PAÍS DE JAUJA
País de Jauja es una novela que nos narra la historia de Claudio, un joven jaujino, durante sus tres meses de vacaciones de verano, plasma
cómo en este periodo, él ha ido ganando en experiencias de vida que le han servido para configurar lo que será más adelante. El que la novela
esté escrita en segunda persona del singular nos hace adentrarnos mejor en los hechos que vive el protagonista. Es como si Claudio adulto
quisiese dialogar con el adolescente que él mismo fue, o como si Claudio adolescente quisiera conversar con el hombre maduro que será en
el futuro. También el tener más de un tipo de focalización dentro de la novela, la hacen más ágil y dinámica, de tal forma que no resulta para
nada cansina el leerla, sino divertida.
El uso de las cartas y el diario nos permiten conocer el complejo mundo de la interioridad de las personas. Es de esa forma que llegamos a
saber los pensamientos, sentimientos y avances personales de Claudio y de los personajes que hacen uso de esas formas de comunicación;
y, así, podemos entender aún más cada página de País de Jauja. La música en País de Jauja influye mucho en la vida de Claudio, ya que lo
acompaña en su crecimiento y está presente en su entorno familiar y local. Además, se deja entrever en ella la riqueza de la fusión de culturas:
la andina y la europea. También vemos en él un refuerzo en el hábito lector, un conocimiento más amplio de las realidades humanas, un
perfeccionamiento en el arte musical (tanto la clásica como sacra y andina), una optimización en el trato personal con su familia y con los
demás.
En la dimensión físico-corporal, Claudio se desarrolla en cuatro aspectos de su ser. Primero, en estatura pues luego del sarampión crece unos
centímetros. Segundo, en un cambio de coloración del rostro producto de la misma enfermedad. Tercero, gracias a Radulescu, a cómo viste
un caballero de buena presencia. Y, cuarto, con una vivencia incipiente de la sexualidad con Zoraida Awapara, la viuda de Recaredo. En la
dimensión afectiva, aprende más sobre la interioridad de su interlocutor, sin llegar a herir a nadie, el ir adentrándose cada vez más en temas
de amor e ir aprendiendo que el hombre, si se descuida, puede buscar por allí satisfacciones que no le corresponden. También aprendió a
controlarse en situaciones y ha pasado a otra etapa, colocando en un baúl los juguetes que ya nunca más utilizará como signo de madurez
afectiva y racional.
Respecto a la dimensión intelectual, nuestro protagonista es un gran lector. Ya son años que va bebiendo de la literatura, y no porque lo hayan
obligado a eso, sino más bien porque ha sido su hermano el que lo ha animado a adentrarse en el fascinante mundo de la lectura. Este hábito
ayudó a Claudio a hacer uso de su inteligencia en todo lo que se le presentaba y a no utilizar en exceso los sentimentalismos y las emociones.
También busca su desarrollo en este aspecto de la persona asistiendo con regularidad a las clases de música con la Sra. Mercedes Chávarri.
Y, por último, la dimensión de la trascendencia en él se ve mermada por el entorno: malos ejemplos desde el clero local, comportamientos
poco alturados de los fieles de Jauja, poca o nula práctica religiosa en casa, desconocimiento de la doctrina cristiana. Pero, aunque no existe
ese importantísimo referente, vemos a Claudio dándose a los demás, brindando apoyo al que lo necesita, ayudando en las tareas de la casa,
escuchando a sus tías, amando de verdad a Leonor con un amor de pubertad, queriendo a los suyos y demostrándoselo, siendo agradecido,
escribiendo cuentos pensado en que se los mostrará a su hermana mayor.
CAPILLA CRISTO POBRE, JAUJA
EL JOVEN EDGARDO RIVERA MARTINEZ
“El País de Jauja” está de duelo
Edgardo Rivera Martínez, una de las
principales figuras de la literatura peruana,
falleció la noche del jueves 4 de octubre, a
los 85 años, en su domicilio ubicado en el
distrito de Miraflores.
Nacido en Jauja, en septiembre de 1933,
pasó su primera infancia entre su ciudad
natal y Barranco. Cursó sus estudios
primarios y secundarios en el Colegio
Nacional de San José de Jauja.
Su primer libro de ficción apareció en 1964,
con cuatro relatos de temática andina, y el
título de El Unicornio. De 1974 es su novela
corta El visitante. En 1978 apareció su
volumen de cuentos Azurita y, en 1979,
Enunciación.
