Semiótica Revista 35(70-71), 107-118, 2012
el festival de máscaras de Hatillo:
un carnaval puertorriqueño de Navidad
José Blanco
Department of Fashion Merchandising and Interiors, Ph.D.
The University of Georgia
[email protected] Raúl Vázquez
Department of Romance Languages, M.A.
The University of Georgia
[email protected]
Recibido: 31-01-12 • Aprobado: 20-03-12
Resumen
El Festival de Máscaras de Hatillo, Puerto Rico, se ha celebrado, cada 28 de diciembre, desde el siglo XIX. Su
origen y significado son temas controversiales, pero la tradición, probablemente, se origina en las islas Canarias.
Los elementos más representativos del festival son las máscaras de cedazo pintado para simular rostros y los
trajes cubiertos en rizos que, con diferentes colores, forman figuras navideñas, históricas o modernas. El festival,
inicialmente una festividad familiar, ha crecido exponencialmente y es organizado por la municipalidad de Hatillo.
Los participantes se organizan en grupos o comparsas y compiten por el premio al mejor diseño en tres categorías:
tradicional, religiosa y folclórica. Originalmente, los participantes eran solo hombres, pero se aproxima que las
mujeres comenzaron a participar durante la década de 1980. La existencia del festival genera un espíritu de
comunidad y hermandad mediante las transgresiones sociales que la estructura de carnaval permite.
Palabras claves: Puerto Rico, festival, Navidad, traje, máscaras.
Abstract
The Festival de Máscaras de Hatillo, Puerto Rico, has been celebrated every December 28th since the XIX century.
Its origin and meaning are controversial topics, but the tradition probably originated in the Canary Islands. The most
representative elements of the festival are the masks made out of wire mesh and painted to simulate faces, and the
costumes covered in colorful ruffles that form Christmas, historic, or modern figures. The festival, initially a small
family tradition, has grown exponentially and it is organized by the municipality of Hatillo. Participants organize
in groups and compete for the best design award in three categories: traditional, religious, and folkloric. Originally,
only men participated in the festival but it is believed that women began to participate during the 1980s. Through
the social transgressions allowed by the structure of the carnival, the festival generates a spirit of community and
brotherhood.
Keywords: Puerto Rico, festival, Christmas, costume, masks.
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El Festival de Máscaras de Hatillo se celebra La tradición oral acredita a inmigrantes de las
el 28 de diciembre de cada año en Hatillo; pueblo islas Canarias en España con la introducción, en
fundado en 1823 y localizado en la costa norte de Hatillo, de la práctica de “correr máscaras” o ves-
Puerto Rico. La celebración aparece documentada tirse con un disfraz y visitar a amigos y parientes
por primera vez en el siglo XIX como una actividad en el pueblo durante la primera parte del siglo XIX.
privada para inmigrantes −exclusivamente masculi- Charlie Aguilar (1983), quien organizó el festival
nos− de las islas Canarias. A lo largo de los años, la oficial en 1971, apoya esta noción en su libro Las
actividad se expandió al resto de la comunidad de máscaras: tradición de nuestro pueblo, basado en
Hatillo hasta convertirse en una tradición importante entrevistas realizadas en 1983 con descendientes
de la época navideña para muchas personas del área. de inmigrantes de las islas Canarias, quienes recor-
A principio de los años setenta del siglo XX, entida- daban narraciones de generaciones previas rela-
des gubernamentales reconocieron la importancia cionadas con la práctica. No existen, sin embargo,
de la herencia cultural de las máscaras y la constante documentos del periodo que puedan corroborar
evolución de la práctica, y decidieron establecer la opinión de que la actividad se daba ya en 1823
un festival sancionado por la municipalidad. Hacia o, tan siquiera, en 1840, cuando, por primera vez,
finales del siglo XX, el evento incluía miles de parti- existe documentación de la presencia de canarios
cipantes organizados en grupos o comparsas vestidos en el área. Aunque el origen del evento se mantie-
con conjuntos de trajes elaborados, constituidos por ne incierto, la tradición oral en el área indica que,
pantalones, camisas de manga larga con una capa con el pasar de los años, la práctica de correr más-
adherida, sombreros y máscaras confeccionadas con caras se popularizó fuera de la comunidad canaria
cedazo y decoradas −al igual que el traje− con piezas y de las áreas rurales de Hatillo hacia el centro de
de tela rizadas que crean diseños de gran colorido y la ciudad y más allá hacia pueblos aledaños como
complejidad. Durante el día, los grupos se desplazan Arecibo, Camuy y Lares.
