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La Era de Trujillo

Rafael Trujillo llegó al poder en 1930 y estableció un régimen autoritario basado en el uso del ejército y la violencia. Se dedicó a crear monopolios en varios sectores económicos como la sal, la carne y el arroz, lo que lo convirtió en el hombre más rico del país. También impulsó programas de desarrollo agrícola, obras públicas e industrialización que transformaron la economía dominicana.

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Rafael Trujillo llegó al poder en 1930 y estableció un régimen autoritario basado en el uso del ejército y la violencia. Se dedicó a crear monopolios en varios sectores económicos como la sal, la carne y el arroz, lo que lo convirtió en el hombre más rico del país. También impulsó programas de desarrollo agrícola, obras públicas e industrialización que transformaron la economía dominicana.

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La era de Trujillo (1930-1961)

El ascenso del general Rafael Leónidas Trujillo al poder en el 1930 puso en evidencia
otra de las consecuencias de la Ocupación Militar Norteamericana: el indiscutible peso
del Ejercito Nacional en la vida dominicana de una forma totalmente diferente a como
había ocurrido en el pasado, pero ahora con la población desarmada, no había ningún
grupo político capaz de hacer frente en el terreno militar a los soldados y oficiales
entrenados en el Gobierno Militar entre 1917 y 1924. Trujillo fue el heredero de ese
cuerpo de orden creado por los norteamericanos y no tardo en demostrar que sabía
utilizar a cabalidad los métodos de control que se utilizaron durante la ocupación para
luchar contra los gavilleros y reprimir cualquier tipo de oposición que se presentara.
Trujillo impuso su dominio con el ejército sobre el resto de la población dominicana y
su medio fue la violencia, el terror, la tortura y el asesinato. El ejército fue la primera
fuente de riqueza al aprovechar las compras de ropas, alimentos y equipos para cobrar
comisiones y establecer descuentos a su favor. Es incluso una de sus amantes quien
lucro en gran manera de la posición de Trujillo en la jefatura del ejército al obtener un
contrato exclusivo para dar servicios de lavandería a los soldados, a quienes se les
descontaba mensualmente una parte de su salario para el servicio de ropa.
Desde el principio del régimen de Trujillo fue manejado con violencia, hurtos
aprovechando cada descuido y falta de defensa. La ambición lo llevo a querer tomar el
control de todos los negocios de la Republica Dominicana en el momento de su llegada
al poder y lo consiguió. Al negocio de las ventas y lavandería del ejército, le siguió uno
nuevo consistía en el monopolio de la producción y venta de sal en el 1931, este fue
impuesto por Trujillo gracias a su posición de presidente Trujillo decreto una ley que
prohibía la producción de sales marinas obligando a la población a consumir la sal que
este producía en Barahona. Subió el precio de la sal de 60 centavos a $3.00 pesos el
quintal, esto le daba a Trujillo un a ganancia de $400,000 pesos. Trujillo trabajo en el
establecimiento de la mayor cantidad de monopolios posibles. A la sal le siguió el
monopolio de la carne, las carnicerías le proporcionaban ingresos anuales de $500,000
pesos. A este se le unió el monopolio del arroz, este obligo a los dominicanos a
consumir el arroz criollo que obvio distribuía el en su compañía que llevo al aumento
del precio de unos 6 centavos aproximadamente a unos 12 o 15 centavos la libra, esto
dependía de la calidad.
En los primeros años del gobierno de Rafael Leónidas Trujillo, el anduvo rápido en la
creación de monopolios que estos también abarcaban la venta y distribución de leche en
la Capital, la instalación de un banco de cambio de cheques del gobierno, este era
manejado por María Martínez quien era su esposa, por lo tanto los empleados públicos
pagaban un monto de su sueldo para cobrar sus cheques por adelantado. Con el dinero
acumulado rápidamente por los negocios mencionados Trujillo empezó a comprar
acciones de empresas que ya funcionaban en el país que luego término quitándoles a sus
dueños por ejemplo, una compañía de seguros que obligo a sus dueños a venderles
acciones, la bautizo con el nombre de San Rafael y se las arrebato a sus dueños.
