0 calificaciones 0% encontró este documento útil (0 votos) 262 vistas 302 páginas L Alonso Schokel J Vilchez Proverbios Ediciones Cristiandad PDF
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Guardar l-Alonso-Schokel-j-Vilchez-Proverbios-Ediciones-Cr... para más tarde L. ALONSO SCHOKEL / J. VILCHEZNUEVA BIBLIA ESPANOLA L. ALONSO SCHOKEL
J. VILCHEZ LINDEZ
ntario teoldgico ¥ literario 7
com geo Y con la colaboracién de A. Pinto
Volimenes publicados
PROFETAS. 2 vols. 1381 pags. SAPIENCIALES
Sapienciales I
I. PROVERBIOS. 606 pégs.
IL JOB. 634 pags. PROVERBIOS
rw
EDICIONES CRISTIANDAD
Huesca, 30-32
~ ltarNibil obstat:
Maurice Grpert, sy
Roma, 15-284
© Copyright by
EDICIONES CRISTIANDAD, S. L.
Madrid 1984
ISBN: 84-7057-358-6
Depésito legal: M, 32.280.—1984
Printed in Spain
L. Alonso Schikel: Presentacién ....
A) UNA OFERTA DE SENSATE:
SAPIENCIAL [L. Alonso Schékel] .
i
IL
ae
Iv.
Vv.
ae
VIL
VOL
IX.
x.
ae
XIL.
XII
CONTENIDO
EL MUNDO SAPIENCIAL
NSAYO SOBRE LA LITERATURA
Territorio nuevo «
Un pariente reconocido
La tarea sapiencial .
Sabidurfa artesana
Artesanos de la propia vida .
Fuentes de la sensatez
Actividad humana sapiencial
Actitud de los maestros
Dios en el programa sapiencial .
Crisis de Ia tavea sapiencial
Ley como sabidurfa
La sabidurfa_personificada
Jesuctisto, sabiduria de Dios ...
B) HISTORIA DE LA INVESTIGACION SOBRE LA LUTERATURA SA-
prenctat [J. Vilchez Lindez] .....
I
IL.
TI.
IV.
i
Vi
VIL.
Vil.
Ix.
x
XL
Bibliografia .
Contexto mayor: Préximo Oriente antiguo
Contexto local: Israel .
Sabiduria y sabios
Sabidurfa: concepto ........
Naturaleza de la sabidurfa
Fuentes de la sabiduri
Relaciones de la sabiduria
La sabiduria y los ottos cuerpos literatios del AT.
Formas y géneros sapienciales en el AT
Evolucién de la sabiduria ... ee 4
Teologia de la sabiduria ..... ee
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83PROVERBIOS
A) rpopuccron [J. Vilchez Lindez] ..
I. Titulo del libro
IL. eQué es un «mi
III. Divisién del libro de los Proverbios ...
IV. Composicién, datacién y autores de los Proverbios.
V. Conclusién: Proverbios, libro sagtado .....-.s.ses+s
Bibliografia
B) FORMA DE LOS PROVERBIOS, ESTUDIO COMPARATIVO
[L. Alonso Schékel] ...
I. Tipos simples ...
IL. Paso a formas compuesta:
hemistiquios . :
IIL. Formas compuestas: 1, Proverbio numérico, 141.—
2. Etopeya, 1423. Poema alfabético, 142—
4, Otros tipos, 142.
IV. Procedimientos de estilo: 1. Sonoridad, 143.—
2. Concisién, 148.—3. Repeticidn, 149—4. Otros
aspectos: imagenes, concrecién, ironfa, 150,
‘l problema de los dos
TEXTO Y COMENTARIO
[L. Alonso Schékel]
Capitulo 1 ...
Titulo y prdlogo
PRIMERA COLECCION
Exordio ..
Pregén de Ja Sensatez .
Capitulo 2 ...
Discurso del maestro
Capitulo 3 ...
Deberes con Dios
Sabiduria y prudencia
Deberes con el prj
Capitulo 4 .
La tradicién
Los dos caminos ..
EI buen camino
95
95
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153
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171
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W7
183
188
194
194
197
199
CONTENIDO
Capitulo 5 ..
La ramera
Gozo del matrimonio ..
Capitulo 6.
Fianza
Pereza
EI perverso
Siete cosas
Adulterio .
Capitulo 7 .
La seduceién
Capitulo 8 . :
Pregén de la Sensatez ...
Himno de la Sensatez
Capitulo 9.
Banquete de la Sensatez y la Locura
Destinatarios :
SEGUNDA COLECCION
Proverbios de Salomén
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
TERCERA COLECCION
Maximas de doctores
Capitulo 22,17
Capitulo 23
Capitulo 24
CUARTA COLECCION
Otras méaximas de doctores
Capitulo 24,23-34 ...
201
202
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210
ae
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389
402
416
423
427
436
443QUINTA COLECCION
Otros proverbios del rey Salomén
que recogieron los escribientes de Ezequias, rey de Judé
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29 .
SEXTA COLECCION
Maximas de Agur, hijo de Yaqué, el masaita
Capitulo 30 .....
