FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
Decana Prof. Dra. Amelia H. Imbriano
Licenciatura en Psicología
Asignatura: Psicología Jurídica y Política
Prof. Lic. Daniela Tecce
Trabajo Práctico
“Aborto, violación y el rol del Psicólogo”
Ferrara, María Antonela. Legajo Nº 196913
2019
INTRODUCCIÓN
En el siguiente trabajo se propone analizar el rol del Psicólogo Jurídico en un
caso real a través de una noticia sobre alguno de los temas que hacen a la
asignatura.
La noticia elegida se relaciona con el abuso sexual infantil, así como también
con el Código de Ética profesional del Psicólogo, y la legislación actual sobre la
Interrupción Legal del Embarazo.
SOCIEDAD
27 de abril de 2017
Le suspenden la matrícula a una psicóloga en Santa Fe
Convenció de no abortar legalmente a una
nena de 11 años violada
Dos psicólogas del Hospital Iturraspe de Santa Fe denunciaron que su colega María
Belén Catalano, integrante de la ONG católica Grávida, había violado la intimidad de la
criatura que estaba internada, haciéndose pasar por familiar para convencerla de no
interrumpir el embarazo. El Colegio de Sicólogos le suspendió la matrícula por seis
meses.
Por Mariana Carbajal
En un caso sin precedentes, una psicóloga perteneciente a una ONG católica fue suspendida
por seis meses para ejercer la actividad por el Colegio profesional de la ciudad de Santa Fe,
tras ser denunciada porque convenció a una niña de 11 años embarazada, de que rechazara
ser sometida a un aborto legal. La gestación era producto de los abusos sexuales perpetrados
por el padrastro. Existió “una constante vulneración y revictimización” de la niña “al obligarla” a
“llevar a término un embarazo, ser madre y dar a la criatura en adopción”, señaló el dictamen
del Tribunal de Ética y Disciplina de la entidad, al que tuvo acceso PáginaI12. La resolución
cuestiona en durísimos términos la maniobra esgrimida por la psicóloga. “Este procedimiento
debe ser considerado tortura o trato cruel, inhumano y degradante, en los términos de los
tratados de derechos humanos vigentes para nuestra legislación”, sentenció el cuerpo.
La presidenta del Colegio de Psicólogos de Santa Fe, Mónica Niel, explicó que "la
determinación de suspender la matrícula de la terapeuta está fundada en que no es
conveniente que un profesional utilice su posición para orientar un caso según sus intereses".
La postura de la entidad es que “cuando hay un embarazo en el que corresponde el aborto
legal, el psicólogo debe ayudar a tomar la decisión más conveniente para el caso, no lo que
responde a sus creencias o intereses", precisó Niel. La sanción recayó sobre la psicóloga
María Belén Catalano, de Grávida, conocida ONG católica. Además de suspenderle la
matrícula por medio año, el Tribunal le aplicó un apercibimiento público por numerosas
infracciones al Código de Ética de la Federación de Psicólogos de la República Argentina.
Aunque la suspensión es por pocos meses, de todas formas fue celebrada por organizaciones
como la Multisectorial de Mujeres y la mesa Ni Una Menos de Santa Fe, que vienen
denunciando el accionar de integrantes de grupos anti-derechos en hospitales públicos para
impedir el acceso a abortos legales, con estrategias como meterse en salas de internación y
mostrarles fotos de fetos o decirles que van a matar a un bebé a niñas o mujeres que solicitan
la interrupción de un embarazo en los casos contemplados en el Código Penal. “La resolución
es ejemplificadora para los profesionales de la salud que obstaculizan la interrupción legal de
embarazo y que operan de manera perversa. Y viene a reivindicar la ética de quienes sí
trabajan a conciencia y en cumplimiento de la ley, posibilitando que las mujeres elijan y ejerzan
sus derechos”, indicó a este diario Florencia Marinaro, de la Multisectorial.
