Fustel de Coulanges, La Ciudad Antigua PDF
Fustel de Coulanges, La Ciudad Antigua PDF
LA
CIUDAD ANTIGUA
ESTUDIO
SOBRE EL CULTO.
EL DERECHO, LAS
INSTITUCIONES
DE GRECIA Y ROMA
TRADUCCION Dm
M. CIGES APARICIO
EDITORIAL ALBATROS
MAIPU 391 • BUENOS AIRES
Lo::.••
'II
COPYRIGHT BY EDITORIAL ALBATROS
Hecho el dep6sito que marca Ia ley 11723
INTRODUCCION ·
griega y romana, ha estableeido el matrimonio y la viefos libros sagrados; mas de todo esto nada ha llega-
autoridad paterna, ha determinado los rasgos del pa- do a nosotros. aQue recuerdo puede quedarnos de esas
renteseo, ha eonsagrado el dereeho de propiedad y el generaeiones, que no nos han defado ni un solo texto
dereeho de hereneia. Esta misma religion, luego de am- escrito?
plifiear y extender la familia, ha formado una asoeia- Felizmente, el pasado nunca muere ptJr completo
ci6n mayor, la ciudad, 11 ha reinado en ella como en la para el hombre. Bien puede este olvidarlo, pero siempre
familia. De ella. han proeedido todas las institueiones y lo conserva en si. Pues, tal como se mani,fiesta en cada
todo el dereeho privado de los antiguos. De ella ha reei- epoea, es el producto y resumen de todas las epocas
bido la eiudad sus principios, sus reglas, sus costum- preeedentes. Si a su alma deseiende, en ella podra en-
bres, sus magistraturas. Pero esas viejas creeneias se contrary reconoeer esas diferentes epocas, segun lo que
han modificado o atenuado eon el tiempo, y el dereeho cada una ha defado en el.
privado 11 institueiones se han modificado Observemos a los griegos del ·tiempo de Pericles, a
con ellas. Entonces se ha desarrollado la serie de revo- los romanos del tiempo de Cieeron : ostentan en si las
lucione::;, y transformacione.<; sociales han seguido marcas autenticas y los vestigios eiertos de los
rcgularmente a las transformaciones de la inteligeneia. mas distantes. El eontemporaneo de Cieeron (me refie-
Conviene, pue.9, estudiar ante todo las ereencias de ro singularmente al hombre del pueblo) tiene la imagi-
esos Las mas antiguas son las que mas nos nacion llena de leyendas: esas leyendas provienen de
importa eonoeer. Pues las institueiones y las ereeneias un tiempo antiqutsimo y testifiean la manera de pensar
que eneontramos en las hermosas epocas de Greeia y de aquel tiempo. El eop.temporaneo de Cicer6n se sirve
de Roma solo son el desenvolvimiento de creencias e de una lengua cuyas radicales son extraordinariamente
institueiones anteriores: en neeesario bus ear la,s raiees antiguas: esta lengua, al expresar los pensamientos de
muy lejos en lo pasado. Las poblaciones griegas y lati- las viefas edades, se ha modelado en ellas y ha conserva-
nas Mn infinitamente mas viejas que R6mulo y Home- do de siglo en siglo el sella que le imprimio. El sentido
ro. Ila sido en una epoca ma.c: antigua, en una antigue- intimo de una radical puede revelar a veces una anti-
dad sin fecha, donde las creencias se han formado y gua opinion o un uso antiguo: las ideas se han trans-
las instituciones se han establecido o preparado. formado y los recuerdos se han desvanecido ,· pero las
Pero aque esperanza hay de llegar al eonoeimiento de palabras subsisten, testigos inmutables de ereencias
ese pas ado remota? i Quien nos ¢ira lo que pensaban desapareeidas. El eontemporaneo de Ciceron practica
lo.9 hombres diez o quince siglos antes de nuestra Era? ritos en los sacrificios, en los funerales, en la ceremonia
gPuede encontrarse lo que hay de tan inaprensible y del casamiento; esos ritos son mas viefos que el, y lo
fuaaz en las creencias y opiniones? Sabemos lo que pen- demuestra que ya no responden a sus creencias. Pero
sa,l;an los aria.'! de Oriente hace treinta y cinco siglos ,· que se consideren de cerea los ritos que observa o las
lo sal>emos 110r los himnos de los Vedas, que induda- formulas que recita, y en ellos se encontrara el sella de
blemente son antiqui.c;imo.c:, y por las leyes de Manu, lo que creian los hombres quince o veinte siglos antes.
que lo son meno.'l, pero donde pueden reconocerse
safes que pertenecen a una epoca extremadamente le-
fana. Pero gd6nde estan los himno.s de los antiguos,
helenos? Como los italianos, poseian cantos antiguos,
I, •
LIBRO PRIMERO
CRENCIAS ANTIGUAS
CAPITULO PRIMERO
"'''
16 LIB. I. CREENCIAS ANTIGUAS
CAP. I. CREENCIAS SOBRE EL ALMA Y L:A MUERTE 17
cibir jamas las ofrendas y .los alimentos que 1e neraJes. discipulos de los filosofos, quiza diferenciaban
falta. Desgraciada, se convertia pronto en malhechora. el alma del cuerp0, y como no creian que Ia suerte de ·
Atormentaba a los vivos, les enviaba enfermedades, les la una estuviese asociada a Ia suerte del otro, habian
asolaba las cosechas, les espantaba con apariciones lu- supuesto que importaba muy poco a un cadaver des-
gubres para anunciarles que diesen sepultura a su componerse en Ia tierra o en el agua. Por lo mismo no
cuerpo y a ella misma. De aqui procede Ia creencia en desafiaron Ia tempestad para cumplir Ia vanq. formula
lo.s aparecidos. ( 9 ). La antigtiedad entera estaba persua- de recoger y enterrar a sus muertos. Pero Ia muche-
dida de que sm la sepultura el alma era miserable, y dumbre, que aun en Atenas permanecia afecta a las vie-
que por la sepultura adquiria la eterna felicidad. No con jas creencias, acuso de impiedad a sus generales y les
la ostentaci6n del dolor quedaba realizada la ceremonia hizo morir. Por su victoria salvaron a Atenas; por su
funebre, sino con el reposo y Ia dicha del muerto (10). negligencia perdieron millares de almas. Los padres de
los muertos, pensando en el largo suplicio que aquellas
Adviertase bien que no bastaba con que el cuerpo se
depositara en Ia tierra. Tambien era precise observar ahnas iban a sufrir, se acercaron al tribunal vestidos de
ritos tradicionales y pronunciar determinadas formu- luto para exigir venganza ( 14).