SEPTIMA COLECCION
Maximas de Lemuel, rey de Masa, que le enseié su madre
Capftulo 31 .....
Capftulo 31,10-31
inpices [A. Pinto] ...
Indice ideolégico (por campos y subcampos) .
Indice alfabético de palabras castellanas .
Indice de téminos hebreos més usados
447
459
469
481
494
508
522
526
337
538
587
599
SIGLAS UTILIZADAS
«Archiy fiir Orientforschung»
«American Journal of Semitic Languages»
Ancient Near Eastern Texts relating to the O.T.,
ed. por J. B. Pritchard
Altorientalische Texte
«Annual of the Swedish Theological Institute»
Das Alte Testament Deutsch
«Anglican Theological Review»
«Bulletin of the American Schools of Oriental Research»
«Biblica»
«Estudios Biblicos»
«Estudios Eclesidsticos»
«Ephemerides Theologicae Lovanienses»
«Evangelische Theologie»
«Expository ‘Times»
Forschungen und Forschritte
Forschungen zut Religion und Literatur des A. und NTs
Freiburger Theologische Studien
Handkommentar zum AT
«Harvard Theological Review»
«Hebrew Union College Annual»
The Interpreter’s Bible
The International Critical Commentary
The Interpreter’s Dictionary of the Bible
«Israel Exploration Journal»
«Interpretation»
«lrish Theological Quarterly»
«Journal of the American Oriental Society»
«Journal of the Biblical Literature»-
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ThSiKr
SIGLAS UTILIZADAS
«Journal of Cuneiform Studies»
«Journal of Egyptian Archeology»
«Journal of Jewish Studies»
«Journal of Near Eastern Studies»
«Jewish Quarterly Review>
«Journal of Religion»
«Journal of the Royal Asiatic Society»
«Religious Studies»
«Revue des Sciences Religicuses»
Die Religion in Geschichte und Gegenwart
«Revue @Histoire et de Philosophie Religieuses»
«Revue de Histoire des Religions»
«Sefarad»
«Semitica»
Studia Theologica
«Tarbiz»
«Theologische Literaturzeitung»
«Theologische Quartalschrift»
«Theologische Rundschau»
Theological Studies
Theologische Studien und Kritiken
«Theologische Zeitschrift»
Ugarit Forschungen
Verbum Domini
«Vetus Testamentum»
Vetus Testamentum. Supplementum
Wissenschaftliche Monographien zum A. und NT
«Wissenschaftliche Zeitschrift»
«Wiener Zeitschrift fiir die Kunde des Morgenlandes»
«Zeitschrift fiir Assyriologie»
«Zeitschrift fiir die alttestamentliche Wissenschaft»
«Zeitschrift der deutschen morgenliindischen Gesellschaft»
«Zeitschrift fiir systematische Theologic»
«Zeitschrift fir Theologic und Kirche»
PRESENTACION
«Todas de dos en dos, una corresponde a otra», Ast dice Ben Sira que
son las obras de Dios, ast nos ha resultado el presente volumen.
La segunda parte es un comentario normal al libro biblico de los
Proverbios. La primera es una introduccién a la literatura biblica sapien-
cial. Se encuentra aqui porque este volumen es ldgicamente el primero
de los dedicados a los libros sapienciales, aunque cronolégicamente se
haya adelantado la publicacién de Job. Aunque esté aqut, se puede des-
enganchar o recorrer como atrio de un templo de cinco naves
Esta introduccién general también comprende dos partes, como en el
primer volumen dedicado a los profetas. La segunda resume la historia
de la investigacién durante los tiltimos cien ahs: problemas, autores,
teorias. Y va acompafiada de un catélogo bibliogrifico. La primera es un
ensayo que intenta describir lo que no se puede definir: el mundo sapien-
cial. Que es un cuerpo literario, es un talante humano, es un método y
varios estilos.
El comentario a Proverbios consta de las dos partes tradicionales:
introduccién y comentario. Pero la introduccién ha resultado también
binaria, porque un apartado ha crecido hasta convertirse en estudio aut6é-
nomo. Vilchez expone las cuestiones tradicionales, yo he escrito un estu-
dio comparativo de las formas hebreas con las equivalentes castellanas.
Acompana a la introduccién un catélogo cronolégico de comentarios a
Proverbios, compilado por Vilchez, en el que me be permitido incursio-
nes explicativas.
El comentario se hace por unidades. La unidad en este libro puede
ser un capitulo 0 un doble verso. Ha parecido conveniente juntar la dis-
cusién filolégica con la explicacién del sentido, aadiendo paralelos cas-
tellanos a modo de ilustracién.
El trabajo comenzé hace casi veinte aftos. Bra una traduccién realiza-
da con la colaboracién de José Maria Valverde. Afiadi notas breves y
esenciales. En unién con el libro tardio de Ben Sira, Namado el Eclesids-
tico, se publicé el aio 1968 en la serie «Los Libros Sagrados». Aquel
trabajo de traduccin desembocd en la «Nueva Biblia Espaftola». Esta
traduccin enapezé a reclamar un comentario més amplio, cientifico, sin
ser demasiado técnico, del que ya se ban publicedo dos volimenes de
Profetas y Job.
