100%(1)100% encontró este documento útil (1 voto) 272 vistas95 páginasDos Décadas Vulnerables en Las Artes Plásticas, Martha Traba
Dos décadas vulnerables en las artes plásticas, Martha Traba
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DOs DECADAS VULNERABLES
EN LAS ARTES pLASTICAS
LATINOAMERICANAS 1950-1970
por
Marta Trabaano no ha conseguido todavia desa-
i! ric ;
tS a respecto a la leccién que
tender, ni siquiera distraerse,
i fuera.
e Je imparte desde al ra. ; :
: Cuatro siglos de dominaciones culturales sucesivas ex
plican —aunque no justifiquen—, la docilidad conde
al comenzar el siglo XX, este arte copia prolijamente los
borradores que le suministra Europa y, al definirse la
hegemonia de Nueva York en la estética actual, marca el
paso a la estética del deterioro sin presentar resistencia.
Para saber cudl es el grado de su obediencia, y poder .
establecer por cuales razones tal sumisién es una falla
grave del arte continental, hay que precisar, antes que
nada, qué cosas nos estén transmitiendo los Estados Uni-
dos a lo largo de los veinte afios que forman el tema del
ensayo: 1950 a 1970. Hay que saber si traspasan lenguaje,
significados, estética, sefiales, Proyectos, dictamenes. ‘
Tal precisién persigue, como primera finalidad, des-
Pig el argumento simplista de que los Estados Uni-
» como antes lo hicieran otras fuerzas culturales, nos
sits ne nea ie eee
creativa, eben ver, ao ieee ere
do el arte Intinpamene de Rec seme
parte del arte norteamericano
dominante para esti i i
timar en seguida si ese aporte i-
mable o perjudicial, peedPRIMERA POsICION:
sTADOS UNIDOS VERSUS LATINOAMERICA
BS
EI estudio de las artes plasticas en una sociedad de con-
sumo altamente industrializada como es la de Estados Uni-
ae durante el perfodo que va desde el fin de la segunda
guerra mundial hasta la actualidad, las inserta en un marco
sociolégico estricto y delineado de manera cristalina, sin
posibilidad de equivocos ni de interpretaciones ambiguas.
En este sentido, el marco es notablemente més rotundo
que el que encuadra los “ismos” europeos desde fin de
siglo hasta la segunda guerra mundial, sobre los cuales
—dejando a un lado las miltiples versiones que los vincu-
lan con el romanticismo alemén, el idealismo, el Progreso,
la violencia vaga y ansiosa, el frenes{ purista, etc.— pla-
nea un inmarcesible y nunca recortado individualismo.
En los Estados Unidos, la actividad artistica deriva di
rectamente de las alternativas de la sociedad de consumo,
y acompafia tan lealmente el optimismo del New Deal
como Ia depresién moral y las secretas desilusiones de Ja
Posguerra, resultando, paraddjicamente, tanto més alienada
Por su propia sociedad cuanto més proclama su libertad y
despliega una vastisima exhibicién de sus Progresivos li-
bertinajes. A través de ellos afirma su setvidumbre a hf
€0 los Estados Unidos. Sélo una tecnologia que ha perdido
apologizada por Francas-4 ESTADOS UNIDOS VERSUS LATINOAMERIc,
4 s
ente tefiida di enidos id .
tel, una tecnologia claramente tefiida de contenidos idegal ,
3 ; ios, put roducii individuo-roby :
logicos totalitarios, puede producir ese i : a or a
impue: on una docilidad mj. riedad
obedece a los controles impuestos con un: d mi
mética y abjura de su “dimensién interior 7 la falsa
A su vez, la dimensién interior que el hombre Pierde denunci
en la sociedad de consumo no puede existir por fuera de Es 16,
lo que Lefebvre llama “un c6digo general”, es decit, un el caos
sistema global emanado por la sociedad para establecer dia a d
signos y significados también generales y cuya compren. ya no t
sién consolide la armonfa entre el hombre y su comu- tir al es
nidad. cia, o fi
Entonces, ¢cudl es el lenguaje derivado de la tecnolo, El res
imperante en Ia sociedad de consumo? Bien sea que acerca
co a la
sumo es
valquier
nomen-
gia. La
ir quie-
der, ha
onsumo
stipular
sstancos
do con
tienden
igo ge
ido sin f
pdela |
in sido
netran-
enberg;
ulaci6a
ESTADOS UNIDOS VERsus LATINOAMERICA 5
de la tecnologia ha Hevado a la poliser
riedad de las interpretaciones yEdesios
radamente personales, ala de
Ja falsa sensacién de libertad
denuncia como Ja mayor de
Es l6gico, asimismo, que ante ese panorama tegido por
el caos Ja divergencia entre artistas y ptilico se ahonde
dia a dfa, hasta el punto que la famosa “participacién”
ya No tiene nada que ver con el 80 inicial de conver.
tir al espectador en “obmplice”, para tornarse uns exigen-
cia, 0 ridicula o dramitica,
El resultado més ostensible de la “tecnologia ideolégica”
sobre las artes plasticas norteamericanas es el remplazo de
Jo que podrfamos Hamar estética tradicional por la estética
del deterioro. Si el valor culminante de Ia estética tradi-
cional consiste en Ingrar Ja permanencia de la obra de
arte superando las contingencias de la época y de la moda
para aplicarse a coordenadas de estilo, la estética del de-
tetioro, por el contrario, descarta o desaffa abiertamente
ambas concepciones. La cuestién consiste en no durar y en
no establecer pauta alguna.
