Ecología de Poblaciones Del Cernícalo Primilla (Falco Naumanni)
Ecología de Poblaciones Del Cernícalo Primilla (Falco Naumanni)
Falco naumanni
Septiembre 1991
Facultad de Biología
Universidad de Sevilla
AGRADECIMIENTOS
li
tl
No hubiera realizado esta tesis sin la ayuda del Dr. Fernando Hiraldo, mi director,
f'i' que sugirió el tema de estudio, consiguió la financiación para llevarlo a cabo
I y estuvo
f siempre cerca aconsejando y resolviendo dudas. Con el Dr. José Antonio Donâzar compartí
f
It el rrabajo de campo y muchas jornadas analizando y discutiendo datos. Tengo también una
deuda especial con Manuel de la Riva, que lleva dedicados cuatro años de su vida laboral a
la observación de los cernícalos primillas, y con María José Torres, que consintió en pasar
gran parte de su tiempo libre en las colonias y ha proporcionado un estímulo constante para
ideas. María del Carmen Blâzquez se entretuvo en enseñarme el manejo de un programa que
Juan Calderón, Luis García, José Dorado y José Juan Chans, de la Sección de
Anillamiento, diseñaron y fabricaron anillas especiales para los cernícalos primillas. A la
Dra. Ana Andreu y al Dr. Miguel Delibes les agradezco todas las facilidades que me han
CONTENIDOS
INTRoDUCcIoN I
Breve introducción a la especie 2
Organización de la tesis J
AnTa DEESTUDIO 6
METoDoLOGIA GENERAL 7
Métodos de captura de adultos y pollos 9
Estimación de la fecha de puesta y la edad de los pollos 11
Técnicas de marcaje 11
Introducción t5
Métodos L6
Resultados t7
Distribución y abundancia invernales t7
Proporción de sexos y edades 17
Patrón de estancia en la colonia 20
Discusión 23
Distribución y abundancia invernales 23
Proporción de sexos y edades 23
Procedencia y densidad de los invernantes 24
Resumen 24
aÉ.
Innoducción
Métodos 28
Resultados 29
Cópulas extrapareja 35
Discusión 36
Introducción 44
Métodos 44
Resultados 44
Discusión 47
Resumen 48
Introducción 49
Métodos 50
Resultados 50
Frecuencia y distribución de las cebas 50
Discusión 54
Resumen 56
+i I Introducción 58
Métodos 58
Resultados 58
Disponibilidad de alimento 58
Cleptoparasitismo y canibalismo 59
Discusión 62
Resumen 64
Inrroducción 65
1
I
Métodos 65
I
Resultados 66
Discusión 68
Resumen 72
Introducción t5
Métodos 74
Resultados 75
Discusión 79
Resumen 80
Introducción 82
Métodos 82
Resultados 84
Fenología de la reproducción 84
Tamaño de puesta y su variación estacional 84
Exito reproductor 89
Mortalidad de los pollos 95
t:
IV
Discusión ô<
)J
Resumen 99
Introducción 101
Métodos t02
Resultados 103
Discusión 103
Resumen 106
Introducción r07
Métodos 108
Resultados 108
Fidelidad a las colonias 108
Fidelidad al nido 110
Fidelidad a la pareja 110
Discusión 111
Fidelidad a la colonia 111
Fidelidad al nido y a la pareja 111
Resumen r12
Introducción t13
Métodos rt4
Resultados 115
Dispersión premi gratoria 115
Características de los individuos que son controlados después
V
11<
dc su priutcr iuviertro ITJ
Discusión t21
Dispersión premigratoria t27
Dispersión natal t22
Resumen r24
Introducción 126
Discusión 130
Resumen r33
Inrroducción 134
Métodos 135
Resultados r37
Area de influencia de la colonia r37
Va¡iación estacional del iírea de influencia r39
Intensidad de uso del iírea de influencia 139
Actividad diaria y su relación con el uso del espacio t39
Parones individuales de uso del espacio
y diferencias intersexuales r45
VI
Discusión r+/
Resumen 1,49
Introducción 150
Métodos 151
Resultados t52
Residuos organoclorados r52
Metales pesados en el contenido de los huevos r52
Discusión r52
Resumen 154
Introducción 157
Amenazas 158
Problemas asociados a los edificios que albergan colonias 158
Transformaciones del hábitat t59
Competencia interespecífica 160
Persecución humana 160
BIBLIOGRAFIA L66
CONCLUSIONES r87
VII
1. Area de estudio 8
abundancia de invernantes 19
periodo copulatorio 34
hembras no emparejadas 3t
8. Variación estacional de a) frecuencia de las cebas de pareja, b) proporción
cópulas 51
10. Evolución del peso de los pollos desde el inicio del crecimiento de las
11. Frecuencia diaria de cebas en los nidos natal (7S) y adoptivo (65)
de un pollo adoptado 69
18. Rango en la nidada de los jóvenes que superan el primer invierno lt7
19. Distancias de dispersión natal de machos y hembras 119
de nacimiento t20
27. Area de influencia de la colonia de Mairena del Alcor en el periodo 1989-1990 138
r l^t^ l^ r^1-r^-
r-isla ue Lauras
secundar-ias 46
y otras cavidades 76
y Morón de la Frontera 78
INTRODUCCION
Oriente Medio, Rusia y China, siempre al sur de los 55" de latitud Norte (Cramp
y Simmons
1980)' Tras la reproducción migran al sur del Sahara y las mayores
concentraciones de
invernantes se observan en Sudáfrica (Siegfried y Skead IgTI),
aunque a veces siguen a las
plagas de langosta en orras zonas subtropicales (Moreau
lg72). Se han observado también
invemantes en el sur del España (Andrada y Franco 1,975) y
en el noroeste de Africa (Cade
1982)' Mackworth-Pread y Grant (1962) distinguieron dos razas: F. n. naumanni,
incluyendo la mayoía de las poblaciones, y F. n. pekinensis, localizado en China.
Actualmente la especie se consid,era monotípica (Cramp y Simmons 19g0, Glutz y cols.
191 1).
cifra aportada por Cade. En la Península Ibérica nidifican en la actualidad entre 4.000 y
5.000 (Gonzâlez y Merino, 1990), la mayoúa de las cuales se encuentran localizadas en
Aunque los cernícalos comienzan a ocupar las iíreas de cía en febrero, las primeras
puestas no se realizan hasta mediados de abril. Con anterioridad los machos han cebado a las
hembrasdurante2ó3semanas.Ponenhabitualmenteentre3y5huevosylaincubaciónse
prolonga durante 28 días (Glutz y cols. l97l). Los pollos, que nacen entre mediados de
mayo y finales de junio, perrnanecen en los nidos entre 30 y 35 días (Bustamante 1990). Se
ha observado también que ambos sexos compa¡ten la incubación y la cianza de los pollos,
aunque no se dispone de datos sobre la contribución de cada sexo a estas tareas. La
migración hacia las zonas de invernada se realiza en agosto y septiembre.
Organización de la tesis
Uno de los tratados más influyentes sobre la biología y la conservación de las aves
de I. Newton (1979). Bajo ese epígrafe el autor revisa aspectos de la regulación de las
poblaciones de aves de presa, su comportamiento social, dispersión, movimientos,
reproducción y demografía. Estos son precisamente los aspectos de la biología del cernícalo
primilla (Ealco nauman¡t) que conforman el contenido de esta tesis y de ahí su título,
aunque referido esta vez a una especie en pafiicular.
resumen-. Las tablas y frguras se han intercalado en el texto. Para evitar repeticiones
España (Irby 1895, Riddell 1945, Andrada y Franco 1975). Los individuos sedentarios y los
migradores podrían estar sometidos a diferentes amenazas (Newton 1979). Cavé (1968)
obsewó, por ejemplo, que la probabilidad de muefie para cernícalos reales (EA!çg
migradoras y sedentarias. Quizá el ejemplo más conocido sea el declive de los halcones
acumulaban DDT durante sus estancias invernales en América Central y del Sur. Mientras
tanto, otras poblaciones de peregrinos sedenta¡ias situadas en zonas humanizadas con bajo
uso de pesticidas se mantenían estables (Fyfe y cols. 1976). También se ha sugerido que el
cernícalo primilla podúa acumula¡ pesticidas prohibidos en Europa durante sus migraciones
o en las zonas de invernada (Biber 1990) y en ese caso los cernícalos sedentarios
La segunda parte reúne 5 capítulos que revisan otros tantos aspectos de la ecologra
del comportamiento de los cernícalos primillas. Los animales desarrollan pautas de
comportamiento destinadas a maximizar su eficacia biológica (Krebs y Davies 1987). No
sugerimos que ambos fenómenos podrían estar relacionados con la escasez de alimento en la
>
Introducción 5
época cle crianza de los pollos. Por otra parte, se han realizado mrìy pocos rrabajos sobre la
baja densidad. El cernícalo primilla, por el contrario, se presentaba como una especie fácil
comportamentales en el cernícalo primilla, que puede aportar nuevos puntos de vista a temas
tan debatidos actualmente como la función de una elevada frecuencia copulatoria en las
La tercera parte de la tesis examina los condicionantes del éxito reproductor de los
cernfcalos primillas y la disponibilidad y selección de enclaves de nidificación. El éxito en
la reproducción establece el potencial de reclutamiento de la población y, debido a la
dificultad de obtener estimas de supervivencia después del primer vuelo en la mayoría de las
especies (Grier 1980), este parámetro suele ser el único utilizado para rcalizar inferencias
sobre el estatus de las poblaciones. En nuestro caso, hemos analizado detalladamente los
en un modelo demográfico (Capítulo l2), que permite evaluar las tendencias poblacionales
amenazan a la especie y se recomiendan medidas que podrían paliar sus efectos negativos.
t
I
I
A¡ea dc estudio y métodos 6
AREA DE ESTUDIO
El trabajo de campo se llevó a cabo entre los meses de abril de 1988 y mayo de
colonias ubicadas en las localidades de Arahal, Mairena del Alcor y Morón de la Frontera
@igura 1). Otras colonias sevillanas donde se han inspeccionado nidos al menos durante una
Alcalá de Guadaira), Carmona (casco urbano y una cantera abandonada en las afueras),
Flacienda Clavinque y Cortijo Santo Domingo (término municipal de Mairena del Alcor), y
la ciudad de Sevilla. En 1991 se han visitado nuevas localidades sevillanas para controlar
cernícalos anillados en las colonias de cría del iírea de estudio principal. Todas estas
humanizado desde hace siglos y donde apenas quedan restos de vegetación natural. Las
colonias de la ciudad de Sevilla, situadas en edificios del casco histórico -Catedral, Iglesia
del Salvador y Hospital de las Cinco Llagas-, se hallan rodeadas en un radio de varios
kilómetros por zonas urbanizadas, que forzosamente deben atravesar los cernícalos para
caracterizado por una estación invernal lluviosa con temperaturas suaves y veranos
calurosos con ausencia casi total de precipitación (para más detalles ver Font 1983). La
comprendida entre 196I y 1990 es de 533 mm. En 1988 la precipitación fue de 534'5 mm,
similar, por tanto, al promedio. El año 1989 fue, sin embargo, muy lluvioso y se recogieron
Area de estudio y métodos 7
[Ì62'3 mm. El último año de toma de datos, 1990, resultó relativamente seco con sus 430'7
orros edificios históricos (Flospital de las Cinco Llagas de Sevilla, Catedral de Sevilla) y
casas de labranza (Clavinque y Cortijo Santo Domingo). En va¡ias localidades los cernícalos
nidifican en más de un edificio, así en Arahal ocupan las 4 iglesias del pueblo, en Morón
son 6 los edificios que los albergan y en Sevilla se repârten en tres edificaciones. De todos
modos, y para facilitar los análisis, los datos colectados en distintos emplazamientos de una
misma localidad se han rratado conjuntamente. Por esta razón, en adelante hablaremos de las
colonias de cernícalos de Arahal, de Morón o de Sevilla, aunque en sentido estricto cada una
colonias asentadas en otras localidades de Andalucía y de Badajoz, que se han utilizado para
el estudio del estatus migratorio de la especie. Estas colonias, al igual que las del rárea de
extensivos, salvo algunas colonias deCádtz, Córdoba y Jaén, que se hallan entre sierras de
METODOLOGIA GENERAL
La primera fase del estudio se inició en abril de 1988 y consistió en la elección de las
colonias donde en adelante se lleva¡ían a cabo los trabajos. En la provincia de Sevilla y
durante los años setenta se habían estudiado aspectos de la biología general de la especie
(Andrada y Franco 1975, Franco y Andrada 1977,Franco 1980). Las colonias listadas en los
Area de estudio y métodos 8
*
La Campana
o
El Torreón o Cuevas Bat¡da
Fue n tes
Carnrona
And¿luci¿
*
Escaceôa
*
o
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Lcbilla
Las C.'be¿:rs
Monte llano
A¡ea de estudio y métodos 9
trabajos mencionados fueron las primeras que visitamos. Comprobamos, sin embargo, que
algunas habían desaparecido y que otras ofrecían dificultades pam efectuar observaciones o
para controla¡ los nidos. Esta circunstancia nos movió arealizar un inventario de colonias de
en 1988-. Con motivo del censo , un numeroso grupo de observadores coordinados por J.L.
Gonzáiez visitó 312 localidades repartidas por toda Andalucía. Este trabajo permitió la
localización y censo de 772 colonias de cía de cernícalo primilla, que resultaron estar
Morón, Carmona y Castillo de Marchenilla, aunque las dos últimas dejaron de visitarse
La mayor exigencia metodológica de nuestro trabajo era contar con una población
pollos pequeños -tareas que comparten ambos sexos-, o bien porque dormían en los nidos,
hecho que se produce incluso meses antes de la puesta. Los cernícalos adultos sorprendidos
cuando accedíamos a las colonias solían peÍnanecer en sus nidos, aún cuando
manipularamos otros vecinos. Salvo en contadas ocasiones, los nidos de cernícalo primilla
estaban alejados del suelo y era preciso'utilizar escaleras o técnicas de escalada para acceder
A¡ea de estudio y métodos 10
a ellos" Cuando no poclíamos extraer los cernícalos debido a Ia protindidad del nido,
empleábamos un gancho ctlocado en un mango extensible hasta 1,5 m de longitud que
servía para empujar a los cernícalos hacia el exterior. En el mango ajustábamos una pequeña
linterna para ilumina¡ el interior de la cavidad. Los pollos eran anillados, medidos (octava
primaria y peso) y sexados siempre y cuando hubieran iniciado el desarrollo de plumas, que
comienza a partir de los diez días de edad. Los nidos se localizaban tras la inspección de
todas las cavidades que potencialmente podían albergar cernícalos. Todas las oquedades de
las colonias se detallaban en croquis la primeÍa vez que se visitaban con fines de
anillamiento. De este modo, adultos y pollos eran asignados a nidos numerados, y así era
posible detecta¡ nidos nuevos, u otros que habían dejado de serlo de un año para otro.
sector, que, tal como se explica posteriormente, había sido elegido para realizar
observaciones sistemáticas de comportamiento. Dos de ellos fueron capturados con redes
al otro cuando un cernícalo de los que se pretendía capturar había entrado en su nido. El
segundo obsewador, situado dentro de la torre, salía a 7a tenaza superior y desde allí
bloqueaba la salida del nido con una pequeña red adosada a una manga. Una tercera persona
(Berger y Mueller 1959) cebadas con un ratón doméstico @[us musculus), que habían sido
colocadas en las zonas de caza habituales de los cernícalos o en la periferia de las colonias.
Aunque este tipo de trampa se utiliza habitualmente y con excelentes resultados para
capturar adultos de otras especies de cernícalos (Berger y Mueller 1959, Cavé 1968, Village
1990), no parece ser adecuada para los primillas, tal como ya señalaron Bijlsma y cols.
1990) que primillas. Los machos que capturamos, todos en el mes de mayo, estaban
que los machos reproductorcs seleccionan activamente presas de gran tamaño (Flovette
Las fecha de puesta del primer huevo de cada pareja -una referencia para el estudio
fue estimada a partir de la fecha de eclosión descontando 32 días (28 días de incubación
(Glutz y cols. 1971, Cramp y Simmons 1980) más los 4 días que transcurren desde la puesta
del primer huevo hasta que se inicia la incubación con la puesta del tercer huevo (Bijlsma y
cols. 1988 y observaciones propias). La fecha de eclosión se determinó bien porque alguna
de las visitas al nido coincidió con el nacimiento de los pollos, o bien descontando la edad
de los pollos, estimada a su vez mediante la ecuación "y = 10'44 + 0'14 x" (r = 0'94, P <
0'001), que relaciona la edad del pollo en días (y) con la medida de su octava primaria en
mm (x). Esta ecuación se dedujo a pa-rtir de las medidas tomadas a pollos (n = 43) para los
Técnicas de marcaje
Varios de esos individuos, que fueron observados por nosotros un año después de su
anillamiento, habían perdido una o más anillas de color, imposibilitando este hecho su
identificación. El sistema elegido por nosoros para individualiza¡ a los cernícalos fueron
anillas laminadas de PVC de lectura a distancia colocadas en uno de los tarsos, que
cernícalo capturado se le colocaba además en el tarso opuesto una anilla metiílica de la serie
series para permitir su lectura desde distintos ángulos. Si las condiciones de observación son
hasta unos 100 m del observador. El código empleado permite alrededor de mil
combinaciones distintas para cada color de anilla, luego de elimina¡ algunas que podían
provocil confusiones (las letras "C" y "G" son difíciles de distinguir a distancia, por
ejemplo). Este tipo de marca había sido utilizada anteriormente con éxito en otras aves
gregarias de gran tamaño, como cigüeñas (eicadê spp), flamencos (Phelenicopjgrus ruber) y
espátulas (Platalea leucorodia) (J. Calderón, com. per.), pero en aves rapaces se utiliza poco,
proporciona menos información que en las zancudas porque se les ven peor las patas, y se ha
Kochert 1987). El buen rendimiento que, como se verá después, han proporcionado en el
cernícalo primilla se explica por dos razones: a) se trata de un ave antropófila, que permite
vegetación que oculte la visión de las anillas. En las colonias donde se realizaron
anillamientos y en otras periféricas se han llevado a cabo controles periódicos con telescopio
a lo largo del estudio, y con especial intensidad en 1991, para estimar tasas de retorno a las
En 1989, 6 pollos de Mairena fueron equipados con marcas alares de Saf1ag, del tipo
conocido como de patagio o "piercing-wing" (Village 1982, Young y Kochert 1987), con
con radioemisores de cola que pesaban alrededor de 5 g (nunca superaron eI3o/o del peso del
ave). Los emisores se ajustaban en la base del cañón de una o las dos rectrices centrales,
mediante hilos de algodón y pegamento rápido; la antena se cosía también a lo largo del
cañón de un modo similar al descrito por Kenward (1978). La duración teórica de la batería
de los emisores era de fres meses, aunque por diversas razones -pérdida de la pluma, mal
Algunos individuos fueron equipados con un segundo emisor después de perder el primero.
normal, salvo algunos que en el mismo día de la captura se ausentaron de la colonia durante
varias horas. En cualquior caso, ningún fallo en la reproducción puede ser atribuido a esta
causa.
nidos de la colonia del Castillo de Mairena del Alcor. En 1989 totalizamos 475 horas de
castillo, desde donde, sin necesidad de ocultarnos, era posible controlar la actividad de los
cernícalos en todos los nidos simult¿íneamente con prismáticos (8x30) o telescopios (20-40x
mayoría de ellos fueron capturados, y al término del período reproductor de 1989 sóio dos
individuos de los que formaban las 7 parejas controladas no portaban anillas. En 1990, las 6
lMechinal: agujero cuad¡ado que se deja en las paredes cuando se fabrica un edificio para meter en él un palo
horizontal del andamio (Diccionario de la Real Academia de la Lengua).
Area de estutlio y métodos 14
Dos o tres días por semana entre febrero y julio de 1989 y 1990 un observador
permaneció en el observatorio de Mairena desde el amanecer hasta el anochecer, registrando
agresiones, cebas, robos de comida...), interacciones con otras especies y las llegadas o
pafiidas de los individuos para conocer sus patrones de estancia en la colonia. El observador
de la colonia también trataba de identificar las presas aportadas por los machos a las
hembras antes de la puesta y por ambos miembros de la pareja a los pollos.
sus desplazamientos por las zonas de caza. Los dos observadores mantenían contacto por
radio para facilita¡ el radiorastreo, ya que el observador de la colonia también disponía de
un receptor y podía controla¡ los movimientos de las aves ma¡cadas cuando éstas se
Los análisis estadísticos se han realizado mediante los programas BMDP (The
Regents of the University of California), disponibles en la terminal del C.I.C.A. (Centro de
Informática Científica de Andalucía) en la Estación Biotógica de Doñana. Algunos tesrs de
Statgraphic. Las hguras confeccionadas por ordenador se han elaborado con los programas
Parte I
Estatus migratorio
INTRODUCCION
Cuenca Mediterránea, Rusia Meridional y Asia Central, mientras que la invernada pilece
desarrolla¡se en países africanos situados al sur del Sahara (Moreau 1972)- Las mayores
197I). Algunos cernícalos invernantes han sido observados, sin embargo, en zonas con
colonias de cría del sur de España (Irby 1895, Riddell L945) y Mamrecos (Heim de Balsac y
Mayaud 1962, Thiollay 1974). Bernis (1980) duda de que los individuos observados en
España sean realmente invernantes y sugiere que podía tratarse de migrantes que retrasan la
migración postnupcial o que adelantan la prenupcial. De todos modos, el fenómeno ha
1986).