El trabajo especial para el presente libro comenzd en forma de semi-
nario o sesiones de discusién con dos profesores del Instituto Biblico:4 PRESENTACION
Pierre Proulx y Pietro Bovati. Sobre esa base compartida he montado mi
trabajo personal.
Por la cola se enganchan al libro ires indices, elaborados por el mexi-
cano Adolfo Pinto. Ha realizado una organizacién del mundo de Prover-
bios, inspirandose en la primera parte del «Diccionario ideoldgico» de
Casares; después ba introducido la informacién en una ordenadora UNI-
VAC. Finalmente, ha hecho ala maquina las preguntas pertinentes, y ésta
ha dado sus respuestas en unos cuantos segundos: el catélogo temdtico,
el indice alfabético y el de términos hebreos mas usados.
Asi, resulta que, incluyendo la maquina, somos cuatro los colabora-
dores del libro, de dos en dos.
Pero ni la maquina ni nuestras explicaciones pretenden suplantar la
Sensatez que habla en estas colecciones de refranes, maximas, sentencias.
Aqui estén para ser leidas y releidas, gustadas y meditadas.
L. ALonso ScHGKEL
Roma, Pascua de 1984
EL MUNDO SAPIENCIALUNA OFERTA DE SENSATEZ
Ensayo sobre la literatura sapiencial
I. TERRITORIO NUEVO
E| lector de la Biblia, que va navegando por sus paginas dispares, al Ile~
gar al libro de los Proverbios siente que avista un pais nuevo y toma
tierta en él. Si los nueve primetos capitulos todavia le despiertan vagos
recuerdos, al entrar por el capitulo décimo se disipa toda confusién y
duda: es territorio nuevo. Y adentréndose por él va explorando nuevas
provincias, singulares aunque bajo la misma jurisdiccién. Es la literatura
sapienctal, en la que gobiernan los sabios o maestros 0 doctores (en he-
breo, bakamim)
Cinco libros bfblicos forman esta pentdpolis de claras fronteras, esta
especie de «pentateuco sapiencial»: Proverbios, Job, Eclesiastés, Eclesids-
tico, Sabidurfa. Proverbios y Eclesidstico son hermanos que se patecen;
también se parecen Job y Eclesiastés en su temperamento anticonfor-
mista; Sabidurfa es un enclave tardjo en territorio cultural griego. Si el
Pentateuco invoca como autor 0 patrono a Moisés, la terna Proverbios-
Eclesiastés-Sabiduria invoca a Salomén como supuesto autor.
Los libros sapienciales no se parecen al Pentateuco ni a Samuel nia
Reyes porque no son narrativos, aunque temas del Exodo afloren por
alusién 0 comentario en Eclesidstico y Sabiduria.
Tampoco se parecen a los cuerpos legales de Exodo, Levitico y Deu-
teronomio, porque la literatura sapiencial no se presenta como ley, dicta-
da y exigida con autoridad sagrada o politica, aunque haya contactos te-
maticos entre algunas leyes y consejos de Proverbios y aunque algunas
leyes sean comentadas en paginas del Eclesidstico:
Prov 20,20 Al que maldice a su padre y a su madre,
se le apagard la lémpara en plena oscuridad.
Lv 209 _ El que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte.
Prov 17,15 A quien absuclve al culpable y a quien condena al inocente,
a los dos los aborrece el Seftor.
Ex 23,7 No harés mori al justo ni al inocente
ni absolverds al culpable.
No se parece al cuerpo profético, porque se expresa en términos gené-
ticos y porque no denuncia ni acusa; habla sin temblor de barba ni agi-
tacién de melena, aunque en algunos momentos de Prov 1-9, en Eclo
34-35, en Sab 6 nos parece escuchar ecos proféticos.
>18 UNA OFERTA DE SENSATEZ
Por muy embebidos que estén en espiritu sapiencial los libros de To-
bias y Ester, son relatos y pertenecen al reino literario de la ficcién.
‘Tampoco se parece la literatura sapiencial a los Salmos, porque no es
oracién, aunque se lea algin himno incrustado en Prov 8 0 Eclo 24 y
42-43 y aunque encontremos reflexiones de acento sapiencial en el sal-
terio.
El cuerpo sapiencial es un reino aparte y abierto al flujo y reflujo de
importacién y exportacién. Recibe materias primas y objetos claborados
de otros cuerpos, envia su estilo y actitud y a distancia incrusta sus maxi-
mas en cualquier zona de la Biblia entera.
En los tiltimos tiempos, digamos unos dos siglos, el cuerpo sapiencial
no ha gozado de muchas simpatias, exceptuando Job y Eclesiastés. Ecle-
siéstico y Sabiduria no entran en la Biblia hebrea ni en la protestante: asi
sucedié que los corifeos de la exégesis critica los dejaron fuera de su es-
fera de intereses. Extrafiamente, el interés reciente y creciente por el ju-
daismo y la literatura intertestamentaria no ha logrado captar esos dos
libros etiquetados como apécrifos. Se han quedado entre dos aguas, como
dos islas no visitadas por el turista ni por el investigador. Quedaba aisla-
do el libro de los Proverbios: una preocupacién teolégica junto con una
polatizacién histética no permitian congeniar con el tipo de reflexion
simplemente humana y atemporal representada por gran parte de este
libro. Pero tampoco entre los catélicos gozaron los libros sapienciales de
especial favor.