( 11 ). En Plauto se encuentra la historia de un apare- · En las ciudades antiguas la leY infligfa a los grandes
Cido: es un alma forzosamente errante por haber ente- culpables un castigo reputado de terrible, Ia privacion
rrado el cuerpo sin observar los ritos. Suetonio refiere de sepultura ( 15 ). Asi se castigaba al alma misma y se
que enterrado el cuerpo de Caligula, sin realizarse Ia le infligia un suplicio casi eterno.
ceremonia funebre, su alma anduvo errante y se mos- Conviene observar que entre los antiguos se ha ·esta-
tro a los vivos, hasta el dia en que se decidieron a des- blecido otra opinion sobre la mansion de los muertos.
enterrar el cuerpo y a darle sepultura segun las re- Se han figurado una region, tambien subterranea, pero
glas (1 2 ). Estos dos ejemplos demuestran que efecto se infinitamente mayor que la tumba, donde todas las
atribuia a los ritos y a las formulas de Ia ceremonia almas, lejos de su cuerpo, vivian juntas, y donde se les
funebre. Puesto que sin ellos las almas permanecian discernian penas y recompensas, segun la conducta que
errantes y se aparecian a los vivos, es que por ellos se el hombre habia observado durante su existencia. Pero
fijaban y encerraban en las tumbas. Y asi como habia los ritos sob11e las sepulturas, tales como los hemos des-
.formulas que poseian esta virtud, los antiguos tenian crito, estim en manifiesto desacuerdo con esas creen-
otras con Ia virtuq contraria: Ia de evocar las almas y cias: prueba cierta de que en la epoca en que se esta-
hacerlas surgir momentaneamente del sepulcro. blecieron esos ritos aun no se creia en el Tartaro y en
Puede verse en los escritores antiguos como estaban los Campos Eliseos. La primera opinion de esas anti-
atormentados los hombres por el temor de que tras su guas generaciones fue que el ser humano vivia en la
muerte no se observasen los ritos. Era esta una fuente tumba; que el alma no se separaba del cuerpo, y que
de agudas inquietudes ( 18 ). Se temia menos ala muerte permanecia fija en esa parte del suelo donde los huesos
que a Ia privaci6n de sepultura. Y cs que se trataba estaban enterrados. Ademas, el hombre no tenia que
del reposo y de Ia fclicidad etcrna. No dcbemos de sor- rendir ninguna cuenta de su vida anterior. Una vez en
prendernos mucho al vcr que, tras una victoria por la tumba, no tenia que esperar recompensas ni supli-
mar, atenicnscs hicieran pcrecer a sus generales, cios. Opinion tosca, indudablemente; pero que es la
que hab1an desdeiiado enterrar a los muertos. Esos ge- infancia de la nocion de una vida futura.
18 LIB. I. CREENCIAS ANTIGUAS CAP. I. CREENCIAS SOBRE EL ALMA Y LA MUERTE 19
El ser que vivia bajo tierra no estaba bastante eman- parte en la.s comidas funebres de que los muertos se
cipado · de la humanidad para no tener necesidad de nutren !" ( 21 ). Las burias de Luciano atestiguan que
aliento. Asi, ciertos dias del afio se llevaba comida a estas costumbres aun duraban en su tiempo: "Piensan
cada tumba (16). los hombres que las almas vienen de lo profunda por la
Ovidio y Virgilio nos han dejado ia descripcion de comida que se les lleva, que se regalan con el humo de
esta ceremonia, cuyo ernpleo se habia conservado in- las viandas y que beben el vino derramado sobre la
tacto hasta su epoca, aunque las creencias ya se hubie- fosa" (2 2 ). Entre los griegos habia ante cada tumba un
sen tranformado. Dicennos que se rodeaba Ia tumba de emplazamiento destinado a la inmolacion de las victi-
grandes guirnaldas de hierba y flores, que se deposita- mas y a Ia cocci on de su carne ( 23). La tumba romana
ban tortas, frutas, sal, y que se derramaba leche, vino tambien tenia su culina, especie de cocina de un genero
y a veces sangre de victimas (17). particular y para el exclusive uso de los muertos ( 24 ).
Nos equivocariamos grandemente suponiendo que Cuenta Plutarco que tras la batalla de Platea los gue-
esta' comida funebre solo era una especie de conmemo- rreros muertos fueron enterrados en Iugar del com-
racion. El alimento que la familia llevaba era realmente bate, y los plateos se comprometieron a ofrecerles cada
para el muerto, para el exclusivamente. Prueba esta que nilo cl banquete funebre. En consecuencia, el dia del
la leche y el vino se derramaban sobre la tierra de la Hllivonmrio se dirigian en gran procesion, conducidos
. tumba; que se abria un aguJero para que los alimentos pot• HIIH pr·imcros magistrados, al otero donde reposa-
solidos llegasen hasta el muerto; que, si se inmolaba l.utll tttii<'I'LOH. Ofrocfanles leche, vino, aceite per-
una victima, toda la carne se quemaba para que ningun ltllttt'H .Y II•H lntttolnhnn una victima. Cuando los ali-
vivo participase de ella; que se pronunciaban ciertas "'""toH "' lnllltll .va Hobr In tumba, los plateos pro-
formulas consagradas para invitar al muerto a comer lltlltdnbllll una J6nn11la invocando a los muertos para
y heber; que, si la familia entera asistia a esta comida, quo ucuc.licson a esta comida. Todavia se celebraba ·esta
ni siquiera ella tocaba a los alimentos; que, en fin, al ccremonia en tiempo de Plutarco, que pudo ver el 6009
retirarse, se tenia gran cuidado en dejar una poca de aniversario ( 25 ). Luciano nos dice cual es la opinion que
leche o torta en los vasos, y que era gran impiedad en ha engendrado todos esos usos. "Los muertos escribe
un vivo tocar a esta pequefia provision destinada a las se nutren de los alimentos que colocamos en tu
necesidades del muerto. y beben el vino que sobre ella derramamos; de modo
Estas antiguas creencias han perdurado mucho tiem- que un muerto al que nada se le ofrece esta condenado
po y su expresion se encuentra todavia en los grandes a hambre perpetua" (26).
escritores de Grecia. "Sobre la tierra de la tumba, dice He ahi creencias muy antiguas y que nos parecen
Ifigenia en Euripides, derramo la leche, la miel, el vino, . ?ien y ridiculas. Sin embargo, han ejercido su
pues con esto se alegran los muertos" (1 8 ) .-"Hijo de sobre el hombre durante gran numero de gene-
Peleo, dice Neptolemo, recibe el brebaje grato a los racwnes. Han gobernado a las almas, y muy pronto
muertos; ven y bebe de esta sangre" (1 9 ). Electra vierte veremos que han regido a las sociedades, y que la ma-
las libaciones y dice: "El brebaje ha penetrado en la yor parte de las instituCiones domesticas y sociales de
tierra; mi padre lo ha recibido" ( 20). Vease la oracion los antiguos emanan de esa fuente.
de Orestes a su padre muerto: "i Oh, padre mio; si vivo
recibiras ricos banquetes; pero si muero no tendras tu
CAPITULO II
"Cerca de su tumba el viajero se detendra para decir: Este culto era identico en 1a India que en Grecia .e
Este es ahora una divinidad bienaventurada" (32). Los Italia. El indo debia de suministrar a los manes la co-
romanos daban a los muertos el nombre de dioses Ma- mida, Hamada sraddha. "Que el jefe de la casa haga el
nes. "Dad a los dioses Manes lo que se les debe, dice iraddha con ar:roz, leche, uvas, frutas, para atraer sabre
Cicer6n; son hombres que han dejado la yida; tenedles si la benevolencia de los manes". El indo crefa que en
por seres divinos" (33). el memento de ofrecer esta comida funebre, los manes
de los antepasados venfan a sentarse a su lado y toma-
Las tumbas eran los templos de estas di'vinidades. ban el alimento que se les presentaba. Tambien crefa
I
Por eso ostentaban la inscripci6n sacramental Dis.Ma- que este banquete comunicaba a los muertos gran rego-
nibus, y en griego Significaba esto que el
l dios estaba enterrado, Manesque Sepulti, dice Virgi-
lio ( 34 ). Ante la tuma habfa un altar para los sacrifi-
cijo: "Cuando el sraddha se hace segun los ritos, los
antepasados del que ofrece la comida experimentan una
satisfacci6n inalterable';. ( 37 ).
