Organización política de Babilonia
Los Babilonios eran una civilización avanzada capaz de crear grandes
templos y una ciudad que debió ser un verdadero paraíso. De Babilonia
es la primera ley escrita, una lugar especial desde donde se organizaba
todo el Imperio.
El Rey
La ciudad de Babilonia se consideraba propiedad del dios Marduk y era
este dios el que designaba, según los babilonios, a su representante en
la tierra es decir, al rey. Éste sería el encargado de administrar y
gestionar todo el imperio aunque no tenía la consideración de ser divino
como ocurría en Egipto.
El rey era un intermediario entre el dios Marduk y la población pero no
gobernaba en solitario ya que vivía rodeado de colaboradores o lo que
podríamos llamar clases nobles, quienes le ayudaban y aconsejaban en
su administración.
DESARROLLO SOCIEOECONOMICO DE BABILONIA
Las actividades económicas que se desarrollaron durante el Primer
Imperio Babilónico son bien conocidas gracias a las leyes del Código
de Hammurabi, que es una muy importante fuente histórica y que
ayuda a historiadores a conocer como era la economía durante el imperio
babilónico
Gracias a él sabemos que la base de la economía era la agricultura,
que al igual que los otros pueblos que ya estudiamos (acadios
y sumerios) dependía de la construcción de canales para el riego.
También había un importante desarrollo de la ganadería. Los impuestos
o tributos al Imperio se pagaban en especie, es decir, se entregaban los
distintos productos en que cada región trabajaba.
El comercio y el desarrollo de la tecnología y de las infraestructuras
también se vieron afectadas muy positivamente por el desarrollo cultural
y, en especial, del desarrollo de las matemáticas y las ingenierías. Por
una parte, se necesitaban conocimientos de ingeniería avanzados para
poder realizar los planos de todos los diques, presas y demás obras de
gran tamaño que se llevaron a cabo en la época, recogidas sobre todo de
los conocimientos previos de los sumerios.
Asimismo, en Babilonia se utilizaba el sistema métrico sexagesimal,
que es un sistema muy similar a nuestro sistema decimal, pero que en
vez de tener su base en el 10, lo tiene en el 60. Gracias al desarrollo
prematuro de este sistema métrico en Babilonia se pudo avanzar
muchísimo en el desarrollo de la aritmética o el álgebra.
CULTURA DE LOS BABILONIOS
Babilonia fue considerada un centro cultural impresionante, ya que
poseía hermosas edificaciones y los famosos jardines colgantes que
resultaban únicos en aquella época, además de un sistema de gobierno
centralizado, por lo que muchos pueblos se asentaban alrededor de esta
ciudad.
MONUMENTOS DE LOS BABILONIOS
Jardines colgantes
Esta es la más grande construcción del imperio babilonio. Fueron
construidos por mandato del rey Nabucodonosor II para su amada
esposa Amytis, los cuales se alimentaban de las aguas del río Eufrates.
Contenía vegetación traída desde fuera de Babilonia y organizadas en
varios pisos.
Etemenanki
También se conoce como la Torre de Babel, y representa un zigurat de la
ciudad, lugar religioso de enorme grandeza, el cual estaba dedicado a
Marduk.
Puerta de Ishtar
Este era una entrada a la ciudad de Babilonia desde el lado norte, por la
cual pasaban las procesiones recorriendo la parte monumental de la
ciudad. Aún se conserva esta puerta en Alemania.
DESARROLLO ECONOMICO DE ASIRIA
La economía asiria se basaba en el aprovechamiento de las tierras
fértiles del norte de Mesopotamia, en las cuales se plantaba cebada y
trigo, base de la alimentación asiria. Además, la región siempre
había carecido de minerales metálicos y de madera. Una gran fuente
de ingresos para los asirios fue las tributaciones de sus vecinos a cambio
de respetar y mantener sus fronteras e independencia. En cuanto al
comercio, establecieron una especie de “cámara de comercio”
llamada karum, donde se regulaban las actividades mercantiles, se
resolvía los posibles litigios, fijaba los tipos de interés y concedía
préstamos. Cada karum contaba con unos fondos considerables
obtenidos a través de impuestos, contribuciones de sus miembros,
inversiones, porcentajes de operaciones comerciales o tasas de
actuación de las comisiones oficiales. El karum tenía sucursales
(wabaratum) por todas las ciudades importantes. El aspecto
fundamental de la organización del karum era la existencia de una
estructura piramidal, cuyo centro residía en la capital asiria, de cuyo
palacio central dependía directamente el karum.
Organización política de los asirios
Al frente de ella se situaba el rey, quien ostentaba las riendas del poder,
ejercido desde su palacio, centro neurálgico del Estado. En general los
territorios ocupados más lejanos conservaban un cierto grado de
autonomía.
La forma de gobierno u organización política del imperio asirio fue
básicamente una soberanía dominante y teocrática. Esto quiere decir que
contaban con un rey quien, aunque no era considerado un dios, el poder
que descansaba sobre este era absoluto, incluso influía sobre la religión.
La división del imperio era realizada en provincias o satrapías, quienes
eran gobernadas por un prefecto o sátrapa.
La autoridad de este consistía en el cobro de los impuestos, dirigir el
ejército y administrar justicia. Además, al capturar naciones más débiles
estas no eran ocupadas por los asirios, por el contrario, mantenían sus
autoridades, pero ejercían sobre ellas un vasallaje. Esto quiere decir, que
exigían hombres capacitados para que pelearan por ellos.
La cultura asiria
Asiria es parte de la antigua civilización mesopotámica, de la que ocupa
la parte norte, y que domina en su totalidad durante los últimos días del
período neoasirio. Se encuentran así en ella dos las características de
esa civilización: la escritura cuneiforme, escrita en un dialecto del acadio,
y una religión politeísta, pero dominada por la deidad tutelar del reino, el
dios Assur: la práctica religiosa tenía lugar sobre todo en los lugares de
culto urbanos bajo el patrocinio de los soberanos, y en la que los
sacerdotes eran los principales eruditos, que disponían de bibliotecas
que catalogaban gran parte del conocimiento de la antigua Mesopotamia.
La cultura asiria presenta sin embargo algunas especificidades, en
particular debidas a la herencia de las tradiciones de la Alta Mesopotamia
—que eran distintas de las de la Baja Mesopotamia a pesar de la
abrumadora influencia de esta última en todos los períodos—, y también
a los préstamos crecientes de los pueblos sometidos por el reino asirio.
Nada refleja mejor esta particularidad que el arte neoasirio, ilustración del
poderío del reino, de las influencias exteriores que asimila, pero también
de su capacidad de innovación.