0% encontró este documento útil (0 votos)
170 vistas22 páginas

Guerra y Salud Mental Ignacio Martín-Baró

Libro que retrata la guerra y conflicto armado y su incidencia en la salud mental
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
170 vistas22 páginas

Guerra y Salud Mental Ignacio Martín-Baró

Libro que retrata la guerra y conflicto armado y su incidencia en la salud mental
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 22
in-Bard Faraio.(2000), Bicologia Socal Me ele oan olionn Ht Saloon x Guerra y salud mental Ignacio Martin-Bar6 Resumen 20 es a salud me Aesarrollados, pro no exigencias mas prosaic) fi rinera pregunta que el poor But perrecva perio aor src en oss el i acto qué Sobre 1a salud menial de um pueblo acl ay Sis gue cin Toe han soln ik a Uo ue Prefs orl ute de isd nk ioguesrasr radon dessin * BCA, 429430, jli-agost de 1984, pgs 503-514, SS ey "TeWOU popes -uoo soundye anb ‘sopomaw sowsonsoas 5 aap anb seueUITiy soi01e] ‘onb_uptotzuewny 9p sopepriqisod sey auyap an seuRUMY sou0} “3 2p obs aM Un Ip MT 2 SOMA Tp eLoDN oTUeUOOUNY UNC op TET BF ON “aluepUNS wuUATGRKE UN UY aSIRVDALIOO TPurEHDT euEqGoNd un 39s op wfop TeIUOU! Pnyes ky “amuauRONpWTY ‘aknnsuoa 2s anb eptA v{ 9p Joop yp uo spur K (owstue@o ns jouoa augod 1S 494) vonDpad eH nteydsoy wos anb Insuoo sel ¥ u9pHoe o seaINpInbisd seOTUITO Uo SePEZHEN 2p seuoead pute ufnbe sooyed seus so onb_opunndce may IDES 3p openpal tomy fpr on + eseasn_euelt anb emayqoid un ‘ouPIBOUT euiD|GOX uM BOS OpypuaLA Jse nc INRA %% omen nGb8 Ug ‘ous pre oy sDan8os0 anb soy epi pd 2x4 dosoyyd apap ‘aia4y uatag “bak PT Suqos se 1qey-ojoasay-ewsEHT VITAE SquaUTE|AgO ut Odanf ua yys2 nb oy Opuens ‘soxquioiu sns op ‘oubitalodns #[ u9 sesued agap eueumY]ppruntiod zqMoqEN “One WO OUSTEBDSS “erisnue ej ta resued 2p ctod e8ny sound wz sopruos Sop uo O19 & ‘ouepunoas owusueat Swotgaud un 2p eseen 9s onb oxeo so RRUBUY pales ef eppUaTtS ey ‘HUEIN Bf B OstoIaWOS WIS 0 softy st serpuaiixa sey & epuone anb ‘sou us om feqen ns seqjouresap epand anb™-ensndue ap sour sed senor AS 9p SeANROITURIS sou seuosiad st und ws Siqings 18 ENPTATPUY-EOHS{s;seIe wun "ZAeH|RWOO FIUOW payes v| "eanoadsiod wea apsact “Ou meme _PP_owworureu -wond_ WOW spp” K~SOBIB|STsowoiseN o> ed FU "TEMOUE pares P| ap aigod én ‘ondnuosa opeuoroustutuayq aise op OpUoy To Uy 2 opon op mt io ound on at eo si 8 sucsod dp nad | 2 anb anunso apend as ou owo 80) oouropons9po so4pasop usponi sousoisoss & sisui9 sesosouanw opuen entidades patol cas para considerarlos como configui 08 aspectos de Ia vida humana; en cone ejes en base a los cuales se establece un tiene Ia incorporacién del Eje IV, sobre presiones y cosociales, y del Eje V, sobre el grado de adaptacién de la persona en su pasado més reciente, a pesar de que a ambos ejes apenas se les asigna un papel complementario para la comprensién de los trastomos. Aunque el DSM-III pretende mantenerse al margen de opciones tedricas y en su redacci6n se lleg6 al absundo de tomar decisiones por mayorfa 0 por me un Feconosimiento, esiados orginicos del individu, sino que formas peculiares de estar en el mundo (Binswanger, 1956/ 1972) y aun de configurar el mundo, El avance realizado por el DSM-III, con todo Io que tiene de apre- leja_todavfa mucho que desear, especialmente desde la ‘a de quienes acceden al campo de la salud mental