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La Devoción Al Nazareno de Achaguas. by Maury Abraham Márquez

Estudio etnográfico sobre las tradiciones religiosas populares relacionadas con la semana santa en los llanos apureños de Venezuela, en particular la Devoción al Nazareno de Achaguas, mitos,creencia y tradiciones.
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CORPOLLANOS: PROVECCION ¥ FUTURO La Corporacién de Desarrollo de la Regién de los anos (CORPOLLANOS) se crea el 30 de julio de 1981, segun Gaceta Oficial N° 2.832, extraordinario, como Instituto Auténomo con personalidad jur'- dica y patrimonio propio con domi- ~ cillo en la ciudad de Calaboz0, Estado Gusirico y adscrita al Ministerio de la Secretaria de la Presidencia, Misién Apovyar y coordinar los Procesos de Planificacién, Formulacién de Politicas, Estrategias de Desarrollo y de la gestion de las Instituciones Publicas y Privadas de la Sociedad Civil Organizada mediante la elaboracién de Estudios, Generacién de Informacién, Formulacién y Promoci6n de Programas y Proyectos, con el fin de propiciar un Deso- trollo Arménico, Integral y Sustentoble en los Estados, Gué- rico y pure. DIRECCION: Sede Principal de CORPOLLANOS: ‘ra. Avda. del Centro Administrativo - Edif. Proyecto Guarico - Calabozo. | Edo. Guarico - Telts. (046) 71.49.39 / 71.44.27 / Fax: 71.64.66 } Oficina Delegada San Fernando de Apure: | Galle Arévalo Gonzélez cruce con calle Bolivar - Edif. Giulio Gaggia, ter. piso Telfs. (047) 21.472 - 25.967 | Oficina Enlace - Caracas: | Edif. San Martin - Torre Oeste - Parque Central - Piso 22 - Telefax: (02) 07.77.53, LA DEVOCION AL NAZARENO DE ACHAGUAS / Maury Abraham Marquez G. . La Devocién _al Nazareno de Achaguas Caracas Central de Venezuela. Cursante de la (en FACES-UCV. Profesor de Antropologia dela Fundacion de Etnomsi- OEA desde 1987 a 1994. Ha sido Jefe de la Pica del Museo Arqucoldgicodel Estado Aragua, Jefe de la Fundacion Mioseo de Ciencia. Acwalmente Ta Divisin de Comercializacén de la Direccién fas del CONAC. Tgualment ha realirado trabajos de investi~ sindigenas de Amazonas, Bolivar, terrtorio esequibo del oriente y llanos venezolanos. ‘Copyright 1999 CORPOLLANOS Calabozo-Fstado Guérico Foro portada: Evaristo Madriz Impreso en Venezuela : por Miguel Angel Garcia ¢ Hijo, s.r. Disesio y Composicion de Textos: Dora Paulina Nicholls de Garcia Depésito legal: Lf6271999398328 ISBN 980-340-122-X A Sandra del V. Ala esperanza que galopa el horizonte. = Yo venta del Alto Apure remontando una ribera. Yo miré el rio Matiyure que sale de una laguna llamada La Barretera, ¥ pasa por La Estancada una Fundacion Fuentera. lego saludando Achaguas Jas terras del Nazareno, que quiso tanto a su pueblo que quiso nacer moreno. Busco al pueblo e’ Guasimar a las Queseras del Medio, donde José Antonio Péez con los centauros apurefios, l derroté a los realistas, aque! centauro llanero... (Condo apurefio: Informante: Eacarnaciéa Sevilla | j Presentacién Con el transcurrir del tiempo aquella afirmacién que pre- sentaba a la religién como el opio del pueblo se ha modificado. Hoy todas las corrientes de pensamiento, sin excepcién, evuldan con criterio constructtvo el rol que Juega Ia religion en la conformacién de la sociedad nacional. El Nazareno de Acha- uas, constituyé un factor de aglutinamiento de las expectativas de los independentistas de la época. Muchas promesas le fueron ofrecidas y, con el tiempo, el sentimiento popular le atribuy6 ropiedades que hoy, después de més de ciento cincuenta afios, ‘se ven acrecentadas por el fervor de la gente, de diversas Procedencias y categorias sociales, que se reconocen en la venerada imagen de El Nazareno de Achaguas, religiosidad Popular anclada en la region de Achaguas, zona de alto potencial ‘agropecuario del estado Apure. La Corporacién de Desarrollo de la Regién de los Llanos -CORPOLLANOS- publica este estudio del antropslogo Maury Abraham Mérquez G., como una contribucién al rescate del Patrimonio cultural de la regi6n de los Ilanos. Evaristo Madriz Rapale uw Prefacio Este trabajo forma parte de una ampliainvestigacién realizada en el marco del Convenio de Cooperacién Cultural e Interinsttucional suscrito en