Catalano fue denunciada ante el Tribunal de Ética por parte de dos psicólogas del Hospital
Iturraspe, de la ciudad de Santa Fe, que venían interviniendo en la atención de la niña para
ofrecerle alternativas frente a su situación. La niña, de 11 años, acompañada por su mamá,
había solicitado la interrupción legal del embarazo que había sido producto del abuso sexual
perpetrado por su padrastro. La niña se encontraba internada en el Servicio de Pediatría,
cuando Catalano la fue a ver un sábado a la tarde y un domingo –aprovechando que durante el
fin de semana suele haber menos movimiento de personal--, y se presentó primero como
amiga de su mamá, e inició un vínculo haciéndola jugar a una sopa de letras. Al poco tiempo, la
madre y la niña firmaron el alta voluntaria y no volvieron a realizar controles médicos al
Iturraspe. Según se confirmó, Catalano siguió atendiendo a la niña en forma particular. El
hecho ocurrió dos años atrás. Tras la apertura de la investigación sobre la conducta de la
profesional, el Colegio de Psicólogos emitió ahora su dictamen, en el que encuadra la práctica
de Catalano como disruptiva, que vulnera la intimidad y el consentimiento de la niña, que falta
el respeto al trabajo de colegas y al resto del equipo que la venía asistiendo, que obstaculiza el
acceso a la ILE y, en definitiva, termina configurando una situación de embarazo forzado
(previa violación), maternidad forzada y adopción forzada. En términos del propio Tribunal:
“tortura, trato degradante, cruel e inhumano”.
En ese sentido, el Tribunal cuestionó que la psicóloga “utilizó su condición para ganarse la
confianza de la niña e intervenir en una situación de alta complejidad y vulnerabilidad social y
familiar, no siendo consciente de la posición que ocupa frente a su consultante, con el
agravante de que se trataba de una niña en una situación de extrema complejidad psíquica,
médica, jurídica y socioambiental”. En su defensa, Catalano alegó “un interés de índole
estrictamente humanitario acompañando a alguien que estaba pasando un momento difícil”.
Pero el Tribunal objetó que se “valió de argucias e inexactitudes para acercarse a la niña,
sustentado su intervención en su carácter de voluntariado” y de este modo, “quedó violado toda
posibilidad de obtener un consentimiento válido”. En la historia clínica, citada en la resolución
del Tribunal de Ética, figura que la niña había manifestado su decisión de interrumpir el
embarazo. “En sus tareas de voluntariado desarrolla acciones y procedimientos propios del
quehacer profesional del psicólogo y lo hace en nombre de instituciones cuyos fines resultan
contrapuestos a la integridad de las personas y los derechos humanos”, sentenció el cuerpo.
Marco teórico
Es pertinente hacer una revisión de los conceptos teóricos inherentes al
caso presentado, sobre todo en lo que respecta a la norma o ley específica cuyo
cumplimiento se discute y para comprender las atribuciones que las mismas
establecen para las distintas funciones de los intervinientes en los hechos.
Se articularán las siguientes leyes, conceptos y acuerdos internacionales:
- Constitución Nacional
- Artículo Nº 86 del Código Penal
- Ley 23.277 “Ejercicio Profesional de la Psicología”
- Ley 26061 “Ley de protección integral de los Derechos de Niños, Niñas y
adolescentes”
- Niñas Madres. Embarazo y maternidad infantil forzada en América Latina
y el Caribe. Cladem, 2016
- Ley 25852 “Ley Rozinsky”
- Código de ética del Colegio de Psicólogos de Santa Fe
- Revictimización
DESARROLLO
En relación al abuso sexual infantil
El abuso sexual infantil es una forma de abuso físico y psicológico y consiste en
la utilización de un niño por parte de un adulto para satisfacer los deseos
sexuales de este último (Varela, Sarmiento y Puhl. 2005). Aquí entran desde
inducción a acciones del menor, pornografía infantil, así como también abuso
sexual con acceso carnal. Para la Organización Mundial de la Salud, estamos en
presencia de abuso sexual infantil cuando “un niño es víctima de un adulto o de
una persona evidentemente mayor que él, con fines de satisfacción sexual”. Para
brindar consentimiento a tales acciones se deben comprender sus alcances, lo
cual resulta ajeno a las posibilidades de un niño.
