El Polo de Ronda y Otros Polos PDF
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Resumen
Palabras clave
Abstract
Keywords:
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SINFONÍA VIRTUAL · EDICIÓN 26 · ENERO 2014
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Introducción
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padres, dignos esposos y preciosos hijos. Allí tuve la dicha de conocer al señor
tío Gregorio. A su voz ronca y hueca, patilla larga, vientre redondo, modales
ásperos, frecuentes juramentos y trato familiar, se distinguía entre todos. Su
oficio era hacer cigarros, dándolos ya encendidos de su boca a los caballeritos,
atizar los velones, decir el nombre y mérito de cada gitana, llevar el compás
con las palmas de las manos cuando bailaba alguno de sus más apasionados
protectores, y brindar a sus saludes con medios cántaros de vino. Conociendo
que venía cansado, me hicieron cenar luego y me llevaron a un cuarto algo
apartado para dormir, destinando un mozo del cortijo que me llamase y
condujese al camino. Contarte los dichos y hechos de aquella academia fuera
imposible, o tal vez indecente; sólo diré que el humo de los cigarros, los gritos
y palmadas del tío Gregorio, la bulla de todas las voces, el ruido de las
castañuelas, lo destemplado de la guitarra, el chillido de las gitanas sobre cuál
había de tocar el polo para que lo bailase Preciosilla, el ladrido de los perros y
el desentono de los que cantaban, no me dejaron pegar los ojos en toda la
noche.2
(Tonadilla)
En Portobello te amé
en la Veracruz te vi,
fui a Buenos Aires muriendo
y en Lima te dije así:
(Estribillo)
2 CADALSO, José: Cartas Marruecas, edición digital a partir del manuscrito de la Real
Academia de la Historia, Sala 9, Segundo Armario de Códices, 122, ff. 1-165 y cotejada con las
ediciones críticas de Joaquín Arce (Madrid, Cátedra, 1983, 7ª ed.) y Emilio Martínez Mata
(Barcelona, Crítica, 2000). Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. [En línea]
http://www.cervantesvirtual.com [Consulta: 6 de enero de 2013] También se ha consultado la
edición a cargo de MARCO, Joaquín: José Cadalso. Cartas Marruecas. Noches lúgubres,
Editorial Planeta Barcelona, 1985. Pág. 28. Aunque algunos escritores mencionan otra cita al
polo en este libro, no es correcto, Cadalso se refiere a la seguidilla, algo que ya explicamos en
nuestro libro. CASTRO BUENDÍA, Guillermo: Las mudanzas del cante en tiempos de
Silverio. Análisis histórico-musical de su escuela de cante. Ediciones Carena 2010. Págs. 186-
7.
3 Faustino Núñez aclara que el entremés que cita Cotarelo puede ser el Sainete anónimo Los
festivos segadores de 1779, aunque no figura la partitura. Guía comentada de música y bailes
preflamencos (1750-1808), Ediciones Carena, Barcelona, 2008. Pág. 149. Localiza este autor
varios ejemplos de polos en las obras teatrales conservadas en la Biblioteca Histórica de
Madrid desde 1779 hasta 1823.
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En la Habana, mi vida, cantan así:
Cacharro faquiel faro tu puquí,
tirano chaqua catuleberi.
pase por tonadilla
y quédese aquí.4
Pág. 65.
7 Ibíd. Pág. 77.
8 La fuente musical consultada está en re menor: Soledad Bravo Cantos de Venezuela,
Señala Pedro Callealta que la copla que precede es parte del romance
del Conde Sol que está recogido como El punto de la Habana en la colección
de Núñez Robres de 186611 (“No soy el diablo romera…”). También explica
que con letra de conocida petenera Huasteca aparece nombrado un polo el 10
de julio de 1862 en La España:
¡Ay Soledad!...........
Soledad de aquel que fue
a dar agua a su caballo
y lo trajo sin beber
¡Ay Soledad!............12
1577. Mudarra identifica en 1546 la melodía de vacas con la romanesca en su libro de vihuela
Tres libros de música en cifra para guitarra, Sevilla.
10 CALLEALTA BARROSO, Pedro: “De Polos, Peteneras, Soleares y otros jaleos”. MINA III.
ser cuartetas todas ellas. Primer Cancionero Flamenco, Ed. Zero, Bilbao, 1973. 1ª Ed. 1881.
