CAPITULO TRES: ONTOLOGÍA DE LA ENFERMERÍA
Introducción:
Actualmente la filosofía comprende disciplinas como la epistemología o estudio
del conocimiento científico, la ontología o teoría del ser, la antropología
filosófica, la ética y la estética.
Sin embargo, las dos grandes divisiones que se pueden hacer en filosofía son
la Ontología o Teoría del Ser y la Gnoseología o Teoría del Conocimiento, de la
cual se va derivar la epistemología.
Dentro de la Filosofía, la ontología es aquella parte de la metafísica, una de las
disciplinas más importantes dentro del campo filosófico, que se ocupa del ser
en un sentido general y de sus propiedades más trascendentales.
La ontología o teoría del ser, como a muchos les gusta llamarla, se ocupa del
estudio de todo lo que tiene una existencia, preguntándose ¿qué es?, ¿cómo
es?, y ¿qué es lo que lo ha hecho posible?, ocupándose de la definición de lo
que es ser y lo que no es, y del establecimiento de aquellas categorías
fundamentales ,o modos generales de ser, que tienen las cosas partiendo del
estudio profundo de sus propiedades, estructuras y sistemas.
Entre otras cosas, la ontología se centra en cómo los entes (los seres) pueden
ser clasificados de determinadas maneras, dentro de unas jerarquías y
subdivididos de acuerdo a las similitudes y las diferencias que presentan.
Dentro de estas entidades se pueden citar a los objetos, las cosas, las
personas, los conceptos y las ideas, entre otras.
En un sentido más general, se podría decir que la ontología se ocupa de
reflexionar acerca de las concepciones de la realidad, sus relaciones y las
características de estas.
La ontología estudia el ser en cuanto ser. El interés por estudiar el ser se
origina en la historia de la filosofía, cuando esta surge de la necesidad de dar
explicaciones racionales, no mitológicas, a los fenómenos del mundo físico.
En este sentido, el carácter universal de la filosofía, tuvo su origen en la
necesidad de un conocimiento valido a todo fenómeno, y en las deficiencias de
los conceptos inicialmente desarrollados, para ser llevados a la práctica
concreta en los fenómenos físicos, o sociales. Es por esto que muchos filósofos
se dedicaron a reflexionar sobre cuál podría ser el fundamento del mundo
físico. Pero fue Parménides quien propuso la mejor solución. Este filósofo
sostuvo que existen dos caminos para llegar al conocer, que son los sentidos, y
la razón. Por los sentidos se llega a lo cambiable, a lo inseguro, y a lo
desconfiable en los objetos, y por la razón se llega a lo universal, a lo confiable
e inmutable. Tomando el segundo camino, Parménides encontró algo común e
indispensable a todo objeto: que cualquier elemento natural antes de tener
alguna característica específica, tiene una sin la cual no existiría, la de Ser.
Este ser es un elemento fundamental y no una característica que tienen las
cosas. Desde entonces se constituye a la Ontología como Ontos = Ser, y
logos= estudio. En este caso, lo real es igual al ser, y el ser es igual al
fundamento de toda realidad.
En el primer tema estudiaremos que es el ser, el ser en el mundo (desde el
existencialismo) y dos categorías del ser: la esencia (su unidad fundamental) y
su substancia, que es la forma particular de un ser para existir. En el segundo
tema estudiaremos todos los atributos del ser de la enfermería como campo
disciplinario, su substancia y su esencia. Finalmente, en el tercer tema,
reflexionaremos sobre cómo el ser de la enfermería y sus fines últimos son
manifestados en dimensiones clave de la vida de la persona, desde el
nacimiento, la toma de conciencia de ser persona, la propia vida, la finitud y
trascendencia.
3.1 LA NATURALEZA DEL SER: ESENCIA Y SUBSTANCIA
Angélica Ramírez Elías
Carlos Compton García Fuentes
Introducción
La noción del ser se toma en muchos sentidos. Como sinónimo de ente (seres
materiales, seres vivos, seres humanos, siempre en el sentido de entes) y otras
veces como la esencia de una cosa (“ser” piedra es distinto de “ser” árbol o de
“ser” hombre). Finalmente, lo usamos para hablar con más precisión, de ese
elemento del ente, distinto de la esencia, que es el acto de ser, y así decimos
de una cosa cualquiera que tiene “ser” o existe.
El “ser” como “acto de ser”, tiene dos sentidos: la posición relativa de una cosa
respecto de otra, como cuando decimos por ejemplo, que “el hombre es
racional”. El otro sentido, que es el importante para nosotros, es la posición
absoluta de una cosa cualquiera, como cuando decimos, que “este árbol es”,
vale decir, “existe” o “se da en realidad”. La palabra “ser” la usamos para
significar el hecho de ser o de existir.
El problema del ser y de nuestra presencia en el mundo es, al mismo
tiempo, el más difícil de circunscribir, el más general, y el más oscuros de
pensar.
La cuestión del “ser” es, clásicamente, el tema central de la “metafísica1”. El
término quizá tuvo en sus orígenes un significado puramente bibliográfico:
indicaba —en la cuidada redacción de las obras de Aristóteles, a comienzos
del siglo I a. de C. — aquellos libros que vienen después de los de física
(meta ta physika). En efecto, designa la “ciencia antes” o la “primera
filosofía”, como la llamaba el propio Aristóteles, la que tiene por objeto lo
que es común a todas las demás ciencias y que, desde una posición
jerárquicamente dominante, funda su validez. La metafísica constituye
tradicionalmente la ciencia de las ciencias, la forma suprema del
1
La palabra metafísica fue introducida por primera vez por Andrónico de Rodas (siglo I a.c.), traductor y
recopilador de la obra de Aristóteles. El se encontró con un manuscrito de Aristóteles que hablaba de
cosas que estaban más allá de los libros de la física, los juntó y los llamó metafísica (de "meta" que
significa "más allá"). Una definición inicial de la metafísica pudiera ser lo que está más allá de lo físico
como tal, de lo sensible o físico, de lo que es interior. Pero esta definición no agota ni conceptualiza
verdaderamente a la metafísica. En teología es costumbre llamar metafísica a la "ciencia" de las
primeras causas y lo verdaderamente universal, "ciencia" de los principios del ente. Otra definición de
metafísica pudiera ser la de que es la teoría del ser. Esta se acerca más a la realidad de lo que se
entiende en filosofía por metafísica (Okasha, 2007; Abbagnano, 1993).
conocimiento, en cuanto conocimiento de la realidad absoluta, a la que se
subordinan la física (o “segunda filosofía”) y la matemática.
A partir de Aristóteles, la primera filosofía se subdivide en
teología
en ciencia del ser —llamada más adelante “ontología2” (Teoría del
Ser)
en gnoseología (Teoría del Conocimiento).
Por lo tanto, esta primera filosofía tiene que ver, respectivamente, con la
naturaleza de Dios (ser suprasensible, perfecto e inmutable), y con el “ser
en cuanto ser” (o sea, con la “sustancia”, con las cualidades que cada ser
debe poseer necesariamente para subsistir, puesto que si se destruye el
ser, “se eliminan también todas las demás cosas”). El Ser no coincide, pues,
con los distintos entes y especies que encontramos en el mundo.
Con los entes establecemos una relación que no es sólo con base en el
conocimiento, sino también afectiva, simbólica e incluso mítica. Por
ejemplo, en torno al fuego, a su resplandor y a su calor, se estratifican
desde hace milenios significados e imágenes que alcanzan un espesor más
alto que el que tienen aquellos que atribuimos al radiador.
La filosofía, las ciencias y las técnicas modernas han transformado las cosas
en objetos, es decir, las han apartado de nosotros, poniéndolas en contra o
frente, como algo extraño que constituye un obstáculo para el
conocimiento.
Hay que redescubrir el halo de significados que se adhiere en torno a las
“cosas” y comprender que las mismas no constituyen un agregado
impropio. La gran tradición filosófica lo sabía: tanto el griego pragma como
el latín res no tienen, en efecto, que ver con el objeto físico en cuanto tal,
sino con lo que colectivamente nos interesa. También lo revela la etimología
del italiano “cosa”, que es contracción de causa, en el sentido de lo que está
2
Ontología o doctrina que estudia los caracteres fundamentales del ser, los caracteres que todo ser
tiene y no puede dejar de tener (Abbagnano, 1993).
en el corazón, lo que consideramos tan importante como para
comprometernos en su defensa.
Mirar a las “propias cosas” —como invitan a hacer Aristóteles, Hegel o
Husserl— quiere decir volver a lo esencial de cualquier cosa, seguir sus
articulaciones hasta que el pensamiento no parezca proceder al desentrañar
casi automático de los contenidos (Bodei, 2006).
Así pues “Ser” se interpreta como verbo, actividad que sobrepasa o
trasciende a todos los entes individuales, pero gracias a la cual los mismos
son y perseveran en su ser.
La definición de “Ser” distingue dos usos:
el uso predicativo y
uso existencial.
El uso predicativo se muestra cuando se dice “Sócrates es hombre” o “la
rosa es roja”; y el uso existencial se muestra cuando se dice “Sócrates es” o
“es una rosa”. (Abbagnano, 1993).
Se dice también que "El término “ser” puede tomarse como un verbo o
como un sustantivo. En el primer caso, puede considerarse como expresión
de la unión de un sujeto con un atributo o, en su forma intransitiva, como
equivalente a “haber” o a “existir”.