En buena parte tiene la culpa el libro de los Proverbios, al alimén
con la bina Eclesiastés y Job. Son tan sugerentes estos dos, tan incitantes
para el investigador, que pasar de cllos a comentar Prov 10-24 es
como pasar del vergel al erial. Sin embargo, hay que vencerse y abordar
lo propio de Proverbios, que es como estudiar las células de las que se
forman los organismos sapienciales.
La reaccién del piblico responde a la de los especialistas. A mi me
‘basta comparar la venta de mis tres libros de comentarios: saca gran ven-
taja el de Job, le sigue no muy lejos el de Eclesiastés con Sabidurfa, queda
muy rezagado el de Proverbios con Eclesidstico (me refieto a los voltime-
nes correspondientes de «Los Libros Sagtados»).
IL. UN PARIENTE RECONOCIDO
Pero si la literatura sapiencial suena extrafia comparada con otros cuer-
pos del Antiguo Testamento, llega a sonar familiar al que ha lefdo los
refranes de La Celestina y el Quijote, al que los ha escuchado en boca de
viejas aldeanas, al lector de Sem Tob, al que posee y maneja alguna de
nuestras colecciones de refranes.
«Mis vale vecino cerca que hermano lejos»: podria leerse sin extra-
fieza en la coleccién atribuida al marqués de Santillana o en las de Co-
rreas o del Pinciano. Tenemos echado un puente para saltar con curiosi-
LA TAREA SAPIENCIAL 19
dad al libro hebreo de los Proverbios. Con la complicidad de refranes
emparentados, penetraremos en el castillo cuyas piedras sobrepuestas 0
ensambladas son proverbios, mdximas o refranes. Avistamos y pisamos
nuevo territorio en el Antiguo Testamento: ese territorio nos recuerda
paisajes nuestros. En todo caso, la puerta o el puerto de acceso ha de ser
el libro de los Proverbios. Antes de estudiar formas més desarrolladas y
reflexivas, tenemos que familiarizarnos con lo especifico y primatio del
mundo sapiencial hebreo: el libro de los Proverbios, y dentro de él los
capitulos 10-29, ¢De qué tratan, qué pretenden, a quién se ditigen esas
colecciones? Después podremos pasar a textos que se nos antojan como
incipientes ensayos, tratadillos minésculos, meditaciones morales. La ac-
titud o talante serd parecida y diversa la extensién y el tratamiento.
El comentario a Proverbios mostrar este parentesco en dos campos.
Primero, en el estudio sobre correspondencias formales entre el reper-
totio hebreo y el castellano. Segundo, aduciendo con frecuencia refranes
castellanos emparentados con los hebreos por el tema, La primera im-
presin queda asf corroborada y diferenciada.
TI]. LA TAREA SAPIENCIAL
a) Saber y conocimiento. Algunos han subrayado el afén de conocer
que anima la empresa sapiencial. Los «sabios» 0 maestros hebreos serfan
incipientes investigadores, observadores, intelectuales.
Apoyan esta visién una serie de datos. Ante todo, la tradicién o le-
yenda de Salomén, que «diserté sobre botdnica, desde el cedro del Libano
hasta el hisopo que crece en la tapia; diserté también sobre cuadrépedos
y aves, reptiles y peces» (1 Re 5,13). La reina de Sabé «entré en el pala-
cio de Salomén y le propuso todo lo que pensaba. Salomén resolvié todas
sus consultas; no hubo cuestién tan oscura que el rey no pudiera resol-
ver» (1 Re 10,2-3). Cuando Dios responde a Job, despliega una serie de
conocimientos y hace sentir al hombre sus ignorancias sobre fendmenos
naturales (Job 38-41), Tanto Eclesiastés como Eclesidstico apelan a la
reflexién y estudio personal y ofrecen a los Iectores su ignorancia resig-
nada o su saber ponderado. En Proverbios, entre los términos del género
y del gremio, se encuentran el verbo yd = conocer y el sustantivo
dad‘at = saber. Y si la boka (evitemos por ahora su traduccién) es cen-
tral en el libro, un par de proverbios hablan de uno que «ama la bokma»
© «ama el saber» (29,3 y 12,1). Traducidos al griego, el segundo suena
agapén paideian; el primero, philodntos sophian, expresion que recuerda
la «filo-soffa», como amor del saber.