El ASI se desarrolla en forma progresiva, presentándose diferentes
etapas: Seducción, interacción sexual, secreto, revelación y supresión del
ofensor. Cada una de estas instancias hará mella en la psiquis de la víctima,
agravado esto por su condición de menor y la inmadurez para poseer recursos
que permitan comprender la gravedad del hecho.
Por otra parte, aparece un conjunto de signos que marcan la condición de la
víctima, y que pueden analizarse a posterior, presentes en todo caso de abuso
en mayor o menor medida: el secreto, la desprotección, el atrapamiento o
acomodación en la que el niñe se va acostumbrando al lugar que le toca en esa
relación abusiva, el develamiento tardío y la posterior retractación.
EL ROL DEL PSICÓLOGO EN EL ÁMBITO DE MENORES
En el ámbito minoril se trata de casos de niñes y jóvenes en situación de
vulnerabilidad social. El psicólogo realizará una evaluación y diagnóstico de las
características de personalidad del menor, descripción de su comportamiento y
motivaciones, contexto familiar y medio socio ambiental y cultural. El psicólogo
tiene dos funciones posibles a ser ejercidas:
a) Diagnostico: tiene como objetivo asesorar al juez sobre la personalidad
del menor, sus vínculos socio familiares, pronóstico y las estrategias a seguir
para la adecuada atención. Se dilucidarán indicadores clínicos de patología y sus
posibilidades de abordaje terapéutico.
b) Tratamiento: el psicólogo acompañará al niño o joven y su familia en la
elaboración de su conflictiva, favoreciendo un proceso tendiente a reconstruir y
revitalizar los vínculos familiares y a encontrar nuevos proyectos de vida, acorde
a sus deseos y posibilidades.
Si pensamos desde el punto de vista el desempeño del psicólogo dentro del
ámbito de menores, podemos concluir que no solamente se trata de asistir a
niños o adolescentes que hayan transgredido las leyes, sino también en intentar
preservar su integridad y derechos como niños. Acá aparece el carácter tutelar
del estado, que es quien debe hacer valer las garantías de les niñes.
La ley 26.061, “Ley de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y
adolescentes” establece el derecho a la dignidad y a la integridad personal. Las
niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la dignidad como sujetos de
derechos y de personas en desarrollo; a no ser sometidos a trato violento,
discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio; a no ser sometidos a ninguna
forma de explotación económica, torturas, abusos o negligencias, explotación
sexual, secuestros o tráfico para cualquier fin o en cualquier forma o condición
cruel o degradante. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a su
integridad física, sexual, psíquica y moral.
El Artículo 14 Ley de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas
y adolescentes” establece que:
“…El Derecho a la salud. Los organismos del Estado deben garantizar: a) El acceso a servicios
de salud, respetando las pautas familiares y culturales reconocidas por la familia y la comunidad
a la que pertenecen siempre que no constituyan peligro para su vida e integridad; b) Programas
de asistencia integral, rehabilitación e integración; c) Programas de atención, orientación y
asistencia dirigidos a su familia;
Aquí aparecen más claramente los conceptos relacionados a la incapacidad de
la niña en dos aspectos: por ser menor en primera instancia, y por tener un
retraso madurativo. De acuerdo al Código de Ética del Psicólogo, no es
respetado por parte de la psicóloga el principio de autonomía que, en este caso
y por ser la niña menor de edad, su madre tenía derecho a ejercer, siendo la
psicóloga la responsable en acompañar a la mujer en la decisión que tomara. La
psicóloga en cuestión, manipula la situación para influenciar a la madre de la
niña para que decida según sus propias creencias religiosas, cercenando de este
modo la posibilidad de que la madre elabore la decisión según las creencias de
dicha familia, y teniendo en cuenta las recomendaciones del equipo médico que
aconsejaban la interrupción del embarazo debido a las condiciones mentales de
la niña y su edad.
