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Catedra Bolivariana

La Capitanía General de Venezuela se estableció en 1777, reuniendo varias provincias bajo su jurisdicción política, militar y económica. La educación fue limitada durante la colonia española. A finales del siglo XVIII, hubo intentos de emancipación como la rebelión de José Leonardo Chirino en 1795. El 19 de abril de 1810 marcó el inicio de la revolución venezolana cuando el Capitán General fue destituido y se formó la primera Junta Suprema de Gobierno en Caracas.

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Catedra Bolivariana

La Capitanía General de Venezuela se estableció en 1777, reuniendo varias provincias bajo su jurisdicción política, militar y económica. La educación fue limitada durante la colonia española. A finales del siglo XVIII, hubo intentos de emancipación como la rebelión de José Leonardo Chirino en 1795. El 19 de abril de 1810 marcó el inicio de la revolución venezolana cuando el Capitán General fue destituido y se formó la primera Junta Suprema de Gobierno en Caracas.

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Defensa

Universidad Nacional Experimental de la

Fuerza Armada Nacional Bolivariana

UNEFA – Núcleo Falcón – Sede Coro

Cátedra Bolivariana I
TEMA I: Contexto histórico de la segunda mitad del siglo XVIII

El estado venezolano, se conforma como Estado en 1777 a partir de la Capitanía General


de Venezuela, colonia del Imperio español que había sido fundada en 1527. La historia escrita
de Venezuela se remonta a la llegada de los primeros españoles a finales del siglo XV, pero la
historia de lo que hoy se conoce como Venezuela comienza en realidad con el poblamiento del
territorio por las migraciones amerindias hace miles de años. Venezuela fue residencia para
estos importantes grupos tribales, como fueron los Caribes.

El siglo XVIII ve la llegada de la Compañía Guipuzcoana, o Compañía de Caracas, que se


establece en 1728 y deviene en un ente monopolizador del comercio del cacao y de la venta de
productos importados directamente de España, tales como vinos, trigo, telas y hierro,
eliminando tanto para los productores como para los consumidores locales la posibilidad de
acceder a otro mercado, lo cual genera enormes fricciones sociales y animadversión de
productores y comerciantes criollos en contra de dicha compañía, sus medidas y sobre todo,
sus prácticas con respecto a la fijación de precios de las mercancías. Sin embargo, el
establecimiento de la Compañía trae también beneficios, impulsando por su propio interés el
desarrollo o mejora de la infraestructura de puertos locales, tales como Puerto Cabello,
Maracaibo, Coro y La Guaira, así como el resguardo de toda la costa desde el río Esequibo
hasta la Goajira, al occidente, y su defensa en contra de contrabandistas que saboteaban su
monopolio. Se requisan barcos, se revisan paquetes y caletas marinas y se crean alcabalas de
aduana y control. Sus prácticas monopólicas y excluyentes produjeron varias revueltas, siendo
una de ellas la liderada por el zambo Andresote, en San Felipe, en 1735. Sin embargo, la más
relevante ocurrió en Barlovento, extendiéndose después hacia Caracas, entre 1748 y 1752, la
cual estuvo liderada por el cosechero local de origen canario Juan Francisco de León y a la cual
se plegaron todos los sectores marginados por las prácticas de la Compañía Guipuzcoana,
incluyendo esclavos, pardos y canarios, por lo cual adquirió tintes de revolución social. Ambas
fracasan por falta de apoyo de la élite criolla local, que decide plegarse a la Corona.

A mediados del siglo XVIII se fundan ciudades como Angostura (1764), en el Orinoco, y
San Fernando de Apure (1788), y crecen otras como San Carlos, Calabozo y San Cristóbal, en
los Andes. Los jesuitas son expulsados hacia 1766, al igual que en el resto de América por
orden real. En 1777 se produce la integración de las varias provincias en la así llamada
Gobernación de Venezuela y luego en la Capitanía General de Venezuela, que constituye
esencialmente desde entonces el actual territorio de la nación. El libre comercio se instaura y
se extingue en esa década la Compañía Guipuzcoana. A fines de siglo se crea la Real Audiencia
de Caracas, con jurisdicción judicial para conocer de los pleitos en segunda instancia, que
sustituye en esa función a la antigua Audiencia de Santo Domingo.

Capitanía General de Venezuela 1777

Las provincias existentes para el momento de la creación y organización de la Capitanía


General de Venezuela eran, aparte de la Provincia de Venezuela serían:
Provincia de Trinidad, creada en 1532, por el conquistador Antonio Sedeño, y
originalmente bajo la jurisdicción de Santo Domingo, posteriormente a su incorporación a la
Capitanía General, fue atacada por una flota inglesa, que obtuvo la rendición de la plaza, del
gobernador de la isla, en el año 1797, y fue reconocida su ocupación por Tratado de Amiens en
el año 1802.

Provincia de Cumaná, está reunió a las anteriores provincias o gobernaciones de Nueva


Andalucía y Paria, en una única entidad, la misma fue originalmente dependiente de la Real
Audiencia de Santo Domingo a partir del año 1569, hasta que fue sujeta a la jurisdicción del
Virreinato de la Nueva Granada, de 1749 a 1777. Provincia de Margarita, la isla fue una
provincia hasta el año 1600, cuando pasa a depender directamente de la Corona Española
hasta 1777. Provincia de Guayana, también conocida como Provincia de Angostura, y fundada
en el año 1591. Provincia de Maracaibo, formada en 1740, con la unión de las anteriores
provincias de La Grita y Mérida.

La Provincia de Venezuela o Caracas, depende siempre de la Real Audiencia de Santo


Domingo, en la isla La Española, hasta 1718, cuando el nuevo régimen borbónico en España,
por Real Cédula la hace depender en adelante del recién creado Virreinato de Nueva Granada.
Se independiza de nuevo de este Virreinato de la Nueva Granada en el año 1742. Treinta años
después se le anexan los territorios de las provincias de Maracaibo, Guayana, Cumaná,
dependientes del Virreinato de la Nueva Granada, la provincia de Trinidad, dependiente de
Santo Domingo y Margarita, dependiente de la Corona Española, para formar la Capitanía
General de Venezuela, con capital en la ciudad de Santiago de León de Caracas, por Real
Cédula emitida por el Rey Carlos III de España, el 8 de septiembre de 1777.

La autoridad de la Capitanía General abarca los asuntos de índole política, militar y


económica, de todas las anteriormente señaladas provincias; sin embargo, las mismas
continúan dependiendo judicialmente de la Real Audiencia de Santo Domingo, y sus
gobernadores eran nombrados directamente por la Corona Española. La influencia de Caracas
como ciudad central de gobierno oficial, y residencia del Gobernador en un área que abarcaba
económicamente varias otras gobernaciones como la de Nueva Andalucía, Mérida o Guayana,
influye finalmente para integrar todo el conjunto de provincias y gobernaciones del área de
Venezuela alrededor de la Gobernación de Caracas. La economía colonial de Venezuela gira
alrededor de la exportación de cueros, trigo, tabaco y cacao, con auges en diferentes épocas,
siendo este producto, el cacao tan apreciado en el exterior por su finura, aroma y calidad que
impulsa durante los dos siglos finales de la etapa colonial el desarrollo económico, y genera
una casta ilustrada de descendientes de los conquistadores, conocida como los mantuanos,
que basa su riqueza y poder en este producto durante esos 2 siglos.

Evolución educativa en tiempos de la Colonia

El Imperio Español descuida y limita la promoción de la educación en sus colonias.


Venezuela, al ser una provincia particularmente pobre después del colapso de la explotación
de las perlas en el siglo XVII, es particularmente olvidada. Los grupos de mulatos y otros no
tienen acceso a la educación siquiera básica. En 1727 se crea la primera universidad en
Venezuela, siglos después de que se hubiera hecho en México o el Perú. En 1760 el
gobernador de la provincia de Caracas le otorga un permiso al coronel de ingenieros Nicolás de
Castro para introducir los estudios de matemáticas con una Academia de Geometría y
Fortificación exclusivamente para sus oficiales. Manuel Centurión crea en 1761 una Academia
Militar de Matemáticas. En 1763 el maestro Lorenzo Campins y Ballester introduce una
Cátedra de Medicina.

Evolución política y económica a finales del siglo XVIII

La fuerza militar hispana es bastante reducida para la población. Para 1777 hay en teoría
unos 12000 militares para una población de unas 800 mil personas. Es así como en 1797 las
tropas de Abercromby conquistan con facilidad las islas de Trinidad y Tobago: el gobernador
José María Chacón apenas había conseguido movilizar unos quinientos soldados mal armados
en contra de una armada con 59 buques y 6750 soldados de tierra.

Varias tímidas intentonas de emancipación se producen, una de ellas liderada por el ex


esclavo José Leonardo Chirino en Coro, y otra por los criollos Manuel Gual y José María España
y el español Juan Bautista Picornell influenciados por las ideas de la Revolución, establecidos
en La Guaira, denominada la Conspiración de Gual y España. Sus cabecillas son presos y
algunos ahorcados en la Plaza Mayor de Caracas en1799.

Alexander von Humboldt informa que para el comienzo del siglo XIX Venezuela
importaba productos por más de 35 millones de francos de la época y que cuatro quintas
partes de esta mercancía vienen de Europa. Dice que los cueros de Carora, las hamacas de
Margarita y las mantas de algodón del Tocuyo son productos muy poco importantes “incluso
para el mercado interno”.

Primeros pasos para la independencia de la Venezuela

A finales del siglo XVIII tienen lugar los primeros conatos independentistas en Venezuela.
La primera de ellas es una rebelión armada en 1795 con José Leonardo Chirinos a la cabeza. La
otra se trata de una conspiración por parte de Manuel Gual y José María España, en 1797, y es
la primera de raíces populares. Ambas intentonas resultan fallidas, con sus respectivos líderes
ejecutados. Francisco de Miranda, por su parte, intenta dos veces en 1806 invadir el territorio
venezolano por La Vela de Coro con una expedición armada proveniente de Haití. Sus
incursiones terminan en fracasos por la prédica religiosa en su contra y la indiferencia de la
población.

Independencia de Venezuela

La fecha del 19 de abril de 1810 marca el inicio de la revolución venezolana. Vicente


Emparan, para ese entonces era el Capitán General de Venezuela, es destituido de su cargo
por el Cabildo de Caracas. Ello da paso a la formación de la Junta Suprema de Caracas, la
primera forma de gobierno autónomo. La Junta gobierna hasta el 2 de marzo de 1811, día en
que se instala el Primer Congreso Nacional, ente que nombra un triunvirato compuesto por
Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltasar Padrón. Meses después, el 5 de julio de ese año,
se procede finalmente a firmar la Declaración de Independencia. Pero esta Primera República
colapsa por la reacción de los realistas. El 25 de julio de 1812 Miranda, Comandante en Jefe del
recién creado ejército, capitula en San Mateo. Simón Bolívar y otros militares entregan a
Miranda a los españoles liderados por Monteverde, quien les dan carta de salida del país.
El movimiento tiene nuevo impulso en 1813. Simón Bolívar, luego de hacerse con el
control de Cúcuta, emprende una expedición armada por los Andes y la región occidental,
junto con Atanasio Girardot y José Félix Ribas. Luego de hacer público el polémico Decreto de
Guerra a Muerte, enfrenta a los realistas en cuatro batallas a lo largo de la ruta hacia la capital.
Al terminar la campaña, el 6 de agosto entra triunfalmente en Caracas, donde se le titula como
Libertador, y donde se da inicio a la Segunda República, aunque continúan los combates en
otros puntos del país. Sin embargo, al año siguiente estalla una rebelión leal a la Corona a
cargo de José Tomás Boves. El violento empuje de sus tropas fuerza a la población a huir a
oriente y a la expulsión de los patriotas de tierra firme, haciendo caer así la Segunda República.

Bolívar intenta una reedición de la Campaña Admirable para rescatar la república, pero
por falta de apoyo se traslada a Jamaica para conseguir apoyo británico, y luego a Haití, donde
se refugia el resto de los líderes patriotas. Allí se planifica una expedición a tierra firme, la cual
zarpa en marzo de 1816. Luego de tomar la Isla de Margarita, los republicanos prosiguieron su
gesta atacando Carúpano y Maracay, pero son rechazados. Se hace una segunda expedición,
Bolívar toma el mando de las tropas republicanas acantonadas en Guayana, con las que logró
capturar Angostura, y desde donde refundan las instituciones creando la Tercera República.
Por su parte, José Antonio Páez realiza importantísimas operaciones militares para liberar la
región central del país al mando de sus llaneros.

La guerra en el llano sigue hasta 1819. En febrero de ese año, Bolívar intenta la
reorganización del Estado con la instalación del Congreso de Angostura, cuyo resultado es la
creación de la Gran Colombia. En 1820, se firma el Tratado de Armisticio y Regularización de la
Guerra, poniendo fin a la guerra a muerte y cesando hostilidades hasta el 28 de abril de 1821.
El 24 de junio de ese mismo año, Bolívar se enfrenta a Miguel de la Torre en la Batalla de
Carabobo, que se salda con la victoria republicana. Esta victoria significa la liquidación de las
tropas realistas en Venezuela, dejando remanentes que serían limpiados en la Batalla naval del
Lago de Maracaibo en 1823.

La Gran Colombia

La República de la Gran Colombia, según la ley fundamental que la crea, integra a


Venezuela con el Virreinato de Nueva Granada y la Provincia Libre de Guayaquil, al que luego
se une la Audiencia de Quito. El congreso elegido en Angostura se mueve a Cúcuta, donde se
sanciona la Constitución de Cúcuta en agosto de 1821, y en la que se define la organización
política de este Estado. Bolívar es electo presidente por mayoría, y Francisco de Paula
Santander es hecho vicepresidente. Bolívar continúa sus campañas de liberación por el sur, en
la que propicia la liberación del Perú y la creación de Bolivia.