En 1982 ganó el Primer Premio de la
primera versión del concurso El Cuento de
las 1000 palabras, con Ángel de Ocongate.
De 1986 es su libro de relatos Ángel de
Ocongate.
Posteriormente, y después de trabajar como Profesor Visitante en las
Universidades de Dartmouth (Estados Unidos), Tours y Caen (Francia),
escribió entre 1991 y 1993 su novela “País de Jauja”, varias veces editada,
y que, en una encuesta realizada en 1999 por la Revista Debate entre
escritores y críticos, fue señalada como la novela más importante de la
década.
En 1996 apareció A la hora de la tarde y de los juegos, evocaciones de
infancia y adolescencia. En 1999, y siempre bajo el sello de Peisa, apareció
su segunda novela, Libro del Amor y de las Profecías. Entre otras obras, el
autor escribió "A la luz del amanecer", "Diario de Santa María".
QUECHUISMOS EN “PAÍS DE JAUJA”
Y tu madre prosiguió: `Y ahí junto a la hacienda
está el cerro de Raupi…´. ¿Raupi? ¿Allí donde
hay unas ruinas impresionantes? ´.
`Así es´. `Abelardo me habló de ellas´. `Me
dijeron también que antes la propiedad se
llamaba Amarucancha, pero que le mudaron el
nombre. Amaru, como sabes…´. `Sí, Marcelina
me contaba las historias de los dos amarus que
vivían en un lago enorme, aquí en el valle´. ` ¿Ah
sí…? ´ Me contaba esas historias, madre, y cómo
esos animales fabulosos se peleaban, y que
ambos están a la espera de la sullawayta, flor del
rocío y de la escarcha, y también de la alegría.
LA HUAYLIJÍA EN “EL PAÍS DE JAUJA”
“Y después, al amanecer, lo más hermoso. Sí, aquel despertar no ya con metálico estruendo,
ni con cohetes y banda de música, sino más bien, en un alba impregnada por el rumor y los
aromas del aguacero, el despertar con la música de la huaylijía.
Se oían, de pronto, y acercándose por las calles aún desiertas, las agudas flautas del
acompañamiento, el chasquido
de las sonajas de los danzantes, y el ruido fresco, apoyado, cadencioso de las azucenas de
papel que portaban, como ramos de antiguos cultos paganos, las muchachas.
Baile de las Pallas se le llama en otros lugares, y en Jauja huaylijía. Y eran muchachas muy
jóvenes, casi niñas, las que bailando hacían de ese modo su ingreso en la ciudad, con sus
faldellines negros, sus mantas de colores y las blancas cintas con que adornaban sus cabellos.
Se habría dicho que eran, todas ellas, azucenas de luz y de alegría, en esa hora tan temprana.
Corría yo a la ventana, y las veía pasar puras y felices en su danza. Y era en ese momento,
entonces, más que en ningún otro, cuando sentía que había llegado la Navidad...”
HISTÓRICO HOSPITAL “OLAVEGOYA”
EDGARDO RIVERA MARTINEZ
Fue un escritor nacido en Jauja en 1933.Hijo de padre arequipeño y madre jaujina; su infancia estaría impregnada
de amor familiar y una fascinación a los paisajes e imágenes de la serranía peruana
serian fuente inspiración para sus obras futuras. Hizo sus estudios primarios y
secundarios en Jauja; y seguiría sus estudios universitarios en la Universidad Católica
de San Marcos, estudiando Letras y en la cual llega a ser docente. Sus obras más
importantes son "Ángel de Ocongate" y "País de Jauja" en (1993) considerada quizás
como la mejor novela peruana de la década de los 90, el libro de cuentos "Danzantes
de la muerte y de la noche" (2006) entre otros. Falleció el 5 de octubre de 2018.
SUS OBRAS
– El unicornio (1963)
– Imagen de Jauja (1967)
– El Visitante (1974)
– Azurita (1978)
– Enunciación (1978)
– Hombres, paisajes, ciudades (1981)
– Historia de Cifar y de Camilo (1981)
– Angel de Ocongate (1982)
– Casa de Jauja (1985)
– Ángel de Ocongate y otros cuentos (1986)
– País de Jauja (1993)
– A la hora de la tarde y de los juegos (1996)
– Libro del amor y las profecías (1999)
– Ciudad de fuego (2000)
– Danzantes de la noche y de la muerte y otros cuentos (2006)
– Diario de Santa María (2008)
EDGARDO RIVERA MARTINEZ Y MARIO VARGAS LLOSA
Hijo de Hildebrando Rivera y María Luz Martínez. Su infancia estuvo impregnada de amor familiar y fascinada por los
paisajes e imágenes de la serranía peruana que serían fuente de inspiración para sus obras literarias futuras.
