EL ORIGEN DE LAS FARC (1953- 1964)
Las Farc tienen sus raíces en los estertores de un conflicto anterior. Guerrilleros liberales,
nacidos del enfrentamiento entre los partidos tradicionales en los años cuarenta, se habían
mantenido en armas instigados por sus dirigentes en los Llanos y en Tolima. Al sur de
Tolima, conservadores y liberales se sumieron en la violencia. De ahí nacieron tanto las
guerrillas liberales, como las de autodefensa campesina, de influencia comunista. El gobierno
militar, encabezado por el general Gustavo Rojas Pinilla, decretó una amnistía a la que se
acogieron muchos guerrilleros, pero como algunos en el sur siguieron armados, finalizando
1953 el gobierno lanzó una ofensiva sobre la región de Tierradentro, Cauca.
Después de un mes de combates, los guerrilleros, conocedores del terreno, sobrevivieron, a
pesar de que el bloqueo del Ejército los obligó a robar comida. Por los siguientes dos años,
se movilizaron al sur del Tolima y allí se reagruparon. Un líder de esta organización liberal
armada era Pedro Antonio Marín, quien en 1952, según relató otro fundador de las Farc,
Jaime Guaracas años después, se metió a un curso de formación de cuadros del Partido
Comunista, en la hacienda El Davis, entre Rioblanco y Ataco en Tolima y luego se convirtió
en liberal comunista, con el nombre de guerra de ‘Manuel Marulanda Vélez’, tomado del de
un sindicalista asesinado. Las tensiones entre liberales puros, llamados “limpios”, y liberales
comunistas comenzaron a crecer y en una primera conferencia guerrillera de 1955, cuando
los rebeldes sumaban unos 130 hombres, intentaron resolver estas peleas internas.
Pero las disputas siguieron al punto de que los “limpios” se unieron al gobierno militar para
ayudarle al Ejército a tomarse El Davis y liquidar a los comunistas. ‘Marulanda’ propuso que
la mayoría saliera, las familias que los apoyaban volvieran a la vida civil. El campesinado en
armas se replegó de manera más o menos ordenada en lo que se conoció como las “columnas
de marcha” hacia el cañón del Río Duda y las llanuras del Río Guayabero en el Meta y hacia
El Pato, en Caquetá. La compañía de 75 hombres que se había quedado para proteger la zona
fue, sin embargo, arrasada.
Derrocada la dictadura en 1957, y luego de una junta militar de transición que gobernó el
país por un año, el primer gobierno civil de Alberto Lleras, ofreció una segunda amnistía a
los guerrilleros en armas. En 1958 fue la primera reunión entre gobierno y guerrilla en Aipe,
Huila. Las negociaciones, que buscaban integrar a la sociedad a todos los guerrilleros que
quedaban del enfrentamiento partidista, a liberales, comunistas y conservadores, continuaron
y para 1959 se logró un acuerdo. Sin dejar sus armas, pero ya no en rebeldía, las guerrillas
conformaron grupos de autodefensa campesina que se encargaron de cuidar el campo para
proteger a la gente de nuevos grupos armados.
Marín recuperó su nombre real y se empleó como inspector de carreteras en la construcción
de la vía que iba de Carmen (Huila) a Gaitania (Tolima). Pero en enero de 1960, un
paramilitar (uno de los primeros del país) armado por el Ejército, y con el apoyo de los
liberales “limpios” llamado José María Oviedo y conocido con el nombre de ‘Mariachi’
asesinó a su amigo Jacobo Prías Alape (Charro Negro) en Gaitania.
‘Marulanda’ abandonó su puesto de inspector y se devolvió a su trabajo político con los
campesinos. Los militares le advirtieron que no podía seguir predicando el comunismo, y la
guerra entre limpios y comunistas se volvió a prender.
Marulanda’ decidió entonces quedarse definitivamente en una zona llamada Marquetalia, en
el corregimiento de la Gaitania, municipio de Planadas en Tolima, al mando de una
organización armada. “Tenemos que hacer millones de reuniones con los campesinos para
motivarlos a la toma del poder, pero esta gente tiene malas intenciones con nosotros. Nos
quieren joder, pero no les vamos a dar esa posibilidad”, escribió Guaracas que dijo
‘Marulanda’.
