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Protección Social y Trabajo Social

Este documento trata sobre la relación entre la protección social y el trabajo social. En el primer capítulo define el marco conceptual de la protección social. El segundo capítulo analiza los enfoques de la protección social. El tercer capítulo examina cómo la protección social se vincula con compromisos internacionales. Finalmente, el cuarto capítulo explora cómo el trabajo social se relaciona con los sistemas de protección social. El documento concluye que los sistemas de protección social deberían tener un efecto preventivo y sostenible para fortalecer la resiliencia de las personas

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Protección Social y Trabajo Social

Este documento trata sobre la relación entre la protección social y el trabajo social. En el primer capítulo define el marco conceptual de la protección social. El segundo capítulo analiza los enfoques de la protección social. El tercer capítulo examina cómo la protección social se vincula con compromisos internacionales. Finalmente, el cuarto capítulo explora cómo el trabajo social se relaciona con los sistemas de protección social. El documento concluye que los sistemas de protección social deberían tener un efecto preventivo y sostenible para fortalecer la resiliencia de las personas

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UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA Y TRABAJO SOCIAL

“Protección Social y Trabajo Social”

Nombre del autor/a: NAYFI KARIN POVIS LEAÑO

Lima – Perú
2019
Dedicatoria
Este trabajo de investigación quiero dedicarla a Dios y a mis padres por guiarme por el
buen camino, darme las fuerzas para persistir en mis sueños y brindarme la oportunidad
de culminar una meta más en mi vida.
Índice

Dedicatoria .................................................................................................................................... 2
Índice ............................................................................................................................................. 3
Resumen........................................................................................................................................ 4
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 5
“Protección Social y Trabajo Social”.............................................................................................. 7
Capítulo I: Marco conceptual de la protección social ............................................................... 7
Capítulo II: Enfoques de Protección social ................................................................................ 8
Capítulo III: Protección Social y su vinculación con compromisos internacionales ................ 10
Capítulo IV: Trabajo Social y Sistemas de Protección Social .................................................. 11
Conclusiones ............................................................................................................................... 14
Referencias Bibliográficas ........................................................................................................... 15
Resumen
Históricamente en relación con los orígenes del Trabajo Social, se aprecia cómo desde
los primeros siglos de esta era aparecen preocupaciones e iniciativas dirigidas al
mejoramiento de las condiciones del ser humano; pero las mismas tenían una expresión
esporádica en contadas personas y patrocinadas por instituciones poderosas como la
Iglesia, siempre encaminadas a sectores limitados de la población.

Estas acciones con magníficas intenciones, innegablemente resultaban insignificantes


para colmar la ayuda que recababan los males sociales, además nunca atacaban las
causas reales que daban origen a los disímiles problemas que se presentaban.

El empleo de métodos científicos de investigación posibilitó el enriquecimiento paulatino


del Trabajo Social.

Existen criterios que el Trabajo Social ha dejado de ser arte y tecnología para devenir
en disciplina científica, por cuanto da cumplimiento a las leyes del desarrollo social y el
método científico que propicia bienestar a los colectivos humanos.

Según Ezequiel Ander Egg, en la historia del Trabajo Social se definen tres momentos
esenciales: Asistencia Social, Servicio Social y Trabajo Social; definiendo este último
sobre la base de una concepción operativa, expresando al respecto:"El Trabajo Social
tiene una función de concientización, movilización y organización del pueblo para que
en un proceso de formación del autodesarrollo, individuos, grupos y comunidades
realizando proyectos de trabajo social, inserta críticamente y actuando en sus propias
organizaciones, participen activamente en la realización de un proyecto político que
signifique el tránsito de una situación de dominación y marginalidad a otra plena
participación del pueblo en la vida política, económica y social de la nación que cree las
condiciones necesarias para un nuevo modo de ser hombre" .

El Trabajo Social es concebido como un modo superior de Asistencia y de Servicio


Social.

Los sistemas de protección social deberían tener un efecto preventivo y sostenible,


fortaleciendo la resiliencia de los individuos, las familias y las comunidades y mejorando
la capacidad de reaccionar a los riesgos de la vida.

Palabras claves: Trabajo, Protección, Social.