Todos estos datos y algunos més dicen que saber y conocer son com:
ponente principal de los Proverbios; no creo que definan su empresa ni
su aportacién especifica. Ni siquiera el concepso;.més, yore .incMyenge,
de «comprender» nos bastarfa.20 UNA OFERTA DE SENSATEZ
4) Etica, Otros han buscado en este libro una ética, es decir, la ex-
posicién de un orden moral vinculante. Pfeiffer diserta sobre las ideas
religiosas y morales del libro de los Proverbios; Aureo Sanchez Hernan-
dez titula’su libro La ética de los sabios de Israel. Estudios de moral
biblica, Ahora bien: si la ley es una imposicién con autoridad, la moral
¢s una exigencia. En cambio, los Proverbios no son autoritarios ni cate-
g6ricos. Dar normas de educacién para los banquetes o dar consejos sobre
eleccién de amigos y consejeros (Eclesidstico 32 y 37) no es moralizar. Es
verdad que pocas acciones libres del hombre se escaparén de la esfera
ética; consideradas en su contexto global, quiza ninguna, Con todo, me
atrevo a decir que no conviene definir la’ coleccién de Proverbios como
tuna empresa ética. Tampoco lo pretenden los autores citados, que procu-
ran més bien entresacar y organizer el contenido ético de colecciones tan
heterogéneas.
c) Orden. Otros describen la tarea como un esfuerzo por definir y
proponer un orden universal, césmico y humano. O bien un orden cés-
mico al cual deba ajustarse el orden de la conducta humana. Ese orden
esta establecido y garantizado por Dios. El «sabio» es su intérprete y
trabaja por que se realice.
‘Aunque abonen esta teorfa el antecedente de la Maat egipcia y algu-
nos textos biblicos que establecen una correspondencia entre lo césmico
y lo ético, creo que la explicacién no es adecuada o que se debe explicar y
diferenciar més. Quizé sea la correspondencia un presupuesto, mientras
que yo hablo de una tarea o proyecto.
d) Una oferta de sensatez. Tal es la formula que propongo. Si bien
bokma cubre una ancha gama de significados, creo que el més caracterfs
tico es «sensatez» 0 «cotduran. «Sensatezm viene de sensus, que es per-
cepcién, conocimiento, razén. También del latino sensus viene el castella-
no «sesor: hombre de seso era hombre sesudo, sensato; perder el seso
era volverse loco. «Cordura» viene de cor = corazdn, como sede y centro
de la vida consciente. Otros sinénimos son . «Un dia ensefia a
otro». «Cada dia es discipulo del precedente y maestro del siguiente».
5) Formulacién. Llega un momento en que la experiencia se formu-
la. No ella sola, sino por el maestro de la palabra, que acierta con la26 UNA OFERTA DE SENSATEZ
formulacién. El acierto de la {6rmula, no menos que el acierto de la ob-
servacién, constituye el refrin 0 proverbio, Si bien la férmula admite
variaciones. A veces se ofrece como acuerdo general, a veces como res-
puesta a una opinion errénea; «No digas».
Edo 5,4 No digas: He pecado y nada malo me ha sucedido.
11,24 No digas: Ya tengo bastante; qué mal me puede suceder?
Su valor para la conducta, y no s6lo para el saber, lo alcanza Ia f6rmula
cuando puede ser oftecida antes del suceso. «Se tapa el pozo cuando ya
el nifio se ha ahogado»; el proverbio quiere tapar el pozo antes de que el
incauto pase por encima; «El juicioso es cauto..., el necio se lanza con-
fiado», «El sagaz ve el peligro y se esconde, el infeliz sigue y lo paga»
(Prov 14,16; 22,3).
Sobre el arte de formular ofrezco un ensayo en la introduccién a Pro-
verbios, paginas 117-150.
c) Transmisién. Formulada, la experiencia se transmite de genera-
cién en generacién y emigra de pueblo en pueblo. Cada vez puede adap-
tarse al momento y la cultura receptora sin perder su valor genérico y
aun universal, Véase la constancia en la variacidn de las siguientes expre-
siones: «Fare d’una mosca un elefante», «Hacer de una pulga un elefan-
te», «To make a mountain of a mole-hill».
EI sujeto de los enunciados tiende a ser el hombre a secas, no el israe-
lita o el pagano, el griego o el barbaro. De ordinario, lo especifico de cada
cultura se aloja en la cara imaginativa del refrén, mientras que la otra
cara presenta la sustancia sin fronteras. Cuando comentamos: «qué pin-
torescos, nos referimos a la cara imaginativa del proverbio; cuando asen-
timos: «es cierto», reaccionamos a su enunciado universal. Al francés «il
faut casser la noix pour manger Je noyau» responde el castellano «no se
toman truchas a bragas enjutas». El italiano «Chi pianta noce non mangia
noci» se hace més genérico en inglés: «When the tree is grown, the
planter is dead».
d) Aceptacién. ¢Por qué se reciben y aceptan sin imponer obliga-
cién? Porque de un modo o de otro se percibe su valor. A veces pesa la
autoridad de quien los pronuncia, A veces, porque, a pesar nuestro, com-
probamos su razén. A veces, porque, en una fulguracién, algo en nos-
ottos asiente a su verdad o valor. Se afiade el hecho de que los prover-
bios forman un reino 0 una repablica y se apoyan unos a otros.
En resumen, podemos trazar un proceso ideal 0 esquemitico: expe-
riencia y observaci6n, reflexién sobre ella, formulacién acertada, acepta-
cin comtin. Es la actividad humana que se podria desarrollar con datos
particulates de diversas colecciones.
