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Interpretacion Del Inventario de Duelo Complicado para Niños

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Fianasco Je daloiador,s han Antone Gueade Y Manuel Mofot C2006) Manval de Teencas de Meckgicacida y Terara de conducsta. Madrfcl . Aramicde La entrevista conductual* LUIS MARIA LLAVONA URIBELARREA Universidad Complutense de Madrid i. Aspectos conceptuales Un primer aspecto conceptual que puede resultar conveniente analizar cuando se aborda el campo de la entrevista, antes de proceder a tratar sobre sus contenidos 0 sobre diversos procedimientos técnicos relacionados con ella, es el que se refiere a la definicién de qué es una entrevista, En cuanto al significado que esta palabra tiene en ls lengua espaftola, el Diccionario de la Lengua Espafiola (Real Academia Espafola, 1992) nos presenta dos acepeiones para el vocablo entrevista: 1. Acci6n y efecto de entrevistaro entrevistarse, 2. Vista, concurrencia y onferencis de dos o mas personas en lugar determinado para tratar o resoi- ver un negocio, A su vez, el término entrevistar aparece con otros dos significados: 1. Mantener una conversacién con una o varias personas, acerca de cier- tos extremos para informar al piblico de sus respuestas. 2. Tener una con- versacién con una o varias personas para un fin determinado. ‘Como se puede observar, de acuerdo con la Real Academia Espafiola, le palabra centreviste posee dos sentidos distintos: uno se refiere a la accién y efecto de mantener luna conversacién con una o varias personas, acerca de ciertos extremos, para infor- ‘mar al piiblico de sus respuestas; mientras que el otto indica le vista, concurrencia y conferencia de dos o mas personas en lugar determinado para tratar o resolver un negocio. Es decir, por una parte, se toma como referente de la entrevista una conver- sacion en Ia cual se pretende, mediante preguntas, obtener una informacién, que pre- sumiblemente se haré piblica, con un claro enmarque restrictive en el émbito del periodismo; y, por otra parte, se refiere de un modo genérico a la mera reunion de dos © més personas para abordar un asunto. Este trabajo es ung revision ampiads del ariculo «Ura aula prctce de ln entrevista conduct, aporecido en ls Revisia Evpaiole de Terapia del Conportamiente, 1983, vl mm 2. 171198 2 Ediciones Fstide 72 enval de técnicas de mecificacion y terepie de conducts En psicologie también estén presentes estas dos acepciones distintas, dando lugar en ocasiones @ cierta confusi6n, Asi se emplea el término entrevista, dentro del mar- co de la evaluacién psicolégica, referido a un instrumento que se utiliza para obtener informacion de interés psicolégico, y se usa del mismo modo entrevista, en un senti- Go mas amplio, para designar un contacto entre el psicélogo y otras personas pare tcratar 0 resolver» un asunto psicelégico. Por tanto, parece itil tener presente, cuan- Go se esté utilizendo e] término entrevista, si nos estamos refiriendo a una accién inespecifica de reunién e interaceidn profesional, que puede set denominada con ctros términos sinénimos como, por ejemplo, reunién, encuentro, cits, consulta 0 sesién, que no denota la aecién concreta que en esa interaccién se ha de producir; 0 si ‘estamos designando un procedimiento especifico de obtencidn de informactén, por- que en uno w otro caso se estard hablando de conceptos distintos que implican actua- ciones distintas. Asi, en el primer caso, en una entrevista (acepein-interaccién) pue- de llevarse a cabo, por ejemplo, la splicacién de una técnica de intervencidn, una clatificacién de ideas irracionales, un consejo sobre una actuacién, o una entrevista (acepcién-indagacién); mientras que en el segundo caso, entrevista como procedi- miento de obtencién de informacién, la accién esta restringida y focalizada en torno ala indagacién sobre determinada informacién ‘i no se tiene en cuenta esta distincién, e pueden confundir y mezclar los objeti- vos, las funciones y los procedimientos propios de cada uno de los dos conceptos a los que se refiere el mismo término entreviste. Quizé, uno de los motives por los que se crigine confusién sea porque en ambos casos tiene higar una conversacién entre los ‘que intervienen en la entrevista sin reparar en que la conversacién en un caso tiene le finalidad concrete de recabar informacion (entrevista-indagacién), mientras que en 2l otro la conversacién tendré una finalidad u objetivo diferente segin las diversas cit- constancias (entrevista-interaccién). Por otra parte, otra de las causas principales de ue se susciten equivocos, solapando o confundiendo las dos acepeiones, puede de- berse al hecho de que una cita o sesién psicolégica (entrevista-interaccién) puede estar dedicada en parte o por completo a efectuer entrevista (indagacién), pudiendo realizar asi el psicélogo en el mismo encuentro indagaciones y otras acciones distin- tas, ya sea de un modo secuencial o intercelando las diversas actuaciones; o porque al efectuar una entrevista (indagacién) durante la misma sesién o cita (entrevista-inte- raceién) se desarrolien otras actuaciones complementarias a la accién de entrevistar, que puedan derivarse de ella, o que sean colaterales (como puedan ser, por ejemplo, ‘ranquilizar un sujeto que se he alterado emocionalmente ante determinadas pre- ‘gunias sobre un tema especialmente sensible para él, eliminar ciertas concepciones Inadecuadas sobre las causas de su probleme, o dar informacién sobre el procedi- siento a seguir en los encuentros terapéuticos). En esta direccién, el término «primera entrevistay puede servimos para ilustrar este fenémeno de confusién de las dos acepciones, pues cuando se trata este t6pico se suele plantear como un primer encuentro en el que el profesional, por una parte, ha de establecer contacto con el cliente 2 fin de conversar sobre el procedimiento general que se va a emplear para resolver el problema que plantee el cliente, debe establecer Jas bases para una relacién cordial, etc. (cometidos que se refieren a Is acepeién entreviste-interaccién); y por otra parte debe realizar algunas preguntas que le permi- | icons amice La enireviste conductual 73 tan obtener a! menos una informacion general sobre el tipo de problema que tiene el cliente (tarea que se circunscribe a la acepcién entrevista-indagacién). A su vez, por poner un ejemplo mas de términos que pueden inducir a confusién, cuando se hable de «entrevista terapéutican debe tenerse en cuenta que se suele estar haciendo refe- rencia a un encuentro terapéutico (entreviste-interaccién) y no especificamente a una accién terapéutica provocada directamente por la conversacién sostenida con un su- Jeto para la ejecucién de un procedimiento de obtencién de informacién (entrevista indagacién) Este problema podrie paliarse si se legara, en el ambito de la psicologia, a un consenso mediante el cual se reservara preferentemente el término entrevista para referirse al procedimiento de evaluacién psicolégica, ya que éste no tiene otre pa- labre que se pueda utilizar como sinénimo, y se emplearan los otros términos siné- nimos en relacién con Ia acepcién de entrevista-interaccién (como pudieran ser sesién, consulta, cita, reunién, encuentro, ete); y si este consenso no fuera factible ddeberi el menos hacerse patente en cada ocesién qué significado de entrevista se esta asumiendo. Una vez aclarada esta distinci6n terminologica, es necesario sefialar que la acep- cidn de entrevista que se adopia en este trabajo, mientras no se indique lo contrario, ya la que hace referencia su titulo («La entrevista conductualn) es la que considera la entrevista coro un procedimiento especifico de obtencién de informacién. En este sentido, se puede definir la entrevista, de una manera genérica, como un procedi- miento de obtencién de informacién mediante la conversacién con una o Vatias per sonas, en la cual una de las partes («entrevistador) tiene como rol establecido y ‘como misién el indagar mediante preguntas «orientadas», a fin de reunir la informa~ ‘sién que desea obtener; mientras que Ja otra parte (ventrevistado») tiene el papel asignado de responder en relacién a las preguntas que se le efectian. Esta definicion cumple con las caracteristicas que, segiin el andlisis hecho por Silva (1992), tienen en comin diversas definiciones de entrevista: — Una relacién entre personas (dos o més). — Una via de comunicacién simbolica bidireccional, preferentemente oral — Unos objetivos prefijados y conocidos, al menos por el entrevistador. — Una asignacién de roles que significa, al menos idealmente, un control de la situacion por parte del entrevistador. Ademés, implica otro rasgo que el mismo autor considera esencial en Jos casos en Jos cuales e la entrevista se le asignan tareas diagnésticas: — Una elicitacién de informacién del entrevistedo por parte del entrevistador. Se han distinguido diversas modalidades de entrevista segiin los objetivos por los que se trata de obtener informacién (Haynes, 1978; Silva, 1992). Asi, se puede he- bier, por ejemplo, de: 1) entrevistas de investigacién; 2) entrevistas epidemiol6gicas; 3 )entrevistas de evaluacién de problemas; 4) entrevistas