La pregunta por el ser. La interrogación acerca del ser surgió en Grecia en
virtud de ciertas experiencias y a consecuencia de cierta situación. Algunos
pensadores preguntaron, ante todo, por el ser de las cosas. Ello se explica
por dos razones: la primera, que creían en la posibilidad de que las cosas
tuviesen un ser; la segunda, que se suponían capacitados para descubrir tal
ser. Esta última razón es fundamental. En efecto, si hubo antes de los
primeros filósofos hombres que preguntaron por el ser de las cosas,
aconteció que sus preguntas iban dirigidas a alguien superior (a Dios, a los
dioses, al Destino) que suponían ser la única entidad que podía
contestarlas" (Mora, 1994)
Ser y existir
La pregunta ¿Qué es el “Ser”? no se puede contestar porque no tiene
definición. El solo hecho de definir al Ser implica reducirlo a un concepto más
amplio y no existe un elemento más extenso que el “Ser”.3
Lo único que podemos hacer, es señalar, apuntar qué es el “Ser” y que
significa existir y que significa consistir. Ahora se presenta otra incertidumbre
¿Qué es existir? No podemos saber qué es existir, sólo tenemos la experiencia
de existir, de estar ahí. Podemos intentar saber quién existe, y ante esto solo
podemos afirmar que las cosas no son más que mis representaciones y no
verdaderas realidades, no son en si mismas sino que son en mi.
En cuanto al consistir, hay varias formas de consistir. No podemos saber quién
consiste hasta que no sepamos quien existe. Cuando sepamos quién existe
podremos decir que todo lo demás existe en ese ser primero y por lo tanto todo
lo demás consiste.
Podemos afirmar que en cuanto su etiología, tanto ser como existir significan lo
mismo, a saber, el aparecer, el brotar, el darse en la realidad como
procediendo de un cierto origen, el permanecer, e incluso el vivir. Y todo ello en
relación inmediata con los datos sensibles. Pero también hay que decir que,
aparte de su etimología, el ser y el existir han ensanchado su ámbito
significativo, y el uso ulterior se aplican a todo lo que se da en la realidad, con
independencia de su aparición sensible (Abbagnano, 1993; Bodei, 2005; Craig,
2006; Qué es esencia…,2010).
Filosóficamente, el ser o el existir tratan de un acto sin más, de un acto sin
determinación, ni restricción alguna. También cabe describir al ser y al existir
como lo que no puede reducirse a un mero objeto de conocimiento.
Así las características de este acto son:
El ser es acto, pero no determinación ni forma alguna.
3
Por ejemplo, el ser preexistente (que ha existido siempre) es Dios, los demás seres son seres
contingentes, que han recibido el ser de Dios. Por lo tanto, si Dios es infinito, al definirlo, lo limitamos
(Nota de Carlos Compton).
El ser es el acto de todos los actos o acto último.
El ser es la mayor de las perfecciones
El ser es lo más íntimo de cada cosa.
El ser es fijo y estable.
Al ser no se le puede agregar nada que le sea extraño.
Pero ¿Cómo se puede entender también el “mero existir”? El mero existir
puede también entenderse como el “efecto formal primario” del ser. O sea, que
no hay ser sin existir, y tampoco existir sin ser. Por ello, si algo tiene ser,
indudablemente existe, aunque el ser no se reduzca al mero existir, pues se
trata de la actualidad fundamental de cada cosa, y la perfección de todas las
perfecciones.
Por lo tanto, el ser y el existir son también similares. No es lo mismo el ser
sustancial (que es subsistencia) y el ser accidental (que es inherencia, que le
pertenece en particular), ni el ser de la sustancia espiritual (que es
imperecedero) y el ser de la sustancia corporal (que es corruptible). Pero entre
todos ellos hay semejanza o analogía. Dicha similitud o analogía, por lo
demás, es de atribución intrínseca y propia, dado que hay distintos grados de
ser, y una jerarquía entre ellos; y también es analogía de proporcionalidad
propia, puesto que cada ser se relaciona con su esencia, y entre las relaciones
que así resultan hay semejanza.
Ilustración 1: Las dimensiones del ser. 4
4
En esta figura podemos ver que el núcleo más profundo del ser se encuentra en la substancia, por
ejemplo, en el ser humano, ser libre y responsable (atributos de la persona). Luego se encuentra el ser
accidental, por ejemplo, en el ser humano los accidentes son ser hombre o mujer, ser de un grupo étnico u
El existir (o la existencia) en tanto que concebido, se describe acertadamente
como el acto sin más, el acto sin determinación alguna; es simplemente el
darse en la realidad, o sea, fuera de la nada, fuera de sus causas y fuera del
intelecto que la concibe. Con este concepto del existir, podemos hablar con
sentido de él y pensar en él o razonar acerca de él.
A través de la experiencia (ya puramente intelectual, ya sensitivo-intelectual)
nos hacemos cargo verdaderamente de lo que es el existir. En realidad, el
concepto que podemos formar del existir está apoyado enteramente en la
experiencia, y sin esa experiencia, tal concepto carecería de verdadero
contenido, sería un concepto vacío. Y esto se debe a que “pensar” y “percibir”
(o experimentar) son dos actividades distintas del intelecto humano,
completamente irreductibles, aunque íntimamente ligadas entre sí (¿Qué es
esencia…,2010).
El devenir del “Ser”
Hegel (1974) identifica al “Ser” con la “Nada” porque no se puede decir ni
predicar nada de él. Supone una distinción entre el “Ser” que es y el “Ser” que
no es, el Ser auténtico y el Ser inauténtico. Si el Ser está compuesto de otros
seres que no son él, es inauténtico (ser en otro) y si no podemos reducirlo a
otros seres es el Ser auténtico (ser en si).
Pero ningún filósofo afirma que todas las cosas existen porque es evidente que
algunas tienen una existencia aparente.
otro.( Los accidentes son los atributos que pueden ser o no ser). Otro ejemplo de substancia y accidentes
lo tenemos en una medicina cuya substancia es la formula química que no podemos ver a simple vista y
cuyos accidentes si los podemos ver, como el color, la forma y el tamaño. Aunque claro, pueden existir
(metafísicamente hablando) accidentes que no se pueden ver, como pudieran ser las cualidades ocultas de
una persona. Luego tenemos el ser espiritual, que consiste en los atributos del espíritu, que es la
dimensión del hombre que se orienta a la trascendencia. Por ejemplo, ser un hombre o una mujer, de un
origen étnico, que es persona. Finalmente tenemos al ser corporal, es decir los atributos físicos de mi ser.
Los atributos espirituales son simbólicos, no se pueden ver mientras que los atributos corporales si los
puedo ver. (Nota de Carlos Compton).
Los filósofos griegos descubrieron que con la razón se puede hallar lo que las
cosas son y antes que ellos se trataba de hacer lo mismo pero con elementos
irracionales o de fe.
Los griegos buscaron lo que tiene existencia en si, el principio como comienzo
y como fundamento. Para Tales de Mileto, el principio de todas las cosas era
el agua, que existe como principio esencial, fundamental.
Para Heráclito nada existe, no hay un Ser estático de las cosas, lo que hay es
un Ser dinámico, las cosas no son sino que devienen. El existir es un perpetuo
cambiar.
Según Hegel, una cosa no es meramente la suma de sus partes. Es decir, a
medida que la materia se hace más complicada en su organización, a medida
que asume formas más complejas adquiere nuevas modalidades de conducta.
La nueva forma o estructura, no solamente contiene todos los procesos de las
formas más simples de la materia sino que posee nuevos modos de
conducirse. Al respecto Hegel diría: cuando aumenta la cantidad de alguna
cosa, obtienes a veces no sólo una cantidad adicional de la misma cosa sino
algo nuevo: ha cambiado tanto su calidad como su cantidad.
Al emplear el principio hegeliano vemos cómo la materia, al hacerse más y más
compleja en su organización, podía ser capaz de asumir nuevos y más
complicados modos de conducta —aquellas formas de conducta a las que
damos el nombre de vida. De este modo, en todas las esferas de la naturaleza
y de la vida humana, que es parte de la naturaleza, observamos un cambio
incesante que no es una mera repetición del mismo proceso sino algo de
donde surgen cosas nuevas y procesos nuevos. El mundo se encuentra en
evolución constante y la sociedad humana no se queda fija nunca ni da vueltas
dentro de un círculo cerrado. La filosofía tradicional, desde Platón en adelante,
había partido siempre de alguna realidad de carácter inmutable —ser,
substancia, Dios, lo real—, y concebía que esta realidad había existido siempre
y para siempre a través de toda eternidad. Para Hegel la primera idea que
establece es la idea del “Devenir” (del cambio permanente). Esta idea del
“Devenir” es la combinación de las ideas del ser y de la nada, pero no es
puramente una mezcla de los dos. Lo que Hegel quiere decir es que cualquier
cosa que exista en realidad es una cosa en particular y no otra, así como que
se encuentra en constante movimiento como resultado de su propia naturaleza
y de su acción reciproca con otras cosas del universo.
Hegel empleo tres expresiones para representar este carácter dinámico del
universo, este nuevo concepto de la naturaleza del desarrollo y del cambio.
La primera se llama la “unidad de los contrarios”. El ser y la nada
son contrarios, tan contrarios como puedan serlo dos cosas o dos
ideas y sin embargo cuando se unen constituyen algo, o sea el
Devenir (se ha dado un cambio).
La segunda la llamo “negación de la negación”, con lo cual quiso
decir, tomando el ejemplo antes mencionado del Ser y de la
Nada, que el Ser es negado por la Nada y la Nada a su vez
negada por el Devenir.
La tercera expresión de Hegel es que la cantidad se transforma
en calidad. (Okasha, 2007; Gaarder, 2009; Selsam, 1968).
El ser en el mundo
Ya dentro de la filosofía contemporánea, en concreto dentro del
existencialismo, Martín Heidegger explica lo que es ser en el mundo
Lo característico del ser de la
realidad humana, es que
constituye su ser con los
demás. El percibe al ser-con-
otro como una característica
esencial de su ser y descubre
la relación hacia el otro
constituye su realidad
humana. En consecuencia, el
Ilustracion 1. Martin Heidegger. Fuente: problema del otro es un falso
http://www.kalathos.com/sep2002/detail_jportilla.htm
problema: el prójimo no es
una existencia ante la cual el sujeto se encuentra en el mundo, sino que es el
término que contribuye a la constitución de su propio ser. El ser-con no
designa la relación recíproca que resulta de la aparición en el mundo de una
realidad humana distinta del yo, sino que expresa un tipo de solidaridad
ontológica para la exploración de ese mundo (Portilla, 2010).