INTRODUCCIÓN
La asistencia social, hoy día trabajo social, ha venido ocupando muy diferentes espacios
en la organización social. De la mano de la religión, la filosofía, la ética, las leyes y la
ciencia, ha intentado siempre cooperar en el proceso de humanización de las personas
en las sociedades. Ha actuado a veces apoyándose únicamente en la fuerza que da el
hecho de luchar por la justicia, procurando contribuir a la eliminación de situaciones que
provocan marginación y pobreza. En otros momentos su quehacer ha logrado una
mayor sistematización y organización. Hoy en día el trabajo social ocupa un lugar
reconocido por la organización social, que a menudo es confundido y asimilado por las
propias estructuras administrativas y burocráticas de los estados modernos.

Este trabajo pretende como objetivo básico diferenciar dos sistemas de intervención en
Acción Social, el sistema de Trabajo Social por un lado y el de Servicios Sociales, por
otro. Ambos sistemas cumplen una función social, que no siempre coincide, ni tampoco
lo hacen sus objetivos y medios y ni siquiera sus referentes ideológicos o teóricos.

Hasta hace más o menos un quinquenio, el trabajador social se movía en cualquier


espacio social donde hubiera conflictos, injusticias, necesidades, carencias,
desigualdades, etc. A partir de la aceptación de la Asistencia Social (Servicios So-
ciales) como materia a incluir y racionalizar en el interior de las administraciones
públicas, el trabajador social tuvo también un puesto de reconocimiento oficial. Aunque,
por un lado, este hecho haya po- dido beneficiar al trabajador social en cuanto a su
estatus social se refiere, por otro puede estar asistiendo a un proceso de reduccionismo
que recorta su movilidad y, por tanto, su presencia y el alcance de un trabajo que, sin
duda, debiera realizarse en cualquiera de los ámbitos donde las relaciones sociales
provoquen sufrimiento y malestar.

El trabajo social también ha sido y es definido desde numerosas ópticas y según


diferentes criterios. Aún sigue vigente la polémica cuestión en torno a qué es el trabajo
social. Es curiosa la dificultad de responder a tal pregunta: quizás responda a la
movilidad del trabajo social, a su dinamismo, al hecho de no quedarse quieto para la
fotografía. Pero también la cuestión se discute en otros términos que parecen prometer
mayor precisión, convirtiendo este tema en una cadena de disyuntivas o prioridades que
en ocasiones raya el absurdo. ¿Es el trabajo social una profesión, un arte, una técnica
o una ciencia o lo es todo de una vez? Cada uno de estos calificativos bien pudiera
afirmarse o negarse, ya que es una opción, o en última instancia dependerá de la
capacidad de argumentación que tenga cada quien, relacionando y seleccionando los
referentes que le sean útiles para lograr una contestación coherente y lógica. Así, y a
modo de breve ejemplo, será una profesión si cumple los requisitos que la sociedad del
momento considera necesarios para que lo sea; un arte si así lo consideran los cánones
del artista y el público; una técnica, o un técnico si del trabajador social hablásemos, si
es funcional, instrumental, herramienta al servicio de algo y alguien; y, por fin, una
ciencia, según y cómo ésta se conciba y el alcance que se le dé. Tema, pues, harto
comprometido: ciencia según Kant, Hume, Kuhn, Popper, Feyerabend, Habermas... o
Rapell? En lo que a todos los elementos definitorios del Trabajo Social se refiere, mi
opinión es que cada cual ha de trabajar su opción, partiendo de unas bases comunes,
pero profundizando en su elección para concluir desde la complejidad teórico-práctica
unos resultados coherentes y lo más resistentes posible, pero siempre modificables tras
descubrimientos nuevos y por la propia dinámica histórico-social. Después de esta
reflexión intentaré exponer con la mayor claridad posible mi propia opción sobre la
definición del trabajo social. El trabajo social es también un sistema cuyos elementos
tanto humanos como conceptuales y de acción (sujetos-teoríapraxis) se estructuran en
torno a las relaciones de cooperación y conflicto de las personas individuales, los grupos
y las entidades sociales. Los conflictos se desencadenan y desencadenan
desigualdades que recorren la escala que va desde el privilegio hasta a la marginación,
pasando por la normalidad o media establecida por un determinado orden social y
constituida por la «población normal». Por tanto quienes se quedan o son «quedados»
por debajo de la media se excluyen o son excluidos, y configuran el resto, o población
marginal y marginada. Los trabajadores sociales, de un modo u otro, dados los
diferentes momentos históricos y el ideal profesional al que sirvieren, han tenido como
objetivo la lucha contra la marginación, el malestar y el sufrimiento.

