Gino Germani (1962) Antisemitismo Ideológico y Antisemitismo Tradicional
Gino Germani (1962) Antisemitismo Ideológico y Antisemitismo Tradicional
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Cuadernos de COMENTARIO
N* 1
mder
Buenos Aires
1963
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El afloramiento de los manifestaciones xcnófobas sigue —sobre lodo en las
sociedades de cultura occtdenta\— uno línea sinusoide con altos y bajos, con
períodos de latcncta y hosto aparente desvanecimiento, y otros de virulento
explosivldad, Trevor Ropper considero que los períodos de aguda depresión eco- >ec. ,196!
nómica, seguidas de crisis de ios instituciones politices tradicionales y el con-
siguiente desaliento moro!, constituyen el coldo de cultivo típico de los fenómenos
totalitarios y las persecuciones irracionales que en profuso sementol se sucedie-
ron durante el siglo en curso.
A diferencio, empero, de los numerosos episodios de persecución e intolerancia
ococcidos en el decurso histórico de nuestro civilización, lo aniquilación en masa
de pueblos y grupos étnicos y religiosos que comenzó con el Nazismo desde que
¿$te subió al poder en Alemania, reveló un aspecto aterrador: los adelantos más
significativos de la rozón humano, los grandes progresos de las ciencias y la vely
tecnología, eran fría y calculadamente invertidos en esa industria de arrasa-
miento humano. Lo intolerancia cruda, planteos irracionales de mal elucubrados which
esquernos Ideológicos eran lo débil justificación de eso carnicería metodizado
do millones de seres. El concepto tradicional de guerra se perdió ante el espec-
táculo apocalíptico de la matanza que orroílaba a comunidades y pueblos iner-
mes y pretendió erradicar de cuajo a culturas milenarios. •
Los ciencias sociales no pudieron permanecer indiferentes ante dicho fenómeno. 1
A l Cobo de la segundo guerra mundial y yo militarmente vencido el Nazismo,
los gabinetes de investigación psicosociol se abocoron de lleno o hurgar entre onal
los tejidos cancerosos del organismo sociol, en la esperanzo de aislar los factores
determinantes de los prejuicios destructores.
El American Jewish Committce, Instituto de Relaciones Humónos de Nuevo York, ogies
entidad veterana en la lucha contra los prejuicios religiosos y raciales y en la
promoción de relaciones humanas e intergrupoles más armoniosas, auspició en
at the
I9*W un complejo y vasto estudio sobre la personalidad con prejuicios, partiendo t of
de lo hipótesis de que los ideologías o las que las personas adhieren generalmente pulation
expreson tendencias de su osiquismo inconsciente. Ese estudio asumió propor-
ciones de trascendencia universo!, Boio la coordinación del Departamento de
Investigaciones Científicas de lo entidad auspiciante y en el morco de institu- amina-
tos universitarios experimentados tiobaió durante varios oñes un equipo de
a n t r o p ó l o g o s sacióles, psicólogos, psicoanalistas, sociólogos e historiadores norte-
americanos y europeos. Sus trabajos ya elaborados se reunieron en 4 volúmenes
os
bajo el título de **Lo Personalidad Autoritaria", obra que represento un jolón fun- área
domentot en el avance de las ciencias sacióles. pula-
Publicada en 1950, **The Authontanon Perscnality" sigue siendo consultada atis-
Como obro c l á s i c o y punto de partido ineludible ce nuevos investigaciones en
materia de prejuicios. Sirvió también de referencia poro el estudio sobre ese
temo en el oreo del Gron Buenas Aires que fue emprendido por el Instituto de
S o c i o l o g í a de lo Facultad de Filosofía y Letras de lo Universidad de Buenos
Alte*, bojo lo dirección del Profesor Gino Germani y con íes ousptaos, precisa- s,
mente, del American Jewish Committee» Instituto de Relaciones H u m ó n o s , de the
Nuevo York» lo mismo entidad que propició lo primero investigación o que ©lu-
dimos lineo* arribo. e of
CI presente informe es un anticipo de ros resultados principales de esto inves- ver t
ling
It also
importante o poco importante para el su- ation
32 antisemitismo es una actitud, es decir jeto, puede manifestarse en mor distintas
una &]Xttk*fct psíquica de carácter ida* formas de cotnporxinuento: desde expre-
ticamente permanente (aunque modifica- siones rertoles hasta acciones violentas; ta-
UeX **>y* C"nhmklA consfefte en h ho&ñV les expresiones, ademis» no sólo rarán de
Iktad Hacia KA )ud*& Dkha ht^ttlirJUd individuo a individuo» sino que utnbíen
puede are muy fuerte o muy dtbd, muy difieren según las situaciones. Dcdk ojue
un individuo es • antisemita es formular otras form as de etnoecntrismn, así como varias altcrr
una expresión genérica que puede cubrir algunas preguntas relativas a actitudes au- una prcgunt|
una considerable variedad de comporta toritarias se bailaban im luidas en un largo una lista de
micutos verbales v no verbales. Un estudio cuestionario destinado principalmente a es- ees, rusos, ]\
completo del antisemitismo en una pobla- tudiar ocupaciones, clases y movilidad so- 10 nacionali
ción dada implicaría pues la observación cial. Esta circunstancia explica que el nú- ció del cnti
de muchas diferentes áreas de comporta- mero de preguntas sobre el tema que nos trar", "procc
miento. Debería, por ejemplo, partirse de interesa fuese relativamente reducido. La "excluir".