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México, o incluso como “Soledad” porque más adelante en el referido artículo
se dice:
compañía, 1799-1800. 2 Tomos. Aparece en “La Quicayda”, Canto VII, Tomo I, Pág. 318.
Biblioteca Nacional de España Sig. 25252 V.1. Para el resto de referencias a esta biblioteca
usaremos las iniciales BNE.
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las edades […]”17. Su libro es muy interesante porque refleja la transición del
neoclasicismo hacia un nuevo movimiento romántico basado en lo popular, y
evidencia ya signos de cierto aflamencamiento en algunos cantos como las
seguidillas, que sufrieron una transformación musical:
[…] pero aquel hábito grosero que han contraído forzando la voz á que
salga de sus quicios, y admitiendo la extravagante manía de amontonar
gorjeos y gorgoritos violentos, como si en ellos se cifrase la belleza de nuestra
música, hace decaer su mérito hasta el desprecio; porque ¿quién habrá que
pueda sufrir con paciencia á un hombre de estos, que sudando á chorros se
arranca los botones del cuello de la camisa para dar mayores gritos? ¿Quién
puede resistir aquel continuo castañeteo de la mandíbula inferior cuando
canta? ¿Quién puede oír sin desazonarse aquellos furiosos relinchos, con los
cuales se está desgañitando el infeliz continuo cencerreo de una mala
guitarra, y el peso atroz de su mano derecha que dexa caer como una maza
sobre las miserables cuerdas.18
[…] Pero cuál no sería mi sorpresa al ver abrirse el pabellón y salir mis
dos primas, en ese elegante traje que en España se llama “la gitana maja”.
Caminaron hasta el pie de la terraza, pero al parecer sin verme. Después
llamaron a sus compañeras y se pusieron a bailar este polo tan conocido, cuya
letra dice:
17 DON PRECISO (Juan Antonio de Iza Zamácola): Colección de las mejores coplas de
seguidillas, tiranas y polos que se han compuesto para cantar a la guitarra, Madrid, 1799.
Edición facsímil realizada por Ediciones Demófilo, Córdoba, 1982. Pág. 19.
18 Ibíd. Págs. 21-22.
19 En la “Advertencia” inicial del traductor César Aira: Jean Potocki. Manuscrito encontrado
en Zaragoza, Editorial Pre-Textos, Valencia, 2002. Pág. 8. Apunta que la redacción del
manuscrito la inició el autor en 1797.
20 Ibíd. Pág. 150.
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Por los anuncios de venta de partituras y otras gacetillas de principios
del XIX podemos afirmar que el polo era un estilo de gran calado popular por
entonces. En la Gazeta de Madrid, el 22 de febrero de 1805 se anuncia la venta
de la partitura de un “polo gaditano” para cantar a la guitarra en la librería de
la viuda de Fernández y compañía, frente a S. Felipe el Real21.
[…] es Juliana celosa sin pareja. Escucha como al son de mil gorjeos la
caña entona y polo agitanado.22
POLO
21 Blog El afinador de noticias gestionado por Faustino Núñez, entrada del 26 de mayo de
2011. [En línea] http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2011/05/polo-gaditano-de-
1805.html [Consulta: 6 de enero 2013]
22 Blog El afinador de noticias, entrada del 24 de abril de 2012. [En línea]
http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2012/04/cana-y-polo-agitanado-en-1805.html
[Consulta 3 de enero de 2013]
23 Hemeroteca Digital. [En línea] http://www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital
24 En la edición del 15 de octubre de 1808 del mismo diario.
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A las Cortes en Galicia Inventad conspiraciones
Diariamente echan por tierra; Para que aquí nos burlemos.
En Gibraltar lo mismito Ay, ay que siga el
embuste;
Sucede con la regencia. Siga la trampa y la broma;
¡Al jaleo, jaleo, embusteros! Ay, Ay mientras que aquí en
Cádiz
¿No hay quien mienta más que eso? Siguen su curso las cosas.
¡Aaaaaay! ¡Aaaaaay!
http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2009/12/el-polo-de-tobalo-en-1824.html
[Consulta: 6 de enero 2013]
27 El afinador de noticias, entrada del 18 de diciembre de 2009. [En línea]
http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2009/12/los-polos-del-tio-carando.html
[Consulta: 6 de enero 2013]
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Diez días después, el de Cádiz (17 de septiembre)28:
Teatro Principal […] =El polo de Ronda (cantado por el Sr. Monge).