a través de icologfa y no de la psiquiatria (ver ‘Eysenck, Wakefield y Friedman, 179; Schacht y Nathan, 1977; Smith y Kraft, 1983). Como indica uno de los pocos psicdlogos que particips en su elaboracién, Theodore Millon (1983, pag. 813), falta todavfa un reconocimiento més pleno del cardcter interdependiente entre comporta- miento_y medio_ambiente echa_de_ mf ate re todo, se echa de menos la in- Corporacién de la dimensién interpersonal como eje articulador de la cexistencia humana, mte_ diferent Se ha tendido a considerar la salud y el trastorno como las manifes- laciones hacia fuera, sanas o insanas respectivamente, de un funciona- miento propio del ii regido en forma esencial si no exclusiva or Jeyes intemas, Por el contrario y como sefiala Giovanni Jervi8 (1979, ag. 81), “en lugar de hablar tomo mental serfa mds itil y preciso decir que una persona se ha hallado y/o se halla en una situacién social or ld que tiene unos problemas que no es capa. de resolver" y que la evan a actuar de una manera que es reconocida por los demas como impropia. Es evidente que el trastomo 0 los problemas mentales no son salud mental mpersonales ¢ » segin Tos casos, en un individuo 0 en un 26 fe, de que ni el trastorno ni, por tanto, la salud mental grupo familiar, en una inst a sociedad entera Es importante subrayar que no pretendemos simplificar un problema tan complejo como el de i salud mental negando su enraizamiento pe sont evitar un reduccionismo individual, incur, en un reduccio- rismo socal, En lima instanci, siempre tenemos que responder a la pregunta de por qué éste sf y aquél no. Pero queremos enfatizar Io ilu- mminador que resulta cambiar la | 1983). Desde esta_perspectiva, por ejemplo, bien puede ser que un trastomo psfquico constituya un modo anormal de reaccionar frente a a\ ‘una situacin normal; pero bien puede ocurrir también que se trate de \ una reaccidn normal frente a una situacién anormal. ~ Las primeras veces que entré en contacto con grupos de campesinos desplazados por la guerra sent{ que mucho de su_proceder ‘razas de delirio paranoide: estaban constaniemente alertas, m ban las instancias ia, no se fiaban de nadie descor escrutaban los g in embargo, conocidas igros reales que atin Jos acechaban, asi como su indefensién ¢ impotencia para enfrentar cualquier tipo de ataque, uno legaba pronto a comprender que. su comportamiento de hiperdesconfianza y alerta no consttuia un delirio persecutorio fruto de sus ansiedades, sino el planteamiento més realista posible dada su situacién vital (ver Mordn, 1983). Se trataba, sin ugar a dudas, de la reaccién més normal que podifa esperarse- ante las cit- cunstancias anormales que les tocaba enfrentar (para un caso reciente y paradigmético, ver El exterminio, 1984). Ja salud 0 el trastomno mental son parte y consecuencia de las rela- es sociales, Ta pregunta sobre la salud mental de un pueblo nos lleva 4 interrogamos sobre el carfcter espectfico “de sus relaciones més ‘comunes y significativas, tanto interpersonales como intergrupales. Esta Perspectiva permite apreciar en todo su sentido el impacto que sobre la salud mental de un pueblo pueden tener aquellos acontecimientos que afecian sustancialmente las relaciones humanas, como son las ca- Lstrofes naturales, las crisis socioecondmicas 0 las guerras. Entre estos 2 |

También podría gustarte