El ser en el mundo, es darme cuenta de que existe otro distinto a mí, y que está
allí, enfrente mío, que es parte de mi mundo, que no existo yo solo en el
mundo, sino que soy con el mundo, es decir con el otro. Esta respuesta ante la
soledad de la existencia, es la relación que establecemos con el otro y esta
relación es, ante todo, una relación de cuidado. Entonces surge el amor, como
respuesta ante la soledad existencial, lo cual da origen al cuidado, que es el
tipo de relación propiamente humana mediante el cual se da la cultura.
Entonces, el cuidado del otro es cuidarlo en su mundo, un mundo inacabado en
el que la persona continuamente acrecienta su ser. El cuidado de enfermería
significa considerar los significados que el otro atribuye a sus experiencias y
establecer una relación tal en la que la persona recibe lo que va necesitando
para seguir siendo, como podría ser darle información o acompañándolo o
como un estímulo para lograr su auto cuidado. Significa también preguntarle a
la persona cómo vive su salud o su enfermedad, para así entrar en diálogo, en
conversar mutuamente, compartiendo enfermera y paciente su propio mundo
interno, pues es mediante el lenguaje compartido, donde no solo se oye, sino
se escucha, donde ambos se hacen humanos. Sólo a partir de esa relación
dialógica es posible construir una relación humana de cuidado. En esta
relación no se pueden cuidar personas aisladas de su entorno interno
(personalidad, edad), de su entorno social (familiares, amigos, compañeros de
trabajo, y de sus otros entornos (sociopolítico, cultural, físico). Pero la
enfermera persona también comparte las mismas características del paciente
persona, características que están insertas en su relación con el otro y con la
institución donde trabaja (Compton, 2010).
Sobre la esencia
Considera la afirmación: A es A, A no es B.
Estas simples afirmaciones determinan ya la idea de ser, como implicando,
una diversidad de esencias.
La existencia es el hecho de ser, el acto de ser.
La esencia es aquello que existe, lo que es la cosa, y, por tanto, su
naturaleza íntima expresada por su definición, cuando esta es
posible.
La esencia es diferente y la existencia semejante en los seres diferentes. A
la pregunta ¿qué es un hombre?, la filosofía contesta: "Un animal racional".
El contenido de la esencia del hombre es, pues, animal racional. ¿Y quién no
ve que modificando ese contenido, esos caracteres esenciales se obtiene
otro ser, del todo diferente al primero? Tal es lo que se afirma cuando se
dice que en sí misma, la esencia es necesaria e inmutable, porque al
modificarla la destruimos y obtenemos otra esencia, del mismo modo que
sumando a un número, una sola unidad, tenemos ya otro número.
Al afirmar que la esencia es necesaria, no se quiere dar a entender que ella
exista necesariamente, sino que ella es necesaria como esencia. Así, puede
o no existir tal animal que es el hombre, más para que exista un hombre,
es preciso que todos los caracteres esenciales de la naturaleza humana se
hallen a la vez realizados; esta verdad, aparece como simple consecuencia
o aplicación del principio de no-contradicción. Se dice también en el mismo
sentido que la esencia es indivisible.
La esencia es concebida por nuestro espíritu como un conjunto de notas
armonizables entre sí y ofreciéndose como un todo. En este sentido, se dice
que es inteligible, que se le puede conocer.
El objeto primero de la inteligencia es el ser, pero el ser al cual la
inteligencia se siente principalmente atraída, aquello a que la misma
inteligencia se dirige hasta el punto de constituirlo el objeto mismo de la
ciencia, es decir del conocimiento racional de algo. Y esto específico del
ser, es su esencia, lo que determina propiamente el ser de cada cosa.
Nosotros no conocemos perfectamente las esencias; hasta existen algunas
que del todo ignoramos; pero sabemos que todos los seres tienen su
naturaleza, y que hay en todos los seres un elemento,” la esencia”, la cual
en sí misma, es posible e inteligible, esto es, que puede existir y que por
la misma razón puede ser conocida y comprendida (Abbagnano, 1993;
Gaarder, 2009).
En cuanto a la esencia real, si existe, se debe a que es en cierto modo
actualizada por el hecho de poseer una existencia. La esencia real, de una
parte, y la esencia que la actúa y le presta el ser, de otra parte, son, pues,
dos elementos bien distintos en las cosas. La esencia no puede tener solo
un carácter real sino que debe estar unida a la existencia. Prueba de ello es
que todas las esencias difieren, al paso que la existencia es solamente el
acto de ser común a todas ellas. Es pues evidente que la esencia y la
existencia son dos elementos metafísicos, uno potencial y otro actual,
inseparablemente unidos, pero que no pueden confundirse, como lo son
siempre una potencia y el acto que lo completa y termina5. La esencia es lo
que existe; de sí, no podría tener existencia real, pues ella no es la
existencia.
La esencia podrá pertenecer a un ente real, como un hombre, o a un ente
ideal, como un triángulo, y la definición asumirá, por consiguiente, el
carácter de lo definitivo.La definición de una cosa real supone entonces la
existencia de lo definido y, en tal sentido, las definiciones reales, y no las
puramente nominales, son las que interesan verdaderamente al saber
filosófico.6De todos modos, mientras la definición apunta al contenido de la
esencia, ella no demuestra, ni prueba, que la cosa definida exista, o que tal
o cual atributo pertenezca a la cosa. En tal sentido, la definición sólo hace
saber lo que el ente es, pero no puede probar simultáneamente que el ente
definido exista. No se puede conocer, entonces, por el mismo razonamiento,
lo que la cosa es y el hecho de que la cosa sea o exista. Expresando estas
ideas en un lenguaje tradicional, mientras la "esencia" resulta objeto de
definición, la "existencia" es objeto de demostración; la esencia de la cosa
5
Todo lo que existe está en potencia, pero no todo esta en acto. Ejemplo, la semilla esta en potencia de
ser árbol, pero no en acto de serlo; el árbol esta en acto de ser árbol, pero no en potencia de serlo. (Nota
de Carlos Compton)
6
Las definiciones reales se basan en las propiedades y atributos de un objeto según es en la realidad
mientras que las nominales (o conceptuales) indican en forma precisa lo que debe ser el objeto. Por
ejemplo, el hombre es un animal racional (definición real), o el hombre es un una única sustantividad
corpórea e espiritual, según Sto. Tomás (definición nominal. (Nota de Carlos Compton).
difiere, por ende, de su existencia, pues, como dice Aristóteles, "lo que es el
hombre, es una cosa, y el ser del hombre, otra".(Abbagnano, 1993; Gaarder,
2009, Echauri, 2007).
Lo qué se entiende por esencia
La palabra esencia entraña varios sentidos, que en parte coinciden y en parte
difieren. Se entiende por “Esencia” toda respuesta a la pregunta ¿Qué es? En
las siguientes expresiones:
Las respuestas expresan la esencia de las cosas a que se hace referencia.
Alguna de estas respuestas se limita simplemente a indicar una cualidad o un
carácter (como el ser filósofo) que el objeto podría también no tener
(Abbagnano, 1993).En sentido estricto, la esencia es la unidad primordial de
cada cosa, su núcleo central y más profundo, el meollo profundo sin el cual una
cosa no podría ser lo que es, contraponiéndose a lo que no es esencial que
también puede darse en cada cosa (García, 2001). La respuesta en la que se
afirma que el hombre es un animal racional, por ejemplo, parece indicar algo
más, o sea un carácter que cualquier cosa denominada “hombre” no puede
dejar de poseer y que, por lo tanto, es un carácter necesario del objeto definido.
En este último caso, la respuesta a la pregunta: ¿Qué es? Enuncia no
simplemente la “Esencia” de la cosa misma, sino su “Esencia” necesaria o su
“sustancia” y se puede considerar justo como definición de ésta. Por lo tanto,
se debe distinguir: 1) la “Esencia” de una cosa, que es cualquier respuesta que
se pueda dar a la pregunta: ¿Qué es?; 2) la “Esencia” necesaria o “sustancia”,
que es la respuesta (a la misma pregunta), que enuncia lo que la cosa no
puede dejar de ser y es el por qué de la cosa misma, como cuando se dice que
el hombre es un animal racional y se quiere decir que el hombre es hombre
porque es racional. Aristóteles, es el fundador de la teoría de la “Esencia”, así
como el fundador de la teoría de la “sustancia”. Aristóteles encontró
precedentes de esta teoría en Platón, que a su vez la tomó de Sócrates.
Veamos:
“Mientras te rogaba definir la virtud interna — reprochaba
Sócrates a Menón— tu te cuidas bien de decirme qué es lo que
ella es y afirmas que toda acción es virtud si es hecha con una
parte de virtud, casi como si hubieras ya dicho qué es la virtud en
su totalidad y yo la debiera reconocer luego de haberla tú
reducido a fragmentos” (Platón, 1996).
Como vemos, Sócrates, mediante la mayéutica, impulsa a Menón a descubrir
la esencia o núcleo de la virtud interna. Este concepto de esencia lo
retomaremos posteriormente al ver que es la substancia.
La esencia y la realidad
La esencia es el aspecto interno, relativamente estable, de la realidad objetiva,
que permanece oculto tras la superficie de los fenómenos, y que se manifiesta
a través de ellos. El fenómeno, es el aspecto externo, más movible y cambiante
de la realidad objetiva, que constituye la forma de manifestarse la esencia.