octubre de 1987 entre el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) y la Corporacién Regional de Desarrollo de los Llanos (CORPOLLANOS), con el objeto de realizar una serie de monografias para apreciar, valorar y difundir las culturas de tradicién oral de los estados Gusrico y Apure. En este sentido, la presente monografia es parte constitutiva de una investigacion interdisciplinaria que se llevé a cabo en el proyecto general, Cuatro Manifestaciones de las Culturas Populares de Guarico y Apure. La investigacién que se realiza en el érea sociocultural se hace realidad a partir del esfuerzo y dedicacién de un equipo de trabajo y cristaliza de acuerdo con la aceptacién y con la participacién de una colectividad. Es por ello que deseamos agradecer a la comunidad de ‘Achaguas su receptividad y disposicién al permitimos adentraros y conocer una de las expresiones religiosas y devocionales de un valor significativo para la comprensién dela vida de quienes habitan nuestros lanos 3 = somes Reconocimientos Deseamos reconocer la invalorable colaboracin prestada duran- te nuestro trabajo a la Sra. Josefina Hernandez de Recine. Al Pbro. Francisco Javier, a la Sra. Rosa Romelia Abano, a Dulia Abano, a Carlos Hernandez -"Chingo"-, a Pedro Bricefio -"Makumba”-, a Encarnacion Sevilla, a Satumo Villazana y a todos nuestros informan- tes, Esa ellos a quienes se les debe reconocer su coparticipacién en la ctistalizacién de este trabajo, ya que sin su ayuda el mismo no hubiese llegado a feliz término. ‘También deseamos expresar nuestro reconocimiento a los colegas antropélogos Lilly Gonzalez, Carlos Rios y Lizardo Dominguez, por las responsabilidades compartidas durante el desarrollo del Proyecto Ge- neral. Al Licenciado Argenis Méndez Echenique, cronista de Apure, quien desinteresadamente nos suministré valiosa informacion. 5 Introduccién Lua devocién al Nazareno de Achaguas es una expresién religiosa de gran contenido simbélico, que acontece en la localidad de Achaguas en el estado Apure. Se desarrolla como manifestacién popular en el ciclo de Semana Santa, época en la cual se conmemoran los misterios de la Pasin, Muerte y Resurreccién de Jesucristo, de acuerdo con el calendario devocional y festivo de la iglesia catdica, Los precedentes histéricos de esta manifestacion pueden interpretarse dentro de un amplio complejo ritual: vida-muerte-resu- rreccién. Esta concepcién del mundo, de antiquisima tradicién en la humanidad, ha sido expresada por el hombre en diversos rituales y tultos de origen arcaico. Esta complejidad la encontramos en diversas culturas, y sus mani- festaciones han sido variadas; de ellas proceden antiguos ritos de renovacién o fertilidad desde sociedades paleoliticas hasta las comuni- dades mediterréneas, en las cuales ya se amalgama con el cristianismo y se convierte en el leit motiv del ciclo religioso de la pascua y resurreccién de Jesiss. En el capitulo inicial de esta monografia utilizamos los testimonios rales aportados por miembros de la comunidad. Esta informacion se ‘complementa con datos de fuentes documentales para presentar una 7 retrospectiva de las celebraciones de Semana Santa en Achaguas a ‘manera de bosquejo. Lo hacemos con la finalidad de facilitar compara~ ciones con respecto a los cambios y transformaciones sucedidas en este ‘espacio ritual festivo, presentando los aspectos mas resaltantes de esta tradicién religiosa popular en épocas precedente. Asimismo se relatan aspectos concemientes al ciclo actual de la Semana Santa en Achaguas, procurando hacer énfasis en el espacio ritual vivido por los devotos del Nazareno y cémo éste se convierte en figura central del acontecimiento religioso. Se observaré cémo la imagen del Nazareno adquiere una connotacion de “santo benefactor”, ‘concepcién que es asumida por la poblacion; ademas de las peculiar dades de las conductas devotas de los cofrades, como aquellas manifes- taciones magico-religiosas propias de la época y aquellas referidas a la cultura culinaria y de diversiones cuya tradicion es propia de la semana de pasién, o Semana Santa, Los datos referentes a la concepcién mégico-religiosa, se funda- ‘menta sobre la interpretacién testimonial aportada por