¿Hasta dónde una institución como Grávida (Centro de Asistencia a la Vida
Naciente) religiosa, que ofrece “respuestas concretas efectivas ante la vida
naciente frente a un embarazo inesperado”, puede arrasar e imponerse como si
se tratara de una colonización de ideas? ¿Dónde queda la voluntad de la
paciente o su familia en este caso, el respeto por la elección y la ley misma?
Esta organización “alienta un servicio fundado en el tratamiento del amor para
evitar el aborto y promover el cuidado responsable de la vida y, a partir de la
creación de centros de ayuda, fomenta una estrategia común como Iglesia para
concientizar y encender una renovada catequesis de la valorización de la vida
humana desde el seno materno, como una propuesta reparadora de la cultura
antivida”.
Podemos pensar las instancias vulneradas por esta profesional: al no integrar el
equipo del Hospital Iturraspe, había sido invitada como observadora. No respeta
el lugar asignado, y atropelladamente se presenta ante la niña con estrategias
manipuladoras para intervenir (en primera instancia le dice que es amiga de su
madre).
¿Qué debería haber hecho la psicóloga si se hubiera atenido a su
responsabilidad profesional? Era necesario el trabajo interdisciplinario con el
equipo y, en caso de querer presentar la propuesta de soluciones alternativas
frente a un embarazo no deseado, acordar la mejor manera de hacerlo
remarcando permanentemente que era una opción, sin demonizar la decisión ya
tomada. Todo esto previa aprobación del equipo de trabajo de la institución.
En relación al psicólogo como perito, frente a esta situación de una menor con
un embarazo no deseado producto de una violación en el ámbito intrafamiliar,
las posibles intervenciones hubieran sido la evaluación de la víctima y la posterior
evaluación de los miembros del ámbito familiar, en lo posible incluyendo al
agresor. Ninguna de estas acciones fue llevada a cabo.
Carlos Giberti cita a Rozansky Carlos en “Abuso sexual contra niñas, niños y
adolescentes” (2015), “Es un fenómeno delictivo con características propias que
lo diferencian de la mayoría de los restantes delitos del Código Penal … Actuar
judicialmente aplicando los clichés tradicionales del derecho penal sin tener en
cuenta las singularidades… es la causa de notorias injusticias respecto de las
criaturas victimizadas, a quienes en repetidas oportunidades se coloca en un
riesgo mayor del que corrían antes de la intervención judicial”.
En relación al aborto
En la legislación argentina el aborto es un delito, excepto cuando está
contemplado en las causales de no punibilidad. El Código Penal establece cuáles
son las circunstancias en las que el aborto no es punible.
El artículo 86 del Código Penal establece que:
“... El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no
es punible: 1º) Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y
si este peligro no puede ser evitado por otros medios; 2º) Si el embarazo proviene de una
violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el
consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.”
A este punto debemos atenernos, el embarazo proviene de la violación de la
nena de 11 años, con un retraso madurativo, siendo posible la interrupción legal.
Es relevante señalar que, si bien siempre se requiere el consentimiento de la
mujer, en ningún caso de aborto no punible se requiere autorización judicial. De
hecho, como indica el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, cuando el aborto
es voluntario y no es punible, “el servicio público de salud debe atender a la mujer
demandante y no trabar la solicitud (Constitución Nacional, Art. 75, inciso 22)
remitiéndola a un proceso judicial”. Requerir la intervención de un juez es
interponer una barrera que dificulta arbitrariamente el acceso a la salud y resulta
inconstitucional. Decidir la no punibilidad del aborto terapéutico es
responsabilidad médica. Es el médico quien establece si hay un problema para
la vida o la salud, no el juez. Es un Acto Médico.