En los tiltimos afos del arte norteamericano, con ex-
cepcién tinica del “minimal”, que saca carta de ciudada-
nia en 1966, los artistas se han dedicado a las antipropues-
tas 0 sea a los proyectos que se rigen por las dos tenden-
Cias subrayadas. Asf, la movilidad y el cambio, que resol-
vieron Ja suerte de tantos espléndidos artistas en la década
del 50 y Ja del 60, termina en el genocidio artistico del
Setenta, en la improvisacién del producto efimero, se-
Suida de su inmediata destruccién, que ni siquiera es
Consumada por el propio autor, sino por un extrafio, el
Publico, :
Esto no significa exactamente que se niegue - a
arte, sino que se Ja explica por los medios contrarios
& los tradicionales. Si Cézanne queria permanecet, es
: i construccién racioi
- -Autorretrato, bajo Ja especie de una r ejemplo, n0
-inatacable, Rafael Ferrer (Puerto Rico), sae (y me-
‘tiene otra intencién que ofrecer un €spo
mia, a la arbitra.
€ los lenguajes exae
Sapaticién de la norma y 4
total que el propio Marcuse
las alienaciones6 ESTADOS UNIDOS ‘SUS LATINOAMERIGs
lancélico) 1 subirse y bajarse de un taburete. Sin
posibilidad de permanecer, sin perseguir ninguna estruc
‘a de la permanencia, el arte se autocondena al mismo ~
tino que los demas productos de la sociedad de con= ~
sumo; apenas se gasta, cubre una espectativa y satisface”
episddicamente a su cliente, desaparece.
Tal como en el caso de la resistencia critica antes
cionada, este proceso no se ha Ilevado a cabo sin t1
ejemplo (perteneciente, ademas, a una generacién
ctificados —Gorky y Rothko suicidas, Pollock se:
cida—), tratando de salvar una dimensién interior
cediera a las imposiciones de la estética del deter
mina con un eclipse que lo engrandece en cuant
pero lo saca del juego que, desde la aparicién
(Rauschemberg, Noland, Oldenburg, ee
gira todo el arte norteamericano.
Ia generacién de De Kooning (
Kline, Newmann, Rothko) todaviaUS LATINOAMERICA 7
inten.
4, don:
menta
asociaciones
Duchamp,
jas luminosas del
n llenar el vacio
la
sucesivame
libera y dest
obra de
en medida
imprime esas directivas al
al del “pop-art” norteameri-
li, Nueva York; Rauschember;
J , Lichtenstein, Chamberlain Warhol) lo inserta en
el “american way of life” emergente en la década, sem-
brado de Marylins y sopas Campbells; de la misma ma-
nera se reconoce un claro paralelismo entre el furioso re-
chazo del bienestar, el confort y los objetos materiales
en Ia proximidad de la década del 70 (protagonizado
humanamente por la corriente “beat-nick-hippie”) con el
“happening” y las situaciones “antimuseos", que Messer
cataloga como la maxima fusién de arte y naturaleza,
: arte y lo existente y arte y nada, lograda hasta el presente.
s Pero seria un error considerar tales coincidencias como
fundamentos de estilo, cuando se trata justamente de lo
1 contrario. Ahora bien, los datos de estilo, cuyo conglo-
2 merado constituye el cuerpo de una determinada cultura, °
= son trasmisibles; pero los comportamientos que acabamos
- de describir, y que responden en todo a Ia peculiaridad
: de una determinada civilizacién, no pueden ser trasmi-
tidos a menos que se intente hacer de ellos el vehiculo
de la misma civilizacién. La trasmisién de elementos cul:
turales implica, a su vez, la trasmisién de un sistema de
{ Pensamiento, de una organizacién especial del hombre y
sus relaciones no sélo con Ia sociedad sino con ie Ree
Por el contrario, la trasmisién de elementos civiliza-
cidn se limita al traspaso de costumbres, modos pricticos
i de vida y conducta que, carentes de una fuerza o poderI eee
108 UNIDOS VERSUS LATINOAM ny ,.,
8 usTAl
, eTADOS
i persuasive farerno, deben imponerse, Y, Uldma Feflexidy PETAL
asi como la ¢rasmisidn de cultura €8 enracteristica de 4? goconide
grupos no imperialistas, la imposicién de sistemas de ¢: formales i
» Vilizacidn es tipica de los imperialismos, a giane
Si la tecnologia ideoldgica destruyd, en Estados [ Ja obra cot
ni
dos, ef ede wena y si escimuld una nueva tendenciy no baby
estecicn del deverioro, gddnde y cémo se ubican los ug, un mero it
rosisimos artistas, generalmente llenos de calento y de jm, marcar un
ginacién, que cubren Jas dos ditimas décadas? complejo 1
FBI arte moderno norteamericano ha aceptado ser, gin | lenguaje.
dluda una regidn de la seenologia, Desde el momento en La sefial
que se produjo esa acepracién perdié Ia opcién de inter es lo que
precar glodalmente una sociedad que ya no puede ver sing soos antes
tdesde el angulo que se le concede. Por eso, cuando Jos y la acatan
urcisas del grupo “pop-art’, 0 algunos. pract [ comprobar
eptico’, detienden su absolum carencia de in i cosumbre,
criticas.y desaurorizan & los teéticos que ven en ellos | ae cciieas
lita el des,
producir ca
cos que se
(o mal) ¢
del Instirut
‘ipicamente, tee seasons aa
| fuerza ‘oduc-
ae ; Sheps Con sus necesarids
i vas incita-
reiterar sus ser-
(ta manera se
ea Flavin ooe
UNIDOs R
VERSUS | \TINOAMERICA ¢
RICA 9
S$ cuales no hace
~ , M referencia a las relaci nes
" MS'de le obra. sing oo
oe ra, sino a las telaciones de la
“strutadores y
a las refere
con el contexto histdric, ee
ias de
}easel.ci
» cultural donde
brs ninguna dificult par seconoces i
ndicador mecénico, pauperiaado, acitado para
. caMINO a seguir pero impotente para abrir e]
eollo de una estructura de sentido como es el
Pues, que nada tiene que ver con el lenguaje,
mericano; los recep-
reciben con la misma velocidad con que se emite
an cada vez con mayor diligencia, como se podré
comprobaranalizando las dos décadas vulnerable, Ta
costumbre, ya secular entre nosotros, de trabajar con una
seudocultura Iena de reajustes y reordenamientos faci-
lita el desparpajo de los receptores que han Megado a
producir casi simultineamente los mismos objetos artisti-
Sos que se dan en Nueva York, de Jo cual fue un buen
(o mal) ejemplo el periodo de diez afios de actividad
del Instituto Di Tella en Buenos Aires, en su seccién de
artes visuales,
Parece un lugar comin afirmar que nuestro continente
no ha superado el estadio colonial; 1a dominacién cultu-
tal espafiola durante los siglos xvii y XvuI y la francesa y
europea en el XIX y comienzos del veinte, fue, precisa-
mente eso, una dominacién cultural; la trasmisién de se-
fiales de ruta, hecho privativo de la civilizacién america-
na, tiene su originalidad dentro de nuestra historia de
“semi-todo”; semi-independientes, semi-dependientes, se
mi-desarrollados, semi-subdesarrollados, semi-cultos. :
Cualquiera que sea el nombre con que llamemos :
Nuestras sociedades es evidente que la naturaleza ae.