miembros de la. cofradia encargada del culto y de algunos devotos. Estas informaciones se recogieron en abril de 1988, en dias posteriores a la Semana Santa y se completaron con observaciones y entrevistas realizadas durante el desarrollo de la Semana Santa en marzo de 1989. . Generalidades Elestudio de esta manifestacién religiosa popular del Nazareno de ‘Achaguas, hace necesario el andlisis de algunos criterios que nos permitan comprender la importancia de lo religioso en el campo de lo cultural. De manera general, la religion es definida como todo aquello intangible por medio de lo cual el hombre manifiesta sus inquietudes hacia lo que reviste un poder sobrehumano. De manera mas especifica y entre los conceptos emitidos por diversos investigadores, encontra~ ‘mos que Edwer Brunet Tylor, definio como religién, la creencia en seres espirtuales; en tanto que Sir James George Frazer la entendia como la coneiliacién o apropiacion de los poderes sobrenaturales a los ue se les confiere un poder sobre la naturaleza y sobre la vida humana, 18 ‘ambos etnélogos se circunscriben al 4mbito evolucionista. Herbert ‘Spencer, por su parte, creia que la religion consistia esencialmente en la creencia de la omnipotencia de algo que es inescrutable; Max Miller la defini6 de manera un tanto escéptica, como una lucha para concebir lo inconcebible, expresar lo inexpresable, un anhelo de lo infinito, Emile Durkheim llegé a su famosa definicién afirmando que la religion como un hecho social consiste en un sistema unificado de practicas religiosas relativas a la dimensi6n sagrada, las cuales vinculan a todos aquellos que se adhieren a dicho sistema, cohesionados en una comunidad. De hecho, estas concepciones son sociolégicas. De una manera mucho més ecléctica, la antropéloga Jacqueline Clarac de Bricefio (1981:18) define la religion como toda actividad que implica la creencia en seres sobrenaturales capaces de favorecer 0 desfavorecer al hombre, actividad ésta que es expresada por medio de ceremonias yrituales en honor ala divinidad o deidades, estableciéndo- se dicha comunicacion a través de actos de ofrenda, sacrificios, bailes, cantos, miisica, rez0s y oraciones. A través de la religion, y en particular de las formas religiosas populares, el individuo ha desarrollado un conjinto de creencias contentivas de ancestrales tradiciones, en donde los rasgos fundamen- tales estan dados por el nivel de identificactén colectiva, el sentido devocional, yel carécter cohesionador de los patrones de organizacion religiosa; donde las divinidades y deidades estan més cercanas al individuo y le permiten canalizar expectativas del cotidiano vivir. En nuestra opini6n, la religiosidad popular engloba por definicién los mismos aspectos que hemos definido para la religion general, es decir, valores, creencias, ritos y ceremonias. Pero el concepto de religiosidad popular alude a aquellas expresiones diferentes a las re- ligiones llamadas oficiales. La religiosidad popular se caracteriza enton- ‘ces por algunos aspectos particulares, que pertenecen a los sectores, sociales populares y mayoritarios de la poblaci6n. Por otra parte, también difiere en su contenido estructural y simbélico, ya que aqui aparecen elementos tradicionales propios de las religiones autéctonas con caracteristicas arcaicas. Tanto en Africa como en América, son ‘numerosas las formas de religion que constituyen verdaderas conjun- ciones magico-religiosas, donde puede apreciarse la base catélica 0 19 bien religiones de origen autéctono cristianizadas 0, en todo caso, influenciadas por las religiones oficiales. E1Nazareno de Achaguas es un vivo ejemplo de estas manifestacio- nes, es una expresién de origen catélico, mezclado, por supuesto, con elementos de la tradicion hist6rica local. Isabel Aretz (1975:199-262- 277), clasifica este tipo de religiosidad como religi6n folk (término propuesto por la etndloga Gitanjali Dighindra de Guevara), a la cual ‘caracteriza como la interpretacion que hacen los sustratos populares de la religion oficial, y que debe ser estudiada a partir de las manifestacio- nes locales que le imprimen un carécter diferencial con respecto a la religion oficial. En estas religiones, los