por la ciudad visitando amigos y familiares en el
pueblo de Hatillo. El medio de transporte consiste en Enrique Delgado Plasencia (2006), en Las más-
camiones o jeeps decorados que anuncian su presen- caras de Hatillo: crónica de una tradición insiste
cia con el sonido de ruidosas sirenas. Por la tarde, el en que, a pesar de que existían prácticas similares
Centro Cultural de la ciudad organiza un desfile, el en Puerto Rico previo a la llegada de los canarios,
cual culmina con la presentación de premios a los el origen de la tradición es claramente canario. El
mejores diseños de traje en tres categorías: tradicio- autor describe varias conexiones con el carnaval de
nal, religiosa y folclórica. Tenerife, incluyendo la organización en comparsas
y la decoración de los trajes. El carnaval de Tenerife,
La transición del festival se marca no solo con sin embargo, al igual que la mayoría de carnavales
un cambio de actividad privada a actividad pública alrededor del mundo, se celebra justo antes del
sino, también, con un cambio en la composición inicio de la época de Cuaresma, y marca el final
de los participantes, quienes van de ser exclusi- de una época festiva que lleva a la abstinencia y el
vamente masculinos a presentar una mezcla de ayuno que se inicia el Miércoles de Ceniza.
ambos géneros con amplia participación femeni-
na. Por otra parte, hacia finales del siglo XX, el Carnaval es una palabra asociada con la
festival también alcanza reconocimiento en todo idea de carnalidad, que implica el envolverse
Puerto Rico y, ocasionalmente, fuera de la isla, por en cualquier tipo de comportamiento opuesto
inmigrantes puertorriqueños en los Estados Unidos al espíritu cristiano de contrición. Historiadores
de América y otros países. del Renacimiento han asociado el carnaval con
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rituales de la Roma pre-cristiana y, aunque exis- “la fiesta de los inocentes era parte de los doce días de Navidad,
ten semejanzas entre los carnavales modernos un periodo que siempre se trataba como carnavalesco, lo cual
en Europa y los días festivos de la Roma antigua, se consideraba como apropiado desde un punto de vista cris-
tiano, ya que el nacimiento del hijo de Dios en un establo era
la teoría de que el carnaval se originó de prácti- un ejemplo espectacular del mundo vuelto al revés. Tal como el
cas romanas ha sido cuestionada. Roger Caillois carnaval, los doce días de Navidad eran conocidos como una
(1959), Julio Caro Baroja (1979), Samuel Kinser buena temporada para comer y beber, montar obras teatrales y
(1990), Peter Burke (1994) y Max Harris (2003) hacer travesuras de varios tipos”.
describen la tradición de carnaval como un festival
con origen en las tradiciones cristianas de la Edad Una de las prácticas populares documenta-
Media. El ciclo original de carnaval en Europa das por Baroja, como parte de las festividades de
empezaba en el mes de diciembre e incluía cele- Navidad, era el vestirse con ropa del género opues-
braciones como la Fiesta de San Nicolás y la Fiesta to; principalmente, se ve en el caso de hombres dis-
del Obispillo en España. El ciclo continuaba en el frazados como mujeres. Baroja también explica que,
mes de enero con la celebración del Día de Reyes específicamente el 28 de diciembre, era común, en
y el Día de San Sebastián y concluía en febrero España, observar a las personas disfrazadas de “ino-
con la celebración de la Candelaria y, finalmente, centes” con trajes similares a los utilizados por los
con las festividades de Mardi Gras, el día antes de niños (1979: p. 326). En otros países europeos, para
iniciarse la Cuaresma. la Fiesta de los Inocentes, también celebrada el 28
de diciembre, los niños se vestían como sacerdotes,
Baroja (1979), el padre de los estudios del obispos o con otros disfraces y visitaban a sus veci-
carnaval en España, insiste en que el ciclo de cele- nos solicitando dinero y bendiciones (Burke, 1994:
braciones navideñas era seguido por los excesos p. 192). En la Edad Media, miembros del clero, en
