fotógrafos, técnicos e intérpretes. La continúa hasta hoy. Por un lado, es un país rico en llamarse «chanchada». Esas producciones
ción comenzada radicalmente con la frase «Por obtención de fondos gubernamentales y la insta- en recursos, en rasgos propios, en peculiarida- standard, restringidas al mercado interno, no re-
cuanto el cine es un arte ...», creaba el Instituto lación de laboratorios crecieron por igual desde des humanas; por otro lado, no ha podido inte- portaron ningún prestigio exterior. Contra ellas,
Cubano del Arte e Industria Cinematográficos 1961, provocando el mayor volumen y la mayor grar una industria coherente que sirva de testi- un grupo de jóvenes habría de comenzar films
(ICAIC), en 18 artículos que preveían la organi- ambición de los films de largo metraje. En 1959 monio al país. En cambio es un fondo ideal para más personales y ambiciosos. En 1962, año l del
zación de producción, distribución, estudios y sólo se habían hecho cuatro films cortos, que el productor extranjero que busque exotismos, Nuevo Cine Brasileño (según callflcación del crí-
créditos. Desde un principio el Instituto fue dirigi- destacaron en especial la sensibilidad cinernato- como lo probaron Orieo Negro (Marcel Camus) tico Alex Viany) se produjeron 19 films, incluyen-
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do cinco de mejor fama: Os cafajestes (Ruy Gue- de esas empresas perdura hasta hoy. Durante su creyó más adecuados para diversos festivales in- iemiento, que no aumentó su prestigio pero le
rra), O pagador de promessas (Anselmo Duarte), época inicial la industria se estabilizó rápidamen- ternacionales. Su actividad más importante fue ins- compensó enormes deudas financieras anteriores.
O assalto ao trem pagador (Roberto Farías), te con la explotación de figuras ya populares en tituir un régimen de créditos (como adelanto para Otros realizadores más jóvenes se destacaron
Tres cabras de Lampiao (Aurelio Teixeira) y Man- el teatro y la radio, como los cómicos Luis San- el comienzo de cada producción) y otro de pre- desde 1960 con menos films. David José Kohon
dacaru Vermelho (Pereira dos Santos), que luego drini, Pepe Arias, Florencia Parravicini, Nini Mars, mios anuales. Por todas esas tareas, encuadradas (Prisioneros de una noche, Tres veces Ana), Ro-
reunirían premios en festivales y serian compra- hall, Enrique Serrano, los cantantes Libertad La- en un declarado proteccionismo, el Instituto ha dolfo Kuhn (Los jóvenes viejos, Pajarito Gómez),
dos por distribuidores extranjeros. Allí comenzó marque y Hugo del Carril, la actriz Tita Merello, recibido enormes críticas. A los nueve años de Lautaro Murúa (Shunko, Alias Gardelito), Fernan-
el equivalente de la «nouvelle vague» francesa. entre muchos otros. Y en la primera década llega- trabajo, originó sucesivos conflictos con exhl- do Birri (Los inundados), José Martínez Suárez
Nuevos films de Khory, Pereira dos Santos, Glau- ron a hacerse unos pocos films de calidad, como bidores, distribuidores y autoridades de festivales, (Dar la cara), Ricardo Alventosa (La herencia) y
ber Rocha, Ruy Guerra, Paulo Cesar Saraceni, Viento Norte (Mario Soffici, 1937), Prisioneros de toleró una formidable corrupción en créditos y Leonardo Favio (Crónica de un niño solo, Roman-
integrarían lo que el crítico francés Louis Marco- la tierra (Soffici, 1939), La guerra gaucha (Lucas premios, envueltos por igual en el soborno ino- ce del Aniceto). Todos ellos, igual que los mu-
relles denominó "un joven cine, fruto del azar y Demare, 1942), inspirados en temas de la historia cultable, y permitió que la industria mayor obs- chos realizadores de cortometrajes, han tropezado
de la audacia, antes que de una situación polí- y de la literatura del campo argentino. Años des- taculizara los esfuerzos del grupo de jóvenes dis- con enormes dificultades de financiación y dis-
tica y económica verdaderamente clara». El mis- pués, algunos historiadores reclamarían para otros puestos a hacer un mejor cine argentino. Parado- tribución, ante una industria mayor que es pode-
mo crítico señala que "en Brasil se quiere crear directores del período (Manuel Romero, José A. jalmente, todo el proteccionismo oficial descuidó rosa. Un signo de ese combate fue la negativa
un cine nuevo que no sea ni demagógico como lo Ferreyra, Leopoldo Torres Ríos) el mérito de ha- la tarea básica de obtener mercados exteriores de jurados corruptos a dar ninguno de los 15 pre-
fue el neorrealismo en su declinación, ni gratuito ber expuesto otra autenticidad popular en films para la producción nacional. mios anuales a Birri y a Murúa, aunque sus films
como lo es la 'nouvelle vague' a la hora del cómicos, ambientados mayormente en la ciudad, Paralelamente iniciaba su camino un cine inde- aparecían premiados simultáneamente en festiva-
scotch-. Los problemas de ese cine barato, reali- pero difícilmente ese aporte podría ingresar a pendiente, apoyado en el talento, la inspiración les internacionales. Otro signo es que la recupe-
zado sin estudios, a menudo con la cámara en una escala de valoración estética. y la exigencia de realizadores individuales. La re- ración industrial está calculada para dar más di-
mano, son ante todo los problemas del Brasil, y La postguerra coincidió con el ascenso al po- conocida figura mayor fue Leopoldo Torre Nils- nero al film que produce más entradas, olvidando
no es casual que varios nuevos films hayan expe- der de Juan D. Perón, inaugurando una década son (nacido en 1924, hijo de Leopoldo Torre la necesaria protección al film de calidad. Ló-
rimentado tropiezos con la censura moral y polí- política de formidables consecuencias sociales. El Ríos), que desde La casa del ángel (1957) habría gicamente, varios realizadores se apartaron del
tica. Por un lado, hay que expresar los dramas cine comenzó a ser orientado desde el gobierno, de ejemplificar las ventajas de una temática y un cine y hasta de la Argentina, dejando su lugar a
del campo, del hombre, de la violencia (Vidas se instaló el dirigismo en rubros esenciales (como estilo personales, cuyos antecedentes deben ser otros que llegan a combatir contra los cuadros
secas); por otro lado, el hombre de la ciudad la obtención de película virgen) y se solicitó rastreados en Bergman y en Buñuel. En dramas establecidos.
experimenta también las incertidumbres y las en- compulsivamente la adhesión política de persona- tocados por el virtuosismo plástico y por una A mediados de 1966, cuando se produjo el gol-
cerronas morales que han preocupado a Fellini y jes importantes en la industria. El resultado fue inclinación al dato morboso (El secuestrador, La pe militar que llevó al poder al general Juan
Antonioni en Italia, lo que fundamenta la línea de una crisis múltiple, que favoreció a México en la cekie, Fin de fiesta, La mano en la trampa, La te- Carlos Onganía, se confió en que las nuevas au-
O desafio (Saraceni), elogiada en el Festival de obtención de mercados latinoamericanos, en la rraza), Torre Nilsson sirvió simultáneamente de toridades impusieran bases de racionalización a
Río de Janeiro (1965). Sobre la preocupación de expatriación de figuras estelares (Libertad La- ejemplo a otros realizadores de su país y de ade- diversas actividades nacionales. Durante las pri-
los temas se apoya aún la del lenguaje. Como marque, Nini Marshall) y en el deterioro general lantado al intercambio con otros países. No sólo meras semanas, el nuevo interventor del Instituto
era previsible en un cine personal, los nuevos de la industria argentina. En los mismos momen- ha llevado sus films a diversos festivales y los Nacional de Cinematografía declinó toda medida
realizadores brasileños aspiran a lucirse por me- tos en que Italia cerraba la llamada «era del te- ha vendido en otros mercados, mediante auda- radical; sin duda sabe la complejidad del proble-
dio del virtuosismo fotográfico, del que pueden léfono blanco» y daba nacimiento al neorrealis- ces viajes personales, sino que se adelantó tam- ma, en el que se mezclan presiones nacionalistas,
ser adecuado ejemplo los formidables y veloces rno, Argentina retrocedía desde un cine popular bién a la coproducción con Francia, con Brasil, intrincados intereses comerciales, necesidades in-
recorridos de cámara alrededor de una mujer a un cine pretendidamente culto y en definitiva con Estados Unidos. Junto a Torre Nilsson, su ternacionales, gestiones de voluntarios censores.
desnuda en Os cafajestes, o la brillantísima secuen- conformista, que adaptaba y deformaba a Tolstoi, amigo Fernando Ayala estableció desde 1956 (en Se supone que sólo una nueva política tecnifica-
cia final de Os tuzis, también de Ruy Guerra. Esos a Flaubert, a Andreiev, a Dostoyevski, a Pirande- Ayer fue primavera, en Los tallos amargos) una da para el cine puede corregir la situación actual
lucimientos tienen riesgos, pero siempre son me- 110, o filmaba biografías del poeta Bécquer y del voluntad de estilo que culminaría en 1959 con de la industria argentina, donde los contados éxi-
jores que la convención. músico Albéniz, en un fallido intento de atrapar el El jefe, primer film de su sello propio (Aries) y tos descansan en el prestigio de actores cómicos,
Hasta mediados de 1966, el nuevo cine brasile- mercado .de España. testimonio de moldes mentales nacionales. Más de cantantes de la "nueva ola», de estrellas lige-
ño no había conseguido asentar internacional- Desde setiembre de 1955, cuando fue desplazado tarde Ayala mantuvo su intención en otros apun- ras de ropas. Entretanto, se producen menos films,
mente una red de distribución internacional. Muy el régimen peronista, arranca la nueva época del tes de critica social, cuyo mejor ejemplo es Paula la exportación es casi nula y media docena de
pocos de sus films son conocidos en Europa y cine argentino, caracterizada ante todo por la Cautiva (1963), pero varios fracasos comerciales creadores que han sido importantes prefieren
en la misma América Latina, apoyándose habi- fundación del Instituto Nacional de Cinematogra- sucesivos le obligaron a emerger en 1966 con un vivir de otras actividades o radicarse en otros
tualmente en la difusión aislada de los festivales fía (abril 1957). Allí se implantan una nueva forma hábil sainete de picardía y erotismo, Hotel elo- países.
y los cine-clubes. del proteccionismo oficial y la semilla de un cine
independiente, por contraste con el cine indus-
trial. A través de sucesivos presidentes e inter-
Argentina desconcertante ventores, nunca especializados en materia cine-
matográfica, el Instituto estableció un impuesto so-
La industria cinematográfica existe desde poco bre entradas en las salas, reunió enormes sumas
después de inaugurada la era sonora, con la fun- de dinero, dictaminó la calificación de los films
dación casi simultánea en 1933 de los estudios en categorías, impuso su exhibición obligatoria
Argentina Sano Film y Lumiton; sólo la primera en las salas nacionales y eligió los títulos que
SEVERO SARDUY
liBROS Y AUTORES 85

inevitable que entre el lenguaje metafórico y él estructurante, como lo que se elude), frente al
se cree una separación, una distancia. Signo de cual la palabra falla. Y ese fallo señala el sig-
Sobre Góngora: lo literario, esta separación llega en Góngora has-
ta el máximo. El terror (así llama Paulhan el re-
nificado ausente. La cadena longitudinal de la perl-
frasis describe un arco: la lectura radial de
chazo de la retórica) desaparece: el significado
La metáfora al cuadrado ausente se pierde en una trama de sígnificados
esos fallos permite descifrar el centro ausente.