una tipología del antisemitismo y luego muestra estaba compuesta de "jefes de fa- Ahora
observar con que frecuencia se dan, en la la milia" de ambos sexos fen su mavoría va- menor propt
población estudiada, los diferentes tipos. rones): los resultados de la encuesta por en una prej
Ksta, por lo demás, no seria sino una etapa lo tanto, son representativos de la pobla- que en prci
descriptiva: quedarían luego por estudiarse ción de jefes de familia. Sin embargo, sus tipo, en la
.los factores que condicionan los distintos resultados pueden considerarse válidos mente a y
tipos de antisemitismo observado. para la población adulta (masculina) de pregunta, c
los mismos grupos de edad. te a los jud
Sin llegar a un estudio de una amplitud
tas antíscm
tan grande —lo que aun en la abundante Es sabido que la forma de la pregunta pío, la prc¡
bibliografía sobre el tema no es muy co- afecta a las contestaciones, no solamente judíos som
mún— es posible analizar el fenómeno en en el sentido de que las preguntas "carga- "ni lo uno
una población dada v aun buscar sus cau- das" en determinado sentido pueden pro- ti dad may
sas circunscribiendo la investigación a al- ducir una deformación en la respuesta, la misma
gunos aspectos claramente delimitados. sino de que también las preguntas perfec- ñera que
1
Una encuesta de este tipo nos ha per- tamente neutrales originarán contestacio- yendo a I
mitido observar cuál es la incidencia del nes distintas, cuando se altere su forma, y, grupos),
antisemitismo genérico en la población por virtud de Ja alteración se dirijan a as- gunta de
adulta masculina del conglomerado urbano pectos ligeramente diferentes de la misma lisis de si
de Buenos Aires, estimando con bastante actitud. mente coi
precisión el porcentaje de personas que Con relación a las preguntas sobre acti- que repre¡
pueden considerarse "antisemitas" en el tudes hacia grupos, en particular hacia los dio, y adi
sentido que se definirá luego. También ha judíos, e incluso dentro de los límites de dad hacía!
sido posible descubrir en cuáles grupos de lo que hemos denominado antisemitismo cía otros
la población es mayor la proporción de an- genérico C^s decir actitud favorable o con- otro tipo.