para el disefo de intervenciones, © 5) entrevistas para ta evaluacién de intervenciones. En los dos tipos primeros el TA Manual de téenices ce moditicacién y wrapie de conducts objetivo es conseguir informacién especifica que permita evaluat hipétesis o hacer tun muestreo de conductas dentro de un contexto de investigacién; mientras que en la entrevista de evaluacién de problemas el objetivo es reunir informacién que permita determinar la existencia de problemas y su valoracién; en las entrevistes para el dise- fio de intervenciones su funcién es conseguir datos que orienten una intervencién (motivacién parg implicarse en un proceso de cambio, objetivos que se pretenden conseguir con la intervencién, condiciones de aplicabilidad de las técnicas, ete.); y Finalmente, en le entrevista para le evaluacién de intervenciones la indagacién tie como funcién esencial aportar datos sobre los funcionamientos marcados como obje- tivos de esas intervenciones. De entre estas diversas modalidades o funciones que puede cumplir la entrevista, en este capitulo ocupard nuestra atencién le entrevista para la evaluacién de proble- ‘mas; sobre la cual se sugerirdn orientaciones acerca del curso a seguir en su desarro- Ilo, $e sefalard la indagacién bésica @ realizar en ella, se indicarén diversos aspectos técnicos 6 de procedimiento que pueden resultar de ayuda pare su realizacién, y se resaltaré su utilidad como instrumento de evaluacién de problemas. ‘Sin embargo, antes de proceder a la exposicién de estas cuestiones es necese- rio detenerse, aunque sea brevemente, para decir algunas palabras sobre el adjeti- ‘vo conduciual que acompafia al término entrevista en el encabezamiento de este tre- bajo y Ja califica. La denominacién conductual hace referencia a las coordenadas tedricas de la modificacién de conducta, que orientarén el objeto de la indagacién y al modo en que ésta se ha de efectuar. Dentro de este marco teérico, el objeto dé indagacién principal en la entrevista conductual ha de ser la conducta de los indivi- duos en situacién. Asi, en la entrevista conductual de evaluacién de problemas el objetivo fundamental seré la descripcién de la conducte de los sujetos y de las con- diciones situacionales que rodean esta conducta (tanto ambientales como organis- micas), asi como de la relacién existente entre esas condiciones y la conducta; es decir, aportar datos que faciliten ie realizacién de un andlisis funciona) de conducta de los comportamientos sobre los que se investiga (Morgenstern, 1976; Linehan, 1977). En cuanto al modo de realizar la entrevista, debido a que los objetivos especificos en Ia entrevista conductual de evaluacién de problemas estén ampliamente delimita- dos, este tipo de entrevista ha de ser bastante estructurada, sino en el formato, al ‘menos por lo que se refiere a los contenidos bésicos de lo que se ha de preguntar (Haynes, 1978). 2. El proceso de la entrevista conductual para la evaluacién de problemas El desarrollo de Ie entrevista conductual para la evaluacién de problemas viene determinado en buena medida, como ya se ha comentado anteriormente, por los aspectos: ‘que se consideran relevantes para poder evaluar Ia existencia, cualidad y magnitud de un problema desde un enfoque conductual del funcionamiento humano. Asi, en relacién con su contenido, debe realizarse, en primer lugar, una indagacién sobre el funcionamien- to actual del sujeta, de modo que se pueda detectar le posible existencia de comporta- © Ediciones Pimide La entrevista conductual 75 rmiento inadecuado en una o varias areas de funcionamiento. Ademés, para poder valorar adecuadamente los diversos comportamientos, se ha de lograr une descripein Jo més exacte posible de los mismos y se necesitaré conocer con precisién sus pardmetros e frecuencia, intensidad y duracién en relacién con las distintas situaciones en las, ‘gue ocutren, Io cual entre otras cuestiones permitirévalorar si estemas ante comporta- tmientos que podamos considerar problemas por wexceso» o por «déficit» (Kanfer y Saslow, 1969; Liavona, 1984). Asimismo, otro aspecto que es imprescindibie indagar para poder valorer si un funcionemiento puede considerarse un problema 0 no es a repercusién negativa que éste tenge para el propio individuo y/o para los demas; infor- rmacién que orientard también 2 la hora de determinar laimportancia o wgravedad> del probleme. Por otra parte, para poder determinar el proceso de mantenimiento de una con- ducta dada, desde un enfoque conductual de la explicacién del funcionamiento huma- no, se ha de recabar informacién pormenorizada de los elementos situacionales ante- riores y posteriores al funcionamiento que se analiza, asi como de las eircunstancias en que se encuentra ese organismo cuando tiene lugar dicho funcionemiento, datos que permitiran establecer las variables y procesos determinantes de las conductes. Finalmente, otro foco de interés, que es objeto de investigacién cuando ya se ha detectado la existencia de un problema, es el conocimiento de la historia de ese pro- biema, para lo cual ha de preguntarse sobre el momento y las circunstancias de su aparici6n, sobre su desarrollo y sobre el curso que haya seguido su evolucién hasta la situacién setual Con el objeto de orientar y sisteratizar le indagacién en la entrevista conductual se hen desarrollado numerosas guias o esquemas generales pars faclitar su desarrallo (Peterson, 1968; Kanfer y Saslow, 1969; Gelfand y Hartman, 1975: Meyer, Liddell y Lyons, 1977), asi como pautas que se circunscriben a problemas especificos como, por ejemplo, dolor de cabeza (Haynes, 1978), problemas maritales (Peterson, 1977), disfunciones sexuales (Masters y Johnson, 1970), hiperactivided (Barkley, 1981), enuresis y encopresis (Doyles, Schwartz y Ciminero, 1981), 0 entrevistas para padres con nifios problema (Holland, 1970). En esa misme direccién se offecen, como una muestra de los contenidos a cubrir en la entrevista conductual para evaluacién de problemas, tes guies de entrevista distintas: une pauta de entrevista general (Llavo- na, Carrasco, y Carrasco, 1977), una pauta de entrevista para identificacién de pro- blemas sexuaies en la pareja (Carrasco, Llavone y Carrasco, 1979); y una pauta de entreviste para identificacién de problemas en Ie pareja (Carrasco, Liavona y Carras- co, 1984), que aparecen en las tablas 3.1, 3.2 y 3.3, respectivamente, Une vez esbazados los contenidos principales en torno a los cuales se debe cefir tuna entrevista conductual de evaluacién de problemas, es el momento de abordar ceémo se Hleva a cabo en los casos concretos, en la practice cotidiana’con los clientes. A pesat de los afios transcurridos desde la aparicién de las primeras comunicaciones que planteaben el desarrollo de una entrevista conductual, ya fuera de modo anecdé- tico 0 sistematico (Storrow, 1967; Peterson, 1968; Wolpe, 1969, 1970; Holland, 1970: Pomeranz y Goldfried, 1970; Wahler y Cormier, 1970; Bersoff y Grieger, 1971; La zarus, 1971; Fensterheim, 1972; Rimm y Masters, 1974), y del esfuerzo realizado en la Segunda mitad de Ia década de los setente para establecer su sistematizacion © Ediciones Piimide 76 Manuel de técnicas de mociifoacién y terapia de conducte TABLA 3.1 Pauta de entrevista general Delimitaclén de la condueta problema 1.1, Deseriba el probleme por el que ha venido. 12. Explique con exactitud que es lo que le pasa o siente. 13, Deseriba detalladamente le iltima ver que le ocurrié esto. joriancia del problema 2.1, gCémo afects el problema a su vida (ene! trabajo, en su case, en su relacién con otras personas)? 2.2. gCémo fects el problema # las personas que se relacionan con usted? 2:3, Gn qué medids esté interesado en solucionar este problema? Pordmetros de la conducte problema 2Cuintas veces le ocurre al dis, semana..? Describe con el méximo detalle la vez que el problema tuvo mas intensidad, la (que fue més fuerte la que se sintié peor. 3.3. Recuerde ahors, tambien con los méximos detalles que puede, Is vez que €] probleme tuvo menor intensidad, 3.4. {Como site Io que le ocurre ahora en relacién con los dos episodios anteriores? 3.5. Cuanto tiempo dure la conducta problema cada vez que aparece? 3. Determinantes de la conducta problema 4.1 Bx gu scons spas en gt es, con ‘qué personas, « que hores, qué 4.2. uQué esta haciendo usted cuando aparece el problema? 4.3. [Qué hace usted u otsos después, o qué cosas suceden posteriormente? 44, (Qué se dice usted cuando ocurre el probleme (antes, mientras, después)? Evolucién y desarrollo 5.1. {Cuando esto que le sucede empez6 2 ser para usted un problema? 5.2. [Qué pasé entonces? 5.3. (EL problema ha permanecido igual desde entonces, hs mejoredo, ha empeore- 40? (buscar algin punto de referencia para concretar fechas aproximadss) Qué cosas pasaron entonces? 5.4. {Qué circunstancias hacen que el problema se agrave, disminuya o deseparezce? GA qué cree que es debido? 