La esencia y el fenómeno, son dos aspectos indisolublemente vinculados, de la
realidad objetiva: uno de ellos, es el aspecto interno, la esencia: no puede
manifestarse sino a través del aspecto externo, que es el fenómeno. Toda
esencia se manifiesta de alguna manera en algún fenómeno, y cada fenómeno
presupone su propia esencia. Así por ejemplo, en el caso de la casa: su
esencia es, el ser la morada del hombre; ésta se manifiesta en cada una de las
distintas casas.
De tal manera, que ni el fenómeno ni la esencia se presentan jamás por sí
solos, aislados, independientemente el uno de la otra. Lo oculto e interno se
hace patente, se da a conocer. Las relaciones mutuas entre ambas categorías,
constituyen la unidad de lo uno y lo múltiple.
La unidad de esencia y fenómeno, reviste un carácter contradictorio. La
esencia expresa algo universal, en tanto que el fenómeno expresa algo
singular; en la esencia se presenta el aspecto interno, profundo, de la realidad,
en tanto que en el fenómeno, se muestra el aspecto externo, superficial. La
esencia tiene comparativamente mayor estabilidad, hallase en reposo y es
constante; por el contrario, el fenómeno, se caracteriza por su mutabilidad; la
esencia se manifiesta por medio del fenómeno, y por el contrario, éste se
presenta de forma directa e inmediata. Hay también la contradicción entre lo
universal y lo singular. Los variados sonidos tienen algo en común, que es la
vibración de un medio elástico. La esencia de la vida es el intercambio de
sustancias, en el curso del cual, se opera un proceso de auto renovación del
ser vivo. Empero, lo universal se manifiesta en una diversidad de formas
vitales, que son fenómenos singulares (García, 2001).
La esencia para Santo Tomás de Aquino
El concepto de esencia lo podemos ver claramente en la obra del Angélico
Sobre la esencia y substancia (Tomas de Aquino, 1974)7:
“…Por lo dicho se ve claro cómo se halla la esencia en las diversas clases de
seres. De tres maneras se presenta la esencia de hallarse realizada en las
sustancias. Existe un ser, Dios, cuya esencia es su ser mismo; por lo cual, hay
algunos filósofos que dicen que Dios no tiene esencia, porque su esencia no se
distingue de su ser. Y de eso se sigue que no pertenece a ningún género, ya que
todo lo que pertenece a un género, tiene necesariamente la esencia distinta de su
ser, pues la esencia o la naturaleza del género o de la especie no se distingue en
cuanto a la naturaleza en aquellos de los cuales es género o especie, sino que lo
que es diverso en los diversos sujetos, es el ser.
7
Es precisamente Santo Tomás de Aquino quien retoma el pensamiento de Aristóteles en el siglo XIII,
tratando de conciliar la fe y la razón. (Nota de Carlos Compton).
Asimismo, no por ser sólo ser8, le han de faltar las demás perfecciones o
excelencias; muy al contrario, posee todas las perfecciones que hay en todos los
géneros, por lo cual se le llama absolutamente perfecto, como atestiguan el
Filósofo y el Comentador en el libro 5 Met9., aunque las posee de una manera más
excelente que los demás seres, ya que en Él son una sola entidad, y en los demás
son diversas. La razón de ello es que todas esas perfecciones le competen en
razón de su ser simple. Es como si alguien por una sola cualidad pudiese ejercer
las operaciones de todas las cualidades: en esa única cualidad poseería todas las
cualidades; pues de la misma manera tiene Dios en su mismo ser todas las
perfecciones.
La segunda manera de hallarse la esencia es la que se da en las sustancias
intelectuales creadas, en las cuales el ser es distinto de su esencia, aunque la
esencia existe sin materia. Su ser, por tanto, no está separado, sino que es
recibido y, por lo mismo, limitado y restringido a la capacidad de la naturaleza que
lo recibe; en cambio, su naturaleza o es absoluta (o separada), no residiendo en
alguna materia.10
Por fin, hay un tercer modo de hallarse la esencia, y es el que se da en las
sustancias compuestas de materia y forma, en las cuales no sólo el ser es recibido
y finito, porque también tienen el ser causado por otro, sino que, además, su
naturaleza o esencia es recibida en la materia designada. Por eso son finitas en
ambas perspectivas, hacia arriba y hacia abajo; y además, a causa de la división
de la materia signada son posibles muchos individuos en una sola especie…” 11
En esta cita, el angélico distingue entre tres tipos de seres, de acuerdo a
la filosofía de su época: el ser por antonomasia (que es increado, que no
ha recibido el ser de nadie, y que llamamos ser subsistente o Dios); los
seres creados sin cuerpo material (caso de los ángeles); y los seres
creados con cuerpo material (caso de los seres vivos y del hombre).
La esencia necesaria o sustancia
8
Se refiere a Dios.
9
Se refiere a la Metafísica de Aristóteles.
10
Se refiere el Doctor Angélico a los ángeles, seres espirituales creados por Dios.
11
Se refiere a los seres surgidos de la creación corpórea: seres vegetales, seres animales y el propio
hombre.
Como veíamos previamente, el Dialogo sobre Menón, de Platón muestra la
exigencia de que Menón diga qué es la virtud en su totalidad. Es decir, declara
la exigencia de enunciar la “Esencia” necesaria, o lo que la virtud no puede
dejar de ser en cualquier circunstancia. Esto es, justo, lo que Aristóteles
denominará “sustancia”. Pero no toda “Esencia”, o sea no toda respuesta a la
pregunta ¿Qué es?, es una definición de este tipo. Por ejemplo, si un hombre
responde a la pregunta ¿Qué es lo que eres? y responde que es “animal
racional”, entonces expresa aquello que no puede no ser o que es
necesariamente como hombre. Expresa por lo tanto lo que Aristóteles
denomina que es la “sustancia” misma considerada fuera de su aspecto
material. Esta respuesta es la única que puede valer como una definición de la
“Esencia” del hombre, en tanto que todas las demás determinaciones que
pueden ser dadas por la “Esencia” no valen como definición porque no
expresan lo que el hombre es de suyo o necesariamente. También, por lo tanto
sólo la “Esencia” necesaria o sustancia es el verdadero objeto del saber o de la
ciencia (Abbagnano, 1993). Como lo podemos ver en la figura 1: esencia y
substancia:
Figura 1: esencia y substancia
La substancia en Aristóteles.
Aristóteles fue el primero, nos dice Giménez (2010), en establecer de forma
aceptable el procedimiento lógico de la definición. El Ser se enuncia de varias
maneras y tiene sentidos distintos. Hay distintos modos de decir que algo es, y
un modo son las categorías. Las categorías son, pues, los géneros universales
con que podemos definir las cosas (pues la definición aristotélica consiste en
tomar un concepto general -género- que incluya varias cosas además de la que
tratamos de definir y añadirle un rasgo característico que la diferencie de las
demás, de las otras -diferencia- ).Entre las categorías, las más importantes son
la de entidad (tradicionalmente llamada substancia) la de relación, la de
cantidad y la de cualidad así como las de lugar y tiempo.
Así, el ser se categoriza, de muchas maneras, pero todas ellas se refieren a
una categoría primordial: la substancia. Además, la substancia no es única:
existen muchas substancias. Todas las demás formas de ser: cantidad,
cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión, no son ya
sino modificaciones o accidentes de la substancia. Substancia y accidentes son
los "géneros supremos" del ser, unificados por su común referencia a la
substancia. Pero el ser no es, a su vez, un género, cuyas especies serían las
diversas categorías: el ser lo es todo, y no es posible "añadirle" nada (ninguna
diferencia específica) para poder obtener sus especies.
La substancia es la categoría esencial, esto es aquella categoría que aplicamos
a una cosa cuando queremos saber qué es en sí misma, no en relación con
otras; por eso se la llama el qué es. La substancia es el "ser" propiamente
dicho. Dice Aristóteles en su Metafísica:
"…En verdad, el eterno objeto de todas las investigaciones
presentes y pasadas, la cuestión siempre planteada: ¿qué es el
"ser"?, se reduce a esta otra:¿qué es la substancia? Sobre la
substancia, unos filósofos afirmaron que era única, y otros que era
múltiple (y esta multiplicidad era, para unos, limitada en número, y,
para otros, infinita). Para nosotros también el objeto fundamental,
primero y, por así decir, único de nuestro estudio será el "ser"
tomado en este sentido: la substancia…".
Hemos visto en este tema como la substancia y la esencia son las
características del ser en cuanto tal y cómo la esencia es la unidad primordial
de cada ente, de cada cosa, mientras que la substancia consiste en los sujetos
individuales compuesto de materia y forma.
3.2 LA NATURALEZA ONTOLÓGICA DE LA ENFERMERÍA
Carlos Compton García Fuentes
La enfermería como un proceso de bienestar
Afirma Reed (2004) que la substancia de la profesión enfermera es la propia
enfermería como disciplina y es importante descubrir esta substancia para
conocer el ser, la naturaleza ontológica de la profesión.
En efecto, la substancia de la arqueología es el estudio de lo que es antiguo y
primitivo (un arqueólogo hace excavaciones en los restos de civilizaciones del
pasado, por ejemplo, Teotihuacán); la astronomía estudia a los astros (los
fenómenos astronómicos como el movimiento y la constitución de los cuerpos
celestes) y el estudio de los astros es su substancia; la biología es la rama del
conocimiento sobre la materia viva; la substancia de la química son los
procesos y propiedades de las substancias químicas; la física hace lo propio
estudiando las propiedades y procesos físicos; la substancia de la psicología
es la psyche ( se dice sijé), que es el alma para la filosofía antigua y que
equivale a la mente para la psicología contemporánea, y que estudia los
procesos y actividades mentales y conductuales que se manifiestan en la
conducta humana.
En este sentido, la substancia de la enfermería como disciplina es el estudio
de los procesos enfermeros para el bienestar de las personas. Esta ontología
de la disciplina enfermera va mas allá del campo celular o de las ciencias
naturales.
