Doctora
CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO
H. Magistrada Ponente
Corte Suprema de Justicia - Sala Laboral
E. S. D.
Referencia : Recurso Extraordinario de Casación
Recurrente : Liberty Seguros S.A.
Demandante : Alfonso Regla Moreno
Demandados : Compax internacional 93 Colombia Ltda y Ecopetrol S.A.
Asunto : Demanda de casación
Rad Corte : 82963
Radicación : 11001310501620130024301
PAOLA CASTELLANOS SANTOS, identificada con cédula de ciudadanía No. 52.493.712 de
Bogotá y Tarjeta Profesional N° 121.323 expedida por el Consejo Superior de la Judicatura,
obrando en mi calidad de apoderado especial de LIBERTY SEGUROS S.A., dentro del término
legal concedido me permito formular demanda de casación laboral contra la sentencia
proferida por la Sala Séptima de Decisión Laboral del Tribunal Superior de Distrito Judicial
de Bogotá, el 26 de abril de 2018, dentro del proceso de la referencia.
I. SINTESIS DE LOS HECHOS EN LITIGIO
PRIMERO: El Señor Alfonso Regla Moreno mediante apoderado judicial presentó demanda
ordinaria laboral de primera instancia, para que se declarara la existencia de un contrato de
trabajo con la sociedad Compax International 93 Colombia Ltd, contrato que terminó por
causas imputables al empleador, con el consecuente pago de salarios, compensación de las
vacaciones, auxilio de cesantías, indemnización por terminación del contrato sin justa causa
y sanción moratoria, declarando a la sociedad Ecopetrol responsable solidaria de las
obligaciones a cargo de Compax International 93 Colombia Ltda.
SEGUNDO: Refiere que laboró al servicio de Compax International 93 Colombia Ltda, entre
el 9 de julio de 2009 al 19 de octubre de 2011, en el cargo de conductor, ejerciendo una
labor de dedicación exclusiva a la ejecución de los contratos suscritos con la sociedad
Ecopetrol S.A., desarrollando funciones tales como el transporte de ingenieros y técnicos a
los lugares de ejecución de los proyectos adelantados. Señala que las actividades de
ingeniería, obra civil y vigilancia ejecutadas por Compax a favor de Ecopetrol, tienen un
régimen salarial y prestacional de naturaleza convencional por ser actividades propias de la
industria del petróleo. Menciona la garantía a través de fiducia constituida por Compax a
favor de Ecopetrol, la cual tuvo por objeto realizar pagos y atender las obligaciones
dinerarias pendientes y ocasionadas con la ejecución de los contratos celebrados entre las
empresas, donde Ecopetrol tenía la facultad de disponer libremente de los dineros para
atender realizar pagos a cargo de la contratista y a favor de terceros, además de referirse a
la póliza de seguro de cumplimiento. Dice que los dineros con los que Compax efectuaba el
pago de las obligaciones salariales y prestacionales de sus trabajadores, derivaban
exclusivamente de los pagos realizados por Ecopetrol respecto de los contratos 5203777 y
5204207. Concluye mencionando que Ecopetrol realizó varias conciliaciones extrajudiciales
con cargo a la fiducia constituida, aunque sólo desembolsó dineros a favor de un grupo de
13 trabajadores, desconociendo de manera injustificada las acreencias a favor del actor, a
pesar de los múltiples requirimientos para ello, adeudándose los conceptos y valores
señalados en las pretensiones.
TERCERO: Dentro del término de contestación de la demanda por parte de Ecopetrol S.A.,
se dispuso el llamamiento en garantía a Liberty Seguros S.A., quien además de oponerse a
las pretensiones demanda, formuló excepciones meritorias.
CUARTO: Agotado el trámite de la primera instancia, el Juzgado Dieciséis Laboral del
Circuito de Bogotá, mediante sentencia del 14 de julio de 2017, declaró la existencia de un
contrato de trabajo a término indefinido entre Alfonso Regla Moreno y la sociedad Compax
internacional 93 Colombia Ltd, en el periodo comprendido entre el 9 de julio de 2009 hasta
el 19 de octubre de 2011. En consecuencia, dispuso condenar a dicha sociedad al pago de
a) salarios; b) vacaciones; c) auxilio a las cesantías; d) intereses a las cesantías; e)
indemnización por despido sin justa causa y f) a la indemnización moratoria de que trata
el artículo 65 del CST, a razón de de $50.000 diarios causados desde el 20 de octubre de
2011 hasta el 19 de octubre de 2013, y desde el 20 de octubre de 2013 y hasta que se
efectué el pago de las prestaciones condenadas, deberá pagar los intereses moratorios a
la tasa de que trata el artículo 65 del CST.