5.5, CA qué ecausas» atribuye usted la aparicién del problema? © EeiconsPimide Le enueviste conduotal 77 TABLA 3.1 (continuacién) Expectativas y objetlvos 6 Qué he hecho usted hasta ahora pare solucionar su problema (por si mismo, médicos u otros profesionales que ha visitedo, trtamientos que ha seguido, #1 toma medicecién actualmente)? Qué resultados le ha dado? Qué espera conseguir al finalizar este tratamiento? Fuente: Liavone, L Carrasto, Ly Carrasco, M.J, 1977 Pauta de entrevista para identificacién de problemas sexuales en la pareja TABLA 32 1 Héentificacién del problema 1 2 "3. 4 2. Relacién sexual Describa brevemente los problemas de su relacién sexual Si hay varios, ,qué problema surgio primero (cuéndo y en qué circunstanciss) Como surgieron los demas problemas? Deseriba detalladamente el que considers que es el problema més importante (qué le pasa o siete). riba las dos iltimas releciones sexuales en las que este problema estuvo presente Qué se dice a s{ mismo cuando courte el problema? (antes, mientras y des- puss). Con qué frecuencia aparsce este problema? Describa con el maximo detalle Is vez que su telacién sexual fue peor por este Describa con el maximo detalle le vex que su relacién senual fue mejor a este respec. Como sitée ahora su estado actual en relacién a los dos episodios anteriores? (Cuil cree usted que es 1a causa del problema? {Cuil es la frecuencia usual del coito? (antes y ahora), {Quién toma Ie inicitive en las relaciones sexvales? {be actividad sexual surge de forma espontines o esta prefijads? {Su relacién sexual leva siempre al coito? Si no es asi, puede dar un porcen- taje aproximado de veces? Se siente usted libre pare expresar su deseo sexual e cualquier hora del dia? {Por lo general es aceptado/a? {Le dice usted a su pareja qué le produce més placer sexual? GPor qué medios, excluyendo el coito, ha tratado de dar placer sexual a su pareja? Describe la frecuencia y les resultados. 1 EaiionsPikmide 78 anual de teenieas de moditicacin y terepia de conducte TABLA 3.2 (continuacién) 4 2.8, gRecurre usted al cont qué frecuencia? 2.9. Se masturba? {Con qué frecuencia? : 2110. {Tiene fantasies especificas cuando se masturba? Describalas 2.11, GH tenido actividades sexuales con otra persona distinta a su pareja? Han Sido saisfectorias? fisico para expresar afecto hacia su pareja? {Con Otros aspecios de ia relocién sesual 3.1, gLe atrae sexualmente su pareja? 3.2, {Se siente deseadols? 33. Hace 0 dice algo su pareja en sitaciones sexuales que hace disminuir su deseo sexual? {Se lo comunice? 3.4, Hace o dice algo su pareja en situaciones sexuales que hace aumenter su Geseo sexual” Se lo comunice? 3.5. jAsocia algin olor particular de su pareje con placer o desagrado durante la Telacion sexual? zPor qué? Agrega imigenes o fantasias particulares durante el coito? Describalas. (PAREJA FEMENINA) ;Tiene siempre orgasmos cuando tiene relaciones sexua- Jes? Si no los tiene siempre, ;qué porcentaje de veces los tiene? {Le resulta satisfactorio? 3.8, (PAREJA MASCULINA) :Tiene dificultades de ereccién o eyaculaci asi, describala. 3.9. {Qué lugares y horas prefiere para iniciar la relacion sexual? ¢Cudles le resul tan més incdmodos? 3.10. {Unilizn algin método anticonceptive? ¢Le resulta satisfactorio? 3.11, {Como deberia ser para usted una relacién sexual satisfactoria? (frecuencia y ‘duracién) con la realizacién de a entrevista En euanto a Ie finalizacién del proceso de entrevista, este proceso terminaré dan do el entrevistador al cliente un informe sobre el andlisis de su funcionamiento efec- tuado 2 partir de los datos obtenidos en le entrevista. Este informe puede darse al coneluir ésta, y solamente sobre fe informacién recogida a través de ella; 0, lo que es ms frecuente, al conciuir el proceso de evaluacién completo, donde se integran los datos recogidos en Ie entrevista con el resto de informacién proveniente de los demas instrumentos de evaluacién utilizados. En este informe se devolvera al cliente la informacion ordenada sobre su problema y se ofteceré una descripeién del andlisis funcional elaborado, que le proporcionaré un resumen de los elementos relevantes obtenidos mediante la entrevista. No obstante, antes de proceder a dar su punto de vista mediante ese informe, el entrevistador ha de advertir al cliente que solicite cuantas aclaraciones necesite sobre aquelios puntos de la explicacién que no entienda ono vea claros y que manifieste libremente su discrepancia cuando no esté de acuerdo con los datos que se enumeren 0 con la explicacién que se le oftezca, Esto podré servir como un factor dltimo de correccidn, que permitiré a la vez contrastar la exacti- tud de lo recogido por el entrevistador. Ademds, esta posibilidad de intercambiar infor- macién mantendrd el papel activo, participante, del cliente, que es util no sélo para todo ¢l proceso de evaluacién (donde debe responder con detalle a preguntas, recor- dar sucesos, realizar observaciones y registros, etc.) sino también pare el caso en que sea necesario llevar a cabo una intervencién modificadora de su funcionamiento. El informe que se le ha de dar el cliente puede consistir en una narracién donde se +ecoja cuales son las principales conductas problema que se han encontrado, sies que © Bicones Prime 100 Manual de téenicas de modiicacion y terepia de conducts el funcionamiento analizado realmente reine las condiciones para que se pueda he- blar de un problema psicolégico (en caso contratio se debe hacer constar claramente que al funcionamiento objeto de indagacién no puede darsele la consideracién de problema psicolégico) y las variables que parecen relevantes para su mantenimiento, Es recomendable ilustrar esta exposicién con ejemplos tomados de los episodios con- cretos del funciohamiento del cliente a través de distintas situaciones, con objeto de aque resulte més evidente la explicacién que se oftece, y ¢ la vez sea mas facil pare el sujeto poder detectar inexactitudes de datos o rebatir relaciones Suncionales, al estar tratando sobre hechos concretos y no sobre abstracciones de funcionamientos. A par- tir de esta deseripeién del estado actual del comportamiento problema, puede resultar “itil para eliminar falsas concepciones que pueda tener el cliente sobre la génesis de! problema, 0 cuando no puede encontrar explicacién para Jas cosas que le suceden («no comprendo cémo he podido llegar a esta situacién»), subrayar los momentos clave en Ie evolucién del problema, desde su comienzo hasta el presente. Si no se conociesen los determinantes exactos del inicio del funcionamiento problema, como ‘ocurre en algunas ocasiones, 0 faltase encontrar algin eslabén en el proceso de la evolucién, siempre se podrin der al menos algunas hipétesis esclarecedoras sobre estos stcesos, basadas en el conocimiento que se tenga de la historia del problema y de los conoeimientos tebricos que el psicdlogo posea al respecto. En cualquier caso, debe aclararse al cliente que la explicacién de Ia historia del problema es sélo orientativa y complementaria en relacién con la solucién de ese problema, puesto que la resolucién del problema solamente va a ser posible partiendo de la situacion actual, fenémeno que si se puede conocer con precision y que marcaré las decisiones a tomar de cara a una posible intervencién modificadora. En esta exposicin debe procurarse prescindir de tecnicismos, ya que la meyoria de las veces privan a los clientes de informacién, y utilizar en su lugar un léxieo que ‘sea comprensible para cualquier persona que no sea un psicélogo. Sin embargo, este aspecto referido al lenguaje no ha de estar en contradiccién con que, al narrer los. diversos episodios, el psie6logo enmarque el funcionamiento del sujeto dentro de las, leyes generales del comportamiento humano, pudiendo acudir a la exposicién de ejemplos de comportamientos similares de otros individuos a través de diversas situa- clones. Por medio de esta comunicacién se proveeré al cliente de una explicacién conductual completa de su funcionamiento problema que no sélo integrara todas las, redefiniciones parciales del problema que pudieran haber ocucrido a lo largo de las. diversas sesiones de entrevista, sino que ademés tenderé un puente desde la entrevista hasta Ia interveneién modificadora cuando ésta se considere necesaria. 