Entonces, la enfermería como disciplina puede verse como un proceso de
proporcionar bienestar, de sanar, apoyar, en suma, de curar.
El concebir al foco, a la parte substantivo de la profesión, como los procesos de
cuidados enfermeros para los seres humanos lo apoyan los trabajos de
diversas teóricas de enfermería, desde Florence Nightingale en 1859 hasta
Virginia Henderson y Jane Watson en el siglo XX. :
Florence Nightingale escribió sobre el poder innato de la persona y los
poderes reparativos internos.
Virginia Henderson describió con elocuencia el poder interno de la
enfermera como “la conciencia del inconsciente, el amor a la vida del
suicida, los ojos de quien ha perdido la vista, el medio de locomoción
para el infante, la voz de los débiles o incapaces de hablar”.
Jane Watson se refirió a los procesos de auto sanación. Además, este
proceso enfermero no se basa en un retroceso del proceso de
enfermedad, sino que es un avance para obtener un sentido de
bienestar ante la ausencia o presencia de la enfermedad.
Esta concepción de la enfermería es distinta de la concepción mecanicista de
la profesión que predominaba a mediados del siglo XX.
En la actualidad, el proceso de enfermería es visto desde una perspectiva
relacional, congruente con las concepciones contextuales y transformativas del
mundo. Por lo tanto, la enfermería es un proceso participatorio que trasciende
la frontera entre el paciente y la enfermera y que se deriva de valorar lo que
Martha Rogers (una teórica de enfermería) llamó tendencia inherente de los
sistemas humanos para la innovación y el cambio creativo.
Por “sistemas humanos” entendemos a un individuo o a un grupo de seres
humanos. Como tales, los sistemas humanos, ya sean individuos, diadas,
grupos o comunidades, participan en los procesos enfermeros.
Por ejemplo, los procesos enfermeros, es decir, los cuidados de enfermería
que se otorgan a las personas, se pueden manifestar en el duelo que
experimenta una persona; en el cuidado proporcionado a las personas y sus
familias; y en las prácticas de curación que se comparten dentro de una
cultura.
Así podemos ver que Florence Nightingale no inventó a la enfermería, solo la
describió en términos de su propia tendencia al bienestar. Así como lo
terremotos existían antes que los geólogos y la fotosíntesis antes que los
biólogos, los procesos enfermeros, es decir los cuidados de enfermería, ya
existía en los seres humanos antes de Nightingale. Lo que ella hizo fue facilitar
esos poderes reparativos internos al colocar al paciente en la mejor situación
posible.
De esto se sigue que el cuidado no pertenece a ciertos grupos de personas,
como los “enfermos” o las “enfermeras”. Le pertenece a la naturaleza humana
pues el cuidado acompaña al hombre, desde su nacimiento hasta su muerte y
constituye la estructura fundamental de su existencia, como a Heidegger(2002)
afirmaba, pues siempre le preocupó la condición efímera e inestable del ser
humano desde su nacimiento hasta su muerte.
Por eso reflexionó, desde la fábula de Higinio 12 sobre los conceptos de cura y
cuidado y los integró en su filosofía.
Para él, la salud (física, mental, social) se relaciona con el nivel de cuidado
integrado en el mecanismo general de satisfacción de necesidades del hombre,
siendo la estructura fundamental del ser.
Es también el cuidado una forma de lograr cierto control sobre la vida y el
destino, de poseer la propia existencia, pues consideraba que la falta de
posesión de la existencia es la forma originaria de nuestro ser en el mundo y
que esta estructura fundamental acompaña al hombre toda su vida. Esta
indefensión provoca en el hombre soledad e indefensión. A esto se le llama la
soledad y angustia existencial. Entonces, solo mediante el cuidado logra el
hombre satisfacer su necesidad de salud, de bienestar.
Si el cuidado es inherente al ser humano, ¿en qué se distingue el cuidado
innato de los otros seres humanos (por ejemplo, los padres), del cuidado
enfermero? Rivera (2004:13) nos dice que el cuidado de enfermería
“…es un proceso intencional y altruista de querer ayudar a los otros
en sus procesos de salud y enfermedad y muerte, fundando y
guiando este cuidado en conocimiento teórico..”.
Sin embargo, el definir la substancia de la enfermería (su ontología), en
términos de los procesos de bienestar propios de los seres humanos no
niega la influencia de los factores que se entrecruzan con la enfermería
para influir en el bienestar y la salud. Estos factores pueden ser
ambientales, financieros, quirúrgicos y farmacológicos. Pero, cualquier
proceso de bienestar implica básicamente, un proceso enfermero. Por lo
tanto, el reto para la profesión es comprender la naturaleza de los
procesos enfermeros y facilitarlos en diversos contextos de experiencias
de salud.
Naturaleza de los procesos enfermeros
Los procesos enfermeros se manifiestan por cambios en dos
características: complejidad e integración, que dan lugar a una tercera: el
bienestar.
12
Puedes ver la unidad seis, tema 4, para conocer el texto de esta fabula y su explicación con relación al
cuidado.
La complejidad se refiere al número de diferentes tipos de variables que
se pueden identificar en una situación dada. La complejidad ocurre
cuando los sistemas humanos experimentan o expresan variables (por
ejemplo, acontecimientos de vida, eventos fisiológicos, como partes,
separadas de la totalidad, más bien que como patrones de la totalidad).
Un ejemplo de complejidad es la pérdida de una persona amada o una
enfermedad crónica, que introduce muchas nuevas variables,
aparentemente desconectadas, en la vida de un individuo.
La integración se refiere a sintetizar y organizar las variables de tal
manera que haya un cambio en la forma, no en el número de eventos. Se
necesita un cierto nivel de complejidad para que ocurra la integración. La
integración es transformativa e implica un cambio cualitativo. En la
integración, las fuerzas auto reparativas del ser humano se activan para
conducir al bienestar. En la integración podemos la activación de la
persona hacia el bienestar. Por ejemplo, un persoan con diagnóstico
reciente de Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2), acepta su padecimiento, que
no va a tener salud, cambia su estilo de vida, reduce la tensión que la
DM2 le causó y obtiene bienestar, porque aunque haya un desequilibrio
en su dimensión física (en su disminución de insulina), hay un equilibrio
en su dimensión simbólica (su mente, su cultura) y en su dimensión
espiritual (sus valores, su sentido de vida).
El bienestar. Los cambios en complejidad e integración pueden ser
usados para explicar muchas facetas del desarrollo humano y los cambios
en los sistemas, pero el proceso de bienestar se puede usar para
comprender la salud, la curación y el bienestar. El bienestar se puede
explicar en parte por los cambios en la integridad y la complejidad.
Estos son algunos ejemplos de los procesos enfermeros:
Los grupos humanos incorporan nuevos vínculos o hijos en una
organización que se llama familia.
Las conductas de los infantes prematuros llegan a ser mas
innovativas conforme organizan la complejidad de su ambiente.
Los adultos mayores integran los eventos de su vida pasada ante
la muerte inevitable.
La curación después de la pérdida de un ser amado o de la
ocurrencia de una enfermedad crónica requiere una integración de
lo que parecen acontecimientos y experiencias separados entre si:
recuerdos del pasado, sueños sobre el futuro, ritmos y rutinas
alteradas, dolor físico y otros síntomas corporales, tristeza,
angustia y duda.
Así podemos ver que las enfermedades crónicas, o cualquier evento de
salud, a pesar de la complejidad y angustia que conllevan, dan lugar a
procesos de metamorfosis e innovación. Sin importar si hay una cura que
pueda revertir una enfermedad, ocurre el bienestar cuando se integran los
elementos en particular de una experiencia de vida y se integran en forma
coherente.
Aunque el bienestar es el núcleo de la enfermería, éste también le
interesa a otras profesiones de la salud. Sin embargo, la promoción del
bienestar desde la perspectiva de la complejidad y la integración, es algo
distintivo de la enfermería.
Entonces, el núcleo sustantivo de la disciplina es cómo los procesos
enfermeros funcionan en los sistemas humanos para facilitar el bienestar.
La ontología de la enfermería es su paradigma
Para comprender también la substancia de la enfermería como disciplina,
debemos revisar que es lo más fundamental para la disciplina, que son
sus conceptos paradigmáticos13, considerando a la teorías enfermeras
como ontologías de la disciplina (Flaming,2004).
Estos son:
persona,
salud,
cuidado de enfermería y
contexto
(Duran,1998).
Veamos cada uno de ellos.
La persona.
Podemos concebir a la persona en forma holista,14es decir, como una
totalidad. Pero ¿qué es la persona?.
La persona es:
La persona humana es la forma bajo la cual se unifican y expresan la
totalidad de las diferentes dimensiones del hombre (física, cultural y
espiritual). Tiene como atributos la libertad, la historicidad (es decir,
construye su propio ser a partir de la herencia cultural y considerando
13
El paradigma de cualquier disciplina es una declaración o un grupo de declaraciones que identifican
los fenómenos relevantes para esa disciplina. Es un elemento transitorio y estratégico para la formación
de la teoría (Durán,1998).
14
Por holismo se entiende que el todo va mas allá de la suma de las partes y que si se analiza el todo
como un agregado, se pierde algo de esa totalidad (Durán,1998).
su futuro, pues el hombre es su circunstancia), la autoconciencia, una
orientación hacia el encuentro con el otro mediante un dialogo vital
entre un yo y un tú (es decir, su alteridad, pues se construye a si mismo
en la relación con el otro), su adherencia a una jerarquía de valores
(adoptada con libertad y responsabilidad) que le permite independencia
en su ser, su mismisidad (es decir, ser el mismo, de manera única), y
finalmente, su atributo principal, que lo distingue del resto de los seres
animados: su ser espiritual que trasciende su vida orgánica, sus
impulsos y el medio ambiente en que se desarrolla.(Compton,2010).