tisemitas determinándose algunos de los traria en términos no especificados), es po-
factores que condicionan el fenómeno. Por sible provocar diferentes contestaciones se-
último se han identificado dos tipos de an- gún se mencione expresamente a los judíos 2.-EL
tisemitismo que pueden ocultarse detrás de en la formulación de la pregunta o no. En Sobre
las mismas manifestaciones genéricas estu- la encuesta había cuatro preguntas refe- el párrafo
cadas en la encuesta. rentes a actitudes etnocéntricas. Según la cuál es
Es necesario insistir sobre el hecho de primera se preguntaba: "¿Cuáles son se- blactón
«te la encuesta ha sido realizada en con- gún Ud. las personas o grupos más perju- la- Capíi
iciones técnicas tales que permiten for- diciales para el país?". La segunda tenía - Tarobii
tutar estimaciones precisas acerca de la texto idéntico pero se refería a grupos be-
ecuencia que las actitudes antisemitas neficiosos. Estas dos preguntas no incluían
?ncn en la población de Buenos Aires. Se ninguna mención específica de grupos, de-
ilizó para ello una muestra "aleatorias jando a] entrevistado la tarea de imaginar
áreas de 2078 casos y tal que su repre- de cuáles grupos podía tratarse. Lueeo se
ttatividad queda asegurada de acuerdo le pedía al interrogado que indicara en una
t los requerimientos de la teoría estadís- lista de 12 grupos Cque incluía a "judíos"
t« junto con comerciantes, obreros, políticos; Como
-AS preguntas sobre antisemitismo y porteños, etc., etc.), cuáles de estos gru- país, e i
pos consideraba "beneficiosos" "perjudi- des pcqi
íncJwia mtiiada £oc el Instituto de SaciolocU ciales" o bien "ni lo uno ni lo otro*". En ciudades
* Fawtt*4 de I ihisnfVa de U Um\*rs*Jad de Bue-
Awes, sohrc «na * uretra aleatoria de casos este tipo de pregunta el informante no tie- menores
fofcWaé» del tongtomexado urbano de Buenos
ne que imaginar nada sino que elioe entre Buenos
- 4 -
isi como varios alternativas. Luego se formulaba proporciones observadas será conveniente
udcs au- una pregunta del mismo tipo: cuáles, de comparar nuestras observaciones con las JSM
un largo una lista de inmigrantes (italianos franec- registradas en otros países, en poblaciones
ntc a es CCS, rusos, judíos, españoles, etc., en total similares.
lid.id so- 10 nacionalidades) era conveniente (a jui-
El cuadro 1 muestra los diferentes nive-
te el nú cio del entrevistado) "atraer", "dejar en-
les de respuestas antisemitas que se obtie-
que nos trar", "proceder según las personas" o bien
nen con distintos tipos de preguntas. En >cc«
culo, La "excluir".
la época de la encuesta en líuenos Aires
Cl de fa* Ahora bien, los mismos sujetos darán (1961) la proporción de antisemitas era
yoría va menor proporción de respuestas antisemitas algo menor en nuestra ciudad que en N e w
.testa por en una pregunta "abierta" del primer tipo, York. Es necesario mencionar la época por
la p'tKl.i- que en preguntas "cerradas" del segundo cuanto acontecimientos especíales pueden
tarro, SUS tipo, en las que se menciona específica- incrementar circunstancialmente el nivel
válidos mente a "judíos". En una tercera forma de de antisemitismo. Las cifras que se dan
ilinn) du pregunta, en la que se alude exclusivamen- para Buenos Aires corresponden a lo que vel
te i los judíos, la frecuencia de las respues- podemos estimar como "nivel normal" (an- wh
tas antisemitas seria aun mayor (por ejem- terior al asunto Eichmann). E l lector ob-
pregunta plo, la pregunta: ¿Considera U d . que los servará que para los Estados Unidos en su
•"lamento ludios son "beneficiosos', "perjudiciales**, totalidad, la proporción de antisemitas es
ts "carga* "ni lo uno ni lo otro"?, produciría una can- considerablemente mayor. Esto c curre por
^len pro
1
tidad mayor de respuestas antisemitas que el hecho-de que en las zonas rurales o
respuesta, la misma pregunta formulada de la ma- ona
menos urbanas, por ejemplo las grandes
is perfec* nera que se indicó antes, es decir inclu- ciudades, la proporción de antisemitas es
nteytacio- yendo a los judíos en una lista de muchos mayor. Sobre la base de las proporciones
forma» % grupos). En la encuesta no se formuló pre- observadas en los Estados Unidos se podría
lian a as* gunta de este tipo especifico y en el aná- conjeturar que en Buenos Aires la propor- at t
la misma fisis de sus resultados se trabajó exclusiva- ción de respuestas antisemitas en caso de t o;
mente con preguntas del segundo tipo, lo una pregunta especifica sobre los judíos, pule
obre actv que representa una especie de termino me- se elevaría en tiempos ""normales" a u n
hacia los mo, y además permite comparar la hostili- 30 fí de la población adulta. Las propor- aair
imites de dad W¡a judíos, con la hostilidad ha- ciones en todo c l país deberían ser supe-
semitismo cia otros grupos étnicos o nacionales o de riores, al incluirse zonas rurales v ciuda-
DS
de o con* otro tipo* des'menores donde probablemente se veri-
es po* ficaría un fenómeno similar al observado r*tl -
ciónos se* 2s — E L ANTISEMITISMO JEN BUENOS AIRES en los Estados Unidos v en ctros países.