3. Aspectos técnicos en la realizacién de la entrevista conductual 3.1. La conduccién de la entrevista ‘Una de las indicaciones fundamentales que se establecen en relacién con el tipo de conduccién de la entrevista conductual es que ésta ha de ser directive. Como Lz entrevisteconduetual 101 hemos tenido ocasién de mencionar anteriormente, el cliente no suele conocer qué datos necesita saber el entrevistador para ayudarle a analizar su problema. Tampoco es frecuente que éste haye realizado un andlisis pormenorizado sobre lo que le pasa, y sunque posea datos que a él le parezcan relevantes no necesariamente coinciden Siempre con los elementos que interesan al entrevistador. Ademas, no se debe mini- mizar ni prescindir de le cualificacién profesional del entrevistador dejando que el cliente vaye suministrando espontineamente informacién hasta que por azar comu- nique datos importantes, ya que este modo de proceder es muy probable que acarree un alargamiento de le duracién de la entrevista que prolonga innecesariamente el rmalestar de los clientes y aumenta asimismo el coste de la intervencién psicoldgica Por esto, el entrevistador ha de dirigir la entrevista hacia la bisqueda de datos re- levantes pera el problema por medio de preguntas, solicitando precisiones, distri- buyendo el tiempo en funcién de la importancia de lo que se esta tratando, evitendo redundancies, introduciendo nuevas éreas de exploracién, corrigiendo las desviacio- nes de tema, etc Sin embargo, reclamar que Ia entrevista conductual sea directiva no quiere decir ‘que por fuerza tenga que ser totalmente estructurada o que coarte le expresién del entrevistado; sélo supone la organizacién de la comunicacién marcando la direccién a seguir (Pope, 1979). Se podria afirmar que la entreviste conductual es semiestructurada, puesto que aun las que se denominan no estructuradas han de estar estructuradas en cuanto a los objetivos o metas a alcanzar, aunque no lo estén respecto al formato de Jes preguntas (Haynes, 1978). No obstante, ¢s conveniente seguir en el desarrollo de la entrevista conductual una gute general, como la recogida en la table 3.1 le elabo- rada por Peterson (1968), aplicable en todos los casos, 0 guias especificas que conten- gan elementos peculiares del probleme que se indaga, donde s6lo hay que adaptar las preguntas a cada caso (véanse las referencias a las pautas de entrevista especificas ye referidas anteriormente) Dentro de este enfogue bésico, el grado y tipo de estructura de la entrevista con- ‘ductal puede variar dentro de cada sesién y a través de todo el proceso de entrevista Maloney y Ward (1976) indican que en el desarrollo de la entrevista se debe variar el grado de directividad de modo que las fases primeras sean relativamente abiertas y no directivas, para que permitan al cliente exponer lo que le causa preocupacién; por el contrerio, una vez que se haya detectado el problema, el entrevisiador ha de tener més control sobre los contenidos y solicitar datos especificos y precisos. El esquema de este proceso seria el siguiente — Fase inicial: abierta y faciitadora (exploracién) — Fase intermedia: clarficacion y especificacién. Fase final: resolucin de dudes y confrontacion de informacién Debe recordarse en este punto que en le fase final de resolucién de dudas y con- frontacién de informacién, el entrevistador ha de plantear preguntas tanto de verifi- cacién (de confirmacién de datos) como de falsacidn (de exclusién de posibles ele- ‘mentos relevantes o de hipétesis sobre el comportamieato problema), Por otra parte, tampoco esté prefijado el tipo de preguntas que se ha de utilizar en © Ediciones Pim 402 Manuel de téonices de madiicacian y terapia de conducie la entrevista conductual, pues tanto las preguntas abierias como las cerradas presen tan ventajas ¢ inconvenientes (Gordon, 1975). Asi, las preguntas abjertas pueden facilitar que el sujeto produzca mayor cantidad de informacién y mencione aspectos Gque no le han sido preguntados directemente, que pueden marcar Tineas de explorsy ign nuevas; sin embargo, este tipo de preguntas no generan neceseriamente informa ign precise, lo'cusl e§ imprescindible para Ia evaluacién conductual. A su vez, [as Dreguntas cerradas, al reducit las posibilidades de respuesta tienen mayor probabil ad de conducir # contestaciones concretas; pero desafortunadamente no siempre Sourre esto y como contrapertida tienen el que provocan lentitud en Ie exploracién Gel problema y, edemés, pueden causar Ja impresién de que se esté sometiendo al Cliente 2 un interrogatorio, Por esta razén, pensamos que le utilizacién combinada de fas preguntas abiertas y cerradas redundaré en una mayor eficacia de le entrevista; empleendo les preguntas abiertas para detectar las conductas problems, las variables Sctimulares, o en la fase de elaboracién de hipotesis; y pasando posteriormente a sfinar estos datos o hipotesis mediante preguntas cerrades especificas. De este modo, fn la entrevista formariamos con las preguntas un «embudo» por donde heriamos pasar le informacién suministrada por el entrevistado (Kerlinger, 1973) En cualquier cas0, debe tenerse en cuenta que la regla de oro para conseguir informacion en la entrevista es preguntar lo que se desea saber hasta que las respues- tas del cliente selaren por completo el punto en cuestién. El entrevistador utilizara fundamentelmente preguntas del tipo aquén, «como» «cuandon y «dénden (Villareal, 1981), A este respecto, se procurard no avanzar en el desarrollo de Is entrevista hasta aque el sujeto legue en sus contestaciones a un nivel descriptivo, sin que el entrevis- ‘iior realice inferencias sobre los comportamientos 0 situaciones estimulares, se ade- lante o anticipe las respuestas del propio entrevistado, ni haga de «cémplicen cuando al sujeto da por sentada informacion que todavia no ha suministrado (por ejemplo, por medio de expresiones como: «sabe lo que quiero decir», «Usted ya me entien- ven, uSélo quiero que las cosas vuelven a ser normales», etc.. Del mismo modo, se fecuerda también que suele conttibuir a estimular el recuerdo detallado de los suce- fou el hacer evocar a los sujetos la situacién sobre la que se pretende indager con el méximo mimero posible de elementos que la integraban. Este nivel descriptive ha de mantenerlo el entrevistador hasta que haya logredo constatsr las relaciones funcionales entre la respuesta problema y las variables es- fimutares que la controlan, a través de la narracién de diversas secuencias porme- horizadas en las que se produzca la conducta problema. El generar hipétesis antici- padamente mediante inferencias no sélo sesgaré la entrevista en direccin a Je Ponfirmecion de esas hipétesis, sino que ademas impediré que se obtengan otros da- fos relevantes, Por lo cual es aconsejable indagar previamente en la conducta proble- tna, los estimulos antecedentes y consecuentes, y las variables del orgenismo; sélo Cuando se haya completado esa informacién se podré pasar 2 establecer hipétesis sobre el problem vAun cuando e) entrevistado no pueda narrar une situacion de un modo tan preciso comp se le solieita porque no posea esa informacion, es util insistir en conocer esos {datos para que se pereate de su importancia y con ello aumente la probabilidad de que al producirse el problema entre sesiones de entrevista observe Tos aspectos de Tos que © Baines Prise Le entrevista concuetual 103 no supo dar cuenta, y pueda informar con detalle sobre ellos en le siguiente sesién o cuando se le vuelva a preguntar por esto. Cuando el entrevistador cree haber obtenido datos importantes, o después de un petiodo protongado en el que el cliente ha suministrado informacion diversa, es itil que repite la informacién recibida, reuniéndola, ordendndola, parafrasedndola y sin- tetizéndola. Esta repeticién levada a cabo por el entrevistador puede servir de guia pare el sujeto sobre el modo de proporcioner informacin, mostrar que el entrevista- dor ha comprendido perfectamente lo que se le ha dicho, llevar s corregir y/o precisar las informaciones 0 inferencias incorrectas que el entrevistador haya elaborado sobre lo que el cliente ha contado. 3.2. La relacién interpersonal en la entrevista Tradicionalmente, incluso desde posiciones conductuales, se viene sosteniendo ‘que en la entrevista, al producirse una relacién interpersonal del entrevistador con cl entrevistado, Ie calidad de esta relacién y mas en concreto cualidades del entrevis- tador como su grado de calidez, su empatia hacia el entrevistado, su comprensin, tc, estarén en relacién con la mayor o menor cantidad de informacién que suminis- tte el cliente y con la relevancia de le misma. De tal modo, que una relacién muy célida y donde el entrevistador muestre un alto grado de calidez, empatia y com- prensién redundard en la obtencién de mayor y més relevante informacién (véase, por ejemplo, Peterson, 1968; Goldstein, 1975, Cormier y Cormier, 1979; Rimm y Master, 1979), Sin embargo, no hay suficientes pruebas que indiquen que esas variables del en- ttevistador afectan de un modo determinante al resultado de la entrevista de evalua- cién de problemas, fundamentalmente en la entrevista conductual, donde lo que se solicita del cliente son descripciones de comportamientos y situaciones estimulares y no sentimientos o emociones. A nuestro parecer no ha de confundirse la necesidad de establecer tna buena «relacién profesional» durante la entrevista, que pasa por una relacién de colaboracién mutua entre un profesional y un cliente para proporcionarle tun servicio y por una mere relacién interpersonal correcta («educada»), con la nece- sidad de establecer una buena «relacién personaln. Esto no quiere decir que en la entrevista conduetual deban desatenderse por parte del entrevistador los aspectos, reforzantes (verbales y no verbales) que rigen cualquier relacién interpersonal ade- cuada y que facilitarén el que ésta se desarrolle de una manera fluida hasta que cum- pla sus fines (a este respecto remitimas al lector al apertado siguiente). Partiendo de esta posicién, se considera, por tanto, que los requisitos necesarios y suficientes para un entrevistador hen de ser: poseer suficiente competencia profesio- nal y adecuada competencia social, es decir, tener un amplio dominio del procedi- iento de entreviste, asi como un buen conocimiento teérico del andlisis funcional de conducta y de los diversos modelos conductuales propuestos pare explicar los dife- rentes funcionamientos inadecuados, y un trato educedo con una cierta cordialidad. En esa direccién apuntan los resultados det trabajo de Hay et al. (1979), que sefialan que la cantidad de informacién que proporcionan los entrevistados y las areas de © Ediciones Pimide 104 Manvel de técnicas de moditicacién y teraple de conducie fancionamiento sobre las que informan dependen directamente del niimero de pre- ‘guntas planteadas y de las areas problema que éstas cubren. 