Sólo 27 por ciento de la población mundial tiene una protección social adecuada, y más
de la mitad no tiene ninguna cobertura. La OIT promueve políticas y ofrece asistencia a
los países con el objetivo de ayudar a extender la protección social a todos los miembros
de la sociedad. La seguridad social implica acceso a la asistencia médica y garantía de
ingresos, en especial en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes
en el trabajo o enfermedades profesionales, maternidad, o pérdida del principal
generador de ingresos de una familia.
“Protección Social y Trabajo Social”
Capítulo I: Marco conceptual de la protección social
Una nueva definición amplia de la protección social se centra en el concepto del manejo
social del riesgo: la protección social consta de intervenciones públicas: 1) para asistir
a los individuos, hogares y comunidades a fin de manejar el riesgo en mejor forma y 2)
para prestar apoyo a los pobres en situación crítica. En esta definición se combinan los
instrumentos tradicionales de la protección social bajo un esquema unificador, incluidas
intervenciones en el mercado laboral, programas de seguro social y redes de la
protección social. Su objetivo va más allá de la entrega de instrumentos para manejar el
riesgo por parte del sector público y abarca acciones para mejorar los instrumentos de
manejo del riesgo basado en el mercado y externo a él (informales). El concepto de
manejo social del riesgo trasciende la nueva definición de la protección social y abarca
políticas de manejo del riesgo como proyectos agrícolas, que reducen los efectos de
una sequía, y políticas económicas, que reducen los impactos macroeconómicos. Por
otra parte, la definición de la protección social va más allá del MSR e incluye medidas
para apoyar a los pobres en condiciones críticas.

Los principales elementos del marco de manejo social del riesgo son los siguientes:

• Estrategias de manejo del riesgo (reducción, mitigación y superación de eventos


negativos);

• Sistemas de manejo del riesgo por nivel de formalidad (informales, de mercado y


proporcionadas o gestionadas por el sector público);

• Actores en el manejo del riesgo (desde individuos, hogares, comunidades, ONG,


instituciones de mercado y gobiernos, hasta organizaciones internacionales y la
comunidad mundial en general).

Estos elementos se aplican en un contexto de diferentes niveles de información


asimétrica y diferentes formas de riesgo.

La protección social abarca una variedad de políticas y acciones en diversos ámbitos


que deben promover el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales en
el mercado laboral, la alimentación, la salud, las pensiones y el cuidado; también debe
buscarse el logro de ciertos niveles dignos de ingreso. Una clave fundamental para
evaluar los sistemas de protección social consiste en determinar si logran contribuir a la
promoción de los DESC y cómo responden a las dinámicas de riesgos y a su distribución
social: si estos se diversifican, o si se reducen o amplían las brechas entre la dotación
de ingresos, el riesgo individual y los niveles de protección deseados.

Con esta visión y en el marco de investigaciones y de asistencia técnica a los países,


en la División de Desarrollo social se realizan diagnósticos, análisis y evaluaciones de
la protección social en la región y se efectúan propuestas de diseño e implementación
de políticas con el objetivo de consolidar sistemas articulados e inclusivos sobre la base
del enfoque de derechos ciudadanos.

Capítulo II: Enfoques de Protección social


1. Protección como asistencia y acceso a la promoción:
Protección social no contributiva focalizada en los pobres (PTC):
Países: Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú, República Dominicana, Caribe.

2. Posición intermedia entre asistencia y garantía ciudadana:


Protección social no contributiva focalizada en los pobres (PTC).
Además de PTC, se incorporan otras políticas de protección social no
contributiva (focalizadas o universales, en ámbito de pensiones y salud) y se
busca articular de manera progresiva los distintos componentes.
Países: Bolivia, El Salvador, México, Panamá.

3. Protección social como garantía ciudadana:


Transferencias y prestaciones como parte de protección social no contributiva.
Creciente articulación entre políticas de protección social no contributiva y
contributiva.
Se busca conformar sistemas integrados y coordinados de protección social.
Países: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Uruguay.