Asimismo, absolvió de todas las pretensiones a Ecopetrol S.A. y la llamada en garantía
Liberty Seguros S.A..
QUINTO: La parte demandante interpuso recurso de apelación contra la sentencia de
primera instancia ante la Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá, quien a través de la
providencia hoy recurrida en casación, ordenó:
“PRIMERO: REVOCAR el numeral 3° de la parte resolutiva de la sentencia de fecha 14 de julio de 2017,
proferida por el Juez 16 Laboral del Circuito de Bogotá, en consecuencia, CONDENESE a ECOPETROL S.A.,
como solidariamente responsable del pago de las condenas impuestas en contra de la demandada
COMPAX INTERNACIONAL 93 COLOMBIA LTDA, a través de la sentencia que se revisa, de acuerdo a lo
expuesto a la parte motiva de esta providencia.
SEGUNDO: Como consecuencia de lo anterior, CONDENESE a la llamada en garantía LIBERTY SEGUROS
S.A., a responder por el valor de las condenas impuestas solidariamente en contra de las demandadas
COMPAX INTERNACIONAL 93 COLOMBIA LTDA y ECOPETROL S.A. hasta el monto del valor asegurado, tal
como se expuso en la parte motiva de esta providencia.
TERCERO: MODIFICAR el literal f) del numeral 2° de la parte resolutiva de la sentencia impugnada,
condenando a la demandadas, como a la llamada en garantía, a pagar un día de salario, equivalente
a la suma de $50.000 por cada día de retardo en el pago de los salarios y prestaciones sociales objeto
de condena, a partir del 19 de octubre de 2011, y hasta cuando se verifique su correspondiente pago,
a titulo de indemnización moratoria, REVOCANDO, el pago de los intereses moratorios que impuso el
A-quo, tal como se expuso en la parte motiva de esta providencia. (negrillas fuera de texto)
(…)
SEXTO: Que contra la sentencia del Tribunal se interpuso el recurso extraordinario de
casación, el cual fue concedido mediante auto del 21 de septiembre de 2018.
II. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN
Se pretende en esta ocasión que la H. Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación Laboral,
CASE la sentencia proferida el 26 de abril de 2018, por la Sala Séptima de Decisión Laboral
del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá, en lo referente a la modificación
introducida en el ordinal tercero, para que una vez constituido en sede de instancia,
confirme el literal f) del numeral segundo de la parte resolutiva del fallo emitido por el
Juzgado 16 Laboral del Circuito de Bogotá.
III. CARGO PRIMERO
Por la causal primera de casación prevista en el artículo 87 del Código de Procedimiento
Laboral y de la Seguridad Social, me permito acusar la sentencia emitida por la Sala Séptima
de Decisión Laboral del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá, el 26 de abril de
2018, por ser violatoria de la ley sustancial, en la modalidad de interpretación errónea, del
artículo 29 de la Ley 789 de 2002, que modificó el artículo 65 del Código Sustantivo del
Trabajo, en relación con el artículo 16 de la misma obra sustantiva laboral; el artículo 52 de
la Ley 789 de 2002 y el artículo 1079 del Código de Comercio.
IV. DESARROLLO Y SUSTENTACIÓN DEL CARGO
Como quiera la acusación se edifica por la vía jurídica, en este caso, no se discute la
consideración fáctica del Tribunal, según la cual, (i) el promotor del juicio presentó la
demanda ordinaria dentro de los 24 meses siguientes a la fecha de terminación del contrato
de trabajo, y que (ii) devengó una remuneración superior al salario mínimo legal mensual
vigente, cuando cuantifica la condena por concepto de indemnización moratoria en la suma
diaria de $50.000 hasta que el pago de los salarios y prestaciones sociales se verifique.
Puestas así las cosas, se considera que el Tribunal incurre en una interpretación errónea del
artículo 29 de la Ley 789 de 2002, que modificó el artículo 65 del Código Sustantivo del
Trabajo, cuando concluye que “le asiste razón al impugnante – actor respecto del reproche
que hace relación con la condena impuesta por concepto de indemnización moratoria, ya
que la misma surge de forma indefinida, habida cuenta el demandante impetró la presente
acción de los 24 meses siguientes a la fecha de terminación del contrato”. Pues contrario a
lo sostenido por el Colegiado de instancia, la reforma introducida al artículo 65 del Código
Sustantivo del trabajo, mediante el citado artículo 29 de Ley 789 de 2002, sí estableció un
límite temporal para la procedencia de la sanción moratoria en aquellos eventos en que el
trabajador devengue una suma superior al salario mínimo legal mensual vigente y haya
presentado la demanda dentro los 24 meses siguientes a la finalización del contrato de
trabajo.