Invemada 16
Nuestros objetivos han sido: a) identificar las iíreas de invernada de los cernícalos
primillas en España, b) conocer su procedencia, c) establecer qué fracción inverna del total
de los cernícalos presentes en época estival, d) estimar proporción de sexos y edades entre
METODOS
para censar individuos invernantes. Entre diciembre y enero de 1989 se volvieron a visita¡
11 colonias de las 38 inicialmente seleccionadas para detectar posibles cambios en el
número de invemantes a lo largo de la estación. Todos los censos se llevaron a cabo en las
colonias porque se había observado anteriormente que los invemantes continúan ligados a
ellas (Andrada y Franco 1975) y además son difíciles de detectar en los cazaderos (De Juana
y Gómez 1987).
simultáneamente. Los cernícalos se censaban con binoculares y, siempre que era posible, se
anotaba su sexo y edad en el caso de los machos (primer año versus dos ó más). Cuando se
detectó algún individuo marcado con PVC se trató de leer la anilla con telescopio. Las
inspecciones nocturnas de nidos en Arahal, Mairena y Morón nos permitieron averiguar que
los cernícalos primillas los utilizaban para dormir en invierno. Pa¡a estimar los patrones de
estancia de los cernícalos en las colonias durante el invierno, se censaron los individuos
Pa¡a establecer las fechas de llegada de la fracción migrante tras el invierno 1988-
1989, y puesto que el número de individuos marcados era relativamente bajo al inicio det
estudio, conrrolamos colonias situadas fuera del área de invernada. De este modo, los
cernícalos primillas recién llegados rras la migración no se confundirían con los invernantes.
es¡udio principal con cernícalos puramente estivales, desde e1 mes de enero de 1989 hasta
que observamos cernícalos en todas ellas. Los controles de individuos anillados en las
nacional de 1988 (González y Merino 1990) se han utilizado para establecer comparaciones
ordenador "Surfer".
RESULTADOS
1988-1989. Los datos de censo obtenidos en cada colonia, tanto en época de cría como en
se encontraban situadas a lo largo del valle del Guadalquivir, en zonas agrícolas del centro y
suroeste de Andalucía. La altitud media de estas colonias (I72 m, n = 24) ha resultado ser
significativamente menor que la de las colonias sin invernantes (369 nì, r = 14) (U de
Mann-Whitney = 9015, P < 0'05), éstas últimas localizadas en la periferia del valle.
El 64'77o de los individuos avistados en invierno (n=275) pudo ser sexado. De ellos,
el60Vo eran machos con plumaje definitivo (dos o más años de edad) y el resto hembras de
edad desconocida (y2 = 6'88, gl = 1, P < 0'01). No se observaron jóvenes nacidos el año
anterior, y los cinco individuos anillados que se observaron en el invierno 1988-1989 habían
de Andalucía.
I 0 15 0 39
2 l0 611 6 83 t66
J l ata 4 88 93
4 0 J 0 t0
5 4 217 J 66 t7
6 0 ll 0 3M
7 2 rlr 7 t4 87
I 4 l0 20 38
9 0 2 0 7l
l0 2t 7lB 35 30 t2
ll 0 2 0 t52
12 0 35 0 2tl
13 34 22/12 66 26 200
t4 4 3lr t0 20 53
l5 t7 r0l5 45 18 t20
r6 t4 6t6 t2 58 90
t7 r4 rll 27 26 t40
18 J u2 J 50 150
19 20 2ls 60 t6 253
20 l3 617 8 8l 39
21" ? 15 ? 200
22 0 28 0 257
23 0 25 0 600
24 0 6 0 623
25 30 tzl6 40 37 258
26 23 t517 35 JJ r49
27** 4 )t) ? ? 183
2g** 7 413 ? ? 131
29 0 ? ? 123
30 2 UO l5 7 300
3l 10 UO 20 25 110
32 2 ur 15 6 444
JJ 0 22 0 388
34 0 t4 0 473
35 24 35 34 437
36 6 210 37 8 458
37 0 28 0 573
38 0 l7 0 748
2a
0 200 500 m
¡
1O0 Km
2b
e.,
o
2c
concreto de Mairena, los cernícalos dormían repartidos en pequeños grupos en varios postes
de puestas muchos de ellos permanecían de noche en los nidos y por parejas. En Morón, el
m¿ìrzo ya eran doce las parejas que dormían en la misma colonia, prácticamente todas las
ocurrieron entre el 4 y e|1.2 de febrero. Todos los machos exhibían plumaje definitivo y su
número era superior al de las hembras (Tabla 2). En la colonias con individuos anillados
observamos que los machos llegaban antes que las hembras y los adultos también antes que
NQ de individuos
30 o
¡ì
20
o
o
o
a :o a
10 o
a a
o
oo :. :
o
a: O
'\. to.'
loo a
o a
I 9 10 11 12 13 14 15 16 17
Hora
Campanario 4 4 4.2.89
Acedera J I I 5 5.2.89
Oliva J 2 5 10.2.89
Guareña J 3 6 10.2.89
Medellín 2 2 4 10.2.89
Mérida 2 2 4 11.2.89
Zafra I I 2 71.2.89
Fuentede- 6 J 9 LL.2.89
cantos
TOTAL 2l r5 5 9
Porcentaje 58 42
Invemada 23
DISCUSION
Guadalquivir apenas sufre heladas -entre 0 y 20 días al año- y registra las temperaturas
medias mis altas en el mes de enero del conjunto del rírea de cría de la especie en España.
Esto es debido a que la influencia templada atlántica penetra profundamente hacia el interior
a Io largo del valle (Font 1983). Similares asociaciones con la temperatura explican también
ia distribución invernal del cernícalo americano @lco sparverius) en los Estados Unidos
(Root 1988) y el cernícalo real (F. tinnunculus) en Gran Bretaña (Village 1990). Los
inviernos templados en el valle del Guadalquivir permiten, por otro lado, que se encuentren
que constituyen la base de la dieta invernal de los cernícalos primillas (Franco y Andrada
1977) y que en zonas más frías se encuentran aletargadas.
otras especies del género Falco. Village (1990) observó este sesgo entre cernícalos reales
de machos y hembras aumentaba con la dureza del invierno. En otros halcones que exhiben
migración parcial ocurre lo mismo (halcón gerifalte €aþe rusticolus) Platt 1976 y halcón
peregrino (F. pereginus) Mearns I9B2). Sólo una población invernante de esmerejones (F.
columbarius) en Saskatchewan (Canadá), donde los machos jóvenes y las hembras más
Nuestras observaciones indican, por otro lado, que sólo cernícalos primillas adultos
pasan el invierno en España, como ya había sugerido Riddell (1945) a partir de las
Invemada 24
confirma que los cernícalos primillas siguen la estrategia más común entre las aves con
migración parcial, consistente en que los jóvenes son el grueso de los migmntes mientras
área con una población parcialmente sedentaria. El hecho de que el número de invernantes
en cada colonia sea inferior al de reproductores también sugiere que se trata de adultos
sedenta¡ios. El porqué algunos adultos migran y otros no permanece sin aclarar. Además
podía ocurrir que algunos adultos que han invernado en sus colonias un año migten al
siguienre, ral como sugiere la distribución de controles de una hembra anillada con PVC. Si
totalmente sedentarizados, sino más bien de individuos que toman diferentes decisiones
en Andalucía, podemos estimar una población invernante de 760 individuos. Puesto que
están disrribuidos sobre un área de unos 20.700 Km2, había una densidad de invernantes de
1 individuo por cada 27 Km2, mucho menor que la densidad de 1 individuo por cada 6'2
RESUMEN
permanecieron en invierno en las cercanías de las colonias donde habían criado con
Invemada 25
el 6 y el 88%. Todos los jóvenes abandonaron las colonias en invierno, migrando a Africa.
Las colonias con invernantes estaban localizadas en ¿íreas agrícolas del valle del
Guadalquivir. Esta zona tiene inviernos más templados que el resto del ârea de cía de la
especie, y raramente sufre heladas, lo que debe favorecer la actividad de 1os insectos que
con el fin de visita¡ los nidos que utilizaían en la siguiente reproducción. Los controles de
individuos anillados mostraron que los migrantes regresaban gradualmente a las colonias
desde Africa entre febrero y abril, apareciendo primero los adultos y después los jóvenes
Parte II
Ecología del comportamiento
INTRODUCCION
más complejas de lo esperado (Gladstone 1979, McKinney y cols. 1984, Westneat y cols.
1990). Trivers (1972) sugirió que los machos podrían adoptar una estrategia reproductiva
mixta (ERM)I en aquellas especies donde los machos realizan una importante inversión
parental. De esta forma, los machos comparten el cuidado parental con sus parejas pero
explotan también las oportunidades para fe¡tilizar otras hembras y parasitan así la inversión
que las hembras deban aceptar las cópulas exrapareja (Cgp)3 para que éstas tengan éxito.
El interés de las hembras en copular con machos ya emparejados podía va¡ia¡ dependiendo
copulando con un intruso (Trivers 1972,Birkhead y cols. 1985, Westneat y cols. 1990, Fitch
y Shugart 1984, pero ver Moller en prensa). Adicionalmente, se arriesgan a ser repudiadas o
â corìscguir un nlenor nivel cle inversión de sus palejas. Las hembras desempareJadas, por el
incluso a reproducirse con la ayuda de un macho que no es su pareja tras haber sido
Cuando los machos adoptan una ERM riene lugar competencia espermática (sensu
Parker 1970). Consecuentemente, los machos adoptan medidas para asegurar su paternidad.
Las adaptaciones más comunes parecen ser la vigilancia de la pareja y la devaluación del
esperrna de los competidores con una alta frecuencia de cópulas (ver Birkhead y cols. 1987
para una revisión). Para la gran mayoría de las aves de presa (Accipitriformes,
Falconiformes y Strigiformes), ambos mecanismos difícilmente estar¿ín operando juntos, ya
que los machos alimentan a sus hembras durante el periodo de cópulas (ver Newton 1979).
De este modo, con los machos buscando alimento y las hembras perrnaneciendo en los nidos
o sus cercanías, las posibilidades de mantener una vigilancia efectiva de la pareja son
reducidas. La alta frecuencia de cópulas mostrada por las rapaces ha sido pues relacionada
Muchas aves de presa muestran largos periodos de cópulas (Cade 1960, Ellis y
Powers 1982, Robertson 1986, Moller 1987, Berran y Romero en prensa). Asi muchas
cópulas podrían estar ocurriendo fuera del periodo fértil de las hembras. De acuerdo con
Lumpkin (1983), Moller (1985), y Birkhead y Lessells (1988), dilatados periodos de
cópulas podrían ser una estratagema de las hemb as para ocultar su periodo fértil, quizá con
el objeto de conseguir mayor cuidado por parte de sus machos. También los machos podrían
tener dudas acerca del inicio de la reproducción y, en este caso, deberían empezar a copular
lo antes posible. Cade (1960) y Brown (1967) sugirieron que iniciando pronto las cópulas,
las hembras conseguiían la estimulación necesaria para una rápida adquisición de la
condición fértil. Finalmente, las cópulas podrían ser utilizadas por las hembras para evaluar
la aptitud de los machos para el cuidado parental (Moller 1985, Aguilera y Alvarez 1989,
.h,n el caso del cernícalo pnmilia, aunque ambos sexos presentan simii¿ues medidas
algunas hembras son hasta un 24Vo más pesadas que sus parejas (Cade 1982). Los machos
Nuestros objetivos han sido establecer los patrones copulatorios de los cernícalos
METODOS
en Ia colonia de Mairena del Alcor, durante los años 1989 y 1990. Como se explica en el
amanecer hasta el anochecer dos o tres días por semana entre febrero y julio de cada año.
Cada vez que se observaba una cópula, se determinaba qué individuos estaban
implicados y se registraba: a) hora solar. Por razones analíticas dividimos las horas de luz
diurna en rres periodos -(1) desde el amanecer hasta tres horas después, (2) horas centrales
del día, (3) desde tres horas antes de la puesta del sol hasta que se ponía el sol-. Cada cópula
fue asignada a uno de estos periodos. b) Exito del intento de cópula. Consideramos que la
cópula fue exitosa, y la transferencia de esperma probable, cuando observamos que los
individuos juntaban las cloacas. c) Duración de la cópula, medida con una precisión de 0'1 s.
período de cópulas las hembras exhibieron un comportamiento petitorio hacia los machos,
Comportamiento copulatorio 29
que interpretamos como soiicitud cle cópuias (ver Cramp y Sirnmons 1980).
tomado como referencia la fecha de puesta del primer huevo de cada hembra focal. Cuando
no se pudo comprobar directamente por inspección visual del nido, se calculó a partir de la
RESULTADOS
los cuales 99'9Vo tuvieron lugar en la colonia y el 0'l%o en las zonas de caza. Como las horas
como fuera de ella (952), podemos concluir que la prâctica totalidad de las cópulas tienen
lugar en la colonia. Casi todas las cópulas tuvieron lugar en la entrada de los nidos o en su
inmediata vecindad. Una de las parejas sometida a observación copuló alguna vez en un
árbol situado a unos tres metros de la entrada de su nido. La mayoía de las cópulas (93'3Vo)
se produjeron entre individuos que formaban pareja, el resto (6'7Vo) fueron consideradas
CEPs.
lo largo del periodo de cópulas (Fig. a). Diez parejas, todas formadas por individuos que
tenían más de un año de edad, mostraron un patrón estacional claramente bimodal en la tasa
horaria de cópulas (na de cópulas/hora). Por término medio, los picos de esa distribución
bimodal ocurrieron 65 días (DE4 = 10'4, n = 10) y 5 días (DE = 3'3, n = 10) antes de la
puesta de el primer huevo (día "0"). En 6 parejas el primer máximo fue menor que el
segundo; pal.a 3 parejas el primero fue superior al segundo y, hnalmente, una pareja mostró
similares tasas para ambos picos (ver Fig. 4). El segundo patrón de cópulas comprendía un
solo máximo y fue exhibido por tres parejas mixtas formadas por un individuo nacido el año
4DE
= desviación estiíndar
1-
Comportamiento copulatorio 30
anrcrior (2 machos y 1 hcnrbla) y otro de mayor edacl. En estas parejas el pico en la tasa
horaria de cópulas tuvo lugar una media de 15 días (DE = 8'9, n = 3) antes de la puesta del
primer huevo. El segundo pico del primer grupo de parejas tendía a ocurrir más cerca de la
puesta que el pico único de las parejas mixtas. Por otro lado, la tasa máxima de cópulas
tendía a ser más alta para las parejas mixtas que para las otras (media 1'25 versus 0'83
cópulas/hora). El número medio de cópulas por hembra y por estación para las parejas
bimodales fue estimado en 326'2 (DE = 67'2, n = 10), siendo el rango 177'l - 404'4. La
estima para las parejas unimodales fue de 174'0 cóp:ulas (DE = I32, n = 3) y un rango entre
59'3 y 318'3.
fueron aparentemente solicitadas por las hembras en 91 ocasiones (7'0Vo). Las cópulas
solicitadas tendían a ocurrir al final del período de cópulas de cada pareja, aunque su baja
cópulas en las horas del día en las que la probabilidad de fecundación es más alta (lr4oller
1987, Cheng y Burns 1988). Los cernícalos primillas ponen huevos durante la noche o al
amanecsr, así que las primeras horas de la mañana serían las mejores para copular y obtener
ventaja sobre los competidores. Aplicando a nuestros datos un ANOVA5 d" trer vías se
significativa (Ft8,430 = l'74, P:0'02). Las cópulas tendían a producirse por la mañana
temprano y a úrltima hora de la ta¡de a lo largo de todo el período de cópulas (Fig. 5).
1 1 1
rillltrrr
I I
1 1 1
J Ir ill
I
1 1 1
I I t
1 2l 2
I t
2
x2
t I t
señaladas con el I estaban formadas por aves adultas. Las parejas señaladas con el 2 tenían
un individuo de primer año. Se incluyen también los valores medios para cada categoúa (X1
tiempo que pasa desde el encuentro de los miembros de la pareja hasta la primera cópula
decrecía a lo largo de la estación de cópulas. Así, la media del intervalo fue de 10'6 minutos
(n = 227) antes del día -20, 6'7 minutos (n = 257) entre el día -20 y el - 1, y 6'1 minutos (n :
119) desde la puesta del primer huevo hasta el fin de las cópulas. Las diferencias, sin
El patrón de estancia de los machos en la colonia fue muy regular a lo largo de todo
el periodo de cópulas, mientras que las hembras prolongaron sus estancias conforme se
acercaba la puesta (Fig. 6). Puesto que virtualmente todas las cópulas ocurrieron en la
colonia, el tiempo desde la reunión de la pareja hasta la primera cópula podría estar
influenciado por el sexo del primer individuo que llegara a la colonia. Si la hembra fuera la
primera en llegar, podía esperarse del macho que intentara copular inmediatamente porque
su hembra habría estado expuesta a CEPs. Antes del día-20,las cópulas se producían 12'1
minutos si el primero en llegar era la hembra. Entre los días -20 y -l los tiempos fueron 6'3
minutos cuando el macho apareció primero y 8'1 para el caso opuesto. Después del día -1
hasta el fin de las cópulas (día +10 aprox.), los tiempos fueron 6'3 y 3'3 minutos,
respectivamente. Un ANOVA de tres vías mostraba que el tiempo desde la reunión hasta la
cópula estaba relacionado con la fecha (F2,474 = 70'2, P < 0'001), y con las parejas (Fg,+74
- 4'19, P < 0'001) pero no con el primer sexo que llegara (FZ,4l4 = 0'14 P = 0'86). La
interacción de los factores "fecha" y "pareja" también era significativa (F1g,474= I'71,P =
0'03).
Comportamiento copulatorio 33
16 COPULAS
1
DIAS
HORAS
-60
5.30
Figura 5. Variación horaria y estacional en la frecuencia de cópulas. Fecha de puesta = día "0"
Comportamiento copulatorio 34
&&
80
60
40
20 I I
I
o
-100 -90 -80 -70 -60 -50 -40 -30 -20 -10 01020
días respecto a la puesta
90
80 ?9
70
60
50
40
i
I
30
20
fo
o
-100 -90 -80 -70 -60 -50 -40 -30 -20 -10 01020
días respecto a la Puesta
copulatorio.
Comporturmiento copulatorio 35
Las hembras que primero pusieron huevos fueron también las que empezaron a
copular antes (r = -0'855, P < 0'001, gl = 11), y su periodo de cópulas fue más largo (r = -
0'783, P < 0'01, gl = 11). Sin embargo, la tasa diaria de cópulas se correlacionaba
negativamente con la duración del periodo de cópulas (r = - 0'730, P < 0'01, gl = 11).
Las hembras podrían usar las cópulas para evaluar la calidad del macho si las
cópulas son costosas y sólo los machos de alta calidad son capaces de copular mucho.
Nosotros encontramos que los machos que empiezan antes a cebar a sus parejas las ceban
también durante un periodo más largo (r = 0'831, P < 0'001, gl = 11) y fueron además los
que antes iniciaron las cópulas (r = 0'560, P < 0'05, gl = 11), aunque, no obstante, sus tasas
de cópulas tendían a ser menores (r = 0'560, P < 0'05, gl = 11). No hallamos correlaciones
significativas (P > 0'05) entre la tasa diaria de cópulas y a) la fecha de inicio de las cópulas
Nueve hembras focales (697o) recibieron intentos y 5 de los machos (387o) intentaron
copular con hembras distintas de sus parejas. Un total de 64 CEPs (68,8Vo) involucraron a
emparejadas (X2 = 69'52, P = 0'000, gl = 1). Sólo dos de las hembras no emparejadas que
habían copulado previamente con machos emparejados se emparejaron con oros y
intentos clc CEP clcspués clc enrpiu'cjiuse. Una había copulado previamente con al ma¡os 6
diferentes machos emparejados, aunque eL 907o (n = 58) de esas cópulas las realizó con el
mismo macho. La otra hembra copuló con al menos 1 macho antes de emparejarse
definitivamente.
estaban a punto de empezar la puesta de los huevos (Fig. 7). La frecuencia de CEPs sobre
puesta.
agresión del macho emparejado con la hembra hacia el intruso (n = 3); b) agresión de la
propia hembra afectada hacia el intruso (n = 7); c) falta de cooperación de la hembra (n =
22); d) el macho intruso cayó y no pudo terminar la cópula (n = 1). Los machos no parecían
invertir mucho esfuerzo protegiendo a sus hembras ya que estaban presentes cuando
ocurrieron varios intentos de CEP (n = 18) y sólo atacaron a los intrusos en 4 ocasiones
(22'2o/o).
DISCUSION
Los cernícalos primillas mostraron dos diferentes patrones de cópulas. El patrón más
común se extendía sobre un largo periodo (hasta 94 días). El patrón diario de las parejas que
seguían este modelo tenía dos máximos separados una media de 61 días. Los patrones de
cópulas prolongados no parecen ser excepcionales en las rapaces (águila real Aquila
chrysaetos (Ellis y Powers 1982), buitre del cabo Gyps cogrotheres (Robertson 1986), azor
Accipiter gentilis (Moller l9BI), águila perdicera Hieraetus fasciatus (Bertran y Romero en
prensa). De est¿r forma, algunas cópulas deben tener lugar probablemente fuera del periodo
fértil de las hembras, ya que la duración de este último se ha estimado en unos 7 dras para
las aves de presa (Grier y cols. 7972 en Bird y Buckland 1976). El periodo fértil en el
comportamiento copulatorio 37
CE Ps
12
10
6
I
4 L
t
I
I
2 L
I
I
o
-60 -50 -40 -30 -20 -10 o1020
DlAS
fertilización de las hembras. En lugar de eso, podían deberse a un ajuste reproductivo entre
los miembros de la pareja (Brockway 1966, Brown 1967, Erickson y Zenone L976).