fica de los procesos de “‘aculturacién ping doguierteny: 1
mediablemente, en receptores Sr eda cane
esto para aclarar que lo grave no €s :
Confundir seal de ruta con lenguaje: hanes ele
es lo que recibimos del arte non
Inclusive puede afirmarse, recordando4 roménticas y neock
pienso en gs nodernos
verin desarticulando por el treinta toda
tance” impresionista, 0 en ef cubano
un aie salvaje y refre tre Ios pulido
liseas, en la mis
0 € peligroso, por consiguiente, la recepcién de
lenguaje, siempre que dicho lenguaje sblo represente ¢
conjunto de puede ser utilizado para fines d
sun
fecentes y propios; lo que resulta disparatado es la ado,
cién de deverminada sehal de trémsito 0, pata decitlo ¢
tézminos menos “pop-metaforicos”, la asuncion de la
fial correspondiente a una sociedad de consumo altamente
industrializada dentto de sociedades que han sido califice
das por los sociblogos como arcaicas, feudales, semicolo
niales 0 francamente coloniales, viviendo situaciones pre
capitalistas, raquitismo del mercado interno, la presion de
las oligarquias en el poder, los desarrollismos a punta de
sevélver, la marginacion de poblaciones enteras, el parto-
uialismo, e! paternalismo, etc, Para acentuar la enol
dad implicita en ef simple traslado de sefiales habria que
pon! que, siendo el arte norteamericano emisor un afte
ido a circunstancias, objetos y modalidades “urbanas”
de la visi, cmbien debe oe,
set reimplantado, Gnicamente,
el arte norte "
team , deja inwantén
del campo de fuerzas que se
mente de setio al extracrse d
, fa vanguardia
juegan en fos Estados Unido
latinvamericana en at
sivanente, de acuerd
tados Unidos, Es verdad que, como veremos més adelante,
los comportamientos no son idénticos y pueden sefialarse
algunas diferencias, a medida que se fueron abandonando
con la seal impartida desde los Ex
las formas de resistencia, Pero esto no destruye el hecho /
de que las artes plésticas continentales suscriban un pa-
norama tipicamente colonial; y la gravedad de este hecho
aumenta con la autoabsolucién que poco a poco nos vamos
concediendo.
Es posible, también, que ya se haya Megado a una fran-
a aceptacién del estado colonial, que el colonizado quiera
setlo y se sienta bien siéndolo, y que, por consiguiente,
resulte estéril una recapitulacin sobre el coloniaje cre
Ciente de los Estados Unidos respecto a las artes plisticas
fh
%a he
ys UNIDOS VERSUS LATINOAMERICA
psTADO
ySTADOS UNIDOS VERSUS LATINO,
No obstante, para convenir en ¢
Latinoamérign en las dos tl
izes hay que esablecer de antemano q ae
afetica” es una desgracia. En Jo cual ni todo el mung as seas demuestran, contra esa actitud, que Ia oo8
arcades coer, ni es an facil percbir el matiz de tinimn derencajont, el univer laos Wee oT a
ia puesto que Ja seal se emite y recibe baj isda de moon y Ie proucion de formas Cx
ity Pigg aractivos y también més inocentes, fi Ye as gneradas en una sociedad de consis
soa inexcusable abdicacion del ejercicio de la
pect iv
El caballo de T
Mistico que ofrece la sociedad tecnolégic
jancionan con Ia sabiduria competitiva de
Jos products de éxito. Son fulgurances, ripidas, perece
‘amnbiables, Descartan la trascendencia y conduce
® De Ia misma manera que Marcuse habl,
ideol6gica” habria que hablar de
en arte coya finalidad, por supuess
aes, justamente, la inocenc cero
idad. creadora
activ :
ivitropia desventsja de 1a conlicén de cult
veda por LEviStrauss y sus comentadores cuando con:
vert foe de dichasalinzas nace, obligatoriamenss, 6
fiamatipza con Jos productos culurales sesulkanses. Os
sermfgpvio que € miembro més fuerte de Ja. coalicién
bide arido del més débil; a nadie se Je ocuia mance
sa Fojcasso en fancién de las escleuras aficanss Sia)
ES } me tgencialiente y como un aporte reelaborado a
va las esculturas africanas en funcién de
genio creador— s
‘Demoiselles d’Avignon”. A propésiro de
as es ad
proyecto
sefiales fi
1,
hacia el juez0
de una “tecnologia
juego ideologico
es ganar la partida, per
mogeneizando” al contrario.