Hizo sus estudios primarios en Nuestra Señora del Carmen de Jauja y los secundarios en Colegio Nacional San José de
Jauja. En 1952 pasó a cursar estudios superiores en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, en la especialidad de literatura.
Desde 1956 empezó a ejercer la docencia. Ganó una beca que lo llevó a estudiar en la Universidad de París (1957-1959)
y en la Universidad de Perugia. De retorno al Perú, obtuvo el grado de bachiller y de doctor en Literatura a mérito de sus
tesis sobre «El paisaje en la poesía de César Vallejo» y «Referencias al Perú en la literatura de viajes europea de los
siglos XVI, XVII y XVIII», respectivamente (1960).
De 1962 a 1970 fue catedrático en la Universidad Nacional del Centro, con sede en Huancayo. En 1964 y 1967 pasó a
Francia para continuar su perfeccionamiento. En 1971 reanudó su labor docente en San Marcos, donde fue durante
muchos años profesor de literatura en su Facultad de Letras. En 1975 concurrió al taller de literatura de la Universidad de
Iowa. También fue profesor en Darmouth, Estados Unidos, en 1988; y en Tours y Caen, Francia, en 1990.
Ha ejercido, en importantes medios escritos, el periodismo de opinión. Es de destacar también su labor como traductor de
textos de Léonce Angrand, César Moro, Charles Wiener y Paul Marcoy.
Desde el 2000 es miembro de la Academia Peruana de la Lengua, en mérito no solo a su producción ficcional, sino también
por su trabajo de estudioso y crítico.
Narrativa
Comenzó su trayectoria narrativa con un libro de cuentos ambientados en el mundo andino, El unicornio (1963). Si bien
en estos textos se respira el ambiente del nuevo indigenismo, en algunos se aparta un poco de ello, acercándose más a
la literatura fantástica.
En 1977 publicó su novela corta El Visitante, y al año siguiente Azurita, con relatos de temática nuevamente andina.
Enunciación, de 1979, reúne dos novelas cortas y un texto narrativo-poético en prosa, cuyo acontecer transcurre en una
Lima de niebla y de misterios.
En 1981 se editó Historia de Cifar y de Camilo, y en 1986 apareció el cuento Ángel de Ocongate, ganador del premio
Cuento de mil palabras de la revista Caretas.
Su primera novela, País de Jauja, tuvo su primera edición en 1993, a la que han seguido otras más. Dicha novela fue
finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos de 1993 y fue señalada por los críticos, en una encuesta
de la revista Debate, como la más importante de la literatura peruana en la década de 1990.2 En palabras del crítico
Ricardo González Vigil es «un fruto mayor, una de las mejores novelas peruanas hasta el momento».
Su segunda novela, Libro del amor y las profecías, obra de gran aliento, apareció en 1999. En ese mismo año, toda su
narrativa corta fue reunida por Alfaguara en Cuentos Completos.
En 2000 publicó un volumen que reúne tres novelas cortas: Ciudad de fuego.
Luego publicó el libro de cuentos: Danzantes de la muerte y de la noche (2006); la recopilación Cuentos del Ande y la
neblina: (1964 - 2008) (2008); y las novelas Diario de Santa María (2008) y A la luz del amanecer (2012).
Le debemos también una serie de evocaciones de infancia: A la hora de la tarde y de los juegos (1996).
César Ferreira e Ismael Márquez editaron un volumen que recopila estudios de importantes narradores y críticos sobre
la obra de este autor: De lo andino a lo universal. La obra de Edgardo Rivera Martínez (Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, 1999).
OBRAS
Novelas
País de Jauja (1993)
Libro del amor y las profecías (1999)
Diario de Santa María (2008)
A la luz del amanecer (2012)
Cuentos
El unicornio (1963)
El visitante (1974)
Azurita (1978)
Enunciación (1978)
Historia de Cifar y de Camilo (1981)
Ángel de Ocongate (Original) (1982), cuento.
Ángel de Ocongate y otros cuentos (Versión extendida) (1986)
Cuentos completos (1999), recopilación de cuentos.