cios, como .ante los templos de los dioses (35). Asf, los arias de Oriente han pensado en su ·origen 1o
I
Este culto de los muertos se encuentra ·entre los he- mismo que los de Occidente a proposito del misterio del
lenos, entre los Iatinos, entre los sabinos (36), entre los destino tras la muerte. Antes de creer en 1a metemps1-
etruscos; se le encuentra entre los arias de la cosis, que presuponfa una distincion absoluta entre el
India. Los himnos del Rig Veda hacen de el mencion. alma y el cuerpo, han crefdo en la existencia vaga e
El libro de las Leyes de Manu habla de ese culto como indecisa del ser humano, invisible, pero no inmaterial,
del mas antiguo que los hombres hayan profesado. En que reclamaba de los mortales alimento y bebida.
ese libra se advierte ya que la idea de la metempsicosis El indo, cual el griego, consideraba a los muertos
I ha pasado sobre esta antigua creencia: todavia antes como seres divines que gozaban de una existencia
se establecio la religion de Brahma, y, sin embargo 1:Jienaventurada. Pero existia una condicion para su fe-
.J bajo el culto de Brahma, bajo la doctrina de la licidad: era necesario que las ofrendas se les tributasen
psicosis, la religi6n de las almas de los antepasados sub- regularmente por los vivos. Si se dejaba de ofrecer el
siste viva e indestructible, obligando al redactor de las sraddha a un muerto, el alma hufa de su apacible man-
Leyes de Manu a contar con ella y aun a admitir sus sion y se convertfa en alma errante que atormentaba a
prescripciones en el libro sagrado. No es la menor sin- los vivos; de suerte que si los manes eran verdadera-
gularidad de este libra tan extrafio el haber conservado mente dioses, solo lo eran mientras los vivos les hom·a-
las reglas referentes a esas antiguas creencias, cuando ban con su culto (88).
evidentemente se ha redactado en una epoca de creen- Los griegos y romanos profesaban exactamente las
cias muy opuestas. Esto prueba que se necesita mucho mismas opiniones. Si se cesaba de ofrecer a los muer-
tiempo para que las creencias humanas se transformen, tos Ia comida funebre, los muertos salian en seguida de
y todavia se necesita mas para que las practicas exte- . sus tum bas; sombras errantes, se les oia gemir en la
riores y las leyes se modifiquen. Hoy mismo, pasados noche silenciosa, acusando a. los vivos de su negligen-
tantos siglos y revoluciones, los indos siguen tributan- cia impfa; procuraban castigarles. les enviaban enfer-
do sus ofrendas a los antepasados. Estas ideas y estos medades o her1an al suelo de esterilidad. En fin, no de-
I · ritos es lo que hay de mas antiguo en la raza indo- jaban ningun reposo a los vivos hasta el dia en que se
europea, y es tambien lo que ·hay de mas persistente. les restablecfa la comida ( 39 ). El sacrificio, la
II II
24 I,m. I. CREENCIAS ANTIGUAS CAP. II. EL CULTO DE LOS MUERTOS 26
ofrenda del sustento y la libaci6n, les hacfan volver a sentimiento religioso. Qufza en presencia de la muerte
la tumba y les devolvfan el reposo y los atributos divi- ha sentido el hombre por primera vez 'la idea de lo so-
nos. _EI hombre quedaba entonces en paz con ellos (40). brenatural y ha querido esperar mas alia de lo que veia.
Si el muerto que se olvidaba era un ser malhechor, La muerte fue el primer misterio, y puso a los hombres
el que se honraba era un dios tutelar, que amaba a los en el camino de los demas misterios. Ella elev6 su pen-
que le ofrecfan el sustento. Para protegerlos seQ"uia to- samiento de lo visible a lo invisible, de lo transitorio a
mando parte en los negocios humanos, y en ellos des- lo eterno, de lo humano a lo divino.
empefiaba frecuentemente su papel. Aunque muerto,
sabia ser fuerte y activo. Se le imploraba; se solicitaba
su ayuda y sus favores. Cuando pasaba ante una tum-
I
ba, el caminante se paraba y decfa: "i Tu, que eres un
dios baj 0 tierra, seme propicio !" ( 41).
Puede .iuzgarse de Ia influencia que los antiguos atri-
bufan a los muertos por esta suplica que Electra dirige
a los manes de su padre: "i Ten piedad de mi y de mi
hermano Orestes; hazle volver a este pais; oye mi rue-
go, oh, padre mio, atiende mis votos al recibir mis liba-
ciones !" Estos dioses poderosos no s61o otorgan los
bienes materiales, pues Electra afiade: "Dame un cora-
z<)n mas casto que el de mi madre; y manos mas pu-
ras" ( 42 ). Tambien el indo demanda a los manes "que .
el numero de los hombres predomine bastante en su
familia y que haya mucho para dar".
Estas almas humanas, divinizadas por Ia muerte, eran
Io que los griegos llamaban demonios o heroes (43). ·Los
Iatinos les dieron el nombre de Lares, Manes (44), Ge-
nios. "Nuestros antepasados, dice Apuleyo, han creido
que cuando los Manes eran malhechores debia de lla-
marseles Larvas, y los denominaban Lares cuando eran
benevolos y propicios" (45 ). En otra parte se lee: "Genio
· y Lar es el mismo ser; asi lo han creido nuestros ante-
pasados" ( 46 ), y en Cicer6n : "Lo que los griegos llama-
ban Demonios, nosotros denominamos Lares" (47).
Esta religion de los muertos parece ser la mas anti-
gua que haya existido entre esta raza de hombres. An-
tes de concebir y de adorar a Indra o a Zeus, el hom-
pre ador6 a los muertos; tuvo miedo de ellos y les
dirigi6 sus preces. Por ahi parece que ha comenzado el
I
CAPITULO III
EL FUEGO SAGRADO
I
WII
30 LIB. I. CREENCIAS ANTIGUAS CAP. III. EL FUEGO SAGRADO 31
65
los alimentos ( ) ; por eso se le consagraba una oraci6n te". Los indos, como los griegos y romanos, se repre-
al empezar y otra al condu.iir la comida. Antes de co- sentaban a los dioses, no solo avidos d.e honores y res-
mer se depositaba en el altar las primicias del alimen- peto, pero tambien de bebida y de ahmento. El hom-
to; antes de heber se derramaba Ia libaci6n del vino. bre se creia obligado a satisfacer su hambre Y su sed
Era esta Ia parte def dios. Nadie dudaba de que estu- si queria evitar su colera.
viese presente, ni de que comiese y bebiese; ;, pues no
se veia, en verdad, aumentar Ia llama como si se hu- Entre los indos suele Ilamarse Agni esta divinidad
biese nutrido de los alimentos ofrecidos? La comida se del fuego. El Rig-Veda contiene gran cantidad de him-
compartia asi entre el hombre y el dios: era una ce- nos que se le han dedicado. Dicese en uno de ellos :
remonia santa por Ia que entraban en mutua comu- "i Oh, Agni, eres la vida, el protector del hombre! ...
nion ( 66 ) • An tiguas creencias, que a la larga des a pare- 1Por premio de nuestras alabanzas otorgas al padre
cieron de los espiritus, pero que tambien dejaron du- familia que te implora la gloria y la riqueza!. . . Agm;
rante mucho tiempo usos, ritos, formas del lenguaje de eres un defensor y un padre; te debemos la vida, somos
que ni el incredulo podia liberarse. Horacio, Ovidio, tu familia!" Asi, el fuego del hogar es como en Grecia
Juvenal, aun comian ante su hogar, hacian la liba- un poder tutelar. El hombre le demanda la abundancia:
cion y oraban (67). "Haz que la tierra sea siempre liberal .para nosotros".