Esa referencia central es la naturaleza pensada.
La metáfora es esa zona en que la textura del metonimias va a conducirnos a lo largo de una posibles. En los clásicos la distancia entre fi- Cornucopia, flores y frutos demasiado iluminados
lenguaje se espesa, ese relieve que devuelve el sucesión de objetos dorados. Ocurre así con el gura y sentido, entre significante y significado, es sobre un fondo negro: motivos cargados, barro-
resto .de la frase a su simplicidad, a su inocen- cristal, con la nieve... siempre reducida; el barroco agranda esa falla co italiano.
Todas las Soledades no son más que una gran entre los dos polos del signo.
cia. Levadura, reverso de la superficie continua
del discurso, la metáfora obliga lo que la circun- hipérbole; las figuras de retórica empleadas tie-
da a permanecer en su pureza denotativa. Pureza. nen como último y absoluto significado la hipér- Espejo
No hay que olvidar las implicaciones morales de bole misma. Debíamos preguntarnos si el barro- Leer la realidad
esa palabra: de alli que la metáfora haya sido C9 no es, esencialmente, más gue una inmensa !Jna línea virtual atraviesa el Roema y divide sus
considerada como algo exterior a la «naturale- hipérbole en la cual los ejes de la naturaleza En toda metáfora gongorina la categoría primera, versos en dos partes simétricas que se 0Ronen
za" del lenguaje, como una «enfermedad»: de (en el sentido que dimos anteriormente a esta el código de lectura, es lo simbólico: a partir y duplican mutuamente. como el espacio de un
alli que se le haya culpabilizado, arrastrando esa palabra) han sido rotos, borrados. de él se lee la realidad. La poesía es un proyecto espejo y el eSRacio real. De ambos lados de esa
censura a todas las figuras de retórica. No en- Cuando no se trata de transcribir un elemento de cultura, que se sustenta en la cultura, y todo -línea se encuentran las unidades de sonido (y
vano Santo Tomás se vanagloriaba de no usar de percepción, cuando ni la nieve, ni el oro, ni lo que es exterior a ésta toma con relación al .de sentido), de significante (y de significado).
ninguna. el cristal llegan, en sus multiplicaciones, a totali- lenguaje la connotación de referencia. De allí esa Habría que estudiar la constancia de este fe-
Pero si hasta entonces la metáfora deprava la- zar la lectura de la realidad que el poeta quiere resistencia que, durante siglos, ha dado al adje- nómeno en todo el arte español: no sólo en la
«naturaleza» del lenguaje, Góngora desculpabl- transmitir en toda su densidad (para lo cual no tivo gongorino un sentido equívoco. literatura. Las Meninas sería el momento en que
liza la retórica a tal extremo que el primer grado bastaría ningún absoluto metafórico, ya que to- El código de lectura, el espejo «aunque cón- el espejo se sitúa virtualmente fuera de la tela,
del enunciado, lineal y «sano», desaparece en su dos convertirían esa realidad en algo homogéneo, cavo, fiel", en que viene a reflejarse lo real, es retirando así a la superficie física del cuadro, a
poesía. Parte de un terreno erosionado, roído monocromático, es decir, que la traicionarían), en- una lengua compuesta por todos los elementos la tela en el sentído literal de la palabra, toda
a priori; el terreno de las metáforas tradicional- tonces Góngora recurre a la imagen del propio culturales del Renacimiento: referencias mitológi- importancia, e lrnponlendo su presencla mar-
mente poéticas, esas que para los otros poetas discurso. cas, astronómicas, plásticas, literarias, etc. Ese ginal (2). En la «Soledad Primera» lo interesante
y para la lengua literaria son hallazgos metafóri- La realidad -el paisaje- no es más que eso: saber ordena la naturaleza y la interpreta a par- es que esta línea atraviesa también el relato.
cos. Parte de ese nivel -como los otros del ni- discurso, cadena significativa y por lo tanto des- tir de sus concepciones rígidas. Si hay nociones Notemos que el viejo pastor recibe al náufrago
vel hablado-; en su obra toda figura retórica cifrable. que deben ser eliminadas, otras deben ser trata- como a un hijo, porque le recuerda a su hijo
alcanza per se un registro suprarrétorlco, El sim- El peregrino de las Soledades se encuentra das según cánones retóricamente fijos. Para Gón- ahogado; al final del poema el náufrago asiste
ple hecho de ser escrita hace, en la obra de ante un paisaje al estilo renacentista en el cual gora la poesía no se inventa, sino al contrario, a una boda, él, que había abandonado la tierra
Góngora, de toda figura, una potencia poética se ven un río y unas islas. ¿Cómo nos introduce pertenece a un mundo ya formado, de leyes a causa de una frustración amorosa. La sime-
al cuadrado. Góngora en esa totalidad? A través de la imagen fijas. trfa que se impone
del discurso: las islas son como paréntesis (pa- Poesía que es, por naturaleza, tropo, que elude náufrago / ahogado
Si el agua cristal, el cristal agua. réntesis frondosos) en el periodo de la corriente. (e-Iudere) todo mensaje. Los versos constituyen boda realizada / boda frustrada
Así debía de interpretarse también el verso 194 una serie de perifrasis: círculos que recorre la
Esta metáfora al cuadrado puede presentarse en lectura y cuyo centro, aunque elíptico, está siem- podría extenderse a todo el texto, y quizás a las
su estructura como una re~ersión de la metáfora de la «Soledad Primera»: si mucho poco mapa cuatro Soledades si el proyecto del autor se hu-
les despliega, en el cual Góngora recurre a un pre presente, El significado elíptico de la perl,
simple. Alonso ha señalado (1) ese carácter bluní- biera realizado (cuatro edades del hombre: ju-
sintagma gráfico. frasis gongorina funciona como ese «nudo pató-
voco: si el agua, por ejemplo, se metaforiza en ventud, adolescencia, virilidad y senectud, o qui-
geno» de que habla Jacques Lacan: en la lec-
cristal, el cristal será devuelto al agua. Ese re- zás, cuatro sitios de soledad: campos, riberas,
tura longitudinal del discurso es ese tema regu-
torno, ese movimiento de bumerang conlleva su selvas y yermo).
larmente repetido (repetldo c o m o ausencia
elemento de marca, constituído por una cantidad La negación del terror
adverbial. Si el agua ha sido metaforizada en cris-
tal, el cristal va a aparecer como agua dulce- Si el nivel puro del lenguaje es aquel que no (2) Creo que un espejo ha sido utilizado aunque el
hecho de que Velázquez aparezca pintando con la mano La pulsación del sentido
mente dura. contiene ninguna figura de retórica (por supues- derecha, y no con la izquierda, como se hubiera visto en
to, la existencia de ese nivel es muy discutible, un espejo, parezca desmentirlo. El supuesto espejo en el «abran las puertas exterioridades
Cristal, nieve, oro... ya que lo que se entiende por nivel puro es en fondo del salón, donde se verían reflejados el rey y la
reina no es más justificable: las dimensiones que alli al discurso, el discurso a las verdades» (3).
Ese juego reactivo de la metáfora va a condu- realidad una cadena de figuras naturalizadas), es tienen los monarcas supone una distancia muy reducida
entre ellos y éste. Velázquez, en este lienzo cuya talla El discurso es un intermediario sobre el cual
cirnos a una especie de contaminación, a una coincide con la de las Meninas, pinta las Meninas y no se abren «las exterioridades» y que está a su
multiplicación geométrica, a una proliferación de (1) Dámaso Alonso: Luis de GÓngora. Las Soledades.
otra cosa: el cuadro no nos dirige hacia ningún otro vez abierto a «las verdades". Doble movimíento
Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid, 1956. Para espectáculo que Velázquez pudiera pintar.
la substancia metafórica misma. Toda la realidad Notable es el hecho de que la civilización haya sido que establece a través de la línea del discurso
estudiar a Góngora, Alonso modificó la concepción de
legible coincide, se precipita y ordena en ese s~~tagma según Saussure, añadiéndole la idea de progre-
llevada a situar un espejo real, en la pequeña sala del (línea discreta, es decir, interrumpida) una pul-
sion de Bally. En estas apresuradas notas, citas del trabajo museo del Prado, justamente allí donde debía encontrarse
punto en que cruzan los conceptos del absoluto el otro espejo, el virtual. sación del sentido. Y es esta oscilación de los
metafórico. Al ver la palabra oro, una serie de de Alonso, traté de incorporar a la noción de Bally algunos
de los aportes del estructuralismo actual, Barthes y Lacan. (3) Al sepulcro del rey Felipe 111. signos, esta doble abertura que crea una falla en
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el interior del discurso la que nos permite «leer» el astrofísico. «¿Advirtieron ustedes como una cien- asfixia que producían los escritores de suplemen- re saber cómo son estos escritores. qué piensan
las Soledades. cia deshumanizada puede caer en la zoología más tos literarios, demasiado elegantes para ser talen- del tango, de las mujeres y del último partido de
El poema como cambio perpetuo, como subs- irreverente?», reflexiona a su vez el Navegante tosos. fútbol. Entonces, se organizan mesas redondas, con-
titución siempre inestable y nacimiento siempre Solitario. Sin embargo, el acercamiento de Marechal al ferencias, audiciones de televisión. Beatriz Guido
precario de signos, allí donde tiene lugar esa En el segundo concilio, es el profesor Bermúdez peronismo provocó una reacción (alimentada por y Marta Lynch son reconocidas por la calle. las
pulsación entre lo externo y la verdad: en la el que toma la palabra para demostrar la degrada- un ataque en la revista Sur, por entonces influyen- revistas comentan la operación que modificó la
frontera oscilante de la página. ción del hombre en el Tiempo y, también. para te) que lo sumió en el silencio por casi dos déca- nariz de Silvina Bullrich. Todo esto es un poco
dar la bienvenida al futuro Hombre de Sangre, das. Y Adán Buenosayres sólo fue un nombre para ajeno a Marechal. Después de tantos años, se
un ser superior que arrasará con las miserias de algunos iniciados. El público lo dejaba perecer en encariñó con la tranquilidad, se acostumbró a vi-
las generaciones anteriores. O quizá (se sospe- las estanterías de los viejos libreros, sin mirarlo. vir en silencio y, como antes, ahora apenas sale
cha) es una maniobra de Severo Arcángelo para au- Sólo ahora que El Banquete anda por la tercera de vez en cuando, nunca da conferencias y pronto
toerigirse en ídolo. La tercera etapa es el ensayo edición, esa primera novela de Marechal se trepa harán diez años que no pisa un cine o un teatro.
