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Thomas MC Carthy - La Teoria Critica de Jurgen Habermas

Thomas Mc Carthy es uno de los que mejor conoce la obra de Jurgen Habermas y, en general, de la primera y segunda generación de la teoría crítica alemana. Este libro, publicado originalmente en 1987, tiene el mérito de poner en un lenguaje sencillo y de manera sistemática los conceptos esbozados por Habermas en sus distintas obras.
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Thomas MC Carthy - La Teoria Critica de Jurgen Habermas

Thomas Mc Carthy es uno de los que mejor conoce la obra de Jurgen Habermas y, en general, de la primera y segunda generación de la teoría crítica alemana. Este libro, publicado originalmente en 1987, tiene el mérito de poner en un lenguaje sencillo y de manera sistemática los conceptos esbozados por Habermas en sus distintas obras.
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La Teoria Critica de Jiirgen Habermas Thomas McCarthy CAPITULO 2 CONOCIMIENTO E INTERES 2A De las obras de Habermas tal vez sea Conocimiento e Interés la ‘que més dificil resulte de entender a fos lectores anglo-americanos. La mayor parte de los autores discutidos, as{ como la estructura de Ya argumentacidn en su conjunto, estan profundamente enraizados en las tradiciones de la filosofia alemana y de la teoria social alemana Ademés, el libro representa ta primera tentativa que hace Habermas de exponer sistematicamente su position; con pocas excepciones, las principales tesis que aqui presenta han sido reformuladas o revisadas desputs. [acluso esta caracterizacién como primer intento de sistema- tizacién, puede conducit a error; el libro, como Habermas subraya en el prefacio, es un prolegémeno hist6rico, una tentativa de enten- der el proceso de «disolucién de la teoria dei conocimiento, cuyo Iu- gat ha sido ocupado por la teoria de la ciencia», wy de remontarse a través de etapas abandonadas de la reflexidn. Tiene, pues, que ser lefdo como un esfuerzo pat abrir —o mejor por reabrir— ciertas ave- hidas a la reflexién que quedaron bloqueadas debido al ascendiente adquirido por el positivismo durante los iiltimos cien aftos. Los «estadios abandonados de la reflexion», a los que Habermas se refiere, quedan histéricamente situados en el movimiento del pen- samiento’aleman desde Kant a Marx. Lo que preocupa a Habermas es la transformacién experimentada por la relacidn entre «autorrefle- xién epistemoldgica» ¥ «ciencia empirico-analitican, discutida en el capitulo 1. En la filosofia critica de Kant, la ciencia era concebida ‘como una categoria de conocimiento posibie; la razén tedrica queda- ba situada en un extenso marco de referencia que comprendia la ra- 26n practica, el juicio reflexivo y la reflexion critica misma. Pero esta construccién no fue capaz de resistir las criticas de Hegel @ los presu- uestos récitos de la filosofia transcendental. La intencién de «filo Sofia primera» que informa la critica de Kant es ilusoria; la reflexién. transcendental no es un comienzo absoluto sino que depende de algo anterior y dado. En particular, el sujeto cognoscente no puede ser cons- teuido como un origen absoluto, como una unidad que se contiene a si misma fuera y por encima del movimiento de la historia. Antes bien, 1a conciencia eritica es ella misma resultado de procesos de auto- 16 LA TEORIA CRITICA DE JURGEN HABERMAS formacion tanto dela especie humana comp del individu humano, En consecuencia, a reflexion fenomenoldgica tiene que reconstruit I propia genesis empezando por la certeza sensible, pasando por ls, * elapas de la experiencia dela concienca, hasta llegar al e- tadio dela erica se trata dela raz6n misma eflexionando sobre las diferentes formas que a ido asumiendo ene transcurso de su propia ori isabermas esta de acuerdo con la critica de Hegel de que el sujeto cognoscente tiene que ser concebido en su propio desarrollo hist Gos pero se opone ala forma en que Hegel desarolla esta idea, esto 8 domo una tilosofia del Espiritu Absoluto en la que laepistemolo- fla no es objeto de radcalizaciOn, sino que queda abolida, Més tarde folveré sobre eto. Por el momento baste subrayar que la filosofia. de la identidad de Hegel no conduce a una comprensi6n critica de la tiencia empiric como una categoria de conocimiento posible, sino {'sudsolucign en una ciencia del conocimiento absoluo. Esta cons- truceién result incapaz de hacer frente tarto ala marcha dela cien- tia como al ascenso de su autocomprensin positivist ‘Cuande la flosoia se afirma a simismacomo auténtica ciencia,desa ece completamente de la diseusin la relacon def ilosofia