Genefampa de In homologacién de las artes plésticss | Jos sostos de las
latinoamericanas con los Estados Unidos consiste en que ‘exe ejemplo, habria que afadir que, en In época en que
cesta presentacién simulténea de hechos artisticos, casi pa | Picass pinta las “Demoiselles’, las referencias culturales
Ficeanas, as japonerias, la vida primitiva em las islas del
se como una forma valida de "cod
10 elementos despren-
ralelos, puede tomal
cién de culturas”.
La tesis de Ia coalicién de culturas, acufiada por Lé
Scrauss y que a primera vista pareceria favorecer las cul
turns que 4 llama “salvajes” con los aportes mayores del
ppensumiento “domesticado”, ha sido siempre defendida cx
lurosamente por Ia critica Iatinoamericana cuya opinion
pesa y legitima los comportamientos de Jos artistas locales
La actitud de desconfianza ante la coalicién Mega a cons!
dlerarse como una modalidad provinciana y resentidas y ¢l
hecho, desgraciadamente cierto, de que las mayores defen
sas de las cultures regionales partieron de torpes grupos
nativistas y folkloristas, ha contribuido a desprestigiat
tal defensa, Para que los artistas ganen tanto tiempo
Pacifico circulan. como lenguaje, com
vtalos de sus respectivas sociedades para integrar un card
repertorio roméntico.
En Ia actualidad,
en cambio, la dictadura tecnol6gica |
impide que las referencias culturales aleancen a constisuese
envuna estructura de lenguaje. El “pop”, por ejemplo, €s
‘ina manera de parcelar la visiGn en efectos fragmentarios,
eatando las exigencias de la propaganda; de crear centros
tien diferenciados de atencién, Dejan de verse los conju:
te de cosas (inclusive en los “environements” © espacios
mbientales donde desaparece la composicién), para vet
s6lo una cosa; asimismo no se ve el objeto entero sino que
tiende a parcelarse; no se parcela en partes i
perdido, para que entren en érbita y se expresen sin com temente vilidas sino que se fracciona con arbitrariedad,
plejos regionles dentro de una concepcién universalist, | Ith Tamar In atencién. (el cine y as peliculas iene,
tsetse sin ise eolicibnde glam paca sess? a “closed-up', "Bult", por ejemiy
casos categéricos). Concebido en tales
se legitima todo producto que
: sea evaluado por el cents
emisor norteamericano, he a ya no se preocupa por ser una forma‘SEGUNDA POSICION
LATINOAMERICA VERSUS ESTADOS UNIDog
El equipo latinoamericano que se enfrenta en el juegy ‘7
norteamericano no tiene ningtin punto comtin con é
Pertenece, como dijimos antes, a un mundo muy emp,
rentado con lo que Lévi-Strauss ha denominado “el peq,
samiento salvaje", por oposicién al “pensamiento dome,
ticado”. En efecto, los diferentes niveles estratégicos. qu,
Lévi-Strauss ha reconocido en el pensamiento salvaje, mo
tivado por Ja magia y Ja mitologfa, obsesionado por ob.
jetivos concretos, perseguidor de una visién totalizadon
que le permita comprender In totalidad y no una fracciéa
del mundo; asf como las caracter{sticas generales del pen
samiento domesticado que persigue objetivos abstractos,
que es histérico y temporal, pueden reconocerse en los dos
cquipos alistados para un juego cuyo objetivo es alcanzar
vuna nueva forma artistica diferente a la europea cuya de-
clinacién queda marcada por Ja segunda guerra mundial,
Lo rudimentario de nuestras sociedades les permite, t0-
cavia, funcionar sobre relaciones personales, sobre nticleos
relacionales que operan a la manera de las sociedades pri-
mitivas. En este caso, lo rudimentario y acultural acufia
fsPectos positivos: Ia primera ventaja es que no puede
haber una alienacién del individuo no existiendo, de hecho,
lo que se ha convenido en llamar factores alienantes, @
saber Ja sociedad de consumo o Ja tecnologia ideolégica.
io hay, evidentemente, ni sombra de esa superestructift
despética que aliena a los individ
Ia ficil felicidad dem
NOAMERICA VERSUS ESTADOS UNIDOS — 17
paTo
1 sociedades estigmatizadas por Ja mi
cest
y Ia igno-
ranci
formas del autoritarismo en Latinoamérica no tienen
as forn
on Ia tirania tecnoldgica: ésta reviste los
nada dU ee adicales del progreso, es ecuénime y supone
aspect’ sribuci6n bastante justa de los bienes de consumo.
una Te ritarismo latinoamericano se coloca, en. cambio, por
BL auterel progreso. Establece capas jerirquicas inamovi-
{vert ve tienden a paralizar por completo el progreso po-
bles qu en a favorecerlo lentamente, dentro de condi-
sible Gereamente desarrollistas. Generando formas de re-
ciones vg contencién, se mantiene petrificado en un marco
PretMgmeemente politico y 0 considera, como pasa en Ia
sreiedad altamente industrializada, que la cultura pueda ser
en bien de consumo manipulable para su propio servicio,
"ul desinterés por la cultura deriva, légicamente, hacia
un desinterés total por la formolacién de lenguajes artis-
tos, As, si acepramos que en las sociedades cultas, 0 den-
tz0 del pensamiento domesticado, 0 en las Areas tecnol6gi-
cas, existe una fractura o pugna entre un cédigo general
de signos cada vez més deshecho, y las sefales que cod
fican slo cierta zona de la sociedad y que originan len-
suas parciales, cripticas y especializadas, habria que reco-
rnocet que en Latinoamérica no s6lo hay una dicotomia
nite signo y significado, sino que, abiertamente, el len-
guaje ha dejado de significar. El escritor Carlos Fuentes
sefalaba en un articulo Ja inanidad del lenguaje
que hace imposible cualquier comunicacién entre
Y piblico y escritores y piblico en América
defecto es, por consiguiente,
Ia critica de tos int
se antoerigen, en 1— "
18 LATINOAMBRICA VERSUS Egr,
Permite, asimismo, aclarar el grado de hid Ning | gagiNOAMARICA VERSUS ESTADOS unipos 19
Jonizador y, finalmente, autoriza aun la Rae tly smericano pot los cuarents, él movimiento # dotcom
seo fadependizarse. Todd \esto derive genet ea escuela de Nueva York dice y repite que
mmerese 0 inidependizarsc, eo cit detiva de la rage | Patty sigalficar ada con’ fos groeene etm de
Se ere eats a de eee aecuela de San Francisco coloca el movimien-
nay Uakearg og adatom rem materi grafismos, el primer serialismo de ‘Tobey, bajo
Ode st
fen que tales esferas de poder sienten por el ji i
nq P Por el intelectual
° ‘puramente espirirual o sensible.
