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CARLOS MARIA” GAY
ELEVACIONES
SOBRE LA GRACIA
melitas Misioneras Teresianas
{BOVICIADO: BONIFACIM 4078
—_anioe Lonaran~ dens,
EDICIONES PAULINAS‘oponer ninguna reaccidn a las doctrinas fi-
loséficas en boga, y se hizo volteriano. Pre.
cuenté también el Conservatorio, y fué pre.
clsamente durante este periodo cuando tra
26 profunda amistad con C. Gounod. Des.
pués de la crisis religiosa a que hemos hecho
mencién, c felizmente en 1836 con
su conversion, se sintié llamado al sacer-
docio 9, conciuides sus estudios en Roma,
fué ordenado sacerdote en Saint Sulpice
en 1845,
Siguiendo ef consejo del santo Cura de
Ars, después de haber estado durante algtin
tiempo a las Grdenes de Mons. Ségur, fué
Vicario General de Mons. Pie, obispo de Poi-
fiers, y, mds adelante, cuando éste era ya
Cardenal, fué su Ausitiar, con el titulo de
Obispo de Anthedon,
Es conveniente anotar que Mons. Gay,
en 1876, habia dejado Poitiers para tomar
Parte en el Concilio Vaticano en calidad de
tedtogo. Tué en ayuella ocastén cuando tra:
bajé para que San Francisco de Sales fuese
declarato Doctor de la Iglesia.
Murié en Paris, a donde se habta retira.
do después de la desaparicién del cardenal
Pi de enero de 1892. Nos ha dejado
varios libros, que, en general, son coleccion
nes hechas a base de sus innumerables pre-
5
dicaciones. Una caracteristice general, que
se advierte en toda su produccién, es el es
fuerzo ‘constante por presentar la doctrina
is ima de belleza y armonta.
Es preciso no olvidar que fud precisamente
‘su reacciGn contra las bajezas y las vulgar?
dades ta que le movid a buscer ta suprema
belleza en Cristo.
Limitdndonos a estas «Elevaciones sobre
la Gracia» — que no son sino un extracto de
sus «Sermones de Advientos, publicados
después de su muerte, en 1855 — diremos
que nunca habfamos visto presentado con
tanto ealor humano el misterio de la Gracia.
No son las éridas especulaciones teold-
sicas que dejan frlo el corazén, wi mucho
menos los suspiros vaparosos de un alma
en pena, que nada dicen: son el grito de un
alma a otras almas para hacerles gustar Ia
sobreftumana embriaguer de ia contemple-
cin det don de Dios.
De este modo, la doctrina de la Gracia
aparece bajo una luz nueva, dogmatiea, si —
Porgue nadie pionse que se traia de conside-
traciones superficiales —, pero hay tanto ca
lor en su exposicién que el lector se siente
transportado a una esfera superior ¥ piensa
con profunda conviccién — quied por pri-
mera vez — en 1a nobleza de su propio ser
1injertado de manera
en la vida misma de
La vida en gracia, a 1a luz de las paginas
de Mons. Gay, se convierte verdaderamente
en un estimulo 9 en un acicate para el cris.
Hlano, porque vale la pena vivirla: no son
‘ya las prescripciones de los mandamientos
nl las innumerables normas de la ascética
teriosa, pero real,
ia, convertida en norma de accién.
es ante todo, un «estado»,
deber, el dolor, ef amor y todas tas demds
manifestaciones de la existencia encuentran
su explicacin y adquieren significado por
wiencia de la comunidad de vida con
de Dios.
don de Dios serd, pues, cultivado, 9
todo 10 que de cualquier manera pueda per-
judicarlo — el pecado — serd eliminado.
Se trata de elevaciones sobre 1a gracia
que tienen una enorme fuerza para hacer
operante y productora de frutos permanen-
tes Ia vida de cada dia.
LICINIO GALATI
L
NATURALEZA DE LA GRACIA
a gracia de Dios es ta
vida eterna en Nuestro Se
for Jessa»
(Rom, 6, 23)
INTRODUCCION
‘Stnanup: «Si conocleras ef dom de Dias», — Este
don de Dios es le gracia.— Es la vida eter
na en Tesueristo, Nuestro Sef.
Relatos de La Enviada de Jesús A Los Infiernos - Apariciones A Sor Josefa Menéndez, Francia (25 de Agosto y 29 de Diciembre) Foros de La Virgen María PDF