En este sentido, la persona tiene dimensiones identificables (física,
cultural y espiritual) y recibe el cuidado de enfermería en forma holista
(considerada como un todo). En forma también holista, señala Martha
Rogers, que es imposible separar a la persona de su contexto porque en
conjunto forman una unidad indivisible.
La salud
Para Florence Nightingale la meta de la enfermería es la salud, tanto para
el sano como para el enfermo. Es decir, la obtención del bienestar, como
decíamos anteriormente, independientemente de la presencia o ausencia
de la enfermedad.
Margarita Newman (otra teórica de enfermería) afirma que la enfermedad
es una condición de salud y no su opuesto. Dice que:
La salud incluye condiciones que hasta ahora se habían descrito
como enfermedad, o en términos médicos, como patología.
La enfermedad puede ser la forma en que la persona exprese su
experiencia, y por lo tanto, el enfermarse puede ser saludable para
la persona15
La salud es la expansión de la conciencia.
Otra opinión (la de Peggy Chinn, teórica de enfermería) afirma que la
salud es parte del proceso salud-enfermedad, ya que las acciones de
enfermería ocurren en cualquier situación o estado de desarrollo de la
persona, pudiendo fluctuar entre el bienestar, la enfermedad y la salud.
15
Esto lo vemos en el caso de las enfermedades psicosomáticas y en el caso de las enfermedades
crónico-degenerativas. En el caso de las enfermedades psicosomáticas como ulcera péptica, migraña,
psoriasis, entre otras, existe un sentimiento reprimido que se manifiesta en la conciencia como un síntoma
físico. Asimismo, la enfermedad coronaria esta relacionada con la personalidad tipo A y el cáncer con la
personalidad tipo C. La personalidad tipo A esta caracterizada por personas que se sobre exigen
demasiado, perfeccionistas e intolerantes, y que manifiestan impaciencia y hostilidad. La personalidad
tipo C esta caracterizada por personas que tienen desamparo, falta de apoyo social e incapacidad para
expresar las emociones negativas (Santrock,2004; Personalidad…,2010)
Por esta última razón, a la salud se le ve como un estado o proceso que
puede existir independientemente de la enfermedad, pues una persona
puede lograr un estado de bienestar a pesar de mantener una condición
patológica que en circunstancias comunes se define como enfermedad.
(Durán,1998). En otras palabras, el logro del bienestar es la meta de
enfermería con relación a ésta área.
Cuidado de enfermería
Son las intervenciones de enfermería con la persona.
Al cuidado se le define como lo que hace la enfermera por y con la
persona. El enfoque primario de las intervenciones de enfermería son las
interacciones transpersonales16 que ocurren entre la enfermera y la
persona, siendo el cuidado, según Jane Watson, el ideal moral de la
enfermería.
Aunque no se ha determinado específicamente la diferencia entre la
enfermería y otras profesiones que ayudan a satisfacer los problemas de
las personas, la naturaleza de la enfermería, si está claramente
diferenciada de la de la medicina, pues ésta tiene que ver más con
intervenciones farmacológicas y quirúrgicas que con intervenciones
basadas en la interacción personal.(Durán,1998).
El contexto.
Es un concepto fundamental para la disciplina de enfermería. Se le
conceptualiza como el entorno de la persona, como una parte integral e
indivisible de ella. El contexto interactúa o coexiste con la persona.
Cuando hay una modificación ya sea en la persona o en el contexto, esta
modificación se asimila en forma recíproca, siendo una causa adicional de
salud.
Ya que hemos explicado estos cuatro conceptos fundamentales,
revisemos ahora como, a través de la literatura enfermera (escritos de
diversas teóricas de enfermería), existe un consenso sobre ellos (Durán,
1998):
16
El cuidado transpersonal es el cuidado humano, según Jane Watson. Esta teórica de Enfermería afirma
que el cuidado: es el núcleo de la enfermería; se practica a través de la relación con la persona; promueve
la salud y el crecimiento individual y familiar; no solo acepta a la persona como lo que es, sino como lo
que puede llegar a ser; ofrece desarrollar el potencial humano mediante un ambiente apropiado.(Del
Valle,2010).
Categorías conceptuales que abarca la enfermería:
La enfermería puede ser enmarcada dentro de cuatro categorías:
Las personas que proporcionan cuidados (enfermeras).
Las personas con problemas de salud que reciben cuidados
El contexto en el cual se provee el cuidado
Un estado final, que es el bienestar
Las unidades de interés para la enfermería, son:
Persona
Ambiente
Salud
Cuidado
La esencia de la enfermería (que la define), consiste en:
La persona en relación a su salud
El ambiente
El proceso de cambio (maduración, adaptación o afrontamiento,
resolución)
Los componentes del paradigma de enfermería son:
Las acciones de enfermería
La persona
El ambiente (de la persona y la enfermera)
La salud
En resumen, vemos que la substancia de la enfermería (su ontología) se
refleja en los procesos enfermeros que promueven el bienestar de las
personas, procesos cuyas cuatro propiedades son: persona, salud-
bienestar, cuidado de enfermería y ambiente.
La esencia de la enfermería como disciplina, es decir la parte de su
substancia sin la cual perdería su ser, es el cuidado.
Este cuidado tiene las siguientes características.
Todo cuidado de enfermería, afirma Compton (2010), que considere persona
tanto a la enfermera como al paciente, implica un acto de consciencia, es decir,
es intencional, no se da espontáneo. La enfermera debe querer cuidar a las
personas y no sólo atenderlas. Cuidar intencionalmente implica tener
consciencia de que la manera en que la enfermera se percibe a sí misma
afecta la manera en que percibe a los otros. Por lo tanto, implica querer
conocerse a sí misma cada día, querer darse cuenta que ella y su paciente se
encuentran en los mismos procesos del vivir que implican cambios y
transformaciones, como es el proceso de maduración y envejecimiento, con
sus consecuencias psicológicas y sociales, con la conciencia de la propia
muerte y la angustia ante la posibilidad de la destrucción del propio ser, o el
dolor ante la pérdida de alguien que amamos, que es parte de nosotros. Y todo
esto lo comparte la enfermera con su paciente, porque ambos comparten la
misma humanidad.
Veamos otras características de este cuidado: La enfermera persona que cuida
al otro conscientemente se reconoce persona, ya que de otra manera no es
posible encontrarse con el otro, pues para hacerlo es necesario vaciarse
temporalmente del juicio racional sobre el otro, para poder acogerlo en su
singularidad y escuchar con atención para comprender la experiencia total del
otro en el sentido que esa persona le otorga y acompañarlo en sus
transiciones. Necesita también conocerse a sí misma. Y no sólo conocerse,
sino también comprenderse, aceptarse y actualizarse. Entonces, esta relación
de cuidado se lleva a cabo mediante un encuentro de cuidado persona a
persona, en el que la enfermera percibe poco a poco al otro como TU, quien,
desde la concepción de Buber (1976), se va develando como ser, en sus
valores y significados.
Posteriormente, a medida que la enfermera es capaz de transitar por el
complejo mundo personal de sí misma, con consciencia de los momentos de
sufrimiento, de dolor y en la medida que se puso de pie después de sus
pérdidas y duelos normales de la vida, puede comprender y acompañar a los
otros en esos procesos. Todo esto construye una relación de cuidado de
persona a persona.
Como vemos, cada momento es una ocasión de cuidado, ocasión con una gran
capacidad de sanación para la enfermera y el paciente personas.
Para finalizar, podemos resumir diciendo que el cuidado de enfermería es un
proceso consciente por parte de la enfermera que se considera a sí misma
persona, lleno de amor desinteresado, de querer ayudar al otro, al que se
concibe como persona, en sus procesos de salud y enfermedad, y muerte,
guiando este cuidado en conocimiento teórico. 17
17
Este cuidado (fenomenológico) requiere también que la enfermera
Se reconozca como persona, vaciándose de los juicios que pueda tener sobre su paciente, para
poder escucharlo y acompañarlo, para percibirlo como un TU.
Tenga la intencionalidad de cuidar al paciente, es decir, que quiera conscientemente cuidarlo,
dándose cuenta también de que la manera en que se percibe a sí misma influye en cómo
percibe a su paciente.
Construya una relación de cuidado que pueda transformar la realidad con amor altruista y que
sane a su paciente y que la sane a ella.
En resumen, en este tema hemos visto que la ontología de la enfermería como
disciplina se encuentra en su substancia, que se encuentra en los propios
procesos enfermeros cuyo fin es proporcionar bienestar a la persona, en su
proceso de salud-enfermedad, independientemente de la presencia o ausencia
de salud.
Esto nos lleva a considerar los conceptos del paradigma de enfermería como
representativos también de esta substancia: persona, ambiente, salud y una
categoría fundamental, el cuidado.
Podemos entonces considerar al cuidado de enfermería como la esencia del
ser de la enfermería. Por medio del cuidado, tanto la persona paciente como la
enfermera persona desarrollan su ser, mediante la relación que establecen.
Este cuidado fenomenológico considera no solo lo que la persona es, sino lo
que puede llegar a ser, fundándose en el amor incondicional. Esta es la
naturaleza ontológica de la enfermería.
3.3 LOS FINES ONTOLÓGICOS DE LA ENFERMERÍA: EXISTENCIA-
TRASCENDENCIA, VIDA-MUERTE, SALUD-ENFERMEDAD.
Sofía Rodríguez Jiménez18
Introducción.
El hombre no se quiere dar cuenta de su vida, hasta cuándo va a morir, porque se niega
a dejar de existir, y es cuando puede percibir la trascendencia. La trascendencia significa
darse cuenta que hay algo mayor que la existencia humana. 19
La existencia de la enfermería se relaciona con la existencia del ser enfermera-
en-el-mundo. Este ser enfermera se construye socialmente con sus prácticas
de cuidado, en función de sus fines últimos.