Según el enfoque de derechos, las políticas públicas deben caracterizarse por la


progresividad y la no regresividad. Progresividad significa reconocer que los derechos
económicos y sociales forman parte de un proceso, en tanto requieren el incremento y
mejoramiento de los recursos humanos, físicos, institucionales y financieros para
transitar de una titularidad formal (de jure) a una titularidad efectiva (de facto). A su vez,
no regresividad significa que no se deben adoptar políticas y normas jurídicas que
empeoren la situación de los derechos económicos y sociales de los que goza la
población (Cecchini y Rico, 2015). En lo que concierne a la evolución de la protección
social, a partir de comienzos del siglo XXI los países de América Latina en distintos
momentos, grados y formas que dependen de su nivel de desarrollo socioeconómico y
de su institucionalidad han logrado expandir progresivamente la cobertura de la
protección social, tanto en términos de cobertura poblacional como de mejoramiento de
las prestaciones. Los avances se caracterizan, entre otros aspectos, por la
implementación de programas integrales para la reducción de la pobreza –asociados al
fortalecimiento de los activos y las capacidades humanas–, la construcción de pilares
no contributivos de pensiones, la ampliación del acceso a la salud y la formalización de
los trabajadores. Para continuar en la senda del desarrollo en el actual sombrío
escenario económico, es necesario seguir progresando y no retro-ceder en la cobertura
de la protección social. Si bien los avances en protección social han sido importantes,
aún hay grandes desafíos pendientes, ya que el acceso a las prestaciones de protección
social vía mercado laboral sigue siendo una promesa largamente incumplida.

Aquí se exponen algunos enfoques que distintas perspectivas se han aplicado durante
más de medio siglo. Entre ellos, se identifican tres modelos de protección social: la
seguridad social, seguro social y asistencia social.

La Seguridad Social:

Se entiende como el conjunto de medidas previsivas dirigidas a garantizar a los


habitantes de un país los medios económicos para lograr condiciones mínimos de
comodidad, salud, educación y recreación, así como las providencias contra riesgos
inherentes a la vida humana, como desempleo, enfermedad, invalidez parcial o total,
vejez, oportunidad de educación y problemas de salud mental. Debe pactarse en una
política redistributiva.

El Seguro Social:

Resulta de la aplicación estratégica de una política de seguridad social al amparo de los


principios de solidaridad y universalidad y no como un proceso aislado. Entre sus
estrategias está el aseguramiento, definido como “El conjunto de transacciones
mediante las cuales el pago de un monto determinado permite recibir otro pago si
ocurren ciertos eventos”. Por ello solo cubre una parte de los riesgos naturales de la
vida. No alcanzan a mantener las condiciones mínimas del bienestar, se limitan a cubrir
la enfermedad y algunos riesgos económicos, sin garantizar los derechos sociales, pues
solo responden a las demandas surgidas de la industrialización.

La Asistencia Social:
Mecanismo mediante el cual las previsiones financieras corren a cargo del tesoro
público. Dirigidas a la porción económicamente más débil de la sociedad, a personas
que no pueden contribuir a una caja de previsión, o que, pudiéndolo hacer, todavía no
han sido incorporadas a ellas. Adicionalmente, otras dos formas de protección social se
han basado en la asistencia social.

Capítulo III: Protección Social y su vinculación con compromisos


internacionales
La protección social es una herramienta fundamental de política para abordar la
exclusión social, la desigualdad y la pobreza. Los programas de protección social han
contribuido de manera significativa al logro de los Objetivos del Milenio y constituyen
herramientas clave para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la
Nueva Agenda 2030.

Compromisos:

Convenios OIT

a) Convenio 156 y la Recomendación 165 de la OIT sobre Trabajadores con


Responsabilidades Familiares, 1981
En estos instrumentos se menciona que el ejercicio pleno del derecho al empleo
implica que las responsabilidades familiares no constituyan causas de
discriminación, no obstruyan el mejoramiento de las condiciones de vida ni
comprometan el acceso y la permanencia laboral. Recomienda a los Estados
políticas públicas que involucren a los hombres para una distribución más
igualitaria de las responsabilidades.