En ese horizonte, previó de manera clara que, vencidos los 24 meses, correrían intereses de
mora si persiste el incumplimiento en el pago de los salarios y prestaciones sociales. Así se
verifica del tenor literal del artículo 65 del C. S. de T., modificado por el artículo 29 de la Ley
789 de 2002, al señalar:
“Si a la terminación del contrato, el empleador no paga al trabajador los salarios y prestaciones debidas,
salvo los casos de retención autorizados por la ley o convenidos por las partes, debe pagar al asalariado,
como indemnización, una suma igual al último salario diario por cada día de retardo, hasta por
veinticuatro (24) meses, o hasta cuando el pago se verifique si el período es menor. Si transcurridos
veinticuatro (24) meses contados desde la fecha de terminación del contrato, el trabajador no ha iniciado
su reclamación por la vía ordinaria, el empleador deberá pagar al trabajador intereses moratorios a la
tasa máxima de créditos de libre asignación certificados por la Superintendencia Bancaria, a partir de la
iniciación del mes veinticinco (25) hasta cuando el pago se verifique.
Dichos intereses los pagará el empleador sobre las sumas adeudadas al trabajador por concepto de
salarios y prestaciones en dinero.
PARÁGRAFO 2o. Lo dispuesto en el inciso 1o. de este artículo solo se aplicará a los trabajadores que
devenguen más de un (1) salario mínimo mensual vigente. Para los demás seguirá en plena vigencia lo
dispuesto en el artículo 65 del Código Sustantivo de Trabajo vigente.”
El anterior entendimiento, se acompasa con lo adoctrinado por la H. Corte Suprema de
Justicia en su Sala de Casación Laboral, desde la sentencia con radicado N° 36577 del 6 de
mayo de 2010, reiterada entre otras, en la SL9708-2017, en la que esta última puntualizó:
Según el parágrafo 2º del artículo 29 de la Ley 789 de 2002, la anterior disposición solamente se aplica
respecto de los trabajadores que devenguen más de un salario mínimo mensual vigente.
Frente a las notorias deficiencias en la redacción de la norma, esta Sala de la Corte tiene asentado que la
intención del legislador fue la de establecer un límite temporal a la indemnización moratoria
originalmente concebida por el artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo. De tal suerte que, como
regla general, durante los veinticuatro (24) meses posteriores a la extinción del vínculo jurídico, el
empleador incumplido deberá pagar una suma igual al último salario diario por cada día de retardo,
siempre y cuando el trabajador haya iniciado su reclamación ante la justicia ordinaria dentro de esos
veinticuatro (24) meses siguientes a la finalización del vínculo.
Después de esos veinticuatro (24) meses, en caso de que la situación de mora persista, ya no deberá el
empleador una suma equivalente al último salario diario, sino intereses moratorios a la tasa máxima de
créditos de libre asignación certificada por la Superintendencia Bancaria, hoy Financiera, hasta cuando
el pago de lo adeudado se verifique efectivamente. Los intereses se calcularán sobre las sumas debidas
por concepto de salarios y prestaciones en dinero.
Cuando no se haya entablado demanda ante los estrados judiciales, dentro de los veinticuatro (24) meses
siguientes al fenecimiento del contrato de trabajo, el trabajador no tendrá derecho a la indemnización
moratoria equivalente a un (1) día de salario por cada día de mora en la solución de los salarios y
prestaciones sociales, dentro de ese lapso, sino a los intereses moratorios, a partir de la terminación del
contrato de trabajo, a la tasa máxima de créditos de libre asignación certificada por la Superintendencia
Financiera.
En consecuencia, la presentación oportuna (entiéndase dentro de los veinticuatro meses siguientes a la
terminación del contrato de trabajo) de la reclamación judicial da al trabajador el derecho a acceder a la
indemnización moratoria de un día de salario por cada día de mora hasta por veinticuatro (24) meses,
calculados desde la ruptura del contrato de trabajo; y, a partir de la iniciación del mes veinticinco (25),
contado desde esa misma ocasión, se radica en su cabeza el derecho a los intereses moratorios, en los
términos precisados por el legislador.