El nuevo Estado regula sobre el comercio y las instituciones públicas, y también decreta
la abolición de la esclavitud.[ ]Pero la discrepancia entre bolivarianos (centralistas) y
santanderistas (federalistas) tensiona el orden interno. Aunado a la crisis económica, la
carente infraestructura, las diferencias idiosincráticas y de intereses, y el deseo de autonomía
por parte de los venezolanos para con su territorio, germina el deseo de la separación. La
Cosiata de 1826, liderada por Páez, fragua dicha inconformidad del departamento de
Venezuela con el gobierno de Bogotá. Para aquietar la convulsión interna, Bolívar gobernó por
decreto desde 1828, pero ello no impide la separación de Venezuela, que se manifiesta
finalmente en noviembre de 1829. El 6 de mayo de 1830 se instala el Congreso Constituyente
de Venezuela en Valencia, la cual adopta una constitución el 22 de septiembre. Ello consolida
la separación de la Gran Colombia y el nacimiento de la República de Venezuela.

Caudillismo y Guerra Federal

El principal jefe político y hombre fuerte de Venezuela en sus albores como nación
independiente es José Antonio Páez, quien se juramenta como Presidente el 11 de abril de
1831, y su Vicepresidente es Diego Bautista Urbaneja. En su persona se constituye el Partido
Conservador, integrado en su mayoría por militares de alto rango que participaron en la
Guerra de Independencia. En su mandato hay relativa paz y la economía muestra una
recuperación estimulada por la Ley de Libertad de Contratos de 1834 y la masiva exportación
de café. En 1835 delega el poder en José María Vargas, el primer civil en dirigir el país. Esto
último no es de gusto para los militares de pensamiento liberal, encabezados por Santiago
Mariño y Julián Castro que se levantan para exigir la reconstitución de la Gran Colombia y el fin
del poderío de una minoría de comerciantes. Entre tales oficiales hay bolivarianos
sobresalientes, como el edecán del Libertador, Luis Perú de Lacroix o el granadino José María
Melo, así como también un enemigo de Bolívar, Pedro Carujo. Obtienen un efímero triunfo y
designan como presidente provisional a Mariño, pero llaman al general Páez con el fin de que
los respaldara; sin embargo éste restaura a Vargas en el gobierno y decreta amnistías a los
oficiales de la revolución, muchos de los cuales sin embargo resultan desterrados.

Páez, tras haber defendido al gobierno constitucional de una rebelión liberal, vuelve a
resultar vencedor en los comicios de 1838. Afronta la crisis económica mundial de ese año,
que golpea duramente a Venezuela, y a la creciente oposición liberal, representada por
Antonio Leocadio Guzmán. Soublette es nuevamente presidente en 1843, y en su período
combatió la Insurrección Campesina de 1846. En 1847 es elegido el general José Tadeo
Monagas. Inicialmente recibió gran apoyo, pero luego rompió con los conservadores. El
intento de éstos en deponerlo desemboca en el atentado al Congreso de 1848, tras la cual
Monagas retiene el control del país. Al finalizar su mandato en 1851, se asegura de que su
hermano José Gregorio Monagas sea hecho presidente. En tal gobierno destaca la definitiva
abolición de la esclavitud en 1854. José Tadeo vuelve al poder en 1855, pero su régimen
autoritario ve su fin en la Revolución de Marzo de 1858, comandada por Julián Castro. Los
decretos del nuevo gobierno no tardan en crear descontento en el seno de los liberales. La
inestabilidad del gobierno hace inminente el estallido de un conflicto armado conocido como
la Guerra Federal.

El Grito de la Federación marca su inicio, y se desarrolla como una guerra de guerrillas.


En las batallas iniciales, los federalistas liberales obtuvieron importantes triunfos, a pesar de la
muerte en combate de su líder Ezequiel Zamora en 1860. Su mando es ocupado por Juan
Crisóstomo Falcón. Los refuerzos y el apoyo conseguido por Falcón fortalecen a los liberales.
Los enfrentamientos posteriores les dan ventaja y merman las fuerzas del gobierno centralista.
Finalmente, en abril de 1863 se firma el Tratado de Coche, que significa la victoria de los
liberales y su acceso al poder. No obstante este resultado, se conforman nuevos caudillismos
regionales con ejército propio que mantiene el control de grandes porciones de tierra, cosa
que contraria el anti-latifundismo liberal. Ese año, Falcón asume la presidencia y promulga su
Decreto de Garantías que elimina la pena de muerte cosa que es ratificada en la nueva
constitución, y convirtiendo a Venezuela en el primer Estado moderno del mundo en llevarlo a
práctica.

TEMA II: Familia Bolívar Palacios

La Familia Bolívar

El primer Bolívar llegó a Venezuela cambió la b por V. Llevaba aquel Bolívar el mismo
nombre de pila del futuro libertador Simón y era señor de Rementeria. El año de 1.557 este
primer Simón Bolívar llega a Venezuela trae con el relevante virtudes y talentos y se convierte
en Procurador y comisionado. Se dedicó a las labores agrícolas y de gobierno.

Los Bolívar desempeñaron entre los descendientes del procurador Bolívar se cuentan:
Antonio Bolívar y Rojas Conigider y Justicia mayor de los Valles de Aragua. Luis de Bolívar y
Rebolledo, Alcalde de Caracas, Juan de Bolívar y Martínez de Villegas, capitán de Infantería,
Teniente de Capitán general y también justicia Mayor de Aragua corregidor de San Mateo y
fundados de San Luis de Cura.

Hijo de este último fue el Coronel Juan Vicente de Bolívar y Ponce Jaspes y Montenegro,
Marqués de San Luis, señor de Aroa, Coronel perpetuo y corpulentísimo propietario
venezolano, padre del futuro libertador.

El libertador heredó de los Bolívar una recia estirpe de hombres emprendedores y


luchadores que contribuyeron al progreso y desarrollo de la Provincia de Caracas.

La Familia Palacios

El origen de la familia Palacios se remonta a la zona de Miranda situada en Castilla de


vieja. Los antepasados Castellanos de Simón Bolívar se dedicaron a la carrera de las armas y
ocuparon puestos importantes. Los Palacios tuvieron posiciones destacadas en el proceso de
conquista y colonización del territorio venezolano. El abuelo del Libertador procreó 11 hijos e
hijas, una de ellas era su hija Doña María de la Concepción, dama culta y refinada.

Familia Blanco

Los Blanco también desempeñaron altos cargos en el gobierno, como gobernantes y


regidores y aportación sus hombres jóvenes a la lucha por la Independencia. El Libertador
Simón Bolívar heredó hidalguía y la vocación por las armas.

La Familia Bolívar y Palacios

Simón Bolívar procedía de familias tradicionales de la sociedad caraqueña. Los


antepasados del libertador tuvieron destacadas participaciones, en el desarrollo político,
económico y social de la vida colonial.

Los padres del Libertador descendieron de Capitanes, General, Alcaldes, procuradores,


regidores y gobernadores. Sobre la estirpe de los poderes del Libertador y refiere el siguiente
texto del Salvador de Madariaga: “Tanto la estirpe paterna como materna, los Bolívar como los
Palacios aportaban a la familia del Libertador tradiciones de riqueza de bienestar y de poder
social”

Ni un sólo momento desde que llega a Venezuela Simón Bolívar en 1.587, se eclipsan los
antepasados del Libertador de los círculos dirigentes del país; y casi siempre había por lo
menos uno en el Cabildo.

Los Bolívar Palacios tenían una de las fortunas más cuantiosas de la Provincia. Los Bolívar
Palacios eran dueños de las minas el Cocorate en Aroa y de los Hatos El Tocuyo y El Limón.
Tenían casas en la Guaira y Caracas numerosos esclavos y árboles de Cacao en San José y los
Valles de Tuy en Yare.

Su padre fue el Coronel Juan Vicente Bolívar y Ponce, nacido en la Victoria, el 15 de


Octubre de 1.726 y su madre, Doña María Concepción Palacios y Blanco, nacida en Caracas el 9
de Diciembre de 1.758; ambos se casaron el primero de Diciembre de 1.775 en la CIUDAD DE
Caracas. Él tenía 47 años de edad y ella apenas 15 años. Perteneciente ambos a la más rica
nobleza criolla.

Don Juan Vicente Bolívar y Ponce, es el tipo clásico, criollo venezolano. Rico y opulento
propietario, pasa su vida entre amenas lecturas, la inspección de sus herencias, cacerías y
paseos a caballo, deberes religiosos y compromisos sociales. También fue un hombre ilustrado
y liberal, y en tiempos de la colonia, llegó a ser jefe del Batallón de Aragua y Coronel de la
Milicia.

Doña María de la Concepción Palacios de Bolívar era, según las crónicas de la época, una
mujer de porte distinguido, fina y delicada, como la de los lirios avileños. Porte gentil silueta,
aristocrática y un aire indefinible que la distingue entre todas las de su rango, ojos humildes,
grandes y negro de suave fulgor, a la sombra de largas pestañas, ojos candorosos. Boca de
dulzura y de gracia, donde es luz la sonrisa, la bondad miel y música el acento. Tez de blancura
alabastrina, con esa palidez de buen tono de las jóvenes principales, criadas en el recogimiento
de las viejas casonas coloniales.

Ambos tuvieron cinco hijos, tres hembras y dos varones, todos nacidos en Caracas: la
primogénita, María Antonia, nacida en 1.777; Juana María, el 21 de Mayo de 1.779; Juan
Vicente, en 1.781; Simón Antonio de la santísima Trinidad (El Libertador) el 24 de Julio de
1.783 y María del Carmen quien murió al nacer.

El 24 de Julio de 1.783 marcaría el calendario de la historia un comienzo trascendental.


Nació Bolívar. El 30 de Julio de 1.783, la señorial Casona de San Jacinto en Caracas, residencia
de la familia Bolívar, está de fiesta. Se bautiza ese día el nuevo hijo, nacido hace apenas 6 días
antes, el 24 de Julio. Como padrino del niño está su abuelo materno: Don Feliciano Palacios y
Sojo, y oficia con licencia como sacerdote, el primo Jerez de Aristiguieta. La ceremonia se
efectúa en la Catedral en la Capilla de la Santísima Trinidad, propiedad de la familia Bolívar.

El niño iba a llamarse Pedro José Antonio de la Santísima Trinidad; pero al momento de
ponerle el agua que borra el pecado original, el canónigo Jerez de Aristiguieta le cambió el
nombre de Pedro por el de Simón.
Al regresar al templo de la Casona de San Jacinto, el padre del niño. Don Juan Vicente
Bolívar, se entera de lo ocurrido y le pregunta al Canónigo: ¿Por qué has hecho ese cambio
Juan Félix?

No se cómo explicártelo, pero he sentido una voz interior, un extraño presentimiento,


una inspiración venida seguramente de lo alto, que me ha dicho que ese niño será, andando el
tiempo. “El Simón Macabeo de las Américas”.

En la Caracas colonial cuya población no sobrepasaba unos treinta mil habitantes,


Simoncito creció como todos los niños de su rango social; mecido en los brazos de una esclava
negra llamada Hipólita.

Su nodriza, es quien amaba como a una segunda madre, acompañando a sus padres en
sus oficios religiosos, jugando con otros niños de su edad en el patio perfumado de granadas
de su casa natal y recibiendo las enseñanzas de sus primeros maestros.

Los Valles de Aragua eran entonces las tierras más fértiles de Venezuela. Allí en la
pequeña población de San Mateo, la familia Bolívar poseía una hacienda. Los cuatro hermanos
solían viajar a ella de vez en cuando. Les gustaba ver como cantaban en los terneros o fiestas
patronales.

Juan Vicente Bolívar y Ponce, padre del Libertador, murió el 19 de Enero de 1.786, a la
edad de 60 años y su esposa María de la Concepción Palacios de Bolívar, falleció después el 6
de Julio de 1.792, a la temprana edad de 34 años. De consiguiente, Simón Bolívar tenía apenas
dos años y medio de edad cuando perdió a su padre y 9 cuando quedó huérfano al perder
también a su Madre.

Simón a pesar de ser el menor siempre era líder o cabecilla. Preferiría irse con los
esclavos y mestizos que trabajaban en la plantación. Con ellos se bañaba en el río y con ellos
jugaba al trompo y subía a los árboles. Allí también aprendió a montar a caballo. A los 8 años
tenía ya fama de ser estupendo jinete.

Pero a pesar de estos respiraderos la infancia de Simón fue muy dolorosa. Un día,
estando en Caracas la Mamá se pone muy triste. Los niños reciben orden de no alborotar en
casa. Se entornan las ventanas. El médico de la familia va diariamente para tratar la
enfermedad del Papá. María Antonia la mayor lo comprende antes que los otros. Papá está
muriendo – dice en voz bajita a los demás hermanos.

Toda la familia se vistió de lutos. Los numerosos amigos y parientes desfilaron antes del
féretro. Doña Concepción reunió a los cuatro hijos. Los besó en silencio y luego con lágrimas
muy limpias en los ojos les dice:

Papá ha muerto. Papá ha ido al cielo. Desde ahora yo sabré darles el cariño de su
ausencia.

Quizá el pequeño Simón no logra entender la muerte de su padre apenas tenía 3 años.
Don Feliciano Palacios, padre de Doña María de la Concepción queda como tutor de los
niños, pero murió al año siguiente. Después de la muerte del abuelo Simón quedó bajo el
cuidado de su tío Carlos Palacios, quien se hace cargo de el y sus hermanos. El ambiente
familiar termina desmoronándose con el casamiento de sus hermanas y la salida de Juan
Vicente al cargo de otro tutor.