representantes de dichos grupos sociales se ubican dentro de dogmas y practicas de creencias, que son elaboradas ¢ interpretadas de acuerdo con su propio universo simbélico. Para ello, la estructura de la religién presenta sus formas de organizacién, participacion y expresién sein la experiencia particular de los indivi- ‘duos que profesan la fe. En muchos casos, esta circunstancia trasciende los planos individuales incorporéndose como expresién y experiencia de un colectivo; Malinowski explica que, en la practica popular, los santos de la iglesia catdlica romana han llegado a ser complices pasivos de la magia. Pueden producir la lluvia, colocandolos en el campo; detener la lava, cuando se los coloca frente a ella; detener el progreso de una enfermedad. El uso prictico, “vulgar”, de ciertos rituales o de ciertos objetos hace magicas sus funciones (Malinowski B. citado en: Zadra D.; 1969:370) Por otro lado, compartimos con Angelina Pollak-Eltz (1987a:100 sg; 1987b: 73-77) que, independientemente de que nuestro pais sea considerado catélico, existe una religiosidad de arraigo popular cuya particularidad dista de la ortodoxia de la institucionalidad. Tulio Heméndez en una entrevista citada en el libro Marfa Lionza: Religio- sidad Mégica de Venezuela (1987:172) sostiene que estos sistemas religiosos populares permiten a los creyentes un intercambio con lo divino 0 misterioso, lo cotidiano y lo hist6rico, alrededor de la creacién de imagenes que les sean més cercanas a su imagen y semejanza. 20 Al hablar de religiosidad popular necesariamente debemos referir- nos a las interrelaciones entre pensamiento magico y religion, concep- tos que no deben confundirse. La magia como c6digo simbdlico tiene connotaciones distintas alo religioso, independientemente de que esto itimo lleve implicito proce- dimientos mégicos, porlas respuestas 0 resultados que se esperan y por el caracter de devocién que es expresado ante lo sobrehumano. La diferencia radica en que el discurso de la magia es rigido en cuanto alo que se espera como efecto del acto ritual; en este sentido, Beals y Hoijer (1976:590), afaden que la magia es un conjunto de técnicas y ‘métodos para dominar el universo, en la suposicion de que si se siquen minuciosamente ciertos procedimientos, son inevitables ciertos resul- tados. Presupone un universo rodeado de causas y efectos, que puedan ser controladas por quien la practica. No se trata de acontecimientos ‘que puedan ocurrir imprevisiblemente al antojo de los seres sobrenatu- rales, nada es al azar. En este sentido, y refiriéndose al acto ritual magico-religioso, Miguel Angel Lovera (1988:55) establece que la finalidad del ritual es la de generar una comunicacién con los dioses, para que sus poderes sean accesibles al hombre, otras consideraciones en tomo a la relacion magia-religion pueden verse en James, E.O. (1975:10-14), El cardcter de los ritos magicos, en contraposicién con los religio- sos, que constituyen, como vimos, un fin en si mismos, es visto por Malinowski (1974: 37 y sg; 1977: 85-129) de la siguiente manera: la ‘magia se distingue de la religion por el hecho de que esta titima crea valores y exige una comunicacién directa con las divinidades, mientras, que la magia esté constituida por actos que tienen un valor utlitario y son eficaces s6lo como medios vinculados a un fin concreto. Asi, el ‘contenido estrictamente utilitario de un acto y su funcién directamente instrumental, lo hacen magico. La mayor parte de las religiones reconocidas como moderas agregan dentro de muchos de sus rituales, y hasta en su ética, algunos aspectos que en realidad pueden asociarse a la magia, La actividad ritual es indisoluble de los acontecimientos importan- tes de la vida en sociedad, todo ritual esté conectado con actos de trascendental interés para la vida del hombre, puesto que dan inicio 0 2 cierran situaciones de importancia, por ejemplo: nacimiento, muerte, pubertad, matrimonio, iniciacién del joven en los secretos mégicos, iniciacién o culminaci6n de periodos de abundancia o fertilidad, entre otros. 