«El Banquete», de Marechal general del Banquete: los comensales se sientan a todas las listas de best-sellers; el año pasado Para los que lo interrogan sobre el significado de
ante una mesa giratoria que los conduce al vó- cinco tesis de licenciados en Letras analizaron el El banquete tiene siempre la misma respuesta:
Lisandro Farías, el protagonista de El Banquete de mito y asisten a la Operación Cybelles: la fabulosa libro. Los lectores argentinos devoran Marechal a «Es una novela de acción». El prólogo dice: «Es
Severo Arcángelo, persigue noticias y compone ne- aparición de una viuda tratada químicamente los la par que los libros de Julio Cortázar, lo que ya una novela de aventuras, o de "suspenso». como
crologías maliciosas para el diario del doctor Bour- convierte en seres alucinados y arrepentidos. es mucho decir. se dice hoy: se dirige, no a los niños en tránsito
nichon (1). También está casado con Cara Ferri Entretanto Gag y Mago:;; habían saboteado por Esta ingratitud de 1948, no pareció molestar de- hacia el hombre, por autoconstrucción natural, sino
(a quien conoció en un Congreso de Mujeres todos los medios los sucesivos proyectos. Pablo masiado a Marechal. Se recluyó en su departa- a los hombres en tránsito hacia el niño. por auto-
Libres) que lo sumerge en un mundo de cacerolas Inaudi, El Salmodiante de la Ventana, se reveló mento, acompañado de su mujer Juana Elba Ros- destrucción simplificadora». Se puede estar de
y licuado ras. Cuando ella muere, Farías descubre la como el ideólogo del asunto; Farías colaboró en baca (él la llama Elbiamor) y una biblioteca donde acuerdo con el autor si se dice que El Banquete de
libertad, (vtenla yo en los talones algo así como un estudio sobre la viuda que lo obligó a tras- reinan por absoluta mayoría los autores griegos y Severo Arcángelo es, además, una novela de aven-
un paso de balle») abandona la vida ordinaria y ladarse a una extraña casona del barrio de San los clásicos. Siguió enseñando en las escuelas se- turas.
comienza a deambular por los concursos de pre- Telmo, y Severo Arcángelo, seguido de cerca por cundarias, leyendo hasta las cuatro de la mañana,
guntas y respuestas. Se harta, se siente fracasado Impaglione, había lanzado parte de sus teorias tomando mate a la hora del almuerzo y mirando
y resuelve suicidarse con el revólver de su tío Lu- entre gritos, amenazas y golpes de efecto. En este la televisión «porque es una purga necesaria». Frente a la literatura
caso En el minuto fatal, precedida por un perfume momento, el lector supone que tanto misterio que- Entre la primera y la segunda novela tuvo tiempo
de glicinas aparece la Enviada Número Tres y dará aclarado. No es así. Una simple información: de escribir doce obras teatrales y una centena En Adán Buenosayres estaba toda entera una ge-
lo guía hasta una quinta de veraneo en San «el banquete fue», más la promesa de que aque- de poemas. Frente al éxito de 1965, Leopoldo Ma- neración de intelectuales que dudaba entre la me-
Isidro. llos que resistieron la prueba están en la Cuesta rechal muerde alguna de sus innumerables pipas tafísica poética y el lunfardo de los tangos, que
Allí, un puñado de personas se empeña en la del Agua (el paraíso prometido, situado en alguna y sonríe. mezclaba a Schopenhauer con el mate y a las
preparación de un banquete misterioso y gigan- provincia del Norte argentino) es lo único que re- Quizá recuerde la época de Martín Fierro, una ciencias ocultas con los campad ritos. Era un Bue-
tesco. Los preparativos progresan en medio de velan las páginas finales de El Banquete de Severo revista que revolucionó a la Argentina en la década nos Aires de poetas pálidos, de amores imposibles,
concilios, ensayos y atentados. La dirección de la Arcánge/o. del 20 y donde hicieron sus primeras armas Jorge de zaguanes sombríos en el barrio de Villa Crespo.
esotérica empresa está en manos de Severo Ar- Luis Borges, Eduardo Mallea, Francisco Luis Ber- En la última parte, los personajes descendían a un
cángelo, un personaje casi siniestro que reparte nárdez y casi todos los escritores que hoy rozan infierno llamado Cacodelphia y quedaban inmovi-
su vida entre la industria y la pasión por lo espec- Veinte años después la cincuentena. Fue a partir de entonces que Ma- lizados en el octavo círculo. Ese acto un poco arbi-
tacular. Como Farlas, los otros comensales han rechal comenzó a publicar libros de poemas -Los trario siempre preocupó a Marechal: "En Adán Bue-
sido rescatados en distintos puntos de Buenos Este fascinante argumento terminó, hace un año, aguiluchos (1922), Dias como ffechas (1926)-, un nosayres dejé a mi héroe como inmovilizado en
Aires en situaciones fronterizas: El astrofísico Fro- con una de las más flagrantes injusticias cometi- ejercicio que, personalmente, le interesa más que el último círculo de un Infierno sin salida; y pro-
benius había dejado las matemáticas para conver- das en la literatura argentina: el olvido de Leo- la ficción. Poco después se convirtió en periodista. mover un descenso infernal sin darle al héroe
tirse en bandoneonista de los bailes de Villa Jar- poi do Marechal, escritor de la generación martin- Durante dos años escribió en el diario El Mundo, que lo cumple las vías de un ascenso correla-
dín, un suburbio de casas de latas; Bermúdez, fierrista. Este poeta de 66 años ingresó en la nove- en un escritorio pegado al de Roberto Arlt, quien tivo es incurrir en una maldad sin gloria en la que
profesor de filosofía mordió las rosas del jarrón lística hace dieciocho con Adán Buenosayres (Edi- aprovechaba cualquier momentito para sumergirse no cayó ni Homero ni Virgilio ni Dante Aliqhieri»,
del rector cuando descubrió que él y sus alumnos torial Sudamericana ,1948): 740 páginas que narra- en los manuscritos de Los siete locos. Un día, Ma- reconoce ahora en el prólogo de El Banquete.
tenían caras de ratas; Gag y Magog recitadores ban las historias de un grupo de poetas y filósofos. rechal abandonó un oficio que no aguantaba para Los de esta segunda novela, se dice, alcanzaron
de panfletos y payasos de circo son opositores Allí estaban, bajo nombres no muy disimulados, marcharse a París. Dos años después, en 1930, en la Cuesta del Agua, es decir: el paraíso, y la ciu-
porque «toda empresa, divina o humana, se ha rea- Jorge Luis Borges, Xul Solar, Raúl Scalabrini 01'- un hotel de la rive gauche, borroneaba las prime- dad de El Banquete cambió bastante su aspecto
lizado siempre y se realiza entre un polo afirmativo tiz, Norah Lange y su familia. Pero el libro era ras carillas de Adán. de gran aldea: aquí hay televisores, jingles y pro-
y un polo positivo». algo más que las anécdotas más o menos graciosas El país que ahora lee a Marechal, es un país que blemas cósmicos. No por nada Adán era poeta
Son ellos -y algunos otros- los que presen- de una generación: era el primer paso dado hacia hace dos años defiende vigorosamente su propia y Lisandro Farías es periodista. y, sobre todo,
cian la refutación de Papagiorgiu (fundador de la el conocimiento de los argentinos sin caer en el literatura. En la Argentina los libros de Borges, de aquí se observa la mano de un novelista que alcan-
Universidad Libre de la Boca) a los devaneos folklore; era, también, un respiro en medio de la Cortázar, de Ernesto Sábato se leen cien veces zó la madurez. Lo prueba el hecho de que la no-
cósmicos de Frobenius. «¿No debería el bípedo más que los de Calvino, los de Robbe Grillet o los vela admita varias interpretaciones que, lejos de
humano reducirse a la más estricta modestia, fren- de Salinger. Un fenómeno que va más allá del excluirse entre sí, se complementan y la enrique-
(1) Leopoldo Marechal: El Banquete de Severo Arcángelo.
te a la inmensidad del cosrnos?», se preguntaba hecho puramente literario: el público también quie- cen.
Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1965.
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No es necesario avanzar muchas pagmas para de? Y no crea que nos asombra: la de ser "no la purificación necesaria antes da acceder al Ban- Leopoldo Marechal se suma -definitivamente-- a
advertir la búsqueda de Dios en esa empresa ab- comprometido» es una vocación natural, como la quete. La poesía que se despega de esas páginas, ese puñado de escritores que, día a día, están
surda que es El Banquete. Marechal es católico de ser morocho, inteligente o cornudo. Pero [aten- el amor por esos hombres que, por una vez, aban- cambiando la cara de la literatura de América
y es sensato suponer que pensó en "La última ción! El "no comprometido» está en el centro de la donan la hipocresía, es terrible y a la vez conmo- Latina.
Cena», que pensó en la fe para salvar a las cria- batalla, y recibe leña de los dos bandos en tri- vedora. SILVIA RUDNI
turas humanas y hasta en una suerte de Génesis fulca». Al impedirle la entrada al paraíso, Mare-
argentino cuando narró la historia (varias veces se chal está condenando a los que pasan al costado
alude a un Arca Salvadora, los planes del Banque- de las cosas sin tocarlas nunca. Las palabras y las cosas
te señalaban la construcción de un barco). Desde Varias veces, el autor compara al Banquete con
ese punto de vista, El Banquete no sería otra cosa un laberinto. Los que lo transitan fueron arranca- Si uno toma una página al azar de cualquiera de
que la historia de los esfuerzos humanos por al- dos de la desesperación. A partir de ese momento, las novelas de Marechal acabará por reírse o por Nuevas publicaciones
canzar el Reino de los Cielos, el triunfo del Bien cada uno es responsable de su propio camino: "y pensar que está frente a un folletín semi-cursi.
