INVOCACIONES A LA DIVINA MISERICORDIA
Las "Letanías" son por excelencia oraciones de súplica y por esto, hemos
considerado oportuno volver a su primera denominación: "Invocaciones",
como las define Sor Faustina.
Así, esta bella oración de alabanza, puede justamente ser considerada
como un "Reconocimiento" en honor de la Divina Misericordia y servir de
apoyo a nuestras piadosas meditaciones. "El amor de Dios es una flor, la
Misericordia es el fruto. Si un alma tiene dudas, que lea las invocaciones a
la Misericordia y tendrá Confianza". (Sor Faustina).
Divina Misericordia, secreto inconcebible de la Santa Trinidad.
Divina Misericordia, expresión de su gran poder.
Divina Misericordia, en la creación de los espíritus celestiales.
Divina Misericordia, que nos has llamado de la nada a la vida.
Divina Misericordia, que envolviste todo el universo.
Divina Misericordia, que nos das la vida eterna.
Divina Misericordia, que nos preservas de los castigos merecidos.
Divina Misericordia, que nos levantas de la miseria del pecado.
Divina Misericordia, que bajaste a la tierra en la persona del verbo
encarnado.
Divina Misericordia, surgida de la llaga de Jesucristo.
Divina Misericordia, brota del Sagrado Corazón de Jesús.
Divina Misericordia, que nos diste a la Santísima virgen como madre de
Misericordia.
Divina Misericordia, visible en la creación de la Iglesia Universal.
Divina Misericordia, manifestada en la institución y en el ejercicio de los
Santos Sacramentos.
Divina Misericordia, ilimitada en los Sacramentos del Bautismo y de la
Reconciliación.
Divina Misericordia, inconmensurable en los Sacramentos del Altar y del
Orden.
Divina Misericordia, que nos llamaste a la Santa Fe.
Divina Misericordia, en la conversión de los pecadores.
Divina Misericordia, en la santificación de los justos. •
Divina Misericordia, en la perfección de las almas solicitas.
Divina Misericordia, salud de los enfermos y de los sufrientes.
Divina Misericordia, consuelo de los corazones angustiados.
Divina Misericordia, esperanza de los desesperados. ·
Divina Misericordia, que nos acompañas siempre a todas partes.
Divina Misericordia, que nos previenes con tus gracias.
Divina Misericordia, paz de los agonizantes.
Divina Misericordia, que nos preservas del fuego del infierno.
Divina Misericordia, alivio de las almas del purgatorio.
Divina Misericordia, delicia y éxtasis de todos los santos.
Divina Misericordia, infinita en todos los misterios de la fe.
Divina Misericordia, fuente inagotable de bendiciones.
V. Dios es misericordioso y compasivo, lento a la cólera y lleno de bondad.
(Salmo 114,8).
R. y cantaré eternamente las alabanzas al señor. (Salmo 88,2).
ACTO DE CONSAGRACION A JESUS MISERICORDIOSO
Oh Jesús misericordioso tu bondad es infinita, y los tesoros de tu gracia son
inagotables. Me abandono a tu misericordia que sobrepuja a todas tus obras.
Me consagro eternamente a ti para vivir bajo los rayos de la gracia y del amor
que brotaron de tu corazón traspasado en la cruz. Quiero dar a conocer tu
misericordia por medio de las obras de misericordia corporales y espirituales,
especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres
afligidos y enfermos. Más tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo
temo de mi debilidad v todo lo espero de tu misericordia. Que toda la
humanidad comprenda el abismo insondable de tu misericordia infinita, a fin
de que poniendo toda su esperanza en ella. pueda ensalzarla por toda la
eternidad. Amén.