Creó entonces una organización proveniente de las mismas autodefensas a la que llamaron
‘La Móvil’, un grupo bien entrenado de unos 30 hombres que se enfrentó con las tropas
oficiales en los años siguientes en operaciones especiales. Es decir, quedaron dos grupos
armados que se apoyaban entre sí: las autodefensas y ‘La Móvil’. Con el Ejército a la
ofensiva, se reunieron en Marquetalia en abril de 1961, delegados de los grupos de resistencia
armada del Guayabero, Natagaima, El Pato, Neiva con la presencia de un delegado del
Comité Central del Partido Comunista, en lo que se conoce como la “Primera Conferencia
Guerrillera”, cuando aún no nacían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.
En 1962 el gobierno conservador lanzó una ofensiva militar contra las guerrillas de
Marquetalia, principalmente contra ‘La Móvil’, sin resultados a la vista para ninguno de los
enfrentados. Para 1963, ya no quedaban guerrilleros liberales “limpios”. Un año después
ingresó a las guerrillas de autodefensa Luis Alberto Morantes, con el nombre de guerra de
‘Jacobo Arenas’, quien iría a ser el ideólogo principal de estas guerrillas comunistas y es
clave para desarrollar la guerra de guerrillas. Jaime Guaracas recordó así ese momento: “En
abril de 1964 llegaron a la región los camaradas del partido Jacobo Arenas y Hernando
González, que nos encontraron en pie de alerta y en las trincheras. Traían un informe
completo sobre el plan del gobierno de Guillermo León Valencia contra la región de
Marquetalia”.
El 14 de mayo de 1964 arrancó la Operación Marquetalia, un feroz embate por aire y tierra
de 16.000 soldados y la asesoría de militares estadounidenses del Plan Laso (Latin American
Security Operation), un capítulo de la Guerra Fría para la región, contra las guerrillas
comunistas. ‘Marulanda’ ordenó que todos aquellos que por su condición física o familiar no
pudieran enfrentar la guerra serían evacuados. “El gobierno nos ha decretado una guerra que
se puede prolongar por muchos años”, dijo Marulanda. Sólo se quedaron para hacerle frente
al ataque militar 52 campesinos y dos mujeres.
“El 20 de julio de ese año se realiza la asamblea general de los pobladores de Marquetalia,
ya dentro de la selva que teníamos por única casa, y se define que a partir de esa fecha nos
convertiríamos en guerrilleros revolucionarios”, escribió luego Guaracas.
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Las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia – ejército del pueblo (FARC-
EP) tienen sus raíces en el secular conflicto entre los tenedores de la tierra y los campesinos.
Conflicto que se agravó en Colombia después del asesinato del líder liberal Jorge Elicer
Gaitán, ocurrido el 9 de abril de 1948. Este magnicidio dio inicio a un periodo de violencia
política en Colombia que se extendió por diez años y culmino con un acuerdo entre liberales
y conservadores (partidos políticos dominantes) en el cual determinaron sus líderes que se
repartirían el poder de manera milimétrica hasta el año 1970.
Loa años comprendidos entre 1948-1958 se conocen dentro de la cultura y sociedad
colombiana como “la violencia” y el período de acuerdo político subsiguiente, como
el “frente nacional”. Los años de “la violencia” determinaron el destino de decenas de miles
de familias campesinas las cuales fueron desplazadas de sus tierras de labranza por la
violencia que se disparó en las zonas rurales de Colombia. Este desplazamiento forzado, trajo
como consecuencia la apropiación ilícita de cientos de miles de hectáreas de tierra
cultivables, las cuales pasaron a poder de los grandes terratenientes.
Una de esas familias fue la del hoy conocido como Manuel Marulanda Vélez, alias
“tirofijo”. Su nombre era Pedro Antonio Marín Marín, y se cree que nació en 1930,
falleciendo por causas naturales en 2008. Marulanda era miembro del partido liberal y en
conjunto con familiares y amigos se alzó en armas contra el Gobierno y fundó un enclave
guerrillero al sur del país. Muy pronto fue seducido por la ideología del partido comunista y
junto con sus seguidores se adhirió al mismo, proclamando lo que él llamó República
Independiente de Marquetalia. Esto ocurrió alrededor de 1964, y muy pronto, en 1966,
formalizó oficialmente el nacimiento de las FARC.