Este cambio de ambiente influye sobre Simón, quien al poco tiempo huyó de la casa del
tío y pretendió vivir en la casa de su hermana María Antonia. Esta dio origen a un pleito judicial
entre su tutor y el matrimonio Clemente Bolívar; la pareja alegó todas las razones que le
asistían a fin de que la Real Audiencia permitiera que el joven viniera con ellos, pero la
Audiencia falló en favor del tío Carlos Palacios, y Simón debió obedecer, no sin antes dejar en
claro su opinión sobre el hecho, la cual fue asentada en el expediente del juicio, dijo, entre
otras cosas “si a los esclavos se les permite cambiar de dueño cuando eran objeto de malos
tratos, ¿Por qué no se le permite a él vivir con la gente que más le agradaba?; que el tribunal
podía disponer de sus bienes, mas no de una persona.

A raíz de este incidente, el joven Simón ha sido confiado a Simón Rodríguez quien dirigía
en esa época una escuela de primeras letras en Caracas. Pedagogo Liberal y excéntrico, de
vasto pensamiento universalista, supo sembrar en el alma de su alumno el germen de las ideas
nuevas “Usted formó mi corazón para la libertad, para la grandeza, para lo hermoso. Yo he
seguido el sendero que usted me señaló; escribió Bolívar a su maestro Rodríguez muchos años
más tarde. Otros de sus profesores que el célebre Andrés Belo, conocido como el maestro de
América y el más grande humanista del continente.

A los 14 años, Simón ingresó con el rango de Cadete en el batallón de milicias de Blancos
de los Valles de Aragua, y un año más tarde era ascendido a Sub Teniente. Su hoja de sus vicios
rezaba entonces: “Valor: conocido: aplicación sobresaliente” pero no será nunca militar de
escuela. Él lo será de todas y su arte de la guerra, a pesar de todos los manuales que había
leído y asimilado saldrá más bien del fulgor de su genio de su constancia de sus cualidades de
caudillo excepcional que conducirá a la victoria a las multitudes enardecidas por su verbo, por
su patriotismo y por su amor a la libertad.

TEMA III: Primer Viaje de Bolívar a Europa

El Primer viaje a Europa lo realizó cuando apenas tenía 15 años y medio en el que se
encuentra con su tío Esteban, le permite recibir una cultura genero de diferentes maestros
hasta que los problemas políticos ocasionaron la desgracia de su tío, fue a vivir a la casa del
Marqués De Ustariz, allí el conocimiento general dio poco al conocimiento profundo,
fundamentado en un intenso e interesado estudio. Convirtió allí en el ávido lector que fue
durante su vida.

Durante este primer viaje también conoce de su vida: María Teresa Rodríguez del Toro,
con quien se casa luego de cumplir un sin número de requisitos entre lo que se encontraba el
permiso del Rey. Una vez casado en 1.802 regresa a Venezuela su esposa, quien muere a los
ocho meses víctima de una grave enfermedad. Esto hace que Bolívar quede solo e inmerso en
una profunda tristeza.
TEMA IV: Segundo viaje a Europa

El segundo viaje llega por propósito la distracción de la viudez temprana dura 3 años en
los cuales disipa una cuantiosa fortuna material en su segundo viaje también se observa una
faceta diferente a la del primer viaje; aquí el interés era evidentemente político, le atrae el
dominio en el manejo de los bienes del estado y el bienestar de su patria.

Puso especial atención a la relación de influjo y veneración que había logrado Napoleón
con el pueblo Francés en esos días de gloria.

De Francia, Bolívar pasó a Italia, y en Roma rodeado de los recuerdos de la época


republicana se consolidó su convicción plena de que debía lucha por la libertad de los pueblos
americanos y de que esa tarea a ejecutar de ahí en adelante.

Esto culmina en el Monte Sacro y en el juramento definitivo: Es el viaje de aprendizaje


con Rodríguez visita España Inglaterra, Francia, Portugal, Italia y parte de Australia y Alemania
a su regreso desembarca en los Estados Unidos.

TEMA V: Tercer viaje a Europa

El tercer viaje a Europa, va de diplomático a la Gran Bretaña, como intérprete de una de


las primeras embajadas venezolanas. Bolívar tiene ocasión de disfrutar el estilo de vida Inglesa,
siente una admiración extraordinaria por el pueblo inglés y también estabilidad respeto,
dignidad, sensatez, sentido práctico, le produce la más alta y viva impresión. Al comienzo de
1.799 viajó a España. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la
rectaría moral e intelectual del sabio Marqués de Ustariz se entrega a los estudios. Bolívar
encontró muy agradables amistades en Paris, se tropezó con otros jóvenes criollos americanos
como los Montujar y Vicente Rocafuerte y volvió a reunirse con su querido Maestro Simón
Rodríguez.

Otro motivo grato que distrajo al joven viudo en Paris fue una amistad íntima con su
prima “Fanny”.

El Libertador quiere para América ese grupo sencillo de virtudes británicas: realización
efectiva de la libertad y democracia en un clima sin violencias; tradición amorosamente
cultivada como elemento vertebrador de la personalidad colectiva a través de las épocas. Esta
justa apreciación de la calidad de la sociedad británica es la razón que lleva a Bolívar a
recomendar cuantas veces puede una alianza de América con el estilo de vida de Inglaterra.

Bolívar realizó otro viaje de estudio por América en Compañía de otro sabio naturalista
de origen Francés, el botánico Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland.

Cuando Bolívar sale de Paris hacia Italia, en compañía de su querido maestro Simón
Rodríguez y de Fernando Rodríguez del Toro, llevaba ya el propósito a luchar por la libertad de
su patria, propósito que reafirma después con juramento al llegar a Roma. La influencia de
Bolívar alcanza no sólo los países libertados por ser genio, sino que llegó a todas las naciones
de Ibero América en algunas formas y se sintió también en Estados Unidos y en Europa, JP
Hamilton, comisionado Británico en la República de Colombia dijo “Bolívar es el hombre más
grande el carácter más extraordinario que el nuevo mundo ha deducido hasta hoy” y lo
considera por encima de todos los héroes que habitan el templo de fama. En 1.799 salió para
España, pasando por México. El Virrey de México pudo apreciar los dotes del joven y se alarmó
cuando le oyó disertar sobre asuntos políticos y defender, con firmeza la idea de la libertad.
Viajó por diversos paises, especialmente España, Francia e Italia, y en 1.805 hablaba con su
antiguo maestro Dr. Simón Rodríguez en el Monte Aventino en Roma sobre la libertad de
América. En París derrochó dinero como en otras capitales europeas. Pero también estudiaba,
se informaba de la opinión pública y proyectaba su fantasía desbordada sobre el porvenir de
su patria, atacando la tiranía.

Regresó a Venezuela por la ruta de los Estados Unidos. Visitó varias ciudades de su Costa
Atlántica, conoció importantes personalidades y llegó a Caracas a fines de 1.806. El 19 de Abril
de 1.810 Bolívar fue enviado a Inglaterra como agente diplomático junto con Luis López
Méndez y su antiguo maestro Andrés Bello. En Londres se encontraron los comisionados con el
General Francisco de Miranda, a quien su actuación en la Revolución Francesa, sus viajes por
toda Europa, sus trabajos por América y su larga permanencia en Londres rodeaban de
prestigio.

TEMA VI: Primera República

La Primera República de Venezuela es el nombre con que se conoce al periodo histórico


transcurrido entre los años 1810 y 1812 en la historia de Venezuela. La primera república tiene
su inicio el 19 de abril de 1810 cuando una Junta Suprema declarada en Caracas destituye al
Capitán General Vicente Emparan e instala un Congreso.

Así como declara la independencia del país el 5 de julio de 1811. El nombre del país
durante este período fue Confederación Americana de Venezuela, Estados de Venezuela,
Confederación de Venezuela, Provincias Unidas de Venezuela, Estados Unidos de Venezuela o
Confederación Venezolana, y tuvo como capital a la ciudad de Valencia con motivos de
mantenerla como aliada a la pretensión independentista de Venezuela.

Con la declaración de la independencia y las campañas emprendidas por los republicanos


se inicia la guerra de independencia. La república cae definitivamente el 25 de julio de 1812
con la capitulación de San Mateo ante el jefe realista Domingo Monteverde, al haber vencido
en su campaña por la reconquista del país, quién entra en Caracas el 30 del mismo mes.

Campaña de Valencia

La Campaña de Valencia (o Rebelión de Valencia) fue una campaña militar emprendida


por los patriotas contra la ciudad de Valencia durante el año 1811 con el objetivo de recuperar
las provincias del occidente del país y hacer que éstas se sometieran al gobierno de la Junta
Suprema. Cuando llegaron a Valencia las noticias de la Declaración de Independencia en
Caracas (5 de julio), se declararon en rebeldía y leales a Fernando VII. Los valencianos tomaron
los cuarteles de la ciudad prácticamente sin resistencia (11 de julio).
Pérdida de castillo de Puerto Cabello

El primero de julio de 1812, el Coronel Simón Bolívar participa al General Francisco de


Miranda que “un oficial de nombre venezolano se ha apoderado con los prisioneros, del
Castillo San Felipe y está haciendo un fuego horrible sobres la ciudad”. Bolívar pide
inútilmente a Miranda que ataque por la retaguardia para evitar que la plaza se pierda.

La plaza después de tres días de combate se pierde y Bolívar huye con varios oficiales.
Monteverde que desde Coro venía avanzando, se afianza y obliga a Miranda a firmar la
capitulación de San Mateo. Se pierde la Primera República.

Bolívar abatido volverá a escribir a Miranda: “Mi general, después de haber agotado
todos mis esfuerzos físicos y morales ¿con qué valor me atreveré a tomar la pluma para
escribir a usted habiéndose perdido en mis manos la plaza de Puerto Cabello? Mi corazón se
halla destrozado con este golpe aún más que el de la provincia…”

“Mi general, mi espíritu se halla de tal modo abatido que no me siento con ánimo de
mandar un soldado; mi presunción me hacía creer que mi deseo de acertar a mi ardiente celo
por la patria, supliría en mi los talentos de que carezco para mandar. Así ruego a usted, o que
me destine a obedecer el más ínfimo oficial, o bien que me de algunos días para
tranquilizarme, recobrar la serenidad que he perdido al perder a Puerto Cabello; a esto se
añade cuidados gravísimos me hallo en una especie de enajenamiento mortal…”

Dos días después Bolívar volverá a escribir a Miranda para enviarle el informe o parte de
las operaciones. En esa carta vuelve a lamentarse: “Mi general… ni mi cabeza, ni mi corazón
no están por nada. Así suplico a usted, me permita un intervalo de poquísimos días para ver si
logro reponer mi espíritu de su temple ordinario. ¿Después de haber perdido la última y mejor
plaza del estado, cómo no he de estar alocado, mi general? ¡De gracia no me obligue usted a
verle la cara! Yo no soy culpable, pero soy desgraciado y basta”.

Capitulación de Miranda

El 25 de Julio de 1812, luego de numerosas deserciones del ejercito patriota y ante la


presión ejercida por el ejército español al mando de Monteverde, El Generalísimo Francisco de
Miranda firma la Capitulación del Ejercito Patriota, en San Mateo, en una casa la cual fue
derrumbada para construir el local donde ahora se encuentra funcionando el dispensario de la
población.

La Primera República tiene su fin con la Capitulación de San Mateo y los hombres de
Domingo de Monteverde por el bando realista y de Francisco de Miranda, por el patriota, se
harán escuchar en una larga guerra civil que se extenderá hasta 1821. Aun cuando la Primera
República fue de breve existencia sirvió de marco e inspiración para una nueva formación
política alejada del gobierno monárquico, dominio que después de tres siglos, anunciaba sus
últimos años.
Francisco de Miranda impulsó la instalación de la Sociedad Patriótica en 1811, se
incorpora al Congreso Constituyente donde sostuvo la necesidad de declarar la Independencia
definitiva, lo que se realiza el 5 de julio de 1811, adoptándose como bandera nacional la traída
por él en 1806. A raíz del terremoto del 26 de marzo de 1812, y la derrota de Bolívar a manos
de Domingo Monteverde en Puerto Cabello, Miranda comenzó una serie de negociaciones con
los realistas, que concluirán con la Capitulación de San Mateo el 25 de julio de 1812 y con ello,
la pérdida de la Primera República.

Apresamiento de Miranda

En horas de la noche del 30 hacia la madrugada del 31 de julio de 1812, un grupo


exaltado de jóvenes patriotas, encabezados por Simón Bolívar y Miguel Peña, procedieron a
detener al Generalísimo Francisco de Miranda. Su intención era someterlo a un juicio
sumarísimo después del amanecer. La razón: la firma de la Capitulación de San Mateo, acto
que calificaban como traición a la patria.

Bolívar y su primer exilio

Después del fracaso de 1812, el 27 de agosto de 1812 Bolívar conjuntamente con veinte
mil caraqueños huyen del sanguinario Boves partió de su primer destierro, salió de Venezuela
con la ayuda de su amigo español Francisco, quien lo llevo ante Monteverde y este le concedió
el pasaporte para ausentarse fuera del país pero con una condición que no pisara nunca jamás
suelo venezolano; A bordo de la goleta “Jesús, María y José”, Bolívar sale de La Guaira, y se
exilió durante varios meses en Curazao, va con el propósito de obtener ayuda para el pequeño
grupo de patriotas también refugiados allá Su único objetivo es el de organizar una campaña
para liberar a su patria. A finales de año paso a Cartagena y se incorporó al servicio activo
como oficial del ejército.

Su permanencia de sólo dos meses en Curazao es de gran importancia, el revolucionario


tiene la oportunidad de reflexionar sobre las causas de la primera derrota del movimiento
emancipador, lo cual, meses más tarde, va a permitirle escribir su primer gran documento
político, el valioso “Manifiesto de Cartagena”. y es que allá en Curazao, a través de la derrota,
la decepción y la humillación, Bolívar se da cuenta de que ha conservado un bien muy
precioso: su fe en la victoria final, su inquebrantable convicción sobre la necesidad de
continuar la lucha por la liberación de su patria.