En el cernícalo primilla el inicio de las puestas varía hasta 3 semanas entre años y la
duración del periodo de puestas se prolonga alrededor de un mes cada año. En consecuencia,
los machos podrían tener dudas acerca del inicio de la reproducción. Las hembras, por su
parte, podrían sacar pafiido de un largo periodo de cópulas para ocultar su periodo fértil (ver
Moller 1985, Birkhead y Lessells 1988) y obtener con ello un cuidado más prolongado de
sus parejas. Algunas observaciones nos permiten rechazar estas hipótesis en el caso del
cernícalo primilla: a) las hembras solicitan cópulas más frecuentemente justo antes de la
puesta, b) la mayor frecuencia de CEPs dirigidas hacia hembras emparejadas tenía lugar la
víspera del inicio de la puesta de esas hembras y, c) casi todas las CEPs tenían lugar entre el
día -10 y la terminación de la puesta. Consecuentemente, sería difícil explicar como las
hembras ocultan su periodo fértil a sus parejas y no a otros machos. Por otra parte, las
de puesta y perrnanecían la mayor parte del día en los nidos justo antes del inicio de la
puesta.
El largo periodo copulatorio exhibido por algunos cernícalos primillas puede ser
relacionado con un ajuste reproductivo entre los miembros de la pareja. Esto ya había sido
sugerido por Cade (1960) para los prolongados periodos de cópulas en el género Falco. Las
hembras que empiezan a copular antes conseguirían una estimulación sexual más temprana
y, con ello, comenzarían antes la puesta. En el caso de otras especies de aves, los machos
entran en celo antes que las hembras (Murton y Westwood 1977). Los machos adquieren la
necesa¡ia estimulación por las condiciones ambientales, mientras que las hembras necesitan
ser también estimuladas por sus parejas, usualmente a través de actividades de cortejo
Comportamiento copulatorio 39
(Brockway 1966, Brown 1967, Erickson y Zenone I916). Nuestros resultados rndican que el
de las primeras a las últimas parejas que se reproducen cada año. Consecuentemente,
aquellos individuos que empiecen antes a copular pueden esperar un mayor éxito.
Un segundo patrón de cópulas fue mostrado por treg parejas que exhibían un único
máximo en la frecuencia diaria de cópulas alrededor de 15 días antes de la puesta. Este
patrón y la segunda mitad del patrón bimodal presentado por las otras 10 parejas puede estar
el mínimo necesario para producir huevos fértiles (Birkhead y cols. 1987). De hecho,
cernícalos primillas cautivos tuvieron puestas fértiles de 4-5 huevos después de una sola
inseminación artificial por huevo. (M. Pomarol, com. per.). Quizás la alta tasa de cópulas
del cernícalo primilla sirva para diluir el esperma de competidores, como ocurre en otras
especies de aves (Moller 1987, Birkhead y cols. 1987, Aguilera y Alvarez 1989). Esta
interpretación está apoyada además por el hecho de que parejas que se formaron tardíamente
-involucrando así a hembras que habían tenido la oportunidad de copular con otros machos-
de las cópulas en las primeras horas después de la puesta del huevo, cuando tiene lugar una
"ventana de fertilización" (Moller 1987 , Cheng y cols. 1983, Bkkhead y cols 1987, Cheng y
es más alta (ver revisión en Birkhead y cols.). En el cernícalo primilla, el patrón diario de
cópulas mostraba, como era de esperar, un pico en las primeras horas de la mañana, aunque
un pico similar tenía lugar también a última hora de la tarde. Este parón diario bimodal se
Comportamiento copulatorio 40
mantenía a lo iargo de rodo ei periodo cle cópulas y, en nuestra opinión, estaía más
relacionado con el parrón de estancia en la colonia de los cernícalos que con necesidades
impuestas por la fertilización. De hecho, ese patrón bimodal de estancia en la colonia ocurre
también en invierno, antes del inicio de las cópulas (Negro y cols. 1991).
que las cópulas ocurrieran antes cuando la hembra era la primera en llegar a la colonia tras
un periodo de ausencia de los dos miembros de la pareja. Por otro lado, el incremento de la
vigilancia de la pareja por los machos en el periodo fértil de las hembras (descrito en
especies con cebas de cortejo, ver Birkhead y cols. 1985, 1987) tampoco fue observado.
Cuando se acercaba la puesta, los machos invertían la mayor parte de su tiempo cazando
lejos de la colonia y sólo volvían a ella para cebar a sus hembras y copular. En
consecuencia, los cernícalos primillas parecían adoptar algunas contramedidas para evitar
puesta y cuando los machos llegan a la colonia después que sus parejas). Esta situación no
es rara en orras aves (Aguilera 1989, Aguilera y Alvarez 1989, Westneat y cols. 1990). La
razón pueden ser los costos que imponen las adaptaciones mencionadas anteriormente. De
acuerdo con nuestras observaciones, tanto los machos como las hembras de cernícalo
distintas a una alta tasa de cópulas para contrarrestar el esperma de posibles competidores
resultaía en un menor tiempo de caza para los machos, y ello traería consigo menos cebas a
las hembras. Como la ftinción de las cebas a las hembras parece ser fundamentalmente
energética -engordarlas para conseguir la mayor puesta posible-, el coste de otras medidas
que llevaran aparejada una disminución de la tasa de cebas podría ser demasiado alto.
I
a
Comportamiento copulatorio 4 I
Los machos de cernícalo primilla desarrollaban una ERM e intentaban copular con
sus parejas y orras hembras. Como la mayoría de las CEPs ocurrían cerca de la puesta, su
función pzLrecía ser la inseminación de las hembras. No esta claro porque los machos han
mantenido la tendencia a intentar CEPs cuando la mayoría patecen no tener éxito (al menos
aquellos dirigidos a hembras emparejadas). No puede descartarse, sin embargo, que los
intentos de CEP puedan eventualmente ser exitosos, como ocurre en el cernícalo americano
(Towers 1990), y dejen descendencia a los machos que los pmctican. Se han citado alus
especies con bajos niveles de CEPs (Westneat 1987a,1987b). Y es más, algunas hembras
podrían aceptar CEPs bajo ciertas circunstancias, por ejemplo un largo periodo de ausencia
de su pareja (ver más adelante). Por otro lado, la relación coste/beneficio de las CEPs para
los machos podría ser tan baja que explicara por sí misma la persistencia de una ERM en los
machos.
hembras emparejadas implicadas en intentos de CEPs nunca fueron alimentadas por los
machos intrusos y se arriesgaban, sin embargo, a ser abandonadas por sus parejas, o a
obtener una menor contribución de los machos en la cría de los pollos (como ha sido
documentado en otras especies por Moller 1988 y Morton y cols. 1990). La situación parece
hembra emparejada, otra hembra que hubiera copulado con su macho podría ser la primera
relativamente alta (alrededor del 30Vo, ver Capítulo 12), asi que una estrategia como la
descrita poclría ser adaptativa. Esta sugerencia se apoya también en una observación que
Comportamiento copulatorio 42
realizamos desptrés de la captura y posterior suelta de una hembra emparejada. Esta hembra
fue equipada con un radioemisor de cola y, probablemente debido a estrés transitorio, dejó
la colonia durante un día entero después de ser liberada. En su corto periodo de ausencia, su
pareja admitió a orra hembra en su nido y copuló con ella varias veces. Al día siguiente la
hembra original volvió y recuperó a su antigua pareja y su nido.
Una segundarazón para que las hembras no emparejadas aceptaran cópulas de varios
machos sería la obtención de estimulación sexual. De esta forma, las hembras, que estarían
preparadas para poner huevos, podrían emparejarse más tarde con un macho no emparejado
y llevar a cabo la puesta muy rápidamente. También se han observado hembras de otras
especies criando a sus pollos con la ayuda de machos que no son su pareja (Tnvers 1972,
Hunt y Hunt 1977), aunque esta circunstancia no ha sido nunca detectada en el cernícalo
lo largo cle un extenso periodo con los mismos machos ya emparejados, no podemos
descartar que algunos machos persigan más la poliginia (bigamia en este caso) que una
ERM con CEPs típicas (ver Westneat y cols. 1990 para definiciones). En este último caso,
los principales beneficios para las hembras no emparejadas seían de nuevo el acceso a un
alta inversión parental efectuada por los machos d.urante la cría. La principal estrategia
seguida por ambos sexos sería avanzar la fecha de puesta y conseguir con ello mejores
expectativas de éxito reproductor. En este contexto, las adaptaciones para evita¡
fertilizaciones extra pareja que interfirieran con las cebas de las hembras antes de la puesta
no serían selectivamente ventajosas para los machos a menos que la frecuencia de CEMs
fuera alta. En las hembras emparejadas se seleccionaíala frdelidad al macho para retener
Comportamiento copulatorio 43
las cebas, como se ha sugerido para especies con cebas de cortejo (Fitch y Shugart 1984,
Poole 1985). Hasta ahora una estrategia como esta nunca había sido observada en aves
rapaces, aunque parecen ser buenos candidatos, ya que la inversión parental de ambos sexos
grupo.
R.ESUMEN
parrón estacional bimodal de la tasa diaria de cópulas. Por término medio, los picos
ocurrieron 65 y 5 días antes de la puesta del primer huevo, siendo el número medio de
cópulas por hembra y por estación reproductora de 326'2. Las tres parejas restantes,
formadas por un individuo de primer año y otro más viejo, exhibieron un diferente patrón
unos 15 días antes del inicio de la puesta. Las frecuentes cópulas en el cernícalo primilla
poclrían tener una función múltiple: el primer pico de la distribución estacional, casi con
seguridad fuera del periodo fértil de las hembras, estaía relacionado con la formación de la
apoya en el hecho de que la mayor parte de las cópulas extrapareja ocurrieron cerca de la
puesta. Los machos de cernícalo primilla seguían una estrategia reproductiva mixta, pero el
éxito de los intentos de cópula extrapareja dependían de las hembras (el sexo de mayor
tamaño) y de su estado de emparejamiento. Las hembras no emparejadas eran propensas a
aceptar cópulas extrapareja con machos que ya estaban emparejados, mientras que las
hembras emparejadas rechazaban las cópulas extrapareja. La estrategia básica seguida por
ambos sexos sería avanzar lo más posible la fecha de puesta y conseguir con ello las mejores
INTRODUCCION
cuidado parental por parte de los machos (Verner y V/ilson 1966, Orians 1969, Trivers
1972). Sin embargo, en algunas aves de presa,los machos desarrollan una elevada inversión
comportamiento.
METODOS
Todos los casos de poliginia (un macho con dos hembras) se registraron en el sector
RESULTADOS
prolongadas con hembras no emparejadas. En adelante nos referiremos a estos machos como
bígamos y a sus hembras como primarias y secundarias. Una de las hembras primarias era
de primer año, mientras que las otras dos eran adultas. Dos de las hembras secundarias eran
adultas y la tercera tenía una edad que nos era desconocida. Los machos eran todos adultos.
Durante los dos años de estudio hubo más hembras que machos desemparejados que
visitaban con frecuencia la zona de observación. En 1989, aparte de las parejas establecidas,
había 4 machos de primer año y 5 hembras (incluyendo dos hembras que se integraron en
Emparejamientos poligínicos 45
las hembras primarias pusieran huevos. La ruptura entre los machos bígamos y las hembras
secundarias se observó en dos ocasiones y en ambos casos se debió a que las hembras
compañía de cada hembra en la colonia, tasas de cópulas y tasas de cebas de pareja, fue
siempre inferior en el caso de las hembras secundarias. Las hembras primarias, por otro
lado, recibieron niveles de inversión similares a los de otras hembras emparejadas con
Las hembras primarias y secundarias del mismo macho bígamo mostraron una mutua
por la hembra primaria, mientras que las dos hembras del trío restante se disputaban el
mismo nido. En el último caso, las dos hembras nunca permanecieron juntas en el nido
También observamos agresiones entre otras dos hembras pertenecientes a un trío que
la colonia-. La mayoría de las agresiones en éste y en el caso anterior fueron iniciadas por la
hembra primaria (42 vs 4). En el único caso en que las dos hembras del mismo trío no se
Emparejamientos poligínicos 46
secundarias (media t DE). Como referencia se incluyen datos de otras hembras emparejadas
(¡=j')
(n=4)
DISCUSION
1976) y otras especies antes o durante la formación de las parejas (Westneat y cols. 1990).
Los machos bígamos pasaron más tiempo en companía de las hembras primarias, las
cebaron más que a las secundarias y también copularon más con ellas. Este patrón de
asistencia diferencial ha sido descrito en otras especies que son ocasionalmente poligínicas
(Martin 1974, Askenmo 1984). Igualmente ha sido descrita en especies poligínicas una
cierta incompatibilidad entre las hembras primarias y secundarias (La Prade y Graves 1982,
huevos (2 a 6) (Cramp y Simmons 1980), pero nosotros hemos observado en 1991 una
puesta de 7 huevos compuesta por dos grupos de huevos Q y Ð, distinguibles por su forma
y color, que presumiblemente fueron puestos por dos hembras distintas. Adicionalmente, L
hlrevos, que podrían deberse a dos hemb¡as distintas poniendo en el mismo nido.
estudio por el exceso de hembras presentes en la zona de observación y porque los machos y
las hembras secundarias pueden obtener ventajas, incluso aunque el intento reproductor
fracase. Las hembras secundarias podúan obtener estimulación sexual a través de las
cópulas (Balgooyen 1976) y la condición necesa¡ia para realizau. la puesta si son también
Emparejamientos poligínicos 48
alrmentad¿ìs por tos machos bígamos. -E,n suma, se encontranan en una condicrón avanzada
para reproducirse tan pronto como so emparejaran con otro macho. Adicionalmente, las
hembras secundarias estaían en una posición ventajosa para sustituir a la hembra primaria
en el caso de que esta muriera. Para los machos, las ventajas que conseguirían
emparejándose con una segunda hembra son obvias si el intento riene éxito. Pero aún
fracasando tendían la oportunidad de fertiliza¡ a la hembra secundaria y conseguir
descendencia sin costes, ya que sería criada por la hembra secundaria y su nueva pareja.
Esto sería especialmente probable cuando la hembra secundaria deja al macho bígamo sólo
RESUMEN
Se han observado tres tríos poligínicos (un macho y dos hembras) en la colonia de
Mairena del Alcor. Todos estos tríos se deshicieron antes de la puesta porque la hembra
secundaria se emparejó con otro macho. El tiempo pasado por el macho bígamo con las
hembras en la colonia, la tasa de cópulas y de cebas fueron siempre menores en el caso de
las hembras secundarias. Las hembras primarias recibieron niveles de inversión similares a
los obtenidos por las hembras emparejadas con machos monógamos. Las agresiones entro
las hembras emparejadas con el mismo macho eran frecuentes. La poliginia en el cernícalo
primilla estaba favorecida por una proporción de sexos sesgada hacia las hembras, y
mantenida porque los machos bígamos y las hembras secundarias pueden obtener beneficios
INTRODUCCION
Las cebas de los machos a las hembras, que reciben el nombre de cebas de pareja o
cebas de cortejo (ver definiciones en Nuechterlein y Storer 1989) están muy extendidas
1967, Stokes y V/illians 1971, Niebuhr 1981, Tasker y Mills 1981). En diferentes especies
se ha observado que las cebas de pareja suelen ir seguidas de cópulas entre los miembros de
la pareja, y se ha sugerido por ello que los machos pueden inducir las cópulas cuando ceban
a las hembras (Brown 1967, Calder 1968, Stokes y Willians 1971, Tasker y Mills 1981,
pero ver Kilham 1981, Niebuhr 1981, Wiggins y Morris 1988). Por otra parte, se ha
señalado que en algunas especies las cebas de cortejo podrían tener un valor predictivo que
utilizaían las hembras para evaluar la aptitud del macho para el cuidado parental (Nisbet
1973, Simmons 1988, Carlson 1989). La función más extendida de las cebas de cortejo
seía, sin embargo, la mejora del estado nutricional de las hembras para que éstas afronten el
esfuerzo añadido que supone la puesta de los huevos (Taylor 1979, Ludberg 1980, Lifield y
Slagsvold 1986, Avery y cols. 1988). Se ha demostrado que una alta tasa de cebas de pareja
mejora la calidad de la puesta en diferentes especies, bien por influir en la fecha de puesta
Las cebas de parejas están muy extendidas entre las aves de presa. Newton (1979)
sugiere que su función principal sería mejorar la condición física de las hembras (aunque ver
Poole 1985). La energía almacenada sería necesaria para realizar la puesta y su posterior
incubación. En las especies en las cuales incuba la hembra, sólo ellas aumentan de peso
(cernícalo real, gavilán, cárabo Srrix aluco), mientras que en los buitres (G$s¡pp.), machos
y hembras incuban y ambos sexos aumentan de peso antes de la incubación. Los machos de
Cebas de pareja 50
cernícalo primilla ce ban a sus hembras y ambos sexos participan en la incubación (Cramp y
METODOS
nidos controlado en la colonia de Mairena del Alcor. Pa¡a los anrílisis realizados hemos
comprobado si se produjeron cópulas en los diez minutos siguientes a la ceba del macho a la
hembra, y hemos calculado el tiempo que transcurría desde la ceba hasta la primera cópula.
han utilizado datos de individuos reproductores para los que se pudo estimil la fecha de
puesta.
RESULTADOS
de junio. Dentro de cada pareja, las cebas comenzaron en promedio 16'5 días (rango: día -32
a día -7, n=13) antes de la puesta del primer huevo (día "0") y finalizaron 6'5 después
(rango: día -2 adía 11). La duración media del periodo de cebas fue de 23'7 días (rango: 10
a 38, n=13). La máxima frecuencia de cebas (más de una ceba/hora) se alcanzó en los días
en que se iniciaba la puesta (Fig. 8). Desde unos 4 días antes de la puesta (rango: 0 a 12,
n=13), las hembras pasaron más del 90Vo del tiempo diario inmóviles en la colonia
dependiendo casi exclusivamente para su alimentación de los aportes realizados por los
significativamente con la frecuencia de cebas que recibían (r = 0'555, gl = I3l, P < 0'001).
Cebas de pareja 5l
Crbú d. Þ.n|./hon
1.8
l.a
1.2
0.0
0.ô
o2
o
-.10 -so -20 -t0 0 20
100 al
go
80
¡lO
a
20
0
-,to -30 -2l) -t0 o 10 20
Côoul../hor¡
1.0
1.4
1,2
'|
0.8
0.6
0.4
0.2
cópulas.
Cebas de pareja 52
El inicio de las cebas en las parejas formadas por dos adultos ocurrió en promedio 66
días (rango: 55-73, n=10) después del inicio de las cópulas. En parejas con algún individuo
de primer año, las cebas se inicia¡on 13 días (rango 0-32, n=3) después del inicio de las
cópulas. Una alta frecuencia de cópulas y la miíxima tasa de cebas coincidieron en la misma
época (Fig. 8), mostrando sus frecuencias diarias una correlación significativa, aunque débil
(r = 0'212, gl = 131, P < 0'05). Considerando cinco periodos de dtez días centrados en la
fecha de puesta del primer huevo, detectamos una correlación significativa entre las tasas
diarias de frecuencia de cebas y de cópulas entre los días -24 y -15 (r = 0'539, gl = 2Ci, P<
0'01), cuando ambas frecuencias se incrementaron, y entre los días 6 y 15 (r = 0'75, gl= 12,
P < 0'01), cuando ambas disminuyeron. No se detectó una correlación signif,rcativa (P >
Las cópulas fueron más frecuentes cuando los machos llegaron sin ceba (52Vo, n = 329) que
cuando llegaron con ella (35'7Vo, n = 618) (X2 = 17'15, El = 2, P < 0'001).
Para averiguar si las cebas de pareja pueden ser utilizadas por las hembras para
evaluar la calidad del macho, hemos correlacionado las frecuencia de cebas de pareja y las
de cebas a los pollos. El coeficiente de correlación resultó alto y casi significativo (rr =
La variación del peso de las hembras fue considerable (Fig. 9), y osciló entre los
1409 desde unos 45 días antes de la fecha de inicio de la puesta hasta los 2009 en los días
correlación enÍe la frecuencia media de cebas y el peso medio de las hembras en cinco
periodos de diez días en torno a la puesta resultó significativa (rs = 0'90, gl = 3, P < 0'05).
Cebas de pareja 53
200
oo.
++,
175
I
l.
I' I
I
I
150 I
I
t, d4
I
'Ò'
I
I
125 I
't00
-100 -80 -æ -4Ct -20 o 20Æ6080
DIAS
incubación de los huevos. En diez parejas en las que se observaron relevos, los machos
parece ser realizada exclusivamente por las hembras. En 7 días de observación, siempre eran
hembras las que incubaban al atardecer, y también eran hembras los individuos que se
DISCUSION
que los machos comiencen a cebar a las hembras. En el inicio de las cebas las parejas estiín
ya consolidadas y las hembras emparejadas no aceptan intentos de EPCs con otros machos.
Estos hechos sugieren que, a diferencia de lo encontrado en otras especies, las cebas de
cebas a las hembras y a los pollos no llega a ser significativa y tampoco parece posible que
las cebas puedan ser utilizadas por las hembras para evaluar la calidad del macho. Si una
hembra decidiera separÍrrse de un macho de baja calidad difícilmente podría encontrar otros
Cebas de pareja 55
mejores. En las fechas en las que tiene lugar las cebas de pareja, los únicos machos
aparentemente disponibles son de primer año sin un nido propio.
suelen repeler los intentos de cópula extra-pareja, pero podía ocurrir que las hembras mal
alimentadas fueran más proclives a aceptarlas, especialmente si reciben cebas a cambio, tal
en la tasa de cebas en las fechas a¡teriores a la puesta podría ser explicado como un
mecanismo utilizado por los machos de cernícalo primilla pÍìra asegurar su paternidad.
