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Antecedentes de La Educación Especial en México

La educación especial en México se ha desarrollado a lo largo de varios siglos. Algunas de las primeras instituciones que brindaron educación diferenciada a personas con discapacidad en la Ciudad de México fueron el Departamento de Corrección de Costumbres en 1806, la Escuela de Sordo-mudos en 1861 y la Escuela de Ciegos en 1870. La primera institución que se formó para capacitar maestros en educación especial fue la Escuela Normal de Sordo-Mudos en 1867. Finalmente, en 1943 se creó la Escuela Normal de E

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Antecedentes de La Educación Especial en México

La educación especial en México se ha desarrollado a lo largo de varios siglos. Algunas de las primeras instituciones que brindaron educación diferenciada a personas con discapacidad en la Ciudad de México fueron el Departamento de Corrección de Costumbres en 1806, la Escuela de Sordo-mudos en 1861 y la Escuela de Ciegos en 1870. La primera institución que se formó para capacitar maestros en educación especial fue la Escuela Normal de Sordo-Mudos en 1867. Finalmente, en 1943 se creó la Escuela Normal de E

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ANTECEDENTES DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL EN MÉXICO

En este apartado se ofrece un panorama general de algunos aspectos del


desarrollo de la educación especial en México. Se analizan las líneas
generales que han definido la atención de las necesidades educativas
especiales de niñas, niños y adolescentes, con o sin discapacidad, en la
escuela, y la formación de profesores para desempeñar su labor educativa
en este ámbito. Esta manera de comprender el pasado vincula la educación
con la época correspondiente y permite ubicar la educación especial en el
marco de un proceso cambiante caracterizado por distintas influencias.

Primeras instituciones que brindan educación especial


diferenciada a personas con discapacidad en la Ciudad de México

La educación especial como servicio institucionalizado es reciente y su


capacidad para brindar atención ha sido escasa; de hecho, la atención a
personas con discapacidad es más antigua que la formación de los
docentes. Son tres los grupos de la población con que se inició la obra de
la educación especial: inadaptados sociales, sordomudos y ciegos; desde
principios del siglo XIX en la capital se fundaron instituciones para su
atención:

El Departamento de Corrección de Costumbres (1806);


La Casa de Corrección (1841);
El Asilo para Jóvenes Delincuentes (1850);
La Escuela de Sordo-mudos (1861),
y la Escuela de Ciegos (1870).

La sociedad civil organizada ha tenido una participación relevante en la


atención de las personas con discapacidad. En México, en términos
generales, en la historia de la filantropía se pueden identificar tres grandes
periodos:
a) La Colonia, el establecimiento de la Beneficencia Pública;
b) El siglo xix, principalmente durante el Porfiriato, en que la participación
ciudadana retomó fuerza dentro del desempeño de la Junta de Asistencia
Privada.
c) El México moderno, en que la participación de la ciudadanía organizada
dependió de diversas circunstancias sociopolíticas, pero durante el siglo xx,
específicamente a partir de los años 50, se ha venido incrementando.

Muchas organizaciones educativas de la sociedad civil surgieron como


resultado de la reunión de familiares o de las propias personas con
discapacidad y se fortalecieron con la participación de especialistas y
profesionales de distintos ámbitos. En ellas han operado diversos modelos
de atención y de organización.

Primeras experiencias en la formación de maestros en educación


especial

La primera institución que surge en nuestro país para formar maestros en


el campo de la educación especial es la Escuela Normal de Sordo-Mudos,
fundada en la Ciudad de México por el Ministerio de Justicia e Instrucción
Pública el 28 de noviembre de 1867. Al tener carácter de normal, se
proponía que los profesores aprendieran el sistema de enseñanza para
sordo-mudos y que posteriormente se establecieran escuelas de este tipo
en los diversos estados y territorios de la República Mexicana.

En los cursos impartidos, los futuros maestros aprendieron a enseñar: la


lengua española escrita, los catecismos de moral y religión, aritmética,
geografía, historia universal e historia natural, agricultura práctica para los
niños, trabajos manuales para las niñas y teneduría de libros. El plantel
albergó a 24 alumnos. Tanto la normal como la escuela de sordo-mudos
quedaron bajo una misma denominación: Escuela Nacional de Sordo-
Mudos.
La preocupación por atender a un sector de la población que debido a sus
características no asistía a las escuelas, se puso de manifiesto durante el
Congreso Nacional de Instrucción Pública, realizado entre el 1° de
diciembre de 1890 y el 3 de marzo de 1891, donde se concluyó que era
conveniente y necesario aumentar el número de escuelas especiales que
tenían por objeto la educación de los ciegos, sordomudos y delincuentes
jóvenes. Lo anterior cobró mayor relevancia en la Ley de Educación
Primaria, promulgada el 15 de agosto de 1908. Sin embargo, la cuestión
sobre la formación de los profesores que trabajaban en estas escuelas
especiales quedó pendiente.

Al abrir más escuelas especiales, también existió la necesidad de una


formación docente acorde con el desarrollo y los aportes de las disciplinas
médicas, psicológicas y pedagógicas. En enero de 1925 se estableció el
Departamento de Psico-Pedagogía e Higiene con la finalidad de que fuera
la base científica para el conocimiento de la población escolar urbana; de
este departamento dependieron las escuelas especiales.