sobre el Mal con moraleja: el cambio es difícil entrar, correr y salir del laberinto, ¿no era una expe- En el primer párrafo de Adán Buenosayres se lee, Entre las novedades latinoamericanas publicadas
pero con esfuerzo se llega. riencia individual e intransferible que cada uno de por ejemplo: "Lector agreste, si te adornara la vir- recientemente por la Editorial Losada de Buenos
Sin embargo -por suerte-- el asunto es mucho nosotros debería realizar por sí?» (pág. 151). En tud del pájaro y si desde tus alturas hubieses ten- Aires se destacan cuatro novelas: La alfombra
más complicado. Porque bien puede ser que Dios este aspecto, El Banquete se diferencia radical- dido una mirada gorrionesca sobre la ciudad, bien Roja, de Marta Lynch, segunda edición de un li-
sea el metalúrgico Severo Arcángelo y, entonces, mente de Adán. Allí los seres marchaban hacia sé yo que tu pecho se habría dilatado según la bro que explora ciertas dramáticas realidades po-
la división entre el Bien y el Mal ya no sería tan todos los lados y hacia ninguna parte, movidos mecánica del orgullo, ante la visión que a tus ojos líticas de la historia argentina reciente; Jezabel, de
límpida. "El Viejo Fundidor», el "Viejo Crápula», por hilos invisibles que no gobernaban. Sin em- de porteño leal se hubiera ofrecido en aquel ins- José Antonio Rial. novelista español radicado en
el "Viejo Truchiman libidinoso», el «Vulcano en bargo, la libertad de los convidados al Banquete tante». En El Banquete, se habla de "un patio gri- América Latina y que se había destacado con Vene-
Pantuflas» como se nombra al responsable del con- es puramente subjetiva: a nivel concreto, hasta tón de rnalvones» y Farías dice en la página 144: zuela Imán (1961); Ariadna en la ciudad, de Diego
vite, es el prototipo del inmigrante enriquecido, los detalles más íntimos están controlados por el "Al colorear la aurora me despertó un batir de Baracchini, joven autor de La boca sobre el mármol;
del self-made-man argentino que no tenía tiempo Poder. Si Gag y Magog ejercen la oposición es alas.» Porque de la lectura de los clásicos, segu- Operación desamparo, de Adolfo Jasca, destacado
de mirar a María Confalonieri, su mujer, ni de la- porque eso conviene, porque no se espera otra ramente, a Marechal le quedó el gusto por la novelista de Los tallos amargos. También ha pu-
mentarse por los cuatro obreros que murieron en cosa de ellos y una vez que cumplieron su fun- retórica, la debilidad por las frases rebuscadas, blicado la misma editorial un volumen de cuentos
la fundición (vlos cuatro muertos, en sus ataúdes ción son asesinados. Es el mismo papel que de- ("lanzas de sol, aromas de árboles y gritos de pá- del escritor peruano Ciro Alegría, Duelo de caballe-
y bajo el sol, atraían a las moscas de la calle», sempeñan los partidos disidentes en muchos go- jaros vinieron con la luz; y desvanecidos ya en mí ros, su primera obra desde El mundo es ancho y
escribió Farías). El triunfo de Severo Arcángelo, biernos "democráticos» de América Latina. los fantasmas nocturnos, tuve la muy agradable ajeno (1941); un libro del poeta venezolano Juan
no es el triunfo del Bien sino el de la Astucia, el sensación del hombre que, invitado a un week-end. Liscano, Cármenes, y dos títulos nuevos de la Bi-
del Poder. Si con estos elementos tan dispares, Marechal,
se despierta en los mismos brazos de la égloga", blioteca de Estudios Literarios: Leyendo a Alfonsina
La ambigüedad que impide reconocer dónde está consigue componer una novela de primer orden es,
pág. 66). Sea como sea, en sus manos, los luga- Storni, en la que la escritora argentina, Julieta
el Bien y dónde está el Mal, porque las dos no- sobre todo, porque tiene talento y, además, por-
res comunes, los adjetivos imposibles, se adaptan Gómez Paz, examina sobre todo la última etapa de
ciones se mezclan y cada una invade el territorio que tiene sentido del humor y porque una ironía
perfectamente a las necesidades de la obra y esta la creación poética de Alfonsina; y El viajero in-
de la otra, no sólo se evidencia en ese antihéroe muy sutil recorre sus diálogos. Dos virtudes to-
revalorización de un lenguaje pasado de moda es móvil, Introducción a Pablo Neruda, en que Emir Ro-
que es Severo Arcángelo. Gag y Magog, la "Opo- davía muy raras en los escritores latinoameri-
también un nuevo triunfo. dríguez Monegal estudia extensamente la vida y
canos.
sición», son una curiosa mezcla de maldad y ton- Ante este panorama tan complejo, la definición la obra del poeta chileno.
tería, de desplantes revolucionarios e ingenuos, que La descripción que el profesor Bermúdez hace que da Marechal de su novela podría parecer una Poco antes de la reciente intervención militar,
defienden la Verdad con tanta simpleza que acaban de la Universidad, con esos alumnos que "se- boutade. No lo es. En realidad, la estructura de EUDEBA había lanzado una nueva serie de auto-
por oscurecerla: "iEstas hormigas no son inocen- guían mi disertación con la mirada floja y los El Banquete es la de una novela de aventuras: hay res argentinos que se agotó en pocos días. Esa se-
tes! [ ... ] ¿Trabajan? [Lueqo, han pecado!- llega maxilares quietos» -"de pronto vi que los maxi- suspenso, hay marchas y contramarchas en terre- rie, titulada Los contemporáneos y dirigida por Ho-
a proclamar Magog, mientras aplasta "un escua- lares entraban en actividad, que los ojos traducían nos enemigos y desconocidos. Hay peligros y mis- racio Achával, reeditaba algunos títulos capitales
drón de himenópteros». un resplandor angurriento, y que los veinte alum- terios. Farías (como el autor en el prólogo), re- de la nueva literatura: El túnel, la primera novela
Paralelamente a estas inquietudes metafísicas, el nos eran, en sus pupitres, veinte ratas que de- cuerda a cada momento sus lecturas de Emilio de Ernesto Sábato; El pecado mortal, cuentos de
lector se topa con la descripción prolija y apasio- glutían "letra muerta», la que yo les arrojaba des- Salgari. El sentido, claro, es otro. Pero ¿qué me- 8ilvina acampo, seleccionados por José Bianco;
nante de un país. Porque aunque los detalles con- de mi estrado protesoralv->, es una página ejem- jor novela de acción que aquella que narra la Falsificaciones, prosas de Marco Denevi; Los due-
cretos apenas aparecen, Argentina y sus gentes plar de esa modalidad de Marechal que elige la persecución de los hombres tras la felicidad? ños de la tierra, novela de David Viñas; Villa Mise-
están presentes en cada frase. Por ejemplo, du- sonrisa para asestar las críticas más duras. En el número 14 de la revista argentina Reali- ria también es América, novela de Bernardo Ver-
rante los preparativos, Lisandro Farías es un espec- Sin duda, el mejor momento de la novela, es la dad, Julio Cortázar escribió una entusiasta crítica bitsky; tres libros de poemas: una antología de Car-
tador de lo que pasa, de pronto trabaja para "el descripción de la "Operación Oybelles», La viuda sobre Adán Buenosayres (la única de la época). Dos los Mastronardi, otra de Leopoldo Marechal, y el
sector oficial» y en seguida planea sabotajes "con Thelma Fossat aparece sobre la mesa destinada al décadas después, Lisandro Farías y Horacio Oliveira, Canto a Buenos Aires, del novelista Manuel Mújica
los opositores». Esta actitud -itan argentina-! que ensayo general en un estado de "indeterminación el protagonista de Rayuela, representan al mismo Láinez; tres libros de teatro, con piezas de Agus-
le impedirá, finalmente, llegar a la Cuesta del Agua, total». Ella es todas las mujeres de los comensales argentino: los dos advierten la presencia del amor tín Cuzzani (se incluye la famosa El centroforward
provoca la indignación de Gag, uno de los payasos: presentes y a la vez ninguna. Su presencia desata, cuando este ya no es posible, los dos no son más murió al amanecer), de Samuel Eichelbaum y de
"En esta pelea luchamos nosotros, los "compro- al principio, una ola de erotismo y termina finalmen- que meros espectadores de la realidad que les Eduardo González Lanuza; el volumen núm. 12 de
metidos». Usted es un "no comprometido»: en buen te en el despojamiento de esos seres, la mujer los toca vivir. A estas coincidencias se agrega, ahora, esta primera, y tal vez única, serie es la Geogrélfia
criollo, usted no es ni chicha ni limonada, ¿entien- obliga a revelarse tal como son. Es, probablemente, una tercera: junto con Sábato, Cortázar y Borges, de Buenos Aires, de Florencia Escardó.
REVISTAS 91

o exhibicionismo, la marcha hacia la sociedad opu- mo le av? -Bien. -Pero tápelo todo. -iAh!
lenta. Al referirse a los autores del libro, concluye -¿Cómo le va? -Neib.»

Poetas y críticos la critica: "Lo menos que puede decirse [ ... ] es


que estos profesores universitarios carecen del
sentido de la función que cumplen en la sociedad
Entre los textos crttlcos, hay que mencionar la
larga e impresionante reseña de Alejandra Pizar-
nik sobre el libro de Valentine Penrose, Erzébet
La calidad de la poesía que incluye el número 35 desarrollos fonéticos "seriales" del francés Ghé- los intelectuales, los rebeldes y los inconformes; 8áthory, la comtesse sanglante. La comentarista
de Casa de las Américas (que dirige en La Habana rasim Luca: «...Ia mesa abre las patas I la nena confunden, por su falta de sentido histórico, el vuelve a contar en resumen, con evidente fascina-
Roberto Fernández Retamar) llama especialmente mesa su nana I cae patas arriba I nona estira la presente con el «statu quo.» ción horrorizada, que se contagia al lector, la his-
la atención. Exteriormente, casi todos estos poemas pata lusa trusa de luto I da la lata ...» En la sección crítica, se destaca el artículo del toria alucinante de esa sádica húngara del siglo
podrían relacionarse con ese tipo de poesía, fre- Al lado de estos poetas, cuesta trabajo leer la peruano Vargas Llosa sobre Los rios profundos, de XVI, que torturó hasta la muerte, con inimagina-
cuente en nuestros días, que se incrusta fuerte- obra de teatro El último cargo (cuya segunda par- su compatriota José Maria Arguedas, y que es un bles refinamientos, a 650 muchachas. Hay que se-
mente en la inmediatez, en lo que suele llamarse te se imprime en este número), del guatemalteco magnífico ejemplo de critica descriptiva y "simpa- ñalar también, las páginas de Enrique Anderson
la actualidad, incluso en las situaciones políticas, Manuel Galich: se trata de un elemental melodra- tétlca», de comprensión a través de la participa- 1mbert sobre "La generación de 1930: entre Urlbu-
pero cuyo aspecto, quizá por no encontrar todavía ma que funcionaría bastante bien como texto para ción. ru y Perón», abundantes en datos y fechas, y la
formas y estructuras probadas, es a menudo caó- "tiras cómicas", y de las menos buenas. El número incluye también, como documento, el también informativa nota de Italo Manzi sobre el
tico, inseguro o decepcionante. Vista sobre ese Una encuesta del periodista uruguayo Carlos texto del acta de fundación del Organismo Lati- «New American Cinema".
fondo, la poesía de este número se destaca sor- Núñez sobre "El papel del intelectual en los mo- noamericano de Solidaridad . - T. S. La última sección es una encuesta sobre "La an-
prendentemente. El poema de Dacia Mariani, « A la vimientos de liberación nacional", recibe algunas siedad frente al cambio", en la que se ve que los
sombra resplandeciente de Camilo", traducido del respuestas interesantes al lado de otras de cajón sociólogos y psicólogos tienen mucho más que de-
italiano, transmite incluso en traducción una tem- o totalmente incomprensivas (como la del italiano Primer número cir sobre el tema, y con menos palabras, que los
peratura humana que lo convierte en algo más que Alberto Moravla), Lúcida y profunda la del fran- escritores y artistas, quizá en parte porque a estos
un ensayo escrito en verso. Aquí hay una expe- cés Régis Debray, de la que se entresacan estos El número 1 de Testigo (Buenos Aires; director: últimos se les presentó un cuestionario redactado
riencia transmisible, un ritmo de voz inconfundible, párrafos: "Nada es más antileninista, nada es más Sigfrido Radaelli) viene dividido en tres secciones. de otra manera, como si se dirigiera a gente in-
una comunicación por los canales emotivos: «...pero contrarrevolucionario que la línea recta, con to- En la primera, "Buenos Aires y el tango", se desta- fantil e inculta.
la revolución, me dice, / no es solamente el ojo das sus variantes, 'la locomotora de la historia', la can sobre todo unas páginas de Borges: "Poetas
azulito que mira / a otro lado, me dice, la música sempiterna rectitud inherente a los movimientos de Buenos Aires". El escritor argentino, con tran-
en estas / acequias es dulzona e impúdica, habrá I populares, y la pureza de las intenciones. La po- quila pluma nos habla de sus tan familiares temas:
que aprender a amar también lo bello, me dice lítica no surge en línea recta de la economía, el «Buenos Aires es una ciudad en cierto modo in-
y / nosotros en nuestras tierras montañosas y
poco / fértiles, olvidados ya de la ira y la / vio-
lencia del resentimiento...»