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE ESTA IMAGEN
El 22 de febrero de 1931, Nuestro Señor Salvador Jesucristo, se le apareció a Sor
María Faustina Kowalski; religiosa polaca, trayendo consigo un maravilloso mensaje
de MISERICORDIA para toda la humanidad. En esta fecha, Sor Faustina nos dice
lo siguiente en su diario: "Me encontraba en mi Celda por la tarde y me di cuenta
que el Señor estaba ante mí, vestido de blanco. Una mano estaba levantada en
ademán de bendecir, y la otra descansaba sobre su pecho. Del pecho por la
abertura de la túnica, salían dos grandes rayos de luz. uno rojo y otro pálido.
Contemplé al Señor con fervor y en silencio. Mi alma se llenó de temor, pero
también de un gozo que no se puede describir. Después de un rato. Jesús me dijo:
“Pinta una imagen según el modelo que ves, y escribe debajo. Jesús. en ti confío".
Deseo que ésta imagen sea venerada, primero en vuestra capilla y después en el
mundo entero.
Algún tiempo después Nuestro Señor habló de nuevo y le dijo: "Esos dos rayos
saliendo de mi corazón, representan la sangre y el agua que brotaron del fondo de
mi Misericordia, cuando mi corazón agonizante fue abierto por la lanza de la cruz ...
Los rayos pálidos simbolizan el agua que justifica las almas y los rayos rojos
representan la sangre que es la vida de las almas. Estos rayos protegen las almas
de la ira de mi padre. Felices aquellos que vivan bajo su sombra, porque la mano
de la Justicia Divina no los alcanzará.
En otra ocasión, Jesús declaró: A través de esta imagen concederé muchas gracias
a las almas. Recordará a los hombres los requisitos de mi misericordia, porque la
fe sin obras, por muy fuerte que sea, es inútil.
El Salvador pide que los hombres recurran a su Misericordia y la invoquen antes
que les alcance la justicia “Escribe - dice el Señor a Sor Faustina - antes de que Yo
venga como Justo Juez abro de par en par las puertas de mi Misericordia, pero el
que no quiera entrar por ellas, tendrá que pasar por las puertas de mi justicia".
Muchas veces, durante sus apariciones el Señor dio a conocer a Sor Faustina los
enormes pecados de la humanidad. Asustada ella le preguntaba cómo podía tolerar
tan terribles ofensas. El Señor le contesto: "Para castigar, tengo la eternidad.
Ahora prolongo a los hombres el tiempo de mi Misericordia, pero ¡ay de ellos si no
reciben esta gracia!... Tú medianera de mi Misericordia, tienes la obligación no
solamente de escribirla y predicarla, sino que debes también implorarla para los
hombres, para que glorifiquen mi Misericordia"
LAS PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR
"Yo prometo al alma que venere esta imagen de la Misericordia, que no
perecerá. Yo le prometo ya aquí, en la tierra, la victoria sobre sus enemigos,
pero especialmente en la hora de la muerte. Yo, el Señor, la protegeré como
a mí propia gloria ... doy a la humanidad un vaso con el cual debe venir a la
fuente de mi Misericordia a buscar gracias ... ese vaso es este cuadro con la
inscripción: Jesús, en Ti confío".
"Di a la humanidad sufriente que venga a MI MISERICORDIOSO CORAZON,
le daré la paz. Vengo ahora como Rey de MISERICORDIA, antes de venir
como Justo Juez, para que no haya ninguno que no pueda excusarse en el
día del Juicio, que poco a poco se va acercando".
"A las almas que propaguen MI MISERICORDIA, Yo las protegeré por toda
su vida como una madre a su hijo. Y en la hora de la muerte, para ellos no
seré Juez, sino Salvador. En esta última hora, el alma no tiene otra protección
que MI MISERICORDIA. ¡Feliz aquella alma que durante su vida estuvo
hundida en MI MISERICORDIA, pues la justicia no le alcanzará”!
"Yo preservaré a las ciudades y casas en las cuales se venere esta Imagen"
Nota: Las ciudades de Cracovia y Vilna, donde estaba establecida esta
devoción fueron preservadas de la destrucción casi total de Polonia en la
Segunda Guerra Mundial).