TEMA VII: Recuperación de Venezuela

Manifestación de Cartagena

Documento político escrito por Simón Bolívar el 15 de diciembre en la ciudad de


Cartagena de Indias (Colombia). Fundada por el capitán madrileño Pedro de Heredia en 1533,
la ciudad colombiana fue la primera provincia del Reino de Nuevo Granada en proclamar su
total separación del régimen español. En tal sentido, se llamó “Estado libre y absolutamente
independiente”, en el acta del 11 de noviembre de 1811. Por tal motivo, se convirtió en el
primer lugar a donde primero se dirigieron los patriotas luego de la pérdida de la Primer
República a mediados de 1812. Entre éstos figuraba Simón Bolívar, quien salió de Venezuela
por el puerto de La Guaira el 27 de agosto de ese año, rumbo a Curazao, en permaneció hasta
finales de octubre, cuando partió hacia Cartagena. En dicha ciudad se reunió Bolívar con otros
expatriados, con los cuales ofreció sus servicios al gobierno de la Nueva Granada, en carta
fechada el 27 de noviembre de 1812 que suscribeVicente Tejera, ex ministro de la Alta Corte
de Justicia de Caracas. Semanas después de enviada esta carta, el 15 de diciembre, Bolívar
elabora su Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño,
documento más conocido como Manifiesto de Cartagena.

En lo que es considerado como su primer gran documento político, Bolívar analiza los
errores en los que incurrieron los hombres de la Primera República de Venezuela, tales como
la adopción del sistema federal; la debilidad del gobierno; la impunidad de los delitos; la mala
administración de las rentas públicas; la falta de conciencia ciudadana para el fiel
cumplimiento de los deberes constitucionales y el ejercicio de los derechos; a la ambición de
unos pocos y al espíritu de partido que todo lo desorganizó; a lo que además se sumó el
terremoto del 26 de marzo de 1812, la influencia de eclesiásticos contrarios a la independencia
y la imposibilidad de establecer fuerzas armadas permanentes y bien organizadas bajo un
mando único. Concluye Bolívar en su manifiesto con las siguientes palabras: “… Corramos a
romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las mazmorras, siempre esperando su
salvación de vosotros: no burléis su confianza: no seais insensibles a los lamentos de vuestros
hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido y
libertad a todos.” La primera edición del Manifiesto de Cartagena (bajo el título original ya
mencionado de “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño”)
se realizó en la imprenta de Diego Espinoza en aquella misma ciudad, en 1813, probablemente
muy a comienzos de ese mismo año.

Campaña de Magdalena

Luego de la pérdida de la primera República con la Capitulación de Miranda el 25 de julio


de 1812, República nacida el 5 de julio de 1811, el coronel de 29 años Simón Bolívar emigrado
en Curazao, regresa a finales de octubre de 1812 hacia Cartagena de Indias, donde emite el 15
de diciembre su famosa “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un
caraqueño”, documento conocido como el “Manifiesto de Cartagena”, donde mencionaba las
causas de la crisis venezolana y a la vez solicita apoyo para iniciar su expedición redentora; las
autoridades de Cartagena presidido por el general Manuel Rodríguez Torices le facilitan el
apoyo inicial, le reconocen el grado de coronel y el 21 de diciembre lo asignan a las ordenes
del coronel francés Pedro Labatut como comandante de guarnición en Barrancas próximo al
río Magdalena, con 70 voluntarios en misiones de seguridad y vigilancia, sin autorización de
emprender ninguna acción ofensiva. Nuestro futuro Libertador, no se dio por desmoralizado
ante este nombramiento de carácter casi administrativo y no operativo; por propia iniciativa se
dedicó a buscar mas voluntarios, armas y logística. Mientras espera respuesta de las
autoridades para avanzar río arriba realiza una apreciación de la situación sobre la presencia
realista a lo largo del majestuoso río Magdalena, concluye en desarrollar operaciones de corto
alcance. Sin permiso del comandante militar Labatut, inicia su afán emancipador. El 23 de
diciembre ocupa la fortificación de Tenerife integrada por 500 efectivos del ejército español;
seguirá exitoso el día 24 hasta la pequeña población de el Plato, el 25 ocupa Zambrano, el 26 y
27 combate en Mompox adonde llega el día 27; su ejército lo ha triplicado con entusiastas y
espontáneos jóvenes neogranadinos, la capacidad de movilidad para su creciente ejército, se
lo facilita la incorporación de 15 embarcaciones menores para continuar hasta Guamal el 29 de
diciembre, Banco y Chiriguaná el 31, continuando sin encontrar resistencia realista hasta las
poblaciones de Tamalameque, Puente Real, y el Peñón para entrar victorioso el 8 de enero al
importante Puerto Nacional de Ocaña que por su ubicación estratégica es utilizado como base
logística avanzada con 640 efectivos para apoyar las fuerzas en Santa Marta. Presionados los
realistas se retiran hacia Villa de Upar, siendo alcanzados por Bolívar y combatidos con éxito. El
ejército libertador dispone de 800 soldados con alta moral y deseos de luchar; desde Ocaña
Bolívar solicita autorización a las autoridades neogranadinas para avanzar hacia Cúcuta y
Mérida. El 27 de febrero recibe en la población de San Cayetano a orillas del río Zulia, un
importante contingente en refuerzo, entre los que se encontraban brillantes oficiales tales
como: Rafael Urdaneta, Luciano Deluyar, Antonio Ricaurte y Atanasio Girardot; con tan
importante grupo avanza en la tarde del 27 destrozando las avanzadas realistas que se
retiraban hacia Cúcuta; el 28 de febrero combate en San José de Cúcuta contra 1400 efectivos
del experimentado general realista Ramón Correa, reforzado con tropas enviadas de Trujillo,
Mérida y Maracaibo, quien derrotado se retira hacia La Grita, en esa acción se destacó el
coronel José Félix Ribas, realizando un ataque frontal con fuego y a punta de bayonetas, para
destrozar a las fuerzas oponentes, que al abrir sus flancos fueron atacados por las unidades de
maniobra. El ejército capturó varios cañones y pertrechos que utilizaría en las operaciones
hacia Venezuela. Bolívar, envía a Cartagena con urgencia una exposición de motivos
exponiendo las ventajas para perseguir y atacar a las fuerzas realistas; la respuesta recibida el
7 de mayo, lo autorizaba para emprender operaciones únicamente hasta Mérida y Trujillo. El
1ro de marzo ocupa San Antonio del Táchira donde emite una Proclama dirigida a los soldados
y a los ciudadanos de San Antonio, les diría entre otros aspectos:”…Vosotros tenéis la dicha de
ser los primeros que levantáis la cerviz sacudiendo el yugo que os abrumaba con mayor
crueldad porque defendisteis vuestros sagrados derechos”. El Congreso de la Nueva Granada
lo asciende a General de los Ejércitos y designado Ciudadano de la Nueva Granada. El
Libertador regresa a Cúcuta para organizar al ejército e iniciar el 14 de mayo su magistral
Campaña Admirable.

Campaña Admirable

Con el nombre de la “Campaña Admirable” se conoce a la acción militar que el brigadier


Simón Bolívar emprendió desde San José de Cúcuta el 14 de mayo de 1813, con el objeto de
liberar a Venezuela del poder español, luego de la pérdida de la Primera República. Contaba
Bolívar con una fuerza de 800 hombres, organizados en 2 columnas o divisiones: la de
vanguardia, bajo el mando del teniente coronel Atanasio Girardot, con el apoyo del mayor
Luciano D’ Elhuyar como segundo comandante; mientras que la retaguardia estaba a cargo del
coronel José Félix Ribas como comandante, José Tejada jefe de artillería y del mayor Rafael
Urdaneta como mayor general. Asimismo, en sustitución del coronel Manuel del Castillo y
Rada había sido nombrado segundo comandante del Ejército el brigadier Joaquín Ricaurte,
quien no obstante no acompañó al comienzo a Bolívar en la campaña; incorporándose al año
siguiente. Pedro Briceño Méndez era el secretario general y como edecanes, fueron
nombrados Juan José Pulido, Fermín Ribón y José Jugo.

El plan inicial de Bolívar para la ejecución de dicha campaña, consistía en el despliegue


sobre el territorio venezolano de una ofensiva en 2 direcciones: una columna dirigida por Ribas
debía seguir por San Cristóbal-Selva de San Camilo-Barinas y después de libertar esta provincia
se reuniría con el grueso de las tropas en Guanare o en Araure; esta columna tenía además la
misión de conseguir en la provincia de Barinas, ganado y dinero para las fuerzas patriotas.

El 29 de julio Bolívar fue informado de la presencia del coronel Izquierdo en Tinaquillo,


ante lo cual se puso inmediatamente en marcha hacia ese lugar. En la mañana del 31 de julio
se encontró con la vanguardia enemiga en la sabana de Pegones. Ante esta situación, Izquierdo
ejecutó un movimiento retrógrado y se replegó en la sabana de Taguanes. Hacia este lugar
enfiló Bolívar su ataque con su infantería al frente y la caballería en el ala derecha, con la cual
hizo un desbordamiento del flanco izquierdo realista. En una maniobra desesperada que
buscaba neutralizar el ataque de las fuerzas de Bolívar, Izquierdo emprendió la retirada, pero
durante la ejecución de la misma fue derrotado por los republicanos.

La victoria de Taguanes dejó expedito a Bolívar el avance hacia Valencia, pues


Monteverde se había retirado de Puerto Cabello al enterarse en la sabana de Carabobo, del
fracaso de Izquierdo. El 2 de agosto entró el brigadier Bolívar a Valencia, mientras que el
coronel Ribas había quedado en San Carlos como comandante de dicha plaza. Días después
siguió Bolívar hacia Caracas, hallándose el día 4 en La Victoria, donde aceptó la capitulación
que le propuso el gobierno español. Finalmente, el 6 de agosto de 1813 entró triunfalmente a
Caracas el pequeño ejército mandado por el brigadier Simón Bolívar; había culminado
exitosamente la Campaña Admirable y comenzado la gloria para Bolívar.

Decreto de guerra a muerte

Célebre documento dictado por Simón Bolívar y dado a conocer en la ciudad de Trujillo,
el 15 de junio de 1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta de Bolívar ante los
numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio
Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros
jefes realistas luego de la caída de la Primera República. La matanza de los republicanos por
parte de los jefes españoles llegó a extremos tales de provocar el rechazo de personajes
adictos a la causa monárquica. Uno de ellos fue el abogado fue el abogado Francisco de
Heredia, oidor y regente de la Real Audiencia de Caracas, quien pidió en distintas formas que
cesaran las ejecuciones, lo cual no sucedió. Según el testimonio del propio Heredia relatado en
sus Memorias, un fraile capuchino de las misiones de Apure que actuaba como uno de los
partidarios de Monteverde, exhortó en una ocasión «… en alta voz a los soldados, de siete
años arriba, no dejasen vivo a nadie…» Bolívar en su Campaña Libertadora de 1813 recibió
información de la consumación de hechos como el relatado por Heredia, lo que le llevó a
expresar el 8 de junio en Mérida: «Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte».

Al pronunciamiento de Bolívar del 8 de junio siguió la proclama el 15 de junio en Trujillo


del Decreto a muerte el cual termina de la manera siguiente: «…Españoles y canarios, contad
con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de
Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables». En una primera
instancia esta manifestación fue considerada por Bolívar como ley fundamental de la
República, que luego ampliaría y ratificaría en el cuartel general de Puerto Cabello, mediante
una proclama del 6 de septiembre del mismo año 1813, acto que según algunos historiadores
puede ser considerado como un «Segundo Decreto de Guerra a Muerte». Posteriormente,
cuando en el segundo semestre de 1813 aparecen en escena José Tomás Boves y Francisco
Tomás Morales, la matanza se hace más intensa por parte de los realistas y la respuesta de los
republicanos es radicalizar la aplicación de la «guerra a muerte». Derivado de esto se produjo
la ejecución de los presos españoles y canarios de Caracas y La Guaira ordenada por Bolívar en
febrero de 1814. En este último año la «guerra a muerte» se recrudece, perdiéndose
numerosas vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este contexto de destrucción en el que
cae la Segunda República

Entre los años 1815, 1816 y 1817 la «guerra a muerte» se extiende a la Nueva Granada,
en donde el general Pablo Morillo la ejecuta con la mayor crueldad. Entre las numerosas
víctimas de Morillo se pueden destacar el científico Francisco José de Caldas, los estadistas
neogranadinos Camilo Torres y Manuel Rodríguez Torices y los patriotas venezolanos Andrés
Linares y Francisco José García de Hevia. A pesar de haber sido Bolívar el autor del decreto de
guerra sin cuartel, en varias ocasiones consideró la posibilidad de la derogación de dicho
instrumento. En tal sentido, en su proclama de Ocumare del 6 de julio de 1816, expresó que:
«…La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte:
perdonamos a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte
fuera del campo de batalla»; lo cual obviamente buscaba humanizar la contienda militar.
Finalmente, el 26 de noviembre de 1820 se celebró en Trujillo, en el mismo lugar donde se
proclamó la «guerra a muerte», el Tratado de Regularización de la Guerra, el cual derogaba el
decreto de 1813.

Título de “Libertador”

En agosto entra en Caracas como General victorioso y jefe de la nueva situación política.
Es ya el Capitán General de los Ejércitos de Nueva Granada y Venezuela. La Municipalidad le da
el título de Libertador en octubre de ese año y el empleo de Capitán General, equivalente a
General en Jefe.

Durante 1814 Bolívar enfrenta un año de terribles pruebas y de inmensas dificultades


que lo hacen abandonar finalmente a Caracas y emigrar hacia el Oriente del país, seguido por
una gran parte de la población. Esa heroica e infortunada tentativa concluye cuando Bolívar
desde Carúpano sale casi sólo para Cartagena, dejando alguna fuerza dispersa y mal avenidas
que no tienen esperanza de victoria.