de la época de carnaval, la cual, a su vez, se trans- la Iglesia Católica, elegían dentro de su grupo a un
formaba en la tristeza y la comisura de la Semana “obispo por un día” en una celebración conocida
Santa y, finalmente, en el regocijo de la Pascua de como la Fiesta del Obispillo, en España; en tanto,
Resurrección. Baroja (1979) provee evidencia de la gente del pueblo también elegía un obispo cono-
la literatura española y documentos históricos para cido como fool’s bishop, fool’s Abad, or King of the
justificar su conclusión de que, por siglos, el inicio Innocents (Baroja, 1979: p. 326). El espíritu reinante
de la época de carnaval en España ha sido el día de para estas celebraciones era el de inversión del
Navidad. Max Harris (2003: p. 140), al igual que orden natural, el cual se expresaba no solo con las
Baroja, insiste en que el carnaval se desarrolló como trasgresiones al orden social, sino, también, a través
un efecto del “tupsy-turvydom” de la Navidad. del reverso de los roles sociales y de las jerarquías
establecidas. Mikhail Bakhtin (1965) describe todos
El Festival de Máscaras de Hatillo se celebra el estos aspectos como característicos de lo carna-
28 de diciembre, el día en que la iglesia católica valesco en donde se da la posibilidad de disolver
−como parte del calendario navideño− celebra el versiones de la autoridad por medio del humor, la
Día de los Santos Inocentes, en referencia a la his- obscenidad, lo grotesco y la oportunidad de revertir
toria narrada en el evangelio de San Mateo sobre el orden natural o social del mundo; lo espiritual se
cómo miles de primogénitos masculinos fueron confunde con lo corpóreo, lo refinado con lo vulgar
sacrificados por el Rey Herodes como respuesta a y lo masculino con lo femenino.
una profecía que anunciaba el nacimiento reciente
del nuevo “Rey de los Judíos”. Peter Burke (1994: El Festival de Máscaras de Hatillo, por lo
p. 193, nuestra traducción) explica que: tanto, se puede describir como una celebración
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de carnaval asociada con la tradición española y Aida Atiles, otra costurera, agrega:
europea de extender la época festiva de Navidad “Realmente me gusta. Es el único día en que disfruto la Navidad
hasta el inicio de la Cuaresma. Durante una visita porque el resto del tiempo estoy cosiendo… El día de las másca-
a Hatillo, Puerto Rico, entrevistamos a varias per- ras, temprano [en la mañana], todavía estoy cosiendo, pero luego
sonas quienes insistían en que una temporada de paso todo el día atendiendo gente [disfrazadas en máscaras] que
vienen porque siempre tengo comida y bebidas para ellos”3.
Navidad en su pueblo no puede estar completa sin
el Festival de Máscaras. Lolita Sotomayor, una de
las costureras con mayor trayectoria en crear trajes Los motivos navideños son comunes como
para la celebración explicó: “Los jóvenes dicen decoración en los trajes y se consideran “tradicio-
que sin máscaras no hay Navidad por la felicidad nales.” La asociación del Festival de Máscaras con
que ellos tienen ese día, ese día corren como locos la Navidad se afianzó una vez que el Municipio de
preguntándose ‘¿Se nos olvidó esto? ¿Se nos olvidó Hatillo instauró el festival oficial en 1971.
aquello?’”1. Héctor Serrano, líder de Los tradicio-
nales, explica: El significado original de la celebración y de
“Las máscaras son Navidad. Cuando llega el día yo me siento los trajes utilizados en Hatillo no se puede determi-
muy motivado. A veces uno no está contento con el traje y no nar con certeza debido a la falta de documentación
quiere que llegue el día hasta que uno esté realmente listo, pero del periodo temprano y la evolución de la prácti-
siempre estoy ansioso porque llegue”2. ca. La tradición oral indica que los enmascarados
Señora Lolita Sotomayor.
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representan a los soldados de Herodes que cele-
bran el fracaso del tirano al intentar el homicidio
del recién nacido Jesús.