Di a los Sacerdotes, que los pecadores más endurecidos serán ablandados
por sus palabras, si predican MI MISERICORDIA inagotable. A los
Sacerdotes que se hagan apóstoles de MI MISERICORDIA, diles quedare a
sus palabras una fuerza y una unción irresistibles.
LA FIESTA DE LA MISERICORDIA
Como una señal ulterior de la clemencia de su amor, Jesús pide que se
celebre la fiesta de la Misericordia en toda la Iglesia: "Deseo que esta imagen
se bendiga solemnemente el primer Domingo después de la Pascua de
Resurrección: Ese Domingo se celebrará la FIESTA DE LA MISERICORDIA.
Ese día las profundidades de MI MISERICORDIA se abrirán para todos.
Quien quiera que acuda a la confesión y reciba la Sagrada Comunión ese
día, recibirá el perdón total de sus pecados y de las penas causadas por
estos. La humanidad no obtendrá la paz, sino hasta cuando deposite su
confianza en mí MISERICORDIA".
ROSARIO DE LA MISERICORDIA
El Señor le enseñó a Sor Faustina como rezar la oración que sigue usando
las cuentas del rosario. Rezarás este rosario de la siguiente forma: Primero
un PADRE NUESTRO, un AVE MARIA y un CREDO; Después en las cuentas
grandes correspondientes al Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras:
Padre Eterno, te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu
amadísimo hijo y Señor Nuestro, Jesucristo en expiación de nuestros
pecados y de los del mundo entero. En las cuentas pequeñas del Ave
María: "Por la Pasión dolorosa de Jesús, ten misericordia de nosotros y
del mundo entero". Al final, dirás las siguientes palabras tres veces: "Santo
Dios, Santo Omnipotente, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros
y del mundo entero".
Más tarde Jesús le dijo a Sor Faustina: "Recita sin cesar este rosario que yo
te he enseñado. Quien quiera que lo recite, alcanzará gran misericordia en
la hora de la muerte”.
Hasta el pecador más empedernido recibirá la gracia de Mi Misericordia
infinita, si reza este rosario, aunque sea una sola vez: Por el rezo de este
rosario, me agrada complacerlos en todo lo que me pidan. Por medio de él,
alcanzarás todo, si lo que pides está de acuerdo con mi voluntad. Cuando
recen este rosario al lado del moribundo, me Pondré entre el Padre y el alma
moribunda, no como justo juez, sino como el Redentor Misericordioso. Quiero
que el mundo entero conozca MI MISERICORDIA infinita. Deseo otorgarles
gracias inconcebibles a los que confían en MI MISERICORDIA.
La devoción que más agrada a Nuestro Señor es la veneración de su pasión
en aquel instante en que tuvo su muerte redentora en la Cruz. Por la Pasión
y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, tuvimos acceso al Reino de Dios.