Ciudad de fuego (2000), tres novelas cortas.
Danzantes de la noche y de la muerte y otros relatos (2006),
Una azucena de luz y de colores (2006), seis relatos de temática infantil.
Cuentos del Ande y la neblina: (1964 - 2008) (2008), recopilación de cuentos.
Crónicas de viajes y estampas
Hombres, paisajes, ciudades (1981), crónicas de viajes.
A la hora de la tarde y de los juegos (1996), colección de textos autobiográficos.
Al andar de los caminos. Estampas de viaje (2003)
Estampas de ocio y de buen humor (2003)
Antologías y trabajos de investigación
Referencias al Perú en la literatura de viajes europea de los siglos XVI, XVII y XVIII (1963))
Léonce Angrand: una imagen del Perú en el siglo XIX (1974)
Imagen de Jauja (1543-1880) (1967)
Imagen y leyenda de Arequipa. Antología 1540-1990 (1996)
Antología de Trujillo (1998)
Antología de Lima. 2 tomos (2002)
Antología de Huamanga (2004)
Los balnearios de Lima. Antología: Miraflores, Barranco, Chorrillos (2006)
Antología de la Amazonía del Perú 1539-1960 (2007)
La obra peruanista de Léonce Angrand (1834-1838, 1847) (2010)
Historia y leyenda de la tierra de Jauja (2012)
Poesía
Casa de Jauja (1985)
Del amor y la alegría y otros poemas (2015)
Artículos
"La literatura geográfica del siglo XVI en Francia como antecedente de lo real maravilloso". En: Revista de Crítica
Literaria Latinoamericana (Lima); Año V, No 9 (1979).
"La narrativa peruana de hoy". En: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (Lima); Año X, No 20 (1984).
"Literatura peruana, literaturas andinas - Entre la modernidad y la frontera". En: La casa de cartón de Oxy. Revista de
Cultura; II Época, No 11 (1997) (Lima).
"Incorporar el mito y la música fue una forma de alternar la experiencia de lo propio y de lo clásico: Entrevista a
Edgardo Rivera Martínez". En Discursiva. Revista de Literatura y Humanidades; Año IV, No 3 (2010) (Lima).
Edgardo Rivera Martínez, autor de "País de Jauja", falleció a
los 85 años
Los restos del escritor y docente serán velados en la iglesia Virgen de Fátima. Este año, celebró los 25
años de su novela "País de Jauja". El Ministerio de Cultura lamentó su partida.
El escritor peruano Edgardo Rivera Martínez, una de las grandes figuras de la literatura nacional, falleció a los 85
años. Sus restos serán velados en la iglesia Virgen de Fátima de Miraflores. El autor jaujino, nacido en 1933, fue
reconocido con el Premio Nacional de Cultura (2013) y el Premio Casa de la Literatura (2012).
El Ministerio de Cultura dio a conocer su muerte y lamentó su partida. "Lamentamos la muerte del escritor
Edgardo Rivera Martínez, a los 85 años. El autor de la célebre novela 'País de Jauja' obtuvo el Premio Nacional
de Cultura en el 2013, por sus aportes a la literatura del país. Nuestras condolencias a su familia", indicó a través de
Twitter.
Por su parte, Hugo Coya, presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP), se sumó
a las condolencias indicando que Jauja "pierde a una de sus más intensas y hermosas plumas" así como los
peruanos "perdemos a uno de nuestros grandes intelectuales".
VIDA Y OBRA
Edgardo Rivera Martínez fue reconocido por su primera novela "País de Jauja", que en el 2018 cumplió 25 años
desde su lanzamiento. En julio, la Casa de la Literatura Peruana realizó un homenaje por el aniversario a la que se
considera una de las mejores novelas peruanas del siglo XX.
El jaujino también fue autor de "A la luz del amanecer" (2012), "Diario de Santa María" (2008), "Libro del amor y
de las profecías" (1999), "Ángel de Ocongate" (1986), entre otros.
Estudió literatura en la Universidad de San Marcos y tomó una línea de investigación dedicada a la literatura de viaje
en el Perú. De 1971 a 1986 fue docente del Departamento de Literatura. Posteriormente, trabajó como profesor
visitante en las Universidades de Dartmouth (Estados Unidos), Tours y Caen (Francia).
Rivera Martínez también fue miembro de la Academia Peruana de la Lengua.