los judíos
o no% En Sobre la base de los índices descritos en Una encuesta reciente realizada en Ale-
Atas tefe* d párrafo anterior veamos en primer lugar mania, Francia e Inglaterra -revela que en-
Según la cual es cl nivel del antisemitismo en la po- tre los adultos —y para todo el país— la
$ son se* Marión de *kfes de familia** que viven en proporción de antisemitas en preguntas
)a Capital ícdetal y Gran Buenos Aires. que pueden compararse a las preguntas de
sida tenia También para evaluar conectxunente las 2
nuestra encuesta fue la siguiente :
,rup&& be* /er,
> mvluun
Alemania 285* de la ¡vejación adulta
rapos* de*
Inglaterra » «*** *.**.«
% %% % 23% „
imaginar m m
IAU^O se
Francia 245e m m m
ta en tma
Cuno estas cfttas se refieren a todo di Francia e Inglaterra p n poblaciones urba itlo
pais» e incluyen tonas rurales o de cruda- ñas comparables r quiris sem"
<MO«
peque***, ivdm estunarse que en las Alemania. Estas conyor
• lies cátale* las r*u|wvMoes serian pcesm&an mudkas
\K m líe* W*MK4, tfe set asi, d ntvd OK<TVJK1O c* ^*MLW^gmm^ x -
Bnen» Aires, seria a^go mayor que en
- ü s -
ra» i
bcn ser interpretadas con cuidado: se las ubicar en un contexto mayor los resulta
ha mencionado aquí en cuanto permiten dos observados en Dueños Aires.
CuADHO 1
Actitudes antisemitas en ¡lítenos Aires, en los Estados Unidos
(¿centros urbanos y total del país).
- • . . » _ „ , , — — — — •
~ 6 -
de rechazos hacia inmigrantes nortcaincn- ta entre antisemitismo y etnoecntrismo ge-
eanos c ingleses también debe estar vincu- neral, entre antisemitismo y actitudes an-
lada a factores ideológicos. AI examinar ti-rusas, anti-nortcamericanas. etc. Pero es-
los resultados expuestos en c l Cuadro 2
«es necesario tener en cuenta, además, una
CUADRO 2
serie de circunstancias: a) la hostil'du!
Hostilidad hacia grupos étnicos, naciona- Oec.,1962
hacia los diferentes grupos es distinta se-
les, religiosos y otros. Porcentaje de res-
gún las clises sociales, y la manera en que
puestas hostiles sobre el total de eucues-
varía depende del tipo particular de gru-
po de que se trata. Por ejemplo la hos- fados.
Porcentaje de
tilidad hacia los "terratenientes" es mayor personas que
en las clases populares y mucho menor en los consideran
la alta y lo contrario ocurre con relación Grupos "perjudiciales"
a los "dirigentes obreros"; b) existe ade- o quieren
más una correlación general entre antise- excluirlos vely
mitismo v otras formas de etnocentrismo: Terratenientes
1
1
44.1 which
es decir una persona que es antisemita, M/Ütarcs 38,4
1
2
7,0 .t of
posible detenernos para explicar la raíz Franceses *3 pulation
1
7 -
lewor
3,-FAcronrs sot l o c u i / r u n A L t s DLL U n ejemplo de la primera categoría
ANTISEMITISMO. de factores —los de orden socio cultural
fue señalado antes. Como queda dicho,
Los factores que condicionan las acti- en las zonas rurales o en las ciudades más
tudes antisemitas pueden clasificarse en pequeñas c l nivel de antisemitismo es ma-
dos grandes categorías: a) factores de or- yor. Se trata de un fenómeno interesante
den sociocultuul y b ) factores de orden por cuanto es precisamente en cl campo y
psicológico individual. Amhas series de en los centros urbanos menores donde hay
factores se hallan íntimamente relaciona- menos judíos» o no los hay en absoluto. La
rlas y podría decirse que constituyen di- razón es que en las zonas rurales cl anti-
ferentes aspectos de una misma cosa. De semitismo constituye cl resultado de la pre-
una manera muy grosera podemos sub- sión cultural (en sentido antropológico),
divuiir los primeros en dos categorías; por es una creencia tradicional. Como se indi'
un jado, tradiciones y creencias que tie- ca más adelante este factor puede ser muy
nen alpún contenido antisemita o que fa- importante en las clases populares urbanas.