Seguidillas serranas (que bailarán los Sres. Francisco Cevallos (a) el Panadero
y Pedro Jiménez (a) Perete. Industria contra miseria o el chispero (sainete, en
el que los nominado Monge, Panadero y Perete cantarán y bailarán La
montañesa de Burgos).= a las 8.31
http://blogs.elcorreoweb.es/lagazapera/2011/02/20/en-busca-de-el-planeta-perdido-2
[Consulta: 6 de enero 2013]
33 También lo están la caña, la serrana y la rondeña.
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[…] en lugar de privilegio el Señor Planeta, Conde y Príncipe de la
Cofradía, Rey de los dos polos […]34
Mancebo, Mondoñedo, 1883. Pág. 138. Es parte de un romance titulado El baile de 1838,
según el autor.
37 Escenas Andaluzas, Op.Cit. Págs. 205-206. José Blas Vega, en su libro 50 años de
Flamencología, ediciones El Flamenco Vive, Madrid, 2007, págs. 12-13, nos recuerda que
aunque las Escenas andaluzas fueron publicadas por separado en distintas fechas, no ha sido
posible descubrir aún el año exacto en la que “Un Baile en Triana” se publicó. Él sugiere la
fecha de 1838 por diversas razones que en este libro expone, así como 1845 para “Asamblea
General”.
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Cuando los principales cantadores apuran sus fuerzas, se suspenden
las tonadas y polos de punta, de dificultad y lucimiento, y entran en liza con la
rondeña, o granadina, otros cantadores y cantadoras, de no tanta ejecución,
pero no inferiores en el buen estilo. Después de pasar varias veces de estas
fáciles a las otras difíciles y peregrinas canturias, se ameniza de vez en cuando
la fiesta con el canto de algún romance antiguo, conservado oralmente por
aquellos trovadores no menos románticos que los de la edad media, romances
que señalan con el nombre de corridas sin duda por contraposición a los
polos, tonadas y tiranas, que van y se cantan por coplas o estrofas sueltas.38
Y prosigue:
Después de esta escena tan viva, cantó el Fillo y cantó María de las
Nieves las tonadas sevillanas; se bailaron seguidillas y caleseras, y Juan de
Dios entonó el Polo Tobalo, acompañándole al final, y como en coro, los
demás cantadores y cantadoras, cosa por cierto que no cede en efecto músico
a las mejores combinaciones armónicas del maestro más famoso.39
descrito en 1850 por François A. Gevaert”, Revista Candil nº 74, Marzo-Abril 1991. Págs. 667-
668. Para la publicación original véase GEVAERT, François Auguste: Rapport à M. le
Ministre de l´intérieur sur l´ètat de la musique en Espagne, par M. Gevaert, lauréat du
grand concours de composition musicale. Bulletins de L´Académie Royale des Sciences, des
Lettres et des Beaux-Arts de Belgique. Tome XIX, Ire partie, Bruxelles, 1852, págs. 184-205.
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Este giro elevado a do en el canto se conserva en el polo natural en la
salida, y lo veremos también en la variante de Ronda conservada por Antonio
Canillas en uno de sus tercios.
Sobre los giros vocales con subida a do, dice Manuel Gamboa:
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Paquirri el Guanter aparece cantando un polo en Cádiz en 1846 con 10
años:
TEATROS. Balón. Esta tarde a las cinco y media […] se presentará por
primera vez el joven don Francisco Guanter de edad de diez años, a cantar,
acompañándose con la guitarra, varias canciones andaluzas, entre ellas, El
Currillo, los Boquerones y El Polo […] seguirá por los boleros de la compañía
se bailará la gran sinfonía de los dos Fígaros. –Dando fin con la pieza nueva
andaluza El ventorrillo de Alfarache.45
En 1862, Davillier nos habla también del polo en su Viaje por España.
Lo escuchó cantar en la botillería de Tío Miñarro de Sevilla:
http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2009/12/paquirri-el-guanter.html
[Consulta: 6 de enero 2013]
47 El eco de la memoria. El flamenco en la prensa malagueña de los siglos XIX y principios
Ibíd.