La historia de la enfermería da cuenta que, desde los orígenes de la
humanidad existen las prácticas de cuidado para la salud, el bienestar y la
conservación de la vida. Estas prácticas son vistas como un producto social y
cultural que ha sido trasmitido de generación en generación, siendo un
producto cultural susceptible de ser aprendido. El estudio, reflexión e
investigación de las prácticas de cuidado en diferentes culturas han estado
18
Con la colaboración de Carlos Compton García Fuentes.
19
Carlos Compton García Fuentes. Comunicación personal (octubre de 2010)
mediadas por las concepciones filosóficas del ser humano, conocimiento,
valores, ideologías, poder y dominación.
En este sentido, se destacan algunos saberes que han estado presentes
como el hecho de que se procura: El cuidado a la vida, el acompañamiento en
los procesos críticos de la enfermedad, el nacimiento, la muerte, los rituales de
iniciación a la vida sexual, o en las pérdidas de la autonomía de la personas a
causa de su edad, condición social o educativa, alteraciones en su estado de
salud, discapacidad física, mental, social o
espiritual, enfermedad o muerte.
“De la misma manera que con la
ética, la política y la
epistemología de enfermería,
Ante estos fenómenos nos preguntamos parecería que al responder a
preguntas ontológicas de
enfermería se debe de partir de
lo ontológico general; pero
¿para qué hace lo que hace la fundamentalmente la ontología
de enfermería responde a
enfermería?, preguntas del ser enfermería
¿Cuáles son los fines que mueven a exclusivamente.
Los cuestionamientos
las enfermeras a cuidar de otros? ontológicos de enfermería son
de índole relacionada con la
Las respuestas a estas preguntas las naturaleza, la amplitud y el
podemos encontrar a través de la reflexión objeto de la substancia del ser
enfermería.
filosófica y ontológica que cada mujer y cada Es necesario identificar estos
hombre se plantea a lo largo de su cuestionamientos del ser
enfermería que de otra forma es
existencia. imposible identificar la
naturaleza, amplitud y objeto de
Como todo resultado del la reflexión crítica conocimiento de enfermería.
Asimismo es imposible
de los fenómenos de la existencia de establecer el fin de la práctica de
enfermería, se enlazan con la ética, la enfermería, porque el objeto del
pensamiento de enfermería es el
epistemología y la metafísica, lo cual no nos
fin de la acción de
debe de confundir, sino al contrario enfermería……sin la dirección
comprender la relación intrínseca y compleja que brinda el conocimiento
ontológico de enfermería los
que tiene el ser humano holístico. resultados de la investigación se
presentaran de forma caótica y
se utilizarán como una
aglomeración más que como
guía con sentido” (Kikuchi,
Fenómenos ontológicos que explican el ser 1992; citado por Duran,1998).
de enfermería
De la evolución del conocimiento, la
tecnología y los valores humanos dependen en gran medida las continuas
transformaciones de las necesidades humanas y por ende las prácticas de
cuidado.La búsqueda permanente del verdadero ser de enfermería permiten
crear directrices renovadas a las practicas del cuidado humano, donde se
definan permanentemente los fines ontológicos que guían y le dan sentido a las
prácticas, la investigación, la gestión y la asistencia clínica de enfermería.
La indagación filosófica se centra en objetos de conocimientos abstractos, que
a través de la reflexión buscan las causas primeras y el sentido de la
existencia, fenómenos y conocimientos producto de la ciencia, la práctica, la
experiencia y los pensamientos.Los fenómenos ontológicos que caracterizan a
la enfermería tienen que ver necesariamente con el ser cuidado, el ser
enfermera y el cómo cuidar, para llegar a sus fines, o sea el para qué de la
enfermería.
La ontología de Enfermería busca el conocimiento del ser de enfermería. De
acuerdo con Kikuchi (1992; citado por Durán,1998), reconocer la existencia de
cuestionamientos ontológicos de enfermería es reconocer que existe un orden
y clases naturales así como barreras en el conocimiento que le dan sentido al
mundo. De no existir diferencias graduales, se enfrenta la inexistencia de
verdades y ordenes naturales que le den sentido al mundo (Durán, 1998).
Las preguntas ontológicas de la enfermería giran en torno de la naturaleza, la
amplitud y el objeto de la sustancia del ser de la enfermería.
Es necesario conocer el objeto de conocimiento de la enfermería, “EL Cuidado
de enfermería” que le da sentido y dirección a la concreción reflexiva de los
fines de la práctica de enfermería, ”el bienestar, la salud, la vida” que permiten
la construcción trascendente del ser y la acción de enfermería; así el objeto de
pensamiento de enfermería es el fin de la acción de enfermería.
Fry (1992: citado por Durán, 1998:31) propone un modelo para el desarrollo de
la ciencia de enfermería y sustenta dos razones para ello; una la naturaleza de
enfermería y otra, la naturaleza de la filosofía.
FILOSOFÍA DE LA ENFERMERÍA
Ética
Epistemología Metafísica
Práctica de Enfermería
Figura 1: Desarrollo de la ciencia de enfermeria
Una primera razón se basa en que la filosofía y la enfermería estudian en
términos amplios los asuntos humanos y por ello se considera una ciencia
humanística, por ello la indagación filosófica tiene sentido especial para la
enfermería y las ciencias humanas. Utiliza el análisis crítico para explicar y
evaluar la información y las creencias.
La segunda es que la filosofía funciona muchas veces como instrumento
heurístico, descubriendo las formas variadas de entender la práctica como
ciencia aplicada ya que incorpora diversas clases de conceptos y hechos. La
filosofía funciona para enfermería como un instrumento de indagación formal y
analítica. (Durán, 1998:32).
Los fundamentos de las ciencias humanas
Dilthey es considerado el fundador de la corriente filosófica llamada descriptiva
o de la comprensión “la experiencia concreta de las personas representa el
único punto de partida admisible para desarrollar las ciencias humanas
(Geisteswissenschaften)20 la vida debe ser entendida a partir de la propia
experiencia de la vida”.
Mientras las ciencias naturales generan conocimiento a través de la
explicación de la naturaleza, buscando lo general, las ciencias humanas lo
hacen a través de la comprensión de las expresiones de la vida, pues esta se
manifiesta de múltiples maneras. El concepto clave de las ciencias del ser
humano es el del entendimiento o la comprensión (verstehen). La formula
hermenéutica de Dilthey pone énfasis en tres conceptos claves: “la experiencia,
la expresión y la comprensión” (Siles, 2005)
El concepto de experiencia propuesto por Dilthey anticipa uno de los aspectos
centrales de la filosofía de Heidegger.
La experiencia no es un acto reflexivo de la conciencia, que se halla fuera de
ella y que esta aprehende. Es más bien el propio acto de la conciencia, que
20
Ciencias humanas es un concepto epistemológico que designa a un grupo de ciencias cuyo objeto es el hombre o los grupos
humanos y su cultura. No es de utilización muy generalizada, aunque está presente en algunas denominaciones institucionales.
Puede considerarse de alguna manera similar a conceptos poco utilizados en la actualidad, como los de ciencias morales y ciencias
políticas; o el mucho más utilizado de humanidades. Es habitual agrupar a las ciencias humanas junto con el concepto de ciencias
sociales, de las que no tienen una distinción clara (historia, geografía, economía, ciencia política, sociología, antropología, etc.);
incluso en algunos casos se enumeran con ellas disciplinas del entorno de las ciencias de la salud, como la psicología, o saberes más
generales, como la filosofía. Geisteswissenschaftenes un término que la teoría de Wilhelm Dilthey, denomina a las ciencias
humanas o las ciencias del espíritu. (Ciencias humanas ,2010).
existe antes de que el pensamiento reflexivo irrumpa en la separación entre
sujeto y objeto. Representa una experiencia vivida en su inmediatez, un ámbito
previo al pensamiento reflexivo. Entonces, la experiencia representa un espacio
en el cual el mundo y nuestra experiencia en él se hallan todavía unidos.
En la experiencia tampoco se separan nuestras sensaciones y sentimientos del
contexto total de las relaciones mantenidas juntas en la unidad de la
experiencia. De lo anterior se deduce que la experiencia no alude a una
realidad subjetiva, pues se presenta antes de que se convierta en experiencia
objetiva y por lo tanto, antes de que lo subjetivo también se constituya. La
enfermería construye experiencias evocadas en un contexto vivo donde las
vidas de las personas y el cuidado construyen significados en esa interacción
contextual y dinámica, ahí se deciden cuestiones trascendentes para la vida y
la salud de las personas y que en una praxis transformadora, es protagonista
de su propia trascendencia.
La experiencia representa una unidad de sensaciones y sentimientos del
contexto total de las relaciones mantenidas juntas. Es una totalidad. En una
unidad de sentido, la experiencia integra tanto el recuerdo que proviene del
pasado, como la anticipación del futuro. El sentido solo puede ser concebido en
términos de lo que se espera del futuro y a partir de los materiales
proporcionados por el pasado. Entonces este contexto temporal es el horizonte
dentro del cual es interpretada toda percepción del presente. Desde esta
perspectiva, si la experiencia es intrínsecamente temporal, la comprensión de
la experiencia debe realizarse en categorías de pensamiento temporales
(históricos). “Ello significa que solo entendemos el presente, en el horizonte del
pasado y futuro, o sea es contextual”.(Siles, 2005)
El segundo término clave de la hermenéutica de Dilthey es la expresión. Por
ella se entiende cualquier objetivación que refleje la huella de la vida interior del
ser humano. Interesan las expresiones de la vida, ellas son las objetivaciones
de la vida (obras) e interpretarlas es descifrar el sentido de la vida de que ellas
son portadoras. Dilthey clasifica las distintas manifestaciones que incluyen
ideas y acciones, y las expresiones de la experiencia vivida.