El culto del fuego sagrado no pertenece exclu.siva- Lo implora la salud: "Que goce largo tiemp?, de la
mente a las poblaciones de Grecia e Italia. Se le en- y quo lloguc a la vejez como el s.ol su ocaso : Tamb1en
cuentra en Oriente. Las Leyes de Manu, en Ia redaccion lo pid · Jn Hnl>iduria: "i Oh, tu colocas en la
que ha llegado hasta nosotros, nos muestran la religion sondn ul hombre que se extrav16 en la mala ... he-
de Brahma completamente establecida y aun propensa mos cometido alguna falta, si hemos marchado leJOS de
a declinar; pero han conservado vestigios y restos de ti, perdonanos !" Como en Grecia, e.st; fuego del hogar
una religion mas antigua, Ia del hogar, que el culto de era esencialmente puro, se le proh1b1a severamente al
Brahma habia relegado a segundo termino, pero no des- brahman de echar en el nada sucio y hasta de calentar-
truido. El brahman tiene su hogar, que debe conser- se los pies ( 68). Como en Grecia, el hombre culpable no
var noche y dia. Cada manana y cada tarde lo alimen- podia acercarse a su }logar antes de purificarse de la
ta con lena; pero, como entre los griegos, tenia que mancha.
ser con lena de ciertos arboles indicados por la religion. Es gran prueba de la antigiiedad de esas creencias y
Como los griegos y los italianos le ofrecen vino, el indo practicas encontrarlas ala vez entre los la.s
le vierte el licor fermentado· que denomina soma. La costas del Mediterraneo y entre los de la penmsula mdl-
comida tambien es acto religioso, y los ritos est{m des- ca. Seguramente que los griegos no han esta
critos escrupulosamente en las Leyes de Manu. Se de- religion de los indos, ni los indos de los gr1egos. Pe;o
dican oraciones al hogar, como en Grecia; se le ofrece los griegos, los italianos, los indos a
las primicias de Ia comida, arroz, manteca, miel. Dicen rna raza•· sus antepasados, en una epoca remobs1ma,
esas Leyes : "El brahman no · debe comer del arroz de habian vivido juntos en el Asia central. Alii es donde
la nueva cosecha antes de ofrecer las primicias al hogar. primitivamente habian concebido esas creencias y esta-
Pues el fuego sagrado esta avido de grano, y cuando no blecido esos ritos. La religion del fuego sagrado data,
se le honra devora la existencia del brahman negligen- pues, de la epoca lejana y obscura en que aun no habia
.. ·
I.
84 Jl.IB. r. CREENCIAS ANTIGUAS CAP. III. EL FUEGO SAGRADO
•
nos sabios y castos". El fuego del hogar es, pues, una ,., H,todo esto se confundia (75). Se observa en dos Pa-
especie de ser moral. Es cierto que brilla, que calienta, rm.leH de Plauto y Columela, que en ellenggaje ordinario
que cueee el alimento sagrado, pero al mismo tiem:po Mt clccia indiferentemente hogar o Lar domestico; y
tien:e un pensarniento, uha concie:ncia; concibe los de- l.nmbien se ve .en Ciceron que no se diferenciaba el
heres y vela para que se realicen. Se le diria hombre, hogar de los .Penates, ni los Penates de los dioses La-
pues posee del hombre la doble naturaleza: fisicamente, r·oH ( 76) • En Servio leemos : "Los antiguos enten dian
resplandece, se mueve, vive, procura la ahundancia, pre- por hogares a los dioses Lares; asi, Virgilio ha podido
para la comida, sustenta at cuerpo; rnoralmente, tiene OHcribir indistintamente· lo mismo hogar por Penates
sentimientos y afectos, concede al hombre la pureza, que Penates por hogar" ( 77 ). En un pasaje famoso de
prescribe lo bello y lo bueno, nutre al alma. Puede de- In Eneida, Hector dice a Eneas que va a entregarle los
cirse que conserva la vida humana en la doble serie Penates troyanos y le ofrece el fuego del hogar. En otro
de sus manifestaciones. Es a la vez fuente de la ri- pasaje Eneas invoca a estos mismos dioses, llamandolos
queza, de la salud, de la virtud. Es, en verdad, el dios n la vez Penates, Lares y Vesta (7 8 ).
de la naturaleza humana. Luego, cuando .este culto ha Y a hemos visto antes que lo llamado por los anti-
quedado relegado a segundo termino por Brahma o por guos Lares o Heroes no era otra cosa que el alma de les
Zeus, el fuego del hogar ha persistido en lo que tiene muertos, a la que el hombre atribuia un poder sobre-
de divino mas accesible al hombre: ha sido su interme- humano y divino. El recuerdo de- uno de estos muertos
diario con los dioses de la naturaleza fisica; se ha en- sagrados se asociaba siempre al hogar. Adorando a uno
cargado de conducir al cielo la oracion y la ofrenda del no podia olvidarse al otro. Estaban asociadas en el res-
hombre y de aportar al hombre los favores divinos.- peto de los hombres y en sus preces. Cuando los descen-
Todavia despues, cuando se forjo de este mito del fue- dientes hablaban del hogar recordaban, naturalmente,
go sagrado la gran Vesta, Vesta fue la diosa virgen, el nombre del antepasado: "Abandona este sitio, dice
que no representa en el mundo la fecundidad ni la for- Orestes a Helena, y acercate al antiguo hogar de Pelo-
taleza : fue el orden, pero no el orden riguroso, abs- pe para oir mis palabras ( 79 ). Lo mismo Eneas, hablan-
tracto, matematico, la ley imperiosa y fatal, &vd.yx'l)., que do del hogar que transporta al traves de los mares, lo
se advierte muy pronto en los fenomenes de la natura- designa con el nombre de Lar de Assaraco, cual si en
leza fisica. Fue el orden moral. Se la concibe como una este hogar viese el alma de su antepl:).sado.
especie del alma universal, que regula los movimientos El gramatico Servio, instruidisimo en las antigtieda-
diversos de los mundos, como el alma humana dicta la: des griegas y romanas (se le estudio en su tiempo mu-
regia en nuestros organos. cho mas que en el de Ciceron) , dice que era costumbre
Asi se entreve el pensamiento de las generaciones muy antigua enterrar .los muertos en las casas, y ana-
primitivas. El principia de este culto radica fuera de la de : "Por consecuencia de esta costumb:re, tambit3n se
naturaleza fisica y se encuentra en este pequefio mun- honra en las casas a los Lares y a los Penates" ( 80 ).
