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Menciona Los Siete Errores Más Comunes en La Práctica de La Asesoría

Este documento menciona siete errores comunes en la práctica de la asesoría: 1) dar consejos, 2) persuadir o convencer, 3) interrogar en exceso, 4) sólo dar información, 5) dar advertencias, 6) considerar la asesoría como una entrevista formal, y 7) confundir la asesoría con la psicoterapia. La asesoría debe enfocarse en apoyar a los estudiantes para que aprendan por sí mismos y desarrollen sus propias habilidades de resolución de problemas.

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Menciona Los Siete Errores Más Comunes en La Práctica de La Asesoría

Este documento menciona siete errores comunes en la práctica de la asesoría: 1) dar consejos, 2) persuadir o convencer, 3) interrogar en exceso, 4) sólo dar información, 5) dar advertencias, 6) considerar la asesoría como una entrevista formal, y 7) confundir la asesoría con la psicoterapia. La asesoría debe enfocarse en apoyar a los estudiantes para que aprendan por sí mismos y desarrollen sus propias habilidades de resolución de problemas.

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Menciona los siete errores más comunes en la práctica de la

asesoría.
Hay siete errores más comunes en la práctica de la asesoría de los cuales son: dar
consejo, persuadir o convencer, interrogar, sólo dar información, dar advertencia,
entrevista y confundir con psicoterapia:
1.-El error de dar consejo: la asesoría no se trata de dar consejos o
recomendaciones, este comportamiento iría en contra de las creencias de que los
individuos tienen en su interior sus propias fuentes de cambios y de toma de
decisión.
Los que dan consejos obtienen una gran satisfacción con esta actividad, pues los
deja sentirse constructivamente útiles, al mismo tiempo que les permite tener bien
controlados sus propios sentimientos de impotencia.
Quien da consejo corre el peligro de escuchar sólo una parte de lo que la persona
que busca asesoría quiere decir. Parte de la dificultad a menudo residirá en el
aconsejado mismo, que no deseará más que poner al asesor en el papel de dar
consejos.
2.- Error de querer persuadir o convencer: la asesoría no consiste en influir en
las opiniones o en el comportamiento mediante la persuasión o la argumentación, o
intentando convencer directa o indirectamente. Se debe recordar que por ser
profesores se tiene un fuerte nivel de influencia posible sobre los alumnos.
En concreto, no se debe influir sobre actitudes, creencias o conductas por medio de
la persuasión, las influencias o la convicción, por más sutiles que pueda ser.
3.- Error de convertir la asesoría en un interrogatorio: cuando se hacen muchas
preguntas, es normal provocar en el alumno el tipo de resistencia que se produce
cuando alguien siente que le atacan o le diagnostican por la hostilidad producida en
el sujeto.
No se debe olvidar que lo importante no es la cantidad de información que se pueda
recabar sino la calidad; muchas veces, la información más valiosa la trae el alumno
a cuenta a cuenta por sí solo.
4.- El error de dar solo información: La asesoría no se limita al simple suministro
de información, aunque la relación puede darse. La relación interpersonal rebasa
con mucho la mera información.
5.- El error de las advertencias: La asesoría no consiste en influir sobre la
conducta mediante advertencia, amenazas u otros modos de obligar, como el uso
de las fuerzas o de la coerción física.
6.- El error de considerar que la asesoría son entrevista: La asesoría no implica
necesariamente la realización de entrevistas en el sentido formal del término, ni
requiere de una cita formal con un horario o lugar preestablecido formalmente.
Conocer a un alumno y su situación puede hacerse en una entrevista con él y/o sus
padres, pero igual se puede conocer al alumno de una manera que es observándolo.
7.- El error de considerar a la asesoría como psicoterapia: Los asesores no son
psicoterapeutas, pero es preciso que estén convencidos de que sus principales
áreas de interés serán los alumnos que normalmente experimentan dificultades de
desarrollo.
En la experiencia de la docencia, debemos discriminar quien tiene realmente un
problema que amerite atención psicoterapéutica, e incluso tener información de qué
hacer y a quién acudir por ayuda.
Los asesores, como cualquier persona cuyo trabajo implique relaciones humanas,
están expuesto a tenerse que enfrentar a veces con los trastornos clínicos más
graves, pero generalmente se hallarán fuera de sus competencias y su principal
tarea consistirá en reconocerlos y remitirlos a personas adecuadas.

Opinión de que consiste


A diferencia de lo que ocurría hace 100 años, en la sociedad actual resulta bastante
fácil para las personas acceder en cada momento a la información que requieren
(siempre que dispongan de las infraestructuras necesarias y tengan las adecuadas
competencias digitales; en este caso: estrategias para la búsqueda, valoración y
selección de información). No obstante, y también a diferencia de lo que ocurría
antes, ahora la sociedad está sometida a vertiginosos cambios que plantean
continuamente nuevas problemáticas, exigiendo a las personas múltiples
competencias procedimentales (iniciativa, creatividad, uso de herramientas TIC,
estrategias de resolución de problemas, trabajo en equipo...) para crear el
conocimiento preciso que les permita afrontarlas con éxito.
Por ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto "enseñar" (explicar-
examinar) unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre
accesibles, como ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera
autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y
personal mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando la inmensa
información disponible y las potentes herramientas TIC, tengan en cuenta sus
características (formación centrada en el alumno) y les exijan un
procesamiento activo e interdisciplinario de la información para que construyan su
propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción pasiva-
memorización de la información.
Por otra parte, la diversidad de los estudiantes y de las situaciones educativas que
pueden darse, aconseja que los formadores aprovechen los múltiples recursos
disponibles (que son muchos, especialmente si se utiliza el ciberespacio)
para personalizar la acción docente, y trabajen en colaboración con otros
colegas (superando el tradicional aislamiento, propiciado por la misma organización
de las escuelas y la distribución del tiempo y del espacio) manteniendo una actitud
investigadora en las aulas, compartiendo recursos (por ejemplo a través de las
webs docentes), observando y reflexionando sobre la propia acción didáctica y
buscando progresivamente mejoras en las actuaciones acordes con las
circunstancias (investigación-acción).

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