fusa inspiracion
1 artista. dif e :
3 3 m e ‘comienza a estimular a las vanguar-
Por otra parte, Ia inexistencia, en nuestros pais ‘Cuando Ia tecnologia
5, dey we eimiento entra en las numerosas proposiciones
«crits Pyalaria impide, de ech, la mimes 2% | i ae ais y Jos juegos BAER PS:
produce entre el artista norteamericano y la sociedad ¢ | épticas, jones para
enc ct os Ilegando en este momento al punto méximo de
consumo, No existe una imagen centralizadora que dist;, | lear SP aot Se ae cds de ee inde
buya sefales; no se le indica al arte consigna algunas, | Senge simplemente @ lee Ss ee
se le sugieren proyectos de trabajo, ni se le sedute, xi | sev fe pe
4 wvicio qu v4 i
wt shebe, porque nadie lo consideraria un fac dign, fF sqepw ovesalion mmechaoosiy cleetios iee Gees
reo trees ‘ar quiets, la afanosa bésqueda de efectos diném
re queen ese desiern, l movimicnn mig [| _ coed patinae extuloiaa plese ieee faa
I por parte de los artistas sea dejarse atraer pork | vimiento queda pricticamente incorporado a wn tercer Sexo
ca sefial que se presente, se trata, ademis, de incita- del arte que es el de Jas cosas; participando a medias de
ciones profundamente atractivas salidas de un riquisimo la pintura y de la escultura, las cosas facilitan la insercién
del movimiento y, al mismo tiempo, como deben ser ma-
repertorio de recursos formales que se apoya sobre les -
nuevas concepciones del movimiento y del tiempo. ipuladas por el espectador, ayudan vigorosamente al ri
Pam incorporarse al arte moderno, los Intinoamericins | pido proceso de desacralizacién. En 1968, la EES
se ven obligedos a segoit de cerea las especulaciones de [| “The machine ongans re ae :
europeos y norteamericanos acerca del tiempo y del expr Se =
cio. El mis claro proyecto de movimiento anunciado +
siglo es el de Jos futuristas, quienes usan las
técnicas repetitivas que posteriormente serin Ia base de los
ibujos animados, para lograr vencer el estatismo de
imagen. Pero bien sea en manos de los futuristas, de
bistas, los isradiantistas rusos 0 los propios i
el movimiento trata de devolver al ojo Ja
ver simalidncamente, Todo el espitita profundamente 2°
ticlisico del arte moderno, su rechazo a los esquemas
Hizantes, su pasiGn por registrar tanto lo visible
invisible se pone de manifiesto en el
ncipios d20 _-LATINOAMBRICA VERSUS ESTADOS Un
Vallejo y Neruda, 1
da el continente, |
‘0 es la
Jatinoamericano junto ¢
ag mis originales qu
‘el. movimient iihoeily
h, una naturaleza muerta d,
plastic
medida en que
ojo pintado por Abularach, wy
nando Bore ‘emejantes” de Szyszlo, son expre
Bogueadas, que no devienen, que
fereamente opuestas a cualquict transformacién
Pero el conirario sensus del movimiento Se acentia
Ja peculiar nocidn del tiempo dentro del cual vive Laci
ween y_ aus artisas. Tan alejados del conce :
empo como cuarta dimension,
ae a descruccion del tiempo acometida por los Est
Unidos a lo largo de la estética del deterioro, persigu ie
las dimensiones ilusorias de tiempo que pueden darse :
tmaves del cine y Ia televisiOn para conseguir un pibli :
‘efinitivamente cautivo en una sociedad reifisialene
temporal; Jos latinoamericanos no tienen otro remedio que |
operar con los resultados de unos y otfOs procesos, que |
son igualmente extra z
“Tos artsas plisticosa pesar de la existenca de ciertss
lineas de fijacidn de imagenes que podria trazarse desde
Fee eer hasea Ana Mercedes Hoyos, por ejemplo, |
no han sabido expresarse en este terreno con la mis a
cficacia que los escritores, La asuncién de mundos cerrs
dos en literatura latinoamericana ha sido sorprendente y
oa Frenar el mundo, dentro del répido desarrollo
2 ee europeas y norteamericanas, siempre
fe cove para un pintor que para un escrito,
oe ele valerse de la descripcién ni de vivencias
a cs cis aoa seguian correspondiendo
sant vida todavia vélidos para nuestros
Pos ist
one as us linia dejan desarrollarse
se restringidas y casi siempre
desglosadas del resto del cuerpo de la comunidad nacional
pure, ubicscita. leita cee nacional;
caer ons sci id instanténeamente al
Gide ripe. y_al indigenismo. Mo-
vestructuras ficticias de Jos marcos
10, los
permanecen dur
peo de Ti como asimis
5 ESTADOS UNIDOS
yAMERICA VERSU
yATINC
establecer con
Jigro doble
nericanas nuevas Coa
nogativis
Jes quedaba el pel
ticas europeas y forteast
Lefebvre Hamaria eb
wel del progresivo
1a los extremos de
urbanos’» I
jas artes pls
Heiones a nivel de 10
icitTparempordnco oi
mm? qcio de los sigaificantes hasta Hega
cr alenguajes ya suficientemente denunciados y de
i ejercicio de las artes plisticas actuales, €0
que
insentido,
Jos ©
nostados
efecto, sigt
de inmediat
a sea negativ
Lo. importante
podria estudiar
pimnericanas— € 4
el cual de
e implica un
Ta negacion se pasa a Ia
gque la mecénica de Ja negacién no
qv, sino, al contrario, creazia Wi fuerza dinimica
“ie la cual es posible esperar algo auevo. Claro que Le
febvre se refiere al arce actual que corresponde @ una
Gite, carece de valor seméntico y 10 quiere decir nada;
conten estas expresiones sin sentido $e levantard un arte
i vida cotidiana que volveré a alimentar
* Ye Ia vida. Pero Lefebvre, manteniéndose
wei en al utopismo de todos los grandes pensadores actua~
ies, atiende sélo al proceso de ¢ cincién de significados
que se ha producido en las sociedades cultas altamente
sjustrializadas 0 desarolladas. No esti contemplada en tal
esquema la existencia real de sociedades como las nues-
fas, que no entran en Jas coordenadas catastrofistas ni
feuropeas ni norteamericanas, En ellas se continiia produ-
ciendo una vida cotidiana lena de elementos arcaizantes
que no han sido tocados ni por los medios masivos de
comunicacién ni por las formas actuales de i i
de masas, Los pequefios cexperimentales
Senita el modo de vivir y sentir de las sociedades
cultas no han perdido, por otra parts, ni la
Ccitea ni el poder de controlar hasta qué
Ia repeticién de un modelo.