VIL. ACTIVIDAD HUMANA SAPIENCIAL
EI libro de los Proverbios se fija en el proceso de aprender y formarse
més que en Ja genética del refrén 0 proverbio. Portadores y transmisotes
son los «sabios» 0 maestros, los ancianos, el «padre» (que puede ser titulo
del maestro); también ensefian los animales (Prov 6,6). No se excluye la
conciencia personal (Prov 20,27). La enseftanza incluye aviso, consejo,
reprensién, correccién. Se recomienda el trato con los maestros (13,20).
Condiciones para aprender: hay que tener seso (17,18) y deseo de
aprender (18,19), no tenerse por sabio (26,12) ni fiarse de s{ (28,26)
ni estar satisfecho de si (12,15); hay que ser humilde (11,2), escuchar el
consejo (19,20; 22,17; 23,12.19.26), aceptar la correccién y reprensién
(10,17; 12,1; 13,1). Son impedimentos la insolencia y el cinismo (14,6;
15,12). :
La coleccién Prov 1-9 habla del padre y de la tradicién como porta-
dores (4,1-9). Introduce un dato nuevo: Ja Sensatez personificada, que
pide atencién, ser escuchada, atendida y amada.
El Qohélet 0 Eclesiastés insiste més en la actividad del sabio 0 maes-
tro: observa, reflexiona, piensa, indaga, saca conclusiones.
Los interlocutores del libro de Job apelan a la edad, la observacién,
la indagaciéa, la reflexidn, la tradicién; también los animales pueden en-
sefiar prudencia, Y por encima de todos, Dios. El personaje que se cuela
en las tablas sin ser Hamado y que dice Ilamarse Elihé nos ofrece un cua-
dro interesant
Job 32,7 «Me decia: Que hablen los aiios,
que la edad madura ensefic sabidurian,
8 Pero es un espiritu en el hombre,
el aliento del Todopoderoso el que da inteligencia.
9° Noes la autoridad quien da a sabiduria
ni por ser anciano sabe uno juzgar...
13 Y no digtis: Hemos topado con un saber
que Dios soio y no un hombre puede refutar.
EI més explicito es Jestis Ben Sira, que parece complacerse en recoger
y remansar muchos afluentes sapienciales, Asi, habla de la experiencia,
la razén, rechaza lo suefios —a no ser que vengan de Dios— y alaba los
viajes, insiste en el estudio, Ia lectura, el escuchar a los maestros. Ensalza
la tarea del docto frente a las tareas artesanas, pregona las glorias y ven-
tajas de la profesién.
VIII. actrTup DE Los MAESTROS
Algo he dicho de las condiciones y actitudes del alumno que aprende, del
hijo que se educa. ¢Cuél es la actitud de los que pronuncian los prover-
bios o administran la sabiduria? Ni mandato obligatorio cuando aconse-
jan, ni dogma impuesto cuando ensefian.28 UNA OFERTA DE SENSATEZ
Es como si cada proverbio 0 el sistema proverbial tuviera una auto-
ridad propia que trasciende al que lo acepta y al que lo pronuncia, Como
si su autor tuvicra que someterse a él. Como si en ellos estuviera encar-
nada una instancia superior y homogénea que pide ser escuchada y respe-
tada: la bokwa, sensatez o razén, Cada proverbio se entrega e impone con
Ia luz de su verdad; que descubre el oyente en una iluminacidn intelec-
tual 0 reconoce en las consecuencias el que no lo acepté a tiempo.
Los proverbios como grupo o colectividad, la colectividad vista como
unidad rica, afloran en boca de los sabios, Ilegan a los «ofdos déciles>
(25,12) de los alumnos, «bajan a lo hondo del vientre» (18,8), donde se
almacenan para el momento oportuno. Pero siempre quedan fuera y por
encima, Tenemos refranes sobre refranes que suenan hiperbélicamente:
Gien refranes, cien verdades
Refrén viejo nunca miente.
Los refranes viejos son profectas.
Los refranes vicjos son evangelios pequefios.
En tus apuros y afanes pide consejo a los refranes.
Incluso el que inventa el proverbio lo recibe, el que lo descubre transmi-
te un hallazgo de algo que él no hizo ni establecié.
eQuign, entonces, establecié y midié las proporciones y pes6 las equi-
valencias de esa gran unidad infinitamente articulada? El hebreo no res-
ponderé que «la naturaleza»; confesard simplemente que Dios es el autor
de esa tazén superior, que trasciende a cada hombre y a todos ellos y esta
presente y participada en cada hombre. Y como la sensatez 0 razn tras-
ciende al individuo, asi trasciende a pueblos, razas y naciones, culturas y
generaciones, y Ileva el sello de la universalidad en multiples manifesta-
ciones particulares. A nadie se le da el monopolio, a muchos se les enco-
mienda el servicio y ministetio. Y es gran honor colaborar a formar los
artesanos de la propia existencia. Los maestros ofrecen sensatez.
Cuando toman Ia palabra —podemos Ilamarlo inlocucién—, consta-
tan, valoran, aconsejan. Aunque usen el imperativo, no mandan; cuando
preguntan, estan encauzando la respuesta.