do misterioso, que es el hombre. Esta frase establece claramente una antigua relaci6n
Esto nos conduce al culto de los muertos. Ambos entre el culto de los muertos y el hogar. Se puede, pues,
son de la misma antigtiedad. Tan intimamente estaban pensar que el hogar domestico solo ha sido, en su ori-
asociados, que la creencia de los antiguos hacia de ellos gen, el simbolo del culto de los muertos; que bajo Ia
una sola religion. Hogar, Demonios, Heroes, dioses La- piedra del hogar un antepasado descansaba; que el fue-
36 LIB. I. CREENCIAS ANTIGUAS
los suyps, s6lo amaba el culto de sus descendientes. La la tumba los dias prescritos, el antepasado se convertia
presencia de un hombre que no pertenecia a la familia · entonces en un dios protector. Hostil a los que no des-
turbaba el reposo de los Manes. Por eso la ley prohibfa cendfan de el, rechazandolos de sli tumba, castigando- ,
que el extranjero se acercase a una tumba (82). Tocar los con enfermedades si a ella se acercaban, era para
,el pie, aun por descuido, una sepultura, era acto lo suyos bueno y propicio. '
1mp1o, a consecuencia del cual era preciso aquietar al Entre los vivos y los muertos de cada familia existia
muerto_ y purifi_carse' a sf mismo. La palabra con que un cambio perpetuo de buenos oficios. El antepasado
a?tlguos el culto de los muertos es signi- recibfa de sus descendientes la serie de banquetes fune-
ficativa: los gnegos decfan :n:a-rgtd.tELV (83), los Iatinos / bres, esto es, los unicos goces de que podia disfrutar en
parentare. Es que cada cual solo dirigia la oracion y la su segunda vida. El descendiente recibia del antepasa-
ofrenda a sus padres ( 84 ). El culto de los muertos era do la ayuda y la fuerza que necesitaba en esta. El vivo
verdaderamente el culto de los antepasados (85). Aunque no podia prescindir del muerto, ni el muerto del vivo.
de las opiniones del vulgo, Luciano nos lo De donde se establecia un lazo poderoso entre todas
dice: "El muerto que no ha dejado hi- las generaciones de una misma familia, formando una
JOS no rec1be ofrendas y esta expuesto a hambre per- :wocictci6n eternamente inseparable.
petua" ' (86). t Cnd:t familia tenia su tumba, donde los muertos des-
En la India, como en Grecia, la ofrenda a un mu'erto
solo_ podia dedicarse por sus descendientes. La ley de
los mdos, como la ley ateniense, prohibfa admitir a un
I 1'11111'111hnn ttnoH nl lndo de otros, siempre juntos. Los de
In tni 1'1 tnn HII IIJ','I'O ddJfan ontcrrarse alli, y a ningun hom-
1m dt• diHti iiLn l'amilln. podia admitirscle (8 9 ). Alli se
extrafio, por amigo que fuese, a la comida funebre. Tan <·Pldmtbnn laH cor monins y los aniversarios. Alli creia
necesario era que estas comidas funebres las ofreciesen vcr cada familia a sus sagrados ascendientes. En tiem-
descendientes del muerto y no otros, que se supo- po nntiquisimo la tumba estaba en la misma propiedad
ma que los Manes pronunciaban frecuentemente en su do la familia, en el centro de la habitacion, no lejos de
1>-m ansion este voto: "i Que nazcan sucesivamente de ln pucrta, "para que los hijos, dice un clasico, encontra-
nuestra descendencia hijos que nos ofrezcan en toda la I
Ho n HiC'mpro a sus padres al entrar o salir y le dirigie-
sucesion de los tiempos el arroz cocido con leche la
H<' II Ill lit invocaci6n" ( 90 ). Asi el antepasado permaneda
miel y la manteca clarificada !" (87). '
•nt.r·o loH Huyos; invisible, pero presente siempre, conH-
Siguese de aquf que en Grecia y Roma como en la .nuaba formando parte de la familia y de ella era el pa-
India, el hijo tenia el deber de hacer las' libaciones y dre. Inmortal, dichoso, divino, se interesaba en lo que
sacrificios a los Manes de su padre y de todos sus abue-
los ( 88 ). Faltar a este deber era la impiedad mas grave hnbia dejado de mortal en la tierra; conocia sus necesi-
que podia cometerse, pues la interrupcion del culto ba- dades, sostenia su flaqueza. Y el que aun vivia y traba-
cia decaer a una serie de muertos y destruia Ia felici- jaba, el que, segun la expresion antigua, todavia no se
dad. Tal negligencia no era menos que un verdadero habia librado de la existencia, ese tenia al lado a sus
parricidio, multiplicado tantas veces como antepasados guias y sostenes: eran sus padres. En las dificultades
habfa en la familia. invocaba su sabiduria antigua; en las tristezas implo-
Si, al contrario, los sacrificios se realizaban siempre raba consuelo; en el peligro, ayuda; tras una falta,
conforme a los ritos, y los alimentos se depositaban en perdon.
40 LIB. I. CREENCIAS ANTIGUAS
CAP. IV. LA RELIGI6N DOMESTICA 41
Sin duda que hoy nos cuesta gran trabajo el com-
prender .que un hombre pueda adorar a su padre o quier extrafio, se trastornaba, se manchaba con su uni-
ca mirada.
a su antepasado. Hacer del hombre un dios, nos pa-
rece el reverso de la religion. Nos es casi tan dificil Para esta religion domestica no habfa reglas unifor-
comprender las antiguas creencias de esos hombres, mes, ni ritual comun. Cada familia poseia completa in-
como a ellos les hubiese sido el representarse las nues- dependencia. Ningun poder exterior tenia el derecho de
tras. regular su culto o su creencia. No existia otro sacerdo-
te que el padre: como sacerdote, no reconocia ninguna
Pero recordemos que los antiguos no poseian la idea jerarquia. El pontifice de Roma o el arconta de Atenas
de la creacion; por eso el misterio de Ia generaci6n era podian informarse de si el padre de familia observaba
para ellos lo que el misterio de la creacion para nos- todos los ritos religiosos, pero no tenian el de
otros. EI genitor les parecia un ser divino y adoraban
a su ascendiente. Preciso es que este sentimiento haya ordenarle la menor modificacion. Suo quisque ritu sacri-
sido muy natural y potente, pues aparece como el prin- ficium faciat, tal la regia. absoluta ( 97 ). Cada fami-
cipia de una religion en el origen de casi todas las so- lia tenia sus ceremonias propias, sus fiestas particula-
res, sus formulas de orar y sus himnos (98). El padre,
ciedades humanas: se le encuentra entre los chinos
como entre los antiguos getas y escitas, entre 1as hor- unico interprete y unico pontifice de su religion, era el
das de Africa como entre las tribus del Nuevo Mun- unico que podia ensefiarla, y solo podia ensefiarla a su
do (91). hijo. Los· ritos, los termin0s de la oracion, los cantos,
que formaban parte esencial de esta religion domestica,
EI fuego sagrado, que tan estrechamente asociado eran un patrimonio, una propiedad sagrada, que la fa-
estaba al culto de los muertos, tambien tenia por carac- . :m.ilia no compartia con nadie, y aun se le prohibia reve-
ter esencial el pertenecer peculiarmente a caqa familia. lar al extrafio. Asi ocurria tambien en la India: "Soy
Representaba antepasados ( 92 ) ; era la providencia fuerte contra mis enemigos, dice el brahman, con los
de la familia, 'y nada tenia de comun con el fuego de la cantos que conservo de mi familia y que mi padre me
familia vecina', que era otra providencia. Cada hogar ha transmitido" (99).
protegia a los suyos.