Por aquellas épocas el Gobierno de turno en Colombia era conservador y la cantidad de
desplazados seguía en aumento. El Gobierno de los EE.UU. trataba de contrarrestar el avance
de las ideologías revolucionarias del partido comunista en Latinoamérica; todo ello
fundamentó una ideología que en un principio tuvo mucho de político y social. Su lema era:
“La tierra para el que la trabaja”.
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¿Cuál es la génesis de la organización armada que duró más de 50 años alzada en armas?
En este especial hacemos la retrospectiva para tratar de entender las circunstancias
sociopolíticas que dieron origen a las Farc.
Por: Jaír Villano @VillanoJair
El 9 de abril de 1948 es un día que cambió la historia de Colombia. El asesinato del líder
popular, Jorge Eliécer Gaitán, suscitó una de las barbaries más sangrientas de la historia del
país, conocida como el bogotazo. Sin embargo, no es la muerte del caudillo el hecho que
engendró lo que es conocido como el conflicto armado. Ciertamente, este fue otro de los
tantos detonantes en un país que vivía abocado en una polarización política, producto de la
guerra entre liberales y conservadores.
Precisamente, la guerra bipartidista de los años 50 viene antecedida de una pequeña violencia,
desarrollada entre 1930 y 1934, esto es, cuando la presidencia de la república era liderada
por Enrique Olaya Herrera, quien llegó al poder gracias a una coalición bipartidista conocida
como la Concertación Nacional. Olaya Herrera hizo una serie cambios en las gobernaciones
nacionales que no cayeron bien en algunos conservadores; esto genera pequeños pero
significativos conflictos en regiones (especialmente en Boyacá y Santander) instados en
algunos casos por miembros de la iglesia, entre ellos el párroco José María Catillo, quien,
amén de fustigar los liberales bajo el epíteto de satánicos, reclutaba a conservadores para la
lucha contra estos.
La literatura que se tiene al respecto es muy larga, Arturo Alape, por ejemplo, recuerda que
entre 1863 y 1884 se presentaron en Colombia 54 conflictos civiles en los Estados Soberanos
que se podrían resumir en 14 de conservadores contra liberales, 2 de liberales contra
conservadores, y 38 de liberales contra liberales. Todo esto para decir que la guerra
bipartidista (y el conflicto armado que se reproduce después) obedece a una serie de odios
heredados que se puede explicar en el visceralismo partidista, la percusión religiosa, la lucha
por la tierra, y las venganzas de las dirigencias conservadoras y liberales, quienes atacaban a
su contraparte cuando estaban en el poder. De ahí que no sea baladí recordar que en el marco
de la Constitución de Rionegro no hubo garantías para los conservadores; así como tampoco
existió seguridad para los liberales en el curso de la hegemonía de Núñez, cuyo resultado fue
la decimonónica Constitución de 1886.
Los comunistas y rebeldes liberales: En 1948 el país era gobernado por Mariano Ospina
Pérez (1946 y 1959), presidente que no escondía su animadversión por la dirigencia liberal;
y sin embargo, es quien lo sucede, Laureano Gómez (1951), quien despliega la persecución
contra liberales y comunistas, a tal punto que llegó a confesar en el Senado que uno de los
asesinos más temidos del Valle del Cauca (máxime en Tuluá), El Cóndor, fue su aliado. Hay
que precisar que con el bogotazo no solo se expresó la violencia de una sociedad que veía en
la muerte de Gaitán la cesación de su esperanza en el futuro, también sirvió para afianzar el
radicalismo de disidencias liberales y otros más de tendencia comunista que ante la
imposibilidad de llegar al poder por la vía democrática, decidieron seguir su lucha en el
monte.