La relación entre las cebas de pareja y las cópulas no es clara. El hecho de que las
cópulas se produzcan con mayor frecuencia cuando los machos llegan a la colonia sin ceba
que con ceba, sugiere una cierta independencia entre estas dos actividades. Las débiles
debido a que las dos actividades deben evolucionar de forma similar en las proximidades de
la puesta, aunque las razones puedan ser diferentes. En el cernícalo primilla la alta
frecuencia de cópulas días antes de la puesta podía ser una adaptación contra las cópulas
intensa. Un incremento similar de la tasa de cebas seía esperado si la función de las cebas
de pareja fuera mejorar la condición física de las hembras para que afronten la puesta.
justo al inicio de ésta alcanzaron su peso más alto, que después disminuyó progresivamente
hasta el final de la reproducción. Todo esto sugiere que una parte importante de las reservas
acumuladas por la hembra se utilizan en la rcafización de la puesta. En el aumento de peso
de la hembra era evidente la contribución de las cebas de pareja. En primer lugar, las
segundo lugar, las hembras apenas cazaron en los días previos a la puesta, puesto que
pasaban la mayor parte del día en Ia colonia, dependiendo totalmente de las cebas del macho
Cebas depareja 56
para su alintentación. Por últirlo, las primeras hembras que recibieron cebas t'ueron también
las primeras en poner y las que pusieron un mayor número de huevos. Otros parámetros,
tales como el inicio y duración del periodo de cópulas, o la calidad del macho, pueden
también influenciar la fecha de puesta y el éxito reproductor. Esto sugiere que una
importante presión selectiva debe estar operando para adelantar la fecha de puesta. De
hecho, las parejas tempranas son precisamente las que tienen mayores expectativas de éxito
reproductor (ver Capítulo 8), tal como ocurre en otras poblaciones de cernícalos (Cavé
algunos paseriformes puede igualar al gasto del último estadio de la crianza de los pollos
(Moreno y cols. 1991). Nuestros resultados no permiten conocer si las hembras utilizan
parte de la energía acumulada para llevar a cabo la incubación. Sin embargo, en el caso del
cernícalo primilla podemos rechazar la hipótesis que propone que la diferente evolución de
los pesos en machos y hembras tiene que ver con diferentes papeles de los dos sexos en la
Por el contrario, el peso de los machos disminuía desde el inicio de las cebas de pareja,
probablemente debido al alto coste energético que comporta esa actividad. De forma similar,
los machos de cernícalo real, gavilán y cârabo, que realizan cebas de pareja, no engordan
antes de la incubación (Newton 1979). Los machos de buitre, sin embargo, no alimentan a
sus hembras (Brown y Amadon 1968) y, quizá debido a que están sometidos a un menor
nivel de estrés, tienen la oportunidad de incrementar su peso.
RESUMEN
Se han estudiado las cebas de los machos a sus hembras (cebas de pareja) en el
sector de nidos de la colonia de Mairena del Alcor en 1989 y 1990. Pa¡alelamente se estudió
la evolución estacional del peso de los reproductores en ésta y en las otras colonias donde se
habían realizado capturas de individuos adultos. En las parejas estudiadas, las cebas (n =
Cebas de pareja 57
16,5 días antes del inicio de la puesta. El periodo de cebas duraba en promedio 23'7 días.
Los pesos de las hembras aumentaron desde el inicio de las cebas de pareja y
alcanzaron el máximo en el momento de la puesta. El peso de los machos experimentó
variaciones menores y tendió a disminuir desde el inicio de la puesta. Nuestros resultados
podemos desca¡tar que sea importante para el mantenimiento de vínculos entre sus
miembros. La función más clara de las cebas de pareja en el cernícalo primilla parece ser
contribuir a aumentar el peso de la hembra para favorecer puestas de mayor calidad: cuanto
antes se iniciaban las cebas, antes se iniciaban las puestas y mayor tamaño alcanzaban.
:l::
Cleptoparasitismo intraespecílico 58
INTRODUCCION
las aves de presa es bien conocido (Bijleveld 1974, Newton 1979). Estas transformaciones
emparejamiento inusuales (Heredia y Donázar 1990), que pueden tener un efecto negativo
sobre las poblaciones en las que aparecen. Aunque el cleptoparasitismo ha sido descrito en
1979), ninguno de los autores que han estudiado el cernícalo primilla con anterioridad
observó este comportamiento (ver Glutz y cols. 1971, Cramp y Simmons 1980). En este
capítulo describimos observaciones de cleptoparasitismo metódico, y discutimos su posible
METODOS
colonia de Mairena del Alcor sometido a control sistemático en 1989 y en 1990. Se han
utilizado datos de cebas y tipos de presa colectados en el mismo lugar y en las mismas
fechas (Capítulo 4), así como estimas de mortalidad de pollos y éxito reproductor (Capítulo
8).
RESULTADOS
Disponibilidad de alimento
El tamaño de las presas consumidas por los cernícalos primillas que observamos
parece inferior al descrito en un estudio realizado en la misma zona hace 15 años (Franco y
Andrada 1977). Mientras que nosotros observamos un 8'07o (n = 564) de vertebrados entre
Cleptoparasitismo intraespecífico 59
las cebas cle los machos a las hembras antes y durante ia puesta de los huevos, ios autores
citados encuentran un 57'27o (n = 86) (X2 = II4'13,P < 0'001, gl = 1). En el caso de las
cebas a los pollos, el porcentaje de vertebrados hallado en nuestro estudio también parece
relativamente bajo: 0'97o (n = 1.113) frente al 6'37o (n = 48) observado por Franco y
And¡ada (1977) (X2 = 7'56, P : 0'005). Adicionalmente, la mortalidad entre los pollos
puede considerarse muy elevada, y así murieron el627o (n = 75) de los nacidos en 1989 , y
el 43% (n = 156) de los nacidos en 1990. Por otra parte, de los jóvenes encontrados
muertos, el 89'97o (n = 139) aparentaban haber muerto de hambre (solían ser los más
pollos que se encontraron agonizando estaban todos por debajo del peso que les
Cleptoparasitisrno y canibalismo.
cría de los pollos (unio y julio) y no se observaron nunca en las zonas de caza ni en el
periodo de cebas de machos a hembras (abril y mayo). [,os ataques ocurrían cuando los
reproductores llegaban volando a su nido con una presa pila cebar a los pollos. Justo en el
Los robos fueron cometidos por al menos 4 individuos diferentes, uno de los cuales
estaba integrado como reproductor en una de las 13 parejas que se siguieron entre 1989 y
Aunque los machos cebaron más a los pollos que las hembras durante el período
en que ocnrrieron los ataques (6I'5Vo versus 38'5Vo, n = 894 cebas), ellos fueron víctimas
Cleptoparasitismo intraespecíhco 60
peso (g)
200
175
150 F
I
125
Â' Å
100
75 *'*' frÂ
5O r-
I
25
0
020 40 60 80 100 120 140 160
medida Bq primaria en mm
Figura 10. Evolución del peso de los pollos desde el inicio del crecimiento de las
plumas de vuelo hasta el abandono del nido (media t DE). Se incluyen los pesos de
pollos encontrados al pie de los nidos.
Cleptoparasitismo intraespecífico 61
de un número desproporcionado de ataques (82'4Vo los machos por 17'60/o las hembras, n =
St) (X2 = 9, P = 0'002, gl = 1). Sin embargo, la mayor parte de los ataques fueron realizados
por hembras (947o). De los restantes, dos se debieron a un macho (3,9Vo) y el tercero a un
individuo de sexo desconocido (2Vo). Astmiendo una proporción de sexos igual a 1, y por
tanto que había tantas hembras como machos para intenta.r robos, de las cifras anteriores se
desprende que había un número significativamente mayor de hembras entre los atacantes
(test de bondad de ajuste, X2 : 4O'5, P < 0'001, gl = 1). Por otro lado, cuando el
cleptoparásito era una hembra, solía tener más éxito atacando a machos (45'2Vo, n = 41) que
comportamiento. Así la hembra "CK" llevó a cabo el 62Vo de los ataques observados. Dos
anilladas que no pudieron ser identificadas protagonizaron 13 ataques (25'47o). Otros dos
ataques se debieron a un macho. Por último, en un caso no se pudo determinar el sexo del
atacante.
incluso mayor de la observada. Su nido, aunque cercano, estaba situado fuera de la zona de
que no controlábamos. Esta hembra obtuvo el mayor éxito reproductor de la colonia durante
los dos años de estudio: en 1989 crió 3 pollos cuando el número medio de pollos que
volaron por pareja en la colonia fue 1'8 + 0'17 (n = 42 parejas); en 1990 cnó 4 pollos frente
un pollo de 7 días de edad. Otra día observamos como intentaba robar de un nido un pollo
de unos 10 días de edad, aunque esta vez el robo fracasó porque la hembra propietaria del
Cleptoparasitismo inÍaespecílico 62
nido atacacit-r forcejeó con "CK" y lc arrebató el pollo. En 1991 se obseryó þmbién como un
Arahal.
DISCUSION
dimorhsmo de tamaño revertido mostrado por el primilla, sería de esperar que los machos
fueran objeto de más ataques exitosos que las hembras. Aunque nuestros resultados no son
ataques sufrido por las hembras. Por otro lado, también cabe pensar que las hembras
permanecieran más tiempo en la colonia que los machos y contaran, por tanto, con más
oportunidades para practicff los robos. Sin embargo, la práctica totalidad de los robos se
produjeron cuando los pollos estaban bien desarrollados, periodo en el que machos y
(Brockman y Bzrnard 1979, Jorde y Lingle L988, pero ver Hansen 1986). Por el contrario,
lacaza sería preferida si las presas son abundantes. Nuestros datos sugieren que la escasez
de alimento fue un serio problema en eI iírea de estudio. Las altas tasas de mortalidad que
detectamos no han sido detectadas en la especie por otros autores (Bijlsma y cols. 1988,
Pomarol 1990) y parecen ser también excepcionales entre las aves de presa. En el cernícalo
real (Falco tinnunculus), una especie relacionada, la mortalidad en el nido afecta a un 10-
29Vo de los pollos (Cavé 1968, Village 1990), mientras que en nuesro caso es del457o.Por
otro lado, las muertes por hambre suelen ser también menos frecuentes y así en el gavilán
Cleptoparasitismo intraespecífico 63
(Accipiter nisus), orro pequeño Falconit'orme , rôpresentan eI 3\o/n de ias causas de muerte
conocidas (Newton 1986). En el cernícalo primilla esa cifra sube al 89,9o/o. Otas
informaciones colectadas en nuestro estudio (Capítulo 13) sugieren que las malas
orros cleptopiárasitos podían considerarse más bien oportunistas si la baja frecuencia de sus
éxito reproductor durante los dos años de estudio. De este modo, se podría esperar que el
Por otro lado, hay dos hechos que indican que el cleptoparasitismo podía ser una
éxito muy elevado en sus ataques (43'77o) en comparación con lo que suele ser habitual en
otras aves con frecuente cleptoparasitismo intraespecífico. En eI caso del cha¡rán común
@a_hlru¡elq) los éxitos representan el6'2Vo (Hopkins y Wiltey 1972), en el águila calva
engañar a sus atacantes (Brown 1976, Fischer 1985, Sunyer 1988). Estas acciones no fueron
evidentes en el cernícalo primilla, aunque durante el segundo año de estudio dos individuos
inusual cuarìdo se acercaban a los niclos para cebar. En vcz de cüngirse directarnente al niclo
en vuelo baticlo, cicleaban sobre la colonia durante unos momentos, con la aparente
condiciones tróficas. Esto último es muy probable en el caso de que se mantengan las
acruales tendencias de uso de la tierra (Biber 1990, GonzaJez y cols. 1990). Las ventajas
obtenidas por los individuos cleptoparásitos son seguramente más bajas que los
otros pollos.
RESUMEN
malas condiciones tróficas existentes en el periodo de estudio, que caus¿[on una elevada
exclusivamente por hembras, el sexo de mayor tamaño, mientras que los machos
prevenir los robos. Esto último podría ser indicativo de que el cleptoparasitismo es una
esrrategia que aparece raramente y no ha dado lugar a que aparezcan adaptaciones que la
contr¿uresten
Adopciones 65
INTRODUCCION
1982). Básicamente, la tolerancia mostrada por los padres adoptivos hacia jóvenes intrusos
ha sido explicada a través de altruismo recíproco (Pierotti 1980) -aunque esta hipótesis ha
sido muy contestada con posterioridad (ver Waltz 1981)-, conflicto intergeneracional
(Pierotti y Murphy 1987), errores reproductivos (Beecher y cols. 1981, Ball 1982) y
comportamiento maladaptativo (Holley 1981, Bustamante e Hiraldo 1990, Ferrer 1990). Las
estudiadas en detalle para muy pocos grupos (las gaviotas son una notable excepción, ver
Pieroni y Murphy 1987). Larazón es que estos fenómenos oculren a frecuencias muy bajas
METODOS
Arahal, donde las múltiples visitas a los nidos en cada estación reproductora nos permitieron
descubrir que algunos pollos habían dejado el nido donde fueron anillados originalmente y
RESULTADOS
Morón, otra colonia en la que el número de visitas a los nidos fue similar al realizado en las
otras dos colonias, no registramos ningún caso. En la Tabla 4 se exponen los datos
todos los hermanos. En lres ocasiones el pollo que resultaría adoptado era el mayor y en el
caso restante, el más pequeño. Por otro lado, cuatro de los jóvenes fueron adoptados en
nidadas menos desarrolladas que ellos, otro se integró en un nido con pollos de su misma
edad y el sexto, en un nido con pollos mayores que é1. Para saber si los pollos adoptados
seleccionaban activamente nidos con pollos más jóvenes que ellos mismos, consideramos la
Cinco de los pollos adoptados tuvieron que alcanzar los nidos adoptivos volando, ya
que éstos no estaban conectados con sus nidos de origen por comisas, no se hallaban en
niveles inferiores (en cuyo caso podrían haber entrado planeando) y tampoco eran
asequibles desde el suelo para pollos que no pudieran volar. Esto no es de extrañar, ya que
tres de los pollos fueron vistos porprimera vezeî sus nidos adoptivos cuando tenían 31,3L
jóvenes adoptados en Mairena no habían sido anillados pero parecían tener más de 30 días
cuando fueron vistos por primera vez. Pue sto que en 1990 habíamos anillado todos los nidos
posible que esos dos jóvenes desconocidos procedieron de alguna colonia cercana
(recordemos que hay 5 colonias en un radio de 7 Km en torno a Mairena).
Adopciones 67
Mairena
1989 42 76 0
1990 39 55 J
Morón
1989 24 22 0
r990 23 58 0
A¡ahal
r989 60 90 I
1990 50 85 2
Adopciones 68
Orro joven adoptado en Mairena pudo pasar de su nido original (7S) al adoptivo (65)
a través de una estrecha cornisa que conectaba ambos. El padre de este, pollo desapa¡eció
cuando él tenía 11-14 días de edad. La hembra continuó sola con lacnanza de dos pollos,
pero a un rirmo muy bajo en relación al nido más próximo (65), que también contaba con
dos pollos (Figura 1i). Uno de los pollos murió y el otro fue seguidamente abandonado por
la hembra y se trasladó al nido vecino -que había perdido también un pollo y sólo contaba
con un pollo solitario- cuando contaba 30-32 días de edad. Este pollo superviviente
mostraba un retraso considerable en su crecimiento y parecía incapaz de volar cuando
abandonó su nido original. Su madre fue vista posteriormente en la colonia, pero nunca cebó
último recibió 73 de 24 cebas. Días después, este mismo nido tenía dos pollos extraños
además del propio. Esta vez, de un total de 20 cebas, el pollo original recibió 8 y los
Los adultos y pollos de los nidos adoptivos nunca atacaron a los pollos adoptados.
Sin embargo, en ocasiones se mostr¿lron agtesivos frente a otros pollos que se aproximaron
a sus nidos. Así, de 31 intmsiones en nidos ajenos,5 veces fueron repelidas por los pollos
residentes y el resto por uno de los adultos. EI 55Vo de las agresiones fueron dirigidas hacia
jóvenes extraños y el327o hacia adultos (Bustamante 1990). Por otro lado, los adultos nunca
han sido observados atacando a sus propios pollos. Estas observaciones sugieren que los
DISCUSION
Nuestros resultados indican que las adopciones no son excepcionales en las colonias
cEBAS/HORA
20
JUNIO JULIO
Figura 11. Frecuencia diaria de cebas en los nidos natal (7S) V adoptivo (65) de un
pollo adoptado.
Adopciones 70
correspondía a un joven que se mudó al nido adoptivo antes incluso de poder volar. Como
se explicó anteriormente, ese joven había recibido una inversión parental inferior a la
habitual debido a la muerte de su padre. Este caso concreto podría ajustarse a las asunciones
de la hipótesis del "conflicto intergeneracional" (Pierotti y Murphy 1987, Pierotti 1988). Tal
como predice esta hipótesis, el pollo fue adoptado en una nidada menos desarrollada que é1
mismo. De este modo, el intruso adoptaría una posición dominante que le permitiría
defenderse con ventaja contra agresiones de sus nuevos compañeros de nido y asegurÍìrse
Los jóvenes que alcanzaron los nidos adoptivos mediante el vuelo también eran por
término medio mayores que sus nuevos compañeros. Como se ha dicho, esas adopciones se
produjeron cuando los jóvenes adoptados tenían ente 26 y 31 días de edad. De acuerdo con
Bustamante (1990), los jóvenes primillas reaJizan sus primeros vuelos cuando tienen
alrededor de 31 días, aunque son capaces de desplazarse cortas distancias desde algunos días
antes, y se independizan tan sólo 5 días después (por término medio). Fn este contexto, sería
posible que alguno de los pollos posteriormente adoptado fuera incapacidad de regresar a su
nido de origen tras un vuelo exploratorio. Podrían haber vuelto, sin embargo, a un nido
Orros cambios de nidos podían relaciona¡se con diferentes factores. Así, los dos
otras aves de presa flMyllie 1985, Lett y Bird 1987,Doná,zar y Ceballos 1990, Bustamante e
Hiraldo 1990).
mostrada por los cernícalos primillas adultos hacia jóvenes que no son los suyos es
sorprendente. En el caso de otras aves coloniales, los jóvenes intrusos son atacados
Adopciones 71
fTecuentemente, a veces hasta su muerte, por los adultos oropietanos (Pierotti y fuiur.ohy
19S7). El reconocimiento de la prole, que permite dirigir las agresiones sólo contra extraños,
es común enÍe las aves coloniales, y nuestras observaciones sugieren que también podría
operar en el cernícalo primilla. Según Pierotti y Murphy (1987) en el caso de producirse
conflicto intergeneracional los adultos podrían adoptæ pollos siempre y cuando les resultara
poco costoso. Para los cernícalos reproductores, sin embargo, el coste de la cría de pollos
ajenos parece ser muy alto. Un pollo adoptado podía monopolizar más del 50Vo de las cebas
malas condiciones tróficas como 1989 ó 1990, cuando el éxito reproductor fue relativamente
selección de parientes (Waltz 1981, pero ver Hebert 1988), que es un mecanismo que podía
aparecer en una especie como el cernícalo primilla. De acuerdo con nuestras propias
observaciones, los primillas muestran una acusada filopatria (Capítulo 11), y alrededor del
707o de los jóvenes que sobreviven ai primer invierno rctornan a su colonia natal, donde
pennanecen en años sucesivos. Por otro lado, no podemos descartar que se produzcan
muy exigente. La frecuencia de cebas cuando los pollos est¿ín crecidos es relativamente alta
y las cebas apenas duran unos segundos. Aún en el caso de que los adultos fueran capaces de
detectar un intruso entre sus pollos, la cantidad de tiempo y energía necesaria para
expulsarlos podría ser demasiado alta (Newton 1979, Poole 1982). En este sentido, es muy
informativa la observación reahzada por Bustamante (1990) de una hembra que tardó media
hora en expulsar a un joven de cernícalo vulgar que se había introducido en su nido. Las
R.ESUTVTEN
Mairena. Uno de los jóvenes adoptados dejó su nido natal tras un periodo en el que apenas
recibió cebas, lo que sugiere la aparición de conflicto intergeneracional. En otros casos los
jóvenes adoptados probablemente fueron incapaces de retornar a sus nidos originales tras
realizar los primeros vuelos exploratorios. No se puede descartar tampoco que algunos
jóvenes fueran ya independientes y buscaran cuidado parental extra en los nidos adoptivos.
Es posible que las malas condiciones tróficas de 1989 y 1990 aumentaran el estrés de los
adultos y les condujeran a cometer errores en la identificación de los pollos. Esa misma
escasez de alimento también pudo impulsar a los jóvenes a cambiar de nido.
Selección del nido 73
Parte IiI
Ecología reproductiva
INTRODUCCION
Como el resto de los halcones, los cernícalos primillas no construyen un nido propio
especies del grupo, se reproducen en colonias que pueden agregar hasta 100 parejas (Cramp
y Simmons 1980). Tanto en España como en otros países de su ¿írea de distribución europea
la mayoría de las colonias se asientan en edificios, tales como iglesias o castillos (Glutz y
cols. 1971, Cramp y Simmons 1980, Biber 1990). Esto supone que los cernícalos primillas
Recientemente se ha sugerido que los primillas pueden estar sufriendo una escasez
de lugares apropiados para nidificar (Gonzãlezy cols. 1990, Negro l99I) y algunas colonias
han desaparecido después de que se hubieran realizado obras de restauración en los edifrcios
que las albergaban (Rodríguez y Hernández 1986). Nuestros objetivos en esta parte del
trabajo han sido: a) determinar hasta qué punto los cernícalos están limitados por el número
de cavidades disponibles para la reproducción, b) describir las cavidades que alojan a los
Collias y Collias (1984) constataron que la calidad del nido puede establecer la
hipótesis de que si los cernícalos muesÍan pteferencia por algún tipo de nido, los óptimos
:. 1--.