con Ia ciencia Con Hege! se produce el fatal malentendigo de pretender que la exigencia formulada pot la reflexion racional frente al pensar abstrato del entend Iniento equivatea Ta usurpacin dela legimidad de las cencias indepen- Jientes por parte deuna Filosofia que se presenta alora igual que antes como tina ciecia de carter universal. La simpleevidencia del progses cientfieo, independieate dela filosofia, tenia que desenmascarar como pura fiecibn tuna pretensin de esta naturaleza Marx representa para Habermas una segunda oportunidad perdi- da de radicalizar el proyecto epistemolégco. En su metacritica de Hegel, Marx argumenta que las formas de conciencia surgen y se trans- forman no idealisticamente, a través del auromovimiento del Espiritu ‘Absoluto, sino en términos materialistas, a través del desarrollo de las fuerzas productivas y de la lucha de clases sociales. Esas formas son, por asi decirlo, representaciones cifradas de la autorreproduc- cién de la especie, un proceso que tiene lugar bajo condiciones mate- riales contingentes. El sujeto del conocimiento no es ni el yo trans cendental ni tn Espiritu Absoluto, sino un sujeto encarnado, un sujeto que trabaja, cuyas capacidades se desarrollan historicamente en las formas cambiantes de confrontacién con lanaturaleza, confrontacién que constituye «la necesidad natural perpetua de la vida humana». La actividad sintética del sujeto cognoscente, que Kant revel6, es s6lo 7 Brkennunis und Inieresse, Frankfurt, 1968, 1975? (versin casellana Conocimien- toe Interés, Madsid, 1982), p. 38. CONOCIMIENTO E INTERES n el palido reflejo de la «actividad humana sensible» mediante la cual los sujetos que trabajan regulan su proceso de intercambio material con la naturaleza, constituyendo, al actuar asi, un mundo. Asi pues, Marx desligé la reconstruccién del proceso de autoformacion de la especie de sus supuestos idealistas, abriendo con ello un camino para uuna reflexion sobre el sujeto del conocimiento que evitaba tanto las limitaciones individualistas y ahistéricas de la critica transcendental de Kant como los excesos idealistas de la filosofia de la identidad de Hegel. Pero tampoco Marx se percaté del potencial que su metacrit ca habia creado para una radicalizaci6n de la epistemologia. En lugar de entender la ciencia epistemol6gicamente, reclamé para su propia obra el manto de ciencia rigurosa; esta obra revelaba las «leyes eco- némicas del movimiento de la sociedad moderna» como «leyes natu- rales». Con tal autocomprensin, tampoco la obra de Marx seria capaz de sostener la reflexi6n radical contra la embestida del positivismo a fines del siglo XIX. Estas son, pues, las «etapas abandonadas de la reflexién» que Ha- bermas se promete revivificar. Su teoria de los intereses cognitivos es ‘una tentativa de radicalizar la epistemologia, desenterrando las raices due el conocimiento tiene en la Vida. Su tesis central es que «los pun- tos de vista especificos desde los que aprehendemos la realidad, las «cestrategias cognoscitivas generales» que guian la investigacién siste- mética, tienen su «base en la historia natural de la especie humana». Estin ligados a «los imperativos de la forma sociocultural de vida». La reproduccién de la vida humana esta irrevocablemente vinculada ala reproduecién de la base material dela vida. Desde las formas mas elementales de supervivencia frente ala naturaleza hasta el desarrollo de una industria de base tecnol6gica, pasando por los oficios organi- zados y las profesiones técnicas, el «proceso de intercambio material» con la naturaleza ha tenido lugar en estructuras del trabajo social dependientes de un conocimiento al que es inherente una pretensién de verdad. La historia de esta confrontacién con la naturaleza tiene, desde un punto de vista epistemolégico, la forma de un «proceso de aprendizajen. La tesis de Habermas es que la «orientacién general» que guia a las ciencias de la naturaleza esta basada en un «interés de raices antropolégicas profundas» por la prediccién y el control de los sucesos que acaecen en el entorno natural, al que él llama interés tecnico. La reproduccién de la vida humana esta también basada, de for- ma asimismo irrevocable, en una intersubjetividad de la que uno pue- de fiarse, que se establece en la comunicacién lingiistica cotidiana. La transformacién del recién nacido en un individuo social capaz de participar en la vida de la comunidad marca su entrada en una red de relaciones comunicativas de la que no puede soltarse hasta su ‘muerte, Las perturbaciones que se producen en la comunicacién en

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