La guerra en las zonas rurales era despiadada, en el libro ‘Las horas del tropel’, Alfredo
Molano da cuenta de la crueldad con que azules atacaban a rojos y rojos a azules. Como
respuesta a estos ataques, las poblaciones deciden crean grupos de fuerza que logren
autodefenderse, lo cual sirvió para acentuar los odios de una dirigencia que apelaba a la
violencia entre sus seguidores o, en otras palabras, que hacían de estos la carne de cañón. Los
estadistas nunca pusieron sus manos para la “lucha”, solo exhortaban a que otros hicieron lo
que ellos ordenaban. Grupos sanguinarios como Los Chulavitas y los Pájaros contaron con
la complicidad de la dirección nacional, así como de terratenientes o, en suma, de las élites
del poder. El país estaba tan radicalizado, que en 1954 se ilegalizó el partido comunista por
cuanto se consideraba un riesgo para la nación. La guerra parece desbordarse, y Laureano
Gómez, atacado por la enfermedad, no ve en la ampliación del espectro político una salida a
los enfrentamientos, por el contrario, atiza más la confrontación con afirmaciones
incendiarias como esta:
“El liberalismo es el basilisco al que se debía eliminar de la faz de la república para que
hubiera paz, cultura y progreso”. Lo que no se consigue por la razón se cree que se consigue
por la fuerza, Gómez incapacitado es reemplazado por Urdaneta, quien le toca alejarse del
poder por el golpe de estado del general Rojas Pinilla (1953-1957).
Para aquel entonces en diversas zonas del país, entre las más destacadas las del sur del Tolima
y los Llanos Orientales, pequeñas organizaciones iban construyendo un proyecto político que
buscaba llegar al poder por las armas. Entre ellos, líderes como Gerardo Loaiza, víctima de
la persecución de los pájaros y creador del primer grupo liberal de autodefensa en el sur del
Tolima, los cuales se reunían en “La gallera”, una finca donde se acogían las autodefensas.
A esta se unen otros grupos armados cuyos artífices eran Isauro Yossa, exlíder sindical de
formación comunista procedente de “El Limón” en Chaparral, y Pedro Antonio Marín, alias
Tirofijo. Juan de la Cruz Varela, también hizo parte de los líderes históricos de dichos grupos,
Varela lideró numerosos conjuntos desde El Palmar, en Icononzo. Miembros históricos del
Movimiento 19 de abril (M-19) tuvieron historias similares y, por eso, en principio se unieron
a la causa de las Farc, es el caso de Jaime Bateman, Alvaro Fayad e Iván Marino Ospina, así
como miembros activos del Partido Comunista y de la Juventud Comunista
Los grupos de autodefensa fueron la manera de suplir el vacío estatal que campesinos de
ambas orientaciones ideológicas sentían, y también del aire revolucionario que gravitaba en
la atmósfera global producto del marxismo, el leninismo, el trotskismo, el maoísmo o, en
últimas, de la idea según la cual la forma de cambiar la realidad sociopolítica era alzándose
en armas. Rojas Pinilla crea una amnistía que buscaba que los ‘bandoleros’ entregaran las
armas, y entre tanto los estadistas liberales y conservadores deciden hacer un compromiso,
el cual es efectuado en España y es conocido como El pacto de Benidorm (1956), de donde
nació lo que después sería denominado El Frente Nacional.
El origen de las Farc: En efecto, Rojas Pinilla y posteriormente Lleras Camargo (1958-
1962) crean una amnistía como mecanismo para menguar la oleada de violencia. Algunos
líderes divergentes como Guadalupe Salcedo y Juan de la cruz Varela acuden al llamado de
la salida pacífica, la cual venía acompañada de una serie de compromisos estatales, entre
ellas retornar a sus dueños legítimos las tierras usurpadas, abrir líneas de crédito barato, dotar
de herramienta e insumos a los agricultores, abrir cárceles, adjudicar baldíos sin costo,
levantar el estado de sitio y desmontar las “guerrillas de paz” y las bandas de pájaros y
chulavitas. No obstante, los combatientes no cuentan con garantías sólidas. En consecuencia,
muchos de los campesinos desmovilizados fueron amenazados de muerte por aquellos que
se habían apoderado de sus tierras mientras ellos apoyaban la lucha. “Campesinos que
regresaron a las tierras que ocuparon antaño, confiados en las promesas de Bogotá, las
encontraban en manos de conservadores que, lejos de restituírselas, los expulsaban de nuevo
en medio de amenazas. O sea que los reinsertados liberales no hallaron la prometida paz”.
A lo anterior, hay que agregar el asesinato de Guadalupe Salcedo, del cual se desprenden
todo tipo de conjeturas, entre ellas la de una retaliación por parte de sectores de la
ultraderecha. Así como cobra relevancia, el asesinato de Charro Negro, o Jacobo Prías Alape,
quien, según el portal Verdad Abierta, fue asesinado por un paramilitar llamado José María
Oviedo, quien fue armado por el ejército.