2. Criterios Metodolégicos Los resultados que se presentan a continuacién forman parte de tuna primera investigacién bibliogréfica-documental sobre la devocién al Nazareno de Achaguas. Esta fase del subproyecto “Religiosidad Popular en los estados Guarico-Apure”, se complet6 con informacién testimonial recabada con posterioridad al acontecimiento ritual de Semana Santa, durante el mes de abril de 1988. En este orden de ideas, es importante destacar que la “reconstruccién” del tiempo y el espacio de la celebracién se realiz6 recurriendo al testimonio e historias rales narradas por miembros de la comunidad cristiana de Achaguas, asi como también de promeseros y devotos de la imagen del Nazareno. ‘Creemos que una aproximacion referente ala religiosidad popular, que pretende detectar la conducta devata de una comunidad y sus conco- mitantes socioculturales, debe trazar una linea de acci6n para el estudio del ciclo completo. Esto quiere decir, que permita observar los cambios vy variaciones acaecidas en perfodos secuenciales de la manifestacién en estudio. En este trabajo partimos basicamente de un postulado: Como era y como es la manifestaci6n en la tradicion y en la memoria historica de sus participantes? De otra manera, zqulénes integran la rica fuente de informacién. Siempre nos nutrimos de ella yla confron- tamos con el dato documental y viceversa. Los datos bibliograficos y documentales se complementaron con observaciones, entrevistas y el registro fotografico realizado durante la Semana Santa de 1989. El trabajo de campo se llevs a cabo siguiendo los lineamientos de la investigacion participante, més una entrevista semi-estructurada a miembros de la cofradia que reine a un sector de devotos del Nazareno de Achaguas, que son los encargados de organizar los preparativos para la celebracién de la Semana Santa (miembros de la iglesia y feligreses); ademds, se entrevistaron personas que por su condicién de ancianos, pudieron aportar informacién testimonial sobre el desarrollo 2 de estas festividades de Semana Santa en épocas anteriores. También conocimos sus cambios y variaciones hasta el presente. Se entrevista- ron igualmente personas reconocidas piblicamente como devotos del Nazareno, y/o que fueron favorecides por algin milagro, tuvieron alguna experiencia cercana desde el punto de vista devocional. Aspectos Geo-Histéricos de Achaguas La ciudad de Achaguas, municipio capital del distrito del mismo nombre, se encuentra ubicada aproximadamente a 21 kilometros al sur-oeste de San Fernando de Apure, capital del estado Apure, especificamente esta situada a 7° 46° 48" latitud norte ya 68° 13° 18* de latitud oeste. Geografica y ecolégicamente Achaguas se encuentra en un relieve de sabana interfluvial, por su localizacién cercana a los rios Matiyure, Apurito y Cafio Zancudo. Est rodeada de terrenos aptos para la agricultura, con una vegetacién natural de bosque de monte alto, segiin hoja 6539 de la Direccién de Cartografia Nacional, 1971 Econdmicamente la poblacién desarrolla actividades agrope- cuarias con especial énfasis en la produccién ganadera, en segundo lugar le siguen las actividades de carécter agricola. En los iltimos afios se ha incrementado la absorcién de fuerza de trabajo por parte del sector terciario de la economia, en el area de los servicios puiblicos y privados, lo cual ha acentuado un crecimiento demogréfico derivado de la migracion campo-ciudad. Esto se hace evidente a partir del reciente proceso de crecimiento urbano, con la conformacién de populosas barriadas y urbanizaciones en la periferia del casco de la ciudad. El ‘municipio Achaguas tiene un total de poblacién de 12.980 habitantes, de los cuales 7.480 (57,62%) habitan en el sector urbano de Achaguas, segin datos del nomenclador de Centros Poblados del XI Censo General de Poblacion y Vivienda, OCEI, Region los Llanos. El proceso de conformacién histérica de Achaguas se remonta al periodo precolombino. Para el periodo de contacto indo-hispanico esta regién de Apure se encuentra habitada por las comunidades étnicas Achagua, Otomaco, Taparita y Yaruro, siendo de los primeros de donde toma nombre la ciudad de Achaguas. Al hablar de los 23 indigenas Achagua, Fray Juan Rivero, citado por Acosta Saignes (1954: 112), se refiere a éstos diciendo: “La nacion Achagua ha sido de las mas