Con estos y otros muchos negocios abarcando desde la prostitución hasta la exportación
de frutos del país, incluyendo comisiones por contratos de obras públicas y un
descuento del 10% que se les hacía a los empleados públicos de sus sueldos que eran
destinados al Partido Dominicano, convirtieron a Trujillo en el hombre más rico del país
cuando termino su primera administración presidencial. Trujillo durante los siguientes
años uso su poder político y militar para continuar enriqueciéndose y favorecer a los
miembros de su familia o íntimos allegados. Para el, el gobierno era su medio de
engrandecimiento personal y no un instrumento de servicio público.
En el afán de Trujillo por aumentar sus riquezas personales debía aumentar las riquezas
nacionales ya que de estas provenían las suyas. Y de ahí su gran empeño por continuar
con la política del fomento agrícola y de obras públicas iniciadas en gobiernos
anteriores.
En los primeros años Trujillo se dedicó a concluir obras públicas iniciadas en el
gobierno de Vásquez pues la situación había quedado deteriorada y el gobierno quedo
sin recursos suficiente para obras publicas después de la crisis mundial del 1929. Pero a
medida que se fue recuperando el gobierno en el 1938, el gobierno de Trujillo
reemprendió con inusitada energía los programas anteriores como carreteras, puentes,
canales de riego y colonización agrícola, a los pocos años la riqueza empezó a hacerse
evidente gracias a la apertura de decenas de miles de tareas de tierras a la agricultura y
al asentamiento de miles de campesinos en tierras donadas por el estado en regiones
hasta ese entonces abandonadas. Gracias a esto los programas, aumento la producción
agrícola en todos los renglones esto hizo autosuficiente al país de arroz, maíz, frijoles y
demás víveres, hasta la década del 1930 no siempre se produjo todo lo que se
necesitaba.
Los dominicanos siempre tuvieron la idea de que vivían en un país despoblado que
necesitaba aumentar su población. De manera que el gobierno de Trujillo estimulo la
inmigración y la creación de familias numerosas, ya que en su gobierno hubo falta de
brazos para la fuerza de trabajo. Esta política demográfica fue acompañada de un
mejoramiento en el sector salud iniciado durante la Ocupación Militar Norteamericana
que entre los años 1935 y 1950 hubo un crecimiento de la población visible pues paso
de 1,480,000 habitantes en 1935 a 2,100,000 en 1950 y a 3,000,000 en 1990. Este
crecimiento tuvo consecuencias inmediatas, la modernización de las ciudades, fueron
dotadas de luz, calles, acueductos, centros sanitarios, escuelas entre otros servicios, los
campesinos por falta de oportunidad de trabajo emigraron a la ciudad aumentando el
proceso de urbanización que se había iniciado en Santo Domingo durante el gobierno de
Vásquez.
Este proceso se hizo más rápido a partir de la Segunda Guerra Mundial y,
particularmente en la década de los años 1950, pues con la capital acumulado en sus
primeros negocios, Trujillo empezó a establecer industrias en la ciudad de Santo
Domingo para aprovechar los altos precios originados por la guerra en los artículos de
primera necesidad así empezaron las industrias de comestibles, papel, cemento, bebidas
y licores, embutidos y leche procesada, clavos, botellas y vidrios, café, carnes,
chocolate, dulces, mármol, medicinas, pan, pinturas, sacos, cordeles y tejidos, y muchos
otros artículos más.
La industrialización iniciada en la Segunda Guerra mundial termino cambiando el
antiguo carácter meramente administrativo de la ciudad de Santo Domingo al
convertirla en un centro manufacturero a donde se acudieron decenas de miles de
dominicanos provenientes de los pueblos internos en busca de ocupación. Este patrón de
migración interna se repitió en grados diversos en los demás centros urbanos del país,
dando el resultado que en 1960 solamente el 60% de la población dominicana vivía en
el campo en tanto que en 1930 el 84% de la población habitaba en la zona rural. Hoy,
las consecuencias de esto es que más de la mitad de la población vive en las ciudades,
Santo domingo es la ciudad que crece siete veces más que las de todo el país y contiene
el 20% de la población total.