Al amparo de las anteriores reflexiones, si el Tribunal hubiese interpretado correctamente
el precepto denunciado conforme se aviene de su tenor literal y la jurisprudencia sentada
por el máximo órgano de cierre de la jurisdicción ordinaria laboral, no hubiere condenado
a la indemnización moratoria “de forma indefinida” como lo adujo en su sentencia.
Finalmente, conviene acotar que el anterior error de interpretación conlleva a extralimitar
el riesgo amparado en los términos del artículo 1079 del Código de comercio.
Así las cosas, se reitera a la H. Corte Suprema de Justicia casar la sentencia proferida por el
colegiado de instancia, y en su lugar, confirme la decisión del juzgado 16 Laboral del Circuito
de Bogotá en este puntual aspecto, quien ordenó el pago de la indemnización moratoria
hasta 24 meses y a partir del mes 25, la procedencia de los intereses moratorios.
V. CARGO SEGUNDO
Por la causal primera de casación prevista en el artículo 87 del Código de Procedimiento
Laboral y de la Seguridad Social, me permito acusar la sentencia emitida por la Sala Séptima
de Decisión Laboral del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Bogotá, el 26 de abril de
2018, por ser violatoria de la ley sustancial, en la modalidad de aplicación indebida, del
artículo 29 de la Ley 789 de 2002, que modificó el artículo 65 del Código Sustantivo del
Trabajo, en relación con el artículo 16 de la misma obra sustantiva laboral y 52 de la Ley 789
de 2002; el artículo 52 de la Ley 789 de 2002 y el artículo 1079 del Código de Comercio.
VI. DESARROLLO Y SUSTENTACIÓN DEL CARGO
Como quiera la acusación se edifica por la vía jurídica, en este caso, no se discute la
consideración fáctica del Tribunal, según la cual, (i) el promotor del juicio presentó la
demanda ordinaria dentro de los 24 meses siguientes a la fecha de terminación del contrato
de trabajo, y que (ii) devengó una remuneración superior al salario mínimo legal mensual
vigente, cuando cuantifica la condena por concepto de indemnización moratoria en la suma
diaria de $50.000 hasta que el pago de los salarios y prestaciones sociales se verifique.
Puestas así las cosas, se considera que el Tribunal incurre en una aplicación indebida del
artículo 29 de la Ley 789 de 2002, que modificó el artículo 65 del Código Sustantivo del
Trabajo, cuando concluye que “le asiste razón al impugnante – actor respecto del reproche
que hace relación con la condena impuesta por concepto de indemnización moratoria, ya
que la misma surge de forma indefinida, habida cuenta el demandante impetró la presente
acción de los 24 meses siguientes a la fecha de terminación del contrato”. Pues aplicó la
hipótesis normativa, según la cual, es procedente la indemnización moratoria de forma
indefinida para aquellos eventos en que el trabajador devenga un (1) salario mínimo legal
mensual vigente, pese a que encontró demostrado que el actor percibió una suma superior
al salario mínimo legal mensual vigente.
En efecto, para aquellos eventos en que el trabajador devenga una suma superior al salario
mínimo legal mensual vigente y haya presentado la demanda dentro los 24 meses
siguientes a la finalización del contrato de trabajo, los citados preceptos denunciados
regulan de manera clara que corresponde el pago una suma igual al último salario diario por
cada día de retardo, hasta por veinticuatro (24) meses, y a partir del mes 25 correrán los
intereses moratorios si persiste el incumplimiento en el pago de los salarios y prestaciones
sociales. Así se verifica del tenor literal del artículo 65 del C. S. de T., modificado por el
artículo 29 de la Ley 789 de 2002 al señalar:
“Si a la terminación del contrato, el empleador no paga al trabajador los salarios y prestaciones debidas,
salvo los casos de retención autorizados por la ley o convenidos por las partes, debe pagar al asalariado,
como indemnización, una suma igual al último salario diario por cada día de retardo, hasta por
veinticuatro (24) meses, o hasta cuando el pago se verifique si el período es menor. Si transcurridos
veinticuatro (24) meses contados desde la fecha de terminación del contrato, el trabajador no ha iniciado
su reclamación por la vía ordinaria, el empleador deberá pagar al trabajador intereses moratorios a la
tasa máxima de créditos de libre asignación certificados por la Superintendencia Bancaria, a partir de la
iniciación del mes veinticinco (25) hasta cuando el pago se verifique.
Dichos intereses los pagará el empleador sobre las sumas adeudadas al trabajador por concepto de
salarios y prestaciones en dinero.