3,3. Utilizacién de reforzamiento en Ia entrevista La situacién, de la entrevista, como ya se ha indicado, no difiere, en cuanto se refiere a su aspecto de relacién interpersonal, de euslquier otro tipo de relacién inter- personal en la que se da una interaccién continua entre las personas que en ella se encuentran y cuyo buen resultado depende del intercambio de reforzadores que se produzcan. La utilizacién de reforzadores positivos es un aspecto importante en la prictice de la entreviste al afectar a dos funciones bésicas como son obtener inform cién relevante y establecer una relacién reforzante adecuada entre el entrevistador y el cliente El desouidar construir una relacion reforzante con el entrevistado, centréndose ‘exclusivamente en obtener informacidn, puede convertir a la entrevista en une situa- cién aversiva para el sujeto, al asociar ésta con la estimulacién aversiva presente inevitablemente por la evocacién repetida de situaciones problema, que por su propia condicién han de ser desogradables. Las conductas habitueles del entrevistador durante la entrevista que suelen ser reforzantes para la mayoria de las personas son: el contacto visual, uns posicién del cuerpo dirigida hacia el entrevistedo, realizar elogios o dar la aprobacién sobre com- portamientos que refiera el clients, mostrar interés por el problema o por determina~ dos aspectos del mismo, manifestar que se esté entendiendo lo que el sujeto comuni ca, hacer afirmaciones de apoyo o solidaridad, etc. Asimismo, también ha sido ampliamente estudiado el efecto reforzante de las sefieles verbales minimas de apro- bacién (a este respecto, e! autor recomienda utilizar expresiones como si» 0 «yan en lager de emitir los consabidos «mmm-hmm», «hub-uh», o «uh-huh», de dificil repro- duccién) y los asentimientos hechos con la cabeza (Kanfer y Phillips, 1970; Mataraz~ zo y Wiens, 1972; Wiens, 1976). Durante la entrevista los reforzadores positivos han de dispensarse tanto en relacién con el modo de proporcionar informacién (hablar fluido, sin saltar de temas ni mez~ clar diversos sucesos de épocas distintas, ete.) como con el contenido (utiizacién de términos psicolégieos conductuales, descripciones detelladas de comportamientos 0 situaciones,ete.). Ademés, hay momentos especificos que aconsejan que el entrevistador dispense al cliente reforzadores positives, como cuando el cliente llege # le entrevista después de haber «dado el pason de poner solucién a su problema, recuerda algin dato importante, manifiesta estar dispuesto a cambier su funcionemiento inadecuade, ‘0 toma una posicién activa para resolver su probleme Del mismo modo, el mantenimiento de reforzamiento y Ia no emisién de reforza- dores negetivos hacia la comunicacién por parte del entrevistado de comportamien- tos no aceptados socialmente o sujetos a controversia contribuird a que se mantenga en la entrevista una relacién teforzante y permisiva. Como es sabido, los reforzadores positivos han de administrarse de modo discri- ‘minado, haciéndolo s6lé contingente con las conductas cuya frecuencia se desea aumentar (Garcia Marcos, 1983); por lo cual, establecer reforzamiento por el mero hecho de 2 sine Ls entrevista conductual 105 que ¢l entrevistado entable comunicacién con el entrevistador, independientemente del modo de proporcionar informacién y de su contenido, no sélo no ayudaré al ade- evado desarrollo de le entrevista, sino que es probable que entorpezca su marche al poder provocar en el sujeto una excesiva fluencia y retrasar o impedir que se produz~ cael moldeamiento de la conducta del entrevistado, y por tanto retrasaré le obtencién de is informacion que necesita conocer el entrevistador pare evaluar el problema. Le utilizacién por parte del entrevistador del tipo de reforzamiento aqui mencio- nado no debiera tomarse como un comportamiento «artificial» o «mecénico» ajeno a le entrevista, puesto que son comportamientos implicitos en la funcién de ayuda del entrevistador, cualquiera que sea su orientacién tedrica. Con estas indicaciones sélo se pretende ajustar el comportamiento del entrevistador a la finalidad de lograr una identificacién y especificacién de las conductas problema y de los factores que las controlan més répidamente, que en definitive tendré como consecuencia el que se logre primero el alivio del malestar del cliente ‘Ademis de dispensar reforzadores positivos, el entrevistador también ha de apli- car extincién a las conducras del entrevistedo que entorpecen la marcha de la entre- vista, que resultan ser estimulos aversivos por su contenido, o que dilatan la obten- cidn del reforzamiento que supone para el entrevistador la consecucién de informacién {il (Villareal, 1981). Algunos de estos comportamientos pueden ser: saltar de tema, reiteraciones, interpretaciones, loros continuados, manifestaciones de desesperanza, ‘tc, Un modo de aplicar la extincién, por ejemplo, ante un cambio de tema puede ser volver a preguntar por el tema anteriormente abordado en cuanto el sujeto termine su exposicién, o mencionar Ie narracién previa a la desviacién del tema e indicarle que seria itil conocer algo més sobre eso Finalmente, utilizando procedimientos similares a los que aqui se acaban de men- cionar cabe esperar que se lograré sin gran dificulted el «moldeamienton de la con- ducta efectiva del entrevistado durante la entrevista, 3.4. El lenguaje en la entrevista Como en cualquier comunicacion interpersonal, el lenguaje del entrevistador en Ie entrevista conductual debe adecuarse al interlocutor, de acuerdo con su nivel cultural ‘yu entorno social, de tal modo que @ éste le resulte comprensible lo que se le pretende iransmitic. Sin embargo, se pondré cuidado en que el entrevistado vaya adquiriendo un lenguaje cada vez més conductual, describiendo comportamientos y situaciones cestimulares, evitando que realice inferencias ointerpretaciones, y controlande el empleo de constructos mentalistas, dinémicos, psiquidtricos, ete., de uso comin en nuestra cultura, La adquisicién de un lenguaje conductual se producira por imitacién del lenguaje ‘que emplee el entrevistador y por «moldeamienton de la conducta verbal del cliente requiriendo la descomposicin en conduetas de lo que se resume al utilizar constructos, reforzando la comunicacién de conductas y de situaciones estimulares, ete. El aprendizaje de este lenguaje conductual aumentaré la eficacia de la entrevista, pues resultard més ficil obtener una informacién relevante conductualmente y no hard necesario que el entrevistador dedique un gran esfuerzo a la tarea de especificar (Haynes, 1978) 1 eins Prise 106 Manual de téenicas de modiicacién y erapia de conducts Con esto no queremos decir que sea necesario que el cliente aprende a utilizar los ‘términos mas comunes de aprendizaje como puedan ser estimulo, respueste, reforza- miento, castigo, etc., puesto que analizar le funcién de conducta o de situacién est ‘malar ha de ser terea que corresponda al entrevistador. El sujeto sélo ha de tener como taree facilitar descripciones pormenorizadas de su funcionamiento. Desde nuestro punto de vista, educar a los clientes durante le entrevista, wsobre la marche», en conceptos de aprendizaje puede interferir mis que ayudar a la comunicacién entre el entrevistador y el entrevistado, al correr el riesgo de que los conceptos que sé tratan de ensefiar no hayan sido bien aprendidos y no se utilicen correctamente. 