Selección del nido 74
serán ocupados antes y por los individuos que conseguirán nna mayor protluctiviciad rrietlia^
Si la calidad de los nidos no disminuye después de su uso (debido a parásitos, por ejemplo,
ver Perrins 1979, Collias y Collias 1984), será también esperable que los nidos predilectos
METODOS
cernícalos nidifican en mechinales. Todos los nidos considerados estaban situados, por
consideraron nidos potenciales todas las oquedades con una abertura externa superior a los
25 cm2 y con una profundidad superior a los 10 cm. No se consideraron nidos potenciales
las superficies abiertas, tales como plataformas, vigas, repisas o dinteles de ventanas. De
no se consideró la orientación, aunque fue definida una nueva variable con dos
posibilidades: "nido interno" versus "nido externo". Otras veces las oquedades eran
accesibles desde el interior y desde el exterior del edificio; por esta razón añLadimos la
variable nido con "una o dos aberturas". En una de las colonias (Arahal) se midió la
distancia de cada agujero a su vecino mas próximo; en este lugar, y durante cada
este modo, pretendíamos examina¡ cómo se distribuían los nidos de cernícalo respecto a la
oferta de nidos potenciales. Durante los años 1988, 1989 y 1990 localizamos los nidos
ocupados para estimar el éxito reproductor (para más de talles ver Capítulo 8). En Carmona
Selección del nido 75
RESULTADOS
del suelo. Los nidos de cernícalo primilla se encontraban significativamente más altos que
las oquedades que nunca los albergaron. No detectamos diferencias significativas entre
nidos y no-nidos para el resto de las variables consideradas. Los cernícalos no parecían
seleccionar la orientación de sus nidos (Tabla 6), y tampoco mostraban preferencias por
cavidades situadas en el exterior (39 nidos, 64 no-nidos) o en el interior de los edificios (50
nidos,93 no-nidos) (XZ = 0'11, P =0'73, gl = 1). Las cavidades con una sola abertura (21
nidos, 48 no-nidos) fueron utilizadas tanto como las que tenían dos (68 nidos, 109 no-nidos)
(X2 = I'04, P = 0'3, gl = 1). Por lo que respecta a la distribución de los nidos en Arahal, la
distancia media de un nido al vecino más próximo (104 + 33 cm, n = 29) no difeía de la
distancia media entre agujeros en el edificio (96 + 42 cm, n = 61) (t = -0.979, P = 0.164, gl
= gg).
La disponibilidad de nidos potenciales parecía ser elevada y más del 577o (n = 237)
de las cavidades de las colonias no fueron nunca ocupadas durante el periodo de estudio
llevaron a cabo en cavidades utilizadas durante más de una estación de cría. Las parejas que
reutilizaron nidos obtuvieron un mayor éxito reproductor medio (1'88 + 1'3 pollos, n = 133
parejas) que las parejas que se reprodujeron en nidos ocupados sólo uno de los años de
estudio (l'22 ! 1'22 pollos, n = 36 parejas) (r = 2'85, P = 0'002, g1= 167). Adicionalmente,
cada año detectamos correlaciones positivas entre la altura de los nidos desde el suelo y el
éxitoreproductor(1988: r=0'232,P=0'09,n=52i1989:r=0'288,P=0'01,n=65;1990:
r = 0'3 14, P = 0'01, n = 60). Las puestas se realizaron antes en nidos reocupados (23'17 +
7'88 días después de la primera puesta observada) que en el resto (26'19 + 7'47 días después
Tabla 5. ìvleclias (t DE) pu'a variables seleccionadas de los nidos de cernícalo pnmilla y
oEas cavidades.
Abreviaturas: I altura desde el suelo. Ns: no significativo. Gl: gtados de libertad. *t P < 0'01.
Selección del nido 77
en cuadrantes
181_2700 TOTAL
l-900 91-lg0o 171-3600
Agujeros 15 25 28 2l 89
disponibles
5 9 t4 9 3t
Nidos
Noø: Ios cernícalos no parecían seleccionar la orientación de sus nidos (X2=0'@6,91 = 3, P = 0'885)'
Selección del nido 78
Frontera.
nidos reocupados estaban situados más altos (3'44 + 2'14 m, n = 63) que los otros nidos
= 0'14, gl = 91).
DISCUSION
nidos más elevados. Es normal que no detectaramos diferencias en las variables de nido
altura, anchura y profundidad entre nidos y no-nidos, ya que casi todos los mechinales eran
de dimensiones simila¡es. No podemos descafrar, sin embargo, que esas mismas va¡iables
sean importantes en otros lugares de nidificación donde los cernícalos tienen mayores
posibilidades de elección (en cortados rocosos, por ejemplo). Por otro lado, parecía que la
calidad de los nidos no decrecía año tras año en nuestras localidades de estudio, debido a
que la mayoría eran reocupados y éstos obtením mayor éxito reproductor. El hecho de que
los cernícalos prefirieran los nidos más altos podía ser explicado como una estrategia para
evitar predación (ver Graham 1988, Manin y Roper 1988). Puesto que las colonias
molestias a las aves, e incluso los expolios, no son raros (ver Gonzá\ez y cols. 1990).
Adicionalmente, se han descrito algunos casos de predación de carnívoros sobre adultos y
pollos de cernícalo primilla (gato doméstico Felis catus y rata negra Rattus rattus, Glutz y
cols. 1971; garduña Martes foina, Bijlsma et al. 1988). Gatos y ratas habían sido observados
en las colonias que estudiamos y podían haber causado algunas pérdidas, aunque no
pudimos confirmar ningún caso. El mayor éxito reproductor obtenido por las parejas que
utilizaban los nidos más altos -con menos riesgo de predación o molestias- explicaría porqué
Se ha sugerido que la densidad de las aves que crían en cavidades está limitada por
el número de cavidades disponibles para la reproducción (Cody 1985, Brawn y Balda 1988).
rìotablemenLe tlcspués de la instalación cle cajas-nido (cernícalo real, Cavé 196tì, Village
1983; cernícalo americano, Hamerstrom y cols 1973). l,os cernícalos primillas que nosotros
media entre cavidades, parece que los cernícalos no tratan de alejar sus nidos lo más posible
unos de otros. En contraste, los cernícalos reales, que establecen territorios, a veces
nidifican mucho más separados de lo que podrían hacerlo por la distribución de nidos
potenciales (Village 1990).
El hecho de que los nidos reocupados -esto es, los preferidos- registraran fechas de
puesta más tempranas nos conduce a pensar que podría establecerse una jerarquía en el
momento de la elección de los nidos. Los individuos más capaces ocupaían las cavidades
más altas y los subordinados el resto. Si esto fuera cierto, la diferencia entre nidos "altos" y
parejas implicadas. El factor clue establecería la jerarquía sugerida seía la fecha de llegada a
la colonia tras el invierno. Las aves adultas tienen más oportunidades para elegir, puesto que
retornan enrre febrero y marzo, mientras que las aves de primer año retornan entre marzo y
mayo (ver Capítulo 1). El mismo fenómeno ha sido descrito durante la ocupación de
RESUMEN
localizadas en iglesias (Arahal, Morón y Carmona). Las cavidades con nidos de cernícalos
se encontraban, en promedio, a mayor altura clue las que nunca albergaron nidos. Las
dimensiones de las cavidades, por el contrario, parecían tener una importancia secundaria.
sugiere que los cernícalos seleccionaban las cavidades más altas para evitar predación o
Selección del nido 81
realiza.ron en nidos reocupados y fueron efectuadas por parejas que alcanzaron un mayor
éxito reproductor medio que las que criaron en cavidades donde registramos una sola
ocupación a lo largo del estudio. El hecho de que los nidos reocupados, esto es, los
preferidos, registraran también fechas de puesta más tempranas sugiere que podrfa
establecerse una jelarquía durante la selección de los nidos. Esta jerarqufa estaría
determinada por las diferentes fechas de llegada a las colonias de los individuos tras el
invierno.
Fenología y éxito reproductor 82
INTRODUCCION
objeto de estimar sus parámetros reproductivos básicos -fecha y tamaño de puesta, éxito
2'1 pollos por pareja. Pérez Chiscano (1969) obtuvo un éxito medio de 2'8 pollos/pareja en
una colonia de la provincia de Badajoz, aunque sólo visitó la colonia para anillar pollos y
posiblemente pasó por alto algunos fracasos tempranos. Para nuestra zona de estudio en el
Nuestro propósito al realizar esta parte del trabajo ha sido estimar cuál es la
nuevos reproductores. Discutimos también los factores que afectan a la producción frnal
(mortalidad cle huevos y pollos, diferente calidad de los reproductores) y su variación intra e
interanual.
METODOS
en las colonias de Arahal, Mairena del Alcor y Morón de la Frontera durante tres
temporadas de cría (1988 a 1990). Otras 7 colonias se inspeccionaron durante un solo ciclo
Llagas (ciudad de Sevilla), en 1989; Clavinque, Cortijo Santo Domingo y Lebrija en 1990.
que morían antes de srì emancipacìón, nuesrras estimas cte éxito reproclllctor lnrimero de
pollos que vuelan por pareja que inicia la puesta) deben acercarse bastante a la realidad.
Oros autores igualaban el éxito reproductor al número de pollos hallados en el momento del
pollos que realmente vuelan. Por otro lado, cada vez que se visitaba una colonia se buscaban
y recogían lo pollos caídos de los nidos. Estos pollos, considerados como "muertos" en
miembros de una misma nidada achacables a diferencias en el orden de eclosión. Puesto que
efectuamos medidas de la octava primaria y el peso, ha sido posible ordenar los pollos de
han sido estimadas en una submuestra de nidos visitados repetidamente, en los que se
Simmons 1980, Bijlsma y cols. 1988). En ciertos nidos determinamos la edad de los machos
reproductores, estableciendo dos categorías: "un año" y "dos o más años". De esta forma, y
comparando el éxito de un grupo con el dei otro, pretendíamos conocer si los individuos que
se reproducen por primeÍavez tienen una diferente productividad en relación a los que han
RESULTADOS
Fenología de la reproducción.
semana del mes de mayo (Tabla 8), aunque diferían significativamente entre años,
particular las fechas medias de puesta de las distintas colonias eran muy similares y no
la primera mitad del intervalo de puesta, que osciló entre 42 días en 1988 y tan sólo 19 en
más años (4 de mayo, n = 9), y el segundo con la fecha media de puesta de las parejas con
machos de primer año (14 de mayo, n = 10). La diferencia entre los dos grupos de edad es
una distribución bimodal en las puestas y el intervalo de puesta estuvo mucho más
fecha media de puesta de las parejas con machos de dos o mas años (10 de mayo, n=15) y la
de aquellas con machos que se reproducen por primera vez (L6 de mayo, n= 6). De nuevo, la
un nido con 4 pollos y 2 huevos que debían proceder de una puesta de al menos 6 huevos.
En 1991 encontramos 7 huevos en un mismo nido, que suponemos se debían a dos hembras,
puesto que había dos grupos de huevos QyÐ claramente diferenciales por su tamaño y
Fenología y éxito reproductor 85
'l'abla tt. Parámerros reproclnctivos durante ei periodo tle estutlio (lncdia + DE). Eni¡e
6 de mayo *¡(t(
Fecha de puesta 5 mayo 13 de mayo
(42) (26) (1 3)
Abreviaturas. K\ry: test de K¡uskal-Wallis. Ns: no significativo. * P < 0'05. ** P < 0'01.
Fenología y éxito reproductor 86
Tabla 9. Parámetros reproductivos básicos de las colonias estudiadas en 1988 (media t DE)
Entre paréntesis, número de parejas.
(1e) a) (1e)
(e) (e)
Significación ns ,(*
Fenología y éxito reproductor 87
* Tabla 10. Parámetros reproductivos de las colonias estudiadas en 1989 (media + DE). Entre
ü
i paréntesis, número de parejas.
¡iÈ
'*
E
4
il
COLONIA Fecha de eclosión Tamaño de puesta Exito reproductor
;
Significación NS ns *
Fenología y éxito reproductor 88
Tabla 11. Parámetros reproductivos en las colonias estudiadas en 1990 (media t DE). Entre
(36) (1 l) (3e)
(l0) (4\ 11 1)
tt*
Signihcación ns NS
Fenología y éxito reproductor 89
coloración. En los análisis de tamaño de puesta trrg. 13) no hemos incluido ni las puestas de
t huevo, posiblemente abandonadas y que nunca dieron lugar a pollos, ni las presuntas
puestas de 6 y 7 huevos. La puesta media se sitúa en 4'06 huevos por pareja (DE = 0'07, n =
l3Z) y no muesn'a variaciones significativas ni entre años (Tabla 8) ni entre colonias (Tablas
10 y 11).
Durante los tres años de estudio observamos una correlación negativa entre el
número de huevos puestos y la fecha de puesta (Fig. 1a). Esto supone que entre las primeras
y las últimas puestas hay una diferencia de 2 huevos, aproximadamente. Las primeras
controlamos más puestas, el número medio de huevos puestos por parejas con macho de
primer año (3'6 t 0'54 huevos, n = 5) fue significativamente menor, que el de las parejas
con macho de dos o más años (4'5 + 0'65 huevos, n : 13) (U de Mann-Whitney = 53'50, P =
0'025, n = 18).
Exito reproductor.
El éxito reproductor medio para todas las parejas estudiadas fue de 1'81 pollos (DE =
1'28, n = 363).Considerando los diferentes años y las colonias estudiadas en cada uno de
ellos, las diferencias en cuanto al éxito son significativas (Tablas 9, L0 y 11) y oscilan entre
Tan sólo en 1988 el número de pollos que vuelan supera el 507o de huevos puestos
(Fig. 15). La tasa de mortalidad de huevos y puestas abandonadas se mantuvo casi constante
a lo largo del estudio (en torno al25Vo de los huevos puestos) y, sin embargo, la mortalidad
de los pollos variaba significativamente entre años (Tabla 8). Por otra pafie, el porcentaje de
nidos fracasados, de los que no voló ningún pollo, se incrementaba de las primeras a las
Del mismo modo que el tamaño de puesta, el número de pollos que volaba también
disminuía conforme avanzaba la estación reproductora (Fig. 14). En 1989 y 1990 -los años
número de puestas número de puestas
10
IE
número de puestas
1,{
1 988 11
1 989 12
I
12
1 990
l0
.t0
e
I
1
6 I
4 4
2
2
2
o
181116212A313641
a 11 16 21
rrlr
26
t o I
dlas 6 11 16 21 26 31 36
días 41
días
f recuencia
70
I
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!
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I
40r
I
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i
20-
I
10 -
I
¡
0
2 huevos 3 huevos 4 huevos 5 huevos
t
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3f I
3
I
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o
to t6 20 26 s0 36 ao ¿6 O 5 lo 16 20 26 30 35 ,l{l ,a6
5
1
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0 10 t6 20 26 o 6 to t8 20 26
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3
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0
0 r0 16 20 26 30 36 10 46 0 6 to 16 20 26 CO 96 ,ao .a¡i
7 Solo
50%
25olo
0%
1988 1989 1990
años
VZ Py¿s¡¿s perdldas N\l Mortalldad huevos
XXI Mortalidad pollos El Pollo" volados
¡
1
!
,-.
% NIDOS PERDIDOS
40
35
I
30
I
25 is
20
I
15
t
10 þ +
I
5i-
I
0
1-7 8-14 15-21 22-28 29-35 36-42
FECHA DE PUESTA
la tasa de pérdida de huevos. Esto es, las últimas puestas, en comparación con las primeras,
no sólo eran menores, sino que también volaban menos pollos respecto al total de huevos
de pérdida de pollos.
Mortalidad de pollos
115), en 1989 murieron el62'4Vo (n = 75) de los pollos y en 1990 el 43'l%o (n = 139). De los
139 pollos que se hallaron muertos, 125 (90Vo) aparentaban haber muerto de hambre, ó
(4.37o) fueron predados por lechuzas Gylo alþ¿), I (0.77o) fue predado por un cernícalo
pollos se refuerza por el hecho de que todos los pollos encontrados vivos aI pie de los nidos
pesar considerando su edad (Fig. 10). Por otro lado, hemos observado una tendencia a que
sean los pollos más pequeños de cada nido los que mueren (Fig. 17) y esta es una estrategia
común en las aves rapaces para reducir el tamaño de nidada en situaciones de carencia de
DISCUSION
Las fechas medias de puesta que enconúamos en nuestro estudio encajan en el rango
de variación para la especie descrito por otros autores en diferentes áreas geogriíficas. Así la
mayoría de 233 puestas controladas por Bernhauer (1961) en Austria fueron efectuadas a
principios de mayo. Bijlsma y cols. (1988) sitúan en la última semana de abril la fecha
media de puesta en las colonias que estudiaron en Extremadura. Cramp y Simmons (1980)
señalan, por otra parte, que la especie muestra poca variación en el inicio de la reproducción
Fenología y éxito reproducor 96
f recuencia
12
10
0
1 2 123 1234
rango del pollo en la nidada
Figura 17. Rango en la nidada de los jóvenes que mueren antes de abandonar el nido. Se
han considerado nidadas de 2, 3 y 4 pollos. El rango " L " cotresponde al pollo mayor.
Fenología y éxito reproductor 97
especies, simpátricas en el área de distribución del cernícalo primilla, puede deberse a sus
para alimentar a los pollos, deberá ceñirse al periodo en que esas presas son abundantes (a
partir de mayo, Bijlsma y cols. 1988), mientras que el cernícalo real, que consume
flexibilidad para iniciar la reproducción. Puesto que los cernícalos primillas nidifican en
colonias, tampoco podemos descartil que la mayor sincronía se deba a otros factores, tales
como el contagio en las cópulas, las cebas de pareja, etc..., o que sea una estrategia para
(4 huevos) no difiere de otras estimas. publicadas. Una muestra de 233 puestas en Austria
tenía una media de 3'83 huevos (Bernhauer 1961). Heim de Balsac y Mayaud (1961)
registran una media de 4'5 huevos en 25 puestas en Mamrecos. Bijlsma y cols. (1988)
indican tamaños medios de puesta entre 3'6 y 4'5 huevos en varias coionias de Extremadura.
De nuevo la comparación con el cernícalo real muestra que éstos ponen más huevos (entre 2
y 7, Village 1990). Este hecho resulta en principio sorprendente, ya que la tendencia general
es que las especies de aves de presa más grandes pongan menos huevos que las más
pequeñas (Newton 1979). Esta diferencia puede relacionarse con la dieta, puesto que los
tienden a poner menos huevos que los cernícalos que se alimentan básicamente de
compensado con una mayor supervivencia de los jóvenes, de los adultos, o de ambas clases
de edad. También pudiera ocurrir que una mayor proporción de jóvenes se reprodujera
los adultos (Newton 1979), son relegados a los peores hábitats y allí tienen más dificultad
para reproducirse con éxito o incluso para sobrevivir. En las especies coloniales, sin
embargo, todos los individuos de la misma colonia comparten el mismo hábitat, de modo
que los jóvenes podrían disfrutar de ventajas en relación a sus parientes territoriales (quizá
mitad del que potencialmente podrían lograr con una puesta de 4 huevos. Nuestro caso no
parece ser excepcional, ya que en otras poblaciones de cernícalo primilla (Austria, Glutz y
cols. 1971; Extremadura, Bijlsma y cols. 1988) se ha estimado un éxito reproductivo igual
al que nosotros registramos en 1988 (2'1 pollos por pareja). En relación a otros pequeños
halcones, el cernícalo primilla se situaría entre los que consiguen un menor éxito: cernícalo
patirrojo, 1'6 pollos (Hovarth 1955); cernícalo real, entre 1'8 y 3'2 pollos (Cavé 1968,
Shrubb 1970, Wendland 1953, Village 1986); cernícalo americano, entre 1'9 y 3'6 pollos
(Craighead y Craighead 1956, Heintzelmann y Nagy 1968, Smith y Murphy lg73).
su éxito reproductor por el efecto combinado de una progresiva reducción del tamaño de
puesta y del número de pollos que vuelan conforme avanza la estación reproductora. El
decrecimiento gradual en el tamaño de puesta ha sido señalado con anterioridad para esta
especie (Bijlsma y cols. 1988), también en el cernícalo real por varios autores (Cavé 1968,
Dijkstra y cols. 1982, O'Connor 1982, Riddle 1987), y parece ss un fenómeno exrendid.o en
las aves de presa (Newton 1979). Las razones que explican este hecho no estií¡ claras,
de las presas y parece que las últimas parejas inician la puesta con más disponibilidad de
Fenologíay éxito reproductor 99
alirlento gn el rncdio. Las clos principales hipótesis enunciadas pam dar cuenta del
fenómeno son: a) que la selección natural favorecería puestas reducidas entre los
1966, Drent y Daan 1930) y b) que la reducción de la puesta refleja una escasez de alimento
conseguido por las hembras para formar los huevos, porque se trataía de parejas con
individuos (al menos los machos) poco experimentados o malos cazadores (Newton y
Marquiss 1984).