numerosas y déciles de cuantas pueblan estas comarcas (...) Empezaba a extenderse esta nacién desde muy cerca de Barinas hasta San Juan de los llanos y desde alli hasta Popayén, sin que se les haya descubierto término hasta ahora. Es verdad que hay algunas interpolaciones en el gentio, ya por la vecindad de otras naciones, ya por lo inhabitable de las tierras por ser estériles. Desde el punto de San Salvador de Casanare iba una gran manga de estas gentes, con poblaciones hasta el Ariporo y hasta las orillas del Meta (..)” Esta nacion fue conocida con las denominaciones de Asagua, ‘Ajagua, Jaguas, Xaguas. Los Achagua, de filiacion linglifstica Arawak, ‘ocuparon una vasta geografia, desde la provincia del Meta en la Repablica de Colombia hasta las adyacencias de los rios Meta, Orinoco y Apure, e incluso habitaron parte de la region nor-occidental de Venezuela en las sabanas de Carora hasta Pedregal en el estado Falcén, ‘ademas se conocieron algunos nticleos poblacionales en los alrededo- res del Lago de Valencia. Estos grupos fueron referidos por fuentes misioneras del siglo XVIII. Mantenian intercambio comercial con otras etnias de fillacion Caribe. Los Achagua solian ser comunidades esta- bles, posefan un caracter complejo desde el punto de vista social y tecnoeconémico, con un patrén de asentamiento disperso y una baja densidad demografica. Sus aldeas estaban conformadas por una uni- dad social y politica que permanecia unida por lazos de parentesco en base a familias nucleares y extendidas. Su organizacién social se fundamentaba en clanes patri y matrilineales exdgamos y endogé- micos, teniendo como practica el matrimonio entre primos cruzados, vel poder politico recaia sobre la figura del Cacique o Jefe de aldea, 0 en su defecto el Chaman o Piache. Entre las comunidades de esta etnia existia un particular criterio de ccupacién y posesién de los espacios territoriales que les ofrecian mejores recursos para la subsistencia, por ejemplo, algunas familias extensas se posesionaban y dividian las playas de los rios para el aprovechamiento y explotacién de sus recursos, lugares éstos donde las tortugas y galapagos desovaban; el trabajo se hallaba dividido por 24 asignaciones segtin el sexo, practicaban la agricultura rotativa de tala y quema; el hombre talaba y preparaba el conuco, y la mujer se encargaba de las labores de siembra y recoleccién. Completaban esta actividad, base de su economia, con actividades subsidiarias como las de caza y pesca fluvial, ademas de la recoleccién de especies silvestres con las cuales complementaban y balanceaban las proteinas necesarias cen la alimentacién. Estas actividades subsidiarias estaban mediadas segtin la escasez 0 abundancia de especies en base a la estacién climatica correspondiente: verano o inviemo. Practicaban la distribu- cién equitativa de los productos de las actividades econémicas para la subsistencia. La vivienda de estos indigenas era de muy variadas formas, desde las estables © comunales, a los paravientos o viviendas ocasionales, hasta las viviendas ribererias (de lagos y rios) 0 palafiticas. Se destacan como grandes fabricantes de alfareria, cesterias, tejidos de algodén yde otras fibras, y embarcaciones, manufacturas con las cuales comercia- ‘ban, en una red intertribal de intercambios, con otras comunidades 0 ‘grupos étnicos, a través del trueque o utiizando la “quiripa”, cuentas 0 abalorios de collar claboradas con caparazén © concha del caracol {Strombus gigas), la cual fungia de unidad de intercambio. En cuanto a lo religioso practicaban ritos iniciticos de pubertad tanto para la mujer ‘como para los hombres. EI panteén religioso lo conformaban, esencialmente, los espiritus de la naturaleza. Solian realizar ceremonias de caracter propiciatorio con las que daban inicio 0 cerraban el ciclo de las actividades econémi- as fundamentales que desarrollaban. Practicaban a su vez enterra- ‘mientos de tipo primario y secundario, lo cual habla por si solo del valor fundamental sobre el concepto vide-muerte dentro de estas comunida- des. Steward (1948:1-41) ubica a estos aborigenes en lo que define como area circuncaribe, con las caracteristicas de culturas de selva tropical. Acosta Saignes, por su parte, los sefiala en el drea de los ‘Arawacos occidentales. Otros grupos étnicos, no menos importantes, de esta region para el periodo de contacto indo-hispanico fueron los Taparita y Otomaco del tronco lingtiistico Atomaco, y los Yaruro Pumé de filiacion linguistica Paleo-Chibcha, segiin Sanoja y Vargas (1979: 161). De todos ellos, solamente estos itimos habitan hoy los municipios adyacentes de Achaguas. 