3.5. Duracién de ia entrevista Aungue no se dispone de investigaciones sobre el tiempo éptimo de duracién de cada sesién de entrevista, y aun cuando ésta se ve afectada por las condiciones orge- nizativas en que se desarrolla (institucién abierta o cerrada, nimero de clientes a atender, ete.) una hora es el tiempo que usnalmente se toma como pattén. Una dura- ign menor, Como pudiera ser media hora, no seria fructifera pues se consumiria la mayor parte del tiempo y el esfuerzo en el proceso de «poner al cliente en situacién», quedando pocos minutos pera conseguir informacién nueva, y no resultaria reforzan- te ni para el cliente ni para el entrevistador. No obstante, alargar el tiempo hasta dos horas en la primera entrevista, haciendo una entrevista «maratn», puede permitir reunir la informacion relevante basica de la que partir, dedicando las demas sesiones a completar y precisar los datos en ella obtenidos. Las entrevistas cuya duracién sobrepesa la hora permiten eumentar el por- centaje de tiempo real dedicado a la evaluacién, al mantenerse los minutos de conver- sacién inicial y la preparacién de la terminacién de la sesién. Sin embargo, las sesio- nes de una hora son suficientes normalmente para posibiliter un amplio intercambio de informacién sin producir fatiga al cliente ni al entrevistador, y llevan a éste a establecer un mayor control sobre el desarrollo de la entrevista, ai ser una hora un tiempo que deja poco lugar a las desviaciones de tema, Ademés, si se pretende avan- zar en el conocimiento del problema, poder disponer de mayor nimero de periodos entre sesiones permitiré analizar y planificar mejor la entrevista. Finalmente, puede indicarse a titulo orientativo que el tiempo requerido para completar una entrevista de evaluacién de problemas, con las oscilaciones légicas ‘que se pueden producir en funcién de le complejidad de los diversos problemas @ evaluar en cada caso y de la capacidad variable de los entrevistados pare suminis- ‘rar informacién, no suele sobrepasar las tres horas (tres sesiones de une hora), finalizandose en muchas ocesiones en dos horas, y siendo realmente raras las ocasio- nes en que Se requiere solemente una hora para recoger toda la informacién necesaria, A modo de ejemplo, se puede sefialar que el tiempo que se viene necesitando de un ‘modo sistematico para completar la Pauta de enirevisia para identificacién de pro- blemas sexuales en ta pareja y la Pauia de entrevista para identificacién de proble- ‘mas en la pareja, que s¢ muestran en las tablas 3.2 y 3.3, e8 de tres horas por cada rmiembro de la pareja © Ediciones Pcie Le entrevista conductus! 107 3.6. El registro de la informacion Los datos suscitados durante ia entrevista han de ser recogidos mediante algin tipo de registro que impida su olvido o pérdida. No obstante, existe controversia sobre cual es el modo mas conveniente de registrar esta informacién, Hay amplio acuerdo en que le grabacién en video o en cinta magnetofénica es el registro mas completo, por retener tods la interaccién producida durante la entrevista, que ale vez conserva la informacién que proviene del cliente y suministra feedback al entrevista- dor de su actoacién Sin embargo, no siempre es posible utilizar estos registros automiticos, debido tanto @ razones econémicas como a falta del tiempo necesario para reproducir e503 registro una vez finalizads la sesin de entrevista. En estos casos se plantea la disyuntiva de tomar notas a medida que el cliente va proporcionando datos, o hacer un resumen de lo referido en cada sesién inmediatamente después de su finalizacién. Ambos procedimientos plantean problemas, pues aunque al tomar notas durante la entrevista se extraige directamente Ia informacién que en ese momento parece significativa como contrapartida puede interferir la relacién interpersonal (Maccoby y Meccoby, 1959; Garcia Marcos, 1983), distraer al entrevistador del proceso de la entrevista (Gordon, 1975), dificulta te fluidez de la comunicacién del entrevistado, hace més lento el curso de Ie entrevista, y ademas no impide que se pierda una parte importante del contenido relatado por el sujeto. Asi, en la investigacién llevada a cabo por Hay et al, (1979) se encontré que entrevistadores conductuales que utilizaban este procedi- rmiento de registro, aun conociendo que sus entrevistas eran grabadas y revisadas posteriormente, perdieron un 28 por 100 de Ja informacion y ponian en boca de los sujetos un 5 por 100 de afirmaciones incorrectas. A su vez, no tomar notas y hacer un resumen nada més finalizar la entrevista también corre el riesgo de no recoger datos, importantes, Froehlich (1958) comprobé, en entrevistas no conductuales, que hasta el 30 por 100 del contenido suministrado por el cliente se podia pecder por este sistema, 'y st llegaba a distorsionar mas del 75 por 100 de lo referido por el entrevistado, Por estas razones, se recomienda grabar las sesiones de entrevista siempre que sea posible, Cuando no se disponga de tiempo suficiente, seria conveniente grabar al menos las sesiones de exploracion y clarificacién, puesto que los datos que se obten- gan en las sesiones destinadas a precisar y contrastar informacién, por su propia funcién, estardn menos sujetos a distorsién por parte del entrevistador. La escucha posterior de la grabacion frecuentemente amplis la informacion captada por el entre- vistador, al presentar elementos relevantes del probleme que en los momentos en que fueron comenicados pudieron no parecer importantes por carecer entonces el enitre- vvistador de criterios sobre su significacion. Si no se realiza grabacién, es aconsejable hacer unas minimas-anotaciones en el curso de cada entreviste y realizar inmediatamente después un pequefio resumen en el que el entrevistador vaya contestando a los items especificos de alguna pauta detallada del area que presente el sujeto; sino se dispone de este tipo de pautas se puede recurrir 2 una pauta general, como la que se oftece en la tabla 3.1. En las Fesputestas a estos items deberé quedar reflejado qué elementos estén ya suficiente- mente especificados y cuales se ignoran o necesitan concretarse; ademés, el nimero © Esiciones Pride 108 Wanual de téenicas de modiicacién yterapie de conducte de ftems al que se pueda contestar en cada sesién puede servir como indicedar de la productividad de la entrevista. Otra alternativa puede ser grabar todas las sesiones y, a la hora de hacer el resumen, reproducir sélo aquellos pasajes de mayor interés, los que susciten duda, o sobre los que se desee confirmar datos. En cualquier caso, cuando se vaya @ utilizar cualquier sistema de registro debe explicarse al cliente sus ventajas, recordar la confidencialidad a que esté sujeta le actuacién del entrevistador, y solicitar su consentimiento, También se debe advertir al sujeto que puede mendar parar la grabacién que se realice si en algin momento quiere que no quede registrado cualquier dato que vaya a aportar. Estes interrupeiones, {ue rara vez se producen, no disminuirdn la exactitud del registro de esas entrevistas, pues los contenidos que en tales ocasiones se comunican suelen ser de tal indole que dificilmente no las pueda recordar con detalle el entrevistador cuando finalice la sesién Finalmente, le colocacién del aparato de grabacion en un lugar visible pero lige ramente retirado del eje de comunicacién visual entre el entrevistador y el entrevistedo, cuando se utilice este procedimiento de registro, reducira sensiblemente los efectos, de reactivided que se puedan producir por conocer el sujeto que la entrevista esté siendo grabada 4, Utilidad de la entrevista La entrevista ha sido, y sigue siendo, el procedimiento més utilizado en el proce so de obtener Ia informacién que permite evaluar Ia existencia de un problema psico- logico en un sujeto, y mas en general, en palabras de Silve (1992): «La entrevista contintia siendo el instrumento més extendido y empleado dentro del campo de le evaluacién psicolégicay. Esta afirmacién aparece reflejada en los datos de le encues- ta desarrollada en Estados Unidos sobre el quchacer de los psicblogos clinicos en la década de los ochenta (Norcross, Prochaska y Gallagher, 1989), que mostraban que el 96 por 100 de los clinicos empleaban Ia entrevista y ésta ocupaba el 39 por 100 del tiempo que dedicaban a Is evaluacién. Estos datos referidos al empleo que se hace de Ie entrevista por parte de los psicélogos en general, sin especificar el tipo de modelo teérico de explicacién del funcionamiento humano que orienta su actuecién practica, no parecen diferir considerablemente de los que se desprenden de las actuaciones de los psic6logos conductuales. Asi, iversos autores @ o largo de las tres tltimas décadas, io que es lo mismo que decir desde que adquirié cuerpo la evaluacién conduciual, sostienen que la entreviste conductual es el procedimiento que mas se utiliza en la cevaluacién conductual (Morganstern, 1976; Linehan, 197; Haynes, 1978; Morgans- tem y Tevlin, 1981; Edelstein y Berler, 1987; Edelstein y Yoman, 1991). Efectivamente, a pesar del énfasis puesto por los tedricos de la evaluacién con- actual en el empleo preferente de métodos directos de obtencién de informacién, como puedan ser la observacién, la auto-observacién o los registros fisiolégicos. Ia entrevista parece estar siendo utilizada habitualmente por el 90 por 100 de los que se denominan terapeutas de conducta en la evaluacién de sus casos, Segin revelan Jos resultados de las encuestas realizadas por Swan y McDonald (1978) y por Wade et 1 Esicionee Pride Lacntrevistaconduetva! 