Estas últimas son para Dilthey las más importantes dado que la experiencia
humana interior alcanza en ellas su más plena expresión. La obra expresiva
por excelencia se demuestra en el arte y la capacidad expresiva humana por
excelencia para mostrarse, es el lenguaje hablado, escrito y corporal. En las
obras el ser humano deja su huella que revela su experiencia. Por ello la
filosofía hermenéutica, el diálogo y la conversación en la relación interpersonal
constituyen prácticas que permiten descifrar la experiencia humana.
La enfermería se relaciona con este segundo término “expresión”. Toda
presencia de cuidado esta caracterizado por la expresión humana ante el
paciente, el otro que espera, que desea, que necesita etc. y la presencia
intencionada cargada de conocimientos, sentimientos, valores, los cuales se
expresan a través del lenguaje, actitudes, silencios, diálogos, miradas, contacto
terapéutico, como muestra de estar ahí, en la verdadera comprensión de la
situación, empatía, hermenéutica de la experiencia de cuidado.
El tercer término de la hermenéutica de Dilthey es el de comprensión o
entendimiento. A la naturaleza la explicamos, al ser humano, lo
comprendemos, dice el autor. “La explicación se realiza solamente a través de
procesos intelectuales, pero para comprender es necesario la integración de
todos los poderes mentales de la aprehensión”. El acto de comprender, “implica
una apertura intelectual o cognoscitiva, captación de lo objetivo, afectiva y
volitiva, al complejo mundo de las experiencias humanas, pues es el ser
humano entero, todo su ánimo, el que comprende”(Siles, 2005)
La construcción del ser humano del concepto de su muerte
El enigma de la muerte entre lo mortal y lo inmortal, se nos presenta a todos y
es la única seguridad que tenemos. Algunos filósofos niegan una inmortalidad,
como el existencialismo de Sartre, mientras que otros por el contrario no
conciben la muerte sin valorar la vida y la conciencia de muerte como una
forma de vida. Aquí la trascendencia juega un papel importante porque es una
forma de valorar la posibilidad de que la persona en realidad no muere del
todo, sino que algo de su vida permanece en el mundo y tener la conciencia de
saberse inmortal.
En el cuadro que sigue encontraras varias formas de concebir la muerte y las
reflexiones que generan. Lo más importante es el dialogo que generes contigo
en el proceso de estudio y con tus compañeras (os) y asesores.
Es un tema en que debemos de tomar conciencia por el papel que jugamos
como enfermeras en el cuidado a las personas que mueren en el que, se juega
un papel protagónico.
Cuadro 1:La concepción ontológica de vida-muerte (Barco,2009)
AUTOR FILOSOFÍA CONCEPCIÓN DE COMENTARIO
MUERTE
Pascal, Blaise “Los hombres, al no La muerte siempre La muerte siempre
En su obra poder remediar la nos será nos presenta algo
muerte, la miseria, incomprensible. paradójico. Es
“Pensamientos” la ignorancia se han natural y lógico,
puesto de acuerdo El forma el fin de un
para ser felices, y desconocimiento ciclo de vida, pero a
no pensar en ello” de la existencia del la vez horroroso, la
más allá, hace que inevitable y radical
el hombre sea el ausencia del ser, de
artífice de su las personas, de la
propio destino. vida misma; y al
No se sabe de mismo tiempo
nada más, solo inevitable,
existe esta vida y incomprensible,
nada más. pues supone perder
La muerte y la lo más preciado, la
trascendencia es vida misma.
un misterio, nadie
sabe con certeza
nada, lo real es la
vida.
Nietzsche, El Nihlismo, supone En el s. XX, Al superhombre de
Frederick la concepción de la impulsó a Nietzsche, deberá
vida como absoluto, concebir la muerte entregarse de lleno
junto con elcomo el agujero a lo real, evidente y
materialismo y el negro de la claramente
vitalismo. La humanidad. El plausible:
inevitable negación acto de adusta y Productividad,
de un más allá. La angustiada estética de vida,
vida es el único autenticidad. La dinero, comodidad,
sentido por síafirmación de ser conocimiento,
misma y la muerte solo cuerpo sin experimental. Todo
es el final del sin alma. Hay que lo que no es
sentido más radical. crear nuevos evidente no tiene
La muerte es valores, que nos peso de credibilidad
irracional, la vida es liberen de los y menos garantía
lo único real, y es religiosos, que nos científica.
como es, no hay atan a efectos
maldad no bondad inmortales
no es un fenómeno desconocidos.
moral, es solo vida.
Epicuro, filosofo Vitalismo La muerte no es
griego nada para
nosotros, pues
mientras vivimos
no hay muerte, y
cuando la muerte
está ahí, ya no
somos, por lo que
la muerte es algo
que no tiene nada
que ver ni con los
vivo ni con los
muertos.
Yepes, Ricardo Crítica materialista El ocultamiento de La consecuencia es
contemporánea la muerte, solo ha que hoy se oculta
servido para sistemáticamente el
prolongar el morir estado de
y prolongar más el moribundo, ya no se
duelo. muere
públicamente, se
muere narcotizado
en un hospital, sin
conciencia de morir,
se procura una
muerte rápida y sin
dolor, un no darse
cuenta de nada. Un
morir sin enterarse.
Los fines últimos del cuidado
Cuidar la experiencia de la vida con calidad para cada ser humano, conduce a
la pregunta ¿cuidar para qué? Pregunta que se trata de responder analizando
las metas en el cuidado.
¿Cuál es el fin último del cuidado?
Fomentar la autonomía de las personas
Dignificar al ser humano
Responder al llamado de cuidado del otro
Vivir y crecer en el cuidado
Crecer como cuidadora (or)
Interactuar con otro ser en el cuidado buscando equilibrio y desarrollo en
su capacidad de cuidarse a sí mismo
Desarrollar un cuerpo de conocimientos para enfermería
El cuidado siempre requiere de un momento, de un contexto, de un
escenario.(Grupo de Cuidado, 1998:13)
Sin duda hay que reflexionar que existen fines generales que son también los
fines últimos de las personas, como la búsqueda de la salud, del bienestar, la
independencia, la trascendencia humana.
Es necesario que como integrantes de este mundo, conozcamos más de
nosotras (os) mismos acerca de nuestros fines y trabajemos para alcanzarlos.
Resumen
El término “ser” puede tomarse como un verbo o como un sustantivo. En el
primer caso puede considerarse como expresión de la cópula que une un
sujeto con un atributo o, en su forma intransitiva, como equivalente a “haber” o
a “existir”. La existencia es el hecho de ser, el acto de ser; la esencia es aquello
que existe, lo que es la cosa, y, por tanto, su naturaleza íntima expresada por
su definición, cuando esta es posible. La “Esencia” de una cosa, es cualquier
respuesta que se pueda dar a la pregunta: ¿Qué es?; la “Esencia” necesaria o
“sustancia”, es la respuesta (a la misma pregunta), que enuncia lo que la cosa
no puede dejar de ser y es el por qué de la cosa misma. La materia, al hacerse
más y más compleja en su organización, puede ser capaz de asumir nuevos y
más complicados modos de conducta. De este modo, el mundo es un evolutivo
y la sociedad humana no se queda fija nunca ni da vueltas dentro de un círculo
cerrado. El “Devenir” es la combinación de las ideas del ser y de la nada, pero
no es puramente una mezcla de los dos. El “Ser” significa existir y consistir. No
podemos saber qué es existir, sólo tenemos la experiencia de existir, de estar
ahí. Podemos intentar saber quién existe, y ante esto solo podemos afirmar
que las cosas no son más que mis representaciones y no verdaderas
realidades, no son en si mismas sino que son en mi. La esencia es la unidad
primordial de cada cosa, mientras que la substancia es el ente individual con
materia y forma; ambas son manifestaciones del ser. El cuidado no pertenece a
ciertos grupos de personas, como los “enfermos” o las “enfermeras”. Le
pertenece a la naturaleza humana pues el cuidado acompaña al hombre, desde
su nacimiento hasta su muerte y constituye la estructura fundamental de su
existencia. El cuidado de enfermería “…es un proceso intencional y altruista de
querer ayudar a los otros en sus procesos de salud y enfermedad y muerte,
fundando y guiando este cuidado en conocimiento teórico..”. Los procesos
enfermeros se manifiestan por cambios en dos características: complejidad e
integración, que dan lugar a una tercera: el bienestar. La substancia de la
enfermería (su ontología) se refleja en los procesos enfermeros que promueven
el bienestar de las personas, procesos cuyas cuatro propiedades son: persona,
salud-bienestar, cuidado de enfermería y ambiente. Los fenómenos ontológicos
que caracterizan a la enfermería tienen que ver necesariamente con el ser
cuidado, el ser enfermera y el cómo cuidar, para llegar a sus fines, o sea el
para qué de la enfermería. La enfermería construye experiencias evocadas en
un contexto vivo donde las vidas de las personas y el cuidado construyen
significados en esa interacción contextual y dinámica, ahí se deciden
cuestiones trascendentes para la vida y la salud de las personas y que en una
praxis transformadora, es protagonista de su propia trascendencia. Toda
presencia de cuidado esta caracterizado por la expresión humana ante el
paciente, el otro que espera, que desea, que necesita etc. y la presencia
intencionada cargada de conocimientos, sentimientos, valores, los cuales se
expresan a través del lenguaje, actitudes, silencios, diálogos, miradas, contacto
terapéutico, como muestra de estar ahí, en la verdadera comprensión de la
situación, empatía, hermenéutica de la experiencia de cuidado. La enfermera
juega un papel protagónico ante la muerte del otro, al rescatar el papel de la
trascendencia en la valoración de que la persona no muere del todo, sino que
algo de su vida permanece en el mundo. El fin último del cuidado es fomentar
la autonomía de la persona, dignificarla y vivir y crecer en el cuidado
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