vorecen este tipo de actitudes v, por el En nuestra encuesta algunos de los facto-
otro, la posición dentro de la cstuictura res sociales de tipo demográfico como el
social y las circunstancias ambientales. sexo y la edad, demostraron tener escaso
significado. Entre los jefes de familia ha-
Los elementos más importantes con re-
lación a lo primero son la clase social y bía una pequeña proporción de mujeres
fe educación, lint re las circunstancias am- (13.9%): ambos sexos parecen registrar la
bientales debemos colocar aquellos fació- misma cantidad de antisemitas; había (22.9
les que ptiedtn influenciar determinada por ciento) entre los varones y 22.6 % en-
generación; p o r ejemplo el haber vi- tre las mujeres. De paso puede decirse que
vido en una época de antisemitismo agu- las mujeres en todas partes suelen regis-
do, o bien en momentos dé mavor tolc- trar menor frecuencia de actitudes antise-
tancia. También el sexo puede implicar mitas (pero la diferencia observada en
algunas diferencias, en tanto suponga con- Buenos Aires no tiene importancia estadís-
dición^ de vida distintas para varones y ticamente). Alguna diferencia mayor se
para mu ¡eres. halló comparando grupos de edades:
293%
the
Primaria completa o secundaria incompleta 21.3% e of
Soeund.uia comnleta o universitaria, completa o in- p ver,
. ,•:" 13.7% -
of
Pero et claro que, como los que tienen mente aceptada según la cual el antisemi-
Mta* instrucción secundaria o universitaria son tismo es sobre todo un fenómeno de clase
ling
ttmbi^M tot que pertenecen a los niveles jmedia. Es innegable» por ejemplo, ei he- It a
ccf'*VvVn sociales superiores, la influen cho de que las expresiones más violentas atio
cía ftcM de la educación podría ser dis* del antisemitismo en nuestro país no se
tinta* han originado en los sectores populares y
Lo% datos «obre la relación entre clase menos ilustrados sino por el contrario, en
•octoj y antisemitismo plantean una serie grupos de mejor posición social y educa-
;
djÉ| %t*«* muy stifKuu Por lo pronto, ción. Ahora bien, es posible formular una ande
Mk dcsfii&nti* una hi nutesis común- hipótesis —y ofrecer algunas pruebas de su
- 3 ^
veracidad— que permiten introducir algu- profunda), pero se dispone de datos que
na racionalidad cu este panorama aparente- ofrecen por lo menos una base sólida co-
mente confuso. mo para considerar muy plausible tai hi-
pótesis.
4. — ANTISEMITISMO IDKOIÓGICO Y ANTI-
Una de las características del antisemi-
SEMITISMO TnAPIClONAL.
ta ideológico es que se diferencia de los
Como se recordará, se estudió cl antise- que no son antisemitas por el hecho de
mitismo a través de un índice de "antisemi- que su antisemitismo constituye una ex-
tismo genérico". Ahora bien, la hipótesis presión de su autoritarismo. En este sen-
es que, la misma contestación genérica de tido no sólo es antisemita sino que es tam-
que los "judíos son un grupo perjudicial" bién etnocéntrico en genera), su tenden-
o de que a "los judíos habría qu- excluirlos cia a la hostilidad generalizada es mavor,
como inmigrantes", puede encubrir dos for- es un autoritario en política, etc. Además,
mas de antisemitismo. L a primera estaría según reiterados estudios, se trata de una
constituida por lo que llamamos antisemi- persona frustrada, con actitudes irraciona-
tismo tradicional: se trata de la aceptación les hacia la autoridad (por ejemplo su mi-
pasiva de ciertos estereotipos que son bas- sión injustificada, o bien rebeldía sin cau-
tante comunes en el grupo en que uno sa), agresiva, etc. E l antisemita tradicional,
vive. El antisemitismo de la población ru- por cl contrario, no debería diferir mar-
ral es de este tipo sobre todo. La segunda cadamente de la gente de su propio am-
forma consistiría en una actitud ideolórric? biente. Tendería a ser una persona más
mucho más precisa v elaborada. Mientras bien parecida a las cjue viven en las mis-
la primera no corresponde necesariamente mas condiciones sociales, de cultura, edu-
a un tipo especial de personalidad, en cl cación, etc.
