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Ensayo No Give Up - Más Allá de Nuestros Orígenes

Ensayo critico social basado en el libro No Give Up Maan!

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Diana Lorena Granja Roa

Ensayo No give up, maan!


Más allá de nuestros orígenes

“I'm in love but I'm still sad


I've found peace but I'm not glad
All my nights and all my days
I've been trying the wrong way
I don't mind who I am (I'm a black man in a white world, I'm a black man in a white
world)
I don't mind who you are (I'm a black man in a white world, I'm a black man in a
white world)
I'm not wrong, I'm not wrong (I'm a black man in a white world, I'm a black man in a
white world)
Oh it's alright, it's alright(I'm a black man in a white world, I'm a black man in a white
world)
Oh it's alright (I'm a black man in a white world)”
Black man in a white world - Michael Kiwanuka

Un hombre negro en un mundo blanco canta con un tono africano, un ritmo funk,
reivindicando lo racial y con un lamento roto que solo posee su música. Michael
Kiwanuka le canta a la destrucción a la vez que construye resistencia (​And I've lost
everything I had and I'm not angry and I'm not mad​) desde su álbum Cold little heart,
con las palmas y el coro en el minuto 3:06 “​I’m a black Man in a white world​” como si
este emergiera desde las profundidades de una mina y Tante Friday, la empleada
de servicio de la Misión, alzara su voz con ese único sentir raizal que tiene una
mujer negra esclavizada y le gritara su perseverante, “​No give up​!”.

No give up​, a ser un hombre negro con influencias musicales de Nirvana y


Radiohead en lugar del rap y hip hop de la época como Kiwanuka, no give up, ante
esa sociedad que tiene claro juntarse pero no revolverse en los estilos musicales, en
la literatura, en la pintura y con las personas de distintas etnias, ​no give up, ante esa
pregunta de “​¿por qué un profesor “blanco” da una clase de literatura
afrocolombiana?​”.

Y si en aquella época, para algunas familias aún hoy, revolverse y ser un ​ñanduboy
(mulato) como George era el peor de los males porque no son blancos pero
tampoco negros, hoy en día ser un negro atípico como Kiwanuka, criado en londres
y ajeno a la cultura ugandesa y afro de sus padres y ancestros, es una traición racial
para muchos.

La regla no escrita de la ‘​política de respetabilidad​’ durante la época de los 60’s en


la lucha por los derechos civiles, crea una división entre las comunidades negras al
creer que para librarse de los prejuicios y tener igualdad ante la ley, es necesario
comportarse como el grupo dominante y marginar a quien no lo haga, dejando de
lado sus raíces. Esto termina por crear una dicotomía entre ir más allá de los
autoimpuestos limitantes culturales o ser negro y vivir como se supone que lo hace
un negro, aumentando la brecha dentro de la misma comunidad.

“​—Atrofiar la personalidad del negro es la meta, y al paso que van, lo


lograrán a la vuelta de pocas generaciones. Con la esclavitud del trabajo,
obligados a sobrevivir, aceptar una cultura y costumbres que chocan con su
carácter, más el desprecio imperdonable de todo lo que son y representan, el
negarles hasta el primitivo derecho de la institución familiar. Todo eso,
Elizabeth, los convertirá en seres que no tendrán más que un sentimiento
degradante de sí mismos.”​ (Robinson, 2002, p. 153 - 154).

Y aunque George como ñandú entendió en esa época tan lejana que él podría
disfrutar de lo que tiene para ofrecerle esos dos mundos, algunas personas sienten
e insisten en que la única salida es someterse al blanqueamiento para no incomodar
la vista de la sociedad dominante.

Entonces de la ficción de películas como ‘​Dear White People​’ que nos recuerdan a
personas como Sam que dicen que alguien como Lionel Higgins “​perdió el sabor” al
no hacer parte de su lucha racial y luego nos muestran que ella misma tenía una
relación con un chico blanco al cual ocultaba. Pasamos a la realidad de países
como Colombia que invisibilizaron a su primer presidente negro Juan José Nieto Gil
al blanquearlo tras varias capas de óleo, afinando sus facciones y ocultando su
cuadro en las bodegas del Palacio de la Inquisición -hoy Museo Histórico de
Cartagena (MUHCA)1.

O la realidad del canal peruano, América Televisión, con su programa mañanero


llamado ‘En boca de todos’2, donde invitan a un cirujano para analizar los retoques
que deberían hacerse los jugadores de la selección, como esa nariz inca o negra
que hace que no sea suficiente que sean buenos deportistas, mantener su origen y
representar un país. Ya lo decía George en contraste con el pensamiento de los
plantadores de la isla:

”​La miscegenación total de la raza negra con la blanca sería extinguir


cobardemente valiosas raíces de una cultura, de nuestro pasado. Toda una
raza​” (Robinson, 2002: 196).

1
​(Revista Dominical, 2019) El presidente negro que fue blanqueado
2
(Avilés, 2018) Cómo blanquear a un futbolista negro
En la actualidad, extinguimos esas raíces de nuestra cultura cambiando el acento, el
color de piel y cabello a cambio de la deculturación que permita borrar toda huella
de lo que fuimos.

Todo esto solo permite que muchas personas se crean con el derecho a decir “​Yo
soy más blanco, más negro o más indio que tú​”, en una especie de superioridad que
nos devuelve al sistema de castas colonial para que con una tablita midan nuestro
porcentaje de pureza, como si las personas se redujeran a su color de piel o como si
ya no todos fuéramos un poco mezclas de algo al fin y al cabo.

Por todo lo anterior, creaciones artísticas como Fire Fly, de Childish Gambino, que
tocan tímidamente este tema al mencionar que en su juventud era llamado “Oreo” (​I
used to get called "Oreo" and "Faggot"​), metáfora de la comunidad negra para todos
aquellos que son negros por fuera y blancos por dentro, permite que identifiquemos
y aceptemos que la personalidad no va ligada al color.

Con una canción más madura, Gambino lo hace notar de nuevo y con más fuerza
en ‘​This is america’​ desde el contraste al empezar con un sonido parecido a la
tradición oral africana del grupo coral ‘Ladysmith Black Mambazo’ continuando con
un sonido de guitarra que remite al finger style del congo y súbitamente, en la
muerte del guitarrista a manos del blackface (grupo dominante), la música se vuelve
oscura y densa envolviendo todas las raíces africanas en un cadente trap. Y cuando
regresamos hacia el final, el trap y los ritmos africanos se mezclan creando una sola
armonía, mientras una voz a lo lejos nos recuerda que no eres un hombre negro en
un mundo de blancos sino que solo eres un hombre en este mundo (“​You just a
black man in this world​”).

Canciones como estas son el huracán que barre, mezcla y revuelve toda la isla de
Henrietta para dar paso a una nueva época, una sin el reverendo Birgminton pero
aun llena de los sonidos que decoran toda el libro como el galope de los caballos,
las campanas de la iglesia, los cantos y lamentos de los esclavos, la llamada del
caracol ante una nueva goleta o el ​“Georgieeee” de Tante Friday que unen a los
esclavos y amos de ‘No give up, maan!’.

En nuestro caso, el huracán tiene cara de post blackness o post negritud, de


resistencia al cambio de los orígenes como lo hacían los esclavos con su lenguaje,
cara de que todos somos un poco Ñandu y no solo en nuestra piel, cara de que
vienen épocas donde no todo es blanco o negro sino una gran gama de grises y
colores, cara de ser ese híbrido que no comprende como algunos aún en todo caso,
nuestro huracán tiene cara de no rendirse.

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