Asi, la religion no residia en los templos, sino en la
Esta religion estaba integramente encerrada en los casa; cada cual tenia sus dioses; cada dios solo prote-
muros de la casa. El culto no era publico. AI contrario, gia a una familia y solo era dios en una casa. No pue-
todas las ceremonias solo se realizaban entre la fami- de suponerse razonablemente que una religion de este
lia ( 93 ). El hogar jamas se colocaba fuera de la· casa, ni earacter se haya revelado a los hombres por la imagi-
siquiera cerca de la puerta exterior, donde el extrafio lo nacion poderosa de cualquiera de ellos o se les haya
hubiese visto de sobra. Los griegos siempre lo coloca- enseiiado por una casta sacerdotal. Ha nacido espon-
ban en un recinto ( 94 ), que lo protegia del contacto y taneamente en el espiritu humano; su cuna ha sido la
aun de las miradas de los profanos. Los romanos lo familia; cada familia ha forjado sus dioses.
ocultaban en medio de la casa. A todos estos dioses, Esta religion solo podria propagarse por la genera-
Hogar, Lares, Manes, se les llamaba dioses ocultos o cion. El padre, dandole la vida al hijo, le daba al mismo
dioses del interior ( 95 ). Para todos los actos de esta reli- tiempo su creencia, su culto, el derecho de alimentar el
gion era indispensable el secreto, sacrificia occulta, dice hogar, de ofrecer la comida funebre, de pronunciar las
Ciceron ( 96 ) ; si una ceremonia era advertida por cual- {6rmulas de la oraci6n. La generaci6n establecia un
II
42 LIB. I. CREENCIAS ANTIGUAS
..
-··- I
frutas o queman en su obseqaio la carne de U:na victi- antepasados. Por ella la familia forma up cuerpo de
ma. A c3Jmbio de estas ofrendas solicitan su protecci6n; asociaci6n en esta vida y en la otra. !,.a familia es una
les llaman sus dioses y les piden que den fertiiidad al asociacion religiosa todavia mas que una asociaei6n na-
campo, prosperidad a la casa, virtud a los corazones. tural. Tambien veremos despues que la mujer no figu-
El principio de la familia antigua no radica en la ge- rara verdaderarnente en elias hasta ·que la ceremonia
neraci6n exclusiva:mente. Lo demuestra que la hermana sagrada del casamiento la haya iniciado en el cultg; que
noes en la familia lo que el hermano, que el hijo eman- el hijo tampoco figurara si ha renunciado al culto o se
cipado o la hija casada cesan for"!'ll!lr ha . emancipado; que el adoptado sera en cambio un
parte de ella; demuestranlo, en fm, diVersas disposiciO- verdadero hij o, porque si no tiene el nexo de la sangre
nes importantes de las leyes griegas y romanas, que poseera algo mejor, la comunidad del culto; que ellega-
te:ndremos ocasion de examinar mas adelante. tario que se niegue a adoptar el culto de esta familia
El principia de la familia tampoco consiste en el no disfrutara de la sucesion; que, en fin, el parentesco
afecto natural ; pues el derecho griego y el ro- y el derecho de herenCia se regularan, no por el naci-
mano no tienen para nada en cuenta ese sentimiento. miento, sino conforme a los derechos de participacion
Puede existir en el fondo de los corazones, pero nada en el culto, tales como la religi6n los ha establecido. Sin
es en el derecho. El padre puede amar ala hija, pero no duda que la religion no ha creado la familia, pero segu-
legarle sus bienes. Las leyes de sncesion, esto es, la ramente que ella le ha dado sus reglas, y de-- ahi que la
que entre las leyes testifican mas fielmente las ideas familia antigua haya recibido una constitudon tan dife-
que los hombres se forjan de la familia, en con- rente de la . que hubiese tenido si unicamente los senti-
tradiccion flagrante con el orden de nacimiento o con mientos naturales la hubiesen fundado.
el afeeto natural (102). La antigua lengua griega tenia una palabra muy sig-
Habiendo muy justamente observado los historiado- nificativa para qesignar a una familia; se decia br'Lcrnov,
res del derecho romano que ni el nacimiento ni el afec- palabra que significa literalmente lo que esta cerca del
to eran el fundamento de la familia romana, han creido hogar. Una familia era un grupo de personas al q1:1e la
que ese fundamento debia encontrarse en pode: pa- religion permitia invoc'ar el mismo hogar y ofrecer la
ternal o marital. De este po__der hacen una especie de comida funebre a los :rllismos antepasados ( 103 ).
institucion primordiaL Pero no explican como se ha for-
mado a menos que no sea por la superioridad de fuerza
del sobre la mujer, rlel padre sobre los hijos.
Pues bien, es equivocarse gravemente el colocar a:si la ('
fuerza en ei origen del derecho. Mas adelante veremos
que Ia autoridad paternal o marital, lejos de haber
sido una causa primera, ha sido un efecto, pues se ha
derivado de la religion y por esta se ha establecido; no
es, pues, el principia constitutivo de la familia.
Lo que une a los miembros de la familia antigua es
algo mas poderoso que el nacimiento, que el sentimien-
to, que la fuerza fisica : es la religion del hogar y de los
'illll l
CAPITULO II
EL MATRIMONIO
El casamiento es, pues, un acto grave para la joven templo, sino en la casa, y la presidia el dios domestico.
y no ·menos grave para el esposo; pues esta religion En verdad, cuando la religion de los dioses del cielo
exige que se haya nacido cerca del hogar para tener el adquirio preponderancia, no fue posible que
derecho de sacrificarle. Y, sin embargo, va a introducir tambien se les invocase en las oraciones del casamien-
cerca d.e su hogar a una extra:fia ; con ella hara,Jas to (107). Pero la parte principal y esencia'l· de la ceremo-
monias misteriosas de su culto, le revelara los ritos y nia habia de celebrarse siempre ante el hogar domestico.
las formulas que son patrimonio de su familia. Nada La ceremonia del casamicnto entre los griegos se
hay de mas precioso que este herencia : estos dioses, componia, por decirlo asi, de tres actos. El primero,
estos ritos, estos himnos que ha recibido de sus padres, ante el hogar del padre, el tercero, en el hogar
es lo que le protege en la vida, lo que le prorr1ete la ri- del marido, 'tEAoc;; el segundo, era el tr{msito del uno al
queza, la felicidad, la virtud. Lejos ahora de conse:rvar otro,
para si esta fuerza tutelar, como el salvaje guarda su 19 En la casa paterna y en presencia del preten-
idolo o su amuleto, va a admitir una mujer para que la diente, el padre, rodeado ordinariamente de su familia,
comparta. ofrece un sacrificio. Terminado este, pronuncia una
Asi, cuando se explora en el pensamiento de estos formula sacramental declarando que entrega su hija al
hombres antiguos, se observa la importancia que tenia joven. Esta declarase absolutamente necesaria en el
para ellos la union conyugal y cmin necesario era para casamiento, pues la joven no podria ir en seguida a ado-
esta la intervencion religiosa. l No era preciso que para rar el hogar de su esposo, si su padre no la hubiese
cualquier ceremonia sagrada fuese iniciada la joven en desligado previamente del hogar paterno. Para que en-
el culto que iba a observar en lo sucesivo? Para conver- tre en la nueva religion debe estar exenta de todo lazo
tirse en sacerdotisa de este hogar, al que el nacimiento y de toda conexi6n con su religion primera ( 108 ).
no la incorporaba, l no necesitaba una especie de orde- 29 Se transporia a la joven a casa del marido. En
nacion y adopcion ? ocasiones es el mnrido mismo quien la transporta ( 109 ).