El segundo inciso del artículo 86 del Código Penal se refiere a los casos de
aborto llamado “eugenésico”, cuando se trata de un embarazo que proviene de
una violación cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el
consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.
Así como en el aborto terapéutico se atiende el riesgo de muerte, en el embarazo
eugenésico se despenaliza si la mujer fue violada y además es idiota o demente,
entendiendo así la incapacidad para consentir la interrupción del embarazo.
La segunda opción es la continuidad del embarazo, y que el bebé continúe con
la crianza familiar o que sea dado en adopción.
Dado el retraso madurativo que presenta, la niña en cuestión siempre fue
representada por su madre. Ambas estaban siendo tratadas por un cuerpo de
psicólogos que las informaban en relación con lo establecido en el Art. 86 del
Código Penal, por la posibilidad de practicar el aborto. En tales circunstancias,
ingresó al grupo la nueva psicóloga voluntaria de Grávida.
La Ley Nacional 26.061, de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas
y Adolescentes, sancionada y promulgada de hecho en 2005, protege de manera
integral los derechos de las niñas, niños y adolescentes que se encuentren en el
territorio de la Argentina, para garantizar el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y
permanente de aquellos reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional y en
los tratados internacionales.
Los Artículos vinculados con el caso en forma específica son los que siguen:
ARTICULO 19. — DERECHO A LA LIBERTAD.
ARTICULO 28. — PRINCIPIO DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACION
ARTICULO 29. — PRINCIPIO DE EFECTIVIDAD.
ARTICULO 30. — DEBER DE COMUNICAR.
ARTICULO 31. — DEBER DEL FUNCIONARIO DE RECEPCIONAR
DENUNCIAS
ARTICULO 37. — MEDIDAS DE PROTECCION.
Es necesario destacar que esta Ley 26.061 crea la figura de Defensor de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes, quien tendrá a su cargo velar por
la protección y promoción de sus derechos consagrados en la Constitución
Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño y las leyes nacionales.
FUNCIÓN DEL PSICÓLOGO EN UN CASO DE ABUSO SEXUAL INFANTIL
(ASI)
El trabajo del psicólogo no se agota en la mera exposición y explicación del
hecho, sino que también continúa para la evolución positiva del individuo, que
consiste en una tarea tan importante como sería establecer y realizar el
tratamiento de la víctima (tan primordial en los casos de violaciones, estupro).
• Se debe mantener una actitud reflexiva y sensible ante las víctimas de ASI y
sus familias, ya que en varios casos éstos se limitan a aplicar una solución
técnica, sin tener en cuenta los sentimientos de los niños y de las familias que
han vivido una situación traumática.
• En la esfera emocional afectiva es importante realizar una valoración médica y
psicológica.
Otro aspecto que los profesionales deben considerar en el momento de hacer la
entrevista, es que ésta debe estar dirigida al niño y a sus padres, evitando los
prejuicios y las acusaciones. A veces puede ser desfavorable interrogar en varias
ocasiones al niño, ya que puede parecerle amenazante, debido a que deduce
que no le creen, lo que lo llevaría a modificar su relato profesional sepa Manejar
esto de una manera eficiente.
Los psicólogos deben ser cuidadosos ante el accionar frente en un caso de
abuso sexual. “Es fundamental tener claro y protocolizado el manejo psicológico-
legal del caso y abordar en forma interdisciplinaria a la víctima y su familia”
(Sarmiento, Varela 2005).
Los referidos autores, expresan que cada caso de abuso sexual es diferente, por
eso también lo son los abordajes. En general recomiendan que la entrevista se
lleve de esta manera:
- Entrevista corta, para lograr mantener la atención
- Escuchar por sobre el decir, y que las preguntas sean con el correspondiente
tacto y en respeto de los tiempos.