49
50OTERO, José: Tratado de Bailes, Sevilla 1912. Edición facsímil, Asociación Manuel Pareja-
Obregón 1987. Pág. 79 y ss.
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Allí pasan la noche los romeros, repitiéndose por la mañana lo mismo
que en la anterior; reina entre todos la mayor alegría, por todas partes se oyen
los cantares propios de la tierra al son del delicado pespunteo y del alegre
rasgueo de las guitarras, y aquí se entonan unas seguidillas corraleras, allí
unas molleras, más allá unas peteneras, y nunca faltan hombres ó mujeres
que sobresalen en el canto jondo ó flamenco y al son de las palmas se
escuchan las melancólicas seguidillas gitanas ó los desgarradores polos, que
no pueden oírse sin que el corazón menos tierno se agite, y sin que vengan las
lágrimas á los ojos.51
Entre 1854 y 1867 recopila Ocón una variante de Polo considerada por
él como gitano o flamenco52, que es reflejo fiel de la versión que nos ha
llegado hasta hoy como polo natural, muy parecido a su vez a la caña53
flamenca. Esta importante partitura coincide en tiempo y fecha con el viaje de
Davillier, por lo que debe ser reflejo fiel de cómo sería esta variante popular
del polo por entonces.
patrones melódicos y parecidos ayeos, creemos que tuvo un distinto origen musical.
54 En sus trabajos “Sobre «La llave de la música flamenca»” y “Cantar a lo gitano” [En línea]
En Londres se publicó entre 1812 y 1832 una versión de Antonio Martínez para voz y guitarra
donde con el título de “Caballo” y no de “Polo” se inserta esta misma pieza del Contrabandista
(BNE M/1328).
55 Celsa Alonso se manifiesta en favor de considerar al Polo como estilo originario, llamado
posteriormente Caballo por el estribillo. La Canción Lírica Española en el Siglo XIX, Música
Hispana, Textos Estudios, Publicaciones del Instituto Complutense de Ciencias Musicales,
Madrid, 1998. Pág. 111.
56 Colocamos la partitura en el apéndice, al final del texto de este trabajo. Págs. 47 y ss. Puede
Ay jaleo, ay jaleo
ay jaleo que nos cogen
ay sácame de este aprieto
ay caballito jaleo.
gaditana, como en El Comercio de Cádiz, donde se anuncia una función para el 11 de mayo de
1843 en el Teatro Principal donde “[…] el Sr. Ojeda cantará El polo del caballo acompañado
del baile que requiere […] el señor Ojeda cantará la canción andaluza conocida por El Charrán
[…] finalizando con un baile nacional”. ROMERO FERRER, Alberto y MORENO MENGÍBAR,
Andrés: Manuel García: de la tonadilla escénica a la ópera española (1775-1832), Servicio
Publicaciones UCA, 2006. Pág. 57.
60 Colocamos en el apéndice la partitura. Pág. 51. Puede escucharse una versión en Youtube
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Fa Mayor, lo que contrasta con el resto de fuentes consultadas, que utilizan el
modo menor/frigio relativo63.
La primera copla repite sus versos de esta forma: 1-2, 1-2, 3-4, 3+3-4.
62 Los pocos datos que poseemos de este músico se deben a Baltasar Saldoni, en su
Diccionario de efemérides de músicos españoles, Antonio Pérez Dubrull, Madrid, 1868.
Tomo I. Pág. 282.
63 Celsa Alonso señala que Ocón transportó un tono más grave la edición original de Tapia (en
Sol Mayor) y que solo insertó la segunda de las coplas. La Canción Lírica Española en el
Siglo XIX, Música Hispana, Textos Estudios, Publicaciones del Instituto Complutense de
Ciencias Musicales, Madrid, 1998. Pág. 115. Analizamos la reedición completa original que
esta misma autora presenta en el libro Cien años de canción lírica española (I) 1800-1868,
Música Hispana, Publicaciones del Instituto Complutense de Ciencias Musicales, Madrid,
2001. Ver pág. 54 del apéndice.
64 Celsa Alonso indica que se publicó en 1831 en Madrid por Carrafa, en la Colección de
Y esta su estructura:
(1) I V I
(2) I VII III
(3) DVI VI
(4) VI VI V
(4) V I VI V
Repite sus versos de esta manera: 1, 2, 3, 4-4, lo que supone una copla
de cierre más corta y poco contrastante en comparación con otros ejemplos de
polos. También gira al III grado (Mib), pero solo al final del verso 2º. En este
polo se producen alargamientos melódicos en la primera copla al final de los
tercios 1º, 2º, 3º, 4º, 6º y 7º.