El casamiento era la ceremonia santa que habia de · En algunas cl cuidado de conducir a la joven
producir esos grandes efectos. Es habitual en los escri- correspondc a u 110 de csos hombres que estaban reves-
tores Iatinos o griegos designar el casamiento con pala- tidos entre gl'i<>go:-; de caracter sacerdotal y recibian
bras que denotan un acto religioso (1° 5). Pollux, que vi- el nombr c de h<'l'aldo:-; ( 110 ). Ordinariamente se coloca a
via en tiempo de los Antoninos, pero que poseia toda
una antigua literatura que no ha llegado hasta nosotros,
I'
]a joven en till eHl'I'O (Ill) 1 cl ;;trO CUbiertO COn Un velo
y en la calH':t.IL tlltn corona. lmo frecuentemente ten-
dice que en los antiguos tiempos, en vez de designar al dremos ocn:-;i6n de vcr, la co na se usaba en todas las
matrimonio por su nombre particular ( se expre- ceremonias dd culto. Su traje era blanco. Blanco era el
saba sencillamente con el nombre que significa ce,.. color de los tmjeR en todos los actos reHgiosos. Se la
remonia sagrada (1° 6 ), como si el matrimonio hubiese precede con unn aniorcha: es la antorcha nupcial ( 112 ).
sido en esos tiempos la ceremonia sagrada por exce- Durante ioda In Carrera se canta en torno de ella un
lencia. canto relig imH> que ticne por estribillo: ill VflYJV, ill l![!£vau::.
Pues bien; la religion que consumaba el matrimonio LlamabaHc n h imno el himeneo, y la importancia de
no era la de Jupiter, ni la de Juno, o de los otros dio- semejantc cnnto :-;ngrado era tan grande, que se daha
ses del Olimpo. La ceremonia no se realizaba en el su nombro u Luda lu ccremonia ( 113 ).
LIB. II. LA FAMILIA
CAP. II. EL MATRIMONIO 51
50
La joven no entra por su pie en la nueva morada. Es precede alcortejo (11 9 ). Se canta en torno de ella un an-
preciso que su marido la alee, que simule un rapto, que tiguo himno religioso. Quiza las palabras de este him-
ella profiera algunos gritos y que las mujeres que la no cambiaron con el _tiempo, acomodandose a las varia-
acompafien simulen defenderla. l Por que este rito '! l Es ciones de las creencias o del lenguaje; pero el estribilio
un simbolo del pudor de la j<;)Ven '! Parece poco proba- . sin poder sufrir alteraci6n: era esta la palabra
ble: el momento del pudor aun no ha llegado, pues lo Tnlassie, de la que los romanos del tiempo de Horacia
primero que se va a realizar en esta casa es un acto re- no comprendian el sentido mejor que los griegos el de
ligioso. l No quiere determinarse fuertemente que la Ia palabra ilttEumE, que era probablemente resto sagrado
mujer que va a sacrificar en este hogar no tiene por si u iuviolable de una antigua f6rmula (1 20).
misma ningun derecho en el, y que no se le acerca por Jc;l cortejo se detiene ante la puerta del marido. Alii
efecto de su voluntad, y que es preciso que el duefio de HO prcsenta a la joven el fuego y el agua. El fuego es
la casa y del dios la introduzca alii por un aCto de su < I <mblema de la divinidad domestica; el agua es el
poder? Sea lo que quiera, tras una lucha simulada, el 11 tilL luHtral que sirve a Ia familia para todos los actos
esposo la alza en sus brazos y la obliga a rebasar la r••l iv.ioHoH ( Para que la joven entre en la casa, se
puerta, pero teniendo buen cuidado de que sus pies :no ru•t•ntdln Hin11tlnr ol rapto como en Grecia (122). El espo-
toquen al portal · (114). '" clnlu on Allfl brazos y transportarla sabre
Lo que precede s6lo .es preparaci6n y preludio de la • I ''""'' 111 Mitt q11o loH pinH d ella Io toquen.
ceremonia. El acto sagrado va a comenzar en la casa. :1" • 11 t'nllciltr·o 11 In c HJIOHit nnlc cl hagar, donde se
39 Acercandose al hogar, se coloca a la esposa en lcH l'tiiiHII'H, dondt lodoH los dioses domes-
presencia de la divinidad domestica. Se la rocia de agua t knr .v ln H dn loH nnlcpnHados estan dispues-
lustral y toea el fuego sagrado ( 115 ). Se recitan algunas toH nln•tlt•dor· d1•l ftt •go Hagrado. Ambos esposos, como
oraciones. Luego se comparten ambos esposos una tor- I II I ( h'l 1(' j H, 0 f I'CCCll Un sacrificio, hacen la libaci6n, pro-
ta, un pan, algunas frutas ( 116 ). lllttll'iiLtl nlgunas oraciones y comen juntos una torta de
Esta especie de ligera comida que comienza y termi- f'lm· do hnrina (panis farreus) (123).
na con una libaci6n y una oraci6n, este reparto de la
comida en presencia del hogar, coloca a los dos espo- Jc:Htn lorta, comida mientras se recitan Las oraciones,
1111 pn Hcncia y ante los ojos de las divinidades de la
sos en mutua comuni6n religiosa y en comuni6n reli-
giosa con los dioses domesticos ( 117 ). f'nnrilin, eli lo que da santidad ala union del esposo y de
El casamiento romano se parece mucho al griego, y, Ia 1 HlJOHa ( 124 ). Desde este punta quedan asociadas en el
como este, comprendia tres aetas: traditio, deductio in miKmo culto. La mujer tiene los mismos dioses los mis-
domum, confarreatio. tllOH rit?S, las mismas oracij nes, las mismas que
19 La joven abandona el hogar paterno. Como no HU mando. De ahi esta viej ... definici6n del matrimonio
esta ligada a este hogar por su propio derecho, sino que los jurisconsultos nos han conserva:do: Nuptim sunt
solamente por mediaci6n del padre de familia, no hay (livini juris et .humani communicatio. Y esta obra: Uxor
otra autoridad que Ia del padre para desligarla. La tra- xocia humanm re.i atqtw divina (125). Es que Ia mujer
ditio es, pues, una formalidad indispensable ( 118). hn entrado a participar en la religion del marido esta
muJer . que, como dice Plat6n, los dioses mismos' han
. 29 Se conduce a Ia joven a la casa del esposo. Como
en Grecia, va velada, lleva una corona, y una antorcha introducido en la casa.
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52 LIB. II. LA FAMILIA CAP. II. EL MATRIMONIO
La mujer asi casada sigue profesando el culto de los Poro, probablemente, en vez de compartirla, la recha-
muertos, pero no lleva a sus propios antepasados la co- znban. Luego, en Iugar de las oraciones, pronunciaban
mida funebre; no tiene tal derecho. EI matrimonio la ha J'6rmulas "de un caracter extrafio, severo, rencoroso,
desligado completamente de Ia familia de su padre y ha Hpantoso" ( 12 8 ) ; una especie de maldicion con que la
roto todas sus relaciones religiosas con ella. Ahora lleva mu.jer renunciaba al culto y a los dioses de su marido.
la ofrenda a los antepasados de su marido; pertenece a I)oHuo este momento el lazo religioso quedaba roto. Ce-
su familia; ellos se han convertido en sus antepasados. Hn nclo la comunidad del culto, cualquier otra comuni-
EI matrimonio la ha creado una segunda existencia. En dad cesaba de pleno derecho, y el matrimonio quedaba
lo sucesivo es la hija de su marido, filiCE loco, dicen los d iHIIOlto.
jurisconsultos. No se puede pertenecer a dos familias
ni a dos religiones domesticas; Ia mujer se encuentra
integramente en Ia familia y en Ia de su mari-
do. Se veran las consecuencias de esta regia en el dere-
cho de sucesion.
La instituci6n del matrimonio sagrado debe de ser
tan antigua en la raza indo-europea como la religion
domestica, pues la una va aneja a la otra. Esta religion
ha ensefiado al hombre que la union conyugal es algo
mas que una relaci6n de sexos y un afecto pasajero,
pues ha unido a dos esposos con los firmes Iazos del
mismo culto y de las mismas creencias. La ceremonia
de las nupcias era, por otra parte, tan sole:rime y pro-
ducia efectos tan graves, que no debe causar sorpresa
que estos hombres solo Ia hayan creido licita y posible
para una mujer en cada casa. Tal religion no podia
admitir Ia poligamia.