Charlie Aguilar (1983) documentó esta inter-
pretación mediante varias entrevistas conducidas en
los años setenta con ciudadanos de Hatillo, quienes
habían participado en la celebración por varias déca-
das y recordaban aprender de sus padres la interpre-
tación mencionada anteriormente. Delgado Plasencia
(2006) argumenta en contra de la validez de la teoría
de Aguilar e, incluso, la llama “absurda”; se basa en
su observación de que no existe una tradición similar
de enmascarados asociados con el Rey Herodes en
las islas Canarias, donde se cree que la tradición se
originó. Aun más, Delgado Plascencia considera tal
interpretación “cruel,” y opina que transforma a los
enmascarados en bestias. Tanto participantes y costu-
reras, como organizadores del festival, sin embargo,
insisten en que la noción más importante es la idea
de “celebrar”, no la idea de la persecución de ino-
centes y que los trajes coloridos y los temas navideños
dominantes representan a los soldados celebrando el
fracaso de la misión asignada originalmente a ellos por
Herodes: la de asesinar a Jesús.
Es posible que este significado se asignara en
Puerto Rico mientras la tradición se desarrolló, y que
la mayoría de los habitantes en el área haya converti-
do la idea en el significado actualmente aceptado de
la tradición. Aunque no se encuentre una interpreta-
ción similar en las islas Canarias, los participantes en
el festival han hecho el significado suyo por varias Estación de costura.
décadas y, de cierta manera, también se convirtió
en la interpretación oficial en el momento en que
Charlie Aguilar publicó su libro en 1983, con el Martínez (1938), en su libro Costumbres de mi tierra,
imprimátur oficial del Centro Cultural. Esta interpre- explica que, en el pasado, el 27 de diciembre y la
tación se solidifica, también, al observar que el 27 de mañana del siguiente día, niños vestidos como “ino-
diciembre, el día anterior al festival, niños del pueblo centes” visitaban las casas de amigos y de familiares
de Hatillo participan en un “desfile de inocentes” acompañados por adultos disfrazados con máscaras.
caminando por las calles con sus frentes marcadas
con cruces rojas que indican que ellos son víctimas Otra pieza de evidencia de la relación del
potenciales o “santos inocentes”. María Cadilla de Festival de Máscaras con la celebración de los Santos
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Inocentes es la incorporación de bromas. En España,
y gran parte de Latinoamérica, el 28 de diciembre se
celebra con bromas y trampas para los amigos y fami-
liares quienes, al caer en la broma como víctimas,
son considerados “inocentes”. En ciertas ocasiones,
estas bromas incluyen el vestirse con un disfraz para
la ejecución de la broma, de tal manera que la identi-
dad de la persona que ejecuta la broma se mantenga
completamente en secreto. Bromas comunes en el
Festival de Máscaras, durante la primera parte del
siglo XX, incluían el apagar y encender rápidamente
las luces del exterior de una casa, tomar los zapatos
de una persona y colgarlos de los cables de tendido
eléctrico y asustar a amigos con animales plásticos.
Bromas similares, por siglos, han sido asociadas con
carnavales en España. Calderón de la Barca narra, en
sus obras, tradiciones carnavalescas como la de lan-
zar harina, agua, huevos, naranjas y otros objetos a
los espectadores. Residentes en la región de Laza, en
Galicia, han mantenido por años la tradición de lan-
zar tierra llena de hormigas a los espectadores. Baroja
(1979: p. 58) también describe cómo participantes
en el carnaval se golpeaban unos a otros con palos y
vejigas o producían ruidos estruendosos con artefac-
tos especiales. Bromas similares eran populares entre Traje mascarada.