Constatar es como abrirse a la verdad ontoldgica pura y simple: «Hay
quien..., no hay..., el que...». Usar comparaciones es acercar y casar dos
mundos 0 dos esferas. O mejor, es juntar dos piezas suponiendo y com-
probando que entre las dos componen una esfera. Es contar con corres-
pondencias misteriosas o sorprendentes, descubrirlas y enarbolarlas gozo-
samente en la palabra: «Amigo nuevo, vino nuevo: deja que envejezca y
Jo beberds» (Eclo 9,10). Aconsejar es accién mds penetrante, menos dis-
cteta, El maestro motiva con frecuencia: no teme dar razones, porque
quiere iluminar; no apela a su autoridad personal, sino a la de los hechos
y a la experiencia comtin.
EL maestro, al saberse trascendido, es humilde. Conoce sus limites,
reconoce a gusto la presencia de otros maestros, sabe que sus proverbios
no son absolutos. Un proverbio puede telativizar a otto: «Responde //
DIOS EN EL PROGRAMA SAPIENCIAL 29
no respondas» (Prov 26,4-5). Ser maestro es una carrera que nunca ter-
mina: cada estadio queda limitado y telativizado por el que sigue. Con
todo, los sabios actéian con aplomo y seguridad. Conociendo los limites,
conocen el valor real de lo que ofrecen. El limite delimita el perfil de un
objeto: conocer sus limites o perfil es una manera acertada de conocer la
realidad. Enfrentar un proverbio a otro no es negarlo y puede set com-
pletarlo. La realidad humana es ambigua o polimorfa: los proverbios la
rompen y recogen en facetas. Adspectus en latin es lo que se mira y la
mirada: la realidad tiene varios aspectos y varios modos de ser mirada.
Hasta dénde legaré, hasta cudndo duraré el aplomo tranquilo de los
maestros? Especialmente si contamos con el iiltimo limite de esa sensatez
humana, que es Dios. Como hay una condicién para que el discipulo pue-
da aprender, asi hay una condicién de posibilidad radical para practicar 0
ejercer la sensatez. Es ocupar su puesto como creatura, reconocer y respe-
tar a Dios. Es lo que significa la formula hebrea yr? Yhwh, que no es
temor 0 miedo, sino respeto reverencial.
IX. IOs EN EL PROGRAMA SAPIENCIAL
En los libros sapienciales biblicos, Dios es fuente de conocimiento, Kimite
del conocimiento, tema de reflexién; es guia de la conducta humana, que
juzga y sanciona; es autor de un orden religioso ordenado por os dos
polos del respeto y la confianza.
Como creador es el fundamento de todo. Asigna funciones: al ojo, ver;
al ofdo, oft (20,12), ha hecho a todos los hombres, pobtes o ticos (22,2),
ha dictado la ley que gobierna las pesas y es él quien controla las suertes
(16,33).
a) Fuente de conocimiento. Dios ha creado la conciencia como una
«ldmpara que sondea lo intimo de las entrafias» (20,27). Eclesidstico y
Sabiduria (y en un momento el personaje Elifaz del libro de Job) hablan
del saber como don de Dios, que uno debe impetrar con la oracién. Es
decir, Dios, que da al hombre la capacidad radical, lo asiste en su ejercicio
y le sugiere otros conocimientos de regalo. Ben Sira va trenzando Ia acti-
vidad humana y la siplica al describir el papel del «sabio» (Eclo 39,1-11).
EI fingido Salomén del libro de la Sabiduria introduce con estas palabras
su oracién por la sabidurf
Sab 8,21 Al darme cuenta de que sélo me Ia ganarfa si Dios me la otorgaba —y
saber el otigen de esta dédiva suponia ya buen sentido—, me dirigt al
Sefior y le supliqé, diciendo de todo corazén,
b) Limite del conocimiento. Casi al final de la primera coleccién
«saloménica» se lee: «No valen habilided ni prudencia ni consejo frente
al Sefior> (Prov 21,30). Al mismo grupo pertenecen las sentencias que
previenen contra la confianza en las propias riquezas o saber.30 ‘UNA OFERTA DE SENSATEZ
Con més fuerza se expresa repetidas veces el libro de Job:
11,6 Te ensefiaré sectetos de sabidurfa...
7 gPretendes sondear a Dios
9 abarcar 1a perfeccién del Todopoderoso?
15,8 ¢Has asistido al consejo de Dios?
28 (Fracaso del hombre y triunfo de Dios)
Y el discurso de Dios en los capitulos 38-39. También es explicito el
Eclesiastés, entre resignado y desencantado:
3,11 El hombre no abarca las obras de Dios.
714 Dios ha creado los dos contrarios, para que el hombre no pueda averiguar su
fortuna,
8,17 Después observé todas Jas obras de Dios: el hombre no puede averiguar lo
que se hace bajo el sol. Por més que el hombre se fatigue buscando, no lo
averiguard, y aunque el sabio pretenda saberlo, no lo averiguard,
Ben Sira es mds optimista respecto a la capacidad humana. Por eso resalta
su afirmacién programatica; «Uno solo es sabio» (1,8). Tropieza con el
Iimite cuando se pone a contemplar las obras de Dios (Eclo 44,30-32). El
libro de la Sabiduria menciona el fracaso de la magia y habilidad de los
egipcios frente a Dios: «Los trucos de la magia habfan fracasado y su
alarde de pradencia sufrfa un descalabro vergonzoso» (17,7). «No se glo-
rie el sabio de su saber», dice Jeremias (9,22).