Hasta se concibe que esa un_i6n fuese indisoluble y
el divorcio casi imposible ( 126 ). El derecho romano per-
mitia facilmente disolver el matrimonio por coemptio
o por usus; pero la disoluci6n del matrimonio religioso
era dificilisima: Para tal ruptura se necesitaba otra ce-
remonia sagrada, pues solo la religion podia desunir lo.
que la religi6n habia unido. El efecto de la confarreatio
solo podia destruirlo Ia diffarreatio. Los esposos que
deseaban separarse se ofrecian por ultima vez ante el
hogar comun : un sacerdote y algunos testigos se en-
contraban presentes. Se ofrecia a los esposos, como el
dia del casamiento, una torta de flor de harina ( 12 7).
CAPITULO III
DE LA CONTINUIDAD DE LA FAMILIA;
CELIBATO PROHIBIDO; DIVORCIO EN
CASO DE ESTERILIDAD; DESIGUALDAD
ENTRE EL HIJO Y LA HIJA
J ,fl.S creencias referentes a los muertos y el culto que
HI loH dcbfa han constituido la familia y le ha:n ·
d11do ln mnyoria de sus reglas.
, o lm viHLO m{ts arriba que el hombre tras la muerte
1'41 l'l'lltilnllll como Ull ser dichoso y divino, pero a
d1 q111 loH vivoR le ofreciesen siempre la co-
11dd11 l'ttlll'ht'l . Hi 1 ofrcndas cesaban, decaia el
111111 •1'1•• lt11 Min nl l'nngo de demonio desgra-
''llldn .v llllilh<•l'ltot·. l'ttn H on 1a 6poca en que estas anti-
1-\'l'ltl t·at·iotll'H hal>fan comonzado a representarse la
vida l'utura aun no habian pensado en las recompensas
y cnstigos: creian que la felicidad del muerto no de-
pcndia de la conducta que hubiese observado durante
HU vida, sino de la que sus descendientes observasen
con el. Por eso cada padre esperaba de su posteridad
ln serie de las comidas funebres, que habia de
tizar a sus Manes el reposo y la dicha. · (
Esta opinion ha sido el principio fundamental del
dereeho' domestico entre los antiguos. Su primer con-
secuencia, la regia de que cada familia debia de
tuarse siempre. Los muertos necesitaban que su des-
cendencia no se extiriguiese. En la tunrba donde mora-
ban n.o existia otro motivo de inquietud que este. Su
unico pensamiento, como su interes unico, era que
nunca faltase un hombre de su sangre para llevar las
ofrendas a la tumba. Asi, el indo creia que sus muer-
t0s repetian sin cesar: "Ojali nazcan siempre en nues-
56 LIB. II. LA FAMILIA CAP. III. CONTINUIDAD DE LA FAMILIA 57
tra descendencia hijos que nos ofrezcan el ar,roz, la le- vida humana era continuar la descendencia para conti-
che y la miel". Y afiade el indo : "La extinci6n de una nuar el culto.
familia produce la ruina en la religion de esta familia; En virtud de estas opiniones, el celibato debia ser
privados los antepasados de las ofrendas, caen en la a la vez una grave impiedad y una desgracia, una im-
mansion de los desgraciados" (1 29). piedad, porque el celibatario ponia en peligro la di:cha.
Los hombres de Italia y Grecia han pensado lo mis- de los Manes de su familia; una desgracia, porque ni el
mo durante mucho tiempo. Sino nos han dejado en sus mismo podria recibir ningun culto tras su muerte, ni
escritos una expresi6n de sus creencias tan clara como eonoceria "lo que regocija a los Manes". Era simulta-
la que encontramos en los viejos libros de Oriente, ll< nmente para el y para sus descendientes una especie
sus leyes, al menos, estan ahi para atestiguar sus anti- <I< condenaai6n.
guas opiniones. La ley encargaba en Atenas al primer Fiicilmente puede suponerse que, en defecto de leyes,
magistrado de la ciudad que velase para que ninguna t 1Ht.ltl-l crcenci'as religjosas debieron de bastar durante
familia se extinguiese ( 13 0). Tambien la ley romana se lllltcho ticmpo para impedir el celibato. Pero tambien
mostraba atenta a no dejar caer ningun culto domes- "'''''''''' H< 1 t' q11c apcnas hubo leyes declararon que el ce-
tico (1 31 ). Se lee en un discurso de un orador ateniense: llhlll o t'OHtt mala y punible. Dionisio de Halicarna- .
"No hay hombre que, sabiendo que ha de morir, tenga ''• filii' l111ll f11 t'Ottlpuhutclo los viejos anales de Roma, di-
tan poco cuidado de si mismo que quiera dejar a su '' vi Mfn 111111. ley prescribiendo a los
familia sin descendientes, pues eri:tonces no habria nadie In '""''·' 111 <'IIHIIM<•n (Ina). gJ tratado de las leyes de
que le tributase el· culto debido a los muertos" (13 2 ). Ca-
da cual tenia, pues, interes poderoso en dejar un hijo c' 1' • 11111, '' '"'""" q11n t'fl pl·odtlt't l':tHi Hiomprc, bajo forma
I tin. ullc•11, I11H 11 11f tgt iii H ell' ltomn, contiene una que
tras si, convencido de que se trataba de su inmortalidad Jll 'lilttiH, "' t'l'lilutlo ( 1111 ). l•;n l•;Hparta, la legislaci6n de
jl dichosa. Tambien era un deber con relacion a los an-· Llt 'tll'g'o ew;Lig-nlm con scvcra pena a los hombres que
tepasados, pues su felicidad solo podia durar lo que llll H(' CnHabnn ( 13 G). S{tbese por diversas anecdotas que
!I durase la familia. Igualmente las leyes de Manu llamaban t'liiiiHlo las lcyes dejaron de prohibir el celibato, no por
al hijo prirrtogenito "el que se ha engendrado para el I'HO qucd6 desterrado de las costumbres. Infierese, en
cumplimiento del deber". f'l11, <lo un pasaje de Pollux que en muchas ciudades
A qui tocamos a uno de los · caracteres mas notables gTi< gaH In ley castigaba el celibato como si fuese un de-/
de la familia antigua. La religion que la ha formado Iito ( Lno). Era esto conforme a las creencias: el
exige imperiosamente que no sucumba. Una familia que no so pertenecia, pertenecia ala familia. Era un miem-
se extingue es un culto que muere. Es precise repre- bro en una serie y no convenia que la serie se detuviese
sentarse a estas familias en la epoca en que las creen- n el. No habia nacido por casualidad, se le habia intro-
cias aun no se habian alterado. Cada familia poseia ducido en Ia vida para que prosiguiese el culto; no debia
una religion y dioses propios, precioso deposito sobre de abandonar la vida sin estar seguro de que ese culto
el que debia de velar. La mayor desgracia que su pie- se continuaria despues de el.
dad tenia era que la descendencia se extinguiese. Pues Pero no era bastante engendrar un hijo. El hijo que
su religi6n desaparecfa entonces de la tierra, su hogar habfa de perpetuar la religion doniestica debia ser el
se apagaba, toda la serie de sus muertos caia en el fruto de un matrimonio religiose. El bastardo, el hijo
olvido y en la eterna miseria. El gran interes de la natural, el que los griegos llamaban y los
....
Ill
60 LIB. II. LA FAMILIA