109 al, (1979). Sin embargo, el dato anterior sacado de la préctica diaria parece estar en contradiccién con los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por Bornstein et al. (1980) y por Llevona (1981) sobre la utilizacién de los diversos métodos de evaluacién en los trabajos publicados en las principales revistas de terapia de conduc- ta, En estos trabajos la wilizacién de la entrevista oscilabe entre el 1 por 100 y el 8 or 100 de los casos, dependiendo de las publicaciones revisadss. No obstante, esta aparente discrepancia entre los dos tipos de datos no creemos que sea debida a una mera separacién entre el campo de la investigacién y el campo de la clinica, aplicéndose métodos de obtencién de informacién mas rigurosos con fines investigadores que con fines clinicos, como aducen Bornstein et al., sino al hecho de que el importante papel que juega la entrevista en el proceso de evaluacién, por la funcién que comple dentro de ese proceso, queda oculio en la mayoria de los informes de las investigaciones; y porque también, como sefala Silva, «durante mu- cho tiempo parece heber sido considerada (le entrevista), en los circulos mas progre- sistas de la evaluacién, como una especie de “mal necesario” del cual convenia mis bien hablar soto voecen (Silva, 1992) En relacién con el papel que juega la entrevista dentro de la evaluacién conduc- tual, de un modo general, se puede afirmar que la entrevista conductual para la eve- Iuacién de problemas tiene como funcién principal permit descomponer los «problemasy ‘que presente un cliente en «unidades conductuales» definidas topogréfica y funcio- nalmente, Sin embargo, al ser un método indirecto de obtencién de informacién (Cone y Hawkins, 1977), los datos que se obtienen mediante [a entrevista han de tomarse camo algo eproximativo, siendo necesario acudir a métodos directos que permitan confirmar y precisar cuantitativamente esa informacién. Probablemente esta segunda operacién es la quede reflejada en los informes de muchas investigaciones, enmasca- rando la utilizacién y la importancia real de la entrevista (Liavona, 1984). ‘Como uns consecuencia de su funcién, la entrevista se puede considerar como un primer método general de obtencidn de informacién, casi imprescindible, en toro al ‘cual se estructuran el proceso de evaluacién de las conductas y los dems procedi- mientos de evaluacién, Asi, a partir de los datos suministrados por los sujetos en la ‘entrevista se ha de Hevar a cabo la aplicacién de otros instrumentos que confirmen y cuantifiquen Ia evaluacién realizada de un modo aproximativo. En la practica, en muchas ocasiones la auioobservacién, los registros psicofisiolégicos, la observacion y otros posibles autoinformes se realizan a la par que se desarrolla la entrevista, puesto que son instrumentos que pueden interrelacionarse entrelazindose con ella Estos procedimientos se utilizan para generar elementos de informacién que son am- pliados mediante a entrevista, y en la mayoria de los casos para contrastar y precisar los que en ella se han obtenido. Asi, por ejemplo, si por medio de la entrevista se ha identificado como una unidad conductual relevante en un problema una respuesta psicofisiologica, procederd establecer para su evaluacién precisa un procedimiento de registro psicofisiolégico. ‘Ademés, el conocimiento del problema proporeionado por la entrevista no sélo sirve como guia pare determinar qué otros instrumentos de evaluacién es adecus. do utilizar en cada caso, sino que también permite fijar el modo de aplicacion de e608 procedimientos. En esta linea, puede indicarse que es conveniente, para apro- 110 Manual de identeas de modiioacién y erepia de conducts vechar mejor el esfuerzo que supone emplear cualquier tipo de registro, esperar a que se hayan descubierto en la entrevista elementos relevantes del problema para que los registros se circunscriban a esos elementos, en lugar de realizar registros «a ciegas», De este modo, por ejemplo, la entrevista podré orientar el muestreo que se vaye a realizar en una observecién determinada, dirigiéndolo solamente hacia determi- nadas conductas, situaciones y espacios temporales; capacitando al evaluador para poder contestar @ ias preguntas claves: qué conductas se han de observar, en qué situaciones, durante cudnto tiempo... Por otta parte, si se desarrolla le entrevista del modo que aqui se he sugerido, centrando Ja indagacién en secuencias de comporta imiento y en conductas concretas de las que el entrevistado no siempre posee informa- cién suficiente, seré fécil para el evaluador hacer ver a ese sujeto la conveniencia y utilidad de proceder a introducir otros instrumentos de evaluacién que ayuden a lle- nar esas Jagunas. Por estas razones, se puede hablar de la entrevista como un proce dimiento de obtencién de informacién que no s6lo es itil por posibilitar e! indagar por si misma acerce del funcionamiento de los sujetos, sino también porque puede funcionar como un auténtico elemento vertebrador del proceso de evaluacién de con- ductas. Pero ademis de esta utilidad en relacién al proceso de evaluacién, al cumplir su objetivo principal de obtener informacién que permita hacer una hipétesis sobre el analisis funcional de las conductas problema y orientar la determinacién de que otros instrumentos es adecuado introducir, ia entrevista también resulta ser especialmente Util en cuanto herramiente especifica de obtencién de informacién. Asi, por ser un procedimiento que permite gran flexibilidad a la hora de realizar indageciones, al no ‘estar prefijadas rigidamente las preguntas que se han de hacer a los entrevistados, posibilita indagar sobre aspectos generales de un problema (recogiendo informacién que sirva de enmarque de un funcionamiento problema) y a la vez ahondar en ele- ‘menios especificos de respuestas concretas (Villareal, 1981). Asimismo, permite ha- cer preguntas rapidas sobre diversas reas problema sucesivamente (por ejemplo, pare determinar la existencia de uno o varios problemas) 0 da lugar a poder aborder otras éreas con problemas @ las que ¢l cliente no daba importancia o no prestaba atencién por desconocer su relacién con el problema que presenta (por ejemplo, in- vestigar la existencia de un problema de asercién relacionado con las molestias fisi- cas que experimenta un cliente). Del mismo modo, la distribucién del tiempo en la entrevista se adapta a la importancia que en cada ocasién resulte tener una pregunta formulada al sujeto o un area que se indague, de tal forma que unas preguntas se solventarén en pocos segundos mientras que otras requeriran dedicarles wn periodo de tiempo considerable. También, debido a esta flexibilidad, en la entrevista se puede en algunas ocasiones hacer preguntas para adelantar informacién superficial sobre algin ppunto de un problema y posteriormente volver sobre él, retomandolo en un nivel de indagacién més preciso. Relacionada con esta caracteristica de la entrevista de ser flexible, que la hace tan Util, debe resaltarse otra no menos importante como es de proporcionar «feedback» inmediato al entrevistador. Efectivamente, una peculiaridad de la entrevista que le permite la flexibilidad es el hecho de obtener informacién inmediate ante cualquier pregunta que se realice al entrevistado. El hecho de producirse une determinada res- 1 Edicion Prtmige Le entrevista conductual «41 puesta de une manere inmediate ante una pregunta que efectie el entrevistador es & ‘nuestro parever una gran ventaja de Ie entrevista. Asi, debido a este circunstancia, el entrevistador puede repreguntar, pedir aclaraciones, o demandar una ampliacién de informacién al hilo de las respuestas que se vayan produciendo, lo cual posibilita el ue se obtenga informacién pertinente en menor tiempo. Gracias a este fenémeno de inmediatez de las contestaciones se puede establecer un proceso de realimentacién en Ja entrevista mediante el cusi se genera una informacién que, ¢ su vez, determina las preguntas que se han de plantear a continuacién. Este proceso de realimentacién debido al feedback inmediato posibilita que en el desarrollo de una entrevista se pueda comenzar por un ajuste del contenido de las preguntas entre el entrevistador y el entrevistado, de tal modo que las preguntas lleguen a ser totalmente comprensibles para el entrevistado, y se continie con un ajuste de las respuestas @ los elementos de informacién que necesita conocer el entrevistador (ajuste de constructos a conductas, de tespuestas imprecisas como «mucho» 0 «poco» 2 cuantificaciones), Del mismo modo, este proceso permite que durante una sesién de entrevista, por ejemplo, se pueda esclarecer la existencia de posibles problemas en varias areas de funciona rmiento, se delimite alguno de ellos y se narre una secuencia de actuacién que impli- gue alguna conducte especitica de ese problema delimitado. Por otrs parte, debido 2 las condiciones inherentes s la entrevista de ser una indagacién mediante una interaccién «cara a caran, entre pocas personas (usualmente dos 0 tres), durante un tiempo que suele ser elevado (normalmente varias hores), y que frecuentemente versa sobre unos contenidos personales muy significativos para cl entrevistado, es casi inevitable que llegue a generar una relacién interpersonal de «pseudoamistad», méxime cuando la entrevista de evaluacién se realiza con fines de prestar ayuda profesional» a un sujeto que se encuentra en una situacién problema y que es facil que pereiba que en esa interaccién se esté teniendo un interés especial en 41 (hasta el punto que se le solicita informacién sumamente detallada de su situacién para comprender mejor su problema). En estas condiciones, es ficil que el cliente, Gurante el desarrollo de una entrevista como la que en este capitulo ha quedado ex- puesta, se sienta atendido, escuchado y comprendido. Sin embargo, se califica esta relacién de pseudoamistad porque, por su unidireccionslidad en la transmision de informacién personal y por Ia posicién distinta que