Otra industria que Trujillo también desarrollo fue la azucarera. Al terminar la Segunda
Guerra Mundial el al igual que sus compañeros pudieron apreciar el monto de los
enormes beneficios logrados por los dueños de los ingenios que existían en el país desde
hacía más de medio siglo. El no quiso quedarse fuera de este negocio y en 1949
comenzó construyendo un ingenio en las cercanías de Villa Altagracia, el ingenio
Catarey, en una finca de su propiedad. Pero este ingenio resulto ser muy pequeño para
las nuevas aspiraciones y al año siguiente inicio la construcción del Central Rio Haina,
que el aspiraba a que fuera el más grandes del país. En los años siguientes Trujillo
utilizo fondos estatales y propios, a través de complicadas operaciones financieras para
comprar la mayoría de los ingenios extranjeros que operaban en el país, convirtiéndose
así en el principal productor de azúcar de la Republica Dominicana. Los que se
quedaron sin vender sus ingenios fueron:
 La Casa Vicini
 South Puerto Rico Sugar Company propietarios de la central Romana (con quien
Trujillo no pudo llegar a un acuerdo a tiempo con el precio de la venta de central
Romana)
Empresas extranjeras que el adquirió, en su empeño de controlar toda la vida económica
de la nación fueron:
 Nacional City Bank
 Corporación Dominicana De Electricidad
El crecimiento del imperio económico de Trujillo llego a ser tan grande, que al final de
su vida el controlaba el 80% de la producción industrial y sus empresas daban
ocupación del 45% de la mano de obra activa en el país, lo que unido a su control
absoluto del estado, que empleaba el 15% de la población activa, hacia un 60% de las
familias dominicanas dependieran de una manera o de otra de su voluntad. Todo esto
unido a un sistema de impuestos y contribuciones forzadas a favor del Partido
Dominicano o del gobierno, cuyos fondos el manejaba absolutamente, hace verosímil la
observación de un testigo que llego a decir que su gobierno llego al extremo que ningún
dominicano pudiera comer, cazar, vestir o alojarse sin que él y su familia salieran
beneficiados. Desde sus inicios el gobierno dominicano fue su arma de enriquecimiento.
El ejemplo más visible es el de los haitianos por más de un siglo los haitianos habían
estado penetrando pacíficamente en el país asentándose en tierras agrícolas abandonadas
por los dominicanos en tiempos de la primera república.
Se hicieron muchos esfuerzos en el siglo XIX pero por más esfuerzos que se hicieron
por llegar a un acuerdo con Haití, nunca fue posible aclarar el tema de los limites
fronterizos y el tratado del 1874 fue defectuoso y los tratados de Lilis dieron a los
haitianos poder sobre tierra reclamadas por los dominicanos con anterioridad.
Durante muchos años a principios del siglo XX se intentó llegar a un acuerdo sobre los
límites fronterizos, el cual solo pudo alcanzarse en 1929 durante el gobierno de Horacio
Vásquez. Aunque se firmó en 21 de enero de ese año un tratado de igual forma
quedaron miles de haitianos que trabajaban como obreros de la industria azucarera o
como sirvientes de casas de familia o como agricultores y pequeños comerciantes en el
sur y en la línea del noreste cerca de la frontera.
Estos haitianos estaban completamente marginados de la vida dominicana y el territorio
por ellos ocupado era una extensión de la república de Haití. La moneda haitiana
circulaba libremente hasta el pueblo de Mao y era aceptada por el comercio de Santiago,
en el Cibao. En el Sur la moneda circulaba hasta azua. A pesar de los nuevos límites
fronterizos, fijados en 1929, había zonas en el país donde la población no pertenecía a la
Republica y era ajena a las disposiciones y leyes del Gobierno Dominicano. Inspirado
Trujillo viajo a Dajabon principios del 1937 y allí pronuncio un discurso señalando que
la ocupación de los haitianos en las zonas fronterizas no debía continuar, ordenando que
todos los haitianos que hubiera en el país fueran exterminados. En los días seguidos al 4
de octubre de 1937. Trujillo hizo perseguir y asesinar a los haitianos donde quiera que
se les viera muriendo 18,000 en total en todas partes del país, logrando salvarse los que
cruzaron la frontera o los protegidos por ingenios azucareros que no querían perder su
mano de obra.