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cercano a lo popular, indicando que la obra de Tapia es una inspiración
alejada de la verdadera esencia musical del sistema tonal andaluz.66
(1) I V I
(2) VII VI V
(1) I V I
(2) VII VI V
(3) VIII III
(4) VII VI V
(4) I V I
(5) VII VI V
La sirena se embarcó
en un buque de madera
como el viento le faltó ¡ay!
no pudo llegar a tierra
al medio del mar se quedó
cantando la petenera
(1) I V I
(2) VII VI V
(1) I V VI
(2) VII VI V
(3) VII III ¡ay! muy alargado
(3) I V I
(4) VII VI V
(5) I V I
(6) VII VI V
(1) I V I
(2) VII VI V
(1) I V I
(2) VII VI V
(3) VII III ¡ay! muy alargado VII
(4) I V I
(5) VII VI V
(4) I V I
(5) VII VI V ¡ay! más corto I
72 Típico en los sones de la región huasteca de México. REYES ZÚÑIGA, Lénica: La Petenera
músico, gestor y pedagogo en el Madrid de la primera mitad del siglo XIX. Tesis Doctoral.
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid. Pág. 89.
74 Realizamos una transcripción de este polo que situamos en el apéndice, pág. 62.
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Ay julepe, ay julepe, ay jaleo
quien se embarca es quien pasa la mar
sigan firmes las fuertes Realistas
y que viva su Real majestad.
Estos polos líricos debieron tener mucho éxito a lo largo del siglo XIX,
y quizás fueron igualmente cultivados por cantaores flamencos, pues un
ejemplo de polo de la soledad está descrito por el escritor Luis Cabañas
Guevara como cantado por el mismo Don Antonio Chacón:
75 CALLEALTA BARROSO, “De Polos, Peteneras, Soleares y otros jaleos”. Art. Cit. Pág. 11.
76 Diario de avisos de Madrid, 24 de octubre de 1826. Pág. 1187. Hemeroteca Digital de la
Biblioteca Nacional. [En línea] http://www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital
77 Sig. MC/4198/37.
78 LAFOURCADE SEÑORET, Octavio: Ramón Carnicer en Madrid. Op.Cit.
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Café de Sevilla, toda una época ingenua y cordial, edad de oro de la
flamenquería barcelonesa, y en ella, como un «leit motiv», la malagueña de
Chacón. 79
79 CABAÑAS GUEVARA, Luis: Biografía del Paralelo 1894-1934, Ediciones Menphis, S.L.
Barcelona 1945, pág. 30. Recogemos la cita de HIDALGO GÓMEZ, Francisco: Como en pocos
lugares. Noticias sobre el flamenco en Barcelona, Ediciones Carena, Barcelona 2000. Págs.
73-74.
80 Blog El afinador de noticias entrada del 16 de diciembre de 2009. [En línea]
http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2009/12/esta-noticia-la-encontre-hace-
varios.html [Consulta: 9 de octubre de 2012] Antes de la difusión en este Blog, se conocía el
dato por el mismo Núñez a través de José Manuel Gamboa en Una Historia del flamenco,
Op.Cit. Pág. 513. Apunta Gamboa que el repertorio se repitió el día 31, y que Silverio llegó a
España procedente de Montevideo el 20 de mayo de ese mismo año. Faustino Núñez publica
en su Blog El Afinador de noticias la reseña del diario gaditano El Comercio del 22 de mayo
de 1864 donde aparece la llegada del barco, entrada del 16 de enero de 2010. [En línea]
http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2010_01_16_archive.html [Consulta: 10 de
octubre de 2012]
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[…] 3º por el Sr. Juan Fernández, conocido por el hijo de Curro Dulce,
se cantará EL POLO, CAÑA, Y SEGUIDILLAS. El aplaudido Mingoli, bailará
LA SOLEA EL JALEO Y LA VIUDITA.81
81 STEINGRESS, Gerhard: “La aparición del cante flamenco en el teatro jerezano del siglo
XIX”, artículo que forma parte del libro Flamenco Postmoderno: Entre tradición y
heterodoxia, Signatura Ediciones 2007. Pág. 154.