¡Qué amor debería inundar nuestros corazones y con qué presteza
deberíamos acudir a la llamada de Nuestro Señor! Quien dijo a Sor Faustina:
A las tres de la tarde suplica Mi Misericordia, especialmente para los
pecadores: Y aunque sea por un brevísimo instante, absórbete en mi pasión,
en particular en mi desamparo en el momento de mi agonía. Este es el
momento de la gran misericordia hacia el mundo. En tal hora nada le será
negado al alma que pida, por los méritos de mi pasión. (IV.59)
BREVES ORACIONES PARA REZARLE
A LAS TRES DE LA TARDE
Expiraste Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las
almas, y el océano de tu misericordia inundo todo el mundo. Oh, fuente de
vida, insondable misericordia divina, anega al mundo entero derramando
sobre nosotros hasta Tu última gota. (IV.59)
Oh, sangre y agua que brotaron del corazón de Jesús. como manantial de
misericordia para nosotros, en vosotras confiamos. (1.35)
EL VIACRUCIS DE LA DIVINA MISERICORDIA
Padre Eterno, te ofrezco la dolorosa pasión de Jesús en expiación de
nuestros pecados y de los de todo el mundo:
I. Por su condena a muerte, Ten misericordia de nosotros y del mundo
entero;
II. Por la cruz que le fue cargada sobre sus espaldas, Ten misericordia de
nosotros y del mundo entero;
III. Por su primera caída, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero;
IV. Por las lágrimas de su Santísima madre cuando vino a su encuentro,
Ten misericordia de nosotros y del mundo entero;
V. Por su angustiosa fatiga por cuya causa se debió obligar a un hombre
a ayudarlo, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero;
VI. Por la compasión de la mujer que le enjugó el rostro ensangrentado,
Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
VII. Por su segunda caída, Ten misericordia de nosotros y del mundo
entero;
VIII. Por las palabras que él dirigió a las mujeres que lo compadecían, Ten
misericordia de nosotros y del mundo entero;
IX. Por su tercera caída, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero;
X. Por aquella brasa de dolor que representaba su cuerpo cuando fue
despojado de sus vestiduras, Ten misericordia de nosotros y del mundo
entero;
XI. Por la horrible transfixión de los clavos que atravesaron sus manos y
sus pies, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero;
XII. Por el agua y la sangre que brotaron de su corazón como fuente de
todos los bienes para nosotros (San Pedro Canisio), Ten misericordia
de nosotros y del mundo entero;
XIII. Por la imagen de todos los dolores, que ofrecía su Madre cuando lo
tenía muerto entre sus brazos, a tal punto que aún hoy llamamos a esa
escena "La Piedad", Ten misericordia de nosotros y del mundo entero;
XIV. Por la piedra que cerro su sepulcro, Ten misericordia de nosotros y del
mundo entero.
NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA
Plegaria, para alcanzar una gracia por mediación de la Sierva de Dios Sor, María
Faustina Kowalski, beatificada el 18 de abril de 1993.
Oh Dios, Tu misericordia sobrepuja todas tus obras, te doy gracias por los
favores extraordinarias que concediste a tu Sierva Faustina. Nos ha manifestado
de un modo particular, el abismo de tu misericordia, que, en estos calamitosos
tiempos, quieres derramar abundantemente sobre toda la humanidad extraviada
y dolorida. Señor, te ruego, con gran confianza, que también conmigo
manifiestes tu misericordia, concediéndome la gracia que te pido y tanto
necesito, si no es contraria a la salvación de mi alma. Te lo pido por los méritos
e intercesión de Sor Faustina, pero, sobre todo, por la dolorosa pasión de tu
amadísimo Hijo y Señor nuestro, Jesucristo, Rey de Misericordia que contigo y
con el Espíritu Santo nos la dispensan por toda la eternidad. Amén.
(Rezar esta oración por nueve días seguidos, recibiendo a la vez los Santos
Sacramentos)
PRIMER DIA
Imploremos la Misericordia Divina para toda la humanidad y especialmente
para los pecadores.
Oh misericordioso Jesús cuyas principales prerrogativas son la misericordia y el
perdón, no mires nuestros pecados, sino la esperanza que tenemos en tu infinita
bondad. Tómanos bajo la protección de Tu misericordioso corazón a todos y no
rechaces a ninguno, te lo rogamos por el amor que te une al Padre y al Espíritu
Santo, en la unidad de la Santísima e inescrutable Trinidad.
Padre Eterno, mira con los ojos de tu misericordia a toda la humanidad y, sobre
todo, a los pobres hijos tuyos, cuya esperanza es el corazón misericordioso de
Tu Hijo y Señor Nuestro que por los méritos de tu dolorosa Pasión derrama sobre
nosotros tu Misericordia, a fin de que glorifiquemos por todos los siglos tu bondad
y tu omnipotencia. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
SEGUNDO DIA
Roguemos por los sacerdotes y por los religiosos a través de los cuales
desciende sobre la humanidad la Divina Misericordia.