Aunque el poema "Entras en la Casa", del cuba-
Partido no es la prolongación del sindicato, y la
revolución no se encuentra jamás en el final del
camino." Y más adelante: ,,¿Y el artista? ¿Y el
creador? Seré franco. No se ha encontrado to-
visible, secreta; podemos compartirla, pero no po-
demos comunicarla a los otros." «Etchebarne eje-
cutó algo que parece imposible, y es escribir un
poema orillero en el cual no hay, que yo recuerde,
PREUVES
18, avenue de l'Opéra, Paris (1or )
no Pablo Armando Fernández, está seguramente davía mejor medio para rendir testimonio del hom- una sola palabra en lunfardo, porque el lunfardo
menos logrado, es quizá más sorprendente aún que bre que el de sorprenderlo en sus cúspides." está en la entonación, a la vuelta de un verso, pero Au sommaire n° 188 (Octobre)
se pueda hacer una poesía viable con un tema En la sección "Hechos I ideas" hay una crónica en ninguno de ellos", Al final: "y es posible [ ... ]
RAYMOND ARON
como ése: una lista de invitados a la Casa de las de tipo periodístico sobre la conferencia triconti- que el futuro gran poeta de Buenos Aires [ ... ] sea
Budapest: destin d'une révolution
Américas, en la columna de la izquierda, y las pa- nental, un ensayo del historiador uruguayo Carlos alguien que no necesite siquiera mencionar la pa-
labras a ellos dirigidas por el poeta en la co- M. Rama sobre "La religión en América Latina", labra Buenos Aires." F. FURET et D. RICHET
lumna de la derecha. A los cinco suramericanos que contiene, en forma un tanto desordenada, da- La segunda sección, que ha tomado de Ernesto Thermidor ou I'impossible oubli
(Benedetti, Lastra, Cossa, Agosti, Rama), les dice, tos y estadísticas interesantes, y una larga crítica Sábato ( con su autorización) el título de "Uno y
por ejemplo:«Cruz que sabe las cosas de la tierra, I de la puertorriqueña Nilita Vientós Gastón al en- el universo", abarca las partes ensayistica, creati- PAUL DE MAN
Mario, Pedro, Roberto, Héctor, Carlos. I Después sayo de Celeste Benitez y Roberto F. Rexach Be- va y crítica. Entre las colaboraciones poéticas hay New criticism et nouvelle critique
cruzan los rayos, después / seda del aire el sol nítez: Puerto Rico, 1964: un pueblo en la encruci- que mencionar un magnífico poema de Carlos Mas-
ANDRE BOUCOURECHLlEV
por todas partes. I ¿Quién me estuvo contando jada. Publicados originariamente a lo largo de va- tronardi: "La fuerza de las horas », Como muestra
Contrepoints
esas historias? I ¿Qué ven los inmortales en el rios números de El Mundo, de San Juan de Puerto de su tono, estos dos versos: «Sólo el tiempo
alma? I No todo lo que elijo por decir es raro, I Rico, estos comentarios son un verdadero diario de me impide llorar desde tu rostro I y ser, libre y MARC BERNARD
apenas es...». El español Jesús López Pacheco, con la indignación, pero una indignaoión contenida y ninguno, la pasión que te inunde» También vale Un village du Portugal
una voz un poco más áspera, escribe: "Corro tele- que reflexiona sobre sí misma, y que por ello sigue la pena escuchar la voz clara y firme de Carlos
foneo I recibo cartas / subo a un tranvia pido I siendo conmovedora cuando es ya convincente. Al Alberto Débole, que en "Razón del canto" habla FRANQOIS BONDY
cerveza espero y fumo I trabajo y amo escribo leerlos asistimos a la demolición, ejecutada con de su padre carpintero: "Mi padre trabajaba la L'avertissement de Karl Jaspers
.. pero no I Sencillamente no» También se en- gravedad, de esas argumentaciones (muy extendi- madera; I empolvaba sus manos I en abedul,
cuentra un tono conversacional e inmediato en en roble y en incienso. I [ ...] Olor de corazón III
das, bajo diferentes formas, en nuestros países) que
«Nunca me den ese oficio", de Félix Contreras, acusan a los disidentes, especialmente a los inte- pulverizado I alargaba sus dedos...» Spécimen gratuit sur demande
y en la gracia ácida de los juegos de palabras y lectuales, y más aún a los intelectuales de iz- Algunos de los "Mini-cuentos" de Maria Etchart
FRANCE ETRANGER
frases aguardentosas de Héctor Cattólica, que quierda, de rebeldía caótica, resentimiento y de- tienen ingenio. Un ejemplo: ,,-¿Omóc el av? -
Le numéro: 3,60 F Le numéro: 4,00 F
hambre manos arriba" hace pensar en los rrotismo; de entorpecer, por pura envidia, neurosis [Ah! es árabe. -On, epat le ojepse. -iAh! -¿CÓ-
SEXTANTE 93

gos, historiadores y ensayistas de muy distinta inspira- tuación sin precedentes, apasionante. Pero véase tam-
ción, vienen consagrando numerosos trabajos de la más bién este librito discreto: El pensamiento común, de
Basilia Papastamatiu (de Buenos Aires); ya hay aquí
La vieja nueva ola
variada índole, extensión e importancia a lo que unas
veces se ha llamado 'el fin', algunas 'el amortiguamien- toda una corriente distinta que comienza a atravesar el
to', y otras 'la homogeneización' de las ideologías. El español, otra dimensión de la lengua sometida a una
tema, que nunca ha dejado de preocupar, vuelve a ser discontinuidad nueva.» Los lectores de Mundo Nuevo
El viejo debate entre realismo y vanguardismo, nueva- vanguardismo el cineasta Rodolfo Kuhn lo acusa de discutido con renovada viveza en Europa y en Nortea- conocen ya a Severo Sarduy, a través de una larga en-
mente removido en la Argentina, ha mostrado esta vez «escapista- y el dramaturgo y narrador Rodolfo Walsh, mérica, pero es tan multitacétlco, tan complejo, que trevista sobre la novela (núm. 2). de un fragmento del
un rostro claramente marcado por el paso de los años. de creerse "propietario de recursos artísticos viejos las preguntas fundamentales siguen abiertas. ¿De qué libro que destaca precisamente Sollers: De dónde son
No es que las posiciones y los argumentos se hayan como el mundo y que han estado siempre en manos se trata, en realidad? ¿Qué alcance, qué origen tiene, los cantantes (núm. 5) y de alguna crítica de arte (nú-
renovado mucho, sino que es difícil reconocer en el de los mejores realistas». Se le acusa también de una en rigor, este fenómeno? ¿Es algo que sólo se da o mero 1). En cuanto a Basilia Papastamatiu, se podrá
tono reiterativo y fatigado de la polémica actual los especie de simonía artística: "Mientras los autores rea- puede darse en las sociedades industriales o plena- leer en nuestro próximo número unas páginas, en que
encendidos entusiasmos de antaño. Un reciente rebrote listas -según Cossa- fueron siempre postergados por mente desarrolladas? ¿Yen las sociedades que toda- se recrea la Diana, de Montemayor, y que presenta en
del teatro realista argentino, con sus puntas y ribetes las clases dirigentes o admitidos a regañadientes, los vía no han llegado a ese nivel? O bien, desde otro pun- una breve introducción el mismo Sarduy.
de naturalismo y prédica social y su herencia no rene- llamados 'vanguardistas' contaron con el apoyo oficial to de vista: ¿Cuál es la función de las ideologías?
gada de la vieja estirpe costumbrista, sirvió de justifi- porque nunca significaron un peligro ni ningún com- ¿Qué relación instrumental guarda con el desarrollo, o
cación a El Mundo, de Buenos Aires, para promover promiso», sino que eran, según Mariani, "algunos au- qué valor ofrece en sí misma, esta o aquella ideología? Tórrida polémica en Ecuador
una discusión en la que intervinieron doce personas, daces apoyados por el Instituto Di Tella» que «son ¿Es posible una sociedad sin ideologías de ninguna
entre dramaturgos, narradores, poetas y directores de desmedidamente promovidos». clase? ¿Qué concepciones o sistemas de valores pueden Un conflicto surgido entre un grupo de pintores y el
teatro y cine. Hábilmente dispuestas por « F. U. » (que En conjunto, puede decirse que a cada rato las opi- reemplazar en la dinámica social a lo que se conoce jurado de un certamen del Patronato de Bellas Artes
firma la crónica y enmarca eficazmente la cuestión niones «amenazaban con coincidir», según la pintoresca bajo el nombre de ideologías? Tal es, en líneas gene- de Guayaquil, culminó con la renuncia de la presiden-
frente a sus antecedentes rioplatenses), las declaracio- expresión del cronista, y la rancia enemistad de pronto rales, el repertorio de cuestiones que nos proponemos ta, el vicepresidente y varios miembros de la sección
nes de estos artistas y escritores parecen agruparse se convertiría en fraternal abrazo sobre el terreno, algo abordar. Otras muchas, con ellas conexas, harán su de poesía. Al parecer, los artistas, «defraudados por
en torno a dos enfoques: convergencia y divergencia inesperado del nacionalismo: Así, Jitrik dice que «lo na- aparición a lo largo de los debates. Y a todas quisié- los Salones de Julio» de ese Patronato, protestaron «en
de las actitudes en pugna. Lo inesperado, y en gran cional puede ser un elemento aglutinante», Cossa ase- ramos dar, con libre objetividad, si no cumplida respues- forma desconsiderada» contra lo que juzgaron parciali-
parte nuevo, es que las convergencias encontradas o gura que la izquierda «abandona su internacionalismo» ta, por lo menos, un planteamiento preciso y rigurosa- dad de los jurados, protesta a la que el Directorio con-
buscadas son tantas, que casi resultan inquietantes. y que «estamos incluso integrando el peronismo al país mente actual.» testó con la amenaza de expulsar a los "rebeldes» de la
Roberto Cossa, uno de los principales exponentes de en nuestro proceso de nacionalización», y Fernández En nuestro próximo número informaremos ampliamente Escuela Municipal de Bellas Artes, y con la supresión
la reciente dramaturgia «realista» declara: «No admito Moreno (autor de un libro poético titulado Argentino sobre la realización de este coloquio internacional. en la nómina del Patronato del señor Jorge Swelt, por
dicotomía entre realismo y vanguardismo. Si vanguar- hasta la muerte) encuentra que finalmente todos "buscan haber apoyado (tal vez) ese movimiento. Estas medidas
dismo es estar adelante de una época, si es renovación encendidamente esa deslizante propia patria». y los procedimientos con que se decidieron y realizaron
de valores, creo que en la Argentina para ser 'vanguar- Sollers contra el latinocentrismo parecieron a los miembros de la sección de poesía in-
dista' hay que ser realista.» Frente a él, Griselda Gam- compatibles con su permanencia en la institución.