segundo caso el antisemitismo serí? la ex- Ahora bien cuando se comparan los
presión de lo que se ha denominado el antisemitas cen los no antisemitas en los
"síndrome autoritario". Todos los estudios niveles populares v se repite esta compa-
sobre antisemitismo, desde los ya clasicos ración en los medios v en los altos se en-
del grupo de I Iorkhcimcr en Alemania, cuentra que ocurre precisamente así.
realizados a comienzos de la década del 30,
hasta los famosos estudios de Adorno y En la encuesta se habían incluido va-
rios tests de "autoritarismo". E l primero
otros en los Estados Unidos, han mostrado
de ellos corresponde a una "escala" que
la existencia de una estrecha conexión en-
" mide algunos de los rasgos del carácter
tre el antisemitismo y la personalidad auto- autoritario (convencionalismo, su misión
ritaria, un tipo psicológico que ha sido des- autoritaria., agresividad, admiración por el
crito con frecuencia. poder v Ja dureza, destructividad) , el5
Según nuestra hipótesis las dos formas segundo se refiere específicamente al au-
de antisemitismo estarían diferentemente toritarismo político (se determinaba la pre-
distribuidas entre los varios niveles econó- ferencia hacia el "partido único" o bien '.
mico-sociales. Mientras en los niveles ba- la pluralidad de partidos). Oteo ítem sobre
jos h mavoría de las personas que han da- autoritarismo estaba constituido por un
do contestaciones "antisemitas genéricas" test provectivo que permitía observar la
serían del tipo "tradicional" (es decir su actitud hacia la autoridad (aceptación in-
antisemitismo resultaría de la repetición condícionada, rechazo, etcétera).
pasiva de estereotipos tradicionales), en
Jos niveles medios y alto, gran parte de Cuando se compara cómo se caracteri-
los que expresaron hostilidad hacia los zan los antisemitas y los no-antisemitas en
judíos, pertenecían al segundo tipo v se- cuanto a su autoritarismo medido con los
rían antisemitas ideológicos. Dentro de la tests mencionados/ se observa que, mien-
encuesta no se han hecho exploraciones tras en. los niveles populares los antisemi-
psicológicas especiales que permitjo ana- tas no difieren de los que no lo son, en h&
lizar cabalmente esta cuestión (esta ta- niveles medios y altos hay una diferencia
rea se ha dejado para sucesivas investiga-
ciones a base de técnicas de observación • Se utiliM una versión abreviada de ím CSC»}*
Miad» pof ADORNO y otros.
CSM
é file retpccto, entre los antisc-
a
niveles bajos hay una proporción alta de
v'/oi ito-ontHcnütoi. La relación rc- "autoritarios" pero los antisemitas no se
f ¿mplkacia por cl hecho de que cl diferencian de los que no lo son en cuan-
• J^j gi,)ef¡il (le autoritarismo en la clase
t
to a su mayor propensión al autoritarismo;
| " , jiir es bastante más elevado que en
(l
en los niveles medios v altos, la proporción )ec.,1962)
r< niveles medios y alto. F.ste hecho, a su de autoritarios es menor, pero mientras
\ tiene una explicación semejante a en los no antisemitas es aún más baja que
• que se dio o propósito del antisemitis- cl promedio de su ambiente social, en los
111 1 Ml< 1
l!'' " I ' ' autoritarismo en los antisemitas es mucho mayor que dicho
.¡viles bajos es cl resultado de la persis- promedio. Esta relación se observa clara-
1,'iui.i di* actitudes tradición.iles; es cl pro- mente con respecto a todos los tests de au-
ducto tic una serie de circunstancias de toritarismo: incluimos acjir- —como ilus- i
(jirilctcr familiar y ambientalNo es posi- tración de lo dicho— los datos relativos al .vely
ble detenerse aquí sobre este fenómeno; lo autoritarismo medido en la llamada esca- vhich
míe interesa destacar es lo si uniente: en los la. «IT»
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