Holanda. Según estos autores las puestas tardías se verían favorecidas bien porque su
productividad sería mayor que las de puestas más abultadas, o bien porque los reproductores
disponemos de datos para testar esta hipótesis. En cuanto a la hipótesis alternativa, se vería
apoyada en el cernícalo primilla por el hecho de que las fechas de puesta de las parejas con
macho de primer año son significativamente más tardías que las otras, y por que además
parece que ponen menos huevos. ,De este modo, los últimos reproductores serían
básicamente aquellas parejas en las que al menos uno de sus miembros optan a reproducirse
por primera vez, y se les puede suponer, por tarto, una menor experiencia (Newton 1979).
Refuerzan esta última idea a) el hecho de que en dos de nuestros tres años de estudio sea
mayor la reducción del número de pollos en los nidos conforrne avanza la estación de cría
que la reducción experimentada en las puestas, y b) que se pierdan más nidos conforme
RESUMEN
entre la segunda quincena de abril y los últimos días de mayo. La sincronía entre colonias y
denÍo de éstas era notable cada año, aunque de un año a otro se apreciaban diferencias
Fenología y éxito reproductor 100
estaciísdcamente signifìcativas. Et tamaño medio cie puesta fue cie 4 nucvos en cada ulìo de
los tres años de estudio. Se apreciaba, no obstante, una tendencia a la reducción del número
de huevos conforme avanzabala estación reproductora.y, así, las primeras puestas contenían
en su mayoía 5 huevos, mientras que las últimas habitualmente contenían 3 huevos. Por
otra parte, las parejas con macho de primer año tendían a poner más ta¡de y ponían también
menos huevos. El éxito reproductivo medio se situó entre los 1'5 pollos/pareja de 1989 y los
2'1 pollos/pareja de 1988. La tasa de pérdida de huevos era relativamente baja (no superó
ningún año el 25Vo de los huevos puestos) y el bajo éxito medio se debió a una elevada
mortalidad de los pollos por hambre. El hecho de que se produjeran reducciones de nidadas
en la mayoría de los nidos sugiere que la escasez de alimento afectaba a todos los miembros
Parte IV
Dinámica de poblaciones
INTRODUCCION
para comproba¡ las predicciones de Fisher. Los datos disponibles para la mayoría de las
en el grupo (ver revisión en Newton 1979). Parecen ser excepciones el aguilucho pálido
(eircus. cJ¡aneus), aunque en contradicción con la teoría las hembras, el sexo de mayor
tamaño, son más numerosas clue los machos (Picozzi 1980), y algunas poblaciones de águila
real (Aquila chrysaetos) @dwards y cols. 1988). Richter (1983) propuso que patrones de
crecimiento de los pollos específicos para cada sexo podrían ser el mecanismo que
sexual. De este modo, la teoía de Fisher aún sería válida en las rapaces.
Por otro lado, una variación estacional adaptativa en la proporción de sexos ha sido
clescrita en las nidadas del cernícalo real GêIcq tinnunculus) @ijkstra y cols. 1990). Las
primeras puestas contienen más machos que hembras y luego la tendencia se inviene para
Proporción de sexos 102
aluarìz¿rr ulìa propol'cron cle sexos rguai a u¡ri-i consicicr"ando ¡oci¿r l¿ esiaciótì i'eprotiucLora. El
sesgo estacional descrito estaría producido por una segregación îo al azar en meiosis.
Village (1990) sugirió que este fenómeno debeía ser examinado en otras especies de
cernícalos porque implicaría que el estado f,rsiológico de las hembras puede influir en el
(Cramp y Simmons 1980). De acuerdo con Bijlsma y cols. (1988) el cociente formádo por
las medias de las longitudes del ala plegada de machos y hembras adultos, medida habitual
ambos sexos hasta su primera muda tienen un plumaje similar al de las hembras adultas.
Con estos antecedentes, el primer objetivo de este trabajo fue determinar si las débiles
relacionarse con su sexo. Esto se había sugerido anteriormente (Cramp y Simmons 1980,
Bijlsma y cols. 1988) pero nunca demostrado con un programa de marcado de pollos o con
técnicas de laboratorio. Una vez establecido un sistema de sexado fiable, nueslros propósitos
fueron: a) estimar la proporción total de sexos entre los pollos de cernícalo primilla y b)
METODOS
canela, mientras que en las hembras eran pardas y más densamente rayadas. El sexado se
dividimos cada estación de reproducción en tres periodos, definidos por las fechas cuando
Proporción de sexos 103
RESULTADOS
después de su primera muda, cuando los sexos se vuelven claramente dicromáticos (Cramp
Durante el periodo de estudio sexamos 246 machos (50'37o) y 243 hembtas (49'7Vo).
de sexos de 1:1, ni en diferentes años -X2=0'025, P=0'87, gl=1 (1988)l X2=0'006, P=0'93,
gl=1 (1989); X2=0'747 , P=0'70, gl=1 (1990)-, ni para el conjunto de individuos examinados
frecuencias esperadas según una expansión binomial mostró de nuevo que no había
diferencias significativas respecto a una proporción de sexos igual a la unidad (Tabla l2).
Para realizar este último análisis asumimos que el sexo de cada joven era independiente de
el de los demás. Las nidadas de 5 pollos no fueron incluidas debido al reducido número que
habíamos observado. Por lo que respecta al posible sesgo de la proporción de sexos dentro
DISCUSION
Visitamos muchos de los nidos cuando los pollos estaban finalizando su estancia en
el nido. Por este motivo, una mortalidad de pollos específica de cada sexo podría estar
sesgando la proporción de sexos en la eclosión y se esperarían diferentes proporciones de
sexo bajo diferentes tasas de mortalidad (en años con elevada mortalidad se acrecentaían
las diferencias). Newton y Marquiss (1979) se enfrentaron al mismo problema para estimar
la proporción de sexos enrre pollos de gavilán (Accipiter nisus). Cuando consideraron sólo
Proporción de sexos 104
'labla l¿. l)rstnbucron cle ftscuoncras oe nloaoas ce cricrenre cornpt-tsiciórl dc scxos. Ettus
paréntesis, frecuencias esperadas según una expansión binomial asumiendo una proporción
nidada
p o'86 gl = I
M H x2 =o'o2ç =
r8 (r8) l8 (r8)
Tabla 13. l.lúmero de pollos clc cada sexo en tres penodos consecutivos de la estación
reproductiva. Cada año los periodos quedan definidos por las fechas en que U3,213 y todas
las puestas donde todos los huevos eclosionaron y todos los pollos volaron no hallaron
sexo y que la proporción de sexos hallada entre los pollos volantones puede ser equivalente
y ambos sexos tienen una simila¡ supervivencia interanual (ver Capítulo l2). En
de los sexos es siempre un problema importante, y los dos estudios mencionados podían
estar sufriendo ese tipo de sesgo (ver Bortolotti 1989; Arnold 1989).
prcnatal del sexo sugeridos en el frlogenéticamente próximo cernícalo real @ijkstra y cols.
1990) no p¿ìrecon operar en el primilla y se necesitarán nuevos estudios para conocer si los
patrones observados en los cernícalos reales tienen lugar en otras especies de aves rapaces.
RESUMEN
Sexamos 246 machos y 243 hembras en 199 nidadas de cernícalo primilla entre 1988
y 1990. La proporción de sexos entre los pollos no difería de la unidad ni en diferentes años
t r^
Lapll.UlU i U.- UlSflËlSl0ll pOSt-I CfitUtltrUtivci. r'iüUiiLl¿lu ¿i i.1 UUiUIli.l, di
nidoyalapareja
INTRODUCCION
La fidelidad al lugar de cía está extendida entre las aves (F{arvey y cols. 1979) y es
particularmente acusada en las aves marinas de cría colonial (Coulson 1966, Ollason y
Dunnet 1978, Hatchwell y Birkhead 1991). EnÍe las aves de presa, también hay ejemplos
de persistencia en los lugares de cría y muchas nidifican año tras año en los mismos nidos
individuos regresan en años sucesivos a los mismos lugares de cría y que cuando un
(Tinbergen 1946, pero ver Newton y Marquiss 1982). En algunas rapaces no siempre se
mantienen los mismos territorios, pero, en cualquier caso, los desplazamientos son de escasa
real, Village 1990). Igualmente prirece ser una tendencia generalizada el que los machos
muesrren más fidelidad al territorio y al nido que las hembras (Newton y Marquiss 1982).
(Greenwood y Harvey 1982). Las razones por las cuales unos individuos son más fieles a
sus territorios que otros no se conocen, aunque los cambios suelen estar asociados con una
reproducción fallida (Flarvey y cols. 1979, Greenwood y Harvey 1982, Newton y Marquiss
7982,Yillage 1985).
Los cernícalos primillas nidifican en colonias que se mantienen año tras año en las
en la Catedral de Sevilla, tienen con seguridad varias décadas de antigüedad (Irby 1895,
Riddell 1945, Gonzâlez y cols. 1990). Ifasta ahora, sin embargo, no se ha realizado ningún
estudio que tuviera por objeto averiguar cómo se produce el recambio de individuos en las
Dispersión posrreproductiva 108
colonias. Sólo Cade (1982) indrca, sin citar sus fuentes, qtre si ios cios miembros cie ia pareja
sobreviven probablemente perrnanecen juntos. Nuestros objetivos en esta parte del trabajo
determina¡ si los mismos individuos tienden a ocupil los mismos nidos año tras año, c)
METODOS
Pa¡a los análisis de f,idelidad se han utilizado las observaciones de los individuos
anillados como reproductores en 1988, 1989 y 1990 que son controlados en las temporadas
de cría subsiguientes (1989, l99O y 1991). En conjunto, se Eata de 272 controles (101
machos y 111 hembras). Las colonias donde se han realizado anillamientos de adultos son
Arahal, Mairena, Marchenilla y Morón. Se han visitado además todas las colonias de una
amplia zona de Huelva y Sevilla (ver "Area de Estudio") con el objeto de detectar
De los individuos anillados como pollos en 1988 que fueron controlados como
reproductorcs en 1989, se han considerado los datos de retorno en 1990 y 199I. Se han
incluido también los pollos de 1989 que fueron controlados como reproductores en 1990 y
RESULTADOS
De los 101 machos controlados como reproductores que son nuevamente conEolados
habían pertenecido con lnterioridad, y qtìe, por tanto, llevâÌon a cabo una dlsperslón
reproducriva, son el 3'97o/o (n = 101) de los machos y el3'7o/o (n = 111) de las hembras- No
hay diferencias entre las proporciones de individuos de cada sexo que se dispersan (test de
Entre los dispersantes hay casos parficularmente bien documentados que demuestran
sucesivas se reprodujo el primer año en la colonia de Mairena del Alcor, al año siguiente en
Arahal (19 Km hacia el este) y en el último año regresó a Mairena. Otra hembra anillada
como pollo en 1988 en el castillo de Marchenilla, fue observada en 1989 en su colonia natal
ha regresado a Marchenilla. En cuanto a los machos, uno de ellos que fue controlado tres
años consecurivos crió dos seguidos (1989 y 1990) en Mai¡ena del Alcor, se conroló allí
localizaciones son 3'5,3,3'75,y 20'5 Km en el caso de los machos (media =7'68 Km, DE =
DE ='7'97, n = 4). Si bien la muestra es pequeña, las diferencias entre los sexos no son
significativas (t = -0'224, P = 0'41, gl = ó). Estos datos pueden ser comparados con la
distancia de una colonia a su vecina más próxima. En el 6¡ea de estudio, la media de esas
= 27).
reproducción precedente (0 pollos), mientras que otros dos criaron 4 y 3 pollos. Este
reducido tamaño de muestra impide una comparación estadística con los individuos que
Dispersión post-reproductiva 1 l0
Fidelidad al nido
al año siguiente o si, por el contrario, cambiaba a otro. Reutilizaron su nido del año anterior
al nido no se aprecian diferencias intersexuales (2¿2= 0'11, P = C,..3' gl = 1' los valores
Cambian de nido 48 individuos (72'757o n = 66)), y tampoco hay diferencias entre machos
consecutivas. Dos hembras (lBVo) utilizaron el mismo nido dos años y otro distinto en un
rercer año. Seis individuos (55Vo) (5 machos yt hembra) utilizaron tres nidos distintos en
0'562, P = 0'28).
Fidelidad a la paneja.
se conoció para 4 de ellas y fue de 0,7,2 y 2 pollos. Las parejas "divorciadas" obtuvieron
un éxito medio de 1'85 ! l'20 pollos, igual al obtenido por toda la población durante los tres
años de estudio (ver Capítulo 7).
Dispersión post-reproducúva 111
DISCUSION
Fidelidad a la colonia
gran mayoría de los individuos regresan año tras año a las colonias donde criaron con
anterioridad. En este aspecto, los primillas no difieren de otras muchas aves (ver referencias
que también retornan a sus lugares de nidificación previos (Cavé 196B, Village 1990)- Las
ventajas de permanecer en el mismo lugar Serían una familiaridad con el entorno que
facilita¡ía la obtención del alimento y del enclave de nidificación, y la huida ante un
predador (Cavé 1968, Newron 1979). Esa misma familiaridad podría reportil ventajas al
bien rres de ellos habían fracasado, otros dos habían criado un número de pollos (3 y 4,
respectivamente) muy superior a la media de las demás parejas. Por otro lado, y a diferencia
de otras especies de aves mpaces en las que se ha estudiado el fenómeno dispersivo, los
diferencias en éxito reproductor deben tsner que ver más con la calidad de los individuos
que con la del territorio (que es el mismo para todos los miembros de la colonia).
individuos que permanecen fieles al nido. Del mismo modo, la frecuencia de divorcios entre
las parejas también es tres veces superior a la de parejas que pennanecen fieles en
temporadas sucesivas. Las pequeñas diferencias en éxito reproductivo entre los individuos
que perrnanecen fieles a sus nidos y/o parejas y los que cambian no permiten concluir que
los fracasos reproductivos condicionen el comportamiento posterior de los cernícalos.
Dispersión post-reproduc ¡wa lI2
relacionarse con dos tipos de factores. Por un lado, la elevada tasa de renovación de ias
poblaciones y por ofro, su estatus migrador (Newton 1979). Con una tasa de retorno anual
regrese en la siguiente reproducción puede considerarse elevada (33'IVo). Por otro lado, la
residencia en los lugares de cría es sólo estacional en el caso de la mayoría de los cernícalos
de que las parejas de cernícalo primilla se mantengan unidas en invierno y en ellos (Negro y
cols. 1991) y en otras especies de cernícalos hay una migración diferencial de los sexos o
éstos utilizan diferentes hábitats en inviemo (cernícalo real, Village 1990; cernícalo
americano, Arnold 1991). En consecuencia, y teniendo en cuenta que las primeras parejas
que se reproducen tienen mejores expectativas de éxito reproductor, la mejor estrategia para
especie seía un factor más determinante que el estatus migrador para explicar los cambios,
puesto que oÍas aves de larga vida (con una mortalidad adulta en torno al57o) se mantienen
(águilas calvas Haliaetus leucocephalus, Sher¡od y cols. 1977, cárabos moteados Strix
occidentalis caurina, Lande 1988; araos comunes Uria aalge, Hatchwell y Birkhead 1991).
RESUMEN
La mayoría de los cernícalos primillas (96 Vo, n = 2I2) regresan a las colonias donde
se han reproducido con anterioridad y los que se dispersan se desplazan a colonias vecinas.
Porel contrario, laf,idelidad al nido es reducida (277o,n = 66) y los divorcios son también
frecuentes (757o de las parejas se separan, n=20). Debido a la elevada tasa de renovación
de la población -mortalidad adulta cercana al 33o/o-, una buena estrategia para un individuo
anterior puede ser emparejarse cuanto antes y ocupm el mejor nido posible.
1E
INTRODUCCION
Por ofra parte, la amplitud de la dispersión determinará el grado de flujo génico entre
aves, suelen ser los jóvenes los que se dispersan, mientras que los adultos pefinanecen
habitualmente fieles a las zonas donde se reprodujeron con anterioridad. Las hipótesis para
explicar porqué los jóvenes dejan su localidad natal son de dos tipos (Jonhson y Gaines
supuestamente de baja calidad se dispersan más que los naciclos en otros considerados más
ricos estaría de acuerdo con la primera hipótesis (Newton 1979). Por otro lado, la dispersión
las zonas de cría (Capítulo 1). El lugar de retorno de un individuo puede ser su colonia natal
u otra distinta. En muchos casos no hemos podido comprobar que los individuos se
estuvieran reproduciendo en el lugar donde eran controlados. En sentido estricto, nuestros
natal y el primer lugar en el que son controlados con opciones para reproducirse. De esta
forma, utilizamos el término dispersión en el sentido propuesto por Howard (1960), que
defìnió el fenómeno como "el movimiento permanente que un inclividuo realiza desde su
Dispersión de losjóvenes 114
ir.rgar cte nacrmiento htstu ei iugar donde se reprociuce o se hLrbiera reprocluci,Jo ,Jc habel
dispersión de los jóvenes en dos vertientes: cuántos regrcsan a su colonia natal y a qué
distancia se alejan los dispersantes; b) averiguar si la dispersión es distinta en cada sexo y c)
determinar si los individuos dispersantes muestran alguna ca¡acterística que los diferencie
METODOS
individuos anillados como pollos en el ârea de estudio. Estos controles se han realizado
generalmente por nosotros mismos, aunque también nos han sido comunicadas 6
recuperaciones lejanas realizadas por otras personas. Puesto que nuestro trabajo se realiza en
un área muy pequeña en relación al área total de distribución de la especie, es posible que
general (Newton 1979) que hemos rratado de reducir visitando otras 12 colonias en las que
estudio que han sido observados en ella o en otros lugares después de su primera migración.
Arahal. Este individuo fue controlado por primera vez en Arahal como reproductor en 1989
RESULTADOS
transcurrido dos meses desde su anillamiento (Tabla 14). En ninguno de los casos la
dirección del desplazamiento tiene componente sur, como sería esperable si se tratara de
movimientos migratorios hacia las zonas de invernada en Africa. A nuestros datos hay que
cernícalo primilla oscila entre 1 y 5, es posible analizar el efecto del orden dentro de la
18), Ios individuos que ocupan los primeros lugares en las nidadas de 3 a 5 pollos tienen
más probabilidades de retornar. En cambio, han retornado más segundos pollos en nidadas
de dos. También hemos analizado el efecto del tamaño de la nidada de un individuo sobre su
386) que de las nidadas de 1 y 2 (87o, n = 273),las diferencias no son significativas (test de
de su primer invierno nacieron 3 días antes, en promedio, que el conjunto de pollos nacidos
ese año. Los que retornaron de la cohorte de 1989 nacieron en promedio un día antes que el
total. Finalmente, la fecha media de eclosión de los nacidos en 1990 es igual para los que
Anillamiento Recuperación
(Ciudad Real)
(Sevilla)
(Huelva)
Dispersión de losjóvenes l17
f recuencia
14
12
10
o
2 123 1234 12345
orden en la nidada
Figura 18. Rango en la nidada de los jóvenes que superan el primer invierno. Se han
I
Dispersión de los jóvenes I l8
Dispersión natal
El Tl'37o (n = 47) de los machos y el 63'6Vo (n = 33) de las hembras han sido
controlados en la misma colonia donde nacieron. Por otro lado, los controles de individuos
(Fig. 19). La distancia media recorrida por los 15 machos dispersantes fuç de 24'8 Km (DE
= 23'32), con una distancia máxima de 90 Km. En el caso de las 12 hembras dispersantes, la
media fue de 57'17 Km (DE = l2l'90), con un máximo de M0 Km. Adicionalmente, un
distancias pueden ser comparadas con una distancia media entre colonias de 8'38 Km (n =
15 colonias) en el área de estudio. Las medias aritrnéticas resultan muy diferentes entre los
dos sexos precisamente por efecto de la hembra que se dispersó 440 Km. De todos modos,
puesto que la mayoría de los dispersantes se encontraban muy cerca de sus lugares natales,
entonces las medias geomérricas de las dista¡cias de dispersión de machos (18'0 +/- 2'1 Km,
n = 15) y hembras (18'9 +l- 4'6 Km, n = 12) dispersantes. Utilizando esta transformación,
las diferencias entre los dos sexos no son significativas (q, = -0'II7, P = 0'453).
En un sólo caso, protagonizado por una hembra, pudimos constatar una migración de
retorno al lugar de nacimiento después de la dispersión juvenil. Esta hembra había sido
hembra) han sido controlados en dos colonias diferentes durante la misma estación de qía.
frecuencia
40
35 33
30 MACHOS
25
20
15
10
5
55
2
o
o 1-10 10-20 20-30 40-50 60-70 80-90
kílómetros desde el lugar de nacimiento
f recuencia
25
21
20
15
HEMBRAS
10 i
5 +
2 2 2
1 1
0
0 0-10 10-20 20-30 40-50 60-70 + dE 10O
kilómetros desde el lugar de nacimiento
a
a
a
a
a a
a o
o t S..
a a
Qo E
I
a
o
aa
nacimiento.
1
¡" Dispersión de losjóvenes 121
Dif'erencia entre los individuos que retornan a sus colonias y los que se dispersan.
diferencias entre ambos grupos es la fecha de nacimiento de los individuos. Los que
nacieron en 1988 y han llevado a cabo una dispersión efectiva (n = 15) nacieron en
promedio 4 días antes que los que regresaron a las colonias natales (n = 29). De todos
disponemos de datos suficientes para los nacidos en 1989, peró en el caso de los de 1990, las
dispersantes con su distancia de dispersión parece haber una cierta tendencia, que no es
significativa, a que los nacidos antes se dispersen más lejos (r = -0'25,P =0'25, gl =20).