En esas condiciones, era apenas normal que el escepticismo se apoderara de otros líderes
campesinos que desde el comienzo se mostraban reticentes ante las propuestas
gubernamentales, razón por la que líderes campestres como Ciro Trujillo y Manual
Marulanda Vélez (mejor conocido como Tirofijo) continuaron la lucha al margen de la ley.
En el caso de Pedro Antonio Marín (Manuel Marulanda) la lucha retomó luego del asesinato
de su amigo “Charro Negro”, antes de esto este se había acogido a la amnistía otorgada por
el expresidente Alberto Lleras, y hacía las veces de inspector de carreteras.
Desde luego, que la organización de estos grupos es más amplia y compleja, por decir algo,
en 1951 en la hacienda, conocida como El Davis, se congregaron sectores liderados por
Comunes (siendo alias Richard uno de los más celebres), y Limpios (siendo Gerardo Loaiza
uno de los más representativos líderes). De aquí se lideraban acciones conjuntas que más
tarde fueron interrumpidas porque el grupo de los comunes (o comunistas) tomaron el
programa aprobado por la llamada Conferencia del Movimiento Popular de Liberación
Nacional, conocida como Conferencia Boyacá, reunida el 15 de agosto de 1952.
Estos rebeldes sólo querían una reforma agraria, una política que les permitiera salir de ese
abandono al cual se veían enfrentados; grosso modo, querían una tierra que les asegurara un
sustento diario. Era una organización con pocos objetivos y ambiciones: los guerrilleros de
la ‘República Independiente de Marquetalia’ ni siquiera contaban con la ideología marxista-
leninista que, años más adelante, cuando se unió al grupo Jacobo Arenas, sería adoptada
como su doctrina. Campesinos que no contaban con la ayuda estatal ocuparon terrenos de la
nación, y los grandes propietarios quisieron expropiarlos, pero no comprándoles sino
desencadenando contra ellos la violencia para obligarlos a abandonar sus posesiones y de esa
manera agrandar los latifundios. Los campesinos se agruparon entonces para defender el
derecho a la tierra que ellos mismo habían conquistado”. Posteriormente, y al haberse
enterado de la situación, el Congreso de la República, bajo la batuta de Álvaro Gómez
Hurtado, advierte el surgimiento de las Repúblicas Independientes, que no eran más que
grupos de campesinos que se gobernaban en áreas en las que se prohibía el acceso de la fuerza
pública. En el discurso de Álvaro Gómez, hecho el 25 de octubre de 1961, se señalaba lo
siguiente: “No hay ningún colombiano que legítimamente pueda invocar motivos políticos
para rechazar la soberanía del Estado colombiano. Y eso es de lo que no se ha caído en cuenta.
No se ha caído en cuenta de que hay en este país una serie de repúblicas independientes que
no reconocen la soberanía del Estado colombiano, donde el ejército colombiano no puede
entrar, donde se le dice que su presencia es nefanda, que ahuyenta al pueblo, o a los
habitantes”.
Lo cierto es que sí había elementos de sobra para invocar motivos políticos que rechazaban
la soberanía del Estado colombiano; el Frente Nacional (FN), que tanto defendía el senador
conservador, era una muestra de ese reduccionismo político que, como se dijo más arriba, le
cerró la puerta a otras orientaciones políticas, además no es extraño para nadie que el FN
alimentó el clientelismo, la burocracia, que según Arturo Alape nace cuando surgen los
partidos políticos; la repúblicas independientes no se originan en un país de prosperidad ni
de igualdad de condiciones, si en la actualidad la brecha entre el campo y la ciudad sigue
siendo preocupante (baste con mirar las cifras del Dane), imaginemos cómo era hace
cincuenta años. Las repúblicas independientes también hacían parte de Sumapaz, Ríochiquito
y Vichada. Es bajo este panorama cuando el gobierno de Guillermo León Valencia (1962-
1966), quien fuera el segundo presidente del Frente Nacional, decide implementar el Plan
Latin American Security Operation LASO, el cual tenía como objetivo acabar por la fuerza
a los guerrilleros; pero que terminó uniéndolos más, suscitando, de esta manera, el
enardecimiento de otra clase de pobladores.