Con las reliquias del ejército que ha logrado llevar Urdaneta hasta Nueva Granada, el
Libertador lucha de nuevo a las órdenes del Gobierno neogranadino. En ocho meses de
actividad sin tregua libera a Bogotá, baja por el Magdalena y llega a Cartagena donde le niegan
la ayuda que pide para marchar a libertar a Venezuela. Las rivalidades y celos obstaculizan la
acción.

En medio de sonrisas y consignas de un pueblo que lo alentaba en su proceder, entró


Simón Bolívar a la Iglesia de San Francisco de Caracas el 14 de octubre de 1813, para recibir de
manos del gobernador de la ciudad, Cristóbal Mendoza, el título de Libertador y Capitán
General de los Ejércitos. La entrega de este título ya se veía venir, cuando el 23 de mayo de ese
mismo año fue reconocido por el pueblo de Mérida como El Libertador, tras liderar los
caminos y victorias de la Campaña Admirable, una estrategia con la cual Bolívar consiguió
liberar al occidente del país del yugo español y abrir el camino para la fundación de la Segunda
República.

“Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos, ciudadano
general Bolívar. ¡Que vuestra mano incansable siga victoriosa, destrozando las cadenas de los
redimidos y digan un día, Bolívar vengó vuestros agravios!”, fueron las palabras que recibió
Bolívar de la asamblea popular merideña, en esa ocasión.

El acto en la Iglesia de San Francisco de Caracas se llevó a cabo en presencia de civiles y


militares, que ya conocían la labor de Bolívar, el hombre que defendía de manera ferviente la
libertad de los pueblos latinoamericanos.

“Capitán General de los Ejércitos de Venezuela, vivo y efectivo, y con el sobrenombre de


Libertador. Es un don que le consagra la patria a un hijo tan benemérito”, le expresó Mendoza
a Bolívar esa tarde de octubre, durante el desarrollo de la proclamación.

“Me aclaman capitán de todos los imperios de la tierra. Libertador de Venezuela, título
más glorioso y satisfactorio para mí, que el centro de todos los imperios del universo”, celebró
Simón.

Doscientos años después, el pueblo venezolano recordará en el Casco Histórico de


Caracas el reconocimiento obtenido por Bolívar, con el fin compromiso de seguir defendiendo
la soberanía nacional.

El honor que se me hace es tan superior a mi mérito, que no puedo contemplarle sin
confusión. El Congreso de la Nueva Granada confió a mis débiles esfuerzos el restablecimiento
de nuestra República. Yo he puesto de mi parte el celo; ningún peligro me ha detenido. Si esto
puede darme lugar entre los ciudadanos de nuestra nación, los felices resultados de la
campaña que han dirigido mis órdenes, es un digno galardón de estos servicios, que todos los
soldados del ejército han prestado igualmente bajo las banderas republicanas. Penetrado de
gratitud he leído el acta generosa en que me aclaman, sin embargo, Capitán General de los
Ejércitos y Libertador de Venezuela. Yo sé cuánto debo al carácter de vuestras señorías, y
mucho más a los pueblos, cuya voluntad me expresan; y la ley del deber, más poderosa para
mí que los sentimientos del corazón, me impone la obediencia a las instancias de un pueblo
libre, y acepto con los más profundos sentimientos de veneración a mi patria y a vuestras
señorías, que son sus órganos, tan grandes munificencias: Dios guarde a vuestras señorías
muchos años.”

TEMA VIII: Segunda República

Surgimiento de Boves

Sobre Boves pesa la condena vejatoria de ser un dirigente partidario del Rey que
enfrentó y derrotó al Libertador Simón Bolívar, enterrando lo que los historiadores posteriores
llegaron a denominar la Segunda República (1813-1814). Todo ello a través de una violencia sin
límites, y para algunos, demencial e irracional.Boves es un caso paradójico y paradigmático de
nuestra guerra de Independencia. Un período exaltado y sobredimensionado por los
vencedores de la contienda a través de una historiografía sin sentido crítico.

Boves fue uno de los primeros, sino el primero, en intentar una rebelión en contra del
orden colonial tomando como bandera las aspiraciones sociales de los sectores populares
tradicionalmente excluidos. Sólo que el “programa social” de Boves estuvo firmado con sangre
y no pasó más allá de la degollina y saqueo de sus adversarios representados por el sector
dirigente blanco, ya sea el criollo o hasta el mismo peninsular.

Boves fue un guerrero, un auténtico señor de la guerra tropical, que las circunstancias
caóticas del momento contribuyeron en su insurgencia. Entendió el odio de los desplazados, el
rencor de los marginados sociales, la ira de los excluidos, y todo ello alimentó su programa
“democrático” de acabar con todos los privilegios que la sociedad de los blancos construyó
para su disfrute. Si bien, su afán de justicia se nos torna hasta legítimo, lo cierto del caso es
que su obra terminó en ceniza y polvo.A tanto llegaron los horrores de una guerra sin cuartel
que los mismos beligerantes blancos -criollos y peninsulares-, trataron de pactar un armisticio
bajo el apoyo inglés para acabar con el nuevo Atila. Todo fue en vano. Mientras que Bolívar
postuló a través de una encendida y culta proclama su aspiración a la “guerra a muerte”, fue
Boves quién la llevó a la práctica hasta sus últimas consecuencias.Este nuevo Lope de Aguirre
se autoproclamó el máximo jefe de todas las provincias de Venezuela rebelándose en contra
de sus más inmediatos superiores, todo lo cual nos hace conjeturar que si la muerte no le
atrapa en Úrica, la guerra civil, ya en activo, se hubiese profundizado aún más luego del arribo
del Ejército Pacificador de la Costa Firme. Boves y su “caballería infernal” trajeron el
desconcierto y la incorporación de nuevos e inesperados actores en una guerra que inició el
sector blanco, poniendo en entredicho los significados y las intenciones originales de los
legítimos beligerantes de la contienda

“El Pacificador” Don Pablo Morillo, vino a Venezuela en 1815 no a combatir a los rebeldes
sino a restituir la sociedad de Antiguo Régimen que Boves puso en cuestión a través de una
guerra de exterminio sin parangón en nuestra historia. La anarquía en que quedó América
luego de la invasión napoleónica sobre España en 1808 produjo las condiciones para el
surgimiento del fenómeno caudillista y personalista inaugurado por Monteverde y
profundizado por Boves. Aunque si somos justos, Bolívar, Páez y tantos otros dentro del bando
republicano, también dejaron con sus actuaciones sembrado las raíces de tan pernicioso
fenómeno sociológico.

Batalla de Carabobo

Acción bélica librada cerca de la ciudad de Valencia, el 24 de junio de 1821, entre el


ejército realista a cargo del mariscal de campo Miguel de la Torre y el republicano comandado
por el general en jefe Simón Bolívar. La victoria lograda por este último, resultó decisiva para la
liberación de Caracas y el territorio venezolano, hecho que se logrará de manera definitiva en
1823 con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y la toma de las fortalezas de Puerto Cabello.
Previo al combate, Miguel de la Torre distribuyó sus fuerzas de manera tal que cubrieran
por el oeste el camino de San Carlos, y por sur el de El Pao. La primera línea defensiva fue
confiada a la Primera División dirigida por el teniente coronel Tomás García, la cual se organizó
en tres batallones principales. El batallón del Valencey a cargo del teniente coronel Andrés
Riesco, ocupó la parte sur del camino; a su derecha se situó el batallón ligero del Hostalrich
comandado por el teniente coronel Francisco Illas, en columna de marcha detrás de las
anteriores. Además de esto, dos piezas de artillería fueron colocadas en una pequeña altura,
delante de la línea formada por Valancey y Barbastro. La Posición correspondiente a la vía de
El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia liderada por el brigadier Francisco Tomás
Morales, quien contaba con dos batallones principales y uno de reserva. Primero tomó
posiciones el batallón ligero del Infante, a cargo del teniente coronel Simón Sicilia; e
inmediatamente detrás de esta unidad se situó el batallón ligero del Príncipe. La reserva quedó
integrada por el segundo batallón del Burgos, bajo la jefatura del teniente coronel Joaquín
Dalmar, quien disponía de cuatro regimientos de caballería. En cuanto al cuartel general, el
mismo quedó establecido cerca del batallón Burgos. Monolito de la batalla de Carabobo en Los
Próceres El 15 de junio de 1821, el Libertador reorganizó el ejército republicano en tres
divisiones. La primera a cargo de José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de
Apure (liderada por el teniente coronel Francisco Torres) y los Cazadores Británicos (al mando
del coronel Thomas Ildeston Ferriar); además de 7 regimientos de caballería. La segunda,
comandada por el general de división Manuel Cedeño, y constituida por los batallones
Tiradores (dirigida por el teniente coronel Ludwig Flegel), y Vargas ( teniente coronel Antonio
Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería. La tercera, bajo las órdenes del
coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones. El de Rifles a cargo del teniente coronel
Arturo Sandes, Granaderos al mando del coronel Francisco Paula Vélez, Vencedor de Boyacá
dirigida por el coronel Juan Uslar y Anzoátegui, comandada por el coronel José M. Arguidegui;
completado todo esto por un regimiento de caballería. Las fuerzas republicanas sumaban en
total 6500 hombres.

A tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas de Buenavista, elLibertador hizo un
reconocimiento de la posición realista y llegó a la conclusión de que ésta era inexpugnable por
el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la
izquierda y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto; es decir, Bolívar
concibió una maniobra tendiente a desbordar el ala derecha enemiga, operación ejecutada por
las divisiones de Páez y Cedeño, en tanto que la división Plaza seguía por el camino hacia el
centro de la posición defensiva. Al darse cuenta la Torre de la maniobra de los republicanos,
ordenó al batallón Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia la cual se dirigían las
divisiones de Bolívar. Al llegar el Burgos al área indicada, abrió fuego contra el batallón Bravos
de Apure, cabeza de la primera división, el cual después de cruzar el riachuelo de Carabobo,
trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el
contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que replegarse por dos veces. La
situación cambió cuando una unidad que lo seguía, el batallón Cazadores Británicos, se
enfrentó al Burgos y lo obligó a retroceder. Por su parte, los batallones Infante y Hostalrich,
entraron en auxilio del Burgos, pero reorganizado el Bravos de Apure, se unió al Cazadores
Británicos para reanudar el ataque, ayudado por dos compañías del batallón Tiradores. Para
detener el repliegue de las unidades realistas que había producido la operación patriota, Torre
envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea de
combate, pero sólo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división del
ejército republicano entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer frente a este nuevo
ataque, la Torre ordenó al regimiento Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería
patriota, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas.

Finalmente, atacados de frente por la infantería y por la derecha por la caballería, los
batallones realistas optaron por la retirada. Como último recurso, la Torre le ordenó al
regimiento de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería patriota, pero esta unidad no
sólo desobedeció la orden, sino que huyó ante la embestida de las fuerzas republicanas. Al
entrar la batalla en su fase final, los patriotas iniciaron una tenaz persecución del ejército
español, la cual fue llevada a cabo hasta Valencia. De los 4.279 efectivos que participaron en la
batalla de Carabobo, los realistas perdieron dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786
soldados. Por su parte, las bajas de los republicanos también fueron cuantiosas. El resto del
ejército realista terminó refugiándose en Puerto Cabello.

Batalla de San Mateo

La Batalla de San Mateo fue un enfrentamiento importante para la independencia de


Venezuela. Un ejército republicano liderado por Bolívar se enfrenta con el ejército realista
comandado por José Tomás Boves y que estaba integrado en su mayoría por llaneros, esclavos
e indígenas. El nombre de San Mateo viene dado a todos aquellos conflictos que estaban
liderados por José Tomás Boves, los cuales tenían lugar en la ciudad de San Mateo el 28 de
febrero de 1814. Los realistas tuvieron varios intentos de tomar la ciudad, hasta que el 31 de
marzo tuvieron éxito, terminando con la derrota de Boves.

La historia registra dos batalla importantes de San Mateo, la primera fue el 28 de febrero
de 1814, donde las tropas de Boves asaltan las trincheras que defendían la entrada del valle,
pero fueron muchos los hombres que perdieron, dado a que fueron asediados y confrontados
por la republicanos.

La segunda batalla, el Capitán Antonio Ricaurte se encontraba a cargo con un pequeño


grupo de soldados de la Casa Alta de Ingenio, la cual pertenecía a Simón Bolívar y era donde se
guardaba la mayor provisión de pólvora y municiones del ejercito republicano. Dado al fracaso
de Boves, ideó un plan para atacar a los republicanos, armando a su tropas dado que solo
contaban con lanzas. Fue el 25 de marzo de 1814 que José Tomas Boves, de manera sorpresiva
busco atacar la propiedad para adueñarse de lo que allí se encontraba. Pero Ricaurte al darse
cuenta lo que los realistas pensaban hacer, ordenó de manera rápida el desalojo de la casa.
Fue entonces cuando de manera sorpresiva entran a la propiedad, Ricaurte prendió la pólvora
haciendo estallar el depósito, donde murieron todos los que allí se encontraban.