ocupa cade miembro de esa rela- cidn, no existe ni simetria en la relacién ni reciprocidad en las funciones ¢ intereses gue puedan constituir por si mismo uns auténtica relacién de amistad. En cualquier caso, esta inceraccién que se produce en Ia entrevista puede resultar reforzante para el entrevistado tanto por lo que atafie a los efectos derivados de la atencién especial que presta el entrevistador al problema que presenta el sujeto cuanto por otros fend- menos que en ella ocurre como, por ejemplo, el alivio de la tensién que favorece la propia situacién de entrevista (efecto de «descarga» de sus problemas) o por la apari- cién de diversos reforzadores positivos que el entrevistador le dispense en distintos ‘momentos de la entrevista (véase Jo referente 2 la utilizacién de reforzamiento co- ‘mentado en el apartado anterior). Por estas razones, es muy probable que a lo largo del desarrollo de la entrevista se establezce una buena relacién interpersonal profe- sional que contribuya a favorecer la fluidez en la captacién de la informacién que el centrevistador pretende obtener y que siente las bases para una posible futura relacién 6 Baines Pirie 4112., Manuel de técnices de modlfcacién y terepie de cond profesional fructifere si después de completada Ia evaluacién se procede @ poner en rareha une intervencién modificadora. ‘Asimismo, esa caracteristica de indagacién verbal confiere utilidad especial a le entrevista como instrumento de evaluacién al facilitar el poder evaluar poblaciones ‘peculiares; es decir, mediante la entrevista se pueden realizar evaluaciones a perso- nas que por sus pectliaridades (por ejemplo, personas con deterioros mentales impor- tantes 0 con series dificultades de leetura o de comprensin de un texto) harian dificil el que se pudiese recurrir a otros procedimientos de evaluacién, como pudieran ser tests 0 cuestionarios Por otra parte, la entrevista conductual ayuda a generar un lenguaje descriptivo en el entrevistado. En efecto, si se siguen las orientaciones sefialadas en el apartado que dedicamos a su desarrollo, o las indicaciones apuntadas en los aspectos técnicos referidos al lenguaje en la entrevista, es probable que se genere en el entrevistado la utilizacién de un lenguaje descriptivo a le hora de comunicar su funcionamiento y un ‘modo de analizar sus problemas que haga hincapié en la atencién e conductas especificas yy las situaciones en las que se producen. Lo cual no sélo servira pare establecer una adecuacién entre el lenguaje del entrevistador y del entrevistado que habré de ser fructifera para la propia marcha de la entrevista y que quedara ye establecida si tiene lugar posteriormente una intervencién modificadore, sino que también redundaré en beneficio de otros aspectos de la evaluacién (como pueda ser, por ejemplo, aumentar Je exacttud de la informacién recogida mediante un procedimiento de autobservacién). Une iiltima utilidad de la entrevista conductual que se quiere resaltar es que, mediante la indagacién sistemstica sobre los problemas que se lleva a cabo # lo lergo del desarrollo de la entrevista y por la reformulacién de esos problemas que se efectia cenel informe que tiene lugar @ su finalizacién, es probable que produzca una ordenacién adecuada de los acontecimientos de la vida del cliente y una primera reestructura- cin sobre la causalidad y dependencia real de sus comportamientos; Yo cual unido a los posibles efectos reforzantes de fa relacién con el entrevistador, ya mencionados, también es probable que contribuya a hacer disminuir Ia respuesta de alerte que mantie- ne el cliente y que se genera en los humanos cuando les resulta inexplicable e incontro- lable su comportamiento. Ademés, ese conocimiento sobre las «causas» reales de su problema es asimismo probable que produzca unas expectatives positivas de cambio, al poner ai cliente sobre la pista de qué cosas se deben y se pueden cambiar. Por iiltimo, hay que hacer constar, como contrapunto, que le gran utilidad de la entrevista conductual para la evaluacién de problemas afirmada y constatada en la préctica se ve lastrada y empafiada por la falta de investigacién que la avale empirice- mente. La investigacin sobre la fiabilidad y validez de la entrevista conductual he sido tan escasa que lleva @ autores como Edelstein y Yoman (1991) ¢afirmar que «no existe virtualmente apoyo empirico para la entreviste conductual». Efectivamente, salvo excepciones como puedan ser las investigaciones de Hay et al. (1979), Christoff et al. (1980), Felton y Nelson (1984), o Alberts et al. (1988), poco se ha hecho pare investigar la fiabilidad y la validez de la entrevista conductual. A este respecto, Ie situacién actual en que se encuentra Ja entrevista conductual podria quedar refleja- zen las palabras con que comienza Linehan la conelusién de su clasico trabajo de 1977, donde describe el estatus de Ia entrevista desde un punto de vista conduc- Laconirovista conductual 113 tual: «Si bien el hacer entrevistas es algo utilizado ampliamente por los conductista, se he hecho poce o ninguna investigacién empitice para averiguar la fabilidad y validez de la entrevista conductual como un procedimiento de evaluacién. (Sin em- bargo) Las veniajas de la entrevista para recoger datos de autoinforme y para generar, clerficar y probar alguns hipévesis sobre la conducta del cliente y las contingencias ambientales aconseja que se continie su utlizacién como uno de los diversos méto- dos (a emplear) en una evaluacién clinica comprensiva» (Linehan, 1977) EJERCICIOS DE AUTOCOMPROBACION La palabra entrevista es un término genérico que se refiere a fenémenos de: 4) Indagacién e interaccién 8) Indagacion y declaracion. ¢) Declaracién e interaccién, 2. Comunicaciones del entrevistador del tipo: «Cuando una pareja comienze e tener relacio- sexuales se dan con frecuencie problemas de sjuste. (Les ha ocurrido # ustedes esto», se reslizan con el fin de 2) Conover la frecuencia de ese funcionamient, ©) Diluir le posible veloracién negative de ese comportamiento, ¢) Deseartar Ia existencia de ese problema. Uns de les tareas del entrevistador es lograr que el entrevistado: a) Deseriba y descomponga el problema en conductas. b) Aprende conceptas elementales de aprendizaje. ¢) Establezca relaciones funcionales entre sus conductes y las variables que las deter- 4. Ala hora de obtener informacién sobre situaciones problema concretas es indegar por: és adecuado 4) Un die etipon de su vide 5) El dia anterior sla entrevista ©) E! tlkimo episodio ccurrido, aunque hays sucedido un tiempo attés . Los datos obtenidos en Ie entrevista orientarin a le consideracién de un elemento como estimulacién antecedente & una conducts cuando: 4) Esté presente inmediatemente antes de ese comportamiento, ) Guarda una relacién funcional con le eparicidn de esa conducta €) Su presencia antes de Is aparicion de una conducta determing la probabilidad de su 1 Eeiciones Prime 114 Manuat ce técnicas de moctficacién y terapia de conducts 6. {Cudl de las siguientes afirmaciones sobre la entrevista conductual es incorrecta? 42) Es el elemento vertebrador del proceso de evaluacién de conductas. ) Proporciona un feedback inmediato al entrevistador sobre las preguntas que realiza ¢) Estd respaldads por une amplia investigacién sobre su flabilidad y validez, 7. El tiempo usual de una sesion de entrevista es de: 2), 20-30 minutos. 6). 45-60 minutos. €). 75-90 minutos, LECTURAS RECOMENDADAS Edelstein, B. A..y Yoman, J. (1991): «La entrevista conductual», en Caballo, V.E. (comp.), ‘Manual de téenicas de Yerapia y modificacién de conducta, Madrid, Siglo XX1 Capitulo que complements el desarrollo de Ie entrevista que se ha presentado, pues se centra en el proceso general de la entrevista y en la relacién entrevistador entrevistado. De tun modo especifico analiza las conductas del rol del paciente y los medios de los que se sieve el entrevistador para moldear el comportamiento del entrevistado, Haynes, S. (1978): Principles of Behavioral Assessment, Nueva York, Gardner (capitulo 8, “«The Behavioral Interview) ese a los afios trascurridos desde Is aparicién de este libro; el capitulo dedicado a la ‘entrevista conductual continia reuniendo informacién amplis, préctica y adecuada tanto sobre las funciones y ceracteristicas de la entrevista conductual como sobre su estructura 1 sobre las teticas a seguir para su desarrollo. Silva, F. (1992): eLe entrevistan, en Ferninde2-Ballesteros, R. (ed), Introduecién a la Bva- Iuacién Psicolégiea I, Madrid, Pirémide, E] trabajo del profesor Silva es un estudio muy documentado sobre le entrevista, en el aque se pasa revista las principales cuestiones relevantes de Is misma (los aspects con ceptuales, sus diversas clasificaciones, su fiabilidad y validez), suministrando ademi orientaciones para paliar los sesgos que en ella se pueden cometer y dando una serie de indicaciones para su deserrollo desde el comienzo hasta su finslizacién. Proporciona un amplia informacién sabre los conocimientos actuales en torno a ls entreviste que consti- ‘mye un enmarque iil para quien uilice Is entrevista conductual. 6 Eeiciones Pris

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