- Utilización del vocabulario adecuado según la etapa evolutiva, a fin de aminorar
la angustia de la situación.
- Tratar de que las preguntas sean lo más objetivas posible.
- En caso de prepúberes, es necesaria la presencia de un adulto de confianza.
- Registro textual de todo lo dicho, a fines de exponerlo frente a quien deba
determinar si existió o no abuso.
- Responder las preguntas que el entrevistado haga
- Se debe evaluar el riesgo para la salud o la vida del paciente, y en caso de
sospecha de riesgo, aconsejar su internación como protección.
En relación a las violaciones del Código de Ética
Según lo establecido en el Código de Ética del Colegio de Psicólogos de la
provincia de Santa Fe, existieron varias y reiteradas violaciones, motivo por el
cual la profesional es sancionada por dicho colegio.
Se corrobora la violación del Art. D del Código, cuyo texto dice: “Los psicólogos
se comprometen a promover la integridad del quehacer científico, académico, y
de la práctica de la Psicología. Al informar acerca de sus antecedentes
profesionales y curriculares, sus servicios, sus honorarios, investigaciones o
docencia, no deberán hacer declaraciones falsas o engañosas. Se
empeñarán en ser sumamente prudentes frente a nociones que degeneren en
rotulaciones que devalúen o discriminen. Asimismo, procurarán que sus
sistemas de creencias, valores, necesidades y limitaciones, no generen
efectos adversos en su trabajo. En su accionar científico-profesional,
clarificarán a las partes acerca de los roles que están desempeñando, y
funcionarán según esos mismos roles.”
Esta es una clara situación de mala praxis, que de acuerdo con nuestra
legislación es definida como “una mala práctica psicológica que se configuraría,
al igual que muchas otras disciplinas tales como la medicina, cuando existe
negligencia, imprudencia, impericia o inobservancia de los reglamentos,
ordenanzas o deberes de la profesión o cargo” (Vera & Hugo, 2009, P.550).
En relación al Artículo 94 del Código Penal que dice:
“Se impondrá prisión de un mes a tres años o multa de mil a quince mil pesos e
inhabilitación especial por uno a cuatro años, el que, por imprudencia o negligencia, por
impericia en su arte o profesión, o por inobservancia de los reglamentos o deberes a su
cargo, causare a otro un daño en el cuerpo o en la salud”.
Si bien este caso fue condenado por el Colegio de Psicólogos de Santa Fe, y no
por la justicia penal, considero que definitivamente podemos decir que existió un
daño a la salud de la menor, entendiendo no sólo a nivel físico, sino a nivel
psíquico, sometiendo, de acuerdo a la Ley 26.061 y de los Derechos Humanos,
al hecho tortuoso de parir un hijo no deseado, fruto de una violación intrafamiliar,
pero por sobre todo de someter a manipulaciones a una menor y su madre para
cambiar no sólo su opinión, sino ir en contra de una Ley que existe en pos de
garantizar el derecho de esa niña y muchos otros.
A continuación, se desarrolla esta idea, ya encuadrándolo dentro del concepto
de revictimización.
En relación a la revictimización, o el deber de evitarla
En Argentina, desde 2003 se utiliza la cámara Gesell y es producto de la Ley
25852 denominada “Ley Rozansky”, quien fue el autor del proyecto, que modificó
el Código de Procedimiento Penal de la Nación al establecer que un menor de
16 años víctima de delito sexual "sólo será entrevistado por un psicólogo
especialista en niños y/o adolescentes designado por el tribunal que ordene la
medida, no pudiendo en ningún caso ser interrogado en forma directa por dicho
tribunal o las partes".