Emigración a Oriente

Episodio de nuestra gesta emancipadora en el que a raíz de una serie de derrotas sufridas
por el ejército independentista ante las fuerzas realistas incluida la de La Puerta, el día 15 de
junio de 1814, un gran contingente de personas de la sociedad caraqueña se vio en la
necesidad de emigrar el 7 de julio de 1814 hacia el oriente venezolano ante el ataque
inminente a la ciudad de Caracas por parte de las fuerzas de José Tomás Boves. Luego de la
derrota infringida el 15 de junio de 1814 por las fuerzas realistas a las patriotas, el entonces
general Simón Bolívar creyó que podía enfrentar las huestes realistas dentro de los recintos de
la capital, iniciando los aprestos para una resistencia más o menos larga. Con esta finalidad se
solicitó la opinión de las Juntas de Arbitrios y de Guerra, creadas el 17 y el 23 del propio junio,
respectivamente, organismos cuyas bases las formaban personas con experiencia, pero que,
por sesionar públicamente, se ampliaban de manera tumultuaria con la presencia espontánea
de los llamados «padres de familia», es decir de los vecinos más influyentes o políticamente
más motivados de Caracas; quienes, por lo regular, imponían su parecer en todas las
decisiones. Dado su poder, este grupo se legalizó en una Junta de Padres de Familia el 4 de
julio, absorbiendo a las 2 corporaciones antes mencionadas, por lo que pasaron a ejercer el
gobierno civil de la ciudad desde el 28 de junio. En definitiva, fue esa Junta la que se empeñó
en esperar al enemigo dentro de las defensas construidas, enarbolando la consigna de:
«…nadie se va, aquí morimos todos…».

Por su parte, el Libertador quien en ningún momento dejó de ejercer la conducción de la


guerra, había enviado desde el 25 de junio al general José Félix Ribas para enfrentarse a los
realistas que avanzaban hacia Caracas por los valles de Aragua al mando del español Ramón
González, uno de los lugartenientes de José Tomás Boves; a quien logró detener Ribas en el
sitio de Las Cocuizas. El 29 de junio, Bolívar despachó buques desde La Guaira para traer de
vuelta a ese puerto a las tropas que sitiaban la plaza de Puerto Cabello, las cuales llegaron a La
Guaira hacia el 2 o 3 de julio y subieron de inmediato a Caracas. Posteriormente, el 5 de julio
se supo que además de las precedentes de los valles de Aragua, otras fuerzas realistas de
Boves se acercaban a la capital por los valles del Tuy. El día 6 la vanguardia republicana fue
derrotada en el sitio de La Majada a 12 km de Caracas y las avanzadas realistas llegaron a
Antímano, a donde se dirigió Bolívar a fin de batirlos, pero fue rechazado. Por tanto esa misma
noche, la platería de los templos caraqueños, que estaba en poder de las autoridades
republicanas, fue enviada a La Guaira en cajones para ser embarcada hacia el oriente,
comenzando de esta manera la emigración en masa de la población. El 7 de julio en la mañana,
salió el grueso de la emigración, calculada en unas 20.000 personas; Bolívar y las tropas que le
quedaban, unos 1.200 hombres iban a la retaguardia protegiendo la marcha de los civiles.

Finalmente, en la misma tarde del 7 de julio, los primeros destacamentos realistas


penetraron en Caracas, «…proclamando degüello general contra los blancos…», según
testimonio del arzobispo Coll y Prat. Boves por su parte, no llegó a Caracas hasta el 16 de julio.
Los emigrantes caraqueños tomaron el camino que lleva a Barcelona por la montaña de
Capaya. Ese camino se bifurcaba al salir de La Pica: un sendero iba a salir a Río Chico y de allí
seguía por la orilla del mar, en dirección a Píritu, tocando en Boca de Uchire; comúnmente era
llamado «el camino de la costa»; el otro denominado «el camino de afuera», se dirigía por
Cúpira a Sabana de Uchire, prosiguiendo de allí a Clarines por Guanape. Se supone que Bolívar
llegó aproximadamente el 27 de julio a Barcelona. Entre las personas pertenecientes a familias
distinguidas que formaron parte de la emigración a oriente, figuran los nombres de Belén de
Aristiguieta y el de la familia Urbaneja, quienes llegaron caminando hasta Río Chico, desde
donde continuaron embarcados hasta Cumaná. Asimismo, la propia hermana del Libertador,
María Antonia Rodríguez fue obligada por éste a marchar a La Guaira y luego embarcarse hacia
Curazao. Aunque un gran número de personas siguió a Bolívar en la larga travesía, otro
grupo—sobre todo el más comprometido políticamente—buscó refugio en las Antillas,
mientras un tercer renunciaba a la marcha y regresaba a Caracas a ponerse bajo la protección
del arzobispo Coll y Prat. En definitiva, el temor de la población caraqueña ante el avance de
las huestes realistas, fue confirmado cuando los realistas Fernando Ascanio (conde de la
Granja) y Juan José Marcano salieron de Caracas al encuentro de las fuerzas de Boves que
mandaban los zambos Machado y Hurtado con el objeto de felicitarlas, siendo asesinados.

Manifiesto de Carupano

El Manifiesto Del Libertador Simón Bolívar fechado en Carúpano el 7 de septiembre de


1814, explica las causas del fracaso de la Segunda República, la cual tuvo su inicio cuando se da
la liberación de Cumaná el 3 de agosto de 1813, por las fuerzas del General Santiago Mariño,
como culminación de la Campaña de Oriente, y sobre todo con la entrada en Caracas, el 6 de
agosto, del Libertador Simón Bolívar, a la cabeza ejército victorioso en la llamada Campaña
Admirable.El Manifiesto en Carúpano es una explicación del fracaso de la caída de la Segunda
República de Venezuela. Bolívar se quejaba de la injusticia de los hombres y abogaba por la
justicia divina, expresaba que los conciudadanos venezolanos no estaban preparados para el
ejercicio de la justicia; por lo tanto no eran capaces de desarrollar sus propias leyes, lo que
significaba que no podían entender el verdadero concepto de la libertad, la cual se basa en el
ejercicio práctico y no solamente en palabras.

Siendo éste el caso, Bolívar debe obligar prácticamente a sus compatriotas a asumir el
ejercicio de la libertad, a pesar de la falta de aprecio ante la misma. Hace una fuerte crítica al
pueblo venezolano, porque no seguía sus ideales y por lo contario celebraba la fuerza del
pueblo colombiano ante la posición que asume por la libertad.

Este documento contiene un pensamiento claro sobre el colapso de la Revolución, la cual


se mantiene en la esfera simplemente política, atropellada por los enemigos de la patria.

Bolívar insiste en el carácter fratricida o civil de nuestra lucha de independencia y se


despide con un compromiso solemne el de regresar: “Libertador o muerto”, sin obviar ningún
sacrificio.

El Libertador declara que el establecimiento de la libertad en un país de esclavos es una


obra tan imposible de ejecutar súbitamente, que está fuera del alcance de todo ser humano;
“porque así como la justicia justifica la audacia de haberla emprendido, la imposibilidad de la
adquisición califica la insuficiencia de los medios”.

Nosotros los venezolanos actualmente criticamos nuestro sistema de justicia en


Venezuela, la conciencia de que las leyes y la administración de justicia deben mantener un
equilibrio y no una parcialidad política, que el sistema judicial funcione con equidad igualando,
ajustando las leyes, que los jueces cumplan sus funciones con eficiencia y honradez y que sus
compromisos sean con la patria.

Los venezolanos debemos administrar la justicia, asumiendo un compromiso con el


ejercicio pleno de la libertad. “Dios concede la victoria a la constancia”. Simón Bolívar.
Perdida de la Segunda República

Simón Bolívar estaba consciente de que fue la falta de liderazgo de algún patriota entre
los esclavos y trabajadores de los llanos venezolanos lo que motivó que los realistas se
aprovecharan de ellos para alimentar sus ejércitos, y ésto sucedió porque en las llanuras
venezolanas se encontraba un hombre, español canario, con mucho carisma de nombre José
Tomás Boves, quien logra sumarlos a la defensa de la causa realista, siendo tal circunstancia lo
que mayormente influyó en la perdida de la II República de Venezuela. Sin embargo, Bolívar se
declara culpable, pero incluye en el documento de Carúpano tal análisis. A la antorcha de la
libertad, que nosotros hemos presentado a la América como la guía y el objeto de nuestros
conatos, han opuesto nuestros enemigos la hacha incendiaria de la discordia, de la devastación
y el grande estímulo de la usurpación de los honores y de la fortuna a hombres envilecidos por
el yugo de la servidumbre y embrutecidos por la doctrina de la superstición. ¿Cómo podría
preponderar la simple teoría de la filosofía política sin otros apoyos que la verdad y la
naturaleza, contra el vicio armado con el desenfreno de la licencia, sin más límites que su
alcance y convertido de repente por un prestigio religioso en virtud política y en caridad
cristiana? No, no son los hombres vulgares los que pueden calcular el eminente valor del reino
de la libertad para que lo prefieran a la ciega ambición y a la; vil codicia. De la decisión de esta
importante cuestión ha dependido nuestra suerte, ella estaba en manos de nuestros
compatriotas que pervertidos han fallado contra nosotros, de resto todo lo demás ha sido
consiguiente a una determinación más deshonrosa que fatal; y que debe ser más lamentable
por su esencia que por sus resultados. Es una estupidez maligna atribuir a los hombres
públicos las vicisitudes que el orden de las cosas produce en los Estados, no estando en la
esfera de las facultades de un General o Magistrado contener en un momento de turbulencia,
de choque y de divergencia de opiniones el torrente de las pasiones humanas; que agitadas
por el movimiento de las revoluciones se aumentan en razón de la fuerza que las resiste. Y aun
cuando graves errores o pasiones violentas en los jefes causen frecuentes perjuicios a la
República, estos mismos perjuicios deben, sin embargo, apreciarse con equidad y buscar su
origen en las causas primitivas de todos los infortunios: la fragilidad de nuestra especie y el
imperio de la suerte en todos los acontecimientos. El hombre es el débil juguete de la fortuna,
sobre la cual suele calcular con fundamento muchas veces, sin poder contar con ella jamás,
porque nuestra esfera no está en contacto con la suya; de un orden muy superior a la nuestra.
Pretender que la política y la guerra marchen al grado de nuestros proyectos, obrando a
tientas con sola la pureza de nuestras intenciones, y auxiliados por los limitados medios que
están a nuestro arbitrio, es querer lograr los efectos de un poder divino por resortes humanos.

Yo, muy distante de tener la loca presunción de conceptuarme inculpable de la catástrofe


de mi Patria, sufro al contrario el profundo pesar de creerme el instrumento infausto de sus
espantosas miserias; pero soy inocente porque mi conciencia no ha participado nunca del
error voluntario o de la malicia; aunque por otra parte haya obrado mal y sin acierto. La
convicción de mi inocencia me la persuade mi corazón y este testimonio es para mí el más
auténtico, bien que parezca un orgulloso delirio. He aquí la causa porque desdeñando
responder a cada una de las acusaciones que de buena o mala fe se me puedan hacer, reservo
este acto de justicia, que mi propia vindicta exige, para ejecutarlo ante un tribunal de sabios,
que juzgarán con rectitud y ciencia de mi conducta en mi misión a Venezuela. Del Supremo
Congreso de la Nueva Granada hablo, de este augusto cuerpo que me ha enviado con sus
tropas a auxiliaros como lo han hecho heroicamente hasta expirar todas en el campo del
honor. Es justo y necesario que mi vida pública se examine con esmero, y se juzgue con
imparcialidad. Es justo y necesario que yo satisfaga a quienes haya ofendido, y que se me
indemnice de los cargos erróneos a que no he sido acreedor. Este gran juicio debe ser
pronunciado por el soberano a quien he servido; yo os aseguro que será tan solemne cuanto
sea posible, y que mis hechos serán comprobados por documentos irrefragables. Entonces
sabréis si he sido indigno de vuestra confianza, o si merezco el nombre de Libertador. Yo os
juro, amados compatriotas, que este augusto título que vuestra gratitud me tributó cuando os
vine a arrancar las cadenas, no será vano. Yo os juro que Libertador o muerto, mereceré
siempre el honor que me habéis hecho, sin que haya potestad humana sobre la tierra que
detenga el curso que me he propuesto seguir hasta volver segundamente a libertaros, por la
senda del occidente; regada con tanta sangre y adornada de tantos laureles. Esperad,
compatriotas, al noble, al virtuoso pueblo granadino que volará ansioso de recoger nuevos
trofeos, a prestaros nuevos auxilios, y a traeros de nuevo la libertad si antes vuestro valor no la
adquiriere. Sí, sí, vuestras virtudes solas son capaces de combatir con suceso contra esa
multitud de frenéticos que desconocen su propio interés y honor; pues jamás la libertad ha
sido subyugada por la tiranía. No comparéis vuestras fuerzas físicas con las enemigas, porque
no es comparable el espíritu con la materia. Vosotros sois hombres, ellos son bestias, vosotros
sois libres, ellos esclavos. Combatid, pues, y venceréis. Dios concede la victoria a la constancia.

TEMA IX: Segundo exilio

Exilio a Cartagena

La Campaña Admirable fue una acción militar enmarcada dentro de la Guerra de


Independencia de Venezuela. Fue comandada por Simón Bolívar y consiguió la liberación del
occidente de Venezuela, integrado en aquel entonces, por las provincias de Mérida, Barinas,
Trujillo y Caracas. Estos éxitos junto con los obtenidos en oriente por Santiago Mariño darían
origen a la conformación de la Segunda República de Venezuela. El 8 de enero de 1813 ocupó a
la ciudad de Ocaña (la segunda en importancia en Norte de Santander, después de Cúcuta)
después de haber dejado el paso libre en el Magdalena Medio consiguiendo así la navegación
entre Bogotá y Cartagena. El 16 de febrero salió rumbo a Cúcuta pues había peligro por la
presencia de Ramón Correa y sus fuerzas realistas. En su recorrido venció una fuerza enemiga
que le cerraba el paso en La Aguada. El 28 del mismo mes se llevaba a cabo lo que hoy en día
conocemos como Batalla de Cúcuta, con la cual se le dio la independencia a esta ciudad.
Posteriormente, ante el repliegue del jefe realista. Manuel Cañas a Carache, Girardot se dirigió
hacia esa localidad con sus fuerzas el 17 de junio de 1813, en horas de la tarde. En horas de la
noche, el jefe realista abandonó la línea que ocupaba y llevó sus hombres a las alturas de Agua
de Obispos. La batalla de Niquitao es un hecho de armas donde una columna patriota dirigida
por José Félix Ribas, Rafael Urdaneta Faría y Vicente Campo Elías, que venía de los Llanos,
derrota el viernes 2 de julio de 1813, en Niquitao, a las fuerzas realistas dirigidas por el
comandante José Martí, quien estaba subordinado al gobernador de Barinas, el capitán de
fragata Antonio Tiscar y Pedrosa. Ocurrió el 22 de julio de 1813 y en ella las fuerzas patriotas
derrotan a los españoles. Los generales Jacinto Lara y Florencio Jiménez participaron en esta
batalla. La batalla de Taguanes tuvo lugar en las llanuras de Cojedes el 31 de julio de 1813. La
acción bélica fue dirigida por Simón Bolívar para cerrar la Campaña Admirable antes de hacer
su entrada triunfal en Caracas. El general Rafael Urdaneta lo acompañaba. Toda la tarde duró
la acción, en que murieron muchos españoles, entre ellos seis de sus mejores oficiales, uno de
estos el comandante Izquierdo; perdieron toda su infantería, que quedó dispersa por los
bosques, o prisioneros, o pasado a nosotros pidiendo asegurar que no escapo ningún infante.
Finalmente, el 6 de agosto de 1813 entró triunfalmente a Caracas el pequeño ejército
mandado por el brigadier Simón Bolívar; había culminado exitosamente la Campaña Admirable
y comenzado la gloria para Bolívar.