la comunidad Canaria y todavía se practicaban hasta
la creación del festival oficial en la década de los
años setenta del siglo XX. El contacto físico raramente bien, para asustarles, aunque, en ocasiones, también
se utilizaba en la primera parte del siglo XX, pero fue se cargaban en las bolsas cigarrillos, llaves y otros
más común después de los años setenta, cuando per- objetos necesarios. En la primera parte del siglo XX,
sonas más jóvenes y grupos más grandes se hicieron los enmascarados utilizaban caballos y mulas para
parte del festival. Algunos participantes persiguen y visitar a sus amigos y familiares. Para no ser identifi-
atrapan a amigos y a familiares y, ocasionalmente, cados mediante sus caballos, los participantes inter-
a una persona desconocida. Hacia finales del siglo cambiaban sus equinos con otros familiares o ami-
XX, una broma común durante el festival consistía en gos. Los caballos se decoraban con colores similares
cubrir a miembros de otros grupos e, incluso espec- al traje de cada persona. La tradición oral indica
tadores, con crema de afeitar y, ocasionalmente, con que, en el siglo XIX, y la primera parte del siglo XX,
huevos podridos y orina. las personas que “corrían máscaras” no usaban un
traje definido, sino que utilizaban piezas llamativas
También era común, a principios del siglo XX, de ropa o creaban disfraces con fragmentos de tela
el cargar pequeñas bolsas escondidas en el disfraz y ropa que no necesitaban. Las costureras del área
de máscaras; en ellas se llevaban pequeños juguetes de Hatillo indican que, en la década de 1950, ya se
que se utilizaban para hacer reír a los amigos, o hacían trajes con los colores que, en ese entonces,
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se consideraban tradicionales por su asociación en una segunda etapa −siendo la primera etapa la
con Navidad: azul, rojo, verde y amarillo. Además, celebración familiar de los inmigrantes canarios−.
indican que se incorporaban detalles con materiales El festival se creó con el objetivo de promover y de
tales como lentejuelas, escarcha, espejos diminutos preservar la tradición. Charlie Aguilar explica que:
y cerillas de fósforo. Los sombreros de paja o pava, “Todo empezó con una idea simple. Queríamos esconder unas
se decoraban con papel crepé o tela. Entre los pocos bolsas con un poco de dinero en la plaza para que la gente
elementos decorativos que aún se utilizan en los vestida de Máscaras viniera a buscarlas. Al principio había muy
trajes, se destacan los cascabeles, cuyo uso, en los pocos participantes y ni siquiera había público. Para los ochenta
ya esto era un carnaval y empezamos a dar premios, primero
trajes de carnaval, también se observa en España.
para las carrozas y luego a los grupos. En ese entonces, cada
Julio Caro Baroja (1979) y Barbara Mauldin (2004a) grupo esperaba en línea en sus carrozas y cuando las campanas
indican que el repique de campanas se utiliza para repicaban las tres de la tarde, todos entraban a la ciudad, desfi-
anunciar la llegada de los enmascarados pero que, lando frente a los jueces”4.
además, funciona como un signo del renacer y de
nuevas etapas de vida; en este caso asociado con el La creación del festival también promovió la
nacimiento de Jesús. organización de grupos con un nombre distintivo
y trajes coordinados que, a la vez, se convirtieron
El elemento más importante del vestuario en la −a través de los complicados diseños− en formas
historia del festival ha sido la máscara, a tal pun- de expresar creatividad e identidad. Otro cambio
to que este objeto es el que le da el nombre a la importante fue la incorporación de sirenas; Aguilar
celebración. Carl Lindhal (2004) indica que, en los (1983) recuerda que:
carnavales, las máscaras se utilizan para transformar
a los participantes en un ente diferente durante su
participación en el festival. En Hatillo, las máscaras
cumplían, precisamente, esa función de ocultar la
identidad de la persona para que este pudiera jugar-
le bromas a los demás y, hasta cierto punto, para
incitarlos a adivinar la identidad del enmascarado.
Las máscaras, originalmente, se hacían de cartón,
higueras o barro. En los años cincuenta, empezaron
a aparecer las máscaras hechas de cedazo. Aguilar
(1983) acredita a José García y a su hijo Carmelo
con la introducción de este tipo de máscaras. Por
su parte, Lowell Fiet (2000) sostiene que este tipo
de máscaras se popularizó en el Caribe debido, en
parte, a que el material es fácil de adquirir, de poco
costo, maleable y fácil de decorar.
Como se mencionó anteriormente, la institu-
cionalización de la actividad, en 1971, por parte
del municipio de Hatillo por medio de las oficinas
de turismo y cultura, logró que la popularidad de
la celebración se extendiera más allá de la comu-
nidad canaria, haciendo que la actividad entrara Máscara de cedazo.