El objetivo es que, bajo esta modalidad de atención a la víctima, ésta no sea
revictimizada, ya que, en algunos casos, se produce por parte de las instituciones
interrogatorios abusivos, revisaciones reiteradas de los médicos forenses sin el
cuidado necesario, incredulidad de la policía, interpretaciones y opiniones
inoportunas, etc., constituyendo un “volver a vivir aquello” una y otra vez. Es
importante tener en cuenta que las reacciones de las víctimas, que expresan
voluntad de supervivencia y de resistencia, son factores decisivos en cuanto a
los efectos que la violación pueda llegar a tener: expresan aspectos de la
persona que se mantuvieron activos y que se enfrentaron a la agresión. No es lo
mismo el “sometimiento sin resistencia”, que la “resistencia posible” en
situaciones adversas.
Por todo lo expresado, se puede decir que la psicóloga vulneró los derechos de
la niña. También sus acciones promovieron la revictimización, definiendo la
conducta de la psicóloga como tortura o trato cruel, inhumano y degradante hacia
la niña en los términos de los tratados internacionales suscriptos por nuestro
país.
Desde el momento en que sabemos que el embarazo fue producto de violencia
sexual, y fue impedida su interrupción, al momento en que la niña se convierte
en madre se han cometido tres tipos de violaciones a sus derechos:
- Se la ha impuesto una relación sexual no deseada que violo su libertad
sexual
- Se la obligó a llevar a término un embarazo que no busco
- Se la obliga a ser madre aun en contra de su voluntad.
Entonces, desde la perspectiva del Artículo 86, podemos concluir que el aborto
que se iba a realizar a la niña, estaba dentro del marco de la legalidad avalado
por el Código Penal, en donde deja claro que siendo un aborto producto de una
violación, se lo considera un acto no punible.
En referencia a lo que enmarca la Ley del ejercicio profesional del psicólogo, Ley
23.277:
El artículo 9° establece las prohibiciones a las cuales se encuentra enmarcado
el ejercicio legal de la psicología.
A saber:
Queda prohibido a los profesionales que ejerzan la psicología:
1.- Prescribir, administrar o aplicar medicamentos, electricidad o cualquier otro
medio físico y/o químico destinado al tratamiento de los pacientes.
2.- Participar honorarios entre psicólogos o con cualquier otro profesional, sin
perjuicio del derecho a presentar honorarios en conjunto por el trabajo realizado
en equipo.
3.- Anunciar o hacer anunciar actividades profesionales como psicólogo
publicando falsos éxitos terapéuticos, estadísticas ficticias, datos inexactos;
prometer resultados en la curación o cualquier otro engaño.
En el caso que nos compete, María Belén Catalano incurrió en el engaño hacia
la adolescente involucrada, ya que se acercó a la misma ocultando su condición
de psicóloga, pero valiéndose de su formación profesional, con la intención de
manipular a su madre quien podía decidir por su hija, para que continuara con el
embarazo producto de una violación.
Y es importante también, a pesar de desconocer el marco teórico de la
profesional en cuestión, recordar aquellos principios de neutralidad y abstinencia
que plantea Freud como ejes en el tratamiento en sus Consejos al médico.
Mantener las propias ideologías y creencias al margen de la relación terapéutica,
abstenerse de transmitir los propios ideales. Si bien no hay un vínculo de
tratamiento entre la niña y la psicóloga, la investidura de la profesión obliga a
que los principios éticos no sean ignorados. ¿Fue en calidad de persona, de
voluntaria de la fundación, de fiel religiosa y feligresa o de profesional? ¿Cuán
separables son todas estas características en este caso?
En la intersección entre el derecho y la psicología, la subjetividad se recorta para
ajustarse al derecho. El abuso sexual infantil y la posibilidad de decidir sobre el
propio cuerpo en casos de aborto son hechos complejos y muy movilizadores
para las víctimas, las familias y la sociedad. Es necesario trabajar estos aspectos
para lograr el mejor desempeño posible, desde el Derecho y desde la Psicología.