baro, autora teatral considerada como «de vanguardia», Coloquio sobre ideologías En una entrevista concedida al estudiante venezolano
sólo encuentra que «los dos caminos son inconcilia- Efraim Hurtado, discípulo de Claude Levi-Strauss, el
bles en cuanto entra a juzgar el dogmatismo de las Entre el 5 y el 10 de diciembre se realizará en Barce- novelista Philippe Sollers, uno de los más destacados Vargas Llosa en traducción
escuelas». El poeta, profesor y crítico Noe Jitrik, que lona un coloquio internacional sobre ideologías actua- jefes de fila de la actual literatura francesa, ha hecho
tampoco cree «que los dos campos sean inconcilia- les. Los directores del mismo son don Manuel Jiménez algunas reflexiones sobre la literatura latinoamericana Aunque el verano no es la mejor estación para
bles», piensa que «el ritmo de constitución de un arte de Parga, catedrático de Derecho Político de la Fa- que traducimos del texto publicado por Les Lettres lanzar una traducción, ese fue el momento elegido
maduro, aún bajo un signo genérico realista, necesita cultad de Barcelona, y don José Luis Sureda, catedrá- Frencsises (29 de setiembre): «Conozco bastante mal para dar a conocer La ciudad y los perros, primera no-
las dos corrientes en tanto una aspira a captar, com- tico de Economía Política de la misma Facultad. Pa- esta literatura pero me parece que hay en ella, desde vela del peruano Mario Vargas Llosa. El libro se ha
prender y expresar la realidad y la otra ofrece la po- trocinan el coloquio las siguientes instituciones: Semi- distintos lados, un esfuerzo por promover una 'moder- abierto camino, sin embargo, y ya han aparecido al-
sibilidad de experimentar y afinar los medios expre- nario de la Cátedra de Derecho Político y Seminario de nidad', algo que quiere sacudir la tutela de una cul- gunas criticas muy importantes. El semanario News-
sivos». Esa madurez parecería especialmente favorecida la Cátedra de Economla Política de la Facultad de tura idealista, distinguida, aristocrática (aristocrática de week dedica un comentario entusiástico a la edición
por el hecho de que, según Jitrik, el vanguardismo en Derecho (Barcelona). el Comité d'Ecrivains et d'Edi- la punta de los dedos), la que representa genialmente norteamericana de Grove Press. Se apunta allí: "Bru-
la Argentina "no ha tenido ese virulento apego a ele- teurs pour une Entraide Européenne, las revistas El Borges, por ejemplo. Hay en Buenos Aires una revis- tal, compleja y sin embargo concisa, es una denuncia
mentos puramente retóricos o formales que lo caracte- Ciervo (Barcelona) y Cuadernos para el Diálogo (Ma- ta, Airón, que se mueve en ese sentido... Por supuesto, terriblemente eficaz de los más repugnantes años de
riza en ciertos momentos en otras partes. Toda decla- drid). las editoriales Ariel, Aymá y Nova Terra (Barce- todo lo que aquí se sabe de los problemas sociales de adolescencia, denuncia no mitigada por el dorado res-
ración vanguardista exhibe una defensa del arte, pero lona). y Seminarios y Ediciones, Guadarrama, Tecnos la América llamada'latlna' (cuándo se terminará con plandor sentimental que los adultos imprimen más tar-
casi nunca omite declarar que eso no está desvinculado y Taurus (Madrid). En el local donde se han de cele- ese 'latinocentrismo') debe inscribirse fatalmente en de en su pasado.» Para el autor de la reseña, la
de la realidad ni del compromiso». Para el poeta y brar las reuniones (Hotel Rilz, Barcelona) se montará el plano intelectual... Tal vez la acción, alli, deba ser novela es menos un relato que una tirada: »Es una
ensayista César Fernández Moreno, la unión, o supera- una exposición de libros de las mencionadas editoria- ante todo politica... Por otra parte, me parece que el maldición contra una muy espantosa pesadilla [ ... l y
ción, de las dos actitudes se encuentra ya en ese les. Entre los numerosos invitados españoles figuran español -como el portugués- es una de las grandes un elogio a aquellos que sobreviven al horror y apren-
«giro global», que abarca en su conjunto a los poetas José Luis Aranguren, José María Castellet, Fernando lenguas alienadas en este momento por la historia: den.» Más largo y penetrante es el comentario de La
de las dos últimas generaciones, en los cuales se nota Chueca, Francisco Fernández Santos. Pedro Laín En- tiene verdaderamente un destino ejemplar... El sim- Ouinzaine Littéraire (núm. 13). que firma Jacques Fres-
«un progresivo deseo de expresar la realidad que les traigo, Julián Marias, Dionisio Ridruejo, Enrique Tierno ple peso de la religión cristiana sobre esta área lin- sardo Al reseñar la edición francesa de Gallimard, sub-
toca vivir, tanto la insólita como la cotidiana, en la Galván, Paulino Garagorri y muchas otras personalida- güística actúa hoy como un factor de esterilización raya menos el carácter de testimonio autobiográfico (lo
forma más sustantiva y menos hermética posible, aun- des. Entre los invitados extranjeros sobresalen Daniel unido a la política capitalista... No es posible pensar que emparentaría al libro con los Cadets, de Ernst van
que empleando con este fin todas las herramientas li- Bell, de los Estados Unidos; Michel Foucault, Francois en todo esto sin cólera. Pero conocemos excepciones Salomon, apunta Fressard) y destaca en cambio el arte
terarias que el vanguardismo ha perfeccionado. El Furet y Francols Bondy, de Francia; Leopold Labedz, que, de cierta manera, con un gran riesgo mental, car- del novelista que transforma la realidad que ha vivido;
resultado es, precisamente, una poesía existencial, di- Edward Shils y Peter Wiles, de Inglaterra. Otras perso- gan toda la esperanza de una toma de conciencia his- Muy sutilmente, el crítico contrasta el desdichado pro-
rectamente referida al vivir, considerando al hombre nalidades invitadas (como Raymond Aran, de Francia, tórica: el cubano Severo Sarduy, por ejemplo, cuyo se- fesor de francés que aparece en la novela y el original,
como un todo». o Ignazio Silone y Altiero Spinelli, de Italia) no han gundo libro (después de Gestos) va a ser publicado el poeta César Moro. A éste se refiere Vargas
Claro que no todo son mutuos y eclécticos parabie- contestado definitivamente aún. Se piensa publicar un próximamente... Hay en lo que hace Sarduy lo que yo un texto sobre literatura peruana recogido en
nes. Al realismo se le reprocha «arrogarse un derecho volumen con las comunicaciones presentadas. llamaría la oportunidad del español, los fundamentos (julio-agosto 1966) y en su brillante
a la verdad» (Griselda Gambaro) y el joven novelista Este coloquio, de indudable interés por el tema y el de otra cultura, una cultura que asumiría a la vez su Mesa redonda del P. E. N. Club (ver Mundo
Néstor Sánchez añade que «hay un realismo enajenado lugar en que se desarrolla, así como por la importancia pasado Iingülstico (el barroco). su transplante a Amé- mero 5). Para el crítico de La outnzeine,
en la sociología», siendo así que, según el poeta Rey- de sus participantes, ha sido presentado por sus or- rica (América, la apertura sobre el espacio libre de comenta adecuadamente La Casa Verde,
naldo Mariani, "la intencionalidad de la gente es des- ganizadores por medio del siguiente texto: América) y su confrontación con la vanguardia europea francés, La Ciudad y los Perros es una
prenderse de cosas convencionales». Por otro lado, al «Desde hace aproximadamente un decenio, sociólo- en lo que ésta tiene de más rigurosa. Es ésta una si- más fuertes de estos últimos años. En
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se expresó antes Juan Goytisolo en una reseña apare- modo a la creacion narrativa; Milo se queda solo, por babas del oiebto», cuento de Julio Cortázar, que per- señalado hecho cultural, sino también un indudable
cida en el Nouvel Observateur (julio, 27). Al destacar Terral, que llama la atención por su naturalidad. Su tenece a Las armas secretas (ver Mundo Nuevo, núm. 3, éxito comercial, ya que un buen libro es un buen ne-
las cualidades del libro e insertar la obra de Vargas lectura es bastante conmovedora; Sibería Blues, por sección Sextante). En la versión de Antonioni el cuento gocio. Se estima que, a moneda constante, las utilida-
Llosa en el contexto de la novela latinoamericana ac- Ixco, en que se advierte una tentativa interesante por es trasladado del París de la Ile de la Cité al Londres des serán del orden del 30%. En los dos primeros años
tual (Borges, Asturias, Carpentier, Rulfo, Cortázar, Fuen- ínnovar dentro de la técnica de la narración, aunque la frenético de hoy, de un mundo algo démodé ya a la estas utilidades serán menores y muy posiblemente no
tes, son los autores que él cita), Goytisolo logra con- obra no va más allá del nivel experimental; Buenos capital de los Beatles, la minifalda y la renovación tea- podrán distríbuirse.