82 Corresponde la descripción al artículo de José Navarrete: “Sevilla en el mes de Abril”. La
por Antonio Machado y Álvarez (Demófilo), DVD ediciones, Barcelona, 1998. 1ª ed. 1881,
pág. 14.
84 Ibíd. Pág. 168.
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Es en nuestro sentir evidente y está reconocido por todos que es
Silverio uno de los mejores cantadores de España y que en cañas, polos y
seguidillas gitanas, que son hablando en términos técnicos, su cante propio,
no hay quien le aventaje.85
Demófilo deja claro que el polo era un estilo triste, comparándolo con
la seguidilla gitana:
[…] tienen sus tiempos fijos […] su compás es como el de las Soleares,
sólo que su aire es más lento, y mientras el que canta se prepara para hacer el
temple y la salida, el que acompaña está tocando Soleares.89
Autores Españoles, Madrid, 1902. Edición facsímil realizada por Ediciones de La Posada,
Córdoba, 1995. Pág. 71. Pondremos estas partituras al final del apéndice (págs. 89 y ss.), por
ser posteriores en tiempo a otros ejemplos que más abajo abordamos.
89 Ibíd. Pág. 179.
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Evidentemente estas descripciones concuerdan al cien por cien con los
estilos flamencos del polo que se han transmitido. Tengamos en cuenta que
Rafael Marín fue guitarrista en la época de esplendor de los cafés cantantes,
por lo que posee información de primera mano. Podemos seguir la
transmisión de este estilo por medio de las grabaciones que se conservan en la
discografía, donde se evidencia la influencia de la soleá en él, ya que se le
añade una soleá como cante de cierre. Consigue así con este cante de remate
un final con mayor carácter, por ser éste más expresivo o flamenco,
sustituyendo al anterior macho.
Entre la caña y el polo hay menos diferencias que entre las granadinas
y medias granadinas. De existir algunas diferencias dignas de mención serían
cuestiones de «tonos musicales». Las cañas y polos de Fosforito son cantes
aprendíos, tienen una difusión perniciosa. Yo escuché cañas y polos de Curro
Dulce y también de los descendientes de Enrique el Mellizo. Aquellos cantes
tenían envergadura. Tenían entresijo y no sonaban con esa cosa postiza de
Fosforito y sus imitadores.
90 BLAS VEGA, José: Silverio, Rey de los Cantaores, ediciones La Posada, publicaciones del
Pág. 591.
92 JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Pinceladas flamencas…Op.Cit. Pág. 290.
93 Ibíd. Pág. 302.
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Cela (1916-2002) describe el medio polo como un “polo con soleá apolá”,
siendo menos vigoroso que el polo94.
Será Eduardo Ocón (1833-1901) quien deje fiel constancia del polo
flamenco entre 1854 y 1867. Titulado como Polo gitano o flamenco, su
ejemplo es prácticamente idéntico al llamado hoy polo natural97.
por haberlo hecho ya en nuestro libro Las mudanzas del cante…Op.Cit. Págs. 219 y ss.;
aunque sí pondremos las partituras en el apéndice (págs. 95 y ss.). Lo haremos con la
escritura del compás flamenco de soleá que creemos más correcta, explicada en nuestra
última publicación “Jaleos y soleares…” Op.Cit. Págs. 88 y ss.
97 Incorporamos nuestra propia transcripción de este polo para comodidad de análisis y
comparación con las transcripciones de los cantes flamencos posteriores. Ver apéndice pág.
64.
98 Cantos españoles, Op.Cit. Pág. 99.
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Comparémoslo con este Jaleo canastero cantado y bailado por Carmen
Amaya con la guitarra de Sabicas99 (cc. 9 y ss.):
Los ayeos reposan en fa, sol, la, fa, y mi al final, armonizándose con los
acordes de Fa, Sol, Fa, Fa y Mi. El segundo ¡ay! de este polo es casi igual a la
salida que hoy se hace en el polo natural101. Tras acabar la salida realiza los
típicos ayeos del polo, aunque no son exactamente iguales a los que se hacen
hoy en el polo natural. Estos ayeos no se hacen actualmente antes de la copla,
en cambio sí se hacen antes de la copla en la caña.