25 A continuacién haremos un esbozo de las caracteristicas etnol6- gicas generales de estas tres iltimas etnias seftaladas, por considerar- la, junto a los Achagua, el sustrato cultural amerindio sobre el cual se conforma la localidad de Achaguas, quienes con el aporte de los mulatos en un primer momento y con el desplazamiento de criollos y mestizos provenientes de la regién norte costera del pais van a conformar el perfil étnico base que caracterizaré a esta poblacion Ianera. Genéricamente, a estas naciones aborigenes asentadas en las regiones planas del sur del pais, se las considera dentro del tipo nomadico semi-permanente, por cuanto dependian de un tipo de economia diversificada, basada en la explotacion de los diversos nichos ecolégicos de sabana. Es decir, vivian de la pesca, la caceria y la recoleccion de especies silvestres, con desarrollo incipiente de un tipo de agricultura que se practicaba por condiciones marcadamente estacionales. Esta se desarrollaba siguiendo el patrén estacional de las crecidas y bajadas de los rios, conocida como agricultura de vega. Consistia en sembrar en las orillas de los meandros riberefios en verano sobre la capa de humus depositada en estos lugares por la corriente de los ios, desplazandose los miembros de la comunidad en pequefios grupos durante las temporadas de lhivias a los lugares altos de la sabana. Aqui subsistian de lo recolectado 0 del producto de la cosecha de verano. La habitacién de estos grupos indigenas para la época del contacto era de tipo diversificado debido a sus condiciones ndmadas ya sefialadas. Tenian viviendas comunales circulares en la fase de semipermanencia o abundancia de recursos. En tanto, para as tempo- radas de recoleccion y de desplazamientos utilizaban paravientos para guarecerse, o incluso simplemente se semi-enterraban en la arena a la otilla de los rios, como una forma de abrigarse de la intemperie. Desde el punto de vista de sus ceremonias religiosas, estas comu- nidades, especialmente los Otomaco, tenian caracteristicas que han hecho que muchos investigadores los relacionen con los indigenas ‘mayas centroamericanos. Segtin los cronistas, éstos practicaban “el Juego de pelota”, ritual propiciatorio para las actividades ceremoniales de consumo de tierra y sacrificios de sangre; asi como ceremonias de adoracién a la luna en sus diversas fases o ciclos de presencia 0 26 ausencia, siendo el jaguar la representacién de ésta (Ver: Acosta S. 1954: 65-66; Sanoja M.; 1979: 163-164). En base alla reduccién de indigenas Achagua, Otomaco y Taparita, 14 de diciembre de 1774, fray Alonso de Castro funda este pueblo de misiOn, bajo la advocacion de Santa Barbara, con el nombre de Santa Barbara de la Isla de los Achagua. Esta localidad revistié vital importan- cia durante los hechos acontecidos durante el proceso independentista, pues constituyé el centro de operaciones o cuartel general de las tropas patriotas comandadas por el General José Antonio Péez. Al respecto, Elisur Lares Bolivar hace referencia a la importancia estratégica de Achaguas durante esta época de la vida nacional: “Debemos aclarar que con esto ultimo, no sélo era Achaguas centro de poder militar sino que también era centro de poder econémi- 0 pues acd se disponia de millares de caballos, tinico medio de transporte para la época y miles de reses, las cuales servian para alimentar a los ejércitos patriotas” (1986: 4-5) Fn Ins alrerledores de Achaguas se escenificaron varias batallas centre el ejército patriota y el espafiol. Es precisamente en esta época cuando comienza un culto religioso de fundamental importancia para los llaneros, la devocién al Nazareno de Achaguas, de la cual hablare- ‘mos en las siguientes paginas. 27

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