jor alternativa de la
repartido en
todas las forma:
ae
ee22 LATINOAMERICA VERSt
TAO:
los pequetios aiicleos creadores estin mis cape
ejercer ese discanciamiento entre el m, an
cotidiana, se sien
puestos a practicar un tajo que a to
inversa, |
a més unidos a ella y es
luces
grotesco. En proporcié: las capitales bj
presumen un alro desarrollo de su cultura toca
ticilmente en la pérdida de Ia visién de la vida <
y tienden a expresarse como supere
Hi pesimismo de In critica europea y nostea
ha aleazado un impulso casi roméntico. que a
en el auge de Nietesche y en el regreso ~ “niet:
a Ia vida y la accién, Los escritores mis aparen,
dispares: Marcuse y Fischer y sus sociedades urdpica
Bidas, bien sea por la técnica fuera de los controlee 3,
sivos, bien sea por procesos liberadores, etéticos
cos, coinciden con Ja nueva cotidianidad de Letesr
con el estructuralismo genético de Gildmana; todos soc
vergen en salvar, ya no el arte, sino una nueva sociedn}
donde el arte sea ella misma, es decit, que el mayor pro
ceso artistico sea el propio. establecimiento de dicha cy
ciedad i
Aqui es donde habria que convenir que nuestras soci
dades carecen de Ia tepresién por controles tecnicos, de
‘a fatiga por la alienaciGn tecnolégica y del desgaste por
¢l detetioro de las vanguardias que aquejan a las socieda,
‘es cultas. La revelacién del relativo estado de inocencia
en que todavia estin sumidas nuestras sociedades fue, nue-
Kamen mejor expreado por la literatura que por ls
artes plisticas, porque el mensaje poético de los textos es-
a forma de relacién posit’
antes, no hay una
quantos artistas modernos intent: le,
an rescatar
pe
Enfrentados a proyectos definitivamente dif
los de sus antecesores, los pintores del 50, 9
en el 50, deben recapitular el problema de 1a v5, 8a
partir de cero. Pintura 9
Para esta recapiculacién, que necesita ack
nes con Ja burguesia que fue su pains Felacio.
de siglo; las relaciones con Ja historia pasada, a
ey
futura de sus comunidades; las relaciones con el
conti-
nente y con las invasiones culturales del exterior; lay
Iaciones con el arte moderno y la aparicién del arte actual,
para tal recapitulaci6n, repito, los artistas emer
clsieh aeienornbeiaiablabiatiiatats cc
eed enc clinica aia aes
famente porque estaban atin demasiado proximas a eli
y tabs una esimacén adeeuada de sus obras que 0.
wia, en muchos casos, 10 ‘cabo a cabs.
avi se ha llevado a cabo a
No me refiero a los artistas que con ci
cierto
sal yn deci cease tn
siSTENCIA 27
eden alcanzar Jas facultades humanas, como
fecionario al genio. En la primera mitad del
sido sobre 1a aventura del arte moderno, creo
i), yoy genio tien (yendo de arriba bacia bajo
gue cra Icinoamericano), un momento del mexicano Ru-
da Stmayo (1899) —Et hombre con sandy 1949: BL
Hombre cantando, 1950; La miijer que tie,
ira, 19495
sJo—, en que sobrepasa todas las reduccio-
1950, por ejemp! ae :
ee neorubistas para lanzarse a la creacién de_ personajes
Fosedos por “gulas casi césmicas’, como califica admira-,
Premente Octavio Paz. “Poseido por una sabia fria y
pia dice Paz— se complace en mostrarnos una fauna
de monstruos y medios seres, ‘todos sentados en su propia
satisfaccién, todos duefios de una risa idiota, todos garras,
Sfompas, dientes enormes y tricuradores.”