La matanza de haitianos de 1937 produjo un escándalo internacional y creo en toda
América Latina y en los Estados Unidos una repulsa unánime. Después de múltiples
investigaciones y protestas, el caso se cerró por un pago de 750,000 $ al gobierno de
Haití en compensación por los daños y perjuicios ocasionados por lo que de forma
oficial se llamó “conflictos fronterizos”. El gobierno de Trujillo quiso hacer parecer la
matanza como una disputa entre dominicanos campesinos y ladrones de ganado
haitianos, aunque todos sabían que eso había sido un genocidio sus defensores lanzaron
una campaña en su defensa dejándolo como el salvador de la nacionalidad.
Después de la eliminación haitiana de las zonas fronterizas, el gobierno inicio años más
tarde de un vasto programa de Dominicanización de las frontera consistente en la
creación y construcción de pueblos a lo largo de la nueva línea de demarcación, cuya
dominicanidad estaría asegurada por una serie de instalaciones militares que impedirían
una nueva penetración Haitiana.
En los siguientes años, la dominicanizacion de la frontera se convirtió en una especie de
cruzada de reivindicación nacional al recuperar y traer de nuevo al control dominicano
aquellas zonas que pérdidas de tiempo de Toussaint y que las invasiones haitianas de la
Primera República, primero, y el comercio fronterizo, después, habían impedido
recuperar. Esos pueblos y puestos militares fueron dotados de todas las facilidades. La
frontera fue repoblada en pocos años con familias a las cuales se les dieron tierras en
numerosas colonias agrícolas que fueron creadas con la finalidad de asentar una
población que diera vida a aquellas regiones despobladas. El plan de dominicanizacion
de la frontera dio sus resultados positivos pues a partir de entonces la frontera quedo en
domino de la república, con la creación de varias provincias que las ligaron
administrativamente a la Capital y con la construcción de numerosos caminos y canales
de riego que hicieron de aquellas tierras una zona poblada permanentemente
incorporada a la producción general del país.
Cuando Trujillo llego al poder en 1930 en medio de una crisis económica general, parte
importante de las dificultades financieras del país se debían a las obligaciones de la
república en virtud de la convención Dominico-americana de 1924 que le impedía
suscribir nuevos empréstitos o elevar los aranceles aduaneros sin consentimiento del
gobierno de los Estados Unidos y al mismo tiempo estaba obligado a respetar la
distribución de las rentas de aduanas del país que se llevaba a cabo la Receptoría
General de Aduanas, consistía en descontar un 50% de las mismas para el pago de la
deuda externa del país, el gobierno inicio en 1931 las gestiones para obtener de los
Estados Unidos una moratoria que le permitiera pagar solamente los intereses de la
deuda mientras persistiera la actual crisis económica mundial. Estas gestiones dieron un
resultado positivo y le fue permitido al gobierno de Trujillo contar con recursos
adicionales a los que normalmente se les permitieron al gobierno de Trujillo de
continuar el acuerdo de la convención de 1924.
La crisis económica llevo al Gobierno Dominicano en 1931 a iniciar negociaciones con
el gobierno de Estados Unidos para que le sea devuelto a la Republica Dominicana el
derecho de administrar por si misma sus Aduanas, enajenadas desde tiempos de Lilis
puestas bajo la administración de la Receptoría desde 1905. Este acuerdo tardo varios
años en ser elaborado pues las negociaciones entre ambos gobiernos estuvieron llenos
de incidentes y tampoco fue fácil convencer a los tenedores de bonos de que seguirían
gozando de las mismas garantías para el pago de la deuda. Pero finalmente, el 24 de
septiembre de 1940, Trujillo, que ya había sido dos veces presidente de la Republica, y
ahora se había hecho nombrar Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario,
firmo junto con el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Cordel Hull, un tratado
modificado la convención de 1924 en el sentido de que a partir de ese momento la
Receptoría General de Aduanas dejaba de funcionar bajo la dirección del gobierno
norteamericano y sus oficinas y dependencias pasaban a formar parte de la
administración pública de la Republica Dominicana.