La región presenta una de las tasas más altas de ratificación del Convenio 156
de la OIT, el cuál provee una serie de regulaciones para proteger a trabajadores
y trabajadoras con responsabilidades familiares y permitir la conciliación. Son 11
los países que han ratificado este convenio: Argentina, Belice, Bolivia, Chile, El
Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Ecuador, último
país que ratificó el convenio en febrero del 2013.

b) Convenio 183 de la OIT sobre Protección de la maternidad, 2000


Este convenio constituye la segunda revisión del Convenio sobre la Protección
de la Maternidad No.003 del 1919, el cual precisó los principios fundamentales
de esta protección, tales como: el derecho a una licencia de maternidad, a
prestaciones en dinero y prestaciones médicas, y el derecho a la seguridad.
En este sentido, la 88ª Conferencia internacional del Trabajo, celebrada en junio
del 2000, revisó el Convenio 103 y dio paso a la adopción del Convenio 183.
Este mantiene los principios fundamentales de la protección de la maternidad, y
entre otros cambios amplía su campo de aplicación a todas las mujeres
empleadas; la protección no solo a las enfermedades que sean consecuencia
del embarazo o parto sino también a las complicaciones que puedan derivarse
de estos; prevé un período de protección al empleo más largo y; que todo
Miembro debe adoptar medidas apropiadas para garantizar que la maternidad
no constituya una causa de discriminación en el empleo.

Capítulo IV: Trabajo Social y Sistemas de Protección Social


Según Alayón (2015) “El papel del trabajo social en el nivel mínimo de protección social”,
este documento de la política consta de dos partes: la primera aborda la necesidad de
que todas las personas tengan acceso a sistemas de protección social competentes. La
segunda parte se dirige al papel de los trabajadores sociales que trabajan con personas
que participan en estos sistemas. Ambas partes anticipan que la comprensión del
trabajo social y situar el bienestar social en un contexto más amplio de un modelo social
de desarrollo hacen que la protección social sea transformativa, lo que lleva a unos
resultados económicos positivos, a sociedades más sostenibles, estabilizadas,
resistentes y armoniosas.

Parte I: El papel de los sistemas de protección social en el desarrollo social


sostenido

La provisión de protección social se ha considerado tradicionalmente como el alivio de


los efectos de la inseguridad, la mala salud, la vulnerabilidad económica y social y puede
ayudar a mantener los niveles básicos de vida para todos. La protección social reduce
los temores y da seguridad y confianza de que tales problemas no provocan un mayor
empobrecimiento. Debates más recientes han planteado la cuestión de si esta
perspectiva tradicional alimenta un modelo de dependencia o de si es posible construir
sistemas de protección social que sean socialmente transformadora reduciendo la
desigualdad y fomentando la justicia social.

Los sistemas de protección social deberían tener un efecto preventivo y sostenible,


fortaleciendo la resiliencia de los individuos, las familias y las comunidades y mejorando
la capacidad de reaccionar a los riesgos de la vida.

La protección social debería mejorar la calidad de vida de las poblaciones vulnerables


que viven en situaciones precarias que podrían tener pocos o ningún recurso que les
ayude a través de las crisis y los desastres que puedan encontrar en su trayectoria de
vida. Los gastos inesperados, incluyendo problemas de salud, muerte, desempleo,
pérdida de medios de vida, desplazamiento forzado relacionado con los conflictos
violentos o desastres ambientales, y la expulsión debido a proyectos de desarrollo
causan graves problemas para el mantenimiento de la calidad de vida y para el
bienestar. En tales casos, la protección social brinda seguridad y los medios para hacer
frente a las necesidades urgentes de las personas.

Pero esta no es la única función de los sistemas de protección social. También deben
promover la realización de los derechos humanos básicos y hacer una contribución
fundamental al establecimiento de la justicia social. Además de la protección social,
ayuda a estabilizar el desarrollo económico, ya que se ha demostrado que por cada $1
gastado en protección social se obtiene un retorno de $3 a la economía. A medida que
las personas fortalecen su propia capacidad, participan en la actividad económica y esto
conduce a un aumento de los resultados sociales y económicos. Un sistema integral de
protección social contribuye a la reducción de la pobreza, reduce las desigualdades,
contribuye a la cohesión social y establece la base para un desarrollo económico
socialmente sostenible (Basu & Strickler, 2013).

Parte II: El papel del trabajador social en los sistemas de protección social.

Dentro de la comprensión práctica y teórica y la profesión de trabajo social se encuentra


incluido que las personas no pueden vivir una vida plena y sostenible, a menos que
estén conectadas de manera interdependiente en un marco social. Por lo tanto, un
objetivo fundamental de la profesión es mejorar los sistemas de protección social para
que las personas puedan vivir en ambientes sociales con confianza, con seguridad, con
dignidad y con la plena realización de sus derechos.