QUECHUISMOS EN LA NOVELA PAÍS DE JAUJA, DE EDGARDO RIVERA MARTÍNEZ
La palabra concho (quechua y aimara qunchu) significa sedimento de un líquido.
Curco «Dejó de visitarnos, porque los soplones del curco Salazar lo tenían marcado, y tenía temor de
comprometernos.» p. 363 Comentario. La voz quechua kurku jorobado se utiliza en el español andino sin
que los hablantes sepan que, en realidad, es un acortamiento del español «corcovado».
En quechua la palabra patrimonial es qupu danzaq «Y eso no es todo», dijiste, «porque también
lo soñé bailando como danzaq.» p. 57 He aquí un elemento híbrido quechua-español: danzaq
(com acento en la primera sílaba), que significa danzante, el cual tiene la raíz del español
danza- (bailar) y el sufijo quechua agentivo -q, el cual indica que alguien ejecuta la acción
significada por la raíz verbal.
Haylli «¿Y ahora», pidió tu tía, «por qué no dejamos la teoría y tocas, Claudio, una de las
transcripciones que has hecho con tu mamá? La huanca-danza, por ejemplo» Así lo hiciste, y
resultó tan bien que debiste ejecutar no sólo uno, sino tres pasos. «Haylli feliz, de trigo y sierra!»
p. 255 La voz haylli (< quechua haylli) era una canción de triunfo y subsistió como canto en las
faenas agrícolas.
Las mujeres: ¡Ea, ya he triunfado!
Los hombres: ¡Y vendrá la lluviae inundará el agua!
Las mujeres: ¡Ea, ya he triunfado!
Los hombres: ¡Florecerá luegoy ya tendré el choclo!
Las mujeres: ¡Ea, ya he triunfado!
Los hombres: ¡Vendrá la cosecha,llenará la troje!
Las mujeres: ¡Ea, ya he triunfado!
(Haylli agrícola)
El mejor reconocimiento a un escritor es leyéndolo
HOMENAJE A EDGARDO RIVERA MARTINEZ
El área de Comunicación, turno II, rinde un merecido homenaje al laureado escritor jaujino, Edgardo Rivera Martínez. Entre
los más renombrados de la Literatura contemporánea pues sus obras han sido recibidas con beneplácito por la crítica
literaria, siendo País de Jauja, la novela más celebrada
Muchas veces el verdadero reconocimiento de un escritor crece con el tiempo. Esto es, el mismo lector por encima de la
opinión de los críticos y curadores se impone y da el verdadero y merecido lugar a quien con méritos propios le corresponde.
Y la historia de las letras de nuestro país tiene reservado ese lugar especial. Y andando caminos y años veremos a un Edgardo
Rivera Martínez en el pedestal de los narradores que dieron luz obras que nos ayudan a entendernos mejor en nuestra
complicada realidad.
En País de Jauja nos vemos reflejados en una realidad objetivamente diversa. Claudio es un personaje que simboliza esta
realidad y Rivera lo expresa musicalmente. País de Jauja es un réquiem de esta realidad nuestra tan diversa, variada y por lo
mismo compleja. ¿Musicalmente? Sí, pues tanto el piano y el pincullo están presentes; y la realidad nuestra, que tiene de
español y de indígena se ve mejor retratada en este ambiente.
“Sé que en el estudio/ me aguardan el diario,/ mis cuadernos, mis apuntes,/ el gorro cretense,/ y la flauta de Ayaviri…/ Es
hermoso todo” dice en una de sus poesías. Rivera es un gran narrador, pero la poesía fluye en sus venas y lo demuestra en
Del amor y la alegría y otros poemas que constituye un breve pero intenso recorrido por el universo literario. No solo está
presente la ciudad de Jauja y su “mestizaje feliz”, también lo extraño y fantástico —como en los libros de relatos Ciudad de
fuego y Danzantes de la noche y de la muerte.
Hasta siempre ESCRITOR y tu pluma y solo tu pluma nos trae tus recuerdos y sentimientos más personales e íntimos. Y tu
poesía y tu valiosa obra narrativa y ensayística te convierten en un entrañable escritor. Y me quedo con estos versos de
esperanza: “Abrirnos al aire, / a la luz, al agua, a la pureza. / Mirar una gota de rocío,/ tan clara, tan feliz…”.
Prof. Jaime Ángel Leiva Paitanmala
HOMENAJE A