Dios es un limite ¢ impone un Iimite a la sabidurfa humana. Porque
ha hecho al hombre limitado, como cualquier criatura, y no sélo al indi-
viduo, sino a todo el gremio y a todos los hombres juntos. Porque la crea-
cién, aunque limitada en si, desborda al hombre. Porque Dios es inabar-
cable. El conocimiento del’ propio Iimite es forma basica y superior de
sabidurfa.
c) Dios guia y sanciona la conducta del hombre. «El hombre planea
su camino, el Sefior ditige sus pasos» (Prov 16,9). «El Sefior ditige los
pasos del hombre: gcémo puede el hombre entender su camino?» (20,24).
La sancién de Dios se manifiesta cuando aprueba o aborrece y se rea-
liza en el premio y el castigo. Los textos son relativamente frecuentes,
tanto que algunos autores definen Ja retribucién divina como uno de los
pilares de la ensefianza sapiencial. Ciertamente es un tema importante,
arraigado (que hard quiebra en el libro de Job).
Véanse, entre otros: Prov 11,1, «aborrece>; 12,2.22; 15,8.9.25.26.
29; 17,15; 20,23; 22,12; 24,12, «paga al hombre sus acciones».
d) Respeto y confianza he Wamado a los dos polos de la conducta
humana respecto a Dios. Baste ilustrar el tema con algunos ejemplos:
10,27 Respetar al Sefior prolonga la vida.
14.26 Respetar al Seffor es firme confianza.
15,33. Respetar al Sefior es escuela de sensater,
166 El respeto de Dios aparta de! mal
16,20 Dichoso el que confia en el Seiior.
18,10 A él se acoge el honrado, y ¢s inaccesible.
20,22 Espera en el Sefior, que él te defenderd.
29,25 El que conffa en el Sefior estard seguro.
X. CRISIS DE LA TAREA SAPIENCIAL
Presionada por los factores descritos, Ia actividad sapiencial entra en cri-
sis. Al ser ambiguo el objeto de la reflexién, al ser limitada la capacidad
de observacién y juicio del hombre, al set experiencia y reflexién instru-
mentos primarios de la empresa, es Iégico que ésta desemboque en una
situacién critica, Entendémonos: no critica de la sociedad, del hombre,
sino de si misma.
Podriamos ensayar un teorema basico de la razén humana: su capaci-
dad indefinida, su actualizacién limitada, Con frecuencia duda el sabio
porque se lo exige la realidad 0 porque se interpone otro colega. Lo grave
sucede cuando el maestro duda de si mismo, de su empresa y su capacidad
para realizarla, Al mismo tiempo sobreviene la crisis de valores y del
sentido de esa vida que el artesano intentaba modelar. No sdlo valores
particulares, sino la bina irreductible del bien y el mal, y con ella la bina
de la retribucién articulada en premio y castigo, inmanente o trascendente.
EI mal inevitable, insuperable, inexplicable, hace estallar la seguridad
de los maestros. La rigurosa y casi geométrica teorfa de la retribuci6n,
ideada para explicar el sentido de la vida y consiguientemente como prin-
cipio otientador de Ja existencia concreta, se derrumba corroida por la
experiencia del mal gratuito. Ya no es contraste a dos niveles: humano
y divino. Es experiencia contra experiencia: «lo que vosotros sabéis yo
también lo sé..., todo eso lo han visto mis ojos..., preguntad a los que
han viajado...», son frases polémicas de Job.
Paralelamente se puede ensayar la experiencia del bien, de eso que
los hombres consideran fuente de dicha y felicidad, La experiencia fra-
casa en todo el frente. Porque la muerte relativiza e invalida promesas,
pretensiones, ilusiones, No bastan riquezas y placeres para dar sentido y
plenitud a una vida; tampoco basta la cordura: «No hay que saber dema-
siado... Los muertos no saben nada; el vivo sabe... que ha de morir»,
son frases del Eclesiastés.
En los libros de Job y del Eclesiastés, la sabiduria hebrea entra en
crisis, toca su limite esencial y se salva. Se salva porque alcanza su defi-
nitiva humildad, Porque se abre y queda abierta para ensanchar su hori-
zonte limitado, para recibir como don lo que el esfuerzo no consiguid,
para aceptar la paradoja, o sea, la razén de Jo que suena a sinrazén.
XI. LEY COMO SABIDURIA
Después de la crisis se dirfa que va a comenzar una etapa nueva, domi-
nada por un optimismo cauto, por una resignacién serena. No sucede asf
exactamente. Leyendo el Eclesiastico, parece que Job y Eclesiastés fueron
tormentas pasadas y que se puede recomenzar donde habian quedado los
viejos maestros.
Las novedades consisten més bien en dos hallazgos de alcance y con-
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