Este tratado, que es conocido como el ”Tratado Trujillo Hull”, fue ratificado el 15 de
febrero de 1941, y fue el objeto de una enorme propaganda por parte del gobierno para
hacer aparecer a Trujillo como el restaurador de la independencia financiera del país
pues los apologistas del gobierno utilizaron la escandalosa y deprimente historia
financiera dominicana para hacer parecer a Trujillo como el hombre providencial que
había sido capaz de restituir la soberanía de la Republica, mutilada por la administración
extranjeras de las aduanas, para darle la verdadera independencia al país. De hecho, la
administración de las aduanas quedo en manos dominicanas a partir del Tratado
TrujillloHull pero en virtud de lo mismo, todos los fondos recaudando por el Gobierno
Dominicano debían ser depositados en el Nacional City Bank of New York, que
operaba en Santo Domingo, para que uno de sus funcionarios que hacía las veces de
representantes de los tenedores de bonos dispusiera la distribución de los mismos, entre
el Gobierno Dominicano y los acreedores extranjeros de los empresitas de 1922 y 1926.
Entretanto la deuda externa siguió amortizándose. De los $16, 000,000 de dólares en
1930 solo quedaban por un $9, 401,855.55 de dólares en julio de 1947. En provecho de
la situación financiera del país se había mejorado a causa de la alza de los ingresos
fiscales que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, esto es entre 1939 y 1945 el
gobierno entrego el día 21 de julio de 1947 un cheque a favor de su representante por la
suma restante.
La deuda externa fue una de las cosas heredadas que quedo en el pasado que encontró
su final en la era de Trujillo. La propaganda fue tanta que duro años diluyendo la
importancia del hecho que nunca se borró de la mente de Trujillo insistiendo hasta el
final que su gloria histórica quedaría como el restaurador de la independencia financiera
dominicana.
En cuestión de política, el régimen de Trujillo logro continuar inalterable a pesar de las
múltiples conspiraciones que hubo y de las invasiones de los exiliados dominicanos
organizadas contra el en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Constitucionalmente Trujillo fue presidente de la republica 4 veces. 1ra en 1930ª 1934,
2da 1934 a 1938. Fue sustituido por Manuel de Jesús Troncoso de la Concha. La razón
por la cual Peynado fue electo presidente, aunque Trujillo siguió gobernando se explica
la oposición del gobierno de los Estados Unidos a que Trujillo se reeligiera en 1938 por
la matanza haitiana. Sin embargo con el programa de Dominicanizacion de la frontera
en marcha, y con unos 5 años de por medio para olvidar los conflictos, el gobierno
americano no se opuso a que Trujillo volviera ser presidente por 3ra vez n 1942 hasta
1947 ni su reelección hasta 1952, cuando entrego el poder su hermano Héctor B.
Trujillo, quien fungió como presidente hasta 1960 cuando renuncio a causa de la crisis
internacional atravesada el gobierno debido a las sanciones económicas que fueron
impuestas por la Organización de los Estados Americanos OEA luego del intento de
asesinato por parte de Trujillo al presidente venezolano Rómulo Betancourt en junio de
1960. Quedando como presidente de la Republica Joaquín Balaguer, quien hasta el
momento solo había ejercido funciones de Vicepresidente.
De las 2 invasiones realizadas por los exiliados dominicanos, la de Luperón en junio del
1959 y la de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en junio de 1959, fue esta la ultima la
que a pesar de su fracaso, creo problemas insolubles al régimen, pues luego muchos
dominicanos creyeron que el podrían enfrentar apoyo en el gobierno cubano dirigido
por Fidel Castro que tomo el poder en enero de 1959, y se dispusieron a conspirar. Esta
conspiración se extendió ampliamente, pero fue descubierta y ya en 1960 las cárceles
estaban llenas de centenares de presos políticos de todas las clases sociales, mientras el
régimen acentuaba sus viejos métodos de terror, vigilando en forma ostensible y
amenazadora los ciudadanos a los presos políticos y a los opositores del gobierno.