Este enfoque puede diferir de las tendencias de muchos gobiernos que conciben los
sistemas de protección social como plataformas de arriba hacia abajo para el alivio de
la pobreza individual o reducción de daños específicos. Mientras que la profesión apoya
activamente el desarrollo de sistemas y programas para reducir la pobreza y aliviar el
sufrimiento, esta va más allá de esto con el enfoque en la construcción de la familia, la
comunidad, el capital social y la interdependencia como una forma clave primera y
sostenible de la protección social. Esto se materializa en el concepto de desarrollo de la
capacidad comunitaria.

En todo el mundo, el trabajo diario de los trabajadores sociales implica: el fortalecimiento


de la solidaridad entre las personas, promover que la gente cuide de los demás,
comprometer a las personas a respetar los derechos de los demás, fortalecer la
solidaridad dentro de una familia, una comunidad y la sociedad.

La promoción también es un componente clave para la profesión y si trabaja en sistemas


de protección social con grandes recursos (o en entornos en los que la protección social
se basa totalmente en la cultura y la religión o contextos que dependiente de la ayuda),
los trabajadores sociales abogan por dar forma a los sistemas de protección social para
que preserven y mejoren las relaciones sociales, promuevan la integración social y
hagan que las relaciones entre las personas sean lo más armoniosas posible

Desde la perspectiva del trabajo social, los sistemas de protección social y los estados
de bienestar deben diseñarse para promover la sostenibilidad y el bienestar de la
población en su conjunto. En lugar de una estrategia que proporcione alivio para las
personas que se han visto desprotegidas por sus sociedades. En este sentido, la
profesión de trabajo social aboga por que los sistemas de protección social sean
organismos para la transformación social, centrados en fomentar la solidaridad dentro
de las comunidades y entre las comunidades, y en promover la libre determinación
mediante el fomento de la participación democrática y el fortalecimiento de las voces en
la sociedad en general.
Conclusiones
 El nuevo marco conceptual de manejo social del riesgo que se ha propuesto es
atractivo en términos intelectuales y se puede aplicar en forma productiva para
replantearse los programas de la protección social, al igual que su diseño y
ejecución. El verdadero valor de cualquier concepto nuevo radica en su
capacidad de ayudar a entender y delimitar mejor la realidad y de proponer y
ejecutar mejores políticas. En este caso aún está pendiente el veredicto, pero
hay motivos para estar optimistas.

 La protección de los trabajadores es un elemento esencial del mandato de la


OIT. Es fundamental para la consecución del trabajo decente y para contribuir a
la justicia social y a la paz social. Es tan importante hoy en día como lo fue en el
momento de la creación de la OIT, hace casi un siglo. La protección de los
trabajadores y la seguridad social son complementarias, y juntas proporcionan
la protección social que precisan los trabajadores y sus familias. La
reglamentación de las condiciones de trabajo en los ámbitos de los salarios, el
tiempo de trabajo, la seguridad y salud en el trabajo (SST) y la protección de la
maternidad es un elemento central para una protección de los trabajadores
efectiva e incluyente. Los sistemas eficaces de diálogo social y de negociación
colectiva [pueden contribuir] [contribuyen] a estas protecciones.

 Por la importancia que tiene trabajo social en la detección, evaluación y dar


prioridad a la satisfacción de necesidades de individuos y grupos sociales, el
área de protección civil, es una excelente oportunidad y reto constante para el
profesionista en trabajo social.
Referencias Bibliográficas

 Alayón, N. (2015) Trabajo social latinoamericano. A 40 años de la Re


conceptualización. Argentina. Espacio Editorial.

 Montaño, C. (2016) “Política social, servicio social y desafíos en la actualidad”


Revista Tumbos TS, año 2009, N°4. Escuela de Trabajo Social. Universidad
Central, Santiago Chile, (15-22)

 Vivero, L. (2015). El Trabajo Social en el Chile Actual: Desafíos epistémico-


político. En J. Cerda, 90 años de Trabajo Social en Chile y Latinoamérica (págs.
86-98). Santiago: Ediciones de la Universidad Tecnológica Metropolitana.

 Suárez, P. (2016). Estudios Monográficos en Trabajo Social: Estructura y


metodología. Santiago, Chile: Departamento de Trabajo Social, Universidad
Tecnológica Metropolitana.

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