99 Decca DL 9925, 1957. El año de esta grabación ha sido facilitado amablemente por José
Manuel Gamboa. La transcripción de este cante puede consultarse en nuestro trabajo “A
vueltas con el fandango. Nuevos documentos de estudio y análisis de la evolución rítmica en
el género del fandango” [En línea] Revista de música clásica y reflexión musical «Sinfonía
Virtual», Nº 24, enero de 2013. http://sinfoniavirtual.com [Consulta: 29 de diciembre de
2013].
100 Escuchar por ejemplo las bulerías de Camarón y de Paco de Lucía “Una estrella chiquitita”
Pensaba tu compañera
que yo a ti no te quiero
ahora podrás conocer
que por ti pierdo la vida
102 Ver transcripción en la pág. 67 del apéndice. Fue estudiada en “Jaleos y soleares…” Op.Cit.
Págs. 43 y ss.
103 BNE MC/3889/46.
104 MP/1807/30.
105 No está documentada en la base de datos de la BNE. Sin embargo, algunos números de
esta colección se publicaron sueltos. Se conservan varios en esta biblioteca que fechan en
1880, por ello suponemos que la colección podría ser de 1880 igualmente. La colección
completa la hemos localizado en la Biblioteca de la Universidad de Michigan. No obstante en
la Sig. MP/359/12, La cantaora jitana. Serranas flamencas por el maestro Ángel Rubio
(1878), aparece como portada la supuesta serie La gracia de Andalucía de I. Hernández,
donde se anuncian sólo 5 números, cuando nuestra edición manejada consta de 12. Por ello
creemos que la edición ampliada es posterior. Tiene diferente litografía de portada, aunque
muy parecida.
106 BNE MP/1400/25. Ponemos la partitura en el apéndice. Págs. 69 y ss.
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La segunda frase cae en si, con cadencia armónica en Mi. La tercera es
una repetición de la primera. La cuarta presenta una caída sobre la, con una
breve modulación a Fa. La quinta frase retorna al tono principal de la menor
a la conclusión, momento en el que se produce una recreación de los ayeos en
tonalidad de la menor. A la conclusión de los ayeos se reinterpreta variado el
material musical del inicio, con un final donde las vocalizaciones líricas se
imitan en la mano derecha del piano con pasajes virtuosos en fusas y
modulación sobre Si, tonalidad dominante de la siguiente pieza, un bolero en
Mi Mayor. No tiene esta obra especial interés flamenco, salvo la
diferenciación con la siguiente, lo que nos servirá para distinguir un estilo
“académico”, lírico, de otro flamenco. Por otro lado, las células rítmicas del
acompañamiento y del canto recuerdan a patrones de jota y fandango del siglo
XVIII.
Hay que señalar el apelativo de Soledá para esta pieza, lo que puede ser
significativo de que por entonces, este estilo de cante –un polo flamenco–,
estuviera considerado como un cante “de soledad”108, debido a su carácter
melancólico, o quizás por compartir elementos musicales con la soleá
flamenca, que por entonces practicaba similar compás y armonía que el polo.
Este mismo autor, entre 1870 y 1872 publica una colección llamada
Cantos flamencos para piano, en la que vuelve a insertar como nº 5 este polo,
con alguna pequeña variación sin importancia y con una introducción añadida
y un final a modo de jaleo de cierre109. Comentaremos este cierre por ser muy
interesante. Está en La Mayor, y utiliza el mismo patrón melódico del polo en
mi frigio que armoniza ahora en La Mayor.
Tras esta primera frase realiza un pequeño giro frigio sobre la, con la
armonía Sib-La:
108 Para ampliar la información sobre este aspecto léase nuestro trabajo “Jaleos y soleares…”
Op.Cit.
109 BNE MC/3889/24-28. Colocamos la partitura en el apéndice, págs. 74 y ss.
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Tras ello repite el primer modelo melódico transportado una 4ª
superior, desde la, con armonías relacionadas con el modo frigio flamenco de
la, sección que suena muy flamenca. El retorno al tono principal (La) se
produce tras la doble barra de repetición de la pág. 5. Esta última parte no
tiene nada reseñable desde el punto de vista flamenco.