Muchos dominicanos fueron asesinados en 1960, entre ellos las hermanas Mirabal,
cuyos esposos estaban encarcelados ocurrido el 25 de noviembre del 1960, estas
colmaron la apariencia de Trujillo y acrecentó la atmosfera que ya existía en contra del
gobierno.
Surgieron nuevas conspiraciones, incluso entre los mismos amigos de Trujillo y entre
las personas que habían sido funcionarios del gobierno y colaboradores cercanos suyos.
Una de estas conspiraciones conto con el apoyo de los servicios de la inteligencia de
Estados Unidos, que también creían llegado al momento de liquidar esta larga tiranía.
Alentados por el apoyo, este grupo de hombres, dirigidos por un amigo de la infancia de
Trujillo, Juan Tomas Díaz, quien se encontraba en la desgracia a causa de la oposición
de su hermana, urdió la trama de atacar a Trujillo a balazos cuando se dirigiera a su
“hacienda fundación”, en San Cristóbal, cosas que hicieron en la noche del 30 de mayo
de 1961. El asesinato del dictador ocurrió cuando ya su régimen se desboronaba a
consecuencia de las sanciones económicas impuestas por la OEA el año anterior y
mientras la oposición popular crecía por los ataques de Trujillo había lanzado en los
últimos meses hacia la Iglesia Católica luego de que esta se negara a otorgarle el título
del Benefactor de la Iglesia, que él quería añadir los de “Generalísimo”, benefactor de la
patria y “padre de la nueva patria”.
A lo largo de los 32 años de su gobierno Trujillo completo la obra de fomento de la
riqueza publica iniciado a principios de la riqueza pública iniciada a principios de siglo
de Ramón Cáceres y acelerada durante la Ocupación Militar Norteamericana. Pero la
naturaleza depravadora de su régimen, se tendía a explotar las riquezas del país en su
beneficio personal y familiar, creo un sistema de apropiación de los recursos
económicos de la Nación que termino por desposeer a miles de campesinos de sus
tierras obligándolos a emigrar a otras ciudades y termino creando un gobierno encerrado
en sí mismo que limitaba la participación de las mayorías de los ejercicios del poder y,
al mismo tiempo en las posibilidades de hacer fortuna. El país creció económicamente
durante le Era de Trujillo y aunque el estado fue organizado y la burocracia civil y
militar funcionaban con relativa eficiencia, solo se sostenían sobre la base del miedo
que el dictador inspiraba y en la función de los interese personales de Trujillo la
naturaleza monopolística de sus empresas dejaba poco campo de inversión privada pues
nadie se sentía seguro de no ser despojado de sus negocios una vez estos mostraran que
estaban siendo beneficiados.
Trujillo fue simplemente trujillista, no nacionalista como se ha dicho de forma insistente
la nacionalización de diversas empresas extrajeras que realizo, fue llevada a cabo en su
propio beneficio y aunque invertía en la creación de nuevas empresas, una sustancial
parte de su fortuna fue depositada en bancos extranjeros calculándose que a su muerte
su familia contaba con alrededor de 300 millones de dólares fuera del país. Sus
empresas funcionaban y dejaban beneficios pues estaban bien protegidas. Muchas no
pagaban impuestos y los salarios de los trabajadores era terriblemente bajos, otras tenían
empleados públicos, miembros del ejército y presidiarios como trabajadores, y en
aquellos casos que alguna dejara perdidas, el las vendía al estado con ganancias. La idea
de que Trujillo hizo al estado dominicano una empresa particular no está del todo
alejado de la verdad, aunque se guardan formulas constitucionales y existiera el
congreso nacional, una suprema corte de justicia y otras instituciones públicas.
A su caída, el poder distribuyo en múltiples individuos e instituciones y poco a poco la
Republica Dominicana recupero su dignidad perdida.

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