El Plan fue una nefasta miopía que nos ha facturado con pobreza extrema, desplazamientos
y muertes; es otra prueba irrefutable de que poco se logra con atacar los efectos, pero no las
causas. Se estima que el ataque fue acompañado por entre 10.000 y 16.000 soldados,
apoyados por aviones T-33 y por siete helicópteros, mientras que las guerrillas no contaban
con más de 30 hombres armados.
El ataque a Marquetalia, según Simón Trinidad, es fundamental en el origen de las Farc, pues
es después del mismo que se define la ruta militar y política establecida en lo sería conocido
como el ‘Programa Agrario de los Guerrilleros de las FARC”. Después del ataque, el grupo
se perdió entre los laberintos de la selva y estructuró una doctrina definida por los aportes
teóricos de intelectuales, artistas, estudiantes y activistas, siendo lo más destacados Jacobo
Arenas y Hernando González.
Las FARC, de guerrilla a partido político
La ex - guerrilla de las FARC es considerada una hija de la época conocida en Colombia
como ‘La Violencia’. La lucha agraria de mediados de siglo XX entre liberales y
conservadores, provocó la marginación de centenares de campesinos en zonas montañosas.
Así comenzó a gestarse un sentimiento de resistencia y de pie de lucha socialista que duraría
más de 52 años. Al origen de las FARC le precede una época que en la historia de Colombia
se conoce como “La Violencia”. Tras el asesinato del candidato a la presidencia Jorge Eliécer
Gaitán en 1948, en el país suramericano se desató una ola de enfrentamientos violentos entre
las dos fuerzas políticas que predominaban en la época: liberales y conservadores. Se trató
de una lucha por la tierra. Los campesinos peleaban en contra del dominio de los
terratenientes y de los altos precios en la tenencia de las propiedades. En poco más de una
década hubo un balance de entre 200 y 300 mil muertos. Los conservadores contaban con el
apoyo del Estado, mientras que los liberales se agruparon como autodefensas campesinas en
varias regiones del país. Uno de estos grupos liberales fue atacado por el ejército colombiano
en 1964, en Marquetalia, Tolima, una región del centro occidente colombiano. A partir de
entonces, y como respuesta armada al gobierno de turno, se fundó la guerrilla de las FARC.
Crecimiento de las FARC: Los primeros 15 años de las FARC fueron cautelosos. Sin
embargo, a partir de la década de los 80, las FARC desarrollaron un discurso de Soberanía
Nacional motivado por un evento conocido como el paro cívico obrero de 1977.
Adicionalmente, la incursión en el narcotráfico como método de financiación, ayudó a que
la guerrilla ampliara su armamento y dominio territorial. En los años 90, el conflicto armado
colombiano se recrudeció por la llegada de las Autodefensas Unidas de Colombia, un grupo
paramilitar de extrema derecha apoyado por ganaderos, terratenientes y sectores del ejército.
Las FARC en el siglo XXI: Durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, la ofensiva contra
las FARC se intensificó. El plan Colombia comenzó a dar resultados con una notable
disminución del grupo armado. Después de contar con un promedio de 20 mil integrantes en
el año 2000, las FARC pasaron a tener poco menos de 9 mil en el 2010. Para la misma época,
varios de los comandantes de la línea de mando o Secretariado de las FARC fueron
asesinados en operaciones militares del ejército.
La paz tras 52 años de conflicto: Cuando llegó el relevo presidencial de Álvaro Uribe por
su exministro de defensa Juan Manuel Santos, la opción de los diálogos de paz con las FARC
se puso sobre la mesa. Pablo Catatumbo, el otrora comandante del bloque occidental de las
FARC, dijo que ni ellos pudieron vencer al Estado, ni el Estado pudo derrotarlos. Fue una
suerte de tablas. El proceso de paz, visto por la guerrilla, era una transformación de una lucha
armada hacia una lucha política. Tras 4 años de diálogos en La Habana, las FARC y el
gobierno de Colombia firmaron la paz en el año 2016. A partir de entonces, la guerrilla se
transformó en el partido político que actualmente tiene aseguradas 10 curules en el Congreso.
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