DISCUSION
Dispersión premigratoria
unos 5 días después de empezar a volar abandonan las colonias (Bustamante 1990). La
mayoía de los jóvenes se independizan de sus progenitores durante el mes de julio, algunas
Gibraltar (Bernis 1980). Tal como sugieren las recuperaciones de individuos anillados, se
deben producir movimientos erráticos de juveniles antes de que se lleve a cabo la verdadera
momento de Ia migración. Quizá los jóvenes abandonan lazona natal debido a que ésta no
puede proporcionar alimento para una alta densidad de individuos y los jóvenes están en
desventaja para competir con los adultos (Newton 1986). Por otro lado, los jóvenes no
tienen información previa sobre el medio, no contarían con las ventajas de estar
familiarizados con el territorio de la colonia y su mejor estrategia podría ser no atarse a un
Dispersión de los jóvenes 122
territorit> )/,.,lgar, en carnbic, gn LrLr:-cA rle urr alinrení() {luË:ie va crlraret,ricttr-ìti r:ottf-,Jrrttr
?Lvanza el verano.
han sugerido también que los jóvenes realizan movimientos errádcos al inicio de sus vidas
para obtener información sobre distintos tipos de hábitats, información que les serviía para
elegir el más conveniente para la reproducción (Newton 1986). Con nuestros escasos datos,
y no conociendo realmente como se desarrolla el proceso dispersivo (al fin y al cabo sólo
conocemos la localidad natal y un punto final, sin información sobre el camino recorrido),
Dispersión natal
colonias donde nacieron, y los que se desplazan suelen hacerlo a colonias cercanas.
Greenwood y Harvey (1982) definieron que una especie frlopátrica sería aquella en la cual
el sexo que más se dispersa no supera por término medio más de diez territorios de la
conside¡amos los individuos que rcgresan a sus colonias, cuya distancia de dispersión es
inexistente (ver Capítulo 10), los cernícalos primillas se comportaían como numerosas aves
marinas que crían en colonias. En estas especies hay algunos movimientos de los juveniles
Los indivirJuos cìue superan ei primer invierno (al mcrtcls ios quc sorl tlctcciados) no
muestran características comunes que los diferencien de otros jóvenes que no regresan. Hay
tendencias, eso sí, a que regresen más pollos de nidadas de 3-5 pollos que de nidadas de 1 y
2 pollos, y a que retornen más primeros que últimos pollos. La razón de que vuelvan más
primeros pollos seguramente está relacionada con que áquellos se emancipan en mejores
çondiciones que sus hermanos y afrontan con más posibilidades de supervivencia los
nidadas grandes podría deberse al mismo fenómeno. Las nidadas pequeñas suelen ser el
resultado de una reducción progresiva de una nidada mayor por falta de alimento y los
pollos únicos, o de nidadas dobles, es probable que se encuentran en peores condiciones que
Entre los jóvenes supervivientes, unos regrcsan a sus colonias natales y otros se
alejan a distancias muy variables, aunque generalmente reducidas. Hemos observado
también individuos en su colonia natal y en otra distinta después, pero durante la misma
reproducción. Una posible hipótesis para explicar estas observaciones y la variación en la
amplitud de la dispersión sería que los jóvenes regresan a sus colonias natales e intentan
reproducirse en ellas. Si no lo consiguen por carecer de pareja y nido, o por las agresiones
de otros cernícalos reproductores, se desplazan aùna colonia próxima. En esa nueva colonia
pueden integrarse con éxito o no, en cuyo caso continúan buscando colonias (y alejándose
del iírea natal). En un contexto de competencia intraespecífrca, seía además esperable que
los jóvenes nacidos en colonias saturadas tuvieran más dihcultades en establecerse en ellas.
1988 la colonia estaba formada por 72 parejas y al menos 4 de los machos reproductores
eran de primer año. En 1989 el número de parejas ascendió a 16 y todos los reproductores
eran adultos. El hecho de que todos los supervivientes de la cohorte de 1988 (n = 5) se
hayan observado en otras colonias, sugiere competencia por los lugares de nidificación, y se
refuerza con la observación de que uno de los jóvenes estuvo en su colonia natal
r
Dispersión de losjóvenes 124
lfrlnrchentiia.¡ ai inicio rie ia reprod'-tcci{tn tis i989 )/ acahíl tlcsPlazán,,loss a ot!-n (iercana
(Mairena).
Combinando los resultados sobre dispersión natal y reproductiva resulta quo los
jóvenes son los responsables de que haya un flujo genético entre poblaciones y los que
confirmada en 1991 con el restablecimiento de una colonia de cernícalos primillas que había
desaparecido hace algunos años (Torreón de Gerena). Se han censado 7 parejas y los 5
machos para los que se pudo precisar la edad eran de primer año. En cuanto al flujo genético
promovido por los dispersantes, debe ser importante, con independencia de su efecto
año se incorporarían en cada colonia como reproductores un 8Vo de individuos que proceden
emparentados con los locales. Esta proporción sería suficiente para evitar el aislamiento
reproductivo de las colonias, yaque según estimas de Frankel y Soulé (1981), bastatnl%o
está promovida por competencia intraespecífica por los recursos nido y/o pareja. Esta
observación difiere de las realizadas en otras rapaces territoriales, donde el recurso limitante
parece ser la abundancia de alimento en los territorios (Newton 1979). Los dispersantes
promueven, por otla parte, un importante flujo génico, aunque posiblemente éste sea una
RESUMEN
Los jóvenes cernícalos primillas abandonan las colonias pocos días después de
realizar sus primeros vuelos y al menos algunos de ellos realizan movimientos erráticos
antes de iniciar la verdadera migración hacia las zonas de invernada en Africa. Tras la
primera migración, la mayoría de los jóvenes (el TlVo de los machos y el 63Vo de las
Dispersión de losjóvenes 125
'I-os-connoles-rle individuos-dispe¡santes-decacn-
nem brasf reg-rcsa'á-sus ao-lõnïãrrù-tafes;
Puesto que apenas hay dispersión post-reproductiva, los individuos jóvenes son los
responsables de que haya un flujo genético entre poblaciones y los que presentan el
potencial de colonizar nuevas zonas.
I
Modelo demográfìco 126
INTRODUCCION
roda su fueade cía en el Paleártico Occidental (Biber 1990). Españaconserya las mayores
poblaciones, aunque el decrecimiento ha sido notable en las tres últimas décadas (Bijleveld
conservación, se seleccionaían aquellas que incidieran sobre los parámetros con mayor
demográficas.
PARAMETROS DEMOGRAFICOS
de 1989 a 1990, el77'97o (n = 139), y de 1990 a 799I, el 64'4Vo (n = 149). Las diferencias
entre los tres intervalos no son significativa s (X2 = 0176, P = 0'68, gl = 2). Considerando los
sexos? la tasa meclia de retorno anual es el 68'77o (n = I47) para los machos, y el 65'3Vo (n =
170) para las hembras. Las cliferencias en este caso tampoco son significativas (y2 = 0'09, P
Modelo demogrâfrco 127
=A'75, gi:1) y, corìsccutrnLcurËlr[c, uiiiiz¿u'clnos a$upados los t]alos sin corrsidcrä.r ei scxo.
La tasa media de retorno anual de adultos para todo el periodo se situó en el 66'9Vo (n =
3I7) y ésta será la tasa mínima de supervivencia que utilizaremos para elaborar nuestro
considerarse muertos.
Supervivencia preadulta
1989, I en 1990 y 13 en 1991). Considerando que algunos jóvenes se vieron dos y tres años
después de su nacimiento, es preciso reafizar una corrección para tener en cuenta a los
individuos que superaron el primer invierno y murieron entre el primer y segundo año antes
de ser detectados, o enEe el segundo y el tercero y tampoco fueron detectados. Una vez
aplicada esta corrección se puede estimar que alrededor de un 30Vo de los jóvenes nacidos
en 1988 alcanzarían el primer año de vida. En 1989 volaron 195 jóvenes anillados y 16
(8'27o) de ellos han sido vistos en 1990 o 199i. De los 215 anillados en 1990, se han
primer año. En otro estudio realizado en 1987 en colonias de Extremadura Bijlsma y cols.
las hembras reprcductoras eran de primer año, aunque sí sabemos que pueden reproducirse
1989 hubo 3 machos jóvenes establecidos en el sector de nidos controlado en Mairena y sólo
uno se emparejó y la pareja llegó a poner huevos, aunque no crió pollos . En 1990 había 4
Modelo demográfico 128
de reproducción de uno de ellos (que perdió la puesta), y el resto no parece que llegara a
Exito reproductor
éxito medio por pareja que inicia la puesta durante los tres años de estudio se ha situado en
l'8 pollos.
DINAMICA DE POBLACIONES
En una población con generaciones solapadas y que se reproduce ùna.vez cada año,
1956):
X î"-xlxbx=1
el nido hasta la edad x, y bx es la tasa de producción de progenie de sexo hembra por una
años de vida de los individuos. Esta asunción está justificada porque en la mayoría de las
aves las tasas de mortalidad de adultos son casi constantes e independientes de la edad
Modelo demográfico 129
.l
(lìeevev 9471
Aunque nuesrros datos no permiten estima¡ que proporción de los individuos jóvenes
intenta reproducirse el primer año, sí indican que los cernícalos primillas usualmente
empiezan a reproducirse con un año de edad (u = 1). Como valor mínimo de supewivencia
1988 (so = 0'30), puesto que de ella hemos tenido más tiempo para detectar supewivientes.
La mínima supervivencia adulta durante el periodo de estudio también viene dada por el
porcentaje de retornos, que ha sido del 66'97o , y así, s = 0'669. La producción media de
Al aplicar estos datos a la ecuación 2 obtenemos que Ìu = 0'934. Puesto que este valor es
Anólisis de sensibilidad.
a) S upervivencia adulta:
õÀ/ôs:À(T-1)/(sT)
ç1 rç- L /^ T\
u/L/ U.\C - /i i 5C 1 /
ì\
õUõb=}"/bT
edad media de las madres de los individuos recién nacidos en una población con una
distribución estable de edad (Leslie 1966, Mertz 197l). Usando los parámetros del cernícalo
primilla, T es igual a 3'47 años y los coeficientes de sensibilidad estimados son los
DISCUSION
se reducirá año fras año salvo que haya inmigración de cernícalos primillas procedentes de
tamaño de la población (N) desde un tiempo 0 hasta t años después. Garzón (1977) estimó la
población española de cernícalos primillas hace 15 años entre 50.000 y 20.000 parejas.
Partiendo de una población de 50.000 con una tasa de crecimiento geométrico de l" = 0.934,
en la actualidad habría en España 16.000 parejas, una cifra muy superior a la estima de
González y Merino (1990) para el año 1988 (4-5.000 parejas). Si, por el contrario,
partiéramos de 20.000 parejas, esperaíamos alrededor de 7.000 parejas. La evolución
nuestro modelo al tomar la estima mínima de Garzón (1977). En este caso,la situación de la
población estudiada sería un reflejo de las tendencias generales de los cernícalos primillas
en España.
.{ ¡"
cernícalo primilla.
un tiempo "Í" de acuerdo con la ecuación (Lande 1988) t = -ln N / ln ?u, donde N es el
1990), y asumiendo que los parámetros demogriíficos de nuestro iárea de estudio son
aplicables al resto de la población española, ésta se extinguiía en el plazo de 134 años. Esta
predicción, aún siendo preocupante indica que la situación del cernícalo primilla no es
crítica, al menos en relación a otras especies, y que todavía se dispone de tiempo para
tasas de supervivencia adulta y preadulta que al éxito reproductor. Esta situación es típica de
otras aves de presa y en general de los estrategas de la "K" (Grier 1980, Nichols y cols.
medio camino entre las estrategias "K" y "r". La edad de la primera reproducción en el
ce¡nícalo primilla apenas tiene importancia y, por otro lado, no se puede reducir.
crecimiento, se sitúa en un nivel muy alto en relación a otras aves rapaces de su tamaño
(cernícalo real 58-657o, cernícalo americano 51-537o, gavilán 43-66Vo: datos recopilados
supervivencia preadulta, por su parte, debería incrementarse desde el 307o hasta el 367o , y
la productividad debería pasar de 0'9 a 1'1 pollos hembra por pareja. Estos pequeños
incrementos porcentuales probablemente se sobrepasan en años favorables. Por lo que
sufriendo una mortalidad combinada de pollos y huevos del 45Vo se podría llegar a la
colonias por causa hunrarra v se cvitaran las molosiias tlurarttc Ia reproducción,v ios
de los parámetros demográficos para que 1" fuera igual a 1 y para que, consecuentemente, la
cernícalos en las zonas de invernada africana. Se han descrito mortalidades masivas por
per.). Podemos proponer medidas en las zonas de cría que sin duda mejorariín la situación
de los problemas que afrontan en las zonas de invernada no tendremos ocasión de elaborar
RESUMEN
estudio fue del 66'9Vo (n = 317) anual, y la supervivencia preadulta (primer año) del30Vo
pam una cohorte de 208 pollos nacidos en 1988. Los jóvenes de ambos sexos pueden
con más impacto en la tasa de crecimiento es la supervivencia de los adultos. Las medidas
de protección que aumenten la esperanza de vida de los adultos seriín las más eficaces para
Parte V
INTRODUCCION
movimientos diarios en ¿íreas concretas de tamaño variable. Ese área que utiliza
preferentemente un individuo durante al menos un periodo de su vida se conoce como "á¡ea
territoriales la zona defendida se encuentra contenida dentro del ¿írea de campeo, ésta puede
ser más extensa (Village 1990). De hecho, las iíreas de campeo de individuos pertenecientes
a especies territoriales habitualmente solapan con las de sus vecinos (Kenward 1977,
El fuea. de campeo de un animal debe contener todos los recursos que le son
necesarios durante el periodo de tiempo en que la utiliza, tales como alimentos, y un nido
(en el caso de las aves) o hura (algunos mamíferos). Debido a diferencias en los hábitats, la
disponibilidad de alimento, e incluso el estatus del individuo, las áreas de campeo difieren
hábitats que proporcionan alimento abundante las ¿írea de campeo suelen ser más reducidas
puesto que los individuos precisan desplazarse menos para cubrir sus requerimientos
nutricionales.
árcas nrás ex[cnsAs c¡uc ios urach<-ls. v ios .ióvcncs nrás quc los adulios (i(enwiud i977,
Marquiss y Newton 1981, Village 1990). Durante la cianza de los pollos también se
expanden las áreas de campeo debido al incremento de las necesidades energéticas en este
periodo.
En el cernícalo primilla el estudio del área de campeo reviste un interés especial por
tratarse de una especie colonial que practica la caza en grupo (Cramp y Simmons 1980).
Apenas hay información sobre las iíreas de campeo en especies de aves coloniales
(Winenberger y Hunt 1985). Por lo que respecta a las aves de presa, hasta ahora sólo se
habían estimado las ¿íreas de campeo en varias especies territoriales (para una revisión
Newton 1979) y, como ocurre con las aves en general (Schoener 1968), también en las
campeo . Mientras que las grandes águilas marciales llegan a ocupar 300 Km2, los pequeños
Se ha sugerido (Blondel 1964,Glutz y cols 1971, Franco 1980) que los cernícalos
primillas no se alejan más de un kilómetro de la colonia para cazu, pero ninguno de los
autores citados trabajó con individuos marcados. Los objetivos en este capítulo son: a)
campeo individuales y c) examinar la estructura interna del área de campeo, para poner de
manifiesto iíreas de uso intensivo, en ol caso de que las hubiera. Los requerimientos de
espacio de la especie, hasta ahora inéditos, son fundarnentales para determinar el ámbito de
METODOS
extensivo cJe cereales i girasoi, ;' en iiL:; cÌue rpenus hily etiificacioncs
Los individuos fueron capturados con redes japonesas colocadas delante de los nidos
(2), con alfombras de lazos que habían sido introducidas en los nidos (a), o fueron
prevista de las baterías de los emisores era 3 meses, aunque sólo res aves fueron seguidas
durante ese tiempo; en el resto los emisores dejaron de funcionar antes de lo previsto, o las
1989 y 647 en 1990. Cada día de seguimiento se seleccionaba un individuo, que era
controlado simultáneamente por un observador situado junto a la colonia y por otro que se
desplazaba en automóvil. Los dos observadores estaban comunicados por radio y podían
complementarse cuando las aves realizaban desplazamientos entre las zonas de caza y la
colonia, o viceversa. El observador móvil intentaba mantener siempre a la vista aI individuo
y tamaño de grupo. En 1990 había dos observadores móviles, además del situado en el
celdillas de 500x500 m. Para investigar los cambios estacionales en las ¿írea de campeo
independencia de los jóvenes en el mes de agosto-. Las áreas de campeo se han estimado
méroclo dei mínimo poiígono convexo WIPC) (Nlolrr 1941). que urìe ias ioc¿riizaciones
Donde Pl y P2 son las dos ¿írea que se consideran y P3 el área de solapamiento entre ambas.
RESULTADOS
individuos portadores de emisores cubría una superficie de 2I2 fm2 lfig. 2l). La colonia
de Mairena se encuentra aproximadamente en la zona central del área delimitada por el
MPC, que engloba además otras tres colonias de cernícalo primilla. El ¡írea prospectada por
los cernícalos marcados fue de 86'25 Km2 en 1989 y de lgl'87 Km2 en 1990.
Prácticamente toda el ¿á¡ea de caza de 1989 (937o) estaba contenida en la de 1990. Durante
los dos años de estudio se observó una utilización preferente de los terrenos situados en la
meseta al norte de la colonia antes de la crianza y una mayor utilización de los terrenos
situados al sur de la colonia durante la cnanza. La segregación estacional fue más acusada
en 1990 (2I7o de solapamiento entre áreas visitadas en precrianza y cnanza) que en 1989
(647o de solapamiento).
Areas decampeo 138
+l
*l
{l
.il
,,1
..t
4)t
¿l
rl
1 989
TOTAL
1 990
o
o
fl
.' ,|
5Km
I
Figura 21. Area de influencia de la colonia de Mairena del Alcor (círculo negro) en el
y durante la incubación, y las expandían durante la cianza de los pollos (Fig. 22). Las ¿íreas
utilizadas por los cernícalos primillas solapaban notablemente en los periodos anteriores a la
cada uno de estos periodos solapaba menos del 50Vo con el de crianza (46'47o invierno-
crtanza, 43'07o cebas-crianza, y 47"'l%o incubación-cnanza). La colonia ocupaba un lugar
central dentro del área de caza con anterioridad a la crianza, y extremo durante la misma.
Dentro del ¿irea general prospectada por los cernícalos primillas, había unas pocas
zonas en las que cazaban con mucha frecuencia, mientras que otras sólo fueron utilizadas
ocasionalmente (Fig. 23). Estas zonas de uso intensivo variaban estacionalmente (Figs. 24 y
25), entre los distintos individuos y entre los miembros de la misma pareja (Fig. 26).
postes de una línea eléctrica de alta tensión situada unos 4 Km al sur de la colonia. En el
periodo invernal todos acudían a sus nidos en la colonia al amanecer y, habitualmente por
(Negro y cols 1991). Después comenzaban a desplazarse en grupo a los cazaderos, situados
en esta época al norte de la colonia. Los cernícalos regresaban a veces durante el día y
después de permanecer allí unos minutos marchaban de nuevo a los cazaderos. El regreso
definitivo se producía unas dos horas antes de la puesta del sol. dl igual que por las
mañanas, las parejas se posaban delante de sus nidos y descansaban o copulaban, viéndose
envueltos en frecuentes agresiones. Alrededor de la puesta del sol, los cernícalos que
c A
5Km
Figura 22- Yniación estacional en el uso del ¿írea de influencia de la colonia de Mairena del
N
E
22.5
Km 2C
Kl
o S
Figura 23 Intensidad de uso del iírea de influencia de la colonia de Mairena del Alcor.
Areasde campeo 142
N
E
22.5
Km
20.5
Km
o S
Figura 24. Intensidad de uso del área de influencia de la colonia de Mairena del
N
E
22.5 -r
Km lì 20.5
Km
o S
Figura 25. Intensidad de uso del iírea de influencia de la colonia de Mairena del
5Km
I
Figura 26. Areas de uso intensivo de los dos miembros de una pareja de cernícalos
machos re alizaban ftecuentes viajes entre las zonas de caza y el nido. El tamaño de grupo
durante la caza se ha reducido en relación aI invierno y será aún más reducido dura¡te la
incubación y la cianza. Las cebas de cortejo solían ocupar a los machos desde el amanecer
6 horas (2-4 relevos diarios). En esta época las hembras amplían sus movimientos respecto a
la fase anterior. Durante la cnanza ambos progenitores cazàn para los pollos y realizan
continuos viajes entre las zonas de caza y el nido (1'9 cebas/hora/nido).