Campaña militares en nueva Granada

Campaña Libertadora de la Nueva Granada (1819) este proyecto independentista fue


proclamado por Simón Bolívar a la población de la Nueva Granada, que desde el periodo de
1810 se encontraba en un proceso independentista. Para llegar hasta este punto esta colonia
española americana tuvo que afrontar sucesivas batallas, guerras, conflictos internos y un
periodo extenso llamado la Patria Boba; época de temor a la retaliación de la monarquía
absoluta, periodos de confusión ideológica, guerras internas y una escaza definición de las
pretensiones como colonia a bordas de un proceso independentista. El 15 de agosto de 1818
se creó la proclama llamada El Paso de los Andes esta fue emitida desde Angostura. Esta fue
emitida en un momento donde los republicanos en Buenos Aires y Chile habían logrado el
éxito. Además internamente, Popayán y otras provincias del sur de Nueva Granada estaban
obteniendo importantes logros. Por otro lado, el éxito del general Andrew Jackson en la
conquista del fuerte de Pensacola y la recuperación de las Floridas españolas. Para comenzar a
llevar a cabo la Campaña Libertadora, Bolívar envió al general de brigada Francisco de Paula
Santander a la provincia de Casanare para que tomara el mando de la fuerza armada y
adiestrara una división que sería la vanguardia de la campaña en proyecto.

El 26 de mayo de 1819 Bolívar compartió con el vicepresidente de Venezuela, Francisco


Antonio Zea, el plan que había elaborado para la campaña. El plan era el siguiente: la mayoría
de los soldados entrarían por Cúcuta; el general Santander entrará por Soatá y se unirá a las
tropas; el ejército de oriente cubrirá el oriente de Venezuela y asaltar al general Pablo Morillo
que se encuentra en Calabozo. Mientras tanto, la división Urdaneta marchará hacia Apure y
cooperará con el ejército de oriente; desde el Apure apoyará a Bolívar con material de guerra.
José Antonio Páez se le ordenó dirigir las fuerzas de occidente en caso de requerir reservas y
seguridad estratégica. El 27 de mayo salió Bolívar por Guasdualito. Al llegar a esta zona, le
anunció a la población el plan definitivo. Posteriormente, fue a Casanare con la infantería.
Páez, mientras se desplazaba por los valles de Cúcuta, llamó la atención de los realistas que
comenzaron a llegar al lugar. Los planes de la campaña se siguieron realizando sin
modificación. El 4 de junio se reanudó la marcha. Al día siguiente se efectuó el cruce del río
Arauca y las tropas entraron en los llanos de Casanare.

Cuando llegaron a Tame, se incorporó parte de la división de Santander. En este poblado


fue reorganizado el ejército en 2 divisiones: la vanguardia del general Santander con los
batallones de infantería Cazadores y el escuadrón de caballería Casanare. En total fueron 1.200
hombres; en la retaguardia se encontraba el general de brigada José Antonio Anzoátegui con
los batallones de infantería Rifles, Barcelona, Bravos de Páez y la Legión Británica alcanzaba un
total de 2.000 hombres. Bolívar se encontraba en un gran dilema porque los 3 caminos que
conducían al valle de Sogamoso para continuar con la operación: el de Salina de Chita, el de
Pisba y el de Labranza Grande. El primero y el último eran transitables pero estaban cubiertos
por fuerzas realistas. El del páramo de Pisba no tenía mucha seguridad; pero era un camino
poco transitable debido a su fragosidad y a la altura de las montañas. Bolívar tomó este
camino.El 24 de junio llegó la vanguardia al pueblo de Morcote y, el mismo día destruyó una
avanzada realista de unos 300 hombres que defendían aquellas posiciones. El 19 de junio, el
batallón Cazadores ocupó a Pueblo Viejo y Las Quebradas, donde apresaron los integrantes de
una fuerza que cubría el área. Luego de varios días de marcha los patriotas alcanzaron el
pueblo de Socha el 5 de julio y en 2 días el grueso de las tropas estaba reunido allí.

En el valle de Sogamoso, Bolívar logró un gran golpe al derrotar la tercera división realista
al mando del coronel José María Barreiro en Gámeza el 11 de julio, horas antes había
destruido sus avanzadas en Corrales de Bonza. Terminada la acción, los realistas iniciaron la
retirada a la Peña de Tópaga y los patriotas al pueblo de Gámeza, y desde allí marcharon a
Santa Rosa de Viterbo para intentar tomar posesión de ese territorio; este era un territorio
clave rico en recursos y estratégico para dominar el valle de Sogamoso. Con este movimiento,
Barreiro se trasladó de sus posiciones de Tópaga hacia los Molinos de Bonza, ante cuyos
atrincheramientos se presentó Bolívar el 20 de julio y empezó una confrontación militar en
campo abierto, pero fue imposible batir a los realistas. Por ello, cruzó el río Chicamocha y por
el camino del Salitre de Paipa, atacó la retaguardia de Barreiro.

Para neutralizar el ataque, el jefe realista ordenó a sus fuerzas que se dirigieran hasta las
alturas del Pantano de Vargas, donde se efectuó la batalla del mismo nombre. El final de la
batalla produjo la victoria para los patriotas. El mismo día se dirigió Barreiro a Paipa y el
siguiente día lo hizo Bolívar a Corrales de Bonza. El 4 de agosto, Bolívar desalojó de Paipa a los
realistas, gracias a la ejecución del movimiento conocido como “maniobra sobre Tunja”, por el
camino de Toca y Chivatá. El siguiente acto era cortar las comunicaciones de Barreiro con
Santa Fe de Bogotá, tarea que ejecutó en la ciudad de Tunja el 5 de agosto, y para
recuperarlas, Barreiro se movió desde Loma Bonita, por el páramo de Cómbita, para llegar al
pueblo de Motavita.

El 7 de agosto, los 2 contendientes emprendieron el movimiento rápidamente; Barreiro


para ganar el puente de Boyacá, sobre el río Teatinos, para poder avanzar hasta Santa Fe; y
Bolívar con la intención de impedir esta operación. Esto originó la Batalla de Boyacá, en la cual
fue derrotado el coronel Barreiro y destruida la división de su mando. Bolívar victorioso pudo
pasar con sus tropas (algo diezmadas) a Santa Fe de Bogotá, con este evento quedó concluida
la campaña y con ella la liberación de Nueva Granada. Una vez logrado un ambiente de
aceptable estabilidad en el país, política y administrativamente, Bolívar regresó a Angostura y
dio cuenta de las operaciones que había realizado. Finalmente, comenzó a realizar su proyecto
de creación de la Gran Colombia.

Desavenencias con autoridades neogranadinas

La Campaña Libertadora de Nueva Granada fue una campaña militar emprendida por
Simón Bolívar a finales de 1819 para liberar la Nueva Granada (actual Colombia) del dominio
español. La campaña fue un éxito rotundo y gracias a ella se concreta la idea de la unión de la
Nueva Granada y Venezuela.En el Congreso de Angostura se decretó la creación de la
República de Colombia, estado que comprendería las antiguas colonias españolas de la
Capitanía General de Venezuela, el Virreinato de Nueva Granada y la Real Audiencia de Quito.
Todos estos territorios, con excepción del sur y oriente de Venezuela, se hallaban en poder de
los españoles. Bolívar decidió que tras la retirada de Pablo Morillo de la campaña de Apure a
sus cuarteles de invierno en Calabozo, que era el momento oportuno para efectuar la
planeada liberación de Nueva Granada El 4 de agosto la tropa de Bolívar llegó a Tunja; tres día
después, el ejército realista se fortificó para detener su avance en un sitio 15 kilómetros al sur,
sobre el puente del río Boyacá. El río es poco profundo, pero el valle es angosto y empinado a
lado y lado, por lo cual constituía una línea natural de defensa. Los españoles tomaron el
puente y las laderas al sur del río. Sin embargo, a pesar de su mejor posición estratégica,
fueron alcanzados por la vanguardia del ejército republicano antes de poder prepararse para la
batalla; un destacamento del mismo, comandado por Santander, tomó rápidamente el puente
y dividió a las fuerzas españolas en dos columnas separadas. La caballería de José Antonio
Anzoátegui avanzó para tomar por la a los batallones, mientras la infantería avanzaba por el
frente.

La batalla fue un desastre para los realistas; Bolívar tomó 1600 prisioneros, casi la mitad
de las fuerzas, incluyendo al mismo Barreiro y la mayoría de sus oficiales. Los patriotas
perdieron 13 soldados y otros 53 resultaron heridos. Tres días más tarde, el 10 de agosto de
1819, Bolívar entró triunfante a Bogotá y fue recibido como un héroe.

Viaje a Jamaica

Tras los acontecimientos de Carúpano, Bolívar llegó a Cartagena a finales de 1814 para obtener
de nuevo ayuda de la Nueva Granada, que en esos momentos se encontraba también en una
situación difícil que le impidió desarrollar nuevos proyectos. Estas circunstancias y el apoyo
que le daba el Gobierno neogranadino hicieron que fuera reconocido como jefe por todos los
venezolanos que se encontraban en Nueva Granada, el 19 de septiembre de 1814 Bolívar se
encuentra con Camilo Torres Tenorio quien preside el Congreso de las Provincias Unidas de la
Nueva Granada y admitiendo los argumentos de Bolívar y ante la derrota sufrida por el
General Antonio Nariño en la campaña del sur en julio de 1814, encarga a Bolívar de la
conducción de la guerra. El 10 de diciembre Bolívar toma a Santa Fe y obliga así a que
Cundinamarca reconozca como autoridad al Congreso de las Provincias Unidas. Ante la
imposibilidad de desarrollar algún proyecto decidió abandonar su cargo en la Nueva Granada y
partir hacia Jamaica en el buque La Decouverte, llegando a la isla el 14 de mayo de 1815 y los
pocos meses de estar allí escribió con fecha del 6 de septiembre de 1815 una carta un
destinatario anónimo conocida como la Carta de Jamaica, un documento que tiene múltiples
significados por su forma, contenido y características materiales como texto de reflexión y
análisis. En dicho documento describe en general la situación de América considerándola
como un todo unitario y empieza a exponer el proyecto ya preconcebido antes por Francisco
de Miranda de crear una gran confederación americana con el nombre de Colombia como una
realidad a alcanzar por las nacientes repúblicas que sería en adelante la base de su proyecto
político. Sin embargo, la situación de Bolívar en la isla llegó a ser muy tensa ya que se
encontraba allí con escasos medios económicos por lo que se vio obligado a pasar estrecheces
y llegó a sufrir un intento de asesinato del que salió ileso gracias a que por no poder pagar la
pensión donde vivía se vio obligado a mudarse el mismo día del atentado. Ante la neutralidad
del Gobierno británico, que no quería comprometerse a darle un apoyo abierto, y la
posibilidad de que los españoles estuvieran intentando asesinarle, Bolívar consideró necesario
trasladarse a otro país más seguro donde pudiera organizarse una expedición.

Viaje a Haití

En aquella época Haití se había convertido en una república independiente de Francia


que daba asilo y respaldaba las causas republicanas en el continente americano. Por ello
Bolívar consideró que Haití era el lugar adecuado para organizar una expedición militar hacia
Venezuela con la ayuda del presidente de ese país, el general Alexandre Petion. El 19 de
diciembre de 1815, Bolívar salió de Jamaica para Haití de una manera que él mismo describió
como precipitada y llegó al puerto de Les Cayes el 24 del mismo mes. Cuando Bolívar salió de
Jamaica ya tenía resueltos los aspectos fundamentales de la campaña que tenía en mente y
cuyos aspectos requerían un análisis cuidadoso ya que implicaban conseguir respaldo político,
ayuda financiera y colaboración técnica, naval y Allí con la ayuda encubierta del Gobierno
haitiano y del experimentado Almirante Luís Brión, Bolívar logró organizar una expedición
marítima conocida como la Expedición de los Cayos que salió el 23 de marzo de 1816 con
rumbo a la isla de Margarita, desde donde empezaría de nuevo sus operaciones militares.

