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LA POFTICA DEL FORASTERO EN LA ULTIMA
NOVELA DE JOSE MARIA ARGUEDAS'
Monica Bernabé
Universidad Nacional de Rosario
Todas las grandes novelas de nuestra época
comenzaron por hacer exclamar al lector:
“jEsto no es una novela!”
Alejo Carpentier
El cauce narrativo
“Se han hecho moldes y todos han reventado. {Quién, carajo, mete en
un molée a una lloglla? {Usted sabe lo que es una loglla? (87) le pregunta
don Angel Rincén Jaramillo a don Diego, el extrafio visitante de la fabrica
de harina y aceite de pescado en Chimbote. La pregunta del capitulo TIT
—capitulo crucial” de la novela— pone en circulacién un saber que, si bien
responde al orden cultural andino, permite la reflexin sobre una modalidad
de escritura dispuesta a romper con los “moldes” del relato realista. Una
loglla es: —La avalancha de agua, de tierra, raices de arboles, perros
muertos, de piedras que bajan bataneando debajo de la corriente cuando los
rios se cargan con las primeras Iluvias en estas bestias montafias...(87)
La “Iloqlla’ discursiva de El zorro de arriba y el zorro de abajo nos enfrenta
a la monstruosidad narrativa de una “novela inconclusa” que por momentos
amenaza con volversc incontrolable. En cl “Epilogo” cl autor intenta cxplicar
asu editor, Gonzalo Losada, las causas de la “inconclusién” anudando razones
de cardeter formal con las circunstancias de su vida:
*{Se acuerda usted que le escribi —me parece que fue en junio— anuneiandole
que en dos 0 tres meses mas concluiria el primer borrador de los Hervores que me
‘ El presente trabajo es un fragmento de un trabajo mas extenso escrito en el
marco del Seminario “Posticas de la novela en América Latina (Arguedas, Carpentier,
Macedonio Fernandez)” dictado por el Prof. Ricardo Piglia en la U.B.A. durante el
primer semestre de 1999. El trabajo en su totalidad intenta leer EI Zorro de arriba y
el zorro de abajo desde el cruce narrativo entre 1. una leyenda infantil, 2. la ‘novela
familiar” de un escrito Latinoamericano, 3. el diario de un suicida, 4, los relatos de
forasteros, 5. una serie de testimonios etnogrdficos, 6. la traduccién de un relato
mitolégico. Los fragmentos seleccionados sélo desarrollan los tres tltimos aspectos.
* Todas las citas de El zorro de arriba y el 2orro de abajo corresponden a la edicion
a coordinada por Eve-Marie Fell de la Coleecién Archivos, México, 1992.
148faltaban de la Segunda Parte? Si hubiera podido seguir trabajando al ritmo con que
lo haefa entonces quiz lo habria conseguido. Pero me cayé wn repentino huayco que
enterré el camino y no pude levantar, por mucho que hice, el lodo y las piedras que
forman esas avalanchas que son més pesadas cuando caen dentro del pecho (...) La
novela ha quedado, pues, lo repito, no creo que absolutamente trunea sino contenida,
un cuerpo medio ciego y deforme pero que acaso sea capaz de andar."(249, el subrayado
es mio)
La “lloglla” de la novela y el *huayeo” del autor vienen a entorpecer la
fluidez de la escritura. El “cuerpo medio ciego y deforme” de El zorro..
preocupa a su autor desde el momento en que difiere notablemente del
“cuerpo textual” de sus novelas anteriores, caracterizadas por mantener el
cauce narrativo dentro de las “leyes” y las “normativas” que prescriben lo
legible del género. En este marco, si revisamos atentamente los trabajos
criticos dedicados a la narrativa arguediana podemos comprobar cémo su
obra estuvo expuesta a demandas extra-literarias: exigencias de orden
sociolégicas, antropoldgicas, politicas, regionales 0 nacionales fueron las que
orientaron y, muchas veces, cristalizaron esas lecturas. El mismo Arguedas
intenté responder a esas exigencias, que fueron, mas de una vez, motivo de
amarguras: “En mi experiencia personal la btisqueda del estilo fue, como ya
dije, larga y angustiosa. Y un dia de aquellos, empecé a escribir, para mi,
fluida y luminosamente, como se desliza el agua por los cauces milenarios”
(Arguedas, 1976, 402)
La imagen del agua proporciona la matriz productiva de una escritura
que comenzé a “fluir luminosamente” a través de los “sutiles desorde-
namicntos” sintacticos que hicieron del castellano el “molde justo” para sus
relatos a partir de los cuentos reunidos, precisamente, en Agua. Pero el
“molde justo” se resiente en El zorvo... y 1a avalancha de lodo y excrecencias
de materias muertas dificultan su cauce narrativo. De este modo, la lengua
se oscurece y pierde transparencia.