PARÁGRAFO 2o. Lo dispuesto en el inciso 1o. de este artículo solo se aplicará a los trabajadores que
devenguen más de un (1) salario mínimo mensual vigente. Para los demás seguirá en plena vigencia lo
dispuesto en el artículo 65 del Código Sustantivo de Trabajo vigente.”
Paralelamente, la H. Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación Laboral, desde la
sentencia con radicado N° 36577 del 6 de mayo de 2010, reiterada en SL9708-2017,
puntualizó:
Según el parágrafo 2º del artículo 29 de la Ley 789 de 2002, la anterior disposición solamente se aplica
respecto de los trabajadores que devenguen más de un salario mínimo mensual vigente.
Frente a las notorias deficiencias en la redacción de la norma, esta Sala de la Corte tiene asentado que la
intención del legislador fue la de establecer un límite temporal a la indemnización moratoria
originalmente concebida por el artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo. De tal suerte que, como
regla general, durante los veinticuatro (24) meses posteriores a la extinción del vínculo jurídico, el
empleador incumplido deberá pagar una suma igual al último salario diario por cada día de retardo,
siempre y cuando el trabajador haya iniciado su reclamación ante la justicia ordinaria dentro de esos
veinticuatro (24) meses siguientes a la finalización del vínculo.
Después de esos veinticuatro (24) meses, en caso de que la situación de mora persista, ya no deberá el
empleador una suma equivalente al último salario diario, sino intereses moratorios a la tasa máxima de
créditos de libre asignación certificada por la Superintendencia Bancaria, hoy Financiera, hasta cuando
el pago de lo adeudado se verifique efectivamente. Los intereses se calcularán sobre las sumas debidas
por concepto de salarios y prestaciones en dinero.
Cuando no se haya entablado demanda ante los estrados judiciales, dentro de los veinticuatro (24) meses
siguientes al fenecimiento del contrato de trabajo, el trabajador no tendrá derecho a la indemnización
moratoria equivalente a un (1) día de salario por cada día de mora en la solución de los salarios y
prestaciones sociales, dentro de ese lapso, sino a los intereses moratorios, a partir de la terminación del
contrato de trabajo, a la tasa máxima de créditos de libre asignación certificada por la Superintendencia
Financiera.
En consecuencia, la presentación oportuna (entiéndase dentro de los veinticuatro meses siguientes a la
terminación del contrato de trabajo) de la reclamación judicial da al trabajador el derecho a acceder a la
indemnización moratoria de un día de salario por cada día de mora hasta por veinticuatro (24) meses,
calculados desde la ruptura del contrato de trabajo; y, a partir de la iniciación del mes veinticinco (25),
contado desde esa misma ocasión, se radica en su cabeza el derecho a los intereses moratorios, en los
términos precisados por el legislador.
Al amparo de las anteriores reflexiones, si el Tribunal hubiese aplicado correctamente el
precepto denunciado frente a la realidad fáctica que el mismo halló, no hubiere condenado
a la indemnización moratoria “de forma indefinida” como lo adujo en su sentencia, dado
que esta hipótesis normativa está prevista únicamente para aquellos trabajadores que
devengan un (1) salario mínimo legal mensual vigente, el cual no es el caso del demandante.
Finalmente, conviene acotar que el anterior error de interpretación conlleva a extralimitar
el riesgo amparado en los términos del artículo 1079 del Código de comercio.
Así las cosas, se reitera a la H. Corte Suprema de Justicia casar la sentencia proferida por el
colegiado de instancia, y en su lugar, confirme la decisión del juzgado 16 Laboral del Circuito
de Bogotá en este puntual aspecto, quien ordenó el pago de la indemnización moratoria
hasta 24 meses y a partir del mes 25, la procedencia de los intereses moratorios.
VII. CUESTIÓN FINAL
Conviene precisar a la H. Corte Suprema de Justicia que los cargos desarrollado
precedentemente, parten del supuesto de la solidaridad encontrada en segunda instancia,
de tal modo, que en el evento en que esta Corporación por cualquier causa o motivo
determine que no existe solidaridad por parte de la sociedad Ecopetrol S.A., la acusación
aquí planteada perdería objeto materia de análisis, dado la condición de llamado en
garantía respecto de esta persona jurídica.
VIII. NOTIFICACIONES
Recibiré notificaciones en la Calle 77 A No. 12 – 35 de Bogotá. Correo
[email protected]. Cel. 3103413747.
Atentamente,
PAOLA CASTELLANOS SANTOS
C.C. N° 52.493.712 de Bogotá
T.P. N° 121.323 del CSJ