"Exo ao quiere decir que ante Ia genialidad de determi-
rnados ‘Tamayos desaparezca, ni siquiera se amortigiie, 1a
Srprendente fuerza que sale del més i
pintores surrealistas que ha
al cual PI
define el dis
Siglo, ava28 1A ReSistpy
da y confundida que ahora junta en ENcy
un
angriento al moderno Tlatelolco y jos a
ti gu,
fp ficios. Escogida con atencién, disctiminango®° ace
hles entre conjuntos abigarrados y plagados de reg
ona del arte mexicano fue capaz de encarecer
fera dentro de la cual, sin tener ninguna cone
Norm,
ae tae
day,
8 at
exién diet
ttaordin
is Cretan
sts Cy
jocat los pres
calidad de tales: Alberto Davila (1912)
tuura absteacta en el Peri antes que nadie; Ame
con uno t otto artista precedente, se alza ta
tia obra de Ricardo Martinez y Ia de José 1,
Pero no se trata, tampoco, de inv
aa ae in
ia
(1897), en Cuba, aprovecha Ia leceién plana oa
de Matis con uta finem en Ia exasperacién del sa
que supern al propio maestro; Andrés de Senne”
r
(1860) produce lejos de Colombia pero en cierto mui
expulsado pot In indiferencia de su pais a 10s ciruiy,
wtopeos— una obra espest Mena de ardores reprimiin,
que terminan convulsionando Ia materia; en Brasil,
Cayaleanti (1897), que comienza ensayando un eution
‘axenouvenu” tropical, se alista pronto en Ja misma ca.
‘rer dle retaceos a Ia imaginacion en aras de los
imas sociales, que subalterna sin remedio la fatigante obm
de Portinari (1903) y In no menos farigante det
» tino Antonio Beri (1905); en mayor o menor
todos son precursores, Pero nl
pulse locamente al venexolano
A934)
25 y oh 26,
‘lane,
29
1. Por es0 cuando dos la
et errame, que earns 10°
Mae (1911) y Tam (1902) =
ec rrealismo de los teeinta, entean €2
som roped, su presencia es singular, sismict.
ovimient® (gue se arzoj6 al dgata”, dice Breton en
e5 Adu yiva todos 10s volcanes imaginarios del
unt {1886 ee Matta, Este médium, que ve mis, allé
hileno He Cezanne, “xodo el resto y comprendidos
ma econ, sth cae de ccspaste le realidad,
fn corr asicido, audata en formas como, pidete
Lon tte ‘narla en tormentas el y i!
an Si col ‘dad no habla previsto y la come
cite esa. Axt como La inerefblemente, wom
wet or ae
162010
ra gy qe areca ten, lol vigila,
ape ano leno de is paias de meni
Quirks es exe movimiento clefinlt fondo
Jo que separa a geno de Jon plntores excelente
es proceso ¥
anos de la gene
yo fue el caso de
exr0peo8
Jo, como
SMatea €
mundo ¢
He 1a mnavzana dewv
LA R
de Jos caballos bajo la luna (1924) REsisra, |
ios bales en el rancho, ambién ex i l8S diligent |
fpieieoatso exudes yr0ses doexizrene °°? Taney y |
t) cartesianismo gris de Torres, resolviente >
ciones y resultados de una pintura chi Ndo todas 4,
de una proporcién, de un tono, %
Ta excelente obra cubista de Peto
corresponde asimismo a un drea que es
Fe aesieiee Ae lates obra, son
Jas huellas de los futuristas (quietos) y los ajo fn
ekticos), los Soles pampeanos cia
iluminando la frutera internacional pero Be
able de Ia mesa argentina, parecen ser ene
ode Pet dj cae. embicén meta fos Cute
: afisica, 5
oe ae eae conjugar colores y plans » 50 ine} presonisno
wutrales, en batallas cay Pod A
ipituladas de impuesta PO = :
= ‘mano ine un franco horror hacia Ja pugna is i ante. son soluciones individuales, bien sea de profesién indivi-
Girt de las emociones. Ta secorrida por los Y el descn | dun bien $8 ahondando mAs en una creacién parturienta,
pintores que preceden la generacién enios y Ig, | Ge'vida individual. Si su aree, como las playas de Macuto,
emergente en I | ge sandias de Tamayo, los candombes de Figati, se ec
fe Seimente alusivo, tal alusiGn esti mediatizada por ta
i ‘
a, ee Soe suficientemente
7
abiettas 0 certadas, que | pasién individual, que los leva a desertar de todo com
promiso. “
ee ee
Seca ance dean ponderada espe Tiegados a este punto €s imposible no mencionar las
ile ‘Mais a panei bonaerense ‘mexicanas que mis pesan en el panorama conti-
revideana, muy facilmente, sin que tes del 50: Rivera (1886-1957), Siqueitos (1898)
-1949). Pero esa trilogia omnipresente y
pEsisTENCIA
ni proyectos ni intent
a 4 be
Jos Berrinantes ave SangiCE. después, ;
s ayrada uno de ellos establece su relacion,
. ) %g1 modo come :
‘connivencia con los modelos europeos, ¢
‘ersonal. En la medida en que irrumpe ad
Ya relacion se adelgaza hasta practicamente desa-
‘on Ia medida en que actian como pintores serios
les de un oficio atin nuevo en ‘Latinoamérica,
‘aricter epigonal o sus lazos de parentesco.
sens pein de Torzes Garcia, ue sosiens firme
ni6a con sa. “Circle et Carré” de Paris, la caminata por
unit mrderno europeo de las primerat décadas del siglo
ela oy entice ispreatoolinael SOD dex
e de la oscura condena
Jos ayudan a liberars
jae academias provinciales. Sus soluciones
ciones comunes; no existen
Btande, ,
1 (1896.