La mayor ¡írea de caza individual (método MPC) correspondía a una hembra y tenía
97'25 Km2 (Tabla 16). Aunque había grandes diferencias en los tamaños de las ¡íreas, es
individuo, éste tenía una o más zonas que utilizaba asiduamente (Fig. 26). Las ¿íreas en las
que la probabilidad de encontrar al individuo era del 7570 oscilaban entre los 7 y los 21
Entre los individuos que se siguieron durante más tiempo (más de T5localizaciones),
las hembras tenían áreas de campeo aparentemente mayores (entre 51'5 y 9l'25 Km2, n = 4)
que los machos (ente 27'12 y 68'75 Km2, n = 4). Dos de las hembras radioma¡cadas
detectado en un macho fue de 8 Km. En el caso de dos parejas, una de.1989 y otra de 1990,
misma estación. En ambos casos se observó que los miembros de la pareja generalmente no
utilizaban ni las mismas zonas de caza (el solapamiento en la primera y en la segunda pareja
fue del 51'9 y el3B'B7o respectivamente) ni los mismos dormideros. También en el caso de
estas dos parejas las hembras prospectaron áreas más extensas que sus machos (Tabla 16,
ambos sexos, definidas según el método del mínimo polígono convexo (MPC) y método de
AT M tt4 39 23 7',1
M4 M 128 27',12
DISCUSION
En comparación con otras aves rapaces territoriales (ver Newton 1979),las iíreas de
campeo utilizadas por los cernícalos primillas estudiados eran inusualmente grandes para su
tamaño (ver correlación entre área de campeo y peso de la hembra en Newton 1979). Por el
cada año por el número de parejas nidificantes en la colonia- era de una pareja por 2'05
Km2 en 1989 y una pareja por 4'79 Km2 en 1990. Se trâta, por supuesto, de estimas
mínimas de la densidad, puesto que las iíreas de influencia de la colonia de cada año se
obruvieron siguiendo a una pequeña fracción de los individuos. No obstante, los valores
cernícalos primillas y al hecho de que cazan habitualmente en grupo. Las aves coloniales a
menudo recorren grandes distancias para alimentarse (Lack 1968, Diamond 1978, Nelson
1978). Es más, Fry (1972) detectó una correlación positiva entre el grado de colonialidad y
tamaño del área de alimentación en et grupo de los abejarucos. Los cernícalos primillas
tienen una dieta básicamente inseclvora (Cramp y Simmons 1980) y una estrategia de caza
hormigas aladas). Sin aparentes limitaciones territoriales, es lógico que los cernícalos
realicen movimientos de gran amplitud. Por la misma razón se explicaría que los cernícalos
nos rnueve a pensar que los cernícalos primillas debieron alejarse más en 1990 para
El desplazamiento estacional de los cazaderos fue evidente durante los dos años de
estudio. Antes de la cnanza (hasta principios de junio) los cernícalos primillas cazaban
casi exclusivamente las vegas situadas al sur de la colonia, en las que se cultivaban cereales
del sur ofrecerían pocas posibilidades. Esa diferencia podía favorecerse por el
el consumo de ortópteros, que podrían ser más abundantes o más fáciles de capturar en los
arroyuelos de las vegas -ahora cubiertos de vegetación- y en los cultivos de cereal, que en
esa época se encontraban madurando al sur de la colonia.
Considerando a los distintos individuos por separado también se desprende que las iíreas de
uso intensivo tienen un superficie muy reducida, y que estas áreas preferentes difreren de
unos individuos a otros. Esta situación es particulamente evidente desde la época de las
cebas de pareja, cuando disminuye el tamaño de los gupos de caza. El hecho de que las
hembras tiendan a alejarse más del nido que los machos durante lacaza ha sido observado
sexual revertido y el diferente papel de los sexos durante la cianza. También parece ser una
tendencia general el que los miembros de una misma pareja cacen en distintos lugares (ver
Newton 1979). La explicación que se ha sugerido para este fenómeno es que reduce la
Areas de campeo 149
RESUMEN
Mairena del Alcor. En contraste con estimaciones previas, los cernícalos primillas solían
cazar en lugares alejados de la colonia (hasta 14'5 Km). La colonia ocupaba un lugar
aproximadamente cenúal en el ¿írea de caza, que tenía una extensión de 212 Km2 (método
del mínimo polígono convexo). Los individuos tenían iíreas de campeo ente 27 y 9l l(mz,
y parecía haber una tendencia a que las hembras tuvieran iíreas más extensas. Había un
desplazamiento estacional en las zonas de caza: antes del nacimiento de los pollos los
cernícalos primillas solían cazar aI norte de la colonia, en la meseta de los Alcores; durante
lacnanzade los pollos, los adultos preferían cazaren las vegas situadas al surde lacolonia.
Los individuos emparejados casi nunca coincidían en el mismo grupo de caza. y utilizaban
diferentes dormideros.
Organoclorados y metâles pesados 150
PArIE VI
Conservación
INTRODUCCION
Los pesticidas organoclorados, tales como el DDT, sus derivados y los ciclodienos,
devastadores sobre las poblaciones de rapaces que ningún otro factor natural o que cualquier
otro tipo de veneno. La alta incidencia de los pesticidas en las aves de presa se explicaía
porque éstas suelen encontrarse en la cúspide de las cadenas tróficas y los pesticidas, por su
estructura y elevada persistencia, se acumulan en los niveles superiores (Newton 1979). Los
(Cooke 7979,Peakall y cols 1973). También se ha citado que pueden afecta¡ indirectamente
frecuentemente entre los vertidos industriales y representan una amenaza añLadida para las
1 988)
pesticidas, tanto en España (Garzón 197'l,Gonzâlezy Merino 1990) como en otros países
de su ¿írea de cría e invernada (Cramp y Simmons 1980, Biber 1990). Se trata de una
especie que habìta terrenos cultivados en los que la aplicación de tratamientos agícolas está
muy extendida. Por otro parte, la base de su alimentación son los insectos, combatidos a su
ninguna evidencia de que los cernícalos primillas sufran contaminación directa o una
reducción del éxito reproductor producida por pesticidas. El objetivo de este parte del
trabajo es examinar la concentración de pesticidas organoclorados y metales pesados en el
contenido de huevos de cernícalo primilla. l,os resultados ser¿ín comparados con los
METODOS
trataba de huevos que no habían eclosionado, bien por infertilidad o bien por muerte de los
embriones. Los huevos eran etiquetados individualmente y conservados a 4oC hasta su envío
El contenido de los huevos, tanto de los colectados en el área de estudio como de los
Ciewa, CSIC, Madrid, por el Dr. L.M. Hernández. Los niveles de organoclorados y metales
aparato Soxhlet con hexano:acetona, purificación por reparto entre hexano y acetonitrilo y
1 ¡.
I
Organoclorados y metâles pesados 152
de Extremadura.
RESULTADOS
Residuos organoclorados
superan 1 ppm de organoclorados totales. Todos los huevos contenían niveles detectables de
DDE y PCB, que son además los compuestos que aparecen en concentraciones m¿is altas. El
resto de los compuestos sólo se detectó en algunos de los huevos. Aunque parece haber
Aparecen metales pesados en todas las muestras analizadas (Tabla 18). Tanto en las
muestras del ¡írea de estudio como en las de Extremadur a, el zitnc muestra los valores más
elevados y su concentración es significativamente mayor en las muestras de Extremadura. El
DISCUSION
bajo en general (Reichel y cols. 1969, Ratcliffe I970, Kochert 1972,Whitwell y cols. 1974,
Newton 1979, Stendell y cols. 1988), una de las muestras analizadas contenía 19'7 ppm de
I|'' Organoclorados y melales pesados 153
DDH. 8se nivel poctrí'a causa.r efectos subietaies en el e¡n'oritin o ia rlttlorte tlel misnto
(Risebrough y cols 1970 y Wiemeyer y Porter 1970). De todos modos, el nivel medio de
DDE en los huevos colectados en nuesffa área de estudio es 2'09 + 5'I4 ppm y en
Exlremadura 0'035 + 0'15 ppm. Estos valores son menores que los descritos en otras rapaces
En concordancia con los bajos niveles detectados, las tasas de eclosión registradas en
nuestro estudio (alrededor del 757o, ver Capítulo 8) son incluso superiores respecto a las
(3'85 huevos en Austria versus 4'06 en la actualidad). Aunque Bijlsma et al. (1990)
registraron una tasa de eclosión del 62Vo durante el estudio que realizaron en Extremadura
en 1987, no hay evidencias que apoyen su conclusión de que los pesticidas sean
Por lo que respecta a los metales pesados, los niveles de mercurio y plomo son bajos
en relación con los registrados en otras falconiformes (Kochert 1972,Helander y cols. 1982,
Stendell y cols. 1988). Los niveles de cadmio, cobre y zinc no se consideran peligrosos
(Underwood 1962).
una contaminación directa que envenene a los adultos o a los huevos que producen, salvo en
casos paÍiculares. De todos modos, puesto que la mortalidad de los pollos en el nido es
sumamente elevada (Capínrlo 8), no podemos descartar que los contaminantes actúen
cernícalos primillas.
/
Organoclorados y metales pesados 154
RESUMEN
organoclorados y no había diferencias apreciables entre las muestras del área de estudio y
las colectadas en Extremadura. Se detectan también metales pesados (Zn,Hg, Cd, Cu y Pb)
Extremadura. De todos modos, los niveles de metales pesados son bajos en relación a los
detectados en otras falconiformes. Esta baja contaminación general está en concordancia con
una tasa de eclosión relativamente elevada. No se puede descartar, no obstante, que los
media 7 10-5 0.003 6 104 0'009 0'001 0'012 2'W2 0'007 1 104 0'337 l'95
Area de estudio rango ND- ND- ND. ND 0'001- ND- ND. 0'046- ND- ND- 0'019-
(14 huevos) 0'001 0'034 0'006 0'021 0'007 0'033 t9'77 0'061 0'001 1'5r0
lf de I 8 3 0 t4 4 l0 t4 7 2 t4 t4
huevos*
huevos*
T = 1'04- f=
0'174
Comparación P= ft-
df=19 df=19
Tabla 17. Residuos organoclorados (ppm en peso fresco) en el contenido de huevos de cernícalo primilla.
LOCAIIDAD Hg cd Pb Cu Zn E Metales
Tabla 18. Concentración de metales pesados (ppm en peso fresco) en eI contenido de huevos de cemícalo primilla.
1
r Conservación 157
INTRODUCCION
individuos procedentes de otras zonas. Otra importante conclusión es que las tendencias
generales de toda la población española se ajustan a las predicciones del modelo, y esto
supondía que la dinámica de nuestra población puede ser representativa del resto de las
poblaciones ibéricas. Entre las causas del declive generalizado del primilla se han citado la
con otras especies por los lugares de nidificación y la persecución humana (Biber 1990,
Gonzâlez y Merino 1990, Negro 1990, 1991). En nuestra zonade estudio, tal como se ha
pilecen estar también relacionados con esa escasez de alimento durante la crianza. Los
pesticidas, por otra pafte, no parecen tener en la actualidad un serio efecto directo sobre la
tasa cle eclosión, aunque tampoco podemos descartar efectos indirectos (disminución de las
ahora se han considerado que afectan a la especie. Utiliza¡emos los resultados de la tesis
para valorar el efecto negativo que en la actualidad pueden estar teniendo sobre las
AMENAZAS
se puso de manifiesto que 49 (967o) de las colonias de más de 20 parejas estaban situadas en
edificaciones y sólo dos (4Vo) en cortados rocosos. Otra importante conclusión del citado
artístico. Esta circunstancia debeía facilitar la persistencia de las colonias, ya que los
lugares reunirían simultáneamente interés patrimonial e interés natural. En el ¿írea de
estudio, salvo una colonia asentada en una cantera abandonada, el resto se encuentran en
læbrija, Manzanilla, Sevilla -Hospital de las Cinco Llagas-) y hay proyectos pendientes en
negativos de las restauraciones son de dos tipos: eliminación de cavidades que albergan
por pretendidas razones estéticas, puesto que no perjudican a los edificios. Otras veces se
ciegan precisamente para evitar la nidifrcación de aves, que ensucian las paredes durante la
operarios en las cercanías de los nidos. Si las obras coinciden con la reproducción los
coincidencia con la colocación de unas campanas en época de incubación (Negro 1991). Las
redes de seguridad colocadas en el exterior de los editicios han provocado también la muerte
de adultos (Tabla 19). En el caso del Hospital de las Cinco Llagas, por el efecto combinado
en 1939 I I sola en I99 l.'l'odc el1c parece indic¿r que cste probiema sigtre vigenre en Ia
los más graves problemas que aftonta el cernÍcalo primilla en nuestro país.
El cernícalo primilla ocupa hábitats humanizados desde hace largo tiempo y palece
sus poblaciones. Cheylan (1990) observó que el declive del cernícalo primilla en La Crau
(Francia) coincidió con una reducción, del 507o de los rebaños de ovejas en la zona en los
Mairena, y 0'13 en 1990. Durante el segundo año los cernícalos se alejaron a mayores
distancias de la colonia y el éxito reproductivo fue menor (Capítulo B). I-os datos recogidos
hasta el momento por otros miembros del equipo de investigación sugieren que los
especie, y como están afectando a los parámetros demográficos más sensibles. En cualquier
caso, hay que señalar también que no hay ninguna colonia en España dentro de un iírea
protegida. Para preservar la especie en un enclave no basta con declarar protegido el edificio
una colonia es más amplia de lo que se suponía y puede extenderse sobre decenas de
abundantes que los propios cernícalos en la mayoía de las colonias y utilizan los mismos
nidos que ellos. Aparentemente, los cernícalos expulsan a las palomas y con frecuencia
realizan sus puestas en cavidades que contienen huevos de paloma. Por el contrario, en una
ocasión observamos que una pareja de lechuzas realizaba la puesta en un nido en el que una
pareja <le cernícalo había realizado previamente una puesta de 4 huevos. Las lechuzas
predan además sobre adultos y pollos, aunque la frecuencia de ataques es muy baja
(CapítuloSyTablal9).
huevos a predación por grajillas. Esta especie es rara en la zona de estudio -tan sólo dos
parejas censadas en la colonia de Mairena y otras dos en el castillo de Marchenilla)- aunque
sí hemos observado agresiones frecuentes entre ellas y los cernícalos. Observamos también
como una grajilla robaba en dos ocasiones la comida que un macho de cernícalo había
aportado a su pareja. La competencia por los lugares de nidificación ha sido señalada por
va¡ios autores (Flallmann 1985, Bijlsma y cols. 1988, Luchessi 1990, González y Merino
1990), pero serían necesarias investigaciones más detalladas para examinar hasta qué punto
Persecución humana
primer lugar como factor de mortalidad (Tabla 19). No obstante, los comenta¡ios de los
vecinos de las localidades afectadas indican que la incidencia de esta factor se ha reducido
considerablemente en los últimos años, tanto en el ¿írea de estudio como en otros lugares
Tendidos 1 2 J 10
eléctricos
Atropellos 1 4 5 t7
automóviles
Atropellos 6 6 20
cosechadoras
Caza 9 9 30
Atrapados en 5 ) t7
redes
Atrapado en 1 1 3
nauel
Predación por 1 I J
lechuza
TOTAL 18 t2 30 IOOVo
lEste individuo apf¡¡entemente entró en la nave por una pequeña oquedad y después no fue capaz de salir.
Conservación 162
Aunque la caza se haya reducido en los últimos años, afecta a los dos parámetros,
geométrico de la población. Este hecho nos mueve a considerar la persecución directa como
MEDIDAS DE CONSERVACION
evitar que haya pequeñas poblaciones aisladas. Estas poblaciones reducidas, aparte de estar
punto de vista genético. En este apartado trataremos tanto las medidas necesarias para
consewar la población existente de cernícalo primilla, como las que puedan favorecer la
Mantenimiento de Ia población
sobre los parámetros demográficos que más influyen en el descenso poblacional (mortalidad
resultados que actuando sobre uno en particular. Este enfoque es también más factible.
primillas adultos, a pesar de que la especie está protegida legalmente en España desde el año
I El cernícalo primilla estií incluido en el Calílogo Nacional de Especies Amenazadas (Ley 4/1989 y Real
Decreto 43911990). En cuanto a normativa internacional, hgura en el Anexo I de la Directiva de Aves de la
Comunidad Europea (79l409lCEE). Se incluye rambién en el Anexo II de la Convención de Berna (especies
estrictamente protegidas cuyos hábitats requieren medidas especiales de protección) y en el Anexo II de la
Convención de Bonn (especies amenazadas que se beneficiarían de la cooperación internacional). Figura
Conservación 163
poblacitirr se¿,. rlìrrìrJr tlrrc el ,-!c 1a rnor-talìriatl ,.le adt¡lLos y itrÐíìdìtlîÕs. e.n c.l ccrnícalo primilla
es relativamente importante en comparación con otras rapaces de larga vida, como las
grandes águilas y los buitres (Mertz lgTl,Ferrer 1990) y no debe descuidarse la actuación
sobre los problemas que afectan a este parámetro. Puesto que la influencia de las
transformaciones del hábitat (incluyendo el efecto de los pesticidas a través del alimento)
sobre la productividad del cernícalo primilta no están claras, en nuestro estado actual de
Para evitar que las restauraciones tengan efectos negativos sobre las colonias de
cavidades y regulen los periodos en los que las obras se pueden llevar a cabo. Puesto que la
reproducción tiene lugar desde la segunda mitad de febrero (primeras cópulas) hasta
principios de agosto (vuelos de jóvenes), durante ese periodo deben evitarse obras en los
que se encuentren en localidades donde yahay colonias) o en edificios que las hayan tenido
anteriormente, podrían mantenerse las cavidades y abrir otras nuevas en previsión de una
recolonización o una expansión de las poblaciones.
Los casos anteriores se refieren sobre todo a colonias establecidas en edificios con
edificaciones aisladas en el campo (casas de labranza, establos) que, o bien han sido
abandonadas, o se deshabitarán pronto. El destino de estas edificaciones menores es la ruina,
colouias tlcbcn se¡ ra¡nbiéu inve¡ria-r-iadas y, crr ios casos que io precis,hì, habrir, de se¡
apuntaladas. Puesto que los nidos se encuentran en estos edificios a escasa altura del sueio,
suelen ser fácilmente expoliados o predados. Los cavidades más bajas deberán cegarse y
GonzâIez y Merino (1990) describen varios tipos de cajas nido ideadas expresamente pila
los primillas que han sido ensayadas con éxito; otros nidos artifrciales se describen en
Bernal (1991) y Negro (1991).
de la especie
Como ya hemos visto (Capítulo 8), la mortalidad de pollos de cernícalo primilla por
hambre es elevada. En situaciones de escasez, la competencia por las cebas aportadas por los
progenitores conduce a que numerosos pollos caigan o salten de los nidos. Durante la
realización de esta resis hemos recogido decenas de pollos hambrientos al pie de los nidos.
naturaleza. Hasta la fecha, estos jóvenes recuperados se han liberado en las colonias
originales o en la misma zona general. Una alternativa seía utilizar estos pollos para
recolonizar colonias de cría desaparecidas. El método más extendido para establecer una
2 Este procedimiento consiste en coloca¡ pollos en la fase final de desa¡rollo en un nido artificial donde se le
suministra alimento incluso después de sus primeros vuelos. De este modo se pretende fijar al individuo al
lugar de suelta, con el fin de que se establezcaallí, o retorne si es migrador.
Conservación 165
Campañas de divulgación
los nidos. En los lugares donde se produzca la persecución de adultos deberiín establecerse
cercanías de los nidos (medida que resultaría especialmente útil en el Castillo de Mairena).
Investigación
control de otras especies posibles competidoras (grajillas, palomas, lechuzas) y qué tipo de
(Biber 1990).
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- La población de cernícalos primillas del valle del Guadalquivir presenta migración parcial.
Alrededor del207o de los adultos pernanecen en las colonias en invierno, mientras que los
demás adultos y los jóvenes migran a Africa entre agosto y septiembre. El retorno a las
colonias para la reproducción se desarrolla entre febrero y mayo.
- Los cernícalos primillas inician las cópulas en el mes de febrero, a pesar de que las puestas
no tendrán lugar hasta mediados de abril. La tasa dia¡ia de cópulas presenta dos miíximos.
El primero, Iocalizado unos 65 días antes de la puesta y casi con certeza fuera del periodo
fértil de las hembras, estaría relacionado con la formación de la pareja y la estimulación
sexual de los individuos. El segundo máximo, que se produce unos cinco días antes de la
puesta, se relacionaría con la existencia de competencia espermática, puesto que los machos
- Las cebas de las machos a las hembras antes de la puesta tienen como función más
evidente atlmentar el peso de las hembras para favorecer puestas de mayor calidad.
- Los cernícalos primillas seleccionan para nidifica¡ las cavidades situadas en posiciones
elevadas, para evitar predación y/o molestias. Alrededor del 807o de los nidos se reutilizan
- El tamaño medio de puesta fue de 4 huevos. Cada año se producía una reducción del
número de huevos puestos conforme avanzaba la estación reproductora y esto implicaba que
reproductrvo medro entr€ los r 5 poiioslptu'cja dc G$ y ius 2-1. ¡roiit-rsTparcja cie r988. ¡,stos
- Los ce¡nícalos primillas se alejaban hasta 14'5 Km de la colonia para cazat. La colonia
ocupaba un lugar aproximadamente central en el iárea de caza, que tenía una extensión
mínima de2l2Km2.
colectados en el iírea de estudio puede considerarse bajo. Aunque no podemos desiartar que
los pesticidas actúen negarivamente reduciendo las poblaciones de presas básicas de los
cernícalos, las causas más importantes del declive actual del cernícalo primilla parecen ser
los cambios de cultivos, la persecución humana y las restauraciones en los edifrcios que
ì
I albergan colonias.
- El cernícalo primilla es una especie filopátrica. El 707o de los jóvenes regrcsan a sus
reproductiva es prácticamente inexistente, puesto que el 96Vo de los adultos regresan a las
reducida (en torno aIZ7Vo) y la tasa de divorcio entre los miembros de las parejas es del
757o.
- La supervivencia media de los cernícalos primillas fue del 66'97o anual, y la supervivencia
de los jóvenes durante el primer año del 30Vo. l-ns jóvenes de ambos sexos pueden
reproducirse desde su primer año de vida. Utilizando estos parámetros y la productividad
para calcular la tasa de crecimiento geométrico de la población, resulta que ésta es inferior a
medidas de protección que aumenten la esperanza de vida de los adultos serián las más