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“Vitín Cortéz fue la primer persona que usó una sirena. Era bien exponencial del festival, lo cual implica que pocos
ruidosa. Eso fue en los ochenta. Él no se imaginaba que nos iba a participantes se conocen unos a otros y, por lo tanto,
dar tal dolor de cabeza con su idea de usar una sirena en su Jeep”5.
la necesidad de esconder la identidad de las perso-
nas es menor. Por otra parte, otros tipos de máscara
La creación del festival no solo contó con han sido incorporados por generaciones jóvenes.
apoyo oficial de parte del gobierno municipal Delgado Plasencia (2006) cree que esto marca una
sino que, también, le permitió a la comunidad de tercera etapa del festival, la cual él llama “Máscaras
Hatillo unirse en torno a un evento colectivo que sin máscaras”.
refleja la identidad social y opiniones ideológicas
del pueblo, en tanto que les permite, también, pro- Alessandro Falassi (1987b) define el concepto
cesar nuevas ideas y puntos de vista. Existen, por de festival como:
ejemplo, puntos de vista encontrados acerca de las “una ocasión social periódica y recurrente en la cual, a través
virtudes de los diseños “tradicionales” en los trajes de una multiplicidad de formas y una serie de eventos coordina-
y de la prevalencia de las nuevas imágenes incor- dos, participan directa o indirectamente y de diversas maneras,
poradas por las generaciones jóvenes −las cuales todos los miembros de una comunidad, unificada por aspectos
étnicos, lingüísticos, religiosos, históricos o por una visión del
están más expuestas a influencia globales−.
mundo en común” (1987: p. 2, nuestra traducción).
Las imágenes consideradas como tradicionales
son decididas por el Centro Cultural básicamen- El Festival de Máscaras, como un evento cele-
te refiriéndose a elementos relacionados con la bratorio, provee una oportunidad de concentración
Navidad. Entre las nuevas imágenes se encuentran y conexión comunal en un espacio y momento
personajes de televisión y de películas tales como específicos; la comunidad se une aún más por la
Mickey Mouse, Los Simpson y Chucky o inclu- creación y el uso de los trajes utilizados por cada
so logos comerciales. Además de
estas imágenes, son comunes en
los diseños de trajes los elementos
considerados como folclóricos, los
cuales se utilizan con el afán de
preservar tradiciones y la identi-
dad puertorriqueña. Una prácti-
ca reciente es utilizar los colores
de la bandera de Hatillo: celeste,
amarillo y verde. La permanen-
cia de imágenes religiosas en los
trajes también es una indicación
importante de la expresión católica
relacionada con la mayoría de los
habitantes de la región.
En los últimos años del siglo
XX, el uso de máscaras durante el
festival disminuyó considerablemen-
te, en parte debido al crecimiento “Jeep con sirenas”.
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grupo. La existencia de las
comparsas y la fuerte iden-
tificación de los miembros
con el grupo a que perte-
necen proveen una oportu-
nidad para la integración e
interacción a diferentes nive-
les, que van desde núcleos
familiares hasta vecinda-
rios enteros. Charlie Aguilar
(1983) opina que, en Hatillo,
las máscaras son un elemen-
to de conexión y orgullo
colectivo en donde la clase
social no importa6.
La mayoría de los habi-
tantes de Hatillo está involu-
crada, de una manera u otra,
en el festival. Varias personas,
particularmente costureras
y líderes de grupo, se ocu-
pan de las preparaciones del
festival durante todo el año, Festival Máscaras.
mientras que en las últimas
semanas antes del festival indican la participación de otros, particularmente para manifestar rivalidad entre
una gran parte de los habitantes del pueblo en algún grupos. Transgresiones de este tipo son comunes en
tipo de actividad relacionada con la celebración. El festivales y carnavales en varias partes del mundo y
28 de diciembre, todo el trabajo de los meses previos en donde nuevos límites y leyes se crean de facto o
permite la transformación de la plaza y de las calles en realidad durante la duración de la celebración
principales del pueblo en un escenario, el cual −a para permitir uno o más días de fiesta.