driamo; i
8 calif
parece
{| Pesponsab
aumenta St
preciso caer en ninguna extorsi
Pentre artista aoe sin de Jas semejanzs:
lam 7 dios aubien Amelia Peléez y sobre sis
a aiouutbatiy :32
: La as
acipica y parcial, Ia de un grupo dom StEy. |
fegimentar cemas y soluciones artist a A RESISTENCIA 33,
Bio la burguesia; Rivera, 1926-27, ces . ‘ 7 §
Feratando la burguesia; Rivera, 1926.27, ch sa sepia. cominn det Hania, de Guayasamin, esti
» t eambio, todas las condiciones de baja tiling
arent
tion del
finisin perman
reivindicac
ppoyada sobre
y ambicién personal, que de
ritudes. El camino prerende
Jel indio, el mestizo y eb
el aprove
Jbidamente
pulacio de la hipérbole patridtica; Orozco, | h
pe Catarsis del Palacio de Bellas Artes de 4 material indig
‘én tiple, la
la truculenta cemitica y
sos modernistas ya del
mente, ninguno de los “mexicanistas reflejog"
grandeza (por lo menos mensurable en
metros on k
ser Un
negro:
y bovedas) de los mexicanos. Estos, por
tedjensemente del juicio que merezcan por ig’? a | Tyumient de algunos secs as ya "
OF la buch chan por Picaso y aus files, como Ame incién des
pies, los “elosed-up” de patios ce
‘mala calidad de sus trabaj isi :
SS PATOD DOT: ene mesurada de manos Y
yoluntad del proceso de cambio e
PI ambio que proponia el ary Tos rostros angulares, las lagrimas perrifien
como tercer ingrediente pa
rados,
Yerno, Al regresar a formas realistas encuadradas ¢ ("| bocas sbiertas en BIS: Y
adradas a § pocas abiertas en Bit0; Ye
=
que se veria inesperadamente glotificado por las to ee ‘educida, hace a la pintura moderna del Ecuador
maniobras pictéricas del ecuatoriano Oswaldo ries Jo que los tres grandes ‘muralistas hicieron a la mexicana:
min. En la teoria, abrié una suerte de pleito eterno oe ee establece una dictadura exttich, fee
del todo cicatrizable entre los nuevos ae pon In cual no parece posible sobrevivir y que emplea « st
diocres que. resueiven discutiejanfaltasde csasiyilos ne ‘ademis, 1a Casa de la Cultura de Quito. ‘Sorpren-.?
tue, pisticarents, ar 1c | Jeoremente dotado pera manipular su propio éxito, Gos:
PlucixGiaremctanile1a t yasamin logra colarse pot todos los intersticios, pinta re-
no tier # : . i
ioe aeeee t ee tratos de todos los presidentes represivos de Latinoamérica
a cnt cae cine | que caen bajo su mano (inclusive, por supuestos nefastos
a hea Ca : personajes norteamericanos), y elabora otra enorme seri
Guayasamin sigue una exitosa paribola qv* aan dos de la tira, previendo asturament® .
ae sie se Hy com dela a Ae Cass pe eats ee
picts 1 primera vez €0 lero. era sus recursos tremendistas, mane
enismo ¢s-
34 LA Rests 35
iene aESISTENCIA
jerte que le asesta Ney pA RBSH
ie cae, por culpa d maravilloso
ai indigen
OCs yy
espetable
Taya poblacionindigena los obliga a contempis: Shae
espritual y estétion que dicha poblacign icy
be operar sobre sus expresiones artisticas, La ae
a corrente llevan casos yeas
Faréicos como el de Bolivia, cuyo méximo pings 2
én el 1800, Rugendas, nacido en Bavaria pine!
Paz increibles cuadros sobre Napoleca, Garibal, % !
cendio de Valparaiso, etc, antecedente que no ¢,
lo desacorde con el hecho de que la primers °°"
cin de artistas bolivianos sea una generacién de <0
como Maria Luisa Pacheco, Oscar Pantoja y, aera
canto dramitico, en efecto, demuestra su
ese Mia capacidad de recuperacién de su raza. Pero esta
ge en le Pena, como Ia fe que mueve a Szyszlo, en sus
Pewee dle asideros concretos; no se cree en algo
cundoss tie y va a cambiar el curso de las cosas. Se
pe as, fuerzas subterrineas, oscuras, impredei-
cree © “yes, que empujan el alma a un vaivén ligera-
bles inssifiioo, ese mismo vaivén que da en la mejor li-
mente rece poemas tan conmovedores como “.. Qué
1, | cera Srrazén? —es que en Vano veniimos, pasimos por
har mt Ode igual modo me iré que las flores que fue-
Ja siesta? Yo. Nada seri mi renombre algin dia —jNa-
fama en la tierral— jAl menos flores, al menos
see —-eQué haré mi corsz6n?— es que en ano ve
Alloroa y Arnal, que emigran a Nueva York. ies, pasamos por la tierra?” —Llamémoslo como que-
Con el lasire de tales estigmas, no es extra que amos, dialéctica del sentimiento, ondulacién constante de
1963, cuando el pintor peruano Fernando de Szyszlo (1935) ‘in ritmo que sube y baja, que pasa de Is agonia a la vida
expuso su serie sobre el poema Apu Inca Atawallpangy | de la esperanza a la melancolia; ese mismo inciesto fla-
que, en rigor de objetividad, es Ia segunda serie sb, ear de un punto a otro, que hace el poema por la muerte
tema indigena realizada en Latinoamérica después de 1) | de Atahualpa tan terriblemente triste como prodigiosamen-
camino del llanto —Ias series sobre temas y mitos indige. | te alegre, ha sido vigilado sin cesar por Szyselo. A manera
nas pintadas, junto con otros temas, por el colombisny
Pedro Nel Gémez fueron conjuntos de frescos en edif.
A.cios pablicos de Medellin, delirantemente comparados por
él critico italiano Enzo Carli a Masaccio y otros renacen-
sistas italianos—, se produjera el desconcierto que anot:
Emilio Adolfo Westphalen en su optisculo sobte Poss
wochua y pintura abstracta, Felizmente, en este caso, s¢
produce una conjuncién positiva: un critico inteligente, s-
giz y refinado como Westphalen, avala una obra cuya
fuerza, hondura y casi desesperada violencia poética vuel
Ne a prestigia el gran tema indfgena. La primera condi
roils a iis ec
en el
para canalizar dis
ron perecies
da serd ¢