CONCLUSION
Debo reconocer que la elección del artículo tuvo directamente que ver con
aquello que me moviliza personalmente. Y si bien se puede pensar que es la
temática del aborto, o la indignación frente a las vejaciones a menores, en este
caso está en el mismo escalafón el atropello de la voluntad.
Años atrás, cursando la asignatura de Ética Profesional en la Universidad, pude
ver realmente la motivación de muchos de mis compañeros y compañeras para
esta profesión: “Ayudar al otro”. Inmediatamente me invadió un miedo terrible al
pensar que lo que pretendían era algo muy parecido a la caridad, a la
compasión. ¿Seré una mala persona por no tener la motivación de ayudar al
otro a través de mi profesión?
Considero que es la motivación equivocada, ya que cuando ayudamos lo
hacemos de la manera en que creemos que estamos ayudando, pensando en
lo que creemos que el otro necesita, olvidando verdaderamente que muchas
veces es el otro el que sabe lo que necesita, y no nosotros. Ayudar se
transforma entonces en una colonización del pensamiento del paciente (repito
este término ya usado en el cuerpo del trabajo porque me parece lo más
gráfico, imaginando que las ideas van siendo tomadas por ideas nuevas que
vienen desde afuera, cruzando algún océano desde un continente lejano y
“menos bárbaro”).
Convencer sería lo último que un psicólogo debe hacer con su paciente, pero
no sólo con su paciente, con todos. No hay que hacer campaña de las ideas
que creemos correctas, esas son nuestras creencias, nuestros ideales,
nuestras formas, que cómodamente albergamos desde una posición religiosa,
económica o de clase. Por el contrario, la empatía es un valor que, bien llevado
y siempre pudiendo establecer una distancia optima, puede colaborar en
nuestro bien hacer.
En el caso analizado en este trabajo, no sabemos en calidad de qué esta
psicóloga se acerca a la niña y su madre. Podríamos pensar en su buena
voluntad, pero ahí es cuando en el afán de “ayudar” se vulneran derechos,
sobre todo el derecho a la autonomía, a poder decidir.
Me planteo también si, juzgando a aquellos compañeros y compañeras que en
esa clase levantaban la bandera de la ayuda como objetivo de su profesión, no
seré yo colonizando mentes, o al menos intentándolo.
Es necesario el respeto por las decisiones, por la autonomía y por la ley, la
simbólica y la objetiva, la de la Psicología y la del Derecho, para poder pensar
en crear una sociedad más justa.
REFERENCIAS
Asamblea General de las Naciones Unidas (1989). Convención sobre los
derechos del Niño, Niña y Adolescentes. Recuperado 26 de abril, 2018,
de http://www.unicef.org/argentina/spanish/7.-
Convencionsobrelosderechos.pdf
Código Penal de la República Argentina (reforma 2010)
Constitución Nacional (reforma 1994)
Código de Ética de Psicólogos FePra 2013
Código de Ética del Colegio de Psicólogos de Santa Fe (1999)
Ley del Ejercicio profesional de la Psicología (N°23277/1985)
Ley 13.298/2004 de Protección Integral de los Derechos del niño en la
Provincia de Buenos Aires
Ley 25.852/2003 Ley Rozansky
RAFAEL, C. (11 de septiembre de 2016), Entrevista a Eva Giberti sobre niños y
niñas víctimas de abuso sexual, Diario El Popular, recuperado de
http://www.noveduc.com/noticia/288
SARMIENTO, A. VARELA, O. PUHL, S. IZCURDIA, M. (2005). La actividad
pericial en Psicología Forense, en La Psicología en el Campo Jurídico.
Buenos Aires, ECUA, p.82
DELLA MORA, M. (2013). Indicadores clínicos de abuso sexual infantil en las
producciones gráficas. Revista EPSI de Psicología, Educación y Salud
N°3