su vez− se convierte en un espacio de intercambio
social. El festival está diseñado considerando el En el pasado, estas transgresiones eran posibles,
público y provee a los participantes con oportuni- en parte, porque la práctica de correr máscaras
dades para la transgresión de reglas sociales en un existía exclusivamente −o al menos prioritariamen-
espacio en donde el comportamiento privado se te− como una actividad masculina. La violencia y la
convierte en espectáculo público y los límites o tabús agresión generada por la actividad se interpretaban
se ignoran por un día, a pesar de la fuerte presencia como parte de la idea de “juegos de hombres”, has-
de la policía local. Tradicionalmente, los participan- ta cierto punto una oportunidad para los participan-
tes le echan crema de afeitar en aerosol tanto a otros tes de manifestar esos impulsos masculinos conside-
participantes como al público y zarandean las carro- rados, por algunos, como innatos, pero que deben
zas a tal punto que parecen volcarse. De igual modo, ser mantenidos bajo control para que una sociedad
los participantes tienden a empujarse los unos a los funcione ordenadamente. No se sabe con certeza
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cuándo participaron en el festival las primeras muje-
res, en parte debido a que las máscaras en el pasado
mantenían la identidad de los participantes como
un secreto. Aunque nunca existió una estipulación
escrita contra la participación de mujeres, la tradi-
ción parecía indicar que la presencia, en el festival,
de mujeres como enmascaradas implicaría que el
nivel de juego semi-agresivo y la camaradería entre
los hombres se verían afectados. Fuentes orales indi-
can que las mujeres, posiblemente, empezaron a
participar discretamente en el festival desde finales
de los años 1980. Hacia el final de la primera déca-
da del siglo XXI, sin embargo, la participación de
70`s.
mujeres en el festival era evidente e incluso existían
grupos formados solo por mujeres. La presencia de Participación femenina.
mujeres como participantes también se hizo más
evidente debido a que, hacia finales del siglo XX,
como se indicó antes, los participantes en el festi-
val empezaron a abandonar el uso de máscaras y
revelar su identidad. El aumento de participación
femenina en el festival refleja una tendencia similar
en otros festivales que eran exclusivamente mascu-
linos. Katherine Borland (2006) documenta un caso
similar con el Festival de Ahuizotes en Nicaragua e
indica que, en el nivel global, las mujeres han par-
ticipado más activamente en carnavales y festivales
desde la década de 1970. Borland (2006: p. 92) opi-
na que este es uno de los cambios más revoluciona-
rios en la cultura popular de finales del siglo XX, el
cual refleja no solo el cambio de la posición de las
mujeres en la sociedad sino, también, la oportuni-
dad para ellas de autorrepresentarse y definirse por
sí mismas en la cultura popular.
Martha C. Sims & Martine Stephens (2005:
p. 84) describen las tradiciones como un proceso
constante de interpretación y de reconstrucción
cultural. El pueblo entero disfruta la oportunidad
de, constantemente, reinventar una tradición, con lo
cual, como indican Sims y Stephens, también pue-
den explorar la posibilidad de reinventarse a sí mis-
mos. Discusiones importantes de índole histórico y
cultural se dan en torno a una variedad de aspectos
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relacionados con el festival: su origen, el significado
de los enmascarados, los diseños que se deben con-
siderar como tradicionales, la necesidad del uso de
máscaras, la participación de las mujeres, etc. Sims
y Stephens (2005) también indican que, debido a
que las tradiciones se refieren principalmente a la
identidad de una comunidad y cómo ellos deciden
manifestarla, es claro que la “autenticidad” de una
tradición depende en cómo la define la comunidad,
no solo en el pasado sino, también, en el presente.
El entusiasmo por el Festival de Máscaras en
Hatillo garantiza la continuación de la actividad
de correr máscaras y, aunque la actividad mantie- Festival de Máscaras, 2006.
ne una serie de aspectos del pasado, también ha
cambiado para incorporar un espectro más amplio
de personas e ideas. En el caso de este festival, la Notas
tradición representa tanto la continuidad del pasado 1. Lolita Sotomayor, en conversación con los autores,
así como la innovación de las nuevas generaciones. Hatillo, Puerto Rico, diciembre 2006.
2. Héctor Serrano, en conversación con los autores,
Arecibo, Puerto Rico, diciembre 2006.
3. Aida Atiles, en conversación con los autores,
Hatillo, Puerto Rico, diciembre 2006.
4. Charlie Aguilar, en conversación con los autores,
Hatillo, Puerto Rico, diciembre 2006.
5. Ver nota 4.
6. Ver nota 4.
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