Algunos pasajes de guitarra de este polo son casi iguales a los que
presenta Ocón en su Polo gitano o flamenco, lo que supone una línea de
continuidad importante de la práctica guitarrística desde mediados del XIX
hasta muy finales de siglo:
110 La guitarra Española, gran colección de obras Características para guitarra, que publica
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La segunda página del Polo gitano de Parga comienza con lo que
parecen los ayeos del polo flamenco, en este caso cuatro, muy parecidos a los
del polo de Tobalo:
Parece quedar claro que una cosa eran los estilos del género “gitano” o
“flamenco”, y otra cosa las inspiraciones académicas de los autores
aficionados a lo flamenco y popular. En el caso del polo es evidente. Desde el
mundo “clásico” los aires populares de moda servían para la creación de obras
de inspiración flamenca, sin llegar a serlo. Recreaban los giros modales desde
una perspectiva tonal de un modo menor con final sobre la dominante,
evitando los enlaces armónicos que se practicaban en la guitarra, como los
acordes paralelos, presentando las caídas en Mi desde re menor o Si con el fa
en el bajo. Igualmente los patrones rítmicos se acercaban a un ritmo que
podríamos llamar de vals, donde los cambios armónicos coinciden con el
pulso fuerte del compás.
Hemos visto antes que la variante de polo conocida como “de Ronda”
aparece citada por vez primera en 1826. Fue cantado por el Sr. Monge:
Antonio Monge Rivero El Planeta (Cádiz 1789-Málaga 1857), cantaor que
pasó gran parte de su vida en Málaga.
añadió unos versos al romance que no tenía el que le enseñó Pepe Navarro: “Los hijos que me
dejaste/por Dios dime dónde están/los hijos que me dejaste/pidiendo limosna están”. Entre
otros datos transmitidos de forma oral, dice el de Canillas, que a Tobalo le conocían como
Tobalo Polo, era su apellido, según le enseñaron a él. La biografía realizada por Gonzalo Rojo
Antonio Jiménez González «Antonio de Canillas», Diputación de Málaga, 2006, no aporta
datos sobre este cante.
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de los pulsos 12, 3, 6 y 10, los más importantes, y que sus reposos y acentos
melódicos están dentro de esta acentuación rítmica.
No tiene este ejemplo de polo los típicos ayeos de otras versiones, algo
que supone una diferenciación importante.
Tras este polo Antonio de Canillas interpreta dos soleares apolás que
merecen estudio. Los dos cantes están bastante relacionados, siendo el último
una especie de enriquecimiento del anterior.
Las otras dos estrofas son cuartetas octosílabas. Una de ella extraída
del Romance del Conde Sol, que fue cantada como polo de Tobalo por Pepe el
de La Matrona119, apareciendo aquí con ligera variante como soleá:
1954, Hispavox HH 12.01/2/3. Puede escucharse una versión de este polo en Youtube,
aunque con otra letra. [En línea] http://www.youtube.com/watch?v=dO6pndTN2c8
[Consulta: 29 de diciembre de 2013]
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Toítos le piden a Dios
la salud y la libertad
y yo le pido la muerte
y no me la quiere dar.
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VII. Epílogo
Sería interesante saber en qué momento los ayeos del polo natural se
estructuran en cinco frases y con esa variante melódica que lo diferencia de la
caña. En grabaciones más antiguas de El Mochuelo y La Rubia, usan sólo
cuatro ayeos, siendo además más parecidos a los que aparecen en la caña o en
el polo de Tobalo que conservó Pepe el de la Matrona que en los que
actualmente se usan para el polo natural, modalidad que ha tenido
continuidad a partir de la grabación de Jacinto Almadén.
http://guillermocastrobuendia.es
BIBLIOGRAFÍA
ALONSO, Celsa: Cien años de canción lírica española (I) 1800-1868, Música
Hispana, Publicaciones del Instituto Complutense de Ciencias Musicales,
Madrid, 2001.
GAMBOA, José Manuel: Una Historia del flamenco, Espasa Calpe, Madrid,
2005.
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JIMÉNEZ SÁNCHEZ, José Luis: Pinceladas flamencas y los cantes de
Ronda, edición del autor, Málaga 2011
NOROÑA, Gaspar María de Nava Álvarez, Conde de: Poesías, Madrid, por
Vega y compañía, 1799-1800. 2 Tomos.
SNEEUW. Aire C.: “El Flamenco descrito en 1850 por François A. Gevaert”,
Revista Candil nº 74, Marzo-Abril 1991. Págs. 667-668.
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APÉNDICE
PARTITURAS
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