Oh misericordioso Jesús, fuente de todo bien, acrecienta la gracia en las
almas de los sacerdotes y religiosos, a fin de que puedan cumplir con decoro
y con fruto sus deberes en tu viña. Haz que ellos con la palabra y con el
ejemplo, conduzcan a todos los hombres a honrar tu Divina Misericordia.
Padre Eterno, mira con ojos de misericordia las vidas de aquellos que
trabajan en tu viña, las almas de los sacerdotes, de los religiosos y religiosas
que son objeto de la predilección especial de tu Hijo y Señor nuestro,
Jesucristo. Protégelos con la fuerza de tu bendición y concédeles tu luz, de
manera que llenos de celo, guíen a los fieles por el camino de la salvación y
les trasmitas tu misericordia, Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
TERCER DIA
Roguemos por todos los fieles y almas devotas.
Oh misericordioso Jesús, que derramas sobre todos los hombres copiosas
gracias que proceden del tesoro de la Divina Misericordia, acoge a todos los
fieles cristianos bajo la protección de tu corazón misericordioso y no rechaces
a ninguno. Te lo rogamos por el amor que te une al Padre y el Espíritu Santo
en la unidad de la santa e inescrutable Trinidad.
Padre Eterno, mira con los ojos de tu misericordia las almas de los fieles, y por
la dolorosa Pasión de tu Hijo, dates tu bendición, sosteniéndolas con tu
constante protección. Haz que no pierdan jamás tu amor y el tesoro de la santa
Fe, sino que exalten tu Divina Misericordia, juntamente con el ejercicio de
Ángeles y Santos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
CUARTO DIA
Roguemos por los paganos y los fíeles que no conocen aún la Divina
Misericordia.
Oh Misericordioso Jesús, que eres la luz del mundo, acoge bajo la protección
de tu corazón misericordioso las almas de los paganos y de los infieles que
todavía no te conocen. Haz que un rayo de tu gracia los ilumine, para que
con nosotros, también ellos exalten las maravillas de tu misericordia
por toda la eternidad.
Padre eterno, mira con ojos de misericordia las almas de los paganos e
infieles que no conocen el corazón Misericordioso de Tu Hijo y Señor nuestro,
Jesucristo. ilumínalas con la Luz del Santo Evangelio, a fin de que
comprendan la felicidad que es amarte y exaltar tu misericordia por toda la
eternidad. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
QUINTO DIA
Roguemos por los herejes y cismáticos.
Oh, misericordioso Jesús, que eres la misma bondad y no rehúsas tu luz a
quien confiando en Ti la implora, toma bajo la protección de tu misericordioso
corazón las almas de los herejes y cismáticos, y atráelos con la luz de tu
gracia al seno de la Santa Iglesia, a fin de que junto con nosotros, exalten tu
liberalísima misericordia por toda la eternidad.
Eterno Padre, mira con ojos de misericordia las almas de aquellos que están
lejos de la verdadera fe y viven en el error, que, por haber abusado de tus
gracias, han perdido ese tesoro, obstinándose en sus errores. No mires,
Señor, su malicia, recuerda el amor a tu Hijo y su dolorosa pasión, en la cual
con tanto fervor os pedía. “Que sean toda una sola cosa" (Juan17.12) Haced
que estas almas vuelvan pronto a la santa unidad, para que juntamente con
nosotros glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
SEXTO DIA
Roguemos por los niños y por las almas que se han hecho semejantes
a ellos.
Oh misericordioso Jesús, Tú que has dicho: "Aprended de Mí, que soy manso
y humilde de corazón”, acoge bajo la protección de tu misericordiosisimo
corazón las almas de los niños y de aquellos que por mansos y humildes se
asemejan a ellos, para que florezcan ante el Padre Celestial como flores
perfumadas que alegren el cielo. Haz que estas almas permanezcan firmes
en tu corazón y exalten tu misericordia por toda la eternidad.