Con el tiempo, el Departamento de Psico-Pedagogía e Higiene Escolar se


transformó en el Instituto Nacional de Pedagogía. Dicho instituto tuvo el
propósito de hacer estudios e investigaciones de carácter científico, que
sirvieran para conocer la realidad educativa mexicana y que permitieran
proponer normas que facilitaran e hicieran más eficaces las actividades en
las escuelas. Es así como de los estudios realizados en el Instituto sobre los
“anormales infantiles” se obtuvieron seis tipos: niños con trastornos del
lenguaje, niños duros de oído, niños débiles visuales, niños inválidos
locomotores, niños epilépticos y niños tuberculosos. Además, el Instituto
atendió tres escuelas de educación especial, un centro de higiene mental y
una clínica de la conducta.

Para 1940 se consideró que las escuelas de “anormales físicos o mentales”


debían proporcionar, en ciclos cortos, conocimientos generales y contar
con planes de estudio, programas, métodos de enseñanza y organización
particular; a pesar de los avances científicos en los servicios, quedó
pendiente la formación de profesores en educación especial.

Creación de la Escuela Normal de Especialización en la Ciudad de


México

En 1942 se aprobó la Ley Orgánica de la Educación Pública, que incluyó la


Educación Normal de Especialización y las escuelas tipo de educación
especial. En dicha ley se estableció como requisito para ingresar a la
Normal de Especialización que los aspirantes hubieran cursado la educación
normal para profesores de primaria, además de haber ejercido el
magisterio dos años por lo menos. En este periodo se señaló como
condición fundamental ser maestro con experiencia, considerando que
ingresarían a un programa de especialización personas que, por haber
desempeñado una práctica pedagógica con alumnos normales, adquirirían
una formación técnica superior a la de los demás maestros. Esta capacidad
técnica se avalaría con un crédito oficial, en función del cual podría
aspirarse a UN INGRESO económico mayor que el resto de profesores,
acompañado también de un alto reconocimiento social.

En septiembre de 1942, el Departamento de Estudios Pedagógicos de la


Dirección General de Enseñanza Superior e Investigación Científica de la
sep aprobó el plan de estudios para la carrera de Maestro Especialista para
Anormales Mentales y Menores Infractores y, el 7 de junio de 1943, la
Escuela Normal de Especialización (ene) inició sus labores, siendo director
fundador el doctor Roberto Solís Quiroga. Según declaración del doctor
Solís –uno de los principales impulsores de la educación especial en
nuestro país–, fue necesario que se aprobara la creación de una institución
formadora de docentes especialistas, quienes serían los encargados de
atender a las personas que requerían de una educación especializada. Por
ello, el primer Plan de Estudios de la normal se diseñó a partir del rescate
de la práctica cotidiana que se realizaba en el Instituto Médico Pedagógico
(1935), que pasó a ser un anexo de la Escuela Normal de Especialización
en 1943; este instituto atendía exclusivamente a los “anormales mentales”,
mismos que se seleccionaron con base en un diagnóstico médico,
psicológico y social.

En 1945 se sumaron las carreras de Maestro Especialista en la Educación


de Ciegos y la de Maestro Especialista en la Educación de Sordo-Mudos, en
1955 se incorporaron la de Maestro Especialista en la Educación de Lisiados
y la de Maestro Especialista en la Educación de Débiles Visuales; en 1964
se separaron las carreras de Maestro en la Educación de Deficientes
Mentales y la de Educación de Inadaptados e Infractores. Durante los
primeros 20 años (1943-1962) de labor de la Escuela Normal de
Especialización, su propósito y curriculum no presentaron cambios
sustanciales.

La preocupación central al elaborar los planes de estudio era determinar


qué técnicas debían aprender y aplicar los maestros de educación regular
para desempeñar su función en educación especial. En consecuencia, la
especialización de los profesores consistía, precisamente, en cursar ciertas
materias a través de las cuales aprendieron técnicas específicas para
enseñar a los alumnos con discapacidad.

Durante esta época, las materias que incluyeron los planes de estudio se
modificaban a partir de la práctica docente y no como resultado de un
análisis curricular; es decir, según los criterios y las recomendaciones de
los docentes que impartían los cursos, se incluían u omitían cursos y
contenidos.

En este periodo surgieron y se desarrollaron principalmente escuelas


destinadas a la atención de niños con deficiencia mental. Sin embargo,
también se identificaban cuatro situaciones que obstaculizaban el
desarrollo de la educación especial:
1) la carencia de investigaciones que permitieran identificar el límite entre
lo normal y lo patológico;
2) la falta de datos estadísticos precisos respecto al número de personas
que requerían este tipo de educación, pues los que no presentaban un
problema orgánico severo pasaban desapercibidos;
3) la carencia de personal especializado en la educación de estas personas,
y
4) la falta de estrategias específicas de diagnóstico y de tratamiento.

Finalmente, en 1972, se creó la carrera de Maestro Especialista en


Problemas de Aprendizaje.

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