firmar desde otro ángulo la afirmación de Fressard: "La Aires con ganas, por Dedal, novela escrita con humo- tral más deslumbrante. El decorado principal de la 4) EL CENTRO publicará: a) textos y obras de nivel
era de la novela latinoamericana ernpleza.» risrno, que pinta con jocundia y verdad un Buenos pelicula es el estudio, muy Op, de un famoso fotógrafo universitario de las más diversas disciplinas; b) obras
Aíres rutinario y burocrático. inglés, John Cowan, que Antonioni ha hecho repintar que tiendan a difundir el conocimiento de los más des-
Más tarde se supo que estas obras son todas de y que ha convertido en marco digno de una revista tacados científicos, artistas, técnicos, filósofos, etc., a
Otras traducciones autores argentinos: Los inculslciores es de Pedro G. de ciencia-ficción presentada en el Folies Berqére, se- través de sus propios textos y de cuidados estudios;
Orgambide, autor de las celebradas Memorias de un gún opina Pierre Billard en L'Express (núm. 189). El c) obras de aparición periódica de carácter popular
En los Estados Unidos ya circula también la traduc- hombre de bien (1964), Milo se queda solo es de Ha- protagonista del film, David Hemmings (24 años, autor en dísciplinas tales como literatura, geografia, historia,
ción de El incendio y las vísperas, la exitosísima no- roldo Conti, autor de Sudeste, excelente novela publi- teatral, pintor), representa el papel de un joven foto- ciencias, etc.; cf) novelas, cuentos, ensayos, poesía,
vela de Beatriz Guido, bajo el título de End ot a Day, cada en 1962 por la Compañía General Fabril Editora; gráfo de modas que un dia por casualidad fotografía teatro, de los más importantes escritores argentinos y
y con el sello de Scribner's. La crítica norteamericana Síberia Blues pertenece a Néstor Sánchez, que se re- a una pareja en un parque. La insistencia con que la latinoamericanos y precios supereconómicos; e) lujosas
no ha compartido demasiado el entusiasmo del lector veló con Nosotros dos, novela publicada este año por mujer trata de obtener los negativos impulsa al prota- ediciones que combinen la literatura con las artes plás-
argentino por un libro que si bien toca muy de cerca uno la Editoríal Sudamericana, y también muy experimental. gonista a revelarlos y ampliarlos para encontrar asi la ticas y que, gracias a sus altas tiradas, puedan ven-
de los períodos más importantes del peronismo (el in- En el próximo número, Mundo Nuevo adelantará un clave de un crimen del que fue testigo inconsciente. derse a precios económicos, permitiendo así que gran-
cendio del Jockey Club y la sumisión de la oligarquia capítulo de la novela premiada. Junto a Hemmings aparece Vanessa Redgrave, hija de des sectores de la población conozcan a nuestros me-
al régímen del General) no parece tener el mismo inte- Sir Michael y una de las actrices jóvenes más brillan- jores dibujantes y pintores. A medida que la Editorial
rés inmediato para un lector de otras latitudes. tes del teatro y cine ingleses. Su papel protagónico en se afirme y crezca, publicará también textos para el
Ya han empezado a aparecer criticas favorables de Noticias teatrales Margan, de Karel Reisz, le valió el premio de interpre- secundario, libros para niños, etc.
Plantafion Boy, el volumen de Alfred A. Knopf, que tación en el último Festival de Cannes. Con todos estos 5) EL CENTRO operará en todos los países de habla
recoge las tres primeras novelas del "Ciclo de la Caña La llteratura chilena está visiblemente en cnsrs. El im- talentos sumados el film será un éxito aunque cabe española, Francia, Estados Unidos, etc.
de Azúcar», del narrador brasileño José Líns do Régo portante premio del Instituto del Teatro de la Universi- preguntarse si Cortázar se beneficiará por ello. En la 6) EL CENTRO estimulará el máximo conocimiento de
(1901-1957). En un extraño artículo, Charles Wigley dad de Chile (ITUCH) fue declarado desierto por quinto crónica de Billard, en que hay tantos nombres, falta nuestros autores. Para ello montará un Departamento
subraya el interés de estos relatos desde el punto de vista año consecutivo, y para montar obras chilenas en los muy conspicuamente el suyo. que mantendrá contactos con las más importantes edi-
documental y elogia el sabor con que presentan un escenarios se recurre a la adaptación de novelas: en toriales del mundo para que ellas traduzcan y publi-
mundo regional y sus tipos más característicos. Nadie menos de un mes fueron estrenadas dos de estas adap- quen nuestras obras.
puede entender el nordeste del Brasil (opina Wigley) taciones: Los últímos días, sobre la novela de Fernando Cambios en EUDEBA 7) Es esencial insistir en dos aspectos del CENTRO:
sin haberlos leido. En estos libros se fusiona la crónica Rivas, y Coronacíón, sobre la novela de José Donoso, a) tanto a nivel universitario como a nivel popular, pu-
social con la literatura, a juicio del crítico norteameri- adaptada esta última por José Pineda. Ninguno de estos Después de la renuncia en masa de casi todo el equi- blicará obras de calidad y con ellas conquistará al
cano que es director del Instituto de Estudios Latino- dos estrenos obtuvo un éxito de importancia y la crí- po dirigente de la Editorial Universitaria de Buenos público; b) todas sus ediciones serán de precio eco-
americanos, en la Universidad de Columbia, y ha escrito tica encontró en general que estas versiones escénicas Aires (EUDEBA, ver número anterior de Mundo Nuevo), nómico en relación a las ediciones análogas que puede
una importante Introduction to Brazil. Su comentario no están a la altura de las obras en que se inspiran. el Gobierno argentino ha nombrado como síndico ti- haber en nuestro idioma.
se ha publicado en el New York Times. tular de dicha institución al doctor Jorge Mayer, que 8) El aporte de $ 200.000 a $ 1.000.000 puede modi-
La crítica local fue bastante despiadada con el primer ocupaba el mismo cargo en la Editorial Sudamericana. ficarse o hacerse en cuotas.
happening dramático uruguayo, presentado este invierno El Dr. Mayer es un abogado especializado en estudios Responder a: José Boris Spivacow, Azcuénaga 1472,
El concurso "Primera Plana» (invierno del hemisferio austral, se entiende) en Monte- históricos (informa el semanario Confirmado, de Buenos Teléfono: 82-9321.»
video, por la bailarina Teresa Trujillo, el pintor Federico Aires), que ha publicado precísamente en EUDEBA, y
El segundo concurso de novelas del semanario argen- Vilés y el músico Conrado Silva. "Se sabe -dice el bajo el régimen anterior del gerente José Boris Spi-
tino Primera Plana consagró a Gabriel Casaccia, escritor crítico Juvenal Parra en el semanario Marcha, de Mon- vacow, un erudito trabajo sobre Alberdi. Junto al doc-
paraguayo que hace muchos años reside en Buenos tevideo- que los muchachos no se animaron a ultrajes tor Mayer aparecen ahora en EUDEBA César Villamayor OBRAS COMPLETAS DE MANUEL AZAÑA
Aires y del que se conocen varias obras. (La más di- que parecen indispensables; habían planeado la proyec- (como gerente general) y Gustavo Ferrart (director de
ción de un breve film pornográfico, el enchastre de los (1880-1940)
fundida: La Babosa, publicada por la Editorial Losada publicaciones). Los tres estaban vínculados desde hace
en 1952.) A continuación se transcribe el fallo del ju- espectadores mediante brocha y pintura, un stríp-tease años a una revista, El Príncípe, que desde 1960 publica
rado: . y otros inconformismos. Las actrices [ ... ] no se ani- estudies sobre problemas económicos, sociales, potlticos
maron ni a mostrar las rodillas; los actores vacilaron y morales de la Argentina y el mundo. Como esta revis- Ediciones Oasis de México acaba de poner a
"En Buenos Aires, el 29 de julio de 1966, se reúne el
jurado del Premio Prímera Plana de Novela, compuesto entre la mera gritería de fin de curso y la desorienta- ta aparece situada claramente a la derecha en el es- la venta el primer volumen de las Obras Com-
por José Blanco, Mario Vargas Llosa y Emir Rodríguez ción o el histerismo fingido.» pectro político argentino, todo hace presumir que EUDE- pletas de don Manuel Azaña, último presidente
Monegal, y después de considerar las 64 novelas pre- En Caracas tuvo lugar el 111 Festival de Teatro Juvenil BA habrá de cambiar radicalmente de orientación en de la Segunda República Española. La compi-
sentadas y el voto escrito de Carlos Fuentes, resuelve organizado por el Consejo Venezolano del Niño. Entre ias nuevas manos.
por unanimidad conceder el primer premio a Los exi- lación y la disposición de los textos, el prefacio
las obras presentadas se contaban El viejo celoso, de Por su parte, el ex equipo directivo de EUDEBA, ha
lados, de Julio Vargas (seudónimo), que les parece constítuido, bajo la dirección del gerente general José general y los prólogos de los cuatro tomos han
Cervantes; Un trágico a pesar suyo y El oso, de Chejov,
la novela más estimable dentro de un conjunto en que El Lazarillo, adaptado por Flavio Salgado, y La astuta Boris Spivacow, un Centro Editor de América Latina estado a cargo del profesor Juan Marichal de
falta una obra que se destaque nítidamente por sus pastorcílla. El nivel general de las representaciones fue S. A., del que informa el siguiente comunicado: la Universidad de Harvard (EE.UU.). El primer
valores de originalidad, riqueza imaginativa y destreza ampliamente satisfactorio, según informan de allí. 1) El ex equipo directivo, de producción, publicidad,
formal. Esta novela, sin embargo, se ha elegido porque relaciones públicas, redacción, producción de ventas, tomo (1132 pags.) contiene numerosísimos tex-
presenta con acierto el ambiente de frustración, de En Bogotá se realizó el Primer Festival de Teatro de Cá- etc., de EUDEBA ha constituído una editorial científica, tos literarios y políticos prácticamente desco-
ruindad y de fraude que los personajes contribuyen a mara, que incluia un concurso de autores, un concurso técnica y literaria. Su nombre es Centro de América nocidos.
crear y del cual son víctlrnas. de grupos teatrales y un concurso de affíches, con Latina, S. A.
Si bien la técnica empleada, algo convencional, es premios cuantiosos. El acontecimiento tuvo amplia re- 2) EL CENTRO tiene la forma juridica de Sociedad
percusión en la prensa.
Precio de cada tomo: 12 dólares
inferior a la rica materia que trata y a la misma visión Anónima. Los aportes de cada accionista deberán ser
del autor, la novela interesa por la variedad de sus preferentemente de $ 200.000 a $ 1.000.000. Si cada ac- Pedidos a:
personajes y la coherencia de la situación. cionista se compromete además a realizar durante un
El jurado, asimismo, recomienda las siguientes no- Antonioni filma a Cortázar año un aporte mensual de $ 5.000 a $ 10.000 favorece EDICIONES OASIS
velas: mucho la evolución de la editorial.
Los inqulskiores, por Bartleby, en que el valor moral Con el título de The Blow Up (La ampliación fotográfi- 3) EL CENTRO tiene un conjunto de planes de gran Monterrey 46, México 7,D.F.
del tema y la técnica documental superan en cierto ca), Michelangelo Antonioni ha filmado en Londres "Las envergadura cuya realización no solo constituirá un
Colaboradores
* Nélida Piñón pertenece al grupo de jóvenes

munDO
* H. Alsina Thevenet (Uruguay, 1922) es uno de los
más importantes críticos cinematográficos de América dores brasileños que más ha hecho para renovar
Latina. Desde varios periódicos uruguayos (Marcha, visión y ahondar la experiencia creadora. Ha publicado
El Peis) y revistas especializadas del Río de la Plata hasta la fecha dos novelas (Gula-Mapa de GabrIel Ar-
(Fílm, TIempo de CIne) ha realizado una sostenida la-
bor de valoración. Es coautor de un libro sobre Ing-
mar Bergman, Un dramaturgo clnematográfíco (1964).