Padre Eterno, mira con ojos de misericordia a los niños y a las almas mansas
y humildes que son más semejantes a tu amado Hijo y con el perfume de tus
virtudes alegran tu trono. Te rogamos, por el gozo que ellas te dan, nos
concedas tu bendición, extendiéndola al mundo entero, para así poder exaltar
tu misericordia por toda la eternidad. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
SEPTIMO DIA
Roguemos por aquellos que adoran a la Divina Misericordia y difunden
la confianza en ella, siendo como vivos reflejos del corazón piadosísimo
de Jesús.
Oh Jesús misericordioso, tu corazón lleno de compasión en el mismo amor.
Acoge bajo la protección de tu misericordioso corazón a las almas que se han
dedicado particularmente a la adoración de la Divina Misericordia exaltando
sus grandezas. Asiste a las almas que toman todas sus fuerzas de la gracia
divina, y que unidas a Ti en el dolor y en la prueba, quieren llevar sobre sus
débiles hombros el enorme peso del mal que ha afligido a la humanidad
entera. Concédeles el don de la perseverancia, de la fortaleza, y de la
paciencia.
Padre Eterno, mira con ojos de misericordia las almas de aquellos que con
especial celo te adoran, y que, con palabras y obras, te glorifican e imitan
siendo misericordiosos con sus pobres hermanos; Te rogamos, concedas, a
estas almas que llenas de esperanzas recurren a Ti, la inmensa gracia de tu
misericordia, según tu promesa de protegerlos en todas partes como a tu
propia gloria, siempre, y especialmente, en la hora de la muerte. Amen.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
OCTAVO DIA
Roguemos por las almas del purgatorio, para que el torrente de la sangre
de Jesús mitigue sus sufrimientos y los abrevie.
Oh misericordioso Jesús que has dicho: "Sed misericordiosos como lo es mi
Padre que está en los cielos". Toma bajo la protección, de tu corazón
misericordioso a las almas del purgatorio. Que los torrentes de sangre y agua
que brotan de tu corazón misericordioso apaguen las llamas del purgatorio, a fin
de que allí también sea alabada la infinita potencia de tu misericordia.
Padre Eterno, mira con ojos de misericordia a las pobres almas del purgatorio,
por la dolorosa pasión de Jesucristo nuestro Salvador, y por la amargura que en
aquellas horas llenó su sacratísimo corazón, demuestra tu misericordia con
aquellos que están sujetos a tu justa cólera. Te rogamos mires a estas almas,
sólo a través de las llagas de tu amadísimo Hijo y Señor nuestro Jesucristo, cuya
misericordia sobrepuja a la justicia. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
NOVENO DIA
Roguemos por las almas tibias que causaron tantas Penas a nuestro Señor
Jesucristo en Getsemaní.
Oh Misericordioso Jesús, que eres la bondad misma, acoge bajo la protección
de tu corazón misericordioso a todas las almas tibias que semejantes a
cadáveres en putrefacción, te llenaron de horrores en Getsemaní. Derrite el hilo
de estas almas con el fuego de tu purísimo Amor, para que ellas puedan exaltar
tu misericordia por toda la eternidad.
Padre Eterno, mira con ojos de misericordia las almas tibias, que en Getsemaní
arrancaron al piadosísimo corazón de tu hijo el doloroso lamento: " Pase de mí
este Cáliz". Por la amargura pasión de tu muy amado Hijo y Señor nuestro,
Jesucristo, y por su agonía en la cruz, te rogamos las inflames con nuevo celo
por tu gloria. Derrama en sus corazones el verdadero amor, para que haciendo
obras de misericordia aquí en la tierra, pueden exaltar tu Divina Misericordia por
toda la eternidad. Amen.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.