En més de una oportunidad Arguedas se queja de la dificultad de la novela
y de su relacién con las exigencias de los sociélogos. En una carta a John
Murra dice:
“Me fui en las peores condiciones: luego de dos semanas de agonia, volvi a la vida
y hasta logré escribir el tercer capitulo de mi novela, capitulo crucial, pues logré
salir del atolladero sociolégico que no me permitia levantar vuelo. Luego de dos dias
de discusiones con Quijano, de a cuatro horas cada uno, logré el convencimiento
definitive de que la novela va bien. A Quijano le parecian malos los dos capitulos
propiamente dichos (II y III) por las mismas razones que me hacian dudar a mi de su
calidad: no reflejaban fielmente la realidad de Chimbote. jFelizmente! La novela
* Bn el glosario preparado por Martin Lienhard para la edicién de 1992 se lee:
Huayco (q.) Avalancha de agua, tierra y piedras, sindnimo del q. !loglla. Deriv. del q.
wayqo, quebrada. (p.263)
149para ser tal tiene que ser reflejo de lo que soy yoy a través mio, si es posible, el reflejo
de Chimbote: de ese inaprensible hervidero humano y a través de ese hervidero, mi
propio hervidero que es fenomenai...” ( Murra, 181, el subrayade es mio)
No era la primera vez que Quijano examinaba la “pertinencia sociolégica”
de sus novelas. En la mesa redonda sobre Todas las sangres en 1965 habia
sido su mayor critico en relacién a las “inexactitudes” sociologicas en que
incurria la novela. La cuestién reviste su importancia porque permite
observar cémo, a medida que la escritura de Arguedas se aleja del molde
realista que utiliz6 de soporte estructural en su narrativa anterior, aumenta
la virulencia critica de los “sociélogos”. Pero Arguedas también duda y duda
por las “mismas razones” que duda el sociélogo. La tensién narrativa de El
zorro... reside en los modos en que una escritura se resiste a reproducir el
imperativo de orden moral (“escribir tal cual es") que el mismo autor se
habia trazado en el inicio de su tarea de escritor. El zorro... rompe con la
“fluidez” del cauce narrativo cuando traiciona, en primer lugar, el “deber de
fidelidad a la realidad” como tinico pardmetro valido y a las premisas
estéticas del realismo narrativo. Pero a su vez, y en un mismo movimiento,
Elzorro... traiciona las exigencias de demostracién sociolégica, antropolégica
0 ideolégica. En el juego entre fidelidad y traicién, la ultima novela de
Arguedas contintia y, al mismo tiempo, enfrenta al modelo narrativo que el
mismo escritor habia desarrollado a lo largo de su vida de escritor.
El hecho que la novela dé continuidad al didlogo de unos zorros mitolégicos
interrumpido en el siglo XVI y los emplace en una sociedad post industrial
—en su fase imperialista— no debe leerse como un aditamento “magico” al
realismo de Arguedas. Muy por el contrario, su estructura narrativa esta
bien lejos de la retérica del “realismo magico” o de lo “real maravilloso”
"De la lectura de sus cartas a John Murra se deduce que Arguedas batallaba
contra los socidlogos no sélo en el mbito de la literatura. En relacién a la politica en
la Universidad y en su relato de las intrigas dentro de las que se mueve la vida
universitaria, Arguedas sefala con insistencia las inconduetas de algunos de sus
colegas reflidas con la ética profesional: “Yo auxilio en lo que puedo sobre todo a
tratar de aquietar las ambiciones. jEste anhelo violento de figuracion es otro mal
casi tan perverso como el de la acumulacién de poder! El prestigio viene solo cuando
lo que uno hace tiene realmente un mensaje nuevo sobre nuestro pueblo o sobre los
problemas generales que el hombre trata de estudiar. {Por qué esta gente se pelea,
intriga, se amarga, enferma, buscando una manera de sobresalir mas que los otros?
Por otro lado los sociélogos, en quienes no hay nadie que valga algo, siguen intrigando
para la creacién del Instituto de Ciencias Sociales que absorba a Etnologia y que
Arqueologia se funda con Historia...” (Murra, 66-67)
5 En “La novela y el problema de la expresién literaria en el Perti” Arguedas dice:
“(Describir la vida de aquellas aldeas, deseribirla de tal modo que su palpitacién no
fuera olvidada jamés, que golpeara como un rio en la conciencia del lector!” (1976, p.
400, el subrayado es mio)
150