Actualmente reside en Buenos Aires donde trabaja como
secretario de redacción de la revista Adán. Prepara
una historia del cine.
cenlo, 1961, Madelra Felta Cruz, 1963) y un libro de
cuentos (Tempo das Frutas, 1966). A este último perte-
nece Cantata. La autora vive en Río de Janeiro
y es asistente de dirección de Cadernos Brasílelros.
* Joáo Guimaráes Rosa (Brasil, 1908) es considerado
más importante narrador brasileño de hoy. En el artí-
nuevo
97, rue Salnt-Lazare. París (9). Francia
* Luis Hars anda por los treinta años. Nacido en Ar- culo sobre «La novela brasileña», que se publica en
gentina y educado en Estados Unidos, novelista en este número, se estudia su obra príncipal. Los cuentos SUSCRIPCION ANUAL (12 NUMEROS)
inglés y crítico en español, Hars es una de las per- que Mundo Nuevo reproduce han sido tomados de sus
sonalidades jóvenes más interesantes de la hora actual. Primelree Estorlas (1962). Actualmente Guimaráes Rosa Francia: 35 F 1, Otros paises europeos: 40 F ,~ U. S. A.: 8 $
Prepara en estos momentos una nouvelle escrita directa- es Embajador y está destinado en el Servicio de Demar-
mente en castellano y un libro de entrevistas-con-co- cación de Fronteras. América Latina: 6 $ (Para pago en moneda nacional informarse con el agente de cada país)
mentario-crítico sobre los principales novelistas latino- * Silvia Rudni (Argentina, 1946) ha trabajado en el se-
americanos de hoy. El libro se publicará simultánea- manario argentino PrImera Plana y actualmente reside
mente en inglés (Ten In Thelr Time, es el título de la AGENTES
en París como corresponsal del mismo. Su reseña de
edición de Harper and Row) y en español (Los nues- la última novela de Leopoldo Marechal se basa en
tros, Editorial Sudamericana). Las páginas sobre Ga- ARGENTINA HOLANDA
algunas entrevistas personales y la relectura de su
briel García Márquez que hoy adelanta Mundo Nuevo BUENOS AIRES: SuscrIpciones: Libreria Hachette, LA HAYA: Martinus Nijhoff, Lange Voorhout 9.
obra.
pertenecen a dicho libro. Actualmente Hars colabora Rivadavia 739/45 - Distribuidora: Distribuidora de
regularmente en la sección de libros del semanario
* El diseño de la carátula de Mundo Nuevo, y el Editores Reunidos, Tucumán 865. HONDURAS
proyecto de tipografía de sus páginas interiores, perte- PUERTO CORTES D.S.: Distribuidors: Dist. Viana.
argentino PrImera Plana. BOLIVIA
necen a los artistas ingleses Colin Banks y John Miles.
* Clarice Lispector (de quien se habla in extenso COCHABAMBA: DIstrIbuidora: Los Amigos del MEXICO
en el artículo sobre «La novela brasileña», publicado Libro, Calle Perú, esq. España, Casilla 450. - MEXICO D.F.: Distribuidore: Muñoz Hnos S.A.
en este mismo número) es considerada como la más LA PAZ: Universal Bookstore, Mercado 1507, Ca-
Nota sobre las ilustraciones (Alfonso Muñoz), Campos Elíseos 199, Apartado
importante novelista de su generación. El cuento que silla 1548. - Gisbert y Cia., Comercio 1270/80, n° 5-438. - Suscrioctones: Librairie Francalse,
aquí reproducimos fue publicado en su lengua original
Sergio de Camargo (Brasil, 1930) estudió en la Acade- Casilla 195. Paseo de la Reforma, 12.
en Cadernos Brasílelros (año V, núm 6).
* Mary McCarthy (Estados Unidos, 1912) se reveló mia Altamira de Buenos Aires, bajo la dirección de BRASIL NICARAGUA
como narradora con una novela de episodios incone- Emilio Pellorutti y Lucio Fontana. De este aprendizaje RIO DE JANEIRO: DIstrIbuIdora y susoripclones: MANAGUA: DistrIbuidora: Guillermo Borge, la Calle
xos que se llamó The Company She Keeps (1942). Des- le ha quedado un español de indiscutible acento río- Librería Hachelle, 229/4°, Av. Erasmo Braga, Caíxa Nor-Este n° 717.
de entonces ha publicado varios volúmenes más de platense que confunde a los latinoamericanos que es- postal 1969.
novelas y cuentos, libros de viaje (el mejor: ventee peran una entonación más carioca. (Es de Río de Ja- PANAMA
neiro.) Su primera visita a París data de 1948, cuando COLOMBIA
Observed, 1956), libros de crítica (muy acres y agudos), PANAMA: DIstribuIdora: José Menéndez, Agencia
estudiaba filosofía en la Sorbonne. Al mismo tiempo se BOGOTA: DIstrIbuIdora y suscripcIones: José Int. de Publicaciones, Apartado 2052.
una autobiografía novelada (Memorles of a Catholic
vuelve hacia la escultura y conoce a Brancusi, Auri- Pubén, Calle 23 n° 5-92 interior 302. Apartado
Glrlhood, 1957) y sobre todo una novela The Group,
coste, Arp y Cantongerloo. De Brancusi, ha dicho el Nacional 38-58, Apartado Aéreo 14420. PARAGUAY
en la que trabajó muchos años y que al publicar-
se se constituyó en un best-sellet absoluto. Para escultor brasileño: «Al principio era un hombre difícil, COSTA RICA ASUNCION: Dlstribuidore: Mares e Hijos, Estrella
una autora que parecía sobre todo intelectual y de élite, pero cuando se añcionaba a uno, se convertía en el 972/986. - Selecciones S. A. Comercial, Palma
SAN JOSE: Suscripciones: Antonio Lehmann,
el éxito de este libro, seguido por el de una versión más cálido y gentil de los amíqos.» En 1950, Camargo n° 565. - La Consolida S. A., Alberdi 678.
Librería e Imprenta Atenea S. en C. Apartado
cinematográfica de Sydney Lumet, habría de resultar algo volvió a su país donde sólo permaneció un año, re- Suscripciones: Librería Maurice Santarelli, Alberdi
11. - DistrIbuidora: E. Calvo Brenes, Apartado
paradójico. Pero hay una razón detrás de esta aparente gresando a París por un nuevo lapso de tres años. 337, 1° piso, Casilla de Correo, 496.
En 1954 visitó a China. Desde 1961 vive y trabaja en 67.
anomalía: The Group no es sólo una novela irónica y PERU
sofisticada, como otras de su autora, sino una disec- París. Entre las numerosas distinciones que ha recibido CHILE
se destaca el Premio Internacional de Escultura obte- SANTIAGO: Suscrlpctones : Librairie Francaise, LIMA: DistrIbuidora y suscrIpciones: INCA, Emilio
ción muy precisa, muy firme, de una zona de la so-
ciedad estadounidense: zona que la autora fecha con nido en la Bienal de París, 1963. Las ilustraciones que Huérfanos 1076, Casilla 43 D. Althaus 470, Apartado 3115.
precisión de historiadora, antropóloga y entomóloga. El se reproducen en este número de Mundo Nuevo han
sido tomadas del Boletín de Noticias, Slgnals, de Lon- ECUADOR PORTUGAL
capítulo que adelantamos pertenece a esta novela que
será publicada próximamente por Joaquín Mortiz, en dres (vol. 1, núm 5, diciembre 1964-enero 1965). A tra- GUAYAQUIL: DistrIbuidora: Muñoz Hnos. Apartado LISBOA: Agencia Internacional de Livraria e Publi-
vés de ellas es posible captar «los ritmos de crecimien- 1024. - QUITO: Librería Selecciones S.A., Casilla cacoes, Rua S. Pedro de Alcantara, 63, 1° Do.
México.
* Octavio Paz (México, 1914) es uno de los poetas to orgánico que sugieren sus construcciones en ma- 522. PUERTO RICO
más importantes de hoy. Su obra lírica, recogida en dera, como ha dicho el crítico del TImes de Londres:
"Su arte tiene -insíste el mismo crítico- una auténtica
FRANCIA SAN JUAN: DistrIbuIdora: Librería Campos, Apar-
volúmenes como LIbertad bajo palabra (1949), como tado 961.
intimidad con la tierra: intimidad que no es ni casual, PARIS: Librairie Saint-Michel, 47, bd Saint-Miche\.
La estacIón vIolenta (1958) o el recentísimo VIento
ní brutal y que tampoco resulta de la aplicación de una Lib. Picart, 59, bd Saint-Miche\. - Lib. des Deux REPUBLICA DOMINICANA
entero (1965) es una de las más puras y mágicas de
teoría.» Mondes, 10, rue Gay-Lussac. - Drugstore, bd STO. DOMINGO: Distrlbukiore y suscrIpcIones: Paz
las letras hispanoamericanas. Sus ensayos, desde El Saint-Germain. - Lib. Hispanla, 40, rue Gay-
leberinto de la soledad (1950), penetrante visión de y Alegría, Apart. 841.
Lussac. - Lib. Editions Espagnoles, 72, rue de
México, y El arco y la lira (1956), sobre la creación EL SALVADOR
Seine. - Lib. Ed. Hispano-Américaines, 26, rue
poética, hasta CuadrivIo (1965), en que estudia ma- Advertencia a nuestros lectores
Monsieur-Ie-Prince. - Lib. Larousse, 58, rue des SAN SALVADOR: SuscrIpcIones: Librería Cultura,
gistralmente a Darío, López Velarde, Cernuda y Fer-
Ecoles. - Lib. Croville, 20, rue de la Sorbonne. Salvadoreña, Edificio Veiga 2a Avenida Sur.
nando Pessoa, certifican una lucidez y rigor ejemplares. Todos los materiales publicados en Mundo Nuevo
Las páginas sobre Breton que ha enviado para Mundo inéditos en castellano, salvo mención en sentido GUATEMALA URUGUAY
Nuevo constituyen un testimonio de amistad y de poe- trarlo Las opiniones expresadas en los trabajos GUATEMALA: DIstribuidora: Gilberto Morales. MONTEVIDEO: Distrtbukiore y suscrIpcIones: Beni-
sía. Actualmente Octavio Paz es Embajador de México firma pertenecen exclusivamente a sus autores. Agencia Gral. de Publicaciones. Apartado 84. to Milla, Editorial ALFA, Ciudadela 1389.
en la India. es una revista de diálogo.

Directeur-Gérant de la publication : Jean-Yves Bouedo Imp. Moderne Gelbard, 20, r. F.-Duval, Paris-4·
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