Expedición de los cayos

Se conoce la invasión que desde Haití planeó el Libertador Simón Bolívar a fines de 1815
con la finalidad de liberar a Venezuela de las fuerzas españolas. Posteriormente, tras serle
otorgado el poder supremo por parte de una asamblea de los principales jefes refugiados,
venezolanos y neogranadinos, Bolívar comenzó a afinar los detalles sobre la expedición contra
la costa firme venezolana; con la ayuda del gobernador militar haitiano de Los Cayos, el
general Ignacio Marión. En cuanto a los recursos con los que finalmente contó la expedición
gracias a las gestiones de Petión, los mismos consistían de 6.000 fusiles, municiones, víveres,
una imprenta completa, el flete de algunas goletas y una importante suma de dinero. Con todo
esto Bolívar organizó una pequeña flota de 7 goletas: Bolívar, General Mariño, General Piar,
Constitución, Brión, Félix y Conejo, acompañadas de otra de su amigo de Haití, Robert
Sutherland, La Fortune. Finalmente, la expedición zarpó el 31 de marzo de 1816, formando
parte de ella Manuel Piar, Santiago Mariño, Gregor MacGregor, Francisco Antonio Zea, Pedro
María Freites, Bartolomé Salom, Pedro León Torres, Carlos Soublette, Pedro Briceño Méndez,
Manuel Valdés, Diego Ibarra, Juan Bautista Bideau, Carlos Chamberlain, Juan Baillío, Carlos
Eloy Demarquet, Renato Beluche, Henry Ducoudray-Holstein y otros. El recorrido de la flota
comandada por Bolívar fue el siguiente: luego de salir del puerto de Los Cayos, en la parte
occidental de Haití, la misma se detuvo 3 días en la isla Beata al sur de la frontera entre Haití y
Santo Domingo, para continuar su itinerario en el que los primeros días de abril de 1816 se
encontraban frente a la costa meridional de la hoy República Dominicana; el 19 de abril de
1816 llegaban a la isla de Vieques cerca de las costas de Puerto Rico, hecho que se celebró con
salvas de artillería; el 25 de abril arriban a la islita holandesa de Saba, distante 20 Km de San
Bartolomé, desde donde se dirigen hacia Margarita, librando el 2 de mayo antes de llegar a
ésta, el combate naval de Los Frailes en la que la escuadrilla de Luis Brión sale victoriosa y
captura el bergantín español El Intrépido y la goleta Rita. El 3 de mayo de 1816 tocan suelo
venezolano en la isla de Margarita, en la que el 7 del mismo mes una asamblea encabezada
por el general Juan Bautista Arismendi, ratifica los poderes especiales conferidos a Bolívar en
Los Cayos. Luego de esta ratificación, las fuerzas expedicionarias de Bolívar pasan a Carúpano
donde finalmente desembarcan y proclaman la abolición de la esclavitud para después seguir a
Ocumare de la Costa. En definitiva, a pesar de los reveses sufridos por los expedicionarios y
por el propio Libertador en Ocumare, la importancia histórica de la Expedición de los Cayos
radica en que la misma permitió que Santiago Mariño, Manuel Piar y luego José Francisco
Bermúdez emprendieran la liberación del oriente del país, y que MacGregor con Soublette y
otros jefes se internaran definitivamente en Tierra Firme, para abrir paso al triunfo definitivo
de la República.

TEMA X: Colombia

Campaña de Boyacá

Puente de Boyacá, ubicado a 14 kilómetros de Tunja y a 110 kilómetros de Bogotá, fue


lugar de uno de los combates más grandes que se han librado en territorio colombiano por
nuestra independencia: La Batalla de Boyacá. Ocurrida el 7 de agosto de 1819, esta batalla
marcó no sólo el punto final en las disputas guerreristas por el poder en territorio colombiano,
sino que fijó el triunfo independentista que había trazado el país el 20 de julio de 1810.Todo
comenzó con una serie de luchas libradas por la Campaña Libertadora que —liderada por
Simón Bolívar— hacía resistencia a la reconquista española en 1819. Después de superar
diversos obstáculos, el ejército patriota salió victorioso en los combates de Gámeza (11 de
julio) y el Pantano de Vargas (25 de julio), que fueron claves en el resultado de la Batalla del
Puente de Boyacá.

Tras de 77 días de conformación de la Campaña Libertadora, ese 7 de agosto fue


decisivo. La estrategia de Bolívar era clara: tomar por sorpresa al ejército realista que, sin
remedio alguno, tenía que pasar por el río Teatinos para dirigirse a Santafé, donde estaría a
salvo de los ataques patriotas. Bajo el mando de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y
José Antonio Anzoátegui, la tropa patriota conformada por 2.850 combatientes (criollos,
mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros) asaltó al ejército realista que contaba con
2.670 hombres liderados por el coronel José María Barreiro. En un combate que duró cerca de
seis horas, la tropa libertadora se llevó la victoria y logró la rendición de los españoles, que
fueron tomados como prisioneros. Tras ser tomado como prisionero, Barreiro intentó sobornar
al soldado de quince años Pedro Pascacio Martínez, que se negó y lo entregó a Bolívar. En
cuanto se supo de la derrota realista, el virrey Juan Sámano huyó de Santafé, ciudad que
quedó bajo el mando de los criollos. Esta batalla no sólo marcó un paso definitivo en nuestra
independencia, sino que influyó en las victorias de Carabobo en Venezuela, Pichincha en
Ecuador y Junín y Ayacucho en Perú. El puente, que sufrió graves daños, fue reconstruido el 7
de agosto de 1919 por el presidente Marco Fidel Suárez. Ahora el puente es uno de los sitios
más emblemáticos de la historia colombiana, y se encuentra rodeado por monumentos que
recuerdan la gesta independentista como las estatuas de Simón Bolívar, Francisco de Paula
Santander y Pedro Pascasio Martínez. A su lado también reposan símbolos como la Plaza de
Banderas, el Arco del Triunfo, el Atril de Piedra, la Llama de la Libertad, la Piedra de la Legión
Británica y el Obelisco.
Pasos de los Andes de la nueva Granada

El Libertador partió de Venezuela para iniciar Bolívar paso de los Andes2el famoso paso
de los Andes desde la ciudad de Mantecal en el estado Apure el 27 de Mayo de 1.819, un
ejército de llaneros, que solo contaban con su valor y amor patriótico emprendieron la marcha
a unas escarpadas y frías montañas de la cordillera andina. El Paso de los Andes fue un
movimiento militar de valor estratégico durante la Campaña Libertadora de Nueva Granada
(actual Colombia), en el cual el ejército independentista al mando de Simón Bolívar remontó la
cordillera de los Andes, específicamente la rama Oriental de los Andes colombianos para
liberar a la Nueva Granada del dominio español. Es considerada una de sus acciones militares
más destacadas y toda una hazaña para los medios técnicos de la época. Tres mil hombres
acompañan al Libertador, a través del brumoso y helado Páramo; la nieve paramera mete sus
dentelladas en los cuerpos semidesnudos de los hombres de las tierras bajas.

El soroche o mal de páramo, que hace mullidos y mortales colchones de la tierra helada.
A muchos hay que azotarlos hasta la flagelación para que abandonen aquel sueño de muerte.
Muchos se niegan y se quedan para siempre yertos en aquellas tierras heladas. Otros se
despeñan con sus caballos por los precipicios. El frío de la montaña cobra más víctimas que las
fiebres de los pantanos y las balas del enemigo. Bolívar no desmaya ante la adversidad. En
tono conmiserativo heroico o imperativo apuntala con sus palabras y amenazas la marcha
hacia el otro lado. Al llegar a la cumbre el sufrimiento y la muerte alcanzan su paroxismo. Pero
todos recuerdan. Antes la muerte y lo que sea, que volver sobre sus pasos. Ahora tan sólo
queda vencer o morir. Bolívar saca cuentas de los tres mil hombres con los que inició el
ascenso, han muerto mil ochocientos. Con los mil doscientos que quedan y los patriotas
neogranadinos, que habrán de sumárseles tan pronto lleguen a bajo; tiene gente más que
suficiente como para echar de la Nueva Granada al Virrey Sámano y a todo el ejército español.
Hubo fuego y escaramuzas en el descenso al altiplano. En una de ellas pereció O’Rooque el
simpático irlandés que dio su vida por Venezuela. Barreiro, el jefe español, les presentó batalla
en el puente de Boyacá, en las inmediaciones de Bogotá. Luego de dos horas de intenso tiroteo
y de una veintena de muertos se rindieron los españoles y el Virrey Sámano huyó de Bogotá
disfrazado de indio.Esta derrota significó la caída del yugo español en Venezuela, Colombia,
Perú y Bolívia.

Creación de Colombia

La Gran Colombia fue un país de América creado en 1819 por el congreso reunido en la
ciudad de Angostura mediante la Ley Fundamental de la República (ratificada después por su
contraparte reunida en Cúcuta en 1821) por la unión de Venezuela y la Nueva Granada en una
sola nación bajo el nombre de República de Colombia,5 6 a la que luego se adhirieron Panamá
(1821) y Ecuador (1822). El término Gran Colombia se emplea por la historiografía para
distinguirla de la actual República de Colombia.

Esta república existió jurídicamente entre 1821 y 1831 y se configuró a partir de la unión
de las anteriores entidades coloniales del Virreinato de la Nueva Granada, Capitanía General
de Venezuela, Presidencia de Quito y la Provincia Libre de Guayaquil.8 Su superficie
correspondía a los territorios de las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Panamá y
Venezuela (incluyendo la Guayana Esequiba, en reclamación guyano-venezolana); y otros
territorios que pasaron a Brasil, Perú, Nicaragua, Costa Rica y Honduras por acuerdos
internacionales celebrados entre estos países y las repúblicas surgidas de la disolución
grancolombiana.

Si bien la Gran Colombia fue creada mediante la Ley Fundamental de la República de


Colombia expedida durante el Congreso de Angostura (1819), el Estado como fruto de la unión
de dichos territorios no vio la luz hasta el Congreso de Cúcuta (1821), donde se redactó la
Constitución nacional con la cual se implementó y reglamentó su creación, al igual que la vida
política e institucional del nuevo país. El sistema político-administrativo adoptado por la
república fue el centralismo unitario.

Por otra parte, el reconocimiento internacional de la existencia legítima de la Gran


Colombia, en tanto que territorio independiente, soberano y delimitado, se inscribió en un
contexto diplomático que en Europa fue adverso al reconocimiento formal de la
independencia de los países americanos. Es así que Austria, Francia y Rusia sólo reconocían las
independencias en América si los nuevos Estados se sometían a un sistema monárquico
nombrando como soberanos a miembros de las dinastías europeas. Además, Colombia y las
potencias internacionales enfrentaban sus posiciones en cuanto a la extensión del territorio
colombiano y su delimitación fronteriza.

Al momento de su creación la Gran Colombia era el país hispanoamericano de mayor


prestigio en el mundo, tanto así que varios políticos de Europa y América, entre ellos John
Quincy Adams (por entonces secretario de estado y futuro presidente de los Estados Unidos),
la llamaron a ser una de las naciones más poderosas del planeta. Este prestigio, sumado a la
figura de Bolívar, atrayeron hacia la nación ideas unionistas de movimientos independentistas
de Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, que pretendían formar un estado asociado con
la república.

El país se disolvió a finales de la década de 1820 e inicios de los años 1830, por las
diferencias políticas que existían entre partidarios del federalismo y el centralismo, así como
por las tensiones regionales entre los pueblos que integraban la república.

TEMA XI: Carabobo

Campaña de Carabobo

Campaña terrestre decisiva de la Guerra de la Independencia en Venezuela; recibe ese


nombre porque culminó con la batalla dada el 24 de junio de 1821 en la sabana de Carabobo.
Desde mediados del año anterior el Libertador Simón Bolívar, con la cooperación del general
Antonio José de Sucre y de otros oficiales de su Estado Mayor, había empezado a planificar
esta campaña, la cual quedó en suspenso cuando se firmaron en noviembre de 1820 los
Tratados de Armisticio y de Regularización de la Guerra. A partir de febrero de 1821, se
empezaron a deteriorar aquellos tratados, a raíz de la incorporación de Maracaibo, desde
enero, a la República; y el plan de campaña fue reactivado en el Estado Mayor General
republicano. Al no producirse un acuerdo entre el jefe español Miguel de la Torre y el
Libertador sobre el destino de Maracaibo (que el primero pretendía que fuese devuelto a las
autoridades realistas) el armisticio fue denunciado antes de expirar, y las operaciones militares
debían reiniciarse a fines de abril de 1821.

Batalla de Carabobo

La Batalla de Carabobo se llevó a cabo el 24 de junio de 1821, y selló la Independencia de


Venezuela. Se enfrentaron el Ejército Patriota comandado por Simón Bolívar y el Ejército
Realista, a la cabeza de Miguel de la Torre. La Batalla de Carabobo está considerada la empresa
más importante de la gesta independista. Duró escasas dos horas en las que se mostró un gran
despliegue militar en el Campo de Carabobo.

La consolidación de la carrera por la independencia de Venezuela se libró en la Batalla de


Carabobo. La magistral actuación del bando patriota, cuya superioridad numérica e
inteligencia estratégica fue la clave para esta gran victoria.

Simón Bolívar, designó a José Antonio Páez como Comandante de la Primera División.
Éste conduciría los batallones Bravos de Apures y Cazadores Británicos, además la caballería de
húsares, lanceros y cazadores. En la Segunda División se designó a Manuel Cedeño como su
Comandante. Así conduciría los batallones Tiradores, Boyacá y Vargas; además la caballería. La
Tercera División fue encomendada al Comandante Ambrosio Plaza, quien llevó los batallones:
Rifles, Granaderos, Vencedor y Anzoátegui. Así como varios frentes de caballería.

Por su parte, el Ejército Realista –fieles a la Corona Española– estuvo comandado por el
General Miguel de la Torre. Contó con los Batallones: Valencey, Barbastro, Burgos, Hostalrich,
Infante y Príncipe. Las escuadras de Caballería: Lancero del Rey, Húsares de Fernando VI, Guías
del General y Dragones Leales. Además del contingente para la artillería. Tras la derrota de los
realistas en la Batalla de Carabobo, algunos focos de este ejército de los monarcas se
mantuvieron activos. Sin embargo, pronto serán neutralizados en la zona oriental de
Venezuela.

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